Gramáticas y gramáticos del siglo XVIII en españa

18

Click here to load reader

Transcript of Gramáticas y gramáticos del siglo XVIII en españa

Page 1: Gramáticas y gramáticos del siglo XVIII en españa

Gramáticas y gramáticos del siglo XVIII en España

Historia de la Lengua Española

Un recorrido por el siglo XVIII enumerando los principales hechos gramaticales acontecidos en España. En la primera mitad del siglo XVIII, Gregorio Mayans y Siscar escribió en sus "Orígenes de la lengua española": ‘no ai Gramatica buena que poder estudiar’. Como sabemos, la Real Academia Española de la Lengua fue fundada en 1713 por un grupo de ilustrados reunidos en torno a Juan Manuel Fernández Pacheco, Marqués de Villena. En poco tiempo se publicó el Diccionario de Autoridades mientras que hubo que esperar bastante para que se concluyera la Gramática Española. De hecho, se inició un primer proyecto que quedaría frustrado, la labor recayó en Francisco de Angulo, hasta que en 1767, Fernando de Silva Álvarez de Toledo, director de la Academia desde 1754, decide impulsar nuevamente esta iniciativa.

José Manuel Martínez SánchezLcdo. Filología Hispánica

(Universidad de Murcia)

 

I. Contexto histórico: La España del XVIII

 

El siglo XVIII fue un período de recuperación demográfica y económica, gracias a las medidas reformistas borbónicas, bastante intensas durante los reinados de Fernando VI y de Carlos III.  El poder político se organizó de forma centralista, siguiendo el modelo francés. La España de este siglo fue una potencia importante en la política europea, si bien su política exterior careció de la grandeza de tiempos pasados y estuvo casi siempre demasiado vinculada a Francia. El influjo de la Ilustración redujo considerablemente la importancia de la Inquisición, que a finales del siglo había dirigido su actividad a la persecución de las nuevas ideas ilustradas, procedentes principalmente de Francia, y a la censura de libros (la persecución contra judíos y musulmanes —o conversos— se había reducido, fundamentalmente porque su número era ya muy escaso). Pese a los signos de crisis detectados durante el reinado de Carlos IV, la invasión napoleónica de 1808 vino a truncar la evolución positiva de la España del siglo XVIII.

 

Page 2: Gramáticas y gramáticos del siglo XVIII en españa

Podemos decir que el segundo reinado de Felipe V y el de Fernando VI son el preámbulo de lo que más tarde acontecerá durante el reinado de Carlos III, momento cumbre de la Ilustración española. Carlos III va a vivir uno de los momentos más esplendorosos de la cultura española.

 

II. El pensamiento del siglo XVIII en Europa

 

La Ilustración fue un período dominado por la razón. El pensamiento recobró el esplendor perdido durante los siglos anteriores. Pero previamente a estos años existieron unos personajes que marcaron la línea a recorrer posteriormente. Descartes, Spinoza, Hobbes, Locke o Condorcet abrieron el paso en el siglo XVII al gran siglo de luces que acontecería en  el XVIII. Este es el siglo de la razón, un siglo que sufriría el gran impacto de las teorías de Newton. De acuerdo con la filosofía de Locke, los autores del siglo XVIII creían que el conocimiento no es innato, sino que procede sólo de la experiencia y la observación guiadas por la razón. A través de una educación apropiada, la humanidad podía ser modificada, cambiada su naturaleza para mejorar. El lema de esta época ‘atreverse a conocer’ fue asignado por uno de los grandes pensadores que este siglo produjo en la historia del pensamiento: Inmanuel Kant. En Francia podemos citar a grandes ilustrados como Montesquieu, Rousseau, Voltaire, Diderot, etc. En Escocia destacó David Hume, en Italia Cesare Becaria y en las colonias británicas de América Jeferson y Franklin. La Ilustración también penetró en los dominios españoles de América. Suele decirse que el Siglo de las Luces concluyó con la Revolución Francesa de 1789, pero no son pocos los que contemplan e interpretan la inquietud política y social de este periodo como causa desencadenante de la Revolución. Al incorporar muchas de las ideas de los ilustrados, la Revolución, en sus etapas más difíciles, entre 1792 y 1794, sirvió para desacreditar estas ideas a los ojos de muchos europeos contemporáneos.  Se estableció una censura total y se cerraron las fronteras, prohibiéndose el paso de todo tipo de libros y folletos, o su embarque hacia América. De lo que no cabe duda es de que la Ilustración dejó una herencia perdurable en los siglos XIX y XX. Marcó un paso clave en el declinar de la Iglesia y en el crecimiento del secularismo actual. Sirvió como modelo para el liberalismo político y económico y para la reforma humanitaria a través del mundo occidental del siglo XIX. Fue el momento decisivo para la creencia en la posibilidad y la necesidad de progreso que pervivió, de una forma moderada, en el siglo XX.

 

 

 

III. La España ilustrada

 

Page 3: Gramáticas y gramáticos del siglo XVIII en españa

Benito Jerónimo Feijoo fue el pensador ilustrado más importante de España durante los reinados de los primeros reyes Borbones. Sus obras más importantes fueron: Teatro Crítico Universal y Cartas Eruditas donde trató de plasmar todo el conocimiento teórico y práctico de la época. Ejerció notable influencia en el desarrollo de las nuevas ideas y de la crítica ilustrada.

 

Durante el reinado de Carlos III, el ‘rey ilustrado’ por excelencia, las obras de los escritores franceses se leían en español, generalmente en traducciones más o menos retocadas, pero también directamente en francés. Fueron muchos los españoles e hispanoamericanos que viajaban a Francia por motivos de estudio e instrucción, en las artes y las ciencias y los dirigentes políticos de la época, conde de Aranda, conde de Campomanes, conde de Floridablanca, duque de Almodóvar, promovieron y frecuentaron el trato con los pensadores y filósofos de las nuevas ideas. Las vías de expresión fueron los periódicos, las universidades y las florecientes Sociedades de Amigos del País.

 

Entre los españoles ‘ilustrados’, se puede citar a Isidoro de Antillón, geógrafo e

historiador; Francisco Cabarrús, crítico y cronista de su tiempo; Juan Meléndez

Valdés, que hizo de la Universidad de Salamanca un polo de atracción ‘ilustrada’;

Gaspar Melchor de Jovellanos, político y reformador; Valentín de Foronda,

embajador y economista, entre otros.

 

El enorme impacto que la Revolución Francesa causó en España, tras la muerte de

Luis XVI, así como en los dominios españoles de América, provocó una violenta

persecución de las personas más representativas de las nuevas ideas. Se estableció

una censura total y se cerraron las fronteras, prohibiéndose el paso de todo tipo de

libros y folletos, o su embarque hacia América.

 

 

IV. Gramáticas y gramáticos del XVIII

 

 

Trataré de hacer un recorrido por el siglo XVIII enumerando los principales hechos gramaticales acontecidos en España. En la primera mitad del siglo XVIII, Gregorio Mayans y Siscar[1] escribió en sus Orígenes de la lengua española: ‘no ai Gramatica

Page 4: Gramáticas y gramáticos del siglo XVIII en españa

buena que poder estudiar’. Como sabemos, la Real Academia Española de la Lengua fue fundada en 1713 por un grupo de ilustrados reunidos en torno a Juan Manuel Fernández Pacheco,  Marqués de Villena. En poco tiempo se publicó el Diccionario de Autoridades mientras que hubo que esperar bastante para que se concluyera la Gramática Española. De hecho, se inició un primer proyecto que quedaría frustrado, la labor recayó en Francisco de Angulo, hasta que en 1767, Fernando de Silva Álvarez de Toledo, director de la Academia desde 1754, decide impulsar nuevamente esta iniciativa.  Son nombrados como redactores Juan Trigueros y Juan de Aravaca, que además tendrán que recopilar los trabajos anteriores que se elaboraron. En el verano de 1770, Juan Trigueros ha terminado la Gramática[2]. En la sesión de la Academia del día 7 de marzo de 1771, Trigueros entrega un ejemplar impreso de la obra, cuyo prólogo también fue dispuesto por él. Esta Gramática corrió muy buena suerte y en 1780 Carlos III publicaría un Real Decreto por el que el uso de la Gramática era obligatorio. Tras algunos intentos pospuestos de  reeditar la Gramática corregida, finalmente, en enero de 1796, sale la cuarta edición, corregida y aumentada. La segunda y la tercera edición (1772 y 1781 respectivamente) guardan mínimas diferencias con respecto a la primera. Sin embargo la edición de 1796, según Domínguez Caparrós, difiere en muchos aspectos de las primeras.

 

 

El trabajo de creación de una Gramática fue tan tardío debido a una cuestión fundamental. Nadie pensaba relevante que el castellano dispusiese de su propia Gramática, pues desde Nebrija[3] los parámetros los fijaba el latín. Benito Martínez Gómez Gayoso[4] publica en 1743 su Gramática de la lengua castellana reducida a breves reglas y fácil método para la instrucción de la juventud, en este libro afirma que “es rarísimo el que sabe la gramática de su propia lengua”. No era considerado algo necesario, pero Francia estaba muy cerca y allí todo sucedía con mayor premura. Fray Benito de San Pedro sería quien iniciase este camino de aproximación a las ideas francesas donde el sentimiento de lengua nacional era una realidad naciente.[5] Desea estudiar su lengua materna, el castellano, con detenimiento y  quiere “que todo buen español sepa su lengua por principios y razón” porque “[e]l fundamento para la renovación de todas las artes es el culto de la lengua propia, y sin el estudio del arte romance no se desterrarán los abusos que se han cometido en el habla y en la escritura” El padre Benito encuentra “todas las gramáticas muy defectuosas en reglas, en observaciones y, especialmente, en principios generales”. Según Lázaro Carreter: “ el Arte de San Pedro, sin caer en las exageraciones logicistas a que la gramática general llegaba en Francia por esa época,[...], es la primera gramática dieciochesca con rasgos modernos.” Veamos por qué. Indudablemente impregnado el padre Benito de las ideas procedentes de Port-Royal, clasifica dentro de la categoría del artículo el adjetivo numeral ‘un’. Además hace una definición lógica del verbo siguiendo las huellas de Arnauld. Para el padre Benito “el verbo es una palabra o parte de la oración cuyo oficio principal es significar la afirmación o juicio que hacemos de las cosas”.

 

Gayoso define la gramática como “el arte que enseña a hablar y escribir según el uso de

Page 5: Gramáticas y gramáticos del siglo XVIII en españa

los varones doctos”. Divide su Gramática en cuatro partes: ortografía y ortología, etimología o morfología, sintaxis y prosodia. Reconoce como partes de la oración nueve elementos: artículo, nombre, pronombre, verbo, participio, preposición, adverbio, interjección y conjunción. En la Gramática de 1771 se sigue esta ordenación de Gayoso, que añade el artículo, siguiendo éste a su vez a Juan de Miranda.

 

En el prólogo de la Gramática de 1771 se afirma que el estudio de la lengua propia funciona como propedéutica del estudio del latín, esto es, tiene un papel secundario. Sin embargo esta idea se fundamenta partiendo de un postulado lingüístico: los principios de la gramática “son comunes á todas las lenguas”[6]. Es decir, la Real Academia Española comparte la opinión de los maestros de Port-Royal y de los racionalistas franceses. Otra idea que expuso la Real Academia, tomada de los gramáticos franceses, es que las palabras deben sucederse en un “orden natural para expresar con claridad los pensamientos”[7] De hecho, en 1784, se traduce al español la Gramática General Francesa de Étiene Bonnot de Condillac. Se pueden encontrar otras ideas procedentes de los gramáticos franceses vertidas en la  DRAE de 1771, como es la definición del verbo, p.ej, pero fue, como hemos visto antes, insertada a través del padre Benito.  

 

Ante todos estos datos históricos referentes a la gramática española en el siglo XVIII, podemos señalar la valiosa opinión de Fernando Lázaro Carreter: “La gramática española muestra, pues, en el siglo ilustrado un escasísimo relieve. Adopta una forma normativa en los tratados de Gayoso y de la Academia, totalmente tradicional. Pero la incursión de la lógica en el terreno de la gramática, totalmente rechazada en las obras latinas, arraiga, aunque levemente, en la gramática vulgar. En los años finales del siglo, Jovellanos y Gonzáles Valdés marcan el rudimentario principio de la gramática general, que alcanzará un frondoso desarrollo en el siglo XIX, cuando la ciencia lingüística había cambiado ya sus rumbos y el comparatismo atestaba sus más rudos golpes a la concepción logicista del lenguaje”.

 

 

V. Dos gramáticas comparadas: GRAE de 1771 y GRAE de 1994

 

 

He considerado interesante comparar dos gramáticas cuya longitud temporal entre ambas es de más de doscientos años. La Gramática de Alarcos Llorach es, hasta el momento, la última que ha editado la Real Academia, y la Gramática de 1771, de Angulo y Trigueros, como sabemos, es la primera.

Page 6: Gramáticas y gramáticos del siglo XVIII en españa

 

Analicemos en primer lugar la estructura de los dos libros.  La Gramática de 1771 consta de dos partes. La primera se titula: “Del número, propiedad y oficio de las palabras” y la segunda: “En que se trata de la sintáxîs ó construccion”. La primera parte se distribuye en doce capítulos, la segunda en tres.

 

La Gramática de Llorach está dividida en tres partes, análogas a las del Esbozo de 1973. La primera se llama: “Fonología”, la segunda: “Las unidades en el enunciado: forma y función” y la tercera: “Estructura de los enunciados: oraciones y frases”.

 

En cuanto a los prólogos, podemos destacar los propósitos más interesantes. El propósito de Llorach “consistía en exponer los rasgos de la gramática del español que se descubren en los actos orales y escritos de los usuarios de la lengua en este siglo XX”. Muy distinto es el propósito de Angulo y de la Academia: “La Academia solo pretende en esta Gramática instruir á nuestra Juventud en los principios de su lengua, para que hablándola con propiedad y correccion, se prepare á usarla con dignidad y eloqüencia; y se promete del amor de V. M. á su lengua y á sus vasallos, que aceptará benignamente esta pequeña obra. […] Seria, pues, conveniente que los padres ó maestros instruyesen con tiempo á los niños en la Gramática de su lengua.”. Llorach escoge un postulado pragmático, encontrar la lengua a partir del pueblo y en el pueblo, mientras que Angulo desea que el pueblo encuentre la lengua en la gramática. Como vemos son situaciones muy distintas, claramente inversas.

 

 

Atendamos ahora a las definiciones. La definición más genérica de todas es la de ‘palabra’. Así se define en la Gramática de 1771: “es lo mismo que voz, ó diccion, como: cielo, tierra, santo, docto, leer, escribir. El agregado de palabras ordenadas con que expresamos nuestros pensamientos se llama en lenguaje comun habla, y entre gramáticos oracion, por lo qual se llaman con propiedad las palabras partes de la oracion”. La definición de Llorach se atiene al pragmatismo lingúístico: “la palabra se reconoce, sobre todo, como una unidad propia de la lengua escrita: aquello que en la escritura aparece entre blancos”. Veamos ahora cuál es la primera acepción del DRAE para este vocablo: “Segmento del discurso unificado habitualmente por el acento, el significado y pausas potenciales inicial y final.”

 

Alarcos Llorach define el ‘sustantivo’ como “toda palabra capaz de cumplir en los enunciados llamados oraciones la función de sujeto explícito […] o la de objeto directo, sin necesidad de ningún otro elemento”. Así se explica el ‘sustantivo’ en la GRAE de 1771: “es el que significa alguna sustancia corpórea, ó incorpórea, como: hombre, árbol,

Page 7: Gramáticas y gramáticos del siglo XVIII en españa

piedra, entendimiento, ciencia, virtud. Subsiste por si mismo en la oracion, sin necesidad de que se le junte otra palabra que le califique. Quando decimos: salí de mi casa: entré en la Iglesia, los sustantivos casa, Iglesia, subsisten por si mismos en la oracion, sin expresar si la casa es grande, ó la Iglesia es chica”. La diferencia entre ambas definiciones es muy visible, la primera es funcional y la segunda es esencial. Esta segunda definición se corresponde más con la que da el DRAE: “Que tiene existencia real, independiente, individual”.

 

Atendiendo a la función otra vez, así habla Alarcos del adjetivo: “El sustantivo va acompañado a veces de otra palabra y forman un grupo unitario que desempeña en el enunciado la misma función que podría aquel cumplir aislado”. Así se trata en la GRAE de 1771: “[el adjetivo] es el que se junta al sustantivo para denotar su calidad, como: bueno, malo, blanco, negro. El adjetivo no puede estar en la oracion sin sustantivo expreso, ó suplido”. El DRAE indica que el adjetivo “expresa cualidad o accidente”.

 

 

Para concluir nuestra sección de definiciones veamos el tratamiento del verbo y del adverbio en las dos gramáticas. Detengámonos primero en la definición del verbo, desde la función sintáctica, de Llorach: “Se llama verbo a una clase de palabras que funcionan como núcleo de la oración, y que, en consecuencia, son susceptibles de aparecer representándola sin necesidad de otras unidades. Especial importancia se da en la GRAE de 1771 a esta definición, desde su función semántica: “El verbo es una parte principal de la oracion que sirve para significar la esencia, la exîstencia, la accion, pasion, y afirmacion de todas las cosas animadas, é inanimadas, y el exercicio de qualquiera facultad que tienen estas cosas, ó se les atribuye”. En cuanto al adverbio, así se perfila en la GRAE de 1771: “es una palabra que se junta al verbo para modificar y determinar su significación”. Llorach indica que el adverbio “designa una clase de palabras invariables en su significante y a menudo indescomponibles en signos menores. Destinadas en principio a cumplir por sí solas el papel de adyacente circunstancial del verbo”.

 

 

Hemos notado que una de las grandes diferencias entre una gramática y otra es el tratamiento –en la de 1994- y la exclusión –en la de 1771- de la Prosodia. La GRAE de 1771 es la única que no trata el tema del sonido. Además de esta cuestión hay otras polémicas abiertas, como el tratamiento de la Ortografía en las gramáticas. Guillermo Rojo se pronunció al respecto de esta manera: “plantear la cuestión de si Ortografía y Prosodia deben formar parte de la Gramática es también, al menos en parte, preguntarse acerca de si la Gramática debe ocuparse del estudio de los elementos del componente fónico, con lo que llegamos a un problema no excesivamente alejado de nuestras discusiones actuales, ya que nos sitúa ante el doble sentido de "Gramática", que provoca

Page 8: Gramáticas y gramáticos del siglo XVIII en españa

que algunos tratados que llevan este nombre en el título comprendan el estudio de los aspectos fónicos, mientras que otros los excluyen. De acuerdo con los datos proporcionados por Gómez Asencio (1981), en la época estudiada por este autor, la postura mayoritaria es la que utiliza la división cuatripartita[8], mientras que la exclusión de Ortografía y Prosodia está reducida a la GRAE-1771, Saqueniza y Martínez López (cf. Gómez Asencio, 1981: 38-39)”.

 

A continuación reproduciré el índice de la GRAE de 1771, de esta manera podremos advertir cómo y con qué orden se opera, cuántas son las divisiones trazadas, qué elementos se tratan, cuáles se obvian, etc.:

 

 

Licencia. Tabla de los capítulos. Prólogo. Parte I: Del número, propiedad, y oficio de las palabras. Capítulo I: De la Gramática en general. Capítulo II: De las palabras, ó partes de la oracion. Capítulo III: Del nombre. Artículo I: Del sustantivo. Artículo II: De la division del sustantivo en nombre comun y propio. Artículo III: Del adjetivo. Artículo IV: Del género de los nombres. Artículo V: Del número de los nombres. Artículo VI: De la declinacion de los nombres. Artículo VII: De varias diferencias, ó especies de nombres. Capítulo IV: Del pronombre. Artículo I: De su definicion. Artículo II: De los pronombres personales. Artículo III. De los pronombres demostrativos. Artículo IV: De los pronombres posesivos. Artículo V: De los pronombres relativos. Capítulo V: Del artículo. Capítulo VI: Del verbo. Artículo I: De su definicion. Artículo II: De la division del verbo. Artículo III: De los modos del verbo. Artículo IV: De los tiempos del verbo. Artículo V: Del pretérito imperfecto de subjuntivo. Artículo VI: De los tiempos simples ó propios del verbo, y de los compuestos ó impropios. Artículo VII: Del gerundio. Artículo VIII: De los números del verbo. Artículo IX: De las personas del verbo. Artículo X: Del modo de suplir la pasiva en los verbos. Artículo XI: De la formacion de los tiempos simples, y conjugacion de los verbos regulares. Artículo XII: Conjugación del verbo sustantivo ser en sus tiempos simples. Conjugacion de los tiempos compuestos del mismo verbo ser. Artículo XIII: Conjugacion del verbo auxîliar haber en sus tiempos simples. Conjugacion de los tiempos compuestos del mismo verbo haber. Artículo XIV: De los verbos irregulares en general. Artículo XV: De los verbos irregulares de la primera conjugacion. Artículo XVI: De los verbos irregulares de la segunda conjugacion. Artículo XVII: De los verbos irregulares de la tercera conjugacion. Artículo XVIII: De los verbos impersonales, y defectivos. Artículo XIX: De otras denominaciones de los verbos. Capítulo VII: Del Participio. Artículo I: De su definicion y division. Artículo II: De los oficios que tiene el participio pasivo. Capítulo VIII: Del adverbio. Artículo I: De su definicion y division. Artículo II: De varias clases de adverbios. Artículo III: Advertencias particulares sobre el uso de algunos adverbios. Capítulo IX: De la preposicion. Capítulo X: De la conjuncion. Capítulo XI: De la interjeccion. Capítulo XII: De las figuras de diccion. Parte II: En que se trata de la sintáxîs, ó

Page 9: Gramáticas y gramáticos del siglo XVIII en españa

construccion. Capítulo I: De la sintáxîs, ó construccion en general. Capítulo II: Del régimen, y construccion natural. Artículo I: De la construccion del nombre y pronombre, y otras partes de la oracion ántes del verbo. Artículo II: De la construccion del verbo y adverbio y otras partes de la oracion ántes del nombre. Artículo III: De la construccion de unos verbos con otros. Artículo IV: De la construccion del verbo con el pronombre. Artículo V: De los verbos, participios, adjetivos, y adverbios que rigen preposicion, y qual. Artículo VI: De la concordancia. Capítulo III: De la construccion figurada. Artículo I: Del hipérbaton. Artículo II: De la elípsis. Artículo III: Del pleonasmo. Artículo IV: De la silepsis. Indice de las voces notables de esta gramática.

 

 

 

Quiero trasladar también a este trabajo las primeras palabras de la GRAE de 1771, firmadas por la Academia, y dirigidas al rey Carlos III:

 

 

 SEÑOR.

 

Todas las naciones deben estimar su lengua nativa, pero mucho mas aquellas que abrazando gran número de individuos gozan de un lenguaje comun, que los une en amistad y en interes.

 

Ninguna, Señor, podrá contarse en esta clase con mejor título que la nuestra, pues á todos los vastos dominios, y casi innumerables vasallos de V. M. es comun la lengua castellana; y ya que la ha llevado con su valor á los últimos términos del orbe, debe ponerla con su estudio en el alto punto de perfeccion á que puede llegar.

 

Toca esta heroyca empresa á nuestros oradores, á nuestros poetas, á nuestros historiadores, y á otros sublimes ingenios que con su sabiduría, y elegancia aspiren á inmortalizar sus obras y sus nombres.

 

Page 10: Gramáticas y gramáticos del siglo XVIII en españa

La Academia solo pretende en esta Gramática instruir á nuestra Juventud en los principios de su lengua, para que hablándola con propiedad y correccion, se prepare á usarla con dignidad y eloqüencia; y se promete del amor de V. M. á su lengua y á sus vasallos, que aceptará benignamente esta pequeña obra.

 

SEÑOR.

La Academia Española.

 

 

 

Me gustaría recoger, para concluir, las palabras de D. Ignacio Bosque Muñoz. Estas palabras reflexionan sobre el interés que la gramática puede llegar a generar en cualquier persona con necesidad de conocimiento. No tiene que quedar relegada, pues, a una inmensa minoría de estudiosos universitarios. “La gramática no puede ser atractiva si le presentamos como una tarea rutinaria que consiste en poner nombre a las palabras y a las oraciones. […] Tampoco lo será si la mostramos como una más de esas obligaciones, engorrosas pero necesarias, que tenemos más o menos asumidas por el hecho de vivir en comunidad. La gramática empieza a ser atractiva cuando nuestra lengua cotidiana deja de ser objeto de obligación para serlo de reflexión; cuando nuestro objetivo no es regularla, sino entenderla; cuando nos damos cuenta de que nuestra inquietud por el idioma representa una pequeña parcela de la aventura infinita del conocimiento”. Que así sea.

 

 

 

BIBLIOGRAFÍA

 

-          Abellán, José Luis, Historia crítica del pensamiento español. Del Barroco a la Ilustración. Siglos XVII y XVIII, Círculo de Lectores, Madrid, 1993.

Page 11: Gramáticas y gramáticos del siglo XVIII en españa

 

-          Alarcos Llorach, Emilio, Gramática de la Lengua Española. Real Academia Española. Espasa-Calpe, Madrid, 1994.

 

-          Bosque Muñoz, Ignacio, La búsqueda infinita. Sobre la visión de la gramática en Salvador Fernández Ramírez, Discurso de ingreso en la RAE, http://www.rae.es

 

-          Gramática de la Lengua Castellana de la Real Academia Española de 1771.

 

-          Lázaro Carreter, Fernando, Las ideas lingüísticas en España durante el siglo XVIII, Editorial Crítica, Madrid, 1985.

 

-          Rojo, Guillermo, El lugar de la Sintaxis en las primeras Gramáticas de la Academia, Discurso de ingreso en la RAE, http://www.rae.es

 

-          Zamorano Aguilar, Alfonso, La GRAE de 1771: aproximación a las fuentes explícitamente declaradas.

 

 

Page 12: Gramáticas y gramáticos del siglo XVIII en españa

[1] Nació en Oliva (Valencia) en 1699, cursó sus estudios de gramática, retórica y poética en el colegio de Cordelles. Después estudió derecho en las universidades de Valencia y Salamanca. Tras obtener la cátedra en la Universidad de Valencia, Felipe V  le nombró bibliotecario real en Madrid. De entre sus muy numerosas obras destacan: Orígenes de la lengua española, Institutiones philosophicas, Diccionario de la lengua castellana, Vida de Cervantes y un plan de reforma de la universidad (Idea del nuevo método que se puede practicar en la enseñanza de las universidades de España) encargado por el marqués de Roda.

[2] Alfonso Zamorano Aguilar, en su trabajo La GRAE de 1771: aproximación a las fuentes explícitamente declaradas, realiza un esmerado estudio acerca de las fuentes usadas para la elaboración de la GRAE de 1771, en él comenta pormenorizadamente las influencias de Nebrija, Correas y Patón, entre otros. Conviene tener muy en cuenta este trabajo para futuros estudios de la GRAE de 1771. Además, la Academia confesó explícitamente haber tomado en préstamo a “otros autores, propios y extraños” para la elaboración de la Gramática citando a estos tres gramáticos.

[3] Elio Antonio de Nebrija, nació en Lebrija (Sevilla) en 1441 y murió en Alcalá de Henares en 1522. En el año 1513 fue nombrado profesor de la Universidad Complutense de Alcalá de Henares y recibió el encargo del cardenal Cisneros de trabajar en la Biblia Políglota Complutense. En Salamanca consiguió su fama de humanista y se aplicó en la tarea de sentar las bases para la reforma de la enseñanza del latín. Para ello publicó Introductiones latinae (1481), gramática del latín que se divide en dos partes: una llamada analogía, denominación que pervivió en los textos de gramática hasta el siglo XX para tratar la morfología, y otra que versa sobre sintaxis, ortografía, prosodia, figuras retóricas y un léxico no muy extenso. Dada la difusión que adquirió su obra, decidió traducirla él mismo al castellano y se convirtió en libro de texto de latín hasta el siglo XIX. Animado por la buena acogida suscitada por este manual, acometió la tarea de redactar la célebre Gramática de la lengua castellana, que se publicó en 1492, año del descubrimiento de América. En ella mantuvo los mismos criterios científicos que en la obra anterior. Su carácter innovador reside en haber escrito la primera gramática normativa que se conoce. Las razones de su elaboración son políticas, según explica en el prólogo: entiende que la lengua debe ser elemento identificador de un pueblo y vínculo que una a sus gentes, por eso "debe llevarse en expansión" a cuantos pueblos "acudan las fuerzas militares". En 1517 añadió, a la Gramática, las Reglas de ortografía castellana, siguiendo los mismos criterios normativos y las mismas razones. Sus obras inspiraron esfuerzos similares en otras lenguas europeas. La exposición que Nebrija hizo de la gramática del español como un conjunto de reglas que describen una lengua, influyó en la Gramática de Port-Royal y entusiasmó al mismo Noam Chomsky.

[4] Fernando Lázaro Carreter afirma en su libro Las ideas lingüísticas en España durante el siglo XVIII que “la rama de la gramática, que podríamos llamar canónica, representada por Gayoso y la Academia, ofrece poco interés”

[5] Así queda patente en su libro publicado en 1769: Arte del romance castellano, dispuesta según sus principios generales i uso de los mejores autores.

Page 13: Gramáticas y gramáticos del siglo XVIII en españa

[6] 1771:IV, ed Sarmiento 1984:100

[7] RAE 1771:1 s.

[8] Como indicamos en el capítulo anterior, las cuatro partes son: ortografía y ortología, etimología o morfología, sintaxis y prosodia.