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Foto portada:©Greenpeace/ Igor Gavrilov

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©ALNITAK

Alfredo LópezPresidente de la Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños (CEMMA)Ricardo SagarminagaPresidente de la Sociedad Española de Cetáceos (SEC)Sebastián Losada Responsable de la Campaña de Océanos de Greenpeace

Con la colaboración de:Eduard Degollada Dpto. de Anatomía, Facultad de Veterinaria, Universidad Autónoma de Barcelona Asociación EDMAKTUB

Michel AndréUnidad de Investigación para la conservación de los Mamíferos Marinos,Dpto. de Morfología, Facultad de Veterinaria, Universidad de Las Palmas

Fotografía:Fotografías Alnitak Greenpeace

Diseño y maquetación:Rebeca Porras Alonso mayo de 2003

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CETÁCEOS EN UN OCÉANO DEGRADO

TESTIGOS DE LA CRISIS GLOBAL DE LOS OCÉANOS ............................................ 6La caza de ballenas y la crisis global de los océanos .................................................. 7

Un problema cercano ................................................................................................... 8

Berlin 2003: una oportunidad para la CBI .................................................................... 10

CETÁCEOS EN LAS COSTAS ESPAÑOLAS .................................................................. 11Características de los cetáceos ................................................................................... 12

Especies de las costas españolas ............................................................................... 13

Hábitats y migraciones ................................................................................................ 14

Estado de las poblaciones ............................................................................................ 15

CETÁCEOS EN UN OCÉANO DEGRADADO:

SITUACIÓN DE LOS MARES ESPAÑOLES ........................................................ 18El ser humano se apropia de los océanos ................................................................. 19

Interacción con la actividad pesquera ........................................................................ 20

Capturas accidentales .......................................................................................................... 20

Apropiación del ecosistema .................................................................................................... 22

Redes de deriva....................................................................................................................... 23

Pérdida de hábitats .................................................................................................... 24

Áreas Marinas Protegidas .................................................................................................... 24

Contaminación ..................................................................................................................... 26

Tráfico Marítimo ...................................................................................................................... 27

Contaminación acústica .......................................................................................................... 28

Nuevos tipos de sónar ......................................................................................................... 29

RECUPERAR LAS POBLACIONES DE CETÁCEOS Y LOS ECOSISTEMAS ......... 30

ÍNDICE

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Mamíferos marinos: testigos de la crisis globalde los océanos

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uchas personas, con una mayor omenor preocupación por los proble-mas medioambientales, se han pre-

guntado en muchas ocasiones por quéGreenpeace ha dedicado tanto tiempo yesfuerzo a conseguir una moratoria sobre lacaza comercial de ballenas y, actualmente, atratar de impedir la reanudación de esta activi-dad insostenible. De la misma forma se ha cri-ticado a veces la excesiva atención que lasorganizaciones ecologistas han dedicado a laconservación de los cetáceos. Implícitamentese planteaba que existían otras cuestionesprioritarias que no estaban siendo abordadas.

Existen muy pocos indicadores de la salud denuestros océanos mejores que el estado deconservación de las poblaciones de mamíferosmarinos. Éstos están distribuidos por todos losmares y océanos del Planeta, poseen ciclos devida largos, se integran en grupos socialescomplejos y se sitúan en las posiciones másaltas de la red trófica marina1, por lo que con-centran los contaminantes, están expuestos aorganismos patógenos y permiten visualizarmuchas de las interacciones entre el mediomarino y los organismos que lo habitan. Elinforme Ballenas en un océano degradado,publicado por Greenpeace hace ahora dosaños, trataba de profundizar en este aspecto, y

el presente Cetáceos en un océano degrada-do: situación de los mares españoles, sigueesta línea, señalando los problemas de conser-vación a los que hacen frente los cetáceos delas costas españolas, tratando de acercar a laopinión pública los cetáceos de nuestras aguasy enmarcando las cuestiones relacionadas consu conservación dentro de un problema másamplio: la indiscutible crisis global en la que sehayan sumidos los mares del planeta.

Las evidencias de los impactos negativos de laactividad humana sobre estos animales hansido una constante preocupación en los últi-mos años2. Un informe publicado porGreenpeace en 1994, Ballenas en un océanocambiante, concluía que a no ser que los paí-ses adoptaran un enfoque precautorio3 en laexplotación de los océanos habría pocas espe-ranzas de que las poblaciones de ballenas queaún quedan en los océanos del planeta sobre-vivan para las próximas generaciones. La noadopción de dicho enfoque no ha cambia-do nuestras conclusiones; lo que sí ha cam-biado es la urgencia con la que las medidasnecesarias deben ser aplicadas.

Lamentablemente, la caza comercial es tansólo una de las amenazas a las que se vensometidas las ballenas. El cambio climático, la

La caza de ballenas y la crisis global de los océanos

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1 La red trófica está determinada por las relaciones entre predadores y presas y es particularmente compleja en el medio marino.De la misma forma que en tierra tenemos vegetales, de los que se alimentan los herbívoros que son a la vez presa de los carnívo-ros, en el medio marino encontramos una situación paralela, en la que los cetáceos se encuentran en las partes más altas de lared, como correspondería a los carnívoros en tierra.2 Globalmente se trata del grupo de animales más amenazado. De 118 especies, 83 están catalogadas por la Unión Internacionalpara la Conservación de la Naturaleza como amenazadas en distintos grados.3 Para compensar nuestras grandes lagunas de conocimiento en lo que se refiere a los procesos ecológicos marinos, la gestiónde la explotación de los océanos debe ser precautoria, poniendo el acento en la prevención del daño, en contraposición a losintentos de reparar los errores con medidas de recuperación o de mitigación una vez que estos se han producido. El objetivo prin-cipal del Enfoque de Precaución, que es de aplicación en todo momento e incluso cuando las poblaciones son abundantes, esasegurar que existe una alta probabilidad de que las especies y ecosistemas marinos no se verán dañados de forma grave ni irre-versible por la actividad humana.

“Los últimos datos de los que disponemos sobrelas poblaciones de peces en el Atlántico Norte dejanclaro que ambos lados del océano poseían unaabundancia de peces - por no hablar de mamíferosmarinos, aves y tortugas - que ahora encontraría-mos casi inimaginable. En cierto modo produce des-asosiego aceptar el hecho de que los océanos fue-ran tan distintos en el pasado”.

In a Perfect Ocean: The State of Fisheries andEcosystems in the North Atlantic

Daniel Pauly y Jay Maclean, 2003

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4 Randall et al., “Dolphins, Whales and Porpoises: 2002-2010 Conservation Action Plan for the World Cetaceans”, International Union for the Conservation of Nature, 2003.Disponible en www.iucn.org.5 Como el delfín del río Yantze, la vaquita, los delfines de agua dulce del Ganges o el Indo o el delfín de Hector. Además, algunas poblaciones de grandes ballenas como laballena azul o la ballena franca del Norte están consideradas también como críticamente amenazadas.6 Myers, A; Worm, Boris, “Rapid worldwide depletion of predatory fish communities”, Nature, vol 423, 15 mayo 2003.7 Jackson et al, “Historical Overfishing and the Recent Collapse of Coastal Ecosystems”, Science, vol 293, julio 2001.8 Greenpeace trabaja activamente en la lucha contra la degradación de los espacios costeros, y publica cada año un estudio sobre los problemas de conservación de las cos-tas españoles. Estos informes, bajo el título de Destrucción a toda costa, pueden ser consultados en www.greenpeace.es

Un problema cercano

a caza de ballenas en aguas antárticas ha sidopercibida por el público en general como unaamenaza para un patrimonio común de la humani-

dad: las grandes ballenas que surcan los océanos deNorte a Sur y Este a Oeste, algunas de las cuales hansido arrastradas hasta la casi extinción por la caza indis-criminada a la que fueron sometidas durante los siglosXIX y XX.

Sin embargo, la conservación de los cetáceos es perci-bida quizás como un problema lejano y pocas personasson conscientes de la gran riqueza de las aguas españo-las en lo que a los mamíferos marinos se refiere. Como

disminución de la capa de ozono, la contaminaciónquímica y acústica, la pérdida de hábitats, las cap-turas accidentales o la disminución del alimento dis-ponible debido a la sobrepesca son todas ellasamenazas de origen humano a las poblaciones demamíferos marinos en todo el mundo y juntas supo-nen un cóctel desastroso desde el punto de vista desu conservación.

No sólo las grandes ballenas están amenazadas.Una reciente publicación de la Unión Internacionalpara la Conservación de la Naturaleza (UICN)4 dabala alarma sobre la situación de algunas especies depequeños cetáceos, de los que existen unas 70especies en todo el mundo: amenazas tradicionalescomo la muerte deliberada para su consumo o elcontrol de predadores continúan. Éstas van acom-pañadas cada vez más por amenazas adicionales:muerte por enmalle en artes de pesca; colisionescon embarcaciones; especies capturadas parasuministrar animales a los acuarios; cambios en lasdinámicas del ecosistema como resultado de lapesca industrial o artesanal intensiva que agotan elalimento disponible para algunas especies; activida-des como la construcción de embalses, infraestruc-turas de irrigación e instalaciones de acuicultura quedegradan el hábitat; y además de las preocupacio-nes sobre la contaminación acústica, aparentemen-te nuevos tipos de sonar militar pueden causar trau-mas mortales a los cetáceos de aguas profundas. Elinforme señalaba que algunas poblaciones depequeños cetáceos5 podrían extinguirse en el plazode 10 años.

Este informe se centra pues en los mamíferosmarinos - y dentro de ellos los cetáceos - con-siderados como indicadores de un problemaamplio y preocupante: los océanos se estánconvirtiendo en lugares cada vez menos habita-bles y menos habitados. Recientes estudios cien-tíficos muestran que la actividad humana ha cam-biado la composición biológica de nuestros océa-nos, hasta tal punto que un reciente artículo publi-cado en la revista Nature6 indicaba que la cantidadde peces predadores hoy en día es aproximada-mente un 10% de los niveles pre-industriales. Otrorevelador estudio, publicado en julio de 20017 hacíauna recopilación de series de datos arqueológicos,paleontológicos e históricos para llegar a la conclu-sión de que la abundancia de toda clase de orga-nismos marinos -entre ellos los cetáceos- era incre-íblemente mayor en el pasado que en la actualidad.

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no lo son tampoco de los problemas de conservaciónque enfrentan estas poblaciones. Dar a conocerestos dos aspectos es un objetivo fundamental deeste trabajo.

Los últimos estudios de poblaciones realizados enEspaña muestran que determinadas zonas marítimascomo el archipiélago canario, la costa gallega o elMar de Alborán son de especial importancia para lamigración, alimentación y reproducción de 28 espe-cies de cetáceos. Estos mismos estudios muestran lacreciente presión ejercida por las múltiples activida-des humanas sobre las poblaciones de estas espe-

cies, y la responsabilidad de nuestro país en el ámbi-to de su conservación en Europa y la zona biogeo-gráfica mediterránea.

Los problemas de conservación de los cetáceos enlos mares españoles son pues una llamada de aten-ción sobre los problemas ambientales de nuestrosecosistemas marinos, víctimas como tantos otros dela sobreexplotación, la contaminación, el intenso trá-fico marítimo o la degradación física del medio8. Ladisminución de sus poblaciones demanda unaacción decidida por parte de los Gobiernos y orga-nismos internacionales.

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ste año, del 16 al 19 de junio, la Comisión BalleneraInternacional (CBI) celebra su 55ª reunión en Berlín.Diecinueve países9, entre ellos España, presentarán allí

una iniciativa que de aprobarse aumentaría sustancialmente lacapacidad de la CBI para proteger las poblaciones de cetáceosen todo el mundo.

Hasta el momento, la Comisión ha estado centrada en la ges-tión de la explotación de las poblaciones de ballenas, y de ahíque la mayor parte de su actividad haya girado en torno a lacaza comercial, a su prohibición -existe una moratoria en vigordesde 1986- o a su reanudación. Esta nueva iniciativa deman-da a la CBI que establezca un Comité de Conservación que seocupe de aspectos tales como los pequeños cetáceos -y nosólo las grandes ballenas-, las capturas accidentales en las acti-vidades pesqueras, los usos no-consuntivos de los cetáceos -como el whale-watching-10, las poblaciones y especies amena-zadas, el medioambiente marino, la creación de santuariosballeneros, el cumplimiento de las medidas de conservaciónvigentes y la colaboración con otras instituciones relevantespara la conservación de las poblaciones de cetáceos.

Es fundamental que esta iniciativa reciba el mayor apoyo posi-ble. A estas alturas, la caza comercial de ballenas ha demostra-do claramente su carácter intrínsecamente insostenible. A esto

hay que sumar el hecho de que, como hemos comentado, loscetáceos hacen frente hoy en día a una amplia gama de pro-blemas a los que la comunidad internacional debe dar una res-puesta conjunta. La aprobación de esta iniciativa de diecinuevepaíses necesita una mayoría de votos para ser aprobada. Dadosu contenido, es muy probable que el Gobierno japonés y lospaíses que votan en bloque con él se opongan a la introducciónde estos cambios11.

El nuevo enfoque presentado en Berlín tiene dos ventajas fun-damentales: deja claro que la conservación de las ballenas, sinuna explotación que implique su muerte, constituye una posi-ción y un enfoque legítimo para la Comisión y para sus Comités.Otro aspecto añadido, es que al cambiar la orientación de laCBI, debería hacerla más atractiva para la entrada de nuevosmiembros con una orientación conservacionista, incrementandoasí las posibilidades de que los países con esta visión seanmayoría y promuevan de forma efectiva políticas de conserva-ción.

Una tercera ventaja es que las cuestiones relacionadas con laCBI dejarían de ser algo lejano, al pasar ésta a ocuparse tam-bién de crear la condiciones necesarias para la recuperación yconservación de las poblaciones de cetáceos más cercanos,entre ellos los de las costas españolas.

Berlín 2003: una oportunidad para la CBI

9 Alemania, Australia, Brasil, España, Estados Unidos, Finlandia, Francia, Holanda, Irlanda, Italia, Kenya, México, Mónaco, Nueva Zelanda, Portugal, Reino Unido, San Marinoy Suecia.10 El whale-watching o turismo de avistamiento de cetáceos se lleva a cabo actualmente en 89 países en todo el mundo, atrae a más de 9 millones de participantescada año y genera ingresos anuales superiores a 1.000 millones de euros, constituyendo una alternativa económica no-letal a la caza comercial de ballenas que no supo-ne la muerte de estos animales.11 Para más información sobre los problemas relacionados con las votaciones en la CBI, y con el empleo que el Gobierno japonés hace de sus fondos de ayuda al des-

arrollo para que los países pobres voten a favor de sus posiciones en las reuniones de la Comisión, puedes consultar www.greenpeace.es.

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Cetáceos enlas Costas Españolas

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Características de los cetáceos

allenas, delfines, manatíes, dugones, focas, otári-dos, nutrias y osos polares, todos son consideradosmamíferos acuáticos. Al igual que el resto de los

mamíferos respiran aire por pulmones, paren y amaman-tan a sus crías, tienen sangre caliente y necesitan demecanismos fisiológicos, como dotarse de una gruesacapa de grasa o de un manto de pelo, para conservar elcalor interno de su cuerpo. Comparten la característicacomún de vivir una gran parte de su vida asociados almedio acuático. Algunos de ellos, como los cetáceos,viven exclusivamente en el agua y no necesitan acudir atierra a desarrollar ninguna de sus funciones vitales. Setrata de los primeros animales que conquistaron el mar ypor lo tanto están mejor adaptados a vivir en este medio12.

Ballenas y delfines se encuentran en lo alto de la red trófi-ca marina que tiene su base en los seres microscópicosque componen el fitoplacton. En algunos casos, como elde las ballenas, la pirámide trófica de la que forman partees corta y sencilla. En el caso de los odontocetos (cetáce-os con dientes), que representan un papel de depredado-res más activos, ocupan pirámides tróficas más largas ycomplejas debido al gran número de presas que puedenconstituir su alimento. Es el caso de superpredadoresmarinos como las orcas o del delfín común, que puede ali-mentarse de peces, cefalópodos y crustáceos hasta untotal de 40 especies diferentes.

En general los períodos reproductores de los cetáceosson relativamente largos, si los comparamos con los ani-males terrestres y aún mucho más si los comparamos conotros organismos acuáticos como los peces. Por un ladola gestación es relativamente prolongada: la cría, pocotiempo después de nacer, debe nadar sin problemas enlas manadas de sus congéneres, por lo que el desarrollode sus facultades físicas en el momento del nacimientodebe estar ya avanzado.

Además, los cetáceos tienen una sola cría en cada gesta-ción. El período de aprendizaje de los juveniles es tambiénlargo, propiciando amplios ciclos reproductivos que durande dos a tres años, por lo que la recuperación de laspoblaciones diezmadas tanto por la caza como por otrosfactores es muy lenta y en muchos casos imposible. Éstees un motivo fundamental por el que muchas poblacionesde cetáceos han desaparecido de nuestros mares y océa-nos, otras están en una difícil situación y la mayoría enfranca regresión al no poder recuperarse de la gran mor-talidad derivada de la degradación del medio marinoresultado de las actividades humanas.

Existen dos grandes grupos de cetáceos: los misticetos ocetáceos sin dientes, que son las ballenas auténticas ypueden alcanzar tamaños colosales, como la ballena azul(hasta 30 metros), o más discretos, como el rorcual ali-blanco (8-10 metros). El segundo son los odontocetos ocetáceos con dientes. Dentro de este grupo hay una granvariedad de especies como el gran cachalote (hasta 20metros), cetáceos medianos como los zifios, la orca y loscalderones (de 5 a 8 metros) o pequeños cetáceos, comolos cachalotes pigmeo y enano, los delfines y las marso-pas.

12 Chadwick, D. 2001. La evolución de las ballenas. National Geographic, diciembre2001: 96-109 pp.

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13 Se señala el nombre científico de las especies a las que nos referimos la primera vez que éstas aparecen en el texto.14 Martín, V. et al, Distribution and frecuency of cetaceans around Gran Canaria Island, Abstracts 17th Annual Conference of the European Cetacean Society, LasPalmas 2003.15 El afloramiento es un fenómeno oceanográfico que consiste en la ascensión de aguas profundas ricas en nutrientes hacia la superficie. Esta ascensión de nutrientesfavorece la producción primaria en la zona.16 Delfín común, delfín listado, delfín mular, calderón gris, marsopa y calderón común.

n las costas Ibéricas e insulares del Atlántico Sur europeoencontramos entre 20 y 28 especies diferentes de cetá-ceos. A lo largo de la costa española la distribución de

estas especies más comunes varía considerablemente:

Canarias presenta, con 26 especies, la mayor biodiversidad decetáceos de todo el sur europeo, con la presencia de poblacio-nes residentes de calderón tropical (Globicephala macrorhyn-chus) y delfín mular (Tursiops truncatus), fundamentalmente enlas costas sudoccidentales de las islas; calderón gris (Grampusgriseus) en el norte de Gran Canaria; la presencia de carácterestacional de delfines comunes (Delphinus delphis), listados(Stenella coeruleoalba) y delfines moteados (Stenella frontalis).Recientes estudios han mostrado variaciones interanuales en lapresencia de rorcual tropical (Balenoptera edeni), moteados ycachalote (Physeter macrocephalus)14. La situación de las islas,rodeadas de aguas de gran profundidad, y la disponibilidad dealimento inducida por el afloramiento15 de la costa africanainfluyen en esta diversidad biológica. Estas características favo-recen la aproximación de especies de hábitos oceánicos, inclu-yendo taxones poco conocidos como los zífidos y ciertos delfí-nidos.

En aguas peninsulares, la costa gallega, también con una fuer-te influencia del afloramiento, presenta una importante diversi-dad de especies de cetáceos con un total de 20. En las costasatlánticas la especie más abundante es el delfín común y entrelas seis especies más comunes16, tal y como muestran losregistros de varamientos o avistamientos, encontramos tam-bién poblaciones residentes de marsopa común y posiblemen-te una de las más importantes de delfín mular con unos 500ejemplares estimados.

Igualmente importante es la región del Mar de Alborán, en el surpeninsular, que por sus extraordinarias características oceano-gráficas y su situación geográfica juega un papel primordial parala conservación de las poblaciones de cetáceos en el semi-cerrado Mar Mediterráneo. En esta región del Mediterráneoespañol están presentes una docena de especies de cetáceos,siendo las más comunes el delfín listado, el delfín común, el del-fín mular, el calderón negro (Globicephala melas), el calderóngris y el rorcual común (Balaenoptera physalus).

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ada especie está adaptada a un hábitat marino determi-nado para desarrollar sus funciones vitales, siendo la ali-mentación un factor decisivo en este proceso. Algunas

especies pueden ser catalogadas como residentes, como enel caso de los delfines común y mular. Éstos desarrollan su vidaregularmente en las mismas áreas de la plataforma o de lacosta. Otras son migratorias, como el delfín listado, que reali-za desplazamientos desde áreas oceánicas a áreas costeras.Es el caso también de las ballenas que realizan grandes des-plazamientos desde las áreas de alimentación circumpolares alas áreas de reproducción tropicales. Un tercer grupo lo consti-tuye una serie de especies de las que no se conoce exacta-mente su situación, bien por no existir suficientes estudios,como en el caso del delfín gris que vive en el borde de la plata-forma, o por ser muy poco frecuentes como los zifios.

Una misma especie puede ocupar hábitats diferentes, forman-do grupos aislados. Es el caso del delfín mular, un delfínidoque supera los tres metros de longitud, y vive relativamentecerca de la costa en manadas de tamaño medio (12-25 ejem-plares) que se distribuyen en grupos según la edad y el sexo.Existen además manadas que habitan en aguas oceánicas,aunque en las costas españolas no se ha podido establecerhasta ahora la relación entre ambos grupos. Los costeros sue-len ser residentes de forma permanente en un área, mientrasque los grupos oceánicos suelen realizar mayores desplaza-mientos. Así, las poblaciones oceánicas, menos conocidas,pueden realizar grandes migraciones.

El delfín común, en cambio, suele ser residente en las aguasde la plataforma aunque aparece también en aguas oceánicas.Aún así, incluso cuando hablamos de delfines residentes, resul-ta sorprendente la dimensión de sus áreas de campeo de varioscientos de kilómetros cuadrados17.

Otra de las especies, la marsopa, también se encuentra enáreas muy concretas como las inmediaciones de las IslasAtlánticas de la costa gallega, y en otras áreas de la costa, aun-que nuevamente se desconoce la relación entre estos gru-pos18.

Los cetáceos de gran tamaño -ballenas y cachalotes- sonespecies que realizan grandes migraciones entre sus áreas decría y de alimentación. Otras especies como los calderones yorcas llevan a cabo sus migraciones y desplazamientos en fun-ción de los recursos alimenticios, que pueden variar estacional-mente.

El rorcual común, una ballena que supera los 20 metros y quehabita aguas profundas, realiza en el Atlántico grandes despla-zamientos difusos -es decir no todos los ejemplares viajan jun-tos-, entre las áreas circumpolares de alimentación en el norte(aguas irlandesas) y las áreas de cría tropicales en el sur (nortede Africa), pero siempre en el Hemisferio Norte. En sus despla-zamientos ocupan el Golfo de Bizkaia y pasan frente a las cos-tas gallegas y portuguesas. Posiblemente existe una afluencia através del Estecho de Gibraltar. Allí estas ballenas se desplazanentre las costas españolas mediterráneas y el Golfo de León. Enel Mar Mediterráneo existe una población de esta especie queparece haber sufrido un aislamiento genético de la poblaciónatlántica. Estos rorcuales, se alimentan en las importanteszonas de afloramiento del Mar de Liguria y el Golfo de León. Enlos últimos años esta especie ha vuelto a ser observada tam-bién en las ricas aguas del Mar de Alborán y en la zona delEstrecho, donde a mediados del siglo pasado decenas de milesde estos animales fueron masacrados por la factoría balleneraandaluza de Getares.

Otra especie, el cachalote, realiza desplazamientos muchomás grandes llegando a traspasar la imaginaria línea delEcuador y dirigirse al Hemisferio Sur.

Hábitats y migraciones

17 Alnitak - Universidad Autónoma de Madrid 2002, Programa para la Identificación de áreas de especial interés para los cetáceos en el Mediterráneo español - volumen 4 -Sector Sur", Dir. Gen. Conservación de la Naturaleza, Ministerio de Medio Ambiente. 603pp. Disponible en ALNITAK, Calle Nalón, 16 , E-28240 Hoyo de Manzanares, Madrid.18 López et al. “Status of the harbour porpoise ( P. phocoena) in Ria de Pontevedra (NW Iberian Peninsula)” Euro-American Mammal Congress, Santiago de Compostela, 1998.

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Delfín comun (Delphinus delphis)

Delfín l istado (Stenella coeruleoalba)

Delfín mular (Tursiops truncatus)

Calderón común (Globicephala melas)

Cachalote (Physeter macrocephalus)

19 López, A. et al, “Estimaciones de abundancia relativa de pequeños cetáceos enlas aguas gallegas”, 2001.20 Goujon, M., Antoine, L., Collet, A. e Fifas, S. 1993. Approche de l'impact écolo-gique de la pêcherie thonière au filet maillant dérivant en Atlantique nord-est.Rapport interne de la Direction des Resources Vivantes de l' IFREMER, 47 pp.21 Alnitak - Universidad Autónoma de Madrid 2002, Programa para la Identificaciónde áreas de especial interés para los cetáceos en el Mediterráneo español - volu-men 4 - Sector Sur", Dir. Gen. Conservación de la Naturaleza, Ministerio de MedioAmbiente. 603pp. Disponible en ALNITAK, Calle Nalón, 16 , E-28240 Hoyo deManzanares, Madrid.

onocer el estado de las poblaciones de cetáceos y cómoéstas utilizan los diversos hábitats marinos es fundamen-tal para garantizar las condiciones necesarias para su

conservación en nuestras aguas.

Actualmente, la situación exacta de la mayor parte de las pobla-ciones españolas de cetáceos se desconoce, debido a la faltade estudios completos y a la dificultad de cuantificar los efectosde las actividades humanas sobre las mismas. Recientes esfuer-zos de investigación se han centrado en primer lugar en laactualización de los listados de especies amenazadas como elLIBRO ROJO DE LOS VERTEBRADOS DE ESPAÑA y en elCatálogo Nacional de Especies Amenazadas de 1999.

La Dirección General de Conservación de la Naturaleza presen-taba a principios de 2003 un estudio pionero para la “identifica-ción de áreas de especial importancia para la conservación delos cetáceos en el Mediterráneo español” (ProyectoMediterráneo), que supone un importante paso para la conser-vación de estos animales a través de la creación de áreas pro-tegidas (ver capítulo III). En este proyecto se obtuvo la primeraestimación completa de las poblaciones de cetáceos en elMediterráneo y quedaban reflejadas diversas regiones de espe-cial relevancia para la conservación de las especies de cetáce-os más amenazadas, y en particular el mar de Alborán, por sugran diversidad de especies, sus grandes tamaños medios demanada y el relativamente importante numero de crías en cadauna de estas.

En Galicia, se han realizado los primeros cálculos de abundan-cia de cetáceos en los años 1998-1999, obteniendo una esti-mación de unos 9.000 cetáceos de diferentes especies y sien-do el más abundante el delfín común19. La proporción de lasespecies de las poblaciones que viven en la plataforma deGalicia se ve reflejada en la frecuencia con la que aparecen vara-dos los individuos en la costa. Esta proporción varía a lo largode los 1.195 Km. de costa, ya que pueden ser muy diferenteslos factores que influyen en la incidencia de los varamientos(vientos, corrientes, actividad pesquera, etc.).

En general, las tres especies más abundantes en todas las áreaspeninsulares y de Baleares son los delfines comunes, mulares ylistados.

Excepto en el caso del Golfo de Bizkaia donde el delfín listadoes la especie más común20, el delfín común es la especie quemás abunda en la plataforma española del Atlántico norte y nor-oeste. Tanto en aguas del océano Atlántico como en elMediterráneo, esta especie muestra una distribución bimodal desu población, con un pico en aguas costeras y otro en aguasprofundas. En Andalucía, donde el delfín común prácticamentecomparte el primer puesto en abundancia con el delfín listadonos encontramos con la última región de la cuenca mediterrá-nea donde esta especie sigue siendo habitual21 . A partir de estaregión, comienza a disminuir en el Mediterráneo hacia el norte y

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22 Alnitak - Universidad Autónoma de Madrid 2002, Programa para la Identificación de áreas de especial interés para los cetáceos en el Mediterráneo español - volumen 4 -Sector Sur", Dir. Gen. Conservación de la Naturaleza, Ministerio de Medio Ambiente. 603pp. Disponible en ALNITAK, Calle Nalón, 16 , E-28240 Hoyo de Manzanares, Madrid.23 Martín, V. y Urquiola, E. “La observación de cetáceos en Canarias”, 2003.

el este, donde el delfín listado es la especie predominante tantoen las aguas abiertas como en las proximidades de la costa.Recientes estudios muestran que el delfín común del MarMediterráneo ha sufrido una importante regresión a lo largo delas últimas décadas. Todo apunta a la sobreexplotación de laspoblaciones de pequeños peces pelágicos como la sardina y elboquerón, como factor causante de este hecho, ya que consti-tuyen una presa importante para esta especie sobre todo paralas hembras durante el periodo de lactancia. En la región delMar de Alborán, la gran abundancia de especies de pequeñosdemersales sin interés comercial como la alacha (Sardinella auri-ta) o la aguja (Belone belone) parece jugar un papel determi-nante en el mantenimiento de una población estable. Por elloresulta especialmente preocupante la reciente explotación agran escala de estos peces para su uso como pienso en lasgranjas de engorde de atún, ya que podría conllevar la regresiónde un núcleo fundamental de población que mantiene el flujogenético con la población atlántica, imprescindible para evitar elaislamiento genético y por tanto su desaparición de la cuencamediterránea.

El delfín mular, a pesar de no ser una especie muy abundante,es la que está siendo observada con mayor frecuencia enGalicia, Comunidad Valenciana e Illes Balears, ocupando el ter-cer o cuarto puesto en número de registros en las demás zonas,debido sobre todo a sus hábitos costeros, que la han converti-do también en una especie especialmente vulnerable. Sus hábi-tos alimenticios basados principalmente en especies de pecesdemersales de interés comercial hacen que, al igual que el del-fín común, la disminución de esta especie refleje hoy la dramá-tica situación de los caladeros sobrexplotados, la competenciacon la pesca comercial, la pérdida de hábitats o la contamina-ción. La especie, aunque aparentemente estable, parece quetiende a disminuir, siendo muy vulnerable a amenazas poco pre-visibles (captura accidental, contaminación, etc...) En nuestrascostas, las poblaciones atlánticas parecen estar en mejor esta-do que las mediterráneas -con la excepción de la región del Marde Alborán-. En general, sus poblaciones en Europa y el áreabiogeográfica mediterránea están hoy muy fragmentadas, y enalgunas regiones podemos desgraciadamente hablar ya de ais-lamiento genético y extinción de núcleos de población. A lolargo de toda la costa nos encontramos con grupos pequeñosy aislados, habiendo desaparecido la especie de áreas como ladesembocadura del río Douro en Portugal. La situación aparen-temente buena del delfín mular en la región del Mar de Alborán

es un ejemplo de una situación favorable para esta especie enaguas abiertas: con manadas compuestas por más de cienindividuos y una elevada proporción de crías22.

En las Islas Canarias el delfín mular y el calderón tropical sonprevisiblemente las especies más afectadas por la contamina-ción acústica, la pérdida de hábitats y otros factores que influ-yen negativamente en la conservación de los cetáceos. Seconoce muy poco sobre la distribución, estacionalidad, fre-cuencia y uso del hábitat por parte de los cetáceos en lasislas23. El calderón tropical es el cetáceo más estudiado enCanarias. Se han identificado unos 250 individuos residentes yun total de 800 individuos de esta especie. Sin embargo, desde1996 no ha habido un seguimiento de la población.

El delfín listado es una especie muy abundante en todas laszonas mediterráneas y el Atlántico contiguo, ocupando el primerlugar en Catalunya, en Andalucía (muy igualado en este casocon el delfín común) y en Murcia, y el segundo lugar en laComunidad Valenciana (muy poco por debajo del delfín mular)e Iles Balears. Está presente también en el resto de la costanorte y noroeste aunque en mucha menor frecuencia por distri-buirse habitualmente lejos de la costa. Se trata de una especiede aguas profundas que al igual que otros odontocetos (calde-rones, zifios, cachalotes, etc), se alimenta principalmente decefalópodos de profundidad. El delfín listado es un delfín peque-ño que no puede sumergirse -como estas otras especies- aprofundidades mucho mayores de los 200 metros, por lo quesuele esperar a la noche para alimentarse cuando los calama-res migran desde los abismos hasta las aguas superficiales delmar. Esta alimentación, basada en especies de escaso o nulovalor comercial hace que no compita directamente con las pes-querías humanas. Sin embargo, se han encontrado en estasespecies niveles muy altos de contaminantes persistentes comoel cadmio, comúnmente acumulados en los cefalópodos quepueden estar teniendo efectos negativos sobre el estado de suspoblaciones.

El caso de la marsopa constituye otro buen ejemplo del impac-to de las intensas actividades humanas en aguas de la platafor-ma continental. Esta especie de hábitos costeros se consideraextinguida de las costas mediterráneas españolas desde princi-pios del siglo XX y su disminución es evidente en todas las áreasen los últimos años, estando en franca regresión en elCantábrico y continuando su descenso en las aguas gallegas,

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donde es una de las especies más afectadas por la pesca. Lacosta gallega es la única zona de los mares españoles en la quese ha comprobado la presencia regular de la especie, sobretodo en las aguas circundantes al Parque Nacional de las IslasAtlánticas. Hasta ahora se desconoce el posible impacto que elvertido del Prestige pudiera haber causado sobre la pobla-ción24.

El carácter oportunista de estas especies, y sobre todo en elcaso del delfín mular y el delfín común, su impresionante capa-cidad para adoptar nuevas estrategias de alimentación, les hallevado en algunos casos a utilizar artes de pesca humanascomo el arrastre de fondo y el trasmallo para acorralar a lasescasas presas que todavía quedan en nuestras aguas. Esteacercamiento a las artes de pesca ha llevado en ocasiones a lospescadores a culpar a los delfines de la crítica situación de laspesquerías. Asimismo se producen cambios en la distribuciónde las poblaciones, por lo que es posible que la sensación quetransmiten los marineros en Galicia sobre que nunca hubo tan-tos delfines comunes sea algo más que una simple percepciónsubjetiva e interesada y responda a la ocupación por parte deesta especie del nicho dejado por otra, es decir por la desapa-rición de la marsopa. Un caso semejante podría estar ocurrien-do en la costa mediterránea con la sustitución del delfín listadopor el delfín común, al desaparecer este último de su nicho cos-tero25.

Si bien las especies de hábitos litorales como la marsopa, el del-fín mular y el delfín común son las mas afectadas lógicamentepor estar más expuestas al impacto de las actividades humanasen las regiones más costeras, la proliferación a lo largo de lasultimas décadas de nuevas actividades como la pesca de altu-ra de escala industrial, las maniobras militares con sonarespotentes, el tráfico marítimo y las exploraciones sísmicas afec-tan también directamente a otras especies como zifios, cacha-lotes o calderones. En el capítulo siguiente abordamos algunosde estos problemas.

Quizás una de las principales preocupaciones de los cetólogosespañoles sea la situación crítica del cachalote, una especieque tras sufrir las presiones de décadas de caza balleneraindustrial se vio especialmente afectada por la utilización deredes de deriva pelágica. Los cetáceos utilizan habitualmentelos sonidos para orientarse, comunicarse y desplazarse, y tantoel cachalote como la mayoría de las especies de delfínidos son

perfectamente capaces de detectar obstáculos como redes enel medio marino. Sin embargo, en alta mar, estas especies nosiempre utilizan su sistema de ecolocación, ya que no esperanpeligros acústicamente inactivos como las devastadoras redesde deriva. Se estima que sólo en el Mediterráneo occidental, endos décadas de utilización de estas redes, más de cien cacha-lotes fueron víctimas de éstas26.

Otro ejemplo dramático de la alteración de hábitats marinos nosllega en forma de varamientos masivos sobre todo de diversasespecies de zifios y calderones. En el caso de los zifios, la dis-tribución de las distintas especies a nivel mundial, es conocidafundamentalmente a través de los registros de varamientos, yaque se trata de especies de hábitos estrictamente oceánicos yque pasan muy poco tiempo en superficie. En Canarias se hanidentificado en los últimos años 3 especies de zifios, el Zifio deCuvier (Ziphius cavirostris), Zifio de Blainville (Mesoplodon densi-rostris) y Zifio de Gervais (Mesoplodon europaeus). El suroeste deTenerife ha sido identificado como una zona de gran importanciapara la conservación del Zifio de Blainville en el noroeste atlánti-co27. El Proyecto Mediterráneo ha permitido resaltar igualmenteuna zona de especial importancia para los zifios en el Mar deAlborán, donde estos animales encuentran en los abismos entrela costa de Almería y la isla de Alborán un importante hábitat dealimentación.

Otra especie que podría haber sufrido una importante regresiónes la orca (Orcinus orca). Esta especie es aún observada concierta regularidad en la zona el Estrecho de Gibraltar, y en menormedida en Galicia y en el Cantábrico, pero rara vez se adentra yaen el Mar Mediterráneo. Aunque no se dispone de datos científi-cos para establecer la magnitud de la regresión, todo parece indi-car su mayor abundancia relativa en las costas atlánticas en elpasado. El agotamiento de los túnidos a lo largo de las últimasdécadas podría haber afectado a la distribución de este impor-tante depredador que centra su alimentación principalmente en elatún rojo (Thunnus thynnus).

Finalmente, no hay que olvidar otras especies importantes quecomponen nuestros ecosistemas marinos como el prácticamen-te desconocido calderón gris, o las diezmadas poblaciones degrandes misticetos como la yubarta (Megaptera novaeangliae), laballena franca (Eubalaena glacialis), o el rorcual común(Balenoptera physalus) que debido a su baja tasa reproductivatardarán todavía, si se lo permitimos, varias décadas en recupe-rarse de siglos de caza ballenera.

24 Alonso, J.M. et al. “Impact on Marine fauna of the black tide caused by the Prestige”, 17th Annual Conference ECS, Las Palmas, March 2003.25 Sagarminaga, R. y Cañadas, A. 1995. Studying a possible competition for ecological niche between the common dolphin, Delphinus delphis, and striped dolphin, Stenellacoeruleoalba along the southeastern coast of Spain. In: European Research on Cetaceans, nº 9. Evans, P.G.H.and Nice, H. (Eds.) : 114-117. Proc. IX Ann. Conf. ECS,Lugano, Switzerland. European Cetacean Society.26 ALNITAK 199927 Carrillo, M. "Presence and distribution of family Ziphidae in the SAC ES-7020017. Tenerife, Canary Islands", Abstracts 17th Annual Conference of the European CetaceanSociety, Las Palmas 2003.

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omo comentamos en la introducciónno nos enfrentamos tan sólo al decli-ve de animales que podemos consi-

derar como simbólicos, o que despiertan lasensibilidad del público en general. Nosenfrentamos a un síntoma de un problemamás amplio que afecta al mayor comparti-mento biológico del planeta: los océanos.

De las amenazas a las que hacen frente losecosistemas marinos, la sobrepesca esquizás la mayor de ellas. Décadas depesca industrial y la consiguiente extrac-ción continuada de grandes cantidades deanimales, así como el impacto físico sobreel medio de artes como el arrastre defondo, han provocado ya grandes daños alos ecosistemas marinos y a sus dinámi-cas.

El impacto de la sobreexplotación pesque-ra a gran escala sobre las poblaciones decetáceos se da en dos niveles: por un lado,la actividad pesquera ha provocado unaalteración profunda de la estructura de losecosistemas -lo que incluye el agotamien-to de las presas de las que muchas espe-cies de mamíferos marinos dependen-, ypor otro, la escasa selectividad de las artesde pesca modernas provocan la capturaaccidental de decenas, sino cientos demiles de cetáceos todos los años en elPlaneta.

La sobrepesca no es la única dimensión deesta crisis. Los efectos devastadores delcambio climático inducido por la actividadhumana ya se sienten en todo el globo ylos océanos y sus habitantes no son inmu-nes. En particular, se prevé que las espe-cies de cetáceos que habitan regionespolares sufran impactos severos debidos alos aumentos de temperatura previstos enesas áreas. La distribución y abundanciade muchas de las especies de peces queconstituyen el alimento de algunos peque-ños cetáceos está determinada por la tem-peratura del agua. Los cambios en la inten-sidad y localización de las corrientes mari-nas pueden provocar cambios impredeci-

bles que afectarán tanto a la distribución yconservación de los cetáceos, como alecosistema marino en su conjunto y a lasactividades humanas que dependen de él.

La disminución de la capa de ozono impli-ca un aumento en la radiación ultravioleta(UV), afectando a la fotosíntesis y a la pro-ducción de fitoplancton. Este hecho puedellevar a reducciones significativas de laproductividad en algunas áreas. Estosdaños serán más importantes en las zonaspolares donde la exposición a la radiaciónUV es mayor y las redes tróficas más cor-tas y simples.

La liberación de contaminantes al mediomarino representa una de las mayoresamenazas a las poblaciones de mamíferosmarinos. Uno de los grupos de sustanciasmás preocupantes son los compuestosorgánicos persistentes (COPs) -entre losque están los PCBs y el DDT-, algunosmetales pesados como el mercurio y algu-nos disruptores endocrinos. Muchos COPsse concentran en los tejidos adipososcomo la grasa, por lo que muchos cetáce-os presentan altas concentraciones deestos compuestos28.

Los cetáceos son altamente dependientesde su aparato auditivo para su superviven-cia. Muchas especies utilizan sonidos paralocalizar las presas, navegar y comunicar-se, alcanzando distancias considerablesen el caso de numerosas especies de gran-des ballenas. Los cetólogos están cadavez más preocupados por la contamina-ción acústica de los océanos derivada delintenso tráfico marítimo, los muestreos sís-micos, la extracción de petróleo o los dis-positivos de sónar, elementos que puedenestar teniendo importantes impactos nega-tivos en muchas especies.

A lo largo de este capítulo trataremos deabordar con mayor profundidad algunosde estos aspectos.

El ser humano se apropia de los océanos

28 Recientemente un comité científico noruego concluyó que las 500 toneladas de carne de ballena que este país almacenabacon la esperanza de poder exportarla a Japón en el futuro contenía niveles de contaminantes tan elevados que no eran aptaspara el consumo humano.

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29Alverson, D.L. et al. "A global assessment of fisheries bycatch and discards" FAO Fisheries Technical Paper No 339. Rome, 1994.

30En 1997, año de fuertes inclemencias meteorológicas, mas de 900 delfines fueron hallados muertos en las costas del Golfo de Vizcaya, entre el sur de Bretaña y el País Vasco.

Durante los últimos años, los varamientos masivos de este tipo en la zona han sido una constante cada año.31

El número de animales varados supone una pequeña parte de la mortalidad total, ya que muchos cuerpos nunca llegan a la costa. Parece ser una práctica habitual de los pes-

cadores el eviscerar a los animales para que se hundan y no lleguen a las playas.32

Ali Ross, "Cetacean by-catch in pelagic trawl fisheries in the Celtic Sea, Bay of Biscay, Channel area - a case for emergency action", Working Paper presented to the 10th

Advisory Committee of ASCOBANS 9th-11th April, 2003, Bonn.33

Con todo se considera que entre los cetáceos más amenazados por el problema de las capturas accidentales están el delfín común, la marsopa o el delfín mular.34 Report of the ICES Advisory Committee on Ecosystems 2001.35

Según ASCOBANS, el Acuerdo para la Conservación de Pequeños Cetáceos en el Báltico y Mares del Norte, un nivel de capturas accidentales superior al 1,7% de la población

es inaceptable.

Interacción con la actividad pesquera

na de las grandes preocupaciones de cara a lograr unagestión sostenible de la actividad pesquera es la relaciona-da con el impacto de ésta sobre el ecosistema marino del

que depende. Un aspecto fundamental a tener en cuenta es elimpacto de la pesca sobre las poblaciones de las especies noobjetivo. De ahí que uno de los principales parámetros a la horade valorar la conveniencia de unas u otras artes de pesca sea suselectividad, su capacidad de capturar tan sólo aquellas espe-cies que son objetivo de la pesquería, y tan sólo aquellos indivi-duos que sean maduros, permitiendo que los juveniles alcancenla edad de reproducción.

El problema de las capturas accidentales no se restringe a loscetáceos. La captura de mamíferos marinos en actividades pes-queras que emplean aparejos poco selectivos es un reflejo de unproblema mucho más amplio que implica la muerte innecesariade millones de criaturas marinas todos los años, incluyendoespecies amenazadas como tiburones y tortugas, además deprofundas alteraciones en la estructura de los ecosistemas mari-nos como resultado de esta ingente captura. Las estimacionesdisponibles a través de una evaluación realizada a principios delos 90 estiman los descartes -captura de especies no objetivo-entre 18 y 39 millones de toneladas29. El límite superior de estaestimación equivale prácticamente a la mitad de la pesca des-embarcada en todo el mundo.

El caso de las redes de deriva, conocido por buena parte de laopinión pública española y en el que Greenpeace ha desempe-ñado un papel muy activo, es paradigmático del problema de lainsostenibilidad de la pesca industrial a gran escala y del impac-to de los aparejos no selectivos en el ecosistema marino. Sinembargo, no es el único ejemplo de este tipo de artes destructi-vas.

La reciente introducción de artes como el arrastre pelágico ha sidovinculada con la mortalidad accidental de cientos de delfines30 queaparecen varados todos los años en las costas adyacentes al MarCéltico y al Golfo de Bizkaia31. Ya en 1996 Greenpeace alertabasobre el impacto de la introducción de este tipo de arrastre en elGolfo de Bizkaia, que puede haber sustituido en parte a las redesde deriva tras su prohibición. Pese a todo, la mayoría de las pes-querías que emplean arrastre pelágico en el Mar Céltico y Golfo deBizkaia no han estado sujetas, salvo en contadas excepciones, aprogramas de seguimiento de las capturas accidentales32.

Muchos autores han señalado con insistencia que las capturasaccidentales amenazan la integridad de algunas poblaciones depequeños cetáceos en aguas europeas. Pese a este hecho, exis-te una falta de seguimiento sistemático de este problema, y hayuna gran escasez de datos al respecto33. Según el ConsejoInternacional para la Exploración del Mar (ICES) “la informaciónsobre la captura accidental de pequeños cetáceos en aguas dela UE es incompleta, por pesquería, tipo de aparejo, área, tem-porada y a través de los años”, y así, “la información disponiblees insuficiente para apoyar una evaluación formal del riesgo quesuponen las capturas accidentales para ninguna especie, pobla-ción o pesquería”34.

Las estimaciones, siempre a la baja, realizadas a partir de losvaramientos de animales en los que la causa de su muerte resul-tó ser la mortalidad por pesca, arrojan datos muy preocupantes.En el caso del Mar Céltico entre un 2,9 y un 5,2% de la poblaciónde delfines comunes podría estar muriendo por esta causa y enel caso de las marsopas en la pesquería con artes de enmalle diri-gida a la merluza se barajan cifras incluso superiores al 6%35.

En Galicia, un reciente estudio estimaba que unos 200 cetáceoseran capturados accidentalmente cada año en aguas próximas ala costa. En las pesquerías de la plataforma, la cifra se elevaba a1500 animales. El estudio sugiere que las capturas accidentalesde delfines comunes y mulares pueden ser insostenibles y que esnecesario establecer un sistema de seguimiento de este proble-

os problemas de conservación de las poblaciones decetáceos derivados de la intensa explotación pesquerason una fuente de gran preocupación. El desarrollo

pesquero de las últimas décadas y la escalada tecnológicaconsiguiente han supuesto un aumento exponencial de lacapacidad de captura de la flota mundial, a costa de unosrecursos marinos en descenso y del desplazamiento de losmétodos de pesca generalmente más selectivos y más inten-sivos en mano de obra empleados por las flotas artesanales.

El impacto de la actividad pesquera se produce tanto a niveldirecto como indirecto. Quizás el aspecto más conocido porel público en general sea el derivado de la interacción con losaparejos de pesca, que supone la captura accidental decetáceos durante el ejercicio de esta actividad. Un hechomenos conocido es que la sobreexplotación de los recursospesqueros - una realidad de escala planetaria -, es tambiénun factor relevante en el declive de estos animales, ya sea porel agotamiento de algunas especies de las que los cetáceosdependen directamente, o bien por la propia degradaciónestructural del ecosistema.

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ma36. Los aparejos implicados en el problema son principalmen-te las parejas de arrastre y las artes fijas, éstas últimas sobre todoen aguas interiores. El mismo estudio indica que los arrastrerosespañoles son una causa relevante de mortalidad para el delfíncomún en aguas del Gran Sol, algo consistente con los datosconocidos sobre otras flotas arrastreras operando en el mismoárea.

Una revisión bibliográfica encargada por la Comisión Europea37

indicaba que en el Mediterráneo “el número de especies de cetá-ceos capturados accidentalmente es el mayor de los discutidosen este documento”, siendo el cetáceo más capturado el delfínlistado y afectando a especies como el Zifio de Cuvier, el cacha-lote o el rorcual común. Nuevamente la falta de datos precisos esidentificada como un problema endémico a la hora de diseñarestrategias de gestión para paliar el problema. En este docu-mento se concluye que “como conclusión general, los datospublicados sobre capturas accidentales de cetáceos indican lanecesidad de introducir medidas en aguas comunitarias a esterespecto”.

En el caso español, la ausencia de aportaciones de las autorida-des españolas a los informes de capturas accidentales alConsejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES) o a laComisión Ballenera Internacional (CBI) refleja esta extensa faltade información. La aportación del estado español a la cataloga-ción de las capturas accidentales a nivel mundial es cero muybaja38, y no existen los criterios y metodologías suficientes porparte de los organismos competentes en materia de gestión pes-quera para valorar este importante aspecto.

Ciertamente, la falta de datos es un grave problema a la hora deponer en práctica medidas de conservación de estas especies, yes imprescindible la implementación de un programa de obser-vadores que permita solucionar en la medida de lo posible laslagunas de conocimiento existentes, así como una búsquedaconstructiva de soluciones que tenga en cuenta todos los aspec-tos del impacto de la actividad pesquera a nivel del ecosistema.Este programa debería sumarse a un mayor esfuerzo investiga-dor sobre las poblaciones de cetáceos, permitiendo contar condatos imprescindibles para una adecuada gestión de este pro-blema, tales como: (a) estimaciones fiables de la captura acci-dental; (b) conocimiento de las poblaciones y sus patrones demigración; (c) estimaciones fiables de abundancia; (d) datossobre la dinámica de las poblaciones de cetáceos; (e) informa-ción sobre otros factores que afectan a su conservación; y (f)niveles de incertidumbre de estos datos39.

Debemos ser conscientes de que la solución a estos problemaspasa por tomar en consideración el impacto global de la pescaen el conjunto ecosistema. Los actuales niveles de esfuerzo pes-quero son claramente insostenibles y un primer paso para dismi-nuir las capturas accidentales, ya no sólo de cetáceos, sino deotros muchos organismos pasa por una reducción del esfuerzopesquero. Dicha disminución debería permitir además la recupe-ración ya no sólo de las especies, sino de los ecosistemas de los

que éstas forman parte, paso imprescindible para permitir larecuperación de los mamíferos marinos en nuestras aguas.

Esta reducción del esfuerzo debe tener en cuenta la selectividadde las distintos aparejos presentes en una pesquería así como sudistinto impacto sobre el hábitat. En un contexto de exceso decapacidad de captura como el actual es evidente que las reduc-ciones de flota necesarias deberían afectar en primer lugar aaquellos segmentos con mayor impacto sobre el ecosistema40.

Por último, las experiencias en otros lugares han demostradosobradamente que la colaboración de los pescadores es un ele-mento imprescindible si se pretende dar una solución a este pro-blema, por lo que es fundamental invertir esfuerzo en que el sec-tor pesquero comprenda la importancia de mantener un ecosis-tema diverso como garantía de la sostenibilidad de la actividad.

36López, A. "Fishery by-catches of marine mammals in Galician waters: results from on-board observations and an interview survey with fishermen", Biological Conservation

111 (2003).37

Spencer, N. et al, Evaluation of the State of knowledge concerning by-catch of cetaceans - Final Report, 1999.38

Bjorge, A. and Donovan,. 1990. Biology of the phocoenids. G.P. (Eds.) International Whaling Commission, Special Issue Nº16: 409 pp. Levis, S. “Spain. Progress Report

on Cetacean Research May 2001 to March 2002” sc/54/ Prog. Rep

39Hall, M.;Donovan, G.P., "Environmentalists, Fishermen, Cetaceans and Fish: Is There a Balance and Can Science Help to Find It?", Marine Mammals: Biology and

Conservation, 2002.40

Puede encontrarse más información sobre los criterios que una pesca responsable debe cumplir en http://www.greenpeace.es/oceanos/campagnb.asp?IdSubcamp=137.

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n aspecto quizás menos presente es el impacto indirectosobre los cetáceos derivado de la sobreexplotación de losrecursos pesqueros y de los cambios que la actividad pes-

quera ha causado a nivel del ecosistema. Desde hace variasdécadas, en la carrera por aumentar las capturas y abastecer elcreciente mercado de productos de la pesca, las flotas industria-les se han lanzado a la conquista de los océanos del planeta.Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agriculturay la Alimentación (FAO) el 75% de los stocks pesqueros en el pla-neta están plenamente explotados, sobreexplotados o agota-dos41.

Estimaciones recientes de la abundancia de las poblaciones mari-nas en el pasado han probado que éstas eran increíblementemayores que las observadas en la actualidad42: el análisis delregistro arqueológico está ofreciendo datos que comparados conlos de hoy en día no pueden arrojar otra conclusión sino la de quelos océanos del Planeta se degradan a marchas forzadas. Talesestudios identifican a la actividad pesquera como un factor funda-mental en este proceso. Estos datos recientes son una muestrade hasta que punto la actividad humana ha cambiado la propiacomposición biológica de los océanos, y sin lugar a dudas uno delos grandes afectados en este proceso de degradación son aque-llos animales situados en las partes más altas de la red trófica,como los mamíferos marinos.

El efecto más evidente es que esta sobreexplotación del ecosiste-ma a distintos niveles se traduce en la reducción del alimento dis-ponible para un gran número de especies. Globalmente, se haestimado que aproximadamente un 35% de la producción prima-ria de las plataformas continentales del planeta es necesaria paramantener la producción pesquera mundial43, una cifra muy eleva-da. Una estimación llevada a cabo en el Mediterráneo, concreta-mente sobre la pesca en la costa central catalana, arrojó un resul-tado coherente con esta cifra global, concluyendo que un 40% dela producción primaria total era requerida por la actividad pesque-ra en la zona44.

Pero por otro lado, los problemas de conservación de los mamí-feros marinos se enmarcan dentro de una tendencia global muypreocupante consistente en la desaparición de las especies queocupan las posiciones más altas de la red trófica marina, tantopeces depredadores como cetáceos. La industria pesquera haido pasando de explotar las especies de mayor valor comercial ytamaño, a explotar otras de menor tamaño y valor, conforme lasprimeras eran agotadas. Este proceso conduce a una red tróficacon menos elementos y menos capaz de resistir a las variacionesmedioambientales. Así pues, el resultado es un ecosistema másfrágil, menos diverso, precisamente en la era de la crisis ecológicaglobal.

Pese a que las poblaciones de mamíferos marinos han sido diez-madas por este proceso de degradación, en muchas ocasioneséstos han sido culpados de disminución de las capturas pesque-ras. La percepción de los pescadores, que en ocasiones mani-fiestan su aversión hacia los cetáceos porque “se comen la pesca”tiende a olvidar el papel que los grandes predadores juegan en losecosistemas. Entre otros, los beneficios de su presencia se expli-can por lo que se ha dado en llamar “depredación beneficiosa”:pese a que un depredador pueda tener un efecto negativo sobrela población de una presa, también tiene un efecto positivo, ya queconsume a otros animales que son a su vez depredadores o com-petidores de esa presa. De esta forma, “eliminar depredadores noconduce necesariamente a que existan más presas disponiblespara los pescadores. Más bien implica aumentos o explosiones deespecies previamente suprimidas”45, que pueden ser en muchoscasos negativos desde el punto de vista de los intereses del pes-cador. El hecho de que sepamos que en el pasado convivíanpoblaciones de cetáceos y de peces increíblemente más numero-sas que las actuales es otro argumento a tener en cuenta en estadiscusión.

41FAO, “State of the World Fisheries and Aquaculture 2002”, Rome 2002.

42Jackson et al, "Historical Overfishing and the Recent Collapse of Coastal Ecosystems", Science, vol 293, julio 2001.

43Pauly, D.; Christensen, V. “Primary production required to sustain global fisheries”, Nature 374, 1995.

44Tudela, Sergi, “Evaluación de la huella ecológica de la pesca en la costa central catalana”, World Wide Fund for Nature & CSIC.

45Pauly, D. et al., "Towards sustainability in world fisheries", Nature 418, August 2002.

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Las redes de deriva: todavía mucho por hacer

a campaña de Greenpeace contralas grandes redes de deriva pelá-gicas arranca en 1983, año en el

que las flotas japonesa, taiwanesa ycoreana comienzan a expandir estemétodo de pesca en el Pacífico. Estehecho desencadenó una gran polémicainternacional sobre la conveniencia deuna moratoria sobre su uso, que seríafinalmente aprobada por las NacionesUnidas en 1992 pero que no sería aplica-da en Europa inmediatamente.

En nuestro continente el proceso ha sidomucho más lento. En España, la presióndel propio sector pesquero y del movi-miento ecologista fue clave para que elGobierno Español prohibiera la utilizaciónde estas redes en sus aguas ya en 1987.Desde aquel año, la presión de las auto-ridades españolas ha sido clave paraconseguir la prohibición total de las redesde deriva en aguas de la ComunidadEconómica Europea. Sin embargo, hasta1998 la Unión Europea no aprobó unaresolución prohibiendo el uso de estasredes por las flotas comunitarias dedica-das a la pesca de túnidos. La prohibiciónentró finalmente en vigor el pasado 1 deenero del 2002. Hasta entonces, el usode estas redes supuso la muerte amanos de la flota de deriva comunitariade aproximadamente 1.000.000 de delfi-nes, ballenas, cachalotes, tiburones,peces luna,... cada año.

En el Cantábrico, la pesca tradicional debonito en las aguas del Atlántico se reali-za con métodos selectivos, como lacacea y el curricán -artes de anzuelo-. Lareconversión de las flotas de algunos paí-ses hacia nuevas técnicas muy eficientesdesde el punto de vista extractivo peronada selectivas como estas redes dederiva, provocó por un lado un choquede intereses económicos y por otro unaumento de la destrucción del medio ysus habitantes. La calidad del productoobtenido con las redes de deriva era peorque la obtenida con artes de anzuelo, lospuestos de trabajo generados eranmenos, y las consecuencias sobre elmedio devastadoras. En 1992 se estima-ba que de 282.386 ejemplares obtenidosen las redes de deriva en el Cantábrico,un 58,9% eran túnidos, un 6,7% tiburo-nes, un 7% otros peces, un 0,4% cefaló-podos y un 0,17% cetáceos46.

El espectacular impacto de este tipo deaparejos sobre delfines y ballenas es sólola punta del iceberg del impacto globalque han tenido sobre nuestros océanos.En la pesquería de pez espada delMediterráneo tan sólo un 7% de la cap-tura con redes de deriva estaba com-puesta de esta especie. En sólo una tem-porada de pesca, los rederos capturabancerca de 8.000 delfines listados en elMediterráneo y el Cantábrico, o más de80.000 tiburones azules en elCantábrico47.

Por otro lado, la aplicación de esta prohi-bición es algo que tendremos que vigilarde cerca, ya que algunas de las flotasimplicadas no han sido desmanteladas.Una parte de la flota que empleaba antesredes de deriva se ha pasado al arrastrepelágico, un arte cuyos efectos hemoscomentado en la sección anterior.

En abril del año pasado, con la prohibi-ción comunitaria ya en vigor, varaban enaguas de Almería dos rorcuales enmalla-dos en una red de deriva coincidiendocon la presencia de barcos pesquerosutilizando redes ilegales frente estas cos-tas. Pocos días después aparecían en elGolfo de Vera (Almería) dos cachalotesenmallados en una de estas redes, queafortunadamente pudieron ser liberados

con vida. En esa misma época, las redesde asistencia a varamientos de especiesmarinas amenazadas observaron unimportante incremento en el numero dedelfines y ballenas víctimas de redes dederiva. Igualmente, las flotas pesqueraslocales, que colaboran desde hace añoscon los grupos de investigación y con-servación de cetáceos y tortugas de laSociedad Española de Cetáceos hanmostrado su preocupación por la pre-sencia de un gran numero de barcosextranjeros que están utilizando estasredes ilegales en aguas cercanas a la Islade Alborán.

No sólo estas flotas siguen operandopese a estar prohibidas, sino que enalgunos ámbitos se plantea la posibilidade su uso, justificado por la introducciónde “pingers”, dispositivos acústicos des-tinados a ahuyentar a los cetáceos de lasredes. Desde nuestro punto de vista setrata de un hecho gravísimo, ya que, enprimer lugar, existen varias interrogantessobre la efectividad y posibles efectosnegativos de esos dispositivos, y másimportante aún, el problema de las artesde pesca no selectivas afecta al conjuntodel ecosistema, no sólo a los cetáceos.En un océano degradado, sus poblacio-nes no se recuperarán.

46Goujon, M., Antoine, L., Collet, A. e Fifas, S. “Approche

de l'impact écologique de la pêcherie thonière au filet maillant dérivant en Atlantique nord-est”, Rapport interne de la Direction des Resources Vivantes de l' IFREMER, 47 pp,

1993.47

Greenpeace, Cortinas de la muerte, 1998

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SITUACIÓN DE LOS MARES ESPAÑOLES

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Pérdida de hábitats

a mayoría de los factores citados hasta el momentotienen como resultado la degradación del hábitat enel que los cetáceos desarrollan su vida.

Las soluciones pasan por aplicar un amplio rango de medi-das que no se ciñen tan sólo al medio marino: gestión sos-tenible de la actividad pesquera; creación de áreas marinasprotegidas; sustitución de los procesos industriales conta-minantes por otros limpios; cambio de base energéticahacia un modelo basado en las energías renovables; ges-tión integrada de la franja costera,... cada uno de los cua-les requeriría un informe por sí sólo.

Una de las herramientas con más futuro para garantizar larecuperación de las poblaciones de cetáceos son las áreasmarinas protegidas. Estas figuras de protección pueden irencaminadas a distintos objetivos: desde proteger undeterminado hábitat de los efectos de determinadas activi-dades pesqueras hasta evitar el paso de tráfico marítimode gran tonelaje por zonas especialmente sensibles.

Áreas Marinas Protegidas

as áreas marinas protegidas son consideradas hoycomo uno de los mecanismos más importantes parala conservación de la biodiversidad del medio marino.

Una de sus principales ventajas reside en que los benefi-cios de estas áreas se hacen notar en un corto periodo detiempo y en que sus efectos no sólo permiten la recupera-ción de la biodiversidad en la zona, sino que tienen elpotencial de beneficiar igualmente a las comunidades loca-les regenerando los recursos naturales y ofreciendo nuevasfuentes de riqueza. Los pescadores, navegantes, buceado-res y otros colectivos locales pueden recoger los frutos dela adecuada zonificación y gestión de su medio marino.

La eficacia de las áreas marinas protegidas está sujeta a suadecuada designación, diseño, gestión y monitorización, ysobretodo a la participación en estos procesos de todoslos sectores con intereses socioeconómicos en el mediomarino.

La designación y el diseño de un área marina deben ser elresultado de un análisis conjunto de los factores socioeco-nómicos de la región y de datos científicos acerca de losrequerimientos nutricionales y espaciales de las especies yhábitats del área considerada. El establecimiento de unárea marina protegida o una Reserva Marina no implicanecesariamente un cierre del área a toda actividad huma-na. Se trata más bien de poner en marcha una zonificacióndel espacio con el fin de ordenar su utilización haciendocompatibles un uso sostenible de los recursos naturalescon la conservación de la biodiversidad.

La gestión del medio marino es tremendamente compleja.Estamos ante un medio tridimensional de dimensionesenormes que es además extremadamente difícil de contro-lar de forma continua y económicamente viable. Esto haceque cualquier política de gestión deba ser aceptada por

parte de aquellos que utilizan el medio marino. Pescadores,navegantes, buceadores, operadores turísticos, deben per-cibir claramente cuales son los beneficios que les aporta unárea protegida o una determinada política de gestión. Eneste contexto, una de las ventajas de las áreas marinasprotegidas es que son potencialmente más fáciles de con-trolar que otro tipo de herramientas de gestión.

La monitorización consiste en verificar mediante estudioscientíficos y socioeconómicos si los planes de gestiónestán siendo eficaces para la consecución de los objetivosestablecidos para la conservación de las especies y sushábitats y para la explotación sostenible de los recursosnaturales.

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Red Natura 2000: una propuesta insuficiente

res regiones marítimas en aguas españolas puedenser destacadas por su especial relevancia para laconservación de los cetáceos en España: las Islas

Canarias, el Mar de Alborán y diversos enclaves del litoralatlántico y cantábrico.

Salvo en el caso de los Lugares de ImportanciaComunitario (LICs)48 marinos de las Islas Canarias y deMurcia, la actual propuesta española de LICs no está ade-cuada a los requerimientos espaciales y nutricionales deespecies como la marsopa o el delfín mular.

Más de diez años de estudios de las poblaciones de cetá-ceos en nuestras costas realizados por grupos de laSociedad Española de Cetáceos han servido para realizarpropuestas de LICs que representen una cobertura mínimade protección que el Gobierno español deberá presentar ala Comisión Europea para satisfacer sus obligaciones deri-vadas de la Directiva Hábitats.

El caso mediterráneo es el más estudiado. Las conclusio-nes del Proyecto Mediterráneo, tras tres años de trabajo,han dado como fruto una propuesta para el establecimien-to de 16 áreas de especial interés para los cetáceos en elMediterráneo español.

Uno de los principales escollos para la propuesta de estosLICs es la incertidumbre creada por las distintas compe-tencias sobre el medio marino, compartidas por las CC.AA.y por diversos Ministerios de la Administración central(Fomento, Pesca, Medio Ambiente,...). En Galicia la pro-puesta de LICs, realizada por la Coordinadora para oEstudo dos Mamíferos Mariños y la Federación EcoloxistaGalega se ha visto limitada por la competencia compartidade la zona marítima entre aguas interiores (competenciaautonómica) y aguas exteriores (administración estatal), eli-minándose de la propuesta presentada por la ComunidadAutónoma todas las áreas que comprendían aguas exterio-res y adaptando el resto a zonas con otros intereses deconservación.

La falta de una investigación profunda en todo el norte ynoroeste peninsular como la llevada a cabo en el ProyectoMediterráneo no permite en ocasiones solventar las gran-des incógnitas existentes sobre las áreas de interés paralas especies de cetáceos, dejando sin peso los argumentosaportados por sus defensores en base a la información dis-ponible.

os cetáceos pueden ser herramientas de gran utilidadtanto para el diseño como para la gestión y monitori-zación de áreas marinas protegidas. Como depreda-

dores pelágicos situados en la cima de las redes tróficasmarinas, los cetáceos pueden servir para el diseño de áreasmarinas que se adecuen a los requerimientos de conserva-ción de las especies marinas y sus hábitats.

Con este objetivo la Sociedad Española de Cetáceos haelaborado sus propuestas de áreas marinas protegidas en elmarco de la Directiva Hábitats de la UE y el Convenio deBarcelona, basándose en campañas de investigación alargo plazo y en un enfoque global de los ecosistemas mari-nos.

Util izando a los cetáceos para diseñar áreasmarinas protegidas

FOTO© ALNITAK

48Los LICs y ZEPAs (Zonas de Especial Protección para las Aves) son designadas

por los Estados Miembros de la Unión Europea para crear una red representativa

de los ecosistemas europeos más valiosos que formarán parte de la futura red de

espacios protegidos Red Natura 2000.

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Contaminación

os océanos son el destino final de muchas de lasmiles de nuevas sustancias que todos los años pro-ducela industria química, liberadas en la mayoría de

los casos sin que sus efectos sobre la salud y sobre elmedio ambiente sean conocidos.

Las actividades industriales y agrícolas tienen como con-secuencia la entrada en el medio marino de sustancias conun elevado impacto medioambiental.

Los efectos de algunas de estas sustancias incluyen: cam-bios en la composición de las comunidades, alteracionesfisiológicas, fallos reproductivos, disminución de la produc-tividad, etc.

Los cetáceos, como otros organismos que se sitúan en laspartes más altas de las redes tróficas, actúan como recep-tores y bioacumuladores de muchas sustancias contami-nantes. Algunos análisis indican que la carga en algunasespecies es especialmente grave. Los niveles de organo-clorados, como los PCB, están presentes incluso en mamí-feros marinos de distribución antártica, si bien los nivelesde estas especies son muchísimo menores que los encon-trados en especies del Atlántico como el delfín listado o lafoca común49.

Diversos episodios de mortalidad masiva de mamíferosmarinos han sido relacionados con la presencia de estetipo de contaminantes. Los brotes víricos que en 1987afectaron a las focas comunes en el Mar del Norte o a losdelfines listados en el Mediterráneo en 1991, son quizás loscasos más estudiados. En ambos casos se encontró quelos ejemplares muertos por este motivo presentaban lamayor concentración de PCB, sustancias de muy lentadegradación, larga vida media y acumulables a lo largo dela red trófica. Los efectos tóxicos de los organocloradosincluyen depresión del sistema inmunológico, alteracióndel crecimiento y desarrollo óseos y su carácter tumorogé-nico. Su similitud con las hormonas sexuales es responsa-ble de sus efectos sobre el desarrollo y la reproducción.

La contaminación por hidrocarburos han tenido un graveimpacto sobre muchas áreas costeras, afectando a un grannúmero de vertebrados marinos, sobre todo aves. Losmamíferos marinos parecen no haber sido tan afectadoscomo las aves y dentro de este grupo los cetáceos muchomenos que las focas ya que estas se impregnan fácilmen-te en las aguas costeras o al desplazarse a tierra. Pero lasconsecuencias de los vertidos de combustible no sola-mente se derivan de la impregnación, muy común en lasgrandes mareas negras, sino que son resultado también dela contaminación difusa y habitual que se produce en ope-

raciones habituales de carga y descarga o de lavado desentinas. En las aguas del Atlántico norte se ha detectadouna importante incidencia de enfermedades epidérmicasen poblaciones de delfín mular relacionadas con la conta-minación por hidrocarburos50.

Otra familia de compuestos sobre la que se ha dirigido laatención en los últimos años son los compuestos organo-sestánicos. Se sabe que estos compuestos producen este-rilidad en muchas especies de peces y moluscos, y en laactualidad se investigan sus posibles efectos sobre mamí-feros marinos51.

En los últimos años se ha comprobado la incidencia en lamortalidad de cetáceos de la ingestión de materiales extra-ños como son los plásticos. Si bien el hecho no está sufi-cientemente explicado, dado que cabe la posibilidad deque algunos de los ejemplares que se comen estos objetospresenten alguna patología o deficiencia, la realidad es queel gran volumen de plásticos existente en toda la columnade agua y en todas partes del océano es el motivo de quesean hallados en los estómagos de los cetáceos. En elcaso de los zífidos este es un problema que se está obser-vando reiteradamente en diferentes partes del Atlántico,con casos documentados en Galicia, Asturias, Euskadi,Francia, Escocia y Canarias.

Además de las consecuencias directas, la contaminacióntiene consecuencias sobre la estructura de las poblacionesmarinas. Nuevamente, como en otros casos que hemoscomentado, un ecosistema empobrecido supone un medioambiente menos viable para las poblaciones de cetáceos.En los casos en los que el fondo marino está sometido auna fuerte presión contaminante la composición de lascomunidades bentónicas (del fondo marino) cambia radi-calmente, y los poliquetos pueden representar el 90% de lapoblación en el caso del Mediterráneo52. La disminución dela diversidad resultará localmente en menos recursos dis-ponibles para los depredadores situados en los lugaressuperiores de la red trófica.

El desarrollo de la acuicultura intensiva, una actividad enconstante crecimiento, es también una importante fuentede preocupación. La proliferación de jaulas de cultivo yengorde produce la acumulación de residuos en los fon-dos, principalmente orgánicos. Además, se desconocen enbuena medida los efectos sobre el medio marino del uso deantibióticos en estas instalaciones.

49Blix, A.S., Walloe, L., Ulltang, O. “Whales, seals, fish and man”, Elsevier Science. 719 pp, 1995.

50JThompson, P.M. y Hammond, P.” The use of fotography to monitor dermal disease in wild bottlenose dolphin (Tursiops truncatus)”, Ambio Vol 2 XXI, 1992.

51Aguilar, Alex, "El estado de conservación de los mamíferos marinos es indicativo de la calidad de las grandes massas de agua", 2003.

52Bas, Carles, "El mar Mediterráneo: recursos vivos y explotación", Ariel Ciencia, 2002.

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Tráfico marítimo

na de las principales amenazas para los cetáceos estárelacionada con el incremento exponencial del tráficomarítimo en las últimas décadas.

Hasta la aparición de los motores de vapor, el mar era unmedio ideal para la utilización de sonidos por parte de loscetáceos, tanto para comunicarse orientarse y alimentarse.Pero además de la contaminación acústica, las embarcacio-nes constituyen hoy también una nueva amenaza paramuchas especies de cetáceos. En 1985 el barco de pasajerosPrincesa Teguise equipado con jetfoils que realizaba la línealas Palmas - Santa Cruz de Tenerife, colisionaba con uncachalote ocasionando la muerte de éste así como la de unpasajero. A pesar de este accidente, desde entonces las líne-as de ferrys de alta velocidad han proliferado en diferentespuntos de nuestra geografía, coincidiendo en algunos lugarescon importantes áreas de interés para la alimentación ymigración de diversas especies de cetáceos.

Tres de las regiones mas importantes para los cetáceos ennuestras costas, las islas Canarias, la zona costera de Galiciay el Mar de Alborán, son igualmente puntos clave para el trá-fico marítimo internacional. Mas de un 20% de este tráficomarítimo transita por estas aguas. Además de estos buquesmercantes hay que resaltar también la proliferación deembarcaciones dedicadas al turismo de avistamiento decetáceos y otras como motos acuáticas o embarcacionesligeras que causan molestias por persecución reiterada a losanimales.

Actualmente existe únicamente en las islas Canarias unalegislación que evite el acercamiento inadecuado de estasembarcaciones a los cetáceos, que puede no solo ocasionarun riesgo de colisión pero también un estrés que puede llegara poner en peligro a esos animales.

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Contaminación acústica

Por Michel André

A lo largo de los sesenta millones de años de adaptación almedio marino, los cetáceos han desarrollado los cambios nece-sarios para utilizar las ondas sonoras que encuentran en lasaguas saladas un medio idóneo para su propagación. Los estu-dios de bioacústica en cetáceos han mostrado aspectos tansorprendentes como las canciones de las yubartas, los silbidosde comunicación de las orcas, la utilización de ondas de bajafrecuencia por parte de rorcuales para orientarse y comunicar-se a escala transoceánica o incluso la utilización de ondas acús-ticas por parte de diversos odontocetos como arma para aton-tar o matar presas. Desafortunadamente, desde mediados delsiglo XX, la proliferacion de motores, helices, sonares y explo-siones han convertido a los océanos en un medio ruidoso quedificulta la comunicación, orientación y alimentación de los cetá-ceos.

Un medio cada vez más ruidoso

En las últimas cinco décadas, la investigación acústica ha enfo-cado un esfuerzo sustancial sobre el estudio de los cetáceos,por lo que se dispone hoy de suficientes datos científicos sobresu sistema sonar biológico (bio-sónar) y su dependencia de lasseñales acústicas como fuente de información y sistema decomunicación en el medio marino. El ruido submarino produci-do por actividades humanas aumenta cada día e incluye el trá-fico marítimo, la explotación y producción de gas y petróleo, elsonar industrial y militar, las fuentes sonoras de experimentaciónindustrial, los explosivos submarinos, etc. De hecho, no existeningún rincón del mundo que no esté afectado por la contami-nación acústica. Dentro del conjunto de los factores de riesgoque pesan sobre el hábitat marino, esta contaminación consti-tuye una de las mayores amenazas a corto plazo y escala mun-dial para el equilibrio de los océanos. Dado que los cetáceosdependen del sonido en todos los aspectos de sus vidas, nocabe duda de que son especialmente vulnerables a las fuentesde ruido artificial.

A la luz de recientes mortalidades, parece claro que estas fuen-tes, a diferentes niveles de intensidad, pueden afectar de formanegativa a poblaciones de cetáceos. El impacto de estas fuen-tes puede variar de forma significativa, desde causar molestiasy desplazamiento de poblaciones hasta lesiones de distinta gra-vedad en el sistema auditivo: de ligeras, y posiblemente reversi-bles, a graves, produciendo sorderas permanentes e incluso lamuerte inmediata del animal.

La modernización y aumento del trafico marítimo, junto conpracticas de exploración geológica, prospecciones petrolíferas yel empleo militar de sonares activos en España vuelven particu-larmente sensibles a las poblaciones de cetáceos existentes enaguas como las de Canarias, de donde se disponen de datosmás recientes, y probablemente las del estrecho de Gibraltar yBaleares. Sin embargo, no se debe de descartar este impactoen otras áreas hasta la fecha no estudiadas.

El conocimiento científico actual sobre el efecto del ruido enmamíferos marinos y su hábitat es insuficiente para entender larelación entre frecuencias, intensidades y duración de las expo-siciones que pueden conllevar consecuencias negativas. Anteestas incertidumbres se considera que:

Es urgente investigar los efectos del ruido artificial sobre losmamíferos marinos bajo los máximos estándares de credibilidadcientífica y pública evitando conflictos de interés.

Se deben desarrollar e implementar medidas mitigadoras noinvasivas.

El uso de fuentes acústicas intensas debería limitarse enáreas de concentración de cetáceos hasta conocerse sus efec-tos, a corto o largo plazo, en los mamíferos marinos.

El diseño de parámetros objetivos para asesorar la conser-vación de la biodiversidad marina es necesario para establecernormativas nacionales y europeas sobre contaminación acústi-ca marina.

ReferenciasMarine Mammals and Noise. 1995. Richardson, W.J. et al. San

Diego, Academic PressHearing by Whales and Dolphins. 2000. Au, W. et al. Springer

Handbook of Auditory Research (eds. Fay, R.R. and Popper,A.N.). Springer.

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Sonares activos

CETÁCEOS EN UN OCÉANO DEGRADO

Por Eduard Degollada

La reciente coincidencia en espacio y tiempo de maniobras mili-tares y varamientos masivos de cetáceos, sobre todo de espe-cies de hábito de inmersión profunda, ha hecho saltar las alar-mas sobre el impacto que esta tecnología puede causar sobrelos mamíferos marinos. Aunque los sistemas sonares actualesno son los únicos o mayores causantes de problemas acústi-cos, sí son un claro exponente de lo dañino que puede ser elruido antropogénico en su forma más aguda y letal.

Un sonar activo es básicamente un radar submarino quemediante la emisión de sonidos permite la composición de unaimagen y detección de objetos por la recepción del eco que seproduce por reflexión. Los sonares activos son utilizados, porejemplo, por barcos de pesca para localizar bancos de peces.Es importante entender que para obtener información más pre-cisa y mayor alcance se ha de aumentar la potencia de estossonares y variar las frecuencias del sonido emitido. Así pues,debido a las características físicas del sonido, las bajas fre-cuencias se propagan a mayor distancia.

La combinación de estos factores ha permitido a las armadas lainstalación en sus buques de sistemas sonar de gran potenciay medio alcance para detectar cualquier objeto hundido espe-cialmente submarinos. Estos sonares han sido implicados envaramientos masivos principalmente de zifios, especies pococonocidas y de reducida tasa de varamiento. Los casos másrecientes se han dado en Bahamas en el año 2000 y en las IslasCanarias en el 2002, en los que estaban implicados estos sis

temas sónicos de detección submarina. El uso extensivo deestos sistemas por los buques de la OTAN en aguas españolasy europeas representa un claro factor de riesgo para las pobla-ciones de cetáceos. Aún más cuando se desconoce el efectode la combinación de varios sonares como posible factor poten-ciador del impacto negativo.

Recientemente, la marina norteamericana ha implementado unsistema de sonar activo de baja frecuencia (LFA) que, ademásde emitir sonidos de alta intensidad a través de 18 elementosemisores, utiliza bajas frecuencias para aumentar considerable-mente su radio de acción. El potencial impacto sobre grandescetáceos, quienes utilizan frecuencias similares, es motivo degran preocupación a la que se añade la de su uso proyectadoen todos los océanos.

Considerando la capacidad directa o indirectamente letal deestos sistemas acústicos activos quizás no se tiene en consi-deración los daños a largo plazo que pueden sufrir las pobla-ciones expuestas.

El riesgo sobre los mamíferos marinos que producen estossonares hace perentorio el estudio y seguimiento de estas acti-vidades, establecer los limites de seguridad y las medidas miti-gadoras para establecer su viabilidad y en su caso los paráme-tros sobre los que desarrollarlas.

Más información en:http://www.surtass-lfa-eis.com/http://www.wdcs.org/

©ARCADIO SUAREZ

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La intención de este trabajo no ha sido la de hacer una revisión exhaustiva delas especies de cetáceos presentes en nuestros mares, ni tampoco de su esta-do de conservación. Sí hemos tratado de destacar la gran riqueza de las aguasespañolas y la responsabilidad que de ello se deriva.

La amplia gama de amenazas a las que los cetáceos hacen frente es un fiel refle-jo de los problemas que sufren los océanos en su conjunto, como consecuen-cia de la crisis medioambiental que nuestras sociedades modernas han gene-rado. Esta crisis es una buena muestra del desastroso balance medioambientalde más de un siglo de desarrollo industrial.

Recuperar las poblaciones de cetáceos en todo el mundo pasa por solucionarestos problemas y por reconstruir los ecosistemas de los que éstos dependen.Y al contrario: el declive de los mamíferos marinos en todo el globo es una señalde alarma que no podemos pasar por alto.

Las medidas a tomar son múltiples, unas más sencillas y otras más complejas,pero todas ellas urgentes. Pasan por una reforma drástica de la actividad pes-quera; por preservar amplias zonas del océano del alcance de la explotaciónindustrial; por detener el cambio climático antes de que sea demasiado tarde;por poner freno a la industria química...

El primer paso, sin duda, es ser conscientes de la riqueza de la que dispone-mos y de lo que significaría su pérdida.

RECUPERAR LAS POBLACIONES DE CETÁCEOS Y LOS ECOSISTEMAS

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