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Gracia! La gracia está en el centro del corazón de la fe cristiana, dando perdón al culpable, paz

al ansioso, alivio al afligido y gozo para cada día.

Cada una de las 25 devociones de este libro se enfoca en una faceta diferente de este regalo glorioso para

nuestra vida y las situaciones que enfrentamos. Ponte cómoda, ¡y déjate llenar con la sublime

gracia que tu Salvador ofrece!

GSUBLIME RACIA

MUJERpara el

de la

GSUBLIME RACIA

MUJERpara el

de la

Devociones para mujeres

Devociones para mujeres

ISBN 978-1-940088-82-2

9 781940 088822

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GSUBLIME RACIA

MUJERpara el

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Jane L. FryarTraducido por Beatriz Hoppe

FF

Devociones para mujeres

SublimeGracia

Devociones para mujeres

La misión de CTA esglorificar a Dios proveyendo productos quealienten y animen al cuerpo de Cristo—

¡porque le amamos!

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Las citas bíblicas han sido tomadas de la versión Reina-Valera © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina; © renovado 1988 Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizado con permiso. Reina-Valera 1960™ es una marca registrada de la American Bible Society, y puede ser usada solamente bajo licencia.

ISBN 978-1940088-82-2IMPRESO EN TAILANDIA

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Traducido por Beatriz Hoppe

GSUBLIME RACIA

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Jane L. Fryar FF

Sublime gracia del Señor,que a un pecador salvó;perdido andaba, él me halló,su luz me rescató.

Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;

no por obras, para que nadie se gloríe.Efesios 2:8–9

F

¡Mi Señor, tu gracia es sublime! Ha salvado a alguien como yo—miserable y hundiéndome en mi pecado. ¿Cómo puedo agradecerte por tu amor redentor? . . .

P referirías alojarte en un

hotel de lujo, o en la casa de una amiga compasiva, hermana o familiar?

¡Una suite de lujo puede ser divertida! Tienen bandejas con frutas y quesos. Hay diferentes cafés y tés para disfrutar. Te dan toallas bien mullidas y batas para baño bien suaves. ¡Es maravilloso!

Maravilloso, pero… impersonal.

Por otro lado, una amiga compasiva te espera en la puerta—con un abrazo. Una amiga compasiva toma ese té especial contigo mientras conversan. Una amiga compasiva te dirá que le golpees la puerta, aún en medio de la noche, si necesitas algo.

Las amigas compasivas son generosas, misericordiosas, y se preocupan por nosotras. Cuando la Biblia dice que Dios es “compasivo”, tiene esas cualidades en mente.

Pero no sólo eso. Cuando confiamos en la gracia de Dios, admitimos que no la merecemos. La Biblia dice que antes estábamos “sin Cristo”. Nos habíamos rebelado contra nuestro Padre celestial y, debido a ello, éramos “ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo” (Efesios 2:12).

Dios nos extiende su gracia no cuando nos volvemos sus amigos, ¡sino muchísimo antes! Por gracia, él envió a su único hijo Jesús a morir en una cruel cruz por todos nuestros males. Por gracia, el Espíritu Santo nos ha cambiado de enemigos a amigos, y de amigos a miembros de la familia de Jesús. Por la gracia de Dios ahora somos mucho más que amigos de Dios. ¡Somos hijas de Dios!

Cuando teníamos odio, mal humor y depresión, Jesús extendió sus brazos para recibirnos. Nos quitó los trapos de nuestra culpa manchada e inmunda, y nos revistió con el manto impecable de su propia justicia.

Nuestros pecados eran despreciables. Pero se han ido. En gracia—en sublime gracia—Dios ha perdonado todos y cada uno de ellos. Somos las queridas hijas de Dios—y todo sólo por su gracia.

Día 1 Sublime Gracia

Por gracia sois salvos.Efesios 2:8

¿

4 5

F

Señor, tú eres bueno. Tu gracia es sublimemente dulce. . .

Jehová esperará para tener piedad de vosotros, y por tanto, será exaltado teniendo de vosotros misericordia.

Cuando leemos este verso en contexto, enseguida vemos que Isaías le estaba escribiendo a un grupo de personas que había dejado de lado a Dios. No les importaba lo que él pensaba o mandaba. Su relación con él no era una de sus prioridades. Daban por sentada su gracia.

El Todopoderoso podía insistir en que cambiaran. Podía forzar a su pueblo a humillarse en temor y vergüenza. Hasta podía echarlos al olvido, como piezas rebeldes en un tablero de ajedrez humano.

Sin embargo, él espera misericordiosamente. A través de su profeta los urge a arrepentirse de sus pecados, a recalibrar sus prioridades. Si bien sus pecados le quiebran el corazón, no les obliga a obedecerle. Incluso cuando utiliza su poder, lo hace sólo para poder mostrar su misericordia, llevando perdón a un pueblo arrepentido.

Ni siquiera hoy nuestro Señor nos impone su amor, su amistad ni sus dones. Siempre intenta ayudarnos, nunca trata de lastimarnos. La cruz de Cristo lo prueba: Dios siempre quiere lo mejor para nosotros y está dispuesto a hacerlo.

Día 2 Gracia, dulce Gracia

¿C ómo se comporta un

caballero?

e

Un caballero hace que los demás sientan que son el centro de atención.

e

Un caballero abre la puerta del automóvil para una dama.

e

Un caballero camina del lado de la calle.

e

Un caballero no comienza a comer hasta que todas las personas en la mesa tengan su comida.

e

Un caballero entra primero al taxi, para que la dama no tenga que correrse en el asiento, especialmente cuando lleva una falda.

¿Ha pasado de moda la etiqueta? ¿Ya no se usan más los buenos modales? Lamentablemente, en muchos lugares no. Sin embargo, muchos de nuestros hijos y hermanos aún son caballeros. Muchas de nuestras hijas y hermanas aún son damas. Tanto los caballeros como las damas saben que los buenos modales se basan en un tema central: la preocupación por la otra persona y el deseo de poner las necesidades y sentimientos de los otros antes que los de uno.

Utilizando ese criterio, nuestro Señor es un caballero perfecto. Veamos otra vez Isaías 30:18:

Jehová esperará para tener piedad de vosotros, y por

tanto, será exaltado teniendo de vosotros misericordia.

Isaías 30:18

6 7

F

Señor Jesús, eres amoroso y perfecto. Quiero ser como tú, especialmente. . .

I magina que pudieras

tener una pintura de Monet en tu dormitorio, o una escultura de Miguel Ángel en tu sala. ¿Qué cambiaría el vivir día y noche con esas obras de arte?

Para comenzar, probablemente instalarías un sistema de alarmas y te asegurarías de tener una póliza de seguros que te cubriera en caso de robo.

Luego de uno o dos días, quizás decidirías pintar las paredes de tu dormitorio y cambiar las luces para resaltar más los colores y rasgos de la pintura. Después buscarías la mesa perfecta sobre la cual colocar la escultura.

Luego de un tiempo quizás arreglarías los muebles, deshaciéndote de algunos o comprando nuevos—todo ello con el fin de resaltar las invalorables obras de arte que tienes en tu hogar.

Eventualmente, Monet o Miguel Ángel influenciarían todo—tus cortinas y almohadones, alfombras y toallas. ¡Quizás hasta llegarías a cambiar de lugar el plato de comida del perro!

La mayoría de nosotras nunca va a tener un Monet. Pero como hijas de Dios, adoptadas por su gracia, poseemos algo mucho más valioso. La presencia de Jesús adorna nuestra vida. Él es hermoso, precioso y perfecto. En el

momento en que él entra en nuestro corazón, su belleza comienza a influenciarnos. En este momento estamos siendo transformadas, renovadas, restauradas.

Los cambios nunca suceden de forma inmediata. A veces nos preocupamos de que nada cambie. Pero en la medida en que confesamos nuestros pecados, aquél que murió por nosotros en la cruz es fiel en perdonarnos. Así lo ha prometido. ¡Pero su promesa no termina allí! Él también es fiel para “limpiarnos de toda maldad” (1 Juan 1:9).

Tu corazón es el hogar de Cristo—y por ello tú eres diferente. De a poco Jesús está cambiando tus prioridades, quitando los deshechos que habías escondido detrás de las puertas y mejorando la decoración. Poco a poco, te estás volviendo más pacífica, más compasiva, menos temerosa del futuro, más perdonadora. Poco a poco, la presencia de Jesús te está cambiando.

Día 3 mi corazon, el hoGar de criSto

Toda tú eres hermosa, amiga mía, y en ti no hay mancha.

Cantares 4:7

,

8 9

F

Señor Jesús, tu gracia es verdaderamente suficiente para mí. Cuando esté tentada a exigir más, enséñame. . .

S uficiente. Es una palabra que no escuchamos a menudo. ¿Acaso alguna vez los niños dicen: “tengo suficientes juguetes”? ¿Acaso alguna vez los entrenadores dicen: “Nuestro equipo ya tiene suficientes trofeos”? ¡Nunca!

Suficiente. Bastante. Con esta palabra, el Señor calmó el corazón ansioso de Pablo. “Bástate mi gracia”, le dijo. “Eso es todo lo que necesitas.”

Pabló pensó que necesitaba más. En especial, Pablo pensó que necesitaba librarse de un problema que le molestaba. Algunos piensan que era un problema físico. Otros piensan que era otra cosa. Sea lo que fuera, Pablo lo veía como un impedimento, como un peso muerto y un obstáculo para su ministerio.

Dios le dijo: “no”. “Bástate mi gracia. Es todo lo que necesitas.” Qué duro habrá sido para Pablo. Habrán pasado unos cuantos minutos, o quizás días, entre la primera y la segunda frase de 2 Corintios 12:9.

Pero, al final, Pablo se sometió a la sabiduría del Salvador. Con alegría aceptó sus debilidades, porque éstas se habían vuelto ventanas a través de las cuales la gracia de Dios podía brillar con todo su esplendor. La gracia

de Dios era completamente suficiente. Y, por ello, Pablo estaba agradecido.

“Gracias”, en italiano, es “grazie”. Ambas palabras vienen de la misma raíz que es “gracia”. Cuando damos las “gracias” antes de comer, le agradecemos a Dios por sus bendiciones en nuestra vida, especialmente por los alimentos que vamos a comer.

Tarde o temprano, los desafíos y problemas golpean a la puerta de cada vida. Ni siquiera los apóstoles de Cristo estuvieron exentos. Pero tanto para ellos, como para nosotros, la gracia de Dios siempre es suficiente—suficiente para seguir adelante y superarlos, suficiente para vivir con corazones agradecidos.

Cuanto más reconocemos la gracia de Dios, más agradecidas nos volvemos. Esa gratitud, a su vez, genera en nosotras alegría y generosidad. Los corazones agradecidos son corazones alegres y dadores.

Día 4 GraciaS! Y me ha dicho: Bástate mi gracia;

porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades,

para que repose sobre mí el poder de Cristo. 2 Corintios 12:9

10 11

F

Señor, ¡tus obras son grandes y sublimes!. . .

S ublime Gracia” es uno

de los himnos más conocidos en Norteamérica, quizás el más conocido. Pero no todos los que lo cantan conocen la historia de su autor, John Newton.

Sublime perversión—esta es una leve descripción de la vida de Newton. Siendo capitán de un barco de esclavos, Newton era conocido por su brutalidad y sus borracheras. Su propia tripulación, todos marineros curtidos, lo consideraba más un animal que un ser humano.

Sublime obstinación—es lo que describe la resistencia de Newton a la gracia de Dios. Una y otra vez enfrentó serios peligros en el mar. Una y otra vez sufrió de depresión. Una y otra vez suplicó a Dios por ayuda. Pero, tan pronto como el problema se solucionaba, volvía a caer en la incredulidad y la perversión.

Sublime persistencia—marcó la obra de Dios en la vida de Newton. A pesar de toda la inmoralidad, toda la resistencia y todas las oportunidades perdidas, el Espíritu Santo no se dio por vencido.

En uno de los últimos viajes de Newton, hubo una tormenta muy fuerte. Tanto, que los marineros se aferraban a los mástiles para no ser arrastrados al mar.

Cuando finalmente el viento se calmó, los marineros se encontraron en un barco seriamente dañado. Les llevó cuatro semanas llegar al puerto, sacando día y noche el agua de debajo de la cubierta. Fue una carrera contra el hambre. Finalmente, Newton comenzó a orar de corazón.

Uno o dos años después de llegar a salvo a Irlanda, Newton se casó y comenzó a estudiar para el ministerio. En 1779 publicó The Olney Hymns, que incluía 281 himnos escritos por él, entre ellos “Sublime Gracia”.

Sublime gracia—no es sólo el título de un himno querido. Es un resumen en dos palabras de la vida de John Newton. ¡Y un resumen, en dos palabras también, de tu vida y de la mía!

Nuestros pecados pueden ser diferentes de los de John Newton, pero no por eso son menos difamatorios ni vergonzosos ante nuestro Juez. Jesús murió por ti así como murió por John Newton. ¿Por qué no darle gracias a tu Salvador ahora mismo por su sublime gracia—gracia que fluye continuamente de la cruz del Calvario?

Día 5 Sublime!Grandes y maravillosas son

tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son

tus caminos, Rey de los santos. Apocalipsis 15:3

”

12 13

SublimeGraciaDías 6/7

Su gracia me enseñó a vencer,Mis dudas disipó.¡Qué gozo siento en mi ser!Mi vida él cambió.

Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo;

por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos

en la esperanza de la gloria de Dios. Romanos 5:1–2

¿De qué maneras es sublime la gracia que Dios

te ha demostrado en Cristo Jesús?

Para meditar. . .