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MATERIAL PARA EL ANIMADORGUIA BÁSICA

Arzobispado de Valencia Vicaria para la Evangelización y Transmisión de la Fe2018-2019

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#3

SER SAL Y LUZ

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Arzobispado de Valencia Vicaria para la Evangelización y Transmisión de la Fe

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SER SAL Y LUZ

(del mundo)

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#3

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Ser sal y luz: signos de santidad

en el mundo de hoy.

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#3 Ser sal y luz:

signos de santidad en el mundo de hoy

SESIÓN 1

Acogida

La acogida es el momento en que el grupo se va encontrando, comentando acontecimientos, anécdotas y va entrando poco a poco en el clima de la reunión. No debe descuidarse. En este momento puede hacerse una memoria de lo vivido en la reunión anterior.

Para preparar la reunión

Para ambientar el momento de oración, disponemos la Sagrada Biblia encima de un atril en un lugar destacado. Encendemos una vela que pondremos al lado de la Palabra de Dios. Recordamos la promesa de Jesús a sus discípulos: «Donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos» (Mt 18, 20). Acompañamos la escena con un plato con sal y una vela símbolos para el Evangelio de hoy.

Leemos la oración inicial de la página 78.

El esquema propuesto de la sesión es el siguiente:

1. Preparar la reunión 2. Acogida (10 minutos)3. Ambientación 4. Lectio (15 min)5. Diálogo sobre la Palabra (20 min)6. Contemplación (10 min)7. Oración (10 min)

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Ambientación

Lector:Jesús concluye el Sermón de la Montaña con una llamada a sus seguidores. Los ve como personas invitadas a ser sal y luz. Personas que ponen sal en la vida. Este pasaje forma parte del llamado «Sermón de la Montaña» tal como lo presenta el evangelista Mateo. Si los discípulos viven las Bienaventuranzas, sus vidas tendrán un efecto con aquellas personas con las que se encuentre. ¿Aportamos algo a la sociedad que da sabor a la vida?

Animador

La oración es un encuentro personal con el Señor. Para que este encuentro se pueda producir, nos abrimos a su presencia. Conscientes de la presencia de Dios, hacemos silencio en nuestro interior.

+ En el nombre del Padre, del Hijo y del Espiritu Santo.

Queremos iniciar un diálogo contigo, Señor, escuchando tu Palabra. Míranos con ojos de Padre. Que este rato contigo nos ayude a parecernos un poco más a Ti.

Música instrumental

Lectio

Un miembro del grupo, coge las Sagradas Escrituras, ubicadas en un atril especial, situado al lado de una vela. En pie proclama la lectura. Después se devuelve la Bíblia al atril.

Lectura del santo Evangelio según san Mateo (Mt 5, 13-16)

Terminada la lectura hacemos unos minutos de silencio.

Animador: Al escuchar el texto, me siento parte de esa muchedumbre que busca a Jesús. Dejo que me resuenen estas preguntas: ¿Qué busco al acercarme a Jesús? ¿Qué descubro en Él? ¿A qué me invita?

Leemos el comentario al Evangelio de la página 78 - 80.

Dialogamos sobre la Palabra: Compartimos entre hermanos qué nos dice el texto, a qué nos llama…Es bueno que todos hablen y comportan sus aportaciones, dudas, inquietudes, palabras que le sorprenden…

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Contemplación

Es el momento de contemplar a Dios. Tenemos ideas o imágenes sobre Dios pero, a través de su Palabra, ¿cómo es el Dios del que nos habla Jesús? Al descubrirlo nuestra mirada se transforma. El mundo, las personas y a Dios los vemos de una forma distinta, a medida que leemos la Palabra de Dios.

Un voluntario del grupo, lee la contemplación (páginas 81-82). Es momento de guardar silencio, escuchar las palabras del lector. El texto propone unas preguntas para ayudar al coloquio:

— Jesús, en el Sermón de la Montaña señala que sus discípulos son sal de la tierra y luz del mundo. — Ahora dejamos que el texto del Evangelio que hemos leído resuene en nosotros. Lo podemos repetir despacio. Releyendo el texto del Evangelio, me pregunto :

— Las palabras de Jesús, ¿son sal y luz en mi vida? — El testimonio del cristiano, ¿no será transparentar en nuestras acciones la forma de actuar de Jesús? — ¿Cómo me veo yo en todo esto?

Uno de los asistentes, lee en voz alta la cita de la exhortación del papa Francisco:

“Cuando escrutamos ante Dios los caminos de la vida, no hay espacios que quedan excluidos. En todos los aspectos de la existencia podemos seguir creciendo y entregarle algo más a Dios, aun en aquellos donde experimentamos las dificultades más fuertes. Pero hace falta pedirle al Espíritu Santo que nos libere y que expulse ese miedo que nos lleva a vedarle su entrada en algunos aspectos de la propia vida”

Papa Francisco (GE, 175).

Podemos poner música de fondo.

Al terminar damos paso a la oración.

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Oración Entrega del símbolo de la sal.

Siguiendo la pedagogía catecumenal, a quiénes se incorporan a seguir los pasos de Jesús, se les hace entrega de una vela y de un sobre con sal, recordando la misión que Jesús da a sus seguidores. Del mismo modo, en este momento de oración, haremos entrega de éstos signos.

Al comenzar este rato de oración, hacemos silencio. Dejamos en manos de Dios lo que ahora ocupa nuestra mente y nuestro corazón. Pedimos a Dios que nos envíe su Espíritu y junto a Jesús, nos encontremos con el Padre.

Música instrumental

+ Evangelio Escuchamos una vez más su Palabra: proclamamos Mt 5, 13-16.

Momento de silencio. El animador invita a los participantes a mencionar en voz alta qué les ha llamado la atención del texto.

— Monición a la entrega del símbolo de la sal

Jesús quiere que seamos sus testigos: la «sal» que pone sabor a la vida y la «luz» que alumbra la oscuridad de nuestra vida. Ser sal de la tierra es un don de Dios que queremos acoger con alegría. Al ser la sal comunicamos entusiasmo por la vida. Cuando hacemos la vida hermosa para los que nos son confiados, nuestra vida adquiere sentido. Solo un poco de sal es suficiente para darle sabor. la fuerza de la sal está en dar sabor a los alimentos y preservarlos de la corrupción. También nuestras vidas y las de quienes comparten la vida con nosotros necesita sal, una fuerza que ponga sabor en la vida. No perdamos el espíritu de Jesús, no dejemos de ser sal, no perdamos nuestra identidad de ser sus seguidores.

Ponemos música de fondo. El sacerdote o en su ausencia, el animador, reparte a cada uno de los participantes, de uno en uno, un sobre con un poco de sal, con las siguientes o similares palabras:

—(Nombre), tu eres la «sal de la tierra». Da sabor a la vida.

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Canto ‘Sois la sal’ - Luis Guitarra. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=qOHhYr0LxbE

«Sois la sal que puede dar sabor a la vida».

«Sois la luz que tiene que alumbrar

llevar a Dios». (bis)

Necesitamos un corazón nuevo, necesitamos la ayuda del Espíritu Santo que actúa en nosotros con su luz y con su fuerza. Pedimos juntos a Jesús, nuestro Maestro, que nos vaya moldeando para ser tan insignificantes como la sal, tan invisibles que sepamos dar alimento a la vida de tantos con quienes nos encontramos:

1. Señor Jesús por quienes buscan caminos de vida. Dad luz a quienes te buscan y no te encuentran. Que estemos alegres por haber encontrado contigo un camino auténtico de vida.

R/. Señor, ayúdanos a ser sal de la tierra.

2. Jesús, nos hemos reunido contigo como comunidad, como Iglesia. No dejes que nos separemos de tus enseñanzas ni de tu vida. Que no nos echemos a perder, que no perdamos nuestra identidad. R/. Señor, ayúdanos a ser sal de la tierra.

3. Padre, que en cada encuentro sepamos escuchar, tener misericordia y comprensión ante quien tenemos delante. Que mis palabras sean de consuelo y paz. Que actuar como Jesús sea nuestra ambición.

R/. Señor, ayúdanos a ser sal de la tierra.

4. Concédenos ser bondadosos, pacientes, amables y dulces con los demás. Que seamos capaces de controlar nuestras fuerzas, palabras y pensamientos.

R/. Señor, ayúdanos a ser sal de la tierra.

El animador invita a los participantes a leer en voz alta la oración final: Página 83

Señor,Ser luz del mundo, ser sal de la tierra: ésta es la misión…

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Animador

Jesús dice: «Sois la sal de este mundo». «Sois la luz del mundo». que vuestra luz alumbre de los demás, para que viendo el bien que hacéis alaben al Padre celestial. Sed, pues, sal de este mundo.

Música Ixcis - Como sal y luz Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=iYwsxFSi7Hs

Como sal, como luz. Os envió

por el mundo. (2) Como sal y luz, como sal y luz.

Os envió.

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El santo es una persona audaz y fervorosa con la evangelización que deja marca en el mundo. Se es santo en camino con otros, en comunidad, en grupo. Francisco.

gaudete et exultase, 110-157

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Para la reflexión….

Ser sal y luz del mundo

Principales ideas a transmitir a la luz del Evangelio proclamado.

Jesús se encuentra en el monte instruyendo a sus discípulos y acompañado de una multitud. ¿Quiénes eran aquellos discípulos? Eran pescadores, gente sencilla. ¿Cómo les dice a esta gente y a los marginados y oprimidos que serán la sal del ¡mundo!? Si los seguidores de Jesús siguen las Bienaventuranzas, su vida será luz y sal para otros, tendrá un efecto sobre los demás.

Son pocos, insignificantes dentro del Imperio Romano. ¿Cómo van a ser la sal del mundo? La respuesta solo se entiende dentro del Sermón de la Montaña. Si sois pobres de espíritu, si sois limpios de corazón, si sois misericordiosos… Tu serás sal de la tierra y luz del mundo. Si, tu y yo.

Jesús utiliza esta metáfora de la sal y la luz para explicar eso mismo, cómo llegaremos a alcanzar esa meta tan alta. La sal es insignificante, no parece gran cosa. No obstante, cuando se mezcla con los alimentos, añade sabor de forma discreta, humilde. Del mismo modo ocurre cuando se enciende una luz: ilumina cuando la ponemos en medio de la oscuridad.

¿Para qué sirve la sal? Ella misma no sirve para nada, sirve para los demás, permite que sepan mejor nuestros platos. Además, no deja que los alimentos se corrompan, evita que se descompongan. La sal aporta sabor a la vida, porque a veces ésta nos resulta insulsa, sin sabor. Viviendo las bienaventuranzas contribuimos a que nuestras vidas y las de los que nos rodean no se no se vuelvan insípidas. Solo con un poco de sal es suficiente para dar sabor.

¿Para qué sirve la luz? La luz sirve para dar claridad. Nuestras obras, nuestras acciones, cuando ponemos en práctica las bienaventuranzas, nos hacen alumbrar. No se esconde la luz, ni se actúa para ser vistos. A través de los gestos, de las palabras y de las acciones, los discípulos de Jesús dejan entrever el rostro del Padre. Esto es poner en práctica el Evangelio. Cuando contribuimos a hacer hermosa la vida de los que nos son confiados, nuestra vida adquiere sentido.

¿He sido sal hoy? ¿He sido luz hoy? Esta es la santidad de todos los días.

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no chismes, deje de juzgar, deje de ser cruel, sea perseverante. El santo es una persona con alegría y sentido del humor, capaz de irradiar a los otros un espíritu positivo y esperanzado, incluso en los momentos difíciles. Francisco.

gaudete et exultase, 110-157

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SESIÓN 2

Acogida

La acogida es el momento en que el grupo se va encontrando, comentando acontecimientos, anécdotas y va entrando poco a poco en el clima de la reunión. No debe descuidarse. En este momento puede hacerse una memoria de lo vivido en la reunión anterior.

Para preparar la reunión

El lugar donde habéis escogido reuniros (bien sea en casas particulares, locales parroquiales, en una sala de reuniones, etc) es el más apropiado. No todos disponemos de un oratorio o capilla. Mediante las ideas que os sugerimos, sencillamente, os invitamos a ambientar un sitio acogedor: la Sagrada Biblia abierta encima de la mesa, una vela, una cruz o un icono, la música... os será de mucha ayuda. Encendemos la vela que pondremos al lado de la Palabra de Dios. Recordamos la promesa de Jesús a sus discípulos: «Donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos» (Mt 18, 20). Acompañamos la escena con un plato con sal y una vela símbolos para el Evangelio de hoy.

Leemos la oración inicial de la página76.

Aquí estamos Padre, reunidos en tu nombre…

El esquema propuesto de la sesión es el siguiente:

1. Preparar la reunión 2. Acogida (10 minutos)3. Ambientación 4. Meditación y diálogo (30 min)5. Acción (15 min)6. Oración final (20 min)7. Avisos (5 min)

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Ambientación

Lector:Jesús concluye el Sermón de la Montaña con una llamada a sus seguidores. Los ve como personas invitadas a ser sal y luz. Personas que ponen sal en la vida. Este pasaje forma parte del llamado «Sermón de la Montaña» tal como lo presenta el evangelista Mateo. Si los discípulos viven las Bienaventuranzas, sus vidas tendrán un efecto con aquellas personas con las que se encuentre. ¿Aportamos algo a la sociedad que da sabor a la vida?

¿Cómo podemos ser hoy sal de la tierra y luz del mundo?

Animador

Un día más Jesús sale a nuestro encuentro. Es Él quien tiene la iniciativa y desea entrar en nuestras vidas. Nos disponemos en silencio a dejarle entrar. Ven a estar con nosotros en este momento de oración.

+ En el nombre del Padre, del Hijo y del Espiritu Santo.

Música instrumental Taizé - Despierta, tú que duermes (2017)

Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=0g8G9Ywopfs

Meditación

¿Qué nos dice el texto a nosotros hoy? No leemos la Biblia para saber más cosas sino para acercarnos a la Palabra de Dios y dialogar con ella. En la meditación nos preguntamos: ¿Qué me dice Dios a mí en este texto? Cada uno individualmente y comunitariamente, nos dejamos interpelar y examinar, pues no se trata de unas palabras pronunciadas en el pasado, sino dirigidas a nosotros hoy. Aquí encontramos luz para nuestro camino de fe.

Después de haber proclamado el texto, dejamos un momento de silencio.El animador anima a los participantes a que compartan qué palabras o frases les han llamado la atención.

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Principales ideas a transmitir

1- Jesús se encuentra en el monte instruyendo a sus discípulos y acompañado de una multitud. ¿Quiénes eran aquellos discípulos? Eran pescadores, gente sencilla. ¿Cómo les dice a esta gente y a los marginados y oprimidos que serán la sal del ¡mundo!? Si los seguidores de Jesús siguen las Bienaventuranzas, su vida será luz y sal para otros, tendrá un efecto sobre los demás.

3- ¿Cómo podemos ser sal y luz hoy? Ser sal de la tierra y luz del mundo es poner en práctica nuestra vocación a la santidad. El papa Francisco, en la Gaudete et Exultate nos da unos consejos muy prácticos:

1. Firmeza interior: constancia en el bien. Aguante, paciencia y mansedumbre.

(GE, 114-118)

2. Vivir con alegría y sentido del humor. La santidad es un camino de alegría y

de sentido del humor, sabe ver las cosas positivas, ver la vida con un

espíritu positivo y esperanzado. (GE, 126)

3. Audacia, entusiasmo y empuje evangelizador. La audacia y el fervor.

Reconocer nuestra fragilidad no deben de llevarnos a caer en nuestra

audacia. (GE, 138)

4. La santidad es un camino comunitario: vivir en comunidad. En algunas

ocasiones “la santificación es un camino que se recorre de dos en dos. (GE,

141-146)

5. Andar siempre en presencia de Dios: la oración constante. No podemos

vivir nuestra vocación sin el diálogo con Aquel que sabemos que nos ama y

siempre nos espera. (GE, 147)

5. ¿Y cómo vamos de santidad?

“Gaudete et Exsultate” está lleno de consejos prácticos caracterís-

ticos del papa Francisco para vivir una vida al estilo de Jesús. Por

ejemplo, no chismes, deje de juzgar, deje de ser cruel, sea

perseverante. El santo es una persona con alegría y sentido del

humor, capaz de irradiar a los otros un espíritu positivo y

esperanzado, incluso en los momentos difíciles.

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El santo es una persona audaz y fervorosa con la evangelización que

deja marca en el mundo. Se es santo en camino con otros, en

comunidad, en grupo. El santo es una persona con espíritu orante

que necesita comunicarse con Dios. No hay santidad sin oración.

Éstas son expresiones de amor a Dios y al otro. Para ser Santo, sea

amable (también en el espacio digital).

Después dejamos un tiempo de silencio. Es momento de pensar cómo podemos poner estas palabras de Jesús en práctica. Parecen promesas y actitudes tan utópicas que tal vez nos desanimen. No obstante, Jesús termina el sermón llamándonos a la alegría: Estad alegres y contentos. Alegraos y regocijaos. ¿Suena raro verdad? Jesús llamó felices a todos a quienes sigan ese estilo de vida.

Canto Sé mi luz - Ain Karem Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=E-G34BJqM1Y

Sé mi luz, enciende mi noche. (2)

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Acción

¿Cómo ponemos en práctica las enseñanzas de Jesús? Todo lo dialogado hasta ahora nos invita a poner en práctica las palabras que hemos escuchado de Dios, por boca de Jesús. La lectio divina no culmina su proceso hasta que no se llega a la acción, que mueve nuestra vida a convertirse en un don para los demás. Que tomemos la decisión constante de seguir a Jesús como discípulos, de vivir según el Evangelio.

Empezamos con un coloquio donde ponemos en común aquello que nos ha suscitado esta sesión. Hablamos y comentamos entre todos y todas sobre la forma de poner en práctica en los ambiente que señala la página 87-88:

Puede ser de ayuda estos dos textos del papa Francisco de la página.

De los rasgos de la santidad que señala el Papa, ¿cuáles son los más necesarios en la hora presente? Y ¿cómo podemos cultivarlos en algún ámbito de vida como... ?

· En la vida de la familia · En el mundo del trabajo· En la pastoral con los jóvenes · Los medios de comunicación· La acción pastoral en la parroquia · La acción caritativa y social · Participación ciudadana y política

Podemos llevar varios folios y apuntar en cada uno de ellos las principales ideas que propone el grupo en cada uno de los ámbitos.

Familia Mundo del trabajo

Pastoral de jóvenes

Participación ciudadana

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Oración Entrega de la luz

Después de la lectura del texto y la contemplación, un tiempo breve de silencio. Volver a leer personalmente el texto e invitar a una oración en la línea del pasaje leído: ¿Qué me quiere mostrar Jesús? ¿Qué le respondo? ¿Qué digo? En presencia del Señor, cada uno ofrece su oración y terminamos leyendo, pausadamente, todos a la vez, la que proponemos.

Empezaremos con unos minutos en los que, acompañados de una música suave, Después de la lectura del texto y el comentario, un tiempo cada uno puede cerrar los ojos, concentrándose en la respiración. Desconectamos del bullicio del día.

Canto Instrumental Ven Espíritu de Dios - Taizé Disponible: https://www.youtube.com/watch?v=ooRwDKCRPTU

O bien se puede escuchar esta canción para prepararnos para el momento de oración: Realidad - Ain Karem. Disponible: https://www.youtube.com/watch?v=7M5IWTwv-yM

Terminada la música, invocamos al Espíritu Santo:

Ven Espíritu de Dios, Padre Misericordioso del pequeño de quien sufre de todo el que t busca con limpio corazón. Ven Espíritu de Luz, danos tu sabiduría. Saber lo que de ti viene, para escoger la vida y buscar la verdad. Ven Espíritu de Dios. Ven Espíritu de Dios.

Proclamamos Lectura del santo Evangelio según san Mateo (Mt 15,1-12)

Terminada la lectura hacemos unos minutos de silencio.

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— Monición a la entrega del símbolo de la luz

Jesús quiere que seamos sus testigos: la «sal» que pone sabor a la vida y la «luz» que alumbra la oscuridad de nuestra vida. Ser luz del mundo. La luz que irradian los seguidores de Jesús viene de Él. El mundo necesita de esa luz que le puede proporcionar sus seguidores para no caminar en tinieblas, para orientarse, para ahondar en el sentido último de la existencia, para caminar con la esperanza puesta en el Padre. Comunicamos la luz que recibimos de Jesús. La luz de Jesús hay que cuidarla, no encerrarla. Sin esa luz el mundo quedaría a oscuras. Hay que mantenerla encendida.

Ponemos música de fondo. El sacerdote o en su ausencia, el animador, reparte a cada uno de los participantes, de uno en uno, una vela, con las siguientes o similares palabras:

—(Nombre), tu eres la «luz del mundo». Que iluminen tus obras a los demás y den gloria al Padre.

Canto ‘Sois la sal’ - Luis Guitarra. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=qOHhYr0LxbE

«Sois la sal que puede dar sabor a la vida».

«Sois la luz que tiene que alumbrar

llevar a Dios». (bis)

Rezando juntos esta oración e intercambiamos un signo de paz. Página 91

Señor,Concédenos dejarnos moldear por ti…

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El santo es una persona con espíritu orante que necesita comunicarse con Dios. No hay santidad sin oración. Francisco.

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La santidad de todos los días.

El testimonio del cristiano es «24 horas al día», porque «empieza por la mañana cuando me levanto y termina por la noche cuando me voy a la cama». Y es un testimonio sencillo, anónimo, humilde, que no pretende reconocimientos ni méritos.

El Pontífice propuso «solamente una reflexión que puede hacernos bien en nuestro testimonio», como sugirió al principio de la homilía, refiriéndose al pasaje evangélico de Mateo (5, 13-16). «El testimonio más grande del cristianismo —afirmó— es dar la vida como hizo Jesús, convertirse en un mártir y testigo». Pero, añadió, «hay también otro testimonio: el de todos los días, testimonio que empieza por la mañana cuando me levanto hasta la noche cuando voy a la cama; el testimonio cotidiano, el simple testimonio habitual».

«El Señor dice que este testimonio es hacer como la sal y como la luz, es más, convertirnos nosotros en sal y luz» explicó Francisco. En realidad «parece poca cosa, porque el Señor con pocas cosas nuestras hace milagros, hace maravillas».

Es por eso que, reiteró el Papa, «el cristiano debe tener esta actitud de humildad: solamente buscar ser sal y luz». Ser, por tanto, «sal para los demás, luz para los demás, porque la sal no se da sabor a sí misma» sino que está «siempre al servicio». Y es así también que «la luz no se ilumina a sí misma» en cuanto que está «siempre al servicio».

«Sal para los demás», por eso, es la misión del cristiano: «Pequeña sal que ayuda a las comidas, pero pequeña». Por otro lado «en el supermercado la sal se vende no por toneladas» sino «en pequeños paquetes: es suficiente». Y después, prosiguió, «la sal no presume de sí misma porque no sirve para sí misma: está siempre, está ahí para ayudar a los demás, ayudar a conservar las cosas, a dar sabor a las cosas». Un «simple testimonio».

«El cristiano» por eso debe ser «sal» y después también «luz», insistió Francisco. Y «la luz no se ilumina a sí misma: no, la luz ilumina a los demás, es para los demás, es para la gente, es para ayudarnos en las horas de noche, de oscuridad». Es precisamente este el estilo de «ser cristiano de cada día». De este modo entonces «el Señor nos dice: “Tú eres sal, tú eres

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luz” — “¡Ah, es verdad! Señor es así, atraeré a mucha gente a la iglesia y haré...” — “No, así harás que los otros vean y glorifiquen al Padre. Ni tampoco se te atribuirá ningún mérito”».

Y de hecho, explicó el Papa, «nosotros cuando comemos no decimos: “¡qué buena la sal!”». Y «de noche, cuando vamos para casa, no decimos: “¡qué buena la luz!”. Ignoramos la luz, pero vivimos con esa luz que ilumina».

«Esta es una dimensión que hace que nosotros cristianos seamos anónimos en la vida» reiteró el Pontífice. De hecho «no somos protagonistas de nuestros méritos, como ese fariseo: “Te doy gracias Señor porque yo soy un santo”». Francisco repropuso «la sencillez del testimonio cristiano».

Sugiriendo que «una bonita oración para todos nosotros, al final de la jornada, sería preguntarse: ¿Hoy he sido sal? ¿Hoy he sido luz?». Precisamente «esta es la santidad de todos los días» concluyó el Papa, deseando «que el Señor nos ayude a entender esto».

Fuente: Homilia del papa Francisco en la misa matutina. (12 de junio de 2014)

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Para ser Santo, sea amable. Francisco.

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