Guía de lectura: El retrato de Dorian Gray

Oscar WildeIlustraciones de Enrique Flores

EL RETRATO DE DORIAN GRAY

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© Grupo Anaya, S. A., Madrid, 2003Tus Libros Selección

Trabajo realizado por: Ana PinarCoordinadora del proyecto: Isabel Morueco

Director editorial: Antonio Ventura

www.anayainfantilyjuvenil.com

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Dorian Gray es joven, hermoso y parecela imagen de la inocencia; quizás ni élmismo lo sabe... hasta que se ve reflejadoen el hermoso retrato que le hace BasilHallward, que ha quedado fascinado porsu figura.Uno de los amigos del pintor, Henry Wot-ton, un ingenioso frecuentador de salonesque escandaliza a la sociedad con sus epi-gramas y su desprecio por la moral con-vencional, le invita a que se aproveche almáximo de su juventud y belleza.Dorian, consciente por primera vez de símismo, teme el paso del tiempo, que aca-bará con todo su encanto. ¿Qué ocurriríasi todos los estragos de la edad quedaranreflejados en el cuadro?Henry Watton tiene cada vez más in-fluencia sobre él. Como un nuevo Mefis-tófeles, desea hacerse dueño de su alma—¿o representa la irresistible fuerza deuna sociedad decadente?—, y cuandoGray se enamora de una actriz, se burla,y el joven la abandona cruelmente. Sybil Vane, que así se llama la chica, sesuicida. En un primer momento, Dorianse arrepiente, pero ¿fue acaso él respon-sable?, se interroga. Nada ha cambiado,nada más que el rostro del retrato, quemuestra la crueldad de su modelo... El horror sacude a Gray, pero solo unmomento: su deseo se ha cumplido, serájoven por siempre.

A partir de aquí acumula un pecado so-bre otro, sin que su cara pierda su pure-za, pero paga un alto precio. Sus nochesse llenan de pesadillas, pero nada consi-gue llenar su vida. Basil, el único que in-tenta ponerle freno, muere por su mano,y las manos del personaje del retrato sellenan de sangre.Dorian oculta su alma corrupta, conteni-da en un cuadro, como la sociedad victo-riana —y la de ahora— oculta sus lacras,pero no hay modo de negar la verdad, niel tiempo, ni la muerte, como acaba des-cubriendo pagando con su vida.

A diferencia de otros escritores que tratande parecer profundos, Wilde, como Hei-ne, esencialmente lo era aunque tratabade parecer frívolo (Borges, Prólogos a labiblioteca de Babel, Alianza Editorial).Wilde carga su novela con frases inge-niosas con las que sin duda escandalizó ala sociedad de la época, que lo calificó deinmoral. Nada más lejos de la verdad; elautor que comienza burlándose de todoy haciendo del placer una virtud, en rea-lidad pone el dedo en la llaga de su tiem-po..., y por eso molestaba tanto su obray su vida. En nuestros días, sus observaciones tie-nen el mismo vigor: podemos reconocer-nos en las ridículas poses de sus irres-ponsables personajes.

1ARGUMENTO

2COMENTARIO

El hedonismo del escritor, como escribióArnold Hauser, estaba cargado de re-mordimientos de conciencia. El dandique afirmó que él había puesto el genioen su vida y solo el talento en su obra,deja ver, en la lectura atenta de sus li-bros, que lo que le repele es la moralinay que busca con sinceridad el sentido dela vida y la transformación social.Su diagnóstico, lleno de humor, de losmales de su siglo, nos recuerda a las re-flexiones del doctor Freud, que segurocompartiría estas palabras de la novela:Todos los impulsos que pretendemos es-trangular permanecen en nuestra mentey nos envenenan (pág. 34). En definitiva,como en otros autores del XIX, la rebe-lión era contra la hipocresía, contra ladoble moral y la falta de principios sóli-dos (¿y qué época se ha librado de esosmales?).Más allá de lo social, Wilde nos sitúatambién ante el problema capital de laexistencia: la muerte y el paso del tiem-po, y, por tanto, ante las preguntas capi-tales.Wilde, feminista, homosexual, provoca-dor, dandi, hizo de sí mismo un persona-je y lo pagó con la cárcel y el «destie-rro», porque la clase dominante, encuanto se sintió molesta con sus bromas,lo «liquidó». En cualquier caso, como dice AlfonsoSastre, Wilde nunca nos hubiera perdo-nado que consideráramos su caso almargen de la pura literatura («Retratobiográfico». Incluido en La importancia

de llamarse Ernesto). Y sin salir de la li-teratura no sería justo olvidar su influen-cia en autores como Waugh, Coward uOrton, quienes, como él, rechazan cual-quier ortodoxia y se pavonean con des-parpajo al borde del abismo.Y para terminar, qué mejor que cederlela palabra: Soy Oscar Fingal O`FlahertyWills Wilde. Así como el aeronauta, paraascender, va arrojando lastre, he llegadoa ser Oscar Wilde.

❑ La lectura de este libro invita a cues-tionarse las instituciones y normas socia-les, las victorianas, y las actuales:

Aunque lo cierto es que los miembros dela Iglesia no piensan. A los ochenta años,un obispo sigue diciendo lo mismo que lemandaron decir cuando tenía dieciocho(pág. 15).La discreción es una de las cosas que hellegado a valorar. Me parece lo único queconvierte la vida moderna en misteriosao maravillosa (pág. 16).Los ricos habrían hablado del valor delahorro, y los desocupados se habríanvuelto elocuentes al hablar de la digni-dad del trabajo (pág. 27).El pánico a la sociedad, que es la base dela moral, el pánico a Dios, que es el se-creto de la religión..., estos son los doselementos que nos gobiernan (pág. 33).

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3VALORES

Es el problema de la esclavitud e intenta-mos solucionarlo entreteniendo a los es-clavos (pág. 61).Una grande pasión es el privilegio dequienes no tienen nada que hacer. Esa esla utilidad de las clases desocupadas deeste país (pág. 72).

❑ La belleza es, para los personajes deeste libro, casi una idea absoluta, comopara los griegos, y sin embargo el desa-rrollo de la historia nos lleva a conside-rar la necesidad de complementarla conla idea del bien. Puede que a Wilde losmoralistas le repudiaran, pero la mo-ral es un tema central en esta obra.

❑ Se invita al lector a buscar la verdad,por el camino de las paradojas, eso sí:cuando las verdades se convierten enacróbatas, podemos juzgarlas (pág.60).

❑ Y por supuesto, nos hace reflexio-nar sobre la dualidad de todo ser hu-mano, capaz de lo mejor y de lo peor,y sobre la

necesidad de justificarnos ante nosotrosmismos y ante nuestros semejantes.Nuestra vida es finita, es preciso aprove-charla, pero no a la manera de DorianGray, que descubre su error cuando yano tiene remedio.Parafraseando lo que dice Basil Hall-ward, «casi todo lo que se dice en estanovela es incorrecto y casi todo lo quenos anima a hacer es correcto».

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RETRATOS DE DORIAN GRAYEstoy dispuesto a creer cualquier cosa,con tal de que sea realmente increíble(pág.18).A partir del título y de la información dela contracubierta, sugeriremos que, porgrupos, «retraten» a Dorian Gray porescrito: su nacionalidad, su clase social,su edad, su pasado, su futuro.... ¿Porqué será tan importante su retrato? Des-pués pondremos en común las historias.La única condición es que sean realmen-te increíbles.

HISTORIAS DE AMORAquellos que son fieles conocen solo ellado trivial del amor; son los infieles losque conocen las grandes tragedias amo-rosas (pág. 26).¿Será esta una novela de amores desdi-chados? Sugeriremos a los jóvenes quecuenten historias románticas tristes quehayan leído o visto en el cine (o que ha-yan vivido).

RETRATOS CANÓNICOSDorian Gray lamentará perder su juven-tud... ¿A quién no le pasa eso hoy en día?Pediremos a los alumnos y alumnas quereflexionen sobre los modelos de hombresy mujeres que ofrece la publicidad.

Propondremos que realicen dos carteles:uno se titularía «¿Tenemos que ser así?»Y el otro: «¡Así somos!» En el primerose incluirán fotos de anuncios publicita-rios y en el segundo, fotos propias o depersonas que conozcan.Por último, conversaremos sobre la im-portancia de valorarse tal como uno es yde apreciar que la belleza no está ligadaexclusivamente a personas jóvenes, del-gadas y vestidas de determinada manera.

ME GUSTARÍA SER...Invitaremos a los lectores a que se retra-ten (por escrito, con un collage o con undibujo) tal como desearían ser. Les indi-caremos que intenten reflejar en susobras tanto el aspecto como el carácter.Después comentaremos los resultados:—¿A qué aspectos se ha concedido es-pecial relevancia en los retratos? ¿Tie-nen todos esos valores la misma impor-tancia?

ESCÁNDALOSLeeremos la presentación de la novela,en la que se describen los principalesacontecimientos de la vida de Wilde. Pediremos a los lectores que complemen-ten esa información y que, por grupos,redacten e ilustren una noticia que pudoaparecer en la época sobre el autor.Algún grupo supondrá que trabaja paraun periódico sensacionalista; otro, quecolabora con un periódico conservador;y los demás, en una revista de crítica lite-raria.

A C T I V I D A D E S

ANTESD E L A L E C T U R A

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ARTE DE BOLSILLOWilde, se nos dice en la presentación, es-taba decidido a hacer una obra de arteen su vida, o, al menos, a llevar siempreuna encima.Sugeriremos a los lectores que elijan laobra de arte que ellos llevarían siempreconsigo (con la condición de que sea delsiglo XIX o anterior). Cada uno buscaráuna fotografía de la obra seleccionada, ycon todas se montará un cartel titulado«Arte de bolsillo».Será interesante que expliquen los moti-vos de sus elecciones.

CON TODOS LOS SENTIDOSLeeremos el segundo párrafo del primercapítulo de la novela en el que se descri-be el estudio de Basil Hallward. Propondremos a los alumnos que deduz-can cuál será el carácter del dueño de lahabitación. Después, les pediremos queidentifiquen todas las sensaciones queevoca ese fragmento.Escribirán una descripción del aula, to-mando como modelo el texto considera-do y procurando que todos los sentidostengan su lugar en ella.Por último, cada uno leerá la suya, y co-mentaremos las diferentes sensacionesque el aula despierta en ellos.

LA PRIMAVERA, LOS REFRANES ALTERAConviene dar un repaso a nuestros refra-nes. Los han escrito en invierno, y esta-mos en verano (pág. 95).

A estas alturas, los jóvenes ya se habránpercatado de que este libro no es precisa-mente respetuoso con las convenciones,ni los refranes se salvan.Ciertamente el refranero abunda en sen-tencias más bien negativas. Propondre-mos a los alumnos que les den un repasoy los transformen en consejos más ale-gres y positivos.

¿QUÉ ES EL ARTE?Todo arte es a la vez superficie y símbo-lo. Todo arte es verdaderamente inútil(pág. 12).Así entiende Wilde el arte. Como la be-lleza y sus manifestaciones son tema cen-tral de la novela, no estaría mal conside-rar una vez más la irresoluble cuestión:

❑ El arte es la manifestación sensible dela idea (Hegel).

❑ La obra de arte es el sujeto viviente deuna existencia real, un ser (Kandinsky).

❑ No hay otra cosa más parecida a lapintura que la música (Sánchez Cantón).

❑ Lo bello es difícil (Sócrates).

❑ La denominación de ciencia del artecomo ciencia de lo «Bello» suena de ma-nera tan singular como la vieja denomi-nación de la química (Tarabukin).Comentaremos estos enunciados y des-pués pediremos que, por parejas, escribanuna definición de «arte» o de «belleza».

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LOS TRES DESEOSRecordaremos cuentos tradicionales endonde los protagonistas tengan la oca-sión de pedir sus deseos a un genio, de-monio o hada. Conversaremos sobre sus«moralejas». Después, por grupos, losalumnos decidirán qué tres deseos pedi-rían si estuvieran en el caso de esos per-sonajes.

ETERNA JUVENTUDSugeriremos a los lectores que conversencon sus abuelos sobre su pasado: cómofue su juventud, qué echan de menos, enqué han mejorado sus vidas, en qué hanempeorado y si desearían volver a ser jó-venes o bien si encuentran que la vida daotras compensaciones al arrebatar la ju-ventud.Posteriormente, charlaremos sobre losresultados de esas «entrevistas» y les pe-diremos que reflexionen sobre las capa-cidades que les gustaría adquirir con lamadurez y sobre las cualidades juvenilesque esperan no perder nunca.

LA IMPORTANCIA DE SER UN DANDISi a un escritor se le identifica con eldandismo, ese es Oscar Wilde. Propon-dremos que se informen sobre la formade vestir y de comportarse de estos jóve-

nes en la época del escritor. Después, su-geriremos que realicen bocetos para ilus-trar un catálogo de «modelos exclusi-vos» que pudo lucir nuestro ingeniosoirlandés.

TABLÓN DE IDEASHaces la vida pedazos con tus epigramas(pág. 132).Estos «destrozos», causados por simplespalabras, que en la novela se atribuyen aHenry Wotton, son el arma que utilizaWilde en toda su obra para poner en sol-fa todo tipo de hipocresías sociales. Sugeriremos que busquen ejemplos deello en el libro leído y que recojan todasesas frases ingeniosas en un Tablón deideas. A dicho espacio podrán ir incor-porándose otras «sentencias» que lean,escuchen o inventen.

AQUÍ YACE...¿Qué epitafio habría deseado nuestro es-critor que sellara su tumba? Invitaremosa los lectores a que, por parejas, escribanese fúnebre texto: pero que no se olvidende las sonrisas, Óscar no lo habría per-donado.

AUTORRETRATOSTodo retrato que se pinta con sentimien-to es un retrato del artista (pág. 18).Pediremos a los alumnos y alumnas queseleccionen algunos retratos famosos,procurando que haya de todas las épocasy estilos. Después, invitaremos a quecada uno elija un cuadro e imagine cómo

DESPUÉSD E L A L E C T U R A

era su pintor y cómo se sentía en el mo-mento de retratar a su modelo.

MÁS PREGUNTAS EXISTENCIALESMe gustaría saber quién definió al hom-bre como un animal racional. Es la defini-ción más prematura que existe (pág. 46).Sugeriremos que «desempolven» sus li-bros de filosofía para que, en grupos detres o cuatro, recojan una o dos defini-ciones que los «sabios» han dado sobreel ser humano. Discutiremos entre todoslas descripciones aportadas, y finalmentecada grupo redactará su propia defini-ción.

LA BELLEZA DE LAS PALABRASEs tristemente cierto, pero hemos perdi-do la facultad de dar nombres bonitos alas cosas. Los nombres lo son todo (pág.253).Propondremos que seleccionen algunaspalabras a su juicio «feas», que sirvenpara nombrar cosas hermosas. Después,sugeriremos que las rebauticen con nom-bres a la altura de su hermosura.

¿QUIÉN HABLARÁ DE NOSOTROS...?O al menos había salido en los periódicosbaratos, que son el modelo de la inmorta-lidad del siglo diecinueve (pág. 20). Y del siglo XX, y del XXI, podríamos aña-dir. Propondremos a los jóvenes que traigana clase revistas de «cotilleo». Por grupos,recortarán imágenes de las «figuras delmomento» y compondrán una revista-

mural, añadiendo pies de foto en los quese ponga de manifiesto que estos ídolostienen «los pies de barro».

HABÍA UNA VEZ...En la página 179, Wilde nombra piedraspreciosas y mágicas. Sugeriremos a loslectores que elijan una de las gemas yque escriban una leyenda en la que se décuenta de su maravilloso origen o pro-piedades.

LA CARA ES...«La cara es el espejo del alma», dice el re-frán. Desde luego en el caso de Dorian secumple. Propondremos a los lectores quebusquen fotografías de personas mayoresque no conozcan y que traten de escribirsus biografías a partir de los datos que eltiempo ha grabado en sus rostros.

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