Guia doce hombres sin piedad

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CURSO :

ENCARGADO DE OBRA EN EDIFICACION

GUIA DIDACTICA DE LA PELICULA:

“TWELVE ANGRY MEN”

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OBJETIVO:

Un encargado de obra, como hemos visto a lo largo de estas jornadas, ha de ser además líder.

¿Cuáles son las características de un buen líder?.

Con esta proyección trataremos de dar respuesta a esta pregunta además de algunas otras que

surgen de la necesidad de la presencia de un líder.

ANÁLISIS

Las escenas que vamos a ver y analizar son de la versión del director Sidney Lumet. La situación

de aislamiento en el que se encuentran los 12 hombres va a propiciar tensiones que derivarán en

enfrentamientos, donde podemos ver las habilidades sociales de cada persona o su falta de

ellas. Tienen que decidir la absolución o la condena a muerte de una persona y para algunos

esto no tiene mucha importancia “está claro, es un asesino”, “terminemos pronto que tengo

entradas para el partido”, etc., son algunas frases que podemos escuchar.

Vamos a centrarnos en la actitud de uno de ellos, que está interpretado por Henry

Fonda. Cuando todos votan culpable él es el único que vota inocente. Podemos apreciar que

su postura en asertiva, defiende su derecho a opinar diferente, pero lo hace respetando las

opiniones de los demás, en definitiva, su actitud se enmarca en la definición de

la asertividad:“capacidad de expresar abiertamente nuestras opiniones respetando los derechos

de las otras personas”.

Es una postura que como dice otro de los personajes “hay que tener valor para votar inocente

cuando todos los demás opinan que es culpable”. En diferentes momentos de la película vemos

la capacidad de liderazgo que tiene. Potenciar nuestra actitud asertiva nos puede servir

también para desarrollar nuestro liderazgo de forma eficiente.

El líder asertivo es una persona con alta autoestima, no necesita levantar la voz para hacerse

escuchar. Es, en definitiva, una persona que defiende sus derechos, en el caso de la película, su

opinión, pero respeta también las posturas de los demás. Dice en un momento “me he puesto en

el lugar del chico”, es decir, tiene una postura empática, intenta entender su situación antes de

tomar una decisión que será definitiva: la condena a muerte.

En la escena de la navaja vemos el debate entre dos de los personajes, el que hemos analizado

y otro. Los dos expresan su opinión, defienden con fuerza sus argumentos, pero ambos se

escuchan, prestan atención a la opinión del otro: son dos personas asertivas. En varias de las

escenas vemos por el contrario la actitud agresiva de otro personaje, insulta, grita, no

escucha. Es evidente que su forma de actuar demuestra una falta de asertividad, de

empatía, sus circunstancias personales le llevan a olvidar la situación del condenado, no se

pone en su lugar, decide en función de su rencor.

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Cuando el protagonista que analizamos propone una nueva votación, lo hace desde una posición

de autoridad, muy asertiva. Deja claro que no va a seguir con la discusión si los demás están

convencidos de la culpabilidad, porque ha logrado su objetivo: que se debata el tema, que no se

condene al joven sin más, pero no fuerza la situación, se somete a la decisión del grupo.

El resto de los personajes tienen actitudes menos definidas, algunos se inhiben, son actitudes

pasivas; otros “pasan”, su actitud va cambiando cuando se implican en el debate, lo que

demuestra que a través del diálogo, de la toma de postura de una persona se pueden cambiar

actitudes y propiciar que los demás se impliquen. Vemos que las habilidades sociales pueden

aprenderse.

Una cuestión a tener en cuenta es cómo la postura asertiva del personaje que hemos

comentado al principio va creando adeptos, su capacidad de liderazgo y su actitud

asertiva propicia que, como dice “el viejo”, “este hombre se ha enfrentado solo a nosotros, ha

intentado conseguir apoyo y yo se lo he dado…quiero oír más…”

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TEORIA:

1.EL LIDERAZGO

1.1 LIDERAZGO Y GESTIÓN DE PERSONAS

Liderar es un arte y no basta por tanto para ejercerlo, con el instinto que más o menos acentuado

poseamos para ello. Hay que desarrollarlo conociendo y practicando los principios sancionados

por la experiencia y los avances de las ciencias humanísticas. (EL LÍDER SE HACE)

LIDERAR ES LIDERAR NO ES

Educar: lograr el desarrollo de toda la perfección que la naturaleza humana lleva consigo. Instruir: enseñar las nociones técnicas precisas y dirigir los ejercicios prácticos, para proporcionar a los subordinados los cono cimientos específicos que necesiten para cumplir sus misiones. Conducir: guiar y dirigir a los subordinados de forma, que perfeccionando la educación e instrucción en el ámbito colectivo, desarrollen la comprensión y cooperación entre todos.

Simplemente, dar órdenes, aunque se den con mucha energía y con ademanes autoritarios. Hacer un promedio de las intenciones de los subordinados. Doblegar voluntades.

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1.2 DIFERENCIAS ENTRE JEFE Y LÍDER

Un jefe existe por la autoridad; mientas que la figura del líder dentro del grupo aparece por su

buena voluntad y dotes de gestión de personas.

El jefe ve la autoridad como un privilegio de mando, mientras que el líder considera la autoridad

como un privilegio de su servicio prestado en el equipo.

El jefe ofrece una postura de temor, inspirando miedo; diciendo como hacer las cosas, mientras

que el líder tiene una postura de confianza, de enseñando al equipo a hacer las cosas, y

mostrando con el ejemplo; este ultimo se siente como uno mas del equipo sin sentirse por

encima del mismo.

JEFE LIDER

Existe por la autoridad

Inspira miedo

Sabe cómo se hacen las cosas

Le dice a uno ¡Vaya!

Maneja a las personas como fichas

Llega a tiempo

Asigna las tareas.

Existe por la buena voluntad

Inspira confianza

Enseña cómo hacer las cosas

Le dice a uno: ¡Vayamos!

Trata a las personas como tal

Llega antes

Da el ejemplo

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1.3 PRINCIPIOS DE LIDERAZGO

Manténgase constante y sinceramente interesado por lograr el bienestar de sus subordinados.

Esto, en muchos casos, evita la necesidad futura de tomar medidas disciplinarias. Cuando la

indisciplina invade un departamento y afecta a un gran sector, el remedio no está en la acción

disciplinaria, algo no marcha bien en dicho departamento: CORRIJA TALES ERRORES.

Trate de conocer siempre qué es lo que piensa el subordinado. Este conocimiento ayuda a

conocer y comprender el por que de sus actos. No reprenda en presencia de otros, excepto

cuando la falta haya sido pública. Nunca reprenda a nadie si Vd. está irritado. Podría excederse

en sus palabras.

Después de efectuar una reprensión, el jefe debe mantener su conducta habitual hacia el

subordinado. El ejemplo y la buena voluntad, tienen gran influencia en el mantenimiento de la

disciplina.

Las principales habilidades de un buen líder son;

• Empatía: es identificar lo que desean los demás. Es decir "salir" de mi propio entorno y aceptar

que no soy el modelo universal. Hay otras visiones válidas; poniéndome las gafas del otro, para

ver la realidad desde su ángulo.

• Serenidad: es no dejarse llevar por los impulsos.

• Paciencia: es la tranquilidad que surge de vivir con orden.

• Lealtad: coherencia con la palabra dada.

• Discreción: el control de la lengua es esencial para cualquier directivo.

• Sinceridad: sin sinceridad no hay confianza. Promover la confianza. Mostrarse leal a los

principios que se han asumido. Esto supone;

– Respeto a la verdad.

– Sinceridad en las palabras; no decir lo contrario de lo que pienso.

– Sinceridad también en los comportamientos.

– Saber reconocer los propios errores.

– Ser sincero es también decir a la cara verdades que ayuden a los otros.

• Prudencia: los enemigos de la prudencia son:

– La precipitación.

– Los propios intereses.

– La obstinación en mis propias ideas.

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– La vanidad que impide objetividad.

• Carisma: una de las cualidades más llamativas de algunos líderes es su carisma. Cuando

hablamos de carisma, hacemos referencias a esa gran habilidad que tienen estas personas de

atraer a otros, de que les sigan. Un líder carismático tiene la capacidad de generar entusiasmo.

Quienes están alrededor suyo desean estar lo más cerca posible de él. Esto los diferencia

claramente de aquellos que tienen alguna posición de autoridad y la gente sólo les obedece por

miedo.

John Maxwell menciona algunas características de los hombres y mujeres carismáticos:

–Aman la vida: son personas alegres, optimistas. No viven quejándose. Demuestran pasión en lo

que hacen. Dan ganas de estar con ellos.

–Ponen un "10" en la cabeza de cada persona: tienen la tendencia a ver lo mejor en los demás.

Dijo Benjamín Disraeli: "el mayor bien que usted puede hacer por otro no es mostrarle sus

riquezas sino revelarle las de él".

–Transmiten esperanza a la gente: aún en los momentos de mayor dificultad, tienen una actitud

superior que está basada en su visión y su convicción. Esto provoca que la gente se sacrifique

porque se contagia con la fe de esta clase de líder.

–Se brindan a los demás: son personas que tienen un espíritu generoso. Comparten su

conocimiento, sus recursos, su tiempo con sus seguidores. No piensan sólo en cómo sacar

provecho de sus seguidores.

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1.4 PODER, AUTORIDAD, MANDO Y LIDERAZGO

Poder: La habilidad para castigar o recompensar sin autoridad. Capacidad de afectar al

comportamiento de otras personas, con o sin su consentimiento.

Autoridad: Potestad, facultad de mandar y hacerse obedecer. Consentimiento de los otros.

Mando: Autoridad y poder que tiene el superior frente a sus subordinados.

Dirección: Guiar las acciones hacia el logro de los objetivos.

Gestión: Gestionar es coordinar todos los recursos disponibles para conseguir determinados

objetivos, implica amplias y fuertes interacciones fundamentalmente entre el entorno, las

estructuras, el proceso y los productos que se deseen obtener.

Liderazgo: Característica de un individuo que crea un compromiso generado y la credibilidad,

que éste transmite a las personas que lo rodean. Un líder es aquel que hace lo apropiado por su

capacidad, dirección, acción y opinión

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1.5 MODELOS DE LIDERAZGO TRADICIONALES

La actitud y el método de dirección del líder crean una auténtica atmósfera de la que dependerá

que aumente o disminuya el placer que el grupo siente de trabajar en equipo y por lo tanto de

conseguir de manera eficaz y eficiente los objetivos establecidos.

Destacamos 3 estilos de dirección:

1.5.1 Líder autócrata

– Marca los objetivos, planifica las tareas, evalúa el trabajo, elige los materiales y fija las normas

de conducta sin contar con el resto del grupo.

– Indica el trabajo etapa por etapa dando un mínimo de información sobre el proceso total del

trabajo. Se sitúa fuera del grupo con un sentimiento de superioridad.

– No acepta sugerencias y no permite la creatividad. No promueve la comunicación ni la

participación de los miembros.

– No da feed-back ni refuerza, no crea un clima de confianza.

1.5.2 Líder participativo

– Anima al grupo a organizarse como tal, aunque les presta ayuda en todo momento para

resolver tareas y problemas.

– Marca los objetivos, planifica las tareas, evalúa el trabajo, elige los materiales y fija las normas

de conducta en consenso con el resto del grupo. Indica el trabajo con su significado total, y sus

objetivos, dando toda la información al grupo sobre el proceso total del trabajo

– Se sitúa dentro del grupo como un miembro más; además acepta sugerencias y premia la

creatividad. Promueve la comunicación y la participación de los miembros.

– Da feed-back y refuerza, creando un clima de confianza.

1.5.3 Líder liberal

– Deja que todo suceda de una forma pasiva, condescendiente y sin intervenir, espera que el

grupo resuelva los problemas sólo. El líder delega en sus subalternos la autoridad para tomar

decisiones.

– Anuncia los objetivos, y el resto se lo deja al grupo sin importarle cómo se llevarán a cabo.

Proporciona muy poco contacto y apoyo para los colaboradores.

– El equipo tiene que ser altamente calificado y capaz para que este enfoque tenga un resultado

final satisfactorio. No promueve ni la comunicación ni la participación de los miembros Espera

que los subalternos asuman la responsabilidad por su propia motivación, guía y control.

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1.6 MODELOS DE LIDERAZGO. CLASIFICACIÓN SEGÚN LA INTELIGENCIA EMOCIONAL

1.6.1 Líder visionario

Encauza el clima emocional del entorno laboral y en una dirección positiva y acaba

transformando a muchos niveles, el espíritu de la organización sin imponer el modo en el que

debe actuar cada persona, dejando el espacio suficiente para la innovación, la experimentación y

la asunción de riesgos calculador. Utiliza la inspiración, junto con la confianza, la conciencia de

uno mismo y la empatía. Además elimina las barreras de humo dentro de la empresa generando

un paso hacia la sinceridad que posibilita el acceso a la información y el conocimiento necesarios

para que los empelados se sientan incluidos y puedan tomar las decisiones adecuadas.

1.6.2 Líder coaching

Es un tipo de liderazgo que se dedica a indagar en la vida de las personas, sus sueños,

expectativas, y objetivos vitales. No se centra tanto en el logro de objetivos como en el desarrollo

personal. Hace que su equipo identifique sus fortalezas y debilidades, determinado así los

objetivos a largo plazo.

1.6.3 Líder afiliativo

Este estilo de liderazgo es adecuado aplicarlo en aquellos casos en que se trata de aumentar la

armonía del equipo, elevar la moral, mejorar la comunicación y restablecer la pérdida de

confianza en una organización. Promueven la armonía y la amistad estableciendo relaciones de

amistad con sus empleados. Se centra por igual entre los objetivos de la organización y las

necesidades emocionales de los empleados.

1.6.4 Líder democrático

Se utiliza cuando el líder no sabe muy bien qué dirección seguir y necesita recabar la propuesta

de sus empleados más capaces. Cuando por el contrario se tiene claro la dirección este

liderazgo pone en relieve las ideas necesarias para ponerlas en marcha. Este estilo se centra en

tres competencias fundamentales; el trabajo en equipo, la gestión de conflictos, y la influencia

1.6.5 Líder timonel

Este estilo de liderazgo puede ser útil en ámbitos técnicos o en la primera fase de la empresa en

la que es crecimiento es esencial. Es el liderazgo fundamental para equipos muy motivados,

competentes y que requieren poca dirección. Para desarrollar este estilo de forma eficaz es

necesario compaginar la motivación de logro y la iniciativa.

1.6.6 Líder autoritario

Este estilo de líder busca que sus subordinados acaten incondicionalmente sus ordenes, sin

explicar razones y en caso de no hacerlo no duda en recurrir a las amenazas. Es estilo coercitivo

resulta útil en casos en que el líder debe poner en marcha una empresa o cuando se ve obligado

a cambiar los hábitos de una organización que atraviesa una situación crítica.

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1.7 EL LIDERAZGO EN ÉPOCAS DE CAMBIO

Las organizaciones están formadas por individuos y no se puede esperar que con acciones de

estrategia organizacional se logre aumentar la flexibilidad, si los individuos que la integran no

logran aumentar substancialmente su capacidad de cambio, al mismo tiempo.

Un líder actual debe ser capaz de adaptarse a las nuevas circunstancias además de convertirse

en promotor del cambio en sus equipos. El enfrentamiento al cambio lo podemos graduar en 6

etapas; que van desde la primera o más baja, donde la conciencia del cambio es muy tenue,

hasta la más alta en la que los cambios se realizan con gran energía, convicción y pericia.

1.7.1 Plataformas del cambio

Una misma persona suele actuar la mayor parte de las veces desde una de esas plataformas

pero en determinados temas o momentos puede actuar desde otra plataforma adyacente, sea la

inmediatamente superior o la inmediatamente inferior.

Si logra ir aumentando su capacidad de cambio se irá desplazando hacia las plataformas

superiores. Pero si, con el paso del tiempo, se hace cada vez más rígida, frágil o huidiza frente a

los cambios, irá descendiendo hasta las posiciones más bajas.

Una misma persona suele actuar la mayor parte de las veces desde una de esas plataformas

pero en determinados temas o momentos puede actuar desde otra plataforma adyacente, sea la

inmediatamente superior o la inmediatamente inferior.

Si logra ir aumentando su capacidad de cambio se irá desplazando hacia las plataformas

superiores. Pero si, con el paso del tiempo, se hace cada vez más rígida, frágil o huidiza frente a

los cambios, irá descendiendo hasta las posiciones más bajas.

Plataforma 1: conciencia confusa de la existencia del cambio personal

Predisposición a creer que nada cambia y se desea que todo permanezca igual, en la medida de

lo posible. Cuando acontece un cambio radical, algo realmente nuevo que resulta imposible

ignorar, las ideas de siempre no sirven de gran cosa para encontrar un sentido a lo que

acontece. De esta manera no se acaba de entender bien lo que pasa y se asume como una

fatalidad, como algo incomprensible contra lo que nada puede hacerse. Lo más característico de

esta primera plataforma es que, en la medida de lo posible, el cambio se niega, se ignora o se

asume pasivamente y se sufre. Comportamiento: muy ritualizado; se considera que las fórmulas

de actuación de eficacia probada en el pasado deben repetirse una y otra vez de la misma

manera, sin que importe que las circunstancias ya no sean las mismas que antes. En

consecuencia, en esta plataforma, la destreza para afrontar cambios es muy baja.

Plataforma 2: intentos de evitar cualquier tipo de cambio

En esta fase se adquiere algo más de más conciencia sobre los cambios que se hallan en curso,

pero en la medida de lo posible, se intenta evitarlos. Si resultara imposible, algunos intentarán

adaptarse a la nueva situación pero lo harán sin demasiada pericia y su respuesta será, sobre

todo, defensiva y acomodaticia.

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Comportamiento: la actitud fatalista y resignada de "o ignorar o apechugar", que era lo más

característico del nivel anterior, se transforma aquí en un comportamiento más activo que puede

tomar tres formas:

– evitación;

– resistencia y obstrucción;

– adaptación.

Plataforma 3: aceptación del cambio

Personas que empiezan a comprender que la vida es en realidad un proceso de cambio sin fin.

Han empezado ya a abandonar la ilusión de que todo debería permanecer tal cual está y

empiezan a sospesar la idea de que se están transformando y de que, a su alrededor, todo está

evolucionando constantemente.

Estos primeros atisbos de la conciencia del cambio no significan una plena comprensión de

todos los cambios en curso.

Comportamiento: se empieza ahora a sentir la necesidad de saber si se puede influir sobre

algunos de esos cambios y cómo debería procederse para lograrlo.

– Se empiezan a reconocer y a aceptar algunos cambios.

– Se empieza a renunciar a comportamientos de resistencia.

– Se empieza a experimentar la necesidad de encauzar y de aprender a manejar algunos

resortes de la transformación.

– No se ha extinguido todavía un anhelo fraguado en las etapas anteriores del inmovilismo.

Plataforma 4: hacia el aprendizaje de nuevas maneras de vivir los cambios

A partir del momento en que los cambios se admiten muy pronto se pone de manifiesto la

dificultad de ser eficaz cuando uno se ve arrastrado por sus turbulencias. Se comprueba que el

cambio resulta tanto más arduo cuanto más intenso, rápido y profundo es.

Con todo, hay todavía en esta plataforma una fuerte inclinación a reutilizar recetas ya conocidas;

se usan una y otra vez las mismas formas de pensar y las mismas pautas de respuesta

emocional que parecen haber funcionado en el pasado.

Comportamiento: Se abandona el ideal de estabilidad y se reemplaza por el ideal de la

transformación. Lo que se empieza a vislumbrar ahora es el deseo de alimentar y sostener

permanentemente un sutil estado de desequilibrio que permitirá mantener indefinidamente el

proceso de la propia transformación.

Page 13: Guia doce hombres sin piedad

Se inicia también el despliegue de la conciencia a cerca de los procesos de auto-organización.

Se deja de pensar que todo ocurre como un plan preestablecido y ahora es necesario planificar

el comportamiento, hasta tener el control sobre el mismo.

Plataforma 5: para poder seguir adelante hay que asumir que es necesario dejar de ser lo

sé era.

Los valores de la estabilidad también se abandonan y se reemplazan por los de la fluidez y la

transformación. La identidad se modifica, pero durante nada se desconecta abruptamente del

pasado más inmediato. Es aquí cuando uno afronta un cambio, no se limita a gestionar los

acontecimientos que tienen lugar a su alrededor sino que además se dispone a emprender la

aventura de su propia transformación.

Comportamiento: esto quiere decir que se comenten ciertas "reformas" de mentalidad:

– en las convicciones, en manera de pensar y valorar las cosas,

– en la forma de funcionar emocionalmente,

– en el estilo de vida que se practica y, por encima de todo,

– en la percepción del sentido de la existencia.

Comportamientos que derivan de que se han vivido ya cambios y, posiblemente, están

intentando ahora afrontar y asimilar otros y, entre ellos, el más importante de todos: su propia

transformación.

Plataforma 6: estrategias personales para adaptarse al cambio.

No sólo se afila la comprensión de las dificultades que ocasiona el cambio, sino que además se

refinan estrategias personales para abreviar los períodos transitorios de trastorno y, más tarde,

para acelerar el proceso de recuperación ulterior.

Se distingue claramente entre los cambios que vienen impuestos por las circunstancias externas

y los que acontecen en el interior de cada uno, tanto aquellos que se buscan de una forma activa

y voluntaria, como aquellos otros que sobrevienen con independencia de nuestra voluntad.

Internas: son aquellas que provienen de dentro de la organización, surgen del análisis del

comportamiento organizacional y se presentan como alternativas de solución, representando

condiciones de equilibrio, creando la necesidad de cambio de orden estructural; es ejemplo de

ellas las adecuaciones tecnológicas, cambio de estrategias metodológicas, cambios de

directivas, remodelación de plantilla, etc.

Externas: son aquellas que provienen de afuera de la organización, creando la necesidad de

cambios de orden interno, son muestras de esta fuerza: Los decretos gubernamentales, las

normas de calidad, limitaciones en el ambiente tanto físico como económico.

Page 14: Guia doce hombres sin piedad

2. HERRAMIENTAS PARA UNA DIRECCIÓN EFICAZ

2.1 LA COMUNICACIÓN: HERRAMIENTAS Y HABILIDADES A DESARROLLAR PARA UNA

COMUNICACIÓN EFECTIVA

La comunicación es una actividad diaria de todas las personas, y así como es importante en las

relaciones personales, lo es también en las organizaciones. La comunicación efectiva con los

empleados, clientes, accionistas, etc., es esencial para la empresa. Las relaciones con la gente

se establecen al comunicarse efectivamente con ellos.

En el ambiente de trabajo, una persona interactúa con sus compañeros, superiores, clientes, etc.

De igual manera, recibe información, da o recibe instrucciones y se coordina con equipos de

trabajo.

6% Lo dedicamos a escribir

11% a leer

21% a hablar

30% a escuchar

SE ESTIMA QUE MÁS DE UN 60% DE NUESTRAS ACTIVIDADES DIARIAS INVOLUCRAN

ALGUNA FORMA DE COMUNICACIÓN

La comunicación es un proceso verbal, escrito, visual o cualquier expresión que transmite una

idea, información, pensamiento y que puede influir en las personas.

El intercambio de ideas y de información es la savia vital de cualquier organización. Todos los

tipos de interacción de una empresa y su medio dependen de alguna forma de comunicación.

Una buena organización funciona con libertad de comunicación entre todos sus miembros.

Todos los miembros han de estar en contacto y han de tener la mayor parte de la información de

la organización para mejorar el rendimiento y la velocidad con que se realiza el trabajo; para

aumentar la productividad y sobre todo para generar un buen clima de trabajo.

La comunicación es el factor productivo por excelencia. Cuando quienes integran la compañía

tienen claras las metas y los objetivos de la estrategia de negocio y le aportan a la gestión de la

organización, el resultado es una fuerza conjunta y coordinada enfocada en alcanzar los logros

corporativos.

Pero cuando no es así y la información es escasa, aumentan los niveles de incertidumbre, las

personas se sienten inseguras, posteriormente amenazadas y a partir de allí asumen actitudes

defensivas que lejos de aportar, restan capacidad de gestión.

La incertidumbre es aquella falta de consistencia, precisión o exactitud de la información que no

nos permite predecir la realidad que nos rodea, causando por tanto inseguridad y duda. Además

puede presentarse cuando no se obtiene retroalimentación que solucione las necesidades de

información. La incertidumbre significa para los miembros de una organización el hecho de no

Page 15: Guia doce hombres sin piedad

poder predecir correctamente todas las alternativas que puede tener un evento dado. La

información, entonces, reduce la incertidumbre. Los miembros de la organización buscan

respuestas a sus interrogantes en cualquier situación que puedan interpretar como un signo o un

mensaje que sea coherente con una información previa y que indique cambios probables o

tendencias del entorno laboral. La carencia de información imposibilita la gestión interna, es un

ejemplo macro de lo que sucede cuando una persona duda y no sabe qué decisión tomar. De

igual forma, si los trabajadores no tienen claro el camino a seguir que ha planteado la

organización o desconfían de él, optarán por una dinámica de trabajo lenta y prevenida.

La comunicación, sin embargo, no puede limitarse al solo hecho de informar a los trabajadores,

también debe permitir un proceso de retroalimentación para solucionar sus expectativas,

inquietudes y generar contexto. Además, la incertidumbre crea graves problemas de clima

organizacional por cuanto genera un ambiente de zozobra y amenaza, que tarde o temprano

serán expresadas por los trabajadores a manera de actitudes prevenidas, poco colaboradoras y

marcadamente desconfiadas. Un apropiado programa de comunicaciones pueda solucionar

estas carencias de información, la dinámica de gestión se verá recompensada y la organización

verá como su trabajo elimina barreras. La organización frente a la incertidumbre debe estar

preparada para generar información bien sea a través de sus canales formales o de la

interacción de la gerencia con los trabajadores.

Sin embargo, aunque la incertidumbre es un enemigo de la estabilidad de la organización, nunca

se elimina por completo, bien porque la organización está involucrada en un universo dinámico o

bien por que el ser humano tiene inmersa en su naturaleza la capacidad de hacerse preguntas

constantemente.

La paradoja entonces radica en que si bien la información puede reducir la incertidumbre,

también las organizaciones deben aprender a vivir con ella, como parte de la dinámica

competitiva de hoy.

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2.1.1 Asertividad

Es aquella habilidad personal que nos permite expresar sentimientos, opiniones y pensamientos,

en el momento oportuno, de la forma adecuada y sin negar ni desconsiderar los derechos de los

demás.

Que debemos de hacer:

– Expresar sentimientos y deseos positivos y negativos de una forma eficaz, sin negar o

menospreciar los derechos de los demás y sin crear o sentir vergüenza.

– Discriminar entre la aserción, la agresión y la pasividad.

–Discriminar las ocasiones en que la expresión personal es importante y adecuada.

–La ventaja de aprender y practicar comportamientos asertivos es que se hacen llegar a los

demás, los propios mensajes expresando opiniones, mostrándose considerado. Se consiguen

sentimientos de seguridad y el reconocimiento social.

–Es completamente imprescindible tener bien claro que tanto el estilo agresivo, como el pasivo,

no sirven para conseguir los objetivos deseados.

– Elección del lugar y el momento oportuno.

– Estados emocionales facilitadores.

– Escuchar activamente.

– Empatizar.

– Hacer preguntas abiertas o específicas.

– Pedir la opinión.

– Manifestar los deseos y/o los sentimientos haciendo servir mensajes en los que el sujeto es

uno mismo y no el otro.

– Los mensajes han de ser consistentes y coherentes.

– Aceptar o estar parcialmente de acuerdo con una crítica.

– Información positiva.

– Recompensar.

– Utilizar el mismo código.

–Acomodar el contenido a las posibilidades o características del otro.

– Expresar sentimientos.

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2.1.2 Empatia

La empatía es de vital importancia para la comunicación. Muchas personas confunden empatía

con simpatía, pero la empatía es mucho más que eso.

La empatía es la capacidad o proceso de penetrar profundamente, a través de la imaginación,

dentro de los sentimientos y motivos del otro" En un sentido menos académico, implica ponerse

"en los zapatos, o en la piel del otro", de manera de entender realmente sus penas, sus temores,

o más positivamente hablando, sus alegrías.

Lo opuesto de empatía, en términos de comunicación, es invalidación. Es lo que sucede cuando

se expresa un sentimiento, y la persona a quien le hablas contradice o rechaza el mismo. Y

cuando se encuentra ansioso, triste, temeroso, o mal en algún modo, el rechazo es muy

doloroso.

2.1.3 Escucha activa

Para el emisor de un mensaje, el truco estriba en conseguir que la otra persona escuche

activamente lo que se le dice.

Cuatro prácticas básicas sirven para mejorar la comunicación por parte del emisor:

1. Tocar un punto de interés para el otro.

2. Lograr que el oyente capte por qué es importante el mensaje.

3. Seguir en contacto con la otra persona.

4.Comunicar con firmeza y compresión.

Será mejor comunicador si mantiene la regularidad del flujo de la comunicación. Recuerde que,

aunque el proyecto marche bien, ése no es el objetivo final. Sólo significa que se están

recorriendo etapas de un camino.

El control permanente de este recorrido, unido a una retroalimentación permanente de

información y de todas las personas interesadas, es la clave para evitar muchas dificultades de

comunicación.

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2.2 DECÁLOGO DE LA COMUNICACIÓN EN MOMENTOS DE CAMBIO

1. No especular. Debe informarse sobre lo que se sabe y sobre lo que se está haciendo para

responder a la situación, pero no aventurar hipótesis que no se sostengan con datos. Ante

rumores o informaciones erróneas hay que responder rápida y ponderadamente.

2. No aplicar una "cerrojazo informativo". Es mejor decir "no hay información nueva" que "no hay

información". Si las fuentes inmediatas no dan información, los interesados buscarán otros

interlocutores.

3. No mentir. Nunca. Jamás. Si, inadvertida o accidentalmente, se ha dado una información

errónea, tomar rápidamente las medidas para corregirla. Una vez rota la credibilidad es imposible

recuperarla.

4. Dar la cara y atender al plano emocional, que desencadenan los hechos entre los afectados.

Mostrar preocupación, interés y empatía. Cuando no es así, la sensación que se transmite es

nefasta.

5. No intentar impedir el acceso de los medios de comunicación al lugar de los hechos en caso

de que lo soliciten.

6. Establecer, cuando la situación lo requiera, canales de comunicación directa con afectados,

empleados, etc.

7. Compartir regularmente la información de que se dispone con otras entidades relacionadas

con la crisis (autoridades, servicios de emergencia, etc.) que también puedan ser fuente para los

periodistas para limitar el riesgo de contradicciones informativas.

8. Mantener informados, cuando es el caso, a empleados.

9. No eludir responsabilidades ni señalar culpables, lo cual NO significa asumir

responsabilidades que incumben claramente a otros.

10. No limitar el esfuerzo de comunicación a la fase "activa" de una crisis, Pasada ésta, suele

quedar un gran camino por recorrer para recuperar la confianza empleados, clientes,

consumidores, etc

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LA PELICULA

“DOCE HOMBRES SIN PIEDAD”

FICHA TÉCNICA

EE.UU., 1957.

Director: Sydney Lumet.

Reparto: Henry Fonda (8), Lee J. Cobb (3), E.G. Marshal (4), Jack Warden (7), Ed Begley (10),

Martin Balsam (1), John Fiedler (2), Robert Webber (12), George Voskovek (11), Jack Klugman

(5), Ed Binns (6), Joseph Sweeney (9).

PRODUCTORA: Metro-Goldwyn-Mayer.

Título original: Twelve Angry Men.

Basada en la obra teatral de Reginald Rose.

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ARGUMENTO Un chico de 18 años es juzgado por el asesinato de su padre. El jurado debe emitir su veredicto en un caso en que todas las evidencias parecen condenar al acusado. Estos doce hombres, a los que el sistema presupone imparciales, comienzan a manifestar su personalidad a medida que deliberan, a petición de uno de ellos, sobre los testimonios que fueron presentados. La fuerza del diálogo y de la lógica va desmoronando la consistencia de esos testimonios que, una vez que son unidos como un puzzle, manifiestan su inconsistencia. La racionalidad del protagonista se va abriendo camino entre la niebla de los prejuicios, pasiones y motivaciones anímicas de los demás miembros del jurado. Uno a uno son incitados a reflexionar, comprender y aclarar lo que se esconde tras las apariencias del caso. En este proceso, son sus propias personalidades las que están siendo analizadas una vez que se embarcan en el ejercicio esclarecedor de la razón. LA TRAMA Nuestro sistema judicial se basa en el principio que ya estableciera el derecho romano: in dubio, pro reo (ante la duda, a favor del reo). Esto significa que toda persona es inocente hasta que se demuestra su culpabilidad. Sin embargo, en la sociedad suele ocurrir a menudo lo contrario, como se refleja aquí: el chico parece culpable, las evidencias tienden a enfocarlo así; el debate del jurado va desmoronando la consistencia de esas evidencias, hasta desembocar en una “duda razonable”, suficiente por ley para absolver a un acusado. Es importante destacar que no se demuestra la inocencia del chico: lo que se demuestra es el conjunto de pre-juicios que condicionan una apariencia de culpabilidad, de los cuales hay que desvincularse para juzgar fríamente si hay pruebas consistentes –no meramente circunstanciales. EL TEMA El punto de partida: la opinión previa. El tema, más que el de la justicia a secas, es el del juicio humano. ¿Cómo se fragua un juicio sobre la realidad? La película se plantea en un entorno en que la irrelevancia o inocencia de la “opinión” propia no tiene cabida: el juicio que se forja cada uno de estos hombres sobre unos hechos tendrá como consecuencia la condena a muerte de un chico de 18 años. Nuestra opinión sobre el mundo tiene unas consecuencias; el ser humano es responsable del

modo en que las fragua: analizar los propios planteamientos, conocer los propios prejuicios,

desvincularse de los propios intereses, son obligaciones morales ante las que todo ser humano

debe responder. La desidia ante el conocimiento de la verdad, sobre uno mismo o sobre el

mundo, nos hace inexcusablemente culpables.

Muchos son los factores que intervienen o alteran de algún modo la formación de un juicio:

losprejuicios (ideas preconcebidas sobre la realidad), los intereses, la influencia

del pensamiento de la sociedad y de la opinión ajena (actitud supeditada a menudo al miedo

a la imagen que proyectamos), laapariencia, a la cual a menudo se produce una adhesión

acrítica... Todas estas actitudes se ven reflejadas de un modo u otro en alguno de los

personajes, que componen así un microcosmos social, un reflejo de modelos humanos

encerrado en una habitación. Sólo hay un camino para superar estas barreras: la reflexión.

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La reflexión como vía de desenvolvimiento En la película se plantean varias actitudes ante la reflexión: al principio, sólo uno ha optado por llevarla a cabo, y va arrastrando a otros. En los demás encontramos: o bien una primera pasividad, que van superando de distinto modo, o bien una abierta hostilidad: en alguna escena se ve cómo alguno de ellos se niega a la evidencia racional de aceptar como posible una determinada interpretación de los hechos. Tras un primer intento, el que promueve la reflexión propone una segunda votación, ante cuyo resultado se rendirá. Esa secuencia no es baladí: el diálogo sólo puede establecerse cuando dos partes están dispuestas a ello. Fonda se da cuenta de que su monólogo no llevará a ninguna parte; la actitud del viejo representa esa aceptación del reto de dialogar. Ante la ceguera o desidia de los demás, uno despierta la conciencia crítica, lo que da pie al desarrollo de la película. El origen y naturaleza de la justicia: la conciencia humana Aunque la película parece realista, en realidad el resultado final es más un alegato ético sobre lo que debería y en última instancia podría ser si la razón humana, instrumento fundamental de la ética, guiara nuestra conducta. La justicia no se puede esperar del devenir de la vida; es un ideal humano, pero un ideal al alcance no de cada individuo, sino de la humanidad en su conjunto. Las consecuencias éticas de nuestra conducta, dejadas a la ensoñación de la “justicia cósmica”, dependerán totalmente del azar. Como la vida del muchacho de nuestra película depende del “azar” que ha compuesto a los miembros de su jurado, y que en este caso ha permitido que participe la razón y la conciencia, necesariamente introducidas por un ser humano. En el caso que nos ocupa, el personaje representado por Henry Fonda asume este papel. Supera todo tipo de ataques: es acusado de ansia de protagonismo, de darse importancia, de provocador... críticas ante las que hace caso omiso con una integridad rayana en lo heroico (esta misma actitud impasible la mantiene también el corredor de bolsa). En el mundo real es más habitual la actitud de otros de los miembros del jurado, que se indignan ante la malicia de los comentarios de quienes se empeñan en boicotear las argumentaciones. El proceso de la razón

Es importante destacar que ese debate no se produce porque uno piense que es inocente; su declaración es que no lo sabe. El primer paso es la duda. La película plantea constantemente una dialéctica que gira en torno a los conceptos de lo evidente, lo posible y lo probable. Lo que en un principio parece que no deja lugar a dudas, es puesto en tela de juicio cuando alguien comienza a plantearse hasta qué punto los hechos son, efectivamente, evidentes. Para situarnos en esta posición es imprescindible analizarnos primero a nosotros mismos. A lo largo de nuestra vida y en el proceso de socialización vamos adquiriendo una serie de prejuicios, de concepciones positivas o negativas sobre la realidad. Es algo necesario para desarrollarnos, para ir ampliando nuestro ámbito de acción y nuestra capacidad de respuesta ante el entorno que nos rodea. Se trata de lo que denominamos "experiencia".

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Experiencia y prejuicio La experiencia, efectivamente, es un tipo de conocimiento práctico que proporciona una mayor plasticidad de respuesta. Como dice el refrán: “el joven conoce las leyes; el viejo, las excepciones”. Pero la experiencia no es algo que se adquiera de forma pasiva, por el mero paso del tiempo. Exige capacidad de aprendizaje, de lectura de la propia vida. Cuando confundimos la naturaleza de la experiencia y transformamos nuestras propias vivencias en ley, la experiencia deja de ser el conocimiento práctico que es y se torna en prejuicio. Uno de los personajes pretende hacer ley universal la coducta antisocial que abunda en ciertos barrios marginales; otro, abandonado por su hijo, desarrolla una opinión generalizada hacia todos los hijos, e incapaz de enfrentarse a la realidad de sus sentimientos, los proyecta hacia todos los hijos. Azarosamente declara cómo educó a su hijo a partir de su propia opinión sobre lo que debía ser un hombre. Sin darse cuenta, su incapacidad por comprender y respetar a su hijo es lo que provocó en su momento que éste le abandonara. Y esa incapacidad es lo que le lleva a negar sus sentimientos, al tiempo que es dominado por ellos al convertirse en prejuicios. Cuando la realidad le obliga a dar su brazo a torcer lo verbaliza: “maldigo a todos los hijos por los que das la vida”. Es el momento de la expiación. El retrato de la experiencia verdadera lo proporciona aquí el anciano del jurado, un hombre con verdadera experiencia, con un fino olfato desarrollado a través de la observación de toda una vida, que le permite discernir caracteres, motivaciones, necesidades, en los distintos testimonios que los dos testigos principales ofrecen; es a partir de ese sutil conocimiento psicológico como consiguen encajar las piezas del puzzle que faltaban: por qué habrían de mentir o disfrazar la verdad los testigos. El siguiente paso es el diálogo: Casi al comienzo, cuando el protagonista propone una segunda votación, se hubiera rendido si no hubiera encontrado apoyo. La justicia jamás podrá desarrollarse en una sociedad sorda. El monólogo, por veraz e instructivo que sea, no puede transformar la realidad humana, porque ésta es, básica y radicalmente, social. Ese diálogo, para ser efectivo, debe estar enfocado racional y objetivamente en todo momento. En este punto es imprescindible volver al comienzo de la cuestión, al punto de partida: la opinión. La opinión La opinión, como hemos visto, puede no estar exenta de prejuicio. Una opinión sólo puede ser aceptable en la medida en que pueda ser revisada. Los seres humanos percibimos la realidad desde una perspectiva existencial, la de la propia vida. En la medida en que estamos abiertos al diá-logo, a la comprensión de otros puntos de vista, las vivencias propias dejan de ser mera experiencia de una vida y se van convirtiendo en experiencia de la vida. El diálogo es imprescindible para el desarrollo vital de la razón. La razón sola, individual, es meramente teórica y contemplativa. Para poder implantarse en la vida es necesario que no sea uno solo el que se aplique a ella. El último paso, lógicamente, es la comprensión de una verdad más radical, de naturaleza tan distinta a la cerrazón de las previas opiniones acríticas. Nunca se podrá saber si el chico mató o no realmente a su padre, pero para la conclusión de la película esto es irrelevante. Nadie acaba en el proceso igual que comenzó; la seguridad en el modo de intervenir y de expresarse de cada uno se van dando la vuelta; la fuerza del prejuicio se debilita, la pequeña sociedad ahí concentrada se transforma. La racionalidad, en todo su poder, ha cumplido su misión.

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LOS PERSONAJES

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· Nº 1. El presidente del jurado.

De profesión, ayudante de entrenador. Un hombre sencillo en sus juicios, pero con voluntad de

hacer las cosas bien. Se le ve bueno, pero emotivo y susceptible a la crítica.

· Nº 2. El bajito con gafas.

Empleado en un banco. De personalidad endeble, que se refleja en su propio aspecto físico, no

puede justificar su primer voto de culpabilidad; es el tipo de hombre sin aparente criterio propio,

muy susceptible al entorno, pero que acaba despertando sus valores y haciéndose fuerte

precisamente cuanto se introduce en la trama de la reflexión. Contrapunto del publicista (nº 12)

aparenta ser un hombre frágil que se deja avasallar con facilidad. Pero el desarrollo del debate le

hace crecer como persona al involucrarse en los argumentos y comprender mejor. El desarrollo

racional de los argumentos le estimula y le lleva a descubrir su propia fuerza moral -en un

momento determinado se enfrenta al de las entradas para el partido cuando se burla silbando,

quien sorprendido se limita a responder “eres todo un hombrecito”-.

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· Nº3. El iracundo. Dice dedicarse a la venta de seguros; se manifiesta orgulloso de haberse hecho a sí mismo ("treinta y ún empleados, y empecé de la nada"). Pronto se sabe que su hijo le abandonó hace unos años. Delata la vinculación de su criterio a sus sentimientos (o mejor, resentimientos) personales desde el principio, precisamente cuando declara sin necesidad que se atiene a los hechos, sin sentimentalismos (excusatio non petita, acusatio manifesta); algo de lo que sin embargo acusa airadamente al que se crió en un suburbio porque cree que es quien le está estorbando en su meta inconsciente: condenar a su hijo simbólicamente a través de la condena del joven acusado. Sin darse cuenta, se identifica con el padre muerto, y a su hijo con el muchacho al que juzgan. Sin embargo, su liberación vendrá precisamente de donde menos lo esperaba: cuando la presión del entorno social -el resto de los miembros del jurado- le hace ver que su lucha ha acabado, todo el torrente de dolor que lleva dentro explota y hace que se derrumbe. Es lo único que vemos de él al final: un hombre abatido ante el reconocimiento de su propia verdad y ante la derrota en la batalla que tan fieramente había emprendido. La soledad y la vergüenza parecen bajar el telón para él; quizá el espectador, anímicamente predispuesto contra “el malo”, podría esperar simplemente alegrarse por ello. Pero es muy otro mensaje que se desprende. Nuestro protagonista, Henry Fonda, comprende. Lo que parece una derrota total, puede ser para este hombre un nuevo punto de partida. En ese gesto de ponerle la chaqueta le muestra su comprensión y apoyo, haciendo que abandone ya la sala. Al enfrentarse a su propia realidad, ha purgado su corazón. No sabemos que será de él ni del futuro de su relación con su hijo. Nada de ello aparece en la película ni nada podemos deducir. Pero lo que sí se muestra es que el protagonista no buscaba victorias, reconocimientos ni revanchismos. Quien parecía un enemigo, no era más que un hombre que sufre. En nada se puede ayudar disfrazando la realidad, porque ese dolor y ese engaño se contagia a su entorno -recordemos que se juega con la vida de un ser humano-; cada cual debe abrir los ojos a su propia realidad y afrontar su propio destino.

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· Nº 4. El corredor de bolsa. Este personaje ofrece a la vez una curiosa mezcla entre paralelismo y contraste al interpretado por Henry Fonda. El hilo lógico de la argumentación se devana entre estos dos hombres, cada uno de los cuales parte de defender un veredicto opuesto, de inocencia o culpabilidad. Este personaje se atiene con frialdad y desprendimiento a lo que le dice su razón, y es capaz de cambiar de opinión sin titubeos cuando, sólo por la fuerza de los argumentos, tiene una duda razonable. Su juicio no depende de nadie; no busca simpatías ni antipatías, ni se perturba por las que pudiera inspirar. El iracundo intenta buscar su complicidad en todo momento, aferrándose a las argumentaciones lógicas que él no sabe dar. Del mismo modo, y pese a que otros viven el debate como una lucha entre dos bandos, estableciendo complicidades y animadversiones, manifiesta su impasibilidad, independencia e imparcialidad cuando, sin levantarse, contesta ymanda callar al excitado y prejuicioso nº 10. Sin embargo, siendo su razón inflexible, no es él quien pone en marcha el mecanismo de la

argumentación ni revela las inconsistencias de las pruebas inculpatorias. ¿Por qué ocurre esto?

Hablamos de la necesidad de la reflexión racional en la moral, y esto nos lleva a un punto radical

de la cuestión. Sin un criterio lógico firmemente llevado es imposible imponer una ética en el

mundo, porque para cambiar el mundo o reconducir su curso es necesario conocerlo. Pero lo

que emprende el camino hacia la justicia es, sin duda, la inquietud por ella, y esto es lo que

mueve a Fonda; nuestro protagonista parte de una inquietud moral: ese chico, acostumbrado a

recibir un golpe tras otro, merece que le dediquen al menos unas palabras. Hay una empatía de

nuestro protagonista hacia el acusado que no afecta, en cambio, a este otro hombre. No quiere

decir esto que carezca de actitud y criterio moral: no pone ningún inconveniente en dedicar su

tiempo a un caso que en nada afecta a su vida, del que no va a sacar beneficio ni perjuicio.

Tampoco hay ninguna pasión que le impida cambiar su voto cuando alcanza el criterio que la

justicia impone: la duda razonable. Hemos ido viendo cómo las pasiones y los sentimientos

pueden perturbar el juicio: anular nuestra capacidad de emitirlo, cegarnos ante evidencias, luchar

contra ellas si atentan contra nuestros intereses. Pero la razón sola, concebida en su aspecto

más frío e imparcial, no explica toda la ética. Ha de producirse una inquietud, un sentimiento de

rebeldía, de insatisfacción ante la realidad del mundo, para activar el mecanismo de la respuesta

moral. Y esa inquietud la proporciona la empatía. La empatía es una forma de conocimiento más

cercana a lo noético que a lo lógico. Nos permite ponernos en el lugar de los demás desde una

perspectiva emotiva. Su naturaleza consiste en el reconocimiento emocional de los sentimientos

ajenos. Cuanto mayor es el grado en que el individuo la posee, tanto mayor será su bondad.

Cuanto mayor sea su racionalidad, tanto mayor será su capacidad de tener un sentido de la

justicia y de llevarla a cabo.

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· Nº 5. El que se crió en un suburbio. Su presencia en el juicio es importante, porque representa el contrapunto a los prejuicios de otro de ellos (nº 10). Es un personaje que aporta la reflexión de que la influencia del entorno no lo es todo en la modelación de la personalidad: lejos de ser un delincuente más, es un hombre honrado que ha luchado por salir adelante con honestidad; no aparenta haber alcanzado un puesto de importancia en la sociedad, pero conserva la dignidad ante su propia conciencia. Su pasado ayuda a afianzar la duda razonable, al explicar el manejo de las navajas por quienes están habituados a ello. Esto muestra que cada vida particular aporta unas vivencias distintas a otras, por lo que la edad tampoco es un factor determinante de la experiencia: su experiencia sobre los suburbios sólo puede aportarla aquí él. La escena en que es acusado sin fundamento por el nº 4 de blando y sentimentalista muestra cómo actúan los prejuicios sociales sobre la moral individual: conociendo su procedencia y circunstancias, aquél presupone cuál puede ser su actitud crítica, sus emociones y su carácter. Pese a que este personaje está intentando juzgar con imparcialidad, el prejuicio y la ofensa recibida podrían haber anulado su intención de dialogar si los hechos no hubieran demostrado el rechazo al otro. En efecto, podría haber sido él quien hubiera cambiado en primer lugar su voto por motivos morales, pero la desvirtuación de esta intención habría anulado su credibilidad y derecho a opinar en sociedad.

· Nº 6. El más joven, empleado, de profesión pintor. Posee un carácter noble y se rige p or principios, cualidad que manifiesta cuando sale en defensa del anciano frente al nº 3 al principio de la película. No tiene prejuicios, por ello su planteamiento será limpio y tendente a encontrar la verdad. Pero, como confiesa al protagonista, no está habituado a tomar decisiones, a pensar, por lo que en un principio tiende a aceptar la apariencia de culpabilidad sin percibir esas incoherencias de las declaraciones de los testigos. No se trata de un personaje de poca inteligencia, sino de excesiva modestia en lo que a su capacidad de reflexión se refiere. Sin embargo es capaz de reconocer los argumentos cuando la situación se presenta.

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· Nº 7. El que tiene entradas para el partido de béisbol.

De profesión, vende dor de mermeladas. No tiene el menor interés por el resultado. Su única

preocupación es permanecer el menor tiempo posible. Cambia su voto con esa única finalidad.

Representa un tipo de persona primaria, egoísta y hedonista, en el sentido más vulgar de la

palabra. Elude responsabilidades. Este tipo de personalidad tiende a no admitir críticas y a no

permitir que se altere su holganza. Su juicio se limita a criticar cuanto le estorba y cuando le

estorba: por ello no posee una coherencia de opinión. Declara expresamente que utiliza el humor

y la chanza con ese fin.

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·Nº 8. El principal protagonista.

De profesión arquitecto. es el personaje que inicia el debate, señalando el deber de hablar.

Destacan en él su enorme templanza y racionalidad. Con estas cualidades es capaz de

enfrentarse a una sociedad –de la que estos doce hombres son metáfora– hostil, diversa,

aferrada a sus propias preconcepciones del mundo y sus anclados hábitos de conducta y juicio.

Ese dominio racional de su persona es lo que le confiere la independencia de criterio y la firmeza

de sus convicciones. El mero hecho de discrepar serenamente con todos, en el comienzo del

juicio, nos presenta el carácter del personaje. Provocado e incluso insultado en varias ocasiones,

no deja sin embargo de mantener su postura dialogante. De hecho, sitúa sus cualidades en una

posición superior: soportando esos ataques y esa cerrazón sin perder la calma, le sirven para ir

conociendo y esclareciendo cada personalidad, lo que utilizará a su favor cuando desmorona

uno de los argumentos: que oyeran al chico amenazar de muerte a su padre.

Pero hay otra característica fundamental en él. No se trata sólo de que se guíe por su razón y de

que se atenga firmemente al análisis objetivo de los hechos (esta misma actitud, como hemos

visto, la mantiene también uno de sus más firmes oponentes: el corredor de bolsa). Es también

un hombre de ideales. Cree en la justicia, se siente en la obligación de llevarla a cabo. El ideal es

la motivación, y sin esa motivación no hubiera sentido la necesidad de buscar una revisión de las

supuestas evidencias que fueron presentadas en el juicio. No es el único miembro del jurado con

una conciencia moral, pero sí el único que la antepone a las apariencias, a la presión social,

al “realismo” conformista que prima en un principio en otros personajes. Incluso cuando su más

enervado adversario se desmorona, es el único que permanece cercano a él, el único que le

muestra empatía, calor humano y respeto, ayudándole a ponerse la chaqueta. Es, pues, un

personaje de gran empatía.

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· Nº 9. El anciano. No es el más elocuente ni racional, pero su finura en la percepción psicológica de los testigos es de vital importancia. Representa la experiencia en cuanto esa forma de discernimiento de lo particular, de las singularidades de la vida. Aparece como un hombre humilde, sin éxito, al que la vida no le hubiera otorgado ningún reconocimiento. Cuando describe a uno de los testigos que en el juicio declara contra el chico parece analizarse a sí mismo. Habla de un hombre anciano, pobre, al que parece que nadie hubiera querido escuchar nunca, cuya experiencia nadie requiere. Por una vez en su vida se siente importante: la gente está pendiente de su palabra; lo que él diga va a tener una repercusión. Teme sentirse humillado y mostrarse como un viejo inútil. Curiosamente, ese sentimiento, mezcla de vanidad y falta de confianza, que hace que el

muchacho pueda ser condenado injustamente es el que va a dar fuerza al anciano del jurado.

Pese a la sabiduría que su sola experiencia le haya dado en la vida, no parece haber tenido

nunca la oportunidad de demostrarla, no sólo a los demás sino a sí mismo. A diferencia del

testigo, él no se activa por la mera vanidad de ser oído, sino por la admiración que le suscita la

actitud moral del protagonista. La suya sí va a ser una experiencia decisiva y salvadora: vencer

convenciendo a la férrea racionalidad del corredor de bolsa (nº 4) marca el triunfo del afán moral

que guía el debate: llegar a la duda razonable. Sin su perspicacia y finura psicológica –ve muy

bien, declara, y hay que añadir que no sólo con los ojos– no hubieran podido cuestionar la

declaración de la mujer.

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· Nº 10. El que desprecia a la gente de suburbios.

Posee una cadena de garajes, y dura nte el tiempo que dure la deliberación está perdiendo

dinero. Sus prejuicios son de tipo social; anulan su capacidad de reflexión y le obcecan hacia la

condena. Por su tipo de personalidad, su juicio y capacidad de aprendizaje y crítica están

embotadospor el egoísmo y la codicia. Se identifica exclusivamente con su propiedad. Es esa

codicia lo que le impide percibir en el chico acusado más que un miembro más de esa clase

social amenazante para sus intereses –son “delincuentes”– y de la que, por su escasez de

recursos, no puede obtener ninguna ventaja.

· Nº 11. El señor de bigote.

De profesión, relojero. Es un personaje poco llamativo, pero no por ello menos necesario para el

desarrollo de la acción. El convencimiento de los miembros del jurado de enfrentarse de forma

reflexiva y responsable a la realidad sólo es posible en la medida en que cada persona esté

d ispuesta a hacerlo. Algunas personas son incapaces de acceder a la reflexión por la sola

fuerza moral que implica, pero sí cederán ante la presión de la sociedad, en la cual tenemos que

desarrollar nuestra vida y nuestros intereses; de ahí la importancia de los valores morales de una

sociedad. Éste es otro personaje de carácter decididamente templado y moral, representando así

un punto de apoyo más para crear esa conciencia social que presione sobre las

argumentaciones sesgadas, interesadas y contaminadas por las emociones de cada individuo

aislado. Será él quien denuncie la falta de principios morales del que quiere ir al béisbol cuando

cambia su voto.

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· Nº 12. El publicista. Es un hombre relativamente joven, de presencia más o menos apuesta. Su p ersonalidad abierta y su desarrollo profesional de la elocuencia le confieren una apariencia de seguridad y personalidad de las que carece: por su profesión, está habituado a persuadir para obtener fines, no a analizar la realidad tal cual es. Su dominio de la persuasión hace que se sobrevalore en este aspecto y que muestre su debilidad cuando, ya avanzado el juicio, la adhesión a la verdad de los hechos se va imponiendo y esta cualidad, que le proporciona éxito en su trabajo y su vida, es inoperante. En ese punto, titubea y cambia de voto varias veces sin una verdadera convicción.

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SUGERENCIAS PARA VER Y ESCUCHAR LA PELÍCULA Una película se puede ver y escuchar de muchas maneras. Ofrecemos unos puntos de referencia. Concretamente, sugerimos ver y escuchar la película. HACIA ADENTRO. Reflexionar sobre lo que la película nos sugiere en primera persona y sobre las preguntas que nos plantea en nuestra propia vida. No pretendemos buscar respuestas definitivas, atendemos a las resonancias que nos deja. HACIA FUERA. Promover un coloquio sobre la película en familia o en grupo. No se trata de llegar a conclusiones. Compartimos lo que hemos sentido y percibido e intentamos escuchar y entender la percepción diferente de los otros. No sólo con la cabeza, también con el corazón. Se trata de dejar por un momento a un lado los prejuicios ideológicos o ideas preconcebidas para que, al hilo de lo que nos cuenta la película, puedan hablar los sentimientos. Y después de algún tiempo repensar. Estar atentos al poso que la película deja después de unos días. Ese «poso» es una impresión en la que se funden nuestra reflexión sobre lo que hemos visto y la vida propia que la historia cobra en nosotros/as. ALGUNAS PREGUNTAS ANTES DE LA PELÍCULA

- SOBRE LA DISCREPANCIA: o ¿Asumimos habitualmente la discrepancia o lo vivimos como un ataque personalizado?

- SOBRE EL PREJUICIO:

o ¿Somos capaces de poner en duda nuestras ideas preconcebidas?

- SOBRE LA RESPONSABILIDAD:

o ¿Qué relación tienen la libertad y la responsabilidad? DESPUÉS DE LA PELÍCULA

- El jurado nº 8 (Henry Fonda) consigue a pesar de tenerlo todo en contra llevar a cabo lo que cree que es su responsabilidad.

o ¿Cómo lo hace? o ¿Qué le caracteriza?. o ¿Cómo reacciona ante los comentarios ofensivos de algunos jurados? o ·¿Qué les ocurre a los jurados nº 3 (el último que cambia su voto), el nº 10 (el

que está acatarrado) y el nº 7 (el que tiene entradas para el partido)? ¿Qué les hace cambiar?

o ·¿A qué le damos prioridad habitualmente en los conflictos a nuestras motivaciones, prejuicios, intereses y objetivos o al valor de la persona?