Guia Para Ser Maestro

34
Alumnos problemáticos en la clase Publicado por Miguel Angel Un buen formador tiene la responsabilidad de garantizar que la actividad formativa a su cargo esté preparada adecuadamente: las transparencias ordenadas, el aula convenientemente preparada, los accesorios didácticos en buen estado y el material impreso listo para ser repartido a los alumnos. Aparentemente, la clase está lista y el éxito asegurado. Sin embargo, un factor decisivo no ha sido tomado en cuenta y es el comportamiento de posibles alumnos "problemáticos" un alumno que llega tarde, otro que no está concentrado, uno que no coopera con el aprendizaje, el que abandona antes de tiempo, etc... Comportamientos de esta índole ponen en peligro el esfuerzo invertido en una preparación larga y meticulosa. Es por ello que el buen formador deberá saber identificar y tratar en forma eficiente aquellos casos que pueden poner en peligro el desarrollo normal de la actividad formativa. Comúnmente existe una tendencia a definir como alumnos "problemáticos" a aquellos que manifiestan un comportamiento negativo: el alumno que habla con un compañero al mismo tiempo que el formador dicta su clase, el alumno que durante la clase hace cosas que no tienen nada que ver con el tema tratado, el alumno que discute en forma permanente sin estar dispuesto a aceptar una postura distinta a la suya, etc. Sin embargo, un alumno introvertido, vergonzoso o para el cual la actividad formativa es inadecuada, puede también entorpecer el normal desarrollo de la clase. Es así que la definición de alumno "problemático" incluye a todo aquel que por cualquier razón impide a sí mismo y a los demás la obtención de los objetivos formativos fijados. Cuando intentemos tratar adecuadamente a algún alumno problemático deberemos observarlo siempre desde la perspectiva de sus compañeros de clase tratando además, en forma empática, de ponernos en su lugar para comprender los posibles motivos que pueden explicar su comportamiento. Convendrá recordar que comportamientos aparentemente agresivos en la clase no siempre están dirigidos en contra del formador. Es más, en la mayoría de los casos no tienen nada que ver con él. El formador intentará prevenir las posibles interferencias en la clase anteponiéndose a su aparición mediante acciones preventivas. De ser posible convendrá movilizar la ayuda de otros alumnos para tratar

description

guia

Transcript of Guia Para Ser Maestro

Page 1: Guia Para Ser Maestro

Alumnos problemáticos en la clase

Publicado por Miguel Angel

Un buen formador tiene la responsabilidad de garantizar que la actividad formativa a su cargo esté preparada adecuadamente: las transparencias ordenadas, el aula convenientemente preparada, los accesorios didácticos en buen estado y el material impreso listo para ser repartido a los alumnos.

Aparentemente, la clase está lista y el éxito asegurado. Sin embargo, un factor decisivo no ha sido tomado en cuenta y es el comportamiento de posibles alumnos "problemáticos" un alumno que llega tarde, otro que no está concentrado, uno que no coopera con el aprendizaje, el que abandona antes de tiempo, etc... Comportamientos de esta índole ponen en peligro el esfuerzo invertido en una preparación larga y meticulosa. Es por ello que el buen formador deberá saber identificar y tratar en forma eficiente aquellos casos que pueden poner en peligro el desarrollo normal de la actividad formativa.

Comúnmente existe una tendencia a definir como alumnos "problemáticos" a aquellos que manifiestan un comportamiento negativo: el alumno que habla con un compañero al mismo tiempo que el formador dicta su clase, el alumno que durante la clase hace cosas que no tienen nada que ver con el tema tratado, el alumno que discute en forma permanente sin estar dispuesto a aceptar una postura distinta a la suya, etc. Sin embargo, un alumno introvertido, vergonzoso o para el cual la actividad formativa es inadecuada, puede también entorpecer el normal desarrollo de la clase.Es así que la definición de alumno "problemático" incluye a todo aquel que por cualquier razón impide a sí mismo y a los demás la obtención de los objetivos formativos fijados.

Cuando intentemos tratar adecuadamente a algún alumno problemático deberemos observarlo siempre desde la perspectiva de sus compañeros de clase tratando además, en forma empática, de ponernos en su lugar para comprender los posibles motivos que pueden explicar su comportamiento.

Convendrá recordar que comportamientos aparentemente agresivos en la clase no siempre están dirigidos en contra del formador. Es más, en la mayoría de los casos no tienen nada que ver con él.

El formador intentará prevenir las posibles interferencias en la clase anteponiéndose a su aparición mediante acciones preventivas.

De ser posible convendrá movilizar la ayuda de otros alumnos para tratar con éxito el comportamiento del alumno problemático.

Frecuentemente aparecen en la misma clase y en forma simultánea varias dificultades. El formador deberá ocuparse primero de aquellas que amenazan en mayor medida el desarrollo normal de la clase.

Tipología del "alumno problemático" y su tratamiento adecuado.

1) El "Aburrido".

Este alumno transmite de muy variadas formas su falta de conexión con el tema de la clase. Su lenguaje corporal es inconfundiblemente claro y expresivo: relajamiento, pasividad, desgano, miradas disimuladas al periódico, bostezos frecuentes, todo esto nos alerta acerca de su presencia en la clase.

¿Cómo podemos "sacudir" al aburrido?• Cambios de ritmo en la clase.• Actividades motóricas.• Remarcar los beneficios personales vinculados al material enseñado.

Page 2: Guia Para Ser Maestro

• Utilización de elementos pedagógicos no convencionales.• Presentación de ejemplos negativos exagerados y mucho humor.

2) El "Golpista".

Su comportamiento se manifiesta a través de una molestia activa basada en un intento permanente de competir con el formador y con sus compañeros de estudio a los efectos de tomar el mando de la clase. Su tendencia a discutir y a elevar mociones de orden reiteradas pone en peligro la posible intervención de alumnos introvertidos y vergonzosos.

¿Cómo podemos tratar al golpista?

• Utilización de grupos pequeños.• Rotación de liderazgo dentro de los grupos.• Aliento a la participación, premiándola en forma simbólica.• Mantener una cercanía física con el golpista.• Fijar reglas claras para el proceso de aprendizaje.• Repartir "fichas de participación".• Formular preguntas directas a otros alumnos.• Nombramiento de alumnos "silenciosos" para la ayuda activa a otros compañeros.• Dar misiones difíciles al golpista.• Movilización del golpista para que ayude a otros compañeros de estudio.

3) El "Inquieto".

Este alumno tiende a dividir su tiempo dentro de la clase y fuera de ella. Muy sociable, activo, tiene la costumbre de fijar encuentros de trabajo y de otro tipo justamente durante las horas de clase. Sale del aula, vuelve y sale nuevamente y todo ello con una maravillosa e irresistible sonrisa.

¿Cómo "anclamos" al inquieto?

• Difusión anticipada de las exigencias del curso.• Aclaración de las "reglas de juego" al comenzar la actividad.• Nombrar al inquieto como ayudante del formador.• Conversación personal.

4) El "Tardón".

Embotellamientos de tránsito, niños enfermos, reuniones sorpresivas, inconvenientes con su automóvil, todos estos son acontecimientos rutinarios en su vida. Sin embargo, a pesar de sus retrasos no renuncia al hecho de querer estar actualizado y es así que molesta a sus compañeros solicitando de ellos que lo pongan al tanto del material presentado en su ausencia.

¿Cómo trataremos al tardón?

• Determinación de reglas claras para la actividad.• Pacto de expectativas.• Disposición adecuada del aula (la puerta de entrada debe estar al fondo).• Comenzar la clase en la hora fijada.• Presentación de material atractivo al comienzo de la clase y después de los descansos.• Agradecimiento público a los alumnos puntuales y entrega de premios simbólicos.• Ubicación de un reloj visible en una de las paredes del aula.• Evitar detener la clase en el momento en que llega tarde algún alumno.

5) El "Confundido".

Page 3: Guia Para Ser Maestro

Siente una permanente incertidumbre respecto a su relación con la clase. Fue enviado a la actividad sin habérsele aclarado los objetivos y las exigencias de la misma. Le resulta difícil entender el racional de la clase y por ello retrasa el avance repitiendo preguntas ya formuladas, presentando ejemplos irrelevantes y haciendo comentarios fuera de contexto.

¿Cómo podemos ayudar al confundido?

• Revisar minuciosamente las invitaciones a la actividad.• Presentación detallada del programa.• Resúmenes parciales frecuentes y control de captación.

6) El "Introvertido".

Silencioso, evita la comunicación directa con sus compañeros, difícil de estimular, a pesar de estar atento y concentrado no participa en forma activa.

¿Cómo hacemos participar al introvertido?

• Utilización de pequeños grupos.• Presentación de preguntas a los grupos.• Solicitar preguntas por escrito.• Alentar la participación a través de premios simbólicos.• Formación de parejas junto a alumnos extrovertidos.• Participación en actividades no-verbales.• Solicitud de feedback y divulgación pública con la correspondiente autorización.

7) El "Super-ocupado".

El prestar atención a la clase es sólo una actividad más entre otras muchas que lo mantienen ocupado. Actualizar su agenda, contestar el correo, redactar informes, todo esto se ha transformado para él en rutina durante las actividades formativas de las que toma parte.

¿Cómo podemos ayudar al super-ocupado?

• "Limpiar" las mesas antes de comenzar la clase.• Suministrar armarios para guardar material "competidor".• Ejercicio "postergación de misiones".• Debates en grupos pequeños.• Misiones por parejas.• Activación permanente de los alumnos.• Cercanía física con el alumno.• Conversación personal.

8) El "Prisionero".

Comportamiento clásico en alumnos que fueron enviados a la actividad sin ninguna explicación previa. Ve su participación en la clase como un castigo injustificado.

¿Cómo liberar al prisionero?

• Legitimar sus reservas.• Presentar en forma clara los beneficios de la actividad formativa.• Movilizar su ayuda.• Conversación personal para detectar las verdaderas causas de su comportamiento.• Permitir el abandono de la actividad.

Page 4: Guia Para Ser Maestro

9) El "Inadecuado".

Participa de la actividad sin reunir los requisitos básicos. "Alguien" se ha preocupado en incluirlo en la clase insinuando que debe aprobar de cualquier manera.

¿Qué hacemos con el inadecuado?

• Difusión anticipada del programa de estudios.• Fijar exigencias previas para la participación en la actividad.• Exámenes de ingreso y clasificación por niveles.• Nombrar un alumno que le sirva de apoyo.• Desarrollo cronológico de los temas de acuerdo a su dificultad.• Permitir el abandono de la actividad.

10) El "Anticuado".

Alumno veterano, pertenece a la vieja generación, hace ya mucho tiempo que no participa de una actividad formativa y de pronto está involucrado en un curso con gente joven, moderna y muy activa. Teme que su imagen se vea alterada por un posible fracaso en público.

¿Cómo ayudar al anticuado?

• Abrir la clase con temas conocidos.• Reconocimiento público de la importancia de la experiencia y la veteranía.• Utilización de testimonios y acontecimientos del pasado.• Conversación personal de apoyo.

11) El "Charlatán".

Alumno extrovertido, puede llevar a cabo varias conversaciones simultáneas especialmente en los momentos en que habla el formador. Si se le llama la atención pasa a las conversaciones por escrito mediante el uso de pequeños papeles.

¿Cómo silenciar al charlatán?

• Activación de los alumnos.• Trabajo en pequeños grupos.• Rotación entre los miembros de los grupos.• Cercanía física.• Preguntas directas e indirectas.• Disminución del volumen de la voz.• Conversación personal.

12) El "Telefonista".

Teléfonos celulares, beepers, ordenadores portátiles lo acompañan siempre y a donde vaya. Un instante sin comunicación con el mundo exterior puede llegar a desmoronarlo.

¿Como desconectar al telefonista?

• Reglas precisas y pacto de expectativas.• Salir puntualmente a los descansos.• Pedir cerrar los teléfonos móviles al comenzar la actividad.• Brindar servicios de avisos durante los descansos.

Page 5: Guia Para Ser Maestro

13) El "Sabelotodo".

Caracterizado por tener una autoconfianza exagerada, todo lo sabe y todo le resulta conocido. Se siente obligado a opinar sobre cualquier tema. Está convencido que su verdadera función debería ser la de formador. ¡Atención! Deberemos saber distinguir entre "simuladores" y aquellos que de verdad saben mucho.

¿Cómo tratar al sabelotodo?

• Exámenes previos.• Reconocimiento de la experiencia y la sabiduría de los alumnos.• Designar a alumnos destacados como "mentores" de sus compañeros.• Ejercicios avanzados.• Apertura adecuada (ejercicios "reloj" y "moneda").

14) El "Dormilón".

Siempre cansado, se duerme frecuentemente, pasivo.

¿Cómo despertar al dormilón?

• Activación de los alumnos (especialmente en las horas difíciles).• Variaciones en la entonación y la intensidad de la voz.• Bebidas (café y agua fría).• Descansos breves frecuentes.• Ejercicios físicos.• Preguntas y debates.• Designar alumnos "despertadores".

15) El "Pelota".

Admirador incondicional del formador. Siempre está de acuerdo incluso aun en casos en que no ha entendido el contenido. "Guardaespaldas" de la clase. Neutraliza desacuerdos enfrentándose con quienes disienten con el formador.

¿Cómo tratar al pelota?

• Destacar el comportamiento de otros alumnos.• Alentar respuestas alternativas.• Guardar distancia.• Misiones desagradables.• Desacuerdo manifiesto.

16) El "Escéptico".

"...no va a funcionar...", "...ya lo hemos probado y ha fracasado...", "...no es lo que necesitamos..."

¿Como tratar al escéptico?

• Utilizar ejemplos reales.• Testimonios.• Presentación de datos.• Exigencia de resistencia argumentada.• Disminución de energías negativas.

Page 6: Guia Para Ser Maestro

Características del tratamiento.

Las diversas acciones que el formador puede y debe llevar a cabo para el tratamiento adecuado de los alumnos "problemáticos" en el aula pueden ser, como hemos visto, de diferentes tipos y se pueden sistematizar en función de que éstas sean preventivas o correctivas y directas o indirectas.

Reglas para el tratamiento.Existen cuatro reglas fundamentales que deben tenerse en cuenta a la hora de efectuar un tratamiento de los posibles problemas surgidos en el aula:

1. Sé precavido.Para todo aquello que de antemano sabes que no vas a poder evitar, debes llevar preparado de manera preventiva el "antídoto".

2. No te culpabilices. No debes tomar los problemas en forma personal. Considera la regla del 20%: si los problemas superan ese porcentaje, la causa pueder estar en el formador, pero de no ser así el problema reside con toda probabilidad en el alumno.

3. Pide ayuda.Apóyate en los demás alumnos para tratar los posibles inconvenientes que surjan.

4. Fija prioridades.Debes concentrarte para dar prioridad, tanto en tiempo como en esfuerzo, a los problemas más serios.

Page 7: Guia Para Ser Maestro

Técnicas para ganarse a la clase

“El primer día de clase abrí la puerta, saludé y empecé a explicar los temas que íbamos a dar durante el curso. Entonces uno de los chicos me interrumpió y dijo: -¿vamos a ver, pero tú quien eres? -Llevas razón, le dije. Salí de la clase, volví a entrar y me presenté. ¿Qué me había dado a entender ese muchacho, además de que había empezado mal? Que en esa clase él era uno de los líderes. Una de las cosas que debes observar siempre en una clase es quién es el líder”.

Por Adolfo Díaz Úbeda

Vicente Lloret, profesor de fontanería con más de 15 años de experiencia en formación con adolescentes, nos muestra en el episodio de arriba una de las herramientas más importantes que puede usar un profesor para contar con una clase motivada y tranquila: tener al líder de su parte. “¿Y con el líder qué es lo que tienes que hacer? Llevártelo a tu terreno y que no esté enfrentado a ti. Tienes que hacer lo que tú quieres, pero contando con ella o él”, afirma Lloret.

La mayoría de los profesores coinciden en que sentir que un alumno ha aprendido “gracias a ti, a tu trabajo” es un momento muy satisfactorio. Pero para llegar a esto hace falta una condición necesaria: una clase en motivada, atenta y con ganas de participar.

Sin embargo, algunos profesores y maestros pasan buena parte de la clase intentando, simplemente, conseguir el clima apropiado para poder enseñar. Sin olvidar que el oficio de profesor tiene también un lado satisfactorio, Llanos Navarro, profesora con 17 años de experiencia sobre el terreno principalmente en institutos de secundaria, nos cuenta cuáles son las dificultades más frecuentes en lo relativo a la actitud de los alumnos: “desmotivación, interrupciones constantes y faltas de respeto al profesor. Otros problemas menos frecuentes experimentados por profesores son agresividad con los compañeros, con el profesor, o el autoaislamiento del alumno”. ¿Qué se puede hacer para evitarlos?

Para muchos docentes es difícil lidiar con estas dificultades en un sistema que ha quitado al alumno incentivos para estudiar y una familia “que consiente todo”. Pero la realidad es que hay que dar clase, y tener al alumnado lo más tranquilo y atento posible redunda en beneficio de todos. Para algunos la solución es clara: mano dura. Defienden posturas que ponen el acento en la autoridad del profesor, el cumplimiento de sus normas y el castigo. Otros, en línea con el espíritu de las leyes actuales, sostienen que hay que tratar a los alumnos con diálogo, repartir la responsabilidad del aprendizaje y trabajar las habilidades sociales. Ciertamente, muchos de los profesores en activo consultados por aprendemas.com, en especial los de 2º curso de la ESO, ven esta opción como algo utópica dada la realidad del los alumnos, y del sistema.

Para Llanos Navarro, que también ha sido jefa de estudios en secundaria durante cuatro años, se trata de buscar un punto medio: “Es importante mantener una actitud firme en algunos momentos y si un profesor es demasiado pusilánime tendrá dificultades para mantener el orden. Pero por otro lado, hay que ser receptivo a las carencias y necesidades de los alumnos, sintonizar con ellos, a la vez que se mantienen claros los diferentes roles en el aula. Es un equilibrio difícil”. Lograrlo, según Navarro, “depende del carácter del profesor o profesora, su experiencia, y también es fundamental la formación”.

En ese sentido, Santiago Petschen, catedrático emérito de la Universidad Complutense de Madrid, profesor durante casi toda su carrera y experto en comunicación, ha creado el curso ‘El arte de dar las

Page 8: Guia Para Ser Maestro

clases’. En él, Petschen ofrece “pautas para mantener a la clase en calma, y también herramientas para mejorar la comunicación, la organización de la materia, captar la atención del alumno y tomar conciencia de los elementos corporales e instrumentales que tiene el profesor a su alcance”.

En lo que los expertos sí están de acuerdo unánimemente es que siempre es mejor anticiparse a problemas de disciplina y desorden en clase, que intentar ponerles remedio cuando el aula es ya casi “una selva”.

Prevenir, mejor que curar

El consultor educativo Budd Churchward, afirma en su libro ‘The Honor Level System: Discipline by Design’ que un error frecuente es no valorar previamente el nivel de disciplina de un alumno, o de un grupo. “Al igual que primero valoramos el nivel de un alumno en matemáticas o en lengua, debemos valorar su nivel en cuanto a disciplina y tratarlo en consecuencia”.

Para Churchward no se trata de elegir entre la opción “mano de hierro” o “participación y diálogo”, sino que cada grado de esta escala es válido para un perfil de niño o adolescente, o un grupo. Para ello, Churchward define los diferentes niveles de disciplina de los alumnos como: recalcitrante (el más indisciplinado), comportamiento egoísta, disciplina interpersonal (la acepta pero hay que estar detrás), y auto disciplina.

Hecha esta salvedad de que no basta con una pauta de prevención o tratamiento, sino que es necesario valorar para qué alumno o grupo, estos son los consejos que dan algunos profesores sobre cómo prevenir que la clase pierda el respeto al profesor.

Normas claras. Algo compartido por la mayoría de profesores es que el primer día hay que poner las normas claras, sin importar las que tuvieran en el curso anterior. “Yo soy yo, y estas son mis normas. A veces se pueden discutir las cosas, pero una vez fijadas deben quedar claras”, nos comenta Inmaculada Bonal, maestra con 16 años de experiencia. “Por ejemplo, para levantarse hay que levantar la mano, y nadie puede levantarse sin mi permiso”. ¿Qué pasa entonces si un alumno incumple la norma? “Pues las sanciones que tenga estipuladas el centro u otras como quitar privilegios. Por ejemplo, algo recurrente es que si hay una actividad que les gusta, el que ha incumplido la norma se la pierde”.

Cumplir las advertencias y evitar la arbitrariedad. Cuando un profesor amenaza con un castigo, si el comportamiento sigue, debe actuar y ser consecuente. Si no, las siguientes amenazas perderán su efecto. “Siempre hay que cumplir las advertencias, como ‘te escribiré una nota para que la firmen tus padres’ o ‘te pondré una amonestación’” comenta Llanos Navarro. “Y hay que evitar por todos los medios la arbitrariedad, manteniendo siempre los mismos criterios y aplicándolos por igual, aunque un día estés cansada y no tengas ganas de complicaciones”.

Autoridad. La mayoría de los profesores coinciden en que los chavales deben tener claro siempre que el profesor tiene la autoridad. Para Santiago Petschen, “las cuestiones de la disciplina deben enfocarse principalmente desde la autoridad del profesor. La autoridad disciplinaria ‘se lleva dentro’. El profesor que cuenta con dicha cualidad está muy bien protegido, y si un profesor se da cuenta de que le falta la dimensión instrumental de la autoridad debe esforzarse en suplirla como sea”.

Pero no hay que olvidar que ser la autoridad no significa comportarse como un sargento, ni hablar a gritos, sino tomar decisiones y mostrar que se tiene la última palabra. Una forma “clásica” de mostrarlo son las calificaciones. Emeterio Resta, profesor de secundaria durante más de 14 años, nos cuenta: “tuvimos un alumno que era muy follonero, además de corpulento, y no

Page 9: Guia Para Ser Maestro

se corregía de ninguna manera. Mi táctica fue sencilla: al final de la 1ª evaluación le daba la media 4'9 y le suspendí. Llegué a arrepentirme, pero ya era demasiado tarde para cambiarle la nota. A la larga aquello me fue de maravilla y no volví a tener problemas con él. Una profesora, sin embargo, al mismo alumno lo aprobó dándole un empujoncillo en esa primera evaluación, y lo tuvo estuvo incordiando en su clase durante el resto del año”. “En términos generales mi experiencia es que para mantener la disciplina tienes que imponerte los primeros días”.

Para el formador de formadores, autor de publicaciones sobre docencia y profesor de secundaria durante 18 años Manel Güell, hay que pactar normas, pero hay que llevar cuidado de que el espacio de la clase no se convierta en un campo de batalla. No se debe considerar al alumnado como ‘el enemigo’, porque en la batallas siempre hay heridos. “Considero fundamental replantear el vocabulario, que es un símbolo y toda una metáfora de lo que va a acontecer en el aula. No hay que “luchar” en el aula, hay que hacer un camino juntos, en el cual el profesorado ayuda a guiar y conducir”.

Pactar a través del líder. Como decíamos al principio, los profesores solventes en la tarea de llevar las riendas de la clase suelen localizar al líder y buscar la forma de tenerlo de su parte. “Te das cuenta porque siempre es el primero que abre la boca o el más chulito”, comenta Verónica González, maestra cien por cien vocacional con varios años de experiencia. “Y te tienes que hacer con él como sea. En cierto modo hacerte amigo suyo, aunque sin perder la autoridad. Entonces cada cosa que quieras de la clase, si el líder te apoya, será mucho más fácil”. Pero, ¿cómo consigues eso? “Pues empatizando con él, hablando con él, pasando tiempo, preguntándole por sus cosas, por la música…, dándole responsabilidades en clase, que sea tu ayudante, el delegado, o cosas así. Cuando quieres poner orden él te ayuda, o si te ve molesto a veces el primero en poner orden es él”.

Vicente Lloret recuerda: “Estábamos en la parte práctica del curso y era un chaval bastante conflictivo que con el tema de la fontanería no quería nada, estaba allí porque le obligaba su padre y lo único que hacía todo el tiempo era molestar a los otros y no dejarme dar clase. Así que ya un día me cansé y le dije: macho, tú lo que vas a ser es el vigilante. Te vas a encargar del almacén, de quién saca herramientas, que las herramientas estén colocadas. Bueno pues fue a raíz de darle ese cargo que se convirtió en mi mejor colaborador. ¡De ser conflictivo y problemático pasó a ser uno de los que más me ayudaba a llevar la clase!”

La clase bien preparada. Otra de las pautas para ganarse a los alumnos es llegar al aula con la clase muy bien preparada. “La falta de preparación de la clase produce en el profesor mucho cansancio. La clase bien preparada, como suele preparase una conferencia, origina en el profesor un dinamismo interno que, incontestablemente, se trasmite a los oyentes”, comenta Santiago Petschen.

El consultor Budd Churchward recoge en su página Web algunos consejos más que pueden ser útiles para generar un ambiente de clase disciplinada y en calma. Por ejemplo:

Mensajes en positivo. A la hora de comunicarse con los alumnos, Churchward defiende que no debe hacerse en términos de “no hagas esto”, sino de “quiero que hagas esto”.

Nivel mínimo de intervención. Se trata de, ante una reprimenda, intentar evitar una escalada verbal. Por eso la “reprimenda” o la censura de un comportamiento, según Churchward, debe hacerse al nivel más bajo posible. Por otro lado, ante un alumno disruptor (interrumpe, habla, molesta a los demás) se debe estar paseando por la clase y vigilante, y en cuanto se vea un signo de que el alumno empezará a llamar la atención, el profesor se acerca a él sigilosamente y le reprende de la forma menos llamativa posible, intentando que el resto de la clase no se entere. Hay que intentar que el alumno no tenga la satisfacción de convertirse en el centro de atención.

Avanzar lo que pasará. Para este autor, otra técnica es anticipar a los alumnos lo que sucederá en la clase,

Page 10: Guia Para Ser Maestro

mostrando que está todo planeado, y además diciéndoles que al final tendrán unos minutos para hablar entre ellos y comentar cosas de la lección. En cada interrupción por su parte se recuerda a los chavales que si hacen perder tiempo al profesor, son ellos los que perderán el tiempo de hablar con libertad al final.

¿Se puede hacer algo fuera del aula?

Según Llanos Navarro, el profesor también puede hacer algo fuera de las clases para facilitar la disciplina en las mismas. En ese sentido el punto de actuación número uno son los padres. “Son los responsables de la educación de sus hijos, no de transmitirles conocimientos, pero sí de enseñarles valores que les permitan comportarse adecuadamente. Yo procuro hablar con ellos haciéndoles ver que estamos en el mismo barco, que pretendemos los mismos fines: el éxito de sus hijos. La clave está en conseguir que admitan las carencias de sus hijos, que reconozcan que su conducta en el aula no es adecuada, porque si consigues que ellos colaboren contigo, tienes más posibilidades de reconducir la situación”.

Y no hay que olvidar que una parte del trabajo es en equipo. “En cuando al centro educativo, es importante que todos los profesores, así como el equipo directivo y el departamento de orientación, mantengan unos criterios comunes, simples pero respetados por todos. El director ha de apoyar las decisiones de sus profesores pero, a la vez, los profesores deben ser razonables cuando las proponen, asegurándose de que están siguiendo los pasos previamente acordados por todos. Si eso se hiciera así, las medidas resultarían más eficaces”.

Cuando ya tienes el problema

En ocasiones las pautas de prevención no funcionan con algunos alumnos. No hay que olvidar que la enseñanza secundaria en España es obligatoria, una de las principales quejas de los docentes y personal directivo de centros, por lo que casi todos los profesores tienen en clase alumnos con total desinterés que sin embargo no tiene otra opción que seguir en el centro. Algunas de las respuestas que recomiendan los expertos son éstas:

Falta de motivación. “Recuerdo una situación de falta de motivación hacia una asignatura, comenta Manel Güell: La solución fue investigar qué les motivaba fuera del centro educativo. Después diseñé trabajos de la asignatura relacionados con sus centros de motivación y se entregaron totalmente, con propuestas creativas y muy interesantes. Por ejemplo analizar las principales actitudes y teorías éticas a partir de los valores que definían las canciones de sus cantantes o bien filmar en video pequeños cortos, con argumento, sobre algunos temas filosóficos”.

Otra estrategia para motivar es que los alumnos entiendan la utilidad en su vida de lo que deben aprender. Vicente Lloret nos cuenta que “un día estaba comenzando una lección de matemáticas, y un alumno preguntó en voz alta para qué servían las matemáticas para ser fontanero. Enseguida empezaron a quejarse otros, así que les dije, ante la algarabía general, que nos saltábamos el tema, sabiendo lo que pasaría más adelante. Todos lo celebraron. Dos meses después tocó una práctica y los alumnos descubrieron que no sabían calcular partes de la instalación, o no sabían hacer una factura, ni calcular, por ejemplo, el IVA que debían cobrar. En ese momento dije que retomaríamos el tema de matemáticas y todos lo aceptaron sin rechistar”.

Acoso escolar. El acoso de unos alumnos a otros o bullying es un fenómeno que ha crecido en los últimos años. Llanos Navarro nos comenta este caso, acerca de una exalumna: “Lo primero es hablar con la víctima para que pierda el miedo a sus agresoras, para que las denuncie. Nosotros la convencimos de que, una vez las hubiera denunciado, estaría a salvo, porque iniciaríamos un protocolo oficial que no permitiría a las acosadoras seguir con su actitud. La chica lo contó todo, hablamos con los padres de todas e incluso se puso

Page 11: Guia Para Ser Maestro

la denuncia pertinente. No se puede frivolizar con estos temas, hay que actuar con contundencia enseguida. El acoso cesó, las acosadoras fueron sancionadas hasta donde le permite la ley a un centro de educación y, por lo demás, el caso quedó en manos de la policía judicial”.

Agresividad hacia el profesor. En ocasiones un alumno con un comportamiento extremo puede agredir al profesor. El consejo más habitual es hacer todo lo posible por no devolver la agresión al alumno, ya que es un menor y el profesor puede tener problemas legales.

Autoaislamiento. Vicente Lloret nos comenta “una cosa que me funciona muy bien con los alumnos que no participan es lo que yo llamo la mesa redonda. En vez de dar una clase en la que yo hablo y ellos escuchan, los siento en círculo, que se vean unos a otros, y les lanzo problemas. ¿Cómo solucionaríais esto? Obviamente los alumnos más lanzados son los primeros en participar, pero poco a poco el ambiente se anima y he comprobado que así, los que nunca preguntan ni responden en la clase tradicional, acaban participando”.

Son necesarios cambios en el sistema

El hecho de repasar pautas de prevención o actuación para mantener la disciplina en clase no quiere decir que todo el peso deba recaer en el docente. La mayoría de los profesores, maestros y personal directivo de centros en España coinciden en que en los últimos años se han dado cambios normativos y de organización que han puesto más difícil mantener el orden en clase y, por lo tanto, el aprendizaje. A esto hay que añadir que el alumno viene de casa con una cultura de disciplina y esfuerzo bajo mínimos.

Entre las propuestas de cambio que pueden escucharse están las siguientes: disminuir las ratios (número de alumnos por grupo), ya que es muy difícil implantar metodologías más cercanas al alumno con grupos de más de 20 chicos; reformar los mecanismos que permiten que un alumno pase de curso sin aprobar una mayoría de asignaturas, y ofrecer otras opciones a los adolescentes que tienen claro que no quieren adaptarse al sistema educativo tradicional. Como nos comenta Mari Llanos Navarro, “no hay que abandonarlos a su suerte, obligándolos a permanecer en un aula seis horas al día, sino proporcionarles algún programa de carácter más práctico, que les sea útil, al tiempo que les forma de una manera más amena, mientras maduran y deciden si de verdad desean abandonar el sistema educativo”.

Para expertos como Manel Güell “es también necesaria una gran inversión en formación del profesorado en nuevas metodologías, en nuevas estrategias educativas. Se trataría de desterrar la clase magistral y sustituirla por dinámicas de grupo, juegos, debates, acciones proactivas por parte de los alumnos, aplicaciones de técnicas creativas, uso de las imágenes, rol playings, juegos de rol y simulaciones, trabajo en equipo, inversión del papel de profesor-alumno, etc”.

Y por supuesto, aparecen propuestas sobre uno de los problemas más difíciles de solucionar: la actitud de los padres, ya que muchos docentes se quejan de que actualmente, “además de que el alumno viene desmotivado y responde mal a la autoridad porque se ha acostumbrado así en casa, la mayoría de los padres, ante un conflicto, se ponen de su lado”. Manel Güell propone “crear una verdadera escuela de padres, de modo sistemático, que insistiera tanto en la formación de los padres como en la colaboración entre padres, profesorado y alumnado en el proceso educativo, en las actividades del centro, y en el diseño de normas internas”.

Cómo mejorar como docente

La preparación pedagógica de los profesores de secundaria ha dado un salto cualitativo tras la implantación del Espacio Europeo de Enseñanza Superior (EEES), que ha obligado a sustituir el antiguo CAP por el Máster en Formación del Profesorado de Secundaria. Casi todas las universidades españolas cuentan con este programa, cuya duración suele ser un año y pone mucho más acento que el CAP en la parte práctica de la

Page 12: Guia Para Ser Maestro

enseñanza.

Algunos formadores con mucha experiencia han creado cursos específicos dedicados a mejorar las capacidades de los profesores. Es el caso del curso de Santiago Petschen y su programa ’El arte de dar las clases’. Existen también programas relativos a la gestión de centros y, por supuesto, los dedicados a la preparación de oposiciones.

Por su parte, Manel Güell lleva desde 2001 como formador y consultor en la administración pública, centros educativos, instituciones y empresas, y su formación de formadores sigue dos grandes objetivos: facilitar al profesorado instrumentos para su buen estado personal, para su bienestar y su crecimiento psicológico y ético y, en segundo lugar, ofrecer recursos prácticos para desarrollar el trabajo, sobre todo nuevas metodologías como dinámicas de grupo y desarrollo de la creatividad.

Semillas que dan sus frutos

En ocasiones las dificultades de dar clases satisfactorias pueden llevar a algunos profesores a la desmotivación o incluso la depresión. Verónica González, con experiencias en secundaria y acostumbrada a lidiar con alumnos especiales o problemáticos, nos comenta: “recuerdo una reflexión que siempre me anima bastante. El profesor transmite valores y conocimientos a los alumnos pero debe ser consciente de que, muchas veces, son semillas de las que nunca va a ver los frutos. Y sin embargo hay que saber que esa semilla más adelante da frutos que verán otros. Muchas veces, por ejemplo con los alumnos de secundaria parece que no están escuchando pero claro que están escuchando. Hay chicos que no, pero la gran mayoría asume lo que les dices y unos años después esos valores aparecen”.

Por su parte, Llanos Navarro reflexiona sobre el hecho de intentar no dar por perdido a un alumno. “Siempre me acuerdo de uno de mis primeros alumnos. Era un chico muy inquieto, se alteraba fácilmente. Vivía en un centro de acogida, su madre, por lo visto, ejercía la prostitución. Yo era su tutora. Una vez faltó la profesora de educación física y el profesor de guardia se metió en clase con el grupo. El chico se puso hecho una furia porque quería dar la clase de educación física y no permanecer toda la hora sentado en su silla, sin ir al pabellón. El profesor en cuestión habló conmigo, como su tutora, y me dijo que iba a hablar con el jefe de estudios para que lo expulsara, yo le pedí que me dejara hablar con él primero. Lo pillé por los pasillos, le pregunté qué había pasado y él me explicó su enfado. No recuerdo qué le dije, pero sí que lo insté a disculparse con el profesor y lo hizo. La semana siguiente fue a visitarme su tutor legal y me dijo que ese acto, la simple disculpa, había sido el mayor logro que se había conseguido con ese chico hasta ese momento, que debíamos ser pacientes con él porque tenía una situación muy difícil y parecía que tenía alguna posibilidad de salvarse (la verdad es que parecía buena gente). No fue expulsado. Años después me lo encontré por la calle, fue muy agradable conmigo, y me contó que estaba terminando Magisterio”.

Page 13: Guia Para Ser Maestro

10 claves para ser un/a buen/a profesor/a

Entre otras, en este decálogo verás las 10 características principales de los buenos profesores y las buenas profesoras según Justin Tarte, en su blog (en inglés) Life on a Educator. Seguro que se os ocurren más formas de ser buen/a docente... ¡esperamos tus comentarios!  Los/as grandes docentes...

10 - Escogen y eligen sus batallas: lo que es realmente importante y una prioridad, o lo que no lo es

9 - Rara vez se quedan detrás de su mesa, y rara vez se sientan. Saben que el verdadero trabajo se hace "en las trincheras", y por eso recorre el aula

8 - No tienen miedo de pedir disculpas y admitir sus errores: saben lo importante que es correr riesgos en el aula y que la toma de decisiones sobre las cosas nuevas, las innovaciones, que aporten al aula es una gran responsabilidad

7 - Son reflexivos/as y se toman su trabajo como algo personal: cuando las cosas no salen según sus previsiones, se toman su tiempo para reflexionar y considerar formas alternativas... para la próxima.

6- Son excelentes conversadores/as. Pueden conseguir un aula llena de estudiantes debatiendo, con facilidad: son mestros y maestras de las preguntas y planteamientos que llevan al alumnado a un nivel superior de reflexión

5 - Pueden justificar y explicar sus decisiones a sus colegas, a las familias y a los alumnos y alumnas. Nunca hacen las cosas solamente porque "siempre se han hecho así"

4 - No se preocupan por lo "bien" que hacen las cosas, por lo "duro que trabajan"... sino por la calidad del aprendizaje de sus estudiantes y por cómo les han ayudado a crecer. Son capaces de cambiar el enfoque y mantener la atención de sus alumnos y alumnas, mostrando empatía

Page 14: Guia Para Ser Maestro

3 - Esperan y exigen mucho a sus colegas: quieren ser parte de algo más grande que ellas y ellos mismos. Creen, firmemente, que a través de la colaboración podemos lograr algo más.

2 - Siempre están buscando maneras de mejorar su práctica docente y perfeccionar las competencias profesionales; no están impresionados/as la nueva y resplandeciente herramienta, sino en la herramienta que realmente mejora el aprendizaje del alumno o la alumna y su éxito personal, académico y/o profesional

1 - Valoran, sobre todo lo demás, las relaciones con su alumnado: cuando los y las estudiantes lo necesiten, estará allí para aconsejarles y ayudarles hasta que no quede ningún otro recurso

CÓMO SER UN BUEN PROFESOR. LA PRUEBA DEL ALGODÓN.de Angel Fidalgo el 8 agosto 2009

El algodón no engaña

Si una persona va al médico  y después del tratamiento propuesto se queda como estaba; es decir, el paciente sale igual que entra ¿diría que ha ido a un buen médico?

Y si el tratamiento que le pone el médico es el mismo que el paciente se podría auto-aplicar ¿diría que ha ido a un buen médico?

Page 15: Guia Para Ser Maestro

Bueno, pues esto vale para el profesorado.

Si un alumno que asiste a nuestras clases sale igual que entra (sin aumentar su conocimiento) ¿diríamos que somos un buen profesor?

Si un alumno puede obtener el incremento de conocimiento que le va a dar el profesor por otros medios (un libro, unos apuntes, internet,….) ¿diríamos que somos un buen profesor?

Es cierto que la profesión de profesor (como supongo que ocurra en otras) está llena de obstáculos:

Un modelo educativo muy mejorable.

Unos colegas que si son de nuestro mismo departamento o área de conocimiento se creen en posesión de la verdad y si son de otro departamento o área de conocimiento nos desprecian.

Unos alumnos (se les identifica porque son las personas de menor edad que la nuestra, que están en el aula) que no saben para que están, que no les interesa lo más mínimo lo que contamos y que nos ven como un tirano.

Unos padres de alumnos que nos piden mil explicaciones cuando sus hijos suspenden (por eso nos vienen muy bien los exámenes escritos) y en algunos casos primeramente dejan clara su postura con ciertas expresiones verbales y físicas.

Un nulo reconocimiento al esfuerzo, la motivación y al trabajo bien hecho (me refiero al profesorado y al reconocimiento por la administración, por si ustedes pensaban que hablaba de los alumnos)

Una parte del profesorado piensa que soportar todo esto, sin darse de baja por depresión, es bastante para ser un buen profesor y convertirse en un “santo-docente”.

Sin embargo hay una prueba que podemos hacer para saber si somos un “santo-docente” o un buen docente (además de un “santo-docente”, por supuesto):

1. Tomemos una persona que no sea profesor, pero que tenga los conocimientos necesarios sobre el incremento de conocimiento que queramos provocar en nuestro alumnado (se admiten alumnos de cursos superiores que hayan aprobado la asignatura).

2. Concedámosla un día para preparar el concepto y suministrémosle el material necesario.3. En el momento de impartir la clase demos el cambiazo y pongamos en nuestro lugar a la

persona seleccionada en el punto 1.4. ¿Ha sido capaz de realizar lo mismo que hubiésemos hecho nosotros?

Si la respuesta a esta pregunta ha sido que sí, seremos un “santo-docente” y si es que no seremos un buen profesor.

Page 16: Guia Para Ser Maestro

¿Por qué?

Porque como todo el mundo sabe un buen profesor no es un mero transmisor de información, eso sería ser un mercader de la información existente, y cualquiera que tuviese esa información sería capaz de transmitirla, incluso el propio alumnado sería capaz de auto-medicarse.

Un buen profesor es el que:

Motiva a sus alumnos. No hay fórmulas mágicas para la motivación, aunque hacer ver a sus alumnos para qué les puede interesar la asignatura o para qué se aplica en la vida real ayuda. Ya sé que esto es difícil, pero si el profesor que todos los días está con sus alumnos, que sabe qué nivel educativo tienen, que sabe la carrera o el interés por seguir estudiando que tienen sus alumnos y que conoce la materia que enseña, no sabe motivarles ya me dirán ustedes quién es capaz de hacerlo; es decir, el profesor es la persona que está más capacitada para motivar a sus alumnos; así pues motíveles.

Hace que entiendan el concepto no que lo aprendan. Según todos los manuales de pedagogía y técnicas de estudio lo primero que se recomienda a un alumno es a entender el concepto; pues si eso es el primer paso déselo hecho. El material de apoyo, las nuevas tecnologías y el conocimiento de nuestros propios alumnos nos facilitarán esta labor. No se empeñe que aprendan en 50 minutos de clase lo que a usted le ha costado varios días, experiencia y reflexión.

Da las pautas para que aprendan el concepto. Esto es lo que un buen profesor sabe hacer. Las metodologías educativas, paradigmas de aprendizaje, su propio “librillo” y el conocimiento de sus alumnos son las claves para dar esas pautas. La innovación educativa ayuda a personalizar cada vez más esas pautas incluso a establecer pautas distintas para distintos alumnos en su misma clase.

Enseña a aplicar el concepto. En algunos contextos a esto se le llama formar en habilidades y capacidades; en otros, aprendizaje significativo;  pero en muchos casos, basta con buscar problemas, prácticas y ejemplos cercanos al alumno.

Como toda prueba del algodón es fácil de hacer e inmediata es la comprobación del resultado, pero si el algodón está manchado ¿Cómo quitar las manchas?

Pues eso es lo que saben hacer los buenos profesores ¡que no quede mancha!

Page 17: Guia Para Ser Maestro

10 maneras de ser un buen maestro y lograr la formación de sus alumnos

1.  El buen maestro llega a todos sus alumnos. En algunas ocasiones se pueden encontrar maestros que se quejan acerca de que su clase tiene demasiados alumnos, el buen maestro no se fija en la cantidad de alumnos, mejor se  idea la forma de llegar a todos.

2.  El buen maestro debe ganarse el respeto. La enseñanza no se logra siendo una persona que infunda temor, pero tampoco una que nadie la respete, el maestro debe ganarse el respeto, respetando la individualidad de los estudiantes.

3.  Participación de los alumnos. En cuanto a las Maneras de ser un buen maestro, es de vital importancia buscar que el alumno interactúe, cuando el alumno participa aprende hasta un ochenta o noventa por ciento de los temas proporcionados.

4.  Experiencia docente. Uno de los factores de importancia para ser buen maestro es demostrar por su calidad de enseñanza la experiencia que tiene en el cuanto a impartir conocimiento.

5.  Habilidad de expresión. Esta es una de las mejores herramientas de un maestro de excelencia, es decir, el maestro debe hacerse entender acerca de lo que desea expresar, sin que los estudiantes queden con dudas.

6.  Dinamismo. Para tener las mejores Maneras de ser un buen maestro se debe ser una persona dinámica (sin caer en el extremo de ser payaso) con el fin de que los alumnos estén pendientes de lo que se dice en clase.

7.  Planeación. El buen maestro se prepara por anticipado elaborando una clase de excelencia, en el momento de la organización deben ser tenidos en cuenta los detalles que se pueden presentar en el aula.

8.  Ser él mismo. El buen maestro debe presentarse siempre como lo que él es, fingir no sirve de nada, fingir deteriora la personalidad de un maestro y los alumnos se identifican con el maestro que hace brillar su personalidad.

Page 18: Guia Para Ser Maestro

9.  Capacitación. En cuanto a las Maneras de ser un buen maestro la capacitación permanente debe ser un estilo de vida, para estar actualizado y proporcionar un conocimiento de calidad.

10. Pensar en la formación de sus alumnos. El trabajo por excelencia de un buen maestro es la formación de sus alumnos, en esto se debe interesar y al preparar cada clase debe tener en cuenta este detalle.

Hay muchas más estas son solo alguna. ¿Tú qué opinas?

26 consejos para ser un maestro eficaz Escrito por : Álvaro Terrón 10 de septiembre de 2013

1. Ten vista de águila para mejorar tu alcance y así llegar a los estudiantes con dificultades y estudiantes exitosos. Nunca compares y ten en cuenta que ningún alumno es igual.

2. Busca el modo perfecto para mantener una buena relación con la familia. Como dice José Antonio Marina: "para educar necesitamos a la tribu entera".

Page 19: Guia Para Ser Maestro

3. Lee sobre las mejores técnicas de enseñanza, intenta llevarlas a la práctica, y si no funcionan puedes combinarlas con tu propia experiencia. Muchos de los teóricos de la educación jamás estuvieron en un aula.

4. Anima a diario a que los alumnos investiguen nuevos descubrimientos en su casa y que los compartan la clase

5. Incorpora música en momentos puntuales. Haz un trato con tus alumnos para que sepan concentrarse con sonido ambiente. Ojo, nada de poner esta canción de heavy metal que tanto te gusta en tu vida personal.

6. Desafía a tus alumnos para que vayan más allá de su alcance habitual. Para ello es importante conocer bien uno a uno.

7. Incorpora lo que yo llamo "los deberes en su mundo". No te engañes, cuando llegan a casa, normalmente cogen la tablet o el portátil para enredar. Si creas una plataforma online para que hagan sus deberes, quizás no las parezca una tarea ardua y podrás conseguir que repasen de forma "lúdica" lo visto a lo largo de la mañana en clase.

8. Intenta introducir las nuevas técnicas de gamificación en el aula y sobre todo premiar un gran intento.

9. Experimenta en el aula aquello que un compañero te contó que le funcionaba con sus alumnos. No tiene porque funcionar con los tuyos, pero está bien que lo intentes y que evalúes los resultados.

Page 20: Guia Para Ser Maestro

10. Debes conseguir crear un punto de vista global en los niños y niñas para que se sientan ciudadanos del mundo.

11. Fomenta un montón de preguntas, no tienes porque saber contestar todos, pero haz que todos los educandos se sientan parte de un equipo de reporteros que tienen que dar respuestas a todas sus preguntas. Entre todos quizás podéis sacar alguna conclusión.

12. Haz que los propios alumnos sientan sus progresos. Por ejemplo, muestrales lo mal que escribían al principio del cuaderno y como poco a poco gracias a su esfuerzo escriben mejor. No te quepa duda que saldrá del cole contándoselo a su mami.

13. Entrega a tus estudiantes todas las herramientas para triunfar en la vida. Esto está un poco relacionado con las Competencias Básicas. Hay algunas cosas que normalmente pasamos por alto en el aula por falta de tiempo. Para mi una de ellas es la oratoria. Haz que tus alumnos hablen frente a el resto de la clase, aunque sea contando lo que hicieron el fin de semana. No se puede tolerar ver estudiantes universitarios que tienen pánico a presentar trabajos en clase y eso podemos curarlo desde bien pequeñitos.

14. Sonríe, siempre, siempre y siempre. Es difícil, pero para ello te puede ayudar intentar dormir lo necesario. Eres el capitán o capitana del barco. Si tu no estas al 100% tus marineros tampoco.

15. Haz piña con el equipo de profesores de tu colegio. Es imposible pedir trabajo cooperativo a tus alumnos si tu mismo no lo haces.

Page 21: Guia Para Ser Maestro

16. Cuida tu voz. A todos se nos escapa alguna vocecita de vez en cuando, para que negarlo, pero conviene recordar que no debes levantar la voz ya que esto te ayudará a mantener el control de tu aula y por supuesto de tu herramienta de trabajo más importante.

17. No te desanimes si no ves progresos inmediatos y anima a los estudiantes a lo largo plazo. La educación y la paciencia van siempre de la manita.

18. Crece junto a tu clase. Los alumnos y alumnas tienen mucho que enseñarte a diario. Tu no eres el único sabio en la clase.

19. Ancla tus lecciones en su mundo. De nada vale enseñar diferentes ecosistemas a un niño o niña si no lo relacionas con su entorno más próximo. Lo palpable o visible es mucho entendible que lo imaginable.

20. Mantiene tu nivel de energía para estar al cien por cien durante toda la mañana. Para ello seleccionar un buen horario, dentro de las posibilidades, hace que tu energía y la de tus alumnos no se agoten.

21. Encuentra la clave del éxito de cada estudiante y utiliza aquellas materias o lecciones donde más sabe para animarle.

22. No todos los aprendizajes están buscando en nuestra caja del pensamiento. Por lo tanto haz que el alumno se mueva, manipule, cante e incluso ría. Algunos aprendizajes aparecen cuando no estamos pensando en aprender.

Page 22: Guia Para Ser Maestro

23. Permite a los estudiantes a expresarse mediante las artes.

24. Utiliza tu goma para borrar todo lo que un alumno hizo mal el día antes. Conviene relacionar las lecciones de un día para otro, pero nunca los comportamientos de los niños, sino sin querer acabaremos etiquetando.

25. Menos hablar y más escuchar. Algunos profesores hablan tanto que los niños terminan por aburrirse. Es entendible. Cuando notes que te estas pasando de hablar, para el carro y deja que los estudiantes hablen para que expresen sus opiniones.

26. Mantente conectado a los mejores profesores y profesoras que escriben en red. Esta demostrado que aprendemos más cosas de los semejantes que de los libros. Hasta el momento, twitter me parece la mejor opción para ello.

Las 10 Competencias del Docente ModernoPosted on October 18, 2013 by Diego Santos

Share on facebook Share on twitter Share on email Share on pinterest_share More Sharing Services 167

La educación es un campo en constante evolución, lo cual exige que los docentes se renueven y que estén al día de las últimas novedades. Por ello, a las competencias tradicionales necesarias para ser un buen docente, es necesario sumar algunas otras que han cobrado fuerza en los últimos años y que son imprescindibles. Éstas son, según nuestra opinión, las 10 Competencias del Docente Moderno.

Page 23: Guia Para Ser Maestro

 

Las 10 Competencias del Docente Moderno

Competencias Tradicionales

Estas 6 primeras competencias (en rojo en la imagen) no son nuevas pero su importancia se ve incrementada notablemente para el docente moderno. 

#1 Comprometido: Es fundamental que el docente esté comprometido con su trabajo y con la educación de los jóvenes. La responsabilidad que recae en las manos de un profesor es

Page 24: Guia Para Ser Maestro

enorme, por lo que éste debe ser consciente de ello y amar su profesión. 

#2 Preparado: La formación académica es otra de las competencias tradicionales que se le exigen a un docente. Este requisito va en aumento en una sociedad cada vez más preparada y competente. Cuanto mejor esté preparado esté el docente, mejor. 

#3 Organizado: Una buena organización y planificación del curso por anticipado son factores clave para el éxito del mismo. Es muy importante que el docente organice adecuadamente el temario a impartir y el tiempo para poder cubrirlo en su integridad. 

#4 Tolerante: En una sociedad cada vez más diversa y multicultural, es necesario que el docente no tenga prejuicios y que trate por igual a todos los estudiantes sin mostrar favoritismos. 

#5 Abierto a Preguntas: El debate y la colaboración en clase son esenciales para estimular a los alumnos y para poner en práctica nuevas técnicas de enseñanza. El docente debe estar abierto a responder preguntas de sus alumnos y mostrarse colaborativo. 

#6 Contador de Historias: Una de las mejores formas de enseñar y trasmitir ideas es a través de las historias. Los mejores profesores usan este método en sus clases desde hace siglos. Debido a su efectividad, esta técnica es usada hoy en día no solo por los profesores, sino también por muchos otros profesionales, como los especialistas de Marketing en sus campañas. 

Nuevas Competencias

A estas competencias tradicionales es necesario añadirle otras competencias asociadas a las nuevas tecnologías (en azul en la imagen). Con ellas los educadores pasan a convertirse en docentes modernos. 

#7 Innovador: El docente moderno debe estar dispuesto a innovar y probar cosas nuevas; tanto técnicas de enseñanza como apps educativas, herramientas TIC y dispositivos electrónicos. El docente moderno debe ser un “early adopter”. 

#8 Entusiasta de las Nuevas Tecnologías: El docente moderno no sólo debe ser innovador sino también un amante de las nuevas tecnologías. Ya sean iPads, proyectores o pizarras digitales, debe anticiparse a sus alumnos y estar a la búsqueda constante de nuevas TICs

Page 25: Guia Para Ser Maestro

que implementar en sus clases. 

#9 Social: Una de las competencias del docente tradicional era estar abierto a las preguntas. El docente tradicional debe acentuar esta competencia y llevar la conversación a las redes sociales para explorar posibilidades fuera de la propia clase. Te aconsejamos nuestro artículo “Twitter en el Aula: Ideas para profesores” para explorar este punto en profundidad. 

#10 Friki: En el buen sentido de la palabra. Internet es la mayor fuente de conocimiento que el ser humano ha conocido, por lo que un docente moderno debe ser una persona curiosa. Alguien que esté siempre investigando y buscando datos e información novedosa que pueda usar para retar a sus alumnos.