Guía Prof D.Maggi Entrevista2011

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Caracas, 5 de abril de 2011 UCV/FHE/ECS Dpto. de Periodismo / Periodismo II Prof. Daniel Maggi ENTREVISTA PERIODÍSTICA II: CONCEPTOS BÁSICOS y PREPARACIÓN GENERAL El siguiente es el material de clases del profesor Daniel Maggi para la materia Periodismo II, durante el semestre 2011-1. Contiene herramientas y consejos generales para la preparación de entrevistas que pueden servir de orientación para los estudiantes de la materia. Para su elaboración se consultaron los siguientes textos: 1. HALPERIN, Jorge. La entrevista periodística. Intimidades de la conversación pública. Argentina, Editorial Paidós, 1995. 2. RONDEROS, María Teresa y otros. Cómo hacer periodismo. Colombia, Aguilar, 2002. 3. DRAGNIC DE ALVAREZ, Olga. Diccionario de Comunicación Social. Caracas, Editorial Panapo, 1994. 4. DRAGNIC DE ALVAREZ, Olga. La entrevista de personalidad. Caracas, Fondo Editorial FHE-UCV, 1993. 5. CANTAVELLA, Juan. Manual de la entrevista periodística. Barcelona, Ariel Comunicación. Editorial Ariel, 1996. 6. ARFUCH, Leonor.. El espacio biográfico. Dilemas de la subjetividad contemporánea. Argentina, Fondo de Cultura Económica, 2002. CONSIDERACIÓN INICIAL La entrevista periodística se entiende como un diálogo que reviste interés social y también como su posterior enunciación ordenada, resumida y jerarquizada. Así como el objeto de la noticia es el acontecimiento, el objeto de la reseña es el evento, el objeto de la entrevista es dual: la relación tema-personaje. QUÉ SITUACIONES PERIODÍSTICAS “PROMUEVEN” ENTREVISTAS Normalmente los periodistas que trabajan en medios de comunicación no eligen el tema o personaje para sus entrevistas; un jefe de información lo asigna por pauta, directamente. Sin embargo vale la pena hacer este ejercicio de identificación. Una entrevista puede hacerse necesaria cuando: 1. Temas no agotados por la noticia: existe algún tema que se relaciona con acontecimientos de la actualidad noticiosa, pero no resultan claramente explicados, generan duda o polémica, es decir, son temas no “agotados” por la noticia. El público sabe que ocurren acontecimientos ligados al tema, pero no halla explicación suficiente para entenderlos o valorarlos. En algunos casos, no todos, estos temas “piden” un personaje capaz de aplacar inquietudes por su conocimiento o capacidad de análisis. 2. El deseo de interpelar personajes significativos: cuando entramos en contacto con personajes públicos o desconocidos, que saben algo potencialmente interesante, revelador, noticioso (muchas veces explosivo) pero desconocido por la opinión pública. También cuando se hace visible un personaje público que está protagonizando acontecimientos del presente social. Asimismo, cuando entramos en contacto con personajes desconocidos, pero cuya vida, obra y relatos puede generar curiosidad, interés, empatía, identificación. Dentro de este rango entran personajes arquetípicos: personajes con los que cualquiera puede identificarse, dada su historia de vida entrañable.Lo normal es que la opinión pública desee conocerlos y escucharlos, permitirle que hablen sobre varios temas. A veces UN TEMA “pide” o justifica un entrevistado X (por ejemplo, el tema del aumento sostenido de la inflación “pide” el ande un buen economista), o a veces UN PERSONAJE se convierte directamente en el tema (un premio nobel de economía visita Venezuela es un personaje que “pide” ser entrevistado, independientemente del tema).

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Caracas, 5 de abril de 2011 UCV/FHE/ECS Dpto. de Periodismo / Periodismo II Prof. Daniel Maggi ENTREVISTA PERIODÍSTICA II: CONCEPTOS BÁSICOS y PREPARACIÓN GENERAL El siguiente es el material de clases del profesor Daniel Maggi para la materia Periodismo II, durante el semestre 2011-1. Contiene herramientas y consejos generales para la preparación de entrevistas que pueden servir de orientación para los estudiantes de la materia. Para su elaboración se consultaron los siguientes textos: 1. HALPERIN, Jorge. La entrevista periodística. Intimidades de la conversación pública. Argentina, Editorial

Paidós, 1995. 2. RONDEROS, María Teresa y otros. Cómo hacer periodismo. Colombia, Aguilar, 2002. 3. DRAGNIC DE ALVAREZ, Olga. Diccionario de Comunicación Social. Caracas, Editorial Panapo, 1994. 4. DRAGNIC DE ALVAREZ, Olga. La entrevista de personalidad. Caracas, Fondo Editorial FHE-UCV, 1993. 5. CANTAVELLA, Juan. Manual de la entrevista periodística. Barcelona, Ariel Comunicación. Editorial Ariel,

1996. 6. ARFUCH, Leonor.. El espacio biográfico. Dilemas de la subjetividad contemporánea. Argentina, Fondo de

Cultura Económica, 2002.

CONSIDERACIÓN INICIAL La entrevista periodística se entiende como un diálogo que reviste interés social y también como su posterior enunciación ordenada, resumida y jerarquizada. Así como el objeto de la noticia es el acontecimiento, el objeto de la reseña es el evento, el objeto de la entrevista es dual: la relación tema-personaje. QUÉ SITUACIONES PERIODÍSTICAS “PROMUEVEN” ENTREVISTAS Normalmente los periodistas que trabajan en medios de comunicación no eligen el tema o personaje para sus entrevistas; un jefe de información lo asigna por pauta, directamente. Sin embargo vale la pena hacer este ejercicio de identificación. Una entrevista puede hacerse necesaria cuando: 1. Temas no agotados por la noticia: existe algún tema que se relaciona con acontecimientos

de la actualidad noticiosa, pero no resultan claramente explicados, generan duda o polémica, es decir, son temas no “agotados” por la noticia. El público sabe que ocurren acontecimientos ligados al tema, pero no halla explicación suficiente para entenderlos o valorarlos. En algunos casos, no todos, estos temas “piden” un personaje capaz de aplacar inquietudes por su conocimiento o capacidad de análisis.

2. El deseo de interpelar personajes significativos: cuando entramos en contacto con personajes públicos o desconocidos, que saben algo potencialmente interesante, revelador, noticioso (muchas veces explosivo) pero desconocido por la opinión pública. También cuando se hace visible un personaje público que está protagonizando acontecimientos del presente social. Asimismo, cuando entramos en contacto con personajes desconocidos, pero cuya vida, obra y relatos puede generar curiosidad, interés, empatía, identificación. Dentro de este rango entran personajes arquetípicos: personajes con los que cualquiera puede identificarse, dada su historia de vida entrañable.Lo normal es que la opinión pública desee conocerlos y escucharlos, permitirle que hablen sobre varios temas.

A veces UN TEMA “pide” o justifica un entrevistado X (por ejemplo, el tema del aumento sostenido de la inflación “pide” el ande un buen economista), o a veces UN PERSONAJE se convierte directamente en el tema (un premio nobel de economía visita Venezuela es un personaje que “pide” ser entrevistado, independientemente del tema).

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PREPARACIÓN INDENTIFICAR INTERESES CONCRETOS El punto de partida para la definición de una entrevista es definir claramente a lo que se quiere llegar. Estas necesidades se desdoblan en diversos pasos: 1. Anticipar al público: Aporta mucha claridad imaginar, de la forma más concreta posible, qué

necesita saber nuestro público: cuáles son sus dudas e intereses reales o potenciales respecto al tema o el personaje. Esto, obviamente, deriva de nuestro conocimiento sobre sus gustos, problemas, situaciones que afronta, lo que le puede convenir o perjudicar.

2. Qué se ha dicho y hecho antes: Las entrevistas existen porque aportan algo nuevo a la opinión pública, por eso es tan importante revisar qué se ha dicho o hecho sobre un tema, así como qué ha dicho y hecho un personaje sobre un tema. Esta revisión se hace con ojo crítico sobre la perspectiva (ideológica, ética, práctica) con que estos discursos y acciones han trascendido. Es importante identificar lo que se calla, lo inexplicado, lo inacabado o mal hecho, lo que no concuerda con la percepción del público; el elemento que genera duda, emoción, descontento, enardecimiento, suspicacia.

3. Clasificar y priorizar mis necesidades: Ayuda mucho diferenciar qué clase de material preciso obtener para desarrollar la entrevista: aquello que puedo conseguir antes de la entrevista, a través de la investigación, y aquello que necesariamente tendré que indagar en el entrevistado. De acuerdo a las prioridades de cada uno de los siguientes ítems, definiré más adelante mi cuestionario y la estrategia para conducir el diálogo de la entrevista.

a. Contexto del personaje: quién es el personaje, qué ha hecho, cómo es su forma de pensar, de dónde viene, para contextualizar sus declaraciones. Normalmente este contexto se construye como preparación a la entrevista, pero siempre hay elementos que es mejor conocer directamente del personaje.

b. Información nueva: qué datos, elementos concretos, explicaciones, conocimientos necesito.

c. Problematización: sobre qué aspectos necesito que se midan repercusiones, causas, alcances; que se hagan análisis y se den opiniones abarcadoras, orientaciones, proyecciones.

d. Pronunciamiento: sobre qué puntos álgidos se requiere que el personaje ofrezca una opinión clara, desmienta o aclare, con o contra la voluntad del personaje.

e. Revelaciones íntimas: qué aspectos de la psicología y la vida íntima del personaje necesito que me revele, como aporte novedoso al público.

DÓNDE INVESTIGO Encontrar un entrevistado implica una búsqueda de entrevistables a través de diferentes vías: 1. Medios de comunicación: es el espacio más común para identificar protagonistas, personajes

y temas clave. Hay que confiar y desconfiar de los personajes que aparecen siempre declarando a la prensa, porque suelen decir siempre lo mismo y el público ya los conoce.

2. En las instituciones: Cuando identificamos un tema, es útil hacer “match” con las instituciones sociales, académicas, culturales más cercanas y conocedoras. Aunque parezca una perogrullada, no siempre quien más declara sobre un tema es el más competente para hacerlo. A veces se corre con la suerte de encontrar un entrevistable no conocido por la prensa, pero muy calificado y con cosas interesantes por decir.

3. Importancia de la libreta de contactos: Es vital hacerse de una lista de contactos que pueda ayudarnos a conseguir datos clave de un personaje o tema.

4. De la observación diaria: Para identificar tanto entrevistables como temas, es imprescindible estar en la calle, hablar con mucha gente, saber entrar. Los sentidos bien abiertos y la mentalidad curiosa, sensitiva, desprejuiciada, ayuda a encontrar los temas y personajes más originales, genuinos y representativos.

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ANTICIPAR LA POSICIÓN SUBJETIVA DE UN PERSONAJE Un buen ejercicio es anticiparse a los intereses de un personaje entrevistable, que cabe decir, pueden ser concomitantes entre sí: 1. Altruista: contribuir con el bienestar social aportando informaciones u opiniones a la opinión

pública desde una perspectiva responsable, independiente, conocedora. 2. Retórico: difundir y legitimar un modo de pensar, o desmontar una idea o modo de pensar

imperante. 3. Interpersonal: capitalizar la entrevista para vehiculizar un mensaje para un tercero. 4. De figuración: busca simplemente aparecer ante la opinión pública, hacer ruido, hacerse notar

de la manera que sea. 5. No interés: personajes que se ven obligados o prácticamente forzados a comparecer ante la

opinión pública para mantener su función pública, fama o status. Estos personajes no tienen interés en ser entrevistados y buscarán a toda costa salir del paso sin exponerse.

CUESTIONARIO Un cuestionario es una serie de preguntas que anticipan la dirección de un diálogo periodístico, por tanto:

Pregunta igual a detonador de conversaciones: se necesita que el entrevistado se extienda sobre temas, converse fluidamente de acuerdo a nuestras necesidades antes identificadas. Las preguntas deben permitir ese explayamiento y no otras cosas como: demostrar la sofisticación del entrevistador, enredar al entrevistado, limitarlo a respuestas de “sí” o “no”, cohibirlo a priori, inducir su respuesta, infundirle desconfianza.

Linealidad de sentido: un cuestionario atiende precisamente a cómo deseo yo que se desenvuelva el diálogo, a partir de enunciados detonadores (preguntas). Pensar en una linealidad es partir de una hipótesis discursiva del entrevistado: qué elementos deberá exponer primero, que lo emplazarán más adelante a entrar en terrenos más difíciles, tal vez pronunciamientos o revelaciones. Hay que estar siempre preparados para que el entrevistado nos quiebre esta hipótesis, pero lo normal es que si uno prepara bien una entrevista, ésta se ajustará a lo que hemos planificado.

Preguntas básicas / preguntas backup: obviamente, como adivinar el sentido del discurso de un entrevistado es apenas una entelequia nuestra, hay que tener preguntas de backup: temas conexos o generales, que funcionen como recurso de emergencia ante un diálogo que no resulte como esperábamos.

Orden de las preguntas: dependerá de todos los factores antes descritos, desde la linealidad que propongamos hasta la personalidad del entrevistado y el tiempo del que se disponga. En términos generales es preferible formular primero las preguntas que promuevan la exposición de ideas, antes que confrontarlo con enunciados sobre los que se tenga que posicionar.

FORMULACIÓN DE PREGUNTAS: Consejos para formular preguntas: 1. Orden: No formular más de una pregunta al mismo tiempo. 2. Brevedad: Evitar las preguntas extensas. Una persona no es capaz de entender y recordar

enunciados de más de 10 segundos. Siempre se pueden hacer más precisas. 3. Casuística: Plantear preguntas que den cabida a la ilustración y el ejemplo. 4. Concreción: Partir de una evidencia concreta: una declaración, un ejemplo, una cifra. 5. No inducción de respuestas: No inducir respuestas, eso implica no encasillar en

condicionales nuestros el modo de pensar del entrevistado, a menos no antes que el entrevistado se haya definido o los haya planteado en su discurso.

6. Construcción falaz de preguntas: se trata de formular preguntas valiéndose de ciertas estrategias discursivas que disminuyen el potencial conflicto que éstas pueden desencadenar. No siempre son correctas, pero ciertamente surten efecto. Las falacias implican juegos verbales para proponer preguntas difíciles y “sortear” las defensas del entrevistado. Algunas comunes son:

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a. Transferencia: es decir que otros piensan lo que el entrevistador piensa, por ejemplo: “sus detractores hablan de que usted…”, “Fulano de tal lo ha calificado a usted de…”

b. Apología: consiste en preludiar la pregunta difícil con algún elogio, por ejemplo: “usted, que es el mayor conocedor que ha dado el país en tal área, qué piensa usted de…”, “una persona de su trayectoria, qué opina acerca de…”

c. Juego de suposiciones: consiste en plantear situaciones hipotéticas para emplazar al entrevistado a hablar: “supongamos que usted…”, o “si usted se encontrara ante tal escenario…”, “qué pasaría si…”

d. Generalización: consiste en plantear preguntas como inquietudes generales del público: “el ciudadano de a pie se pregunta si usted…”, “La opinión pública ha reclamado que usted diga…”, “Toda Venezuela se pregunta si…”

e. Negación aparente: consiste en preludiar la pregunta con una especie de disculpa que niegue la intención personal del entrevistador en hacer esa pregunta: “para nada quisiera ser grosero, pero…”, “No quisiéramos tener que hacer esta pregunta, pero”

f. Esfuerzo aparente: preludiar la pregunta con una frase que indique lo importante y sacrificado que es para el entrevistador que el entrevistado se pronuncie: “Para mí complicado tocar este tema, pero qué nos puede decir acerca de…”, “aunque he tratado usted se pronuncie respecto a tal, usted no suelta prenda, será posible que usted nos complazca con…”.

g. Empatía aparente: preludiar la pregunta con una frase en la que se dé a entender que uno está de lado del entrevistado, que comparte y simpatiza con sus opiniones: “estamos de acuerdo, sin embargo…”, “ya que entramos en este tema interesante…”, “valoro mucho que hable de este tema, ahora, qué puede decirnos acerca de…”. En este caso, es importante no caer en valoraciones sobre las respuestas del entrevistado. La demostración falaz de empatía debe ser muy sutil.

7. Sobre las cifras y validez de datos: un buen consejo es tomar nota de aquello que sea sujeto de corroboración. Si el entrevistado no demostrar la validez de su declaración en el momento con datos y cifras, pedirle que luego lo haga y seguir con el diálogo. A veces se exaspera al entrevistado al pretender que pruebe in situ una hipótesis compleja.

UN EXAMEN RESUME TODA ESTA ETAPA 1. El tema/personaje que elegí, ¿por qué es interesante? 2. ¿Es vigente, tiene actualidad? 3. ¿Qué no se ha dicho sobre el tema/personaje? 4. ¿Por qué es que no se ha dicho lo que no se ha dicho? 5. Cuando tengo un tema ¿Será que alguien, explicándolo, puede verdaderamente ayudar a

aclarar ese punto? 6. Cuando tengo un personaje ¿Será que esa persona está en la disposición de hablar de lo que

yo quiero que hable? 7. Ese alguien, ¿Es accesible?, tomo en cuenta tiempo y esfuerzo que tomaría para mí llegar a él

o ella. 8. ¿Seré capaz de provocar, con mis preguntas, que el entrevistado satisfaga mis intereses?

¿Cómo lo haré? 9. ¿Qué puede fallar en todo este proceso? 10. Ante una falla, ¿qué puedo hacer para “salvar” mi entrevista? REALIZACIÓN CLIMA Partimos del supuesto que a un entrevistado no le es completamente grato un interrogatorio de un periodista y hay que saber ganarse su confianza. Lo mejor, para eso, es dejar claro:

1. Quien eres tú y de dónde vienes 2. De qué quieres que hable 3. Qué información manejas (por supuesto, dejar claro que manejas información)

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4. Que estás dispuesto a escuchar y transmitir lo que esa persona dice, de forma responsable y seria.

5. Que te estás tomando en serio la entrevista (incluye aspectos como llegar puntual a la cita, buena presentación, claridad, empatía respetuosa, prestar atención e inclusive reflexionar o cuestionar lo que esa persona está diciendo).

LA ESCUCHA Uno de los factores más difíciles del diálogo periodístico es escuchar bien, porque varios factores que entran allí en juego:

1. Lograr recordar nuestras preguntas 2. Prestar atención a las respuestas, no sólo al contenido en sí; también a la forma, el tono,

las expresiones y gestos con que son enunciadas. 3. Repreguntar en función a lo que dice el entrevistado. 4. Vigilar permanentemente nuestra postura corporal, reacciones, expresiones, para que no

influyan en la respuesta del entrevistado. 5. Vigilar elementos externos al diálogo (ruidos y acciones circundantes), pero evitando

distraerse demasiado.

USO DEL GRABADOR Y ANOTACIONES: Usar grabador es en una garantía de fidelidad de los testimonios del entrevistado. Sin embargo, muchos entrevistadores se confían de ese registro y dejan de escuchar. Eso sólo trae problemas posteriores, porque cuesta mucho tiempo desgrabar el material si no hay una idea más o menos clara de los “momentos” del diálogo. Una solución son las anotaciones, que permiten esquematizar y valorar los puntos más importantes, sin embargo también tienen su lado flaco porque hay entrevistados a quienes les incomodan muchísimo estas anotaciones puntuales, intentan leerlas e incluso objetan que se haya tomado tal o cual momento de su declaración en lugar de otro.

INTERACCIÓN SUBJETIVA: Además del “contenido” verbal del diálogo, hay entre el entrevistado y entrevistador una interacción subjetiva, natural, de aproximación o rechazo. Esta interacción plantea muchos dilemas, pero enunciamos acá algunos de los más comunes, que permanentemente se cuestionan durante una entrevista: 1. Dominio y “dejar hablar”: tener el control de la entrevista es el objetivo más claro de un

entrevistador, es decir, hacer que el entrevistado hable lo que tú necesitas que hable, y no otra cosa. Sin embargo, muchas veces el camino para ello es dejar al entrevistado discurrir, que tome confianza hablando de lo que considere mejor. Pueden ocurrir dos cosas afortunadas: que aporte datos aún más interesantes que los programados y que a partir de un gran preámbulo, logre explicar de forma magistral el punto de la preguntas. Sin embargo, hay que saber detener a tiempo a un entrevistado que se fue por las ramas o está “toreando” la pregunta. Detectar eso es cuestión de olfato, no existen reglas.

2. Confrontación y pasividad: El entrevistador no está para establecer una lucha cuerpo a cuerpo con el entrevistado. Cumple con hacer la pregunta, insistir donde sea necesario, pero no se puede obligar a nadie a dar declaraciones. Una actitud de franca confrontación puede hacer que el personaje se cierre completamente. Sin embargo, eso no puede ser excusa para asumir una postura pasiva: dejarse “comer” por el entrevistado, asumir sus palabras sin “pelear” por nuestras respuestas, caerle bien, que se sienta adulado para que así aporte más información, puede llevar a unas declaraciones llenas de falsedades, o inclusive a que el entrevistado considere poco serio al periodista.

3. Ignorancia y porfía: Uno de los grandes quebraderos de cabeza está en evitar preguntas que el entrevistado considere estúpidas, o bien, en hacerle ver en las preguntas cuánto se sabe sobre un tema, llegando al punto de incluir en ellas la respuesta. Ambos extremos son fatales. Las recomendaciones en todo caso son:

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a. Investigar antes de entrevistar es el principal antídoto ante la ignorancia “negligente”. Fuera de la preparación, la ignorancia que subsiste es sana.

b. Si de verdad se ignora algo, es mejor no inventar y hacer la pregunta. c. Cuando haya inseguridad respecto a un juicio de valor, una conclusión, una síntesis,

es mejor someterlo al punto de vista del entrevistado. 4. Implicación personal y distancia: en determinado momento tendremos que lidiar con algún

sentimiento hacia el entrevistado, animadversión, apatía, compasión o deslumbramiento, que va a entorpecer el diálogo. Ante eso, hay que tener claro está allí por motivos laborales. Es bueno reconocer nuestro sentimiento personal para en la medida de lo posible controlarlo, tratando de no influir en las preguntas y conteniendo reacciones ante las respuestas. No obstante, demasiado distanciamiento suele ser contraproducente: es tanto el esfuerzo que se hace, que las preguntas son parcas y la escucha, viciada. Un buen consejo, si se ha hecho notorio nuestra posición subjetiva, es hacerla explícita de forma respetuosa, manifestando el deseo de que aquella no condicione la entrevista. En ocasiones, el entrevistado puede solidarizarse y ayudar a que el diálogo fluya mejor.

REPREGUNTA La repregunta es muy importante para obtener datos diferentes a los que nos habíamos trazado: 1. La repregunta es casi una obligación para aclarar suposiciones de causas y consecuencias,

confirmar la síntesis de una declaración, o la validez de ciertos datos. 2. Una repregunta no es lo mismo que la objeción de una respuesta, o un juicio de valor sobre

ella. Estas últimas suelen ser impertinentes. 3. Evitar interrumpir una respuesta con una repregunta a menos que el entrevistado se haya ido

por las ramas y haya poco tiempo para todo el diálogo. 4. Un consejo que recomiendan algunos textos es hacer preguntas “toma-tiempo”, es decir,

preguntas de las que ya sabemos la respuesta y funcionan para lograr observar al entrevistado, detallarlo, escrutarlo mientras responde.

REDACCIÓN

CONSTRUCCIÓN DISCURSIVA EN LA ENTREVISTA ESCRITA La enunciación de la entrevista escrita supone tres voces: Los participantes del diálogo (entrevistado y entrevistador) y alguien que en un segundo momento enuncia, selecciona, parafrasea y repite textualmente lo que ellos dijeron (narrador). Narrador y entrevistador son dos roles que cumple el periodista en la prensa escrita. 1. La voz del narrador: es la principal del relato, generalmente está en tercera persona, es decir,

asume una actitud distante del diálogo, aunque en ciertos casos se comprende su intervención en primera persona. Puede hablar desde sí mismo y puede PARAFRASEAR al entrevistado, es decir, decir lo que dijo pero en sus palabras.

2. La voz del entrevistado: son las selecciones textuales del discurso del entrevistado durante el diálogo. Esas selecciones se marcan como CITAS. Hay dos convenciones para indicar una cita: a. Cita corta (dentro del párrafo): va entre COMILLAS y no debe ser mayor a tres renglones.

Cuando sólo citamos palabras que ha dicho un entrevistado, sólo incluimos éstas dentro de las comillas.

b. Cita larga (fuera del párrafo): Cuando se cita un discurso superior a los tres renglones, se “saca” fuera del párrafo, se coloca como un párrafo independiente que va precedido de un GUIÓN LARGO (—).

Si la voz del narrador interviene dentro de esta cita, se indica con GUIONES CORTOS (- -) que abren y cierran el inciso.

Cuando tomamos dos fragmentos diferentes de un discurso se usan PUNTOS SUSPESIVOS entre un fragmento y otro (…)

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Cuando una persona hace una cita textual en su propio testimonio usamos COMILLAS si es fuera del párrafo (“”) y APÓSTROFES („‟) si es dentro del párrafo.

Ni las onomatopeyas ni las risas se citan dentro del relato. 3. La voz del entrevistador: en algunas ocasiones el narrador trae a colación la voz del

entrevistador en el diálogo de forma textual (en el caso de la prensa escrita, su propia voz pero en otro momento). Se cita exclusivamente para indicar preguntas. Por esa razón las preguntas SIEMPRE van a estar marcadas con un guión largo (—).

CONSTRUCCIÓN DISCURSIVA EN LA ENTREVISTA AUDIOVISUAL En la entrevista audiovisual, sea en radio o en TV, tenemos las voces directas de entrevistado y entrevistador, no tenemos a una tercera persona que nos lo cuente, pero la función ordenadora del narrador la cumple el director técnico (en el caso de la televisión) o el operador, en el caso de la radio.

En el caso de la TV, el director técnico es quien determina quien aparece cámara en qué momento (a quien se “poncha”) y cómo (con que encuadre, movimiento o efecto). Si la entrevista es en vivo, sale así, pero si es grabada, otro “ordenador” es el editor, que viene a cumplir la función del narrador en el sentido de la construcción del discurso, pero no dice nada, sólo muestra

En el caso de la radio, el operador es quien define la entrada y la salida de los recursos sonoros (música, cortinas, separadores, grabaciones, locuciones en vivo). Si es una entrevista grabada, un editor de audio también interviene como lo haría un narrador.

ESTILO NARRATIVO El estilo de narración varía muchísimo de acuerdo al tipo de entrevista, el medio y el público, sin embargo, en la entrevista escrita, propia de la prensa, imperan dos estilos:

6. Pregunta-respuesta: tiene de bueno que es fácil de leer y da una impresión de objetividad, aunque no necesariamente signifique eso, porque siempre se hace una escogencia de lo que el entrevistado dijo, y se expresa en un orden que no necesariamente corresponde a la cronología de la conversación.

7. Narrada con extractos: hay mayor participación del entrevistador, se hace una narración de lo ocurrido en la entrevista y parte de lo que dijo se expone en paráfrasis. Permite dar una idea mayor del sentido de lo dicho, y condensar información, sin embargo puede interpretarse como un atentado a las palabras del entrevistado. Es el estilo preferido en la escuela.

ARREGLO Y EDICIÓN DE TESTIMONIOS Tanto las citas textuales como las paráfrasis pasan por arreglos de extensión, corrección gramática, se “limpian” de muletillas y en algunos casos se pueden condensar, mientras no pierda el sentido aquello que se está citando. ATRIBUCIÓN Es adjudicar una declaración a quien la hizo. Dependiendo de la entrevista, la atribución será más explícita o tácita. Lo importante es que cuando algo corresponda a nuestra propia investigación o nuestras ideas, se entienda claramente que no es parte de los testimonios del entrevistado o el contexto en el que fueron dichas.