Guibert Englebienne · 2019-10-25 · De Argentina hacia el mundo La cultura emprendedora ......
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Número 18
Emprendimientos que innovan industrias El papel de la transformación digital en la evolución productiva
Emprendedores for export De Argentina hacia el mundo
La cultura emprendedora argentina Una combinación de alto impacto: perseverancia, innovación y visión de futuro
Empresas con vocación sostenible Historias con un propósito social
Abrir el juego: partners en la innovación Open innovation y la sinergia emprendedora como factor de innovación para grandes compañías
Oportunidades para crecer desde las comunidades locales El rol del Estado en el desarrollo de los ecosistemas emprendedores, impulso de la tecnología y la inversión
El sueño de un siglo hecho realidad Cuando transformar la realidad es posible
Presidente de Endeavor y cofundador de Globant
GuibertEnglebienne
Unicornios, gacelas, semilleros, aceleradoras, incubadoras, son todos conceptos relacionados con el mundo y la cultura emprendedora. Pero ¿qué significa emprender? Me quedo con una definición que leí al pasar y me gustó mucho y dice “emprender es un salto riesgoso que
puede salir bien o mal pero que vale la pena el intento”. Estoy convencido de que lo importante es probar y lanzarse a iniciar un camino de aciertos y errores, que puede llevar a la reconversión total de una empresa o al inicio de un proyecto exitoso, como podremos repasar en el transcurso de estas páginas.
Al igual que otros países, la Argentina presenta en estos últimos años políticas públicas necesarias para facilitar la sostenibilidad de los emprendimientos. La sanción de la Ley de Economía del Conocimiento es un buen ejemplo en este sentido, ya que tiene como objetivos crear empleos de calidad, aumentar las exportaciones e impulsar a los sectores productivos, en donde el consenso entre todas las fuerzas políticas y el sector público y privado ha sido clave.
A la política de estado, debe sumársele la capacidad de cocreación del ecosistema emprendedor y la colaboración permanente entre empresas, investigación, sector público y academia a fin de lograr una verdadera revolución del desarrollo económico de los sectores de la industria del conocimiento al cual no deberían faltarle incentivos hacia la financiación tradicional o el crowdfunding que permitan su aceleración.
Y nada más acertado que el pensamiento de Guibert Englebienne sobre la idea de fomentar que la gente piense en grande y que la empresa que crea empleo es la que se anima a crecer. Presidente de Endeavor y cofundador de Globant, es un talento indiscutido de lo que implica emprender y generar una red de contención para que el ecosistema funcione y se sostenga en el tiempo. Porque, como él mismo resalta, “el primer trabajo de un emprendedor es replicarse a uno mismo. Tratar de inspirar a otro a tener el mismo sueño y ayudarlo”.
Future in sight pone énfasis en el factor emprendedor, en la reconfiguración de las industrias y en cómo el poder de la innovación y la disrupción tecnológica apalancan esta evolución.
En la sección Negocios globales, les contamos las experiencias de dos emprendimientos con una cultura local fuertemente arraigada pero con proyección global, que se animaron a pensar a escala y más allá de las fronteras geográficas.
Siguiendo con el recorrido de esta edición, en Informe especial, hacemos hincapié en el ecosistema emprendedor de la mano de la directora ejecutiva de Endeavor, María Julia Bearzi, y les presentamos testimonios de destacados empresarios que invirtieron en startups y nos cuentan sus experiencias. Cuáles son los desafíos y oportunidades de algunos emprendimientos, las claves para escalar el negocio y la importancia del efecto multiplicador para la comunidad.
En Tendencias, les presentamos dos casos de éxito que dan cuenta de los desafíos y oportunidades de llevar adelante empresas con vocación sustentable, donde la inclusión financiera y laboral, respectivamente, son parte de su ADN y razón de ser.
¿Cuál es el modelo de las grandes organizaciones para aprovechar el talento y creatividad de los emprendedores?, lo respondemos en la sección Estrategia.
Además, Panorama local incluye una entrevista exclusiva a Mariano Mayer, secretario de Emprendedores y PyMEs de la Nación, quien nos cuenta los avances de las políticas públicas y el trabajo articulado con el sector privado.
Por último, indagamos acerca de cuál fue el sueño que llevó un siglo hacerse realidad y que se consolidó como una referencia de empresa social.
Esperamos disfruten de esta lectura, tanto como yo.
Hasta la próxima edición,
Santiago J. MignoneSocio a cargo de PwC Argentina
Emprendedorismo y la importancia del efecto multiplicador
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Sumario
Future in sight
Emprendimientos que innovan industriasGlobant, Inmunova, Digital House, Agrofy, Tecnovax, cinco propuestas innovadoras que derribaron preconceptos y dejaron huella.
Negocios globales
Emprendedores for exportBlue Star Group y Auth0 supieron encontrar un modelo de negocio que, apalancado por la tecnología, les permitió expandirse y dar el gran salto global.
Informe especial
La cultura emprendedora argentinaLas principales características de un ecosistema que impacta en el desarrollo del país, con las miradas de María Julia Bearzi, directora ejecutiva de Endeavor, Miguel A. Gutiérrez, presidente de YPF, y Alfredo Poli, director de Pluspetrol, mentor e inversor.
Tendencias
Empresas con vocación sostenibleArbusta y Ualá buscan aplicar ideas innovadoras en sus negocios para solucionar problemáticas que apremian a sus comunidades, un enfoque que se multiplica en el mundo emprendedor.
Estrategia
Abrir el juego: partners en la innovaciónEn un entorno de negocios competitivo, las grandes empresas apuestan por la innovación abierta y se alían con emprendedores para potenciar su talento creativo. Es el caso de CCU, que a través de su programa Innpacta, busca generar sinergias entre el ecosistema emprendedor y la compañía.
Panorama local
Oportunidades para crecer desde las comunidades localesMariano Mayer, secretario de Emprendedores y PyMEs de la Nación, asegura que el Estado tiene un rol clave como evangelizador y facilitador para que el ecosistema emprendedor siga creciendo.
ADN innovación
Visión global, facilitadores del crecimiento y socios estratégicos para la toma de decisionesPwC Argentina comparte su experiencia acompañando a los distintos actores del ecosistema emprendedor. Entrevista a Martín Barbafina, Ignacio Aquino y Nicolás Carusoni, socios de la firma.
Compromiso social
El sueño de un siglo hecho realidadLa hilandería que lideran la asociación de mujeres coyas Warmi Sayajsunqo en conjunto con el emprendedor Juan Collado se consolidó como una referencia de empresa social.
Para ampliar la información desarrollada en las notas de negocios, lo invitamos a consultar la edición digital de eye to eye en pwc.com.ar
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Nota de tapa
“Hay que fomentar que la gente quiera pensar en grande”
Guibert Englebienne - presidente de Endeavor y cofundador de Globant
Líder, desde hace más de cuatro años, de la organización argentina que promueve la cultura emprendedora, habla sobre los objetivos que persigue hoy Endeavor, sobre su experiencia como empresario exitoso, qué oportunidades observa en el ecosistema emprendedor local y sobre las empresas que pueden surgir en los próximos años.
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Una reunión inicial en un bar de la City porteña, allá
por 2003, dio origen a una de las empresas más exitosas
de los últimos 15 años. Guibert Englebienne es uno de los
cuatro fundadores de Globant, la compañía de software
que, junto con otros unicornios (las firmas que alcanzan
los 1.000 millones de dólares de valuación), revolucionó
al ecosistema emprendedor local en la última década.
Pero también preside desde hace más de cuatro años
la oficina argentina de Endeavor, la fundación nacida en
1998 que promueve la cultura emprendedora.
Desde ese doble rol de empresario y titular de la
organización, en el que vuelca toda su experiencia en la
gestión de una compañía exitosa, Englebienne habló con
eye to eye sobre los objetivos que persigue hoy Endeavor,
las oportunidades que observa entre los emprendedores
locales y qué tipo de empresas pueden surgir en los
próximos años. “Hay que fomentar que la gente quiera
pensar en grande. La empresa que crea empleo no es la
chica o la grande: es la que se anima a crecer”, define.
pensar engrande”
“Hay quefomentar que
la gente quiera
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¿Cuánto hace que preside Endeavor y qué lo llevó a
ese lugar?
Estoy hace más de cuatro años y fue un viaje largo
y peculiar. De haber sido elegidos emprendedores por
Endeavor en su momento (con Globant) a terminar
presidiendo la organización hubo un aprendizaje muy
grande. Siendo la Argentina el primer país donde nació
Endeavor a nivel mundial (hoy está en 35 países), hemos
avanzado más que otros y nos podemos dar cuenta
de cuál es el verdadero impacto en el largo plazo.
La Argentina es el primer país también en el que un
emprendedor dirige la fundación. El primero fue Andy
Freire y luego me tocó a mí. Eduardo Elsztain fue el
primero en apoyar esto, y para él fue un salto al vacío. No
sabía lo que se podía lograr. Hoy, 21 años después, nos
encontramos con una organización totalmente diferente.
Creo que haber comenzado como emprendedor me
permite descubrir cuáles son los puntos en los que
Endeavor trae valor al emprendedor y trabajar mucho
sobre eso.
¿Y cuáles son esos puntos?
Endeavor tiene un modelo contraintuitivo. Hay
quienes creen que la organización ayuda a unos
pocos emprendedores que no necesitan ayuda. En
el marco de un ecosistema donde cuesta emprender
-la Argentina nunca ha sido fácil para llevar adelante
un emprendimiento-, lo que hacemos es buscar
emprendedores a los que sí les haya ido bien, y
trabajamos con ellos para que se abran, cuenten
sus historias y multipliquen su impacto económico y
aspiracional, con el objetivo de ayudar a otros miles
de emprendedores a que se animen a emprender.
Nuestro foco es mucho más amplio que esos pocos
emprendedores exitosos. Si bien Endeavor te ayuda
mucho como emprendedor, el impacto verdadero lo notás
cuando encontrás un montón de emprendedores que
quieren emprender porque tienen role models accesibles,
con quienes se identifican. Endeavor ayuda también a
mostrar que el emprendimiento es un arma de impacto
fenomenal en la comunidad. Te hace descubrir un
montón de aspectos sobre los que uno puede ayudar
a quienes nos rodean. Lo que antes eran historias
individuales, cerradas -mi papá es emprendedor, pero
no está acostumbrado a contar su historia ni tenía
dónde hacerlo-, hoy se transformó en un proceso
donde contar una historia exitosa ayuda a otros y
ayuda al emprendedor. Te pone en un círculo virtuoso
donde, por un lado, uno destila por qué cree que lo
que está haciendo funciona, y toma una nota mental
de muchas cosas para comentarlas la próxima vez. El
combustible emocional que se consigue cuando viene
un emprendedor y te cuenta que uno le cambió la vida
en tal o cual aspecto es muy fuerte.
Como emprendedor exitoso, ¿qué siente que le
aporta a la organización?
Endeavor siempre ha sido una fundación y una
red. Me di cuenta que no es una red a la que uno
pertenece, sino una red que hace a quién sos vos.
El hecho de estar todo el día generando lazos de
confianza con otras personas que están en la misma
situación que vos, otros emprendedores, te anima a
pensar en grande, a generar una historia transparente.
Como emprendedor, puedo visualizar qué me aportó
Endeavor y focalizar en esos puntos. Una de las cosas
de las que nos dimos cuenta es de la importancia
de que los emprendedores que hoy están siendo
relevantes en la vida económica del país, se hayan
nutrido de los mismos valores que Endeavor fomenta.
En los últimos tiempos hemos afinado nuestra
búsqueda y pusimos el foco en emprendedores que
tal vez en otro momento no hubiéramos mirado por
estar demasiado grandes ya, pero les pedimos que
se sumen porque trabajando en equipo y generando
confianza podemos ser mucho más importantes en
la vida económica del país. Nos pasan cosas que no
previmos, como que la empresa de mayor valuación
del país (por Mercado Libre) sea una empresa
Endeavor.
¿Qué objetivos se fijó a corto y mediano plazo?
Por un lado, llevar educación de emprendedorismo a
diferentes segmentos de la población, en colaboración
con universidades. También estamos definiendo una
academia Endeavor dentro de nuestras oficinas, trabajando
con mujeres emprendedoras, además nos gustaría
hacer algo con chicos, para despertar ese espíritu desde
mucho más temprano. Otra área tiene que ver con llevar
emprendedorismo a todo el país, y una de nuestras
acciones más fuertes es la Experiencia Endeavor, el
evento referente para los jóvenes y emprendedores, que
año a año convoca a más de 12 mil personas con ganas
de emprender y hacer crecer sus negocios. Abrimos
nuevas oficinas en los últimos años y ya tenemos seis. Los
emprendedores de la organización están llevando la cultura
que hemos desarrollado a otros.
A partir de su experiencia, ¿emprendedor se nace
o se hace?
Creo que hay de los dos casos. Tiene mucho que ver
con el ecosistema. En mi casa todas las noches se hablaba
de emprender. Yo no creo que haya nacido con eso en un
gen, pero el diálogo que inspira a ser emprendedor es muy
importante. Si uno está en el ecosistema correcto, lo puede
hacer. Linda Rottenberg, fundadora de Endeavor, dice
que cuando éramos chicos todos queríamos estar en una
banda de rock y hoy queremos ser emprendedores. Hay
mucho interés de los chicos hoy por serlo.
De unicornios y gacelas
¿Cómo ve al ecosistema local hoy?
Lo veo muy bien. Se han dado casos de
emprendedores en la Argentina que trascendieron la
frontera. Algunos se tornan impacientes y me dicen
a veces: “Solo hay cuatro unicornios (por Mercado
Libre, Globant, Despegar y OLX)”. Y yo respondo:
“No te equivoques, hasta hace tres años Globant no
era un unicornio”. El mes pasado, Auth0 se convirtió
en unicornio también. El término unicornio no me
simpatiza ni me dice nada. Yo creo que lo importante
es focalizarnos en la importancia de pensar en grande
durante todo el camino. Hay un montón de compañías
en nuestro país que lo están haciendo y creo que eso
es lo que hay que rescatar y fomentar.
¿Observa que el interés por emprender está en alza
a partir de la difusión de casos exitosos como el de
ustedes?
Sí. Cuando Endeavor comenzó no existían casos
locales. Había quienes decían que querían ser Steve
Jobs o Bill Gates. Que la gente pueda identificarse me
parece interesante, porque hace que uno se anime. Se
puede ser exitoso estando acá y no yendo a Silicon
Valley. Cuando algún emprendedor me dice que se
quiere ir allá le digo: ¿Para qué? Allá vas a ser uno más.
Acá hay ventajas competitivas por conocer el mercado
y sus problemas.
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Si tuviera que resumir los puntos a favor y en contra
que tiene el ecosistema local, ¿cuáles serían?
Sin dudas hay mucho por recorrer en términos de
tener estabilidad en nuestro mercado. Eso lo haría
más fácil. Ahora, siempre hay una alta tasa de fallos en
emprendedorismo. Pero no solamente acá. En Estados
Unidos, el 50% de las empresas que se fundan no
logra generar un solo dólar de venta, y el 95% no logra
celebrar el quinto aniversario. No es una cuestión de las
inestabilidades. Creo que está bueno animarse porque
alguno va a lograr crecer y generar un impacto positivo.
Una vez me tocó hablar en una universidad de Estados
Unidos y sobre la pregunta de si era muy riesgosa la
actividad de emprender dije que no veía homeless en la
calle por el hecho de haber sido emprendedores. Si no
funciona, se vuelve a trabajar en relación de dependencia
o se vuelve a probar con otros equipos y otra experiencia.
Es mucho más probable que uno pueda tener más éxito.
En la Argentina se instala muchas veces la idea de
que la pyme es la que genera empleo. No estoy de
acuerdo con eso. No es la pyme y tampoco la grande.
La que genera empleo es aquella que se anima a crecer.
Puede ser chica o puede ser grande, es independiente
del tamaño. En todos los órdenes, hay que fomentar
que la gente quiera pensar en grande. Muchas veces
veo que se cree que lo chico está bien y lo grande está
mal. Hay que tener cuidado de no fomentar un enanismo
emprendedor. Que alguien crea que si deja de tener
determinado tamaño va a perder beneficios. Debemos
tener cuidado con eso. La Argentina tiene un potencial
no explotado. Hay que animarnos a pensar en grande y
pensar en global, no solo en nuestro mercado. Y pensar
en modo ultracompetitivo, no jugar un juego cerrado con
socios comerciales a los cuales les vendemos caro y
les compramos caro. También debemos pensar en largo
plazo: nada grande se hace en un período corto.
Respecto de lo global, ¿todo emprendedor debe nacer
hoy con esa vocación?
Los emprendedores que realmente logran crecer son
aquellos que ensamblan equipos y crean empresas que
corren en diferentes mercados. Despegar, OLX, Mercado
Libre y nosotros operamos en más de 15 países y en
eso somos buenos. Nuestro mercado, al ser pequeño e
inestable, nos obliga a buscar un mercado más grande en
base a otros más chicos. Lo bueno es que la tecnología
hoy nos ayuda. Pensar en global hace 25 años era mucho
más difícil.
Cuando se piensa en las restricciones para un
emprendedor argentino, además de la inestabilidad
macro, surge el tema del financiamiento. ¿Pasa por
ahí también la dificultad?
Creo que tenemos que repensar qué es una compañía
argentina grande, de las que vamos a ver en el futuro.
Antes, las compañías grandes servían un mercado
doméstico y estaban sujetas a los vaivenes locales
durante décadas. Hoy te encontrás con emprendedores
que, munidos de tecnología y con una visión global, son
mucho más grandes afuera que adentro. Son pragmáticos
y van a los mercados más líquidos a buscar fondeo. Creo
que vamos a ver este perfil en los próximos años.
Habló del equipo en un momento. ¿Qué importancia
le asigna? Hay expertos que mencionan que es tan
importante como la idea al momento de emprender…
Para mí es fundamental. En un momento fundacional,
es el equipo fundador. Globant es la séptima compañía
en la que estoy involucrado. Las otras seis las fundé
y las fundí también. Cuando miro esa perspectiva, el
equipo fundador fue muy importante. ¿Qué encontré en
este equipo? Por un lado, somos todos diferentes pero
complementarios. Y por el otro, todos compartimos la
ambición sana de progresar. Continuamente estamos
tratando de crecer y aspirar a más. Por otra parte,
hay una mirada de muy largo plazo. Queríamos un
emprendimiento que fuera transformacional, una huella
en nuestras vidas.
Largo camino
Desde ese punto de vista, ¿qué le aconsejaría a un
emprendedor que está arrancando?
Para la primera etapa, le diría que se junte con gente
que le aporte algo diferente a lo que aporta él. Y que
le permita caminar un largo plazo. Pero fuera de ese
grupo del día uno, todos los que vienen después son
cofundadores. Y para poder actuar como cofundador,
hay que comunicar. Nosotros hemos hecho una
costumbre de comunicar siempre, juntar a toda la
compañía y decirles en qué nos está yendo bien y en
qué nos está yendo mal. Hacer que la gente entienda el
negocio y pueda tomar decisiones.
¿Qué hacer para que cada miembro pueda actuar
como cofundador? Nosotros desarrollamos un marco
en el cual ciertos comportamientos que logramos
identificar se replican. En una organización uno puede
definir sus valores pero ¿qué hacer para que la gente
los viva? Diseñamos un sistema para empoderar a cada
miembro de la empresa a ser un guardián de la cultura.
Cada mes, le damos a cada miembro la posibilidad de
tener cinco estrellas para reconocer acciones en línea
con los seis valores que definimos. Al publicarlo frente a
toda la compañía, eso inspira a otros a hacer lo mismo y
refuerza los vínculos. Todos estamos empoderados igual
y tenemos transparencia total.
Creo que el primer trabajo de un emprendedor es
replicarse a uno mismo. Tratar de inspirar a otro a tener
el mismo sueño y tratar de ayudarlo.
¿Qué oportunidades abre la nueva Ley de Economía
del Conocimiento?
La Argentina logró un traspaso muy interesante de
lo agrícola. El presidente del BID decía el otro día que
la región se salteó la revolución industrial y que no
puede perderse la del conocimiento. La Argentina está
transitando rápidamente este salto y es prometedor su
futuro. La oportunidad es inmensa; no existe suficiente
talento para abastecer la demanda de gente relacionada
al software, y sucede lo mismo en otras industrias. A
diferencia de lo que pasaba en la época del “granero
del mundo”, en el caso del conocimiento no es así. La
competencia por crear condiciones competitivas para
el talento se desató en muchos lugares. Hoy tenemos la
oportunidad de importar trabajos que nuestro mercado
local no generaría nunca. Al mismo tiempo, es un gran
desafío, porque la automatización va a generar mucha
disrupción y cambios en las relaciones de trabajo tal
como las conocemos.
Los países que lideran en tecnología son los que se
focalizaron en eso y no tienen otra cosa, como Israel.
Desde ese punto de vista, la Argentina debe focalizarse
en el conocimiento como si no tuviera nada más. •
Trabajo como hobbie
Como emprendedor serial, Guibert Englebienne dice que en Globant no hay una frontera clara entre el trabajo
y el placer y que no le pesa el vértigo de la gestión. “Hay que pensar más en el placer en el trabajo antes que
llevarse el trabajo a la casa”, afirma. Con sus tres socios, cuenta, comparten incluso vacaciones familiares
porque siguen siendo amigos luego de 16 años al frente de la compañía. Cuando busca desconexión,
encuentra en la naturaleza un ancla. “Me gustan mucho los deportes al aire libre. Hago ski, kitesurf y navego.
Cuando veo el horizonte en el río me vuelvo a sentir en sintonía”, dice.
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Apalancado en el desarrollo exponencial de las
nuevas tecnologías, el gen emprendedor, ese carácter
que combina creatividad y audacia, tiene el potencial
para cambiar las reglas del juego de un sector o borrar
los límites entre industrias. “Hoy se trata de romper todo
lo que hay para armar algo nuevo”, dice Martín Migoya,
CEO de Globant, la compañía líder en el desarrollo de
tecnología digital.
“Con su evolución exponencial, la tecnología ofrece
a los espíritus emprendedores un poderoso driver para
experimentar y testear sus ideas, extrapolando modelos
exitosos entre negocios e industrias -comenta Sebastián
Azagra, socio de PwC Argentina-. Hasta hace pocos
años era difícil imaginar al e-commerce fuera de ciertos
sectores como el retail, sin embargo, desde Rosario un
grupo de emprendedores crearon un Marketplace para
todas las categorías del agro que hoy tiene presencia en
diversos mercados extranjeros”.
La disrupción marca el ritmo de los nuevos
negocios: científicos que se convierten en empresarios,
emprendedores que dan cátedra para fomentar
el conocimiento innovador, hacedores que con
perseverancia digitalizaron el comercio agrícola, o
biólogos que encontraron un diferencial revolucionario
para las vacunas veterinarias. Son emprendedores que
supieron detectar oportunidades y afrontar los desafíos
con una mirada creativa que les permitió crecer e
impactar su propio sector.
“La visión del emprendedor es singular. No son pocos
los casos emblemáticos que surgieron en contextos
críticos, como el 2001, cuando el sentido empresario más
conservador indicaría que es un momento muy difícil para
iniciar un negocio -señala Paulo Caratti, socio de PwC
Argentina especialista en transformación digital-. Por
eso es deseable que desde el Estado se siga trabajando
para promover un marco de contención y desarrollo del
ecosistema emprendedor, como también es destacable
el fortalecimiento de nuevos sectores, como el del
Conocimiento, a través de la ley sancionada este año”.
Estas son las historias de Globant, Inmunova, Digital
House, Agrofy y Tecnovax, cinco grandes apuestas que
dejaron huella en sus industrias.
Emprendimientosque innovan
industriasGlobant, Inmunova, Digital House, Agrofy, Tecnovax. Cinco emprendimientos con propuestas innovadoras que derribaron preconceptos e interpelaron los sectores en los que operan.
Emprendimientos que innovan industriasFu
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Reinventando el negocio de los demás
La compañía que transforma a otras compañías
nació con la idea de dar servicios al mundo, cuando
nadie se lo planteaba en nuestro país. De los cartones
microcorrugados al IPO en la Bolsa de Nueva York, la
historia de Globant con la mirada de Martín Migoya.
Comenzaban los años 90 y un estudiante de ingeniería,
amante de la música, buscaba solucionar una interfase
para conectar todos sus instrumentos a la vez. En el
intento encontró un posible negocio, pero cuando empezó
a desarrollarlo con su socio, entendieron que el camino
era otro. Así fue como Martín Migoya y Néstor Nocetti se
reconvirtieron y armaron un negocio de venta de cartón
microcorrugado, que luego escaló a la venta de papel color
para fotocopias láser.
Casi 10 años más tarde, se sumaron Martín Umarán
y Guibert Englebienne, y formaron una compañía que
hoy tiene 11.000 empleados, oficinas en 46 ciudades del
mundo y factura millones: Globant.
Este unicornio argentino nació con la idea de proveer
servicios al mundo. Sus fundadores entendieron que
países como el nuestro habían formado talento a lo
largo de dos décadas y ahora eran capaces de proveer
servicios a cualquier parte del mundo. Con esta premisa,
la compañía arrancó jugando en las ligas mayores, en
mercados como Estados Unidos e Inglaterra. “Así lo hacen
los que tienen éxito, apuntamos a esos países”, señala
Migoya a eye to eye. “Nos costó, pero entendimos que las
cosas buenas llevan su tiempo, y Globant, que empezó
chiquito, siempre pensó en grande, sabiendo que hay un
mercado que es inacabable”. Hoy, el 97% de la facturación
proviene del exterior.
“Nuestro principal valor es un gran know how para
realizar transformación digital y cognitiva”, destaca el
cofundador de Globant. “Tenemos la capacidad de hacer
proyectos transformadores, tenemos el equipo, la escala
y la cultura para reinventar el espacio de los servicios
profesionales de tecnología en el mundo, y tenemos el
mercado. Podemos soñar todo lo grande que queramos”.
Migoya plantea que uno de los diferenciales que hizo que
Globant sea una de las principales compañías del mundo
en su sector es que lograron “entender el negocio” de
sus clientes: “Antes pedían soluciones conectadas con
la eficiencia de los costos, hoy se trata de romper todo lo
que hay para armar algo nuevo”.
Apasionado, el exitoso emprendedor apunta a que
nadie en su compañía se quede en su espacio de confort,
y que todos tengan la capacidad de innovar. “Nosotros
no somos una compañía de ingenieros, sino que somos
una compañía donde hay ingenieros, diseñadores,
innovadores, especialistas en producto, consultores,
gente que tiene un bagaje y un entendimiento de los
negocios de nuestros clientes que es único”.
Precisamente, un factor clave que impulsó el
crecimiento internacional de Globant y lo llevó a
transformar una gran diversidad de organizaciones
-entre ellas, la policía de Londres-, es que primero se
propuso transformar las vidas de sus propios recursos.
“Entendimos hace muchos años que la gente que está en
este negocio necesita cambiar”, afirma.
Con esta visión, la compañía ofrece y estimula a
sus empleados a crecer profesionalmente apuntando al
cambio: a cambiar las industrias que atienden, a cambiar
de carrera en términos tecnológicos, “alguien que está
trabajando sobre una tecnología y quiere pasar a otra”,
a cambiar de sector dentro de la compañía y hasta de
ciudad: “Se pueden ir a cualquiera de las oficinas en las
40 ciudades del mundo”, destaca Migoya. “Todo esto
está soportado por la estructura de Globant, porque
entendemos que trabajar acá es un túnel del tiempo para
la carrera y porque profundizamos nuestra cultura, que
está basada en la innovación”.
Después de haber transformado cientos de
compañías y haber sido la primera de Latinoamérica
con su perfil en hacer un IPO en la bolsa de Nueva
York, Globant mira hacia adelante y se plantea nuevas
apuestas: “Las mujeres están subrepresentadas en
esta industria y eso es algo que tiene que cambiar. Las
empresas no pueden no pensar en el medio ambiente,
ya sea por altruismo o competitividad; en nuestro caso
buscamos consumir energía renovable y compensar la
huella de carbono”, explica el ejecutivo.
Son proyectos con una visión sustentable: “El
futuro de las compañías no va existir si no empezamos
a pensar como líderes en un impacto para todos: los
accionistas, los empleados, las comunidades y el medio
ambiente”, advierte Migoya. “Y los empleados del futuro
no van a querer trabajar en una compañía que no tenga
como propósito hacer un lugar mejor”.
Nuestro principal valor es un gran know how para realizar transformación digital y cognitiva”.
Martín Migoya
Globant
Cofundador de Globant
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Conocimiento y tecnología para salvar vidas
Iniciaron sus actividades en 2009 y hoy están
a punto de ser los primeros en la historia del país
en lograr que un medicamento biológico salga del
sistema científico local. Creatividad y conocimiento:
el gen de Inmunova, un grupo de científicos
emprendedores que se quedaron en el país y batallan
para encontrar un tratamiento para evitar el desarrollo
del síndrome urémico hemolítico.
Formados en los mejores laboratorios locales y
extranjeros, se reunieron con una idea guía: trascender,
romper la barrera que existía en la Argentina para que
los científicos pudieran generar trabajo de calidad.
Lo habían visto en el mundo, tenían la posibilidad
de hacerlo en cualquier otro lugar del Planeta, pero
decidieron quedarse.
Así lo entiende Linus Spatz, biólogo y científico, quien
junto a Dan Kaplan y Fernando Goldbaum fundaron
Inmunova, una empresa de biotecnología dedicada a
la investigación y el diseño de una nueva generación
de medicamentos destinados a brindar respuestas
terapéuticas a enfermedades huérfanas. Hoy, diez
años más tarde, están cerca de lograr un medicamento
que podría frenar el síndrome urémico hemolítico, una
enfermedad que afecta a millones de niños en todo el
mundo.
“Nosotros veíamos que los científicos argentinos
teníamos muy buena presencia internacional, pero que
en nuestro país no nos consideraban como una fuerza
capaz de generar empresas y trabajo, -recuerda Spatz-.
“Nuestra intención fue la de aplicar el conocimiento de los
laboratorios a un sector productivo”.
Spatz y Kaplan conocieron a Goldbaum, quien tenía
una plataforma “interesante, desde el punto de vista
inmunológico”, porque podía servir para generar vacunas
o para producir una generación de anticuerpos. Y así
comenzó a gestarse Inmunova. “Empezamos con una idea,
un concepto. Goldbaum tenía financiamiento a través de
una beca, pero para transformar su proyecto en la base
de una compañía había que trabajar bastante. Unos años
después, había pruebas suficientes para pedir subsidios,
tanto públicos como privados, o ir a buscar inversores”,
señala este biólogo de hablar pausado.
Pero como todos los emprendedores, debieron sortear
varias barreras. La primera, ser científicos y empresarios.
“Ser biólogo y empresario es una frontera que existía
en la Argentina, pero no es así en los países más
desarrollados”. La segunda barrera también era externa:
los inversores. En los países desarrollados es política
de Estado generar los primeros apoyos económicos a
este sector, pero en la Argentina no parecía ser lo más
simple. Así que definieron un perfil de empresa que los
diferenciara, en un sector en donde las multinacionales
son las que marcan el ritmo.
“Inmunova tenía varias pruebas de conceptos en
biotecnología; como el riesgo es alto, se realizan varios
programas en paralelo. A partir de esto, buscamos un
nicho, una oportunidad, y en el área de humanos nos
enfocamos en las enfermedades que se llaman huérfanas,
para las que todavía no hay ningún medicamento
disponible, como el hantavirus o el síndrome urémico
hemolítico. En este último es donde avanzamos
bastante”, explica el cofundador de la compañía.
Con las primeras pruebas, se acercó la multinacional
Chemo, que proveyó el capital de trabajo sin
restricciones. Con el conocimiento de sus científicos
y el capital ángel, Inmunova desarrolló un suero con
anticuerpos que bloquea la toxina del síndrome e inició
“un programa de desarrollo clínico bastante ambicioso en
Argentina, que en su diseño final incorporó sugerencias
de las autoridades reguladoras de nuestro país, Estados
Unidos y Europa, porque los resultados se presentarán
también allí para su aprobación. Ya entramos en la última
etapa, la de los ensayos”, informa Spatz. De obtener
buenos resultados, estos emprendedores serán los
primeros en 200 años en lograr que un medicamento
biológico salga del sistema científico argentino.
Como sucede con los emprendedores, no solo el
modelo de pensamiento del negocio es disruptivo, sino
también el formato de la compañía. Tanto es así que
Inmunova se presenta como una organización de 25
personas, donde 23 son científicos. Para los socios, la
compañía es “un sueño que se va completando. Luego, de
años de investigación estamos a punto de lograr algo que
tenga impacto en la gente y, en especial, en los chicos.
Que algo que se desarrolló en el sistema científico local
pueda contribuir así es único, impagable”, asegura Spatz.
Nosotros veíamos que los científicos argentinos teníamos muy buena presencia internacional, pero que en nuestro país no nos consideraban como una fuerza capaz de generar empresas y trabajo”.
Grupo Inmunova
Inmunova
Linus Spatz
Cofundador y director de Inmunova
Inmunova
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Emprendimientos que innovan industriasFu
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Educación para un futuro independiente
Entendieron que faltaban recursos con
competencias digitales y se propusieron crear una
masa crítica de conocimiento innovador para lograr
impacto en la sociedad y un futuro independiente.
Con este propósito nació Digital House, la iniciativa
de un emprendedor que busca trascender.
Nelson Duboscq, fundador y director ejecutivo de
Digital House, logró que Bono, la voz de U2, invirtiera
20 millones de dólares en su escuela de programación,
a través de un fondo de inversión. Pero no menciona
este dato anecdótico en la charla con eye to eye. Ahora
mira hacia adelante, pensando cómo hacer crecer su
nueva empresa, que en apenas tres años pasó de ser
una generadora de cursos a tener una carrera en la
Universidad de San Andrés.
"Notábamos que, si querías tomar personal
para marketing digital o programadores, no había
recursos. Fuimos a ver cómo hacía Globant, y
todos me recomendaban reunirme con Mariano
Wechsler, un enamorado de dar clases. Así que lo
armamos. Empezamos a pensarlo en 2015 y en 2016
lanzamos nuestro primer curso con 60 alumnos",
repasa Duboscq.
Apenas tres años más tarde, Digital House se
posiciona como una organización educativa que
desarrolla competencias digitales para que generen
impacto en la sociedad. Con este objetivo, ofrece
capacitaciones bajo una metodología innovadora
basada en la práctica. Su propuesta académica world
class se compone de programas de capacitación al
público en general, en las habilidades digitales más
demandadas del momento. En simultáneo, dicta
una serie de programas ejecutivos para directivos,
gerentes, profesionales y emprendedores, y brinda
cursos in company diseñados a la medida de las
necesidades de las empresas. También cuenta con una
Licenciatura en Negocios Digitales que imparte junto
a la Universidad de San Andrés, y una unidad llamada
DHSchool, a través de la cual escuelas y colegios
enseñan a sus alumnos asignaturas vinculadas a lo
digital, desde quinto grado del nivel primario y hasta
el último año del secundario. Digital House cuenta con
dos campus en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y
uno en San Pablo, Brasil, además de numerosas sedes en
el interior de Argentina.
Duboscq, el emprendedor que se embarcó con Digital
House pensando en hacer algo "que trascienda", hoy
asegura que la educación tiene que avanzar en este
camino: "Hace unos años, te recibías de perito mercantil y
podías ser gerente de un banco. Ahora tenemos que crear
bachilleratos digitales o ingeniería informática, porque
los cambios son rápidos y profundos. No hay más que
recordar la frase del presidente de los Estados Unidos,
Barack Obama, cuando dijo que no hay que jugar con el
teléfono, hay que usarlo para crear”.
Al respecto, Duboscq anticipa que, en un futuro
próximo, el país que logre independencia "será aquel
que pueda pasar de usar tecnología a crear tecnología”.
Y, con la experiencia de haber surfeado todas las crisis
desde el 2000 en adelante, remata: “Si sos usuario, sos
dependiente. Cuando empezás a entender y a crear,
empezás a independizarte".
Junto a Duboscq, figuran como socios ejecutivos
Sebastián Mackinlay y Mariano Wechsler. Y a este
equipo se suman Eduardo Bruchou, Diego Pando,
Marcos Galperin, Carlos Rohm, Martín Migoya, Guibert
Englebienne, Nicolás Berman, Hernán Kazah, Luis
Saguier, Nicolás Szekasy, John Rogers, Brian Dunlap.
Linda Rottemberg y Pierre Omidyar, como socios.
Si sos usuario, sos dependiente. Cuando empezás a entender y a crear, empezás a independizarte”.
Todos apuntan a generar un polo de conocimiento
y todos son emprendedores con interés en crear una
masa crítica de conocimiento innovador. Pero quizás
el aprendizaje más importante que tiene Duboscq es el
que lo hace sobrellevar estos tiempos de crisis: "Hay
un montón de gente que tiene buenas ideas, lo que
hace la diferencia es ponerse a trabajar -asegura-. Uno
entiende que en este contexto es difícil, pero hay que
estar preparado. Para emprender uno tiene que estar
mentalmente libre, entendiendo que estás haciendo las
cosas bien, que tenés todos los valores intactos y que
podés chocar, pero no pasa nada; no cambia tu ego ni tu
familia. Es importante entender esto; si no, te quedás sin
hacer nada, porque a veces la realidad es ‘mata sueño’".
Nelson Duboscq
Fundador y director ejecutivo de Digital House
Digital House
Digital House
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Un marketplace global para el campo
Probaron en 1999 y fracasaron en 2002. Se
reconvirtieron, esperaron su momento y en 2014
volvieron a la carga. Hoy, Agrofy es una plataforma
internacional con presencia en ocho mercados, y su
historia disrumpe uno de los sectores económicos
más conservadores del país.
Lo intentaron una vez, cuando el calendario
cambiaba de milenio, y chocaron con la crisis
económica de Argentina y la de las “punto com” en
el mundo. Se rearmaron, reconfiguraron el negocio,
esperaron y no se desanimaron. Doce años más tarde
lo volvieron a intentar. Con mayor expertise y nuevas
herramientas, lo lograron. Hoy Agrofy es la plataforma
de agro más visitada en el mundo. “Somos hacedores”,
define Alejandro Larosa, MBA de IAE Business School,
cofundador junto a Maximiliano Landrein, MBA Magna
cum Laude de IAE Business School.
De la mano de Cresud como “ángel”, la compañía
con sede en Rosario, provincia de Santa Fe, sigue
adelante con importantes planes de expansión en uno de
los sectores más tradicionales de la economía local: el
campo. “Logramos insertarnos en este negocio porque
vimos que el nivel de conectividad del agro es muy alto”,
explica Larosa.
Agrofy tiene dos millones de visitantes por día en la
Argentina y, si se consideran los otros siete mercados en
los que opera -entre los que se destacan Brasil, Colombia
y Chile-, suma más de 4 millones de visitas mensuales, lo
que la convierte en una de las plataformas de agro más
visitadas del mundo.
Sin embargo, para llegar a esta foto, Larosa y
Landrein tuvieron que sobreponerse. En 1999 estos
emprendedores fundaron fyo (Futuros y opciones.com),
la primera empresa del agro de la Argentina con el
objetivo de desarrollar un marketplace de granos e
insumos con Internet como plataforma. “El modelo no
funcionó, nos agarraron las crisis de Internet y de la
Argentina, y para salvar la compañía migramos el modelo
a servicios comerciales y financieros para la cadena de
valor del agro”.
Esa situación no los desanimó. “Seguimos el
desarrollo de Internet en el sector, y en 2014 pensamos
que el mercado estaba maduro como para crear una
plataforma global que conectara a productores con
empresas en todas las categorías del agro. Cuando
fundamos fyo fue pre smartphone, no había redes
sociales, Google no existía y era un desarrollo distinto.
Pero lo que nos inspiró fue que veíamos que el agro
venía muy retrasado en cuanto a la digitalización.
Apostamos a eso y decidimos fundar una nueva
empresa, con el objetivo de desarrollar el comercio
electrónico en el agro, en todas las categorías”, explica
el presidente de Agrofy.
Logramos insertarnos en este negocio porque vimos que el nivel de conectividad del agro es muy alto”.
Alejandro Larosa
Agrofy
Cofundador de Agrofy
Hoy, el 60% del tráfico de Agrofy proviene de
teléfonos inteligentes, “lo que demuestra que los
productores se conectan desde cualquier lugar, no
solo desde su oficina”. Y la plataforma cuenta con
más de 100.000 productos listados en las categorías
que opera. “Esa cifra se va a duplicar en los
próximos seis meses, porque las empresas del agro
están buscando desarrollar el canal digital como una
forma de llegar a los productores”.
Esto desmitifica que el campo argentino sea
un sector conservador, desde el punto de vista de
los negocios. Antes bien, los titulares de Agrofy
señalan que el productor “adopta tecnología muy
rápido cuando le encuentra el sentido”. Para
Larosa el productor local “es un sobreviviente, un
emprendedor, que busca la manera de mejorar
sus negocios, y está abierto a testear diferentes
herramientas”; pero para adoptarlas, reitera: “Tiene
que haberle encontrado sentido”.
Larosa y Landrein se reconocen como
emprendedores, porque se consideran “hacedores,
personas que tienen mucha resiliencia -la capacidad
para superar circunstancias traumáticas, como
puede ser el fracaso de un proyecto- y que a pesar
de todos los obstáculos igual tratan de hacer que
esas ideas se conviertan en realidad”. Frente a esta
definición, Larosa señala que “es la segunda vez que
intentamos desarrollar una idea, y son momentos
distintos: nuestra experiencia es diferente y estamos
usando herramientas que hace 15 años no existían.
Pero el rol del emprendedor es siempre tratar de
hacer que las cosas pasen”.
Agrofy
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Creatividad que revoluciona las vacunas veterinarias
Aplicaron conocimiento y creatividad
para revolucionar un negocio marcado por
multinacionales y laboratorios familiares de larga
trayectoria. Hoy facturan 15 millones de dólares al
año con vacunas que abarcan síndromes y diversas
enfermedades particulares. La historia de cómo
Tecnovax pasó de ser un laboratorio boutique a una
empresa en plena expansión.
Nacieron en 2003, de la mano de una buena idea.
Nicolás y Matías Grosman se reunieron con Diego La
Torre, y una semana más tarde habían creado una
S.A., Tecnovax. Hoy, 16 años después, la compañía
factura 15 millones de dólares anuales en el negocio
de la biotecnología aplicada a vacunas veterinarias,
compitiendo con jugadores de peso global.
“Siempre fui un emprendedor -comenta Matías
Grosman, director de Tecnovax, en un encuentro con
eye to eye-. Mientras estudiaba cocina y terminaba
mi MBA quise montar una fábrica de alimentos
ultracongelados, que no prosperó. En ese momento
conocí a Diego, que tenía la idea de llevar adelante un
negocio de vacunas para animales”.
El trío contó con el apoyo de dos “ángeles”.
Por un lado, el papá de Diego, Dr. José La Torre, un
reconocido científico de trayectoria internacional
que aportó el conocimiento; y, por el otro, Leonidas
Trajtenberg, el abuelo de Matías y Nicolás, un hombre
de negocios que aportó capital semilla y su visión de
negocios.
Tecnovax comenzó a trabajar en 2003 y, mientras
daba sus primeros pasos y contaba con unas pocas
vacunas registradas, ocurrió un evento internacional
que cambiaría su historia: aparece el síndrome de la
Vaca Loca y el Senasa cierra el ingreso de vacunas
provenientes del exterior.
“Los laboratorios internacionales empezaron a buscar
productores locales, pero se encontraban con que
quienes podían desarrollar las vacunas en el país eran
sus competidores -explica el cofundador de Tecnovax-.
Nosotros habíamos montado una planta boutique en
la zona de Flores y nos vinieron a ver de Novartis e
Intervet (hoy, MSD). Esta última se llevó una muestra y,
a los tres meses, volvieron con un contrato. Teníamos
una capacidad para alcanzar el 2% del mercado
-hacíamos todo nosotros, envasábamos las vacunas y las
despachábamos en Retiro-, y una multinacional nos pedía
producir para el 10% del mercado en 9 meses”, recuerda
Grosman.
Los fundadores de Tecnovax se acercaron a Endeavor.
“Nos abrieron los ojos, nos mostraron que lo nuestro era
muy bueno, pero teníamos un solo cliente, y que si ese
cliente estornudaba nos íbamos a enfermar”. Y comenzó
el segundo hito en la historia de Tecnovax. Viajaron a
Uruguay, Paraguay, Brasil, Chile, Perú, para ampliar
mercados. “Empezamos a sembrar, pensando en que
conseguir las autorizaciones de las vacunas es un camino
muy largo”, reconoce el ejecutivo.
Finalmente, sucedió lo que les habían adelantado en
Endeavor. La empresa para la que producían se fusionó y
apareció un grupo de abogados para rescindir el contrato.
“Eso fue un viernes; el fin de semana nos juntamos en la
casa de Diego, hicimos un listado de las cualidades de
nuestros productos y pensamos la forma de diferenciarnos
en una industria donde, hasta ese momento, éramos
Matías, Nicolás y Diego, los fabricantes de Intervet”.
Con un producto de excelente calidad, apostaron a
recrear una mística. “Implementamos código de colores
para los frascos, stickers para las vacunas y una sustancia
para que, si se rompe la cadena de frío, el producto
cambie de color. Creamos la marca Providian y salimos
a buscar clientes”. Con el tiempo, la creatividad dio paso
a una compañía de porte que generó un portafolio
de productos diferenciados, con la premisa puesta
en vacunas que abarquen los síndromes, además
de diversas enfermedades particulares. “Esto fue lo
revolucionario para el mercado, lo disruptivo”.
Con más de 15 años de trayectoria y la expansión a
mercados externos, Grosman repasa con satisfacción
la historia de su compañía. “Todo el tiempo miramos
para atrás, pero lo hacemos para poder entender lo que
hicimos y hasta donde llegamos”. Cuenta que conversa
asiduamente con su hijo sobre Tecnovax y la cultura
del trabajo “para mostrarle no una empresa, sino lo que
una vez emprendí a partir de una idea, haciendo de un
sueño una realidad”. •
Empezamos a sembrar, pensando en que conseguir las autorizaciones de las vacunas es un camino muy largo”.
Matías Grosman
Director de Tecnovax
Tecnovax
Tecnovax
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Emprendedoresfor export
Los emprendedores siempre van por más. Y para
ellos, las fronteras geográficas y las nacionalidades son
conceptos obsoletos a la hora de imaginar sus tácticas
comerciales. En un mundo donde la tecnología acorta
distancias y las estrategias de negocios potencian
resultados, cada vez más emprendedores se animan a
pensar a escala global.
Blue Star Group (BSG) y Auth0 son dos
emprendimientos argentinos que se expandieron
internacionalmente en menos de diez años. Ambos
supieron encontrar un modelo que, apalancado por la
tecnología, les permitió el gran salto global. Pero, sobre
todo, los dos cimentaron su crecimiento sobre la base de
lazos que antecedían a cada proyecto: la familia en uno y
la amistad en el otro, configuraron la génesis del éxito.
Los emprendimientos locales se animan a pensar a escala global. De la Argentina para el mundo, las historias de Blue Star Group y Auth0.
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Emprendedores for export
Para posicionarse en el juego internacional, los
hermanos se imaginaban ya insertos en ese mercado,
preguntándose cómo habían hecho las grandes
empresas competidoras. Fue así que decidieron apostar
a precios competitivos, ser exigentes en el desarrollo
del producto, en la calidad, en la parte técnica y en la
captación de la moda internacional. Todomoda abre el
4 de abril de 1995, y en 2001 inaugura su primer local
internacional, en México DF, de la mano de una familia
conocida que, ante la crisis nacional, vio como una
buena alternativa asociarse con la familia Castelli para
llevar el negocio a México.
Luego Castelli (h) crea la división Negocios
Internacionales que, a través de un equipo dedicado
exclusivamente, generó el know how necesario para
la expansión. La empresa tiene un modelo de negocio
que no es el de las franquicias; la gestión siempre está
a cargo de la sede central, en Buenos Aires, que cobra
regalías a las operaciones del mundo.
En la búsqueda de nuevos mercados se practica
un análisis exhaustivo que considera una diversidad
de variables. “Vamos a un shopping, nos paramos
en la entrada de un local y analizamos cuánta gente
pasa por la puerta, la tasa de conversión, el nivel
socioeconómico. También contratamos
servicios de marketing para entender el
mercado y ver si aceptarían el producto. A
su vez, decidimos si vamos a desembarcar
solos o con un socio local, como está
sucediendo actualmente para la apertura
en Colombia y en Brasil. En general,
primero se instala Todomoda y luego
Isadora”, explica el presidente de BSG.
Pero en un rubro que ofrece
productos para la mujer, es fundamental
la mirada que aportan tanto Mariana
Castelli, licenciada en administración de
empresas, como su hermana Cecilia,
veterinaria. Castelli (h) afirma que ellas
siempre tuvieron una “varita mágica”
para incrementar de manera exponencial
las ventas, con cada innovación que
proponen en productos o estrategias
comerciales. Las hermanas son quienes
custodian el ADN de BSG, y hacen que las
directoras de marca trabajen con el marco
organizacional definido desde el directorio, que ellas
integran.
En la actualidad, BSG cuenta con 850 tiendas entre
México, Perú, Chile, Argentina y Brasil, donde trabajan
4.500 empleados. Como plazas deseadas, el presidente
de BSG señala Centroamérica y resto de Latinoamérica, y
luego Europa del Este. También aspira a otros mercados,
como España, Italia, Francia y Alemania.
Aunque la escala internacional es sin duda un rasgo
distintivo de esta compañía, cabe destacar que para la
familia fundadora el éxito de su emprendimiento pasa por
“el impacto en la comunidad, por dar más trabajo y por
invertir”.
Martín Castelli
Presidente de Blue Star Group
Una familia con visión global
Creadora de las famosas marcas Todomoda e Isadora,
Blue Star Group es la tercera compañía a nivel mundial en
accesorios para la mujer, luego de la inglesa Accessorize y
la americana Claires. La dimensión alcanzada vuelve más
fascinante la historia de sus orígenes, un local de venta
mayorista en el barrio de Balvanera, al que Carlos Castelli
decide sumar desde muy jóvenes a sus hijos Martín y
Mariana, y un poco más tarde también a Cecilia, la menor
de los tres.
Los comienzos de este emprendimiento familiar no
fueron fáciles. El padre traía un bagaje de experiencias
-y también fracasos, condicionados por la imponderable
economía nacional-, y los jóvenes estaban entusiasmados
con ideas de cambio y nuevas estrategias, dos improntas
que no fueron fáciles de amalgamar. “Él quería algo más
popular, tirando a bazar, y mi hermana trataba de enfocar a
otro cliente - explica Martín Castelli, actual presidente de la
compañía-. Pero la idea de mi padre fue fantástica, empezó
con el concepto de autoservicio de moda y se vendía muy
bien”.
Desde el primer momento, los hermanos pensaron en
un negocio a escala global, “hay todo un mundo para hacer
negocios”, decían. Pero su padre argumentaba que había
nacido en Argentina y que tenían que ser los mejores en el
país. En ese tira y afloje se fue avanzando y se decidió la
división de tareas, en un contexto de escasez de recursos.
Mariana visitaba a los proveedores y hacía una especie de
curaduría de artículos, buscando mejorar constantemente la
propuesta de producto. Martín, por su parte, se propuso el
desarrollo del software, aprendiendo a programar con unos
manuales que compró en Estados Unidos.
Así, entre 1997 y 2002 lograron un modelo de
innovación único: “Era ‘lo pedís, lo tenés’, y a una velocidad
que nadie tenía en el país -recuerda Castelli (h)-. Si mi
hermana necesitaba un nuevo reporte o funcionalidad en el
sistema, yo me quedaba hasta la madrugada programando.
A la mañana siguiente, ella llegaba y tenía lo que había
pedido”.
Gran parte del éxito actual se debe a esta capacidad de
control y monitoreo de la gestión, con un sistema inteligente
que les permite conocer prácticamente online diversas
variables, como stock, recambio, flujo de ventas, para dar
respuesta inmediata con renovación, reposición, ofertas u
otras estrategias comerciales y entender las necesidades de
los clientes.
Martín y Cecilia CastelliBlue Star Group (BSG)
Para Martín Castelli, sus hermanas siempre tuvieron una “varita mágica” para incrementar de manera exponencial las ventas, con cada innovación que proponen en productos o estrategias comerciales.
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Un equipo con sed de gloria
Desde su nombre, Auth0 remite a autenticar en
inglés, y es una de las empresas que más autoridad
tiene en el tema. Nace en 2013 de la mano de Matías
Woloski y Eugenio Pace, dos amigos que desde hacía
una década venían realizando consultorías y hasta habían
escrito juntos un libro sobre la nube y el problema de
autenticación.
“Yo conocí a Eugenio diez años antes de haber
empezado Auth0, y eso tiene un valor; hay que encontrar
a alguien con el que pienses muy similar, que tenga
los mismos valores éticos, la forma de trabajo -explica
Woloski-. Después está el coraje de lanzarse a algo
nuevo, salir de lo cómodo”.
Con la decisión de lanzarse a este emprendimiento,
el actual CTO de Auth0 dejaba una empresa que había
cofundado y en la que había trabajado durante ocho
años. Por su parte, Pace abandonaba el campo de
Microsoft para lanzarse a la nueva aventura. Como todo
proyecto, el futuro era incierto; pero ambos guardaban
una firme convicción sobre el producto que iban a
ofrecer. Y tenían razón: juntos fundarían el que hoy es el
quinto unicornio argentino, después de Mercado Libre,
Despegar, Globant y OLX.
Auth0 tiene cinco oficinas. Las principales están en
Seattle, donde reside Pace y donde la compañía está
registrada por las facilidades financieras y de gestión,
y la de Buenos Aires, comandada por Woloski. Las
complementan las sedes de Europa, Japón y Australia.
“Primero abrimos en el mejor lugar de Europa, Londres.
Después fuimos a Sidney, por la atracción que veíamos
y porque los australianos son early adopters. Y la última
fue en Tokyo, porque los japoneses quieren estar siempre
a la vanguardia en tecnología. Próximamente abriremos
en Singapur”, adelanta el cofundador. Respecto de la
competencia a nivel mundial, Woloski señala que el mayor
desafío “son los programadores que siguen desarrollando
la infraestructura de autenticación y autorización ellos
mismos. Luego, hay empresas como Microsoft, AWS y
Okta, que compiten en nuestro segmento, pero apuntan a
diferentes compradores”.
Lo interesante y particular del crecimiento dentro y
fuera de las fronteras es el target al que debe seducir la
empresa. “Nosotros nos enfocamos en un segmento del
mercado que son los programadores -explica Woloski-.
Ellos necesitan utilizar cosas que les sean útiles y rápidas
de instrumentar. Y nosotros les hacemos la vida más fácil
porque la forma en que vendemos es un 90% inbound.
Esto quiere decir que el programador busca en Google
cómo resolver un problema de autenticación en sus
aplicaciones y desde Auth0 le damos una respuesta que
le permite resolver en un día lo que le llevaría un mes”.
Auth0 es hoy un producto probado y muy bien
posicionado. Pero no siempre fue así y en sus comienzos
también necesitó de algún golpe de suerte. El CTO
recuerda: “Nuestro primer contrato importante fue
Sancor Seguros, nuestro lucky strike. Un arquitecto de
software de la compañía lo contactó a Pace por LinkedIn
y le contó que se les había caído el sistema y no sabían
cómo resolverlo. Tenían un presupuesto y nosotros le
propusimos resolver el problema por la mitad; y así fue.
Tardamos seis meses en cerrar el deal; éramos solo cinco
personas, pero lo hicimos. Hasta ese momento, habíamos
estado bancando todo nosotros”.
Fuera del país, el cliente más significativo fue
Atlassian, una empresa global originada en Sidney que
desarrolla software de colaboración al estilo Trello. “En
un momento decidieron tercerizar todo lo que no era core
a su negocio y la autenticación fue una de esas cosas.
El CTO probó Auth0 durante un fin de semana, lo hizo
funcionar y se les propuso a los developers”, recuerda
Woloski. “Para nosotros fue un desafío grande, porque
tenían requerimientos más exigentes que el resto, e hizo
que maduremos a nivel producto y empresa”, concluye.
El cofundador de Auth0 también señala que hubo
varios factores que confluyeron para el éxito actual.
Uno de ellos fue el momento histórico y el desarrollo de
los sistemas informáticos y comunicacionales a nivel
mundial: “Si hubiésemos arrancado dos o tres años
antes, posiblemente no habríamos tenido la atracción y
la plata para sobrevivir, y el mercado todavía no estaba
maduro. Fue un buen timing empezar con la nube, el
teléfono inteligente, las passwords y los developers
tomando decisiones. Estuvimos justo en el momento en
que la ola estaba subiendo”. Pero también destaca una
actitud de equipo, “que tanto los fundadores como los
primeros empleados tengan sed de gloria”.
Aquel primer equipo, conformado por cinco personas,
hoy se ha transformado en 500 empleados distribuidos
en 30 países -el 60% trabajando de manera remota- que
sostienen a este unicornio. Al respecto, Woloski señala
que, si bien “el estatus de unicornio es un mote que
significa ser una empresa que está haciendo algo grande
y que es confiable”, la ventaja competitiva de Auth0 es
lo que él llama “las 10.000 horas del libro de Malcolm
Gladwell, Outliers: haber invertido mucho tiempo en el
problema que vas a resolver”. Y agrega: “Luego el éxito
podrá venir o no, pero al menos es un leading indicator de
que estás por el buen camino”. •
Nos enfocamos en un segmento del mercado que son los programadores.Ellos necesitan utilizar cosas que les sean útiles y rápidas de instrumentar. Y nosotros les hacemos la vida más fácil”.
Matías Woloski
Cofundador de Auth0
Emprendedores for exportN
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Auth0
Auth0
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Info
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La culturaemprendedora
argentinaHace 20 años, emprender era un verbo poco frecuente entre los argentinos. Hoy encarna una cultura de innovación con impacto en el desarrollo del país y gran potencial para seguir creciendo. Las miradas de María Julia Bearzi, directora ejecutiva de Endeavor, Miguel A. Gutiérrez, presidente de YPF, y Alfredo Poli, director de Pluspetrol, mentor e inversor.
El talento, la cooperación y la creatividad son
características sobresalientes de la comunidad
emprendedora argentina. En las últimas dos décadas,
el ecosistema se fue fortaleciendo y destacando en
relación con otros países de la región, con herramientas
públicas de fomento de la actividad, como la Ley de
Emprendedores y la Ley de Economía del Conocimiento.
No obstante, desde organizaciones especializadas en
el tema, como Endeavor, señalan que la madurez de un
ecosistema también depende de otros factores, como
la profesionalización y el trabajo articulado de sus
participantes.
Al respecto, Nicolás Carusoni, socio de PwC
Argentina, comenta: “Seguir incentivando el desarrollo
del ecosistema emprendedor local resulta esencial
para el crecimiento económico del país. Las grandes
oportunidades de negocio que está generando la
tecnología y el acceso a nuevos mercados son factores
que sin duda pueden ser aprovechados por el talento
emprendedor argentino”.
El mundo emprendedor le está imprimiendo un fuerte
dinamismo innovador al tejido empresario nacional
y los actores tradicionales vienen interactuando de
diversas formas con los nuevos protagonistas: ya sea
creando fondos de inversión para apoyar el desarrollo
de startups, a nivel corporativo, como YPF Ventures, o a
través de aportes de capital y mentoreos de empresarios
consolidados que confían en el potencial de los nuevos
proyectos, como es el caso de Alfredo Poli, un activo
participante en el ecosistema emprendedor.
“La retroalimentación entre grandes empresas y
el mundo emprendedor permite articular experiencia,
perseverancia, innovación y visión de futuro en el
desarrollo de cada proyecto. Eso mejorará el entorno
empresario y abrirá nuevas oportunidades”, considera
Carusoni.
Pensar en grande
“Trabajar con emprendedores es energizante”,
asegura María Julia Bearzi, directora ejecutiva de
Endeavor, organización que viene seleccionando
emprendimientos de alto impacto y acompañando a los
emprendedores con mayor potencial en su proceso de
profesionalización. En sus 16 años de trabajo en dicha
entidad experimentó de primera mano la constante
evolución del ecosistema emprendedor local, al que hoy
considera “robusto y consolidado”, pero con potencial
para seguir creciendo.
La especialista afirma que los emprendimientos de
alto impacto “son los motores del desarrollo, los que
innovan, los que piensan en grande, los que generan
fuentes de ingreso que impactan”, y remarca que uno
de los factores de éxito de la comunidad local reside en
“la calidez humana, las ganas y la energía que tienen
los emprendedores consagrados y los mentores para
estar cerca de los que recién empiezan y ayudarlos
desinteresadamente a crecer”.
¿Cuáles son las particularidades del mapa
emprendedor argentino?
El ecosistema emprendedor local ha avanzado
muchísimo en los últimos años: el surgimiento de actores
claves, como fondos de inversión locales e internacionales,
organizaciones de apoyo a emprendedores de distintos
estadios, instituciones educativas que incluyen en
sus programas la formación emprendedora, o nuevas
academias que surgen para dar respuesta a la demanda de
las empresas que conforman el ecosistema, como Digital
House, por ejemplo. Desde el lado del Gobierno, se puede
ver cómo en los últimos años la temática emprendedora ha
logrado ciertos avances como la Ley de Emprendedores
y la Ley de Economía del Conocimiento. Sin embargo,
la madurez de un ecosistema depende también de otros
factores, como la profesionalización de los actores
que lo componen y el trabajo articulado entre todas las
partes para aunar esfuerzos. Hoy es muy importante que
trabajemos en una agenda común y que cada institución
pueda estar más cerca de los emprendedores y escuchar
sus necesidades, armar acciones y programas enfocados
en sus desafíos.
¿Cuáles son las claves para escalar el negocio?
Pensar en grande se repite hasta el hartazgo, pero
es clave. Las barreras mentales pueden ser nuestras
principales amenazas; la única forma de llegar lejos es
pensarse en grande desde el momento uno. También es
necesario estar acompañado, contar con un equipo que
comparta esa visión, que pueda trabajar codo a codo por
el propósito del emprendimiento. Es importante que el
emprendedor empuje y lleve al equipo más allá para poder
profesionalizarlo. Si el equipo es bueno y el proyecto tiene
potencial, el capital aparecerá. Otro punto importante,
especialmente en nuestro país, es tener resiliencia y
tolerancia a la frustración. Que nos vaya mal es una
posibilidad; la forma en la que reaccionamos a eso es
opcional y depende de cada uno: cuán rápido te levantás
de ese golpe y cómo te reinventás después de una caída.
Endeavor
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La cultura emprendedora argentinaIn
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¿Qué obstáculos suelen llevar a que no tengan
éxito algunos emprendimientos?
No tener claro el objetivo, enamorarse de una idea y
no validar esa idea con el mercado (si hay mercado para
esa idea), no formar un equipo de trabajo, desenfocarse,
no fijar prioridades, no reaccionar a tiempo (hay que estar
muy atento al mercado y lo que está pasando).
¿Compartir experiencias tiene un efecto
multiplicador para nuevos emprendedores?
Escuchar historias de personas que se animaron,
que se arriesgaron y que, pese a las dificultades,
lograron construir una empresa de impacto, es realmente
inspirador y motivador para las nuevas generaciones.
En un país donde lo único permanente es el cambio, es
importante transmitir valores como resiliencia, adaptación
y esfuerzo para lograr un propósito. En cada evento,
actividad o instancia con emprendedores intentamos
transmitir estos valores desde diferentes perfiles y
estadios.
¿Cuál debe ser el rol del sector público para seguir
alentando al ecosistema emprendedor?
Hoy te diría que es muy necesario el rol del sector
público para que puedan seguir creándose nuevas
empresas y que las empresas que ya están en marcha
puedan seguir creciendo. Las políticas de incentivo a
la actividad emprendedora son muy importantes y las
celebro; ahora son tan importantes como las políticas
regulatorias que posibiliten el desarrollo de estos
negocios, o las medidas fiscales y laborales, entre otras.
Los emprendedores necesitan un marco regulatorio que
los acompañe y los deje ser. El emprendedor tiene que
estar enfocado en cómo hace su negocio cada vez más
competitivo, en cómo entrega mejor valor al cliente.
Más allá de eso, yo siempre digo que Globant y
Mercado Libre, empresas que hoy son emblemáticas
y que representan el aspiracional del ecosistema
emprendedor, crecieron y se desarrollaron en momentos
sumamente difíciles de la Argentina. Globant, en el 2003,
saliendo de la profunda crisis del 2001; y Mercado Libre,
en el ‘99, cuando la penetración de Internet era bajísima.
Entonces, fíjate cómo el emprendedor que tiene una
visión, que tiene un propósito, que piensa en grande, va
por eso más allá del contexto.
¿Cómo están interactuando las grandes
compañías tradicionales con los actores del mundo
emprendedor?
Las empresas de hoy ven en los emprendedores
aliados en innovación. Para las grandes compañías la
innovación es un proceso más lento, y para acelerar ese
tiempo recurren a los emprendedores. Así se conjugan
el conocimiento interno con el externo para desarrollar
proyectos ad hoc, mejorar los procesos existentes
o identificar nuevas oportunidades de negocio. Para
establecer este puente estamos nosotros, desde
Endeavor: las organizaciones nos buscan para que las
ayudemos a acercarse al ecosistema emprendedor,
muchas veces con una idea clara de lo que necesitan y
cómo pueden trabajar juntas, y en otras oportunidades
también las ayudamos a identificar esa necesidad y
armamos un plan estratégico de trabajo en conjunto con
startups. La forma de trabajo varía en función del desafío
que tenga la compañía, pero desde Endeavor siempre
buscamos que la relación sea equitativa y un win-win
para ambas partes.
¿En los últimos años fue creciendo la presencia
femenina en el ecosistema emprendedor?
Se está dando un cambio de paradigma que
acompaña lo que está sucediendo en todos los ámbitos
de la sociedad en general. Cada vez son más las mujeres
que se animan a emprender. Pero en Argentina son pocas
las que logran desarrollar sus proyectos eficazmente, en
parte por falta de confianza y por el apoyo requerido para
sostenerlos en el tiempo. Es importante que las mujeres
cuenten con más espacios de networking laboral, donde
compartir experiencias y desafíos similares.
Las mujeres como líderes son geniales. El impacto
que se derrama dentro de su equipo, de su comunidad
y de su familia es mucho más amplio, porque la mujer
tiene esa idiosincrasia. Creo que hay un movimiento
hacia el empoderamiento de la mujer también como
emprendedora. Nosotros estamos contribuyendo con
un programa de capacitación. Her Business cuenta con
workshops liderados con mentores, herramientas y casos
prácticos para que las emprendedoras puedan inspirarse,
construir una red propia y potenciar su mindset innovador.
¿Se está verificando un mayor desarrollo de
emprendimientos con impacto social y ambiental?
Hay un cambio de paradigma: negocios de impacto,
negocios con propósito. Acompañado también por un
cambio de mentalidad de las nuevas generaciones,
más preocupadas por el medioambiente y el desarrollo
humano.
¿Cuáles son los sectores donde Argentina podría
tener un diferencial competitivo en los próximos
años?
Los emprendimientos que hoy puedan transformar
un sector o agregar valor a industrias tradicionales
tendrán oportunidades, y en este sentido la inteligencia
artificial jugará un rol importante. En Argentina, el
sector agropecuario, ADN de nuestra economía, tiene
mucho potencial de transformación e impacto global,
a partir de la incorporación de tecnología e innovación.
Es importante que todos los nuevos emprendimientos
se puedan pensar globales desde el momento de su
concepción.
María Julia Bearzi
Directora ejecutiva de Endeavor
Las barreras mentales pueden ser nuestras principales amenazas; la única forma de llegar lejos es pensarse en grande desde el momento uno”.
Endeavor
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La cultura emprendedora argentinaIn
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Experiencia, capital e innovación
El aporte de grandes compañías y de empresarios
con amplia trayectoria constituyen resortes claves para
la consolidación de la comunidad emprendedora y la
promoción de nuevos proyectos. Por su parte, los actores
tradicionales encuentran en los emprendedores aliados
en innovación.
Dos ejemplos de ello son el fondo de venture capital
que lanzó este año la petrolera YPF para acelerar
proyectos innovadores relacionados con la industria
energética, y la apuesta a título personal que realiza el
director de Pluspetrol, Alfredo Poli, quien invierte en la
comunidad emprendedora y comparte su experiencia con
aquellos que están empezando un negocio.
“Estamos ante una oportunidad única”
“La industria energética está siendo transformada
drásticamente por la disrupción tecnológica y la urgencia
de reducir emisiones, a la vez que busca garantizar
el acceso a la energía para todos”, asegura Miguel A.
Gutiérrez, presidente de YPF, y destaca que la innovación
constante y la aplicación de tecnología de punta “están
en el centro” de la estrategia de negocios de la compañía.
La petrolera viene operando en forma conjunta con
el CONICET un centro de investigación aplicada llamado
Y-TEC, que está generando tecnologías de la industria
energética del mañana, con una cartera de proyectos
de I+D de alto impacto en líneas claves, como No
Convencional, Nuevas Energías, Sostenibilidad Ambiental
y Recuperación Mejorada de Petróleo, y Movilidad
Eléctrica, entre otras.
Pero este año también decidió lanzar una aceleradora
de startups, como ya implementaron otras empresas
del sector, tales como BP, Shell o Saudi Aramco. “Es
un fondo de venture capital propio para potenciar la
fase de generación de la innovación, ya sea mediante
la incorporación de tecnología probada en el mundo
(capturando las mejores experiencias de los principales
centros de innovación), o mediante el desarrollo de
proyectos a nivel startup en la Argentina (promoviendo
el ecosistema emprendedor en el sector energético)”,
explica Gutiérrez.
YPF Ventures opera a través de un fondo puente
(Latin America Energy Bridge), que actúa como nexo
para acercar al país tecnologías ya probadas en centros
de innovación del mundo; y también mediante un fondo
semilla (YPF Early Stage) que busca acompañar a
emprendedores locales y regionales para que puedan
desarrollar sus proyectos.
Una de las inversiones realizadas fue en Bird
Technologies, una empresa líder en servicios de movilidad personal de corta distancia con monopatines eléctricos.
En la petrolera aseguran que trabajan en el próximo
lanzamiento en Argentina y en el resto de Latinoamérica,
como así también en futuros desarrollos. Además,
mediante un acuerdo de capitalización con Sustentator,
una compañía argentina líder en generación de energía
distribuida, YPF empezará a proveer directamente al
cliente final “detrás del medidor” a partir de la utilización
de energía solar.
Otra de las apuestas fue con Epic Aerospace, una
compañía nacional especializada en proporcionar
lanzamiento y reubicación en el espacio para satélites
pequeños. “Para YPF, esta inversión abre la posibilidad
de poder testear a futuro el desarrollo de combustibles
específicos para el sector aeroespacial y promover
nuestro I+D interno, además de su uso para el control de
operaciones y logística”, explicaron en la petrolera.
Las oportunidades en el sector energético argentino son enormes, y eso da lugar a que el ecosistema emprendedor las acompañe”.
El presidente de YPF remarca el potencial del talento
emprendedor local y subraya que “la Argentina cuenta
con enormes recursos, tanto naturales como humanos,
para posicionarse como un hub energético a nivel global”.
Dice que ya se está desarrollando con la revolución del
shale en Vaca Muerta y los numerosos proyectos en el
campo de las energías renovables.
“Las oportunidades en el sector energético argentino
son enormes, y eso da lugar a que el ecosistema
emprendedor las acompañe, y nos nutra a su vez, con
nuevos desafíos y nuevas oportunidades de negocios.
Además, en Latinoamérica hay muy pocas empresas
de energía que han dado el paso y el capital que se
invierte en venture capital para el sector energético es
muy menor. Por eso, creemos que estamos ante una
oportunidad única, no solo para el país, sino para la
región en su conjunto”, asegura el ejecutivo.
Miguel A. Gutiérrez
YPF
Presidente de YPF
YPF
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La cultura emprendedora argentinaIn
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“Todos vamos a ser emprendedores”
Alfredo Poli siempre tuvo una impronta
emprendedora. Desde aquella compañía que fundó en
1988 con un compañero de estudio en Los Angeles
(Project Corporation), que vendió una década después,
pasando por su larga carrera en Pluspetrol y sus
actuales inversiones a título personal, el ingeniero se
muestra como un entusiasta participante del mundo
emprendedor, brinda charlas sobre la temática y ayudó a
crear la oficina de Endeavor en la región Patagónica.
“Pluspetrol siempre fue muy emprendedora dentro de
la industria. Partiendo de los fundadores que realmente
le imprimieron ese sesgo emprendedor, de desafiar los
paradigmas, de la persistencia, de construir en base al
trabajo y a la creatividad”, remarca Poli, director activo
de la petrolera, que en 2011 decidió dejar las funciones
ejecutivas para vincularse con el emprendedorismo
desde un rol de mentor e inversor. Fue así que en
los últimos años participó en la frutícola Vista Alegre,
en Petroplastic -que fabrica tubos para el mercado
petrolero-, en Zolvers -una compañía de la red Endeavor
que permite la contratación de empleadas domésticas y
les ofrece servicios de inclusión financiera-, en Untech
-un emprendimiento tucumano basado en el desarrollo
de una fórmula capaz de cicatrizar heridas crónicas-,
y en Semtive -un emprendimiento de molinos de eje
vertical-.
“Ahí es donde uno contribuye mucho con la
experiencia de la compañía grande. Soy un fanático
de cruzar ideas de una industria a otra; leo mucho,
me informo, soy muy curioso”, asegura Poli. Su
conocimiento sobre “manejo de riesgo” suele ser otro
de sus aportes para los emprendimientos en donde
participa: su larga trayectoria en la industria petrolera y
su hobby de volar en planeador en zonas montañosas
le dan autoridad en la materia. Así como también su
entendimiento en negociaciones complejas, adquirido
en un escenario donde Pluspetrol siempre tuvo que
interrelacionar con compañías de mucho mayor tamaño.
Alfredo Poli
Director de Pluspetrol
El empresario reconoce que también aplicó ideas
tomadas del mundo emprendedor cuando cumplía
funciones ejecutivas en la petrolera. Destaca, por
ejemplo, que uno de los mayores aportes que las startups
pueden hacer a las grandes compañías es que “suelen
ser más efectivas en poner el foco y sacar adelante un
tema que es todo un desafío”. Se trata, en definitiva, de
un intercambio de experiencias. En eso reside, sostiene,
el crossover de la empresa grande y la empresa chica.
Poli considera que el “espíritu emprendedor” está
cada vez más extendido en la Argentina. Señala la
importancia de los encuentros de Endeavor, donde se
narran experiencias porque “tienen un poder educativo
y de caja de resonancia muy importante”, y habla del
potencial para nuevos proyectos innovadores en el sector
energético, especialmente en los desarrollos tecnológicos
asociados a yacimientos no convencionales que
modernizaron la industria petrolera en los últimos 20 años
(la formación Vaca Muerta abre una gran perspectiva en
ese sentido), como también en el campo de las energías
renovables.
“Yo creo que todos vamos a ser emprendedores”,
afirma Poli. “Hoy día con el ciclo de vida corporativo cada
vez más corto, muchos nos encontraremos retirados,
todavía con ganas, emprendiendo algo para continuar la
vida productiva. Hoy quedarse en casa no es una opción
saludable”, concluye. •
Pluspetrol siempre fue muy emprendedora dentro de la industria”.
Pluspetrol
Pluspetrol
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Empresascon vocación
sostenibleEn el mundo emprendedor crece la idea de crear empresas rentables pero que también generen un impacto social y ambiental positivo para la comunidad. Las experiencias de Arbusta y Ualá.
Tend
enci
as
Los emprendimientos con propósito social están
creciendo en el mundo empresarial. Sus fundadores
asocian el crecimiento económico a la promoción
del bienestar social y ambiental, y buscan aplicar
ideas innovadoras en sus negocios para solucionar
problemáticas que apremian a sus comunidades. Toman
el compromiso de generar impactos positivos en la
sociedad, saldar una necesidad, ayudar a otras personas
con determinados productos y/o servicios y colaborar con
el cuidado del medioambiente.
“Observamos un efecto multiplicador entre los
nuevos emprendedores -y también los inversores- que
va marcando una tendencia respecto de este tipo de
iniciativas, a partir de un propósito claro y concreto, que
aporte un beneficio más allá del negocio, generalmente
enfocado en la comunidad”, comenta Ignacio Aquino,
socio de PwC Argentina.
Muchas veces inspirados por historias personales
o familiares, por experiencias en asociaciones civiles
del ámbito social o motivados por la consciencia y la
responsabilidad con el entorno, los emprendedores
sociales construyen, evalúan y persiguen oportunidades
de cambios, integran la rentabilidad de sus empresas con
su vocación por la sustentabilidad y buscan empoderar a
colectivos sociales que se encuentran en situaciones de
mayor vulnerabilidad.
“Sin duda, las experiencias personales -directas o
indirectas- resultan una motivación clave para quienes
deciden emprender con un propósito social. Es el punto
de partida para detectar una necesidad y trabajar en
soluciones que la reparen de manera innovadora y
creativa”, destaca Aquino.
,
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Empresas con vocación sostenibleTe
nden
cias
La inclusión laboral
Arbusta nació a partir de la pregunta que un
cartonero le hizo a un desarrollador de software de
un emprendimiento anterior: “¿Qué tienen que hacer
mis hijos para no ser cartoneros como yo?” Federico
Seineldin, uno de los creadores de esta empresa de
servicios tecnológicos, cuenta que este fue uno de los
inputs para iniciar el proyecto. “A los socios fundadores
nos agarró el 2001 como emprendedores y entendimos
que si no construís distinto la sostenibilidad es solo un
concepto hueco. Si tenés tu emprendimiento sostenible
en un contexto que es insostenible, siempre tiene
fragilidad. Lo que empezamos a pensar es cómo integrar
la fragilidad al modelo de negocios, cómo hacer una
comunidad más sostenible”, asegura.
Fue así que Seineldin, Paula Cardenau, Emiliano
Fazio y Juan Umaran aunaron sus experiencias en la
industria tecnológica, en el emprendedorismo social y
en el área de responsabilidad social corporativa para
poner en marcha -hace seis años- esta empresa que
tiene como sello distintivo la integración laboral. El 95%
de las 300 personas que conforman Arbusta son jóvenes
que provienen de situaciones de fragilidad económica,
sin formación ni experiencia previa en tecnología, y
que tienen allí su primera oportunidad de empleo en el
mundo IT. Más de la mitad son mujeres, otra singularidad
para el universo tecnológico. “Estamos derribando falsos
mitos”, sostienen en la empresa.
“El mundo de la tecnología tiene el problema de
que el talento es escaso. Nos dimos cuenta de que ese
talento existe, pero nadie lo mira ni invierte los dos o
tres años que necesita este talento para aflorar. En un
inicio arrancamos con servicios poco sofisticados, para
tener una curva de aprendizaje más corta, pero ahora ya
brindamos servicios automatizados de testing e incluso
desarrollamos software. Formamos a las personas a
medida que van trabajando (learning by doing)”, afirma
Seineldin. Parten de la base de que los millennials
y centennials son nativos digitales, entonces se los
entrena para las funciones concretas a desarrollar y en
dos meses están operativos. Para sumarse a la empresa,
solo deben saber leer y escribir (por ahora no se les pide
que hayan terminado el secundario), estar familiarizados
con un smartphone y “muchas ganas de trabajar”.
Con operaciones en Buenos Aires, Rosario,
Montevideo y Medellín, Arbusta brinda servicios
de aseguramiento de calidad de software, datos e
interacciones (Data Services, Applications QA, Machine
Learning Training, Digital Interaction y Maquetación
Web). En su lista de clientes figuran empresas como
Mercado Libre, Disney, L’Oreal, bancos Comafi y Macro,
Natura, Fox Sports e YPF. El año pasado alcanzó una
facturación de casi 1,6 millones de dólares. También
tienen solicitudes de distintas partes del mundo, como
Asia o África, para replicar allí el modelo Arbusta en
contextos de fragilidad socioeconómica.
El emprendimiento está organizado en células de
trabajo -elásticas y adaptables- por proyecto, que
tienen el liderazgo de un referente técnico y un project
manager. Los jóvenes que se incorporan comienzan
con tareas de shadowing, siguiendo y aprendiendo
de los arbusters más avanzados, de modo que la
experiencia se va transmitiendo dentro del mismo
equipo. “La magia de esto es cómo armás esas células
para que la calidad del delivery del servicio se cumpla
y hasta exceda el contrato acordado con nuestros
clientes”, destaca Seineldin, quien apostó a un cambio
luego de haber realizado el camino tradicional con su
empresa Openware, que en 2008 fue adquirida por
Globant.
A medida que llegan nuevos clientes, se incorporan
más arbusters. Al día de hoy pasaron más de 500
personas, que llegan a través de las redes sociales o
del boca a boca. Al comienzo abrieron oficinas en los
barrios populares para su operación, pero hoy cuentan
con facilities propios. Hay una instancia de evaluación
virtual y presencial, luego pasan a formar parte de
nuestra nómina. La mayoría en un inicio trabaja part-
time. “Nosotros no tenemos el problema del sourcing
de personas de la industria, nuestro foco hoy está en la
sostenibilidad económica. Es un modelo que se logra
con clientes y proyectos como en cualquier empresa
del rubro”, dice el cofundador.
En Arbusta explican que, a diferencia de otras
compañías IT, no ponen el acento en “vender” talentos
individuales, sino en brindar servicios con SLA (Service
Level Agreement). Seineldin considera que “cuando hay
intenciones de trabajar y de mejorar tu contexto, hay
un foco y una camiseta muy muy fuerte que en otros
sectores socioeconómicos no los ves”. Casi todos los que
ingresaron sin haber terminado el secundario, lo hicieron,
y algunos empezaron estudios universitarios. A otros se
les abrieron nuevas oportunidades en otras empresas
tecnológicas.
Mientras el arbusto sigue creciendo, están llegando
a su punto de equilibrio financiero y preparan una ronda
de inversión para el próximo año para poder escalar el
modelo. En Arbusta también trabajan en un cambio del
modelo de gestión: “Queremos que sea una 'speak up
organization', es decir, que las decisiones se tomen de
manera transparente en todos lados; que si alguien tiene
una idea brillante pueda pasar la barrera natural de su jefe,
plantearla y ejecutarla”, remarca Seineldin. Y de hecho
pasó: mirando el trabajo de sus compañeros, un chico
desarrolló un dispositivo que lograba una productividad un
30% mayor; y terminó explicando cómo se usaba al área
de desarrollo de uno de los unicornios locales.
Para el año próximo preparan un libro sobre la
experiencia de Arbusta: “Es la diferencia entre la mirada
del asistencialismo y la mirada del desafío y de la
oportunidad”, sintetiza su director.
Federico Seineldin
Cofundador y director de Arbusta
El 95% de las 300 personas que conforman Arbusta son jóvenes que provienen de barrios populares, sin formación ni experiencia previa, y que tienen allí su primera oportunidad de empleo en el mundo IT”.
Arbusta
Arbusta
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Empresas con vocación sostenibleTe
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La inclusión financiera
En las paredes de las oficinas de Ualá sobresalen
algunas fotos del colapso económico de 2001. “Mucha
gente me dice que son depresivas, pero es de donde
venimos”, asegura Pierpaolo Barbieri, fundador de esta
fintech, que fue lanzada en octubre de 2017 con el
objetivo de mejorar la inclusión financiera en el país y
que dos años después ya contabiliza más de 1,2 millón
de tarjetas prepagas emitidas. El volumen de dinero que
se transacciona por medio de esta aplicación aumenta
mensualmente entre un 10 y un 15 por ciento.
Luego de doce años fuera del país, Barbieri decidió
regresar para poner en marcha este emprendimiento
con el “sueño” de reducir el alto porcentaje de personas
(más del 50%) que en Argentina solo pueden pagar en
efectivo porque no tienen acceso a la bancarización. En
equipo con colaboradores provenientes de la industria
tecnológica (ex Globant, Mercado Libre y Google) y del
sector financiero (Citi y JP Morgan), desarrollaron toda
la tecnología que demanda la app y los servicios que
brinda, firmaron un contrato con Mastercard y lograron
inversores de peso como Georges Soros, Goldman
Sachs y Tencent.
“Nosotros somos un país relativamente rico en
términos de PBI per cápita y sin embargo bastante
pobres en inclusión financiera. Entonces, la idea de
Ualá era crear una solución financiera que pudiera
llegar a la mayoría de la gente, bancarizada o no. Para
lograr eso teníamos que crear un producto diferencial
que atrajera a la gente al sistema. Cada vez que
alguien nos decía que era imposible, nos motivaba
un poco más”, recuerda Barbieri. Hoy el 3,5% de
Argentina es usuario de Ualá, con presencia en todas
las provincias.
Comenzaron con una tarjeta prepaga Mastercard,
sin costos de emisión, renovación, mantenimiento o
cierre. Y luego sumaron el pago de facturas con 4.000
servicios integrados, carga de saldo de celulares y
tarjeta SUBE, una herramienta de análisis de gastos y
la posibilidad de transferir y recibir dinero de cualquier
institución bancaria o fintech del país a través de la
interoperabilidad de la Clave Virtual Uniforme -Ualá
fue la primera fintech en habilitar CVU para ingreso
y egreso de dinero-. En marzo también comenzaron
a otorgar préstamos; llevan prestados más de 40
millones de pesos, que sale del flujo aportado por los
inversores, ya que no hacen intermediación financiera.
“Emitimos 5.000 tarjetas por día. Cada vez hay
más gente que quiere Ualá y nosotros hacemos lo que
nos piden los usuarios. Para nosotros eso es toda una
revolución. Darle tarjeta a todo el que la pida, romper la
barrera de que quien tiene crédito sea el que siempre tuvo
crédito”, remarca Barbieri. Y cuenta que los usuarios, a
veces de zonas más postergadas, suben a las redes fotos
cuando reciben su Ualá, que para muchos es la primera
tarjeta prepaga a la que pueden acceder. El efecto
multiplicador se da por el boca a boca y un fuerte trabajo
de marketing en redes sociales.
Todas las consultas e inquietudes de los usuarios son
respondidas por el personal de Ualá. El propio fundador,
de 32 años, es muy activo en su cuenta de Twitter. “Una
vez un cliente me dijo ‘la verdad es que no me resolviste
el problema, pero nunca había visto a un CEO de un
banco respondiendo algo’”, cuenta el joven emprendedor.
Además, abrieron un blog con contenidos de educación
financiera.
El 70% de los usuarios de Ualá tienen menos de 30
años, pero cada vez se suman personas de mayor edad.
Un 6% son extranjeros que encontraban trabas para abrir
cuentas bancarias en el país. También creció mucho el
número de clientes bancarizados que deciden operar
con Ualá, ya sea porque la tarjeta tiene un FX más bajo
por gastos en el exterior, para darle la mensualidad a
sus hijos sin recurrir al efectivo, o para abonar servicios
a personas que usan la app. La tasa de activación de
las tarjetas es casi el triple de la que poseen los bancos.
El 90% del dinero que se carga en Ualá se gasta en el
mes. “Yo quiero que el día de mañana cobres tu sueldo
en Ualá y que no tengas que ir a otro lado para proteger
tus ahorros. Quiero que tu vida financiera pase por Ualá”,
afirma Barbieri.
Ualá trabaja con 153 empleados, de los cuales 30
tienen acciones en la empresa (“es la mejor forma de
atraer y retener el mejor talento”, dice el fundador) y sigue
con planes de expansión. Barbieri sostiene que aún están
lejos de alcanzar la rentabilidad, pero que ya cubren todos
los salarios (la monetización surge de las comisiones por
el uso de la tarjeta y de la carga de celulares y servicios).
Desde Ualá quisieron saber la opinión de los usuarios
sobre la opción de convertirse en banco: “Una fintech
alemana que hizo lo nuestro se convirtió en banco cuando
llegó a un millón de usuarios y el nivel de confianza subió.
En Argentina hicimos el research y la confianza bajó. La
gente prefiere que no seamos banco”. •
Pierpaolo Barbieri
Fundador de Ualá
Para nosotros eso es toda una revolución. Darle tarjeta a todo el que la pida, romper la barrera de que quien tiene crédito sea el que siempre tuvo crédito”.
Ualá
Ualá
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Est
rate
gia
En un entorno de negocios cada vez más competitivo,
la organización que desarrolle innovación con mayor
aceleración y eficiencia será la que se mantenga
en carrera. Pero una de las consecuencias de este
mundo hiperconectado es que es difícil lograrlo solo
por su cuenta. De ahí que, cada vez más, las grandes
empresas están generando alianzas con startups y
emprendimientos para poder aprovechar sus fortalezas y
complementarlas con las propias.
La innovación abierta es un concepto que se le
atribuye a Henry Chesbrough, director ejecutivo del
Centro de Open Innovation de la Universidad de Berkeley,
en los Estados Unidos, a través de su libro de 2003 Open
Innovation - El nuevo imperativo para crear y ganar a partir
de la tecnología. Allí, explica que la innovación abierta
“asume que las compañías pueden y deben usar ideas
externas además de ideas internas, y caminos internos y
externos hacia el mercado (...) Las ideas valiosas pueden
venir de dentro o fuera de la compañía y pueden ir al
mercado también desde dentro o fuera de la compañía”.
Así, "open innovation" es un nuevo paradigma de
gestión que ve a la innovación como un sistema abierto.
Implica un cambio en la actitud y los procesos de las
empresas, siendo claves la apertura, la colaboración y
la búsqueda de la creatividad. “Para ser más rápidas,
las organizaciones tienen que ser más flexibles, porque
trabajan con una red de socios y partners más extensa,
tanto hacia arriba como hacia abajo de la cadena de
valor”, explica Nicolás Carusoni, socio de PwC Argentina.
A modo de comparación, el modelo tradicional que
primaba en el paradigma anterior era el de “innovación
cerrada”, en el que las iniciativas de Investigación y
Desarrollo (I&D) ocurrían de forma exclusiva con los
recursos (financieros e intelectuales) de la organización.
“Lo que cambió es que las compañías aceptaron que el
ritmo de cambio y la complejidad de este modelo implica
que ninguna organización tiene la cantidad suficiente de
personas o recursos para innovar solo por su cuenta”,
añade Ignacio Aquino, socio de PwC Argentina. Y, de
hecho, aunque las compañías cuenten con los recursos
económicos suficientes para pelear en un terreno invadido
por la transformación digital, sus estructuras grandes y
la cultura corporativa -a veces poco flexibles- hacen que
esa digitalización no pueda ir al ritmo que debería.
La estrategia que encontraron las grandes compañías
para apoyar el desarrollo de la innovación es mediante
la creación de incubadoras, la formación de fondos de
inversión o los concursos que buscan proyectos nuevos.
La ventaja, explican los expertos, es que así no solo se
promueve la innovación, sino que se financian las buenas
ideas y se garantiza que los servicios sean dados por las
startups que la firma apoyó y vio crecer. Es que la curva
de aprendizaje que atraviesan las organizaciones cuando
lanzan un producto o invierten en un proyecto se acelera
cuando se trabaja en conjunto, porque las firmas se
enriquecen de las experiencias de las otras.
Open innovation es el modelo de las grandes organizaciones para aprovechar el talento y la creatividad de los emprendedores. Una estrategia que se apoya en la sinergia con socios y aliados para seguir creciendo en épocas de gran competitividad.
Abrir el juego:partners en la innovación
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Abrir el juego: partners en la innovaciónE
stra
tegi
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A través del formato de incubadoras, por ejemplo,
los emprendedores pueden empezar sus proyectos
con el apoyo de una compañía multinacional, pueden
conocer de primera mano las demandas del mercado
potencial y también aprovechar las capacitaciones
que dé la incubadora. Todo esto, sin contar el apoyo
económico para darle el puntapié inicial al startup.
Una de las pioneras en el modelo de desarrollo
de incubadoras fue Telefónica, con la creación de
Wayra, una aceleradora de iniciativas con foco en
emprendimientos tecnológicos para sumar a sus
equipos de trabajo internos. Otra organización que
siguió un modelo similar es Cervecería y Maltería
Quilmes, con su aceleradora Eklos, gestada para
potenciar talentos con apoyo de herramientas
tecnológicas y de gestión, que selecciona proyectos
vinculados al consumo masivo (a cambio de una
participación accionaria) que son acelerados junto con
Endeavor Argentina. Globant, uno de los unicornios
argentinos, tiene Global Ventures, su propia aceleradora
de proyectos externos de alto impacto. Mismo
esquema sigue el Grupo Sancor Seguros con Cites,
que se inspira en el modelo israelí e invierte a cambio
de una participación, y también tiene un fondo de riesgo
(venture capital). Mercado Libre, por su parte, cuenta con
MeliFund.
Premiar la innovación
Una de las compañías que decidió incursionar en
este tipo de iniciativas es CCU, empresa multicategoría
de bebidas. La firma lanzó Innpacta, su programa de
innovación abierta, que se enmarca en el objetivo de
innovación que CCU definió como prioritario en su
plan estratégico. “Estamos desarrollando una cultura
interna de innovación y, al mismo tiempo, trabajando
con iniciativas y startups para modificar procesos,
implementar nuevos negocios y agilizar procesos de
toma de decisiones”, explica Juan Pablo Barrale, gerente
de Asuntos Corporativos de CCU Argentina.
Innpacta está transitando su primera edición
regional, con más de 300 postulantes en la Argentina
y Chile, con soluciones en cuatro verticales definidos
como estratégicos: insights del cliente/consumidor,
logística, ventas, y ecodiseño y medioambiente. Con
Innpacta, la organización busca generar “cambios
reales” en la industria para avanzar de forma ágil en la
implementación de nuevos proyectos, entender mejor a
los clientes y consumidores y ser más eficientes en los
procesos de venta y logística, en el marco de su visión
de ser una compañía de impacto sustentable.
El mundo startup nos complementa con ideas innovadoras, facilidad para adaptarse al entorno digital, flexibilidad en los procesos y creatividad, entre otras cosas”.
Juan Pablo Barrale
Gerente de Asuntos Corporativos de CCU Argentina
La misión de esta iniciativa, en palabras de
Barrale, es “promover el talento emprendedor en la
región, apoyando estratégicamente a emprendedores
de alto impacto para lograr sinergias con nuestra
compañía”. Esto encaja con la visión, que es ponerse
a la vanguardia de la innovación en el mundo de las
bebidas a través de la vinculación entre el ecosistema
emprendedor y CCU, estimulando y potenciando la
relación entre ambos.
Si bien por el momento CCU no realizó inversiones
de capital en startups, a través de Innpacta busca
seleccionar y potenciar proyectos desarrollados
por startups y emprendedores que, por medio de
sus negocios, generen innovación y desarrollos
tecnológicos en la industria de bebidas. Los
seleccionados tendrán, en primera instancia, acceso
a sesiones de capacitación brindadas por expertos de
Endeavor en diferentes temáticas de emprendedorismo.
Además, el proyecto ganador recibirá un viaje a un
festival internacional de innovación, la oportunidad
de formar parte del proceso de innovación de CCU y
10.000 dólares para utilizar en su emprendimiento.
A la hora de analizar un potencial startup o
emprendimiento en el cual invertir, la organización mira
distintos aspectos. Por un lado, el estadío del proyecto:
esto es, la madurez en el desarrollo del producto o
servicio, el nivel de ingresos, el equipo y la cantidad de
empleados. Pero también, la innovación y la creatividad:
¿Tiene potencial de generar cambios en su industria? ¿El
modelo de negocios presenta rasgos innovadores con
relación a otros? ¿Cuáles son sus ventajas competitivas?
Y, por último, el potencial del negocio (oportunidad
de mercado, estrategia y escalabilidad) y la iniciativa
emprendedora (tener energía, pasión y persistencia para
convertir la idea de negocio en una historia de éxito).
La sinergia entre las grandes organizaciones y los
emprendimientos solo tiene consecuencias positivas,
según Barrale: “Las grandes compañías poseen recursos
como capacidad productiva, capital económico,
experiencia y recursos materiales. El mundo startup
nos complementa con ideas innovadoras, facilidad para
adaptarse al entorno digital y a las nuevas tecnologías,
flexibilidad en los procesos, creatividad y alternativas en
los modelos de negocio, entre otras cosas”. Del otro lado,
las empresas pueden brindarles a estos emprendimientos
la posibilidad de hacer realidad las ideas innovadoras y
moldearlas a partir de la experiencia para combinar las
virtudes de ambas partes. Pero en CCU tampoco falta la
visión que apunta a impulsar a los intraemprendedores.
Así, la firma se encuentra trabajando en Despegá,
un programa para estimular la generación de ideas,
mentorearlas e implementarlas, como otro camino para
generar un impacto innovador en la industria. •
Lanzamiento de Innpacta en Salta
CCU
CCU
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Pan
oram
a lo
cal
Oportunidades para
crecer desde lascomunidades locales
Tiempo atrás Mariano Mayer no se habría imaginado
que ocuparía un despacho en esa mole de oficinas
públicas ubicada en Julio Argentino Roca 651, al que
supo visualizar como un espacio más de la burocracia
estatal. Sin embargo, ya hace seis años que decidió
aceptar el reto de generar valor desde lo público:
primero se sumó al equipo de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, y luego se convirtió en el secretario de
Emprendedores y PyMEs de la Nación.
En una conversación exclusiva con eye to eye,
el funcionario que impulsó la Ley de Economía del
Conocimiento asegura que hay que pensar la economía
argentina mirando los talentos regionales, que producirán
un gran impacto en los próximos años como generadores
de valor y puestos de trabajo. Además, el Estado ocupará
un rol clave como evangelizador y facilitador para que el
ecosistema emprendedor siga creciendo.
¿Cómo fue el paso del sector emprendedor
privado al ámbito público? ¿Por qué ir a un sector
más asociado con las trabas burocráticas que con la
promoción de la actividad?
Esa fue la pregunta que me hice cuando me
ofrecieron empezar a trabajar en la Ciudad de Buenos
Aires. Hacía 13 años que me desarrollaba en el
ecosistema emprendedor y por ese entonces yo no
contaba con la mirada de las políticas públicas para
el sector. Así que empecé a conversar con colegas y
amigos, y comprendí que en muchos países el Estado
tuvo y tiene un rol en el desarrollo de los ecosistemas
emprendedores y, a su vez, en las economías de esas
naciones.
Hay mucha bibliografía al respecto, pero hay un
libro en especial, que es como la biblia del tema, que
se llama Boulevard of Broken Dreams, de Josh Lerner.
Entrevista a Mariano MayerSecretario de Emprendedores y PyMEs de la Nación
Este libro recopila políticas públicas de fomento del
emprendedorismo -en muchos casos fallidas-, sobre
todo de los diversos temas que hay para desarrollar un
ecosistema, y en especial el más complejo de todos,
que es el del financiamiento y el desarrollo del capital
emprendedor. En este último punto es donde hay más
posibilidades para que resalte el rol del Estado.
Un ejemplo de esto es Silicon Valley, en Estados
Unidos. A primera vista, no se asocia con el Estado,
sino con el sector privado. Pero, si se investiga un
poco, se observa que el Estado tuvo un rol fundamental
generando regulación que fomentó la inversión, y
promoviendo el desarrollo de alguna tecnología que
terminaron aprovechando los privados.
Actualmente, quizás sea Israel el caso más
paradigmático. Israel tenía una situación económica
muy grave, y desde la política pública decidieron
fomentar el sector privado, la innovación. Se planificó,
se arrancó y salió mal. Pero dos años después lo
mejoraron y probaron de nuevo, y ahí salió bien. A partir
de esto, un montón de países intentaron replicar el
modelo de Israel.
¿Y en Argentina?
Por un lado, no podíamos copiar lo que hicieron
otros países; por el otro, entendimos que la
intervención del Estado tenía que ser para agregar
valor, sin distorsionar el mercado. Tuvimos un buen
aprendizaje en la Ciudad de Buenos Aires, donde
sucedían muchas cosas, en alguna medida mérito
de políticas públicas. Pero en la Ciudad teníamos de
todo -cuatro unicornios, el PBI per cápita más alto-, y
trasladar ese modelo a la Nación presentaba el desafío
de la heterogeneidad del país.
Entonces decidimos juntarnos con todos los que
hicieron políticas públicas en el mundo, tomamos
ese conocimiento y construimos con el ecosistema
emprendedor de la Argentina una política para agregar
valor y cocrear con el ecosistema. Diseñamos un
plan, vimos claramente que lo primero que tenía que
hacer el Estado era mejorar las reglas de juego, y
por eso empezamos con la Ley PyMEs y la Ley de
Emprendedores, y tratamos de mejorar situaciones
en donde veníamos muy atrasados: desde iniciar una
sociedad, hasta alcanzar el financiamiento necesario para
emprender.
El financiamiento es siempre un tema complejo en la
Argentina, por eso nosotros planteamos un combo del
modelo israelí, que es el de coinversión pública y privada,
y el americano, que es el del incentivo fiscal. Pero,
además, le sumamos un fenómeno más nuevo, que es el
crowdfunding.
Pero eso es solo una parte. Hay muchas otras áreas
en donde el Estado puede ayudar al ecosistema, con
diferencias según las provincias y las ciudades. Por eso
buscamos que los programas tengan sostenibilidad y
que desarrollen capacidades locales, que es uno de los
grandes temas de las políticas públicas, porque es la
única forma de lograr escala.
¿Las políticas públicas tienen que generar el
ámbito o brindar las herramientas?
Muchas políticas públicas son push; vos tratás de
desarrollar. A nosotros nos gusta que sean los mismos
emprendedores los que pidan, los que se junten con el
intendente, y que las cosas se vayan haciendo a partir
de una demanda cierta. Ahí aparece la gente que se fue
capacitando, que te ayuda a pensar nuevas herramientas.
¿Cómo se hace cuando el entorno no tiene la
escala?
Es un mix entre las herramientas y el conocimiento
que se pueden aportar desde el gobierno nacional y
desde la comunidad misma, que es la que más conoce
y puede identificar y desarrollar las capacidades locales,
conoce a los actores y tiene poder de atracción.
¿Y la continuidad?
Esa fue otra de las premisas que nos planteamos.
Todo lo que hacemos tiene que tener institucionalidad. El
plan Argentina Emprende no puede depender de quien
esté a cargo de la SEPYME o del Gobierno. Esto tiene
que tener sostenibilidad y ser una política de Estado. Y la
única manera de hacerlo es logrando que los gobiernos
provinciales y la sociedad civil se adueñen de estos
temas.
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Oportunidades para crecer desde las comunidades localesP
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ama
loca
l
Igualdad de oportunidades para crecer desde las comunidades locales
El secretario de Emprendedores y PyMEs de la
Nación señala que cada región tiene sus propios talentos
en el ámbito emprendedor, y destaca que el Estado debe
tenerlo especialmente en cuenta a la hora de pensar
políticas públicas sostenibles.
¿Hubo que evangelizar en el sector público?
Claro, hay que trabajar sobre los funcionarios
para que se convenzan. Pero también hay que darles
herramientas para que ellos mismos puedan desarrollar
un plan a diez años del ecosistema emprendedor, para
que utilicen su capacidad de convocar y puedan sumar
a la sociedad civil y encontrarle la impronta a cada
comunidad.
¿Hay alguna particularidad del ecosistema local
que hace que el emprendedor argentino sea diferente
al resto?
Con todos estos cambios y modificaciones se fue
gestando un nuevo ADN emprendedor en la Argentina,
que está conformado por un mix entre el tecnológico
y las distintas economías regionales. Pero no puede
aplicarse una única receta. Ciudades para emprender fue
eso; Clubes de emprendedores fue en la misma línea y
es algo super simbólico: a veces, un punto fundamental
para emprender es contar con un lugar físico para
reunirse; en la Argentina ese espacio lo ocuparon
tradicionalmente los clubes, y por eso le pusimos ese
nombre. Hoy ya tenemos 54 clubes de emprendedores.
Más allá del financiamiento, que es lo más importante, lograr organización y funcionar como un ecosistema son aspectos muy valiosos”.
¿Qué hace falta?
Que en cada uno de los más de 2.000 municipios
haya un marco regulatorio acorde, acceso a la
formación, al financiamiento, a redes. Nuestro
objetivo de máxima fue ese. Si logramos que eso
suceda en toda la Argentina, vamos a tener otro país.
Pero se perdió mucho tiempo y cuando arrancamos
ya estábamos tarde. Que una provincia, ciudad o
pueblo tenga o no estas posibilidades, hace que la
diferencia sea abismal. Con la Ley de Economía del
Conocimiento, mayor conectividad y gente con ganas,
deberíamos lograr que haya más emprendimientos.
¿Cómo se deberían pensar las políticas
públicas, mirando los próximos 20 años?
Hay una discusión respecto de si el Estado tiene
que elegir entre sectores o dejar que lo hagan los
privados. Desde la gestión pública se observa que
la Argentina tiene posibilidades en ciertas industrias,
como las fintech o las creativas, pero eso casi que
se va dando. Entiendo que la política pública debería
profundizar lo hecho. Hay programas en marcha que
no deberían parar hasta que en todos los municipios
no haya un ecosistema emprendedor, para que haya
igualdad de oportunidades.
Esto también incluye lo regulatorio. Los programas
de financiamiento tienen que crecer bastante. Se
hicieron pruebas piloto con aceleradoras y fondos, pero
deberían crecer con esta modalidad público-privada
que ya lograron varios países. Y hay que aprovechar
la Ley de Economía del Conocimiento, no solo en lo
Pensando en los cambios constantes que tiene la
Argentina, ¿la institucionalización de los programas le
brinda organización al sistema?
Sí. Más allá del financiamiento, que es lo más
importante, lograr organización y funcionar como un
ecosistema son aspectos muy valiosos. Dejar gente que
tenga la capacidad de empujar en su comunidad tendrá
impactos que se van a ver dentro de unos años, pero va
a ser algo muy grande. Un emprendedor transforma la
comunidad, y no solo desde lo económico.
¿Y el financiamiento?
El financiamiento no es menor. Hoy tenés un programa
que es clave para los emprendedores dinámicos, que
son los que más capacidad de generación de empleo
tienen, con proyectos globales. Vas desarrollando clusters
y ecosistemas que se conocen, se pasan información y
se ayudan. Si a eso le sumás una Ley de Economía del
Conocimiento y programas de financiamiento, sembraste.
Con frecuencia, hablás de talentos regionales. ¿A
qué te referís, concretamente?
Tiene que ver con dos cosas. La primera, que hay
que entender que hay talentos en todas las regiones;
y la segunda, que, así como hablamos de economías
regionales, nosotros nos referimos a talentos regionales.
En este punto, nuestro desafío principal siempre fue
lograr igualdad de oportunidades, y eso implica que
cualquier persona que tenga talento, esfuerzo y quiera
emprender, lo pueda hacer. Eso no era una realidad; hoy
estamos más cerca.
que hace al sector específico, sino también ayudando
la transformación digital del resto de los sectores. Creo
que el del conocimiento es el sector que más impacto
va a tener y que mejor le va a hacer a la Argentina. Si
logramos que el clúster tecnológico de Córdoba trabaje
con el automotriz, o el de maquinaria agrícola o el de
biotecnología, con el de alimentos, habremos generado
todo un nuevo sector de la economía. •
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Desde hace 20 años PwC Argentina acompaña el
desarrollo de los emprendedores, promoviendo acciones
con los diferentes actores del ecosistema. En una
charla con eye to eye, Martín Barbafina, Ignacio Aquino
y Nicolás Carusoni, socios de la firma, comparten sus
experiencias de la interacción con la comunidad de
emprendedores y destacan su potencial para el futuro
del país.
En los últimos años el ecosistema emprendedor
argentino evolucionó fuertemente y se consolidó.
¿Cuál creen que es su relevancia para un contexto
más amplio?
Martín Barbafina (MB): El mundo emprendedor y
sus valores asociados, como la cultura emprendedora,
la generación de nuevos negocios y oportunidades, o la
innovación, representan una fuente muy importante de
empleo y un motor para el desarrollo de nuestro país.
Y cuando digo esto no estoy pensando solamente en
los resultados logrados, sino desde una visión de largo
plazo: creemos en la relevancia de este ecosistema para
la economía argentina; creemos en la importancia de una
Pyme para que el país crezca, se consolide y avance.
¿Cómo se integra una firma como PwC Argentina
al ecosistema emprendedor local?
MB: Aportamos nuestro conocimiento y apoyo
a diferentes iniciativas asociadas con ecosistemas
emprendedores, que afortunadamente son muchas.
Entre ellas, brindamos soporte a Endeavor desde
su nacimiento en 1998, organización pionera en el
desarrollo de emprendedores. Con ellos empezamos a
trabajar con el objetivo de asegurar la transparencia en
el uso de los fondos que la fundación recibía. Pero luego
nos propusimos ayudar a los emprendedores de manera
más directa, desde nuestras diferentes especialidades.
Y considero que actualmente es ésta nuestra principal
contribución, invirtiendo horas y mentoreo a través de
nuestros especialistas. También participamos como
sponsors y oradores en los eventos que Endeavor
organiza en todo el país.
Ignacio Aquino (IA): Acompañamos a cada
emprendedor en la evolución de los emprendimientos,
desde su concepción hasta su maduración como una
compañía desarrollada. Participamos en mentorías,
así como también como panelistas en los procesos de
selección de emprendedores que Endeavor realiza a nivel
nacional e internacional.
En estos años hemos tenido la oportunidad de
trabajar con muchos emprendedores y compartir
con ellos la experiencia que obtuvimos a partir del
asesoramiento que brindamos a distintas empresas del
mercado argentino y del exterior, porque nos integramos
a una comunidad que tiene mucho espíritu colaborativo,
que crece y se desarrolla inspirándose unos en otros.
Nicolás Carusoni (NC): Con esta visión, hemos
estado trabajando en conjunto con uno de los actores
de este ecosistema del ámbito público, en cuestiones
que tienen que ver con el consenso de normativas y
regulaciones que promueven el desarrollo, como la Ley de
Emprendedores o la Ley de Economía del Conocimiento,
dos herramientas muy valiosas de cara
al futuro.
¿En qué áreas se enfocan para transformar
emprendimientos en empresas?
IA: En el desarrollo de sus negocios, en sus planes
de expansión. Con frecuencia nos consultan cómo
convertir una idea en un plan de negocios, cuánto vale el
emprendimiento, cómo hacer para que crezca y escale.
También los asistimos en la búsqueda de inversores,
encontrar la mejor forma de financiamiento o las
estrategias para encarar una transacción.
NC: Nos motiva trabajar con emprendedores que
tengan una visión global que, en definitiva, es lo que
Argentina necesita: exportar conocimiento y productos
al mundo. Un claro ejemplo de ello es que aportamos
capacitación, los ayudamos con distintos tipos de
procesos y cuestiones que no siempre están en la agenda
inicial de los proyectos, pero que son indispensables para
crecer con solidez y en forma planificada.
¿Cuáles son esos procesos?
NC: Aquellos que posibilitan estar organizados y
generar información para la toma de decisiones. Muchos
emprendedores se enfocan en su idea y en cómo hacer
su negocio, pero se olvidan del back office, de sus
sistemas y sus procesos a fin de contar con información
relevante para corregir acciones y tomar decisiones
acertadas.
Con la experiencia de estos años de
acompañamiento, ¿qué evolución destacarían
respecto del ecosistema emprendedor?
IA: El ecosistema ha venido evolucionando de
manera muy rápida. Recuerdo que las primeras
reuniones en las que participamos éramos menos,
pero hemos podido ser testigos de cómo la actividad
emprendedora ha crecido año tras año, a partir de los
esfuerzos y el apoyo de los distintos miembros del
ecosistema emprendedor: instituciones como Endeavor,
empresas como PwC, compañías reconocidas que en
algún momento emprendieron, el Estado, y lógicamente,
los emprendedores.
MB: Fuimos testigos de cómo creció, alcanzó su
auge y generó empresas, que a su vez generaron empleo
y riqueza, convirtiéndose en un proceso virtuoso. Y los
primeros protagonistas son los que hoy están dando
soporte a los más nuevos, construyendo comunidad.
Hoy es un must que cualquier organización piense en
los emprendedores y en cómo brindarles soporte e
integrarlos a sus propios negocios.
NC: En este contexto, notamos que los
emprendedores están cada vez más integrados con
las empresas tradicionales. La capacidad que tienen
para crear productos y su celeridad en los procesos
de innovación representan un enorme valor para las
compañías tradicionales. •
Visión global, facilitadores del crecimiento y socios estratégicos para la toma de decisiones
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De izquierda a derecha, Nicolás Carusoni, Martín Barbafina e Ignacio Aquino, socios de PwC Argentina
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Com
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Un sueño
hecho realidadde un siglo
A 3.500 metros sobre el nivel del mar, en la Puna
andina, la Hilandería Warmi guarda una leyenda épica
de tradición, identidad y cultura: cuando se persevera,
transformar la realidad es posible. Con casi 100 años
de historia, la hilandería que lideran la asociación de
mujeres coyas Warmi Sayajsunqo en conjunto con el
emprendedor Juan Collado se consolidó como una
referencia de empresa social, a partir de la producción
de piezas textiles de lujo, realizadas por manos jujeñas
de culturas ancestrales y milenarias. Ubicada en Abra
Pampa, a unos 200 kilómetros de San Salvador de
Jujuy, la textil produce mantas, ponchos, ruanas y
colchas que se tejen con fibra de llama, ese habitante
de las cadenas montañosas que para las comunidades
del altiplano argentino encarna una función simbólica.
La hilandería fue creada hace un siglo, como
iniciativa del gobierno de la provincia de Jujuy para
revalorizar la identidad y colaborar con el desarrollo
socioeconómico de la zona. Sin embargo, no pudo
abrir sus puertas: nadie había previsto que esa
infraestructura de grandes máquinas era inviable en
la aislada Puna de la década del 20. Treinta años
después –en 1950– una sociedad público-privada
trasladó las máquinas a la capital jujeña y puso en
marcha el proceso productivo. El emprendimiento fue
cambiando de dueños, hasta que fue recuperado por
el emprendedor salteño Juan Collado y la asociación
Warmi Sayajsunqo, que en quechua significa mujeres
perseverantes, liderada por Rosario Quispe.
Podría decirse que dieron vuelta la página, pero más
justo es reconocer que juntos empezaron a escribir una
nueva historia: la proyección internacional de una marca
textil sustentable y en armonía con el ecosistema, en
sintonía con la cosmovisión de las comunidades andinas
de la Puna.
En 2013 pusieron manos a la obra. Desde entonces,
crearon más empleos -la gran demanda de la zona- y
en 2016 vieron los primeros resultados: una producción
récord de más de 13.500 prendas. Y comenzaron a
exportar: Australia ya es un destino comercial periódico
y Estados Unidos se sumó en 2018. Con el aporte
de importantes socios, como Marcos Galperin, Roby
Souviron, Gustavo Grobocopatel, Paula Marra, Hugo
Sigman, Silvia Gold, Claudio Drescher, Alejandro
Gorodisch, Diego Pando y Teddy Karagozian, entre otros,
consolidaron una marca premium con identidad propia.
“Warmi no solo hace mantas y ponchos de llama u
oveja; Warmi busca cambiar la forma de pensar. Queremos
transformar una manera de hacer las cosas y el sueño es
grande: queremos ser la empresa social en el rubro textil
más importante del mundo”, afirma Collado, quien además
es cofundador de Grupo Tapebicua -dedicado al sector
foresto-industrial- y miembro de la Fundación Endeavor
Argentina y del movimiento Sistema B.
Como lo soñaban desde hace un siglo las mujeres
warmi, en 2019 la hilandería volvió al territorio puneño,
en Abra Pampa, lo más alto de la provincia, y logró
certificarse como Empresa B por su impacto social.
"Todo esto ha sido posible gracias a la labor incansable y
comprometida de todo un equipo magnífico que trabaja en
la hilandería", repasa orgulloso Collado.
Un emprendimiento. Un gran propósito
Hilandería Warmi es una empresa comercial con un
propósito social, porque tiene como objetivo “recuperar
saberes y valores” en un territorio donde prácticamente
no hay empresas, lo que “ya en sí mismo es una
épica gigantesca, pero además desde el principio
nos propusimos que cualquier utilidad que genere
sería destinada a acrecentar el impacto positivo del
emprendimiento o a financiar proyectos de desarrollo
comunitario, lo que significa que ninguno de los
aportantes retira utilidades”, explica Collado.
El empresario conoció a las mujeres warmi a través
del médico y emprendedor social Jorge Gronda, cuando
estaba armando el directorio de Endeavor NOA. Fue a
partir de ese contacto en común que Collado y Rosario
Quispe supieron uno del otro. Él la recuerda siempre
con una carpeta bajo el brazo, esté donde esté. Un día,
Rosario lo vio en un congreso al que ambos asistían
como conferencistas, se le acercó y le dijo: “Don Juan, ya
que lo veo le dejo esta carpetita” -sus hojas guardaban
los devenires de la hilandería-. “Es un proyecto central
para las comunidades, estamos buscando cómo hacerlo
realidad después de 100 años”, sentenció la líder de las
Warmi Sayajsunqo.
Inspirado en su propia historia como salteño, que
lo llevó a conocer la dualidad que enfrentan esas
geografías, repletas de bellezas entre valles y quebradas,
pero subsumidas en los mayores índices de pobreza,
Collado no dudó: hacía tiempo que la idea de asumir
la responsabilidad de un gran propósito repiqueteaba
en su cabeza: “Los emprendedores somos personas
que tenemos pasión por resolver problemas, de alguna
forma siempre estamos mirando qué crear para resolver
algo”, reflexiona.
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Un sueño de un siglo hecho realidad
¿Por qué la Puna para llevar adelante una empresa
con esta vocación social?
Por mi historia familiar y como salteño, siempre dije
que quería encontrar un emprendimiento como forma de
compartir y ayudar. Cuando me invitan a ser parte del
directorio Endeavor me fasciné, porque es una plataforma
maravillosa para contagiar, inspirar y, encima, era para
llevarla a mi región, para generar cambio y transformación.
El Norte es históricamente la zona más pobre de la
Argentina. Así como Salta y Jujuy son las provincias más
lindas que tenemos y con mayores recursos potenciales
de riqueza, minería, petróleo, gas, energías renovables,
paisajes, turismo, litio, agroproducción, también tenemos
números de pobreza que van entre el 30% y el 50%,
según cómo lo mires, ya sea por ingreso, condiciones
habitacionales, etcétera.
Más allá de fomentar el emprendedorismo como
un estilo de vida que transforma, genera bienestar
colectivo, empleo, valor, impuestos y otro nivel de
capital social en una comunidad, siempre supe que
quería un emprendimiento emblemático. Eso fue y es la
hilandería: aun en la zona más pobre de la Argentina se
puede hacer algo que trascienda e inspire a otros, con
un plan de escala.
El proyecto supuso un diálogo intercultural
entre comunidades muy distintas. ¿Qué dificultades
tuvieron?
La Hilandería Warmi es un proyecto de riesgo y
crudeza. Desde afuera, se ve todo muy lindo, romántico,
inspirador, pero es durísimo porque estás trabajando
sobre 500 años de desconfianza, rompiendo centurias de
un mundo andino pisoteado, subvalorado, abandonado.
Todos los días intentamos construir un puente, validándolo
con hechos, donde avanzás tres pasos y retrocedes uno,
avanzás cuatro y retrocedés cinco, y así. ¿Pero en qué
se sostiene? En una mirada común y en el interés de unir
dos mundos con un propósito superior. Y reconociendo
que en la cultura Inca y Pre Incaica tenemos una reserva
de aprendizaje, como el respeto por el medio ambiente,
por la Pachamama y sus ciclos.
¿Y cómo fue la implementación de la fábrica en
Abra Pampa, a 3.500 metros de altura?
Una de las primeras cosas que me proponía Rosario
era llevar la hilandería a la Puna; pero eso no es algo
que se hace así nomás. Primero había que hacer una
empresa que funcione, desarrollar una marca, desarrollar
canales comerciales; y después pensar si era factible ir
allá arriba, si tenés la energía suficiente. Pero siempre
estuvo presente esto de cumplir el sueño de hace 100
años, que estuvo latiendo en el inconsciente de las
comunidades andinas. En marzo de este año, después
de un siglo, gran parte del proceso productivo comenzó a
trabajar en Abra Pampa.
¿Qué moviliza socialmente Warmi?
Trabajar con comunidades en pobreza, donde se
abusa de la asimetría para vender sus recursos, como ha
pasado siempre con la fibra de llama, que compradores
de afuera pagan con un paquete de arroz, porque no
hay un mercado transparente. La llama acompañó a las
comunidades andinas en los últimos quince mil años,
cumpliendo un rol fundamental. La marca de Warmi -que
son dos llamitas- busca expresar lo que significa para
estas comunidades. En este sentido, es un proyecto que
ancla perfectamente en un desarrollo de transformación
social, porque al empezar a generar una cadena de
valores, a transparentar, a frenar el abuso, lo que estás
generando es un comercio justo, con innovación social.
Rosario Quispe
Rosario Quispe es la cara visible de la asociación
Warmi Sayajsunqo, un grupo de mujeres de la Puna
que se unieron hace 25 años para transformar
la calidad de vida de las casi 90 comunidades
coyas del norte del país, a través de un modelo
de desarrollo de proyectos de producción, salud y
educación. “Creamos la Warmi con el objetivo de
generar fuentes de trabajo para que la gente no se
fuera a las ciudades y salir de la pobreza”, suele
explicar Rosario.
La recuperación de la mítica Hilandería Warmi fue
un eslabón clave en ese sueño de transformación
social para quienes viven en el altiplano, en
condiciones climáticas extremas, donde hay días que
la temperatura desciende a los 15 grados bajo cero.
“Que hoy nuestros productos realizados con una
técnica milenaria y hermosa, que viene de nuestros
abuelos, lleguen a Estados Unidos es la puerta
abierta al mundo, no solo para la asociación Warmi
sino para toda la gente de la Puna”.
Nacida en el corazón de la Puna jujeña, en
Abra Pampa, Quispe recorre el mundo y el país
buscando oportunidades para su pueblo, con un
objetivo trascendental: evitar que las comunidades
del altiplano se desintegren o desaparezcan por las
migraciones de las generaciones más jóvenes. Y
así logró -por ejemplo- que se fundara la primera
universidad del Norte del país, la cual ya graduó a
sus primeros universitarios. “Puedo decirles que
hay familias que se quedaron, se quedarán y sus
nietos se seguirán quedando en la Puna, gracias
a los proyectos que desarrollamos, pero también
gracias a la confianza que le han puesto a nuestra
asociación”, celebra.
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Warmi
¿Cómo se logra la escala global?
El mayor sentido del rol de los socios fundadores
fue generar un vínculo y una mirada global que entiende
que trabajando junto a las comunidades podemos
agregar el mayor valor en origen, escala y volumen.
Empezamos chiquititos y de a poco vamos creciendo,
vamos involucrando a más familias de productores y
logrando un mejor producto, para ponerlo en mercados
más demandantes que puedan pagar un precio
más alto. Nuestro nicho es el del lujo sustentable, de
adquisición de un producto premium, donde no importa
tanto el precio sino lo que hay detrás del precio. No
es tanto un proyecto de volumen, sino un proyecto de
impacto que tiene como objetivo un producto de calidad
y excelencia, hecho para un consumidor global con
sensibilidad y conciencia, que con su poder de compra
está cambiando vidas. Es un abrigo de calidad que
transforma una comunidad.
Juan Collado
“Soy salteño porque me siento muy afincado
a los valores de mi tierra, la más conectada con la
cosmovisión de culturas ancestrales, y eso confluye
en una sensibilidad muy particular”. Sus orígenes
-madre maestra, padre periodista, cuatro hermanos,
una casa en la que “nunca faltó, pero tampoco sobró
nada”- son los ojos con los que Juan Collado mira
su pasado y su presente. “Mi vieja se formó con los
Jesuitas, antes de que los expulsaran de Salta, y yo
soy fanático, no del punto de vista religioso, sino por
la mentalidad: fueron la primera compañía global,
mucho antes de la globalización”.
Estudió economía en Buenos Aires, trabajó
de cadete y “de todo lo que se te ocurra”. Tenía
veintipico de años y desconocía de empresas,
como desconocía de hilos antes de la Warmi; sin
embargo, confiaba en la inquietud como instinto para
“progresar”. Su primera iniciativa fue un locutorio, en
el medio armó una web que no llegó a salir. “Como
emprendedor se va aprendiendo y hay que animarse.
Dudo mucho del que va de una y le sale todo
perfecto, no existen esos cuentos. El emprendedor
es un ser humano de carne y hueso, con una
resiliencia particular; tiene que estar muy plástico
para desaprender y aprender rápido”, dice.
A mediados de los 90, un amigo suyo que
había heredado un campo en Mendoza, lo llamó y
le propuso armar algo. Collado vio la oportunidad
y se metió en el tema, evaluó el terreno, sus
capacidades. En ese entonces, “había salido la
Ley de Promoción Forestal y me di cuenta de que
Argentina, así como era un top 3 a nivel global
para producir proteínas, leche o carne, también lo
era para el sector forestal; que podríamos cultivar
sustentablemente árboles para tener una cadena
de valor integrada y generar productos de alto
valor. Esto es grupo Tapebicua”. Después de siete
años, en 2005 abrió la empresa y desde ahí todo
fue “vértigo”: en 18 meses, compraron campos
forestales, aserraderos, compañías -como Celulosa
Argentina- y de un equipo de tres personas,
pasaron a ser 2.000.
Un sueño de un siglo hecho realidadC
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