Habitando el Mundo, por marijose Recalde

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Catálogo del proyecto y de la exposición Habitando el Mundo

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marijose Recalde

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Para Silvina y la gente cercana que le ha dado calor todos estos años.

Textos: Anna Adell María José Aranzasti Lola Durán Úcar Juan Sukilbide

Fotografías: Berta Bunzunariz Juan Sukilbide

Diseño: marijose Recalde

Impresión: Gráficas Lizarra.

DL NA 2073 2014

Financiado por el Gobierno de Navarra.

Dibujo de la portada:

Francisco Javier Recalde Calvo. 1935.

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Marijose Recalde, otro mundo posible o el derecho a delirar

Anna Adell

La crítica del arte más simplista tiende a dividir a la creación contemporánea en dos categorías: los revolucionarios y los decoradores o artesanos. Uno de los personajes de La posibilidad de una isla, novela de Michel Houllebecq, recoge este juicio para darle la vuelta: si “los revolucionarios son aquellos capaces de asumir la brutalidad del mundo y responderle con mayor brutalidad aún [...] puede que en el fondo los decoradores sean más ambiciosos”. El artista cáustico y corrosivo “no transforma el mundo sino que lo hace más aceptable convirtiendo la violencia, necesaria para cualquier acción revolucionaria, en risa”.

Retomando el hilo de este pensamiento, ¿no sería más conformista aquél que deliberadamente busca la provocación que aquél otro que prefiere materializar sus sueños sobre otro mundo posible? ¿Se evade de la realidad aquél que ha decidido crear un microcosmos en el que sólo existe felicidad?

Marijose Recalde pertenece al segundo grupo, al de los artistas que no se privan del derecho a delirar, parafraseando a Eduardo Galeano: ¿Qué tal si deliramos por un ratito?¿Qué tal si clavamos los ojos más allá de la infamia para adivinar otro mundo posible? El aire estará limpio de todo veneno que no provenga de los miedos humanos y de las humanas pasiones. En las calles los automóviles serán aplastados por los perros [...] Se incorporará a los códigos penales el delito de estupidez que cometen quienes viven por tener o por ganar, en vez de vivir por vivir no más, como canta el pájaro sin saber que canta y como juega el niño sin saber que juega. Nadie vivirá para trabajar pero todos trabajaremos para vivir. La comida no será una mercancía ni la comunicación un negocio, porque la comida y la comunicación son derechos humanos. La educación no será el privilegio de quienes puedan pagarla y la policía no será la maldición de quienes no puedan comprarla.

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De aquí que los tempos de realización y los procesos artesanales asuman especial relevancia, determinando el resultado. Se establecen continuos diálogos entre lenguajes y procesos, entre la obra acabada y la obra deliberadamente detenida en algún paso intermedio: dibujos que sirven de estudios previos al trabajo tridimensional pero que son obras en sí mismas, esqueletos de hierro que a modo de dibujos desplegándose en el espacio dejan en suspenso el proceso escultórico, y la combinación de técnicas escultóricas tradicionales con la experimentación en materiales heterodoxos de los que resultan esculturas que suman al modelado en barro el revestimiento en cuero.

En el taller de Recalde se incuban estos nuevos atlantes que sostienen los pilares de una utopía social que en lugar de inspirarse en un futuro ultratecnológico, lo hace en modelos del pasado o en reductos culturales donde el el ritual consumista aún no ha engullido los ritos vecinales, donde la obsesión por ser productivo todavía no ha anulado el tiempo invertido en ser creativo.

Probablemente Marijose confía en que la revolución opera en el interior de cada quien, que sólo de nosotros depende que no nos sintamos alienados, discriminados, segregados del mundo.

No es que Marijose delire, pues se inspira en su realidad más inmediata, en la sencillez de la vida en el campo, en la contemplación de los animales de granja y las labores que marcan el ritmo cotidiano del pueblo navarro en el que vive. Si bien es cierto que mezcla fantasía y realidad, objetos profanos y referencias míticas, lo que persigue es restituir nuestra complicidad con el mundo natural, la espiritualidad del saber popular y la belleza del gesto ordinario.

No teme ser tildada de ingenua ni necesita leer a Galeano para dejarse guiar por sus propios deseos, por su visión optimista de la vida, por su temperatura emocional. Así, su trabajo más reciente lleva por título Habitando el mundo, una serie escultórica en la que cada niño acarrea un instrumento o herramienta como atributo de distintas artes y saberes. Su corta edad incide en la idea de proyección hacia un futuro sostenible. La elección de los objetos que esos porteadores alegóricos cargan (un poste de teléfono, una máquina de escribir...) denota la voluntad de reflexionar sobre los cimientos de la sociedad actual. Nos invita a volver la

vista atrás para deshacer/rehacer con el pensamiento ciertos caminos que en algún momento se truncaron, en los campos de la política, la tecnología, la medicina, el conocimiento intelectual...

En cuanto a las xilografías, con un lenguaje afín a la tradición de la estampa popular despliega su cosmología particular a modo de viñetas gráficas en las que conviven la escena costumbrista y el pulso mágico. Exalta la vida comunitaria y el placer de sentir la cadencia pausada de un tiempo ajeno al reloj.

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Habitando el mundo. Técnica mixta. 122 x 55 x 90 cm. 2013.

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La música. Técnica mixta. 175 x 50 x 110 cm. 2013.Pasta de papel. Técnica mixta sobre papel. 120 x 80 cm. 2013.

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Músico. Técnica mixta. 149 x 90 x 80 cm. 2013- 2014. Proceso húmedo. Tecnica mixta sobre papel. 120 x 80 cm. 2013.

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La literatura. Técnica mixta. 142 x 87 x 70 cm . 2013.La ética. Técnica mixta. 150 x 60 x 94 cm. 2013.

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El progreso. Técnica mixta. 220 x 50 x 90 cm. 2014.

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Tres figuras desnudas. Técnica mixta sobre papel. 120 x 80 cm. 2014.Marabú. Técnica mixta sobre papel. 120 x 80 cm. 2014.

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La salud. Técnica mixta. 200 x 90 x 80 cm. 2014.

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La agricultura. Técnica mixta. 152 x 100 x 96 cm. 2014.

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Las distintas narraciones de Marijose Recalde. Habitando el mundo

María José Aranzasti

Me han encantado siempre las casas grandes y las que han habitado juntos Marijose y Juan. De Dicastillo, visualizo primeramente el hermoso huerto y el recuerdo de unos tomates riquísimos, frutos de un caluroso verano y luego las panorámicas espléndidas desde la terraza, explayándose los tonos ocres de las viejas tejas de los aleros, al confundirse en la lontananza con el paisaje de secano y llanura, a modo de patchwork, como esas telas que luego Marijose convierte en pinturas. Y luego, recuerdo evidentemente, un sinfín de espacios, de diferentes lugares y recovecos en los que las obras de los dos artistas se integraban, incluso se metamorfoseaban para decirnos que ellas siempre habían estado allí, como unas figuras vivientes, de esculturas como pinturas y de pinturas como esculturas. Esto también ocurre en la segunda gran casa de Eraul: nada es lo que parece.

El entorno de Eraul es también magnífico y ha sido una suerte poder conocerlo con ellos en diversos paseos, como el de la visita al Mirador de Lazkua, espectacular atalaya caliza. El tema de la casa, ha sido recurrente en la obra de ambos artistas y vital, en la trayectoria del proceso artístico de Marijose Recalde.

Marijose siempre ha sido una gran coleccionista y acumuladora de objetos, de los que luego se nutre. Ha ejercido el reciclaje de manera sabia, haciendo adoptar a los objetos una nueva mirada, lográndoles hacer vivir una diferente y segunda vida1.

1. Ver http://www.m-arteyculturavisual.com/2013/02/04/maria-jose-recalde-la-pasion-del-reciclaje/

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Inspiración, ¡palabra clave la de la inspiración del artista! A Marijose, como a la mayoría de los artistas, la inspiración le llega trabajando; el azar, la improvisación, el accidente es el motivo de una nueva opción en la trayectoria, y es crucial que aparezca en medio del mismo proceso creativo.

Ante un mundo de impostores e imposturas, Marijose Recalde se deja la piel en la talla de siete puertas diferentes. Las puertas miden 2 metros x 70 cm y en la primera de ellas se ciñe al citado modelo. Las puertas nos hablan, nos dicen cosas, nos relatan ellas mismas porque narran sus propias historias con imágenes. Viñetas como si se trataran las de un cómic.

Algunas de las puertas van describiendo acciones y son el reflejo de la propia vida de la artista. Su autobiografía vital. Un grave accidente en la montaña, en enero 2014 le trastoca el calendario con tres meses de inhabilitación. Otra vez el azar: el azar trágico de la vida.

Un guiño a nuestro pasado remoto, el que nos remonta a los inicios del arte, al de aquellos hombres prehistóricos que realizaban las pinturas rupestres para comprender que somos homo sapiens (el que sabe y conoce) pero también enlazamos con el trabajo de homo faber, (el que fabrica, el que crea herramientas), como también lo hicieron entonces nuestros antepasados. El arte se funde con la vida y eso es lo que hace también Marijose Recalde.

Marijose graba, hinca la gubia, forja límites, delimita, socava con el punzón, araña: talla las siete puertas. Una dedicada a los árboles, que nos unen a la Tierra, que nos remiten al Árbol de la Vida, a toda nuestra historia occidental de enraizamiento con la Naturaleza y al desarrollo vital.

Todo un alarde de destreza, de técnica, de disciplina y de feroz constancia.

Otra puerta será la de la Casa de Eraul, en la que se ve las tres plantas de la casa, las visiones geométricas en las que se subrayan las alturas, los espacios con las esculturas y pinturas que juegan entre ellas, juego de entramados, de paredes, de tejados, de esquematizaciones en un verdadero alarde de juego de formas. Enlazaríamos aquí con el homo ludens (el que juega). Las esculturas se erigen como habitantes propios de la Casa, reclamando su propio espacio.

O sea que en definitiva lo que hace la artista es construir con sus obras, es decir con la creación y el arte, una serie de relatos en los que la memoria, la autobiografía, la de ella y la de Juan se entremezclan, una y otra vez, enseñándonos el mundo en el que habitan. Invadiendo los espacios con sus pinturas, las suyas y las de Juan, nos hacen adentrarnos en su íntimo mundo, no sólo el artístico, sino el de sus vidas cotidianas, reflejadas a modo de viñetas en estas estampas, xilografías que Marijose, con la inestimable ayuda del grabador David Ibañez nos presenta en esta ocasión.

Reconoce la propia artista el origen de las mismas. Los vericuetos de la vida y del arte suelen ser complejos e intrincados, pero también a veces, el inicio de una serie de un work in progress como es la de las puertas talladas, que a su vez se hacen planchas, de donde surgen las estampaciones, es decir estas xilografías, parte simplemente de una necesidad funcional: la de tapar un hueco por el frío. Marijose talla una puerta y al hacerlo, no sólo hace memoria porque utiliza como modelo un antiguo dibujo de su padre, cuando éste contaba 7 años en 1935. El dibujo está firmado con su

nombre: Francisco Javier Recalde Calvo, de la escuela de Unciti (Navarra) y la artista logra, todo un emotivo homenaje a ese niño, que luego será su padre, un entrañable médico de pueblo que ejercerá su carrera con una constante pasión a lo largo de 41 años, en la localidad navarra de Sartaguda.

Hay que señalar, que la afición por el arte le viene a Marijose por su madre, que pintaba y que, de las revistas ilustradas de medicina que llegaban a casa, la famosa Jano recortaba las imágenes y obras de prestigiosos artistas, con las que Marijose se va adentrar en el fascinante conocimiento de la historia del arte.

Los dibujos, separados unos de otros con una raya vertical, a modo de escenarios son los propios de un niño de esa edad: desfilan los diferentes oficios, un gran barco, tipologías diversas de carros, tirado por caballo o asno, coches, patinete, arado, los animales más comunes y algunos personajes de aventuras como caballeros con lanzas.

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Otras de las estampaciones que siguen narrando y construyendo historias son las realizadas en fotolitos, otro bienaventurado hallazgo, también por azar, cuya procedencia y origen es la editorial Verbo Divino de Estella. De nuevo el recurso del reciclaje en su obra.

Gracias a estas estampaciones muy buenas podemos observar los detalles en los que Marijose implica en la puerta de Grabadores a diversos amigos artistas en los que aparecen, de arriba abajo, desde ella misma, procediendo en el tórculo, acompañada de la perra Tuca; Miguel Villarino, el profesor con el que se inicia nuestra artista en el mundo de la estampación, tallando la madera con la caladora. A continuación Alex Crespo, que comprueba el grabado realizado por Georgina Aguilera y David Ibañez, el gran ayudante de toda la serie, junto con la artista anteriormente citada, despegando cuidadosamente ambos el papel de la plancha y por último, Blanca Razquin, otra creadora de universos singulares comprobando el color de la tinta.

Reto finalmente muy bien cumplido el de terminar la serie de estampación.

Además de las xilografías en papel y la de los fotolitos transparentes, la artista, una gran apasionada de las telas, que ya las venía utilizando en los cuadros a modo de pintura, cosiéndolas unas a otras ha configurado atractivas composiciones al utilizarlas de nuevo, esta vez estampándolas. Resultado: un crisol de telas cosidas, un universo de formas multicolor. Para ello, la artista retoma también imágenes ya vistas en pinturas y dibujos de su viaje a Senegal, todo un despliegue de trazos, motivos étnicos que se fusionan perfectamente en la textura volátil, sutil y suave de la tela.

Final feliz del trabajo bien hecho.

Ideales son los resortes, los guiños a los elementos cotidianos, a lo que tenemos más cerca, lo próximo: lo querido. Como en Viñetas de la vida cotidiana, exposición celebrada en la galería Juan Manuel Lumbreras de Bilbao. 3

Autobiografía, memoria, reciclaje y ecología: claves de la obra de la gran artista Marijose Recalde.

3 http://galerialumbreras.com/publicacion/?artista=marijose-recalde

Bienvenida la siguiente puerta: la dedicada al Pueblo de Eraul y a sus gentes. Se describen y narran en ella diversos lugares: el lavadero, el frontón, el mirador de Lazkua y actividades diversas. Revisitamos la Historia del Arte en otra de las puertas a través de la secuencias de conocidas pinturas de grandes autores: Henri Rousseau, Seurat, Van Gogh, Chagall, Millet, Manet, Delacroix, Goya, Diego de Rivera, Picasso…

Le sucede a continuación la puerta de los Grabadores, encabezada por retratos que realiza la escultora a artistas reconocidos de esta especialidad, junto a artistas amigos, en los que se sirve de fotografías en vez de dibujos

para obtener mayor calidad en la figuración. Presiden el frente los retratos de Max Beckman, Piluca Azparren, Erich Heckel, Karl Schmidt-Rottluff y Conrad Felixmüller.

Por último realiza la puerta dedicada a Juan Sukilbide, su compañero y su apoyo en el quehacer artístico que aparece en su estudio, en una pose muy característica suya y en la que la figura real, él mismo, se convierte a su vez en escultura, el mismo juego que les pasaba a las esculturas que se convertían ellas en pinturas. El artista muestra sus obras pictóricas colocadas en caballetes y en el suelo, mientras lee muy atento, un catálogo de arte.

Idea frente a realidad. El proceso de ejecución de las estampaciones, es decir el hecho de utilizar un tipo de puertas, con unas características peculiares como matriz para realizar en papel la serie de xilografías, ha supuesto una ardua tarea y en diversas fases se ha complicado. Todo el proceso visual de ejecución está filmado de manera muy didáctica por Juan Sukilbide, de forma que el espectador asiste a todos los problemas que van surgiendo en las diferentes etapas de estampación por lo que se remite a su visualización, ya que es la mejor forma de comprender toda la evolución y desarrollo de la estampación.2 Mejor verlo, sin duda que describirlo aquí.

2 http://sukilbide.wix.com/habitando-el-mundo#!videos/cljihttp://sukilbide.wix.com/habitando-el-mundo

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Habitando Unciti Talla sobre madera. 200 x 72 cm. 2006.

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Historia de los árboles. Talla sobre madera. 202 x 72 cm. 2014.

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La casa alta. Talla sobre madera. 202 x 72 cm. 2014.La casa alta. Estampa sobre papel. 218 x 86 cm. 2014.

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Historia de la humanidad. Talla sobre madera. 202 x 72 cm. 2014.

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El puebo de Eraul. Talla sobre madera. 202 x 72 cm. 2014.Historia de la humanidad. Estampa sobre fotolito. 210 x 80 cm. 2014.

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Grabadores. Talla sobre madera. 202 x 72 cm. 2014.

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El estudio de Juan. Talla sobre madera. 215 x 85 cm. 2014.El estudio de Juan. Estampación sobre tela. 240 x 90 cm. 2014.

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Historia de la humanidad. Estampa sobre papel. 218 x 86 cm. 2014.

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El pueblo de Eraul. Estampa sobre papel. 218 x 86 cm. 2014.Historia de los árboles. Estampa sobre papel. 218 x 86 cm. 2014.

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La casa alta. Estampa sobre tela. 225 x 77 cm. 2014.

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El pueblo de Eraul. Estampa sobre tela. 220 x 80 cm. 2014.Historia de los árboles. Estampa sobre tela. 223 x 80 cm 2014.

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Historia de los árboles. Estampa sobre fotolito. 210 x 80 cm. 2014.

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El estudio de Juan. Estampa sobre fotolito. 210 x 80 cm. 2014.Grabadores. Estampa sobre fotolito. 210 x 80 cm. 2014.

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La casa alta. Estampa sobre papel iluminada por Juan Sukilbide. 218 x 86 cm. 2014.

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UN SOPLO DE ARTE FRESCO

Dolores Durán Úcar

Marijose Recalde es nombre que suena a cercanía, a la proximidad de la tierra, de la madre naturaleza, de la materia hablante, de las personas circundantes. Suena a escultura, a arte sin artificios ni engaños. Suena a Navarra, donde nació y vive. Muchas personas, también algunos artistas, conciben el mundo como una sociedad anónima de prójimos indiferentes. En el polo opuesto está Marijose, que vive en un pueblo llamado Eraul, en una antigua casa rodeada de naturaleza, de perros, gatos y pajarillos que se cuelan en su taller para hacerle compañía. Quizás para inspirarle y recordarle que el mundo puede ladrar, maullar y, por contraste, volar. Que el mundo es bello.

Convive en esta atmósfera sosegada y observadora con Juan Sukubide, también artista. Con él comparte muchas cosas: días de pareja, ritos cotidianos, sensibilidades artísticas y hasta trabajo. Se echan manos mutuas pero sus creaciones son independiente. La inspiración es de cada uno.

Marijose Recalde es licenciada en Bellas Artes. Tomó la rama de pintura porque, según ella dice, en ese momento “todavía no había descubierto que era escultora”. Este tránsito se nota en su obra, que no acaba de dejar una disciplina para coger otra, aunque estamos ante una escultora de talla habitando el mundo, que es precisamente el titulo de la exposición. El mundo de Recalde no es las antípodas o las impresiones del viajero; su obra no sale de recorrer escenarios lejanos o mundos ignotos. Ella tiene necesidad de representar lo que le rodea, que es también un modo de representar su vida. Hay retratos de Juan, de sus amigos, de sus perros, de sus gatos, de la casa…Lo que le rodea es parte de su mundo interior, en su trabajo hay siempre una búsqueda hacia dentro. Hacia el yo que todos llevamos escondido y casi siempre en silencio.

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Nuestra vida está marcada por la huella indeleble de la memoria. Somos memoria evolucionada y bondadosamente manipulada. Sin embargo Marijose no tiene gran necesidad que torcer su espiral del pasado, porque busca como artista la esencia de lo sencillo. Ella recuerda que entre sus principales imágenes infantiles está ver trabajar al alfarero el barro con sus manos. También la impronta de unos albañiles mezclando la arena y el cemento con el agua, para hacer la argamasa. ¿Por qué esos recuerdos y no otros? Es posible que esto responda a la sospecha de que los artistas nacen y no se hacen. O, al revés, puede ser una revelación que el destino puso en su camino. En todo caso, en la retina y en el alma de la artista se quedó fija la imagen de esas manos artesanas modelando o componiendo materias. Sin saberlo, la llamada del arte. El origen de sus trabajos con la materia y la experimentación con los materiales.

Con la exposición Habitando el Mundo quiere mostrar la interacción del hombre con el entorno y, dentro de esto, sus aspectos más positivos. Nos muestra “la flor en el estercolero” de un mundo lleno de injusticias, guerras, desastres, deslealtades y muchas más calamidades. Entresaca lo positivo, la generosidad, la entrega, el valor del trabajo sincero y bien hecho. Estos sentimientos los deposita en sus obras, auténticas y bien hechas. Proclama el bien común desde sus creaciones.

La exposición está protagonizada por esculturas que representan a niños, que simbolizan de paso la inocencia y el futuro. A la vez, todos los personajes se muestran realizando un esfuerzo, porque el esfuerzo es un valor en su vida y una práctica en su ejecución de artista. Esto hace que sus piezas adopten posturas forzadas, tensiones, de gran complejidad de ejecución

Quiere hablarnos Marijose desde la inmediatez de una casa de pueblo integrada en la naturaleza. Allí tiene su taller, ahí trabaja y almacena los materiales que del ámbito del desprecio humano pasan al apreciado del ámbito del arte. Este cambio a lo rural y natural no sólo cambió su vida sino también su obra. Una de las características de la escultora, y de los grandes artistas, es la búsqueda continua. Esa curiosidad que te lleva a investigar y experimentar con distintas técnicas y materiales. También la permeabilidad, dejarse influir por el ambiente que te rodea y ser capaz de interiorizar la materia, pasarla por el tamiz de la sensibilidad. De esta elaboración mental

y material salen obras nuevas, originales y profundamente personales.

Nada de esto sería tal como es, si la artista no fuera tal como es. No es un juego de palabras, es la vivencia de una persona que busca dentro y fuera de sí la bondad del ser humano. El convencimiento, quizás filosófico o tal vez ideológico, de que las personas somos buenas por naturaleza. Lo comprueba a diario en su pueblo, donde la convivencia, como en todos los pueblos, tiene ese lado amable del vecino que te reconoce, que te pregunta, que te da respuestas, que comparte. En su caso le ofrecen materiales, cacharros, cosas que

ellos encuentran en los graneros y que le ofrecen como materia prima. Es la excitación de la obra futura desde el ofrecimiento de la mano amiga.

Tal y como ella explica, utiliza “elementos encontrados”, objetos desechados por los demás, que rescata para darles una segunda vida, una nueva oportunidad. Transformando en este acto lo inútil en belleza, dando presencia a lo invisible, valor a lo despreciado, grandeza a la pequeñez. Aunque ella lo interpreta de un modo simple, al declarar que su idea del reciclaje “tiene que ver con los abuelos, con su ancestral concepto de que las cosas valen y que el tiempo les encuentra una nueva función”. La resurrección de la materia, algo que hoy tiene visos de modernidad y que antes era la normalidad.

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En ocasiones, cuando está realizando una escultura, necesita tomar una pausa para que la pieza se vaya asentando, vaya tomando su camino. En esos momentos Marijose, que se define como “impaciente por trabajar y ansiosa”, toma el camino del dibujo, que le aporta la serenidad y reflexión, de modo que las ideas vayan posando, y poder decidir el siguiente paso en la escultura.

En esos “puntos de parada” a veces no se plantea un solo camino para continuar la obra, sino que se le ofrecen varias posibilidades, entre las que la artista escoge una. Pero las demás opciones no son totalmente desechadas, sino que las podemos encontrar plasmadas en bronces, de menor tamaño y llenos de color. Piezas espontáneas y alegres. Porque otra característica de sus obras es la alegría. No es extraño que una persona que cree en la bondad humana, en la virtud de la convivencia y en la resurrección de la materia, conciba la vida y el arte con alegría.

Por último, mediante la xilografía, aúna el dibujo y la escultura. Basándose en un trabajo gráfico previo, talla la madera que le servirá de plancha para la realización de grandes piezas sobre papel. Nada es despreciable en el proceso de la creación artística, como nada es despreciable en la vida. Todo responde a una lógica, a una manera de trabajar compleja y sincera a la vez. Economía de recursos, que no economía de medios o ideas. Y mucho menos, economía de sentimientos. Porque las obras de Marijose Recalde evocan, por encima de otras muchas sensaciones, el sentimiento de que la vida, (como el mundo) es bella.

Habitando el Mundo se inicia con un pequeño que sostiene un globo terráqueo, que nos remite al Atlante, que en la mitología griega significa la fuerza y la resistencia. Otras figuras representan las artes, la imagen, la literatura, o la música; y aparecen acompañadas o realizadas con elementos simbólicos como una máquina de fotos, el teclado de una máquina de escribir o el interior de un piano. También, de este modo, están representadas la agricultura, la política, la ciencia…..En definitiva, el mundo en estado puro

y esforzado.

En cuanto a la construcción de estas esculturas, Marijose parte de un esqueleto previo en hierro, una línea que dibuja en el espacio y que en ocasiones deja a la vista, aunque, la mayoría de las veces, rodea de espuma de poliuretano. Una vez sólida, modela con la radial y el cuchillo para darle forma. Luego recubre con distintos materiales, si bien en esta ocasión utiliza el cuero, trabajado de distintas maneras, que hace las veces de “piel”.

La artista realiza todo el proceso, de principio a fin. Ella asume el trabajo de forja, la manipulación de la espuma, del cuero, la piedra, o lo que sea. Hace todo con sus propias manos o se ayuda con instrumentos. El recuerdo de los viejos alfareros y albañiles, suponemos, le acompaña desde el subconsciente. En este empeño por hacer todo puede colarse, por qué no, el viejo concepto del artista renacentista, multidisciplinar y disciplinado. O simplemente las ganas de que nada escape a tu control. O lo que sea.

Además de estas esculturas de gran formato, encontramos también en la exposición, dibujos, bronces y xilografías. Los dibujos se realizan al mismo tiempo que las esculturas. De algún modo podemos decir que documentan el proceso de creación. También los utiliza como elemento de reflexión.

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Ausencia. Bronce pintado. 41 x 26 x 21 cm. 2014.Tengo tu azada. Bronce pintado. 45 x 27 x 23 cm. 2014.

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Caminante. Bronce pintado. 45 x 20 x 33 cm. 2014.Pinturero. Bronce pintado. 39 x 37 x 20 cm. 2014.

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Adentro. Bronce patinado. 38 x 16 x 22 cm. 2014.Animalandia. Bronce patinado. 45 x 17 x 26 cm. 2014.

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Malabarista. Bronce pintado. 50 x 22 x 34 cm. 2014.Coloso. Bronce pintado. 44 x 23 x 24 cm. 2014.

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Consolidado. Técnica mixta. 46 x 33 x 30 cm. 2014.Enfrentamiento . Muñecos de plástico y de plomo. 44 x 32 x 30 cm. 2014.

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Vida en construcción

Juan Sukilbide

El estudio de la escultora es una amplia nave levantada sobre pilares de hormigón y sin ningún obstáculo interior. Comunica a través de una puerta con la vivienda, una casa grande en un pueblo pequeño.Ese lugar de trabajo tiene otros tres pasos. Uno, bajando un tramo de diez escaleras de cemento, lleva a los distintos corrales donde en su tiempo se criaban conejos y vivian yeguas, cerdos y vacas. Otro es un pequeño agujero de unos diez por diez centímetros en lo alto de una de las paredes. Se reconstruyó esa pared pero no se cerró del todo, la escultora quería que por ahí pudieran seguir entrando los pájaros acostumbrados a anidar en el interior de la casa.

La entrada principal es una gran puerta metálica verde de cuatro hojas que se recogen por parejas y si se retiran completamente a los lados dejan una hueco de cuatro por cuatro metros. Afuera dos hermosos tilos. Con sus flores en infusión se combaten los catarros, un regalo del cielo para este pueblo que, antes, cuando había mozos dispuestos, paseaba en procesión la imagen de la Virgen de la Tos.Esta nave era el garaje para una enorme cosechadora. Ahora está poblada de esculturas.

Mientras trabaja y si es verano suele estar con la puerta abierta. No enteramente abierta, sólo las dos hojas centrales. Suele pasar poca gente, no da a una calle principal y los vecinos en todo el pueblo no son más de setenta.

De vez en cuando vienen visitas. Los que lo hacen por primera vez tienen interés por ver la casa completa y eso lleva un rato porque son tres plantas y hay ya muchas obras terminadas.

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Ahora repasa varias figuras, entre ellas un par de pequeños perros. Los quiere poner sobre los brazos alzados y las cabezas. Antes había hecho otras piezas coronadas con pájaros. Y una en la que dos niñas levantan nada menos que una vaca.

Persistente. En muchas de las tareas minuciosa, delicada, lenta. Para forrar las figuras, para vestirlas utiliza un número reducido de recursos: los límites agudizan el ingenio.

Los colirrojos no creo que miren las piezas en proceso. Esas esculturas, una serie de chavales, cada uno llevando un peso, desde un globo terráqueo a una urna pasando por el esqueleto del teclado de un piano, parecen aceptar su carga. Ella los construye fuertes, equilibrados, bien asentados y capaces pero a cada uno le asigna un peso. Son muchos los objetos a rescatar y quisiera encontrar para cada uno a un joven porteador.

Cada una de las piezas en proceso espera su turno como en una partida múltiple de ajedrez en la que un jugador se enfrenta a varios contrincantes.Guerreros de terracota, séquito, porteadores, no de alimentos o de utensilios sino de símbolos de la vida sobre la tierra.“Habitando el mundo” será el título de su próxima exposición. Las esculturas remiten a tareas representativas del esfuerzo que como sociedad hacemos por avanzar. Las artes, la preocupación ética, la ciencia, la medicina...

Tuca es una perra que vive ahí cerca. Cuando oye abrirse la puerta metálica viene corriendo con la esperanza de que sea la ocasión del paseo y así subir al bosque. Nunca va sola, ni con ninguna otra persona y a la escultora le encanta su compañía. Entre las encinas, por los caminos, la perra no se separa ni cinco pasos de su acompañante.

Este año una pareja de colirrojos ha criado dentro de la casa en un viejo nido de golondrina. El macho tiene plumón rojizo y negro. Se hace oír con un gorgojeo rápido que recuerda a pequeñas bolas de metal chocando. La hembra construyó el nido y lo acomodó con pelos, plumas, lana, borra de polvo. Luego vino con insectos, bayas y semillas. Cuando las crías comenzaron a volar podías verlas ir de un lado al otro, descansar tras un corto trayecto entre las piedras desnudas de la pared o sobre un cable eléctrico que cruza la estancia, en el

saliente de una viga. Ahí todavía vienen a dormir.

Las lavanderas sobrevuelan los tejados. Y los milanos. Hay muchos buitres. Anidan en las peñas, esas mismas frecuentadas por escaladores. No es raro ver cincuenta, ochenta buitres posados en una de las piezas de cereal contiguas a la granja de pollos. Aguardan la ración de animales muertos.Tuca entra y se pasea. Ve a la escultora usar herramientas, modelar yeso, pegar trocitos de tela sobre el torso de un muñeco.Le observa al manejar los materiales, casi siempre sin guantes. Suele ponérselos si va a coger una herramienta poderosa para cortar o para soldar.

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Esfuerzo común, el de mucha gente buena.

Las esculturas no de vaciado sino de construcción son reflejos. Ella es quien las levanta del suelo y los pesos o las piezas en juego de equilibrios subrayan el esfuerzo por sostener o el disfrute de quien se entrega con ganas a una tarea.

Un ratón agazapado tras el baúl, entretenido en mordisquear restos de nueces, oye entrar a un chico. Viene con la cámara. Ella le dice que no ha habido avances, no hay nada nuevo que fotografiar. Y en esas tres horas que él ha estado fuera... ¿qué ha pasado que la cámara no detecta ni él tampoco?Puede haber cambiado el ángulo en que se extendía el brazo con el que la madre sujeta al niño, la inclinación de cabeza del fetiche africano sembrado de clavos y de percebes secos. Puede haber aparecido una idea para la siguiente creación... o puede haber acercado unos metros, de una mesa a la próxima, sin apenas darse cuenta, los elementos que más tarde se juntarán en otra figura.

Entra el pequeño gato negro, el que la mayoría de las noches duerme y temprano a la mañana desayuna leche con galletas en casa de Juani. Pasa las tardes con los niños en la que era hasta hace pocos años la casa del cura y pronto, cuando terminen las obras, será un alojamiento rural. Seguro que se mete en más corrales y graneros, se le ve confiado. No sé qué vendrá a buscar aquí, puede ser sencillamente su rato de paseo. Sorprende a la golondrina posada sobre la mesa de pin pon y la ve echar el vuelo y alcanzar en un segundo las luceras en el techo.

Unas criaturas salen y otras entran. Las figuras también se irán. Es una casa de puertas abiertas.

No sé qué pensará cada uno del trajín que se llevan los demás. Es un lugar de mucha vida de paso y de mucha vida en construcción.

Los pájaros le ven en su ropa de trabajo, camiseta ahora gris como el yeso seco. Si es que no la confunden con las otras figuras, las inmóviles, que también las ha vestido con austeridad. Le miran cuando acarrea cubos de agua, desmenuza periódicos y bate la pasta de papel rodeada de objetos a la espera de ser integrados y de volver a adquirir gracilidad en su nueva ubicación.

Apoyadas en la pared hay cinco puertas. De contrachapado, en su interior apenas unos listones y cartón enrejado en forma de nido de abeja. Sobre ellas ha tallado con gubia varias escenas.Manteniendo su posición vertical, como se levantan la mayor parte de las esculturas. Cada puerta con un tema diferente. A los visitantes les llama mucho la atención por el material que es y por la pericia del dibujo. En una de ellas ha elaborado escenarios del pueblo: el lavadedero, el frontón, la pizzería en el patio de una de las casas. A la gente le encantan las obras en las que ven algo que reconocen fácilmente y aprecian el trabajo que deja evidencia de su dificultad o su maestría.

El tiempo de esta labor es mayoritariamente el diurno. Así ella también se conecta en el empeño con tantísismas otras personas que, cada una en lo suyo, hace algo valioso para los demás.Trabaja con luz natural y las piezas que elabora como mejor se mueven es en ese tiempo de dinamismo iluminado por el sol.

Las posturas son de acción: miembros extendidos, piernas en disposición de caminar, cabezas erguidas (sin propósito, sin estímulo, el cuerpo flácido, abandonado ni siquiera se mantiene en pie).Tienen un parecido grado de actividad a

ese en el que la creadora emplea para hacer sus piezas.

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Caricia. Bronce pintado. 9,5 x 16 x 5,5 cm. 2014.Personajes, pájaro y perro mirando a la luna. Bronce pintado. 11 x 15 x 7 cm. 2014.

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Sobresalto. Bronce pintado. 10,5 x 10,5 x 7 cm. 2014.Lluvia fina. Bronce pintado. 10 x 14,5 x 5 cm. 2014.

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Sorpresa y Suerte. Bronce pintado. 12 x 10 x 4,5 cm. y 15,5 x 10 x 5 cm. 2014.El perro quiere jugar con el hombre y con el palo. Bronce pintado. 10 x 11 x 7,5 cm. 2014.

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Si

Juan Sukilbide

Si ella fuera un animal sería una ardilla. Si esa ardilla viviera en una casa sería en una con laberinto dentro. Ese laberinto lo recorrerían colirrojos entrando y saliendo a gran velocidad por diminutas ventanas.Si uno de esos colirrojos practicara alguna de las bellas artes sería la escultura. En caso de elegir una herramienta, la soldadora. Si la soldadora quisiera verse en una exposición pediría que le hicieran un retrato sobre madera, primero dibujado, luego tallado con las gubias adecuadas y después entintado con rodillo y grabado sobre papel.

Si le dejaran ser árbol sería una encina. Si la encina se echara a dormir como se tumban los humanos lo haría con las ramas muy delicadamente dobladas bajo su cabeza. Si esas ramas dibujaran entonces por casualidad un círculo recordaría al hueco en el pecho de una mujer a la que un desalmado convirtió en viuda. (El circulo se puede copiar de Goya su calavera o de Henri Rousseau si te fijas en el balón del cuadro de los jugadores de fútbol. O del magnífico Pablo si queremos un círculo desmembrado.)

Si le propusieran ser un objeto encontrado optaría por los muñequitos que vienen con el kinder sorpresa. Si ese juguete, que podría llevar a su espalda la bola del mundo, renunciara a ser de plástico primero se transmutaría en yeso o pasta de papel y más tarde en bronce. Cuando el bronce se cansara de ser por mucho tiempo el mismo e igual ella lo canjearía por un bote de cola blanca, cuerdas y unas tijeras.

Si un abanico... el que hubiera usado la mujer de un marinero en Normandía y que ahora estuviera desarticulado para así poder combinar de maneras nuevas las varillas. Y si ese marinero cosiera redes ella sólo las recogería al final de sus muchas zambullidas cuando rebosaran de sol salado.

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2014 Ayuda para proyectos de artes pásticas y visuales Gobierno de Navarra. Realización de trofeo Adarra saria para el ayuntamiento de San Sebastian. 2013 Julia Juaniz realiza el documental El lenguaje de los objetos sobre mi trabajo, a raiz de una ayuda a la producción cinematográfica del gobierno de Navarra.2007 Realización de la escultura pública El vuelo ubicada en la rotonda de Ezcaba en Burlada.1999 Premio Caja de España de Escultura.

He realizado diversos tallerese dedicados especialmente a chavales con los que me gusta mucho compar-tir, muchos de ellas enfocados a la recuperación y el respeto por los materiales desechados. Otos talleres dirigidos a niños y adolescentes, en los que se explica la obra expuesta y posteriormente se trabaja sobre lo que hemos visto:Cornelia Schleime, Manuel Rivera, Museo de Navarra. Rafael Alberti, Ángel Garraza, Museo Gustavo de Maeztu. Libertad, igualdad y fraternidad Centro Huarte. Arte en guerra, museo Guggenheim Bilbao. Des-taparte; 10 años de adquisiciones del ayuntamiento de Pamplona en ARCO Sala de armas de la ciudadela dirigidos por Blanca Razquin.

Gracias a: Juan Sukilbide por ayudarme en todas las fases del proceso.Fermín Arbizu por desbastar la cabeza de madera.Antonio Arenal, por el molón de almendro, Txus Pérez por la aceitera, Eulogio Gil por los pergaminos, Lucas y LidiaOrtiz de Zárate por los muñequitos, Marisol Gorraiz por los hierros pequeños, Carmen Azcona por el saxofón, Arantza Ariztia por la máquina de escribir.Micaela, Josefa Vargas y su prima Paula, Haitzea y Uxue Satrustegui, Mila Martinez, Iñigo y Mikel Barberena, Iñaki Ruiz, Alex Ariztia por dejarme hacerles fotos.Pablo Recalde por el futbolista que hay bajo una de las figuras de bronce.Omar Urrizola, Jon Aranzabal, Jon Sarasketa, David Hernández por posar para las esculturas.Jose Mari Lander por afilarme las gubias.David Ibáñez por ayudarme a hacer los grabados y a tallar la séptima puerta.Luís Arlaban, Vicki Briongos, Iranzu Lizarraga, Teresa Sabaté, Virginia Santos, EnekoPerez, Sonia Lizarbe, Mireia Lana, Aisha Barberena por echar una mano con las estampas.Naiara Díez por sus ideas y su entusiasmo. Ana González y las chicas de Muebles Matico por las telas.Regino Etxabe y el Verbo divino por los fotolitos.Radio 3 por hacerme compañía.

[email protected]

marijoserecalde.wordpress.com

Estudios de Dibujo en artes y oficios de Pamplona de 1982-84 y de Bellas Artes en UPV de1985-90Curso de Xilografía en CIEC, Betanzos en 2005 y en Rodalquilar con Miguel Villarino en 2006Curso de escultura con Gil Shacha en Bilbao Arte en 2006

Ultimas exposiciones.

Individuales

2014 Viñetas dela vida cotidiana Galería Juan Manuel Lumbreras. Bilbao. Los of icios del arte Café Sabina, centro comercial Itaroa. Huartre.2012 La casa grande sala de armas, ciudadela de Pamplona.2011 Vida doméstica Parque de ArenatzArte Güeñes. Vizcaya.2009 Teatro Gayarre, Pamplona.2007 El lado dulce de la vida Galería Arteko. San Sebastián. Palacio de Aramburu. Tolosa.2006 Museo Gustavo de Maeztu. Galería Pintzel. Pamplona 2005 Palacio real de Olite. Sala Spiral, Olite. Galería Juan Manuel Lumbreras, Bilbao.2002. Siempre que hay alegría Museo de Navarra. Galería Arteko San Sebastián.2.001 Arca, viaje al conocimiento Instalación en la universidad pública de Navarra. Retratos de artistas sala Mixtos, ciudadela de Pamplona

Colectivas

2014 Dormitalería 54. con Koldo Sebastian, Tomás sobrino y Amaia Aranguren. ArteKalea colectiva de escultura. Balmaseda. Vizcaya. 2013 Monstruos sin nombre. Campaña educativa sobre el reciclaje, con Elena Cerecada y Juan sukilbide. El XXI en 3D Museo de Navarra. Sonido y silencio Fundación Pons, Madrid.2012 Biennale d’art contemporain des côtes de Blaye. Francia. 2011 Art atack galería Arteko. San Sebastián.2010 Otras miradas, otras escenas. Teatro Gayarre. Pamplona Deproart, Mutilva. Artistas de la galería. Galería Arteko,San Sebastián. Nafarroa Oinez.2009 Figura- 2 con Juan Sukilbide en el Palacio de la serna Ciudad Real y convento de Sao Paulo, Redondo, Aldeia da serra. Portugal.2008 Puro arte Feria internacional de arte contemporáneo,Vigo. La Coruña. Galería Arteko. 25 aniversario del grupo de teatro Kilkarrak, casa de cultura Fray Diego de Estella El vuelo vuela con Blanca Razquin y Juan Sukilbide. Puente la reina.2007 Arte Lisboa Feria de arte contemporáneo, con la Galería Arteko. ArteAdos Zizur mayor. Outsaiders Mercado de la ribera Bilbao. Galería Epelde y Mardaras 2006 Miradas al universo de Pio Baroja itinerante. Colección fundación CIEC, Bienal internacional de arte contemporáneo. Rodalquilar. Almería. Begiratu eta irudikatu. Mirar e imaginar Lizarra ikastola. Casa de cultura Fray Diego de Estella. Galeríaría Epelde & Mardaras Bilbao. Sisif@s Universidad del país vasco. Leioa. Arte Lisboa Feria de arte contemporáneo con Galería Arteko.2005-2006 Frankfuter Kunst-Supermarkt Berlin. Supermercado de arte, galería Samuel, Valladolid.

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