Hábitos Deportivos España

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Hábitos deportivos en España

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    MANUEL GARCA FERRANDORAMN LLOPIS GOIG

    Ideal democrtico y bienestar personal

    ISBN: 978-84-7476-566-3

    Encuesta sobrelos hbitos deportivosen Espaa2010

    cubiertas Encuesta.indd 1cubiertas Encuesta.indd 1 06/10/11 10:3806/10/11 10:38

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  • IDEAL DEMOCRTICOY BIENESTAR PERSONALEncuesta sobre los hbitos deportivos

    en Espaa 2010

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  • IDEAL DEMOCRTICOY BIENESTAR PERSONALEncuesta sobre los hbitos deportivos

    en Espaa 2010

    MANUEL GARCA FERRANDORAMN LLOPIS GOIGUniversidad de Valencia

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  • Primera edicin, octubre 2011

    CONSEJO SUPERIOR DE DEPORTESC/ Martn Fierro s/n, 28040 Madrid

    CENTRO DE INVESTIGACIONES SOCIOLGICASMontalbn, 8. 28014 Madridwww.cis.es

    Diseo de la cubierta: Roberto Turgano

    Catlogo de Publicaciones de la Administracin General del Estadohttp://publicacionesfiliales.boe

    DERECHOS RESERVADOS CONFORME A LA LEYImpreso y hecho en EspaaPrinted and made in Spain

    NIPO CSD: 008-11-016-9NIPO CIS: 004-11-018-0ISBN CSD: 978-84-7949-213-7ISBN CIS: 978-84-7476-566-3Depsito Legal: M. 40.407-2011

    Fotocomposicin e impresin: EFCA, S.A.Parque Industrial Las Monjas. 28850 Torrejn de Ardoz (Madrid)

    El papel utilizado para la impresin de este libro es 100% reciclado y totalmente libre de cloro.

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  • NDICE

    Presentacin de Albert Soler Sicilia 11Prlogo de Jaime Lissavetzky 15

    1. Introduccin 19

    1.1. Lo global y lo local en el deporte postmoderno 201.2. Ambivalencia sociolgica, deporte y democracia 221.3. El desarrollo de las encuestas desde la perspectiva del cambio

    social 261.4. Apunte metodolgico 29

    2. El deporte como actividad de ocio y tiempo libre 31

    2.1. Ocio, tiempo libre y deporte en el trnsito a una sociedad global 312.2. El posicionamiento del deporte como una actividad de tiempo

    libre 332.3. El inters por el deporte 372.4. La prctica de algn deporte: evolucin histrica de los hbitos

    deportivos 402.5. La prctica deportiva en las 17 Comunidades Autnomas, Ceuta

    y Melilla 442.6. Perfil sociodemogrfico de la poblacin segn su prctica

    deportiva 472.6.1. Avances y permanencias en la prctica deportiva segn sexo y edad 512.6.2. La prctica deportiva de la poblacin extranjera residente en Espaa 54

    2.7. Antecedentes familiares de la prctica deportiva 57

    3. El contexto social de la prctica deportiva 63

    3.1. Formas de hacer deporte 643.1.1. Frecuencia con la que se practica deporte 663.1.2. Edad de comienzo de la prctica deportiva 693.1.3. Carcter abierto o restringido de lo que es deporte 72

    3.2. El asociacionismo deportivo 73

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  • 3.3. Deporte recreativo y federado: dos formas complementarias de hacer deporte 79

    3.4. Los deportes ms practicados 853.5. Frecuencia con que se practican los diversos deportes 93

    4. Otras formas de actividad fsica y deportiva 99

    4.1. El paseo como una saludable actividad fsica de recreo 1004.2. La realizacin de actividades fsicas de aventura en la

    naturaleza 1024.3. El deporte para todos 1054.4. Salud, calidad de vida y deporte 109

    4.4.1. Situacin laboral, actividad fsica en el trabajo y prctica deportiva 1104.4.2. Autoevaluacin de la forma fsica y percepcin del peso corporal 1154.4.3. El uso de medicamentos y suplementos dietticos para mejorar la

    condicin fsica y deportiva 121

    5. La percepcin de la prctica deportiva en Espaay la temtica de las instalaciones deportivas 125

    5.1. Opinin sobre el deporte que se practica en Espaa 1265.2. Valoracin de la importancia de la educacin fsica y el deporte 1285.3. La comparacin del deporte espectculo, el deporte federado

    y el deporte para todos 1305.4. Imagen de las Administraciones Pblicas del deporte 1325.5. La temtica de las instalaciones deportivas 135

    5.5.1. Tipo de instalaciones que utiliza la poblacin que hace deporte 1365.5.2. Proximidad de las instalaciones deportivas al lugar de residencia 1415.5.3. Servicios deportivos municipales: utilizacin, necesidades y evaluacin

    de su funcionamiento 147

    6. La dimensin valorativa y subjetiva del deporte 157

    6.1. La diversidad de formas de entender el deporte 1586.1.1. Formas de entender el deporte segn caractersticas sociodemogrficas

    y prctica deportiva 1626.2. Motivos por los que se practica o no deporte 167

    6.2.1. Motivos para hacer deporte segn tipo de deporte practicado 1726.3. Categoras de poblacin segn su relacin con la prctica

    deportiva 1766.3.1. El abandono, temporal o definitivo, de la prctica deportiva 178

    6.4. Motivos por los que nunca se ha hecho deporte 183

    8 IDEAL DEMOGRTICO Y BIENESTAR PERSONAL

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  • 7. El deporte en la opinin pblica espaola 187

    7.1. Imagen y valoracin de los logros del deporte espaol 1887.1.1. Posicin del deporte espaol a nivel internacional 1887.1.2. Sentimientos de orgullo ante los xitos del deporte espaol 191

    7.2. El dopaje en el deporte profesional y aficionado 1967.2.1. Opinin sobre el grado de extensin del dopaje en el deporte 1977.2.2. Modalidades deportivas en las que se considera ms extendido el dopaje 1997.2.3. La Ley de Proteccin de la Salud y la Lucha contra el Dopaje 200

    7.3. La prctica deportiva de las mujeres 2017.3.1. Percepciones sobre la situacin de la mujer en el deporte 2027.3.2. Motivos de la desigual extensin de la prctica deportiva entre sexos 2067.3.3. Medidas a adoptar para mejorar la situacin de la mujer en el deporte 2077.3.4. Deseos y preferencias para los hijos e hijas en materia deportiva 210

    7.4. Integracin cultural y deporte 2137.4.1. Imagen del deporte como vehculo de integracin intercultural 2147.4.2. Opinin sobre los requisitos de origen para representar a Espaa 215

    8. El deporte como consumo y espectculo de masas 219

    8.1. Los medios de comunicacin y el deporte 2208.2. La asistencia a espectculos deportivos in vivo 2268.3. Accionistas y socios de clubes deportivos profesionales 2328.4. Los artculos deportivos presentes en los hogares espaoles 234

    9. Consideraciones finales 239

    9.1. Factores estructurales de la prctica deportiva 247

    Bibliografa 253

    ndice de tablas, grficos y figuras 259

    NDICE 9

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  • 087_11 Aju 0 prime 19/10/11 07:31 Pgina 10

  • Presentacin

    El presente libro es el resultado de un proceso desarrollado a lo largo de treintaaos y con un doble componente: de un lado la labor que, por encargo del Con-sejo Superior de Deportes, viene realizando el Centro de Investigaciones Socio-lgicas, sin interrupcin, desde 1980, llevando a cabo una autntica radiogra-fa de los hbitos deportivos de los espaoles; de otro, el trabajo que, ceido alperodo comprendido entre 2005 y 2010, nos ofrece la fotografa ms actual deesa imprescindible variable, una fotografa que, si extendemos el perodo hastael comienzo del siglo XXI, es decir, al ao 2000, se corresponde, sin ningunaduda, con la mejor poca vivida por el deporte espaol en toda su historia.

    Una etapa de xitos que nos invita a hacernos dos grandes preguntas. Laprimera: es esta edad de oro algo que atae solo a la lite del deporte, alos grandes campeones individuales y colectivos con que contamos o va msall? Y la segunda relacionada, por supuesto, con la primera: esa suce-sin de xitos se ha producido por generacin espontnea o es consecuen-cias de una actuacin sostenida desarrollada, adems, en todos los planosinstitucionales?

    A esas dos grandes preguntas responde este magnfico trabajo de investiga-cin que lleva por ttulo Ideal democrtico y bienestar personal. Y lo hace con ri-gor, con datos, con indicadores difcilmente cuestionables. Respecto a la primerapregunta, hay que decir que los magnficos logros de nuestros deportistas influ-yen en la sociedad de manera directa y prolongada. Son como una lluvia mansaque cae sobre la tierra y la reverdece: en este caso, su labor es un ejemplo quese proyecta sobre amplios colectivos sociales incitndoles a hacer deporte, arespetar y practicar la actividad fsica, a modificar sus hbitos, a hacerlos mssaludables y acordes con el respeto al medio ambiente. En relacin con la se-gunda pregunta, solo cabe una respuesta: tenemos ms medallas, ms campeo-nes, mejores resultados en el deporte de lite porque el nivel medio del conjunto

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  • ha mejorado notablemente. La razn no es otra que la mejora del medio en quela actividad deportiva se desarrolla. Hay ms y mejores infraestructuras deporti-vas; hay polticas y propuestas de actuacin que influyen directa e indirectamen-te en las posibilidades de hacer deporte: ah estn el Plan ADO para el deporteolmpico, o el Plan A+D, ambos elaborados por el Consejo Superior de Depor-tes; ah estn los diversos programas de apoyo y ayuda que desde el propio Con-sejo hasta el ms pequeo ayuntamiento de Espaa, contando con las comuni-dades autnomas y las diputaciones provinciales, se orientan a potenciar laactividad fsica deportiva. Todo ello promueve la igualdad de oportunidades enel acceso a esa actividad, ampla su nmero de practicantes y, a la larga, da lu-gar a un salto cualitativo en el conjunto de la sociedad.

    Esa realidad es la que refleja la Encuesta sobre hbitos deportivos corres-pondiente a 2010. En coherencia con ello, la Encuesta nos habla, entre otrosmuchos aspectos, de cmo ha evolucionado la prctica deportiva de los espa-oles; de cmo se realiza por tramos de edad, o en funcin del gnero; nos in-forma sobre qu artculos deportivos se pueden encontrar en los hogares espa-oles y nos indica cules son los deportes ms practicados y del grado deutilizacin de las instalaciones deportivas. Pero tambin nos da exhaustiva in-formacin sobre algunas actitudes colectivas. Por ejemplo, cmo nos enorgu-llecemos de las buenas actuaciones de los deportistas espaoles, o cmo reali-zamos el seguimiento de la vida deportiva a travs de los medios decomunicacin o en qu medida la prctica deportiva contribuye a la integra-cin social y cultural de los inmigrantes en una Espaa en la que ese sector dela poblacin, incluso en situacin de crisis, ha cobrado un peso creciente.

    Todos esos indicadores y sus resultados se pueden sintetizar en cinco gran-des conclusiones. Estas explican de manera rotunda la buena marcha de nues-tros hbitos en el campo del deporte y de la actividad fsica.

    Cules son esas conclusiones?Los espaoles y espaolas hacen cada vez ms deporte: entre 2005 y 2010,

    el porcentaje de ciudadanos entre 15 y 75 aos que lo practican ha pasado del37 al 43%.

    El deporte se realiza de forma cada vez ms desinstitucionalizada y conuna gradual disminucin de la finalidad competitiva.

    Es cada vez ms amplio el colectivo de ciudadanos que lo realizan en lu-gares abiertos.

    Son cada vez ms espaoles los que conceden mayor importancia al de-porte y a la educacin fsica.

    El nmero de ciudadanos orgullosos de los xitos del deporte espaol cre-ce de modo notable.

    12 IDEAL DEMOGRTICO Y BIENESTAR PERSONAL

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  • Estamos, en consecuencia, ante un magnfico libro que es, a la vez, una ri-gurosa investigacin que se puede leer de manera amena, que aporta conoci-mientos imprescindibles en el mbito deportivo y sociolgico. Tambin ante untrabajo de una enorme utilidad para las instituciones, para las federacionesdeportivas, para el sector privado. Un trabajo que ha sido posible gracias a lamagnfica labor de Manuel Garca Ferrando, catedrtico de Sociologa de laUniversidad de Valencia que ha contado en esta ocasin con la colaboracinde Ramon Llopis Goig, a quienes agradezco su decisiva aportacin como dise-adores del proyecto, y que no estara en las manos del lector sin el trabajoeditorial e investigador del Centro de Investigaciones Sociolgicas, a cuyopresidente, Ramn Ramos Torre, quiero expresar, con mi reconocimiento, migratitud.

    ALBERT SOLER SICILIASecretario de Estado para el Deporte

    IDEAL DEMOGRTICO Y BIENESTAR PERSONAL 13

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  • 087_11 Aju 00 pro 19/10/11 07:31 Pgina 14

  • Prlogo

    Los hbitos deportivos, indicadoresde salud democrtica y bienestarsocial

    Siempre habr alguien que rompa tus rcords. Es cmo vives la vida lo queal final cuenta. Con estas palabras, la mtica estrella del ftbol americanoEarl Campbell vena a subrayar la importancia que tiene contar con una visinintegral de la vida aun cuando el deporte sea el eje central de la misma. Lomismo ocurre en la sociedad: los grandes xitos deportivos importan, sinduda. Pero importa ms, a mi juicio, cmo vive el deporte una sociedad, cmolo incorpora a sus hbitos, a su vida cotidiana. Evaluar ese estado de nimodeportivo no es fcil. Del mismo modo que no es fcil medir la influencia ylos efectos que tienen en la vida cotidiana de los ciudadanos las actuacionesque, en el mbito del deporte, desarrollan las administraciones pblicas, losmedios de comunicacin, la iniciativa privada y otros agentes sociales. Sinembargo, su anlisis y su evaluacin son elementos imprescindibles para teneruna idea clara de la idoneidad de esas actuaciones, de las posibilidades queofrecen, de la necesidad de perseverar en las mismas o de introducir cambios:ha de ser un objetivo y una preocupacin permanente de todo responsable de-portivo. Digo ms: toda poltica a desarrollar desde el mbito pblico necesitaun feed-back peridico, ha de regresar a las instancias que la impulsaron enforma de datos, de variables a tener en cuenta, de radiografa de las conse-cuencias y efectos generados en sus destinatarios ltimos y esenciales: losciudadanos y ciudadanas.

    De esto trata este libro, cuyo ttulo Ideal democrtico y bienestar personalalude de manera fiel y, a la vez, enriquecedora, a su contenido, que no es otroque la nueva edicin, correspondiente a 2010, de la Encuesta sobre los hbitosdeportivos en Espaa, realizada, por encargo y con financiacin del ConsejoSuperior de Deportes, por el Centro de Investigaciones Sociolgicas con el di-seo, la direccin y la supervisin de Manuel Garca Ferrando, catedrtico deSociologa de la Universidad de Valencia. Una encuesta para conocer las acti-

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  • tudes, los comportamientos, las opciones y los valores que, respecto al depor-te, tiene la poblacin espaola mayor de 15 aos.

    Si siempre es necesario un estudio de estas caractersticas, lo es si cabe anms teniendo en cuenta la experiencia que, en trminos deportivos, estamos vi-viendo en Espaa en la ltima dcada. Se trata de un periodo lleno de grandesxitos, individuales y colectivos, a nivel internacional. Hemos pasado de ser unpas con un peso discreto a ser un pas situado en el grupo de cabeza del depor-te mundial, una verdadera potencia. Qu quiero decir con ello? Pues que unaencuesta como la que se contiene en Ideal democrtico y bienestar personalnos ofrece la posibilidad de conocer con exhaustividad si los grandes xitos denuestros deportistas de lite y el prestigio internacional de nuestros equipos eindividualidades cuentan en paralelo con una evolucin positiva de la prcticadeportiva y de la actividad fsica del conjunto de los espaoles. Es decir, si hayuna correspondencia entre prestigio internacional y hbitos deportivos, si nues-tra sociedad es ms saludable, ms educada desde ese punto de vista. En defi-nitiva, si colectivamente est ms comprometida con la actividad fsica y conel deporte. Y, en el fondo, cunto hay de verdad en el axioma que afirma quede la cantidad se deriva la calidad.

    Ese conocimiento solo se puede alcanzar con mtodos rigurosos y cientfi-camente probados. En coherencia con ello, en este libro se dan a conocer losdatos que se reflejan en las tablas histricas que constituyen las sucesivas en-cuestas realizadas por el Centro de Investigaciones Sociolgicas desde el yamuy lejano 1980. Treinta aos de diagnsticos sobre nuestro deporte que ha-blan tambin de una evolucin positiva, que ha llegado a alcanzar en el ltimolustro al que se refiere esta entrega un nivel que se acerca a la excelencia. Noen vano, la sociologa del deporte forma parte del abanico de prioridades quese recogen en el rea de conocimiento del deporte y actividad fsica, del PlanNacional de I+D+I.

    En 2010 el trabajo de campo se realiz en marzo y abril de ese ao seadvierten algunos cambios significativos respecto a 2005 y, de manera muyespecial, en relacin a la dcada que cierra. El primero es el incremento,en 6 puntos porcentuales, del porcentaje de poblacin de entre 15 y 75 aosque hace deporte en Espaa: hemos pasado de un 37 a un 43%: hoy, ms de16 millones de personas hacen deporte habitualmente en Espaa (12,6 mi-llones lo hacan en 2005). El segundo, es que entre la poblacin que va delos 15 a los 65 aos de edad, la prctica deportiva, en los ltimos cincoaos, ha subido en 5 puntos porcentuales desde 2005, en 7 desde el inicio dela dcada y en la friolera de 20 puntos desde la elaboracin de la primeraencuesta, en 1980.

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  • Pese a su positiva evolucin, en la encuesta se destaca algn campo en elque la magnfica velocidad de crucero alcanzada presenta alguna rmora: merefiero a la igualdad entre hombres y mujeres, a la necesidad de seguir refor-zando las polticas dirigidas a promover la igualdad real de gnero en estembito. Es verdad que, en la dcada tratada, la prctica deportiva ha aumen-tado entre las mujeres de un 27 a un 31%, pero tambin lo es que el diferen-cial de 18 puntos porcentuales respecto a los hombres sigue siendo un objeti-vo a superar.

    Otros datos ptimos a destacar son el notable incremento de la prctica de-portiva por parte del sector de poblacin de 55 aos y ms y algunas realidadesms que significativas que puedan ser constatadas con la atenta lectura de lasdistintas tablas que en el libro aparecen y que brevemente subrayo: el deportese realiza de un modo cada vez ms desinstitucionalizado, lo que quiere decirque ha empezado a ser una costumbre internalizada por el ciudadano; la prc-tica deportiva cada vez se ejerce ms sin finalidad competitiva, como una op-cin de vida saludable, no sometida a retos que no sean los que uno se planteaa s mismo; es creciente el nmero de espaoles que declaran hacer deporte enlugares abiertos, lo que aumenta las sinergias entre deporte y ecologa, entreactividad fsica y sensibilidad medioambiental; y por ltimo, cada vez ms es-paoles estn ms orgullosos de los xitos de nuestros deportistas a nivel inter-nacional.

    Es evidente que tales datos conducen a una conclusin inevitable: en la l-tima dcada, las condiciones objetivas ms y mejores infraestructuras, msinversin (pese a los efectos de la crisis en los ltimos dos aos) por parte deComunidades, Ayuntamientos y Diputaciones, mayores recursos y mejor orien-tados en formacin, en ayudas al deporte base han mejorado cuantitativa ycualitativamente el ecosistema en que se desenvuelven nuestros deportistas,desde el medio familiar hasta el barrio, la escuela o la universidad.

    Interesa subrayar que el estudio tiene, adems de un inters acadmico,vinculado a la sociologa del deporte, una funcin prctica evidente: es un ins-trumento de primer orden para el trabajo de las administraciones pblicas.Tambin para las entidades deportivas, para las federaciones y, en fin, paraaquellas empresas y emprendedores que precisen, para sus estrategias, conocercon detalle los comportamientos y hbitos deportivos de los ciudadanos.

    Todo ello me lleva, de nuevo, al contenido de fondo del ttulo de la encues-ta: Ideal democrtico y bienestar social. La extensin de la prctica deportivaest estrechamente vinculada a los valores democrticos y civiles de una socie-dad, de un pas. Al mismo tiempo, es un rotundo indicador de calidad de vida.De ambos conceptos, ntimamente ligados a la vocacin de nuestro pas en

    LOS HBITOS DEPORTIVOS, INDICADORES DE SALUD DEMOCRTICA Y BIENESTAR SOCIAL 17

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  • el comienzo de la segunda dcada del siglo XXI, hablan los datos, las tablas,las conclusiones recogidas en este libro. Un libro que el CIS y el CSD, con lavaliossima aportacin del profesor Garca Ferrando y su equipo, han hechoposible.

    JAIME LISSAVETZKYSecretario de Estado para el Deporte

    entre abril de 2004 y abril de 2011

    18 IDEAL DEMOGRTICO Y BIENESTAR PERSONAL

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  • 1. Introduccin

    En este estudio se presentan los resultados de la encuesta llevada a cabo por elCentro de Investigaciones Sociolgicas (CIS) sobre los hbitos deportivos dela poblacin en Espaa en 2010, por encargo del Consejo Superior de Deportes(CSD). Esta encuesta contina la serie de encuestas iniciadas en 1980 con unaperiodicidad quinquenal, y con idntica colaboracin entre el CIS y el CSD1.

    En esta ocasin, el trabajo de campo se llev a cabo entre el 24 de marzo yel 30 de abril de 2010, unos pocos meses antes de que el equipo espaol seproclamase campen de la Copa del Mundo de ftbol en Sudfrica, lo queafortunadamente permiti llevar a cabo las entrevistas del trabajo de campo enun ambiente de relativa normalidad, todava alejadas del clima de euforia de-portiva que se desat despus de la referida hazaa futbolstica. Insistimos eneste punto porque los resultados obtenidos en la primavera de 2010 han permi-tido mantener el grado de precisin en la imagen de los comportamientos de-portivos, as como de las actitudes, opiniones y valores de la poblacin en tor-no al deporte, que caracterizan a las seis encuestas que han precedido, desde1980, a la que se presenta en este trabajo.

    El intenso cambio social experimentado por la sociedad espaola desde losprimeros aos de la transicin democrtica hasta la actualidad tiene un fiel re-flejo en los cambios que se han producido en el sistema deportivo espaol. Y esque en el mbito de las sociedades democrticas y avanzadas, entre las que sesita la actual sociedad espaola, el deporte y todo el entramado de comporta-mientos e intereses que lo caracterizan reflejan en buena medida, en su crecien-te complejidad estructural e institucional, el propio devenir de la sociedad a la

    1 Para un anlisis diacrnico de las circunstancias que han incidido en la realizacin de las seisencuestas que han precedido a la presente, se puede consultar el artculo de Manuel Garca Ferrando(2006b), Veinticinco aos de anlisis del comportamiento deportivo de la poblacin espaola (1980-2005), Revista Internacional de Sociologa, LXIV (44).

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  • que pertenecen. Complejidad que se ha tenido que trasladar a los diseos de lasencuestas deportivas llevadas a cabo en estas tres ltimas dcadas, como ponede manifiesto el hecho de que en el cuestionario del estudio realizado en 1980la pregunta referida a los deportes que practicaban las personas entrevistadascontena un listado de 19 deportes diferentes, todos ellos con unos referentes fe-derativos perfectamente diferenciados, mientras que en el cuestionario de la en-cuesta de 2010 la misma pregunta se ha formulado presentando a los entrevista-dos un listado de 46 deportes y actividades fsico-deportivas diferentes.

    Un listado de deportes y actividades que, en muchos casos, no tienen vin-culacin con federacin deportiva alguna y que, adems, no han sido suficien-tes para recoger toda la variedad de prcticas fsico-deportivas que se llevan acabo en la actualidad, pues un 9% de los practicantes entrevistados ha citadoms de diez modalidades deportivas diferentes no recogidas en el listado refe-rido, algunas de ellas ciertamente minoritarias pero que, en cualquier caso, re-flejan la vibrante y cambiante dinmica del deporte en Espaa a finales de estaprimera dcada del siglo XXI.

    1.1. Lo global y lo local en el deporte postmoderno

    A pesar del inevitable y consustancial carcter emprico y cuantitativo de lasencuestas, la orientacin terica que ha guiado el diseo y la interpretacin desus resultados es la misma que la empleada en la primera encuesta de 1980(Garca Ferrando, 1982). Una orientacin terica que considera el deporte con-temporneo como un fenmeno social que viene acompaando a las socieda-des modernas desde los inicios de la Revolucin Industrial, y que se difunderpidamente desde sus comienzos en Gran Bretaa a principios del siglo XIX alresto de las sociedades europeas y otros pases de industrializacin temprana,en la segunda mitad del referido siglo y primeras dcadas del XX. A partir deeste proceso inicitico, el deporte se fue difundiendo a lo largo del siglo XX alresto de pases de prcticamente todo el mundo, acompaando a la transforma-cin del tejido social de todos ellos como consecuencia del avance de los pro-cesos de urbanizacin e industrializacin a escala global, que han convertido alsistema social del deporte en parte integrante del nuevo entramado social delas sociedades contemporneas (Garca Ferrando, 1990).

    Superado el periodo histrico en el que buena parte de los deportes mante-nan su carcter elitista fundacional, un elitismo que condujo entre otras cosasal desarrollo del movimiento olmpico, el sistema deportivo ha ido adquiriendoy agrandando su dimensin como factor de bienestar social en tanto que activi-

    20 IDEAL DEMOGRTICO Y BIENESTAR PERSONAL

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  • dad de ocio que contribuye a la mejora de la forma fsica de sus practicantes,al tiempo que favorece tanto la insercin e integracin de los individuos en lasociedad como el mantenimiento de la salud. Y todo ello sin olvidar su dimen-sin econmica ya que el conjunto del sistema deportivo contribuye al consu-mo, a la renta, al empleo y al desarrollo econmico local, regional, nacional yglobal (Vuori et al., 1996).

    Con el despliegue en las dos ltimas dcadas de la modernidad avanzada opostmodernidad en Espaa, que se ha hecho cada vez ms evidente segn hanido avanzando a pasos agigantados los procesos de globalizacin, hemos utili-zado el modelo terico de Ronald Inglehart para el diseo de las encuestas de2000 y 2005 y la interpretacin de sus resultados (Garca Ferrando, 2001a y2006a). Un modelo que establece una relacin causal entre el avance de la mo-dernizacin y el cambio de valores materialistas, propios de la poca en queaparecen y se consolidan en algunos pases las sociedades del bienestar, a valo-res postmaterialistas. Un cambio que ha conducido al traspaso de prioridadesvalorativas, especialmente el logro de la seguridad econmica y bienestar ma-terial, hacia objetivos de calidad de vida y autoexpresin (Inglehart 1991; In-glehart y Welzel, 2006).

    Al aplicar la interpretacin de Inglehart al sistema deportivo, se pueden dife-renciar, de manera esquemtica, los comportamientos deportivos de orientacinmaterialista/moderna de los que siguen una orientacin postmaterialista/postmo-derna. Los primeros han impulsado hasta hace poco y de forma dominante el de-porte regulado por las federaciones deportivas, en tanto que los segundos inspi-ran nuevas formas de practicar y vivir el deporte, que se orientan menos a lacompeticin reglada y ms a la recreacin, al ocio y, en general, a la bsquedade nuevas experiencias individuales y grupales.

    Ahora bien, con el avance del siglo XXI se ha ido haciendo cada vez msevidente que los procesos de globalizacin a que estn sometidos prcticamen-te todos los pases, incluidos los menos desarrollados, estn dando lugar a unnuevo tipo de sociedad, la sociedad global o globalizada (Garca Ferrando,2010). Una globalizacin que est afectando de forma diferente pero interde-pendiente a los dos modelos paradigmticos de deporte, esto es, el deporte pro-fesional, espectculo y de alta competicin por un lado, y el deporte praxis,para todos, recreativo y de salud por otro (Cagigal, 1975; Olivera, 2010).

    Existen pocas dudas de que los espectculos deportivos y sus megaeventosms caractersticos tales como los Juegos Olmpicos y los Campeonatos conti-nentales y mundiales de los deportes ms populares se han convertido en unode los principales motores de la mundializacin que caracteriza el ritmo delcambio social a que estn sometidas todas las sociedades en los tiempos pre-

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  • sentes. Pero conviene no perder de vista que el deporte contemporneo, tantoel deporte espectculo y profesional como el deporte praxis o popular, aunquees el resultado de la intensificacin de las relaciones sociales de todo tipo quevienen impulsadas por la comprensin espacial y temporal del mundo, tambinse actualiza por medio del refuerzo de las identidades deportivas locales, comosealan oportunamente Nuria Puig y Rui Machado Gomes en la Presentacindel dossier monogrfico de Apunts (2009, 97), titulado muy acertadamente Eldeporte, entre lo local y lo global.

    En efecto, si el deporte no ha cesado de sorprender en el ltimo siglo y me-dio de historia por su creciente capacidad de generar intensos flujos econmi-cos y tecnolgicos por una parte, as como intercambios y eclosiones de emo-ciones y entusiasmo por otra, lo ha hecho, en buena medida, por su capacidadde reforzar las identidades locales-nacionales que se manifiestan tanto en lascelebraciones de mbito internacional como en las competiciones deportivasque enfrentan a deportistas y equipos del rea local ciudad o regin dentrode un mismo mbito nacional o estatal. El ttulo del reciente libro del que eseditor uno de los dos autores de la presente encuesta 2010, Ftbol postnacio-nal (Llopis Goig, 2009a), sugiere oportunamente el extraordinario proceso deevolucin del ftbol, deporte que por el nmero de practicantes y espectadoresque moviliza, por los crecientes recursos econmicos que lo sustentan, y porlas profundas implicaciones polticas y socioculturales que lo acompaan, lohan aupado a la supremaca entre los dems deportes. Una supremaca quelo convierte en paradigma de las contradicciones y ambivalencias que caracte-rizan al deporte en un mundo globalizado, as como tambin en un mbito pri-vilegiado para la aplicacin del mtodo dialctico en su estudio.

    1.2. Ambivalencia sociolgica, deporte y democracia

    Pero si en lugar de una perspectiva dialctica utilizramos una orientacin mer-toniana (Merton, 1989), que pone el acento en el estudio de los rasgos de or-den psicolgico y sociolgico que refuerzan cada vez con mayor intensidad elcarcter ambivalente del deporte en las actuales sociedades globalizadas y post-modernas, se pueden entonces identificar mejor las fuerzas sociales, econmi-cas y polticas que conducen tanto al conjunto de la sociedad como a las perso-nas en tanto que entes individuales, en direcciones opuestas. Esto es, laglobalizacin en el deporte avanza a un ritmo trepidante sin que ello anule,sino ms bien lo contrario, el efecto identitario local del deporte de competi-cin en todos sus niveles. Por otra parte, cosa parecida se puede afirmar por lo

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  • que se refiere a la ambivalencia econmica y a la ambivalencia de la salud deldeporte.

    En efecto, desde este pensamiento social crtico habra que contraponer losvalores materialistas que caracterizan a la economa de mercado que sustentanel espectculo deportivo y el sistema deportivo en general, con la economasimblica basada en una intencionalidad aparente de estar en el deporte sin te-ner nimo de lucro, defendiendo un ethos utpico sustentado en valores noeconomicistas de libertad, solidaridad, responsabilidad, creatividad, comunita-rismo, humanismo y otros (Garca Ferrando, 2009: 29).

    Y cosa parecida cabe encontrar si tomamos en consideracin el mbito dela salud que envuelve al deporte como parte constitutiva del clsico lema menssana in corpore sano, que es desmentido continuamente por la preocupante di-fusin del dopaje, especialmente en el deporte de alto rendimiento, pero tam-bin presente en las actividades deportivas orientadas al desarrollo corporal delos practicantes aficionados. Salud que tampoco acompaa a las frecuentes le-siones y accidentes que surgen con la prctica intensamente competitiva yarriesgada del deporte.

    Ambivalencia deportiva que ha descrito igualmente Gilles Lipovetsky(1994), con su brillante y caracterstico estilo ensaystico, al exponer su tesisde que en unas pocas dcadas el universo idealista de la moral deportiva de lamodernidad (Kant, Amors, Coubertin) se ha descompuesto, y ha dado paso aun deporte masa orientado por el ocio, la salud y el reto o desafo, a la bsque-da de placer y nuevos equilibrios de evasin, relajacin e integracin social.Un deporte postmoderno en el que se multiplican actividades fsicas muy va-riadas que van desde la bsqueda de emociones fuertes a la autoconstruccindel cuerpo como producto narcisista. Un deporte masa que desarrolla, sin em-bargo, una enseanza personalizada, a la carta, irregular, variada, dispersa ymultiactiva, que sigue la lgica de la mercantilizacin, de la diferenciacinmarginal y de la renovacin acelerada.

    Por lo que se refiere al desarrollo del deporte espectculo, Lipovetsky con-sidera que se ha convertido en un deporte de utilidad poltica, objetivo prefe-rente para los patrocinios de las grandes corporaciones capitalistas y globales,mbito de un mercado multimillonario igualmente global de compra y venta deestrellas, que fomenta la rivalidad de clubes y naciones impulsada por potentesestrategias de comunicacin de masas (Lipovetsky, 1994: 111). Ahora bien,frente a la consideracin bastante extendida del deporte espectculo en las se-cularizadas sociedades modernas y postmodernas como una suerte de religincivil profusamente ritualizada (Giner, 1987), que opera entre amplios segmen-tos de poblacin como prctica simblica en la que se expresa un cierto senti-

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  • do de identidad colectiva y personal, Lipovetsky rechaza de plano esta inter-pretacin.

    Ms bien al contrario, el deporte espectculo sera una forma tpica de lavida de las sociedades democrticas modernas, ya que en la devocin deporti-va se encuentra un ideal tico, una pasin por la igualdad democrtica de quegane el mejor. Aunque esta consideracin la matiza Lipovetsky al sealar queno se trata de una manifestacin de un tipo de democracia en la que todo elmundo pueda reconocerse, esto es, no se trata de una forma de democracia queestimula la igualdad de oportunidades, ya que el deporte profesional de alto ni-vel y rendimiento ofrece un espectculo de lo excepcional, de la hazaa heroi-ca, de la perfeccin gestual, paradigma de la meritocracia del hombre hecho as mismo (Lipovetsky, 1994: 116).

    Parece muy pertinente la observacin de este autor de que en el centro delpoder del acontecimiento deportivo se encuentra, antes que la justicia merito-crtica y la pasin igualitaria, la seduccin del logro atltico y la esttica deldesafo corporal, de la superacin de los lmites. Pero, naturalmente, no todaslas manifestaciones deportivas atraen por igual a las masas, ya que lo realmen-te atractivo son los grandes encuentros internacionales y nacionales, en los quela prestacin o desempeo (performance) y la dramatizacin alcanzan su puntoculminante. Pero solo unos pocos acontecimientos deportivos, aquellos en losque se expresa el virtuosismo y la proeza excepcional, llenan los estadios ycolman las audiencias televisivas, lo que no ocurre con las manifestaciones de-portivas de las categoras inferiores.

    Haciendo un guio filosfico, Lipovetsky sugiere que el espectador depor-tivo espera siempre encontrar una respuesta a la cuestin ontolgica que plan-tea el hecho, formulado por el filsofo luso-holands Spinoza hace ya ms detres siglos, de que nadie, hasta ahora, ha determinado lo que puede elcuerpo2. Una y otra vez, el espectador deportivo espera una respuesta renova-da a la pregunta de qu puede el cuerpo, dnde se encuentran los lmites delpotencial humano y de sus proezas atlticas. En una poca que persigue losproductos de cero-defectos, la alta competicin tiende a asemejarse a un artetotal que busca la superacin de los lmites en la perfeccin esttica de losgestos deportivos. Es por ello, segn este gran ensayista francs, que el entu-

    24 IDEAL DEMOGRTICO Y BIENESTAR PERSONAL

    2 En su magna obra tica demostrada segn el orden geomtrico, Baruch Spinoza, en el Escoliode la Proposicin II de la parte segunda: De la naturaleza y origen del alma, afirma que los hombresestn persuadidos de que el cuerpo obra muchas cosas que dependen exclusivamente de la voluntaddel alma y su capacidad de pensamiento (Spinoza, 2009: 204). El paralelismo que cree encontrar Li-povetsky entre la hazaa deportiva y la clsica proposicin spinoziana es, a nuestro entender, muy su-gerente.

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  • siasmo que envuelve al pblico cuando sigue los grandes acontecimientos de-portivos no puede interpretarse como una manifestacin del supuesto embru-tecimiento de las masas, sino ms bien como expresin individualista de lademocratizacin del sentido de la esttica hazastica de los cuerpos (Lipo-vetsky, 1994: 118).

    Un proceso democratizador que tambin cabe encontrar en el deporte pra-xis o para todos. En efecto, el hallazgo de la importancia capital de los valoresde autoexpresin en la configuracin de la democracia, que han encontrado In-glehart y Welzel en su anlisis del considerable material emprico provenientede las encuestas dirigidas por el propio Inglehart (Inglehart y Welzel, 2006),viene a reforzar el papel de los valores de masas en la consolidacin de la de-mocracia, lo que invalida el pesimismo subyacente de los que creen ver consu-mismo alienante y acrtico en las prcticas deportivas de amplios sectores de lapoblacin. Bien al contrario, el tambin considerable y riguroso material emp-rico que aportan las anteriores seis encuestas deportivas, y que refuerza el pro-veniente de la presente encuesta de 2010 como tendremos ocasin de ver enlas pginas que siguen, ilustra el hecho de que el sistema deportivo en Espaa,en estas tres largas dcadas de consolidacin de la democracia, se ha configu-rado como un espacio privilegiado en el que la poblacin ha ido ejerciendo, demanera creciente, su derecho poltico a una prctica deportiva saludable, recre-ativa, competente y participativa.

    Aunque son muchas las limitaciones que presenta la oferta y educacindeportiva en el conjunto de la sociedad espaola, y que todava queda muchomargen para ampliar y mejorar las prcticas deportivas del conjunto de la po-blacin, el material emprico acumulado sobre los hbitos deportivos en Es-paa permite ahora apreciar la importante contribucin del deporte a satisfa-cer las necesidades y valores de autoexpresin de sus practicantes. Y es queel deporte, entendido como un mbito y un hbito que contribuye a estar enbuena forma, a mejorar la salud, al entretenimiento y a la sociabilidad, msall del espectculo y de la evasin que lo acompaa, se ha convertido demanera creciente en una oportunidad real para que hombres y mujeres, jve-nes y de ms edad, ejerzan y satisfagan sus derechos y necesidades de com-portamiento autnomo y autoexpresivo, de nuevas experiencias y retos per-sonales y comunitarios, al tiempo que se ha ido incrementando, con lamejora de la oferta deportiva, la capacidad de eleccin de lo que se deseapracticar. Rasgos, todos estos, caracterizadores del buen funcionamiento deuna democracia.

    Este sentido realista y pragmtico del alcance y capacidad del deporte,como prctica y como espectculo, para contribuir al desarrollo de la democra-

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    087_11 Aju 01 19/10/11 07:30 Pgina 25

  • cia directa3 en Espaa es el que ha inspirado el ttulo del presente trabajo, Idealdemocrtico y bienestar personal, as como nuestra interpretacin de los resul-tados encontrados. Unos resultados que, por otro lado, nos hemos esforzado enpresentar de manera que el lector pueda extraer libre y personalmente su pro-pia interpretacin y valoracin e, idealmente, inspiracin para nuevas expe-riencias y proyectos que redunden en la mejora del bienestar personal en elmbito de una sociedad cada vez ms democratizada.

    1.3. El desarrollo de las encuestas desde la perspectiva del cambio social

    Dado el nfasis puesto en las anteriores ediciones de las seis encuestas llevadasa cabo en la exposicin de la reflexin terica empleada, vamos a ocuparnosen este apartado de relatar desde una perspectiva ms pragmtica algunas delas decisiones que han condicionado los diseos muestrales y la preparacinde los cuestionarios. Decisiones que probablemente hayan podido introduciralguna inconsistencia tanto en los intervalos de edad de la poblacin seleccio-nada en cada muestra como en el grado de continuidad o, en su caso, disconti-nuidad, de las preguntas incluidas en los respectivos cuestionarios. Decisionesque, como veremos a continuacin, han venido determinadas por la fase enque se encontraba el cambio social en Espaa en el momento concreto de lle-var a cabo la correspondiente encuesta, en las tres dcadas transcurridas desdeque se realiz la primera encuesta sobre los hbitos deportivos de la poblacinespaola.

    Cuando surgi la oportunidad de llevar a cabo la primera encuesta deporti-va en 1980, se utiliz el diseo muestral de una encuesta de carcter electoralque haba sido suspendida poco antes por la direccin del CIS. La poblacin ala que iba dirigido el diseo muestral original era la que tena 15 aos y ms, yesa fue la poblacin estudiada en la primera encuesta sobre los hbitos deporti-vos de la poblacin espaola. Por otro lado, en la fase de preparacin de la en-cuesta tuvimos ocasin de conocer los resultados de otra encuesta, no publica-da, encargada en 1975 por la Delegacin Nacional de Educacin Fsica yDeporte, antecedente durante el franquismo del actual Consejo Superior de

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    3 La democracia directa es un concepto moderno y polmico, que se contrapone a la democraciarepresentativa o delegada. La tesis que defendemos en este trabajo es que el deporte es, y puede ser to-dava ms, un mbito en el que los ciudadanos pueden ejercer de manera limitada pero en primera per-sona su soberana en el entorno de una sociedad democrtica.

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  • Deportes, al instituto ICSA-Gallup, uno de los centros demoscpicos msprestigiosos en aquellos aos.

    Esa encuesta sobre el Deporte en Espaa de 1975 se haba hecho con un ta-mao muestral de 2.000 entrevistas dirigidas igualmente a la poblacin de 15aos y ms, pero en el tratamiento de la prctica deportiva solo se utilizaron cua-tro intervalos de edad, 15-24, 25-34, 35-49 y 50 aos y ms. Cabe pensar quetanto las autoridades que encargaron el estudio como el propio equipo sociolgi-co que lo llev a cabo partieron del supuesto de que despus de los 50 aos lapoblacin espaola, tanto de hombres como de mujeres, que practicaba deporteera muy reducida. Supuesto que qued confirmado, ya que solo alcanz la tasadel 6% la poblacin de 50 aos y ms que en aquella poca, finales del franquis-mo, practicaba deporte 4% solo un deporte y 2% dos o ms deportes.

    Aunque se haba producido una mejora de los hbitos deportivos en loscinco aos transcurridos, la encuesta de 1980 continu poniendo de manifiestola escasez de prctica deportiva entre la poblacin de ms edad 8% de practi-cantes en el grupo de edad de 51 a 60 aos, y 2% en la poblacin mayor de 65aos. Resultados estos que aconsejaron limitar el nivel superior de edad enlas encuestas llevadas a cabo en 1985, 1990 y 1995, de tal modo que las mues-tras diseadas solo se refirieron a la poblacin comprendida entre 15 y 65aos. La reduccin por la parte superior del rango de edad se compens en es-tas tres encuestas con una sobremuestra en el tramo de poblacin comprendidoentre 15 y 24 aos, lo que permiti estudiar con mayor precisin la diversidadde comportamientos deportivos del segmento deportivamente ms dinmico dela poblacin espaola.

    Ahora bien, con el paso del tiempo y las mejoras generalizadas del nivel ycalidad de vida, la situacin de los hbitos deportivos de la poblacin en Espa-a tambin fue cambiando y mejorando significativamente, especialmente en-tre la poblacin mayor de 60 aos, de tal modo que al plantear el diseo de laencuesta de 2000 pareci razonable ampliar el lmite superior de edad hasta al-canzar los 75 aos. De este modo pudimos constatar empricamente los avan-ces que haban tenido lugar en los hbitos deportivos de la poblacin compren-dida entre los 65 y 75 aos de edad, ya que en la encuesta de 2000 se habaalcanzado una tasa de prctica del 13% en dicho intervalo de edad, porcentajeque pas a ser el 16% en la encuesta de 2005. Adems, en ambas encuestas lospracticantes en dicho intervalo de edad haban alcanzado el nivel ms elevadode regularidad y frecuencia de prctica deportiva en 2005 el 56% de los prac-ticantes de 65 a 75 aos haca deporte tres veces o ms por semana a lo largode todo el ao, porcentaje superior incluso al alcanzado por los jvenes depor-tistas de 15 a 24 aos, el 54%.

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    087_11 Aju 01 19/10/11 07:30 Pgina 27

  • Lo que podramos calificar de revolucin silenciosa en la incorporacinde la poblacin de personas mayores a la prctica deportiva revolucin quetanto ha podido contribuir al incremento de la esperanza de vida de la pobla-cin espaola, una de las ms elevadas del mundo aconsej no poner lmitessuperiores de edad para la poblacin a encuestar en la presente encuesta de2010, con lo que transcurridas tres dcadas desde que el CIS llevara a cabo laprimera encuesta sobre los hbitos deportivos de la poblacin, hemos recupera-do el diseo muestral inicial y el universo de la poblacin encuestada ha pasa-do a ser nuevamente la que tiene 15 aos y ms.

    Los cambios operados en la estructura social y los estilos de vida de lapoblacin en Espaa tambin han afectado a los contenidos de los temas estu-diados y de los indicadores utilizados a lo largo de las siete encuestas llevadasa cabo por el CIS. De los ocho bloques temticos contenidos en el cuestiona-rio de 1980: inters y prctica de deporte; deportes ms practicados; uso deinstalaciones deportivas; concepcin subjetiva del deporte; opiniones y actitu-des hacia la poltica deportiva; deporte juvenil y escolar; estilos de vida; y ca-ractersticas sociodemogrficas, un cuestionario que inclua 53 preguntas, seha pasado en la encuesta de 2010 a un cuestionario con casi 80 preguntas,muchas de ellas mltiples, referidas a una mayor diversidad temtica. Diversi-dad que no agota, ni mucho menos, todos los temas relevantes que podran serestudiados.

    La investigacin sociolgica actual sobre el deporte en Espaa tiene tantosfrentes abiertos que resulta imposible referirse y ocuparse de todos ellos en unsolo libro. La consolidacin de la enseanza de la asignatura Sociologa delDeporte como materia troncal en los planes de estudio de las Facultades deCiencias de la Actividad Fsica y el Deporte, as como la creacin a principiosde los aos noventa y posterior desarrollo de la Asociacin Espaola de Inves-tigacin Social Aplicada al Deporte (AEISAD), han impulsado enormemente,ms all de lo que caba anticipar cuando se inici a comienzos de los aosochenta la serie histrica de encuestas deportivas del CIS y CSD, el estudio so-ciolgico del deporte en Espaa. Por eso no ha sido posible tratar como se me-recen todas las aportaciones hechas en este campo en los ltimos aos, comotampoco ha sido posible ni aconsejable la ampliacin de un mayor nmero detemas a tratar en la confeccin del cuestionario.

    Por todo ello, el cuestionario utilizado en la encuesta de 2010 ha incluido,adems de los indicadores bsicos de los ocho bloques temticos anterioresque han permitido ir conociendo su evolucin con el transcurrir del cambio so-cial en la sociedad espaola, otros indicadores referentes a aquellos temas quehan ido cobrando mayor importancia, tanto desde una perspectiva estrictamen-

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  • te sociolgica como poltica: el impacto de las recientes polticas de igualdadde gnero en las prcticas deportivas de las mujeres, la evaluacin del prestigiointernacional de los deportes de alta competicin espaoles y de los cambiosoperados en su mbito, la percepcin de la extensin del dopaje en el deporte ydel grado de eficacia de la reciente Ley de Proteccin de la Salud y la Luchacontra el Dopaje, y la consideracin del deporte como elemento de integracinsocial de la poblacin inmigrante.

    Se trata, pues, de temas para los que se han diseado nuevos indicadoresque, es de esperar, puedan ser estudiados tambin en prximas ediciones de lasencuestas de hbitos deportivos. Unas investigaciones y unos estudios que hande permitir seguir evaluando empricamente la contribucin del deporte a unasociedad ms democrtica e igualitaria, y a una vida personal mejor realizadaentre sus practicantes.

    1.4. Apunte metodolgico

    Al igual que las encuestas que han precedido a esta sptima edicin de la seriede trabajos sobre los hbitos deportivos de la poblacin en Espaa iniciada en1980, la encuesta de 2010 ha sido llevada a cabo, como ya se ha indicado ante-riormente, por el Centro de Investigaciones Sociolgicas (CIS) con el patroci-nio y colaboracin del Consejo Superior de Deportes (CSD).

    Aunque puede parecer obvio y redundante, no podemos dejar de sealar, aligual que hemos hecho en los trabajos anteriores, que la amplia y bien consoli-dada experiencia del CIS en encuestas de mbito nacional con grandes mues-tras, as como el rigor que desarrolla en todas las fases de preparacin de estostrabajos y la bien controlada y experimentada red de entrevistadores que ejecu-tan el trabajo de campo, son, una vez ms, garantes de la fiabilidad de los re-sultados obtenidos en la presente encuesta cuyas principales caractersticas tc-nicas se exponen a continuacin.

    La encuesta de 2010 ha contado con un tamao muestral de 8.925 entrevis-tas (la muestra diseada fue de 9.000), siendo su universo la poblacin residen-te de ambos sexos de 15 y ms aos y el mbito nacional, incluidas las provin-cias insulares, Ceuta y Melilla. El trabajo de campo se realiz entre el 24de marzo y el 30 de abril de 2010 en 632 municipios y 52 provincias (puntos demuestreo) y los cuestionarios se aplicaron mediante entrevista personal en el do-micilio del entrevistado. El error muestral, para un nivel de confianza del95,5% (dos sigmas), un p = q, y bajo el supuesto de muestreo aleatorio simple,es de 1,06% para el conjunto de la muestra.

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  • La encuesta se obtuvo mediante muestreo polietpico, estratificado porconglomerados, con seleccin de las unidades primarias de muestreo (munici-pios) y de las unidades secundarias (secciones) de forma aleatoria proporcio-nal, y de las unidades ltimas (individuos) por rutas aleatorias y cuotas de sexoy edad. Los estratos se formaron por el cruce de las 17 Comunidades Autno-mas con el tamao de hbitat, dividido en 7 categoras: menos o igual a 2.000habitantes; de 2.001 a 10.000; de 10.001 a 50.000; de 50.001 a 100.000; de100.001 a 400.000; de 400.001 a 1.000.000, y ms de 1.00.000 de habitantes.Al haberse realizado una afijacin de la muestra no proporcional, con el objetode que se realizaran ms de 200 entrevistas en las Comunidades Autnomascon menor tamao de poblacin, al tiempo que se reduca el nmero de entre-vistas en las Comunidades ms pobladas, ha sido necesario aplicar los siguien-tes coeficientes de ponderacin:

    Distribucin de la muestra, coeficientes de ponderacin y errores de muestreo

    COMUNIDADES AUTNOMASMUESTRA MUESTRA

    PONDERACINERROR

    DISEADA REALIZADA MUESTRAL (%)

    01. Andaluca 842 838 1,854 3,45

    02. Aragn 447 446 0,584 4,74

    03. Asturias (Principado de) 440 439 0,500 4,77

    04. Baleares (Islas) 437 434 0,475 4,80

    05. Canarias 472 469 0,851 4,62

    06. Cantabria 421 421 0,274 4,87

    07. Castilla-La Mancha 470 467 0,839 4,63

    08. Castilla y Len 492 484 1,055 4,55

    09. Catalua 812 811 1,750 3,51

    10. Comunidad Valenciana 575 573 1,694 4,18

    11. Extremadura 438 438 0,484 4,78

    12. Galicia 500 499 1,118 4,48

    13. Madrid (Comunidad de) 697 681 1,776 3,83

    14. Murcia (Regin de) 448 444 0,601 4,75

    15. Navarra (Comunidad Foral de) 422 415 0,288 4,91

    16. Pas Vasco 476 476 0,893 4,58

    17. Rioja (La) 411 390 0,158 5,06

    18. Ceuta 100 100 0,139 10,00

    19. Melilla 100 100 0,126 10,00

    TOTAL 9.000 8.925 1,06

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    087_11 Aju 01 19/10/11 07:30 Pgina 30

  • 2. El deporte como actividad de ocio y tiempo libre

    En las seis encuestas sobre los hbitos deportivos en Espaa que han precedidoa la presente, hemos partido de la premisa de que el deporte contemporneodetermina un campo de actividades sociales que forman parte, desde sus ini-cios en el siglo XIX, de las actividades de ocio y tiempo libre propias de las so-ciedades industriales y urbanas. Por ello, la plena comprensin sociolgica deldeporte aconseja el estudio de la posicin que ocupan las actividades relacio-nadas con el deporte que lleva a cabo la poblacin, en el marco del sistema so-cial ms amplio que determinan las actividades de ocio y tiempo libre.

    2.1. Ocio, tiempo libre y deporte en el trnsito a una sociedadglobal

    La conquista social del tiempo libre, esto es, del tiempo de no trabajo, ha cons-tituido la base sobre la cual el ocio ha ido adquiriendo un papel cada vez mscentral en las sociedades contemporneas. En el nuevo escenario postmodernoel ocio se ha configurado como un espacio privilegiado para satisfacer las de-mandas de la poblacin, lo que ha conducido al reconocimiento del ocio comouna necesidad que se plantea en la medida en que van siendo cubiertas las ne-cesidades bsicas y, tambin, como un derecho humano bsico que correspon-de a la persona por el hecho de serlo (Ispizua y Monteagudo, 2009: 251). Deeste modo, el ocio ha llegado a convertirse en un hecho poltico, en el sentidode derecho de los ciudadanos a que las Administraciones Pblicas ejerzan unpapel activo en su promocin y facilitacin mediante la creacin de equipa-mientos y el establecimiento de oportunidades, entre las que cabe incluir lasreferentes a las actividades deportivas como determinantes de espacios prefe-rentes de ocio (Ruiz Olabunaga, 1994).

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  • En el mbito de las reflexiones sociolgicas sobre trabajo y ocio, existe unamplio consenso en el reconocimiento de ciertos rasgos emergentes en lasprcticas laborales y de ocio en las sociedades modernas, que difieren signifi-cativamente de las correspondientes prcticas en las anteriores sociedades in-dustriales de la modernidad. Destaca, entre otras caractersticas, el carcterautoindulgente y la vinculacin a decisiones estrictamente individuales, ascomo procesos de compra de productos y servicios propios del ocio postmoder-no, que difieren de manera acusada de aquellos otros que presentaban un perfilms disciplinado y formalmente organizado en el trabajo y ocio modernos.

    Frente a la clara oposicin entre el mbito del trabajo y el mbito del ocioque ha venido caracterizando a las sociedades industriales en su larga etapa demodernidad, el trabajo ha vuelto a penetrar en el hogar en las sociedades post-modernas tal como ocurra secularmente en las sociedades agrarias y preindus-triales, solo que ahora se hace a travs de las tecnologas de la informacin, elordenador porttil, el telfono mvil e internet. Adems, el trabajo se va con-virtiendo en muchos casos en una prolongacin de las actividades de ocio, detal manera que cada vez resulta ms fcil y ms frecuente convertir las prefe-rencias y actividades de ocio de las personas en el determinante de sus prefe-rencias laborales y emprendedoras, as como en la eleccin de los estudios aca-dmicos entre las nuevas generaciones que van creciendo en un entorno socialcaracterizado e influenciado por las nuevas tecnologas y la innovacin con-tinua.

    Todos estos cambios es posible detectarlos y seguirlos en el mbito del de-porte, tanto en su mbito personal y de lite como en su mbito popular y re-creativo, que son, por otro lado, crecientemente interdependientes e interinflu-yentes en el marco de unas relaciones de intereses econmicos que sondeterminantes de los gustos y prcticas de la poblacin, en un escenario cierta-mente masificado desde un punto de vista cuantitativo, pero fragmentado enindividuos y subculturas grupales que se esfuerzan por satisfacer sus propiaspreferencias, intereses y necesidades.

    Las prcticas deportivas tienen una influencia considerable, para ampliosgrupos de poblacin, en la configuracin de estilos de vida y grupales en losque la preocupacin por el cuerpo ha adquirido un rasgo primordial. Y es quemientras el ocio propio de la modernidad en el caso de la sociedad espaolatodava dominante con anterioridad a la dcada de los aos noventa delsiglo XX estaba ms vinculado a la salud corporal y la forma fsica, en el ociode la actual etapa postmoderna se prioriza la adquisicin de una imagen y deuna apariencia personal diferenciada. Y esto es lo que tratan de conseguir loscada vez ms numerosos clientes de la gran variedad de establecimientos y

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  • gimnasios, dotados muchos de ellos de sofisticados aparatos y mecanismosbiomecnicos orientados a la enseanza y prctica de actividades corporalesinspiradas en filosofas y tradiciones orientales que, en las sociedades globali-zadas, se han fusionado ms o menos creativamente con las prcticas fsicas ydeportivas occidentales propias de la modernidad.

    Si es cierto, como seala Rojek, que otra caracterstica relevante del ocioen las sociedades de capitalismo avanzado es el hecho de estar descentrado,esto es, que ya no ocupa un rea especfica de la vida social que pueda estu-diarse y comprenderse por s misma al haberse convertido en algo difuso (Ro-jek, 1995), cosa parecida tiene que estar ocurriendo en el mbito deportivo,tanto por lo que se refiere a qu cosa es o pueda ser deporte, a lo que es o pue-da ser corporalmente saludable y tico, a lo que es o pueda ser, en suma, un es-tilo de vida deportivo o una sociedad ms o menos deportivizada.

    Precisamente la contribucin primordial de los resultados de la presenteencuesta, diseada y analizada en el marco de las seis que la han precedido enestas tres ltimas dcadas, consiste en dimensionar empricamente el alcancede los cambios y permanencias de los comportamientos deportivos de la pobla-cin en Espaa, as como la percepcin y evaluacin de los cambios que vanteniendo lugar en el espacio social y poltico que determina el deporte, enten-dido siempre como una actividad de ocio y tiempo libre en permanente cam-bio, al igual que ocurre en el resto de los sistemas sociales que configuran elconjunto de la sociedad.

    2.2. El posicionamiento del deporte como una actividad de tiempo libre

    Habida cuenta de la creciente diversificacin de lo que pueden considerarseactividades de tiempo libre, en la presente encuesta hemos reducido los conte-nidos del indicador o pregunta del cuestionario que hace referencia a dichasactividades, ya que el inters primordial de este indicador consiste en conocerla posicin que ocupa el deporte como actividad de ocio y tiempo libre, tantoen su dimensin de prctica personal como en su dimensin ms pasiva perofrecuentemente tanto o ms intensa de ver deportes, como espectador presen-cial o meditico, en tanto que espectculos o entretenimiento.

    Esta decisin dificulta e incluso desaconseja la comparacin puntual y de-tallada del posicionamiento del deporte como actividad de tiempo libre, conrespecto al resto de tales actividades en las encuestas anteriores. Con todo, esteindicador nos permite constatar una vez ms el carcter relevante que tienen

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  • las actividades de tiempo libre de carcter fsico que hemos incluido tambin,al igual que en las encuestas anteriores, en la encuesta 2010, esto es, andar ypasear, ver y hacer deporte, y salir al campo e ir de excursin (vase la tabla 1).

    Tabla 1. Empleo del tiempo libre de la poblacin espaola, 2010

    TIPO DE ACTIVIDAD %

    Estar con la familia 73

    Ver la televisin 70

    Andar, pasear 53

    Salir con los amigos/as y/o la pareja 53

    Escuchar msica 39

    Leer libros, revistas 38

    Utilizar Internet (navegar, chats) 33

    No hacer nada especial 30

    Hacer deporte 30

    Ver deportes 27

    Salir al campo, ir de excursin 22

    Ir a bailar, al cine o al teatro 17

    Asistir a actos culturales o conciertos 14

    Frecuentar establecimientos de comida rpida 6

    Otras actividades 8

    N (8.925)

    La consideracin de la vida familiar como espacio social y valor preferen-tes aparece una vez ms, al igual que ocurre en otras encuestas que se realizanen Espaa en las que se incluye este indicador, ya que el 73% lo mencionatambin en la presente encuesta. Porcentaje que solo es ligeramente superior alque ocupa el ver la televisin, el 70%, resultado que tambin es comn en es-tos estudios, ya que la televisin suele verse preferentemente, aunque como esobvio no siempre, en el entorno familiar. La tercera posicin la ocupa, con un53% de prctica, el andar y el pasear, resultado que tambin coincide con el deotras encuestas, en particular las de hbitos deportivos, y que suele relacionar-se con la elevada esperanza de vida de hombres y mujeres en Espaa. Con unporcentaje similar del 53% se sita el salir con los amigos(as) y/o la pareja. Es-cuchar msica, el 39%, leer libros y revistas, 38%, utilizar internet (navegar,chats), el 33% o no hacer nada especial, 30%, son las actividades que prece-den en el orden de frecuencia de realizacin al hacer deporte, 30%, ver depor-tes, 27%, y salir al campo e ir de excursin, 22%, que son las actividades, como

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  • hemos sealado anteriormente, que completan, junto a pasear y andar, el pa-quete de actividades de tiempo libre de carcter fsico.

    El resto de actividades incluidas en esta ocasin en la actual encuesta presen-tan una frecuencia de realizacin y un posicionamiento en el listado de conjuntoque es similar al encontrado en las anteriores encuestas sobre hbitos deportivos.Ir a bailar, al cine o al teatro son mencionados por el 17%, actividades que pre-ceden en frecuencia de realizacin a la asistencia a actos culturales o concier-tos, 14%, y a frecuentar establecimientos de comida rpida, 6%. Un reducido8% de entrevistados seala otras actividades de carcter minoritario que, en suconjunto, conforman esta categora residual.

    Todas estas actividades se realizan en el espacio temporal tambin residualque dejan libre las actividades laborales, de estudio o de hogar, adems del queocupan las actividades de mantenimiento vital como son el comer y el dormir.Un tiempo libre, pues, que se encuentra distribuido de forma desigual entre lapoblacin y que en la presente encuesta de 2010 hemos podido cuantificar alincluir por primera vez en el cuestionario de hbitos deportivos la siguientepregunta: En un da laborable cualquiera, de cunto tiempo libre dira ustedque dispone, una vez descontadas las obligaciones laborales, familiares y delhogar, as como las horas de sueo?. Los resultados obtenidos que se presen-tan en la tabla 2 permiten constatar las diferencias significativas que presentanlos diferentes grupos de poblacin que son identificables segn el sexo, edad,estatus econmico y tamao de municipio, que son las cuatro variables socio-demogrficas que hemos utilizado para identificar los factores que cabe supo-ner tienen una mayor capacidad diferenciadora de las oportunidades para dis-poner de ms o menos tiempo libre.

    La cantidad de tiempo libre del que dispone la poblacin residente en Es-paa, tomada en su conjunto, es de 4,2 horas, valor que se encuentra dentro delrango de los valores encontrados en otros trabajos que se ocupan, de manerams especfica, del estudio del tiempo libre4. Pero al tener en cuenta el sexo yla edad aparecen las diferencias ms significativas entre hombres y mujeres,as como entre los diferentes grupos de poblacin que estn determinados porintervalos de edad.

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    4 Segn los datos proporcionados por la Encuesta de Empleo del Tiempo realizada por el Institu-to Nacional de Estadstica en 2002-2003, los espaoles dedican un promedio de 5 horas y 6 minutosdiarios a diversas actividades de ocio y tiempo libre (medios de comunicacin, 2:16; vida social y di-versin, 1:29; deportes y actividades al aire libre, 0:48; aficiones y juegos, 0:20; trabajo voluntario yreuniones, 0:13). Hay que tener presente, sin embargo, que el universo de la mencionada Encuesta deEmpleo del Tiempo era la poblacin de 10 y ms aos mientras que en el caso de la Encuesta de Hbi-tos Deportivos ser trata de personas de 15 y ms aos.

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  • Tabla 2. Cantidad de tiempo libre disponible en un da laborable cualquiera,segn algunas caractersticas sociodemogrficas

    CARACTERSTICAS SOCIODEMOGRFICAS TIEMPO LIBRE DISPONIBLE

    (HORAS DIARIAS)

    Sexo

    Hombre 4,7

    Mujer 3,6

    Edad

    15-17 aos 3,9

    18-24 aos 4,2

    25-34 aos 3,4

    35-44 aos 3,1

    45-54 aos 3,3

    55-64 aos 4,4

    65 y ms aos 6,8

    Estatus econmico

    Clase alta/media-alta 3,5

    Nuevas clases medias 3,8

    Viejas clases medias 4,5

    Obreros cualificados 4,6

    Obreros no cualificados 4,2

    Tamao de municipio

    Menos de 10.0000 habitantes 4,7

    10.001-50.000 habitantes 4,1

    50.001-400.000 habitantes 4,0

    400.001-1 milln habitantes 4,2

    Ms de 1 milln de habitantes 4,1

    Total 4,2

    Las mujeres, con 3,6 horas diarias de tiempo libre, y tal como ya es cono-cido por otras investigaciones, disponen de una hora larga menos, 1,1, de tiem-po libre que los hombres, 4,7 horas. Se trata de una diferencia horaria notableque afecta de manera importante a la cantidad y calidad de actividades detiempo libre que pueden hacer ambos colectivos de poblacin y en particular,como se ver ms adelante, a la propia prctica deportiva.

    Tal como caba esperar, la poblacin que cuenta con 65 aos y ms, al estarintegrada mayoritariamente por personas jubiladas, es la que dispone de mayortiempo libre, 6,8 horas, valor este que ms que duplica los tiempos de que dis-ponen los tres grupos de poblacin que se encuentran en la etapa del ciclo vitalms comprometido en el desarrollo de una vida familiar propia y en el trabajoprofesional. En efecto, el grupo de poblacin con menor disponibilidad de

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    087_11 Aju 02 19/10/11 07:30 Pgina 36

  • tiempo libre es el integrado por personas comprendidas entre 35 y 44 aos, 3,1horas, al que sigue el grupo de los que estn comprendidos entre los 45 y 54aos, 3,3 horas, y el grupo de 25 a 34 aos, 3,4 horas diarias de tiempo libredisponible.

    Por lo que se refiere al estatus socioeconmico, los entrevistados pertene-cientes a los grupos con estatus ms elevados y estilos de vida ms dinmicosson los que manifiestan tener una menor cantidad de tiempo libre disponible:3,5 horas los de clase alta/media-alta, y 3,8 horas los integrantes de las nuevasclases medias. Por su parte, los grupos de estatus menos elevado estn integra-dos por personas con mayor cantidad de tiempo libre: los obreros cualificados,4,6 horas, las viejas clases medias, 4,5 horas y los obreros no cualificados, 4,2horas.

    El tamao del municipio de residencia no parece afectar a la disponibilidadde tiempo libre de sus residentes, si exceptuamos a la poblacin que reside enlos municipios de menor tamao y entorno ms rural, esto es, los de menos de10.000 habitantes. En ellos, el promedio de horas disponibles para actividadesde tiempo libre supera claramente a la media nacional, 4,7 horas en estos mu-nicipios rurales frente a 4,2 de media nacional. En cambio, en el resto de muni-cipios, desde los que tienen entre 10.000 y 50.000 habitantes hasta los que su-peran el milln, los nmeros medios de horas disponibles de tiempo libreoscilan entre 4,0 y 4,2, lo que indica que en todos ellos predominan los estilosde vida de carcter urbano, por lo que puede inferirse que tanto los tiempos detrabajo como los tiempos de ocio tienen una distribucin similar entre sus resi-dentes.

    2.3. El inters por el deporte

    La atraccin que produce el deporte entre amplios segmentos de poblacin esun rasgo caracterstico de las sociedades contemporneas. A lo largo de la seriehistrica de encuestas deportivas hemos tenido ocasin de comprobar que elinters por el deporte, entendido en la amplia variedad de formas que presenta,alcanz una distribucin porcentual en 1990 entre los que estaban muy, bastan-te, poco o nada interesados, que se ha mantenido estable, en trminos pareci-dos, en las dos ltimas dcadas.

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  • Tabla 3. Evolucin del inters de la poblacin por el deporte, 2010-1980

    INTERS 2010 2005 2000 1990 1980

    Mucho 21 18 18 23 15

    Bastante 42 43 42 42 33

    Poco 25 27 25 23 27

    Nada 12 12 15 11 22

    NC 1 2

    N (8.925) (8.170) (5.160) (4.625) (4.493)

    En la primera encuesta de 1980 realizada por el CIS, la poblacin aparecadividida prcticamente en dos mitades, la constituida por los muy o bastanteinteresados, 48%, por un lado, y los poco o nada interesados, 49%, por otro.Pero diez aos ms tarde, en la encuesta de 1990, se haba incrementado endiecisis unidades porcentuales el grupo de los muy y bastante interesados,65%, con lo que descendi correspondientemente el grupo de los poco y nadainteresados, 34%. Estas distribuciones se han venido manteniendo en trminosparecidos desde entonces, de tal manera que en la presente encuesta de 2010alcanza el 63% el grupo de los interesados mucho, el 21% y bastante, el42%, en tanto que los menos interesados solo alcanzan el 37% poco, el 25%,y nada, el 12%.

    Es de destacar que en esta tabla no hemos introducido ajuste alguno paratomar en consideracin los diferentes tamaos muestrales de las encuestas,puesto que las diferencias que pudieran obtenerse no afectaran al carcter ma-yoritario de los interesados por el deporte en relacin a los no interesados,aparte de que el inters por el deporte no es una dimensin del sistema socialdel deporte tan importante como la referente a la prctica real, en cuyo estudios hemos tomado en consideracin las diferencias muestrales de las distintasencuestas, como tendremos ocasin de estudiar en el siguiente epgrafe.

    Tal como se ha podido estudiar a lo largo de toda la serie histrica, las ca-ractersticas sociodemogrficas de los interesados por el deporte son, en trmi-nos estadsticos, diferentes de las que presentan los menos interesados, dife-rencias que tambin se han mantenido bastante estables en las ltimas dcadas,de tal manera que se puede afirmar que los hombres suelen manifestar ms in-ters por el deporte que las mujeres, los jvenes ms que los viejos, las perso-nas con mayor nivel de estudios y estatus socioeconmico ms que las que tie-nen niveles ms bajos de estudios y menor estatus, y los residentes en ciudadesms que los residentes en municipios rurales.

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  • Para ofrecer un breve y significativo apunte estadstico de estas diferenciasen esta encuesta de 2010, hemos elaborado la tabla 4 que incluye los porcenta-jes de poblacin que manifiesta estar muy interesada por el deporte agrupadasegn las principales variables demogrficas.

    Tabla 4. Poblacin muy interesada por el deporte, 2010

    CARACTERSTICAS SOCIODEMOGRFICAS %

    Sexo

    Hombres 28

    Mujeres 13

    Edad

    15-24 aos 28

    25-34 aos 24

    45-54 aos 19

    55 y ms aos 13

    Estudios

    Sin estudios 7

    Primaria 17

    Secundarios/medios 26

    Universitarios 29

    Estatus socioeconmico

    Clase alta/media-alta 28

    Nuevas clases medias 22

    Obreros cualificados 20

    Viejas clases medias 17

    Obreros no cualificados 14

    Tamao municipio

    Menos de 2.000 habitantes 14

    2.000-50.000 habitantes 19

    50.001-400.000 habitantes 22

    400.001-1.000.000 habitantes 24

    Ms de 1.000.000 habitantes 22

    Los hombres, con el 28%, duplican el porcentaje de la poblacin que mani-fiesta estar muy interesada por el deporte respecto a las mujeres, el 13%, aligual que ocurre con la poblacin ms joven, de 15 a 25 aos, que con el 28%duplica el correspondiente porcentaje entre la poblacin mayor, 55 aos y ms,entre los cuales solo alcanza el 13%.

    Todava aparece una mayor diferencia porcentual entre el elevado porcen-taje de poblacin con estudios universitarios que est muy interesada por el de-

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    087_11 Aju 02 19/10/11 07:30 Pgina 39

  • porte, 29%, y el reducido porcentaje que as se manifiesta entre la poblacinsin estudios, 7%. Las caractersticas de edad de la poblacin sin estudios, cons-tituida mayoritariamente por personas de edades avanzadas y residentes en zo-nas rurales o en las periferias de zonas urbanas, explica en buena medida esebajo inters por el deporte.

    Algo parecido ocurre cuando se compara la poblacin con mayor estatussocioeconmico, esto es, la de clase alta/media-alta, con la poblacin de esta-tus ms bajo, los obreros no cualificados, pues tambin en este caso la relacinentre ambos es de dos a uno, 28% frente a 14%. El resto de poblacin caracte-rizada por su estatus socioeconmico manifiesta estar muy interesada en unostrminos que se van reduciendo segn pasamos de estatus superior a estatus in-ferior: nuevas clases medias, 22%; obreros cualificados, 20%; y viejas clasesmedias, 17%.

    El tamao del municipio de residencia ofrece una pauta distributiva de lapoblacin muy interesada por el deporte que no sigue una pauta gradacionalcomo en el caso de la condicin socioeconmica, ya que si exceptuamos losmunicipios ms rurales, los de menos de 2.000 habitantes, en los que vive ape-nas el 7% de la poblacin, en el resto de ellos, desde los menos a los ms urba-nizados, los porcentajes de muy interesados por el deporte oscilan entre el 19 yel 24%, lo que refleja el elevado grado de difusin de la popularizacin del de-porte en la mayor parte de la sociedad espaola.

    2.4. La prctica de algn deporte: evolucin histrica de los hbitos deportivos

    La prctica deportiva ha experimentado en Espaa un apreciable incremento enesta primera dcada del siglo XXI, que parece estar en consonancia con los bue-nos resultados alcanzados por el deporte espaol de alta competicin en el m-bito internacional en este periodo, al tiempo que refleja tambin, y de maneraespecial, la mejora de la oferta de instalaciones y otras facilidades deportivas,como tendremos ocasin de comprobar y estudiar en los captulos correspon-dientes de este trabajo. Tambin refleja un cambio actitudinal en la percepcinpositiva de los beneficios que puede aportar la practica deportiva regular.

    Si tenemos en cuenta la poblacin comprendida entre los 15 y los 75 aosque, como se recordar, constituy el universo poblacional estudiado en las dosltimas encuestas de 2000 y 2005, se ha producido un apreciable incremento deseis unidades porcentuales de prctica deportiva en los resultados obtenidos enla presente encuesta de 2010, tal como queda registrado en la tabla 5.

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  • Tabla 5. Evolucin de la prctica deportiva entre la poblacin de 15 a 75 aos,2010-2000

    PRCTICA DEPORTIVA 2010 2005 2000

    Practica un deporte 24 23 21

    Practica varios deportes 19 14 16

    No practica ninguno 57 63 63

    N (8.220) (8.170) (5.160)

    En los diez aos transcurridos desde que finalizara el siglo XX y se realiza-ra la encuesta de 2000, se ha producido una mejora de seis unidades porcen-tuales en el nmero de personas que practican deporte en Espaa, pues se hapasado del 37 al 43% de practicantes, incremento que es similar al que ha teni-do lugar desde 2005 ya que la encuesta de este ao tambin ofreci el mismoporcentaje de prctica que en 2000.

    Se trata de un incremento cuantitativo que ha venido acompaado de otrocambio igualmente positivo pero que contiene una dimensin cualitativa apre-ciable, ya que el mayor incremento de la prctica deportiva se ha producido enel nmero de practicantes que realizan dos o ms deportes. En 2010, el porcen-taje de los practicantes de dos o ms deportes ha sido el 19%, cinco unidadesporcentuales ms que en 2005, el 14%, y tres unidades porcentuales ms queen 2000, el 16%.

    Por otro lado, al establecer como marco de comparacin el universo forma-do por la poblacin que tiene 15 y ms aos, solo podemos comparar los resul-tados de la presente encuesta de 2010 con los correspondientes a las encuestasde 1980, la primera llevada a cabo por el CIS en colaboracin con el CSD, y ala encuesta, de resultados no publicados, de 1975. Pues bien, los datos que sepresentan en la tabla 6 permiten apreciar, con la precisin que aportan los valo-res porcentuales, el notable e importante incremento que ha tenido lugar en Es-paa en las prcticas deportivas de sus habitantes en esta etapa histrica, hechoque ilustra significativamente el no menos notable proceso de cambio socialque ha tenido lugar, respectivamente, desde comienzos de la transicin demo-crtica y desde finales del franquismo.

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    087_11 Aju 02 19/10/11 07:30 Pgina 41

  • Tabla 6. Evolucin de la prctica deportiva en mayores de 15 aos, 2010-1975

    PRCTICA DEPORTIVA 2010 1980 1975 ESTIMACIN DEL

    NMERO TOTAL, 2010*

    Practica un deporte 23 16 15 9.085.445

    Practica varios deportes 17 9 7 6.715.329

    No practica ninguno 60 75 78 23.701.159

    N (8.925) (4.493) (2.000) (39.501.933)

    * La estimacin del nmero de personas que en 2010 practican uno o varios deportes se ha realizado a partirdel nmero total de personas mayores de 15 aos que residen en Espaa que, segn los datos oficiales delINE 2010, es de 39.501.933.

    El incremento de la prctica deportiva de la poblacin residente en Espaaen las tres ltimas dcadas ha sido del 15%, pues se ha pasado de una tasa del25% en 1980 al 40% en 2010, en tanto que todava ha sido mayor, con el 18%,el incremento de la prctica deportiva con respecto al ao 1975. Y lo que esms, el cambio tambin ha sido importante, especialmente desde una perspec-tiva de la cultura y comportamiento deportivo de la poblacin, si se tiene encuenta a los que practican dos o ms deportes, ya que el incremento ha sido dediez y de ocho unidades porcentuales respectivamente, en los aos transcurri-dos entre 1975 (7% de practicantes de varios deportes) y 1980 (9% de practi-cantes polideportivos), con respecto al correspondiente porcentaje de 2010, el17%. Se trata, quizs, de uno de los resultados ms dignos de ser realzados deentre los muchos resultados de carcter positivo de la presente encuestade 2010.

    En esta misma tabla 6 se incluye otro resultado relevante que tambin me-rece ser destacado, como es el referente a la estimacin del nmero total depracticantes de uno o ms deportes, que, segn los clculos que se indican enla propia tabla 6, alcanzan la cantidad de casi 16 millones de practicantes, enconcreto 15.800.744, distribuidos entre los poco ms de nueve millones quehacen un solo deporte y los casi siete millones que practican dos o ms depor-tes. Con respecto a los resultados de la encuesta de 2005 (Garca Ferrando,2006a: 51), doce millones y casi cuatrocientos mil practicantes, ha tenido lugarun incremento de unos tres millones y medio de personas que hacen deporte enEspaa en los ltimos cinco aos.

    El mayor incremento en trminos porcentuales se ha producido, no obstan-te, entre la poblacin comprendida entre los 15 y los 65 aos que, como se re-cordar, fue el universo de poblacin estudiado en las encuestas de 1985, 1990y 1995. Pues bien, con el fin de conservar el marco comparativo en sus justos

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  • trminos demogrficos, hemos elaborado la tabla 7 con los resultados de lasdistribuciones porcentuales de prctica deportiva de la poblacin comprendidaen dicho intervalo de edad.

    Es de notar que no hemos incluido los datos de las encuestas de 1980 y1975 porque al no haberse conservado las bases de datos, no se puede volvera calcular las tasas de prctica deportiva para esas edades, aunque como ya seindic anteriormente en el epgrafe 1.3 del captulo primero, las diferenciasentre el porcentaje de prctica deportiva de la poblacin sin lmite de edad su-perior y el porcentaje de prctica de la poblacin menor de 65 aos son peque-as, habida cuenta de la escasa difusin de la prctica deportiva ms o menosregular entre las personas mayores de 50 aos, en aquellos aos, cuando toda-va no se haba iniciado lo que hemos denominado la revolucin silenciosade incorporacin de las personas de la llamada tercera edad a la prctica de ac-tividades fsico-deportivas muy diversas que, en la actualidad, han adquiridouna imagen de habitual naturalidad, pero que no estaban todava incorporadasal imaginario colectivo sobre lo que estaba bien o podan hacer las personas decada grupo de edad.

    Tabla 7. Evolucin de la prctica deportiva entre la poblacin de 15 a 65 aos,2010-1985

    PRCTICA DEPORTIVA 2010 2005 2000 1990 1985

    Practica un deporte 25 24 22 18 17

    Practica varios deportes 20 16 16 17 17

    No practica ninguno 55 60 62 65 66

    N (7.358) (7.190) (4.271) (4.625) (2.008)

    La tasa de prctica deportiva para el conjunto de este segmento de pobla-cin en 2010 alcanza el 45% 25% de prctica de un solo deporte y 20% deprctica de dos o ms deportes, lo que representa con respecto a 1985 un in-cremento del 11% 8% en la prctica de un solo deporte y otro 3% en la prc-tica de varios deportes. Una variacin que ha sostenido su evolucin incre-mental en el tiempo transcurrido entre la realizacin de las seis encuestascuyos resultados de prctica deportiva aparecen recogidos en la tabla 7.

    EL DEPORTE COMO ACTIVIDAD DE OCIO Y TIEMPO LIBRE 43

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  • 2.5. La prctica deportiva en las 17 Comunidades Autnomas,Ceuta y Melilla

    Dado que han transcurrido al menos dos dcadas desde que las ComunidadesAutnomas asumieron plenamente las competencias referentes al mbito depromocin de las prcticas deportivas de la poblacin, desde el deporte esco-lar hasta el deporte para personas mayores, incluyendo la promocin del de-porte popular y para todos, resulta de inters examinar los niveles de prcticadeportiva de la poblacin residente en cada una de ellas, al tratarse de un indi-cador que contribuye a medir, de manera aproximada pero real, los resultadosde las polticas autonmicas de promocin del deporte sobre el conjunto de lapoblacin.

    Los resultados que se presentan en la tabla 8 resumen los porcentajes deprctica deportiva uno o ms deportes en las 17 Comunidades Autnomas,Ceuta y Melilla en 2010. A efectos comparativos, hemos incluido en esta tablalos resultados correspondientes a la encuesta de 2005.

    Tabla 8. La prctica deportiva en las Comunidades Autnomas, Ceuta y Melilla

    COMUNIDADES AUTNOMAS 2010 2005

    Andaluca 36 33

    Aragn 42 36

    Asturias 35 38

    Baleares 45 37

    Canarias 41 35

    Cantabria 37 33

    Castilla-La Mancha 39 30

    Castilla y Len 38 34

    Catalua 44 43

    Comunidad Valenciana 41 37

    Extremadura 31 29

    Galicia 32 33

    Madrid 45 43

    Regin de Murcia 36 34

    Navarra 46 45

    Pas Vasco 42 39

    La Rioja 46 40

    Ceuta 39

    Melilla 37

    Total nacional 40 37

    44 IDEAL DEMOGRTICO Y BIENESTAR PERSONAL

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  • Con el fin de ordenar sintticamente el anlisis sociolgico de la gran va-riedad de resultados que contiene la tabla 8, hemos agrupado las autonomasen tres grupos, tal como hicimos en los correspondientes anlisis de las en-cuestas de 2005 y 2000. Grupos que se diferencian segn que sus niveles deprctica deportiva sean superiores a la media nacional, con niveles de prcticaiguales o ligeramente superiores, o con valores inferiores a dicha media na-cional (vase tabla 9).

    Tabla 9. La prctica deportiva por grupos de Comunidades Autnomas

    PRIMER GRUPO

    COMUNIDADES AUTNOMAS CON NIVELES DE PRCTICA DEPORTIVA SUPERIORES EN TRES

    O MS UNIDADES PORCENTUALES A LA MEDIA NACIONAL (40% EN 2010 Y 37% EN 2005)

    2010 2005

    Baleares (45%) Catalua (43%)

    Catalua (44%) Madrid (43%)

    Madrid (45%) Navarra (45%)

    Navarra (46%) La Rioja (40%)

    La Rioja (46%)

    SEGUNDO GRUPO

    COMUNIDADES AUTNOMAS CON NIVELES DE PRCTICA DEPORTIVA IGUALES O SUPERIORES EN

    UNA O DOS UNIDADES PORCENTUALES A LA MEDIA NACIONAL

    Aragn (42%) Asturias (39%)

    Canarias (41%) Baleares (37%)

    Com. Valenciana (41%) Com. Valenciana (37%)

    Pas Vasco (42%) Pas Vasco (37%)

    TERCER GRUPO

    COMUNIDADES AUTNOMAS CON NIVELES DE PRCTICA DEPORTIVA INFERIORES

    A LA MEDIA NACIONAL

    Andaluca (36%) Andaluca (33%)

    Asturias (35%) Aragn (36%)

    Cantabria (37%) Canarias (35%)

    Castilla-La Mancha (39%) Cantabria (33%)

    Castilla y Len (38%) Castilla-La Mancha (30%)

    Extremadura (31%) Castilla y Len (34%)

    Galicia (32%) Extremadura (29%)

    Regin de Murcia (36%) Galicia (33%)

    Ceuta (39%) Regin de Murcia (34%)

    Melilla (37%)

    EL DEPORTE COMO ACTIVIDAD DE OCIO Y TIEMPO LIBRE 45

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  • Los cambios ms relevantes registrados en la presente encuesta de 2010se refieren al incremento de los niveles de prctica deportiva de las Comu-nidades que en 2005 tenan los valores ms inferiores y, en consecuencia,disponan de un margen mayor de mejora que las Comunidades del primergrupo que parecen haber alcanzado, en algunos casos, niveles de prcticaque van a ser difciles de superar, habida cuenta de las limitaciones estructu-rales de orden ocupacional, educativo y familiar a las que nos venimos refi-riendo.

    Si centramos nuestra atencin en la comparacin de los resultados de lapresente encuesta de 2010 con la encuesta de 2005, hay pocas variaciones en lacomposicin de los tres grupos de Comunidades Autnomas, adems de la in-troduccin de los valores de las prcticas deportivas de Ceuta y Melilla que nofueron tenidas en cuenta como valores desglosados en el estudio de 2005.

    Las Comunidades Autnomas de Catalua, Madrid, Navarra y La Riojaque vienen registrando los valores ms elevados de prctica deportiva en la se-rie histrica de las encuestas sobre los hbitos deportivos en Espaa, continanintegrando el primer grupo en el que aparece por primera vez Baleares, con el45%, que ha incrementado notablemente su nivel de prctica deportiva con res-pecto al estudio de 2005, solo el 37%.

    Mayor variacin registra la composicin del segundo grupo de Comunida-des en el que se mantienen con respecto a la encuesta de 2005 la ComunidadValenciana y el Pas Vasco, y se integran por primera vez Aragn y Canarias,que tambin han experimentado un notable incremento de prctica con respec-to al estudio de 2005.

    La composicin del tercer grupo, integrado por las Comunidades con valo-res de prctica deportiva por debajo de la media nacional, ofrece pocos cam-bios aunque alguno de ellos es significativo no tanto desde un punto de vistaestrictamente deportivo como ms bien desde una perspectiva sociodemogrfi-ca. Las Comunidades de Andaluca, Cantabria, las dos Castillas, Extremadura,Galicia y Regin de Murcia aparecen en las dos encuestas al igual que lo hanhecho a lo largo de toda la serie histrica, pero ese no es el caso de Asturias.

    En efecto, el Principado de Asturias es una Comunidad que hasta la encuestade 2005 ha formado parte del grupo que presentaba niveles de prctica deportivaiguales o ligeramente superiores a la media nacional,