HACIA UNA NUEVA CIUDADANIA EUROPEA

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HACIA UNA NUEVA CIUDADANIA EUROPEA

MINISTERIO DE EDUCACIÓN Y CIENCIA

Centro de Investigación y Documentación Educativa

Forun Europeo

de Administradores de la

educaci n

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© de la presente edición:MINISTERIO DE EDUCACIÓN Y CIENCIA (MEC)Secretaría General TécnicaC/ Juan del Rosal, 14 (Ciudad Universitaria) 28040 MadridForum Europeo de Administradores de la EducaciónPlaza de España 5 - 4ª PlantaEvaluación y Calidad33 007 OviedoTelf.: 985668136 - Fax: 985668138 PraxisOrense, 1628020 Madrid

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ISBN: 84-7197-851-2

Depósito Legal: M-42507-2005

Diseño de cubierta: González Tejo

Diseño de la maqueta: Charo Villa

Impresión:

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Hacia una nueva ciudadanía europea

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CAPITULO PRIMEROLa acogida de inmigrantes en la educación en España . . . . . . . . . . . . . . .21

CAPITULO SEGUNDOLa educación para la ciudadanía en españa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .71

CAPITULO TERCEROLa dimensión europea e internacional de la educación . . . . . . . . . . . . . . .95

CAPITULO CUARTOLos jovenes ante el reto europeo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .153

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HACIA LA CONSTRUCCIÓN DE UNA NUEVACIUDADANÍA EUROPEA DESDE LA EDUCACIÓN

El Consejo de Ministros del Consejo de Europa ha proclamado el 2005como Año Europeo de la Ciudadanía a través de la educación. Al

organizar este "Año" el Consejo de Europa desea poner de relieve cómo laeducación juega un papel crucial en el desarrollo de la ciudadanía y la calidadde la participación en una sociedad democrática.

El concepto clásico de ciudadanía como concepto jurídico y político encrisis desde el debilitamiento del estado-nación y desde el inicio del finde la homogeneidad. La obligada permeabilidad en un nuevo marco dedesarrollo económico.

Las civilizaciones clásicas, especialmente la griega y la romana, concibieron laidea de ciudadanía como expresión del vínculo público entre un individuo, elciudadano, y la organización estatal, que le reconoce el disfrute de unosderechos a cambio del cumplimiento de unos deberes, singularmente los derespeto a la autoridad y a las leyes del Estado.

Era éste pues un concepto jurídico y político derivado de la consolidación dela polis o de la ciudad como Estado capaz de ofrecer beneficios y derechos aquienes comparten obligaciones en una comunidad. El ciudadano libredisfruta de la seguridad y de los servicios de los que se dota el Estado, delreconocimiento de sus propiedades, de las garantías de su protección legal y desu derecho a participar con su sufragio en la elección de sus representantes enel gobierno colectivo.

Esta concepción de ciudadanía quedó redefinida con las grandes revolucionesliberales de fines del siglo XVIII, al democratizar el estatus de ciudadanía,

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Presentación

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reservado en la antigüedad a un sector social privilegiado, unificar las ideas denacionalidad y de ciudadanía y al afirmar el Estado-nación como elementoclave del mapa político mundial y como colectividad en que se agrupan losindividuos que se identifican con una historia común, un idioma, unossímbolos y unas instituciones.

Desde su acepción clásica, el concepto de ciudadanía ha venidoexperimentando pues importantes cambios, pero ha mantenido una constante,"la regla de exclusión", por la que se definen claramente quiénes son y, sobretodo, quiénes no son ciudadanos.

Pero hoy, en la era global, se están produciendo grandes alteraciones queponen en crisis el concepto de Estado-nación y la idea de ciudadanía que se leasocia: las actividades económicas centrales y estratégicas están integradas anivel mundial a través de redes electrónicas de intercambio de capital, bienes einformación; los pueblos y las personas se comunican, acceden a lainformación y se desplazan con mayor facilidad; la teórica homogeneidad delos Estados se fragmenta tanto por la reacción de lo local frente a lo globalcomo por el efecto de las migraciones… las fronteras, tan esenciales en elpasado, se debilitan. El desarrollo sostenible, el equilibrio demográfico, eldinamismo de la economía, la solidaridad social, la preservación del medioambiente, las respuestas éticas ante los avances de las ciencias de la vida… yano pueden abordarse eficazmente en el marco nacional.

A las grandes dudas que asaltan a un mundo en profunda transformación seañaden pues las incertidumbres derivadas de esta contradicción entre unatendencia a la internacionalización de las economías y del pensamiento y otratendencia de construcción de comunidades de pertenencia, derivadas denuestra naturaleza social y de la necesidad de afrontar en compañía consistentelos retos de una nueva era. El contexto impone unir fuerzas, pero los puntosde apoyo son débiles y los límites difusos.

¿Es posible seguir haciendo uso del concepto de ciudadanía, asociado al denación o de Estado, como si nada de esto estuviera ocurriendo?

Ciudadanía como identificación con valores compartidos más que conidentidad de ciudadanos de países de la Unión.

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Para los europeos, las contradicciones no acaban aquí. La ciudadanía europeaes una criatura institucional nacida en Maastricht el 7 de febrero de 1992. Unade sus paradojas es que se accede a ella exclusivamente desde la condición deciudadano o ciudadana de cualquiera de los Estados miembros de la Unión yestos tienen articuladas diferentes formas de acceder a ella. Una mismapersona procedente de un país extracomunitario, con las mismas condiciones yaños de residencia, puede nacionalizarse y adquirir la ciudadanía de un Estadomiembro (y en consecuencia la europea) mientras en otros seguiría siendoextranjero no nacionalizable.

Asumiendo que hay que convivir con estas contradicciones, la apuesta porconstituir una ciudadanía europea constituye un proyecto realmenteilusionante y audaz. No resulta fácil hacer realidad el sueño de Víctor Hugo deunos Estados Unidos de Europa, impregnados de ideales humanistas. En laprimera mitad del siglo XX, dos guerras brutales asolaron el continente y sóloentre los escombros de la segunda caló de verdad el ¡Nunca más! comocompromiso hacia una paz duradera.

Pero entre esa voluntad de cooperación pacífica de un grupo de estadistas y laconsolidación de una Unión Europea sentida por sus habitantes comoidentidad colectiva hay una considerable distancia. Cuando en 1992 se firmabael Tratado de la Unión, a pesar de cerca de medio siglo de colaboracióneconómica, institucional, y jurídica, la ciudadanía europea aparecía paramuchos como un concepto dudoso. ¿Una identidad común y complementariade las nacionales y locales sin una cultura y una lengua común? ¿Una identidadcomún sin unos límites territoriales claramente delimitados? ¿Una identidadcomún que exigiera mayor contribución solidaria para con sus regiones másdébiles sin garantías de homologación de derechos y servicios?

En la última década se han dado pasos y se han producido serios tropiezos. Lajoven ciudadanía europea se habrá reforzado probablemente con símbolos deidentificación común como el pasaporte europeo o con sus emblemas; laelección directa del Parlamento Europeo habrá reforzado los vínculos deadhesión a sus instituciones; la moneda común habrá traducido las visiblesventajas de transparencia en un mercado de consumidores; las realidades de lamovilidad de los trabajadores, de los estudiantes y de los profesionales habráncontribuido a la identificación de un espacio social… pero el sentimiento depertenencia a una colectividad común es aún débil. Y los recientes traspiés de

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Presentación

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la Constitución Europea nos han dejado con más dudas ¿Habrá Constitución?¿Habrá presupuesto? ¿Habrá política exterior común?

El reto de la identidad europea y, por ende, de la ciudadanía europea noaparenta tener una respuesta adecuada en una imposible uniformizacióncultural. Una de nuestras riquezas es nuestra diversidad. Los europeosdisfrutamos de una variedad de culturas y rasgos distintivos locales, regionalesy nacionales que nos diferencian y nos resultan gratos. Sin embargo, contamoscon un patrimonio común de valores que se percibe más nítidamente desdefuera de nuestro propio espacio vital pero que también cuenta con apoyosocial mayoritario entre nosotros: el modelo social europeo y nuestra vocaciónde paz, la solidaridad, los derechos humanos, la libertad de empresa, ladistribución equitativa de los beneficios del crecimiento, la protección delmedio ambiente, el respeto a la diversidad cultural, lingüística y religiosa ynuestro armonioso apego a la tradición y al progreso conforman gran parte denuestra identidad. Y es un patrimonio de valores al menos más rico y atrayentepara una sociedad madura que los que sustentan a los nacionalismos étnicos,los fundamentalismos religiosos o las vocaciones imperiales.

Una aproximación integral a la idea de ciudadanía europea: el objetivode la cohesión, el objetivo de la convivencia, y el objetivo de laparticipación, como generadores de un sentimiento de pertenencia.Una ciudadanía responsable y solidaria.

Si existe una idea de ciudadanía europea asociada a una comunidad de valores¿cómo reforzarla? Quizás se hayan descuidado o quizás requieran más tiempoalgunas medidas propuestas por los expertos con ocasión de la elaboración de laagenda de Lisboa 2000. Si se aspira a un mayor grado de cohesión, los europeostienen que experimentar en su vida cotidiana alguna contraprestación a sucontribución al mantenimiento de las estructuras de la Unión. Y no se trata sólode saber que si son víctimas de inundaciones o catástrofes naturales, recibirán laayuda solidaria del presupuesto de la UE o que los fondos estructurales quegestiona la Comisión refuerzan decisivamente los esfuerzos de las autoridadesnacionales o regionales por mejorar infraestructuras.

Se trata también, en términos de Manuel Castells1 "de procesos materiales deconvivencia. De programas de educación común; de aprendizaje de las lenguas

1 CASTELLS, M. ¿Reconstruir Europa? La Vanguardia-26/06/2005.

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de los otros países y del conocimiento de una lengua común; de medios decomunicación compartidos; de mercado de trabajo abiertos; de diplomas ytítulos aceptados en toda Europa; de movilidad residencial en el espacioeuropeo, facilitada por una cobertura social y sanitaria común; medianteactividades culturales itinerantes; a través de derechos ciudadanos garantizadosen toda la Unión; apoyándose en redes de comunicación electrónicacompartidas en lenguaje comunicable; y beneficiándose de la colaboraciónhorizontal entre municipios, regiones y nacionalidades subestatales. O sea,trasladar a la sociedad lo que ya se vive en el ámbito del deporte: se siente lolocal y se sueña con estar (y ganar) en Europa".

Y se trata esencialmente de que, frente a la visión lejana y tecnocrática de lasinstituciones que tienen los europeos, se afirme una interpretación activa delejercicio de la ciudadanía, no reducible al disfrute de una serie de libertades yderechos sino ligada a la participación democrática. Se requiere la articulaciónde mecanismos de intervención cívica con eficacia real, y también, ello nosafecta especialmente desde la educación, que desde los ámbitos escolares, laparticipación responsable y democrática alcance a ser un hábito básico en lavida de los ciudadanos europeos.

La selección temática de esta publicación. ¿Con qué referencias se pretendeabordar el análisis de la construcción de una nueva ciudadanía europea desdela educación?

Ilustrar un inicio del debate y de los análisis que se enmarcan en estadecimotercera celebración de los Programas de Visitas Recíprocas del ForumEuropeo de Administradores de la Educación no es una tarea sencilla. Se haoptado por iluminar algunas de las vertientes básicas desde perspectivas lomenos subjetivas posible, en un conjunto temático en que las visiones, lassensibilidades y las prioridades no resultan unánimes y están influenciadas porconcepciones sociales y reservas de muy diverso tipo. Por ese motivo se optapor la presentación de visiones institucionales: el estudio de la red Eurydice,los análisis del Centro de Investigación y Documentación Educativa y elestudio publicado por La Caixa reúnen las condiciones de objetividad con quese deben hacer estas aproximaciones si lo que se persigue no es la polémicasino el acercamiento de interpretaciones.

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Se ha considerado oportuno acotar cuatro campos elementales: la acogida delos inmigrantes en la educación, la educación para la ciudadanía en España, losprogramas europeos en el sistema educativo español y, por último, unafotografía realizada a inicios del siglo XXI sobre la percepción y el sentimientoeuropeo en los adolescentes de las distintas comunidades del Estado. Se tratade una selección justificada.

Porque una aproximación a la idea de "nueva ciudadanía europea" exigedisponer de referencias precisas sobre la inmigración en la escuela. Tanto lasuniformidades étnicas como la consistencia de las visiones eurocéntricas hansaltado en añicos ante una nueva realidad, inimaginable hasta hace pocotiempo. En el espacio social europeo, el derecho a la educación es universal yla escuela es el primer espacio de socialización en el que se adquieren lashabilidades básicas de convivencia, de asimilación de normas comunes y deintegración cultural. Los aprendices de ciudadanos europeos, con orígenescada vez más diversos, deben asimilar la aceptación del diferente, las ventajasde los valores solidarios y la traducción cotidiana del ejercicio de los derechoshumanos. La diversidad se erige en caldo de cultivo de los valores cívicos y unade sus manifestaciones más nítidas es un futuro europeo no sólo interculturalsino multirracial. Hablar pues de ciudadanía europea obliga a saber lo querepresentan los inmigrantes en la actualidad de las escuelas en Europa.

Aún más evidente, si hablamos de ciudadanía, ha resultado la necesidad deprecisar lo que es educación para la ciudadanía. Europa necesita dotarse de eserasgo de identidad que representa la idea de ciudadanía. Los más diversosdiagnósticos de nuestra realidad europea coinciden en sus lagunas: escasaparticipación cívica, insuficiente conocimiento recíproco, instituciones nosiempre ejemplares, o fenómenos de violencia social. Pero, sobre todo, la causafundamental radica precisamente en una identidad europea conformada comouna comunidad de valores compartidos: libertad, democracia, derechoshumanos, pluralismo, justicia, supremacía de la ley… y la adquisición de esosvalores no debe dejarse al azar, sino que tiene que asegurarse mediante laeducación. En la escuela, en la familia, en los medios de comunicación… peroesencialmente en los centros educativos. De ahí que resulte ineludible dedicarla atención también a lo que se está haciendo realmente en esa dirección.

Tampoco resulta difícil de comprender el tercer elemento de análisis en unaaproximación a la idea de ciudadanía europea: la movilidad de alumnado y de

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profesorado, los intercambios, la cooperación entre equipos, la constitución deredes… representan sin duda un ingrediente esencial para hermanar y tejerlazos de integración entre los distintos territorios desde la interrelación de laspersonas. Los programas europeos vienen configurando una argamasa esencialen la construcción de la ciudadanía europea. No podía faltar este ingredienteen esta publicación.

Por último, y tras estos apartados, descriptivos de parámetros y de accionesestratégicas, parecía necesaria la complementación y el contraste desde laspercepciones de los interesados: los jóvenes. ¿Qué piensan y sienten ellos? ¿Cuáles el grado de identificación de los adolescentes con su naturaleza de europeos?¿Están en disposición de ejercer como ciudadanos de Europa? La percepción yel sentimiento europeo de los jóvenes españoles se revelan como componentesesenciales en esta aproximación, por esa razón se ha entendido como inevitableesta indagación sociológica que nos sirve para situarnos en la realidad.

Los nuevos europeos como necesidad y como capital social. Laeducación y la acogida de los inmigrantes. El capítulo primero de estapublicación desde la visión del CIDE (Alarcón, D., y otros (en prensa).La atención al alumnado inmigrante en el sistema educativo español:visión de conjunto. En Muñoz-Repiso Izaguirre, M., Alfaya Hurtado, J.y Fernández Torres, P. (coord.). Estudio sobre la a t enc ión a l a lumnadoinmigrante en España . Madrid: MEC).

Como consecuencia del descenso de natalidad en su población autóctona y delas transformaciones estructurales que ha venido experimentando en suhistoria reciente, Europa acoge un importante flujo de inmigración de zonasgeográficas menos desarrolladas. El siglo XXI se inicia como un siglo degrandes migraciones y a pesar de las restricciones o el reforzamiento debarreras externas, el porcentaje de población no autóctona, y singularmente deuna nueva y heterogénea población escolar, alumbra una nueva sociedad, unosnuevos y reales europeos que con independencia de su estatus jurídico sonacogidos de diferentes modos.

El primer capítulo aborda este frente. El reciente informe de la Red Eurydiceorienta su contenido. ¿Qué ocurre en el conjunto de países de la Unión? ¿Quéocurre y cómo se afronta este nuevo marco de exigencias en las redeseducativas de las distintas Comunidades Autónomas del Reino de España?

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Educación para la ciudadanía como conjunto de programas y como objetivoeuropeo. La Recomendación 12/2002 y realidad observada desde el estudiode Eurydicel CIDE. El capítulo segundo de esta edición. (Unidad Españolade Eurydice. Citizenship Education at School in Europe. Spain. National Report2004/2005. Disponible en ingles en:http://www.eurydice.org/Documents/citizenship/en/Frameset_Citizenship.html)

La escuela pública desempeña la tarea fundamental de integración ysocialización política de los individuos en una comunidad de ciudadanos, y eneste sentido ha contribuido, y sigue haciéndolo, a la formación y consolidaciónde los estados modernos. Y no sólo en el sentido "minimalista" delreconocimiento jurídico de ciudadano portador de derechos, sino en el sentidode fomentar y procurar una ciudadanía activa y participativa en el amplioespectro de lo público.

El Consejo de Europa define la Educación para la Ciudadanía como "elconjunto de prácticas y actividades diseñadas para ayudar a todas las personas,niños, jóvenes y adultos, a participar activamente en la vida democrática,aceptando y practicando sus derechos y responsabilidades en la sociedad".

En este sentido el Consejo de Europa fija tres objetivos prioritarios:

Elevar la conciencia de cómo la educación pueda contribuir a desarrollar laciudadanía democrática y la participación, promover la cohesión social y elentendimiento intercultural, el respeto de la diversidad y de los derechoshumanos.

Fortalecer la capacidad de los Estados miembros para hacer de la educaciónpara la ciudadanía democrática un objetivo prioritario de la política educativa,con reformas pertinentes en todos los niveles del sistema.

Proporcionar a los Estados miembros un marco de referencia y herramientaspara promover la ciudadanía democrática, tanto en la educación formal comoen la no formal a lo largo de toda la vida.

El análisis del currículo español constituirá un elemento de referencia para verla implementación de estas políticas en el marco escolar.

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El intercambio y los programas europeos. Un balance de los esfuerzos enEspaña. Las distintas modalidades de gestión y los distintos grados deimplicación. El tercer capítulo de la edición a partir del estudio deEurydice (Unidad Española de Eurydice. El sistema educativo en España(2004/2005). Disponible en ingles en:http://www.eurydice.org/Eurybase/Application/frameset.asp?country=SP&language=VO).

El desarrollo de la dimensión europea de la educación en España es unproceso de continua reflexión, revisión y evaluación que se pone de manifiestoen la puesta en marcha de políticas educativas, legislación, programas yproyectos específicos de cooperación. Un repaso a aquellos proyectos demayor implantación y experiencias más importantes, así como a la red yestructura de centros españoles en países extranjeros constituye el tema centralde este capítulo, que se completa con un análisis de la dimensión europea einternacional en el currículo de la Educación Secundaria, de la FormaciónProfesional y de la Educación Superior.

Los programas europeos facilitan la movilidad e intercambio de alumnos yprofesores. También en este capítulo se dedica un espacio al análisis de esteaspecto fundamental de los programas europeos que finaliza con una serie dedatos estadísticos de interés básico para el análisis de la aportación de estosprogramas a la construcción de la ciudadanía europea.

La percepción y el sentimiento europeo de los jóvenes españoles alinicio del siglo. Una aproximación a partir del estudio de Joaquín Pratsy otros sobre los jóvenes españoles ante el reto europeo . Las diferenciasregionales. El capítulo cuarto de esta edición.

La investigación coordinada por el profesor Prats en 20012 sirve para enmarcareste capítulo dedicado al estudio sobre la percepción y el sentimiento europeode los jóvenes españoles ante el reto europeo.

1 PRATS, J. (dir.); TREPAT I CARBONELL, C-A; PEÑA CALVO, J.V.; VALLS MONTÉS, R.;URGELL PLAZA, F. Los jóvenes ante el reto europeo. Barcelona: Fundació “La Caixa, 2001” (ColecciónEstudios Sociales, nº 7)

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Presentación

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El mencionado estudio considera cuatro ejes o hilos conductores, a saber:

Describir qué es Europa o, al menos, cómo se cuenta en los currículos ylibros de texto españoles.

Evaluar qué saben los estudiantes españoles sobre la geografía y la historiaeuropeas.

Explorar los sentimientos que los jóvenes españoles demuestran haciaEuropa.

Indagar en las percepciones que los jóvenes españoles tiene del resto de losjóvenes europeos.

El capítulo se completa y finaliza con una serie de recomendaciones que abrenel abanico para estrategias de intervención diferenciada pero concluyente enun objetivo común. Así, estas recomendaciones van desde aspectosrelacionados con el currículo escolar, pasando propuestas de acción políticaencaminada a la mejora de la calidad educativa para insistir en las ventajas delos proyectos y programas de intercambios y movilidad de profesores yestudiantes, en el contexto de unas políticas más fluidas de comunicación eintercambio institucional.

Arturo Pérez Collera y Alberto Muñoz González

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Agradecimientos:

El Forum Europeo de Administradores de la Educación agradece lainestimable ayuda y colaboración prestadas por la Unidad Española deEurydice, representada por Dña. Mercedes Muñoz-Repiso Izaguirre y D. JavierAlfaya Hurtado.

Más esencial aún es la deuda de esta publicación hacia el Centro deInvestigación y Documentación Educativa (CIDE) representado por suDirector, D. José Pérez Iruela y por el Consejero Técnico D. Jesús CerdánVictoria. El capítulo sobre Inmigración reproduce el estudio realizado desdeeste centro, con la colaboración de las Consejerías de todas las ComunidadesAutónomas del Estado español.

Los capítulos sobre Educación para la ciudadanía y La dimensión europea einternacional de la educación reproducen sendos estudios realizados desde laUnidad Española de Eurydice..

No ha sido menor el apoyo y generosidad de D. Joaquín Prats Cuevas, en sucondición de coordinador del estudio Los jóvenes ante el reto europeo, editado porFundación "La Caixa", cuya síntesis, elaborada por D. Rubén FernándezAlonso, conforma el capítulo cuarto de esta edición.

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Cap

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1

LA ATENCIÓN AL ALUMNADOINMIGRANTE EN EL SISTEMA

EDUCATIVO ESPAÑOL: VISIÓN DE CONJUNTO

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