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HISTORIA DEL ARTE ESPAÑOL – 8. ARTE ROMÁNICO El Románico es un arte rural y religioso, de gran solidez y escasos vanos y ventanas, adaptado a las circunstancias bélicas de la Reconquista. Fue resultado de la incorporación de elementos germánicos y orientales a la tradición artística romana. Se mantuvo como estilo dominante durante los siglos XI y XII. 1. Arquitectura Los elementos característicos de los templos románicos son las plantas generalmente de cruz latina y tres naves, la central más elevada que las laterales; gruesos muros de sillería, ábsides semicirculares decorados en el exterior con arquerías ciegas; girola alrededor del altar mayor; bóvedas de medio cañón reforzadas con arcos fajones y con contrafuertes; bóvedas de arista en las naves laterales; arcos de medio punto; pilares cilíndricos o cruciformes; capiteles decorados con escenas bíblicas (capiteles historiados), figuras humanas, zoomorfas y vegetales, y puertas y ventanas abocinadas. Los templos románicos son un resumen de la simbología cristiana: la planta de cruz latina evoca la crucifixión, las tres puertas simbolizan la trinidad, la portada principal el paraíso y el espacio a recorrer hasta el altar es el camino místico que conduce a Dios. En la Península Ibérica, los templos románicos son menos frecuentes a medida que se avanza hacia el sur, ya que en aquella época esas tierras formaban parte de Al-Ándalus. Los primeros templos románicos se levantaron en Cataluña en el siglo XI. Son de materiales sencillos, torres cuadradas con dobles ventanas y decoración de arquillos ciegos bajo los aleros de los ábsides y en bandas rectilíneas en las torres. Del siglo XI son el Monasterio de Ripoll y San Pedro de Roda (Girona), así como el monasterio aragonés de San Juan de la Peña, excavado en una roca y panteón real durante años. En el siglo XI comenzó la construcción de los templos del Camino de Santiago, entre ellos San Isidoro de León, de bella decoración pictórica, y San Martín de Frómista (Palencia), de planta basilical dividida en tres naves, con sus correspondientes ábsides. La construcción de la Catedral de Santiago de Compostela, templo emblemático del románico español y meta final de las peregrinaciones, dio comienzo en 1075 y en el siglo XVIII se le añadió una fachada churrigueresca. Es de planta de cruz latina con tres naves, girola, nártex, arcos de gran altura separando las naves y ábside con capillas. 2. Escultura

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HISTORIA DEL ARTE ESPAÑOL – 8. ARTE ROMÁNICO

El Románico es un arte rural y religioso, de gran solidez y escasos vanos y ventanas, adaptado a las circunstancias bélicas de la Reconquista. Fue resultado de la incorporación de elementos germánicos y orientales a la tradición artística romana. Se mantuvo como estilo dominante durante los siglos XI y XII.

1. Arquitectura

Los elementos característicos de los templos románicos son las plantas generalmente de cruz latina y tres naves, la central más elevada que las laterales; gruesos muros de sillería, ábsides semicirculares decorados en el exterior con arquerías ciegas; girola alrededor del altar mayor; bóvedas de medio cañón reforzadas con arcos fajones y con contrafuertes; bóvedas de arista en las naves laterales; arcos de medio punto; pilares cilíndricos o cruciformes; capiteles decorados con escenas bíblicas (capiteles historiados), figuras humanas, zoomorfas y vegetales, y puertas y ventanas abocinadas.

Los templos románicos son un resumen de la simbología cristiana: la planta de cruz latina evoca la crucifixión, las tres puertas simbolizan la trinidad, la portada principal el paraíso y el espacio a recorrer hasta el altar es el camino místico que conduce a Dios. En la Península Ibérica, los templos románicos son menos frecuentes a medida que se avanza hacia el sur, ya que en aquella época esas tierras formaban parte de Al-Ándalus.

Los primeros templos románicos se levantaron en Cataluña en el siglo XI. Son de materiales sencillos, torres cuadradas con dobles ventanas y decoración de arquillos ciegos bajo los aleros de los ábsides y en bandas rectilíneas en las torres. Del siglo XI son el Monasterio de Ripoll y San Pedro de Roda (Girona), así como el monasterio aragonés de San Juan de la Peña, excavado en una roca y panteón real durante años.

En el siglo XI comenzó la construcción de los templos del Camino de Santiago, entre ellos San Isidoro de León, de bella decoración pictórica, y San Martín de Frómista (Palencia), de planta basilical dividida en tres naves, con sus correspondientes ábsides. La construcción de la Catedral de Santiago de Compostela, templo emblemático del románico español y meta final de las peregrinaciones, dio comienzo en 1075 y en el siglo XVIII se le añadió una fachada churrigueresca. Es de planta de cruz latina con tres naves, girola, nártex, arcos de gran altura separando las naves y ábside con capillas.

2. Escultura

La iconografía románica constituye un lenguaje de intenso contenido simbólico sobre la historia sagrada. Tiene más una finalidad didáctica que decorativa. Sus rasgos esenciales son la rigidez, las formas geométricas, los ojos almendrados y los pliegues de los vestidos en ángulo recto. Desconoce la perspectiva, el movimiento y la expresión de sentimientos.

Las portadas principales de los templos, formadas por arcos de medio punto concéntricos llamados arquivoltas, están abundantemente decoradas. Los tímpanos suelen estar presididos por la imagen de Cristo en majestad y escenas bíblicas.

Monumentos importantes de la escultura románica hispana son el Claustro de Santo Domingo de Silos (La Rioja), con los bellos relieves de la Incredulidad de Santo Tomás, del siglo XI, y de la Anunciación, del siglo XII; la Portada del Monasterio de Ripoll, del siglo XII, concebida a modo de arco triunfal romano y decorada con temas bíblicos; el Pórtico de la Gloria, de la Catedral de Santiago, de finales del siglo XII, formado por tres arcos, con la figura de Cristo presidiendo el tímpano en actitud de enseñar las llagas y acompañado por ángeles portadores de los símbolos de la Pasión, por el apóstol Santiago en el parteluz, los ancianos del Apocalipsis en las arquivoltas y los profetas en las jambas. Las figuras del Pórtico de la Gloria están interrelacionadas y expresan sentimientos, rasgos que se generalizarán en el arte gótico.

Las esculturas románicas de bulto redondo más frecuentes son las tallas en madera policromada de Cristo crucificado con cuatro clavos, vivo e indiferente al dolor, y de la Virgen con el Niño (maternidad).

HISTORIA DEL ARTE ESPAÑOL – 9. ARTE GÓTICO

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Durante los siglos XIII, XIV y XV se formaron las nacionalidades hispánicas, se consolidó la burguesía como fuerza social y la Reconquista avanzó hacia el sur, terminando con la toma de Granada en 1492. El arte gótico hispano lo podemos dividir en tres etapas principales: gótico arcaico, gótico clásico y gótico flamígero.

Durante estos siglos surge una nueva clase social, la burguesía, y las ciudades experimentan un gran desarrollo. Los artesanos se organizarán en gremios bajo la advocación de un santo patrón, que tendrá una gran importancia desde el punto de vista artístico, ya que en su honor levantarán capillas y mandarán esculpir o pintar retablos que colocarán en iglesias y catedrales. Aparecen además las primeras universidades (Palencia en 1209, luego Salamanca en 1254). La ciudad será el símbolo de esta nueva sociedad, y la catedral su edificio emblemático.

Elementos principales de la arquitectura gótica

El gótico fue una creación de la burguesía medieval. En contraste con el ruralismo y la religiosidad del románico, es un estilo urbano y de carácter civil, en el que prevalece la verticalidad sobre la masa.

Los elementos esenciales de la arquitectura gótica son la bóveda de crucería y los arcos ojivales o apuntados y, desde el siglo XV, sus variedades carpanel, conopial y mixtilíneo. Los arbotantes conducen el peso de las bóvedas a contrafuertes exteriores terminados en pináculos. Este sistema de distribución de pesos y fuerzas permitió elevar la altura de los templos, reducir el grosor de los muros y aumentar el número de ventanas. La luz se introduce en el interior a través de vidrieras multicolores. Las plantas de los templos son normalmente de planta de cruz latina, con tres o cinco naves. Las torres flanquean la fachada principal, son de gran altura y terminan en atrevidas agujas. La decoración arquitectónica la componen gárgolas, arquerías ciegas de arcos apuntados con decoración de tracería y motivos geométricos. Elemento decorativo fundamental de la fachada principal es el rosetón, ventanal redondo sobre el arco ojival de la portada, símbolo de la perfección divina.

Los grandes templos góticos: las catedrales

El edificio emblemático de este periodo es la catedral, cuyas torres, agujas y pináculos dominan el caserío urbano, imponiendo su grandeza y altura al resto de las construcciones.

La planta es de cruz latina, con una cabecera poligonal. En esta, el ábside es de igual altura a la nave central, y alrededor de él estará la girola, a la que se abren una serie de capillas (absidiolos) también poligonales, y siempre en número impar; su altura va decreciendo respecto al ábside, correspondiendo a la nave central, a las laterales, y por último a las capillas que encierran la cabecera. El cuerpo de la iglesia está dividido normalmente en tres naves, aunque tenemos ejemplos de cinco naves (catedral de Toledo). A los pies de la iglesia se abre la portada principal, que suele ser triple, coincidiendo con las naves central y laterales, y enmarcadas por dos torres, que se levantan o bien en perpendicular a las naves laterales (catedral de Burgos) o bien adosadas a la portada (catedral de León). El gótico experimentó un gran desarrollo en Cataluña durante el siglo XIV, donde se usó el modelo de planta basilical , suprimiendo el crucero, para dar mayor espacio útil y sensación de profundidad; por otro lado, redujeron la altura de los templos e igualaron la altura de las naves. Ejemplos son las catedrales de Girona, de Barcelona o de Palma de Mallorca.

El estilo tardogótico y el flamígero

La transición hacia la modernidad renacentista significó la transformación del gótico en un estilo fundamentalmente ornamental y en su fusión con elementos renacentistas.

En la segunda mitad del siglo XV se recubren la estructura del edificio con ornamentación de molduras, tracerías, calados, motivos heráldicos, escudos, inscripciones, cresterías, esferas, pináculos, arcos carpanel y mixtilíneos y diversas formas ondulantes que recuerdan el movimiento de la llama, de ahí el nombre de flamígero.

En el gótico tardío se generalizan las bóvedas estrelladas, la nave única o bien varias naves de la misma altura, las capillas entre los contrafuertes, los cimborrios y las torres terminadas en agujas caladas.

La corriente ornamental se manifiesta por vez primera en Cataluña con Guillermo Sagrera, arquitecto de la Capilla de San Jorge en la Generalitat de Barcelona. Posteriormente se extendió a Castilla y Andalucía, donde se hallan dos monumentos emblemáticos del gótico tardío: el monasterio franciscano de San Juan de los Reyes (Toledo), del arquitecto Juan Guas, y la Capilla Real de Granada, de Enrique Egas, panteón real en el que están enterrados los Reyes Católicos. Otros ejemplos son edificios tan dispares como el Castillo de Manzanares el Real (Madrid), la Casa de las Conchas (Salamanca), el Palacio del Infantado (Guadalajara),la Cartuja de Miraflores (Burgos) y el Palacio de Jabalquinto (Baeza).

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ESCULTURA GÓTICA

Los escultores góticos experimentan una técnica naturalista de sus obras, e introducen a partir del siglo XV la perspectiva en los relieves. Los rostros se individualizan, las figuras humanas se relacionan entre sí, expresan sentimientos y componen escenas con detalles de gran minuciosidad. La escultura gótica sigue teniendo una finalidad didáctica como la románica, y está subordinada a la arquitectura. Se concentra en las portadas, donde desarrollan programas iconográficos muy variados en los que se representan los ciclos evangélicos más relevantes de la vida de Cristo y de la Virgen. Ejemplos significativos de esta etapa los encontramos en las catedrales de Burgos y de León.

El arte de los retablos

El siglo XV fue la centuria de los retablos monumentales en madera dorada y policromada, divididos en paneles, con sugestivas pinturas de colores vivos sobre temas religiosos de gran valor didáctico, como el de Ia Catedral de Toledo, de Felipe Vigarny y Juan de Colonia; el de la Catedral de Tarragona, de Pere Johan; el de Ia Cartuja de Miraflores (Burgos), de Gil de Siloé, y el de la Catedral de Sevilla, de Jorge Fernández.

Sepulcros monumentales

En el interior de los templos, destaca las esculturas funerarias: se sigue la tradición románica de representar al difunto yacente sobre un sarcófago decorado con motivos heráldicos, religiosos y fúnebres, como pueden ser el Sepulcro de Alfonso VIII y la reina Leonor, en el monasterio de Las Huelgas (Burgos), o los Sepulcros Reales de Poblet. A partir del siglo XV los sepulcros ya no representan a los difuntos en actitud yacente, sino vivos y en situaciones de la vida normal. Los sepulcros suelen estar adosados a las paredes de los templos y bajo un arco. El más representativo es el del Doncel de la Catedral de Sigüenza, de autor anónimo, que representa, recostado y en actitud de leer, al joven Martín Vázquez de Arce, símbolo del caballero humanista, culto, aguerrido y valiente, muerto en la conquista de Granada.