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LAS PERSONAS MAYORES EN EL UMBRAL DEL SIGLO XXI ADINEKOAK XXI. MENDEAREN ATARIAN X. JORNADAS La autonomia personal y la dependencia en el proceso del envejecimiento

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LLAASS PPEERRSSOONNAASS MMAAYYOORREESSEENN EELL UUMMBBRRAALL DDEELL SSIIGGLLOO XXXXII

AADDIINNEEKKOOAAKKXXXXII.. MMEENNDDEEAARREENN AATTAARRIIAANN

X. JORNADAS

La autonomia personaly la dependencia en el procesodel envejecimiento

hartu-emanak –Pertsona Nagusien Ikasketa Iraunkor eta PartaidetzaSozialerako Elkartea– 2002ko urrian sortu zen. Elkartearen helburunagusia gizarte parte-hartzaileagoa, demokratigoagoa eta solidarioa-goa sustatzea da. Pertsona nagusien protagonismoa garatu nahi du,dituzten aukerak, bizitzako esperientzia eta bizitza osoan zehar lor-tutako ezaguerak aprobetxatuz. Bi arloren bitartez agertzen dagizartean: ikasketa etengabea, bizitza guztian zehar lortutako eza-guerak herritar aktiboak izatea ahalbidetzen duelako, eta partaide-tza soziala, beste Elkarte batzuekin batera, sare sozialetan lan egi-teko eta lehenago adierazitako helburuetara bideratutako proiektuakegituratzeko.

PERTSONA NAGUSIAK XXI. MENDEAREN ATARIAN argitalpenmultzoak hartu-emanak elkarteak antolatutako Jardunaldi eta Min-tegietan aurkeztutako txostenen testuak jasotzen ditu. Era berean,egile espezializatuek egindakoak izanagatik, lortu nahi ditugun hel-buruetarako garrantzitsutzat jotzen ditugun lanak ere jasotzen ditu.

hartu-emanak –Asociación para el Aprendizaje Permanente y laParticipación Social de las Personas Mayores–, se fundó en el mesde octubre del año 2002 y tiene como objetivo promover una socie-dad participativa, democrática y solidaria. Su misión es desarrollarel protagonismo social de las personas mayores, aprovechando supotencial, experiencia vital y saberes construidos a lo largo de suvida. Se proyecta en la sociedad a través de dos áreas: la llamadaaprendizaje permanente, porque el aumento del conocimiento a lolargo de toda la vida favorece la consecución de la ciudadanía activa,y la denominada participación social para, en conexión con otrasAsociaciones, trabajar en redes sociales y articular proyectos orien-tados a los fines antes expuestos.

LAS PERSONAS MAYORES EN EL UMBRAL DEL SIGLO XXI es unconjunto de publicaciones que recoge los textos de las ponenciasdesarrolladas en las Jornadas y Seminarios organizados por hartu-emanak, así como aquellos otros trabajos que, realizados por auto-res especializados, sean considerados de relieve para los objetivosque se persiguen.

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ADINEKOAKXXI. MENDEAREN ATARIAN

X. JORNADAS

La autonomía personaly la dependencia en el procesodel envejecimiento

LAS PERSONAS MAYORESEN EL UMBRAL DEL SIGLO XXI

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Hartu-emanak

Calle Ronda, s/n (Ganbara)Tel.: 94 415 51 14 • 48005 BILBAO

E-mail: [email protected]

www.hartuemanak.org

La autonomia personal y la dependencia,en el proceso del envejecimiento

Diseño y Maquetación: Marra, S.L.Impresión: Lankopi, S.A.ISBN: 978-84-613-8155-5Depósito legal: Bi-541-04

Reconocimiento-No comercial-Compartir bajo la misma licencia 3.0Este documento está bajo una licencia de Creative Commons. Se permite libremente copiar,distribuir y comunicar públicamente esta obra siempre y cuando se reconozca la autoría y no seuse para fines comerciales. Si se altera o transforma, o se genera una obra derivada, sólo podrádistribuirse bajo una licencia idéntica a ésta. Licencia completa:http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/3.0/es/

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Aurkezpena • Presentación 5

EL ENVEJECIMIENTO CEREBRAL 7

Juan Mª Uterga Valiente, Médico adjunto de Neurología del Hospitalde Basurto, Consulta de Trastorno Cognitivos en el Hospitalde Basurto, Tutor de Residentes de Neurología del Hospitalde Basurto, Presidente de Euskal Neurologi Elkartea/ Sociedad de Neurología del País Vasco.

ENVEJECER, PERO MENOS. SALUD MENTAL Y PENSAMIENTOS 11

Mª Pilar Ruiz Martínez, Psicóloga. Sexóloga. D.E.A. Desde 1971 hasta 2001: Trabaja en Obras Sociales de la BBK, primero como Directora, en el Centrode Promoción de la Mujer de La Florida, de Portugalete hasta 1997y a partir de entonces como Psicóloga Responsable del Área de IntervenciónPsicosocial de la Residencia “Reina de la Paz” de Bilbao.

Desde 1981 hasta la fecha. Psicóloga en Gabinete de Psicología Escolary Clínica, en Portugalete, llevando a cabo casos individuales clínicos, terapia de parejas y familiares, etc.

MECANISMOS QUE PODEMOS UTILIZAR PAR COMBATIR 23LOS CAMBIOS PRODUCIDOS POR EL ENVEJECIMIENTO

Mª de los Reyes Mañas Ruiz, Psicopedagoga y Gerontóloga en “ResidenciaHospital Asilo de San Juan Bautista de Portugalete. Tareas desarrolladas:Evaluación y aplicación colectiva e individual de programasde estimulación cognitiva relacionadas con las áreas de memoria,lenguaje, cálculo, espacio-temporal, motricidad, reminiscencia, habilidades sociales, manejo del dinero, salidas culturales, área lúdico – festivo, orientación a la realidad...

SOLEDAD Y ENVEJECIMIENTO: CÓMO EVITAR QUE ESTE BINOMIO SE CUMPLA 33

Mª del Pilar Castro Blanco, Licenciada en Psicología por la Universidadde Deusto. Actualmente prepara su Tesis Doctoral sobre el sentimientode soledad en las personas mayores. Responsable del Servicio de Formacióny técnica del Área de Mayores de Cáritas Diocesana de Bilbao. Profesora de la Escuela de Magisterio de la Universidad del País Vasco-EHU.

Índice

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Poz handia da guretzat 2010eko azaroa-ren 24an eta 25ean Bilbon izandako “Au-tonomia pertsonala eta menpekotasuna,zahartze prozesuan” Jardunaldietan aur-keztutako hitzaldiak jasotzen dituen Argi-talpena zuen esku jartzea.

Jardunaldi hauek Hartu-emanak elkarteakIkasketa Iraunkorrari eta Gizarte Parte-har-tzeari dagokionez daukan ekintza espa-rruaren barruan daude; izan ere, bi baliabi-de horiek nahitaezkotzat jotzen dituZahartze Aktiboa lortu ahal izateko, betiere,osasungarria izan dadin zahartzen denpertsonarentzat eta errentagarria zahartzenari den pertsonaren gizartearentzat.

Jardunaldi hauen bertutea da Hartu-ema-nak elkarteko Adinekoen talde batek sus-tatu dituela; Elkartea Bizkaian daudenizaera bereko talde guztiei dago irekita,eta, garatzeko, Herri Erakundeen lankide-tza bilatzen du.

Jardunaldiak 2009ko azaroaren 24an eta25ean izan ziren; egun bakoitzean bi hi-tzaldi izan ziren, honi erantsitako Egita-rau-gonbidapenean jasotakoarekin batetorriz. Batez beste, 45 pertsonak hartuzuten parte, eta bertaratutakoen %75 ema-kumezkoak izan ziren.

Jarduera mota hauek garatzeko, Hartu-emanak elkartea jardunaldien xede direnarloetako profesionalen esperientziaz ba-liatzen da, bai eta adinekoen beraien es-perientziaz ere, izan ere, beraien espe-rientzia erabiliz, era aktiboan partehartzen dute gaien azalpenaren ondorensortzen diren solasaldi eta eztabaidetan,eta hori “beraien giza kapitalaren” ain-tzatespena da.

Hartu-emanak

Nos complace poner a vuestra disposi-ción una nueva Publicación que recogelas ponencias presentadas en las Jorna-das celebradas los días 24 y 25 de No-viembre de 2010 en Bilbao con el lema“La autonomía personal y la dependen-cia, en el proceso de envejecimiento”.

Estas Jornadas, se inscriben en el ámbito deactuación de Hartu-emanak correspon-diente al Aprendizaje Permanente y la Par-ticipación Social, entendidos como dos re-cursos imprescindibles para lograr unEnvejecimiento Activo, que resulte saluda-ble para la persona que envejece y rentablepara la sociedad en la que envejece.

Estas Jornadas tienen la virtud de estar pro-movidas por un colectivo de Personas Ma-yores, perteneciente a la Asociación Hartu-emanak, abierto a todos los colectivos de lamisma naturaleza que existen en Bizkaia, yque busca para su desarrollo, la colabora-ción de las Instituciones Públicas.

El desarrollo de estas Jornadas, se realiza-ron los días 24 y 25 de Noviembre del2009, con dos ponencias cada día, deacuerdo con el Programa-Invitación quese adjunta. La asistencia fue de 45 perso-nas de media, con una presencia del 75%de mujeres.

Para el desarrollo de este tipo de activida-des, Hartu-emanak se sirve de la expe-riencia de profesionales en las materiasobjeto de las jornadas, y de las propiaspersonas mayores, que, haciendo uso desu experiencia, participan activamente enlos coloquios y debates que se generantras las exposiciones de los temas, lo queconstituye un reconocimiento de su “capi-tal humano”

Hartu-emanak

Aurkezpena Presentación

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Envejecimiento Cerebral

Juan Mª Uterga Valiente

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La pirámide de edad en el mundo estácambiando radicalmente en los últimosaños y para el 2020 se espera que los ma-yores de 65 años en Europa sean alrededordel 20% de la población, aunque concreta-mente en Bizkaia ya hemos alcanzado esacifra. Por ello el estudio de las consecuen-cias del envejecimiento en el cerebro, elórgano humano encargado de darnos lacaracterística distintiva del ser humano,está concentrando un cada vez mayor in-terés, tanto entre los científicos como enla Sociedad en su conjunto.

Con el paso de los años y tan tempranocomo a los 50, el cerebro disminuye pau-latinamente de peso así como de númerode neuronas. Y lo que es peor, los com-ponentes de las conexiones interneurona-les a nivel sináptico también se deteriorany mal funcionan. Por si esto no fuera sufi-ciente, estudios necrópsicos de personasmayores intelectualmente sanas han de-mostrado que la mayoría de ellas teníanlesiones características de la enfermedadde Alzheimer (EA), la enfermedad de Par-kinson, o infartos cerebrales. Como con-secuencia de todo ello según vamos cum-pliendo años se afecta la memoria dehechos recientes y la rapidez de pensa-

miento, y tendremos más posibilidad detener depresión o ansiedad.

Además alrededor del 20% de los mayo-res de 65 años, presentan mayor deteriorointelectual de lo esperado, lo que se co-noce como Deterioro Cognitivo Ligero[DCL] (Tabla). Hasta hace poco se pensa-ba que la memoria era la más alteradapero ahora se sabe que en la mayoría delos afectos de DCL se deterioran otrasfunciones cognitivas como el razonamien-to o la capacidad ejecutiva más que lamemoria. Estas alteraciones intelectualespueden pasar inadvertidas tanto para lospropios afectados o sus familiares comopara la Sanidad Pública ya que el deterio-ro cognitivo no conlleva una merma lla-mativa en las actividades de la vida diaria,pero detectar a estos pacientes es muyimportante pues corren riesgo, de 5 a 10veces más, de padecer demencia, y ade-más se les duplica el riesgo de fallecerpor cualquier causa, en comparación conlas personas cognitivamente sanas.

Y cerca del 10% de los mayores de 65años padece algún tipo de demencia. Lacausa más conocida y la más frecuente ennuestro entorno geográfico es la EA, sin

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embargo existen otras muchas menos co-nocidas pero que contabilizan en totalcasi la mitad de las causas de demencia(Figura). La EA fue descubierta en 1906por el Dr. Alois Alzheimer en una mujerde 50 años que inicialmente aquejabaproblemas de celos, parecidos casos enlos años siguientes hizo pensar que estaenfermedad era una rareza, y no fue has-ta la década de los 60 del pasado siglo enque un gran estudio necrópsico de falleci-dos con demencia demostró que la EAera la principal causa de demencia. En laactualidad y a pesar de los avances de losúltimos años no tenemos aún un mediocertero al cien por cien para diagnosticar-la, ni para diferenciarla de las otras causasde demencia, y por ello sólo podemosconfirmar el diagnóstico mediante la au-topsia. Últimamente se ha estudiado la víagenética para poder detectar a las perso-nas en riesgo de padecer la EA encontrán-dose tres genes relacionados con la enfer-medad heredada de forma autosómicadominante, pero salvo un pequeño nú-mero de casos en la inmensa mayoría delos pacientes, la EA se debe a múltiplesfactores, por ello se están estudiando va-rias zonas cromosómicas para detectar losgenes que favorecen padecer la enferme-dad, pero salvo la presencia del gen de lalipoproteína APOE tipo 4 que triplica elriesgo de padecer EA, el resto del estudioen este campo todavía está en mantillas.En cuanto al tratamiento de la EA, existenfármacos que ralentizan la progresión dela enfermedad, pero están por venir losque la frenen o reviertan. Si esto que pasaen el ámbito de la EA parece poco, de lasotras causas de demencia como la De-mencia Vascular, la Demencia con Cuer-pos de Lewy o la Demencia Frontotempo-ral, por citar las más frecuentes, todavíase sabe menos, menos de la fisiopatolo-gía, menos del diagnóstico y aún menosdel tratamiento.

En el momento actual, no existe remedioalguno que prevenga de este tipo de en-fermedades. Pero mientras llegan las solu-ciones, sí se puede hacer algo para man-tener una buena función intelectual ydisminuir el riesgo de desarrollar una de-mencia. Está probado que realizar comi-das ricas en hidratos de carbono, proteí-nas y vitaminas, y baja en grasas (la típicacomida mediterránea rica en legumbres,verduras, frutas, pescado y aceites vegeta-les es un buen ejemplo) disminuye elriesgo de padecer demencia o deteriorocognitivo. Lo mismo si se hace un buencontrol del peso y la tensión arterial, si semantiene actividad física y social de for-ma regular, o si se abandona el hábito defumar. En cuanto al alcohol, parece bue-no beber 50 a 100 ml de vino tinto al día,más cantidad u otro tipo de alcoholes sonperjudiciales.

A la vista de lo anterior, la cifra de perso-nas en riesgo de sufrir deterioro cogniti-vo bien por DCL o bien por EA u otrotipo de demencia, lo poco que se conocede estas enfermedades, y las consecuen-cias sobre el bien más preciado de nues-tra persona, la inteligencia, es inexcusa-ble que todos nos pongamos las pilas,tanto los científicos como la Sociedad ensu conjunto, para mejorar el envejeci-miento cerebral y poder vencer a estasenfermedades.

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Envejecer, pero menos

Salud mental y pensamientos

Mª Pilar Ruiz Martínez

1. Sumario 13

2. Introducción 13

3. Bases psicológicas del funcionamiento cognitivo 14

4. Personas Mayores y Pensamientos Irracionales 16

5. Vejez y Sabiduria 19

6. ¿Qué sería envejecer bien? 19

7. Cuatro mecanismos de envejecimiento satisfactorio 20

8. Resumiendo 21

9. Referencias 21

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1. Sumario

A lo largo de esta exposición vamos adescribir los tipos de vejez y los mecanis-mos psicológicos del envejecimiento sa-tisfactorio.

Para ello partimos de algunos estudios so-bre las bases psicológicas del funciona-miento cognitivo.

Nos detendremos en el análisis de un es-tudio sobre los pensamientos irracionalesen las personas mayores como un fenó-meno a evitar.

Haremos algunas consideraciones sobrela vejez y la sabiduría.

Propondremos algunas reflexiones sobrequé se entiende por envejecer bien.

Concluiremos con una síntesis sobre elenvejecimiento activo.

2. Introducción

El proceso de envejecimiento es algo na-tural de los seres vivos. Las personas,como seres vivos que somos, participa-mos de este proceso; en realidad la vidadel ser humano es un único proceso des-de que se unen el espermatozoide denuestro padre con el óvulo de nuestramadre y nos regalan el maravilloso viaje

por este mundo, aunque en este procesohaya diversas etapas.

La vida se desarrolla en el espacio y en eltiempo. En el aquí y el ahora de cada ins-tante. Pero es algo más que una sucesiónde lugares y momentos. Es algo más queel transcurso del tiempo. Lo importante esvivir la vida de modo activo, buscando elsentido de nuestra vida, no dejar “pasar eltiempo”.

Se dice con frecuencia que no se trata dedar más años a la vida, sino de dar más vidaa los años. Sin embargo, se puede matizarmás cuando se trata del envejecimientoactivo, añadiendo que esa vida, que que-remos dar a nuestros años, la queremosdirigir nosotros, vivirla desde nuestro in-terior, dirigir nuestro camino, poseernuestro estilo de vida.

Lo importante es aprovechar bien estetiempo, ( Yela, 1988): “En ese tiempo bio-físico el hombre y el animal envejecen ycon el transcurso de ese tiempo se dete-rioran y mueren. La vejez biológica essimplemente declive y acabamiento”…,esto lo compartimos las personas y losanimales.

“Pero el hombre vive también en otra mo-dalidad del tiempo. Vive también en untiempo personal. Su vida no es sólo Zoé,biología; es, a la vez Bíos, biografía…La

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vida del hombre consiste, además y sobretodo, en una conexión temporal de suce-sos personalmente significativos que vanformando un argumento biográfico cuyosentido el hombre busca y elabora, segúnel modo con que, desde el presente, in-terpreta su pasado, y con que, desde supresente, proyecta su futuro”.

De ahí se desprende la enorme importan-cia que tiene para nuestra existencia el te-ner un estilo cognitivo enriquecedor, quemarque nuestra biografía, que nos permitaelaborar pensamientos adaptativos a nues-tra realidad concreta, en cada momento delrecorrido por este proceso vital. Un estilocognitivo saludable que nos ayude a ser fe-lices y a hacer posible que colaboremos enla elaboración de espacios de relaciones sa-tisfactorias a nuestro alrededor.

3. Bases psicológicas delfuncionamiento cognitivo

Cuando nacemos venimos a un entornoque nos acoge y que nos dará, o no, lo quenecesitamos para crecer de modo saluda-ble. Nuestra infancia no tiene que ser per-fecta para que seamos unos adultos (o an-cianos) bien adaptados, sino ser lo“suficientemente buena”, tal como el doc-tor Winnicott afirmaba, Young, J.E., Klosko,J.S. (2001).

Para crecer necesitamos:

• Seguridad básica.

• Relación con los demás.

• Autonomía.

• Autoestima.

• Autoexpresión.

• Límites realistas.

Si estas necesidades no se cubrieron demodo adecuado en la familia, o se cubrie-ron con un déficit, o un exceso importan-

te y esto se unió a otros factores que ibanen la misma dirección, como el tempera-mento, la herencia, los amigos de la pri-mera infancia, la escuela, etc., es proba-ble que elaborásemos unos esquemascognitivos inadecuados, también llamados“Trampas Vitales”, que determinan cómosentimos, actuamos y nos relacionamoscon los demás. Conllevan sentimientosnegativos intensos tales como la ira, latristeza, la ansiedad.

Lo malo de estas Trampas Vitales es queson patrones o temas de toda la vida, sonautodestructivas y tratan de sobrevivir;por eso cuando no queremos reconocer-las decimos:” Yo siempre he sido así”.

Lo que sí es importante saber, es que sepuede cambiar y si ese “ser así” que has-ta ahora hemos vivido, nos ha impedidoser felices o hacer felices a las personascercanas, puede ser, precisamente en lavejez, cuando lo cambiemos por unmodo mucho más enriquecedor, saluda-ble y satisfactorio. Se necesita hacernosconscientes y trabajarnos desde nuestrointerior.

Se han hecho numerosos estudios para vercómo el funcionamiento cognitivo de laspersonas, es decir, lo que pensamos, cree-mos, nos decimos en nuestro interior, influ-ye en las emociones y en la conducta.

Frecuentemente, sufrimos más por nues-tros pensamientos negativos que por loque realmente nos ocurre.

Autores como Ellis (1962) y Beck (1976)establecieron las bases teóricas acerca decómo determinados tipos de pensamientodisfuncional, también conocidos comopensamientos irracionales, constituían unelemento central en el desarrollo de di-versos trastornos psicológicos como laansiedad y la depresión.

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Beck (1976) estableció la existencia de di-versos niveles en el funcionamiento cogni-tivo. En un nivel superficial está el auto-diálogo, es decir, el diálogo que hacemoscon nosotros mismos valorando lo quenos ocurre, o las cosas, acontecimientos,nuestra persona, la de los demás, actua-ciones de los demás o propias; resumien-do la vida en su totalidad, también cono-cidos como pensamientos automáticos,que nos vienen de manera involuntaria yrápida, casi no son perceptibles. Este au-tor ha identificado la naturaleza de los

mismos en diversos trastornos psicológi-cos. Por ejemplo, en el caso de la depre-sión, Beck (1976) propuso la existenciade una tríada cognitiva. La persona depri-mida experimenta pensamientos negati-vos acerca de sí mismo, de cómo le evalú-an los demás y acerca del futuro.

Además del autodiálogo, que representael nivel más superficial de pensamientos,Beck (1976) describió las estructuras o es-quemas cognitivos como cogniciones pro-

fundas que hacen que la persona inter-prete los sucesos mediante patrones rela-tivamente fijos.

Las estructuras pueden adoptar la forma decreencias acerca de uno mismo, de losotros y del mundo y se etiqueta como “dis-funcionales” o “inadaptadas” a las creen-cias que pueden subyacer a los problemasemocionales. Las creencias disfuncionales,con frecuencia, se refieren al logro perso-nal, la necesidad de aceptación y el control(Beck, Rush, Shaw & Emery, 1979).

Estas estructuras profundas y disfunciona-les son las trampas vitales, desarrolladasposteriormente, como ya hemos señaladopor Young y Klosko, las cuales nos indu-cen a apreciar ciertas situaciones de unaforma errónea, hasta el punto que nos re-ajustan nuestros estilos cognitivos, es de-cir, creemos adecuada la forma de ver einterpretar el mundo.

Para salir de estas trampas vitales, quenos distorsionan la realidad, es preciso

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contrastar nuestros pensamientos con loque de verdad ocurre, ser más precisos enla forma de interpretar las situaciones.

4. Personas Mayores yPensamientos Irracionales

En un importante estudio (Fontecilla Pe-llón y Calvete Zumalde, 2003) trataron deevaluar si la edad de las personas influyeen la racionalidad o irracionalidad del pen-samiento, vamos a seguir su línea de tra-bajo en este estudio.

Albert Ellis formuló en 1955 una de las te-rapias más influyentes y eficaces en el si-glo XX, la Terapia Conductual RacionalEmotiva (REBT), que se basa en la in-fluencia de las cogniciones sobre las emo-ciones y las conductas.

De acuerdo con esa terapia, trabajandonuestros pensamientos podemos encon-trar una mejor calidad de nuestros senti-mientos y emociones, así como de nues-tra conducta posterior.

Cuando nuestro estilo cognitivo no es eladecuado, es frecuente que suframos nos-otros mismos y/o hagamos sufrir a los de-más.

Se supone y así lo han relacionado muchosautores, que con los años vamos apren-diendo a vivir y a saber ver los aconteci-mientos con una mayor flexibilidad y equi-librio emocional, lo que nos permitiríaacercarnos más a la verdad, sería una for-ma de inteligencia (Fernández Ballesteros,1999). Otros autores desde la Psicología re-lacionan la sabiduría con la vejez (Erikson,1989, 2000; Yela, 1979,1992; Pinillos, 1979,1992; Shapiro y col., 1995; Ellis y Velten,1998; Baltes y Saudinger; 1993).

Dentro del desarrollo intelectual de losmayores (Baltes y Staundiger, 1993; Cale-

ro y García, 1997; Schaie y Willis, 1991) seha propuesto que éstos se caracterizaríanpor una cierta decadencia en la inteligen-cia fluida, mientras que en la inteligenciacristalizada habría ganancias. En este sen-tido se encontraron algunas habilidadescognitivas que hicieron pensar que laspersonas ancianas podrían ser efectiva-mente las más sabias, tal vez porque conlos años han adquirido una filosofía de lavida más sana y adaptativa y que hanaprendido con la propia vida.

En numerosas culturas se tenía en cuentala opinión de los ancianos del pueblopara tomar decisiones que afectaban a lacomunidad, aún se sigue haciendo enmuchos ámbitos.

Para comprobar estas bases señaladas lascitadas investigadoras (Fontecilla, Pellóny Calvete, Zumalde, 2003) se propusieronevaluar si las personas mayores difierende otras más jóvenes en creencias irracio-nales, es decir, pensamientos que no sonadaptativos.

Pasaron el Test de Creencias Irracionales(Jones, 1968) a 889 personas, procedentesde cuatro grupos diferentes:

1) Grupo de Personas Mayores (G1): deedades iguales o superiores a los 65años, con una edad media de 69.34años.

2) Grupo más joven (G2), lo formaronpersonas de edades comprendidasentre 18 y 50 años, con una edad me-dia de 34.06 años.

3) Grupo de Padres y Madres (G3), conedades entre 21 y 52 años y una edadmedia de 38.55 años.

4) Grupo de Estudiantes Universitarios(G4), formado por alumnos y alum-nas de Psicopedagogía y Magisterio,

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con edades comprendidas entre 18 y39 años, una edad media de 21,72años.

Los resultados de este estudio indicaron queel grupo de los mayores de 65 años obteníauna puntuación menor en irracionalidad,a nivel global, que los otros grupos.

También se efectuó un análisis multivaria-do, con el fin de determinar diferencias en-tre los cuatro grupos (G1), (G2), (G3) y(G4), en los siete tipos de creencias irracio-nales, que se habían evaluado, que fueron:

1- NA = Necesidad de Aprobación.

2- AA = Altas Autoexpectativas.

3- CU = Tendencia a Culpabilizar.

4- IE = Irresponsabilidad Emocional.

5- DE = Dependencia.

6- IC= Indefensión acerca del Cambio.

7- PE= Perfeccionismo.

Éstas permitieron observar que las perso-nas mayores (G1) puntuaron significativa-mente más bajo que los otros grupos en:Necesidad de Aprobación, Irresponsabili-dad Emocional, Indefensión acerca delCambio, y Perfeccionismo.

Sin embargo, puntuaron más alto que losotros tres grupos (G2, G3 y G4) en AltasAutoexpectativas y Tendencia a Culpabili-zar; también puntuaron más alto en De-pendencia que el grupo de Padres y Ma-dres, pero con puntuación muy cercana ala de los otros grupos.

En la figura 1, se muestran las diferenciasobtenidas en las respuestas a las subesca-las del TCI-R entre los grupos.

Fig. 1.- Puntuaciones medias obtenidas en las subescalas

Fuente: Fontecilla, P. y Calvete, E. (2003). Racionalidad y personas mayores. Psicothema, vol.15, pp. 369-374.

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La Irresponsabilidad Emocional reflejauna creencia irracional consistente en queuno mismo, tiene poco control sobre lapropia infelicidad o malestar psicológico.

La Indefensión para el Cambio se caracte-riza por pensar que la persona es el resul-tado de su historia pasada y, en conse-cuencia, poco puede hacer por superarsus efectos.

Respecto a esta idea irracional, se observauna clara tendencia hacia la racionalidaden función de la edad, esto tiene un inte-rés especial en el caso de las personasmayores, ya que supone una mayor capa-cidad para aceptar su pasado e integrarloen el presente para mirar al futuro con unestilo personal, lo que sería escribir nues-tra biografía con estilo propio, conscien-tes de que siempre podemos mejorar.

Otra creencia en la que las personas ma-yores han mostrado puntuaciones másbajas, por tanto mayor racionalidad, es laNecesidad de Aprobación. Los mayoresson menos dependientes del beneplácitode los demás, en contra del grupo más jo-ven, el de los estudiantes, que necesitanmás la aprobación de los demás. A medi-da que avanza la edad, esta creencia pa-rece disminuir.

La escala de Perfeccionismo, mide la cre-encia irracional, que consiste en pensarque todos los problemas tienen una solu-ción perfecta o excelente y que la perso-na no puede sentirse satisfecha hasta quela encuentre.

En dos de las creencias evaluadas las per-sonas mayores han obtenido puntuacio-nes que señalan mayor irracionalidad: Al-tas Autoexpectativas y Tendencia aCulpabilizar.

La creencia Altas Autoexpectativas consis-te en pensar que se debe tener éxito y ser

completamente competente en todo loque se hace; es decir, que su valor comopersona está en función de sus logros.

Puede que los mayores piensen en todolo que podían haber hecho y no hicieron,sin embargo, un balance poco adecuadodel éxito en la vida, conduce a la necesi-dad de poseerlo y de no aceptar las limi-taciones actuales. La irracionalidad supo-ne no aceptar que el éxito puede ser undeseo y no una obligación. Sería tambiénnecesario aprender a relativizar el con-cepto de éxito.

La Tendencia a Culpabilizar, refleja quelas personas mayores tienden a pensarque la gente, incluyéndose a sí mismas,merece ser culpada y castigada por suserrores o malas acciones.

También se vieron diferencias en los re-sultados del estudio en función del géne-ro en la muestra de personas mayores,que sugerían que algunas diferencias semantienen con la edad mientras que otrastienen una evolución diferente si se tratade hombres o de mujeres. Al igual que enotros estudios (Zwemer y Deffenbacher,1984), tanto entre los mayores como entrelos más jóvenes, los hombres puntúanmás alto que las mujeres en culpabiliza-ción y perfeccionismo.

Mientras que en grupos más jóvenes lasmujeres se caracterizan por mayores pun-tuaciones en la necesidad de aceptaciónpor parte de los demás (Coleman y Ga-nong, 1987; Jones, 1968; Koopmans, San-derman, Timmerman y Emmelkamp, 1994)las mujeres mayores parece que cambianen lo referente a esta creencia, reduciendola puntuación incluso por debajo de la delos hombres. En lo referente al factor AltasExpectativas, destaca la alta puntuaciónque obtienen los hombres mayores del es-

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tudio. Todos estos resultados en conjuntonos llevan a pensar que el perfil de las mu-jeres mayores es más racional.

5.Vejez y Sabiduría

Sobre el concepto de Sabiduría (Panikkar,1999), señala que “la sabiduría es el artede la vida, la sabiduría nos hace felices,nos da alegría; es el lugar donde el serhumano se siente en casa, donde puedeser él mismo, donde puede, por lo tanto,alcanzar la plenitud de la vida”.

En esta y otras muchas concepciones sabi-duría es la adecuación de nuestros pensa-mientos, sentimientos y conductas con laVerdad y la Bondad, lo cual nos lleva a serfelices y hacer felices a los demás.

Conseguir la sabiduría con el transcursode los años, es una meta a alcanzar en unenvejecimiento satisfactorio, activo, reali-zador de nuestra identidad. Sería el cul-men de nuestro estilo cognitivo más posi-tivo y equilibrado.

Sólo el hecho de hacer años y acumularexperiencias no nos lleva necesariamentea ser sabios. De nuevo nos enfrentamos ala necesidad de tener un estilo de vidapropio, un estilo de vida luchador porconseguir, mediante la reflexión y el es-fuerzo, adecuarnos a la realidad y mejo-rarla en la medida de lo posible. Apren-der de las experiencias vividas yproyectar cada día como algo nuevo,como un reto para ser un poco más feli-ces, más alegres, más competentes, máscomprensivos…, a ser más nosotros mis-mos en plenitud.

6. ¿Qué sería envejecer bien?

Envejecer es el hecho vital de “seguir vi-viendo”.

Generalmente se envejece como se ha vivi-do, pero estamos abogando por la capaci-dad de las personas de mejorar y cambiar alo largo de toda la vida y señalaría que lavejez es la mejor etapa para ello, ya quedebido a la liberación del trabajo obligato-rio nos puede quedar más tiempo para larealización personal, y social, para la refle-xión, la contemplación, el equilibrio…

Se ha solido señalar como edad sociocul-tural o económica la de los 65 años paraconsiderar a las personas en este grupode edad; sin embargo, nada hay más lejosde la realidad, ya que la vejez se puedeexperimentar en edades mucho más tem-pranas o mucho más avanzadas.

Se suele relacionar con la jubilación labo-ral y esto se ha visto actualmente que de-pende de criterios políticos y económicosde los Estados y no de la realidad biológi-ca de las personas, y mucho menos de larealidad de cada individuo.

El grupo considerado en el estadio de lavejez es el más heterogéneo de todos losgrupos de edad de las personas, a lo largode su ciclo vital.

Hay sucesos importantes en el desarrollode la vida de cada persona. Unos son decarácter biológico como la pubertad, lamenopausia en las mujeres y su correlatoen los hombres, el parto, un aborto, etc. Yotros son de carácter psicosocial, como lajubilación, el paro, etc.

El modo en que nos enfrentamos a cadaexperiencia vital es personal y depen-diendo de nuestros estilos cognitivos sal-dremos enriquecidos o deteriorados en laconquista de nuestro reto vital.

Para envejecer satisfactoriamente es preci-so ser conscientes de que el mando denuestra vida lo tenemos nosotros, es no

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conformarnos pasivamente a lo que lascircunstancias nos aporten, o a lo que lasociedad nos brinde o nos ofrezca comopropio de nuestra edad cronológica.Nuestra vida es lo que nosotros decidamosque sea, dentro de nuestras posibilidades.

Podemos tener nuestro propio sentido dela vida, nuestros propios criterios, nuestraspropias expectativas, nuestros propios va-lores, nuestro propio horizonte vital.

El envejecimiento activo o satisfactoriosupone saber lo que queremos de nuestrapropia existencia, es decir, tener una acti-tud activa ante nuestro tiempo de perma-nencia en el mundo.

Como señala (Fernández- Ballesteros,2002), se puede hablar de vejez normal,que sería la que cursara dentro de unosparámetros estándares correspondientes ala media y a la vez a casi ninguna perso-na concreta, vejez patológica es la quecursa con enfermedad, sobre todo cuan-do es crónica y/o incapacitante y vejezcon éxito, competente, satisfactoria, o ac-tiva, como se denomina al modo de en-vejecer enriquecedor que tratamos de re-saltar.

La vejez satisfactoria se define comoaquella que cursa con una baja probabili-dad de enfermar y de discapacidad aso-ciada, un alto funcionamiento físico y fun-cional y un alto compromiso con la vida ycon la sociedad.

Tener un estilo de vida saludable es cui-dar del cuerpo, de la mente y del espíritucon hábitos de una adecuada alimenta-ción, preparada con esmero porque nosqueremos y respetamos, con unas prácti-cas de ejercicio equilibrado y regular, conactividades intelectuales y sociales quenos agraden, donde aportemos lo que po-damos, sólo nuestra presencia ya es im-

portante. Es valorar cada minuto de nues-tra vida como un regalo y por eso lo agra-decemos y disfrutamos de él.

Podemos envejecer de manera pasiva, perosi nos fijamos bien es posible que descu-bramos que ése fue el estilo con el queafrontamos todas las etapas anteriores denuestra vida, nos hemos dejado llevar porla vida, por las circunstancias, por los crite-rios de otros… Si descubrimos esto, puedeque podamos afrontar la nueva etapa concriterios propios, cambiando nuestros pen-samientos negativos, buscando lo buenode nuestro interior y de los demás.

7. Cuatro mecanismos deenvejecimiento satisfactorio

Diversos autores señalan cuatro princi-pios o mecanismos del envejecimiento sa-tisfactorio (Fernández- Ballesteros, 2002),que rigen en la diferenciación en estemodo de envejecer respecto a los demásy que son los siguientes:

• Normalización.

• Selección.

• Optimización.

• Compensación.

Si lo que vivimos está bien, nos producesatisfacción y es bueno para nosotros ypara los demás es interesante mantener lanormalización en nuestros pensamientos,sentimientos, comportamientos y hábitos,es decir, “si se siente a gusto y está bien,manténgase así”.

Si tenemos muchos campos de interés enactividades diversas, que antes mantenía-mos, pero que ahora nos sobrecargan, esmejor seleccionar aquello que nos hagasentirnos bien y que mejore nuestra saludfísica, psicológica o social y familiar.

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Todo lo que seamos capaces de hacer yde mantener de nuestras habilidades, ca-pacidades intelectuales, recursos y donespersonales optimizarlo, “sacarle chispas”,es nuestro tesoro personal, optimizaraquello que me es propio y, en la medidade lo posible, además de optimizar lo queya teníamos, ampliar nuestros recursos ycapacidades.

Puede que con la edad tengamos déficitsy limitaciones, por enfermedad o por“desgaste de tanto usar”, es decir por laedad, entonces hay que ser prácticos y sies necesario compensarlos con todo loque haya para remediar la deficiencia: ga-fas, audífonos, bastones, etc. Lo importan-te es poder seguir disfrutando, en la me-dida de lo posible, de ver, leer, oír,pasear, pensar, estar…, el mayor tiempoposible.

8. Resumiendo

La realidad no suele ser la que nos hacesufrir, son nuestros pensamientos en tor-no a esa realidad lo que nos hace sufrir ono, (aquello que se suele decir de ver labotella medio vacía o medio llena), ocomo dice un amigo mío, que cuando ledicen que es “medio tonto”, él lo interpre-ta como que es “medio listo”. (Yo creoque es listo entero).

Ante cada hecho o ante cada persona, in-cluido nuestro yo, de manera semiincons-ciente, nos surgen pensamientos automá-ticos, no voluntarios, muy rápidos yfugaces, que nos hacen interpretar esehecho, a esa persona, al mundo, a nos-otros mismos de una determinada mane-ra. Estos pensamientos automáticos pue-den ser positivos o negativos, delequilibrio entre estas dos tendencias sedesprenderá una visión saludable y ade-cuada de la realidad o una visión inade-

cuada que nos dificultará gozar de la vida.

Cuando estos pensamientos no son ade-cuados con la realidad y corresponden auna deformación de nuestro modo depensar, estamos ante los pensamientosirracionales.

Debajo de estos pensamientos automáti-cos hay otras estructuras internas máscomplejas que dan como resultado diver-sos estilos cognitivos que producen inter-pretaciones de la realidad, saludables opatológicas.

En la vejez tenemos la posibilidad deaprender a conocernos bien, a interpretarnuestra vida de manera positiva, nuestraperspectiva es mucho mayor que en eta-pas anteriores.

Desde lo alto del monte la vista de la rea-lidad es mucho más amplia que cuandose está ascendiendo, la panorámica esmucho más rica, nos podemos situar me-jor. Esta capacidad es necesario aprove-charla; en la vejez se puede seguir dandofrutos abundantes para ser felices y hacerfelices a los demás.

9. Referencias

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Mecanismos que podemos utilizar para combatir los cambiosproducidos por el envejecimiento

Mª de los Reyes Mañas Ruiz

1. Sumario 25

2. El envejecimiento y su percepción 25

3. Dificultades para mantener el bienestar personal 27

4. ¿ Qué podemos hacer para adaptarnos mejor a los cambios? 28

5. Relación entre nuestro estilo de vida y nuestra autoestima 30

6. Conclusiones 31

7. Bibliografía 32

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1. Sumario

Partimos de la interpretación que la per-sona hace de la realidad y, más concreta-mente, de la percepción que tiene de suenvejecimiento.

Analizaremos el estilo de vida y las di-mensiones de los comportamientos habi-tuales, es decir, de los pensamientos, delos sentimientos y de las acciones.

Nos detendremos en las dificultades paramantener el bienestar personal y el usodel envejecimiento activo como la maneraadecuada de conseguir mantener esebienestar.

Examinaremos algunas reglas para adap-tarnos mejor a los cambios y concluire-mos con unas consideraciones en torno ala relación del estilo de vida y la autoesti-ma, recalcando la importancia que tienela autoestima para conseguir el funciona-miento eficaz en el proceso vital.

“Cuida tus Pensamientos porque sevolverán Palabras.

Cuida tus Palabras porque se volveránActos.

Cuida tus Actos porque se haránCostumbres.

Cuida tus Costumbres porque forjarántu Carácter.

Cuida tu Carácter porque formará tudestino

Y tu Destino será tu vida...

Mahatma Gandhi

2. El envejecimientoy su percepción

En el proceso de envejecimiento el indivi-duo suele sufrir cambios físicos, psíqui-cos, sociales y económicos. Sin embargo,estos cambios no son homogéneos entrelas personas mayores. Uno de los factoresdiferenciadores es la interpretación querealizamos de la realidad. Así lo expresóThomas Kuhn en 1962 cuando se referíaal concepto del envejecimiento activocomo “el conjunto de opiniones y creen-cias que conforman una imagen generaldel mundo que tiene una persona o unacultura”.

De esta definición deducimos que laadaptación de una persona a una situa-ción está determinada por su estilo devida que es el conjunto de comporta-mientos habituales de las personas en sustres dimensiones:

A) Los pensamientos: Hace referencia ala información que se tiene y cómose filtra un tema. En este apartado seencuentran las creencias, los estereo-tipos, las ideas irracionales, pensa-mientos negativos….

B) Los sentimientos que es la capacidadque tiene cada persona de controlarlas emociones tales como, la alegría,la ira, la culpa, la tristeza, la angustia,etc.

C) Las acciones que son los comporta-mientos observables, es decir, lo quehacemos.

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Como se observa en la Fig.1, estas tres di-mensiones están interrelacionadas dándo-se información entre ellas (feed-back) porlo que normalmente, si no hacemos uncambio de manera consciente, el sistemaperdura en el tiempo.

No obstante, si somos capaces de cambiaruna dimensión conseguiremos cambiar elsistema porque a la vez se modifican lasotras dos dimensiones.

A través de unos ejemplos vamos a com-prender el mecanismo de las dimensionesanteriormente descritas.

Comenzaremos por el siguiente esque-ma Fig. 2. Modificamos la acción paracambiar el pensamiento y como conse-cuencia de estos cambios se transforma-rá el sentimiento.

Figura 1

Sentimiento Acción

Pensamiento

Figura 2

Acción Pensamiento Sentimiento

Figura 3

Sentimiento Pensamiento AcciónEs sabido que para mantener una buenasalud es necesario mantener unos hábitossaludables: alimentación equilibrada, de-porte, eliminar uso de sustancias tóxicas.

Imaginemos que a una persona fumadorade toda la vida se tiene que adaptar a lanueva ley antitabaco y en los lugares pú-blicos no pudiera fumar.

Esta persona actualmente fuma (Acción),y lo más probable es que en un primer

momento Piense que fumar le resulte gra-tificante porque lo tiene asociado a estartranquilo/a o a estar disfrutando de mo-mentos alegres con sus amistades Sientaque el no fumar es horrible porque esuna actividad, que a corto plazo, le daplacer. Por lo que le gustaría seguir fu-mando (acción).

Tras una semana sin fumar(Acción) Piensaque ha sido capaz de buscar estrategiaspara superar las dificultades que le han sur-gido para no fumar y que si mantiene suhábito de no fumar va a tener a medio y alargo plazo consecuencias positivas para susalud y puede mejorar su calidad de vidaactual. Además, lo que se ahorra en el pa-quete de tabaco lo puede utilizar en otrocapricho. Siente que está orgullosa de po-der mejorar su salud. Lo nota en que tienemenos fatiga al andar, menos propensión acoger catarros.... tiene un reconocimiento asu esfuerzo y apoyo por parte de los que lerodean. Acción el hecho de no fumar leproduce satisfacción como consecuenciaratifica los beneficios que le da la acción deno fumar y seguirá sin fumar.

A continuación buscaremos el cambio co-menzando por la modificación del senti-miento; el esquema se representa en laFig 3.

Una mujer de edad muy avanzada Sienteque ya no sirve para nada, no tiene ilu-siòn por las cosas y frecuentemente seencuentra aburrida. Piensa que hacer co-sas a su edad ya no tiene sentido porqueen cualquier momento se puede morir.Cada vez abandona más actividades (Ac-ción), aunque desde un punto objetivo

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conserva las capacidades físicas, psíqui-cas, sociales y económicas para realizar-las. Su nieta le anima a recuperar unhobby (la pintura) recordándole lo bienque lo pasaba. Ella admitió que disfrutabamucho.(Sentimiento). Este nuevo senti-miento le hace Pensar que físicamente notiene grandes dificultades: para ver utilizagafas y los movimientos de la mano, aun-que son más lentos todavía tiene pulsosuficiente para pintar con los pincelesmás gordos. Decide pintar un paisaje enel que las pinceladas no deban ser dema-siado definidas. (Acción). Siente que pue-de continuar pintando, disfruta haciéndo-lo y acepta las pequeñas limitacionesfísicas que tiene debido a la edad.

Otra manera de cambiar nuestro estilo devida es comenzando por el pensamiento.Este esquema es el seguido por las terapiascognitivo- conductuales que en numerosestudios han demostrado que es el más efi-caz para el cambio del sistema. Fig 4.

Figura 4

Pensamiento Sentimiento Acción

Vamos a poner un ejemplo.

Una pareja tras un viaje del Inserso le daun infarto en el corazón a la mujer. Elmarido Piensa que con anterioridad sedebería de haber dado cuenta de que sumujer se encontraba mal. Siente que noha sabido cuidar bien de su mujer. Porlo que busca explicaciones entre dife-rentes expertos de porqué le ha sucedi-do eso a su mujer. (Acción) Los diferen-tes profesionales le informan de que eneste tipo de casos son muy difíciles depreveer porque en todos los chequeosanuales no se había aparecido ningunaanomalía. Tras un tiempo se da cuenta yPiensa que en este caso no se podía ha-

ber hecho nada para evitar el infarto.Por lo que Siente que ha cuidado biende su mujer y ella lo percibía así. Co-mienza a ayudar a su hija en el cuidadode sus nietos. (Acción)

3. Dificultades para mantenerel bienestar personal

Según la OMS, el envejecimiento activo es“el proceso que permite a las personas re-alizar su potencial de bienestar físico, psí-quico y mental a lo largo de todo su ciclovital y participar en la sociedad de acuer-do con sus necesidades, deseos y capaci-dades, mientras que les proporciona pro-tección, seguridad y cuidados adecuadoscuando necesitan asistencia”.

En ocasiones, resulta muy difícil, mante-ner el equilibrio en sus tres niveles:

1) Psicológico: Evaluación realista de larealidad, equilibrio emocional, clari-dad en el pensamiento...

2) Biológico: Ausencia de enfermedades,mantener las capacidades sensoriore-ceptivas, motoras como en la edadadulta, hábitos adecuados de alimen-tación, higiene, sueño y ejercicio.

3) Social: Apoyos familiares y de amista-des, solvencia económica, integradaen asociaciones comunitarias, infraes-tructuras del entorno adecuadas, re-cursos sociales necesarios que facilitanel desarrollo personal de los/as ciuda-danos/as.

Estos tres niveles se interrelacionan entresí y las personas están influidas por losacontecimientos vitales.

En la descripción de Carter y McGoldrick,(1980) del Ciclo familiar señalan que en eladulto de edad media se suelen realizar:

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• Un nuevo reenfoque de los asuntosmaritales y profesionales, es decir, sesuele producir la jubilación que impli-ca una reestructuración del tiempo,reedistribución de tareas y disminu-ción en el poder adquisitivo.

• Afrontar las incapacidades y muertesde los padres.

• Afrontar el propio envejecimiento ymortalidad, suele haber una disminu-ción de las funciones motoras e inte-lectuales.

En la siguiente etapa se produce la con-tracción de la familia supone mantener elfuncionamiento a pesar del declive psico-lógico.

Y por último la muerte y el duelo dondees necesario afrontar la pérdida del espo-so/a, hermanos/as y es el momento en elque se necesita preparar uno mismo parala muerte.

En estos momentos pueden surgir senti-mientos negativos de soledad, inseguri-dad o inutilidad. Para hacer frente a estossentimientos es necesario analizar qué fa-cilita el estado de bienestar y qué factoreslo dificultan.

4. ¿Qué podemos hacer paraadaptarnos mejor a los cambios?

Cada persona tiene su jerarquía de valo-res, sentimientos, capacidades y limitacio-nes por lo que en una misma situaciónuna persona evaluará necesario cambiar yotra no. Por lo tanto, como premisa iniciales necesario que la persona perciba queexiste un problema.

Según Mayer (1986), un problema existe siuno quiere cambiar el estado presente sinver una manera obvia, es decir, es nece-sario probar, verificar o evaluar una o más

posibles soluciones de hacerlo. Así, en-contrar una solución es una manera desalir del estado presente, alcanzando elestado meta que significa el paso a un es-tado más agradable.

Imaginemos que recientemente en una pa-reja uno de sus hijos se ha marchado a unpaís extranjero y la única vía de comunica-ción es Internet. Para una persona quenunca lo ha usado el hecho de tener queaprender a utilizarlo le puede parecer difí-cil, costoso, que no va a saber manejarsebien, que siempre va a tener que dependerde los demás. Pero por otro lado tiene ilu-sión de poder comunicarse con su hijo eincluso verle por la webcam. En este casoesta persona tiene un problema, quiere po-der comunicarse con su hijo, pero a prioricree que le va a resultar dificil manejarsecon Internet. Sin embargo, el hecho deaprender su manejo le permitiría encontrar-se en una situación más agradable que espoder comunicarse con su hijo.

Por lo tanto para realizar cualquier cam-bio lo primero que debemos hacer es de-finir el problema, ¿Qué es lo que quere-mos conseguir ? ¿En qué ámbito familiar,amistades, salud, ocio..?. Al formularnuestros objetivos o metas debemos serrealistas, es decir, que sean alcanzablescon los recursos que disponemos.

En algunas ocasiones es recomendablesubdividir la meta en submentas. De estemodo, lograremos asociar el cambio apoco esfuerzo, aumentaremos la probabili-dad de que lo hagamos, dispondremos deun tiempo de aprendizaje que disminuirá laprobabilidad de abandonar la tarea.

En segundo lugar tenemos que analizarcuáles son nuestras actitudes y descubrirsi tenemos alguna que nos dificulta reali-zar el cambio.

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En la siguiente fase procederemos a labúsqueda de alternativas analizando cadauna de ellas, ventajas e inconvenientes acorto y largo plazo.

Por último tras aplicar la alternativa elegi-da evaluaremos su éxito o fracaso reajus-tando nuestras acciones hasta lograr nues-tro propósito.

Practiquemos estos conceptos con unejemplo. Una mujer de 86 años desde quese quedó viuda su vida cambió por com-pleto, dejó de salir con las amigas porque

no le parecía adecuado, empezó a des-preocuparse de las comidas porque le re-sultaba demasiado trabajoso tener que co-cinar para una persona, cada vez salíamenos y cuanto menos hacía más aumen-taba su sentimiento de s oledad y tristeza.Un día una vecina le hizo una visita y lecomentó que la encontraba demasiadodelgada y que casi no se cruzaban comoantes por las escaleras.

1. Definición del problema:

La tristeza de perder a un ser querido ledesequilibró su bienestar al disminuir su

interés por continuar haciendo sus activi-dades. Como consecuencia se produjo undeterioro en las redes sociales (por aban-donar el ir a tomar el café con sus ami-gas), deterioro de la salud física por lamala nutrición y alteración emocional, latristeza, el aburrimiento y la disminuciónde actividades gratificantes le producíamás tristeza. Gracias al encuentro con suvecina se puede dar cuenta de que tieneun “problema”, su calidad de vida se estádeteriorando rápidamente.

2.Actitudes y creencias :

Las creencias de que no es adecuado con-tinuar con sus actividades de ocio y queno es necesario mantener una nutriciónequilibrada sólo para ella son nocivaspara recuperar el bienestar.

3. Búsqueda de alternativas :

• A nivel de nutrición.

a) Quedar a comer con su vecina.

b) Hacer un plan semanal de lo que vaa comer cada día

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• A nivel de relaciones sociales:

a) Llamar por teléfono a las amigas.

b) Retomar el ir a tomar cafés con lasamigas.

• A nivel psicológico:

a) Recuperar actividades gratificantes.Estar con los demás, charlar, reír

b) Pensar en lo que se desea lograr y asísentirse mejor.

c) Ser una persona capaz de dirigir lapropia vida con sus deseos e ilusio-nes sin depender de que alguien oalgo la controle.

d) Realizar un plan de vida.

4.Aplicación de la alternativa elegida :

5. Evaluación de la misma:

Tras aplicar nuestra elección se debe ana-lizar el proceso de ejecución, qué se ha lo-grado, qué dificultades aparece, cómopuedo subdividir la tarea para llegar a mimeta. En definitiva se vuelve a redefinir elobjetivo y comienza de nuevo el proceso.

5. Relación entre nuestro estilode vida y nuestra autoestima

Para abordar este tema nos basamos enlas aportaciones realizadas por NathanielBranden que es una experta en el estudiode la autoestima

5.1 ¿Qué es la autoestima ?

Según Nathaniel Branden (1995) “la autoes-tima es la disposición a considerarse com-petente frente a los desafíos básicos de lavida y sentirse merecedor de la felicidad”.

La autoestima tiene dos componentes re-lacionados entre sí:

La eficacia personal supone confianza enel funcionamiento de mi mente, en mi ca-

pacidad para pensar y entender, paraaprender a elegir y tomar decisiones, esdecir, tener confianza de ser capaz de ha-cer frente a los desafíos de la vida.

El respeto de uno mismo supone reafir-marse en la valía de la persona, es una ac-titud positiva hacia el derecho a vivir y deser feliz, el sentirse a gusto con nuestrospensamientos, deseos, necesidades, elsentimiento de que la alegría y la satisfac-ción son derechos innatos naturales.

5.2. Los seis pilares de la autoestima

La autoestima se soporta en seis pilaresque son:

1. La práctica de vivir consciente : inten-tar ser consciente de todo lo relacio-nado con nuestras acciones, propósi-tos, valores y metas, al máximo denuestras capacidades.

2. La práctica de la aceptación de sí mis-mo: en sus tres niveles estar de partede uno mismo, no pelearse con unomismo, es la disposición a experimen-tar plenamente nuestros pensamientos,sentimientos, emociones, accionescomo parte de mi esencia y supone te-ner paciencia con uno mismo cuandotomamos malas decisiones, es decir,nos podemos equivocar.

3. La práctica de la responsabilidad desí mismo exige estar dispuesto a asu-mir la responsabilidad de nuestrosactos y del logro de nuestras metas.

4. La práctica de la autoafirmación res-petar nuestros deseos, necesidades yvalores y buscar su forma de expre-sión adecuada en la realidad.

5. La práctica de vivir con propósito utili-zar nuestras facultades para la conse-cución de metas, es vivir productiva-mente, es exigir a nuestra capacidad elsaber afrontarse a la vida.

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6. La práctica de la integridad personalcuando existe congruencia entrenuestra conducta y nuestros valoresdeclarados.

5.3 Los componentes de la autoestima ysus pilares relacionados con las tresdimensiones del estilo de vida

Vamos a cruzar las definiciones de loscomponentes de la autoestima con la de-finión que hemos realizado del estilo devida, (el conjunto de comportamientoshabituales de las personas en sus tres di-mensiones: pensamientos, sentimientos yacciones). Nos damos cuenta de que elcomponente de eficacia personal está re-lacionado con la dimensión de pensa-mientos, el componente respeto de unomismo hace refencia a los sentimientos yambos componentes se materializan enacciones.

Aún más para aplicar cualquiera de losseis pilares de la autoestima y desarrollaruna autoestima alta necesitamos quenuestro estilo de vida este en equilibrio,figura 5.

6. Conclusiones

Las personas de cualquier edad tenemoscapacidad de aprender a adaptarnos auna nueva situación o etapa de la vida.Para ello tendremos que analizar qué me-tas e ilusiones tenemos, al fin y al cabo,esas ilusiones son nuestro motor-motivopor el cual haremos las acciones.

Para formular las metas examinaremossus beneficios e inconvenientes a corto ylargo plazo, subdividiendo la tarea si seconsiderara necesario.

El logro de nuestros objetivos permitirámantener nuestro bienestar físico-psíqui-co–social y nos ayudará a desarrollar unautoconcepto positivo en el que seamosconscientes de nuestras capacidades yaceptemos nuestras limitaciones.

La autoestima es necesaria para funcionareficazmente en el proceso vital y es indis-pensable para un desarrollo normal y sa-ludable.

Figura 5

Los componentes del estilode vida en equilibrio

Pensamientos

Sentimientos

Acciones

1) vivir consciente

2) Aceptación de sí mismo

3) Responsabilidad de sí mismo

4) Autoafirmación

5) Vivir con propósito

6) Integridad personal

Estilo de vida

Son necesarios

para

Pilares de la autoestima

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7. Bibliografía

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Soledad y envejecimiento:Cómo evitar que este binomio se cumpla

Mª del Pilar Castro Blanco

1. Resumen 35

2. ¿Qué es la soledad? 35

3. La soledad en las Personas Mayores 37

4. Cómo se vive la soledad en la vejez 39

5. Algunos datos sobre la soledad de las Personas Mayores 40

6. ¿Es la soledad un problema grave? 40

7. Cómo evitar el binomio soledad y envejecimiento 41

8. Para evitar la soledad 41

9. Y para prevenirla 42

10. A modo de consejo final 44

11. Referencias Bibliográficas 44

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1. Resumen

La soledad es una experiencia que puededarse en cualquier etapa de la vida, aun-que diversas circunstancias asociadas alenvejecimiento hacen que pensemos quela soledad y las personas mayores son unbinomio inevitable.

Sin embargo, cuando estudiamos la sole-dad y analizamos sus causas, nos damoscuenta de que no depende sólo de las cir-cunstancias que nos toca vivir, sino tam-bién -en gran medida- de lo que las per-sonas hacemos y de cómo la afrontamos.

Por ello, esta ponencia se centra primeroen la descripción y el análisis del senti-miento de soledad, para proponer des-pués algunas ideas prácticas que puedanayudar a prevenirlo y/o aliviarlo, inde-pendientemente de la edad de la persona.

2. ¿Qué es la soledad?

Cuando hablamos de la soledad, lo pri-mero que viene a la cabeza de muchaspersonas es la idea de estar solo o sola, deno tener a nadie al lado. La soledad en-

tendida así es una realidad de dos caras,una positiva y otra negativa. Por un lado,todas las personas pasamos tiempo a so-las todos los días, e incluso en ocasionesla buscamos cuando necesitamos pensaro queremos descansar; de esta forma, lasoledad es muchas veces una experienciaque nos resulta agradable e incluso dese-able. Por otro lado, también es cierto quehay circunstancias y momentos en losque, precisamente la falta de compañía,nos causa tristeza y malestar.

Sin embargo, hay otra forma de entenderla soledad, no como estar, sino como sen-tir. Puede gustarnos más o menos estarsolos o solas pero a nadie le gusta sentir-se solo; el sentimiento de soledad essiempre una experiencia desagradable,incómoda y dolorosa que, curiosamente,puede darse incluso cuando estamos encompañía.

Por ello, para comprender y afrontar lasoledad es importante que caigamos en lacuenta de que el verdadero problema noes tanto que las personas estemos solas,ya que esta vivencia puede resultarnos in-

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cluso positiva, sino que nos sintamos so-las, independientemente de que tenga-mos o no compañía.

Por lo tanto, si es posible sentirse bien sintener a nadie al lado y sentirse solo estan-do acompañado, cabe preguntarse ¿dequé depende que en una situación deter-minada sintamos o no soledad? La investi-gación realizada por la psicología en losúltimos 40 años nos ha indicado que haymuchos factores que pueden influir y quetres son los más importantes:

a. Nuestros deseos y necesidades de re-lación. Cuando las personas quere-mos estar solas y lo conseguimos nonos sentimos mal; el sentimiento desoledad aparece cuando querríamosestar con otras y no lo logramos o notenemos con quién estar. Por ejem-plo, no es lo mismo quedarnos undía de casa porque nos apetece queporque no tenemos con quien salir,ni vivir en soledad porque lo hemosdecidido que obligados por las cir-cunstancias. Dicho de otra forma,cuando vivimos una soledad impues-ta la sentimos con mucha más intensi-dad que cuando nuestra soledad esbuscada. No es malo estar solo; lomalo es estarlo y no desearlo.

b. La calidad de nuestras relaciones. Estarjunto a otras personas no nos protegeautomáticamente contra el sentimientode soledad, ya que éste no dependesólo del número de relaciones quetengamos sino también, y en mayormedida, de la calidad de esas relacio-nes. Por ello, no nos sirve de muchotener compañía si no tenemos confian-za suficiente como para poder expre-sar nuestras opiniones y preocupacio-nes, si sentimos que se nos rechaza, sino se nos escucha o se nos valora, si larelación no es como querríamos, si no

congeniamos…. De hecho, el senti-miento de soledad más duro es el quese produce estando en compañía, yaque parece caprichoso y sin causapara las personas que están alrededor,e incluso para uno mismo. A veces noscuesta entender que en la ciudad, contanta gente alrededor, podamos sentir-nos más solas que en una pueblo depocos habitantes, que una persona ca-sada se queje de soledad, o que unaanciana nos diga que se siente mássola en la residencia que cuando vivíasin compañía en su piso de toda lavida; la clave está en la calidad de lasrelaciones.

c. Duración de la soledad. Es más muchomás fácil disfrutar de una situación desoledad cuando sabemos que es algopasajero y que tras un tiempo volvere-mos a tener compañía, que cuandopresumimos que nuestra soledad seráduradera. No es lo mismo, estar soloen casa porque el resto de la familia hasalido unos días de viaje, que porquehemos enviudado y no tenemos hijos.No es lo mismo “tener un rato de sole-dad que soledad para rato”, como se-ñalan Medina y Cembranos (1996): unrato de soledad puede resultarnosagradable mientras que la que se man-tiene en el tiempo tiende a producirsentimientos más intensos.

Estos tres factores nos ayudan a entenderque el sentimiento de soledad es algomuy personal y que, ante circunstanciasaparentemente similares, haya personasque se sienten bien mientras que otraspadecen una dolorosa soledad. Así, pode-mos ver que una persona vive sola oacompañada pero, si no sabemos si lohace por decisión propia o no o cómoson las relaciones con quienes convive,no podremos valorar su sentimiento desoledad.

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Para cerrar este apartado, puede ser útilrecordar la definición de la soledad másextendida y utilizada por quienes han es-tudiado esta experiencia humana: es elsentimiento que se produce cuando unapersona no está satisfecha con sus rela-ciones sociales porque son menores encantidad o peores en calidad de lo quedesearía (Peplau y Perlman, 1982). Es de-cir, nos sentiremos solos o solas cuandolas relaciones de las que disponemos nose adecuen, por número y/o calidad, a lasque deseamos o necesitamos.

3. La soledad en las personasmayores

Podemos sentirnos solos a cualquieredad. La soledad no es una experienciaexclusiva de las personas mayores, aun-que sí es cierto que a medida que avanza-mos en edad es más probable que apa-rezcan en nuestra vida factores quepueden aumentar el riesgo de sufrirla.

Factores de riesgo

Según el concepto de soledad apuntadoanteriormente, en los momentos de nues-tra vida en los que se rompa el equilibrioentre las relaciones que deseamos y lasque tenemos, en el sentido de que estasúltimas queden por debajo, nos sentire-mos solos. Así, a medida que van pasan-do los años es más fácil que nos encon-tremos en circunstancias que, si bien porsi mismas no producen automáticamentesoledad, nos ponen en una situación demayor fragilidad ante ella:

• El fallecimiento de la pareja u otrosfamiliares. Este hecho, además de lapérdida de una serie de apoyos afecti-vos e instrumentales muy importan-tes, implica con frecuencia tener queaprender a vivir sin compañía.

Ante esta situación hay personas quese deprimen, pierden la ilusión e in-cluso reducen sus relaciones con elexterior (“es que van todo matrimo-nios”, “no tengo ganas de nada”…),lo que aumenta su riesgo de soledad.

• La disminución y/o pérdida de las re-laciones de amistad, tanto por falleci-miento como por los problemas desalud y las limitaciones propias y delas otras personas, que a veces difi-cultan y hacen distanciar los encuen-tros e incluso perder el contacto.

• La jubilación, que implica un cambiode rol social a la vez que un cambio,o incluso pérdida, de las relacionescon las personas con las que se traba-jaba, con las que se mantenía un con-tacto diario.

• Los traslados de vivienda, unas vecesen busca de mayores comodidades(ascensor, un barrio sin cuestas…),otras para vivir con familiares o en uncentro que procure el apoyo que ne-cesitamos. Cualquier traslado suponesalir de una comunidad de vecinoscon la que tradicionalmente las perso-nas mayores han tenido vínculos im-portantes; si, además, el traslado es aotro barrio o municipio puede conlle-var un distanciamiento de personascon las que habitualmente nos encon-trábamos al salir a la calle, en los co-mercios...

• Los problemas de salud, que puedendificultar el salir a la calle o participaren las actividades y círculos de rela-ción en los que se estaba anterior-mente. En este sentido, no hay queolvidar los problemas de depresiónque pueden llevarnos a aislarnos y aperder relaciones, ni la sordera, quenos aísla y dificulta la comunicación.

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• Las barreras arquitectónicas. Vivir enun lugar aislado, no tener ascensor, lano existencia de un banco cerca delportal en el que vivimos para podersentarnos si nos cansamos… son as-pectos que pueden mermar nuestrasposibilidades de salir, distraernos, par-ticipar en actividades y relacionarnos.

• La situación familiar. Estar lejos de losfamiliares más cercanos o no tenerbuena o ninguna relación con ellospuede favorecer el sentimiento de so-ledad, especialmente en una genera-ción de personas mayores como laactual, que ha cuidado a sus progeni-tores y que podía esperar lo mismode sus hijos que, sin embargo, en mu-chos casos no pueden y/o no quie-ren, responder a sus expectativas.

También merece ser destacado el he-cho de que muchas personas enveje-cen siendo cuidadoras de otra perso-na que depende de ellas para vivir.La tarea del cuidado pone a la perso-na en riesgo de soledad de dos ma-neras; por una parte, es tan absor-bente que dificulta el mantenimientode las relaciones fuera del hogar y,por otra, el proceso de enfermedadaltera la relación anterior entre esasdos personas.

• Nuestro concepto del cuidado quenecesitan las personas mayorespresta, en mi opinión, más atencióna las necesidades físicas (higiene,alimentación, medicación, ejerci-cio…) que a las de otro tipo. Confrecuencia pasamos por alto que elcuidado integral pasa por procurar ala persona la posibilidad de mante-ner relaciones sociales variadas,también con personas con las queno se convive. Un estudio del CIS(Centro de Investigaciones Socioló-

gicas) en colaboración con el IM-SERSO, realizado en 1998, revelóque el 14,5% de las personas mayo-res de 65 años no habían estado connadie con quien no convivieran du-rante la semana anterior. La escasaconciencia de la importancia de estehecho hace que muchas personasmayores vivan aisladas y añorandoel contacto con otras diferentes aquienes les prestan los cuidados ha-bituales.

• Las cambios sociales. La falta detiempo, el individualismo, los cam-bios en las estructuras familiares…están impregnando nuestra forma devida y nos colocan en circunstanciasen las que puede resultar más difícilestablecer y mantener relaciones sa-tisfactorias que nos protejan contrala soledad.

A estos factores externos a nosotros quepueden hacer más probable que nos sin-tamos solos, hay que añadir otros que po-demos considerar más personales, comopor ejemplo los siguientes:

• Nuestra forma de entender las relacio-nes y nuestras expectativas sobreellas. Hay ocasiones en las que nossentimos solos no tanto porque nues-tras relaciones hayan cambiado, sinomás porque ha cambiado lo que nos-otros esperamos de ellas. Por ejem-plo, hay personas que esperan queante su enfermedad o dificultadessean sus hijos quienes se impliquenen su cuidado; si llegada la situaciónesto no es así, los hijos mantienen lamisma presencia que antes y encar-gan a una tercera las labores de cui-dado, es probable que la persona ma-yor se sienta insatisfecha y manifiestesentirse sola. Es decir, la creencia deque los demás tienen una serie de

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obligaciones elevadas hacia nosotrospuede generarnos insatisfacción y au-menta el riesgo de soledad.

• Nuestra forma de ser y nuestro com-portamiento, que pueden hacer másdifícil que formemos y mantenga-mos relaciones satisfactorias. Porejemplo, quienes tienen dificultadpara expresar sus opiniones y preo-cupaciones personales tienden másdificultad para establecer relacionesplenamente satisfactorias; quienes sequejan o critican continuamente alos demás, suelen generar descon-fianza y rechazo en las demás perso-nas; quienes no dedican tiempo yesfuerzo al cuidado de sus relacio-nes suelen perderlas...

• La pérdida de ilusión y de perspecti-vas de futuro, además de ponernosen riesgo de llegar a una depresión,nos lleva a estar menos activos y, se-guramente, a reducir nuestros esfuer-zos por estar con otras personas ycuidar nuestras relaciones.

• No pedir y/o no admitir la ayuda deotras personas. Con frecuencia, la per-sona que se siente sola no lo manifies-ta por diferentes motivos, como evitarque los familiares se sientan culpa-bles, no expresar una vivencia quepuede ser entendida como un fracaso,tratar de no molestar… Esto hace quemuchas personas no reciban la ayudade la que podrían disponer.

• Creer que la soledad es algo que vienedado por la edad y contra lo que no sepuede hacer nada. Los datos del mis-mo estudio del CIS y el IMSERSO(1998) citado anteriormente revelanque el 43,6% de las personas mayoresde 65 años creen que la soledad esalgo que llega con la edad. Esta creen-cia justifica actitudes pasivas y de falta

de esfuerzo ante el problema que noayudan a solucionarlo sino que, al con-trario, lo convierten en una situacióncrónica.

4. Cómo se vive la soledad en la vejez

Podemos sentir soledad independiente-mente de cuál sea nuestra edad, pero lavivencia de esta experiencia no es igualen todos los momentos de nuestra vida.En la medida en la que tenemos más añoses más probable que:

• Vivamos una soledad impuesta porlas circunstancias, que una soledadelegida.

• Nuestra soledad se deba a causas du-raderas, que es difícil que cambien(fallecimiento de personas allegadas,problemas de salud, jubilación…).

• Se vayan reduciendo nuestras rela-ciones de amistad, que son las más li-bres y recíprocas, hasta el punto deque nuestro entorno de relacionespueda quedar reducido a algunos fa-miliares y las personas que nos cui-dan, lo que implica una pérdida nosólo cuantitativa sino también cualita-tiva de relaciones.

Si volvemos al inicio de esta ponencia re-cordaremos que estos tres aspectos (sole-dad impuesta, soledad duradera y pérdidade cantidad y calidad de las relaciones)eran los más importantes para entenderpor qué nos sentimos solos en algunascircunstancias. Parece, por tanto, que amedida que envejecemos es más proba-ble que los tres se den a la vez, produ-ciendo un sentimiento de soledad másprofundo que en etapas anteriores de lavida. Si además a ello sumamos la creen-cia, frecuente como hemos visto, de que

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no se puede hacer nada para evitar la so-ledad ya que nos viene dada con la edad,nos encontraremos con un sentimientoduradero.

5.Algunos datos sobre la soledadde las personas mayores

No debemos olvidar que la reflexión queacabamos de hacer en el punto anteriorno es más que una generalización, queindica una tendencia, pero que el colecti-vo de personas mayores es muy diversoen cuanto a edad, circunstancias, compor-tamientos, modos de afrontar la realidad,etc. y, por ello, no todos las personas seven abocadas a la soledad ni a vivirla deuna misma forma.

En el año 1998 el CIS y el IMSERSO reali-zaron una investigación a nivel estatal,con el fin de conocer la incidencia de lasoledad en las personas mayores de 65años de nuestro entorno sociocultural yanalizar la variabilidad del colectivo, delque ya hemos citado algunos datos. En él,el 2,2% de las personas manifestaron sen-tirse muy solas, el 10% bastante solas y el17,9% regular; es decir, alrededor del 30%de las personas reconocieron vivir unasoledad de grado medio a intenso. Asi-mismo, en otro estudio sobre las relacio-nes interpersonales llevado a cabo en elaño 2002 (CIS), al ser cuestionadas sobrela frecuencia de su sentimiento de sole-dad, el 12,1% de las personas reconocie-ron sentirlo con frecuencia y otro 27,2%algunas veces; así se concluye que estesentimiento está presente con más o me-nos frecuencia en la vida del 40% de laspersonas mayores de 65 años.

El mismo primer estudio (CIS e IMSER-SO, 1998) reveló que lo que más importaa este colectivo es la salud (86,4%), segui-do de no sentirse solo (6,2%) y que lo

que más se teme es la enfermedad(47,1%) y, después de ella, la soledad(22,4%).

6. ¿Es la soledad un problemagrave?

Aunque se reconoce que el sentimientode soledad es una experiencia desagrada-ble, que puede hacer que la persona sesienta triste, vacía, nerviosa, angustiada,no querida e incluso enfadada con quie-nes están cerca, con frecuencia se piensaque sus consecuencias no van más allá desu malestar. Ciertamente, a diferencia deotras experiencias, como la depresión, lasoledad apenas produce síntomas quepodamos observar desde fuera y que nospuedan hacer adivinar que la persona lasiente. De hecho, no hay forma de saberque una persona se siente sola si ella mis-ma no nos lo revela. Esta falta de sínto-mas externos hace que muchas personaspiensen que no es un problema grave.

Sin embargo, numerosos estudios nos in-dican que el sentimiento de soledad man-tenido en el tiempo puede ser perjudicialpara nuestra salud, tanto física comomental (Heinrich y Gullone, 2006). Con-cretamente, se ha relacionado la soledadcon un peor funcionamiento del sistemainmunitario (Kiecolt-Glaser et al., 1984;Pressman et al., 2005), mayor incidenciade problemas cardiacos (Whisman, 2010),tensión arterial más elevada (Hawkley etal. 2010), mayor uso de los servicios mé-dicos (Cheng, 1992), peor calidad de sue-ño (Cacioppo, Hawkley, Berntson, et al.,2002; Pressman et al., 2005), mayor riesgode depresión (Cacioppo et al., 2006;Heikkinen & Kauppinen, 2004), deteriorocognitivo (Wilson et al., 2007), problemasde alcoholismo (Akerlind & Hornquist,1992), etc.

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Estos datos deben servirnos para tomarconciencia de la relevancia que puede te-ner el sentimiento de soledad, no paraalarmarnos, sino para valorar la importan-cia de su prevención y tratar de evitar quesea una experiencia que se mantenga ennuestra vida. No olvidemos que los estu-dios citados indican que las consecuen-cias negativas pueden aparecer sobretodo cuando la soledad nos “acompaña”durante mucho tiempo. Por ello, dedica-remos las últimas páginas de esta ponen-cia a la reflexión sobre qué podemos ha-cer para prevenirla y aliviarla.

7. Cómo evitar el binomio soledady envejecimiento.

A lo largo de este escrito se ha insistidoen que la soledad es una experiencia per-sonal, que depende sólo relativamente delas circunstancias que nos toca vivir y enla que también tiene un peso importantelo que la propia persona hace ante ella.De hecho, los datos indican que, aunquese trata de una experiencia común, haypersonas que no la sienten. Por lo tanto,¿qué podemos hacer para aliviar y preve-nir el sentimiento de soledad?

8. Para evitar la soledad

La creencia de que un problema no tienesolución puede ser precisamente la causade que no lo solucionemos, porque blo-quea cualquier intento de búsqueda ynos lleva a rendirnos y mantenernos in-definidamente en él. Esto se aplica tam-bién al sentimiento de soledad. Pensarque la soledad es inevitable o que sedebe a algo que no podemos cambiar nohará nada más que agravar nuestro pade-cimiento y no nos ayudará a salir de él.Sin embargo, siempre hay algo que po-demos hacer, quizás no para cambiar las

circunstancias pero sí para mejorar nues-tra reacción ante ellas. He conocido apersonas que contaban que se sentíanmuy solas desde que había fallecido supareja y me sorprendía al saber que esohabía ocurrido hace muchos años. Porsupuesto, la pareja es alguien insustitui-ble y su pérdida es algo que no podemoscambiar, pero sí está en nuestra mano eltratar de mejorar otras relaciones, el es-forzarnos por disfrutar de otros aspectosde la vida e incluso por aprender a vivirsolos. En definitiva, el primer paso paraaliviar nuestra soledad es no rendirseante ella. Esto se traduce en que no espe-remos que el problema se solucione porsí sólo, o que lo hagan los demás, sinoque tomemos una actitud activa y de es-fuerzo por buscar formas de aliviarlo.

Una vez hayamos asumido que parte dela solución está en nosotros mismos, seráútil hacer todo lo posible por establecernuevas relaciones y mejorar las que tenga-mos. En este sentido puede ayudarnosque recordemos que las relaciones son uncírculo, de tal manera que en gran medi-da recibimos de los demás lo que les da-mos. Quien sonríe es más probable quereciba sonrisas; quien grita será contesta-do con gritos; quien escucha suele encon-trar con más facilidad un hombro en elque llorar; quien llama a otras personaspor su cumpleaños suele recibir más lla-madas el día del suyo… Aún sabiendoque lo que damos y recibimos en las rela-ciones no es una cuestión matemática yque a veces no recibimos en la medida enla que damos, para aliviar la soledad pue-de ser útil guiarse de la premisa “dar a losdemás lo que quiero recibir”.

También es importante que hagamos es-fuerzos por ampliar y cultivar nuestros in-tereses, de tal manera que nuestra con-versación resulte agradable y podamos

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participar en diferentes ámbitos y relacio-nes. Estar al día de distintos temas, tenervarios puntos de vista sobre las cuestio-nes, interesarse y tratar de aprender mássobre lo que les gusta a otras personas…nos ayudará a resultar más interesantes, atener relaciones más satisfactorias y a dis-frutar más de la vida en general. Por elcontrario, centrar nuestra atención única-mente en nuestros padecimientos y pun-tos de vista hará que nuestras relacionesse empobrezcan y no nos ayudará a salirde la soledad.

Cuando por las circunstancias que seannos encontramos sin relaciones, sin per-sonas con la que estar, puede ser conve-niente hacer el esfuerzo de participar enactividades grupales. Cuando se comparteuna actividad es mucho más fácil entablarconversaciones, inicialmente sobre ese in-terés compartido, que nos ayuden a acer-carnos a otras personas y, quizás, a des-cubrir con el tiempo puntos de afinidadcon algunas de ellas. Claro está que al es-fuerzo de la participación en la actividadhabrá que sumarle el de la disposición aabrirse y a aplicar las premisas de los pá-rrafos anteriores.

Muchas personas han encontrado alivio ala soledad comprometiéndose en proyec-tos de ayuda a otras personas. Ésta es unamanera de estar con otras que además,con frecuencia, ayuda a relativizar laspropias dificultades, favorece el senti-miento de utilidad y suele procurar unimportante grado de satisfacción.

Otro aspecto que puede ser necesario paraaliviar nuestra soledad es solicitar ayuda. Aveces, uno mismo no ve qué puede hacerpara salir de su situación y necesita que al-guien le indique el camino; en estas cir-cunstancias, recurrir a un o una profesio-nal de la psicología puede ser de gran

apoyo. En otras ocasiones, nuestra soledadtiene mucho que ver con nuestras circuns-tancias de vida (enfermedad, barreras ar-quitectónicas que nos dificultan la salida alexterior…) y es importante que demos elpaso de pedir ayuda. Por suerte, actual-mente contamos con varias organizacionesde voluntariado dispuesto a acompañarnosespecialmente en esos momentos, peroque no podrán adivinar nuestra necesidadsi no la manifestamos.

9.Y para prevenirla

Todas las orientaciones anteriores pue-den ayudarnos también a prevenir la so-ledad. Pero, además, hay una serie deactitudes que deberíamos cuidar a lo lar-go de toda nuestra vida y que nos ayu-darán a que nuestras relaciones sean mássatisfactorias, protegiéndonos así delsentimiento de soledad, incluso en cir-cunstancias difíciles.

Una de estas actitudes es la de dedicartiempo y esfuerzo a las relaciones. La con-fianza, la complicidad, el entendimien-to… no suelen surgir de manera inmedia-ta, sino a base de tiempo, encuentrosrepetidos, momentos compartidos, con-versaciones… Cuidar las relaciones supo-ne invertir en su disfrute, en la escucha delas otras personas, en la expresión de laspropias inquietudes… El tiempo para lasrelaciones debería estar también en nues-tra agenda de vida diaria.

Las relaciones positivas son placenteras ensí mismas y ésta debe ser la mayor moti-vación para cuidarlas. A veces, por las pri-sas con las que vivimos o por otras razo-nes, no cuidamos la relación con ciertaspersonas y sólo nos dirigimos a ellascuando las necesitamos para algún finconcreto. Cuando hacemos esto segura-mente estamos estropeando esas relacio-

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nes, pues la otra persona se sentirá doliday “utilizada”. Debemos procurar disfrutarde nuestras relaciones y que también lasotras personas disfruten de la nuestra. Nollamemos a alguien para compartir las pe-nas si no lo hacemos cuando tenemosalegrías, no llamemos para pedir si no lla-mamos para dar. Y sobre todo, mantenga-mos nuestras relaciones “simplemente”por lo agradables que resultan, sin buscarotro tipo de beneficios que vendrán por sisolos si la relación es satisfactoria paraambas partes.

Otra cuestión a revisar es nuestra actitudhacia las personas con las que nos relacio-namos. ¿Cuántas relaciones hemos perdidopor un malentendido no aclarado?; a vecesperdemos relaciones valiosas por cuestio-nes sin importancia, por no dar un paso ono resolver un error. O ¿cuántas relacionesse han enfriado por esa llamada que teníaque haber hecho, que he ido dejando deun día para otro y que nunca hice?; las re-laciones hay que cuidarlas. En otras oca-siones vamos desechando ámbitos de rela-ción y personas porque no nos son

totalmente afines o por precauciones malentendidas (“con esas no quiero ir porquevan muy arregladas”, “con aquellas tampo-co porque nos las conozco”, “allí no por-que igual no me aceptan”…), que no ha-cen sino aislarnos; una actitud abierta yflexible ante las demás personas nos ayu-dará a relacionarnos y a disfrutar muchomás de ellas y de la vida en general.

En ocasiones nuestra relación con unapersona es tan positiva que centramostoda nuestra atención en ella y no nos es-

forzamos por mantener los lazos conotras. Esta actitud nos puede poner enriesgo de soledad en dos sentidos. Por unlado, ¿qué pasará si esa relación se rom-pe? Lógicamente la reconstrucción de lavida social nos será mucho más costosa.Por otro lado, cuando dos personas estánjuntas mucho tiempo pueden acabar aho-gando la relación precisamente porquecada vez hay menos novedad en ella, me-nos temas de los que no se haya ya habla-do… Los expertos dicen que para cuidaruna relación importante es necesario que

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quienes la mantienen tenga cierta vidapersonal y social independiente, de locontrario corremos el riesgo de que la re-lación, como el fuego al que no se le echaleña, vaya empobreciéndose y apagándo-se. Por todo ello, es conveniente quemantengamos una vida social variada,con relaciones de diferente tipo e implica-ción, pero nunca centrada en una o muypocas personas.

Para prevenir la soledad también nosayudará tomar conciencia de que ni laedad ni las situaciones nos obligan a sen-tirnos solos. Lo que nos pase y sintamosdepende no sólo de las circunstanciassino también de lo que hagamos, denuestros esfuerzos. Olvidar esto nos lle-va a rendirnos y a facilitar el camino alos problemas. Y esto es así en cualquieretapa de la vida. Hay muchas personasmayores que luchan contra el sentimien-to de soledad y logran evitarlo o al me-nos aliviarlo. Siempre hay algo que ha-cer contra la soledad. Si la salud nos lopermite, podemos salir, apuntarnos a ac-tividades, hacernos con un animal quenos haga compañía y nos motive a noquedarnos en casa, acompañar a otraspersonas…; si no, podemos llamar porteléfono, invitar a otras personas a nues-tra casa, pedir y aceptar el acompaña-miento de personas voluntarias…

Finalmente, también es importante que alo largo de toda nuestra vida aprendamosa disfrutar del tiempo que pasamos a solascon nosotros mismos. Este tiempo es unaoportunidad para pensar, para conocerse,para descubrir qué nos gusta hacer… Porello, y teniendo en cuenta que cierto gra-do de soledad en este sentido es inevita-ble, no debemos huir de ella buscandocontinuamente la compañía de otras per-sonas, sino aprender a vivirla e inclusodisfrutarla.

10.A modo de consejo final

Las orientaciones que acabamos de enu-merar no tienen otra finalidad que la dedar un mensaje de esperanza ante la temi-da soledad. Con frecuencia puede ser di-fícil, y hasta imposible, cambiar nuestrascircunstancias pero sí podemos cambiarnuestra reacción ante ellas. Estoy conven-cida de que siempre se puede hacer algocontra la soledad, quizás mucho o quizáspoco, pero siempre hay algo. Algo queestá en nuestra mano.

Por ello, animo a quienes lean esta po-nencia a buscar su forma de luchar contrala soledad. Si los consejos dados les sir-ven, estupendo; si ya los practican, siganasí; si no les parecen útiles, busquenotros… pero busquen.

11. Referencias Bibliográficas

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X. JORNADAS

La autonomia personaly la dependencia en el procesodel envejecimiento

hartu-emanak –Pertsona Nagusien Ikasketa Iraunkor eta PartaidetzaSozialerako Elkartea– 2002ko urrian sortu zen. Elkartearen helburunagusia gizarte parte-hartzaileagoa, demokratigoagoa eta solidarioa-goa sustatzea da. Pertsona nagusien protagonismoa garatu nahi du,dituzten aukerak, bizitzako esperientzia eta bizitza osoan zehar lor-tutako ezaguerak aprobetxatuz. Bi arloren bitartez agertzen dagizartean: ikasketa etengabea, bizitza guztian zehar lortutako eza-guerak herritar aktiboak izatea ahalbidetzen duelako, eta partaide-tza soziala, beste Elkarte batzuekin batera, sare sozialetan lan egi-teko eta lehenago adierazitako helburuetara bideratutako proiektuakegituratzeko.

PERTSONA NAGUSIAK XXI. MENDEAREN ATARIAN argitalpenmultzoak hartu-emanak elkarteak antolatutako Jardunaldi eta Min-tegietan aurkeztutako txostenen testuak jasotzen ditu. Era berean,egile espezializatuek egindakoak izanagatik, lortu nahi ditugun hel-buruetarako garrantzitsutzat jotzen ditugun lanak ere jasotzen ditu.

hartu-emanak –Asociación para el Aprendizaje Permanente y laParticipación Social de las Personas Mayores–, se fundó en el mesde octubre del año 2002 y tiene como objetivo promover una socie-dad participativa, democrática y solidaria. Su misión es desarrollarel protagonismo social de las personas mayores, aprovechando supotencial, experiencia vital y saberes construidos a lo largo de suvida. Se proyecta en la sociedad a través de dos áreas: la llamadaaprendizaje permanente, porque el aumento del conocimiento a lolargo de toda la vida favorece la consecución de la ciudadanía activa,y la denominada participación social para, en conexión con otrasAsociaciones, trabajar en redes sociales y articular proyectos orien-tados a los fines antes expuestos.

LAS PERSONAS MAYORES EN EL UMBRAL DEL SIGLO XXI es unconjunto de publicaciones que recoge los textos de las ponenciasdesarrolladas en las Jornadas y Seminarios organizados por hartu-emanak, así como aquellos otros trabajos que, realizados por auto-res especializados, sean considerados de relieve para los objetivosque se persiguen.

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