Haruki Murakami: autor y personaje de sí mismolitorale.com.mx/litorale/edicion5/PDF/20_Haruki...

2
Litoral e 86 Haruki Murakami: autor y personaje de sí mismo Emmanuel Medrano Haruki Murakami, De qué hablo cuando hablo de correr, Barcelona: Tusquets, 2010, 230 pp. D e qué hablo cuando hablo de correr es un libro nada fácil de clasificar, ya que en éste el autor japonés Haruki Murakami ofrece ante todo un crisol de textos en los cuales se pueden des- cubrir desde sus más simples manías hasta el nacimiento de muchos de los personajes que habitan sus novelas. Cuando un autor habla de sus propios caprichos, gustos, aversiones y demás, es cuando descubrimos que los personajes de sus novelas y cuentos son parte de él, por ejemplo, que Murakami y algunos de sus protagonistas sienten miedo ante las mismas cosas (y uno supone que quizás como una venganza el autor los pone en situaciones similares a las que él ha enfrentado, para que aquellos seres que viven en el papel sientan lo que él en cierta etapa de su vida). Por tanto, a lo largo de este libro se pueden encontrar datos que en gran medida sirven para interpretar muchos de sus libros, pues permiten “ver tras bastidores” el universo literario del japonés –lo que obliga a una relectura de sus novelas. Así, verbigracia, se entiende la actitud de Hajime, protagonista de Al sur de la frontera, al oeste del sol, cuando está dispuesto a renovar su vida tras encontrarse con su novia de la adolescencia, pues Murakami relata en De qué hablo… que cuando decidió dedicarse a la escritura como una forma de vida, tuvo que abandonar el jazz-bar que tanto trabajo les había costado levantar a él y a su esposa, para entregarse de lleno a la bendita manía de escribir. Y es que mucha de la literatura de Murakami está llena de personajes que a los ojos de cualquiera podrían parecer patéticos, perdedores en potencia, que no tienen muchas opciones en la vida desde cualquier ángulo que se le mire, por lo que buscan rebasar sus propios límites (los cuales para algunos no tienen nada de especial). Y así es como este autor entiende su vida, un ejemplo muy claro es su afición por los maratones, ya que a él no le interesa llegar en primer lugar, sino rebasar sus propias metas, tal como ocurre con el protagonista de After Dark, aquel joven que al pararse frente a un espejo desnudo y comenzar a hacer una lista de lo que no le gustaba de su cuerpo, tuvo que detenerse, porque nada de lo que veía le gustaba. O más aún: pensemos en la amistad como tema central en la obra de Murakami. Los amigos, los reencuentros con ellos y el descubrir que muchos de éstos siguen significando lo mismo que antaño, o quizá más, es algo que se descubre en al menos cuatro de sus novelas: After Dark, Tokio Blues. Norwegian Wood, Al sur de la frontera, al oeste del sol y Crónica del pájaro que da cuerda al mundo; y al leer De qué hablo… también entendemos el sentido que la amistad tiene en la vida del autor, para quien los amigos de ayer son aquellos que de una u otra manera le han regalado algo que lo ha marcado de manera permanente, que si bien no han sido todas buenas experiencias, sí lo han forjado a lo largo de su vida para estar en el lugar que en estos momentos ocupa. En las cuatro novelas antes citadas nos encontramos frente a personajes que pueden llegar a darlo todo o casi todo por amigos de antes o por unos Para ti, Castor, por darte el tiempo de escuchar.

Transcript of Haruki Murakami: autor y personaje de sí mismolitorale.com.mx/litorale/edicion5/PDF/20_Haruki...

Page 1: Haruki Murakami: autor y personaje de sí mismolitorale.com.mx/litorale/edicion5/PDF/20_Haruki Murakami.pdf · 86 Litorale Haruki Murakami: autor y personaje de sí mismo Emmanuel

Litorale86

Haruki Murakami: autor y personaje de sí mismoEmmanuel Medrano

Haruki Murakami, De qué hablo cuando

hablo de correr, Barcelona: Tusquets,

2010, 230 pp.

De qué hablo cuando hablo de correr es

un libro nada fácil de clasificar,

ya que en éste el autor japonés Haruki

Murakami ofrece ante todo un crisol

de textos en los cuales se pueden des-

cubrir desde sus más simples manías

hasta el nacimiento de muchos de los

personajes que habitan sus novelas.

Cuando un autor habla de sus

propios caprichos, gustos, aversiones

y demás, es cuando descubrimos

que los personajes de sus novelas y

cuentos son parte de él, por ejemplo,

que Murakami y algunos de sus

protagonistas sienten miedo ante

las mismas cosas (y uno supone que

quizás como una venganza el autor

los pone en situaciones similares a las

que él ha enfrentado, para que aquellos

seres que viven en el papel sientan lo

que él en cierta etapa de su vida).

Por tanto, a lo largo de este libro

se pueden encontrar datos que en

gran medida sirven para interpretar

muchos de sus libros, pues permiten

“ver tras bastidores” el universo

literario del japonés –lo que obliga a

una relectura de sus novelas.

Así, verbigracia, se entiende la

actitud de Hajime, protagonista de Al

sur de la frontera, al oeste del sol, cuando

está dispuesto a renovar su vida

tras encontrarse con su novia de la

adolescencia, pues Murakami relata

en De qué hablo… que cuando decidió

dedicarse a la escritura como una

forma de vida, tuvo que abandonar el

jazz-bar que tanto trabajo les había

costado levantar a él y a su esposa,

para entregarse de lleno a la bendita

manía de escribir.

Y es que mucha de la literatura de

Murakami está llena de personajes

que a los ojos de cualquiera podrían

parecer patéticos, perdedores en

potencia, que no tienen muchas

opciones en la vida desde cualquier

ángulo que se le mire, por lo que

buscan rebasar sus propios límites

(los cuales para algunos no tienen

nada de especial). Y así es como este

autor entiende su vida, un ejemplo

muy claro es su afición por los

maratones, ya que a él no le interesa

llegar en primer lugar, sino rebasar

sus propias metas, tal como ocurre

con el protagonista de After Dark,

aquel joven que al pararse frente a un

espejo desnudo y comenzar a hacer

una lista de lo que no le gustaba de su

cuerpo, tuvo que detenerse, porque

nada de lo que veía le gustaba.

O más aún: pensemos en la

amistad como tema central en la

obra de Murakami. Los amigos,

los reencuentros con ellos y el

descubrir que muchos de éstos siguen

significando lo mismo que antaño, o

quizá más, es algo que se descubre en

al menos cuatro de sus novelas: After

Dark, Tokio Blues. Norwegian Wood, Al

sur de la frontera, al oeste del sol y Crónica

del pájaro que da cuerda al mundo; y al leer

De qué hablo… también entendemos

el sentido que la amistad tiene en la

vida del autor, para quien los amigos

de ayer son aquellos que de una u otra

manera le han regalado algo que lo

ha marcado de manera permanente,

que si bien no han sido todas buenas

experiencias, sí lo han forjado a lo

largo de su vida para estar en el lugar

que en estos momentos ocupa.

En las cuatro novelas antes citadas

nos encontramos frente a personajes

que pueden llegar a darlo todo o casi

todo por amigos de antes o por unos

Para ti, Castor, por darte el

tiempo de escuchar.

Page 2: Haruki Murakami: autor y personaje de sí mismolitorale.com.mx/litorale/edicion5/PDF/20_Haruki Murakami.pdf · 86 Litorale Haruki Murakami: autor y personaje de sí mismo Emmanuel

Litorale 87

nuevos, tal como ocurre en After Dark y

Crónica del pájaro que da cuerda al mundo,

cuyos protagonistas conocen a dos

mujeres con quienes traban sendas

amistades como si el estar con ellas

fuera lo último que pudieran hacer

en su vida. Y es que así es como lo

entienden: para ellos no hay mañana,

no hay otra oportunidad. Y esto me

remite a una frase que incluye el

autor en el libro aquí reseñado: “Creo

que necesito hacer las cosas de una

manera tal que cuando no me salga

como yo lo espero, al menos podré

quedarme con la satisfacción de que

di lo mejor de mí”.

Pero no todo en estas novelas

termina como podría esperarse, a

veces pensamos que será lo mejor,

que el periplo de los protagonistas los

acercará al ideal de vida que tenían

pensado y sólo falta que den un paso

más y lo lograrán, sin embargo, esto

no ocurre y nos quedamos un tanto

desconcertados; asimismo en De qué

hablo… otra cosa que nos muestra

Murakami es que, así como el correr es

un deporte que requiere de tenacidad,

lo mismo ocurre con el simple hecho

de estar vivo: los tropiezos que él ha

encontrado a lo largo del camino de

su vida y lo han hecho claudicar y

pensar que ya nada tiene sentido, ya

no parecen tan graves luego de un

par de horas corriendo –que le han

demostrado que nada está perdido.

Es por reflexiones como éstas,

que De qué hablo cuando hablo de correr

podría ser entendido como una

pequeña parte de la autobiografía de

Haruki Murakami. Por otro lado, nos

encontramos también con los que

podrían ser considerados pequeños

consejos para los escritores en ciernes,

a la luz de su propia experiencia

creativa: “Del mismo modo que

hay varios tipos de literatura, hay

también varios tipos de escritores,

cada uno con su propia visión del

mundo. Abordan cosas distintas,

como también lo son su objetivos”; así

es su forma de ver la sencilla actividad

de correr, él conoce sus objetivos y no

tienen que ver con las medallas, sino

con sus propios límites.

En otra parte del libro, Murakami

dice que escribir una novela es

enfrentarse a escarpadas montañas y

escalar paredes de roca para alcanzar

la cima tras una larga y encarnizada

lucha; y yo me pregunto ¿es que correr

no es lo mismo, no es enfrentarnos al

camino que parece infinito y pensamos

que nunca acabará, y una vez que

llegamos a la meta, a nuestra meta, nos

sentimos plenos de gran satisfacción?

Definitivamente éste es un texto

que será para los corredores una

forma diferente de ver esta actividad,

para los escritores una nueva manera

de entender esta actividad, y para

los lectores de Murakami, una parte

fundamental del mapa literario de

este autor.