Hay Que Deshacer La Casa

63
HAY QUE DESHACER LA CASA. De Sebastián Junyent (Vemos a Ana, va tropezando con diversos objetos hasta llegar al ventanal, corre la cortina y entra una luz fuerte, de tarde soleada. Se vuelve y mira la habitación.) Ana. ¡Laura! ¡Laura! (Al no obtener respuesta, va hacia un retrato y se para delante de el, lo rehúye, saca un cigarrillo, lo enciende y se desabrocha el abrigo. Se sienta, pasea, finalmente saca un móvil y marca un número.) Ana. ¿Jorge? Ya he llegado... No, no la he visto aún... Ha debido salir un momento... La puerta estaba abierta... ¿Cómo? ¡Mal! Me siento muy mal...Todo esto es muy incómodo... En cuanto la vea, me voy... muy bien lo que hago... ¡Me da igual! Sí... De todas formas hay un tren dentro de una hora, es muy posible que me vaya en él... No te preocupes, en caso contrario te avisaría, pero no creo... ¡Oye! No te olvides de recoger el abrigo del tinte... El resguardo está en el mueble de la entrada... De acuerdo... Te llamaría... Está bien... ¡Hasta luego! (Cuelga, pasea de nuevo por la habitación, mira superficialmente los objetos; luego, se acerca al ventanal y mira a través de los cristales ) (Aparece Laura, viste un elegante abrigo de pieles y trae algunos paquetes: comida y botellas.) Laura. ¡Ana! (Va hacia ella, ambas se miran un momento, luego se abrazan, Ana corta el abrazo.) Ana. Imaginé que vendrías pronto, como estaba la puerta abierta... 1

Transcript of Hay Que Deshacer La Casa

Page 1: Hay Que Deshacer La Casa

HAY QUE DESHACER LA CASA.De Sebastián Junyent

(Vemos a Ana, va tropezando con diversos objetos hasta llegar al ventanal, corre la cortina y entra una luz fuerte, de tarde soleada. Se vuelve y mira la habitación.)

Ana.¡Laura! ¡Laura! (Al no obtener respuesta, va hacia un retrato y se para delante de el, lo rehúye, saca un cigarrillo, lo enciende y se desabrocha el abrigo. Se sienta, pasea, finalmente saca un móvil y marca un número.)

Ana.¿Jorge? Ya he llegado... No, no la he visto aún... Ha debido salir un momento... La puerta estaba abierta... ¿Cómo? ¡Mal! Me siento muy mal...Todo esto es muy incómodo... En cuanto la vea, me voy... Sé muy bien lo que hago... ¡Me da igual! Sí... De todas formas hay un tren dentro de una hora, es muy posible que me vaya en él... No te preocupes, en caso contrario te avisaría, pero no creo... ¡Oye! No te olvides de recoger el abrigo del tinte... El resguardo está en el mueble de la entrada... De acuerdo... Te llamaría... Está bien... ¡Hasta luego! (Cuelga, pasea de nuevo por la habitación, mira superficialmente los objetos; luego, se acerca al ventanal y mira a través de los cristales )

(Aparece Laura, viste un elegante abrigo de pieles y trae algunos paquetes: comida y botellas.)

Laura.¡Ana! (Va hacia ella, ambas se miran un momento, luego se abrazan, Ana corta el abrazo.)

Ana.Imaginé que vendrías pronto, como estaba la puerta abierta...

Laura.Estaba segura de que venías... Como tenía que comprar comida, la dejé abierta. ¿En qué tren has venido? No te imaginas la alegría que tengo de verte aquí. (Se quita el abrigo, que deja sobre una silla.)

Ana.Vine en el tren de las dos... Laura, yo...

Laura.(Tomando una muestra de polvo con el dedo.) ¡Uf! esto está que pringa... Voy a cambiarme. Me pondré el traje de faena. ¿Quieres cambiarte tú también?Ana.No, gracias... Oye, yo...

Laura.

1

Page 2: Hay Que Deshacer La Casa

(Mientras se dirige a un perchero a ponerse una especie de baby, bata o guardapolvo y unas zapatillas) Vete buscando unas tazas. En alguna caja debe haber. En el termo hay café recién hecho, una tacita nos animará, hace mucho frío...

Ana.(Indecisa, por fin se anima a buscar, busca en las cajas, donde localiza unas tazas. Las mira.) He encontrado las de vajilla, parecen limpias...

Laura.Sí, las fregué antes de guardarlas. Yo sigo con mi manía de la limpieza. No te puedes imaginar la paliza que me he dado estos últimos días. Estaba todo tan abandonado. El termo está aquí. (Lo saca y sirve en las tazas.) ¿Quieres comer algo?

Ana.No, gracias, con el café tengo bastante

Laura.(Haciendo sitio para poder sentarse juntas.) ¡Espera!¡Cuánto trasto! Estaba deseando que vinieras...Son demasiadas cosas para mí sola... Ahora que estás aquí, todo será más sencillo...

Ana.De eso quiero hablarte... En cuanto me tome este café, me iré.

Laura.¿Que te vas? ¿Estás loca? ¿Y la casa? ¿Y los trastos? Hay un montón de cosas que solucionar... No puedes marcharte... No dejaré que te marches después de que te has dignado aparecer...

Ana.Ha sido una tontería por mi parte el hecho de venir. Desde que he llegado me he dado cuenta... No soporto esta casa... Me siento muy mal

Laura.¿Y cómo te crees que me siento yo? Ya que has venido, debes quedarte; las cosas conviene afrontarla cuanto antes... No se pueden dilatar indefinidamente.

Ana.No te estoy pidiendo que dilates nada... Sólo te pido que me dejes marchar y que tú resuelvas las cosas como quieras... Yo no pinto nada aquí...

Laura.¡Claro que pintas! ¡Fue la voluntad de mamá...! Ella decidió que las dos fuésemos iguales.

Ana.

2

Page 3: Hay Que Deshacer La Casa

¡Pues a la mierda la voluntad de mamá! Yo me largo

Laura.Espera... Será mejor que te tranquilices... Escúchame: Para mí es igual de desagradable que para ti tener que remover todo esto... Yo también estoy deseando marcharme, pero alguien tiene que encargarse de hacer las cosas. Estoy harta de tener que solucionar siempre las cosas yo... Has vuelto a España... Has tenido valor para coger un tren y llegar hasta aquí, ahora sólo tienes que aguantar un poco más... Unas horas y todo se habrá acabado... Así que prepárate a trabajar porque te vas a quedar te guste o no te guste...

Ana.¿Es una orden?. Laura.Es un ruego... Creo que esta vez puedes ayudarme. Me lo merezco. Por favor, Ana, es poco lo que te pido... Unas horas. Si nos apresuramos, esta misma noche, puedes volver a Madrid...

Ana.Pero es que no sé qué es lo que pretendes que hagamos. Cuando me llamaste, dijiste: Hay que deshacer la casa... Y yo..., yo no sé qué es eso exactamente...

Laura.¿Me vas a decir que con todo lo que has viajado por el mundo, no sabes lo que significa deshacer una casa... ?

Ana.Yo no he deshecho ninguna casa... Vivía en pequeños apartamentos… Dejar un apartamento no es lo mismo... No es deshacer...

Laura.Es lo mismo... Deshacer, dejar, levantar, quitar, alquilar, vender, regalar... todo es lo mismo, es deshacerse de algo...

Ana.¡Pues deshaz tú! ¡Vende! ¡Regala! ¡Alquila! Pero no cuentes conmigo...

Laura.Si por mí fuera, te aseguro que no hubiese contado contigo... Llevo muchos años tomando decisiones sola... Pero esta vez es diferente, hay cosas que habrá que repartir... Son cosas de papá, de mamá, tuyas... Yo no puedo decidir por las dos... Además, mamá quería que lo hiciésemos juntas...

Ana.(Mirando los objetos.) ¿Y yo qué sé lo que hay que hacer con todas estas cosas? Muchas de ellas ni las conozco... Han sido muchos años lejos de aquí...Todo esto me es ajeno...

3

Page 4: Hay Que Deshacer La Casa

Laura.¿Estás segura? ¡Vamos! Coge cualquier cosa, esto, esto otro... Dime, ¿te es ajeno? Nada de lo que hay aquí te puede ser ajeno... Es nuestro pasado... son nuestras cosas...

Ana.Fueron nuestras cosas... Tuvieron su valor entonces...Ahora no valen nada... El tiempo es lo único que nos queda...

Laura.Has dicho que te sentías mal desde que has entrado en la casa; si te fuese ajeno, no sentirías nada... Tienes que ser fuerte y enfrentarte de una vez por todas... No creo que sea mucho pedir... Comprendo que para ti es muy difícil... Volver aquí después de tanto tiempo y encontrarte con todo patas arriba…. pero no tienes más remedio que hacerlo... Termínate el café...Hay mucho trabajo... (Buscando entre los papeles.) ¡Mira! Tu libro de escolaridad... (Se lo ofrece.) Quién sabe si lo necesitarás para algo.

Ana.(Hojeándolo.) ¡A estas alturas...!

Laura.(Mostrando una foto.) ¡Mira lo que hay aquí! La foto de ingreso...

Ana.No quiero ver nada... No te das cuenta de que nada es importante para mí... Han pasado demasiadas cosas en mi vida desde que vi este salón por última vez. Solamente... el retrato de papá..., ese maldito retrato que siempre me asustaba... Todavía me hace efecto...

Laura.Si ves esta foto, te impresionarás... Vas a ver lo que puede hacer el tiempo sobre una niñita monísima y rubia...

Ana.(Tomando la foto.) No podía estar monísima... Recuerdo que me faltaba un diente y no quería posar...

Laura.(Mirando el retrato con ella.) ...Estabas preciosa...Lo que luchábamos mamá y yo con esas coletas...

Ana.Y posé... Menuda era Sor Encarnación...

Laura.

4

Page 5: Hay Que Deshacer La Casa

(Imitando una voz.) Niñas, el retrato es obligatorio. Ninguna de vosotras debe perder la oportunidad de guardar tan grato recuerdo de su niñez...

Ana.(Igual.) Vuestros papas tendrán que abonar la cantidad de siete pesetas por cada retrato...

Laura.Y posaste... Con tus labios apretaditos..., pero posaste... (Ana rompe el terato) ¿Por qué lo has roto? ... A Yoli le hubiese encantado conservarlo.

Ana.¿Yoli? ¿Tu hija Yolanda...? Pero si apenas me ha visto una vez... Hace ya seis años...

Laura. Pues te tiene absolutamente idealizada. Sus padres, según ella, somos unos reaccionarios; en cambio, tú eres la tía progre... La libertad personificada...

Ana.Se ve que no me conoce... ¿Cómo es?

Laura.Se parece mucho a...

Ana.Te he preguntado cómo es, no a quién se parece.

Laura.Pues es... es como papá en muchas cosas... Es muy exigente... Muy absorbente... El chico es diferente... Es más despreocupado... le importan menos las cosas...

Ana.Entonces no se parece a nadie de la familia... ¿Qué edad tiene?

Laura.Diecisiete años... Una edad muy difícil...

Ana.Todas las edades son difíciles... A esa edad me fui yo de casa... Hace una eternidad...

Laura.¿Me ayudas con esta caja?

5

Page 6: Hay Que Deshacer La Casa

Ana.¡Cómo pesa! ¿Qué hay?

Laura.Los libros de papá. Échales una ojeada... puedes quedarte los que quieras Agustín tiene una biblioteca enorme, pero ya no cabe ni un libro más...

Ana.(Mirando.) ¡El Espasa! ¿Te acuerdas cuando buscábamos las palabras?

Laura.Unas palabras te remitían a otras y cada vez te liabas más.

Ana.Puta... Prostituta... Ramera... Mujer que comercia con su cuerpo… ¿Que comercia? ¿Lo vende? ¿Lo alquila? No había forma de enterarse de nada, pero por lo menos aprendíamos vocabulario... (Pausa.) Quizás me quede con algún libro... con los años se han ido convirtiendo en un vicio

Laura.Te pasabas las horas leyendo... Mamá siempre decía que serías escritora.

Ana.Yo, en cambio, quería ser médico... Al final, ni lo uno ni lo otro... Trabajo de bibliotecaria.

Laura.¿De bibliotecaria? No me habías dicho nada

Ana.Llevo poco tiempo...Me dedico a rellenar carnets en una biblioteca pública. ..

Laura.¿Te gusta?

Ana.No, pero el dinero me viene bien, por lo menos, hasta que Jorge vaya consiguiendo trabajo... Para él es más difícil, como no está nacionalizado

Laura.Sólo le he visto el día de vuestra llegada, me pareció muy agradable... Muy dulce... No sé si es por el acento... ¿En qué trabaja?

Ana.En Chile era abogado; pero luego, mientras vivimos en París, trabajaba en lo que le salía... Igual tendrá que hacer ahora...

Laura.

6

Page 7: Hay Que Deshacer La Casa

¿También es comunista?

Ana.¿También? ¿A qué te refieres?

Laura.Mujer... Juan también era comunista...

Ana.No... Ninguno de los dos son comunistas...

Laura.Pues Juan... Sus ideas...

Ana.No creo que tuviese muchas..., y las pocas que tenía no era comunistas, te lo aseguro...

Laura.¿Has sabido algo de él?

Ana.No. Voy a llamar a Jorge; si me tengo que quedar, mejor le aviso para que no me espere.

Ana.(Marca.) ¡Hola! Soy yo otra vez. No me esperes... Me quedaré todo el día... No, no... Esta misma noche... Tomaré el último tren... No te preocupes... Además no sé a qué hora sale... De acuerdo... ¡Oye! No te olvides de recoger eso... Hasta mañana. (Cuelga y se va quitando el abrigo.)

Laura.¿No quieres quedarte a dormir?

Ana.¡Por nada del mundo! Además, mañana tengo que ir a trabajar... Tenemos que darnos prisa... Tengo sólo unas horas para asumir mi condición de heredera...

Laura.Ya verás cómo no te arrepientes... Hace tanto tiempo que no estamos juntas...

Ana.¿Qué hay que hacer?

Laura.Deberías cambiarte de ropa, por ahí dentro hay algún vestido de mamá...

Ana.(Rápida.) ¡No! No... déjalo..., estoy bien así, no te preocupes...

7

Page 8: Hay Que Deshacer La Casa

Laura.Yo estoy terminando de guardar los cubiertos, si quieres puedes ver las mantelerías, están en esa caja... Revísalas y tira lo que no sirva.

Ana.Veré lo que puedo hacer...

Laura.Qué amable..., quería recogerte en la estación...(Haciendo un gesto al teléfono.)

Ana.¿Quién? Ah, mi marido...

Laura.(Cortándola.) ¿Te casaste?

Ana.Sí, en París, hace un año... Estos manteles están viejísimos, no aguantarían ni un lavado.

Laura.¡Déjate de manteles! ¿Cómo es posible que te casaras sin avisarnos?

Ana.¿Para qué? Fue una boda civil... Un mero trámite...Nos venía bien para venirnos a España... A mamá no le hubiese gustado...

Laura.¡Tú qué sabes! Estoy segura que me habría pedido que la llevase... A mi también me hubiera gustado ir... Nunca comprenderé esa maldita independencia tuya...

Ana.No pensé que os interesase... No nos hemos hablado demasiado en estos años... Además, si hubierais venido se hubiesen producido una serie de reacciones en cadena que yo no habría sabido afrontar... Decididamente, todo lo que hay en esta caja se puede tirar. No sirve ni para hacer trapos... ¿Qué puedo hacer? ¿Te ayudo con eso?

Laura.No... Ya estoy acabando... Mira, en esa carpeta, hay un montón de documentos... Vete revisándolo y separando los que sean tuyos.

Ana.(Lo hace en silencio. Tras una larga pausa.) ¿Cómo está Agustín?

Laura.

8

Page 9: Hay Que Deshacer La Casa

Muy bien... Si no fuese por el ácido úrico... Pero cuando vigila la dieta...

Ana.Me refería a su carácter... La última imagen que tengo de él es la de un chico con bombachos y la cara llena de granos... Eso sí, muy serio... ¿Te acuerdas? Tú siempre decías que tenía cara de conejo asustado...

Laura.Pues ya ves, al final me casé con el conejo... Sigue siendo igual de serio. Sólo que ya no tiene granos y no lleva bombachos. Es... fuerte, muy estricto con los chicos. Muy seguro de sí mismo... Y siempre enfrascado en sus negocios. No puedo decir que haya sido mi ideal de hombre, pero estoy contenta. ¿Y tú eres feliz con Jorge?.

Ana.¿Lo eres tú?

Laura.(Remedando.) ... «Es de mala educación res...

Ana.(Siguiéndola.) ... Responder con otra pregunta...»

Laura.¡Todavía te acuerdas!

Ana.Siempre he tenido las frases de papá revoloteándome por aquí... (Señala su frente, claro.)

Laura.Era un hombre maravilloso

Ana.¿Lo sigues creyendo? A mí siempre me pareció terrible. Me asustaba.

Laura.¿A ti? No digas tonterías, eres la única persona que siempre supo enfrentarse a él.

AnaTe equivocas, nunca conseguí enfrentarme a él. Ni siquiera hace un momento. Cuando entré de nuevo aquí y vi su retrato, me entró miedo..., el mismo miedo que le tenía a él. El maldito miedo. Por eso me fui de casa.

Laura.Te fuiste porque estabas enamorada de Juan...

Ana.

9

Page 10: Hay Que Deshacer La Casa

Juan fue el pretexto que utilicé para salir de aquí, nada más...

Laura.En tu carta decías que estabas enamorada, que te fugabas con él porque le querías. Estoy segura de que no mentías.

Ana.No, no mentía. Era una cría y pensé que estaba enamorada. Era un reto. Escaparme de casa con diecisiete años con un hombre de treinta y divorciado...

Laura.¡Separado!

Ana.Tienes razón, separado; eso aumentaba las proporciones del escándalo...

Laura.Todavía se me ponen los pelos de punta cuando recuerdo a papá leyendo tu carta...

Ana.Me imagino la que se organizaría. Debió ser un melodrama grandioso...

Laura.(Frotando un tenedor con una gamuza.) No, más bien fue lamentable- Papá leyó la carta, y sin decir una sola palabra comenzó a llorar. Primero en silencio, luego desconsolado abrazado a la cintura de mama. Cuando se fue calmando, se quedó allí, en su sillón de orejas, aplastado, sin fuerzas para moverse... Daba pena verle... A mí me sorprendió, fue la primera vez que vi llorar a papá...Y sentí algo muy extraño... Él, que siempre era tan duro... Tan fuerte... ¿Sabes?, para mí papá siempre fue una mezcla de Spencer Tracy y de Bogart... Y aquel día... ¡Bueno! Estos cubiertos ya están listos. ¿Has encontrado algo ahí?

Ana.Varios certificados y mi diploma de Bachillerato... Me cuesta creer lo que acabas de contarme. No me imagino llorando al ilustre señor notario...

Laura.Eres injusta hablando así de él... Sufrió mucho...

Ana.Puede que tengas razón... Seguramente la tendrás, tú siempre has sido más razonable que yo...

Laura.¿Lo dices con sorna?

Ana.

10

Page 11: Hay Que Deshacer La Casa

No, no me hagas caso. Últimamente hablo de forma muy irónica. deben ser los años. ¡Anda! ¡Pero si es Santiaguito!

Laura.¡Déjame verla! (Riendo.) ¡Santiaguito de comunión! ¿Recuerdas cómo nos peleábamos por él? Las dos estábamos enamoradísimas. Cuando salió de la iglesia le esperábamos en la puerta...

Ana.Nos temblaban las piernas por saber a cuál de las dos daría el primer recordatorio... Con aquellos abrigos inmensos que nos regaló tía Susana...

Laura.De color guinda... Eran crecederos... En aquella época todo nos lo compraban crecedero y nunca nos estaba bien; cuando lo estrenábamos siempre era grande y a la temporada siguiente ya nos estaba pequeño.

Ana.Pero por lo menos estrenábamos... (Por el retrato.) Era muy guapo de pequeño... Con tanto rizo rubio, parecía un angelito...Tu primer amor

Laura.¡Qué bobada! Aquello fue una chiquillada de crios.

Ana.Estoy segura de que te hubieses casado con él.

Laura.Ya ves, el destino...

Ana.¡Qué destino! no se puede pasar la vida culpando al destino ¡Oye! ¿Esta tapicería es la misma?

Laura.Más vieja, pero la misma.

Ana.Hubiese jurado que era más clara, más alegre. La verdad es que he encontrado todo muy cambiado...

Laura.(Acercándose.) Han cambiado tantas cosas... ¡Mira! ¡Allí! ¿Ves aquel rótulo naranja?

Ana.¡«Vídeo-Sex»! ¿Aquí, en el pueblo? Pero... ¿No es...?

11

Page 12: Hay Que Deshacer La Casa

Laura.Sí, hija, sí, la papelería de doña Higinia. Cuando murió ella sus hijos traspasaron la tienda y ya ves...

Ana.¡Cómo era aquella mujer! Con sus ondas al agua, tan cursi... Nos vendía el papel azul para forrar los libros.

Laura.También los pliegos de papel azul celeste para el nacimiento y las estrellas...

Ana.El papel cebolla para calcar los bordados de realce...

Laura.Y el papel pinocho para hacer las flores de María...

Ana.¡Vamos! Menos el papel higiénico, nos tenía bien surtidas... Hemos debido comprar el papel por toneladas... Y qué mal lo hemos utilizado...

Laura.¡Mal! ¿Por qué?

Ana.¿No te das cuenta? ¡Hemos pasado doce años en el colegio! ¡Doce años inútiles! Rellenando cuartillas y cuartillas hasta conseguir una primorosa letra inglesa... Hemos forrado cientos de libros y cuadernos que no decían nada real...¡Y flores a María! ¿Cuántas flores a María habremos hecho tú y yo en doce años? ¿Y los calcos? Todas las tardes calcando florecitas para poder pasarlas a los bordados... Con las máquinas tan maravillosas que hay...

Laura.¡El progreso! ¿Quién se iba a imaginar que apretando cuatro botoncitos te solucionabas el ajuar?

Ana.¡Qué coño de progreso! ¡La mierda de educación que nos han dado...!

Laura.No lo parece... Dices los tacos con una naturalidad que parece que acabas de salir de un colegio de hoy...

Ana.Cómo me gustaría... ¡Volver a empezar!

Laura.

12

Page 13: Hay Que Deshacer La Casa

Pues mira, puestas a decir tacos, te diré que a mí todas aquellas puñetitas de las flores y las iniciales me gustaban. Tenían su encanto... Lo que no podía soportar eran los rezos: la oración matinal, el ángelus, las novenas por cualquier chorrada y aquellos rosarios interminables. ¿Tú te has dado cuenta de las rodillas que tenemos todos las que hemos estudiado en las monjas...? Son horribles.

Ana.(Riéndose.) No has cambiado en absoluto... Sigues igual que hace veinte años...

Laura.Yo creo que las personas nunca cambiamos, nada puede hacernos cambiar... Mamá siempre fue igual... Agustín sigue siendo el mismo que se sentaba a mi lado en el Cine Nacional... Papá cambió unos días después de irte, pero en seguida volvió a ser el mismo de siempre... Nadie cambia... Tú misma dices que has cambiado y yo te veo igual...Atemorizada..., huidiza..., la misma Ana de siempre... Tú misma lo has reconocido hace un momento, cuando hablabas del retrato de papá.

Ana.Es que eso sí que no cambia, los muertos. Se quedan ahí... en las cosas. (Se acerca al retrato.) ¿Sufrió mucho cuando murió?

Laura.Sí... Se pasaba las noches gritando... Los calmantes no le hacían efecto... Fueron once noches terribles... mamá y yo... turnándonos... deseando que aquello terminase... Solas...

Ana.Lo siento... Me fue imposible venir... Acabábamos de instalarnos en París... Estábamos muy mal de dinero... Yo...

Laura.No te disculpes... Lo entiendo... Lo que sí que sentí, fue que no vinieses cuando murió mamá... Por lo menos al funeral... a ella le hubiese gustado...

Ana.¡No digas estupideces, Laura!

Laura.No digo ninguna estupidez. Mamá siempre quiso que su vida y su entierro fuesen dignos... Por su vida, hice lo que pude, y por su entierro hice lo que ella deseaba y me siento orgullosa... Lo único malo, es que tuve que hacerlo yo sola también... Te necesitaba. Deberías haber venido.

Ana.No podía... Perdóname... Sé que es muy difícil justificarme..., pero después de tanto tiempo sin vernos mamá y yo... Después de lo de papá... Venir a su funeral me parecía una farsa... Además, sucedió todo tan repentinamente...

13

Page 14: Hay Que Deshacer La Casa

Laura.¡Vamos, Ana! No lo disfraces... Venir entonces te parecía una farsa... En cambio, has podido venir hoy...

Ana.Es diferente... Ellos ya no están.

Laura.No decías que eso no cambia, que ellos siguen en las cosas... Sé sincera... Nos conocemos demasiado bien: Te aterrorizan los muertos... Hemos dormido en la misma habitación muchos años... Te he sentido llorar y has venido a mi cama temblando. Siempre soñabas con los muertos. No te importó lo que yo sintiese... No viniste porque esta vez el muerto era tu madre y te daba pavor... Y me pusiste un montón de estúpidos pretextos...

Ana.No me lo has perdonado

Laura.Sí, claro que te perdoné, porque te comprendía, cuando se comprenden las cosas se pueden perdonar, pero me sentí muy sola...

Ana.Tenías a Agustín, a los chicos...

Laura.Es diferente... Ellos son… mi otra familia, pero yo te necesitaba a ti. (Tras una pausa incomoda, cuando ya no se puede añadir más, tomando los paquetes.) ¿Qué tal si comemos algo? He traído varias cosas...

Ana.La verdad es que no tengo mucho apetito.

Laura.Pues la empanada es riquísima. También hay sandwiches. Vete abriendo. Mira, tenemos vino.

Ana.¡Y bien bueno!

Laura.La ocasión lo merece.

Ana.¿Dónde hay copas?

Laura.Espera,

14

Page 15: Hay Que Deshacer La Casa

Ana.¡Y un sacacorchos...! (mientas Laura busca, Ana se prueba el abrigo de pieles de Laura)

Laura.Te sienta de maravilla

Ana.No, nunca me han sentado bien las pieles. Mejor, son tan caras

Laura.Pues yo creo que te sienta de maravilla... Parece que te lo han hecho a la medida... Me lo regaló Agustín por nuestro último aniversario. Aquí están las copas y el sacacorchos.

Ana.La cristalería de mamá ¿Todavía quedan algunas?

Laura.¡Sí! Estas dos. (Abre la botella.) Toma, sírvete.

Ana.¿Cuántos años habéis cumplido de matrimonio?

Laura.¡Veinte! ¡Una eternidad! Prueba la empanada, verás qué rica. (Tras una pausa, para dejarlas masticar.) Oye, si te parece, la ropa de mamá, se la puedo enviar a las monjas.

Ana.¿A las nuestras?

Laura.SÍ, ellas se encargan de distribuirlas a los pobres.

Ana.Me parece muy bien. ¿Quieres vino?-

Laura.Sírveme. Así entraremos en calor.

Ana.¿Ya no venís los fines de semana?

Laura.No. La única razón de venir a menudo, era mamá.

Ana.

15

Page 16: Hay Que Deshacer La Casa

¿Por qué no la llevaste contigo a Madrid?

Laura.¿Y hacerle dejar su casa? ¡imposible! No quería salir de aquí. Aquí estaban sus recuerdos, sus amistades... Hubiese sido cruel sacarla de aquí.

Ana.Lo que no entiendo es cómo después de casarte seguiste viniendo por aquí con tanta frecuencia. Tú odiabas este pueblo tanto como yo.

Laura.Primero fue papá, luego mamá... También la familia de Agustín... La verdad es que he tenido una vida muy familiar... Toda la semana la pasaba sola en casa, en Madrid; los chicos en el colegio y Agustín trabajando, y cuando por fin llegaba el sábado, cogíamos el coche y al pueblo, a atender al resto de familia. Y si no te ríes, te diré algo...

Ana.Dime,

Laura.Estaba loca porque llegase el sábado. Venir al pueblo ha sido mi única distracción durante muchos años...Imagínate... Yo soñando toda la vida con ser tan cosmopolita como Bette Davis y me he convertido en una pueblerina que odia Madrid. ¡Debo tener alma de paleta...!

Ana.La que quería ser Bette Davis era yo, no lo olvides.

Laura.¡Hum! Tengo que llamar a casa, cuando no estoy allí, todo va patas arriba ¿Emilia? ¿Han llegado mis hijos?... ¿El señor tampoco? No, no le prepare nada para la cena. Si no va a comer, tampoco irá a cenar. Si va mi hijo a comer, cueza un trozo de merluza. Que no quede muy hecha. Si se retrasa mi hija vayan comiendo ustedes, ya sabe que siempre se olvida de avisar. Yo sigo aquí. No, no iré esta noche tampoco. Gracias, Emilia, hasta mañana.

Ana.Parece que hay estampida general...

Laura. Si, Siempre pasa lo mismo... Y lo peor es que no se molestan en avisar. No digo que lo hagan por mí, que ya estoy acostumbrada... Por lo menos podrían tener consideración con el servicio. Pero cuando llegue me van a oír... Sobretodo el niño.

Ana.Que ya no es tan niño, con diecisiete años... Me lo imagino igual que su padre, el pelo encrespado...

16

Page 17: Hay Que Deshacer La Casa

Laura.¿Pelo? Lo lleva cortado casi al cero... Y un pendiente,.. Bueno, sólo lleva el agujero, porque su padre lo mata si se lo pone... Y luego esa cara llena de granos, en eso sí que se parece a su padre. Está como una cabra. Pero no es mal chico. Es pacifista, ecologista, montañista, nudista, se apunta a todos los movimientos que salen. Afortunadamente no le ha dado por la política ni por las drogas... Tienes que venir pronto a casa. Ahora que hemos rotó el hielo.

Ana.¿Qué hielo?

Laura.Mujer..., me refiero a que ya estás de nuevo aquí.. Hemos vuelto a vernos... Además, viviendo en Mádrid las dos, ya no hay excusas.

Ana.Tienes razón... Ya se ha roto el hielo... (Se levanta y observa cuadro) ¿Piensas llevarte el cuadro de papá?.

Laura.Si tu no lo quieres….a mi siempre me ha gustado

Ana.Te lo cedo encantada. A el le habría dado igual. Nunca se fijaba en las cosas pequeñas...

Laura.Como en nosotras...

Ana.¿Qué has dicho?

Laura.Nada, una tontería...

Ana.No. Has dicho algo muy cuerdo. Siempre he pensado que era solo una obsesión mía.

Laura.¿El qué?

Ana.Él nunca se fijó en nosotras. Estábamos en la casa como cualquier otro objeto. Nunca se preocupó de hablar con nosotras, de conocernos. Nos atendía como atendía las pequeñas cosas, superficialmente. Hubiese sido tan bonito ver las cosas...con papá al lado, explicándolas...No, lo he tenido que aprender todo lejos de casa

17

Page 18: Hay Que Deshacer La Casa

Laura.Te comprendo... Si no fuese porque me muero de vergüenza, te contaría las cosas que me pasaron en mi noche de bodas.

Ana.A mí me pasa lo mismo. ¡Cómo fue mi primera noche!

Laura.¡Ah! ¡Eso tienes que contármelo! Pues no he hecho yo pocas cábalas a cuenta de aquello!. Así que ahora no te escapas... Espera, voy a servirme un chupetín de coñac. (Lo hace.) ¿Te apetece?

Ana.No, con el vino ya he tenido bastante, no tengo costumbre de beber.

Laura.Yo tampoco bebía antes, pero últimamente me he dado cuenta de lo idiota que he sido... Una copita de vez en cuando entona mucho

Ana.Sírveme otra, si quieres conseguir que hable... Laura.Naturalmente que hablarás. Aunque sea después de tantos años, por lo menos me entero (Sirve y se sienta junto a ella. Ana enciende un cigarrillo.) Ana.En cambio, soy una viciosa del tabaco...

Laura.Pues yo no le saco nada. ¡Vamos, cuenta! ¿Cómo fue lo de Juan?

Ana.Si no fue nada importante...

Laura.Pero qué dices... No sabes los derroches de imaginación que hacía yo. La primera noche. Cuando os fuisteis, no te puedes hacer una idea de las cosas que imaginé: los dos huyendo en coche-cama... Una botella de champán, el traqueteo del tren... ¡Cómo te envidiaba! ¿Tenía vello en el pecho?

Ana.¿Y eso? ¿A qué viene?

Laura.¡Contéstame! Tenía mucho vello, ¿verdad?

18

Page 19: Hay Que Deshacer La Casa

Ana.Sí.

Laura.¡Me lo imaginaba! ¿Muy moreno?

Ana.¿Muy moreno? No, creo recordar que no...

Laura.Pero, ¿cómo puedes olvidar algo así? Esas cosas no se olvidan.

Ana.Pues si te sirve de algo, te diré que aquella noche debiste pasarla mejor que yo; porque ni hubo coche-cama, ni champán, ni traqueteo... Pasamos la primera noche en una pensión de Alcázar de San Juan, esperando un cambio de tren... Y estábamos tan cansados y hacía tanto frío, que no tuve oportunidad de verle el pelo del pecho hasta dos días después... Usaba camiseta...

Laura.¡Camiseta! ¡Como papá! ¡Qué desilusión! Debió ser una noche horrible.

Ana.Imagínate. El frío, yo sin la menor experiencia, aquel desconocido encima de mí. Sólo recuerdo que la cama hacía mucho ruido y yo pensaba en los vecinos de cuarto ... Y aquel hombre encima y sin acabar nunca... Se me hizo eterno...

Laura.A mí me pasó todo lo contrario, se me hizo muy corto...

Ana.¿No me digas? Agustín... (Ríe.)

Laura.¡Ves! Ya me has hecho hablar. Mujer, no siempre...Yo creo que él era tan virgen como yo... Estaba muy nervioso... Y... (Ríe.) ...total, que ninguno de los dos sabíamos por dónde era... (Ríen la dos.)

Ana.No hay nada más triste que sentirse ridícula en esos momentos...

Laura.¿Por qué terminasteis tú y Juan?

19

Page 20: Hay Que Deshacer La Casa

Ana.¡Yo qué sé! Siempre se sabe por qué empiezan las cosas, pero nunca se sabe exactamente por qué terminan. Puede ser que yo fuese demasiado joven... Fueron tantas cosas las que tuve que asumir de golpe, que me vino grande todo... No lo sé...

Laura.¿Te dejó en mala situación?

Ana.Fui yo la que le dejé a él en mala situación...

Laura.¿Le dejaste tú? ¿Tuviste valor?

Ana.Bueno, valor... Verás, en aquella época conocí a otra persona y...

Laura.¿A Jorge?

Ana.No, a Jorge fue bastante después.

Laura.Pero tú., ¿con cuántos hombres has estado?

Ana.Con varios…

Laura.¡Con varios!...y lo dices tan tranquila. ¡Cuentame!

Ana.¡Ni hablar! Ya me has sacado bastantes cosas…con lo que me cuesta hablar de mi misma. Además tenemos que darnos prisa. Tengo que tomar el último tren, si no quiero perder mi trabajo…Y me ha costado mucho conseguirlo

Laura.Está bien, pero siempre me dejas con la miel en los labios. De pequeña hacías lo mismo. Te encantaba intrigarme. Lo que daría yo por saber lo que ha sido tu vida en estos últimos años.

Ana.Ahora que estoy en Madrid, nos veremos más. Ya tendrás tiempo de irla conociendo. ¿Qué hay que hacer?

Laura.

20

Page 21: Hay Que Deshacer La Casa

Vamos a ir cerrando cajas y acercándolas hacia la puerta... Así sabremos las que están completas.

Ana.Lo que quieras, mientras no tenga que subir al dormitorio... Siempre me dio vértigo la escalera...

Laura.Es que tú de pequeña eras un asquito: miedos, vértigos, complejos.

Ana.Pues no creas que he cambiado mucho...

Laura.Teníamos que haberte tirado a la basura cuando naciste. De pequeña me acuerdo que todo mi empeño era irte a descambiar; yo quería un niño. Y siempre que íbamos a la tienda de tejidos, le decía a mamá que te cambiase allí por otra cosa

Ana.Mamá se pasaba la vida descambiando cosas allí. Yo creo que es la mujer que más cosas ha paseado de la tienda a casa y de casa a la tienda. Siempre fue muy insegura. Lo mío debió afectarla mucho.

Laura.Sobre todo por la actitud de papá. Mientras él vivió, se callaba y no te nombraba apenas. Sabía que que tú nunca volverías mientras él no te perdonase. Pero cuando murió papá y vio que pasaba el tiempo y tú no aparecías, lo pasó muy mal, aunque no decía nada, ya sabes cómo era

Ana. No, nunca dijo nada. Se limitó a vivir sin decir nada, sin molestar a nadie. Siempre tuvo la misma actitud: un odioso silencio... ¿Cómo es posible que siendo nuestra madre nunca tuviera nada que decirnos por ella misma? Todas sus advertencias, todos sus consejos, giraban siempre en torno a las consignas de papá. ¿Es que nunca tuvo una idea propia?

Laura.Creo qué no. Con las ideas, le pasaría lo mismo que con las telas: dudaría siempre. Tenía siempre que apoyarse en el juicio de otra persona. Yo la comprendo. Me parezco a ella en tantas cosas... ¡Pobrecilla!

Ana. ¿Qué hay en estas cajas? Pesan una enormidad.

Laura.En ésa, vajilla. Y en ésta debe haber cacharros de cocina. Quizás te vengan bien, ahora que estás poniendo piso.

21

Page 22: Hay Que Deshacer La Casa

Ana,No. Odio los fogones y siempre que puedo evito la cocina.

Laura.Pues de pequeña, te encantaba estar en ella.

Ana.Porque era el sitio más caliente de toda la casa. Además, siempre estaba Ramona, que nos contaba historias de aparecidos. Luego, cuando me acostaba, me moría de miedo...

Laura.A mí, en cambio, nunca me asustaban. La que me daba pavor era tía Susana, ¿te acuerdas dé ella? Cómo vigilaba el largo de nuestras faldas. Nunca le parecían demasiado largas. Tasaba la moralidad por los largos de los vestidos.

Ana.Ella siempre llevaba las faldas por los tobillos.

Laura.¡Como que tenía varices! Cuando murió yo ayudé a mamá a amortajarla y fue la primera vez que le vi las piernas, las tenía de pena...

Ana.¡Te has pasado la vida vistiendo muertos!

Laura.En España, la mujer, se ha pasado toda la vida vistiendo a los demás: vistiendo muñecos, vistiendo hijos, muertos, maridos, santos, mujeres, vistiendo a los pobres... Yo, por eso, a Yoli, no la dejo que coja una aguja. Claro, que tampoco tengo que esforzarme mucho para qué no la coja.

Ana.Bueno, ésta es la última caja. ¿Hay más?

Laura.En la cocina y en la salita, pero ya están cerradas. ¿Usas cama de matrimonio?

Ana.¿Por qué me lo preguntas?

Laura.Es que Agustín y yo usamos dos camas: como él madruga mucho y yo tengo insomnio... Mamá tenía muchos juegos sin estrenar... Si usas cama de matrimonio, los puedes aprovechar... Ana.No es mala idea, la verdad es que me vendrían muy bien

22

Page 23: Hay Que Deshacer La Casa

Laura.

Te los saco

Ana.(Saca un cigarrillo y lo enciende, toma la copa de coñac para beber, de pronto, se vuelve; va hacia el retrato de su padre y alza la copa.) ¡Por ti, papá! (Bebe. Sobre el sofá, se han quedado los trozos de la foto que rompió antes, los mira, y los va recogiendo con cuidado, finalmente los guarda en un bolsillo.)

Laura.(Aparece con un montón de prendas de cama.) ¡Hay que ver cómo pesan! ¡Como son de hilo!

Ana.Lo malo del hilo es que hay que plancharlo.

Laura.Pues yo hago que planchen hasta los de fibra, me encanta dormir con las sábanas recién planchadas.

Ana.A mí me pasa igual, lo que no me gusta es tener que plancharlas yo. ¿Te acuerdas de nuestras colchas?

Laura.¡El trabajo que daban! Había que almidonarlas, plancharlas, encañonarlas... Pero quedaban preciosas...Aunque cualquiera se sentaba en ellas... Las broncas que nos echaba mamá...

Ana.Todo en esta casa era intocable... Igual que nuestros cerebros... Todo estaba de adorno y para que las visitas lo disfrutasen: no nos podíamos tumbar en la colcha ni acostarnos sin antes dejar la ropa bien doblada.

Laura.Y no podíamos salir a la calle sin haber dejado hecho antes el dormitorio...

Ana.¡Es verdad! Hasta en los hoteles he seguido yo haciendo camas como una idiota... Nuestra ropa interior sólo debíamos de lavarla nosotras...

Laura.Y al salón sólo entrábamos cuando nos pasaban revista las visitas que venían... Era zona prohibida... Yo muchas veces ni me acordaba que eran parte de la misma casa

23

Page 24: Hay Que Deshacer La Casa

Ana.Siempre estábamos apiñados en el odioso cuarto de estar... Nunca posábamos los pies directamente sobre el parqué... ¡Terminantemente prohibido! Laura.Teníamos que ponernos las bayetas de encerar...

Ana.Tampoco podíamos acercar la cara a los cristales, por culpa de las malditas huellas... La de veces que he cobrado yo, por dibujar con el vaho...

Laura.También nos pegaban si nos encerrábamos en el cuarto de baño...

Ana.O en el dormitorio...

Laura.Y recibíamos las cartas abiertas...

Ana-Tampoco podíamos salir con las de Domínguez...

Laura.Es que su padre era rojo...

Ana.Pero eran las que salían con los chicos más guapos del pueblo...

Laura.¡Claro, como que se dejaban besar!

Ana.¡Y el pick-up! ¡Estaba prohibido ponerlo en Semana Santa!

Laura.¡Y pintarnos! ¡Hasta que no cumplí veinte años no pude aparecer pintada delante de papá...! Fumar, nunca pude llegar a hacerlo delante de él...

Ana.Él, en cambio, siempre estaba con sus puros...

Laura.No nos dejaba salir con chicos.

Ana.Tampoco podíamos hablar por teléfono... ¡Los teléfonos están para casos urgentes!

24

Page 25: Hay Que Deshacer La Casa

Laura.En casa había que estar a las nueve... ¡Sin excusas!

Ana.Los botones siempre abrochados... Los domingos, el velo toda la mañana...

Laura.¡Los niños no hablan con las personas mayores...! ¡Los niños sólo responden cuando se les pregunta...!

Ana.Eso ganábamos... Cuando preguntábamos algo, siempre nos mentían...

Laura.Estaba prohibido: hablar con desconocidos, hablar alto, a veces bajo también, reírse, saltar dentro de casa, bailar...

Ana.Por lo menos nos dejaban llorar, aunque no delante de ellos...

Laura.Los tebeos eran inapropiados...

Ana.¡Igual que estudiar medicina...!

Laura.¡La carrera de la mujer es el matrimonio!

Ana.Esta casa era peor que un campo de concentración...Porque, además, tenían la desfachatez de decirnos que todas esas prohibiciones eran por nuestro bien.

Laura.Yo no les hice caso. Me casé.

Ana.Yo al final también... Y no estudié medicina...

Laura.Tu gran ilusión... ¿Te acuerdas cuando dormíamos la siesta de verano? Mirábamos las sombras en el techo, eran los reflejos del sol que dejaban pasar las persianas...

Ana.

25

Page 26: Hay Que Deshacer La Casa

Era como el cine... Dejando volar la imaginación convertíamos aquellas sombras en películas, donde tú y yo éramos las protagonistas... Yo operando apéndices y recibiendo el premio Nobel por mis investigaciones...

Laura.Y yo entrando en el templo, vestida con una cola muy larga... Es curioso, no me acuerdo de la cara del novio... Pero el padrino siempre era Spencer Tracy... Papá Tracy...

Ana.¡La de veces que vimos «El padre de la novia». !¡Cómo nos gustaba el cine!

¡Aquellas largas carreras hasta la parroquia, rezando a San Nicolás...!

Laura.¡San Nicolás, patrón de los imposibles, haz que la película no sea tres o tres erre y te hago una novena!

Ana.Pero de nada servían. Casi siempre eran tres erre. Excepto «Cantando bajo la lluvia». Es la película que más veces he visto en mi vida... Todavía me acuerdo de la música... (La tararea.)

Laura.¡Es verdad! Yo también... (Tararea también, luego; sería maravilloso que las dos actrices cantasen en inglés macarrónico y bailasen alguna pieza de la película.)

Ana.Desde luego, lo de cantar no está hecho para nosotras... (Se sienta.)

Laura.(Sirviéndose coñac.) ...Nuestro inglés es perfecto. ¿quieres? (Ana niega.) Toda la vida estudiando francés que no sirve para nada...

Ana.Parece que hasta en eso nos querían hacer la puñeta...De todas formas, lo hubiéramos olvidado, igual que hicimos con el francés... Yo por lo menos...

Laura.¡Pues anda que yo...! ¡Uf!, cómo pesan los siglos!(Se sienta frente a ella.) (Pausa.) Bueno, ya está casi todo listo... Nos sentaremos un ratito a descansar y mientras, si te parece, podemos hablar de las cosas más desagradables

Ana.¿Te parece que no hemos hablado bastante de ellas?

Laura.

26

Page 27: Hay Que Deshacer La Casa

Me refiero a los asuntos económicos... Hay varias cosas de las que tenemos que hablar...

Ana.Tú dirás.

Laura.(Se levanta y busca una carpeta, vuelve a sentarse y la abre.) Bueno... Hay que ver lo que hacemos con la casa... Luego están las acciones... Los objetos de valor... Las joyas... En fin, como ves, son varios temas...

Ana.(Acomodándose.) Empieza por donde quieras.

Laura.Si te parece, vemos lo de las joyas de mamá. Aquí tienes la lista. Están depositadas en el banco. Como ves, están detalladas en distintos lotes según su valoración... Las hicimos tasar por un joyero de confianza... El de mamá de toda la vida--- (Le tiende una lista.)

Ana.No sabía que mamá tuviese joyero de toda la vida...Sólo tenía cuatro chucherías...

Laura.No creas... Papá le regaló bastantes cosas los últimos años, algunas muy valiosas... Mira las cantidades.

Ana.¿Tanto?... Con todo esto por encima parecería la Macarena...

Laura.Apenas si se las ponía. Yo creo que, algunas, ni las estrenó. …Agustín…Nosotros, hemos visto la manera de ir solucionando estas particiones de una forma lógica y justa para las dos...Estoy segura que te avendrás a razones cuando te lo explique.

Ana.¿Avenirme? No te entiendo...

Laura.Hemos pensado que como tú no tienes hijos, estarías dispuesta a ceder tu parte de las joyas a Yoli. Como ella es la única nieta... Creemos que lo más normal es que sea ella la que las conserve... Nosotros te compensaríamos económicamente, claro...Agustín piensa que después de la venta de la casa, tú podrías llevarte más de un tercio del total en compensación por las joyas... Espero que te parezca bien... Hemos valorado el precio de la casa. Si a la mitad de eso le añades el tercio de las joyas y tu parte en las acciones y los objetos de valor, verás que se convierte en una buena suma… Y ahora que

27

Page 28: Hay Que Deshacer La Casa

acabas de instalarte en Madrid, me imagino que te vendrá muy bien... A mí... por lo menos... La verdad es que me parece una buena idea...

Ana.(Lee detenidamente el papel, luego mira fijamente a su hermana.) De modo que a tu marido y a ti os parece una buena idea que ceda mi parte de las joyas a vuestra hija, por tratarse de la única nieta, y como seré muy bien compensada económicamente, pensáis que debo avenirme... ¿Es eso?

Laura.¡Creo que es una buenísima oferta!

Ana.¡Que estáis seguros que aceptaré, ya que necesito el dinero! Y como no tengo hijos, mi sobrina debe ser la depositaría de las joyas de su queridísima abuela... ¿Y quién te asegura que la tía Ana no tiene hijos?

Laura.¿Es que tienes hijos?

Ana.¡Incógnita! Después de estar dando tumbos por todos lados, podría muy bien haber traído un crío al mundo. ¿No crees?

Laura.Creo que me estás tomando el pelo... Si tuvieras algún hijo, ya me lo habrías dicho...

Ana.¿Estás segura? Hace sólo un momento te has enterado de mi boda... Ya sabes que soy una cajita de sorpresas...

Laura.No sé... Estoy segura de que me lo hubieses dicho...No me habrías ocultado una cosa así... No puedes jugar con algo tan serio... Vamos, déjate de bobadas... ¿Tienes o no tienes un hijo?

Ana.¡Vaya! ¡Menos mal! Por fin me concedes la posibilidad de haberlo tenido... ¡Ya era hora! (Pausa.)Empiezo a comprender tu... o debo decir vuestra urgencia porque viniese a deshacer la casa... Las cosas están prácticamente embaladas... Todo está ordenado y listo para el traslado, pero os falta un pequeño detalle: el problema de las joyas... y la venta de la casa, y como eso es difícil de solucionar, Agustín y tú me preparáis este escenario, lleno de recuerdos, y con el pretexto de recoger cuatro fotos, me ponéis afirmar vuestras disposiciones... Bonnie and Clyde no lo hubieran preparado mejor...

Laura.

28

Page 29: Hay Que Deshacer La Casa

Estás equivocada. Esto no es ningún plan. No se trataba de solucionar lo de las joyas o la casa... Tú misma habías dejado todo en mis manos... Sólo tenía que haberte enviado tu parte. Si te he hecho venir ha sido.... porque necesitaba verte. Era muy importante que los últimos momentos en esta casa, los pasásemos juntas. Nunca ha sido otra mi intención... Te lo juro...

AnaNo hace falta que me jures nada. Estoy convencida de que tu intención era ésa... ¿Pero era también la de tu marido? Él es mucho más práctico que tú.

Laura.Pareces insinuar que Agustín y yo queremos timarte... La casa hay que venderla...tú estabas de acuerdo... Las joyas... están ahí... Muchas de ellas, ni las conocías... Si nuestra intención hubiese sido timarte, no te habríamos llamado...

Ana.Me habría enterado de su existencia por el testamento...

Laura.Me parece estúpido seguir hablando de todo esto. Mi hija es la que realmente tiene todos los derechos como única nieta...

Ana.¡Conocida!

Laura.¿Quieres dejar de burlarte? Si es cierto que tienes un hijo, ¡dilo de una vez y acabemos!

Ana.¿Cambiarías vuestros planes si fuese cierto? ¿El reparto sería diferente?

Laura.Eso depende de ti. Según el testamento, estás en tu derecho.

Ana.¿Y según tú? ¿Estoy en mi derecho?

Laura.Creo que te importa muy poco lo que yo piense...Siempre has hecho lo que te ha dado la gana...

Ana.Eso, por supuesto. Pero quiero que contestes a mi pregunta. ¿Crees que tengo derecho?

29

Page 30: Hay Que Deshacer La Casa

Laura.¿Quieres que te sea sincera?

Ana.Me gustaría mucho.

Laura.Pienso que no tienes ningún derecho a reclamar nada. Cuando te largaste de casa, te importó un pimiento todo lo que aquí dejabas... En los momentos más difíciles, cuando más te necesité, escurriste el bulto siempre. Todas las excusas eran pocas: distancia, dinero, amores, temores... Cualquier cosa menos venir a pringarte, como he hecho yo. Explícame con qué derecho vienes a esta casa ahora. Has tenido mejores ocasiones para hacerlo. En cambio, ahora que se baraja la posibilidad de recoger dinero, vienes con tus manos limpias a recogerlo... Y yo me niego a ello... ¿Te enteras? Paso, porque no tengo más remedio, porque te lleves algo de dinero, pero las joyas de mamá... el resto de las cosas... no consiento que te lo lleves... Eso es algo mío, algo que me he ganado a fuerza de aguantar a papá cuando te largaste... Porque, cuando lo hiciste, me condenaste a ellos mientras viviesen... Aquí no se quedaba otra idiota para consolarlos. Yo no he podido ir escogiendo novio. Me casé con el que tenía más cerca. He aguantado enfermedades, muertes...Yo he sido la que los he visto morir. Y no sabes lo despacito que se puede ir muriendo un padre... Yo he sido la hermana buena de la película... La idiota. Y para remate, nuestra querida madre, que nunca se dignaba opinar en nada, decide ser magnánima a última hora y te hace heredera de la mitad de todo. ¿No te parece demasiado recochineo? Tengo que joderme y claudicar, entre otras cosas, porque no voy a discutir contigo cuatro cochinos cuartos. No merecen la pena... Pero por lo menos permíteme el derecho al pataleo...

Ana.¡Ya era hora! Por fin te has decidido a soltar todos los gatos de la tripa. Si me hubieras soltado todo eso nada más llegar, ahora nos sentiríamos mejor las dos... Pero no... Te has pasado toda la tarde comportándote como una hermana comprensiva. Me has rodeado de toda esta mierda sensiblera y cuando me has tenido a punto de caramelo... ¡Zas! Me presentas todo tu precioso plan de reparto... ¡Eso se llama manipulación!

Laura.Eso es mentira. Yo no he preparado nada. Todo esto del testamento es una injusticia. De nada ha servido el que yo me haya fastidiado media vida. Si te he hecho venir hoy y si me he mostrado agradable contigo es porque te necesitaba. Tú misma me pediste que me hiciese cargo de todo... Imagínate lo fácil que hubiese sido para mí acabar con todo y enviarte un talón. ¿Es que no te das cuenta de que te necesito? Alguna vez tengo derecho yo a tener miedo.

Ana.

30

Page 31: Hay Que Deshacer La Casa

Perdóname, pero me fastidia que me programen la vida. Después de estar las dos juntas aquí, después de tanto hablar de nuestras vidas... Creí que yo ocupaba algo en esta casa. Hasta que me leíste la sentencia. Yo no tengo derecho a profanar nada. Las reliquias de mamá deben quedarse en la familia... De pronto me has devuelto mi condición de extraña... Yo... ¿sabes? No pensaba venir... Me avergonzaba venir a reclamar algo que, como tu dices, no me pertenece... Pero no estoy sola... Está Jorge... Necesito el dinero... Él me sugirió que debía venir... Él no entiende que yo pueda tener escrúpulos para recoger esta herencia... A él no le importa. A fin de cuentas soy yo la que tiene que dar la cara... Y el dinero bien merece un sofoco. Y yo vengo... y aguanto el sofoco, porque no tengo más remedio... Porque necesito el dinero para vivir... Y porque no quiero contradecirle... No quiero disgustarle... Porque tengo miedo de perderle. Miedo a quedarme sola... Por eso estoy aquí... Sin ningún derecho... El único derecho que he tenido ha sido nuestra conversación de antes...Ahora ya no tengo ningún derecho...

Laura.(Dándole una copa.) Tómate esto... Creo que las dos nos hemos excedido... Si buscamos, encontraremos una solución... Dime, ¿has tenido un hijo?

Ana.No. Sólo tuve un aborto... De pocos meses... Nada más...

Laura.Lo siento. Puede que tengas razón en lo que dices...Estábamos tan bien... Tuvo que salir la maldita lista de Agustín...

Ana.¿Te das cuenta? De Agustín... Estamos aquí las dos, peleandonos como dos idiotas, para que nuestros maridos perciban sus intereses... Nunca cambiaremos... Las cosas siempre nos vendrán dispuestas y nosotras nos limitaremos a obedecer...

Laura.Agustín es diferente, Él lo hace por mí... A él no le importa el dinero... Está dispuesto a que nos quedemos con la casa y pagar tu parte del dinero... Él quiere conservar la casa porque sabe lo que representa para mí...

Ana.¿Piensa comprar la casa para usarla vosotros?

Laura.Sí. Está dispuesto a reformarla. Quiere que la utilicemos los fines de semana. Sabe que a mí me gusta el pueblo...

Ana.¿Cuándo decidió eso?

31

Page 32: Hay Que Deshacer La Casa

Laura.Desde el primer momento... Precisamente tenía mucho interés en que tú y yo liquidásemos esta cuestión cuanto antes... Ana.¿Me estás tomando el pelo? ¿Para qué la habéis puesto a la venta entonces?

Laura.No la hemos puesto a la venta...

Ana.(Se levanta rápida y busca en su bolso, saca una hoja de periódico y se la muestra a su hermana.) ¿Y este anuncio? Las señas son éstas. Y son las mismas características, aunque el precio que pide es superior al que marca aquí...(Por la lista.)

Laura.(Absorta.) No puedo creerlo. Él... Él no puede haberlo puesto. Es el teléfono de su oficina... ¿Porqué ha hecho esto? Siempre me dijo... Esta casa es mía... Él no tiene derecho...

Ana.Pues parece ser que sí...

Laura.Debe haberlo hecho por equivocación...

Ana.¡Por Dios, Laura! Mira más allá de tus narices... Por equivocación no se pone un anuncio durante diez días.

Laura.(Leyendo.) Dos plantas, doce habitaciones, dos servicios... Es ridículo... Él sabe que no puede vender sin mi consentimiento... Yo tengo que dar la autorización...

Ana.No creo que eso le preocupe mucho... Ya encontrará la forma de convencerte cuando tenga un comprador.

Laura.Pero... ¿Por qué me ha estado engañando?

Ana.Dinero... Agustín es el perfecto hombre de negocios... Ya apuntaba de pequeño... ¿Te acuerdas? Siempre nos alquilaba el Pulgarcito...

Laura.

32

Page 33: Hay Que Deshacer La Casa

¿Cómo se puede ser tan cerdo? Se ha pensado que soy un monigote que maneja a su antojo...

Ana.Desengáñate. No se lo ha pensado... Tú y yo somos dos monigotes que nos dejamos manejar. Piénsalo... Nosotras tenemos la culpa...

Laura.No, no quiero pensar. ¿Para qué? Para darme cuenta de que no tengo ninguna idea propia... Para eso es mejor no pensar... Ya ves lo bien que los demás lo hacen por mí...

Ana.Pero no debe ser así. Somos las únicas responsables de nuestras vidas... Ya está bien de culpar a los demás. Ellos lo único que hacen es aprovechar las ocasiones que les damos. No hay que bajar la guardia. Tenemos que tener criterio propio, no podemos dejar que nos manipulen más... Estoy harta, me he pasado la vida siendo una maleta. me han traído y me han llevado por donde les ha dado la gana. Solo somos maletas

Laura.Pues yo debo ser una maleta vacía...

Ana.¿Vacia? Tú tienes hijos ¿Qué se siente al tener un hijo?

Laura.¡Miedo! También una gran placidez. Pero miedo a las enfermedades, a los accidentes, a perder su cariño, a quererlos demasiado, miedo a perderlos... Se pasa una la vida asustada.

Ana.¿Miedo tú?

Laura.Sí. Un miedo diferente al tuyo... Tú temías las cosas reales... Yo, en cambio, siempre he tenido miedo lo desconocido... El futuro me aterraba... Todavía me asusta...

Ana.Pero siempre hablabas de tu futuro... Te pasabas la vida haciendo planes...

Laura.Por miedo... Trataba de prepararme un futuro antes de que me llegase otro por sorpresa. Me gusta el pasado, el presente no lo entiendo, no sé manejarme en él. Me aferró al pasado como una lapa. Por eso me cuesta tanto desprenderme de esta casa, de estos recuerdos. Porque lo bueno de los recuerdos es que puedes elegirlos y siempre escoges los buenos. Ya ves, Agustín me utiliza a su antojo... Y lo que es peor, no me hace ni puñetero

33

Page 34: Hay Que Deshacer La Casa

caso como mujer. No es que tenga otra, es que sencillamente le importa un pito. Mis hijos son mis hijos, pero ya no son mis niños... Ya no siento miedo por ellos. Sólo preocupación. Luego está la casa... El hogar, pero lo malo del hogar comienza cuando lo acabas. Mientras lo vas construyendo, apenas si tienes tiempo de pensar en otra cosa... Pero una vez que ya es un hogar, te das cuenta de que sólo sirve para limpiarle el polvo. A veces entras en un cine...y ya no está allí Spencer Tracy... Y si ves a Liz Taylor, te das cuenta de que está gorda... que ya no es aquella jovencita vestida de blanco... Y te preguntas si a ti no te pasará lo mismo... Porque los hombres ya no se vuelven a mirarte por la calle. Entonces intentas trabajar... Pero no sirves para nada...porque sólo sabes llevar una casa.

Ana.Todo esto es una trampa... ¿No te das cuenta de lo atrapada que estás?

Laura.¡Claro que me doy cuenta! ¡Pero yo no soy como tú! ¡Yo no sé escapar!

Ana.¡Tienes que salir de toda esta basura...! ¡Eso sólo lo puedes conseguir pensando! Utiliza el cerebro para algo más que para repasar viejas películas...

Laura.¡No sé hacerlo...! No quiero pensar, porque así no me doy cuenta de nada. Lo que necesito son soluciones... ¿Las tienes tú? Pues entonces, ¡déjame en paz! ¿Qué has conseguido tú? ¿Eres feliz? ¿Te hace más caso tu marido que a mí el mío? ¿O tu trabajo? ¿Dime? ¿En qué se diferencia limpiar libros en un estante propio o ajeno? Quiero ver tu cambio... Y sigo viendo a la misma niña muerta de miedo que se venía a mi cama las noches de tormenta... Aunque te cueste reconocerlo, estás tan atrapada como yo... Llevamos dentro las mismas ideas... Nos las pusieron a la vez y seguimos arrastrándolas. Y te fastidia darte cuenta de que todas estas mierdas te atan tanto como a mí...Porque son lo único real que tenemos en la vida

Ana.¡No! (Se levanta y comienza a romper papeles ya tirar objetos al suelo.) ¡A mí no me ata nada! ¡Fuera! ¡A la mierda! ¡Todo esto no es más que basura!

Laura.Con romperlo no conseguirás nada! ¡Siguen ahí!

Ana.(Se ha parado ante el retrato del padre.) ¿Y tú? ¿Qué haces ahí? ¿Estás disfrutando de tu obra? (Le arroja una copa.) Omnipotente, como siempre... ¡Mirándonos de lado! ¡Tú eres el primero que hay que romper! (Descuelga el cuadro y comienza a golpearlo.) ¡Tú eres el culpable de todo...! ¡Tú! ¡Con tu soberbia! ¡Con tu falta de amor!

Laura.

34

Page 35: Hay Que Deshacer La Casa

(Tratando de interponerse.) ¡No! ¡Déjalo! ¡A papá, no! ¡Por favor! ¡A papá, no!

Ana.¡No es papá! ¡Es su maldita imagen! ¿No te das cuenta? ¡Él es el que comenzó a destrozar nuestras vidas! ¡Es a él a quien tienes que pegar, no a mi! ¡Vamos! ¡Pégale! ¡Por todo lo que nos quitó! ¡Dale! ¡Por sus mentiras! ¡Así! ¡Acuérdate de su cinturón! ¡A él no le dolía pegarnos! ¡Vamos! ¡Más fuerte! ¡Acuérdate cuando nos encerraba!

Laura.¡Papá... papa...!

Ana.¡Él no te quería...! ¡Nunca nos quiso! ¡Sólo se quería a sí mismo...! ¡Vamos, ten valor! ¡Ahora te toca a ti! Nunca nos quiso, Laura... ¡No nos ha dejado querer...!

Laura.¡Maldito! ¡Maldito! (Comienza a golpear de forma histérica, hasta caer extenuada.) ¡Maldito! ¡Maldito!

Ana.(La abraza en su regazo y la mece.) ¡Ya! ¡Ya! ¡Cálmate! ¡Por fin lo has hecho!... ¡Lo hemos hecho! Ya..., ya... Llora... Llora si quieres... Ya... (Lentamente la ayuda a incorporarse, la sienta y le sirve una copa) Toma, te hará bien... (Va recogiendo los papeles que tiró antes y coloca algunas cosas.)

Laura.No debería beber más... Mira lo que he hecho

Ana.Has hecho lo que tenías que haber hecho hace mucho tiempo... Nada más... A fin de cuentas era sólo un maldito retrato. Y prepárate, no hemos hecho más que empezar. Este reparto hay que hacerlo... Pero te aseguro que nos divertiremos... No hay nada que se merezca tanto dolor... Además, no podemos destrozar todo... A fin de cuentas las cosas tienen un valor... Y nosotras estamos aquí por el dinero...Por lo menos por eso nos han hecho estar aquí...(Se sienta al lado de Laura.) ¡Piensa! ¡Tiene que haber una forma de repartir todo eso sin que suframos más! ¡Piensa!

Laura.Lo siento, tengo demasiado coñac dentro como para pensar en nada... Además ¿qué más da? Tener que repartirlo ya de por sí es desagradable.

Ana.

35

Page 36: Hay Que Deshacer La Casa

No lo será si nos burlamos de todo este acto.. Tenemos que pensar algo que lo ridiculice ¡Ya está! ¿Tienes una baraja?

Laura.¿Una baraja?

Ana.(Se pone a buscar en las cajas.) Sí, una baraja... Unos dados... Algo así... Me parece haber visto por aquí un juego de la oca...

Laura.¿Qué vas a hacer?

Ana.¡Dirás: qué vamos a hacer! ¡Vamos a jugarnos la herencia!

Laura.¡Te has vuelto loca! Nosotras no podemos hacer eso...

Ana.¡Claro que podemos! Es nuestra herencia... Podemos hacer con ella lo que nos de la gana. Regalarla, tirarla , jugarla... Creo que es la mejor solución. Se supone que tú y yo tenemos que repartir a partes iguales...Y eso, según tú, no es justo, ¿verdad? ¡Pues juguemos! Dejamos a la suerte que decida y así tú y yo nos mantendremos al margen... ¿Qué te parece? Mira, aquí hay un dado... ¿Te parece que lo juguemos todo al número más alto?

Laura.Me parece una locura... Es como... como un sacrilegio...

Ana.No seas idiota, atrévete. Te aseguro que no te vendrá ningún castigo del cielo. (Toma la lista de las joyas.) Lote primero: Anillo de pedida, de brillantes... Pulsera de oro blanco. ¿Quién tira primero?

Laura.No..., yo no quiero hacerlo... Son las joyas de mamá...

Ana.Olvídate de lo que son... Para poder disfrutar del juego no hay que pensar lo que se juega, solamente se pensar en el juego. ¡Anímate! Podemos hasta pasarlo bien. ¡Va! Lote primero... ¿Tiras tú o yo?

Laura.(Arrebatándole el dado.) ¡Déjame probar a mí!

Ana.¡Bravo!

36

Page 37: Hay Que Deshacer La Casa

Laura.¡Vamos, dadito, quiero esa pulsera! ¡Un cuatro! ¡A ver tú!

Ana.¡Ahí voy! ¡Un uno! ¡Adjudicado el primer lote, que irá a parar a manos de mi querida sobrina Yolanda! Segundo lote.. Espera... Voy a acercar una lámpara, está anocheciendo. Ve te encendiendo esta Segundo lote...

Laura.Mejor no lo leas...

Ana.Hay que leerlo... Si no lo hago no tiene gracia el juego... Alianzas matrimoniales. Trece arras de oro con dijes... Una pulsera de oro con dijes... ¿La conozco yo? Laura.Sí, mujer, la de siempre... La de los chinitos de jade. Tira tú ahora...

Ana.¡Un seis! Me parece que me toca cargar con las arras y los chinos...!

Laura.¡Un cuatro! ¡Debo estar abonada!

Ana.Bueno, ya estamos empatadas. No te preocupes, el día que se case Yolanda te presto las arras...

Laura.(Leyendo.) Lote tercero: pendientes de zafiro y sortija a juego. Siempre me han gustado. ¿Tiro yo?

Ana.Sí. Si nos pudiese ver Agustín...

Laura.Seguro que le subía el azucar. ¡Un cinco! Tira tú... ¡Otro cinco! Habrá que tirar otra vez, este lote no se puede dividir

Ana.¡Ahí va! ¡Un tres!

Laura.A ver si lo supero... ¡Un cinco! ¡Son míos!

Ana.

37

Page 38: Hay Que Deshacer La Casa

Cuarto lote... A este ritmo, acabamos en seguida. Dos pendientes de perlas, un collar a juego y un semanario de oro... ¿Quién tira? ¿Yo?

Laura.Tú misma... ¿Sabes? Comienzo a divertirme... (Se sirve más coñac.)

Ana.Deberías dejar de beber... Quizá mañana, cuando estés más serena te arrepientas de esto...

Laura.¡Claro que me arrepentiré! Pero ahora estoy disfrutando y no me importa nada...

Ana.Si prefieres, dejamos de jugar...

Laura.¡Ni hablar! ¿Qué te pasa? ¿Es que te arrepientes ahora?

Ana.No... Pero quizás tengas razón tú... Es posible que no tengamos derecho a repartir así la herencia...

Laura.¿A qué viene esto? Primero me convences, me haces jugar y ahora eres tú la que te echas atrás. ¡Tira!

Ana.Está bien. Si estás decidida... ¡Un cinco

Laura.¡Un dos! ¡Es tuyo! Lote quinto: pulseras de oro, cadenas y medallas de oro. Tiro yo. ¡Un tres! Está visto que hoy no es mi día de suerte...

Ana.¡Un dos! Ya ves que sí... Lote sexto: reloj de oro, de tres capas. Sortija de caballero de oro con un rubí... Era la de papá.

Laura.Y su reloj... ¡Tira! ¡Un cuatro! Tengo que superarlo...

Ana.Me encantaría... No me apetece nada llevarme ese lote...

Laura.Pues ya es tuyo. Un dos... ¿Qué lote viene ahora?

38

Page 39: Hay Que Deshacer La Casa

Ana.Oye, Laura... Si quieres lo dejamos... La suerte no te está favoreciendo y yo me siento culpable... Quizá no tenga realmente derecho a nada...

Laura.¡El juego es el juego...! ¡Olvídate de tus malditos escrúpulos! ¿Qué lote es?

Ana.Lote séptimo: sortija de esmeraldas y broche de esmeraldas... Yo no las conozco.

Laura.Fue el último regalo que le hizo papá. Tiro yo. Un cinco.

Ana.¡Un tres!

Laura.¿Te das cuenta? La suerte va cambiando.

Ana.Lote ocho: juegos de pendientes de oro con diversas piedras semipreciosas... ¡Tiras tú!

Laura.No, te toca a ti.

Ana.Un seis.

Laura.Un dos.

Ana.Lote nueve: juego de pendientes, sortija y broche de platino.

Laura.¡Un tres!

Ana.¡Un cinco!

Laura.(Leyendo.) Parece que se acaban las joyas... Lote diez: collares, sortijas, broches y pulseras de plata. Un rosario de plata... Me acuerdo cuando papá le regaló a mamá ese rosario.. ¡Tira!

Ana.

39

Page 40: Hay Que Deshacer La Casa

Dejémoslo... ¡Ya está bien! Lo importante era demostrarnos a nosotras mismas que éramos capaces de jugárnoslo todo...

Laura.Pues para demostrarlo hay que llegar hasta el final...Date prisa, aún quedan varias cosas y tú tienes que estar en Madrid. No puedes perder el tren...

Ana.Es pronto. Lo que pasa es que en invierno anochece antes.

Laura.¡Da igual! Tenemos que acabar de una vez con todo esto.

Ana.Pero mañana...

Laura.¡No importa mañana! Este momento es el que vale. Mañana tú ya no estarás aquí. Yo estaré despejada y tendré que dar a Agustín una explicación convincente…Pero ya no se podrá hacer nada... Tendrá que rendirse a la evidencia. Acabemos cuanto antes... ¡Tira!

Ana.¡Un dos!

Laura.¡Un seis! ¡Eso es! ¿Qué viene ahora?

Ana.En este lote hay diversos objetos de plata: ceniceros, bandejas, un juego de café y un juego de té. Tiras tú.

Laura.¡Un cinco!

Ana.¡Un uno!

Laura.¡Adjudicado! ¡Vamos! ¡Más cosas! ¡Estoy de racha ahora!

Ana.Lote número doce: dos cuberterías de plata. ¡Un tres!

Laura.¡Un cuatro! También para mí... Al final voy a ahorrarle un dinero a mi marido. ¡Mira! Eso es lo único que me fastidia.

40

Page 41: Hay Que Deshacer La Casa

Ana.Eso demuestra que la idea del juego es una solemne estupidez. ¿De qué te ríes? ¿Te estás divirtiendo?

Laura.El que me ría no quiere decir que me divierta. Me río porque pienso que este juego ha servido para que cargues con el reloj y la sortija de papá... No me digas que no tiene gracia... Además me río porque todo esto me sorprende... No creía que tuviera valor para hacerlo y me pongo nerviosa, por eso me río. (Leyendo.) Lote número trece: tres cuadros de firma y varias acuarelas... (Mira el retrato.) Bueno, mejor dicho: dos cuadros de firma y varias acuarelas. ¿Tiras tú o yo?

Ana.Yo misma. ¡Acabemos de una vez! ¡Un cuatro!

Laura.¡Otro cuatro! ¡Vamos, hay que desempatar!

Ana.¡Otro cuatro! ¡Y van tres!

Laura.¡Un tres! Ya tienes para decorar la casa...

Ana.Me vendrá bien... Aunque las acuarelas nunca me gustaron... Me parece que ya no hay más lotes. Éste es el último: escribanía de bronce y dos manuscritos del siglo xv...

Laura.Sí, mujer, aquellos códices antiguos que tanto veneraba papá; parece que hoy se cotizan mucho.

Ana.Ya veo. Tira tú, te toca.

Laura.¡Un cinco!

Ana.¡Un uno! Son tuyos.

Laura.Me alegro. Siempre me ha gustado la escribanía de papá. Con sus águilas retorcidas...

Ana.

41

Page 42: Hay Que Deshacer La Casa

Bueno, ya hemos acabado. ¡Por fin!

Laura.Aún no hemos terminado. Queda la casa

Ana.No... La casa no podemos jugárnosla...

Laura.¿Por qué razón? Hemos decidido que nos jugaríamos todo, sin importarnos su valor. ¿Qué te pasa? ¿tienes miedo?

Ana.Lo siento, la casa es mucho dinero. No puedo jugarmela

Laura.Pero si ganas la casa, todo el dinero sería para ti.

Ana.También la puedo perder... Y yo no puedo permitirme ese lujo... Prefiero aceptar la oferta de Agustín, es más sensato...

Laura.Si estás arrepentida del juego, podemos olvidarlo...Puedes recuperar el tercio de las joyas si quieres, además de tu parte en la casa...

Ana.No. Déjalo. Nos lo hemos jugado y ya está... No hablemos más del asunto... En cuanto a la casa, haremos lo que propone Agustín. Es mejor.

Laura.Está bien. Lo que tú digas. En cuanto a lo demás, ¿qué hacemos?

Ana.¿Qué más queda?

Laura.Quedan muebles, ajuar, vajillas... Puede que te venga bien...

Ana.Sí, quizá. De todas formas, tendría que hablarlo con Jorge.

Laura.A mí muchas cosas no me sirven de nada. Si quieres puedes quedarte esta noche aquí y mañana lo terminábamos de solucionar... O podrías venir otro día...

Ana.

42

Page 43: Hay Que Deshacer La Casa

No. Prefiero acabar hoy. Ahora. Mira esa mesa; si no la necesitas, me vendría bien. Y algunas cortinas. Varias sillas también me vendrían bien. Realmente sólo tengo una cama y un par de butacas. Cualquier cosa que me sirva para amueblar dos habitaciones me vendría muy bien...Elige tú misma y mándame lo que quieras...

Laura.¿No te llevas nada ahora?

Ana.No. Debo prepararme si no quiero perder el último tren...

Laura.Deberías quedarte.

Ana. No, no puedo. ¿Y tú? ¿Qué vas a hacer?

Laura.Cuando te vayas, acostarme. Me he pasado un poco con la bebida.

Ana.¿Vas a dormir aquí? (Laura asiente) No sé de dónde sacas valor para pasar la noche aquí sola... Yo sería incapaz. Laura.Tampoco me hace mucha gracia... pero estoy acostumbrada a quedarme sola...Mañana recogeré esto un poco y me iré a casa.

Ana.Vente conmigo ahora. Podríamos viajar juntas...

Laura.No. Tengo que quedarme. Mañana hay muchas cosas que resolver aquí. Pero me gustaría que tú te quedases... Sería nuestra última noche juntas aquí...

Ana.Lo siento, es superior a mis fuerzas... Además, ya hemos tenido bastante con la tarde de hoy... Han sido demasiadas emociones... Siento dejarte sola.

Laura.Tranquila… Con todo lo que he bebido, no creo que tarde mucho en dormirme. Pero me hubiese gustado verte mañana por la mañana... Más despejadas las dos...

Ana.Sería como esta tarde cuando nos vimos... Nos trataríamos como dos desconocidas...

43

Page 44: Hay Que Deshacer La Casa

Laura.No... Eso no puede volver a pasarnos. De algo nos tiene que haber servido esta tarde...

Ana.Para que nos demos cuenta de que nada ha cambiado... Ni nosotras... Ni nuestras vidas... Seguimos siendo las mismas crías ignorantes y muertas de miedo que jugaban por esta casa... Sólo hemos ganado en años y en desilusión... Esta tarde, trataremos de olvidarla las dos... Será siempre la tarde en la que deshicimos la casa...

Laura.(Con sorna, mirando a su alrededor.) Dirás la tarde que la destrozamos.

Ana.Pero no sirve de nada... Lo hicimos con las manos...Todo lo que encierra esta casa, lo llevaremos siempre aquí. (Señala su frente.) Ni siquiera aquí. (Señala su corazón.) Y sé… que hagamos lo que hagamos, eso siempre será así.

Laura.Siempre... Es mucho...

Ana.Depende... A veces es tan poco...

Laura.Estaba convencida... Segura... De que tú... Tú por lo menos habías conseguido lo que querías. Al estar lejos de aquí... Pensaba que tú habrías escapado.

Ana.He intentado escapar... Pero aquí me tienes... Igual que tú... O peor, quién sabe... Es muy difícil cambiar.

Laura.Tú crees que si hubiéramos sido chicos todo habría sido diferente.

Ana.Quizá fuésemos más felices... Los hombres tienen una gran capacidad de adaptación. Todos tenemos siempre la suerte que queremos.

(Se levanta y coge el abrigo y el bolso, luego se cerca a su hermana y la besa.) Adiós. Tengo que irme. ¿No te vienes?

Laura.(Se levanta y toma el candelabro.) No. Te acompañaré hasta la puerta. ¿ De verdad no quieres llevarte nada?

44

Page 45: Hay Que Deshacer La Casa

Ana.(Recordando.) ...Sí que me llevo algo... (De uno de sus bolsillos saca los pedazos de foto y se los muestra a su hermana.)

Laura.¡Tu foto de ingreso!...

Ana.Ves... A fin de cuentas... a mi también me gusta coleccionar recuerdos... Me servirá de rompe cabezas en el viaje... Acuéstate en seguida... Tienes cara de cansancio.

Laura.Sí. Llamo a casa y me acuesto. ¿Te veré pronto?

Ana.Sí... Pronto. Nos llamamos. Quiero ver a los chicos... (Ya en la puerta.) Acuéstate, hace mucho frío...

Laura.Sí. Yo te llamo... En cuanto te tenga preparado todo te llamo. Cuídate. Adiós.

Ana.Adiós. Cierra, en la escalera hay luz... (Sale.)

Laura.Adiós... (Se queda un rato observando el mutis, luego se vuelve y Observa desde el ventanal, Ve salir a su hermana a la calle y va a saludarla, pero reprime el gesto, suponemos que la hermana no se ha vuelto. Saca el móvil) ¡Emilia! Soy yo, ¿Está mi marido? ¿Y mis hijos? ¿Le dijo a mi marido que yo había llamado? ¿Y no dejó ningún recado? Está bien, cuando vuelva, dígale... No, mejor no le diga nada... Ya le llamaré yo... No, que no me llamen... voy a acostarme ahora mismo. Sí. Son los dolores de cabeza de siempre. Me están dando una tarde horrible... Gracias, Emilia. Hasta mañana... No, no sé a qué hora llegaré... No, no le diga nada... Gracias, Emilia, buenas tardes... (Cuelga, va a salir, pero se acuerda de la copa de coñac y de la botella, las recoge y va a salir, pero tropieza con algo, es una parte del retrato de su padre, lo mira y se agacha a recogerlos trozos, dejando la lamparita apoyada en el suelo. Poco a poco va reuniendo los trozos, estira la tela del cuadro y con un pico del blusón que lleva, se dedica a limpiar el retrato, lo hace concienzuda y lentamente, sus movimientos son mecánicos; lentamente, a la vez, también va cayendo el telón.)

45