Hay Un Dios L.O. Engelmann

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L. O. ENGELMANN HAY UN DIOS Segunda Edición EDITORIAL CAJICA 19 Sur 2501 Puebla, Pue. Méx.

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Teología de Dios

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  • L. O. ENGELMANN

    HAY UN

    DIOS Segunda Edicin

    EDITORIAL CAJICA 19 Sur 2501

    Puebla, Pue. Mx.

  • Impreso en Imprenta Volcanes . 19 Sur 2501. Puebla. Pue Mx.

    Tiro: 3.000 Ej emplares . Se termin de imprimir el 15-I-1964.

    PREFACIO A LA EDICION DE 1963

    Mucho aprecio la buena acogida que ha tenido este librito. El inters que levant cuando primero se public y durante los aos, me ha demostrado que el pueblo ansa saber la verdad, y que est dispuesto a con-siderar los argumentos a favor de nuestra an-tigua fe.

    Desde la primera edicin, en 1936, el co-nocimiento de la naturaleza ha aumentado mucho. Digo que el conocimiento, pues la naturaleza no ha cambiado; slo ha progre-sado nuestro conocimiento de ella. Y en al-gunos casos slo ha cambiado la teora acer-ca de ella. Las teoras cambian, pero la

  • 4-Verdad, las leyes que Dios puso en la na-turaleza, no cambian.

    Se oye decir, a menudo, que el mundo ha progresado. Y a veces que ha evoluciona-do. Pero cambio no siempre es progreso. Y de evolucin no ha habido nada. Pues evolucin, correctamente entendido, signifi-ca un progreso por calidades inherentes en la materia. y esto no ha habido.

    Y por otra parte, aunque ha habido mu-cho cambio, no todo ha sido progreso. En unas cosas hemos aventajado mucho. En otras hemos ido para atrs de una manera espantosa. En cuestin de mquinas hemos aJclantado. En cuestin moral hemos per-Jido terreno.

    Un hombre que ha tomado parte en la vida pblica por medio siglo, como el autor, no puede menos que comparar la vida de hace cincuenta aos con la de hoy, y tratar de delinear las tendencias. Y a la vez que se goza de conocer el avance fsico, se entris-tece en ver la terrible decadencia de la de-

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    -5 -mocracia, la honradez, la libertad, la civiliza-cin y la educacin, en estos aos.

    Pero, tomando en cuenta los cambios, y los adelantos que ha habido en los conoci-mientos de la naturaleza, he credo pruden-te revisar este libro, y ponerlo al tanto de la ciencia moderna para esta nueva edicin.

    Espero que mis lectores encuentren en l algn alimento para su mente y espritu, y gua a la Verdad.

    Enero 15 de 1964.

    L. O. Engelmann.

    INSTITUTO BIBLICO DE GUAYAMEO

    Guayameo, Guerrero, Mxico.

  • HAY UN DIOS?

    En un VIaJe hacia el Egipto, los sabios yuc acompaaban a Napolen, se divertan discutiendo en contra de la existencia de Dios. Despus de largo hablar, y cuando haban comprobado a su satisfaccin que Dios es una mera supersticin, y que no exis-te en realidad, oyeron de repente la voz de Napolen Bonaparte, quien, contestando sus argumentso sofsticos, les dijo: "Muy boni-to, caballeros, pero quin hizo eso?" y se-al el Cenit, lleno de estrellas.

    Un viajero francs tuvo una conversacin con un Kafir, en la cual le dijo ste: "Ha-

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    ce doce aos fui a pastorear mis rebaos. El cielo estaba nublado, y me sent en una

    . roca y me hice preguntas muy tristes; s, tristes, pues no poda contestarlas. Quin hizo las estrellas con sus manos? Y sobre qu columnas descansan? As me pregunt. Las aguas nunca se cansan; no saben otra ley que l. de fluir sin cesar, desde que ama-nece hasta que la noche llega y desde el oca-so hasta la aurora; pero dnde descansan? y quin hace que as caminen? Las nubes vienen y se van, y dejan caer sus aguas so-bre la tierra. De dnde vienen? Quin las manda? Ciertamente, nuestros adivinos no nos dan lluvia; pues cmo podran ha-cerlo? Y por qu no veo con mis ojos cuando suben al cielo a traerla? Al viento no lo veo, pero qu cosa es? Quin lo trae, lo hace rugir, soplar y llenarnos de te-rror? S yo acaso cmo germina el maz? Ayer no haba ni una hoja en mi campo, pero hoy volv a l y ya la encontr; quin dio a la tierra la sabidura y el poder para reproducirlo? Entonces cubr mi rostro con las dos manos".

  • -8-Esta experiencia la tenemos todos. En

    1922 estaba yo en Breckenridge, Texas, ce-lebrando una serie de reuniones con confe-encias sobre este asunto. Una noche, al re-gresar al hotel, solo, ya muy noche, vi que alguien me segua. Invit al que me segua a que se me acercara, y vi que era un joven de unos 20 aos. Despus de andar juntos un buen rato, ste se detuvo y me dijo: "Seor, yo he perdido la fe en la religin de mis padres, y hace algunos aos me pro-puse ser ateo. Pero no puedo ver esa luna y esas estrellas y decir que no hay Dios. Si sabe usted algo, explquemelo". Y yo no pude menos que pensar en las palabras d~ Dios mismo, en el Salmo 19: 1, en la Biblia: "Los cielos cuentan la gloria de Dios, y la expansin denuncia la obra de sus manos".

    Lo primero que llama la atencin del que se pone a observar el mundo, es la mltiple actividad y armona con que se realiza, el gran poder y energa que ella representa. El ojo humano puede ver seis mil o siete

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    9 mil estrellas; con la ayuda de unos gemelos es posible ver cerca de cien mil; con la . ayu-da del telescopio ms poderoso se alcanza a distinguir ms de cien . mil; mientras que la placa fotogrfica nos revela millones, que ni el ms poderoso telescopio revela. La luz camina a razn de 295,000 kilmetros por segundo; 'no obstante, hay estrellas tan leja-nas que la luz salida de ellas, hace ms de cuatro siglos, tal vez ahora la estemos vien-do. Podra ser que veamos ahora la luz de estrellas que hace cien aos se apagaron. En la primavera de 1934 se dio el caso de verse extinguir una estrella, que hace ms de cien aos haba perdido su luz. La estre-lla ms cercana que se ha observado hasta la fecha es la Alfa, de la constelacin -del "Centauro", probablemente unos quince mi-llones de kilmetros ms cerc que cual-quiera otra; no obstante si la miramos esta noche, no la vemos tal como es, sino tal como era hace cuatro aos. Nuestro sol est un milln de veces ms cercano que cualquiera estrella, y sin embargo dista apro-

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  • -10-ximadamente 148 millones de kilmetros de la Tierra.

    Nuestro universo entero es como un rin-concito de la "Va -Lctea". Y en toda esta infinidad de espacio, est obrando a cada momento una fuerza que llamamos: "Gravi-tacin Univesral", que hace caminar en sus respectivas rbitas a los astros, planetas, es-trellas y satlites, con la precisin de un re-loj. No chocan las estrellas, no hay varia-cin apreciable.

    Esta ley de gravitacin, en s sola, contie-ne un problema ante el cual desmaya nues-tra inteligencia. Esta tierra en que vivimos, es tan grande que si se juntara la fuerza de todos los seres humanos que han vivido en el mundo desde la creacin hasta hoy, en un solo brazo, no podra mover el mundo un milmetro. Si se repartiera el mundo entre todos los que han vivido desde la creacin hasta ahora, le tocara 185.896,544 metrs cbicos a cada persona; sin embargo, la ma no poderosa de Dios, lo mueve por el espa

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    cio a razn de 27,683 kilmetros por se-gundo.

    De la misma manera, increblemente ma-ravillosa, es la vida microscpica. Un solo microbio, tan pequeo que no se puede ver sin la ayuda de uria buena lente de aumen-to, pero que vive en el agua de nuestro dia-rio uso, s'e convierte en el breve lapso de unas pocas horas, en un milln de micro-bios. Una "familia" de insectos tiene ms distintas especie que estrellas podemos ver con nuestros ojos, y una sola especie se for-ma de multitudes incontables de individuos. Dicen los exploradores, que en el Ocano Antrtico se cogen de diez a treinta mil crustceos, de una sola clase, cada vez que se echa la red.

    Pero ms notable, es la incesante actlVl' dad que despliegan los insectos, los peces y las aves. En el ro San Lorenzo se encuen-tran montones de piedras de ms de una to-nelada, formados por peces que traen ao tras ao piedras, todas de un mismo tama-

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    o y forma, y las dejan caer en un solo 'lu-gar. En otros lugares se encuentran monto-nes de piedras, hasta de cinco metros de lar-go y metro y medio de alto, hecho por las anguilas. En la Australia hay una ave de tamao de nuestro ganso domstico, llama-do el gallo de juncal (jungle fowl), que hace el nido ms grande de todas las aves del mundo, en forma de montculo. Uno de es-tos nidos midi cincuenta metros de circun-ferencia y ms de cuatro metros de alto. Hay una especie de araa que en ciertas po-cas del ao fabrica en Sll cuerpo dos hilos delgados, que se levantan hasta sesenta cen-tmetros de la tierra; luego la araa da un brinco, y es llevada, hacia arriba por el vien-to, como por un globo, hasta donde quiere ir. Cuando desea aterrizar, sencillamente, hala hacia s los hilitos y desciende suavemen-te. Hay das en que miles de estas araas hacen el viaje tan interesante, a veces moles-tando a los hombres que se enredan la cara en las telaraas volantes. En los seres de es-ta tierra "algo" est siempre obr911do.

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    En la Sierra Madr~ de Mxico vi en fe-brero de 1936, el trabajo de una esp~cie de avispa, cuyo instinto es admirable. Cuan-do desea poner un huevo, hace primero una cuevita de lodo, en forma de botella. Luego va y se busca cierta clase de gusano, y, co-gindolo, lo va picando en ocho lugares del cuerpo, para dejarlo vivo pero paraltico. El veneno del piquete de la avispa tiene el po-der de adormecer los nervios, y la avispa pica solamente donde hay un centro nervio-so del gusano. Si matara al gusano, la car-ne se pudrira, al dejarlo paralizado pero vi-vo, al nacer la larva de la avispa encuentra carne viva para su alimento. Abr la cue-vita de una avispa, y encontr siete gusanos paralizados en ella. Cmo sabe este anima-lito la manera de preparar comida para sus hijos? Instinto, qice usted. S, por supuesto, pero por qu tiene la avispa un instinto tan cientficamente desarrollado? No pica ni una ve:; donde no hay centro nervioso, pero no deja ni un centro nervioso sin su piquete venenoso. Cuntos hombres podran decir

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    tan exactamente dnde estn los centros ner-viosos del gusanito? Y la avispa lo sabe. Cmo?

    De igual manera, estn en continuo mo~ vimiento, en trabajo perpetuo la electricidad, el magnetismo, y el radio. En cada gramo de carbn de piedra hay atesorada energa suficiente para transportar (si correctamen-te se usara) una tonelada a una distancia de 11 O metro~'>. Y esta energa, se atesor en el carbn sin ayuda de los hombres, en los si-glos pasados. De dieZ toneladas de mineral crudo se saca un gramo de radio; y el to-tal de ste, que se ha producido desde que se descubri, todaya no llega a diez; gramos. Pero una especie de radio despide ros de particulitas microscpicas con una velocidad de 31,680 kilmetros por segundo, cuarenta mil veces ms rpidamente que la bala de un rifle. Otra clase, despide los tomos a raz;n de 158,400 kilmetros por segundo. Estas partculas pueden penetrar 30 centmetros de hierro y a pesar de tanta energa gastada no

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    se nota desgaste en el poder del radio de modo que antes es crea que recupera cons-tantemente la parte gastada.

    En tiempos pasados se crea que loo to-mos eran las partes ms pequeas de la ma-teria. Hoy se sabe que cada tomo consiste -en un nmero de partculas elctricas, elec-trones, neutrones, positrones, negatones, va-riadas en clase, cuyo arreglo determina la clase de materia. Cada grupito gira como si fuera un sistema de planetas con un sol. Pa-ra explicar esto en la manera ms sencilla, sin mencin de los rayos alpha, beta, etctera, sera neesario un librogrande.

    Hablamos generalmente de las materias in-orgnicas como "muertas", pero ahora se sabe que los gases, lquidos, y posiblemente hasta los slidos, estn sujetos al continuo bombardeo de la radiacin y, por tanto, en movimiento continuo, movindose los electro' nes eternamente y chocando uno con otro. Qu es ese "algo'', causa de tanto movi-miento? Qu es el origen del poder?

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    -16-Es casi increble el poder que hay ates

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    cen los ateos cambian como las modas de vestidos. Los libros de cienci\l que estudi en la universidad en 1917-1921 causaran risa en una clase de ciencias universitarias hoy. De modo que no me es posible discu-tir las teoras que de aqu a un ao habr. Pero la teora que al momento est ofrecin-dose para explicar (sin reconocer a Dios) el origen del mundo y de un universo, es la de la llamada, "Explosin Universal", por esta teora, se dice que el universo est . en proceso de explosin, que era al principio una bola de materia prima a la que han dado el nombre de "Ylem", una bolita de electrones (para no ser demasiado tcnico) comprimi-da, que exista en el principio, y que exph t, aventando su materia prima en todas di-recciones, y formando todo el universo.

    Muy bonita teora. Pero no explica nada. Pues la primera pregunta de un hombre in-teligente sera, y de dnde vino esta no la de ylem?" Y seguira la segunda, "Quin lo apret en UP!l: b9la? Y ~cmo la solt

    19 -para que explotara? Y seguiran una serie de preguntas ms larga que el ecuador. Ex-plicacin que no explica, contestacin que no contesta, teora que nos deja en donde es-tbamos antes.

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    A pesar de que es maravilloso el movi-miento y. la energa continua en el universo, todava es ms notable la forma ordenada )1" sistemtica en que obra. Los planetas estn de tal manera movidos que no varan ni un segundo. Los matemti.coo pueden predecir hasta el segundo, cundo saldr el sol en cierto da futuro, cundo habr eclipse de la luna, el camino que sigue tal cometa o tal astro. Nunca se equivocan en lo mnimo.

    En la ciudad de Chicago, como e1 otras varias ciudades del mundo, hay un gran edi-ficio llamado, "El Planetario". El saln principal es circular con bveda redonda, y tiene asientos para mucha gente. El techo est preparado para recibir proyecciones, y cada da se dan exhibiciones celestiales. Se proyecta al techo del cuarto todo el sistema

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    -20 - de astros que se ven en el cielo de noche. El aparato proyector est de tal manera construdo, que pueda adelantar o retrasar el sistema universal de estrellas y planetas por un minuto, por un ao, o por mil si-glos, y cada astro estar en su lugar de aquel tiempo.

    En una visita que hice a este planetario, el que manejaba el aparato lo adelant siglo tras siglo, para mostrar el curso del univer-so en los siglos venideros. En otra ocasin aument cierta parte de la proyeccin para que se viera ms de cerca la superficie de la luna, del sol y de uno de los astros lejanos. Tan exacto est construdo este aparato que la gente puede ver el progreso, minuto por minuto, ao por ao y hasta por los mile-nios, del movimiento de estrellas.

    Pero, mucho ms notable es el movimien-to de los mismos astros que siguen con una precisin y una exactitud maravillosa.

    Y los astros no siguen todos un solo ca-

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    mino. Unos caminan en crculos, otros en elipses, otros en parbolas e hiprbolas, los cometas en elipses, en rbitas parablicas o hiperblicas. Las combinaciones qumicas, en las cuales de alrededor de noventa elemen-tos se forman ms de doscientas cincuenta mil c;gmbinaciones, siempre se expresan en frmulas matemticas. Lo mismo puede de-cirse de los colores del arco-iris, y de bs so-nidos de la msica. El nmero de spalos y ptalos de una flor es invariable, y hasta el nmero de plumas-en la cola de una ave no vara. Nunca hay una plumita de nieve cu-yos ngulos no sean de sesenta o ciento vein-te grados. Todas la's leyes de la fuer4a son numricas, de manera que se puede decir, que los mismos cristales son geometra slida. Todas las cosas se miden y pesan numrica-mente. Puede todo esto ser as sin una in-teligencia directora?

    Todo ser viviente tiene su origen en dos clulas: el huevo materno y el espermatozoo paterno .

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    -En estas clulas tanto en los huevos como en los espermatozoos hay unos hilitos mi-croscpicos que llevan el carcter de los ani-males que nacen de los huevos, que se lla-man cromosomas. Y el nmero de cromo-somas nunca vara en una misma especie de huevo. En las clulas correspondientes de todos los animales es lo mismo. En la de una ratoncilla siempre hay veinticuatro cro-mosomas; en la de la langosta siempre hay doce; en la de cierto gusano hay dos, en la de una trucha hay veinticuatro, y por el es-tilo. En la clula de una mujer hay 48 y en la de un hombre hay 47. En el desarro-llo embrinico de los nios y de animalitos, lo mismo acontece. Como recitar la tabla de sumar, as puede decirse en qu da apa-recern los rganos del pollo dentro del hue-vo, y en qu da nacern. Los campesinos calculan el da en que nacern los gansos y el da en que nacern los pavos. Esta regla existe en toda la vida orgnica. Quin es-tableci la regla? Y podramos seguir con los genes de que se componen los cromoso-

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    mas, y que llevan las caractersticas del ser. Quin les seal sus deberes y modo de cumplir con ellos?

    La interrelacin de los seres de este mun-do es admirable. Hay una clase de mejilln, que, aunque tiene cuncha y vive en las ro-cas, nece.sita pasar la primavera parte de su vida como parsito de unos peces. Y existe una especie de pez que pasa su juventud den-tro de las agallas del mejilln. Las abejas dependen por su alimento de las flores y s-tas, dependen de aqullas, para que repar-tan su polen que las fertilizar.

    Segn la teora de la evolucin, las plan-tas vinieron muchsimos siglos antes que los insectos. Pero de hecho estas plantas no pue-den existir sin estos insectos. Entonces c-mo sera posible que fueran sus antepasados? No es posible. Seres interdependientes slo podran venir a la misma vez de una mano creadora. Las plantas no podran haber vi-vido sin los insectos.

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    Las aves se comen la semilla de las plan-tas; y stas a su vez dependen de las aves para llevar su semilla a nuevos campos, para no ahogarse a s mismas. Darwin quit de la pata de una avecilla un pedacito de lodo, y hall ochenta semillas que despus germi-naron. Los animales grandes se comen a los chicos, y el hombre se come a los grandes. Los animales se comen las plantas y el hom-bre se come las plantas y los animales. La hierba cubre la tierra y la proteje, a la vez que sirve de alimento de los animales. Las plantas, recogen la luz del sol, la atesoran y transfrma'nla en carbn de piedra, turba y aceite, que nos sirve despus para producir calor. Los rboles del bosque atraen las llu-vias y sirven de proteccin contra las tem-pestades. Hasta. las lombrices de la tierra sirven para preparar y abonar la tierra para la siembra. Esta tierra trabaja en multitud de puntos, pero cada uno, de todo el siste-ma, obra en relacin con los dems, de ma-nera que hay siempre un equilibrio y una adaptacin minuciosa. He aqu un poder

    -25-que obra con inteligencia y segn regla. De dnde esta inteligencia y esta regla?

    La naturaleza tiene los remedios para los males humanos. Del rbol cinchona viene la quinina, remedio para el paludismo. La pia (cruda) es excelente remedio para las lom-brices intestinales. La semilla de calabaza real (o confitera) es remedio para la soli-taria (o tepia intestinal) . La penecilina vie-ne de unas plantas peque@mas. Las vita-minas, las encinas, todos los remedios huma-nos, nos los dan las plantas. Qu sabidu-ra nos prepar todo esto?

    Y este mundo tan interrelacionado y tan sistemtico, tan matemticamente hecho, no es sencillo. Se ha dicho que el ser viviente ms sencillo y pequesimo, es ms comple-jo que la Ca~a Magna de Inglaterra. El cuerpo de una hormiga es ms complicado que una locomotora. Y su cerebro, llamado por Darwin, la partcula ms maravillosa de materia en el universo, es mucho ms com-plicado que la mquina ms delicada que el

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    hombre haya inventado jams; y funciona con admirable precisin y exactitud. Un ra-toncillo es tal milagro, que asombra a millo~ nes de ateos. El cuerpo de un gusanillo es una maravilla de construccin: piel sensiti-va, msculos notables arreglados como los anillos y las tablitas de un barril, un canal digestivo, sangre roja, riones en forma de tubos, un cerebro pequeo, centros nervio- . sos, clulas, sistema reproductivo; sin ojos -pero sensitivo a la luz, sin orejas pero per-cibe el sonido que produce la pisada del ave-cilla hambrienta, sin narz; pero con un poder olfatario asombroso. Crtesele la cabeza o la cola, y, bajo condiciones adecuadas de tem-peratura y tiempo, volvern a crecerle stas. Pero si hace fro no se regenerarn las par-tes perdidas, aunque seguir con vida el gu-sano. Parece que saben esto los topos, pues decapitan a las lombrices y las almacenan pa-ra su comida de invierno, de modo que no pueden irse, y hay carne fresca para los das de invierno.

    Y qu significa todo esto? Este mundo

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    maravilloso y los astros, todos se mueven se-gn un plan y un horario establecidos. Tan-to los soles corno los insectos, y hasta los mi-crobios, los tomos, y los electrones, todo se mueve segn un plan muy bien definido. Todo el universo est interrelacionado. To-do esto indica que detrs de ello hay una mente creadora que hizo el plan. Pues de la nada, nada viene.

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  • EL OIDO HUMANO

    El odo humano es una maravilla de orga-nizacin y de detalle. Hay un laberinto, o caracol, en el cual el impulso del aire movido por el sonido va subiendo. En este caracol hay. una serie de pelitos, en forma de las cuerdas de una arpa y de varios tamaos, de tal manera arreglados que reciben las vibra-ciones y las pasan a los nervios que atravie-san el rgano. Hay dentro del odo huma-no, sin que les prestemos atencin, y sin que las fabricramos, tres mil cuerdas en este maravilloso violn, desde las ms chicas ha&-ta las ms grandes que reciben los sonidos ms bajos de la msica. Cada sonido mus-

    -29-cal que llegue al odo escoge la cuerda de su tamao y la mueve, sin hacer efecto en las dems, la pone en movimiento y as trasmite al cerebro el sonido, y todos juntos nos pre-sentan la msica bella que a diario escucha-mos. No importa lo enredado que estn los movimientos del aire exterior, este instru-mento sensitivo analiza los sonidos, los sepa-ra automticamente, y nos da al instante el resultado. Cuando omos cantar un coro, o una orquesta sinfnica, el mismo rugido del mar no es parecido a la confusin de movi-mientos y vibraciones del aire que resulta. El sonido ms bajo produce treinta vibracio-nes por segundo; y el ms alto que percibi-mos produce alrededor de cuatro mil vibra-ciones por segundo; pero fiel e instantnea-mente todo esto est analizado y el resultado lleva:do al cerebro. Consideremos lo que en-tonces pasa; en un presto, cuando voces e instrumentos por cientos simultneamente producen ondas en el aire. O una vez, un coro de seiscientas personas cantar en Berln con acompaamiento de cien instrumentos, y

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    haba en la congregacin presentes otras sie-te mil personas. Entonces cada voz produca ondas, no slo en lnea recta, sino cruzando una a otra, no slo en la superficie como las del agua, sino que dentro del aire como en esferas; cada nota iba acompaada por sus notas secundarias; cada instrumento tiene su "timbre" como llaman los msicos al carc-ter especial del sonido que da; y todo este remolino de ondas y vibraciones es goberna-do por leyes que llamamos de la armona, y por ciertos elementos que designamos con el nombre de "meloda". Todos estos elemen-tos tienen que representarse como por una fotografa minuciosa en el cerebro, y estos dos organitos del odo lo hacen instantnea-mente, produciendo en la mente un efecto de gusto o de desagrado al mismo instante en que vienen los sonidos. Si no hay inteli-gencia creadora, de dnde un aparato tan admirablemente detallado y tan delicado, pe-ro tan perfecto?

    Hay en una clula 16 partes distintas, ade-ms de algunas que hasta la fecha, por ser

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    demasiado pequeas, no tienen nombre. No obstante estas clulas son tan pequeas que se necesita un microscopio potente para ver-las. Dicen los cientficos, que el tomo ms sencillo que hay, se compone de cerca de ochocientas partes.

    Ahora, bien: la pregunta natural que nos vjene a la mente al ver las maravillas que abundan en este mundo, es de dnde vino este universo admirable? y qu fuerza lo mueve? .Pues al verlo, nos parece que se mueve con un propsito determinado.

    Hay slo dos explicaciones de la existen-cia del universo, y de su funcionamiento con-tinuo: la inteligencia y la no-inteligencia, que se reduce al fin a la casualidad. Los que niegan la inteligencia gobernante, a veces di-cen que todo es casualidad, y a veces hablan pomposamente de "leyes", y a veces de la "necesidad mecnica" . Esta ltima es expre-sin que resulta "explicacin que no expli-ca". Dejando los trminos abstractos, hay

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    quien nos haga el favor de explicar la expre-sin "necesidad mecnica" de modo, que no resulte sencillamente que hay alguna fuer~a que hace inevitable el movimiento continuo en el mundo? Y si aceptramos esta teora, nos quedara todava por explicar qu fuer-za es sta y de dnde procede. Pues el plan del mundo, lo ordenado -de las "Leyes de la naturaleza" demuestra que hay una inteli-gencia detrs de la naturaleza, que detrs de las "leyes naturales" hay un Legislador Supremo. A este Autor, vulgarmente le lla-mamos Dios.

    Aqu cabe contestar a un argumento ateo. Dicen los evolucionistas que todos los seres vivientes se desarrollaron, comenzando con lo sencillo, y yendo a lo complejo. Entonces cmo vivan las plantas antes que hubieran insectos para llevar el polen y fertilizarlas? Cmo vivan los mamferos en los tiempos cuando comenzaban a dar a lm; a sus hijos, y mientras se desarrollaran los pechos nece-sarios para alimentar a estos hijos?

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    EL ARGUMENTO DE LA CASUALIDAD

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    El argumento de la casualidad es como si-gue: de cien tomos que se echasen en un lugar, por la ley de la casualidad matemti-ca pudiera ser que diez cayeran en un gru po, y que dos de ell~s entrasen en asociacin ntima. De los. millones de tomos de que se componen todas las cosas del universo, al echarse juntos, sera posible que por la ca-sualidad se formasen las cosas ahora existen-tes . Para tomar las palabras del enciclope dista francs_,_ "Dadas todas las letras del li-bro de la Eneida de Virgilio, si me dis el tiempo necesario, y el espacio para el traba

  • -34-jo, con slo andar aventando las letras, al fin tendra la combinacin de letras necesa-ria para el libro de la Eneida". De modo que los casualistas alegan que, dada la eter-nidad de la materia, slo la casualidad se ne-cesita para explicar _todo lo que hay en exis-tencia.

    Pero el universo no es una serie de to-mos puestos juntos como letras en un libro

    -"{aunque se aceptara que el ,aventar al azar formara tal libro al fin), sino es algo org-nico, vivo, en movimiento. El problema no es slo conseguir que los tomos lleguen a descansar juntos, sino que vayan movindose 'en unsono, que reaccionen armoniosamente, que formen cerebros que piensan e instintos que dirijan la vida, seres interclependientes que mutuamente se necesitan y se ayudan.

    S bien que hay quienes se refugian en una influencia oculta, o una fuerza innata. Hay quienes alegan que el mero chocar ele una partcula de materia con otra causa tal interaccin. (Nuestra observacin es que

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    -35-chocando dos cuerpos la reaccin no es ar-moniosa). Leibnitz sali de este apuro pro-poniendo que hay una "armona preestable-cida" ep todas las cosas, que basta que se acerquen para que entren en armona, ar-mona que (lstima decirlo) no resulta cuan-do se acerquen norteamericanos y mexica-nos, o alemanes y franceses.

    Permanece la pregunta: cmo pueden dos cosas independientes, sin influencia de afuera, llegar a la interaccin que (segn Leibnitz) resulta en la interaccin armonio-sa? Esto se expl.ica fcilmente si uno acep-ta una inteligencia superior; pero si uno se confa en la casualidad ..... ? La interac-cin de los muchos es posible slo bajo la direccin del Uno que todo lo dirige y go-bierna.

    En este mundo, nada se mueve al capri-cho de la casualidad. Por ejemplo, hay ua planta que se llama la "atrapa moscas o Drosera", la cual est provista en cada flor con tres delicados bellitos que sirven de ga-

  • -36 ~ tillo. Produce la flor una especie de miel que atrae las moscas; una vez que una mos-ca -entra en la flor para comerla, toca uno de estos gatillos y los ptalos de la flor se cierran inmediatamente para triturar la mos-ca. La planta digiere la mosca, y cuando termina, abre sus ptalos y arroja al exterior _las partes indigeribles. Si tocamos el gatillo de esta flor con un lpi4, la flor responde muy despacio, como no queriendo encerrar-lo. Si le echamos una mosca muerta y aplas-tada, la flor tambin reacciona muy despa-cio. Pero nada ms permitamos que una mosca viva toque el gatillo, y la flor se cie-rra con la rapidez de una trampa de acero. Casualidad esto? No, es manifestacin de la inteligenG:ia, y ciertamente de una inteli-gencia no vulgar.

    En Australia hay una ave llamada la "ga-llina mal", que hace un montculo de tie-rra para depositar en l sus huevos. De da o cuando hace calor, destapa los huevos pa-ra que se calienten con el sol; de noche o

    -37-cuando hace fro, los cubre bien para con-servarlos con la temperatura que es necesa-ria para su perfecto desarrollo. De dnde un instinto tan inteligente?

    Otra ave, hace s nido de palos, hojas y tierra, en tal estado de putrefaccin, que la fermentadn que produce caliente los hue-vos. Cmo sabe hacer esto, si no hay de-trs de sus instintos una inteligencia supe-rior?

    1

    Voy a platicarles un cuento. Aqu en la mano tengo un reloj, de marca Elgin. Pero este reloj tiene lo curioso de que nadie lo hizo; se hizo solo, por la casualidad. Pues en un cerro se encontraba un pedazo de pie-dra llena de hierro. Esta piedra por la ca-sualidad comenz a rodar, hasta caer en una lumbre, y all se purific por la casualidad, y sali hierro caliente. Sigui rodando el hierro caliente, y cay en el agua, forman-do acero fino. Brincaron chispas del acero, que por la casualidad ( recurdense que no hubo nadie que lo hiciera; se hizo solo) cada

  • -38-chispa fonn tornillo, resortes, y denis par-tes del reloj. Por la casualidad, estos torni-llos y resortes etc. se juntaron para formar una maquinaria de reloj.

    Sigui rodando hasta llegar adonde haba veintiun rubes finos, que se pegaron (por la casualidad) cada uno en su lugar en el reloj. Y sigui rodando hasta llegar donde haba aceite fino, que (por la casualidad) lo limpi y aceit bien.

    Cerca de ah haba una arena que comen-z tambin a rodar, y cayendo en la lumbre, por la casualidad se convirti en vidrio y si-gui rodando. Tambin cerca estaba un pe-dazo de oro bruto, que tambip. por s solo comenz a rodar, cay en la lumbre, se pu-rific y tom forma de la caja de reloj; si-gui rodando y (por la casualidad) se jun-taron el vidrio y la caja con la maquinaria del reloj; y sin manos humanas se juntaron para formar el reloj terminado. Sigui ro dando, y por la casualidad se dio cuerda, y se puso a la hora correcta. Y, todava por la

    "'-

    39

    casualidad, sigui rodando hasta meterse en mi bolsillo; y por estos treinta aos sigue dando la hora sin que nadie le d cuerda ni lo atienda.

    Le gusta el cuento? Lo cree Ud. ver-dico? Pues yo no lo creo. No creo que un reloj se haga solo. Per cul es ms fcil, hacer un reloj, o hacer un mundo? Pues si una cosa pequea como un reloj no puede hacerse sola, por la casualidad, cmo podr , hacerse un mundo solo? Pues los hombres han hecho relojes, pero nadie ha podido ha-cer un mundo. Para eso se necesita un Dios. Y o tengo tragadera grande, y me trago mu-chos cuentos; pero .no tengo tragadera lobas-tante grande para tragar esos mitos de que un reloj, o un automvil, o un mundo se ha-gan solos.

    La existencia del reloj es prueba de que hay un relojero. Que exista una mesa com-prueba que hay un carpintero que la hizo. Que existe el mundo es prueba de que hay un Dios que lo hizo.

  • LAS HORMIGAS

    Las hormigas nos presentan una vida ma-ravillosa: Hacen sus hormigueros con un tnel vertical, y con muchos pisps uno bajo otro, y cada uno destinado para un solo ob-jeto. En uno atesoran granos; en otro ponen verduras; en el tercero guardan los huevos; en otro guardan las larvas u hormigas chi-cas, las cuales no obstante no las dejan siem-pre all, sino que dertas hormigas designadas para cuidado de las chiquitas las llevan al piso cercano a la superficie para que el .sol las caliente y las vuelven a bajar de noche o cuando hace fro.

    41

    Porcin de un hormiguero, mostrando el arreglo de cuartos y pisos, con especial atencin al arre

    glo de larvas y pupas por tamaos. (Andre)

  • -42-

    La hormiga roja, llamada en el Estado de Mxico la chancharra, busca cierta clav~ de fida, que lleva a su hormiguero; la alimen-ta con mucho cuidado, y despus ella se nu-tre con la -secrecin dulce que produce el gu-sanillo; a ste se le ha dado el sobrenombre de "la vaca de las hormigas.", siendo que s-tas los cuidan y cran como nosotros criamos el ganado. En los hormigueros hay divisin de trabajo, ' unos individuos trabajando de ganaderos, cuidando a las fidas. Otros tra-bajan de nodri.zas, cuidando a los chiquillos. Otros sirven de gendarmes y soldados, guar-dando el orden y dirigiendo el trabajo.

    Hay ra.zas de hormigas en las que la tribu escoge a ciertos individuos para guardar miel (se llaman "hormigas micleras"). A estos individuos se les da a comer miel hasta que se quedan como bolsas vivas de miel, y as se les cuelga en un cuartito destinado para tal objeto hasta cuando se necesite la miel.

    Una raza siembra una especie de hongo, y lo cultiva como si fuera gente, (las hormi-

    43

    Repletes de la hormiga nelera, demostrando su enorme distensin con la m_iel que as guardan

    para las dems_ (Cuadro por Wheeler.)

  • Repletes de la horiniga mielera colgados del techo del cuarto miele ro de un hormiguero. (Cuadro por McCook.) Las hormigas llenas de miel no pueden subir ni bajar sin la voluntad de sus com-

    pafteras que les ayudan.

    - 45 -gas atiinas) . Casi todas hacen la guerra, una' tribu con btra, cogiendo presos y los po-nen a .trabajar bajo la vigilancia de sus sol- dados.

    Es tan notable el caso de una especie de hormigas, las "hormigas legionarias" (en Mxico reciben nombres segn la regin), que vale la pena detenernos a examinarlas-un poquito.

    Estas hormigas son las ms feroces de t

  • -46-de en el camino debido a la lentitud con que caminan por el peso de la presa que llevan, cosntruyen sobre su ruta unos arcos de lodo, -me4cla de tierra y saliva- a no ser que encuentren hojas o 4acates con los cuales po-derse librar de los ardientes rayos de l; pues no pueden soportarlo? cuando las hie-ren directamente. A veces los soldados de la tribu, que aguantan ms que las otras, for-man con su propio cuerpo una especie de techo sobre las dems. Si se presenta un pe-

    _ligro las centinelas dan la alarma e instant-neamente rompen el techo, y las hormigas soldados corren a la defensa, furiosas, jun-tndose con las que han estado a la orilla como guardias, exploradores y comandantes. Si la alarma resulta falsa, o cuando ya se al-can4 la victoria o pas el peligro, con no-table prontitud vuelven a formar la bved sobre las hembras y dems clases dbiles pa--ra su proteccin contra el sol. Esto se hace con todo el orden de la disciplina militar ms perfecta.

    En sus marchas, estas hormigas llevan

    '-.

    -47-

    consigo sus huevos, larvas y pupas (hormi-gas en cierto estado de desarrollo), en sus mandbulas designndose para ello las "m-nimas" o la clase de trabajadoras, chicas en tamao. La tribu se alimenta de la ca4a y mata al animal ms grande en poco tiempo si ste est encerrado y no puede huir. Ata-can con xito completo a las culebras, vbo-ras, iguanas, lo mismo que a los lagartos, changos, puercos, gallinas, etc. La severi- . dad de su piquete, es aumentado por su n-mero grande, a tal grado que resulta difcil creerlo. Se ha dado el caso de que maten hasta el pitn o boa, la serpiente ms gran-de del mundo.

    La llegad de una tribu de estas hormigas a una casa, muy pronto se anuncia por el movimiento simultneo de ratas, lagartijas, cucarachas, chinches, y cualquier otro ani-malito que haya en la casa. La gente impide que se metar1 en las camas poniendo debajo de las patas de ellas unos platitos con vina-gre o cosa semejante, por lo que no pueden

  • "

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    49-.

    pasar las hormigas. Pasan por la casa con bastante orden, investigndola punto por punto, cuarto por cuarto, para cazar su pre-sa, y abandonndola despus de convencidas de que ya no hay presa. En las regiones donde abundan, la gente abandona tempO" ralmente una casa cuando llegan estas hor-migas, para evitarse las desgracias que les ocasionan, pues investigan todo rincn y cualquier montoncillo de piedra que encuen-tren en su camino, llevndose en triunfo los inectos y larvas que encuentran ..

    A veces estas tribus de hormigas, en lu-gar de descansar en la tierra en un lugar abrigado, suben a un rbol y se suspenden en un enjambre como ,las abejas. Refiere el seor Randolph, que vio formarse uno de stos: "Una hormiga tras otra descenda, (colgndose de las que ya haban formado cadena) extendiendo sus p a t a s largas y abriendo sus mandbulas, formando gradual-mente una cadena viva hasta llegar a una hoja ancha de la canna cocinea que estaba

  • 50-deba jo. Despus la cadena se meca, mien-tras que la hormiga que estaba en el extre-mo trataba de coger la hoja con sus mand-bulas y patas delanteras; no logrndolo, otra de la misma clase (la ms grande) subi a la planta, y cogindose firmemente de ella con sus patas traseras, extendi hacia arriba las mandbulas y sus patas delanteras y cogi a su compaera que colgaba desde arriba, con-cluyendo as una escalera de las ms curo-sas en el mundo".

    Esta misma manera se usa para cruzar arroyos; pero cuando se encuentran con una inundacin forman una bola viva, con los huevos y las hormigas pequeas en el centro y las hormigas grandes tapndolos, y as flo-tan sobre el agua hasta poder llegar a tierra firme.

    Lo ms notable es, cuando las tepeguas (nombre que se da en el sur. de Mxico) cogen un grillo o langosta que se defienden por sus brincos, primero les arrancan las pa-tas de atrs, para que no puedan brincar, y

    -

    -51-despus los despedazan a su gusto. Tambin es notable, que algunas tribus marchan con sus soldados arreglados en filas como ejrci-tos, y atacan una casa rodendola primero, para impedr que se escapen los insectos que haya en ella.

    Otros insectos y animales presentan igua-les maravillas, cada uno segn su raza. Por falta de espacio no damos ms ejemplos, que son tan asombrosos como los ya citados.

    De dnde tanta inteligencia (o instinto, si se negara la inteligencia) y tanto mtodo en estos animalitos tan insignificantes? Si no hay inteligencia que los hiz,.o, cmo se ex-plica todo esto?

    Y si es slo la casualidad la que gobierna este mundo, por qu algunas clulas siem-pre funcionan de cierta manera fija? Por qu produce un pollo el huevo de gallina y nunca un pato? Darwin una vez, hizo la muy pertinente pregunta, "Por qu crecen siempre plumas en la cabeza de un gallo y en la roca musgosa, siempre el musgo?" Si

  • -52~

    fuera la pura casualidad, por qu no vemos de vez en cuando musgo en la cabeza del gallo, y plumas en la roca musgosa?

    Se ha dicho, que es posible que entre un nmero ilimitado de manchitas de tinta en el transcurso del tiempo, la casualidad llevara a algunas de ellas a transformarse en las le-tras del alfabeto. Pero si ~stas letras se fue-ran arreglando en palabras, y las palabras en oraciones, y las oraciones en prrafos, y es-tos prrafos en captulos, y los captulos en un lib,..r; que se imprimiese y encuadernase solo, al fin, empezaramos a dudar, si todo esto es producto de casualidad, sin una inte-ligencia directora.

    El profesor Bowne, despus de haber pu-blicado su libro de "Metafsica", recibi una carta de un materialista, que le insisti en que la nica realidad es la materia, lo fsico, y que la mente es nada ms que el resultado de la accin del cerebro, y nunca una causa en s. A esto, contest el Profesor Bowne.

    "Segn su propia idea de usted, la pro ...

    -53-

    testa que usted me manda no es producto de una mente inteligente, sino que su carta es el resultado de ciertas fuerzas fsicas, resul-tando en excitaciones nerviosas que rayaron el papel; su mente no tuvo efectivamente que ver en el asunto". Al leer algunos argumen-tos de ciertos llamados "cientficos", tenemos la tentacin de creer que tienen razn en describir sus escritos como producto de su vida fsica sin intervencin de la mente. Pe-ro no podemos llegar a creer que el mundo as lleg a ser, con las mil y una maravillas que contiene.

    El astrnomo Kircher construy un globo celeste, lo puso en un eje, lo cubri con la geografa de los cielos, sealando la posicin de las estrellas. Un amigo ateo entr en su cuarto, y, notando el globo en un rincn, pregunt quin haba hecho tan maravilloso globo y de dnde vena. Inmediatamente contest el clebre astrnomo:

    "No s de dnde viene, ni de quin es.

  • -54-

    Lo nico que s de cierto es que nadie lo hizo".

    "Qu!" respondi el ateo asombrado, "Esto es imposible. Algien tiene que ha-berlo -hecho. Este hermoso globo no podra haberse hecho a s mismo".

    Y el seor Kircher us luego el mismo ar gumento para hacer comprender a su amigo ateo que este hermoso mundo, tanto ms notabl~ que el globo construdo por l, no se podra haber hecho solo, por la casuali-dad.

    Un fabricante de cuchillera dijo: "En ' nuestra fbrica. una muchacha dura dos das

    para aprender a juntar las diecisiete piez.as de un molinillo de carnicero". Podra ser, como ustedes dicen, . que estos millones de mundos, cada uno con su rbita particular, todos tan admirablemente equilibrados en el espacio, sean el resultado de la casualidad. Pudiera ser -yo no s. No soy ms que un sencillo fabricante de cuchillera. Pero esto s: que si ponen ustedes en un canasto

    \

    55 las diecisiete partes de un molinillo, y por diecisiete millones de aos las sacuden, no formarn nunca un molinillo con ellas". Y aqu descansa la inteligencia y el sentido co-mn del hombre. Hay dificultades para creer en un Ser Supremo que hizo todas las cosas; pero hay ,infinitamente ms dificultades para no creerlo.

    Como dijo el Profesor Bomne, los ateos quieren que creamos que el mundo es como una locomotora milagrosa, "que anda sin m a quinista, pero que hace todo lo que podra hacer con su maquinista: anda para adelan-te y para atrs, se detiene en las estaciones, silba en los cruceros de camino, toca la cam pana, enfrena cuando va camino abajo, atiende las seales que se le hacen, espera a otros trenes en las llaves correspondientes, y aumenta la velocidad s anda atrasada". O, como el seor Smyth se expresa: "No slo anda, sino que delante de s arregla la va, sola empiez,a a andar y sola se detiene; mien tras anda se va componiendo y hasta mejo-

  • - . 56-rando, y va produciep.do otras mquinas an ms bonitas que ella misma". "Sola se atiza el fuego, sola se compone sus defectos, sola se adapta, sola se aumenta, sola se reprodu-ce". Ciertamente es una locomotora admi-rable. Y esta maravillosa mquina, se expli-ca diciendo que de alguna manera fue des-de la eternidad predeterminada, que as te-na que funcionar. As es, y siempre ha sido as. O, como otros diran as es porque as se fue haciendo solita.

    Para creer esto se requiere una fe tan grande que no la tengo yo. No soy tan cr-dulo que crea todos los cuentos que me pla-tican. Es para m ms lgico y ms r~ona ble creer que cada cosa tiene su r~n de ser, y que cada mquina tiene su fabricante, sea esta mquina una sencilla locomotora, o un mundo entero. Todava no hemos visto un hijo sin padres, ni humo sin combustin, pa-ra poder concluir y creer que hay un Uni-verso sin Creador.

    Edison, el famoso electricista, a quien mu-

    \

    -57-chos crean ateo, dijo poco antes de morir en un artculo publicado en un peridico, "Me es tan imposible dudar la existencia de una Inteligencia que mueve las cosas, como dudar de mi propia existencia".

    Todos los cientficos, por muchos que sean sus

  • -58-

    en los gusanos de sed.:t, cambiaron mi filo-sofa en divinidad". -

    La mayor parte de los verdaderos cient-ficos llegan tarde o temprano a la conclu-sin a la cual llegaron Darwin, Burroughs, y Gelvin; que no se encuentra una explica-cin suficiente del Universo, fuera de una Inteligencia Superior que lo form. Tene-mos que escoger entre un Ser Inteligente que gobierna el Mundo, y el espectculo cu-rioso de una cosa sin inteligencia obrando de una manera inteligente. Por mi parte, creo en la Inteligencia.

    \

    NOTA FINAL

    Lo arriba dicho no concluye los argumen-para creer. en la existencia de Dios. Son

    presentacin de un solo argumento. Los han de tratarse en otra ocasin, si

    se presentare. Lo arriba escrito no es la razn por la que

    yo creo en Dios. Es evidencia corroborati-va, y que sirve para quienes, por no haber tenido cierts experiencias todava, o por no haberse fijado bien en analizarlas, no estn capacitados para entender argumentos ms personales y ms profundos.

    En breve, yo creo en Dios, principalmen-

  • -60-

    te porque lo conozco personalmente. He te-nido experiencias con El. Y o s que El es bueno porque ha sido bueno conmigo. S que El perdona al pecador y lo salva por la SANGRE de CRISTO porque a m me ha salvado as, al entregarme a El por fe y arrepentido. Y o s que hay milagros, y que Dios es poderoso porque he visto en opera-cin Su poder. Y o s que El contesta las oraciones porque ha contestado las mas. Y o s que es fiel para cuidar a Sus hijos por-que a m me ha cuidado. S que El es fiel para cumplir Sus promesas porque a m me las ha cumplido cuando yo las acept. Ten-go relacin personal con Dios desde hace aos, y como resultado natural no me es posible dudar del Amigo que anda conmigo y a Quien debo todo lo que soy, lo que ten-go y puedo hacer en esta vida.

    Hace unos aos, al hacer yo esta decla-racin a un cientfico de alguna fama, l me contest con sorpresa que era ridculo decir que yo personalmente haba tenido expe-

    ~ 1

    -61-con Dios. Eramos bien conocidos

    uno del otro, y le pregunt "Seor .... , U&' red me conoce desde hace mucho. Cree usted que soy cientficamente capaz de no-tar un fenmeno natural al presenciarlo, o me dejara llevar por las apariencias?"

    "No", .me dijo, "Tanto por sus estudios universitarios como por su carcter perso-nal, es usted plenamente capaz de notar cientfica y correctamente los hechos de un caso que presencia".

    "Cree usted que soy honrado, o que tor-cera la verdad para mis fines, o que m en- tiria?" le. pregunt.

    "Menos", me dijo, "En los ao.s que lo conozco nunca he odo que diga algo que no es cierto".

    "Muy bien", le dije, "Le voy a platicar una experiencia persond: En el ao de 19 2 3 estaba yo enseando en Moctezuma College -una escuela cerca de . Las Vegas, Nuevo Mxico- cuando un da fuimos otro profe-

  • -62-

    sor y yo, en un auto abierto, al pueblo a traer al padre de una de mis alumnas, que et:taba enfermo. Dista la escuela unos quin-ce kilmetros del pueblo, y a medio camino vimos, que repentinamente nublndose em-pez a llover en el camino delante de noso-tros, y detrs se juntaban tambin las nu-bes. No haba casas en qu refugiarse. Te-mamos que se mojara el enfermo y se mu-riese. No teniendo otro recurso, nos pusi-mos a orar en silencio, pidiendo a Dios que no le cayera agua al enfermo. Pues llovi en crculo alrededor nuestro, pero ni una gota cay en el auto.

    "Bien s que hay quienes diran que fue una casualidad. Pero cuando estas casuali-dades me han pasado muchas veces, y no slo a m sino a mile's de personas, que creen en Cristo, he llegado a creer que hay algo que dirige a nuestro favor estas casualida-des. Usted qu dice?"

    El cientfico, que haba estudiado en las grandes universidades de Rusia, y que es re-

    -63-,uu~.:1uu como hombre de vastos conocimien-

    dijo que no poda explicarlo, y se fue

    Casualidades? Muy bien, pero es curio-so que estas casualidades siempre vienen cuando se est orando a Dios, y en forma tan notable. Y se podra citar miles de ca-

    parecidos. T qu dices de esto? Y o que es Dios.

    Y creyendo en Dios, recomiendo a mis que reciban como Amigo suyo al

    a m 'me ha sido un Amigo tan fiel, tan tan fuerte, tan verdadero.

    Espero que este estudio corto y sencillo haya sido de agrado y ,de provecho para mis lectores. Reconozco que deja mucho de de-cirse; pero espero que haya sido bastante para mover a mis lectores a ver que el Gris-

    tiene su base firme, y que no es contra de la razn y de la verdadera cien-

    Espero tambin que mis lectores se ha-propuesto ver en la naturaleza de este

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    mundo las innumerables cosas que indican la existencia de Dios y la verdad del Cristianis-mo.

    Sera para m un placer recibir de mis lec-tores comentarios sobre este librito. Si le ha sido de beneficio, me dara gusto saberlo. Si ha encontrado usted algn caso o dato na-tural que cree que servira para la edicin futura de este libro u otro sobre el asunto, me seda placentero recibirlo. Y si algn lec-tor tuviere crtica de lo expuesto aqu, tam-bin le invito a que me escriba.

    Pero especialmente me gustara saber que algn lector haya llegado por este librito a poner su fe en Dios, y en Cristo Su Hijo y nuestro Salvador .

    . L. O. Engelman.

    INSTITUTO BIBLICO DE GUAYAMEO

    Guayameo, Guerrero, Mxico.

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