HAY-VECES

2
¡¡HAY VECES¡¡ Avece siento que la vida es tan injusta, y despierto tan enojado, A veces me siento tan cansado y en esos momentos de locura me quedo mirando la luna y su esplendor. Siento la calma que ansía mi pecho al recordar el amor, el amor de mis seres amados, lo que ame y perdí, los que recordare aunque lejano, y lo que ahora me mantiene despierto, y pujante en la lucha. No hay mejor recompensa que la sonrisa de la persona que amo, la paciencia aunque a veces comprometidas de mis amigos, el dulce calor de regazo de mis padres , su consuelo y su voz. Ahí olvido el dolor, la pena y mi llanto, no es más llanto de dolor, sino que conmovida mi alma se impulsa a pujante hasta la meta y dejando las quejas, sigo adelante, amar nuevamente, vivir con paciencia, ser feliz e impartir felicidad, que no hay mejor consuelo que tener un a migo, a quien mirando a los ojos le dices confiado que él es quien Dios ha enviado a a liviar el dolor. Salud a mis padres, mis amigos y hermanos, a hí en sus manos está mi corazón, descubro que en ustedes puedo estar confiado, y feliz me siento que el creador los haya enviado a vivir a mi lado en abundancia y pena, en felicidad y dolor. Franklin Cutiupala

Transcript of HAY-VECES

Page 1: HAY-VECES

 

¡¡HAY VECES¡¡

Avece siento que la vida es tan injusta, y despierto tan enojado,

A veces me siento tan cansado y en esos momentos de locura me

quedo mirando la luna y su esplendor.

Siento la calma que ansía mi pecho al recordar el amor, el amor de

mis seres amados, lo que ame y perdí, los que recordare aunque

lejano, y lo que ahora me mantiene despierto, y pujante en la

lucha.

No hay mejor recompensa que la sonrisa de la persona que amo,

la paciencia aunque a veces comprometidas de mis amigos, el dulce

calor de regazo de mis padres, su consuelo y su voz.

Ahí olvido el dolor, la pena y mi llanto, no es más llanto de dolor,

sino que conmovida mi alma se impulsa a pujante hasta la meta y

dejando las quejas, sigo adelante, amar nuevamente, vivir con

paciencia, ser feliz e impartir felicidad, que no hay mejor consuelo

que tener un amigo, a quien mirando a los ojos le dices confiado

que él es quien Dios ha enviado a aliviar el dolor.

Salud a mis padres, mis amigos y hermanos, ahí en sus manos está

mi corazón, descubro que en ustedes puedo estar confiado, y feliz

me siento que el creador los haya enviado a vivir a mi lado en

abundancia y pena, en felicidad y dolor.

Franklin Cutiupala

Page 2: HAY-VECES