Haz de Tu Miedo Un Aliado - Jose Manuel Rubio

HAZ DE TU MIEDOUN ALIADO

José Manuel Rubio Osteso

© José Manuel Rubio Osteso, 2011© Haz de tu miedo un aliadoISBN papel: 978-84-686-0399-5ISBN ebook: 978-84-686-0400-8Editor Bubok Publishing S.L.Impreso en España/Printed in Spain

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AGRADECIMIENTOS

Quiero dar todo mi agradecimiento a mi profesora deyoga y a todas las personas que a través de libros y confe-rencias han contribui do a que averiguase en qué punto meencontraba y la dirección que debía seguir. También agra-dezco muy especialmente a mi hermano y a mi mujer, quecon su lectura han contribuido a pulirlo.

Aprovecho para dar las gracias y mandarles un granabrazo a mis queridos padres por todo el apoyo que en todomomento me han brindado.

ÍNDICEPRÓLOGO 9 EL MIEDO: EL PEOR ENEMIGO O

EL MEJOR DE LOS ALIADOS 13¿QUÉ ES EL MIEDO? 17¿A QUÉ TIENES MIEDO? 27¿CÓMO AFRONTAR EL MIEDO? 33EL MIEDO Y SUS VARIACIONES 43

A RESPONSABILIZARTE DE TUS ACTOS 43 A LA PÉRDIDA 52 A ABANDONAR LA VIDA 60 A NO SER ACEPTADO POR LOS DEMÁS 64 AL CAMBIO 67 AL FRACASO 71 A PERDER EL TRABAJO O A NO ENCONTRARLO 77

A DESCUBRIR LA VERDAD 88

EL MIEDO GENERADO A CONSECUENCIADE UN MALTRATO FÍSICO O PSICOLÓGICO 95

LA PREOCUPACIÓN POR EL FUTURO 103LA RELACIÓN ENTRE EL MIEDO Y EL DESEO 113EL SUFRIMIENTO DEL SER HUMANO 123LA IMAGEN QUE PROYECTAMOS 131NUESTRA PAZ INTERIOR 139LA MEDITACIÓN COMO AYUDA A NUESTRA

RELACIÓN CON EL MIEDO 145UNA OPORTUNIDAD PARA LA HUMANIDAD 159

PRÓLOGO

PRÓLOGO

En los tiempos que vivimos actualmente, rodeados deestrés y sintiéndonos como unos autó matas, resulta eviden-te que en el día a día nos vayamos cargando de energíasnegativas, siendo el miedo un factor importante a tener encuenta. Si examinamos la situación, advertiremos que ge-nera unas reacciones en todos nosotros, que nos llevan, enmuchas ocasiones, a hacer cosas que verda deramente nonos hubiese gustado hacer, y que de no existir dicho temorno se producirían.

He ahí el motivo por el cual una persona encantadora, alencontrarse ante una situación complicada, puede resultardesagradable a causa de una inseguridad ocasionada por laduda de si podrá o no resolver ese contratiempo, generán-dole cierto grado de nerviosismo. Ante este hecho no seríade extrañar que los nervios le hiciesen perder el control alsentir que todo se le escapa de las manos, tomando posesiónde sus reacciones su propio miedo, el cual desencadenaráen unos estados psicológicos que le harán hacer o decir co-sas que no le gustaría, dando una apariencia confundida desí mismo.

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10 HAZ DE TU MIEDO UN ALIADO

Una de las mayores causas del sufrimiento de la humani-dad es el miedo, ya que nos puede llevar a tener reacciones delas cuales en un futuro nos podamos arrepentir. Cuando éstese apodera de nosotros, entran en juego muchos sentimientosy reacciones, los cuales dispersan nuestra aten ción. Una vezque nos involucramos dejamos de ser objetivos y no tenemosnada que hacer, esta mos perdidos ante esa situación.

A lo largo de este libro os vais a poder dar cuenta de comoteniendo a ese miedo de nuestro lado y estando en la observa-ción muchas de esas sensaciones y reacciones que tenemospierden su fuerza. No se trata de tenerle bajo control, no nosequivoquemos, controlar es algo negativo, y no nos permitiráestar relajados en el momento del hecho, para poder obser-var todo lo que sucede. Nunca debemos intentar dominarle,porque no podremos, simplemente le tendremos controladodurante algún tiempo, pero poco a poco irá generando másenergía negativa concentrándose en nuestro interior, y en elmomento en que menos lo esperemos nos estallará en la cara;podremos ganar una batalla, pero no la guerra. Debemos te-ner una relación de amistad, sabiendo lo que le preocupa y averiguando cómo le podemos ayudar.

El miedo es una parte de nosotros y no le podemos huir,porque si le huimos correrá detrás nuestra hasta alcanzar-nos; tampoco hay que enfrentarse a él, ya que crearemos unconficto rom piendo nuestra armonía interior. Tenemos queir juntos, cogidos de la mano en este amplio viaje de la vida;sólo así le podremos entender, relacionarnos y ayudarle. Úni-camente cuando mantengamos una buena relación con él,podremos tomar decisiones sin interferencias del mismo, elcual distor siona nuestra percepción.

PRÓLOGO 11

Recordemos siempre una cosa a lo largo de toda nuestravida: si bien es cierto que el miedo forma parte de nosotros,también es indudable que para nada somos el miedo, somosmás que eso, y siempre tendremos que observarle de una for-ma muy objetiva, aprendiendo a comunicarnos con él, perono involucrarnos. Hay que tener siempre presente que éste essimplemente un añadido más a nuestro ser.

Los niños cuando son muy pequeños viven en un estadode consciencia pura. Es maravilloso ver a un bebe, todo en éles pureza. Conforme vamos creciendo, a causa de nuestrasvivencias y del entorno en el que hemos crecido, se nos vanformando unos conceptos y unas creencias que irán formandonuestra personalidad, y que nos van a limitar en muchos mo-mentos de nuestra vida, sobre todo cuando vayamos a tomaruna decisión, al sentirnos condicionados por las circunstan-cias del momento. Se debe volver a ese estado puro del quepartimos cuando éramos unos recién nacidos, y todos los se-res humanos disponemos de la capacidad para hacerlo. Antetodo tened en cuenta que vosotros vais a ser vuestro mejormaestro. Por muchos libros que leáis, por muy buen maestroo ins tructor que tengáis, ellos sólo os enseñarán a ver por vo-sotros mismos la dirección a seguir, el ca mino lo tendréis querecorrer vosotros.

La gran parte de los seres humanos tendemos a huir delmiedo y con esa actitud no resolve mos el problema. Debemosprofundizar en nuestros temores para comprender el porqué y averiguar de dónde proceden, observando y percatándonos dela causa raíz, la cual estará enterrada en nuestro subconscien-te. Posiblemente la tengamos tan profundamente arraigadaque no nos podremos imagi nar el motivo, sintiendo una gran


liberación el día que lo averigüemos. Solamente en el mo-mento en que veamos la verdadera causa podremos ponerlesolución.

Este libro no es muy extenso ni era mi intención al escri-birlo, mi propósito era que fuese transparente, práctico, direc-to y fuido, y espero haberlo conseguido; pero sobre todo, miobjetivo es que en un futuro podáis animar y ayudar a otraspersonas a relacionarse con su miedo, pues no lo escribí sim-plemente para levantaros el ánimo, en todo caso es para quevosotros, cuando os sintáis preparados, se lo levantéis a lagente que os rodea, enseñándoles como deben actuar ante susinseguridades y temores, pues todos debemos ir en la mismadirección. Intento hablar claro sobre el tema, poniendo algu-nos ejemplos para que vosotros mismos trabajéis sobre ello,porque la verdade ra esencia de todo, lo que va a dar un cam-bio en vuestras vidas, es algo que está en vuestro interior y que sólo vosotros tenéis la capacidad de despertarlo. La fna-lidad es que abráis los ojos para que vosotros mismos veáis elcamino a seguir. Deberéis leerlo con atención y tranquilidad,compren diendo muy bien cada párrafo que sea leído para po-der sacar el máximo provecho de este libro. En él os voy hahablar desde mi propia experiencia, y veréis como vosotros,al igual que yo, siendo constantes, podréis mantener una bue-na relación con el miedo, hasta el punto de que lo compren-dáis y le podáis ayudar para después recibir su agradecimien-to. Recordad que cuanto más demos más recibiremos. Conel tiempo vais a poder comprenderos a vosotros mismos, a vuestros temores y el porqué de ellos, llegando a comprendermejor también a los demás. Estoy seguro de que este li bro ospodrá ayudar en vuestro camino hacia la felicidad.

EL MIEDO: EL PEOR ENEMIGO O EL MEJORDE LOS ALIADOS

EL MIEDO: EL PEOR ENEMIGO O EL MEJORDE LOS ALIADOS

El miedo puede condicionar nuestro comportamiento deforma muy negativa haciéndonos retroceder en cada paso queintentamos avanzar convirtiéndose en nuestro peor enemigoo, por el contrario, podemos convertirlo en un buen aliado quenos ayude a recorrer nuestro camino, conociéndonos mejor a nosotros y a la gente que nos rodea.

Si nos dedicamos a observar por un instante a nuestros se-mejantes y a nosotros mismos en las reacciones que tenemos,la forma de pensar y el modo de actuar; nos daremos cuenta deque a todos nos afectan las distintas situaciones que vivimosde un modo similar en mayor o en menor medida; si las obser-vamos detenidamente veremos que son las mismas para noso-tros, nuestro vecino, nuestro compañero y para todo el mundoen general; por eso, si nos comprendemos a nosotros mismospodremos comprender a todos los demás y nos resultará mássencillo ponernos en su lugar, llegando a sentir compasión ha-cia muchas personas a las que anteriormente podíamos inclu-so odiar. Con esto no estoy diciendo que todos actuemos delmismo modo, simplemente, que las reacciones serán similares.


Podemos pensar que tenemos muchos aspectos negati-vos tales como, odio, avaricia, ira, an siedad, orgullo..., pero siprofundizamos en estos estados, podremos percibir que estántodos condi cionados por el miedo, aunque, posiblemente, seencuentre enterrado muy en el fondo y nos resulte difícil dedarnos cuenta. Cuando nos sentimos amenazados por alguienfísica o psicológicamente nos sentimos inestables ante esa si-tuación, despertándose en nosotros esa inseguridad que gene-rará nuestros temores; quizás sea muy sutil, pero es miedo, y conforme vaya cogiendo fuerza nosotros estaremos más a sumerced, aumentando poco a poco nuestra alteración a causadel conficto que se ha generado en nuestro interior, el cual po-drá provocar una cierta ansiedad, ira y hasta odio en los casosmás extremos.

Si analizamos las situaciones, nos daremos cuenta por no-sotros mismos, de que todos los aspectos negativos de las per-sonas están condicionados por el miedo. Si conseguimos man-tener una buena relación con él muchos de nuestros problemasdesaparecerán convirtiéndonos en personas más calmadas y más comprensivas.

Imaginad el caso de una persona muy orgullosa de todo loque ha conseguido en la vida; su casa, su chalet, su coche... y que se lo va contando a todo el mundo alardeando de ello. ¿Nocreéis que el miedo dirigirá su vida temiendo perder los bienesde los que tan orgulloso se siente? La vida de esta personaestará continuamente controlada por sentimientos negativos a causa de ese temor a poder perder sus posesiones, haciendo loque haga falta para conservarlos.

Otro caso sería el de esas personas que sienten afciónpor ahorrar, resistiéndose a gastar hasta para lo más ele-

EL MIEDO: EL PEOR ENEMIGO O EL MEJOR 15DE LOS ALIADOSmental. Esas personas sienten un gran pánico a quedarsesin dinero, generán doles mucha inseguridad y sintiéndoseabsorbidos por la avaricia.

Como podemos comprobar, el miedo ejerce un enormepoder sobre nosotros si no hacemos nada al respecto. Por lotanto, podemos dejar que sea nuestro peor enemigo dejandoque haga lo que quiera, ofreciéndole el control de nuestravida y sintiéndonos balanceados por él como una barca esbalanceada por las olas o hacernos sus aliados y tomar lasriendas de nuestra vida aprendiendo de él.

Cuando comprendamos el porqué de nuestra falta devalor en ciertas circunstancias, también veremos claramen-te y comprenderemos mejor el temor que sienten los demás;podremos ver más allá, percatarnos en que momento apa-rece cierto temor en ellos y el porqué, dándonos cuenta desus reacciones, las cuales son consecuencia de su falta deseguridad. Conforme comprendamos nuestro miedo y nosvayamos relacionando con él, nos sentiremos más segurosy más relajados, y aprecia remos como el odio hacia ciertaspersonas se va esfumando de nuestras vidas, sustituyéndoseesa antipatía que sentíamos hacia ellos por una fuerte com-pasión y una paz interior. Al observar que lle van puesto unpaño en los ojos que no les deja ver mas allá de sus propiasideas, veremos claramen te que estas personas están en lamisma situación que anteriormente nosotros nos encontrá-bamos y por eso nos será imposible sentir nada negativohacia ellos. ¿Cómo podemos culpar a una persona invidentede que se choque con nosotros y nos haga daño? No podría-mos, ¿verdad?; sentiríamos compasión por él. Poco a poconos daremos cuenta de que nosotros empezamos a divisar


una pequeña luz, pero ellos viven en la más absoluta os-curidad. Cuando empecemos a percibirla no nos debemosdetener; si lo hacemos, todo lo que hayamos avanzado lovamos a retroceder. Tenemos que ir más profundamente; siasí lo hacemos comprenderemos cada vez mejor nuestrostemores, sintiéndonos más seguros y cada vez preocupán-donos menos por cosas que anteriormente nos inquietaban.¡Pero cuidado!, una vez en este punto nos puede aparecer elorgullo, nunca debemos dejar hueco en nuestro interior paraél. Al percibir cosas que para los demás pasan inadvertidaspodemos sentirnos superiores a ellos. Nadie es superior a nadie; nunca lo debemos de olvidar, nos servirá de muchaayuda para que nunca perdamos nuestro centro y mantenga-mos nuestro equilibrio. En el momento en que dejamos deser humildes, inconscientemente, perderemos la observa-ción, rompiéndose nuestro equilibrio y dejándonos arrastrarpor fuerzas enormemente poderosas que nos harán retroce-der igual, si no más, al punto donde nos encontrábamos enun principio. Recordemos que el orgullo también nos puedegenerar un temor, una persona que se siente orgullosa delo que ha conseguido temerá quedarse sin ello. Todas laspersonas tenemos la misma capacitad para todo, la únicadiferencia es que unos estamos en unos escalones más altosy otros estamos en unos escalones más bajos. Siempre haygente por encima y por debajo de nosotros; si ayudamos a subir a nuestro escalón a los que están por debajo los queestán por encima nos ayudarán a subir al suyo. Cuanto másdemos más recibiremos, esto no es una carrera, estamos to-dos en el mismo barco.

¿QUÉ ES EL MIEDO?

¿QUÉ ES EL MIEDO?

El miedo es una energía que nos hace perder nuestroeje; llevándonos a odiar a nuestros semejantes, ejercerun control sobre los demás y estar siempre a la defensivaideando planes perversos en los que podemos hacer daño,y todo a causa de que no nos sentimos con la capacidadsufciente de poder resolver tranquila y pacífcamentenuestros problemas, cuando en realidad disponemos todosde esa facultad. No es ni más ni menos que nuestras in-seguridades hacia nosotros mismos, las cuales se han idogenerando por el paso del tiempo formando nuestra actualforma de ser. Por lo tanto nuestro objetivo será averiguaresas causas que nos han llevado donde estamos, profundi-zando en nuestra personalidad y encontrando el origen detodos nuestros problemas. Todo eso lo conseguiremos conuna atención objetiva hacia nuestro comportamiento, perosobre todo con mucha constancia y paciencia. Podría serque esas inseguridades se puedan deber a que en nuestrainfancia tuviésemos una sobre protección; que nunca senos reconociese cuando hacíamos algo bien, pero si se nosechase la bronca cuando hacíamos algo mal o que nunca

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creyeran en nuestra capacidad de poder hacer cosas. Noobstante debemos ser cada uno de nosotros el que averigüesu propia causa, podría ser una de éstas o cualquier otra.¿Estáis dispuestos a descubrirla?.

El miedo es una fuerza muy poderosa que bloqueanuestra energía no permitiendo que ésta fuya; pero cuan-do aprendamos a canalizar su energía se puede convertiren un buen amigo. ¡Si, lo que leéis! Si nosotros queremosacercarnos a él y conocerle, nos irá contando sus secretosmás ínti mos, y averiguaremos de qué y el porqué tene-mos miedo. Nos ayudará a crecer como personas, a tenermás seguridad en nosotros y a tomar buenas decisiones,siempre y cuando estemos dispuestos a dedicarle nuestrotiempo y atención.

Al miedo hay que verle como una entidad independien-te de nosotros, que si le dejamos que tome el control absor-berá la energía de nuestro ser manejándonos a voluntad. Silo vemos como parte nuestra nos estaremos identifcandocon él y no tendremos opción de elección. Si que es ciertoque forma parte de cada uno de nosotros, pero si deseamosentenderlo, deberemos de verlo como algo fuera de nuestroser, observándolo objetivamente. Debemos de comprenderque es algo que se ha agregado a nosotros. Cuando nace-mos no tenemos ninguna inseguridad ni ningún temor, esteañadido nuestro se fue formando con nuestra personalidad.

Desde que tengo uso de razón siempre tuve el miedo enel cuerpo, pero no nací con él, pude darme cuenta de quecon cada fracaso que tenía mi inseguridad crecía, sintiéndo-me condicionado por cada suceso negativo en futuras situa-ciones. Esa sensación que cubría todo mi ser fue haciendo

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de mí una persona muy insegura, que creía que todo el mun-do estaba por encima de mí y que nunca iba a conseguir loque otras personas podían lograr. Me descubro ante todosvosotros para que se páis que si yo pude tener una mayorcomprensión hacia mis temores y tener más seguridad enmí mismo vosotros también podréis.

El miedo es un estado en el que perdemos toda confan-za en nosotros mismos de superar cualquier contratiempo o adversidad, y el cual ante tal inseguridad nos llevará a en-vidiar, odiar, cri ticar... alimentándolo y echando la culpa detodo lo malo que nos puede pasar a los demás, cuando en lamayoría de los casos los únicos responsables de la situaciónen la que nos podemos encontrar somos nosotros.

Observad a la gente, y veréis como todos llevan consigociertos temores en su interior en mayor o en menor medida;puede que haya personas que no les preocupe lo mismo quea vosotros, pero tendrán otras preocupaciones. Por desgra-cia la inseguridad está en todos nosotros, aunque nos sin-tamos muy seguros de nosotros mismos siempre seremosvulnerables a algo.

En todos los animales de la creación existe el miedo,unos serán capaces de ser unos lideres siendo jefes de lamanada, mientras otros respetarán y seguirán los pasosde su jefe por temor a en frentarse a él, o el caso de unamadre que no encuentra a sus crías, desesperándose antetal situación pensando que puedan haber sido víctimas dealgún depredador. Se podrían ver cientos de ejemplos enlos que se vería claramente. La diferencia existente entreestos y nosotros, es que los demás animales cuando venel peligro se asustan, pero una vez pasado éste vuelven


a su estado natural, olvidándose de dicha situación. Porel contrario, los seres humanos vivimos en continua ten-sión, siempre esperando algo malo y a la defensiva o re-cordando situaciones pasadas. Además, si nos asustamospor algún asunto en cuestión, después de haber pasado elpeligro seguimos dando vueltas a la cabeza, preocupándo-nos por posibles problemas que quizás no se lleguen ni a materializar y pudiendo dar lugar, con el paso de los años,a graves problemas de salud.

Con el tiempo comprendí que si nos hacemos conscien-tes de ese miedo, le miramos cara a cara con la actitud dequerer comprender el motivo de por qué está ahí y recono-cemos que somos capaces de hacer cualquier cosa que nospropongamos, poco a poco irá perdiendo su fuerza.

¿Qué deseáis ser? Tenéis que saber que cualquier cosaque queráis ser lo podréis conseguir, vosotros disponéisde la capacidad para hacerlo, lo único que os lo impide esvuestra propia insegu ridad.

Durante años trabajé en la carpintería y en la ebanis-tería, y bien a gusto que trabajaba en esta profesión, megustaba lo que hacía y no cambiaría aquellos años pornada del mundo. A pesar de sentirme a gusto con lo quehacía, siempre me había gustado aprender peluquería,pero esa fuerte inseguridad me hacía pensar que era inca-paz, que no podría sacarme el titulo, y mucho menos es-tando trabajando, consiguiendo bloquearme e impidién-dome ponerme en marcha.

Al cabo del tiempo me pegó un buen revés la vida queme dejó muy hundido. Nunca en la vida había llorado tantocomo hasta ese momento y nunca estuve tan bloqueado, y


a consecuencia de ese bloqueo me costó mucho salir de esasituación en la que todo me daba igual.

Por un periodo de tiempo el miedo se esfumó, no sabíamuy bien lo que pasó ni como pasó, pero al no importar-me nada sentía que tampoco tenía nada a que temer. En mimente seguía la idea de aprender peluquería y decidí dar uncambio en mí vida. En esos momentos sentía que no teníanada más que perder, podía probar, ¿que perdía?

Con mis inseguridades a un lado empecé a poner enmarcha mi ilusión; llame a varias aca demias, me informédel título que necesitaba sacarme para poder montar unapeluquería en un futu ro, y poco a poco mi sueño se fue ha-ciendo realidad. Al fnal conseguí sacarme el título de téc-nico en peluquería y cambiar de profesión; trabajé en al-gunas peluquerías, hice varios cursos de perfec cionamientoy cuando me sentí preparado me monté mi propio negocio.

Con esto que me sucedió no estoy diciendo, ni muchomenos, que en ese instante hubiese comprendido y supe-rado la inseguridad que siempre me había acompañado,nada más lejos de la realidad. Es más, durante esa gran ex-periencia que tuve ni tan siquiera fui consciente, en esosmo mentos, de cómo logré mi objetivo, porque solamenteconseguí esconder el miedo, y digo esconder, porque en esemomento no existió comprensión alguna hacia él, simple-mente se ocultó. Lo que sí me gustaría que entendieseis conesto, y necesitáis daros cuenta, es que siempre, y no digo a veces sino siempre, nuestra falta de confanza nos bloquea,nos impide avanzar, no dejándonos conseguir lo que nosgustaría, porque pensamos que no somos capaces, que nonos lo merecemos, que vale mos menos que los demás y


que lo que ellos han conseguido es por un golpe de suerte;mientras que sintiéndonos seguros podemos ser capaces deconseguir cualquier cosa que nos propongamos. ¿De ver-dad seguís pensando que cuando alguien logra algo es por-que le acompaña la suerte?

Al miedo se le considera como a un gran enemigo quetenemos, porque nos impide hacer cosas no dejándonosavanzar en la vida como nos gustaría, y lo que esperamosde él es lo que con seguimos. Aprendamos a verlo como a un amigo que de vez en cuando nos visita pidiendo un pocode atención, entonces tendremos que escucharle y dejar quenos cuente que es lo que teme, que le inquieta tanto, a con-secuencia de que viene esa preocupación. ¿Cuando noso-tros pedimos atención no nos gusta que nos la den? No hayque dejar que domine y controle nuestra vida, simplementetendremos que escuchar lo que quiera decirnos para que asíle podamos comprender. Al prestarle atención ganamos es-pacio y no le damos opción de que nos controle, y ademáscon perseverancia nos llegará la comprensión. Si le toma-mos como nuestro amigo y no como nuestro enemigo nues-tra relación con él será mucho mejor y nos lo agradeceráconvirtiéndose en nuestro aliado.

La madre naturaleza nos otorgó las bonitas cualidadesde pensar, recordar, imaginar... pero, en muchas ocasiones,hacemos que se conviertan en un gran problema en vez deusarlas como algo útil.

Cuando tenemos un contratiempo, posiblemente nosvengan pensamientos negativos como recuerdos de algunaexperiencia dolorosa que se tuvo en el pasado o proyec-ciones desastrosas hacia el futuro, empezando a imaginar


las miles de desgracias que nos pueden llegar a pasar, sindarnos cuenta de que, con esa actitud, nosotros mismos nosestamos encaminando a tales fracasos.

Seamos conscientes de que la mayoría de las preocupa-ciones que se originan en nuestra mente no llegan a mate-rializarse, y si en algunas ocasiones sucede, es porque no-sotros mismos nos hemos encaminado a ellas con nuestrospensamientos pesimistas. Si bien es cierto, hay circunstan-cias que escapan a nuestro control y que no hay forma deevadirse de ellas, pero recordemos nuestra vida y veremosla cantidad de ocasiones en que el miedo nos ha invadido,alertándonos por lo que iba a suceder y después no pasónada de lo que supusimos.

Quizás nos podamos sentir muy seguros de nosotrosmismos y pensemos –esto no va con migo–. No importa loseguros que podamos estar; podemos sentir mucha seguri-dad, pero aunque creamos que tenemos todo bajo control,aunque pensemos que no nos vamos a dejar dominar, encualquier momento nos puede surgir algún imprevisto, algocon lo que no contábamos que rompa todos nuestros es-quemas, colocándonos en cierta situación de inseguridad,dejando de ser conscientes de lo que está sucediendo en esepreciso instante.

Podemos sentirnos muy equilibrados, afrontar y resol-ver bien nuestros posibles contratiem pos, pero si nos obser-vamos con atención, podremos percatarnos de que en eseinstante en el que sentimos que hemos dejado de ser los quedirigimos la situación, perdemos cierto control sobre no-sotros mismos, pudiendo dar paso a reacciones que no ten-dríamos normalmente; el corazón se ace lerará al igual que


la respiración, nuestro cuerpo se tensará y la cabeza comen-zará a crear nuevas preocupaciones, con lo que abandona-remos nuestro verdadero estado de ser, dejando de sentir elmomento presente. Somos humanos, y es normal que todosnos podamos sentir en esa situación pues son reaccionesnormales. Lo que pretendemos con nuestro trabajo de auto-desarrollo es que cada vez nos suceda en menos ocasiones y las veces que ocurran vayan cediendo más esas reac ciones,siendo más ecuánimes ante tales circunstancias y volviendoantes a nuestro estado de equili brio.

Es asombroso como nuestra inseguridad puede repercu-tir en nuestras vidas, pudiéndonos cambiar completamentenuestro comportamiento. Cuando esto sucede, debemos te-ner en cuenta que el comportamiento de una persona va a estar condicionado por sus temores y estos estarán condicio-nados por su pasado, no es la persona en si la que tiene talesreacciones. Antes de juzgar a nadie de bemos ver más enel fondo de esa persona, ya que en algunas ocasiones nospodemos llegar a sor prender, porque pueden ser mejorespersonas de lo que creíamos.

Si bien es cierto que el miedo existe en todos nosotros,también es verdad que hay ciertos ti pos de personalidadesque están más predispuestos a sufrirlo con más intensidad.Existe un sistema antiquísimo, el eneagrama, con el cualpodemos averiguar un poco más de nosotros mismos y sies tamos más expuestos al miedo que otras personas. En élse pueden distinguir nueve tipos de perso nalidades distintasque nos ayudarán en nuestra auto-realización, pudiendo veren que punto nos en contramos, para poder seguir una direc-ción. Resulta muy interesante y constructivo trabajar con él


y nos puede resultar de gran ayuda, pero puesto que ésteno es el objeto de este libro no nos adentra remos en estetema. Si estáis interesados en este sistema milenario podréisencontrar varios libros que hablan sobre él.

Para llegar al destino primero deberemos conocer don-de nos encontramos para poder tomar la dirección apropia-da. Si emprendemos un rumbo sin saber en que punto esta-mos, posiblemente, nos equivoquemos de camino o puedeque demos vueltas en circulo sin nunca llegar a nuestrodes tino. Tendremos que tener nuestra “brújula” que nosdiga en todo momento hacia donde dirigirnos. Podremostener ayuda del exterior, pero esa “brújula” la tenemos no-sotros en nuestro interior.

Lo más grave de todo no es que no sepamos el caminoa seguir; mucho peor es que vayamos por uno equivocadoy nosotros creamos que vamos por el correcto, inevitable-mente la dirección que sigamos nos llevará a un retroceso.

¿A QUÉ TIENES MIEDO?

¿A QUÉ TIENES MIEDO?

Ésta sería una buena pregunta. Siempre que el miedobloquea nuestro cuerpo y nuestra mente, deberíamos pre-guntarnos, ¿a qué tengo miedo?

La mayoría de las veces que nos acecha un temor cree-mos que es debido a una causa cuando realmente la verdade-ra fuente de él es otra; una que está adherida más profunda-mente en nuestro interior, algo que nos resulta difícil de ver,y que mientras no veamos claramente a que se debe nuestrainseguridad y de dónde procede no podremos hacerla frente;estaremos enfrentándonos a algo que no es la verdadera cau-sa y no lo estaremos tratando desde su origen.

Imaginemos que nos intentan coaccionar los integran-tes de una organización y los fuésemos disolviendo uno a uno. Otro día llegarán nuevos miembros a los que tendre-mos que vencer, y mientras nos defendemos de estos losanteriores se recuperarán para en otro momento poder vol-ver a la batalla. Esto resultaría algo agotador e iría absor-biendo nuestra energía sin que nos diésemos cuenta y sinlograr ninguna solución. La única posibilidad que tenemosde dar por terminado este conficto es reducir al jefe; si lo

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conseguimos, y la única forma de poder lograrlo es sabercomo piensa y su forma de actuar, tendremos hecha la ma-yor parte del trabajo. Lo más probable es que una vez queel jefe deje de ser un problema, los demás miembros tam-poco lo sean, porque el que les daba seguridad y trazaba losplanes estará fuera de combate. El jefe está oculto y bienprotegido para que no descubramos donde se encuentra, y nuestro primer objetivo va a ser encontrarlo. La verdaderacausa de nuestros temores, ésa que está tan profundamenteoculta es el jefe, y él es el que está dirigiendo todas nuestrassensaciones y reacciones causadas por nuestra inseguridad.Siempre debemos conseguir llegar a la causa de nuestraspreocupaciones, adentrándonos cada vez un poquito máshasta lograr encontrarle. Si no descubrimos la verdaderacausa no le vamos a poder poner solución. Quizás os hepuesto un ejemplo un poco surrealista, pero si habéis en-tendido la verdadera esencia de lo que intento explicar ha-bremos cumplido el objetivo.

No obstante, para asegurarnos de que queda totalmenteclaro vamos a poner un ejemplo el cual nos puede suceder a cualquiera de nosotros.

Suponed por un instante que vais a asistir a una reuniónimportante, ya sea de trabajo, de ve cinos o con lo que másidentifcados os sintáis. Es una reunión en la que se vana debatir cosas im portantes de las cuales no opináis igualque el resto de la gente; pero que tengáis distintas ideas noquiere decir ni que estáis equivocados ni que vayáis a estaren lo cierto, simplemente tenéis posturas distintas, en cual-quier caso siempre debemos estar abiertos a todo lo que sediga, en más de una ocasión nos encerramos en nuestras

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ideas y no vemos más allá de lo que queremos ver. Al ratode comenzar la reunión os sentís en contra de todos losasistentes, comenzando a tener cierta inseguridad de si se-réis capaces de hacer ver al resto de las personas las cosascomo vosotros las veis. El miedo y los nervios comenzarána aparecer por todo vuestro cuerpo física y mentalmente,consiguiendo perder la poca seguridad que pudierais te-ner al comienzo de la reunión y sintiendo que se os escapade las manos. ¿A qué tenéis miedo? Posiblemente, penséisque se lo tenéis a las discusiones que puedan haber, de quealguien os pueda reprochar algo, que habrá gente que no osapoyará en vuestras intenciones pensando que son absur-das, que vais a perder los nervios o de que alguien os sa-cará de vuestras casillas. Miles de pensamientos invadiránvuestra mente, ¿pero realmente habéis descubierto a quétenéis miedo? Observad detenidamente y podréis compro-bar que verdaderamente a quien tenéis miedo es a vosotrosmismos, porque no os sentís seguros de conseguirlo y nocreéis en vuestra capacidad para exponer vuestras ideas deuna forma clara que convenza a todos, es más, puede quehasta vosotros mismos dudéis en algún momento de si seráfactible o no vuestro propósito, y eso sólo os puede con-ducir a una cosa en dicha reunión, al fracaso, no pudiendoculpar nunca a nadie de lo sucedido, porque habréis sidovosotros mismos los que os habréis encaminado a él. Lopeor de esta experiencia es que esta situación os hará sentirmás inseguros al temer que os vuelva a suceder lo mismoen una próxima reunión.

Aunque nos parezca mentira nuestros mayor enemigono es nadie del exterior, porque lo te nemos cada uno en


nuestro interior. Si prestamos atención podremos ver cla-ramente que lo que realmente nos hace sentir de ese modoes la inseguridad que ha ido creciendo en nuestro interior.Tememos no poder hacer las cosas que quisiésemos o queno nos salgan como nos gustaría, inde pendientemente de loque opine la gente que está a nuestro alrededor. Si nosotrosno creemos en nuestra fuerza interior, ¿como podemos pre-tender que los demás crean en nosotros? Hay que tener encuenta que una vez que empecemos a sentirnos infuencia-dos por él, poco a poco, iremos per diendo la observación,cada vez nos iremos poniendo más nerviosos sintiendo queno tenemos for ma de defender nuestra postura, y a conse-cuencia de esta situación empezaremos a sentir una sen-sación de enemistad con la gente que no piensa como noso-tros, lo cual generará más agresividad y tendremos menostemplanza para exponer nuestras ideas, es más, ya no lasestaremos exponiendo, porque no tendremos argumentos,sólo desconcierto. ¿De verdad seguís pensando que el mie-do era por esas discusiones que se podrían producir?, ¿o lasdiscusiones han sido el fruto del miedo a voso tros mismospor esa inseguridad?

Con estos ejemplos que hemos visto, no os estoy dicien-do que si mantenemos nuestro equilibrio la reunión vayaa salir como nosotros queramos, no tenemos un absolutodominio de las circunstancias, puede que la gente que ten-gamos alrededor no vea las cosas como nosotros las ve moso que incluso, como os he dicho antes, podamos estar equi-vocados, no siempre tenemos la ra zón, pero si en alguno delos casos estamos equivocados, al mantener a raya a nues-tros temores, no interferirán en nuestras decisiones, ten-

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dremos una mente más despejada y será una reunión másco municativa y más fuida, lo cual nos hará comprender elpunto de vista de los demás y a los demás el nuestro.

Escuchemos siempre lo que dice la gente y no nosenredemos en nuestras ideas, en más de una ocasión, nollevamos razón y el escuchar el resto de opiniones y teneruna mente abierta nos va a ayudar mucho. Recordemos quecuanto más abiertos estemos, más conocimiento obtendre-mos de lo que está sucediendo, más seguridad conseguire-mos en nosotros y mejor relación tendremos con nuestromiedo y con las personas con las que tratemos. Pero lo másimportante de todo es que al no identifcarnos con nuestromiedo, nuestras decisiones, sean las que sean, las estaremostomando no sotros con una total libertad y no condiciona-dos por nuestros temores, consiguiendo un mayor res petodel resto de la gente al presenciar como nos desenvolvemosante tal situación. ¿Acaso vosotros respetáis a la gente queos grita y no tiene un mínimo respeto hacia vosotros?

¿CÓMO AFRONTAR EL MIEDO?

¿CÓMO AFRONTAR EL MIEDO?

Ser una persona insegura nos puede alejar de nuestrossueños; esa inseguridad nos llevará a sentir un temor a todono dejándonos ser constructivos. En algún momento nospuede surgir una idea en la cabeza, la cual puede ser buenay la oportunidad de nuestra vida, pero enseguida se entur-biará al venirnos pensamientos tales como:

–Si yo tuviese suerte como mi amigo, pero no la tengo,si me meto en ese negocio me hundiré.

–¡No, que va! Yo no estoy hecho para esto.Típicas frases que nos bloquean esa gran idea que podía

habernos cambiado la vida. Con esto no quiero decir quecualquier cosa que se nos pase por la cabeza rápidamente latengamos que poner en marcha, tenemos que valorarla pres-tando atención a los puntos positivos y negativos. Lo queme gustaría que comprendieseis es que dándole demasiadasvueltas a la cabeza, tarde o temprano empezarán a surgirnuestras inseguridades, y nuestros temores nos empezarána ganar terreno dando por terminado el asunto. Debemos deser más intuitivos y aprender ha dejarnos llevar por nuestraintuición sin dejar que la enturbien nuestros pensamientos.

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¿Cuántas veces no os habéis arrepentido de no haber hechoalgo en el pasado? No os arrepintáis, lo pasado, pasado está,y si en ese momento no lo hicisteis es porque así debía depasar, quizás no estabais preparados o simplemente no erael momento; lo importante es que a partir de ahora empe-céis a cambiar vuestra mentalidad, aprendiendo a ser másintuitivos sin sentiros condicionados por nada, y sobre todoencaminaros hacia el optimismo sabiendo que podréis ha-cer todo lo que os propongáis.

No os culpéis porque os sintáis inseguros, culpándoosno vais a solucionar nada, simplemen te recordad que elmiedo no sois vosotros, sólo es una parte vuestra. La habi-tación de una casa nun ca puede ser más grande que la pro-pia casa en sí; podrá ser muy grande, pero nunca más que lacasa, por lo tanto ¿cómo puede ser que éste sea más grandeque vosotros? vosotros sois la casa, y él la habitación.

Es normal que pueda existir un temor a lo desconocido,al cambio, a la pérdida, a no ser aceptado por los demás...No hay nada de malo en sentirlo, pero no hay que intentaresquivarlo, porque vendrá con más fuerza; en vez de esomantengamos una actitud de querer conocerle mejor, mirar-le cara a cara, pero sin enfrentarnos, simplemente observán-dolo, preguntándole qué es lo que le asusta, y así podremosdarnos cuenta de que había una razón más profunda que laque nosotros creíamos.

Vamos a ver qué es lo que debemos hacer para que pocoa poco y con constancia vayamos notando un cambio ennuestro interior. Para empezar veremos donde residen nues-tros temores, es algo que nos va a ayudar mucho para po-derlos comprender.

¿CÓMO AFRONTAR EL MIEDO? 35

Indudablemente, todos y cada uno de ellos tiene lugaren nuestra mente, allí se originan y de ella se alimentan;de nuestra psique procede su sustento, de todos nuestrosrecuerdos, pensamientos, proyecciones del futuro... Somosnosotros mismos los que nos encargamos de que estén bienali mentados y no pasen hambre, haciendo que aumenten día a día, mes a mes y año tras año; hasta que al fnal los hemosengordado tanto, que nos es muy difícil de poderles sacarfuera de nosotros por el mismo sitio por el que entraron,siguiendo de ese modo nuestra mente atrapada por ellos.Esta inseguridad tan fuerte que sentimos fue entrando conel tiempo poco a poco por nuestra mente y por ella tiene quesalir; para poderlo conseguir debemos hacernos conscientesde ella y de las sensaciones y reacciones que nos provoca.

No obstante, aunque nuestros temores tengan lugar ennuestra cabeza los podemos percibir muy claramente ennuestra boca del estómago y en la aceleración de la res-piración. Si prestamos atención a estas sensaciones nosserá mucho más sencillo tomar consciencia del momentoen que aparecen, no dejándonos arrastrar por ellos. Si asílo hacemos, podremos sentir, en el momento del suceso,como nuestra respiración cambia su ritmo y como se ejer-ce una fuerte presión en la boca del estómago que haceque nos encojamos.

Como ya sabemos, mente y cuerpo están continuamentecondicionados el uno con el otro, si sentimos esa sensa-ción tan desagradable que tanto nos amarga y se nos aceleramuestra respiración, es a consecuencia de que nuestros te-mores empiezan a conquistar nuestra mente. Hay veces queno nos damos cuenta y pensamos que lo primero que surgió


fue la presión en el estómago, y a causa de eso empezamosa pensar en el problema precipitándose nuestra respiración;pero no es así. Cuando hemos sentido esa sensación antesde darnos cuenta de nuestros pensamientos, no es porquelo primero que sucedió fuese esa presión en el estómago,es porque nuestro subconsciente empezó a mover hilos sinque nosotros fuésemos conscientes de lo que estaba suce-diendo. Por lo tanto, si nuestros pensamientos son tan fuer-tes y tantos que aún no podemos conseguir aquietar nuestramente por no percibirlos a tiempo, podemos atajar el pro-blema haciéndonos conscientes de nuestra respiración y delas sensaciones que sentimos, porque tened en cuenta que sila mente nos ha llevado a esta situación, nosotros podemoshacer que a través de nuestro estómago y de la respiracióncalmemos, si no del todo en parte, nuestra mente, lo suf-ciente como para sentirnos más presentes y poder manejarmejor la situación.

En el momento en que los nervios, las preocupacionesy la ansiedad tomen nuestro control, debe mos de darnoscuenta de esa presión en la boca del estómago, porque esahí donde tienen lugar to das nuestra emociones, y de nues-tro ritmo respiratorio, haciéndonos muy conscientes de to-das nues tras sensaciones. Una vez nos hallamos percatadode la situación en la que nos encontramos, hare mos respira-ciones profundas para lograr una pequeña relajación. Teneden cuenta, que cuando senti mos miedo nos tensamos; ha-ciéndonos conscientes de la respiración nos podremos darcuenta de su aceleración al estar infuenciada por él, y siconseguimos regularla nos será más sencillo calmarnos y mantenernos en la observación.


La respiración y las reacciones de nuestro cuerpo y mente están muy relacionadas, si alguna se descompensala otra le seguirá, pero si conseguimos equilibrar la res-piración nuestra mente se aquietará. Cuando hagamos lasrespiraciones profundas, cada vez que soltemos aire debe-remos apretar con fuerza nuestro estómago, haciéndole vera nuestro miedo que para nada el tiene nuestro control, perodebemos hacerlo con una actitud de abertura, intentandoaveriguar qué es lo que está pasando y no intentando tenernosotros el control; con esta práctica no tratamos de con-trolar, ya que el control no trae nada bueno, simplemente,evitamos ser dominados por éste. En ningún momento de-bemos dejar el estómago fojo, al apretarlo nos sentiremosmás frmes, deteniendo esa terrible sensación que tenemosy que tanto nos angustia, y obteniendo un mayor manejode la situación. Poco a poco se irá regulando nuestra respi-ración y sentiremos como todas las sensaciones que tenía-mos van cediendo. A partir de ese momento nuestra actitudserá de intentar calmar más nuestra mente, no perdiendo laatención de nuestra respiración y sintiéndonos frmes perofexibles ante las circunstancias, con una mente abierta parapoder profundizar y comprender mejor nuestro temor.

Nunca se nos debe de olvidar, que en el momento en quesintamos su presencia intentaremos ser muy conscientes deél antes de que nos absorba. Deberemos de estar muy aten-tos, porque en el momento en que se apodere de nosotrosva a ser muy difícil que podamos hacer nada; habrá tomadonuestro control y no podremos mantener la observación.

Haciendo esto, no signifca que todo se haya soluciona-do y que no volveremos a tener problemas con nuestra in-


seguridad, simplemente es una práctica que podemos haceren cualquier momento para poder mantenerlo más a raya,consiguiendo que interfera en nosotros lo menos posiblemientras le intentamos comprender mejor y averiguamos laverdadera causa que nos hace sentir en ese estado. Mientrasno logremos esto debemos de seguir profundizando en élcada vez que aparezca en nuestra vida.

Una vez hayamos conseguido calmar nuestra respira-ción y serenar nuestra mente, tenemos que intentar averi-guar a consecuencia de qué está ahí, centrarnos en él y enlas sensaciones que con lleva, dándonos cuenta a causade qué se ha producido esa excitación mental sin per-derle atención. Puede que a veces nos sintamos insegu-ros por falta de información para resolver el asunto quelle vamos entre manos, lo cual nos estará generando untemor a no poder solucionarlo; en vez de dejar nos atra-par, lo cual nos estará bloqueando cada vez más sin sacarnada en claro, obtengamos la má xima información sobreel tema en cuestión y ganaremos en seguridad. Tambiénpodemos sentirnos más inseguros a causa de una inferio-ridad sintiéndonos bloqueados ante cualquier circunstan-cia de la vida, por lo que tendremos que profundizar enel motivo por el cual nos sentimos inferiores hasta que loaverigüemos. Sea el motivo que sea, debemos profundi-zar en él para averiguarlo y poder darle solución.

Al relacionarnos con el miedo nos daremos cuentade que no es tan terrible como pensába mos, podremoscomprobar que conforme le vamos prestando nuestraatención y le vamos entendiendo va perdiendo su fuer-za, ganando nosotros algo de terreno y teniendo la sen-


sación de que por fin estamos tomando las riendas denuestra vida, pero no debemos de confiarnos, cualquierdescui do por nuestra parte será una nueva oportunidadpara que él nos vuelva a dominar, por lo que siem pre quesurja el más mínimo indicio tendremos que manteneruna atención firme. Con el tiempo, esa observación sevolverá muy natural y cada vez costará menos esfuerzode mantenerla.

Lo más probable es que poco a poco vayamos descu-briendo cosas las cuales desconocíamos o puede que lasprimeras veces no detectemos nada, en cualquier caso sedebe seguir trabajando. Tendremos que seguir este proce-so una y otra vez siempre que percibamos que esas sensa-ciones in tente controlar nuestro cuerpo y nuestra mente.Hay gente que no le cuesta casi nada, hay gente que lecuesta mucho conseguirlo, a mí personalmente me supusobastante al principio, pero cada vez que me esfuerzo porcomprender las causas consigo una mejor relación con él.No os rindáis, estoy seguro de que si persistís lo consegui-réis, todo es cuestión de tiempo y constancia.

Nuestros temores se nos ha ido generando con elpaso de los años introduciéndose poco a poco en nuestrapsique por lo que no los vamos a poder eliminar comoel que borra una pizarra, si lo intentamos iremos por elcamino equivocado. Tenemos que tener paciencia, por-que es un largo proceso de observación y comprensión,pero os iréis dando cuenta de que vale la pena. Ésta esla esencia de todo lo que intento expresar en este libro y pretendo que se os quede bien grabado en vuestra mente,porque realmente es eso lo que os va a ayudar.


El miedo forma parte de nuestro ser, y debemos aprendera quererlo como parte nuestra que es; si conseguimos mante-ner una relación muy abierta con él será como un libro abiertopara noso tros. Debemos de tener presente que el que da reci-be, y si nosotros le damos nuestro tiempo, apoyo y compren-sión él nos corresponderá de manera positiva, pero si inten-tamos eliminarlo, que no que pa la menor duda, que cuandotenga la más mínima ocasión intentará suprimirnos con todasu fuer za, y siempre cuando más descuidados estemos.

Existen ocasiones en la vida en las que se nos puedenjuntar una serie de problemas y sentimos que todo se nos es-capa de las manos, y por mucho que lo intentemos nuestrainseguridad nos gana; podemos pensar que todo lo que hemosavanzado de repente lo hemos retrocedido, pero no debemosde rendirnos, es algo natural, somos humanos y es normalque en algún momento nos podamos sentir en esa situación.Como os he dicho es un largo proceso de observación y com-prensión; yo, a pesar de haber ganado en seguridad, todavíame queda camino por recorrer; soy un ser humano igual quevosotros, con mis defectos y mis virtudes. No intento que na-die me tome como un maestro porque no lo soy; simplementequiero compartir algo que a mí personalmente me está yen-do bien, a pesar de que todavía pueda tener momentos muydifíciles en mi vida en los que pueda perder la objetividady la observación. Por lo tanto, no intentéis eliminarlo de lanoche al día, simplemente intentad reducir esos momentosde inseguridad un poquito cada día, y cuando sintáis que lasituación se os escapa de las manos y os hagáis conscientesde que fue así haced lo posible por recuperar la observacióny la objetividad.


Con frecuencia, cuando nos surge un temor pretendemosevadirnos, preferimos no pensar y olvidarnos de él; optandopor ponernos ha hacer algo que nos distraiga y olvidarnosdel problema. ¡Qué gran error! Yo mismo pasé por esa etapaen la vida y os aseguro por experiencia que no es una bue-na decisión. Con esa actitud nunca creceremos como per-sonas y por supuesto nuestra inseguridad siempre decidirápor nosotros. Si actuamos de ese modo, esquivándole, ¿noserá predecible que ese miedo que hemos estado evadiendovaya acumulando energía y en algún momento sea inevita-ble que nos atrape? El perseguido tarde o temprano es cap-turado. Bien es cierto que no debemos estar pensando enfuturos problemas que quizás ni se materialicen, pero en elmo mento en que uno llega tendremos que afrontarlo en elmomento presente, sin dejar que el miedo nos haga huir deél y buscando la mejor solución posible. Una vez hayamossolucionado nuestro contratiempo hay que dejar de darlevueltas sin pensar más sobre el asunto y dejarlo marchar, yaque formará parte del pasado; solamente debemos quedar-nos con lo que hallamos aprendido de esa experiencia parapoder sacarle provecho en un futuro.

Puede ser difícil de entender, pero tenemos que darlenuestro cariño, apoyo y comprensión; bajo ningún conceptole debemos de odiar por hacernos sentir en ese estado en elque nos vemos tan pequeños, tan débiles y frágiles.

Sería aconsejable volver a leer este capítulo y ponerloen práctica de manera que se quede bien grabado en vues-tra mente, formando parte importante de vosotros. Posible-mente sea uno de los más importantes de este libro al ser labase de los siguientes capítulos.


A lo largo del próximo capítulo podréis comprobar quea pesar de que existen distintas va riaciones de miedos, to-dos proceden de uno. Mencionaremos unas pocas para queobservéis la rela ción entre ellos y que las podáis compren-der mejor si forman parte de vosotros. Al fnal os daréiscuenta de que todas las variaciones que se puedan tener, tie-nen en común más de lo que pensabais, que todas proceden de lo mismo y desencadenan en lo mismo. Podréis observarel porqué de ese miedo, de dónde procede y a qué os lleva, y os daréis cuenta como debéis reaccionar ante él y la actitudque debéis tomar.

EL MIEDO Y SUS VARIACIONES

EL MIEDO Y SUS VARIACIONES

A RESPONSABILIZARTE DE TUS ACTOS

El miedo esta muy enraizado en nuestras vidas, más delo que nos podamos imaginar. En cada una de nuestras de-cisiones importantes, pensamientos y actos, si observamoscon atención, podremos sentir que se encuentra dentro denosotros; aunque dependiendo de la circunstancia y de lapersona se presentará en mayor o menor grado; quizás seamuy poco perceptible, pero está ahí. Existen muchas varia-ciones del miedo, todas ellas a consecuencia de algo quehay arraigado en nuestro interior, enterrado en nuestro sub-consciente y que siempre apunta a una cosa: Inseguridad.Entre ellas se encuentran el miedo a no ser aceptado por losdemás, al cambio, a la muerte, al fracaso... Como iremosviendo el trasfondo siempre será el mismo y estará condi-cionado por algún o algunos sucesos pasados, posiblemente,de cuando éramos niños, que se han introducido en nuestrosubconsciente. En cada persona en particular, cada una deestas variaciones procederá de eso que tengamos enterradocada uno en nuestro interior, y que es lo que realmente está

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ocasionando nuestros temores, pero averiguando de quése trata y trabajando sobre ello conseguiremos apaciguarlepoco a poco. En esta ocasión vamos a hablar del miedo a responsabilizarte de tus actos.

Todos cometemos errores, forma parte de nuestroaprendizaje en la vida. Recordando nues tro pasado, si so-mos sinceros con nosotros mismos, podremos darnos cuen-ta que, en más de una ocasión, no hicimos las cosas comodebimos; necesitando, posiblemente, ser perdonados paratener nuestra mente en paz. Todos necesitamos una segundaoportunidad, y si ha nosotros nos gusta que nos la den debe-mos aprender a darla.

En más ocasiones de las que creemos la gente está arre-pentida por lo que hizo y las conse cuencias que trajo, tie-nen un gran sentimiento de culpa por meter a otra personaen sus problemas y no responsabilizarse en su momento delo que hicieron. Si quieren solucionarlo porque se dieroncuenta del error que cometieron y piden perdón de corazón ¿por qué no darles esa oportunidad? Cualquiera de nosotrospodemos estar en esa situación y nos gustaría poder solu-cionarlo para poder vivir en paz.

Normalmente, cuando alguien nos hace daño nos sen-timos muy afectados y dolidos, siéndo nos muy difícil deolvidar lo que pasó, pero no nos damos cuenta de que nosestamos haciendo daño a nosotros mismos al querer aferrar-nos a un suceso pasado, entrando en un estado masoquistaen el que nos gusta traer aquel suceso al presente una y otravez. Parece que nos gusta recordar lo mal que se portaroncon nosotros y lo bien que nos habíamos portado nosotroscon ellos. No existe na die perfecto, y si observamos nues-

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tro pasado objetivamente, nos daremos cuenta de que, enmás de una ocasión, hicimos daño a alguien y, posiblemen-te, no fuimos capaces ni de pedir perdón.

A veces nos gustaría perdonar o pedir perdón, pero elorgullo o la misma vergüenza por lo que hicimos no nos dejahacerlo, provocándose un conficto interno que hace que sin-tamos insatis facción y malestar ante dicha situación.

Nadie nos puede aconsejar si debemos dar otra oportuni-dad o no –cada uno conoce mejor que nadie su situación, y hay veces que no se valora ese perdón– es nuestro corazónel que nos dará la respuesta; tendremos que olvidar nuestracabeza por un momento, centrarnos en él y escucharle; si leprestamos atención nos dirá lo que debemos hacer y lo másprobable es que acertemos en nuestra decisión.

Existe otra circunstancia que es un poco más delicada, y en la que cada vez que perdonamos nos vuelven ha hacer lomismo una y otra vez, esta persona no se está responsabili-zando de sus actos, puede que pida perdón o puede que no,pero aunque esté pidiendo ese perdón no lo estará pidiendode corazón. Posiblemente, esta situación nos esté llevandoa nosotros a un estado de intenso dolor en el que si el pro-blema es muy grave pueda llevarnos a afectarnos tanto fí-sica como psicológicamente, llevándonos a un estado en elque no veamos sentido alguno a perdonar, porque cada vezque perdonamos nos hunden un poco más. Quizás, ante es-tas circunstancias, la mejor opción es mantener la distancia.Intento ser claro, hay que saber perdonar y pedir perdón,siempre que ese perdón sea sincero, pero si esa persona noestá pidiendo un perdón sincero o ni tan siquiera lo pidió¿qué tenemos que perdonar?


Cuando tomamos una decisión hay que tener en cuentalas cosas positivas y negativas que va a desencadenar.Hay personas que tienden a actuar y después no quererresponsabilizarse de sus actos, se desentienden de la si-tuación culpando a otro o simplemente callan, y luegosalpican a la persona que menos culpa tiene. Podemosculpar de nuestros actos a otra persona y no ser capacesde afrontar nuestra responsabilidad, callándonos la verdadpor miedo a lo que nos pueda pasar o lo que nos puedanrecriminar. Normalmente, cuando tenemos este temor esporque sabemos que no hemos actuado correctamente. Enel momento en que actuamos incorrectamente sentiremosuna preocupación por lo que pueda suceder, provocadapor el temor a que nuestros actos se vuelvan en contranuestra, encontrándonos en una continua tensión que nosalejará de nuestra paz interior.

Al actuar de ese modo no somos conscientes del dañoque podemos estar causando a los de más y a nosotros mis-mos. ¿Quién no ha conocido un caso en el que alguien nose atreva a decir algo a otra persona y meta por medio a un tercero para que éste se lo diga? En una situación así,sobre todo si hubiese un malentendido, cabría la posibi-lidad de que la persona que reciba el mensaje y la que lodé, puedan acabar discutiendo mientras que el causantede todo se desentenderá.

Una de las principales causas por las que pedimos a unapersona hablar con otra en nuestro nombre es porque nodisponemos del sufciente valor para dirigirnos a ella, bienporque sabemos que va a poder ofenderse, bien porque esapersona nos guste y temamos su rechazo o por cualquier


otro motivo. En vez de dialogar con la otra persona hemosbuscado la forma fácil, el escape y car garle la responsabi-lidad a otro. En cualquier caso tendremos que estar atentosa la causa que nos hace sentir así. Cuando la averigüemosnuestra postura irá cambiando poco a poco, porque es lacausa la que nos hace actuar de este modo, nublando nues-tra visión y no dejándonos ver más allá de nuestros temores.Si estuviésemos libres de todo esto nuestra elección hubiesesido seguramente otra y hubiésemos tenido el valor de diri-girnos personalmente a hablar con la otra persona. Antes deactuar debemos averiguar el porqué de nuestros temores y mantener una conversación con la otra persona para buscaruna solución apropiada, pero sobre todo debemos aprendera ser responsables de nuestros actos y no meter a nadie ennuestros problemas, así evitaremos que nadie sufra las con-secuencias y con ello obtener un posible rechazo de la genteque nos rodea a causa de nuestras ac ciones. Desgraciada-mente para nosotros, aunque no nos demos cuenta, estassituaciones, a la larga, pueden provocar que a las personasque actúen desentendiéndose de sus responsabilidades y dejan do la carga a los demás acaben dándoles de lado, lle-gando a ser rechazado por la gente que les ro dea.

El miedo nos anula como personas y no nos deja decidircorrectamente, es más, nosotros no decidimos, él lo hacepor nosotros, sin tener en cuenta las consecuencias colate-rales que pueda pro vocar. Nunca debemos hacer nada a laligera de lo que luego nos podamos arrepentir.

Si en algún momento hemos tomado una decisión in-ducidos por él y hemos hecho daño a terceros, no debe-mos culparnos ni castigarnos, así no vamos a conseguir


ningún cambio; tenemos que tomar las riendas de nuestravida, y para ello lo primero que hay que hacer es perdo-narnos a nosotros mismos, para después averiguar de quéforma podemos corregir lo que en su momento hicimosincorrectamente.

Como podemos ver, la raíz de todo es una inseguridaden nuestra capacidad de hacer, pen sando que no somoscapaces de afrontar y resolver los problemas que se nospresenten. Indudable mente, mientras no la superemos, elmiedo nos estará visitando en cualquier circunstancia denuestra vida, siéndonos muy difícil avanzar en nuestrocamino hacia la felicidad.

Si no logramos superar nuestra inseguridad la elec-ción de nuestras decisiones las tomará el miedo ennuestro lugar, ¿vais a dejar que él decida por vosotros?Estaros seguros que si dejáis que así sea, en el futuro la-mentareis haber hecho cosas que realmente no hubiesesquerido hacer.

Recordad que el miedo solamente es una parte nuestray todos tenemos la capacidad de darle más o menos po-der. Yo no soy más que vosotros ni nadie es más que na-die. Si yo, día a día estoy aumentando mi seguridad, ¿porqué no vais a poder vosotros? Soy una persona de lo másnormal, con su trabajo, su familia, sus pagos... Por tanto,dejad de pensar en términos de inferioridad; se debe decambiar ese concepto que se tiene de uno mismo y, conel tiempo, podréis comprobar que también todos los queestán a vuestro alrededor os empezarán a ver de formadistinta; os verán como una persona más segura, más de-cidida y sin miedo a afrontar vuestras responsabilidades.


Puede que os parezca demasiado bonito para ser verdad,quizás penséis –¡qué bien estaría superar mis temores, peroyo nunca lo conseguiré!–. En vez de pensar eso, no penséis,actuad; os vuelvo a repetir que vosotros tenéis el potencialpara comprender de dónde procede vuestra insegu ridad, y de ese modo poder dirigir vuestra vida; de manera que noos rindáis antes de empezar. Os aseguro que sé de lo que ha-blo, y os puedo garantizar que esa actitud de continua inse-guridad sólo me ha traído problemas. Siempre he intentadoescapar del miedo, y cuanto más le huía más se apoderabade mí, convirtiéndome, con cada experiencia que vivía, enuna persona más insegura. No me avergüenzo de recono-cerlo, pues forma parte de mi vida y de lo que actualmentesoy. Con el tiempo comprenderéis por vosotros mismos deque ese miedo lo único que pretende es que le escu chéis;os quiere contar sus preocupaciones y el porqué de ellas,pidiendo vuestra ayuda; si vosotros le huís le estaréis dandola espalda, no escucháis como os está suplicando ayuda, y lo único que hará será llamaros más la atención. Como sa-bréis, mis buenos amigos, la vida es cambio, y vosotros yaos estáis encaminando a cambiar, dejaros fuir con la vida y no os detengáis en mitad del camino.

Nuestro miedo es como un niño; un niño nos pue-de estar llamando la atención para que le hagamos caso,y si no le atendemos se volverá más y más pesado hastaque consiga que le preste mos atención, por el contrario sile hacemos caso, miramos a ver que quiere y le damos unachu chón, posiblemente, durante un tiempo nos dejará tran-quilos, porque es lo único que quería. Puede que en algúnotro momento nos vuelva a reclamar, pero no importa, le


volvemos a prestar nuestra atención y después continuamoscon lo que estábamos haciendo. Podría darse el caso de al-gún niño que no se canse, y vuelva una y otra vez, perono debemos desatenderlo, se deberá observar qué es lo querealmente quiere, la verdadera causa de porqué no para dellamar nuestra atención; siempre hay un motivo. Sin embar-go, si no le hacemos caso no nos le quitaremos de encima y cada vez se pondrá más pesado. Pues de ese modo es comodebemos proceder con nuestros temores, tomándolo comonuestro niño al que realmente queremos y nos preocupa; sinosotros nos preocupamos por él y le vamos dando nuestraatención, iremos descubriendo, a través de él, a consecuen-cia de qué viene todo nuestro temor, y poco a poco se iráestrechando la relación entre nosotros y él.

Para recibir primero hay que dar; si damos cosas po-sitivas a ese miedo, tenemos una actitud comprensiva, ledamos amor y atención, eso es lo que recibiremos.

Aunque mantengamos una buena relación con él, nosignifca que todo nos vaya a salir bien y como nosotrosqueramos, pero al ser decisiones tomadas por nosotros y no condicionadas por él, seremos muy conscientes de nues-tras determinaciones y aprenderemos de nuestros fallos.De todas formas debemos comprender que bien y mal sonsólo conceptos y depende del punto de vista con el que semire. Lo que para nosotros esta bien para otra persona pue-de estar mal, o puede que lo que a nosotros nos haya salidobien haya traído consecuencias a otras personas para queles vaya algo mal, también puede darse el caso de que algomalo que nos haya pasado sea la consecuencia de algo bue-no que nos sucederá en el futuro o viceversa, por lo tanto


debemos intentar comprender que no pasan cosas buenas o malas, sólo circunstancias a lo largo de nuestras vidas, porlo que hay que conseguir trascender su signifcado.

¿Qué es la vida? La vida es un cúmulo de circunstanciasque marcan un contraste en nuestra existencia, y esos con-trastes son necesarios para nuestro aprendizaje, para conse-guir una vida equi librada y que no se convierta en monóto-na y aburrida. Gracias a estos contrastes la especie humanahemos evolucionado hasta donde estamos, porque es de losfracasos de donde se aprende. ¿Tendría mos hoy los aero-puertos si nuestros antepasados se hubiesen rendido en susprimeros intentos de volar?

Si todo nos saliese como queremos no lo valoraría-mos; cuando hemos vivido algún contra tiempo y despuésde pasar la tormenta tenemos una buena racha en que lasuerte nos viene de cara realmente lo valoramos; si porel contrario, siempre nos fuese todo de color de rosas nopodríamos apreciar eso tan bueno que podríamos estarviviendo, se convertiría en algo normal, insípido y abu-rrido. Necesitamos el contraste en nuestra vida, induda-blemente, sin ese contraste la vida no sería vida, sería uncontinuo aburrimiento.

El miedo nos provoca una falta de luz que nos hace vi-vir en la oscuridad y no nos deja ver las cosas tal como son;dejad de vivir en esa oscuridad, y abriros a un nuevo mundoy a nuevas sen saciones.


A LA PÉRDIDA

En un mundo en el que existe tanto apego hacia las co-sas y los seres queridos es de esperar que la pérdida sea unade las cosas que más nos angustian. El miedo a la pérdidapuede ser muy amplio, en él se pueden agrupar la pérdi-da material, la pérdida de un ser querido, la pérdida de unpuesto de trabajo, la pérdida del amor que alguien cercanosiente hacia nosotros... Pero para simplifcar un poco lo va-mos a dividir en dos apartados: por un lado hablaremos dela pérdida material, ahí también englobaríamos el temor a perder un puesto de trabajo, porque se trabaja por dinero, y el dinero es material; aunque del trabajo ya hablaremos enotro apartado de este capítulo más extensamente, el temamerece ser tratado en exclusiva. Por otro lado estaría elmiedo a la pérdida del amor.

El miedo a la pérdida material puede ser muy destructi-vo tanto para nosotros como para todo el que se encuentrea nuestro alrededor. Somos capaces de cualquier cosa poraferrarnos a nuestras posesiones y no perder nuestros bie-nes materiales, haciendo lo que haga falta por aumen tarlos.Es un gran error; no porque tengamos más bienes materialesvamos a disfrutar de más felici dad, la verdadera felicidadva a salir de nuestro interior, y ésta no se logra por las cosasque consi gamos del exterior; estamos muy equivocados sitenemos esta forma de pensar. Nos podemos com prar unabuena moto, que es una maravilla, y sentirnos muy felices,pero no comprendemos que esa felicidad está condicionadapor las circunstancias externas. Si le pasa algo a la moto nosgenerará un sufrimiento y se acabó nuestra felicidad; es una


falsa felicidad en la cual siempre estamos siendo dirigidos,no teniendo nunca ningún control sobre la situación.

En muchas ocasiones gastamos continuamente parasentirnos felices, y eso es porque hay un vacío en nues-tro interior el cual necesitamos rellenar. Debemos intentartener solamente lo que verdaderamente necesitemos; hayque desprenderse de la idea de acumular bienes materia-les, porque cuanto más tengamos más querremos, y llegaráun momento en que cada vez nos llenarán menos nuestrasposesiones sintiendo una sensación de vacío en nuestro in-terior. Además, hay que darse cuenta que de cuantos másbienes materiales dispongamos también necesitaremos másdinero para mantenerlos, por lo tanto, aumentarán nuestraspreocupaciones y temores a su pérdida, dando lugar a uncontinuo conficto interior.

Cuando disponemos de muchas posesiones sentimosun fuerte apego hacia ellas y nos senti mos muy orgullososde todo lo que tenemos sintiendo que forman parte de no-sotros; vivimos por y para ellas. Con esto no quiero decirque si en algún momento tenemos que comprar cualquiercosa no la compremos, lo que intento explicar es que cuan-do queramos hacerlo no debemos precipitar nos dándole vía libre a nuestro deseo; tenemos que darnos un tiempo paravalorar si realmente nos hace falta y si le vamos a dar unbuen uso o de lo contrario simplemente es un capricho pa-sajero, evitando así que acabe en desuso. Si solamente esun antojo, cuando pasen unos días el deseo de comprarlo iráperdiendo fuerza y al fnal terminará desapareciendo.

En muchas ocasiones compramos cosas sin ninguna ne-cesidad, por el simple hecho de aparentar, por el placer de


gastar o por un capricho pasajero; nos lo compramos, lodisfrutamos durante un mes ,en el cual vivimos una falsa fe-licidad, y después a coger polvo. Por desgracia, esas cosasnos pueden generar un apego al hacernos sentir importan-tes y muchas veces superiores, creándonos un temor a quelas podamos perder. No obstante, si en alguna ocasión nosqueremos dar algún capricho, ¡adelante!, ¡podemos dár-noslo!, ¡no está mal!; siempre y cuando seamos totalmenteconscientes de él, sin tomarlo como un hobby y sin afectarnegativamente a nadie. Al hacernos conscientes nos va a re-sultar más sencillo no sentirnos arrastrados por él, evitandoasí un apego al capricho en cuestión. No hemos de cometerel error de darle más importancia a un objeto que a nuestrapropia vida, los objetos, objetos son, y si nos apegamos a las cosas nos podremos convertir en sus esclavos.

Un hombre con un buen trabajo de vendedor en el queganaba mucho dinero se encapricho de un lujoso coche, y no paró hasta conseguirlo, sintiéndose muy orgulloso de él.En algún momento de su vida la suerte le cambió, porquelas ventas empezaron a bajar a consecuencia de una fuertecrisis que hubo en el país, y su jornal apenas le daba parapoder comer. Su familia tuvo que malvender el coche antesde que les quitasen todos sus bienes materiales, incluida lacasa, pero con ese lujoso coche fuera de su vida y el aho-rro del enorme gasto que conllevaba, posiblemente, podríanpasar el bache hasta que todo se arreglase.

Él se sentía angustiado, había perdido ese coche delcual sentía tanto orgullo y no estaba a gusto con su empleo,no sintiendo motivación alguna por él. Tenía el pensamien-to de que por culpa de ese trabajo había perdido su preciado


coche; se apegó tanto que no veía más allá de lo que que ría,no consiguiendo liberarse de él; estaba tan enganchado a surecuerdo que le impedía disfrutar de su maravillosa familiaque estaba reclamando su apoyo y atención.

Conforme fue pasando el tiempo se sentía mas inse-guro, menos capacitado y más desganado para cumplir sutrabajo. Consideraba que ya no servia para vendedor y quehabía perdido su don de gentes, proyectando esa imagenante sus posibles compradores. Con esa postura lo úni-co que consi guió es que sus ventas todavía descendiesenmás; pero esta vez no por culpa de la crisis, la crisis seestaba superando, sino por culpa de él y de su actitud antelas circunstancias. A consecuencia de su forma de actuaracabaron despidiéndole del trabajo.

Si este hombre cuando vendió su coche no se hubieseaferrado tanto a su recuerdo y hubiese mirado hacia ade-lante, habría disfrutado de su familia aprovechando el en-tusiasmo y el apoyo de todos los que le rodeaban; segura-mente, no sólo no le hubiesen despedido, sino que habríaconse guido con el tiempo unos mejores ingresos.

La vida es como un río, a veces pasaremos por difcul-tosos y estrechos sitios con muchas re vueltas y en otrasocasiones pasaremos por sitios muy rectos y más ampliossiéndonos más sencillo y rápido pasar; por eso debemos sercomo el agua en movimiento, debemos saber amoldarnos a cada situación y siempre ir hacia adelante sin quedarnos es-tancados. ¿Acaso el agua estancada tiene tanta pureza comoel agua que fuye constantemente?

La vida es presente nunca lo debemos olvidar, no espasado ni futuro, pues el pasado ya no existe, lo que pasó


ya no se puede cambiar, debemos utilizar sólo el pasadopara aprender de los errores y para ayudarnos a decidir sa-biamente en los momentos difíciles, pero no lo tenemos queechar de menos ni repudiarlo, es pasado la misma palabra lodice, y por supuesto no debemos tener la mente en el futuro,el futuro aún está por llegar y lo que ocurra en el futuro seráel fruto de lo que hagamos en el presente.

Por otro lado podemos hablar del miedo a la pérdidadel amor. Tenemos que estar abiertos a dar y recibir amor,pero el amor es algo muy libre y no tiene que ver nadacon el apego. Hay que sentir amor por todo, por la vida,por los animales y por la naturaleza en general. Cuandose ama de corazón no existe apego, porque sentimos quees algo muy fuido.

En ocasiones, confundimos el amor con el apego, y elverdadero problema viene cuando en vez de amor sentimosapego y no somos conscientes de este hecho. En el autenti-co amor la energía fuye libremente y lo damos sin pedirloa cambio. Podemos tener mucho amor hacia nuestro perro,pero no le estamos pidiendo nada a cambio, simplementenos preocuparemos por él y le daremos todo nuestro afecto,aunque lo más probable es que recibamos lo mismo por suparte o posiblemen te más. Siempre y cuando tratemos a eseperro como un amigo y como alguien igual a nosotros todoirá bien, habrá un entorno muy agradable y equilibrado deamor, pero en el momento en que pense mos que el perro esde nuestra propiedad, estaremos creando una pequeña fsu-ra que nos estará lle vando fuera de ese amor, aunque pen-semos lo contrario. Una vida no puede ser en ningún casopro piedad de otra vida, si pensamos de ese modo tendremos


un gran problema, y estaremos muy lejos de poder amar decorazón y de ver la verdad.

Cuando existe apego no puede existir en ningún casoun libre amor. Podemos creer que amamos mucho a unapersona, pero si en algún momento empieza a surgir uncierto apego, también estará rondando a nuestro alrededorun sentimiento de posesión, entonces haremos todo lo po-sible para retenerla a nuestro lado, complicando y deterio-rando esta relación, lo que conducirá a que esa persona sesienta incomoda, que no esté a gusto a nuestro lado y queempiece a distanciarse de no sotros. Conforme se vaya ale-jando de nuestro entorno aumentará nuestra inseguridad,dando paso a la ansiedad y a un miedo a que desaparez-ca de nuestra vida. Al observar como se aleja de nosotrossentiremos la necesidad de querer retenerla todavía más a nuestro lado, creando un circulo cerrado el cual nos estarállevando a la infelicidad, el apego, la posesión, el deseo, lainseguridad y el mie do; dando paso a posibles reaccionesnegativas por nuestra parte hacia la otra persona que tantode cimos que amamos.

¿De verdad creéis que alguien puede sentirse cómodo allado de una persona que actúe de este modo? Lo que debe-ríamos preguntarnos es ¿por qué se siente más a gusto, esapersona que tan to decimos que amamos, con otra gente quecon nosotros? Si queremos ver la respuesta por nosotrosmismos cambiemos el punto de vista y pongámonos en lasituación de la otra persona.

Entre tu pareja y tú existe mucho amor, pero en algúnmomento algo cambia, esta persona se obsesiona contigo,tiene mucho apego hacia ti y con el tiempo te vas dando


cuenta de que se cree que eres posesión suya y que no tequiere perder bajo ningún concepto. ¿Cómo te sentirías anteesta situación? Puede que en un principio te resulte agrada-ble el ver que esta persona sienta la necesidad de que estéscon ella, pero en esta situación ya no existe el amor y tardeo temprano acabarás can sándote de este tipo de relación.

Cuando llegamos a este punto de obsesión se ha apode-rado de nosotros la inseguridad y te memos que esa perso-na ya no nos quiera y decida irse de nuestro lado. El amorsincero debe ser li bre y bajo ningún concepto puede existircontrol, nunca lo olvidéis.

El amor es muy sencillo, pero nosotros lo hacemos muycomplicado; es la esencia de la vida, sentiremos que salede nuestro interior y no tendremos ninguna necesidad demanipular. Cuando sea auténtico amor sentiremos paz, ale-gría y gozo; debemos observarlo y enseguida nos da remoscuenta de la diferencia entre amor y apego; el amor nostraerá sentimientos positivos como los mencionados, delapego sólo recibiremos sentimientos negativos tales comonervios, inseguri dad, ansiedad, manipulación... estoy segu-ro de que todos los podréis distinguir sin ninguna difcul tad.Estad muy atentos a estos sentimientos negativos, porquebajo ningún concepto debéis dejaros arrastrar por ellos, deeso dependerá vuestra felicidad y la de los demás.

Nuestros temores principalmente provienen de la inse-guridad que sentimos hacia nosotros, y esa falta de segu-ridad nos generará un temor de que la gente se canse denuestra persona, de que nuestra pareja conozca a alguiencon quien esté más a gusto y le atraiga más que nosotros,o de que un ser querido no nos corresponda como creemos


que nos merecemos. Siempre echamos la culpa a los de-más, pero los verdaderos causantes de la situación por laque podemos pasar, seguramente, somos nosotros mismos.Antes de echar la culpa a nadie prestemos atención a lo quepudimos hacer mal.

El gran problema, cuando somos unas personas inse-guras y posesivas, es que cuando damos amor también es-tamos pidiéndolo a cambio y si sentimos que no nos lodan saldrá lo peor de noso tros, defendiendo nuestros in-tereses en nombre del amor. ¡LIBERAROS YA DE ESAINSEGURI DAD! En este libro, como en tantos otros, seos puede ayudar a que abráis los ojos y a que reaccio-néis, pero solamente vosotros disponéis de esa fuerza parahacerlo y estoy seguro de que lo haréis. No resulta fácil,no os voy a decir lo contrario, porque os estaría engañan-do, pero si os lo proponéis lo conseguiréis. Se os puedenponer muchos ejemplos que vosotros diréis –¡están muybien, que ra zón tienen!–, pero si no os ponéis en marchay solamente leéis el libro y lo guardáis en la librería noos habrá servido de nada, simplemente habréis tenido uncapricho pasajero que os habrá dado felici dad por un ins-tante y después a coger polvo.

Hay gente que lee muchos libros de auto-ayuda y acudea conferencias intentando aprender cosas nuevas; todo esoestá muy bien, nos ayuda a tener una mente más abierta,pero es todo sabi duría intelectual y nosotros debemos trans-cender esa sabiduría, tenemos que verlo por nosotros mis-mos, es algo que no nos puede enseñar nadie. Recordad quenosotros tenemos la capacidad de ver y comprender lo quesucede en nuestro interior.


Existe otro tipo de pérdida, es el miedo al abandono deeste plano de existencia que conoce mos; la preocupación y el miedo que genera son tan intensos que difícilmente nospodremos contro lar ante dicha situación. En el siguienteapartado, Miedo a abandonar la vida, hablaremos del tema.

A ABANDONAR LA VIDA

Este tema quizás sea un poco más delicado de tratar,porque nos introducimos en lo desconocido, y precisamen-te es a eso a lo que tememos. Preguntas como: ¿Qué es lamuerte?, ¿qué hay después?, ¿a dónde iremos? son las quenos hacemos, y es eso realmente lo que nos genera un te-mor, el no poder encontrarles una respuesta.

Existen creencias de todo tipo y una gran variedad dereligiones, pero esto no tiene nada que ver con ninguna religión; tanto la vida física de un musulmán, como la deun cristiano, como la de un budista o la de cualquier serhumano llegará a su fn. Todos y cada uno de nosotros so-mos igua les, nuestros cuerpos tienen la misma composicióny sufrirán los mismos cambios naturales con el paso deltiempo; pasando las etapas de nacimiento, crecimiento y elabandono de esta existencia.

Sea la persona que sea, independientemente de la re-ligión de la que proceda, en mayor o menor medida, ten-drán miedo a ese cambio, y ese temor surge a consecuenciade un apego por la vida y el deseo de no dejar de existir.Normalmente a nadie le gusta apartarse de la vida, aunque


sus creencias les digan que después de abandonar su cuer-po físico van a sentirse en un estado de paz y tranquilidadincomparable a la vida física.

Si observamos, cuando aparece un temor al abandonode la vida podremos advertir clara mente que están agrega-das a su alrededor, el miedo a la pérdida, a lo desconocido y al cambio. Sen timos un inmenso respeto a lo desconocido,porque no sabemos lo que vamos a encontrar al otro lado dela puerta o si todo habrá acabado en ese momento; a la pér-dida, porque estamos tan agarra dos a nuestros vienes mate-riales y a la gente que nos rodea que tememos perder todoy no volver a ver a nuestros seres queridos y por supuestoal cambio, porque no sabemos como nos adaptaremos a lanueva situación, si es que dentro de nuestros creencias exis-te un lugar para creer que habrá una nueva etapa. De hecho,si prestamos atención, podremos percibir que ninguna va-riación del miedo existe independientemente de las demás,siempre veremos otras agregadas. ¿Comprendéis ahora porqué el miedo es sólo uno? Podemos sentir miedo a variascosas distintas, existiendo diversas ramif caciones comoestamos viendo, pero estando todas estrechamente relacio-nadas procediendo de lo mismo y llevándonos unas a otras.

Nosotros, los seres humanos, tenemos cierta facilidadpor apegarnos a cualquier situación que nos resulte agrada-ble; no nos gusta el cambio, incluso hay personas que estan-do a disgusto por la circunstancia en la que se encuentran seenfadan con dicha situación, pero no hacen nada por cam-biarla, porque les es más cómodo seguir igual que empren-der un cambio para mejorar, pensan do que quizás podríanempeorar su situación más de lo que está.


Ante todo, debemos comprender que el cambio es in-evitable, forma parte de la existencia. Por suerte nada espermanente en esta vida, y sería absurdo pensar lo contra-rio; cuanto antes acepte mos esto y nos demos cuenta deello, antes entenderemos esta variación del miedo.

Tenemos distintos conceptos sobre el abandono de esteplano de existencia, porque mientras unos pensaremos queserá el fn de todo, que nada es para siempre y que cuandonuestro cuerpo deje de funcionar será como si nunca hu-biésemos existido, desapareciendo también nuestra cons-ciencia; otros nos diremos que la vida es cambio, que todoestá cambiando continuamente, que pa saremos de un estadoa otro distinto como cuando el agua pasa a la evaporacióny otros creeremos que cuando abandonemos nuestro cuerpofísico iremos al paraíso, el cual será un lugar maravilloso;existiendo muchas más opiniones que nos podremos encon-trar. ¿Qué piensas tú? Yo realmente pien so que siempre elfnal de algo es el principio de algo nuevo. Si observamoscon atención, veremos que todo está cambiando constante-mente. La vida siempre está en continuo movimiento, y deuna forma o de otra nuestra esencia no desaparecerá, cuan-do una cosa llega a su fn algo nuevo empieza. Eso es lo queyo pienso, no digo que sea lo correcto, sólo es mi opinión,cada uno tendrá su creencia que puede ser distinta a la mía,pero tan respetable.

Antes de aceptar lo que nadie nos diga a ojos cerrados,deberemos observar, estar atentos a cualquier circunstanciay averiguar por nosotros mismos la verdad. De nada buenonos va a servir que nuestras creencias, sean las que sean,estén condicionadas por nada ni por nadie, tenemos que


aprender a ser libres, entonces creamos en lo que creamosestará bien, porque seremos feles a no sotros mismos nosintiéndonos el títere de nadie.

Si logramos ser capaces de aceptar el cambio, si con-seguimos superar ese temor a lo desco nocido y consegui-mos mantener una buena relación con nuestro miedo ha-bremos avanzado en nuestra comprensión hacia el miedoal abandono de la vida.

Debemos buscarle un sentido a nuestra vida, todos esta-mos aquí por alguna razón y hay que averiguarla, para quecuando nos llegue el momento sintamos que nuestra vida haservido para algo, que aún en el supuesto caso de que pen-semos que cuando todo acabe no quedará nada de nosotros,todo lo que hallamos hecho en esta vida deje evidencia denuestra existencia. La vida es un camino que debemos derecorrer; cuando lleguemos al fnal de ese camino que po-damos volver nuestra mi rada hacia atrás, y ver ese preciosojardín que fuimos plantando mientras recorríamos el cami-no. Ése es mi mayor consejo; no os voy a intentar convencerde que viviremos una vida mejor en el pa raíso, de que existela reencarnación ni de cualquier otra creencia, porque eso noos va a servir de nada. Cada cual debe ser feliz con lo quecrea libre de todo condicionamiento, pues es algo sin tras-fondo; lo verdaderamente importante es que vivamos la vidaplenamente encontrando nuestro obje tivo en la vida, que nomiremos al miedo como a nuestro enemigo, sino como aquelbebé del que hablábamos y que aceptemos el cambio encualquier circunstancia de nuestra vida, porque una acti tudasí, inconscientemente, nos estará ayudando a superar eseposible temor a abandonar este plano de existencia.


A NO SER ACEPTADO POR LOS DEMÁS

Nos preocupa tanto lo que los demás piensen de nues-tra persona, que continuamente nos olvidamos de nosotrosmismos sin importarnos nada las consecuencias. Con tal deagradar a los demás renunciamos a lo que realmente somos,convirtiéndonos, en más de una ocasión, en una personadistinta y fngiendo una personalidad con la que realmen-te no nos sentimos identifcados, para poder ser aceptadospor ciertas personas que nos gustaría que fuesen nuestroamigos. ¿No os dais cuenta de que os estáis traicionando a vosotros mismos? ¡Pues sí! Conforme intentamos contentara todos los que nos rodean, simulando ser alguien que nosomos, nosotros nos estamos anulando como personas, que-dando cada vez menos de nosotros mismos hasta que nosquedamos reducidos a nada.

Mirad, tenemos que entender que ante todo debemosser nosotros mismos y gustarnos tal y como somos. Si nosomos capaces de valorarnos ¿cómo podemos pretenderque los demás lo ha gan? Si nos aceptamos nos sentiremosa gusto como somos sin tener nada que reprocharnos y sin tener que ir cambiando valores para gustar a nadie;los demás nos querrán tal y como somos, y si al guien nonos aceptase por nuestra forma de ser, el problema no lotendremos nosotros lo tendrá la otra persona, porque noestará viendo más allá de su egocentrismo, pretendiendoque todos bailen al ritmo que marque.

No debemos dejar que destruyan nuestra autoestima.Si queremos ser aceptados por los de más lo primero quetendremos que hacer es no preocuparnos por este hecho;


principalmente, hemos de gustarnos tal y como somos, lodemás vendrá sólo, y con el tiempo nos podremos dar cuen-ta de que nos sentimos realmente valorados.

En la vida no podemos pretender satisfacer a todoel mundo, eso es algo imposible, habrá gente a la queagrademos y habrá gente a la que no, pero nuestra con-ducta nunca deberá estar limi tada por los pensamientosde los demás, porque así nunca lograremos la felicidad.Para alcanzar la felicidad tendremos que sentirnos libresde todo condicionamiento, debemos ser tal cual somosy dar la oportunidad a la gente de que nos conozca así;sólo de este modo podremos estar seguros de que cuandogustemos a alguien seamos verdaderamente nosotros losque le agrademos.

Cuando actuamos naturalmente, a las personas que nosaprecian les gustamos por como so mos realmente, y esoes maravilloso, se crea una conexión entre esas personasy nosotros; en nin gún momento nos sentiremos limitadosen nuestro comportamiento, será una relación muy abier-ta y que fuirá con total libertad. Sin embargo, si intenta-mos cambiar para gustar a alguien, hay tendre mos un granconficto interno, porque no seremos nosotros, no disfru-taremos de una relación natu ral, estará restringida por elsimple hecho de gustar a los demás, y lo peor es que laspersonas a las que verdaderamente les agrade nuestra for-ma de ser acabarán no sintiéndose a gusto, pensando quehemos cambiado, que ya no somos la persona que tan bienles caía, y, posiblemente, nos llegaran a dar la espalda; porlo que nos quedaremos en el aire entre donde nos gustaríaestar y realmente no estamos, aunque pensemos que si, y


dónde podríamos estar y tampoco estamos. Nunca debe-mos co meter el error de rechazarnos a nosotros mismos.

La persona que nos quiera nos tiene que aceptar comosomos, nunca lo debemos olvidar, porque si intentamosgustar a alguien cambiando nuestra forma de ser, no se-remos nosotros quien les gustará, les gustará una fcción,alguien que verdaderamente no existe, actuando tal y como le gustaría que fuésemos a la otra persona, y nuncadebemos permitir convertirnos en marionetas de nadie.

Una de las cosas más preciosas de la naturaleza esla enorme variedad existente en ella. No veremos a dosanimales de la misma raza ni a dos plantas de la mis-ma especie que sean idénticos, siempre encontraremosdiferencias, aunque a simple vista nos puedan pareceriguales siempre exis ten pequeñas variaciones; inclusoen el caso de dos gemelos podremos observar que noson absolu tamente idénticos, porque aún en el hipotéti-co caso de que físicamente no se distinguiese diferenciaalguna, podremos apreciar que los comportamientos, lasformas de sentir, expresarse, incluso a veces las miradasson distintas; entonces no podremos encontrar nada ninadie exactamente igual, si acaso similar. Por lo tanto nointentemos ser iguales que nadie, y menos por el simplehecho de agradar, tenemos que sentirnos orgullosos decomo somos, con nuestro defectos y nuestras virtudes,porque el conjunto de todas esas cosas somos nosotros,y nunca hay que negar lo que realmente somos, si aca-so mejorar, pero con una continua auto-observación, condedicación y con tiempo, y no convirtiéndonos en unasimple apariencia.


Cuando percibamos que aparece esa sensación en nues-tro cuerpo en la cual nos retraemos y nos sentimos muypequeños, observaremos que hay tan poderoso que nos hacesentir así. Tenemos que darnos cuenta de donde procede esainseguridad y el porqué pensamos que valemos menos queellos, y para conseguirlo no hay que huir ni dar rienda sueltaa nuestro cambio de personalidad, pero si tendremos queobservar y escuchar en nuestro interior atendiendo al ver-dadero motivo de por qué no nos aceptamos tal cual somos.

Para ayudaros en vuestra auto-observación, comoejercicio preliminar, podéis hacer unas cuantas respira-ciones profundas, eso os ayudara a relajaros y a sentirosmás presentes.

En el capítulo de la meditación como ayuda a tu rela-ción con el miedo podremos ver más profundamente comorelacionarnos con nuestros temores.

AL CAMBIO

Si la vida está en continuo movimiento, ¿por qué te-nemos tanto miedo al cambio? Nosotros sufrimos cambiostanto físicos como en nuestra forma de ver y afrontar lascircunstancias, todo está cambiando continuamente. Aun-que no lo apreciemos, la tierra está sufriendo pequeñas va-riaciones momento a momento, el universo se mueve; no-sotros no estamos quietos, pues nuestros cuerpos están encontinua actividad tanto exteriormente como interiormente,las circunstancias cambian, el agua pasa de estado liquido


al gaseoso o del solido al liquido, por no citar muchos másejemplos que todos habremos observado. Nos guste o nonos guste estamos expuestos a frecuentes cambios, es algomuy natural, la vida es cambio.

En la vida, como ya sabemos, hay etapas que nos agra-dan y otras que no tanto, pero necesi tamos ese contraste,porque sin él la vida perdería su sentido, simplemente tene-mos que aprender a adaptarnos a las distintas situaciones. Sisólo tuviésemos momentos agradables terminarían no sien-do tan agradables, se convertirían en circunstancias norma-les; por lo tanto, aunque pudiésemos vivir continuamenteesos momentos de alegría no sería una situación benefciosapara nuestro desarrollo. Es esencial vivir situaciones nega-tivas para poder aprender de ellas, es algo necesario quesi sabe mos desenvolvernos ganaremos en seguridad y ensabiduría, disfrutando más del cambio cuando las circuns-tancias sean favorables. Aunque nos parezca mentira y nonos agrade, estas etapas que tan poco nos gustan son las querealmente nos hacen avanzar en nuestro camino.

Cuando estamos viviendo una etapa agradable en lavida tendemos a aferrarnos a ella; no debemos hacerlo, po-demos disfrutarla, pero con total libertad, siendo conscien-tes de que no siempre será así, y de que en algún momentodeterminado se producirá un cambio, sintiéndonos prepara-dos para soltarla y pasar a la siguiente etapa, evitándonosde ese modo muchos sufrimientos por intentar agarrarnos a algo que ya pasó.

Hay que sacar el mayor provecho de las cosas agradablesde la vida; la vida es hermosa y tenemos que disfrutarla y ha-cer que gocen de la misma suerte los demás, pero nunca sin-


tiéndonos atrapados a ninguna circunstancia placentera; de-bemos estar siempre preparados para ese cambio, porque encualquier momento llegará, y tendremos que dejarla ir paradejar espacio para la siguien te etapa. Actuando de este modoestaremos más abiertos a lo que esta sucediendo en cada mo-mento, disfrutando mucho más del momento presente.

Como podemos ver, el miedo al cambio y a la pérdidaestán bastante relacionados. En cierto modo, cuando sufri-mos un cambio en la vida perdemos algo, y a consecuenciade estar tan cegados con lo que teníamos, no dejamos es-pacio para vivir con plenitud la nueva etapa que nos vayaa sur gir. Con una actitud así no disfrutamos de esta nuevaetapa que nos toca vivir; perdiéndonos ciertas cosas quenos suceden por tener nuestra cabeza atrapada en el pasa-do. Todas las etapas de nuestra vida tienen algo bueno, elproblema es que al estar tan enredados en nuestro pasadono lo consegui mos ver, nos envolvemos en recuerdos y enilusiones que no nos permiten sentir el presente, dándo noscuenta de éste cuando ya pasó.

Cuando nos aferramos a esa experiencia que tanto nosgusta o a esa etapa de la vida que tan to disfrutamos naceuna fuerte resistencia al cambio, entrando en acción el mie-do y comenzando un gran sufrimiento. No nos damos cuen-ta de que ese cambio puede ser para bien y puede ayudarnosa avanzar en nuestro camino, pero al querer aferrarnos a lapasada situación nos estamos exponiendo a continuos retro-cesos en nuestra vida que no nos dejan avanzar.

Nunca se nos debe de olvidar que el cambio es nece-sario, y por mucho que nos resistamos a él no podremosevitarlo, pues es algo natural. Mientras no comprendamos


esto no será posible un cambio en nuestro interior. ¿O aca-so no es un cambio lo que estamos buscando?; buscamosun cambio a nivel espiritual, pero al fn y al cabo no dejade ser un cambio.

En ocasiones, tenemos experiencias negativas que nonos gustaría haber vivido, pero éstas son necesarias y te-nemos que aprender a ver la parte positiva de cada una deellas. Hay un dicho que dice que todo lo bueno tiene algomalo y todo lo malo tiene algo bueno; aprendamos a descu-brir la parte positiva que existe dentro de cada cosa negati-va; si observamos con atención la vere mos.

Si nos ponemos a pensar, seguro que recordaremos al-guna circunstancia a lo largo de nues tra vida, que paraque nos sucediese algo positivo antes tuvo que pasarnosalgo negativo. Normal mente, a corto o largo plazo las ex-periencias positivas están condicionadas por experienciasnegati vas y a la inversa.

¿Cómo podría existir el día si no existiese la noche?; sinos faltase la noche sólo se conoce ría el día, no podríamosestar esperando que amaneciese para poder ir al campo a disfrutar de un día soleado. Sin lo negativo lo positivo notendría ninguna emoción, dejaría de tener sentido y al fnalla vida se nos haría monótona y aburrida.

Yo, personalmente, me alegro de tener ese contraste,doy gracias por tener esas experiencias en las que se debeestar más alerta, siendo cuando verdaderamente aprendo dela vida. Por lo tanto, en cierto modo, debemos alegrarnostodos de esas experiencias, porque es de ellas de las quepodemos sacar provecho para nuestro auto-desarrollo. Esobvio que no vamos a montar una festa cada vez que ten-


gamos una experiencia negativa, pero si debemos intentaragudizar nuestra atención para aprender de ella, aunque enmuchos casos resulte difícil.

Todo lo que pasa en esta vida tiene un enorme sentido,y si estamos atentos nos daremos cuenta de que todos lossucesos se encuentran estrechamente relacionados, las co-sas no pasan por que sí. Se conocen casos de personas quetuvieron suerte gracias a su anterior mala racha y tambiénse conocen casos en los que sucedió al revés. Cuando ten-gamos una mala racha no hay que lamen tarse; busquemosla puerta de salida, porque siempre hay una.

Si queremos vivir una vida plena tendremos que estarabiertos a cualquier cambio sin que nos cause ningún temor.Como siempre, debemos preguntarnos a qué tenemos miedoy por qué; po siblemente, nos encontraremos con un temor a lo que pueda suceder y de si podremos desenvolver nos bienen esta nueva situación de nuestra vida, entrando en juegoesa resistencia que no nos deja avanzar hacia nuevas expe-riencias. La vida tenemos que verla como lo que es; etapasy situaciones que van y vienen, y tenemos que dejar espa-cio cuando algo acabe para que lo nuevo pueda entrar. Sitenemos una caja llena de cacharros y esa caja la queremosgastar para meter ropa, ¿no tendre mos antes que vaciarla?.

AL FRACASO

En ocasiones, cuando empezamos un proyecto pensa-mos que no va a salir adelante o, peor aún, no llegamos ni


a empezarlo por miedo al fracaso. Con este pensamientola especie humana no hubiese avanzado, seguiríamos aúnbastante atrasados.

Muchas veces intentamos conseguir algo una y otra vezsin llegar a lograrlo, dándonos la sensación de que cada vezque lo intentamos es un nueva derrota para añadir a nuestralista y pensando que ya no vale la pena seguir intentándo-lo, pues nos parece una pérdida de tiempo. No nos damoscuenta, pero lo que verdaderamente nos lleva al fracaso esprecisamente el dejar de intentarlo, y quizás sean necesariosesos fracasos para llegar al éxito.

Al fracaso no hay que verlo como tal, porque realmentenos ayuda a mejorar. En la vida hay que “fracasar” parapoder aprender, porque el fracaso, si lo utilizamos como unaprendizaje y no como una derrota, es una oportunidad parahacerlo y no volver a cometer los mismos errores; por lotanto no debemos tomarlo como algo negativo, visto de estemodo, mas bien, puede ser algo positivo si permanecemosmuy atentos a la causa que nos ha llevado a él.

Lamentablemente, muchos de nosotros, al fracasar nosdeprimimos y nos sentimos por los suelos, pero no somoscapaces de observar el porqué hemos llegado a ese pun-to; siempre hay un motivo y es de él de donde podemosaprender. No debemos resentirnos y pensar que somosunos fracasados, quejándonos no conseguimos nada, te-nemos que ver el porqué y aprovechar la oportuni dad parano volver a cometer los mismos errores. Cuando verda-deramente observamos y escucha mos obtenemos respues-tas muy claras; el problema, es que a veces nos podemosllegar a sentir tan saturados y bloqueados que no somos


capaces de darnos cuenta de cual fue el motivo que nosllevó a alejarnos de nuestro propósito.

Recordad que si pensamos en términos negativos ladecisión que tomemos ante cualquier situación siempreserá negativa. Tenemos que pensar cuando sea necesario y dejar de hacerlo cuando nuestra mente empiece a traernospensamientos negativos que no nos llevan a ninguna par-te, porque si tomamos decisiones infuenciados por estossólo obtendremos problemas; al principio precisaremos demucho esfuerzo, pero con tiempo y constancia cada veznos costará menos.

Probablemente, en el transcurso de una decisión im-portante nos surgirá la inseguridad y el miedo, pero nohay que huirle ni dejarnos llevar por los pensamientosnegativos, hay que profundizar en ese temor, observán-dolo objetivamente y manteniéndonos en la escucha parapoder averiguar de donde procede esa inseguridad quenos está poniendo en jaque continuamente; es más impor-tante de lo que nos pensamos, si no sabemos el problema,¿cómo le vamos a poner solución? No hay mucho quehacer, pero hay que hacerlo; necesitamos estar muy cons-cientes, muy atentos y sobre todo ser muy constantes ennuestra práctica.

En vez de pensar en términos de fracaso pensemos entérminos de aprender, así siempre es taremos listos paraempezar de nuevo con nuestros nuevos conocimientos,ganando en seguridad y sabiendo en todo momento lo quehay que hacer. Nunca se nos debe olvidar que cada fracasoque tengamos lo tendremos que utilizar en nuestro propiobenefcio, tomándolo como nuestro aprendi zaje de la vida.


Tenemos que olvidar el concepto actual que tenemosdel fracaso, porque no hay que verlo como algo destruc-tivo, lo que realmente nos está haciendo tanto daño esla propia falta de confanza que tenemos en nosotros.Pensamos que si nos caemos no nos podremos volvera levantar, y en el caso de que nos levantemos nos va a costar muchísimo, pero debemos saber que no hay fuer-za más grande que nuestra propia fuerza interior, siendocapaces de hacer importantes cosas. Si no fracasara lahumanidad nunca avanzaría, y si vosotros no fracasáisnunca avanzareis.

En la vida hay altibajos, hoy estamos arriba y mañanapodemos encontrarnos abajo. Nos sorprenderíamos de lacantidad de gente que estando en la calle pasando hambrehan llegado a estar muy bien económicamente, dándosetambién el caso contrario. Se puede llegar a tener éxitogracias a un fracaso anterior. Entonces, ¿dónde está la li-nea que separa el éxito del fracaso? Si somos realis tas nosdaremos cuenta de que, en más de una ocasión, el fracasoha sido el comienzo del éxito.

Había una familia humilde que podía ir pagando susfacturas y nos les faltaba para comer. Esta familia pasabaunos momentos difíciles, pero los sobrellevaban. Un buendía les tocó una cantidad importante de dinero. –¡Menudasuerte! Ahora sí que se acabaron todos nuestros proble-mas– decía el padre de familia. En poco tiempo el hom-bre dejó su trabajo. –¿Para qué voy a traba jar? –pensó–.Ahora me sobra el dinero y me voy a dedicar a disfrutarde la vida–. Su mujer que tam bién trabajaba pensó en ha-cer lo mismo que su marido, dejando también su empleo.


Posteriormente, se compraron una lujosa casa, dos cochesextremadamente caros y contrata ron un jardinero y serviciopara la casa.

Él se afcionó a las mujeres gastándose muchísimo dine-ro; la mujer, por su parte, se dedicó a coleccionar joyas y a celebrar grandes festas y sus dos hijos tenían todos los capri-chos que pudie sen imaginar.

La familia estaba totalmente des-estructurada. Poco a poco fueron agotando el dinero por los enormes gastos quegeneraba el nivel de vida al que se habían sometido, llegandoa una situación muy crítica.

Ante este hecho, él se tuvo que poner a buscar trabajo,pero no le fue nada fácil; se encontraba en un estado lamen-table por las continuas festas que organizaban y la forma devida que llevaba, por lo que los jefes de las empresas no lequerían contratar al ver su actual aspecto y al conocer su malareputación.

Al fnal acabaron sin dinero, sin trabajo y divorciados.¿Seguís pensando que tuvieron suerte al tocarles tanto dinero?Suerte es sólo una palabra al igual que éxito y fracaso, no nosdejemos arrastrar por estos conceptos. La vida es una monta-ña rusa, y cuanto más recorrido subamos más re corrido ba-jaremos, tenemos que intentar no estar ni muy arriba ni muyabajo, y siempre guardando el mayor equilibrio. Si este ma-trimonio en vez de subirse tan arriba hubiesen mantenido elequili brio, no hubiesen acabado golpeándose tan fuerte contrael suelo al haberse caído desde tan alto. Podrían haber disfru-tado de sus bienes, pero de otro modo. Por ejemplo: En vezde dejar de trabajar se podían haber montado un negocio, darbuenos estudios a sus hijos, dedicar más tiempo a la familia...


Los problemas los vemos como tales por una distorsión de nuestra mente que nos hace ver las cosas a través deunos conceptos que tenemos grabados en ella, y no comorealmente son, ade más, somos nosotros mismos los que nosencaminamos hacia ellos. No se nos debe de olvidar quedonde siempre vemos difcultades son simplemente cir-cunstancias de la vida de las cuales podemos aprender, y a consecuencia de ellas nos podemos ver benefciados en unfuturo; en muchas ocasio nes, nos frustramos por ver proble-mas donde no los hay, aunque si que es cierto que cuandopasamos por una etapa muy dura nos puede resultar difícilpoder ver las cosas como realmente son, pero no es menoscierto que, con la práctica, cada vez conseguiremos reducirmás esos momentos en los que nos inunda la frustración .

Cuando tenemos que defender nuestra opinión anteotras personas podremos advertir que el temor al fracaso,a causa de nuestra inferioridad, hará que nos alteremos;sentimos que nos faltan argumentos para defender nuestrasideas o deducimos que los demás van a defender mejor lassu yas. No hay que alterarse ante tal situación, porque nosbloquearemos aún más, debemos olvidarnos del fracaso y sentirnos seguros, porque nadie es menos que nadie, de esemodo también se transmite seguridad a la gente de alre-dedor. Cuando nos sentimos calmados y estamos atentosescuchando a los demás nuestra mente nos dará espacio y nos resultará más sencillo defender nuestra postura, no de-jando que se disperse nuestra energía; las palabras surgiránsolas en el momento en que deban salir con toda su lógica,siendo capaces de mantener una buena conversación. Sinembargo, si por el contrario sólo queremos hablar nosotros


sin escuchar, poco a poco, iremos perdiendo los nervios y acabará por no ser una conversación. No porque gritemosmás tenemos más razón, al contrario; una persona que alzala voz en una conversación lo hace porque se le han acaba-do todos sus razona mientos para defender su posición. A veces el deseo tan grande que tenemos de defender nuestraopinión nos hace perder la razón.

El miedo al fracaso, de hecho cualquier variación de él,si observamos profundamente, vere mos que está condicio-nado por algo más profundo: el deseo. Cuando hay deseotememos no conse guir lo que deseamos, y si en algún mo-mento lo obtenemos seguirá existiendo un temor a perderlo que hemos logrado. Detrás del miedo de cada uno denosotros subyace un deseo.

El deseo es una energía muy poderosa, deberemos es-tar muy alertas y prestarle mucha aten ción, porque en elmomento en que nos distraigamos no tendremos opción deescapar a su fuerza, dando rienda suelta a dicho deseo sinpensar en las consecuencias.

En el capítulo la relación entre el miedo y el deseo loveremos más claramente.

A PERDER EL TRABAJO O A NO ENCONTRARLO

El trabajo siempre ha sido, es y será un tema por el cualtodos nos preocupamos bastante, y aunque nos guste viviruna vida humilde tenemos que afrontar un mínimo de gastos,los cuales son necesarios para poder mantener a la familia.


Actualmente, con el tema de la crisis se ha aumentadodicha preocupación. Estamos pasando una etapa difícil, y muchas personas no le encuentran una solución a sus pro-blemas, lo que les lleva a sentirse más bloqueados cada día que pasa. Los que han perdido su trabajo se encuentrandesespe rados por encontrar un empleo para sacar a su fa-milia adelante y los que aún lo conservan viven el día a día con angustia por lo que pueda suceder. Es una situación de-licada, hay que ponerse en la piel de quien lo sufre, y desdeluego no resulta fácil que unos padres no tengan nada quellevar a la boca a sus hijos y su piso penda de un hilo con laposibilidad de verse en la calle.

Cuando ya hemos perdido nuestro empleo es bastantecomplicado mantener nuestra aten ción; en estas circunstan-cias, más que en otras, tenemos muy arraigado dentro denosotros el miedo, y no somos capaces de verlo con unamente fría. En este estado no podremos mantener una buenarelación de comprensión hacia él, porque se nos ha genera-do un nerviosismo muy profundo que no nos permiten vermás allá de nuestros propios problemas.

En primer lugar vamos a plantearnos la posibilidad decuando todavía no se ha perdido el empleo, pero existecierto temor a quedarse sin él. Hay mucha gente en estasituación, porque pien san que si son despedidos les va a ser imposible, en las condiciones que ahora estamos, po-der en contrar un trabajo, no advirtiendo que pueden ser susmismos pensamientos los que les lleven a di cha situación.

Cuando nos encontramos ante una situación semejan-te, deberemos empezar a observar ese miedo al despido;es complicado sobre todo al principio, pero hay que hacer-


lo. Tenemos que darnos cuenta de que ese despido, por lomenos aún, no es algo real, todavía seguimos trabajando y por el momento es un engaño de la mente, algo que puedeque nunca suceda.

Para empezar tenemos que ser conscientes que con unpensamiento de este tipo si que pode mos conseguir que nosdespidan, porque debemos de saber que cuando empeza-mos a pensar en tér minos negativos, nosotros mismos, nosencaminamos hacia dicha situación. Recordad siempre quesi pensamos negativamente corremos el riesgo de que nues-tros pensamientos se hagan realidad.

En el momento en que pensamos que nos van a despe-dir pueden suceder dos cosas: una es que nos sobre esfor-cemos por mantener nuestro empleo y otra que caigamosen la dejadez.

Cuando tenemos la actitud de generar un sobre esfuer-zo, porque estamos a gusto en nuestro trabajo, puede seralgo muy equilibrado física y mentalmente; si lo hacemosporque queremos y nos gusta, nos esforzaremos al máximode un modo natural y obtendremos probablemente buenosresul tados; pero ésta no sería la situación, y en este caso loestaríamos haciendo motivados por el miedo, con lo queintentaríamos dar más de nuestro cien por cien, viviendodía a día en un estado de tensión el cual nos haría perdernuestro equilibrio.

Si nos encontramos en este estado, realmente, aunquelo intentemos, estaremos muy lejos de dar nuestro máxi-mo rendimiento. Puede que físicamente desempeñemosmás trabajo del habitual, pero mentalmente estaremosdesubicados, y lo más probable es que perdamos concen-


tración, dando pie a posibles errores que anteriormente nocometíamos y tirando por tierra ese trabajo que, posible-mente, hicimos de más. A causa de esto se desencadenaráen nosotros más inseguridad y un aumen to del temor a que nos despidan. Pensemos detenidamente, y veremoscomo en algún momento de nuestra vida hemos pasadopor esta situación.

Cuando nos encontremos ante una situación así debe-mos tomar consciencia de las reaccio nes que nos está gene-rando esta circunstancia por la que estamos pasando, y ten-dremos que hacer todo lo posible por intentar relajarnos, nopara trabajar menos sino para estar más atentos y trabajarmejor; relajarse no es sinónimo de no hacer nada o bajarla producción de nuestro trabajo, se puede estar relajadomentalmente y desempeñar una buena labor. Tendremosque hacer un esfuerzo por pensar en términos positivos y no negativos, para encaminar nuestra mente hacia lo quequeremos y no hacia lo que creemos, eso generará en no-sotros una creatividad y cierta ilusión por ir al trabajo quede otro modo no tendremos, pero si pensamos en términosde despido eso es lo que lograremos. Para ello deberemosmantener una observación hacia nuestros temores y nues-tras reacciones, dán donos cuenta de que en ningún mo-mento ellos nos están ayudando a mantener nuestro puestode trabajo. Aunque al principio nos pueda resultar difícilnunca debemos dejar de observar, porque cuando nos hace-mos conscientes de nuestros temores y las reacciones queconllevan nos es mucho más sencillo lograr que cesen, y ponernos a dirigir de una vez por todas nuestra vida sindejarla a la deriva a merced de nuestras inseguridades.


Al prestarles atención nos daremos cuenta de lo que estásucediendo, y conseguiremos sen tirnos más centrados, lle-vándonos a una relajación natural y a una mejora en nues-tro trabajo. Debe mos cambiar ese pensamiento de nos van a despedir, por el de voy a ser valorado por mi trabajo, y antetodo mantener siempre nuestra atención a todo lo que suce-da fuera y dentro de nosotros, para no dejarnos llevar porel miedo ni ninguna otra circunstancia en ningún momento.Nunca debemos de olvidar que los que debemos manejarnuestra mente somos nosotros y nunca al revés, teniendosiempre el timón de nuestro barco bien sujeto.

También cabe la posibilidad de que al pensar que vamos a ser despedidos no veamos sentido alguno en poner interés ennuestra faena. –¡Va!, para el tiempo que me queda aquí pasode todo, de todas formas me van a despedir igual–. Una acti-tud así, inevitablemente, hará que baje nuestro ren dimiento,y no sólo eso, sino que el trabajo que hagamos, posiblemen-te, lo haremos mal, llevándonos a la misma situación que enel caso anterior, y aunque no pensaran despedirnos, con unaac titud como ésa, decidan hacer algo al respecto a lo que no-sotros mismos también nos estaremos en caminando. A pesarde ser una situación complicada debemos intentar evitar esareacción por nues tra parte. Puede que en algún momento nosdespidan o puede que no, pero en el supuesto caso de que lohiciesen, quizás sea porque no tengan más remedio. No valela pena actuar así, pues nosotros mismos nos estaremos ce-rrando la puerta a una posible contratación en un futuro queles pueda ha cer falta personal. Si realmente no interesa unempleo buscamos otro, pero siempre saliendo con la cabezabien alta de nuestro trabajo actual.


Se debe de tener en cuenta que no sabemos lo que hayen la cabeza de nuestros jefes; puede que nos lo imagine-mos, pero no lo sabemos con total seguridad. En algunasocasiones puede que tengamos razón en lo que pensamos,porque con estos ejemplos que se han mencionado no quie-ro dar a entender que siempre vayamos a estar equivoca-dos, pero en las circunstancias que nuestro pensamientosea erróneo, ¿qué suponéis que va ha pasar con esa actitud?Vale la pena que antes de actuar y dejarnos llevar observe-mos con atención lo que verdaderamente está sucediendo.Tenemos el sentido de la intuición, pero si dejamos que estéinfuenciado por nuestros temores, los comenta rios de losdemás e incluso por nuestros pensamientos, esa intuiciónno será correcta y estará entur biada, llevándonos con ello a un camino equivocado.

Quizás podáis pensar que es muy fácil decir lo que hayque hacer, pero que visto desde den tro no resulta tan senci-llo. Por supuesto que no es fácil; yo también he pasado porsituaciones pare cidas y sé que cuesta, y por eso me he dadocuenta a donde nos lleva la mente cuando perdemos su con-trol ante tales circunstancias, pero tenemos dos opciones,seguir como estamos o intentar luchar por nuestro trabajode una manera positiva y equilibrada.

Como más adelante veremos en el capítulo la imagenque proyectamos, nosotros somos aquello que transmitimosa los demás, sea para bien o para mal. Cualquier pensamien-to que tenga mos de nosotros y cualquier forma de actuar, loestará viendo con total claridad la gente que se en cuentra a nuestro alrededor, por eso siempre debemos ser objetivos,para que nos veamos a nosotros mismos como realmente


somos, que es como nos están viendo los demás, porque esasí como pode mos cambiar nuestros malos hábitos. La opi-nión que tenemos nuestra no suele coincidir con la opi niónque los demás tienen de nosotros, y eso es porque no conse-guimos ser objetivos, vemos las co sas como las queremosver y no como realmente son.

Además de los apartados anteriormente citados cabríamencionar también otra posibilidad que no debemos de ol-vidar y que suele ser muy habitual. A causa de una excesivapresión, con posi bles amenazas por parte de los jefes, nospuede surgir un temor a perder nuestro puesto de trabajo,aumentando poco a poco nuestra inseguridad al sentir quenos están exigiendo más trabajo del que podamos desarro-llar, y llevándonos este hecho a una de las dos situacionesanteriormente descritas. Resulta difícil sentirse a gusto enestas circunstancias y mucho más que nos levantemos conalegría de la cama para acudir al trabajo, pues el estado enque nos podemos encontrar nos estará llevando a una posi-ble ansiedad y depresión las cuales luego proyectaremos a nuestros seres queridos, gene rando continuos confictos altraspasar nuestros problemas laborales a nuestra vida pri-vada. Nues tros seres queridos no tienen ninguna culpa delo que nos pueda estar sucediendo, es más, en oca siones,intentan ayudarnos, pero nosotros sólo nos dedicamos hahacerles daño.

Habitualmente esa presión existente nos llevará a undesprecio por nuestro actual empleo. Al no sentirnos có-modos en nuestro trabajo nuestra concentración mermará,dando lugar a posibles errores y aumentando las posibili-dades de despido.


Ante la coacción en el trabajo, sobre todo tenemos queintentar no perder nuestro eje y hacer nuestro trabajo conla máxima concentración posible, buscando, si lo creemosaconsejable después de haber valorado la situación, otroempleo en el cual no nos sintamos humillados y pueda exis-tir una mejor relación con nuestros superiores. No hay quedejar de recordar que el futuro no existe, lo estamos cons-truyendo momento a momento y si queremos conseguiralgo tendremos que empezar a mover fcha ahora.

La diferencia entre las situaciones anteriormente descri-tas y éstas, es que a las de ahora se ha llegado por accionesprocedentes del exterior a consecuencia de una coacción y en las anteriores procedían directamente de nuestro inte-rior, y en las cuales no tiene porque haber presión de nadie,simplemente creemos que nos van a despedir por una faltade faena o por cualquier otro motivo, pero sobre todo poruna falta de seguridad en nosotros mismos.

Nos podríamos encontrar con cientos de casos cada unodistinto a los demás, y bien es cier to que hay circunstanciasen la vida que escapan de nuestras manos, pero generali-zando en este tema de lo que tenemos que darnos cuenta esque a veces pasan las cosas por decisiones de nuestros jefes,pero en ocasiones hemos sido nosotros mismos los que noshemos encaminado hacia esta si tuación.

Esta otra posibilidad que vamos a exponer es un pocomás compleja, la mente está tan atra pada en la situación quees absolutamente imposible mantenerse en la observación.En este grupo se encuentra la gente que verdaderamente yaperdió su puesto de trabajo. Puede que a está situación sehaya llegado a consecuencia de lo mencionado anteriormen-


te o puede que no, quizás hubo una reducción de plantillapor falta de faena, quizás la empresa cerró, eso no importaahora, lo importante es saber hacer frente a esta situación.

Sé que para quienes habéis perdido vuestro empleoésta es una situación muy complicada y no le quiero quitarninguna importancia, soy consciente de cómo os sentís y comprendo que es una etapa muy dura. Posiblemente estáisechando muchos currículos, tantos que hace ya tiempo queperdisteis la cuenta, sintiéndoos rechazados porque no se osllaman, y en el supuesto caso de que lo hagan es para hace-ros una entrevista en la cual después no sois seleccionados,hundiendo vuestra autoestima, cada día más, y aumentandovuestra inseguridad. No tiene nada que ver con vosotros,verdaderamente se está viviendo una etapa dura, hay muchagente en la misma situación, si no os han llamado de ningúntrabajo y no habéis sido seleccionados en ninguna entrevis-ta no es porque no sirváis, son por las circunstancias en queen estos momentos nos encontramos.

Cuando nos encontramos en esta situación el problemadeberemos resolverlo de un modo distinto. No es de extra-ñar que, si nos encontramos ante este hecho, nos va a serimposible mante ner una observación objetiva. Teniendo unaprioridad tan grande como es la de encontrar un trabajo in-tentar enfocar nuestra mente nos va a ser muy difícil, por lotanto la forma de afrontar esta adversidad será de otro modo.

Lo primero que tenemos que hacer es ponernos en mar-cha para aumentar nuestra autoesti ma, sabiendo y no creyen-do que podemos conseguir todo lo que queramos, si otros loconsiguen, ¿qué nos lo impide a nosotros? No valen escusas,nosotros valemos lo mismo que cualquier otra persona, cual-


quier cosa negativa que nos surja por la cabeza debemos deborrarla; tenemos que ser muy conscientes de cuando nospase algo negativo y cambiarlo por algo positivo. Si nos sur-ge el pensamiento de que nunca vamos a encontrar traba-jo, habrá que cambiarlo inmediatamente por el de en pocotiempo voy a encontrar un empleo. Está claro que debemosir poco a poco, soy cons ciente de que no se puede cambiar elpensamiento de la noche al día, pero tenemos que empezarya a ponerlo en movimiento hacia el éxito.

Esta noche cuando os acostéis, y no mañana, antes dedormiros, haced una pequeña relaja ción afojando todovuestro cuerpo. Si no habéis practicado nunca ninguna,de momento haced unas cuantas respiraciones profundas,después respirad normalmente y cada vez que soltéis airedejaros hundir en el colchón. Una vez relajados intentad serconscientes de vosotros mismos, de vuestra respiración, delmovimiento de todo vuestro cuerpo al respirar y de vuestrassensaciones; sobre todo estad atentos a esa paz que pocoa poco os cubre. Los primeros días os resultará un pococomplicado conseguirlo, miles de pensamientos y preocu-paciones vendrán a vuestra cabeza, pero intentad no dejarosenvolver por ellos y mantener la atención en vuestra res-piración. Si no os rendís y continuáis haciéndolo todas lasnoches, cada vez se convertirá en algo más natural. Posible-mente, en ocasiones, os dormiréis, pero no le deis ninguna importancia, es algo normal si conseguís relaja ros bastante.Continuad haciéndolo, descansaréis mejor y os levantaréismás relajados y con la men te más centrada.

Si no os habéis llegado a dormir; cuando os encontréisbastante relajados –cada vez os costará menos tiempo–


deciros a vosotros mismos: –Voy a conseguir un empleo, yono soy menos que nadie, y, a pesar de la crisis, mi intuiciónme dirá lo que tengo que hacer en cada momento para con-seguirlo–. Repetíroslo varias veces y creedlo, sobre todocreedlo, y una vez lo halláis grabado bien en vuestra cabezaponeros a dormir con esa idea dentro de vosotros.

Aunque no os deis cuenta, de este modo estáis man-dando a vuestra mente una opinión total mente distinta a laque anteriormente estabais dando. Debéis creéroslo; si asílo hacéis vuestro sub consciente os irá conduciendo en loque debéis y no debéis hacer en cada momento para logrardi cho trabajo, consiguiendo que se vaya activando vuestraintuición. Al cabo de unos días el estado de ánimo al le-vantaros será algo distinto y vuestra mente os irá guiandoen todos vuestros pasos. Te néis que hacer caso a vuestraintuición y darle una pequeña oportunidad. Hay veces quenos surge una sensación la cual nos está marcando la direc-ción a seguir y por culpa de nuestra inseguridad y nuestrostemores no le hacemos caso, cuando ha sido ella quien nosdio una señal, pero nosotros no supimos escuchar.

Debéis de tener muy presente que con un pensamientonegativo al hacer una entrevista, la persona que tengáis en-frente entrevistándoos estará viendo la imagen negativa queproyectáis, ce rrándoos vosotros mismos las puertas, por lotanto, nunca dejéis hueco para ningún pensamiento ne gativo.

Una vez que hayáis conseguido calmaros un poco y mejorado vuestra autoestima, entonces si debéis empezara observar vuestra inseguridad con todas las sensaciones y reacciones que provo ca para poder actuar con una mayorefcacia.


No es un proceso tan difícil como parece siempre y cuando os sintáis dispuestos a conse guirlo, simplementedebéis de tener una mentalidad de auto-superación. Quizásel primer paso sea el que más os cueste, porque os sintáismuy bloqueados, muy inseguros y con mucho miedo, y elpoder mandar a vuestro subconsciente esa afrmación osparecerá un tanto surrealista. No obstante si continuáis envuestro empeño y no os rendís a la primera, podréis obser-var esos benefcios. ¿Aca so se pierde algo por intentarlo?Os vais a la cama a dormir y después no descansáis dandovueltas a vuestro problema. ¿No será mejor relajaros y cam-biar vuestro pensamiento de vosotros para poder afrontarmejor vuestras adversidades? No perderéis ningún tiempo,estaréis igualmente en la cama.

A pesar de la crisis siempre hay gente que encuentraalgún trabajo, ¿por qué vosotros no vais a poder? Además,hay que recordar que la palabra crisis en china también seutiliza para referirse a oportunidad. Si estamos atentos enlos momentos de crisis, podemos ver una oportunidad parasalir adelante.

A DESCUBRIR LA VERDAD

A todos nosotros nos gustaría saber la verdad; el porqué, cuando, conocernos a nosotros mismos y conocer a losdemás; pero en el fondo, ¿estamos preparados para saberla verdad?, y sobre todo, ¿estamos preparados para sabercomo realmente somos?


La verdad puede ser muy dura, saberla no quiere decirque vaya a ser como nos gustaría que fuese, es más, casisiempre es distinta a lo que pensamos que es nuestra verdad;en ocasiones suele ser muy dolorosa, y se debe estar prepara-do para recibirla y abierto a cualquier cosa que pueda sur gir.

Puede ser muy duro el simple hecho de observarnos pordentro. Al presenciar como somos y la cantidad de pensa-mientos negativos que tenemos en nuestro interior nos pode-mos llegar a asustar de nosotros mismos; habrá pensamientosque nos pueden parecer monstruosos y no podremos creerque todo eso esté dentro de nosotros.

Cuando nos auto-observamos vemos pensamientos y reacciones en nuestro interior de los cuales nunca antes noshabíamos percatado, entonces nos damos cuenta de que noéramos tan bue nas personas como nosotros creíamos, y ve-remos que muchas de las reacciones de nuestros semejanteshabrán estado condicionadas por nuestras propias acciones.

Lo primero que hay que saber es que nos vamos a poderencontrar cualquier cosa, y no tene mos que huir de nada delo que veamos. Sea lo que sea, siempre observaremos contotal atención, así podremos ver el porqué reaccionamos deuna forma en particular, dándonos cuenta y compren diendola causa por la que pensamos o reaccionamos de ese modo.En ocasiones, al empezar a dar nos cuenta de lo que tenemosen nuestro interior y ver que no nos gusta, preferimos girarla mirada y vivir en el sueño que siempre hemos vividono aceptando lo que hemos visto, y eso es algo que nuncadebemos hacer.

La verdad, en cualquier ámbito de la vida, puede llegara angustiarnos mucho. ¿Estáis prepa rados para descubrir-


la? Claro que si, no debéis temerla, la descubráis o no ladescubráis está ahí. ¿No será mucho mejor que se desveleante vuestros ojos para poder dirigir vuestra vida por el ca-mino correcto? Siempre será mejor que vivir con una ven-da puesta en los ojos, no tener ningún con trol sobre vuestravida y ver las cosas sólo como las queréis ver viviendo enuna continua ilusión.

Habitualmente, a nadie le gusta reconocer sus inseguri-dades y sus temores, no queremos aceptarlos, y si alguiennos descubre alguno encima nos enfadamos con esa per-sona por haber deja do al descubierto nuestros miedos e in-seguridades. Además, nosotros nunca aceptaremos que esoque nos ha dicho sea cierto, viviendo una falsa felicidady viendo las cosas como queremos verlas, transcurriendonuestra vida en una burbuja y sin darnos cuenta de que lascosas no son como cree mos que son. Por eso, cuando al-guien se da cuenta de que vivía una mentira esa burbuja lerevienta, pudiéndose sentir desprotegido y vulnerable enun principio, para después, cuando se hace total mente cons-ciente, sentirse más fuerte al poder ver con total claridad loque verdaderamente está su cediendo. Esta persona acaba dever las cosas de un modo diferente, y no como las tenía ensu men te; ha despertado a una nueva realidad.

Nos hemos podido sentir decepcionados con alguien,sin darnos cuenta de que la consecuen cia de que esa perso-na actuase de ese modo pueda deberse a una acción nuestra.Por lo tanto no es taremos percibiendo la verdad, estaremosviéndola solamente como nosotros queramos, bajo nues tropunto de vista, teniendo ante nuestros ojos una verdad dis-torsionada. Deberíamos observar más profundamente y ver


el porqué de la reacción de dicha persona, porque quizásno sea tan culpable como nosotros pensamos. Con esto noestoy diciendo que siempre vayamos a tener la culpa de lasreacciones de otra persona, sólo digo que antes de echar laculpa sin más a la otra parte observemos la situación con lamayor objetividad posible.

Todo lo que pasa está condicionado por alguna otracosa, ningún hecho existe aisladamente y por tanto hay quebuscar la acción que llevó a esa reacción. Es muy senci-llo, sólo hay que obser var, pero nosotros somos expertos enenredarnos con todo, nunca nos vamos a echar la culpa denada, siempre la culpa de todo la tienen los demás; de esemodo nunca veremos más allá de nuestra propia realidad.Nosotros podemos ser tan culpables como el que más, y mientras no mantengamos una actitud abierta hacia todo,no lo podremos ver, siguiendo estancados en el mismo sitiode siem pre y sin responsabilizarnos de nuestros actos comovimos en un apartado anterior.

Todos queremos que el mundo cambie, tenemos quejaspara todo, pero ninguno nos quere mos cambiar a nosotrosmismos; si no empezamos por cambiar nosotros, dándonoscuenta de que para nada somos perfectos, ¿cómo vamos a cambiar el mundo si nosotros formamos parte de él? De-bemos aprender a ser muy objetivos y aceptar las posiblescríticas de los demás para descubrir como realmente somos.

Si queremos conocer a la gente ante todo tendremos queconocernos a nosotros mismos; nunca podremos conocer a nuestra pareja, a nuestros padres, a nuestro hermano/a o a un amigo/a sin antes conocernos nosotros. Tenemos un grandefecto, y es que siempre estamos intentando ver los errores


que cometen los demás, cuando posiblemente nosotros co-metemos más de los que nunca podríamos pensar.

La verdad siempre es muy sencilla, somos nosotros losque la hacemos complicada, nosotros la intentamos enmas-carar; la pintamos del color que nos gusta, la adornamoscon elegantes adornos y hay tenemos nuestra “verdad” paraque parezca buena ante nuestros ojos y los de los demás. Nonos equivoquemos, la primera persona engañada y más per-judicada seremos nosotros mismos. No debemos vivir enuna ilusión, las cosas no son buenas ni malas, las cosas son;somos nosotros los que las queremos ver así. En esta vida bueno y malo está entremezclado, y lo que para nosotrospuede ser bueno para una persona cercana puede ser maloo lo que algo puede ser malo para noso tros sea el principiode algo bueno que sucederá en el futuro, por lo tanto sóloson conceptos. No debemos pensar que nosotros somos losbuenos y el de al lado el malo; él también puede pensar esode nosotros. ¿Quién tiene razón? Por lo tanto tengamos encuenta, que si queremos ver las cosas como realmente son,ante todo tenemos que liberarnos de los conceptos que te-nemos de esas pala bras.

Para mantener una buena relación con el miedo, lo pri-mero que hay que averiguar es la co nexión que tenemosactualmente con él. Como hemos visto antes, lo importantees saber en qué punto nos encontramos, para saber de dón-de vamos a partir; posiblemente, nos demos cuenta de quele damos la espalda más de lo que creíamos, pero es algoque sólo podremos ver por nosotros mis mos, nadie nos lopodrá contar, y sólo a partir de ese momento podremos mo-vernos en una direc ción o en otra. Hay que aprender a usar


esa brújula interior que todos poseemos, y para lograrlo nosapoyaremos en nuestra mejor aliada que es la atención.

Recordad que para descubrir nuestras inseguridades y nuestros temores hay que conocer la verdad, y para ello de-beremos liberarnos de opiniones, recuerdos o creencias queenturbien nuestra mente, para poder estar abiertos a todo loque pueda surgir; mientras no lo hagamos, la verdad seguiráenturbiada con nuestro pasado, conceptos y convicciones,y nos va a resultar imposible acercarnos y mantener unabuena conexión con nuestros temores.

Habitualmente, cuando buscamos la verdad nos plan-teamos preguntas tales como: ¿Existe Dios? ¿Qué hay des-pués de la muerte? ¿Cuál es el sentido de la vida? La pri-meras preguntas que nos deberíamos hacer es: ¿Quién soyyo? ¿A qué tengo miedo? ¿Por qué tengo estas reacciones?¿Qué subyace en mi subconsciente que tanto me perturba?Las respuestas a estas preguntas son las que van a contribuira nuestro crecimiento y las que nos ayudarán a manteneruna mejor relación con nuestros miedos. Mientras no en-contremos respuestas a estas preguntas, hasta que no nosco nozcamos a nosotros mismos, no podremos ver con cla-ridad las respuestas a ninguna de las anterio res, pues éstasse quedarán empañadas y no las podremos ver con nitidez.Empecemos por ahí, no pretendamos hacer ecuaciones sinsaber sumar. ¿Cómo queremos saber de Dios si no sabemosde nosotros? Tengamos los pies en la tierra y andemos pasoa paso, estando seguros de cada uno que damos sin tenerninguna prisa; cada paso nos llevará al siguiente, y con eltiempo veremos que he mos recorrido cierto camino. Losseres humanos somos muy impacientes, queremos correr


dema siado y estar en la meta antes de haber empezado lacarrera, y eso en ningún caso nos va ha hacer ningún bien.

Con el tiempo nos vamos a dar cuenta de que conformevayamos conociéndonos entendere mos también mejor a losdemás, y percibiremos todo con mayor claridad, teniendoun mayor senti do para nosotros.

Hemos comentado una pequeña variación de miedos,podríamos hablar de muchos más, pero debemos tener encuenta que el proceso va a ser siempre el mismo, observarlecon una aten ción desnuda y mantener una buena conexióncon él. Nunca olvidemos que el miedo no somos no sotros,tan sólo es una parte nuestra.

EL MIEDO GENERADO A CONSECUENCIA 95DE UN MALTRATO FÍSICO O PSICOLÓGICO

EL MIEDO GENERADO A CONSECUENCIA DEUN MALTRATO FÍSICO O PSICOLÓGICO

He querido escribir este capítulo fuera del anterior, por-que a pesar de ser una variación del miedo, éste está provo-cado por los continuos ataques, tanto físicamente como psi-cológicamente, procedente de otra persona, consiguiendocrear una gran inseguridad en el afectado y destruyendo porcompleto su autoestima. En las demás situaciones que sedescribieron en el capítulo anterior, la inseguridad crece di-rectamente de nosotros, quizás han intervenido en el pasadoalgunas personas, pero no ha sido tan directamente comoaquí, pues esta situación está siendo provocada, momento a momento y de una forma muy brutal llegando a destruir elamor propio del afectado.

Gracias a Dios, este caso no está basado en mi propia ex-periencia, pero he podido comprobar, por gente que he cono-cido, el daño que puede llegar a causar, y dada la importanciaque le doy a esta situación no podía dejar de mencionarlo.

Por desgracia hay muchas personas en estas circunstan-cias, no siendo capaces de poder ver claramente la situacióny no consiguiendo ver una clara salida a su gran problema;


sintiéndose encerrados, bloqueados y enormemente insegu-ros hasta el punto de verse totalmente perdidos. Por estemotivo lo he querido puntualizar más que el resto y lo hepuesto independientemente de los otros.

Hay ocasiones, en las cuales la inseguridad se ha po-dido ir generando con el paso de los años, al tener al ladoa una persona que le haya hecho sentir temor hacia él a causa del comportamiento que haya podido tener. Estosindividuos son el tipo de personas inseguros de ellos mis-mos que para hacerse notar y sentirse superiores intentandemostrarse, con personas más débiles, que fuertes y segu-ros están de sí mismos a base de causarles humillacionesuna y otra vez.

Cuando alguien lleva año tras año gritando, insultando,menospreciando y/o pegando a otra persona, al fnal suelepasar, que esta última vaya perdiendo toda su autoestima,y cada día que pase se vaya sintiendo más pequeño antedicha persona, aumentando en gran medida su inseguridady temor hacia él con el solo hecho de verle o escucharle.Conforme va pasando el tiempo, esa inseguridad que se vagenerando en esta persona va a ir aumentando su miedohacia el individuo que le genera esa situación, y con eltiempo ese temor irá alimentando todavía más su inseguri-dad, creándose un círculo que continuará hasta que llegueel momento en que dicha persona ya no le quedará nadade amor propio, pensando que lo hace todo mal y no sin-tiéndose útil. Este pensamiento de dicha persona llega, enocasiones, hasta un punto en el que ella misma puede llegara echarse la culpa de todo y pensar que se merece lo que leestá pasando.

EL MIEDO GENERADO A CONSECUENCIA 97DE UN MALTRATO FÍSICO O PSICOLÓGICO

Todo ser humano debemos de saber que ninguna otrapersona es más que otra y nunca tenemos que permitir quese nos trate de esa manera.

Evidentemente, está claro que no es una cosa que po-damos cambiar de un día para otro y sin ayuda; se nece-sita tiempo y con total seguridad ayuda de alguna personacualifcada. Existen personas que están ahí para ayudar enestas situaciones y que estarán encantados en hacerlo. Loque debéis de daros cuenta, es que si os encontráis en estasituación, tendréis que empezar a creer en vosotros mismos.Vais a tener que creer mucho y desprenderos de esa insegu-ridad que es la que verdaderamente está dando fuerza a laotra persona y os está dejando a vosotros en esta situacióntan lamentable, porque se vale de vuestra inseguridad y vuestro temor para hacerse todavía más grande, y cada vezque vosotros os encogéis un poco, él aprovecha para crecerese poco que vosotros encogisteis; pero tendréis que abrirlos ojos vosotros mismos, de nada sirve que se os diga quepodéis cambiar vuestra situación, porque solamente actua-réis cuando vosotros os deis cuenta y realmente sintáis quepodéis poner fn a esta etapa de vuestra vida.

Posiblemente, estos sujetos que tanto se crecen con per-sonas más débiles que ellos y tan grandes se sienten anteellas, al encontrarse cara a cara con alguien que se sientamás seguro de sí mismo no sean tan valientes y, seguramen-te, serán ellos mismos los que se verán tan pequeñitos comoos hacen sentir a vosotros.

Un día mi padre me dijo unas palabras que son unagran verdad: “Cuando alguien habla normalmente contono muy alto intentando hacerse notar es porque siente


inseguridad de sí mismo, y levantando la voz intenta hacerver a los que le rodean que es alguien frme y superior a los demás, intentando con esa actitud intimidar”. Verda-deramente, estas personas nunca van a reconocer la graninseguridad que sienten.

Estas personas que actúan de este modo son inseguras y no son tan fuertes, hablando en términos psicológicos, comoquieren hacer ver. Quien se siente seguro de sí mismo noestá gritando continuamente ni intentando demostrar nada,normalmente las personas seguras suelen muy tranquilas.Si observamos, nos daremos cuenta de que siempre que al-guien se altera y pierde el control, es porque siente que todose le ha escapado de las manos haciéndole actuar así. Loque hay que entender es que todo el que actúa de ese modo,a diferencia de lo que muchos podáis creer, lo más probablees que se sientan mas inseguros que vosotros mismos, lle-gando a ese estado de agresividad para ocultar su inseguri-dad; una inseguridad por no poder controlar, porque temenque se les derrumbe el castillo de arena que tenían formado,perdiendo todo ese poder del que creen disponer.

Nunca intentéis enfrentaros directamente a estos indivi-duos, no sabéis como pueden reaccionar, en esos momentosse creen muy superiores a la persona indefensa que tienenenfrente, o por lo menos eso es lo que quieren hacer ver, y no van a permitir bajo ningún concepto que os reveléis anteellos después de todo lo que habéis estado aguantando du-rante, posiblemente, muchos años. Hay que tener en cuentaque una vez que os hayáis callado una y otra vez ante suscontinuos ataques ellos lo van a ver como algo normal y habitual, pensando que va a ser así para siempre. Vosotros

EL MIEDO GENERADO A CONSECUENCIA 99DE UN MALTRATO FÍSICO O PSICOLÓGICOhabéis sido los que le habéis estado dando su poder, y si osreveláis ante él haciéndole entender que no sentís miedo, élno lo encajará, desencadenando en su psique reacciones queescaparán a su control al darse cuenta de que todo se le estádesmoronando. Por lo tanto nunca os enfrentéis cara a caray menos estando a solas con ellos, los enfrentamientos sólotraen malas consecuencias.

Ante una situación así debéis de buscar vuestra fuerzainterior hasta encontrarla, si os lo proponéis la encontra-réis, y después buscar apoyo de personas capacitadas que osayuden a poder cambiar la situación en que os encontráis.Con vuestra fuerza interior en marcha, la ayuda de personascualifcadas y tiempo lograréis enderezar vuestra vida. Paraafrontar esta situación debéis sentiros muy equilibrados,por lo tanto no os dejéis controlar por el miedo, los nervioso la inferioridad.

Ante cualquier circunstancia de inseguridad y de temorse debe guardar mucho el equilibrio para poder observarcon atención la situación, y saber que se debe hacer en cadamomento sin estar guiados por el miedo; es difícil, perose debe de hacer un esfuerzo por lograrlo, porque nadie lopodrá hacer por vosotros, podréis obtener ayuda, pero lafortaleza la tiene que sacar cada uno de su interior, y los quedebéis de empezar a poner todo en marcha sois vosotros.

El problema en estas circunstancias no se queda ahí, pordesgracia, si este caso es el de una pareja con un niño, ésteva a sufrir las consecuencias tanto o más que la personaadulta afectada, sea el padre o la madre. Este niño confor-me vaya desarrollando su personalidad envuelto en ese am-biente, con el paso del tiempo, se irá convirtiendo en una


persona insegura y llena de temores, afectándole negativa-mente en su vida. En su fase adulta estará condicionado porlas experiencias que sufrió de pequeño, viendo, en más deuna ocasión, en los adultos, la fgura de alguien que le hacesentir inseguro, llevándole esa inseguridad a poder desen-cadenar en dos tipos de reacciones. Una de ellas sería queen su etapa adulta se sentiría cohibido, acatando todo lo quedicen los demás y sin defender sus opiniones por miedo a que se tenga una mala reacción hacia él, aunque, posible-mente, estando a solas proteste y esté en desacuerdo con loque se le haya podido decir. La otra posible reacción, seríaque esa inseguridad que se ha ido formando en su interior,le lleve a actuar de una forma agresiva poniéndose a la de-fensiva, para con esta postura, no permitir que le vuelva a pasar lo mismo que le sucedió en su infancia. Sea como seasiempre su personalidad va a estar condicionada por la in-seguridad que se ha ido generando en su niñez. Lo peor detodo es que esta persona, a consecuencia de la infancia quevivió, actúe del mismo modo con sus hijos y su pareja parahacerse ver y demostrarse a sí mismo que es una personafuerte y muy segura de sí misma.

No obstante, debo puntualizar que no siempre es así, y que el hecho de que una persona haya vivido una infanciatan dura, no signifca que vaya a hacer pasar a su familiael mal trago que pasó en la niñez. Existe la posibilidadde que precisamente a consecuencia de la vida que tuvoesta persona en su infancia, haya tomado consciencia y no quiera lo mismo que él vivió para sus hijos, pudiendodar mucho cariño a su propia familia. Por eso quiero dejarmuy claro que no digo que el comportamiento que vaya a

EL MIEDO GENERADO A CONSECUENCIA 101DE UN MALTRATO FÍSICO O PSICOLÓGICOtener esta persona hacia su pareja e hijos tenga que ser elmismo que vivió de pequeño; sólo quiero hacer ver que esuna posibilidad, la cual va a depender también de otrosfactores; entre ellos las diversas situaciones que haya vi-vido durante el desarrollo de su personalidad, las distintaspersonas que hayan podido infuenciar en él y del caminoque haya elegido tomar.

Como podemos observar, las consecuencias de lo queestá sucediendo cuando una persona, a causa de su insegu-ridad; grita, humilla o pega a otra, puede no limitarse a esemomento y a esa persona, por desgracia para su hijo puedenseguir durante toda la vida de éste, sea o no consciente deello, llevando esas reacciones a que, quizás, las sufran tam-bién en un futuro la propia pareja e hijos de este niño.

Nunca se nos debe de olvidar, que todos los aconteci-mientos que puedan afectar la mente de un niño en su infan-cia los irá absorbiendo mientras se forma su personalidad,y después cuando sea adulto será un importante condicio-nante en su vida. Los miedos y las inseguridades que tengacualquier persona, como ya hemos visto en anteriores capí-tulos, proceden de una situación o un conjunto de ellas quehan podido suceder en la niñez.

Soy totalmente consciente de que ésta es una situaciónmuy delicada, de que os sentís tan pequeños ante esta per-sona que os parece imposible salir de ese pozo tan profundoen el que os sentís sumergidos, pero recordad que nada espermanente y ninguna circunstancia buena o mala para vo-sotros dura eternamente, pero todos debéis de ser conscien-tes de que cuando queremos conseguir algo tan sólo hacefalta que nos pongamos en movimiento.


Hay mucho en juego, sobre todo si tenéis niños, por lotanto si por vosotros mismos no podéis poneros en marchapara cambiar vuestra situación, ayudaros pensando en sufuturo y en su vida para sacar a fote vuestra fuerza interior.

El AVE es muy rápido, pero si no se pone en marchanunca llegará a su destino y alguien puede ser muy inte-ligente, pero si no se decide a estudiar nunca acabará unacarrera. ¿Cómo pensáis salir de esta situación si no empe-záis a moveros, aunque sea despacito? Si no lo hacéis nuncallegareis a vuestro destino. ¡Ánimo amigos!, estoy segurode que podéis salir de esta situación.

LA PREOCUPACIÓN POR EL FUTURO

LA PREOCUPACIÓN POR EL FUTURO

Cuando pasamos por una situación crítica normalmentenos preocupamos bastante; pero si pudiésemos ser capacesde vislumbrar la realidad, desaparecería toda preocupaciónde nuestro ser y comprenderíamos muchas cosas que nose pueden aprender de un libro, pues no existe forma inte-lectual de poder expresarlo con total transparencia.

La vida es un regalo que se nos ha entregado con muchoamor, por lo que debemos abrazarla y cuidarla con el mismoamor; preocupándonos por el futuro constantemente perde-remos, si no todo en parte ese amor, al sentir, en ocasiones,desprecio por la vida que nos puede haber tocado vivir.

Por desgracia nunca tenemos la cabeza en el presente:siempre está por un lado en el futuro, haciéndonos ilusionescon nuevos proyectos y/o lamentándonos por lo que nospueda suceder, y por otro lado en el pasado, reviviendo unay otra vez lo mismo, y si es algo que nos hizo daño todavíalo recordamos con más continuidad, sintiéndonos muy ape-gados al recuerdo sin poder seguir adelante.

En este capítulo vamos ha hablar del futuro y de loque nos inquieta.


Tenemos una fuerte tendencia a preocuparnos por lo quepasará dentro de unos años y a pensar que será de nosotros.¿Por qué preocuparnos de un futuro lejano si no sabemos loque va a suceder mañana?

Si somos capaces de echar la vista atrás nos podremosdar cuenta de que siempre hemos estado esperando situacio-nes, perdiéndonos el momento presente y preocupándonospor cosas que posiblemente ni hayan llegado a suceder.

Nunca logramos sentirnos contentos con lo que tenemos,siendo incapaces de disfrutar el ahora. Por desgracia, siempreestamos haciendo planes para el futuro condicionados pornuestro pa sado e intentando de prever lo que va a suceder.¿Cuántas veces nos habremos pasado esperando una situa-ción pensando solamente en ese futuro momento y despuésnada salió como esperábamos?

Cuando nuestra vida está en continuo progreso y nos sen-timos contentos por como funciona hacemos muchos planesde futuro, disparándose nuestra mente a planear, en más deuna ocasión, cosas descabelladas, pero somos tan inestablesy nos dejamos infuir tanto por las circunstancias externas,que cuando la vida nos da un revés corremos el riesgo deempezar a ver problemas y a verlo todo con muy mala pin-ta. Todos estos proyectos que teníamos los veremos fuera denuestro alcance, sentiremos que no pueden hacerse realidady pensaremos que sólo fue una ilusión a la que no ten dremosque hacer caso. En su momento nos subimos muy arriba, tan-to que dejamos de tocar el sue lo con los pies para acariciar lasnubes, y de repente nos venimos muy abajo para estrellarnoscontra el suelo haciéndonos más daño del que pensábamos.Como dice el dicho todo lo que sube tiene que bajar.

LA PREOCUPACIÓN POR EL FUTURO 105

Sobre todo, en esos momentos en que nos venimos aba-jo nuestra mente se vuelve muy inestable no dejándonosver con claridad; quizás tengamos la solución a nuestrosproblemas delante de nosotros, pero seremos incapaces deverla, porque cuanto más inestable se vuelve nuestra mentemás nos bloqueamos y más nos cuesta encontrar una solu-ción al problema, saturándola momento a momento más, a causa de los continuos enredos que nosotros mismos nosestaremos creando.

Recordad lo que dicen los grandes sabios: “La mente escomo el agua. Cuando está agitada es imposible ver a travésde ella”. Por lo tanto, aunque nos sea difícil de conseguir,tenemos que estar lo más calmados posibles ante las situa-ciones adversas, para poder ver más fácilmente la soluciónal problema que tengamos entre manos.

Si observamos con atención, podremos comprobar comola principal causa, la que desata toda nuestra preocupación,no es esa mala racha que estamos pasando; lo que la des-encadena será algo que sucedió en nuestro pasado, algo ennuestra forma de actuar o nuestra propia inseguridad, lo cualnos habrá llevado a esa mala racha; por lo tanto esa malaracha sólo será el efecto de la ver dadera causa. Debemosaprender a ir más profundamente, averiguar cual fue el ver-dadero desenca denante, y así descubriremos el auténtico mo-tivo de porqué nos sentimos así. Siempre debemos escarbaren nuestro subconsciente hasta llegar al verdadero origen denuestros problemas, nunca me cansaré de decirlo, porque eslo único que tenemos que hacer. Mientras no solucionemosy comprendamos los problemas de nuestro pasado y descu-bramos las causas que nos llevaron a la situación que esta-


mos, en cualquier acto que planeemos para el futuro vamosa estar condicionados por ese pasado, y mientras nos vayanlas cosas bien todo irá sobre ruedas, pero cuando se tuerzanreaparecerá esa inseguridad que nos hace la vida tan difícil,sintiéndonos bloqueados y no en contrando una solución alproblema que podamos tener.

Cuando una persona no espera nada, aunque sus circuns-tancias externas empeoren, inte riormente no se va a ver tanafectada como aquellos que hicieron grandes planes y luegose les vi nieron abajo. No digo que no tengan preocupacio-nes, claro que las tendrán; son muy pocas personas las queestán por encima de todo eso, pero tendrán menos, y las quetengan serán de menor intensi dad. Además, encontraran másfácilmente una solución, pues no se sentirán tan bloqueados.Sin em bargo, aquellas personas que disfrutaron de una bue-na racha e hicieron grandes proyectos para su futuro, lo másprobable es que sintiesen un apego muy grande a la situaciónque vivían anterior mente, siéndoles muy difícil desprendersede ella y apareciendo el sufrimiento. El verdadero pro blemase origina en el momento en que su suerte cambia y ven quetodo se les desmorona, advir tiendo que sus planes para sufuturo se van esfumando, pudiendo dar paso a una ansiedadproceden te de la inseguridad, la cual empezará a bloquear sumente. Cuando esperamos cosas o sucesos de jamos de te-ner contacto con el momento presente, convirtiéndonos enmarionetas de nuestras reac ciones, no viendo más allá de loque queremos y haciendo lo que haga falta para que ese mo-mento sea como lo deseamos. Nunca debemos proyectarnosexcesivamente hacia el futuro, si no estamos continuamenteesperando a que suceda algo no tendremos nada que temer.


Tenemos la fuerte tendencia de estar viviendo el futuro másque el presente. El futuro no lo conocemos, lo vamos cons-truyendo en el ahora, y eso es algo que debemos de tenersiempre muy claro.

La mente hará todo lo posible para desviar nuestra aten-ción, manejándonos a su antojo para no dejarnos vivir el aquíy el ahora, y de ese modo ser incapaces de observar comoactúa; siempre intentará distraernos con bonitas ilusiones quenos forman una falsa felicidad basadas en un futuro que nosabemos si sucederá.

Solamente debemos pensar una vez en la que estuviése-mos ansiosos por esperar un suceso, el cual planeamos inten-samente hasta llegar el momento esperado. Intentemos recor-dar esa cita tan ansiada que todos hemos tenido y que parecíaque nunca iba a llegar, pero por fn tuvimos una opor tunidad.Nuestra mente no dejará de pensar en ese instante, imaginan-do situaciones y preparándo nos para estar lo mejor posibleen el momento ansiado. Llegado el día esperado podrá surgircual quier imprevisto que desmorone todos nuestros planes,afectándonos más de lo que nos pudiésemos esperar y que-dando en el olvido todo lo que llegamos a imaginar, creán-donos un estado de desgana, infelicidad y tristeza que haráque nos sumerjamos en la impotencia al no haber conseguidolo que queríamos. Una vez en este punto corremos el riesgode sentirnos más incapaces de lograr las cosas cuando noslas proponemos, sintiéndonos más limitados en los futurosplanes a consecuencia de nuestras experiencias pasadas. Lailusión y el deseo nos elevaron muy alto, para después darpie a la inseguridad y al miedo, sintiéndonos tan defraudadosque nos vimos arrastrados por el suelo.


Esta situación nos afectó tanto a causa de un sueño in-alcanzable, un deseo que veíamos como se nos esfumabaen nuestros propios ojos cuando verdaderamente creímosque lo habíamos conseguido. Nuestra mente se había crea-do unas imágenes de como iba a ser el momento esperado,haciéndonos ver las cosas como queríamos verlas. Comovemos, nuestra mente nos ha vuelto a ju gar una mala pasa-da, nos hemos dejado enredar con nuestras ilusiones mon-tándonos nuestra pelícu la y dejando que ella jugase connosotros, no pudiendo ser capaces de ver sus intenciones.

Está bien que sintamos ilusión por esa cita, pero de-bemos darnos cuenta del deseo; no pode mos dejarle quecontrole nuestra vida, siempre debemos manejar nosotrosla situación prestando atención a lo que está sucediendo encada momento. Observándolo, conseguiremos estar máscentrados, no dejando que se dispersen nuestras energías y evitando así elevarnos demasiado. Si conseguimos no su-birnos muy arriba no corremos el peligro de caernos de muyalto haciéndonos mucho daño. Mantengamos una ilusión,pero con los pies en la tierra y con la consciencia comoaliada.

Los deseos ejercen mucho poder sobre nosotros y soncapaces de conseguir que nuestra mente nos envuelva ensus ilusiones, dando pie a una cierta inquietud de si todosaldrá como noso tros esperamos o por el contrario surgiráalgún contratiempo.

La vida es imprevisible y no debemos preocuparnosdemasiado por lo que sucederá en el futuro, porque nadietiene control sobre él. Cuando nos proyectamos hacia el fu-turo hacemos mu chos planes creyendo que lo tenemos todo


bajo control, en un momento determinado algo no sale comopensábamos y nos damos un buen golpe. Debemos ser lomás intuitivos posible, haciendo en cada momento lo quedebamos hacer y preparándonos para afrontar un problemacuando verdadera mente exista. Esperando situaciones nosestamos perdiendo la verdadera esencia de la vida. De estemodo no conseguiremos disfrutar del momento presente, es-taremos viviendo siempre en una conti nua ilusión y en suce-sivas distracciones de la mente que nos impedirán ser cons-cientes de todo lo que esté sucediendo en cada momento.

Si comprendemos nuestra mente, observando como ac-túa, como se desenvuelve en diferen tes situaciones y el po-der que ejerce sobre nosotros, habremos dado un gran pasoen nuestro ca mino.

Podríamos pensar que al no esperar nada la vida podríaresultar insípida y sin ninguna emo ción, pero no es así.Cuando nos hacemos conscientes de las situaciones en elmomento presente, viendo lo que nos está sucediendo encada instante, la vida se vuelve muy dulce, percibiremoscosas de las cuales antes no nos habíamos ni dado cuenta,podemos ver a las personas de un modo distinto y compren-der el porqué de sus actos; nos conoceremos mucho mejor a nosotros mismos consi guiendo una consciencia mucho másclara, y en ciertos momentos un estado de gozo, paz y ale-gría que no tiene nada que ver con la felicidad procedentedel exterior condicionada por todo lo que nos sucede.

No obstante, es algo positivo tener nuestros objetivosen la vida, está bien que tengamos ciertas motivaciones y que hagamos planes a corto plazo, está bien buscarse metasy no estancarse; pero no debemos de tener la cabeza siem-


pre en la meta, no hay que pretender saber lo que pasarádentro de dos o tres años, porque nos podemos llevar sor-presas. Si corriésemos en una carrera y es tuviésemos dis-puestos a ganar, al comienzo podríamos visualizar esa metacreyendo en nosotros mismos y pensando que lo vamos a conseguir; eso está muy bien, porque nos dará el impulsoy la confanza necesaria para lograr nuestro objetivo, peroen el momento en que empecemos a correr no seguiremospensando en la meta; ¿verdad que no? Mientras que este-mos corriendo estaremos vi viendo momento a momento,haciendo lo posible para lograr estar el primero y no seralcanzado. Ésa es la clave, en todo momento debemos deestar muy conscientes, vivir el presente disfrutando cadapaso que damos, y de ese modo también estaremos muyabiertos a todo lo que sucede, aprove chando la posibilidadde aprender de ello.

Cuando dirigimos nuestros pensamientos al futuro noses imposible ver lo que está suce diendo en el momentopresente, y cualquier cosa que está pasando en el momentoactual nos puede servir de mucha ayuda en un futuro. Nodebemos esperar nada, en el momento en que esperamosalgo existe un deseo el cual nos llevará a perder nuestroequilibrio y aumentar nuestra inseguridad, apareciendo conello nuestros temores. No vivamos en una ilusión, disfrute-mos de la vida.

Si nos proyectamos al futuro podremos inclinarnos a vi-vir anticipadamente ciertos momen tos que nos gustarían quesucediesen, pero también, en más de una ocasión, nuestramente nos con duce a situaciones negativas, pensando quesucederá algo malo en un futuro. También podemos es tar vi-


viendo una etapa maravillosa a lo largo de nuestra vida y envez de disfrutarla nos reaparecerá el temor, proyectándonospensamientos tales como: –esta buena racha no puede conti-nuar, esto pronto cambiará, yo no puedo tener tanta suerte–.Es obvio que esa situación en algún momento cambiará, nohay nada permanente, pero, ¿por qué no disfrutar ese buenmomento?, ¿por qué amargarnos pensando en ese futuro queincluso puede que lo pongamos más negro de lo que real-mente será? Cuando las circunstancias cambien habremosperdido la oportunidad que nos dio la vida para disfrutar deese momento preciado, y después, además, nos quejaremospensando que no tenemos suerte y que sabíamos que todoiba a cambiar. Una vez más nos habremos proyectado haciael futuro, provocando en nuestra mente inquietud, inesta-bilidad e insatisfacción. La vida es hermosa, pero tambiénes presente, no hay que desperdiciarla, la debemos de vivirminuto a minuto lo más intensamente posible.

Tenemos que estar abiertos a todo lo que pueda ocu-rrir en el futuro, en él puede suceder cualquier cosa, cuantomás abiertos nos sintamos, recibiendo sin rechazo cualquiercosa que nos pueda suceder, tanto mejor para nosotros, nosevitaremos muchos momentos de infelicidad.

Es cierto que todos estamos capacitados para conse-guir lo que queramos, el gran problema que tenemos es queno vamos paso a paso y con paciencia, viviendo, sintien-do y disfrutando cada momento; todo lo queremos deprisay corriendo, y luego nos llevamos un batacazo, dándonoscuenta de que para nada tenemos bajo control la situación,dejándonos la autoestima por los suelos y creándonos esospensamientos de que será de mí dentro de...


La vida es un continuo cambio. ¿Quién sabe lo que pa-sará dentro de diez años? Nuestra mente nos puede hacercreer que nos va a ir muy mal, pero una vez más son fan-tasías de la mente, preocupaciones sin sentido. Lo que sipuede suceder, es que nosotros, con una imagen negativa ennuestra mente, nos vayamos enredando en nuestras ideas y,día a día, conforme vayamos construyendo nuestro futuro,consigamos que al fnal se hagan realidad todos nuestrospensamientos negativos que han ido alimentado nuestramente. Pensadlo, estaremos proyectando a los demás y tam-bién a nosotros mismos lo que se espera de nosotros dentrode diez años. En el capítulo “la imagen que proyectamos”hablaremos sobre esto y lo podremos ver con más claridad.

En defnitiva, aunque pueda resultar difícil se debe detener una actitud lo más equilibrada posible. Tenemos queintentar mantenernos en nuestro eje, no subiéndonos muyarriba y así tampoco bajaremos muy abajo. Lo que nos hacebajar tanto es la destrucción de nuestros sueños; esos sue-ños que nos hicieron subir tan arriba por no tener los pies enel suelo. Podemos tener ilusiones, pero hay que llevarlos a cabo con equilibrio; cuanto más equilibrados nos encontre-mos, menos nos afectarán las circunstancias externas y losposibles contratiempos.

La vida es el aquí y el ahora, vuestro presente sonen este momento estas palabras, ahora éstas, ahora ¿quépensáis? No penséis en esas palabras, forman ya parte delpasado, simplemente sen tidlas en todo vuestro ser en elmomento en que las leísteis.

LA RELACIÓN ENTRE EL MIEDOY EL DESEO

LA RELACIÓN ENTRE EL MIEDO Y EL DESEO

Hasta ahora hemos visto la relación que tienen la inse-guridad que hemos ido alimentando con el paso de los añoscon nuestros temores; ahora vamos a ver como se entre-lazan también con el deseo. Podremos observar como lostres están más unidos de lo que podemos pensar, y vamos a poder presenciar cuan tramposa es la mente.

El miedo y el deseo están muy unidos entre sí; difícil-mente podrá existir el uno sin el otro. Si bien es cierto queun temor puede surgir a consecuencia de un deseo, tambiénes cierto que el de seo puede manifestarse a causa del mie-do. Ahora lo veremos más detenidamente para que lo poda-mos comprender con total claridad.

Si observamos en profundidad, nos daremos cuenta decomo uno nos lleva al otro condicio nándonos en nuestraforma de actuar. Cuando tenemos un deseo una enormefuerza se genera en nuestro interior, la cual activa a nues-tra mente a que nos impulse a lograrlo; nosotros intenta-remos conseguirlo, creándonos, por lo menos en lo másprofundo de nuestro ser, una cierta incertidumbre de si lopodremos lograr o no. Éste nos estará llevando irreme-


diablemente a una inseguridad, que, dependiendo del tipode deseo y del temperamento de cada uno, se revelará enmayor o menor gra do. Resulta evidente, que una vez enesta situación, si somos personas muy inseguras, lo únicoque puede suceder es que, tarde o temprano, empiecen a aparecer nuestros temores, y con ellos un bloqueo que nosimpida lograr nuestro objetivo.

Tenemos que comprender, que una vez han desapareci-do de nosotros la seguridad y el valor, corremos el riesgo deque, a causa de nuestra indecisión, no hagamos algo que de-beríamos hacer y de lo cual luego nos podamos estar arre-pintiendo durante mucho tiempo o el resto de nuestra vida,sintiéndonos condicionados por este hecho en un futuro.

Imaginemos que nos gusta una persona y que tenemosel deseo de poder estar a su lado, pero cuando se acerca elmomento de poderlo conseguir la inseguridad se apoderade nosotros y el miedo nos bloquea de tal forma que nosimpide reaccionar; son sensaciones bastante normales queel que más y el que menos hemos podido tener. Después,cuando nos damos cuenta, otra persona se nos ha adelanta-do, consiguiendo salir con la persona que tanto nos gusta-ba. A consecuencia de este hecho habrá aumentando nues-tra inseguridad, llevando a nuestras espaldas una carga dearrepenti miento por no haber actuado en su momento. Estefracaso nos puede llevar a aumentar nuestra inse guridad enfuturas experiencias de pareja, encerrándonos en nosotrosmismos al no haber consegui do salir con quien quisimosy llegando a pensar cuando nos guste otra persona que nopodrá salir con nosotros, porque no nos la merecemos. Es-tas vivencias, entre otras, van a ser las que con el paso del

LA RELACIÓN ENTRE EL MIEDO 115Y EL DESEOtiempo nos estarán formando una personalidad que paranada será nuestro estado puro de ser, haciendo que, añotras año, nos vayamos alejando más de nuestra esencia,limitándonos en mu chos de nuestros actos.

Debemos de tener cuidado con el deseo, éste poseeuna energía muy poderosa y nunca debe remos de olvi-dar que una vez que se introduzca dentro de nosotros, sino somos conscientes de él, nuestros temores aparecerántarde o temprano.

Cuando un deseo empiece a formarse en nuestro in-terior, hay que observarlo con mucha atención y no dar-le rienda suelta sin más, somos nosotros los que tenemosque dirigir nuestra vida y no él, siendo conscientes en todomomento de la situación. En muchos casos un deseo sólonos puede ocasionar problemas, pues en la mayoría de lasocasiones es un capricho, algo momentáneo que necesita-mos para satisfacer nuestra mente; pudiendo ser capaces decometer atrocidades para conseguir lo que queremos, peroque una vez obtenido nuestro antojo no le damos la mayorimpor tancia y terminamos dejándolo en el olvido. Por otrolado, si no lo conseguimos, como ya hemos visto, nos pue-de crear una falta de seguridad en nosotros que nos condi-cionará en futuras decisiones y proyectos.

El deseo está siempre manejando nuestra vida, la vivi-mos al ritmo que nos marca y lo peor es que en la mayoría delos casos no nos damos ni cuenta. Hay cosas que aún consi-derándose como tal resultan esenciales para nuestra existen-cia, como la comida, el agua, la ropa o un hogar para nuestrafamilia. Por eso debemos observarlo y ser conscientes desi cuando él se introduce en nuestro interior, es realmente


algo que necesitemos, que sea verdaderamente importantepara noso tros y que vayamos a valorarlo una vez consegui-do sin que nos afecte negativamente ni a nosotros ni a otraspersonas, o simplemente es un capricho, el cual nos puedetraer malas consecuencias y una vez logrado nos olvidemosde él. Con esto no estoy diciendo que no nos podamos darun gusto de vez en cuando; está claro que si nos apeteceir al cine o comernos un día una hamburguesa no deja deser un deseo y no va a pasar nada trascendente porque lohagamos, pero debemos aprender a ser conscientes de esecapricho, haciéndolo porque hemos tomado esa decisión y no instintiva mente, y sobre todo tenemos que valorar que lascosas negativas de éste no superan a las positivas.

Imaginemos que nos apetece una hamburguesa con esasalsa tan buena que nos hace elevar nos al séptimo cielo, y resulta que tenemos el colesterol por las nubes; a pesar deser un deseo que en cualquier circunstancia no desencade-naría ningún acontecimiento negativo, por la situación enla que nosotros nos encontraríamos no creo que nos hagamucho bien, porque nos estaríamos perjudi cando nuestrapropia salud.

Al tener un deseo debemos estar muy atentos ante el he-cho de que no afecte negativamente a nadie, incluidos noso-tros, porque si así fuese, además de que podemos estar ha-ciendo daño a otra persona, corremos el riesgo de que todosnuestros actos en un futuro se vuelvan en nuestra contra.

Cuando queremos conseguir algo, sobre todo si lo desea-mos con mucha intensidad, podre mos advertir que la insegu-ridad que nos ha podido generar nuestro deseo haya desenca-denado un cierto temor a no conseguirlo, y si lo obtenemos

LA RELACIÓN ENTRE EL MIEDO 117 Y EL DESEOtendremos cierto temor a perder lo que hemos lo grado, apa-reciendo en nuestro interior también al apego.

En este pequeño esquema podemos ver a que distintoscaminos nos puede conducir el deseo.

DESEO → INSEGURIDAD DE SI LO CONSEGUI-MOS O NO → MIEDO A NO CONSEGUIR LO:

-SI NO LO CONSEGUIMOS → AUMENTO DEINSEGURIDAD EN NOSOTROS MIS MOS → EN AL-GUNAS CIRCUNSTANCIAS POSIBLE ARREPENTI-MIENTO POR NO HA BER ACTUADO EN SU MO-MENTO.

-SI LO CONSEGUIMOS → APEGO → MIEDO A PERDERLO → DESEO DE CONSER VAR

Cuando queremos lograr algo y no lo conseguimos, po-siblemente, obtendremos un aumento de la inseguridad ennosotros quedándose marcado en nuestra psique, aunqueesto ocurra a un nivel muy profundo y nosotros en principiono lo percibamos. Quizás no nos demos cuenta en el momen-to, pero en nuestro subconsciente se ha quedado grabada esamala experiencia, y en un futuro nos puede salir todo lo quetenemos enterrado en el momento más inesperado. Hay queser conscientes de lo que está sucediendo en el momento enque surge la sensación de querer lograr algo, y si decidimosllevarlo a cabo y ese deseo nos ha llevado a una desilusión,podremos afrontarlo con mayor facilidad y darnos cuentade cual ha sido el verdadero motivo que nos ha llevado a nolograrlo. De este modo podemos utilizarlo como un apren-dizaje en nuestra vida, sirviéndonos de gran ayuda en un


futuro y evitando aumentar nuestra inseguridad, más bienla podremos disminuir; nunca debemos tomarlo como algonegativo que posiblemente nos pueda bloquear.

Bajo ningún concepto debemos huir de ningún aconte-cimiento por desagradable que nos parezca, tenemos queaceptar frmemente lo que ha sucedido y en ningún mo-mento hay que dejarlo aparcado, olvidándonos del asuntocomo si nada hubiese pasado. Si actuamos de ese modo to-das las malas experiencias que vayamos teniendo a lo largode nuestra vida se irán ocultando en nuestro subconsciente,dando lugar a futuros bloqueos y una continua inseguridadque no nos dejará avanzar en la vida, más bien nos enfren-taremos a continuos retrocesos que irán aumentando másdicha inseguridad. No olvidemos que nuestra actitud antelas circunstancias nunca va a ser evadirnos ni hacer frente,solamente observar, escuchar y comprender; creando pocoa poco una buena conexión con nuestros temores.

Podría suceder de otro modo en el cual se invertiría elorden, existiendo la posibilidad de que nuestra inseguridadnos generase un temor tan grande que nos pueda originar eldeseo de esca par de dicha situación. En este caso este afánpor escapar no será la causa, será el efecto.

Imaginemos el caso de un niño que, por su inseguridad,con sus compañeros no tiene casi comunicación, creándo-se un distanciamiento entre ellos cada vez mayor. Dichodistanciamiento hará que este niño no se integre entre suscompañeros, consiguiendo que cuando tengan que hacer untrabajo en equipo se sienta desplazado o más bien sea élmismo el que se aparte, dando lugar a posibles conversa-ciones entre sus compañeros sobre él, y si no las hay por lo

LA RELACIÓN ENTRE EL MIEDO 119 Y EL DESEOmenos él así lo creerá, pensando que todos sus compañerosle cuestiona a causa de su propia inseguridad. Evidente-mente, en este niño surgirá un deseo, posiblemente salir deese colegio, ser más abierto, caer mejor a sus compañeros o simplemente no sentirse tan angustiado. El deseo que tengaen esos momentos el niño no tiene tanta importancia, eneste caso la tiene el motivo el cual le ha llevado a dichodeseo, y a simple vista la inseguridad ha sido el verdaderoorigen de él, convirtiéndose está en el principal problema;pero tras esa falta de seguridad, enterrado muy profunda-mente estará el verdadero causante, y habría que pregun-tarse a consecuencia de qué viene esa falta de confanzaque tiene este niño, sólo averiguándolo podríamos tratar suprincipal problema.

? → INSEGURIDAD → MIEDO → DESEO

Pongamos el caso de que quiera cambiar de centro parapoder evadirse de sus actuales compañeros, y al fnal suspadres, si su hijo tuviese muchos problemas en el colegio,accedieran a cambiarle, pero con sus nuevos compañeros,posiblemente le sucedería lo mismo al ser un problema quesurge de su interior y no del exterior. La falta de seguridaden él seguirá existiendo y su situación no se habría resuelto,simplemente se habría ocultado temporalmente. Huyendode los problemas no los solucionamos, simplemente los en-terramos por un tiempo y a veces ni eso.

Cuando pasamos ante una situación así deberíamospreguntarnos -¿Estoy huyendo de algo o quiero ir en bus-ca de algo?-, porque si estamos huyendo de algo, eso de


lo que huimos lo llevaremos siempre en nuestro interior,y verdaderamente no le estaremos poniendo solución. Enocasiones podemos vivir momentos tan duros que no so-mos capaces de ver la verdad de la situación; podemospensar que vamos en busca de algo cuando en realidad loque queremos es dejar atrás algo que nos puede estar lle-vando a la desesperación.

Sea como sea, estos tres factores están muy relacio-nados. En ocasiones puede ser difícil dar se cuenta qué hadado pie a qué; incluso en este ejemplo, como hemos visto,la inseguridad no será la raíz de sus problemas, pues esa fal-ta de seguridad vendrá condicionada por una serie de suce-sos que habrá tenido anteriormente, pudiendo incluso haberestado condicionado por las ganas de que rer relacionarsemás con sus compañeros, y al darse cuenta de que le costa-ba –bien por su timidez, bien porque no sea muy habladoro cualquier otro motivo– poco a poco se fuese distanciandode ellos. Principalmente, siempre deberemos averiguar laverdadera causa para poder encontrarle una solución al pro-blema, si no descubrimos el verdadero motivo, lo máximoque conseguiremos es tenerlo oculto, provocando situacio-nes lamentables para la persona afectada en un futuro. Esalgo que puede parecer muy complejo, pero es muy senci-llo, sólo hay que estar atentos a cualquier aconteci mientoy observarnos; con constancia y con paciencia todo irá te-niendo un mayor sentido para no sotros.

Podríamos pensar que si no sentimos deseos no nos sen-tiremos vivos, que nos sentiremos vacíos y no nos sentire-mos en absoluto humanos. No estoy diciendo que no deba-mos de sentir de seos, sería un disparate intentar hacerlo,

LA RELACIÓN ENTRE EL MIEDO 121Y EL DESEOno estamos aislados del mundo en una cueva ni nada pare-cido; estamos muy en contacto unos con otros, y hay queser realistas, el deseo estará rondando por nuestra cabezaen muchas ocasiones; podremos conseguir que disminu-yan la cantidad de estos, ha cernos más conscientes de ellosy poder tomar una mejor decisión con respecto a él, perodifícil mente podremos conseguir erradicarlo por completo;no digo que no se pueda, sólo que no es eso lo que aquíintento explicar, haría falta mucho más de todo lo que aquíestá escrito para estar com pletamente por encima de él y,además, tampoco es el objeto de este libro. Lo que si quierohacer ver es que debemos estar abiertos al momento en quesurja antes de hacer nada, prestando atención y valorandola situación, porque nos evitaremos muchos contratiemposen un futuro y posibles su frimientos.

Nunca tenemos que actuar precipitadamente ante un de-seo, hay que estar atentos al momen to observando lo quesucede. En un principio va a tener mucho poder, tanto quesentiremos que es imposible resistirse a él, pero al seguir ob-servándole con una atención desnuda sin perderle de vista,podremos percibir como se esfuma perdiendo toda su fuer-za. Hay que intentar no abandonar la ob servación, porque sibien es cierto que en cualquier momento éste desaparecerámomentáneamente, también es verdad que si nos descuida-mos y perdemos la atención, cuando menos lo esperemospo drá reaparecer con más fuerza pillándonos de imprevisto,corriendo el riesgo de que se apodere de nosotros. Por eso,sería interesante que cuando un deseo reaparezca una y otravez averigüésemos su verdadera causa; sólo averiguándolatendremos posibilidades de ponerle fn.


Con la práctica cada vez nos será más sencillo y lo vere-mos con mayor claridad. Si utiliza mos este procedimiento,nos vamos a dar cuenta si lo que tenemos es tan sólo uncapricho, o por el contrario si hay algo más profundo detrásde él y verdaderamente es algo necesario.

El deseo es el mayor mal de la humanidad, puede des-encadenar estados negativos dentro de nosotros con muchopoder, e indudablemente por culpa de él se pueden come-ter barbaridades, por que una gran parte de ellos, antes o después, nos llevan a actuar destructivamente. Observemoscon mucha atención que nuestros deseos no sean la destruc-ción de nadie y sobre todo recordemos que nunca debemosconseguirlos a costa de cualquier cosa.

EL SUFRIMIENTO DEL SER HUMANO

EL SUFRIMIENTO DEL SER HUMANO

Durante nuestra existencia; si nos dejamos llevar pornuestros temores, el apego y el deseo; vivimos la vida en uncontinuo sufrimiento; si observamos, podemos advertir queen cualquier situación de la vida está presente. Cuando unamadre siente amor por sus hijos puede sentir un tormento a que les pueda suceder algo malo, si tenemos una época enla vida en la que nos está yendo genial existe cierto temor a que se acabe todo ese bienestar del que disfrutamos y cuan-do no logramos lo que queremos también existe un males-tar interno a causa de no haber conseguido nuestro deseo.Todas estas circunstancias y muchas más nos generan unsufrimiento a mayor o menor escala. No obstante, siempreque existe algo que nos atormenta es consecuencia de undeseo: el deseo de retener lo que tenemos, de conseguir loque queremos, de que no le pase nada a nuestros niños, deganar más dinero para ir más desahogados en nuestros pa-gos, de conseguir más tranquilidad en nuestra vida...

Tenemos mucho miedo al sufrimiento tanto físico comomental, y nos gustaría poder evitar lo a toda costa, pero nonos damos cuenta de que somos nosotros mismos los que


nos causamos, en más de una ocasión, ese padecimiento,llevándonos de un sufrimiento mental a uno físico o de unofísico a uno mental, estando ambos muy entrelazados.

Echemos la vista atrás en el camino de nuestra vida y podremos comprobar como de muchas de las cosas que noshemos quejado hemos sido nosotros los principales respon-sables. Nos pode mos quejar del dolor de nuestra espalda, delcomportamiento que tiene alguien hacia nosotros y de quenos cuesta mucho llegar a fn de mes, pero no nos paramos a pensar de que ese dolor de espalda puede venir a consecuen-cia de malas posturas y sobrecargas innecesarias a lo largode los años; de que el comportamiento de dicha persona pue-da ser debido a que nosotros –quizás sin darnos cuenta– ha-llamos hecho o dicho algo ofensivo hacia su persona o queen su momento nos endeudamos innecesariamente más de loque podíamos permitirnos sólo por el hecho de ser más quealguien, llevándonos a una situación desesperante.

En más de una ocasión, habremos podido comprobarcomo una persona con una actitud muy manipuladora pue-de llegar a coger ansiedad a consecuencia de querer con-trolar la vida de todo el mundo; con una actitud así lo másprobable es que le repercuta en graves problemas físicoso inclu so llevarle a tener un accidente como resultado desu estado descontrolado. Por otra parte, una per sona pue-de llegar a coger depresión, tirando su autoestima por lossuelos a consecuencia de una do lencia física. La mente y el cuerpo están más relacionados de lo que creemos, estánmuy condicio nados el uno por el otro, pudiéndose generarun circulo vicioso el cual nos puede llevar a arrastrar nospor los suelos. Si llegamos a este punto podemos llegar a

EL SUFRIMIENTO DEL SER HUMANO 125

tener grandes difcultades físicas y mentales, multiplicán-dose nuestros problemas y haciéndonos más difícil salir denuestra mala si tuación. Si no somos capaces de poder vercon total claridad lo condicionados que están cuerpo y men-te, no obtendremos una comprensión completa de nosotrosmismos y no podremos actuar en cada momento como de-beríamos de hacerlo.

Posiblemente, no estemos contentos con lo que tenga-mos y nuestra vida no nos resulta muy grata, o quizás laveamos insípida, deseando lo que tienen los demás y creán-donos un malestar a causa de que ellos han conseguido algoy nosotros no, pero no somos conscientes de que aún en elsupuesto caso de que consiguiésemos eso que tanto ansia-mos , posiblemente, en un futuro ya nos le daremos ningu-na importancia, ansiando tener lo que otra persona tienen o incluso pudiendo llegar a echar de menos nuestra anteriorsituación, sintiéndonos descontentos con nuestra vida ac-tual. Tene mos que darnos cuenta que, en muchas ocasiones,cuando vamos buscando satisfacciones en conse guir lo quelos demás tienen, es porque nuestra vida nos resulta vacíae intentamos buscar algo que sabemos que nos falta, algoque hemos perdido con el paso de los años; buscamos nues-tra esencia, nuestra inocencia, aquella felicidad de cuandoéramos niños; pero nuestra mente nos lleva a preocu parnossolamente en pequeñas satisfacciones para ella, creándonosuna felicidad engañosa y mo mentánea que no nos sirvenada más que para prolongar nuestro sufrimiento.

La mente del ser humanos actúa así, nunca estaremoscontentos con lo que obtengamos, nuestra mente va bus-cando siempre conquistar nuevos placeres, dando rienda


suelta a los deseos y pasando nuestra vida en torno al sufri-miento; un sufrimiento provocado por la envidia y el odioha cia otras personas, porque pensamos que se encuentranen mejor situación que nosotros. Lo que nunca pensamoses que, quizás, esa persona a la que tanto envidiamos, daríacualquier cosa por es tar en nuestra situación. La mente nosdesconcierta y la verdad no siempre es lo que creemos ver,solamente vemos lo que queremos, porque, quizás, la situa-ción de esa persona que tanto envidiamos no sea tan buenacomo podemos creer o nos hallan hecho ver, y posiblemen-te no sea tan feliz como nos pueda parecer.

Otro gran problema que nos encamina hacia el sufri-miento es que nos preocupamos más de la cuenta de losasuntos de nuestros semejantes. Nos metemos tanto en suvida que hasta nos hace mos protagonistas como si nos afec-tase a nosotros directamente, dando grandes consejos sobrelo que tienen que hacer o no, sin tan siquiera observar de-tenidamente la situación. Quizás, si nos para mos a pensarcon detenimiento, nos daremos cuenta que anteriormentenosotros ya pasamos por esa situación o una similar a lade la persona que nos proponemos aconsejar, y en su mo-mento nosotros actuamos como dicha persona está obrandoahora y no como le estamos sugiriendo; seguramente, porese mismo motivo, nos creemos en disposición de acon-sejarle, pues pensamos que al haber pa sado nosotros ante-riormente por esa experiencia le podemos dar un consejode primera mano, pero si nos volviese a ocurrir lo mismoa nosotros, posiblemente, la opción que elegiríamos anteesa cir cunstancia sería la misma por la que optamos tiempoatrás, aunque ahora podamos pensar lo contra rio. Tenemos


que ayudar a nuestros semejantes a que vean por ellos mis-mos, pero nunca debemos pretender ver nosotros por ellosdiciéndoles lo que deben y no deben hacer, y si en algúnmomento nos decidimos a dar consejo que sea porque ellosnos lo pidieron, no por decisión propia.

De lo que parece que no somos conscientes es que, conesa forma de actuar, pensando que todo lo sabemos y de quetenemos consejos para todo el mundo, a la larga nos puedeprovocar un sufrimiento, rompiendo nuestra paz interior alexistir un cierto grado de control; nos gustaría que hicieselo que nosotros le estamos aconsejando, aunque no se lodigamos tan claramente. Quizás esta persona que nos estácontando su problema lo único que necesite es ser escu-chada y sentir que no está sola ante esa situación, que hayalguien a quien poderle contar su problema sin necesidadde ser juzgada en ningún momento ni de que le digan lo quedebe o no debe de hacer.

No deberíamos cuestionar tanto a los demás, ni ir enplan de “salvadores”; en más de una ocasión nos mete-mos donde no nos incumbe. Tenemos que observar másde cerca nuestros defectos y hacer todo lo posible porsalvarnos a nosotros mismos, cuando nos observamos no-sotros caemos en la cuenta de que no somos tan buenoscomo pensábamos y que la gente no es tan mala comocreíamos, y sobre todo nos daremos cuenta de que losbuenos consejos que dábamos, quizás no sean tan buenoscomo teníamos en mente.

Otra cosa que nos genera un gran sufrimiento es el apegoque sentimos hacia las cosas. Como ya vimos en el apartadodel miedo a la pérdida, esta situación nos genera un gran


temor. Nos compramos una casa, un coche, un ordenador, un equipo de música mejor que el de..., en ocasiones, paraaparentar y lo valoramos más que a nuestra propia vida; te-memos que se rompa, que se pierda, que nos lo roben, quedeje de funcionar... encaminándonos hacia el sufrimiento y viviendo en un continuo tormento.

Podemos pensar que el dinero da la felicidad, pero nonos equivoquemos, hay gente con mu cho dinero infelizy gente con poco dinero muy feliz. No olvidemos que eldinero y las posesiones materiales crean una falsa feli-cidad, esa felicidad no nace de nuestro interior, procedede los aconte cimientos externos y las posesiones de lasque dispongamos, por lo que más tarde o más tempranoterminamos aburriéndonos de todo lo que vayamos con-siguiendo, y con ello se irá esfumando nues tra felicidad,llevándonos a envidiar y querer conseguir otra cosa u otrasituación que rellene ese va cío que tenemos en nuestro in-terior. Siempre que nos encontremos en estas circunstan-cias sentire mos que en nuestra vida nos falta algo, porqueen cualquier momento, esas mismas causas que nos dieronla felicidad se volvieron en nuestra contra al dejar de tenerinterés para nosotros, generándo se un gran dolor internoal sentirnos nuevamente vacíos.

Es obvio, y si dijésemos lo contrario nos estaríamosengañando, que para la sociedad tal y como está construi-da hace falta el dinero para cubrir un mínimo de necesida-des, pero lo que debe mos de entender es que el dinero noes sinónimo de felicidad, no porque tengamos más dinerova mos a ser más felices; puede que tengamos una satisfac-ción, pero será algo pasajero, consecuencia de las causas


externas y no procedente de nuestro interior. Cuando éstaprocede de nuestro interior, difícilmente las causas exter-nas nos la perturbarán; gozando, independientemente delo que nos su ceda, de una felicidad la cual nos hará sentiruna paz y un gozo que dejan por muy bajo nivel a la fe-licidad material que conocemos.

Para la mayoría de nosotros es difícil poder mantenercontinuamente esa felicidad; en cualquier momento nossurge un gran problema o se nos juntan varios, entoncesperdemos la observación y nos olvidamos de todo lo quehemos aprendido; pero si trabajamos constantemente cadadía conseguiremos aumentar esos momentos de felicidadinterna –afectándonos cada vez menos los problemas delexterior– y cuando perdamos la observación nos resultarámás sencillo recuperarla. Poco a poco os daréis cuenta deque detalles insignifcantes que antes os podían causar unainsatisfacción ahora no os pueden arrebatar la felicidad;con la práctica se pueden neutralizar cada vez problemasde mayor intensidad.

Otra cosa que nos conduce al sufrimiento es la impa-ciencia. Cuando esperamos un acontecimiento nos volve-mos intranquilos, tenemos ganas de que suceda, de quellegue ese momento ansiado. Una vez más nos estamosdespistando del presente y llevando nuestra mente al futu-ro. Recordad que no se debe de esperar acontecimientos,lo que tenga que pasar llegará, y nunca debemos permitirque nuestra vida esté basada continuamente en nuestro pa-sado o en nuestro futuro, porque entonces nunca seremosconscientes de lo que verdaderamente está sucediendo enel momento del hecho.


Los seres humanos vivimos continuamente esperandosucesos, pensando lo que haremos en ese preciso instantey como lo haremos, aunque desafortunadamente llegado elmomento, si es que alguna vez llega, las cosas pueden nosalir como las habíamos planeado, llevándonos a la frustra-ción. Después, una vez pasado el momento esperado, es-taremos pensando lo que deberíamos haber hecho y haberdicho, colocándonos ahora en el pasado y olvidándonos delpresente, llevándo nos a un nuevo tormento, y así continua-mente vamos como una veleta, sin tener el más mínimocontrol de nosotros mismos, del futuro al pasado y del pa-sado al futuro.

Hemos visto unos pocos ejemplos, pero en defnitiva,si prestamos atención, podemos ad vertir que siempre queexiste un deseo nos estamos generando un sufrimiento cau-sado por una inse guridad, la cual nos estará llevando a untemor a corto o a largo plazo.

LA IMAGEN QUE PROYECTAMOS

LA IMAGEN QUE PROYECTAMOS

Existen varias religiones, cada una de ellas basadas enunas creencias, pero si observamos con detenimiento nosdaremos cuenta de que la meta de todas es la misma.

Necesitamos creer en algo, en muchas ocasiones nossirven para sacar fuerzas en los mo mentos difíciles, apo-yándonos en lo que creemos. Cada cual debe ser feliz consus creencias y todos debemos aprender a respetar las opi-niones de nuestros semejantes.

Tenemos que comprender que cada persona tiene suopinión y no debemos intentar de convencer a nadie paraque cambie de pensamiento, si alguien cambia su formade pensar deberá ser por decisión propia y no porquenadie le intente convencer. Ante todo hemos de darnoscuenta de que no tiene ninguna importancia en lo quepueda creer nuestro amigo, vecino, nuestra pareja...; loque verdaderamente importa, y eso no se nos debe de ol-vidar nunca, es la clase de personas que son.

Bien es cierto que se necesita creer en algo, pero no esmenos cierto que ante todo debería mos creer en nosotrosmismos, si no creemos en nosotros de poco o nada podrá


servir nuestra fe. Podremos querer aprobar unas oposicio-nes y rezar pidiendo que por favor las aprobemos, pero sinosotros no estudiamos, y no creemos que podemos conse-guirlo, solamente con la fe no lograremos aprobarlo.

Si nos apetece poner un CD está claro que necesitare-mos energía del exterior para que fun cione, pero si el lectorse ha estropeado y no funciona correctamente, no estará ha-ciendo su función y poco o nada podremos escuchar. ¿Com-prendéis ahora por qué es tan importante que creamos ennosotros mismos y no dejarlo todo a cargo de la fe? Paraque algo funcione deberán complementar se una serie de co-sas, en nuestro caso, para poder conseguir lo que queramos,necesitaremos fe y sobre todo activar nuestra fuerza interiorpara conseguir ponernos en marcha.

Formamos parte del universo, y puede que, en ciertasocasiones, podamos recibir ayuda de fuerzas superiores,que dependiendo de cada religión se le puede llamar de unaforma o de otra; cada uno le puede llamar como quiera, elnombre no importa, sólo es un concepto; pero esas fuerzassólo nos darán su ayuda, no nos van ha hacer todo el tra-bajo, porque sobre todo deberemos de tener mucha fe ennosotros mismos y una gran creencia en nuestro potencial,para conseguir todo lo que nos propongamos.

A mucha gente le gustaría ser como su amigo, su veci-no, su padre...; vemos algo en esas personas que nosotrosno tenemos, o mejor dicho, creemos que no tenemos. Nosomos conscientes del potencial que está dentro de nosotrosy nos sentimos, en más de una ocasión, inferiores a los de-más, pensando que no somos capaces de conseguir lo queellos han logrado y viviendo en una con tinua inseguridad.

LA IMAGEN QUE PROYECTAMOS 133

Quizás nos gustaría ser más listos, sentirnos más respeta-dos, tener don de gentes o, quién sabe, igual nos gustaríadesbordar simpatía. Podemos ser lo que cada uno quera-mos ser, te nemos esa capacidad, la gente verá en nosotrosla imagen que les proyectemos. Si hay algo que nos impideser como nos gustaría, es nuestro gran compañero de viajesel miedo, que es capaz de blo quear todos nuestros actos, ha-ciéndonos pensar que somos incapaces de conseguir lo quenos pro pongamos, sintiéndonos incapaces de actuar.

Si no nos sentimos respetados, simplemente es porquenosotros trasmitimos esa imagen nuestra. Lo que debemospreguntarnos es si nos vemos a nosotros mismos como al-guien a quien de ban respetar. La gente puede estar viendoen nosotros una persona que no se da a respetar, y no esporque nosotros no podamos ser respetados, sólo piensanasí porque esa es la imagen que les conse guimos transmi-tir a causa de nuestro comportamiento. Además, en muchasocasiones, es sólo una sensación que sentimos, sin que paranada la gente tenga ese pensamiento de nosotros.

Imaginad que pensáis que no tenéis don de gentes; in-dudablemente va a ser por este mismo motivo, si vosotroscreéis que no podéis conseguirlo os bloquearéis, se os cor-tarán las palabras, no sabréis que decir ni como actuar y sentiréis ese nudo en el estómago que no os dejará respi-rar, sin tiendo cada vez con mayor intensidad que no podéisconseguirlo y proyectando esa imagen negati va hacia losdemás. Si esto sucede, estaremos sufriendo un bloqueo denuestra energía, y nunca se nos debe de olvidar que la ener-gía debe fuir libremente como el agua en un río para poderavanzar en nuestro camino. Nunca, bajo ningún concepto,


debemos de pensar que nosotros no podemos lograr lo quenos propongamos, si la persona a la que os gustaría parece-ros puede, vosotros también podéis.

Nuestra mente es muy poderosa, y si permitimos quetenga el control siempre estaremos en vidiando a los demás,sintiéndonos inferiores y pensando que no estamos capaci-tados para conse guir lo que otra persona a logrado.

La gente enseguida se da cuenta de nuestros defectosy nuestra virtudes, cuando se ven des de fuera enseguida seven nuestras cosas positivas y negativas; hay que apren-der a ser objetivos y conseguir ver nuestro comportamientodesde fuera, porque sólo así veremos en lo que verdadera-mente estamos errando y podremos darle una solución.

¿En algún momento de vuestra vida pensasteis en ha-cer algo y os pusisteis manos a la obra hasta que lo logras-teis? No importa si fue algo grande o no lo fue, observadel hecho de como se in trodujo esa idea en vuestra cabe-za, planeasteis como hacerlo y por fn obtuvisteis lo quequerías. La mente funciona así, siempre las grandes ideastienen su comienzo en la cabeza. Si deseamos algo contodas nuestras fuerzas, nuestra mente nos indicará en quedirección movernos para conseguir lo que queremos, y sindarnos cuenta nos estaremos encaminando de una formaclara a lograr nuestro propósito; sólo debemos de creér-noslo, saber con certeza por nosotros mismos que tenemosla habi lidad para hacerlo y ponernos manos a la obra, esuna cuestión de confanza en nosotros, y todos es tamoscapacitados para ello. Actuando de ese modo nos sentire-mos envueltos por una energía muy positiva que la gentepercibirá sintiendo que puede confar en nosotros.


Cuando alguien quiere hacer algo, y los cimientos de suproyecto están levantados sobre una mentalidad negativa,posiblemente, ni lo intente; pero suponiendo que lo pongaen marcha, lo más probable es que no consiga su objetivo,y al obtener malos resultados dirá –Lo sabía, yo no estoyhecho para esto, no tendría que haberlo intentado–. Si nosconducimos hacia un objetivo con una mentalidad negati-va es imposible que estemos dando lo máximo de nosotrospara lograr lo que nos propusimos, pues antes de hacerlo yaestamos dando por hecho de que vamos a fracasar.

Con esto no os estoy diciendo que si a una persona in-trovertida le gustase ser extrovertida vaya a cambiar de undía para otro; nada que valga la pena es fácil, deberá ir pasoa paso y segura mente se lleve alguna desilusión, pero nodeberá utilizar ese desengaño para rendirse. Como ya ha-blamos en su momento, el fracaso es nuestro medio parapoder aprender y avanzar en nuestro ca mino, es parte dela vida, pero no es algo negativo, somos nosotros quienlo convertimos en algo desfavorable permitiendo que noscondicione en futuras experiencias. Siempre que iniciemosun proyecto se debe de ir con una mentalidad positiva, y sifracasamos no pasa nada, sacaremos el má ximo jugo a esaexperiencia, de manera que no lo veamos como una derrotasino como el principio de nuestra victoria, sabiendo lo quehay y lo que no hay que hacer en un futuro.

El miedo y la inseguridad nos hacen proyectar imáge-nes nuestras que no son las que nos gustarían, causándonosel efecto contrario al que queríamos. Ya hemos visto comose debe actuar ante el miedo, que no debemos de huirle nienfrentarnos, sólo relacionarnos con él; lo que necesita mos


es practicar constantemente, y con el tiempo nos daremoscuenta de que el miedo ya no es un problema tan grandecomo lo fue tiempo atrás.

Tenemos que recordar siempre una cosa; a causa denuestras reacciones, nuestra mirada, nuestra postura; esta-mos trasmitiendo a todo nuestro entorno nuestra forma deser, y a consecuencia de eso la gente nos va a tratar comolo que ven, aumentando hacia nosotros la imagen que tene-mos nuestra y consiguiendo expandirnos o limitarnos más.Tener una actitud positiva pensando que po demos lograr loque nos propongamos no signifca ser unas personas prepo-tentes, porque en ese caso lo demás también lo percibirán;hay que ser positivos, pero ante todo humildes. Nada surgeporque sí, todo lo que sucede es a causa de algún otro hechoy ningún hecho existe aisladamente. Tened en cuenta que siactuamos con una conducta de prepotencia tarde o tempra-no se volverá en nuestra contra.

Hemos visto que principalmente debemos de creer ennosotros mismos, es parte imprescin dible, además de otrosaspectos para que nuestra vida funcione con el máximoequilibrio posible, pero no hemos comentado nada sobrela gente que nos rodea. Si queremos que las personas crean en nosotros también deberemos de creer en ellos, los demástambién necesitan que se crea en su persona, y en muchasocasiones, aunque no nos demos cuenta, la gente de nuestroentorno pueden estar reclamando nuestra atención y nuestraconfanza; quizás no lo percibamos, porque, en ocasio nes,estamos demasiado ocupados con nuestros problemas y nonos sentimos receptivos a los de más, pero ellos pueden es-tar necesitando una mano amiga.


Nos gusta que la gente confíe en nosotros y que creanque somos capaces de hacer y conse guir cosas, eso au-menta nuestra autoestima y nos ayuda a creer en nosotrosmismos haciéndonos más fácil nuestro camino. Cuandoobservamos que diferentes personas no creen en nuestracapacidad de lograr cosas puede afectarnos de modo queperdamos toda confanza en nosotros; ¿pero no sotros lo ha-cemos?, ¿somos capaces de creer en la gente? Yo creo queno siempre, porque nos preo cupamos de nosotros y nadamás que de nosotros.

Ayudaros a vosotros mismos creyendo en la gente y en vuestra potencial, todos tenemos capacidad para hacerlo mismo. Con esa actitud se generará una distensión quecontrarrestará toda la tensión que llevabais acumuladadentro a causa de vuestro conficto interior. Nunca olvi-déis que to dos somos parte del universo y estamos movi-dos por la misma energía, venimos del mismo sitio y nosdirigimos al mismo lugar.

NUESTRA PAZ INTERIOR

NUESTRA PAZ INTERIOR

Jamas me lamentaré de las cosas que me pasaron pormuy duras y desagradables que ha yan podido ser, porquegracias a todo lo vivido he llegado ha cierta comprensión,dándome cuenta de que las cosas no pasan por casualidad.Nunca imaginé que mi trabajo me permitiese mantener uncontacto tan directo con la gente y mucho menos con lointrovertido que yo siempre fui, pero una cosa me llevó a laotra y con el tiempo logré mantener una relación muy di-recta con los demás, pudiendo conocer más profundamentea las personas y viéndolas de un modo distinto a como laspodía ver tiempo atrás.

Cuando pensamos en nosotros más que en los demás y nuestro pensamiento nos envuelve en nosotros mismos, nopodemos ver más allá de nuestro mundo, de nuestro senti-mientos y nuestras inquietudes; para nada nos importa lavida de un conocido; cuando nos cuenta su problema pode-mos escucharle, pero en el fondo no dejaremos de pensaren nosotros creyendo que nuestro problema es mucho másimportante que el suyo. Si deseamos comprender verdade-ramente a la gente que nos rodea, vamos a tener que prestar-

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les un poco más de atención, ponernos en su lugar e intentarver las cosas desde su punto de vista; su problema puedeser tan importante para él como para nosotros el nuestro.Si nos preocupamos por nuestros semejantes ellos tambiénlo harán por nosotros y en el momento en que tengamos unproblema, seguramente, estarán ahí para prestarnos su ayu-da, y si no es así no pasa nada, nosotros podremos descan-sar tranquilos sabiendo que hicimos lo que debíamos; pero,¿podemos esperar el apoyo de los demás si nosotros en sumomento no se lo dimos?

En la vida el contacto con la gente no siempre es el quenos gustaría. En algún momento nos podemos encontrarcon alguien, que por sus comentarios o su forma de pen-sar, nos pueda sacar de nuestro eje. El pensamiento de cadauno es libre y no podemos pretender que todo el mundopiense como nosotros, además, en ocasiones, somos no-sotros mismos los que estamos equivocados con nuestrospensamientos, envolviéndonos en nuestra propia realidad y viendo las cosas sólo como hemos aprendido a verlas. Si noconseguimos ser fexibles con los demás, sin darnos cuentaestaremos usando una forma de control, y nos encontrare-mos abriendo la puerta al deseo de controlar la vida de losdemás, llevándonos a alejarnos más de nuestra paz interior.

Cuando mantenemos una conversación sincera y pla-centera podemos sacar lo mejor de no sotros, poniéndonosal descubierto ante dicha persona. Sin embargo, si ésta con-versación la lleva mos a cabo estando a la defensiva nuestraactitud será diferente, sintiéndonos condicionados por lainseguridad, el miedo, la ira y un cúmulo de energías nega-tivas que estarán dirigiendo nuestra con versaciones y reac-

NUESTRA PAZ INTERIOR 141

ciones, diciendo cosas de las cuales nos podemos arrepentircuando nos sintamos más calmados. La gente, poco a pocose irá formando una idea de como somos, y eso es lo quesiempre se esperará de nosotros, por lo que cada vez quemantengamos una conversación con esa persona, ésta tam-bién se pondrá en un estado de alerta, no disfrutando nuncade una conversación libre y placentera. Lo peor de todo esque no solamente será esta persona con la que estaremosen esta situación, cualquiera que se halla formado una ideanegativa nuestra mantendrá la misma pos tura ante nosotros.

¿Por qué nos preocupa tanto lo que diga o piense la gen-te? Tan sólo es su opinión, nosotros tenemos la nuestra y cadacual tendrá la suya. Cada persona verá las cosas dependiendode la vida que halla tenido, sus conceptos, sus creencias y por supuesto de la situación actual que viva. Lo que para unapersona puede tener mucho interés para otra no lo tendrá.Debemos aprender a escuchar; escuchando estamos abiertosa todo, comprendemos la opinión de los demás e incluso siestamos confundidos con nuestra opinión podemos darnoscuenta de que éramos nosotros mismos los que estábamosequivocados, evitando así tener una conversación en la cualestemos continuamente preparados para contraatacar.

En muchas ocasiones, la gente nos pone al descubier-to esa inseguridad que hay en nuestro interior, porque handado en el clavo con algo que a nosotros no nos ha gustadoescuchar respecto a nuestra persona, colocándonos en cier-to estado de intranquilidad. Cuando realmente nos ponemosnerviosos y reaccionamos mal es porque algo de razón te-nían. Intentemos ser objetivos para saber si lo que nos handicho que tanto nos enoja, es algo real y la gente se dio


cuenta antes que nosotros. En vez de perder el control mire-mos en nuestro interior y aprendamos a conocernos.

En más de una ocasión, las personas de nuestro entor-no nos puede servir de gran ayuda para avanzar en nuestrocamino si aprendemos a escuchar. Normalmente, cuandonos encontramos en tales circunstancias no escuchamos niobservamos, simplemente nos calentamos consumiéndo nosun fuego interno que provocará nuestra ira por lo que sehaya podido decir de nosotros. No hay que dejarse llevarpor la situación, debemos crearnos nuestro pequeño espaciointerior en el que siempre estaremos protegidos, inaltera-bles y observadores. En ese espacio podremos ver más alláde nuestra realidad.

Nunca hay que permitir que nadie perturbe nuestrapaz interior, no tenemos que entrar en ese juego, debe-mos intentar tener un total control sobre nosotros mismosy nuestras reacciones, y eso lo vamos a ir logrando conuna continua observación y con la comprensión; eso si esser una persona fuerte y no el querer aparentar algo queno somos para sentirnos respetados por los demás; hacefalta ser muy fuerte interiormente para poder mantener a raya a ciertas fuerzas negativas. Si nos dejamos arrastrarsaldrá todo lo malo que hay en nuestro interior, y los pri-meros perjudicados seremos nosotros. Una vez que ha-llan tomado el mando no tendremos opción de retroceso,por lo tanto tendremos que estar muy atentos para poderdetener el proceso cuando empecemos a sentir in diciosde que vayan a aparecer, y así no permitir que consigancontrolarnos. Cuando nos hayamos percatado nos ven-drá bien hacer unas respiraciones profundas sin detener

NUESTRA PAZ INTERIOR 143

nuestra observación, eso nos ayudará a calmarnos y nohacer nada de lo que nos podamos arrepentir.

No es fácil, es más, tenemos que ser conscientes de quees difícil lograr que no nos saquen de nuestro estado de paz,pero en la vida cuando queremos conseguir algo que valgala pena nos de bemos esforzar. Intentad no sacar de sus casi-llas a los demás, poneros en su lugar y tened cuidado con loque decís para que no pueda ofender, podría ser el principiode una discusión que al fnal po dría terminar por sacaros a vosotros mismos de vuestro eje. Recordad que para estaren paz con los demás, primero deberemos estar en paz connosotros mismos.

Nuestra paz interior no es algo que tengamos que ob-tener, es algo que tenemos que recupe rar, pues siempre haestado dentro de nosotros, pero con el paso de los años lahemos ido cubriendo con nuestros temores, odio, envidia,avaricia..., y ahora debemos ir despojándonos de todo eso,para que vuelva a ver la luz.

LA MEDITACIÓN COMO AYUDA A NUESTRARE LACIÓN CON EL MIEDO

LA MEDITACIÓN COMO AYUDA A NUESTRARELACIÓN CON EL MIEDO

Primero y principal, me gustaría aclarar, para los quenunca habéis practicado la meditación y podáis tener unaidea confundida de ella, que nada tiene que ver con nin-guna religión. Posiblemente, la mayoría de vosotros ya losabréis, pero para aquellas personas para las cuales sea algonuevo quiero que os quede muy claro. La meditación esobservación, atención y comprensión de la vida misma, y desde luego eso en sí no es ninguna religión, si acaso es elalma de todas ellas. Personas de cualquier cultura y creen-cia pueden practicarla sin que para ello afecte su fe. Cadacual es libre de opinar lo que quiera, sintiéndose feliz conlo que crea. Además, no olvidemos que la esencia de todasla religiones es la misma y todos nos dirigimos en la mis-ma dirección, la meditación simplemente allanará nuestrocamino a seguir; entonces no demos tanta importancia a lareligión en sí y valoremos más eso que buscan todas lasreligiones y que todas ellas tienen en común.

La meditación no es otra cosa que ser natural. Cuandomeditamos estamos aprendiendo a volver a nuestros oríge-


nes, haciendo uso en su máximo potencial de todos nues-tros sentidos. En esos momentos nuestros oídos escucharánmás allá de donde escuchamos habitualmente, nuestra na-riz distinguirá olores que de normal nos pasan inadverti-dos, observaremos pensamientos que normalmente no nospercatamos que tienen lugar en nuestra mente y sentiremossensaciones por todo el cuerpo percibiendo el movimientode la energía por él.

Nosotros no somos los único seres de la naturalezaque, en determinados momentos, tenemos la capacidad desentirnos tal cual somos conectando con nuestra esencia.Si observamos con atención, podremos apreciar como ungato, en ciertas ocasiones, se queda muy quieto con la mi-rada perdida, atento a cualquier cosa que pueda suceder y moviendo sus orejas en varias direcciones para escucharsonidos que nosotros ni logramos percibir; podríamos in-terpretarlo como que esta en plena meditación, pues enesos momentos está prestando mucha atención a todo loque ocurre a su alrededor, sonidos, olores y cualquier sen-sación que pueda percibir. He mencionado estos animales,porque son muy observadores, y es un ejemplo muy claroel cual está al alcance de la mayoría de poder observarlo,pero ésta es una situación que, si prestamos atención enel momento del suceso, la podremos percibir en distintosanimales de la naturaleza.

Nosotros nacimos con esa cualidad, pero con el pasode los años la fuimos perdiendo, y ahora tenemos quevolver a encontrarla. Debemos recuperar la cualidad deconectar con nuestra esencia, y con el tiempo se desarro-llarán mucho más todos nuestros sentidos y nuestra intui-

LA MEDITACIÓN COMO AYUDA A NUESTRA 147RE LACIÓN CON EL MIEDOción, consiguiendo conocernos mejor y estar más abiertosal momento presente.

La meditación es parte importante para el auto-desa-rrollo; con esto no quiero decir que si no la practicamosnos va a ser imposible mejorar como seres humanos, sóloquiero que comprendáis que es muy importante, porqueal desarrollar nuestra atención contribuye a que nos demoscuenta de muchas cosas que de otro modo nos sería másdifícil de percibir o incluso nos podrían pasar inadverti-das. Además, nos ayudará a sentirnos más seguros de loque hacemos y sobre todo a vivir más en el momento ac-tual, desarrollando unos hábitos de estar aquí y ahora quenos infuirán de manera positiva en nuestro día a día. Todoeso nos va a permitir observar con mayor facilidad nues-tros pensamientos, temores y reacciones, consiguiendo deese modo profundizar en nuestra inseguridad y evitandoasí actuar precipitadamente.

Cada vez se oye hablar más de la meditación, y va en-trando más en uso en la vida de mucha gente. Existen unagran variedad de técnicas, unas pueden ayudarnos a mejo-rar nuestra concentración y a relajarnos, con otras podemosconseguir distintos estados de consciencia y con otras con-seguiremos comprendernos mejor.

Podemos encontrar distintas técnicas a disposiciónnuestra en las cuales se utiliza mucho la concentración.Cuando nosotros nos concentramos en un objeto de medita-ción, ya sea la respira ción, un mantra1, los chakras2, etc, es-1. Palabra o frase que, al repetirla constantemente, lleva a la mente a un estado de concentración. 2. Puntos de energía invisibles situados en el cuerpo humano.


tamos dirigiendo toda nuestra energía a un punto en concre-to, por lo que a la mente la estamos limitando a un campode concentración, y a pesar de que estaremos muy atentosa lo que pueda estar sucediendo en ese punto en concreto,nos pueden pasar desapercibidas muchas otras cosas, quetendrán lugar en ese mismo instante fuera de ese punto enel que estamos enfocados. Si nuestro propósito es aumen-tar la concentración, relajar nuestra mente o conseguir es-tados distintos estados de consciencia lo podremos lograrcon estas técnicas, pero si nuestro propósito es conocernosmejor, nuestra práctica meditativa debe ser algo muy libre,tenemos que poner nuestra consciencia en un estado purode alerta a todo, siendo lo más naturales posibles y sin dejarque nada escape a nuestra atención; en ningún momentola tendremos limitada, porque estaremos abiertos a todo loque suceda momento a momento y vamos a poder ver lascosas tal cual son.

La meditación vipasana no está basada en la concentra-ción, tan sólo la utilizaremos al principio manteniendo laatención en la respiración para enfocar la mente, pero unavez enfocada estaremos abiertos a cualquier suceso, obser-vando nuestras reacciones y pensamientos ante cualquieracontecimiento de una forma objetiva, observando en cual-quier sensación y pensamiento como surge, su tiempo deexistencia, como interfere en nosotros y como desaparece.Si así lo hacemos, nos daremos cuenta de como la menteinteractúa con el cuerpo al estar observando todas las sen-saciones y sucesos que se originan en ellos.

Cuando empecé a practicar vipasana para mí fue algomuy especial y revelador. En la medi tación que practicaba

LA MEDITACIÓN COMO AYUDA A NUESTRA 149RE LACIÓN CON EL MIEDOanteriormente condensaba toda mi atención y energía enun punto del cuerpo, un sonido o un mantra, limitándomea ese punto; en cambio en vipasana la sensación era deexpan sión, de estar abierto a todo lo que sucede, la res-piración, las sensaciones del cuerpo, los pensa mientos...,observando y percibiendo cosas que para mí anteriormentehabían pasado inadvertidas.

Al practicar meditación nos pueden surgir experienciasmuy agradables o desagradables, las cuales nos harán sentirun deseo muy grande de querer repetirlas o evitarlas cada vezque iniciemos una, pero nunca se debe de buscar ninguna ex-periencia ni repudiarla, porque en el momento en que nos de-jamos llevar por el deseo dejamos de meditar, simplementecuando la realicemos nos limitamos a estar atentos y a dejarque las cosas sucedan cuando tengan que suceder, sin apegar-nos a ninguna experiencia ni rechazarla y con una total ecua-nimidad. Cuando tenemos el deseo de querer repetir sensa-ciones que anteriormente tuvimos sólo conseguiremos tenercierto grado de nerviosismo, perdiendo toda posibilidad deobservación; lo mismo ocurrirá cuando intentamos evitar quesurja alguna sensación, y además, de un modo o de otro, laestaremos atrayendo, consiguiendo que en algún momento sehaga realidad. Por lo tanto, cuando tengamos ese u otro deseodeberemos prestarle atención, mirar la fuerza que provoca ennosotros y la causa de él. Del mismo modo procederemoscon las experiencias desagradables, nunca las repudiaremos.Cuando nos surja la sensación de miedo, hay que observarlay mirar profundamente en esa sensación; no debemos dejarde observar nuestro temor y relacionarnos con él, porque alfnal nos contará el motivo de nuestra inseguridad.


A cualquier experiencia debemos de prestarle toda nues-tra atención, percatándonos de como surgen, el porqué, to-das las sensaciones que nos provoquen y como fnalmentedesaparecen, pero nunca nos dejaremos absorber por la ex-periencia convirtiéndola en una concentración. Observare-mos la experiencia, miraremos en que estado nos pone sin-tiendo todas esas sensaciones tanto física como mentales,y sobre todo no actuaremos ante nada, sólo le prestaremosatención con total sere nidad y objetividad y cuando se quie-ra ir la dejaremos marchar.

Posiblemente, muchos de vosotros halláis practicado yameditación. No importa la técnica que hayáis utilizado, se-guid utilizando el método que os resulte más sencillo parafocalizar vuestra mente. En vipasana, como ya os he co-mentado, se utiliza el seguimiento de la respiración, puesnos ayuda a poder observar mejor las reacciones de nuestrocuerpo ante la excitación y la relajación de la mente, nossentimos más en comunión con nosotros mismos, aunquesi os resulta más cómoda otra técnica, de momento seguidcomo hasta ahora, cuanto menos controlados os sintáis mu-cho mejor, vale la pena que vayáis poco a poco sin sentirninguna presión.

Cuando halláis conseguido focalizar vuestra mente,olvidaros de vuestro objeto de meditación, no os sintáisapegados a nada, simplemente debéis ser lo más natura-les posibles y empezar a observar todo lo que acontece envuestro interior; sentid vuestra respiración y no le perdáisatención –sentid como el aire entra y sale de vuestros orif-cios y sentid ese pequeño cosquilleo que produce, observadcomo vuestro vientre sube y baja al ritmo de vuestra respi-

LA MEDITACIÓN COMO AYUDA A NUESTRA 151RE LACIÓN CON EL MIEDOración– percataros de vuestros pensamientos y sensaciones,pero sobre todo debéis observar vuestra mente y ver comofunciona, el como y el porqué de esos pensamientos, perosin apegaros a nada y dejándolos ir; dejad que todo fuya,que sea una observación muy pura y objetiva, permitid quevuestra consciencia sea como el agua de un arroyo. Cuandosurjan molestias por la posición, ganas de levantaros o abu-rrimiento tan sólo mantener la observación; habitualmente,al mantener la observación desaparece o por lo menos dis-minuye la sensación.

Hay gente que piensa como yo y otras lo contrario, perobajo mi punto de vista, en el instan te de la observación,simplemente hay que observar; nunca debemos decirnos a nosotros mismos mientras observamos la respiración que es-tamos respirando, o cuando nos llega un recuerdo decirnosque estamos recordando ni pensar –¡qué bonito recuerdo!–.En el momento en que nos decimos lo que nos está pasandoestaremos perdiendo toda capacidad de observación. Cuan-do estamos viendo atentamente una película sin hablar, sim-plemente prestando toda nuestra atención, nos estamos per-catando de cualquier detalle, pero si en el momento en quela estamos viendo también la comentamos nos perderemosgran parte de ésta. Así debe ser nuestra meditación prestan-do toda nuestra atención para que no se nos escape ningúndetalle. A mi personalmente me funciona mejor, porque enel momento en que me repito lo que me está sucediendo miobservación deja de ser tan pura.

La meditación no se reduce sólo a la posición de sen-tado, es una forma de vida; en nuestro día a día deberemosestar muy atentos a lo que hacemos y a todo lo que sucede,


y en el momento en que aparezca cualquier sensación, tantopositiva como negativa, tendremos que estar muy atentosy abiertos a lo que está pasando sin reaccionar, dándonoscuenta de lo que está sucediendo. Si conti nuamos prestandoatención, al fnal podremos ver que ese pensamiento o sen-sación pierde su fuerza y lograremos una mayor compren-sión hacia lo que está pasando.

La mayoría de nosotros, al visitarnos el miedo tene-mos tendencia de ponernos a pensar sobre el motivo quenos lo ha ocasionado, intentando encontrarle una soluciónal problema e identifcándonos con él. Posiblemente nosvendrán a nuestra cabeza un montón de soluciones en lascuales podremos distinguir algunas fsuras que darán piea nuevas preguntas, con lo que nos enredaremos más connuestro problema. Si por el contrario, en el momento enque surja esa sensación que nos hace sentir como si nosapretaran la boca del estómago sintiéndonos muy pequeñi-tos nos dedicamos a observar ese temor en su estado puro,antes o después empezaremos a sentirnos más despiertos y más seguros, obteniendo respuestas lógicas y sabiendo elporqué de ellas. Nunca debemos dejar de observar, para asíexpandir nuestra consciencia.

Los seres humanos tenemos la costumbre de hablary hablar, hay que aprender a escuchar y observar; escu-char nuestro interior, la naturaleza, a la gente..., se debede observar todo, nuestro mundo interior y exterior, hayque intentar que no se nos escape nada. El simple hechode estar prestando atención nos va a dar amplitud, colo-cándonos en una situación de calma que nos elevará a un estado de consciencia superior, pudiendo presenciar

LA MEDITACIÓN COMO AYUDA A NUESTRA 153RE LACIÓN CON EL MIEDOla causa de los problemas en vez de estar quejándonospor todo.

Como podemos ver, este tipo de meditación no es paranada concentración, simplemente es atención. Nos pue-de venir muy bien apoyarnos en principio en técnicas deconcentración para poder enfocar la mente, pero debemosaprender también a no depender de ellas, de lo contrario,se nos ge nerará cierto apego hacia esa técnica; si ya existeese apego lo deberemos observar para darnos cuenta hastaque punto estamos apegados y conseguir liberarnos de ello.Podremos utilizar nuestra técnica, pero después hay que pa-sar a la observación. Tomadlo como un complemento paravuestra meditación, no como una sustitución.

En el momento en que nos dispongamos a hacer unameditación sentado, nos va a ser mucho más sencillo si an-tes hacemos unos pequeños ejercicios de yoga, thai chi, chikung... Si alguno de vosotros nunca habéis practicado nadade esto, podéis hacer algunos ejercicios de estiramiento y después unas cuantas respiraciones profundas antes de em-pezar la meditación. Es bueno prepararse para ir calmandola mente, después podremos proceder a sentarnos.

Lo más importante de la posición no es la posición en sí;en muchas ocasiones buscamos conseguir hacer posturas demeditación como loto o medio loto, sobre-esforzándonos y con grandes posibilidades de poder lesionarnos. Es obvio y hay que ser realistas, para muchos de nosotros cier tas pos-turas no nos son accesibles e intentar hacer alguna no nosayudaría en nada en nuestra medi tación, pues en lo únicoque estaremos pensando es en los fuertes dolores que nosestá provocando. Debemos pensar en nuestro cuerpo que es


para toda la vida, y nunca debemos forzarlo más de la cuen-ta, nuestro cuerpo no es como un mueble que se rompe y secompra otro. Ciertas posturas que podremos ver en algunaspersonas se logran con mucho entrenamiento a lo largo delos años, sin contar que habrá gente con problemas arti-culares que por mucho que practiquen nunca las podránlograr. No nos compliquemos tanto con la postura, hay quetener en cuenta que la meditación es un entrenamiento dela mente, no del cuerpo. No obstante lo que si tiene mu-cha importancia y debemos de tener en cuenta, es que, nossentemos en el suelo o en una silla, la espalda deberá estarsiempre recta, pero relajada para que pueda fuir bien laenergía (si es en una silla podéis levantar un par de dedoslas patas traseras para facilitar la rectitud de la espalda), elmentón metido para adentro y como si nos estirasen conuna cuerda de la coronilla, los hombros echados para atrásy las manos en vipasana se ponen en el regazo tocandoligeramente los pulgares, pero si os resulta más cómodoapoyarlas en las rodillas o formando algún mudra3 adelan-te, lo importante es que os sintáis lo más relajados y na-turales posible, podéis ponerlas donde más fácil os resul-te. Recordad que la postura debe ser relajada, pero frme.Evitad en la medida de lo posible practicarla en la cama,a no ser que la situación lo precise, porque posiblementeos quedaréis dormidos en mitad de la sesión, es arriesgadoestar demasiado cómodo, porque cuando nos demos cuentanuestra mente estará vagando.

Esto es lo más importante que yo considero sobre la

3. Posicionamientos de los dedos de las manos, los cuales ayudan a hacer fuir la energía en las prácticas de medita ción.

LA MEDITACIÓN COMO AYUDA A NUESTRA 155RE LACIÓN CON EL MIEDOpostura; no obstante no todos somos iguales, y cada unode nosotros podemos tener problemas variados en distintaspartes del cuerpo los cuales nos difculten la postura; si asífuese tendremos que buscar otra que nos sea más cómoda,aunque para ello necesitemos apoyarnos en el respaldo deuna silla o sillón, pues no tiene ningún sentido pasar doloresdurante la meditación o después de ella. No hay regla sinexcepción, y quizás alguno de vosotros podáis estar en unasituación parecida.

Otra gran duda que nos podemos plantear es si debe-mos meditar con los ojos abiertos o cerrados. Debemos es-tar abiertos a cualquier posibilidad, si bien es cierto queen vipasana se cierran los ojos, pues nos puede ayudarmucho a interiorizar, pudiendo observar mejor nuestrospensamien tos y cada una de nuestras sensaciones; también,en ciertas ocasiones, podemos optar por dejarlos abiertoso entreabiertos, pues si nos encontramos muy cansadospodemos correr el riesgo de ador mecernos, con lo que noestaremos meditando, nuestra mente simplemente estarávagando; por lo que en algunas meditaciones nos será másefcaz tenerlos abiertos.

Cada uno de nosotros debemos saber que es lo quemejor nos va en cada situación, ni todos somos iguales, nisiempre nos encontramos en la mismas circunstancias. Bajomi punto de vista yo no recomiendo coger una norma paratodo, debemos estar abiertos, aprender a se fexibles; tododependerá del momento, la situación y las posibilidades decada persona; quizás hoy nos resulte mejor tener los ojosabiertos porque nos sentimos adormecidos o apoyar la es-palda en un respaldo porque la tenemos dolorida, pero ma-


ñana la situación puede cambiar. Si tomamos siempre lasmismas reglas nos estaremos limitando a nosotros mismos,no sintiéndonos libres momento a momento.

Una vez posicionados haremos tres respiraciones pro-fundas para después respirar normal mente. Debemos seguirla respiración, observar como entra y sale de nuestro cuer-po, y percatarnos de las pausas que hay entre inspiración y espiración. Debe ser lo más natural posible y si perdemos laatención, en cuanto nos demos cuenta habrá que traerla contranquilidad a nuestra consciencia; el hecho de percatarnoscuando la perdemos también forma parte de la meditación.Cuando por fn hayamos conseguido enfocar nuestra mentetendremos que estar atentos a cualquier cosa que surja. Te-nemos que intentar mantener la atención en la respiración,pero con una actitud abierta, dándonos cuenta de como lascosas surgen, existen y desaparecen, en este momento laconsciencia fuye, advirtiendo cualquier cosa que pase pornuestro cuerpo y nuestra mente.

Si nunca habéis practicado la meditación, sería reco-mendable que durante al menos un par de meses simple-mente os centraseis en el proceso del ir y venir de la res-piración con el fn de cal mar vuestra mente, percatándoosde como entra y sale el aire con sus momentos de pausa, y sobre todo tened en cuenta que en ningún momento debe-mos forzarla; no es un ejercicio respiratorio y con el simplehecho de observarla se nos va a regular de forma naturalcalmando nuestra mente.

Todo tiene un principio, un tiempo de existencia y unfnal; observad ese proceso en todo lo que surja en vues-tra consciencia tanto en vuestro interior como en vuestro

LA MEDITACIÓN COMO AYUDA A NUESTRA 157RE LACIÓN CON EL MIEDOexterior, ésa será vuestra misión durante la meditación y fuera de ella.

Durante nuestra práctica, nos daremos cuenta de quetodo está condicionado por algo, podremos percibir quecuando surge un pensamiento, una reacción o una sensación,tiene su propia causa, y con el tiempo nos daremos cuen-ta de que ese miedo tan profundo que nos limita cada vezmás también tiene su porqué: posiblemente muy escondido,pero lo tiene. Con el tiempo y la práctica aprenderemos a profundizar siempre más al fondo, viendo lo que verdade-ramente subyace en cada momento de nuestra vida. Nuncahay que olvidar que tenemos que conseguir estar meditandoen cualquier circunstancia y cuando lo logremos podremosestar sentados, de pie, caminando, con los ojos cerrados o abiertos; nada importará, porque estaremos abiertos a todolo que ocurra en cualquier momento.

De algún modo la mente sabe cuando la estamos obser-vando y evitará que podamos percibir los pensamientos contotal claridad. Mientras estamos en la observación podremosver como estos van cediendo, y cuanto más de cerca y másveces los observemos, más fuerza perderán y antes desapa-recerán, por lo que cada vez tendremos que agudizar másnuestra atención; si nos confamos, si nos detenemos por unmomento en nuestra observación, nos vendrán a traición pi-llándonos por sorpresa, por lo que cuando nos demos cuentaestaremos enredados en ellos viéndonos totalmente identif-cados sin poder hacer ya nada y habiendo perdido la batalla.

Si entrenamos nuestra mente a no reaccionar ante lassensaciones buenas o malas, en el día a día conseguiremosuna actitud más imparcial ante las circunstancias; compren-


diendo que toda sen sación surge, existe y desaparece; peroes algo que tendremos que sentir cada uno de nosotros ennuestro propio ser, de nada nos servirá aprenderlo sólo in-telectualmente. Entrenad vuestra mente día a día como unculturista entrena su cuerpo.

UNA OPORTUNIDAD PARA LA HUMANIDAD

UNA OPORTUNIDAD PARA LA HUMANIDAD

El ser humano dispone de un gran potencial en su in-terior para hacer el bien, y además desea poder usarlo,pero muchas veces no sabemos como actuar ante algunascircunstancias al sentirnos confundidos por la cantidad deimpresiones que nos ocurren en la vida, nublando nuestravisión y llevándonos ha hacer cosas que no son del todo lascorrectas. Sin embargo, podemos comprobar que nos sen-timos llenos de gozo cuando nuestro comportamiento conel prójimo es el correcto; de hecho se han logrado grandescosas siempre que supimos como proceder.

Actualmente la gente está muy abierta al cambio, nece-sitan una transformación y desean ver como la humanidaddespierta a la realidad. Unidos podremos llegar mucho máslejos, es más, de la única forma que verdaderamente po-dremos avanzar es aprendiendo unos de otros, pues todosva mos en el mismo barco.

A todos nos encantaría que las cosas cambiasen y siem-pre nos quejamos de todo, pero, ¿vo sotros estáis dispuestosa cambiar, olvidándoos de vuestros conceptos y rencores?La gente comete errores, claro que sí, ¿quién no ha co-


metido errores? Yo si he cometido muchos errores, y concerteza a lo largo de mi vida cometeré más, pero lo im-portante es darse cuenta, subsanarlos en la medida de loposible y aprender de ellos para no volver a cometerlos. Enocasiones, puede haber alguien que haya hecho daño a otrapersona, pero luego su propio miedo, su mismo orgullo o cualquier otra causa le impiden pedir un simple perdón,causando una mala relación entre ellos la cual se podíahaber evitado. Si queremos ganar en paz interior empece-mos por perdonar de corazón y aprender a pedir perdóntambién de corazón. Hacedme caso no vale la pena lle-narnos de rencor, con el tiempo cada vez cuesta más pedirese simple perdón y al fnal nos podemos arrepentir de nohaberlo hecho, además la otra persona puede que necesiteque le pidamos perdón o ser perdonado.

Los libros están muy bien, nos pueden despejar muchasdudas y ayudarnos a ver en que si tuación nos encontra-mos, pero todo lo que podamos aprender en un libro seráalgo intelectual y muy superfcial. No digo que la sabidu-ría intelectual no sea buena, todo lo contrario, pero lo quequiero que entendáis es que para lograr nuestro propósitotendremos que recurrir a la sabiduría pro cedente de nues-tro interior, y lo único que tenemos que hacer es aprendera despertarla. Podremos leer en un libro que el miedo noslleva a ciertos estados negativos o que se origina a causa deun acontecimiento pasado. Aunque lo comprenderemos y le demos la razón, sólo nos daremos cuenta de ello cuandola hallamos sentido con todo nuestro ser en el momentodel suceso haciéndonos to talmente conscientes. Lo mismosucede con un maestro o un instructor, nos pueden ayudar a

UNA OPORTUNIDAD PARA LA HUMANIDAD 161

que despejemos ciertas dudas en esos momentos en que nossintamos bloqueados y no sepamos hacia que dirección di-rigirnos; pero el viaje lo debemos recorrer nosotros, porquepor mucha luz que se envíe a nuestros ojos mientras los ten-gamos cubiertos con una venda seguiremos sin ver la luz.

Cuando empecé a practicar yoga me sentía totalmenteperdido, todo era nuevo para mí y no tenía muy claro lo queera la meditación. A mi profesora de yoga siempre la te-nía interrogada a pre guntas relacionadas con la meditación,yo me encabezonaba en complicarla, cuando realmente eramuy sencilla, era yo el que siempre buscaba una nueva pre-gunta; con el tiempo me di cuenta de que era yo quienla difcultaba y que la meditación en sí era muy sencilla.Mi profesora me despejó muchas dudas a lo cual le esta-ré siempre muy agradecido, pero yo me he tenido que darcuenta de muchas cosas por mí mismo, las he tenido quever desde mi experiencia y las he tenido que sentir en miser, si no todo lo que me explicó en su momento de poco o nada hubiese servido.

En ocasiones, la gente escucha hablar de meditación y se maravilla, poco a poco surge esa curiosidad y se vanintroduciendo en el tema; leen libros, historias, y empiezana soñar con alcanzar la iluminación, quieren conseguir serunos seres iluminados que atraigan con su energía a las de-más personas o tener poderes psíquicos; en defnitiva desta-car del resto de la humanidad. Debemos tener cuidado conlo que deseamos, hay que tener los pies en la tierra y la ca-beza despejada, porque nos puede dar más problemas quebenefcios y estaremos alimentando gran cantidad de ener-gía negati va. Cuando el deseo nos roba espacio solamente


estamos pendientes de conseguir lo que deseamos; en esemomento somos el mismo deseo y nos estaremos alejandode nuestra esencia. Sed inteligentes y olvidaros de todo eso,utilizad la meditación para avanzar en vuestro camino y nopara retroceder. Todos vosotros tenéis un gran potencial,algunos por descubrir y otros habréis empezado a ver unapequeña luz. Todo lo que vosotros os propongáis lo podréisconseguir, pero tened cuidado con lo que queréis lograr,a veces os puede hacer más daño que bien, consiguiendohaceros peores personas. Proponeros mejorar como sereshumanos, muchos otros antes lo hicieron y muchos otrosdespués lo harán.

Cuando nos demos cuenta de que estamos mejorandoen nuestra práctica y de que ya no so mos la misma per-sona que hace tiempo atrás, podremos sentir esa felicidadprocedente de nuestro interior al comprender que estamosaportando nuestro granito de arena a que cambie ese mundoque siempre quisimos cambiar.

Haz de Tu Miedo Un Aliado - Jose Manuel Rubio

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