Hazaña Beniana Parte 8

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RECUERDOS DE LA GUERRA DEL CHACO (1932-1935) El recuerdo de la guerra del chaco, después de 77 años, se la siente como una herida abierta de nuestra historia, como una desventura que no acabamos de entender. Cuando alguien nos toca el tema comenzamos a repetir los relatos que nos revelaban mi padre, mi tío Carmelo y también mi tío Tomás Antonio Hurtado Subirana. Se grabó en nuestra memoria la Batalla de Boquerón en represalia por la toma de los paraguayos del Fortín Vanguardia (Pitiantuta para los pilas). No podemos olvidar el mes de julio de 1932, como el comienzo formal de la contienda del chaco y tampoco yo puedo olvidar que apenas tenía cuatro meses de nacido, cuando mi padre comenzó a preparar su mochila para trasladarse al territorio de la guerra. No podemos olvidarnos que por esta causa muchos de mis contemporáneos fueron lanzados a su suerte y perdidas las esperanzas de buen trato y estudios para poder alcanzar una vida mejor. Y como evidencia de esa verdad, en Trinidad se preparó un hogar, un asilo para los niños huérfanos de la guerra. De sólo escuchar que muchos niños se encontraban encerrados en un lugar, sin opción a libertades para corretear por las calles y por la única plaza que teníamos; este asilo funcionaba en el local que hoy día se llama El Tamarindo (donde están las oficinas de ONAMFA) con una superficie mayor de la que es ahora; como una obsesión se apoderaba de mi pensamiento de cómo eran esos niños, los imaginaba extraños con cierto aire de misterio, como si fueran de otros confines de la tierra. Hasta que un día me escapé de mi casa y fui a verlos, había un portón grande que lo cerraba una reja que cubría todo el espacio, tenía un candado que lo veía Dr. Jorge Hurtado Cuéllar Benemérito y contador Juan Manuel Hurtado Soliz, padre del Dr. Jorge Hurtado Cuéllar Página 163 Hazaña beniana en la Guerra del Chaco

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8va. de 13 partes del libro: "Hazaña Beniana en la Guerra del Chaco" de la Sociedad de Estudios Geográficos e Históricos del Beni, gestión del Lic. Aenaldo Lijerón Casanovas

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  • RECUERDOS DE LA GUERRA DEL CHACO(1932-1935)

    El recuerdo de la guerra del chaco, despus de 77 aos, se la siente como unaherida abierta de nuestra historia, como una desventura que no acabamos deentender. Cuando alguien nos toca el tema comenzamos a repetir los relatos quenos revelaban mi padre, mi to Carmelo y tambin mi to Toms Antonio HurtadoSubirana. Se grab en nuestra memoria la Batalla de Boquern en represalia porla toma de los paraguayos del Fortn Vanguardia (Pitiantuta para los pilas). No podemos olvidar el mes de juliode 1932, como el comienzo formal dela contienda del chaco y tampoco yopuedo olvidar que apenas tena cuatromeses de nacido, cuando mi padrecomenz a preparar su mochila paratrasladarse al territorio de la guerra.

    No podemos olvidarnos que por estacausa muchos de mis contemporneosfueron lanzados a su suerte y perdidaslas esperanzas de buen trato y estudiospara poder alcanzar una vida mejor.

    Y como evidencia de esa verdad, enTrinidad se prepar un hogar, un asilopara los nios hurfanos de la guerra.De slo escuchar que muchos niosse encontraban encerrados en un lugar,sin opcin a libertades para corretearpor las calles y por la nica plaza quetenamos; este asilo funcionaba en ellocal que hoy da se llama ElTamarindo (donde estn las oficinasde ONAMFA) con una superficie mayor de la que es ahora; como una obsesinse apoderaba de mi pensamiento de cmo eran esos nios, los imaginaba extraoscon cierto aire de misterio, como si fueran de otros confines de la tierra.

    Hasta que un da me escap de mi casa y fui a verlos, haba un portn grandeque lo cerraba una reja que cubra todo el espacio, tena un candado que lo vea

    Dr. Jorge Hurtado Cullar

    Benemrito y contador Juan Manuel HurtadoSoliz, padre del Dr. Jorge Hurtado Cullar

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    ms grande de lo que en verdad era, y con mucho cuidado me puse a espiarlosy haban unos como yo, otros ms chicos y otros ms grandes, me pareca queestaban tristes porque los tenan encerrados, tras una reja y no podan salir a lacalle, como nosotros que tenamos padres. No tuve valor de charlar con ellosy me volv triste a mi casa.

    Nuestra fortaleza naci pronto porque conocimos la fuerza y bravura de nuestrosguerreros, nuestros padres nos hablaban y nosotros les hacamos ruedos paraescucharlos. Contaban de sus hazaas, de sus heridas y de sus muertos, y quea mi padre, to Carmelo Cullar, tuvo que sacarlo herido de territorio paraguayo,despus de un combate como cuatrero, detrs de las lneas paraguayas, con elpeligro de perder toda la compaa que l comandaba. Tambin nos contabanque los paraguayos sintieron la mano dura del beniano que los detuvo en secoen su avance hacia nuestros territorios.

    Despus de conocer todos los datos histricos y las desventuras de las derrotasy la muerte de 50 mil hermanos bolivianos, la prdida de 240.000 Kms2., elnico consuelo que tenamos era el de haber conservado nuestro petrleo.

    La pobreza la sentamos en carne propia, porque bien recuerdo que por la escasezde todo y los pocos recursos econmicos, tenamos que cortar nuestra propialea para el horno y la cocina. Mi padre nos premiaba cuando bamos a traerlea por las afueras de Trinidad, hacamos nuestros jaces y a m, que era el mschico de la casa, por cualquier chafra que traa con risas y caricias merecompensaba y tambin reciba la rechifla y burla de todos mis hermanos, porel celo de los adulos de mi padre.

    Esta es la muestra de cmo se vivi en nuestro querido pueblo por aquellaaventura cometida por nuestros gobernantes, sin tener la medida adecuada delos factores negativos de una guerra, parece que no conocan nuestra geografa,ni la distancia de los centros poblados de nuestro pas a la zona de combate,pues se contaba en algunos casos, como el Beni y Pando, a ms de 1500kilmetros.

    En todo el pas la vinculacin caminera era deficiente y los caminos en la mayorade los casos eran de tierra y para nosotros y los del Territorio de Colonias quedespus fue Pando, para llegar a Santa Cruz tenamos solamente sendas paraarrear ganado y los caminos eran nuestros ros y los medios de transporte eranlas lanchas de Surez Hermanos, que no llegaban ni a medio camino del teatrode la guerra, y no pocos de nuestros soldados se enfermaban y moran antes dellegar a pelear.

    Qu buenos gobernantes tenamos. Vanidosos, irresponsables en el manejo dela hacienda pblica y la vida de los bolivianos, amantes del poder poltico yeconmico. sta y muchas otras falencias tenan nuestros jerarcas de los Andes,que de por vida se apoderaron del gobierno de nuestro pas.

    Bolivia sinti otra vez que nos despojaron de una parte de nuestro territorio yuna humillacin ms de nuestra personalidad. Si nuestra cabeza se mantieneerguida, fue porque cuando llegaron nuestros maltrechos soldados con sus

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    harapos y sus abarcas al teatro de la guerra y tuvieron la oportunidad de mostrarsu bravura de guerreros indomables y que los paraguayos sintieron la mano duradel beniano que los hizo retroceder de los territorios ocupados; la sed de revanchade nuestros soldados se vio frustrada por la presencia de los mediadoresinternacionales. Qu flaco favor nos hicieron al pas y a los bolivianos!

    Soldado atacando, lpiz sobre papel, de Gil Coimbra Ojopi

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    Nuestro orgullo de beniano se enriqueci con el relato de nuestras madres quesin ninguna preparacin para afrontar el nuevo rol de lderes del hogar y ladefensa de nuestros pueblos, resolvieron valientemente los problemas,mostrndonos el ejemplo que lo aprendimos para transmitirlo a nuestros hijos.

    Mi madre como otras valerosas mujeres tuvo un incidente que me llen de valorpor defender la dignidad de nuestra familia: tenamos un caballo de uso particularde mi padre que se enferm de su pelaje y tuvieron que curarlo con kerosene,el caballerizo encargado de su cuidado de mal carcter y abusando de la ausenciade mi padre, se enfureci con el animal y le prendi fuego. Mi madre con mucharazn le llam la atencin severamente, lo que disgust muchsimo al empleadoy en la primera ocasin que tom unos tragos de alcohol se dirigi a mi casavociferando por la calle y asegurando que se iba a vengar de la ofensa y conchicote en mano le dara su merecido. Las vecinas se adelantaron y le comunicaronel extremo a mi madre para que se escondiera o busque refugio, porque en lacasa no haba hombre que la defienda. Entonces mi madre, se arm de valor ytom el revolver de mi padre y se plant en medio del corredor y esper alagresor, quien se fue acercando a gritos con sus amenazas, muchas mujeresvenan en el grupo para ayudar a mi madre, pero cuando el hombre estuvo cercade ella, mi madre sac el revlver, para sorpresa del agresor, que se par enseco. Al primer disparo se escondi detrs de los horcones del corredor y a lossiguientes disparos huy sin control. Y as mi madre marc una conducta decmo se debe defender el honor de una familia.

    Estos y otros mensajes que fueron llegando a nuestro pueblo llenos de valor yherosmo nos devolvieron la confianza para seguir siendo optimistas,emprendedores y valientes y estamos seguros que el lema del Comit Cvicodel Beni que dice: El progreso del Beni ser obra de los mismos benianos,seguir en pie porque nosotros as lo queremos.

    La Guerra del Chaco fue un error cometido por nuestros gobernantes de turno,que no conocan los antecedentes blicos del Paraguay y la realidad bolivianaen la antesala de a Segunda Guerra Mundial.

    Trinidad, 18 de junio de 2009

    Jorge Hurtado Cullar

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    EVOCACIN DE DON MIGUEL DOMINGO SAUCEDO

    Comprometido con mi formacin de socilogo no puedo evocar la figura de unpersonaje tan valioso como fue Miguel Domingo Saucedo, si no es mirando losprocesos sociales y polticos en torno a la Guerra del Chaco y tambin a losprocesos recientes de las luchas por un nuevo Estado.

    La guerra ha sido vista en la perspectiva sociolgica como un hecho quedesencadena crisis sociales y como un momento de conocimiento profundosobre el destino de los pases. Las guerras son en ese sentido fenmenos quedesencadenan o refuerzan procesos de nacionalizacin interna y de nacionalismo,por eso mismo, paradjicamente un hecho tan cruel, se torna necesario en algnmomento, sobre todo cuando los Estados en construccin necesitan alimentarun sentimiento comn. As ha sido vista la guerra del chaco, con todos susdramas y tragedias, en una escuela de construccin de la conciencia nacionaly de un sentimiento de pertenencia comn.

    En la Guerra del Chaco muchos habitantes de las diferentes regiones se encontraronen un mismo destino y objetivo, pero al mismo tiempo expresaron sus diferenciasy reforzaron sus visiones de formar una nacin en construccin.

    Este tambin fue el efecto sociolgico de la participacin beniana en la contiendadel Chaco, su aporte a la construccin de una conciencia nacional y al mismotiempo que profundizaron su visin nacional, su ideologa poltica, mientrasevocaban y extraan su patria chica, su pueblo, su comunidad, su familia. Nadievolvi de la guerra con las mismas ideas sobre Bolivia y sus componentesculturales y regionales.

    Es en ese sentido que me permito interpretar el aporte intelectual y la trayectoriadel escritor y archivista Miguel Domingo Saucedo, de quien se conoce su granaporte a la preservacin de documentos histricos y una recuperacin de lastradiciones orales de los pueblos, de su pueblo Magdalena, puestas en la formaliteraria de los cuentos.

    Ms que evocar con los detalles la bibliografa personal de Miguel DomingoSaucedo, me permito interpretar su aporte en funcin a la importancia de susobras y sus aportes a la historia nacional, y diramos a la construccin de un

    Wilder Molina ArgandoaMIEMBRO DE NMERO DE LA SEGHB

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    sentimiento nacional, a partir de susescritos.

    Pero tambin su gran apego almantenimiento de la memoria de lospueblos que justamente conformanlos contenidos de las identidadeslocales, tan evocadas ahora, frente alas luchas por descentralizar el Estado.

    Ha sido Miguel Domingo Saucedo unbeniano trascendental, universal,nacional y al mismo tiempo local, porhaber tenido la inteligencia onecesidad de traspasar los lmites desu frontera local, al situarse en Sucre,en ese momento todava una ciudadde gran incidencia cultural haciaBolivia, pero al mismo tiempo sucompromiso de recuperar y difundirlos valores de su patria chica, tal vezcomo una forma de curarse de lanostalgia y la distancia de su natal Magdalena.

    La prensa de Santa Cruz y Sucre, escritores como Pedro Shimose, han destacadoel aporte bibliogrfico de Miguel Domingo Saucedo y tambin su compromisonacional, sin descuidar su compromiso por lo regional.

    Esta oportunidad que me ha dado la Sociedad de Estudios Geogrficos e Histricosdel Beni, la tomo ms bien como un gran desafo que asumo pblicamente hoy,el de profundizar con una investigacin, una historia en vida, en este don MiguelDomingo, para difundir en su verdadera dimensin el aporte intelectual de unbeniano tan nacional y al mismo tiempo tan local, hombre moderno por tanto.

    Queda el desafo y el compromiso como investigador que soy para un trabajoamplio, con trabajo metodolgico, hasta recoger esta trayectoria ms conocidaen Sucre que entre nosotros.

    Ahora leer para ustedes, una de las tantas obras narrativas de Miguel DomingoSaucedo que nos hablan de aquello que hemos tratado de resumir en las lneasanteriores.

    LA HURINA SE FUE SIN SU SANGRE

    De Miguel Domingo Saucedo

    Puej, antes de la guerra del Chaco yo viva en San Joaqun, con mis padres quevinieron de Santa Cruz a trabajar con la goma en el 1900.

    A mi retorno me fui a la boca del Itnez, no s por qu, tal vez porque mi mujer

    Benemrito Miguel Domingo Saucedo

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    extraaba a los montes. Es india, de esas que viven de una ribera a otra, sin pararcomo los ros, dice que fue trada de las tribus por un tal portugus, Jos Rodrguezde Araujo.

    Son sesenta aos que vivo aqu y nadie me mueve. Soy la ribera del ro, ja, ja,ja.

    Diga que yo fui prisionero en el Chaco, con muchos bolivianos, entre elloshaban otros tres de mi pueblo, nunca los volv a encontrar.

    Estbamos al mando de un teniente colla, era de noche cuando queramos llegara un fuerte. No s, tal vez era de da. Sabamos que los paraguayos estaban enla misma direccin y por ese camino nos fuimos por orden del teniente. Cmopuej nos va a llevar por ah, llegamos directo a la matanza Qu cojudo!

    La verdad, el teniente colla nos entreg a los pilas. Diga usted que amanecimosatrapados. No puej, yo no pude estar mucho tiempo as, dos semanas despusescap con un vallegrandino y un chapaco.

    Nos persiguieron a matar, pero vali que nosotros conocamos los secretos delos montes.

    Diez das huyendo sin agua y sin comida, de da cada uno se enterraba y denoche caminar y caminar hasta salir del cerco.

    No puej, el hambre nos iba a matar, como mat la sed a tantos compatriotas. Depronto una urina, es nuestra salvacin dijimos, pero no tenamos balas, tuvimosque perseguirla hasta cansarla. Cuando qued parada, temblando de tanto correr,

    Prisioneros bolivianos trabajando en la carretera, cerca del Campamento Troche, Paraguay,con hachas, picos y palas

  • igual que nosotros, saqu mi cuchillo y le perfor el pescuezo, nos tomamostoda la sangre de la hurina, hasta quedar dormidos.

    Nos echamos al suelo con el animal al medio de nosotros, con la idea de hacerlacharque cuando amanezca.

    Pero diga que cuando despertamos ya no estaba ah, la seguimos unos pasos,slo hallamos unas cuantas gotas de sangre y luego nada. Diga usted que lahurina se fue sin su sangre

    ooo000ooo

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  • Dr. Lucio Mndez Gamarra

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    Hazaa beniana en la Guerra del Chaco

    Don Lucio Mndez Ribera

    Distinguidos miembros de la Federacin de Excombatientes de la Guerra delChaco y de la Sociedad de Estudios Geogrficos del Beni, organizadores de estaPrimera Jornada para Revalorizar el Aporte Patritico del Beni en la Guerra delChaco, autoridades y representantes de instituciones pblicas y privadas queauspician este evento y que hoy nos honran con su presencias, miembros delDirectorio de la Casa de la Cultura del Beni, familiares de Excombatientes dela Guerra del Chaco, seoritas y jvenes estudiantes, seoras y seores, amigasy amigos todos.

    Constituye para m un gran honor ocupar esta tribuna, para compartir con ustedeseste ciclo de conferencias que tiene el propsito de revalorizar la participacinde los casi 12 mil benianos que en su condicin de oficiales y soldados,concurrieron a la que fuera catalogada por los historiadores como el mayorconflicto blico que se haya dado en Amrica Latina durante el siglo XX, laGuerra del Chaco Boreal protagonizada por nuestro Pas y la Repblica delParaguay, del 18 de julio de 1932 al 14 de junio de 1935.

    Entrando en materia, permtanme ustedes combinar mi disertacin con importantesestadsticas, referidas a la participacin de los benianos en la guerra, con algunas

    Bolachas de goma elstica en Cachuela Esperanza

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    referencias del hombre que me liga en lo personal con la contienda del Chaco,me refiero a mi abuelo paterno, el excombatiente don Lucio Mndez Ribera.

    Mi abuelo naci en Riberalta el 9 de enero de 1913, tan slo haban transcurrido21 aos desde que su abuelo, el desbravador de selva Don Plcido MndezVsquez, haba tomado posesin de la Barranca Colorada en 1882, a nombrede don Antenor Vsquez Seoane, denominndola con el nombre de La Cruz. Alos pocos meses de nacido, en este mismo lugar, su madre desapareci de la

    Don Lucio Mndez Ribera

  • Reclutas rumbo a la Guerra del Chaco

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    orilla de un arroyo del que se provean de agua, durante una incursin realizadaal nuevo casero por indgenas Pacahuaras.

    Hurfano de madre, como era, su niez y juventud transcurri al lado de supadre, don Napolen Mndez, a quien acompaaba en sus largos recorridos porlas numerosas barracas, que situadas a las orillas de los ros de la selva amaznica,a tiempo de sentar soberana en este desconocido territorio de la patria,transformaban a esta dilatada, misteriosa y ubrrima regin, y cuyos pobladores,estimulados por los beneficios que generosamente les proporcionaba el rbolde la siringa, del que obtenan la goma elstica, conocida tambin en esa pocacomo oro negro, haban venido de todas las latitudes de la patria y del planeta.

    Sus conocimientos sobre el pas, el mundo y las culturas que lo conforman, losobtuvo precisamente de los cientos de bolivianos y extranjeros que convergieronen el entonces llamado Territorio Nacional de Colonias, buscando fortunas y unlugar en donde empezar una nueva vida. Elegante porte, fina diccin, hermosaletra e inigualables modales, era el centro de atraccin de propios y extraos ala hora de la pltica sobre temas profundos o intrascendentes, pues era portadorde una permanente chispa singular que haca que lo montono y desagradablese vuelva llevadero. Sus mayores pasiones, las mujeres y la guitarra, que ocupanel tiempo libre de sus aos juveniles, fueron dejados de lado cuando la patria,su querida patria, aquella a la que Chile le haba cercenado a traicin sus costasmartimas; la que, cuando l naci, acababa de ser desgarrada arteramente porla ambicin de Brasil en el Acre; la que l haba aprendido amar en los siringales,a fuerza de protegerla de aventureros y bandidos, lo convocaba a defenderla delataque de otro vecino nuestro, el Paraguay.

    La zona del conflicto era muy poco conocida para l y los dems bolivianos desu generacin, sin embargo, el relato de sus mayores venidos de Portachuelo ySanta Cruz de la Sierra, le daban una vaga idea del lugar en el que la patria sedesangraba nuevamente, entregando a sus mejores hijos, para detener al agresor.Por sus propios medios y en compaa de otros jvenes, se traslad desdeRurrenabaque hasta Reyes, para presentarse ante el llamado de la patria, y enel mes de noviembre de 1933, es movilizado como parte del Regimiento Beni,

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    hacia la zona del conflicto.

    El Beni le entreg a Bolivia durante esta contienda blica ms de 11 mil hombresde los cuales solo el 50% retorn vivo a su hogar y, de ellos, 1413 se encontrabanheridos y/o discapacitados. Los benianos que marcharon a la guerra significaronpara el Departamento el 20% de su poblacin, conformada en esa poca por 60mil habitantes. Como casi todos los benianos, don Lucio Mndez Ribera, comoparte del Regimiento Castrillo VI de Caballera, form parte de la vanguardiaque cotidianamente se bata a duelo con la muerte al enfrentar a un enemigocon mayor conocimiento del territorio en que se desarrollaba la lucha, pero queadems, eran veteranos en relacin a los soldados bolivianos provenientes delBeni. El nmero de soldados benianos, en razn a su bravura y tenacidad parael combate, alcanz a 9846 hombres en la lnea de fuego, de los cuales,aproximadamente 200 cayeron prisioneros del circunstancial enemigo, entreestos ltimos se encontraba el entonces ya sargento, Lucio Mndez Ribera.

    En el Paraguay, un gran nmero de prisioneros fueron destinados para prestarservicios en domicilios particulares e industrias. Sin embargo, no todos losprisioneros de guerra bolivianos corrieron la misma suerte, muchos de ellos yparticularmente los benianos, fueron tratados con crueldad, llegando incluso aser fusilados por sus captores; otros realizaron trabajos forzados en la construccinde caminos, empedrados de calles y sembrados de caas.

    Es pica la fuga de algunos de estos, que trasponiendo las lneas enemigasllegaron nuevamente a lneas bolivianas, conduciendo a su vez prisionerosparaguayos, tal es el caso del suboficial Antonio Sanjins, natural de Rurrenabaque,quien despus de evadirse lleg conduciendo dos prisioneros paraguayos.

    Recuperando informacin escrita por el Hroe Nacional Cnel. Carmelo CullarJimnez, cito adems a otros benianos que lograron fugar de manos enemigas:sargento Gonzalo Melgar oriundo de Magdalena, sargento Jess Salazar deRiberalta, Ciro Bravo de Loreto y Lorenzo Hurtado. En cuanto a mi abuelo,quiso el destino que le toque cumplir tareas humanitarias en calidad de sanitario,asistente del mdico boliviano que brindaba atencin en salud a los heridos yenfermos del campo en que se encontraba prisionero. Esta actividad sera, aosdespus de la guerra, el oficio al que se dedicara el saldo de su vida, ya que,a falta de doctores, por dcadas, brind auxilio mdico a los pobladores deRurrenabaque, San Buenaventura, Tumupasa, Ixiamas y comunidades de laregin.

    Don Lucio Mndez Ribera, muri en Riberalta, su pueblo natal, el 13 de juliode 1967, para entonces tena 64 aos y no haba podido superar viejas dolenciasque trajo consigo de la guerra. Paz en su tumba.

    Permtanme ahora que me ocupe brevemente de datos estadsticos y algunasancdotas, a las que considero necesario referirme para comprender de unamejor manera la magnitud de esta cruel confrontacin, repleta de sucesosheroicos en uno y otro bando.

    Utilizando como fuente de informacin secundaria la publicacin Los Costosde la Derrota en Bolivia de Transicin, la Guerra del Chaco, 1999, escrita por

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    Hazaa beniana en la Guerra del Chaco

    Juan Ramn de la Quintana, y material bibliogrfico producido por el Cnel.Aquiles Vergara Vicua, comparto con ustedes los siguientes datos:

    Recursos humanos- Movilizados: 234 Jefes, 661 Oficiales, 13.056 Suboficiales, 239.492 Soldados.- Murieron en combate 52.397.- Desertaron 9.755.- Prisioneros 21.629.- Muertos en prisin 4.264.- En puestos de retaguardia 30.000.- Heridos y mutilados 24.538.- Desaparecidos 7.131.- Prisioneros devueltos a Bolivia por el Paraguay 17.365.- Permanecieron voluntariamente en Paraguay 400.

    Material blico capturado por el enemigo:

    - Fusiles 22.385.- Ametralladoras 1.856.- Morteros 45.- Lanza llamas 3.- Tanques 2.- Municiones para artillera 10 millones.- Camiones 196.- Bombas de aviacin 325

    Al concluir la guerra nuestro pas haba perdido 234 mil km2 de territorio yhaba muerto el 25% del total de los combatientes movilizados, cifra equivalenteal 2% de la poblacin nacional que, en esos aos, alcanzaba a dos millones ymedio de habitantes.

    El 1930, los gastos de defensa representaban el 23.6 del presupuesto nacional;para el ao 1933 esa cifra alcanz al 78% y lleg al 80.4% en 1934, situacinque forz al Gobierno a dejar de pagar la deuda externa y prestarse fondos delBanco Central y de las empresas mineras.

    Durante la guerra, la deuda total del pas creci 15 veces, ascendiendo de 214a 3.473 millones de bolivianos.

    Segn Vergara, Paraguay moviliz 100 mil hombres, de los cuales murieron encombate aproximadamente 40 mil y cayeron prisioneros 4000, perdieron 3 piezasde artillera, 4 morteros, 100 fusiles ametralladoras, 4.000 fusiles y 80 camiones,prdidas que representaron 152 millones de dlares.

    ANCDOTAS DE LA GUERRA

    Entre dos y cinco mil indgenas izozeos fueron trasladados voluntariamenteo como prisioneros, por el Paraguay, fuera de zona del conflicto. El soldado msjoven que particip en la contienda fue Agustn Miguez, quien lleg al Chacoa la edad de 13 aos, era guardin o ayudante del telefonista, falleci en 1987.

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    Hazaa beniana en la Guerra del Chaco

    Participaron como oficiales del ejrcito boliviano 53 oficiales chilenos, emigradosde su pas por la inestabilidad poltica de los comienzos de aos de la dcadadel 30, destacando entre ellos Aquiles Vergara Vicua, autor de varios librossobre la guerra. En contraparte, se conoce que oficiales y soldados argentinosprestaron servicios durante la guerra en el ejrcito paraguayo.

    El ltimo muerto de la contienda fue el soldado beniano Antonio Chori, oriundode Santa del Yacuma, quien cay el da del cese de fuego, dos horas antes delfin de la guerra, muri en el sector del Guarapitend, mientras trataba de ocuparel lugar denominado Cajayo Cabuirenda. Los ltimos prisioneros que fuerontomados por los paraguayos fue un ingls al servicio de Bolivia quien fuecapturado junto a ocho camiones y unos 20 soldados bolivianos.

    El Presidente del Paraguay, Eusebio Ayala, tena unos 5 prisioneros en su casa,que hacan de jardineros, cierta vez coment a su esposa ojal que esto notrascienda, soldados de las fuerzas enemigas viviendo en mi propia residencia.Despus de la guerra, los bolivianos siguieron viviendo en la residenciapresidencial.

    Muchas gracias

    Lucio Mndez Gamarra

  • LA GUERRA DEL CHACO QUE VIVI,DURANTE Y DESPUS,

    MI PADRE ADN BRAVO MONASTERIO.

    Buenas noches, queridos amigos:

    Tengo esto para contarles, pero no como recuerdos vividos, sino como recuerdosrecogidos de la experiencia. l es mi pap (mirando su fotografa en la exposicin),se ve lindo como el hijo, simptico Me hizo una observacin un da yo mellamo Adams, como los chicles Adams, pero a vos te he puesto el nombre deAdn, pero con n, Adn, as era pap. No pudimos recoger una foto de toAdhemar, Adhemar Bravo Monasterio, hijo de ngel Mara Bravo Silva yJosefina Monasterio Gutirrez, muy tarde recogimos los apellidos maternos deellos.

    Por eso para venir a hablar esta noche, vengo muy contento por encontrarmecon ustedes, porque s que me van a dar toda su comprensin, porque miconferencia est aqu, en un papelito solamente no por falta de respeto, sinoporque son unas pinceladas de lo que fue la guerra, en mi familia, porque nosotrosnos criamos en la casa de mi abuelo materno, don Nemecio Mendoza, ah en lacalle 6 de Agosto, pero sin nmero, porque ramos familia pobre, las casas delos ricos tenan nmeros, pero la de los pobres no tienen nmero.

    PAP NOS META LA GUERRA TODO EL TIEMPO

    Pap tuvo el coraje de la guerra, de meternos la guerra, todo el tiempo, siemprenos hablaba de la guerra y nos hablaba de sus compaeros, y nos hablaba de lavalenta de sus compaeros, y cuando desgraciadamente, ya mayor, l tuvo laarterioesclerosis, entre sus recuerdos, los principales recuerdos eran sus compaerosde guerra, y su principal recuerdo era la guerra: deca soldado Hernn SurezDorado, presente; soldado Gonzalo Surez Dorado, presente, sus cuados,porque mis tas las Bravo, tres Bravo Monasterio, tuvieron el coraje de casarsecon tres Surez Dorado, entonces, todos Bravo; y haba en esta casa de cmola juventud, decan ese muchachito de 13 aos, se fue a la guerra.

    A LA GUERRA FUE MUCHA JUVENTUD

    Yo he anotado precisamente que la principal caracterstica de la guerra que papnos ense, fue que entr mucha juventud, nuestra juventud, mataron a nuestrajuventud, no se salv nuestra juventud. Lo que significa que hay una distincin

    P. Adn Bravo Mendoza

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    Hazaa beniana en la Guerra del Chaco

  • de coraje, una caracterstica de coraje que al momento de rabia, en los momentosde alcohol, siempre sala en contraposicin, entre collas y cambas, pero no consoberbia ni con maldad, sino con comprensin de lo que ellos vivieron en laguerra.

    LA GUERRA DIVIDI FAMILIAS

    La guerra que nos hablaba pap, era esa guerra que dividi familias y alej atodas las personas de sus hogares, porque no se vi ninguna consecuencia,porque quedaron madres, quedaron esposas y quedaron primeros hijos, porejemplo, mi hermano mayor, que qued peladingo, quedaron en esa orfandad,en ese vaco de familia, que eso es importante y muestran los datos, porquehacen mucha historia y muchos datos, con todo respeto, pero estos aspectoshumanos que hay que valorar. Y que hay que reconocer y ante lo que hay queagacharnos para agradecerlo, entonces una madre que llora la ida de su hijo,pap tena un hijo que no fue legalmente a la guerra porque tena 17 aos,prcticamente se escap de la casa y nunca lo declararon Hroe Nacional, y sufoto recuerdo est de militar; esos datos son interesantes.

    RECORDAR LA GUERRA, FUE SU ENSEANZA CVICA

    Pap desfilaba siempre con sus compaeros de guerra, pap nos ense tantoamor a los smbolos patrios, que ahora estn destruyendo esta gente advenedizaa nuestra cultura mojea, que nos quieren imponer aos nuevos aimara, que nosquieren imponer wipalas, wiphalas tradas de Europa, de los cuartos de Flandes,diciendo que son autctonas, no puede ser la wiphala autctona, porque lawiphala tiene decolor en sus colores, y los indios les gustaba el color brillante,esa es la razn para decir que eso es falso, y la wiphala tiene la caractersticatotal de los colores de la bandera gay, . no lo saban no?, pues spanlo.

    ESCUCHAR EL HIMNO NACIONAL, ERA GRAN HONOR

    Entonces, tantas, tantas cosas que pervertimos en su contenido, en su grandeza,simplemente por ignorancia o por farsantera, nuestra gente de nuestra tierra,tiene otro concepto de la vida, pap nos ense lo cvico, el amor a lo cvico.El Himno Nacional lo sabemos tan de memoria, porque todo el da en el cuartel,al lado de nuestra casa, al levantar la Bandera, tenamos que ponernos firmes,porque sino pap nos pegaba, porque era falta de respeto a la Bandera y al HimnoNacional, y en la tarde otra vez, el mismo ejercicio, cuando bajaban la Banderapara guardarla en el cajn del cuartel. Todos los das era una enseanza contina,era un recuerdo en l que nos transmita a nosotros y por eso, yo hablo con tantafuerza, con tanta vehemencia en recuerdos, por eso le dije al profesor ArnaldoLijern, cuando fue a invitarme, voy a hablar, quiero hablar, porque hay otras,hay visiones de la guerra, yo traigo sta solamente.

    LAS MUJRES BENIANAS Y LA GUERRA

    Otra cosa importante fue el concepto de las mujeres, porque ta Lucila BravoMonasterio, entr pues como enfermera tambin, ah veo otras fotos, no s sila seora Elena Surez, haban unas mujeres en la guerra, mujeres que son

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    Hazaa beniana en la Guerra del Chaco

  • madres, que son hermanas, que son esposas, pero que siempre son bellas, anen medio de la guerra. Qu significa ms en la guerra, la belleza de una mujer,por el cario, por su ternura, por su bondad, por su dedicacin, por su entrega,por su servicio total hacia los dems.

    LA GUERRA Y EL SENTIDO CVICO

    Lo cvico para pap, perdonen que lo repita, era tan importante, qu pena queen los currculos de la educacin de ahora han quitado lo cvico, que el civis,en latn, es la ciudad, todo lo referente a la ciudad, no s, por qu ahora elGobierno Nacional se enoja contra los cvicos, si lo cvico es la vivencia de lafamilia, es la vivencia de la ciudad, es la vivencia de los valores culturales, esla vivencia de la enseanza del saludar, del despertar, en las maanitas, delbuenos das, del buenas noches, y el permiso, muchas gracias, perdn, disclpenme,sintese seora, el asiento, seora el asiento, seor el asiento para ustedes, no?

    Lo aprendieron en los cuarteles, los cuarteles eran sitios de enseanza para lavida, para la convivencia; respeto entre las personas. Tiene que ser as, y el chicotiene que respetar, me dijeron de un pueblo, en ese pueblo una seora, pero norecuerdo quin fue la seora, me dijo si usted no entiende a ese pueblo, es porqueusted no se ha dado cuenta que en ese pueblo, a los nios se les permite entraren las conversaciones de mayores, el nio tiene su conversacin de mayor. Poreso esa gente, cuando crece, es mala entre s, cranme.

    Entonces, el amor a Bolivia eso me lo ense pap; una nieta de la seora Ojopi,que era costurera, se acuerdan que viva aqu? por donde el japons, cmo sellamaba? aqu en la esquina, donde Yokoy, la seora fue a buscarlo a pap, a lacasa, y le dijo, aqu vive don alambrado?, por decir Adn Bravo; el respetoa Bolivia era algo grande para pap, y nos sonaba y nos ofreca sonarnos mssi no ramos capaces de respetar y de querer a Bolivia; pero eso no solamenteera pap, yo entiendo que eso era de toda la gente, todas esas personas.Usted, don Froiln, que nos puede hablar de toda su experiencia, y que puedehacer enriquecer todos estos recuerdos, todas las estadsticas que hizo ah elseor, tan hermosamente, no? Qu valioso saber que fue una participacinconcreta de nuestra gente, de nuestra familia, no fueron personas aisladas, fuetoda una cultura, toda una sociedad que estaba locamente enamorada de Bolivia,esta Bolivia que le quieren llamar Tihuantinsuyo, no s qu cosa, no, no es denosotros eso, nuestra tierra es Bolivia.

    NUESTRA TIERRA ES ROJO, AMARILLO Y VERDE

    Nuestra tierra es rojo, amarillo y verde, todo est signado por el rojo, amarilloy verde, el amor a Bolivia que es profundo, que ahora viene con lascaracterizaciones de indgenas, de todo eso, y precisamente pap tuvo hartosamigos indgenas del Cabildo, los conoca por sus nombres, aunque los delCabildo siempre le dijeron, seor don Adn, pero nunca pap se impuso por elseor don, ni nunca sinti menos a esa gente, porque en todos los velorios delos muertos del Cabildo, pap se pona su gorrita de lana, su chalina, su linternay sus cigarros que se haca con papelio y los sellaba con saliva, y se iba allal Cabildo y all estaba con ellos y los quera, y tenan, me acuerdo de una

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    Hazaa beniana en la Guerra del Chaco

  • seora Juana, de tipoy, que era interesante verla en la casa, eran las herenciasdel compaerismo que ellos haban vivido en la guerra, y tantas de esas personasno estn, pues nunca entraron en las listas oficiales, nunca han tenido un merecidoreconocimiento, no? de la sociedad, de nosotros, nos olvidamos a veces de esagente interesante.

    La guerra y los militares nos ensearon respeto a los militares, el respeto quelos militares perdieron cuando se vendieron por plata, no tenemos la culpa deque ellos se hayan prostituido, se prostituyeron porque no se dieron cuenta quehay cosas ms grandes que el dinero, porque el dinero a fin de cuenta solamentese reparta cuando hay, y cuando no hay ya no se reparte, que es lo que nos estpasando en Bolivia, por eso nos estn poniendo impuestos, nos estn quitandola plata a las Prefecturas, a las Alcaldas, las nuevas guerras que hay, s, la Guerradel Chaco no ha terminado, hay toda una estructura de mando, de dominaciny de equivocacin de los valores.

    LA VIRGEN DE COTOCA

    En Cotoca, Santa Cruz, tuve la oportunidad de trabajar, precisamente porque nome dejaban llegar a Trinidad, y all conoc a una familia, pero no tengo elnombre, porque dejamos pasar estos datos, y esta reunin es interesante para nodejar pasar los datos, era una familia que los tuvieron en la guerra, como contabael compaero, all en el Paraguay, y ellos se dedicaron a propagar la devocinde las Virgen de Cotoca en Paraguay, y ellos vinieron entusiasmados, esta familiahablando otra vez de la guerra pero, a travs de la Virgen de Cotoca. Alguienme dir qu importa a la gente, tiene que importar pues, porque entra en nuestrahistoria, en nuestra vivencia, en nuestra riqueza de nuestra vivencia de familiaresy sociales. Tuve la suerte, la gracia del seor de que 8 muchachos paraguayos,fueran mis compaeros en el Seminario de Copacabana y despus en Espaa;y ellos decan que en Paraguay, cuando alguna persona quera ir al bao se dice:permiso voy a ir a Bolivia, a cagar.

    LOS PARAGUAYOS Y LA POSGUERRA

    Y lo escuch a Julin Maldonado, sacerdote paraguayo en Asuncin, predicaren castellano, sobre la grandeza y el valor y el coraje de los Bolivianos, y comono saba decirlo bien en castellano porque los paraguayos hablan en guaran,piensan en guaran y creen en guaran, se olvid del castellano y le meti enguaran que no haba quin lo pare, pero yo le digo a uno. A ver ven, contameque est hablando este brbaro, haba estau hablando contra Stroessner, que erael dictador en ese entonces.

    Entonces gracias por escucharme, gracias por recibir estos recuerdos. Felicidadespor este intento. Pero queda an trabajo por hacer, cmo hacer que estos recuerdosy estas cosas tan grandes de nuestra historia, se la enseemos a los muchachos,en las escuelas, comenzando eso s, ensendoselo a los profesores, que tampocola saben.

    El 4 de marzo de 1957, lleg a Cochabamba el padre Francisco Gonzales deHita, salindose de Trinidad y yndose a otro lau, para entonces, el Padre

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  • Francisco Gonzales de Hita, haba luchau por todos los medios posibles, demejorar la acstica de nuestra Catedral. A qu viene esto, a que hay tantosesfuerzos, hay tantas cosas, que es importante que nos juntemos en las tertulias,en charlas, convivencias, en escuchar y en preguntar, tambin existen laspreguntas. Yo creo, que van a acudir las preguntas, van saliendo las preguntas,y las preguntas van a surgir cuando nos planteemos qu vamos hacer nosotroscomo benianos con esta realidad.

    DEFENDAMOS A PANDO

    Termino con lo siguiente, hay que defender Pando, de esa invasin, de esadestruccin a la que est sometido en este momento; si nosotros hablamos deLeopoldo Fernndez, nos meten preso, pero si decimos que Moxos es Beni yPando, vamos metiendo la agujita, el sentimiento de ser la tierra que somoscapaces de estar unidos, que somos capaces de estar juntos, que somos capacesde grandes cosas y que descendemos de gente grande. Toda esta historia quenos llena, nos llena de alegra, nos llena de entusiasmo, nos hace sentirnosgrandes, porque realmente somos grandes, el Seor hizo eso, y en los libros dela iglesia se llama esto la semilla del Verbo, la semilla que el Seor ha idoregando y haciendo los pueblos grandes, y uno de esos pueblos grandes delmundo, es esta nuestra tierra donde hemos tenido la alegra de nacer, donde nosgusta vivir, pero como nosotros nos sentimos y como nuestros padres y nuestrosabuelos nos ensearon a vivir.

    En cuanto a la Guerra del Chaco, a mi me ensearon a vivir estas cosas, y otrascosas que seguramente son valiosas.

    Muchsimas gracias.

    P. Adn Bravo Monasterio

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  • MAPA DE LA GUERRA DEL CHACO

    Mapa didctico sobre la Guerra del Chaco, no oficial, elaborado especialmente para la presenteedicin por Wlter Zabala Escbar

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    Hazaa beniana en la Guerra del Chaco

  • Hazaa beniana en la Guerra del Chaco

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    CONFERENCIA SOBRE LA GUERRA DEL CHACO

    Muchas gracias profesor Arnaldo Lijern, quiero empezar agradeciendo a laSociedad Geogrfica e Histrica del Beni, en la persona de su presidente, delIng. Pinto, de la seorita Carola Barthelemy, de Wilder Molina, del Lic. Bogado,del Arq. Jorge Ferrufino, que hacen esfuerzo enorme, para dejar el testimonio,a veces hablado, yo espero que sea escrito, es una obligacin en la que nos hanmetido nuestros queridos coterrneos de la Sociedad Geogrfica e Histricaquienes hemos tenido una vinculacin con hombres, uno de los ltimos quequedan con la generosidad de Dios entre nosotros, el Presidente de la Federacinde Excombatientes de la Guerra del Chaco, Don Froiln.

    Es con su venia que empiezo esta noche, para decir algunas palabras, porquehablar, hacer una crtica de la Guerra del Chaco, para un poltico es mucho, haymucho por decir, hay mucho por investigar, y decirlo en un tiempo tan perentorio,al que nos hemos visto obligado, por las luces y los encaminamientos de laSociedad Geogrfica e Histrica del Beni es un tiempo bastante corto, por esoquera presentar al personaje Cnel. Hugo Arteaga Salinas, en una crtica.

    Son las noches de Guayaramern, cercadel ro Mamor, las que me obligabana pensar, en el coronel y en mi pas,yo iba obligado por mis padres, dosveces al ao, y un da le suger en esasmis conversaciones, le dije to Hugo,porqu no escribe usted su participacinen la guerra del Chaco, porque no segraba usted. Usted me dice tantas cosasimportantes. Se conduele. Las vamosa compartir esta noche, para que veanlas cosas que nacen del dolor, de lareflexin de un soldado boliviano, deun hombre que crey en Bolivia, de unhombre que am Bolivia, de un hombreque pele por la Bandera tricolor, esaBandera que est aqu con algunospremios, y hay alguna condecoracin,y se derram sangre por ella, por el

    Alex Arteaga Chvez

    Cnl. Hugo Arteaga Salinas,poco despus de la guerra.

  • Rojo, Amarillo y Verde.

    Y como nos recordaba anoche el padre Adn Bravo, con valenta de hombre debien, qu pena que el ejrcito boliviano cambie esa Bandera que cost tantosacrificio, 50 mil muertos, anoche nos ofreca una estadstica hermosa, uno delos conferencistas: 50 mil hombres, 53 mil, bueno 56 mil. No son estadsticas,son gentes, ah estn los que no volvieron, aqu est el hermano de don RubnVaca Salazar, muerto, no volvi, y esos hogares qu se hicieron.

    Los hombres no son estadsticas, por eso es que tiene que haber una crtica enla sociedad, una reflexin sobre este episodio fatdico que fue la guerra, estemomento fatdico, trgico, dramtico que sufri la patria boliviana, y que sufrela patria boliviana ahora, olvidando los smbolos, los valores por los que sederram sangre, como se derram sangre en el Acre.

    Por eso hay que hacer una crtica desde los conceptos que nos dej el Cnl. HugoArteaga Salinas en varias noches de conversacin; pero antes de hacer unaaproximacin a lo mismo, tenemos la necesidad nosotros los benianos, loshombres de la cruceidad, a los que nos gusta cantar y nos duele que el Presidentede la Repblica nos diga que el himno cruceo, el himno de la cruceidad estmal hecho. Ese hombre de ah es don uflo de Chvez, espaol, entonces es laEspaa grandiosa con hado benigno, que nos dej el signo de la redencin. Est uflo de Chvez, que sali de Asuncin del Paraguay, lugarteniente del Cap.Irala, (la Av. Irala de Santa Cruz), lleg, hizo tres fundaciones, una de ellas laque habit primero, de la Cruceidad, la Gobernacin de Moxos (uflo deChvez fue el primer gobernador de Moxos).

    Santa Cruz se cre aos despus, nacimos hermanados, un hombre que sala delParaguay, un espaol que haba radicado en el Paraguay, que camin todo esohacia Santa Cruz de la Sierra. Esta es la ruta, esta es una de las razones, y aqu

    Capitn uflo de Chvez (1518 - 1568) y el recorrido que hizo para fundar Santa Cruz

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    hago una pequea reflexin un hombre que tiene que investigar la historia nopuede contar la historia de la guerra, de la parte que le corresponde a l, que esBolivia, el hombre que tiene que investigar la historia tiene que venir con amora la verdad y entonces yo tengo que ser juez imparcial, y tengo que ver a doscombatientes, tengo que ver a don Froiln, del lado de mi corazn, o a mi toHugo, al lado de mi corazn.

    Pero tambin tengo que ver a los hijos de uflo de Chvez, del Paraguay, quetambin son latinoamericanos, y ver sus razones por qu cuando fueron a pelear,cuando el historiador, el investigador tiene que investigar la batalla de Boquern,tiene que tambin pasearse por las hojas Paraguayas de lo que fue Boquern,tiene que ver el relato del Cnel. Atiliano Carsima, que deca al principio, losprimeros das de la batalla, los bolivianos no saben ni tirar, estn tirando alto,estn gastando sus municiones, esta gente no sabe, no le han enseado ni adisparar, y el sptimo da ese mismo hombre dijo, carajo, stos no se van air nunca, hay que traer ms hombres, hay que ponerle el empeo de 12 milhombres, que rodearon Boquern, contra setecientos que haban ah, menos desetecientos defendiendo Boquern. Y ni los unos cejaron, da tras da de estaren la batalla de Boquern para hacerse matar, como se hicieron matar en labatalla de Boquern, ni los otros huyeron, cuntos murieron en Boquern?Cuntos salieron?

    Con el aplauso de los pobladores del Paraguay cuando llegaron prisioneros ypara guardarles el respeto de los historiadores paraguayos, y lo mismo podramosdecir de las otras batallas, de la batalla del Campo, que nos cuenta el Cnel. LuisAyala Queirolo, el Cnel. Pedro Medina, Carlos Abdn Guerrero, estos historiadoresque tambin tienen su verdad, son hombres que legaron y comparten con nosotrosel drama del descuido de esta nacin boliviana que, miren como empez, mirencunto territorio tenamos todo eso es lo que perdimos, porque de aqu a laciudad de La Paz, miren cmo era de lejos el Chaco, cmo era de lejos toda esaparte del norte de Bolivia, que tambin perdimos hasta arriba en el Madera.

    Por eso, la Sociedad Geogrfica e Histrica del Beni tiene el deber ineludiblede escribir la historia, para que no quede apenas en la obra del Prof. RogerBecerra, que nos cuenta la gesta de Cachuela Esperanza, la obra de Vaca Diez,contada por el profesor Arnaldo Lijern, aqu entre nosotros, esa gesta histrica

    Mapa 2, negociaciones territoriales en el Acre

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    Hazaa beniana en la Guerra del Chaco

    enorme, ese poblamiento, esa soberana, ese esfuerzo de los hombres que pelearony que defendieron todo esto, todo esto que qued del territorio, por que qued.Vamos adelante. Miren la primera negociacin que se hizo, empezamos estalnea primero iba as oblicua. (Mapa 2)

    Y luego cada que hacamos unanegociacin, se iban perdiendo estascosas, porque estaban los liberales enel poder. Este hombre, este personajeal que hay que hacerle un homenajeen el Beni, don Nicols Surez, sepona los billetitos, cuando venan losplenipotenciarios que se financiabancon las cuentas, cuando uno lee lahistoria del partido liberal, Ascarrunzsale en las cuentas de Montes segnMoiss Ascarrunz figuran en lascuentas de los liberales, los recursospara la construccin del ferrocarril,cuando uno lee la historia del hijo deNicols Surez, resulta que haba sidoel padre el que pona la plata, porquecuando estaban en el Brasil, nadieaceptaba una firma que no sea la deNicols Surez, para que se negociehasta lo que se perdi.

    Esta es la regin de Juan Dez de Sols,porque el Paraguay est por aqu por la entrada, entonces los espaoles quevenan, ustedes saben, los espaoles que vinieron, cruzaron Mxico, y descubrieronel Per, pero otras expediciones vinieron bordeando al frente que era frica,all arriba queda Espaa, venan bordeando y al bordear vean una salida grandeque era el estuario del Plata, dando la vuelta se encuentra el ro Paraguay, msarriba se encuentra el Paraguay.

    Entonces estas son las rutas, las rutas de uflo de Chvez, cuando uno lee lahistoria paraguaya, resulta que los paraguayos y sus historiadores hablan de suhistoria, desde uflo de Chvez, desde Juan de Sols y otros exploradores yentonces, vamos a ver, fjense como las rutas, y ste es libro de un historiadorparaguayo, todas las rutas estn. Esta es la caminata, la caminata de uno de ellos,ingres por el estuario del ro de La Plata por el Paraguay, Iguaz, Paran,regresando etc.

    Sebastin Gaboto, la expedicin de Alejo Garca, es decir, para los paraguayostodo este territorio es parte de su historia y quienes tenemos que decir la verdad,tenemos que decir la verdad de nuestros amigos latinoamericanos, de nuestroshermanos latinoamericanos, hermanos de una clase diferente, porque los argentinosque son tambin nuestros hermanos, no son como los paraguayos. Los paraguayosdescienden exactamente de las mismas mezcla que descendemos nosotros, sonespaoles, tenemos parte de la sangre espaola, y son guaranes, y es ms todava,

    Nicols Surez Calla (1851 - 1940

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    hablan guaran, en las notas de la guerra, muchas de las cosas que se decan nolas entendamos, porque nosotros no hablamos guaran, y ellos hablaban guaran,orgullosos de la raza tup de los guaran, orgullosos de su raza todava hablan,y nosotros los benianos, hombres de la cruceidad, hemos hablado ese hermosoidioma de los castellanos.

    El Cnel. Hugo Arteaga, nieto de uno de los primeros expedicionarios, hacia esaparte que estamos mostrando del norte de Bolivia, dos hermanos Arteaga, quevinieron a hacer patria para defender esta zona, toda esta parte de Bolivia, quees esta parte norte ms, y aqu una pequea digresin, pongo tres nombres: elProfesor Benjamn Burela, Dr. Plcido Molina y el Dr. ngel Sandoval, loshombres del Memorndum del 1904, que este pas desoy, cuando desde lasociedad oriental, desde la cruceidad, estos tres hombres cruceos, comonosotros, de la cruceidad, de la cruz, quiere decir esto, del Padre, del Hijo, delEspritu Santo, la Santsima Trinidad, nosotros los hombres de la cruz, loshombres que creemos en el bien y en el mal, los hombres hijos de los jesuitas,eso es la cruceidad; estos hombres de la cruceidad lanzaron un manifiesto,cuando ya se haba negociado en el Tratado de Petrpolis los recursos financieros,por eso no se defendi el Acre, por eso cuando lleg el ejrcito estbamosnegociados.

    Cuando Daniel Salamanca Urey, que vamos a ver en sus notas aqu, hace unaconfesin de parte y cambia su discurso demaggico, el hombre que nos lleva la guerra del Chaco, irresponsablemente, y entonces hay que hacerles unreclamo, un reclamo a los historiadores bolivianos, dnde estn los reclamos denuestra geografa boliviana, estn en el Manifiesto de 1904?

    Eran los hombres de la cruceidad con los que nos entendimos nosotros en 1914,cuando hicimos un lmite con nuestros hermanos cruceos. Traigo esta abarca,que hicieron ellos, los hombres de la cruceidad, ah est el desfile de losenabarcados que nos han dado ilustrados la otra noche, aqu en esta sala delBeni, estos hombres que salieron y tuvieron que volver porque no haba nifusiles, fjense, no haban ni abarcas, y nos dijeron aqu, no lo dijo Don AlexArteaga, sino uno de los expositores, las abarcas las puso Don Nicols Surez,puso el charque, como puso plata para la batalla del Tratado de Petrpolis, que

    Dr. ngel Sandval Pea, Dr. Plcido Molina Mostajo y el Prof. Benjamn Burela

  • financi los ferrocarriles de las rutas que se llevaron adelante, cmo hubiramosahorrado tiempo.

    Daniel Salamanca discurseaba, justificando, llamando al engao para hacer laguerra, gente que lo ponen en la antagona de la oratoria boliviana, Don DanielSalamanca, el orador, el hombre adusto, el hombre honesto, el hombre de lapalabra vibrante, etc., el hombre que nos meti en estas cosas para defender surato en el poder, este hombre que negoci tambin, que negociaron las voces,dnde estn los historiadores cochabambinos de nuestra geografa boliviana,que no hacen mencin de ese Tratado de mil novecientos, de ese reclamo quehizo a la nacin la cruceidad, dnde estn esas pginas, tenemos la obligacinde escribirlas ahora y no dejar que Dabdoub o que algn otro de all de arriba,solamente lo mencione como un boceto.

    Un da conversando con el Dr. Dabdoub, le dije Ustedes le deben ms a Surezque nosotros los benianos, porque Nicols Surez era cruceo le reclam, medijo tenemos que conversar. Dnde hay una estatua en Santa Cruz de NicolsSurez? Dnde? En el Beni? Hay una en Guayaramerin, una as chiquitita;pero hay otra ms grande del Gral. Federico Romn, que era un barraquero deDon Nicols Surez. Cuando miro las estatuas, parece que el barraquero eraDon Nicols Surez, y ese otro hombre que lleg a general por otras razones,parece que hubiera sido un patrn de Don Nicols Surez. Ni los cruceos ninosotros, le hemos rendido homenaje a Don Nicols Surez.

    La cruceidad, nosotros la cruceidad, desembarcando de este ro San Pablo,mis abuelos desembarcando en el ro San Pablo, los cruceos, estos son loshombres que pelearon desde esta parte del norte y entraron tarde en la guerra,entraron recin el 34, y sacamos a los pilas de nuestro territorio, estos hombresque hicieron la cruceidad, miren el desembarco, esta es una foto del desembarco,

    Manifestacin de federalistas cruceos en 1891

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    Hazaa beniana en la Guerra del Chaco

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    ste es el arroyo San Juan de Trinidad, probablemente en la esquina de Ojara,probablemente, no s porque se ve un ganado, en el fondo, y stos son algunosque se hacen los remeros, porque los remeros eran mojeos, los otros no remabanni si quiera hasta la boca del Ibare. stos que estn aqu, en esta foto, nosotrosbajbamos con los brazos de los remeros mojeos, de los trinitarios, ellos remabanda y noche, como reman ahora, nosotros no remamos, damos dos remazos ylisto, pero ellos reman das y das, porque ese era el camino del agua por el quenuestros padres o parientes se fueron a defender la patria boliviana.

    Vamos ms adelante, nosotros somos la cruceidad, una mezcla de dos razas,de los guaranes y de los espaoles, ahora somos razas, han pasado variasgeneraciones, genticamente somos una raza No tenemos derecho a tenerespritu de autonoma y tener espritu de nacin? No tenemos derecho, por quno tenemos derecho a nosotros, a ser eso, porque no tenemos derecho ni siquieraa preguntarnos, no se preguntan eso y ah estn los militantes haciendo bulla,

    o el Presidente de la Repblica buscandoterroristas, porque nosotros nospreguntamos y tenemos que estarorgullosos. Por qu no vamos a estarorgullosos de hacer la construccin quehemos sido?

    Este hombre de la cruceidad, DonLucas Saucedo Sevilla hermano deMariano Saucedo Sevilla, cuandodefendimos con el Comit Cvico, conel pueblo beniano, en una lucha desigualen el Congreso de la Nacin conGuillermo Caballero, con un montnde hombres valerosos, que es mejor nonombrarlos, porque despus uno olvidaa alguien, cuando defendimos los lmitesdel Isiboro-Secure, saben dndeaprendimos, saben dnde nosentusiasmamos, saben de quin nosilusionamos? De la defensa que hizoeste cruceo, Don Mariano Saucedo

    Cruceos en el ro San Pablo y en el arroyo San Juan de Trinidad, con remeros mojeos

    Lucas Saucedo Sevilla (1892 - 1968)

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    Sevilla, una conferencia all por el 30 fue suficiente, conferencia metdica,ordenada, conceptual de este hombre cruceo que nos defendi, cundo hubouna sola palabra de un parlamentario beniano en ese entonces, para defendernoscon cabalidad, con luces de conocimiento, es un lujo que por suerte tenemos ennuestras manos.

    La conferencia de Don Mariano Saucedo Sevilla, ese hombre era la sociedad,esos hombres eran la sociedad. Este hombre, el principal, una visin crticatiene que hacer una rememoracin y un homenaje a Don Froiln, es el homenaje,a la cruceidad, es el homenaje, a Don Mariano Saucedo Sevilla, un cruceoque vibr con su voz defendindonos, cuando nos queran quitar el derecho quetenemos sobre el Isiboro-Secure, cuando queran borrar de un plumazo estahistoria.

    Entre parntesis, esta crtica es para hacer un homenaje a esta gente, este hombrepag las abarcas a esta gente, a este hombre le qued debiendo el ejrcito deBolivia, la pelea de la Guerra del Chaco, de la Guerra del Acre, perdn, ni paraque vamos a decir la del Chaco; pero la verdad Cundo? Con qu le pag?Con ese episodio desgraciado del Gral. Federico Romn, acusndolo de traidora Don Nicols Surez, contestacin hecha por su hijo, con una enorme capacidad,y una bien documentada presentacin sobre la que hay que dar una conferenciatambin, para ver quin fue el traidor, quin puso los billetitos, quin puso lossoldados, dnde fue la Batalla de Baha, en la barraca Baha de Don NicolsSurez, por eso no se perdi ese pedazo de territorio, que es Pando ahora, y nose perdi ms por su defensa.

    Y si esos 3 millones de libras esterlinas se hubieran gastado en la construccinde lo que dijeron los cruceos en el Memorandum, no hubiramos dicho comodijo el orador, el famoso de Don Daniel Salamanca Urey, cuando le preguntabanDon Daniel, pero si usted nos ha dicho que vamos a tardar 40 das para llegarhasta el Chaco, por la enorme distancia que significaba. Cuando le preguntaron,pero vamos a tardar 40 das? Saben que respondi, vmonos 40 das antesdijo el orador, este hombre, saben ustedes? Saben lo que sabemos porque algunavez hemos desentraado algunos libritos de historia, la situacin, dos elementoscentrales en la disparada, en la desgracia de lo que fue la Guerra del Chaco, yla desgracia de esos 50 mil muertos; dos elementos esenciales, la crisis del 29,31 mil toneladas de estao, frente a los 48 mil que haban vendido el ao anterior,ms de la mitad del ingreso, porque el precio baj, se baj a un tercio, lo quese vendi de estao en esa crisis poltica, Por qu uno de los liberales, el propioHernando Siles, trat de sustituir al Presidente, porque no le haca caso? Hicieronotra eleccin, le fabricaron otra eleccin A quin? A don Daniel SalamancaUrey, un hombre evidentemente honesto, flaco, adusto, enfermo, honrado, peroun irresponsable del tamao de Latinoamrica. Este fue el hombre que nos metial Chaco, este fue el hombre que pronunci estas palabras:

    Compatriotas hermanos, cuantas veces en Bolivia, es seguramente ms aqu,he dirigido la palabra a este pueblo, casi siempre en son de lamentaciones,vala pues la pena de venir para dedicar los ltimos destellos de mi inteligenciaa un pas, que he trabajado en vano, quisiera tener realmente la expresin delorador, la inspiracin del genio, el corazn de un nio para manifestar la

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    profunda impresin de mi alma, estepueblo tantas veces vencido, que seha levantado despus de los mbitos,etc., etc., etc. todo para llevarnos ala Guerra del Chaco, sin condicionesni transporte, lejos del frente de batalla,como hemos podido conocer a travsde todas estas noches, y cuando lepresentaron y cuando el Estado Mayorle dijo al Presidente Salamanca, queno poda ser, le mostraron lascondiciones de la guerra, homenajetambin a esos hombres del ejrcito,lo destituyeron y nombraron a otrogeneral, que s acept ir a la Guerradel Chaco. Esta irresponsabilidad, estaenorme irresponsabilidad la he queridocompartir primero.

    Y ahora recin ingresa el personaje deesta noche: el Cnel. Hugo ArteagaSalinas, perdonen ustedes la digresin.

    Corran los das de octubre ynoviembre (1993), habla el Cnel.Arteaga, Mi batalln era comandadopor el Cap. Ren Santa Cruz y eranoficiales del mismo el Tte. Elmer Costa Menacho, el Tte. Csar Archaval, Tte.Isaac Vicenti, Tte. Armando Ros, Tte. Lpez, de reserva, distinguidos y valientessuboficiales y clases, el batalln primero se compona, etc., defendiendo loscaminos que conducan desde Gondra y Manahua, hacia Falcn o Rojas, Silvay a su vez hasta Arce; tuvimos varios encuentros de patrullas en esa zona. Losparaguayos tenan gente nueva, conscriptos que recin haba entrado a laContienda del Chaco, y le hicimos varias emboscadas, tomando algunosprisioneros.

    Y empieza a hablar y a manifestar los sonidos de su crtica. Uno de los principiosde la guerra era la actividad permanente e iniciativa, nosotros tenamos unmando, dice el entonces Tte. Hugo Arteaga Salinas, el Gral. Kundt, a quienhaba que consultarle para destacar una patrulla, lo que hacamos nosotros eraa espaldas del Alto Mando, porque ellos prohiban destacar patrullas (elTeniente destac muchas patrullas), hacer emboscadas y dems, sin ordenexpresa, sin aprobacin del Alto Mando. Kundt era el que tena a su mando elejrcito, aun en sus mayores detalles y pasaba por encima del Comando delEjrcito, Divisiones y Regimientos. Para mover un hombre, una patrulla, habaque tener orden del Gral. Kundt, reniega to Hugo.

    Ms adelante, da una alerta y hace conocer al Gral. Bilbao Rioja que se estaproximando una progresin enorme en el Paraguay. Porque el pele en laGuerra, cerca a Campo Va, es difcil hacer una relacin si no tenemos una

    El presidente Salamanca, el vicepresidente TejadaSorzano y el general Pearanda en el Chaco

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    Hazaa beniana en la Guerra del Chaco

    escena geogrfica de lo que fue, por eso valenms los conceptos, la alerta de este soldado deBolivia, que las posiciones geogrficas y losdetalles tcticos estratgicos de la guerra, l haceuna alerta y empieza a alertar y dice que elcombate en la zona norte segua acercndosehacia el camino a Saavedra, haba constantescaoneos, violentos combates y sentamos queel enemigo progresaba hacia la picada deAlihuat, Saavedra. Yo creo que fue el da 2,que una patrulla se enfrent al enemigo, seacerc a unos 200 metros frente a nuestrasposiciones, que como ya he dicho estaban enla balacera, el enemigo ya estaba en laretaguardia de Alihuata, la noche de 3 al 4 dediciembre, ms o menos, si la memoria no mefalla, vino el Suboficial Aramayo del Pozo, unbuen y magnifico combatiente me dijo Tte.,venga para escuchar lo que ocurre en un puesto,y fui y estaban ah a paso, a paso los pilas, sinpermiso, y ms adelante el se va y busca al My.Bilbao Rioja, hermano del Cnel. Bilbao Rioja,y lo alerta y dice:Al otro da Bilbao vino muy temprano, casi alamanecer, a mi Comando y nos fuimos al alaizquierda que est prximo al hospital de sangreabandonado, que ya he hablado, l estuvoobservando con su anteojo de campaa, yo tenafusil con anteojo y mir por ellos y vi cmo unoficial paraguayo sala, le vi el sombrero y suuniforme de color azul, el uniforme de losparaguayos era verde olivo, pero el constantelavado lo converta en azul, nosotros lo veamos

    azules, como ellos nos vean medios rojizos por el uniforme caqui, yo le apuntcon mi fusil, ya que haba una palca, me dispuse a tirarle y Bilbao me dice, nole tire, yo le contest le tiro porque es paraguayo, mi mayor, y le disparacertndole a la cintura ms o menos, el hombre se dobl y fue desapareciendo,hasta perderse entre el ramaje.

    Sent al My. Bilbao que pasaba por detrs de m, por la Senda de Circulacin,con la ametralladora, le jal el tirador, etc.; y entonces dice mi mayor, permanezcausted all, vigile, yo voy a dar parte de este hecho a la Divisin, nadie puedenegar nuevamente las cosas que ocurren aqu, pero ya es muy tarde mi mayor,espero volver a visitarlo dentro de un rato, me fui hacia el lugar que se encontrabaantes. Al poco rato lleg una seccin del Lanza, unos 30 soldados. Y empiezael reclamo, esa era la mentalidad boliviana, dice reclamando que no se podacurar frente a los enfermos, porque este seor Araujo quera, si estaba heridoy lo vea, y quera salir un rato del campo de batalla, porque no tena condicionesy entonces el teniente deca salga usted, usted ya ha hecho eso, ya ha hechotodo por su patria, es decir, es enorme la cantidad de conceptos que hay,

    Hans Kundt, mercenario alemncontratado por Salamanca

  • Hazaa beniana en la Guerra del Chaco

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    pegados en unas cuantas letras escritas, cuando un actor de la guerra, dice elCnel. Hugo Arteaga, as es la guerra, tericamente con un bombardeo seliquida una posicin, no es cierto, los infantes saben agacharse la cabeza, envez de huir del terreno y escapar al caoneo, pero a veces una granada puedecaer a un metro de la posicin de un hombre y apenas golpearlo; el My. Bilbaoinform que en un destacamento comandado por el My. Kundt, que era unalemn, quera incursionar, etc., etc., etc., y sigue, sigue en vano intentandohasta que el My. Bilbao le agradece. El My. Bilbao, cuando yo termin decomer, me llam y me llev afuera, sobre el camino, donde no nos escuchabanadie y all dijo, usted es testigo Arteaga, de la magnitud de la operacinparaguaya, la masa paraguaya ha quedado libre y con la capacidad de seguirhasta el 31, hacia el 22, hacia Saavedra, hacia Pabn, por el otro camino, lasituacin es muy grave, yo lo voy a defender en esta oportunidad, porque yolo he metido en situaciones sumamente graves Tte. Arteaga, l hablaba de otroscombates que habamos tenido con anterioridad, lo voy a defender, tome ustedesta carta que alcanza hasta la zona de Ballivin, yo he recibido la misinsumamente grave y posiblemente no voy a salir, yo voy atacar esa zona y todossabemos que este mayor Bilbao muri en la batalla y le orden al Tte. Arteagasalir, y al Tte. Arteaga se le quiso hacer un juicio, porque decidieron entre ly el My. Bilbao y algunos soldados romper las filas!

    Este es el reclamo vibrante de este relato que ha quedado y tenemos el compromisode escribirlo, porque hicimos la promesa a un hombre, que haba luchado en elChaco, de escribirlo, de escribir la frase, de escribir la angustia; yo recuerdouna noche, que me dijo Alexito cuando alguien hable y hable de guerra, ndatepor detrs y trale un tiro en la nuca, porque ustedes son jvenes, ustedes nosaben lo que es la guerra, ustedes no han visto mi duda, eso me dijo mi to.Ustedes no saben la desgracia, ustedes no han visto a un nio hurfano, comoese hurfano de la guerra, ese hurfano que nos contaba anoche con devocina su madre; ustedes no saben lo que es el terror de la guerra.

    Y yo hice un compromiso firme de escribir esta obra, de hacer una novelahistrica, para que la gente sepa lo que es la guerra, porque al parecer, cuandolos hombres no hacen carne de la historia y no se escribe la historia de verdad,la de los hombres que la pelearon y que la sufrieron, que hicieron carne, quehablan con cario, entonces se quiere repetir la historia de la guerra.

    Mentira que no hay nacin, nosotros ahora hablamos para los collas y veamosqu dice el Cnel. Arteaga de este cochabambino. Me conoce usted? Si, Tte.Arteaga, esccheme muy bien, usted ha cumplido su deber patritico, est fuerade combate porque est herido y debe quedarse aqu, los paraguayos no sontan fieros como los pintan y lo van a curar, para usted ha terminado la guerra,ir al Paraguay como prisionero y volver a la patria cuando termine la guerra,pero no se deje llevar en camilla, porque aqu la gente no tiene agua ni capacidadpara llevarlo por la senda, sin embargo, otros cadetes lo convencieron, l erabrigadier de ellos, lo estimaban y quisieron sacarlo, lo llevaron en camilla yal amanecer escuch que decan del cadete que no estaba en la camilla y quese haba parado sobre un pie y que trataba de que le den un fusil, aunque nadiequiso al final, un soldado se lo dio y l se peg el tiro, lo omos el tiro lejanoy una columna que fue a ver nos dijo que el comandante, que el cadete se haba

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    suicidado, este Cochabambino valiente, que se perdi la guerra.

    Y los potosinos, esos que ahora nos ensean a odiar, miren lo que dice el Tte.Arteaga, ocurri que me olvid del pobre Fructuoso, cuando estaban huyendo,al otro da me alcanz y me dijo, mi Teniente, por qu no me despert? Bueno,me olvid hombre, disculpa. Me dijo que me haba olvidado de mi bulto, lecontest que no importaba, porque ah aparecieron los hermanos El Hage, deSanta Cruz, hombres altos y fuertes que parece que pertenecan al DestacamentoWichtendal, de los conscriptos nuevos, y sigue relatando, me dijo que el cadeteAviaa estaba sacando un guato de su zapato para amarrarse de la cola deldisparador, y entonces entr y le dije al Cadete Aviaa, usted cree cadeteAviaa que eso es valor? No, el valor es sobreponerse al agotamiento, al hambre,al fro, al calor, a la lluvia, al barro y a todas las inclemencias de la guerra yseguir combatiendo, ese es el verdadero valor, pngase los zapatos y vengaconmigo, le puse un clase recomendado que no lo pierda de vista, llegamos ala orilla del monte a continuacin del Km 7, haba una especie de caada deagua, le indiqu al clase que lo lleve al cadete que estaba herido en su espalday orden al sargento sanitario que lo cure, le ayudaron a sacarle la camisa queestaba con sangre seca y apareci la herida, llena de unos gusanos grandes yblancos.

    Aqu se habla de los aviadores, aquhay un nieto de un aviador, al que levamos a pedir que nos pase la fotodel aviador Medardo Solares, dedestacada actuacin, segn nos hablael Cnel. Arteaga, en la Guerra delChaco, y cmo habla con cario, cmohabla de la patria, cmo hablaquejndose. Cmo habla de lasgeneraciones, cmo habla con respetodel Gral. Pearanda, del hroe BilbaoRioja, este hombre que se neg, deeste hombre, un cadete que pidi, queera su compaero, subteniente comol, y cuando se toparon en la salida,huyendo del Chaco Paraguayo, loencontr y le dijo que deje esoscaones, eso est escrito aqu, no lovoy a leer, lo voy a relatar, deja tuscaones hermano, yo te voy a darunos nuevitos y recin lustrados.Cmo voy a dejar a mis caones?Yo soy oficial de infantera y sequed. Por eso. Por eso profesorLijern, habra que hacer una crticaa la Guerra, porque sino estos hombres mueren en vano, estos hombres valientesmueren en vano.

    Yo quiero terminar, porque saben ustedes, la emocin es una traicionera, diciendo

    Tte. Av. Medardo Solares Arias, conocido comoEl Soldado Sereno

  • algunas cositas, algunas pequeas cosas ms, y digo yo, quin le responde alos muertos? Se lo digo a Salamanca, quin mierda le responde a los muertos?

    No seores, los muertos no son una estadstica, los judos hacen homenaje concario a sus muertos, todos los aos se recuerda eso, con cario, con hombres,con pelcula, estos hombres no son unos muertos, estn en una placa en laCatedral, no son unos muertos, son unos valientes, y quin le agarra la manoal soldado que se dispar?, quin le dice a los potosinos las palabras de cariode mi To? Quin convence al camarada cochabambino que abandone suscaones?

    De lejos, dice to Hugo, que Bolivia es posible, es una nacin. Lo que decaRenn del concepto de Nacin, deca, es el deseo de hacer juntos grandescosas.

    Mierda qu vamos a hacer junto aEvo Morales, nosotros? Qu grandescosas vamos a hacer, si nos enseana odiarnos entre hermanos, entrebolivianos, entre potosinos? Qugrandes cosas vamos a hacer? Noviene acaso a cabalidad esta reflexin?Ortega y Gasset dice, la historia detoda nacin y sobre todo de la nacinlatina es un vasto sistema deincorporaciones, es un proyectosubjetivo de vida comn, viven juntospara algo, son una comunidad depropsitos, de anhelos, grandesutilidades, no conviven por estar juntossino para hacer algo juntos.

    No podemos hacer Autonoma,carajo? Nos quitan nuestros recursos,qu vamos a hacer juntos en estanacin?

    Por eso yo escribo, le pido permiso aun hombre que fue a la guerra y quecuando le preguntaron subordinaciny constancia, Qu contest usted, donFroiln? Viva Bolivia!, no? As de claro, esa era la consigna, no?

    Qu le vamos a decir ahora a estos militares traidores de la Bandera, asesinosde los pandinos, carajo, cuando nos convoquen, cualquier rato que se arme otraguerra, qu le vamos a decir? El Coronel Arteaga, el sobrino del Cnel. Arteaga,por qu ustedes creen que las guerras no se producen de nuevo? Y la Guerrade Las Malvinas? No fueron acaso los militares irresponsables, y ah tambinhay unos benemritos, por una irresponsabilidad, por mantenerse en el poder,cuando ya no poda el fascismo militarista de la derecha.

    Hazaa beniana en la Guerra del Chaco

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    Jos Ortega y Gasset

  • Yo soy un hombre de la derecha, pero soy un hombre de la derecha liberal, nosoy un fascista. Cmo se mantuvo? Con una guerra. Qu hizo Fujimori? Noarm otra guerra con el Ecuador? Qu estn haciendo ahora? Gracias a Diosque no hay crisis econmica, porque estn haciendo todo el intento para hacerotra guerra. Y entonces, como esto es una reflexin, y como las reflexionesvienen de los hombres libres, yo no puedo contestar como usted, don Froiln,yo no puedo contestar como usted Viva Bolivia!

    Cuando estos militares me convoquen o convoquen a mi hijo que est aqu, oa mi nieto que no ha venido, yo le contesto y le contesto a Salamanca, y lecontesto a todos los que no han escrito la historia de verdad y de la valenta delos benianos, a nombre del Cnel. Hugo Arteaga, vyanse a la mierda, no nosmetan en otra guerra!

    Alex Arteaga Chvez

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    Hazaa beniana en la Guerra del Chaco

  • PRLOGO A LA CONFERENCIA DERUDDY ROLANDO CULLAR RIVERO

    CARMELO CULLAR JIMNEZ, EL MITO

    El mito lo construye la sabidura popularsobre la base de valores que requieren serfor ta lecidos. Forma par te de lasconstrucciones colectivas y las comunidadeslos hacen suyos como parte de su propiaidentidad.

    Es una mezcla virtuosa entre idealizacin yrealidad, y se basa en acontecimientos ycircunstancias demostrables que luego deposesionados, se enriquecen con recreacionesy nuevas ocurrencias.

    Las colectividades crean sus mitos como unaforma de trascendencia, de perdurar, decolocar de manera ntida aquellas cualidadesque el comn de los mortales querran poseer,pero que resulta imposible por lascircunstancias en las que se produjeron losacontecimientos.

    Los momentos de mayor turbulencia social,poltica y humana, aquellos en los cuales sepone a prueba la fortaleza de la gente y delos pueblos, es cuando se generan lascondiciones para la aparicin, construcciny consolidacin de un mito.

    Los acontecimientos que se producenalrededor del personaje deben tener baseverificable en su origen, y deben correspondera circunstancias verificables.

    Alguien debe haberlo visto, odo o haber

    Carlos Hugo Molina Saucedo

    Carmelo Cullar Jimnez, en 1951,exiliado en Brasil

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    Hazaa beniana en la Guerra del Chaco

  • sido testigo del acontecimiento y luego de escuchado, el relato se enriquece conel aporte de los nuevos contertulios que recrean los acontecimientos.

    Como la base en las cuales se sustenta el mito, son ciertas, no resulta difcilcompletar los atributos y las condiciones extraordinarias que se le irn aumentando.

    Las cualidades del personaje que asume el mito, deben ser la de una personaque, a la vez de normal, igual a nosotros, deba ser inalcanzable, precisamentepara convertirse en paradigma, en modelo, en ejemplo, en digno de imitarse.

    Los pueblos necesitan de sus mitos, y ellos tienen base fsica concreta. Pertenecena un pueblo, a una generacin, a una cualidad cuyo recuerdo, afirme y refuerceel valor en el que se sustenta. La palabra mgica que gira en derredor del mitoes: dicen que, nuestro dizque, vernculo y entraable.

    El mito, para ser tal, debe ser conocido, asumido y tambin respetado, por elotro, por los distintos, por el adversario, por el contendor sus cualidades, alser conocidas y ciertas, tienen un valor reverencial que inspira aquello por locual se cre y se sustenta. Cuando el mito logra encumbrarse de esta manera,se convierte en leyenda

    Todas estas condiciones envuelven la figura de Carmelo Cullar Jimnez entorno a la Guerra del Chaco.

    Una circunstancia blica, necesita de los referentes que multipliquen valor,incorporen arrojo y temeridad, y puedan permitir que otro igual, realice accionescuyo protagonistas, hubiramos querido ser nosotros. Y cuando las relatamos,terminamos incorporando nuestras propias necesidades de trascendencia.

    Carmelo Cullar siempre estuvo en primera lnea, es ms, sus incursiones en laslneas paraguayas generaron temor y su nombre era conocido al otro lado de lastrincheras; acciones comandos, diramos ahora, eran protagonizadas aportandoevidencias con trofeos de guerra que eran arrebatados en luchas de valientes.

    Esa es otra de las caractersticas.

    El adversario debe estar a la altura del Hroe, debe merecerlo, debe ser tanvaliente como el nuestro, para justificar lo extraordinario de nuestro personaje.

    Esa Guerra, protagonizada con un pueblo guerrero como el paraguayo, similaral nuestro, merecedor de nuestras acciones, ofreci el escenario de valor necesariopara la aparicin del mito.

    Cullar Jimnez no daba rdenes, las cumpla l; no reciba rdenes, defina suspropias acciones. Y quienes lo acompaaban, saban que estaban frente, al ladoy siguiendo, a un Hombre que los haca superiores.

    Las guerras son crueles, son inhumanas, por naturaleza; y para ser hroes enmedio del dolor y de la muerte, se debe tener condiciones excepcionales. En laGuerra se pone a prueba el valor y la entereza del humano convertido en guerrero.

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    Hazaa beniana en la Guerra del Chaco

  • All, en medio de los espinales, de la aridez de una tierra mezquina que aprendia vivir sin agua y oblig a todos a aprender cmo hacerlo, haba un hombrerecio y menudo fsicamente, de un tamao fsico que creca cuando se loescuchaba y se lo segua.

    Y sumamos otra condicin. Para ser merecedores del mito, hay que estar a sualtura. Quien lo sigue, debe ser capaz de hacer lo que l hace, y por eso lo quese cuenta y se dice de l, es cierto.

    Los paraguayos saban quin era Carmelo Cullar Jimnez, el guerrero que nolleg a la Guerra, que ya estaba antes de que empiece, y que por eso, precisamente,

    Carmelo Cullar Jimnez, el mito que se transforma en leyenda

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    Hazaa beniana en la Guerra del Chaco

  • pudo hacer lo que hizo.

    Los valores de la guerra adquieren la mansedumbre del sabio en la paz.

    Se cambia el fusil por la palabra, las rdenes por la democracia, el espriturebelde por la revolucin y en cada una de esas circunstancias, tiene algo quever, tambin Carmelo Cullar

    Muchas gracias.

    Carlos Hugo Molina Saucedo

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    Hazaa beniana en la Guerra del Chaco

  • CARMELO CULLAR JIMNEZLa Leyenda

    Respetables autoridades; distinguido auditorio, buenas noches

    Carmelo Cullar Jimnez naci en la ciudad de Magdalena, Provincia Itnez delDepartamento del Beni. Sus padres fueron Gonzalo Cullar Bravo y doa VirginiaJimnez Melgar. Carmelo fue el menor de siete hermanos.

    A la edad de seis aos, qued hurfano de padre y madre, lo que oblig a susfamiliares a trasladarlo a la ciudad de Santa Cruz de la Sierra a los ocho aosde edad. Ah Carmelo ingres a estudiar las primeras letras en el seminario No.1Monseor Santisteban, luego ingres al Colegio Nacional Florida a continuarsus estudios de instruccin media, hasta el cuarto curso, recuerda entre suscompaeros a Eustacio Chvez, Wolfango Montes, Dr. Urenda Peinado, SimnMelean, Gemn Gabriel, Teodoro Amelunge, Carmelo Arias Ortiz, Percy BolandR., Crisanto Morales, Rubn Medina, Romelio Antunez, Enrique Balcazar B.entre otros. Interrumpi su formacin para trabajar en la Casa Zeller, por espaciode un ao.

    Luego de haber trabajado como ayudante de perforista en la Stndard Oil,empresa transnacional petrolera instalada en la regin de Cordillera, sin cumpliran 19 aos se present a prestar el servicio militar en el Regimiento Loa 4 deInfantera con asiento en San Antonio de Villamontes el 10 de diciembre de1930, siendo su comandante el entonces Tcnl. Enrique Pearanda y cuyo segundocomandante era el Tcnl. Agustn Gironas. Desde ese contacto con el Chaco,cambi su vida.

    Fue instruido y especializado en el manejo de las armas de fuego y en armaspunzo cortante. Fue destinado a la Cuarta Compaa (de caones, ametralladoraspesadas Colt con seccin de acompaamiento de 2 caones Krupp de encendidoa chispa, sobrantes de la guerra Franco Prusiana), cuya comandante era elCap. Jos N. Urcullo, y los Comandantes de Seccin eran los Tenientes DesiderioRocha, Vctor Eduardo y los Subtenientes Rafael Indaburo Gonzlez, ElasAliaga y Antonio lvarez.

    Luego de cuatro meses de instruccin intensa, agotadora y pasada la revistaindividual en la cual se destac con creces, la Cuarta Compaa y el regimientoLoa 4 de infantera march al Chaco Central, el 15 de abril de 1931.La marcha

    Ruddy Cullar Rivero

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    Hazaa beniana en la Guerra del Chaco

  • se la hizo a pie con los 12 kilos reglamentarios de peso en la mochila (la 4taCompaa llevaba sus mulos de carga para transportar el equipo pesado deametralladoras y caones).

    El Regimiento Loa 4 de Infantera hizo la travesa de toda la jurisdiccin asignadaa la 4 Divisin (con asiento en Muoz y cuyo comandante era el Cnl. FranciscoPea) en 15 das, pasando por D Orbigny, Ballivin, Linares, Esteros de Patio,Muoz, Saavedra, Alihuat, Arce y Fernndez.

    En Fernndez, se incorpor el Capitn Vctor Ustarez Charata y de ah abriendopicada y tendiendo lnea telefnica sobre postes de cuchi, quebracho o urunday,se lleg a una aguada grande llena de hermosos patujusales (planta acuticamuy parecida por sus hoja al pltano pero fina y delgada, que los chaqueosllaman platanillos). All el capitn Ustarez fund el Fortn Platanillos distantea 45 kilmetros de Fernndez, que luego sera el asiento tradicional del yameritorio Regimiento Loa 4 de Infantera.

    Cumpliendo instrucciones superiores el Regimiento Loa sigui su marchahacia el oriente, buscando empalmar con las tropas que venan del lado de la3ra Divisin, desde Robor, en busca del Gran Lago, con lo que se pretendacerrar el circuito de enlace entre la 4 y 3 divisiones.

    Desde el mes de mayo de 1931, hasta el mismo da 15 de mayo de 1932 que elMayor Oscar Moscoso Gutirrez lleg con su destacamento a ocupar el GranLago, (que l bautiz como Laguna Chuquisaca); y que los paraguayos hacams de dos aos tenan ocupado con el nombre de Pitiantuta y fundaron elFortn Carlos Antonio Lpez. Hasta el mismo da del nombrado 15 de mayode 1932, Carmelo Cullar Jimnez era ya un montaraz, conocedor al dedillo detodo el territorio afincado, unas veces a rdenes del Cap. Ustarez y otras ardenes del Cap. Bernardo Cesar Murillo. Tuvo entre sus instructores al Tte.Vctor Eduardo, al Tte. Indaburo Gonzlez, al Subtte. Antonio Arvalo Lacernaentre otros. Siempre en el Regimiento Loa 4 de Infantera.

    Antes del inicio de la infausta guerra del chaco Carmelo Cullar Jimenez participen la fundacin adems del Fortn Platanillos, de los fortines Jayucubs, Bolvar1ro, Bolvar 2do, Fortn Loa 4, Camacho (que luego sera asiento del Comandodel Regimiento), Huatojita, Caada Cristina, Masamaclay, Tres Islas y al finalMariscal Santa Cruz (fundado por el Mayor Moscoso; a la orilla oriental delGran Lago).

    Fortn Camacho, como lo menciona Carmelo Cullar Jimnez Fortn hermosoe inolvidable, amasado con el sudor y las manos callosas de los valientes eintrpidos soldados bolivianos del Loa entre los que l se inclua; es hoy laairosa capital del chaco paraguayo llamada Villa Mariscal Estigarribia.

    Prcticamente fue la llegada de Moscoso al Gran Lago el 15 de junio de 1932,lo que precipit la guerra. El 29 de junio de ese fatdico ao de 1932, cae en elpuesto adelantado el Subtte. Antonio Arvalo Lacerna y el 15 de julio el aguerridoCap. paraguayo Abdn Palacio, bate olmpicamente al Destacamento Moscoso,dejando mal parado al linajudo y ambicioso jefe que desert abandonando a

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    Hazaa beniana en la Guerra del Chaco

  • su tropa.

    Y as vinieron las famosas represalias dispuestas por el Presidente Salamanca.Toma de Corrales, Toledo y Boquern. En las dos primeras batallas, vemos aldragoneante Cullar Jimenez, comandando la primera pieza pesada Colt, el 27y 28 de julio de 1932 (en la toma de Corrales y Toledo) luego de estas actuacionesascendido a Cabo, Cullar Jimenez arremete con valenta y audacia en los camposde la Isla Maldita prendido de su metralla en los ataques para romper el cercode Boquern, con el Destacamento Pearanda.

    Al mando del Teniente Coronel Walter Mndez Tigre Rubio que diriga el6 de Caballera, hombre simptico, sereno, valiente y cumplido guerrero ycon los escuadrones de Germn Busch, Viera, Castrillo (que conquist el herosmomuriendo al inicio de la lucha) y el ya establecido Escuadrn Divisionario Nro.7 denominado Carmelo Cullar Jimnez, atacan sin parar, sin piedad, sin descansoy con temeridad desde el 9 de septiembre, todo octubre y hasta el 10 de noviembrede 1932 en Km. 7. Aun sin recuperar fuerzas el 11 de noviembre del mismoao, son la voz del Comandante de la IV Divisin; Al asalto, era la ordendel Cnl. Pearanda.

    El empuje fue rotundo, valeroso, dispuesto a romper el cerco de Boquerncerrado por las fuerzas mayoritarias de Paraguay.

    Se combati dos das y dos noches de dura refriega. El grupo de Caballeradirigido por El Tigre Rubio rompi el cerco que se le haba asignado conlucida bravura, sosteniendo la lluvia de artillera enemiga, pero ganando unespacio de terreno admirable. Se avanz con fervor y coraje de vida o muerte.Los paraguayos perdieron mucha gente. All mismo descoll Germn Busch porsu serenidad frente a este su primer eslabn estratgico ante un enemigo selvtico,llenando de asombro a bolivianos y paraguayos.

    En la desastrosa retirada de Boquern, la fatdica noche del 12 de noviembreCarmelo Cullar es herido levemente en la pierna derecha, en la retirada enYujra se encuentra y conoce personalmente a Germn Busch Becerra con quienmantuvo una apretada amistad, fue posteriormente padrino de una de sus hijas.

    Es en las derrotas cuando se mide la calidad y el temple de los valientes.Y fuedurante ese tiempo donde Carmelo Cullar Jimnez nuevamente es ascendidoen pleno campo de batalla.

    Desde aquel encuentro Busch y el Cnl, Enrique Pearanda dirigen a CarmeloCullar. Debido a su actuacin en la Isla del Diablo, es precisamente Buschquien pide el ascenso al grado de Sargento primero. Vino el amanecer del da13 de noviembre. Se dio descanso y retiro voluntario para todo el RegimientoLoa. A partir de ah, las hazaas de Carmelo Cullar Jimnez con su escuadrndivisionario Nro 7 se hicieron interminables como temibles hasta la conclusinde la guerra.

    Su nombre aparece aureolado por la leyenda, cuando se habla de episodiossangrientos y salvajes de la guerra del chaco. Es cuando nace la leyenda del

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    Hazaa beniana en la Guerra del Chaco

  • bravo soldado beniano, cuando la metralla estremeca los ardientes arenales delsudeste, enfrentando con el pecho descubierto al enemigo.

    Intrpido, retador de la muerte, atropellaba la maraa hostil del Chaco, con susangre guerrera en permanente ebullicin, lo acompaaba su fervor patritico,el amor a su tierra y por supuesto su carcter rebelde, fuerte, temperamental eindomable.

    Los andares del criollo Carmelo Cullar Jimnez fueron picos, se hicieron ecode ellos sus fieles seguidores, la oficialidad en campaa, el propio enemigodeslumbrado por la bravura hablaron de aquellos andares primero en el vivacde los combatientes cuando se tomaban un respiro a la tibia luz de la luna.Hablaban de aquellas hazaas en el campo intrpido del Chaco y en los cuartelesen que se viva la fajina de la guerra, infringiendo miedo y temor. CarmeloCullar Jimnez mozo fornido y de agallas, descendiente de linajudos hogaresorientales en que se haca un culto del civismo, apareca permanentemente comoel autor de las ms increbles acciones de guerra que no estaban incluso registradasen la formacin militar, su ingenio en sus clebres incursiones de cuatrerajes,en picadas que barran las metrallas enemigas, consum misiones inimaginables,supliendo la inferioridad de sus armas y sus fuerzas con coraje y audacia.

    Estuvo Carmelo Cullar Jimnez con los dientes apretados, con la bayonetacalada, con los nervios jvenes en tensin, motivando y protegiendo siempre asus soldados y superiores, haciendo respetar a su patria, inscribiendo su nombrecomo el hroe ms representativo en accin que tuvo Bolivia, sin desmerecer

    Patrullaje en la maraa

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    Hazaa beniana en la Guerra del Chaco

  • la bravura y valenta de todos los soldados bolivianos que cayeron y sobrevivieron,considerados tambin como hroes nacionales.

    Este bravo soldado beniano, actu desde el inicio hasta la conclusin de laguerra, desde pequeas hasta grandes acciones en innumerables batallas,destacndose siempre por su temeridad y obteniendo citaciones, ascensos ycondecoraciones.

    Como el deca Yo no fui a la guerra yo ya estaba ah.

    Como se ha mencionado anteriormente, la explosin de la guerra lo encontrprestando su servicio militar en las candentes arenas del Chaco, con el conocimientodel terreno y la preparacin militar, situacin ventajosa que le permitiposteriormente destacarse con su coraje legendario, comandar el famoso EscuadrnDivisionario Cullar de Caballera, luciendo su estrella de subteniente de lnea.

    El Escuadrn Divisionario Nro 7 se exalta de entusiasmo patritico. CarmeloCullar Jimnez se convierte en motivador y consolador de sus camaradas ysoldados luego de cada hazaa, se convierte en ejemplo de admiracin e incitaa pelear con herosmo sin lmites para su pas.

    En efecto, para todos son sus primeros combates, y eso acarrea miedo, temor,inseguridad, sin embargo Carmelo Cullar transmite fervor y los motiva a pelearpor su patria, por su tierra, por la defensa de su fortn, sus soldados se convencenque estn peleando por su vida.

    Este fervor lo anima Carmelo Cullar Jimnez, quien posteriormente fueraconocido como el capitn famoso de los cuatreros del Chaco. Como l,sus soldados se convierten en hombres aguerridos, aventurados a todo peligro.Su nombre es vitoreado al inicio y al finalizar cada contienda, su Escuadrnrecibe refuerzos que inmediatamente son instruidos y luego incorporados a lalnea de fuego.

    Carmelo Cullar toca la guitarra, acompaando sus canciones entre melanclicase irnicas y pueden orlo cantar rodeado de sus soldados alegres y valerosos,se muestra casi como un soldado raso y ya no lo es y aparece despreocupado,alegre en extremo, ajeno aparentemente a su gran responsabilidad. Pero, actuandocon sus soldados, vuelve a ser el temible guerrero del Chaco, y sta es la mejorimagen! del hroe que despierta pasin, coraje y patriotismo. Las jornadas sonintensas y sin tregua, con l sus soldados se hallan consumando victoriasimprovisadas, con armas y pertrechos conseguidos a brazo partido.

    Interminables ser la relacin de las memorables hazaas de este cuatrero quevenci a la muerte, al extremo que el ejercito paraguayo ofreci recompensapor su