HDG 2058 III DOMINGO ADVIENTO 13 de diciembre 2020 online...DOMINGO III DE ADVIENTO • CICLO B •...

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Isaías, predica la buena nueva a los pobres. Terminan las opresiones, el consuelo inun- da los corazones y comienza una etapa de perdón, de salvación y alegría en el Señor. Lectura del libro del profeta Isaías 61, 1-2. 10-11 El espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido y me ha enviado para anunciar la buena nueva a los pobres, a cu- rar a los de corazón quebrantado, a procla- mar el perdón a los cautivos, la libertad a los prisioneros, y a pregonar el año de gra- cia del Señor. Me alegro en el Señor con toda el alma y me lleno de júbilo en mi Dios, porque me revistió con vestiduras de salvación y me cubrió con un manto de justicia, como el novio que se pone la corona, como la novia que se adorna con sus joyas. Así como la tierra echa sus brotes y el jardín hace germinar lo sembrado en él, así el Señor hará brotar la justicia y la alaban- za ante todas las naciones. Palabra de Dios. R/. Te alabamos, Señor. R/. Mi espíritu se alegra en Dios, mi sal- vador. Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi salvador, porque puso sus ojos en la humildad de su esclava R/. Mi espíritu se alegra en Dios, mi salva- dor. Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones, porque ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede. Santo es su nombre, y su misericordia llega de generación en generación a los que lo temen. R/. Mi espíritu se alegra en Dios, mi salva- dor. A los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide sin nada. Acordándose de su misericordia, viene en ayuda de Israel, su siervo. R/. Mi espíritu se alegra en Dios, mi salva- dor. El apóstol Pablo nos anima a la alegría, a la oración y a la acción de gracias. Nos exhorta también a ser irreprochables en todo mo- mento hasta la última venida del Señor. Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los tesalonicenses 5, 16-24 Hermanos: Vivan siempre alegres, oren sin cesar, den gracias en toda ocasión, pues esto es lo que Dios quiere de ustedes en Cristo Jesús. No impidan la acción del Es- píritu Santo, ni desprecien el don de profe- cía; pero sométanlo todo a prueba y qué- dense con lo bueno. Absténganse de toda clase de mal. Que el Dios de la paz los san- tifique a ustedes en todo y que todo su ser, En este tercer domingo de adviento, la palabra que se repite es: alegría; un in- menso gozo que brota del saber y sentir que el Señor está cerca de nosotros y que podemos compartir nuestros bienes con los hermanos. El profeta Isaías nos dice: “desbordo de gozo con el Señor, y me alegro con mi Dios”. Una alegría que no permanece en cerrada en el corazón, sino que se difun- de y se contagia a las personas que le rodean. El salmo nos presenta a la Virgen María exclamando: “se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava”. La presencia de Dios en María le llena de un gozo tan desbordante que es capaz de cantar in- cluso en medio de las adversidades. Semanario Litúrgico Nº 2058 NuestraIglesia Arquidiócesis de Guayaquil DOMINGO III DE ADVIENTO • CICLO B • DICIEMBRE 13, 2020 Oración colecta 1 LITURGIA DE LA PALABRA Primera Lectura 2 Segunda Lectura 4 Estén alegres San Pablo, igualmente, invita a la co- munidad a estar alegres en el Señor, por cuanto es Él quien guía sus pasos por el camino de la paz y el bienestar. San Juan Bautista anuncia la causa de la alegría: la presencia del Mesías que viene a colmar todas las aspiraciones del corazón humano y a transformarse, de este modo, en la fuente inagotable de alegría. En estos momentos de crisis sanitaria y económica, el mejor testimonio que podemos dar es la alegría de saber que Jesús está con nosotros y también de que somos capaces de compartir el ali- mento, la medicina y tantos bienes ma teriales y espirituales. Oh Dios, que ves a tu pueblo esperando con fe la festividad del nacimiento del Se- ñor, concédenos alcanzar la gran alegría de la salvación, y celebrarla siempre con solemnidad y júbilo. Por nuestro Señor Je- sucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. R/. Amén Salmo responsorial 3 [Lc 1/1]

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Page 1: HDG 2058 III DOMINGO ADVIENTO 13 de diciembre 2020 online...DOMINGO III DE ADVIENTO • CICLO B • DICIEMBRE 13, 2020 1 Oración colecta LITURGIA DE LA PALABRA 2 Primera Lectura 4

Concédenos, Señor, que podamos ofrecer-te siempre la ofrenda de nuestra devoción, para que así se lleve a cabo lo instituido en este sacramento y se obre con fuerza en nosotros tu salvación. Por Jesucristo, nues-tro Señor. R/. Amén.

Los enviados, que pertenecían a la secta de los fariseos, le preguntaron: “Entonces ¿por qué bautizas, si no eres el Mesías, ni Elías, ni el profeta?”. Juan les respondió: “Yo bautizo con agua, pero en medio de us- tedes hay uno, al que ustedes no conocen, alguien que viene detrás de mí, a quien yo no soy digno de desatarle las correas de sus sandalias”.

Esto sucedió en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde Juan bautizaba.

Palabra del Señor. R/. Gloria a Ti, Señor Jesús.

Creo en Dios, Padre todopoderoso, Crea-dor del cielo y de la tierra.

Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resu-citó entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso.

Desde allí vendrá a juzgar a vivos y muer-tos.

Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.

R/. Amén.

El Señor viene para salvarnos y construir su reino. Pidámosle que renueve los signos de su poder y de su misericordia, diciéndo: Padre, escúchanos.1. Por la Iglesia, mensajera de Cristo, en el

mundo, para que como Juan Bautista, se pa decir a todos con signos y palabras quien es la buena noticia de la salvación. Oremos.

2. Por nuestras familias para que crezcan en paciencia, comprensión, diálogo y amor. Oremos.

Isaías, predica la buena nueva a los pobres. Terminan las opresiones, el consuelo inun- da los corazones y comienza una etapa de perdón, de salvación y alegría en el Señor.

Lectura del libro del profeta Isaías 61, 1-2. 10-11

El espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido y me ha enviado para anunciar la buena nueva a los pobres, a cu- rar a los de corazón quebrantado, a procla-mar el perdón a los cautivos, la libertad a los prisioneros, y a pregonar el año de gra- cia del Señor.

Me alegro en el Señor con toda el alma y me lleno de júbilo en mi Dios, porque me revistió con vestiduras de salvación y me cubrió con un manto de justicia, como el novio que se pone la corona, como la novia que se adorna con sus joyas.

Así como la tierra echa sus brotes y el jardín hace germinar lo sembrado en él, así el Señor hará brotar la justicia y la alaban-za ante todas las naciones.

Palabra de Dios. R/. Te alabamos, Señor.

R/. Mi espíritu se alegra en Dios, mi sal- vador.

Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi salvador,porque puso sus ojos en la humildad de su esclava

R/. Mi espíritu se alegra en Dios, mi salva-dor.

Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones, porque ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede.Santo es su nombre, y su misericordia llega de generación en generación a los que lo temen.

R/. Mi espíritu se alegra en Dios, mi salva-dor.

A los hambrientos los colma de bienesy a los ricos los despide sin nada.Acordándose de su misericordia,viene en ayuda de Israel, su siervo.

R/. Mi espíritu se alegra en Dios, mi salva-dor.

El apóstol Pablo nos anima a la alegría, a la oración y a la acción de gracias. Nos exhorta también a ser irreprochables en todo mo- mento hasta la última venida del Señor.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los tesalonicenses 5, 16-24

Hermanos: Vivan siempre alegres, oren sin cesar, den gracias en toda ocasión, pues esto es lo que Dios quiere de ustedes en Cristo Jesús. No impidan la acción del Es- píritu Santo, ni desprecien el don de profe-cía; pero sométanlo todo a prueba y qué- dense con lo bueno. Absténganse de toda clase de mal. Que el Dios de la paz los san- tifique a ustedes en todo y que todo su ser,

espíritu, alma y cuerpo, se conserve irrepro-chable hasta la llegada de nuestro Señor Jesucristo. El que los ha llamado es fiel y cumplirá su promesa.

Palabra de Dios. R/. Te alabamos, Señor.

[Is 51,1 (cit. en Lc 4, 18]

R/. Aleluya, aleluya.El Espíritu del Señor está sobre mí.Me ha enviado para anunciar la buena nueva a los pobres.

R/. Aleluya.

El texto de hoy es un buen ejemplo de lo que significa ser testigo. Juan, como testigo, orienta toda su vida y actividad a descubrir al otro, a la luz, a prepararle el camino, a llevar la humanidad hacia Cristo.

Proclamación del Santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según san Juan 1, 6-8. 19-28

Hubo un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Éste vino como testigo, pa ra dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. Él no era la luz, sino testigo de la luz.

Éste es el testimonio que dio Juan el Bau tista, cuando los judíos enviaron desde Jeru salén a unos sacerdotes y levitas para pre- guntarle: “¿Quién eres tú?”.

Él reconoció y no negó quien era. Él afir mó: “Yo no soy el Mesías”. De nuevo le pre- guntaron: “¿Quién eres, pues? ¿Eres Elí- as?”. Él les respondió: “No lo soy”. “¿Eres el profeta?”. Respondió: “No”. Le dijeron: “Entonces dinos quién eres, para poder llevar una respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo?”. Juan les contes-tó: “Yo soy la voz que grita en el desierto: ‘Enderecen el camino del Señor’, como anun-ció el profeta Isaías”.

Imploramos, Señor, tu misericordia, para que estos auxilios divinos nos purifiquen de todo pecado y nos preparen a la fiesta que se acerca. Por Jesucristo, nuestro Señor. R/. Amén

3. Por todos nosotros para que el Señor nos ayude a permanecer en la verdad y a ser testigos creíbles de su amor. Oremos.

4. Por los difuntos, especialmente los de nuestras familias, para que Dios los reci- ba en su reino de Luz y de Paz. Oremos.

En este tercer domingo de adviento, la palabra que se repite es: alegría; un in- menso gozo que brota del saber y sentir que el Señor está cerca de nosotros y que podemos compartir nuestros bienes con los hermanos.

El profeta Isaías nos dice: “desbordo de gozo con el Señor, y me alegro con mi Dios”. Una alegría que no permanece en cerrada en el corazón, sino que se difun-de y se contagia a las personas que le rodean.

El salmo nos presenta a la Virgen María exclamando: “se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava”. La presencia de Dios en María le llena de un gozo tan desbordante que es capaz de cantar in- cluso en medio de las adversidades.

Semanario Litúrgico Nº 2058

NuestraIglesiaArquidiócesis de Guayaquil

D O M I N G O I I I D E A D V I E N TO • C I C LO B • D I C I E M B R E 1 3 , 2 0 2 0

Oración colecta1

LITURGIA DE LA PALABRA

Primera Lectura2

Segunda Lectura4

Estén alegres

San Pablo, igualmente, invita a la co- munidad a estar alegres en el Señor, por cuanto es Él quien guía sus pasos por el camino de la paz y el bienestar.

San Juan Bautista anuncia la causa de la alegría: la presencia del Mesías que viene a colmar todas las aspiraciones del corazón humano y a transformarse, de este modo, en la fuente inagotable de alegría.

En estos momentos de crisis sanitaria y económica, el mejor testimonio que podemos dar es la alegría de saber que Jesús está con nosotros y también de que somos capaces de compartir el ali- mento, la medicina y tantos bienes ma teriales y espirituales.

Oh Dios, que ves a tu pueblo esperando con fe la festividad del nacimiento del Se- ñor, concédenos alcanzar la gran alegría de la salvación, y celebrarla siempre con

solemnidad y júbilo. Por nuestro Señor Je- sucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. R/. Amén

Salmo responsorial3 [Lc 1/1]

Se pueden añadir algunas intenciones libres.

Señor, Padre santo y eterno: al acercarse el nacimiento de tu Hijo Jesucristo, te suplica-mos que aquel que se dignó bajar al seno de una Virgen, nos trate con misericordia y es- cuche las oraciones de su pueblo. Por Jesu-cristo nuestro Señor. R/. Amén.

(sólo la reza el sacerdote)

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Concédenos, Señor, que podamos ofrecer-te siempre la ofrenda de nuestra devoción, para que así se lleve a cabo lo instituido en este sacramento y se obre con fuerza en nosotros tu salvación. Por Jesucristo, nues-tro Señor. R/. Amén.

Los enviados, que pertenecían a la secta de los fariseos, le preguntaron: “Entonces ¿por qué bautizas, si no eres el Mesías, ni Elías, ni el profeta?”. Juan les respondió: “Yo bautizo con agua, pero en medio de us- tedes hay uno, al que ustedes no conocen, alguien que viene detrás de mí, a quien yo no soy digno de desatarle las correas de sus sandalias”.

Esto sucedió en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde Juan bautizaba.

Palabra del Señor. R/. Gloria a Ti, Señor Jesús.

Creo en Dios, Padre todopoderoso, Crea-dor del cielo y de la tierra.

Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resu-citó entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso.

Desde allí vendrá a juzgar a vivos y muer-tos.

Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.

R/. Amén.

El Señor viene para salvarnos y construir su reino. Pidámosle que renueve los signos de su poder y de su misericordia, diciéndo: Padre, escúchanos.1. Por la Iglesia, mensajera de Cristo, en el

mundo, para que como Juan Bautista, se pa decir a todos con signos y palabras quien es la buena noticia de la salvación. Oremos.

2. Por nuestras familias para que crezcan en paciencia, comprensión, diálogo y amor. Oremos.

Isaías, predica la buena nueva a los pobres. Terminan las opresiones, el consuelo inun- da los corazones y comienza una etapa de perdón, de salvación y alegría en el Señor.

Lectura del libro del profeta Isaías 61, 1-2. 10-11

El espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido y me ha enviado para anunciar la buena nueva a los pobres, a cu- rar a los de corazón quebrantado, a procla-mar el perdón a los cautivos, la libertad a los prisioneros, y a pregonar el año de gra- cia del Señor.

Me alegro en el Señor con toda el alma y me lleno de júbilo en mi Dios, porque me revistió con vestiduras de salvación y me cubrió con un manto de justicia, como el novio que se pone la corona, como la novia que se adorna con sus joyas.

Así como la tierra echa sus brotes y el jardín hace germinar lo sembrado en él, así el Señor hará brotar la justicia y la alaban-za ante todas las naciones.

Palabra de Dios. R/. Te alabamos, Señor.

R/. Mi espíritu se alegra en Dios, mi sal- vador.

Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi salvador,porque puso sus ojos en la humildad de su esclava

R/. Mi espíritu se alegra en Dios, mi salva-dor.

Desde ahora me llamarán dichosa todas las generaciones, porque ha hecho en mí grandes cosas el que todo lo puede.Santo es su nombre, y su misericordia llega de generación en generación a los que lo temen.

R/. Mi espíritu se alegra en Dios, mi salva-dor.

A los hambrientos los colma de bienesy a los ricos los despide sin nada.Acordándose de su misericordia,viene en ayuda de Israel, su siervo.

R/. Mi espíritu se alegra en Dios, mi salva-dor.

El apóstol Pablo nos anima a la alegría, a la oración y a la acción de gracias. Nos exhorta también a ser irreprochables en todo mo- mento hasta la última venida del Señor.

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los tesalonicenses 5, 16-24

Hermanos: Vivan siempre alegres, oren sin cesar, den gracias en toda ocasión, pues esto es lo que Dios quiere de ustedes en Cristo Jesús. No impidan la acción del Es- píritu Santo, ni desprecien el don de profe-cía; pero sométanlo todo a prueba y qué- dense con lo bueno. Absténganse de toda clase de mal. Que el Dios de la paz los san- tifique a ustedes en todo y que todo su ser,

espíritu, alma y cuerpo, se conserve irrepro-chable hasta la llegada de nuestro Señor Jesucristo. El que los ha llamado es fiel y cumplirá su promesa.

Palabra de Dios. R/. Te alabamos, Señor.

[Is 51,1 (cit. en Lc 4, 18]

R/. Aleluya, aleluya.El Espíritu del Señor está sobre mí.Me ha enviado para anunciar la buena nueva a los pobres.

R/. Aleluya.

El texto de hoy es un buen ejemplo de lo que significa ser testigo. Juan, como testigo, orienta toda su vida y actividad a descubrir al otro, a la luz, a prepararle el camino, a llevar la humanidad hacia Cristo.

Proclamación del Santo Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según san Juan 1, 6-8. 19-28

Hubo un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Éste vino como testigo, pa ra dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. Él no era la luz, sino testigo de la luz.

Éste es el testimonio que dio Juan el Bau tista, cuando los judíos enviaron desde Jeru salén a unos sacerdotes y levitas para pre- guntarle: “¿Quién eres tú?”.

Él reconoció y no negó quien era. Él afir mó: “Yo no soy el Mesías”. De nuevo le pre- guntaron: “¿Quién eres, pues? ¿Eres Elí- as?”. Él les respondió: “No lo soy”. “¿Eres el profeta?”. Respondió: “No”. Le dijeron: “Entonces dinos quién eres, para poder llevar una respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo?”. Juan les contes-tó: “Yo soy la voz que grita en el desierto: ‘Enderecen el camino del Señor’, como anun-ció el profeta Isaías”.

Imploramos, Señor, tu misericordia, para que estos auxilios divinos nos purifiquen de todo pecado y nos preparen a la fiesta que se acerca. Por Jesucristo, nuestro Señor. R/. Amén

3. Por todos nosotros para que el Señor nos ayude a permanecer en la verdad y a ser testigos creíbles de su amor. Oremos.

4. Por los difuntos, especialmente los de nuestras familias, para que Dios los reci- ba en su reino de Luz y de Paz. Oremos.

Profesión de fe7

SANTO EVANGELIO6

Aclamación antes del Evangelio5

Oración sobre las ofrendas9 Oración para después de la Comunión10

L 14M 15M 16

J 17V 18S 19D 20

Santoral y Lecturas diarias | 14 - 20 de Diciembre / 2020S. JUAN DE LA CRUZ, presbítero y doctor de la Iglesia • Núm 24,2-7.15-17/ Sal 24/ Mt 21,23-27.S. MARÍA CRUCIFIXA DE ROSA, virgen y bresciana, fundadora • Sof 3,1-2.9-13/ Sal 33/ Mt 21,28-32B. MARÍA DE LOS ÁNGELES, virgen • Is 45,6-8.18.21-25/ Sal 84/ Lc 7,19-23.S. JUAN DE MATA, fundador • Gen 49,2.8-10/ Sal 71/ Mt 1,1-17.S. MALAQUÍAS, profeta • Jer 23,5-8/ Sal 71/ Mt 1,18-24.S. URBANO V., papa • Jueces 13,2-7.24-25/ Sal 70/ Lc 1,5-25.S. DOMINGO DE CILOS, abad • 2 Sam 7,1-5.8-12. 14. 16/ Sal 88/ Rom 16,25-27/ Lc 1,26-38

LITURGIA DE LA EUCARISTÍA

Semanario Litúrgico Nº 2058 - Tiraje: ON-LINE. Director: P. César Piechestein @arquidiocesisgye

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DOMINGO III DE ADVIENTO • CICLO B • DICIEMBRE 13, 2020 • Pág. 2

Oración de los fieles8

Se pueden añadir algunas intenciones libres.

Señor, Padre santo y eterno: al acercarse el nacimiento de tu Hijo Jesucristo, te suplica-mos que aquel que se dignó bajar al seno de una Virgen, nos trate con misericordia y es- cuche las oraciones de su pueblo. Por Jesu-cristo nuestro Señor. R/. Amén.

(sólo la reza el sacerdote)