He leído éste magnífico libro con la ventaja de (por extraño que parezca) no

haber visto la película hasta el momento. Ni el remake. Recuerdo haber

visualizado algunas escenas del clásico film en esos curiosos momentos que

avistas la televisión de pasada, pero mi idea desde el primer momento, fue leer

el libro antes. Como siempre.

¿Por qué? Por qué ya me decepcionó el tema cuando vi El Exorcista y luego leí

el libro. Por qué ya me decepcionó el tema cuando vi La semilla del diablo y

luego conseguí la novela. ¿Por qué diantres he tenido que nacer en la época

dorada del cine de terror? Todo tiene su remedio. Con paciencia. Lo tiene.

La Profecía es un libro que encandila ya con su leve sipnosis, como muchos

escritos que tratan el tema del demonio. El film es de lo más fiel al libro, aún

así, ya sabéis cual de los dos suelo recomendar. Porque sí, porque se vive la

historia de otra forma, porque nuestra imaginación crea esos momentos

imposibles de llevar a la gran pantalla… Porque sí. Porque hay escenas que no

están bien representadas en la película, como el enfrentamiento con los perros

del infierno en el cementerio italiano, por poner un ejemplo aquí y ahora…

Por lo demás, deben saber que Robert Thorn y su mujer llevan tiempo

queriendo ser padres. Thorn posee una gran carrera política como embajador

de Estados Unidos, en Reino Unido. Las encuestas apuntan a que puede ser el

próximo candidato a La Casa Blanca. Para evitar el dolor de otro aborto de su

esposa Katherine, Thorn decide adoptar un niño que llega hasta él de una forma

extraña. A partir de entonces, empieza el caos. Con el crecimiento del Damien

llegan accidentes, suicidios, perros negros vigilantes en la noche, una

misteriosa niñera que nadie parece conocer, extrañas alergias del niño a todo lo

sagrado… La vida de Robert Thorn da un vuelco. Y lo peor es que Katherine no

termina de aceptar al niño. En ocasiones, aquel pequeño ser es como si no les

perteneciera. No. Damien no es su hijo. Y lo peor, le da miedo. El mal les rodea

y no pueden hacer nada por evitarlo. Damien lleva la marca de la bestia.

He disfrutado como un cosaco, como un poseso, como cuando leí El Exorcista,

igual, como cuando leí La semilla del diablo, igual. Libros terriblemente bien

escritos de hace treinta años que abordan una historia de terror como nadie

parece saber hacerlo hoy en dia. Buah, qué delicia. Una joya indispensable que

vuelve a editar Minotauro en su serie de clásicos. Una muy buena edición

recuperada. ¿Se puede pedir más?

Una historia que pone el vello de punta y a la que el paso del tiempo le es

indemne.

Tags: Juan José Castillo Minotauro Clásicos Reseñas

3 comments

1. Quatermain

19 diciembre, 2011 a las 0:36

El film es, en efecto, muy fiel al libro. No podría serlo de otro modo, ya que en realidad el libro es una novelización del guión de la película, que en Estados Unidos apareció en las librerías dos semanas antes de que se estrenase “La profecía” en una inteligente jugada comercial. Vamos, que aquí no nos encontramos ante una adaptación cinematográfica de una novela, como sí es el caso de otras maravillas como “El exorcista” o “La semilla del diablo”. 

Katherine ha tenido ya varios abortos pero esta vez su hijo llega hasta el final del embarazo, sin embargo, cuando da a luz en un hospital italiano, ya ha sido elegida para que críe en sus primeros años -e introducirle así en el mundo de la política- al hijo del Diablo, Damien. Por supuesto ella no lo sabe, es su marido quien desde el primer momento sabrá (solamente una parte de toda la verdad) que el hijo no es suyo porque es él quien, al enterarse de que su hijo ha nacido "muerto", acepta que un nuevo niño suplante al suyo sin que su esposa se entere. El problema es que Katherine siempre se sentirá extraña junto al niño. El es un crío sano, jamás enferma, y le encantan los animales... ella es depresiva, insegura y no se siente cómoda. 

Damien, a pesar de esto, no estará nunca solo. Una institutriz llegada de no se sabe donde se hace cargo de él, un perro salvaje lo cuidará y protegerá, y sólo el arrepentimiento del padre Brenan, las fotografías y la curiosidad del periodista Jennings, y el miedo de Thorn a perder a Katherine, harán que Thorn y Jennings se movilicen en la búsqueda de la verdad. Y lo que averiguan es horrible. 

Comentarios

Anika (Registrado) 

Al conocer de memoria la película, leer el libro ha sido algo sencillo. Sin embargo esperaba más, sobre todo porque en cierto modo la película es bastante fiel al libro. Es cierto que algunas pequeñas cosas están

cambiadas, pero el resto es idéntico. Una fidelidad al estilo de "El padrino" de Mario Puzo llevada al cine por Coppola. 

Pues bien, si algo he disfrutado entonces, aparte de las ganas que tenía de leer "La profecía", han sido tres cosas que no aparecen o no tienen intensidad en la película: la introducción sobre el padre Brenan y sus "pecados", el enfrentamiento a los perros salvajes en el cementerio (más rico en al novela que en la película) y la odisea de Robert Thorn en su búsqueda por Bugenhagen en la ciudad perdida de Meguido. Lógicamente esto sale en la película, pero es más intenso en la novela. 

Por lo demás los personajes parecían más "reales", con problemas muy humanos y cotidianos, y las expresiones eran más argentinas que castellanas y a veces me he sentido rara leyendo el libro, pero esto no es más que una anécdota lógica ya que este libro me ha llegado desde Argentina a través de otro amante de los libros, un gran amigo mío, J. Santos.  

Maria Angeles Sánchiz 

Leí el libro antes de ver la película y me fascinó, pasé realmente miedo y angustia leyéndolo. Yo lo recomendaría a las personas que como yo les gusta la lectura entretenida y las historias que enganchen.  

Ricard Martí 

Estoy bastante de acuerdo con la opinión vertida por Anika sobre este libro. A mí me llegó casi por casualidad, y compartimos la edición de Ed. Vergara, o sea que también me he asombrado con algunas expresiones utilizades en él. Pero también tengo que decir que no han sido dificultad alguna, ni me han parecido que chocaran en la lectura normal del libro. Me ha gustado revivir con más fuerza, si cabe, las imágenes que recordaba de una película que se encuentra en lo más alto de mi ranking de clásicos del cine de terror, uno de los mejores tratamientos que he visto jamás sobre el tema del Anticristo. Todo ello, ha contribuido perfectamente a ensalzar aún más esta lectura, del todo apasionante, página tras página. También debo decir que los personajes, cobraban vida en mí con las facciones de la película (Gregory Peck, estupendo como Robert Thorn o Lee Remick, comoKatherine), cosa bastante habitual cuando se ha revisado tantas veces este clásico del cine de terror. Por lo demás comparto que el libro es más incisivo en algunos pasajes, más detallado y vívido que en la película, donde nunca se puede llegar a ofrecer tanto como se describe en la novela. Todo ello ha significado un goce mayor para mí, y ha contribuido a que la lectura cobrara aún más intensidad si cabe. Una referencia obligada para todos los amantes de este género del cual, a veces no nos llegan estos valiosos y reivindicables clásicos. Esperemos que los editores se dignen a reeditar estos pequeños clásicos de la literatura de terror y no sólo nos vayan entregando autores de best-sellers insustanciales.  

Martínez Camacho 

Sinceramente es un libro muy bueno. Realmente es un poco aburrido el prefacio ya que puede que haya alguna persona que no lo entienda porque no se ve interesante...  

Invitado 

Para mí, que yo no he visto la película, el libro está interesante, entretenido, me agrada aunque me da miedo ji, ji.  

farran1975 (Registrado) 

Personalmente no me esperaba mucho del libro cuando lo encontré por casualidad, pero resulta que es más rico en algunos detalles que la película, por ejemplo lo bien que están retratadas las fuerzas del mal y otros factores que no se mencionan en la película. 

Y sí, el libro me parece una lectura obligada de este género puesto que aporta una inquietud y una atmósfera que no había sentido desde hace mucho tiempo.  

Robert Thorn, diplomático norteamericano, recibe la noticia de que su primer hijo ha nacido muerto. Para evitar el dolor de su mujer, acepta adoptar otro niño nacido en la misma clínica, cuya madre ha muerto, y que carece de familia. Katherine Thorn, ignorante de la suplantación, se entrega con ternura al cuidado de su supuesto hijo Damien. Su vida transcurre apacible en Londres (a donde Thorn ha sido trasladado como embajador de su país), hasta que, de improviso, una muerte violenta y una serie de extrañas reacciones del niño seguidas de varios inexplicables accidentes, originarán temores y dudas sobre el verdadero origen de Damien, que se agudizarán ante el anuncio, expresado por boca de un misterioso monje, de que se ha cumplido en el niño una terrible profecía bíblica.

a profecía (1976) – David Seltzer (1940)

La novela La profecía a diferencia de otros relatos fue escrito  después de que la película se

estrenara en 1976. Con el éxito de taquilla asegurado, el guionista  D. Seltzerdecidió publicar el

libro. Seguramente que muchos vieron primero la película y luego leyeron el libro que además

formo parte de una trilogía. Yo lo leí tiempo después, quizás un año o dos desde la película y

disfrute mucho de su lectura.

 

La hija recién llegada de Robert Thorn, embajador de Estados Unidos en Londres, nace

muerta. El padreSpiletto convence a  Robert que la suplante con un recién nacido que ha

quedado huérfano, dado que su esposa  Katherine podría sufrir trastornos mentales al conocer

la noticia de la muerte de la niña. El embajador accede y el niño  a quien

nombran Damien pasa a conformar la familia como un integrante más.

De regreso a la rutina tanto en la mansión como en la embajada todo hace suponer que la vida

les brindara muchos momentos felices…

En  la fiesta del cumpleaños número cinco de Damien un hecho terrible desata sospechas que

hasta ese momento nunca habían acontecido. Su niñera aparentemente se suicida por

ahorcamiento. Enseguida aparece otra niñera sin que haya sido llamada, ella viene en

compañía de un perro negro…

 

Mientras tanto el padre Brennan, un religioso quien ha estudiado todo lo concerniente con la

historia deDamien, intenta advertir a Robert, inclusive le dice que su esposa está embarazada

y el pequeño intentara de alguna manera matar al feto…Finalmente el padre Brennan muere

de forma trágica y misteriosa…

 

Un periodista llamado Keith Jennings quien investiga la muerte del clérigo, comienza a reunir

pistas del niño, todo lo lleva a pensar que tiene que ver con una maldición diabólica. Convence

a Robert de que lo acompañe a descubrir otras pistas, el embajador accede muy a pesar de él.

Llegan hasta un cementerio en ruinas donde se supone está enterrada la verdadera madre del

chico, cuando abren la tumba se encuentran con el esqueleto de un chacal…

 

Sin saber que su esposa se encuentra hospitalizada y con peligro de muerte, Robert decide

investigar hasta las últimas consecuencias… al parecer la profecía del anticristo podría ser

cierta…

Mientras escribo esta reseña recuerdo las sensaciones que me embargaron cuando leí la

novela, impotencia, bronca y dolor, quizás porque sabía que esta vez los malos ganarían. No

obstante los invito a leer este libro y luego las continuaciones que cierran la trilogía.

Lilix

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Katherine ha tenido ya varios abortos pero esta vez su hijo llega hasta el final del embarazo, sin embargo, cuando da a luz en un hospital italiano, ya ha sido elegida para que críe en sus primeros años -e introducirle así en el mundo de la política- al hijo del Diablo, Damien. Por supuesto ella no lo sabe, es su marido quien desde el primer momento sabrá (solamente una parte de toda la verdad) que el hijo no es suyo porque es él quien, al enterarse de que su hijo ha nacido "muerto", acepta que un nuevo niño suplante al suyo sin que su esposa se entere. El problema es que Katherine siempre se sentirá extraña junto al niño. El es un crío sano, jamás enferma, y le encantan los animales... ella es depresiva, insegura y no se siente cómoda. Damien, a pesar de esto, no estará nunca solo. Una institutriz llegada de no se sabe donde se

hace cargo de él, un perro salvaje lo cuidará y protegerá, y sólo el arrepentimiento del padre Brenan, las fotografías y la curiosidad del periodista Jennings, y el miedo de Thorn a perder a Katherine, harán que Thorn y Jennings se movilicen en la búsqueda de la verdad. Y lo que averiguan es horrible.

David Seltzer se cubrió de gloria al adaptar su propio guión de cine de terror a las páginas de un libro. ¿Quién no recuerda al endemoniado Damien, mirando a sus padres con ojos entornados, mientras una manada de babuinos los ataca descontroladamente? Tal vez, “La profecía” sea una de las películas más míticas que existen en el género de terror, pero su hermano, el libro, fue descubierto por mí hace apenas unos meses, justo cuando Minotauro lo ha rescatado del olvido en su colección "Clásicos Minotauro". Y cuánto me alegro de haberlo conocido. 

No fue sólo su aspecto narrativo, fresco y absorbente, el salvoconducto que me facilitó el disfrute de semejante lectura. Tampoco fueron sus personajes, todos ellos delineados delicadamente, con un papel esencial en la historia. No, lo cierto es que, el haberme enganchado nada más abrir el libro se debió principalmente a un argumento espeluznante. La llegada del Anticristo, tan temido y profetizado en el Apocalipsis, se convierte en una realidad hasta palpable en manos de David Seltzer y su tétrico niño perfecto, Damien. La familia Thorn, de gran talante político y aún más calado público, deberá enfrentar en su seno la semilla del mal, sin siquiera darse cuenta de lo que realmente ocurre alrededor de sus vidas. Los elementos colindantes que acompañan a un ritmo al principio sopesado y luego lleno de acción y revueltas, se convierten en la clave inmediata para que la continuidad de la raza humana siga vigente en un futuro. Esto nos llena de temor mientras leemos, aunque hayamos visto la película mil veces, porque descubriremos detalles que desconocíamos sobre la secta que trae al Demonio a nuestra tierra y las escenas terroríficas, donde los aullidos de perros salvajes se mezclan con miradas vigilantes invisibles, nos hacen estremecernos más de una vez. He leído muchos libros de “terror”, admiro profundamente a Stephen King, pero nunca me había sentido tan cerca del sentimiento del “miedo” hasta que leí “La profecía”. Es un libro que se lee deprisa, sin pausa, porque mantiene el suspense hasta el final y hasta podríamos decir que salta el típico cliché que sí mantienen las películas y dota a sus personajes de una profundidad y personalidad diferente. Los diálogos, lejos de presentarse vacíos en la historia, aportan luz y sombras, cambiando el rumbo de nuestros pasos (donde tengo que destacar al personaje del fotógrafo, gran tipo éste); el estilo narrativo del autor sabe conectar las perspectivas de cada protagonista como si todo el entramado estuviera conectado, literalmente, dentro de sus mentes. Es una habilidad asombrosa que no puedo describir aquí, pero lo notaréis si llegáis a leer la novela. 

Las diferencias entre la película son mínimas, y cuando digo mínimas, me refiero a que casi podría decirse que son idénticas. Es algo loable, magnífico, aunque le quita ciertos puntos haber visto la película primero, porque lo sabrás todo desde el principio hasta el final. Otro contrapunto son las escenas realmente crueles y sangrientas que involucran a animales. Cuando os digo que se trata de un libro impactante y terrorífico, no estoy exagerando. Por otra parte, las reflexiones ideológicas y políticas no me quedaron demasiado claras. A veces sentí que criticaba el comunismo, otras, simplemente a la comunidad política. Me habría gustado captar la nota crítica de la novela pero, tal vez, el autor nunca tuvo intención de meter eso en su historia. 

“La profecía” es un libro magnífico que seguirá sobreviviendo al tiempo y que posee la habilidad de despertar en tu interior un grito angustioso y terrorífico que, tal vez, con otros libros jamás escucharás.Para los amantes de libros que pasaron a la historia y que dejaron una huella dentro del cine, es imprescindible.

David Seltzer (nacido en 1940) es un guionista, productor y director, más conocido por escribir La profecía (1976), y Bird on a Wire (1990). Fue también el guionista de "La profecía", de donde sacó la idea para novelizarla y convertirla en un best seller de los 70.Minotauro | 9 de noviembre de 2011The Omen #1 | 252pp► Cómpralo en PopularlibrosKatherine ha tenido ya varios abortos pero esta vez su hijo llega hasta el final del embarazo, sin embargo, cuando da a luz en un hospital italiano, ya ha sido elegida para que críe en sus primeros años -e introducirle así en el mundo de la política- al hijo del Diablo, Damien. Por supuesto ella no lo sabe, es su marido quien desde el primer momento sabrá (solamente una parte de toda la verdad) que el hijo no es suyo porque es él quien, al enterarse de que su hijo ha nacido "muerto", acepta que un nuevo niño suplante al suyo sin que su esposa se entere. El problema es que Katherine siempre se sentirá extraña junto al niño. El es un crío sano, jamás enferma, y le encantan los animales... ella es depresiva, insegura y no se siente cómoda. Damien, a pesar de esto, no estará nunca solo. Una institutriz llegada de no se sabe donde se hace cargo de él, un perro salvaje lo cuidará y protegerá, y sólo el arrepentimiento del padre Brenan, las fotografías y la curiosidad del periodista Jennings, y el miedo de Thorn a perder a Katherine, harán que Thorn y Jennings se movilicen en la búsqueda de la verdad. Y lo que averiguan es horrible.David Seltzer se cubrió de gloria al adaptar su propio guión de cine de terror a las páginas de un libro. ¿Quién no recuerda al endemoniado Damien, mirando a sus padres con ojos entornados, mientras una manada de babuinos los ataca descontroladamente? Tal vez, “La profecía” sea una de las películas más míticas que existen en el género de terror, pero su hermano, el libro, fue descubierto por mí hace apenas unos meses, justo cuando Minotauro lo ha rescatado del olvido en su colección "Clásicos Minotauro". Y cuánto me alegro de haberlo conocido. 

No fue sólo su aspecto narrativo, fresco y absorbente, el salvoconducto que me facilitó el disfrute de semejante lectura. Tampoco fueron sus personajes, todos ellos delineados delicadamente, con un papel esencial en la historia. No, lo cierto es que, el haberme enganchado nada más abrir el libro se debió principalmente a un argumento espeluznante. La llegada del Anticristo, tan temido y profetizado en el Apocalipsis, se convierte en una realidad hasta palpable en manos de David Seltzer y su tétrico niño perfecto, Damien. La familia Thorn, de gran talante político y aún más calado público, deberá enfrentar en su seno la semilla del mal, sin siquiera darse cuenta de lo que realmente ocurre alrededor de sus vidas. Los elementos colindantes que acompañan a un ritmo al principio sopesado y luego lleno de acción y revueltas, se convierten en la clave inmediata para que la continuidad de la raza humana siga vigente en un futuro. Esto nos llena de temor mientrasleemos, aunque hayamos visto la película mil veces, porque descubriremos detalles que desconocíamos sobre la secta que trae al Demonio a nuestra tierra y las escenas terroríficas, donde los aullidos de perros salvajes se mezclan con miradas vigilantes invisibles, nos hacen estremecernos más de una vez. He leído muchos libros de “terror”, admiro profundamente a Stephen King, pero nunca me había sentido tan cerca del sentimiento del “miedo” hasta que leí “La profecía”. Es un libro que se lee deprisa, sin pausa, porque mantiene el suspense hasta el final y hasta podríamos decir que salta el típico cliché que sí mantienen las películas y dota a sus personajes de una profundidad y personalidad diferente. Los diálogos, lejos de presentarse vacíos en la historia, aportan luz y sombras, cambiando el rumbo de nuestros pasos (donde tengo que destacar al personaje del fotógrafo, gran tipo éste); el estilo narrativo del autor sabe conectar las perspectivas de cada protagonista como si todo el entramado estuviera conectado, literalmente, dentro de sus mentes. Es una habilidad asombrosa que no puedo describir aquí, pero lo notaréis si llegáis a leer la novela. 

Las diferencias entre la película son mínimas, y cuando digo mínimas, me refiero a que casi podría decirse que son idénticas. Es algo loable, magnífico, aunque le quita ciertos puntos haber visto la película primero, porque lo sabrás todo desde el principio hasta el final. Otro contrapunto son las escenas realmente crueles y sangrientas que involucran a animales. Cuando os digo que se trata de un libro impactante y terrorífico, no estoy exagerando. Por otra parte, las reflexiones ideológicas y políticas no me quedaron demasiado claras. A veces sentí que criticaba el comunismo, otras, simplemente a la comunidad política. Me habría gustado captar la nota crítica de la novela pero, tal vez, el autor nunca tuvo intención de meter eso en su historia. 

“La profecía” es un libro magnífico que seguirá sobreviviendo al tiempo y que posee la habilidad de despertar en tu interior un grito angustioso y terrorífico que, tal vez, con otros

libros jamás escucharás. Para los amantes de libros que pasaron a la historia y que dejaron una huella dentro del cine, es imprescindible.

David Seltzer (nacido en 1940) es un guionista, productor y director, más conocido por escribir La profecía (1976), y Bird on a Wire (1990). Fue también el guionista de "La profecía", de donde sacó la idea para novelizarla y convertirla en un best seller de los 70.