Hegel_Sofistas y Sócrates_Filosofía de la Historia

download Hegel_Sofistas y Sócrates_Filosofía de la Historia

of 5

Transcript of Hegel_Sofistas y Sócrates_Filosofía de la Historia

  • 7/25/2019 Hegel_Sofistas y Scrates_Filosofa de la Historia

    1/5

    lConsecuencas

    para.

    Grecia

    de

    .r/

    despertar

    intelectual:

    Ios

    sofstas

    y

    Scratesl.

    -

    Debemos

    ahora

    tratar

    de

    captar en su

    ms hondo

    signicado

    la

    descomposicn del mundo

    griego,

    y

    de expresar

    el

    principio

    de

    ste

    como

    la interiordad

    que

    se

    hace

    libre

    para

    s ntisma.

    Vemos

    la

    interioridad

    originarse

    de

    mltiples

    maneras;

    a

    la

    belta religin

    griega

    Ia

    amenaza el

    concepto,

    lo interormente

    universal;

    las constituciones

    estatales

    y

    leyes se

    289

  • 7/25/2019 Hegel_Sofistas y Scrates_Filosofa de la Historia

    2/5

    ven

    arnenazadas

    por

    las

    pasiones

    de los individuos

    y

    la

    arbitrariedad,

    y

    lo

    que

    pone

    en

    peligro

    a

    toda

    Ia

    existencia

    nrnediata

    es

    la subietividad

    que

    se manifiesta y

    se incluye

    en todo.

    Por lo mismo,

    el

    pensarnento

    aparece

    ,4,

    /

    aqu

    como

    el

    prncipio

    de

    la

    descomposicin,

    y

    por

    cierto

    de

    la descompo

    {

    sicin

    de

    la

    moralidad

    objetiva

    substancial; puss

    establece

    una

    anttesis

    \

    pone

    efectivamente

    en vigor

    principios

    racionales.

    En

    los

    Estados orientales

    en

    los

    cuales

    se da

    una

    falta

    de antltesis,

    no

    puede

    llegar

    a haber

    una

    libertad

    rnoral

    po

    euaDto

    el

    suprerno

    prineipio

    eg la

    abstraccin.

    Mas

    cuando

    el

    pensamiento

    se

    uabe

    afirmativo,

    como es

    el

    caso

    de

    Creca.

    erige

    prin-

    cipios,

    hallndose

    estos

    en

    una

    relacin

    constituida

    con

    la

    realidad

    dada

    Pues

    enlre

    los

    griegos

    la

    vitalidad

    concreta

    es

    nroralidad

    objetiya,

    un

    vivir

    para

    la religin

    y

    el Estado,

    sin ms

    consideracin

    y

    sin finalidades

    uni-

    versales

    que

    nmediatamente

    se alejan

    de

    [a configuracn

    concreta

    y

    a

    la

    fuerza

    han

    de

    contraponrsele.

    Existe

    la

    ley y,

    en

    ella,

    e[

    espritu.

    Mas

    tan

    Iuego

    como

    surge

    el concepto

    hace una revisin

    de las constituciones:

    ave

    rigua

    qu

    es lo

    rnejor,

    y

    exige

    que

    aquello

    que

    corno

    tal

    es

    considerado

    reemplace

    a

    lo

    que

    haba.

    En el

    principio

    de la

    liberlad

    griega,

    por

    el

    hecho

    de

    que

    sla

    e:s

    libertad,

    Slff

    En eI

    pnnctptQ

    fle

    ta

    tt0erWg

    graeg, pQr

    e

    ttgcnQ

    Ae

    qVe

    ef

    eS

    ttDerIad,

    /A

    consta

    que

    el

    concepto

    debe hacerse

    libre

    de

    por

    s.

    Comenzbamos

    por

    vello

    nacer en

    el

    crculo

    de los

    Siete

    Sabios, de

    los

    que

    ya

    bicimos

    mencin.

    Ernpezaron

    eslos

    por

    enunciar

    mxirnas

    generales;

    sin

    ernbargo, eD

    aguella

    poca

    la sabidura

    se

    limitaba

    an

    a,

    una

    cornprensin concreta. Paralela-

    rnente

    con

    el

    avance

    del

    perfeccionamiento

    del

    arte religioso

    y

    de

    la

    orga-

    nizacin

    poltica

    se

    da

    un

    progre

    sivo

    refuerzo

    del

    concepto,

    enernigo

    y

    destructor

    suyo;

    y

    en tiempos

    de

    la

    Guerra

    del

    Peloponeso

    la

    ciencia

    6e

    f

    hallaba

    ya

    constituida. Con

    los

    sofistas

    comenzaron

    h

    reflexin

    sobre

    lo

    [-

    existente

    y

    el

    razonamiento.

    Esa rnsma

    diligencia

    y

    actvidad

    que

    observ-

    barnos

    en

    los

    griegos

    a

    propsito

    de

    su

    vida

    prctica y

    del

    ejercicio de

    las

    artes,

    la muestran

    precisamente

    tambin en

    un

    alternar

    y

    variar

    de

    ideas;

    de

    modo

    que,

    de

    igual

    manera

    que

    las cosas

    sensibles

    son

    carnbiadas,

    elabo-

    radas

    y

    revueltas

    por

    la

    accin

    humana,

    tambin

    e[

    contenido

    del

    esprtu,

    lo

    gue

    se

    piensa,

    Io

    que

    se

    sabe,

    cuando

    son removidos

    se hacen

    objeto

    de

    *

    uD

    quehacer,

    y

    este

    quehacer vene

    de

    por

    s

    a

    constituir

    un

    inters.

    El

    movi-

    f

    miento de

    los

    conceptos

    y

    su

    ntimo

    acontecer,

    que

    ccnstitLyen

    como

    url

    i

    iuego

    desinteresado,

    es

    lo que

    ahora

    cobra

    un

    inters.

    Los

    cultos

    sofistas,

    que

    no eran eruditos n

    cientficos

    sino

    unos

    maestros

    en

    las maniobras

    del

    pensar.

    dejan asombrados a los

    griegos,

    Tenan una

    respuesta

    para

    todas

    Ias

    pregunfas

    y

    disponan

    de

    criterios

    generales

    para

    todos

    los

    intereses de

    tema

    poltico y

    religioso;

    para

    ellos

    la mxima

    perfeccin

    intelectual

    estribaba

    290

  • 7/25/2019 Hegel_Sofistas y Scrates_Filosofa de la Historia

    3/5

  • 7/25/2019 Hegel_Sofistas y Scrates_Filosofa de la Historia

    4/5

    de

    sus

    tlecisi

    _1

    :;_u_l_9ecisione:,

    con

    su

    patria

    y_

    -1o_1

    la costumbre.

    conv'iTiildglo

    por

    o

    nisrno

    en

    un

    orculo

    en

    GlETd^-sr;eeo

    f

    Ta

    palabD.c-de-lmisrno.

    isrno_en un

    orcglo

    .en

    l

    senllo

    -grieet

    I

    Tq

    p@-DEi-de-lmisrno,

    que

    tena

    cn

    su

    inierior

    cuanto

    deba

    hacer

    yuv

    rv4

    err

    u

    rrlLsrrtJr

    ttt

    uLttnlur,lutt

    que

    Ig

    a ;ullscJaoa

    guanlo qcoa

    nagcr

    fyl"revelabaloqueeraprovechosopaIasusamigos.

    I

    i&lqf

    dp-la

    sqbftliyilad_qg_J4_e_Ug_ura

    . a

    5uptura

    con

    la

    rcalidad.

    .Aun

    I

    cuando

    Scrates

    cunrpli

    sui

    eberes

    c

    su

    ver.-

    \

    dadera

    patria

    no

    era

    ese

    Estado

    efectivo

    ni su religin,

    sino

    el

    mundo

    del

    \

    peusamiento.

    Es

    en

    ese nrornento

    que

    se suscit

    la

    cuestin

    de

    si

    existen los

    dioses

    y

    qu

    son.

    El

    discpulo

    de

    Scrate.s

    Platn

    expuls

    de su repblica

    a

    Hornero

    y

    a

    Hesiodo,

    lori

    forjadores

    de

    las

    concepciones

    religiosas

    de

    los

    griegos,

    pues

    exiga

    una

    idea nrs

    elcvada

    -{e

    ndole conceptual-

    sobre

    aquello

    a

    lo

    que

    hay,que

    honrar

    como

    Dios. Es

    ahora

    que

    muchos

    ciuda-

    danos

    abandonan

    la vida prctica y

    los

    negocios

    estatales

    para

    instalarse

    en

    el

    orbe

    de

    las

    ideas,

    El

    ptincipio

    de

    Scrates

    se

    evidencia

    qqqq,rcyplg-

    /

    clg1

    -To-c

    /

    .t

    que

    Ia

    costumbre

    constituye Ia

    forma

    misrna

    de

    su

    subsistencia,

    o, lo

    I

    qu.

    es

    lo

    rnisnto"

    el

    fio

    establecer

    separacin

    alguna entre

    el

    pensarniento

    I

    V

    Ia

    vida

    real.

    Cuando

    Scrates

    quiere

    hacer

    reflexionar a sus

    amigos,

    el

    I

    dilogo

    tiene

    siernpre

    un

    carz

    negativo, es

    decir,

    los

    lleva

    a una

    conciencia

    \

    de

    que

    no

    saben

    qu

    es

    lo

    correcto.

    \

    Ahora

    bien,

    en el hecho

    de

    ser

    conclenado

    a

    rnuerte

    porque

    ha

    enunciado

    el

    principio

    que

    debe

    ahora entrar

    en

    juego,

    cuenta tanto

    la vindicacin

    su-

    prerna

    de

    que

    el

    pueblo

    ateniense

    sentencia

    a

    su enemigo

    absoluto

    como

    cuenta

    tarnbin

    algo

    sumanrente

    trgico:

    pues

    los

    atenienses

    hubieron

    de

    darse

    cucnta de

    que

    aquello

    que

    condenaban

    en

    Scrates

    haba

    ya

    echado

    bondas

    races

    en

    ellos nrisnros,

    y,

    en coflsecuencia,

    a

    la

    par

    con

    l

    eran

    .

    tarnbin

    culpables

    o

    haban de

    ser

    iguaknente absueltos.

    En

    consonancia

    con

    \l

    esto,

    los

    acusadores

    de

    Scrates

    condenaron

    a

    los atenenses

    y

    a l

    lo

    pro-

    lf

    clamaron

    inocente.

    A

    partir

    dc

    ahora

    se

    desarrcll

    en Atenas

    cada

    vez

    ms

    I

    ese

    principio

    superior

    que

    arruinaira

    la

    existencia substancial del

    Estado

    1,

    ateniense:

    el espritu

    haba

    adquirido

    la

    propensin

    a

    colmarse a

    s

    misnro

    {llV

    u

    reflexionar.

    Inclu$o

    en

    su

    descomposicin

    aparece

    esplndido

    el

    espritu

    -

    de

    Atenas porque

    se

    rnuestra

    como

    libre y

    como

    el

    espritu

    liberal

    que exhibe

    sus

    nlornentos

    en

    su

    lrlrpida

    peculiaridad y

    en

    la

    forma

    corno

    son. Se hacen

    arnables

    y

    resultan incluso

    joviales,

    dentro

    de 1o

    que

    tienen

    de

    trgicos,

    el

    regocijo

    y

    Ia

    frivolidacl

    con

    quo

    los

    afenienses

    acompaan

    su nroraldad

    objetiva al

    sepulcro.

    En

    esto

    nos

    es dado reconocer

    ese superior

    inters

    que

    el

    nuevo

    tipo

    de civilizacin

    rnuestra

    en

    que

    el

    pue.blo

    se ra

    de

    sus

    propios

    disparates,

    hallando

    sunro

    placer

    en

    Ias

    cornedias

    de

    Arstfanes,

    las

    cuales

    292

  • 7/25/2019 Hegel_Sofistas y Scrates_Filosofa de la Historia

    5/5

    tfenen

    por

    tema

    justamente

    la

    burla

    ms

    mordaz

    al

    propio

    tiempo

    que

    llevarr

    lri

    inlpronta

    del ms desenvuelto

    buen

    humor.

    lin

    Esparta

    se

    introduce

    tambin esa

    misrna

    degeneracin

    consistente

    Sn

    que

    el

    sujeto

    procura

    hacerse

    valer

    por

    s

    mismo

    frente

    a

    la

    vida

    moral

    d+ earcter

    unversal:

    peto

    en

    dicho

    pueblo

    se nos

    muestra

    nicamente

    r"l solo

    aspecto

    de

    la subjetividad

    particular,

    la

    degeneracin

    como

    tal,

    la

    ilrrrto'alidad

    desnuda,

    el

    franco

    egosmo,

    la

    codicia

    y

    Ia

    corrupcin.

    Todas

    rrslts

    pasiones

    se

    desarrolian

    en

    el

    seno de

    Esparta

    y

    particularmente

    en las

    t-te.t'sonas

    de

    sus

    generales,

    los

    cuales, alejados

    de Ia

    patra

    Ia

    mayora

    de

    ius

    veces,

    tenan

    ocasin

    de

    recabar ventaias

    personales

    a

    costa

    tanto de

    su

    rropio,Estado

    como

    de

    aquellos

    pueblos

    a

    los

    que

    haban

    sido

    enviados

    en

    cnlitlad

    de

    protectores.

    r'*

    *,

    \

    El

    imperio

    macednco

    Tras

    el

    infortunio

    de

    Atenas, Esparta

    adquiere

    la

    hegemona;

    pero,

    sc.

    grin

    hemos

    dicho

    ya,

    abus

    de ella

    de un modo tan

    egosta

    que

    se hizo

    odiosa

    ii

    todos.

    Tebas

    no

    poda

    desempear

    durante

    mucho

    tiempo

    el

    papel

    de

    lrnrillar

    a

    Esparta,

    y

    se

    agot al

    fin

    en

    la

    guerra

    con

    los focenses. Era

    el

    r,llts

    que

    los

    espartanos

    y

    los

    focenses haban

    sido

    condenados

    a

    pagar

    una

    t*onsiderable

    cantidad

    de

    dinero: Ios

    prirneros por

    haber asaltado la

    ciuda.

    rtclr

    de

    Tebas,

    y

    los segundos

    porque

    haban

    labrado

    un

    pedazo

    de

    tierra

    pcrteneciente

    a

    Apolo

    de

    Delfos. Pero

    ambos

    Estados

    rehusaron

    hacer

    el

    pnlio)

    pues

    e[

    tribunal

    de tos

    anfictiones

    gozaba

    de

    una autoridad

    no

    mucho

    ruryor

    que

    la

    del

    antiguo parlamento

    alernn,

    al

    que

    los

    prncipes

    alemanes

    ohcdecan

    en la

    medda

    que

    bien les

    paftcia,

    Los

    focenses,

    pues,

    deban

    ser

    trnstigados

    por

    los tebanos,

    pero

    aquellos,

    gracias

    a

    un

    extrao

    golpe

    de

    ie

    -

    saber,

    la

    profanacin y

    el

    saqueo

    del templo

    de

    Delfos-

    con-

    siguieron un

    podero

    momentneo.

    Semejante

    accin

    consumaba

    Ia

    deca-

    rlncia de

    Grecia:

    el

    santuario

    quedaba violado,

    y

    el

    dios,

    por

    as

    decirlo,

    tirba

    sido

    muerto;

    con esto

    se

    destruy

    el

    ltimo eslabn

    de

    Ia

    unidad,

    y

    se

    elimin,

    se

    escarneci

    y

    se

    pisote

    el respeto

    por

    aquello

    que

    haba

    gido

    siempre

    en

    Grecia

    algo

    as como

    la

    voluntad suprema,

    el

    principio

    nronrquico.

    El

    avance

    subsiguiente

    es

    una

    progresin

    bien

    sencilla,

    pues

    consiste

    en

    que

    el degadado

    orculo

    queda

    substituido

    por

    otra

    voluntad

    qe

    tomar

    trs decisiones,

    por

    una

    rea:leza

    aulnfica

    poseedora

    de

    poder.

    El

    extranjqro

    rey

    macednico

    Filipo

    se encarg

    de

    vengar

    la

    ofensa

    hecha

    al

    orculo,

    y

    virio

    a

    ocupar

    su lugar al

    hacerse

    el

    amo

    de

    Grecia.

    Filipo

    someti

    los

    293