Hevia Cosculluela - Pasaporte 11333

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"Pasaporte cepcional. Las revelaciones que contieñe -acerca de la penetración de la.CIA 'en Uruguay, .... le demostrarán al lector la tene- brosa red de sobomosque la Agencia Cen- tral de Inteligencia 'de los EE. UU. tendió sobre nuestro país. Manuel Hevia, un revolucionario cubano fiel a los principios que rigen a la na.ción desde 1959, fue proyectado en el miento de la difícil misión confiada hacia un mundo desconocido para la mayor parte de nosotros y que está regido por un com- plejo y diabólico sistema de opresiones. Es, en definitiva, un documento sobre los manejos del imperialismo y alrededor de quienes fueron miserables lacayos .vendieron su conciencia al diablo.

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Manuel Hevia Cosculluela, cubano

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"Pasaporte

cepcional. Las revelaciones que contieñe

-acerca de la penetración de la .CIA 'en

Uruguay,.... le demostrarán al lector la tene­

brosa red de sobomosque la Agencia Cen-

tral de Inteligencia 'de los EE.UU. tendió

sobre nuestro país.

Manuel Hevia, un revolucionario cubano

fiel a los principios que rigen a la na.ción

desde 1959, fue proyectado en el cumpl~

miento de la difícil misión confiada hacia

un mundo desconocido para la mayor parte

de nosotros y que está regido por un com­

plejo y diabólico sistema de opresiones.

Es, en definitiva, un documento sobre los

manejos del imperialismo y alrededor de quienes fueron miserables lacayos

. vendieron su conciencia al diablo.

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Manuel Hevia

'Ocho años

• Sup deLi

www.lapattumieradellastoria.blogspot.com

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Copyright para Uruguay, Movimiento ~e Independientes 26 de Marzo en el Uruguay . Editado como Suplemento de la revista "Liberación Nacional" Queda hecho el depósito que marca la ley Printed in Uruguay - Hecho en Uruguay Registro en la Dirección de Industrias, No. 2428

PROLOGO

Cuando este libro llegó a. mis mll~n~iii..f., trasi.ego de ~riginales inéditos, me "n~·n".,"r dlda madurez de un estilo poco novel. N o voy a detenerme, sin emhargo, Htérarias. Estas páginas, más que .I.ue· ·'l'lUlU·tl",

el testimonio de una vida, desdoblada por cias, que alcanzó su clímax en el regreso Su condición de revolucionario cubano Manuel Hevia una misión difíCil. Lo alternativa que el cumplimiento u' .......... 4, ... '"

a la Revolución Cubana, hacia un mlID(lo complejo y diabólico sistema de OprC!'10rrelk sistirlo para denunciarJo más tarde, trl:LScienc;~i1 de alienaciones en que se sustenta la pitalista a niveles mundiales, fue esenciales tenían la transparencia una ideología basada en el amoral un triunfo del proletariado y de §~ ñaríamos si lo calificáramos, de una mera victoria individual) qu~ la invencibilidad de una causa avalada contemporánea.

¿El Uruguay, turísticamenre increíble y placentero oasis cano, fue un mito hecho pedazos por

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empeñó en fragmentado? No. Se~lcmamente, no. La damentación de esta negativa es mucho más compleja que la respuesta que nos brota 11 los labios. Pero, aun así, la respuesta será siempre la misma: el-Uruguay no . pudo sostenerse, comoaqueHa versión irreal de la ~'Suiza americana" que el mundo conoció, porque la realidad gol .. pea a la ,ficción y le define. Aquel viejo, impertérrito~ tranquilo y sosegado país increíble extrater~nal si se le ubica -en el dramático contexto de la problemám

tica latinoamericana-, alcanzó definitivamente su defi .. nición hemisfé.rjca. A su pesar, acaso dicionales . pruritos oligárquicos, los opresores se deSenmascararon. Sus disfraces ya . no son '';:¡A'''''''''-''''''''' A la última noche del carnaval p:mpagandistico, entre sobresaltos y espantos, le sucedió. un amanecer por la sangre de un puebio que despertó de una ~esión de enmascaramientos y. anestesias.

Elautol' de- este . libro, sin lugar a dudas, a una etapa crucial oo-ese proceso. Su testimonio, mera mano, nos interna en los orígenes la escalada oor" teamericana --.espeCialmente en los horrendos que v.lcanzaría después la represión policiaca-:'"t zando una fase de las definiciones del A muchos uruguayos les sorprenderá el grado de y ciones, cumplimentado con una cronométrica dad que ha tenido lugar en su oligarc3.\íO nacionales y asesores extranjeros mancomunados en un solo proyecto d~ penetración, la. realidad ha ido derivando,. por s~ misma, hacia día ya lejano en que el presidente José BatIré y una vez liquidado el periodo de guerras civiles cipios de siglo, sentó las bag,es el 30 años, de una apacible democracia

- de unagrau concordia nacional" y

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pnción de· Luis Alberto de Herrera, tido Nacional (Blanco). Terminaron los descomunales exportaciones de cueros y lal1as, y qerl'ando de este modo un capitulo e otro marcado por la conc~sión de titos norteamericanos, que terminaron por agotar nomia uruguaya y condujeron a la incesante de su' antes codiciado signo monetario.'

El veinticinco por, ciento de los ., .. ",n,,;; .... " fuera de su paíóL diáspora (que ha

sohre la Argentina, Brasil, Estadoa Australia y Nueva Zelandia)

técnicos, ingenieros, arquit empresarios. Este vacío

inevitable, los asesores en represión, al estilo

Dan Mitrione. -protagonistas._ cuyas sucias .manos

Uruguay costeño, son en su libro. Su contacto

en la intimidad. Ta:mb¡¡éit manipularlo como

continental. Los ... "" .. t ... ",""

Iatinoa~erican.o7 $U

11 las ins6Htasvariantes . de' la-s Pero imperio, en verdad, es un pésimo jugador de: finales ..

sacudida popular del Uru!!:u<!cyio.c

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Unos y otros se vigilan, se envidian, se recelan, se odian con la misma intensidad conque aborrecen pueblo uruguayo. Quisieron apuntalár su ~ominio pero n? l~ ~o-"raron. "Todo se derrumbó,. paulatmamente prmClplO, b 1 'd d" :1 d" Y después con sorprendente ve OC! a • como llera Rodolfo Puigróss, al referirse al mito ya señalado con anterioridad.

La inflación uruguaya, en los últimos años, sobre. pasa con creces el ciento por ciento. El salario, con :re&>

pecto a 1968, ha disniinuido en más un cincue!l~ por ciento. Setecientas mil personas, de una poblacl~.n de menos de tres millones de habitantes, el pa15 en busca de un futuro mejor. Siete mil presos políticos tenía el Uruguay en 1976 y la cifra huy debe ser mayor. Quince mil ciudadanos han perdido su derecho al voto. La censura de prensa es absoluta. ene. rior de la nación, en 1976. era de un millón seiscientos mil dólares. Ese mismo año la moneda se devaluó más de veinte veces.

¿, Necesita el lector otros antecedentes? , El libro de. Hevia nos ofrece la cara no- visible

esta moneda. Los responsables de ese deterioro hablan aquí en primera persona. Se mueven en frágil tin­glado de sus contradicciones, s.in el más elemental eSClll­

moteo de sus proyectos de dominio. El lenguaje "''''-UU'''', mentirosamente matizado, se hace en estas páginas una jerga vulgar. de perfiles ~rancamente fascistas. Sus pa~ siones secretas -la adoración a Hitler, por ejemplo-­brotan,. sin subterfugios, de esas confesiones íntimas que el revolucionario cubano escuchó en las casas los opre­sores, en sus oficinas refrigeradas, en sus autos lares.

1 RodoUo Pui~roos: «La d·e~pohlación de Uruguay»~ Se.r>o ~icio Especial de Prensa 3934& 1976.

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Del mismo modo en que el mito sado, incluso para amplios sectores se desmorona ahora como saldo final fondos girado a despecho de la histol'ia. movilizó durante mucho tiempo la dt'! la pequeña nación agredida por el gran teamericano. Los agresores se sirvie.rl)n tes y complacidos a la vcz- de ese ,,' ~ ....... 'h

le rindió culto el Uruguay. Los pasado en que pensar. De ahí elesn "', .• " ........

colectÍvo- que incidió, al principio, en las de una situadón categóricamente COlnt~)m1POJrá cedentes en la realidad nacional que ..... " .... " ... '" una óptica diametralmente opuesta.

Nada que resulte vulnerahle le es ajeno yanqui. La estructura del orden interior del débil por sus contradicciones, cuando el im cidi6 tocar fondo en la escena uruguaya. por ejemplo, los cargos _principales de la servan a oficiales superiores del Ejército. -salvo excepcion~s que. se producen cada años- no pueden ascender más allá del cargo tores. LI,l oficialidad militar, por supuesto; tizada que _la oficialidad policíaca. Los inaugurar su escalada, comenzaron de los cuadros policí;acol!l, a quienes aspiraciones individuares. Esta estrategia en Pasaporte 11333. )

El discurso narraiivo del libro, como tiene un sabor amargol. Es la radiografía posición ineludible. Ell ocasiones su asfhd nos oprime, nos robana~cuota de aire tanciales a todo ser h'lmano. Se nos antoja, una cirugía primari/l o un corte cuerpo patéticamente ] contaminado por

1 11 ¡

¡J ~ '1

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88. de males. Queda aún, sin embargo, el amor a la vida; el deséo de sobrevivir; el natural instinto de conservación de un país que no ha muerto. El águila imperial no al® canzará a posarse sobre las cenizas de su presunta ma. Si lo intenta arriesga la cabeza. La espada de gas, con su acerp bruñido por el dolor y la agonía' de su pueblo, canta en el aire el himno de su definitiv'a pendencia.

Joaquín G. Santona La Habana, octubre 1971

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A loo que ludian y mU~l'ft silencio.

A Haydé8. A RegmG.

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En la elaboración de esta V-"""'<c"'",'

.. ., p~ofundamentef quien¡ agradecer, con toda 8tnCel':lú;aú;~ 6D la confección de este libro f definitiva..

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~ poeo de mi regreso 111. Cub:a.~ ~; ~ 111. ~ribir eitos ".

,. ~mmte dibujada, de reun ..... írlOs. De momento, mi intención era sólo ~atorialJ sobre mi .. añ"en ~ ~ -u~ vM,' ne> sin algo __ podrían ser útilM más ~. lo fue. pafio M.i. 111. qtII__ _ Amérieá Latina ·""'''''''11'.·. po~ toda~ia ..-..si M que 'UJi;U~l~': .dO". armonizar-el progreso real la ~cia de los int.ereses del dar ~ comprender 11. realidad a ~ de que está planteada una ayudar 111. comprender que, si bien' una ~ nueStras naciones e . V andM factores de retroceso, terialM' y psicológicas, el. mayor dificultad y retroceso está. cOlllslltúM:I('; nortea,mericano9r.. Que ~i bien .es gadM por las pasiones políticas, y codicia le han abierto a veces imperialismo no se limita' a estlér~l-r ello ocurra, sino que, activa y velr:aí~!tl condiciones que hacen posible 15u.·lnl.~J

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a los que no quieren comprender, no hay quien pueda convencedos. Ya se definieron. , Habría mucho que escribir,pero rel~tos y detalles adicionales escapan del objetivo de este lihro: Ya' hahrá algún día)en Uruguay quien complete esta narración. Pero eso tiene . una importancia secundaria. Lo básico es la Satisfacción de haber contribuido a entorpecer o neutra· lizar las maquinaciones de los Mitrione. los Cantrell, los Noriega .•• y sus marionetas locales.

Lo de Mitrione fue sólo un incidente, no importa 'cuán importante. Y siempre habrá Mitriones mientras haya imperialismo. Le son imprescindibles. Para decirlo con sus propias palabras "Es' éste un duro trabajo ••• alguien tiene que hacerlo,"

No pretendo en estas páginas intentar un estudio del imperialismo, Sólo describirsomeram~nte algunos de sus métodos. Por eso, quizás haya dado .la impresión de que eliminando la CIA, el FBI, la AID y demás instrumentos de penetración, hayamo!¡ resuelto el 'problema de fondo. Estos son meramente los tentáculos del pulpo. Y éste tiene una muy amplia gama de recursos.

El imperialismo no es un fenómeno racial producto de la autosuficiencia y la prepotencia de una nación o de los ttaumatismos resultantes de un puritanismo hipócrita. Estos son sólo factores adicionales que le han dado caracu

terísticas pecuHaresa la versión yanqui. Este es la re~ sultal1te .natural de un sistema obsoleto.

Necesariamente el pueblo norteamerIcano encontraa

. rá la vía para . lograr su liberación, pero no sin cambios profundos en su propia estructura. El imperialismo nece­sita de nosotros. De nosotros y de los paises del l1ama~ ao Tercer Mundo sale el tan llevado y traído standard de vida yanquL.. algo venido a menos últimamente.

Lo mejor que le puede pasar a un puebJo es tener que luchar por sus derechos. Cada gota de sangre derraQ

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~adda oorá en el futurogaranti'a de 1 ~ e a!erta contra concesiones· a . .. , ~ 7o~eáada.la Cub~ prerrevolucionaria:

emocratas SIn convicciones n ... ,~J .. ¡,;,: ~os. del infierno empedrados de bu egOlsrno'11a explotación, la penetraci~~a\ nes ••• e despertar de un pueblo. ., a~

He optado por no alterar' l' ,.' . hace tres años. El Iect b p m U:Jla .. mea. res de juicio. Algunos :: 1~: raapreclar Con otros me equivoqué y en 1 de las definiciones march a

y 1 " aron contrasit b a as mascaras van cayendó en U

astard? de la comadreja coloradá" es . carcomIda, deteriorada y desprestigiada

Alguna vez dije que si Ballestrino' ~a~~ c~enta que había malgastado su vid . a ¡to e. plomo, sería impredecible <:u despert~ra y su ultranacionalisrno será tma qUImera. .. un auto-engaño.

Ya los yantJuis han soltado a la fÚra po:J~ Jefatura de Montevideo :r d·. d, svastwas. La CIA dicta cada d' o ea a de 1 . • E ecreto •• ,.

,va uaClon. '.1 país es un carno d ,TlO engorda feliz. El Sub.6'cndar4

'::", e;. •. ..... dI' ¡:, u • .., glUíle

. 1;>4 a. a ~ aspIración del Barón de Río ti· fra.fifl('l~

~.! mevItable. y Artigas· reivindiéará lo Cada Revolución, con derecho >

I~s profundas raíces da s..u pasado.'A""·"~I;J.oi;usu p nnanecen en la somhra' poc' f. . ..... . hora de los l,ornos (me' d" o l~mpo 10s- pl1e~los. És la' h¿ra d~Je[: artí. Uruguay.

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Una mañana de 1967, en M(mt~'VijtJec~.t siguiente interrogatorio;

-¿Es usted comunista? -No.

. -¿Se opone uste~ por nor de Estados Unidos?

-No. ~ ¿ Realizó usted trabajos de ín1tetll~en:(

mstró informes oficiales a favor de ción de Estados Unidos?

-No. Ágotado. el técnico deooonectóJ!ij¡

llaetivó los indicadores de ·la· parte, abandoné la pequeña ~ cigarro que me ofrecía el amigo

Todo comenzó en la "''''''''''''''''' Embajada norteamericana en témioo en polígrafo,.· o detector ~ vulgarmente. .

Antes de la prueba mi aruJIILO.'

~ qué consistía, haciendo énta!5lS !lodos ellos pasaban vregulármente

Al rato, Cantrell convers4) 'COll ¡ eimdome una copa, confesó que asultado preliminar.

--Si el informe hubiera sido ndictorio·"~"Qijo--- me hubiera cm. juego buen criterio de . .

Traté en vano de e~ivar el re, le preocupaba..· ..

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-Danos ~lo unas semanas. Es el tiempo ~esario para que el informe llegue a Washington y regrese. D~ plil.~S que allá le de~ el.OK, será as,!!nto concluido.

Sonreí. Sabia que a los pocos meses com~ian puevamente las pesquisa!!;.

,No era la primera' vez ni tampoco seria la última. Yo había negado a Montevjdeo tres años antes. La

historia de este vía je es larga Y compleja. Cuando regre- ' saba al centro de la ciudad, en compañía de Bill Cantrell, reconstruí, mental~ente. los hechos que' 'me habian ~ .. ducido a esta situación.

¡Ápuráte. metété a1wra! La frase. 'apal'entenlente inocua, quedó ,grabada para

eliempre en mi mente. Con eUa comenzaba una parte de mi vida, donde mi personalidad se desdoblaba. '

Fue, en noviembre .,de 1962. en La Habana, en el wnbr~l de ~ invierno cuoano. A los Ul"uguayos Y a algu­nos latinoamericanos puede parecerles UI18. broma.E~ un invierno conteinperaturas que, a menudo. superan los veinte grados Y donde las lluvias brillan por su ausencia.

En la intersección de l~s calles 19 Y H. en el barrio -del Vedado, no es mucha la 'gen;e que se anima a tran­sitar en uno de eslos mediodias "invernales.... '

. Emilio Bonifacio puso su cara -nuis inexpresiva mien-tras conversábamos. Llegamos' a la palie trasera de su. auto, un Plymouth con chapa diplomática. Miró rápida­mente hacia todos lados, abrió cón un solo movimiento la tapa del maleteró y me apremió con esas palabras.

En menos de cinco segundos yo tstaba' hecho un ovillo en el fondo del maletero. La tapa se cerró 80bre -mi y qu~é sumido en la oscuridad. pero, sólo medí.

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Revoltreionar·io. Primeramente· en el Ministerio de ~I Públicas, como subinterventor de una empresa construct.,.. . fa.. Luego en el Ministerio de Relaciones Exteriores, ~comG jefe de la sección de Pasaportes Diplomáticos Y, posto­:riormente, en Legali2;aciones. _ ,

A mediados de 1960 pasé a trabajar en la Junta Ceu,.. b:al de Planificación (JUCEPLAN), donde ocupé S1!~ sivamente los cargos de jefe dep~rsonal y de despacho, director administrativo interino y; finalmente, jefe del departamento de Relaciones IntenuiCionales. ,

Una de mis' responsabilidades en efIe departa~enkll eonsistia en la supervisión del restaurante La To~ t:onvertido en una especie de cluh para técnicos exttau,.. je:rol§ Y. más tarde, tamhién para miemhros del cu~ diplomático. . '

En ~ lugar, y a med1ados de 1962, _ integrantes de una misión uruguaya que venía a investigar las actividades de algunos. diplomáticos de ese pa)s en La Hahana. Ciertamente hahía hastimte que aunque las aristas más eséahrosas de la IHU.UU;:IOlll Jll\<lIJLn""a

trascendido al dominio público. El encargado de nel!tocjlO~ Gualberto Urtiaga, llevaha una vida tan disipada r{!.le

colegas de otros paises pr.ácticamente lo habían "'-'U O> "'"''''

de la vida social. Por ese entonces, tras la expulsión de

OEA, eran muy escasas las representaciones latinoamericanas en La Habana, y los funcionados de la Embajada uruguaya habían'convertido el asilo político en una verdadera industria.

Cada asilo era cotizado en elevadas suma~. cuatrocientos asilados, en su mayoría delincuentes y titutas, permanecían en una casa especial, arrendada .]>M' Urtiaga, al resultar insuficientes las dependMcias de 1& Embajada. . .

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Uno de los funcionarios,. . . émpleado de confianza, llamado·· ·al contrabando de divisas y joyas y

de droga a los numerosos viciosos """AAU\ilU~ ~entaci6n diplomática.

Las actividades de Saravia lleÓ'aron a bozad,as y escandalosas, que el Gohlerno 41oolarado persona non grata. .

. Los manejos de Urtiaga y otro~ dlCaha~ también al Ministerio, de .ll.1Io"'1.<1\';,UJ

de su país. Estos funcionarios recibían residencia~ propiedades de los· exiliados o aún residentes en Cuba, éon. salvarlas de la Ley de Reforma U rhaWa. .. Los diplomáticos hacían aparecer'· ,alquilada~ para atender a la .' . dos, emholsHIándose· los imáginarios ... 1, ..... h ••• "

pagar ',a su Ministerio. Las relaciones ~. Mon~evideo, habían llegado a un tirantez. ' " '.

• La misión enviada por el gobi~ruo' mteg.rada por- tres militares: el teniente Purtscher, el capitán JuanCados ' ... ' ".'. ~anno Micale. director general del Minis;t~iiij;, :rIOl:. Les.acompañaban dos Emilio BonHaeio y el doctor CarlosM. letrado de la Cancillería: . .

Purtscher era en -ese entonces' Jefe Metropolitana,'cuerpo mototizado de la' 8ta de Montevideo" especializada en la . ~ y disturbios callejeros. Su pet· ','S( :»na:l: ad!estrado, en el uso de ,agentes· qUjIWJlCOII'

mayor volumen de fuego, no sólo: toda las Fúe~s Armadas de 'la :qacióll~"

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Nos 'vetamos a' diario' en La Torre. Al p~ fue una amistad protocolar; mucho más informü d. p~. Comenzaron las actividades 8Ociales, mo pl'ee:iM" mente diplomáticas, en especial con Micale., A ~ me bacía pl'eguntas' de tipo político, requiriend~.i • nión en tomo a numeroSOS aspectos de la Revolución.

Semanas después de su llegada, la miSión g_ionó la ' \ pUda de la mayoria de los asilados, pese a IllUS o~

reparos al 'método por el cual Urtiaga babia ~()rpdo es()s asilos.' .

Luego, por hoca de algunos asilados que no' pad~ hUr, supe que la tensi,ón entre los integrantes de la Misión y< el Enc.argado· de Negocios, hábia Degadoa extremos dramáticos.

De acuenlo con ese relato, Urtiaga se opuso ham el último momento a la salida de los asilados y purtscher dehió obligarlo a dar su autorización a las gestiones, lite-­talmente a punta de pistola. Después de aquella salida masiva, Micale, Purtscher y Romero, regn~saron a Mane tevideopara informar algoMemo de la situación.

, Antes de marcharse,. purtscller y Micale me mam~ {esta ron que, si algún día decidía irme de Cuba, podría' asitarme en la Emhajada' U11lguaya y, asimismo, Micacle prometió conseguirme trahajo en Montevideo.

Añadieron que ,era una· suerte ~aherlos conocido yá que, de lo contrario, hubiera tenido que entrar m ~s manejos de U rlÍaga y pagar por el asilo. Sin embargo, al existir tan malas relaciones con Urtiaga y teniéndomé éste asociado mentalmente con ellos, si decidía asilanoo debería solicitárselo ~l capitán Salaherry, quien perma­necería un tiempo más en La Hahan.n, o en 8U defecto a Bonifacio, el cual quedaha como Segóndo Secrmno de la Embajada. '

Poco \iempo despu~s Salaberry apt\reció ~. etrsi 'hi~toria. Según ex:plicó, el' problema no lad~, - •

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~o,si~ en la visa de Estados UMi ~la. obligada. - , . . -En su caso -me dijo-- los ValtlQtliill<

melones para otorgárselá. . Debo reconocer que el militar <f.elsec:nÓ:"t!

~rgonzan~e y me planteó el asunto en M: notaba mcómodo mientras me . lideraba unas exigencias bochorn

co·xs'aP

's.t1 .. Cal:>!!"]O

• Periódicamente viajaba a Miam" ~s y alli le' haDián planteado mil

, ,harla llegar, por mediación de d~ papel en blanco, impregnados de mum que ¡»emitía disimular una p"" ....... .

. En p esos pliegos -y sigUiendo el exphcatla Salaherry, o su. sustitutO-:--: '. y losd datos que me solicitaran. Bo~ifaii'ó o ~ o· d~ llevar los pliegos a Miamiy'; mstrucclones. .

. Se acordó que, después de aSllarme y se me facilitaría el .",,"';',,~;:~ como una ayuda económica a<ll014)111l[.[;; Dejaron más detalles. '

. w m~o~ación solicitada er~lf paIses soclahsw y capitalistas que se Cuba, SWiI datos filiatorios los . ¡:

. naban ubi~~dos y las fUI1Cliones' que : Ta~nl)l~n tenían interés en conocer.

~~encla fImados, así como los 1I.d~:mo, los nombres de técrucosde' ~ Qfganismo8 internacionales que ~ y lX'ilí!aban trabajar en la. 'Isla, - CL.","

ndades q1i6 daba el gobierno ~dades técnicas .., las e5FJeC1.auCU1(les ~ o que se consideraban "JlJLU""".GIt.

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La alternativa era· clara: si rechazaha la oferta, ~ tne negaría la visa de entrada a Estados. Unidos. La oh.. tendón del visado a otro país era casi iniposible y 1>iems In·e . quedaba el problema de cOllseguir el importe del pasa je. a Montev·ideo.:

Hacer escala en Estados 'Unidos era prácticament~ obligatorio~ En uno de los grupos de asilados .que ~ . lieron, algunos no tenían visá y fueron ·internados en campos de confinamiento en '-[exis. En 1964 todavía per= nwneCÍan en esos campos, cinco o seis de aquel gnlpoe •.

Salaberry debió regresar a Umguay y Bonifacio fue a Miami para recibir instmcciooos •. A su· regreso. y durante un tiempo, estuve ocupado én la entrega de 105

informes solicitados, hasta que "decidí" asilarme. EstÍl.ba convencido de que los norteamericanos tras

tluÍan de mantenerme un tiempo mitS en la Isla. por 10 que precipité los acontecimientos, explic.iudole a Bonifa~ cio que me perseguían las fuerzas de la Seguridad eu@ Lltml y, de no ser posihle el asilo, trataría d.e irme en una lancha que utHizáLamos en las pesquerías ol"J;aniza. das por JUCEPLAN. \

Sabía que Bonifacio estaha al tanto de la promesa (le Purtscher y Micale y que, p·resentando mi asilo como una emergencia, obtendría la visa sin mayolw diHC1111· t., des.

De esa manera llegué al maletero del viejo PlYlf.I()Uth. Po;¡ieriormcllle Micale me contó (lue poco anres de

s¿t"lir hacia Cuba con la misión investigadora, había re. cibido' la visita informal de un tal Flores, funcionario dc la Sección Política de la Embajada llorteameJiicana en Uru8Uay.

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Flores le solicitó que, durant~ Habana, indagara discretamente entre técnicos cubanos, con quienes debía ..... """.'" tara ~e conocer si estaban dispuestos 'a servicios de información norteamericanos o,' a desertar de la Revolución. .

Por supuest-o, el pedidq había sido ... v'" ... ~; t'rema delicadeza, y Flores insistió en título personal, "comQ una contribución mundo libre contra el comunismo".

Especificaba, además, que no 'se hacer un pedido oficial para evitarle D!,Qblle guay, que mantenía relaciones dipl(,m,átí1[}all donde ciertos sectores de la población la Revolución "debido a la cam~añáde comunistas". '

En. ningún momento ~oncluía ría que Micale considenlse srr renda en asuntos de terceros, pedido personal de ayuda. ..., .'.

Al regresar a Montevideo, Mical~ .. bre como el de un funcionario de:sHllIsjitJ¡¡tad,~ .. quier momento podría. marcharsedelpái$.

Ese fue el momento, al parecer~ dondé' cadena de acontecimientos que me me m un' agente de la CIA que, akgunos ··rn~~~~~'.'. ~;al"Ía en y contra Uruguay •.

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¡Qué micromundo llU''''Jl.'Ua,

w:'Illgl.18,1rOO habían a los U~.U(JI.UUi~k sociedad prerrevolucionaria se hallaba

-~viciosos,' proxenetas, tahúres,. ~IOlltlOI pl'OStitutas, ladrones, estafadores, asesinos, t ........ ,""A

patlsteros--, todos juntos y rewelto~. , y me gustara o no, yo era uno de eno~.Un

aquí y por allá se veía a: algún médico, dándose aires de profesional.

surgía un viejo barrigón, que se huyendo del "terror

Abogado, médico y comerciante, imágenes.

También estaban los urevolucionarios~'. tu !!lID Fidel". patética, frustración!

mi asilo, había calculado "",..., ... ". Dificultades 8w:'gl,Otai:

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número de los asilados, as'í como la demora dé las -rilim~ norteamericanas, echaron por tierra esos planes: sólo en : junio de 1963 pude embarcarme hacia Miami

¡CUantas anécdotas de pesadilla result~ron ~qu~no~ ;iete meses de espera! El embarcarme haCIa M~l re.. presentó, al menos, un suspiro de alivio.

Conocí' en junio de ese año el micromundo a~~liado.. Los mismos "funcionarios de emigración". el mismo re.. fugio, las mismas caras llenas de odio. <?dio hacia .Cuba, haciá los yanquis, hacia el mundo, haCIa ellos ~lsmos. Odio a la vida. Los más lúcidos trataDan de olV1dar el pasado y actuaban tal si fuel'an inmigrantes, proc?-r~ndo iniciar una nueva vida. Quizás solamente estos ultlmolL tengan oportunidad de ser felices ~lg~. día" al menos con esa mezquina felicidad a escala mdlvldua1 que trataron de preservar.. .

Los demás . seguramente se uan c~mando en !mi

propios recuerdos, hasta quedar mucho peor que lo~ no-­bIes rusos refugiados en París después de 1917, mufol'$ mados pomposamente de porteros de a~gún r~staurante '1 rumiando una revancha históricamente ImpoSible. .

Después vinieron los interrogatorios. Duraron clM meses. A veces se realizaban en la ba:re aérea de Opalocka" otras en la pl'opia Oficina de Inmigración. Todos ~hia­mos que se trataba de la CIA,. pero lo~, norteam~nca~~ gustan de las ficciones y mantienen ~L tItulo de f1lUCl~, nariosde Inmigración" e. ' . "

Con dos de ellos tuve contactos cotidianos. Uno ~roo que se llamaba. Carlos Fuentes-- «:r8. dtípioo e&cowhoy". ignorante y brutal. Habl~ba' espanol con. mare

cado acento' yanqui. aunque era O~V1a su ascend~ w·

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tina. Sus preguntas eran directas y tajantes. al todo, quizás hacía méritos para que le pe.l'G()nELrail aqueI1a sQciedad racista el pecado de su larlU14la(l(",

El otro -Chet Van Durell-, éra· director director de la Oficina de Imnióración de Miami. elegante, sofisticado, evidentemente educado en las universidades del EGte, se mQstraba tQlerante y' gresista". abi.erto á .todas las ideas. Achacaba puestos males de América Latina a gobernantes y diplomáticos yanquis reaccionarios. Era la' ' nQS tratan de. vender, la del intelectual amerIcano.

Aunque Van Duren se daba el lujo de precio por Fuentes, al caLlO de poco evidente que ambos trabajaban en total "' ...... ,/", .. púestas discrepancias eran ficticilts y, en ramente tácticas. Comprendería despu~s que" americanos suelen ser fanáticamente ortodoxos a este típico resorte pGlicíaco del "malo" y el

Yo esperaba largGs y tal vez durGs relacionados con lGS diversos cargos que bierno Revolucionario. Espedalménte, en torno ,a , . en que la CIA ~ había interesado mediante. ·IA.e de Bonifacio. .

Al prj.ncipio las preguntas resultarGn muy V"J'~~.", ... , .. Querían detalles cGmpletos de mis actividades con Ray durante la lucha contra Batista. Éste hao. gente de uno de los grupos dél· ~'26 de Julio" ........... ,.. •• " .. dandestinaje. A la huida del tirano, fúe de:sig:nat nistrG de Obras Públicas en el primer Gobiemo eionario y llegó a con~értirse en el ' lector derechist!1. Meses después se entregó a y se convirtió en cabecilla de uno de los tantos contrarrevolucionarios que operan en Miami y del Caribe. '

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. . También insistían en la organizáción del Ministerio

de Relaciones Exteriores; la caracterización de sus funm

cionarios; el organograma completo de JUCEPLAN, con lo~ nombres de sus directores, jefes de sección y responm

sables de departamentos. A todo esto 00 le iban adicio­nando datos personales, vida privada, gustos, amigos, y todo lo concerniente a cada uno de los nombrados.

Idéntico procedimiento se seguía con cualquier otro funcionario que recordara, o con los revolucionarios que hubiera conocido. Muchas veces las preguntas se referían a personas que ya estaban en Estados· Unidos._

. Finalmente llegamos a la parte de los técnicos ex· traRjeros. Capítulo especial mereció el club La Torre, del que querían saber hasta el más mínimo detálle: eaG

mareros, emple~dos de cocina y de la administ:ració~ comedores y demái!\ instalaciones, así como los requisitos de admisión al lugar, es decir, el control y la vigilancia .. Se trataba, en muchos casos, de la ampliación o confir-

. mación dil informes ya suministrados desde Cuba. Pero habia otro aspecto de los interrogatorios que me

extrañó: gran número de aquellas sesiones, casi diarias, versaron en toxno a' los militares uruguayos que habia conocido en La Habana.

Con Micale se mostraban re~elosos. Con Purtscher, francamente hostiles. POl' lo que pude saber, la situación de este último, en ese momento, era delicada. Desde su cargo de jefe de la Guardia Metropolitana, hahía resis-' ti do las insinuaciones golpistas del jefe de la Policía de Montevideo, el entonces coronel Aguerrondo.

. La posici6n de Purtscher, subordinado inmediato de Aguerrondo, se hahía tomado insostenible y Micale, quien también se oponía a los intentos golpistas, hahía logrado que lo incluyeran en la misión a Cuba como preámbulo a una salida "elegante" de la Metropolitana. . .'

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. No. c:reo que en esa época los 'fIesen mteresados en el golpe, aunque' mantenerlo bajo su control comO~1"ma : curso.

Sin embargo', la mayoría de la V"'Jl\.i4~;l1-11;Ul~~';\· sustentaba una actitud cOllstitucionalista' ~in~lusocon estos elementos-, p~só' amtes de que pudiera explicarme 11:1 yanquis hacia Purtscher. ...,

Meses después su'pe los verdaderos cher habia participado en uno de los " miento militar que el ejércitó .de ~stalllot' en Panamá. En cierta oportunidad, lores estadounidenses de su curso fue Purtscher al e~timal" que é"ste era ' ,,' forme uruguayo y su grado mimar. Qficial uruguayo, el norteamericano' mente. Purtscher lo abofeteó. El ' pero teniente -¡;oronel regresó~' ese momento tendría una permanente carrera.

De mi experiencia TlPI'¡:I\lH,

la CIA a Micale y otros furmiÓlÍ¡ la actitud de los norteamericanos tante: la hoja de parra.

En todo momento se hace que la colaboración ··solicitada:" pre tienen a mano una serie de ral~Orle$ en ~eneraJ, hacen 10 imposiblep~r' pedIdo con protestAs de buena fe f· miscuiroo en los asuntos dé

. última instanci~ se inchuren el"$OooJnij'~~'" amenaza directa. -

La hoja de parra apareció t:~u~ilUc;if ,~torios de Miami acerca de las aélthildá'j

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máticos y militares uruguayos. Las explicaciones las daba el "culto" Van Duren, quien se desvivía por hacerme com­prender que las preguntas relativas á los urugaayos res­pondian al interés de ptotegerlos de supuestoschantajel.

-En realidad -insistía-· -, se trata de amigos a quienes no se les vigila. Por el contrario, se les protege..

Tal celo paternal, resultaba casi conmovedol'.

Dos meses después de mi llegada, tos norteamerÍca .. nos decidieron dar por concluidos los interrogatorios. En .cierto modo, tuve la sensación de que se sentían detrau-· dados conmigo. Yo también· me sentía defraudado, pues no negaron a formular nunca cierta pregunta que yo espe-raba y era la razón de mi presencia allí. . ' . . Aún tuve que sostener un par de charlas con el De­legado del Departamento de Estado para Asuntos Cuba .. nos en su oficina radicada en el Edificio Federal, 'en Miami. El delegado parecía salir del mismo molde que Van Duren: mQdales suaves, conversación agradable, vasta cultura, apariencias de gran tolerancia y comprensión. Inició su conversación diciéndome que entendía mi pos¡" . dón'''progresista'' durante el desembarco de Bar ofPigs, o sea, Bahía· de Cochinos o invasión al Playa Girón. Que dIo no tenía nada de particular y que muchos se habían engañado como yo. .

Asimismo insistió en que muchas personas' habían luchado por una revolución democrática y luego veían a los comunistas apoderarse del gobierno. En realidad, la entrevista di!'taha mucho de ser un .interrogatorio. El Delegado hada 'Una serie de reflexiones o especulaciones, casi como si pensara en voz alta, antes· de requerir mi opinión.

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. Al final se preguntaha a sí mlSPli[) .. -"castrocomunismo". que ellos habían saltar la vincula~ión de Fidel con lQS en reaiídad contraproducente, ya que . tencia de una forma de comunismo. nueVQ de cierta manera, ayudaba a mantenel' respecto a Cuba. Esta conversación 1963. ¿ Cuáles serán las reflexiones aC1GUale~I~;; legado? .

Días después de estas cntl'cvf.í!ltas para abandonar MiamL En mi última

-de Inmigración, conocí a un nuevo· liquiera se molestó en colgarse:. la hojita . Me explicó que era una lástima mi asilo hubiese interrumpido la CO:latJIOl~a~l taba. Que si bien era cierto que no mía, siempre era hUeno quehides.~ P.át~~~t!l'. a "errores" pasados con una actitud

Añadió que si yo consideraba dicarme en Montevideo_, ellos ¿ qué más hada falta ?-, llodritan .. ·.·a~~ut: -me en esa _ciudad, dondepr~nto. "" •• ", •. """', . ClOnes.

A ellos les interesaba -dest~M'':~ cerca a mis amigos y que,.además, m~ anreseñales de actividad de los uU"'H'·Vi>'.

juzgado a mi patria. . Más concreto no po'aía ser

hecho de haber trabado alguna '1 Micale durante su :visi~ a Li compleja la situación uruguaya,' ción. Ante todo, debía rac!jcarme donarme al máximo' con los tu-; nCitoll del' Interior •. Con posterioridad

. 41

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ciones,· pero desde ya me podían asegUrar que mis fun .. ciones· se limitarían de modo exclusivo a la información..

Complementariamente, me dirigiría primero a Nueva York, donde recibida la' primera parte de un adiestrae

miento que después concluiría en Washington. Eso si -recalcó--, era importante que buscara un empleo en e~as ciudades, de modo tal que-PJ.stificase el dinero que me iban a entregar para el pasaje y mis gastos iniciales..

Esto es de suma importancia --dijo- ya que Mie cale sabía de mi colaboración en La Habana y era vital que pensara que va no existía ningún tipo de vinculo con ellos.

La colonia cubana de Nueva York difiere en algo de la de MiamÍ. Se nota la misma frustración, el mismo resentimiento, un vacío similar, aunque en menor grado. En primer lugar, muchos están trabajando y han iniciado el camino hacia: su asimilación por parte de la sociedad norteamericana, claro que de forma marginal, pero manera tal que les permite hacerse algunas ilusiones.

En segundo lugar, existe un gran número de cuba@ nos que residen allí desde mucho antes del triunfo de Hevolución y que, por cierto, no acaban de identificarse con los objetivos y la mentalidad de los recién llegadoS¡, circunstancia que curiosamente deja a estos últimos sin público para sus lamentos.

No me extraña leer, por esas razones, que c-llm

Danos hayan sido detenidos por actividades en centrOI pacifistas y en organizaciones patrióticas puertorriqueñas.. Se trata de otra generación, que repudia el sistema nor~ kt~americano y lo combate.

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Después de tres semanas en Nue'\iá ~do adiestramiento, recibí instrucciones Vi ashington. La. sitqación de la coloniá mejor. La mayoría labora en organismos ~ empresas financieras y mantiene una tante. Quizás más escéptica.

. . Después de la necesaria ambientacÜin~ OrIentaciones impartidas desde Nueva York . culé paulatinamimtede la comunidad CUIJatU1..,

adaptando ft la nue~a personaiidad qUe guay, la de un cubano algo descreído,·· grarSe a. una nueva nacionalidad. . , Debía mantener una vida frugal <t~e $<\Iahorros" obtenidos gracias a mi suela u restaurante. Por la mañana se ef'eétu~b3 ,miento. Éste re redujo a una ampliación' de escritura que había usado en Cuba; isrs: ción de cámaras fotográficas y métódosde

En lo fundamental, consistía en el los antecedentes históricos y politieos . situaciGn actual. La varte más dHíeilde tramiento radicaba en-- disimular mis ~imientos". .

A pesar· de mi real posición política, nes de todo aquello no dejaban. de. . era ésta la primera vez que visitaha anterioridad había vivido allí cerca de d.ecirlo en uruguayo. estaba podrido de instituciones y de su famoso modo de·

Ahora comenzaba a ver tQdobajo, la· del exiliado cubano -radicado allí .. gilado y perseguido; d6nde cualquier analizada. La CIA y el FBI se Un comentario mal interpretado p~ede (lida de la ayuda del Refugio (la .

'1-3

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lo .ayuda a mal vivir). Pero también puede provoca! un interrogatorio desagradable; la deportación o la cárcel. . Hogar; trabajo~ bar, visitas, amigos, todo es vigiJado por esas instituciones Q sus fachadas. Todo, en fin, va a parar al expediente del E(xiliado en cuestión.

Por último recibí mis indicaciones. Un hombre llae

mado '4Ifomás" sepóndría en contacto conmigo enMono>; tcvideo. A partir de ese momento quedaba en sus manos~

Por mi parte, deLia- trasladarme por mis propios medios. Tuve prob~emas con la reserváción, .ya que el visado de tránsito se demoró. Prácti?amente llingún pais de América le da visa a los exiliados cubanós por inde .. seables. Algo para pensar.

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PARENTESIS

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Al abandonar Cuba en 1963, lo hitie-; que la supervivencia de la Revolución lj gada a la de nuestra nación; lo qu~ era nuestra propia nacionalid Si hfén sentirme confuso frente a vertigirio~a t¡e estructuraban las . . irreversible era el socialismo. No mismo me resulta extremadamente orgánicamente lo que es fruto de interior, de una intransferible vez sea igualmente difícil para el uruguayo en particular- cl·f)m1)r4~néler. algunos antecedentes. De. ahí el J)ÓJrql..llé

Aclaratorio. Al producirse el derrumbe de

en enero de 1959. se me hubiera' dem6crata revolucionario. otras definiciones (admito que . hago desde mi enfoque actual y apr,cciaciones eran mucho más erata revolucionario", es decir, del proceso revolucionario deJos ci6n de nuestra frustrada .

que en Cubá no se daba la donde la realidad económica h®ía legal. En la Constitución del 40 se ceptos avanzados para su época, latifundio, el derecho. al trabajo o propiedad. Eran meras palahra$~­conquistas, con ser teóricas en gran la gran coincidencia de convertir el

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tución del 40 en arma de lucha contra- la dictad'Un. ~ Batista. Ella era el símbolo de todo lo que los batime~ jamás habdan podido repre8cntar.Y también 'era el p:ro­grama minimo en que todos podíamos estár de acuerdo.. Para unos "el retomo ,8 la Constitución representaba el retorno al' libre juego -o rejuégo- de los partidos po­líticos y, para los mejor intencionados, Wl cierto .progres 110, evolutivo y lento, pero seguro, según ellos. A ott~ ese retomo nos significaba el pon~r en práctica, hasta las últimas consecuencias, todos sus preceptos y conceptoo..

Pero -tal vez acostumbr~dos por. nuestro origen de clase a juzgar como propiedad exclusiva la ad~in¡'str¡¡.. ción del poder político- unos y otros no advertImos ~ lonces la presencia de una nueva realidad, de u~p Btiev9

protagonista histórico. El triunfo de la ~evoluclOn, OO>D.

IU cuota de sangre y. sacrificio 'popular, venía a poner al pueblo, a lai enorme masa de explotados y desposeídoS¡, en el primer plano de las decisiones. Y, para ellos, la. Constitución del 40 --cualquier constitución, en ese mo­mento histórico concreto- no era más que un papel lfmlP>

jado..; un anacr<'lnico objeto de bizantinas reflexioi\es. Me desagrada tener que personalizar. pero al llegar

a este punto he debido hacerlo en aras de la clarida~. ~e la exposición. Yo había sido educado e~ .una. !radlClo~ nacionalista. E<;taba orgulloRo de la pamclpaclOn de ml sbueÍo en la Guerrá de Independencia; conocía sus e&o

Cl'itos contra la cesión. de Isla de Pinos al EstadM Unidos y a favor de la abrogación de la Enmienda Plan.. Respetaba las luchas de mi padre y mis tíos .cont~a la dictadura de Machado en los años 30. Me satlsfacla el prestig~o científico de mi abuelo matérno y sus de~ub~ mientos arqueológicos. Presentía, empelro, una sena dlf!le' crepancia en "ciernes. Había acompaña.do a mi pad~e en, SUg diversos destinos diplomáticos en Estados Umdos; junto a él, y en la medida que mi ed::~d lo ~rmitia., ;m..

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pudié las pretensiones de los elemento.smás de ese" país. El exclusivo colegio· de ..... VUl1'v ....... ..,

estudié, fundado por un hermano del IweSluelrue guarida del más rancio conservadurismo .. " Para un latinoamerkano con inquietudes no sino escuela de revolucionarios.

La guerra de Corea y el proceso pel'onista tina fueron dos importantes piedras de tOllue en lucit>n política. Sin superar entonces el punto estrictamente liberal, había algo en el caso mi lógica rechazal.!a. Por muy agresores. que " Norte -deducía VO- indudahlemente pertenecen ese país que los ~il~s de norteam'ericanos, i" ... cos que pelean con el Sur.

'EI caso de Perón era algo distinto . .t.:.."'~";;IJW (siempre el liberal, claro) pe.ro no podía ti7.ar con su actitud independiente, de reto. h¡¡bía aprendido que las simpatías y ~.' U~"'.f!''''''~''''''': condiscÍoulos difícilmente podían serIas tanto, s~specllaba de nuestra coinciden.ci<f. a Perón v me sentía incómodo en ella ...... V'l~l<OHz¡;;V".~/ gar a la gente por sus enemigos.

Las versiones objetivas y patemalisbis de historia de aquel colegio confirmaron a nental lo que en mi casa había aprendido .. tración de nuestra Independencia, el t;; .... ·ll1\.oU.

el despojo de Centroamérica, la rapiña: dé la infamia de siglo y medio de Destinó

El golpe de Estado del 10 de marzo der de todas las .inquietudes de la juventud entonces 187.fí08. Participé en la lucha primero en la Triple A (organ~zación' se nutria .de políticos .tradicionales aunque algunas personalidades de avanzada) y, .en el MovhnientG 26 de J uUo.

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Durante esos años ete luch~ ocurrió algo que' fue para todos definitorio: la invasión de Guatemala en.1954 nos demostró que cualquie:r gobierno pro()'n~sista que en Am~rica Lati_na {~llisiese meramente coloc::r a su país en. el sIglo xx tendna que hacerlo. n,osólo a .espaldas,' sino contra Estados Unidos.

El fatalismo geopolítico pesó excesivamente en el ánimo de anteriores generaciones cubanas. a pesar de briU.antes excepciones; cuando no 'bastaba el de:rrotis~'o, la :fuerz~ bruta. y descarnada, sirvió parahacel' en!rar en razón a los recalcitrantes. La anti-patria autonOm murta, de dominación española,.se reconcilió

con los nuevos amos y fue enquIstada a la fuerza en naciente república. En el 33, el imperialismo se dis<­frazó de "Buen Vecino" y engañó a muchos. Guatemala

remover los girones que aún quedaban de, ese """m,ca disfraz. MuchoS creíamos que habíamos supe",

dependencia psicológica de Estados Uni", amar y odiar, a veces. no son ~ino formas dé

En realidad ocurrió algo que ahora va~'eoo muy claro que once años attas confundió a muchos. El fatalis<­

:mo geopolítico había adquirido una fornJa más sutil. Los que estábamos dispuestos y hasta ansiosos.de un enfren"

con Estados Unidos y teníamos conciencia de su nefasto en América, creíamos todavía en el mito

intelectual liberal norteamericano. El papel deseme .

peñado en la invasión de Playa Girón por una pléyade de politicos y asesores que hasta entonces posaban de pro", gresistas fue un rudo golpe a este mito. Sin embargo, bien pronto la propaganda liberal y pseudoizquierdista norteamericana. trató de presentar el plan de Girón como obra de Eisellhower que KElnnedy .habia heredado fol'.ZOa samentc. El viejo fata Hsmo reapareció; los más timoratos se preguntaron si bo era el momento propicio para que

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Cuba, desde lá posición ventajosa negara a un arreglo con los. elementos poder en Washington. Ese error hubiera la Revolución; hubiera sido el inicio. de degeneración que sólo podía llevarnos a 1 des~:édito, languideciendo sin gloria, ""' .... ""'"',,.v, c~51On. conservando el carcomido aparato l'lca y recorriendo paso a paso el triste ca:mlltlO, por tantas revoluciones, que no comt}re· :nd.iel~on de la intransigencia. Unos cuantos V~~,;U¡;I,.nJ.n: era el puder al que se enfrentaba pensar en grande. Años después, la "'T·"'''''' .. ''''' ....... me demostró, que toda concesión a tas, lejos de apaciguarlos, sólo incrementa 10 que consideran una debilidad.

Para ser enteramente honesto con el ex~mi?aI" .aqu:t un punto que parece phcaclOnes políticas y psicológicas: pero nn ,hace sino esconderse tras la fachada teD. Ha sido necesaria una madurez animara a tomar este toro por las astas hasta dónde podré expresarlo ' Se ha dicho que se lleO'8, a ser pulsió~ ?e ~~esidade~ materiales o pOr a las InjUstICIas que- se cometen contra que en realidad todo revolucionario mezc~a de ambos estímulos, pero, como relaCIón a la Constitución ¡;lel 40, hubo Cuha que fue pautando la de la ·v'V"""""Lik. nos de nosotros, jóvenes integrantes

,han a que nos habiamoscompl'ometido ¿ Qué ocurre cuando un revolucionarÍo .... ''''''''N'''' j,usticias de un régimen (al que no AU""li',u,a;,.

con un sistema social) ve en peligro la hasta entonces 10 sustentaba? .

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" ¿Y los que cedieron? ¿Los mentores que uno respe-. taba? ¿Los compañeros de .1118 veladas.de estudiante, de,

planes insurreccionales -algunos cuerdos. otros fantásti­cos- del exilio en México. del clandestinaje en La Ha .. bana? De los oportunistas no valé la pena hablar. Aspi­rantes a sustituir viejos políticos por jóvenes viejos, de­sertaron tan pronto comprendieron que se producía una verdadera revolución. ¿Y los ótros? En alguno de los pá .. r¡-afos anteriores habrá una explicación para cada caso. Algunos por prejuicios; otros por egoigmo. Los más trági­cos, por motivos familiares. Los que de ellos conservari.­aJgún atisbo de capacidad analítica 8e sentirán vacios, frustrados. Su propia inseguridad los traicionó. ~o es fácil negar el origen. de clasé ... las concepciones paterna­listas, los criterios- de élite.

¿ Qué evitó que me encontrara junto a ellos? Ya .en' 1958 había evolucionado hasta comprender que el de­sarrollo de nuestros paises seria sólo posible mediante aparatos estatalés cada vez más poderosos y economías centralmente controladas. Esto me pr~par6. para evolu­cionar hasta otras posiciones no tan simplistas.

Pero "lo fundamental radica en el total convenchnien­lo de que La Demajagua, Bal'aguá; Dos Ríos, El Morri­llo, Moneada y Girón son sólo hitos de un mismo y lógico . devenir histórico. La elección. que hice -en Girón era tan fácil que, a duras penas, puede calificarse de elección: de un lado. Cuba; del otro, la anti·Cuba. No habia opción En el peligro nos crecemo¡¡.¡

Existe una secuencia lógica inevitable: si realmente se quiere a la patria, se es nacionaliSta. En nuestros pueblos, nacionalista bonesto es forzosamente. un revo­lucionario. El revolucionario sincero será socialista. •• el socialista estudioso devendrá marxista-leninista.

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Después ae la· determinación (le 196~; eonsoouencia . lógica y natural. Es hueno primeros contactos con los integrantes de guaya en La Habima, a fines de ~. Pero" como relaté anteriormente, J:"urtslcfi(l~t: nre hicieron algunas preguntas de carácter vv.uuY'

Ya llevaba suficiente tiempo en' ' póder distinguir entre preguntas y ··p:regunt:tlS~r .. najes de todas las nacionalidades habíán f)á~¡átl()} JUCEPLAN, algunos como invitados, otros visitantes.

El ministro Botí, con amplia 't1AI~'t1J'1."'J""',l(1l,. po internacional,' los recibía y dispensaba cortés atención a los. bien intencionádos, lOs que llegaban con' "segundas guntas de índole política eran naturales mento~. La Revolución Cubana m'c ,no!pouz~ mundial.

Eni lógico el deseo de C01npreíldeit' nocer futuras proyecciones. Pero las m:uguaymi. muy particularmente de la curiosidad normal.

Fue así que comuniqué el péUgroso conversaciones al doctor R,égino Dotí, ·e·: nt.9 in~$s de Economía y secretario técnico de la de Planificáción. De inmediato recibí"

, mantenerme a la expectatrva y tratar .de ohjetivos perseguían. Como las preguntas tornaban cada día más insi~uantes, semé dI' cierta inconformidad con la situación A parti~ de ese momento fui el l·J"rll-,e"rnarat)ie •• de los tres militares. Día y noche. Sohr,e

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Finalmente, se pudo concretar que sus intencioMj· si se les compara' con lo que vino después, era relativa­mente "inofensivo": facilidades de asilo en la embajada 1 posibilidad de empleo si me marchaba a Uruguay.

Después de su partida mantuve latente, dúrante a1-!"ún tiempo, la posibilidad de asilarme, ton el {in de cer .. dorarme si ahí terminaba todo. Salaberry viajó Il Miami a gestionar la visa estadounidense. Su respuesta fue el pedido de información secreta,. planteado por los yanquiJ' como requisito previo a la visa. .

Hasta aquí todo habhr transcurrido dentro del marro de la JUCEPLAN;.aunque contábaÍnos. con el asesora­miento de los organismos especializados para estos casos.

Era la época del acoso total a Cuba, de las c~mtane' tes provocaciones, de los reitel'ados intentos por CODSe­

~uir la deserción de profesionales, técnicos y funciona­rios. En ocasiones,. bastaba. simplemente facilitarles la salida. En oiros casos, se recurrió al soborno y la ame.. naza. Ya estáhamos acostumbrados a ello. Los que se ibltn .•. ¡qué se fueran! Pero, que no seatrrvieran a .tratar de saboteamos.

La solicitud de espjon~.1e, sin embárgo, requeriá UD

tratamiento distinto. Si los yanquis querían info!mació~ se la fbamos a proporcionar... y~n detalles. Pero d&> Liamos sel' cuidadosos. . . Todo se concertó una noche, despué~de la reunión semanal de la Junta, en el despacho del doctor Boti, COD

la participación de algunos compañeros. Durante algunos meses, Bonifacio llevó a Miami 108

pliegos tratados con la stislancia. química. C~mpliendo las orientaciones recibidas; yo aportaba datos que se me hacían llegar~ Utilizaba la escritura especial 1 arriba redactaba alguna carta inocua. . .

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l.legaron los~ dí~s de la Crisis de :Iliones crecían en intensidad. Los . decididos a cortar de raíz el· "mal ~·uestro aparato de Seguridad hahia tlempo antes, la filtración de datos vital imporlancia, relativos a nUlestJ~a

Se sospechaba de tres posibles ción. La Seguridad había colocadó tres datos distintos y falsos. Sólo de ellos -suficientemente o· in~!mal('!s si- negaba 'a poder de los nOlrtet~m4~ti~ individualizar al culpable o, al IJ!n:uu¡~ .. a una sola dependencia,: (, depajl.1am~:nt(t.

Quedaba el problema de a'f«! .recibido la CIA. Esto. me corlceJ~1í luponer que la agencia yanqui

Las informaciones activ#U forma tal, que la sola menéi6n

. indicio determinante. Todas .. __ !<~,~. los planes eéonómicos de la. naCl.(),n., Cf>..ntro neurálgico de la .... ", ... ,." .... ." desarrollo. En tal sentido flOIUI'll"lllVíd

nal con Boti, de sobra conocida. prudencial para que Bonifació orientaciones a mis "delaciones".

Si por esa viano se .recibiara o verificaciones en 'relación con· . """"""OOsa muy probable-- tendria

Conocíamos de los largos sometía a . todos 108 exiliados Además de .rllZonesde..,¡· leg¡luidac:fe

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ricano ooooa completar con los mismos ----iJe-briermg, 10 llaman-, de forma sistemática, sus inIonnacÍones ~ tomo a la Revolucióp en los aspectos más disímiles..

Con mis antecedentes era lógico suponer que b'am.. rían de comprobar y ampliar los datos contenidos en la .o,ctiva que les hubiera llegado. La más mínima referencia nos daría la clave de la traición que se cometía. Uña Wli.

logrado esto regresária a Cuba de inmediato. Esta es la historia qUe me condujo al malete:r~. La

que me llevó a Uruguay se la agradezco a los p:ropioíli norteamericanos, y en especial, a la CIA. .

En la Eml)ajada uruguaya surgieron algunas dHi .. culta des. Mis simpatías revolueionarias eran demasiado conocidas. Lógico, pues,era presentarme como otro <l4f¡" delista sin Fidel", vinculándome dentro de la sede a sectores ex revolucionarios. (Realmente la mayoria jamáli 10 había sido,) Al obtener el s~lvoconducto. comencé a

. alejarme de mis nuevos "asociados". Tenia instrucciones precisas de mantenerme al margen de los exiliados 1. muy en particular, de sus organizaciones. Sabíamos que la CIA los mantenía bajo su estricto conhoL estimulando pugnas y rencillas, y que Jlinguno de sus planes era eje.­cutado sin el visto bueno norteámericano. Estas instru~ ciones coindd ían, para satisfacción mía, con mi solicitud de no verme involucrado ~alvo una absoluta necesi@ dad- con parientes y antiguos amigos. Pero las la,rgas' tlesiones en Opalocka --que relato- en el segundoeapí~ rolo- se sucedieron a 10 largo de los meses sin ~ tocara el tema de alguna de las acti1Ja5. Surgieron., e!!O

¡¡;í, muchas cosas interesantes que "poq:rían semos de utili. dad; pero, en lo esencial, -mi fnisión pareciadestinada

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al fracaso. Hubo momentos de tensión de\ cierto humor. Era evidente que el creía religiosamente en la propaganda.;.. que de poder yanqui elaboraban contra nosotrol!\. En bmidad se desarrolló el siguiente diálogo;' formal". mientras tomábamos un refri¿'e·rio

... b' .:1" ti seguu' ira <lJanUO : -¿ Conoces a Barbarroja? -lA quién? -A fiñeiro, -¿ Al' comandante Piñeiro? Claro que ló.

'¿Quién no ha oído hablar de él? .. -¿Pero lo conoces personalment~? ~-Si. por]a JUCEPLAl'i desfilaba todo: El funcionario de la CIA hizo una páU~¡

Ml'OO de su refresco y continuó. -Lo han destituido. Casi tóda $U

-¿Sí? Ah, bueno. Supongo que eSf.ltg4~OS Era un "tiro al azar". Quizás eSll>eJ'al1lan ~ agente se . amedrentara con la p.ra.

Después de la entrevista en que se me· .. cmrme ¡en Uruguay como agente de la CIA.. se una grave disyuntiva. Habían transcurrido y no lograba mi objetivo de identificar- la Me. Pero, por otro lado, la propuesta e8l~a·1 )at!á da aociónflUc se me había orientado en I,a, d~ ganar algún tiempo. para consultas t ~lon~

59.

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· El imperialismo quería aplastarnos ... En últimains. rancia hubieran estado dispuestos a dar a Cuba por peI\> dida si no fuera por lo peligroso del ejemplo. Nos ~ que aplastar. Pero la "hojita de parra" funcionaba hasta en los más aitos niveles. Nos aplastarían, no en nombre del capital financiero y sus espúreos intereses, sino en nombre de' la democracia; en nombre del sistema mtera

americano;' en nombre de la OEA. Los gobiernos que no se sometían enm mvados..

Nos querían aniquilar con América... y en América y con los pueblos de América aceptaríamos el mortal reto. Adondequiera que hubiera un yanqui conspirando en lalll somhras contra .Ia libertad de nuestros pueblos, macu .. lando el pol"Venir... iriamos a enfrentarlo ycomba .. tirlo. Sabiamosquecada nación. haria l~ revoluci6n al su modo. A Cuba le tocaba la tarea de resistir en su bas­tión y neutralizar, donde y como le fuera posible, las maquinaciones del .águila-buitre. Era el despertar de,la Patria Grande.

y ~ me autorizó a proseguir. Iría a Uruguay como espía de la CIA. .'

60

UNA SITUACION JL.UVA .... ,.

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De esta forma llegué a Montevideo CQ

1964. Micale me esperaba en el aeropuerto y los dos primeros días me alojé en su casa. Lllego mooé en una pensión1 en la calle. Maldonado.

Todo parecía transcurrir a .la perfecci5n. contribuyó a formar esta impresión el hecho de .. tevidoo vivía entonces en pleno ~arnaval,asi posible obligación de Micale de retribuirme las

. Des que le hahÍa dispensado en La Habana. Recuerdo que me dijeron: "Estos carnavalé~

son como los de antes." No obstante,.el . lividad -se prolongó hasta más allá de lo el almanaque. M.is tarde aprendería que. en · .. ,.,'rtll'''· dioo uruguayos. "todo el año es carnaval". ~

El Uruguay de 1964 era Un remanso para el que llegara de la sociedad alucinada, llena de odios que se había desarrollado en Unidos. En su atmósfera despreocupada, eervador superficial, le era fácil cOllvencerse arribado al Jauja. Yo e4{tr~ñílba la sensación del que construye su futuro, y la detérminación dedo aun después de muerto, que había dejado patria. Mas lacom'par~ción de Uruguay (1on rradolll vecinos y otros paises del contineí'lte. francamente alentadora. Pero se trataba de la ción del país qu~: yo creía. era el real '1 no ahora- . su rostro maquillado ,de un. ayér sido. •• su rostro maquillado ~ desprevenidos.

63

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Aun así, ya se traslucía cierto estancamiento. Lo!! primeros síntomas externos de la caída en harrena. Los (uctores internacionales que, durante un período más o

'menos largo, hahían permitido un nh"el de vida más de­coroso que el de sus hermanos, estahan en vías. de desa .. parecer. Ya el pulpo comenzaba a apretar los tentáculos que imnca habían dejado del todo de existir. Pero, de inicio, no era fácil advertir que la "Süiza de América" 110 era, por cierto, una excepción en la historia, de n'1-ce-tras '''dolorm'as Repúhlicas americanas". ,

Con mi llegada se desató una comedia de errores que duraría años. Por un lado, Míc:He utilizándome como '''consejero especial". Por otro, la CIA exigiéndome .in. formación relativa a Micale y otros politif'os. CÓfilplaci al amoos. Pero, mi misión ~ra otra. ,"

Poco después de mi arribo a Uruguay. Micitle me pidió que revisara unos álbumes de fotos y datos bio<­gráficos de los diplomáticos cuhanos acreditados en el país. Me explicó que sólo deseaba saber si había entre ellos algún agitador. .'

Aunoue me llamó la atención el he('ho de .que el gobierno ~rnguayo poseyera algunos datos personales que figurahan en el álhum, no le di al asunto mayor imporm

tunda· • . Después de todo -pensé-- Uruguay manumÍa rela"

dones con Estados Unidos de donde era lógico que hu. biera ohtenido esa información.

Nunca pude saLer exactamente si esos documentos pertenecían al gobierno o si se los habían entregado a Danilo Micale a título personal. Para no disgustado, "'estudié" los libroS'. No conocía a ningún agitador yel incident~ no dio para más~ Al menos, así ]0 creía.

Algunos días después me pidió Que llenara un for .. mulario. Sospechosamente, estas planillas me recordaron

64

las decenas que tuve que llenar en Miami. No gún reparo; lo tomé como si se tratara de un normal. Luego me hizo algunas preguntas.. Lo del caso es que eran idénticas a las que me hahían los norteamericanos sobre. él mismo, y simitarás «J,!e me volverían a formular años después. Me hlen de comentar tal cosa. Pronto lo olvidé me resultadivertidOl. •

No puedo describir aquellas primeras sellJla:na~¡V>óP Uruguay, sin recordar la profunda impresión. y la mayoritaria simpatía Con que se acogía '.~ lución Cubana.

Ese interés. pór 108 aconteci~ie~to~ en Cuba.m~ locaba en UOll situación delicada. Por un lado, .. un exiliado. Esto, por'sí SOlOl, era una definiciók todo· para aquel pueblo, que venía soportandó. .' cargas" de algunos mercachifles de la 'U""'UjI.<U1

a qwen~s. }os ya,nquis lea habían pennitid.ó la «;ondu:lOn de 'exiHado cubaoo'~ «m Una lU4~raUV.a fesioo.

. A!o~na&~ente .las instrueciooeJ yanqui$de ~l~~ l:i~lferenCUl haCIa los problemas de Cuba, nlltlo dl~.!!mular mis verdaderos sentimientO's. .

La CIA quería qu@mantuviera una lm',llge~n .$io inmiscuirme en el "Caso Cuba" para no integración en Uruguay~ ,

En todo caso, para los ulIlgUayo3 algo fEí$ltl~tbá. ~~: la ayuda norteamericana a 108 exiliados vmuento contl"arrev.oll.l.cionario distaba mucho ae •. se;r> da y mucho menos desinre~da. .

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Trataba entonces de limitarme a decir que.. debido a mi educación y formación, no podía adaptarme a vivir en Cuba, pero que esta circunstancia no me daba de!'&­cho a combatir o hacer daño a 10 que la mayoría .d~ mis compatriotas aprobaban.-

Era,reahriente, una 'situación embaraz~sa~ En ocasiones, durante mis visitas al interior del

país; podía soslayar las preguntas, afirmando que hahía salido de Cuba. pero mucho antes de la caída de Batista, y me había radicado en México.- Además, que sólo había hecho una visita a La Habana. en 1962, y que W gente parecía satisfecha, pero que no podía tener opinión por haber estado sólo unos días. Era un-a historia para todom los gustos. pero sólo utilizable con personas que tratara una o dos veces.

La mayoría de los ur~guayos most_raha. una amplia ~impatía hacia Cuba. Esta simpatía trascendía tooavía las clase!? sociales. En los elementos progl'esistas '1 al

los tr~bajadores este sentimiento se hacia extemivo a ¡al transformaciones revolucionarias. Pero, en. gener~l, habia -una actitud de comprensión y solidaridad con el pueblo pequeño que no se arredra ante el gigaf'te a-busador. En cierto sentido, esa solidaridad era tamhién la proyección, en el pueblo cubano, de 108 s~ntimientos nacionalil'ltU W'Ua

guayos amenazados por el gOl'ilismo internacional. Tal vez al lector no uruguayo se le haga difíf.{il come

,prender hasta dónde aquel1Jentimiento abarcaba todos loa estratos sociales. Lo percibí en mis viajes por el .~ tiar. Intendentes, diputados, ediles. estancie:ro~ periodi¡.. tas, estudiantes, comerciantes, gente humilde, persoDU acomodadas. 5alvolos s«:tores más reaccionarios, t~ expresaban lo mismo.

66

/ En iecha tan avanzada como Mario Héber expresaba en su ....... au"'.

st! admiración por el proceso-cubano. me sugeria que debía regresar. Inc1u;o"

-tes de la oligarquía podían darse el ... a?timd :olerante con Cuba, a la que sutd? dIstante en tiempo y espacio. -elogiaban algún logro de la Revolución ...... u,l.J~U<l.:, y honestidad de sus dirirrentes Se . la coletilla: ti, . ""'4U'~l.1<Ul

" .•. claro, esto eh! nec~slH'io americanos se paseaban como amos: . aquí no es necesaria una revolución, .,'1"

Corrían los afios 1964.1965. . tente desde hacia años, no hahía l\1í1J'.lj}lt::/l.ll.O"

via. La lucha abierta aún no . aún no habia mosJrado sus llagas. mIes ya habían perdido Su razón mantenían su vigencia - . incorporado, objetivamente a AtnéJi:'lca no. ~ra para todos los .. _ ..... ", ... rentemente, sé podía mantener una

Con el tiempo los campos selUE~rO¡a v~ más, tomar posición en l"e.l.llClon/

. se en lo interno. El pueblo se f~ulic~l1j Revolución Cubana' se cn,nv'itlii~

l1laridad ideolOgica al comprobar

~ P.remdente de la Cámail:'á@ Alberto Héher. candiHo . de uno T~ del Partido Naei<mal. J!Js1t~'I~et(

tipieü¡§ d~ t.odo .... ""'Vi" ...... , .. pando 11U 'má~' disimil.oo ideas, .. ~iet'tamentc retrógradas ha¡¡¡taalgun~ slfltas.

67

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tenían 1m origen cornun, En los otros, nunca TIeg6 a desao•

parecer por completo cierta vaga nostalgia y ee pregunwP han dónde $e perdió o de qué murió el viejo Uruguay. LoS más honestos nacionalistas no podían escapara la incómoda intuición de que Cuba habia eei'ialado ~1, Ue

mino.

Mis relaciones' fueron extendiéndose. Al principio, lógicamente, entre el circulo de amigos de Micale. Algu" nos eran funcionarios del Ministerio del Interior; 101 otros, amigos personales del.Director General que ¡¡¡olla reunir$e en el despacho de éste.

Incorporado al circulo, muy pronto andaba c:omo ·'Perico .por su casa" por todo el Ministerio. A alguno, los conocí en bares y boites,1I lugares del gusto de Damlo" IIlU$ amigos. Estas amístades eran variadas. '

, Entre otros, recuerdo a Mario TarCibal, propid~uio de la firma Rugo Davinson, representante de 101 prQ.o duetos MaxFaetor y PhiUips Morris; a su !!OCio y c. ñado, el mayor Julio Deus, quien posteriormente!lleria 6("gundo jefe, de la Base Aérea de Camino Mendou; a Estanislao --el Polaco-- Paeheco, al la sazén c:oncesiona­río de las boites Bonanza y El Cubilete y ~,Rodrigo Acesta, director de Secciones del Ministerio del Interior.

También a Pande Chiche Odllakoff, ex cODCuño de Micale y jefe administrativo de la Jefatura de Policía dG Cerro Largo, con quien hice pronto buenas migas; al doo­tor Sampo'gnaro, asesor legal del Ministerio del lnt&­:tior; a Jorge Cuco Diaz, aspi,nmte a estanciero y ~n .. trabandista habitual; a José Pepe Cantisani; el l.IUnlgo más intimo de Mienle, quien andaba siempre enbuca

3 Ca.barets.

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(le negocios que le permideranpriar (no era el único; por cierto); a ' del senador Ubil10sy Il0010 de du~ño del hotel Grillón, cuyo bu era Un~ dp. \ recalada; 8: San Malamud, ge~nté, empresa textilera inglesa Sudam$ director de Turismo. " , ,Estos son sÓlo álgunos de los n~lmtb¡r::_

Cada presemación significaba ua o m~s temprano,' podría' ser útil pua' e,ntre 00 contactos oon pe.nonajéS de 1. tlón era entrar 00 "ambiente". Mieale un bicho r~ro. Yo lo déjaba contar, _',,' N'

convencido para que abaudonara

Pero en Washington me habi~n' salir, que Msotros sepóndría m después que yo llevara algún tiempo

, Nosotros resultó ser "Tomás", amerlcano, pero sin otros hablaba bastante mal el .pai04 in~\8U~ 1Il0$ entendiéramos' en ,ese idioma. 'tloug fue mú bien prosaico: W'á _~U~~i Artigas y 8 de Octubre, y "einte miln)lt"'i,' mientras caminábamos por el JJou.levu, cuela Militar. ,.,' '"

S610 lo 'Vi un par d:evec~8 por otro largufiucho,llamadó mismo qu~ el ·'Tomás" anteho hablar español como un nativo~El la lúz tres años después y P9r indescriptible, como los otrQs.El

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en que éste era rechoncho y conversaba en inglés~ N~ pude identificar a aquellos tres conejitos de la CIA.

_ Pero dos cosas quedaron bien claras en aquellas·eo­trevistas. Primero, debía evitar los ambientes norteame­ricanos y anglo-uruguayos: Segundo: mi radio de aooiÓD seria la clase media uruguaya y algunos. sectores de la burguesía -desde luego, este términQ no 10' utilizaroo los "Tomases"-. Unos meses después, Tarabal y Mal". mua auspiciaron mi entrada al Country Club. El segundo uTomás" lo vetó. Innumerables fueron las explicacioDM para convencer -no del todo--- a 'mis amigos uruguayo,.,

Otra de las cuestiones consistió sólo en la ratifiMcÍóD de los acue1·dos de Miami, Se me ayudaría económi~ mente, pero tendría '()ue huscar una fachada a mis i~ lOS Y no debía utilizarlos de inmediato. Al principio e&pe. :rafIa a que Micale tratara de resolverme un empleo. Lú~ go veríamos.

Los dólares que había traído de Estados UnidOl corrían el riesgo de terminarse. Debia encontrar trabajo :rápidament~. Él gerente del hotel Victoria Plaza, don­de se -suponíá fuera a "trabajar, hahía muerto y con él la conexión establecida. Mi condición de extranjero im­pedía que obtuviera un empleo regular en el Mi~ist~ri? del Interior. Durante algún tiempo manejamos la posdnw

lidad de ser contratado como técnico en "algo"'''. &0 debía hacerse disimuladamente, POJ; lo caldeádo del am­hiente político. Aun así pude ayudara Danilo en algunH tareas "interesantes". _

Cierto" día éste me -indicó que 'fuera a la im.pot'¡ hdora de automóviles. Ambrois y Compañia. El Mi.nÜa recio andaba en ttatos con esta casa pal"a la adqu~ición

70,

a. vehículos y,Danilo mamenia, .... u''''.¡;.,. ~ de 108 dueños, Nápoli, qui~n le'

"taba en husca de un jefe de ventas. ci.dieron con el arribo a Montevideo d~ 00 la Mercedes Bem para entrevistafa Ttn"6 mi entrevista y. por el momento, (¡\Id asunto. . ....

En el interregno se estaba '(Aoodación Turística del qlli4!l agruparía a los propietarios de 'boite.s. agencias de pasajes, de tamhi~ general. a todos los interesados en la vimiento turístico. 4si las cosas, ej.ecutivo.En La Hahana. la part~alta 'lJUCEPLAN estaba ocupada por el cioo.al de la Industria Turística). Mji~~"re~ 'mflamos ese detalle real hasta tal punto ~ menos que como el Minist:rodel l'!;odo fue en balde.. No. se improvisa

.• ~ o quizás si, pero no tuvimos Lo cieno era que seguiasin ..... '.i .... H ....

~ me avisaron debía presentarme de Amhrois y. Compañía y pregWl,ta:r ~ Etchevatren, d€t llVempresa ~'1o.rio de Acción. diario vespertino. ~ f. del Partido Colorado. .

:Etchevarren me informó que, aunque mdo la plaza disponible ~stador era favorablé !MIl' ~ utilidad en la re~¡r~~Ln

·~~N ~o a qu.o. 11* identü¡can por el l!I:dllD&.l~ !I>~ .. 4!l1eetoral$ La J:.J.ta ~ del Partido Colorado.'

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rectada en el periódico. Hizo toda una panorámica da .A.ccUSn, tras la cual quedamos citados para el siguient~ día en el ~ismo lugat. .' . . .~ .. ~

Iba a entrar en 108 dominios de Jorge,' El llumÍe ~, pero antel ~e bablatde este personaje convien~ re·feril'se a otros ~s.

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UN GENERAL y EL FI,N DE UN

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No tuvo que pasar mucho tiempo pata· que algo olía mal en esta "Suiza". Atlenas 'zába a. trabajar en Acción~ cuando ¿UI''''~,U;; . .tratara de sondear la actitud de éU!!5MJU18

Lista 15, o sea, la correspondiente . Luis Batlle Berres,8 así como su relación litar que se incubabÍl. . ' .

-Es necesario que estés alerta meJ4tario -me indicó Micale •

. El pedido de Micíde. 11.0 dejó de ción. Se trataba de un dato, más que hecho de que tamhién en Uruguay 6'cocian sus habas" golpistas. Peto ;",,,, .. ~,,,,. mi amigo que yo ei>tuviese. en cO;lldictune~{~ de algo?

En 'el diario sólo llevaba algullos cierto, se reunían regularmente la.:s de la Lista de Luis. Mis relacion~s tizantes del Partido Nacional, o . Sohre todo, mi condición de extranjehj.

Este último factor era una ventajá, ajeno a las luchas políticas U .... U .. ,AU.' ..... ,'IO"'. u: hill,o también evidente otra reaHdad~

~ Ex p~de.nle 'del Conoojo Nacionál, 4101' Y líder máximo del sector mú Co,¡¡.rado. Figura polémica. es iml'egaDlle la 1*~ciOO eoonómica, .:re'~~~:n,~ld¡ák' Monetario Internacional. A su muerte, dió .. VIU.ia3 fraooiolWs. be~ando su D;WlIlell:'OI¡J~

7S

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Ministerio, realmente la segunda, ya que los suhsecreta· rios sólo se ocupaban de asuntos administrativos.

Sin embargo, como Danilo sehabia retirado de la Fuerza /Aérea con el -grado de teniente para hacer carrera burocrática, estaba muy por debajo del cor~melato que ostentaban los jefes poHcial~~.

É . b 1" 1..·· .. . stos Jgno;ra an o lmplcamente a tementlto atre~

vido y esto resultaba difícil de soportar para Danilo. Er su caso, estando Aguerrondo en elgolpe~ oponerse a él era cosa de orden .personaL Para ello hizo movili· zar hacia Montevideo a todas las unidades de la Poli­cía Caminera -patrulla de caminos con' un total de 300 unidades, con dos hombres cada una-o y orquestó con las mismas una operación de guerra psicológica.

·'La Caminera carece de poderío bélico -sefialaba­pero tiene una eficiente organización." En realidad, Mi" cale le había dado un gran impulso al cuerpo, integrado mayoritariamente por nativos de Cerro Largo: "Nano los lacea y yo los empleo',', nos decía:

Los patrulleros de la Ca~inera fueron distrib~1ido! en distintos puntos de la ciudad. Tres de ellos se estado<> naron de forma bien visible, a una cuadra de la residencia de Aguerrondo. Otros dos lo seguirían ostensiblemente de cerca, a dondequiera que fuera.

Finalmente, Mkale y un grupo de amigos noS apos" tamos en un café de Pocitos, a unQs pocos metros la casa del "gorila" en ciemes. Este café se encontraba en una bocacalle del tramo del Boulevard España, entre Ellauri y Libertad. Ocupábamos dos autos: cada grupo se

p altemaba en el café y en la espera dentro del auto.

Así transcurrieron 36 horas. La. Caminera habia sido movilizada tres días antes~ Era imposible que Aguerron~o

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ignorara que era seguido día y nOéh~. sencia de tres patrulleros a una cUádra bién el. café donde estábamos apostados por él y sus amigos. .'

. Lo nuestro no era más qUe una nl'l:lVtlf!}¡

nada a precipitar un desenlace yhaeedé golpistas que iban a enco~ :resistencia ...

Mientras Micale hacia su "~ue:rrita paradas fuertes se jugaban. en otros lores convergieron para hacer abort~r Por un lado existían contactos prometidos con Aguerl'ondo. y otro el general retirado Juan Pedro como el eterno jefe de los !!(rnnQs ilOl'blstá.s, Colorado. ." -,

Era evidente que sUl'gian liderazgo, pero los militares traban activos y, por 10 menos, ya reunión de los cuadros de alta 0.01" de una docena, entre ellos,'· j'~ll!tÉ ~_~!~o:r de la Escuela . Militar.., ~w.ucner. .

Mica.le sabia que Pomoli y ,.0" relativa ,amistad mientras me encc<1ll(nLIl Habana, por lo que me pidió le U!!:I·va¡¡¡'I;&·.,

• Si 'JiO ~lI:I1i ~ moongmencB~'~ f~tli del !!iglo :ux. Con cieru. fÚdad, ha qued_ convertido ~ :&lIl1llllU:llL

79

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neral. Éste se molestó ba!'!tante al darse cuenta que yo estaLa al tanto de la situación, pe¡:o tuvo la corte~ia de no decirme nada directamente:

A partir'de ese momento quedé parcialmente des­vinculado de los acontecimientos. Se suponía que el Con­sejero Nacional, Washington Beltrán, asistiría a la reum

nión constitucionalista a pesar de cierta ambigüedad eD

sus actos, pero no pude verificar si realmente lo hizo.

, Beltrán era, entonces, integrante d.e la mayoría. del Consejo Nacional de Gobierno, caudillo de la Lista 400 (Unión Blanca Demoáática) :del Partido Nacional. Ade­más, play boy de profesión' y aristócrata de convicciólll..

Al parecer, descontando el eventual éxito de nues­tra "guerra. psicológica", ei factor determinante en la frustración del golpe residió en' la movilización de los cadetes de la Escuela Militar, con quienes Pomoliestaha dispuesto a resistir hasta las últimas consecuencia&.

Todo este despliegue favorable a la oposición al . cuartelazo fue posible gracias a la falt.!l de decisión de Aguerrondo, quien quería contar con un ciento por cien.­to de probahilidades, y una y otra vez pospU\ilO la ·reali~ zación del plan. .

Finalmente la conjura se diluyó. al parecer de:finié tivamente. Tiempo. después, en conversación con el ya teniente coronel Ballestrino, creía notar en su voz ci«1rto dtesJén al referirse él' Aguerrondo. No estoy seguro, peJ;'o considero que los primeros brotes de ese desdén surgieron en aquellos días a causa de la manifiesta cobardía del jefe golpista. Más tarde, el nltmor de los hijos del gene­lal Ribas. también se manifestó en términos muy dumil en torno a la entereza y hombría de la siniestra 1 trisw figura de Agqerrondo.

80

Pero conviene hacer una reflexión teniente coronel Ballestrino. años de estos sucesos golpistas, pude intimidad. La constante de su vida. era la explosiones. de ira, eran frecuentes. Cultival:Ja honesto y austero en lo personal, que le .- .. cierta ascendencia en el aparato policial. les y qué métodos los suyos! Solamente.su pudo sugerirle la brillante idea detritü.ra.i'· l~s manos de los "pungistas'~ ( C8.l't3riStÍ:l$ VIdeo. .

Admirador de H.itler, Ballestrino to en su alcoba y colecciona trofeos y ~anes. Se regodea en el saludo. nazi y dlO~O de ese fenómeno de una socieda~t renne golpista, aspiró siempre a restablecer del país sohre la base del l<higo y el terror. las personas son comunistas. Su meta de Sl\'~rnt,:r Jefatura de la Policía de Montevideó, insensibles oligarcas se estremecían anteJa permanece marginado, pero constituye la norteamericana, para cuando caigan las Mo e imperio queden frente a frente. .ft!¡¡¡' ¡tQlrtC~l$ a. la fiera y Ballestrino se tragará susP-lijos lIstas, y desempeñará, dócilmente, su· papeL carnicero".

. la calma no se prolongó mucho~ '+ Af1enas eoo~ndalo, los grupos golpisttls reiniei~ron hulos con mayor discreción. A mediadó~ ~ pareció de .nuevo p".róxUna a est~ll~r.

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,Esa vez en un nivel mucho más grave, porque tlde­más de los implicados en la anterior intentona, partid .. paban 00 li amjura el propio ministro de Defensa, gene­ral Pablo Morat~)fio, un sector apreciable de la Fuerza :Aérea' y cierto número de politicos:

Siempre subsistió la incertidumbre' acerca de las verdaderas intenciones de estos últimos. Se ignoraba qui~ nes estaban involucrados directamente, cuántos estaban enterados y mantenían una cómoda espera antes de defi. nirse . y quiénes se oponían de modo resuelto. ,

-No se dudaba de la actitud ~ntraria al golpe-­de la Lista 15, que tenia como principal dirigcmte al CODo

l!Iejero nacional Amílcar Vasconcellos,lC. llustituto de Bat1l6 al su muerte, quien mantenía una posici6n verticalmente le­gitimista. Asu vez recelaba de la Unión Colorada y Bat .. llieta, sobre todo a causa de los estrechos vinculos peri80e Uéiles de algunas de sus figuras con el general Rihas •.

Por lo que respecta al Partido' Nacional la situaci6n era caótica. En general se suponía que la Unión Blanca Democrática (UBD) se opondría y el nuevo ministro del Interior en ese entonces, Adólfo Tejera,:I.1 decía estar de­cidido a resistir hasta la muerte. El consejero Wa&h·

!lO A la sazón Consejero Nacional por la minoría colorada. Uno de loo hombrC8 de confian~a de Luis Batlle y de gran ~tigio dentro del ktllis.nw. Gran defeDllOr de la threa constitucionalista y,coo algnnae pooiciones progresistas d1mtro del sistema: M: oponía tenazment-e a la penetra­ción política y económica de los norteamericanos. Prác­ticamente expulaado de la 15 por Jorge BatUe, fum1ó la Lista 315, aspirando a, la Presidencia en 1966. Senador 8 partir de ese afio.·

U Antiguo periodista. Político de la Unión manea Demo­crática (UBD). Lista 97.

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ington Beltrán era públicamente hostil ~ ción constitucional, pero mantenía réuniones Sto:race, 12 vinculado a Aguerrondo.

En este conJuro panorama se todo las 'diferentes personalidades, los int1erese rios y las ambiciones individuales de 10.s líticos.

El consejero nacional' . Alberto Hébel' golpe y se le indicaba, comq futuro jefe 'oivil ciosos.Micale se hallaba particularmente causa del caudillato de Titito al frente Otro factor de preocupación consistía~n sus compañeros de armas, en' la Fuerza .. ",,,,,,,, ...

. complotados también. Tuve indicios J)osteti(j~réj5~~ incluso, se le hicieron in¡:¡inuacÍones para que

, Desconozco los detalles acerca de CQftló; la crisis. Micale, Odllakoff. y yo, .u(lJ..!nl.ul,~" un apartamento en los altos del Boulevard España y La Rambla. vino fa

el momento más críticó del enfrentamiento de .. 1965-, el entonces ministro'; del Tejera. . .

Desde el inmueble se harían COlltac~tO!! les con los "colorados" opuestos álgolpe, mantenía comunicación con' los "blancos'? . listas. El Ministro organizó ,rápidamente ral; nevó armas y un. cajón 'qe whisky. se dispuso a ponerle el pech~; a Jos 2:o1rlla,s.

A pedido de Micale llevé a .Aí:cit$n cativo de la dirección· de Ruestro, <1n,,.,·t,.,,n,

12 PrOpietrl'KlO de uná gran fábricadeíl ~nUJlI,J¡J "rurali.sta" blanco. Ministro del J.n.te¡:·i.ot gobierno blanco. Homhre de acompañó la Alberto como 'caxu1idaJo. las elecciones de 1966.

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advertencia la los dirigentes de la 15 en el sentido de que Tejera tenia interés en mantener allí una reunión se­creta ?(m un representante de ese sector. El mensaje llegó a Jorge BatUe. (Aunque VasconceUos conservaba aún el liderazgo nominal de la 15, Jorge ya estaba trazando 811

estrategia para tomar las riendas del· grupo.) . Con posterioridad supe que Jorge había acudido a

la cita, lo que le resultó relativamente fácil y sin llamar la atención, pues vivía frente a nosotros. Como existían diversas dudas en torno a tantas personas, se preferió desechar todo contacto oficial. Además, tara de suponer que la policía de Montevideo, mando del coronel Ventura Rodríguez, estaría ya alertada.

Pese a la posición de Héber. Micale !!le había aliado a Tejera y llevaba adelante su "guerra personal". Existía la posibilidad de que, en cualquier m()t' neKlto, golpistas ocuparan el Ministerio y sus :radio.

Prevista esta contingencia, se instaló una estación (le radio auxiliar. en una casa de la calle Marsella. comisario Juan cárlos Braeseiro quedó allí a en compañía de dos técnicos. Micale había tomado el mando directo de la Caminera y se había instalado ~!1 su cuartel general; desde donde viajaba constantem·~l,¡t' al apartamento ocupado por Tejera. "Gran mimern mas y municiones, ·así como algunos radios fueron trasladados a una vieia cantera fuer¡¡, videó, propiedad de Odllakoff.

Existieron contactos con los militares constitucionae

listas, con toda seguridad, pero estuve ajeno al desarrOe no de esas gestiones. No obstante, sí supe d~l proyecto de contragolpe, elaborado por algunos oficiales de la Marina, así como de la neutralización de algunas unie dades militares por la firme postura legalista de los gem

nerales romoli y Seregniw

84

Nuevamente la crisis se fue diluyendo, haIló solución con la remoción de Ventura -adscrito a la Jefatura-, en diciembre de . sustitución por el coronel Rogelio· Uhachhasta agregado militar en Paraguay y al marge~, por los últimos acontecimientos.

. Poco tiempo. después confirmé que el prim~l' lano de la Embajada norteamericana había Mario Héber su oposición al golpe, a causa por la posibilidad de que . se desencadenaran dE,sórdenes difíciles de dominar y por con¡ug1l.Ííentet~

d· 1 ' , per lera e control de la' situación. La solución también derribó otras "i;lLJ"",~i;lLllI .•

P?r razones muy diIerentes. Adolfo Tejera CIar, aI.tiempo que lo hacía Ventura Rodríguez, do por Storace Arrosa.

También sucumbiÓ Dirección· General.

.1

85

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~ P~~~-uumar ~U&

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Los primeros contactos con los Uruguay fueron más bien ingenuos. Si muIarios de Micale y las entrevistas "Tomás", durante meses no tuve mayor~s. actividad en el país.

A principios de 1965 Danilo me chadas.13 Me explicó que dentro del ... ;"'.-.,'" nio de asistencia t~cnica, suscrito entré guayo y la Agencia para el. ( AJD), existía una cliiusula cOJrrespc:m:(U~1 de las fuerzas policiales.

Aunque se' tratara" de incluso en las esferas gUlle'rmunenUll rado decididamente la entonces en vigor.

-Necesito que conozcas a la posibilidad de que haya gente de Acción y si la 15 pnmsa el. asunto -me dijo. .

";:""No será fácil a~eriguarlo se pierde con intentarlo.

-Debes saber que pronto técnicos en radiocomunicaciones, tudio en las redes de nidio del ya que tienen prioridad para

-¿ Cómo será su -Esta utili~ción de la

diversas jefaturas, y el propio en seCreto el mayor tiempo """~'JI.!'~",.';.

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Danilo, dramatizando, me hizo notar, en esa ocasión, que él se había jugado su vida política en favor del p~ '1ecto y temía que los norteamericanos, a pesar de su vivó interés, decidieran posponer su implantacioo para evitar escándalos políticos, 00' espera de un momento. más p:roe picio.

Paralelamente, é! quería evitar· que la asistencia técnica y la ayuda financiera fueran oontroladas a la larga por la Jefatura de Montevideo, y, en última iw;.. tancia, por AguelTondo~ Aunque paradójioo a primera vista, esto era posible debido al enorme peso específioo de esa jefatura. .. . . ..

Según las cláusulas transitorias del oonvenio. el :ftn. nisterio debía ubicar un intérprete a disPosición de los técnicos visitante~. .

Danilo deseaba que yo pidiese licencia en Acci6~ y que desempeñ~ra, no sólo esa función, sino la de un m s

tual cicerone, que los acompañaría a todas horas. . La Embajada había- aceptado mi oombre y no tenía .. mos dudas de que Acción 00 pondda repuol en ¿uanto se le informara el motivo de la licencia. Hahia que darles, desde luego, una explicación 1JUe 00 revelase todoo los detalles del trabajo. Como cicerone me mantendría al tanto de las impresiones de los norteamericmos y de ~ comentarios favorables o desfavorables respecto a la fu-. tura misión. Si había alguna variante en los pl~. Micale podía ponerse ~cubierto oportunamente.

, Una vez 'obtenida la licencia, acompañé a Danilo ti,

casa de Adolph B. Sae~ flamante jefe de la División de Seguridad Pública de la AID en Uruguay y hombre del FBI. Saem llevaba ya unos meses en el país "1 babia establecido estrechos lams oon Mic~le.' Lógicamente .. ha tan interesado como éste en la implantación del pro­yecto..

90

Esá misma noche fuimos a recibir en el de Carrasco a Paul Katz, jefe de 10& Serv'iciosde

. comunicaciones de la AID, y a ChatlesRedlin, de Comunicaciones de la misión de la AID. en quien actuaría como su asistente dm'ante las tria nas que ambos permanecerían en Montevideo,

Huho reuniones en el mini:4erio •. , comidas. .. cop~ines... visitas . oficiales; .• nes, •• análisis técnicos ..• ' copetines, 'copetiMs, fines.

Redlin pl'ácticamente se mudó para mento de Pocitos. Le p~esentamos una 10V'elU!it •. ,, estaba haciendo serias investigaciones nera de armonizar las actividades de PCll\J,quelril,' ba;iliM~~~.,o na y cortesana. Jamás había p,resenciado 1tila igual; Marta se convirtió ella sola en un cooperación económica e ¡n'\Versiones .... .. .._ el "fondo de ayuda" escaseaba y RedUll tuvó nar un "empréstito" con Kalz.

Este Redlin, por su parte" dio mb4e · cabeza. Cuando viajamos a Rivera, el a cruzar la frontera y visitar una, boile. de ralidad _. realmente. no cabía la' menor du:(ta:~;

ciudad brasileña de Livramento. Lleváhamos alli un rato 'cuaodo· esc~uc:ha'mo~,1l~

alboroto. Redlin habia roto la puerta de -"-',.---~' se dedicaba a su deporte favorito : golpear a cha con la que no se hahia puesto de a· c·1Ilel;u9:~_ ¡mtes de que se presentara la policía ~iéramos en la necesidad de identificamos. Mto y ·desgarbado norteamericano no . V'Ólvió ·a ............ 14 TragOlilo

91

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De Montevide~ pa.rtió hacia \Vashington y, al cabo de unos días, fue enviado al Viet Nam. Eso nos dijeron.

Pero, en rigor, no sé hasta. dónde la conducta per­sonal de Redlin estaba librada a su total albedrío. Innu­merables veces he visto a estas parejalil yanquis de "bueno y malo", "gordo y flaco" "simpático y pesado": Qu~~ál!l piensen que los latin:; necesitan de este tipo de dlVerslOn. Por un lado el calavera simpático y campechano, borra­chín y, apa;entemente, ineficaz. A· su sombra; el técn~co capaz y eficiente que lo analiza todo y reCIbe las 1m­preGiones que el otro capta. Podían ser el intolerante y bruto, y el comprensivo y culto de Miami,o quizás el 6'Benitin y Eneas'~ de Katz 'y Redlin; pero; en realidad, el esquema se repite casi sin variaciones.

Los técnicos comenzaron por estudiar la :red de la Casa de Gobierno, que comunica telefónicamente a todo el aparato estatal. Estuvimos en las instalaciones. de la calle Uruguay. Luego visitamos la ~dón de R~dl() del Ministerio del Interior, tanto las oflCmas y eqUlpoS que se encuentran en ese organismo, como la planta de Melina. InspecCionamos asimismo, la Caminera, Por último, !le hicieron a]guna~ visitas a la Jefatura de Policía de MonQ

tevideo. El trahajo se realizaba en dos niveles: la parte pro­

piamente técnica y ~l tra~o y cono~i~iento de los ope­radores y otros funcIOnan os. Esto ultImo estaba funda­mentalmente denlro del marco de las actividades de Redlin, aunque, desde luego, él tomaba parte ~n todas las funciones.

Saenz, el jefe de la Misión, casi nunca los aco~paa fil:lba, salvo cuando Redlin. le presentaha. un nuevo amIgos

92

No se hablaba de política y han en lo esuictamente prcnC'SJ.(JIIl

te, se miraha al futuro. A veces, eu/tan(!o técnico serio 'y altamente capacitadQl~ Brasseiro, las relaciones las cultivaba.

Katz venía precedido dé cierta nervioso y activo como un ratoncib)t y satisfecho de la radio portátil en las selv~s vietnamitas y que, " de f.orma tal que, en pocos meses, la viet conga seria aniquilada. '

Pero Brasseiro se l'esintió tm ternalista y Saenz intervino direc:~talmenti!! aquella amistad importante. Otro " " Guerín, jefe de la radio de la jefatu,ra

Luego comenzó el recorrido por Visitamos brevemente Salto~ Artigas, cédimiento era siempre el mism~: jefatura y a alguna comisaría , , 'charla informal con el jefe local •. !o~ teamericanos no les interesaba muchó sino hasta los tiempos de Mitfióiie a instalar en el interior del país donadas por la AID. AlU tambiéñ'~ las aparentemente pacíficas ''risitas',.4e, najes que habían sido- tan ridiculizados.'

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Cuando comencé a trabajar en Acción, esl~álit de imaginar que podría co.nveI1hme en una mamente minúscula, claro estlí, pero así y engranaje que condujo. a Jo.rge Batlle a su

. dueño absoluto. de la Lista 15, o más· bi~n~ de ella quedahá~

El padre de,RatIle, caudillo. indiscutible rido. del sector político., miraba con cierto. rli"""'Ir\.

nes de su hijo.. tendentes a convertir el d publicación yxdusivamente comerciaL Sin CHunu!'!,

jaba hacer. Tal vez, a pesar de su lucidez y

terrenos, el padre no alcanzaba a vislumbrar . hacia dónde se encaminaba su heredero. presintiese que el joven ejecutivo tenia en el éaudal político de la 15, más que, (Jontabilidad de Acción. .

Uno de los últimos o.hstáculos que fl sortelll" fue el administrador, Carlos M. dicional abso.luto de Jorge, pero ex.treml'ldlU de su autoridad administrativa. El caso de cierto modo., patético. De origen sumamente grandes privaciones durante -su juventu~ mento. de Rocha. Imego fue abr,iendose paso uer el titulo de abogado y alguna posición rante las pugnas de Luis con la Lista mo.mento crítico. en su carrera. estar los detalles, yo. sabía que. Fleitas secretario particular de uno de los '-'''''UI'''''",''''''''. posiblemente co.nsejeró nacional Cllrlos .l:'lSC!l~ttk' punto culmim.mte de la lucha, Fleitas se ac~~rCd'ú~!l

97

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I

-o . mas Mera al núcleo que, poSteriormente, ~ ese grupo'-'- con papeles comprometedores para qUieD¡¡

~sta entonces, habia sido su jefe. ... Desde el principio FleÍW OODSideró mi p~cia en el diario como una injerencia de· Etchevarren m los asuntos administrativos. Comencé éomo promotor de avi-80S rurales con, un argentino llamado J uJ$,0 Petrera, quien resultó Ser un 'consumado estalador. Al.ci.l.ho de un tiem­po, para evitar fricciones éntre' Etchevarrm y Fle.iw$ pasé a las órdenes directas de Jorge. Ya babia fallecido m padre y él era el nuevo director, aunque f~~a. cimera de la 15 todavía lo era VasconceUos y mustum dirigentés de tanto peso como Abdala,:u~ Segovia y FlOlei!l ~ora. .

La pugna por· el poder vacante ya habia· cOllOOm!sdo . lubterráneamente.

Después de un corto tiempo en la redacción· -aquí, entre articulitos y notas, sólo di tropezones--' para fam.i@ liarizarme con el diario, comencé a estudiar las l!'eltormall!!

más inmediatas. Se queria adelantar h hora de .in afectar el cierre. Habia que h·acer estudioo de eliden-: cia en las distintas secciones. principalmente redacción "J talleres. No era fácil qUe los cronistas escribieran 3U$

. notas de acuerdo a determinado horario y siguiendo orden de impresión de cada página. La primera plana quedaría para cables y noticias de última hora.

. Debido a la naturaleza de estos estudio1il, debía ~overme . por todos lados y hacer muchas préguntás.

:I.f5 Alberto Abdala. e:!!: consejero naciolll'al de ~obi~mo pM la mmoria. "colorada", Senador. por la Lillím 15 a p~ de 1%7. Como Senaoor Mü Votado (no ~u<mdo presidente, por haber fl'WIutnido Pacheoo !l ~do) en el suatitnto cow.utnciomtl de Pacheco. En el momento en que el gobierno 2e tamhaleaha, .. !Ile huajó ¡¡¡u nomhll:'l,l!­~ huooa, de 1ma 1OI1u~ón mediatizada..

98

Obviamente, no e~a una persQna éstím¡áUa. tado en la administración y tolerado en sencillamente detestado en los talleres,}'

Mi condición de exiliado cubano apuntalar esta antipatía. .

Al terminar los trabá jos de . cia, pasaríamos a examinar el primero en la capital y luego en el tiempo veía a Jorge acerca de 108 planes Iuturos. "'UJ~l!l"~;lc

Jorge BadIe es la estampa moderno. Desprovisto de, to<lo. tipo 3in trazas de sensiblería, seguía: eiencia y 108 resultados. Hasta su utilitario, DO temperamental. movimiento migratorio japon~l:l en broma y mucho en· serio, sqlí reconocer que los jap~meses ~ ..

Dentro de esa tónica pt'oplLtgIlall[~ de un cordón de inmi,gr~lntieíeulrll frontera brasileña, para "contener tizos, quienes contaminan la mtidt.if

Jorge discutía las ventajas· y ta8 nacionalidades como si hablase

-hacienda de Y oung. Consideraba . ·la proporción de sangre nórdi.ca. características básicas del país. italianos. Argumentaba. que, ... .," ..... i .... ron magnHicos inmigrantes, m ~inado un proceso de degeltleX'aC1Lón

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Los mejores provenían de Lombardía. El centro y el 8Ul

de Italia -según él- tenia excesiva influencia mora y sarracena.

No deja de ser una macabra ironía e'l hecho .de que, entre los politicos destacados de los partidos tradiciona. les,haya sido precisamente Jorge quien analizara con mayor lucidez la crisis uruguaya. Por supuesto, desde el punto de vista de los sectores dominantes. :fil habia cap­tado la crisis estructural hasta sus últimas consecuencias y dentro dcll sistema, planteaba 'cambios profundos que sabía inútiles si no se tomahan en cuenta factores extrae nacionales.

Era probable _que se considerara un patriota; tooo el mundo tiene que racionalizar sus actitudes. En todo caso, estimo que comprendía la. situación y no pretendía cubrirse pudorosamente como otros, o· practicar la po-lítica del avestruz. ' .

Creador real de la Hnea económica de Pacheeo Areco, seguramente hubiera sido mucho más hábil que éste en su implantación. Allí donde Pacheco es mera­mente tozudo, él es implacable, pero flexihle. Cuando lo conocí ya eshozaha los lineamientos económicos, que más tarde aplicaría a empujones el suceso);' de Gestido.1e

:1.6 El generál Gestido era el candid~t() de la extrema de'" rec]l<l "colorada" (demos por uescontada la ridícula oou~ didatura de Jiméne~ de Arécha~a). El f!eguooo ~ jero Naciona.l de la MilwTia.hahia sido treinta mOil atrü Jefe de la Fucl'll:a Aérea. Sus principales partidarios,

eran de la Unión Colorada y Ba,¡;Hi¡;¡ta y de los que !IIe

nucleahmi en el archiueaccionario diario El Dia (uno de cuyos directores era Jorge I'acbéco Arew ~iu 1& !IlCnor fuerza política- compañero de rónmrnla y ImlGtÍe

tuto (le GtllItido). Como rooultado' de )#i lw-..ha po!t' \lIl

100

Quien haya segÚido. sus discursos, . ",'V,~ ...... ( nunciamientosa partir de 1965, p'odrá

Jorge BadIe desechó la política lista'? de's?, pa~re, porque comprendió qtlcen no era pOSible oponerse a los norteameriéanos tuar cambios que él no estaba dispuesto a en·jllíu'¡U., .•

Co~stantemente le decía' a Bausero que ser patron., habia que escoger entre serpEíón' La integración armonizaba con su delirié',t de sentía que Uruguay le quedal,a chico. la creación de las nuevas Provincias '!Jbli(lll!ilJ

claro, sin el menor parentesco con el Ideal La integración que soñaba Jorge seria

principio, pero culminaría en un verdadero ~"J'''1Ut'UI de mantener los avances brasileños y COlrlVflll'ti¡;¡.¡a d~legado o suhgendarme de los Suramérica. Cuando tocaba este tema par~ nado. Sólo le preocupaba el factorracia:l Bolivia y Paraguay, pero, a su juicio, esose

v . de alguna forma. \ Dentro de estos parámetros se mueve J

Claro está, lo ayuda el hecho de que la ~posa ef! una de las más ricas de Argentina.

Asimismo debo agregar que se le ilcusade aprovechado' de la infOl'mación que,

wntrolde la Lista 15, un gmpode 1011 dm¡, encahe:t;ado!l por 108 senadores Manuel Flores l\fora,Carrere Sil . , RobalJo. dio sit .apoyo a. la candi así. fortalecida se convirtió en. poder«18á

Jorge. El clt'ld;¡¡,l electoral de JOS:OOillullores, da !!OCial de 8\111 partidarios, ·108 ~ODe!l~ La senadora RobáUO" ell Pi\] mantenido firm~ posiciones pió con el Partido Colorado y se unió al,

101

/ ~.

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. tuvo en torno a una de las mayores devaluaciones del peso uruguayo efectuada a m~diados~ de.JOS afl~s 60. Y se aseO'ura que obtuvo ganancias fabulosas en especula­ciones e cambiarías con motiv9 de dicha medida moneo taria.

, A propósito de dill~l'o, el ca"o de .1a infidencia no es en modo alguno asombroso para qUienes ~onozcan a Jorge, pero debe, quedar bien claro q.ue eJ dmero pa~a él es sólo un medio, no,un fin en sí nusmo -eso lo .deJa para políticos de vuelo más rastrero---'", pues, en reabdad9

opina que esa convicción alcanza para .. alvar su ~on.e,§.> lidad personal. Objetivamente, la aparente cOn!radlCC~~n entre esta afirmación y .su plan para co~vertl~, A~cwn en un diario comel"cial, se explica por la sltuaCl.on mtcro na de la Lista 15 en 1964.

Previendo las luchas por el control del sector, Jorge allllClaba independizar el diario de los el?bes. y apupao

ciones políticas de la 15, donde se sabu1 Sl~ ,mnguna fuerza en ese moménto. Su pasión real se deÍlma, anso.. lutamente, por sus ansias de conseguir el. acceso al poder. Para obtenerlo estaba dispuesto a cualqmer cosa.

Con el decUl"s8.r uel tiempo llegaha el momento d~ reortYanizar la distribución del diario. Hahíamos reah4 2:<-ldoo un experimento en la zona de Piedras Blancas. 'En Montevideo se podía hacer mucho en e~te aspecto, pero

! era políticamente muy riesgoso y Jorge no controlaba la 15. .

Esbozamos un plan para la compra subrepticia a cada canillita 17 de su ~ona de distribución. Comem:aria ..

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, m@l!!,por la periferia dé Montevideo_ U~a fianza daría la cara, pero Acción COI'lltr![)]

balinas. . Si lográbamos sorprender a 100

mos intentar un sistema de trascendió durante la . prueba que Servidumbre al Camino Repetto' y se posposición indefinida del proyecto.

Comenzamos entonces eltfa1v!jo tos del interior. Visité especialmente Salto, Paysandú, Lavaneja,C~lonia;, Cerro Largo.18 En estos dos últimQS m~nte minuciosos. " '" ,

El procedimiento era similat Jorge me daba una tarjeta de .' . Uo departamental' de la Lista. •. y. caudillo local. En realidad sólo se ladón oficial.

Paralelamente recibía una tequincista, quien sostuviera fi<lleJjidatd -jorgistas. como comenzaba, a ua,m¡:l!"seJ pIo: a Treinta y Tres llevé una tarjeta de la Caja de Jubilaciones, Pintos nador-, y una ~arta para 1l.nditigente el profesor Anastasia."

. Pintos estaba en Montevideo. y. ~ntrevisté con el ex jefe de Policía T

. mente, con. Adémar Carnales. Así ~.fU~~r()ltli

MEa T.remtay Tres visité Valentines, . Vergara. Arrozal 33, leja Patmlla,. .~'''V~''!!A. de Oro, Villa p~@. La Chlariliú~M(ra 'tamental. Y en Cerio Largo: UI,IDlIlIll".

de las CuentM., Fraile Muerto, Bllliiado Noblia. Acegi,ia. Río Dranco y. d,4;!sd4, lt que decir qu~ NlU'UJí Pérez me

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aparatos paralelos --de la 15--, sin levantar sospechü alltes de tiempo: el aparato oficial-apoyado por el cau­dillo quincista más fuerte-y el jQrgi..stf4" que constitui· :ría el núcloo de confianza con el que,. en un futuro, Jorge disputaría el liderazgo ahsoluto del sector.

Al principio tenia una idea fragmentada de los pla­nes que se elaboraban. Resultaba curioso que fuera 1m

personaje secundarip,. d~ apellido Cabanero, quien.:me· diera una visión de conjunto durante los días que pasé m el pueblito de la Cbarqueada, donde él era jefe -de una usina, es decir. una planta eléctrica.

Mis viajes ienían para jorge la ventaja adicional de poder ir palpando la opinión partidaria con una excusa no secta:fia y utilizara alguien ajeno a la política. Al regreso de cada uno de ellos, le' rendía un amplio infor­me y contestaba muchas preguntas, la mayoría sin rela­ción alguna con la venta del diario.

Aquello era un' verdadero carrousel. Viajaha ofi,. cialmente 'en nombre de .Ac~ión y la Lista 15. Jorge espe.­raba un informe de 108 jorgistas... Mj~ale. acerca ,¡~ Jorge y los jorgi~tas • •• La CIA, de Micale y Jorge y 100 jorgi.~tas. A pesar de las implicaciones de aqudlá ronda, nopodia uno menos de sentirse diveltido a ratos.

En abril de 1965 culminé en Mela un recorrido por el Departamento de Cerro Largo. Ya había hecbo variü visitas amistosas desde que en: septiembre del año ante­rior hubiera acompañado a Micale y OdUakoff y conoci. do al suegro de éstos, NaooPérez. simpatizando con él y su familla. Alli ha.bia conocido a otro yerno de' PI aoo, el teniente coronel W al~e:r Chulo ~ranceses, jefe del Regimiento No. 8de Caballería con sede en Melo

104

e Lijo del general Antonio rtll\nC·e$e~; . nistro de Defensa de Gestidoy fuerte de esos gobiernos, áU!lqué titucÍonalista.

En esta ocasión, n~vabaiina el diput~do quincistaHéctorPiola .~il:vi:i($: que una hnagen .indicativ1:t .demi$, en esos años. la .dan esos .... ~ .. ~.' .. mía. indistintamente encasa . herrq;;risto. o en el dor~itofio padón del Piola. factótum. 11 .

Pero a partir de una e!ll,éln4t;11:t gas, : resultaba. obvio que. se , entre las diversas fracciones de la 15. De pronto me vi en el centFcf f1a$conceUistas de OttoFemándeí, ylos Ferrand.iz. ' ,'.

La situación la compÍiclIba alin ... ~,~ .. ~". en aquella épQCa -y cre<:y, que> slC!:n' tpl;e-.~· tenia todas consigo conl'especto. y luego senador F érran'diz. ,'1'l'abajal'í~ ciertas reservas. En lo posible limital'¡a propietario de Radio .. Fl·onteta. y .al .J.cción, AsdrobaI Martinez .. :

En aquena oportunidad, qua rOl,ln14t)n>. problemás del diario se con~irtió en aSl!lmn: de mutuas recriminaciones poUdcasso~re denotas partidistas de cada lracción.M:UY eentro y árbitro de las dioousiones era y(» Jorge habían sido demasiado amplias'. ' .',

, Al regresar.. Montevideo me -:fomás" con ah'e pl·eocuDado. El ceHos, era inevitable. Flo;es Mc:1ra y -..

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tomado partido y pronto lo harían otros dirigentes. No podría evitar verme involucrado. Había llegado al diario por mediación de Etchevarren, a la sazón partidario de Vasconcellos.

Por otro lado, mis funciones directas con Jorge mt'J obligarían a' definirme. La experiencia de Artigas era gintomátÍca. Y, en definitiva, era lo que la CIA quería. impedir a toda costa. Habría resentimientos. •• mi radio de acción quedaría lill1itado... mi utilidad mermada. Perdería mi fachada de observador desapasionado y algo descreído ..• accesible a todas las opiniones. Debía, pues, abandonar Acción. Pero de forma talque no quedasen rotos los lazos con Batlle y Etchevarren. Sobre todo, ten.; dria que ser 10 suficientemente convincente para no ICe vantar sospechas. en el receloso Mi~ale.

106

ENTRADA YLA

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La oportunidad de dejar Acción se prc~se»ltir de meses más tarde. Chiche Odllakoff· ... ""'" ..... ~'v. cargo de una cantera de piedra que su tuvo que cerrar por falta de capital para

Esta cantera estaba en la rufa lOl,que· Pando desde el aeropuerto de Carra.~04 Con tocaba de aguinaldo, un mes de licencia con pequeña ayuda de la Agencia participé en "Tomás" hahía aprobado mi plan; ya era riese "fachada" de respetahlé hombre de ignoraba lo tambaleante de la enitíresa •. _,~ .. ",~,~ ..... nía al resto de mis planes.

Realmente erá una gauchada de Od[nakO,l~fJ~rJ me en la sociedad •. Mi aporte de 'lJ~IiJ'Al"'~.L. Lo compensada auxiliando a Chiche en trativas. La mitad de la empresa cOlrre:S¡)¡;~Q(I~ríl'a; por haber obtenido los créditos que pel,mitié.ltol)' la maquinaria y comenzar a trabajar .. . Siem'pre pensé que él hahía ahusado, do la parte del león, pero las socios no llegaron a estallar pOl'que al pOéo declaramos en quiehra. Fue inevitable. Como vender al contado, dehido a nuestra mquidei~

,mos casi a precio de costo debido ti las ' tratistas y barraqueros 20 que, naturalmente nuestros apuros financieros. Cldche 1 ,19 instalados en la cantera, pero los inútiles. .

OdllakofI se reintegró a su cargo en letise. ,21 Entre tanto, los acontecimientos que

~ Gl!'~~ fe~teJroe minoristas. .. De ~o. capitAl1 del Depanamento 'de

109

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. parte habían íorzado· a Mienle a abandonar el Ministerio hajo la fórmula de una licencia indefinida qUe le permi .. tiera jubilarse al siguiente año.

Yo permanecí en la cantera, supuestamente para 11' liquidando las instalaciones y ganarme el sustento, pero, .en realidad, trataba de {orzar una definición que me· permitiera avanzar en mis plant'.)s.

. N o habia podido penetrar la red yanqui, siquiera jde~tHicar a mis contactos. Me usaban sin que pudiera neutralizarlos. Era cierto que trasmitía lo que conside­raba conveniente y habia logrado una panorámica de la situación uruguaya, así como d,e los entrelelones del dra~ ma político .. Pero esas no eran las razones de mi presencia en el país.

Fue una época muy dura y, al fin, gracias.a una gestión de Micale, quien a pesar de haber caldo en dé&­

gracia conservaba su amistad con Saenz. éste me encómen­dó algunas traducciones para la misión de la AJD. '

"Tomás" aprobó la idea. La quiebra de lá cantera limitaba mi acceso al medio social al que no,'jotros mo había destinado.

Así entré en el laberinto. Ya era algo.

I

Desde la AID comencé a tener una visión... más amplia de la intromisión norteamericana. Esto no~ resultó' muy difícil. Me hahía desenvuelto en los círculos gubernamen.­tales, políticos y económicos, o más hien, entre las bamm

LaHnas de tales círculos, donde el maquillaje y el rel3-plando1" de las candilejas no engañan a nadie.

Mis relaciones incluían a personajes de ambos par­tidos tradicionales. Sabia la forma en que se manejaban

110

lorge 'RutIle y s~ grupo, así .. "'" ...... ·· ... I?

.1)8. los ~intentos golpistas. Conocía ministros, senadores, intendentes,

. Asimismo participé activamen ,. :r\'Hnisterio del Interior. Se me

en torno a la vida personal 'y privada de la escena nacional. Había cosas ' prensibles o il6gicas, pero las Luego encajarían en su lugar '!i que tendría conocimiento del paÍS:' lable. ' ...

En tal sentido me ayudaron sas funciones que desempeñé ' 'l'odo su aparato qe Inteligencia plll,rtimentado, pero como ocupé pude llegar a tener una amplia tividades yanquis en Uruguay" y la manera en que utilizan ali tarios. No dejó de ayudarme la CrA en ,Cuba y Estados nn.rln,Ilt'·.

Posterionnente me referiré íCió,,'l en las fuerzas policiales.

, cuanto a los m~dios conocido hasta esa fecha. la ~~,ti:,.:iU

int~resan los análisis)', cabo de dos años empecé a, ,. cialés, buena. parte· del material" ti informes de este tipo relativos . movim.iento sindical, e~tudiante$:, número considerable concernía de figura¡¡¡ p¡iblica8 y sus (liones estaban. evidentemente

. pe.l:sonas radicadas en el país

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Algunas anécdotas per~onaleiii o de conocimiento directo :resultarán muy ilustrativas.

En 1964, poco, antes de las elecciones presidencia@ les norteamericanas, se consideró en Acción la posibilidad de enviarme a Estados Unidos a estudiar los métO(lOl! de propaganda política y la utilización de los medios de co­municación masiva en una campaña.

No disponíamos de mucho tiempo y temíamos al papeleo de la Vi¡¡¡,L Jorge llamó al teléfono directo del Em hajador nortMmericano y viahilizó el trámite en el Con~ sulado, que en materia de visas dispone de amplio arhi· trio y autonomía. El viaje no se realizó por otros motivos, pero aquella comunicación directa revelaba. una familia-l"idad fuera lo común.

Por ese entonces se celehró en mi apartamento de Pochos -en realidad era el apartamento Micale·Odna~ koff.Hevia- una hreve i'eunión. Participamos los tres y 1m representante de Dupetit, gerente general del Banco Trasatlántico de Umgua) (BTU), quien traía una inter~ ~ante oferta. La cantera de piedra que pensábamos reac­tivar, como' he :relatado anteriormente, pasaría a ser propiedad de una sociedad an6nima ~onstjtuida pOI'

nowtros mismos-, y respondería como' garantía de un préstamo de cincuenta mil dólares que nos otorgaría

el BTU.

112

, Incluida la' raJa e/deM y hasta mi e~tiJl(J fue generosamente tasalia. :mil dólares. Desde luego,' algún tiempo despu";s ' '

. arioeglado en los librt}s. Odllakoff vaciló. La ca __

, de' su padre y temia un e' sClÍ.1Í¡~ jo. Tuvo el buen sfiltmo nos salvamos de apareoo:f temies del BTU al m()m~~At<~" lenta de esa entid~d.

El episodio .easi posteriormente Sáen®, 'ni>. relación a lo próximo aquei lío. ;, Cómo se de que no fueron mis

En los días posteri~ me pidió que fuese a Vef plicados, Canessa. los habia estado' ··~r.1'A.nd, Ma salido lA la luz

Hablé con eUa. ó con Jorge Batlle, pero tener datos confidenciales Había un dejo de velada

ConsnJf..; :me aconsejó no . de amhQs partidós Aunque el escándal.

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óNh1ancos", hasta el director del Banco República. Mario F uUgraff, tenia una situación nada clara.

Me mantuve apartado del caso, pero Saenz demostró estar al tantó, casi dos a,ños después, de todas las interio­ridades del mismo, incluso de mis coD¡tactos con la espQ81l . de Canessa Pan do.

Ai ser designado ministro del Trabájo Guzmán Acoo­'ta, y Lana, se produjo una pequeña confusión con 1m pSP rieme suyo que habia viajado a Cuba Revoluci()naria. Habia un tercer pariente, primo del Ministro con igual apellido. Este primo habia tenido en comunidad lÍn apar­tamento de soltero en los altos del restaurante El Male­oon con un estanciero llamado Damboriarena. Este últiQ· roo no estaba dispuesto a tener también en comunidad a su amiga íntima y ello· hahía motivado un deportivo match. de boxeo.

También ese"incidente h~bia sido registrado por los florteamericanos, que lo actualizaron al ser nombrado Gw:mán ministl'O.

La confusión entre los tres parientes creó un pe­queño caos, pero fue aclarada rápidamente. El nuevo MiF nistro tampoco tendría problemas en editar su diario, fi. nanciado por la Sección Laboral de la Embajada. Quizás, como secuela adicional, haya habido algún confundido bw-ÓCl:ata norteño enviado a Viet Nam..

114

,

Ob~amente estos ejemplos no ~ia m. si mismos, pero, junio !Í ~~ una imagen de la situación. d~sponen de un mecanismo ~ •• l~s dU'ectamellte en los asuntos uru.guayo~. Jan todos los servicios de Inteligencia y ~ la policía. Complementan esto con una eión, que registra desde los secretos de·

. andanzas emamatrimoniales ~e un ministró, o la esposa de un diputado. Al mismo tu~írnno de ~-sistema de chequeo y contrachequeo la mformación y vigilar sus propias C?~o una calesita (carrousellJ donde Ql. 'flgda al de adelante y éste al que le todo~ controlando la calesita, están CIA y la Sección Política de la· . . .

No pretendo juzgar a los u~uguá~$ a . la acción '!J existencia de este· .. .~. me ocurre, sin embargo, que el $i~;telná bso ! llano, no es válido para expHc~.t Consldero que hay motivaciones más -:níz de todas eUas, se encuentra una la acep~c~ón, ~esi~ada o no, del papel dé como arbItro mdlscutiblede. Am:érica.. .

En última instanda, .l!)$ ,. . ..

fndole pueden ser. clasificados en trf':s' creen .que se pueden pasar de. vivos' y. yanqUI para sus propios ohjetivos ipel.fSfJ'naijl,.~ dllndo envueltos en la red. Otros· . defj~irse frente al peligro común, j'; prooum a los johnies, son capaces

U5

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~ librarse de la "tlm~¡u~l'I:a' 1'." ,,".lB A la tercera categorfa pertenecen gentes como Raúl y el· señor diputado Milta Fontaina. 23 Ellos, y Radio Cau'vet no están ootr~ .. loa:; yanqui&. SenciUalnente oon yanqui&..

: .. el ~f;liemo tWrt~ie~ . .U' a detemí~Ol!I

iOOct.OflllJ . ~eiia (loo. el ~~t41 . .' "'alertar" pe!li¡p"o~. . ... .. ... .~~waclu 1'0pt~u.ti'f.". eo~ el.\ .. ~,~f.~·del oomualame..

• .' .... '. < < - " •

~ __ . Radio Canoe ,. al .• (jemo numero8Óa ~.

jada norteamerieaq,.

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Conviene hacer una pausa dón de la estructura de la _"'_"'.1_' __ .

sus órganos colaterales. En lit casi todo este relato, la sede Edificio .Banco de Seguros en 1966 el embajador era Henry mer secretario John L. Topping.·

Son tres las secciones 1lJ.'UIt;HJl:Ui

I~ Política, la Económica 'y la de cada una está un secretario.

A la Política nos referÍJ:e~os La Sección Económica

donado cj:m los asuntos :l:in!anc~i ministrativa, de todo el -~ ....... ," dón de- servicios, gumÍue rraás servicios administ.rativos de AJD y USIS (United States

En adición a estas agregados, que dependen del encargado de Negocios. Laboral, Agrícola, Militar, asimismo, cuatro. misiones Aérea y Económica.

La diferencia entre Un ag:rell¡a(jtQ,.~ una misión es que el priinero '~"U'"''~''' hien definido y el segundo, fliMen' y prerrogativas diplomáticas, es un asesor perteneciente a .laesttUc del país en el cual está acrel:lita4º.

Se trata de una diferencia SÚlfl, utilizada con la intención de no

119

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"Te6ricamente, se supone que no es 10 mismo que el A~e­gado Militar de Estados Unidos esté instalado --dando ól'd~ en una base de las Fuerzas Armadas Urugua.­yas, a que lo esté -como realmente ocurre-- un miembro de la Misión Militar norteamericana. Este último no ~ un diplomátioo, sino un asesor. "Prácticamen~e un mili .. tar uruguayo'\ sostienen los yanquis pudorosamente.

Existen entidades que, aunque teóricament~ aulóno-. mas, giran en la órbita de la Embajada. Es el callO de -la Alianza Cultural Uruguaya-Estados Unidos (y su biblio-. teca Artigas" W ashin{l:ton). Aunque inscrita -en el país como corporación pública y con perllOnalidad jurídica uruguaya, la Alianza es supervisada por el Agregado Cul­tural, amén de los agentes que la CIA coloca directamente.

La Misión Económica es la representación de la :Agencia para el Desarrollo Internacional (Agency for lnternational Deve1opment-AID). Ésta teniá sus ofici­nas en el entrepiso y el primer piso del edilicio de las calles Paysandú y Río Negro. Entonces su director era -Fnmk Steward~ político del estado de Nuevo México ID.

quien Lyndon Jolmson ha"Lia recompensado con ese cargo 8U lealtad electoral. Estaba estructurada en cinco divisio-­Des: Educación, Agricuhur~, Finanzas, Programación "! Seguridad Públicá. (Debemos recordar que la AID es la

tf .. ..,..

evolu.ción oel programa de supuesta aSistenCIa tecmca que ,!'ruman esbozó en su Pumo IV, cuando bajo el manto de esa asistencia y colahol'$ción económica se organizó un efi~iente mecanismo de penetnlción.) _

De las cinco divisiones, la de Seguridad Públicacs la de más reciente creación. Durante mucho tiempo, '\Vashington hahía tratado de "colocar" misiones ent~6 las fuerzas policiales de los países látinoamel'Ícanos, afri. canos y asiáticot!, pero l~s objetivos eran demasiado evim dentes. Muchas protestas,! denuooia3 hahian prM'ooad@ ya las misiones milita:res.

120

Al constituirse esta división dentro esperaba que la intromisión pasara 11' laflvf'itl'iifií:;' en el primer mom.ento. Una· ventaja generalmente. el convenio con la AID ,era Parlamento en bloque, sin espeeificaciones glones que cubriría la asistencia técnica. de Uruguay. La AID funcionó durante un cuatro divisiones. Eventualmente hizo su dad Pública.

La existencia de esta, nueva división provocar ciertos roces internos. La mayorÍa COi de la AID provienen de los meíÜos Entre ellos, la omnipresencia de los '-'HA''''''''''''

da yanqui es más disimulada. Uno dé UD:' agente directo de la CIA, pero los a si mismos técnicos o profesionales, aunf(l:rff está consciente de que Jos datos_que r~~Ofl(en en última instancia. a los archivos de Cónsejo Nacional de Seguridad de LI"';¡'~U'L'"

Por el contrario, el personal de la ridad Pública es reclutado, en lo fUlrui¡lfni FBl y las diversas policías municipales,! policías; no lo ocultan ni podrían hacerlo. funcionarios los menosprecian un tanto. vez más el esquema de .la "hója. de pal'l'.a··~

Danilo Micale y el Ministro del . ...h .. ·üu·

en 1965, su pugna con la Jefatura da video. Los norteamericanos !le inclinaron por y se instalaron allí. Existían razones La J eiarura era un centro latente de

121

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fas y estando allí radicados, les era más factible seguir de cerca los acontecimientos y adaptarlos a ms intereses.. Además, los ministros y funcionarios de confianza! ca:nlo> hiaban 'según los a~tibajos de la política. (Micale fue una excepción con sus ocho años en el cargo.) Si bien esto también, ocurría con los militares que eran designadol jdes de Policía, los jefes de las diversas Direcci~nes Po­liciales permanecían en _sus puestos y eran ellos quienel ejercían el' mando directo.

Por otra parte. los ~inistros y sus colaboradores er~n políticos Y. como tales, sensibles a :la opinión pública. Mientras que el personal policial tendía a despreciar tan­to a la opinión pública como a los políticos y sus partidos.

Este desprecio se avenía· a los planes norteamerica­nos que aspiraban a crear un espíritu de cuerpo en las fuenas policiales. Un espíritu de cuerpo -ni que deciJil> lo-- extrapartidario y más dócil a sus manejos.

Despreciando a la 'Opinión pública, el funcionario policial se sentía, a su vez. despreciado. Era, por lo tant{)~ más sensible a los halagos interesados.

La División de Seguridad Pública (a la que todo!!! conocíamos por "la Misión") tenía dos oficinas: la no­minal, junto a las demás divisiones, en el edificio de la AID; y la real en el primer piso de la Jefatura de Policía de Montevideo, ~,ntre el Cuerpo de Guardia y el despllcho

. del Director de Investigaciones; frente por frente al pasillo de acceso lA la oficinas del jefe, el subjefe y el jefe del J::stado Mayor Policial. Poseía, además, un amplio local para depósito en el sótano de la Jefatura, al que negáb~ mos por el aS<"ensor privado del Jefe de Policía.

Al frente de "la Misión", se encontraba Aoolph B. Saenz, de quien hice mención cuando la visita de B&< nitín 'Y Eneas, prolegómeno de la situación. Había estado ~n los marines, siendo luego oficial de policía de su ~

122

lado natal -Nuevo México~' Angeles, Caliíol'n.ia. Allí fue organizarse en la AID la División d~ pasó a integrar sus cuadros.

Saenz era extraordinariamente 10,. no sólo en el plano funcional; ronal. Era el clási'co burócrata" conservar posiciones. Veía en sario.La. circunstancia de ser un <!o por su mujet. no le ImpetlÍá Estas. cuando se limtaban a 1a.8 «) de la AID, eran más () menÓ!! . riores.

Luego 'vino la etapa de sus de burdeles y bares de mala ml.l~l!t.~, comisario Juan Carlos la Misión como oficial de . rioridad a segundo jefe dcla.

. Saenz alegaba ser muy todas las mañanas su secl'. del jefe •. para' contemplar -la-lugar que lo haría él. Las tes, argumentaba. Le ordenaba. vetas del buró, para· ver si todo

Un buen día el hijo del todas esas- indicaciones tenían Saenz ,él sufrir un atentado con fuera en su sillón o su escritorio. raLa que la supuesta bomba, .. ' trado en la Policía -se sm,pt:!cUa.l);!l tara antes de su negada.

César P. Bemal. texano, éta to; realizaba también funciones ca.ciones en tanto la- piaza pel1nan'ét

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· nemal aparecía como el elemenro simpático de la Misión, junto lA Saenz. Pero, mientras el último echaba, a perder su papel con groserías y complejos, César lo cumplía cabalmente.

Su integración al medio urngayo fue rápida. Su~ amistades eran funcionarios policiales «,le la localidad, ard como sus esposas. Era asiduo a las visitas familiares, jUe

gaba basket.ball en un club cercano nada exclusivo, 'Y se hizo hincha 24 del Pefiarol,pqpular equipo profesional da balompié. Llegó, incluso, a adoptar los modismos locales.

Su única falla consistía en que, ocasionalmente, !le le iba el cargo a la caheza. Después de todo, s610 habia sido un sargento de radio patrulla en San Antonio, Texas. De ahí hahía saltado a la AID, previo adiestramiento del Duró Federal de Investigaciones.

Al verse agasajado, de pronto, y cortejado pe'! mi­litares¡ de alto rango, jerarcas y hasta ministroiií, diefru~ taha mucho con sus funciones. Sólo refunfuñaba a fin de mes, al tener que incluir en su informe todas sus activida~ des extraoficiales, y las conversacÍQnes personales con sus amigos uruguayos. En una de esas mue«tras de auto-­suficiencia, chocó con el coronél arquitecto Ramil"f.} Chá., vez, suhjefe de Policía. Esto no era normal en César, estaba realmente convencido que prestaba un singular ser* vicio' al Uruguay y le dolía lo que él, fa:miticamenJe,. interpretaha como la ingratitud de algunos "radic~ües, resentidos o ambiciosos".

El reverso de estos personajes era el asesor de BlVe!1o

ligaciones" William A. ümtrelL

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. En 1%6, el jefe de la Sección do Secretario Nicholas V. McClausland.

La sección tenia tres funciones U"'~IA"'<>Il1l; ~nc~ a cargo de Juan Noriega; hi.jo la responsabilidad de WiUiam luto Uruguayo de Estudios Sindicales meftte en la jurisdicció¿ del Agregado La.bol'a'E _he dirigido por un Íuncionariode Iac

En ese momento, la máxima Dr:íol'ldSid I'l la policía y la CIA se ocupaba de l~s sólo indirecta;mente. (Ha y que tener en lici~ era, en' su conjunto, numériéamente qWi!I la totalidad de las tres armas. )

. Además-de su dependencia del "u,'~_,.,._,,.,.+. Política está en contacto directO' con . las 1. de la CIA para el Cono Sur. Elenla~e William Bill Horton. .

El. agente dé la CIA WilliamA. Uruguay en el último semestre de 196tS; de ~:r de Investigaciones de la Traía como objetivo organizar 'un Inteligencia uruguayo, asegurando, al OOiltrol norteamericano del mismo. \:.¡umlJ'uo cabalmente. recibiendo un ~ del país. casi cuatro años despuéS!~

BiU CantreU llevaba· una vida anlii.clJ)Ie~ W auadaba la charla hogareña c~1!

127

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Nunca abandonaba su' inseparable pipa y gustaba de 1M lnumos libros. Era un excelente padre de familia.

Mientras camináb~mos por la .. Avenida 18 de Julio le sorprendí miran~o de soslayo a una muchacha con b cual nos cruzábamos. . -Yo ni -las miro -me dijo a modo de excusa­Me pasaría lo que al peno, <Jue persigue ladrando a ~ automóvil y, al alcanzarlo, no' sabe qué hacer.' .. Comenzó a llover y. entre risas, nos refugiamos en un.

v~eJo cafetín. El mozo nos trajo los dos café expresa soli.­citados y espera~~~ ~ que ~oncl~yera la· lluvia para poder regresar a la DlvlslOn de SegurIdad Públiea es deeir la Misión. . .,

¿ Qué pensarían estos parroquianos si. supieran que el honorable señor que tomaha: asiento a mi lad4..'1 estuvo des< tacado como militar en Alemania y Liberia, que mo hahía pertenecido al servicio. secreto estadounideríw y, como tal, fungió de escolta de dos ex presidentes nor­teamericanos, Eisenhower y Kermedy?

-No lo creerían -pensé. y ello parecía imposible no sólo por su apariencia.

Su eficiencia y serenidad podrían haher arrojado un positivo en su lahor como asesor de Investigadon;es Policía uru~uaya, aumlue en realidad tenía otro des¡:Ml{~h,\" menos conocido, el de la Sección Política de la Emhaiud~ :norteamericana. Nadie podría pensar que su verdadero trahajo~ consistía en el cumplimiento de misiones de es­pion.lje dirigidas por .la CIA. No podría creerlo ni la propia policía urugu~ya que, a sus espaldas, comentaba los excesos en medidas de seguridad y de reserva que .de&> plegdJ& su ex.perimentado asesor.

. En más de una ocasión su actitud provocó incidentes ridículos. Muchos se intrigaban cuando CanueU se m8

128

acercaba misleriosamenté para desaparecer inmediatametite

Esta intriga terminó por .'. cosidad y perman7mte burla el o· - ,

nlstas pudo escuchar a mi amiao ~~Goin to the /ohn" , ósea, Vor:l . Estos eran los rasgos m~s .

bdad, de su ego público. El taba tan simple. Nuestras a poco a un plano de mavor .r~Il'IUUUia:(l nesse transformaron en' serios

En ~n principio se .' p~.:r -los ?úales mostraba interés; mon de modo especial en COI[lO(~er con Micale y otros políticos a.el . . Ya. no se conformaba con

la conversación, sino que .. , amplios informes en torno a los;

Todo hasta que lle"'a!~Qn 'ILe • 1:) wglcas y de inteligencia. En recordé el consejo de un amigo: pasarte de vivo y mucho menQS d.e inteligencia inferior al tealj

Era un lujo que no podl. supe, aunque quedé convén~ido c411i:tflfjml:. bajar en la Embajada. .

Entri.u: en la SecciónPolítiéa d.onde ..radicaban las Qficinas de fácil. En tres oportunidades "! en iguales ocasione~ me mientras miO acompañaba Ull ul11gen~e':: fusil: .

No podemos hablar de .... ,¡¡¡UU:l;U

Nm:Í6ga, hijo de un' españolxuu:u-rarli

12'··

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í\

dos y con grándes relaciones dentro de la colonIa ~. Ílolade Montevideo. ..

Como vimos no era miembro de ula Misión", .. ÑDo Responsable de Operaciones de la Secci6nPolitica~ Visim' taha constantemente la Jefatura, negando a instalát 1W&

oficina en el quinto piso, donde el Estado Mayor Policial mantenía algunos. dormitorios. Era similar a umtreU en sus ~étodos, aunque más desordenado y negligente:.

El trato constante con estos y los otros aseso:rns deJo bordó las meras relaciones de trabajo. Llegué a con~ los cabalmente y a entender el modo de pensar y aduar de ellos y sus familiares.

Cuando Saem: partió hacia Estados Unidos en 1961'11 con cuatro meses de vacaciones acumuládas, me pidió qu~ le hiciese el favor de m~darme para su casa, la eud no quería dejar a merced de ladrones o "terroristas". La Jefatura de Montevideo proporcionaba una guardia fija" pero él_no ló consideraba lo suficiente, además de que. 86

dudaba de su eficiencia y lealtad. ' . Así. pues, me instalé como un hacán 2!1 en su e~sa

de la calle Copacabana en Carrasco. Resultaba muy <ej}.,

modo ir y venir del trabajo en su coche oficial.manejado por .el sargento que le habían asignado como chofer.

Al siguiente año, Cantrell me hizo igualsollcima.. En esa época vivía en la calle Carda Cortinas, -a media cuadra de la Penitenciaría de donde se fugaron nume't08M Tupamaros algún tiempo después.

También lo .pasé muy bien en su. casa.

!5 Vet't!iÓll rioplat-ense del pbJvy boyo Tamltién. d.l".-8e6.or" •.

130

f\

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La$ elecciones, presidenciales de 1966 a interesantes conversaciones. Cada asesor y norteamericano manten~a opiniones muy 'Símiles. Resulta curioso observar c6mo preferencias según el nivel cultural y la visión lo que tuvieran respecto al escenario politico. ,.'

Se podrían establecer tres estratos' para preferencias. En el 'nivel más bajo, tanto comoculwral, tendríamos a Saenz y D«:;lr~J,.iI!,i. les interesaba que nada viniera 8estod)ar, Cualquier cambio era un fastidio, , Habría que comenzar a esta

personales; a pulsar a los nuevos je cion~ conocer sus debilidades. Ellos sólo lo ~ otros dec~dian. Como ya tenían maquinita sólo -deseahan la permanencia de en el poder. Y dentro de los "blancos" 8 .

Pero ¿por qué a Héber? Ya vimos cómo Dimilo Micale babia

trechamente con la Misión, pero se fue gas"tanc;lc). permanencia en el cargo le desarroll6 una na. Llegó a creerse imprescindible, e incluso pugnas con políticos muy por encima de. iu . sepermitia hablar mal de algunos de sus Llegó a tener actitudes irrespetuosas ha,sta na. a quien debía su cargo. Ese era.s'U ~llIt,~q.'lL",Y.' meses antes de las elecciones, se produjo mial..

Titito Héber hablaba de. la en los sindicatos. Tejera y Mieale,' inIbii declaraban que dos dirigentes sindicales. se escondidos en la Embajada soviética •• ~nltO!llC!

. eseándalo y se prueba la total faIsedaddela

133

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Tejera debe renunciar y Micale, debilitado por lu pugnas con los golpistas, es obligado a solicitar. una lie cencia con sueldo, la que se prolongaría indefinidamente. Aunque nominalmente seguía siendo director general, no

. volvería a ejercer el cargo. Sería sustituido interinamente ppr el director de Secciones, Rodrigo Acosta. ,

A Héber le resultó fácil sacrificar a Micale. Su. pugna con Aguel'l'ondo y compinches era partictilar. mente embarazosa pura TitilO, posible jefe civil de/ un gobierno de Jacto y, al mismo tiempo, caudillo del grupo al que pertenecía Danilo. A su vez, lograba su. obj~tivo -y el de todos los herreristas- de tres años: desalojar a la Misión totalmente, dejándole hacer su voluntad, pi. y ubicar en su lugar a un hombre de confianza, a Storace Arrosa, su futuro compañero de ·fórmula presidencial.

Storace sustituiría a Tejera y le abl'iría las puertas al la misión totalmente, dejándole hacer su voluntad, pi­

-diendo tan sólo algun.a beca en vVashington para un ami-go o correligionário. • ... .

Los norteamericanos añoraban la ejecutividad da Micale. pero les era mejor un· ministro que. un director general. Por lo tanto, Saenz y Bemal serían partidarios del #atu quo. Deseal'Íanque el "Año Héber"26 se prolon­gara por otros -cinca.

~ .ED el antiguo sistema del Colegiado, la Presidencia 1m

rotaba por año entre lotÍ cuatro primeroll CotÚlejer08 Nae

donales de la 'mayorí.a. Sus funciones ejecutivas realelll eran bien pocas, siendo un cargo protocolar. No obstante. ejercía cierta inilueneia psicológica. La Presidencia del Consejo en el último año correspondió a Alb!!rto Héber. Dentro del marco de la campaii4 por la reforma ~ turional. que imp1i~aba un rek>mo aL sist-ema preÑden­cialista. y como propaganda· a su propia candidatun presidencial bajo la nueva constitución -de Balir IlIp!'&'

134

. En esta etapa, CantreH y gm,perior. Son CIA y ésta confía No tienen preferenCias. & decir,' MicheHini 21 es inaceptable .par8,.·' cupan pues estiman que sus Vaeooncellos es igualmente vetado. ron a recelar debido a ciertas PQSt~il)tl'@3 Acción. Pero, pronto ces6s11 ""''1.",:4''',

La c~ndidatura del 2eIlerllt

cierta preocupación. No al fuerzas que le seguían. ya qUe eran de la Unión Colorada y que se nucleaban en el en el que aparecía como oo,:as compañero de fórmula y $ust~til1t{)1

. ~i resultaba electo, se pondrfade tnatnij~~ decisivo. se lo habría dado el gruPQ

.81·

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se separaron de la Li!!ta 15. En tal caso, la influencia de este grupo (entre ellos, la doctora Roballo) podría ser considerahle en el futuro, y Cantrell y Noriega considera..­ban a la senadora RobaDo poco menos que una fanática terrorista con un puñal en una mano y una bomba en la otra.

T3mpoco Titilo era favorito, ya que -resultaba muy errático para la CIA, capaz de cualquier cosa y poco se­rio. Algunas de 'sus declaraciones eran ·objeto de burlas.

CantreU y Noriega, a pesar de estar situados en un plano' superior, llamaban la atención por sus burlas ge-neralizadas.· .

-Lo que parece. rojo -me decía el primer~. ham

bla como rojo, y actúa (;omo rojo ( ... ) deLe 001' rojo.. Por lo tanto, Vasconcellos es rojo.

y Noriega; tratando de ser ingenioso, se pronunciaba, con relación a Batlle y Ordoñez, de la siguiente manera:

-El de la capa era solamente un viejo iluso, quien trajo de Europa cuatro ideas anarquistas, las aderezó con racionalismo francés y las sirvió a un país que no existe. El batllismo no es más que un intento de darle contenido ide.ológico a esa ensalada. Y, en última in'stancia, Batlre y Herrera no son más que las dos caras de una. misma moneda: la de un pueblo que no quiere ser argentino ni brasileño, pero qMe no puede vivir como uruguayo.

Es curioso que, con todo lo sofisticado que Noriega tratara de aparecer, pel:diera a veces el norte, como la investigadónurgente que estuvo a punto de lanzar, intri .. gado por la. profusión de banderas rojas, hasta que hubo que explicarle que era el emblerúa del Partiqo Colorado.,

136

Por iiItimq, en el nivel más encargado de Negocios, m Íster \ :rimentado funcionario de carrera y pe:i'lll. de expresar sus opinione!! con suponiendo que fuera a expresarlas. Evitaba los detalles.

No ~bstante, en sus charlas, preferencia por Jorge o por' el Bl anca Democrática, el· doctor . te,en realidad, el uno o el otro. de una política desinteresada" de tida:da. y se manifestaba "'''''l'rYtni''l1.rin ... r." ambos, quienes habían declarado otro en caso de no. ser eUos los V~''''''uv". feria~ con frecuenCia, a un futuro ga.l.m;l~tl~c ambos sectores.·

Pasaron las elecciones y. todo. ("~tido. triunfador del nuevo go~l~~rnO, en tren meses. Habia mucho ·qUé

Se trataba dff concretar dos obJ!eU'vos preciSQconocer cuanto antes: la nuevo gabinete y, de ser posible, las figuras secundarias.

Cada sección de la Em~~ .• , .. ~ .... de 'la Misi.6n •. lógicamepte,· enm . y las jefaturas de la Policía; Montevideo. Con el paso de los. aelarando.

Saem: visitó· al futuro mlntsltro, náru.. Se estrecharon vínculos con

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de antecedentes 46coloradoo". Una circunstancia fortuita aportó datos que, en su momento, podrían servir en las relaciones con el futuro subsecretario, Alejandro Rovira..

Al mismo tiempo habia que evitar los problemas de última hora..

, Aunque mantenían, contactos con. todos los sectores goipistas, para evitar que se le fuer~n de la mano, loo norteamericanos se habían opuesto sistemáticámente a un golpe de Estado que quebrara .la imagen del Uruguay como ejemplo de democracia representativa. Deseaban evitar, además, que se desencadenaran reacciones impre­decibles y, por lo tanto, potencialmÉmte desfavorables. Por aquel entonces, un Uruguay tranquilo y sin mayores ah&> raciones permitía una ba~~ae operaciones contra los paí .. ses limítrofes.

El coup 19 era una salida de reserva para el caso de un triunfo de los sectores progresistas o . populares. Debe tenerse en cuenta que corría el año 1967. No estaba

. planteada abiertamente una situación revolucionaria, como :reacción natural al desmol"onamiento económico y la re-. presión sin límites; .

Los norteamericanos· preferían oontrolar la nación ,mediante mecanismos institucionflles. Esta política ptosi~ guió invariable aunque, al marcharme del pais,ya pre~ taba cierta tibieza. -

, Al producirse el fallecimiento del general Gestido en diciembre de 1967, es precisamente William Horton, enlace de la CIA con la oficina de un país limítrofe, quien.

. avisó al doctor Manini Rios para que hiciera jurar de inmediato al vicepresidente Pacheco Areco y frustrar una intentona cuartelera. Estos golpistas ~ran militare¡ "colo-,

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ndes", muchos de los cuales se Inarte del p:ropi~ Pa~heco Ateco ..

En consecuencia, era necesari~ quienes estaban de nuevo en Aguerrondo. La inestabilidad dria poner en peligro el delicado·. . . l~s norteamerican!>s, a. fin de mantener temadonal de la "Suiza de.· Améric¿f.

. Cada dependencia . . . . ..

Los asesores se pusieron en COIll:lU~t' Brnida, quien estaba en ,-" •• u", .....

Braida había dirigido el ordenara Aguerrondo unos cUl!tnlo$

En esa ocasión, aunque habían sido "elementos mayúsculo. ne esa forma hubo ,torio, que resultó ser el propio Aguerrondo con hacer público además, de otros trabajos electUlaUi tORces Jefe de la Policía.

En esos momentos la "' .... "'.~ .... 4"'

que abllndonar la Jefatura. Ya de su jefe. Era odiado por sus poco discreto en SUs tiempo fue recogido por el nevó a su secretaría en laCa. vez, había logrado reconciliar·a, inspector y andra también lo pr.(]ite~'fá¡;

Ignoro lo que se trat6en a(fltlel,Ulc;'

lo es que Braida regres6 a la Jeiatlítl'a nna insubordinación de los oliciálet . evit6 que fuera designado

Como parte de las operaciones inquietudes de los Héber! CantreU. y

"39 t;

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tomar sus teléfonos ofiCiales y prlvados. En ese momento !ie necesitaba para ello la intervención' del Departamento de Inteligencia y Enlace." pollo que sele planteó un grave dilema a su jefe, el comisario Alejandro Otero.

Éste mantenía lazos de amistad co~ A~enondo y m aquella época era todavía algo muy serio proceder ~ recurso· de tomarle el. teléfono a un gobernante, mwm@ al presidente del Consejo Nacional de gobierno. Por ello alegó que la operación era muy riesgoaa, por cal"OOel"' ~ elementos mateI'iales~ así como la posibilidad de que el personal de tITE (Usinas y Teléfonos del Edado), en la que habia muchos comunistas, se enterara.

Pese a que desconozco el resultado fiMI de la. OJN"" ración, parece que la CIA encontró medios para lograr 1m

objetivo, aunque parcial y deficientemente. Por fin el primero de mano de 1967 se 'produjo el

cambio de gobierno sin mayores inconvenientes y, a 101 pocos días, el nuevo Comando tomaba posesi6n de la )$0 btura de Montevideo con la siguiente composición: co:roo nel Raúl Barlocco, jefe; coronel Ramiro Chb~ whjefe; coronel.Santiago Aeuiía, jefe de Estado Mayor; teniente coronel Alfredo Rivero y Angel Barrios, jefes de lu Guardias Metropolitana y.' Republicana,' respectivamente..

De esta forma, los asesores norteamericanos encon.. traron comprensión y deseos de éooperación en Legnan~ el nuevo ministro. Existían grandes planes, pero se pospu­sieron a causa del ~úbito anuncio que declaraba al bal­neario de Punta' del Este como futura sede de la Conferen­cia Cumbre de Presidentes de América-

140

DE LA

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Al anunciarse el viaje deLynd~fi ferencia realizada en-1967 en ron todos los «pantos V «&JiA\UlULcU'

tocó la adiestramiento y supervisión de ello, en' la Misión Militar se todos los asesores que ,se en(~t)nlfrltl decidió que Saeni. el Jefe' coordinaría las activid~desde que algunas. unidades del Ej4;rci[tó. González, participarían en Conferencia, el grueso del ~abajO'

Por l~ demás, el nuevo jefe cia!. coronel Acuña, mantenía el general González y se habia mostt~ldO' los norteamericanos.

Como el tiemll~ ~ra esca$Ot.

mitó a un cursillo intensivo en tiró vado a la Guardia a un grupo seleccio~do de rigidan los ,diversos delsta4~allneJltól!l.

El suboomisario Molina, aslstUlO fue puesto al frente de la lada en el hotel Victoria Pla nal aparecía baje> el mando M ciales y tarjetas de identidad por uno de loa asesores nO]rtellm!en!b~1itóij pósito para reforzar la Misión mi-enJitlMJf ferenda. \

MoHna no tenia atondad identificación, sino que lo' haeiá

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íeccionada por distintos organismos y aprohada por el Ministerio de RelaCiones Exteriores. , La li~ta contenía nombres de visitantes, periodistas y' diplomáticos, y a la Misión le interesaba estar al tanto de esos nombres para trasmitírselbs al J'.:BI y a la CIA. El oficial Freitas, de Inteligencia y Enlace, quedó e?car. gado de ohtener discretamente -copia ~e toda~ .las bst~s.

Asimismo la Misión superviso la mstalaclOn de VIU

de radio·comunicaciones en Punta del Este. Es decir, laíll (Iue caían en el ámbito del trabajo de la Policía porqu~ la CIA, por su cuenta, había instalado un centro electro­níco y de radio con objetivos desconocidos. _. .

- Para la instalación policial, otro de los tecmcos nore

teamericanos recién llegados se trasladó a Punta del Este, con los funcionarios de la Sección de Radio de la Jef~tu. ra, Félix Carssen, Manuel González y el segundo Jefe de dicha sección.

Otro trahajo deliéado que recayó parcialmen~e en. ~a Misión consistió en averiguar cuanto antes la dll'~cclOn o el n~~bre del chalet doílde se alojarían cada p~eSl~ente y su deleuación durante su estancia en el balneano. Otras gestiones I:'>se realizarían parejamente con Relaciones Exte-. l'iores, pues las distintas embaja~as ~ mostraban r~ltmen. les a sdlalar de antemano laubwacJOn de su preSldente.

En realidad desconozco el trabajo realizado p~r la. CIA norq~e Norieo-a y Cantrell prácticamente se esfuma&

, r 1:'> f . ¡'(.In JUrante los preparativos de la '. Con crenCIa y ~o rea .. ,parecieron hasta pasada una semana de la partIda de Johnson· , .•

Muy al principio acompañé a Cant~~l1-en un VUlJ~ a Punta del Este. Anotáb~mos la ubicaclOn de determl" nacios parajes, casi siempre puentea. En particular _ no. detuvimos sobre el Arroyo Potrero. Casi duranle una hora dimos,vueltas por sus alrededores..

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Todos aquellos levanfami~ntos lugares peligrosos del' recorrido, . en particular estaba actuando :nor l"s;fl'Tíntiín

no de la CIA. Semanas después de concluido

calcularon que 'solamente del FIn esoS días más de 200 agentes., Éstos nQ tacto permanente con no"otros. Para lá vo, llegaron tres -asesores más. El teamericano de origen francés y S'jé~tUl(!Q CAOS de Radiocomunicádones de

Su' jefe, Benitin Katz, no pues había tenido que viajar para averiguar por qué el " no había logra~o detener el empuje' namitas, como todos esperahan.

Tetaz impartió las orJ'ientac:ioliles,,; red de radio, lihicó las frecuerieiaJ~ los técnicos uruguayos determinaseit pasaha a colaborar con los expértÓ$

Los otros dos asesores de teJ[úetzéft1 y Quick, procedentes de las Hu:",nl~lr.'''',~.u;; respectivamente. quienesse;~l:,sE~:~~ cinas durante unas seis sornan jaron en el proyecto de eOJm'!ltniiét:l(}tOj~lr de 'credenciales.

Salvo Tetaz, el cual al terminar Misión y la CIA regresó a'Washh:)gt:on. con el encargo de: controlar los patrtlrl!c;~n)S' de "tiras" 30 los que organizados por, por la, ciudnlL .

Variru> veces -acompañé a Bema1.3 ~e fuerzas de la. Metropolitatllt .....:.al

Pulicia civil y, pUl' exten8ión~ 145

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Varela- habían establecido un 'cerco a los estudiante~ quienes protestahan en el interior deh'ecinto por la virtual toma de Montevideo por las fue~asde Seguridad none.. americanas. . I Bernal le aconsejó al Mayor que no tomara por asal· to la Universidad, ya qué se hahía logrado que el juez Púrpura, del siguiente turno judicial, cooperara en -el deg.; alojo de los estudiantes y, 'fundamentalmente, en el ficho.j6 de los . ocupantes, que era 10 que realmente interesaba..

Muy cerca de la Universidad estuvimos parapetados; y observamos cómo dos tiras de Saenz aprovecha~an el descuido de los estudiantes para iutroducirse en la casa de estudios y mezclarse con)os alumnos. Esa mañana hom.. hardearon a los guardias con pesadas tuerc.as lanzadas con hondas y tiraflechas. Hubo heridos., Sin' emhargo, el tra .. hajo estaha má~ allá de la -capacidad de Spinelli; los prQvocadores fueron descuhiertos y expulsa pos a patadas.

El anecdotario de la Conferencia es riquísimo, pero :rebasa las intenciones de este libro. Se recordaríÍ la ban~ «lera vietnamita que, para desesperación de Saenz y el coronel Acuña, los jóvenés comunistas colocaron frente por frente al Casino de San Rafael, sede de la reurüón,

Resulta memol'aLle también el periodista yanqui que, en medio de las innumerables y truculentas medidas de seguridad, se paseo toda una tarde por el saJón principal portando en la solapa de su saoo, en vez de la consabida tarjetita de color, una nota que rezaha: SOY ESPIA RUSO.

Fueron días de febril actividad. La tarea encarada. por las' fuerzas policiales resultó agehiadora.. Con un swieo preño de poo~8 sema:nu, montaron todo. un anda-

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miaje de prorección a visitantes ,de la Stroem¡ner, Ofi8anía. Costa e Silva y una 1M. gorHetes y a8pirantes a otras .dive~as simiescas.

Cada del~ión importante traiá su pr.Qt)!IO

de ~ridad. así como sus propias ideas de~volverse. Las complicaciones dilplc.m,áti,c.IU¡; 000 personajeS' y personajQ1U!s haeían irritante la labor. _

EH aquellos preparativos los yaaquis f1i1~ri1iñ oimdo y calibrando hombFes. Pudieron peteneiay determinar sus aptitudes. T~mibié~ d~ SU6 simpatías y debilidades. En niagí,Í. logró' lnUl m~ compenetración . entre S9~~!I sorMos., ' .

De la Conferencia sUl'girian nombl'es que hooe-r: Piriz Castagnet, responsahlede los Ulll8sti)S

U·&!. eft la carretera .interbalnearia; el b~l:lient<~~ L~tU!li, quien llegó por unos días y se hl(~a1J, emonces en la seccional novena' y d~a?amemo aquena· semana.

Per~ para muchos otros, la inmensa ..... ,nu ...

días negros. Días de 'hambre, desvelo y milioos, 31 tratados como cosas~ Se sufrió jaciooes; los viáticos desaparecieron; las "" ... "'n' ..

hién. El que tenía unos pesitos cOmía; el Solamente la experiencia de un viejo

--el subcomisario Fuster-, pudo evitar la dinación de la tropa destacada en el tanque de Punta del Este y su deserción en. masa: video.

al Téll'lllllilltO peyorarivo con el lHift8 :NlI08 1!Irugiiay08.

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Por aquellos días se multiplicaron lal'llotelLas de whisky y otros regalitos, los encendedores autograíiados por Johllson -.lástima que perdiera el mio junta a otras cosas, en los trajines dell"egreso a Cuba, años después--, y las recomendaciones malintencionadas, surgiendo un sis­tema de méritos y deméritos que ~rbitnriamente fue im­plantado por los nOl"teameriéallOS. El FBI, la CIA, el .Servicio Secreto, la 'Misión,' ocuparon Montevideo, Mal .. donado y Punta del Este.

Ya no eran asesOl'es, sino jeíes, quienes daban 'órde­nes y ¡ay! del que nO' entendi~j:a eso. Por dos meses 108 ·'suizos de América", conocieron.eltráto 'qirecto y pal't~ del "puertorrico"" que les tiénen reservados. . .'. . .

Esto 10 saben todos los funcionarios policiales. NO' importa qué ideología política sustenten; no importa qu~ concepto en torno a Nuestra América; no importa si, des­pués, las circunstancias, su formación, su falta de culé

tura, les hayan conducido a actitudes indecorosas. Nada de eso importa. En aquellos momentos, ante su dignidad pisoteada, no hubo un funcionario policial que no se haya sentido -aún sin conoc~r con exactitud ~l significooo del término- un poco antimperialista.

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NEGOCIOS SON

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Cantrell ocupó interinamente la jefatura de laJHi. sión durante las vacaciones de Saenz, entre mayo y tiembre dé 1967. Durante esos meses, hizo eilcala Montevideo una flotilla de guerra inglesa, compúestap(w tres o cuatro barcos.

Al día siguiente de su negada, vino a verme un cionario de Relaciones Púb1ic~s,quien prestaha servidQ;·· en la secretaría del jefe, coronel Badocco. Saayedta ~reo que ese era "u nomhre- venía de parte de Walter Pardeiro, secretario del jefe.

De la Embajada inglesa se hahía reciLidouna llama .. da telefónica destinada a la concertación de una entre; vista entre el ,coronel Barlocco y el comandante de la FIó:' tilla, quien deseaha hacerle una visita de cortesía y pre­sentarle sus respetos como jefe de la Policía -de la cÜldad.

Pardeiro quería saLer si yo tenía inconveniel\tes e~n;~ servir de intérprete; al1'ato conversé con él. Se desconó." cía si el comandante oel attaclzé hablaban español y los conocimientos de inglés del viejo coronel 13arloccoél'an exiguos; se dudaba ::le la posible ayuda de los flmciúl1a .. rios de confianza de la jaatnrapara una trauUC{;W)l!éJ simultánea. .

Le contesté que no tenía el menor ,inconveniente el Jefe de la Misión' me autorizaba, cosa que no '"""<'<".''"'Y'. en 10 más mínimo.

Así fue efectivamente. La cosa no hubiera dado más, pero al siguiente día Cantrell me endilgó una sa conferencia acerca de las dificultades que en su. trabajo. En' resumen, la charla era para tanne su preocupación por la visita de los l'} l nll:il:>t:

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concel¡ía como una interferencia en las actividades de la rvIi:;ión dentro de las fuerzas policiales uruguayas.

T LmÍa que la visita fuese una excusa para sondear la posibilidad de preatación de asistencia técnica inglesa. Añadía una opinión despectiva de los ingleses, a quienes consideraba unos diletantes. Manifestaba que eso funciOe naba a fin~s del siglo pasado, ei1 la era de la pax britanni. ca, pero que en pleno siglo xx era prueba de medio. cridad.

Lueg~ decía que ya halJía trop~ado' con esa actitud amateur, que le habia traído serios trastornos en Ale. mania y echado a perder más de una tarea.

. -Que se ocupen de sus barquitos y no se nIeta n en las cosas verdaderamente importantes --concluía, no sin cierto dejo de despecho.

Todo esto era una preparación para saLer si yo es­taba ~ispuesto a ponerlo al tan~o de 10 que se hablada en la reunión. En verdad, en esa época tropezaba con· obs­táculos en su lábor de penetración y Badocco no estalla dispuesto él poner. incondicionalmente sus servicios de In­teli:;;encm a la orden directa de la Embajada llOl'team.eri. cana.

Al principio ee manejó la posibilidad de que yo llevara una grahadora de bolsillo. El equipo me lo entre­garía Juan Noriega, quien me lo enseñaría a: usar. Esto fue descartauo y quedamos en que yo redactaría un infor­me completo de la entrevista.

Hicieron hincapié en su desinterés en torno a las cuestione;; propias de las relaciones anglo-uruguayas, pero me advirtieron que fuera receptivo a cualquier referen­cia relativa a asistencia técnica, ya fuese en equipos, becas o cursos. La temida entrevista apenas duró media

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hora y mi intervención fue muy limitada, ya. 'que Vli:,,/,:¡;)li,"''''>,

gado hablaba español y el inglés del je:feno deplorable como creíamos. Hice un informe C'1:\1Mn'Avn

Contesté algunas preguntas de Cantrell y no volví a hablar del asunto. A partir de ese momento, Cantrell fue confiando pequeños trabajos de naturaleza sino fidencial, por lo menos reservada. . ','

'Tiempo después yo me preguntaba por, qué los teamericanos no habían utilizado al propio secretario jef~ •. Pardeiro,quien era uno de sus hombres y les '" facl'htado en mucho su penetración en la JA'¡;~""~'_' única explicación posihle era qué no confiaban en él ~p e~r~o. Sólo entonces comencé a corriprendér que los norterune:ricanos consideraBan como UR 5itivo mi ooooición de e.xtrani.8fo.

A :fines, de 1967 9istía llft3 situación dé wre ,k Mi'9iÓft y el Mini5terio del Interi9r. habf~ pl'Oyeetado la . modernización del parque de laemerzas policiales. La Misión hahía cOC:lPe:l'ªd,~ vamente en la confección del proyecto e indicado tiMos tipos de vehículos que debían utilizarse ~g"i~~;;Ii, depel'ldencia, . según la naturaleza de las funcione:~ las cuales serían utilizados. En una mayoría abru.:rnSIU(jIl'a de casos había:¡:ccomendado la adquisición .. J~''''''·.rt·· COl11pacto. .

Las otras empresas automo~ilísticas norU:anrlel71cittÍlll$: se movilizaron -particularmente la Chrysler­recibió una comunicación de la oficina central <le ~ Washington, por mediación de li! cual se le ba por haber escogido una marca por sunomhre,

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mismo se le ordenaba que se limitara a describir el ti 1'0 de auto requerido, siempre que. la descripción implicara ~esariamente la adquisición de vehículos ~orteameri­canos.

Estos autos, como se lia dicho, no constihtían una (fonación del gobierno norteamericano, sino que serían comprados a cuenta de la deuda contraída por el gobier­no uruguayo con la Misión, por concepto de gastos de la misma en el País y, por tanto, debían correr por cuenta del gobierno uruguayo. El fondo en cuestión se había reducido y existíá un déficit en esos momentos, incre­mentado con la compra de vehículos y armamento. Pos­teriormente Uruguay volvió a cubrit parcialmente ese fondo, la otra parte fue colocada en oro. .

Planteadas así las cosas se produce- una intentona de alguien en el· gobierno tendente a la adquisición de autos alemanes Volkwagens. Éstos· serían pagados con productos de exportación no tradicionales. Las presiones diplomáticas lograron frustral" tal proyecto.

Era ésta la situáción, cuando otro país europeo propuso una negociación global que incluía automotores, equipos y armas automáticas. La forma de pago era muy ventajosa y sobre la base de productos de exportación no tradicionales. La oferta era demasiado tentaJora para ser rechazada de plano y tenía la ventaja adicional de estar planteada en forma tal que daba un huen margen de ga­nancias, si 105 encargados de realizarla maniobraban con suficiente habilidad.

El estudio relativo a la parte del armamento fue en­eomendado al director del Instituto de F.nseñaúza Profe­sional, teniente coronel Ramón Trabal. Homhre de ideas de neto corte tradicionalista. Trabal era francamente par­tidario de la posición constitucionalista. Crítico sigiloso de

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algunos de los negocios más 'burdos; ra meticulosa --casi como un hobby­comprometedores.

. Ya había tenido algunos roces con J.l.1l'.l.J;Vl

nos durante la organización de los cursos por lo que él consideraba un. reiterado e conocimiento de las atribuciones del institutó

En su informe Trabal recomendaba la de la transacción, basado en CO:IlS]lae:raC.l~me técnica y política. Por un lado conu:~(),bó las armas, con un suministro seguro alegaba que r.ecibir armas y'equipos aseguraba la autonomía urUguaya en' carácter internacional y libraDª- 1,llpaís nes políticas ejercidas desde elextedor cientes. ...

Agregaba que la dependencia en el de armamentos de una sola potencia .n6erª ble a los. intereses uruguayos. . ..,

Saenz logró obtener este infolin~~ ",,,, .. á'A ... :

mente confidencial. No enjuiciaré la Pl!~~$1!)nll. proporcionó. Tengo suficientes in.¡m:ioli era alguien conectado con el Estado mal Dirección General de Coordi.ña:clón que el documento fuesustraldo de la J.WipeOCl;ÓlJ., del Ejército. .

Prefiero no lanzar una acusación A .. "· ... · ........ i'.;·"j' ..

fundamentación c~nsistente. Lo cierto eS pués, el teniente coronel Trahal cesaha . Instituto y asimismo fue reincorporado . cito, por tanto quedaba a disponibilidad. el cargo el teniente coronel Legnani, • mento había actuado como segundo del PoliciaL .

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La reacción yanqui frente al Informe Trabal fue drástica e inmediata. Se infórmó oficialmente al Mini§é terío del I~terior que, de realizarse la transacción, la Míe sión se retiraría del país; ciertos suministros que debían llegar para las Fuerzas Armadas fueron demorados; u~a compra' de durainos al natural 'yen conserva fue cancela­da; huho rqmores en la prensa estadounidense de restric-ciones a Uruguay. '

Esto fue lo poco que pude saller. Se compraron 300 Fords y todas las, armas que se necesitahan.

El informe existió.' En mi condición -de jefe de DeSe, pacho de la oficina de Asistencia Técnica -de la Misión de la AID en la Jefatura de Policía de Montevideo, lo tuve en mis manos y lo leí.

Comprendo que seré desmentido. También tengo la certeza de que por lo menos existe una persona en Uru­guay que me creerá ( ••. ) el teniente coronel Trabal. 32,

32 Después de los l1echos aquí narra(loo, Trabal ocupó los car!':os de Jefe de Inteligencia Militar (en los primeros tiem!)()s de Bordaberry) pasando luego al "exilio dorado" de' Agregado Mi1itar en Paris. Allí resultó l1merto a til"Os. circulando la versión de una supuesta responsahilidad 1'01' parte de grupos de acción TU¡JUmaros. Consultado el autor, éste cue¡;tioua ¡;,eriamente la versión a flue hemOlJ hecho referencia, por entel1l1er que, dada la firme posi­ciún comtituc.Íona1ista dé Trabal, es improhable que el mif'mo haya caído en los excesos que se le atribuyen. El auhl!, reeuenla que, desde (ms primeros contactos personales, Trahal denunciaba enfáticamenle la CoITlAp'" ción y el latrocinio de la alta oficialidad ,uru¡!uaya YO. además, por su hábito de acumula'r referencias acerca de esos desmanes, parece más lóg~co suponer que, en ,,¡rtutl de la información que acumuló en los meACS que actuó como Jefe de Illteli~encia (y no siernlo un incol1llicional de la dictadura) se convirtió en un individuo demasiado peligroso para la oligarquía militar dominante. (N. d1;l E.)\

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Si~pre resultó notoria la perenne delllco,nfjtall_ ~ nortellmericanos hada sus aliados

La CIA parte de la pr~misa de que tooa, _ .. enemigo en ~encia. No i~porta su, mieiÓll. Políticos. industriales, militares ., _metidos la uq escrutinio incesante en husca iIkIicio de desafección. €ada pers~ma c:tesitacac:t~k:t ,aliado tienen su expediente, en el que \ju .... ~ .. ~u""! ..... ;

filiatorios, actividades, vida personal y famUiar, ,.,,' __ relacionee oficiales y amistosas. .

Recuerdo que lo más importante estaha re~~l~ra'(l _ liJes, o carpetas, clasificados con las n fik L contenía análisis de la personalidad,' d"~ al sujeto en cuestión, sus puntos .. poftbIey futura evolución enlo personal yeulo'

En el, segundo lile se guardahan ele,mentoIS] diu semr en un momento dado para ejerc ~ &l expedientado. En realidad este 'file, ~ de esos datos o elementos y lo pue ~as d,ependencias. Los documentos· u les se archivan en algún lugar de la' Emhajada:~ ~ liles solamente én dos oc~siones.

Seria oportuno referir algunos hechos .CUlIllO al

dente&.

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Entre 1964 Y 1965 en el Ministerio del Interior ~ ~nició un sumario administrátivo contra el director d6 Migración, Alejandro Rovira. 41 Los cargos er~n especial .. mente graves Y. de verifi<:arse, si.gnificarían una severa lIanción. Rovira era un funcionario de ·larrros años de servicios, afiliado al Partido Colorado, en la OpoMción en esos momentos.

Se trataba de evitar la ácusación de persecucioo papo. tidaria, por lo que se procedió con excepcional cuidado. Se designaron varios jueoes sumariantes para recoger u .. tecedentes y comprobar los hechos. En la prueba testiiical fiEl comprobó que el Director se había cvnjurado oon el propietario de im cambio 33 cercano para vender ti~ fiscales a sobreprecio. Se le informaba al público ~ DO •

hahía timbres en la dirécción, pero que podían adquirift08 ·en el comercio citado. - .

Con este primer elemento se procedió a la 8M~Mi6n ~d. funcionario "infiel!t, mientras proseguía el ~lI!mi}rio. ·El director .de Secciones, Rodrigo Aoosta, á~mió ~ poralmente las funcione~ de Migraci6n. Se comp:rObft:r~~ entonces otras irregularIdades mayores. ConclkJ 8U1'~ l1na oomplicación política impredecible. El senador di& rector del Mrrerista dianoEl Debole,· Washinstoo dafuN> había atacado dÚl'amenteal ministro Gil y & ~u

r-' R " sucesor, Tejera. Ahora saldría m defe?sa de • ~n'~6 Algo inexplicable, si. I§e átendía a antenores poSU:1OOes

del Senador. Los ataques a los ministros se habían iniciado tm6S

cuantos meses antes. El jefe de la Policía de Canel(m~ Beesio Viña, dirigente del movimiento político conooido

• Aetuál mmiMro de Relaci~ Ji~~~ de la did:mdum.. 188 Gasa de Cambio de dinel'~ .

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como ruralista, 34 y comprobado p'sicópata~ había nado a mansalva a dos delincuentes comunes, con.el vame de provocar el delito y actuar en jurisdicción 'ajena.

Guadalupe intentaba convertirse en el VOcero rura­'liSIa, y desconfiaba de Bordabeny por sus antecedentes "colorados". Le llamaba "el hijo bastardo de la ......•. 'ja Colorada". Su recelo abarcaba también a la Nardone, por inéapaz y ambiciosa, y asimismo a Zaba}zª~

34 Mo\'imiemo político aglutinado por el comentarista Beniw Nardone, autoproclamado defensor (le Jos see rurales del Uruguay. El estado de abandono i:n-terior delpais (el batllismo· es un movimiento enli:nipt~. oomente urbano) y la crisis creciente, catali:¿aton· .. heterogéneo grupo político. nudeado en 10 fWllulllW;é.ntál por los grandes estancieros,. pero que supo ClUiUUll!íi!'E:

upimcioDes del campeainado medio y de los com~ nM'lilistli :rompió 1011 moldes partidadoll. trando en su·cauce a "blancos'· y"colorados" (de timos, principalmente 103 riverista,~. los sectores * desalojados del, poder por elktUismo). Luis AI.llerl;"';'

de· Henera wmprendió la importancia politica vimiento y. tras un pacto con Nardone, nevó a Nacional (Blallco) al poder. luego de 90 años {le "'''lI1''''''''~' .Además de las ya tradicionales pugnas entre los cionalisw· blancos de la UBn y 10&

alianllla enardeció las contradicciones internas bllUBcoe, cnyo6 ocbo años de gobierno se caracterizaron ~ riales. Al morir Nardone, 10~ pam. lucharon por su herencia: Lo& "b1ancos" poi" oorvlU'lll! dentro de Lema; los "colol'ados" por babeda jJl'esar. El sustituto oficial de Nardone era el ser~;l(lW Bordabeny -antiguamente "colorado" y, !}or s~bre e8tanc~e.ro--- cmmervando ]a viuda la jefatura Un ooudlllo "blanoo"·herreri.stl& Jmm José Idempre /lO habill! movi~o tras las bambalinas, Pr;¡)pjiei;aú<íI real de El Debate, aspiraba también a la herelllcia ·.n4ua,jO

.CIIl de Nardone. Para dIo utilizaba al <U rector el senador Guadalupe. eterno polichinela b.en-erismo.

161

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po!" iluso, término éste que él usaha co~o ~inónimode }ro..

.neMo. Realmente, a la par avanzar sus intereses, defen .. . dia los de Gari como futuro caudillo heredero de Nardone..

Guadalupe era cuñado de Micale. A sólo unas serna" nas de mi arribo a Uruguay, a~ompañé a este último a una entrevista donde ambos trataron el tema B~ssio. Micale hizo saber al senador la intención ·del minisfro Gil diñe gida a la destitución del jefe de Policía por habérsele comprobado los cargos. Gil estimaba que ya en!' bastante éoncesión el hecho de no darle curso a la justicia, tanto de ese como de otros' antecedentes de Bessio relativos a vee jaciones y torturas en la Jefatura de' Canelones, así como por lo menos un asesinato en la cárcel de esa ciudad.

También Micale :¡:elató senador la fruición ·con que Dessio contaba .a un grupo de conocidos, durante la reué

nÍón del elES, 35 fOlma en' que dirigía los interrQgatOe ríos, en los cuales participaba personalmente, así como las 10:rtúI'as. En ese .entonces casi todas las víctimas eran delincuentes comunes. Guadalupeno se inmutó. Explic6 su defensa de Bessio y del dipíomáti~~ Urtiaga,desti~i" .Jo de su cargo de embajador en La Habana, basándose en ¡motivos de lealtad partidaria.

, ---Los 46bhmcos" tieuen que aprender de los 4'\colo.. :r~d05" que d~fienden a los suyos poI' encima

a Micale casos en que gobiernos &'~tGlorado§" habian tendido un manto de olvido sobre las

sus correligiómu:ios.

-,~Con los rlluestros, ron P((';)!;'} en ,el

2f'ctO:r que

eHa. 110 termin6' ahí. El estaba dispuesto a

¡¡> ~::~llMJ¡~Ja IJ!Mf;~,l(~~a ~IWmioo-S"¿sl

162

1M> lJhl!rlm Ro ""''''',;,;:;v, .,hi~ta po1ith~tl' de L.ftis 'Il~ HeF'R'ra, ~i!st pOin¡¡llllltid;u) de IIU ma~l!"~ . me~ de Ui>'a de ¡.- rl'~iOfl'!~ @lj¡! ~ ~, ,fflil.",jlim¡,.'<lÍ!!i.'

163

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adscrito al Ministerio. Algún ti~mpo después se supo qne el destacado mi~mht"o ~ la Unión Colorada y BatUista,

AlejQ-ndro Rovira, seda el suh~~u:iG del I~ €1ft

el gabinete del general Gestido"

y a he explicado que la División de Seguridad pú~, Mica tenía dos oficinas visibles : una, situada en el edifi. eio de la Jefatura, destinada al contacto con los cuerpos represivos y Inteligencia, permitía asimismo una supel'o> visión directa de las actividades policiales; la, otra estaba en el edificio de la AID. en la esquina de Paysandú y Paraguay, considerado oficialmente parte de la Emba­jada. En este lugar se efectuaban las actividades admie nistratÍvas de la Misión y servía tlllIlbién para reunionel discretas. Saenz despachaba indistintamente en amoos 1'11" gares, en tanto yo me trasladaba del uno al otro.

Poco antes de la toma de posesión del general ~ 'ido, una tarde llegué a la oficina de la calle Pay~and~

> Saenz se encontraba mu~ nervioso, cosa usual en en ca e indicativa de que andaba en algún Ho amoroso.

Yo sospechaba que se trataba de B:renda MemoH, bibHotecaria de la Misión y amiga intima de Juan No:ri.~ ~. Brenda, uruguaya, habia ohtenido visa norteamericaé

na en forma algo irregular y se disponía a partir hacia Estados Unidos. Si algún hurócrata yanqui notaba la falé

sedad -conocida pOi" algunos funcionarios de la Embá@ jada- habría probleme.s. Hasta dónde intervino Saenz y ha~ta dónde se trataba de un simple triitngult' amoroso, nunca lo pude determinar.

Al entrar al despl1cho. Saenz me que teftia Un encargo confidencial para mi y a seguidas me entregó

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un cartapacio. Contenía Un expediente al" que sMarle dos copias fotográficas. en la máquina t~rj¡~~; que había en la Sección Admfnistrativade .la piso bajo. Debía apl'esul"lume. Si llegaba el !';U'·Ullt::J,.'.~"J~¡:~i~" a~es que él hubiera l:egresado, pondl'ía Un piasen una carpeta y se lo entregaría con el cal·tapáll}~o~) Me previno asimismo <Iue si me preauntaba Cll¡"m:tI;S"~,O:.,:.' pías. había sacado, debía rel:lPQndedeo que no ...... . do tIempo de sacar nada mlÍs que una. El segundQ lo gu~u'daría en el file, que se encolltl'aba ed ·la

,central del buró de Cal1trell. Esa noche Saenz me dio una escueta eXl¡)li,Nl(:lÓllt~lfj;.

lo sucedido. No me lo contó todo, pero.' conOcía otros detanes del caso Rovirae" .. pü'ticipado de las investigaciones de la Cása de \"¡UIDiltIO:

y 6Httevistado a una prostituta afectada. . Lo dicho por él, en síntesis, endo! siouiente,EI

:r?ool Berta, preocupado por su participaci61ien :1'10, deseaba ponerse a cuhierto de posibles' relprei$~l~laíl.;~ El expediente, donde constaba todo el 'próceso deJlistlmlrtl'11í):~ d®®de su inicio, incluida~ las declaraciones de los teIJti~~~$'.:l probaba que hahía actuado correctamente.

No obstante, temía que Rovil"a lo, hiciera . .;iel,~p'~U~f~~1~.·. ou cuaBio tomara pOsesión de la subsecretaria .. iióm, de esto, lo había sustraído del Ministerio ~ ,flM fotocopia y reponerlo. Berta se' hahia con Saem: con ocasión del primer. curso de celebrado en. Salto y sabía que la Misión nni~" •. lll quüla' térmica que sacaba copias posible, además, que, COn un critc~l·io errónéo, poner a la Embajada ,en antecedentes, para(ttJ.~ como árbitro en caso de verse envuelto en ~iadesagradable.

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Mientras realizaba -un tnwajo atendía la posible. lÍegada de Saem: n del coron~l. I~o~ C{lr~os no sólo se l~ ... mitahan al nt~O'ocio de los timbres: Rovira tenía una aÍl ... el .

~ión casi enfermiza por prost-itutas; esto ya 10 ~ pero ahora tenia en mis manos algo-{;()ncreto~ Uti~ wposieión en Migración, ejercía presiones en tall'lMido .contra ciudadanas brasileñas y' de otras HacionalidaOes, a I.¡a.s cuales amenazaba con la . deportaCión. Su caso era :real .. Imente repulsivo. Rovira hahía tenido relaeiones con ~ Itmlguaya, quien ejercía ocasipnalmente la prosi'Ít'oo~ Esta infeliz había tenido un hijo de un clieme. de CMl'"

Idadania extranjera, quien la había abanliol'lftdo,' ~ _ /definitiva concluyó por reconcililuse.

. El Director de Migración habia aceptado ese MM~O leon la condición de seguir disfrutando de los ~a mujer, amenazándola,-si se negaba, con la-~~~ Ición del padre de su hijo. Existieron amenazas fi.s y /otros escándalos menores. En el expediente e~ftetaln:m las !declaraciones de todos los testigos.

En su apuro por marcharse, Saenz cometió otra de \sus frecuentes indiscreciones, que ya le habían valü.i,') ~~ :rías reprimendas y que, con otro embajador, le nuhielrfH1' costado caro. En varias ocasiones la ronda nocturna de los marines comprobó q;,¡e había dejado abierto el nrchivo ~eáetode su oficina. LE:. última vez que esto ocurrió, el sargento de guardia lo despcltó a las dos de la madrugada y 10 obligó a trasladarse, entre maldiciones, a la Misión de la AID, a hacer un inventario y redactar un informe.

En la gaveta central de su buróhahía en efecto una 'carpeta sencilla con el nombre de Rovira. En otra, exiMía una similar, pero de cartulina más fina, provista de una franja roja en diagonal, la cual exhibía inscrita la palabra

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inglesa CLASSIFIED. 38 No era excepcionalmenté que quedaran esas carpetas en su buró. . ..

. Al pnooipto ~ia.11M trainpa. Luego oomprenal . que N ~ de 1m simple ,deiCuido. En esa O'P<llrtun)'da~:< ~ tz~ 001 fik Q,.e,l cwil contenía.el índice dellel!a.j6: RoviR. No era lógico peJWU que Honra pusiera el 'men~r' :r4llJW"O al tr~jo de ~ y~ pero, en' t~o CUo, ~ . bria forma de oonvencerlo para que cooperara.

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La historia de Información e Inteligencia ~ aJt~os. y ha estado-tan vinculada, asiimi.sm ~€s políticas de la época, que conviene' :r~emo previo.

En marzo de 1%7 asumió el mando de la de Montevideo el coronel retirado Raúl tla:rl<)OCif1~ na tal vez bien intencionada, pero 'que no colmpréltd hOOian pa-sado veinticinco a-ños desde qué .OC1LlIUU·é!

f~l'a de Bomberos.

Debe destacarse que los nOltean:}(~ticau~ ~r.oo. del 'todo la importancia del Cuerpo ro8. Esta disciplinada entidad, organizad~i a @M una eficientísima Qrganización militar;' m&meme algo pobre de armamentos. Tal '. ~ la década del 30, cuando el presidente dado su golpe de Estado apoyado tan sóló ~tl ~.' " '

El coronel trató de ser recto y. ell~rgJc('h de :m.ejorar el nivel moral del person~l policill ridó preocuparse de las pésimas c.;u.J·~"u!l;,¡,u.jm:;¡h tm que vivían los funcionarios más eL'; lUJ.',l"',..CL",;:'.'

oo~ar a sus subalternos inmediatos y"""<'''''''' ~. "

Por otra palte. se opuso a la penetración l"~. Sin embargo, el cCil'onel Acuña, su jefe M:ayor y persona de su total confianza, lo ' siiu.sion,ado y disgustado con la creciente' ~ón.pr~~ent6 su renuncia. -

.El¿~so~den de los primeros días facilitó ~a roo la Misión. Había que camhiar ~ gente de confianza, interiorizarse con el

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.~ Jefatura '1 preparar la Conferencia ,d~ Presidemea M

poco más de un mes. Acuña.habiasido jefe de IntoJigcn. da en el Ejército y aspiraba a crear una verdadera ~ioo en la Policía.

Un joven. agente de la ayudantía de. InveetigaoionH y muy vinculado al coronel Acuña. Atilio Galán. debió conocer de eaos planes y, junto a su amigo Nehon &1' .. desio, también agente de investigaciones, prepararon un esbozo de organización de Inteligencia y lo lI@md1emn al nuevo jefe de Estado May«?r. .

Bardesio ~uien fuera 6ecuestrado por los T~tHe ros en 1972 durante algunos meses y pQsteriormeme libe­rado-- y Galán, eran dos Jóvenes que habfan leido mUe

chas novelas: tenían cultura; gran empuje; 'capáddad de trabajo; entusiasmo y, sobre tooo, muchas y muy huenas relaciones. Cantrell se per~ató de ello y comenzó a alentar­los y a recibirlos en su despacho.

Galán es hijo del ex director policial del miDIOO ~ lUdo y el pad,re de Bardesio estaha muy vinculado al se.. nador quincista Héctor Grauert. Todo esto, unido a los obstáculos con que tropezó la creación de la nueva di~n ciÓil, adenll:ls de las intrigas, provocó que meres agéntes tuvieran una influencia despl'oporcioRada para m oot~o-­:ría y un conocimiento e5Lacto de les e~treteloilés dd. al!mMO.

Después de la Conferencia de Pr6Sident~. se deoidió encaminar Íos primeros pasos para la creacitm de ~ nueva Dirección de Inteligencia. Se escogió primero al grupo de oficiales que formarían sus cuadros superiONi. Éstos fueron seleccionados por el coroo~ A~ña, Camtell y NOl'Íega.. '.

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Este úbimo se instalO pricticamente en el de AcWia~ Se trataba de evitar, en lo posible, Jje¡wsfJiiíltl);, que uahajaraa las órdenes comisario Alejandro. Ut~~ro¡,"< jeíe del Departamento de Inteligencia y Direccioo de Investigaciones. .

Asimismo se eligieron cinco oficiales para 'Un curso especial en Unidos, con el })1";¡)l)c)!nlto.íltl. determinar la aptitud candidatos en relación lGS. nuevos destinos que les aguardaban. '

Uno de ellos seria el inspector Antonio Píriz ""'i1"Lt!'~"" ne~ . quien estaba en situación de disponibilidad mando---, pero hahía legrado impresionar con ción y durante la C(mferencia. A pesar tener "hJancoli", se le _consideró

.... "".,."'~"''' suaves lrl@$, perQ más en

investigador, antaño y su selección

Finalmente

apegos tradicionalistasflue'

un informe

173

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l..os comiSll.nos Juan Muia 'LUCM y J- Pedro Macchi fuel'llm h~s dos restantes {uDCWtla:rios. policiales. El primero es el "honitiUo'" mucbacho de las peliool;U de Hollywood; scguudo. el HglW!pt:tón". Ambos yá b&-­

nen sanGre en sus manos. Lucas figura al. frente de la ~ , eional l~ovena. Es IDI oficial Joven e inteligente. Maooh~ bahia sido ohieto de persecuciones por Aguel'r-{mdo y €WI:!.

dado de baja.J

Pal'R p1'lltegerlo,Mic.ale lo hahia tmslada~o a la Comisión de Represión del Contl'&bando, que íu»Cl1O-naba en el Ministedo. de las filas "(Coloradas", al producirsc el "obierno su cugo, con todos los ascensos que n huhienm correspondido, de 11<\oor mi la

El quiuLo coronel de Policia

y que Frente a estos

allo nivel y el MeClaushmd, rior. l_egmmi Iili querían .¡;;eguir

U11 militar, el tenieme del ministro y del jefe

de El hombre

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JIl. mát1 la'Embajadat

lme~

sNm.preque evitaran un éhocrue con gran amigo' del' presidente Gestido y de su Defensa en ese Gobierno y el de Pacheco, Franceses. . .

Legnani agregó que no podb autorizarlos ni los. públicamente por razones índole política. ces se tomó el 'acuerdo de que Noriega quedara de entre el nuevo grupo y el Mini"tro, así como que CBl.ntl.'éll1 ~mpervisara los trahajos.

, Por su parte, el comisario Otero perdió las eS1~l"il'~.¡ zas de ser designado director y por ellorompio. (j~ffitt~; tivamente con la CIA, al tiempo que se, entregaba taje del pl'oyecto y se acereaba- al jefe de 13 Saeru;. quitm también veía disminuida su control dentro de la Jefatm"a.

La situación se puso más tensa cuando Saeni' a aprohar la beca del candidatov el Lemoi Silveira. Posteriormente, CIAgana Lemoo viaja a Estados Unidos, pero solamente a demia' Internacional de Polida. no al curso eSJ~e~:lajU: de la CIA.'

Saenz llaLía planteado, con respaldo dé la no. se debía debilitar aparato reD::mn!l' Policía. Más tarde,. e~te entrenamiento eSlr>e(~laj!lZlla4j~$;'1f). im.partiría el propio CantreU. en lVtc:mte'!nae~¡¡¡.

, Mientras, Lemos seguía trabajando con el UUJIU:¡il!

Otero. quien le hahía prohibido visitar a Cantte su turno trabajo o en horas- de oficina~ La8 se debían hacer a última hora- de noche- o en

de Lemos. celehradim en el despacho de y .. como éste no dominaba todavía el espafiol,yp "lna intérprete en de Noriega.

En reuniones posteriores con el resto del esto se convirtió en costumbre, hasta que Saemrri€

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que yo- era funcionario de la Misión y no de la Sooeián Política y, por lo tanto, debía permanecer en la oficina.

Siguiendo las directivas de Cantrell, Lemos comenzó a seleccionar el personal de Otero que pudiera, en su momento, pasar a integrar. la nueva Dirección. En todas estas cuestiones interviene activamente un nuevo persona~ je, el sargento Vázquez, secretario y buen amigo delco!'&> nal 'Acuña, quien también aspiraba a una buena tajada en el reparto. '

Al seguir los ,consejos del Ministro, para evitar choques' frontales' con el jefe de la Policía, la situación quedaba temporalmente estática. El grupo se instaló casi de modo clandestino en un saloncito que le sobraba a Lucas en la Novena, donde prosiguió' el adiestramientc

- a cargo de Cantrell y Noriega. Por otro lado, Cantrell habia convencido a A~.lña

para que le asignara en comi~ión a Galán y Ba..rdesio. Sólo se produéiria una baja. ya que Conserva debió volver a sus clases en el Instituto policial. Pero regresó aprovech!'lndo a los dos jóvenes para alcanzar la cumbre. Éstos se verian en el centro de todas las decisiones. hasta que el agua tomó su nivel y se les recordó su condición de meros agen~ tes. Hubo instantes de furia, pero, ya calmados, siguitm~n trabajando en la Dirección.

Acuña y Cantl'eU prosiguieron sus planes, El tenien .. te coronel Legmmi fue designado segundo jefe Estado Mayor policial. Bal"locco se habia desengañado; se sentía viejo y causado, Había muerto su compañero de años, el general Gestioo, Concluyó presentando su renuBcia

. a Pacheco Arcea y :fue ¡,¡ustituido por el Aguirre. En tanto, Piri;/!, Lucas. Macchi, Bardesio

v fueron en comisión al Estado Mayor~ ~un'1ue Bardesio {;ontinuó lado de CantrelL Lemos fRe inco:rpm:ado, ",,,,,,w,,,,.,

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. El temor alescándálo . el Mbota je de Saenz y las des. mantenían' paralizado 'el

No fue sino ha~ta agosto ministro, Jiménez de AréchaD'Q ha1" que buscaran Un lug:t"~ aun así, se aclaró que todo cialmente" .

Despnés de intensa bÚsqllle<Ia..,& looal disponible era el :museo: al lado de la seccional n"'''''''lI''o. de las canes 18 de Julio y el grupo, que ya proyectaba eD 1m momento propicio.

Aunque no tenía ningún ci6n se fue imponiendo "''''','''' .... u

ti! que no ,se d~tituyó a· Otero", genda y Enlace conse~"Vó· amba5 dependencias lU!tlC!' Oni!U

Esta situación no ·<teísa!iU'á americanos, pues les perl;lllitía mente al personal que restantes con Otero, al dimientos y' ción el trabajo de ull,eu.gcllltaill

Originalmente los norte,am ña habían proyectado una genciaprovista de un jefe á Ministro del Ip.terior o, quizás, pública. - .

Esa dirección coordinaría los grupos de Inteligerl~i~. 'los Fuerzas Armadas' (!i nn~¡"."r~I'I·'íijn

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1I mía, pero "deberían suministrar también copias de sus in" 1I form~ tanto a los superiores respectivos oomo al n~' !I orga.nismo. Éste tendría, asimismo, la máxima ~~ " bilidlld en la determinación de la politica a ~i.r, uf

Gamo ciertos mecanismos de control. No obstante, sería conveniente enfocar un up~

que influyó considerablemente en el d~rollo d,i la prOm y~ada Direooión General. '

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CONTRADICCIONES

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Se supone que el FBI funcione dent.rode territoriales de Estados Unidos. De unos años diferentes pretextos e interpretacioÍles de la norteamericana, el BUl'eau trat<í de extendet des a otros pa í ~es.

Lógicamente la CIA se opuso- a esta esfera de acción, aunyue, paradójicamente, una intrQmisióna la inversa. Coincidiendo dencia, y por razones de táctica . norteamericano aceptó la sugerencia del de Estadoell el sentido de incluir dentro fIé Sección de Seguridad, conocida en cada pifÍs sión de Seguridad Pública.

La mayoría de los integrantes de la fue reclutada entl'e los miembros del --en activo o "durmientes"-.Por otro pende jerárquicamente del Dep5trtamcpto de su política se reflejan las tiv-alidades y los foques tácticos de éste con la CIA. Una de. consiste mi la forma de influir sohre lá.é l\Iivas de un determinado país.

La CIA trata de ejercer un control diato, llegando si es necesario y posible, directo en las operaciones. El prefiere incrementar el grado de zas represivas y luego dirigirlas presiones económicas y con la COJlalJfor,QCl mediatizados.

Ya hice mención en tomo a la lidad de Adolph Saenz y su <compulsiva firmar (Jonstantemente su autoridad comí)

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lar su segul'idad psíquica' tambaleante, Saenz, jefe d~ la Misión, sabía que su asesor de Investigaciones era agente, de la CIA, pero al principio no le dio mayor importancia a esto, conocedor del modus opeumdi del sistema,

Sil1 embargo, pronto Cantr®ll mostró una gran inde-. pendencia de,. criterio y acción. Cumplía fielmente las in$ trucciones de Saenz en todo lo' relativo a las actividades propias de la Misión, pel'o no le daba mayor e~trada en el ámbito de la Sección Política.

Al iniciarse la estructuración de la nueva Dirección de Inteligencia, la crisis se hizo evide:nte~ Si bien la Ditecé

ción caía de lleno dm;.tro de la jurisdicción de la CrA, era cierto también que se estaba creando dentro de la es~' truetura y con los 'cuadros de la Jefatura de Policía, que sí era responsabilidad suya y de la AID;, por lo tanto, en cuanto jefe de la Misión, SaenZ estimaba que debía ser consultado. '

Previamente se produjeron roces sin mayores tras;'; cendencias. Ya, desde antes de hs elecciones del 66, SE!enz había llamado la atención aCantrell por estar de­masiado tiempo en el edificio de la .Embajada, en vez de permanecer en la Jefatura. Cantrel1 rectificó, pero en su actitud de sumision aparente despuntaba un ~esafío que contrastaba con el servilismo de· Bernal, plenamente percibido e interpretado por Sae:nz..

El enfrentamiento cobró mayor importancia durante la Conferencia de President,es. Saeru: organizó un cuerpo de choque con personal de la Jefatura que, vestido de civil~ realizaba actos de provocación en Montevideo. Pero Saenz podía aducir ciertas. directivas suministradas por el pro­pio Embajador, yen defin;itiva la tirantez se diluyó tras, la desaparición temporal de Cantrell.

El roce con la CIA como institución persistió duran­te los preparativos de la Co:nferencia~ pero la negada del

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Servido Secreto impidió una guerra tioues coiicernientes a la seguridad dell'I:c~5ic:f~n tados Unidos, el Servicio Secreto se arroga absoluta y puede cursar órdenes a todos 195 Seguridad y jerarcas yanquis, incluidos los gHbinete y altos jefes' militares. De manera,qqe. '::w Secreto, al detentar el . mando de l¡le «Has antes de llegada de J ohnson, impidio conoocuencias de la pugna.

Llegó, pues, un momento en que Saenz qúe no podría inmiscuirse en los asuntos de la' nueva Dirección. No se atrevió á sa.l,oJ~~at lirlente los trabajos, peIO recargó a \..anueu bilidades adicionales,' al punto que Noriega darlo en el entrenamiento especial que. . em¡ el museo de la policía y, después, en la·

Por su parte, Saenz trató de' paralelo de información Y. llegado. el Aunque sabía que en ese terreno mi

con la CIA. únicamente' se proporii y demostrar su eficiencia al Embajador con propias. Ello constituía una clara violación de d~jOm:l§ tradicionalPlente aceptadas.

Cuando surgían quejas de la Sección las refutaba alegando una extensión natural en la jefatura. Mientras Hoyt fungía generalmente le daba la razófi al jefe de¡ ·la $upone que Embajador sea la máxima

Naturalmente la CIA podía tratar de cima. pero con un Secretario de Estado . el caoo af:: en época de Iohnson, mantenía d c:rití~rio del Embajador.

Hoyt en 1968 y fue sustituido miembro d-ela GIA y vinculado a ella. A

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·mento, la influencia de Saenz en esta y. otras cuestiones comenzó a declinar.

Yo me vi envuelto en el mismo centro de aquella pelea. Llegué a tener cierta importancia para los contene

dientes. Para comprenderlo hay que conocer el funciona .. miento interno de la Jefatura montevideana.

Existen cuestiones que, por. muchas órdenes que di., ponga el Comando, por mucho celo que demuestren 103

oficiales. no. rinden los resultados esperadoS, si no so cuenta con la huena voluntad del empleado que dehe, rea .. lizarlas. Para arreglar un auto con cierta rapidez en el garaje policial. era necesario una orden priorizada. del inspector Carreras. pero convenía hablar después coo el Inecánico si se esperaha tenerlo en la Íechá. .

El Comando confeccionaba en "los talleres los ba~ tones o garrotes utilizapos en el curso de entrenamiento realizado en el Departamento de Salto. La apatía de loa carpinteros por poco obliga a la suspensión del entrena .. ' miento. En este sentido se podían citar otros casos en cada sección y dependencia, ya fuera en los talleres, la cantina o el archivo general.

Nuestra oficina se sometió a limpieza no por gestiones de Saenz o las órdenes de los directores. §ino porque los fajzneros 39 ]0 hacían a título de favor, en vir .. tud de la estimación que profesaban a una de las funci.oa nadas asignadas a la Misión.

Los norteamericanos trataron de ganarse a todol estos empleado;! menores y Bernal muchas veces lo con .. siguió. Pero existía una harrera que, aun para éste~ era insuporable: ser asesor yanqui. Incluso para los fun­cionarios polif'iales era símbolo de prepotencia.

al! .Personal de limpieza del ejército.

184

A pesar de mi concliciqll todas las desventajas que hasta en' caLa, yo era latinoamericano y podía considerarme como uno conmigo era más natllral. Bernal podía o quería hacer, grappa 40 en el boliche de la vq'.t' ... ~ .... ",::

chistes o ponerse de igual a igu:al. . Como jefe de de~pach{) .yQ

asesores y la Policía. Era un pero no un asesor; no era.u Poco era un vanaui. Comót'endía

,. Á

cionarios uruguayos asignados a gidos y supel'visarlos sin ''''0''1\1"'''\1·

Tenía la ventaja ad[lCJrQl1íail:tlil:mtt,

con viejos cuadros del jes políticos y Sociales. La acostumbrado a verme su mente me asociaban a él tiempos de Micale".

Si en la Misión hahía· una gestión en el M .... """ ..... , •. ,fticiera. Él podía ejecutatlo tener sus elementos se-.-, pero siempre era adicional.

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'El hecho de no ser uruguayo me libraba de lazos de ledtad en particular; el de no ser yanqui, no me had~ distinguir como un rival en potencia y esto Últi~lo' era de suma importancia. En Bernal, en Cantrell,en cada asesor, en cada nurteamericano, Saenz veía un aspirante' a su cargo. Bahía algo más. Ya hacín dos años que nos había* roos conocido con motivo de la visita de los técnicos de radio. Me sabía amigo de Micale con quien se mantenía" vinculado personal y comercialmente.

A pesar de todo, Saenz cometió indiscreciones que l'esultaron incomprensibles. Lo comentaba todo; algunas cosas eran puras boberías; otras, intrigas; pero también había comentarios serios. '

Era muy dificil llevarse bien con aquel paranoico. Cuando regresó de su licencia de 1967, mi comenzó a detedol'ar¡;;e. Durante su illlerinato. Clml:n,:H reorganizó la oficiúa, -animado por la idea de introducir algún orden en aquel caos. Saenz regresó irritado. Comell~ hJ-molesto que si fuese vengativo nos podía meter en \!IU

li(, a Cantrell, a Bernal y a mí por immhordinaf'i.óu.

Sin emhargo tamhién «lio señales de seguridad en sí mii'lUlo, ya que durante el regreso había hecho el' Bolivia para co()perar con ciertos trahajos "",,', ,~"',,"',. Pero esa seguri«lud pronto desapareció.

En su ausencia, además «lel trabajo norm~l de oficina, yo le hahía ~lecho algtmas traducciones a CantreH destinadas a la Sección Política. Natunllmente, después «le sufrir la prueha del polígn{o, Cantrell págaba esas horas extras <:011 fondos de la Misión al regresar el jefe, Cantrell le planteó que si había algún inconveniente, la Sección Política paga da elllOrario extra. Saenz respondió que autorizaha los trahajos extras, pero que la Misión con~

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~(a pag~J(Nk Era 1ma ~ol.

En m~ de 1%8 Cantre11 me ofreció ",'" <;

~'Sección Política. Destacó la importancia ~ q~ iba a realizar @ igualmente me . larga, mi· situación con Saenz se haria

En consoouencia, mi participaci6n ,én el 8.'PlIl:ríll¡W} _Wo quedaría', oficializada de esta . forma.

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9'···· 1'// r~

/

I i

No fue un tránsito fácil el r~'n"rlrlj¡, traducciones para Saeru: a la jefatura de Misión hasta lograr. el ingreso a la :;ec~ci(m dificultades y momentos de angustias Un punto culminante_fue el diálogo cón libro.

Pero antes de llegar a· esa coyuntl1fa, plimentar muchos requisitos. Ya de había reconocido a mis viejas v'lJll"l;L.","""

Recuerdo también la primera .pl,~fU.l.l:~ Incluía· una pregunta relativa a mi: !ut'tla(~ll'iñ país; C50 me obligó a pensar la. re~rpu:est~...::

Habia ingresado .como tl1ristaen pocos días inicié el trámite para. definitiva.

A consecuencia de la ruptura d.é se produjeron demoras en la . de antecedentes penales. No me inlterle:s~ lliMI gestiones burocráticas, dadas con el Ministerio del Interior.

ti

AdemA!!, era· uno más entre suj~ a idéntica situación. Fue en1ton.é~ clII.pié, ante las autoridades locales, me de modo definitivo. Precisament lo contrario Ji lo que aFpiraban los d~pués supe que· ~ les intieresatJan demasiados vínculos afectivos o leal€~ 1m país.

Luego le llegó el tumo ti. las mal disimulaban punzantes . lnvestigadones no hacía ÍLt menor

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res entrevistas con Nosotros en Estados Unidos. A todos los efectos prácticos, actuaba como si fuese la p:rimer~ vez que los norteamericanos entraban en contaCto conmi­go. Tampoco yo hice mención 11 esas relaciones. obede.­ciendo las órdenes del segundo "Tomás" de no reconocer nunca mis vinculaciones con N osot"os salvo que ·se me hiciese una pregunta directa invocando expresamente su. nombre. .

El día de la prueba sufrí ·una experiencia fuerte, aunnue estaba consciente. que no tenía derecho a sorpren­dern;e. Conocía las investigaciones realizadas entre mis vecinos, mis amistades y hasta los lugares que frecuentaba habitualmente. Todo era pura rutina.. .

Sabía que mi conespondencia y mi teléfono estaban controlados. No era una sospecha banal. Si se tenia en cuenta que el hijo del coronel Acuña era ühjet~) procedimientos, ¿por qué no a mí?

Aquel día a mediados de 1967, mientrase1 técnico instalaba el aparato, Cantren y yo conversábamos en la sala. Amigablemente me explicó que el polígrafo regi§-. traba alteraciones en la presión y la respiración. Se basa~ ha en la teoría de que una persona realizaba tal ('.!!{uerzo

mental para mentir que forzosamente esto I'e~:rcut:~, NI.

su desenvolvimiento fisiológico.' Una compleJll sene !!ráficos irían registrando mis reacciones mientras . ~espuesta a varias preguntas. El experto sabia distin~u.n· entre uJ]a alteración causada por el esfuerzo de mentir y otra provocada por el nerviosismo que inev.i~ablemente acompañaba a todas estas pruebas. La operaClOn se re~m tía unas cuantas veces para lograr una norrqa o patron. l.as preguntas eran siempre las mismas; al principio en idéntico orden, luego "salteadas". .

Terminada esta breve exposición, me anunció que me leería las preguntas que el técnico me hal'Íadurante

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\

la prueba. Me debía limitar a responder cOl}. si () no. Si la forma en que ei;taua redactada .Ulla daba margen a la menor duda, 'así debía expr!es~tr proceder a una nueva redacción. Por consiguient~, obviar mis contactos y trabajos con Micale, la j.J~'g5t"M~.<>; •... " ¿ Ha realizado' usted traba jos de Inteligencia o ::>tJ.!UJUlII"';

trado informes oficiales a algún país que no sea Unidos?" se convirtió en: "salvo lo que usted . contado sobre Micale y Uruguay, ha realizadouste~ etcétera?" , "

A medida que me. leía las preguntas, y luegp acla;aciones pertinentes, yo las contestaba la(!Óll'ti"Q'l '~m~nit~ c.uriosamente, las primeras estaban destinadas a est:ablecéf. íehacientemente mi identidad: u ¿Es usted .>. ..... <1" .... .., ...

Cosculluela?" "¿ Estudió ustea en The Taft Watertown, Connecticut, y se graduó de ahogado Habana?" .

Al cabo de tres horas y múltiplés correcciones y dacciones. habíamos completado una veintellll q~ gunlas.

Subí a una habitación donde el técnico me oorreas, elootrodos y otros medidores. La prueh¡t duró 1.W poco más de una hora. '.

Mese~ después se repitió la prueba. Las cirQUlls.t!~íl". cias eran similares, pero ahora había dos vez noté cierta insistencia en mis estudios. A raíz de mi arribo a Uruguay observé que en .lV1jl:l~~~ii"{i doo resultaba muy favorable mantener el status de do universitario, por ló que, sin mayor vergüenz~h modoseé mis cuatro años de Derecho. en 1.W título ............ in""""'.

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toro Título que utilicé indiscriminadamente y. por lllbho, incluía inadvertidamente hasta en los formula~ioo prepa,. " radas por Cantrell. Semejante error pudo costarme cam y traerme consecuencias impredecibles, pero me di euen" a tiempo.

Al llegar a la pregunta directa en relación oon el tema, dejé aclarado todo, confesando mi anterior ligereza.. Fue una buena forma de adelantarme a la suspicacia del asesor.

Obviamente los norteamericanos habían verificado de nuevo mis antecedentes; esta vez cuidando el más-mÍe nimo detalle. .

Entre ambas pruebas, hizo su aparición "'Tomás, el rechoncho". quien me confirmó lo expresado por el segun .. do "Tomás" sóbre la necesidad de disimular el apoyo económico que recibía. Continuó expresando que se había esrudiadJcuidadosamente mi expediente y que podía ocu­par mayores responsabilidades. Como siempre, a nadie confiaría mis vinculaciones con él o sus predecesores. Can" tren ya las conocía, pero no era necesario hablar de e15t>.

A partir de ese momento, recibiría sus órdenes dirco. lamente.

Después de este diséurso de graduación, :00 volví " ~r a ~ella "TriBidad de Tomases"e

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ELAPARATOP

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Las discrepancias en el seno de los Ól'l;r;arlG$ ~raci6n no deben llamar a engaño. Los nales no son más que eso: problemas rivalidades entre organismos son, nizadas. Cada organizaci6n hará todo lo fluir en la política a seguir. Elementos como "aen:~, dejarse nevar momentáneamente por sus poi encima de todo, existe un plan que

La Misión de Seguridad . Pública se Uruguay como froto de un convenio general firmado por el Ej~cutivo y aprobado por'el y asimismo goza de stams . legal y furlci<me:!F

A pe88r de las razones subyacentes, ~o Mpira a mejorar los servicios policiales. to, ello también im:ryHca consagrarse alJo@.'o eficiencia de las fuerzas represivast pero' 1M objetivos globales del programa.

Dentro de las funciones de la Misi6U --:-''''.7'"",,'

joral' la Dirección de Investigaciones. Esta,! propias del Asesor de Investigaciones, "{ ..... "'lJlt

1.e;. portenece a la CIA. Éste cumpliment6 propuso que el Departamento de . . p.erteneciente a Investigaciones, fuera tia de Dirección. ' '

. Por aquellos días, la nueva Direcci6n nmda.. Sus integrantes habían sido dosamente. Éstos seguían las 'orlenltactÓrll$ roo. con coincidían. eri política~ en apariencia. La CIA 108 tt1. t:Ui~~ab,íti quier procedimiento, ya sea vigilar a un trar a un viajero 11 obtener infQmaac~

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P..ero esto no bastaba. Aunque estuvieran bajo la influencia de la CIA, y obedecieran sus órdenes, no era mficiente. Debía crearse dentro de la propia Dirección de Información e Inteligencia otra red secreta aún más dócil, ciegamente sumisa, 9ue no actuara sólo por interes, por simple coincidencia de intereses -:-o en espera de UM

recomendación-o sino que operara dxrect~ment~ a sueldo de los norteamericanos. Todas estas conslderaclOnes fue-. ron parte importante de la estrate~jaorganizativa de la nueva Dirección.

Cuando Cantrell se instaló en la Jefatura. comenzó flUS contactos con los distintos departamentos en que M

encontraba or~anizada la Direc;:ción de Investigacionoo.. Era un traba j.) que manifiestam~nte no le. !nt~:resab~ pero que debía realizar. Este trabajO le pernllh~ rr anaha zando a los funcionarios que conocía,. así cómo nnponerse de todo en tanto su imagen pública se hacía familiar.

C~arido le tocó el turno al Departamento de Inteli­gencia y Enlace, ya nunca más se interesaría por el :reew de las dependencias.

-De Hurtos y Rapiñas,41 que se ocupen los lad:roo nes -decía.

Al principio las relaciones con el jefe del.Departa.. mento, comisario Alejandro Otero, fueron cordIales. Ya éste habia obtenido de Saenz -creía él- una beca para el curso especial en Estados Unidos. Pronto se convirtió

~ Departamento de la Dirección de -Investigacionee, esp~ cializado en la invem.igación de rohos, atracos, hunos y otros delito8 contra la propie.dad. Otr08 d~pa~~men!mI de eeta Dirección, en aquella época, eran: Vlgi.l~~; Orden Público; INTERPOL. Embarcaderosy Poblam.on Flotante e Inteligencia 'Y Enlace, hasta las transformamo' na; que aquí 00 lIUUTlUl. .

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en visita permanente del despacll DO. Las conversaciones giraban· en ~uridad en general, así como te.ma del país, o el control de las

Por órdenes de su . director, Regueiro, la Dirección de SegUrida Misión del parte de novedades que Esto ocurría todas las mañanas. que aparecían en el parte no le Fundamentalmente porque el nomhre Seguridad se prestaba a equívocos. a su mando a la policía ......... "., ........... " • .,. patrulleros-9 y hasta Cantrell se el nombre.. '

Otero. comenzó a enviarle - ..... ~ .. A .. '

que elaboraba su departamento; COPl118.

anexo en el cual los . . siso Cantrell se mostró agradecido. pe '. Comenzaron sus visitas al cuartopi$o~ talados los hombres de Otero.

A reciprocar atenciones, ~.:uua[!.~g'. todo y todo lo preguntaba. H.e'VISll-bJl[?¡

parte, Otero comenzó al recibir a,srado.

Diciembre de 1966. Se de~~u.o¡~e dandestina,. Los tiroteos &O

Y& se comenta qu«~ dicba llI":

~ TupamlP¡)$. en honor de 1 miamo ea,e ~do el j~fu 'de

SilveirnRec.aIado. eA un· po rebelde"

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Silveira, graduado de la Academia Internacional d~ Policía, murió en la acción, pero a consecuencia de 10lIl, disparos que, histéricamente. hizo desde sus espalda. e-l eoll'lisario Rodríguez Moroy.

Cantrell también participa en los procedimientos.. PI'6t~ dirigir las razzWs -i2 o peines masivos. No oh&­tame, w prese-ncia se hacía demasiado evidente y Otero; le aconsejaba. precaúción. En uno de esos procedimientos, el fotógrafo de un matutino estuvo a punto de fotogra­fiarlos juntos. Otero no estiba dispuesto a hacer públicas ~s e@mplacencias oon el ilMlI!I()l"" .

Pu.edo citar easi textualmente un párrafo de un ilOP. forme de Cantrell oon motivo del balance de la labor del año 1968. El asesor resumía: '"'Otero se mostraba demasiado 8ensible a consideraciones extraprofesionale~ Tiene alma de político. Se necesitan apolíticos p~ra im-o plemmtar los nuevos proyectos. Es de significar que sus desmayos y jaquecas histéricas dan lugar a burla entre .uempleados. .Né es fuftCwnal un hombre ~ _ al :kente de la nueva Dir-eeciOO.'" '

Yo me permito añadir: por IIU e~rl~ia en. el ~& «lidlio lógico, peró resultaba demasiado independiente y . oportunista. Además, tIe hubiera necesitado violeRtaI el ~lafón policial y ascenderlo a -inspector.

Gradualmente Otero llegó al convencimiento de qo.~ jamii5 ieria apoyado por la CIA. Entoncoo cambi6 d. ~ctica. lA. nueva Dirección t~dda que ser imtitucionaJi.. ~ poi' el Padammto, tomo parte de·la roo:rg~ de h jefamra. que se habia propu«;to. El Estado MayM

~ O,~~ por.w¡~ ~ ~. h~~. _ ei tao dlld@ ., un .~; .iIa ____ ~'I!'~_ de Uftill .. ~d& .'

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de la. Policía pasaría a ser la Dirección dinación Ejecutiva.

El cambio era algo más que nominal­el jefe de Estado Mayor tenía un mand~ jefe de la: Policía, y los directores las guardias estaban directamente El subjefe sólo atendía las cuestiones admuu¡,u~Ul n?evo director, Acuña en este caso, pasaríáa d.Ir~cto sobre los referidos jerarcas. Otra ·n'lnnt:,,; ....

SlSha en la creacióu de la Dirección de Gmpos que. unificaría distintos departamentos y ",'L', ,,' V IU''''

semmadas por otras direceiones, tales como el perros, los talleres y la policía femenina.

. La táctica de Otero se concretó a la puesta de una ,labor de desgaste. Si no podía erigirs~. tor, tenu1 que prolongar la situación hasta uua más propicia. Mientras, su departamentó' :r~onocido oficialmente y, por tarito~ . podría ¡¡endo loo procedimientos y acaparandó los la prensa. .

'. . Mientras dure la etapa de selección y del pertJOna~ la CIA lo dejará hacer. Llellfado Acuña o 1m auceror en uso de su~ D.

~l mando directo de lós procedimientos. Para 0l pertJOnal que ha sido designado m comisión L decir, 10lIl integrantes de la futura

No obstante, smgirán más . f1iftgiulmente se .pensaba crear la Direcei'ón L .l~ primera funcionaría CÓmo parte dé ~heul de Montevideo. Luego «juediu'ia a a.d_ e o del MiniGtro del I.nor y

.""uJad ~ tod~· 108· CUII'III"nnIl dé IntelÍAYeneia

.h~ -r.~.I;I'.

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, Superados los primeros recelos. el candidato de ls. CIA pasó a ser el inspector Conserva para la segunda el&> , pa. Pero pronto los asesores se dieron cuanta de que loa militares jan¡ás aceptarían estar a las órdenes de un fun,.. cionario policial. A su vez, diversos coroneles comenzaron a mover sus influencias para ocupar tan impOrtante cargo..

El candidato más fuerte, eliminado Conserva, era el propio coronel Acuña, conocedor de todas las intimida­des del proceso, con una hase de operaciones en la Jefa­tura y con anteriores experiencias en tales cuestiones.. Acuña se creyó apoyado por los norteameriCanos, sin percataroo de que nunca' tuvo la menor oportunidad.

, Los norteamericanos acept~han dehuen grado Ll ayuda de Acuña mientras éste se mantuviera como Jefe de E$lado Mayor o director general de Coordinación, pero sus visitas al bar Darmo, donde 00 embriagaba hasta caer en hrazos de alguna camarera, 10 habían descalif¡" cado para la Dirección de Inteligencia.

Estas visitas al Darmo' fueron uno de los factores más importantes que impidieron el nomhramiento de Acuña como jefe de Policía al producirse la renuncia del coronel Barlocco. En su lugar se designó al coronel berto Aguirre Gestido. primó del fallecido Acuña recibió la opción de permanecer en su pasar al Ministerio' del Interior como ayudante del Ministro en cuestiones de Inteligencia. ,

Se decidió por lo último, creyendo que lo aproxima@ ría al centro de poder, donde podría influir en el resulta~ do favorable de sus aspiraciones. Sin emhargo lo quehiro realmente fue perder el mando directo y ,hacer que su ¡rucesor, el coronel Romeo Zina Femández, se' convirtiera en su más peligroso rival para ~1 cargo nacional.

No ohstante, Acuña siguió siendo útil durante mucho

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tiempo. Prueha de ello es una instancia ilustra cómo ,operan los norteamericanos. la muerte del estudiante comunista nado a mansalva por un policía durante una

, ción, el coronel Aguirre decidió iniciar una -ficticia o de buena fe- y ordenó a los realizaran sus funciones desarmad.os. Esto sable o bastón.

, La medida motiv~ la insuhordinación de los Alegan que serlÍn masacrados. Aguirre vacilá Vocal' su orden o i,mponer la diSciplina.

En las primeras horas de la tarde del Líber, acompañé a J nan No1"ieO'a al M terior a fin de entrevistarse con °e1 coronel funciones de ayudante militar. Se pretendía ministro,. Eduardo Jiménez Aréehaga, línea dura, de cambiar temporalmente de su apoyo al jefe Aguirre en su orden de Policía" '

Por su parte Saenz recibió la 01;deo de cooperar en todo lo que necesitara. de la Misión 00 entrevistó asimismo Cvl1

Investigaciones, inspector Emilio Guer,.ra, y éste no habia que pedirl~ nada; bastaba con que un grupo de tiras concurriera esanoohe versidad con el fin de hostigar o provo{'aralog tes, pero sin participar en ningún laed~o., .. ,. .En el tercer nivel lo's grupos .'

por civiles y policías, quienes respondían· Norrega y laCIA Y estaban infiltrados entre-

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~ recibieron la otÍentación de incitar a los jóvenes a cometer actos vandálicos.

El objetivo era asustar a la población con todo lo' que pudiera sucedeT de no existir la vigilancia policid. Al mismo tiempo, se pretendía restar simpatías a los eI!Itu .. diantes y neutralizar la indignación existente por el ases .smato de Liber.

Los ohjetivos del aparato paralelo. eran los exptl~ tos. Se podía dar órdenes al inspector Gtle~ quiefi obedecía calladamente, asistido por la certeza de que con­taba con el apoyo norteamericano para salvar cualqui~ dificultad y hasta para obtener sus botellitas de whiskYt cigarrillos ti otras prebendas menores.

Tamhién tenia la aspiración de todo 'policía: poder negar al cargo de jefe. Mucho más cuando se conocía en la Jefatura la tesis de los norteamericanos El' jefe debía ser un funcionario policial, ya que l!Ie ~a., , ba a los policías más dúctiles y dóciles que los militares,;

PerQ Guerra era vulnerahle, además de 11m poca pl"&> paradón. Ya 00 encontraba en manos de los oontnbandi~ tas mayores, quienes le pasahan una asignación mensual 'de 250000 pesos (mil dólares"en esa época) y le "-""U),'''''',, instalado a su joven amante en un apartamentO a todo lujo, lo que fliempl"é fue una vieja ilusión del viejo pecior. '

Un homhre ásí no le convenía a la CIA. En eual­quiermomento se podía' producir un escándalo. Sin em­bargo lo aprovecharían sin lugar al dudas; pero, del mismo modQ, seria desechado oportunamente.

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Los hombres del aparato paralelo deben llevar vida ordenada. Si están casados, mejor. Asimismo "'O.vV'J1>;;,

ser buenos padres, vecinos amables; "ciudadanos (W:lrnl,l:a~íc. res", que no llamen , mucho la atención.

La CIA controla total y absolutamenté la Direccióil Información e Inteligencia, pero considera necesarió . gilarla constantemente, a fin de evitar la posibilida:d que alguno de sus elementos recuerde que es . Además, cabe la posibilidad de que se produzca una co'íl'!' tradicción táctica con el gobierno de turno. . . . ..

Llegamos entonces a la selección de la !Íelectiión. Todo el personal de la Direcci6n había sido .

por los asesores. Ahora se trataba de buscar. entre a ~lementos que informaran y estuviesen dispúestps cooperar aun contra las órdenes de sus supel'iores(en caso dudoso de que esto ocurriera). .

Este personal si recibirá una asignación nevar, reitero, una vida regular y "entrega" a.oi!!O!Ut:~l •. lo posible~ !le trata de hacerlos depender en m13LCno sueldo extra que se les entrega subrepticiamente y lo~ a posiciones claves dentro de la Dirección. De último !le encargan los propios asesores. Pero ello no :ne con todos; algunos deben quedar de l'e!lervá

escalones inferiores. Incluso, quedan abiertas las a toda posibilidad de cambios si algUno se pone

Por entonces mantuve contactos con -cmoode integrantes del aparato páralelo$· Era necesario trabajo. Cuatro de ellos eran funcionarios de Inf'ofin~:Ml" e Inteligel1 El quinto, de una jefatura del inte!ri~ír.-

Uno cineo, Nelson Bardesio, ya "nes con CantreH. Funcionario ex~epciooalment~

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dor y eficiente, Gus-Gus fue el apodo qtie le puse y quedó como algo deIinitivo. Se sentía frustrado en la Jefatura;, siempre podía, encontrársele e~tudiando y tratando de adquirir nuevos conocimientos.

Durante toda una t.exuporada, trabajó cerca de die­ciséis horas diarias. Así -V todo, encontltaba tiempo para ir a casa de Cantrell, dorid~ yo radi~aba por la ausencia del dueño, para que a 1l:4s .-tres de la madru~ada le. die­'00 clases de inglés. La amargura de Bardeslo la ahmen taba la propia certidumbre de su capacidad, que contras.­taba con la' "manga de atorrantes" de la Dirección, ~ Investigaciones. Éstos, altos oficiales; él, un simple agente. En ello residía la fuente de su debilidad y Cantrell supo aprovecharlo al máximo, manteniéndolo a "cuentos" du­rante muchísimo tiempo. Bardesio aspiraba a ser nom­brado oficial, por lo menos suhayudante, y Cantrell Tepe--tidas veces se 10 promeii~ o

En 'un momento dado Gus-Gus decidió hacer una gestión con el senarle!' Grauert para que intercediera con el nuevo ministro del Interior, Lepro, y lograra su traslado a una jefatura del interior. Sólo así podiaser nombrado oficial, eventualidad que le Jmbiera permitido el retú!'w

no a la capital al cabo de un año con un grado respetllifo' bIe. Esto habría representado 1m trastorno para Cantren~ quien entonces le informó que. en breve, seria designado para un cargo superior. '

En resumen, Bardesio comprendió el engaño. Para IUlcer méritos no había solicitado nunca, más bien se había resistido, una retribución adicionaL Ya estaba com­prometido y aceptó el pago. Es.? era, :f?recisamente lo q~ hq.scaba Cantrell. Glis-Gw probo ser uul,en extremo. Llego a convertirse en hombre de confianu de Cantrell en Sil

lucha contra Otero, e inestimable apoyo enmuooos de 10111

trámites: y encomiendas. 208

Posteriormente queda.da sario Macchi por su peligrosa terluenCI

J'uer<ras a numerosas informantes tJ ,

definitiva Bardesio quedó res¡pons~w laboratorios especiales que tenia la ,r 18 de Julio. No ohstante, se había, ~ursos. Su especialidad en fotografía llevó a ello, aunque tamhién se dedicQ grafías secretas.' Así .arribó a ~970 ha jo fotográfico con sus funcioné!!! in~pector Conserva y el sub'jefé de

Otro miembro del apa:rlÍ~o UQJ'QL!O~' df>dicado a labores de nr,OV(Ictlcl(lill a Jorge V ázquez a instancias g.ía también como funCionarÍo grupo del comisario Luc~s, y do todo 'a las posiciones de ' rar confianza' a los yanquis.

I ~~nti,ca ~cacia ,existía Tellechea, auneyue por motivos autodidacta confeso, expresaba' A los norteamericanos no les ,

Asimismo Mánuel Fel'llández cionario venal, integl"aba' el . a'·, oal'lUí

nevaba unavida ordenada, ne,cesilta,na dinero. Tenía que mantener un Joaquín Requena, sU,fragar los , .. playa, en la Parada 5 de Punta ,dél mioneta obtenida de contrabando jantes.

paradójico que; el único funcionario que no le teamericanos, fuera el quenuis heca en 'vVashington, algunas .

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CantreU y tres :mü pesos mensuales para gastos, fue 8U<o.

fwiente. Esto era la resultante. de haberse mostrado ansioso

por veooerse. De carácter pusilánime, mirada anhelant@ -y perenne risita nerviosa, figuraba como jefe del desta­camento de la INTERPOL en el· aeropuerto de Carrasco. Su. superior inmediato en esa institución era el comisario· Jaureguízar. Mientras se mantuvo en su cargo los nortea­meric'anos no confrontaron problemas.

Al hacerse pública la desaparición de gran número de expedientes relativos a contrábandistas, J aureguizar fue lil'W>titujdo por el comisario Cháve:l.., reacio a entregarse a los yanquis. FIchas continuaba su cooperación en el aero­puerto, pero había, que independizarlo de las altibajas de sus superiores: Se tramó, en consecuencia, l1bicar elDe~ partamento de INTERPOL dentro de los roociOO de Información e Inteligencia, donde no "".".,""',,,,,"' ~s problemas.

No obstante, el hecho de que INTERPOL """r·t"".~ .. ~ dera a la Dirección de Investigaciones, hizo que su pro~ puesta motivara la única rebeldía del inspector Ello constituía un acto de ingratitud, pues olvidaba hacíamos pasar por encima del inspector López ti para llenar la vacante dejada por la muerte de 'V'JIJ":;'<lV.

La dificultad radicaba en que, además del depart:," mento de Carrásco, INTERPOL controlaba el puerto de Montevideo, que representaba una verdadera mina. Los dividendos del contrabando se repartían hasta en las más alta~ esferas, pel"O una tajada sustancial quedaba en ·1a Dirección de Investigaciones. , Finalmente 00 llegó a una solución entre "caba~ 11eros". La Dirección de Investigaciones coooervaria INTERPOL, Embarcaderos y. Población Flotante, pero de eMe departamento seria ~gregado el dem~camento del

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aeropuerto, que pasaría al control' de la DilreC4JF formación e Inteligencia, aunque en cUlestiionesd'é ésta trasmitiría la información a la Dirección tigaciones.

Todo el/ mundo quedaba satisfecho. con su "tesoro" y los norteamericanos conJa ternacional al país. En la aduana del su gente y, en todo caso, el mo~imiento importancia del de Carrasco. '

Con el control del aeropuerto "' ... "<M ..... rI".

Fleitas fue orientado hacia la depuración sonal a sus órdenes, a ·108 cuales sustituyó su total confianza. Ya en tiempós de tla.r!~ICCi introducido algunas' mejoras y reJtof'mll$ •. Aho dió a la instalación de una máquina de fotografiaba a todo el que llegara o eran reveladas al instante. Una Dirección de Información e lnl:el1.geltlCla..r chivos de la Embajada.

El ~aso temos Silveira.Cantrell. era amor a primera vista. Mirado con cierta cabezón Lemos Silveira fue el· mlÍSÍnfegro No traicionó a su país; cree firmement~qire; d.e Uruguay radica~a en su total entreg~ a Iris. :ncanos. Como los hermanos Fontaina, noastá a los yanquis. Es yanqui, simplemente.

Nó se trata de ver con sarcasmo a .... CUUJ'l:¡J

creí que estaba convencido acerca de su bre clave. Supervisaba los lahoratorios ladones. de Cantrell y adiestraba al perSónal

, "

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cho más 'importante era su trabajo en la Dirección de lá ,Seguridad Interna, o sea, el pequeño cuerpo encargado de vigilar a los propios funcionarios de ¡a Dirección.

En tal sentido ese cuerpo estaba autorizado oficial­mente a realizar laS investigaciones que estimara pertinenm te, aunque a veces se extrtlJimitaran e incluyeran al pro­pio dir~ctor, Piriz Castagnet. También al subdirector Conm' serva se le tomaron los teléfonos y se le siguió día y no­che, sin autorización, durante un angustioso periodo"eD que se sospechaba que era homosexual.

Como quedaron dudas al respecto, Cantrell vaciló. Todo indicaba que,en el, peor de los casos, se trataba de una "estable relación de años" y que no habría peligro de escándalo. Si Cantrell actuaba, su' capacidad de discere

nir y juzgar 'seria puesta en duda por sus superiores, ya que él mismo habia recomendado a Conserva.

Si no actuaba y se hacia público el caso, o se~ produ$ da una crisis, su posición no seda envidiable. Fue la única vez que lo vi hacer consideraciones deindole pero sonal. En conclusión, se' decidió por hablar con el inspec.­tor Conserva y aconsejarle que le "pidiera a su amigo quo nQ lo visitase ni lo llamara al trabajo"..!'

-Su honorabilidad está por encima de toda duda. inspector. Tratamos de evitar <!omentarios del personal -le dijo.

Conserva continuó en su cargo y Lernos guardó abs(» luía discreción.

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otro integrante de que conocí cerca, pertenecía a donado.

Concepción mzouna muy poco tiempo llegó a ser SUJt:lC()tñlsS~njj

tura de Policía del departamento. A . poco iniciarSe en la carrera P()Jfl~l;a!,

despertado su interés por las tareas dé lo llevó a confeccionar un rudimentario rela;tivos a personalidades

departamento de Maldonado. Representó para los yanquis un

Horton y Ne>riega lQ conocieron de la Conferencia de Presidentes y ron a Cantrell, responsable de la

inmediato, el Poroto pasó as@r paralelQ.

Conocí a Concepción· en octubre éPoca en que regúlarmente de buscar un localoon el objetivo de en . esa localidad. En :uno de aquellos vi~jesr entregó un oobre destinado al Suoo~misai'i~~ vez, me entregó una carpeta sellada.

el tiempo se fueron eliminando <les y en vez del sobre le entregaba una que variaha mensualmente, pero que al Mecida en doce pesos. Los , ... i'"" .. ,,,,, similares carpetas, aunque en' una verbalmente por 10 que recibi6 ulJ serio

la supervisión de CantreU, Lo!nCi~)J(n en la zona Mald(Ulado

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del· Este. Su principal auxiliar era Dreyfus, propietario de las joyérías del mismo nombre ubicadas en la zona.. Las actividades ¡;lran variadas: reclutar jovencitas para ponerlas en contacto con· personalidades visitantes del internacionalmente conocido balneario; obtener la cola1 Loración del personal-· doméstico de los chalets. con el propósito de obtener información acerca de los huéspedes y tener acceso a los mismos durante su ausencia; vigilar las residencias de diplomáticos extranjeros; .infiltrar per" Ilonal enboites y whükerias·;-44 además del chequeo de las aotividades políticas en Maldonado y otros lugares.

En uno de sus mensajes,· Concepción informó que el lnspector de Policial del· departamento de Rocha, esta~ 1,a dispuesto a cooperar. El contacto se hizo después me. diante un uruguayo radicado en ese departamento.

El dinero venía muy bien a ConcepcIón, pero no era eso lo que en realidad ambicionaba. Aspiraba a conver­tirse en comisario de Punta del Este, donde no sólo tenw

dría los ingresos que deseara producto del contrabando y las drogas, sino que asimismo sería socialment.e acepta-ble. Al menos, esocreia él. I "

Por ,su parte, ya se había erigido como el segundo en esa seccional y se dedicaba a "serrucharle las patas" al titular, comisario AristóLulo de León. Pero Arist{,hulo no estaba desamparado. Era "blanco" entre los "blanco",'" y "colorado" con los "colorados". Servil y obseeuente. se hahía ganado el agradecimiento de muchos, ignorawio pecadillos y peeadotes de magnates y jerarcas.

. Pero al tomar posesién el gobierno "colorado" en 1967, Aristóhulo fue trasladado al puebleqito de José Ig~ nacio. Había caído en desgracia. Concepción 10 sustituyó interinamente. Estaba 00 contacto ron los yau<Iuis. Se encGritraha en la gloria. Pronto sería comisario~

~ EXp9nw@ d~ b~ fiAMMI.

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:De León jugó sus cartas,!' pero sin obstante, -pasados algunos meses realizó una. tra. Todo estaba listo para la celebración del ' .. ~-~-~ .. de Entrenamiento Policial, esta vez en Colonie:. de participar como instructor, per~ CnntreU' se.· Saenz decidió no desafiar a la CIA en fav(ll."de viduo peligro::lo, por sus borracheras y por a un subordinado, ademá~ de la posibilidad de .. zado por. SUIS compañeros instructores.

Aristólmlo insi~ió. Sus corteeÍas habiap agradables las visitas de Saenz a .Puntadel de la Misióft le había explicado que ya tod,os toce!! estaban seleccionados y el "Ministerio l1dU""''''

toaoli sus· viáticos;" que si no fuera por eso, ,üsto lo llevaba.

El día de la inauguración· del pre8entó en el Departamento de \...OlOr~l'a uniforme de gala. Informó a Saenz a participar en calidad de ·n"'lc .... l't.n ... .¡"ó~

pagaría todos los gastos. Asimismo Regimiento, sino en un hotel. pero se hacía ver todos· los días en el ca do siempre su vistoso uniforme de gala.

Este curso resultó ser culminó con un desfile de los alumnos. Si lítica de aupar a la policía, los asesores horas a la preparación del desfile, sabiendo auación habría un gran número de· altos res, quienes siempre han tenido tendencia a la capacidad y disciplina de la polipía.

Eri " quedaron vivamente" ,...".,.",.,"'.;; la marciali de aquellos oficiales I-JUU\;li;1.J,O;:;;::',

la Y. cinco días !antes eran un mero rebaño P~Dresuhaha uu buen aviso comerciald~

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<le la instrucción yanqui a~te aquellos militares CM ~a-. !'lOS aún de. organización al la inglesa y a la francesa.

El día de la clausura, Aristóbulo ~ultó m:bl vi~ible. Asistió· a la recepción y charló con Legnani y con el coordinador los cursos, co:rmlel Abrazó a Saenz, en público, aparenta;ndo ser hombre oe confianza de los yanquis •. Éste por no agraviarlo~ pese a estar en desgracia.

Una vez acreditado como hombre de la Misión, Arie-lóbulo movió de nuevo sus "coloradas"~ o sea,. a sus compañeros de en Punta del fin obtuvo su reintegro

Cuando tiempo ms m .avarieilll y la falta de discreción en los negocios, provocaron I!IU

caída nuevamente --esta vez podría. seria' muy tarde para el Poroto ConcepCión,

El retomo de Arist6bulo de León .a la ~3Cl.:J>na1 Punta del Este, constituyó un duro golpe para t>ubcomisano. Su enemistad era demasiado ~eguramente habría represalias. Éstas habían en otra oportunidad, aherra confiaba en Aunque útil todavía, no era ya el hombre idóneo tareas que aumentaban en importancia.

Sus andanzas con una policía femenina, ji

Inspector de Maldonado .también cid as y habían ocasionado fricciones en vida sentimental era'· errática. Cnnt:rell lo zando, pero el Poroto no volvió a Punta del Lo ~ lizarop hasta que se olvidó de sus sueños de confort y aceptación, soCial. Entonces, se hizo un disparo en cabeza.

El suicidio lelo a moverse

Concepción obligó aparat{, con prontitud. En !J\! cafja había m,',M¡_

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archivos, a pes.ar de las órdenes en rAmíra de esta práctica; vez cootwnbre de hacer, copia de su~ Fernández Fleitas medio convenció para que entregara toda la uOlcmneltlta plicadones. -

De la afición de Concepción. a habia divulgado y diversos . . se de eHos. Al salir de. la unOl§ oficiales de. Maldonado. Esto secución que· concluyó con nn­peripecias logró escapar y. llegár

Al parecer habia más gente el también comisario Macchi, én

Maldonado. Estuvieron en Mac?hi bebió poco y se mantuv alerta. Quizás haya sido sólo

Muerto Concepción sus. por el coronel Vigorito. quien designado jefe de Policía de haCia peligroso en las .tareas estabilidad en el cargo. Era tareas. Pronto se haría también tenia la tendencia a mezclar los personales en sus 'funciones.

A mediados de 1970 el l\llI:lllsl:ério citó a todos los jefes de Policía una peligrosas,. las cuales deberían ser caso, detenidas. Vigorito incluyó a suyo, el Prefecto de la zona

Por pura coincidencia,el marino de Montevideo y vio con sorpresa, 1l información, que él y su esposa UI1~"¡;fI!"

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en la lista. Estas actitudes de Vigorito le hicieron de&­m~ ante soo superiores yanquis.

Al abandonar Punta del Este, estaban en: pleno IiUge las actividades del aparato paralelo. Un monstm.oso ed¡" !icío, 00 había levantado en la chocha que, como mani~ comenzara a construir aquel ambicioso, iluso e infeliz milico, apodado el, Poroto.

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estancia en Uruguay, objeto de toda prioridad,

"">r>gil!,<:líi»1!I la-s bases para extenderse al Para las primeras seman;¡t!\oo

y~o un curso de en~renamjentb policiales en los Ue'lJi:llll't' «I.UllOUU'l!I,

""""'''''li.. Se decidió realizarlo :mejores instalaciones para aHlA'í'gral~a r~ El ministro Storace cmoo coordinador del curso a I4Uº,:,:':AP,

tares, el coronel Berta. lA labor de coordinacióQ'

que lucha!' contra los celos lograr que las direcciones GO.m.o las guardias na1"ali1'111lt1

y aseguraran el flujo d De un lado, 'la

ti desprenderse del persona~ sistencia de Saenz 1 Bernal :m~, 'uno a uno. Para ser ~ requisito que el gJ!'6duado de alguno de los Ifl~' de PolicÍa, ' W.uhington.

, Según los asesores, de capacidad funcional '1 oficiales 1 WUi rápida c;,"uunicación eón M a la población

aquel primer curso políticos el/. la selección de 103

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había una preselección por el hecho de requerirse la condición de graduadó de la Academia, pero, sin embar., go, se mantenía cierta flexibilidad. Los norteamericanos estaban a la expectativa. Ya tendrían tiempo de una se· gunda selección.

El equipo de instructores quedó integrado aproxima. damente como sigue; director del curso. inspector Emilio Guerra; rehwiones públicas, comisario Eduardo Molina F erraro; gases y disolución de manifestaciones, teniente Hervé Castro (el Führer para sus· amigos); métodos de instrucción. teniente Luis Lobatti; investigaciones, subcQe misario Fuster; tiro.. comisario Alfredo Poto Perei-nf; procedimientos policiales, subcomisario Juan C. Bonaudi. y por último, asistentes: oficial· ROIJ.Icro y. otros. Es muy $ugestivo el hecho de que las dos asignaturas más impor. tantes fueran tiro y gases e, irónico, que después les si· guiera en el orden, relaciones públicas.

De hecho la dirección del curso recayó en las manos del asesor César Bemal, quien permaneció todo el tiempo ~n Salto, supervisando las clases y "pulseando" A los· instructores para referencias futuras. Saenz viajaba perió­dicamente e impartió algunas clases de procedimientos policiales, pero evitó tener contactos con alumnos y fesores, limitándose a relacionarse con el inspector na y el coronel Berta.

Según comentarios posteriores, propagados durante una comida aniversario informal celebrada en casa de Bernal, donde se conversó en torno a cue'stiones explosi. ,,'as, fue éste el único curso en el que los instructores se sintieron verdaderamente motivados. Alguno de ellos -y quizás otros con posterioridad- negó a tteer que:realmente estaban haciendo una labor meritoria •. ' Debo recordar que los norteamericanos actuaban aún con mucho tacto y sus pl"opósitos no eran evidentes.

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Los cursos . de entrenamiento constituyeron un eficaz instrumento las fuerzas policiales· uruguayas. rés de mejorar el nivel funcionEll, al FBI obtener información relati:va. policiales, que no era fácil recoger . podían calibrarlos en el orden

El primer paso de esta las llamadas becas de inglés' enlá guay-Estados Unidos, cuya de un Consejo de Regentes,que Éste, al igual que el subdirector y cipales, eran norteamericanos. ~lltn"';II.'V tuvo ocupado por míster King.l'&,(!l(:acto< en U rugua y" En 1969 se· nN .. vÉ',p.tá

otro norteamericano que nes políticas se recibianpor U!.<~U~"''''J Sta tes Information Service l.

La Alianza mantiene la ·tiili~i(~te5 tigas, o Artigag.. \Vasrungton na"· r& .. eJi!;~l' yo, con sus libros corno demás· atractivos de des que aqu í nos~ interesaron.

El nivel de calidad de biS

siderado corno regular, aunque modernizado los equipos e ba las becas y pagaba a la cada alumno.· Saenz utilizaba programa de Relaciones Pública~, buena voluntad· de la Policía.

los cursos con, interés genuino, La inmensa .mayoría de lós .. ~oncurrian a las primeras

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de ellos 'habían solicitado la matricula en la creencia de que significaba una vía rápida o que los nOl'teamerica·. 110S los mirarían favorablemente. .

Lo segundo era CiClto, mas no en la medida que ellos, esperaban, por lo que pronto se cansaban. También fiC ot@~aban becas de inglés a los candidatos a participar en los cursos de Washington. Sin embargo, la mayoría de los supuestos beneficiados no participaban en clases, por estimarlas vejatorias a su dignidad. edad y rango. Por IQ tanto. estas becas tuvieron una importancia limi .. tada, pero ello .no fue óbice para que en ún momento de éntusiasmo Saenz pensara hacerlas extensivas de forma masiva a la Jefatura.··

La etapa fundamental de la penetraci5n estaba cen­trada en la Academia Internacional de Policía que, con $ede $ en Washington, 'dependede la oficina de Seguridad' Pública de la AID o, en otros términos, del Departamento de Estado' en última instancia. En 10 docente existía una estrecha relación con el FBI. Tomadas individualmente ada una· de las asignaturas q~e se impartian, no difieren en esencia de las oü'ecidas en cualquier academia da policía del mundo, con la éxcepción del uoo de gases y los llamados agresivos químicos. Pero en su conjunto, era_ lmmifiesto su intento de adoctrinamiento.

Los alumnos de la. Academia provienen de todos los continentes, especialmente de Asia y América. A los lati~ uoamericanos se les agrupa en subunidades. con el propó­sito de formar un espíritu de cuerpo interamericano.

En susiniciQs, ilIt{ seleccionaba a los becarios sobre la base de su influencia política. Es la etapa en que los norteamericanos quieren g~na:rse a los jerarcas del Minie­lel'io del Interior y a los mandos policiales de Montevideo •. P.or tanto. la' mayoría serán inspectores. Los asesóres sa­bían que, técnicamente, el entrenamiento rendiría pOOC)lil

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,frutos; ya que serían jubilados en.· evitaba la resistencia pasiva que ranos pudiera generar.

A fines de 1966 ya habían esta:d(»), ~ se, encontraba~ alli, los inspeet()re$ - ern~ndez Reguelfo. Guerrero y otros'. L1mencanos no tomaban parte activa lindose a incluir. de tanto entanlo ·pr?~et.edor. Aún manienían la piel' ofICIalIdad estaba entusiasmada' tin dos con todo pagado, más la posi~ti1ilC1ati{ eléctricos y otras cositas.

.En la medida en lNe la MISIón respecto a la selección del f'lf'rl'líI<I1ihili r tirá preferentemente en el que cada oficial haya mostr individuos. No se toca el abierto~aunque. desde luego, se relooiltefl les del candidato a fin de sOl~ejte:r.tos . En síntesis, el principal oblef:ivo. queda de aliados entre la· o t·l el~"llola:d sito de oponerlos a laae cía! ante cualquier innovaciQrutá la de tratar de impresionar a esos de una futura policía eficiente. en la vida interna de lti naci6n

. influencia de los militares.· ;

Es en este momento nes oficiales comienzan sus éstos integrarán con nn<Ql'p,r,n .. UII ..

,tores de leo·; primeros cursos .de para este entonces se ha' .vención del Ministerio en la

cual, ahora forma parte. de las

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fas de· la Mi~ión, salvo algún que otro caso que fluisiera favoHlcer el ministro de· turno.

A partir del tercer curso se comenzó a e.lwiar ofi. ciales del interior a \Vashington, siempre que se hubiee

ran destacado en los cursos y mostrado particularmente iavorables a los norteamericanos. Con posterioridad, dehido a cuestiones de l'ivalidalles y política interna, ¡a selección de esos candidatos se hizo por concurso, aune que el espíritu de tal gestión quedaría desvirtuado, ya que la Misión hacia la selección definitiva entre los ~inco primeros lugares, reservándose el derecho a incluir ofi­ciales que no haMan logrado clasificare

El segundo curso se celebró en Parque del Plata, . Depal'tamento de CaJlelones, a mediados de 1967. Su jefe de policía,. coronel Eduardo Legnanij> estahleció rápi-da amistad con los norteamericanos. Por su in:::· pector Guerra acababa de ser promovido a Dirección de Investigaciones, por lo que fue sustituido áI frent.e del curso por el capitán de la Guardia Repúhlkaná, Gervasio Somma.

. No oDstante, Guerra siguil1 muy vinculado al entrena< miento, de forma tal que incluso llegó a dictar varia% conferenc\as. Deho destacar que el inspector dev11:,o punta de lanza norteamericana contra· la vieja dad. Su presencia en los cursos le daba cierto

Cantrell, en sustitución interina de Saenz, se vio j:c'

zado a prestar delta atención a los entrenamientos, en tanto aprovechaba el tiempo entahlando relaciones coa oHciales del interior. A pesar de algunas sustituciones, los cuadros básicos permanecieron intactos. El recién llegado deW ashington, . comisario de BeUa Unión, Raúl Tomá·s Farer, se reincorporó al cuerpo de instructores.

Los norteamericanos considersn)l1 el 'curso de' Cane­lones como extremadamente positivo. Tan positivo que

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provocó los celos de Saenz a buena .co~unicacjón con la PoÍicíay entendImIento con el jefe, de '-'''U'''.lU1Jl,,~,,>CI:n: Uno de los alumnos recibió el ascenso. rango de inspector; el Comisarioclel tida se cOUlprometió a mantener de los pasos de Leonel Brizzolaex Grande do Sul y cuñado del depu;sto en tanto otro alumno, el subcdmisari«) .mtegnu· el equipo de instru~tol'e$ •...

Colonia fue la sede del ... Guerra logró una licencia en más, . dirigía el equipo de j·.lsll@(l!m ...

y tercer curso, otros tres :tUltlclona:tj.~s l)9r las aulas de la academia d.estacado en la zona arrocera '1 :~s; otro de Artigas y el tel,p.f!!irA

gma como· oficial de v ....... ~;ccn atrá~ habia causado baja de motivo. de una conspiración tamento. de Treinta y Tres,

. El tercer curso tuvo coordinadores generaJes ~o.ronel Berta en el primero. y segundo-. so.stenían el criterio la instancia que debía decir la ~ncemiente a los cursos. Se lés ~len •. s~ acataban sus decisiones. Se adICIonó al coronel Viola uno Ministro. / ,.

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. Ambos trataron de mantener la supremacía, del Mía lljsterio -meramente teórica en cuestiones de real impora -

tancia-, pero los asesores ya se sentían con suficiente fuerzá como para 'imponerse y presentían que, en última instancia, el ministro Legnani no apoyaría a sus propios representantes. Sampognaro abándonó la lucha durante los preparativos y en lo adelante ignoró olimpicamenta todo lo referente a los cursos, manteniendo un silencio hostil y no sin cierta dignidad.

Viola, tozudo, luchó hasta el final, pero estaba fra­casado de antemano. El día de la clausura no dejaba da dl'¡l' cierta lástima, con su patética figura desgarbada y licticiamente jovial, blanco de las burlas de los instruc. tm.·es, alumnos y asesores.

Durante el último curso los norteamericanos dejaron filtrar su posición favorable en el sentido de que el cargo de jefe policial, en todos los departamentos, fuera ocupado por funciqnarios de éarrera. Criterio aparentemente loa­ble, tras el miSmo se escondía la convicción .de que esüs oficiales, formados por ellos,' resultarían más dóciles que los militares~

Existieron muchos otros cursos, tanto en los tamentos de Florida, MaMonado' y Cerro Largo, como en Treinta y Tres, pero ya en ese entonces yo laboraba en la Sección Política y aunque visitaba la Misióp con .alguna lcgularidad, no participé en las interioridádes' de los nusmos.

A medida que fue aumentando el control de los as~, sores sobre esos cursos, iba cambiando la composición del equipo de instructora's. Al principio los -110rteameri4

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canos sólo utilizaron criterioS,téc,ni(~os éstos. Luego, se incrementaron las sele~ción. Llegó el momento en que se tamIento. "

En los últimos cursos. de los ."'''.,!,''''''~ sólo quedaha algún viejo comisario, los fundadores, ya que resultaba experiencia y capacidad, pero, a pesar aceptado plenamente. Algunos como fueron promovidos con lá ayuda de como Castro, fueron dados· de . . que no se sometieron fueron en su trabajo cotidiano. Ninírurio cabeza.

No es que se tratara de .cías ideológicas o desa~uerdo$ fricciones era causada por gunos casos, el deseo dé mente ocurrió que las pr,eteins:iolles:. de los asesores, resultaban tan una reá,cción desfávorable, de hombres acostumbrados a

. un Estado soberano, ejemplo de del~Of~: En 1970 _los cursos en el intc~ri(Jr

dos. El sustituto de Bemal, como alllf~SOl' pertenecía a la CIA, aunque Esta evolución era de esperarse. en la eapital,. habia que extenderlo.

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Los cursos que he descrito. · ... n. fi> .. ·'",j""'" ron a los norteamericanos estahlecer·

iuncional~ios policiales que parecían cibían tratamiento. adicionaLAlgu~os de antemano, otro.s fuel'on ca'ptado.s· cuela inevitable de los. cursos,eránlas, jns". y las listas negras.

En una ocasrón visité Mela, lugar celebrádo el curso. de Cerro. Largo,U 110S dimo.s una escapada a un halle, los su~urhios. Allí sucedieron ·jnj314ellJ~s

Durante el haile, se ptc~seltltó zona -Techera, si mal no. .recU~~l'~I~~ era la que ro.dea Melo. comQ un cÍllt'Yl'Q,[l'

yor parte de sus barrios. de armas y, de .paso., a tomar (ron gratuito.). Delgado, dreja, el SubcomÍsario penetrQ; potente.

Paralizó el b~ile, miró y se retiró a las afueras del hrasileño a la roca. Alguien que yo era el secretario de ... cierto. El ceño del\Subcomisario, camhió con celeridad. Solícit()~· ~e a. Saenz que ya tenía prepa.radils solicitado.

-No envié --me canales oficiales, pues, como

46 Especie de ~tablo 1)

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Esto explica que la intromisión en algunos casos, y la falta, de tacto en otrós, fueron las causantes de rebe­liones hasta de los propios incondicionales. Saenz y Bere .

naI conversaron en mi presencia en torno al "juramento de fidelidad", especulando acerca de la conveniencia o' desventaja de exigirlo. No!e di mayor importancia en esos momentos, pues pensaba que se trataba de algo formaL

Pero existían razones más serias. En enero de 1970, durante una conversación que

s~tuve con. el subcomisario Fernández Fleitas, Jorge .Vázquez y otro oficial de la' Dirección de . Información .. e Inteligencia, se hicieron profusas alusiones relativas a las becas en Washington, así como del próximo'viajo de Fleitas Con vista a participar erf un curso de la Acadee mis de ·la Polida. Se exigía, comentaban, no. sólo el "ju­ramento de fidelidad" {11 régimen establecido en UnJ<o guay. sino también al de Estados Unidos y su política.

V ázquez rehusó firmar y su beca fue cancelada. Femández Fleitas, por el contrario, negaba, además, la existencia del documento. Ello motivó el siguiente diálogo con Fleitas cuando el primero le dijo:

-No me vengás con cuentos. Acordáte que una de las cláusulas compromete al firmante a negar hasil>, 11:\ existencia del documento --dijo Vázquez. .

-Te repito que no existe ~eñaló Fleitas. -Mirá. si querés te lo recito de memoria. Adem9rl,

tengo una copia en lugar, seguro. Quizás algún día uecesite.

El Subcomisario terminó por reconocer que había firmado el "juramento". De no hacerlo, hubiera perdido la beca y su situación en la Dirección seria insostenible. El hecho de no ser hijo de un difunto coronel como Váz. quez, el cual podía recurrir a alguien, así como no contar con la ayuda de Acuña, 10 hacía depender en absoluto de los norteamericanos. .

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1a- conversación derivó timiento. que había en la DirecciÓn, los yanquis de solicitar információn. sin ción en su procesamiento.' . uíao Se corría el rumor, en' esos mOUllen

Embajada tratabá de ponerse en cóntalcf<l, nl,aros a espalda del, gobierno uruguayo. ban que se preparaba. un~golpe de EstadO' tucionalista. .

Todos estos cbismes evideuCiab ... n de aquellos uruguayos y su temor a. . vos expiatorios en-o algun,a compoilertUa yanquis para salvar al régimen~

Paralelamente existían tamhién las técnicas, como la que se le ototo-ó de radio de la Jefatura., quien curió dios p.l.l.l'a perfeccionar sus '-'CJJllU{;l.'UU.t1lll-Vt$.

de enlace entre la Misión y la ::;~~Cl(')n ·Para hacer más atractivos los

lo en el interior, . se donaban' de la ceremonia de clausura. naciones podrían ser aí.~tículós collares", como decía Saen:¡;.A los .. "estuches de investigá.eiórW hian utilizar. Sinembárgq: los .jefes, quienes los m4()st:rat,áft terminaban tirándolos aun "'U"'-'''I:1o

Otra categoría "' .............. "' ... .il;' .. .!wcesorios. El tiro era una de las tidas en los cürsos. Inicialmente­toS revólve'r<¡ calibre 38 •. La·luulllu JLUt'l

'tevideo, ftOsto se destinó a " ... yt.~..,.,,,,,,, ellos se :reI~artía tambi¿nun~

de parque. .'.

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Para asegurar el suministro de parque, se mandó a buscar dos recargadores automáticos. Uno le fue entJ:'&o gado a la Metropolitana y el segundo al Instituto de Ene señanza Profesional,4'7 el cual se autoabastecería y. al mismo tiempo, recargaría los casquillos de las jefaturas del interior. '

La Republicana protestó por no recibir ninguna. La Misión siempre había relegado a un segundo plano a este (~uerpo. Entendía que era una, institución obsoleta, que a la larga debía desaparecer 0, en el mejor de los éasos, mantener, un escuadrón fuerte, bien adiestrado,equipado y armado. ' .

Dentro de esta segunda categoría, había que incluir ciertos equipos para el control de motines y disturbios, que tenían la prioridad. Me refiero a los cascos plásticos, entregados a la Metropolitana y al .Escuadrón Esp~jcial~ . creados dentro de la Dirección de Seguridad por iniciaw

tiva de los asesores, para .su uso exclusivo en las labores de patrullaje de la Avenida 18 dé Julio. También se inG

duÍan escopetas antimotines, que tanto luto llev/uon a Monte7ideo. Cabe señalar que los asesores, al entregarlas, aclararon al Comando de Investigaciones que tuvieran cuidado, ya que tenían un alcance ,superior al normnl.

La tercera categoría comprendía los "agresivos micos". Eran granagas de gases, utilizadas por la MC!TO"

politana. Existían dos clases: las CN y las CS. Unas eraa de tipo lacrimógeno cOnl1ll1, las otras contentan elementos químicos que atacan el sistema nervioso. S610 en 1967 entregaron a Uruguay un total de 17 800 de estas gra~, nadas, según mis cálculos, más bien conservadores.

Siempre me fue imposible determinar la cantidad' de armamento y artefactos químicos que entraron al país. comb lo será ahora igualmente. No todo era consignado

4'7 Escuela de Cadetes de la Poli~ía uruguaya.

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'a la Emüajada. Algunos lUlICÍOna:r:

B~rg~s, pueden dar- fe de ello. Este era tr.amües aduaneros, de rutina dentrod bUl embarques que, entraban como de propaganda para USIS o la propia

~as ?e~uncias de la prensa dé la ~n mi ~pmlOn, ni la mitad de las coSas lntroduJeron en el país durante eSO$ ai).,os, ni relativo a, las Fuerzas: Armadas. Al meino¡~: mento s, el criterio de los " . solidar a la Guardia ma!?rvo!~men de fuego de toda la reg~o?p mIlItar número uno. En .c"o' n': s,eeu rec~blO. además, metralletas y ........... . S~ ~ban sentando ,las conclichmés' '\11meron. después.. .,

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Resultaría absurdo pensar que, ni taunUn como Saeoz, pudiera creer que:podía competir rato paralelo de la CIA. No era Hm iluso~ .Hu,!3C.atl'iª, cosa.

No existen pruebas en el sentido de que el tal haya intentado crear otro aparato y la. nU:lln~~i que se haya limitado a influir en ciertas 'tlelDlS:l!Onlé$¡

tificar apetencias presupucs:tales. DE,sc,al1:enlQs •. 'Ilí.íle hipótesis por el momento.

Al crear su propia red· de rm!u.~lÓlrk tendía mantener su influencia dentro de la en esto sí q~e pudo recibir i~struccioneso del FBI-. Con esa red, podía negarhastti~l y aportar sus propios datos. Esto sí le . por razone..s personales como por la ~u;"n',~"

y esto no era cierto sólo en el caso un individuo imperturbable como . portancia al más mínimo detalle que ,le) ante sus superiores o el Embajador. ' Cantrell reunido con el doctor !Sáml)Olimairo. teda del Interior, arrojaron una bon:ih¡¡t las oficinas de la Embajada.

Yo me enteré por la radio· policial y llical'me con el asesor, pero el teléf6no c

no funcionaba, 'por 10 que me trasladé Cantrell dejó la reunión y corrió a la I'u ... ·n""

cerse ver y demostrar que estaba alerta. só su reconooimiento por haberten~dola nar hasta el Ministerio para avisarle • .o.J"""JJ!I,J

sido de suma importancia concurrir al chos. Que por muv ,iustificada que hubiera cia, ésta hubiera dado lugar a ctÍticas mtteveSl1

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Un caso similar ocurrió con motivo de la renuncia de Bal'locco y su sustitución por el coronel Aguirre. A· purtscher le dio porpvi¡;itar la Jefatura en esos días. Como se recordará, estaba en la lista negra de la Embajada. A algún gracioso se le ocurrió comentar que, a pesar de ser "blanco", sería designado jefe del Estado Mayor ó, en todo caso, volvería a la Metropolitaila. Nos causaba cierta risa ver a Saenz, Cantrell y hasta a Bernal, apul'ad~s en ser los primeros en avisar a la Embajada.

Por supuesto, existía un. último motivo para que Saenz intentara establecer su propio aparato. Si el Emba­jador aceptaba oficializar su idea, tendría una fachada perféctapal'a sus negocitos. Pero la red 110 pasó de ser nlgo muy rudimentario. La carencia de recUl'SOS para ello lo obligó a limitarse a promesas, a sU influencia en la Jefatura, así como a pequeilos regalos. .

Conocí a alguno de los funcionados ligados diredag

mente al aparatito particular de Saenz: lmazul Femández, de USIS; John BeU y Notman Moore-Davis, ambos angro;. uruguayos pertenecientes a la AID. Hubo otr.os que le fu&. .ron útiles, pero en función de su jerarquía oficial en cuanto norteamericano. Es por eso que no incluyo a los .mspectores Guerra, Guerrero, Morán Charauero 48 y otros.

"8 Inspector (le poli.cía. Conociflo bOft tJ!11arH,tratahil de no ml"zc1:ns~ en las cUe$tiones P?1íticas, medrando en ]00 nef>'OCIOS que su cargo le faci.htaha; Al recrndeeerse la lucha conúa la· guerrilla urhana, se fue involucrando

. gradualmente hasta convertirse en un connotado inteuo' gaclor (Nlfemi.~mo por torturador). Su \l1tima. hazaña: le arrancó un pczón a una detenida. Atildado en el ves' tir, también le dio por rasparee la caheza 'R la navaja. Graduado.. de los Cl'irsos de la Academia bternacional de }'olicia en Wasnin(!ton. A raíz de su 111tima hazaña, se . decidió l1ace:r un eEcanuien!o. Fue ajusticiado por· fos Tupama¡QSo

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A nuestras ·oficinas se asignociel·t6 cías. Uno de ellos fue el a«ente de Wa1terSpinel~i. Encarnaba al tira típico, -apenas podía firmª,r- y profesabaull población civil rayano en la patoloO'Ía b l

· l!l • . ·a a tImón -de la camioneta de la Misióll, temente y buscaba a algún üanseúnte:a· (1\11611"

para -así descargar su frustración contra aquPV.rq

(lue lo condenaba a ser poco más que~n

SpineHi vivía en UlltuO'urio UUlmt{'1f,ten:j 2 4.00, donde se hacinaban ¡;'su cOl'llpaií:!U~á,:;e que lo abandonó, ésta viví~ de ahol'to deciendo por falta de álillientaciQn-' whisky con Saenz y gastaba . el dine;o en imitar la. vida de los asesores-

Odiaba la disciulina aue ..... <&lIu·I;;J,.I,

y su defensa consistió en -ilWOl'arlo pañero de Saenz en las visi~as' al • tad de Cantrell lo consagró como la Misión; De mandadero a alcahuete uSo a quien al- final se acababa por' demásiado.

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llllherle sido productiva en las fiestas de este coronel en la Chacra 49 policial.

La utilidad de'Spine1H era fundanientalmente ~pe­rativa. Tan sólo en una oportunidad pudo llevar datos de algún valor. Se trataba de su amante, Liliana Rodríguez, f'studiante de magisterio en la localidad de Ecilda PauUier. a quien puso en contacto con Saenz. el cual la' orientó a inf~ltrarse en los gmpos estudiantiles.

En cuanto a los trabajos operativos, puedo citar dos. Durantt( las elecciones de 1966, se organizó un gl'UpO de agentes de investigaciones. Éstos recorrían las calles mon~ tevideanas p'estrozando la~. propaganda de determinados l-!mpos políticos y perturbando el orden durante los míti­nes y reuniones de los partidos que se quería hostigar. - Estos agentes fueron básicamente los. mismos que, 'durante los preparativos de la Confefencia de Presidentes, se dedicaron a atacar a los que pegaban volantes, carteles políticos y protestaban; negando en tales acciones a lesio-nar a varios de gravedad. .

Existen otros ejemplos, Este grupo sirvió de núcleo a otro mejor organizado, preparado para atacar a dipu~ lados progresistas. El mando directo lo ejercía el alférez Sartorio, oficial de la Guardia Metropolitana, graduado de la Academia de \Vashington y miembro destacado de la Legión Artiguistá, organización paramilitar fascista (le larga trayectoria,cuyo~' integrantes tamhién anhelaban lloder golpear a los diputados.

En ese entonces ya la CIA hahía tomado el control del aparato en embrión de. Saenz: Spinelli fue sustituido

--49 Quinta de protocoló <le la Policía. Además' tIe sus funcio&

nes protocnrares. la "quinta" tIe'Ma abastecer' -de hue­. vos, aves, viaudas, verduras. leche fresca, etcétera- a 108 diversos comedores paUdales.

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por otro agente de investigaciones, ,Vil~' a~ los, ,fundadores, quien luego resultó . DirecclOn de Información e Imeligencíá!

, Conectado a la misma red partiCUlar tan de la Republicana Gervasio ' ... ' tambi~n del curso de Ca~elones. Su 'os bIenes y el capitán notclda pre0'4:rut :rías. Su interés :r~dicaha en el.poyo los pr0y,ectos golpistas de elementos de y Batlhsta. Gl'anamigod~ . &mal, . Saenz- desde los p,rímeros, B]' 10D!leQltO$.

información, de CantreIl 'po:ste:rlo~enlte~ oordinación de la. bUlar41ia

• En tanto;. por lo que re~i'Peeta rrum los años del mutis de Jojt1n~I~JJ de Nixon en la arena . ..'~'

destrucción de la$ con' macarthismo, punto cu}m hahía -iniciado una . lenta eU'Cla

estructurada fundamentalmente con vista

J:a CIA, joven y pujante" consoUdabl;t. en el exterior y,muy sutil y' ( hast~ . entonces inviolada juri.sdic~ión «1el. !Ust.l~la, en cuanto extensión natural de . s . lUs.t1Ílcada ante laalla diiecCÍqn imperialista versalización de la llamada guerra Iria. . ...

El Bureau no estaba orgánicamenfe enfrent~:r .los nuevos tiempos, .' . del SOCIalIsmo y el resurgimiento del

. El FBI se batía en retirada, pel'O no ' . la lu~ha.Para probar que sahía. adaptarse tes cU'cunstanclas, se proyec¡;ó hacia el

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había actuado sólo marginalmeñte •. El Departamento de Estado lo apoyaba. .

Todas estas contradicCiones y otras que _no resulta pertinente describir ahora se reflejaron en la pugna mon­tevideana. Eran contradicciones tácticas y . de mera super .. vivencia constitucional.

A pesar de sus éxitos iniciales, Saenz tenía que Ira? casar. •• su organización tenia que perder. Además era muy vulnerable. La vida privada era el punto donde.Ja' CIA-,le daría el golpe de gracia para eliminarlo de la escena uruguaya ..

A fines de 1969, Saem: partió de Uruguay, prácti­camente en desgracia por haber puesto en peligro la segu~ :ridad interna del aparato yanqui, aunque pudo evitar una sanción grave por los buen~s informes que existían acerCtlj de ' su trabajo inicial en el país.

A partir de ese momento, el FBI pasó a un segundo plano, atrincherado en sus tradicionales funciones de vigilar al personal norteamericano y rumiando planelll futuros.

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• UN INSTITUTO INTE

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Ya en marzo de 1968, yo era U"''''U,\;LlJn'

de la Sección Política, gracias a, las amigo Cantrell. De cierto modo, esto' xepr,eSE~nti minación de mi trabajo. Recibí . 'que debía seguir al pie de la letra.

Como en repetidas ocasiones había pli'lnl:eau:o mi intención de obtener el título de -lo que me permitiría oflcialment~ nes--, presenté a éste mi renuncia. ' di la fundamenté con mi interés en UlISL~UU,!Wt;:,' propia y establecerme con mi , ,

Ante los ojos de todos, me ofrec~tla las traducciones de la Misión, pero casa de traducciones, no como CIA me entregaría dinero suficiente' un local modesto y la impresión de

En ese entonces ya tenja medio mentito en la calle Rivera, pero no a un cambio de planes. El cambio que estaba acostumbradó a estas normal. "

Por un momento se pensil eh re!~el''VSlrrníi$ en las oficinas de la: Pan American,' en Esto permitiría justificar mis ingreso¡;. de la ventaja adicional de poder hacer • dos de otras compañías, y obtener l'eservaciones y m()vimiento de compañías -como Ah- France y entregar a las autoridades antesd~' lo

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normalidad, llené la solicitud en Pan American y busqué influencias y recomendaciones (una 'de ellas fue la del. propio Saenz). Pero este trabajo también fue' desechado, ya· que consumiría demasiado tiempo, necesario para las

traducciones. Sin quererlo, Micale alteró l'adicalmente los planes.

Se preparaba para emigrar a Estados Unidos Y estaba . reeibiendo un curso intensivo de inglés 'en el Instituto EMER. Al enterarse de mis propósitos de abandonar la Misión, me aconsejó que'buscara otras entradas para pre­ver la posibilidad de que no me fuera bien el ne.gocio de las traduéciones y se ofreció para conseguirme una plaza en el Instituto. . '

Casualmente lo comenté -con Cantrell y ahi mismo cambiaron nuevamente los planes. Resultaba que la CIA, desde antes, estaba interesada en el Instituto EMER. Sus propietarios y directores enm el coronel Nery Egaña, jefe de operaciones d~ la Fuerza Aérea, y ~ capitán, ya. retirado, Saúl Rey, quien además ocupaba un cargo en comunicaciones de UTE. ISO. Las responsabilidades admi. nistrativas corrían a cargo del coronel Armagno, tamhién retirado, quien hasta hacia muy poco se habia desempe­ñado como jefe de la Inteligencia de la Fuerza Aérea •. Gran parte de los alupmos eran pilotos y oficiales en

activo. . El coronel Egaúa mantenía buenas relaciones oH·

ciales con la Misión Aérea norteamericana, pero su posi­ción constitucionalista era conocida. Se poseían numerosos datos en relación con él y no .se me -solicitó información de ese tipo. Má$ bien debía verificar los visitantes y alum­nos del Instituto, 'especialmente los oficiales de la Fuerza

Aérea.

6\) Ullina~ y Teléfonos del' Estado.

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Tamhién debía cer~iorarme deja ·n~,,'¡h·;I· celehrasen algún tipo de reunión y si. se salón o aula en particular. En fin. debería atento ante el desarrollo de los ac·on!:eC'lm:lentos «o la. posihilidadde instalación deapál'atos captando las reacciones de Egaña y ¡U" <,;Ul.<1IJ'LU

pedal interés suscitó el documento oue ci . oficiales de la Fuerza Aérea. con motivo cÍóndel coronel MaIán.

·Este señor era ún excéntrico oficial Aérea. Durante una visita a la Base de se expresó en duros términos respecto a los Jorge Batlle, a la sazón factotum político' de YaC'heco Areco. A su regreso a . • celado ·en la B8.se de Camino Mendoza, desde sacar su versión de los hechos.

Para contrarrestarlo, la Fuerza Aérea hizo circular Un u,",.".uu'V.:nv

ocurrido, pero cometió el error de pl'ete:nd,er mara la oIicia.1idad. tal como si 10 sin permitirles su lectura realmente. Esto como una falta de ética militar y produjo incomodidad que relegó a un seguudo. ción que, por otra parte, no era de eXtrañar . Luego de este incidenté. quedé como Instituto. Mis vínculos con la Sección vieron en el más ah$oluto secreto. Ni S~énz; ni ningún miembro de la Embajada ajeno' Política, d€bía sospechar nada. Saenz me que otra traducción, lo cual también. haéía de forma ostensible, para no despertar . J efe de la Misión. '/

En ese período trnduie al esnañol de todos los equipos de Úboratodo que

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laCIA habían instalado en la Dirección de Información e Inteligencia. '

Ya, en mi nueva responsabilidad impartía dases a 3}umnos particulares. Las mismas eran autorizadas por Cantrell, con tal de que no afectara la' fecha de entrega de las traducciones. Pronto le vio nuevas posibilidades, por lo que me, informó que, para evitar pérdidas de mi tiempo, debía comunicarle previamente el. nomhre de cual. quier posible nuevo alumno. _

Esto constituÍauria nuéva fuente de datos~Si les interesaba la: per~ona, autorizaban las clases e indicaban' el tipo de información que debía recoger. Por demás, tales sujetos eran muy diferentes: un empleado de la oH· cina central del Banco República; un profesor de secun· daria, casado con la hija de un general; la esposá' del propietario de una agencia de mudanzas y storage ;'1)1

gerente de una sucursal bancaria y un teniente coronel de la Fuerza Aére~, entre otros.

Recibí las orientaciones de "escamotearle" una alum· na al Instituto, la hija del embajador de un país centro­americano, a quien debia intentar darle clases particu. lares. Nunca supe para qué. Pero en todos los casos, la obtención de información, el chequeo y la vigilancia fEeron constantes. pebía vigilar a todos, hasta a Bardesio,

, y supongo que él tendría órdenes de vigilarme a mí. O quizás no. Yayo ostentaba un status diferente.

y esto era significativo. Un agente podía vigilar a un comisario, un director a un' sargento, un ministro a su secretario y el secretario a su ministro. Pero todos eran uruguayos, estaban en la misma categoría. No era un problema de rango, sino de nacionalidad. 'En la cum" hre, desde luego, estaban los norteamericanos. Para ellos

1>1 Depósito.

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haher jerarquíás, m8.í:iceª~ categoría: uruguayos~

de los yanquis venían en UruguaY-e Luego los

se descendía en esa ~jían más flexibles. Este esquema

por ,ejempló, de ser Brasil lo ocuparían los bl'asi1eños~

Yo era un hihrido'; ;un . antes o después de lo!,! anglos.,

me haya espiado. ' Estas cuestionescl'an

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, mericano, aunque en cierta ocasión le prohibieron que invitara a urugu~yos. ,

En el verano del 67 yo solía visitarla en el chalet que alquiló con dos amigas en la Parada 5 de Punra del Este. Había acatado la prohibición, pero seguía mante­niendo un buen stocl¡; de bebidas.

No trato de ser pudtano ni,hipócrita. Traigo el tema a colación para destacar el sistema de dos patrones que, forzosamente, debe aplicar la diplomacia nortea.mericana a sus funcionarios, una vez que se ¡'nicia la política de penetración. Lo que se pretende evitar' con este distau.; ciamiento sentimental" entre interventores e intervenidos. es el famoso riesgo de seguridad. Riesgo que, natural­mente, puede surgir en relaciones amorosas más prOe fundas. '

Ocasionalmente un rebelde puede romper esta mo­notonía. Son casos, muy difíciles. Las leyes del servicio civil y la canera administrativa norteamericana protegen a sus funcionarios. Existen mecanismos de rápida depu-. ración; pero se reservan para las situaciones más comple­jas y delicadas.

En este sentido, és ilustrativo él caso de una secre­taria de la Sección Política, nada menos que esta Sección., que se enamoró de un empleado de la tienda London- ' París y aspiraba a' casarse. Le aconsejaron, pero no cambiaba la idea. Ello motivó su devolución a Washing­ton y ella se ,nevó al novio, a, quien' sabiamente ya le llaMa conseguido visa. Desde el punto de vista administra­tivo pudo ~aber estado protegida, pero dudo que haya salidO' nuevaTnente al exteriO'r.

TO'do ello ocm:rió entre 1964 y 1965, antes de mi ingreso en la Misión. A la sucesora de Miss Dupress, Bunny Denham, secretaria de Juan Noriega y auxilia! general de la Seeción Política, le inmpresionaba muchO' toda esa historia.

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Juan Nol'iega participó de la Dirección de Información e ,lnlteligel estuvo instalado en el propio despacho ,riormente se trasladó, de modo oficial. destinadas a dormitorios de emergencii;\ en el último piso de la Jefatura.

Pero la verdadera función de la parte operativa de la Sección se opera a varios niveles. Enprimel' diplomáticos yanquis, a las órdenes de tlicos de radio. laboratorio, polígrafos entrtm al país como diplomáticos, aunque daro está, sus verdaderas funciones.

A seguidas,. están tambien los e' xpíeJ;'f;IOS.

torios -y hay interrogatorios e inten"o/i,rát~()til participan en las actividades y muchos de los detenidos quisiel:an de relación se define en los casós de los tales como los de dos cubanos, altos. ftltlcili)}ta Pepsi-Cola uruguaya, o del colombiano Monis. '

y por último, aparecen los u1'uguayoi!l ciertos trabajos de seguimientó,. alguna esporádico asesinato. Mis contact()s' la CIA fueron muy eventuales, y casuales. '

Durante la licencia de Cantrell en quedó a cargo d~ las dos ramas y muy trahajo.. Además de las traduceioné$,yo p1inoonalmente mis informes relativos tÍ ahm:moo seleccionados.' La mayoría

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entrep:ahan por escrito, pero las acl'lH'l:\cl~ ft \acIan verbalmente.

El procedimiento de Cantrell era sencillo. Llamaba por las extensiones telefónicas internas 60 o' 61 de la Embajada y preguntaba por Guillermo, de parte de Av.. tpnio. CantreU me fijaba una hora y colgábamos. El ~ cuentro, así como el diálogo durante el 'cual merendábao .•

mos, se efectuaba en el bar El Camarote sito en Rono

reu y Mercedes. Juan prefería la esquina del. Sorocabana, en la plaza

Cagancha. Como casi siempre estaba apurado, yo monta­ba en su VW color crema y daba mi reporte mientras él hacía su recorrido. Así ganaba un tiempo siempre eso caso. Del Paso Molino, podíamos desplazarnos al Puente Carrasco y de ahí al. parque Rodó. El procedimiento era siempre igual. Estacionaba, e inmediatamente se bajaha, en tanto yo esperaha en el auto. A los pocos miw nulos regresaba y reanudábamos nuestra conversación }lasta llegar al siguiente lup:ar. Alguna vez pude ver a SU$)

interlocutores. Todos parecían uruguayos y estaban mo<-destamente vestidos. .

Una sola vez participé en las aburridas vigilancias. Se trataba en este caso de un pariente del ministro del Interior, Jiménez de Arécha~a, y se escenificaha: en la calle Pablo de María. Yo vivía en eso;:; momentos en Cíl,liit

de eantren, pero ~i residencia habitual e?taha a meno!>' de dos ~uadrasdel ohjetivo. Noriega me pidió que hiciese ese trabajo, ya queme resultaría muy fácil y no llamaría la atención.

Me mostró varias fotos. Eran todas dI} la. misma per­sona, un hombre ya entrado en años. Yo de:bía fijarme en el movimiento de entrada v salida en la ~sidencia y anotaría tanto la hora exacta ~omo el nombre del visitatl<> te, si negaba a reconocerlo. Lo que realmente interesaba era determinar si ro persona de la foto entraha en la casa.

260 .

Ocurre a veces que el . ya .sea ~e rapiñe:o o ladr6n, y es

BaJO nmguna cIrcunstancia debe bajos de este tipo se realizan &in Al llegar a la seccio:t:.lal policial, 8Dlo llama Ignacio Bermúde~ nombre riódWamente. EJ nombre ilega:ni del aparato paralelo -Menen lura-. q~len procederá: ". ~vi$at . a ,que tambIén ~e cambia

Estuve ocho horas casa de Iiménez de A::é~i:a~~l!I~~w que Noriegll sólo volvió a p~[i~l';1n~ en otra oportunidad. La 4unque el objetivo era de sao Me reservo los detalles pUM no son de 11' n'] portancia a una respetada familia

Volviendo al tema de ~e. Con excepción de las torio. el resto consistía en inglés. La razón era bien miento sutil o abierto, rel tivo, los norteamericanos no formación. ' ' , Superada la etapa de ia no existía una gran necesidad· pues una .parte sustancial del impartían' los propios Movimiento Revolucionario VJ:lCllta¡ --

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por la Sección Politi~a, 'constituyó u.na excepci&1 Jm., portante.

'Las demás traducciones al español consistían en Pl"(}3·

paganda -Lectura Instructiva le llamaban-,' y aparte . de uno u otro detalle, podían encontrarse esos -textO!l en revistas como Time o Newsweek, Consistían en unestu­dio en torno a las divergencias del Partido Comunista de un, país latinoamericano a consecuencia de una supuesta linea de Pekín, y otros temas parecidos.

Asimismo, se confirió prioridad especial a la tra;. dncción al inglés de ochenta y tantos tests de las "1're3 Preguntas", El test se aplicaba a todo personal que ingre-5aba a la Dirección de Información e Inteligencia, así ('omo a, algunos confidentes clave. Los procesaba Lemos Silveira, quien pasaba copia a los norteamericanos. El test era. bien sencillo. Habia que redactar descripciones de sí mismo, según 10 haría un enemigo, u.n amigo y el propio interesado. Las descripciones debían ser corta~ algunas de un solo párrafo, las más extensas una. página; eran muy interesantes. Pude ver retratados en' aquellas pruebas a muchos conocidos de la flamante l'ección.

Entre otras traducciones al inglés, recue'rdo el estu­dio realizado acerca de las divergencias gremiales emI

ANCAP -Administración Nacional de Combustible, Al­cohol y Portland- y la posibilidad de infiltrar agentes en algunos de los sectores e,n pugna. También una visión lilobal del Movimiento de Liberación Nacional (Tupama-70.$) Y la ficha de 37 de sus integrantes, así como la siwa$ ción de la Iglesia Católicá en Uruguay. o Pesterionnente se realizó una pequeña traducci6u relativa a los. inconvenientes de un enfrentamiento con la Iglesia y la posibilidad de usar curas '&demócratas" para

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Deutralizar la tendencia progresista. Además, Qbispo Salto; ros análisis de los dlarros y del gremio periodistas; Jorge 'BatUe interna 'del Paxtido Colorado; la trayectoria

y el peligro que los sectOl'e3 a. controlar el diario, BP .

Para los originales y las U-~Hl1J!CC:lon,~ 'W1a I~ja portátil que me había entregado w hacia en casa oen el apartamentito. ~ inglés y dos de las l'eaHzad~s al español Gro en tomo al MRO y laJ.glesia- tenían .lá.

confidencial. Los trabajos confidencialé$ . A.. B o C. Las .confiden,ciales B y, desde luego, creto) no podla hacerlas en mi easa. Debía en la de CantreH para traducidas. Durante DeS efl>to se hizo particularmente engorroso. Ntltii~lta saturado de trabajo '1. además, su casa para tarea.

Un David -'''''lO :mi~ llevaba a casa de CanU:el!~( día temporalménte, y hacía la .... ~ .. n ... ", .. UJUI

terminar el ttabajot David reéogia UAlbdtilCCllÓn y regresaba al día siguiente. WU~nte divulgar el contenido de las .. '

e que ",,,,,,,,,,,utllJ!. este tipo de trabajo, '

d"J.& ...... ,,,"',,,,'" más que pudiera ciudadanía norte:l1m:eri[ca;na.; consideradas muy 5el[};létaS:·

Sel!:' manejadas por cittdada'OOI

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EL RESTAURANTE

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En septiembre de 1968 yo halHa: Punta del Este, periódicamepte.H<thia: ni ente . instalar algún negocio de dad turística. Después de algunás Melo, con la espenmzá de mitereS~lJ en la aventura. Con sus dúdas al ocasionaría ausencias al trabajo,' pues me confesó que en más de esa misma idea.

También se interesaron elbl cía de ('..erro Largo y otras dos' ~iamos la húsqueda de un lugar Los alquileres eran demasiado, capital. Por fin nos resignamos ubicado a una cuadra del Lice.o riamos all i un '

Cantrell no se mostró muy pero no se opuso a que fuese a mis socio" comerciales. No de idea unos días después, vcrdád que el lugar podía co.nv~!.rtl operaciones 0., al meno.s, de coltltacto Concepción.

Pero la fuente de tan ¡;l w'srífa,gil: residía en la identida4, del Florencio Collazo, ex dÍJ:ector . hilado. Tenía un hijo, de supritner del Movimiento Revolucionado Ariel Collazo, conocida figura de la

11& Rootauranteupi4lo del Rio, ~ La ckm.e y otros denvadoe .do. la

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R • . • 1· ración con Noriega se conLeCClOnaron vanos panes para vigilar al padre y comprometer al hijo.

Esa temporada; Afiel Collazo pasó una· semana de vacaciones enúna casita .de su padre ubicada frente al restaur~~lte. Noriegamontó un gran operativo para como plicar al Diputado en algo qu~ permitiera ch~~ajearlo 0, ell todo caso. presionarlo e mcluso desprestlgul.l'lo.

Dos mujeres del aparato paralelo se hospedaron en un hotel de Maldonado. en espera de órdenes. Se instala .. l'on micrófonos y una· cámara en la casita. Se le siguió dia y noche. Mi función se limitaba a establecerme cox:no cen.­tro de contacto e informar de las entradas y sabdas de Esteban. nombre clave asignado a Ariel. No le logr6 nada, pero al final ya se habia de~id.ido que .y~ debía pe~a .. necer eñ Maldonado. El OllJCtlVO conslsha en estudIar po'sibilidades similares para ,el futuro •. Vialari~periódi. camente a Montevideo -en busca de traducclOnes- 1. sería un intermediario fijo con Concepción.

Chiche operaba con el rango de jefe administra­tivo de Ía Jefatura de Cerro Largo y, como se senaló, nuestro otro socio era hijo del inspector. La presencia de algún que otro funcionario policial no sería, por tanto, . particularmente conspicua. Chiche, sociable y locuaZ¡, contaba con amigos en 108 lugares má~ insospechados. Tenia más facilidad para,establecer una conversación que un ve.ndedor callejero. Otl'aS visitas que me interesaban, pasarían inadvertidas de igual forma.

El restaurante apenas cubrió los gastos dur,ante la temporada y contemplamos la posibilidad de regresar al Melo y Montevideo. Luego surgió la idea de dividir con madera aquel salón y alquilar piezas para viajantes

. de comercio en invierno; esas habitaciones también ser ..

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",irían en el verano para mozos,

CantreIl aprobó las ·m(JtdiJ:í~tlíci()ttu~l~.,. mismo, podrían ser utilizadas por LV.',," ... ' ... '

rato paralelo, quienes se emplean la temporada de gran anuencia d.e planes ulteriores, al analizar de Chiche, quien Con' idea$ DUil:í{tea,í;

radicales, si tenía una actitud. hien. de la soheranía .de sup~ís. . ..

El lugar era aceptable y posible penetración e lnJ:HtJL'ftéWft.

8e vigi16 de soslayo al ex: p""J¡:;",'''~~.~''''':' mas sin aviso se levantó el '''''''''''''< pertenecí an a todas las teudenciaj;¡ ideal -en opinión de la' CIA~

i Qué mezcolanza aquellat na ríos del Mini::.ierio del jultel'.to~'~ CÍ6U . de InformacÍóñ e M"~¿''''~''' zacioncs de izquierda; dos de Gallina}; .el secretario ",~LU"Ujl" pléyade de herreristas; alegres; coroneles; caudillos toides y hasta, artistas COlnell'CU1HIl:a4

y entonces comenzó a mo psicológico. Aquel

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'Virtió en centro de visita de los 'funcionarios policiales 1ue viajaban a la península. Esto ni lo ~speraba Jai lo deseaba Cantrell, La compartimentación quedó totalmente agrietada. Los oficiales me hablaban bien de los norte;. americanos, con 'la esperanza de que yo lo comunicara a aquéllos, Algunos exponían sus quejas, para ver si eran contempladas. Otros •. en fin, sencillamente vía jaban a un lugar amigo, donde podian comer barato,. traer su pro.­pia botella de whisky de contrabando. y pasar la nochet en una zona que estaba más allá de sus posibilidades eco.­nómicas.

Lucas, Jorge Vázquez, Femández Fleitas, Macchi, Bardesio, entre otros y por diversos motivos, me ¡visitaban con mayor o menor frecuencia. Otros eran compañeros o amigos de Odllakoff y sus visitas eran obligadas cada vez que se encontraban en los alrededores.

Al margen de lo planificado por la CIA, Cabanexy se convirtió espontáneamente en centro de contacto o punto de reunión para sus trabajos. En fehrero de 1970 llegó de improviso Jorge Vázquez, con aires misteriosos y acompañado de dos funcionados, Venía al frente de un grupo de la Dirección, para vigilar toda la zona, pues $e esperaba una acción de los Tupamaros.

Ya habían dis~ribuido a sus hombres y sólo faltaban él y sus asistentes. Venía a solicitar no sólo alojamiento, sino que lo acompañara a pasear por Maldonado, de modo que la gente del pueblo se fuera acostumbrando a verlo en mi compañía y no llamara después la atención.. Esto, naturalmente, cuando la temporada estaba a punto de comenzar y no era extraño el desplazamieNto de miles de uruguayos en busca de empleo ·0 lugares donde insta" lar pequeños negocios. .

Por aquellos días dos orquestas completas residían

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en nuestra peltlSlón.·relsia1lu:a ~omo uno más. Por la aones de amistad. el negocio ~an umlUa. No eh fttraOO ~ cooperar en la lWlpieza, 10& do eooina.. ..

Durante varias $emanas V expectativa; COn sus hombres res de Maldonado y . tido. Curiosamente, los l'fI¡iDa1.fUIÍ'(J$ DO acción. Pero Jorge,. fuC!í eoI1t~llt~~,y. poco después con la cantante

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Supe de los planes para la cuadróll de la Muerte, primero mt~dlantf: pués por el comisario· Macchi."EI mismo por personal montevideano y algunos Legión Artiguista, organización íase~¡;¡tª yectoria. Conocía algunas de las ael~lV:~all,ae:El­y no me extrañó verla: mezclada en esos

V ázquez no estaba realmentehien suyo no eran sino deducciones eSlpelrat¡Z8.<la.s, que se sabía derrotado y estaha diISP\le:S~O~ reglas del juego establecidas por En concreto sólo aportó. la llegada fundador del tristemente célebre Es,cu~llJ(('Qn Brasil.

Por su parte Macchi si estaba el proyecto. Por motivos de tá(¡:tlca las víctimas serían personas UCll::i&iI,eil-«.J"::¡.

cidas. Se dedicarían a eliminar o y . atemorizar a figuras intermedia~,

. ca no asociara a ningún partido o En' su opinión, no había negado pero había que dejar estructurada"Ja

-Ahol'a es el momento del negará el día del sable.

Al afirmar esto se le veía s'¡ ~ttl¡¡te! el cambio de politiea de lQS hasta ese momento se habían operaciones, por estiriuu:las apoyo yanqui, podrían equilibrarseeon brasileña, librarse de las fanfa,tl'onadas actuar por' cueqta propia. Él) {jlJ, lol~ra;f" de su grupo: tener su propio Es;'!'niAJ41~Qni;

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Mientras esto sucedía la-s semanas transcurrieron fU­

tinariaménte, hasta que se deciélió mi regreso a la Misión~: En el interregno Bernal me comunicó que el Instituto :Uruguayo de Opinión Pública necesitaba un interprete de máxiJ!la confianza, para la visita de Gallup, fundador da la empresa homónima dedicada a encuestas y estudios' de opinión pública, en Estados Unidos. La visita respondía a una convención de todas las filiales de 'esa corporación organizadás en América Latina, las cuales servían a su vez de fachada ideal para la CIA.

La actividad Se realizada en Punta del Este. Acom­JJ8.ñé a varios funcionarios al Instituto, en la calle Rio Negro: donde conversé ~on su 'director y me famiHárico con el funcionamiento. A, última hora hubo cambio de lllanes y Martinez quien para ~ntonoos habia sustituido a Cantrell como aseso]," de Investigaciones, me comunicó que ~o podría trabajar con Gallup, pues coincidiría con

, la Conferencia de Gobernadores del Banoo Interamericano de Desarrollo (BID), entidad que deseaba me ocupase de varias funciones.

Durante ese evento seria asistente de mister White, jefe de Instalaciones del Secretariado de esa instituciót\, V\'hite fungía también como, jefe de ~guridad del i mis verdaderas funciones estarían relacionadas con este aspecto, aúnque disimuladas por la otra actividuiL Para cubrir todas las formalidades, llenaría una solicitud

'de empleo en la oficiná de personal que el banco habia abierto temporalmente en Montevideo con, vistaS ti la reunión.

Comencé, ',pues, como uno de los auxiliares de V\ihite, poco después fui ascendido a Asistente General y. en virtud de esto, quedé al frénfe de todo el personal uruguayo de las oficinas de Instalaciones, que comprendía

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desde la ubicación de las ofiCinas res de la Conferencia, hasta el transporte, la recepción rel' equipos de almacén.

El sustituto, de Cantrell no pero· habría un funcionario 'de en contacto conmigo ' dones adicionales. El a,gente ~t:~)U,l;~!,'), daespaldas del Secretario del el cual se hospedó en el edificio

Una noche estuve' en ese quien, ufano~ me presentóalfida norteamericano. Bebimos' hasta muy orgulloso de aquellásnul:>va$ yo había estado ene! ml·í ¡lllc;t¡ trucciones, y Jorgé fltl.nCl\

tra visita. Al yanqui sólo ferencia. corriendo como ...... ' .... ' ... " de radio en los oídos. - '

En real.idad tuve poco tivose hahía ocupado de husca de lugares para sus seria, el único autorizado a da -ya habia terminado dirían delegados--y pérsOnal de ~sparcimientos después de nómicas. '

Mienh·asp yo quedaba. los funcionarios del Barico en la parte oJ,"ganizatlva en su país sede. Lo ~nico en la forma en' que' ,sacaban tratos de transporte con la.

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Yo debía obtener "changadores'" 56 para I:l0Ver cier .. tos muebles. El BID pagaba bien. Hablé -bon toda la '"barra" 57 del restaurante para saber si estaban di8puesto~ a realizar ese trabajo y. reunir úna cantidad sustancial para pagar sus deudas. Es verdad que la pasamos bien, moviendo muebles como locos y cuidando lit cármica 58

del edificio Punta del Este. ' Fueron cuatro semanas intensas. La CIA se ocupó

de todo. White dedicó el tiempo a la ..pesca, yo a pasear en compañía de los jefes del operativo uruguayo de Ses guridad, el mayor Albornoz y el cápitán Muñoz, ambos pficiales de la Guardia Republicana. El comisario Lucas })I1SÓ con su gente por mi restaurante, pero la mayor parte del tiempo se dedicaron a vigilar a la policía femenina.

El día de mayor agitación fue el de la visita de Pacheco Areco a la Conferencia. Durante el discurso de Areco, Muñoz y yo nos paramos detnis' de la cortina del estrado presidencial. Habíamos clausurado las ventas nas posteriores para eliminar el peligro de un franco-tie rador. También echamos una ojeada bajo la plat;aformá, dada la posibilidad de que alguna bomba hubiera sido colocada y podernos poner fuera de su alcance si explo­taba. Estábamos bien armados y cuidamos celosamente la retaguardia del Presidente.

Terminada la reunión del BID, en vez de regresar a Montevideo,. recibí instrucciones d'e permanecer un tiempo más en Maldonado, aunque continuaría viajando }leriódicamente a la capital debido a otras funciones que surgían. La Guardia Repuhlicana se había amotinado

56 EsáhuUores.,i

. 1lI"l Grupo de amigos.

IBa Fomüca.

278

Había particular interés e~ conocer ~ector herrerista, partidario del en.ir~mtarrlie:Ílló el gobierno, @ _, \m grupo apreciable de de Héber, sin iDcluir a loo hermanos.. Yo de amistad con Alfredo Lara, caudillo grupo. También en aquellos momentos laf» Fuerzas Armadas una corriente al ' línea constitucionalista y con '

En este marco se produjo el al11lotl.n Republicana. Los rebeldes se pusieron en el reducido grupo progresista dentrode'las. Héber y existía cierta preoc~pación en loS . les y norteamericanos. Para colmo 1;' . ' '" mstrada por el capitán Summa era AU'5lU.1GJ

La explosión de la Republicana era día haber ocurrido en cualquier otro nn,~""'''''· miento Tupamaro$ le había hechoUegarvlllrÜílilÍ" So los agentes, mediante. las cuales les haoÜl Su pa~ividad se estaban solidari:úmdo oonl~ presiva del gobierno y oon los crímenes que' eR otras dependeftcias de la Jefatura.

La inquietud trcció oon la entrega ....... a· tola- de una oarta SI' un sargento donde los planteamientos en términos más se"ell:OS" ros 59 solicitaron autori:¡:ación para U;13l!!\UUUllrsj~' vestidos de civil y, una vez allí, ponerSe' La solicimd fue denegada; con la j'l tlSil!lÚ~~i()r de que eran unos cobardes~

Existía malestar anterior en' la coracero$ realizaban guardias en que pagaban directamente al Comando •

119 Policía. Montada. 279

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de pesos, provenientes· de esos aportes y desti~ados. al

mejorar las condiciones de vida en el cuarte~· habían desaparecido. Los milicos se sentían burlados, pelO ea­naban. Lo ocurrido :00 era nada nuevo.

En esta atmosfera se desarrollaron los acontecimjen­tos. Un día, un coracero se dirigió al segundo jefe. mayor ¿\ILornoz. para solicitar una licencia de 24 horas con el fin de ver a su hijo gravemente enferm~. Albornoz $El

la . negó, aduciendo que a causa de las medidas urgentelll de seguridad/lO todos los permisos habían sidó. _ c~mc6z lados. --

Pero el angustiado padre conocía que, diariQment~ algunos de sus colegas salían del cuartel para terminar la construcción de la residencia particular del propio Albornoz. Un grupo de coraceros pidió entonces al mayor que reconsiderara su decisión, en atención a las razone§ de esa licencia. Alhornoz los increpó por lo que calificó de sedición. Los peticionarios 00 retiraron al salón de la tropa, donde se les unieron más compañeros.

El mayor mandó a formación, pero los congregados se negal'on a acatar el llamado. Al~unos oficiales enea.. hezados por el teniente Lohatti --ex instructor de 10SCUFa

sos de entrenamiento en el interior- aconsejaron a lo!! recalcitrantes" instándolos a no cometer una locura. Des­controlado, el segundo jefe amenazó a los coraceros y a los oficiales intermediarios, sugiriendo que éstos actuaban por cohardía, pues trata han de' evitar un enfrentamiento con sus hombres. -

. En este sentido, negó inCluso a insultarlos a todos. Sólo la intervención de Lobatti y otros oficiales evitó que fuera linchado allí mismo. El resto de la tropa y parte de la oficialidad se solidarizaron con los amot¡"

280

nados. Se congregaron todos a homoz avisó aJa Jefatura de Policía y varios gruposdechoqu6 de la a someter al los rebeldes. Al Ilegal' del cuartel de Centenario y enterare,," negaron a combatÍi: contra 'sus l,;"'UllJ<uU:;".~I!; regresaron a la - unicL1d.

Un dia después' los amotinados gobierno no se atrevió a tomar oficiales fueron confinauos ti.

al Sillón que ocupahan. Todos, teónClfUl Esta ambigua situación -duró

quietud del goLiel'tloy de la .a:.UIU<!;l!1Ult!l

se que Lobatti y otros orden de permanecer en sus. dirigido al órganoherrerista El coqueteos tercermundistas, pero cuartel. Los contactos se dal del ejército-, así como con pachequistas. La tensión. por fin, el incidente ofrece un sugestivo U.'U...,'" .... contradicciones que lal@B en el seno presivas.

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DAN

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A principios de 1970 Cantrellllle dio de Montevideo con el fin· dti . partida rumbo a \Vashington motivada miento para un nuevo cafgo. HablamQs torno a la situación de Uruguay y la mía

El 1100teamerlcano Pl'eveía que, a lQ dría permanecer en Púnta del Este otro . masiados integrantes del aparato paralelo ción de Información e Inteligencia mé . verdaderas funciones y esas cosas a la lo que no me permitiría seguir en la ~e¡cclÓn

. Cantrell contemplaba tres regresar a Estados Unidos, no tendría; el~men:iQl'( eh obtener la ciudadanía transcUl'rido:el tI.e~mlP()" y, mientras tanto, la CIA seencargaria.qe actividad. Si decidía permanecer ei(V

. guir en el giro gastronómico, aunqU~ el apoyo de "'·nuestro programa" ysermit Política, tendda que ahandonar la;()#~ Este; donde alguien. que no estuvi~, dJ,U·· rmoM¡r:; plaurla.

La tercera variante cOllsistia taJn~'i6~1 ~ Uruguay, dónde la situación deteriorándose. regresar a mi "'~'Uf'ii""""''I'i' pero conservando 108 lazos con '~nuestr9 mantenían las meiores relacionescoll la División de Seguridad Pública,D hahía sustinddo ./1 Saenz 'unos meses atr4s~

Por último, quedaba mi altern~iiva?~ la cual p'!lde escribir mis memori4!J.: .

. guay contactariaa otro ag..ente de l~

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quien también habia sido reclutado por la CIA para rea­lizar espionaje en ese pais.

La primera noticia de Mitrione la tuve, pocos días antes de la partida de Saenz. Cantrell estaba muy sa .. tisfecho. Confiaba en poder realizar una labor mucho más eficaz ahora, al desembarazarse del inestable Asesor Jefe. Conocía superficialmente a su sustituto pero quedó muy impresionado por su' hisJ:oria, ya que en Brasil ha­hía tenidó una' participación destacada.

También pude conocer en esta etapa al sustituto de Cantrell, ,el señor Richard Martine:.!:, indiado oriundo ,de Nuevo México. A partir de ese momento éste seria mi nuevo jefe. '

La partida de Noriega fue mucho más precipitada~ Se produjo días antes de haberse hecho público el hallaz­go de la centralita telefónica clandestina que le fuera colocada tanto a la Embajada soviética como a otras sedes diplomáticas del barrio Pocitos. Cuando Noriega abando­nó el pals, ya habia indicios relativos a que los soviéü-' cos sospechaban algo. La centralita fue colocada por téc. nicos de la propia Sección Política, en tanto los trabajos de aseguramiento fueron, realizados por el personal del aparato operativo bajo las órdenes directas de éste.

Era cierto que Juan se habia tornado descuidado, pueshabia actuado al descubierto y por ende aniquilado futuras actividades. Todo el pers«:mal qu~ utilizó fue norteamericano, con la única excepción de Lemos Silvei. ra. Esta tarea había sido clasificada de ultrasecreta. Incluso hasta el siempre bien informado Bardesio sólo ampo que Lemos realizaba un trabajo de gran importancia.

También Bernal estaba por irse. En menos de un año Se renovó a' todo el personal yanqui de la Misión. Habían permanecido cuatro aÍÍosen Uruguay. SUS DOro-

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b:re8 aparecían con demasIada net de ]a prensa progresista.

Al principio veía poco a pado con su proceso de ambientaci estaba ullrelldo en MaMon,ado. La pésima- y me veía a punto, de quebrar" ble ayuda del dueño de unaserradet-o. muy endeudados y no queríamos generosidad de aquel amigo. Por raba cumplida la misióñ-y opinahá a Montevideo. .

Personalmente ~ tenia problemu la limitante de no poder aportar ibis que no tenía forma de justificarlos. sentido eran muy severas. Sólo en Un" ciendo a Cantréll, liquidé una deudá ooguir la aventura gastronómica.

Martíné:t por fin me ac4i)m'paj1í~ Ct)n quien departí por' espacio recían de plástico, miraban sin ooálet serían mis funciones, men€llj cambios que habrían de producirse enfoque.

'Del desarrollo de esta enn-eyis.la., teriorés con Martin~ resultahaomo­:ciemos consideraban eonéluida "lá trabajo en Uruguay. La Dire<:éÍ<Sn teHgencia ya estaba consolidada. Basta eliminado. La infiltracióll y el de Montevideo y del Ministerio factorías.

Hasta ese momento se h~bian eursos de entrenamiento y sentado tración en el interior de la Repúblíeii

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radiocomunicaciones estallan en marcha. Los homhres de la primera etapa estaban qitemados y consecuentem~nte eran sustituidos.

En cuanto a mi, aún podía .asumir funciones impo1'G tantes en la Jefatura, siempre que evitara sobresaljr o destacarme. Martínez no sólo sustituiría a Cantrell. sino t~mbién a Bernal, en cuanto nega~a el sustituto de éste, a cuyo arri~o Martínez conservó Investigaciones y Entre­namiento. que pasaba así al ámhito directo de la CIA.

Se decidió entonces mi regreso a la Misión. A pesar de haber conocido ya a Mitrione; Bernal me acompañó a la Embajada para preséntármelo. Estos equívocos fueron, la constante en estos años .. Hablamos diez minutos en pre· sencia de César y estudiamos la posihilidad de mi rejn-greso a la oficina en la Jefatura. '

En los días previos al amotinamiento. sostuve otra entrevista con Mitrione. En ella me explicó que el cam­bio de método exigía que él y los demás asesores se hi. cieran ver lo menos posihle por la Jefatura. Yo estaría al frente de esa oficina y mi tarea consistiría en coopenn con Martínez en los cursos, atender a los funcionarios po· liciales y servirle a él de intermediario.

El nuevo .asesor se reserva ha como tarea principal el adiestramiento de ciertos oficiales y policías en la técnica de interrogatorios a detenidos políticos. Por Cantrell sabía que esa había sido suprinciual actividad en Brasil. Mi­trione iba a dirigir personalmente el adiestramiento eg..

pecial, por lo que el mismo no !le efectuaría en la jefa­tura. Eso sí, asistiría periódicamente a las oficinas de Inteli~e~cia y a las celdas políticas para supervisar las prácticas. •

Habíamos obtenido una casa en Malvín, la· cual :reunía los requisitos mínimos: sótano adaptable a modo de pequ,eiio anfiteatl'o; provisto de aislantes a prueba

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, de sonidos, garage con y vecinos distantes.

A partir de ese momento M formarse hasta convertirse en verificaría todo personalmente. instalación eléctrica r Pero vo Debía poner un toca disco á

encantaha la música ha da sentado en la sala.perQ escuooar nada. A pesar de que disparar tamhién con

-Bien. muy bien -u, .. r--. pereibir nada en ab801uto. voy al sótano. y así hasta

El C'tlrso espeCial se """","'''''L de U'R8. docena de alumnos. antiguos agentes, de Dirección de Información e ~ seleccionaron oficiales Policía de Wa§hington, y pla:¡¡¡,¡¡s para las jefaturlls Rivera v Salto. A sus dición de egresados de la participado en alguno de ofrecidos localmente por la fichas psico16gicas ",..",u .. , ... ", .. ",,¡:t,

Richard Martínez matrícula tercer curso miembros del aparato :participación de oficiales guayas y ya existía

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la Misión Militar y la CIA, pero no se había concretade todavía la manera de llevar "el pan de la enseiían.za9'll a ese sector.

Sin embargo, algunos militares interesados por iIJQ

~lUperación cultural y profesional, movieron influencia9 y lograron su inclusión en el primer grupo. Ese es el caso del coronel Buda, específicamente~ - El coronel Honto'l!) y un tal De Michelis, teniente coronel, también obtuvie­ron matrículas en el primer grupo, pero por alguna razó:m fueron sustituidos por un capitán de Paysandú y otro OrA­tiaJ del interior.

Las clases comenzaron insinuantes: anatomía y des­cripción del funcionamiento del sistema nervioso humano,. psicología del prófugo y psicología del detenido, profi­laxis social -nunca llegué a saber en qué consistía y la considero un elegante eufemismo para evitar otu.!. deno-minaci6n más severa-. -. etcétera. . ~. Pronto las cosas tomaron un giro desagradable. Como

alujetos de la~ primeras pruebas se dispuso de tre~ pO!¡'le dioseros, conocidos en Uruguay como bichicom,es, habi­tantes de los suburbios de Montevideo, así como mujer, aparentemente de la zona fronteriza con No hubo interrogatorio, sino una demostraciÓn efectos de diversos voltajes en las partes del cuelp~ mano, así como el empleo de un vomitivo -no qué ni para qué- y otra. sustancia química.

Los cuatro murieron. En el transcurso de estas primeras pruebas, el 6fi..

cía! Fontana fue separado del curso y por toda explica­eión se adujo el ingreso de los militares, en trulto so anunciaba su participación para el. siguiente. En realidad Fontana demostró tener un est6mago débil. Quién lo h.

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hiera dicho ¡Fontana! el te.rtible de Otero..

Pero no· era para menos .• Lo se, era de por sí repulsivo. Lo irrealidad, de. particular eficiencia de Mitrione: su " .... ,·"Pu los detalles, lo exacto de sus ne que exigía a todos, t~l si de un modernohospita.l.

Insistía en la economía. llamaba. Ningún gasto inútiL de lugar. Para eso estaba la too Que toda. acción final de· obtener mIOrrna(aotl. con que Buda manipulaba lenguaje soez de Th{acchi lutrio -lt' señalaba-· -, es. a esas partes por su nOintljre viera la digna . disciplina

En . el transcurso de los interrogatorios que los Jefatura, y se señalaban las clases de Ía calle un nivel de espanto clínica. Con 'el tiempo Uegat~oU gatorios verdaderos. (" .. J' .... II."''''. que prefiero no referirme a sólo presencié dos dé estos limitante de mis viajes desde Por otra parte. desde trajines.

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En el húmedo invierno uruguayo de 1970 tuve la rara oportunidad de atravesar la barrera lacónica de Dan Mitdone. Había negado algo lArde de Maldonado y, en vez de dirigirme a la Emb~jada, lo llamé a su ~. Me pidió que lo fuera a ver.

Nos sentamos frente a frei1te en una salita de su aco­gedora residencia. Todavía hoy no sé el mlltivo por el que me pidiera que lo fuera a ver; dm'ante tres horas nos li- . mitamos a tomar unas ¡:;opas y a COll'.'crsar sobre su fil~ 110fía de la vida;

Mitrione consideraba el interrogatorio un arte 00&

pIejo. Primero debía ejecutarse el período de ablanda­miento, con los golpes y vejámenes usuales. El objetive peiseguido consistía en humillar al cautivo, hacerle romo prender su estado de indeÍensión, desconectarlo de la rea-a lida~L Nada de preguntas, sólo golpes e insultos. Despuésl'

. golpes' en silencio exclusivamente. Sólo después de ,todo esto, el interro;::t!tol'io. Aqul

no dcljÍa producirse otro dolor que el causado por el ins­trumento que se utilizara.

-Dolor preciso, en el lugar preciso, en la propo:rw eióll precisa elegida al efecío.

Durante la se;,;ión dcl¡ía evitarse que el sujeto per'" diera toda e§peranza de villa, pues ello pm1ria llev~J:lo al empecinamiento. '

_. -Siempre hay que dejarles una esperanza ( ••• )' una remota luz. '

-CuanJo se logra el oh,ietivo, y yo siempre 10 logro -me decía-, puede ser oportuno mantener un rato m.l:> la sesión o aplicarle otro ablandamiento, pero ya no para extraer información, sino como arma política de advertencia para crear el sano temor a inmiscuirse en 'actividades disociadoras~

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Luego me expresaba lo primero que se hacía .era. I'm. grado de resistenc.ia m«~lanlt.,;· médico.

-U na muerte prematura. :da el hacaso del técnico. .

Otra cuestión 1'1 ru'JJ .Ol'tallte .. (

cierta hasta dónde se podía:· ción política y de la proseguía alucinado, nece:ilH¡ enconti'ado en mÍ. Y contl:nUc{l.D ber con antelación si ..,VU"'k~",¡g. el su jeto muera;' Fue la .... , .• ~~, ... , sus ojos plásticos cohrarl}n"

Por último coücluyo! -Pero ante .todo; e'U· ,Clt~ntrlª,

daño que sea estrictamen~e No dejarnos llevar por l~ con la eficacia y la perfección del artista. gente es mi enemiga. tiene que' hacerlo, es voy a hacerlo a la Delrte(~l" de ser campeón' ~ esta prolesió'n, mi J¡J1LOICS:lQll;.

Fue nuestra. última. vi a Dan Mitrione'·una vez que conversar.

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Prólogo . . . . . . . . . . . . . . . • . . • • • ',; .-! •

Nota del autor . . . . . . • • o • • • • •• •• : •

En el maletero . o • o • o o • • • •• ,. • • o .; • _",oi

La hoja de parra ...........••.••••• ~ Paréntesis aclaratorio . o o o • • • • • •• •• • .',

Destino, Uruguay . o o •• o •• '" • ~ / .~.

Una situación embarazosa .....•..••.• Un general indeciso y el fm de un réinado ._ •. " Ben;t;n y Eneas .........•.••••.••• i .. Jorge, eUluminado ...••.•..•...•••• Entrada al laberinto y la ~esita de 1.CIA • _~ . La telarafía . o' •• : o •••• ' •••••••• ~:.: •••

Un agente llamado Canttell , • .. . ~ • . . • ••• Un nuevo panorama ......•••.••.••• -•• : i La otra cara de la Conferencia Cúmb~ r , ...

Negocios son negocios •.•...•••••• " •• Los archivos secretos . . . . . • . • . . • • • •• • Información e Inteligencill: obra de ..... ' ... ,<­Contradicciones internas •••.••••. ~ Ante el detector . . . . • . . . • • • • • .,. El aparato paralelo

lapattumieradellastoria.blogspot.com

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