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Resumen En este artículo se presentan los lineamientos teórico‑metodológico generales que con‑ forman la matriz conceptual de una investigación aún en curso sobre el mundo de los trabajadores en los años 70 y de las corrientes políticas que en él intervenían. Durante este período, la movilización política ascendente de direcciones sindicales combativas, antiburocráticas y clasistas conformó lo que en este trabajo se conceptualizará como van‑ guardia obrera revolucionaria: los obreros industriales de los destacamentos fabriles urba‑ nos como el sector políticamente más avanzado de una clase. A partir de la perspectiva histórica que le abrió el Cordobazo a la organización indepen‑ diente de las masas, la experiencia de los trabajadores argentinos entre 1969 y 1975 irrum‑ pió en el medio de una transición política donde la burguesía y el proletariado protagoni‑ zaron una carrera contra el tiempo para dotarse de una dirección política propia. WALTER L. KOPPMANN. UNA REFLEXIÓN TEÓRICO- METODOLÓGICA SOBRE EL ESTUDIO DE LOS ’70 69 Una reflexión teórico-metodológica sobre el estudio de los ’70: crisis nacional y transición política Walter L. Koppmann Facultad de Ciencias Sociales -UBA [email protected]

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Hic Rodhus 6-6

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  • Resumen

    En este artculo se presentan los lineamientos tericometodolgico generales que conforman la matriz conceptual de una investigacin an en curso sobre el mundo de lostrabajadores en los aos 70 y de las corrientes polticas que en l intervenan. Duranteeste perodo, la movilizacin poltica ascendente de direcciones sindicales combativas,antiburocrticas y clasistas conform lo que en este trabajo se conceptualizar como vanguardia obrera revolucionaria: los obreros industriales de los destacamentos fabriles urbanos como el sector polticamente ms avanzado de una clase.

    A partir de la perspectiva histrica que le abri el Cordobazo a la organizacin independiente de las masas, la experiencia de los trabajadores argentinos entre 1969 y 1975 irrumpi en el medio de una transicin poltica donde la burguesa y el proletariado protagonizaron una carrera contra el tiempo para dotarse de una direccin poltica propia.

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    Una reflexin terico-metodolgica sobre el estudio de los 70: crisis nacional y transicin poltica

    Walter L. Koppmann Facultad de Ciencias Sociales [email protected]

  • A modo de introduccin

    En este artculo se presentan los lineamientos tericometodolgico generales que conforman la matriz conceptual de una investigacin an en curso sobre el mundo de lostrabajadores en los aos 70 y de las corrientes polticas que en l intervenan. Duranteeste perodo, la movilizacin poltica ascendente de direcciones sindicales combativas,antiburocrticas y clasistas conform lo que en este trabajo se conceptualizar como vanguardia obrera revolucionaria: los obreros industriales de los destacamentos fabriles urbanos como el sector polticamente ms avanzado de una clase.

    Al calor de la crisis poltica que se desat en el marco de la retirada estratgica delrgimen poltico de la Revolucin Argentina derrotado, fundamentalmente, a partirde la perspectiva histrica que le abri el Cordobazo a la organizacin independiente delas masas, la experiencia de los trabajadores argentinos entre 1969 y 1975 irrumpi enel medio de una transicin poltica donde la burguesa y el proletariado protagonizaronuna carrera contra el tiempo para dotarse de una direccin poltica propia que les permitiera hegemonizar el proceso poltico de masas que se desarrollaba al comps de laagudizacin de la lucha de clases.

    De este modo, la maduracin de la confrontacin entre las clases planteaba la disputa por el poder social en los trminos de, en un primer momento, la acumulacin depoder poltico va la organizacin de clase para, luego, pasar a la ofensiva, organizandoese poder para propinarle un golpe certero al rival y que bloqueara sus posibilidadeshistricas de desarrollo, ya sea desde el punto de vista del capital, o sea, de la reproduccin de su hegemona, la conservacin del poder poltico y el aparato del Estado, ya seadesde el punto de vista de la clase obrera, cuyo objetivo estratgico es, justamente, fisonomizarse como caudillo hegemnico de masas y romper violentamente esta legalidaddel statu quo a travs de la conquista del poder poltico y el Estado para implantar suspropias formas econmicas y polticas de la reproduccin social. Segn Hobsbawm, laexistencia de estos dos momentos orgnicos en relacin al poder poltico puede plantearse de otra manera. Cada clase tiene dos niveles de aspiracin, al menos hasta quealcanza la victoria poltica: las exigencias especficas, cotidianas, inmediatas, y la exigencia, ms general, del tipo de sociedad que le conviene. (Una vez alcanzada la victoria,esta segunda exigencia se convierte en conservadurismo. (Hobsbawm, 1984: 44)

    Sobre las formas econmicas y polticas que se modelan en los enfrentamientos cotidianos y siguiendo en este punto a Gramsci, la lucha contra la explotacin y la opresinde los mecanismos que regulan la reproduccin social capitalista se enraza en la experiencia histrica concreta de las masas, mediante la cual se generan las instituciones desu propio estado (futuro) de organizacin social, es decir, que el estado socialista existeya potencialmente en las instituciones de vida social caracterstica de la clase trabajadora explotada. Se cita in extenso:

    En una determinada etapa de este proceso, las nuevas fuerzas productivas no pueden ya desarrollarse y sistematizarse de manera autnoma dentro de los esquemas oficiales en los que se desarrolla laconvivencia humana; en esta etapa determinada se produce el acto revolucionario, que consiste enun esfuerzo dirigido a romper violentamente estos esquemas, dirigido a destruir todo el aparato depoder econmico y poltico, por medio de los cuales las fuerzas productivas revolucionarias estabancontenidas opresivamente, que consiste en un esfuerzo dirigido a vulnerar la mquina del estadoburgus y a constituir un tipo de estado en cuyos esquemas las fuerzas productivas liberadasencuentren la forma adecuada para su desarrollo ulterior, para su expansin, en cuya organizacin

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  • estas encuentren la ayuda y las armas necesarias y suficientes para suprimir a sus adversarios(Gramsci, 1920:109).

    En otras palabras, el estado socialista no es todava el comunismo sino el estado detransicin que tiene el deber de suprimir la competencia con la supresin de la propiedad privada, de las clases, de las economas nacionales: este deber no puede ser cumplido por la democracia parlamentaria. Por lo tanto, la frmula conquista del estadodebe ser entendida en este sentido: creacin de un nuevo tipo de estado, originado en laexperiencia asociativa de la clase proletaria, y sustitucin por este del Estado democrticoparlamentario. La creacin del estado obrero no es, en resumen, un acto taumatrgico sino, antes bien, un hacerse, un proceso de desarrollo que presupone un trabajopreparatorio de sistematizacin y propaganda (Gramsci, 1919: 96). En este punto, el rolde los partidos revolucionarios que intervienen en la realidad nacional y en el movimiento obrero se vuelve decisivo y determinante.

    Como se analizar ms adelante, la prefiguracin de otras formas econmicas y polticas de organizacin de la vida social durante el perodo 19691975 estuvo en la base dela llamada crisis orgnica argentina (Werner y Aguirre, 2009; Coggiola, 2006). De estamanera, una de las principales hiptesis de trabajo sostiene que la ltima dictadura militar (19761983), rgimen de dominacin de crisis, sobrevino a partir del avance y desarrollo de una experiencia de lucha y organizacin independiente de los trabajadores decaractersticas superlativas, propinndole a la clase una derrota efectiva aunque no decisiva y, especficamente, el aniquilamiento de su activismo organizado, una vanguardiaobrera revolucionaria en vas de formacin que perfilaba las tendencias ms fundamentales del proletariado a su constitucin como clase para s y direccin hegemnica de losasuntos del pas (caudillo nacional que disputa las formas econmicas y polticas de lareproduccin social).

    La clase obrera como caudillo hegemnico de masas

    No se trata de lo que directamente se imagine tal ocual proletario, o incluso el proletariado entero. Se trata

    de lo que es y de lo que histricamente se ver obligadoa hacer por ese ser.1

    Karl Marx, La sagrada familia

    La clase obrera, no solo por tener intereses diferentes a los de otras clases sino por ser laclase revolucionaria al encarnar las fuerzas que motorizan progresivamente la historia,lleva en su seno la tendencia a imponer autoritariamente su huella a todos los acontecimientos, a convertirse en direccin de los explotados, lo que supone que pugna incansablemente por darse sus propios medios de organizacin como uno de los requisitos para materializar su independencia de clase y entonces poder darle una expresin poltica, de poder,a sus intereses sociales, en el campo de la lucha poltica revolucionaria, entendida como elestadio de desarrollo ms alto de la lucha entre las clases (Lora, 1978).2

    Desde esta clave de interpretacin, vale recordar la conocida definicin de Lkacs

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  • sobre la conciencia de clase como el sentido, hecho consciente, de la realidad histrica dela clase; se trata de la acumulacin de un saber acerca de las condiciones materiales queatraviesa la clase y de su propia capacidad para cambiarlas (Lkacs, 2009). Una clasetiene conciencia cuando conoce sus intereses y acta de conjunto para imponerlos, intereses determinados objetivamente en la estructura social, ms all de las percepcionessubjetivas. En este sentido, el proletariado aparece como sujeto y objeto de su propioconocimiento (autoconocimiento) lo cual comprende, esencialmente, un movimiento deautoconocimiento de la realidad a travs de su transformacin prctica (Zavaleta, 1988).Por lo tanto, el poder estara dado por la capacidad de la clase obrera al tomar conciencia de sus propias determinaciones, inscriptas en una totalidad histrica determinada,conjugando la posibilidad objetiva de poder con la conciencia hecha praxis de dichaposibilidad, o sea, la clase obrera en tanto subjetividad consciente y actuante en el mediosocial.

    Asimismo, la independencia de clase reviste un carcter esencial (y excluyente) en lamedida en que el proletariado logra progresivamente acaudillar al movimiento nacional de explotados, es decir, en la medida en que consolida su hegemona poltica comoclase y, en el caso particular de las colonias y semicolonias, como vanguardia al frentede la movilizacin antiimperialista. De este modo, cobran sentido las tesis de laInternacional Comunista, en particular su cuarto congreso, al diferenciar entre pasesoprimidos y opresores.3 En virtud de la existencia de la fuerza externa imperialista, lalucha por la liberacin de un pas atrasado es progresiva, aunque est dirigida por laburguesa nacional (condenada, tarde o temprano, a traicionar a la clase obrera) porquepuede asegurar el libre desarrollo de la lucha de clases, es decir, lleva en su seno la posibilidad de que el proletariado acaudille a las masas y tome el poder, condicin para lasuperacin del atraso y la apertura de la perspectiva socialista.

    En el caso concreto de la Argentina entre 1969 y 1975, se puede afirmar que el desenvolvimiento del proceso poltico de ascenso de las masas incidi y torci la subjetividadobrera a travs de una mutacin en su identidad poltica, o sea, la crisis de su referenciapoltica anterior (el peronismo como movimiento nacionalista burgus ergo pregonerode la conciliacin de clases) y el curso abierto hacia la constitucin de una nueva fisonoma poltica basada en la independencia de clase; mutacin que, finalmente, se vio claramente interrumpida luego de la huelga general de masas contra el gobierno de MaraEstela Martnez de Pern, en juniojulio de 1975.

    No obstante, y a pesar de su derrota posterior a travs del exterminio fsico bajo larepresin de la Triple A primero y el accionar de la dictadura de Videla luego (derrotaefectiva aunque no por ello decisiva ni mucho menos definitiva), cada uno de los episodios de la lucha de clases argentina luego del Cordobazo de 1969 pavimentaron estecamino de ofensiva de la clase obrera contra el descalabro de las relaciones sociales capitalistas y, lo que ms nos interesa destacar aqu, la respuesta organizada de los sectoreslaboriosos frente al brutal ajuste de las condiciones de vida que implicaba elRodrigazo fue una respuesta claramente activa y ofensiva y de ninguna maneradefensiva o de resistencia como se plantea muchas veces de manera superficial (vasepor ejemplo el trabajo de Werner y Aguirre, Insurgencia obrera, o el de Daniel James,Resistencia e integracin).

    A partir de esta propuesta de anlisis, uno de los objetivos centrales de la investigacin es delinear los contornos y lmites de la ruptura poltica de los trabajadores con elmovimiento peronista en general (como movimiento nacionalista burgus de masas) ycon Pern en particular (en tanto lder poltico). Esto permitir avanzar en una compren

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  • sin mayor sobre las dimensiones, magnitud y alcance histrico de la crisis de poder enArgentina (19691975) en relacin a la experiencia de lucha y organizacin independiente de los trabajadores, dando cuenta del proceso de ruptura y enfrentamiento polticocon las direcciones burocrticas de los gremios y sindicatos as como tambin de la escisin histrica con respecto al peronismo en tanto forma poltica de dominacin social,elemento clave a la hora de estudiar la mecnica peculiar entre las clases en los pasesoprimidos por el imperialismo. La caracterizacin del peronismo, por otro lado, abreuna divisoria de aguas al momento de estudiar las premisas tericas y el campo deaccin de las corrientes polticas de izquierda intervinientes.4

    El nacionalismo burgus: la regimentacin poltica contra la independencia de clase

    Si de la opresin imperialista sobre el conjunto de la nacin atrasada se deriva unamecnica peculiar entre las clases5, las formas polticas que adoptar la dominacin declase tendrn su expresin reiterada a travs de la pequeo burguesa (el militarismo) y,ms especficamente, en el nacionalismo de contenido burgus o bonapartismo.

    En s, el nacionalismo de contenido burgus aparece como una forma de mediacinentre la burguesa y el proletariado, elevndose aparentemente por encima de la naciny oscilando entre uno y otro polo; es decir, el gobierno no aparece como un orga nismoejecutivo de la mayora parlamentaria sino como un juezrbitro entre dos bandos enlucha. La idea de un rbitro de los destinos que se eleve por encima de las distintas clases no es otra cosa que la idea del bonapartismo. Siguiendo a Trotsky, si se clavan simtricamente dos tenedores en un tapn de corcho, este, aunque con oscilaciones pronunciadas hacia uno y otro lado, se sostendr aunque sea sobre la cabeza de un alfiler: estees el modelo mecnico del superrbitro bonapartista.6 (Trotsky, 2012)

    En trminos conceptuales, se entiende por bonapartismo el rgimen en el cual la claseeconmicamente dominante, pese a que cuenta con los medios necesarios para gobernarcon mtodos democrticos, se ve obligada a tolerar para preservar su propiedad ladominacin incontrolada del gobierno por un aparato militar y policial, por un salvadorcoronado. Este tipo de situacin se crea cuando las contradicciones de clase se vuelvenparticularmente agudas; el objetivo del bonapartismo es prevenir las explosiones. Comopuente (o, mejor dicho, transicin) entre la democracia y el fascismo por ejemplo, en1917 en Rusia, como nexo inestable entre la democracia y el bolchevismo, aparece unrgimen personal que se eleva por encima de la democracia y concilia con ambos bandos, mientras, a la vez, protege los intereses de la clase dominante (Trotsky, 1937).

    Sin embargo, un gobierno que se eleva por encima de la nacin no est suspendido enel aire. El verdadero eje del gobierno nacionalista pasa por la polica, la burocracia y lacamarilla militar. Un gobierno del sable como juezrbitro de la nacin: precisamenteeso se llama bonapartismo. El sable no se da por s mismo un programa inde pendiente:es el instrumento del orden que est llamado a salvaguardar lo existente. El bonapartismo, al erigirse polticamente por encima de las clases (como su predecesor el cesarismo), representa en el sentido social, siempre y en todas las pocas, el gobierno del sectorms fuerte y firme de los explotadores (Trotsky, 1934).

    De esta manera, y a fin de precisar la definicin inicial, se comprende que el bonapartismo, ms que un juez arbitral entre el proletariado y la burguesa, es, en realidad, el poder ms concentrado de las clases dominantes sobre el resto de la nacin.El bonaparte de turno, al poner sus botas sobre las espaldas de la nacin, no puede

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  • dejar de llevar a cabo una poltica de proteccin de la propiedad, de la renta, de losbeneficios. El guardia no est en la puerta sino en el tejado de la casa; pero la funcines la misma.

    Crisis nacional y transicin poltica

    Como primera aproximacin al fenmeno de la transicin poltica argentina se puedeafirmar que la misma tuvo como base necesaria una crisis nacional. En los trminosclsicos de Lenin, la transicin significa que la burguesa no puede gobernar como lovena haciendo, que ha entrado en crisis su forma de gobernar, y que esa crisis en suforma de gobernar est vinculada al hecho de que los trabajadores no toleran tampoco esa forma de gobernar ni toleran la crisis, las penurias, los dolores, el hambre y lasangustias que generan esa forma de gobernar. Justamente, la crisis nacional se caracteriza particularmente porque todas las clases sociales estn molestas con el ordende cosas y se observa un estado deliberativo general, esto es, cada cual da su opininsobre los pasos a seguir para remediar la situacin, contraponindose de esa formadistintas alternativas de resolucin a la crisis.

    Desde la tambin clsica formulacin de Gramsci, la transicin se plantea en lostrminos del poder relativo de las clases a partir de su capacidad de direccionar laspalancas del Estado para plasmar sus propias formas econmicas y polticas (en tantorepresentantes del inters general de la nacin), es decir, en el marco de una determinada hegemona que se desarrolla histricamente y cuya crisis se desencadenacuando lo viejo no termina de morir y lo nuevo no termina de nacer; el viejo rgimen se disuelve y el sujeto revolucionario, con su accin, reconstruye la sociedadsobre nuevas bases. En este sentido, se trata de una contraposicin entre interesessociales antagnicos que determinan orientaciones estratgicas diametralmenteopuestas.

    Sobre el teln de fondo de la crisis capitalista mundial de principios del 70 , el desenvolvimiento creciente de la lucha poltica alcanz ntidamente su summum en lasjornadas de la huelga general de junio y julio de 1975, donde el movimiento popular,encabezado por los obreros industriales de las ciudades, enfrent en las calles el programa de ajustes y tarifazos impulsado por el ministro de Economa, CelestinoRodrigo (episodio conocido como el Rodrigazo), y forz la renuncia del gabinetelopezrreguista, tornando al gobierno de Isabelita un cadver insepulto. En lneasgenerales, la disgregacin poltica del peronismo dilua la identidad obrera ancladaen esta representacin y acicateaba el desenvolvimiento del clasismo frente a lasdirecciones burocratizadas de sindicatos y gremios.

    En este contexto, los das de la burocracia sindical proveniente fundamentalmente de la ortodoxia peronista estaban contados. El movimiento ascendente de lostrabajadores bregaba por una independencia poltica que solo la recuperacin de susherramientas sindicales y gremiales poda facilitar. Y el avance en esta lnea fue arrollador: cientos de direcciones sindicales, gremiales, cuerpos de delegados y comisiones internas fueron ganados en estos aos por representantes de los trabajadores decaractersticas antiburocrticas y combativas. La burocracia era una especie en vasde extincin; ms bien, en vas de ser extinta por las nuevas camadas de jvenes trabajadores cuya experiencia con el peronismo de los ltimos aos haba bordeado losaspectos ms entreguistas y capituladores del movimiento nacionalista.

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  • Todos juntos y al mismo tiempo: la germinacin de una vanguardia obrera revolucionaria

    En la Argentina de 1969, el Cordobazo marc un hito en la evolucin de la concienciapoltica de los trabajadores, abriendo la perspectiva de una organizacin histrica independiente de la clase obrera. La acumulacin de poder social (lucha por las libertadesdemocrticas y sindicales y el control obrero en el lugar de trabajo), y la asimilacin deuna profunda reflexin sobre la experiencia de masas basada en la lucha y la organizacin por reivindicaciones de carcter inmediato, evolucion hacia una tnica polticams ntida, diferencindose y demarcando, en las reas industriales de punta (corredorindustrial CrdobaRosarioBuenos Aires), una vanguardia obrera revolucionaria.

    Por vanguardia se entiende el sentido que le diera Lenin en uno de sus discursos delao 1922, titulado Sobre el significado del materialismo militante:

    Uno de los ms graves y peligrosos errores de los comunistas (como el de todos los revolucionariosque hayan coronado con xito la etapa inicial de una gran revolucin) es el de imaginarse que larevolucin puede llevarse a cabo por los revolucionarios solos. Por el contrario, para el xito de todotrabajo revolucionario serio, es necesario comprender y saber aplicar en la prctica el concepto deque los revolucionarios slo son capaces de desempear el papel de vanguardia de la clase verdaderamente vital y verdaderamente de vanguardia. La vanguardia cumple sus tareas como tal vanguardia slo cuando sabe no aislarse de la masa que dirige, sino conducir realmente hacia delante a todala masa. Sin la unin con los no comunistas, en los ms diversos terrenos de la actividad, no puedeni siquiera hablarse de ninguna construccin comunista eficaz.7

    En este sentido, la vanguardia revolucionaria tiene la tarea de direccionar polticamente a los trabajadores en su movimiento de conjunto, representando el inters general del mismo por encima de cualquier elemento particular y buscando permanentemente aunar bajo un programa poltico comn y una estrategia revolucionaria al conjunto de los explotados.

    Por otra parte, ya desde el Manifiesto comunista Marx haba planteado polticamente elproblema del partido de la vanguardia revolucionaria de la clase obrera:

    Los comunistas no forman un partido distinto frente a otros partidos obreros () Prcticamente, loscomunistas son, entonces, la fraccin ms decidida de los partidos obreros de todos los pases, la quesiempre empuja hacia delante; tericamente tienen la ventaja, sobre el resto de la masa, de comprender las condiciones, la marcha y los resultados generales del movimiento proletario () Ellos (loscomunistas) no tienen intereses separados de los de todo el proletariado: no establecen principiosparticulares sobre los que querran modelar el movimiento proletario. Los comunistas no se diferencian de otros partidos proletarios ms que a partir de dos puntos: por un lado, en las diversas luchasnacionales de los proletarios, proponen y destacan los intereses comunes de todo el proletariado eindependientes de la nacionalidad; y, por otro lado, en las diversas fases que atraviesa la lucha entreel proletariado y la burguesa, representan constantemente el inters del movimiento total.8

    En los aos previos al Cordobazo, el movimiento obrero haba protagonizado dosgrandes perodos de marcado ascenso y tenaz lucha poltica: el primero, entre 1955 y1959, coincidente con la resistencia de los trabajadores frente a la ofensiva de la dictadu

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  • ra militar de la Revolucin Libertadora (o fusiladora), punto de partida del ciclo degobiernos gorilas que venan a derrotar y disciplinar a la clase obrera a fin de aplicar losplanes de productividad industrial tan exigidos por el empresariado;9 el segundo perodo, luego de un cierto momento transitorio de derrota y reflujo (fruto de la brutal poltica represiva del gobierno de Frondizi10), se ubica entre 1961 y 1965, dando pie a unacamada de jvenes activistas antiburocrticos y combativos que realizaron una profunda experiencia con la burocracia sindical peronista, en particular, con las traiciones sucesivas del vandorismo, cabeza de la Unin Obrera Metalrgica (UOM). La prolongadaconfrontacin obrera con estos gobiernos produjo una cultura poltica de lucha y resistencia en medio de la cual creci la generacin de los 70.

    A su vez, para aquel momento, ms de 1.350.000 trabajadores estaban ocupados en laindustria, muchos de ellos en grandes plantas de miles de obreros, y su peso estructural y econmico se haba incrementado con el dinamismo de varias ramas de la produccin a partir de la concentracin y centralizacin capitalistas y las transformaciones operadas en la economa nacional fruto de la profundizacin de la penetracin imperialista, fundamentalmente de origen norteamericano. Particularmente durante el gobiernodesarrollista de Frondizi11 se desarrollaron de forma exponencial las industrias siderrgica, automotriz y petroqumica, ubicadas en la franja geogrfica que va de la provincia de Crdoba pasando por el cordn industrial del ro Paran, englobando el GranBuenos Aires y la Capital Federal. Estas concentraciones industriales fueron las quejugaron un papel de vanguardia en el ascenso que se inici con el Cordobazo.

    Prefiguracin concreta de una experiencia de masas

    Como se mencion en prrafos anteriores, el Cordobazo dio lugar a un auge crecientede la lucha de clases cuya evolucin en trminos de la lucha poltica fue continuada enla serie por el Rosariazo, el Tucumanazo, el Choconazo, el Rocazo, el Mendozazo y, nuevamente en Crdoba, el Viborazo de 1971. Todas fueron huelgas polticas de masas quesiguieron la huella del Cordobazo, ocupando el centro de la escena hasta 1972. Todosestos azos que hasta en la epistemologa se reconocen como herederos delCordobazo tienen en comn el haber sido gigantescas huelgas polticas de masas que,en su desarrollo, se convirtieron en semiinsurrecciones populares contra el poder poltico del Estado (Oviedo, 1999).

    El Cordobazo abri una crisis revolucionaria, es decir, de poder, en la Argentina, quela burguesa y el imperialismo resolvieron a su favor mediante el retorno de Pern. Fuela presin de la movilizacin popular, la amenaza concreta que se cerna sobre la dominacin burguesa, las que replantearon la cuestin del mantenimiento de la dictadura deOngana. Luego de catorce aos de haberlo proscripto, era necesario reencauzar las relaciones con el peronismo y con Pern. Era necesaria una presencia poltica ms activa dePern y el peronismo para contener y desviar la radicalizacin de las masas.

    Quiebre de la Revolucin argentina y retorno de Pern como garante poltico

    Siguiendo el peridico de la organizacin Poltica Obrera,

    el 17 de noviembre de 1972, en medio de una persistente lluvia, Pern retorn al pas despus de17 aos de exilio. El Aeropuerto de Ezeiza estaba prcticamente cercado por ms de 35.000 efectivos

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  • con tanques y artillera. El charter de Alitalia en que lleg Pern transportaba una abigarradacomitiva compuesta por dirigentes peronistas, de los partidos gorilas aliados al peronismo, de lderes empresarios y de burcratas sindicales. () La movilizacin no fue tal. Fue desorganizadadesde arriba por la direccin peronista. Pern haba declarado reiteradamente que su retorno tenaun propsito de unin nacional y de pacificacin, y este propsito se puso en prctica desde elmismo momento de su arribo al pas. () Finalmente, despus de 17 aos, el lder proscripto concretaba su retorno. La frustracin del anterior intento de 1964 era el resultado de que ni la burguesa ni el imperialismo precisaban, en ese entonces, de su retorno al pas. Qu haba cambiado,entonces, en 1972, para hacer posible el Retorno?

    La respuesta a esta pregunta se halla informada directamente por el vertiginosoascenso de la lucha de los trabajadores contra el rgimen. En efecto, y retomando losplanteos de Coggiola (2006), las caractersticas del perodo revolucionario abierto por elCordobazo se derivan de los problemas que sali a enfrentar: a) fue una rebelin contrala miseria originada en el estancamiento crnico de la economa argentina, o sea, unaexpresin subjetiva de la rebelin de las fuerzas productivas contra el atrasado capitalismosemicolonial; b) fue un levantamiento contra la entrega del pas llevada adelante por losKrieger Vasena, esto es, un alzamiento antiimperialista liderado por la clase obrera; c) fuela expresin abierta del combate contra la integracin vandorista al onganiato, por loque abri un vasto perodo de luchas antiburocrticas, cuyos puntos mximos fueron larecuperacin clasista del SITRAC/SITRAM (1970), el Plenario Nacional Clasista por ellosconvocado (agosto de 1971), la recuperacin del SMATA Crdoba por la Lista Marrnantiburocrtica encabezada por Salamanca (1972). En cierto modo, una carrera contra eltiempo, para dotarse de una direccin poltica, es protagonizada por la burguesa y elproletariado.

    De este modo, una de las principales hiptesis de este trabajo es que hacia 1975 lasociedad argentina atravesaba una crisis social de enorme magnitud, la cual se desarrollaba sobre el mar de fondo de una crisis capitalista mundial. En este sentido, el derrumbe poltico de las clases dominantes expres un quiebre del poder social y, por lo tanto,la gestacin de las condiciones inherentes a una situacin revolucionaria, entendida estaltima segn la definicin clsica de Lenin (in extenso):

    Cules son, en trminos generales, los sntomas distintivos de una situacin revolucionaria?Seguramente no incurrimos en error si sealamos estos tres sntomas principales: 1) La imposibilidad para las clases dominantes de mantener inmutable su dominacin; tal o cual crisis de las alturas, una crisis en la poltica de la clase dominante que abre una grieta por la que irrumpe el descontento y la indignacin de las clases oprimidas. Para que estalle la revolucin no suele bastar que losde abajo no quieran, sino que hace falta, adems, que los de arriba no puedan seguir viviendocomo hasta entonces. 2) Una agravacin, fuera de lo comn, de la miseria y de los sufrimientos delas clases oprimidas. 3) Una intensificacin considerable, por estas causas, de la actividad de lasmasas, que en tiempos de paz se dejan expoliar tranquilamente, pero que en pocas turbulentasson empujadas, tanto por toda la situacin de crisis, como por los mismos de arriba, a una accinhistrica independiente.

    Sin estos cambios objetivos, no slo independientes de la voluntad de los distintosgrupos y partidos, sino tambin de la voluntad de las diferentes clases, la revolucin es,

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  • por regla general, imposible. El conjunto de estos cambios objetivos es precisamente loque se denomina situacin revolucionaria.

    En otras palabras, los desequilibrios estructurales de la economa argentina y un dficit soberano crnico (bancarrota de las finanzas estatales) impactaron sobre el mapa delas clases, agudizando la disputa por la riqueza social y catalizando la lucha de claseshacia formas cada vez ms conscientes, visibles ergo politizadas. En efecto, los conflictosen torno al control obrero de la produccin y la bsqueda por imponer la democraciaobrera en los lugares de trabajo aparecieron como las expresiones ms inmediatas y palpables de este ascenso de la lucha de clases y, ms especficamente, como los pasos necesarios para preparar y desarrollar (en trminos de acumulacin de poder) una luchapoltica por la direccin de la sociedad y su transformacin revolucionaria. La constante irrupcin de las masas en los acontecimientos del perodo expres la incapacidad dela burguesa por modelar el medio social a su imagen y semejanza, poniendo en jaquesu dominio y control de la situacin.

    Como conclusin general, se puede afirmar que cuando la burguesa como clase dirigente de la produccin social se convierte en su agente desorganizador (por ejemplo,con un Rodrigazo, una poltica combinada de ajuste, tarifazos y recesin econmica),la clase obrera, ligada ms que los otros elementos de la sociedad a la produccin en losgrandes centros industriales, en las fbricas y en los talleres, comprende que esta contradiccin es insostenible y, por aadidura, que tal contradiccin por sobre todo produce la miseria social que la rodea, su exterminio en masa por efecto de la desocupacin yel colapso ms general de la vida social toda. En este rumbo apunta la Resolucin sobreel control obrero de la Internacional Sindical Roja, datada del Congreso de 1921, cuando afirma que

    en las filas obreras surge espontneamente la necesidad de poner en claro la funcin que tiene laburguesa en la organizacin de nuestros das, de examinar cmo ella satisface esa tarea. De estoderiva la aspiracin de proceder prcticamente a la reorganizacin de todo el sistema productivo,segn los intereses de los trabajadores. Esta tendencia es en realidad el prlogo de la solucin de lacontradiccin, del derrocamiento del obstculo fundamental constituido por el rgimen capitalista,mediante la violencia de la revolucin social; y se concreta en la forma del control obrero sobre laproduccin.12

    El dominio de los trabajadores sobre el espacio laboral, por lo tanto, configura unasituacin de crisis del esquema de funcionamiento capitalista de la produccin (dehecho, expresa manifiestamente su contradiccin insalvable) y, al mismo tiempo, prefigura las formas econmicas de la reorganizacin social bajo la direccin de otra clase.

    Un cierre provisorio

    Luego de haber esbozado algunos de los elementos esenciales a la hora de analizar larelacin entre las clases y su interaccin con el metabolismo social general, se puedeavanzar en una serie de conclusiones (o nuevos puntos de partida) para el estudio de lagestacin de una vanguardia obrera revolucionaria en Argentina.

    En primer lugar, su emergencia poltica, es decir, su desarrollo como un sujeto concaractersticas cada vez ms propias y definidas, tuvo como marco histrico necesario latransicin poltica argentina, esto es, una crisis de poder social, una crisis nacional ancla

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  • da sobre la base de una crisis econmica explosiva (Rodrigazo), una experiencia poltica agotada con el peronismo en tanto movimiento nacionalista burgus de masas y elascenso del clasismo en tanto herramienta poltica de reagrupamiento en los sindicatosy gremios.

    En segundo lugar, rebasa el espacio de este trabajo pero es menester destacar quedicho ascenso obrero encontr lmites claros y reparos de todo tipo del lado de sus organizaciones polticas, caracterizadas casi la mayora de ellas por hacer seguidismo entrminos polticos, programticos y estratgicos, del peronismo y de su lder, ya fuera:a) conformando parte de su movimiento (MontonerosJuventud Trabajadora Peronista)sin la capacidad para hacer una crtica socialista de la poltica suicida que significabatanto el apoyo al propio Pern (organizador de su masacre va la Triple A) como el cursode una poltica foquista y militarista, o sea, de una poltica que no tena como punto departida y, como base necesaria, la lucha de clases; b) siendo externo al movimiento perocompartiendo algunos de sus supuestos polticos como es el caso del PartidoRevolucionario de los Trabajadores (PRT) en lo relativo a la conciliacin de clases conlos sectores democrticos de la sociedad (comprendido dentro de ellos la llamadaburguesa nacional), es decir, lo que se conoce como el planteo estratgico del frentepopular en oposicin a la dictadura del proletariado; c) dem b) aunque a travs delplanteo de defensa de la democracia (burguesa) en abstracto como fue el caso delPartido Socialista de los Trabajadores (PST), quien conform el Grupo de los 8 juntocon el resto de la partidocracia burguesa en el momento de liquidacin de las libertadesdemocrticas y exterminio fsico de las personas por parte de este mismo rgimen poltico; d) por ltimo, aunque en el mismo sentido que el anterior, es el caso del PartidoComunista Revolucionario (PCR), quien en 1975, capitaneado por Otto Vargas, llam adefender al gobierno popular de Isabel Martnez de Pern frente al golpe de Estadode su general, Videla.

    En tercer lugar, esta sucinta caracterizacin de las corrientes polticas tiene el sentidode dejar planteada la profundizacin del estudio sobre el conjunto de los aspectos y factores que hacen al desarrollo de la vanguardia obrera revolucionaria y a su ligaznmediante un vnculo de reciprocidad constitutiva y constituyente con las organizacionespolticas de izquierda. Dicho de otra manera, queda pendiente el abordaje ms pormenorizado sobre el trnsito hacia la fusin del movimiento obrero y la izquierda revolucionaria en tanto perspectiva y referencia poltica general sin la cual un movimiento declase jams alcanz a fisonomizarse como tal.

    Por ltimo, y en relacin a esta ltima dimensin, la tarea fundamental es la de esbozar en sus contornos esenciales la fisonoma poltica de la clase obrera argentina a partir de la crisis del nacionalismo burgus en tanto forma poltica de dominacin de clasey de su alcance histrico en trminos del horizonte de visibilidad de clase que esta crisis deja planteada.

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  • Notas1 [Negrita en el original]2 Segn la conocida expresin del Manifiesto comunista A veces los obreros triunfan; pero es un triunfo efmero.El verdadero resultado de sus luchas no es el xito inmediato sino la unin cada vez ms extensa de los obreros.Esta unin es favorecida por el crecimiento de los medios de comunicacin creados por la gran industria y queponen en contacto a los obreros de diferentes localidades. Y basta ese contacto para que las numerosas luchas locales, que en todas partes revisten el mismo carcter, se centralicen en una lucha nacional, en una lucha de clases.Mas toda lucha de clases es una lucha poltica. () Esta organizacin del proletariado en clase y, por tanto, en partido poltico, es sin cesar socavada por la competencia entre los propios obreros. Pero surge de nuevo y siemprems fuerte, ms firme, ms potente.. Ver Marx, Karl, El manifiesto comunista, 1848. 3 Ver Lenin, Vladimir, Primer esbozo de las tesis sobre los problemas nacional y colonial (para el II Congreso dela Internacional Comunista) en Tres artculos de Lenin sobre los problemas nacional y colonial, Ediciones en LenguasExtranjeras, Pekn, 1975, disponible enhttp://www.marx2mao.com/M2M%28SP%29/Lenin%28SP%29/DTNCQ20s.html4 Vase al respecto Coggiola (2006), Pozzi y Schnieder (2000), Werner y Aguirre (2009).5 La mecnica peculiar entre las clases se fundamenta en que la opresin que genera el yugo del imperialismosobre el conjunto de la nacin, es decir, no slo sobre el proletariado sino tambin sobre el resto de las clases(incluida la burguesa nacional), hace brotar una contradiccin peculiar de intereses entre la burguesa imperialista y las clases dominantes nativas. De all, la conocida expresin acerca de la burguesa nacional como un enanoentre dos gigantes (el imperialismo y el proletariado). Vase Lora, op. cit. 6 Ver el captulo XXIX, Kerenski y Kornilov (Elementos de bonapartismo en la Revolucin Rusa) en Trotsky (2012). 7 Ver la compilacin estalinista: Lenin, Vladimir, Marx Engels Marxismo, Editorial Progreso, Mosc, 1967, pg.471. 8 Ver La teora del partido (18461848) en Lwy (2010).9 Es significativo, en este sentido, el Congreso de la Productividad, convocado por Pern en 1954, donde unode los puntos fundamentales a tratar era la persistente indisciplina obrera en los lugares de trabajo y el frreocontrol de las comisiones internas y los delegados por sobre el proceso productivo.10 La cual tuvo como punto mximo el plan CONINTES (Conmocin Interna del Estado), plan represivo aplicado bajo el gobierno de Frondizi que design al ministro de Ejrcito Franklin Lucero como comandante en jefe dela operacin y le autoriz a establecer el toque de queda y a adoptar las medidas necesarias para lograr la msrpida y eficaz represin de todo acto de alteracin del orden pblico, violencias contra las personas o bienespblicos o privados, servicios pblicos, templos o establecimientos religiosos, sabotajes, depredaciones, etc.. ElPlan CONINTES, por otra parte, habilit a las Fuerzas Armadas para reprimir las huelgas y protestas obreras yponer a los activistas bajo jurisdiccin de los tribunales militares.11 Gobierno que, entre otros beneplcitos, cont con el del lder del movimiento proscripto, Pern, quien ordenvotar por Frondizi en el 1958. Significativamente, en esas elecciones donde Frondizi gana, los ms de 800.000 votosen blanco representan la tercera fuerza. 12 Ver Resolucin sobre el control obrero, aprobada en el 1 Congreso de la Internacional Sindical Roja, realizado entre el 3 y 19 de julio de 1921.

    Referencias Coggiola, Osvaldo (2006) Historia del trotskismo en Argentina y Amrica latina, Ediciones ryr, Buenos Aires.

    Gramsci, Antonio (2007) Escritos polticos (19171933), Siglo XXI, Buenos Aires.

    Hobsbawm, Eric (1984) El mundo del trabajo. Estudios histricos sobre la formacin y evolucin de la clase obrera,Editorial Crtica, Barcelona.

    Lenin, Vladimir (1967) Marx Engels Marxismo, Editorial Progreso, Mosc.

    Lora, Guillermo (1978) Estudios HistricoPolticos sobre Bolivia, Ediciones El Amauta, La Paz.

    Lwy, Michael (2010) La teora de la revolucin en el joven Marx, Ediciones Herramienta, Buenos Aires.

    Lkacs, Georg (2009) Historia y conciencia de clase, Ediciones ryr, Buenos Aires.

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  • James, Daniel (2010) Resistencia e integracin, Siglo XXI, Buenos Aires.

    Marx, Karl (1848) El manifiesto comunista.

    Oviedo, Luis (1999) 19691999: El Cordobazo, seccin especial de Prensa Obrera n628 en el 30 aniversario delCordobazo.

    Pozzi, Pablo y Schneider, Alejandro (2000) Los setentistas. Izquierda y clase obrera: 19691976, Eudeba, Buenos Aires.

    Trotsky, Len (2012) Historia de la revolucin rusa, Ediciones ryr, Buenos Aires.

    (1937) Otra vez, sobre la cuestin del bonapartismo escrito en Quatrime internationale, fechado febrero de 1937, disponible en http://www.razonyrevolucion.org/secciones/dialectica/32.pdf

    (1934) Bonapartismo y fascismo, fechado el 15 de julio de 1934, disponible enhttp://www.ceip.org.ar/escritos/Libro4/html/T06V108.htm

    Werner, Ruth y Aguirre, Facundo (2009) Insurgencia obrera en la Argentina (19691976), Ediciones IPS, Buenos Aires.

    Zavaleta, Ren (1988) Clases sociales y conocimiento, Editorial Los amigos del libro, La Paz.

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