Hirsch, Joachim - Globalización, Capital y Estado

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Índice Prólogo, por Gerardo Ávalos Tenorio 9 Primera parte ASPECTOS DE LOS CAMBIOS DE FIN DE SIGLO i. El Estado fordista de seguridad y los nuevos movimientos sociales 21 II. Estado nacional, regulación internacional y la cuestión de la democracia 37 IiI. Globalización del capital, Estado nacional y crisis del universalismo político 51 iv. Del "Estado de seguridad" al "Estado nacional de competencia" 65 V. Estado nacional, nacionalismo y la pérdida de los espacios 71 Segunda parte GLOBALIZACIÓN DEL CAPITAL, ESTADO Y DEMOCRACIA 1. ¿Qué es la globalización? 83 n. La globalización del capitalismo y la transformación del Estado: hacia el Estado nacional de competencia 95 ►n. Los cambios de la organización del capital como sistema mundial 107 ►v. Democracia, ciudadanía y sociedad civil 119 Bibliografía 131

Transcript of Hirsch, Joachim - Globalización, Capital y Estado

  • ndicePrlogo, por Gerardo valos Tenorio 9

    Primera parteASPECTOS DE LOS CAMBIOS DE FIN DE SIGLO

    i. El Estado fordista de seguridad y los nuevosmovimientos sociales 21

    II. Estado nacional, regulacin internacionaly la cuestin de la democracia 37

    IiI. Globalizacin del capital, Estado nacionaly crisis del universalismo poltico 51

    iv. Del "Estado de seguridad" al "Estado nacionalde competencia" 65

    V. Estado nacional, nacionalismo y la prdidade los espacios 71

    Segunda parteGLOBALIZACIN DEL CAPITAL, ESTADO Y DEMOCRACIA

    1. Qu es la globalizacin? 83

    n. La globalizacin del capitalismoy la transformacin del Estado: hacia el Estadonacional de competencia 95

    n. Los cambios de la organizacin del capitalcomo sistema mundial 107

    v. Democracia, ciudadana y sociedad civil 119

    Bibliografa 131

  • Prlogo

    Lamentablemente la obra de Joachim Hirsch es poco conocida en nuestromedio. En parte esto se debe a que no ha sido traducido ninguno de suslibros al castellano; en parte, tambin, a que en una poca predominan-temente conservadora como la que vivimos, la fundamentacin crticadel anlisis de los problemas no ha merecido mucha atencin. Con ellohemos perdido todos. Corremos el riesgo del ayuno de crtica, lo quepuede desembocar en una paralizacin trgica que acepte las nuevascondiciones del mundo social cual si se tratara de la actuacin de leyesnaturales inmutables. El vaco que deja la crtica , entendida sta comoaquel hacer pasar por el tribunal de la razn los fenmenos para desen-traar su esencia y sus formas de manifestacin, tiende a ser llenado, ennuestra poca, por las nuevas ideologas. Tanto la idea del `fin de lahistoria', como aquella de la `crisis de los paradigmas' o esa otra deladvenimiento de la `posmodernidad', pueden ser erigidas como las nuevasideologas apropiadas a la gran ola conservadora que envuelve al mundo.En el mbito de la poltica tambin se puede estar viviendo un espejismocuando la sutileza del anlisis encuentra su sucedneo en la retahladeclamatoria de la democracia como la gran nueva Jerusaln a la quetienden o deben tender todos los pueblos civilizados. Las cienciassociales, en general, viven a su modo, los mismos peligros. Nuevosmovimientos sociales, nuevos actores polticos, nuevas formas de organi-zacin poltica no partidaria, nuevos escenarios econmicos, se han conver-tido no tanto en objetos de anlisis como en proclamas monocordes de quetodo es nuevo y ya no funciona nada de lo anterior. Que las formas deorganizacin de la vida humana han cambiado profundamente de unasdcadas para ac, es indudable; tambin lo es el que siguen acechndonoslos viejos temas y, no con infrecuencia, los antiguos problemas de la vidasocial que inspiraron a los poetas y filsofos griegos, al cristianismoprimitivo, a los renacentistas y romnticos, a los socialistas y anarquistas,

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    a los ilustrados y liberales. Es decir, lo que hoy aparece como deslurrmbran-temente nuevo puede no serlo del todo.

    Lo que puede prevenir al pensamiento de la desorientacin ideolgicaes precisamente la crtica. Es sta la que est en posibilidades de guiamosfrente a un mundo que parece vuelto al revs. Joachim Hirsch posee esagratificante peculiaridad de anteponer el anlisis crtico a la proclamaideolgica. Su tipo de anlisis no se deja llevar por las apariencias de loscambios; no parte de a priori construidos ideolgicamente. Intenta siem-pre cavar profundo. Se trata de un tipo de anlisis declaradamente mate-rialista histrico, lo cual acepta sin sonrojarse. Empero, su materialismono tiene nada que ver con aquel enfoque dogmtico y mecanicista quedivida al mundo en "estructura econmica" y "superestructura poltico-ideolgica" y para el que todas las soluciones advendran con la "torna delpoder". El anlisis de Hirsch es mesurado pero no epidrmico; es plural-pues abreva de muchas y diversas fuentes- pero no incongruente; esmultiforme pero no catico. Podra decirse que Hirsch tiene como gua lamxima cartesiana de la duda metdica. Y, en efecto, duda de las aparien-cias y de las versiones seudoexplicativas en boga ; duda de las versionesoficiales y de las diversas teoras; duda, sobre todo, de la racionalidad de loscambios recientes y de las bondades de los sistemas. Ello no le impiderecuperar distintos esfuerzos de pensamientos que abren la brecha para lacomprensin. De este modo, recupera lo mismo a Marx que a Pashu:kanis,lo mismo a Gramsci que a Poulantzas, lo mismo a Altvater que a ClausOffe, lo mismo a Giddens que a Luhmann, lo mismo la teora derivacio-nista del Estado que a los llamados regulacionistas. Siempre lo hace demanera crtica, es decir, que recupera lo que considera valioso de cada unoe intenta colocarlo en un nivel superior del discurso crtico. El resultadoes la construccin de un amplio andamiaje conceptual que le permiteabordar los ms distintos y cruciales temas del presente, siempre convistas a contribuir al esclarecimiento de los fundamentos.

    Joachim Hirsch naci en Alemania. Estudi primero economa y luegociencia poltica en la Universidad Johann Wolfgang Goethe de Frankfurtam Main. En sus pocas estudiantiles se escapaba a escuchar las clases defilosofa y sociologa de Theodor Adorno y le toc respirar el ambientede la clebre escuela crtica. Ms tarde ingres como profesor en esamisma universidad alemana, donde ha llegado a ser uno de los msconocidos y prestigiados. Actualmente, dicho esto con un tamiz de curio-

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    sidad, imparte un curso -sobre la obra de Marx-, que es nico en toda launiversidad y el cual est siempre lleno. Sus temas permanentes de estudioy de investigacin estn relacionados con el problema del Estado. Como sesabe, no es tan fcil dilucidar ese problema y plenos an desde una perspectivacrtica. Por ello, Hirsch hace una vinculacin metodolgica entre la economacapitalista y el Estado para concluir que la separacin entre el Estado y laeconoma es el resultado de la forma social de la vida moderna. Esto significaque tanto los elementos de la vida econmica capitalista: la mercanca, eldinero, la ganancia, el inters, el capital, el valor, el plusvalor, el trabajoasalariado, la renta, etctera, como el mismsimo Estado son formas deaparicin o de expresin de la forma de la vida social moderna que sepresentan como si estuvieran separadas. Al respecto, Hirsch en su libro msreciente anota: "Las dos formas sociales fundamentales, en las cuales seobjetiva la relacin social en el capitalismo, son el valor, expresado en eldinero, y laforma poltica, que se exterioriza en la existencia de un Estadoseparado de la sociedad".' Cmo llega nuestro autor a esta manera deplantear el tema del Estado? El punto de partida lo toma Hirsch, al igualque otros derivacionistas, del jurista sovitico Evgueni BronislavovichPashukanis (1891-1937) quien formula el siguiente cuestionamiento: "porqu la dominacin de clase no permanece como lo que es, es decir, la sujecinde una parte de la poblacin a otra? Por qu reviste la forma de unadominacin estatal oficial, o lo que equivale a lo mismo, por qu el aparatode coaccin estatal no se constituye como el aparato privado de la clasedominante, por qu se separa de esta ltima y reviste la forma de unaparato de poder pblico impersonal, separado de la sociedad?".2 Larespuesta la sugiere el propio autor sovitico al apuntar que la dominacindel capital sobre el trabajo transita a travs de la forma mercantil, queimplica igualdad jurdica entre los sujetos del intercambio; de ah, lasdiversas formas de socializacin necesaria adquieren tambin la forma decosas que han de ser intercambiadas por sujetos libres, autnomos, inde-pendientes y jurdicamente iguales. La dominacin entre los seres huma-nos, empero, sigue existiendo; la diferencia radica en que, ahora, adquierela forma mercantil-dineraria; adems, ningn individuo puede sustraerse

    t Joachim Hirsch. Der nalinnule Wetthewrh .siaat Staat . Demokratie und Politik in] glohalenKapilalisnrac Berln . Edition ID-Archiv, 1995.

    2 E. B. Pashukanis. La leona general del derecho pel marxismo , Mxico. Grijalbo. col. Teora y praxis,nm. 27. 1976. trad Carlos Castro, Prlogo de Adolfo Snchez Vzquez, p. 142.

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    de la relacin de intercambio, pues el metabolismo de la reproduccin dela vida pasa forzosamente por la relacin de intercambiabilidad mercantil.De esta manera el Estado se presenta como si fuera independiente de lasrelaciones entre individuos privados, con la fisonoma de una cosa (comola mercanca) separada y por encima de la sociedad. En realidad, la. formaEstado es una forma social. Se trata de la figura poltica que adquiere unasociedad organizada sobre la base de la produccin privada de mercancas,la extraccin y apropiacin de plusvalor. Para decirlo en trminos senci-llos, la sociedad capitalista, por su esencia misma, desprende de s dosesferas de la vida social separadas la una de la otra: la econmica, por unlado, y la poltica estatal, por el otro. El problema no es que la economamercantil capitalista `requiera' o no al Estado; ms bien, las relacionesentre los seres humanos articuladas sobre el eje de la produccin capita-lista poseen dos mbitos distintos de expresin. Si no fuera por la formaestatal el intercambio mercantil por medio del cual se lleva a cabo ladominacin de clase, no podra completarse y sera imposible. Es comosi la forma Estado cerrara el crculo de la produccin y reproduccin dela sociedad bajo las formas capitalistas.

    Si se entiende bien, este tipo de anlisis abre muchas posibilidadesanalticas. En primer lugar, es posible entender que el Estado no es una cosaque se pueda tomar, manipular, ocupar, conquistar o utilizar. Como la mer-canca, el dinero o el capital, el Estado es una relacin entre seres humanosque, sin embargo , posee su peculiaridad: no toda relacin entre sujetos esestatal. A diferencia de otras relaciones sociales, el Estado vincula a lossujetos en su carcter de miembros de una totalidad pblica en donde decidenlas formas, parmetros y contenidos de su vida en comn. Esta nocin puedeser completada con aquella clebre idea de Max Weber segn la cual el rasgoespecfico del Estado era el monopolio de la violencia fsica legtima. Laforma Estado, en efecto, no es la forma mercanca o la forma dinero; stasvinculan de cierta manera a los seres humanos. En cambio, la figura estatallos enlaza en tanto partes -individuales o grupales- de un todo comunitarioo asociativo en el cual se determinan las formas jurdicas, gubernativas ycoercitivas que garantizan la reproduccin de la vida en comn; esa relacinentre seres humanos tiene como caracterstica crucial precisamente el mono-polio de la violencia fisica legtima.

    Esta visin requiere hacer una diferencia fundamental: no es lo mismoel Estado que el aparato estatal . Acaso una analoga, que por cierto no es

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    slo eso, sirva para aclarar el punto. La mercanca o el dinero sonrelaciones entre seres humanos pero se concretan en una cosa o un objetoexterior a los sujetos; a estos objetos externos a los individuos sueledenominrseles precisamente "mercancas" o "dinero". Ese acto de sea-larlas como cosas ajenas, separadas y exteriores a los seres humanos esparte inmanente del propio dinero y de la propia mercanca que as sepresentan, pero que en realidad son relaciones entre los propios sereshumanos a las que ellos mismos contemplan y denominan como si fueranexteriores. Esto no es ms que la expresin de la forma de la vida socialorganizada por el capital. Si los sujetos creen que las cosas "estn all"separadas de ellos mismos, slo con dificultades podrn asumirse comolos verdaderos sujetos creativos y creadores, poderosos y hacedores,protagonistas y actores. Con ello se desvanece la idea del poder deltrabajo, como dira John Holloway, es decir, la idea de que es el trabajomltiple, variado, diverso, de los seres humanos el verdadero creador dela riqueza. Pues bien, algo as ocurre con el Estado que aparece comoaparato de gobierno, control y coercin ubicado por encima de la "socie-dad civil". As como el poder de creacin de la riqueza est en los propiosseres humanos, el poder del Estado est en los mismos sujetos, pero deeso ellos no se dan cuenta. El Estado aparece como si fuera un podernatural que, a lo ms, habra que controlar, limitar, vigilar o inclusoocupar. Lo que en este caso se tiene en mente es justamente la expresinclica del Estado, es decir, el aparato estatal . Y ste, en efecto, concentrael poder y la coercin, los medios administrativos y jurdicos, la facultaddecisoria y muchos mecanismos ideolgicos, pero todo eso es, en conjun-to, la forma en que se expresa polticamente la vida social de los sujetosenlazados por los mecanismos mercantil-capitalistas.

    Joachim Hirsch se vincula con esta forma de entender al Estado peroest mucho ms preocupado por llevar esta visin a niveles ms concretosdel anlisis. De hecho, en la derivacin lgica del Estado a partir delcapital encontrar Hirsch una formulacin demasiado abstracta y general,que si bien es necesaria es tambin insuficiente para comprender muchosaspectos y rostros de la vida social concreta. Por ello, Joachim Hirsch sevincular con el llamado "debate alemn"3 que tiene en Elmar Altvater y

    3 Vid En especial el capitulo 5 "El debate alemn " del libro de Martn Carnoy El Estado y la teorapoltica. Mxico , Alianza Editorial , 1993. pp. 161-190.

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    Claus Offe a sus figuras ms descollantes. En conexin, aunque nonecesariamente identificado con ellos, se interesar por las formas en queel aparato estatal garantiza las condiciones generales de la reproduccin delcapital en su conjunto. Menos interesado que Offe en los problemas delegitimidad del Estado que provoca la tendencia a la crisis del capitalismo,Hirsch pondr la atencin principal en las luchas y conflictos sociales quedan forma a las instituciones pblicas reguladoras cambiantes de la dinmicaconcreta de la reproduccin del capital. Por eso, la teora del Estado de NicosPoulantzas y las reflexiones carcelarias de Antonio Gramsci son importantespara Hirsch en la medida en que le permiten entender al Estado como unadimensin en que los conflictos, las luchas y las demandas sociales seescenifican, se condensan, se institucionalizan y se resuelven.

    El deseo por comprender las formas varias y concretas en que existenhistricamente el capital y el Estado, ha llevado a Hirsch a una recupera-cin de la teora de la regulacin . Para nuestro autor , esta teora, deraigambre francesa y de matriz fundamentalmente econmica , puede sermuy til para entender las diferentes concreciones histricas del capita-lismo. En las formulaciones de Lipietz, Aglieta y otros tericos franceses,encuentra Hirsch dos conceptos sumamente importantes para el anlisisde las formaciones histricas del capitalismo : el de "rgimen de acumu-lacin" y el de "modo de regulacin". "Rgimen de acumulacin significa,en breve, la manera concreta en que el plusvalor es producido , la tecnolo-ga que es usada , qu procesos de trabajo son prevalecientes, qu patronesde consumo son relevantes , cmo estn interrelacionados el sector debienes de produccin y el sector de bienes de consumo , cmo estncombinados los sectores capitalistas y no capitalistas , cmo es distribuidoentre las clases el valor producido . En este punto, se puede diferenciar,por ejemplo , entre un rgimen 'extensivo ' de acumulacin sin consumo demasas y otro 'intensivo', que estara basado en la total integracin de laclase trabajadora en el proceso de valorizacin . [...] Modo de regulacinsignifica , en contraste , las formas culturales e institucionales que dan unfuncionamiento individual en un modo correspondiente con el proceso deacumulacin . Esto es, por ejemplo , la manera en que las relacionessalariales estn institucionalizadas, cmo funcionan los mecanismos di-nerarios en trminos institucionales, cmo son producidas y reproducidaslas normas sociales y los valores, cmo se configura el sistema polticoen su conjunto. De este modo, la regulacin comprende muy diferentes

  • uaspectos, tales como la estructura familiar, el sistema bancario, los sindi-catos, los partidos polticos, las iglesias, los crculos intelectuales, lasuniversidades, la administracin estatal, etctera".4

    Este par de conceptos permiten marcar diferentes maneras histri-cas concretas de operar de la acumulacin capitalista; tambin sontiles para comprender las diversas pocas por las que ha atravesadoel capital y sus caractersticas correspondientes; simultneamente, per-miten comprender una crisis del capitalismo no solamente desde el planoestrictamente econmico sino tambin como resultado de un desfase,desarmonizacin o contradiccin entre un modo de regulacin y unrgimen de acumulacin. Nace as la idea de llamar "fordista" a laconfiguracin histrica del capitalismo que se desprendi como resultadode la Revolucin de Octubre, de la crisis de las economas capitalistassubsecuente y las luchas de la clase trabajadora, expresadas de diversosmodos y bajo circunstancias cambiantes. "Estado fordista", entonces, esuna expresin que no alude slo al tipo de aparato estatal que se constituyeen una poca determinada, sino a una articulacin compleja de diversoselementos y que desemboca en una cierta manera institucional, poltica,pero tambin productiva y econmica, de desarrollo del capitalismomundial. Con esto, Joachim Hirsch pretende superar aquella errnea nocindel "Estado benefactor" que alude a un conjunto de acciones del aparato delEstado en favor de los trabajadores; antes bien, el llamado Estado de bienestaro Estado social es parte de una manera histrica del funcionamiento delcapital que, en conjunto, puede ser denominada como fordista. Ello se refieresobre todo a que el capitalismo mundial se reorganiz sobre bases tayloristasy fordistas de produccin masiva que requirieron tambin un consumomasivo, una mayor importancia de las organizaciones sindicales, de lospartidos socialdemcratas y de la regulacin keynesiana nacional de laspolticas pblicas. Esa configuracin histrica fordista hizo crisis mundialhacia la mitad de los aos setenta. Se inici entonces el proceso dereorganizacin capitalista que, en congruencia con los nombres y el tipode anlisis, aunque ciertamente de manera muy' vaga, ha sido denominadocomo "posfordista". Tanto el fordismo como el posfordismo, en conclu-

    4 Joachim Hirsch, Regulurion theon and ru uplicahlluy la siuducs nn l lohulirwion andsocial chanye.Dinamarca . Aalborg lJniscrsq., Working Paper , nm. 49. 1995. p. 4.

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    sin, son pocas y configuraciones histricas perfectamente diferenciadasdel desarrollo del capitalismo.5

    Pero sin duda el anlisis sera incompleto si a todas estas diferencia-ciones conceptuales e histricas no se le agregara la cuestin de losregmenes polticos. En efecto, una misma configuracin socioestatal,puede asumir distintas formas polticas de expresin segn los pases, lastradiciones culturales, la posicin geogrfica, el tipo de organizacinpoltica prevaleciente tanto en lo que respecta a los trabajadores del campoy la ciudad, como tambin a las lites y los grupos dominantes. En fin,que en unos lados puede existir, digamos, un Estado fordista con rgimenpoltico democrtico liberal clsico, mientras en otros lugares puedeprevalecer el mismo tipo de Estado fordista pero con un rgimen polticoautocrtico. Precisamente en este punto, Hirsch se distancia de la teorade la regulacin e inicia un intento por completarla con una formulacinrigurosa de las formas polticas institucionales de concrecin de losdistintos modos de regulacin. Esto lo hace en su ensayo "Politische Form,politische Institutionen und Staat", aparecido apenas en 1994.6

    Como puede verse, el abanico de temas que aborda la obra de Joa.chimHirsch es amplio pero su eje articulador sigue teniendo en la crtica surasgo esencial. Esta visin puede ser de gran utilidad para comprender lanaturaleza de los cambios de este fin de milenio. Evidentemente despusde revisar las diversas contribuciones analticas del autor alemn, ya noes tan fcil seguir aquellas versiones que explican el mundo de hoy comoel resultado del triunfo de la democracia sobre el comunismo, o, en el otroextremo, como el producto de la aplicacin del "neoliberalismo". Tampo-co es tan sencillo seguir creyendo en la leyenda del fin de la historia o enaquella de la crisis de los paradigmas. Antes bien, la visin de Hirsch nosconduce a reflexionar en trminos de la propia lgica y esencia delcapitalismo, de sus contradicciones y de sus formas institucionales deexpresin.

    El Departamento de Relaciones Sociales de la Universidad AutnomaMetropolitana-Xochimilco, con la edicin de este libro, pretende contri-buir al debate fundamentado acerca del mundo actual. Con l deseamos

    5 Este es el tema central del libro que Hirsch realiz junto con Roland Roth, Das neue Ge.sicht desKapilalisrrttes Voni Fordi.smus--un, Post-Fordismus , Hamburgo . VSA-Verlag, 1986.

    6 Josef Esser , Christoph Gt1rg, Joachim Hirsch (Hrsg .). !'ohtik . lnstiturionen und Staat . Zur Kritik derRegularionstheorie. Hamburgo , VSA-Verlag, 1994.

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    llenar, aunque sea modestamente, aquella laguna de la ausencia de traduc-ciones al castellano de los trabajos de Joachim Hirsch a la que nosreferamos al principio y que nos ha dejado sin conocer una de las msprofundas explicaciones de los cambios en el mundo actual. La primeraparte del libro se forma con cinco breves ensayos que fueron presentadospor su autor en distintos lugares; el primero fue traducido del ingls porGabriela Contreras Prez, y los otros cuatro han sido traducidos directa-mente del alemn por Sandra Kuntz Ficker. La segunda parte del librocontiene la traduccin al castellano -hecha por Ulrich Schmiedel y corre-gida por m- de los textos de las cuatro sesiones del curso Globalizacin,capital y teora del Estado, que el doctor Hirsch imparti en la Universi-dad Autnoma Metropolitana-Xochimilco los das 4, 5, 6 y 7 de diciembrede 1995. Stephen Hasam tradujo, en aquella ocasin, del alemn alcastellano. Habra que agregar que Hirsch acept nuestra invitacin aimpartir ese curso y, en un verdadero gesto de solidaridad, no cobr. Fueun curso gratificante porque cont con la asistencia permanente de unasciento veinte personas . Aunque los textos del curso , por obvias razones,dejaron de precisar y desarrollar con amplitud algunos aspectos y temas,en conjunto s brindan, con sencillez y claridad, lo fundamental de lasideas de nuestro autor. Ojal el libro que presentamos contribuya a adoptarposiciones crticas que tanta falta hacen en estos tiempos tan complicados.Si tal acontece, creo que el autor y nosotros mismos nos daremos porsatisfechos.

    Por ltimo, quiero agradecer a Alberto Padilla Arias, su apoyo tanto en larealizacin del curso arriba mencionado como en la publicacin del libro.

    Tambien estoy en deuda con Salvador Gonzlez Vilchis por la escrupulosarevisin de las diferentes pruebas del texto; con Fabiola Ascencio por surapidez y eficiencia en la formacin tipogrfica del libro; y con RutilioHilario, Gabriel Hilario y Cristina Canseco por su apoyo durante los ltimosmeses.

  • I. El Estado fordista de seguridady los nuevos movimientos sociales

    1Este ensayo fundamentalmente trata de encontrar la posibilidad de un mayoralcance de la teora poltica marxista , que ha estado estancada en AlemaniaOccidental desde el fin del denominado "debate derivacionista del Estado".Aqu se presenta una versin condensada de las proposiciones y resultados demi libro Der Sicherheitsstaat (1980), que combina las categoras estructura-listas del "Estado derivacionista " con la teora del desarrollo histrico de lasociedad capitalista . Esta combinacin me ha posibilitado proceder desde unateora poltica general (y por tanto abstracta ) hacia un concepto ms til parael anlisis de los cambios actuales en el aparato poltico ; ello es esencialpara la practicabilidad y relevancia poltica de la teora.

    Este ensayo est orientado hacia la problemtica poltica que en algngrado es especfica para el escenario poltico de Alemania Occidental: latransformacin del Partido Social Demcrata de una organizacin refor-mista con bases trabajadoras en un partido de Estado altamente burocra-tizado; la emergencia de una forma poltica neoliberal autoritaria; elcrecimiento de aparatos de vigilancia y la cada del movimiento obrerotradicional . Simultneamente han emergido nuevas formas de movimien-tos y conflictos sociales tales como el movimiento ecologista, el movi-miento feminista y el denominado movimiento "alternativo ", los cualesno coincidieron con el tradicional esquema marxista . Al principio de esteproceso , en los sesenta , el debate marxista se concentraba fuertemente entorno de la crtica de la ideologa , orientada a revelar los fundamentosmateriales de las ilusiones prevalecientes sobre el Estado de clases neutralyen explicar el curso de la transformacin del sistema democrtico liberal.Irnicamente , todo esto suceda no bajo un rgimen conservador sino bajola socialdemocracia.

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    El "debate del Estado derivacionista" en Alemania Occidental se ubicabsicamente en este contexto.' El defecto de este acercamiento terico fueque se concentraba casi exclusivamente en las caractersticas estructura-les, generales, de la sociedad capitalista. Era, por tanto, incapaz de darcuenta de algunas de las transformaciones fundamentales histricas deesta sociedad, los cambios en las formas de la produccin de plusvalor,de la estructura de clase, de la internacionalizacin del capital y de lasocializacin en general.

    El presente bosquejo trata de determinar las estructuras polticas durantela fase "fordista" del capitalismo que bsicamente se estableci despus de lasegunda Guerra Mundial. Esta fase est caracterizada por un intenso modo deacumulacin capitalista basado en el cambio del patrn de produccin de valora aquel que crea plusvalor relativo. Esto descans en la produccin tayloristamasiva de bienes de consumo duraderos (por ejemplo, la produccin deensamblado en lnea de Henry Ford); relativamente altos salarios, la emergenciade la franca polarizacin entre trabajadores calificados y no calificados, eltrabajo "taylorizado", la expansin del Estado interventor incluyendo un altogrado de regulacin administrativa de la reproduccin del trabajo (seguridadsocial, salud, educacin). El fordismo entonces, denota una secular oleada deacumulacin capitalista expandida, por la cual la reproduccin del trabajo seconvierte en la esfera central de la valorizacin del capital. Una consecuenciade todo esto es la divisin, mediante la capitalizacin, de toda la sociedad (laforma mercanca de las relaciones sociales, el individualismo y la desintegra-cin social). Polticamente, esto incluye la emergencia del reformismo social,el keynesianismo y el control en masa de las burocracias. El fordismo, por tanto,es ms que una forma de produccin y reproduccin material (el taylorismo aslo hace). Esta es una forma histricamente distinta de la formacin socialcapitalista con sus propias caractersticas econmicas, polticas y sociales. Enel presente, el fordismo se enfrenta a una profunda crisis econmica y poltica.Los aspectos de esta crisis y de la estructura poltica que podran desarrollar unmodelo de socializacin "neofordista" sern discutidos por separado.

    IIA fin de entender los cambios en boga concernientes al carcter del Estado,uno debe tener en mente que aunque las estructuras fundamentales del

    1 J. Holloway y S. Piccioto ( ed.), Siate and capital, Londres, Edward Arnold, 1978.

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    capitalismo han sido histricamente consistentes , varios cambios o modi-ficaciones han ocurrido en el modo de produccin dentro de esta formacin.La realidad histrica del capitalismo no puede ser entendida como la solaexistencia de una estructura , sino como un proceso de realizacin de estaestructura. Este proceso an no ha llegado a su fin y no terminar en tantoel capitalismo exista. Por tanto, el Estado burgus slo puede ser referidoen una forma muy abstracta.

    Una teora del Estado ha de estar sustentada en la teora histrica dela formacin de la sociedad y sus cambios . Tal teora no existe en formadesarrollada . Incluso la crtica de la economa poltica de Marx slo puedeser vista como la base para esto. Si se revisa el pensamiento marxistacontemporneo parece razonable usar algunos acercamientos concernien-tes a la internacionalizacin del capital, como el desarrollado en el debatefrancs .2 En este debate no hay una teora del Estado en sentido estrictosino un anlisis que aborda la teora marxista de la acumulacin y la crisisconcerniente a las tendencias seculares en las condiciones de produccin,reproduccin y socializacin . Empero, esto puede ayudar para el anlisisdel Estado , como describir brevemente.

    Bsicamente debemos partir del principio de que el capital nunca sereproduce por s mismo bajo idnticas condiciones sociales . Debido a latendencia a la baja de la tasa de ganancia , el capital est continuamenteforzado a invertir esta tendencia . Como lo mostr Marx , la dinmica delplusvalor relativo en la produccin del valor son esenciales en el mante-nimiento de la explotacin. Esto no es slo un desarrollo permanente delas fuerzas productivas sino tambin , al mismo tiempo , una total revolu-cin de las estructuras sociales dentro del modo capitalista de produccin.En particular, hay una permanente capitalizacin en todas las esferasde la vida , una revolucin de la divisin del trabajo a escala mundialy la generalizacin del trabajo asalariado. Esto resulta , por ejemplo, enla abolicin de la mano de obra , de la produccin domstica, de lasrelaciones sociales y formas de vida precapitalistas , con la consiguien-te movilidad forzada y urbanizacin. Producir bsicamente para lasnecesidades individuales fue reemplazado por una escala expansiva debienes y servicios producidos por medio del sistema capitalista. Estodeviene en una mercantilizacin de las relaciones sociales como una forma

    2 Idem.

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    de vida volvindose determinada principalmente por las ofertas comercialespara bienes y servicios. Ms an, el ritmo capitalista de disciplina del tiempoy el trabajo se convierte en factor concluyente en la esfera de la reproduccin.

    El contexto de socializacin en el capitalismo metropolitano avanzado,que la teora francesa denomina'fordismo", resulta del forzado desarrollo delcapitalismo debido a la crisis y la lucha de clases. Esto se basa principalmenteen el hecho de que la produccin taylorista de mercancas en masa se haconvertido en una esfera importante de realizacin para el capital; a que eltrabajo social toma la forma de trabajo asalariado y a que la reproduccinmaterial y fsica se hace ms dependiente de la produccin capitalista debienes y servicios. Prevalece solamente en Europa Occidental desde media-dos del siglo xx; este desarrollo ha sido una condicin de posibilidad esencialpara el alto incremento de la productividad laboral, para un relativo decre-mento en el valor de la fuerza de trabajo con la resultante estabilidad de largoplazo de la tasa de ganancia. Las consecuencias sociales de este modo deacumulacin difcilmente pueden ser sobreenfatizadas.

    Esto result en una tendencia hacia la completa fragmentacin social,en muchas esferas sociales diferentes . La destruccin de las vas tradicio-nales de produccin y formas de vida reemplazaron el buen funcio-namiento social de la comunidad mediante una conglomeracin detrabajadores y consumidores aislados, atomizados (el aislamiento de lossuburbios puede ser tomado como ejemplo). La movilidad geogrfica yprofesional forzada, ambas con un proceso permanente de descalificaciny recalificacin , conducen a la desintegracin de las relaciones concer-nientes a la vecindad , la profesin y de parentesco . La intensificacin deltrabajo junto al simultneo y constante desempleo es una presin en laperiferia de los mercados laborales, al igual que la enfermedad y la forzadadesaparicin de los recursos con orientacin social . El ncleo familiaraislado y al mismo tiempo involucrado con demandas emocionales com-pensatorias, no slo pierde su habilidad para asegurar la reproduccinmaterial para la vejez y la enfermedad, sino que ste tambin falla comouna institucin de socializacin para ayudar a los adolescentes a tenerxito , dada la creciente dificultad de desempear un rol tan flexible comoes el de ser trabajador til y adems , consumidor.

    Lo anterior indica una diferencia esencial de las fases previas deldesarrollo capitalista . Al inicio de la industrializacin , el capital podaevolucionar mediante el crecimiento de las estructuras sociales "precapi-

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    talistas" existentes y por las condiciones del medio ambiente (poblacinrural como reserva para el trabajo, la familia como seguridad social, lanaturaleza como fuerza libre de produccin). Mediante su avanzado desa-rrollo, el capital disuelve y destruye estas condiciones naturales. Significaque el establecimiento de condiciones bsicas de produccin, del hombrey de la naturaleza deben convertirse en un asunto de la regulacin socialorganizada. Se ilustra con el reemplazamiento de las formas tradicionalesde familia, vecindad o de comunidad basadas en la reproduccin social,tales como la ayuda mutua en caso de enfermedad o desempleo, o elcuidado de los nios y de los ancianos, mediante sistemas de seguridadsocial, pensiones, hospitales, escuelas y toda una gama de serviciosterapeticos y de burocracia social. Otro ejemplo es la creciente necesidadde la regulacin estatal en la explotacin de los recursos naturales comoel agua y el aire.

    Esto concierne a la provisin de un contexto material de reproduccin,donde no slo el proceso inmediato de realizacin del capital tiene que seradministrado y regulado polticamente, sino tambin, en gran medida, elproceso de reproduccin de la fuerza de trabajo. En este caso el sistemade seguridad social, ciertamente, no tiene el carcter de beneficio, sinoque es ms bien una necesidad estructural a causa de las cambiantescondiciones de socializacin. Por tanto, el Estado de bienestar no es sloresultado de la lucha de clases, sino tambin es constituyente estructuralde la forma fordista de socializacin. De modo similar, esto tambin escierto para el ajuste social de los individuos y su condicionante social ascomo la previsin de "desvos" con la ayuda de un complejo aparato demedios burocrticos. La gnesis del sistema de educacin moderno, bajoun fuerte control poltico, puede ser tomado como ejemplo para demostraresta relacin: la desintegracin social y el establecimiento del trabajoasalariado requieren una agencia de control especial que no slo enseeciertas calificaciones sino tambin controle el acondicionamiento socialde los jvenes. En tanto la familia, la comunidad y el vecindario pierdensu influencia, stos son reemplazados por instituciones como la polica,la escuela y el trabajo social.

    Adems, el desarrollo capitalista lleva a la desintegracin de lasrelaciones que inicialmente fueron fundadas y mantenidas en un modocuasinatural por las formas de vida tradicionales y de mercado. Ahorastas tienen que ser generadas por el control y la regulacin burocrticas.

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    Esta es la base ms esencial del `Estado fordista de seguridad': Es unEstado de seguridad en un doble sentido: en tanto garantiza tanto lasupervivencia material de sus miembros, como su ajuste funcional y suregulacin, su condicionamiento social ysu sobrevivencia. Inherente a estedesarrollo est la enorme extensin del sistema burocrtico central de regu-lacin, supervisin y control. Con la ayuda de estos elementos de control, elaparato estatal extiende ms profundamente dentro del organismo social y seenlaza ms de cerca con su estructura social. Esta "estatificacin" de lasociedad es el otro lado de la desintegracin fordista. Por tanto, noaccidentalmente , la as llamada crisis de la familia es seguida por unacreciente red de ayuda e impulso de instituciones de educacin y supervi-sin, desde el trabajo social hasta la polica juvenil, desde las escuelashasta las cortes.

    La emergencia histrica del Estado de seguridad en ese doble sentidode "Estado de bienestar" y "Estado de sobreviviencia" dentro del capita-lismo de los pases avanzados , sin embargo , se ha desarrollado en unaforma indita . ste est ms desarrollado en Europa Occidental, especial-mente en Alemania Occidental , que en Estados Unidos o Japn . Esto es acausa de las diferencias en toda una serie de condiciones histricas: eltradicional predominio de la administracin estatal, la forma e intensidadde los conflictos de clase, la organizacin poltica del trabajo, la disponi-bilidad de los recursos naturales , etctera . Un factor decisivo en estedesarrollo indito podra ser la relativamente dbil posicin de los pases deEuropa del Este dentro del contexto de la competencia inter - imperialistadespus de la primera Guerra Mundial. Se forz , as, una firme organizacinestatal del desarrollo de las fuerzas productivas, incluyendo la reproduc-cin del trabajo y la regulacin de los conflictos sociales.

    El trmino "Estado de seguridad ", por tanto , implica un modo deorganizacin social el cual no puede ser suficientemente descrito por lostrminos tradicionales de "Estado intervencionista" o "Estado de bi.enes-tar". Estas expresiones son menos ciertas ahora que nunca , pues el Estadointerviene desde fuera en distintos procesos autorregu1adores. Imaginartal relacin entre el Estado y la sociedad es, ya, un anacronismo . El Estadose ha convertido en un momento esencial de operacin y un componentecentral de la reproduccin social , penetrando la sociedad en todas susdivisiones . Significa tambin que la poltica tradicional y las institucionesestatales han padecido profundos cambios tanto en su carcter corno en

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    su significado social. Ahora, el parlamento, las burocracias estatales y lospartidos polticos no representan lo que fueron algunas dcadas atrs.

    Para resumir lo que se ha dicho anteriormente: a fin de asegurar larealizacin del capital, la necesidad de capitalizar la sociedad es inherentea los procesos histricos de acumulacin. Esto no slo significa undesarrollo de las fuerzas de produccin en trminos capitalistas; tambinrequiere un profundo cambio en la divisin del trabajo, en las relacionesde clase y, en general, en las relaciones sociales. Dentro de la estructuracapitalista, por tanto, tenemos que reconocer un cambio en el modo deproduccin. ste se basa en la destruccin de las condiciones capitalistasnaturales y sociales. Para conseguir estas condiciones (en trminos capi-talistas), una organizacin social (una particular forma de Estado) es ahoranecesaria. La estatizacin resultante de la sociedad cambia completamenteel carcter del Estado, en tanto ste no puede ser visto como una superestruc-tura represiva e ideolgica. Se convierte entonces en un medio constitutivode las "bases" de la vida social misma . Tambin significa, sin embargo, quelas viejas ideas de la "destruccin" revolucionaria del Estado tienen que serrevisadas. El proceso de revolucin tiene que ser pensado de un mododistinto. Al mismo tiempo, las viejas nociones que previamente describieronformas del Estado burgus, tales como el parlamentarismo, fascismo, etcte-ra, ya no son suficientes. El "Estado de seguridad" ha emergido como unanueva forma histrica. En un cierto sentido este es, simultneamente, unEstado posfascista y un Estado posdemocrtico, y por tanto la lucha de clasestiene lugar ahora en un sitio diferente.

    IIIEste proceso de cambio histrico en el modo capitalista de socializacintiene que ser tomado en cuenta a fin de entender la autonomizacin delEstado o la organizacin de las relaciones capitalistas de clase por la vadel aparato de Estado3 y para realizar las contradicciones resultantes queson relevantes polticamente. Es muy dificil, sin embargo, combinar lasproposiciones de la creciente "estatificacin" de la sociedad con el concep-to de "autonomizacin" en el debate derivacionista del Estado. Como lo haenfatizado Poulantzas, y lo ha desarrollado el debate derivacionista del

    3 Nicos Poulantzas, Slaalslheorie. Polifischer 1herhau, ldeologie, sozialisi,sche Demokratie. Berln,1978.

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    Estado en Alemania Occidental, la "autonoma relativa" del aparato estatal,y su respectiva "separacin" es una presuposicin fundamental de lareproduccin de toda sociedad capitalista. Solamente un aparato estatalseparado es capaz de producir los requisitos generales de la produccin yreproduccin capitalistas ms all de la esfera inmediata de la competenciay de la explotacin. Significa que el aparato estatal no puede tener cone-xiones fijas o una identidad con clases particulares o fracciones de clase.La teora del capitalismo monopolista de Estado, dicho sede paso, tiene suerror ms grande en este punto. La tendencia a la estatizacin, esto es, lapenetracin de la sociedad por el Estado o los aparatos estatales parece estaren contradiccin con esta necesidad estructural.

    Sin embargo, no debera ser visto como una inadecuacin de la teorasino como una expresin de las contradictorias tendencias sociales quedeben manifestarse en conflictos sociales especficos, los cuales, a su vez,no deben ser entendidos sin esta contradiccin . Se puede entonces esperarque el modo de hacer compromisos entre las facciones del capital, en tantoste es mediado por va del aparato estatal , y la forma de integracin delas clases oprimidas y explotadas, tomar nuevas formas en el procesohistrico y por tanto producir nuevos niveles de conflicto social. Msan, sera interesante analizar en esta lnea , la contradiccin concernientea la separacin y homogeneizacin del aparato estatal tal como lo indicPoulantzas. Esta contradiccin, que asume la forma de creciente supervi-sin y control por las agencias de seguridad, conduce a mayores conflictosdentro de los aparatos polticos.

    El aparato de Estado capitalista como un todo , mantiene su separacinmediante su propia segmentacin dentro de una multitud de diferentesrelaciones burocrticas y organizaciones polticas, cada una con interre-laciones especficas con clases particulares y con fracciones de clase. Laseparacin del Estado se basa en una coordinacin ms bien perdida deesta multitud segmentada. La emergencia del Estado de seguridad vienejunto con una slida homogeneizacin del aparato estatal ; de ello resultauna disminucin de la autonoma relativa de organizaciones particularesdel sistema poltico. Consecuentemente, por ejemplo, las agencias deseguridad se convierten crecientemente en `Estados dentro del Estado' y,en el sistema parlamentario , el conflicto estructural emerge entre el`partido dentro del gobierno' y el `miembro del partido', especialmente enel caso de los partidos socialdemcratas, los cuales producen conflictos

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    en el interior del partido ms fuertes y permanentes . Sin embargo, losprincipales aspectos concernientes a los cambios actuales en el sistemapoltico deberan ser ilustrados : la transformacin de los sindicatos, lospartidos y el concomitante desarrollo de una nueva estructura corporativa,tanto como los cambios en el terreno de los conflictos sociales . Aunqueno hay espacio para un anlisis detallado, trazar un pequeo esbozo conpreguntas que pudieran conducir a una investigacin posterior . A pesar deque alude principalmente a los procesos de Alemania Occidental , ciertosaspectos son tpicos de todos los pases capitalistas avanzados.

    La transformacin de los partidos polticos en cuasi aparatos de Estadoest basada principalmente en la restructuracin fordista de la sociedad.A causa de la creciente capitalizacin de la sociedad , cuyo resultado es ladesintegracin social , la destruccin de las tradicionales comunidades detrabajadores , la diferenciacin y fragmentacin dentro de la clase trabaja-dora , el surgimiento de una "nueva clase media " y una movilidad forzada,los partidos se transformaron de organizaciones para los intereses polticosde clase en aparatos burocrticos e integradores de masas . En contraste conlos tradicionales partidos polticos (tanto burgueses como obreros), estosnuevos partidos estn caracterizados por un separacin distinta de lasrelaciones sociales y de la experiencia (descenso de las actividades delos miembros en los niveles ms bajos de la organizacin , desaparicinde la "vida social del partido", especialmente en los partidos obreros),y el simultneo crecimiento de la burocratizacin . El moderno partidode masas aparece como un aparato cuasi estatal con un alto grado decentralizacin , dominado por lites burocrticas y, al mismo tiempo, estcaracterizado por una base social y un programa muy nebulosos ("partidosdel pueblo '). Los rasgos tpicos incluyen grandes privilegios jurdicos (ele-vndolos a rganos constitutivos ) as como el creciente financiamientopblico, el cual , a su vez , conduce a una mayor alineamiento de susmiembros . Este desarrollo no puede ser explicado siguiendo a la sociolo-ga de las organizaciones formales ; ms bien se basa en los cambiosfordistas arriba mencionados en la socializacin y la estructura de clases.

    Este cambio en la estructura del sistema del partido se basa ms bienen el hecho de que , debido a una creciente competencia en el mercado detrabajo , el proceso de la restructuracin social y econmica debe serperfeccionado con medios administrativos . La meta de las polticas esta-tales en la mayora de los pases capitalistas avanzados es ganar ventajas

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    competitivas en el mercado mundial para sus economas nacionales. Losesfuerzos hechos en este sentido no slo conciernen a polticas sectoriales(por ejemplo, la promocin de la tecnologa ) sino en gran medida seconvierten en similares a las polticas estructurales abarcando toda lasociedad . Los cambios en la divisin internacional del trabajo , y en lascondiciones de realizacin del capital , influyen las decisiones de la pol-tica nacional ms directamente en todos los niveles; igualmente , el domi-nio del mercado mundial conduce hacia la reduccin del mbito de latoma-de-decisiones dedos gobiernos "nacionales".

    Entonces , las cambiantes funciones de los modernos "partidos integra-dores de masas" parecen ser claras: no funcionan ms en el sentidotradicional , articulando y mediando intereses de grupo diferentes y opues-tos en la gestin y la toma de decisiones polticas . Ms bien stas operancomo agentes reguladores y de transmisin entre la burocracia estatal y lapoblacin afectada por estas medidas . A fin de estabilizar la dependenciaen el mercado mundial, los partidos integradores de masas median losaparentes constreimientos a la gente afectada en tanto filtran y canalizanlas demandas e intereses de la gente , hacindolas compatibles con lascondiciones del sistema . El cambio fordista de la sociedad se refleja enlos partidos como una moderna gestin integradora de masas en un doblesentido : su principal base social consiste en relaciones sociales msbien desintegradas , mientras que al mismo tiempo stas son partesconstitutivas de una aparato administrativo de regulacin, el cuan llegaprofundo y muy profundo dentro de la fbrica social ( los partidos enrealidad son una forma esencial de la estatizacin de la sociedad).

    Sin embargo , mientras que sus funciones de control crecen , su radiode accin econmica se vuelve ms restringido . Consecuentemente, laintensificada competencia de las formaciones de capitales nacionales enel mercado mundial limita los alcances de las polticas mediadoras de lasrelaciones de clase . Esto se refiere , por ejemplo , a la preservacin de lossistemas de seguridad social o a las costosas medidas de proteccin delambiente , dentro de una mundialmente abierta tendencia hacia polticasde austeridad . En esta va, los partidos integradores de masas estnforzados a controlar la articulacin de los grupos de inters, a manipularla opinin pblica , a monopolizar las libres vas de organizacin de losgrupos de inters o a obstruir las formas plebiscitarias de la poltica.

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    Estos partidos integradores de masas tienden a concentrar su monopoliopoltico y trabajan ms y ms como aparatos estatales.

    Los sindicatos , a su vez , estn caracterizados por cambios estructuralessimilares . A causa de desarrollos sociales idnticos stos tambin seconvierten , de una forma modificada , en gestoras integradoras de masas.Esta transformacin de sindicatos y partidos polticos es la base de laestructura poltica recientemente surgida como tpico en el debate "neo-corporativo ". Su estatizacin y su habilidad para controlar fuertemente laarticulacin de los grupos de inters , hace capaces , tanto a los partidoscomo a los sindicatos , de unirse para formar una suerte de cartel deregulacin burocrtica as como para establecer una forma altamenteorganizada de polticas sociales contractuales . Con el surgimiento delcartel de regulacin corporativa que consta de los partidos integradoresde masas, las burocracias de los sindicatos, las asociaciones de empleadosy la administracin estatal con amplias funciones de regulacin social yeconmica , ha emergido un nuevo modelo estructural de control capita-lista . Dentro de su estructura, grupos de intereses polticos y econmicoshan crecido dentro de las agencias burocrticas para administrar lasoportunidades . Estos apuntan hacia una forma ms o menos explcita deestablecer preceptos para sistemas polticos , cuyos resultados tienen queser mediados con las respectivas personas afectadas . La representacin delos intereses por tanto gana una nueva forma y un nuevo contenido: aunmediante la sola articulacin de ciertos intereses , la representacin estintegrada dentro de los imperativos de la estabilizacin del sistema, y sedesva sobre varios niveles a travs de la integracin de las organizacio-nes de inters dentro del contexto de la regulacin administrativa central.

    Si se observa la exitosa estabilizacin social y econmica dentro delsistema capitalista avanzado , la proposicin puede hacer que este modo"neocorporativo " de regulacin social es precondicin esencial para con-seguir este fin. Por ejemplo , el surgimiento en Alemania Occidental comocentro imperialista dominante en los aos sesenta ("Modell Deutschland')parece haber estado relacionado con el exitoso establecimiento de estruc-turas institucionales y polticas apropiadas . Estas estructuras facilitaronla administracin social y poltica de la transformacin fordista. No haytiempo aqu para referirse en detalle a las condiciones histricas quefueron relevantes para este cambio : la destruccin del movimiento laboralpor el fascismo y la existencia de un tradicionalmente fuerte y eficiente

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    Estado burocrtico. Estas estructuras permitieron la aparicin de varioslogros.

    Primero, la continuidad de la produccin fue asegurada contra lasparos laborales no planeados o las huelgas. Esto era tan importante, comoel rpido desarrollo tecnolgico de la produccin y las complicadascondiciones de la nueva divisin internacional del trabajo. Segundo, lascrisis econmicas pudieron ser negociadas mediante la manipulacineconmica y administrativa; por ejemplo, mediante el traslado de las crisisde realizacin dentro de la esfera de la reproduccin. As, se podramencionar la avanzada destruccin de la naturaleza y el medio ambientecon la ayuda del Estado a fin de abordar lo tocante a los rentables cambiosen la tecnologa de la produccin. Esta estrategia fue apoyada por lossindicatos, en tanto esto garantizaba una base para negociaciones demayores salarios . La pregunta concerniente a la totalidad de las condicio-nes materiales de existencia estaba , por tanto , excluida. Los sindicatoshaban probado ser importantes gestores auxiliares en aplicar el modelofordista de produccin y reproduccin. Tercero, una relativa estabiliza-cin del consumo de masas fue lograda con la simultnea limitacinsalarial y la estabilizacin de las ganancias (siendo el consumo masivola base para la va fordista de realizacin del capital). El moderno cartelde corporacin regulativa en realidad era la base poltica para las polticaseconmicas keynesianas de adecuacin para la realizacin , las cuales nohubieran podido ser establecidas sin los disciplinados sindicatos. Y final-mente, el proceso econmico de restructuracin, definido por el mercadomundial , fue llevado a travs y conducido a la intensificacin del trabajo,al desempleo estructural, a la descalificacin, etctera. Estas consecuen-cias fueron aceptadas por los sindicatos sin tener inters en la estabilidadeconmica del sistema en general y fueron sostenidas con ciertas rnodifi-caciones sociales. En tanto esta clase de modelo "contractual -social" deregulacin social se convirti en la precondicin poltica esencial para elcapitalismo altamente avanzado en trminos tecnolgicos, la importan-cia de los partidos social -demcratas (o partidos similares ) aument.La crisis de estos partidos social-demcratas (en un sentido amplio)por tanto, coincide con la crisis del modelo fordista de socializacin.Ellos han apoyado este modo de socializacin y de acumulacin desde elnew deal en Estados Unidos hasta la era de la reforma en Alemania

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    Occidental (hacia el final de los aos sesenta ), y con esto, estn ahoraenfrentando profundas dificultades.

    IVEl desarrollo que empez con la gran crisis mundial a mediados de lossetenta condujo a la hiptesis de que la fase fordista del desarrollo capita-lista estaba llegando a su fin. Esto se indicaba por la crisis del keynesianis-mo, el desmantelamiento del Estado de bienestar, las fuertes tendencias ala reprivatizacin as como el abandono de las demandas de igualdad social.Los impulsos econmicos y sociales que pudieron resultar de este desarro-llo y las posibles consecuencias para la estructura institucional y funcindel Estado, no pueden ser tratadas en este breve ensayo. Me centrar aquen los momentos especficamente crticos del sistema poltico fordista quepudieran indicar una desintegracin y una transformacin en su modelo desocializacin.

    Estos momentos de crisis resultan principalmente del hecho de que elsistema corporativo de integracin de masas excluye varios intereses queno pueden ser manejados por mucho tiempo dentro del sistema poltico.Un factor importante es la separacin de los aparatos integradores demasas respecto de su base social as como su centralizacin burocrticaEl sistema de aparatos polticos por tanto, deviene inocuo e incapaz derespuesta para los problemas e intereses sociales. Entonces, grandessectores de la poblacin ya no se sienten representados. De aqu que losconflictos y problemas sociales se extiendan fuera de la esfera burocrticade control y percepcin. Mientras la capacidad del aparato poltico pararegular sea restringida por la burocratizacin y la estatizacin de lospartidos y los sindicatos, la capacidad de procesar problemas y la habili-dad de percibir y mediar intereses sociales opuestos, decrece drsticamen-te. Tales problemas y conflictos son rechazados sistemticamente, lo cualsignifica que estos permanecen irresolubles, incluso en una nueva formao bajo un nuevo modelo.

    Ms an, el establecimiento del cartel corporativista de regulacin traeconsigo la tendencia de abrir y fragmentar a la sociedad. Individuos eintereses que son estimados irrelevantes para los propsitos econmicosson sistemticamente excluidos de la sociedad: enfermos y ancianos,gente que no se ajusta, jvenes y trabajadores inmigrantes. El modelo deorganizacin poltica descrito anteriormente aumenta e intensifica esta

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    divisin de la sociedad -causada principalmente por su fuerte integracinen el mercado mundial- dentro de una "moderna" seccin, por un lado, yuna seccin marginal o una periferia interna por el otro. En la primeraseccin encontramos un ncleo social con privilegios econmicos que seencuentra representado a s mismo por el sistema corporativo y que poseecapital tecnolgicamente avanzado, parte de una nueva clase media ytrabajadores calificados. En la seccin marginal encontramos trabajado-res no calificados, personas discapacitadas y jubilados, aquellas frac-ciones del capital que son maltratadas por los cambios estructurales,los invlidos, los fsicamente impedidos y aquellos que estn desgas-tados para el proceso de trabajo. Al mismo tiempo, los intereses noproductivistas -como aquellos que demandan un medio ambiente saluda-ble o en ecologa natural- son marginados y presentados como personasindividuales. Un ejemplo podra ser la justificacin para la destruccin delas ciudades y del medio ambiente natural para apuntalar la seguridad delempleo (como es el caso de las industrias nuclear y de automviles). Aquyacen las bases materiales para la reciente discusin del as llamado"cambio de valores".4 A causa de este desarrollo, los conflictos socialesan resultan del contexto de la explotacin capitalista, aunque no semanifiestan en los marcos clasistas tradicionales. Tales conflictos tampo-co pueden encontrar expresin dentro del sistema de aparatos polticosporque estn estructuralmente excluidos. El sistema poltico est muylimitado en su habilidad de tratar con problemas sociales; la frecuencia deconflictos sociales y de crisis polticas pudieran fcilmente forzar estacapacidad a despecho de la aparente estabilidad externa del sistema.

    Como consecuencia de esta modificada estructura del conflicto socialy poltico, las oposiciones entre los aparatos establecidos (por ejemplo,entre partidos, burocracia administrativa y sindicatos) parecen disminuir.Los aburridos debates polticos pblicos y las poco interesantes campaaselectorales son indicadores elocuentes de ello. Ms an, ahora se presen-tan nuevos niveles de conflicto.

    Primero, conflictos que acontecen entre los aparatos burocrticos y entremiembros dentro de los partidos integradores de masas. Estos conflictos sevuelven ms frecuentes y ms significativos en tanto estos aparatos estn

    4 [id. Ronald Inglehart , The silenr re yolulion ('hunging ialue .s and poli ral slrles among. Princeton.Western Publics. 1977.

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    crecientemente forzados a oponer los intereses de sus miembros y electo-res en tanto ellos atentan contra la estabilizacin del sistema. Las confron-taciones dentro de las distintas alas de los partidos se vuelven msimportantes que la oposicin entre los partidos; conflictos sobre la demo-cracia interna en los sindicatos y el derecho de huelga devienen msimportantes que las rituales y burocrticas negociaciones de mediacinentre las lites de los sindicatos y las asociaciones patronales. Entre msse constrien esos conflictos dentro de las instituciones hegemnicas, yentre las instituciones integradoras de masas menos toleran la disidenciaabierta, ms significativos se convierten estos conflictos.

    Segundo, sigue entonces que un nuevo nivel de conflicto se desenvuel-ve entre el corporativistamente unificado aparato poltico como un todo ylos extrainstitucionales movimientos sociales formados en la oposicin.La rgida y opaca estructura del sistema poltico promueve el surgimientode estos movimientos, los cuales tratan de articular y llevar a cabonecesidades e intereses desatendidos. En tanto stos no corresponden a lanocin establecida de la lgica funcional del sistema, necesariamente ellos(y frecuentemente sin intencin) se oponen a esto. Estos "nuevos movi-mientos sociales" encuentran expresin en muchas iniciativas ciudadanas,en el movimiento ecologista as como en huelgas espontneas o en laocupacin de fbricas.

    Ellos cambiaron la estructura del sistema poltico de dominacin(como producto de las cambiantes formas del modo capitalista de socia-lizacin); implican nuevas formas de expresin y nuevas posibilidades deoposicin entre partes relevantes de la poblacin y el aparato de Estado.En los pases de capitalismo avanzado esta oposicin se expresa por mediodel sentimiento antiburocrtico y el "descontento con el sistema poltico",pero tambin por varios movimientos populares radicalizados ("la segun-da sociedad').

    Como reaccin a estos movimientos sociales emergentes, nuevas for-mas de legitimacin ideolgica tienen que ser encontradas (como posible-mente una reaccionaria movilizacin masiva antiburocrtica), las cuales,paradjicamente son causadas por agentes y ejecutivos de los mismosaparatos polticos (tal es un elemento esencial en la estrategia de Reagan,Thatcher y Strauss). La proteccin represiva de los aparatos estabilizadospor tanto, se vuelve crecientemente importante. Desde este punto de vista, sepuede entender la supresin y criminalizacin de los movimientos ultrade-

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    mocrticos y extrainstitucionales, la rgida sobrevivencia de todo tipo dedesviaciones polticas y sociales as como Berufsiverbote (lo cual significael mantenimiento sistemtico y legal de personas "radicales" fuera del servi-cio civil). Aunque altamente desarrolladas en Alemania Occidental, estastendencias no se deben slo a caractersticas particulares y tradiciones nacio-nales sino que tambin son resultado del avanzado modelo fordisa deorganizacin social y poltica, lo cual ocurre en muchas otras partes.

    Uno tiene que tener en mente, sin embargo, que esto slo era latransformacin de estructuras sociales y la correspondiente forma deorganizacin poltica que tena que llevar al surgimiento de estos nuevosmovimientos sociales, lo cual nos conduce a desplegar nuevas ideas deemancipacin poltica, social y de desarrollo. El Estado de seguridad portanto, no es tan fuerte como parece. Empero, estos movimientos son muyambivalentes y difusos en trminos de ideologa y es difcil establecer sucarcter social. No se puede ignorar que los movimientos alternativos,*podran funcionar como un momento de la estabilizacin integradora dela divisin fordista de la sociedad y por tanto probar ser un correlatofuncional para la regulacin corporativa. Precisamente, se debiera argu-mentar que sus tendencias inherentes de desestatizacin, cuto-administra-cin y representacin directa de intereses pudieran ser vistas como uncontra-movimiento estabilizador para garantizar la autonomizacin quede otra forma podra ser afectada por el avanzado proceso de estatizacinfordista.

    No hay predicciones seguras que hacer respecto de las certidumbresrevolucionarias -ahora aun menos que antes. Sin embargo, debemos recono-cer que, con el desarrollo de la sociedad capitalista y con sus cambiosestructurales, los conflictos y antagonismos inherentes han cambiado suforma, sus agentes y su curso. Por tanto, tenemos que decir adis a algunasconcepciones anacrnicas de poltica y la lucha de clases. An ms, debe-mos iniciar la comprensin de las tendencias del desarrollo social y delos cambios dentro de las formaciones capitalistas. Slo entoncespodramos entender la relevancia de los movimientos, los conflictos ylas condiciones para las polticas social-revolucionarias en la sociedadactual, y slo entonces estaremos listos para la accin poltica.

    Tambin conocidos como contractuales [N. del E.].

  • II. Estado nacional , regulacininternacional y la cuestin

    de la democracia

    Con la cada de la Unin Sovitica se derrumb tambin el orden mundialque haba determinado las relaciones polticas globales en el siglo XX. Losgrandes bloques que acuaron el modelo de orden internacional se encuen-tran en descomposicin. Con ello tambin las instituciones econmicas ypolticas internacionales, incluidas las Naciones Unidas, se colocan frentea condiciones completamente modificadas. Al mismo tiempo, los resucita-dos movimientos nacionalistas no pueden llamarse a engao sobre el hechode que el sistema estatal existente es cada vez ms incapaz de superar lasvastas crisis sociales, econmicas y ecolgicas. A travs de una serie dedesarrollos el Estado nacional moderno, en tanto espacio econmico, socialy poltico relativamente unificado y cerrado, es cada vez ms puesto encuestin.

    Estas revoluciones se encuentran en conexin con la crisis del fordis-mo, esto es, de la formacin capitalista que se haba constituido desde losaos treinta bajo el dominio de Estados Unidos y bajo las condiciones delconflicto Este-Oeste (Aglietta, 1976; Boyer, 1986; Lipietz, 1987; Hirsch,1990). El modelo de sociedad fordista se caracterizaba por el imperio dela produccin en serie tayloriana y del consumo de masas, as como porel despliegue del Estado social y de la intervencin estatal keynesianatendiente al crecimiento y al pleno empleo. Su modo de acumulacinorientado al desarrollo del mercado interior velaba por una fase de pros-peridad sostenida. Junto con el sistema de regulacin monetaria y credi-ticia internacional garantizado por Estados Unidos sobre la base de laConferencia Bretton-Woods, ste garantizaba un espacio de accin relati-vamente amplio para una poltica social y econmica nacional inde-pendiente. Con ello pudo desarrollarse un sistema capitalista global que

    [37]

  • pese a las enormes diferencias nacionales y regionales se caracterizaba porciertos rasgos y tendencias de desarrollo comunes y dispona de un contextode regulacin internacional relativamente funcional. Esta fue al mismo tiem-po la base para una progresiva internacionalizacin del capital.

    Las causas de la crisis de este "fordismo global" que sobrevino en losaos setenta no pueden ser expuestas aqu en detalle. Debe tenerse pre-sente, con todo, que la internacionalizacin del capital contribuy demanera esencial al derrumbe final del sistema de regulacin fordista. Conella se vincularon, tanto en el plano nacional como en el internacional,procesos de "desregulacin" que se reforzaron recprocamente (Hirsch,1993). Esta transformacin global obliga a una revisin profunda de losconceptos polticos tradicionales. Se pone en cuestin sobre todo la vincula-cin histrica entre Estado nacional, democracia y derechos humanos.

    I

    La globalizacin de las relaciones de capital se expresa en la liberalizacinde los mercados de mercancas, dinero y capitales, en la creciente movi-lidad de alcance mundial de la fuerza de trabajo, incluidos los movimien-tos migratorios de fuga que se vuelven cada vez ms grandes, en laconcentracin y aceleracin de las redes de comunicacin, as comoen la internacionalizacin de la produccin bajo el monopolio deempresas multinacionales. El solo hecho de que una parte significativa deltrfico internacional de mercancas consista en suministros internos de losconsorcios multinacionales, arroja una luz sobre el significado actual delas economas "nacionales". La flexibilizacin global del capital agudiza lacompetencia internacional y socava las relaciones de dominacin y depen-dencia tradicionales. Por ltimo, las inminentes catstrofes ecolgicas dealcance mundial muestran que los efectos destructivos del modo de pro-duccin capitalista industrial hace mucho tiempo que no pueden ser supe-rados desde el horizonte de la nacin. Esta dinmica transforma el mapamundial en un tempo cada vez ms acelerado: estados e imperios sedesmoronan y sus restos intentan integrarse en un nuevo contexto decooperacin y dependencia. Los conflictos de nacionalidades en EuropaOriental y en los Balcanes son, en este momento, los ejemplos mssobresalientes de ello.

    Con esto de ninguna manera desaparece el Estado nacional, perotransforma su carcter y su significado (Ziebura, 1992). Las transforma-

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    ciones estructurales del capitalismo global han recortado drsticamente elmargen de intervencin econmica y sociopoltica aun de los estados msgrandes y poderosos. La liberalizacin del trfico de capital, de mercan-cas y de prestacin de servicios somete a las polticas nacionales cada vezms directamente a la dinmica del mercado mundial y a las estrategiasde los consorcios internacionales. Ante la competencia internacional quese intensifica y la creciente flexibilidad del capital global, la "poltica deposicionamiento", es decir, la creacin de condiciones ptimas de apro-vechamiento del capital en el marco estatal-nacional, se convierte en unaprioridad poltica decisiva. Esta es una causa esencial del fracaso de losmodelos de regulacin del Estado social keynesiano que se haban confi-gurado en los centros capitalistas en la era del fordismo tras la segundaGuerra Mundial. Y aqu encuentra tambin su base material el triunfo delas doctrinas neoliberales.

    Ello tuvo importantes consecuencias institucionales para los sistemaspolticos de los pases capitalistas desarrollados. El fracaso del modelo deregulacin "keynesiano" que se caracterizaba tendencialmente por un altogrado de intervencin estatal de direccin macroeconmica, sindicatos fuer-tes, corporativismo de la participacin social e integracin de masas ms allde las clases a la manera del Estado social, es un fenmeno general. Aqutiene sus races la crisis histrica de las socialdemocracias europeas. Pero almismo tiempo, la poltica econmica neoliberal se muestra igualmente inca-paz de cumplir sus promesas de prosperidad. Cada vez ms crecen lasdesigualdades sociales, los procesos sociales de exclusin y marginalizacinincluso en las metrpolis desarrolladas. La incapacidad de garantizar condi-ciones econmicas y sociales de desarrollo relativamente homogneas dentrode las fronteras nacionales estimula procesos nacionalistas de deslinde y movi-mientos polticos regionalistas. La tendencia a la regionalizacin y re-naciona-lizacin coincide con los intentos de crear unidades poltico-econmicascomprensivas (Europa Occidental, Norteamrica), que deben entenderse comoreaccin ante el debilitamiento del Estado nacional tradicional. Pero ellasamenazan al mismo tiempo con fracasar precisamente a causa de estas tenden-cias econmicas y sociales hacia la heterogeneizacin.

    II

    Cuando del sistema internacional se trata, debe hablarse acerca de losfundamentos sociales y el significado histrico del Estado nacional moder-

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    no. Y se requiere una explicacin de por qu todos los intentos por crearinstituciones polticas internacionales ms fuertes con competencia propiapara regular e intervenir, o tan slo la idea de un "Estado mundial"comprensivo, siempre fracasan de nuevo en virtud de la composicinestatal-nacional de la sociedad mundial.

    Entre el surgimiento del Estado nacional centralizado y burocratizadoy el despliegue del capitalismo no existe por cierto una relacin decausalidad, sino una estrecha conexin. El espacio nacional-estatal deli-mitado desde fuera y controlado centralmente cre las condiciones no slopara el surgimiento de economas capitalistas cerradas y fuertes. Tambinconfigur el terreno en el que la lucha por la democracia y el Estadode derecho poda desarrollarse y ser relativamente exitosa. Esta. rela-cin estuvo marcada por enormes contradicciones, lo que se manifiestano slo en la relacin siempre conflictiva entre los principios demo-crticos y las relaciones capitalistas de produccin. Orientacionesnormativas fundamentales -la igualdad de todos los hombres, la forma-lidad jurdica de las relaciones sociales, la libertad general y lavalidez de los derechos humanos universales-permanecieron ligadosen su ms inacabada realizacin al Estado nacional y en l encuentranhasta el momento su barrera esencial. Ms all de las fronteras estatalesfueron en gran medida aspiracin y ficcin. Los derechos generales delhombre slo adquirieron sustancia en tanto se convirtieron en derechos ciuda-danos [Staatsbrgerrechte]' dentro del Estado. La relacin de los estados entres permaneci marcada por la dependencia colonial, la violencia y la guerra.La opresin y el dominio de los ms fuertes slo pudieron ser aqucercados institucional y jurdicamente de manera limitada. La vigenciarelativa de los valores democrticos de la sociedad civil se restringia un pequeo nmero de estados econmica y polticamente dominan-tes.

    Que la estructura poltica del capitalismo global es determinada por laexistencia de estados competidores no es slo un hecho emprico. Existensuficientes motivos para suponer que esta relacin -independientementede la configuracin concreta del sistema estatal- constituye una de suscondiciones de existencia y reproduccin fundamentales. De ah que no

    i En alemn se mantiene la ambigedad entre "ciudadano " s "burgus", al designarse ambos comoBurger. Ms adelante el autor har uso de ese doble significado que desafortunadamente se pierde enla traduccin (N. del T.).

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    pueda revocarse sin ms. Ello tiene que ver con que la regulacin de lasrelaciones de clase capitalistas. ha sido posible ante todo mediante la delimi-tacin hacia afuera y a travs de la creacin de una percepcin de los intereses"nacionales" transclasista ligada a sta (Beaud, 1987; 46). La dispersinestatal-nacional de la "sociedad mundial" permite y fundamenta, mediante ladisociacin de las clases, la formacin de coaliciones horizontales queconstituyen el fundamento de todo "equilibrio de compromiso" poltico-so-cial. Los estados nacionales no son simplemente "instrumentos" en manos deporciones de la burguesa global en pos del aseguramiento de ventajascompetitivas (como en Wallerstein, 1985; 17), sino tambin expresin delas coaliciones transclasistas a ellos vinculadas. Es en general vlido que laorganizacin poltica estatal-nacional descansa en vinculaciones y disocia-ciones de clase globales y que al mismo tiempo las consolida.

    La pluralidad de los estados individuales es por lo tanto expresin dela competencia, lucha de clases y constituye en esa medida un rasgoestructural fundamental del capitalismo (Dabat, 1991; 12 y ss.). Ella hapermitido la creacin de mercados parciales asequibles de manera dife-renciada para trabajadores y empresas, y hace posible que el capital,ilimitadamente mvil, opere dentro del contexto poltico-social de regu-lacin estatal-nacional y al mismo tiempo saque provecho de l. Dicho demanera simple, el capital global se beneficia estructuralmente de la "com-petencia por la posicin nacional". Esta competencia, por otra parte,cimienta las estructuras sociales de alianza y compromiso que caracterizanun modo de regulacin nacional. Ello da lugar tambin a conjeturar queel proceso global de acumulacin depende de la existencia de modosde regulacin y acumulacin "nacionales" diferenciados y al mismotiempo referidos unos a otros. El proceso de acumulacin en escalamundial no est ni antepuesto ni subordinado al Estado nacional: antesbien, la acumulacin "global" y la "nacional" constituyen una unidadcompleja y contradictoria.

    III

    Entre la crisis del sistema poltico en los estados capitalistas desarrolladosy la crisis de la regulacin internacional existe una estrecha conexin queenraiza en la progresiva globalizacin del capital. Como el sistema capita-lista mundial est determinado por espacios econmico-sociales diferen-ciados y la existencia de estados nacionales competidores, carece de la

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    coherencia relativa que por regla general distingue a un contexto dereproduccin nacional . El contexto del mercado mundial "is simply theeffect of the interactions between several relatirely autonomous processes,of the provisional stabilized complementarity and antagonism that existsbetween various national regimes of accumulation " (Lipietz, 1987; 25).Por ello el proceso de acumulacin global requiere instituciones y meca-nismos inter y supraestatales propios como presupuesto de un trficointernacional de mercancas , dinero y capital relativamente estable (Mis-tral, 1986; 181 y ss.). Tambin en el plano global la acumulacin de capitaldebe ser hasta cierto punto regulada polticamente, lo que en concretoocurre mediante la cooperacin de los gobiernos nacionales y los bancoscentrales , las instituciones internacionales , las empresas nacionales y mul-tinacionales , los sindicatos y otras agrupaciones . Como sin embargo laregulacin de las relaciones de clase permanece ligada a la forma estatal-nacional y las contradicciones del proceso de acumulacin conducen per-manentemente a conflictos interestatales, los sistemas regulativosinternacionales slo pueden desarrollar una coherencia y densidad restrin-gidas. Son , mucho ms que en el plano estatal-nacional, fragmentarias einacabadas (Robles, 1992; 253 y ss .). La estabilidad de los contextos deacumulacin y regulacin nacionales est as ligada a la existencia de unsistema de regulacin internacional que al mismo tiempo es constantemen-te socavado por ellos.

    La relacin contradictoria de la regulacin nacional e internacionalocasiona que los "regmenes" regulatorios internacionales hasta ahoraslo puedan ser estabilizados en una ms larga duracin cuando songarantizados por un poder hegemnico. Ello vale para la Gran Bretaahasta el inicio de este siglo o para Estados Unidos en la era del fordismo.La hegemona se funda en el hecho de que los estados econmica y poltica-mente dominantes imponen su modelo de estructura y crecimiento comodeterminante . Con ello no slo moldean el contexto de regulacin interna-cional , sino que lo sostienen con sus recursos . Esto implica, llegado el caso,la disposicin para renunciar a ventajas de corto plazo en beneficio de laestabilidad del sistema internacional en el largo plazo . La utilizacin delpoder econmico y militar no es suficiente para garantizar la estabilidaddel modo de acumulacin y regulacin internacional . Esta permaneceligada en lo fundamental a la institucionalizacin de estructuras de com-

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    promiso que tambin conceden una oportunidad de crecimiento y desarro-llo a los pases subordinados y dependientes (Mistral , 1986; 180).

    La decadencia de la hegemona norteamericana desde los aos setentaresulta de la dinmica estructural del sistema fordista de regulacin interna-cional sostenido y controlado por Estados Unidos. Aqulla se origin, no enltimo trmino , en el hecho de que bajo las condiciones de un mercadomundial liberalizado y al amparo de Estados Unidos, los pases de EuropaOccidental y Japn con sus propios modelos "fordistas " de regulacin ycrecimiento ganaron terreno rpidamente y por ltimo pudieron poner encuestin el dominio de la hegemona occidental . Que el fin de la hegemonanorteamericana parezca definitivamente sellado con el derrumbe de la UninSovitica , slo en apariencia es una paradoja . La Unin Sovitica se mostrfinalmente incapaz de tomar parte en la carrera tecnolgica recientementedesencadenada , con la cual los centros capitalistas reaccionaron a la crisis delos aos setenta . Al mismo tiempo , su desaparicin agudiz an ms lacompetencia entre los polos de la "trada" capitalista (Ohmae , 1985). La crisisdel modo de regulacin keynesiano -fordista condujo , tanto en el interior delas metrpolis capitalistas como en el plano internacional , a que las estrategiasnacionales de competencia en el mercado mundial se pudieran imponer cadavez ms libremente sin riesgo para sus condiciones de estabilidad , y a que deesa forma gran parte de la periferia capitalista se encuentre ante una catstrofeeconmica y social.

    Si existen oportunidades para la reconstitucin de un contexto deregulacin internacional estable en el interior de la "trada" resultante, esaltamente incierto . Un punto especialmente crtico es la regulacin de lacirculacin internacional de dinero , que ante la ausencia tanto de un "Estadomundial " como de un poder garante con dominio global, aparece comodifcilmente realizable . Un presupuesto para esto sera una reorganizacinexitosa de la estructura institucional regulativa internacional. Ella permane-cera ligada a la disposicin de las metrpolis dominantes para colaborar enla formacin de una "hegemona cooperativa" de largo plazo. A esto se oponeclaramente , sin embargo , la tendencia a la regionalizacin tripolar del capi-talismo global (cfr. Altvater, 199; Amin , 1992; Garten , 1992).

    IV

    En vista de las transformaciones en la estructura y significado tanto de losestados nacionales como del sistema internacional , tambin la cuestin de

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    la democracia debe ser replanteada. La libertad y la igualdad burguesas, lademocracia y los derechos humanos han sido conquistados en el marco delEstado nacional. En l, en sus formas absolutistas tempranas en Europa, laburguesa hizo valer sus derechos polticos de participacin y el amparoconstitucional contra la arbitrariedad estatal, y con ello cre al mismotiempo la base para su expansin global. La oposicin entre "ciudadano" yburgus", entre libertad e igualdad formales y situacin de clase, siguisiendo fundamental. Las luchas polticas y sociales de los siglos xix, y xxen los pases capitalistas desarrollados remitan sobre todo a este conflicto.Ellas terminaron por superar la exclusin de la clase trabajadora de la'Nacin", y por garantizarle a sta no slo el estatus ciudadano formal, sinomedios de sostn estatal y un mnimo de seguridad material "burguesa". Elcapitalismo "fordista" que se impuso en las metrpolis desarrolladas amediados del siglo xx es el producto de esta lucha. ste se caracteriz poruna generalizacin real de los derechos polticos burgueses -tambin, con unretraso considerable, para las mujeres-, una institucionalizacin poltica delos compromisos de clase y la proteccin social por parte del Estado de laslibertades democrticas. Desde luego, estos avances quedaron reservadosa unas pocas metrpolis capitalistas desarrolladas, y tuvieron como presu-puesto la sujecin y explotacin de su periferia dependiente. En el nivelinternacional siguieron siendo determinantes la guerra, la rapia y la msburda utilizacin de la violencia. A partir de ello, una "sociedad mundial"democrtica compuesta de una suma de estados nacionales formados deacuerdo a los mismos principios, no poda ser ms que una ficcin. Encualquier caso, las luchas de liberacin nacional del siglo xx y los entrela-zamientos polticos, culturales y econmicos que se han abierto paso en elcurso de la globalizacin capitalista, promovieron y generalizaron reivin-dicaciones democrticas, sociales y de derechos humanos. La oposicinentre la soberana de los estados individuales, el principio fundamental dela "comunidad de los pueblos" y las reivindicaciones normativas un iversa-les se destac cada vez con mayor claridad y adquiri relevancia crecientetras el fin de la guerra fra. La exigencia de intervenciones externas quedeban contribuir a la instauracin de principios democrticos y de dere-chos humanos, ocup cada vez ms un lugar en el orden del da interna-cional. Pero al mismo tiempo se mantuvo cautiva en la maleza de lasdesigualdades y dependencias econmicas y del poder poltico quesirven de base a la "comunidad de estados" en el capitalismo global.

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    Un principio fundamental del Estado nacional es la homogeneizaciny normalizacin . En l se asienta el tiempo "normal ", la lengua comn, laestandarizacin del modo de comportamiento y la uniformacin social ycultural de los "ciudadanos" (Ziebura, 1992; 470 y ss.). Esto se consumaen la delimitacin hacia afuera, frente a lo extrao, y est por elloestructuralmente ligado con el racismo y -justo cuando las distincionesde sexo y las diferencias en la situacin econmica entre hombres ymujeres son negadas- con nuevas formas histricas de la discriminacinsexual. La regulacin y estandarizacin fordista de las relaciones de clasefortaleci esta tendencia de manera manifiesta en la uniformacin deestilos de vida , modas, normas de consumo y principios estticos carac-terstica de esta fase.

    Este contexto nacionalista homogneo se descompone desde dos fren-tes: primero , a travs de la diferenciacin de las situaciones sociales y losestilos de vida descrita como "individualizacin ", en la cual los efectos dela sociedad de consumo de masas se vinculan con el derrumbe de loscompromisos sociales extensivos y las correspondientes manifestacionesde disociacin y exclusin . Por otro lado , es puesto en cuestin por elhecho de que con la globalizacin del capital se reduce la capacidad deregulacin e intervencin de los estados nacionales. La unidad "pueblo"-Estado [das einheitliche Staats- "VoIk'] -en el fondo siempre una ficcin-se descompone de manera cada vez ms evidente en grupos, pueblos ycomunidades que se deslindan unos frente a otros por definiciones cultu-rales, polticas, religiosas , regionalistas o biolgicas. La figura del "ciuda-dano " que sirve de base a la democracia estatal -nacional parece pertenecercada vez ms al pasado.

    Justamente en las metrpolis capitalistas desarrolladas se vislurnbra lai magen de una sociedad "desocializada", que en s misma se desintegra ensubculturas aisladas, grupos de inters, comunidades violentamente mar-ginadas, as como comunidades que se deslindan social y culturalmenteentre s. De esta forma resulta cada vez ms dificil ponerse de acuerdo entorno a los principios fundamentales de la constitucin social y de lasnormas que le sirven de base.

    Slo es una paradoja aparente que la globalizacin real del mercadomundial capitalista se vincule con el resurgimiento de corrientes racistas,biologistas , etnocentristas y socialchauvinistas , y que los nacionalismosflorezcan con tanto mayor fuerza cuanto ms se debilita la capacidad de

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    accin del sistema estatal-nacional. Esta es la expresin ideolgica parael hecho de que, con la crisis del Estado nacional y del sistema mundialque descansa en l, se agudice la cuestin de qu es lo que propiamentedefine la pertenencia a una comunidad poltica, cultural y econmica. Los"Communitarians" norteamericanos al menos la han tematizado -aunqueno sea ms que en una forma altamente ideolgica- (cfr. Fach/Ringwald,1993). El programa de la `Hueva derecha" provee frmulas de solucinque por lo visto encuentran cada vez mayor eco. Este se vuelve particu-larmente peligroso por el hecho de que los procesos de heterogeneizaciny disociacin tanto en el interior de las metrpolis capitalistas con elsocialchauvinismo por un lado , como en los movimientos internacionalesde migracin y huida por el otro, se combinan en una mezcla cada vezms explosiva (cfr. Ziebura, 1993). El problema que subyace es: en tantono exista una sociedad mundial que disponga de instituciones poltico-de-mocrticas , solamente la unidad poltica delimitada, parcialmente estabi-lizada en lo econmico y en lo cultural -precisamente el Estado nacional-ofrece el terreno sobre el cual la autodeterminacin democrtica puededesarrollarse al menos a la manera de un punto de partida y oponerse a losmecanismos econmicos globalmente dominantes . Y al mismo tiempoesta forma poltica se mantiene estructuralmente ligada con la margina-cin , la discriminacin y la violencia.

    El universalismo que hoy se impone objetivamente es el de la relacinde capital que se globaliza . l produce su opuesto en los niveles polticoe ideolgico. Por eso la tendencia actual determinante es el desacopla-miento entre liberalismo econmico y democracia , que encuentra suexpresin en el neoliberalismo reinante . El Estado nacional no desaparecesimplemente , debido a que est indisolublemente ligado a la relacincapitalista de produccin y representa la forma fundamental de su repro-duccin poltica y social. Pero se transforma de tal forma que se vuelvecada vez ms inadecuado como base de la autodeterminacin democrtica.

    El dilema poltico actual consiste por tanto en que cada vez es menosposible asegurar y ensanchar la democracia y los derechos humanos en elmarco estatal -nacional , y que bajo las condiciones capitalistas dominantesal mismo tiempo no se dispone en principio de ningn otro terrenopoltico - institucional en el cual la lucha en pos de ellos se pudieradesarrollar exitosamente (Ziebura, 1992).

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    VEste dilema slo podr ser superado cuando se consiga desprender losprocesos polticos democrticos, en cuanto a su contenido al igual que enel procedimiento, del sistema institucional estatal, tanto en el plano nacio-nal como tambin en el internacional. Cuando el sistema estatal de institu-ciones tanto en el nivel nacional como en el internacional es determinadocada vez con mayor fuerza por las necesidades del proceso global de larevalorizacin del capital, entonces se hace importante desarrollar contex-tos polticos de comunicacin, cooperacin y accin que puedan oponersea la lgica de las estructuras y dinmicas estatal-capitalistas: agrupacionespolticas, redes y opiniones pblicas autoorganizadas y que operarn inter-nacionalmente. En vista de los mecanismos estatal-nacionales de compe-tencia, marginacin y disociacin sta es por supuesto una empresa difcil.En cualquier caso la democratizacin en el plano estatal-nacional y laprofundizacin de la cooperacin internacional se condicionan recproca-mente . La competencia agresiva y en ltima instancia belicosa de losestados nacionales fue y es el mecanismo a travs del cual las relacionespolticas represivas siempre pueden ser de nuevo estabilizadas hacia dentroy hacia afuera. Aun cuando el establecimiento de un "Estado mundial"integral siga siendo una utopa bajo las condiciones capitalistas, es posibleun reforzamiento poltico de las organizaciones internacionales y delcontexto de cooperacin en tanto ellas se asienten sobre una polticaorganizada autnomamente y en una opinin pblica independiente.

    A partir de las condiciones estructurales objetivas, la eficacia deorganizaciones internacionales como las Naciones Unidas es determinadainequvocamente por intereses de dominio estatales. Ellas carecen de unalegitimacin democrtica institucionalmente garantizada. La "comunidadde los pueblos" real es en su forma institucionalizada una asociacinconflictiva de aparatos de dominio y represin. De su cuenta corre que lasorganizaciones internacionales por regla general slo puedan ser eficacescuando proceden en coincidencia con los intereses de las potencias. Eltrato con la democracia y los derechos humanos sigue estando subordina-do a clculos de inters y poder estatal-nacionales. Estos son sin embargocontradictorios y, al mismo tiempo, acta la presin de una opininpblica internacional, lo que t