Hispanoamericana

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La narrativa hispanoamericana: El realismo mágico Novela realista a principios del s. Novela realista a principios del s. XX XX Los primeros decenios del siglo puede presentar, en ocasiones, pinceladas de tipo naturalista y, a la vez, es compatible con resabios de lenguaje romántico. En efecto, el denominador común de los contenidos argumentales sería la presentación de la peculiaridad americana. De acuerdo con ello, hay que distinguir las áreas temáticas siguientes: a) La naturaleza : una naturaleza de proporciones grandiosas y de gran diversidad, inexplorada en buena parte cuyas fuerzas telúricas encuadran o condicionan la aventura humana. Es la cordillera, la pampa, el altiplano, la selva amazónica... la atención a las peculiaridades de cada zona hace que se hable con frecuencia de una novela regionalista. b) Los problemas políticos: Resulta proverbial la inestabilidad política de aquellos países, la incesante sucesión de “revoluciones”, la frecuente presencia de

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La narrativa hispanoamericana: El

realismo mágicoNovela realista a principios del s. Novela realista a principios del s. XXXXLos primeros decenios del siglo puede presentar, en

ocasiones, pinceladas de tipo naturalista y, a la vez, es

compatible con resabios de lenguaje romántico. En efecto,

el denominador común de los contenidos argumentales

sería la presentación de la peculiaridad americana. De

acuerdo con ello, hay que distinguir las áreas temáticas

siguientes:

a) La naturaleza: una naturaleza de proporciones

grandiosas y de gran diversidad, inexplorada en buena

parte cuyas fuerzas telúricas encuadran o condicionan la

aventura humana. Es la cordillera, la pampa, el altiplano, la

selva amazónica... la atención a las peculiaridades de cada

zona hace que se hable con frecuencia de una novela

regionalista.

b) Los problemas políticos: Resulta proverbial la

inestabilidad política de aquellos países, la incesante

sucesión de “revoluciones”, la frecuente presencia de

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dictadores que emanan de la oligarquía dominante, etc. En

estas tensiones halla la novela hispanoamericana un

importante filón. En el período que nos ocupa, destacan las

novelas de la revolución mejicana. La iniciadora es “Los de

debajo” de Mariano Azuela (1916), testigo excepcional de

los acontecimientos; pero las obras maestras de este ciclo

son “El águila y la serpiente” (1928) y “La sombra del

caudillo”(1929) de Martín Luis Guzmán. Valle-Inclán

escribió una obra llamada “Tirano banderas”.

c) Los problemas sociales: subyacentes a las citadas

tensiones políticas. La novela reflejará las desigualdades de

la pirámide social: en su cumbre, la oligarquía aliada a los

intereses de las grandes potencias extranjeras que explotan

las inmensas riquezas naturales; en la base, las peonadas

de las grandes haciendas, los obreros de las omnipotentes

compañías bananeras, etc., masas paupérrimas e

ignorantes. La novela realista es, sobretodo, una protesta

ante estas desigualdades. No pocos títulos se proponen,

más concretamente, denunciar la oprimida condición del

indio: se habla, así, de una novela indigenista.

•De entre las numerosas novelas que surgen dentro de la

línea realista sobresalen dos títulos fundamentales: “Doña

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Bárbara” de Rómulo Gallegos y “la vorágine” de J.E. Rivera.

Esta tendencia, inserta -como hemos dicho- en la línea de

preocupaciones sociales, resulta además sumamente

reveladora de esa búsqueda de lo autóctono, de lo peculiar,

que está en la base de la novela realista hispanoamericana.

La novela del indio tiene antecedentes ya en el siglo

anterior. Pero, ya dentro de nuestro siglo, la primera obra

importante de esta corriente es “Raza de bronce” de Alcides

Arguedas. No pocas son las novelas que siguen por este

camino, “Huasipungo” de Jorge Icaza, se hizo

especialmente famosa, por su violencia con que presenta la

dramática condición de los indios.

Temática semejante nos presenta el peruano Ciro Alegría

en una gran novela, “El mundo es ancho y ajeno” se trata

de los indios despojados de sus tierras por un hacendado a

quien apoya el gobierno. Pero, junto al propósito de

denuncia, hay en la obra una evidente preocupación

artística y constructiva, reveladora de una depuración del

realismo.

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La renovación narrativa

Ante la pobreza del estilo realista del siglo XIX aparecen

nuevas formas narrativas y las innovaciones que se realizan

son intensas en el campo de las técnicas:

• La posición del autor y el punto de vista

La novela tradicional tenía un punto de vista único autor

omnisciente y ahora se a propugnado la desaparición del

autor. Este se limita a presentar su novela, por lo tanto, el

punto de vista variara, puede ser:

A.1. Único: si reduce su ángulo de ver las cosas desde la

perspectiva de un solo personaje.

A.2. Múltiple: si enfoca la historia desde diferentes

personajes. Puede aparecer el autor como una cámara

cinematográfica que tan solo cuenta lo que ve. Es un testigo

imparcial y solo se puede conocer a los seres desde fuera.

La técnica que se utiliza es la “behaviovista”. Esta utiliza

primera y / o segunda persona y se alterna por la segunda

persona. Una obra a destacar: “Rayuela” de Cortázar.

No obstante, surgen reacciones en contra de la

desaparición del autor ya que reclama su derecho a

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intervenir y reaparece el narrador omnisciente. Un ejemplo

de esto es la obra “Tiempos de silencio” de Luis Martín

Santos.

• El tratamiento de la anécdota

Hay una serie de tendencias de la novela contemporánea

que relegan el argumento a un plano secundario y hasta

prescinden de la acción. La historia llega a desaparecer y

se sustituye por una aglomeración de sucesos y ambientes

presentando la anécdota, la variedad y puede poseer una

carga simbólica, mítica, parabólica y onírica.

• Procedimientos de estructuración

Con respecto a la estructura externa podemos decir que se

eliminan los capitulos tradicionales y se introducen las

secuencias separadas por espacios en blanco sin numerar.

En cuanto a la estructura interna podemos decir que ésta

no respeta la linealidad tradicional y aparecen nuevas:

•c.1. la estructura de contrapunto: consiste en

presentar varias historias que se combinan y alternan.

•c.2. la estructura de tiempo: desorden cronológico.

Encontramos flash-back, morosidad o tempo lento. Proust

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con la obra “en busca del tiempo perdido” rememora

esto; encontramos ausencia del desenlace; aquí

observamos una novela abierta y los objetos adquieren más

importancia, como en “Tiempo de silencio”.

• Personajes

También los personajes pierden su definición habitual, casi

no nos reflejan como son y el autor nos ofrece pequeños

rasgos de él, dando paso al personaje colectivo. Este hecho

ocurre en obras como: “La Colmena” , “Luces de

Bohemia”, “La Noria”. Estos también nos presentan

personajes borrosos, a pinceladas.

• Diálogos y monólogos

Se reduce el papel del dialogo a favor del estilo indirecto

libre y en monólogo interior (ayuda a expresar opiniones

espontáneas).

El monologo consiste en reproducir en primera persona los

pensamientos del personaje. Los hay ordenados (,), (:), (;) y

otros caóticos: con elipsis, sin puntuación… Una obra a

destacar en este contexto encontramos a “El Ulises” de

Joyce.

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Elementos discursivos

Frente al objetivismo se da entrada al diálogo y las

digresiones. Estos dejan aparecer la voz del mismo. La

novela tiende a absorber elementos de otros géneros:

ensayos, estadísticas, graficas…

• Renovación estilística

La renovación del lenguaje de la novela así como la

narración en segunda persona, es el estilo indirecto libre…

junto a la tendencia entre borrar el límite entre prosa y

verso; el lenguaje poético entre la novela enriqueciéndola.

Encontramos ausencia de puntuación, diferentes tipos de

letras, inserción de gravados y esquemas, letras

distribuidas en columnas, invención de palabras…

• La nueva novela y el lector

Estas técnicas ofrecen muchas posibilidades al lector que

se exige nuevas formas de lectura. No puede ser un lector

pasivo, sino activo (ya que a veces tiene que

recomponerla). Pero a partir de los años 80 los autores

vuelven a la novela tradicional. Una obra a destacar “la

verdad sobre el caso savolta”.

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La narrativa hispanoamericana: El realismo mágico

El término realismo mágico se aplica por primera vez a las

artes en los años 20 del siglo pasado. Referido a la

literatura hispanoamericana se habla de realismo mágico

para referirse a una serie de obras en las cuales la realidad

aparece traspasada por una acción fantástica descrita de

modo realista dentro de la narrativa. A partir de los años 60

el término se exporta a otras literaturas (hoy en día se habla

en literatura de realismo mágico hispanoamericano y de

realismo mágico asiático) y a otros continentes y deja de

aplicarse exclusivamente a la literatura hispanoamericana.

Algunos de los escritores más significativos de esta

corriente son Miguel Ángel Asturias, Alejo Carpentier (El

siglo de las luces), Gabriel García Márquez (Cien años

de soledad), Isabel Allende(La casa de los espíritus) o

Laura Esquivel (Como agua para chocolate).

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Alejo Carpentier habla de lo “real maravilloso” en vez de

“realismo mágico” y lo define como la búsqueda de

propiedades mágicas dentro de la realidad. Lo mágico es

clarividencia, levitación, vidas bíblicamente largas, milagros,

enfermedades, etc. El realismo es el “modo de contar”. La

materia narrativa base es realista, mientras que lo mágico

representa unos detalles ordinarios de poca importancia. El

tono suele ser neutro y sin destacar lo mágico, pues el

escritor da lo mágico por sentado.

La tendencia del Realismo mágico surge por una

coincidencia de elementos. A partir de los años 30 del siglo

XX y, sobre todo, a partir de los 50 se produce la

coincidencia en el tiempo de una gran cantidad de

narradores hispanoamericanos que dan a luz una obra

literaria de enorme calidad. A partir de los años 60 se habla

en todo el mundo del boom de la novela hispanoamericana.

No todos los autores del boom (por ejemplo, Borges o

Cortázar) pertenecen al realismo mágico, aunque todos son

herederos del surrealismo. El realismo mágico surge en

Hispanoamérica justo después de la II Guerra Mundial

porque se produce una serie de fenómenos culturales que

crean un caldo de cultivo propicio para una nueva forma de

literatura: se extiende el surrealismo y, por tanto, el

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interés por lo onírico; se produce una crisis de valores

tradicionales y eso provoca la búsqueda de otros

sistemas para explicar el mundo fuera de los cauces de la

espiritualidad cristiana tradicional (a través de la magia y lo

esotérico, por ejemplo); se produce el cansancio del

lector ante los experimentos formales de la novela.

La característica más importantes del realismo mágico es

la inclusión de lo maravilloso en la rutina cotidiana de una

forma no traumática, de modo que resulte tan natural o

lógico como cualquier otra acción que pueda desarrollarse.

La magia, lo irreal, es aceptado por todos los personajes

como un aspecto más de la realidad al que no hay que

conceder mayor importancia. Otra de las características del

realismo mágico es el subjetivismo. En la novela tradicional

el narrador estaba fuera de la historia, no hacía alusiones a

sí mismo el relato se construía en 3ª persona. Ahora, el

narrador participa de los acontecimientos. La forma más

generalizada de narrador es el narrador-personaje en 1ª

persona. La ruptura de la linealidad temporal también es

una característica de esta tendencia. El tiempo cronológico

es sustituido por el tiempo psicológico o anímico que se

mide por tiempos de angustia o de felicidad. Otras

características no menos importantes son la ausencia de

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lógica, el sentido sagrado del cuerpo, la exageración , el

humor, lo mítico y, por supuesto, el lenguaje.

El lenguaje de las novelas del realismo mágico trata de

reflejar las hablas hispanoamericanas. Incorporan

elementos del habla popular pero evitando el exceso de

localismos. El lenguaje se enriquece con la

experimentación. Se evita la frase hecha, y la falta de

autenticidad, se rompe la sintaxis de manera que el orden

de las palabras revele el pensamiento. La gran potencia de

sugerencia del lenguaje de estos escritores es uno de los

pilares del éxito de la novela hispanoamericana.

Los autores más importantes de la narrativa

hispanoamericana de la segunda mitad del siglo XX son

Gabriel García Márquez, principal representante del

realismo mágico y autor de Cien años de soledad, Crónica

de una muerte anunciada y El amor en los tiempos del

cólera, Julio Cortázar, uno de los autores más

representativos del boom , pero que no se incluye en el

realismo mágico, autor de Rayuela; Mario Vargas Llosa,

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importantísimo escritor del boom, pero tampoco adscrito al

realismo mágico, autor de Conversaciones en La Catedral,

La ciudad y los perros.

La narrativa hispanoamericana actual cuenta con jóvenes

narradores que, sin desvincularse del todo de sus

realidades nacionales, optan por una literatura de sesgo

más internacional. Algunos ejemplos son Santiago

Roncagliolo con Abril rojo, o Patricio Pron, con El

comienzo de la primavera.

Toni Cabrera y Anna Falgàs 2ºBH