Historia Breve Del Mundo Reciente

8/12/2019 Historia Breve Del Mundo Reciente

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Se trata de un libro de indudable interés para cuantos necesitan manejar con fluidezdatos, fechas, nombres... de nuestra historia reciente, y —sobre todo— hacerse una ideaclara de los hechos más trascendentales que ha vivido la humanidad en el siglo XX ycomienzos del XX, y de sus consecuencias constatables hasta el momento. !l autor se propone e"poner un panorama claro y comprensible de los aspectos más destacados, más

influyentes en la realidad del mundo, de una realidad en verdad apasionante y digna deconocerse, pero que se nos aparece sumamente enrevesada y compleja. # consigue hacerlocon rigor y profesionalidad, a pesar de la dificultad de referirse a sucesos a veces tanrecientes que todav$a no somos capaces de colegir su alcance.



PREFACIO

!l t$tulo que adopta este libro corresponde al contenido de la asignatura Historia del Mundo actual , incluida en los planes de estudio de las carreras de %istoria y de &iencias de

la nformaci'n. Se dirige también a cualquier lector interesado en conocer mejor el mundode nuestro tiempo. Se pretende, al adoptar ese t$tulo, un poco más de precisi'nterminol'gica, de correspondencia entre la materia y el nombre que la designa. Si en los&ongresos nternacionales de &iencias %ist'ricas se discute sistemáticamente sobre laidoneidad de la e"presi'n Historia Contemporánea, más impropio resulta todav$a referirsea la Historia Actual. (o hist'rico es lo acontecido, y solo cuando algo termina de acontecer decimos que )ha pasado a la historia*. +%asta qué punto resulta posible estudiar lo que estáocurriendo con un criterio auténticamente hist'rico, y lo que es casi tan importante, conmétodos rigurosamente hist'ricos !l historiador se vale de unas fuentes, unosconocimientos y unas técnicas válidos para rastrear el pasado humano, ya lejano, yareciente. !stá acostumbrado a estudiar la aventura de la humanidad -sea en sus grandes parcelas, o sea en otras temporal o espacialmente más reducidas mirando al pasado.&uenta con un material que ya )está ah$*, del que puede hacer un estudio válido, si suanálisis es inteligente, imparcial y comprensivo. (a actualidad no es algo que )esté ah$*,sino que podr$amos decir que, por el contrario, )está aqu$*. /os falta perspectiva paraestudiarla con un método propiamente hist'rico, y la cuesti'n de la perspectiva esfundamental en el quehacer del historiador. 0or otra parte, lo actual es aquello que estáocurriendo, es decir, que no ha terminado de ocurrir. /o conocemos su final, ni tenemosmétodos adecuados para adivinarlo. /o es posible contar una historia sin saber c'motermina1 al menos como tal )historia* su relato queda incompleto, como mutilado.

2hora bien, no podemos dejar )colgada* la %istoria en un momento determinadodel pasado. (a %istoria es un tejido continuo, como el curso de un r$o que recorre los másdiversos paisajes, pero en ning3n momento se detiene. Si abandonamos el estudio de loshechos recientes porque estimamos que nos falta todav$a la suficiente perspectiva para proceder a su análisis, dejaremos un vac$o que puede constituir una falta de legado para loshistoriadores del futuro, que encontrarán rota la cadena de la continuidad del relato. # si loshistoriadores dejamos ese vac$o, lo más probable es que otros, tal vez con menos capacidad para ello, se encargarán de llenarlo. !mest (abrousse aconsejaba a los historiadores hacer historia de los tiempos recientes con los medios, por incompletos que sean, a nuestroalcance, antes de que otros se adelanten en la empresa4 )lo que no se haga por la historia, sehará contra la historia*. (o 3nico preciso es reconocer desde el primer momento la falta de perspectiva y lo distorsionado de la informaci'n que recibimos. %abrá misterios de nuestrotiempo que no podrán resolverse sino transcurridos muchos a5os. 0ero, reconociendo laslimitaciones e"istentes y obrando con la debida cautela, siempre será posible dar cuenta, deuna manera 3til y dentro de lo posible, válida, de lo que ya ha ocurrido, aun cuando noconozcamos sus 3ltimas consecuencias.

/o solo por raz'n de la pro"imidad es dif$cil escribir una historia de los tiemposrecientes. 6curre, por una parte, que el r$o se ha hecho más caudaloso, la historia másamplia de contenido y más complicada. !n 789: la ;ierra ten$a unos <.::: millones dehabitantes1 en <:::, han llegado a =.::: millones4 hay muchos más hombres en el



escenario. 0or otra parte, en muchas sociedades, los seres humanos, por raz'n de laslibertades y derechos que se les reconocen, tienen más posibilidades de desarrollar un papelactivo en la sociedad, de hacer valer sus iniciativas, que en tiempos en que las decisioneslas tomaban unos pocos y la mayor$a se limitaba a su trabajo y a la vida ordinaria. /osiempre se puede decir que esto sea as$, ni mucho menos1 pero es evidente que en el

escenario del mundo no solo hay más personajes, sino que muchos de ellos se han hecho deuna manera u otra protagonistas, y ya no meros figurantes. >ás a3n4 ha aumentado eln3mero de personajes colectivos en el mundo, y por tanto en el campo de la historia. !n78?9 hab$a unas 99 naciones soberanas1 hoy pasan de <::. ;odav$a a mediados del sigloXX 2rnold ;oynbee establec$a la diferencia entre )pa$ses sujetos de historia* y )pa$sesobjeto de etnolog$a*. %oy todos los pa$ses, por retrasados que se encuentren, son sujetosactivos de historia, se agitan en los foros internacionales, obligan de una forma u otra acontar con ellos, cada cual con sus problemas y sus intereses. (a historia se ha hecho más)universal* que nunca, hasta cierto punto es hoy por primera vez realmente universal, yresulta más dif$cil abarcar con una sola mirada la realidad viviente del mundo entero.

6curre, además, otro fen'meno. 2 mediados del siglo XX @ernand Araudeldistingu$a tres )niveles* en el acontecer hist'rico, los tres con distintas velocidades4 y loscomparaba con los niveles del mar. !n el fondo estaban las )infraestructuras*, desde lademograf$a hasta los métodos de cultivo4 evolucionaban con una lentitud de siglos. !n losniveles intermedios se encontraban las )estructuras*, sociales, econ'micas, organizativas,las mentalidades colectivas4 evolucionaban más rápidamente, pero poco a poco, a un ritmode generaciones. !n la )superficie* flotaban las )superestructuras*4 la sucesi'n degobernantes, los cambios pol$ticos, la diplomacia, la guerra, los personajes e"cepcionales,los acontecimientos concretos. !n esta superficie, la velocidad era má"ima4 losacontecimientos se operaban con un ritmo de d$as1 cada jornada, los peri'dicos ten$an cosasnuevas que contar. !sta visi'n de la historia en distintos niveles y a distintas velocidades haestado admitida hasta hace poco1 hoy semejante visi'n se resiente. !l $ndice de natalidad hadescendido en !uropa en los 3ltimos cincuenta a5os más que en los mil anteriores1 la rápidaevoluci'n de los sistemas de cultivo en la ndia ha multiplicado la producci'n de la tierra por seis solo en el transcurso de una generaci'n -si en ese pa$s hay mucha gente que pasahambre, las causas son ajenas a ese hecho1 muchos usos y costumbres, muchasmentalidades, muchas constantes seculares han desaparecido o se han transformado de pronto, al tiempo que surgen otras formas de vida. 0or el lado contrario, se echa de ver, por ejemplo en la mayor parte de !uropa, una estabilidad pol$tica sin precedentes, de suerte quela duraci'n de los partidos o los l$deres en el poder es incomparablemente mayor que en elinestable y casi vertiginoso siglo XX4 y esta tendencia se ha acentuado en los 3ltimos a5osde la centuria, sobre todo desde 78B:. (o que antes era rápido, ahora se ha hecho más lento,y lo que era lent$simo tiende a variar con sorprendente rapidez. #a no nos sirven losm'dulos del suceder hist'rico válidos hace no muchos a5os, y hemos de adaptarnos a unanueva realidad.

6curre, por 3ltimo, que la tremenda diversidad de hechos y situaciones que seregistra en el mundo dificulta la estructuraci'n del contenido hist'rico de acuerdo con unorden l'gico y cronol'gico. !n nuestros tiempos sucede algo parecido a lo que es frecuenteleer en muchas novelas contemporáneas4 una serie de acciones discurren independientes, pero de alg3n modo relacionadas entre s$, de suerte que el narrador ha de acudir tan pronto



a uno como a otro escenario, quebrando continuamente la unidad de la acci'n. %ay hechosque duran casi todo el ámbito de la historia del mundo reciente, como la guerra fr$a -78?BC78B8, o el conflicto palestino -de 78?D como m$nimo a <::?1 pero no pueden relatarse enuna secuencia 3nica, porque eso significar$a dejar de relacionarlos con otros hechosimportantes que tienen mucho que ver con ellos. (a mayor$a de los manuales de )historia

del mundo actual* padecen de este inconveniente, un inconveniente que sus respectivosautores han tratado de afrontar como mejor les ha parecido. /o pretendemos en este casoresolver un problema imposible, ni buscar a la e"posici'n de lo acontecido en los 3ltimostiempos un planteamiento completamente nuevo. ;ampoco cabe la pretensi'n de no omitir detalle alguno, porque los hechos y los escenarios son casi infinitos4 trataremossimplemente de e"poner un panorama claro y comprensible de los aspectos más destacados,más influyentes en la realidad del mundo, de una realidad en verdad apasionante y digna deconocerse, pero que se nos aparece sumamente enrevesada y compleja.



1. DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL A LA GUERRA FRÍA

(a segunda guerra mundial fue probablemente la mayor catástrofe de la %istoria. See"tendi' a unos sesenta pa$ses de los cinco continentes, habitados por más de mil

quinientos millones de seres humanos, las tres cuartas partes de la humanidad de entonces.Ee ellos, hasta veinticuatro pa$ses fueron invadidos, y ochocientos millones de personassufrieron las consecuencias directas4 ocupaci'n enemiga, guerra en las calles de la ciudad, bombardeos aéreos, etc. >uchas más fueron las que padecieron hambre o privaciones detoda clase. (os muertos en guerra fueron, seg3n cálculos oficiales, setenta y un millones deseres humanos4 por primera vez cuenta en este trágico balance una muy alta proporci'n dela poblaci'n civil, a causa de los bombardeos aéreos, la lucha en las poblaciones y elinternamiento en los campos de concentraci'n. !l n3mero de seres desplazados de su hogar fue de unos cuarenta a sesenta millones. Ee quince a veinte millones de toneladas de barcosse fueron al fondo de los mares, tres o cuatro millones de edificios quedaron convertidos enescombros, obras de arte de valor incalculable se perdieron para siempre. !l desastre moral —imposible de evaluar en cifras— corre parejo con el desastre f$sico. (a guerra fue la mástremenda lecci'n práctica sufrida jamás por la humanidad. /o han vuelto a registrarse másguerras mundiales, pero es dif$cil demostrar que esta lecci'n haya sido debidamenteaprovechada.

(as dos guerras mundiales comenzaron, en palabras de Falter (aqueur, como)guerras civiles europeas*. !nzarzaron a unas cuantas grandes potencias del Giejo&ontinente por cuestiones que en un principio se hubieran podido resolver mediantenegociaciones o tratados1 pero los hechos llegaron mucho más lejos que las intencionesiniciales. (uego, y precisamente por la gran influencia o predominio que !uropa ejerc$a enel mundo, acabaron transformándose en enormes conflictos de ámbito planetario. !lresultado fue la derrota de !uropa, la parte del mundo que termin' más destrozada y máshundida moralmente. # dio lugar a la superioridad aplastante de dos superpotenciasindiscutibles fuera de !uropa4 la potencia econ'mica y tecnol'gica de los !stados Hnidos yla potencia militar, avalada por millones de hombres en armas, de la Hni'n Soviética. Eossuperpotencias preválidas, además, de concepciones ideol'gicas absolutamente diversas,una circunstancia que hac$a muy dif$cil su entendimiento mutuo. (a geopol$tica y la suertedel mundo, a partir de entonces, iban a ser completamente distintas. (a paz fue recibida con j3bilo por la mayor$a, y con alivio cuando menos por parte de los vencidos. !n 0ortugal sehab$a fundido una campana, destinada a sonar solamente el d$a de la paz4 y son'efectivamente, como llamada a un mundo renacido. !l general Eouglas >ac 2rthur,general$simo de las tropas norteamericanas en el 0ac$fico y uno de los héroes más populares de la guerra, habl', en el momento de firmarse el tratado de rendici'n del Iap'n,de una )paz teol'gica*, esto es, una paz basada en los principios más sublimes que puedereconocer el hombre. %ubo, en los momentos de la posguerra, otras voces y otrasesperanzas en el mismo sentido. 0ronto comenz' a sospecharse que tales esperanzas noiban a cumplirse, o solo se cumplir$an en parte. (a historia del mundo seguir$a agitada,llena de avatares inciertos, de problemas dif$cilmente resolubles y de enfrentamientosmortales entre millones de seres humanos.



El mundo en 1945

(a primera impresi'n que se obtuvo en la inmediata posguerra fue que no era posible una simple reconciliaci'n entre los pueblos para alcanzar una paz duradera. >uchassoberan$as nacionales desaparecieron por la drástica ocupaci'n de su territorio por las

potencias vencedoras, que suprimi' todo rastro del poder hasta entonces e"istente.2lemania fue dividida entre las potencias ocupantes, !stados Hnidos, Jran Areta5a,@rancia -que, aun apenas liberada, reclam' sus derechos y la Hni'n Soviética. (osoccidentales se quedaron con el D: por 7:: del territorio, en tres zonas, al 6este, y los rusoscon la zona oriental. (a capital, Aerl$n, también fue dividida. 2ustria qued' ocupada en parte por los americanos y en parte por los soviéticos. talia lo estaba ya, al terminar laguerra, por los angloamericanos. ;oda !uropa oriental estaba llena de millones de soldadosrusos, que suprimieron los antiguos reg$menes. Se adivinaba fácilmente que los ocupantesiban a establecer en cada territorio sistemas a su gusto. !n !"tremo 6riente, Iap'n no perdi' del todo su soberan$a, pues entre las condiciones de la paz se acord' el respeto a lala figura del !mperador, que era para los japoneses sagrada. Sin embargo, a los pocos d$as

el emperador %iro %ito hizo una solemne declaraci'n en que reconoc$a que su naturalezano era divina. (os japoneses sufrieron un trauma, una especie de vac$o1 pero no por esodejaron de reconocer a su jefe de estado, y se mostraron dispuestos a un régimendemocrático. Jran parte del )Jran !spacio 6riental* creado por los japoneses —@ilipinas,ndonesia, >alasia, ndochina, ;hailandia, Airmania— qued' ocupado por los vencedores,e ir$a recobrando o cobrando, seg3n los casos, formas de soberan$a completamente nuevas.

/o se registraron apenas casos de revanchismo, como se tem$a en los primeros d$as.(os pa$ses vencidos hab$an aprendido las duras lecciones de su atrevimiento —pues quefueron en su mayor parte los agresores—, y estaban escarmentados. 0refer$an cualquier cosa a volver al sistema anterior. Se encontraban en todo caso humillados, pero hab$an de

atender por encima de todo a la tarea urgent$sima de su reconstrucci'n. 2lemania, la más poderosa y activa de las potencias del !je, hab$a perdido seis millones de hombres, susciudades estaban destrozadas y en muchos casos convertidas en monta5as de ruinas, sussistemas de comunicaciones, especialmente los ferrocarriles, gravemente deteriorados, losservicios más elementales, en los primeros momentos, no funcionaban o hab$an de ser improvisados. EKsseldorf perdi' el 8L por 7:: de sus casas habitables, y @ranMfurt el B:.!spantosa fue la destrucci'n de Eresde, una ciudad monumental de la que no qued' casinada en pie, y no fue mucho mejor la suerte de %amburgo. %oy vemos en muchas ciudadesalemanas casas decorosas, pero de apariencia modesta, con solo puertas y ventanas lisas,construidas con sobriedad donde antes hab$a prestantes edificios de piedra. !n Iap'n,%iroshima fue reducida a polvo por la primera bomba at'mica, y parte de /agasaMi lo fuetambién por la segunda. ;oMio no fue bombardeada sino por medios convencionales, perogran parte de sus edificios quedaron destruidos. ;ambién en el bando contrario hubograndes destrucciones. (a primera ciudad en ser )borrada del mapa* fue &oventry, centroindustrial británico, arrasada por los aviones alemanes en 78?:. ;ambién (ondres sufri'grandes da5os, lo mismo que Notterdam. Stalingrado, la ciudad rusa donde se registr' lamás tremenda batalla urbana de la guerra, qued' convertida en un mont'n de ruinas. Ee lasgrandes capitales, solo 0ar$s, por un milagro de 3ltima hora, y Noma, declarada )ciudadabierta* por intercesi'n del papa 0$o X, quedaron prácticamente inc'lumes.



Ee estos datos, muy fragmentarios, se deduce que, aunque la guerra se e"tendi' acasi todo el mundo, las zonas más castigadas fueron !uropa, sobre todo en su parte centraly oriental, y !"tremo 6riente, fundamentalmente Iap'n, la franja costera de &hina y elsudeste asiático. @ueron también las zonas destinadas a sufrir mayores cambios de fronterasy sistemas pol$ticos. 0or otra parte, ya desde el primer momento, se vio venir la

desaparici'n de las colonias que los pa$ses europeos ten$an en 2sia y Ofrica4 la ruina de!uropa conllevaba también la pérdida de ese s$mbolo de poder y de riqueza que eran lascolonias. 2ntes incluso de los cambios territoriales se operaron gigantescos movimientosmigratorios. >illones de polacos y de alemanes fueron desplazados por la guerra o por lanecesidad. 2l contrario de lo que suele ocurrir, las gentes abandonaban las ciudadesdestruidas y procuraban establecerse en el campo, donde era más fácil obtener productos de primera necesidad. (a escasez, el hambre, el racionamiento de art$culos, el trabajo precario-hubo que contar con el regreso de millones de hombres movilizados, que reclamaron suderecho a reocupar sus antiguos puestos de trabajo... cuando estos e"ist$an provocaron demomento una penuria e"trema, y una econom$a de trueque, en que el dinero no val$a casinada y se intercambiaban productos por productos.

0or 3ltimo, destaquemos un hecho que puede llamamos la atenci'n4 en los pa$sesvictoriosos, el prestigio inmenso de los l$deres que les hab$an llevado al triunfo final no fuesuficiente para evitar su ca$da. 0arece como si en todas partes hubiese un deseo de borrar todo vestigio de la guerra. 2penas terminada la contienda, &hurchill, el hombre indomable,s$mbolo de la voluntad británica -que hab$a inventado el gesto de la )G*, fueinesperadamente derrotado en las elecciones por los laboristas. !n @rancia, el héroe era elgeneral Ee Jaulle, que hab$a continuado la lucha en el e"terior y alentado la resistenciainterior, para regresar triunfalmente a 0ar$s. Sin embargo, su presidencia dur' meses, y fuesustituido por pol$ticos nuevos. (a democracia cristiana, de la que en principio no seesperaba gran cosa, se impuso en talia y 2lemania. !n talia cay' la monarqu$a. !n los pa$ses vencidos, ning3n régimen, aunque no fuera fascista, fue mantenido. ncluso en los!stados Hnidos, los dem'cratas, art$fices de la victoria, fueron derrotados por losrepublicanos en las elecciones parciales de 78?=, aunque se mantendr$a el presidente;ruman. Solo en la Hni'n Soviética —donde se daban, por e"cepci'n, las dos condicionesde dictadura y pa$s vencedor— se mantuvo el poder omn$modo de Stalin, convertido por la propaganda en héroe de la )gran guerra patri'tica*, y )padrecito* de todos los rusos. !ssignificativo que no se produjeran cambios en las dos grandes superpotencias que salieronmás robustecidas de la guerra1 los demás pa$ses, incluso los vencedores, también heridos,semidestru$dos, arruinados, fuertemente endeudados, sintieron la necesidad de hacer borr'ny cuenta nueva. Solo hubo dos grandes vencedores. &on la particularidad de que Nusia ylos !stados Hnidos no se entendieron entre s$ para organizar la paz, y cada cual imprimir$aa sus respectivas zonas de influencia un impulso distinto.

Los discretos tratados de paz

(a primera guerra mundial termin' con las solemnes paces de 0ar$sCGersalles, enque los representantes de las potencias vencedoras y vencidas, tras largas negociaciones,signaron en actos de gran alcance mundial unos tratados que se creyeron definitivos para



garantizar la paz del planeta. !n 78?9 no ocurri' nada por el estilo. 0or un lado, muchas delas potencias vencidas no pudieron firmar tratados porque hab$an desaparecido como tales ycarec$an de representantes legales. 0or otro, la diferencia de criterios impidi' la firma de untratado general de paz y condujo con el tiempo a una serie de acuerdos —o deresignaciones— bilaterales, en que no tuvieron participaci'n conjunta ni siquiera los

vencedores. (as l$neas generales de la nueva distribuci'n del mundo quedaron fijadas, yadurante la guerra, en las reuniones de )los ;res Jrandes*, !stados Hnidos, la Hni'nSoviética y Jran Areta5a, en ;eherán -diciembre de 78?L, #alta -febrero de 78?9 y0otsdam -julioCagosto de 78?9, cuando 2lemania ya estaba vencida, no a3n Iap'n4 en ellasquedaba claro que el criterio de los )Jrandes* se impon$a al de los demás vencedores, yque iba a predominar la pol$tica de los hechos consumados sobre la negociaci'n general, basada en el principio, nunca confesado abiertamente, de si tienes la posesión tienes el derecho, que e"plica la carrera de los vencedores por llegar primero a Aerl$n, a Giena, a>anchuria o a &orea o a ndochina.

&on 2lemania no lleg' a celebrarse un acuerdo conjunto, porque no e"ist$a un

estado alemán propiamente dicho y porque tampoco los aliados se pusieron de acuerdosobre una )ocupaci'n conjunta* prevista en un principio. Eurante un tiempo se contempl'el plan >orgenthau, que preve$a la conversi'n de 2lemania en un )pa$s pastoril*, dedicadoa la agricultura y a la ganader$a1 pero a él se opuso el británico Finston &hurchill, alegandoque )era imposible sostener a los alemanes del siglo XX con procedimientos del siglo"viii*. Stalin pensaba también reducir a 2lemania a la má"ima pobreza, para provocar unarevoluci'n comunista1 luego se dedic', en cambio, a reindustrializar la 2lemania ocupada por los rusos, para prevalerse de sus recursos. Ee hecho, estos se quedaron con la parteoriental de 2lemania hasta la l$nea del !lba, y avanzaron más por el sur para dominar Sajonia y ;uringia1 el resto fue repartido entre americanos y británicos, con una peque5azona reservada a los franceses. 0ronto los occidentales unificaron sus zonas, que ir$ancobrando entidad jur$dica, hasta el establecimiento en 78?8 de la Nep3blica @ederal2lemana. 2lemania solo perdi' por este lado los territorios que se hab$a ane"ionado, como2lsaciaC(orena -que forman parte de @rancia, !upen y >almedy -hoy de Aélgica. !ncambio, 2lemania perdi' grandes territorios por el !ste4 no solo lo que hab$a arrebatado a0olonia, sino 0rusia 6riental, 0osnania y Silesia, hasta la l$nea 6derC/eisse. (a primera,con su capital, Poenigsberg -hoy Paliningrado pas' a formar parte de Nusia, y el resto fuecedido a 0olonia. 2lemania, que antes de la guerra era un pa$s e"tendido principalmente de!ste a 6este, es hoy, incluso después de la reunificaci'n, un pa$s e"tendido principalmentede /orte a Sur.

0olonia, la primera v$ctima de la agresi'n alemana, se vio as$ engrandecida por el6este1 pero en cambio perdi' grandes territorios por la parte oriental, hasta la llamada)l$nea &urzon*, en beneficio de la Hni'n Soviética. !stos territorios forman parte hoy de(ituania, Aielorrusia y Hcrania. Se dio as$ el caso parad'jico de que el mapa de 0oloniaqued' más peque5o después de la guerra de lo que hab$a sido en 78L8. Se temi' que laocupaci'n de tantas tierras pobladas por alemanes planteara nuevos conflictos en el futuro4no fue as$, porque gran parte de los alemanes huyeron, y el resto se han integrado en0olonia, sin que hoy e"istan ni reticencias de la poblaci'n ni reclamaciones alemanas. Si bien es cierto que 0olonia perdi' e"tensi'n, gan' poblaci'n y riqueza, establecida ahorasobre regiones industriales y mineras.



Ee los otros pa$ses vencidos pueden darse estas ideas generales, como consecuenciade tratados o imposiciones de los que en su tiempo se habl' muy poco, pero quedelimitaron un nuevo mapa de fronteras y potencias4

—talia renunci' a sus colonias, cedi' a #ugoslavia la pen$nsula de stria y los enclaves que pose$a en el 2driático -y hoy son de &roacia. Se le concedi' derecho a un ejército de<::.::: soldados, 9: barcos y L:: aviones. ;endr$a que pagar compensaciones econ'micasa los vencedores.

—%ungr$a cedi' !slovaquia meridional a &hecoslovaquia y Nutenia a la HNSS.0ag' reparaciones a la HNSS, &hecoslovaquia y #ugoslavia. ;uvo derecho a un ejército de=:.::: hombres y 8: aviones.

—Numania cedi' Aesarabia y Aucovina a la HNSS y Eobrudja a Aulgaria. &onderecho a 7<:.::: soldados de tierra, 9::: marinos y 7:: aviones.

—Aulgaria pag' reparaciones a #ugoslavia y Jrecia. &onserv' Eobrudjameridional. &on derecho a 9:.::: soldados de tierra y 8: aviones.

—@inlandia cedi' las regiones de 0etsamo, Salla y &arelia, más la isla de 0orMala ala HNSS. &on derecho a un ejército de L9.::: hombres 7:.::: toneladas de barcos deguerra y =: aviones.

—2ustria fue separada de 2lemania —en realidad liberada, si bien tuvo que sufrir una ocupaci'n conjunta americanoCsoviética—. ;odos los pa$ses citados, e"cepto @inlandia,y 2ustria, pasaron a gravitar en la 'rbita soviética. (a verdad es que las transformaciones

territoriales del mapa de !uropa no fueron tan drásticas como en 787B. Solo 2lemania perdi' territorios sustanciales, y 0olonia se vio curiosamente movida hacia el oeste.

!n !"tremo 6riente, Iap'n perdi' todos los territorios y las peque5as islas del centro del0ac$fico que hab$a ocupado antes de la guerra y durante ella, quedando reducido a sus islasmetropolitanas. >anchuria, que los japoneses hab$an industrializado fuertemente, pas' a&hina, que se vio as$ enriquecida con una gran naci'n industrial. (os chinos recobraron, por supuesto, todos sus territorios continentales perdidos durante la guerra, as$ como lasislas de ;aiQan y %ainan. ndochina -Gietnam, con &amboya y (aos, fue devuelta a@rancia1 ;hailandia y Airmania a nglaterra, que ya les hab$a prometido la independencia1 y

los enormes territorios insulares de ndonesia a %olanda4 los retornos de las antiguascolonias a sus respectivas metr'polis se hicieron dif$ciles desde el primer momento, y todosesos pa$ses alcanzar$an pronto la independencia. (o mismo ocurri' con @ilipinas, pa$s alque los !stados Hnidos hab$an prometido la soberan$a. !n !"tremo 6riente ladescolonizaci'n enlaz' casi con el final de la guerra, en un proceso que se adelant' a otrasregiones del mundo. Iap'n, que fue el pa$s que perdi' más territorios, fue, sin embargo, elmejor tratado por los vencedores, que mantuvieron en todo momento su soberan$a, y prontoayudar$an a su reconstrucci'n.



El nuevo orden mundial

Hn conflicto de las dimensiones y la tremenda trascendencia de la segunda guerramundial ten$a que desembocar l'gicamente en una nueva realidad, también planetaria. #a

en el verano de 78?7, cuando el resultado de la gran conflagraci'n era todav$a incierto -ycuando ni siquiera los !stados Hnidos hab$an entrado en la guerra, se reunieron a orillasdel r$o 0otomac los má"imos mandatarios de los pa$ses anglosajones, @ranMlin Noosevelt, presidente norteamericano y Finston &hurchill, primer ministro británico, para realizar unadeclaraci'n de principios a aplicar después de la guerra. @ue un gran acierto psicol'gico.Ee aquella reuni'n sali' la Carta del Atlántico, en la que se preve$a que el mundo futurohabr$a de edificarse sobre los valores de la democracia, la tolerancia y el respeto entre los pueblos, al tiempo que se condenaba toda suerte de dictaduras. >ás tarde, cuando la Hni'nSoviética contaba también entre los aliados, este prop'sito com3n qued' un tantooscurecido1 pero el dictador ruso, Stalin, inici' un hábil movimiento de insinuaciones,dejando entender vagamente que su pa$s, una vez terminada la guerra, vivir$a una apertura a

la democracia. Ee hecho, los reg$menes comunistas habr$an de titularse, en curiosaredundancia, )democracias populares*, a pesar de la imposici'n de un partido 3nico y elcastigo de toda disidencia pol$tica. (os aliados occidentales alimentaron por un tiempo unacierta dosis de ingenua esperanza en la )conversi'n* de los comunistas.

!n abrilCjunio de 78?9 se celebr' una conferencia internacional de los 97 pa$sesaliados en San @rancisco, que redactaron una Carta de las Naciones Unidas. (a e"presi'n)/aciones Hnidas* hab$a ido sustituyendo desde meses antes a la de )aliados*. /o se sab$amuy bien si las /aciones Hnidas eran solo las que combat$an a 2lemania y Iap'n, o todaslas naciones del mundo en un escenario de paz general. (a &arta de San @rancisco preve$ala formaci'n de un organismo mundial, con una 2samblea representante de todas las

naciones miembros, una Secretar$a Jeneral y un &onsejo de Seguridad, formado solo por las grandes potencias, y eventualmente, por algunas representaciones de las peque5as. Sereproduc$a as$ el esquema de la Sociedad de /aciones e"istente antes de la guerra, aunquese procuraba superar sus inconvenientes. !n la &onferencia de 0otsdam —julioCagosto de78?9—, los );res Jrandes*, !stados Hnidos, Hni'n Soviética y Jran Areta5a, ratificaronla &arta de las /aciones Hnidas como garant$a de la futura paz universal, y dejabanentender que en la organizaci'n podr$an entrar no solo las naciones vencedoras en laguerra, sino también las que hab$an permanecido neutrales. !so s$, se hizo una e"cepci'n4se vedaba la entrada a la !spa5a de @ranco. 2 su tiempo, se admitir$a a algunos pa$sesneutrales de corte autoritario, como 0ortugal, y por supuesto, entre los miembrosfundadores contaba la Hni'n Soviética, dirigida férreamente por Iosif Eugashvilli -Stalin,que ya se hab$a hecho famoso por sus terribles )purgas*, que hab$an liquidado a millonesde disidentes. (os aliados occidentales concedieron pleno derecho a Nusia, porque figurabaentre las grandes potencias vencedoras y porque a3n esperaban una evoluci'n de surégimen.

(a 6rganizaci'n de las /aciones Hnidas -6./.H. se fundaba, de acuerdo con los777 art$culos de la &arta de San @rancisco, como una corporaci'n internacional encargadade garantizar la paz, los Eerechos %umanos, la libertad y el progreso de todos los pueblos



del mundo. (a 6/H fue el resultado de dos ideas distintas, hasta cierto puntocontrapuestas4 el principio de la igualdad de los pueblos, y el deseo de los )Jrandes* —que por su parte se consideraban más civilizados y más preparados para la misi'n— demantener el control del mundo4 y as$ resultaron, por un lado una 2samblea, con derecho devoto igual para todos los estados miembros, y por otro un directorio de las grandes

potencias, que ya se hab$an arrogado desde la guerra las grandes iniciativas sobre laorganizaci'n de la paz, y tem$an que un organismo mundial puramente asambleario sedesmandase y acabase siendo incontrolable. 0or de pronto, se acord' que para lasdecisiones importantes, as$ como para el ingreso de nuevos miembros, ser$a preciso el votode los dos tercios de los miembros de la 2samblea. 0ronto la 2samblea fue perdiendocapacidad ejecutiva en beneficio del Secretario Jeneral y el &onsejo de Seguridad. !ste3ltimo se articul' a base de once miembros, los )&inco Jrandes* y otros seis pa$ses queir$an sucediéndose en él por rotaci'n. 2hora bien4 solo los )Jrandes* tendr$an derecho deveto4 es decir, que para que una resoluci'n del &onsejo quedase aprobada ser$a necesario elvoto de los &inco. 2s$ las más altas potencias del mundo tendr$an una clara prioridad sobrelas demás. !n un principio -conferencia de Eumbarton 6aMs se hab$a pensado en unreparto de zonas de influencia en el mundo de cuatro )Jrandes*4 los !stados Hnidos,encargados de velar por la estabilidad del continente americano y los dos 6céanoscircundantes1 la Hni'n Soviética, con hegemon$a en !uropa 6riental y el norte de 2sia1Jran Areta5a, influyente en !uropa y los )dominios* británicos -&anadá, 2ustralia, /uevaRelanda, Sudáfrica, la ndia y virtualmente el sur de 2sia, y &hina, que sustituir$a alvencido Iap'n en la hegemon$a sobre !"tremo 6riente. !l concepto de los &uatro Jrandesera una curiosa combinaci'n de misi'n tuteladora y reparto de zonas de influencia en elmundo. !ste concepto geopol$tico fue alterado ligeramente por las continuas presiones de@rancia, que, aunque de momento sin gran poder efectivo, quer$a contar también entre lassuperpotencias del mundo. 2l fin se decidi' un &onsejo en que dirigir$an los )&incoJrandes*.

!l cargo de 0residente de la 2samblea fue desde el primer momento más honor$ficoque ejecutivo. 0or el contrario, cobr' una gran relevancia, el de Secretario Jeneral1 paraeste puesto fueron elegidos siempre representantes de pa$ses poco poderosos, pero hombresdotados de alta capacidad de gesti'n, como ;rygve (ie, HC;hant, Eag %ammarsMjld, PurtFaldheim, 0érez de &uéllar, Autros Jalli, Poffi 2nnan. !n un principio, el SecretarioJeneral desempe5' un papel de alta relevancia, viajando por el mundo entero, actuando demediador en los conflictos, y tratando de ofrecer soluciones viables para unos y otros-%ammarsMjld muri' de accidente en la guerra civil del &ongo1 pero poco a poco el&onsejo de Seguridad fue cobrando atribuciones en tanto la 2samblea Jeneral se reun$acada vez con menor frecuencia sin apenas otra funci'n que la meramente consultiva. &ontodo, el derecho de veto frustr' muchas de las acciones del &onsejo1 especialmente laHni'n Soviética, sola entre las superpotencias, vet' una buena parte de las resoluciones propuestas por los otros4 el ministro ruso de asuntos !"teriores, GichinsMy, se gan' el apodode )>ister /yet*. &onforme ganaba terreno el ambiente de apaciguamiento entre !ste y6este, y, sobre todo tras la desaparici'n de la Hni'n Soviética en 78B8, el &onsejo deSeguridad ha aumentado considerablemente su operatividad y eficacia.

2 la sombra de las /aciones Hnidas se han creado o reestructurado multitud deorganizaciones internacionales, encaminadas a tareas de desarrollo y promoci'n en el



mundo entero. 2s$ la H/!S&6, para favorecer la educaci'n en todas partes1 la @26, paravelar por la alimentaci'n, especialmente en los pa$ses del tercer >undo1 la 6rganizaci'n>undial de la Salud -6>S, para la coordinaci'n de las tareas sanitarias y prevenci'n deepidemias1 el Aanco >undial, encargado conceder préstamos con bajo interés a pa$sesnecesitados, o el ;ribunal nternacional de Iusticia, destinado a resolver contenciosos al

más alto nivel. !stas instituciones, en las que se deposit' en principio una enormeesperanza, no han resultado todo lo eficaces que fuera de desear, sin que hayan dejado de prestar servicios de particular importancia. !n general, las /aciones Hnidas han sidoincapaces de salvaguardar la paz mundial y de asegurar el desarrollo, la cultura y elejercicio de los derechos humanos en todos los pa$ses del mundo1 pero ser$a injusto noreconocer la utilidad de sus actuaciones. %an evitado muchos conflictos y han resueltootros, por desgracia no todos. !l mismo hecho de que la 6/H haya logrado prevalecer desde 78?9 hasta nuestros d$as parece ser una prueba de la solidez de su planteamiento, yde las ilimitadas posibilidades que todav$a le pueden estar reservadas.

!n la conferencia de ;eherán declar' el presidente Noosevelt4 )Jran Areta5a, la

Hni'n Soviética, &hina y los !stados Hnidos representan más de las tres cuartas partes dela poblaci'n mundial. >ientras esas cuatro naciones permanezcan juntas y decididas amantener la paz, no habrá posiblidad de que una naci'n agresora desencadene una guerra*.0or desgracia, ni esa realidad demográfica es ya cierta ni se iba a mantener la amistad entrelos vencedores. %a habido muchas agresiones. &ierto que no ha vuelto a haber guerrasmundiales.

Estados Unidos, la gran superpotencia

Se ha dicho muchas veces, y no sin raz'n, que el mundo sali' derrotado de la

segunda guerra mundial. %ubo, ante todo una e"cepci'n, los !stados Hnidos de 2mérica.!l )pa$s de las ilimitadas posibilidades*, como se le llamaba ya antes de la guerra, se promocion' de una manera muy especial durante el conflicto. 0or su enorme distancia delos frentes, tuvo la e"cepcional ventaja de no sufrir da5o alguno durante aquellos a5osterribles para otros. Sus pérdidas humanas fueron muy peque5as, en comparaci'n con suenorme poblaci'n y con las sufridas por los demás pa$ses, incluidos los vencedores4 no pasaron de <89.:::. (a guerra oblig' a multiplicar su producci'n y a perfeccionar sutecnolog$a, hasta ponerla en un plano de superioridad respecto del resto del mundo.2lemania hab$a previsto un plan de conversi'n de la industria ordinaria en industria deguerra, y el hecho e"plica sus espectaculares é"itos iniciales. !l secreto de !!.HH. fue lafacilidad con que a partir de 78?9 transform' gran parte de su industria de guerra en formasde producci'n práctica para la paz. Sobre todo, se convirti' en acreedor del mundo entero.!nvi' cantidades ingentes de material a Jran Areta5a y sus Eominios y a Nusia4 estos pa$ses, gracias a la ayuda, quedaron vencedores, pero altamente endeudados. # después dela guerra, !stados Hnidos sigui' prestando dinero a los pa$ses deshechos por lasdestrucciones y los bombardeos1 su comportamiento, en este sentido, fue generoso einteresado a un tiempo. Hna inversi'n de L=:.::: millones de d'lares permiti' a losamericanos convertirse con enorme diferencia en el primer productor del mundo. &on soloel D por 7:: de la poblaci'n mundial, dispon$an del 9: por 7:: de la energ$a eléctrica, el 9:



por 7:: del carb'n, el D9 por 7:: del petr'leo. ;en$an que colocar sus inmensose"cedentes, pues eran incapaces de consumirlos en casa, a pesar de su alto nivel de vida4 ylo consiguieron hasta prestando a los demás para que les compraran. !l d'lar sustituy' a lalibra esterlina como divisa de referencia universal, y los acuerdos de Aretton Foods fijaronla paridad del d'lar con el patr'n oro1 las demás monedas del mundo, que abandonaban el

patr'n oro, se fijaban con respecto al d'lar, y todas las grandes transaccionesinternacionales se efectuar$an en d'lares como unidad de cuenta.

(a victoria en la guerra, y, más a3n, la conciencia de su inmensa superioridad,confiri' a los !stados Hnidos una tremenda seguridad en su fuerza y en su propio destino1el patriotismo en un pa$s de e"tracci'n étnica multiforme se convirti' en la actitud habitual,y contribuy' a crear entre los norteamericanos la conciencia de que ten$an que hacer algoimportante en el mundo. ;ras la primera guerra mundial, el presidente Filson, con su programa de organizaci'n de la paz, sus famosos &atorce 0untos y la creaci'n de laSociedad de /aciones, fue el primer abanderado del nuevo orden mundial de 787BC78<:1 pero pronto los americanos renunciaron a ese papel, para refugiarse en un c'modo

aislacionismo. !n 78?9 adoptaron la misma actitud -conferencia del 0otomac, conferenciade San @rancisco, creaci'n de las /aciones Hnidas, pero ya no la abandonar$an. 2ldecidirse que la sede de la 6/H se fijar$a en /ueva #orM —primero en el gigantescogimnasio de @lushing >eadoQs, luego en un rascacielos construido al efecto a orillas del!ast Niver—, la que pudiéramos llamar )capital del mundo*, localizada antes en (ondres,0ar$s, Aerl$n o Jinebra, pas', por primera vez en siglos, a ubicarse en 2mérica.

>uerto el carismático presidente Noosevelt en abril de 78?9 -hab$a sido elegidocuatro veces consecutivas, caso 3nico en la historia de !stados Hnidos, le sucedi' elvicepresidente %arry S. ;ruman, menos brillante que él, pero voluntarioso, y tenaz. Si en un principio, como Noosevelt, confiaba en una evoluci'n de la Hni'n Soviética a la

democracia, no tard' en desenga5arse, y sent' en 78?D la )Eoctrina ;ruman* de ayuda alos pa$ses libres y cada vez más clara oposici'n al comunismo soviético y sus planese"pansionistas. Eespués de un ef$mero triunfo electoral de los republicanos en las parcialesde 78?=, ;ruman se afianz' con su firmeza caracter$stica, y fue reelegido presidente en78?B. (os !stados Hnidos no solo eran el pa$s más rico y poderoso del mundo -y demomento el 3nico propietario de la bomba at'mica, sino que se hab$an arrogado un papelde tutela sobre el mundo libre y de oposici'n a la otra gran potencia vencedora en la guerra. /orteamérica, durante tantos a5os aislacionista, jugar$a desde entonces un papel predominante en el juego de la pol$tica mundial.

La Unión Soviética y los países satélites

(a otra gran superpotencia de la posguerra fue la Hni'n Soviética, el inmenso pa$sdotado de un régimen dictatorial presidido por Iosif Stalin y un partido 3nico que sereservaba todos los poderes y due5o absoluto de una bien organizada propagandaideol'gica, el partido comunista. Si el sobrealzamiento de los !stados Hnidos a un nuevo plano de poder$o internacional resulta algo sorprendente, mucho más lo es el de la Nusiasoviética, mucho menos desarrollada y con una sociedad en su inmensa mayor$a pobre. 0or



si esto fuera poco, la HNSS sufri' inmensas pérdidas humanas, cifradas, por más que noconozcamos los datos e"actos, en unos <: millones de muertos -por acci'n de guerra, por hambre, por fr$o, por represalias, es decir, algo as$ como el 7: por 7:: de su poblaci'n. #no menos enormes pérdidas materiales después de una guerra asoladora librada hasta casi el3ltimo momento en su propio territorio. Tuizá el poder$o de Nusia pueda ser e"plicado por

tres razones. Hna es su propio potencial humano. Hn pa$s de doscientos millones dehabitantes siempre mantiene reservas. @ueron las enormes masas movilizadas, mucho másque un armamento insuficiente y anticuado las que hab$an contenido a los alemanes enSmolensMo, en AriansMCGiasma, en la batalla de >osc3. !sas mismas masas permitieron alos rusos conquistar Aerl$n combatiendo )con una divisi'n en cada calle*. 2un tras lasenormes pérdidas de la guerra, Stalin dispon$a de una inmensa masa humana, incluidas lasmujeres, que trabajaban en las labores más duras o en la industria pesada movilizada para lareconstrucci'n. Hna segunda causa deriva de la disciplina impuesta por un régimendictatorial cuyas disposiciones no se pod$an discutir sin riesgo de muerte o de deportaci'n aSiberia. !sta disciplina oblig' a trabajar sin tasa y sin tregua hasta transformar a Nusia en elsegundo pa$s más poderoso del orbe1 si la gran mayor$a de la poblaci'n segu$a siendo pobre, el !stado lleg' a poseer unos medios solo comparables a los de !stados Hnidos. !ntercer lugar podr$amos contar el hecho de que Nusia fue la 3nica potencia continentaleuropea que supo resistir a %itler y contraatacar desde su propio territorio. /o necesit'desembarcar en !uropa como los aliados occidentales. (os rusos ya estaban en !uropa y seadelantaron a los otros en la famosa )carrera por Aerl$n*. !ste adelanto les permiti'dominar un territorio inmenso desde el Aáltico hasta el 2driático. (os occidentales solo pudieron evitar la invasi'n de Jrecia. !stos territorios, llenos de recursos potenciales,facilitaron la reconstrucci'n de la Hni'n Soviética.

Stalin fue un hombre tenaz, met'dico, con incre$ble capacidad de mando, buenorganizador, y sin duda alguna muy inteligente. Su fama fue muy superior a su val$a, perotampoco hay motivos para infravalorar esta 3ltima. !ntre sus cualidades figura precisamente su habilidad para crear su propio mito. )Iamás en la historia moderna —dice(aqueur— un hombre hab$a conseguido un carisma tan electrizante sobre su propio pa$s ysobre el mundo entero*. &uriosamente, supo pasar del internacionalismo comunista a ladivinizaci'n del nacionalismo ruso. (a segunda guerra mundial fue llamada la )JranJuerra 0atri'tica*, y la victoria sobre los hasta entonces invencibles alemanes fuemagnificada como una haza5a e"clusiva del gran pueblo ruso. /o fue una casualidad elinmenso esfuerzo desplegado en la defensa y después en la reconquista de Stalingrado, laciudad que llevaba el nombre del dictador, donde se levant' un gigantesco monumento que,en viajes organizados, pudieron visitar muchos millones de rusos, inflamados en fervor patri'tico. (a escultura, la pintura, la m3sica fueron puestas también a disposici'n de lacausa victoriosa. #a en el mismo a5o 78?9 se volvi' a los 0lanes Tuinquenales deEesarrollo. >ás que a la elevaci'n del nivel de vida, que segu$a siendo bajo, se atendi' a lacreaci'n de una industria pesada y de una alta tecnolog$a, capaz de medirse con la de!stados Hnidos.

Stalin no tuvo inconveniente en seguir con sus famosas )purgas* pol$ticas, paraeliminar disidentes o contrincantes peligrosos en el propio 0artido. !ntre tres y diezmillones de personas —la cifra sigue siendo incierta— fueron enviados a los campos detrabajo. !n 789< se disolvi' el 0olitbur' para ser sustituido por un Presidium del &omité



&entral del 0artido, maniobra que sirvi' para eliminar a personajes tan poderosos einfluyentes hasta el momento como >olotov, Gorochilov y >iMoyan. !ntretanto, los pa$sesconquistados —2lemania oriental, 0olonia, &hecoslovaquia, %ungr$a, #ugoslavia, 2lbania,Numania, Aulgaria— iban adquiriendo un régimen comunista, en un proceso que va de78?9 a 78?B, y en que los rusos supieron obrar con habilidad, aprovechando las dif$ciles

condiciones econ'micas de aquellas naciones asoladas por la guerra, y por tanto eldescontento provocado por la carest$a o el desabastecimiento, especialmente entre las clasesmás pobres. 2s$ se cre' el enjambre de )pa$ses satélites*, aliados incondicionales, colch'ndefensivo y muchas veces proveedores de la Hni'n Soviética hasta 78B8. (acomunistizaci'n de estos pa$ses fue rápida. Hna escasa tradici'n democrática, lasdiferencias sociales y el deseo de reparto de tierras hicieron relativamente fácil, a pesar delas resistencias, el triunfo del comunismo en forma de partido 3nico. Suelen se5alarsecuatro fases4 7U, gobierno democrático, con participaci'n del partido comunista1 <U, propaganda )antifascista*, que sirve para eliminar a los partidos de derecha1 LU, pol$tica dereparto de tierras, unida a una evoluci'n al comunismo1 ?U, implantaci'n de una dictaduracomunista.

!n la 2lemania ocupada, naturalmente, no era posible conservar nada del régimenhitleriano, y fue fácil la creaci'n de un partido comunista, dirigido por Falter Hlbricht, que,una vez vista la imposibilidad de una paz conjunta de todos los aliados con la 2lemaniavencida, qued' como due5o de 2lemania 6riental -luego Nep3blica )Eemocrática* de2lemania, siempre bajo la tutela de la Hni'n Soviética. !n 0olonia, los rusos pusieron todasuerte de obstáculos al regreso del gobierno polaco en el e"ilio, que se encontraba en(ondres. &omo este gobierno protest' contra la desmembraci'n de 0olonia por el !ste, fuefácil eliminarlo. !l gobierno presidido por el dem'crata >iMolajcycM fue sustituido por eldel comunista JomulMa. 0olonia era un pa$s cat'lico y decididamente anticomunista, pero,abandonado por los occidentales y ocupado militarmente por los rusos, acab' en la 'rbitasoviética, no sin signos frecuentes de descontento. !n Numania hubo inicialmente ungobierno de coalici'n y se mantuvo la monarqu$a, representada por el rey >iguel . 0ero el partido comunista supo atraerse al )partido campesino*, que propugnaba la reformaagraria, y pronto se atrajo a otros para formar el @rente /acional. !n 78?= ten$a que abdicar >iguel, y enseguida se proclam' un régimen comunista presidido por 0etru Jroza. !nAulgaria, pa$s pobre y vencido, el poder cay' pronto en manos de Eimitrov, un antiguocomunista que ten$a gran prestigio. (a monarqu$a, regida entonces por el rey Sime'n,menor de edad, fue suprimida, y pronto Eimitrov suprimi' los demás partidos, para proclamar un régimen comunista. &hecoslovaquia era el pa$s en que con más probabilidades pod$a sostenerse la democracia. ;ambién era el más industrializado y el másinmerso en la cultura occidental. !n este caso, regres' el gobierno checo en el e"ilio, presidido por Aenes, el hombre que hab$a sido v$ctima de los alemanes. Eurante unos a5os,gobern' un sistema de cuatro partidos. &on gran habilidad, los comunistas fueron aliándosecon los enemigos del gobierno, hasta que consiguieron mayor$a absoluta en 78?B.!ntonces, sirviéndose de un inesperado golpe de estado, e"pulsaron a los demás partidos.!l hecho caus' sensaci'n en el mundo, porque significaba romper todas las reglas del juegoen un pa$s hasta entonces democrático1 pero el cambio fue irreversible. !n %ungr$a, el proceso también fue lento. !ra un pa$s mayoritariamente cat'lico y de tendenciasconservadoras. (a nueva &onstituci'n, aprobada en 78?=, era claramente democrática, y /agy un pol$tico abierto y tolerante. (os comunistas, que en las primeras elecciones solo



obtuvieron el 7D por 7:: de los votos, se aliaron con los socialdem'cratas y luegofomentaron la oposici'n de otros partidos, con los cuales se fueron aliando. !n 78?8 se proclam' una nueva &onstituci'n que convert$a a %ungr$a en )Nep3blica de trabajadores y&ampesinos*. (os comunistas eran ya los 3nicos due5os. (os que protestaron contra elrégimen de partido 3nico -entre ellos el cardenal >indszenty fueron detenidos. !l

#ugoslavia, dos grupos guerrilleros que lucharon contra los alemanes se disputaron el poder4 los comunistas dirigidos por Iosip Aroz, );ito*, y los liberales, dirigidos por >ihailovic1 el primer ministro británico, &hurchill, quiso ayudar a estos 3ltimos, puestoque los rusos ayudaban a los primeros1 pero Noosevelt no quer$a incomodar a lossoviéticos. 2l fin, los ingleses ayudaron a las guerrillas liberales griegas contra lascomunistas. !n el fondo, hubo una especie de acuerdo cr$ptico por el que Jrecia quedabaen el mundo democrático occidental y #ugoslavia en el comunista. ;ito impuso en el pa$seslavo una dictadura muy sui géneris, menos sujeta a la servidumbre de >osc3 que las delresto de los pa$ses eslavos.

!n suma, !uropa 6riental quedaba a disposici'n de los rusos, con otros tantos

reg$menes comunistas. &onstitu$a una coraza defensiva muy amplia para Stalin, al mismotiempo que una ayuda econ'mica y un conjunto de aliados bien armados y disciplinados, alservicio de la Hni'n Soviética.

Europa occidental, destrozada, pero superviviente

!n septiembre de 78?=, cuando gran parte de !uropa era todav$a un mont'n deruinas, se reunieron en las )rencontres* de Jinebra una serie de pensadores europeos. !rala primera vez que coincid$an fil'sofos de los dos bandos que hab$an combatido tanferozmente. !l tema del congreso era )+Tué es !uropa*. # la segunda pregunta4 +Tué

puede hacerse para lograr su uni'n y su recuperaci'n Ee all$ salieron muchas propuestas para hacer del Giejo &ontinente un rinc'n del mundo en paz y entendimiento mutuo, ytambién qued' en claro que el )esp$ritu europeo*, del cual participan de alguna maneratodos sus miembros, no solo tiene capacidad de uni'n y de recuperaci'n, sino que puedetodav$a regalar ideas iluminadoras al mundo. &asi por los mismos d$as, el primer ministro británico, Finston &hurchill, muy cerca de all$, en Rurich, pronunciaba un hist'ricodiscurso, en que se preguntaba. )+Tué es !uropa ahora Hn mont'n de escombros, unmatadero, un criadero de pestilencia y odio...*. 0ara superar de una vez por todas estosmales no ve$a otra soluci'n que la creaci'n de unos )!stados Hnidos de !uropa*.&hurchill, hombre de e"cepcional clarividencia, contemplaba tres hechos que pod$an poner en peligro la parte del mundo que durante muchos siglos hab$a albergado el coraz'n de lahumanidad4 una divisi'n fratricida, el surgimiento de los !stados Hnidos como nueva potencia de alcance universal, y la posibilidad de que la Hni'n Soviética, dotada, si no de lamás sofisticada tecnolog$a, s$ de una masa militar aplastante, invadiera todo el continente, yofreciera al mundo el hecho consumado de una !uropa comunista dirigida desde >osc3.

%oy parece claro que Stalin no abrigaba la intenci'n de invadir !uropa 6ccidental,aunque es cierto que se estudi' el plan RhuMov, consistente en ocupar todo el territorio entreel !lba y 0ortugal en una campa5a de quince d$as, gracias a la masa de tanques de que



dispon$an los rusos. 0ero subsist$a el problema de la invasi'n de nglaterra, que hubiera podido servir de base para una contraofensiva de los norteamericanos, como ya hab$aocurrido en la Segunda Juerra >undial. Stalin confiaba más en la comunistizaci'n de!uropa como consecuencia del empobrecimiento de las clases trabajadoras y de las mismasclases medias. !ste hecho har$a absolutamente innecesaria una ocupaci'n militar.

!fectivamente, el a5o 78?9 fue terrible por la escasez de subsistencias, agravada por la casiabsoluta falta de fertilizantes, que dieron lugar aquel verano a una cosecha catastr'fica. #mayores eran los temores para el invierno, porque la producci'n de carb'n era, seis mesesdespués de la guerra, de solo el ?< por 7:: del valor normal4 no solo pod$a paralizarse laindustria, sino que familias enteras pod$an perecer de fr$o.

(as dif$ciles condiciones econ'micas propiciaron un inesperado giro a la izquierdaen los pa$ses vencedores, Jran Areta5a -gobierno laborista y @rancia -coalici'n socialistas,radicales y comunistas, que dejaron fuera de juego a Ee Jaulle. !n la vencida talia eltriunfo del comunismo fue evitado por el rápido surgimiento de la Eemocracia &ristiana, un partido de centro con preocupaciones sociales, presidido por 2lcide Ee Jasperi. >ás tarde

surgir$a la democracia cristiana alemana, de la mano de otro hombre e"traordinario, y juntocon Ee Jasperi, uno de los )padres de !uropa*4 Ponrad 2denauer. &on todo, loscomunistas alcanzaban el ?: por 7:: de los votos en talia y el L: por 7:: en @rancia. (a&onferencia de (a %aya, en que participaron Jran Areta5a, @rancia, talia, Aélgica y%olanda, busc' soluci'n a los problemas econ'micos y las f'rmulas para una futuraintegraci'n europea. !n @rancia, Iean >onnet fue un magn$fico planificador, que inici' latarea de reconstrucci'n del pa$s1 y en talia, el N o nstituto para la Neconstrucci'ntaliana realiz' también una buena labor. Tuedaba, sin embargo, much$simo por hacer.

+%ubiera podido salvarse !uropa sin ayuda e"terior !s posible, pero no resultafácil responder a esta tremenda pregunta. (o cierto es que esta ayuda comenz' a afluir

gracias a la labor de la H/NN2, una instituci'n propiciada por las /aciones Hnidas yfinanciada en su mayor parte por los norteamericanos, para la reconstrucci'n de los pa$sesdevastados por la guerra, incluida Nusia. !l giro más importante se dio en marzo de 78?Dcon la )Eoctrina ;ruman*. !l presidente norteamericano declaraba la e"istencia patente de)dos mundos*, el occidental democrático y el comunista, y, aun sin atacar directamente a laHni'n Soviética, promet$a su ayuda a los pa$ses libres. @ue una de las primeras iniciativasque hicieron p3blica la divisi'n de los vencedores en la guerra mundial. Ee la Eoctrina;ruman sali', entre otras importantes decisiones, el European Recoer! Program, másconocido por 0lan >arshall, por el nombre del Secretario de !stado norteamericano que loformul' y dirigi'. !l 0lan >arshall supuso una gigantesca operaci'n de ayuda a los pa$seslibres de 6ccidente que tuvo las más espectaculares consecuencias. (a finalidad de losamericanos era triple4 ayudas a los pa$ses democráticos de !uropa -incluida la nueva2lemania para reconstruirse1 realizar inversiones americanas de envergadura en ele"tranjero, y evitar que la parte del Giejo &ontinente en que se manten$a la democraciacayera en manos de Nusia o se convirtiera al comunismo. (as tres finalidades fueronconseguidas. !l 0lan >arshall fue proyectado en 78?D y puesto en práctica en 78?B4solamente este a5o, proporcion' ayudas por valor de 9.L:: millones de d'lares, principalmente en alimentos y equipamiento industrial1 en 7897 hab$a distribuido ya más de7B.::: millones. 6tras ayudas permiten cifrar el importe de las aportaciones y préstamosnorteamericanos a !uropa y Iap'n en L:.::: millones de d'lares. @ue un trasvase



gigantesco. 0or supuesto, los americanos regalaron, prestaron e invirtieron favoreciendo sus propios intereses4 no todo fue una desinteresada obra de generosidad1 pero de ningunamanera puede negarse el valor de esta ayuda, muchas veces absolutamente gratuita, enorden a la reconstrucci'n de !uropa y a la preservaci'n de la democracia.

!n parte gracias al 0lan >arshall, en parte gracias a la propia iniciativa einteligencia de los europeos, la recuperaci'n econ'mica de !uropa fue el fen'meno másespectacular de la posguerra. (os obreros alemanes trabajaron como voluntarios en lareconstrucci'n de las fábricas en que hab$an trabajado. (as mujeres retiraban escombros, orescataban sin el menor interés propio objetos de valor. (as ciudades fueron reconstruidasde una manera pragmática, siguiendo los antiguos trazados, pero sin pensar en el lujo. (osgrandes edificios emblemáticos, desde la catedral de &olonia a la Vpera de Giena, ser$anreconstruidos después, en los buenos tiempos, y con la má"ima fidelidad. Ee momento,!uropa se recuperaba sin alardes, pero con sentido práctico. !n Jran Areta5a se mantuvo elsistema de racionamiento hasta 78?B. !l gobierno laborista hubo de tropezar con grandesdificultades, y al fin fue necesario devaluar la libra esterlina, pero se fue alcanzando la

estabilidad econ'mica, y la reconstrucci'n fue un hecho. ;res a5os después de la guerra, noquedaba un edificio en ruinas. !n @rancia, la &uarta Nep3blica se organiz' con mayor$a delos partidos de izquierdas, pero fueron cobrando importancia nuevos grupos afines a lademocracia cristiana con Aidault. %acia 789:, se alcanz' el nivel de preguerra. taliadecidi', mediante referéndum, erigirse en rep3blica, pero Ee Jasperi y susdemocratacristianos realizaron una importante pol$tica social y de reconstrucci'n, hastaconsagrar el llamado )milagro italiano*. (a misma 2lemania 6ccidental se constituy' en78?8 en Nep3blica @ederal 2lemana, que, aun con tropas de ocupaci'n, fue una entidadsoberana, dotada de una eficaz administraci'n y unos e"celentes seguros sociales. !ngeneral, se tendi' a crear en todas partes un )!stado del Aienestar*, con ampliaintervenci'n del sector p3blico para ayudar a las clases menos favorecidas, y ellocontribuy' decisivamente a evitar la evoluci'n hacia el comunismo. 0or los a5os 9:,!uropa occidental no solo se hab$a reconstruido, sino que era mucho más solidaria, seatisbaban crecientes signos de vinculaci'n entre las naciones, y se hab$a alcanzado osuperado el nivel econ'mico de antes de la guerra.

La ruptura Este!este

!n la guerra mundial, hasta 78?7, los aliados representaban la democracia, las potencias del !je -2lemania, talia, luego Iap'n los sistemas totalitarios. !l ataque alemána la Hni'n Soviética hizo entrar en la 'rbita de los aliados a una gran potencia totalitaria,Nusia. 2s$, los vencedores en la gran contienda obedec$an a dos sistemas completamentedistintos, aunque se quiso disimular un poco esta dualidad, y el mismo Stalin suger$a paraNusia un futuro democrático. 0or otra parte, la ideolog$a oficial de los 2liados era ladefensa de la libertad, como se hizo ver en la &onferencia de San @rancisco y en la &arta delas /aciones Hnidas. !n un principio, se prefiri' no ver el sistema que imperaba en laHni'n Soviética. !l veterano &hurchill comprendi' muy pronto el riesgo de una separaci'nentre los aliados y hasta una enemistad !steC6este de incalculables consecuencias. 0areceque los americanos fueron más ingenuos, y segu$an confiando en la cooperaci'n con los



rusos. Noosevelt mientras vivi', y ;ruman en sus primeros momentos participaron de laesperanza de que la uni'n entre los aliados se podr$a mantener.

(a primera discordia se produjo a la hora de ocupar 2lemania. /o fue posibleformar una fuerza de ocupaci'n conjunta, y cada potencia se qued' con una zona, sin

permitir la entrada a las otras. !l previsto tratado de paz conjunta con 2lemania no llegar$aa firmarse jamás. 6tro punto de conflicto estuvo en la isla báltica de Aornholm, que losrusos apetec$an. (a isla hab$a sido ocupada por los alemanes, pero era de soberan$a danesa.2l fin los occidentales consiguieron que fuera entregada a Einamarca, pero los rusosquedaron muy molestos. 0ronto la tensi'n entre unos y otros vencedores se traslad' a losAalcanes. ;anto en #ugoslavia como en Jrecia se hab$an constituido guerrillas deresistencia antialemanas, pero de distinto signo. !n #ugoslavia, ;ito era comunista y>ihailovic pretend$a restaurar la monarqu$a derribada por los alemanes4 &hurchill quisoayudar a >ihailovic, mientras Stalin ayudaba a ;ito. !n Jrecia, luchaban los guerrillerosdel !2>, socialdem'cratas y liberales y los del !(2S, comunistas1 los americanosdisuadieron a &hurchill de seguir apoyando a los dem'cratas yugoslavos, pero aprobaron la

ayuda británica a los griegos. (as tropas inglesas llegaron a desembarcar en Jrecia y lalibraron de la ocupaci'n soviética4 Jrecia fue as$ el 3nico pa$s balcánico en que se restaur'la democracia, mientras en #ugoslavia los liberales eran aplastados. # al otro lado delmundo, cundi' muy pronto una carrera por la liberaci'n de la pen$nsula de &orea, que los japoneses se hab$an apropiado. /o hubo posiblidad de acuerdo, y al fin &orea qued'dividida en dos, la parte /orte ocupada por los rusos y con un régimen comunista, la partesur ocupada por los americanos, con un régimen democrático. (os rusos se apoderarontambién de la parte japonesa de la isla de SaMhalin. 2s$, result' también muy dif$cil untratado de paz conjunto con Iap'n. ;odas estas disputas, resueltas de momento sin sangre,eran de tipo territorial, una auténtica carrera de las potencias vencedoras por ocupar lamayor cantidad posible de territorios1 pero la creaci'n en ellos de reg$menes comunistas odemocráticos dej' patente una rivalidad mucho más profunda y duradera4 la ideol'gica. 2lfin y al cabo, los principios de Nusia y de los occidentales representaban dos formascontrapuestas de concebir el mundo y la sociedad.

!n !stados Hnidos empezaron a tomar conciencia de esta dualidad ya en 78?=,cuando >arshall sustituy' a Aymes en la Secretar$a de !stado. (a pol$tica e"terior norteamericana cambi' y se acerc' a las posiciones de &hurchill. &omo ya hemos dicho, enmarzo de 78?D, el presidente ;ruman ofreci' la ayuda )a los pueblos del mundo libre,frente a la amenaza del totalitarismo*4 Wpor primera vez se hablaba de un totalitarismo queya no era el de %itler o >ussolini (a )Eoctrina ;ruman* sent' muy mal en la Hni'nSoviética, y Stalin comenz' a su vez a acusar a los occidentales. Tuedaba claro que losvencedores se hab$an dividido en dos bandos. >ientras tanto, a los pa$ses de !uropaoriental ocupados por los rusos se intentaba aplicar la )doctrina Rdanov*, de comunidad ycooperaci'n en un mundo comunista. 2 la vista de las circunstancias, se celebraba enEunMerque una conferencia de los pa$ses occidentales, que preconizaba una alianzademocrática, que ser$a el primer precedente de la 6;2/. (a profec$a de que los aliadosacabar$an enfrentándose entre s$ se estaba cumpliendo, y antes de lo que se hab$a supuesto.%asta se hablaba de la posibilidad de una tercera guerra mundial, casi continuaci'n de lasegunda, y, como ella, entre democracias y dictaduras totalitarias. Ee momento, losoccidentales pose$an una gran ventaja con la posesi'n de la bomba at'mica que hab$an



inventado los americanos. 2unque Nusia manten$a movilizados millones de hombres y pod$a invadir !uropa sin demasiada resistencia, la amenaza nuclear constituy' desde el primer momento un factor disuasorio. Stalin, durante un tiempo, prefiri' negar la e"istenciade la bomba at'mica, asegurando que se trataba de un )bluff* inventado por americanos y japoneses para llegar a la paz entre ellos y de paso amedrentar a Nusia y otros pa$ses.

(uego, ante la evidencia, se puso a asegurar que los rusos también dispon$an de tan terriblearma. /o era cierto, pero s$ lo era que los soviéticos, ayudados por algunos técnicosalemanes prisioneros, se afanaban en conseguirla. 2l fin, en 78?8, la Hni'n Soviética hac$aestallar su primer artefacto nuclear. Si hab$a una tercera guerra mundial, ser$a realmenteterror$fica. Tuizá por eso precisamente no la hubo.

/o faltaron nuevos motivos de disputa. !n 78?B, los aliados decidieron unificar susrespectivas zonas de ocupaci'n en 2lemania -americana, inglesa, francesa y propiciar ungobierno democrático en esa triple zona. !n 78?8 se constitu$a oficialmente la Nep3blica@ederal 2lemana, bajo la presidencia de 2denauer. (os rusos protestaron contra esta pol$tica, y recurrieron al bloqueo de Aerl$n. !sta ciudad también estaba dividida en dos

zonas de ocupaci'n, pero se encontraba englobada geográficamente en la regi'n ocupada por los rusos. Aerl$n occidental se reconstruy' rápidamente, y fue pronto una ciudad libre y pr'spera, en tanto Aerl$n oriental conservaba las ruinas de la guerra y un pésimo sistema deabastecimiento. (a diferencia entre las dos zonas de la antigua capital alemana erasangrante. !ntonces los rusos cortaron las comunicaciones entre occidente y Aerl$noccidental, esperando que las potencias democráticas, por comodidad, y por laimposibilidad de seguir asistiendo a millones de berlineses, renunciar$an a la ocupaci'n. /ofue as$1 los angloamericanos montaron un )puente aéreo* que mantuvo las comunicacionesy los abastecimientos. (a operaci'n les result' car$sima, pero fue un gran triunfo moral.Aerl$n 6ccidental seguir$a siendo un s$mbolo de libertad y de prosperidad en medio delmundo comunista.

!n 78?8, &hina cambiaba de signo4 >ao Redong venc$a a Xiang PaicheM en unadura guerra civil, y el inmenso pa$s que era &hina, el más poblado del mundo, se convert$aen una nueva dictadura comunista. !n este ambiente, la alianza occidental se hac$a másnecesaria que nunca, y el ? de abril de 78?8 los pa$ses occidentales firmaban el ;ratado dela 2lianza del 2tlántico /orte -6;2/. (os rusos protestaron contra lo que estimaban unaalianza general contra ellos -realmente lo era as$, aunque la 6;2/ se estipul' comoorganizaci'n defensiva, y pronto contestaron con un gran triunfo que ya conocemos4 laconsecuci'n de la bomba at'mica -septiembre, al tiempo que propiciaban la alianza detodos los pa$ses comunistas, que culminar$a más tarde con el 0acto de Garsovia. (arivalidad entre dos partes inmensas del mundo, informadas por ideolog$as y proyectos muycontrapuestos, estaba servida. +ba a estallar entonces una nueva guerra mundial ;odo fue posible cuando en junio de 789: &orea del /orte, comunista, invad$a &orea del Sur. (osamericanos, después de dudas dramáticas, decidieron ayudar a los del Sur4 no pod$anconsentir un retroceso en una parte tan importante del mundo, a las puertas del Iap'n. (osrusos prefirieron no intervenir directamente -lo har$an los chinos. #a se hablaba por entonces de )guerra fr$a*4 el término hab$a sido inventado por Aernard Aaruch, consejerodel presidente ;ruman, en 78?D. 0ero en 789: pod$a convertirse en una )guerra caliente*,más horrorosa que ninguna otra de la %istoria.



!fectivamente, para comprender los hechos necesitamos conocer lo ocurrido en la&hina de la posguerra. #a antes de la guerra mundial, concretamente en 78LD, hab$acomenzado la guerra chinojaponesa. (os chinos, aunque mucho más numerosos, no ten$anni la preparaci'n militar ni el material de que dispon$an los nipones. !stos conquistaron lasislas vecinas y prácticamente toda la costa china, incluida la mayor ciudad entonces del

continente, Shanghai. (uego comenz' la guerra mundial, y los japoneses tuvieron quecombatir en frentes muy diversos, aflojando su presi'n sobre el inmenso y realmenteinconquistable territorio chino. !l gobierno del presidente Xiang PaicheM se retir' a unacapital provisional del interior, &hungMing, y logr' resistir, pese a los terribles bombardeos,durante toda la guerra. ;erminada ésta, &hina, aun destrozada, se convirti' en uno de los)&uatro Jrandes* imaginados por Noosevelt para mantener el equilibrio del mundo4-!stados Hnidos, Jran Areta5a, la Hni'n Soviética y &hina, influyente cada cual en unespacio del planeta. &hina sustituir$a as$ a Iap'n en !"tremo 6riente. &uando se fundaronlas /aciones Hnidas, pas' también a figurar entre los miembros permanentes del &onsejode Seguridad.

2hora bien4 &hina se encontraba destruida y empobrecida. (a escasez, el hambre, lamala administraci'n, unida a una evidente corrupci'n, impidieron que el enorme pa$sejerciera el papel director que se esperaba de él. Se produjo una galopante inflaci'n, ymillones de chinos quedaron desenga5ados de la clase pol$tica. Hna vez más, el flamante yheroico vencedor de la guerra se mostraba incapaz de restaurar la normalidad en un pa$senorme y castigado... propiciando de nuevo, también aqu$, el cambio a la izquierda. 2s$, elcaudillo comunista >ao ;seCtung -ahora se escribe >ao Redong, que hab$a tenido queretirarse en una )larga marcha* hasta la frontera noroeste, cerca de >ongolia, retorn' a laofensiva en 78?D, y se encontr' con una sociedad cada vez más deseosa de unatransformaci'n pol$tica y de un l$der que resolviera el pavoroso problema econ'mico yalimenticio. 2s$ fue como >ao, hombre inteligente y carismático, fue cobrando importanciafrente al hasta entonces héroe de la guerra, Xiang PaicheM. Eurante los a5os 78?DC78?8 seregistr' en &hina una guerra civil4 los comunistas al norte, los nacionalistas al sur.&uriosamente, ambos bandos apenas recibieron ayuda e"terior. (os !stados Hnidos nosimpatizaban con Xiang, que segu$a una pol$tica cada vez más autoritaria4 el Secretario de!stado, >arshall, que viaj' a 0eM$n, no vio con simpat$a ni la dictadura de Xiang ni elcomunismo de >ao. 2consejaba un arreglo entre los dos bandos, que result' imposible. /orteamérica perdi' as$ una ocasi'n e"celente de ganarse a la naci'n más poblada delmundo. 0or otra parte, Stalin consideraba a &hina parte de la zona de influencia occidental,y no quiso correr aventuras en un pa$s tan complicado, má"ime que tampoco ve$a consimpat$a a >ao.

Ee modo que la guerra se decidir$a por obra de las fuerzas internas, y más a3n por efecto de una coyuntura econ'mica desastrosa que hizo entender a muchos chinos que unrégimen de reparto de tierras ser$a beneficioso. (a contienda se mantuvo indecisa el a5o78?B, pero los comunistas iban ganando apoyos de la clase campesina, mientras los perd$ala causa nacionalista. !n enero de 78?8, las tropas de >ao entraron en 0eM$n y desde aquelmomento se rompi' la igualdad de fuerzas4 el frente nacionalista se hundi'. !n septiembrese produjo la desbandada, en octubre >ao Redong cruzaba el #angCtsé, y en noviembreXiang PaicheM se refugiaba en la isla de ;aiQan, que nunca llegar$a a ser ocupada por loscomunistas. 2 fines de 78?8, >ao proclamaba la Nep3blica 0opular &hina, iniciaba una



pol$tica de reformas y nacionalizaciones, y el pa$s, empobrecido, pero de inmensas posibilidades, se convert$a en uno de los grandes baluartes del mundo comunista. Soloahora los !stados Hnidos comprendieron su error, y, due5os del mar, ayudaron a Xiang aresistir en ;aiQan. !ntretanto, Stalin olvid' sus resquemores y firm' con >ao un pacto dealianza. !l mundo comunista se hab$a robustecido espectacularmente.

La "uerra de #orea

@ue en estas condiciones cuando en junio de 789:, &orea del /orte atac' a &oreadel Sur. &omo ya sabemos, aquella pen$nsula, lo mismo que 2lemania, qued' dividida)provisionalmente* en dos zonas4 el /. con un régimen comunista, presidido por Pim Sung, y el S. con un régimen prooccidental -pero bastante autoritario presidido por Sygman Nhee. 2mbas zonas buscaban, cada una por su cuenta, la reunificaci'n,considerándose )la verdadera &orea*, y con este motivo menudeaban los incidentes desdevarios a5os antes. !n 789:, Pim Sung, provisto de armas soviéticas, y con un ejército

mucho más aguerrido que los del Sur, decidi' lanzarse a la aventura1 confiaba en que la poblaci'n surcoreana, descontenta de su gobierno y deseosa de un reparto de tierras,recibiese con los brazos abiertos a los del /orte, siguiendo la misma trayectoria que &hina.Stalin, prudente, decidi' mantenerse al margen, aunque, cuando los norcoreanos legarantizaron que la guerra no podr$a durar más de quince d$as, dio su consentimiento, aunsin prestar más ayuda. (a invasi'n comenz' el <9 de junio. Eespués de tres d$as deangustiosas dudas, los norteamericanos decidieron ayudar a los surcoreanos. (os del /orteten$an una superioridad militar aplastante, y una &orea comunista pondr$a en peligro aIap'n. (os comunistas acababan de convertirse en los amos de &hina, y un nuevo empuj'n podr$a depararles el dominio en !"tremo 6riente. !l general de las fuerzas americanas del0ac$fico y uno de los héroes más prestigiosos de la guerra, >ac 2rthur, aseguraba que si se

perd$a toda 2sia, se perder$a también !uropa.(os estadounidenses, que ya contaban con fuerzas en la zona, desembarcaron tropas

y comenzaron a actuar. (a guerra de &orea fue as$ la primera guerra abierta entre las dosgrandes fuerzas del mundo, y se vio que un paso en falso pod$a desembocar en una terceraguerra mundial. (os !stados Hnidos vieron reforzada su posici'n cuando la 2samblea de la6/H conden' a &orea del /orte, que era la que hab$a atacado, y el &onsejo de Seguridad-en una sesi'n en la que Nusia, significativamente, no quiso estar presente decidi' laformaci'n de una fuerza multinacional para defender a los agredidos. Nealmente, la mayor parte de esta fuerza estaba formada por soldados norteamericanos. !n un principio, losé"itos de los norcoreanos fueron sorprendentes4 después de pocas semanas de combates seapoderaron de Se3l y aplastaron a los del Sur en el centro de la pen$nsula. 2 pesar de lallegada de refuerzos aliados, en agosto tomaron la ciudad de ;aej'n y arrinconaron a losdefensores contra el 3nico puerto que les quedaba, 0usan. (os americanos solo ten$an unaclara superioridad en el aire. 0ero la resistencia de 0usan y el dominio del mar permitierona >ac 2rthur realizar una de sus inteligentes jugadas, como las que hab$an desconcertado alos japoneses4 los marines desembarcaron en nch'n, muy cerca de Se3l, y los atacantes sevieron cogidos por la espalda. /uevos desembarcos, esta vez ya en el /orte, se5alaron enseptiembreCoctubre la victoria de los aliados. !n noviembre, tropas norteamericanas



alcanzaban por varios puntos el r$o #al3, frontera entre &orea y &hina. (a guerra parec$ahaber terminado.

@ue entonces cuando intervinieron los chinos. >ao Redong decidi' en este caso jugarse el todo por el todo, so5ando en convertirse en )libertador de 2sia*. &on todo, y por

prudencia, se concedi' a los L::.::: chinos que entraron en &orea la condici'n de)voluntarios*. (a situaci'n sufri' de nuevo un giro espectacular. (os aliados ten$an unarmamento muy superior -los chinos no emplearon aviaci'n, ni apenas artiller$a, peroaquella masa humana reconquist' toda &orea del /orte, y parec$a muy dif$cil detenerla.>ac 2rthur pidi' licencia para poder atacar a &hina con su aviaci'n4 el conflicto pas' denuevo por una fase que hac$a peligrar la paz del mundo. !l presidente ;ruman destituy' a>ac 2rthur -muy popular en !stados Hnidos, pero evit' tal vez una grav$simacomplicaci'n. !n 7897 los aliados volvieron a igualar la contienda, que tend$a aeternizarse1 pero ya estaba claro que ni unos ni otros llegar$an a tomar medidas que pudiesen alterar el equilibrio de la zona. !n 789< comenzaron las conversaciones de paz,aunque no se lleg' a un acuerdo hasta el armisticio de 0amunjon, el <D de julio de 789L.

;odo volv$a a quedar como antes4 dos &oreas separadas por el paralelo LBY.(a guerra de &orea represent' uno de los momentos más dramáticos después de la

Segunda Juerra >undial, pero, por convencimiento de unos y otros, prevaleci' el sentidocom3n y el conflicto termin' sin vencedores ni vencidos. !so s$, las esperanzas de loscomunistas de conquistar toda la pen$nsula quedaron frustradas para siempre. &orea sigui'dividida, y sin esperanzas de reunificaci'n. 0ero sus repercusiones internacionales fueroninmensas. 0or de pronto, qued' consagrada la )guerra fr$a*, la rivalidad entre el !ste y el6este, que iba a durar hasta 78B8. (os !stados Hnidos se hicieron militantementeanticomunistas, y el senador >acarthy promovi' una cruzada bastante e"tremosa contra posibles disidentes, que fueron destituidos de sus cargos o fueron detenidos para quedar

más tarde en libertad. (os americanos cre$an ver enemigos por todas partes. 0or de pronto, para entrar en !stados Hnidos se hizo obligatorio declarar por escrito que no se eracomunista. (a 2lianza 2tlántica, ya en marcha, se convirti' en ;ratado del 2tlántico /orte.2lemania y Iap'n ya no eran vencidos, sino aliados. (a reconciliaci'n fue total. 0or 789L,un general alemán fue el supremo representante militar de la 6;2/4 algo que a5os antesnadie hubiera so5ado. &hina comprendi' que necesitaba modernizar sus estructuras, y >aoemprendi' grandes reformas. (os comunistas quisieron llevar su iniciativa a otras regionesde 2sia, y pronto actuaron en ndochina -Gietnam, entonces en manos de los franceses.;anto el !ste como el 6este reforzaron sus armamentos. (os americanos consiguieron la bomba de hidr'geno -mucho más potente que la de uranio en 7897, pero los rusos, quehab$an alcanzado una buena tecnolog$a, consiguieron fabricarla en 789L. (a guerra de&orea hab$a terminado sin más complicaciones internacionales, pero comenzaba el largo einquietante periodo de la guerra fr$a.



2. LA DESCOLONIZACIÓN Y LA UNIVERSALIZACIÓN DE LA HISTORIA

Hno de los hechos más importantes de la posguerra mundial, junto con la aparici'n de losdos grandes bloques, el !ste y el 6este -comunistas y occidentales, estos 3ltimos más o

menos democráticos, fue la conversi'n de las antiguas colonias en una gran cantidad de pa$ses independientes, que pasaron a formar un tercer bloque, que se llam' muy pronto)tercer mundo*. !sta e"presi'n en los primeros a5os no ten$a, como hoy, un sentidosocioecon'mico, como el que damos a los pa$ses subdesarrollados o en v$as de desarrollo,sino el de naciones no alineadas con ninguno de los otros dos mundos4 no estaban con laHni'n Soviética ni con los occidentales. 0or un momento, se vio la posibilidad de que el)tercer mundo* llegara a aglutinar una gran cantidad de pa$ses caracterizados por elneutralismo, capaz de pesar tanto como los otros dos bloques4 si no por su poder$o militar oecon'mico, s$ por su gran n3mero, por su situaci'n geoestratégica y por el valor realmenteenorme de su poblaci'n conjunta. Sin embargo, a pesar de los intentos por aglutinar a aquelheterogéneo grupo de pa$ses, nunca llegaron a operar como un todo, sin dejar de constituir en ocasiones una fuerza operativa en el orden -o en el desorden mundial.

!l movimiento de descolonizaci'n fue un hecho impresionante, ocurrido en un plazorelativamente breve, que vino a cambiar de la forma más radical el mapa y el panorama delos estados soberanos en el mundo. &asi tan impresionante como este hecho fue el fabulosocambio de mentalidades que lo provoc'. 2 fines del siglo XX y principios del siglo XX,las palabras )colonia* y )colonialismo* sonaban francamente bien, y el hecho de tener colonias era un motivo de orgullo para las potencias que las pose$an y un motivo de envidia para las demás. !l prestigio de cada pa$s se med$a en gran manera por el n3mero, lae"tensi'n y la poblaci'n de sus colonias ultramarinas. !stas colonias eran al mismo tiempounas de las claves fundamentales de la superioridad europea, ya que otras grandes potencias, como !stados Hnidos o la Hni'n Soviética, no las pose$an. !l dominio colonialera as$ un s$mbolo de poder de carácter universal que todos reconoc$an4 al tiempo queconfer$a un carácter global al influjo y control de las potencias europeas sobre el mundo. #en principio la reducci'n de pa$ses atrasados a la condici'n de colonia no se interpretabacomo una intromisi'n intolerable por parte de los colonizadores, ni como un desdorohumillante para los colonizados4 la presencia de una potencia desarrollada en lejanosterritorios significaba no solo riqueza y poder para ella, sino cultura, ense5anza, sanidad, protecci'n para seres humanos incapaces de organizarse por s$ mismos o de alcanzar unnivel de civilizaci'n propio de la dignidad del ser humano. (os beneficios que las potenciascoloniales obten$an en aquellos pa$ses salvajes quedaba compensada, se dec$a, por la labor educativa y humanitaria que estaban desarrollando. !sta mentalidad, sin embargo, cambi'conforme transcurr$a el siglo XX. #a desde el fin de la primera guerra mundial, el prestigioy la grandeza derivadas del hecho de poseer colonias comenzaron a padecer un ciertodescrédito, y fue mayor el n3mero de voces en el mundo que se alzaba en favor de ladesaparici'n de los imperios coloniales4 pero a3n as$, las colonias fueron mantenidas, yhasta nuevos pa$ses trataban de ingresar en el selecto y admirado club de las grandes potencias coloniales. Eurante la segunda guerra mundial, y sobre todo inmediatamentedespués de ella, esta forma de ver las cosas cambi' de la manera más radical4 por obra delos propios pueblos colonizados, y quizá sobre todo de las dos grandes potenciasvencedoras en el conflicto, que daba la casualidad de que no pose$an colonias1 pero también



como consecuencia de un gigantesco cambio de opini'n en el mundo civilizado, la posesi'nde colonias fue vista como una injusticia, y la palabra )colonialismo* adquiri' unasignificaci'n nefanda, que nadie se atrevi' a defender. (os principios sentados por la &artade San @rancisco y la de las /aciones Hnidas, más la idea del derecho deautodeterminaci'n de los pueblos hicieron que un sistema que antes muchos hab$an

preconizado como el más adecuado para convertir a pa$ses sin cultura ni organizaci'n enfuturas naciones desarrolladas fuera de pronto visto como el más hiriente atentado contra lalibertad y los derechos humanos. /aturalmente, Nusia y los !stados Hnidos, que más sal$anganando que perdiendo con la descolonizaci'n, fueron los adelantados de esta causa1 perotambién hay que tener en cuenta el creciente desarrollo que en las propias colonias adquiri'la conciencia de la nacionalidad, o en todo caso del derecho a la independencia1 y tambiénel cambio de mentalidades en la masas inmensas de la sociedad europea.

(a guerra mundial —precisamente porque abarc' el planeta entero— implic' a lascolonias, les confiri' protagonismo, llev' a ellas soldados, noticias, ideas, armamento,tecnolog$a, que les permitieron comprender mejor el panorama mundial y el propio papel

que en él pod$an jugar. 0or otra parte, las potencias colonizadoras, en especial nglaterra, enmenor medida @rancia, pidieron ayuda a sus colonias prometiendo a sus habitantes lalibertad una vez terminado el conflicto, si sal$an vencedoras. !s más4 en el espacio oriental,los japoneses aprovecharon sus conquistas para declarar a una serie de pa$ses -ndonesia,>alasia, Airmania, ;hailandia, la misma ndia independientes de sus respectivasmetr'polis1 aunque, por supuesto, de momento las ocuparan y se aprovecharan de susrecursos. ;erminada la guerra, era dif$cil volver a un status colonial, y seguramente no esuna casualidad el hecho de que los pa$ses del !"tremo 6riente fueran los primeros en ser descolonizados. 2s$, el proceso descolonizador se opera, en l$neas generales, sobre tresgrandes impulsos, que se entremezclan cronol'gicamente, pero que tienen lugar en tresáreas geográficamente bien diferenciadas, y con caracteres también distintos4

a 6riente -(ejano, >edio y 0r'"imo1 ndia, 0aMistán, ndonesia, S.!. asiático, pa$sesárabes del 6riente medio y pr'"imo4 78?9C789:.

b /orte de Ofrica4 !gipto, (ibia, ;3nez, 2rgelia, >arruecos4 789LC78=<.

c Ofrica /egra, o, como hoy se dice, subsahariana4 789DC78=L.

!n l$neas generales, puede seguirse una trayectoria de !ste a 6este4 los pa$ses del $ndico se

independizan antes que los del >editerráneo, y estos antes que los de la vertiente atlántica.!l proceso se e"plica si tenemos en cuenta que los pueblos colonizados de !"tremo 6rienteeran por lo general aquellos que ya ten$an un concepto más claro de s$ mismos y de su propia cultura, aparte de que hab$an sido los que más promesas hab$an recibido ya antes dela guerra y durante su transcurso.

La emancipación de los países asi$ticos



!l espacio indostánico, es decir, lo que son hoy la ndia y 0aMistán, abre la página dela descolonizaci'n. !n realidad, el movimiento independentista ven$a de muy lejos4 el primer &ongreso 0anindio se hab$a celebrado en 7BB91 la primera asamblea india, bajoférula británica, pero con cierta dosis de autonom$a, se reuni' en 78:8. !l partido del&ongreso era el más influyente, y la fuerza con la que se pod$a negociar era ya

considerable. (os miembros del 0artido del &ongreso eran personas cultas, muchas de ellasformadas en las universidades británicas, y los mismos ingleses ten$an la esperanza de queaquel grupo de personas pudiese articular una ndia independiente, vinculada, sin embargo,de alguna manera a la antigua metr'poli. Su má"imo representante era el pandit IaQaharlal /ehru, hombre moderado y francamente culto, pero cuyas miras resultaban en el fondodif$ciles de adivinar. Sin embargo, el l$der má"imo del independentismo hind3 fue unhombre original, profundo de pensamiento y un poco estrafalario en sus costumbres yvestimenta, como era el mahatma Jandhi. Jandhi, apenas más que piel y huesos, mediodesnudo, aunque con gafas, recorr$a toda la ndia, seguido por una audiencia inmensa, predicando la independencia, la libertad, los derechos de los más débiles, y la no violencia.Iamás recurri' a la fuerza1 pero sus ayunos voluntarios, que pusieron en peligro aquellavida frágil, consiguieron para la causa hind3 más cesiones por parte de los ingleses quetodos los pol$ticos juntos.

!l problema para la creaci'n de un solo estado hind3 consist$a en que aquel pa$sinmenso, poblado por cuatrocientos cincuenta millones de habitantes, estaba dividido encentenares de peque5os se5or$os, en los que se practicaban seis religiones distintas y sehablaban más de trescientas lenguas. &ada cual quer$a la independencia pero para su propiacomunidad. !l mismo pandit /ehru lleg' a decir que )la ndia es un invento de losingleses*. Ee una forma u otra, los peque5os se5ores, por lo general muy ricos, y losdistintos territorios acabaron, después de muchas negociaciones, comprendiendo lanecesidad de integrar un gran pa$s1 pero no fue posible unificar los criterios de los hind3es,que eran L9: millones y ocupaban el centro del territorio -la pen$nsula del EeMan y lacuenca del Janges y los musulmanes que ocupaban los e"tremos -la cuenca del ndo al6este y parte del delta del Janges al !ste. (as negociaciones para unificarlos resultarondificil$simas, y al final hubo que reconocer que no era posible edificar una ndia formada por un solo gran pa$s.

(os ingleses, ya desesperados por tantos problemas, anunciaron su prop'sito deabandonar la ndia el L: de junio de 78?D1 solo entonces, hubo un acuerdo de 3ltima hora para constituir dos estados independientes4 la Hni'n ndia, y el 0aMistán, este 3ltimo dereligi'n y cultura musulmana. (a separaci'n se hizo, no sin grandes problemas, pues hab$aregiones en que los grandes propietarios eran musulmanes y la poblaci'n hind3, oviceversa. !l problema de las fuentes del ndo o &achemira se plante' desde el primer momento, pero los colonizadores no estaban dispuestos a soportar las acrimonias deaquellos mismos a quienes iban a conceder la plena soberan$a. 0ara muchos ingleses fueuna especie de humillaci'n abandonar el flor'n principal de su imperio, pero lo aceptaroncon realismo. Eejaron el espacio indostánico con un acuerdo frágil de mantener a dos pa$ses libres bajo el amparo de la &ommonQealth, o &omunidad Aritánica de /aciones1 pero este proyecto se fue abandonando progresivamente. /ehru ten$a sus propios planes, y pronto se convirti' en uno de los l$deres del ;ercer >undo. !so s$, se esperaba que la ndia, pa$s inmenso, gobernado por una minor$a culta, que hab$a dado al mundo sabios, poetas,



pensadores, iba a convertirse por el camino de la independencia en una gran potencia, ysolo en parte fue as$. (a divisi'n en castas, la pobreza de gran parte de la poblaci'n, lasdificultades de administrar con eficacia una sociedad tan diversificada y los continuos rocescon 0aMistán, que llevaron en ocasiones a una pol$tica de rearme más que de desarrollo,dificultaron aquella esperanza, mantenida todav$a por un tiempo.

!n el mismo a5o de 78?D los ingleses concedieron la independencia a Airmania, un pa$s situado al este de la ndia, y en 78?B nac$a la @ederaci'n >alaya, en un principio bajoel protectorado inglés1 pero las disensiones internas y las protestas dieron al traste con aquel plan. (a ciudad de Singapur acabar$a constituyéndose en un peque5o, pero rico estadoindependiente de la gran naci'n que se llam' >alaysia. !l espacio indochino -lo que hoy esGietnam, (aos y &amboya pertenec$a a @rancia. 2ll$ se levant' un movimientoindependentista y a la vez comunista llamado el )viet minh*, y liderado por un ide'logomuy influyente, %o &hi >inh. (os franceses procuraron construir una federaci'n vinculadaa @rancia, y regida por el )emperador de &amboya*, Aao Eai1 pero %o &hi >inh no acept'la soluci'n, y hubo una larga guerra, dolorosa e interminable para los franceses, que no

estaban en condiciones de realizar grandes esfuerzos. !n 789?, después de terca resistencia,capitul' la plaza de Eien Aien @u, y los franceses hubieron de renunciar al espacioindochino. (a zona sigui' provocando quebraderos de cabeza a los encargados del ordeninternacional. Hna &onferencia reunida en Jinebra decidi' dividir Gietnam en dos zonasseparadas por el paralelo 7DY4 el /orte ser$a comunista, con %o &hi >inh, y el Sur tambiénindependiente, pero de influencia occidental. &omo todas las divisiones artificiales, esta provoc' muchos conflictos, en que acabar$an interviniendo los americanos, -guerra delGietnam como en su momento veremos.

!l inmenso espacio de nsulindia -hoy ndonesia era colonia holandesa. (os japoneses hab$an ocupado aquellos territorios en la guerra mundial, y los hab$an declarado

te'ricamente independientes. Hno de los l$deres de esta ndonesia tutelada por Iap'n era2hmed SuMamo, que, una vez terminada la guerra sigui' reclamando la independencia antelos holandeses. (a situaci'n se mantuvo tensa entre 78?9 y 78?B, porque no fue fácil llegar a un acuerdo. !n 78?B estall' la guerra abierta, y %olanda acept' en 78?8 un estadoindonesio soberano, pero federado a la metr'poli. SuMarno acept' aquella situaci'n demomento1 pero en 7899, en pleno movimiento anticolonialista, proclam' la independenciatotal de ndonesia, autonombrándose a s$ mismo presidente de la rep3blica. ndonesia, unestado enorme, habitado entonces por más de 7:: millones de personas, fue con la ndia,uno de los pa$ses abanderados del tercer >undo1 tanto el pandit /ehru como SuMamo sedisputaban el liderato de este nuevo bloque de )pa$ses no alineados* que iba surgiendo dela descolonizaci'n. SuMamo fue hábil, basculando seg3n los casos entre el nacionalismo, elmilitarismo y el comunismo. 2cabar$a convirtiéndose en un dictador, aunque no por esodisminuy' su influencia en el ;ercer >undo.

(os pa$ses árabes de 6riente medio y pr'"imo -0ersia o rán, raM, Siria, ($bano,Iordania eran ya semiindependientes o protectorados de nglaterra o @rancia, en v$as dealcanzar la plena independencia, antes de la guerra. (a recuperaci'n de su soberan$a fuefácil, y se hizo por lo general de forma amistosa. 0ero pronto se registr' un foco deconflictividad en el peque5o espacio palestino. 2ll$ habitaban un mill'n doscientos mil



árabes, que de momento no ten$an un claro sentido de nacionalidad, pues siempre hab$an pertenecido a otro pa$s1 pero ya durante la guerra e inmediatamente después de ésta, sehab$an establecido más de medio mill'n de jud$os, resueltos, en medio de las convulsionesdel nuevo orden mundial, a crear o si se quiere restablecer el viejo estado de srael,desaparecido veinte siglos antes. !ra un sue5o que los jud$os, repartidos por todo el mundo,

hab$an abrigado durante siglos. ;en$an medios, y supieron aprovechar hábilmente lascrueles persecuciones que hab$an sufrido durante la guerra por parte de los nazis parahacerse gratos y casi acreedores de los pa$ses libres.

+Tué hacer con aquel peque5o territorio (os ingleses, encargados de suadministraci'n, dudaban. !n 78?= se propuso el plan >orrison, que consist$a en la divisi'nde 0alestina en cuatro zonas, dos árabes y dos jud$as, pero no fue aceptado por nadie. !n78?D, las /aciones Hnidas acordaron una divisi'n en dos zonas, que tampoco gust' a unosni otros. !n mayo de 78?B, los británicos, cansados de una polémica en que ellos no ten$anarte ni parte, decidieron abandonar 0alestina, dejando que sus habitantes arreglasen por sucuenta tan enojoso asunto. @ue sin duda una decisi'n c'moda, que no pod$a desembocar

sino en una guerra. !l 79 de mayo de 78?B los jud$os proclamaron inmediatamente el!stado de srael. !ran muy capaces, ten$an amigos en todo el mundo, y mucho dinero. (os pa$ses árabes vecinos, !gipto, Siria. raM. Iordania, declararon inmediatamente la guerra.@ue una guerra desigual en dos sentidos. 0or una parte, los árabes pose$an una superioridadaplastante en hombres y dispon$an ya de una organizaci'n estatal, mientras los israel$esten$an que improvisarlo todo desde un estado hasta entonces ine"istente. 0ero por otra partedispon$an de gente muy preparada, hab$an reunido armas de calidad y pose$an todos losfondos que les ofrec$a el sionismo de !uropa y !stados Hnidos. &ontra todo pron'stico, sedefendieron muy bien, y los pa$ses árabes no consiguieron invadir el espacio dominado por los israel$es. 2l fin intervinieron las /aciones Hnidas, que impusieron una tregua4 treguaque favorec$a indudablemente a srael, incapaz de sostener una guerra larga contraenemigos muy superiores. !l conflicto palestino ser$a el 3nico derivado de la segundaguerra mundial que seguir$a provocando enfrentamientos y dando quebraderos de cabeza almundo hasta el siglo XX.

El %orte de &'rica

(os pa$ses del Ofrica mediterránea eran todos de religi'n musulmana, y pose$an yaun cierto grado de soberan$a, una personalidad bien adquirida y pod$an contarse entre loscivilizados. !ra l'gico que figuraran entre los primeros que se hicieran independientes.!gipto hab$a sido protectorado británico1 ahora reinaba el rey @aruM, aunque parte de lossoldados ingleses se hab$an quedado después de la guerra, sobre todo protegiendo la zonadel canal de Suez. nglaterra y @rancia eran las accionistas mayoritarias de la empresa del&anal. @aruM, hombre grueso y arrogante, quiso hacer gala de su majestuosa autoridad. Sesentaba en un trono sostenido por figuras de leones, como los faraones egipcios. 0arec$amás heredero del antiguo y glorioso !gipto que representante de los pa$ses árabes. 2spirabaa convertirse en emperador del Sudán, en contra del criterio de los ingleses... y de los propios sudaneses. &omo el gobierno de @aruM no consegu$a resolver los problemassociales y econ'micos, en julio de 789<, un grupo de militares dio un golpe de estado que



derrib' al aparatoso monarca. %ubo un régimen provisional, dirigido por el general /aguib bey -)rey*, que parec$a encaminarse a un sistema de regencia. 0ero en 789L /aguibrenunci' al t$tulo de )bey* y se proclam' oficialmente la rep3blica. !gipto caminaba haciala democracia. 2 su vez, un nuevo golpe de estado depuso a /aguib, y se declar' presidenteel verdadero hombre fuerte del pa$s, el coronel /asser, hombre muy popular pero al mismo

tiempo autoritario. 0or otra parte, /asser era nacionalista y socialista a la vez. Nompi'definitivamente con los ingleses, quiso erigirse en l$der de los pa$ses árabes, emprendi'reformas sociales, quiso realizar fara'nicas obras p3blicas, como la presa de 2ssuán, en el /ilo, la mayor del mundo4 y encontr' enseguida la ayuda soviética, porque los rusosquer$an ganarse a los pa$ses recién independizados. !gipto se escapaba de la esferaoccidental.

(ibia hab$a sido ocupada por los italianos desde 787<. (iberada por los ingleses, seestableci' una monarqu$a, dirigida por el rey dris. !l pa$s, francamente pobre, no eraenvidiado por nadie, e dris gobern' de forma patriarcal y pac$fica hasta que el hallazgo degrandes yacimientos de petr'leo atrajo el interés de las grandes compa5$as multinacionales,

y al mismo tiempo provoc' un movimiento de antipat$a a 6ccidente que encabezaron losmilitares. !n 78=8 triunf' una revoluci'n encabezada por el coronel Jadhafi, que impusoun régimen dictatorial de izquierdas y trat' de dirigir un movimiento panarabista yantioccidental. /o siempre los demás pa$ses árabes vieron con gusto las ambiciones, aveces un poco teatrales, de Jhadafi, cuya dictadura se prolong' durante muchos a5os — cada vez más moderada— hasta el siglo XX.

;3nez hab$a sido conquistado por los franceses en 7BB7 y gobernaba un bey bajotutela francesa. !l pa$s era bastante pr'spero y pac$fico, pero, naturalmente, qued' inmersoen la corriente independentista que se e"tend$a por la zona. /aci' el partido /eo Eestur,dirigido por un hábil pol$tico, e"celente orador, que enardec$a los ánimos, %abib Aurguiba.

Eespués de unos a5os de cierta violencia, en 789= el bey obtuvo de @rancia laindependencia, con un gobierno presidido por Aurguiba. 0oco después, el bey eradestituido, y Aurguiba, muy popular, proclam' la rep3blica y se hizo elegir presidente.;3nez evolucion' hacia un régimen más de izquierdas, pero nunca rompi' sus relacionescon 6ccidente, como otros pa$ses de la zona.

>arruecos era protectorado de @rancia —y en su e"tremo /orte de !spa5a—, conuna soberan$a limitada, pero destinada a ser un d$a plena, del sultán >ohamed ben #usef,hombre inteligente, enérgico, y de una destacada personalidad. #a durante la guerra seform' el partido stiqlal, decidido a obtener la plena independencia. @rancia no deseabaabandonar >arruecos -por lo menos no quer$a abandonarlo tan pronto, y crecieron lastensiones. !l ansia independentista se difund$a por todas partes. (os franceses, en 789<,fomentaron un golpe de mano4 >ohamed fue deportado a >adagascar, y sustituido por unviejo pol$tico colaboracionista, Aen 2rafa. 0ero el cambio surti' efectos contraproducentes,los des'rdenes se multiplicaron, y en 7899 se hizo regresar a >ohamed, que se hizo proclamar, )rey*, con el t$tulo de >ohamed G. Se negoci' la independencia, y en 789=,franceses y espa5oles abandonaban >arruecos.

>ucho más dif$cil result' la independencia de 2rgelia, donde los franceses se



hab$an establecido ya desde 7BL:, y la consideraban no como protectorado, ni siquieracomo colonia, sino como una especie de provincia de @rancia. Garias veces se dividi' en)departamentos*, lo mismo que la metr'poli. Si los franceses no quer$an desprenderse deaquel territorio donde ten$an tantos intereses, la descolonizaci'n era casi problema de vidao muerte para los )pied noirs*, o franceses nacidos y criados en 2rgelia, que eran más de

un mill'n, y, establecidos all$ desde generaciones antes, consideraban aquel pa$s tan patriasuya como de los musulmanes. Ee aqu$ los problemas de @rancia, porque no solo ten$a quecontentar a los argelinos, sino a los )pied noirs*. (a descolonizaci'n de 2rgelia fue el problema más dramático durante muchos a5os para los distintos gobiernos franceses4 demodo que aquel fue el primer pa$s que pidi' la independencia y el 3ltimo en conseguirla. !lmovimiento de emancipaci'n argelino naci' ya en 78?L —en plena guerra mundial— conel manifiesto de @erhat 2bbas, y en 78?? se fund' el @rente de (iberaci'n /acional -@(/,dirigido por 2hmed Aen Aella, con el que tuvo que enfrentarse la inestable &uartaNep3blica @rancesa. (a situaci'n pudo mantenerse a duras penas hasta 789?, en que el @(/se lanz' a la lucha abierta. (os franceses enviaron a 2rgelia ?::.::: soldados, pero laguerra tom' la forma de guerrillas, con actos de terrorismo, muy dif$ciles de combatir por un ejército regular. !n 2rgelia estallaron las primeras bombas de plástico. Aen Aella fuecapturado en una audaz operaci'n de comandos, pero los argelinos mantuvieron losatentados terroristas, que hac$an muy dif$cil la vida a los europeos. !l problema argelinolleg' a hacerse tan ag'nico, que la &uarta Nep3blica se sumi' en un estado dedesesperaci'n, y propici' el golpe de estado de 789B, que elev' a la presidencia de @ranciaal general Ee Jaulle, con el que se inicia la Tuinta Nep3blica francesa. &uando se esperabade Ee Jaulle una más firme pol$tica en 2rgelia, el general, haciendo gala de un sentidorealista de las cosas, se inclin' por conceder la autodeterminaci'n al pa$s africano. !n 7898,en referéndum, los argelinos votaban masivamente por la plena independencia1 de nadasirvieron las protestas de los )pied noirs*, que llegaron a intentar a su vez un golpe deestado y pretendieron asesinar a Ee Jaulle. !n 78=< alcanzaba 2rgelia su plena soberan$a.

El ('rica negra

!n esta parte del mundo el proceso descolonizador fue rápido, pues se opera casitodo él en el breve periodo 789DC78=L, solo seis a5os, para el conjunto de unos veinticuatro pa$ses. (a fiebre descolonizadora en Ofrica estuvo determinada quizá más que por laimpaciencia de los pa$ses que iban a ser libres, por las presiones de las /aciones Hnidas, por las de /orteamérica y Nusia, y por el mismo cambio de la opini'n p3blica en las potencias coloniales europeas, que e"ig$a el inmediato abandono de aquellas tierras. Hnhecho que diferencia la descolonizaci'n africana de las de 2sia o el >editerráneo es que elmayor grado de violencia suele registrarse después y no antes de la concesi'n deindependencia. !s preciso tener en cuenta que los pa$ses del Ofrica negra eran los queestaban menos preparados para asumir sus responsabilidades soberanas4 en parte por elescaso interés de las potencias colonizadoras en inculcar en ellos el necesario sentido de laresponsabilidad, y la cultura precisa para asumirla1 en parte también porque en aquella zonadel mundo nunca o casi nunca hab$an e"istido naciones propiamente dichas. Eurante sigloshab$a dominado una cultura tribal, con una organizaci'n muy rudimentaria. (os conceptosde /aci'n, de !stado, de Eerecho, de 2dministraci'n, solo e"ist$an en la medida en que losnaturales más preparados los hab$an aprendido de los propios colonizadores1 pero eran muy



dif$ciles de aplicar en unas sociedades que mayoritariamente ten$an unas nociones muyrudimentarias de todo eso. !n tal sentido, cabe aventurar que la descolonizaci'n del Ofricanegra se hizo no solo demasiado deprisa, sino prematuramente. %ubiera sido preferible un periodo de preparaci'n, que, por comodidad, por evitar problemas o por presiones, noe"isti'. 2 ello hay que a5adir otro hecho4 las colonias ocupaban los territorios que cada

potencia europea hab$a sido capaz de apropiarse, de modo que las fronteras entre una y otrano segu$an criterios étnicos o culturales. !n /igeria -un nombre totalmente occidental eranrabiosamente incompatibles los ibos y los yorubas, en Nuanda se hab$an odiado siempre lostutsis y los hutus. (as naciones que resultaron de la descolonizaci'n fueron —y siguensiendo en gran parte— completamente artificiales.

(os ingleses procuraron dejar sus colonias en manos de l$deres moderados, educadosen 6ccidente y dotados de cierta formaci'n, pero no trataron de obligarles a compromisosespeciales con la antigua metr'poli. 0or el contrario, los franceses intentaron construir unaespecie de gran confederaci'n, en que las colonias, a3n independientes, seguir$anrelacionadas con 0ar$s, de cuyo gobierno recibir$an ayuda y aportaciones culturales. !n

general los franceses hab$an buscado )afrancesar* sus colonias más que lo que hab$anhecho los ingleses por )britanizar* las suyas. Sin embargo, este intento de mantener relaciones de interdependencia result' contraproducente. @ueron los ingleses los que en789D concedieron la soberan$a a &osta de 6ro, que, dirigida por un pol$tico culto yambicioso, PQame /Mrumah, tom' el nombre de Jhana y se convirti' en centro deactividades panafricanistas y de aborrecimiento a 6ccidente. /igeria recibi' laindependencia en 78=:, para convertirse en otro de los más inquietos y activos pa$sesafricanos. Su riqueza y su poblaci'n le hubieran dotado de la condici'n de l$der de la zona,si no fuera por las terribles guerras civiles que se desarrollaron entre los musulmanes del /orte, los ibos del !ste y los yorubas del 6este. Penya fue el 3nico pa$s donde seregistraron más violencias antes y no después de conseguir la independencia. Hnaorganizaci'n terrorista, en forma de sociedad secreta, el )>au >au*, hizo dif$cil la vida alos ingleses. !l má"imo l$der independentista, Iomo Penyatta, poeta e idealista, fuedetenido, pero la medida hizo el remedio peor que la enfermedad. 2l fin los inglesesnegociaron con Penyatta, que se revel' de pronto como un hombre moderado y razonable,y se concedi' la independencia al pa$s en 78=L. Penya, bien dirigida por Penyatta, fue unode los nuevos estados africanos en que hubo paz y una relativa prosperidad después de laindependencia.

(as colonias francesas mostraron de momento menos inquietudes. !n 789B, elrecién llegado presidente Ee Jaulle convoc' un referéndum para que los nativos eligieranentre la independencia o el ingreso en la &omunidad @rancesa, una especie de federaci'n de pa$ses bajo la tutela de 0ar$s. Ee doce colonias, once votaron por la integraci'n4 o bien lascorrientes independentistas no hab$an llegado a adquirir gran desarrollo, o aquellosterritorios no se atrev$an a asumir las responsabilidades de bastarse y administrarse por s$mismos. Solo Juinea, dirigida por un l$der inteligente, SeMu ;uré, opt' por laindependencia. !l ejemplo cundi', el proyecto de Hni'n @rancesa no lleg' apenas arealizarse, y en pocos a5os las otras once colonias alcanzaron también la independencia, singrandes reticencias por parte de @rancia.



!l ejemplo francés trascendi' también al &ongo belga. 2quel inmenso territorio,mezcla de razas y culturas distintas, no ten$a más unidad que la que le hab$a conferido lacolonizaci'n europea. !videntemente, el &ongo no estaba preparado para convertirse en ungran estado nacional1 pero las presiones, tanto las internas como quizá sobre todo, lase"ternas -era un territorio rico en cobre, esta5o y caucho obligaron a los belgas a

abandonarlo en 78=:. Eesde entonces el pa$s vivi' una época sangrienta4 por un lado lasdistintas etnias se enfrentaban entre s$, por otro los belgas que se hab$an quedado, conformeal acuerdo entre los dos pa$ses, fueron objeto de horribles matanzas. (os paracaidistas belgas tuvieron que intervenir más que nada para rescatar a sus compatriotas. !l presidentePasavubu fue desbordado por su primer ministro, el e"tremista 0atrice (umumba, que parasepararse del mundo occidental recurri' a los soviéticos. !n Patanga se proclam' unarep3blica independiente con >oisés ;sombe, y poco después 2lbert Palongi se hac$a proclamar rey de Pasai. >ás tarde surgi' otra rep3blica filocomunista en el centro del pa$s,gobernada por Jizenga. !l &ongo o Raire —cambi' por tres veces de nombre— vivi' enuna continua anarqu$a llena de violencias. ;ratando de remediar las cosas, all$ muri' elSecretario Jeneral de las /aciones Hnidas, Eag %ammarsMjld. !l desorden fue endémicohasta que al fin se afianz' en el poder el coronel >obutu, eso s$, a costa de una dictadura.

Ofrica del Sur, donde conviv$a una numerosa poblaci'n blanca —ingleses y)boers*, descendientes de holandeses—, y una mayor$a negra, formada a su vez por dosetnias principales, shoshas y zul3es, enemistadas entre s$, ingres' de momento en la&ommonQealth británica y fue el pa$s más desarrollado de Ofrica. ;anto por su clima como por el ambiente de sus ciudades, Sudáfrica ten$a mucho de europea. 0or desgracia, laequivocada pol$tica de )apartheid* o separaci'n obligatoria entre blancos y negros, queimpidi' a estos 3ltimos ejercer los mismos derechos y participar en una vida com3n, fue provocando crecientes conflictos. 0ero la independencia de Sudáfrica pertenece ya a otrocap$tulo de la historia del mundo.

Las consecuencias de la descolonización

!l proceso descolonizador, operado en un periodo de tiempo sorprendentemente breve, cambi' de manera radical la geopol$tica y la geohistoria del globo. Supuso la entradaen la historia activa de docenas de pa$ses que en gran parte por su escasa capacidad de protagonismo, pero muy especialmente por estar sometidos a estado colonial, hab$an jugado hasta entonces un papel muy limitado. !l n3mero de naciones del mundo se duplic'en menos de veinte a5os. 0ueblos que nunca hab$an tenido voz ni voto en los forosinternacionales pasaron a ejercerlo1 es cierto que representaban muy poco frente a lasgrandes potencias, pero, reunidos, formaron nuevos bloques mundiales, obligaron a contar con ellos, y ante la nueva realidad tuvieron que cambiar los planteamientos tanto de las /aciones Hnidas como de los pa$ses más poderosos, que los buscaron o los utilizaron parasus intereses seg3n los casos. !l mapa del mundo fue muy distinto al de antes de la guerra,y lo seguir$a siendo ya en adelante.

/o puede asegurarse que la independencia de tantos pa$ses carentes hasta entoncesde soberan$a mejorase su condici'n, su riqueza, la felicidad de sus habitantes. !n muchos



pérdida de las colonias empobreci' a las antiguas metr'polis. @rancia liquid' su imperiocolonial con déficit, y creci' más rápidamente a partir de la pérdida de aquellas posesionesultramarinas. (o mismo puede decirse de Aélgica y %olanda. 2lemania hab$a tenido pérdidas mientras fue administradora de territorios lejanos, y no es seguro que el descensode nglaterra como gran potencia financiera se debiera al hecho de quedarse sin colonias,

sino a las terribles deudas de guerra. >uchas de sus dependencias —las principalese"cepciones fueron la ndia y Sudáfrica— representaban cargas administrativas y militares,aparte de que el mantenimiento de la primera flota del mundo para asegurar tan inmensoimperio era sumamente costoso. !n muchos casos al menos, la descolonizaci'n supusoliberarse de cargas. (o que perdi' !uropa fue, ante todo, influjo mundial, prestigio,trascendencia geopol$tica en todas las regiones del globo. Tued' mucho más reducida, ensus aspiraciones y en su protagonismo hist'rico, a su propio espacio interior. !s un hechoque no podemos olvidar a la hora de comprender el nuevo reparto de fuerzas en el mundo.

&N6/6(6JZ2 E! (2 E!S&6(6/R2&V/

78?=...@ilipinas

78?D...Hni'n ndia, 0aMistán

78?B...Airmania, &eylán -Sri (anMa

789:...ndonesia

7897...(ibia

789=...;3nez, >arruecos

789B...Juinea @rancesa

7898...Senegal, >al$, &hipre

78=:...&osta de >arfil, &had, &ongo belga -Raire, /igeria, Somalia, ;ogo,Eahomey, >adagascar, N. /$ger, Jab'n, 2lto Golta -desde 78B? se llama AurMina @asso&amer3n, &ongo francés -&. Arazzaville, >auritania.

78=7...Sierra (eona, ;anzania, PuQait

78=<...2rgelia, Hganda, Nuanda,

78=L...Penya

78=?...Rambia, >alta



en 7898, form' parte claramente del bloque comunista, como una peligrosa avanzadilla enlas mismas narices de los !stados Hnidos. 6tros pa$ses de &entroamérica, como %onduraso /icaragua, tuvieron reg$menes mar"istas bastante intolerantes, pero no llegaron asumarse al bloque comunista, ni a formar alianzas con la HNSS.

Eespués de la descolonizaci'n comenzaron a e"istir nuevos pa$ses que no pertenec$an a ninguno de los dos bloques. &omo hemos visto, las antiguas potenciascoloniales intentaron mantener lazos juridicopol$ticos con esos pa$ses independientes, perocon escaso é"ito. 2s$, aunque la ndia sigui' perteneciendo a la &ommonQealth Aritánicade /aciones desde el momento mismo de su independencia en agosto de 78?D, tendi' desdemuy pronto a vivir por su cuenta, y se separ' de la &omunidad en 7899. 6tro tanto hizoSudáfrica, incluso cuando estaba dominada todav$a por gobiernos blancos. >ás ef$meroa3n fue el proyecto de Hni'n @rancesa. 0or los a5os sesenta, quedaba en el mundo otroinmenso grupo de naciones que no pertenec$an al bloque occidental ni al comunista, conindiferencia de que en ellos se practicara la democracia o no. @ue as$ como empez' ahablarse del );ercer >undo*, en el sentido de conjunto de pa$ses independientes respecto

de los dos bloques anteriores -vid. pág. ?8. (os pa$ses descolonizados —o los árabes quehab$an sido protectorados— no quer$an depender de 6ccidente, precisamente porque sehab$an liberado de las potencias occidentales, y rechazaban cualquier forma de relaci'n que pudiera insinuar el mantenimiento del status anterior1 pero tampoco quer$an depender del bloque comunista, en el cual ve$an también $nfulas de imperialismo, o de dominio1 pues queel bloque comunista siempre supuso una cierta dependencia respecto de >osc3, aparte deque la cultura de muchos de los pa$ses emancipados dif$cilmente era compatible con ladoctrina mar"istaCleninista.

!ra l'gico que estos pa$ses del );ercer >undo* quisieran asociarse de algunamanera para defender mancomunadamente su independencia respecto de los otros dos

bloques y de sus posibles prop'sitos e"pansivos. /aturalmente que la formaci'n efectiva ymancomunada de un )tercer bloque* resultaba irrealizable4 sus miembros estabanrepartidos por regiones muy diversas del mundo, sus culturas eran completamente distintas,nada en com3n ten$an los indochinos con los congole5os, o los malayos con los iraM$es. Suactitud se basaba más bien en el deseo de resaltar su independencia respecto del !ste y del6este, y su capacidad para subsistir por s$ mismos, que en su prop'sito de asociarse enforma de una gran fuerza mundial. # si este prop'sito e"isti' en alg3n l$der de alguno delos pa$ses más poderosos del tercer mundo, pronto surgieron las desconfianzas hacia el proyecto, de suerte que ninguno de esos l$deres pudo mantenerlo durante mucho tiempo.0or otra parte, la simple filosof$a negativa de )ni lo uno ni lo otro* dif$cilmente pod$agenerar un m$nimo de afinidad ideol'gica o de proyectos de vida en com3n entre los pa$sesmiembros de esa pretendida comunidad. ;ales son las claves de que el heterogéneo )tercer mundo* no haya constituido nunca una unidad, y s$ haya sido escenario de frecuentesdiscordias entre sus componentes. Si estas discordias desembocaron con frecuencia encasos de guerra abierta fue, como supo observar Naymond 2ron, precisamente porque noconstitu$an un peligro cierto para ninguno de los dos grandes bloques. Hna guerra entre landia y 0aMistán, aunque pod$a significar la movilizaci'n de fuerzas muy grandes, no pod$aromper decisivamente el equilibrio del mundo, y mucho menos otra entre &amer3n y laNep3blica &entroafricana. Ee las doscientas guerras que por desgracia han ocurrido en el planeta durante la segunda mitad del siglo XX, apenas en dos, las de &orea e ndochina, se



han implicado los dos bloques dominantes, !steC6este. # cuanto más insignificantes olejanos han sido los pa$ses contendientes, más ol$mpica ha sido la indiferencia de lasgrandes potencias hacia el conflicto. Solo a partir de los a5os ochenta y noventa, cuando yala desaparici'n de una de las dos superpotencias no era un obstáculo para la libre actuaci'nde la otra, y cuando el &onsejo de Seguridad de las /aciones Hnidas empez' a tener un

papel de intervenci'n y arbitraje más fuerte, se vio una mayor preocupaci'n de lacomunidad internacional por los conflictos armados en el área del ;ercer >undo, conindiferencia de la ideolog$a de los contendientes, o del interés directo que la contienda pudiera tener para los grandes pa$ses.

!l primer intento serio de mancomunar de alguna manera a las naciones del ;ercer >undo fue la &onferencia de Aandung, celebrada en la capital de ndonesia en abril de7899. (os principales convocantes fueron precisamente hombres con alma de l$deresinternacionales4 el presidenteCdictador de ndonesia, 2hmed SuMamo, el primer ministro dela ndia, IaQaharlal /ehru, y el nuevo y ambicioso presidente de !gipto, Jamal abdel /asser. 2 la conferencia asistieron representantes plenipotenciarios de <8 pa$ses de 2sia y

Ofrica, entre ellos la ndia, 0aMistán, ndonesia, &hina, !gipto y Jhana. Se infiere comomuy probable que, de haberse celebrado esta conferencia cinco o seis a5os después,hubieran acudido a ella muchos más pa$ses africanos recién independizados. 0uede e"tra5ar la presencia de &hina, un pa$s del bloque comunista y además muy poderoso. Se la admiti'a rega5adientes, y además con la esperanza de que acabara separándose de la férula de>osc3 -lo que, a la larga, efectivamente, habr$a de ocurrir4 ya se hab$an registrado los primeros roces. !n Aandung, supuesto el deseo de no conceder liderazgos, y dada tambiénla enorme diferencia cultural entre los reunidos, solo pudieron proclamarse principios muygenerales, no por eso menos importantes. !ntre ellos figuran el compromiso de no aliarse jamás con ninguna de las grandes potencias. Se defendi' el principio de laautodeterminaci'n de los pueblos y se acus' a las potencias colonialistas, e"igiendo el másrápido incremento del movimiento de descolonizaci'n. Se proclam' también el respeto alos derechos humanos, al cual eran acreedores todos los pueblos con absoluta igualdad.Tuedaba fundada y en cierto modo institucionalizada la realidad del ;ercer >undo.

Sin embargo, y como ya queda advertido, una mancomunaci'n estrecha entre tantos,tan distantes y tan diferentes pa$ses era muy dif$cil. Si en cierto modo la idea se mantuvo,fue por obra de los grandes l$deres que aspiraban a adquirir un prestigio mundial, por encima del poder que ostentaban en sus respectivos estados. 0ero lo que empez' a dibujarsea fines de los a5os cincuenta y durante los sesenta fue algo distinto4 los grandes "lo#uesregionales, como empez' a llamárselos. !ra más fácil que se entendieran los indochinoscon los laosianos que con los et$opes, o los tanzanos con los congole5os que con losfilipinos. (a formaci'n de los )bloques regionales* fue más espontánea incluso que lamancomunaci'n del ;ercer >undo, y aunque muchas veces no pas' de ser un deseocompartido, se lo juzgaba hist'ricamente operativo. 0or los a5os sesenta los grandescomentaristas internacionales daban por hecho que el mundo acabar$a dividiéndose engrandes )bloques regionales*. 0or entonces parec$an dibujarse cuando menos menos lossiguientes4



c$ %"eroamérica

6 como ahora se dice, de acuerdo con una e"presi'n inventada por un ministro imperialistade /apole'n , )2mérica (atina*. (a enorme diferencia de latitud entre >é"ico y

0atagonia, la complicada geograf$a del conjunto y el individualismo de su carácter impidieron que la 2mérica de origen espa5ol y portugués se haya constituido como untodo, lo mismo que la 2mérica de origen anglosaj'n. 0ero que e"iste el sentido de un patrimonio com3n, es indudable, y ya lo fue desde los tiempos de Aol$var o San >art$n. (aidea de unir dieciocho pa$ses de una misma cultura y —e"cepto el enorme Arasil— de unamisma lengua, con historias muy parecidas, estuvo siempre viva, aunque no haya llegado acuajar más que hasta tiempos muy recientes. !s curioso que una instituci'n patrocinada por los !stados Hnidos, la 6.!.2., haya potenciado los &ongresos 0anamericanos, y durante untiempo haya alentado la idea de una asociaci'n precisamente para diferenciarse yemanciparse de /orteamérica. (a idea, por lejana que fuera, aparec$a relativamente biendibujada por los a5os sesenta, y nadie daba por imposible su realizaci'n en un futuro a

medio o largo plazo.

d$ El mundo ára"e

Hna enorme franja del globo, situada en latitudes cercanas al tr'pico de &áncer, en elhemisferio /orte, es de religi'n musulmana. Se e"tiende de >auritania a ndonesia,ocupando grandes e"tensiones de Ofrica y 2sia, y penetra por los Aalcanes en !uropa-Aosnia, parte de 2lbania, parte de Posovo, comprendiendo una poblaci'n de más de milmillones de seres humanos. (a religi'n islámica es la base sustancial de su cultura, aunque

e"isten dos ramas muy diferenciadas, la chiita y la sunnita1 y la enorme prolongaci'n delmundo árabe en longitud geográfica —7?:Y, bastante más de un tercio de la esfera terrestre — y la diversidad étnica rompen inevitablemente la homogeneidad y la cohesi'n delmundo musulmán, en el cual, conviene precisarlo desde el primer momento, no todos sonárabes. @ueron los pa$ses propiamente árabes del 0r'"imo y >edio 6riente los que primero propusieron f'rmulas de unidad o hermanamiento. #a en 78?9, recién terminada la guerramundial, se fund' la (iga Orabe, de la que formaron parte !gipto, Siria, ($bano raM,;ransjordania -hoy Iordania, 2rabia Saud$ y #emen. Su sede radicaba en !l &airo, y sufinalidad era el estrechamiento de v$nculos entre los distintos pa$ses del mundo árabe,mediante la colaboraci'n pol$tica y la asociaci'n cultural. &ontaba con un SecretarioJeneral, que convocaba las distintas 2sambleas, y una serie de &omités que se reun$an peri'dicamente. (ibia se adhiri' a la (iga Orabe en 789L, Sudán en 789=, ;3nez y>arruecos en 789B1 PuQait en 78=71 2rgelia en 78=<1 los distintos emiratos árabes-Aahrein, Tatar, 6mán y !miratos Orabes Hnidos en 78D71 >auritania en 78DL, y Somaliaen 78D?. (legaron a mancomunarse as$ hasta una veintena de estados distintos, no todos deetnia árabe, de 2sia y Ofrica del /orte. @altaban pa$ses musulmanes tan importantes como0aMistán, rán e ndonesia -esta 3ltima multirreligiosa. 2unque lleg' a fundarse una%ermandad >usulmana, esta no tuvo gran repercusi'n hist'rica. (a (iga Orabe cumpli',en cambio, un importante papel, a la hora de adoptar criterios comunes de tipo general1 sin



embargo, al actuar por consenso, y sentar actitudes más que mandatos, no tuvo nunca unaamplia capacidad ejecutiva, en cierto modo al estilo de las /aciones Hnidas.

0or eso en 789B el presidente egipcio, /asser, dio un paso que por un momento secrey' trascendental, al fundar la Nep3blica Orabe Hnida, base de una posible confederaci'n

que pod$a alcanzar una fuerza inmensa. Ee momento se adhirieron a la idea Siria y #emen,aunque solo !gipto y Siria vivieron bajo un régimen confederal. /asser, convertido enhéroe del mundo árabe, después de la guerra de Suez -vid. pág. BD4 una guerra que no gan', pero en la que las /aciones Hnidas le dieron la raz'n, con la humillaci'n de @rancia englaterra, se sinti' con fuerzas para unir el mundo árabe, o cuando menos parte de él enuna gran confederaci'n. Sin embargo, la propia ambici'n de /asser fue su peor enemigo, porque la mayor$a de los )pa$ses hermanos* sintieron el riesgo de una absorci'n. Eurantetres a5os permanecieron precariamente unidos !gipto y Siria, hasta que en 78=7 los siriosdecidieron separarse. &uriosamente, el mismo !gipto, al firmar la paz con srael, decidi'salir de la (iga Orabe, en 78D8, y la sede pas' a ;3nez1 en 788:, regresar$a a !l &airo. !lmundo árabe ha tendido a unirse con motivo del trato de favor que los !stados Hnidos han

dispensado a srael, con la consiguiente dificultad para el establecimiento de un estado palestino. (as guerras árabeCisrael$es, sobre todo la de los Seis E$as -78=D y la del #omPippur -78DL fomentaron la uni'n del mundo árabe, e influyeron en las decisiones de la60!0 -donde los pa$ses árabes son mayor$a, pero que es un organismo independienteencaminadas a apretar las tuercas de 6ccidente. 0ero precisamente las decisiones de la60!0 -vid. págs. 7:7 y 7B<C7BL separaron a los pa$ses árabes productores de petr'leo delos no productores, que tuvieron que sufrir las secuelas de la crisis del petr'leo como todoslos demás. !l hecho tuvo como consecuencia, por ejemplo, el acercamiento de !gipto -queno posee yacimientos petrol$feros a los !stados Hnidos, bajo el mandato de 2nQar elSadat. Eesaparecido el entusiasmo panarabista de los egipcios, trat' de heredar el lideratoel dictador libio, >uammar el Jhadafi, pero sin demasiado é"ito.

!l fen'meno del fundamentalismo islámico, importante por su protagonismohist'rico desde la revoluci'n de rán en 78D8, en que se consagr' la m$stica integrista delimán Iomeini, es un fen'meno distinto, que habremos de analizar en su momento, y que ha provocado a su vez reticencias en los pa$ses islámicos más moderados. Ee momento, unagran federaci'n o confederaci'n de 2l 2rabiya no deja de ser, en ciertas mentes, un lejano proyecto.

e$ El &'rica negra

&uando los pa$ses del Ofrica central o austral se hicieron independientes, se desarroll' nosolo un vivo sentido nacionalista en cada uno de ellos, sino la conciencia de una condici'nque depende de mucho más que del color de la piel, porque se trata también y quizá sobretodo de una cultura, una forma de ser y de entender la vida, diferente de la del hombre blanco o de la del oriental. Garios intelectuales africanos, y sobre todo el ensayista (éopoldSédar Senghor, que lleg' a ser presidente de Senegal, desarrollaron la teor$a de la negritud ,como una cualidad espec$fica y com3n a todos los pueblos de color. 2s$, si lo que distingue



la cultura del hombre blanco es la raz'n discursiva, lo que distingue al hombre negro es laraz'n intuitiva4 al negro le cuesta adquirir nociones abstractas, que para nosotros son másasequibles1 pero en cambio tiene una facilidad para )darse cuenta* de las realidadesconcretas superior a la que nosotros tenemos. 6tros intelectuales negros fueron el poetaIomo Penyatta, el creador de Penya, Peita @odeva o &amara (eye. &omo queda dicho, la

primera generaci'n africana independiente fue pr'diga en figuras valiosas.!ra l'gico que se buscase una forma de asociaci'n entre los distintos pueblos del

Ofrica negra, y en 78=L apareci' la 6H2, 6rganizaci'n de la Hnidad 2fricana, con sede en2ddis 2beba, capital de !tiop$a, y en la que se integraron treinta pa$ses. (os fines proclamados en sus estatutos consist$an en reforzar la solidaridad entre los pa$sesmiembros, y colaborar en el mejoramiento de las condiciones de vida. ;ambién secondenaba el colonialismo, y se pon$a a los estados en guardia contra posibles tendenciasneocolonialistas. 2quella organizaci'n cont' al principio con l$deres enérgicos y llenos deiniciativas, como el ghanés /MQame /Mrumah, aunque luego la 6H2 acab' cayendo enmanos de /asser, que, por el hecho de ser !gipto un pa$s africano y tras su fracaso en el

proyecto de formar una Nep3blica Orabe Hnida, quiso dirigir los pa$ses del continente. (a6H2 tuvo, en general un papel discreto, nada despreciable, pero no logr' la cohesi'n deOfrica /egra y se vio con frecuencia impotente para resolver los conflictos entre pa$sesmiembros, y especialmente las terribles guerras civiles que estallaron en muchos de ellos.

'$ El sudeste asiático

!sta regi'n qued' menos dibujada que otras, pero en varias ocasiones se habl' del área por una serie de motivos. !n 7899 se firm' la S!2;6, u 6rganizaci'n del ;ratado del Sudeste

2siático, un poco bajo el modelo de la /2;6 -en !spa5a 6;2/, pero este organismo fuemucho menos espontáneo que los otros, como que estuvo organizado por las potenciasoccidentales. 2s$ se dio el caso curioso de que formaran parte del tratado del Sudeste2siático los !stados Hnidos, Jran Areta5a, @rancia, 2ustralia, /ueva Relanda, 0aMistán,;hailandia y @ilipinas. (a finalidad fundamental fue la de defender el área del comunismo.0aMistán era adversario, desde el mismo comienzo de su e"istencia, de la vecina ndia, ycomo los hind3es manten$an cierta amistad con los soviéticos, los paMistan$es decidieronaliarse con los occidentales. !sta alianza se mantuvo, con muchas infle"iones, durante largotiempo. ;hailandia también tem$a a los comunistas, especialmente a &hina y a Gietnam del /orte. 2ustralia y /ueva Relanda eran pa$ses anglosajones y democráticos, vinculados aJran Areta5a, y @ilipinas, antigua colonia norteamericana, siempre mantuvo conFashington relaciones bastante cordiales. 0or el contrario, las dos potencias de la zona, laHni'n ndia e ndonesia, no participaron en la S!2;6, y hasta la ve$an con recelo. Si noformaron por su parte una alianza, la causa está no solo en sus distintas zonas de influencia,sino en el hecho de que sus dos l$deres, el presidente de ndonesia, 2hmed SuMarno y el primer ministro indio, IaQaharlal /ehru, eran igualmente ambiciosos, y celoso cada unodel papel de l$der de la zona que quer$a arrogarse el otro. SuMarno era capaz, pero demaneras autoritarias, y chocaba fácilmente con todo el mundo -hubo unos a5os en quendonesia se retir' hasta de las /aciones Hnidas. !n cuanto a /ehru, intelectual,



inteligente y buen planificador, se ocup' de desarrollar un territorio tan vasto y dif$cil comola Hni'n ndia, pero también sigui' una activa pol$tica e"terior1 más que constituirse enl$der de la zona, prefiri' ser uno de los adelantados del ;ercer >undo.

!tra vez el *ercer +undo

!fectivamente, los grandes bloques que se dibujaban por los a5os sesenta noacabaron de cuajar, e"cepto, por supuesto, los que ya estaban constituidos, como los!stados Hnidos o el conjunto de la Hni'n Soviética y sus satélites... y por su parte !uropa. /i beroamérica, ni los árabes, ni el Ofrica /egra, ni el Sureste 2siático, lograronarticularse como conjuntos orgánicos y dotados de una voluntad com3n. 0uede hablarse de&hina como de una gran potencia, por lo menos en ciernes, pero no de un bloquemultinacional, en cuanto que si consigui' ane"ionarse el ;ibet, choc' con la Hni'nSoviética en su intento de e"tender su área de influencia a >ongolia. &hina no realiz' másintentos de e"pansi'n, ni siquiera por el Gietnam comunista, que recibi' más ayuda de los

rusos que de los chinos. !s curioso que el 3nico bloque multinacional en proyecto por entonces que ha logrado cuajar sea precisamente !uropa, aquel en quien se depositabamenos confianza. !uropa naci' en parte no solo por el deseo de reconciliarse consigomisma y evitar nuevos conflictos fratricidas, sino por temor a los otros bloques, que parec$an destinados a constituir otros tantos ejes del mundo.

2s$ fue como, al desdibujarse el mapa de los grandes bloques, volvi' a hacerseoperativo el conjunto del ;ercer >undo, tal como se lo hab$a contemplado en la&onferencia de Aandung, en 7899. 0retendieron liderar al ;ercer >undo, con el nombre de0a$ses /o 2lineados, primero SuMamo, luego /ehru, más tarde /asser. /o todas lasnaciones que no eran ni occidentales ni prosoviéticas formaron parte de este enorme y

heterogéneo grupo1 pero, como queda dicho, por los a5os sesenta y a3n setenta, lae"presi'n )tercer mundo* significaba mucho más )tercer bloque* o )no alineamiento* que pobreza o subdesarrollo. !n 78=7 se celebr' la primera &umbre de 0a$ses /o 2lineados enAelgrado. # es que hab$a aparecido un cuarto aspirante a dirigir aquel conglomerado4 elmariscal ;ito, presidente de #ugoslavia. ;ito se hab$a indispuesto con >osc3, y #ugoslaviaera el 3nico pa$s de la !uropa comunista que no formaba parte del 0acto de Garsovia niobedec$a los dictados del Premlin. &on todo, ;ito era un dictador comunista, y su presenciaen los 0a$ses /o 2lineados parec$a una contradicci'n. # la contradicci'n se hizo mayor todav$a cuando quiso acaudillar a los 0a$ses /o 2lineados @idel &astro desde &uba. (a /o2lineaci'n se estaba convirtiendo en una e"clusiva oposici'n a 6ccidente, en contra de los principios e"puestos en la &onferencia de Aandung. @ue este corrimiento a la izquierda, side tal puede hablarse, el que fue debilitando progresivamente la fuerza moral de losllamados /o 2lineados. &ada vez fueron acudiendo menos pa$ses a las &onferencias, y laidea de un );ercer >undo unido* se hizo cada vez más vaga. (a dura crisis del petr'leo de78DL y a5os siguientes, al separar a los propios tercermundistas, acab' por difuminar laidea de un bloque neutral entre dos grandes concepciones ideol'gicas contrapuestas.Seguir$a empleándose la e"presi'n );ercer >undo*, pero cada vez más con el tristesignificado que hoy le damos, y no como un proyecto de alianza independiente.



3. LA GUERRA FRÍA

(a guerra de &orea, que no resolvi' absolutamente nada en aquel pa$s, sirvi' paraconsagrar una realidad hist'rica que A. Aaruch bautiz' como )guerra fr$a*, un término que

fue generalizado por Finston &hurchill, lo mismo que el de );el'n de 2cero*. (a guerrafr$a nunca desemboc', como se tem$a, en una )guerra caliente*, en un conflicto entregrandes potencias. 0recisamente después de &orea, las grandes potencias pensaron muy bien sus decisiones antes de dar un paso que pudiera resultar fatal para ellas y para eldestino del mundo1 pero era ya muy dif$cil una reconciliaci'n definitiva entre !ste y 6este,aunque hubo momentos de distensi'n, alternados por otros de tensi'n e"trema, quealcanzaron tintes dramáticos en 789= y sobre todo en 78=<. Eesde entonces, prevaleci' laidea de la necesidad de soportarse mutuamente, aunque paralelamente a esta resignaci'nrec$proca hubo por los a5os setenta y ochenta una formidable carrera de armamentos, encierto modo irracional, puesto que ambos bandos sab$an que utilizarlos significaba acabar con el planeta, y nadie, ni por asomo, estaba dispuesto a eso. (a carrera de armamentos, enla que !stados Hnidos y la Hni'n Soviética realizaron esfuerzos denodados y gastosimpresionantes, es uno de los aspectos más llamativos de la guerra fr$a.

!fectivamente, las dos grandes potencias virtualmente enfrentadas —pero siempreen los campos diplomático y propagand$stico, nunca con el uso de aquellas terror$ficasarmas— fueron los !stados Hnidos y la Hni'n Soviética1 pero no cabe pensar en ellascomo 3nicas protagonistas. !stados Hnidos capitanearon al mundo occidental,fundamentalmente los pa$ses del 6este de !uropa, los grandes )Eominios* británicos — &anadá, 2ustralia, /ueva Relanda—, y de un modo creciente las dos grandes potenciasvencidas, 2lemania y Iap'n. (os pa$ses iberoamericanos se sent$an en la 'rbita del mundooccidental, pero por su lejan$a de los espacios conflictivos y por su escasa simpat$a con los!stados Hnidos, no adoptaron una actitud militante. !n general, los occidentales defend$anla democracia y un sistema de libertad econ'mica o libre mercado, aunque con distintosenfoques, como veremos a la hora de concretar casos. !l bloque oriental estaba encabezado por la Hni'n Soviética, que entonces comprend$a no solo la Nusia actual, sino los estados bálticos, Aielorrusia, Hcrania, todos los peque5os pa$ses del &a3caso y las que hoy sonrep3blicas centroasiáticas -Pazajstán, HzbeMistán, ;urMmenistán, ;ayiMistán, Pirgistán.&onstitu$a un pa$s inmenso que iba desde el Aáltico y los &árpatos hasta el 0ac$fico. 2ldominio directo de >osc3 correspond$an lo mismo la patria de Pant, Poenigsberg, bautizada por los rusos como Paliningrado, hasta la isla japonesa de SaMhalin4 se constitu$aas$ como el estado más e"tenso del mundo, con <? millones de Mil'metros cuadrados, casitres veces mayor que los !stados Hnidos. 2unque no fuera más que por esa inmensae"tensi'n, ten$a que ser una gran potencia mundial. 2 ello hab$a que a5adir una poblaci'nque hacia 78D: alcanz' los <9: millones de habitantes, y una poderosa industria pesada,servida por una buena tecnolog$a, que le permiti' competir por muchos a5os en la carrerade armamentos.

(os )pa$ses satélites* de !uropa oriental -la llamada Nep3blica Eemocrática2lemana, 0olonia, &hecoslovaquia, %ungr$a, Numania, Aulgaria, 2lbania, con menosfidelidad #ugoslavia constitu$an al mismo tiempo un magn$fico basti'n defensivo yaislante —Nusia no limitaba con ning3n pa$s occidental— y unos territorios situados casi



en el centro de !uropa, de gran interés estratégico y varios de ellos de buena tradici'nindustrial. !n cambio, por el !ste, la &hina de >ao Redong solo fue un aliado en los primeros tiempos1 pronto las relaciones amistosas se enfriaron, aunque &hina siempre sealine' con las tesis comunistas. !fectivamente, el comunismo, practicado en forma dedictadura de un partido, que no admit$a disidencias y obligaba a una estricta disciplina, era

el denominador com3n de los pa$ses del !ste. (a falta de libertad constituy', parad'jicamente, un factor de fortaleza y cohesi'n de que los occidentales carec$an... hastaque el desenga5o cundi' en los pa$ses comunistas a fines de los a5os ochenta. 2 esadisciplina contribuy' también el propio aislamiento de las sociedades del mundo oriental,separadas de 6ccidente por lo que se llam' el )tel'n de acero*4 un ciudadano de los pa$sesdel !ste dif$cilmente pod$a viajar al mundo libre, como no formara parte de un equipo def3tbol o de un grupo de ballet4 y aun as$, sometido a una continua vigilancia1 por su parte, elviaje de un occidental a la Hni'n Soviética y sus satélites siempre se ve$a entorpecido por multitud de cortapisas4 ten$a que ir acompa5ado de gu$as, que seguir itinerarios obligados,que comprar en establecimientos especiales. 2s$, dos partes del mundo ten$an muy pococontacto entre s$, y en gran medida se desconoc$an.

La !*(% y el /acto de 0arsovia

(a crisis de Aerl$n de 78?B, con el bloqueo de la zona occidental, reforz' la idea deque las potencias occidentales ten$an que formalizar una alianza. #a por entonces elministro británico Aevin preconizaba una )Hni'n 6ccidental*. (a idea cuaj' en el ;ratadode Aruselas, en que cinco pa$ses europeos, @rancia, Jran Areta5a, Aélgica, %olanda y(u"emburgo, se compromet$an a ayudarse mutuamente en caso de que uno de ellos fueraatacado. (a Hni'n 6ccidental declaraba e"presamente que no se formaba contra 2lemania4iniciativa que favoreci' la reconciliaci'n de los aliados occidentales con los alemanes, que

un a5o más tarde llegar$an a erigirse en una Nep3blica @ederal. !l enemigo virtual, aunqueno se le mencionaba, era la Hni'n Soviética. (a idea de aquella uni'n defensiva cay' muy bien en Fashington, y en junio de 78?B el &ongreso americano aprobaba una resoluci'nque permit$a a los !stados Hnidos firmar alianzas en tiempo de paz. !ra el final definitivodel aislacionismo americano. !l ? de abril de 78?8 se firmaba en Fashington la 2lianza del2tlántico /orte, que compromet$a a !stados Hnidos, &anadá, Jran Areta5a, @rancia, los pa$ses del Aenelu", /oruega, Einamarca, slandia, 0ortugal e talia. ;odos ten$an costas al2tlántico, menos talia, con la que se hizo una e"cepci'n. (uego se admitir$a a otros pa$sesgeográficamente no atlánticos. (a 2lianza surti' un efecto inmediato4 el 7< de mayo de78?B los rusos levantaban el bloqueo de Aerl$n1 era ya in3til y hasta contraproducente paraellos proseguirlo. &ierto que la Hni'n Soviética continuaba sus esfuerzos para estar a laaltura de sus rivales. !l <? de septiembre de 78?8, >osc3 anunci' la e"plosi'n de su primera bomba at'mica.

0or su parte, los soviéticos, aunque el 89 por 7:: del potencial militar de los pa$sescomunistas estaba en sus manos, firmaron una serie de pactos bilaterales con los distintos pa$ses satélites, de acuerdo con la )doctrina Rdanov*, que proclamaba la unidad de acci'nde todos los pa$ses comunistas en un esfuerzo com3n. 2quellos pa$ses, antes ocupados, pasaron a ser aliados y se consinti' su rearme, sin que por ello se marcharan las fuerzas



soviéticas de ocupaci'n. 0ero no fue hasta mucho más tarde, en mayo de 7899, cuando sefirm' el ;ratado de Garsovia, que compromet$a a una alianza militar com3n a ocho pa$sesde !uropa oriental. Solo la #ugoslavia de ;ito mostrar$a sus reticencias a aquella alianza. !ltratado de Garsovia consagraba la superioridad de Nusia sobre sus aliados mucho más queel ;ratado 2tlántico la de /orteamérica sobre los suyos. (a sede de la 6;2/ estar$a en

Aruselas1 la del ;ratado de Garsovia en >osc3. Se formaba un !stado >ayor &onjunto1 pero todos los grandes dirigentes ser$an rusos, y las directrices, por supuesto proceder$andel Premlin.

(os rusos tomaron otras iniciativas4 la creaci'n de la Pominform, te'ricamente uncomité informativo para coordinar mejor las ideas en el mundo comunista, pero en el fondodestinado a impartir consignas de obligado cumplimento1 y el &6>!&6/, o uni'ncomercial, que facilitaba los intercambios entre todos los pa$ses del bloque, con un sistemamonetario que depend$a del rublo ruso. !ra la respuesta soviética al establecimiento de un>ercado &om3n en !uropa occidental. 0or 3ltimo, ya más tarde, acabar$a proclamándosela )Eoctrina Arezhnev* sobre la so"eran(a limitada de los pa$ses satélites. !stos pa$ses no

ser$an plenamente soberanos, sino que el ideal comunista prevalecer$a sobre los interesesnacionales. Ee hecho, significaba una más estrecha supeditaci'n a >osc3.

(ccidentes en la crisis Este!este

(a guerra de &orea pudo convertirse en un enfrentamiento directo entre los dosgrandes bloques. Eos hechos lo evitaron4 primero, la condena de las /aciones Hnidas a&orea del /orte, que dejaba fuera de la legalidad internacional a cualquier pa$s que apoyaraa los agresores -solo lo hicieron los chinos, que entonces no formaban parte de la 6/H1segundo, la prudencia de los rusos, que comprendieron lo peligroso de jugar aquella

partida4 eran superiores en hombres y armamento de tierra, pero hubieran tenido quetransportarlos a través de medio mundo1 por el contrario, los americanos, con susuperioridad naval y aérea llevaban todas las de ganar. &on todo, el equilibrio de los dosgigantes abon' una situaci'n en que no se resolvi' nada, precisamente para evitar quehubiera vencedores y vencidos. /o volvi' a haber más guerras entre comunistas yanticomunistas hasta la del Gietnam, pero no dejaron de e"istir graves crisis que pusieronen peligro la paz, y pudieron haber derivado en grandes conflictos internacionales.Necordemos algunas de ellas.

a$ Hungr(a)*ue+-/0$

!n el oto5o de 789= se produjeron dos crisis internacionales completamente distintas enescenarios geográficos muy diferentes, y por obra de tensiones que nada tienen que ver launa con la otra1 pero por ser simultáneas en el tiempo, y por haberse tal vez interferido losdos problemas a la hora de su soluci'n, parece absolutamente inevitable recordar ambos ala vez.



(a implantaci'n de los reg$menes comunistas en !uropa oriental tropez' en algunoscasos con serios problemas, porque en la mayor$a de aquellos pa$ses el comunismo estabaen minor$a, y los rusos se valieron más de la fuerza y de la astucia -con alianzas quemantuvieron mientras les fueron 3tiles para conseguir su objeto. !ntre los de talante másconservador, que con gusto hubieran ingresado en el mundo democrático occidental estaban

0olonia, &hecoslovaquia y %ungr$a. !n &hecoslovaquia fue incluso necesario un acto deviolencia, en 78=B, que no dej' de provocar indignaci'n en 6ccidente -v. pág. LL. !n%ungr$a hubo también signos de descontento contra la imposici'n comunista, y cuando en789= tomaron el poder los más e"altados, hubo un vasto movimiento de opini'n quedegener' en manifestaciones y des'rdenes. 2quella crisis provoc' al fin, en octubre, elascenso al poder de un comunista moderado, mre /agy. # ante el asombro de los demásmiembros del 0acto de Garsovia. /agy valor' la protesta popular como leg$tima, y sindesmentir su comunismo, proclam' la libertad pol$tica, la pluralidad de partidos y laneutralidad de %ungr$a. !ra una medida audaz, que significaba virtualmente evadirse del0acto de Garsovia. (a Hni'n Soviética reaccion' inmediatamente, y los tanques rusos, ennombre del 0acto, invadieron %ungr$a y ahogaron la protesta en sangre. (os occidentalesestaban entonces enfrascados en la crisis de Suez -ver más adelante y no se atrevieron aactuar. @ue aquella una ocasi'n dramática, en que una presi'n de los occidentales hubieratal vez provocado la desarticulaci'n del bloque comunista, aceptado a disgusto por lamayor parte de los pa$ses de !uropa oriental o quien sabe si una guerra de consecuenciasincalculables. !l hecho es que la intervenci'n rusa no fue contestada. /agy fue sustituido por el comunista ortodo"o Iános Pádár, que obr' con dureza, castig' a los moderados-caus' sensaci'n en el mundo la prisi'n y sometimiento a tratos vejatorios del cardenal>indszenty, pero lo cierto es que %ungr$a qued' totalmente sometida, y el 0acto deGarsovia consolidado sin más incidentes.

2l mismo tiempo se produc$a un distinto foco de fricci'n en 6riente 0r'"imo. Se hahablado ya de Jamal 2bdel /asser, que sustituy' a /aguib como presidente de !gipto ysigui' una pol$tica mucho más radical, a la vez nacionalista -entusiasm' a los egipcios, a pesar de ser un hombre autoritario, socialista y panarabista. Necibi' armas de la Hni'nSoviética, que pretend$a ganarse el nacionalismo árabe, si no e"actamente para su causa, s$como aliado contra los occidentales. /asser concibi' el ambicioso proyecto de construir la presa de 2ssuan en el /ilo, la mayor del mundo. 2nte las reticencias norteamericanas de prestarle dinero y tecnolog$a para la empresa, negoci' con los soviéticos, que aceptaronencantados. !ntonces concibi' una jugada arriesgada capaz de aumentar sus ingresos y de paso humillar a los occidentales, y el <= de julio de 789= declar' la nacionalizaci'n forzosadel canal de Suez. (as acciones de la &ompa5$a del canal estaban en un 9: por 7:: enmanos de los ingleses, los franceses ten$an un ?? por 7::, y los egipcios solo el = por 7::restante. (a protesta de @rancia e nglaterra fue inmediata, y la actitud de los !stadosHnidos fue buscar una soluci'n, pero sin demasiado entusiasmo. @racasaron todas lasnegociaciones1 /asser se apoder' de las instalaciones del canal. # as$ fue como el 9 denoviembre se registr' el 3ltimo intento europeo por recuperar el poder$o mundial que hab$atenido antes de la guerra. 0aracaidistas ingleses y franceses, apoyados por la marina y laaviaci'n, desembarcaron en Suez y dos d$as más tarde dominaban toda el área del canal. 2lmismo tiempo, los israel$es invad$an la pen$nsula del Sina$. /o cabe duda de que se tratabade una acci'n combinada.



0oco dur' la euforia francobritánica. (os tiempos hab$an cambiado, y ahora eranotros los que pod$an decidir el destino del mundo. (a acci'n de Suez fue condenada lomismo por la Hni'n Soviética que por los !stados Hnidos. %ubo una reuni'n urgente de la6/H, en la que las potencias europeas se quedaron solas. (os anglofranceses hubieron deevacuar el área de Suez. /asser se sinti' más orgulloso que nunca y firm' nuevos pactos

con la Hni'n Soviética. Eimiti' el primer ministro británico, !den, y tanto @rancia comonglaterra se sintieron humilladas. !uropa ya no pod$a lanzarse a aventuras por el estilo.0ero justamente por entonces se comprendi' mejor que nunca la necesidad de acelerar el proceso de la unidad europea. Se comenta que el episodio de Suez influy' en la prontafirma del ;ratado de Noma, en 789D, que pondr$a en marcha la construcci'n de !uropa.

"$ El muro de 1erl(n -0-$

Eesde la reapertura de las comunicaciones entre la zona occidental de Aerl$n y 2lemania

6ccidental, la parte 6este de la antigua capital alemana se desarroll' de formaimpresionante. 2unque englobada en un territorio que dominaban los rusos, sus relacionescon el resto de la 2lemania libre se hicieron fluidas, y a diferencia de Aerl$n 6riental, conmuchas de sus calles en ruinas, sus barrios industriales y sus viviendas baratas, dondedominaba un nivel de pobreza, la parte 6este vivi' una época de prosperidad y desarrollosin precedentes, con un alto nivel de vida y de bienestar. Aerl$n occidental ten$a unmagn$fico comercio, se convirti' en una de las capitales de la moda, de la cultura, de laciencia, del teatro y las diversiones, y hasta la 6rquesta @ilarm'nica de Aerl$n lleg' aconsiderarse la mejor del mundo. !ra natural que los berlineses orientales envidiasen a sus paisanos del 6este. !n un principio era relativamente fácil pasar de un Aerl$n a otro, consalvoconductos e"pedidos por las autoridades respectivas y a través de unos )corredores*

abiertos al efecto. 0ero el n3mero de las familias y personas que hu$an de la zona comunista para establecerse en la occidental fue creciendo, y ya en 7898, el régimen de 2lemaniacomunista, con el respaldo soviético, rompi' el estatuto de Aerl$n, cerr' lascomunicaciones, y solo por motivos muy concretos, que era necesario justificar por escrito,se permiti' el desplazamiento a la otra zona. !n 78=: y 78=7 se generaliz' la huidaclandestina de berlineses a los barrios occidentales. (a polic$a, —los )vopos*, te'ricamente polic(a del pue"lo — disparaban contra los que pretend$an huir. Solamente entre el 7 y el 7:de agosto de 78=7 huyeron 7:.::: personas, y el d$a anterior al cierre definitivo lo hicieron?:::. Aerl$n !ste amenazaba con despoblarse. !l 7L de agosto toda la l$nea divisoria qued'cubierta por la polic$a, y comenz' la construcci'n de un muro que separaba las dos zonasde la ciudad4 pronto se le llam' el )muro de la vergKenza*. (a tensi'n entre las dos zonasde 2lemania aument', y las fronteras se llenaron de alambradas. Aerl$n volvi' a quedar medio incomunicado, y en ese momento, el presidente de los !stados Hnidos, Pennedy,viaj' a la ciudad para garantizar la ayuda de 6ccidente. Su discurso, que terminaba con un)yo soy un berlinés*, agrav' la tensi'n internacional, pero al mismo tiempo convenci' a losdel 0acto de Garsovia de que un nuevo bloqueo ser$a inoperante. !l muro se mantendr$a,aunque, a pesar de él, continuaron las huidas, a costa de un buen n3mero de muertos1 perolos dif$ciles d$as de agostoCseptiembre de 78=7 pasaron, y se apaciguaron las tensiones.



c$ 2a crisis cu"ana -03$

!n enero de 7898, @idel &astro, entonces comandante cubano rebelde contra el régimen

semidictatorial y corrupto de @ulgencio Aatista, logr', después de una complicada guerra deguerrillas, entrar en (a %abana. Aatista fue derrocado. (os cubanos, presa del malestar econ'mico y de grandes diferencias sociales, vieron con esperanza el triunfo de @idel&astro, y la misma actitud de simpat$a se e"periment' en !stados Hnidos, donde seesperaba que el inquieto comandante iba a implantar un régimen democrático y a dar estabilidad al pa$s. @ue sin duda una ingenuidad, pero la simpat$a norteamericana fue unode los factores que decidieron la situaci'n a favor del castrismo. (uego, @idel, con el bien justificado prete"to de alcanzar la justicia social, comenz' a realizar grandes reformasestructurales en &uba, repartiendo la propiedad de las tierras y acabando con la viejaoligarqu$a de la isla. 0ero su evoluci'n le llev' en 78=7 a declararse socialista mar"ista. /ofaltan motivos para suponer que esta evoluci'n estaba ya prevista desde el primer

momento, pero el hecho es que el gobierno norteamericano se sinti' sorprendido ycomenz' a suspender sus buenas relaciones con &uba. !ntonces @idel &astro, ya sinrebozos, se ech' en manos de la Hni'n Soviética, con gran alborozo del entonces primer mandatario ruso, /iMita Pruschev, que se encontraba de pronto, como llovido del cielo, conun aliado no precisamente poderoso, pero situado a las mism$simas puertas de los !stadosHnidos, que pod$a resultarle de incalculable utilidad. (os soviéticos comenzaron a enviar recursos de todas clases a &uba, incluidos asesores militares, al mismo tiempo que recib$anremesas de az3car cubano. 2 ambas partes conven$a el acuerdo, pero el hecho es que losamericanos se encontraron de pronto con un )pa$s satélite* de >osc3 a solo 79: Pm. desus costas.

!l presidente Pennedy se sinti' enga5ado y comprendi' las dimensiones de su error.!n abril de 78=7 consinti' —y sin duda foment' bajo cuerda— una operaci'n que no leimplicaba directamente, pero que crey' que pod$a derrocar a &astro. Hn peque5ocontingente de 79:: cubanos e"iliados en !stados Hnidos desembarc' en Aah$a &ochinos,esperando poder avanzar sobre (a %abana, con el apoyo de la poblaci'n civil. /o fue as$.(os cubanos no deseaban volver al régimen anterior, y no hab$an tomado conciencia de los peligros del cambio pol$tico en su propio pa$s, y de lo que pod$a esperarse de la dictadurafidelista. !l ataque fracas' rotundamente. !l ejército cubano hab$a sido modernizado,contaba con tanques soviéticos y buen material, de suerte que a las pocas horas losinvasores fueron e"terminados. Pennedy se sinti' más humillado que nunca, y @idel&astro, que presum$a de haber tomado parte en la acci'n con su )tanque personal*, secrey' capaz de todo. 2s$ fue como aument' la ayuda militar soviética, con la presencia de?<.::: rusos en &uba. /o es fácil saber c'mo Pruschev cometi' a su vez la imprudencia deconvertir a &uba en una base de misiles nucleares. !l planteamiento de la guerra fr$adescansaba en todo momento sobre la base de que cada bando pod$a amedrentar todo lo posible al adversario, pero en la conciencia de no pasar de la amenaza, y en la de que losotros tampoco responder$an a ella. !ra un juego de bravatas en que llevaba las de ganar elmás decidido4 pero una equivocaci'n, una imprudencia, un paso mal calculado pod$aconducir a una catástrofe.



!l hecho es que comenzaron a llegar a &uba rampas de lanzamiento de misiles, perolos americanos estaban convencidos de que los rusos no llevar$an a la isla ingeniosnucleares. !ra simplemente un )gesto* de amenaza. 0ero el 7? de octubre de 78=<, avionesesp$a HC< de los !stados Hnidos descubrieron en la costa cerca de (a %abana la presenciaun almacén de misiles de medio alcance capaces de portar ojivas nucleares. E$as más tarde

obten$an fotograf$as reveladoras de aquella amenaza directa. !l peligro iba en serio, ysignificaba el mayor riesgo en que se hab$an visto jamás los !stados Hnidos, más inclusoque en la, para ellos lejana, guerra mundial. Pennedy reuni' a sus asesores, y en aquellasdramáticas sesiones se barajaron las medidas a tomar4 el bloqueo de &uba, el bombardeo delas instalaciones de misiles, la invasi'n inmediata de la isla. 2l fin se decidi' la menosviolenta4 el bloqueo. (os americanos anunciaron que registrar$an a todos los buques que sedirigieran a la isla, y que impedir$an el paso o destruir$an a todos los que llevaran materialque se considerara peligroso. (as fuerzas navales y aéreas fueron puestas en situaci'n demá"ima alerta. 0or su parte, Pruschev se atrevi' a seguir jugando fuerte4 rechaz' la ideadel bloqueo de &uba y anunci' que los barcos rusos seguir$an llegando a la isla sin dejarseregistrar, y con el cargamento que considerasen adecuado. 2l mismo tiempo, la flota rusadel 2tlántico se puso en marcha. ;odo eran, como se coment' más tarde, )jugadas de poMer*, en que ninguno de los dos bandos so5aba ni remotamente con un conflicto nuclear1 pero todas las guerras hab$an comenzado con jugadas as$. >ás que nunca se dieron cuentatodos, americanos, soviéticos, y cuantos a distancia contemplaban la confrontaci'n, que dela paz a un desastre irreparable no hab$a más que un paso.

!l mundo vivi' angustiado cuatro d$as de tensi'n e"trema -<<C<= de octubre. /unca hab$a estado ni volver$a a estar tan cerca la posibilidad de una guerra nuclear. 2l finlos rusos cedieron, no sin sacar ventajas por su parte. !l <= de octubre se anunci' que laHni'n Soviética se compromet$a a retirar los L= misiles de medio alcance que hab$a llevadoa &uba, y a su vez los norteamericanos acced$an, como contrapartida, a retirar los misilesque ten$an en territorio turco -es decir, cerca de Nusia4 unos y otros promet$an por su parteno invadir de ninguna manera al pa$s hasta entonces amenazador, lo cual constitu$a unaseguridad más para &uba que para ;urqu$a. @ue una soluci'n de compromiso, sinvencedores ni vencidos, aunque desde entonces el prestigio de Pennedy, hasta el momentoen entredicho, se vio robustecido. !l que más se enfad' fue &astro, que vio perdido su papel de héroe que ha puesto su pistola a pocos cent$metros de la sien de su enemigoyanqui. Nompi' con los rusos -más tarde se reconciliar$a con ellos, y sigui' otra pol$tica4 por un lado quiso capitanear a los )pa$ses no alineados*, es decir, a todo el tercer mundo1 por otra, foment' una revoluci'n social en varias rep3blicas centro y sudamericanas. /acieron grupos de activistas y guerrilleros en muy diversos escenarios, como los)montoneros* y los )tupamaros*. !rnesto )&he* Juevara, el colaborador argentino de@idel &astro, que ya empezaba a ser molesto en (a %abana, fue enviado a Sudamérica,donde operar$a con habilidad e ingenio, hasta que fue muerto en un encuentro en Aolivia.

Eespués de cada crisis, hay siempre una fase de )distensi'n*. %ubo una entrevistacasi cordial entre Pennedy y Pruschev, se firm' el tratado de /o 0roliferaci'n de 2rmas /ucleares -un tratado que se firm' varias veces, con resultados medianos y en 78=L sedecidi' instalar el )teléfono rojo*, una l$nea directa entre el 0residente de los !stadosHnidos y el Secretario Jeneral del 0artido &omunista Soviético —que era siempre elmá"imo mandatario ruso— para comunicaci'n ante situaciones urgentes y para evitar que



decisiones capaces de poner en peligro el mundo partiesen de personajes secundarios, y talvez irresponsables. @ue un momento de esperanza. 2quella coyuntura hist'rica se quebr'inesperadamente. !l << de noviembre de 78=L, Pennedy era asesinado en circunstanciasnunca bien e"plicadas, y el 7? de octubre de 78=?, Pruschev era e"pulsado de la Secretar$aJeneral del 0artido &omunista.

La guerra del 0ietnam

@ue un conflicto ingrato, bronco y abocado a la eternizaci'n, en que se vieroninvolucrados los gobiernos norteamericanos. &iertamente pasa por ser la guerra más largaen que intervinieron los !stados Hnidos en toda su historia -dur' de 78=? a 78D9, ytambién la más impopular. !n ella no se decidi' más que el destino de una peque5a esquinadel sudeste asiático, pero sus consecuencias morales fueron inmensas. 2 pesar de que en sumayor parte la guerra del Gietnam se libr' en una época distinta a aquella a que nosestamos refiriendo, parece inevitable aludir a ella por formar parte de los sucesivos

enfrentamientos entre !ste y 6este, si bien fue, por fortuna, el 3ltimo.!n realidad, cabe hablar de una segunda guerra, ya que la primera la libraron los

franceses -78?=C7899. !ntonces, el enfrentamiento entre comunistas y occidentalestermin', como en el caso de &orea, con la divisi'n del territorio en dos zonas, /orte y Sur,separadas por el paralelo 7DY. 0ero as$ como la guerra de &orea dur' relativamente poco yse resolvi' con una tensa, pero prolongada paz, en ndochina -llamada después Gietnam lahistoria fue mucho más larga y más ingrata. 2qu$, los franceses fueron sustituidos paulatinamente por los americanos, para proteger el Sur de las pretensiones comunistas. !n78=: naci' el )@rente de (iberaci'n /acional*, o 4ietcong, un movimiento destinado aechar a los occidentales del espacio indochino. !n realidad, se un$an dos apetencias muy

distintas4 por un lado el deseo del l$der comunista del /orte, %o &hi >inh, de unificar todoel Gietnam en su beneficio y el de su causa1 por otro lado, el deseo de los indochinos desacudirse de encima la férula de 6ccidente. !s l'gico que los gobiernos prooccidentales deSaig'n deseasen esta ayuda para subsistir, pero una gran parte del pueblo vietnamitadeseaba arreglar sus problemas sin ayuda e"tranjera. Hn hecho que se hizo frecuente fue laautoinmolaci'n de bonzos budistas, que se hac$an quemar vivos por las calles de Saig'n para mostrar su protesta por la presencia de los americanos. /o eran comunistas enabsoluto, pero no toleraban a aquellos e"tranjeros que ven$an a entrometerse en sus asuntosy a importar otra cultura. Tuizá los occidentales nunca comprendieron la dualidad de este planteamiento. Eefend$an la )libertad* frente a la dictadura comunista, sin reparar en quelos vietnamitas deseaban una )libertad* distinta.

!n 78=9, los americanos, que ya ten$an all$ asesores militares, decidieron intervenir directamente para evitar que toda ndochina cayese en manos de los del Gietcong. Suactitud fue, posiblemente la defensa de la libertad, y sobre todo la defensa del mundo libre, pues era lugar com3n que, en virtud del )principio de las fichas de domin'*, el retroceso enuna parcela del planeta significaba el desencadenamiento de una serie de retrocesossucesivos. (o que no sab$an los americanos era que se estaban introduciendo en unaratonera de la que luego no sabr$an c'mo salir. #a en tiempos del presidente Pennedy hab$a



en Gietnam unos 7B.::: soldados americanos1 pero fue bajo la presidencia de su sucesor,(yndon Iohnson -78=LC78=B, cuando fueron llegando nuevos contingentes, hasta nutrir unejército de más de 9::.::: combatientes. !l planteamiento de la guerra fue siempre muydif$cil. (a superioridad técnica de los estadounidenses era indiscutible, pero las fuerzasnorvietnamitas y del Gietcong -en que luchaban indistintamente los del /orte y los del Sur

rehuyeron toda forma de enfrentamiento directo4 prefirieron la guerrilla, el ataque por laespalda, el golpe de mano. !n Gietnam no hubo frentes definidos, ni eran demasiado 3tileslas armas convencionales. (a lucha en la selva estaba e"puesta a toda clase de peligros, enterrenos con frecuencia pantanosos y con visibilidad casi nula. /o pod$a apenas intervenir la aviaci'n, ni era c'modo el empleo de armas pesadas. 0or supuesto, la de Gietnam fue la3nica guerra del siglo XX sin tanques. !so s$, los americanos recurrieron a veces a ladeforestaci'n sistemática de la selva mediante gigantescos )bulldozers* para buscar campos abiertos, o la inundaci'n de terrenos, o las bombas incendiarias. (os comunistascontestaban con )trampas mortales* subterráneas, con represalias sobre la poblaci'n civil,con incendios y también con inundaciones. @ue una guerra cada vez más ingrata y fea, a laque no se ve$a fin. Se dice que los !stados Hnidos pusieron los suficientes medios como para implicarse gravemente en el conflicto, pero no los suficientes como para ganarlo.%ubiera hecho falta recurrir a métodos demasiado crueles para acabar con la resistencia deunos hombres que sent$an muy poco aprecio por su propia vida, y por tanto estabandispuestos a todo. !l general /guyen Jyap, ya héroe de la guerra contra los franceses yahora gran planificador de una táctica que hac$a la vida imposible a los americanos, dijouna vez que conseguir la muerte de un enemigo a costa de diez bajas propias, era unavictoria. Nealmente fue as$.

(a guerra, más que en la zona de combate —es imposible hablar de )frente*— sedecidi' en el campo de la opini'n. /o solo fue aquella la primera guerra televisada de lahistoria, sino también una guerra eminentemente mediática. (a impopularidad de laintervenci'n norteamericana en el sudeste asiático fue objeto de una militante propagandaen el bloque comunista, pero también en muchos sectores del mundo occidental,especialmente entre los intelectuales y los movimientos de juventud. !s cierto que la mayor parte de las atrocidades fueron cometidas por los irregulares —pero admirablementeeficaces— combatientes del Gietcong, pero también los norteamericanos perdieron muchasveces los nervios en aquella guerra interminable y desesperante, combatidos por unenemigo invisible, y ante una poblaci'n civil en la que era muy dif$cil distinguir entre losque sufr$an y los que hac$an sufrir. (os desgraciados vietnamitas aparec$an como v$ctimasde una injustificable agresi'n norteamericana. # la verdad es que con el tiempo, aquellaintervenci'n, que hab$a empezado como una )defensa de la libertad*, carec$a ya de sentido.!l presidente Iohnson, luego /i"on, se encontraron en un callej'n sin salida. (a victoria eraimposible sin recurrir a métodos e"traordinarios, que no deb$an ser empleados. # unaretirada ser$a la vergKenza de los !stados Hnidos ante la opini'n mundial. W0ero es que la permanencia en Gietnam era considerada también una vergKenza # all$ estaba el problema.!n !stados Hnidos proliferaban cada vez más los movimientos pacifistas. 2l fin, /i"on,con motivo de su reelecci'n, en 78D<, tom' la decisi'n que crey' menos infamante4 lastropas norteamericanas se retirar$an de Gietnam, pero organizar$an un ejército survietnamitamuy numeroso y bien armado, capaz de hacer imposible la victoria de sus enemigos. 0ocodespués, en 78DL, se celebr' la conferencia de 0ar$s entre representantes de los dos bandos,y se acord' una tregua general, que no fue respetada por los del Gietcong1 pero la retirada



de los estadounidenses se realiz' de todas formas. Tuedaban en la pen$nsula indochina solovietnamitas, pero los del /orte eran más combativos y ten$an más ayuda en la poblaci'ncivil, en tanto cund$a la desmoralizaci'n en los del Sur. !n 78D9 los soldados del Gietcongentraban en Saig'n -que pas' a llamarse )&iudad de %o &hi >inh*, y en 78D= se proclamaba la Nep3blica 0opular de Gietnam. &ontrariamente a lo ocurrido en &orea, se

hab$a llegado a la reunificaci'n, pero a costa de la victoria de los del /orte.(a guerra de Gietnam causo la muerte a unos 9B.::: soldados norteamericanos, y

más de L::.::: quedaron heridos, algunos tullidos o presa de enfermedades incurables paratoda la vida. Se calcula que las bajas de los del Sur fueron unas 79:.:::, y las de los del /orte probablemente un mill'n. 6tro mill'n de vietnamitas murieron por efecto de laviolencia o del hambre. (a paz tampoco fue un reposo para todos, porque las represalias delos vencedores fueron terribles, sobre todo en &amboya, donde los )jemeres rojos* pudieron acabar con un mill'n de vidas. !n !stados Hnidos, los da5os morales fueron a3nmás fuertes que los materiales. !l pa$s más poderoso del mundo sufri' un trauma cuyasconsecuencias son todav$a hoy muy dif$ciles de medir. >uchos soldados se hab$an

aficionado a la droga en las odiosas condiciones de aquella guerra que ellos ve$an sinsentido, y llevar$an luego en su patria una vida desgraciada, aparte de que contagiaron suadicci'n a buena parte de la juventud. !l consumo de coca$na de multiplic' por diez enmuy pocos a5os. %ubo en otros ambientes una corriente pacifista mezclada con elescepticismo. Se dice, aunque resulta imposible demostrarlo, que el movimiento )hippy*,que se desarroll' por aquellos a5os, fue una consecuencia del trauma de Gietnam. 2lgoestaba cambiando en las mentalidades y en los comportamientos de muchosnorteamericanos, y este cambio trascendi' también a la mayor parte del mundo libre. 2 élnos referiremos en su momento.

Las guerras $raeisraelíes0alestina fue, desde el momento mismo del fin de la segunda guerra mundial, un

foco de conflictos, el 3nico que iba a prolongarse indefinidamente por más de sesenta a5os.Su planteamiento no tiene relaci'n, en principio, con el enfrentamiento !steC6este1 pero lasimpat$a de los norteamericanos hacia srael y el intento de la HNSS por captarse lassimpat$as de los pa$ses árabes relacionan estos conflictos con el gran contencioso mundial.0or si ello fuera poco, los llamados )pa$ses no alineados*, de no e"cesiva fuerza f$sica, pero con los votos de gran parte de la 6/H, se alinearon siempre, pero cada vez más, afavor de los árabes y contra los israel$es. (as guerras en el área palestina no trascendierondirectamente fuera de ella, pero incidieron en los planteamientos de la pol$tica mundial yoriginaron quebraderos de cabeza a los responsables de las grandes potencias.

Ee estos conflictos, ya nos hemos referido a dos. !l primero fue el establecimientomismo del !stado de srael, con capital en ;el 2viv, que, ante la sorpresa de muchos, supoorganizarse muy rápidamente y rechazar los ataques de los pa$ses árabes vecinos. srael noconsigui' Ierusalén ni todo el territorio palestino, pero adquiri' un espacio muy alargado yestrangulado por el centro, si bien suficiente para establecer su estado. !l segundo fue laguerra de Suez, en septiembre de 789=, cuando /asser se apoder' de los servicios del



canal. 0arec$a que los israel$es quer$an entorpecer el prop'sito, o llegar ellos mismos aSuez, y sus avances por el Sina$ fueron espectaculares1 pero cuando d$as más tarde inglesesy franceses desembarcaban en 0ort Said se vio que la operaci'n era mucho más vasta ycompleja. &omo ya sabemos, los francobritánicos fueron obligados a abandonar la empresa.!uropa qued' humillada, los !stados Hnidos aumentaron su influjo sobre el mundo entero,

Nusia se sinti' satisfecha, porque su intervenci'n en %ungr$a no fue contestada. /asser,orgulloso, quiso erigirse en cabeza del mundo árabe, pero srael no se vio humillado, yconserv' parte de sus conquistas.

(a tercera guerra se desarroll' del 9 al 7: de junio de 78=D y fue llamada por estemotivo )la guerra de los Seis E$as*. (os pa$ses árabes, especialmente !gipto, pero tambiénSiria, se hab$an fortalecido, y esta vez ten$an posiblidad de acabar con srael. 2demás, yae"ist$a un motivo para echar a los israel$es. (a poblaci'n palestina, que en un principio nohab$a intervenido, fue adquiriendo progresivamente conciencia de su nacionalidad, y ya en78=? hab$a nacido la 6(0 u 6rganizaci'n para la (iberaci'n de 0alestina. Se ve$a cada vezmás probable un intento de los pa$ses árabes para apoderarse de srael. Sin embargo, fueron

los israel$es quienes se adelantaron. Juerra preventiva, guerra ofensiva, el hecho es quecomprendieron que o atacaban entonces o quedar$an en inferioridad de condiciones. !l 9 de junio se lanzaron a un ataque por sorpresa. !l enemigo más temible era el !gipto de /asser,ya bien provisto de armas por los soviéticos. !l general Eayan, israel$ que ya hab$adestacado en las guerras anteriores, se revel' esta vez como un genio de la estrategia, y, aimitaci'n de sus antiguos enemigos mortales, los nazis, concibi' una )guerra relámpago* a base de columnas masivas de tanques capaces de romper en un plazo de horas el frenteenemigo. (os israel$es ocuparon en un par de d$as la pen$nsula del Sina$, hasta llegar a laorilla del canal de Suez. 0or el /orte conquistaron a Siria los estratégicos 2ltos del Jolán,y por el centro ensancharon su franja hasta el r$o Iordán, ocupando de paso la ciudadsagrada de Ierusalén. !l reino hachemita de ;ransjordania era sin duda el pa$s más débil delos tres atacados, y se qued' sin la parte occidental de su territorio4 desde entonces tom' elnombre de Iordania.

(as /aciones Hnidas intervinieron de urgencia, y evitaron una victoria todav$a másespectacular de los jud$os. /o se firm' una paz definitiva -esa paz sigue sin firmarse, peros$ un alto el fuego y después una tregua que dejaba las cosas tal como estaban en elmomento de paralizarse las operaciones. !s decir, srael se qued' con el Sina$, la franja deJaza, todo el espacio palestino hasta el Iordán y los 2ltos de Jolán. 2mpliaba su territorioy se ve$a mucho más seguro en sus nuevas fronteras. Tuizá los jud$os no se dieron cuentade que al ocupar un área habitada por casi dos millones de palestinos -Ierusalén, Aelén, /ablus, Ienin, Namala, Jaza estaban introduciendo a un enemigo cada vez más peligrosodentro de su propio territorio.

(a cuarta guerra tuvo lugar del = al <L de octubre de 78DL. !sta vez atacaron losárabes. %ab$an recibido mucha ayuda de los soviéticos, y, sobre todo, muchos pa$ses árabesdel área se hab$an convertido en potencias petrol$feras de importancia mundial. (os pa$sesde 6ccidente dif$cilmente podr$an oponerse a sus pretensiones si no quer$an ver estrangulada su econom$a. !l nuevo presidente de !gipto, Sadat, no era tan radical como elya fallecido /asser, pero comprendi' que la ocasi'n era 3nica, y con el visto bueno de los



rusos y los saud$es se lanz' a la aventura. (os árabes atacaron por los dos e"tremos4 Siria,que también se hab$a reforzado, por el /orte, y !gipto por el Sur. ;ambién se valieron delfactor sorpresa4 eligieron el d$a del 5om 6ippur, fiesta de e"piaci'n de los jud$os, en queéstos han de guardar una inactividad total. # pese a que srael pose$a uno de los servicios deespionaje más penetrantes del mundo —el )>ossad*— esta vez los israel$es fueron

sorprendidos por completo. Se rehicieron, s$, con enorme rapidez, pero la ventaja lallevaban los árabes, superiores en proporci'n de tres a uno en hombres y de tres a dos enarmamento. (os egipcios avanzaron por el Sina$ y Jaza, mientras los sirios amenazabanJalilea. !ntretanto, las /aciones Hnidas, sin atreverse esta vez a una decisi'n inmediata,dejaban hacer de momento. Sin embargo, los israel$es dieron muestras de una incre$blecapacidad de reacci'n, y al cabo de una semana pasaron a la contraofensiva de una formaque demostr' una vez más el genio de Eayan. 0rimero atacaron a los sirios y llegaron a <:Pm. de Eamasco. Suspendieron el ataque, porque los egipcios empujaban con fuerza. !nuna maniobra arriesgada, mientras las tropas egipcias invad$an srael, los tanques israel$esromp$an el frente más al sur, avanzaban por el Sina$, y lo que es más sorprendente,atravesaron el canal de Suez, amenazando a las grandes ciudades egipcias. @ue entonces — significativamente no antes— cuando las /aciones Hnidas intervinieron de urgencia. (aguerra hab$a durado 7D d$as, mucho más que las anteriores, y fue más dura que ellas. /oresolvi' nada4 los israel$es se quedaron con la mitad de la pen$nsula del Sina$ y los 2ltosdel Jolán1 se retiraron de los demás territorios.

0arec$a, en estas circunstancias, que aquellas guerras rápidas y por sorpresa, iban arepetirse peri'dicamente. Sin embargo, ya no hubo más. !l problema palestino iba a tomar otros caracteres. 0ero los pa$ses árabes, que comprendieron que ya era imposible su sue5ode suprimir srael, recurrieron a la venganza prevista en caso de un fracaso1 due5os de una buena parte del petr'leo mundial, y con mayor$a en el cártel 60!0 -6rganizaci'n de los0a$ses 0roductores y !"portadores de 0etr'leo, decidieron en noviembre una subida del precio de los crudos de = a 7? d'lares. /unca se hab$a visto un incremento semejante. >ástarde, el barril de crudo llegará a cotizarse a L: d'lares. %ab$a comenzado una de las crisisecon'micas más graves del siglo XX. !n el cap$tulo pr'"imo analizaremos susconsecuencias.

La carrera de armamentos

!n dos ocasiones, 78::C787? y 78LLC78L8, se registraron verdaderas carreras dearmamentos entre las grandes potencias, con el fin de adquirir ventaja en caso de una posible conflagraci'n1 y en ambos casos estas carreras terminaron en dos espantosasguerras mundiales. Sin embargo, es en 789:C78B9 cuando el mundo presencia la másenfebrecida carrera de armamentos de la historia, una carrera que parece desbordar todoslos l$mites del sentido com3n y dir$ase que alcanza los caracteres de una verdadera locura.&on todo, esta terror$fica secuencia no termina en una guerra mundial4 quién sabe si precisamente por haber sido terror$fica. (os principales protagonistas del rearmeapresurado fueron los !stados Hnidos y la Hni'n Soviética, aunque también se esforzaron por aumentar su potencial de guerra @rancia, nglaterra y &hina, entre otras potencias. (acarrera de armamentos, aunque no condujo como tal a ninguna situaci'n bélica de hecho,



fue uno de los más dramáticos episodios de la guerra fr$a, y significa un esfuerzosobrehumano por parte de los !stados Hnidos y de la Hni'n Soviética por alcanzar unadecisiva ventaja estratégica sobre su rival. >ás tarde, en vista de la imposibilidad dealcanzar esa ventaja segura, la carrera sigui', si cabe más enfebrecida que nunca, paramantener el equilibrio, de suerte que ni una ni otra potencia tuviera que confesar la menor

desventaja respecto de su rival.!s dif$cil e"plicar esta pol$tica. Si la Hni'n Soviética pens' alguna vez ocupar por la

fuerza !uropa occidental -plan RhuMov, v. pág. L9, la idea se mantuvo por poco tiempo oqued' aparcada como una simple teor$a. ;ambién hemos observado que Stalin concibi' por un tiempo la idea de una !uropa comunista como resultado de una cadena de revolucionesen un continente empobrecido por la guerra mundial1 pero el 0lan >arshall y lasorprendente capacidad de las naciones europeas occidentales para reconstruirse alejaroncada vez más esta posibilidad. ;ampoco los !stados Hnidos ten$an el prop'sito deconquistar Nusia, de destruirla4 tem$an sobre todo su labor proselitista, especialmente enregiones pobres del ;ercer >undo, pero su actitud fue, ante todo, defensiva. !n realidad, el

esfuerzo por ganar terreno o zonas de influencia se hizo por obra de la diplomacia o por elfomento de golpes de estado en pa$ses lejanos4 nunca se pens' en tomar la iniciativa de unaacci'n militar directa. !n 6ccidente, grandes masas de opini'n tem$an como al diablo unaguerra de agresi'n y conquista emprendida por la Hni'n Soviética, idea que nuncaabrigaron en realidad los rusos1 y más sorprendente puede parecemos en 6ccidente quegran parte de la opini'n popular en Nusia estuviese convencida de que era inminente una)agresi'n imperialista* emprendida por los !stados Hnidos y sus aliados para destruir laHni'n Soviética. &ada bando consideraba al otro un potencial y peligros$simo agresor,cuando las intenciones, al menos en principio, de ambos bandos no eran esas. !llo noimpidi', sin embargo, la tremenda carrera de armamentos, capaz por s$ sola de aterrorizar almundo entero. +@ue una actitud movida por el temor rec$proco +6bedece más bien aldeseo de cada uno de no quedar por debajo del otro +%ubo en el fondo un prurito de prestigio ante el mundo !l hecho es que aquella carrera constituy' un disparate colosal, ano ser que quisiera fomentarse la idea de la necesidad de una paz basada en el temor. !setemor e"isti', en efecto, y pudo garantizar la paz más a3n, parad'jicamente, que una pol$tica de desarme1 pero no está claro en absoluto que se buscara el equilibrio en virtud deun contradictorio )sentido pacifista* —el t$pico si is pacem, para "ellum —, y muchomenos está claro que las potencias esperaran una paz perpetua basada en su rec$procacapacidad para destruir el mundo.

!n 78?9, los !stados Hnidos consiguieron la bomba at'mica de uranio, y lautilizaron en acciones bélicas contra %iroshima y /agasaMi, en las postrimer$as de lasegunda guerra mundial. /adie se ha puesto de acuerdo todav$a sobre si aquella acci'ntremenda -que no ha vuelto a repetirse desde entonces en caso de guerra oblig' a la pazinmediata, o si hubiera podido llegarse a ésta a corto plazo y con ahorro de vidas. (a posesi'n de la bomba at'mica confiri' a los !stados Hnidos una superioridad inmensa,como ninguna potencia tuvo jamás, sobre el resto del mundo, incluidos, naturalmente, sus propios aliados. Nusia, aunque destrozada por la guerra y provista de una tecnolog$ainferior, hizo sin embargo denodados esfuerzos por igualar posiciones, y en agosto de 78?8Stalin anunci' la e"plosi'n de la primera bomba at'mica rusa. (os servicios de inteligenciaamericanos confirmaron poco después que el hecho era verdad. #a e"ist$an dos



superpotencias dotadas de armas de destrucci'n masiva, y por entonces claramenteenfrentadas entre s$ -un a5o más tarde estallar$a la guerra de &orea. (a carrera era yaimparable. !n 78=7 los !stados Hnidos consiguieron la primera bomba de hidr'geno,incomparablemente más poderosa que la de uranio1 y los soviéticos, que hab$an polarizadosus esfuerzos en la investigaci'n nuclear, lograron lo mismo dos a5os después. (as

e"periencias at'micas se sucedieron cada vez en mayor escala. 2 los Milotones de potenciae"plosiva sustituyeron los megatones -un Milot'n, potencia equivalente a la e"plosi'n demil toneladas de trinitrotolueno1 un megat'n, equivalente a la e"plosi'n de un mill'n detoneladas. (os rusos hicieron e"perimentos gigantescos en la zona de /ueva Rembla, en elOrtico4 los sism'grafos de los pa$ses escandinavos registraron las e"plosiones comoterremotos1 entretanto los americanos e"perimentaban sus armas terror$ficas en atolonesdesiertos del 0ac$fico. Hna bomba pod$a ya destruir no una ciudad, sino regiones enteras.

2unque los rusos construyeron armas más poderosas, los americanos ten$ansuperioridad estratégica, puesto que eran superiores en marina y aviaci'n, y pod$antransportar estas armas en barcos o aviones. Se construyeron aparatos de bombardeo cada

vez más imponentes, pero pronto se encontr' un medio más rápido y práctico de hacer llegar las armas terribles a territorio enemigo4 los proyectiles dirigidos a distancia, o)misiles*. (a dramática crisis de 78=< fue provocada, como ya sabemos, por el deseo deNusia de tener misiles instalados en &uba, muy cerca de los !stados Hnidos. !ntonces seimpuso la prudencia, pero no tard' en reanudarse la carrera de armamentos. 2 los misilesde corto alcance sucedieron los de medio y a estos los de largo alcance, que hac$aninnecesaria la superioridad naval o aérea. #a en agosto de 789D, la HNSS consigui' su primer misil intercontinental4 por primera vez en su historia, /orteamérica era un pa$sinseguro, que pod$a ser alcanzado directamente por sus enemigos. !n 789B, los rusos ten$anya 8 misiles intercontinentales1 en 78=<, <:. 0or supuesto, los americanos segu$an siendomuy superiores, pero la diferencia se iba reduciendo4 si en 78=? los !stados Hnidos pose$anB:: misiles intercontinentales, la Hni'n Soviética alcanzaba los 78:1 pero en 78== ambas potencias estaban ya casi a la par.

!l intento de conseguir cada vez nuevas armas, y más destructoras, e"ig$a esfuerzosinmensos y gastos supermillonarios. 2hora bien, los !stados Hnidos eran mucho más ricosy pose$an una tecnolog$a más diversificada1 si les bastaba dedicar a armamento un ? por 7:: de su presupuesto, la Hni'n Soviética habr$a de gastar un 7= por 7::, y más del =: por 7:: de la producci'n industrial se empleaba, directa o indirectamente en la producci'n dearmamento. Iamás un pa$s hab$a gastado tanto dinero y realizado tanto sacrificio por convertirse en una primera potencia mundial. Si Pruschev se hab$a propuesto al comienzode su mandato disminuir los gastos militares para dedicar más dinero a la elevaci'n delnivel de vida de su sociedad, qued' luego envuelto en la locura de la guerra de armamentos,que resultaba mucho más penosa a los soviéticos que a los americanos. @ue tal la capacidadde destrucci'n que adquirieron los eventuales contendientes -que nunca utilizaron talesarmas, como no fuera para hacer e"perimentos, que en 78D7, siendo ya presidentes /i"ony Arezhnev, se lleg' al acuerdo S2(; 7, de limitaci'n de armas estratégicas. !l tratado nosurti' grandes resultados, pero fue mucho más eficaz el S2(; <, firmado en 78D8 por &arter y el propio Arezhnev4 no solo se limitaban los misiles de largo alcance, sino quequedaba prohibida su fabricaci'n, y estaba prevista su destrucci'n progresiva. +Eesapareci'la carrera de armamentos por eso !n modo alguno. (os rusos, privados del 3nico elemento



que les confer$a superioridad, aceleraron la construcci'n de submarinos at'micos, capacesde lanzar misiles de medio alcance sobre las costas enemigas, crearon una fuerte flota deapoyo, y descubrieron el sistema >NG, de misiles con ojivas m3ltiples, capaces dealcanzar, de un solo disparo, distintos objetivos. /aturalmente, los americanos les imitaronenseguida. 0or los a5os B: ambas superpotencias gastaban unos 7::.::: millones de

d'lares al a5o en armas de destrucci'n masiva.Se lleg' as$ a una situaci'n sin igual en la historia. 0or primera vez, el hombre

dispon$a de medios sobrados para destruir no ya a sus enemigos, sino al mundo entero.&oncretamente, por 78B: se calculaba que las armas at'micas pod$an acabar por tres vecescon el planeta. /o ten$a mucho sentido pensar en qué pod$a consistir la segunda o la terceradestrucci'n. 0or entonces >a" @risch escrib$a4 )un leve capricho del hombre que ocupa el poder, un colapso nervioso, una chispa encendida en su locura, un momento de impaciencia provocado por la indigesti'n... y al demonio con todo...1 una nube de cenizas amarillaselevándose al cielo, una sucia coliflor, y el resto, silencio*. %ay en estas frases un matiz decáustica e"ageraci'n1 pero es cierto que un descuido, una falsa alarma, un gesto mal

calculado pod$an provocar la destrucci'n de la ;ierra. %enry Pissinger, hábil diplomático yagudo observador, que sirvi' a varios presidentes norteamericanos, llam' a esta situaci'n>2E. Mad significa )locura* en inglés, pero también indica las siglas de Mutual Assured 7estruction, destrucci'n rec$proca garantizada. !ra una forma, si se quiere ingeniosa, dedenunciar el peligro hasta entonces sin precedentes que gravitaba sobre un mundo que pod$a saltar en pedazos en cualquier momento. #, sin embargo, aquella locura absurda nolleg' a desembocar en la destrucci'n total, ni llegaron a emplearse armas nucleares deacci'n limitada -en la seguridad de que ser$an seguidas inevitablemente de otras cada vezmás potentes. !n este sentido, observadores como Naymond 2ron o el mismo Pissinger han asegurado que precisamente la capacidad terror$fica de destrucci'n que alcanz' elgénero humano fue el factor que evit' una tercera guerra mundial, que tal vez hubieraestallado en alg3n momento de la segunda mitad del siglo XX, si no hubieran e"istido otrasarmas que las convencionales. /aturalmente que este e"tremo es una simple hip'tesis, ycomo tal resulta inverificable.

La con-uista del espacio

Hn cap$tulo de la guerra fr$a en que no se puso en peligro al género humano ni se pusieron en práctica armas de ninguna clase —aunque siempre se admiti' la posiblidad dehacerlo un d$a— fue el referente a la conquista del espacio e"terior, mediante el uso de unode los inventos de la 3ltima época de la guerra mundial, y luego decisivo en la técnicamilitar como fue el uso de proyectiles dirigidos y autopropulsados o misiles. 0ronto se viola posibilidad de utilizar misiles no para alcanzar objetivos terrestres, sino para vencer lagravedad de nuestro planeta y alcanzar el espacio e"terior. &on esta haza5a, el hombrehabr$a conseguido )crear* nuevos astros, aunque diminutos, capaces de girar como satélitesen torno a la ;ierra, o llegar a otros mundos. !ste ambicioso empe5o supuso igualmenteuna vertiginosa )carrera* entre americanos y rusos por alcanzar los más incre$blesobjetivos, y llegar primero o más lejos a los puntos propuestos. 2s$ fue como, paralelamente a la carrera de armamentos, se habl' de una )carrera espacial*, en la cual las



dos superpotencias estuvieron empe5adas durante muchos a5os, y gastaron sumasinmensas. !sta segunda carrera, aunque cara y destinada en gran parte a adquirir prestigiomundial, tuvo la ventaja de que no puso en peligro al género humano y de que permiti'logros cient$ficos sin precedentes. !l hecho de que unos cuantos hombres pudiesen salir por primera vez en la historia de su planeta natal y llegaran a pisar otros mundos supone uno de

los hechos más impresionantes del siglo XX, y hasta si se quiere de todo el conjunto de lossiglos.

@ueron los rusos los que, sorprendentemente, se adelantaron. !l ? de octubre de789D lanzaron al espacio el primer satélite artificial, el SputniM , una esfera de =: cm. dediámetro y B? Milos de peso, que en poco más de dos horas circundaba el planeta emitiendouna se5al de radio que pod$a ser o$da en los pa$ses más diversos, con diferencias de pocosminutos de uno a otro. (a opini'n mundial se sinti' estremecida, y los rusos aprovecharonaquella ocasi'n para poner de relieve su superioridad técnica. (os americanos se sintieronhumillados, y anunciaron )ellos han marcado el primer tanto, pero nosotros marcaremosdos*. Sin embargo, fueron los rusos los que marcaron el segundo, y con otro golpe

fabuloso, porque el SputniM , lanzado un mes más tarde, estaba tripulado por un ser vivo,la perra 2ai8a, que sobrevivi' en 'rbita varios d$as, demostrando que era posible la vidafuera de este mundo. (a humillaci'n de los americanos solo encontr' el recurso de protestar contra el sacrificio de la perrita, ya que a3n no e"ist$a un sistema de recuperaci'n.!ntretanto, la 2gencia /acional de 2eronáutica y del !spacio, /2S2, dirigida por elinventor de los misiles, el alemán Fernher von Araun, trabajaba febrilmente, pero se vioque llevaba varios a5os de retraso. 6tros dos é"itos soviéticos4 en septiembre de 7898, unmisil ruso, el (uniM 7, consegu$a hacer impacto en la luna. !l hombre hab$a conseguido por primera vez enviar un mensaje —no muy amistoso, pero sin e"plosivos— a otro mundo. #en octubre del mismo a5o los rusos consiguieron algo más dif$cil a3n4 el (uniM L, provistode cámaras de televisi'n rode' la luna y transmiti' por primera vez imágenes de la caraoculta de nuestro satélite.

(a gran haza5a consist$a, por supuesto, en enviar hombres al espacio, pero estamisi'n e"ig$a una técnica depurada, un gran entrenamiento de los astronautas, y unasmedidas de seguridad e"trema, para evitar accidentes. ;ambién en este caso los rusos seadelantaron, aunque ya por poco tiempo. !l 7< de abril de 78=7 #uri Jagarin se convert$aen el primer hombre que sal$a vivo de este mundo, describiendo una 'rbita alrededor de la;ierra, para regresar horas más tarde en una cápsula provista de paraca$das. @ue nombradoinmediatamente )héroe de la Hni'n Soviética*. !n mayo, el americano Shepard realiz' unvuelo espacial de cinco minutos en forma de )salto de pulga*, es decir, sin entrar en 'rbita, penetrando en el espacio y saliendo de él en el área del 2tlántico. !n 78=<, Iohn Jlennrealiz' ya un vuelo orbital. Eesde entonces, los americanos tomaron la delantera. 0ocoantes, en mayo de 78=7, el presidente Pennedy obtuvo un gran golpe de efecto anunciandoque los !stados Hnidos ten$an el prop'sito de poner un hombre en la luna antes de queterminara la década de los a5os =:. Pennedy, asesinado en 78=L, no presenciar$a aquellogro incre$ble, pero pronto se puso en marcha el programa Jemini, y más tarde el programa 2polo, que se fueron acercando a aquel sue5o humano, no sin sacrificios. !l2polo termin' en desastre, y solo el 2polo D, en 78=B, consigui' que tres hombres diesenuna vuelta a la luna. (a promesa de Pennedy se cumpli' el <: de julio de 78=8, cuando /eil 2rmstrong y Auzz 2ldrin pon$an por primera vez el pie en el polvoriento suelo de



nuestro satélite. )!ste es un peque5o paso para un hombre, pero un salto muy grande parala humanidad*, dijo 2rmstrong al hollar las desoladas llanuras del Mare 9ran#uillitatis. !ntotal, seis misiones 2polo, con un total de doce seres humanos, alcanzaron la luna, entre78=8 y 78D<, y trajeron a la ;ierra varios centenares de Milos de rocas lunares. (uego, el programa 2polo fue suspendido por su alto coste y porque los americanos ya hab$an

tomado la delantera. /o por eso ces' la carrera espacial, aunque en general los rusos eligieron Genus y

los americanos >arte. !stos tuvieron más suerte, porque los ingenios soviéticos, aunque provistos de una técnica prodigiosa, solo lograron subsistir unos minutos los ?9:Y detemperatura del planeta que te'ricamente representa la paz. !n cambio, el )sangriento*>arte está sometido a bajas temperaturas y tiene una débil atm'sfera. 0osiblemente losrusos se equivocaron al escoger propagand$sticamente el planeta que representa la paz, perono la ofrece. 2 los 4enusi8 y luego 4enera respondieron los Mariner y luego los 4i8ing: por supuesto, ninguna de estas misiones estuvo tripulada. 0ero aquellos ingenios trasmitierondatos cient$ficos e imágenes de los t'rridos pedregales de Genus, con sus lluvias de ácido

sulf3rico, y los áridos desiertos rojizos, pero helados, de >arte. >ás tarde, la /2S2lanzar$a los Pioneer y los 4o!ager, que recorrer$an miles de millones de Mil'metros,e"plorando todo el sistema solar. (a prodigiosa aventura de la e"ploraci'n espacial,continuar$a hasta nuestros d$as, pero con más pausa, porque ya no tendr$a un carácter espec$fico de competici'n entre rusos y americanos. /o por ello dejar$a de constituir, a pesar de su coste, una de las más asombrosas haza5as realizadas por el hombre.



4. LA HISTORIA DEL MUNDO EN LOS AÑOS 50 Y 0

(a atenci'n a los grandes problemas mundiales nos ha apartado hasta ahora de la historiade los distintos pa$ses. !ntremezclar los aspectos generales y los particulares nos hubiera

permitido seguir un orden cronol'gico más ajustado, pero nos hubiera producido unasensaci'n de desconcierto por la mezcla de ingredientes muy variados y dispersos. !n estecap$tulo trataremos de seguir la historia particular de los pa$ses más importantes o mássignificativos en el orden mundial, sin olvidarnos de que forman parte de un mundo cadavez más globalizado, en que lo nacional y lo internacional se entrecruzan de formainevitable, a veces sorprendente. 2l final podremos obtener una más adecuada visi'n deconjunto.

Los Estados Unidos, caeza del mundo occidental

&arlton %ayes, humanista, diplomático e historiador norteamericano, gran amigo de!uropa -y particularmente de !spa5a defini' una vez a los !stados Hnidos como )esa otragran naci'n europea situada al otro lado del 2tlántico*. !fectivamente, los !stados Hnidosson herederos de la tradici'n europea, particularmente la anglosajona, la mayor parte de sushabitantes son de raza blanca, hablan el inglés, practican confesiones cristianas, conservanmuchas costumbres europeas y tienen unas formas de vida no muy dis$miles de las delGiejo &ontinente. Sin embargo, un europeo llegado a los !stados Hnidos advierteinmediatamente fundamentales diferencias. Hna de ellas, la inmensidad del territorio, tangrande como toda !uropa junta, pero correspondiente a una sola naci'n que habla el mismoidioma4 un hecho que ha permitido una homogeneidad cultural y de relaciones que en!uropa ha sido y sigue siendo, a pesar de todo, más dif$cil. 0ero al mismo tiempo, los

!stados Hnidos ofrecen una gran diversidad en cuanto a las etnias y culturas que han idointegrando aquella gran naci'n, y al origen de sus habitantes. 2nte todo, !stados Hnidos esun pa$s de inmigrantes, o de hijos o nietos de inmigrantes. !n los cien a5os que preceden ala segunda guerra mundial, /orteamérica recibi' un promedio de <8?.::: e"tranjeros ala5o, que fueron a establecerse all$ atra$dos por la fama de prosperidad que reinaba en )el pa$s de las ilimitadas posibilidades*. !ntre aquellos inmigrantes, más de un B: por 7:: eraneuropeos4 ingleses, irlandeses -rlanda fue, proporcionalmente, la que aport' el mayor contingente, alemanes, italianos, eslavos1 pero también chinos, japoneses, hind3es, árabes,y una buena cantidad de hispanoamericanos, procedentes sobre todo de >é"ico y 2mérica&entral. !l origen de los negros venidos de las zonas atlánticas de Ofrica &entral es biendistinto4 fueron llevados y vendidos como esclavos, principalmente en los estados de plantaciones e"tensivas del Sur, en el siglo XG1 una vez emancipados tras la guerra deSecesi'n, se distribuyeron por gran parte del pa$s. Su contingente fue creciendo porcentualmente gracias a su fuerte $ndice de natalidad, de suerte que hoy constituyen el 7L por 7:: de la poblaci'n de !stados Hnidos. %abr$a que contar también a los indiosabor$genes, hoy reducidos a una minor$a que no llega al mill'n de individuos, distribuidosen distintas )reservas*, por lo general en los estados del centroCoeste.

2 tan asombrosa composici'n étnica se une una movilidad social como durante



mucho tiempo no e"isti' en !uropa. !l B9 por 7:: de los norteamericanos se considera declase media1 pero all$ fue mucho más fácil que en el Giejo >undo pasar de pobre a rico... ytambién de rico a pobre. !l empleo es fácil y muy variado4 se gana y se pierde con muchamás frecuencia que en !uropa. !s normal que una persona, incluso si se ha especializado enla Hniversidad, pase a lo largo de su vida por varias profesiones distintas. 2 ello habr$a que

a5adir una concepci'n individualista en virtud de la cual cada uno se labra su destino por sucuenta. !stados Hnidos es el pa$s del sel' made man, u )hombre que se ha hecho a s$mismo*. (a lucha por la e"istencia y la prosperidad de cada uno, consagrada en la duraconquista del 6este, o en los grandes centros industriales del /orte y del !ste, ha dadolugar a un clima de competencia en que el más valioso, el más capaz, el más trabajador o elmás inteligente triunfan, mientras que el más torpe, el más haragán o el más viciosofracasan, y como la culpa o la causa es suya y no de la sociedad, no merecen e"cesivacompasi'n. !ste clima, tenga o no relaci'n con la ética protestante, fue muy com3n en!stados Hnidos por lo menos hasta entrados los a5os =:, y se mantiene en parte hasta hoy.

2l contrario de lo que ha sido frecuente en !uropa, las diferencias sociales cuentan

poco, aunque e"istan grandes diferencias econ'micas. 0uede resultar e"tra5o que en un pa$scon L: millones de personas consideradas como pobres no hayan e"istido en la segundamitad del siglo XX protestas sociales. !l fen'meno de la huelga es casi desconocido. (oque en cambio constituy' con frecuencia fuente de conflictos fue la discriminaci'n racial.2l término de la guerra mundial los negros no pose$an derechos pol$ticos -no pod$an votar,o se les negaba el acceso a determinados cargos. (a discriminaci'n fue durante muchotiempo fuente de violencias, en ocasiones sangrientas. (os !stados Hnidos eran as$ un pa$smuy rico, pero no solo la riqueza estaba mal repartida, sino que en ocasiones, salvo en elcaso de rentas fijas, depend$a considerablemente de la coyuntura. /unca e"isti' un sistemade seguridad social semejante a los que imperaban en !uropa.

(a guerra mundial fue una ocasi'n muy bien aprovechada. 0or de pronto se5al' unacoyuntura de pleno empleo. !n su lugar hemos visto que los !stados Hnidos, a miles deMil'metros de los frentes de combate, no sufrieron da5o alguno en su territorio, y las bajasde los efectivos militares fueron sorprendentemente escasas. (a industria duplic' sucapacidad de producci'n en solo cuatro a5os, y se reconvirti' muy bien a la coyuntura de paz -aparte de que se mantuvo una muy abundante producci'n de material de guerra. 0erolo importante fue que los !stados Hnidos prestaron mucho dinero a su propios aliados, y seconvirtieron en el primer pa$s acreedor del mundo. 0or su parte, las destrucciones en otroslugares obligaron al resto de los pa$ses desarrollados a comprar art$culos americanos1 y lamisma ayuda a las naciones europeas o Iap'n tuvo componentes de generosidad y otros deinterés1 los !stados Hnidos prestaban dinero al mundo, pero a cambio el mundo habr$a decomprar su productos. ;ambién aprovecharon las dif$ciles condiciones inversoras de los pa$ses arrasados por la guerra para realizar en ellos inversiones propias. !sta actitud suscit' juicios contradictorios. 0or ejemplo, el presidente francés, Ee Jaulle, coment' que )losamericanos pensaron que la paz deber$a ser una paz norteamericana...1 y se sent$an conderecho a e"igir que los demás se sometieran a sus caprichos...*. 0or el contrario, elcanciller alemán, 2denauer, estimaba que )sin la ayuda americana, !uropa hubiera podidocaer sin resistencia en manos de la HNSS, o en todo caso no hubiera podido recuperarsecomo lo hizo*. /o es prudente emitir juicios terminantes a este respecto1 pero las dosobservaciones citadas pueden tener una parte de raz'n.



!l regreso de millones de soldados desmovilizados provoc' una momentáneademanda de puestos de trabajo y un principio de paro que provoc' cierto descontento, peroen 78?B ya estaba la situaci'n lo suficientemente normalizada como para permitir lareelecci'n del presidente ;ruman. !n general, la estabilidad pol$tica de los !stados Hnidosqueda confirmada por la facilidad con que son reelegidos los presidentes, # eso que

después de la elecci'n, por cuatro veces consecutivas, del carismático Noosevelt, el Senado propici' una reforma de la &onstituci'n en virtud de la cual un presidente solo puedeconsumir dos mandatos. ;ruman mantuvo en general la pol$tica de Noosevelt, pero cuandocomenz' a atisbarse el peligro de la e"pansi'n soviética, especialmente por !uropa, sent'la )doctrina ;ruman* de defensa de la democracia y de los pa$ses libres1 de esta doctrinaderivaron el 0lan >arshall y la rápida reconciliaci'n con Iap'n. Ee la firmeza de ;rumanda fe la decidida intervenci'n de los !stados Hnidos en la guerra de &orea. &on todo, ladestituci'n del general >ac 2rthur, que ped$a actuar directamente contra &hina, provoc' en!stados Hnidos un movimiento de descontento contra el presidente y de simpat$a hacia elgeneral. >ac 2rthur fue recibido con clamoroso entusiasmo a su regreso a !stados Hnidosen 7897, y muchos americanos le ped$an que se presentase a las elecciones presidencialesde 789<1 sin embargo, el general, que ten$a ya setenta y un a5os, decidi' no hacerlo, yentonces aprovech' la situaci'n el otro héroe de la guerra, vencedor de los nazis y por entonces organizador de la defensa de !uropa, !isenhoQer. 0arece que la sociedadamericana deseaba entonces una pol$tica firme y bien planificada. !isenhoQer fue presidente de 789< a 789=, y reelegido luego hasta 78=:. !ra militar, pero no fue un presidente militarista. /o hab$a pertenecido a ning3n partido pol$tico, aunque se present'como candidato republicano. (os republicanos, a diferencia de los dem'cratas, hab$an sidoaislacionistas, predicando el reforzamiento de los !stados Hnidos, pero sin mezclarse en loscomplicados entresijos de la pol$tica internacional. !isenhoQer rompi' esta tradici'n.

@ue enérgico y prudente al mismo tiempo. >antuvo la pol$tica de armamento y protegi' la producci'n, con dos buenas consecuencias, la estabilidad de los precios y lasfacilidades para el empleo. Su mandato se caracteriza por un desarrollo de la pujanza de lasclases medias. !n cambio, no parece que tuviera las preocupaciones sociales que hab$anabrigado los dem'cratas desde los tiempos del Ne; 7eal de Noosevelt. Supo mantenersefirme frente a la Hni'n Soviética, pero no tuvo inconveniente en entrevistarse cuantas veceshizo falta con Pruschev, para limar asperezas. (os dos hombres, al fin y al cabo realistas, seentendieron bastante mejor de lo que se esperaba. (a gran preocupaci'n de !isenhoQer fuela creciente tendencia de los pa$ses del ;ercer >undo, y especialmente los influyentes )/o2lineados* a apro"imarse a las tesis soviéticas. !l Secretario de !stado, @oster Eulles,comentaba que )pa$s no alineado, pa$s perdido para 6ccidente*. 2 tal fin, se trat' deestablecer )alianzas regionales* de pa$ses no alineados para aceptar la protecci'noccidental contra el comunismo. 2s$ la S!2;6, en 789?, que quiso ser la versi'n de la6;2/ en el Sureste asiático, y que englobaba un área que iba de 2ustralia a ;hailandia,-ver pág. DB. # en 7899 se firm' el 0acto de Aagdad, que inclu$a a Jran Areta5a, 0aMistán,rán e raM, y que trataba de evitar el progresivo alejamiento de los pa$ses árabes respectodel mundo occidental. !stos pactos cumplieron su funci'n por un tiempo, pero no ser$anmuy duraderos. !isenhoQer inspir' sobre todo seguridad a los americanos.

;erminado su segundo mandato, present' como candidato a la presidencia al quehab$a sido su vicepresidente, Nichard /i"on. @rente a él apareci' como candidato



dem'crata un joven desenvuelto, original y brillante, Iohn @. Pennedy. /i"on figurabacomo el favorito en todas las encuestas hasta que en un famoso debate televisado Pennedy,con su desparpajo y sus salidas pulveriz' a /i"on, hombre s'lido pero lento de reflejosmentales y un tanto opaco de palabra. @ue la primera vez que un debate ante las pantallasde la televisi'n decidi' la suerte de unas elecciones. Pennedy, que comenz' su mandato en

78=:, fue el presidente más joven de la historia de !stados Hnidos. Eecidido y brillante,rodeado por primera vez de un numeros$simo grupo de )asesores* —Sorensen, Jalbraith,Nostov, Schlessinger—, se gan' las simpat$as de casi todos al proclamar su lucha por la)nueva frontera*, una concepci'n de la sociedad norteamericana más justa y más solidaria,en que los derechos y la prosperidad alcanzar$an a todos. 0or de pronto, comenz' una pol$tica que buscaba una mayor asistencia social, la desaparici'n de las discriminaciones,en favor de los derechos civiles de los negros y otras minor$as. Eue5o de una oratoria brillante y de gestos originales, pudo pecar de idealista y de ine"perto en algunascuestiones1 se gan' enemigos, pero tuvo muchos partidarios, y en general fuee"traordinariamente popular. Se equivoc' en el intento de invasi'n de &uba, llevado a cabo por solo un grupo de e"iliados cubanos, y en el env$o de contingentes americanos aGietnam, una pol$tica de ayuda a los del Sur que abocar$a a un callej'n sin salida1 pero supomostrarse f$rme en la famosa )crisis de los misiles* y en la cuesti'n de Aerl$n, ciudadcercada que visit' en un gesto espectacular. Su presidencia, breve pero intensa, fuequebrada de improviso, en noviembre de 78=L, por su asesinato, ocurrido en circunstanciasnunca bien aclaradas. Su muerte cierra una época en la historia del mundo, puesto que fueseguida a los pocos meses por la destituci'n del l$der soviético, Pruschev, y la muerte delmás brillante estadista del ;ercer >undo, I. /ehru.

Sucedi' automáticamente a Pennedy su vicepresidente, (yndon A. Iohnson,reelegido enseguida en 78=?, hasta 78=B Iohnson quiso continuar la pol$tica de suantecesor, aunque fue menos original y menos brillante que él. Su mayor é"ito fue el logrode los derechos civiles y finalmente del voto para los norteamericanos de raza negra. (asdiscriminaciones tend$an a desaparecer, aunque nunca se e"tinguieron del todo los prejuicios. Iohnson logr' también otro afán de Pennedy, el famoso )teléfono rojo* con elPremlin, para evitar terribles sorpresas que comprometiesen la paz mundial. 0ero envi'todav$a más contingentes a Gietnam, hasta completar la cifra de medio mill'n de hombres4esperaba con ello acabar de una vez la guerra, pero lo que hizo, sin desearlo, fue introducir a su pa$s en una pesadilla de la que iba a salir muy mal librado.

La Unión Soviética2 3e Stalin a reznev

Iosif Stalin fue el 3nico gran estadista del mundo que mantuvo inalterable su poder antes de la guerra mundial, en la guerra y después de la guerra, hasta su muerte.

!videntemente, fue un hombre inteligente, hábil y dotado de una capacidad incre$ble para hacerse obedecer. Nealiz' las más duras )purgas* —incluso en ocasiones entre susmás allegados, cuando pens' que le sobraban o pod$an hacerle sombra— sin encontrar contestaci'n alguna, sin que se oyese una sola voz de protesta. !ntre tres y diez millones desospechosos de disidencia fueron enviados a Siberia. # sin embargo, supo crearse un



carisma personal, un culto a su personalidad superior probablemente al que lograron %itler o >ao, o cuando menos más duradero4 )jamás en la historia moderna un hombre hab$a proyectado una aureola tan gigantesca en su propio pa$s, y hasta en el mundo entero* -F.(aqueur... !n Nusia se pensaba que estaba provisto de dotes carismáticas y se le estimabacasi como inmortal. !ra )el 0adrecito*, e"presi'n que intentaba unir el cari5o al respeto.

!videntemente, las virtudes de Stalin han sido monstruosamente e"ageradas, pero tampoco puede decirse, como se afirma a veces ahora, que fue un simple bur'crata, fr$o, sin ideasoriginales, e incapaz de adaptarse a las circunstancias. @ue un gran é"ito suyo haber convertido la guerra mundial en )la Jran Juerra 0atri'tica* -v. pág. L7, circunstancia quele permiti' unir en un com3n fervor el amasijo de pueblos y culturas que era la Hni'nSoviética. 2l fin y al cabo, Stalin hab$a sido el profeta de )la revoluci'n en un solo pa$s*,frente al internacionalismo de (enin1 siempre trat' de afianzar el orgullo ruso, sin dejar por eso de tratar de e"tender por el mundo su esfera de influencia. ;ambién hemos observadoc'mo fue asombrosa la recuperaci'n de aquel inmenso pa$s destrozado por la guerra, yconvertido muy pronto en una superpotencia mundial, capaz de infundir temor a la mitaddel planeta, sobre todo desde que en 78?8 los rusos lograron obtener la bomba at'mica4 esos$, Stalin consigui' todo eso a costa de e"igir duros sacrificios a su pueblo. !s cierto quetodo el mundo contaba con un trabajo seguro4 el !stado se encargaba de proporcionárselo1 pero cada cual hab$a de aceptar el que le ofrec$an, y no era libre para ejercer unadeterminada profesi'n. (os j'venes que habr$an de estudiar en la Hniversidad o convertirseen especialistas eran cuidadosamente seleccionados, de acuerdo con su val$a personal o susaptitudes para una actividad determinada, pero también teniendo en cuenta su incondicionaldisciplina y adhesi'n al sistema. !l comunismo estalinista se convirti', como supo ver Schlessinger en )una especie de religi'n*, con sus ritos, sus actos solemnes y su adoraci'nal l$der indiscutible. 0or otra parte, la vivienda estaba asegurada para todos4 el !stado se laconstru$a. !so s$, cuando una pareja contra$a matrimonio, ten$a derecho a un apartamentode solo L= metros cuadrados1 esta e"tensi'n solo aumentar$a con el ascenso profesional ouna familia numerosa. /o e"ist$an te'ricamente clases sociales, pero dominaba una minor$aformada por los grandes jerarcas del )aparato* del 0artido, una burocracia numeros$sima yadicta, una profesi'n militar muy mimada por Stalin durante y después de la guerra, y unaélite de altos profesionales, técnicos y cient$ficos. (os obreros viv$an mal, y peor loscampesinos. &ualquier disidencia o cr$tica corr$a peligro de ser castigada inmediatamentecon la prisi'n, el destierro o en su caso la muerte. (o cual no impidi' que muchos rusos, por el ambiente en que viv$an y la educaci'n que se les inculcaba obligatoriamente,creyeran vivir en el mejor de los mundos, ser due5os de la raz'n pol$tica y portavoces deuna doctrina capaz de salvar a la humanidad. (a tendencia del pueblo ruso al misticismo y alas misiones universales facilitaba la labor de la propaganda. 0or supuesto, los rusos nuncasupieron c'mo viv$a el resto del mundo.

Stalin muri' el 9 de marzo de 789L. (a noticia produjo una sensaci'n inmensa, y sedice que muchos rusos pensaron durante un tiempo que se trataba de un bulo. (a mismaclase dirigente, educada por Stalin en la obediencia ciega, no estaba preparada para unasucesi'n. 0arec$a imposible que un hombre concreto pudiera sustituir al $dolo desaparecido.2l fin se constituy' un triunvirato o )troiMa*, formado por el mariscal Aulganin, uno de losmás brillantes jefes militares, >alenMov, un t$pico bur'crata muy fiel a Stalin, y Aeria,antiguo jefe de los servicios secretos, que gozaba fama de ser un hombre inteligent$simo y... peligroso. !n 6ccidente se crey' que precisamente por eso Aeria desapareci' a los pocos



meses, eliminado por los otros dos. (a historiograf$a rusa actual cree, por el contrario, queAeria, aunque hombre duro en un principio, supo comprender que la HNSS necesitabaabrirse al estilo de 6ccidente y modernizarse en sus estructuras, de modo que se le hizocallar a tiempo en nombre de la estricta ortodo"ia. Aulganin fue quien firm' en 7899 el0acto de Garsovia con todos los pa$ses satélites. !n nombre de ese pacto, aunque solo

actuaron los rusos, fue aplastada la disidencia de %ungr$a en 789=. !ntretanto, >alenMovtrataba de combatir la carest$a fijando una tasa de precios inalterables a los productos de primera necesidad1 pero automáticamente, disminuy' la cantidad de art$culos en elmercado, se5al de que se estaba iniciando un sistema de mercado negro. !videntemente, yano eran los tiempos de Stalin.

!ntretanto, comenzaba a destacar en la c3pula del partido un hombre inquieto ynervioso, de ideas originales y salidas inesperadas que sorprend$an a todo el mundo. Sellamaba /iMita Pruschev. #a en 7899 defendi' una actitud tan poco estalinista como laautocr$tica. (a autocr$tica, o cr$tica interna dentro del 0artido, es, de acuerdo con la propiadialéctica del mar"ismo, la 3nica forma de progresar. (a sociedad o el poder que no se

revisan a s$ mismos se estancan en el inmovilismo1 la confrontaci'n razonada de opinioneses la fuente de progreso y por tanto de mejora pol$tica, social y econ'mica. !n 789=,durante el XX &ongreso del 0artido &omunista, pronunci' un emocionado discurso, en quelleg' a derramar abundantes lágrimas, denunciando el )culto a la personalidad* seguido entiempos de Stalin, y los )brutales métodos* para mantener la omnipotencia del l$der. (atesis de Pruschev caus' una honda sensaci'n, pero al fin fue aceptada. %ab$a acabado laera del stalinismo, y hasta las idolátricas alabanzas a Stalin del himno soviético fueronsustituidas. 2l mismo tiempo, el nuevo 0lan Tuinquenal, 789=C78=:, se propon$a elevar elnivel del vida de las masas trabajadoras y campesinas y mejorar los sistemas deabastecimiento para evitar el hambre. 2lgo muy importante parec$a estar cambiando en laHni'n Soviética, y las potencias occidentales fueron las primeras en creérselo4 sobre todocuando Pruschev proclam', frente a la idea de la confrontaci'n permanente con el mundocapitalista, la de la )coe"istencia pac$fica*. /adie tendr$a que renunciar a sus respectivasfilosof$as, pero las distintas maneras de concebir el mundo no ten$an por qué vivir encontinua y amenazadora tensi'n.

#, en efecto, algo cambi' con la presidencia de Pruschev, que fue el primer mandatario soviético que visit' los !stados Hnidos y pareci' entenderse aceptablementecon Pennedy. Sonriente, con sus gui5os y gestos curiosos, resultaba un personaje casisimpático, del cual pod$an esperarse muchas cosas. 0articip' en la 2samblea Jeneral de las /aciones Hnidas, y en una ocasi'n, porque no le hac$an caso, golpe' la mesa de su esca5ocon su zapato. !ran los t$picos )detalles* de Pruschev, entre zafios y llamativos. !n pol$tica interior, redujo el horario de trabajo a siete horas, aument' los salarios y las rentasde los )Moljoses* o granjas colectivas, e hizo construir viviendas. !n lo e"terior, no pudoevitar la ruptura con &hina, lo que signific' la pérdida de su más poderoso aliado. # elfactor que malogr' sus proyectos politicosociales fue el afán de no quedar atrás encapacidad militar respecto de los !stados Hnidos. !sta carrera resultaba agotadora paraNusia, pero Pruschev de ninguna manera quiso abandonarla. 6btuvo la bomba dehidr'geno, y realiz' espectaculares pruebas nucleares. (as mayores e"plosiones que hubo jamás en el planeta fueron provocadas por la Hni'n Soviética, que, además, presum$a deello. ;ambién se puso por delante de los americanos en la carrera por el espacio -SputniM,



789D, (uniM, 7898, primer astronauta, 78=7, y se esforz' en la construcci'n de misilescapaces de portar ojivas nucleares. Su mayor error fue sin duda el desaf$o a !stados Hnidosque signific' el env$o de misiles a &uba -78=<, vid. pág. 87. Pruschev tuvo que retirarlos,aunque la humillaci'n qued' paliada por la retirada de los misiles americanos de ;urqu$a.&on todo, la bravata de desafiar el bloqueo de los yanquis en las 2ntillas, para renunciar a

él a los pocos d$as, le dej' tocado ante la opini'n de muchos jerifaltes del Premlin -ytambién en parte ante la opini'n mundial. (a época dorada de Pruschev fue lacomprendida entre 789B y 78=<4 a partir de entonces su estrella comenz' a declinar. Se produjeron malas cosechas, se crearon so<oses -granjas del !stado para mejorar la producci'n, pero los campesinos que hab$an de recoger una cosecha que no era para ellosno trabajaron con el mismo entusiasmo, y la situaci'n empeor'. 2l mismo tiempo, laapertura dio alas a unos pocos intelectuales, y algunos -casos de Aoris 0astemaM o de2le"ander Soltzenitsyn, fueron castigados, con gran indignaci'n del mundo libre. /o era posible romper el c$rculo vicioso de la dictadura.

!n 78=?, el Presidium del partido oblig' a dimitir a Pruschev. Se form' una nueva

troi8a con Posygin, Arezhnev y 0odgorny, que intent' un cambio de pol$tica. 0ronto losnuevos intentos de apertura quedaron abortados, y desde 78=9 fue jefe indiscutible (eonidArezhnev, un hombre est'lido y lento, pero indestructible, el jerarca del Premlin que,después de Stalin, se mantuvo más tiempo en el poder -78=9C78B<. Arezhnev hizoesfuerzos denodados por mantener el ritmo de la carrera de armamentos, ide' la )doctrinade la soberan$a limitada*, que obligaba a los pa$ses satélites a depender de la tutela rusa, y,ya que no pod$a so5ar con la comunistizaci'n de 6ccidente, ni siquiera con la de losgrandes pa$ses del tercer >undo, inici' un plan de penetraci'n en Ofrica, que le vali'satélites virtuales, como !tiop$a, Hganda, más tarde 2ngola. !n el fondo, continuaba lalucha entre el !ste y el 6este por conquistar zonas de influencia en el mundo, y por losa5os D: no estaba claro que Nusia fuese a perder terreno. (a decadencia de la Hni'nSoviética hab$a comenzado, pero la mayor$a de la gente en 6ccidente no ten$a la menor sospecha de ello.

Los países de Europa occidental

(a recuperaci'n de !uropa después de la segunda guerra mundial es uno de loshechos más sorprendentes de fines de los a5os cuarenta y de los cincuenta. !l hecho sedebe, qué duda cabe, a la ayuda americana, movida por la generosidad con sus aliados ytambién por el deseo de evitar la ca$da en manos de comunismo, o de la esfera de influenciasoviética, de una parte tan importante, aunque de momento arruinada, del mundo1 peroigualmente se debe a la iniciativa de los europeos, a su esp$ritu de laboriosidad y a unasolidaridad entre los distintos pa$ses que no hab$a e"istido antes de la guerra. Si tras el primer conflicto mundial -787?C787B las heridas nunca se resta5aron bien y semantuvieron las desconfianzas y resentimientos, después de 78?9 la reconciliaci'n fuecompleta, 2lemania e talia se hicieron pa$ses democráticos, y ya nadie pudo suponer que pod$an repetirse en ning3n momento las viejas y tradicionales enemistades de anta5o. !steesp$ritu de reconciliaci'n y cooperaci'n, que acabar$a generando la Hni'n !uropea, fuefundamental a la hora de e"plicar el sorprendente paso de la ruina a la prosperidad. 6tro



secreto de la paz interior que vivi' desde entonces !uropa 6ccidental fue su evidentesentido de justicia social. 0ara evitar que los pa$ses pudieran caer en la 'rbita comunista, pero también como consecuencia de ese esp$ritu solidario de los europeos en el ámbito desus propias sociedades, se generalizaron los seguros sociales, la intervenci'n del !stado enlos problemas econ'micos, la regulaci'n de los salarios, la lucha contra las grandes

diferencias y los abusos de ellas derivados, resultando de todo ello una nueva concepci'nque trataba de unir, como pocas veces se hab$a intentado antes, la libertad con una relativaigualdad. !l ministro de econom$a de la Nep3blica @ederal 2lemana, (udQig !rhardt, dar$acuerpo al concepto de )econom$a social de mercado*4 en virtud del cual, sin menoscabo dela libertad econ'mica propia de las sociedades capitalistas, el !stado influir$a en la marchade las relaciones entre capital y trabajo para procurar una mayor justicia y arbitrar soluciones que, sin disminuir las inversiones y la capacidad de producci'n, aumentasen elnivel de vida de las clases trabajadoras. !ste equilibrio, siempre dif$cil, pero siempreintentado con cierto é"ito, es distinto del más individualista propio de los americanos, sinacercarse en absoluto al sistema de econom$a dirigida por el !stado, sin libertad individual, propio del régimen soviético y los pa$ses satélites vinculados al comunismo.

a$ =ran 1reta>a: re'ormas internas! pérdida del imperio colonial

#a queda dicho que el Neino Hnido fue el pa$s que más pronto e"periment' el deseo de uncambio interior después de la guerra. Finston &hurchill fue el gran héroe de la victoria, ye"traordinariamente popular1 pero sin embargo, los ingleses, arruinados por la dureza de lacontienda y por la enorme deuda e"terior, comprendieron la necesidad de un cambio, y enlas elecciones de julio de 78?9, sorprendentemente votaron a los laboristas, que subieron al poder dirigidos por un hombre bien conocido en pol$tica, pero sin e"periencia de mando

como &lement 2ttlee. >ezcla de planificador e idealista un poco te'rico, quiso tranquilizar a sus paisanos presidiendo un gabinete que se hizo titular )gobierno imperial socialista*.Sin embargo, fue el que comenz', casi sin preámbulos, la liquidaci'n del inmenso imperio británico. 2bandon' el 6riente >edio y la ndia, orgullo de los ingleses desde por lo menosun siglo antes, y jamás admiti' la posiblidad de una resistencia inc'moda frente a las pretensiones independentistas de las colonias. Jran Areta5a perdi' as$ su inmenso prestigiomundial, pero se vio libre de unos problemas que sin duda la hubieran agobiado durantea5os, para terminar de todas formas cediendo a una tendencia que era cada vez másgeneralizada -@rancia quiso resistir, y lo pas' peor.

!l gobierno de 2ttlee fue decididamente socialista en el ámbito interior4 nacionaliz'la banca, los ferrocarriles, la miner$a y una serie de servicios. Se redujeron los gastosmilitares y Jran Areta5a renunci', por primera vez en siglos, a ser la primera potencianaval del mundo, papel que heredaron los !stados Hnidos. Se implant' algo parecido a uncapitalismo de !stado -sin suprimir por ello la iniciativa individual, buscando el plenoempleo y la asistencia oficial, con unos ampl$simos seguros sociales. /aci' as$ el ?el'are*tate o !stado del Aienestar, que ser$a más o menos imitado por la mayor$a de las nacionesde !uropa 6ccidental, aun sin llegar —e"cepto tal vez en el caso de Suecia— a ciertase"ageraciones. Se coment', por ejemplo, que en nglaterra ya no hab$a desdentados ni



calvos, porque el gobierno se comprometi' a facilitarles dentaduras postizas y pelucas. /aturalmente, el gasto p3blico aument' en una tasa enorme, provocando el t$pico dilema deo subir drásticamente los impuestos o sostener una deuda que pod$a llevar al pa$s a la bancarrota y a la devaluaci'n de la moneda. 2ttlee se desenvolvi' con cierta habilidad anteesta doble alternativa, pero Jran Areta5a fue el pa$s que menos se desarroll' en la

posguerra, con un $ndice de crecimiento casi nulo. !n pol$tica e"terior, no tuvoinconveniente en visitar Nusia y llevarse relativamente bien con los soviéticos, sinrenunciar de ninguna manera a una socialdemocracia perfectamente compatible con lossupuestos del mundo occidental.

Se dice que fue la guerra de &orea, pero parece indudable que también los e"cesosdel gobierno en unas reformas sociales que pod$an poner en peligro el desarrollo del pa$s, loque provoc' que en las elecciones de 7897 el poder basculara de nuevo a los conservadores,que regresaron bajo la presidencia de un &hurchill maduro y moderado. #a hab$an pasadolos tiempos de las arengas vibrantes y las actitudes victoriosas. Se mantuvieron, en l$neasgenerales, los supuestos del ;el'are *tate, procurando evitar sus mayores inconvenientes.

&hurchill se mantuvo hasta 7899, en que, ya octogenario, dej' el poder a su ministro de2suntos !"teriores, 2nthony !den. !l pa$s progres', pero a un ritmo mucho menor que eldel vecino continente, alrededor de un < por 7:: anual. Sin embargo, Jran Areta5aalbergaba a una sociedad cada vez más culta, más igualitaria y al mismo tiempo más libre.(os altos salarios hac$an que mucha gente viviera por encima de sus posibilidades reales,amagando un proceso inflacionario y una crisis econ'mica. !den cay' en 789=, como producto de la 3ltima —y la 3nica después de la guerra— aventura de corte colonialista deJran Areta5a4 el intento de conservar el control del canal de Suez -ver pág. BD. !l fracasole llev' a la dimisi'n, sustituido por el también conservador >ac >illan. !l nuevo gobiernocrey' encontrar una posible soluci'n a los problemas econ'micos con el ingreso del NeinoHnido en el >ercado &om3n !uropeo, creado en 789D1 eso s$, sin salir de la&ommonQealth o &omunidad Aritánica de /aciones, un organismo que implicaba tambiénimportantes preferencias econ'micas entre sus miembros4 pero aquella dualidad deintereses no cay' bien en muchos ambientes europeos, y tropez' sobre todo con la cerradadefensa de la @rancia de Ee Jaulle. Jran Areta5a quiso compensar su fracaso creando por su parte la 2sociaci'n !uropea de (ibre &omercio -!@;2, una suerte de mercado com3ncon los pa$ses escandinavos y 0ortugal, pero el proyecto no tuvo el mismo é"ito que lanaciente &omunidad !uropea, cuyos miembros más fuertes eran @rancia, 2lemania e talia.

Jran Areta5a no levantaba cabeza en lo econ'mico, al contrario de lo que suced$a enlos pa$ses del continente, y sin duda por eso los ingleses volvieron a votar a los laboristasen 78=?. !l nuevo primer ministro, %arold Filson, intent' practicar lo que él llamaba)socialismo cient$fico*, pero tampoco por esta v$a obtuvo grandes resultados. (oscontinuos bandazos pol$ticos no serv$an para resolver la situaci'n. !l pa$s mejoraba, perolentamente y con altibajos. /o hubo más remedio que recurrir a una medida desesperada4devaluar la libra esterlina, la divisa más alta del mundo y s$mbolo del orgullo británico.Filson no mejor' la econom$a, y se refugi' en medidas )progresistas*4 suprimi' la pena demuerte, dio más facilidades al divorcio, abri' las puertas al aborto, concedi' medidas permisivas. (a sociedad británica se estaba haciendo más libre1 también, en cierta medida,más disoluta.



!l nuevo régimen francés fue evidentemente más autoritario, sin negar por ello enabsoluto la democracia. (a &onstituci'n de 789B conced$a más poder al gobierno, ycontemplaba un 0residente de la Nep3blica que tendr$a funciones ejecutivas, en muchoscasos por encima del propio jefe del gobierno4 la Nep3blica @rancesa se convert$a as$ en unrégimen presidencialista, al estilo de !stados Hnidos. !l presidente ser$a elegido justamente

por el pueblo y no por el parlamento, para un mandato de siete a5os, y para evitar en la2samblea /acional las mayor$as inestables que hab$an provocado tantos bandazos, seestablec$a un sistema de voto a dos vueltas, de suerte que en aquellos distritos donde nohubiese una mayor$a clara, se disputar$an el esca5o los dos candidatos con más votos.Eesde entonces desapareci' el inconveniente del pluripartidismo, y se dibujaron el grupogaullista, H/N, —más tarde la N0@— y el socialista como los más caracterizados, que seir$an alternando en el poder a un ritmo muy lento y tranquilo durante lo que restaba de siglo-y a comienzos del XX. Ee Jaulle gobern' con su primer ministro Eebré. @ue un jefe delestado solemne y ampuloso. Su enorme estatura y sus gestos ol$mpicos le dieron aires de un)emperador republicano*. >uchos franceses se burlaban un tanto de su presuntuosidad, pero casi todos le consideraban imprescindible, y durante diez a5os —789BC78=B— no tuvouna oposici'n seria. # eso que no sigui' la pol$tica enérgica en el caso de 2rgelia quemuchos esperaban de él. &omprendi' de forma realista que conservar aquel territorio en unmomento en que se impon$a el anticolonialismo era causa perdida. Sus proyectosabandonistas fueron seriamente protestados por el mill'n largo de franceses nacidos yresidentes en 2rgelia -los pied noirs$, y al terrorismo argelino se uni' un terrorismo de losfranceses africanos, que formaron una sociedad secreta, la 6.2.S. y hasta intentaronasesinar a Ee Jaulle. Hn referéndum celebrado en 78=7 determinaba la independencia de2rgelia, con respeto a los derechos de los franceses residentes all$. Ee todas formas,B::.::: pied noirs regresaron a su antigua metr'poli. ;ambién fracas', sin que Ee Jaullehiciera ning3n esfuerzo e"traordinario por mantener la situaci'n, el magno proyecto de)Hni'n @rancesa* con las antiguas colonias.

6tro rasgo de la pol$tica e"terior de Ee Jaulle fue la revalorizaci'n del papel de@rancia en el mundo no como potencia colonial, sino como )gran potencia* respetada einfluyente. [l procur' como nadie la =randeur de la @rance, aunque sus gestosmayestáticos parecieran un poco rid$culos a algunos1 pero evidentemente restaur' el orgullofrancés y pudo superar un cierto complejo de inferioridad sobrevenido durante la &uartaNep3blica. &onvirti' a @rancia en una potencia at'mica, la dot' de un ejército muy bienorganizado y provisto de un sofisticado armamento, se erigi' en portaestandarte de lareconstrucci'n de !uropa occidental, manteniendo muy buenas relaciones con la Nep3blica@ederal 2lemana, y oponiéndose en cambio a nglaterra, que prefer$a la alianza con los!stados Hnidos. Eesde entonces @rancia se ha convertido en portavoz de una especie dedesconfianza europea contra el poder norteamericano y su influencia en !uropa. !n ungesto de independencia, retir' a @rancia del aparato militar de la 2lianza 2tlántica, aun sinrenunciar al pacto propiamente dicho. !l cuartel general de la 6;2/, que estaba en 0ar$s,tuvo que trasladarse a Aruselas. @rancia tal vez no aument' por eso su prestigio en elmundo, pero fue una gran potencia respetada. !l poderoso empuje de la industria y losservicios, y la mejora del nivel de vida y de la misma educaci'n dieron lugar, por los a5ossesenta, a una sociedad francesa desarrollada, culta e influyente.



c$ 2a RepB"lica @ederal Alemana

2lemania, la gran agresora y la espantosamente destrozada en la segunda guerra mundial,vio desaparecer su soberan$a en 78?9, ocupada por las cuatro grandes potencias vencedoras,

la HNSS, !stados Hnidos, Jran Areta5a y @rancia. 0ronto se vio que la zona de ocupaci'nde las potencias occidentales iba a tener un destino distinto a la ocupada por los rusos. 0or de pronto, las tres zonas del 6este fueron unificadas y por 78?=C?D se permitieronelecciones en los )lánder*. 2lemania aborrec$a el antiguo régimen nazi y se integrabagustosamente en el mundo democrático occidental -por el contrario, en la zona !ste losrusos introdujeron un sistema comunista de partido 3nico. (a reconstrucci'n del 6este fueal principio dolorosa y costosa, pero los alemanes trabajaron bien para restablecer susciudades, su industria y sus servicios. !n el !ste, por el contrario, la reconstrucci'n fue máslenta y parcial. @ue en 78?B cuando los aliados occidentales decidieron unificar sus zonas y permitieron unas elecciones generales. (a democracia cristiana, presidida por un ancianoenérgico y activo, Ponrad 2denauer, tuvo clara ventaja, con un ?8 por 7:: de los votos1

segu$a el partido socialdem'crata, con el <8, y el liberal, con el 7<. !stos tres ser$an casi los3nicos partidos de la naciente Nep3blica @ederal 2lemana, gobernada hasta 78=8 por losdemocratacristianos, luego por los socialdem'cratas, con los liberales siempre de partido bisagra. !ntre 78?B y 78?8 se elabor' la nueva &onstituci'n. 2lemania 6ccidental seorganizaba como una rep3blica federal, con dos cámaras, el Aundestag, con representaci'ngeneral de todo el pa$s, y el Aundesrat, formado por representantes de los distintos )lánder*o territorios. !l 0residente de la rep3blica tendr$a un papel simb'lico y testimonial, aunquefue siempre una figura muy distinguida y respetada, y el jefe del gobierno, con ampliasfunciones ejecutivas, conservar$a el t$tulo de &anciller, tan tradicional en 2lemania. @ueelegido como 0residente ;heodor %euss, y como &anciller el l$der indiscutible en aquellosmomentos, Ponrad 2denauer.

2denauer era en 78?8 un anciano de DL a5os, cat'lico, de vida met'dica y sencillaen el ámbito particular, enérgico y de ideas claras en el ámbito pol$tico1 fue un hombre de personalidad poderosa, que hizo valer siempre su prestigio y autoridad, aun respetandoescrupulosamente la &onstituci'n y los principios muy democráticos de la Nep3blica@ederal. ;odos los intentos por conseguir la reunificaci'n total de 2lemania resultaron bald$os, por las diferencias radicales entre las potencias ocupantes y la intransigencia de loscomunistas del !ste. 0ero 2lemania 6ccidental, aunque reducida a un territorio de pocomás de <9:.::: Mil'metros cuadrados, con ?8 millones de habitantes, reun$a las regioneshist'ricamente más pr'speras y más cultas de 2lemania4 la Aaja Sajonia, NenaniaCFestfalia, el 0alatinado, Aaviera. &ontaba con una larga tradici'n industrial y con una clasemedia bien preparada y emprendedora. 2s$ era l'gico que se desarrollase mejor y másrápidamente que la zona ocupada por los rusos1 pero también es cierto que el 0lan >arshall,que alcanz' a los alemanes occidentales, permiti' una más fácil reconstrucci'n, y que elesfuerzo de la sociedad alemana —en la que la clase trabajadora tuvo un comportamientoejemplar en los momentos dif$ciles— fue realmente e"traordinario, y estuvo muy biendirigido. 0or todo ello, la recuperaci'n de la rep3blica @ederal de 2lemania fue mucho másrápida de lo que todo el mundo esperaba, y lleg' a alcanzar un ritmo espectacular. 0or losa5os cincuenta se hablaba con admiraci'n del )milagro econ'mico alemán*, hasta el puntode que en 7899 el valor de la producci'n 3til duplicaba ya el de la anteguerra. 2s$ fue como



la N2@ se hizo por los a5os 9: el pa$s más pr'spero de !uropa, y el nuevo marco alemán seconvirti' en una de las divisas más s'lidas del mundo1 por otra parte la Nep3blica @ederalse revel' como muy estable pol$ticamente, y, aunque sin apenas fuerzas militares, erarespetada por su solvencia y su poder$o econ'mico. 2denauer fue uno de los propulsoresdel !stado del Aienestar, combinando la libertad de empresa con una s'lida pol$tica social,

y el ministro de @inanzas, (udQig !rhardt, fue el principal art$fice del )milagro alemán*,que llev' al pa$s de la ruina total a ser considerado la )locomotora de !uropa*. /o hubo prácticamente problemas sociales en aquellos tiempos, y fue la avanzada pol$tica social delos democristianos la que retras' durante 7D a5os el acceso de los socialistas al poder4 comoque por los a5os 9:, el voto de la democracia cristiana casi se duplic'. (a tendencia solocomenz' a invertirse en las elecciones de 78=7, en que el partido del gobierno retrocedi' ylos socialdem'cratas comenzaron a avanzar. !ntonces les dirig$a ya el e"Calcalde de Aerl$ny héroe de los dif$ciles tiempos del bloqueo de la capital, Filly Arandt.

@ue 2denauer también uno de los )padres de !uropa*, que luch' de maneraincansable por las buenas relaciones de toda la parte occidental del continente1 se llev' muy

bien con el otro gran l$der de la democracia cristiana, el italiano Ee Jasperi, y logr'triunfar en la dif$cil tarea de la reconciliaci'n con @rancia, rompiendo una viej$simatradici'n de rivalidades. Se entendi' con el francés Schuman, y el holandés SpaaM en el primer gran concierto econ'mico4 la &!&2, o &omunidad !uropea del &arb'n y del 2cero.# en 789D fue 2denauer unos de los principales art$fices del ;ratado de Noma, que pon$alas bases de la &omunidad !uropea. !n 78=L dimiti' el canciller, viejo ya de BB a5os, y lesucedi' (udQig !rhardt, que mantuvo su programa econ'mico y fortaleci' la cohesi'nsocial con su plan de )sociedad integrada*, que trataba de evitar la lucha de clases.!fectivamente, en 2lemania comenzaban a e"istir ciertos problemas, motivados justamente por su rapid$sima tasa de crecimiento, y por la inmigraci'n masiva de trabajadores de otros pa$ses que aceptaban salarios más baratos4 espa5oles, italianos y sobre todo turcos. ;anenorme oferta de mano de obra —unos cuatro millones de inmigrantes— amenazaba con el paro a los alemanes, acostumbrados a los salarios altos. !n 78==, un principio de crisisecon'mica provoc' una curiosa, pero realista alianza entre los democratacristianos y lossocialdem'cratas, puesto que los liberales, fuertes en un principio como tercer partido,hab$an descendido al punto de no poder dar a ninguno de los otros la mayor$a absoluta4 as$se form' un gobierno de coalici'n, con el cristiano dem'crata Pissinger como canciller yArandt como vicecanciller y ministro de 2suntos !"teriores. !l cambio de tendenciaculmin' en 78=8 con el triunfo de los socialistas. Arandt, convertido en el canciller más prestigioso de 2lemania después de 2denauer, se acerc' a los pa$ses del !ste, sin renunciar en absoluto a la integraci'n de 2lemania en el bloque occidental y en la 6;2/, siguiendola que llam' )NealpolitiM*. Su filosof$a era )las cosas son as$, y aceptarlas como tales es preferible a no aceptarlas de ninguna manera*. /o pod$a aspirar de momento a lareunificaci'n de 2lemania, pero s$ a las buenas relaciones con los alemanes comunistas delotro lado del )tel'n de acero*, y se esperaba que este acercamiento condujera primero a lacooperaci'n y más tarde, llegada la coyuntura hist'rica precisa, a la ansiada reunificaci'n.2lemania sigui' viviendo a5os de prosperidad hasta la crisis econ'mica de 78DL.

d$ 2a %talia de 7e =asperi



2l término de la segunda guerra mundial, en talia se daba la curiosa situaci'n de una potencia vencida y vencedora al mismo tiempo. !n efecto, el golpe de estado que en 78?Lhab$a derribado a >ussolini condujo pronto a un armisticio, y la talia liberada declar' a suvez la guerra a 2lemania. !n 78??C?9 hubo dos talias, una en el /orte con >ussolini,

tutelada por los alemanes, que manten$a la causa del !je, y otra con G$ctor >anuel yAadoglio, en el centro y Sur, que se hab$a puesto al lado de los aliados. Gencedores estos,los italianos trataron por todos los medios de aparecer como dem'cratas que han derrotadoal fascismo. /o lo consiguieron del todo, pero el trato que recibi' talia fue mucho más benigno que el que sufrieron los alemanes, y desde el primer momento, a pesar de laocupaci'n militar, pudo establecerse un poder organizado en Noma. !so s$, el cambio pol$tico, com3n a todos los pa$ses, vencedores y vencidos, fue en talia radical. !l reyG$ctor >anuel abdic' en su hijo %umberto, pero aun as$, la monarqu$a no pudosostenerse. !s cierto que &hurchill pretendi' defender el sistema monárquico en talia, pensando que otra salida pudiese provocar una revoluci'n, pero los americanos, en cambio,favorecieron la idea de una rep3blica, y fue esta idea la que finalmente prevaleci'. Hnreferéndum convocado en 78?= dio ventaja a los republicanos, aunque por corta mayor$a-un 9? contra un ?= por 7::. !n 78?B se establec$a definitivamente una &onstituci'ndemocrática. Se proclamaba la Nep3blica taliana, con un 0residente dotado de atribucionesarbitrales y un gobierno muy sometido al parlamento. ;ambién se proclamaba una discretadescentralizaci'n. talia fue desde el primer momento un pa$s multipartidista -e"istieron DL partidos, aunque solo una docena tuvieron posibilidades de alcanzar el poder1 y nuncadejar$a de serlo a lo largo de todo el resto del siglo XX, de suerte que por lo general, todoslos gobiernos que se formaron fueron de coalici'n. !n un principio, los comunistas, quehab$an participado decisivamente en la resistencia antifascista, intentaron arrogarse el poder, pero aunque ten$an mayor$a relativa, una amplia coalici'n de partidos pudomantener a talia en la 'rbita de 6ccidente. >uy pronto destac' un pol$ticodemocratacristiano, 2lcide Ee Jasperi, que parece la contrapartida italiana de 2denauer4maduro, intelectual, cat'lico, muy preocupado por las cuestiones sociales, muy europe$sta.!l fue quien con su pol$tica social evit' el triunfo del comunismo en talia. Se fund' el No nstituto para la Neconstrucci'n taliana, que reservaba al !stado un papel importante enla direcci'n econ'mica, como también Ee Jasperi se lo reserv' en el campo de laconcertaci'n social. 0rocur', aun sin conseguirlo más que en parte, suavizar las diferenciasentre el /orte rico y el Sur pobre1 realiz' una campa5a de alfabetizaci'n de los campesinos,quiso convertir a /ápoles en una ciudad industrial y procur' una reforma agraria, nodecisiva, pero tampoco despreciable. Se preocup' de organizar los seguros sociales y demantener o mejorar la capacidad adquisitiva de los salarios. talia vivi' épocas de fuerteinflaci'n, con una devaluaci'n de la lira, que se convirti' en una de las monedas de cambiomás bajo de !uropa, pero ello no fue obstáculo demasiado importante para el desarrolloecon'mico del pa$s.

(a recuperaci'n de talia no fue tan )milagrosa* como la de 2lemania, pero acab'siendo espectacular. Se moderniz' la industria del /orte y se realizaron mejoras en lossistemas de cultivos. talia se convertir$a en una potencia en campos como el de lafabricaci'n de autom'viles -@iat, 2lfa Nomeo, (ancia, G!&6, la industria qu$mica yfarmacéutica, la agricultura especializada y el dif$cil arte del dise5o. (os italianos supieronseparar muy bien su interés por la buena marcha de la econom$a de sus pasiones pol$ticas1



el pa$s sufri' una inestabilidad mayor a3n que la @rancia de los a5os cincuenta, con unaenorme cantidad de gobiernos provisionales, a la espera de unas nuevas elecciones,gobiernos que muchas veces apenas sobrevivieron a la formaci'n de las cámaras, siempreen busca de curiosas )combinaciones* multipartidistas para obtener una precaria mayor$aconjunta4 consecuencia inevitable de las apetencias de tantos partidos provistos de

programas e intereses muy diversos. @ueron los italianos los que generalizaron, con ciertosentido burlesco, la palabra )partitocracia*. 0or dos veces la democracia cristiana lleg' aaliarse con los comunistas, a pesar de los programas incompatibles de ambas formaciones,con la consiguiente indignaci'n de los demás grupos4 pero ello ayud' a su vez a buscar formas de avenencia más estables. (o que en otro pa$s hubiera dado lugar a problemasirresolubles, lo arreglaron los italianos con su sentido realista y sus ingeniosas solucionesde momento. (a Eemocracia &ristiana fue durante muchos a5os el partido más fuerte y elque siempre ocup' la presidencia del gobierno. Ee Jasperi presidi' en cinco a5os ochogobiernos. @ue un pol$tico discutido a veces, pero en el fondo siempre respetado. 6tra desus preocupaciones fue, como queda dicho, la reconciliaci'n y la uni'n de !uropa. &on&hurchill, el francés Alum y el holandés SpaaM fund' el >ovimiento !uropeo, del quesurgi' el &onsejo de !uropa -mayo de 78?8. Eesde aquel foro defendi' la unidad europea,la supresi'n de fronteras y la creaci'n de instituciones comunes. /o llegar$a a ver elcumplimiento de sus sue5os, pues falleci' en 789?4 pero dej' la obra en marcha, y por respeto a su labor se firmar$a precisamente en Noma el 2cta fundacional europea, en 789D.

Ee Jasperi fue sustituido por otro intelectual cat'lico de categor$a, 2mintore@anfani, un poco más escorado a la izquierda. &asi siempre presidi' gobiernos de centroCizquierda, aunque la democracia cristiana fue en todo momento el partido preponderante.Eespués de much$simas combinaciones —incluida una momentánea alianza con loscomunistas— acab' consagrándose una coalici'n de cuatro partidos, democristianos,socialistas, socialdem'cratas y republicanos, que procur' unos a5os de relativa estabilidad,aunque los italianos nunca se acostaron con la seguridad de levantarse al d$a siguiente conel mismo gobierno. 0ocos pueblos hubo más cr$ticos con sus pol$ticos, y al mismo tiempomenos dispuestos a llegar a la violencia para obtener un cambio. Solo se registraronincidentes en el campo de la protesta social, aunque tampoco aqu$ lleg' la sangre al r$o. 0or los a5os sesenta, el alto n3mero de becas concedidas a los estudiantes de familiasnecesitadas permiti' el acceso a carreras superiores a j'venes que hasta entonces no hab$anso5ado en cursarlas1 este hecho, y la creciente valoraci'n de la formaci'n profesional fueorigen de una )nueva clase media* que signific' toda una revoluci'n incruenta tanto en elterreno social como en el cultural. (a talia de los a5os sesenta fue pr'spera, servida del buen humor, y con una capacidad creadora en el campo cultural dotada de originalidad, que promovi' un movimiento )neorrealista*, entre ir'nico y comprensivo con las debilidadeshumanas, que alcanz' altos niveles en géneros como la novela o el cine, y que habr$a deinfluir en toda !uropa.

La evolución de Espaa

!spa5a vivi' su guerra civil -78L=C78L8 justamente antes de la guerra mundial, y sudesenlace fue, desde el punto de vista pol$tico e ideol'gico, el opuesto al que habr$a de



tener el gran conflicto. !ste cruce de destinos no beneficiaba en absoluto la posici'n de!spa5a en el panorama internacional. 2unque el general @ranco, el vencedor de la guerracivil, permaneci' neutral en la gran guerra, y para insinuar una cierta apertura inaugur' en78?< las &ortes !spa5olas -con atribuciones muy limitadas, y en 78?9 hizo publicar unaespecie de constituci'n escueta, el @uero de los !spa5oles y la (ey del Neferéndum, estas

medidas no fueron suficientes para congraciar al régimen franquista con los vencedores. !nesto estaban de acuerdo tanto unos como otros. (os occidentales no pod$an tolerar que en!spa5a hubiese una dictadura, y los soviéticos no olvidaban su derrota de 78L8 y su fracasoen su intento de convertir a !spa5a en un pa$s comunista. !n la &onferencia de 0otsdam sedecidi' que !spa5a no podr$a formar parte de las /aciones Hnidas, y en 78?=, la propia6/H declar' el aislamiento y embargo del pa$s, una decisi'n que, como otras similares,aunque estaba dirigida contra un régimen, perjudic' especialmente a un pueblo. !spa5a,da5ada y empobrecida por su propia guerra, no hab$a podido aprovecharse, como lo hab$ahecho en 787?C7B, de las necesidades de los beligerantes en el gran conflicto mundial1 alcontrario, hubo de pagar a los alemanes la ayuda que estos hab$an prestado al bando de@ranco. Si la reconstrucci'n fue imposible durante la época de la guerra, más lo fue a3n enlos a5os subsiguientes, cuando por acuerdo internacional se cerraron las fronteras, sesuprimi' el suministro de carburantes y se hizo prácticamente imposible el acceso amaterias primas que no se encontraban en el pa$s. Hn simple ejemplo4 durante a5os, losneumáticos de los veh$culos espa5oles hubieron de ser recauchutados una y otra vez, porque no era posible obtener caucho.

&on todo, la esperanza tanto de los aliados occidentales como de los soviéticos deque el régimen de @ranco se derrumbara resultaron fallidas. !spa5a fue as$ un pa$s aislado,distinto de los demás, que vivi' una e"istencia precaria y a un tiempo muy peculiar, apartede la del resto del continente, condenada a una reconstrucci'n muy lenta y a un régimen deracionamiento de art$culos de primera necesidad, que probablemente fue un desacierto delos gobernantes, porque foment' por su parte el mercado negro. !l régimen de @ranco fueduro en los primeros a5os, para irse suavizando poco a poco, sin llegar en ning3n momentoa la democracia. Su salvaci'n estuvo en la ruptura entre !ste y 6este. @ue &hurchill el primero en darse cuenta de que !spa5a, al fin y al cabo, era un baluarte anticomunista, y, encaso de una revoluci'n interna, ser$a más una molestia para las democracias occidentalesque una ventaja. !l presidente ;ruman no lo cre$a as$, pero cuando lleg' a la &asa Alanca!isenhoQer, comprendi' de forma realista que era preferible tener a !spa5a, situada en una posici'n estratégica entre !uropa y Ofrica, entre el 2tlántico y el >editerráneo, comoaliada, que e"ponerse a cualquier cambio incontrolado. 2s$, en 789L se firm' un pacto decooperaci'n entre los !stados Hnidos y !spa5a -con la implantaci'n de bases americanasen territorio espa5ol, y en 7899 !spa5a era admitida en las /aciones Hnidas. Se suprimi'el embargo, se abrieron las fronteras, y el gobierno espa5ol, que hab$a seguido hastaentonces una pol$tica de autarqu$a, intentando que el pa$s se valiese por s$ mismo, se abri' aun tráfico internacional cada vez más activo. (a época de autarqu$a, aunque penosa, sirvi' para que los espa5oles se las ingeniaran para obtener o fabricar productos que nunca anteshab$an tenido1 y estos intentos iniciales, sobre todo por parte del !stado, sirvieron después para para fomentar una relativamente fuerte iniciativa privada. !n 7897 alcanz' !spa5a larenta de antes de la guerra4 al mismo tiempo que las demás naciones de !uropa occidentalconsegu$an el mismo objetivo, pero tras un proceso más lento y trabajoso, puesto que la posguerra espa5ola hab$a comenzado seis a5os antes.



unas dimensiones nuevas después de la tremenda lecci'n de la segunda guerra mundial.%oy tiende a reivindicarse la figura de &oudenhoveCPalergi, como el promotor de la uni'neuropea, y parece que su tesis fue asumida por &hurchill en el famoso discurso de Rurich1también Palergi fund' en Jstaad -78?D la Hni'n 0arlamentaria !uropea, de la cual saldr$aen 78?8 el &onsejo de !uropa.

Sea de ello lo que fuere, el hecho es que la tremenda lecci'n de la guerra, como yahemos visto en su lugar, fue bien aprendida, y muy pocos a5os después del segundo y cruelconflicto, las relaciones entre los distintos pa$ses de !uropa occidental no solo llegaron a unestado de absoluta reconciliaci'n y total olvido de rencillas pasadas, sino a una actitud deamistad y cooperaci'n comprometida que hac$a absolutamente impensable la posibilidad deuna nueva guerra intraeuropea. Si esta estallaba, y el temor fue durante muchos a5osfrancamente grande, posiblemente superior a las posibilidades reales de un enfrentamientodirecto, ser$a una guerra entre los pa$ses comunistas del !ste y las democracias del 6este,acaudilladas respectivamente por la Hni'n Soviética y los !stados Hnidos, es decir, por potencias que ya no se consideraban inscritas en el ámbito y en la geopol$tica de !uropa.

!n este conte"to, y a pesar de la brutal carrera de armamentos, fue mucho más fuerte elmiedo a una agresi'n de la otra parte que el proyecto de perpetrar esa agresi'n.0robablemente el deseo de los pa$ses de !uropa occidental por formar una mancomunidadefectiva estuvo inspirado por el instinto de defensa1 sin olvidar tampoco el hecho de que!uropa necesitaba unirse también para contrapesar el inmenso poder$o econ'mico de los!stados Hnidos. 0or 3ltimo también es cierto que la tendencia al establecimiento de)grandes bloques* supranacionales que alent' en muchas regiones del mundo por los a5oscincuenta y sesenta pudo hacer ver a los europeos que sin esa mancomunaci'n iban aquedar por detrás de las grandes fuerzas que estaban surgiendo. !s curioso pensar que hoyno queda ya casi nada de aquellos grandes bloques supranacionales... e"cepto la propiaHni'n !uropea, que naci' casi como una necesidad de respuesta a ellos -v. pág. D<.

(os primeros pasos se dieron, no lo olvidemos, ya muy temprano, inmediatamentedespués de la terminaci'n de la gran guerra. (as nuevas condiciones geopol$ticas dejaban alanta5o poderoso continente europeo, due5o de medio mundo e influyente en las grandescorrientes universales, en el campo del pensamiento, de la econom$a, de la ciencia, de lacultura, del arte, de la moda, reducido a un modesto segundo lugar por debajo de las nuevassuperpotencias, y amenazado de mayor reducci'n a3n por obra de las grandes fuerzasemergentes en otras partes del planeta. >encionadas quedan las conversaciones deintelectuales europeos en Jinebra y el discurso que el 78 de septiembre de 78?= pronunciaba &hurchill en Rurich para afirmar ta"ativamente que )es un deber de todos enestos momentos crear el germen de unos !stados Hnidos de !uropa*. Seg3n el ministro británico, o !uropa se un$a, o quedaba indefectiblemente condenada a la decadencia. !n78?D naci' el Moimiento Europeo, fomentado por pol$ticos de varios pa$ses, entre los quedestacaba el belga SpaaM. Su primer &ongreso se celebr' en (a %aya en 78?B, y all$ se cre'la 2samblea &onsultiva de !uropa y un ;ribunal de Eerechos %umanos. Ee momento,estas instituciones tuvieron un carácter más testimonial que otra cosa, pero mostraron lavoluntad de los europeos de crear instituciones comunes. # sin duda por eso, en el mismoa5o 78?B surgi' la 6rganizaci'n !uropea de &ooperaci'n !con'mica. 6!&!, que desde el primer momento jug' un papel nada despreciable en la mancomunaci'n de las econom$asde @rancia, Aélgica, %olanda, (u"emburgo, talia, y muy pronto 2lemania. (a 6!&! era



ya más que un mero s$mbolo, y aunque no estaba dotada de atribuciones ejecutivas, sirvi' para intercambiar datos y ofrecer sugerencias en orden a una más ágil relaci'n entre laseconom$as de los distintos pa$ses. # en 78?8 nac$a como consecuencia de la simb'licaHni'n 0arlamentaria, el &onsejo de !uropa, una asamblea casi sin funciones, pero quetodos atend$an y que result' muy pronto fuente de fecundas iniciativas. !uropa, como una

realidad unida, interrelacionada por instituciones comunes, estaba naciendo, pero era por entonces resultado de una voluntad, y más todav$a, de una ilusi'n de que muchos europeos participaban.

@ue en 789: cuando el ministro francés de !conom$a, Nobert Schuman, apoyado por Iean >onnet, -autor de un plan de desarrollo que result' espectacular en la historia de@rancia propuso un compromiso concreto entre las grandes econom$as europeas, y de estainiciativa naci' en 7897 el primer organismo que ya obligaba formalmente a la cooperaci'nentre todos sus miembros, la &!&2, o &omunidad !uropea del &arb'n y del 2cero. !rantodav$a entonces estos dos minerales la base de la industria y del desarrollo, como lo hab$ansido en el siglo XX4 armonizar la tasa de producci'n entre uno y otro, o el intercambio

entre pa$ses e"cedentarios o deficitarios de uno de los dos, se revel' muy pronto como unamedida beneficiosa, que ayud' al desarrollo com3n y facilit' los intercambios. @ue curioso4 justo cuando estaba caducando la edad del carb'n y del acero, cuando empezaba a cobrar primac$a el empleo de los hidrocarburos, de la electricidad, de los plásticos y materialessintéticos, el recurso a la unificaci'n de los viejos bienes sider3rgicos sirvi' no solo paraimpulsar con un br$o desconocido la econom$a europea, sino también para hacer ver que launificaci'n no perjudicaba a nadie y favorec$a a todos, es decir, que pod$an darse nuevos pasos en un clima de creciente confianza. !n 7897 Iean >onnet presidi' una conferenciaeuropea en la cual se pusieron las bases de la &!&2, y se fund' también el !HN2;6>.0or aquellos tiempos se pensaba que la energ$a nuclear iba a ser la base fundamental deldesarrollo del mundo en el futuro, y por tanto el intercambio de informaci'n y elestablecimiento de centrales nucleares de acuerdo con un plan com3n y preestablecido iba a permitir una !uropa más moderna y más pr'spera. (a energ$a at'mica, contra lo que por entonces se pensaba, nunca llegar$a a cubrir una proporci'n realmente alta de la capacidadenergética del mundo civilizado, pero en medio del optimismo de aquellos a5os seconstruyeron numerosas centrales nucleares y un nuevo lazo de intercambio se abr$a pasoen !uropa. @ue entonces, a la vista de los e"celentes resultados de la cooperaci'n, cuandoIean >onnet propuso poner en marcha un proyecto de >ercado &om3n !uropeo, como base de una futura !uropa unida.

!l proyecto prosper' lentamente, pero nunca se detuvo. (a idea de la unidadeuropea ya apenas ten$a que tropezar con la desconfianza de unos pa$ses con respecto aotros, o con el recuerdo de seculares enemistades. !sos prejuicios hab$an desaparecidocomo por ensalmo en el plazo de unos pocos a5os. 0ero quedaba un obstáculo no menosfuerte. !uropa estaba constituida por una serie de !stados muy poderosos, ahora más poderosos en cuanto tales que nunca, en el sentido de que se hab$an arrogado nuevasfunciones en la pol$tica de la concertaci'n social, en la planificaci'n econ'mica, en eldesarrollo de los servicios p3blicos, en la ense5anza. # a esos !stados les costaba unmundo tener que desprenderse de una parte de su soberan$a o de sus atribuciones privativasen aras de una nueva autoridad general europea de la cual, de una manera u otra, tendr$anque depender. 0or otra parte e"ist$an las barreras idiomáticas, un inconveniente con que no



ten$an que tropezar los !stados Hnidos con un 3nico idioma que se hablaba desde el2tlántico hasta el 0ac$fico1 o los rusos, que hab$an impuesto el suyo —incluso en lamayor$a de los pa$ses satélites— desde !uropa oriental hasta las fronteras de &hina o elestrecho de Aehring. # cada uno de los idiomas europeos ten$a, como el pa$s mismo, unalargu$sima historia y una espléndida tradici'n literaria. !ra una joya que no se pod$a

abandonar de ninguna manera. &uando Iullien Aenda propuso que el idioma de !uropafuera el francés, por su equilibrio, su riqueza y su facilidad, las restantes naciones europeasse escandalizaron. (a historia de !uropa, con sus veinte o sus veinticinco siglos deantigKedad, es una historia com3n con corrientes, ideas, concepciones filos'ficas yart$sticas o formas de entender el hombre, el mundo y la vida que se difundieron conasombrosa facilidad por todo su ámbito hasta formar un vasto patrimonio colectivo1 pero estambién una historia de rivalidades tradicionales, de enfrentamientos, de sentidos patri'ticos opuestos a otros sentidos patri'ticos no menos entusiastas. (as nacionesCestado,consagradas por los siglos, no eran un material fácilmente soluble en un medio com3n, por más que ese medio —cultura, religi'n, forma l'gica de pensar, intercambios continuos y detodas clases— e"istiera de hecho, en forma, precisamente, de )lo europeo*.

Ee aqu$ que la forja de !uropa como una unidad haya sido un proceso lento,trabajoso, lleno de dificultades y detenciones, y lo siga siendo a comienzos del siglo XX.Eos ideas, la federal y la confederal, se abrieron paso desde el primer momento y fuerontratadas en razonables, pero arduas discusiones. Hnos deseaban crear los )!stados Hnidosde !uropa*, en que un poder federal estuviese —al menos en las cuestiones cruciales— por encima del poder de los estados1 y otros prefer$an la conservaci'n $ntegra de la soberan$a delos estadosCnaciones, respetuosos, s$, ante un estatuto de colaboraci'n, de convivencia yfronteras abiertas, pero sin necesidad de abdicaciones por parte de nadie. !l presidente EeJaulle, al frente de la @rancia de la Tuinta Nep3blica, orgullosa y reafirmada con másfuerza que nunca, fue quien más enfáticamente formul' el principio de que )no e"iste otra!uropa que la de los !stados*. &on el tiempo se fue insinuando una tercera opci'n4conforme se fueron dibujado en el seno de cada estado tendencias federalistas o inclusoregionalismos independentistas, se habl' de )la !uropa de los pueblos*, forma de equilibrioentre un poder general paneuropeo, el de los antiguos estados y el de las regiones dotadasde una personalidad peculiar. !sta opci'n, que nunca dej' de tener defensores, fue vista condesconfianza tanto por los partidarios de una !uropa superior a los estados que la forman,como por cada uno de los estados4 tanto unos como otros ve$an en la )!uropa de los pueblos* el peligro de una atomizaci'n ingobernable y enmara5ada de peque5as rencillas.Ee momento, pareci' imponerse la idea de la !uropa de los !stados, que fueron los quellevaron la iniciativa —y eso era l'gico e inevitable— en las negociaciones.

Hn hecho que también favoreci' la idea de la integraci'n europea fue el espléndidodesarrollo de todos los pa$ses del oeste del continente. 0or los a5os 9: y =:, -sobre todoentre 7899 y 78=B la tasa de crecimiento de !uropa occidental fue muy superior a la de los!stados Hnidos y !uropa oriental. 2lemania lleg' a un promedio del D,L por 7:: anual1talia al =,:, 2ustria al 9,B -es curioso4 los pa$ses vencidos en la guerra mundial crecieronmás que los vencedores1 @rancia y el Aenelu" andaban por un ?,D1 y solo el Neino Hnidoera incapaz de alcanzar el mismo ritmo, con apro"imadamente un <,9. Nusia declarabacrecer un B por 7:: anual, aunque esta tasa se ha demostrado ser falsa, limitada a la producci'n de la industria pesada, dedicada en gran parte a la fabricaci'n de armamentos.



Solo Iap'n, &anadá y !spa5a crec$an a un ritmo porcentual más rápido, seg3n cifras de la6&E!. !ste crecimiento pod$a acelerarse todav$a más si se llegaba al establecimiento de unmercado com3n.

&on este fin, ya admitido por todos, se reuni' en 7899 una conferencia preparatoria

en >essina, y en mayo de 789= otra en Genecia en que se pusieron a punto los detallesfundamentales. 2l fin, el <9 de marzo de 789D se firmaba en Noma el ;ratado de la&omunidad !con'mica !uropea. 2quel hecho hist'rico fue un paso decisivo y yairreversible. (a uni'n econ'mica iba por delante de la uni'n pol$tica, administrativa ocultural. Tuizá porque era más fácil y más orgánicamente planificable, quizá porque pesabael recuerdo de la uni'n alemana, conseguido entre 7B?8 y 7BD7 a base del ollerein ouni'n aduanera, que luego hab$a conducido a todo lo demás. 0ero en Noma se pusierontambién las bases de las primeras instituciones europeas4 un 0arlamento elegidodemocráticamente por todos los pa$ses miembros, y con una representaci'n proporcional4una &omisi'n permanente, de carácter ejecutivo, formada por comisarios nombrados por cada pa$s1 un &onsejo, que se reunir$a en ocasiones especiales, con participaci'n de los

jefes de estado o de gobierno, para resolver asuntos clave o tomar nuevas decisiones enorden a la introducci'n de reformas en el sistema comunitario o la admisi'n de nuevosmiembros, y un ;ribunal de Iusticia, que entender$a en cuestiones relacionadas con elEerecho &omunitario, una forma de legislaci'n de momento muy en germen, pero que ir$adesarrollándose con los a5os. !stas instituciones no tuvieron un papel superior a lasoberan$a de los estados, pero tampoco fueron meros s$mbolos de papel, puesto que algunasde sus decisiones eran vinculantes, y no pod$an ser ignoradas por los gobiernos nacionales.!l 0arlamento pod$a recomendar y dar criterios, aunque de momento no propiamentelegislar. (a &omisi'n resolver$a con relativa independencia asuntos de trámite, y el&onsejo, al estar formado por los miembros más elevados de los respectivos ejecutivos,tendr$a atribuciones relativamente altas. (a &omisi'n tendr$a su sede en Aruselas, la2samblea en !strasburgo y el ;ribunal en (u"emburgo4 tres ciudades de cultura y tradici'nmi"ta, latinogermánica. (a &omunidad !con'mica !uropea estaba de momento integrada por )los Seis* -@rancia, 2lemania, talia, Aélgica %olanda y (u"emburgo, aunque se preve$a su e"tensi'n a otros pa$ses de !uropa. (as condiciones e"igidas por Jran Areta5afueron de momento rechazadas. (a &omunidad se puso en marcha oficialmente el o deenero de 789B.

!l paso fundamental hab$a sido dado, pero quedaba un largu$simo camino en laconstrucci'n de !uropa. (a primera supresi'n realmente efectiva de las barrerasarancelarias no lleg' hasta 78=B. (os ingleses, a la vista de los resultados, pidieron, esta vezseriamente, ingresar en el >ercado &om3n, pero las reticencias de Ee Jaulle retrasaron suentrada. !l presidente francés conceb$a a !uropa como )una tercera fuerza en el mundo*,independiente tanto de la Hni'n Soviética como de los !stados Hnidos. ;ampoco !spa5a,que lo hab$a pedido, obtuvo el ingreso, por razones pol$ticas, pero se firm' un tratado preferencial que contribuy' al desarrollo espa5ol y también vino bien a )los Seis*. 6tros pa$ses firmaron también tratados favorables antes de la verdadera ampliaci'n de la&omunidad. 2l fin, en 78D<, ya desaparecido Ee Jaulle y solventadas las diferencias decriterio, fue admitido el Neino Hnido, as$ como rlanda y Einamarca. -Jrecia entrar$a en78B7, !spa5a y 0ortugal en 78B=. Tuedar$a as$ formada la )!uropa de los Eoce*. !n 7889,con 2ustria, Suecia y @inlandia la de )los Tuince*.



Sin adelantar de momento acontecimientos, es un hecho que los a5os sesenta fueronde muy alta prosperidad en una !uropa cada vez más solidaria. 2lemania se convirti' enuno de los pa$ses de más fuerte producci'n industrial del mundo, y la demanda de empleoatrajo a multitud de emigrantes de otros pa$ses del propio continente. 0revalec$a en todas partes el !stado del Aienestar, y crec$a, dentro de la estructura social, la clase media, al

tiempo que disminu$an las diferencias y sobre todo las luchas sociales. (a misma fronteraentre las clases qued' en los pa$ses más desarrollados un tanto desdibujada. 0rolifer' elconsumismo, por obra de una sociedad que pod$a adquirir muchos más productos de losque necesitaba, los europeos compraron nuevas viviendas o reformaron para mejorarlas lasantiguas, y las dotaron de nuevas comodidades. Se generalizaron los electrodomésticos4cocinas, frigor$ficos, lavadoras, lavavajillas, microondas, secadoras, y la televisi'n en color.!l consumismo era una tendencia dif$cil de detener, y con el consumismo se desarrollaronnuevas modas y formas más c'modas, a veces también más superficiales de vida. !l !stadodel Aienestar condujo al mismo tiempo a una disminuci'n de las inquietudes pol$ticas, ytambién a una pérdida de la ideolog$a de los partidos, cuyos programas tend$an a parecersecada vez más. Se hablaba del )crep3sculo de las ideolog$as*. Hna corriente de doradoescepticismo rodeaba los ambientes. @ue la europea una sociedad )alegre y confiada*, sindemasiadas inquietudes, hasta que lleg' el movimiento generacional de 78=B.



5. LA REVOLUCIÓN DE 1!" Y LA CRISIS GENERAL

(os a5os =: fueron de una prosperidad sin precedentes en !uropa occidental y en otros pa$ses e"traeuropeos, como &anadá y Iap'n. ncluso los !stados Hnidos, a pesar de la

pesadilla de la guerra de Gietnam, progresaron en su nivel de vida y en los derechos de lasminor$as. 0ese a la amenaza soviética, puesto que la HNSS continuaba, con grandesesfuerzos de sus dirigentes y grandes sacrificios de su pueblo, una masiva pol$tica derearme, la posibilidad de un gran conflicto mundial se ve$a cada vez más remota. !ra comouna pesadilla irreal, un mal sue5o que ten$a un poco de absurdo, que todo el mundo tratabade alejar, hasta el punto de que se afianzaba la idea de que la carrera de armamentos carec$acada vez más de sentido y se reduc$a tan solo a un alarde de las dos superpotencias,empe5ada cada una en no quedar por debajo de su rival. 0ero la angustia ante la posibilidadde una catástrofe nuclear, que hab$a alcanzado su momento más dramático en los d$as de lacrisis cubana de 78=<, aunque no hab$a desaparecido, tend$a a remitir a finales de los a5ossesenta. (os estados de los pa$ses libres garantizaban el bienestar de los ciudadanos concuyas ayudas y seguros sociales, construcci'n de viviendas o saneamiento de los barrios ozonas más humildes, hac$an a muchas familias la vida menos problemática y más llena decompensaciones. (os derechos ciudadanos se e"tend$an a todos. (a seguridad personalalcanzaba cotas nunca conocidas. (a paz interior y e"terior era, si no una absolutaseguridad, s$ un un hecho continuado, y la gente se acostumbraba a una e"istencia quedesconoc$a los sobresaltos. &und$a la tendencia a formas de vida cada vez más c'modas y ala adquisici'n de cuantos elementos pon$a la técnica a disposici'n del hombre paragarantizar esa comodidad. (os hogares aumentaban su menaje y su grado de confort,asistidos por electrodomésticos que antes no e"ist$an o hab$an sido patrimonio de unaminor$a. (as diferencias sociales no hab$an desaparecido en absoluto, pero eran menores, ymenos visibles que en anteriores momentos hist'ricos. (as vestimentas, por ejemplo,tend$an a igualarse. >enudeaban los espectáculos, el cine, los deportes, la televisi'n, lafacilidad para viajar por simple placer, es decir, para la práctica del turismo de masas.2parecieron, primero en 2mérica, luego en !uropa, las )grandes superficies*, gigantescosespacios comerciales en los cuales era posible —y fácil, gracias al alto nivel de vidaalcanzado, al pleno empleo, al crecimiento de la clase media y al aumento de los salarios enlas masas trabajadoras— adquirir en una sola visita los productos más variados ysugestivos. (as facilidades otorgadas al crédito —se generaron las ventas a plazos— permit$an adquirir lo que no hubiera podido ni so5arse mediante un pago al contado. !lhecho de comprar se convirti' para muchos en una nueva forma de placer. Se consagr' as$la que por entonces comenz' a llamarse )sociedad de consumo* o )sociedad de consumode masas*, caracterizada por la b3squeda de lo placentero y lo fácil, por la sobreabundanciade bienes innecesarios, por un ritmo de vida por un lado trepidante, puesto que el trabajo dequienes ten$an que practicarlo e"ig$a una febril actividad, pero por otro entregado aldisfrute incondicional del tiempo libre, garantizado por la disminuci'n de las horas detrabajo y por las frecuentes vacaciones. Eisminuyeron las inquietudes, los gustos sehicieron cada vez más comunes y las costumbres, salvo e"cepciones de categor$a, tendierona hacerse más vulgares y más generalizadas.

(a mentalidad de la sociedad de consumo fue criticada por los intelectuales, también por los moralistas, que ve$an crecer a ojos vistas una relajaci'n de las formas de vida y de



los principios que deben regirla1 si después de la guerra mundial se hizo visible unasociedad capaz de sacrificios, dotada de unos principios morales enraizados en la tradici'ncristiana del mundo occidental, incluso más abierta a determinados valores éticos que la dela anteguerra, la prosperidad de los a5os sesenta presenci' el desarrollo de una sociedadmás inclinada a la procura de su propio gusto y más escéptica en sus creencias y

convicciones fundamentales. Se hablaba por entonces del )crep3sculo de las ideolog$as*, yse buscaba la realizaci'n práctica antes que el prevalecimiento de un ideal de vida. Si en elmundo comunista empezaba a perderse la fe en el para$so prometido por los ap'stoles delsistema, en 6ccidente se hac$a uso de la libertad, pero se conced$a, en la mayor parte de loscasos, una importancia secundaria a los principios que la sustentaban. 0or otra parte, y paralelamente a este incremento del escepticismo y esta despreocupaci'n, comenz' lacr$tica a un estilo de vida que esos cr$ticos —generalmente intelectuales— encontrabanmon'tono, aburrido, carente de inquietudes y de originalidad. Sent$an una especie de ascohacia una forma de ser y de vivir pr'spera, pero masificada y vulgar al mismo tiempo. Sinembargo, no hubo una fuerza, un movimiento, una filosof$a capaz de imponerse al ambientecircundante. (os estados se preocupaban del bienestar, y lo estaban consiguiendo. (osresponsables de la producci'n, de la distribuci'n, de la venta, de la publicidad de art$culos yde ofertas de todas clases -desde las prendas de moda cuyo formato cambiaba cada dos por tres, hasta los autom'viles, las viviendas de lujo o las playas más apetecidas viv$an a costade la sociedad de consumo, y un cambio de mentalidades hacia formas de vida más austeras pod$a abocar a una crisis econ'mica de consecuencias incalculables. /unca hab$an estadotan unidos el afán de producir lo no necesario y el afán de adquirirlo y disfrutarlo. Se form'as$ un c$rculo de intereses que nadie estaba interesado en romper. # parec$a que laeconom$a de libre mercado, que hab$a padecido tantas crisis peri'dicas a lo largo del sigloXX y de la primera mitad del siglo XX, ten$a, al fin, definitivamente asegurada suestabilidad. (as oscilaciones y desajustes se produc$an peri'dicamente, pero nunca con lagravedad dramática que hab$a alcanzado, por ejemplo, la Jran Eepresi'n de los a5ostreinta. (as medidas tomadas por los !stados y por las propias corporaciones econ'micas,unidas en una red mundial de intereses comunes, hac$an menos probable una crisis deaquella naturaleza, aunque no faltaban advertencias de que tanta prosperidad pod$a venirseabajo por obra de cualquier imponderable.

(o cierto es que la sociedad de los a5os sesenta fue, en l$neas generales, y sin queestos juicios nos permitan generalizar, descuidada, feliz, carente de grandes inquietudes y poco previsora ante la posibilidad del advenimiento de tiempos dif$ciles. 2hora bien, yaentrados los a5os sesenta, se hicieron más frecuentes, por parte de determinadosintelectuales, o de personas deseosas de algo más original, las cr$ticas a la sociedadadocenada y bienvividora, que se asociaban l'gicamente a las cr$ticas del capitalismo y susabusos. !s fácilmente comprensible que la dialéctica comunista, que nunca dej' de ser unade las armas mejor y más hábilmente utilizadas por la propaganda de la Hni'n Soviética,contribuyera a fomentar y desarrollar esta cr$tica, o, mejor, autocr$tica, nacida en el seno de6ccidente. 0ero, como decimos, también es verdad que una buena parte del movimientocontestatario de los a5os sesenta naci' de la propia intelectualidad occidental, que vivi' por entonces una curiosa y contradictoria amalgama de ideas mar"istas o )neomar"istas* conun deseo de libertad vital y abandono de las convenciones. !stas cr$ticas parec$an resbalar sobre las satisfacciones de una sociedad que no parec$a muy dispuesta a tomar en serio lasopiniones de los intelectuales1 pero un motivo concreto de descontento, una grieta en las



se basa en un punto com3n4 el hombre busca ante todo, como un imperativo de su propioser, la satisfacci'n de sus necesidades materiales. # la libre satisfacci'n de estos instintosde felicidad se encuentra con la oposici'n de las )estructuras* -formales o mentales de lasociedad civilizada, que ejercen una censura, una )represi'n*. ;ambién encontrarán apoyoen @reud los enemigos del estado4 el estado represor, que se valdrá del argumento de unos

valores morales para justificar la defensa del orden establecido. !n nombre de lo máselemental que anida en el hombre, se habl' contra la educaci'n y contra la inculcaci'n denormas de conducta, especialmente aquellas que impiden un más fácil y c'modo acceso al placer inmediato. !l neofreudismo, aunque supuso una glorificaci'n incondicional delmaestro del psicoanálisis, solo sigui' unas pocas l$neas del complejo pensamiento de @reud,aquellas que aconsejaban la destrucci'n de las )superestructuras* creadas por las normas deconvivencia, por la educaci'n en familia, por los prejuicios del )buen comportamiento* y, por supuesto, por las formas de vida adoptadas por la sociedad occidental en desarrollo y por el propio !stado.

c !l mar"ismo, y sobre todo el neomar"ismo, acept' esta interpretaci'n de las doctrinas de@reud porque vio en ellas un instrumento adecuado para la subversi'n contra las)estructuras* del mundo capitalista, que con su poder y su propaganda enga5an a lasociedad y le hacen creer en una felicidad falsa, basada en la posesi'n de bienes y en laadquisici'n desenfrenada de art$culos poco 3tiles o tal vez totalmente innecesarios. !ra preciso volver a estados más sencillos y auténticos en las formas de convivencia y deorganizaci'n de las sociedades humanas, lejos de los prejuicios inventados por los más poderosos en su propio beneficio4 en suma, el neomar"ismo trat' de presentar su doctrinacomo una llamada a la liberaci'n de los descontentos contra la normativa e"istente, contrauna esclavitud artificiosa que hac$a depender a los seres humanos de superestructuras falsasy enga5osas. 0uede parecer curioso que una doctrina como la mar"istaCleninista, basada enla organizaci'n, en la disciplina y la obediencia ciega a unas consignas, haya inventado en6ccidente -no en el mundo comunista, por supuesto una filosof$a de liberaci'n delindividuo contra un orden de cosas en que imperaban la democracia y el reconocimiento delos derechos humanos4 pero se tach' a los defensores de la legalidad e"istente de hip'critas,callando la hipocres$a que sojuzgaba las sociedades del mundo comunista. Hna aureolaespecial parec$a rodear la figura de >ao Redong, con su doctrina del )gran salto adelante*,aunque setecientos millones de chinos hubieran de vestir monos grises, los estudiantes conideas un poco libres fueran desterrados a trabajar al campo, o estuviera prohibido a losmatrimonios tener más de dos hijos -y, por supuesto, fuera obligatorio conocerse dememoria el )libro rojo*. ;ambién fueron presentados como héroes de la humanidad @idel&astro, no por ser dictador, sino por desafiar el poder de los !stados Hnidos, !rnesto )&he*Juevara -e"pulsado de &uba por el propio &astro como individuo molesto, organizador enSudamérica de guerrillas, y teorizador de esa nueva forma de lucha que fue la )guerrillaurbana*, o %o &hi >inh, dictador de Gietnam del /orte, pero que estaba humillando a losamericanos. (o importante es que un grupo numeroso de la intelectualidad progresista fueganado por el neomar"ismo y contribuy' a difundirlo a sus alumnos en las universidades de6ccidente -pudieron hacerlo precisamente porque esas universidades eran libres.

d !n medio de la filosof$a protestataria se combinaban también idealismos que so5aban



con la salvaci'n del mundo. !l movimiento contra la sociedad de consumo iba contra unamentalidad ego$sta, c'moda y falta de ideales. (a b3squeda de unas formas de vida mássencillas y primitivas era una mezcla de rechazo a las )estructuras* y formas de poder, ytambién un anhelo de para$sos donde todo lo que no fuese agresi'n al otro estuviese permitido. (a preocupaci'n, al menos te'rica, por los pa$ses del ;ercer >undo ten$a mucho

de aborrecimiento a las formas de vida organizada propias de las sociedades occidentales, pero ten$a también una dosis de generosidad y de solidaridad, que, si bien no faltaba enmuchas personas de la civilizaci'n )conformista*, era claramente insuficiente1 por su parte,cabr$a pensar que muchos de los que hablaban de la indignante miseria del tercer mundo nohac$an más que los )burgueses* por remediar la situaci'n. !s dif$cil separar lo que enmuchas actitudes de protesta hay de deseo sincero de cambiar las cosas en beneficio de lahumanidad, y especialmente de la humanidad más sojuzgada y más desgraciada, y lo quehay de puro e"pediente dialéctico, enarbolado como un prop'sito justificativo para acabar de alguna manera con el estado de cosas e"istente, sin haber formulado de antemano un programa previo, encaminado a lograr un estado de cosas más conveniente y más justo paratodos. (a revueltas de fines de los a5os sesenta —y otras que siguieron— están informadas por doctrinas incompatibles entre s$. /o pod$an desembocar en una revoluci'n formal,capaz de establecer un nuevo orden o un nuevo desorden en los pa$ses civilizados. # no lohicieron, desde el punto de vista de las estructuras e"istentes, que se mantuvieroninc'lumes. Sin embargo, contribuyeron en gran manera a cambiar realmente el mundo,aunque fuera en otro sentido.

e 0or más que el movimiento de 78=B no tenga una cabeza visible, y parezca empe5adoademás en no tenerla, no se puede negar la influencia de unos cuantos hombres quecontribuyeron directa o indirectamente, a veces tal vez sin pretenderlo, pero de una maneramuy efectiva, a fomentar las ideas que entonces se desarrollaron, especialmente entre la juventud, y casi siempre en las aulas de la universidad.

Sin embargo, para el historiador 0ierre &haunu, todo empez' de una manera muy distinta,con la obra temprana —por los a5os 9:— de Aenjam$n SpocM, titulada )Sobre la educaci'nde ni5os y muchachos*, de la cual se vendieron cuatro millones de ejemplares en un a5o, yque fue traducida y publicada en treinta y seis pa$ses. @ue SpocM médico y pediatra,afamado deportista y aficionado al psicoanálisis. Su obra es una defensa de la educaci'n enlibertad ya desde los primeros a5os -por ejemplo, no se debe dar el biber'n a los reciénnacidos cada tantas horas, sino cuando lloren o protesten. SpocM es enemigo de todo tipode castigos y rega5inas4 a los ni5os y a los muchachos se les debe permitir, no prohibir4 )lamejor forma de educaci'n es dejar que el hijo haga lo que en cada momento quiera*. Se leha atribuido la frase, tantas veces repetida en los sucesos de 78=B, de )prohibido prohibir*,aunque la e"presi'n no se encuentre literalmente en su obra4 s$ es el eje de su filosof$aeducativa, y acabar$a teniendo una influencia enorme. !n los a5os =: particip' SpocM enmovilizaciones pol$ticas contra las pruebas nucleares, contra la guerra de Gietnam y contrael servicio militar obligatorio1 pero su papel en este campo fue m$nimo. Nealmente, suinflujo en el mundo, muy grande a lo que parece, fue la defensa de la permisividad, de unaactitud tendente a no reprimir ni castigar, aunque SpocM nunca aprob' el crimen, ladelincuencia, el uso de la droga o la perversi'n se"ual4 su papel en este sentido fue



indirecto, y más a3n, indeseado1 pero con su actitud, entre bondadosa e ingenua, influy' enlas formas de comportamiento que habr$an de consagrarse a fines de los a5os sesenta y por los setenta. &haunu, con raz'n o sin ella, llama )los hijos de SpocM* a los )hippies*, a losdrogadictos, a los partidarios del amor libre. !l hecho es que la actitud permisiva segeneraliz' en la sociedad occidental a5os más tarde, y especialmente a ra$z de los sucesos

de 78=B.!n el pensamiento neomar"ista tuvo una influencia decisiva la figura de 2ntonio

Jramsci. Nealmente Jramsci hab$a muerto en 78LD. @ue un socialista italiano que despuésde la revoluci'n soviética, en 787D, simpatiz' con el comunismo. /o logr' imponer larevoluci'n comunista en talia después de la primera guerra mundial, y en 78<L fue preso por el régimen de >ussolini. !n la prisi'n escribi' numerosos ensayos, en que lamentaba elfracaso de la revoluci'n proletaria por falta de organizaci'n1 y propon$a en adelante elempleo de otros medios. /o se fiaba de la socialdemocracia, a la que tildaba de)abanderada de la burgues$a*, pero comprend$a muy bien que los obreros, por s$ mismos,dif$cilmente pueden edificar una m$stica revolucionaria. 0ropon$a valerse de la peque5a

burgues$a, especialmente de la descontenta con su situaci'n, y de ideas progresistas1 estaclase tiene capacidad tanto para asumir una filosof$a revolucionaria como para organizar unmovimiento bien dirigido. 0ara Jramsci, es fundamental ganarse a los intelectuales-generalmente no bien pagados, y el mejor campo de cultivo es la universidad. # parahacer la revoluci'n, es precisa una actitud intelectual revolucionaria y medios paradifundirla. )!l d$a en que seamos due5os de las cátedras, de la prensa de prestigio, de laseditoriales, la revoluci'n será posible*. !sta consigna surti' efectos muy importantes precisamente en los a5os sesenta. Se hablaba relativamente poco de Jramsci, pero seutilizaba su programa de acci'n al pie de la letra.

!n el esp$ritu de cr$tica a la burgues$a conservadora y la sociedad de consumo

ejerci' un papel fundamental la escuela formada en el %nstitut 'Dr *o+ial'orschung

onstituto de !studios Sociales de la Hniversidad de @ranMfurt, popularmente conocida como)!scuela de @ranMfurt*. @undada por los a5os <:, desapareci' con el nazismo, y resurgi' pujante en los a5os 9:, con soci'logos y pensadores tan importantes como Iurgen%abermas, >a" %orMheimer, ;heodor 2dorno, !rich @romm o %erbert >arcuse. ;odosellos fueron progresistas y opuestos a las mentalidades predominantes en el 6ccidentecapitalista, pero no todos fueron mar"istas1 más bien se titularon independientes. Su pensamiento fue muy influyente en la historia de las ideas de la segunda mitad del sigloXX, y, por consecuencia indirecta, también en la historia de las mentalidades, y la actitudintelectual ante la vida, ante la filosof$a, el arte o la pol$tica. 0or los a5os sesenta, algunosde sus miembros cumplieron un papel de gran penetraci'n psicol'gica cuando denunciaronla )industrializaci'n de la cultura*, por obra de la burocratizaci'n de la ense5anza, laamorfa )cultura de masas*, carente de originalidad creadora, y el efecto )apaciguador* y)represor* de la ense5anza de entonces. %abermas estimaba que las )estructuras*, talescomo la familia, el estado, la organizaci'n econ'mica, la educaci'n, ejercen una especie de)colonizaci'n* sobre el individuo, que ha adquirido sumisamente una actitud deconformidad con el )sistema*. %abermas desarroll' también ideas freudianas, de acuerdocon los presupuestos que ya conocemos. 2dorno fue tal vez quien con más insistenciadenunci' la sociedad pasiva y desideologizada de la época, una sociedad de masas)instalada en el capitalismo y dominada por él*. &ritic' duramente el consumismo y anim'



a los intelectuales y particularmente a los j'venes a romper con las concepciones)burguesas*. (a palabra )burgues$a*, que designaba en principio a la clase media urbana,acab' adquiriendo una connotaci'n negativa y despectiva a partir de >ar", pero sobre todoa partir de (enin y la revoluci'n soviética. Eesde entonces, el )burgués* no es solo elmiembro de la clase media, ni siquiera el capitalista, sino el individuo acomodaticio,

anclado en concepciones artificiosas por convencionales, o anticuadas, carente deinquietudes y dado a aceptar un orden de cosas en que las buenas maneras y la educaci'nadquirida son dominantes. 2dorno era un entusiasta de la nueva m3sica —la de Schnbergy 2lban Aerg—, y simbolizaba en las nuevas y revolucionarias concepciones del arte lafuerza capaz de romper la inercia del conservadurismo.

%erbert >arcuse fue también miembro de la !scuela de @ranMfurt, pero, instalado enlos !stados Hnidos, defendi' desde la universidad de AerMeley una actitud revolucionariaque era una curiosa mezcla de mar"ismo heterodo"o y freudismo. >arcuse defiende el principio del placer como la suprema raz'n de la vida, y la conveniencia de repudiar todaclase de represi'n, incluida, por supuesto, la represi'n se"ual. !n su obra El hom"re

unidireccional arremete contra las sociedades industriales avanzadas, contra la familia ycontra toda forma de dependencia. Su filosof$a es una e"tra5a mezcla de dos elementos tanincompatibles como el mar"ismo y el anarquismo4 probablemente es el autor más cercano ala acracia de toda la escuela. Su é"ito entre sus alumnos fue indudable, cuando les incit' alevantarse contra )una civilizaci'n que oprime in3tilmente*. Ee sus seguidores derivarontambién dos corrientes tan opuestas como el mao$smo y el panse"ualismo. 0uede obtenersede cuanto llevamos dicho que los principios ideol'gicos de la revoluci'n contra loestablecido, a fines de los a5os sesenta, son muy diversos, muy poco coherentes entre s$,cuando no contradictorios. # es cierto. (o mismo puede decirse de los objetivos ofinalidades de los sucesos contestatarios que les siguieron.

El 6mayo ro7o 'rancés8

(a )revoluci'n de 78=B*, si de esta forma puede llamarse, es un hecho que no parece tener gran importancia. /o se registraron violencias e"tremas, no se perdieron, almenos de momento, vidas humanas, no se alter' ning3n sistema pol$tico ni cambi' ningunaestructura social. Ee aqu$ que los historiadores —y con más e"tremosidad los ide'logos ycomentaristas pol$ticos— concedan muy poca importancia a los sucesos. !n la mayor partede los casos, se limitaron estos a algaradas estudiantiles, acompa5adas en alg3n caso demanifestaciones obreras, que obligaron a la intervenci'n de las tuerzas del orden, el cual, entodo caso, fue restablecido en poco tiempo. (a trascendencia de lo ocurrido es de otranaturaleza, no en todos los casos puede atribuirse literalmente a las alteraciones esporádicasa que vamos a referimos en este apartado -que pueden ser, más que nada, un s$ntoma1 peroignorar la relaci'n entre los hechos puntuales y concretos y los cambios que se operaron a partir de entonces en las mentalidades, en las actitudes y en las formas de comportamientodel mundo occidental, ser$a sin duda un grave error.

(os sucesos más sonados, o por lo menos aquellos que alcanzaron más repercusi'nen los medios, fueron los registrados en 0ar$s en mayo de 78=B. (as protestas callejeras de



los estudiantes universitarios eran ya frecuentes por entonces, y hab$an adquirido una ciertagravedad el a5o anterior, 78=D. !l problema material estaba en el enorme incremento de lamasa estudiantil. !n diez a5os, el n3mero de estudiantes universitarios hab$a pasado de7D:.::: a 9D?.:::, un proceso que se estaba registrando realmente en casi todos los pa$sesde !uropa. !l n3mero de profesores, aulas y servicios hab$a aumentado apro"imadamente

al doble, pero la desproporci'n se hac$a evidente. Hna nueva universidad, la de /anterre, secre' en 0ar$s, para atender la creciente demanda. # es significativo que una universidadnueva, enclavada en el e"trarradio, acogiera también a profesores nuevos, más j'venes, y aestudiantes nuevos, procedentes muchos de ellos de la )nueva clase media* surgida con eldesarrollo econ'mico, sin las tradiciones y la formaci'n usuales en las familias cultas. !nrealidad, la masificaci'n estudiantil era un signo del progreso y de la transformaci'n socialque estaba e"perimentando @rancia. 0or lo que se refiere a la clase obrera, viv$a mejor quenunca. %asta tal punto dejaron de registrarse protestas sociales, que la afiliaci'n a lossindicatos hab$a descendido desde la inmediata posguerra hasta 78=B, de siete a tresmillones. (a casa >ichelin se jactaba de que en trece a5os, solamente hab$a tenido quenegociar con los sindicatos en tres ocasiones. (as huelgas eran un fen'meno cada vezmenos frecuente. /ada hac$a prever una grave perturbaci'n social.

&abe decir que la disidencia era ante todo intelectual. (as cr$ticas a la sociedad deconsumo y al carácter acomodaticio de la burgues$a estaban inscritas en la dialéctica tancaracter$stica por aquellos a5os de los universitarios de izquierda. !l papel de IeanC0aulSartre, el famoso fil'sofo e"istencialista, no puede ser ignorado, aunque no tuviera participaci'n activa en los hechos. Eesde algunos a5os antes hab$a abandonado su actitudfundamentalmente filos'fica, cr$tica ante la realidad de una vida que no tiene sentido y quees, en el mejor de los casos, )una pasi'n in3til*, para adoptar el papel de l$der de lose"tremismos de izquierda. 0or un tiempo perteneci' al partido comunista francés1 perotanto su radical individualismo como el fracaso de la llamada )dictadura del proletariado*,especialmente en la Hni'n Soviética, le alejaron del comunismo, sin que dejara de predicar una actitud radicalmente izquierdista y contestataria a cuanto le rodeaba, incluso en elambiente universitario. Sin embargo, o quizá precisamente por eso, muchos estudiantes leadoraban, o se aglomeraban respetuosamente ante su casa, en actitud casi idolátrica. /o puede decirse que Sartre fuera el instigador de las revueltas de 78=B, pero muchas de lasactitudes que en ella se adoptaron, incluyendo frases originales o principios contradictorios,estaban basadas en su concepci'n dialéctica.

!n 78=B, la contestaci'n estudiantil empez' realmente antes de mayo. #a en marzohubo una manifestaci'n por las calles de la capital contra la guerra de Gietnam -en la que@rancia no participaba en absoluto, y se registraron sucesos violentos, de los que resultaronocho detenidos. !l << de marzo, un grupo de estudiantes, dirigido por un joven de carácter anarcoide que iba a hacerse famoso, Eaniel &ohnCAendit, irrump$a violentamente en eldespacho del decano de la facultad de (etras de /anterre. @ue el inicio de las violencias.(os irruptores fueron e"pedientados. >enudearon las asambleas estudiantiles, y a la del <<de abril asistieron 7.9:: universitarios que redactaron un manifiesto para el recha+o total ala Uniersidad tecnocrática ! capitalista. ;ambién el sistema de e"ámenes fue denunciadocomo )rito de iniciaci'n a la sociedad capitalista*. !l L de mayo, unos ?.::: estudiantes de /anterre acudieron a ocupar la Sorbona, la universidad principal de 0ar$s, en el centro de lacapital. &omenzaron los primeros enfrentamientos serios con la polic$a. 2lgunos



estudiantes de la Sorbona se unieron a los protestatarios. (os incidentes se trasladaron as$ alos barrios del centro, se levantaron barricadas, se alter' la vida normal de la ciudad, y el =de mayo -el llamado )lunes sangriento* se registr' una batalla campal entre unos B.::: j'venes y las fuerzas del orden en que resultaron unos mil heridos, de ellos unos ?:: polic$as. Se lanzaron botes de gasolina incendiaria, llamados muy pronto )c'cteles

>olotov*, y se empleaban métodos de guerrilla urbana, tal como aparec$an e"puestos en elmanual de )&he* Juevara. !l 7: de mayo se alcanz' la má"ima movilizaci'n estudiantil,aunque las cifras que dan sus partidarios, unos L:.::: j'venes, parecen e"ageradas. !lobjetivo era la ocupaci'n de la Sorbona, operaci'n que fracas' por la oposici'n de un fuertedispositivo policial. /o todo fueron violencias. %ubo también escenas t$picas de la llamada)revoluci'nCfiesta*, con canciones, bailes, disfraces, pancartas burlescas y retratos de;rotsMi, @idel &astro y Juevara, banderas rojinegras -de tradici'n anarquista, que fueroncolgadas del 2rco de ;riunfo, y sl'ganes tales como )la imaginaci'n al poder*, )prohibido prohibir* o )la comodidad es el opio del pueblo* aparec$an en las pancartas o en los gritos.Hna de las consignas más caracter$sticas del curioso )esp$ritu* de la revuelta fue esta4 )Sérazonable4 pide lo imposible*. !n el )mayo rojo* no falt' una cierta dosis de humor,alternada con escenas de un apasionamiento e"tremo, con destrozos y vuelcos deautom'viles4 escenas, en suma, que se ver$an con cierta frecuencia en el mundo occidentala partir de entonces, pero que en aquellos d$as eran una novedad desde el fin de la guerramundial. 2lgunos signos eran representativos del mar"ismoCleninismo, pero las actitudesten$an más bien un cierto carácter ácrata. !s muy dif$cil precisar la ideolog$a que activ' lasmovilizaciones de 0ar$s4 el comunismo pod$a significar un arma contra la sociedadcapitalista y )burguesa* de 6ccidente, pero no parece que los estudiantes pudiesen pretender la dictadura del proletariado y un régimen de partido 3nico y disciplina absoluta4sino más bien todo lo contrario. (a permisividad, el amor libre, la desaparici'n de lasnormas académicas y hasta de los e"ámenes, la vida espontánea y sin constre5imientos, parec$an ser más bien el ideal de aquellos estudiantes que protestaban contra la sociedad deconsumo, pero no aclaraban muy bien cuál era su ideal.

!l famoso mayo rojo no hubiera pasado en absoluto a la historia, de no ser por el brusco giro de los sindicatos y de los partidos comunista y socialista. !n un principio, lossindicatos se hab$an burlado de la revuelta estudiantil como de )un capricho de los hijos dela burgues$a*. 0ero lleg' un momento en que pensaron que pod$an aprovecharse de ella.(os partidos socialista y comunista se pusieron de acuerdo para organizar una protestaobrera lo más amplia posible1 entre los organizadores figuraba ya el futuro l$der pol$tico yluego presidente de la Nep3blica, @ran\ois >itterrand. !l 7L de mayo, cientos de miles detrabajadores se manifestaron por las calles de 0ar$s, al grito de )Ee Jaulle asesino*. /o seconcretaba qué asesinato hab$a cometido, pero, por primera vez, la protesta tomaba un carizdeclaradamente pol$tico, e iba contra )alguien*. !l 7D de mayo se declaraba una huelgageneral, secundada por millones de trabajadores4 las cifras facilitadas por las diversasfuentes son muy dispares4 oscilan entre seis y diez millones. 0ero de hecho se paralizaronlas fábricas, ocupadas por los obreros, los ferrocarriles, los astilleros, la mayor parte de lasgasolineras. (os sucesos más graves —nunca con v$ctimas mortales— se registraron en /antes. ;ambién la protesta estudiantil se propag' a otras universidades francesas.

&on el pa$s paralizado y revuelto, el gobierno se sinti' contra las cuerdas. !l <? demayo, el presidente Ee Jaulle se dirigi' a los franceses por televisi'n. Su tono no ten$a la



altivez de costumbre. 0rometi' una reforma econ'mica y una mejora de las condicionessalariales. (os sindicatos, que no deseaban otra cosa, rechazaron sin embargo la oferta4ve$an que pod$an reclamar mucho más, y una ca$da del gobierno, incluso de la G Nep3blica,no pod$a más que favorecerles. (a situaci'n parec$a haber llegado a un punto e"tremo,dramático, en que cualquier cosa, incluida una nueva )revoluci'n francesa*, pod$a ocurrir.

Hno de los protagonistas de los hechos coment' luego que en aquellos d$as )todo parec$atrascendental, apocal$ptico*. Sin embargo, Ee Jaulle se asesor' de la situaci'n real del pa$s, que no coincid$a con la situaci'n aparente. !l <8 de mayo, el presidente desapareci'misteriosamente de 0ar$s. +%u$a de la quema %oy se sabe que se reuni' con los militaresen un campo de maniobras4 recibi' un pleno apoyo, si el uso del ejército era necesario. /olo fue en absoluto. !l L: de mayo, Ee Jaulle hablaba de nuevo por televisi'n. !sta vezaparec$a perfectamente seguro de s$ mismo. Nechazaba los hechos vandálicos, apoyaba lasmedidas del gobierno, presidido entonces por Jeorges 0ompidou, y anunciaba la disoluci'ndel 0arlamento y la convocatoria de unas elecciones generales. @ue una jugada maestra-aunque socialistas y comunistas aceptaron la convocatoria, pensando en una victoria fácil.(as elecciones se celebraron en junio, y en ellas el pueblo francés otorgaba al gobierno unamayor$a absoluta como nunca hab$a conseguido. !l partido comunista perdi' las mitad desus diputados, y los socialistas sufrieron también un duro castigo. Tuedaba en claro ladiferencia entre la )opini'n manifestada* y la )opini'n real*.

(a pretendida )revoluci'n de 78=B* qued' en pura apariencia. !n realidad, faltabaun programa claro, una filosof$a com3n, incluso un motivo real y racional para sublevarsecontra el poder e"istente. !l gobierno francés cumpli' escrupulosamente sus promesas a lostrabajadores, y estos, la verdad, nunca entendieron a los estudiantes, de cuya revuelta solose valieron para obtener mejoras. &omo comentaba poco después uno de los más agudosobservadores de aquellos tiempos, Naymond 2ron, estudiantes y obreros jamásconseguir$an unirse en sus objetivos, pues mientras los estudiantes quer$an destruir —noestaba claro c'mo— la sociedad de consumo, lo que quer$an los trabajadores era ingresar en ella. (a paz se restableci' sin necesidad de recurrir a medidas e"tremas. ;odo parec$ahaber vuelto a la normalidad de antes. 2unque tal vez nada volver$a a ser ya como antes.

!tras revueltas estudiantiles

(a )revoluci'n de 78=B* se e"tendi' a los pa$ses más diversos del mundo, de>ontevideo a ;oMio, aunque en ning3n lugar alcanz' las movilizaciones de masas que sevieron en @rancia. !n cambio degener' en muchos casos en acciones violentas deterrorismo, que pueden nacer del descontento estudiantil, pero que se desarrollan ya conindependencia de él. !n 2lemania hubo hechos tumultuosos en las universidades de@ranMfurt, la de &olumbia en Aerl$n, la de ;ubinga. o la de Giena en 2ustria. !l movimientose desarroll' desde abril de 78=B, alentado por SES, o Sociedad de !studiantes Socialistas,que so5aba en hacer )la segunda revoluci'n alemana* -la primera hab$a sido la de 7B?B,originada también por células estudiantiles. 0ero esta vez la finalidad era acabar con el)dominio mundial del capitalismo* y con )la sociedad represiva*. Su principal dirigentefue Nudi EuschMe, amigo y asociado a Eaniel &ohn Aendit, el joven de origen alemán quedirig$a las movilizaciones de 0ar$s. Su lema era la )acci'n directa*. !l primer acto violento



fue el ataque con )c'cteles >olotov* a un supermercado de @ranMfurt, te'ricamente para protestar contra la guerra de Gietnam, aunque el objetivo elegido denunciaba también a lasociedad de consumo. EuschMe fue detenido, un hecho que provoc' indignaci'n entre losestudiantes, y de esta situaci'n naci' una banda terrorista juvenil fundada por la pareja2ndreas Aaader y HlriMe >einhof. (a banda terrorista AaaderC>einhof, que se denominaba

también )@racci'n del !jército Nojo* -fracci'n, porque el !jército Nojo deb$a movilizarseen todo el mundo, cometi' numerosos actos de violencia en el plazo de un decenio4 entreotros, varios atentados contra instalaciones de la 6;2/ y el asesinato del presidente de laEemocracia &ristiana en Aerl$n. Sus principales dirigentes fueron detenidos y juzgados en78D9, aunque los actos terroristas prosiguieron, aunque cada vez menos violentos, hasta78DD.

(os sucesos siguieron en talia una trayectoria parecida, en relaci'n con elmovimiento de )nueva izquierda*, relacionada con el pensamiento de Jramsci, que all$hab$a tomado gran incremento. (a revuelta italiana se oper' no en primavera, sino enoto5o, el que se llam' )oto5o caliente*. 0rimero sobrevino la ocupaci'n de las

universidades por los estudiantes1 los sucesos más violentos se registraron en Aolonia, en>ilán y en Genecia. # luego, la situaci'n degener' en la formaci'n de grupos de )acci'ndirecta*, relacionados o no con el movimiento estudiantil, como )(otta &ontinua* o)0otere 6pperaio*. 2 pesar de estos nombres, los principies activistas no fuerontrabajadores, sino más bien j'venes violentos, que dec$an invocar principios trotsMistas omao$stas. 0ronto nacieron las )brigadas rojas*, a partir de un movimiento estudiantilaparecido en la universidad de ;rento. !l primer atentado tuvo lugar en diciembre de 78=8,con el asalto a un banco de >ilán, y los hechos violentos se hicieron más frecuentes,aunque siempre esporádicos, desde 78D7. !l terrorismo brigadista se mantuvo por variosa5os, y solo fue decayendo muy poco a poco, sin encontrar nunca la menor simpat$a, nisiquiera entre las clases proletarias.

!n nglaterra los sucesos no tuvieron la misma violencia, aunque se registraronmanifestaciones y actos de gamberrismo con destrozo en algunas zonas del mobiliariourbano. !n un principio ejerci' una acci'n inspiradora la @undaci'n Nussell. AertrandNussell fue un fil'sofo cient$fico de gran val$a, considerado como uno de los padres de la)l'gica matemática*, 0remio /obel en 789:, y hombre muy original y e"céntrico, tendentea las actitudes llamativas. Su antimilitarismo fue sincero, y por desertar de las filas delejército a comienzos de la primera guerra mundial ya hab$a sido preso. Nussell eraagn'stico militante -public' un libro titulado Por #ué no so! cristiano$, y defend$a el amor libre, aunque sin llegar a los e"tremos anarcoides de >arcuse. 0or los a5os 9: se manifest' pacifista a ultranza, y su idea de un desarme nuclear hubiera sido impecable si al desarmeque e"ig$a de los occidentales hubiera correspondido idéntica e"igencia para con lossoviéticos. !n la década siguiente cre' la @undaci'n Nussell, especialmente opuesta a laguerra de Gietnam. 2 fines de los a5os =:, la @undaci'n Nussell alent' los movimientos de protesta estudiantiles. Se atribuye a Aertrand Nussell la invenci'n de la )sentada*, cuandomiles de estudiantes se sentaban en las calles de las principales ciudades, impidiendo lacirculaci'n. !l hecho es tanto más sorprendente cuanto que el sabio contaba ya por entonces 8= a5os -muri' en 78=8. (os incidentes estudiantiles en Jran Areta5a fueron aveces numerosos, pero no graves. &omo en otras partes, dejaron secuelas, ya no protagonizadas necesariamente por universitarios. Se multiplicaron las bandas de riots



-gamberros, autores de peque5os destrozos más que de una verdadera guerrilla urbana, as$como los "eatni8s, palabra que se hac$a derivar de "eat, bater$a de orquesta ligera, y de sputni8, muestra de admiraci'n hacia la tecnolog$a rusa. (os propios 1eatles, nombre quetom' una agrupaci'n musical de cuatro j'venes de (iverpool, se val$an de la misma alusi'nal elemento percusivo de la m3sica4 llegar$an, por su originalidad, a hacerse famosos en el

mundo, aunque nunca comulgaron con los métodos gamberriles o violentos.;ambién en otros pa$ses de !uropa occidental, como !spa5a se registraron protestas

estudiantiles en 78=B, aunque las mayores alteraciones ocurrieron en 78=8. (osuniversitarios protestaban contra el régimen de @ranco, pero, en general, eran part$cipes dela misma mezcla de ideas, entre mar"istas y permisivistas, de que participaba la corrientegeneral.

!n !stados Hnidos, los incidentes más espectaculares ocurrieron en la universidadde AerMeley, en la cual ense5aba %erbert >arcuse, pero también los hubo en otros centrosdel este del pa$s. 2 las ideas anarcoides y libertarias -aqu$ la influencia del mar"ismoC

leninismo fue mucho menos visible se un$an las protestas contra la guerra del Gietnam yen favor de los derechos de las minor$as1 caus' indignaci'n y nuevos incidentes el asesinato por un fanático de >artin (uther Ping, defensor de la causa de los hombres de color, cadavez menos discriminados desde los esfuerzos de Pennedy y luego los de Iohnson, pero quetodav$a por entonces no hab$an alcanzado la plena igualdad de derechos. Hn nuevo esp$rituestaba despertando en los j'venes americanos, cada vez más deseosos de protagonismo y deemancipaci'n. Aob Eylan, muy joven a3n, era muy aplaudido por una canci'n titulada )lostiempos están cambiando*. !staban cambiando, en efecto, con protesta o sin ella.

(os incidentes más graves se registraron en >é"ico, en una dura acci'n policialtodav$a hoy no suficientemente aclarada. (os hechos comenzaron el <D de agosto, cuando

los estudiantes, ayudados por el >ovimiento 6brero, tomaron el R'calo, la plaza central dela capital mejicana. Se dice que los movilizados llegaron a alcanzar la cifra de 7B:.:::,aunque los datos pueden estar e"agerados. !l 7B de septiembre el ejército ocup' la H/2>,o Hniversidad 2ut'noma de >é"ico, la más importante del pa$s y principal foco de lacontestaci'n1 all$ hicieron gran n3mero de detenciones. E$as más tarde, los estudiantes ysus partidarios organizaron una marcha sobre las cárceles, para liberar a los presos1 llegaronhasta las rejas, e intentaron cortarlas, pero fueron rechazados al fin por la fuerza p3blica. (aactitud de los protestatarios, en un pa$s de grandes desigualdades sociales, era muy violenta, pero también lo era la de la polic$a y el ejército, decididos a la represi'n de los queconsideraban )terroristas*. 0osiblemente el nerviosismo de las autoridades, comenzando por el presidente E$az 6rdaz, que se presentaba como progresista, radicaba en el hecho deque el 7< de octubre iban a inaugurarse los Iuegos 6l$mpicos, que se celebraban por primera vez en >é"ico, y se tem$a una oleada de des'rdenes o atentados que lo echasentodo a perder. !l hecho es que para protestar contra la represi'n, se convoc' una gigantescaconcentraci'n estudiantil en la enorme 0laza de las ;res &ulturas, en ;latelolco, barrio /orte de la capital. 0ara asegurar el orden se dispuso un fuerte dispositivo militar, contanquetas y )jeeps* armados de ametralladoras. !s dif$cil saber c'mo se originaron lossucesos, pues cada parte acus' a la otra de haber disparado primero1 pero el hecho es que se produjo una verdadera matanza, en que participaron principalmente los miembros del



Aatall'n 6limpia, paramilitares dispuestos a defender la celebraci'n de los Iuegos6l$mpicos, pero también elementos del ejército, que se encarnizaron en la represi'n. 0areceque hubo entre 79: y L:: muertos, aunque las cifras verdaderas no se han conocido nunca.;ambién murieron por arma de fuego varios militares. (os heridos pudieron alcanzar eln3mero de D::. /o volvieron a ocurrir más des'rdenes, y los Iuegos 6l$mpicos se

celebraron sin incidentes, aunque en un ambiente un poco triste. Solo el a5o <::7 el presidente @o" orden' una investigaci'n para averiguar la verdad de los hechos, cuyosresultados no se han publicado todav$a.

;ambién hubo des'rdenes estudiantiles en otros puntos de %ispanoamérica1revistieron cierta gravedad en Hruguay, con la connivencia de los guerrilleros )tupamaros*.!n 2rgentina los des'rdenes, con la ocupaci'n de universidades en &'rdoba y ;ucumán,ocurrieron más bien en 78=8. /o dejaron de producirse incidentes estudiantiles en ;oMio. !lfen'meno fue más universal que realmente sangriento, e"cepto en el caso de >é"ico4 peroresulta en alto grado significativo, y no puede pasarse por alto si no queremos perder devista las corrientes y las mentalidades que una nueva generaci'n estaba imponiendo en gran

parte del mundo.

La 6/rimavera de /raga8

(a revuelta estudiantil, que puede estar relacionada con un cambio generacional o dementalidades es, aunque en apariencia poco trascendente, puesto que los hechos no llegarona derribar ning3n poder establecido, y en todos los casos se recuper' fácilmente la)normalidad*, un fen'meno universal4 ocurre que no solo por primera vez, un mismodescontento juvenil trasciende a tres continentes distintos, sino, lo que parece mássignificativo, que afecta los dos grandes y opuestos )mundos*4 el del !ste y el del 6este.

0arece como si hubiera un fen'meno generacional, caracterizado por el )cansancio de loe"istente*, una conciencia juvenil que se encuentra una realidad que no comparte y que nole gusta. !n el mundo comunista era más dif$cil la demostraci'n p3blica de estedescontento, y por eso los hechos fueron menos numerosos4 pero es muy significativo que,a pesar de todo, se hayan verificado.

!n la primavera de 78=B se produjeron incidentes estudiantiles en Numania, prontosofocados por la polic$a. !n 0olonia los sucesos tuvieron más relieve, pues ocurrieron conmotivo del milenario de la cristianizaci'n del pa$s. (a mayor$a de los polacos erancat'licos, aunque ten$an que practicar el culto con ciertas precauciones. (as celebracionesdel milenario aumentaron esta conciencia, y se fundaron asociaciones de estudiantes

cat'licos. !n marzo de 78=B los estudiantes se lanzaron a la calle, pidiendo libertad dee"presi'n y mayor respeto a la glesia &at'lica. !l gobierno, presidido entonces por JomulMa, reprimi' las manifestaciones sin demasiada energ$a, convencido de que pod$aecharse encima a la fuerte opini'n cat'lica del pa$s. 0ero ante el cariz que estabanadquiriendo las cosas en la vecina &hecoslovaquia, decidi' cortar por lo sano, disolvi' lasmanifestaciones y prohibi' las organizaciones juveniles cat'licas. !stas se mantuvieron, sinembargo, en la semiclandestinidad, y su papel ser$a importante en la creciente contestaci'ndel pueblo polaco al comunismo.



(o ocurrido en &hecoslovaquia fue completamente distinto. 0or los a5os sesentaempezaron a cundir movimientos reformistas, dirigidos en gran parte por intelectuales, quesolicitaban por lo menos un comunismo menos r$gido y más abierto a las inquietudes de lagente. !l presidente /ovotny trat' de reprimir la corriente, pero al e"acerbarse ésta acomienzos de 78=B, dimiti' para dejar el poder a un pol$tico también comunista, pero más

moderado, 2le"ander EubceM. EubceM no era un intelectual, sino un eficaz bur'crata, perocomprendi' la fuerza del reformismo, y comenz' una pol$tica de reformas que, sin abdicar de los principios mar"istas, dieran al régimen un nuevo aire de apertura. !l 9 de marzo, selevant' la censura de prensa, y aparecieron muy pronto peri'dicos y revistas de diversastendencias, aun respetuosas con el régimen. Hn mes más tarde se reuni' del &omité &entraldel 0artido &omunista &heco, que por notable mayor$a elaboraba un programa que se llam')un socialismo de rostro humano*. )!l socialismo —dec$a la declaraci'n de 9 de abril— no puede significar solamente la liberaci'n de los trabajadores de la dominaci'n de lasrelaciones de clase y de la e"plotaci'n, sino también un pleno desarrollo de la personalidad.Eebe ofrecer más que cualquier democracia burguesa*. !ra un te"to hábil, que no abjurabadel comunismo, pero que abr$a posibilidades desconocidas en el mundo comunista. 2lmismo tiempo, se postulaba un moderado pluralismo4 podr$an e"istir varios partidos,siempre que todos admitiesen el socialismo como sistema, aunque con diversos matices1 seabr$an las puertas a una econom$a libre de mercado, también ser$an libres las eleccionessindicales, y se reconoc$a la libertad de culto, la creaci'n art$stica sin condicionamientos, yla libertad de investigaci'n cient$fica. (os sacerdotes presos fueron liberados. /adie ser$a perseguido por sus opiniones. !l cambio era notable, y se echaba de ver que, por el caminoemprendido, &hecoslovaquia podr$a llegar a ser a medio plazo un pa$s plenamente libre ydemocrático. (os universitarios, tanto los estudiantes como la mayor$a de los profesores,estaban a favor del cambio. !ntre los que más se movieron figuraban Gaclav %avel -quellegar$a a fines del siglo XX a convertirse en presidente de la Nep3blica &heca, y elnovelista >ilan Pundera.

(o que estaba ocurriendo era un motivo de esperanza para los checos, y un motivode preocupaci'n para la Hni'n Soviética, que ve$a c'mo se le escapaba uno de los pa$sesmás industriosos y cultos del 0acto de Garsovia. 0or otra parte, la rivalidad !steC6este no permit$a, en la filosof$a soviética, la menor humillaci'n, y menos un acto de deserci'n. !lsupremo jerarca ruso, (eonid Arezhnev, visit' 0raga, en te'rico gesto de amistad, y all$obligo a EubceM a modificar el te"to de un discurso que ten$a preparado. EubecM era unhombre de buena voluntad, socialista de convicciones, pero aperturista a la vez yrespetuoso con las disidencias1 su carácter dubitativo y sus ideas poco claras le impidierontomar un rumbo definido, y e"plican sus frecuentes contradicciones. !n julio, una reuni'ndel 0acto de Garsovia acus' al partido comunista checo de disidencia y lo llam' al orden.EubceM hizo caso omiso de la advertencia, y en agosto declar' su independencia del 0actode Garsovia y adopt' nuevas medidas liberalizadoras. (a ruptura era ya un hecho. +ba a permitirlo la Hni'n Soviética +2yudar$an las democracias occidentales a &hecoslovaquiaEurante un tiempo se mantuvo la tensi'n, aunque por doquier rein' el más absolutosilencio, hasta que el <: de agosto se produjo la invasi'n del pa$s checo por tropas del 0actode Garsovia, en su mayor$a rusas. @ue una gran operaci'n en la que participaron =::.:::soldados, L.::: tanques y 7.::: aviones. !n cuarenta y ocho horas, toda &hecoslovaquiaquedaba ocupada en una operaci'n militarmente perfecta. /o hubo apenas resistencia,aunque se registraron unos <:: muertos en combates. !l ejército checo, en general, no fue



vencido ni tampoco se uni' a los vencedores.

Sigui' una situaci'n e"tra5a. &hecoslovaquia estaba ocupada, pero no ocurri'ning3n cambio pol$tico. EubceM se manten$a en la presidencia, tratando de negociar. (osestudiantes se manifestaban en masa en la enorme plaza de San Fenceslao, en el centro de

0raga, vitoreando a EubceM. (uego dieron en montarse sobre los tanques soviéticos, singestos hostiles, pero portando banderas checas. ;anto pod$an parecer aliados comoadversarios, y aunque los rusos ten$an motivos más que sobrados para sospechar losegundo, no se atrevieron a provocar incidentes sangrientos. /o se sab$a quienes mandabanen 0raga, si los tripulantes de los tanques o los universitarios, mucho más numerosos, querecorr$an la ciudad encaramados a ellos. !l problema para los ocupantes era que resultabafácil ocupar militarmente &hecoslovaquia, pero mucho más dif$cil cambiar un partidocomunista checo en que todos se declaraban comunistas, pero la mayor$a ten$an ideas deapertura4 y no contaban con otro partido alternativo. Si EubceM fue siempre un hombredubitativo, también dudaba Arezhnev, temeroso de convertir la aventura checa en un ba5ode sangre. !l cambio fue operándose lentamente. >uchos miembros del partido comunista

fueron ganados en una obra de meses, convencidos de que el proyecto de transformaci'n pol$tica no pod$a prosperar de ninguna manera. EubceM pronunci' varios discursos en losque derram' abundantes lágrimas, impotente para encauzar la situaci'n como él quer$a. !nabril de 78=8 se le oblig' a dimitir -acab' ejerciendo el modesto oficio de guardabosques.(e sustituy' el )ortodo"o* %usaM. (os estudiantes se desesperaron1 uno de ellos, Ian0alach, se inmol' quemándose vivo. ;odo in3til. &hecoslovaquia regres' al plenocomunismo, aunque nadie olvid' lo ocurrido. (a primavera de 78=B fue un s$mbolo de loque podr$a ocurrir un d$a, aunque ese d$a no llegar$a hasta veinte a5os más tarde.

(lgunos signos de los nuevos tiempos

0robablemente nos equivocar$amos si no viéramos en los movimientos de los a5ossesenta un conflicto generacional. &hoques entre generaciones los ha habido siempre, peroel de entonces posee un amplio contenido diferencial, por cuanto, como observ' uno de susautores, )los j'venes cuestionan las formas de vida que los mayores han construido paraellos, sin haberles consultado*. (a frase está inspirada en otra similar, aunque de distintocontenido, de IeanC0aul Sartre, y resulta dif$cil precisar hasta qué punto los )mayores* —yqué mayores, y cuándo— hab$an construido un estilo de vida, ni a qué edad sus hijosdeb$an ser consultados. ;odos nacemos en el seno de unos presupuestos que nosotros nohemos contribuido a crear, y los asumimos o los vamos cambiando poco a poco, de acuerdocon las corrientes de los tiempos. Siempre e"iste una )oposici'n generacional*, pero ocurreque esta oposici'n fue más fuerte en los a5os sesenta del siglo XX que en otras épocas de lahistoria. ;ambién se ha dicho que aquel movimiento fue, por e"cepci'n, obra e"clusiva delos j'venes y para los j'venes, y erigi' intencionadamente una )cultura para j'venes*.;odas estas afirmaciones han de ser aceptadas con cautela, no pueden generalizarse nitampoco llevarse hasta sus 3ltimos e"tremos1 pero parece claro que la generaci'n de la posguerra que hab$a logrado mediante el trabajo, la iniciativa y el esfuerzo, reconstruir unmundo destrozado hasta alcanzar un modelo de sociedad pr'spera y por eso mismo poco partidaria de cambiar las cosas, choc' con por lo menos una parte de la generaci'n



siguiente, dispuesta a los cambios más radicales.

!ntre las aspiraciones de los j'venes descontentos podemos encontrar ideales deindiscutible nobleza4 as$ el pacifismo, que por desgracia no siempre tuvo el complementode la misma e"igencia para con los pa$ses que pod$an amenazar a 6ccidente1 el

anticapitalismo, no en lo que supone de econom$a libre de mercado, sino en lo que tiene deabuso de las posibilidades de los más poderosos, que se enriquecen a costa de los máshumildes, o los e"plotan en su provecho1 la defensa del tercer mundo, mucho más retrasadoen su desarrollo econ'mico que los pa$ses ricos de 6ccidente, y muchas veces e"plotado ensus recursos naturales por las grandes compa5$as capitalistas1 la contraposici'n de la)sinceridad* a la )hipocres$a* del guardar las formas en los pa$ses civilizados1 y por supuesto, la oposici'n a la guerra del Gietnam, emprendida por los norteamericanos paraevitar un nuevo avance del mundo comunista, pero que muy pronto se revel' como unaratonera mortal, que sacrific' a cientos de miles de j'venes en una acci'n in3til y perjudic'también a un pueblo que se vio envuelto en una guerra sin cuartel, sometido a la violencia,al choque de culturas y al hambre. /o pueden ocultarse tampoco aspectos negativos

derivados de la )libertad vital* que se buscaba4 la ruptura de los v$nculos familiares, elcentro natural en que hab$a madurado la juventud1 la b3squeda del placer fácil y sinatenerse a las consecuencias, como la práctica del amor libre o el uso de las drogas, laruptura generalizada con las )normas*, que pudo acabar con muchos convencionalismosin3tiles, pero también con muchas formas de respeto y deferencia a los demás, destinada ahacer la vida más agradable a todos. /o puede generalizarse un solo paradigma o una 3nicaf'rmula en el análisis del movimiento juvenil de los a5os sesenta, no solo por la mezcla deactitudes, sino por la preponderancia en cada caso de las más conformes a la dignidadhumana o de aquellas que pueden rebajarla o destruirla. &abe, solamente, destacar lainsurrecci'n generacional como un estado de manifiesta disconformidad con la sociedadadulta, sus convenciones, sus principios más aceptados y sus costumbres.

Hno de los elementos más caracter$sticos —y también de los primeros en el tiempo — de la nueva )cultura juvenil* fue la m3sica. 0or lo menos desde fines del siglo XX o principios del XX, concretamente desde el triunfo del )jazz*, se hab$a abierto una clara yquizá ya insalvable brecha entre la )m3sica selecta* y la )m3sica ligera*4 esta 3ltima sediferenci' a su vez de la m3sica popular en el sentido de que no era patrimonio de unadeterminada regi'n o cultura, sino que tend$a a hacerse universal. (a )m3sica ligera* tuvosu principal, aunque no su 3nico origen en !stados Hnidos, difundida luego a todo elmundo por medio del disco y de la radio. 0or los a5os veinte fueron famosos el)charleston* o el )yale*1 luego, muy pronto, el )fo" trot*, o simplemente )fo"*. Eespuésde la segunda guerra mundial, los j'venes norteamericanos de raza blanca bailaban m3sicasde ritmo suave y letra romántica, cantada por @ranM Sinatra, Gic Eamone o 0eey &omo1 entanto los j'venes de color prefer$an ritmos más marcados, como los de (ouis Iordán, @atsEomino o Ioe ;urner4 era la )race music*, que empez' a derivar en el )rythm and blues*, por lo general con letras más atrevidas y desenfadadas. @ue una marca discográfica la quetom' la iniciativa de distribuir estos ritmos en una operaci'n comercial4 su aceptaci'n,también comercial, por algunas emisoras de radio contribuy' a su difusi'n, ya por los a5oscincuenta. (a )profesionalizaci'n* y comercializaci'n de esta m3sica dio lugar al )bluesand rocM*, y más tarde al )rocM and roll*. (a e"presi'n roc8 and roll, contra lo que muchos puedan pensar en el mundo latino, ten$a ya muchos siglos de e"istencia en el idioma inglés,



y se refer$a a los dos movimientos de un barco en alta mar4 el cabeceo y el balanceo1 era por tanto una e"presi'n popular, y por eso mismo fue aceptada comercialmente para popularizar el nuevo ritmo. &omo es bien sabido, lo que caracteriza al rocM and roll — desde los a5os sesenta suele usarse solo la palabra )rocM*— es el predominio de la percusi'n sobre la melod$a, y no digamos sobre la armon$a, y quizá sobre todo el ritmo

fuerte y agresivo caracterizado por el doble acento en el tiempo fuerte y el tiempo débil,que provoca una continua sensaci'n de inestabilidad o de inversi'n de elementos. Suinflujo en los estados de ánimo fue mucho más fuerte que el de otra forma de m3sicaanterior.

2 fines de los cincuenta, comenz' a destacar en nglaterra un conjunto de cuatro j'venes que no pasaban de los veinte a5os, y que llamaban la atenci'n por sus ritmos y susactitudes originales en un local de (iverpool, oscuro y h3medo, lleno de humo, que se ve$asin embargo siempre abarrotado de j'venes4 eran los 1eatles, otra palabra derivada de)beat*, bater$a de percusi'n. (os Aeatles pose$an una inventiva y una simpat$a muysuperior a otros conjuntos, y pronto se hicieron famosos, primero en nglaterra, luego en el

mundo. Ee muy j'venes, se dejaban un flequillo sobre la frente1 luego dieron en dejarsecrecer las melenas, y la moda cundi' en millones de j'venes de uno y otro continente. 2comienzos de los a5os sesenta, los Aeatles hicieron su primera gira por !stados Hnidos4 fuelo que los americanos llamaron la )invasi'n británica*, que no vieron con buenos ojos,aunque los invasores contaron siempre con una inmensa popularidad. >ás tarde triunfar$aotro grupo británico, incombustible hasta su vejez, los )Nolling Stones*, ya plenamenteidentificados con las formas del rocM and roll. (os festivales de m3sica eran requeridos por tal multitud de j'venes, que ya no era posible celebrarlos en los teatros4 se eligieronestadios de rugby o de f3tbol americano1 más tarde grandes espacios en campo abierto,donde cab$an cientos de miles de personas, presa de una efervescencia y de un estado ps$quico especial.

%acia 78==C=D, y dentro del conte"to de la guerra de Gietnam y las protestas juveniles, naci' en &alifornia la )cultura de las flores*. (os j'venes buscaban formas devida más naturales y a un tiempo más primitivas, en que conviv$an un deseo de simplicidady un respeto e"quisito por la naturaleza, con el desbordamiento incontrolado de los instintosy el uso de la droga. Ee aqu$ nacer$a el movimiento )hippie*, que se ir$a e"tendiendo endiversas variedades por todo el mundo occidental. (os )hippies* se dejaban crecer largasmelenas, vest$an atuendos descuidados y al mismo tiempo llamativos, de colores chillones,y usaban pulseras y collares imitados de las culturas africanas. Se consideraban portadoresde una )contracultura*, o cultura contraria a la de los )burgueses* convencionales, aunque para muchos era evidente que el movimiento )hippie*, con sus modales obligatorios eimitados industrialmente no dejaba de constituir otra forma de convencionalismo. (os)hippies* dieron, aunque no siempre, en organizarse en comunas, viviendo de una formasencilla y barata de la peque5a artesan$a, sin normas sociales o morales, en medio de unaabsoluta o casi absoluta anarqu$a y promiscuidad. Ee ah$ sus curiosas relaciones tanto conlos anarquistas como, por otra parte, con los ecologistas. >uchos de ellos destrozaron susvidas con la droga, aunque hubo colonias de )hippies* que trataron de buscar formas decomportamiento más sanas. Siempre presumieron de pacifistas, aunque tampoco perdieronocasi'n de molestar a la sociedad )burguesa* y )establecida*. !l movimiento )hippie*tuvo una importancia grande a fines de los a5os sesenta y durante los setenta. (a gigantesca



concentraci'n de FoodstocM, que reuni' en una finca a ?::.::: )hippies* de todo elmundo fue la más espectacular demostraci'n del movimiento. (uego comenzar$a a decaer.6tros movimientos juveniles más agresivos, como los )teddy boys*, los )blussons noirs*,los )provos*, dedicados a actos de gamberrismo o a provocaciones e"presas, son tambiéne"ponente de la rebeli'n juvenil, aunque limitados a casos muy concretos. !n suma, el

movimiento generacional de los a5os cincuenta, y sobre todo de los sesenta fue unfen'meno que, sin provocar alteraciones puntuales de importancia, signific' la toma denuevos rumbos, la b3squeda de nuevas formas de vida y la adopci'n de modas que ven$an a poner de relieve un cambio de mentalidad en las nuevas generaciones. !ste cambio dementalidad, no siempre bien dibujado, se esfumar$a en gran parte en las décadas posteriores, pero ser$a al mismo tiempo un factor decisivo en el prevalecimiento de la)condici'n posmodema*.

La crisis de la economía mundial

2 fines de los a5os sesenta, por motivos que en parte acabamos de e"poner, se produjo en 6ccidente una especie de crisis de conciencia, o más bien una conciencia decrisis, un vago presentimiento de que algo iba mal. %asta entonces, todo hab$a sidooptimismo, y efectivamente, las cosas parec$an marchar mejor que nunca1 pero en pocosa5os ese optimismo cedi' ante las preocupaciones acerca de un futuro que pod$a ser incierto. 2 comienzos de los a5os setenta, el pol$tico francés Jiscard d]!staing observabaque )el mundo se siente defraudado4 no sabe a d'nde va y sospecha que si lo supiera ser$a para descubrir que camina hacia la catástrofe*. 6bservaciones como esta muestran que laconciencia de crisis, sin que las cosas fueran realmente mal en cuanto a la estabilidad de losgobiernos o de las estructuras sociales, estaba más e"tendida de lo que hoy somos capacesde figurarnos. 2hora bien, a la crisis de las ideas se uni' de pronto una grave crisis

econ'mica, una infle"i'n bastante brusca en un panorama en que hasta entonces la prosperidad, y cada vez en un grado mayor, parec$a estar asegurada. !l motivo de esta crisises m3ltiple. !n parte se debe a factores end'genos, es decir, a las fluctuaciones )naturales*de la econom$a, que unas veces marcha bien, y otras, por raz'n de la simple dinámica de lacoyuntura, entra en una fase recesiva4 ya a fines de los a5os =: se habl', con ciertaimprecisi'n de la inminencia de una crisis, y tanto los estados como los principalesresponsables de las finanzas se armaron de cautelas ante la posibilidad de esa mala racha.0ero también se dieron factores e"'genos, provocados por acontecimientos imprevisibles,que abocaron a una situaci'n inesperada.

!s preciso tener en cuenta, para empezar, que el alto volumen del consumo en elmundo desarrollado supuso un rápido incremento de la velocidad de circulaci'n del dinero,con el consiguiente peligro de inflaci'n. (a antigua virtud del ahorro, que antes practicabanlas clases medias, se vio sustituida por el recurso al crédito y a la hipoteca. (a gente se ve$aincapaz de adquirir con sus fondos lo que deseaba, pero recurr$a al sistema de ventas a plazos o solicitaba préstamos. Eesde 78D: se vio la necesidad de frenar el imparableascenso de la masa monetaria en movimiento, pero no era fácil tomar medidas al respectosin entorpecer la vida de una sociedad acostumbrada a las facilidades. !l malfuncionamiento del @ondo >onetario nternacional tampoco correg$a los desequilibrios que



se estaban produciendo entre los distintos pa$ses.

!l primero en tomar conciencia de la crisis fue !stados Hnidos. (os europeos pod$an permitirse el lujo de fomentar el )!stado de Aienestar* porque apenas ten$an que atender agastos de armamentos. !stados Hnidos manten$a una carrera desbocada, todo lo absurda

que se quiera, pero imparable, con la Hni'n Soviética, por mantener su e"traordinario potencial militar4 con ello segu$a siendo la primera potencia del mundo, quizá no encantidad de armas, pero s$ en calidad y tecnolog$a4 y pensaba que con ese esfuerzo estaba protegiendo a todo el mundo libre, y los europeos no ten$an más remedio, a su juicio, queagradecer ese esfuerzo. !n cambio, la pol$tica social norteamericana era, por tradici'n, ycasi también por necesidad, de menor alcance que en !uropa. Sin embargo, el presidenteIohnson, sucesor de Pennedy, pretendi' modificar en parte esta pol$tica )liberal* paraalcanzar el ideal de lo que entonces se llamaba la Ne; *ociet!, y favorecer el desarrollo declases que hasta entonces hab$an estado al borde de la pobreza. # lo dif$cil era atender losdos ideales a la vez. 0or 78D: se daba el caso de que el producto interior bruto de !uropa6ccidental, siempre en continuo desarrollo, era ya tan grande como el de los !stados

Hnidos1 pero el volumen del comercio e"terior de !uropa era tres veces superior al de /orteamérica. !uropa se llenaba de d'lares —los )eurod'lares*— como consecuencia delas ventajas de su intercambio comercial. (os americanos ten$an no solo una moneda alta,que perjudicaba sus e"portaciones, sino que estaban obligados a mantenerla en ese nivel, puesto que en los acuerdos de Aretton Foods, tomados a ra$z de la terminaci'n de la guerramundial -ver pág. <D, se hab$a acordado mantener la paridad entre el d'lar y el oro. 2s$, eld'lar era la moneda de referencia universal, y manten$a, te'ricamente un valor fijo. ArettonFoods parec$a ser la consagraci'n para siempre del imperio del d'lar y de su dominaci'nmundial. 0ero con el tiempo los americanos descubrieron también los inconvenientes de ser la referencia del resto del planeta. !l d'lar, bien universal codiciado por todo el mundo,emigraba. !llo no hac$a sino aumentar su valor. # no pod$a ser devaluado. !n cambio, losingleses hab$an devaluado la otra gran moneda del mundo, la libra, que perdi' prestigio, pero permiti' después e"portar mejor los productos británicos. 2hora en 78=8, el nuevo presidente francés, 0ompidou, que hab$a sustituido a Ee Jaulle, acababa de devaluar elfranco, con el mismo objetivo. !uropa estaba vendiendo art$culos tan buenos como losamericanos, pero más baratos y por tanto en mucha mayor cantidad.

!n el verano de 78D7, los !stados Hnidos se decidieron a dar un paso decisivo, queiba a provocar las protestas del mundo, pero que se ve$a como inevitable. !l presidente /i"on rompi' los compromisos de Aretton Foods y declar' la flotabilidad del d'lar, que pasaba a ser una moneda como cualquiera de las demás. 2l mismo tiempo, y como ya era previsible, se declar' una devaluaci'n de aquella divisa. # más todav$a4 las importacionesde los art$culos que llegaran a !stados Hnidos ser$an gravadas con una tasa del 7: por 7::4una medida que iba claramente contra los intereses de !uropa, y también del Iap'n. Seacababa en el Giejo >undo la era feliz de los eurod'lares. # como la medida no bastaba, en78DL decidieron los americanos una nueva devaluaci'n de su moneda. (a crisis estabaservida. Se rompi' el equilibrio de los cambios, se resinti' gravemente el @ondo >onetarionternacional, todas las monedas comenzaron a bailar locamente en sus cotizaciones, ymuchos terceros pa$ses, entre otros los de beroamérica, se resintieron a3n más que loseuropeos o nipones. /o sabemos hasta qué grado ni qué duraci'n hubiera alcanzado estacrisis1 lo cierto es que iba a ser agravada hasta e"tremos dramáticos por otra crisis debida a



tanto era preciso poner en marcha los mecanismos necesarios para mantener la prosperidadsin que se dispararan los precios. 0or el contrario, un proceso de crisis se caracterizaba por el paro, la falta de demanda y como consecuencia, la disminuci'n del consumo y la baja de precios, la deflaci'n. 0or primera vez en la historia, el modelo no se cumpl$a. %ab$a crisis,las empresas quebraban, se multiplicaba el paro, y, sin embargo, los precios, lejos de bajar,

se incrementaban todav$a más, como consecuencia del encarecimiento de las materias primas -singularmente, pero no solamente, el del petr'leo, pero también a causa del mayor coste de la producci'n, como resultado del precio de la energ$a y del transporte. (ostécnicos, a falta de un medio eficaz para combatir la crisis, inventaron una palabra nueva,que nunca hab$a hecho falta hasta entonces4 estan'lación, estancamiento con inflaci'n. !lmundo rico, especialmente en !uropa, tuvo que apretarse el cintur'n. (os precios subieron,y una subida de salarios no hac$a sino incrementar la espiral inflacionista. %ubo, por supuesto, que proceder a esa subida, a costa de aumentar el paro. &ientos de millares deempresas se vieron en la bancarrota. # millones de trabajadores se encontraron sin empleo.(os estados siguieron una pol$tica de austeridad hasta donde fue posible, se redujo el gasto p3blico, se foment' la contenci'n de consumismo y sobre todo, se tomaron todas lasmedidas posibles para disminuir el gasto de hidrocarburos. 2parecieron nuevoscarburadores para los autom'viles, que consum$an la mitad de combustible que antes. !nmuchos pa$ses se volvi' al carb'n. Se buscaron energ$as alternativas, que solo poco a pocose fueron encontrando y se hicieron rentables, aunque en tasa por el momento muymodesta. 0or supuesto, se hicieron los mayores esfuerzos por encontrar nuevas bolsas de petr'leo en 6ccidente. 2parecieron, aunque sin e"cesiva abundancia, en el mar del /orte,en beneficio de ingleses y noruegos. (os franceses e italianos encontraron por lo menosgas. # los americanos construyeron un gigantesco oleoducto desde 2lasMa, aunque procuraron no consumir su propio petr'leo ante la eventualidad de condiciones todav$a másdif$ciles.

(os !stados Hnidos, en efecto, se defendieron mejor, no solo porque pose$anconsiderables yacimientos de combustible l$quido -lo mismo que los soviéticos en el&áucaso y en el oeste de Siberia, sino porque eran los primeros refinadores ydistribuidores del petr'leo en el mundo. >ucho más sufrieron, como queda dicho, !uropa yIap'n, pero sin duda los que peor lo pasaron fueron los pa$ses pobres no productores de petr'leo. beroamérica entr' en una crisis de la que ya no volver$a a recuperarse plenamente. (o mismo ocurri' en los pa$ses africanos o gran parte de los asiáticos. (osgobernantes y grandes se5ores del 6riente >edio -no tanto los pueblos se enriquecieroncon la nueva coyuntura, y de los eurod'lares pas' a hablarse de los petrod'lares1 pero otros pa$ses árabes tuvieron que sufrir la crisis como el resto del mundo. (a (iga Orabe qued' prácticamente disuelta4 la divisi'n separaba ahora a los pa$ses árabes ricos de los pa$sesárabes pobres. 2l llegar los a5os ochenta, las medidas de austeridad y energ$as alternativastomadas por los pa$ses tecnificados frenaron la escalada del precio del petr'leo. !n 78B<, elcrudo hab$a bajado a <9 d'lares el barril. !l mundo era distinto. (a industria ya no era elsector predominante, sino los servicios. (a producci'n se abarat' a costa de laracionalizaci'n de los sistemas y la introducci'n de nuevas tecnolog$as, entre ellas larob'tica y la informática. (as máquinas sustituyeron a los hombres, como ya hab$a ocurridoen la época de la primera Nevoluci'n ndustrial. !l problema del paro ya no habr$a de ser resuelto del todo, pero el aumento de los servicios, cada vez más desarrollados y másdiversificados, compens' en parte el problema de mano de obra, requiriendo nuevos tipos



. ESCENARIOS DE UN MUNDO EN CRISIS

(a crisis econ'mica se centra fundamentalmente en los a5os setenta, y afecta a la mayor$ade los pa$ses del mundo, aunque de formas muy diversas. 6rigina situaciones

problemáticas, cambios pol$ticos, y en muchos de los pa$ses más débiles, revoluciones oguerrillas. (as mismas oscilaciones entre tendencias de derecha o izquierda, en la mayor parte del mundo desarrollado, están provocadas, más que por vaivenes propiamenteideol'gicos, por el deseo de probar los programas elaborados por unas u otras fuerzas pol$ticas en su deseo de alcanzar o recuperar un deseable nivel econ'mico. !s preciso tener en cuenta que las sociedades conceden ya más importancia a los programas concretos demedidas y realizaciones encaminadas al bien com3n que a las antiguas ideolog$as, que enotro tiempo hab$an despertado tanto entusiasmo, y hab$an movilizado grandes masas -hastallevarlas, por ejemplo, a la guerra mundial. 2hora priva, por lo general, una concepci'nmás pragmática, que atiende más que a los principios, a las soluciones. !ste hecho esvisible en la mayor parte de las naciones libres, pero empieza a manifestarse también enaquellas, como las comunistas, que nacieron impregnadas de una doctrina oficial que sequiso inculcar en las sociedades mediante el adoctrinamiento o la propaganda, y que fueronconvirtiéndose en rutina hasta generar un creciente escepticismo. Ee aqu$ que también enmundos aparentemente adheridos a )verdades oficiales* e invariables se registren bandazosy ensayos en demanda de soluciones capaces de proporcionar mejores resultados. !l ordennacido de la posguerra ha de ser revisado una y otra vez, en demanda de nuevas y más prácticas f'rmulas de aplicaci'n.

0ero no olvidemos que entretanto, y comenzando cuando menos por los a5ossesenta, se ha operado un cambio de mentalidades que de una u otra forma incide tambiénen los comportamientos y en las actitudes, y también, será preciso notarlo, en el planteamiento de que en esas formas de ver la vida han de formarse los elementos másresponsables de la direcci'n espiritual y moral del mundo. !sta curiosa mescolanza de b3squeda de nuevos horizontes de pensamiento en el mundo no oficial y de soluciones prácticas, basadas en programas concretos, olvidando cada vez más las ideolog$as,complican un poco el panorama mundial en los a5os sesenta y setenta. %emos analizado enel cap$tulo anterior dos de los elementos más importantes de la crisis4 el cambio dementalidades y el problema de la energ$a. 0rocede estudiar ahora unos cuantos escenariosconcretos, ya que no es posible acudir a todos sin caer en el fárrago, en que estos problemasse plantean, y, en la medida de lo que cabe, se resuelven, o tratan de resolverse. %emoselegido aquellos escenarios en que los planteamientos parecen más significativos o másinteresantes para nosotros, y sobre todo, aquellos con los que parece que es preciso contar para comprender la evoluci'n del mundo, soslayando otros que, de momento o no participan de la crisis global, o viven de tal forma que trascienden con menos intensidad enel juego de fuerzas que mueven la historia.

/anorama europeo

!n 78=8 se celebr' la &onferencia de (a %aya, en que se reunieron los jefes de



mundo.

(a depresi'n de 78DL produjo en 2lemania más pánico que en ning3n otro pa$s de6ccidente, quizás porque se ve$a la posibilidad de que se repitieran los trágicos percancesde 78<8, que hab$an conducido al hundimiento de la rep3blica de Feimar y a la

implantaci'n del nazismo. &recieron la inflaci'n y el paro. 2lemania, que ya era un pa$slleno de inmigrantes, se vio de pronto en el peligro de tener que mantener a una enormemasa al'gena y sobrante. 0or otra parte, menudeaban los actos de terrorismo, protagonizados por la banda AaaderC>einhof. !n dif$ciles momentos, Arandt fue sustituido por %elmut Schmidt, un hombre moderado y e"celente economista, que hizo frente a lacrisis con más é"ito que el que se logr' en otras partes de !uropa. &onsigui' contener a lossindicatos, y por 78D= fue 2lemania el primer pa$s del continente que logr' remontar lacoyuntura. 2l mismo tiempo, se emplearon métodos e"peditivos contra los terroristas, quefueron eliminados rápidamente -Arandt, por el contrario, hab$a seguido una pol$tica muy permisiva. 2 fines de la década era 2lemania nuevamente la )locomotora de !uropa*.

c (a crisis en talia se caracteriz' sobre todo por una fuerte inflaci'n, que alcanz' tasas del7B y hasta el <: por 7:: anual. 2 ello se sumaba una recesi'n de la econom$a. !l a5o 78D9fue el primero en registrar un saldo negativo del producto interior bruto, desde los a5os dela guerra. !l n3mero de parados lleg' en 78DB a mill'n y medio. !l estado se ve$aimpotente para remediar la situaci'n, y en 78D= se vio al borde de la bancarrota. !l problema social y econ'mico se traslad' al campo pol$tico, acreciendo todav$a más lainestabilidad caracter$stica de la talia de los a5os cincuenta. 2hora se ensay' de nuevo,como soluci'n desesperada, el )compromiso hist'rico* entre cristianodem'cratas ycomunistas, una alianza antinatural que escandaliz' a los demás partidos, pero que tal vezevit' una descomposici'n total del sistema. (as elecciones de 78D? arrojaron una tendencia

e"trema a la polarizaci'n de fuerzas. 2ldo >oro fue el pol$tico, hábil y maniobrero de estostiempos dif$ciles. (uego le sustituy' Jiulio 2ndreotti, que mantuvo el )compromisohist'rico*, aunque se avino a toda suerte de combinaciones, bicolores, tricolores omulticolores. (a pol$tica italiana marchaba adelante, entre continuos reajustes e incre$blesequilibrios. !l terrorismo, sobre todo el de las Arigadas Nojas, sum$a al pa$s en la inquietud.@ueron asesinados pol$ticos, magistrados, simples ciudadanos1 sin embargo, los atentadosmás mort$feros no fueron reivindicados, como la e"plosi'n de una bomba en la estaci'n deAolonia, en la que murieron cien personas. talia vivi' los que se llamaron )a5os de plomo*. Hno de los hechos que más impresionaron a los italianos fue el secuestro y posterior asesinato del e" presidente del gobierno, 2ldo >oro, en 78DB. 2 partir deentonces, se sigui' una pol$tica más enérgica con los terroristas, que fueron suprimidosantes de que terminara la década de los setenta. 0or entonces, tanto la democracia cristianacomo el partido comunista fueron perdiendo apoyos, al tiempo que el partido socialista,cada vez más cercano a los postulados de la socialdemocracia europea, ganaba terreno bajola direcci'n de un hombre que se moder' al mismo tiempo que >itterrand en @rancia,Aettino &ra"i. 0or entonces comenz' a verse a &ra"i como el sucesor de una democraciacristiana que ya no conservaba los ideales de la época de Ee Jasperi, y aparec$adesprestigiada y desgastada después de treinta a5os en que hab$a aparecido como el eje dela pol$tica italiana.



(a crisis en talia no fue solamente econ'mica, pol$tica, o de orden p3blico4 tambiéntuvo un importante componente moral y de costumbres. 0or los a5os setenta se aprob' por referéndum, aunque no por gran mayor$a, la ley del divorcio, y luego se legaliz' el aborto.(a tasa de natalidad italiana, que era de las más altas de !uropa, lleg' por 78B: a ser la más baja. (os hábitos y las formas de vida cambiaban. talia, un pa$s tradicional y conservador,

donde muchos valores parec$an firmemente arraigados y el catolicismo ten$a una fuerzamoral muy grande, estaba cambiando como en otros pa$ses del continente, pero de unamanera más rápida e inesperada.

d (os problemas en el Neino Hnido no fueron menores durante los a5os D: que en el restode !uropa. !s cierto que en 78DL los ingleses pudieron entrar en el >ercado &om3n!uropeo, pero justamente en el peor momento. Eesde la guerra mundial, el pa$s hab$a idodescendiendo respecto del promedio europeo. !n los tiempos de &hurchill se hab$a presentado como la segunda potencia del mundo occidental, heredero a3n de un pasadoreciente y glorioso. 2hora se ve$a reducido al séptimo puesto, y con una crisis solo

comparable a la de talia. %asta se comentaba, supuestos los datos facilitados por la 6&E!,que, de mantenerse la l$nea descendente, la econom$a británica ser$a superada por laespa5ola hacia 78B9. !l gobierno conservador de !dQard %eath hac$a esfuerzosinimaginables por mantener una pol$tica de austeridad, sin romper por eso los supuestos del!stado de Aienestar y los acuerdos con los sindicatos1 pero era muy dif$cil seguir dos l$neas pol$ticas a la vez. !l primer ministro era un hombre abierto, agradable, dialogante, decostumbres sencillas y nada pretencioso1 pero la situaci'n le desbordaba. 2 comienzos de78D? %eath convoc' elecciones anticipadas, antes de que se le adelantasen en las encuestaslos laboristas1 logr' como esperaba, una victoria, pero muy ajustada. # la situaci'n se hizotan insostenible que se vio obligado a convocar nuevas elecciones en octubre, y esta vez lavictoria laborista fue clara. !l nuevo primer ministro, %arold Filson, fue fiel a sus promesas electorales4 o salir de la &omunidad !uropea, o negociar unas condiciones másfavorables con Aruselas. /egoci', y obtuvo esas condiciones4 !uropa prefiri' ceder a perder uno de sus socios más caracterizados4 desde entonces mantiene el Neino Hnido unasituaci'n de privilegio que no se ha alterado sensiblemente en treinta a5os. &on todo,Filson tuvo que dirigir la suerte de su pa$s en a5os duros1 el $ndice de inflaci'n lleg' acotas superiores al <: por 7::, la libra se desplom', el paro alcanz' a mill'n y medio detrabajadores. 2 los problemas econ'micos y laborales se un$an los del Hlster. 0arte del partido N2 se hab$a moderado, pero otra parte se hab$a convertido en una banda terrorista,que promovi' continuos problemas en el norte de rlanda. 0or su parte, los anglicanosnorirlandeses crearon fuerzas paramilitares que atentaron contra los cat'licos. Filson seretir' en 78D=, y fue sustituido por &allaghan, que lleg' a un acuerdo hist'rico con lossindicatos4 ninguna reivindicaci'n pod$a reclamar un incremento del salario superior al 7: por 7::, y una vez obtenido este aumento, los beneficiarios no podr$an presentar nuevasreclamaciones hasta después de transcurrido por lo menos un a5o. 2 pesar de esta cesi'n,que parec$a prometer al menos una tasa un poco mayor de estabilidad, la situaci'n de JranAreta5a se manten$a en precario. !n el aspecto de la moral social y las costumbres, loscambios propios de la década también afectaron a los ingleses. (a ley que abol$a el delitode adulterio hizo mucho más fáciles los divorcios, que en pocos a5os se duplicaron.2ument' el n3mero relativo de hijos ileg$timos, no tanto el absoluto, por la sencilla raz'nde que en los a5os setenta —y también en los siguientes— disminuy' drásticamente la tasa



de natalidad.

(a vida c'moda y placentera era dif$cilmente compatible con una coyunturaecon'mica que manten$a a Jran Areta5a en unos niveles de desarrollo que segu$an siendomás bajos que los del continente... con no ser estos buenos en aquellos momentos. &undi'

as$ la idea de que era preciso cambiar las cosas, y dejar paso a un gobierno enérgico yeficaz que obligase a todo el mundo a abrocharse fuerte el cintur'n, por duro que resultase.# asumiendo con rara energ$a esa consigna, con las elecciones de 78D8, que dieron lavictoria a los conservadores, subi' al poder >argaret ;hatcher, la primera mujer quellegaba a presidir un gobierno en 6ccidente. (e esperaba una larga y tenaz lucha, de la quesaldr$a vencedora.

e (as dictaduras ibéricas caducaron por los a5os D:. !n 0ortugal por obra de unarevoluci'n, en !spa5a como consecuencia de la muerte de @ranco, circunstancia que hizo latransici'n más tranquila y sencilla. !n 0ortugal e"ist$a un régimen autoritario nada menos

que desde 78<=, dirigido por el general &armona y su primer ministro 6liveira Salazar quea la muerte del general qued' como jefe 3nico. Salazar, intelectual t$mido, pero de ideasinfle"ibles en su proyecto de )!stado /ovo* de tipo corporativo, prohibi' los partidos pol$ticos y procur' el desarrollo econ'mico. !l 0ortugal salazarista, a diferencia de la!spa5a franquista, no encontr' dificultades entre los vencedores en la guerra mundial, ydesde el primer momento form' parte de las /aciones Hnidas, o se uni' a la !@;2, elmercado com3n creado por los ingleses en competencia con la &!!. Salazar muri' en78=B, y fue sustituido por otro profesor, >arcelo &aetano, que tuvo que afrontar mayoresdificultades ante la crisis econ'mica y los movimientos de descolonizaci'n de 2ngola y>ozambique, las dos grandes posesiones de 0ortugal, que e"igieron grandes esfuerzos a un pa$s que no estaba en las mejores condiciones para afrontarlos. %ubiera sido menos oneroso

para el pa$s abandonar aquellos territorios, que ya estaban produciendo más pérdidas queganancias, y obligando a la juventud a un sacrificio militar en tierras malsanas y peligrosasque resultaba cada vez más impopular1 pero el régimen portugués basaba gran parte de sufilosof$a en el mantenimiento de su imperio, recuerdo de tiempos gloriosos en un lejano pasado. !ra frecuente representar un mapa de 0ortugal con todas sus colonias. !n 78DL, elgeneral 2ntonio de Sp$nola, bien e"perimentado en las guerras africanas, public' un libro, Portugal e o 'uturo, en que consideraba imposible mantener las colonias y abogaba por suabandono. !l libro tuvo enorme difusi'n, y el gobierno portugués, empe5ado comodecimos en mantener la presencia metropolitana en Ofrica -justo en una época en que lasdemás colonias hab$an desaparecido, destituy' a Sp$nola. Eesde entonces domin' en0ortugal un ambiente crispado, y hubo algunos intentos de sublevaci'n militar, quefracasaron, hasta que el <9 de abril de 78D? triunf' un golpe que fue secundadoinmediatamente por gran parte del pueblo -la )revoluci'n de los claveles*, cuya inmediataconsecuencia fue la defenestraci'n de &aetano, que hubo de huir a Arasil, y la elevaci'n deSp$nola como presidente de un gobierno provisional. 0ortugal ingresaba en la democracia,si bien no por un camino fácil.

(a situaci'n se desbord', con des'rdenes y ocupaci'n de tierras. Sp$nola, quedeseaba una transici'n suave, y se opuso a los e"cesos revolucionarios, cay' a su vez en



septiembre de 78D?, y huy' a Arasil, donde ya se encontraba, curiosamente, su antiguoadversario &aetano. !l $dolo de la )revoluci'n de los claveles* hab$a desaparecido, pero no por eso se detuvo la revoluci'n, sino que, como ya se estaba viendo venir, se radicaliz'. !ladvenimiento de un nuevo presidente provisional, el general &osta Jomes, supuso un giro ala izquierda, con un primer ministro, Gasco Jonzalves, que procedi' a liquidar el imperio

colonial, pero también a grandes reformas en el interior, con ocupaci'n y nacionalizaci'nde propiedades, que no lograron impedir los golpes de mano individuales, los cuales nosiempre dieron la posesi'n de la tierra a quienes más la necesitaban. 2l fin, en 78D9, pudieron celebrarse elecciones a una asamblea constituyente, que dieron mayor$a al partidosocialista, dirigido por un hombre inteligente y cada vez más moderado, >ario Soares.Eesde entonces, los comunistas pasaron a un segundo plano. Soares convirti' el hecho enderecho, programando la reforma agraria y la nacionalizaci'n de empresas. !l periodo78D=CDB fue relativamente estable, hasta que el pa$s entr' de nuevo en una etapa degobiernos ef$meros y dificultades econ'micas. !n las elecciones de 78D8 triunf' el centroCderecha, dirigido por Sa &arneiro y el pa$s, reformada en sentido moderado la &onstituci'n,entrar$a en una época más pr'spera y estable. Eesde entonces, e"istir$a un turno de hechoentre el centroderecha y un partido socialista francamente moderado.

!n !spa5a la transici'n se hizo de forma más pac$fica debido a dos hechosfundamentales4 primero, que la transici'n, mediante una apertura progresiva del régimen, sehab$a iniciado en cierto modo antes, si bien se mantuvo la dictadura de @ranco1 y segundo,que no hubo una revoluci'n violenta, sino la muerte por enfermedad del anciano dictador.;ambién aqu$ el cambio estuvo acompa5ado de un problema africano, aunque muchomenos dramático4 el del Sahara 6ccidental, donde hab$an aparecido importantesyacimientos de fosfatos, que !spa5a se negaba a abandonar y >arruecos ambicionaba1 losmarroqu$es organizaron la )marcha verde*, y aprovechándose de la crisis espa5ola,ocuparon el Sahara, no sin oposici'n de los saharuis del @rente 0olisario. !l hecho qued' parcialmente enmascarado ante la opini'n espa5ola, que atend$a con mucho mayor interésal importante cambio pol$tico que se estaba produciendo. Ee acuerdo con la vigente (ey deSucesi'n, fue proclamado rey don Iuan &arlos de Aorb'n. 0ero el nuevo monarca no estabadispuesto a ser el mero sucesor de @ranco e inici' la transici'n a la democracia. !n 78D=nombr' jefe del gobierno a 2dolfo Suárez, decidido a dar un giro completamente nuevo a la pol$tica, y )llevar al estado lo que ya está en la calle*. (a táctica consist$a en )cambiar lacasa desde dentro sin romperla*, y Suárez supo llevar su programa con sinceridad yeficacia. (as &ortes elegidas en tiempos de @ranco se autodisolvieron sin oponer resistencia, al tiempo que se elaboraba el 0lan de Neforma 0ol$tica, que no fue sometido aning3n parlamento, sino a un referéndum del pueblo espa5ol4 fue un gran acierto, que dabaun carácter plebiscitario y democrático al cambio, antes de que se estableciese formalmentela democracia. (a reforma fue aprobada por los espa5oles el 79 de diciembre de 78D=.

Gino entonces la dif$cil tarea de configurar las fuerzas pol$ticas. !ra preciso atraersea los partidos derrotados en la guerra civil y conseguir que vinieran no en plan de revancha,sino de reconciliaci'n. (a legalizaci'n del partido comunista caus' sensaci'n y temores enciertos sectores, pero su l$der, Santiago &arrillo, proclam' su fe democrática y su respeto ala monarqu$a. (legaron a constituirse hasta <:: partidos, circunstancia que muchostemieron que significara una atomizaci'n de fuerzas y condujera a situacionesingobernables. Suárez propici', para buscar el equilibrio, la formaci'n de un partido de



centro, la H&E, o Hni'n de &entro Eemocrático. 0ero fue principalmente el sentido com3nde los espa5oles el que eligi' entre las opciones más moderadas. !n los comicios de 78DD,H&E obtuvo una mayor$a casi absoluta, seguida del 0artido Socialista, que dirigido por otro hombre joven, @elipe Jonzález, hab$a abdicado a su vez de e"tremismos. (a e"tremaderecha y la e"trema izquierda obtuvieron pobres resultados. !n 78DB se aprob', primero

en el parlamento, luego por referéndum, una &onstituci'n muy moderna y fle"ible. !spa5a,sin haber sufrido traumas, se transformaba en una democracia tan avanzada como las delresto de !uropa. @ue lo que dio en llamarse en el e"tranjero )el segundo milagro espa5ol*,éste en sentido pol$tico, quizá más dif$cil de obtener. &omoquiera que hab$an renacido las presiones nacionalistas y regionalistas propias de los tiempos de la Segunda Nep3blica, seabog' por el )!stado de las 2utonom$as*, con generosas concesiones a diecisietecomunidades, que significaban un movimiento de descentralizaci'n sin precedentes.

H&E gobern' de 78DB a 78B<. !n el pa$s hubo, en general, calma, aunque no see"tingui', contra lo que algunos ingenuos esperaban, la actividad de la banda terrorista!;2. (o peor fue el problema econ'mico, agravado por las incertidumbres del cambio y la

emigraci'n de capitales al e"tranjero. (a inflaci'n se dispar', con $ndices que llegaron alorden del 7= y 7B por 7:: anual1 unas <::.::: empresas suspendieron pagos, o sedisolvieron totalmente, circunstancia que supuso la desaparici'n de cerca de dos millonesde puestos de trabajo. !l descontento social se canaliz' a través de los sindicatos HJ; y&omisiones 6breras. 0or ello, y a pesar de los esfuerzos de los gobiernos de H&E por mejorar la situaci'n socioecon'mica, en las elecciones de 78B<, el 0S6! obtuvo unasonada victoria y alcanz' por gran diferencia la mayor$a absoluta. H&E, partido coyunturalde centro, se hund$a, al tiempo que surg$a un nuevo partido de centroderecha, 2lianza0opular, luego 0artido 0opular. (os socialistas gobernaron, dirigidos por @elipe Jonzález,durante trece a5os y medio, hasta marzo de 788=4 fue la má"ima perduraci'n de un partidoelegido en las urnas de toda la historia de !spa5a. Sin duda la presencia en el poder de unaserie de pol$ticos j'venes, no gastados hasta el momento por la lucha cotidiana, con ideasdistintas de las de otros grupos más familiares, y con deseos de cambiarlo todo, pudo dar ala era socialista el aire de una opci'n realmente distinta de la conservadora, y le confiri'durante a5os la confianza de aquellos espa5oles que deseaban salirse de un mundo dementalidades que ven$a de bastantes a5os atrás. (as costumbres y las formas de vidacambiaron más bajo el gobierno de los socialistas que en la etapa de la transici'n. Se tend$a,como en otras partes, a una moral más la"a, y se aprobaron determinados supuestos para la práctica del aborto, que pocos a5os antes, atendida la mentalidad de los espa5oles, hubieranresultado impensables.

Estados Unidos2 de %ion a #arter

!n noviembre de 78=B era elegido como nuevo presidente de los !stados HnidosNichard /i"on, un hombre conservador, y quizá de temple autoritario, pero al mismotiempo pragmático y realista. Ser$an estas cualidades las que le iban a resultar más 3tilesdurante su mandato, que dur' legislatura y media, hasta 78D?1 su empecinamiento iba, encambio, a acarrear su ruina. Hna buena parte de su é"ito en cuestiones internacionales se ladebi' a uno de sus principales consejeros -y desde 78DL Secretario de !stado, %enry



resultados en el futuro.

# en efecto, el triunfo electoral de /i"on fue indiscutible. (os americanos se las promet$an tan felices, cuando en 78DL estall' la guerra del #om Pippur y los pa$ses de la60!0 subieron drásticamente el precio del petr'leo. &ierto que el problema de !stados

Hnidos no era tan grave como el de !uropa o el de Iap'n, puesto que pose$an yacimientosde crudo1 pero hasta entonces les resultaba más barato comprar el petr'leo en 6rientemedio que producirlo en su propio pa$s. # no fue esto lo peor para /i"on. 0ronto sedescubri' que antes de las elecciones, los republicanos hab$an espiado la táctica de losdem'cratas colocando micr'fonos secretos en la sala del Fatergate, donde aquellos sereun$an. Hn asunto de novela de espionaje, que hasta hubiera podido resultar )muyamericano*, fue aprovechado por los dem'cratas para acusar al equipo del presidente yhasta al presidente mismo de juego sucio. /i"on hubiera podido reconocer susresponsabilidades y negar importancia al asunto, pero asegur' una y otra vez no haber tenido parte en la aventura del espionaje pol$tico. &uando al fin hubo de entregar las cintascon las discusiones habidas en la &asa Alanca, qued' en claro que estaba enterado desde el

primer momento de lo ocurrido. 0erseguido por la amenaza de un impeachment -voto decensura en las cámaras, pas' un a5o muy malo, hasta que al fin, ante la amenaza crecientede que lo echaran, se vio obligado a dimitir en agosto de 78D?. &omoquiera que elvicepresidente, Spiro 2gneQ, también se vio envuelto en el asunto, hubo de ocupar la presidencia Jerald @ord.

(os dos a5os de @ord en la &asa Alanca no fueron afortunados. /o ten$a el talentodiplomático de /i"on, ni su situaci'n era la más conveniente después del infortunadoescándalo del )Fatergate*. 0or si fuera poco, acuciaba la crisis econ'mica general. 0udonegociar con Arezhnev un nuevo plan sobre limitaci'n de armas estratégicas -que ser$a elS2(; , pero las conversaciones fueron largas, y no tuvo ocasi'n de firmarlo. 0or otra

parte, el plan de )paz con honor* en Gietnam se ven$a abajo. (os sudvietnamitas eranincapaces de contener al Gietcong y a los del /orte4 no se trataba ya de quienes poseyeranmás tropas y más armas, sino de moral de lucha, de estar dispuestos a morir por la victoria,y de alcanzar el favor de la poblaci'n civil. (os del Sur estaban condenados por su alianzacon los e"tranjeros -los yanquis y fracasaron en su proyecto de resistir con é"ito, o por lomenos de llegar a un acuerdo honorable. !n 78D9 los comunistas entraban en Saig'n, y elembajador americano ten$a que huir con la bandera de las barras y estrellas bajo el brazo para evitar que la quemaran. @ue un espectáculo bochornoso que empa5' en cierto modo elacierto de /i"on al librarse de la ratonera de Gietnam.

0or eso, aunque @ord, que solo llevaba dos a5os de presidente, se present' a laselecciones de 78D=, fue derrotado por un candidato dem'crata casi desconocido hastaentonces, Iimmy &arter. Se dice que &arter fue elegido precisamente porque llegaba )defuera* y no se le conoc$a error ni corrupci'n alguna. Su presentaci'n como hombresencillo, honesto y bienintencionado, que buscaba un gobierno )competente y compasivo*,cay' muy bien entre la opini'n americana, y no falt' quien creyera ver en él un segundoPennedy, por lo que se refiere a su capacidad innovadora. &arter era, efectivamente, unhombre honesto1 también, sin duda, un hombre ingenuo, que no supo acertar tal vez con laestrategia, aunque nunca dud' nadie de su buena voluntad. Tuiso seguir una más decidida



pol$tica social, para paliar los efectos de la crisis econ'mica1 pero para construir un nuevo)Felfare State* necesitaba subir los impuestos, y la medida sent' muy mal a los perjudicados. (a inflaci'n se dispar', hasta llegar a un alarmante <: por 7:: anual1 laNeserva @ederal hubo de subir los tipos de interés al 79 por 7::, un hecho que dificultabalas inversiones, pero también la obtenci'n de préstamos por parte de familias modestas. /o

puede decirse que la coyuntura econ'mica fuera mala del todo4 hab$a gente que seenriquec$a gracias a las nuevas condiciones. Se estaba pasando rápidamente de unaeconom$a basada en el sector secundario -industrial a otra más moderna edificada sobre elterciario -los servicios. (a riqueza de los !stados Hnidos, con respecto a la del resto delmundo, tend$a más a crecer que a disminuir, pero las diferencias entre pobres y ricostend$an también a hacerse mayores, y se dibujaron con más claridad las siempre e"istentes bolsas de pobreza. &on la subida de los precios y las dificultades de muchas empresas,aument' el paro. &arter bien poco pod$a hacer ante una realidad econ'mica que marchabaen direcci'n contraria a sus sue5os. 0or otra parte la pérdida de valores en el seno delmundo juvenil, incubada ya desde los tiempos de las revueltas estudiantiles de 78=DC=B yde la filosof$a permisivista, estaba aumentando alarmantemente el uso de la droga y la ca$daen la delincuencia. %ubo matanzas en las escuelas, y suicidios provocados por la proliferaci'n de sectas. !n el cambio tuvieron también un papel decisivo los soldados que,desmoralizados, hab$an vuelto de Gietnam, donde hab$an entrado en contacto con lacoca$na. 2hora no obten$an el producto de !"tremo 6riente, sino de pa$sesiberoamericanos, especialmente &olombia, donde unos cuantos narcotraficantes —tal 0ablo!scobar— se hicieron de oro con el cultivo y preparaci'n de la coca. (a filosof$a de!scobar era la de que pose$a )un arma más poderosa que la bomba at'mica para acabar conlos yanquis*. /aturalmente que esa arma no solo destrozaba la vida de los yanquis, sinoque le convert$a a él en uno de los hombres más ricos del mundo.

!n pol$tica e"terior tampoco iban bien las cosas. Arezhnev no aspiraba a vencer a6ccidente, pero s$ a comunistizar al mundo pobre, y la crisis econ'mica mundial era sumejor aliado. 0or de pronto los asesores soviéticos se infiltraban en !tiop$a, 2ngola,Hganda, >ozambique. Ofrica pod$a convertirse en pocos a5os en un continente comunista.# no solo era esto. (a torpeza de la pol$tica e"terior norteamericana crey' convenientealentar la ca$da del sha del rán, >ohamed Neza 0ahlevi, un monarca de manerasoccidentales, en un pa$s también bastante occidentalizado. !l sha se hab$a enriquecido conla subida del petr'leo, hab$a invertido en empresas europeas, y la coyuntura hab$a provocado una creciente corrupci'n en rán. 2 &arter le pareci' conveniente unmovimiento de restauraci'n ética de aquel pa$s, y no puso inconveniente en permitir elacceso del imán Iomeini al poder, en 78D8. (a purificaci'n de las costumbres de los iran$esse produjo, en efecto, pero a costa de un fundamentalismo islámico que result' ser másominoso para la sociedad persa -Wsobre todo para las mujeres que el supuestoautoritarismo del sha. (os intereses americanos en rán fueron perseguidos, y la pol$ticaantiyanqui culmin' con la ocupaci'n de la embajada norteamericana en ;eherán y la tomade rehenes. &arter decidi' al fin un golpe de mano para liberarlos, que fracas'lastimosamente por mala organizaci'n, y al averiarse los helic'pteros con el polvo deldesierto. %ubo que pasar por la humillaci'n de pagar por la liberaci'n de los rehenes. 0or siello fuera poco, los rusos, temiendo la e"pansi'n del fundamentalismo islámico a susterritorios de 2sia central, invadieron 2fganistán y establecieron all$ un régimen comunista.&arter, el hombre sencillo y de buena voluntad que hab$a sido elegido por esas virtudes en



78D=, ya no pod$a aspirar a la reelecci'n en 78B:.

!7eada a :eroamérica

!l inmenso espacio del /uevo >undo comprendido al Sur de !stados Hnidos y&anadá tiene una historia compleja, dif$cil de ensamblar tanto en su conjunto con respecto ala de otras áreas del planeta, como por lo que respecta a la suerte de cada uno de los pa$sesque la integran. beroamérica vivi' una era de prosperidad a comienzos del siglo XX,especialmente en los llamados )felices a5os veinte*. 2rgentina era uno de los pa$ses de másalta renta )per cápita* del mundo, gracias a sus e"portaciones masivas de cereal y carne.Arasil, )el pa$s del futuro*, en visi'n de Stefan RQeig, produc$a café, cacao y az3car, quevend$a a medio mundo. &uba segu$a siendo uno de los primeros pa$ses productores dea+Bcar y tabaco. (a carne uruguaya se consideraba entre las mejores del planeta, y erademandada por muchos pa$ses. >é"ico, aparte de algod'n y otros productos agr$colase"portables, ten$a grandes yacimientos de plomo y de azufre. &hile era uno de los

principales e"portadores de cobre del mundo, un metal indispensable en la era de laelectricidad, aparte del famoso )nitrato de &hile*, el más socorrido abono universal. (os pa$ses del &aribe destacaban por su producci'n de az3car, tabaco, cacao, café, bananas.;odo se vend$a muy bien en los grandes pa$ses industriales. (a buena marcha de laeconom$a iberoamericana se quebr' brutalmente con la Jran Eepresi'n, y la consiguiente)pol$tica del ego$smo nacional*, que disminuy' de forma drástica la demanda de materias primas. (a coyuntura parec$a superada cuando estall' la segunda guerra mundial, en un principio favorable por la necesidad que los pa$ses beligerantes sent$an de sus recursos,luego desastrosa por el truncamiento de los grandes circuitos mundiales. 0ero quizá la principal causa del estancamiento de la mayor$a de los pa$ses iberoamericanos estuvo primero en la ruina de !uropa, y luego en la autonom$a de los pa$ses europeos, que

disminuyeron su demanda del e"terior.!l argumento que esgrimen muchos iberoamericanos es el siguiente4 Sudamérica y

!uropa ten$an econom$as complementarias4 cada una dispon$a de lo que necesitaba la otra.!n este sentido, no era se5al de )retraso* el predominio del sector primario -agricultura yminer$a, sobre el secundario -industria. &on el beneficio de sus e"portaciones en materias primas, los pa$ses del /uevo >undo pod$an comprar sin esfuerzo productosmanufacturados de primera calidad, sin necesidad de fabricarlos. Ee aqu$ que la industria,aunque no faltaba en los pa$ses más desarrollados ->é"ico, 2rgentina, Arasil no fuese unanecesidad perentoria y no se fomentase con el mismo $mpetu que en !stados Hnidos,!uropa o Iap'n. (a guerra mundial rompi' para siempre este equilibrio que permit$a uncomercio e"terior con trato )de igual a igual*. (a demanda europea se redujo al m$nimo, ylo que fue peor, las inversiones europeas en beroamérica desaparecieron casi por completo,sustituidas por las norteamericanas. 0ero con los !stados Hnidos ya no pod$a tratarse deigual a igual, puesto que el gran pa$s del /orte del continente no solo pose$a unaimpresionante producci'n industrial, sino una casi absoluta autosuficiencia agr$cola yminera. /orteamérica, con su enorme e"tensi'n, con su alta tecnolog$a, ayudada por suasombrosa variedad climática y de suelos, era una de las pocas naciones del mundo que pod$a considerarse autosuficiente. 0or ejemplo, produc$a tal cantidad de cereal, que en la



época de la distensi'n pudo permitirse el lujo de e"portar trigo a Nusia -que ten$a casi lamisma e"tensi'n, pero peor clima, peor calidad de tierra y peor técnica. (a ofertaiberoamericana ya apenas interesaba a !stados Hnidos, que en cambio ofrec$an art$culosmanufacturados de alta calidad que los pa$ses al sur del N$o Jrande no pod$an producir. (a)interdependencia* beroaméricaC!uropa fue sustituida por la )dependencia* respecto de

los !stados Hnidos, en condiciones en que ya no era posible un trato de igual a igual. Seaesta o no toda la verdad, lo cierto es que la segunda mitad del siglo XX fue para la mayor parte de los pa$ses iberoamericanos menos pr'spera que la primera, y su influencia o simple presencia en el resto del mundo disminuy'.

6tro hecho que hemos de notar es el considerable desarrollo demográfico de estos pa$ses, superior al de !uropa o !stados Hnidos. !n la segunda mitad del siglo XX. Arasil pas' de 99 millones de habitantes a 7=91 >é"ico nada menos que de de <9 a B:1 2rgentinade 7D a ?:1 &olombia de 77 a L9, y as$ sucesivamente4 un incremento muy superior al de los pa$ses desarrollados, y al de casi todos los subdesarrollados -donde la natalidad es muyfuerte, pero también lo es la mortalidad, especialmente la infantil. !n este sentido,

beroamérica figura entre las partes del mundo con más alta tasa de natalidad y una tasa demortalidad francamente baja, propia de los pa$ses desarrollados. !l aumento de la poblaci'n, sin un incremento similar de la producci'n supone una renta )per capita* más baja, y, a pesar de los intentos de despegue industrial y de los esfuerzos de los estados por aumentar la producci'n en todos los sectores, no siempre se ha logrado este objetivo. Hnade las consecuencias combinadas más importantes del aumento de poblaci'n y la menor demanda e"terior de art$culos primarios es el crecimiento monstruoso de los n3cleosurbanos. (a ciudad de >é"ico, con sus <L millones de habitantes, es hoy la primeraaglomeraci'n humana del mundo. Sao 0aulo, en Arasil, pasa de los 79 millones, 7: o mástienen Auenos 2ires o Aogotá. (a emigraci'n del campo a la ciudad ha sido masiva eincontrolada. &on el grav$simo inconveniente de que no todos los desplazados a la urbe hanencontrado ocupaci'n en la industria o los servicios. Se han formado as$ enormes bolsas demiseria en los suburbios, con viviendas provisionales carentes en muchos casos de losservicios más elementales, y sede de un hampa acostumbrada a la delincuencia que resultamuy dif$cil rehabilitar.

2 todo ello se suma una sociedad muy diferenciada. !n la mayor parte de los pa$sesiberoamericanos -en unos desde siempre, en otros desde tiempos más recientes lasdiferencias entre ricos y pobres se han hecho muy fuertes. (a propiedad de la tierra sueleestar mal distribuida, y la poblaci'n que del agro viene a la ciudad ha contribuido a queestas diferencias sean hoy tan patentes o más en las grandes urbes. !n ocasiones, lasautoridades han programado y desarrollado pol$ticas de reparto de tierras, que han provocado la reacci'n de los grandes propietarios —y los golpes de estadocorrespondientes—, sin que tales repartos entre una poblaci'n poco preparada para lamodernizaci'n de las técnicas agr$colas, o poco asistida de las correspondientes redes decomercializaci'n, hayan siempre surtido los efectos deseados. 0or otra parte, la sustituci'nde la riqueza agr$cola por la industrial ha provocado en la mayor$a de los pa$ses unendeudamiento considerable provocado por la adquisici'n y compra de maquinaria, y elmontaje de las instalaciones correspondientes, no siempre compensadas por una demandamasiva capaz de amortizar los gastos. -Solo la aparici'n de materias primas codiciables enel e"terior —por ejemplo el petr'leo— puede originar una balanza de pagos favorable.



Hno de los males de gran parte de beroamérica ha sido el endeudamiento p3blico, queobliga a solicitar préstamos del e"terior, luego dif$ciles de pagar a su tiempo4 la crecientedesconfianza del @ondo >onetario nternacional o el Aanco >undial ha contribuido aagravar la cuesti'n, tendente ya de por s$ a la generaci'n de un c$rculo vicioso. !l mal estanto más sensible por cuanto beroamérica no forma parte, pese a lo que a veces se ha

dicho, del );ercer >undo*4 tiene formas de vida desarrollada, posee una cultura notable, buenas universidades, escritores y artistas de la más alta categor$a en el orden mundial, unaintegraci'n en la tradici'n hist'rica e ideol'gica de 6ccidente, y una vocaci'n liberal ydemocrática que data ya de los primeros momentos de la e"istencia como tales de aquellasnaciones. !l problema en que muchas de ellas parecen sumidas dir$ase que es coyuntural, por más que su perduraci'n haga suponer otra cosa.

(a inestabilidad pol$tica de los pa$ses iberoamericanos —hay e"cepciones, y la másnotable es >é"ico— les ha hecho bascular entre reg$menes de diversa naturaleza.Simplificando, pueden distinguirse tres4 uno, el plenamente democrático, con un ordenconstitucional respetado, un parlamento integrado por representantes elegidos y

pertenecientes a distintos partidos, y un presidente elegido también por el pueblo. 6tro es el)populismo*, representado por un hombre que goza de un especial carisma, y que se presenta como )salvador del pa$s*, ofreciendo remediar sus males, casi siempre mediantereformas en la sociedad y en la estructura econ'mica4 aplaudido por el pueblo en un principio, puede acabar derrocado, ya por el fracaso de sus planes, ya por elementos perjudicados por su pol$tica. !l tercero es la dictadura militar, que sigue por lo general auna época de des'rdenes o a un )salvador del pa$s* que ha encontrado fuerte oposici'n. (adictadura puede restablecer el orden, pero dif$cilmente resuelve los problemas de fondo, yacaba siendo impopular. /o se puede aplicar ingenuamente este esquema tan simplista acada caso1 el 3nico hecho evidente es la inestabilidad pol$tica en una buena parte de los pa$ses de beroamérica. Solo en los 3ltimos a5os del siglo XX y primeros del XX puededecirse que, salvo el caso peculiar de &uba, no e"isten dictaduras propiamente dichas enberoamérica.

—>é"ico fue posiblemente el pa$s de historia más estable durante la segunda mitad delsiglo XX. Se hab$a creado una estructura de poder dirigida por el 0artido Nevolucionarionstitucional, 0N, que, asociado a grandes intereses y grupos de presi'n en el pa$s, gobern'en la práctica como partido 3nico. Se dio as$ la paradoja de un régimen te'ricamente muy progresista, aliado con fuerzas de izquierda en el e"terior, pero poco propenso a cambios enel interior. ;e'ricamente identificado con el pueblo, mantuvo la tradici'n jacobina de losrevolucionarios de principios de siglo, con una pol$tica anticlerical que chocaba con elsentimiento tradicionalmente cat'lico de los mejicanos. (as actitudes oficialmenteizquierdistas contrastaban también con las grandes desigualdades sociales, tanto en elambiente campesino como en las enormes ciudades, con sus barrios ricos y pobres. ;ras laguerra mundial, el presidente 2lemán impuls' la gran &iudad Hniversitaria y el desarrollode la cultura, as$ como de las comunicaciones. ('pez >ateos, a comienzos de los a5os =:,trat' de seguir una pol$tica social, aunque acab' enfrentándose con los campesinos, quefueron reprimidos por el ejército. E$az 6rdaz, que sufri' la revuelta estudiantil de 78=B,con las consecuencias que ya hemos analizado -ver pág. 7D: aprob' poco después la pluralidad de partidos, como paso para una democracia real, pero el conjunto de fuerzas e



intereses que apoyaban al 0N hizo de momento impensable una sustituci'n de los gruposque monopolizaban el poder. 0or los a5os D:, bajo la presidencia de !chevarr$a, >é"icoe"periment' un fuerte crecimiento econ'mico, debido en gran parte al encarecimiento del precio del petr'leo, del que era el primer pa$s productor de beroamérica.

%ubo un notable desarrollo industrial, especialmente en el sector petroqu$mico y elte"til, que contrast' con el estancamiento de la producci'n agr$cola4 ello aceler' un procesoya bien conocido en la mayor parte del continente, la emigraci'n masiva del campo a laciudad. >é"ico capital se convirti' en la mayor aglomeraci'n urbana del mundo, aunqueeste proceso no siempre se correspondi' con un aumento del nivel de vida, y la inmensaciudad se llen' de problemas. Ee todas formas, el crecimiento de la riqueza bruta del pa$sfue muy considerable, y la estabilidad interior se mantuvo sin grandes alteraciones durantemucho tiempo.

—Arasil era el gran pa$s de beroamérica, mayor todav$a en e"tensi'n y poblaci'n que

>é"ico. Hn curioso presidente, Jetulio Gargas, gobern' en la posguerra y a comienzos delos a5os cincuenta. !ra el t$pico caudillo populista y popular, con dotes demag'gicas yansias desarrollistas, muy querido por el pueblo, que durante unos a5os lo esper' casi todode él. (a b3squeda de capitales e"tranjeros para fomentar el crecimiento del pa$s acab'acarreando una fuerte deuda p3blica, que no hab$a forma de pagar. Gargas, destituido en789? por los militares, se suicid'. 0oco después llegaba al poder otro presidente animoso ydecidido a grandes realizaciones, Iuscelino PubitscheM, titulado socialdem'crata. /o todossus sue5os se cumplieron, pero durante su mandato Arasil se desarroll'. Su pol$tica se bas'en la )sustituci'n de las e"portaciones*, es decir, compensar la falta de e"portaciones conla disminuci'n de las importaciones, desarrollando aquellos sectores de la producci'n enque Arasil no era autosuficiente. 2quella pol$tica econ'mica, impulsada por los j'venes del

nstituto Superior de !studios Arasileiro, rindi' en general buenos resultados. Se fund'0etrobras, para la prospecci'n y beneficio de yacimientos de petr'leo, Se construyerontreinta mil Mil'metros de carreteras, y la primera autopista, de Santos a Sao 0aulo,atravesando las monta5as, para comunicar el primer centro industrial del pa$s con el puertomás cercano. PubitscheM impuls' la emigraci'n interior. Arasil contaba con enormesterritorios de grandes posibilidades y poco poblados, puesto que la mayor parte de la poblaci'n se aglomeraba en la costa. !sta fue una de las finalidades de la construcci'n decarreteras hacia las comarcas de tierra adentro. # para asegurar esta e"pansi'n al interior,fund' la nueva capital del pa$s, Arasilia, una obra futurista ideada por el arquitecto Vscar /iemeyer, que ser$a el coraz'n del nuevo Arasil que so5aba PubitscheM. !l traslado delgobierno a la maravillosa ciudad tuvo lugar en 78=:. Sin embargo, los sue5os solo secumplieron en parte. Arasilia nunca pasar$a de ser una curiosa y notabil$sima ciudadartificial. (a poblaci'n segu$a creciendo en Nio de Ianeiro, y sobre todo en el gran centroindustrial, Sao 0aulo, que ya por entonces alcanzaba los diez millones de habitantes. !ngeneral, el Sur de Arasil se industrializaba, mientras el resto segu$a siendo un pa$s preponderantemente agr$cola.

;an ambiciosos planes dieron lugar a un recurso e"cesivo al crédito e"terior, con elconsiguiente endeudamiento, y una fuerte inflaci'n. !n el transcurso de los a5os 78=7C



fácilmente gobernable. !l justicialismo segu$a contando -y más después de la marcha de su jefe con grandes simpat$as entre las masas obreras, que tem$an una revancha de las fuerzascontrarias. ;ampoco apareci' ning3n movimiento capaz de captarse a los argentinos. !l pa$s vivi' durante bastantes a5os entre reg$menes militares y civiles, sin alcanzar nunca laestabilidad. 2l fin, en 78DL, ante el clamor popular, regres' 0er'n, de nuevo como salvador4

la gente hab$a olvidado sus errores y recordaba su carisma indudable. 0ero el viejo generalmuri' al a5o siguiente1 y el desenlace consisti' en elegir a su segunda esposa, >ar$a !stela,más conocida como )sabelita*, que no tuvo el talento ni la capacidad de )!vita*. (a nueva presidenta imprimi' un giro a la derecha, ante el peligro creciente de una subversi'n socialy del terrorismo de los )montoneros*, similares a los )tupamaros* uruguayos, que secobraron una buena cantidad de v$ctimas. !ntretanto, crec$an el paro y la inflaci'n.

(a situaci'n fue resuelta por un nuevo golpe militar, que confiri' el poder a unaIunta que presid$a el general Gidela. (os militares restablecieron el orden, a costa de durasrepresalias contra los revoltosos sociales y los terroristas, a muchos de los cuales hicierondesaparecer4 la mayor$a de estos abusos solo fueron conocidos más tarde. 0ero tampoco

supieron resolver el problema econ'mico. (a moneda se depreciaba y aumentaba lainflaci'n. 2 unos militares sucedieron otros, sin que la situaci'n mejorase. !n 78B<, elgeneral Jaltieri pens' atraerse a los argentinos mediante una gran empresa nacional4 larecuperaci'n de las >alvinas. (a aventura termin' con una derrota ante los ingleses -la delas >alvinas fue la 3nica guerra entre dos pa$ses occidentales desde 78?9, y el régimenmilitar, desprestigiado, dej' paso a unas elecciones generales, de las que sali' como nuevo presidente el l$der de la Hni'n &$vica Nadical, Na3l 2lfons$n. 2rgentina regresaba a lademocracia, aunque no por eso iban a resolverse los problemas econ'micos.

—!l caso de &hile fue ejemplar durante muchos a5os. /o conoci' dictaduras, ni sinti'

necesidad de salvadores, ni las protestas sociales llegaron a provocar alteraciones en lamarcha de la cosa p3blica ni en la vida de la calle. !n parte porque la econom$a marchabasatisfactoriamente en un pa$s rico en recursos, sobre todo los mineros y los fosfatos. (atierra, sin embargo, estaba en muchas partes mal repartida. !l general bá5ez gobern',elegido democráticamente, entre 789< y 789B, y Iorge 2lessandri entre 789B y 78=?.!mpezaron a manifestarse por los a5os =: ciertos radicalismos que amenazaron romper elequilibrio. Se ped$a la nacionalizaci'n de las grandes compa5$as mineras. # fue entoncescuando surgi' la democracia cristiana, dirigida por !duardo @rei, que alcanz' la presidenciaen 78=?. @rei adopt' la norma de )revoluci'n en libertad*, caracterizada por grandesreformas desde arriba, sin necesidad de dictaduras ni de subversiones violentas. /onacionaliz' las grandes empresas, pero las convirti' en )compa5$as mi"tas*, con participaci'n estatal y mejor reparto de beneficios. (a reforma agraria fue de vastas proporciones, y con ella tres millones de hectáreas fueron repartidas entre los campesinos.&on @rei se lleg' al sufragio universal, al permitirse el voto a los analfabetos.

Sin embargo, el incremento de la inflaci'n en la época final del mandato aument'las tensiones, y, lo que fue peor, dividi' a los partidos pol$ticos. Se esperaba que lademocracia cristiana volviese a ganar en las elecciones de 78D:, pero la divisi'n de laderecha en dos grupos contrapuestos -partidarios o contrarios de las reformas abon' una



situaci'n muy distinta. Se form' un bloque de izquierdas, Hnidad 0opular, alianza desocialistas y comunistas dirigida por Salvador 2llende. /o obtuvo más que una mayor$arelativa, y durante un tiempo todo dependi' de las coaliciones. &uando un grupo de derechaapoy' a 2llende, éste pudo subir a la presidencia, aun contra un parlamento en que no ten$amayor$a. 2llende reafirm' la pol$tica de reformas sociales, y recurri' a la nacionalizaci'n

de empresas y al reparto de propiedades4 fue desbordado a veces por los comunistas o por los mismos hechos, puesto que se hicieron frecuentes las ocupaciones ilegales de tierras. Ee2llende se dijo siempre que fue un hombre de buena voluntad, que intent' hacer unareforma desde arriba, pero que se dej' llevar progresivamente por los radicales. Tuizá sumayor error fue el estrechamiento de relaciones con los pa$ses comunistas4 Nusia, la &hinade >ao, Gietnam del /orte, y la &uba de &astro4 ambos l$deres hispanoamericanos parec$an dirigir un vasto plan de transformaci'n social del continente, fomentado por losfrecuentes viajes de 2llende por casi todos los pa$ses de Sudamérica. 2llende tambiénvisit' >osc3, e invit' a @idel &astro a visitar &hile. !l compromiso de las rep3blicas de laregi'n -de la 6!2 de oponerse al comunismo qued' roto, con la consiguiente alarma delos !stados Hnidos, que comenzaron a favorecer la defenestraci'n de 2llende. ;odo ello provoc' una fuga de capitales, la falta angustiosa de divisas, y la oposici'n de las clasesmedias que en principio le hab$an apoyado. !n 78D< la escasez de art$culos de primeranecesidad le oblig' a adoptar una )econom$a de guerra*, con medidas drásticas. !n 78DL el parlamento se rebel' contra él, le acus' de faltar a la &onstituci'n y vot' su destituci'ncomo presidente. 2llende ignor' la decisi'n de la cámara, alegando que para una medida deese calibre era precisa una mayor$a de dos tercios, mayor$a que no se logr'. !n este estadode cosas, el 77 de septiembre de 78DL sobrevino un golpe militar dirigido por el general2ugusto 0inochet. 2llende resisti' en su palacio de la &asa de la >oneda, que fue bombardeado, y el presidente result' muerto4 seg3n la mayor$a de las versiones, se suicid'.

&hile se vio abocado as$ a una dictadura militar, un régimen que no era frecuente enlas tradiciones del pa$s. 0inochet, contra lo que luego se hubiera supuesto, era unintelectual, autor de varios libros de geograf$a y uno de los e"pertos en geopol$tica más prestigiosos del mundo. (a dictadura le convirti' en un hombre duro, dispuesto a eliminar asus enemigos. &omo en el caso de 2rgentina, fueron muchos los elementos de oposici'nque desaparecieron misteriosamente por las represalias del régimen, aunque los hechos nofueron bien conocidos hasta más tarde. 0inochet impuso un orden férreo, sujetando al pueblo chileno con disciplina militar. ;ambién se dedic' a sacar al pa$s de la depresi'n enque se encontraba, y en este terreno tuvo fortuna. !nvi' a los !stados Hnidos a un equipode j'venes estudiantes, que regresaron con nuevas ideas econ'micas. Se reprivatizaron los bancos y las compa5$as, y se busc' un nuevo equilibrio en los distintos sectores de la producci'n. 2l mundo le interesaban menos el cobre y los fosfatos, y los pol$ticos chilenosfomentaron la creaci'n de nuevas peque5as y medianas empresas. Eesde el punto de vista puramente econ'mico, &hile marchaba bien. 2nte las acusaciones de prácticas dictatoriales,0inochet convoc' un referéndum en 78DD, en el que obtuvo un B: por 7:: de los votos. (osa5os B: fueron los de mayor prosperidad para &hile, aunque ese mismo hecho, como enotras dictaduras, fue aumentando el deseo de democracia. !n las elecciones de 788:0inochet reconoci' su derrota, aunque evit' su desgracia pactando su impunidad con lasnuevas autoridades. Eesde entonces es &hile un pa$s democrático, que ha sabido mantener un clima de convivencia pac$fica y de relativa y tranquila prosperidad.



inmensa &hina durante veintisiete a5os, sin cambios sustanciales en la naturaleza delrégimen, al menos en apariencia. Sin embargo, este largo periodo está lleno de bandazos, deensayos distintos y contrapuestos, de rectificaciones, y también de un alejamiento progresivo del primitivo ideal mar"istaCleninista que permiti', al principio, una estrecharelaci'n con la Hni'n Soviética, para ir evolucionando hacia la indiferencia e incluso hacia

una solapada hostilidad entre las dos grandes potencias. (os rusos pod$an haber abrazadouna doctrina ut'pica, pero trataron de darle forma de acuerdo con unos planes más o menos pragmáticos y más o menos racionales, de acuerdo con la l'gica europea. !n cambio, nuncallegaron a comprender adecuadamente la complicada filosof$a de >ao, que acab' pareciéndoles una aberraci'n, y lleg' un momento en que prefirieron romper los lazosideol'gicos que vinculaban a las dos potencias y separarse del mundo dirigido por 0eM$n,que acab' siguiendo la historia por su cuenta. !n medio de todos sus contradictoriosensayos y bandazos, &hina se movi' en una marcha azarosa, llena de represiones y purgascontra los protagonistas del ensayo anterior, aunque la iniciativa partiera en todo caso de lasmás altas instancias. ;ratemos de reconstruir de la mejor manera que hoy resulta posibleesta historia compleja y llena de contradicciones.

a$ Consolidación del nueo estado -F)-/G$

&hina hab$a quedado destrozada por la guerra mundial y luego por la guerra civil4 en total,doce a5os continuados de contiendas, 78LDC78?8. >ao Redong, dotado del carisma delvencedor, intent' la reconstrucci'n del pa$s mediante una s'lida disciplina, lanacionalizaci'n de la producci'n y la formaci'n de cooperativas campesinas en que lasocializaci'n de la tierra no obstaculizaba todav$a el interés de cada productor. Auscaba unasociedad igualitaria, sencilla, un poco patriarcal, de acuerdo con las tradiciones chinas, pero

sujeta a una organizaci'n r$gida propia de los sistemas comunistas. !l pa$s recibi' unadiscreta ayuda de la "ni'n Soviética, y se aisl' del mundo occidental, que segu$areconociendo al régimen de Xiang PaicheM, refugiado en la isla de ;aiQan. >uchosesperaban todav$a que el fracaso del comunismo en &hina permitiese el regreso de Xiang, yla evoluci'n del pa$s hacia la democracia. Sin embargo, los chinos, especialmente en elcampo, recibieron a >ao como un salvador, y el régimen, apoyado en una fuerte propaganda, se fue afianzando y elimin' o acall' a todos los posibles disidentes. !n unintento de establecer un gran espacio chino, >ao invadi' el ;$bet en 78974 fue un golpe quecaus' sorpresa en el mundo y pudo provocar graves tensiones, especialmente con la ndia,que fue la que más protest'. ;ambién el mundo budista reaccion' con indignaci'n ante laocupaci'n del pa$s del Ealai (ama, que tuvo que vivir desde poco después en el destierro.6tro intento audaz de &hina fue la intervenci'n en la guerra de &orea, cuando losnorcoreanos ya estaban del todo derrotados. @ue un tremendo error de cálculo. (os chinos pensaron que con su n3mero aplastante iban a arrojar a los americanos de aquella pen$nsula, y no fue as$. Sufrieron, seg3n parece —las cifras en la historia china son siemprediscutibles— unas B::.::: bajas, para que al final todo quedara como al principio. !so s$,la lecci'n sirvi' para que los chinos comprendieran la necesidad de modernizar sus fuerzasarmadas.



"$ El Plan uin#uenal -/G)-/$

>ao decidi' seguir el método soviético de los planes quinquenales de desarrollo

econ'mico. !ste preve$a la total colectivizaci'n de la agricultura y la implementaci'n deuna industria pesada capaz de liberar a &hina de la dependencia e"terior. (o que hastaentonces era una simple consigna pas' a ser una planificaci'n met'dica que quiso llevar lascosas hasta sus 3ltimas consecuencias. Se trataba de imponer una r$gida disciplina en laorganizaci'n, el trabajo y sus métodos. Se suprimieron muchas diferencias, al punto de quemillones de chinos vest$an los mismos monos grises de trabajo y recorr$an las ciudades olos caminos vecinales en bicicletas idénticas. Se quiso conquistar el para$so de la igualdad,aunque para ello fuera inevitable constre5ir la poca libertad que quedaba. !l plan supusoduras imposiciones a los campesinos, deportaciones y cambios de cultivos. ;odo interésindividual hab$a de ser sacrificado a los planes del estado, que pretend$an significar elinterés general. Se impuso la teor$a del prevalecimiento del )nosotros* sobre el )yo* o

sobre el interés de cada familia. Ee hecho, el criterio del )nosotros* no era el del conjuntode los chinos, sino el de los planificadores. /aturalmente que hubo muchos perjudicados, pero los que se resistieron o protestaron fueron duramente castigados. !n el sector industrial ganaron la partida los que deseaban una reconversi'n rápida y a toda costa sobrelos que prefer$an avanzar lentamente, por sus pasos contados, pero con seguridad, yadmitiendo ayuda e"tranjera. !l resultado fue que en unos casos se cumplieron losobjetivos mediante un esfuerzo denodado, que cost' muchos sacrificios, pero que tuvo surecompensa en un evidente desarrollo, y en otros se fracas' rotundamente por falta detradici'n técnica o de e"periencia. !l hecho fue que en 789D el 88 por 7:: de la producci'nchina estaba en manos del estado. &on este logro, los dirigentes del 0artido creyeronterminada la etapa de adaptaci'n a la nueva situaci'n pol$tica, social y econ'mica, y queuna nueva era se abr$a en la historia de &hina.

c$ 2a pol(tica de las Cien @lores -/)/I$

@ue este optimismo, probablemente, el que invit' a una actitud de apertura. 6 tal vez >aoquiso evitar que los distintos criterios que e"ist$an en la plana mayor del partido sobre la pol$tica a seguir acabasen en duros enfrentamientos. !l hecho es que >ao anunci' unanueva era4 )que cien flores se abran, y concurran cien escuelas ideol'gicas*. !ra unaapertura al pluralismo, dentro, por supuesto, de las premisas del régimen. 0or eso anunci'también el supremo mandatario que era preciso aprender a distinguir entre )las floresolorosas* y )las flores ponzo5osas*. /o todo pensamiento, ni mucho menos, estaba permitido, pero se abr$a la posiblidad de una menor rigidez. 0or de pronto, se admiti' laautocr$tica, y se valoraron las diferencias de matiz. !llo no se opon$a a la esencia de lafilosof$a mar"ista, de acuerdo con la cual las diferencias y los contrastes engendran progreso. !l mismo >ao hab$a escrito un libro *o"re la Contradicción, en que hac$a ver losaspectos positivos de la concurrencia de pareceres. (a pol$tica de )las &ien @lores*respondi' sin duda a una actitud ingenua, en la convicci'n de que, una vez lograda la



igualdad social y la plena socializaci'n del trabajo, la salida a flote de las diferenciasideol'gicas no pod$a menos que apuntar nuevas y tal vez fecundas iniciativas. (asuniversidades vivieron una época de esplendor, y los j'venes chinos participaron comohasta entonces no hab$an podido hacerlo —bien que en un grado reducido— de los legadosde la cultura universal.

0ronto >ao y muchos de sus consejeros intuyeron lo peligroso que era el caminoque ellos mismos hab$an abierto. &omenzaron las primeras disidencias en lasuniversidades, y el poder no tuvo contemplaciones con ellas. (as flores que hab$ancomenzado a nacer eran ponzo5osas, y era preciso acabar con ellas. !n 789B, unos ?::.:::estudiantes fueron obligados a trabajar en el campo. ;e'ricamente, de paso que practicabansus duras labores, ense5aban cultura a los campesinos, pero estaban fiscalizadosimplacablemente por comisarios pol$ticos que ten$an estrictas instrucciones de no dejarlesdesarrollar teor$as heterodo"as. Hno de aquellos estudiantes, e"iliado más tarde a6ccidente, comentaba que )ten$an que aprender y propagar la doctrina bajo la instrucci'nde hombres que no sab$an leer ni escribir*. Eesde entonces >ao adquiri' una desconfianza

total hacia los intelectuales, que ya no habr$a de abandonarle en toda la vida.

d$ El =ran *alto Adelante -/I)0-$

(a respuesta de >ao al fracaso de la apertura ideol'gica fue una m$stica de la producci'n —más que un nuevo plan quinquenal— destinada a acelerar el proceso de desarrollo con elentusiasmo de todo un pueblo. (a consigna era )producir más, mejor, más rápido y másecon'micamente*. Hna especie de stajanovismo te5ido de filosof$a china. &on un pueblodecidido entusiásticamente a producir, se pod$a igualar a Jran Areta5a en cinco a5os y a

!stados Hnidos en quince. &hina se convertir$a, casi de la noche a la ma5ana, en el pa$smás pr'spero y a un tiempo el más poderoso del mundo. (as cooperativas agr$colasforzosas se convirtieron en comunas todav$a más forzosas, con cuotas de producci'nobligadas, cada una de las cuales comprender$a a mil familias. Se instalaron por todas partes altos hornos para producir hierro y acero en cantidades fabulosas4 se preve$a llegar en 78=: a una tonelada de hierro fundido por habitante, es decir, cerca de mil millones detoneladas, una cifra superior a la del resto del mundo junto. #, en un auténtico delirio por conseguir los objetivos más espectaculares, los chinos trataron de aplicar las teor$asgenéticas de (yssenMo, ya desechadas por los soviéticos, para obtener productostransgénicos insospechados4 por ejemplo, cruzar tomates con algod'n para conseguir algod'n rojo. ;ambién se procedi' a fabricar autom'viles de madera. 6tra idea disparatadafue la de e"terminar a los pájaros, porque se com$an las cosechas. (os 3ltimos técnicossoviéticos, horrorizados por semejante pol$tica, abandonaron el pa$s. (as buenas relacionesentre los dos grandes pa$ses comunistas quedaron interrumpidas para siempre.

!s posible que muchos chinos se sintieran entusiasmados de momento con el )JranSalto 2delante* que tantas maravillas promet$a, y se lanzaran a producir con toda su alma.0ero los proyectos eran tan absurdos y tan mal planificados que no pod$an terminar sino enun desastre. (os autom'viles no funcionaron, la mayor parte del acero, obtenido



precipitadamente en instalaciones inadecuadas, no result' utilizable, y hubo que desecharlo,o destinarlo a aplicaciones secundarias. (as cosechas disminuyeron en vez de aumentar, en parte por la organizaci'n demasiado automática de las comunas, que condujo a unverdadero caos burocrático, en parte por irregularidades climáticas, -hubo dos a5os decosechas muy malas, y en parte también porque con el e"terminio de los pájaros se rompi'

el equilibrio ecol'gico, y los insectos y las plagas derivadas se comieron los granos conmás voracidad que las aves. (as autoridades chinas ocultaron al mundo la catástrofe. %oyse calcula que entre 789B y 78=: murieron de hambre entre 7? y L: millones de personas,sin que puedan darse cifras seguras. ;ampoco pueden calcularse las v$ctimas de las purgas,tan frecuentes en el mundo mao$sta cuando las cosas van mal.

e$ =ato "lanco, gato negro... -03)-0/$

Sin abandonar oficialmente la filosof$a del Jran Salto 2delante, por 78=< se echa de ver

una pol$tica más realista. Se comprendi' que las consignas r$gidas e irracionales noconducen a ninguna parte, como no sea al desastre. Se procur' seguir métodos másrealistas. Se permitieron, junto con las comunas, formas de cultivos privados. >ejor' la producci'n. !n el campo industrial se sigui' un l$nea más moderada, ajustada a producir )lo razonablemente posible*. !n vez de fabricar mucho se prefiri' fabricar bien, y, sobretodo, mejorar el nivel tecnol'gico, con la formaci'n de buenos especialistas. !n todoimper' una l$nea más pragmática, y también una mayor indiferencia ideol'gica. Eemomento predominaba una filosof$a menos m$stica y más acorde con las posibilidadesreales. @ue entonces cuando comenz' a destacar un pol$tico que más tarde tendr$a un papelfundamental tras la desaparici'n de >ao, Eeng Xiaoping, al cual se debe la frase un pocoescéptica, pero pragmática, de )gato blanco, gato negro, qué más da si caza ratones*4 una

frase que equivocadamente muchos atribuyen a >ao, y nada más lejos de su forma de ver las cosas. &hina comenz' a recuperarse, al tiempo que se notaba una mayor tolerancia por parte del estado en las formas de vida y en los comportamientos. !n 78=? consiguieron loschinos fabricar la bomba at'mica. 0arece que fue en 78=9 —aunque las cifras siguensiendo inseguras— cuando se recuper' el $ndice de producci'n de 789D.

'$ 2a Reolución Cultural

(a apertura de 78=<C=9 tuvo su contrapartida en la llamada )Nevoluci'n &ultural*,

decidida al parecer por el propio >ao para reforzar la ortodo"ia y llamar a la disciplina.;ambién hay quien piensa que los nuevos l$deres de la situaci'n fomentaron la e"altaci'nmao$sta precisamente para elevar al )Jran ;imonel* a una especie de s$mbolo sagrado, ysustituirle de hecho en el poder. (o cierto es que el supremo l$der, y algunos de sus másfieles colaboradores estimaron que de nuevo se hab$a llegado demasiado lejos en el caminode la apertura, y que corr$an impulsos )revisionistas* que pod$an poner en peligro lamarcha de la Nevoluci'n. >ao atendi' especialmente a la juventud, para inculcarle unam$stica que garantizar$a la )revoluci'n permanente* como una actitud que ya no admitir$a



retroceso. 0ara ello, moviliz' la universidad, donde, más que las disciplinas cient$ficas, seaprender$a )filosof$a revolucionaria*. Se pusieron de moda las grandes revistas murales oinmensos carteles -los da+i"aos$, que aparec$an en los muros de las universidades o engrandes espacios abiertos, como en la plaza ;iananmen de 0eM$n. (a Nevoluci'n &ulturalfue producto de la propia )cultura* de >ao -que tenia algo de fil'sofo campesino, más que

de un pensamiento estructurado y de valor intelectual. 2l contrario, los valores intelectualesquedaron en entredicho, se prohibieron libros y obras de teatro no solo procedentes de fuerade la cultura china, sino de la propia tradici'n, que era preciso sustituir por la nueva ysencilla )filosof$a*. !n los inmensos carteles, que pod$an leerse desde muchos metros dedistancia se le$an consignas tales como El presidente Mao es el *ol Ro<o #ue iluminanuestros cora+ones, Aplastemos a los reisionistas soiéticos, 7estru!amos el ie<o mundo,leantemos un mundo nueo, Hagamos #ue la 'iloso'(a se conierta en un arma a'ilada enmanos de las masas, uitemos la máscara a Con'ucio. Ee estos carteles —seguidos confrecuencia de largos te"tos— se deduce la ruptura total con la Hni'n Soviética, ya quePruschev aparec$a como un )revisionista* heterodo"o dispuesto a entenderse con loscapitalistas1 y también la ruptura con muchos elementos de la tradici'n china, entre ellos elconfucianismo, que hasta entonces se hab$an respetado. (a Nevoluci'n &ultural signific' elintento de sustituir una cultura antigua por otra )nueva*, aunque los elementos de éstafueran demasiado simples4 pueblo unido y dispuesto a todo, obediencia ciega a >ao, que seconvert$a en un semidi's sabio y casi inmortal mil a>os de ida al camarada Mao seconvirti' en un saludo muy corriente, casi obligatorio, adoptar las costumbres sencillas delos campesinos, y trabajar sin descanso.

(a Nevoluci'n &ultural fue sin duda el movimiento mao$sta que más trascendi' almundo. nteriormente tuvo un alcance mucho más limitado, puesto que fue eminentementeurbano y juvenil. Se form' la Juardia Noja, y trece millones de j'venes uniformadosingresaron en ella. &on lo cual, las universidades quedaron prácticamente cerradas, y la juventud apenas estudi' otras cosa que la )filosof$a* de >ao. >illones de estudiantes, engigantescas concentraciones, elevaban al cielo el famoso )(ibro Nojo* de su idolatradol$der. %ubo en este movimiento, que duda cabe, una dosis muy grande de idealismo juvenil,coincidente -y de esa coincidencia no ha solido hablarse con el movimiento estudiantil de0olonia y &hecoslovaquia, o los que por los mismos a5os se desencadenaban en 6ccidente.&on una diferencia4 en &hina se tend$a a la ortodo"ia, a la disciplina, a la obediencia ciega.Sin embargo, los efectos a la larga no se diferenciar$an tanto de los que se operaron en otras partes del mundo4 muchos de aquellos j'venes entusiastas acabar$an siendo los principalesart$fices de la evoluci'n de &hina hacia una realidad más abierta y tolerante después de lamuerte de >ao.

(a Nevoluci'n &ultural signific' también una inmensa obra de depuraci'n. @ueronliquidados los )revisionistas*, y entre las v$ctimas figur' el destacado l$der (iu Xiaochi. !lmismo Een Xiaoping, aunque sobrevivi', fue obligado a trabajar en una fábrica. Se habla —aunque las cifras siguen siendo tan dudosas como de costumbre— de ?::.::: muertos enlas represiones pol$ticas. >ás de la mitad de los miembros del )0olitbur'* fueronsustituidos. (os j'venes realizaron actos violentos, entre ellos el asalto a la embajada británica en 0eM$n. >ao parec$a haber alcanzado el cénit de su omnipotencia, y entre losmitos que se difundieron figura el de que a sus D< a5os, cruz' a nado el r$o %oang %o,dejando atrás a todos su competidores, y hasta, seg3n algunas versiones, batiendo el récord



el siglo XG hab$a sentado las bases de la organizaci'n y la pastoral de la glesia en la !dad>oderna1 pero ya por entonces se estaba pensando en cambiar un estilo que conservabamucho del esp$ritu del barroco en las normas lit3rgicas, en las f'rmulas de las oraciones,hasta en el hábito de las religiosas, que vest$an como viudas del siglo XG4 toda una formade ser y de manifestarse que la glesia hab$a conservado con una fidelidad entre admirable

y anacr'nica hasta mediados del siglo XX. ;ambién se discut$a sobre la conservaci'n o nodel lat$n como idioma oficial de la glesia1 para sus defensores, era no solo un s$mbolo decontinuidad a lo largo de veinte siglos, sino un lenguaje com3n, universal, es decir )cat'lico*, válido en todos los rincones del mundo4 era posible viajar de 0olonia a @ilipinasescuchando siempre las mismas palabras en la misa o en la bendici'n que los sacerdotesimpart$an al pueblo. 0or otra parte, aduc$an los partidarios del criterio opuesto, el lat$n erauna lengua desconocida o mal conocida por la mayor$a de los fieles4 escuchar la Sagrada!scritura, particularmente en la lengua de cada uno, tendr$a un valor formativo muchomayor, y contribuir$a a un contacto más estrecho entre la acci'n de la glesia y los fieles.;ales eran los principales puntos que se esperaba que se discutieran en el concilio, aunque,naturalmente, su programa de renovaci'n pod$a ser mucho más amplio.

(a preparaci'n de un concilio ecuménico en el siglo XX tendr$a que ser mucho máscompleja que la llevada a cabo en centurias anteriores, sobre todo si tenemos en cuenta quedesde la celebraci'n del &oncilio de ;rento, en 79?9C79=L, no se hab$a celebrado otro queel Gaticano, en 7BD:, en que apenas se trat' otro tema que el del reforzamiento de laautoridad del 0ont$fice, y que fue interrumpido por la entrada de las tropas italianas enNoma. 0or eso se discuti' si el concilio convocado por Iuan XX iba a ser unacontinuaci'n del inconcluso &oncilio Gaticano -má"ime que se proyectaba celebrarlo en elmismo escenario o un concilio distinto. (a opini'n casi general fue el de darle un carácter propio, y as$ pas' a designarse &oncilio Gaticano . 6rganizar una reuni'n de tal calibre noera fácil. 2 ;rento hab$an concurrido unos <:: cardenales, arzobispos y obispos1 en 78=:era preciso convocar más de <:::1 junto con la congregaci'n de superiores de institutosreligiosos, te'logos y asesores con los que parec$a preciso contar, llegaron a reunirse <D::.6rganizar una masa semejante de participantes, las secciones, la forma de deliberar, lasvotaciones parciales o conjuntas, no resultaba sencillo. Se constituy' al efecto una comisi'ncentral de D? miembros, de la que depend$an a su vez diez comisiones distintas. (a tarearesultaba e"traordinariamente ardua, y más para las energ$as de un papa septuagenario1 sinembargo, los preparativos se llevaron a cabo con más rapidez de lo que se esperaba.

!l &oncilio se celebr', en sus sesiones plenarias, en la bas$lica de San 0edro delGaticano. &omenz' el 77 de octubre de 78=< y celebr' la sesi'n de clausura el B dediciembre de 78=94 un periodo sorprendentemente corto, si tenemos en cuenta que hubo por medio un relevo en el papado y que era necesario que los padres conciliares regresaran por largos periodos a los lugares en que ejerc$an su funci'n pastoral o su magisterio. %ubocuatro etapas4 la primera del 77 de octubre al B de diciembre de 78=<1 la segunda, del <8 deseptiembre al ? de diciembre de 78=L1 la tercera, del 7? de septiembre al <7 de noviembrede 78=?, y la cuarta, del 7? de septiembre al B de diciembre de 78=91 en total, <?B d$as delos 7.<?< en que estuvo vigente la celebraci'n del &oncilio. 0uede ser admirable el hechode que en ese tiempo se trataran millares de cuestiones, se discutieran temas que requer$anla más profunda maduraci'n, y se pusieran de acuerdo posturas muy dispares, queoriginaron debates tan dramáticos como llevados con gran serenidad, deseo de acertar y



capacidad de diálogo hasta en los puntos de más dif$cil consenso. 2 ambos costados de losrenovadores moderados se alineaban los conservadores, que tem$an que un cambio radicalen las posturas de la glesia significara una traici'n a sus tradiciones milenarias e incluso elescándalo de muchos cat'licos, obligados a abandonar o a cambiar muchas de sus prácticashabituales. 0or el lado contrario, hab$a progresistas a ultranza, que deseaban salvar a la

glesia mediante transformaciones muy profundas. 2mbas posiciones pod$an ser mantenidas con absoluta fidelidad a los principios fundamentales, a las ense5anzas del!vangelio y con el más honesto deseo de acertar1 pero en muchos casos ambas posturasresultaban incompatibles. %izo falta un sentido especial, no frecuente en asambleas de otrotipo, y menos a3n de dimensiones tan amplias como la que en Noma se hab$a reunido1 perotodas las dificultades fueron superadas con el diálogo y la refle"i'n. (a capacidad paraceder y para alcanzar f'rmulas de acuerdo satisfactorias para los reunidos fue una de lascaracter$sticas más sorprendentes de un &oncilio cuyas declaraciones iban a resultar decisivas por lo que se refiere al papel de la glesia en el mundo, y consiguientementetambién por lo que se refiere a la propia suerte del mundo. (a doctrina y las ideas sentadasen el Gaticano no solo iban a afectar a cerca de mil millones de cat'licos, sino a una seriede principios y de actitudes que quedaron matizados por lo que all$ se trat'.

!l = de junio de 78=L muri' Iuan XX. @ue elegido para sucederle el cardenal>ontini, uno de los miembros de la jerarqu$a que ya sonaba como posible papa desde a5osantes, y que se caracterizaba por su talante renovador, incluso progresista. ;om' el nombrede 0ablo G, y decidi' llevar el &oncilio hasta el final. >uchos esperaban del nuevo papaun sesgo más reformista, pero 0ablo G, luchando, a veces dolorosamente entre tendenciascontrarias, superando dificultades que en principio parec$an insalvables, logr' mantener eltono generoso, por dif$cil que fuera, de las discusiones, en que la redacci'n de los te"tos fueuna y otra vez revisada, hasta llegar a su aprobaci'n final. !n la segunda etapa, la de 78=L,se acord' la nueva &onstituci'n sobre (iturgia. 2l fin las lenguas vernáculas quedaronaprobadas como la norma usual, sin perjuicio de seguir empleando el lat$n en ocasionessolemnes, o en actos de tipo ecuménico o multinacional. !n la tercera etapa -78=? seaprobaron las nuevas normas sobre la organizaci'n de la glesia, y se adoptaron criteriossobre libertad religiosa. (a 3ltima, la de 78=9, represent' el má"imo esfuerzo, con sesionesinterminables, porque no se quer$a prolongar por más tiempo un concilio que apartaba atantas autoridades eclesiásticas de sus funciones ordinarias y de los lugares dondehabitualmente las ejerc$an.

!n general, el &oncilio Gaticano , eludi' las definiciones dogmáticas y lascondenas4 sigui' as$ la pauta marcada de antemano por Iuan XX. Se trataba de otra cosa.(a glesia aparec$a más abierta, más tolerante, más dispuesta al diálogo con todos, sinrenunciar a su dep'sito fundamental. (os acuerdos del &oncilio tomaron la forma de)declaraciones*. !ntre sus logros fundamentales cabe destacar la reforma de la liturgia, para hacerla más sencilla, más eficaz y más accesible a todos1 la importancia concedida alos laicos como parte sustancial y no solo subsidiaria de la glesia, llamados todos a lasantidad de vida, a las virtudes evangélicas y a la práctica del apostolado, reservadaentonces, en la casi totalidad de los casos, a los clérigos o a las 'rdenes o congregacionesreligiosas1 la presencia activa de la glesia en el mundo actual, lejos de refugiarse en elaislamiento y el repudio a las formas de la vida ordinaria1 y también una visi'n más ampliadel ecumenismo y la tendencia a un acercamiento a las otras iglesias cristianas, que no



siempre encontr' la esperada correspondencia por parte de aquellas.

!se acercamiento al mundo qued' proclamado ya desde el primer discurso de 0abloG al pleno del &oncilio4 )Tue lo sepa el mundo4 la glesia lo mira con profundacomprensi'n, con sincera admiraci'n y con claro prop'sito no de conquistarlo, sino de

servirlo1 no de despreciarlo, sino de valorarlo1 no de condenarlo, sino de confortarlo y desalvarlo*. Se esperaba que este acercamiento de la glesia al mundo fuese correspondidocon un acercamiento del mundo a la glesia, que pudo quedar simbolizado en un actosingular4 0ablo G, rompiendo todos los precedentes, acudi' el ? de octubre de 78=9 a la2samblea Jeneral de las /aciones Hnidas, y all$ habl' a los representantes de todas lasideolog$as, de todas las culturas y de todas las religiones. &omenzaba una nueva manera deactuar que heredar$an en el futuro los papas, y muy especialmente Iuan 0ablo . Tue susllamadas a la paz, al entendimiento, a la concordia y al noble enaltecimiento de los valoresde la dignidad humana fuesen o$das, es otra cosa.



#. HACIA EL PREVALECIMIENTO DE OCCIDENTE

(os a5os B: se caracterizan, en l$neas generales, por una tendencia a la prosperidad y unacierta indiferencia a problemas planteados en la década anterior. !stos problemas, en gran

parte no dejan de e"istir, pero se los tiene menos en cuenta. (a vida se hace más libre y enmuchos casos más pr'spera o con mayores posibilidades de sacar partido de ella, tanto por el desarrollo econ'mico como por el tecnol'gico. Si la crisis de la década de los setenta sehab$a caracterizado por el caos del sistema monetario y el brutal encarecimiento de loscrudos, ahora se busca la estabilidad conjunta de las monedas, que fluct3an de forma másarm'nica y menos inesperada1 las relaciones y los acuerdos internacionales permiten hablar de una )serpiente monetaria* en que los cambios están intimamente relacionados con unsistema com3n4 !uropa adopta una unidad de cuenta, el )ecu*, y asegura la estabilidad desus divisas. !l d'lar vive una de las etapas más gloriosas de su e"istencia. /o se atisba, demomento, una desestabilizaci'n internacional. 0or lo que se refiere al otro elemento de lacrisis, quizá el más grave, el brutal encarecimiento de los crudos y el consiguiente)estancamiento con inflaci'n*, se suaviza enormemente en los a5os ochenta. (as medidasde restricci'n de consumo de petr'leo, la fabricaci'n de autom'viles de carburador másfino, que alcanzan la misma potencia con menor consumo, el recurso al carb'n en muchascentrales, la b3squeda de energ$as alternativas, hacen que la 60!0 no pueda mantener suahogadora presi'n. Si a fines de la década de los D: el precio del petr'leo era de L= d'laresel barril, en 78B= ha bajado a 77. (a inflaci'n galopante se reduce a niveles tolerables.6ccidente vive as$ una época pr'spera y optimista, de grandes transformaciones.!ntretanto, la Hni'n Soviética y sus pa$ses satélites, aunque mantienen la vigencia delsistema comunista, y Nusia, cada vez más agobiada por su esfuerzo, la carrera dearmamentos, no pueden evitar s$ntomas de decadencia por lo que se refiere a su esperanzade hacer triunfar sus ideolog$as en el mundo1 al contrario, puede advertirse en su interior una actitud de escepticismo en las doctrinas y de falta de confianza en los l$deres.6ccidente tiende a prevalecer sobre el !ste, y las amenazas de un conflicto parecen cadavez más lejanas.

Suele hablarse de la )estabilidad* de los a5os ochenta, y uno de los rasgos de estaestabilidad es la larga permanencia de los gobiernos y de los partidos en el poder. /uncahasta entonces se hab$an registrado duraciones tan largas de los mismos dirigentes enreg$menes en que los gobernantes dependen de la voluntad de los electores4 en !stadosHnidos los republicanos, con Neagan y Aush, gobiernan durante doce a5os seguidos, por primera vez desde la segunda guerra mundial1 en Jran Areta5a, los conservadores, con;hatcher y >ajor, permanecen 7B a5os1 en @rancia la presidencia de >itterrand duracatorce a5os, los mismos que la de @elipe Jonzález al frente del gobierno espa5ol1 en2lemania, %elmut Pohl resiste dieciocho, y en la inestable talia. Aettino &ra"i, que no pasa de cuatro a5os en el poder, bate con esa duraci'n todos los precedentes desde lostiempos de la guerra mundial. !n la misma Nusia, Arezhnev, juzgado por lo general comoun hombre opaco, gobierna durante dieciséis a5os, y muere como presidente4 algo que noocurr$a desde los tiempos de Stalin. !s dif$cil precisar si esta estabilidad, que constituyehasta cierto punto un fen'meno nuevo, se debe al logro de un equilibrio pol$tico y a una prosperidad econ'mica que nadie quiere poner en peligro, o a grupos más o menoscomplejos de intereses que no tienen deseos de que cambien las cosas, o a una falta de



inquietud por parte de los ciudadanos, a los que no les seduce la idea de nuevose"perimentos. 0uede haber casos y casos, seg3n las circunstancias1 pero el hecho de latendencia a la estabilidad pol$tica de los a5os ochenta no tiene precedentes en las décadasanteriores, y as$ va a mantenerse, por lo menos como tendencia, por los a5os noventa.

0rosperidad y estabilidad son dos caracter$sticas muy marcadas en los pa$ses libresde los a5os ochenta1 en lo social son, para bien o para mal, a5os de gran movilidad. >uchasindustrias, durante la crisis, hab$an sentido necesidad de modernizarse o reconvertirse pararacionalizar su producci'n4 este esfuerzo supuso la posibilidad de mantener su rentabilidad,a costa de una menor demanda de puestos de trabajo4 a los despidos de los a5os setenta nocorresponde, por lo general, una readmisi'n en los a5os ochenta. !l trabajo que antesrealizaban los hombres ahora lo hacen las máquinas )inteligentes*, por medio de larob'tica o la informática. %acen falta muchos menos empleados para cumplir la mismalabor que antes o para producir la misma cantidad de art$culos. Ee aqu$ que, si la inflaci'nse reduce de manera espectacular a lo largo de los a5os ochenta, no se reduce en la misma proporci'n la tasa de paro. !so s$, muchos empleados o trabajadores del sector industrial

encuentran con cierta facilidad puestos en el sector servicios, que crece ahora como enning3n otro momento de la historia4 se llega as$ a la que E. Aell denomina )sociedad postindustrial*, una edad en la que, en el fondo, ocurre una transformaci'n en el orden decosas tan grande como en los tiempos de la Nevoluci'n ndustrial, que hab$a representadoun trasvase muy importante del sector primario al secundario. # es ahora el terciario el que prevalece. !n todos los pa$ses desarrollados, el sector terciario -los servicios mueve másdinero y requiere más empleo que el secundario. 2unque el cambio tenga susinconvenientes, como la necesidad de desplazarse a otros centros o el aprendizaje de nuevas profesiones, representa también la ventaja de la especializaci'n, hasta en determinadastareas una labor más humana, más inteligente, que la puramente mecánica1 también, confrecuencia, una reducci'n de los horarios de trabajo, o la posibilidad de turnos desustituci'n.

;odas estas transformaciones suponen un cambio en las formas habituales detrabajo, en los horarios, en las relaciones entre trabajador y cliente -normales en losservicios, casi ine"istentes en la industria, y en la mismas mentalidades. (as formas deganarse la vida se diversifican y también se diversifica el importe de las remuneracionesrecibidas. 2hora se crean profesiones y oficios más especializados, que requierentrabajadores de alta cualificaci'n, mientras que los no cualificados —incluso en el sector servicios— quedan rezagados, es decir, retroceden proporcionalmente. (a sociedad postindustrial e"ige una actitud más ágil, la necesidad de adaptaci'n a nuevos métodos ynuevas técnicas, y una mayor movilidad en dos sentidos4 en el paso de una forma de trabajoa otra no equivalente, a la que es preciso adaptarse con cierta frecuencia, y en el trasladodel lugar de residencia, en busca del puesto que se ofrece en un determinado servicio4cuando no es el servicio el que requiere, por su propia naturaleza, continuosdesplazamientos. 0ara el que se gana la vida con una profesi'n determinada, el trabajoresulta con frecuencia más e"igente, en ocasiones )estresante*, a la vez que más atractivo,en cuanto que requiere agilidad, imaginaci'n, inventiva. !n suma, la )sociedad postindustrial* ha de poseer una actitud ante la vida distinta de la sociedad industrial de nomuchos a5os antes.



!stos cambios se relacionan también con la que se ha llamado )cultura del ocio*. #ahemos aludido a la tendencia —en términos generales, nunca en todos los casos— a unareducci'n de horas de trabajo, y a un determinado tiempo de vacaciones. !s mayor eln3mero de personas que disponen de tiempo para efectuar una actividad no especificamente profesional, o para distraerse o divertirse. !l empleo del tiempo libre está a su vez muy

relacionado con el sector servicios4 turismo, cultura, espectáculos, hosteler$a y restauraci'n,deportes, empleo de los medios motorizados o de transporte para una finalidad distinta quela del trabajo, como la huida al campo los fines de semana. !stas actividades cuestan dineroy al mismo tiempo proporcionan dinero4 unos ciudadanos disfrutan o descansan, mientrasotros encuentran una fuente de ingresos contribuyendo de alguna manera a ese disfrute oese descanso. (a vida se hace en muchos casos más variada, los hombres se relacionan conmás facilidad1 pero no todo son ventajas, porque hay quienes se benefician de las nuevas profesiones mucho más que otros, y la seguridad en el empleo es menor que en los tiemposde preponderancia de la sociedad industrial. /o desaparece la sociedad de consumo, tancaracter$stica y tan criticada de los a5os sesenta y setenta1 por regla general se dedican aconsumir hasta aquellos mismos que en a5os j'venes se movilizaban en movimientosidealistas contra el consumismo1 pero ahora, más que de sociedad de consumo suelehablarse de sociedad del ocio y del disfrute del tiempo libre. ;ambién es caracter$stico elendeudamiento. (a antigua virtud del ahorro es ahora sustituida con cierta frecuencia por eldisfrute por anticipado de lo que a3n no se posee del todo, pero que comporta la obligaci'nde rendir para pagar, como consecuencia del cada vez más frecuente recurso al préstamo yla hipoteca.

(os a5os ochenta son, en general, —y hasta cerca de su final— de paz interna ye"terna. /o se registran grandes revoluciones o movimientos de descontento1 se advierten,a pesar de los cambios, menos s$ntomas de lucha generacional, y las relacionesinternacionales, a pesar de que se mantiene la guerra fr$a, y de que no dejan de producirsefocos puntuales de tensi'n, tienden a suavizarse. !l acercamiento entre !gipto e srael,materializado en los acuerdos de &amp Eavid, aleja la posibilidad de un nuevoenfrentamiento árabeCisrael$, o un conflicto generalizado en 6riente >edio, aunque esahora el pueblo palestino el que comienza a mostrar se5ales de inquietud por la molesta presencia del estado de srael, que ocupa parte de su territorio. !l mundo no se encuentra en paz absoluta —hay también guerrillas en &entroamérica o en Ofrica—, pero ya casi nadiese angustia por la posibilidad de una guerra de amplias dimensiones en el mundo, ni seadivinan hasta el 3ltimo momento los grandes cambios que van a producirse por 78B8 en elmundo comunista ni los focos de tensi'n se dibujarán apenas comenzada la décadasiguiente.

Estados Unidos2 la era ;eagan

!n las elecciones americanas de noviembre de 78B: se impuso un nuevo candidato,Nonald Neagan. /o era ese el hecho más frecuente. &uando en !stados Hnidos un presidente se presenta a la reelecci'n, suele repetir mandato. # esta vez trataba de repetirlo&arter. 0ero, aunque los americanos reconoc$an la honradez y la integridad de &arter, eranconscientes de su ingenuidad, y, sobre todo estaban agobiados por la inflaci'n y el paro, y



humillados por el interminable secuestro de los miembros de la embajada estadounidenseen ;eherán. Se impon$a un cambio pol$tico, y Neagan promet$a seguir una l$nea enérgica enel e"terior y una nueva pol$tica econ'mica en el interior. !ra un hombre del cual, en principio, se hubiera podido esperar muy poco. /o hab$a sido un brillante alumno deeconom$a, y gran parte de su vida se hab$a movido lejos de la pol$tica4 primero se hab$a

dedicado a comentarista de radio, y luego hab$a sido artista de cine en %ollyQood,desempe5ando siempre papeles secundarios, aunque con evidente simpat$a. Sin embargo,en su madurez hab$a llegado a gobernador de &alifornia, y all$ hab$a seguido una buena pol$tica econ'mica. Ee pronto se revel' como una promesa para el pa$s4 ten$a ideas brillantes, era simpático, original, gran comunicador, dominaba el gesto y la palabra, ca$a bien a la gente. !n teor$a, poco pod$a esperarse de él, por su escasa e"periencia pol$tica y porque se presentaba a las elecciones presidenciales en v$speras de cumplir los setenta a5os.Sin embargo, hab$a en su personalidad un e"tra5o aire juvenil, y sobre todo un carismaespecial1 y cuando present' su candidatura a la presidencia para )recuperar el optimismo ydevolver el orgullo de los americanos*, estos acabaron decidiéndose por él, aunque cons'lo el 9< por 7:: de los votos. /o se arrepentir$an de haberlo hecho, porque arras' en laselecciones de 78B?, cuando ya era un septuagenario.

!l momento no era bueno. %ab$a en !stados Hnidos ocho millones de parados, y lainflaci'n alcanzaba una cota del 7L por 7::, un hecho que no se recordaba desde la JranEepresi'n. 0ero Neagan era un hombre animoso, y supo contagiar su confianza a la gente.;en$a una idea peculiar de la econom$a -la que se llam' )reaganomics*, que result' másacertada de lo que se esperaba, y además supo rodearse de buenos e"pertos. 2 los pocosmeses de ser elegido, fue v$ctima de un atentado, en el que result' gravemente herido, perose recuper' con incre$ble rapidez y con un sentido del humor que aument' su popularidad.(a pol$tica econ'mica de Neagan era fundamentalmente liberal4 rebaj' en tasas de un <: aun <9 por 7:: el impuesto sobre la renta, y premi' las inversiones1 para él los impuestos progresivos implantados por los dem'cratas significaban )penalizar el é"ito*. !stabaconvencido, dentro de la más t$pica filosof$a americana, de que la riqueza está al alcance dequien por el trabajo, la inteligencia y la tenacidad está dispuesto a conquistarla, y quecuantos más ricos haya en una sociedad, más dinero va a circular, con lo cual otros tendránocasi'n de hacerse ricos también. Su filosof$a no fue del todo acertada, por cuantodisminuy' la atenci'n social, y no siempre, ni mucho menos el enriquecimiento de unosfavoreci' el de los demás, pero en términos generales el aumento de la inversi'nincrement' el empleo -el paro se redujo en pocos a5os a la mitad y al aumentar espectacularmente la producci'n, acab' con la pendiente inflacionaria, que se redujo aniveles moderados. (a victoria sobre el paro y sobre la inflaci'n fueron el secreto de la popularidad de Neagan. !stados Hnidos aument' su hegemon$a econ'mica respecto delresto del mundo, y en sectores de la más alta tecnolog$a, como la electr'nica de precisi'n,la rob'tica y la informática, no tuvo rival.

(a )nueva econom$a* conllev' al mismo tiempo transformaciones sociales muyimportantes. 0or de pronto, hubo un visible desplazamiento de la poblaci'n, hacia el Sur yhacia el 6este4 de las zonas de la industria clásica a las de la tecnolog$a avanzada o losservicios. %ubo también una fuerte inmigraci'n procedente de >é"ico, 2mérica &entral o!"tremo 6riente. >uchos hombres de color, ya residentes en !stados Hnidos, favorecidos por las medidas de igualdad racial decretadas por Pennedy, Iohnson, @ord o &arter,



a5os.

Neagan también defendi' los intereses de !stados Hnidos en todas partes. &uando sedescubri' que los libios hab$an tenido parte en actos terroristas antiamericanos, no tuvoinconveniente en bombardear bases en aquel pa$s africano. /adie se atrevi' a defender a

Jhadafi. !n el /uevo >undo, ayud' en 78B< a las guerrillas nicaragKenses que combat$anal régimen sandinista -promar"ista de Eaniel 6rtega, y en 78BL orden' un desembarco enla isla de Jranada, donde se hab$a formado un gobierno favorable a @idel &astro. Neagandio a los !stados Hnidos una superioridad sobre el resto del mundo, que ya se iba amantener durante mucho tiempo. !n 78BB, al e"pirar su segundo mandato —ya con DD a5os — dej' como sucesor al vicepresidente Jeorge >. Aush, que, más que por méritos propios, por considerarse disc$pulo y colaborador de Neagan, gan' fácilmente las elecciones. Aush prolongar$a as$ por cuatro a5os más el mandato de los republicanos1 pero ya por entonces elmundo hab$a entrado en otra época.

:nglaterra2 la era *atcer !n 78D8 hab$an vuelto al poder los conservadores, después de una etapa laborista

marcada por la crisis econ'mica, la inflaci'n y el paro, caracter$sticas de los a5os D:. # fuedesignada primer ministro una mujer, >argaret ;hatcher, la primera que ejerc$a este cargoen la historia del Neino Hnido. (as circunstancias no parec$an las más favorables para estadesignaci'n, pero ya se sab$a que ;hatcher era una mujer de e"traordinaria voluntad, yfuerte carácter, a pesar de su aspecto aparentemente delicado, que hab$a sido luchadora todasu vida y se hab$a impuesto a todas las dificultades. 2hora era una de las figuras másdestacadas del partido conservador, y sin duda la más animosa. Su designaci'n signific' ungiro total en la pol$tica británica, no solo por el predominio de las ideas conservadoras, sino

por la originalidad de sus concepciones y su indomable voluntad para llevarlas a cabo.0ronto se la conoci' como )la Eama de %ierro*. !nseguida se rode' de un equipo decolaboradores, entre los cuales prefiri' los más fieles y coherentes con sus ideas pol$ticas, alos potencialmente más valiosos. 0ara ella la coherencia del equipo era fundamental.

Eos puntos caracterizaron por el momento su pol$tica4 en primer lugar, su luchacontra los sindicatos, empe5ados en la idea del incremento salarial. ;hatcher pensaba que lasubida indiscriminada de salarios desencadena la espiral inflacionista, con lo cual losresultados quedan anulados pronto por la subida de precios, y que una generosa pol$ticasalarial mejora la condici'n de los trabajadores activos, pero fomenta el paro, y dificulta elregreso de quienes lo padecen a nuevos puestos de trabajo. Eurante a5os mantuvo la

primera ministra duros enfrentamientos con las )trade unions*, o sindicatos británicos, delos cuales result' siempre victoriosa. # en segundo lugar, rompi' la pol$tica Meynesianaseguida hasta el momento, de intervenci'n estatal y fuerte gasto p3blico para mantener elempleo y asegurar la producci'n, y procedi' a una amplia pol$tica de privatizaciones deempresas que eran del !stado, muchas de ellas nacionalizadas en épocas laboristas4 entreellas la compa5$a aérea Aritish 2irQays y la automovil$stica Nolls Noyce. (os resultados,en general, respondieron a las esperanzas. 0oco a poco fue bajando el $ndice de precios. !lgasto p3blico, como era l'gico, se redujo, y el empleo, en vez de disminuir, aument', por la



creaci'n de nuevas empresas o las reinversiones de las ya e"istentes. Se conjuraba as$ el peligro del paro. (as compa5$as aumentaron sus beneficios, y la inversi'n en Aolsa setriplic' en poco tiempo. 6tro rasgo pol$tico de la ;hatcher fue un cierto desentendimientocon !uropa. !staba siguiendo una pol$tica parecida a la de Neagan, y se la ve$a más cercanaa las posiciones americanas que a las europeas. !n Jran Areta5a pugnaban desde bastante

antes los europe$stas y los )euroescépticos*. >argaret ;hatcher, sin abandonar el >ercado&om3n, disminuy' la aportaci'n británica a la cohesi'n europea. Aruselas hubo de transigir con aquel gesto un poco desagradable, porque no pod$a permitirse la defecci'n total de unode sus socios más importantes. # era dif$cil oponerse frontalmente a las decisiones de la primera ministra británica.

!n abril de 78B< surgi' una complicaci'n inesperada. !l gobierno militar argentinodel general Jaltieri se decidi' a una aventura patri'tica para distraer el descontento enaquel pa$s por la mala situaci'n econ'mica, y procedi' a la ocupaci'n por sorpresa de lasislas >alvinas, que desde 7BLL eran posesi'n británica. !ra jugarse el todo por el todo4 o el prestigio nacional, o la claudicaci'n del régimen. (os argentinos acogieron de momento

con entusiasmo aquella demostraci'n de fuerza patri'tica que les devolv$a un territorioansiado desde siglo y medio antes. 0ero... +qué decisi'n adoptar$a Jran Areta5a +%abr$aguerra, negociaciones o resignaci'n ante el hecho consumado &ualquier alternativahubiera sido posible con otra persona al frente del gobierno de (ondres. (a reacci'n de>argaret ;hatcher fue fulminante4 por de pronto destituy' a su ministro de asuntose"teriores, lord &arrington, más que por su falta de perspicacia al no prever el golpe, por sudeseo de demostrar a su pa$s y al mundo que no estaba dispuesta a la v$a diplomática. JranAreta5a ya no era una gran potencia mundial, como antes de la gran guerra, peroconservaba una buena, aunque reducida, marina y un ejército formado por tropas de élite.Se decidi' a la acci'n bélica4 dio lugar as$ a la 3nica guerra entre dos estados soberanos delmundo occidental en la segunda mitad del siglo XX. Si para los argentinos el gesto deaudacia hab$a sido toda una aventura, para los británicos también lo era la respuesta. Susfuerzas estaban mejor organizadas, pero el teatro de operaciones se encontraba inmediato ala 2rgentina y a diez mil Mil'metros de nglaterra.

0articiparon en la acci'n dos portaaviones, seis fragatas de 3ltimo modelo, tressubmarinos nucleares y numerosos transportes de guerra, que aportaron un total de <B.:::hombres. (a isla 2scensi'n, en medio del 2tlántico, fue un buen punto de apoyo. (osingleses desembarcaron en la isla Jran >alvina, la occidental del archipiélago y la más pobre, donde los argentinos hab$an acumulado pocas fuerzas, y la ocuparon fácilmente. (omás complicado fue atravesar el estrecho canal que separa las dos islas. (a aviaci'nargentina, utilizando misiles de alcance medio, logr' hundir dos fragatas británicas, unahaza5a que sorprendi' por su precisi'n, pero a su vez un submarino británico hundi' uncrucero argentino. (a lucha en la isla Soledad, sede de la capital, fue más empe5ada, pero alfin la calidad de las tropas inglesas -incluidos los famosos )gurMhas* hind3es y lasuperioridad de su material se impuso. 0arece que los satélites esp$a norteamericanosapoyaron a los británicos en sus movimientos. !n tres semanas se decidi' una guerra nodemasiado sangrienta, pero un tanto escandalosa por haberse desarrollado entre dosnaciones civilizadas. !l resultado fue la ca$da del régimen militar argentino y elreforzamiento del prestigio del Neino Hnido, y especialmente el de >argaret ;hatcher como mujer indomable. (a primera ministra británica, siempre decidida a capitalizar sus



soluciones más que un sentido puramente ideol'gico. !staban en juego por un lado laeconom$a de intervenci'n del estado para hacerse cargo de empresas y seguir una pol$ticasocial en favor de las principales v$ctimas de la inflaci'n y para abonar un buen subsidio de paro1 o bien, por el otro lado, una econom$a liberal que favoreciese a las empresas y susinversiones, a fin de aumentar la producci'n y por consiguiente el empleo, reducir el paro y

evitar los e"cesivos gastos del estado, que estaban conduciendo a un déficit alarmante. /oes demasiado e"tra5o que en pa$ses donde se estaba llevando una pol$tica de izquierdatriunfase la opci'n de derecha, y viceversa. !n 2lemania, el canciller Schmidt era une"celente economista -y precisamente por eso lo hab$an nombrado, pero se ve$a incapaz devencer el estancamiento, la inflaci'n y el paro. !l nuevo canciller, %elmut Pohl era unhombre voluminoso, de 7,8: de estatura y más de cien Milos de peso, por lo que no es dee"tra5ar que le llamasen )el gigante de >aguncia*. %ab$a subido a la presidencia del partido cristianoCdem'crata en 78DL, quizá a falta de candidatos más caracterizados. !ra unhombre de ademanes lentos y de palabra poco brillante, que compensaba en parte con su buen humor y su e"celente apetito -le encantaban los filetes y el pastel de manzana, que lehizo famoso. 0ero sobre todo era pragmático, sab$a buscar siempre el lado práctico de lascosas, y no se agarraba a posturas infle"ibles. Tuizá por eso lo eligieron como contrincantede Schmidt. ;odas las encuestas daban como vencedor a éste, pero sin embargo Pohl tuvouna ventaja relativa, que, mediante una alianza con los liberales, le confiri' el poder. /isiquiera sus partidarios esperaban mucho de él. Sin embargo, Pohl habr$a de superar todaslas e"pectativas.

Su pol$tica econ'mica recuerda un tanto a la de Neagan o ;hatcher, con unadiferencia4 jamás abandon' el concepto de )estado del bienestar* ni redujo los gastossociales. Su táctica consisti' más bien en enjugar el déficit con una filosof$a de austeridad,recortando en la medida de lo posible el gasto p3blico. 0or lo demás, foment' la iniciativade las empresas con desgravaciones fiscales y favoreciendo las e"portaciones1 comoquieraque el ascenso del d'lar dejaba al marco alemán en e"celentes condiciones de competir, la balanza comercial mejor' en a5os sucesivos, la producci'n aument' de forma continuada,la inflaci'n descendi' a niveles tolerables, y el paro se redujo, aunque fue la variable menossatisfactoria. 0ero en definitivas cuentas, 2lemania volv$a por sus fueros, y elestancamiento estaba superado. !n 78BL Pohl convoc' nuevas elecciones, y en ellas obtuvouna ventaja mucho más clara. !so s$, un nuevo partido, el de los )verdes*, muy popular entre la juventud, alcanz' los votos suficientes para entrar en el parlamento. Pohl, con suesp$ritu pragmático, no dej' de tomar medidas encaminadas a proteger el medio ambiente.!n las elecciones de 78BD mantuvo su ventaja, en tanto los socialdem'cratas perd$anterreno en beneficio de los verdes. 2lemania vivi' sus mejores a5os a fines de la década delos ochenta, con tasas de crecimiento del orden de 9 por 7::, dignas de los mejorestiempos.

Pohl supo combinar su afán por aumentar la autoestima interior y el prestigioe"terior de 2lemania con una decidida pol$tica europe$sta. @ue él quien más apoy' laentrada de !spa5a y 0ortugal en la &!!, y se convirti' en el mayor amigo del francés>itterrand4 las diferencias ideol'gicas no fueron obstáculo alguno para el reforzamiento deleje AonnC0ar$s. &on una diferencia, sin embargo4 Pohl no rechazaba la idea de unos!stados Hnidos de !uropa. 2lemania, pa$s federal, no sent$a perder demasiado con unafederaci'n europea, en tanto para >itterrand, hombre de izquierdas, pero tan celoso de la



)grandeza de @rancia* como el propio Ee Jaulle, no conceb$a otra !uropa que la de los!stados, y no estaba dispuesto a la menor cesi'n de competencias por parte de éstos. !neste conte"to, Pohl fue de los pol$ticos que más se movieron para no limitar la &omunidad!uropea a una mera forma de uni'n econ'mica, sino que so5aba con verla convertidatambién en una forma de uni'n pol$tica. ;rabaj' por lograr el 2cta _nica !uropea y

finalmente por obtener el ;ratado de la Hni'n !uropea, a que hemos de referimos en elcapitulo pr'"imo. !n este sentido, Pohl se constituy' en uno de los campeones de la Hni'n!uropea como una comunidad situada, en su conjunto, por encima de la pol$tica particular de cada uno de sus miembros, dotada de una personalidad conjunta y de unas caracter$sticasculturales superiores a las propias diferencias que en cada caso separan a sus miembros.Sus intentos le valieron el nombramiento de )&iudadano de %onor de !uropa*, t$tuloreservado hasta el momento solo para Iean >onnet.

Pohl fue un ferviente europe$sta, pero esa condici'n no le impidi' ser al tiempo unatlantista, defendiendo los ideales de la 6;2/ en la lucha contra el comunismo ruso y el desus pa$ses satélites, que estaban en contacto fronterizo con la propia 2lemania @ederal...

incluida la misma 2lemania )democrática popular* de %onnecMer, que era tan 2lemaniacomo la suya, aunque bajo una filosof$a pol$tica distinta, absolutamente contrapuesta. !ra laépoca del despliegue de los misiles de alcance medio en el territorio de !uropa &entral, ymuy principalmente de 2lemania, frente a las armas que el mundo comunista enarbolaba un poco más al este. +/o podr$an estas armas abonar la idea de una guerra limitada a !uropacentral, de la que la propia 2lemania ser$a la primera v$ctima @ueron muchos los que seopusieron al despliegue de los )euromisiles* en territorio alemán, alegando que másrepresentaban un peligro que una medida de seguridad. (os j'venes estaban decididamenteen contra, y los socialdem'cratas les apoyaban. @ueron unos a5os dif$ciles, en que sediscuti' agriamente el riesgo de convertir a 2lemania en un campo de batalla. +Ee qué pod$a servir aquel despliegue +Ee disuasi'n definitiva a cualquier plan soviético deobjetivo limitado, o de incitaci'n a una campa5a rápida por la posesi'n de las ricasinstalaciones de la !uropa central 2l fin, después de una enconada discusi'n parlamentaria, en noviembre de 78BL el Aundestag vot' a favor de la instalaci'n deaquellas armas. /o por eso se acall' la incordiosa polémica, que el canciller Pohl, comotantas otras molestias, supo echarse sin crispaci'n a sus espaldas, hasta que en 78BD Neagany Jorbachov llegaron al acuerdo que preven$a la supresi'n de aquellas armas, con lo cual el problema quedaba resuelto para siempre.

(a pol$tica atlantista de Pohl no fue obstáculo para que aquel pol$tico pragmático y partidario de operar en varios campos a la vez siguiera en cierto modo la )ostpolitiM* y la)realpolitiM* de Filly Arandt, destinada a mantener relaciones lo más normales posiblescon los pa$ses comunistas del !ste, e incluso dentro de lo que las circunstancias permitieran, con la hermana y enemiga a la vez Nep3blica Eemocrática 2lemana, de cuyoscontactos pod$an salir las dos gananciosas. Pohl no tuvo inconveniente en viajar a >osc3 yrelacionarse amigablemente con Jorbachov, ya en pleno proceso de la perestroiMa. &uantomás cordiales fuesen las relaciones entre Aonn y >osc3, más fácil de realizar ser$a el sue5ode la reunificaci'n. 2nte las malas cosechas registradas en Nusia, Pohl no tuvo tampoco elmenor reparo en facilitar a Jorbachov, en 78BB, un préstamo de L::: millones de marcos.(o que en el fondo y por encima de todo persegu$a el práctico y hábil canciller era acelerar el cumplimiento de aquel viej$simo sue5o que era la reunificaci'n de 2lemania.



no culpa —él siempre proclam' su honestidad— palidec$a, y en 788B gan' las elecciones elcandidato socialdem'crata, Jerhard Schrder.

=rancia2 la era +itterrand

@rancia viv$a, a comienzos de los a5os B:, en una crisis econ'mica, de la que nohab$an podido sacarla los gobiernos de centroCderecha de Jiscard d]!staing. !n laselecciones presidenciales de mayo de 78B7, triunf' por un margen de 9<`?B el candidato deizquierda, @ran\ois >itterrand. >itterrand ya hab$a perseguido la presidencia contenacidad, pero hab$a sido derrotado en dos septenios consecutivos. !sta vez se sali' con lasuya. /o era un desconocido1 hab$a sido ministro varias veces en gobiernos de la &uartaNep3blica, pero hab$a sido relegado poco menos que al ostracismo cuando Ee Jaulleinaugur' la Tuinta. Eesde entonces se lanz' claramente por la v$a de la izquierda. Euranteun tiempo hab$a aparecido como un hombre radical. !n 78B7 se present' con una imagenmoderada, al frente de un partido socialista que hab$a renunciado también a su radicalismo,

y tal pudo ser la causa de su triunfo. @rancia hab$a vivido más de veinte a5os de gaullismoy deseaba e"perimentar sensaciones pol$ticas nuevas.

>itterrand nombr' primer ministro a 0ierre >auroy, en cuyo gobierno se alineabanvarios comunistas4 era un tributo inevitable a la coalici'n de izquierda que le hab$a dado lavictoria1 pero esta dependencia no iba a durar, porque el partido comunista francés, fuerteen otros tiempos, tend$a a debilitarse en aras del renovado partido socialista, de izquierdacombativa, pero abierta y prometedora, que >itterrand defini' en su famoso libro )!l pu5oy la rosa*. (a nueva pol$tica se defin$a claramente desde el primer momento4nacionalizaci'n de empresas, mejores condiciones de trabajo, aumento de los impuestos aquienes pod$an pagarlos. Su pol$tica de nacionalizaciones fue audaz4 en ella se inclu$an ?<

bancos -entre los que desaparecieron figuraba la famosa casa Notschild, y grupos deempresas de futuro, como la informática, la petroqu$mica, la nueva siderurgia integral.0rocur' as$ ofrecer puestos de trabajo en el sector p3blico, para combatir el paro. !n partelo consigui', a costa de un incremento de la tasa de inflaci'n. 6tras medidas sociales, comoel aumento del salario m$nimo, la reducci'n de la jomada laboral de ?: a L8 horassemanales, la quinta semana de vacaciones pagadas, la jubilaci'n a los =: a5os, fueron populares, pero redujeron los beneficios y los deseos de invertir. Aaj' la competitividad delos productos franceses y se redujo el comercio e"terior, con un déficit de la balanzacomercial. # la tasa de paro, contra lo que se esperaba, no disminuy'. (as ventajasquedaban contrapesadas por los inconvenientes. @rancia no marchaba mal, pero no serecuperaba al nivel de otros pa$ses. !ntre 78B7 y 78BL hubo que proceder a tresdevaluaciones sucesivas del franco. ;ambién procur' >iterrand intervenir en la ense5anza privada, poniéndole condiciones y favoreciendo la p3blica. !n 78BL se reform' igualmentela ense5anza universitaria. !n 78B? hubo manifestaciones de médicos, de profesoresuniversitarios, y otras en favor de la ense5anza privada.

&omo las cosas no marchaban satisfactoriamente, en 78B? recurri' >itterrand a un joven y brillante economista, (aurent @abius, que impuso una pol$tica de austeridad. (acoyuntura, por otra parte, se hizo a partir de entonces más favorable, y @rancia comenz' a



vivir mejor. &on todo, en las elecciones de 78BB venci' una coalici'n de partidos de centroCderecha -HE@, N0N y otros, con lo cual >itterrand, que segu$a siendo presidente, tuvo queadmitir un gobierno de Iacques &hirac. 0or primera vez se daba, en la historia de la TuintaNep3blica, una situaci'n an'mala. !n efecto, de acuerdo con la &onstituci'n, el mandatodel 0residente dura siete a5os, mientras que una legislatura dura, como má"imo, cuatro, al

final de los cuales es preciso convocar elecciones legislativas. #, naturalmente, el gobiernoha de contar con el apoyo del parlamento, y por tanto debe corresponder al partido o a lacoalici'n de partidos dominante. !l problema no tiene importancia en pa$ses en que el presidente de la rep3blica —o el monarca— es una figura institucional, sin capacidad degobierno efectivo. 0ero en reg$menes presidencialistas, como el de @rancia o el de !stadosHnidos, el jefe del !stado tiene funciones ejecutivas. %asta entonces no hab$a habido problemas, porque tanto el presidente como el gobierno eran de corte gaullista. !n 78BB sedio por primera vez una situaci'n sin precedentes, que hizo preciso un entendimientoforzoso entre >itterrand y &hirac, una situaci'n de )mutuo soportarse* que los francesesllamaron )cohabitaci'n*, inc'moda para ambas partes, aunque parece que muchos laaceptaban como una forma equilibrada de reparto de poder. !ra necesario precisar almá"imo las competencias del 0residente de la Nep3blica y las del 0residente del gobierno,obrar con delicadeza y andarse con pies de plomo por una y otra parte. &hirac hizo privatizar varias grandes empresas y prácticamente toda la banca, y reform' los impuestos. /o pudo, en cambio, emprender otras reformas, en un delicado juego de poderes. !lsistema de )cohabitaci'n* no result' malo del todo, aunque >itterrand solo tuvo quesoportarlo dos a5os. !n 78BB fue reelegido 0residente de la Nep3blica, y con un parlamentomás favorable pudo prescindir de &hirac, gobernando con el socialista >ichel Nocard.@rancia vivi' unos a5os buenos, aunque hubo cambios de gobierno bastante frecuentes4inestabilidad pol$tica, pero estabilidad social y econ'mica.

>itterrand mostr' su progresismo con la abolici'n de la pena de muerte -@rancia fueuno de los 3ltimos pa$ses de !uropa que la suprimieron, y mantuvo, quizá por mostrar suindependencia, buenas relaciones con el dictador de (ibia, Jhadafi, enemigo de losamericanos, o con el de 0olonia, general IaruzelsMi. /o por eso dej' de seguir una pol$ticaeurope$sta muy constructiva, ni de mostrarse celoso del poder de @rancia. (as pruebasat'micas en el atol'n de >ururoa, cuando ya casi todos los pa$ses hab$an suprimido lose"perimentos nucleares, provocaron protestas generalizadas en casi todo el mundo, a lascuales se mostr' >itterrand ol$mpicamente indiferente. &omplet' su mandato hasta 7889.(os 3ltimos a5os de la presidencia de >itterrand, enfermo y avejentado, le muestran menosmetido en la pol$tica —deja obrar a sus ministros, ya de un partido, ya de otro— y se le ve,en cambio, más preocupado por la ciencia, la cultura y el arte. 6riginales obrasarquitect'nicas, como el 2rco de (a Eéfense, las pirámides de cristal de acceso al museodel (ouvre, o la nueva gran Aiblioteca /acional, un edificio en forma de libro, sone"ponente de su deseo de pasar a la historia. &onforme transcurr$an los a5os, >itterrand,)monarca republicano*, como de él se ha dicho, adopt' formas más solemnes y ampulosas,que pueden recordar un poco a Ee Jaulle. ;erminado su segundo mandato en 7889,después de una presidencia de catorce a5os, no quiso ni pudo, cuando ya hab$a cumplidolos ochenta, y padec$a una enfermedad incurable que supo ocultar con naturalidad yelegancia, presentarse a la reelecci'n. >orir$a en 788=.



:talia2 la 6era8 #rai

%ubiera sido imposible, supuesta la endémica inestabilidad de la pol$tica italiana, laconsagraci'n por los a5os B: de un l$der de larga duraci'n, como pudieron serlo Neagan,;hatcher, Pohl, >itterrand o @elipe Jonzález. !l paso de &ra"i por el poder -78BLC78BD

es ya un caso e"traordinario de permanencia. talia lleg' a la nueva década todav$a condificultades. !n 78B:, la tasa de inflaci'n era del <7 por 7::, el paro no disminu$a, la producci'n industrial tend$a a bajar, el terrorismo aun no hab$a sido del todo dominado, y proliferaban las mafias, un mal muy e"tendido en talia -sobre todo en el sur y muy dif$cilde combatir. !n 78B<, el general Ealla &hiesa, encargado de investigar y reprimir la mafiade 0alermo, fue asesinado. (os gobiernos de coalici'n, en que siempre entraba laEemocracia &ristiana en combinaci'n con los grupos más diversos, se suced$an, sin queninguno de ellos resultase duradero. !n 78B< 2mintore @anfani form' una buena coalici'nentre los democratacristianos y los socialistas, dirigidos por un hombre inteligente, prácticoy ambicioso, Aettino &ra"i. &ra"i hab$a pasado de posiciones e"tremistas a otras másmoderadas. !sta evoluci'n, y el relativo é"ito del gobierno de 78B<, permiti' a &ra"i

presidir el primer gabinete socialista de la historia de la rep3blica italiana.Su sorprendente perduraci'n se debe por lo menos a dos causas4 primera, &ra"i era

un hombre hábil, y brillante, con recursos para todo, que sab$a salir bien librado de lostrances más dif$ciles1 y segunda, que la buena coyuntura de los a5os ochenta lleg' tambiéna talia. Se redujo el paro, aument' la producci'n industrial, y la inflaci'n cay' al ?,D por 7::, la más baja desde comienzos de los a5os D:. talia vivi' as$ una etapa de euforia, dealegr$a de vivir, de viajes, nuevas modas y mucho turismo. !l pa$s era rico, no tanto elestado, por culpa del fuerte gasto p3blico. !n unos casos, la pol$tica de &ra"i se dedic' aincrementar los seguros sociales y asistenciales, a subir las pensiones y a conceder ayudas para el desarrollo del sur del pa$s, siempre el más desfavorecido, pol$tica que no dej' de

rendir frutos deseables1 en otros, hubo casos de corrupci'n y de b3squeda de clientelas. 0or unos u otros motivos, talia era el pa$s de !uropa que padec$a una más alta deuda p3blica,como que en 78B9 su importe ascend$a al B9 por 7:: del producto interior bruto. (acuesti'n de la deuda y otros problemas, vinculados siempre a la pol$tica de combinaciones,obligaron a &ra"i, en 78BD, a devolver el poder a @anfani, -presidente por quinta vez, quedur' solo unos meses en él. Siguieron otros, como los de Joria, Ee >itta, 2ndreotti -por tercera vez, 2mato, &iampi, ninguno de los cuales logr' superar un mandato de un a5o. 2comienzos de los noventa volvi' la crisis econ'mica, no tan fuerte como la de 78DL, peroque supuso un frenazo y nuevas dificultades para el estado4 la deuda p3blica igualaba ya al0A. Se denunciaban casos de corrupci'n, tráfico de influencias y comisiones ilegalestangenti en italiano, de ah$ las acusaciones de tangentopoli$. (a democracia cristiana, enotro tiempo tan acreditada, se estaba deshaciendo, y aunque los socialistas hab$an cobradocierta fuerza, no pod$an so5ar en dirigir la situaci'n, porque les faltaban aliados. (asfuerzas pol$ticas tend$an a una disgregaci'n absoluta. Se hablaba del fin de la Nep3blicataliana y de un cambio de régimen. Hno de los que buscaban una nueva situaci'n — desembarcando en el poder— era un millonario, due5o de numerosas empresas y rey de losmedios de comunicaci'n, Silvio Aerlusconi. &on él comenzar$a una nueva etapa en lahistoria de talia.



Espaa2 la era =elipe "onz$lez

(a recién estrenada democracia espa5ola tuvo mala suerte, pues hubo de pechar conla crisis econ'mica de los a5os setenta. (os gobiernos centristas de H&E, presididos por

2dolfo Suárez consiguieron indudables é"itos pol$ticos, logrando la estabilidad interna conmucha más facilidad de lo que se esperaba. !n cambio, la econom$a se resent$a gravementecon el cierre de empresas, el paro -que lleg' a mill'n y medio de desempleados y lainflaci'n, que alcanzaba $ndices del 7= al 7B por 7:: anual. !n suma, los signos t$picos dela )estanflaci'n* -ver pág. 7B?. !n 78B7 dimiti' Suárez, y cuando en las &ortes se estaba procediendo a la elecci'n de su sucesor, hubo un intento de golpe de estado -<L de febreroque fracas' a las pocas horas, pero dej' maltrecha a la H&E, que ya no logr' rehacer sucohesi'n. !ntretanto, los sindicatos, HJ; y &omisiones 6breras protestaban con frecuenteshuelgas de la mala coyuntura. &uando en octubre de 78B7 se convocaron eleccionesgenerales, se esperaba una victoria de los socialistas, pero la realidad super' todas las previsiones. H&E quedaba casi pulverizada, y el 0S6! consegu$a más de <:: diputados,

una mayor$a absoluta con enorme diferencia sobre los demás partidos. 2l frente de lossocialistas se presentaba un joven que hab$a sabido ganarse una e"celente imagen yaparec$a entonces como la gran promesa de la nueva pol$tica, @elipe Jonzález. @ueentonces cuando se oper' el verdadero cambio generacional4 casi todos los pol$ticos deH&E eran conocidos ya, aunque la mayor$a no hubieran colaborado en el régimen de@ranco1 los nuevos gobernantes eran j'venes, decididos y amigos de cambios radicales.

Sin embargo, los socialistas no llegaron con una amplia pol$tica denacionalizaciones, como en otras partes. (as razones eran dos. 0rimera, @ranco ya hab$acreado una gran cantidad de empresas nacionales -teléfonos, ferrocarriles, construccionesnavales, miner$a, siderurgia1 y segunda, la coyuntura y el ya fuerte déficit p3blico no

aconsejaban fuertes gastos del estado. (os socialistas se limitaron a nacionalizar la red dealta tensi'n, para coordinar mejor la distribuci'n de energ$a eléctrica por todo el pa$s. !ncambio, su presencia se not' en una mayor presi'n fiscal, y, quizá sobre todo, en un mayor permisivismo, que no en balde muchos de sus dirigentes se hab$an formado su vocaci'n pol$tica en los movimientos estudiantiles de 78=BC=8. 2s$, se legaliz' la droga blanda-luego se volvi' a prohibir, se facilitaron los trámites del divorcio, se despenaliz' elaborto, se procedi' generosamente a la e"carcelaci'n de presos -otra medida que luego secorrigi' en lo posible, por el aumento de la delincuencia y se foment' la ense5anza laica.(as medidas sociales se manifestaron en un aumento del subsidio de paro. Sin embargo, nofue posible marchar por el camino deseado, porque la crisis econ'mica aconsejaba otracosa. 2s$ fue como los socialistas, contra sus primeras intenciones, hubieron de proceder auna dura reconversi'n industrial, para mejorar la productividad y hacer a las empresasespa5olas más competitivas con las e"tranjeras, precisamente cuando se apro"imaba laentrada de !spa5a en las instituciones europeas. 0robablemente aquellas duras medidashubieran provocado protestas sociales mucho más fuertes si no hubieran sido tomadas precisamente por los socialistas. %ubo que echar a la calle a más trabajadores, llegándose por 78B9 a cifras cercanas a los tres millones de parados.

!n estas condiciones se llevaron a cabo las conversaciones para el ingreso de !spa5a



en la &omunidad !con'mica !uropea -hoy Hni'n !uropea, que culminaron con laintegraci'n de pleno derecho el 7 de enero de 78B=. !spa5a, después de casi dos siglos decompleto o casi completo aislamiento, quedaba firmemente asentada en la naciente !uropa.#a en tiempos de H&E, el pa$s hab$a entrado también en la 6;2/, entonces con oposici'nde los socialistas1 ahora @elipe Jonzález, con sentido pragmático, comprendi' que este otro

tipo de integraci'n en 6ccidente era no menos conveniente en el ámbito de la pol$ticainternacional, y convoc' un referéndum, del cual sali' la adhesi'n definitiva a la 2lianza2tlántica. Iusto por 78B9CB=, con un poco de retraso sobre el resto de !uropa, se echa dever un cambio de coyuntura, que permiti' vivir unos a5os francamente buenos, por lomenos hasta 7887. (a inflaci'n fue combatida con é"ito, y aunque no se consiguieron cifras'ptimas, la tasa baj' a valores del 9 por 7:: anual, con un crecimiento del producto interior bruto del orden del ? y el 9 por 7::. 2umentaban las inversiones privadas, la entrada en!uropa favoreci' las e"tranjeras, el estado pudo permitirse un amplio programa deconstrucci'n de autov$as, que cubrieron las l$neas esenciales a lo largo y ancho de la0en$nsula, y en 788<, con motivo del centenario del Eescubrimiento de 2mérica y la!"posici'n Hniversal de Sevilla, se inaugur' la primera l$nea del tren de alta velocidad.!spa5a, no solo por su integraci'n en !uropa, sino por la modernizaci'n de sus sistemas de producci'n, progresaba a buen ritmo, y se volv$an a alcanzar los caminos de laconvergencia con el resto del continente.

/ortugal

&omo hemos visto en su lugar -vid. pág. 78=C8D 0ortugal lleg' a la democraciamediante una revoluci'n, y por eso su historia en los tiempos de transici'n es más agitadaque la de !spa5a. !l general Spinola, director del golpe de 78D? fue desbordado por lasfuerzas que él mismo puso en movimiento. (os campesinos se apoderaban de las tierras, los

obreros de las fábricas y hasta se dio el caso de que los autobuses conduc$an a los pasajerosgratis. (os soldados confraternizaban con el pueblo. 0ero el para$so no era fácil deconstruir, ni hab$a riqueza para todos. ;end$a a predominar el caos. Eesde la ca$da deSpinola, el movimiento se radicaliz'. (a banca y muchas empresas fueron nacionalizadas,de suerte que el 9: por 7:: de la riqueza del pa$s lleg' a estar en manos del !stado. 2 juzgar por los movimientos populares y por las demostraciones de masas, 0ortugal estaba a punto de entrar en el comunismo1 pero cuando se convocaron las elecciones, en 78D9, el partido socialista obtuvo el LB por 7:: de los votos1 el socialdem'crata, de centroderecha,el <=, y el comunista solo el 7<. (as fuerzas reales predominaron sobre las aparentes. @ueas$ como los socialistas, de corte democrático y no mar"ista, llegaron al gobierno. (afigura, en cierto modo comparable con otros estadistas de la época, fue >ario Soares, queya hab$a sido ministro de 2suntos !"teriores en 78D?CD9, y hab$a negociado la cesi'n de lascolonias. >ario Soares fue jefe del gobierno en 78D=CDB y luego en 78BLCB9, paraconvertirse en 78B= en presidente de la Nep3blica. !ra un hombre reposado, de ideas clarasy muchos recursos. Necondujo la revoluci'n evitando sus e"cesos. (as tierras ocupadasviolentamente fueron devueltas, y se procedi' a una reforma agraria planificada. ;ambiénse procur' mejorar la industria, con vistas al ingreso de 0ortugal en la &omunidad!con'mica !uropea, que se verific' al mismo tiempo que el de !spa5a, en 78B=. Eesde78BD ejerci' la presidencia del gobierno el socialdem'crata 2n$bal &avaco da Silva, que seesforz' por mejorar la econom$a, con $ndices de crecimiento del 9 por 7::4 0ortugal



mejoraba por aquellos a5os a un ritmo similar o ligeramente superior al de !spa5a, bien esverdad que part$a de una base algo más modesta. 0or entonces los traumas del cambio de78D? se hab$an superado totalmente.

La Unión Soviética2 la era reznev

;ambién en Nusia se verific' la tendencia a los gobiernos largos. &oncretamente,(eonid Arezhnev dirigi' los destinos de la Hni'n Soviética de 78== a 78B<. Solo Stalin-contando el periodo anterior a la guerra mundial hab$a permanecido más tiempo en el poder. 0ara los observadores —y para muchos rusos también—, Arezhnev era el s$mbolo dela fosilizaci'n del poder soviético, de la continuidad sin evoluci'n, de una especie deeternizaci'n ya sin ideales, pero con una indefinida capacidad de perpetuaci'n, por falta delos necesarios mecanismos de cambio. (eonid Arezhnev, hijo de un operario metal3rgico,dedicado a la metalurgia él mismo —aunque lleg' a ingeniero— era un ucraniano grande,de aspecto aldeano e hirsuto, cargado de hombros, cejijunto, pesado de movimientos, lento

también en sus decisiones, pero tenaz y resistente. Se le llamaba )probosc$deo* —elefante —, aunque quizá hubiera podido buscarse una imagen más acertada. Suele hablarse de laépoca de Arezhnev como de decadencia, y del propio pol$tico como un hombre incapaz dellevar a la Hni'n Soviética adelante1 eso es verdad hasta cierto punto, pero también esverdad que durante su mandato la Hni'n Soviética influy' sobre más parcelas del mundoque nunca, que dispuso de las armas más sofisticadas, que mejor' por lo general el nivel devida de los rusos y que el régimen, aunque anquilosado por una pesad$sima burocracia, parec$a tan indestructible como en cualquier otro momento anterior. (os observadoresoccidentales —los )Mremlin'logos*, como se dio en llamárseles— no acertaban a ver el findel régimen comunista en Nusia, entre otras razones porque era un sistema cerrado que nodejaba lugar a otra opci'n, y porque nadie ve$a dibujarse una sola corriente alternativa. !l

comunismo pod$a estar minado por la burocracia, la rutina y la corrupci'n, pero eraimposible adivinar en Nusia nada que no fuera comunismo. (a decadencia iba minando poco a poco el interior del sistema, sin hacerse demasiado visible. Solo después de lamuerte de Arezhnev se har$a evidente la necesidad de una reforma. # fue el intento dereforma el que, llevado más lejos de lo que en principio se hab$a pensado, traspasar$a elcentro de gravedad de la estabilidad e"istente y dar$a lugar a cambios tan importantes comoinesperados. 0ero ello no ocurrir$a de momento.

!n el interior, Arezhnev reforz' su poder. ;e'ricamente reuni' más atribuciones quening3n otro l$der soviético, aunque no tuvo alma de dirigente integral como (enin ni ejerci'una dictadura brutal como Stalin. Neprimi', como en Nusia era )normal*, toda disidenciaque consideraba peligrosa, pero no se e"tralimit' como otros dictadores del mundocomunista en el pasado. Se apoy' en el inmenso aparato del 0artido y en el ejército, basculando entre los dos, para no depender e"clusivamente de uno solo de aquellos dos poderosos colectivos. !n 78DD hizo proclamar una nueva constituci'n, que defin$a a laHni'n Soviética como )un estado de todo el pueblo*, pero reforzaba el poder del 0artido,que era como )la e"presi'n del esp$ritu popular*, como una élite de los rusos )más rusos*y más ejemplares. (a afiliaci'n al 0artido se e"tendi' as$ hasta alcanzar los 7D millones demiembros en 78DD. Nealmente, esta masa inmensa más contribuy' a aumentar la presencia



del comunismo oficial en todas partes que el entusiasmo o la fe en la doctrina4 ah$ estuvo elsecreto del anquilosamiento4 hab$a cada vez más comunistas y cada vez menos convencidosde las e"celencias del comunismo. 0ero esta identificaci'n entre 0artido y !stado permiti'a Arezhnev reunir por primera vez de manera institucionalizada e indiscutible la Secretar$aJeneral del 0artido y la Iefatura del !stado1 hasta entonces estas funciones eran

te'ricamente independientes, y los jerarcas soviéticos, por obra de una mal definidaestructura institucional, hab$an gobernado como directores de uno u otro organismo,indiferentemente. Arezhnev dirig$a as$ el 0olitbur' o consejo supremo del 0artido, que eraal mismo tiempo 'rgano superior de gobierno1 al 0olitbur' se uni' el ministro de Eefensa,ya como miembro permanente del mismo4 !jército y 0artido que hab$an andado siempre un poco a la gre5a, aparec$an ahora como miembros de un solo poder, aunque de hecho prosiguieron los recelos.

Arezhnev se propuso también mejorar el nivel de vida del pueblo ruso, y solo en parte lo consigui'. Se agiliz' el sistema de producci'n agr$cola, y por los a5os B: esta producci'n aument' un <9 por 7:: respecto de la década anterior1 pero no siempre

abundaron en las ciudades los productos de primera necesidad, por culpa de un mal sistemade distribuci'n. Siempre fue una escena t$pica de mundo soviético la necesidad de guardar largas colas para adquirir productos básicos, especialmente los alimenticios1 eso s$, los precios en el mercado oficial eran bajos. !l aumento de la producci'n petrol$fera —pues alos ya conocidos yacimientos del &áucaso se unieron otros en Siberia— permiti' no solo el pleno autoabastecimiento, sino la e"portaci'n de crudo. %ubo as$ un crecimiento de losrecursos interiores y un aumento del consumo. Hn mayor n3mero —aunque relativamente peque5o— de rusos pod$an disponer de autom'vil, aunque la mayor$a de aquellosautom'viles eran tan baratos como malos4 un largo viaje supon$a casi siempre una aver$a por el camino. # aumentaba la construcci'n de viviendas, ahora en grandes bloques, perode mala calidad. >uchas de estas viviendas acabar$an derrumbándose pasados veinte otreinta a5os. (as causas por las que la buena coyuntura no se aprovech' para conseguir unanotable mejora en el nivel de vida del pueblo fueron dos4 por una parte, la progresivadiferenciaci'n de )clases* en una sociedad sin clases. (os altos dirigentes, la)nomenMlatura*, los miembros del 0artido, los bur'cratas, los directores de las grandesempresas estatales, los altos mandos del ejército, pod$an permitirse una vida similar osuperior a la de los ciudadanos normales de 6ccidente4 disfrutaban de magn$ficos sueldos, pose$an autom'viles de lujo, veraneaban en &rimea y pasaban el fin de semana en sus)isbas* o chalets rodeados de bosque en las cercan$as de las grandes ciudades1 el resto delos ciudadanos no pod$an disfrutar de nada parecido. # por otro lado, prosegu$a el tremendodesgaste de la econom$a soviética, en el esfuerzo por mantener hasta el final una carrera dearmamentos que e"ig$a una porci'n del presupuesto muy superior a la que los !stadosHnidos empleaban sin demasiado desgaste por su parte.

# hab$a sobre todo una gran diferencia entre las dos grandes potencias4 ahora,cuando esta carrera adquiere el rango de fabulosos logros tecnol'gicos, cadadescubrimiento que la industria americana consegu$a para la mayor eficacia de su sistemade defensa repercut$a también en beneficio de los particulares4 nuevos materiales sintéticos,instrumentos de alta precisi'n, sistemas informáticos, telecomunicaciones, etc.1 mientras enla Hni'n Soviética el prurito del )secreto militar* imped$a que los descubrimientoscient$ficos y técnicos llegaran a la vida privada y beneficiaran a millones de familias.



!n pol$tica e"terior, la Hni'n Soviética, como los !stados Hnidos, alternaba lafabricaci'n de armamentos con los tratados que limitaban su proliferaci'n, y hasta prohib$an su uso, o preve$an su destrucci'n. 2s$ los tratados S2(; -)Strategic 2rms(imitation ;alMs*4 el S2(; se firm' en 78D< entre Arezhnev y /i"on, sobre limitaci'n osupresi'n de misiles, y el S2(; , de 78D8 entre Arezhnev y &arter, sobre paridad de

armas nucleares. (uego, bajo la presidencia de Neagan en !stados Hnidos, hubo lasconversaciones S;2N; -)Strategic 2rms Neduction ;alMs*, de 78B< y 78B9. !stasconversaciones trataban de tranquilizar al mundo demostrando las buenas intenciones delos presuntos contendientes, y al mismo tiempo significaban un respiro para la econom$arusa, si ello pon$a l$mites a la carrera de armamentos. 0ero los tratados fueron denunciadosfrecuentemente por incumplimiento de una de las partes, o cuando la invasi'n de2fganistán por los soviéticos. !l hecho es que la disparatada carrera, a pesar de todo,segu$a. # lo peor para Nusia era que cada vez los tratados limitaban la cantidad de armas dedestrucci'n masiva, pero permit$an mejorar la calidad de las e"istentes mediante unamejora tecnol'gica1 la carrera por la cantidad, en que durante mucho tiempo los rusoshab$an llevado ventaja, era sustituida por una carrera por la calidad, terreno en que lasuperioridad tecnol'gica de los !stados Hnidos resultaba dif$cilmente igualable. !lesfuerzo por conseguir un alto nivel de tecnolog$a avanzada alcanz' en tiempos deArezhnev un grado francamente alto de desarrollo, aunque no lleg' a igualar al de losamericanos, y, lo que fue peor, oblig' a sacrificar todos los planes de desarrollo integral.%ubo momentos en que se temi' de nuevo por la paz del mundo. (os soviéticos, que nodominaban bases repartidas por todo el planeta, como los americanos, trataron decontrarrestar esta situaci'n de inferioridad geoestratégica con la construcci'n desubmarinos at'micos )silenciosos*, capaces de plantarse en cualquier lugar del mundo,incluso frente a las costas americanas sin ser advertidos1 al mismo tiempo, comprendieronla necesidad de tener una flota de acompa5amiento capaz de efectuar grandes operacionesultramarinas4 y también progresaron en el armamento naval, aun sin llegar nunca a fuerzascomparables a las de sus rivales.

!l bloque comunista de !uropa oriental se vio reforzado por la )doctrina Arezhnev*de la soberan$a limitada. !sta doctrina fue impuesta a ra$z de la intervenci'n de las tropasdel 0acto de Garsovia en &hecoslovaquia -en su mayor$a tropas soviéticas, en 78=B, ycontemplaba dos puntos fundamentales4 primero, todos los pa$ses del bloque habr$an de permanecer interdependientes, de tal manera que resultaba más importante estainterdependencia que la soberan$a de cada pa$s4 o si se quiere, el bloque comunista primero,la patria después1 y segundo, cualquier suceso que pusiera en peligro el régimen comunistaen un determinado pa$s del bloque, amenazaba no solo la ortodo"ia de ese pa$s, sino al bloque entero, y justificaba por tanto el derecho de intervenci'n. Se reestructur' laorganizaci'n del 0acto de Garsovia, siempre con un !stado >ayor conjunto con sede en>osc3. Nusia controlaba mucho mejor a sus satélites, que ya no podr$an salirse de 'rbita.0or lo que se refiere a la gran pol$tica mundial, Nusia perdi' influencia en el mundo árabe4!gipto, después de la muerte de /asser, despidi' a los asesores soviéticos, y el nuevo l$der,2nQar el Sadat, estrech' las relaciones con los americanos1 también se enfriaron lasrelaciones con Siria o raM. (a intervenci'n rusa en 2fganistán, en 78DB, acab' con lasimpat$a -simpat$a en el sentido de que )los enemigos de mis enemigos son mis amigos*que algunos pa$ses árabes conservaban con la Hni'n Soviética. 0or el contrario, la penetraci'n rusa en Ofrica fue más fuerte que nunca. !n este campo, los soviéticos fueron



mucho más hábiles que los americanos, y se valieron de la pobreza de los pa$ses africanos yel aborrecimiento hacia el capitalismo occidental que los sum$a en una situaci'n decontinua dependencia, para fomentar el comunismo —siquiera fuera, para la sociedadafricana, un comunismo muy peculiar—, y se ganaron zonas de influencia de granimportancia estratégica. 2s$ en el )cuerno de Ofrica*. (a ca$da del /egus o emperador de

!tiop$a, %aile Selassie, en 78D?, dio lugar a la dictadura del general >engistu, que encontr'enseguida el apoyo de la Hni'n Soviética. (os et$opes no salieron ganando nada con ello, pues >engistu prefer$a las armas a los alimentos1 pero Arezhnev encontr' all$ un área muyimportante de influencia entre el mar Nojo y el ndico. (uego, otro cambio de régimen en lavecina Somalia permiti' también la entrada de )asesores* soviéticos y la ca$da de este pa$sen la zona de influencia de Nusia. 6tra magn$fica ocasi'n la depar' el desarrollo de lasguerrillas independentistas en 2ngola y >ozambique. las 3ltimas colonias portuguesas por los a5os D:. !n 2ngola, al lado del movimiento nacionalista H/;2 se form' el >0(2, detipo socialista, muy pronto ayudado por los rusos. Hna vez conseguida la independencia,los dos grupos iniciaron una guerra civil. Nusia envi' solo )asesores*, pero en las filascomunistas lucharon soldados cubanos negros, enviados por @idel &astro. Eurante a5os, fue2ngola un satélite de >osc3, hasta que la guerra civil acab' mediante un acuerdo entre lasdos partes. ;ambién >ozambique vivi' un periodo de influencia soviética. (os pa$ses de2frica se echaban en manos de Nusia por odio a las potencias capitalistas occidentales, perola verdad es que no salieron ganando nada con el cambio. Tuizá estuvo mal calculada la3ltima aventura e"pansionista de la Hni'n Soviética, cuando en 78D? Arezhnev foment' ungolpe de estado en 2fganistán y se form' un gobierno procomunista dirigido por AabraM Parmal. (a resistencia de los guerrilleros islámicos, instigada por los paMistan$es, y adistancia por los americanos, oblig' desde 78DB a enviar tropas rusas a 2fganistán, tropasque fueron hostigadas por una implacable guerrilla. 2fganistán fue una especie de Gietnam para los rusos1 pero las consecuencias finales de la aventura ser$an mucho más decisivas enel descrédito y la desmoralizaci'n del ejército soviético.

;odav$a en la primera mitad de los a5os ochenta, la Hni'n Soviética segu$a siendouno de los dos grandes gigantes del mundo, y en condiciones de medirse con los !stadosHnidos. Sin embargo, en el fondo se trataba ya de un gigante con los pies de barro, y loselementos de disoluci'n estaban obrando en su interior. Nusia segu$a siendo un pa$scomunista, pero los ideales comunistas de un para$so de trabajadores pac$fico y feliz nosolo no se hab$an realizado, sino que se ve$an irrealizables. !l entusiasmo que por laconciencia de la propia grandeza, por la victoria en la )gran guerra patri'tica* contra loshasta entonces invencibles alemanes, o por los gestos de te'rica superioridad frente a loscapitalistas e imperialistas americanos fue declinando. (os rusos ya no cre$an en elcomunismo, y lo que era peor, los propios jerarcas tampoco cre$an. %ab$an formado unafrondosa burocracia privilegiada y diferenciada, que buscaba más su prevalecimiento en lasociedad soviética y en el status establecido, que en los ideales leninistas, que parec$an yadesfasados, y, todav$a más, ut'picos. &und$a el escepticismo, y hasta una cr$pticaadmiraci'n por las formas de vida, la libertad y la prosperidad de 6ccidente. 2umentaronlas deserciones entre los equipos deportivos, los coros o formaciones musicales, lascompa5$as de ballet -3nicos elencos a los que habitualmente se permit$a viajar ale"tranjero1 y los que regresaban contaban maravillas de los pa$ses libres. !l mismoArezhnev tuvo que ir permitiendo ciertos cambios en las formas de vida y aflojando elcontrol sobre los particulares. &uando en 78D8 se celebr' un festival de rocM -con !lton



Iohn en la 0laza Noja, y los j'venes rusos respondieron con asombro y entusiasmo, pod$adecirse que un cambio muy importante se estaba operando en la Hni'n Soviética.

6tro fen'meno muy significativo es el de la llamada por &. Arinton )deserci'n delos intelectuales*. Eurante mucho tiempo la educaci'n, la propaganda, incluso en ocasiones

el temor, hab$an acallado toda protesta de los escritores, los artistas o los cient$ficos. (asmanifestaciones intelectuales eran absolutamente ortodo"as, de acuerdo con el sistema.0ero ya a fines de los a5os 9: Aoris 0astemaM tuvo problemas con su novela )Eoctor Rhivago*, que al fin fue publicada por un editor italiano4 obra que fue recompensada con el0remio /obel de (iteratura de 789B, y que vali' a su autor la fama en 6ccidente y fuertesdisgustos en su patria, hasta su muerte en 78=:. 2le"ander Soltzenitsyn fue galardonadocon el /obel de 78D:, pero como las autoridades rusas consideraron su obra subversiva, nole permitieron ir a !stocolmo a recoger el premio. Solzenitsyn ser$a aislado y luegoe"pulsado en 78DL, y desde entonces apareci' como un opositor decidido al régimencomunista. 6tro disidente ilustre fue el f$sico 2ndrei Sajarov, el )padre de la bombaat'mica rusa*, que, arrepentido más tarde de las consecuencias de su logro, hizo una

campa5a pacifista que caus' disgusto en el Premlin. ;ampoco le dejaron ir a recoger en78D9 el 0remio /obel de la 0az, y desde 78B: se le desterr' a la ciudad de JorMi. 6trosescritores disidentes fueron obligados a vivir en Siberia. (os comunistas no solo se estabanquedando sin ideas, sino que los que ten$an ideas pon$an en peligro al régimen, que no ten$aotro medio de defenderse que usando la represi'n.

;ambién por los a5os B: se echa de ver otro estilo de deserci'n en forma denacionalismos periféricos. Eurante un tiempo se hab$a vivido la identidad de la )Hni'nSoviética* como un esp$ritu en que las ideas estaban por encima de los sentimientosnacionales. ncluso los pa$ses tártaros y musulmanes de 2sia &entral colaboraban con elrégimen comunista, y parec$an enorgullecerse de sus progresos culturales y tecnol'gicos.

(leg' un momento, sin embargo, en que se fue perdiendo este sentido de unidad entreculturas y etnias distintas. &omenzaron las protestas en la zona caucásica, y por ejemplo,los georgianos reclamaron la cooficialidad de su lengua. ;ambién se e"igi' que los altoscargos estuviesen desempe5ados por personajes locales, y no por rusos. !l estado tuvo queacceder a ciertas peticiones, aunque procur' que las más importantes jerarqu$as, as$ comolos altos jefes militares en las guarniciones )no rusas* fuesen rusos, o cuando menosabsolutamente leales a >osc3. (os incidentes no llegaron a revestir gravedad, pero unnuevo s$ntoma de descomposici'n estaba haciéndose notar. # no menos evidentes eran losindicios de secesi'n en los llamados )pa$ses satélites* de !uropa oriental. Eesde la)primavera de 0raga* en 78=B, nunca se hab$a restablecido en toda su ortodo"ia el régimencomunista en &hecoslovaquia, porque echar a todos los disidentes hubiera significadoquedarse sin lo mejor del partido. !l nuevo jefe del gobierno —y luego presidente—,%usaM, aunque depur' a los más renovadores, hubo de seguir una l$nea intermedia entre ladura y la concesiva. ;ampoco %ungr$a segu$a al pie de la letra los dictados del Premlin, elcual hubo de transigir, si no deseaba un enfrentamiento con sus propias criaturas. !lanticomunismo se hizo patente sobre todo en 0olonia, donde la tradici'n cat'lica era muyfuerte -las jerarqu$as cat'licas, como el cardenal >indszenty en %ungr$a, Aeran en&hecoslovaquia, FyczynsMy en 0olonia, tuvieron que sufrir toda clase de vejaciones,incluso )lavados de cerebro*, pero se convirtieron para el pueblo en héroes nacionales. 2lfin las autoridades procedieron a una liberalizaci'n religiosa. !n 0olonia fue donde



del 7: por 7::.

!n el sector campesino se dieron los primeros pasos para el establecimiento de la propiedad privada, o cuando menos el trabajo de la tierra por cuenta propia1 y aqu$ se dio elcaso curioso —frecuente también en otros ambientes descomunistizados— de que los

campesinos se negaban a trabajar por su propia iniciativa las tierras, Wporque el dejar de ser simples instrumentos les resultaba inc'modo !n suma, se iba imponiendo la filosof$a )un pa$s, dos sistemas*, que generalmente se atribuye al compromiso adquirido con motivo dela retrocesi'n de %ong Pong a &hina, en 788D. Nealmente, la idea es anterior, y procede deEeng Xiaoping y Rhao Riyang. Iusto en la zona de Shenzen, cercana a %ong Pong,comenzaron a establecerse empresas de corte capitalista, como una especie de escuelae"perimental del nuevo sistema. 6tra medida del equipo que dirig$an Eeng Xiaoping yRhao Riyang fue la regionalizaci'n de la producci'n, que acab' con un sistema pesado y deescasa rentabilidad en un pa$s tan e"tenso y variado como &hina. ;ambién, con sentidosocial y cultural, se organiz' un servicio de turismo interior por grupos, que permiti',aunque quizá minimamente, que los chinos se conocieran mejor a s$ mismos, o visitaran sus

monumentos más emblemáticos.0or supuesto, el proceso de liberalizaci'n tuvo también sus inconvenientes. (as

remuneraciones diferenciales comenzaron a distinguir entre trabajadores especializados eindiscriminados, entre obreros industriales y campesinos. ;ambién empez' a dibujarse una peque5a burgues$a entre los que ya trabajaban por su cuenta. (os elementos que quedabanen los 3ltimos escalones —aunque en realidad produjeran menos o peor— se sintieron perjudicados. (a racionalizaci'n del trabajo hizo que aparecieran los primeros s$ntomas de paro, un fen'meno antes desconocido -aunque en tiempos de >ao muchos )trabajadores*casi no trabajaran. &on todo, los aspectos positivos no tardaron en hacerse visibles4muchas familias chinas dispon$an en sus hogares de frigor$fico y televisor, cambiaron las

vestimentas, y las costumbres se hicieron un poco más libres.;ambién por lo que se refiere a la pol$tica e"terior, &hina se abri'. !n 78DB se firm'

un tratado con Iap'n, que reconciliaba a los dos pa$ses, secularmente enfrentados, permit$aintercambios comerciales y una cierta amistad. !n 78B?CB9, Rhao Riyang visitaba JranAreta5a, @rancia y 2lemania. /uevas relaciones se establec$an con !uropa. &hina adquir$a productos e"tranjeros y e"portaba los propios. /o eran de muy alta calidad, pero muy baratos, y se ir$an colando fácilmente en los mercados del mundo. Eeterminados grandes bancos mundiales pudieron abrir sucursales en &hina. !l contacto con el e"terior aumentaba, l'gicamente, la apertura e impon$a modos de vida, de trabajo y de actitudesmás parecidas a las de los pa$ses libres del mundo. ;ambién el gobierno chino inici' una pol$tica de relativa tolerancia religiosa. 0arte de los obispos y clérigos que estaban en lacárcel fueron puestos en libertad. &uando en 78B9 Rhao Riyang dej' la jefatura delgobierno para ocupar un alto cargo en el 0residium, Eeng Xiaoping asumi' nuevasatribuciones ejecutivas. ;odo hac$a presumir que &hina alcanzar$a cotas de libertad civil yecon'mica que por entonces, en la época de Arezhnev, parec$an lejanas en la Hni'nSoviética. /o ser$a as$, sin embargo, y en el pr'"imo cap$tulo sabremos por qué.



". LA CAÍDA DEL MUNDO COMUNISTA Y EL $NUEVO ORDEN MUNDIAL%

&omo ya bien sabemos, la segunda guerra mundial no condujo a un mundo de vencedores yvencidos, sino a un mundo controlado por dos grandes superpotencias. !l resto de los

pa$ses, vencedores o vencidos, se reconciliaron bien pronto, pero quedaron a gran distanciade las dos superpotencias4 los !stados Hnidos y la Hni'n Soviética. (a idea de un mundomultipolar, como la que imperaba antes de 78L8, en que una serie de grandes potencias pod$an jugar en confrontaciones bélicas o diplomáticas con similares posibilidades, qued'destruida, quizá para siempre. 2ntes, 2lemania, !stados Hnidos, Jran Areta5a, la Hni'nSoviética, @rancia, la misma talia ->ussolini hab$a propagado la idea de que el ejércitoitaliano era el mejor preparado del mundo eran nacionesCestado temibles, y dignas de ser tenidas en cuenta por un igual en el campo de las relaciones internacionales y del equilibriode fuerzas. Eesde 78?9 se impuso el concepto de )superpotencia*, y esta alta categor$a solola alcanzaban dos nacionesCestado4 HS2 y HNSS. (as demás no ten$an otro recurso quealiarse a ellas o temerlas y respetarlas. 2s$ fue como se formaron dos grandes bloques4 entorno a !stados Hnidos los pa$ses occidentales y democráticos, y en torno a la Hni'nSoviética los )pa$ses satélites*, regidos todos por un partido comunista. !s curioso observar que en cada uno de estos dos bloques se reunieron aliados y enemigos de la v$spera. 0or ejemplo, 2lemania, el enemigo a batir tanto por norteamericanos como por soviéticos en laguerra mundial, pas' a ser un componente del bloque occidental con los mismos derechosque Jran Areta5a o @rancia. (o mismo puede decirse de talia o Iap'n. !n el bloquesoviético, de idéntica manera entraron pa$ses que ya hab$an proclamado al final de la guerraun régimen comunista, como #ugoslavia o Aulgaria, que otros que hab$an sidoanticomunistas de toda la vida, como 0olonia o %ungr$a. 2s$ se form' un mundo bipolar.!n su momento -vid. cap$tulo < hemos visto como se form' un tercer bloque mundial, elde pa$ses no alineados1 su presencia fue efectiva en el mapa geopol$tico mundial, pero suvirtualidad para imponer grandes decisiones globales o decidir los destinos del planeta fuemucho menor. !n general, el juego de las iniciativas y las tensiones, entre 78?9 y 78B8, se basa en la bipolaridad de las grandes fuerzas del mundo4 las llamadas convencionalmente)!ste* y )6este*.

!sta bipolaridad se trunca en 78B8 como consecuencia del derrumbamiento del bloque del !ste. Hn derrumbamiento en doble sentido4 por un lado, muchas naciones del bloque desertan y tratan de constituirse en pa$ses democráticos, que buscan la amistad con6ccidente, en tanto la propia Hni'n Soviética se descompone hasta desaparecer dos a5osmás tarde como tal, para llamarse simplemente Nusia, después de haber perdido inmensosterritorios4 los estados bálticos, Aielorrusia, >oldavia, Hcrania, gran parte de los pa$sescaucásicos y las e"tensas rep3blicas del 2sia &entral.

# por otro lado, desaparece la filosof$a y hasta la m$stica ideol'gica que hab$asustentado la raz'n de ser y, como comuni'n en un mismo ideal o simplemente como prete"to, hab$a garantizado la uni'n de todo el bloque4 el mar"ismoCleninismo, o siqueremos llamarlo de otra manera, el &omunismo de !stado. !l comunismo hab$aconstituido casi una religi'n en todos aquellos pa$ses, en sus doctrinas se hab$an formadosus ciudadanos desde la infancia, y aquellos principios les hab$an sido inculcados medianteuna propaganda muy activa y francamente eficaz. 0oco a poco, de una manera no siempre



incre$ble proyecto, incluso los que a3n no se ve$an realizables. (os !stados Hnidosquedar$an cubiertos por una )sombrilla* capaz de protegerlos de cualquier ataque. Garioscentenares de plataformas espaciales estar$an provistas de instrumentos lanzadores de haceslaserizados de rayos X y de part$culas subat'micas de alta energ$a. 2mbas armasenergéticas viajar$an a velocidad similar a la de la luz, y por tanto en menos de una

cienmilésima de segundo ser$an capaces de alcanzar un misil lanzado contra /orteaméricadesde cualquier lugar del mundo4 el haz de rayos X fundir$a instantáneamente el fuselaje, yel de part$culas penetrar$a en el interior del ingenio enemigo y lo volatilizar$a. 2demás delas armas de )energ$a dirigida*, el proyecto de Neagan inclu$a también )armas de energ$acinética*. o proyectiles tan rápidos que podr$an alcanzar y destruir los lanzados por elenemigo, guiados por unos sensores que los har$an )inteligentes*, sin necesidad de una bal$stica previa que necesitara apuntar con gran precisi'n. Si el arma enemiga se desviabade su trayectoria, el proyectil )inteligente* lo perseguir$a de todas formas, hasta alcanzarlomucho antes de que llegara al blanco. # todas estas armas estar$an servidas por sistemasinformáticos de nueva generaci'n, absolutamente impensables hasta el momento. Neaganrecalc' una y otra vez que la niciativa de Eefensa !stratégica era puramente defensiva, y por tanto estaba destinada a evitar cualquier ataque a los !stados Hnidos, que alcanzar$anas$ la plena invulnerabilidad1 no pretend$a atacar a nadie.

(a idea caus' sensaci'n en el mundo, y por supuesto, en los !stados Hnidos. (os propios americanos comprendieron que su puesta en práctica e"igir$a esfuerzos inmensos, ygastos sin precedentes1 de aqu$ que tropezara con reticencias en las cámaras. Se coment'muy pronto que un proyecto como aquel e"igir$a duplicar o triplicar el presupuesto, y quelos ciudadanos quedar$an acribillados a impuestos, con grave peligro para la econom$a del pa$s más rico del mundo. 0ero Neagan supo maniobrar con su habitual habilidad, y pudoconvencer, uno a uno, a los más recalcitrantes parlamentarios4 posiblemente les dijo más delo que nosotros sabemos acerca de su )proyecto*. !l hecho es que al fin, el Senadoconcedi' una partida de cinco mil millones de d'lares. !ra muy poco para lo que se pretend$a, pero fue suficiente para conseguir la rendici'n de la Hni'n Soviética. ;odav$ahoy la llamada )guerra de las gala"ias* sigue produciendo una reacci'n de horror, y pareceun invento diab'lico de Neagan para destruir el planeta. !n realidad se trataba de un proyecta puramente defensivo, pero capaz de transformar todos los supuestos estratégicoshasta entonces e"istentes. &omo ya hemos visto en su momento, la filosof$a de la carrera dearmamentos, aquel absurdo empe5o en conseguir tanta capacidad de destrucci'n como laque pudiera tener el eventual enemigo, se basaba en la b3squeda de la disuasión. >ientrasuna potencia no tuviera una capacidad decididamente superior a la otra, no se atrever$a aatacarla. # las armas ofensivas de que dispon$an tanto americanos como soviéticos erancapaces de llevar a unos y a otros a la >2E, a la )destrucci'n rec$proca garantizada*. 2nadie se le ocurri' en serio —y ahora lo sabemos mucho mejor que entonces— la idea deemprender una guerra nuclear, que supondr$a con toda seguridad el fin del mundo, incluidoel pa$s agresor. /o habr$a guerra. 0ero ambas superpotencias buscaban la )paridad* precisamente para mantener el equilibrio y )disuadir* al contrario de cualquier tentaci'n desuperioridad eventual. !sta carrera, como ya hemos dicho, obligaba a la Hni'n Soviética aun esfuerzo —y un gasto relativo— mucho mayor que el de los !stados Hnidos, quedispon$an de más riqueza y de una tecnolog$a más avanzada. #a Arezhnev empez' a perder la esperanza de poder mantener la carrera de armamentos en situaci'n de paridad, sobretodo cuando los acuerdos de limitaci'n de armas estratégicas obligaban a sustituir la



cantidad por la calidad, recurriendo a sistemas cada vez más sofisticados.

2hora Neagan daba un nuevo paso, y romp$a no solo la paridad, sino la propiafilosof$a de la disuasi'n. &on su sistema defensivo invulnerable, los !stados Hnidos pod$anreducir a cenizas la Hni'n Soviética, sin que nada ni nadie pudiera impedirlo -no pensaban

hacerlo1 pero la Hni'n Soviética no pod$a hacer lo mismo con los !stados Hnidos. (aépoca de la paridad y de la mutua disuasi'n hab$a pasado a la historia. Solo cuatro d$as mástarde -el <D de marzo de 78BL, 2ndropov, sucesor de Arezhnev, lanz' al mundo unmensaje indignado, alegando que la niciativa de Eefensa !stratégica obligar$a a la Hni'nSoviética a un esfuerzo semejante, y que la paz del mundo estar$a en mayor peligro quenunca. [l sab$a muy bien que Nusia no era capaz de realizar ese esfuerzo, pero quisomantener la tensi'n y tratar de disuadir a los americanos, lanzándoles encima la indignaci'ndel mundo. !l proyecto de )guerra de las gala"ias* —sobre todo si se le daba un nombretan ominoso como este— pod$a aterrorizar a muchos, y ser objeto de cr$ticas por parte de laopini'n mundial. Si los rusos conservaban algo era un e"celente aparato de propaganda, ymuchos elementos de la izquierda en 6ccidente se movilizaron contra la iniciativa de

Neagan, e"agerando los peligros de una )guerra* en verdad terror$fica. !n !uropa, sobretodo, cundi' la alarma. !stados Hnidos quedar$an cubiertos por una )sombrilla* protectora, pero !uropa no. +# si los rusos hac$an pagar a los europeos los platos rotos Sin embargo,la tesis que trascendi' con más frecuencia fue la de la posibilidad de una guerra másespantosa -si es que eso cabe imaginarlo siquiera que una simple confrontaci'n at'mica)convencional*. Neagan, sin embargo, no se dej' impresionar por las cr$ticas. >ás biendej' que las gentes, y especialmente los rusos, se tomaran en serio unos proyectos que probablemente nunca se propuso llevar a la práctica, por su disparatado coste -de la)iniciativa*, solo se han desarrollado, y en su forma más simple, bombas y proyectiles)inteligentes*.

(os rusos sab$an que ten$an muy pocas posibilidades de contestar. !studiaronmétodos para destruir las plataformas orbitales, pero pronto supieron que aquellas poseer$ansistemas de alerta capaces de detectar cualquier misil dirigido contra ellas mismas. &ab$alanzar al espacio unas pocas plataformas rusas, pero las disponibilidades no daban paramás, y nunca podr$an equilibrarse las fuerzas. Sobre todo, los soviéticos no dominaban los principios f$sicos en que los americanos pensaban basar sus )armas energéticas*. ;ampocoestaban en condiciones de competir en el campo de la alt$sima tecnolog$a informática.&ualquier proyecto que pudieran concebir quedaba inmediatamente contestado por proyectos mucho más avanzados de sus rivales. @ue aquella una dramática partida deajedrez en que llevaba las de ganar no el más inteligente, ni el más astuto, sino el más rico.(a niciativa de Eefensa !stratégica fue el golpe definitivo que hizo comprender a losdirigentes de la Hni'n Soviética que no ten$an la menor posibilidad de ganar, ni siquiera decontinuar, la guerra fr$a. Nealmente, en una guerra caliente, por fortuna, ya no pensabanadie.

La 6perestroi>a8

!n 78B? falleci' #uri 2ndropov, el anciano l$der soviético que hab$a sucedido a



un tercio de los representantes ser$a elegido por las )organizaciones p3blicas*, entre ellas, yen lugar principal, por el 0artido &omunista1 los otros dos tercios ser$an elegidos por el pueblo de entre las candidaturas presentadas4 candidaturas que, naturalmente, podr$an ser también comunistas, como hasta entonces lo hab$an sido siempre1 pero ahora ya nonecesariamente. !n las elecciones de 78B8, muchos comunistas que se consideraban

seguros vencedores fueron rechazados por los electores, si bien tampoco se dibujabannuevas fuerzas pol$ticas4 era muy pronto para ello. ;ampoco estaba demasiado claro enaquellos momentos quién era comunista y quién no. # en 788: se reform' la &onstituci'n,que admit$a el &omunista como partido 3nico. Ee paso, se modificaba el papel de presidente de la rep3blica, que adquir$a funciones ejecutivas de primer orden. Jorbachov seerig$a en cabeza de una rep3blica presidencialista.

!n el campo de las relaciones e"teriores, Jorbachov busc' poner fin a la guerra fr$asin producir la sensaci'n de que esa guerra hab$a terminado porque la Hni'n Soviética serend$a. !n general, se entendi' bien con el ya todopoderoso Neagan. !ran dos hombres de buen humor, abiertos y comunicativos, que en cierto modo llegaron a una forma de amistad

personal. !n la primera entrevista, celebrada en Jinebra en 78B9, mostraron su )voluntadcom3n de impedir la guerra*, y el compromiso de )no buscar cada uno la superioridad*. /o se concret' más, de momento. !n la &onferencia de NeijMiaviM, en octubre del mismoa5o, se lograron significativos acercamientos en lo que se refiere a la reducci'n del n3merode misiles intercontinentales y otras armas, que se ir$an destruyendo progresivamente. !sos$, el desarme se limitar$a a las armas de destrucci'n masiva, pero por lo que se refiere a laniciativa de Eefensa !stratégica, Neagan se mostr' infle"ible, alegando que se trataba deun proyecto meramente defensivo, que ya estaba en marcha, y que no pondr$a en peligro laseguridad de nadie. !n realidad era su mejor baza. !l ;ratado de Fashington, de diciembrede 78BD, preve$a la destrucci'n, en un plazo de tres a5os, de todos los misiles de corto ymedio alcance y sus respectivas bases de lanzamiento. !stas destrucciones ser$ansupervisadas por equipos conjuntos, y por primera vez la Hni'n Soviética admit$a la visitade inspectores para comprobar que los acuerdos se estaban cumpliendo. Se hab$a acabadoel secretismo del rearme soviético. # finalmente, la &umbre de >osc3, celebrada en 78BBestuvo llena de cordialidad y mutuo respeto por ambas partes. Se anunci' la retirada detropas soviéticas de 2fganistán. (a guerra fr$a hab$a terminado.

!n 788:, Jorbachov recibi' el 0remio /obel de la 0az. 0oco después pronunciabaun hist'rico discurso en las /aciones Hnidas, en el que anunciaba que se hab$a acabado para siempre la confrontaci'n entre las dos superpotencias y hac$a un llamamiento almundo para poner las bases de una paz definitiva. (os nuevos retos del mundo consist$an, yen eso todos los pa$ses habr$an de poner su empe5o, en acabar con el hambre y elsubdesarrollo, y en proteger el medio ambiente. Hna etapa hist'rica se hab$a cerrado, yJorbachov se hab$a convertido en un héroe mundial.

La desintegración de la Unión Soviética

Hn hecho que puede llamar la atenci'n —y la llamaba ya por entonces— es queJorbachov era mucho más popular en el mundo occidental que en la propia Nusia.



2parec$a en el e"terior como el hombre que estaba dando a la Hni'n Soviética una dosis delibertad como nunca antes hab$a tenido, y la estaba conduciendo por un camino que no pod$a desembocar sino en la democracia. 2l mismo tiempo, se le ve$a predispuesto a la paz,al desarme, y a la amistad con los pa$ses occidentales. !ra algo parecido a un héroe de la paz y de la libertad, y en cuanto tal le fue concedido el 0remio /obel. (os rusos, en

cambio, no comprend$an muy bien los planes de Jorbachov. (a Hni'n Soviética estaba perdiendo peso en el mundo, y, es más, estaba desapareciendo la filosof$a triunfalista quedurante tantos a5os hab$a tratado de convencer a los rusos de que viv$an en un para$so, queeste modelo paradis$aco era e"portable y acabar$a dominando en el resto del planeta, que laHni'n Soviética era el pa$s más poderoso, más respetado y más temido... y hasta el másgrande -en las escuelas rusas, los mapas sol$an adoptar la proyecci'n >ercator, queaumenta la e"tensi'n aparente de las tierras más cercanas a los polos. ncluso, sin esterecurso, la Hni'n Soviética era el estado con más Mil'metros cuadrados de e"tensi'n, muy por encima de &hina o los !stados Hnidos. Ee pronto, desaparec$an los motivos deorgullo. (a econom$a, pese a los intentos de reforma, marchaba mal, y los rusos viv$an peor con Jorbachov que con Arezhnev. # por si fuera poco, comenzaron a operarse una serie dedisidencias periféricas que amenazaban con desintegrar la Hni'n1 y, más todav$a, los pa$sessatélites comenzaban a dar se5ales de deserci'n, dispuestos a hacer historia por su cuenta.(a mayor$a de la poblaci'n rusa no ten$a tal vez la suficiente capacidad de análisis parahacerse una clara idea de lo que estaba sucediendo1 pero cund$a la conciencia de que lascosas no marchaban bien. (os rusos estaban acostumbrados a que alguien, un gloriososalvador, los condujera. %ab$an aceptado la perestroiMa como un programa de regeneraci'n, pero no ve$an con claridad que estuviera produciendo los resultados apetecidos. (asensaci'n, hasta cierto punto al menos, era de fracaso.

Suele decirse que, de los planes de Jorbachov, tuvo más é"ito la glasnost que la perestroiMa, es decir, que hubo más libertad que soluci'n de los problemas, y en ciertomodo fue as$. (os rusos pod$an criticar al gobierno sin sufrir represalias, como antes1 y,naturalmente, criticaron mucho más, o por lo menos lo hicieron grupos sociales eintelectuales que se consideraban capacitados para la cr$tica. Se criticaba, o se o$a criticar1en cambio, no se viv$a mejor, y la gigantesca estructura de la Hni'n Soviética parec$a másdébil y más tambaleante que en los tiempos anteriores. 0ero quizá se equivocaban losoccidentales al pensar que Nusia era más democrática. Simplemente, era más libre, peromuchos rusos no sab$an e"actamente qué era la democracia, ni conoc$an sus ventajas. ;anacostumbrados estaban a obedecer, que siempre votaban al que mandaba. &omo votaronincondicionalmente a Jorbachov, a pesar de todo, mientras fue presidente de la Hni'nSoviética1 después que hubo perdido su cargo, y a pesar de que se present' varias veces alas elecciones, apenas recibi' más que un pu5ado rid$culo de votos. &asos como este serepitieron a montones. Nusia tendr$a que acostumbrarse poco a poco a la libertad, y habr$ande transcurrir muchos a5os antes de que esta costumbre tuviese consecuencias operativas.Ee hecho —y este es otro de los puntos que suelen subrayar con más énfasis los analistas —, los gigantescos cambios que tuvieron lugar entre 78B8 y 7887 se operaron sin apenasintervenci'n de las masas. 2dmitido todo esto, también es preciso admitir que la libertad yel derecho a la cr$tica no dejaron de jugar un papel importante en los cambios. Hn régimenférreo y represor como el que hab$a sufrido la Hni'n Soviética desde hac$a muchos a5os,dif$cilmente hubiera permitido la posibilidad de esos cambios.



0or de pronto una cosa estaba clara4 la econom$a marchaba mal, y los rusos viv$an peor que antes. !s curioso4 la libertad de cultivos produjo un descenso en la producci'n.(os campesinos estaban acostumbrados a trabajar en los )Moljoses* o los )sovjoses*,vigilados, pero seguros. >uchos se negaron a abandonar estas viejas asociaciones. # otrosutilizaron su libertad para vender en el mercado negro y favorecer, tal vez

inconscientemente, la econom$a sumergida. 2ument' el n3mero de intermediarios, y por consiguiente, los precios subieron. Se colaps' el abastecimiento de las ciudades, al punto deque muchas veces era dif$cil encontrar en los mercados los productos de primera necesidad.2ntes e"ist$a un sistema de racionamiento que obligaba a guardar largas colas, pero eraseguro poder adquirir los art$culos precisos, y a precio asequible. 2hora no hab$aracionamiento, pero la seguridad hab$a desaparecido, y los mismos art$culos hab$an subidode precio. ;ambién baj' la producci'n industrial. !ra dif$cil acostumbrarse a una econom$alibre, y los que se aprovecharon de ella fueron pocos. (a mayor parte de los rusos hubieronde resignarse a comprar menos productos que antes y más caros. Jorbachov decidi' unasubida de los salarios, pero la medida no hizo más que disparar la espiral inflacionista.nflaci'n4 estaban sucediendo en la HNSS hechos que la gente no recordaba nunca, ymuchos de ellos nada agradables. 0or otra parte, la libertad permiti' las primeras huelgas-fue dur$sima la huelga de los mineros, pero ello no hizo sino aumentar eldesabastecimiento, o acelerar la inflaci'n. !n suma, no era tan fácil convertir una econom$adirigida y controlada en una econom$a de libre mercado4 sobre todo si Jorbachov no estabamuy seguro de hasta d'nde se pod$a llegar por ese camino.

2l descontento por la mala coyuntura econ'mica se uni' el desconcierto provocado por la progresiva deserci'n de los pa$ses satélites. Jorbachov hab$a derogado la doctrinaArezhnev de la soberan$a limitada, dejando en total libertad a los estados del 0acto deGarsovia, que entendieron con otra lectura el significado de la perestroiMa y comenzaron aevolucionar por su cuenta hacia la democracia y a emanciparse de la férula de >osc3, comovamos a ver en el pr'"imo apartado. 0ero hab$a mucho más4 también varios de los quinceestados de la Hni'n Soviética comenzaron a dar se5ales de querer vivir por su cuenta. (atendencia, en el fondo, aunque apenas entrevista, es anterior al programa de la perestroiMa,y ya se adivin' en los 3ltimos a5os del mandato de Arezhnev. Se hab$a ido poco a pococoncediendo los puestos de alta responsabilidad de cada rep3blica de la Hni'n a pol$ticosnativos, que ahora pudieron agarrarse con facilidad a los argumentos nacionalistas. !nmarzo de 788:, (ituania, un pa$s más vinculado hist'ricamente a 0olonia que a Nusia, proclam' su independencia por iniciativa de un pol$tico vivaz y activo, Gitautas(andsbergis. 2 su ejemplo, d$as más tarde hizo lo mismo !stonia. # (etonia sigui' elejemplo en mayo. (os pa$ses bálticos hab$an sido independientes antes de la guerramundial, y pose$an un acusado sentido nacionalista. 0ara la Hni'n Soviética era decisiva la posesi'n de una amplia ventana al mar Aáltico, y Jorbachov, profundamente disgustado,orden' la invasi'n militar de aquellos pa$ses, al mismo tiempo que iniciaba conversaciones.!staba claro que tarde o temprano, habr$a que prescindir de aquellos territorios. >ásincre$ble fue la declaraci'n de independencia de un pa$s de cultura y lengua rusas, comoHcrania, donde PravchuM quiso proclamar la soberan$a en julio. Signos de descomposici'nse estaban operando también en las peque5as, pero vitales rep3blicas caucásicas -Jeorgia,2zerbaiyán, &hechenia, /agornoCParabag, y en las grandes rep3blicas tártaras de 2sia&entral -Pazajstán, ;urMmenistán, ;ayiMistán, Pirguistán, HzbeMistán.



!n realidad, Jorbachov era un hombre inteligente, pero se encontraba preso de ideascontradictorias que era muy dif$cil conciliar. &omenz' su mandato concibiendo la perestroiMa como una reestructuraci'n del estado comunista para hacerlo más abierto y máshumano, pero sin contemplar su desaparici'n. !n alg3n momento se dio cuenta de quelibertad a ultranza y estado comunista eran conceptos incompatibles, y probablemente se

decidi' por la idea de un estado )postcomunista* en el cual el comunismo no hubieradesaparecido, pero compartir$a la diversidad pluralista con otras opciones. 0ero no pod$aseguir adelante sin contradecirse. 6tro prop'sito muy dif$cil de conseguir fue el demantener la Hni'n Soviética sin )soviets*, como una confederaci'n de estados obedientes aun mismo poder, pero ya sin la m$stica y la férrea disciplina nacida de una educaci'ncom3n en un partido 3nico y obligatorio, que los hab$a mantenido unidos. Hna Hni'nSoviética no comunista era sin duda una contradicci'n en los términos. # Jorbachov nosupo tomar conciencia a tiempo de esta contradicci'n. # en esa contradicci'n radica muy probablemente la raz'n del fracaso de un proyecto que hab$a comenzado con los mejoresauspicios.

!l 7B de agosto de 7887 se produjo en >osc3, mientras Jorbachov veraneaba consu familia en &rimea, un golpe involucionista dirigido por hombres que formaban todav$a parte del gobierno, pero que no deseaban abandonar el régimen comunista ni pod$an tolerar la descomposici'n de la HNSS. (os principales cabecillas eran el vicepresidente #anaev, el primer ministro 0avlov, el ministro de defensa, mariscal Easov, el ministro del nterior,0ugo, y el director de la PJA, PriuschMov. !l movimiento no iba dirigido e"actamentecontra Jorbachov, sino contra los resultados de su pol$tica, y por eso los sublevadosintentaron ganarse al veraneante, sobre la base de )la salvaci'n de la Hni'n Soviética*.W&uando eso era precisamente lo que siempre hab$a querido Jorbachov 0ero el golpesignificaba algo parecido al regreso a los tiempos anteriores a la perestroiMa, y el presidentese neg'. Eurante tres d$as estuvo detenido. !l mundo vivi' horas dramáticas. Nusia pod$aretroceder a los tiempos de Arezhnev. (a perestroiMa, con todas sus esperanzas, se ven$aabajo. #, efectivamente, se vino abajo, pero no porque el golpe triunfara, sino porqueJorbachov no fue capaz de salir de sus contradicciones.

Ee pronto, se consagr' un nuevo héroe4 Aoris #eltsin. %ab$a sido, como Jorbachovy como todos, un devoto comunista, pero hab$a comprendido muy bien dos cosas4 que laera del comunismo hab$a pasado, y era incompatible con la libertad, y que el fin delcomunismo significaba también el fin de la Hni'n Soviética como tal. (o que proced$a noera salvarla, sino disolverla. 0or eso, desde que, meses antes, hab$a sido elegido presidentede Nusia -con gran diferencia la más importante de las quince rep3blicas de la Hni'n,apost' por el nacionalismo ruso, y comenz' a comportarse como un verdadero jefe deestado, sin que Jorbachov pudiera impedirlo.

# cuando se produjo el golpe de agosto de 7887, #eltsin, que estaba en >osc3,dirigi' la contrarrevoluci'n. 2l frente de miles de manifestantes, cerc' el edificio del SovietSupremo, -llamado en >osc3, curiosamente, la )&asa Alanca*, por su color, donde sehab$an refugiado los golpistas. !l ejército, a pesar de que estaba disgustado por la pérdidade prestigio de la Hni'n Soviética y por los nacionalismos, no intervino, porque losmilitares tampoco se consideraban comunistas o estaban convencidos de que el comunismo



en Nusia no ten$a porvenir. !n tanto, #eltsin, con una energ$a e"traordinaria, arengaba al pueblo moscovita. 2 los tres d$as, y sin haber recibido el apoyo militar que esperaban, serindieron los sublevados. Jorbachov regres' de &rimea, pero ya no era el héroe de lasituaci'n. 0or unos meses hubo una e"tra5a convivencia —nada amistosa— entreJorbachov, presidente de la Hni'n Soviética, y #eltsin, presidente de Nusia. /adie sab$a

e"actamente quién mandaba. (a situaci'n la decidi' aquel oto5o la separaci'n de lasdistintas rep3blicas, incluyendo territorios que hasta entonces no se hab$an sublevado,como >oldavia o Aielorrusia. Si Nusia, bajo la direcci'n de #eltsin, acentuaba su propionacionalismo, las demás rep3blicas no iban a ser menos, y sent$an más motivos parahacerlo. &on quince estados independientes, la Hni'n Soviética hab$a desaparecido dehecho. !n noviembre, el partido comunista fue prohibido en Nusia por #eltsin4 era el 3nicovestigio del pasado que quedaba. !l <9 de diciembre, en lo alto del Premlin, era arriada la bandera de la Hni'n Soviética, la ense5a roja con la hoz y el martillo, y segundos despuésera izada la bandera de Nusia, blanca, azul y roja. Jorbachov, presidente de una Hni'n queya no e"ist$a, fue depuesto, y ya no volvi' a ocupar cargos. !ncontr' mejor acogida en6ccidente que en su pa$s. !stableci' la @undaci'n Jorbachov, que lucha por la paz y laayuda a los pa$ses del tercer >undo, y se dedica a pronunciar conferencias, siempre fuerade Nusia. !s siempre muy aplaudido. Son los 3nicos aplausos que recibe.

El camio en los países satélites

!n 78B8 se conmemor' el segundo centenario de la Nevoluci'n @rancesa. (oscomentaristas han relacionado una y otra vez este a5o con una nueva revoluci'n, no menosdecisiva para la historia del mundo, como fue la ca$da de los reg$menes comunistas y laconsiguiente liquidaci'n de la tensi'n !steC6este. ;ambién se habla de un )siglo XXcorto*, que transcurrir$a desde 787?, en que comienza la primera guerra mundial, hasta

78B8, en que, con la ca$da del )tel'n de acero*, ya no es posible una guerra entre grandes potencias desarrolladas, al menos dentro de nuestra civilizaci'n. !n todo caso, siempre secoloca en 78B8 la frontera entre dos edades hist'ricas. Sin embargo, hemos visto que en el proceso de evoluci'n y desintegraci'n de la Hni'n Soviética que acabamos de seguir, ela5o 78B8 no parece el más importante. !l aura especial de ese a5o radicafundamentalmente en la ca$da del )>uro de Aerl$n*, que simboliza también la del );el'nde 2cero*. # es que, efectivamente, en 78B8 se produce una espectacular transformaci'n delos pa$ses de !uropa 6riental, que en un proceso que parece durar solo semanas o meses, pasan del régimen comunista a otro democrático. 0or supuesto, lo que ocurre en estos pa$ses está relacionado con lo que ocurre en la Hni'n Soviética. !l proceso iniciado con la perestroiMa facilita esa rápida evoluci'n, y a su vez, lo que ocurre en las naciones de !uropa6riental influye decisivamente en el proceso de evoluci'n y desaparici'n de la Hni'nSoviética. Eir$ase que la Nusia comunista no puede sobrevivir sin ese colch'namortiguador situado entre ella y la !uropa libre. Iustamente, el );el'n de 2cero* noestaba situado en la frontera occidental de Nusia, sino en la de las dos 2lemanias, o en la de&hecoslovaquia, %ungr$a o #ugoslavia con los pa$ses libres de más al 6este. 0or eso loscambios operados en 78B8 causaron tan dramática sensaci'n en !uropa, una !uropa quedesde entonces queda integrada en un mismo sistema de relaciones.



a 0olonia fue el primer pa$s que abandon' el comunismo. #a conocemos la fuerteoposici'n ofrecida por gran parte de la sociedad, avalada por la glesia cat'lica, que,aunque limitada en sus funciones por las autoridades, fue muy influyente en el esp$ritu delos polacos, sobre todo después de la elecci'n del cardenal Fojtila como Iuan 0ablo , en

78DB. %emos recordado también la aparici'n, en 78B:, del sindicato obrero cat'licoSolidaridad, dirigido por un obrero de los astilleros (enin de JdansM, llamado (echFalesa. Falesa, hijo de un carpintero, era un hombre de escasa cultura, pero de un grancoraz'n, fuerte voluntad y fervoroso cat'lico. Solidaridad no solo logr' un gran predicamento entre la clase obrera, sino que despert' muy amplias simpat$as populares. !lgobierno fue incapaz de dominar a los )solidarios*, y en 78B7 con el apoyo de la Hni'nSoviética, tuvo lugar un golpe militar, dirigido por el general IaruzelsMi, que sustituy' algobierno por una junta de generales y ejerci' una dictadura de nuevo cu5o en el pa$s.Falesa fue encarcelado y el sindicato Solidaridad qued' prohibido, aunque sus miembrossiguieron actuando en la clandestinidad. !n 78B9, IaruzelsMi se erigi' en presidente de larep3blica. Sin embargo, su mandato no fue c'modo, y en él se suceden represiones yamnist$as. (a presi'n popular y las huelgas le hicieron ser cada vez más concesivo. 0rontocomprendi' que Falesa en la prisi'n era más inc'modo todav$a que en libertad, y leamnisti'. &uando Jorbachov declar' e"tinguida la doctrina Arezhnev y comenz' a retirar tropas de 0olonia, IaruzelsMi comprendi' que el giro de los acontecimientos era yairreversible, y sigui' una pol$tica de creciente libertad. 0or 78BB era ya dif$cil asegurar que0olonia era un pa$s comunista, como también era dif$cil saber quién mandaba de verdad enél. @ue en este a5o cuando el e"Cdictador decidi' convocar elecciones libres, que secelebraron en 78B8. Se sab$a que Solidaridad, convertida ya en partido pol$tico, iba aobtener mayor$a, pero fue una sorpresa el que todos los candidatos elegidos pertenecieran algrupo de Falesa. &uriosamente, se hab$a pasado de un régimen de partido 3nico almandato de otro partido 3nico, aunque volcado hacia la democracia. ;ambién es curiosoque el presidente de 0olonia siguiese siendo IaruzelsMi. !ste es un hecho que demuestra lasuavidad de los cambios operados en la !uropa del !ste, en que hubo comprensi'n por ambas partes, y no se derram' una gota de sangre, salvo en Numania. !n las elecciones presidenciales de 788: fue elegido, como se esperaba, (ech Falesa, y se form' un gobiernodirigido por ;adeusz >azoviecMi. 0olonia hab$a entrado definitivamente en la democracia.

b &hecoslovaquia, desde la )primavera de 0raga* en 78=B, ten$a sin duda el régimencomunista más abierto de la !uropa del !ste. 0a$s industrial más que agr$cola, culto y muyabierto al mundo germánico y sus costumbres, pose$a una clase media muy influyente eintelectuales de prestigio, que contribuyeron al golpe de 78=B, que no triunf', por obra de lainvasi'n soviética, pero tampoco fracas' del todo. Hn amigo de 2le"ander EubceM eraGaclav %avel, poeta y dramaturgo. EubceM acab' su vida como humilde guardabosques, pero %avel fue encarcelado, y puesto en libertad en 78BL. Eesde entonces se dedic' aescribir obras de teatro, que, sin atacar directamente al régimen, defend$an la dignidad delhombre y sus derechos, y condenaban la opresi'n de las conciencias. %avel se gan' as$ un prestigio inmenso en la sociedad checa, sin que las autoridades se atreviesen a tomar medidas contra él. !n una reuni'n clandestina celebrada en un bosque de Aohemia, %avelfund' el )@oro &$vico*, una instituci'n no propiamente pol$tica, pero s$ defensora deldiálogo, del respeto a todos los seres humanos y el derecho de cada conciencia a seguir con



e"ist$an, pero no fueron objeto de represi'n.

!n marzo de 78B8 fueron rotas las alambradas de la frontera con 2ustria, un pa$s alque los h3ngaros no ten$an permiso para ir. 2hora comenzaron los intercambios, y, a3nmás4 muchos alemanes orientales, que no pod$an cruzar el ;el'n de 2cero o el muro de

Aerl$n, se trasladaban a &hecoslovaquia, de aqu$ a %ungr$a, y de %ungr$a, por 2ustria, pasaban a la parte occidental de su patria. 0or primera vez se hab$a abierto un agujero en lavalla infranqueable entre el !ste y el 6este. !n septiembre del mismo a5o, las calles sellenaron de manifestaciones que ped$an libertad. /ada se hizo por impedirlas. #a por entonces los nuevos partidos estaban de facto organizados. !l = de octubre se produjo unhecho por demás peregrino, que refleja una vez más el esp$ritu de aquella transici'n pac$fica. Se convoc' un &ongreso e"traordinario del 0artido Socialista 6brero %3ngaro-nombre que hab$a adoptado el partido 3nico comunista. (a sesi'n fue transmitida por latelevisi'n p3blica. >illones de h3ngaros, asombrados, pudieron seguir en directo losdiscursos que all$ se pronunciaron4 todos los miembros, uno tras otro, hicieron unaautocr$tica de la gesti'n del partido durante ?7 a5os, lamentando sus errores. 2l final se

adopt' la decisi'n más sorprendente4 el partido se autodisolv$a. %ungr$a quedaba en unvac$o institucional casi absoluto. Sin embargo, no se registraron incidentes, sino escenas de j3bilo sin violencia ni revanchismos. !l 0arlamento fue la 3nica instituci'n que sigui'funcionando, y all$ se abri' la inscripci'n para que se registraran todos los partidos quedesearan entrar en la vida p3blica. Se presentaron una buena cantidad de ellos, y se temi' laformaci'n de una cámara ingobernable. !l <9 de marzo de 788: se celebraron eleccionesgenerales. &omo se esperaba, no hubo mayor$a absoluta. !l que obtuvo más votos fue el@oro Eemocrático, seguido por el partido socialdem'crata, y el de los 0eque5os&ampesinos. 0ero como las diferencias de programa no eran grandes, no huboinconveniente en elegir presidente a 2rpad Jonz y un gobierno dirigido por I'zsef 2ntaci.%ungr$a entraba en la democracia con talante de centro. /inguno de los grupos ten$a unaideolog$a muy definida, y, hasta resultaba dif$cil distinguir entre derecha e izquierda. Eeaqu$ que %ungr$a se haya convertido en un pa$s de gobiernos relativamente inestables, perocon un régimen de gran estabilidad, garantizada por la moderaci'n de todas las fuerzas pol$ticas.

c (a reunificaci'n de 2lemania fue el hecho más celebrado de todo el proceso dedemocratizaci'n de los pa$ses comunistas de !uropa, por la significaci'n que tuvo y elcarácter simb'lico que se le quiso atribuir. @ue, más que en ning3n otro caso, la e"presi'nde la ruptura del ;el'n de 2cero, y la ca$da del famoso muro de Aerl$n. @ue, además, el3nico cambio que permiti' la reunificaci'n del pa$s más poderoso de la &omunidad!uropea. (a empresa no parec$a fácil. 2lemania hab$a sido el gran enemigo que hab$ainvadido Nusia en 78?7, y aunque la Hni'n Soviética estaba evolucionando rápidamente,no parec$a dispuesta a retirar sus tropas de ocupaci'n, que a3n sumaban L9:.::: hombres,ni a renunciar a los tratados por separado que hab$an consagrado la e"istencia de laNep3blica Eemocrática de 2lemania -que era la menos democrática de las dos. !l partidocomunista ten$a all$ una fuerza especial, y operaba con dureza contra los disidentes o losindividuos que consideraba peligrosos. !l gobierno de 0anMoQ —una localidad cercana aAerl$n— no hac$a concesiones, y era de los más fieles a la Hni'n Soviética. (os opos-contracci'n de 4ol8spoli+ei, polic$a popular gozaban fama de implacables. @ue presidente



de 2lemania 6riental !rich %onecMer -78D=C78B8, un hombre que comenz' concediendoamnist$as, pero que en 78B7, ante los sucesos de 0olonia, con la aparici'n de Solidaridad yla ulterior dictadura de IaruzelsMi, se hab$a inclinado por la l$nea dura.

Sin embargo, los alemanes orientales, aunque en un n3mero relativamente grande

eran comunistas, sent$an la nostalgia de su patria unida, y deseaban la reunificaci'n másque los occidentales, que sab$an muy bien que ese hecho, aunque deseable, significabacargarse un muerto a la espalda. 2unque desde el bloqueo de Aerl$n y sobre todo desde laconstrucci'n del >uro, los viajes al 6este estaban prácticamente prohibidos, los orientalessab$an muy bien que la otra 2lemania era uno de los pa$ses más pr'speros del mundo y queen ella se disfrutaba de un nivel de vida envidiable. Hn papel fundamental lo jugaron lascadenas de televisi'n de la N@2, que pod$an verse sin dificultad, por razones de cercan$a,desde la )Nep3blica Eemocrática* con la ventaja, además, de que en ambas partes del tel'nse hablaba el mismo idioma. (as imágenes de tanta prosperidad y tanta libertad no pod$anmenos de encandilar a los orientales. !l canciller de 2lemania 6ccidental, Pohl, que desdeel primer momento se hab$a manifestado en pro de la pol$tica unificadora, ofreci'

intercambios beneficiosos, que %onecMer no pudo menos que aceptar. !n 78BD visit' laNep3blica @ederal, en un gesto que confesaba el inevitable acercamiento entre las partes.&on todo, los hechos avanzaban más deprisa que las cesiones del l$der comunista. !n 78B8,cuando se produjo la ca$da del régimen de todas las rep3blicas del !ste, %onecMer fueacusado de fraude en las elecciones municipales de mayo, y tuvo que dimitir. (os alemanesorientales se manifestaban4 )el pueblo somos nosotros*. !l nuevo l$der comunista, !gonPrenz, se rindi' a los hechos, y decidi' abrir el muro de Aerl$n el 8 de noviembre de 78B8.Pohl se traslad' a la antigua capital alemana, y particip' en la solemne ceremonia en que seunieron dos millones de alemanes de uno y otro lado, a los sones del %imno a la 2legr$a dela /ovena Sinfon$a de Aeethoven -declarado poco después himno de !uropa. !l famosomuro hab$a ca$do al fin. >uchos alemanes, después de la fiesta de los fuegos artificiales, sellevaron trozos de ladrillo como recuerdo de un pasado que, venturosamente, ya no habr$ade volver. !n este caso ya no se trataba solo del derrumbamiento de un régimen comunista,sino de que 2lemania recobraba, después de ?? a5os, su integridad territorial.

Subi' al poder en el sector oriental el reformista %ans >odroQ, que no hizo sino preparar las condiciones para la reunificaci'n. !l problema más grave era la retirada de losL9:.::: soldados soviéticos que a3n estaban de guarnici'n en 2lemania. ;odo lo arregl'Pohl. Jorbachov accedi' a retirar sus fuerzas a cambio de una ayuda econ'mica que leestaba haciendo mucha falta. !n marzo de 788: se celebraron elecciones libres, en quetriunfaron los socialdem'cratas de (othar de >aziére, que form' un gobierno de coalici'n.!staba previsto un complicado sistema de unificaci'n de las dos 2lemanias que durar$avarios a5os, pero ante el clamor popular y la habilidad de Pohl, el proceso se aceler' lomás posible. !l 7 de julio de 788: se procedi' a la unificaci'n econ'mica y monetaria4 lasdos zonas pod$an comerciar libremente, y a los alemanes del !ste les toc' la loter$a, puestoque sus desvalorizados marcos valdr$an como los del otro lado. !l <L de agosto la &ámaradel 0ueblo acept' la reunificaci'n -que era más bien la absorci'n del !ste por el 6este. !l< de octubre se disolvi' la Nep3blica Eemocrática de 2lemania, y al d$a siguiente suterritorio pasaba a formar parte de la Nep3blica @ederal, convertida ahora en un pa$s de B:millones de habitantes. @ue el momento de la mayor gloria de Pohl y el triunfo de2lemania y de la democracia a un tiempo.



e Aulgaria era posiblemente el pa$s más comunistizado de todos, y el más adicto a >osc3.Sin embargo, tampoco aqu$ la transici'n tropez' con problema alguno, tal era la fuerza delmovimiento que sacud$a a toda !uropa oriental. &onforme Nusia abandonaba su posici'nhist'rica, los comunistas b3lgaros se sintieron desasistidos y se apresuraron a favorecer una

transici'n pac$fica, para evitar males mayores. (as primeras medidas democratizantescomenzaron a tomarse a fines de 78B8. Hn d$a después de la ca$da del muro de Aerl$n, elmá"imo mandatario, IivMov, dimit$a, y poco después era acusado de malversaci'n defondos. ;odo el sistema se ven$a abajo. !l sucesor era el gorbachovista >iadenov, que prometi' un programa de cambios progresivos, para evitar traumas, pero la presi'n de losque deseaban un régimen libre le oblig' a convocar elecciones constituyentes en junio de788:. !n un plazo de meses se adopt' una constituci'n democrática, que aceptaba el pluralismo, la libertad individual, el voto secreto, los partidos pol$ticos y la separaci'n de poderes.

f Solo en Numania hubo lucha, aunque el desenlace fue el mismo que en todas partes.Eesde 78D8 ejerc$a una férrea dictadura /icolae &eaucescu, que a pesar de haber declaradoun régimen cada vez más independiente de >osc3, no por eso concedi' más libertades a su pa$s. 2l contrario, &eaucescu fue un individuo con afanes megal'manos, que quisoconstruir con dineros del !stado edificios gigantescos, que resultaron poco 3tiles. Hno deellos solo era superado en superficie por el 0entágono. Htilizaba vajillas de oro, y dispon$ade numerosos autom'viles de lujo, fabricados e"presamente para él, enmoquetados conalfombras persas. Se hizo due5o de un equipo de f3tbol, el Steaua de Aucarest, que todoslos a5os ten$a que ganar el campeonato de liga, hasta el punto de que para lograrlo seanularon los resultados de algunos partidos adversos, se presionaba a los árbitros, o sesuspend$a el encuentro en el momento más conveniente. 0or desgracia, no fueron estas las3nicas originalidades de &eaucescu. &uando ya hab$an desaparecido todos los reg$menescomunistas del !ste, en diciembre de 78B8, tuvo lugar una manifestaci'n masiva en lascalles de ;imisoara, reclamando el respeto a los derechos humanos, hollados por eldictador. !l ejército permaneci' pasivo, pero la concentraci'n fue disuelta despiadadamente por la polic$a, la implacable *ecuritate, que depend$a directamente del dictador. &eaucescu,que estaba en aquellos momentos en rán, regres' y convoc' en Aucarest unacontramanifestaci'n, de la que esperaba apoyo incondicional. Sin embargo, losmanifestantes se volvieron contra el dictador. (a )Securitate* volvi' a actuar con dureza, pero el ejército se puso al lado del pueblo. Eurante dos dias hubo en Numania una especiede guerra civil, especialmente cruenta, en la que parece que se registraron unos 7:.:::muertos. 2l fin el dictador se vio perdido, y huy' en autom'vil, perseguido por susadversarios. @ue capturado y muerto, junto con su esposa !lena, una dama también bastanteterrible. 0arece que fue sometido a juicio sumar$simo, aunque los hechos siguen sinesclarecerse, ni a los rumanos les gusta recordarlos. &omo consecuencia de lo ocurrido, seformo un @rente de Salvaci'n /acional, que concedi' el gobierno a 0etre Noman. >ástarde, y ante las vacilaciones de éste, se le hizo dimitir y se proclam' la plena democracia.

g !n #ugoslavia los hechos ocurrieron de forma distinta. 2penas puede hablarse de paralelismo con los demás pa$ses. &ierto también que fue #ugoslavia un estado comunista a



su manera, totalmente contrario a la férula de >osc3. Iosip Aroz, );ito*, hab$a gobernadode forma indiscutida desde el fin de la guerra mundial, en 78?9, hasta su muerte en 78B:.&roata de nacimiento, hab$a creado una rep3blica federal, sin una regi'n preponderante. !lsistema )autogestionario* inventado por el dictador potenci' la descentralizaci'n, de modoque l$deres locales dirig$an los destinos de cada parte. # la nueva constituci'n de 78D?

preve$a reforzar el federalismo con una presidencia rotatoria, después de la muerte de ;ito.!ste, hasta el final, mantuvo con su carisma indiscutible la cohesi'n del conjunto. (uego se plantear$a el problema. Hn comentarista de Aelgrado profetiz' que )el a5o <::: tendremosuna !uropa y cinco #ugoslavias*. Se qued' un poco corto, porque, hasta el momento almenos, #ugoslavia se ha dividido en seis rep3blicas distintas y nada bien avenidas. !sdif$cil comprender este afán secesionista cuando durante mucho tiempo el régimen federalse hab$a mantenido sin la menor dificultad. (a sociedad sureslava es étnica y hastaculturalmente menos diversificada de lo que luego, a la vista de los hechos, hemos llegadoa admitir. (a diferencia más notable, ya que e"iste una homogeneidad racial y lingK$stica bastante considerable, es la tradici'n religiosa, que entra5a una cierta distancia cultural. !l /orte, y 6este, con &roacia y !slovenia, es cat'lico4 el centro, Aosnia, es una mezcla dereligiones distintas1 musulmana -muy suavizada por la convivencia europea y el propiorégimen de ;ito, ortodo"a y cat'lica, que de mucho tiempo atrás se respetaron mutuamentey admitieron una amistosa convivencia1 y el !ste y el Sur -Serbia, >ontenegro,>acedonia, es de claro predominio de la religi'n ortodo"a. mportante era también laideolog$a, derivada o no de las creencias4 !slovenia, &roacia y Aosnia sufr$an arega5adientes el comunismo, y deseaban un cambio del sistema pol$tico1 en cambio, Serbiay >ontenegro, tal vez por su mayor cercan$a hist'ricoCcultural a Nusia, aceptaban elrégimen mar"ista, al menos tal como lo conceb$a ;ito con su pol$tica autogestionaria y nomuy represiva. &on todo, el régimen federal, el equilibrio de fuerzas entre las autoridadesnacionales y las locales, la larga convivencia y el ya citado carisma del dictador mantuvieron a #ugoslavia unida. 0or encima de las confesiones y de las tradicionesculturales, hab$a un sentimiento com3n )sureslavo*, que permit$a un mutuo respeto ysuavizaba las tensiones. 6tras comunidades eslavas tienen también diversidades culturalesmás o menos parecidas, y han mantenido, hasta hoy al menos, su identidad y su conciencianacional.

(a presidencia rotativa que sigui' a la desaparici'n de ;ito se mantuvo sindemasiados roces hasta que accedi' a ella Slobodan >ilosevic, un serbio que quiso alterar la constituci'n para acentuar el centralismo y asegurar la cohesi'n del conjunto. 0ero nofue esto lo más contraproducente, sino el proyecto de sustituir el federalismo por un)nacionalismo panserbio* que articular$a la )Jran #ugoslavia*. &rey' que el patriotismocom3n unir$a a las distintas rep3blicas de la federaci'n, pero sobre todo se equivoc' al pensar que el sentido patri'tico y la dependencia de Aelgrado ser$an compatibles. &omo por entonces -78BD se estaba produciendo en el pa$s una crisis econ'mica, las distintasrep3blicas federales solo ten$an dos opciones4 o amarrarse a Serbia, buscando la protecci'nde Aelgrado y las ayudas estatales, o procurar la salvaci'n cada cual por su cuenta.>ilosevic crey' que la primera actitud ser$a la más l'gica, pero solo >ontenegro decidi'unir su destino a Serbia. !ste error derivar$a en una serie de guerras civiles que sustituir$ana la evoluci'n comunismoCdemocracia propia de los demás pa$ses del este. 0recisemos4>ilosevic era comunista, aunque a la vista de lo que estaba ocurriendo quiso sustituir elideal del comunismo por el del patriotismo com3n, y en esto se equivoc' también, porque



las otras rep3blicas de la federaci'n prefirieron sacudirse el dominio comunista y el serbioal mismo tiempo. # lo lograron, ciertamente, no sin largos y sangrientos conflictos.

(as elecciones de 788: sirvieron para plantear una divergencia ideol'gica, pero mása3n una tendencia a la separaci'n, de la mano cada cual de un )salvador* dispuesto a que

cada parte viviera la vida hist'rica por su cuenta. 0rimero fueron los eslovenos, con Pucan,los que se separaron de los serbios, e"pulsaron a estos de los puestos clave y proclamaronuna rep3blica independiente. !slovenia es una regi'n peque5a, aunque la más rica de#ugoslavia, muy influida por la cercana 2ustria y la cultura germánica1 >ilosevic vio la partida perdida desde el primer momento, porque los pa$ses germanos apoyabanmoralmente a !slovenia —y la reconocieron unilateralmente, sin esperar la reacci'ngeneral de los europeos—, y porque a los serbios les interesaba más conservar &roacia, quetambién amenazaba separarse, y cortaba a la rep3blica danubiana la salida al mar. Sinembargo, la separaci'n de &roacia lleg' muy pronto, en 7887, cuando @ranjo ;udjman,muy nacionalista y gran )conductor*, se proclam' independiente. (os serbios que viv$an en&roacia fueron despose$dos de derechos fundamentales, como los de adquirir bienes

inmuebles o el poder votar4 pidieron ayuda a Aelgrado, y dieron el prete"to a >ilosevic para intervenir militarmente. (a guerra de &roacia se desarroll' principalmente en 788<.(os serbios intentaron apoderarse de la regi'n croata de Prajina, donde la poblaci'n serbiaten$a mayor$a, pero la contienda termin' prácticamente en un empate. ;anto alemanescomo austr$acos o italianos eran partidarios de los croatas, y su apoyo no material, pero s$moral, pudo haber influido en el desenlace. (a independencia de &roacia, en el mejor de loscasos con algunas compensaciones territoriales, era ya un hecho irreversible.

0or entonces tom' especial incremento la guerra de Aosnia, que dur' tres a5os y fuela más cruel de todas. AosniaC%erzegovina, que ocupa la parte central del pa$s, es la regi'nen que la poblaci'n se encuentra más mezclada. (os musulmanes -herencia de la larga

dominaci'n turca en el territorio son un ?: por 7:: de la poblaci'n, los serbios un L<, y loscroatas un 7B. &on todo, hay que recordar que todos los bosnios, con independencia de sureligi'n o su cultura, son eslavos y hablan un mismo idioma. (a convivencia hab$amezclado familias y asegurado no solo un respeto mutuo, sino una relaci'n cordial yamistosa. Eurante los juegos 6l$mpicos de nvierno de Sarajevo, pocos a5os antes, los bosnios bailaban danzas populares comunes a todos, cogidos de la mano en grandes corros,con indiferencia de su condici'n. # sin embargo, también all$ lleg' la fiebre de losnacionalismos, cuando el musulmán tzbegovic gan' las elecciones. (os serbobosnios,dirigidos por un l$der violento, N. ParadziM, no aceptaron el resultado y se lanzaron a laguerra civil. (os serbios, por supuesto, ayudaron a los bosnios de su etnia. Hna regi'ntradicionalmente pac$fica se vio durante tres a5os envuelta en un conflicto duro y cruel,durante el que se cometieron toda clase de violencias, con actos de )limpieza étnica* — aunque la raza era en realidad la misma— y crueles represalias. (a mezcla de culturas hizoque combatiesen a la vez bosnios, serbios y croatas, unas veces todos contra todos y otrasaliados dos contra uno. (as e"igencias del croata ;udjman complicaban más un panoramaal que no se ve$a soluci'n, por la dificultad de distinguir en el mapa zonas de clara mayor$a.!l más duro fue ParadziM, que no admit$a musulmanes en la zona serbobosnia, y estabadispuesto a e"pulsarlos o a aniquilarlos. Se cometieron actos de auténtico genocidio. 0or otra parte, las tropas serbias cercaron Sarajevo y lo bombardearon con artiller$a desde losmontes cercanos1 parte de la ciudad result' destruida. >uchos bosnios no quer$an la guerra,



porque eran pacifistas, por amistad con personas de otro bando, por cruces matrimoniales1 pero nada pod$an hacer por evitarla. 2nte la crueldad de los combates, en 7889intervinieron los cascos azules de la 6/H, y se celebr' una conferencia en Eayton, !stadosHnidos, en la que no fue posible otra cosa que partir Aosnia en dos1 una parte ser$a para losserbobosnios, y la otra para los musulmanes. 2l fin los croatas llegaron a un acuerdo con

estos 3ltimos, y conservar$an sus derechos en una zona com3n. %oy siguen e"istiendo dosAosnias, si se quiere tres, sin que se entrevea la posibilidad tan siquiera de la reunificaci'nde una sola regi'n de la antigua #ugoslavia.

0or su parte, el sur de #ugoslavia se har$a independiente, esta vez sin resistencia, endiciembre de 7887, tomando el nombre de >acedonia. !ntonces el problema se plante' conJrecia, una de cuyas regiones ostenta el mismo nombre. (a e"istencia de dos >acedoniasen el mapa, contigua una a la otra, pod$a originar conflictos, y los griegos tem$an que un d$alas dos >acedonias se unieran, o los yugoslavos tomaran como e"cusa la similitud denombres para realizar una asociaci'n al margen de la soberan$a nacional griega. ;emoresfundados en una época de erupciones nacionalistas, aunque por carácter, lengua y cultura

las dos >acedonias son distintas. 2l fin el nuevo pa$s tuvo que tomar el nombre, un pococomplicado, de )2ntigua Nep3blica yugoslava de >acedonia*.

!l conflicto de Posovo, fue muy posterior, y solo nos referiremos a él aqu$ de pasada y por razones de coherencia. 0arece necesario hacerlo, pues con ese conflictoculminan las guerras yugoslavas. Posovo es una provincia al sur de Serbia, para la quetiene una significaci'n especial, pues fue all$ donde se origin' la naci'n serbia. Sinembargo, la mayor parte de los serbios emigraron después hacia la cuenca del Eanubio,donde ahora está Aelgrado, mientras Posovo fue ocupado en gran parte por albaneses.;en$a, por tanto como otras regiones, una poblaci'n mi"ta. #a en 788: hubo sublevacionesMosovares, duramente reprimidas por los serbios. ;ras casi una década de paz, y con

posterioridad al cambio de régimen de 2lbania, otro pa$s que se retras' en el proceso, en788BC88 los Mosovares volvieron a luchar, con el apoyo de los albaneses, formando unasmilicias agresivas, los cetni8s, que realizaron matanzas de serbios. >ilosevic, desesperado por el despedazamiento de #ugoslavia y humillado por tantas derrotas, emprendi'desenfrenadamente una ofensiva general contra los Mosovares, en que se cometieronviolencias terribles, con carácter de una )limpieza étnica*. (as brutalidades cometidas enaquel territorio aconsejaron la intervenci'n de las fuerzas de la 6;2/, en marzo de 7888.@ue la 3ltima guerra con grandes medios que se registr' en !uropa, pues llegaron aemplearse aviones de bombardeo en racimo y armas muy modernas. 0ara disuadir a>ilosevic, los aliados bombardearon determinados objetivos en Aelgrado. 2l fin las fuerzasde la 6;2/ controlaron Posovo, aun sin ser capaces de evitar los desmanes de dos pueblosque se odian -en este caso, los Mosovares no son yugoslavos. >ilosevic no se rindi', peroun movimiento popular acab' poco después con su presidencia, a la que accedi' Postunica,que convoc' unas elecciones libres. 2l fin, en el a5o <::: toda #ugoslavia ha alcanzadoreg$menes democráticos, o cercanos a la democracia4 a costa de su despedazamiento en seiszonas distintas, en que, pese a que gran parte de la poblaci'n no lo quer$a, se han desatadolos aborrecimientos nacionalistas, impulsados por minor$as radicales ojetes intolerantes.(os distintos territorios —varios de ellos vigilados todav$a por fuerzas internacionales— sehan separado de tal manera, que resulta hoy por hoy muy dif$cil la idea, no ya de unareunificaci'n, sino siquiera la de una reconciliaci'n.



=renazo en #ina2 *iananmen

!n 78B9, cuando Jorbachov lleg' al poder, se juzgaba más previsible una evoluci'ndel régimen pol$tico en &hina que en Nusia. &inco a5os más tarde, los intentos de rehacer el

sistema comunista en la Hni'n Soviética —la perestroiMa, la glasnost— habr$an originadolos más espectaculares cambios en la !uropa del !ste, en una magnitud que los pol$ticos ylos entendidos de la primera mitad de los a5os B: no hubieran podido adivinar. 0or elcontrario, la &hina postmao$sta, de la mano de Eeng Xiaoping y Rhao Riyang, estabaevolucionando con cierta lentitud, pero de modo bien visible, y ya al parecer sin posiblemarcha atrás. Sin embargo, la historia china tiene un ritmo distinto al de otras partes delmundo, por una serie de circunstancias que trataremos de e"plicar ahora en lo posible.Iustamente en el mágico a5o de 78B8, cuando el cambio parec$a a punto de dar su pasodecisivo e irreversible, se produjo un salto atrás que muchos creyeron de incalculablesconsecuencias. ;ampoco las tuvo, esa es la verdad1 con altibajos, &hina, en los primerosa5os del siglo XX, es un mundo más abierto y más libre, pero no ha entrado en la

democracia. (o que resulta más dif$cil precisar a los e"pertos es si contin3a siendo un pa$scomunista, o c'mo hay que entender lo que es el comunismo para responder afirmativa onegativamente. 2h$ tenemos esta frase, entre escéptica e indescifrable, de un hombre tan pragmático como Een Xiaoping4 el socialismo ! el capitalismo no son más #ue métodos. !lhecho es que &hina sufri', como todos los pa$ses del bloque, su crisis de 78B8, pero en estecaso el cambio brusco operado en 6ccidente o en las rep3blicas de 2sia central fracas', y el proceso, sin interrumpirse, ha seguido un decurso mucho más lento y de dif$cil pron'sticoen lo que se refiere a su desembocadura final.

!n 78B?, Eeng Xiaoping cumpli' B: a5os, pero segu$a siendo el principal l$der de&hina, y también de los más reformistas, junto con Rhao Riyang. &hina continuaba

desarrollándose conforme avanzaba hacia sistemas de econom$a basados en la iniciativaindividual -o de peque5as colectividades, pero también es cierto que el mayor movimientodel dinero produjo fases de inflaci'n, durante las cuales se advirtieron evidentes signos dedescontento4 dos fen'menos que dif$cilmente se hubieran registrado en los tiempos de >ao.!n las altas esferas segu$an las luchas sordas, apenas perceptibles por la masa del pueblo,entre los reformistas y los conservadores. 0or 78B= hubo rumores acerca de que seapro"imaba el establecimiento de un sistema parlamentario al estilo de los pa$sesoccidentales4 rumores con cierto fundamento o sin fundamento alguno, que eso era muydif$cil de ser precisado por los chinos... y también fuera de &hina. @ue por entonces cuandotomaron cuerpo las protestas de los intelectuales, seguidas con entusiasmo por losestudiantes más inquietos. %ay que tener en cuenta que la importaci'n de libros, necesaria para el aprendizaje de la técnica y también de la cultura occidental, estaba poniendo a losuniversitarios chinos más en contacto con el mundo libre que nunca hasta entonces lohab$an estado. 2s$, el célebre astrof$sico @ang (izhi, )el Sajarov chino*, que hab$a visitadolos !stados Hnidos, dijo en unas declaraciones que )el socialismo ha sido un fracaso, y lacompleta asimilaci'n a las formas de 6ccidente es el 3nico camino de la modernizaci'n*.>ás terminante fue otro joven intelectual, %u #aobang, muy admirado por los estudiantes4lleg' tan lejos en la protesta, que fue conducido a la cárcel. !l gobierno chino iba, conavances y retrocesos, y entre dudas y polémicas entre sus miembros, por la v$a de lasreformas, pero no estaba dispuesto a tolerar que otros las precipitaran por su cuenta. !s un



hecho que no podemos perder de vista si queremos comprender lo mejor posible lo ocurridoen &hina durante estos a5os. Eesde entonces, menudearon las manifestacionesestudiantiles, y el poder adopt' algunas medidas, como la limitaci'n de la libertad de prensa. Ee todas formas, y después de un breve periodo de tendencia conservadora, sevolvi' al esp$ritu de reforma. Hn hecho significativo4 en 78BB, el 'rgano del 0artido,

1andera Ro<a, cambi' de nombre y pas' a llamarse 1uscando la erdad.!n abril de 78B8, %u #aobang, el joven intelectual preso, falleci' de un infarto, y los

estudiantes le consideraron un )mártir* de su causa, y acudieron a rendirle un homenajemasivo en la plaza de ;iananmen de 0eM$n, escenario en otro tiempo de las másenfervorizadas concentraciones de los j'venes de la revoluci'n &ultural, que enarbolabanen alto como un s$mbolo sagrado el li"ro ro<o y los retratos de >ao. ;iananmen goza famade ser la plaza más grande del mundo, y debe serlo, con sus ?: hectáreas, capaces dealbergar a varios millones de personas. !n torno, los edificios más hist'ricos yemblemáticos de la capital. ;iananmen significa )paz celestial*, un nombre que no iba acorresponderse con las escenas que en ella se iban a desarrollar. !n mayo las protestas

subieron de tono y en cantidad de manifestantes4 se habla, aunque nunca podrá obrarse conseguridad, de un mill'n de concentrados, cifra que obligar$a a suponer que muchos de los presentes en la plaza no eran estudiantes4 en ocasiones, parece que eran más los obreros,sobre todo los j'venes. (as manifestaciones se repitieron en otras doce ciudades chinas,entre ellas la más occidentalizada de todas, Shanghai. !l gobierno estaba preocupado. Hnode sus miembros coment'4 )esos j'venes no se dan cuenta de lo bueno que tienen*. 0areceque el mayor temor de los pol$ticos era que a los estudiantes se uniesen los obreros, hechoque ya estaba sucediendo, y que pod$a desembocar en revueltas incontrolables. 6tro temor era que se reprodujesen los acontecimientos que entones se estaban operando en !uropa, yque la situaci'n se escapase de las manos a los má"imos dirigentes. Eeng Xiaoping estabadispuesto a sofocar las ruidosas protestas, pero sin derramamiento de sangre. 6tros e"ig$anun castigo ejemplar. Eurante varios d$as, se produjeron dramáticas discusiones entre losl$deres sobre la actitud a adoptar.

2 fines de mayo, los estudiantes plantaron en medio de la plaza una reproducci'n dela estatua de la (ibertad de /ueva #orM. !staba claro el ideal que persegu$an y hasta qué punto quer$an llegar. !l gobierno decret' la ley marcial, y desde entonces, potentesunidades del ejército, provistas de tanques, comenzaron a penetrar desde el e"terior en los barrios de 0eM$n y a apro"imarse a la plaza. (os estudiantes siguieron firmes en su actitud,confiados tal vez en que los militares no se atrever$an a disparar. !l mundo entero segu$alos acontecimientos, seguro de que lo que en d$as sucesivos ocurriera iba a decidir losdestinos de &hina. +&laudicaci'n de las autoridades, connivencia de los militares, v$a librea la democracia... o represi'n y retroceso pol$tico !n la noche del L al ? de junio penetraron los tanques en la plaza y se produjo la masacre. ;al vez nunca se conocerá eln3mero e"acto de v$ctimas4 las versiones más moderadas hablan de L:: muertos y las máse"ageradas de 9.:::. !l n3mero de heridos fue mucho mayor. (a noticia de la tragedia produjo consternaci'n en 6ccidente, y un frenazo repentino en el camino de las reformasen &hina. Rhao Riyang, el pol$tico que más decididamente hab$a pretendido la v$a de laliberalizaci'n fue depuesto del importante cargo que desempe5aba en el partido, en tantocobraba fuerza el nombre de (i 0eng, más conservador, que se hab$a convertido en elmá"imo consejero de Eeng Xiaoping.



Sin embargo, el retroceso que se tem$a no lleg' a operarse. Eeng, cada vez másviejo, pero insustituible, casi pidi' perd'n a los americanos por lo ocurrido, y trat' derestarle importancia. !staba dispuesto a mejorar las relaciones con los americanos, si estosno apoyaban militarmente a la peque5a rep3blica de ;aiQan. &hina, después de un periodode detenci'n, volvi' a la pol$tica de reformas por sus pasos contados. (os occidentales

sab$an muy bien que era preferible que los chinos hicieran las cosas a su ritmo y a sumanera. (os contactos econ'micos se hicieron más frecuentes, y la floreciente econom$achina se introdujo más y más en los mercados occidentales. Sus productos no siempre erande muy buena calidad, pero s$ e"traordinariamente baratos. !l aumento del consumo deenerg$a aconsej' la construcci'n de una inmensa presa en el #angCtsé, la mayor del mundo.0ara ello hubo que evacuar de sus lugares de residencia a cinco millones de chinos. &uandoEeng cumpli' 8: a5os, cada vez más diminuto de estatura, con su rostro de ancianito bondadoso, en el que siempre campeaba una sonrisa t$mida, tuvo tiempo de decir que &hinaalcanzar$a a los pa$ses más desarrollados del mundo en un plazo de veinte a5os. Eesdeentonces empez' a retirarse de la pol$tica, hasta su muerte, ocurrida en 788D, el a5o en quelos ingleses cumplieron su promesa de retrocesi'n de %ong Pong a &hina, un hecho queconsagr' el ya viejo principio )un pa$s, dos sistemas*. Sucedi' a Eeng en el poder #angRemin, un hombre evidentemente de menos talento, pero de la misma l$nea.

?omeini en :r$n2 los inicios del 'undamentalismo isl$mico

!n los a5os B:, un nuevo elemento de tensi'n pod$a sustituir a la ya resuelta guerrafr$a, aunque de momento nadie o casi nadie se dio cuenta del peligro de enfrentamientos detipo general que ese nuevo elemento pod$a producir en la paz del mundo. /os referimos ala aparici'n de un fundamentalismo islámico dotado de vertiente pol$tica y enemigo de6ccidente, de su cultura y de sus formas de vida. %ay en el slam dos sectas o escuelas muy

distintas y con frecuencia no bien avenidas4 la sunnita, basada en la interpretaci'ntradicional de la ley coránica, y la chiita, que concede a sus imanes autoridad actual paraesa interpretaci'n. 2lgunos de estos imanes pueden erigirse en )ayatollahs*, es decir,)enviados de Eios*. Su palabra es infalible, está inspirada directamente por 2lá, de modoque constituye materia de fe y ha de ser obedecida incondicionalmente. Ee aqu$ que,aunque puedan surgir muchos movimientos de fundamentalismo islámico, es más fácil queaparezcan en los grupos chiitas, cuando los imanes adoptan actitudes proféticas.

!l primer pa$s que fue gobernado por una dictadura fundamentalista en el siglo XXfue rán, por obra del ayatollah Nahullah Iomeini, nacido en 78::, y que inesperadamentealcanz' el poder en 78D8, a punto de cumplir los ochenta a5os. Jobernaba en rán — entonces se empleaba también el antiguo nombre de 0ersia— el sha o rey >ohamed Neza0ahlevi. >uy joven a3n, durante la guerra mundial se hab$a puesto al lado de los aliados, ymantuvo con ellos relaciones muy cordiales. # en la guerra fr$a opt' por los occidentalesfrente a los comunistas. !sta simpat$a por 6ccidente le llev' no solo a firmar alianzas pol$ticas, sino a a adoptar costumbres occidentales. ;eherán se convirti' en las ciudad más)europea* del mundo árabe, las costumbres se hicieron cada vez más propias de los pa$seslibres, y, aunque el estado segu$a fiel a la religi'n musulmana, separ' el plano pol$tico delreligioso, tratando de reducir a este a su rango espec$fico. !ste proceder le gan' la



enemistad de las autoridades musulmanas, má"ime si tenemos en cuenta que en rán era predominante la confesi'n chi$. #a en 7897 se produjo un precedente, que por su carácter complejo, pudo ser conjurado al poco tiempo. @ue la creaci'n de un @rente /acional,dirigido por >ohamed >ossadeq, que pretend$a un rán desvinculado de 6ccidente, que seaprovechase de su propio petr'leo, sin favorecer a los occidentales. !l clero chi$ apoy' este

movimiento, y el @rente /acional gan' las elecciones de 7897. !l sha fue e"pulsado.>ossadeq, para contrarrestar la influencia occidental se apoy' en los soviéticos, actitud quele vali' la oposici'n de 6ccidente y no fue apoyada por las autoridades religiosas. &onayuda de los !stados Hnidos, el sha volvi' en 789L, y desde entonces acentu' su amistadcon los norteamericanos.

Ee nuevo en el trono, >ohamed Neza 0ahlevi reforz' su poder pol$tico, alejando deél a los clérigos musulmanes. Su idea era la de modernizar a rán hasta convertirlo en un pa$s desarrollado a la manera occidental, y dejar a las autoridades religiosas circunscritas asu esfera propia. ;omaba como modelo a Pemal 2taturM, que hab$a logrado ese mismoobjeto en ;urqu$a. 2lej' a todos los elementos de oposici'n, y en 78=L e"puls' al imán

Iomeini, que predicaba contra las reformas y la occidentalizaci'n. # cre' una polic$asecreta, la S2G2&, para prevenir todo peligro contra su pol$tica. !l sha nunca fue undictador, y mantuvo la constituci'n y el parlamento1 pero s$ fue un hombre autoritario, ya por carácter, ya para prevenir peligros de las autoridades religiosas, o de los comunistas,que perduraban en rán desde los tiempos de >ossadeq. 2lgo más quiso Neza 0ahlevi4revalorizar el nacionalismo iran$ recordando su glorioso pasado persa. 0ersia no era solo un pa$s islámico, sino el asiento de una de las culturas más antiguas y brillantes del mundo, unlegado que los persas actuales no ten$an por que dilapidar, puesto que les honraba ser herederos de una gloriosa historia. Si el rey @aruM hab$a adoptado s$mbolos del antiguo!gipto -y fue derribado, también el sha quiso adoptar s$mbolos persas. ;erminar$aderribado también. !sta pol$tica, como es l'gico, indignaba al clero chi$, que la interpretabacomo una agresi'n al carácter islámico del pa$s. 0ero más le indignaba la occidentalizaci'n.!l sha proclam' la llamada )revoluci'n blanca*, encaminada a consagrar la modernizaci'ndel pa$s en todos los terrenos. !mple' los ingresos del petr'leo en transformar la estructurade las ciudades y dotarlas de medios propios del mundo moderno, y emprendi' una pol$ticade grandes obras p3blicas. 0ara mejorar la situaci'n de las clases campesinas, orden' elreparto de tierras, aunque para ello tuviera que confiscar muchas de ellas a ricascomunidades religiosas. ;ambién cre' industrias modernas en las ciudades, que si por unlado aumentaron el nivel de vida y la posibilidad de adquirir productos propios del mundodesarrollado —autom'viles, frigor$ficos, televisores, pisos modernos— produjeron un proletariado urbano que pronto manifest' su descontento.

&on todo, no abandon' por eso el proceso de occidentalizaci'n. (a crisis de 78DL,con el aumento radical del precio del petr'leo, benefici' el desarrollo econ'mico de rán, porque el sha no dud' en apoyar las medidas de la 60!0, aunque cayeran mal en6ccidente. [l mismo se enriqueci', y se convirti' en accionista mayoritario de la >ercedesAenz, al parecer porque esta compa5$a alemana estaba e"perimentando un nuevo modelode autom'vil eléctrico. (as clases medias persas viv$an a la europea y vest$an a la europea,entraban all$ las modas, y las mujeres iban al cine, asist$an a fiestas o esquiaban en lasestaciones de invierno. &on todo, las reformas no alcanzaron a toda la poblaci'n, ni lasclases modestas dejaban de escandalizarse ante ellas. !s curioso que a fines de los a5os D:



el sha contase con tres tipos de enemigos4 los universitarios, que deseaban una mayor libertad pol$tica, los musulmanes, enemigos del proceso de reformas, y los obreros,molestos con la galopante inflaci'n que aquejaba al pa$s por obra de la rápida circulaci'ndel dinero y por las vastas obras p3blicas que se estaban realizando. @ueron los clérigoschiitas, que se mostraron como e"celentes organizadores, los que supieron capitalizar a su

favor todos los descontentos.2 fines de 78DB y en enero de 78D8 se produjeron grandes manifestaciones contra la

autoridad del sha, alentadas y utilizadas por el clero musulmán. !l imán Iomeini, desde0ar$s, dirig$a la revoluci'n y enviaba consignas. Jran parte del mundo no comprend$ac'mo un pa$s tan adelantado y occidentalizado como rán desease regresar al más durofundamentalismo islámico y a formas de vida que nosotros juzgamos propias de la edadmedia1 y a3n hoy el fen'meno es dif$cil de e"plicar. %ay que tener en cuenta el descontentosocial y econ'mico, los efectos de la inflaci'n, y el escándalo de muchos sincerosmusulmanes, sobre todo, pero no solo en las clases bajas, por el cambio en las costumbres ylo que parec$a una invasi'n de los modos occidentales en su vida. rán es un pa$s muy

grande, entonces de LL millones de habitantes, y en muchos pueblos apartados semanten$an intactas las tradiciones islámicas al punto de que las reformas que estabansufriendo parec$an indignantes y atentatorias contra la fe y la moral, amén de significar unacopia o una dependencia de pa$ses e"tranjeros, ajenos y a3n contrarios a las tradicionesiran$es. (a pol$tica de sha, que por otra parte se hab$a enriquecido fabulosamente con lacoyuntura econ'mica, parec$a una traici'n, que pon$a en peligro la fe y la propia identidadnacional. @uera lo que fuese, las protestas se hicieron masivas por diciembre de 78DB, la polic$a se ve$a en la imposibilidad de controlarlas, y el ejército no respondi' como el shaesperaba, por la desconfianza de los mandos y las deserciones de los soldados. @ue as$como, en vista de los acontecimientos, en enero de 78D8, >ohamed Neza 0ahlevi, con todasu familia, decidi' tomarse unas vacaciones, que en realidad significaban el e"ilio,temporal o definitivo, del pa$s. ;odav$a pensaba el monarca que, como en 789L, los iran$esse arrepentir$an de las consecuencias de su actitud. (os avances sociales, culturales yecon'micos se perder$an si rán ca$a en manos de los fundamentalistas. 0ero esta vez seequivoc'.

!n enero de 78D8, el &onsejo de la Nevoluci'n slámica, formado por autoridadesreligiosas chi$es, se hizo con el poder, y en febrero regres' de @rancia el imán Iomeini, aquien ya todos consideraban )ayatollah*, enviado de Eios. Se instal' de momento en Tom,la ciudad sagrada, y se hizo cargo de la situaci'n. (a revoluci'n islámica dominaba todo el pa$s, y nadie, por convicci'n o por miedo, se atrev$a a contestarla. Se convoc' unreferéndum que, al menos oficialmente, por nada menos que un 8D por 7:: de los votos,aprob' para rán el )gobierno de Eios*. /aturalmente, fue Iomeini el que gobern', y demanera absoluta. !ra un hombre que iba a cumplir los ochenta a5os, enjuto, de larga barba,mirada adusta y movimientos lentos y solemnes. Su pensamiento estaba en l$nea con lateocracia que implant'. 6diaba la pol$tica, porque para él es un arte perverso, que hacemalo a quien la practica1 solo se hace leg$tima si se funde con la religi'n4 entonces, )la pol$tica es la religi'n, y la religi'n es la pol$tica*1 no hay otra forma de concebirla.Siempre, en el mundo musulmán, el poder pol$tico estuvo relacionado con el religioso, o laley religiosa form' parte de la ley civil, hasta incorporarla total o parcialmente4 pero, eneste caso la identificaci'n era absoluta. Iomeini quiso reformar por completo la vida y las



costumbres, adoptando las medidas más rigurosas. %izo ejecutar a los seguidores del sha, yse mostr' implacable con los comportamientos individuales4 todo hubo de volver a la másestricta disciplina islámica. Hn hecho que pudo haber alterado gravemente las relacionescon el e"terior fue el asalto, en noviembre de 78D8, a la embajada norteamericana. (osfanáticos fundamentalistas se apoderaron de los ?L funcionarios que se encontraban en ella,

y fueron in3tiles los esfuerzos diplomáticos del presidente &arter por conseguir suliberaci'n. !n la primavera de 78B:, los americanos organizaron —muy mal— unaoperaci'n de comandos para realizar un ataque por sorpresa contra la zona de la embajada.(os helic'pteros se atoraron con el polvo del desierto y no consiguieron aterrizar en ellugar adecuado. @ue una humillaci'n para el presidente &arter, que hubo de pagar con la pérdida de las elecciones presidenciales en 78B:. !l nuevo presidente, Neagan, prefiri'negociar bajo cuerda, y obtuvo al fin la liberaci'n, tras pagar un rescate. &re$a —quizáequivocadamente— que le conven$a la alianza con rán frente a raM. (a victoria moralaument' la autoridad y el prestigio de Iomeini, que acentu' su dictadura espiritual. Se prohibieron peri'dicos, emisiones libres de los medios de comunicaci'n, se impuso unaestricta observancia coránica, las mujeres hubieron de usar velo y renunciar a muchosderechos propios de la vida ordinaria, y se ejerci' el más duro castigo para cuantosintentasen alterar la ley4 )necesitamos un l$der que sea capaz de cortar la mano de su hijo silo encuentra robando, o de lapidar a su mujer, si sabe que ha cometido adulterio*. 2hora bien, y esto es preciso tenerlo en cuenta desde el primer momento4 Iomeini no seconformaba con una revoluci'n islámica radical en rán, sino que so5aba con e"tenderla por todo el mundo musulmán, y especialmente por los pa$ses del entorno. Se establecieroncélulas y movimientos fundamentalistas en Siria, 2rabia Saud$, 0aMistán, !gipto, el>agreb, y hasta en el norte de /igeria. 2lgo nuevo estaba naciendo, y como declar'>ansur 2bdussalam, presidente de &omunidades >usulmanas en !spa5a, )muchosmusulmanes creen que marc' un antes y un después en la historia del mundo*. %oy, probablemente, son muchos más los que lo creen, aunque entonces la mayor$a de la genteentend$a que el fen'meno estaba circunscrito a un solo pa$s.

(o que no imaginaba Iomeini era que iba a surgirle muy pronto un enemigo, no,como hubiera podido sospecharse, en el propio rán, o en 6ccidente, sino en un pa$s vecino4raM. &asi al mismo tiempo que el ayatollah se hac$a due5o de los destinos de rán, hac$a lomismo en la rep3blica iraM$ un militar del partido Aaas, nacionalista y socialista, Sadam%ussein. Sadam era ya vicepresidente desde 78=B, y subi' al poder supremo en 78D8, alsuceder a 2l AaMr. %ombre fuerte en todos los sentidos —alto y corpulento, hac$a gala desu vigor f$sico, y presum$a de haber luchado con un oso y haberlo despedazado con susmanos—, supo organizar un poder personal indisputable, se rode' de sus fieles de la zonade ;iMrit, se deshizo de todos aquellos que pod$an hacerle sombra, y consigui' imponerse alos iraM$es, en unos casos por la admiraci'n que su especial carisma despertaba, en otros por temor. raM es, como rán, un pa$s mayoritariamente chi$ta, pero Sadam. como gran parte de los nacidos en la zona central, y también como casi todos los miembros del partidoAaas, era sunnita. !s posible que su religiosidad no fuera muy sentida1 se vali' de lasinvocaciones al slam cuando ello le conven$a, pero su dictadura fue civil, basada en unaselecci'n de gentes de su partido y en un verdadero clan tiMrit$, que sol$a acaparar los primeros puestos. &uriosamente, un dictador militar que no admit$a disidencias —y quefrecuentemente las castigaba con la muerte, incluso en su propia familia— mantuvo latolerancia religiosa. (os chi$tas no alcanzaban cargos importantes, pero no eran molestados.



# la religi'n cristiana, que practicaba una minor$a de iraM$es, fue respetada, lo mismo quesus escuelas. (o que pretend$a Sadam %ussein era convertirse en adalid de la causa árabe,más que enarbolando el principio religioso, tratando de canalizar en su favor la crecientedesconfianza hacia 6ccidente, y manejando los medios que le proporcionaba la producci'nde petr'leo. Si Iomeini era el caudillo espiritual, %ussein era el caudillo militar. 2 ambos

les hubiera gustado dirigir una amplia coalici'n de pa$ses en el área del 6riente >edio. !rainevitable que chocasen.

Iomeini trat' de alentar una sublevaci'n chi$ta en raM. Sab$a que esta confesi'n eramayoritaria y se sent$a discriminada por los sunnitas en el poder1 pero no obtuvo resultado.Sadam %ussein controlaba muy bien los resortes, y los mismos iraM$es admiraban a su jefe.(a secta chi$, como queda dicho, no obedece una disciplina com3n, sino que sigue a susimanes inmediatos, y los jerarcas religiosos iraM$es no ve$an con confianza al riguroso profeta que hab$a surgido en rán. @ue el dictador de raM el que respondi' poco después-septiembre de 78B: con una guerra. !n el fondo se trataba de decidir quién habr$a decapitanear el mundo árabe, aunque cada cual con unos procedimientos muy distintos. # de

paso, cada cual aspiraba a quedarse con los riqu$simos pozos petrol$feros del golfo 0érsico.rán, con doble poblaci'n que el pa$s mesopotámico, dispon$a de un ejército más numeroso, pero Sadam lo imaginaba mal organizado, poco armado y con mandos de mala calidad,después de las purgas de Iomeini entre los mandos adictos al sha. !l ejército iraM$, encambio, estaba muy bien organizado, contaba con armamento soviético moderno, y Sadamgozaba fama de e"celente estratega1 siempre se hab$a distinguido en las operacionesmilitares. !n gran parte, se equivoc' en sus apreciaciones.

@ue una cruel e interminable guerra de ocho a5os -78B:C78BB, en la que ning3n bando consigui' vencer al otro. Sadam, sabedor de que no pod$a doblegar por n3mero a susadversarios, realiz' una serie de ataques de objetivo limitado, cambiando de sector en cada

momento, para utilizar la mayor movilidad de sus tropas. &onsigui' as$ algunos avances,ninguno decisivo. (ogr' la salida al mar que deseaba, y estuvo a punto de conquistar laimportante ciudad de 2badán, en cuyo entorno e"ist$an grandes campos petrol$feros y unade las mayores refiner$as del mundo, pero al fin la batalla se resolvi' en un empate. !lejército iran$ peor servido de armas y mandos, se mostr' sin embargo irreductible1 y laayuda e"terior a unos y otros condenaba la situaci'n al empate. (os soviéticos ayudaban araM -eran desde tiempo antes aliados, quizá por el carácter socialista del partido Aaas.

# los americanos decidieron entonces -y posiblemente cometiendo un grave errorvender armas a los iran$es, no para apoyar al régimen fundamentalista de Iomeini, sino paraevitar que Sadam %ussein se convirtiera en el gran se5or del golfo 0érsico... o quién sabe sien algo más. 6tros pa$ses vend$an armas, ya a uno, ya al otro adversario, cuando no a losdos. !ra buen negocio cambiar armas por petr'leo, y ambos bandos ten$an con qué pagarlas. # dicho queda que cuando se produce una situaci'n de ayudas e"teriores, por solapada que sea, la confrontaci'n bélica tiende a igualarse y a eternizarse. %ubo unmomento en que los iran$es, con sus )guardas de la revoluci'n* multiplicados en n3mero ye"citados por el movimiento fundamentalista, parec$an a punto de invadir raM, pero al finfueron rechazados. &ada bando pose$a un peque5o territorio del pa$s enemigo, pero lasituaci'n no llevaba camino alguno de decidirse. !n el colmo de la desesperaci'n y la furia,



por la devoluci'n de PuQait1 sin embargo, (ibia, 2rgelia, #emen y la 6(0 palestina se pusieron al lado de las tesis de Sadam. Iordania, aunque nunca enemistada con 6ccidente,se declar' neutral4 era fronteriza con raM, dif$cilmente iba a ser defendida, y en su territoriohabitaban cientos de miles de palestinos. (os !stados Hnidos -era entonces presidenteJeorge %. Aush, padre dirigieron una coalici'n internacional, en la que participaron la

mayor parte de los pa$ses árabes. Jorbachov también se adhiri' a la causa com3n. Sadamestaba casi aislado, pero, siguiendo su costumbre, se mostr' altivo, y amenaz' a su vez. (os!stados Hnidos, si atacaban, sufrir$an un castigo terrible e inesperado. 0ropon$a, asimismo,que (a >eca y >edina, las dos ciudades sagradas de los musulmanes, dejasen de pertenecer a 2rabia y fuesen patrimonio de todos los pueblos islámicos. Sus alegatos noconvencieron a nadie, aunque muchos empezaron a creer que dispon$a de armas dedestrucci'n masiva.

@racasada toda negociaci'n, el = de agosto, la resoluci'n ==7 de las /acionesHnidas conminaba a raM a devolver PuQait a sus due5os, e impon$a sanciones y embargosal pa$s agresor. Eurante el oto5o, contingentes de la coalici'n se fueron acantonando en

2rabia Saud$ y los emiratos del Jolfo, dispuestos a la guerra si raM no ced$a. (legaron areunirse =::.::: hombres, de los que ?<9.::: eran americanos, 99.::: ingleses, y el resto,saud$es, egipcios, sirios y marroqu$es. 2lgunos pa$ses europeos enviaron fuerzassimb'licas. !spa5a, dos fragatas. Solo @rancia se mostr' reticente. #a era seguro que iba ahaber guerra. 0ero +qué tipo de guerra +Necuperaci'n de PuQait en una campa5a rápida+nvasi'n de raM para echar a Sadam +!mpleo de armas de destrucci'n masiva !ldictador iraqu$ permanec$a fiel a su consigna de amenazar al mundo con una espantosadestrucci'n. Se comentaba que hab$a conseguido fabricar armas nucleares, o que pose$amisiles de gran alcance, capaces de llegar a miles de Mil'metros, o que se dispon$a aemplear las armas qu$micas a las que ya hab$a recurrido en la guerra contra rán, aunquecon más devastadores efectos. (as tropas de la coalici'n fueron provistas de máscarasantigás y vacunadas contra diversas enfermedades que pod$an ser provocadas por armas biol'gicas. /adie sab$a si tomar en serio o no las bravatas de Sadam, que quizá pose$acomo arma más eficaz precisamente la psicol'gica.

!l 7D de enero de 7887 comenz' la operaci'n );ormenta del Eesierto*, dirigida por el general norteamericano SchQarzMoff, aunque el que llev' la mayor parte de gloria, por su brillantez e inteligencia, fue el general &olin 0oQell, un hombre de color. Eurante más deun mes, la guerra se limit' al espacio aéreo. (os americanos quer$an aniquilar las defensasde raM antes de lanzar un ataque por tierra. Eestruyeron aer'dromos, bases militares,defensas antiaéreas, sistemas de comunicaciones estratégicas, unidades de tanques -aunquelos iraqu$es enterraron sus tanques en el desierto, y por supuesto, aviones. (a aviaci'niraqu$, la más peligrosa de 6riente >edio, no ofreci' resistencia1 los aparatos fuerondestruidos en el suelo o huyeron a rán. !l hecho de que no se defendiesen, por misterioso,caus' más temor que satisfacci'n. +&uál era realmente el plan de Sadam !ste por supuestosegu$a amenazando con una destrucci'n masiva en cuanto los soldados de la coalici'n pisasen suelo iraqu$. Nealmente, solo emple' misiles, con los que consigui' derribar variosaparatos de la coalici'n. # lanz' cohetes )Scud*, de fabricaci'n soviética contra objetivosde 2rabia Saud$ e srael. !specialmente ;el 2viv fue bombardeada varias veces, y seregistraron tres muertos. (a situaci'n en srael era especialmente delicada, porque losamericanos hab$an presionado para que no entrase en la coalici'n. Si los israel$es



contraatacaban, los pa$ses árabes podr$an ponerse contra los americanos. %ubo en sraelalgunos movimientos de pánico, ante una amenaza a la que no pod$an contestar. Sedesconoc$a hasta d'nde pod$an llegar las armas iraM$es. (os americanos entregaron a sraelmisiles )0atriot*4 fue la primera vez que en acci'n de guerra se emplearon misilesantimisiles. Su resultado, aunque no tan bueno como se esperaba, interfiri' la trayectoria de

casi todos los )Scud*, y el peligro para srael pas'... a no ser que Sadam contase connuevas y sofisticadas armas destructoras. Nealmente, el temor a una guerra terrible para elmundo fue solo el resultado de la hábil propaganda del l$der iraM$, que promet$a vencer en)la madre de todas las batallas*.

2l fin, el <L de febrero comenz' el ataque terrestre. ;odo fue mucho más fácil de loque se hab$a pensado. (os americanos penetraron por el desierto para caer sobre PuQait por la espalda. ;oda resistencia fue arrollada con poqu$simas bajas de los atacantes. !ncinco d$as fue reconquistado PuQait y las tropas de la coalici'n hab$an destrozado alejército iraM$. Se esperaba que aprovechasen la ocasi'n para avanzar hasta Aagdad yderrocar a Sadam %ussein, pero un informe secreto que recibi' Aush le aconsej' detenerse.

/ada ten$a que ver con armas de destrucci'n masiva, sino con efectos más peligrosos que la propia presencia de Sadam en el poder. !n raM hab$a una mayor$a chi$. +0od$a unirse a laobediencia de Iomeini+# qué hacer con los Murdos del /orte +&oncederles laindependencia y enemistarse con ;urqu$a @ue as$ como la );ormenta del Eesierto* selimito a liberar a PuQait, que era, en el fondo, lo que se pretend$a, y lo que justificaba laguerra. Sadam se salv' de la quema, aunque vio sus fuerzas muy disminuidas. /o era tanfiero el le'n como lo pintaban. 2unque no por eso cesaron sus bravatas4 )%emos vencidocon la ayuda de 2lá*. /o se sabe si los iraM$es se lo creyeron. Tuizá muchosnorteamericanos pensaron si no hab$an sido demasiado prudentes. Ee momento, todo hab$aterminado.

El 6nuevo orden mundial8

!l = de marzo de 7887 el presidente Aush pronunciaba un discurso en el &ongresoanunciando el advenimiento de )un nuevo orden mundial*. (a desintegraci'n de la Hni'nSoviética en una serie de estados distintos, todos ellos, incluida la propia Nusia, en trancede democratizaci'n, la desaparici'n del peligro de una confrontaci'n nuclear entre grandes potencias, la evoluci'n de &hina, que pod$a considerarse ya irreversible, eran procesos quemarchaban en la misma direcci'n. 0ara concluir, se hab$a conjurado el 3ltimo peligro parala paz, el que representaba Sadam %ussein, que en los pasados diez a5os hab$a mantenidodos guerras agresivas -contra rán y contra PuQait, y aspiraba al liderato del mundo árabe, pero que ya hab$a sido suficientemente castigado, y además de perder la mayor parte de su potencial militar, se hab$a visto obligado a aceptar a los investigadores de las /acionesHnidas. Aush ve$a cercano el momento en que los pa$ses árabes, la mayor$a de los cualeshab$an aceptado la alianza con los !stados Hnidos, marcharan uno tras otro, por el caminode la democracia. !l problema de la convivencia en un mismo territorio de israel$es y palestinos estaba siendo estudiado por los má"imos responsables del mundo y las partesimplicadas invitadas a conferenciar en &amp Eavid, para llegar a un acuerdo definitivo quesellara la paz en la zona. (os !stados Hnidos y demás pa$ses democráticos estaban



dispuestos a mantener esa paz, y ya nada pod$a amenazarla. !n suma, conclu$a Aush, )elreino de la ley y no la ley de la jungla gobernará en adelante la conducta de los pueblos*.!ra, qué duda cabe, un discurso optimista, el discurso de un vencedor, que hasta 3ltimahora hab$a podido permitirse ser generoso1 pero, con todas las reservas que pudieran ponerse al ufano talante del presidente norteamericano, e"ist$a entonces en el mundo la

conciencia del advenimiento de una era de paz. %ab$a terminado, ya sin posible vueltaatrás, la guerra fr$a, y hab$a cada vez menos motivos para una guerra caliente. /orodomSihanuM acababa de ser repuesto como rey de &amboya4 se hab$a acabado la dictadura delos )jemeres rojos*. Gietnam hab$a olvidado su guerra y renac$a con un régimen, si nolibre, distante ya de los fervores combativos de los tiempos del Gietcong1 como todo elsudeste asiático, tend$a a suavizar su actitud. /elson >andela acababa de entregar elgobierno de Sudáfrica, después de limpias elecciones, a ;habo >beMi. !l pa$s estaba enmanos de la mayor$a negra, y ésta era capaz de regirlo con paz, prosperidad y sinrevanchismos. Se hab$an acabado las dictaduras en Sudamérica, y @idel &astro, )el 3ltimo,comunista*, en &uba, era la 3nica e"cepci'n, probablemente cercana ya a su fin. !uropa ibaa configurarse como una Hni'n en >aastricht. @idel Namos hab$a conseguido lareconciliaci'n en @ilipinas, tras un conato de guerra civil. Aenazir Ahutto, la primera mujer que reg$a los destinos de 0aMistán —y la primera civil después de a5os de gobiernosmilitares— y Najiv Jandhi parec$an dispuestos a lograr un arreglo del interminablecontencioso indoCpaMistan$. Solo palestinos e israel$es parec$an muy poco dispuestos aentenderse, pero ya se les obligar$a a entrar en raz'n. !l comienzo de los a5os 8: se5ala,desde el punto de vista de la paz mundial, uno de los momentos más esperanzadores detodo el siglo que ya estaba a punto de terminar.

!s también un momento en que el &onsejo de Seguridad de las /aciones Hnidas haconquistado nuevas atribuciones en su funci'n de guarda de la paz del mundo. (os )cascosazules*, representantes de la comunidad internacional, con independencia del pa$s a que pertenecieran, vigilaban los puntos conflictivos, como Aosnia o Posovo, y en Nuandaacababa de constituirse la &omisi'n de S$ntesis para poner paz de una vez entre tutsis yhutus. Se so5aba con un poderoso ejército en manos de las /aciones Hnidas, capaz deimponerse a los revoltosos que todav$a pudieran quedar en el mundo, y un nuevo principio,el de )injerencia humanitaria*, permitir$a intervenir incluso, y contra el deseo de losinteresados, en guerras civiles dentro de un pa$s4 se acababa el concepto de )guerra privada*, porque todas las guerras, aunque no trascendieran al e"terior, eran una ofensa a lahumanidad. !l )nuevo orden mundial*, por supuesto, no depend$a solo de la cada vez másactiva pol$tica de las /aciones Hnidas, sino que contaba con un )gendarme del mundo*, loconfesara e"pl$citamente o no Aush. (os !stados Hnidos se hab$an constituido, desdemediados del siglo XX, en los defensores del mundo libre, y como tales hab$an actuado enmultitud de conflictos, defendiendo los ideales democráticos, a veces también, eso parec$aclaro, sus particulares intereses. Se hab$an enfrentado a la Hni'n Soviética, y hab$anganado, sin choques directos, una guerra virtual de cuarenta y cinco a5os, en la que ambos bandos hab$an gastado sumas inmensas. 2hora ya no hab$a enemigos a la vista, y el mundo bipolar se hab$a transformado, por primera vez en la historia, en un mundo monopolar. /ada ni nadie pod$a frenar a los !stados Hnidos, pero estos, constituidos en paradigma dela democracia, aseguraban no atentar contra nadie, sino obrar en favor de la paz all$ dondese viese alterada. %ab$a, pues, una doble tutela, la de las /aciones Hnidas, de alta prestancia moral, pero sin gran capacidad coercitiva, y la de los !stados Hnidos, que, de



acuerdo con la pol$tica oficial americana eran los cruzados de la paz y de la democracia,aunque el resto del mundo pudiese pensar de distinta manera, y cuya capacidad coercitivaera absolutamente incontestable. !ra la primera vez que en la historia, por lo menos en lahistoria moderna, en que se daba una situaci'n as$.

0or aquellos mismos a5os, un soci'logo y polit'logo de origen japonés ynacionalizado norteamericano, universitario de %arvard, @rancis @uMuyama, escrib$a unlibro que caus' sensaci'n4 El @in de la Historia. 0art$a de la dialéctica de %egel, deacuerdo con la cual la historia no es más que la consecuencia de las diferencias entre loshombres y las sociedades. Hna vez que, mediante una superposici'n de s$ntesis, se hubieranacabado las 3ltimas diferencias, sobrevendr$a la metahistoria, una época en que ya noe"istir$an motivos de conflicto, y los pueblos mantendr$an su e"istencia en equilibrio. #felicidad, se entiende, pues que siempre se ha dicho que los pueblos felices no tienenhistoria. (a dialéctica hegeliana fue, como es bien sabido, vertida por Parl >ar" en suconcepci'n del materialismo hist'rico. 0uesto que el 3nico motor de la historia es la luchade clases, una vez desaparecidas las clases, se habr$a acabado la historia. !n este caso, la

igualdad ser$a la clave de la felicidad definitiva. Tuizá no se ha comentado lo suficiente laintenci'n ir'nica de @uMuyama4 su libro pretend$a, más que nada, burlarse de losdogmáticos mar"istas4 )vosotros que defend$ais como una verdad ine"orable el fin de lahistoria mediante la igualdad, os encontráis con un fin de la historia completamentedistinto*. ;al es la tesis fundamental1 el resto son formulaciones un poco e"ageradas, paraafirmar con más vigor su teor$a4 as$ parece que hay que entender la obra. @uMuyama prefiere la libertad, otro de los grandes ideales humanos. (os pueblos libres, civilizados ycultos, atenidos a la ley, tienden a resolver sus diferencias por medio del diálogo y elconsenso. %oy cada vez hay más pueblos libres, y, lo que todav$a es más importante,observa @uMuyama, ocurre que ahora mismo la libertad es un bien al que ya todos aspiran,de suerte que esa aspiraci'n com3n o ese deseo de libertad acabará verificándose cada vezen más colectividades. 0a$ses que hace pocos a5os eran dictaduras comunistas, son hoydemocracias, o van a serlo. 2hora les toca el turno a los árabes. ;odos, de una forma u otra,están reclamando libertad. Hn mundo de pueblos libres, en que cada cual pueda ejercer susderechos, en su propio ámbito y pueda hacerlos valer con respecto a los demás, tendrá cadavez menos motivos de agravio. @uMuyama defiende al mismo tiempo una econom$a libre,en que sean reconocidos los méritos de cada cual, y el trabajo sea debidamenterecompensado. &ierto que @uMuyama observa que )la econom$a ha de basarse en valoreséticos*, un hecho que no era cierto ni entonces ni ahora1 pero el autor se permit$a esperar esta bendici'n de una cultura libre, competitiva y bien formada. 0ero tarde o temprano, lalibertad para producir, intercambiar, vender y adquirir, acabará llevando el desahogoecon'mico a más miembros de la sociedad, como se ha visto en todos los pa$ses libres ydesarrollados1 y es que el dinero es un bien )difusivo*4 el que lo gana, no lo retiene, sinoque lo lanza al torrente de la circulaci'n1 y cada vez habrá más dinero al alcance de cadamano, siempre que se haga un esfuerzo para procurarlo. !n definitiva, )en el futuro nohabrá lugar para grandes batallas ideol'gicas*. )!l fin de la historia significará el fin de lasguerras y de las revoluciones sangrientas... (os hombres satisfarán sus necesidades a travésde la actividad econ'mica en sistemas que defienden su derecho a practicarla sinentorpecimientos*. (a teor$a de @uMuyama es propia de una época de optimismodesbordado, aunque es natural que sus e"ageraciones encontraran enseguida cr$ticos. 0erotodo el mundo estaba más o menos de acuerdo con estas palabras4 )ahora no hay bárbaros a



las puertas*. /adie daba por supuesta una paz universal y permanente, pero tampoco preve$a un peligro inmediato. (a positiva valoraci'n de la paz, junto con el triunfo ya casiuniversal de la libertad humana, pod$a se5alar el comienzo de una nueva era, en l$neasgenerales, ya que no definitivas, más pac$fica, más desarrollada y más feliz.



!. FIN DE SIGLO

(os a5os 8:, en general, no responden a las e"pectativas creadas en la década anterior, perotampoco suponen una decepci'n o el planteamiento de una nueva problemática global. Son,

si tal puede decirse, unos a5os relativamente grises, en que grandes realidades del mundohan desaparecido, y no surgen otras grandes realidades. !n los a5os B: se hab$a operado eltriunfo de 6ccidente y el hundimiento del bloque comunista. %ab$a terminado la guerrafr$a, y con ella la amenaza de un gigantesco conflicto capaz de acabar con la humanidad.Solo por eso, el mundo e"hal' un inmenso suspiro de alivio, y, en muchos caos, desatisfacci'n. Se hab$a afianzado, con el premio de una buena coyuntura, la econom$a demercado. Eespués de la Juerra del Jolfo, la mayor parte de los pa$ses árabes colaborabancon 6ccidente y los que no colaboraban no parec$an peligrosos. !l precio del petr'leo erasoportable y se ensayaban nuevas formas de energ$a alternativa. &iertamente, no se ve$aclaro el prevalecimiento de un )nuevo orden mundial*, como en un desbordamiento deoptimismo hab$a proclamado el presidente Jeorge %. Aush. !so s$, el inmenso poder$o delos !stados Hnidos no ten$a ya rival1 pero, bajo la inmediata presidencia de &linton, laenorme potencia parec$a más preocupada de sus asuntos interiores —nada graves, por otra parte— que por alterar la situaci'n del planeta. /o se cumpl$a la promesa de un triunfogeneralizado de la democracia como sistema, pero los pa$ses de !uropa oriental eran yademocráticos, Nusia evolucionaba hacia un sistema cada vez más abierto, muy lejos ya delcomunismo y sus secuelas, y &hina, aunque con altibajos, perseveraba por el mismocamino, aunque con más lentitud y a su modo, como de costumbre. !n 2mérica, hab$aca$do la dictadura de 0inochet y la semidictadura de 6rtega en /icaragua, sustituido por una mujer liberal, Gioleta &hamorro1 solo perduraba el régimen de &astro en &uba. !l3ltimo resto de dictadura europea, el de >ilosevic en SerbiaC>ontenegro, llegaba a su fin,y hasta se liberalizaba el sureste asiático. 0ero el triunfo final de los sistemas libres estabamuy lejos de llegar. 0ersist$an dictaduras en Ofrica y parte de 2sia, y el mundo árabe, pesea las esperanzas de Aush tras la guerra del Jolfo, no daba muestras de evoluci'n. !n suma,no e"ist$a una clara conciencia de haberse plasmado un nuevo orden mundial, pero enabsoluto pod$a preverse un nuevo desorden mundial.

(a tendencia a los )gobiernos largos* en los pa$ses desarrollados, tan caracter$sticade los a5os ochenta, se manten$a por los noventa, aunque quizá ya no con la misma perspectiva de absoluta estabilidad. !uropa continuaba su lenta construcci'n, hastaculminar en la conversi'n de la &omunidad !uropea en Hni'n !uropea, tras el tratado de>aastricht, y la promesa de poner en marcha una moneda 3nica, el euro. 6tros pa$ses delGiejo >undo mostraban sus deseos de integrarse en la Hni'n4 por de pronto, en los a5os 8:lo hicieron 2ustria, Suecia y @inlandia. !l interminable conflicto yugoslavo contemplaba su3ltimo cap$tulo, con la llamada guerra de Posovo, en 788B. @ue la 3ltima )guerra* delsiglo4 no quedaban más que guerrillas, un mal endémico de los nuevos tiempos, en&olombia, en diversos pa$ses de Ofrica, en &hechenia, en el sur de @ilipinas. !n general, puede hablarse de una época de paz, quizá la más pac$fica de todo el siglo XX. (a felicidadno era completa, porque en buena parte del mundo se dibuj' una nueva crisis econ'mica,después de los opulentos a5os ochenta1 las dificultades fueron grandes en !"tremo 6riente,incluido Iap'n, y no tantas, pero evidentes, en !uropa, que justo después del prometedor tratado de >aastricht vivi' unos a5os mediocres1 pero tampoco se hac$an visibles los



puede negarse el influjo de una especie de )depresi'n psicol'gica* de los europeos ante un porvenir que de pronto no aparentaba ser tan brillante como se hab$a so5ado.

El ;eino Unido2 de +a7or a lair

!n 788:, Iohn >ajor sustitu$a a >argaret ;hatcher en la direcci'n del gobierno británico -v. pág. <?B. (a decisi'n depend$a más de la tirantez de aquella primera ministracon su propio partido que de una impopularidad de los conservadores. Ee hecho, >ajor gobernar$a durante siete a5os más, batiendo as$ una de tantas marcas de permanencia de un partido en el poder como se estaban registrando por entonces. !videntemente, >ajor noten$a la personalidad de ;hatcher, aunque eso precisamente era lo que deseaban muchos.!ra un hombre de origen muy humilde, que hab$a sido, entre otras cosas, cobrador deautobuses4 y el 3nico primer ministro británico que carec$a de estudios universitarios. 0or otra parte, ten$a el defecto —en pol$tica— de ser un mal orador. !ra tenaz, trabajador, bienintencionado, y se fue labrando su carrera pol$tica a pulso, bien es verdad que fue en todo

momento fiel incondicional de ;hatcher, y ya hemos visto c'mo esta mujer premiaba lafidelidad incluso sobre el mérito. %ab$a sido &anciller del ;esoro, ministro de 2suntos!"teriores en 78B8, y después ministro de %acienda. Eesempe5' estos cargos sin e"cesiva brillantez, pero con diligencia y sin cometer errores. !sto le vali' la direcci'n del partido, ysu ascenso al puesto de )premier* tras la dimisi'n de >. ;hatcher. Se mostr' más pragmático y conciliador que ésta, y durante un tiempo fue muy aceptado de la opini'n por su honestidad y su capacidad de diálogo.

!n 7887 colabor' con !stados Hnidos y demás aliados en la guerra del Jolfo -pág.L<D, siendo los británicos la fuerza más numerosa y eficaz después de los americanos. (aaventura sali' bien, y la posici'n de la pol$tica e"terior de (ondres se vio robustecida.

!n 788?, y tras largas conversaciones, consigui' que el N2 decidiera un alto elfuego en rlanda. @ue posiblemente su mayor é"ito y este hecho le hubiera permitido pasar con buena nota a la historia británica si una parte de los elementos de aquella célulairlandesa no decidiera volver a los atentados terroristas, en 788=. @ue aquel un mal a5o. (afamosa epidemia de las )vacas locas*, que caus' estragos en la ganader$a británica cost' a>ajor una pérdida grande de popularidad. pese a que no era fácil encontrar un culpableconcreto ni un medio rápido y eficaz de cortar el mal. !stos fracasos, y la mediocresituaci'n de la econom$a, que no consegu$a remontar como por aquellos a5os finales de ladécada estaban consiguiendo los pa$ses continentales, dio lugar a un deseo de cambio, quese manifest' en las elecciones generales de 788D, en que vencieron los laboristas4 era la

primera vez que ganaban unos comicios desde 78D?. (legaba as$ a la jefatura del gobierno británico un hombre completamente nuevo, de ?L a5os, ;ony Alair4 desde los tiempos delord (iverpool, en 7B7<, no se recordaba, entre los habituales hombres prestigiosos ymaduros que habitaban en el 7: de EoQning Street, una juventud semejante.

+Tuién era ;ony Alair !l empleo del diminutivo, como en el caso de &arter, es unsigno de sencillez, de accesibilidad. Alair, sin embargo, es más enérgico, menos blando que&arter. !scocés, hijo de una familia conservadora, casado con una cat'lica, de práctica



religiosa él mismo, se hizo laborista y abogado laboralista para trabajar en favor de losobreros1 pero, realista al mismo tiempo, desech' las ideas socialistas de siempre de castigar al capital con fuertes impuestos, reforzar el poder del !stado y obligar a subidasindiscriminadas de salarios, que generar$an inflaci'n. Alair, al fin y al cabo, es un socialistaque vive en la época del liberalismo y acepta sus valores, sin dejar por eso de aceptar los

valores del socialismo, como que se declar' )socialista de valores*, y propugn' una tercerav$a, 9he 9hird ?a!, superadora tanto del liberalismo puro, ávido del lucro y carente deescr3pulos, como del socialismo puro, tendente a las utop$as y al resentimiento social. )/osoy ni thatcherista ni socialista a la antigua*, dijo cuando hubo de definirse. Nenunci' as$ asubir los impuestos, porque )lo que importa no es un estado fuerte, sino una sociedadfuerte*. 0rocur' una pol$tica de austeridad y rebaj' el gasto p3blico1 al mismo tiemporedujo los impuestos. 0ero también luch' por aumentar el empleo, especialmente el empleo juvenil, para evitar un paro que hac$a estragos entre la juventud. 0or su acierto, o por uncambio de coyuntura, consigui' un notable aumento del 0A, la inflaci'n se redujo al 7,9 por 7:: anual, el nivel más bajo desde 78=:, y el paro se redujo a una tasa del L,= por 7::,a su vez la más baja desde 78D:. %izo lo posible por mejorar los seguros sociales, y luch' por reducir la duraci'n de las listas de espera en los hospitales4 en este terreno, ciertamente,no logr' gran cosa. 0ero su mezcla de liberalismo con socialismo no solo dio buenosresultados, sino que le gan' las simpat$as de una buena parte de la sociedad. /o por esodej' de cortar privilegios. Hna de sus reformas, que se5ala un hito hist'rico, fue la de hacer elegibles a todos los miembros de la &ámara de los (ores4 ya nadie ocupar$a un cargo por raz'n de alcurnia. # fue ésta una reforma que no se hab$an atrevido a realizar los másradicales gobiernos laboristas. ;ambién molest' a la aristocracia la supresi'n de la caza delzorro, una costumbre ancestral de la buena sociedad, que originaba el sufrimiento de losanimales.

0or lo que se refiere a su pol$tica e"terior, Alair fue también un hombre que quisomarchar en dos direcciones4 fue europe$sta, sin abandonar por eso la tradicional alianza conlos americanos. !n contra de lo que siempre hab$a dicho ;hatcher, declar' en Aruselas que)para el Neino Hnido, !uropa es una oportunidad, no una amenaza*. !so s$, fueron in3tileslos intentos de hacer entrar a Jran Areta5a en el euro, por la oposici'n de una gran parte dela opini'n del pa$s. Hn poco a la manera británica, se opuso a la idea de una !uropa devarias velocidades, pero s$ acept' la de una !uropa )de geometr$a asimétrica*, en la cualcada pa$s fuera adaptándose a lo com3n en la medida de sus posibilidades. (a negativa aleuro, se pens', iba a ser una grave limitaci'n al crecimiento econ'mico de Jran Areta5a, pero ocurri' todo lo contrario1 mientras el continente tend$a a frenar su desarrollo, el NeinoHnido progresaba más que antes. &on una libra esterlina muy alta, el pa$s se hac$a caro paralos continentales, y disminu$an las e"portaciones al continente, pero Jran Areta5a siempretuvo un comercio e"terior muy activo con el resto del mundo. (a buena marcha de las cosas permiti' a Alair obtener mayor$a absoluta en las elecciones de <::74 nunca hab$an obtenidolos laboristas tanta ventaja. -!so s$, aunque pueda parecer una paradoja, muchos fieles a losviejos hábitos del partido consideraban a Alair )el liquidador del laborismo*. Su popularidad solo comenz' a descender en <::LC<::?, con motivo de la muy activa participaci'n del Neino Hnido en la segunda guerra y ocupaci'n de raM.

=rancia, 'in de si@cle



la poblaci'n fue la causa de los e"tra5os resultados de la primera vuelta de las elecciones presidenciales en <::<. Se presentaban, fen'meno de por s$ ya an'malo, nada menos quedieciséis candidatos a la 0residencia de la Nep3blica, algunos tan e"tra5os como unaspirante al trotsMismo, o el l$der del 0artido de los &azadores. ;anta concurrencia puedereflejar un cierto escepticismo de algunos hacia las formas pol$ticas clásicas, o el desprecio

de la sociedad hacia la clase dirigente en aquel momento establecida. Ee esos dieciséiscandidatos, los dos más caracterizados —uno de los cuales habr$a de ejercer la 0residencia —, eran Iacques &hirac, ya presidente, y (ionel Iospin, el primer ministro socialista. !n elfondo se trataba de dirimir el dif$cil problema de la )cohabitaci'n* con el triunfo de uno delos dos protagonistas. Si &hirac no hab$a destacado en la primera magistratura de la naci'ntanto como en el dif$cil cargo de alcalde de 0ar$s, Iospin, otro hombre maduro, un tantofr$o, y poco brillante, tampoco despertaba grandes simpat$as en la opini'n. 2quel a5o loselectores no acudieron con demasiado entusiasmo a los comicios, pues se registr' un $ndicede abstenci'n superior al de otras elecciones presidenciales. 0ero los resultados fueron por demás sorprendentes. &hirac, el más votado, no llegaba al <: por 7:: de los sufragiosemitidos. Iean >arie (e 0en, l$der de la Hni'n /acional, un partido de e"trema derechamuy radical, obtuvo el 7D, y Iospin, el candidato socialista, un 79.

ndudablemente, se trataba de un voto de castigo a la clase pol$tica, más fácil de practicar por los electores en un sistema a dos vueltas, como es el francés. Si &hirac hab$aalcanzado un apoyo rid$culo, la debacle del candidato socialista fue tal, que Iospin anunci'inmediatamente su retirada de la pol$tica. (e 0en era un hombre de mitin, demagogo ye"altado, al que pocos pod$an tomar en serio. 0ero precisamente porque sab$a que no se jugaba el triunfo, pod$a decir lo que no dec$an los pol$ticos4 siempre lo hab$a hecho, conrelativo é"ito. !sta vez el blanco de sus iras fueron la e"cesiva tolerancia con lainmigraci'n ilegal, que disputaba a los franceses menos preparados sus puestos de trabajo,introduciendo un elemento desarraigado, poco asimilable y a veces agresivo en la sociedadgala, y el aumento de la delincuencia, provocado por la permisividad, la mismainmigraci'n, y la tendencia de la justicia a absolver a los culpables, dejando a los francesesinocentes )al pie de los caballos*. !n solo dos a5os, seg3n (e 0en, se hab$a duplicado en@rancia el $ndice de criminalidad. 2unque las cifras fuesen e"ageradas, la tendencia eraevidente. # un n3mero relativamente grande de franceses vot' a (e 0en, no porque desearaa aquel e"tremista como presidente, sino como aviso a la clase pol$tica. Hno de los mejoresanalistas de la @rancia de entonces, IeanC@ran\ois Nével, denunciaba la diferencia entre la)opini'n virtual* y la )opini'n real*. (a opini'n virtual era la creada por la moda del pensamiento intelectual y por los medios de comunicaci'n, que segu$a la corriente que losamericanos llamaban de lo )pol$ticamente correcto*. (a admisi'n indiscriminada y singarant$as de los inmigrantes y la lenidad con los delincuentes entraban, por ejemplo, en elcampo de lo )politicamente correcto*, y los pol$ticos del sistema trataban de ejercer estacorrecci'n, no necesariamente porque les gustase, sino porque )la opini'n* iba por ah$. Sinembargo, la opini'n real era distinta, y castig' a la clase pol$tica con un inesperadocorrectivo. (e falt' tiempo a &hirac para prometer mayor energ$a contra los actoscriminales, el aumento de la seguridad de los ciudadanos, y un control legal de lainmigraci'n. !l hecho es que, de acuerdo con la &onstituci'n, cuando ninguno de loscandidatos obtiene mayor$a absoluta, se celebra una segunda vuelta para decidir entre losdos más votados. (os franceses tendr$an que elegir entre un pol$tico de centroderecha y une"altado e"tremista. !l 7: de mayo no hubo más que una opci'n real, y &hirac obtuvo una



mayor$a aplastante, sin precedentes. Iamás tantos franceses de izquierda hab$an votado a uncandidato gaullista4 cualquier cosa menos (e 0en. (a situaci'n pol$tica qued' aclarada. (osciudadanos se hab$an decidido por el voto 3til y el sentido com3n. (a clase dirigente quedoemplazada para cambiar de pol$tica. Tue lo hiciera realmente es más discutible.

El camio en (lemania

%asta 788B dur' la era Pohl -v. pág. <9?. !l canciller, después de dieciocho a5os deejercicio del poder, estaba gastado, y se le acusaba de haber consentido operaciones definanciaci'n ilegal de su partido. 0or estas causas, y porque e"ist$a un ansia de cambio en2lemania, en las elecciones de 788B fue elegido un canciller socialdem'crata, JerhardtSchrder, eso s$, por poca diferencia, porque en el momento de cambio de siglo la mayor parte de los pa$ses de !uropa —y los !stados Hnidos— registran una notable divisi'n delos electores, con sorprendentemente escasas ventajas electorales. Schrder no obtuvo másque el ?7 por 7:: de los votos, pero con ayuda de los )verdes* pudo alcanzar el puesto de

canciller. #a se hab$a aliado con los verdes en su feudo de Aaja Sajonia. (as tendenciasecologistas de los alemanes hac$an que este partido tuviera, desde comienzos de los a5os8:, una mayor implantaci'n en 2lemania que en otras partes.

Schrder era un hombre activo e impetuoso. Sus conocidos lo consideraban)bronco* y de trato dif$cil, pero en su actuaci'n p3blica sab$a mostrarse agradable y pose$ael don de atraerse a los electores. Se comentaba que ten$a más facilidad para ganar loscomicios que para gobernar después a gusto de todos. /unca se discutieron su fabulosacapacidad de trabajo y su tenacidad. 2unque en otro tiempo se hab$a destacado por sutendencia izquierdista, aparec$a ahora como el abanderado de un )/eue >itte* o /uevo&entro, que ofrec$a perspectivas comunes con la actitud de Alair en nglaterra. !n su

programa anunci' rebajas en los impuestos y un programa de lucha contra el paro,empe5ando la promesa de relanzar a 2lemania a un nuevo impulso econ'mico. 2 estos prop'sitos, muy distintos en su naturaleza, debi' su é"ito electoral. @orm' gobierno enalianza con los verdes, e hizo al l$der de éstos, IoschMa @ischer, su segundo de a bordo yministro de 2suntos !"teriores. @ischer, un hombre un tanto teatral y original en sus principios, más moderado más tarde, hizo prometer a Schrder el abandono de las centralesnucleares, y el canciller acept' la propuesta, aun sin fijarse plazos. (a discusi'n sobre el plan de supresi'n de estas centrales dur' mucho tiempo, y nunca se resolvi' del todo. !n pol$tica interior, el nuevo gobierno procedi' a la rebaja de los tipos de impuestos quegravaban a las clases más modestas, y al mismo tiempo redujo también el impuesto desociedades, para estimular la inversi'n. (a idea de favorecer a la vez la producci'n y elconsumo, un poco a estilo inglés, dio resultados positivos, aunque no espectaculares.

0or lo que se refiere a la pol$tica e"terior, no se cumplieron las perspectivas de unestrechamiento de relaciones con la nglaterra de Alair1 Schrder era más europe$sta que el británico, y prefiri' entenderse con los franceses. !n un viaje a 0ar$s, fraterniz' con &hiracy Iospin, y se afianz' el eje francoalemán como n3cleo director de la !uropa que estabanaciendo1 Alair, en parte presionado por la opini'n de su pa$s, permaneci' al margen de laconstrucci'n europea, y hubo de renunciar a la integraci'n del Neino Hnido en el euro1 por



su parte, reforz' los lazos de la alianza anglonorteamericana. Tuedaban dibujados as$, en elmomento del cambio del siglo, dos n3cleos distintos en 6ccidente, que hab$an de divergir muy pronto ante los nuevos derroteros de la pol$tica mundial. !so s$, el europe$smo deSchrder no le impidi' defender ante todo los intereses de 2lemania, y de acuerdo con sus planes de reducci'n de gastos, anunci' que los alemanes disminuir$an considerablemente su

contribuci'n a la cohesi'n de !uropa, una medida que perjudicaba especialmente a !spa5a,la mayor beneficiar$a de los fondos de cohesi'n. !ste choque con el gobierno espa5ol-presidido entonces por 2znar habr$a de tener igualmente sus consecuencias. ;ambién2lemania suspend$a las ayudas que estaba prestando a Nusia. !n cuanto a la ampliaci'n dela Hni'n !uropea, 2lemania acept' desde el primer momento la propuesta de integraci'nde aquellos pa$ses de !uropa del !ste que estuviesen en condiciones de entrar en la Hni'n, pero con restricciones por lo que se refiere a la libre entrada de trabajadores e"tranjeros enel espacio alemán, hasta pasado un tiempo prudencial. 2s$ estimaba defender los derechosde los trabajadores alemanes y evitar el aluvi'n que se tem$a.

&on aquella mezcla de medidas restrictivas e incentivadoras, la econom$a alemana

pareci' comenzar con buenos pasos el siglo XX1 pero el atentado terrorista del 77 deseptiembre de <::7 en !stados Hnidos -a que habremos de referimos en el pr'"imocap$tulo, que caus' una crisis econ'mica en gran parte del mundo, afect' muy particularmente a 2lemania, que entr' en un periodo de recesi'n. !n estas condiciones, lossondeos previos a las elecciones de septiembre de <::< daban una clara ventaja alcandidato cristianodem'crata, Stoiber. @ue, seg3n una opini'n generalizada en 2lemania,una nueva desgracia, las catastr'ficas inundaciones en la cuenca del !lba, que causaroncuantiosos da5os, especialmente en la ciudad de Eresde, lo que permiti' ver a Schrder ensu caracter$stica actividad4 vestido de bombero, provisto de largas botas de agua, visit' loslugares inundados, se e"puso a peligros, apareci' por doquier ayudando y resolviendo problemas. Golvi' a ser el Schrder de los mejores tiempos, y parece que fue esta febrilactividad en v$speras electorales lo que provoc' un vuelco espectacular en los comicios.2un as$, cristianodem'cratas y socialdem'cratas llegaron al final empatados a un LB,9 por 7::1 pero el aumento del voto verde, aunado con el descenso de los liberales, permiti' larenovaci'n de la alianza de 788B. !so s$, 2lemania ha mantenido un tono de recesi'ndurante los primeros a5os del siglo XX, justo cuando parece deseable para todos quevuelva a convertirse en )la locomotora de !uropa*.

:talia, )segunda repAlica.

&on la disoluci'n de la Eemocracia &ristiana -pág. <9B una nueva época se abr$a en lavida hist'rica de talia. !l sistema que, con una gran inestabilidad pol$tica —que no hab$aobstaculizado el desarrollo econ'mico— hab$a gobernado el pa$s desde el término de lasegunda guerra mundial, hab$a quedado obsoleto, y la conciencia del pa$s comprend$a queera preciso reemplazarlo por otro4 de aqu$ que se hablase por aquellos d$as -en 788? de lafundaci'n de una Segunda Nep3blica. (a idea dur' poco tiempo, y el hecho puede insinuar que el cambio operado no fue tan profundo como en principio se hab$a supuesto. 0or de pronto, hubo una espectacular sustituci'n de nombres. !l que más sonaba era el de Silvio



Aerlusconi, un gran empresario de >ilán metido de pronto a pol$tico. Aerlusconi se hab$aenriquecido en los a5os =: como urbanista, construyendo modernos barrios residenciales enla capital lombarda1 en los a5os D: se pas' al mundo de los medios de comunicaci'n4compr' varios de los más famosos peri'dicos de talia y fund' nuevas cadenas detelevisi'n4 fue el primero que en su pa$s emple' el sistema de televisi'n por cable, y

conquist' una audiencia superior a las cadenas estatales, 3nicas que hasta entoncesfuncionaban en talia. # por los a5os B: cre' cadenas de grandes almacenes. !ra due5o decasi todo, hasta de uno de los equipos de f3tbol más famosos del mundo, el >ilán, al quehizo más famoso todav$a. 2l terminar aquella década se hab$a convertido en el hombre másrico de talia, y se le atribu$a una fortuna de =.::: millones de d'lares. Su llegada a la pol$tica fue vista con desagrado por la clase pol$tica establecida, y por los italianos con unamezcla de optimismo y desconfianza. Aerlusconi era un hombre prodigioso, que parec$acapaz de hacer milagros. Si alguien consegu$a cambiar talia, mejorar la administraci'n p3blica y evitar la corrupci'n, era él. 0ero +querr$a hacerlo Eejar los destinos del pa$s enmanos de un negociante de fortuna, +no podr$a representar un peligro todav$a mayor

!n 788?, aprovechando la crisis pol$tica general, fund' un nuevo partido, )@orzatalia* —un grito muy deportivo—, que naci', como era de suponer, rodeado de un granaparato propagand$stico. (a intenci'n de Aerlusconi era justamente la que pod$a esperarsede su carácter4 )hay que administrar el !stado como se administra una empresa*. # la ideano cay' del todo mal en muchos italianos, que pensaban que el pa$s hab$a estado sufriendouna e"cesiva inflaci'n pol$tica. 0rometi' también libertad, )un nuevo milagro econ'mico*,combatir el paro, y una lucha implacable contra las mafias y la corrupci'n. 0ara conseguir la mayor$a absoluta en las elecciones —algo incre$blemente dif$cil en talia— se ali' conlos 3ltimos restos de la Eemocracia &ristiana, con los antiguos neofascistas de Jianfranco@ini, reconvertidos ya a la plena democracia con el nombre de 2lianza /acional, y con la(iga del /orte, fundada por Hmberto Aossi, que aspiraba a un amplio régimen auton'mico,e incluso so5aba con la independencia de la 0adania. !ra un grupo demasiado heterogéneo, pero Aerlusconi esperaba dirigirlo con su caracter$stica habilidad. 2l fin y al cabo, todosdeseaban profundas transformaciones. @rente a esta formidable coalici'n, que tom' elnombre de )0olo de las (ibertades* se constituy' otro grupo, el )0olo del 0rogreso*, decentroizquierda, con otra fracci'n de la Eemocracia &ristiana, los socialistas, y los e"Ccomunistas de >assimo d]2lema. !n las elecciones de marzo de 788? el 0olo de las(ibertades obtuvo L== esca5os, y el 0olo del 0rogreso, <7L. !n toda la historia de la taliade la posguerra jamás se hab$a visto una diferencia as$4 Aerlusconi podr$a gobernar c'modamente con mayor$a absoluta, libre de las infinitas y multivarias )combinazioni* quehab$an caracterizado la pol$tica italiana hasta el momento. # tanto un )polo* como otroaparec$an como fuerzas nuevas y prometedoras.

/aturalmente, pronto se vio lo que por otra parte ya era de temer4 la coalici'ngobernante no estaba unida. Aerlusconi procedi' a una reforma del sistema de pensiones para sanear la hacienda, y la medida le supuso perder las elecciones municipales denoviembre. 0or otra parte, la izquierda encontr' pronto motivos de acusaci'n4 sedescubrieron indicios de corrupci'n de la que ser$an responsables algunos directivos de@ininvest, una corporaci'n financiera del imperio Aerlusconi4 desde entonces el ministro noconsigui' demostrar que obraba con manos limpias. (o que más pod$a desprestigiar a la)segunda rep3blica* era precisamente que adoleciera de los mismos vicios que la primera.



/o faltaron problemas a los gobiernos de 2znar, tales como la insolidaridad dealgunas comunidades aut'nomas, especialmente la vasca -con el 0lan barreche, y posteriormente la catalana. !l azote del terrorismo de !;2 no ces', aunque parece que enlos 3ltimos tiempos, después de muchos episodios luctuosos, tendi' a quedar relativamentedominado. 6tro hecho destacado de la época de fin de siglo fue el aumento en proporciones

hasta entonces desconocidas de la inmigraci'n, gran parte de ella ilegal. (os puntos deorigen son sobre todo el /orte de Ofrica ->agreb, el área andina -!cuador, 0er3,&olombia, el mundo eslavo -0olonia, Aulgaria, !slovaquia, la misma Nusia y el Ofricasubsahariana, especialmente por lo que se refiere a los pueblos de la zona atlántica delhemisferio /orte. Si !spa5a llega en <::? a los ?< millones de habitantes —justamente lacifra prevista en 78D9—, el hecho no ocurre por crecimiento demográfico, puesto que!spa5a es uno de los pa$ses de más baja natalidad del mundo, sino por la afluencia deinmigrantes. (a inmigraci'n supone por un lado la ocupaci'n de puestos de trabajo que noquieren desempe5ar los espa5oles1 por otro, fen'menos de desarraigo, falta de adaptaci'n,dif$cil convivencia en algunos puntos concretos, y un considerable aumento de ladelincuencia y de las mafias, procedentes estas 3ltimas por lo general del mundo eslavo.

(a pol$tica e"terior ha representado un continuo esfuerzo de !spa5a por no perder las ayudas de cohesi'n y por luchar contra las limitaciones que impone la Hni'n enaspectos como la pesca, los cultivos o el desarrollo de la ganader$a. !spa5a ha aumentadoen peso relativo en la !uropa de los quince, pero le cuesta hacer valer sus derechos convistas a una mejora de su consideraci'n en el conjunto. ;ambién se han registrado roces con>arruecos por raz'n de las inversiones espa5olas en aquel pa$s, el tráfico ilegal yfrecuentemente mafioso de inmigrantes, las restricciones a la pesca en el banco sahariano.@ue un momento delicado la ocupaci'n por los marroqu$es del islote de 0erejil -verano de<::<, conjurado por una neutralizaci'n de aquel peque5o territorio. !l aspecto máscriticado de la pol$tica e"terior de 2znar fue el )atlantismo* -alianza con !stados Hnidos yel Neino Hnido con motivo de la tensi'n y ulterior conflicto armado de raM -<::L, encontraste con la postura adoptada por otros pa$ses europeos, en particular @rancia y2lemania. !llo produjo no solo un alejamiento respecto de las potencias más influyentes de!uropa, sino sucesos como el atentado terrorista islámico de 77 de marzo de <::?, y lainmediata victoria del partido socialista el 7? del mismo mes4 hechos que ya no puedenconsiderarse insertos, cuando este libro se escribe, en la realidad del )mundo reciente*, por cuanto desconocemos sus consecuencias, siquiera las más inmediatas. Sirva esta menci'n,tan solo, de recordatorio.

;usia se deateB Celtsin y /utin

Nusia en 7887 hab$a perdido los inmensos territorios que hab$an constituido, conella, la Hni'n Soviética, pero segu$a siendo una enorme y poblada naci'n federal. 0or loque se refiere a territorio, Nusia segu$a siendo el pa$s más grande del mundo. ;al hab$a sidola apuesta de Aoris #eltsin -ver pág. <8=4 renunciar al complejo conglomerado de la Hni'nSoviética -acabando de paso con los 3ltimos restos del comunismo, y sacar adelante aNusia. !ra un hombre nervioso y enfermizo, que padec$a del coraz'n, pero activo eindomable. !n los sucesos de agosto de 7887, subido a los tanques y arengando al pueblo,



se hab$a convertido en héroe de la situaci'n y en sustituto obligado de Jorbachov. !ra másreformista que éste4 )el comunismo desaparecerá, triunfará la democracia*. # es seguro quedeseaba la democracia para Nusia, y la restauraci'n de una serie de valores tradicionales,entre ellos la religi'n ortodo"a. 0ero no era fácil el tránsito en un pa$s tan traumatizado.0ara que hubiera democracia era preciso constituir partidos pol$ticos, y pronto se formaron

agrupaciones que obedec$an más a ambiciones personales o de grupo que a ideolog$as o programas concretos. (a mayor parte de aquellos partidos ten$an nombres pintorescos, y por lo general muy patri'ticos. +# el pueblo +;endr$a el suficiente criterio y la suficienteresponsabilidad para saber conscientemente a quién votaba 0or otra parte, el paso de unaeconom$a intervenida por el !stado —con el !stado como 3nico capitalista— a unaeconom$a de libre mercado, de movimientos ágiles, iniciativas rentables y buen equilibrioentre sectores era tan dif$cil o más que la transformaci'n pol$tica. !n todas partes -hasta en2lemania 6riental tutelada ahora por la 6ccidental el tránsito se hac$a mucho más lento y plagado de dificultades de todo cuanto se hab$a imaginado4 pero en Nusia el problema fuemayor que en ning3n otro lugar del mundo. Tuizá porque en Nusia, ni antes ni después dela Nevoluci'n de 787D, hab$an e"istido estructuras capaces de implementar ese tipo deeconom$a.

#a desde 788< orden' #eltsin la liberalizaci'n de los precios al consumo4 losmercados funcionaron libremente, pero una inflaci'n galopante se apoder' de Nusia4 en pocos meses los precios subieron el 7:: por 7::. @altaba producci'n, y por tanto oferta, lomismo de productos agr$colas, que escaseaban en los mercados de las grandes ciudades,como de productos industriales, manufacturados por unas empresas en transformaci'n.#eltsin intent' un plan de privatizaci'n de todas las empresas estatales, pero quieneshubieran podido regirlas no ten$an dinero suficiente para su adquisici'n, y quienes loten$an, carec$an de la capacidad necesaria para llevarlas adelante. %ubo corrupci'n, y en lagigantesca operaci'n de transferencia de la propiedad industrial intervinieronrecomendaciones y amiguismos4 los que ten$an poder pol$tico adquirieron poder econ'mico-era fácil quedarse con dinero oficial en un momento de caos, o bien se lo concedieron a personas influyentes que supieron utilizar el soborno y presiones de todas clases. (a poderosa maquinaria del !stado soviético hab$a rodado por los suelos, y no era fácilconstruir otra maquinaria semejante, pero de naturaleza y estructura muy distinta. !l dinerodel !stado hab$a pasado a manos particulares, casi nadie sab$a c'mo, y #eltsin empleabatodas sus energ$a en salvar al rublo, cuyo valor se desplomaba por momentos. 0idi' ayuda a6ccidente, viaj' a @rancia e nglaterra, pero no obtuvo los préstamos que esperaba. (aeconom$a occidental dudaba de la solvencia de los deudores rusos, y una concesi'ngenerosa, como en gran parte hab$a sido la del 0lan >arshall, ofrec$a la dificultad de quenunca se sab$a a d'nde iba a parar. +# si Nusia volv$a al comunismo >ientras mandara#eltsin el peligro estaba conjurado, pero la salud del presidente se debilitaba cada vez más.!n alguno de sus viajes hubo de retrasar la salida del avi'n, o se desmayaba en actos p3blicos. !n una ocasi'n hubo de sufrir una operaci'n a coraz'n abierto. !ra hombreanimoso e hiperactivo, pero no pod$a confiarse en la duraci'n de su mandato. # proliferaban por todas partes hombres ambiciosos que aspiraban a sustituirlo. >ás que partidos, hab$a nombres4 y todav$a menos programas concretos que partidos.

!n 788L, con un parlamento más )conservador*, se form' un grupo que hizo frentea #eltsin y proclam' presidente a NusMoi. !ra el segundo golpe de estado en dos a5os.



#eltsin, aunque siempre achacoso, mostr' la misma energ$a que en 7887, e hizo bombardear la )&asa Alanca*, donde estaban atrincherados los diputados. Eespués devarios d$as de resistencia, los revoltosos se rindieron. 2l fin #eltsin, vencidos losrecalcitrantes a las reformas, se sinti' plenamente due5o del poder. 0roclam' la )segundadescomunistizaci'n* de Nusia, y present' un proyecto de &onstituci'n que contemplaba

una rep3blica presidencialista basada en los modelos de @rancia y !stados Hnidos, con un presidente ejecutivo, una Euma -nombre que hab$a tenido la 2samblea en tiempo de loszares y una segunda cámara de representaci'n territorial. (a nueva &onstituci'n fueaprobada por el 9? por 7:: de los votantes, pero de las elecciones sali' triunfante el partidode RhirinoQsMi -en Nusia es preferible mencionar los partidos por los nombres de susl$deres, y no por sus denominaciones oficiales, largas y de una vaguedad e"traordinaria.!ra RhirinoQsMi un demagogo de palabra fácil y gestos teatrales, que supo ganarse alelectorado, pero no mostr' luego criterios 3tiles. RhirinoQsMi fue primer ministro, pero la&onstituci'n permiti' a #eltsin seguir ejerciendo el poder supremo en los asuntos másimportantes. (uego, en 7889, se impuso el partido de Ryuganov, quizá no más eficaz, peromás manejable. 0or entonces intent' #eltsin un gesto capaz de presentar a Nusia como gran potencia, defendiendo a SerbiaC>ontenegro como Nep3blica de #ugoslavia, frente a las pretensiones independentistas de Aosnia. (os occidentales prefer$an la paz a base de laindependencia de todas las rep3blicas de la e"C#ugoslavia, y #eltsin, que quiso presentarsecomo defensor de Serbia -lo mismo que /icolás en 787? no consigui' en absoluto suobjetivo. Nusia era una gran potencia virtual, pero ya no era una potencia real4 su supremomandatario qued' un poco humillado, pero hubo de rendirse ante la evidencia.

S$ quiso mostrarse firme #eltsin ante la rebeli'n de la peque5a rep3blica caucásicade &hechenia, perteneciente a la @ederaci'n Nusa, que, dirigida por su belicoso l$der,Eudayev, se declar' independiente. (os rusos esperaron una fácil victoria, pero loschechenos se defendieron encarnizadamente. 2 todo esto, en octubre de 788?, se produc$ael famoso )martes negro*, con el derrumbe de la ine"perta Aolsa rusa, y la ca$da en picadodel rublo. #eltsin sufri' dos ataques al coraz'n, pero, tan luchador como enfermizo, sigui'adelante. !n 788=, hubo de acceder a un alto el fuego en &hechenia, con retirada de lastropas rusas. !ntretanto, y porque las complicaciones llov$an a velocidad inusitada,apareci' otro )salvador del pa$s* en la figura del general (ebed, un hombre quizá tanambicioso como RhirinoQsMi, pero más sereno y, por supuesto, autoritario. Se estabaganado a los rusos predicando una pol$tica firme que acabara con la corrupci'n y lasmafias, y levantara al pa$s. (os rusos, tan disgustados por la situaci'n, como tendentes por carácter al mesianismo, parec$an dispuestos a aceptar una dictadura de (ebed. @ue unacierto de #eltsin enviarlo a &hechenia para resolver el espinoso conflicto. &ontra lo que seesperaba, (ebed no recurri' a las armas, sino a las negociaciones, en las cuales estuvoenredado mucho tiempo, 2l fin consigui' un precario acuerdo. %ab$a quedado bien, pero suimagen de salvador se hab$a desenfocado un tanto. (uego #eltsin lo hizo gobernador de una provincia de Siberia, donde el general realiz' una buena administraci'n, pero se fuealejando de la pol$tica.

!l a5o 788D fue —Wpor fin— de cierta estabilidad, tanto pol$tica como econ'mica1el producto interior bruto creci' por primera vez desde los tiempos de la )perestroiMa*.0oco dur' la bonanza, porque en 788B se produjo un verdadero caos econ'mico, por unarepentina desestabilizaci'n del rublo, motivada en parte por las graves turbulencias



financieras operadas aquel mismo a5o en las econom$as de !"tremo 6riente, que de formaindirecta repercutieron en Nusia, pero sobre todo por efecto de la especulaci'n monetaria yla compra de d'lares por muchos rusos que quer$an estar más seguros. (os grandesfinancieros y empresarios jugaban más al beneficio rápido que al é"ito estable. Nusia segu$asin adaptarse a la econom$a de mercado, e"cepto algunos que parec$an hacerlo demasiado

bien. ;ambién es preciso contar con la )mafia rusa*. !sta forma de delincuencia siempree"isti', incluso bajo el régimen comunista, aunque entonces apareci' mas disimulada. (os jerarcas del Premlin a veces hab$an utilizado a la )mafia* para operaciones poco limpias o para e"torsiones. 2hora los ma5osos e"ig$an dinero a los banqueros y empresarios, conamenaza de quitarles la vida. 2s$ se hicieron nuevos ricos, menos recomendables todav$aque los ya e"istentes. !n agosto de 788B el Aanco &entral suspendi' las operaciones end'lares, para evitar en lo posible la fuga de capitales. 0utin nombr' primer ministro a0rimaMov, y desde entonces el rublo se recuper'. !l balance, con todo, no pod$a ser mássombr$o4 en los 3ltimos diez a5os, el )crecimiento* econ'mico hab$a sido del C99 por 7::.# la inestabilidad pol$tica, a pesar de los esfuerzos y de los buenos deseos de #eltsin dellegar a un sistema democrático normal, hab$a sido tan grande y llena de sobresaltos comola econ'mica. Hna detallada historia de Nusia por estos a5os produce una sensaci'n devértigo.

!n 7888 fue nombrado primer ministro Gladimir 0utin. #eltsin hab$a ido cobrandoconfianza en este hombre, hasta nombrarle su sucesor. @ue as$ como #eltsin, cada vez peor de salud, present' la dimisi'n a fines de 7888, convencido de que dejaba a Nusia en buenasmanos. (a figura de Gladimir 0utin no puede ser más opuesta a la de su predecesor. Si#eltsin era un hombre nervioso, e"trovertido, propenso a las reacciones más inopinadas ysumamente enfermizo, 0utin hab$a sido jefe de los servicios secretos, y ten$a toda la sangrefr$a, la imperturbabilidad y la capacidad de disimulo propia de un esp$a. Tue era hombreduro ya lo sab$a todo el mundo, pero algunos pensaban que era eso lo que estabanecesitando Nusia. Ee enfermizo no ten$a nada1 cuidaba su forma f$sica y era campe'n de judo. &omenz' controlando y reformando el ejército, y luego trat' de hacer lo mismo conla complicad$sima maquinaria del !stado. !sta complicaci'n databa ya de los tiemposcomunistas, pero ahora las piezas estaban cada una fuera de su sitio. 0utin trat' desimplificar los resortes y de dejarlos en manos seguras. 2centu' el poder central y su propio poder personal, al punto de que las potencias democráticas temieron un retroceso de Nusiahacia la dictadura. 0utin supo maniobrar hábilmente, sin salirse de la legalidad, pero sin elsentido abierto y concesivo de #eltsin. &re' un &onsejo de !stado para liberarse en partedel parlamento, aunque este sigui' funcionando. # propici' la creaci'n del partido Hnidad, para conseguir el suficiente apoyo parlamentario. (ogr' suprimir muchos tratos de privilegio y amiguismos, y combati' con relativo é"ito las oligarqu$as y las mafias4 muchosde aquellos hombres que se hab$an enriquecido rápidamente por procedimientos turbioshuyeron de Nusia con el dinero que consiguieron evadir4 el resultado fue una decadencia dela mafia rusa, y el establecimiento de elementos de esta mafia en pa$ses occidentales. 0utingan' en marzo de <::: las elecciones presidenciales, frente a una multitud abigarrada decandidatos. !se mismo a5o decidi' resolver el conflicto de &hechenia por la fuerza, y losrusos entraron en Jrozny4 eso s$, los chechenos respondieron con atentados terroristas,algunos de ellos muy graves, como el secuestro de todos los espectadores en un teatro de>osc3, que se sald' con más de cien muertos.



Los oco aos de #linton en la #asa lanca

!n 788<, el presidente Jeorge %. Aush pod$a considerarse seguro vencedor en laselecciones presidenciales de noviembre. 2cababa de proclamar )un nuevo orden mundial*,

en que los !stados Hnidos aparec$an como la 3nica gran superpotencia, y no se atisbabanen el horizonte nuevos peligros. /unca /orteamérica se hab$a situado en una posici'n de privilegio e"clusivo como en aquellos momentos. # sin embargo, le sali' un contrincantehábil. Aill &linton era un pol$tico dem'crata joven, progresista, de maneras muy modernas,con una evidente capacidad para atraerse el electorado. Se present' como un Ne; 7emocrat, amigo de novedades, feminista, dispuesto a ampliar el margen de libertades delos ciudadanos, sin inconvenientes para aumentar los supuestos del aborto y para ayudar alos homose"uales. !ste programa no ten$a por qué conquistarse a todos los americanos, nimucho menos, pero &linton prometi' también una nueva pol$tica econ'mica, que protegiese sobre todos los intereses de los más necesitados1 le preocupaba además unareforma sanitaria, porque la )Social Security* apenas funcionaba en los !stados Hnidos, y

de ella solo se beneficiaba el 79 por 7:: de los ciudadanos. !l !stado no estaba encondiciones de aportar un d'lar, pero la soluci'n era muy sencilla4 que pagaran lasempresas. (a econom$a, ciertamente, atravesaba un mal momento4 los enormes gastosmilitares, primero de Neagan y luego de Aush, hab$an provocado un fuerte endeudamiento p3blico, y a pesar de las espectaculares victorias, el crecimiento econ'mico hab$a invertidola tendencia4 como que en 7887, por primera vez en muchos a5os, hab$a sido del C:,D por 7::. (a capacidad adquisitiva disminu$a. Tuizá Aush no ten$a una clara conciencia deldescontento popular, y &linton, con su instinto pol$tico, supo inventar un slogan repetidomil veces4 )Wla econom$a, imbécil*. @ue el desparpajo de aquel joven despierto el que seimpuso inesperadamente en las elecciones4 &linton consigui' el ?L por 7:: de los votos1Aush el LB, y un candidato independiente, millonario y original, Noss 0erot, el 78. /o sesabe a quién favoreci' 0erot con su presentaci'n, pero por su parte, evidentemente, fracas'.

!n los primeros meses, aquellos que tem$an de la ine"periencia de &lintoningenuidades y errores, parecieron acertar. (as prometidas reformas sanitarias no pudieroncumplirse, y la modificaci'n de los impuestos no alcanz' el grado que se deseaba. 0oco a poco, sin embargo, fue adquiriendo e"periencia. &linton, al contrario que sus antecesores,quiso abandonar la pol$tica e"terior, para reducir gastos, pero nuevos problemas acabaronobligándolo a intervenir en muchos escenarios4 los !stados Hnidos se hab$an convertido enel gendarme del mundo, y era dif$cil rehuir aquel papel. Sin embargo, los gastos fueronreducidos, y una nueva coyuntura permiti' un relanzamiento de la econom$a, que tal vezera independiente de la gesti'n pol$tica, pero que pudo realzar la figura de &linton, que fuereelegido con comodidad en 788=. !uropa se encontraba en un periodo de relativoestancamiento y !"tremo 6riente en plena recesi'n4 la diferencia de los !stados Hnidoscon respecto al resto del mundo se incrementaba. !n 788B alcanz' la haciendanorteamericana el primer superávit en treinta a5os1 en cambio, el déficit comercial con ele"terior aumentaba, por culpa del alto valor del d'lar, que dificultaba las e"portaciones, entanto los americanos pod$an comprar baratos productos e"tranjeros4 naturalmente, !stadosHnidos compraba más que vend$a4 aquel lujo pod$a permit$rselo de momento, aunque noera conveniente a la larga. ;ambién es verdad4 la supervaloraci'n del d'lar perjudic' deotra manera a los e"tranjeros4 el petr'leo, sin subir de precio, se hizo más caro para casi



todos los compradores por el hecho de que la 60!0 no vend$a más que en d'lares. &linton,con el fin de proteger a la producci'n propia, lleg' a prohibir la entrada de autom'viles japoneses, una medida que no hizo sino agravar la crisis econ'mica de !"tremo 6riente.(os americanos, en general, vivieron mejor, y las nuevas tecnolog$as les permit$an unasuperioridad dif$cilmente igualable por ninguna otra potencia del mundo desarrollado. (a

euforia econ'mica permiti' que la modernizaci'n de las técnicas no incidiera en el empleo4al contrario, los ocho a5os de &linton significaron un crecimiento acumulado del 0A de un<8 por 7::, y la creaci'n de veinte millones de puestos de trabajo. !so s$, los americanos,como el resto del mundo desarrollado, tend$an a ahorrar menos y a vivir del crédito.0rosperidad, movilidad, despreocupaci'n, tales eran las principales caracter$sticas de lasociedad americana por aquellos a5os.

(os buenos tiempos se acabaron en el a5o <:::, con un proceso de inflaci'n quedetuvo la marcha de la econom$a y un estancamiento del consumo. (as malas turbulenciasfinancieras provocaron un )cracM* en Fall Street aquel verano. (os tiempos cambiaban, yel prestigio de &linton descend$a por obra de ciertos escándalos propios de su carácter un

tanto fr$volo. #a no pod$a presentarse a las elecciones de <:::. (o hizo el vicepresidente 2lJore, que tuvo que enfrentarse al hijo del presidente anterior, Jeorge F. Aush. /unca hubounos resultados electorales tan incre$blemente igualados, como que la duda persisti' hastael 3ltimo momento, y en algunos estados tuvieron que decidir los tribunales. 0ero, endefinitiva, &linton, sucesor de Aush padre, fue sucedido por Aush hijo. Eespués de lahumillaci'n de 788<, la familia Aush se tomaba la revancha. &iertamente, nadie sab$a queempezaban otros tiempos.

#risis y salvadores en :eroamérica

(a crisis de los a5os noventa repercute en beroamérica con fen'menos de inflaci'ngalopante, inestabilidad de las monedas, paro, y una inquietud p3blica motivada enocasiones por la guerrilla o por la delincuencia. (os poderes p3blicos se esfuerzan por normalizar una situaci'n que a todas luces se ha hecho dif$cil, pero también es frecuenteque en ellos haya signos de corrupci'n, que agravan la crisis econ'mica y siembran eldescontento. %ay ahora menos dictaduras militares —si puede hablarse siquiera de tales—, pero siguen proliferando los )salvadores*, que suscitan cuando menos esperanzas, y que seesfuerzan en superar la crisis mediante medidas e"cepcionales, en ning3n caso medianteuna dictadura encubierta. &ada pa$s tiene sus problemas concretos, y no siempre se puedene"trapolar los resultados de un análisis particular. Geamos, a guisa de ejemplo, algunoscasos significativos,

—!n 2rgentina, Na3l 2lfons$n -v. pág. <7= presidi' la Nep3blica de 78B< a 78B84 trajo lademocracia al pa$s, pero no pudo contener la inflaci'n. !n 78B9 se cre' una nueva moneda,el )austral*, que se devalu' tan rápidamente como el peso. !n 78B8 2lfons$n tuvo queabandonar el poder con una hiperinflaci'n del ?::: por 7::, y una deuda e"terior de=L.::: millones de d'lares. @ue entonces cuando gan' las elecciones un peronista, &arlosSa3l >enem, decidido a poner todos los medios para enmendar la situaci'n. >enem, hijo



de sirios, supo rehacer el maltrecho partido justicialista y se mostr' populista en lacampa5a1 pero una vez en el poder, sigui' una pol$tica de contenci'n y ajuste, y prefiri' unsistema liberal de privatizaciones4 un método que, por una parte, daba dinero al estado, encuanto que vend$a empresas p3blicas, y por otro se libraba del peso de compa5$as que no produc$an más que pérdidas. (os particulares ya se encargar$an de sanearlas y hacerlas

rentables, a costa, eso s$, de echar a la calle a una parte de sus empleados. (as empresasespa5olas, entonces en pleno auge, fueron las más beneficiadas4 los argentinos prefer$anvender a !spa5a antes que a !stados Hnidos. (a compa5$a petrol$fera y de gas #acimientos0etrol$feros @iscales -#0@ fue vendida a Nepsol1 !/;!( a ;elef'nica y @rance ;elecom,2erol$neas 2rgentinas a beria, la red eléctrica S!JA2 a !ndesa, etc. ;ambién se vendieronferrocarriles y l$neas mar$timas. !n total, ?:: empresas propiedad del estado fueron privatizadas4 toda la inmensa y probablemente equivocada obra nacionalizadora de 0er'nfue liquidada en un a5o, y parad'jicamente por obra de un presidente peronista. !l plan deajuste cost' sacrificios, como el bloqueo de salarios, pero la econom$a empez' a funcionar sobre bases más sanas.

!n 7887 comenz' el )plan de choque* del audaz ministro de !conom$a, Eomingo&avallo, cuya medida más atrevida fue la )dolarizaci'n* del peso. @ij' el precio del australen 7:.::: el d'lar, y a partir de entonces cre' un nuevo peso en paridad con la divisaamericana4 hasta el punto de que las dos monedas fuesen libremente intercambiables. 0araello no emiti' más moneda que la que ten$a respaldo en d'lares en el Aanco /acional2rgentino4 as$ se podr$a mantener la paridad. 2rgentina se vio de este modo en unasituaci'n en verdad e"tra5a4 era un pa$s empobrecido, pero dotado de una moneda alt$sima.(os argentinos cobraban poco y pod$an gastar poco, pero la inflaci'n desapareci', hasta el punto de que el pa$s, con un :,7 por 7:: anual, se convirti' en el de más baja inflaci'n delmundo. 0or los a5os 8:, se logr' un incremento del 0A entre el L y el B por 7:: anual42rgentina era uno de los pa$ses que más progresaban, aunque solo una parte de losciudadanos pudieron participar de este progreso. !n muchos casos, los sueldos eraninsuficientes, se hizo necesario el trabajo de la mujer y de los hijos que pod$an practicarlo, pero cuando menos se hab$a vencido al monstruo de la inflaci'n. !ste hecho, y el de poseer una de las monedas más sanas del mundo sirvi' de momento para incrementar la popularidad de >enem. Eecidido y ambicioso, no tuvo inconveniente en modificar la&onstituci'n para poder ser reelegido en 7889.

Sin embargo, por entonces empezaron a agravarse los males derivados de vivir conuna moneda artificial. 2ument' el paro y el n3mero de familias por debajo del nivel de la pobreza. (os argentinos más responsables acusaban a aquella coyuntura de estar acabandocon la clase media1 y algo de ello hab$a4 personas cultas, con carrera universitaria y buenacualificaci'n profesional o estaban en el paro, o eran incapaces de mantener un nivel devida decoroso. 0or eso, cuando >enem intent' una nueva reforma constitucional para ser elegido por tercera vez, en 7888, no lo consigui'. (as acusaciones de corrupci'n sobre el presidente, su familia y algunos de los altos dignatarios, se hicieron frecuentes. !l peronismo se hab$a transformado en menenismo, y hab$a perdido su sentido social. 0or esoen las elecciones de 7888 gan' el l$der del partido opuesto, el radical @ernando de la N3a.!l nuevo presidente intent' enjuagar la inmensa deuda p3blica subiendo los impuestos yrebajando los sueldos a los funcionarios del estado. !ra l'gico que la situaci'n fuese a peor y las protestas a más. 2nte el temor de una devaluaci'n del peso, que ten$a que hacer



esfuerzos sobrehumanos para mantenerse a la par con el d'lar, fue frecuente -por obra demuchos mandamases, pero también de particulares con ahorros comprar d'lares a la par ycolocarlos en el e"tranjero4 nunca se recordaba una huida tan masiva de capitales. 0aracortar este flujo que amenazaba dejar al pa$s sin dinero, se decret' en <::< una medidadesesperada4 la inmovilizaci'n de todos los dep'sitos bancarios durante 8: d$as. (os

ahorradores solo podr$an retirar <9: pesos a la semana. @ue lo que los argentinos, con loque les quedaba de humor, llamaron el )corralito financiero*. /o faltaron tragedias,violencias, saqueos de mercados. 2rgentina parec$a sumirse en el caos. Ee la N3a hubo dedimitir, y en pocas semanas —fines de <::<, comienzos de <::L— hubo hasta cinco presidentes. @inalmente, elegido un radical, /éstor Pirchner, hubo una devaluaci'n del peso y un intento de recobrar el equilibrio, a costa de gravar las inversiones e"tranjeras, que por lo menos y de momento evit' males mayores.

—6tro pa$s lleno de problemas, aunque de una naturaleza bien distinta fue &olombia. !stanaci'n, rica en recursos naturales -producci'n agr$cola4 ocupa el tercer puesto del mundo en

biodiversidad1 o mineros4 oro, plata, esmeraldas, petr'leo, ha sido sacudida en las 3ltimasdécadas por dos pesadillas que ya parecen indesarraigables4 la guerrilla y el narcotráfico. (aguerrilla, movida en un principio por un afán de justicia social y de reparto de tierras -las@2N&, de carácter comunista, nacieron en 78=L, el !(/, de inspiraci'n mao$sta, en 78=9,el > 78, en 78D:, alcanz' su má"ima virulencia por los a5os B: y 8:, siempre enambientes campesinos. Sus afanes liberadores derivaron en el pillaje, por venganza ymuchas veces para proveerse de medios de subsistencia1 de suerte que los campesinos, enlugar de resultar redimidos por los guerrilleros, se vieron en tal situaci'n de inseguridad, y privados de sus cosechas, que huyeron a bandadas a las grandes ciudades4 Aogotá pas' enveinte a5os de tres a diez millones de habitantes, con la aparici'n de barrios marginales ymiserables, fuente a su vez de delincuencia. !l presidente Aelisario Aetancur -78B<C78B=declar' una amnist$a general de los presos pol$ticos, a cambio del cese de las hostilidadesguerrilleras1 al principio tuvo cierto é"ito, y hasta uno de los movimientos, el > 78, seconvirti' en partido pol$tico -por cierto, con muy pocos votos1 pero por 78BD se registr'una nueva movilizaci'n guerrillera, contra la que lucharon con distinto é"ito &ésar Javiria-788:C788?, !rnesto Samper -788?C788B, 2ndrés 0astrana -788BC<::< y 2lvaro Hribe-desde <::<4 este 3ltimo ha seguido una pol$tica que combina las conversaciones con laacci'n militar.

!l otro mal es la proliferaci'n del narcotráfico. (a hoja de coca se cultivaba preferentemente en !cuador o Aolivia, pero algunos activos negociantes de >edell$ndesarrollaron )industrialmente* su cultivo y su refinado en coca$na, a comienzos de losa5os D:, atra$dos en parte por la creciente afici'n a las drogas entre la juventudnorteamericana, tras la guerra de Gietnam -v. pág. <:9. !l cártel de >edell$n —una ciudadindustrial y empresarial, la más activa y emprendedora de &olombia— alcanz' un poder inmenso, encabezado por 0ablo !scobar, que se convirti' en uno de los hombres más ricosdel mundo, y se permiti' desafiar personalmente al gobierno1 goz' fama de )generoso* por sus propinas con el fin de ganarse amigos, y por el empleo que dio con el cultivo de la cocaa miles de campesinos... que ganaban modestos salarios para alimentar un negocio quemov$a miles de millones. !scobar lleg' a poseer una e"tensa red de distribuci'n por gran parte de los pa$ses del mundo, especialmente !uropa y 2mérica. >uerto violentamente en



788L, el cártel de >edell$n perdi' fuerza en beneficio del de &ali, menos agresivo yespectacular, pero que con su secretismo e"tendi' a partir de entonces sus tentáculos. !l!stado colombiano, a pesar de sus esfuerzos, no consigui' erradicar estas dos plagas. 0or raz'n de la dificultad de controlar el territorio y la enorme cantidad de dinero negro que segeneraba y circulaba, el sector p3blico colombiano ingresaba por impuestos una cantidad

muy peque5a respecto de lo que le hubiera correspondido, y ha sido por ello durante a5osmucho más débil que ciertos elementos —en gran parte al margen de la ley— del sector privado. !l resultado fue su incapacidad para combatir la guerrilla y las mafias y paraimponer en todas partes el imperio de la ley. Se da el caso de que las tropas guerrilleras -ytambién los paramilitares que hacen la guerra por su cuenta y complican más el panorama poseen armas más modernas y sofisticadas que el ejército o la polic$a. !stán por conocerselos resultados de los esfuerzos que por aumentar la capacidad de las fuerzas armadas realizael presidente Hribe.

—!l cercano 0er3 vivi' una época e"tra5a bajo el largo mandato del presidente 2lberto

@ujimori -788:C<:::. un descendiente de japoneses que emergi' de pronto a la vida pol$tica y se enfrent' al otro candidato presidencial, el famoso novelista >ario Gargas(losa. 2mbos promet$an librar a 0er3 de la depresi'n econ'mica y del azote del terrorismo,ejercido sobre todo por la sociedad secreta )Sendero (uminoso*. @ujimori, e"perto en losnegocios, sigui' métodos de un hábil )marMeting* pol$tico, y obtuvo una inesperadavictoria. -0or su habilidad y energ$a fue reelegido en 7889. 2lgo mejor' la econom$a, perosobre todo @ujimori se mostr' implacable con la guerrilla. !n 788< consigui' capturar almás peligroso de los terroristas, 2bimael Juzmán1 pero en diciembre de 788= vivi' unaterrible crisis, que sigui' con ansiedad todo el mundo, cuando un grupo terrorista entr' enla casa del embajador japonés, donde se celebraba una cena, y secuestr' a más de cien personas, incluyendo muchos altos cargos. Eespués de semanas de angustia, una operaci'n policial liber' a los retenidos y liquid' a los irruptores. !ngre$do por el é"ito, @ujimori pretendi' una reforma constitucional para forzar una tercera elecci'n, y sali' del lance tanmaltrecho como >enem, casi por las mismas fechas. !staba abusando cada vez más de suautoridad, y se le acusaba de corrupci'n. 2l fin, denunciado, tuvo que huir al Iap'n y eraelegido presidente 2lejandro ;oledo, fundador del partido PerB posi"le, y el primer mestizoque ocupaba la más alta magistratura de la naci'n.

—>é"ico goz' siempre fama de ser un pa$s democrático, y, de hecho, fue de los pocos queno tuvo que sufrir una dictadura militar, ni sinti' necesidad de aclamar a )salvadores*.0ero, como hemos visto en su lugar -v. pág. <77 gobernaba invariablemente desde 78<8siempre el mismo partido, el 0N, y un conglomerado de intereses, mezcladofrecuentemente con clientelismos y corrupci'n, convert$a de hecho al 0N en un partido3nico, y a las elecciones en poco más que una ficci'n. (a opini'n del pa$s, conforme semodernizaba, fue haciéndose cada vez más consciente de esta anomal$a. (os presidentes-('pez 0ortillo, 78D=CB<1 >iguel de (amadrid, 78B<CBB1 &arlos Salinas de Jortari, 78BBC788?1 !rnesto Redillo, 788?C<::: alternaron momentos pr'speros con otros de crisis, ymedidas de intervencionismo social -('pez 0ortillo con otras liberalizadoras -Salinas.Eeterminadas empresas fueron nacionalizadas y desnacionalizadas varias veces. >é"icocrec$a en cuanto a la suma de su riqueza, no tanto por lo que se refiere a su distribuci'n. (a



3nica empresa que nunca fue privatizada, 0!>!X, e"tra$a petr'leo del Jolfo y era la principal fuente de ingresos estatales. Ee todas formas, la confianza en la estabilidad de precios del crudo, que no se confirm' —los precios bajaron por los a5os B:— dio lugar auna enorme deuda e"terna. >é"ico crec$a con deuda y con inflaci'n, pero iba a más,e"cepto en algunos momentos de crisis, como en 78BD. Sin embargo, la idea de que el

monopolio del 0N era un obstáculo a la verdadera democracia se abri' paso incluso en lossectores pol$ticos. Salinas de Jortari ya intent' una apertura a horizontes más amplios, y propici' la )elecci'n* de un hombre de talante aperturista y concesivo como !rnestoRedillo -la costumbre era en >é"ico que el presidente )presentara* a su sucesor, el cual, enefecto, era elegido. Redillo favoreci' la emergencia de un partido nuevo, el 02/ o 0artidode 2cci'n /acional, cuya cabeza era Gicente @o", y en <::: prácticamente le cedi' el poder con una mezcla de resignaci'n y satisfacci'n al mismo tiempo4 )hemos completadoel viaje a la democracia*. @o" fue elegido, en efecto, e hizo lo posible por combatir lacorrupci'n, el uso de la droga y la delincuencia, muy grave en >é"ico.

—Gicente @o", aunque es un personaje de notable estatura, robusto, un ranchero que no haabandonado sus botas con la presidencia, no pretende la imagen de un )salvador del pa$s*.S$ la busca el nuevo presidente de Genezuela, %ugo &hávez, un militar decidido, de palabraenérgica y maneras autoritarias. (leg' a la presidencia en unas elecciones limpias, comoabanderado del pueblo y de las reformas sociales, en 788B. Ee su deseo de establecer talesreformas no parece que pueda dudarse, por más que se haya hecho due5o de un poder casiabsoluto. Tuiso fundar una nueva realidad constitucional, con el refuerzo del ejecutivo enun pa$s que ha adoptado la designaci'n de )Nep3blica Aolivariana* de Genezuela -no sinrecelos por parte de &olombia, un estado desde hace tiempo poco autoritario. &hávez hatenido que luchar contra un fuerte desempleo, una inflaci'n del ?: por 7:: y una crecientedevaluaci'n de la moneda. 0or su autoritarismo, y también por su oposici'n a las minor$ascapitalistas, fue momentáneamente depuesto por un golpe militar en <::<, pero logr', conapoyo de otro sector del ejército, regresar al poder pocos d$as después. Eesde entonces haacentuado sus gestos cesaristas.

—Hn )salvador* de corte personal muy distinto es (uis )(ula* da Silva, presidente deArasil. Ee origen muy humilde. limpiabotas, recadero, empleado de tintorer$a, tornero,ingres' en pol$tica de la mano de los sindicatos. !n 78B: fund' el 0artido de los;rabajadores, de corte francamente radical. Eerrotado tres veces en sus aspiraciones a la presidencia, transform' su imagen -americana y corbata, barba recortada, palabras menosagresivas, a la cuarta fue la vencida, y result' elegido en <::<. &ierto que hizo promesastan incumplibles como crear diez millones de empleos, acabar con el hambre en cuatro a5osy convertir en peque5os propietarios a todos los habitantes de las chabolas o )favelas*.;uvo que hacer frente a la inflaci'n, al paro y a la enorme deuda e"terior. 2rreglar los problemas en Arasil no es fácil. 0or su e"tensi'n, es casi tan grande como !uropa, con una poblaci'n de casi 7D: millones de habitantes, y alberga a unos 9: millones de pobres. !n suconjunto, es la novena potencia mundial por su producto interior bruto, pero su renta per cápita la deja en el lugar DD. (ula da Silva, que se ha declarado )socialista democrático* ytan opuesto al )socialismo estatista* como al )capitalismo liberal*, ha perdido popularidaden los 3ltimos tiempos por la simple raz'n de que hab$a prometido demasiado a los



brasile5os, pero de su buena voluntad, cuando menos hasta el momento, no ha dudadonadie.

La crisis de los 6dragones8 de Etremo !riente

0or los a5os sesenta, se habl' del )milagro japonés* tanto como del )milagroalemán*. (a recuperaci'n del Iap'n después de la derrota en la guerra mundial solo see"plica por la ayuda americana -!stados Hnidos tem$a como al diablo una revoluci'n detipo comunista en !"tremo 6riente, e hizo todo lo posible por evitarla, y por el carácter laborioso y ahorrador de los japoneses, que se esforzaron primero en la reconstrucci'n desus estructuras, y luego en la multiplicaci'n de la producci'n con técnicas modernas, hastacolocarse en el segundo puesto de la econom$a mundial, después de los !stados Hnidos. (aestructura econ'mica de Iap'n no resulta fácil de entender en 6ccidente, y es producto deuna tradici'n distinta y también de una mentalidad distinta. Son caracter$sticas de losemprendedores nipones los +ai"atsu, empresas familiares o de grupos afines que se asocian

en consorcios cada vez más amplios y abrazan sectores muy diversos de la producci'n.2lgunas de estas empresas fabrican lo mismo ordenadores que autom'viles, teléfonos,aparatos de radio, electrodomésticos o cámaras fotográficas. Aien conocidos en el mundoson los nombres de >itsubishi, @ujitsu, %itachi, ;oshiba, Sanyo, ;oyota. &uando cre$amosconocer a una de estas marcas por sus motocicletas, nos encontramos acondicionadores deaire del mismo nombre. !l capital nunca depende de una sola persona, sino de un grupofamiliar o vinculado por relaciones muy estrechas y muy comprometidas. !n Iap'n sonsagradas la honorabilidad, el cumplimiento de los pactos, el consenso entre todos, el secretoguardado en com3n. ;ambién los obreros poseen una mentalidad muy especial. Sontrabajadores y ahorradores1 contra lo que se cree, son más lentos que los occidentales, peroconcienzudos. Hna huelga se considera un acto tan grave, que los trabajadores, con todo

respeto, insin3an la conveniencia de entablar negociaciones, que pueden durar a5os enteros,y siempre se resuelven con acuerdos )honorables* entre las dos partes. (os trabajadores japoneses están bien pagados, pero reclaman poco, no producen conflictos, y hasta elmomento de la crisis no conocieron el paro. Ee la prudencia oriental también forma parte lafalta de decisiones audaces, como las de los norteamericanos. &ada innovaci'n técnica o productiva se estudia detenidamente, durante todo el tiempo necesario, hasta comprobar suviabilidad. 6tro hecho t$pico de la empresa oriental es su no muy alta capacidadinvestigadora4 los emprendedores japoneses o coreanos prefieren tener un activ$simoservicio de espionaje industrial. /o hay invento de los occidentales que no copien, sin queaquellos lleguen a saber c'mo lo han conseguido.

6tra caracter$stica, menos com3n en !uropa o 2mérica, es la estrecha relaci'n entrelas empresas y los bancos, hasta el punto de que muchas veces vienen a ser la misma cosa,o están $ntimamente relacionados. (a mayor$a de los bancos son de inversi'n industrial, y ala hora de prestar a otros lo hacen en funci'n del valor de las acciones de la empresasolicitante. 2s$, se favorece con preferencia al que tiene é"ito, de lo cual redunda unaacumulaci'n de capitales y por tanto de reinversiones de las casas más afortunadas. !lgrande tiende a ser más grande, y el é"ito es la principal fuente de prestigio. Hna quiebra seconsidera una grav$sima deshonra, que hay que pagar muchas veces con el suicidio. 0ero



quizá la mayor diferencia entre las econom$as orientales y las occidentales es la implicaci'ndel !stado. !n este sentido, las econom$as de Iap'n, &orea, ;aiQan o Singapur no sonlibres como en !uropa o /orteamérica4 están protegidas, tuteladas y a la vez controladas por el sector p3blico. Son casi imposibles las quiebras, porque el estado interviene, coninstrucciones y con dinero, para evitar tal deshonra. Se trata casi de una econom$a dirigida.

(os norteamericanos distinguen entre el )capitalismo autoritario* de 6riente y el)capitalismo democrático* de 6ccidente -2mérica y !uropa4 bien entendido que el primero no es un capitalismo de estado, como en el antiguo bloque comunista, sino uncapitalismo particular muy controlado y dirigido, con un enorme prurito proteccionista, por el sector p3blico. (os estados ayudan con concesiones de )dumping* —primas a lae"portaci'n—, que los pa$ses de 6ccidente, donde esas prácticas están desde hace tiempo prohibidas, tratan de combatir, para evitar una competencia que podr$a considerarse desleal.

2 la sombra del é"ito japonés, se desarrollaron ya por los a5os sesenta y setenta los)peque5os dragones* de !"tremo 6riente -el )Jran Erag'n* es &hina, un poco másatrasada en estructuras productivas, pero que puede convertirse un d$a en la primera

potencia econ'mica de 2sia y tal vez del mundo. (os peque5os dragones son &orea delSur —no tan peque5a4 tiene cuarenta millones de habitantes—, ;aiQan, %ong Pong,Singapur, y en grado menor, >alasia y hasta ;hailandia. !n un principio, los grandes +ai"atsu japoneses se serv$an de medianas y peque5as empresas que fabricaban loselementos au"iliares o accesorios1 más tarde, aunque esta relaci'n no se ha suprimido y hayen Iap'n un tejido complicad$simo de acuerdos muy cerrados, los grandes industriales japoneses han utilizado a los peque5os dragones, con mano de obra más barata, para producir los elementos menos sofisticados de su producci'n. 0or su parte &orea —tambiéncon un estado muy dirigista— se especializ' en construcci'n de barcos -arruinando con sucompetencia los más costosos astilleros occidentales, autom'viles y electrodomésticos.%ong Pong, relacionado con los ingleses y con los chinos a la vez, y dotado de un régimenespecial, se convirti' en uno de los centros financieros más poderosos del planeta1 ;aiQanfabrica productos de no alta calidad, pero muy baratos, y Singapur emergi' a principios delos ochenta como un formidable emporio industrial y comercial -all$ radica el rascacielosmás alto del mundo, cuyos productos compiten con ventaja en todos los mercados.Singapur, con un régimen casi totalitario, pero anticomunista, goza la e"tra5a fama de ser una dictadura donde todos son ricos. (os )dragones*, comandados por Iap'n, con el quemantienen un activo intercambio, se convirtieron en uno de los grandes centros de laeconom$a mundial1 como que de los quince pa$ses del mundo que mantuvieron por los a5ossetenta y ochenta un $ndice de crecimiento siempre por encima del ? por 7:: anual, nadamenos que ocho -Iap'n, &orea Sur, ;aiQan, Singapur, %ong Pong, ndonesia, >alasia,;ailandia pertenecen al área. !ra un nuevo estilo, un nuevo modo de concebir la econom$a,que parec$a destinado a conquistar los demás mercados del mundo, sin competencia posible.

Sin embargo, de acuerdo con el t$tulo de un libro de Nichard Patz, fue aquel )elsistema que se malogr'*. 2 mediados de los a5os ochenta, la subida en fuerte pendiente deld'lar -eran los )a5os felices* de Neagan preocup' a muchos pa$ses, que habr$an de pagar más caro el petr'leo. !l )convenio del 0laza* fue un acuerdo para evitar estosinconvenientes. (os estados procuraron proteger sus monedas1 pero Iap'n. con unacapacidad de intervencionismo muy superior a la de los demás pa$ses libres, obtuvo un



é"ito incre$ble4 si en 78B9 con un d'lar se pod$an comprar <LB yenes, en 78BD solo se pod$an adquirir 7<B. Tue la moneda de un gran pa$s libre duplique su valor en solo dosa5os es un fen'meno absolutamente an'malo en la segunda mitad del siglo XX. (os japoneses pod$an comprar más barato su petr'leo, pero ten$an que vender más caros sus productos, y las e"portaciones se retrajeron en un 7< por 7::. !l gobierno nip'n hizo bajar

los tipos de interés a casi el : por 7::4 Wnunca, en ning3n pa$s del mundo desarrolladoestuvo el dinero más barato 2s$, los japoneses se lanzaron a una campa5a desorbitada deespeculaciones1 el negocio en la bolsa de ;oMio pas' en pocos a5os de un volumen de7<.9:: millones de yenes a otro de L8.8::. (a especulaci'n del suelo alcanz' proporcionesincre$bles4 se cont' la anécdota, se dice que cierta, de que por un trozo de solar en el centrode ;oMio del tama5o de un pa5uelo se ped$an 7:.::: d'lares. 0or primera vez se multiplic'también en el )honorable* Iap'n un vicio que sus habitantes dec$an desconocer4 lacorrupci'n. !l crédito estaba barat$simo, y todo el mundo solicitaba préstamos para invertir en cualquier negocio. Se produjo as$ la famosa )burbuja econ'mica*4 se gastaba dinero en proporciones monstruosas, pero todo ese dinero era prestado. (a burbuja era enorme, perodentro de ella no hab$a casi nada.

Ee pronto se atisbo el peligro de una gran depresi'n, provocada por una circulaci'nde dinero virtual muy superior a su importe real4 en cualquier momento pod$a producirseuna catástrofe como la de 78<8. !l Aanco /acional, y a su remolque todos los bancos,empezaron a subir los tipos de interés, pero ya era demasiado tarde4 la burbuja revent' en788B. (os bancos se encontraron con que hab$an prestado un dinero que no e"ist$a y quenunca podr$an recuperar. >uchos suspendieron pagos, se multiplicaron las quiebras encadena, y los valores de Aolsa cayeron en poco tiempo un D: por 7::, es decir, se redujerona menos de la tercera parte. !l n3mero de suicidios en Iap'n se multiplic' por tres. # algonunca visto4 el paro alcanz' a cuatro millones de japoneses. ;ampoco se hab$a visto otraescena4 mendigos por las calles. (os pa$ses occidentales que dispon$an de fondos en Iap'nlos retiraron inmediatamente, y la catástrofe lleg' al má"imo. ;ambién hubo suspensionesde pagos y bancarrotas en cadena en &orea, y en general, la econom$a de los )dragones* de!"tremo 6riente se tambale' como nunca lo hab$a hecho. !l pánico se e"tendi' también aNusia -v. pág. L=L, y provoc' turbulencias en la mayor parte del mundo, quizá sobre todoen Sudamérica.

!l mal no lleg' a adquirir los caracteres de una verdadera catástrofe por la inmediataintervenci'n de los bancos estatales, que hicieron lo posible y lo imposible por evitar másquiebras. (os métodos no fueron del todo ortodo"os, y despertaron el recelo de los pa$sesoccidentales, pero en fin de cuentas, la catástrofe pudo ser conjurada, y por el a5o <:::comenzaron a atisbarse s$ntomas de recuperaci'n. !so s$, los e"pertos están pensando en laconveniencia de cambiar los planteamientos de las estructuras econ'micas de !"tremo6riente.

La tragedia de /alestina

Hno de los conflictos más lacerantes de la 3ltima década del siglo XX es el problema palestino, mal resuelto desde el principio -v. págs. 9=C9D, y fuente de continuos



choques y violencias desde entonces hasta los tiempos más recientes. (as cuatro guerrasque tuvieron lugar en la zona -proclamaci'n del !stado de srael, 78?B1 Suez, 789=1 SeisE$as, 78=D1 #om Pippur, 78DL estuvieron protagonizadas por srael y los estados árabesvecinos, !gipto, Iordania, Siria. >ás tarde, vista por los árabes la imposibilidad de vencer asrael en una guerra regular, se fue generalizando por parte de la poblaci'n palestina una

hostilidad esporádica, pero siempre latente, caracterizada por la guerrilla o los golpes demano terroristas. 2 ello colaboraron organizaciones como el @rente de (iberaci'n de0alestina -@(0, 2l @atah, %izbollah, %amás. 0ara los israel$es, los golpes de estasorganizaciones eran simplemente actos terroristas1 para los palestinos, una forma de lucha para ver reconocida su patria como naci'n soberana e independiente. !l hecho de que las /aciones Hnidas, en 78?B, hubieran reconocido al !stado de srael, pero no a 0alestina, quenunca fue un !stado ni tuvo soberan$a, hac$a muy dif$cil una soluci'n jur$dica del problema-el mismo nombre de 0alestina viene de los filisteos, un pueblo no semita, vencido en elsiglo " aCI.&. por los jud$os, que all$ fundaron el reino de srael. 6chocientos mil palestinos hab$an sido e"pulsados de la zona que habitaban, entre 78?B y 789:. Garioscientos de miles más hubieron de convivir, a gusto o a disgusto con los israel$es. !l mundove$a con simpat$a la idea de la creaci'n de una patria palestina, aneja y compatible consrael, pero nunca se tom' una decisi'n concreta a nivel internacional para hacer realidadsemejante proyecto.

!l principal l$der de la causa palestina fue #asser 2rafat, que ya en 7898 fund' laorganizaci'n 2l @atah. !n 78=? se cre' en !gipto la 6rganizaci'n para la (iberaci'n de0alestina -6(0, primer intento de una estructura de poder en la a3n ine"istente naci'n, yen 78=8 pas' 2rafat a ser su presidente. !n 78D? fue reconocida la autoridad de 2rafatcomo interlocutor de su pueblo, y ese a5o intervino por primera vez el l$der palestino en las /aciones Hnidas para defender los derechos de aquél a constituir una naci'n soberana1 pero, como de costumbre, no se tom' ninguna resoluci'n al respecto. (a tradicional ayudade los !stados Hnidos a srael -es el 3nico pa$s del área que los americanos consideranseguro, aparte de los enormes intereses econ'micos de los jud$os en H.S.2. dificult' sinduda una intervenci'n generalizada de la 6/H. !n 78BB el rey %ussein de Iordania cedi' alos palestinos su derecho al territorio de &isjordania, un principio de legitimidad que lacomunidad internacional pod$a tener en cuenta. (os jud$os hab$an ocupado aquella tierra enla guerra de los Seis E$as, y hab$an comenzado a introducir en ella peque5os asentamientosisrael$es, aun sin proclamar sus derechos nacionales sobre el territorio. &isjordania pod$aser una base para el establecimiento de una soberan$a palestina, as$ como la franja de Jaza,al norte de la pen$nsula de Sina$, que los egipcios estaban dispuestos a ceder, si los israel$esla abandonaban. !n 78BD las organizaciones palestinas proclamaron la )ntifada*-insurreccci'n, que multiplic' los actos violentos. (a poblaci'n civil palestina colaborabaen la ntifada apedreando a los israel$es all$ donde pod$a4 el apedreamiento se convirti' enun s$mbolo, hasta el punto de que un d$a 2rafat se present' en las /aciones Hnidas con unarama de olivo en una mano y una piedra en la otra. 2l fin, en 7887, tras la guerra del Jolfo,y la proclamaci'n por el presidente Jeorge %. Aush del )nuevo orden mundial* -v. pág.LL:, se quiso resolver de una vez el molesto problema palestino. !n la &onferencia de>adrid se dieron por primera vez la mano el jefe del gobierno israel$, saac Nabin, y #asser 2rafat1 de donde comenz' una serie de conversaciones que parecieron culminar en losacuerdos de 6slo, en 788L, sobre la base de )paz por territorios*. (os palestinos secompromet$an a abandonar el terrorismo si los jud$os abandonaban Jaza y &isjordania, y



conced$an a sus vecinos un espacio suficiente para constituir una naci'n soberana. /o huboun acuerdo concreto sobre fronteras, pero fue reconocida, si no la soberan$a, si cuandomenos la )2utoridad 0alestina*, que se asentar$a sobre los espacios geográficos de&isjordania y Jaza, separados entre s$. >ás tarde se llegar$a a un acuerdo más concreto.;odo parec$a camino de una definitiva soluci'n. Nabin y 2rafat recibieron el 0remio /obel

de la 0az en 788?.(as cosas se torcieron, sin embargo, en una cadena interminable de desconfianzas

rec$procas y de represalias. !n 7889 la )#ihad slámica* comenz' a cometer actos deterrorismo en srael que 2rafat no pudo controlar. # aquel mismo a5o era asesinado el pacifista l$der israel$, Nabin, no por un palestino, sino por un fanático ultranacionalista jud$o. (a desaparici'n de Nabin fue una pérdida para la causa de la paz. !n el mismo a5o7889 era elegido jefe del gobierno de srael Aenjam$n /etanyahu, un hábil y escurridizodiplomático, pero que pertenec$a al partido (iMud, de la l$nea dura. /uevos asentamientos jud$os en &isjordania alternaron con atentados de %amas. &on la subida al gobierno israel$de un nuevo pol$tico laborista, !hud AaraM, en 7888, se reanudaron las conversaciones de

paz, pero los repetidos incidentes provocados por los palestinos y la falta de respaldo parlamentario le hicieron dimitir muy pronto, a fines de <:::. 0oco antes, el l$der del (iMudy partidario de la l$nea dura, 2riel Sharon visit', acompa5ado de fuerte escolta, la!"planada de las >ezquitas, en Ierusalén. 0od$a alegar que en aquella e"planada se hab$alevantado el antiguo ;emplo de Salom'n, s$mbolo sagrado para los jud$os, y totalmentearrasado e"cepto un peque5o lienzo de muro -el )>uro de las (amentaciones*. 0eroaquella e"planada era también sagrada para los musulmanes, porque en ella se encontrabandos mezquitas de capital importancia, la de 2lC2qsa, de donde seg3n la tradici'n >ahomahab$a subido al cielo, y la de (a A'veda. (a visita fue pac$fica, pero los palestinos latomaron, seguramente no sin motivo, como una provocaci'n, y comenzaron la segundantifada, incomparablemente más violenta que la primera, con multitud de actos terroristas,algunos muy sangrientos. !l hecho no hizo sino desatar una nueva espiral de violencia y fuesin duda la primera causa del ascenso de Sharon al poder, en diciembre de <:::. Eesdeentonces, el espacio palestino es escenario de sangrientos sucesos, entre atentados contra la poblaci'n jud$a, en autobuses, mercados o aglomeraciones y duras represalias )selectivas*de las fuerzas israel$es contra los l$deres de la insurrecci'n, que en ocasiones llevaron a laocupaci'n militar de zonas de &isjordania, incluida la ciudad de Namala, sede del gobiernode 2rafat. !l envenenamiento de la cuesti'n palestina no solo es un ingrato motivo detensi'n en la zona, sino que sirve para alentar los movimientos islámicos contra 6ccidente,a que vamos a referirnos en el siguiente cap$tulo. (a muerte de 2rafat en noviembre de<::? y la elecci'n de 2bu >azen como nuevo rais palestino han modificado la situaci'n,que se presenta como una nueva oportunidad de relanzar el proceso de paz.



10. CONCLUSIÓN. NUEVO SIGLO& NUEVOS PRO'LEMAS

Con el cap(tulo #ue precede termina lo #ue, cuando se escri"e la presente ediciónde este li"ro, pudiéramos denominar historia del mundo recienteO. 2o #ue sigue es más

"ien historia de la actualidadO, ! la actualidad, en cuanto tal, no 'orma parte de lahistoria: lo hará en su d(a. Pero incluir una ersión de esos hechos ! realidades es uncomplemento tam"ién necesario, aun#ue reali+ado sin perspectia histórica, puesto #uemuchos de los hechos #ue se relatan no han terminado de ocurrir, ! 'alta la posi"ilidad,a'(n a la ciencia histórica, de erlos desde 'uera, o dicho de otra 'orma, de erlos desdemás tarde. ui+á conenga, por tanto, aludir a realidades temporales ocurridas en los primeros a>os del siglo %, ! a re'leKiones #ue #uisieran ser Btiles, tan si#uiera con laadertencia preia de #ue di'(cilmente se prestan a un tratamiento histórico. Con ellodesear(amos incrementar el papel in'ormatio ! la utilidad de este li"ro.

2 ra$z de la ca$da del ;el'n de 2cero @rancis @uMuyama escrib$a El 'in de la Historia -v. pág. LL<, un libro que tiene que ver con el )nuevo orden mundial* proclamado pocodespués por el presidente Jeorge %. Aush. 25os más tarde, otro profesor de la mismauniversidad de %arvard, Samuel %untington, escrib$a un libro de contenido completamentedistinto, El Cho#ue de Ciili+aciones -publicado en espa5ol en <::<, que respond$a a un planteamiento del mundo muy diferente, un planteamiento a que quiso hacer frente otro presidente americano, hijo del de diez a5os antes, Jeorge F. Aush. (a historia aboca encada momento a situaciones completamente inesperadas, y es evidente que de un planteamiento hemos pasado a otro casi por completo opuesto. /o es que ensayos tan brillantes y de tanto é"ito mundial como los de @uMuyama y %untington sean tesisdefinitivas, ni mucho menos profec$as afortunadas. /o sabemos lo que nos espera, o lo barruntamos muy confusamente. (o cierto es que entre esos dos planteamientos ha mediadoun cambio de siglo, y parece como si el cariz del siglo XX apareciese abocado a una nuevarealidad hist'rica, aunque todav$a es pronto para precisarlo. 0or otra parte la historiasiempre ofrece, como dec$amos, nuevas e inesperadas situaciones.

@uMuyama cre$a que, dadas las condiciones reinantes en la 3ltima década del sigloXX, el mundo entero quedaba abierto para la implantaci'n generalizada del 3nico modeloya válido4 la democracia, la econom$a de libre mercado, el estilo de vida occidental.%untington ha venido a decir que este modelo tiene precisamente ahora más enemigos quenunca, y que en lugar del )tel'n de acero* se ha levantado un )tel'n de terciopelo*, muchomás difuso, de fronteras inciertas, pero no por eso menos operativo ni menos opuesto almodelo occidental. # propone contraposiciones como )6ccidente frente al slam* o incluso)6ccidente frente al resto*, que @uMuyama parece que no pudo o no quiso adivinar. 0ara%untington, )los esquemas de poder de las distintas civilizaciones están cambiando*, y unaforma de ese cambio consiste en que )la influencia relativa de 6ccidente está bajando*.&oncibe el autor norteamericano, quizá con un cierta dosis de ensayismo, nueve)civilizaciones* -prefiere hablar de civilizaciones y no de )culturas*, aunque otros autoresestiman conveniente sustituir los términos4 la 6ccidental, la (atinoamericana, la 2fricana,la slámica, la S$nica, la %ind3, la 6rtodo"a, la Audista, la Iaponesa. 0uede e"tra5ar que%untington separe la civilizaci'n (atinoamericana de la 6ccidental cuando posee los



mismos legados culturales, las mismas formas de civilizaci'n —aunque ahora mismomenos desarrolladas—, o la misma vocaci'n democrática4 quizá piense en la formaci'n deun bloque en beroamérica muy opuesto a los !stados Hnidos1 por alg3n motivo similar considera a la 6rtodo"a una civilizaci'n distinta, propia de Nusia y la mayor parte de!uropa oriental.

(a clasificaci'n de %untington puede parecer discutible1 otros hechos lo son menos.0or ejemplo, la disminuci'n del peso de 6ccidente en el conjunto. !l profesor de %arvardaduce, sobre todo, dos argumentos4 el demográfico, que nos muestra que, por obra de ladrástica disminuci'n de la natalidad en los pa$ses occidentales, la proporci'n de nooccidentales es cada vez mayor4 por ejemplo, a comienzos del siglo XX los europeosconstitu$an el L: por 7:: de la humanidad1 a comienzos del siglo XX son solo el 8 por 7::. !n estos momentos, 6ccidente ocupa el cuarto lugar, por detrás de las civilizacioness$nica, islámica e hind3. # en cuanto a la econom$a, si en 7899 el 0A de 6ccidentealcanzaba el =9 por 7:: del total mundial, cincuenta a5os más tarde es solo el ?B por 7::...y sigue disminuyendo progresivamente. (a descolonizaci'n, la aparici'n de los )dragones

orientales*, la fuerza que confiere la posesi'n de grandes yacimientos petrol$feros y otrascircunstancias, están contribuyendo a este destronamiento de 6ccidente. # las otrascivilizaciones aborrecen a 6ccidente, por motivo de su anterior dominaci'n, por el deseo deuna revancha hist'rica, por una reacci'n contra la globalizaci'n que tiende a sustituir susacervos culturales para implantar los occidentales, o por el deseo de afirmar sus peculiaridades culturales, pol$ticas y socioecon'micas. (as ideas democráticas, por ejemplo, seg3n %untington, no son compartidas por otras civilizaciones, y éstas se resistena su imposici'n. (o que para nosotros es un progreso para otros es una desnaturalizaci'n.Ee momento, aparece clara la oposici'n radical de la civilizaci'n slámica a 6ccidente.>ás tarde puede ser la S$nica, quizá en este caso revestida más del carácter de hegemon$aecon'mica que de férrea resistencia cultural. 0ero ya, concluye %untington, las rivalidadesentre bloques no están determinadas por las ideolog$as, sino por las culturas. /o profetizauna guerra mundial por este motivo, pero la considera muy posible, en cualquier momento,a partir de <:7:.

;eor$as como las de @uMuyama o %untington son inteligentes ensayos, pero noconstituyen conclusiones hist'ricas, y no pueden admitirse de ninguna manera como tesisinconclusas. 0or de pronto, está claro que ambas, aunque coinciden en algunos puntos —ylos respectivos autores siguen dialogando y desarrollando sus respectivas hip'tesis enfunci'n de la evoluci'n de los acontecimientos—, son incompatibles. 0ero reafirman laconvicci'n bastante generalizada de que con el advenimiento del siglo XX hemos entradoen nuevos tiempos.

El 611 S8

2 las nueve menos cinco de la ma5ana del 77 de septiembre de <::7, un avi'nAoeing D=D de la compa5$a 2merican 2irlines, que cubr$a el trayecto AostonC(os Ongeles,se estrellaba contra los 3ltimos pisos de la torre norte del Forld ;rade &enter de /ueva#orM, uno de los edificios más altos del mundo y sede de varias de las empresas más



sino que ha de tener una actitud ofensiva, como es la de difundir esa causa )por la espada*.!l martirio no solo se debe padecer por defender, sino si es preciso por propagar, y endefinitiva, por un sentimiento de )hostilidad radical* hacia los )infieles*, puesto que lae"istencia de los infieles pone en peligro al slam. Fahab fund' numerosas )madrasas* oescuelas de islamismo radical, a través de las cuales se e"tendieron sus doctrinas.

Hn hecho que habr$a de tener consecuencias hist'ricas fue la conversi'n del emir >uhammad ibn Saud, padre de 2ziz ibn Saud, fundador de la dinast$a Saudita. Eesdeentonces, los árabes sauditas se consideraron enemigos de los sultanes de &onstantinopla,manteniendo con el imperio otomano una guerra en el desierto que no se resolvi' hastacomienzos del siglo XX, en que la monarqu$a saud$ qued' consolidada. 2rabia Saudita esun pa$s fundamentalista en el sentido de que no permite el ejercicio de otra religi'n que lamusulmana, o que el turista que porta s$mbolos cristianos corre el peligro de ir a la cárcel1 pero no ha seguido desde hace tiempo una actitud hostil hacia 6ccidente en s$, y losmonarcas saud$es, enriquecidos con la producci'n petrol$fera, procuran mantener buenasrelaciones con los pueblos europeos o americanos1 pero hay en el pa$s numerosos Qahabitas

radicales. Hno de ellos es 6sama bin (aden. 6tro movimiento fundamentalista es el)salafismo* de #amal adCEin alC2fghani, -7BL8C7B8D, otro hombre temeroso de lainfluencia occidental en el mundo árabe. 0ara 2lC2fghani es preciso volver a las tres primeras generaciones que siguieron a >ahoma, para buscar la má"ima pureza delislamismo. Ee aquella corriente deriv' la secta secreta de los %ermanos >usulmanes, quese difundi' por !gipto. 6tras procedentes de ella se implantaron en Siria o Sudán. &abedecir que, aunque hubo fen'menos de fundamentalismo islámico en muy diversosmomentos de la historia, éstos se desarrollaron más en la época del crecimiento del influjooccidental en 6riente 0r'"imo y 6riente >edio. %oy se concibe este fundamentalismocomo una actitud, en principio defensiva, de hecho ofensiva, de elementos radicales quetemen que el mundo árabe pierda su identidad como consecuencia del proceso deglobalizaci'n cultural. /o es e"tra5o que una actitud tan conservadora como en muchoscasos es la musulmana pretenda luchar contra aquellas corrientes que entiende que puedenafectar a esa identidad, y por consiguiente que sean los tiempos que corren aquellos en quemás se ha desarrollado. 0ara %untington, no es una casualidad el hecho de que en el mundoárabe haya nacido el primer movimiento generalizado de la )lucha de civilizaciones*. /oes que cada musulmán en concreto sea fundamentalista1 hoy por hoy, reconoce el citadoautor, la mayor$a de ellos son tolerantes, y la tolerancia es una virtud que aparece valoradacon frecuencia en las doctrinas coránicas1 pero s$ puede considerarse que es, en virtud de laintegraci'n entre lo pol$tico y lo religioso -algo que no e"iste en otras culturas )unfundamentalista en potencia*. Hna de las necesidades del naciente siglo XX consiste precisamente en evitar las condiciones que fomenten la generalizaci'n delfundamentalismo. &omo es patente, el fundamentalismo islámico no razona, no eval3a, nodialoga. Ee aqu$ que resulte tan dif$cil para el mundo civilizado, acostumbrado al respeto oa la tolerancia, encontrar un medio para evitar sus peligros o convencer a sus miembros.

!sama in Laden

0or 789:, un alba5il de %adramaut, #emen, llamado >uhammad bin (aden, emigr'



a 2rabia Saud$. 2ll$ tuvo la habilidad de relacionarse con personajes importantes de lafamilia Saud, y fue encargado de una serie de construcciones. &omoquiera que 2rabiaSaud$ estaba entonces convirtiéndose en la primera potencia petrol$fera mundial,>uhammad supo granjearse magn$ficos contratos4 construy' viviendas, palacios,autopistas, puertos. @inalmente fue encargado por el gobierno de ampliar las grandes

mezquitas de (a >eca, cuya cabida ya no era suficiente para albergar a los millones de peregrinos que acud$an a la ciudad santa de acuerdo con las prescripciones coránicas. 2s$,>uhammad bin (aden lleg' a hacerse uno de los hombres más ricos del mundo, hastaamasar una fortuna de 9.::: millones de d'lares. (leg' a ministro de 6bras 03blicas. Hnode sus 9? hijos -la cifra es apro"imada, pero es la que se da como más cierta fue 6sama bin (aden, el más inteligente de todos ellos y hombre de una prestancia e"traordinaria -7,8:de estatura, siempre delgado, distinguido y de porte solemne. &urs' ingenier$a y direcci'nde empresas, y viaj' por toda !uropa, residiendo en Suiza, Suecia, 6"ford y >arbella.&onoci' todos los lujos de la vida moderna y su tecnolog$a más sofisticada, pero fue almismo tiempo un hombre ascético y entusiasta miembro de la integrista escuela Qahabita.0ronto comenz' a practicar el activismo pol$tico, y se rumorea que estuvo relacionado — aunque el hecho no es seguro— con los sucesos que condujeron al derrocamiento del shade rán y ascenso al poder del imán Iomeini, en 78D8. !n 78B: fue a 2fganistán, paraluchar contra el régimen comunista que los soviéticos hab$an establecido all$. @ue ayudado por los americanos, que entonces no pensaban en otra cosa que en combatir al poder soviético. !n 78BB Ain (aden fund' la organizaci'n 2l Taeda, de activismo islamista. 2lTaeda significa )la base*4 podr$amos traducir la palabra más bien por )la red*. Se fueconvirtiendo paulatinamente en un conglomerado de células activistas, independientes unade otra, de suerte que la desarticulaci'n de cada una de ellas no interfer$a en las demás. /ose sabe con e"actitud hasta qué punto Ain (aden dirig$a personalmente toda la complicadatrama, o se dedicaba a impartir directrices, dejando actuar a cada una por su cuenta. !n78B8 retorn' a 2rabia, y fue recibido all$ como un héroe del islamismo, después de laretirada soviética de 2fganistán. /ada parec$a indicar que era enemigo jurado de los pa$sesoccidentales, y hasta está comprobado que visit' algunos de ellos y fue bien recibido por determinados pol$ticos. !n 7887, se produjo la guerra del Jolfo, en que 2rabia Saud$ seopuso a la ocupaci'n de PuQait por el dictador iraM$ Sadam %ussein, y se ali' con la fuerzainternacional que, por encargo de la 6/H se dispuso a liberar a los MuQait$es. /umerosasfuerzas americanas utilizaron el territorio de 2rabia Saud$ y all$ establecieron varias bases.!l hecho tuvo dos consecuencias4 una protesta indignada de Ain (aden contra la actitud desu gobierno, y el odio radical e implacable de éste a los americanos.

!l mismo a5o 7887 abandon' 2rabia, y en 788L el gobierno saud$ le neg' el pasaporte, e"pulsándole a perpetuidad del pa$s. Ain (aden se estableci' en Sudán, aunquesigui' dirigiendo unas =: empresas por manos interpuestas4 parece que algunas o muchasde estas empresas le sirvieron de tapadera para introducirse en pa$ses aborrecidos y preparar actos terroristas. /o lleg' a reunir la fortuna de su padre, pero fue de todas formasun hombre riqu$simo. 2l Taeda creci', y lleg' a tener ramificaciones en unos ?: pa$sesárabes, de >arruecos a >indanao -@ilipinas. !n diciembre de 788< inici' su guerrahaciendo colocar una bomba en un hotel de 2den donde se hospedaban varios ciudadanosestadounidenses1 el balance fue modesto4 dos muertos. !n febrero de 788L un comando de2l Taeda coloc' un coche bomba en los s'tanos de las ;orres Jemelas de /ueva #orM4hubo seis muertos y casi mil heridos, pero el edificio apenas sufri' da5os. !n diciembre del



mismo a5o, un atentado acababa con la vida de doce soldados estadounidenses en>ogadiscio, Somalia. !n 788=, Ain (aden se traslad' a 2fganistán, entonces ya en gran parte en poder de los e"tremistas talibanes, e hizo buena amistad con el no menos integristamulah 6rnar. Eesde all$ continu' dirigiendo sus células. !n 788B se registraron sendosatentados contra las embajadas norteamericanas en /airobi -Penya y Ear es Salaam

-;anzania, que se liquidaron con el trágico balance de <<? muertos y ?::: heridos4 fue elgolpe más sangriento infligido hasta el momento. # el a5o <::: lanz' su ataque más audaz,contra el destructor Colé, anclado en el puerto de 2den. (anchas suicidas se lanzaron contrael barco de guerra, que no pudo evitar el ataque. >urieron 7D marinos americanos. 0or entonces, Ain (aden ya hab$a sido declarado por los estadounidenses )enemigo p3blicon3mero uno*, y se hicieron varios intentos por capturarlo, ninguno de los cuales tuvo é"ito.!n palabras de >ac (iman, )Ain (aden es más que un s$mbolo4 es la encamaci'n delrechazo a los valores occidentales*.

&on todo, ning3n atentado fue más famoso ni tuvo las repercusiones que el de 77 deseptiembre de <::7 contra las ;orres Jemelas de /ueva #orM y la Secretar$a de Eefensa

-0entágono de Fashington. /o conocemos el objetivo e"acto del avi'n secuestrado que seestrell' en 0ensilvania, y hasta se habl' con insistencia de un cuarto objetivo -el &ongreso,la &asa Alanca, por más que los servicios americanos no revelaron más detalles. 2unqueno todo el golpe culmin' con é"ito, su alcance, tanto f$sico como moral, fue inmenso y por otra parte dio la medida de la preparaci'n técnica, de la inventiva y del fanatismo suicida delos terroristas. 0arece que con cierta raz'n se dijo ya aquel mismo d$a que una nueva era seiniciaba en la historia universal. !l presidente Aush se mostr' dispuesto desde el primer momento a responder a la agresi'n, y al menos por entonces el pueblo norteamericano lerespald' con entusiasmo y unanimidad. #a las cosas, en !stados Hnidos y en el mundoentero, no podr$an volver a ser como antes.

(os atentados de los e"tremistas islámicos, atribuidos en la mayor$a de los casos a2l Taeda, se repitieron con cierta frecuencia. (os más graves fueron el producido en>adrid el 77 de marzo de <::?, en que los terroristas hicieron estallar bombas en vagonesde cuatro trenes de cercan$as que circulaban entre las estaciones de 2tocha y 2lcalá de%enares, con el resultado de 787 muertos y 779B heridos. !l hecho no solo provoc' unagrave conmoci'n, sino que e"isten motivos para suponer que tuvo importantesconsecuencias pol$ticas. !l D de julio de <::9 las bombas estallaron en tres vagones delmetro de (ondres y en un autob3s urbano de la misma ciudad, con un saldo de 9= muertosy D:: heridos. !n este caso, cuatro terroristas murieron, autoinmolados, en las e"plosiones.(a autoinmolaci'n es un rasgo frecuente en las actividades de la violencia islamista delmundo entero, y el hecho, propio de un esp$ritu fanático hasta el e"tremo, hace más dif$cilla identificaci'n de los autores y sobre todo de sus cone"iones.

('ganist$n e :ra>

!l criterio del presidente Aush de que )alguien*, el que llam' más tarde con unae"presi'n un tanto vaga )el eje del mal*, hab$a declarado la guerra a los !stados Hnidos — e indirectamente a todo el mundo occidental— fue compartido por una gran mayor$a de la



fácilmente operado. %asta los pastunes, la etnia más numerosa en el pa$s, y base de laideolog$a talibán, aceptaban con gusto las nuevas libertades. Solo quedaba el basti'n dePandahar, sede del todopoderoso mullah 6rnar, que durante un tiempo ofreci' encarnizadaresistencia. 0ero también, en uno de esos vuelcos tan desconcertantes de la guerra afgana,Pandahar se rindi' a comienzos de diciembre. (a guerra hab$a terminado, y los

aparentemente invencibles talibanes hab$an desaparecido del mapa. # ello sin necesidad deque los americanos emplearan apenas tropas de tierra. @ue un triunfo mucho más fácil de loque se esperaba, y con muy pocas bajas.

!so s$, en Pandahar no apareci' el mullah 6rnar, que se hab$a atrincherado enaquella fortaleza. # mucho menos se encontraron vestigios de 6sama bin (aden, a quien sesupon$a acompa5ando al famoso l$der religioso. (os americanos desembarcaron en2fganistán precisamente cuando se hab$a evaporado toda resistencia enemiga. Se dec$aahora que Ain (aden se hab$a refugiado en las monta5as de ;ora Aora, cerca de la fronteracon 0aMistán, donde a5os atrás hab$a construido una red de t3neles de muy dif$cil penetraci'n, precisamente como refugio ante posibles persecuciones. (as operaciones de

comandos especiales duraron todo el invierno <::7C<::<, sin encontrar por ninguna parteal director de 2l Taeda. 0arec$a haberse esfumado. !n este sentido, la guerra de 2fganistánfue un é"ito y un fracaso a la vez de los norteamericanos. 0or un lado, la victoria hab$a sidofácil y contribuy' a hacer a aquel pa$s más libre. @ue realmente sorprendente observar como en la conferencia de Aonn los jefes de tribu se entend$an bastante bien, y constitu$anun gobierno de coalici'n, base de un régimen en que que durante a5os no habr$an deregistrarse fricciones graves. 0or el contrario, el objetivo principal de la operaci'n, lacaptura de 6sama bin (aden, hab$a fracasado por completo, y al fin los americanos seresignaron a abandonar la b3squeda.

/o solo la operaci'n fracas' en cuanto no fue capaz de dar con el paradero de Ain

(aden, sino que la situaci'n en 2fganistán, normalizada aparentemente en las primerassemanas, se ha ido agriando de forma progresiva. (os talibanes reaparecieron, con sucaracter$stica ferocidad, tanto en actos de guerrilla como en atentados terroristas. 0or efectodel temor o por otras causas, los supuestos logros de la intervenci'n de las tropasamericanas —y luego de las /aciones Hnidas— se vinieron abajo. Eisminuyeron laslibertades, la inseguridad se hizo endémica, en zonas apartadas los talibanes se hicieron conespacios francamente amplios, y las vestimentas y costumbres, a3n en las regionesdominadas por el gobierno oficial establecido en Pabul, se hicieron casi tan r$gidas comoantes de la intervenci'n.

!s dif$cil e"plicar c'mo y por qué el presidente Aush y el gobierno americanodecidieron cambiar de enemigo, y presionaron al dictador de raM, Sadam %ussein, para que permitiera la investigaci'n de delegados de las /aciones Hnidas en busca de las supuestasarmas de destrucci'n masiva que pose$a. !l hecho es que raM apareci' muy pronto como elnuevo enemigo a batir. Sadam no era precisamente un integrista —incluso era mal visto por los mahometanos más ortodo"os— y en este sentido no resultaba un peligro. S$ estaba claroque en 7887 hab$a intentado presentarse como caudillo de la causa árabe, y no hab$aabandonado semejante proyecto. Ee momento, sin embargo, ni los pa$ses de la zona parec$an dispuestos a unirse a Sadam, ni los inspectores encontraron armas altamente



que se hab$an introducido en raM1 otra parte parec$an obra de los grupos sunn$es más fielesa Sadam. !l caos se hizo más frecuente a partir del verano. (a captura de Sadam %ussein —demacrado y refugiado en un pozo cerca de ;iMrit— en diciembre de <::L pareci'decisiva, y no lo fue. (a resistencia se hizo mayor, y acrecieron las fuerzas delfundamentalismo islámico -cuando raM no era un pa$s de esa tendencia. raM ha mantenido

una historia dif$cil desde entonces. !n <::9 se celebraron unas elecciones generales, en lasque result' elegido como presidente Iahal ;alabani y como primer ministro /uri al >aliMi,que ha renovado su mandato en <:7:, a pesar de las acusaciones de corrupci'n que pesabansobre él. !l hecho de que permanezcan a3n en el pa$s fuerzas norteamericanas -cada vezmenos británicas puede constituir un argumento contra la legitimidad de un gobierno una yotra vez combatido1 pero se estima también muy probable que una retirada general puedaconvertir al pa$s en un caos. 2ctualmente los ocupantes se han retirado de las ciudades,sustituidos por fuerzas regulares y polic$a iraM$es, pero ello no ha evitado que se repitanatentados terroristas en los centros urbanos. 0or otra parte, derrocados Sadam %ussein y sussecuaces, de tendencia sunn$, los chi$es, que tienen ligera mayor$a en el pa$s, son también por regla general los que gobiernan, y ahora son los sunn$es los que en nombre de laindependencia iraqu$ perturban una y otra vez el orden. !l problema no es solo interno,interesa también al mundo occidental, para mantener la paz y la estabilidad en aquella zonaestratégica del mundo1 pero no es fácil todav$a atisbar una situaci'n que pueda significar laresoluci'n del problema.

(o mismo sigue ocurriendo en 2fganistán, donde la ficci'n de un gobierno más omenos democrático no puede imponerse a los talibanes y demás elementos insurgentes sinla presencia de fuerzas e"teriores, especialmente norteamericanas, para guardar el orden ennombre de las /aciones Hnidas. (os actos de violencia se repiten, y obligan a no deseadasacciones de guerra contra los n3cleos que alimentan la violencia. !l dilema planteado a las potencias e"teriores, y especialmente las occidentales es4 o abandonar los pa$sescontrolados a su suerte, con consecuencias imprevisibles, y la probable ca$da de raM y2fganistán en mano de e"tremistas peligrosos para la estabilidad mundial, o bien permanecer en aquellos territorios, cada vez más aborrecidos por los naturales, y sin poder garantizar tampoco del todo la paz. 0or 3ltimo, el peligro de una desestabilizaci'n en elvecino 0aMistán -7B: millones de habitantes y potencia nuclear es mayor desde el asesinatode la candidata a la presidencia Aenazir Ahutto en <::D, y la falta de un gobierno capaz degarantizar la paz interna, ;ambién all$ menudean los actos de terrorismo y sangrientosataques por parte de elementos e"tremistas y fundamentalistas. 2ctualmente, si la paz delmundo se ve amenazada —bien que lejanamente, pero sin que la amenaza virtual semitigue— es sobre todo por la violencia, tanto interna como antioccidental que e"iste ennumerosos pa$ses del 6riente >edio, incluido el peque5o, pero nunca pacificado territoriode 0alestina, en 6riente 0r'"imo, donde se han registrado sangrientos enfrentamientos enJaza -<::8, y el conflicto sigue conmoviendo la regi'n.

)Dacia un nuevo planteamiento de las 'uerzas del mundo.

!ntre <::B y <:7: se produjeron cambios cuyo resultado final ser$a en e"tremo aventurado



predecir, pero que pueden reflejar nuevas situaciones, cualquiera que acabe siendo sudesenlace final. !n primer lugar es preciso resaltar la importancia de una crisis econ'micade alcance mundial que se consagr' a mediados de <::B, aunque sus causas iniciales seremontan cuando menos a unos pocos a5os antes. #a a partir de <::7 se ech' de ver unencarecimiento de determinadas materias primas, al contrario de lo ocurrido en 78B:C<:::,

en que tendieron a abaratarse. Subieron de precio la mayor$a de los productos alimenticios,el petr'leo, el cobre, el coltán, esa aleaci'n natural indispensable para la fabricaci'n deelementos electr'nicos, como los ordenadores, teléfonos m'viles, televisores de plasma etc.%ubo un proceso de inflaci'n moderada compatible con un desbordado progresoecon'mico, producto de una buena coyuntura que facilit' la confianza, es decir, el)crédito*, las inversiones, los préstamos a bajo interés, las hipotecas a largo plazo, y unincremento del consumo de art$culos, a veces absolutamente innecesarios. 2s$ fue como se produjo en la econom$a de gran parte del mundo una )burbuja*, un aumento del dinerovirtual, de la riqueza que a3n no e"iste, pero que se conf$a que va a e"istir, y en esaconfianza se multiplicaron los movimientos financieros y el mismo consumo por cuenta delos particulares. !n !spa5a, concretamente, se dispar' el sector de la construcci'n4 no solose adquirieron segundas o terceras viviendas, sino que se especul' con el sector inmobiliario, en la confianza de que el deseo de propiedad seguir$a creciendo a un ritmosuperior al de la propia econom$a.

#a en agosto de <::D los bancos centrales de diversos pa$ses comenzaron aintervenir para proporcionar liquidez al sistema bancario1 pero sigui' predominando unairresponsable confianza en el crédito, que se segu$a solicitando y concediendo sin necesidadde muchos avales. 2 fines de <::D se produjo la quiebra de algunos bancos. 0ero la alarmase hizo espectacular en el verano de <::B. Eespués de varios sustos, en septiembre quebr'la firma (ehman Arothers -/ueva #orM, (ondres, ;oMio, con miles de sucursales en todo elmundo, uno de los bancos de inversi'n más poderosos del planeta. Eesde entonces sedesencaden' el pánico, muchas casas de crédito se declararon en bancarrota, y otrasnegaron la concesi'n de hipotecas o congelaron gran parte de sus activos para liberarse dela catástrofe. (as escenas de pánico no fueron tan graves como en la Jran Eepresi'n de78<8CL:, pero la crisis adquiri', como aquélla, o en un grado a3n mayor, caracteresmundiales. (a falta de liquidez dificult' la financiaci'n de las empresas, que empezaron adespedir trabajadores o a reducir gastos. !l paro provoc' una retracci'n de la demanda, ycon ello una menor tasa de consumo, con la consiguiente disminuci'n de beneficios,cuando no la ruina de nuevas empresas, y, por tanto, de nuevo, un mayor incremento del paro4 el t$pico c$rculo vicioso de una econom$a en recesi'n, que apenas puede solucionarse,si no renace la confianza, con el empleo de recursos del estado, por más que vaya seguidode un déficit en el sector p3blico, que se ha producido en proporciones alarmantes en pa$sescomo rlanda, !spa5a o Jrecia. (a crisis afect' también muy directamente a las grandeseconom$as, como la de !stados Hnidos, Neino Hnido, 2lemania, @rancia, e igualmente, por supuesto, a !spa5a -en gran parte por la e"cesiva alegr$a inmobiliaria, cuya ca$da arrastr' alos sectores subsidiarios de la construcci'n y en definitiva a los demás, y tuvo desastrosasconsecuencias para los pa$ses pobres, que vendieron menos materias primas y vierondisminuida la ayuda internacional. 23n están por evaluar las consecuencias que en la vida,en la sociedad, en las costumbres y las actitudes ha de provocar una situaci'n que se estabaviendo venir, pero a la que mucha gente no prest' atenci'n hasta que era demasiado tarde.



)ciudadanos del mundo* ha habido como él. Sin embargo, la universidad, el ejercicio de la jurisprudencia, y luego, ya desde joven el de la pol$tica, le han conferido muchos rasgos delamericano t$pico. Siempre, con brillantez, habilidad e inteligencia, consigui' lo que se propuso.

Su elecci'n vino a coincidir no solo con una crisis econ'mica sin precedentes desde78<8, sino con una crisis de conciencia en los !stados Hnidos. !l papel de gendarme delmundo, a que ya se ha aludido, confiri' a la rep3blica americana un poder universal sin precedentes, y hasta una suerte de vocaci'n hist'rica1 pero también le aboc' a inesperadosfracasos, que comenzaron ya por los a5os sesenta y setenta con la desgraciada guerra deGietnam, llena de fracasos y vergKenzas. 6curre que la guerra, a fines del siglo XX ycomienzos del XX, desencadenada siempre por conflictos en el llamado );ercer >undo*,ya no se hace en frentes definidos de combate, trincheras, con soldados uniformados,cuadros de oficialidad definidos, masas de tanques que se abren paso entre las filas delenemigo. (a preparaci'n ante los peligros de la guerra fr$a a5adi' las armas nucleares y losmisiles a los medios habituales de enfrentamiento, pero mantuvo las constantes clásicas de

una guerra entre potencias. 2hora las guerras no se declaran, ni los combatientes act3an enun frente determinado1 no e"isten leyes ni principios afines a la )guerra clásica*. !s precisoadaptarse a una forma de combatir absolutamente distinta, a la cual los poderosos ejércitos profesionales ni están a acostumbrados ni tienen imaginaci'n para encontrar procedimientos que les permirtan imponer su evidente superioridad. -(a Hni'n Soviética yafracas' también en 2fganistán, antes de que lo hicieran los americanos. !n este sentido, lasarmas más sofisticadas y los 3ltimos adelantos técnicos, que han e"igido un gasto enorme yuna preparaci'n militar muy cuidadosa, son absolutamente in3tiles para ganar una guerradel nuevo estilo.

(a reacci'n del presidente Jeorge F. Aush ante la agresi'n del 77 de septiembre de

<::7 por parte de células yihadistas islámicas, que fue altamente popular en los primerosmomentos, gener' un creciente desenga5o y cr$ticas cada vez más activas a las aventurasamericanas en 2fganistán e raM, a que ya hemos aludido en su momento, tanto en los propios !stados Hnidos como en otras partes del mundo. !l fracaso, en muchos casos lavergKenza, han contribuido a disminuir el prestigio y hasta el temor que pod$a suscitar enmuchas partes la potencia norteamericana. !n estas condiciones, una drástica infle"i'n dela pol$tica e"terior, tal como la propon$a 6bama, pod$a resultar popular, y fue uno de losfactores que determinaron su elevaci'n a la presidencia. 0ero 6bama, director de un)estilo* y de una mentalidad )distintos*, supo conectar con elementos sensibles de lasociedad americana para romper las viejas rutinas del )american Qay of life* e implantar f'rmulas más )progresistas* o más atrevidas. (o que la presencia de un nuevo equipodirector en la potencia que ha dictado un estilo de vida y de comportamiento al mundodurante medio siglo, puede significar a la postre es una realidad que de momento ser$a muyarriesgado definir. 0or de pronto, ni ha sido fácil el diálogo con los enemigos de los !stadosHnidos que no quieren dialogar, ni la paz con quienes apenas conciben otro sistema que laguerra, y por otra parte muchas reformas internas han tenido que ser atemperadas a larealidad social y temperamental del americano medio. !s la coincidencia del cambio deimagen interior y e"terior de los !stados Hnidos -no tan amplia ni decisiva como en principio se hab$a pensado, con el protagonismo cada vez más decisivo de las )potenciasemergentes* lo que puede alterar de un modo tal vez radical el planteamiento geopol$tico, y



el panorama de influjos y de reequilibrios del escenario mundial. 0ero es demasiado pronto — sobre todo para quienes nos afanamos en estudiar los hechos con la prudencia que see"ige a la ciencia hist'rica— para establecer conclusiones ni tan siquiera provisionales. !lmundo del siglo XX está ya en marcha, pero no sabemos en absoluto c'mo va a ser.

;asgos de nuestro tiempo

%emos llegado a una época hist'rica en que muchos problemas —aunque casi todoslos problemas de este mundo tienen ra$ces remotas— nos parecen nuevos, necesitan de planteamientos distintos y de una comprensi'n capaz de permitirnos el enfoque máscorrecto posible de aquellas cuestiones que nos rodean y muchas veces nos urgen. 2lmargen del decurso hist'rico en s$ y de su relato, que hemos tratado de cubrir siquiera agrandes rasgos, parece que cumple, para terminar, dar cuenta de algunos de los temas que pueden definir de manera más concreta o más instante el talante del tiempo que nos hatocado vivir. Ee una lista te'ricamente interminable entresacamos, a guisa de ejemplo,

algunos de los que hoy son objeto de más amplio debate.

a$ =lo"ali+ación

(a palabra es moderna, y apenas se la emple' hasta los a5os B: del siglo XX, pero larealidad es muy anterior. 0rogresivamente se ha tendido a una )mundializaci'n de lahistoria*, y por consiguiente, a hacer que la historia que tratamos de reconstruir y decomprender sea en realidad )universal*. #a por 7B9: Iaime Aalmes refle"ionaba sobre )esaasimilaci'n o fusi'n universal a que parece encaminarse el mundo*. &ien a5os más tarde,

2rnold ;oynbee profetizaba un )sincretismo universal* al que se llegar$a probablemente enel siglo XX, como consecuencia de la creciente intercomunicaci'n entre las diversas partesdel planeta. %oy es frecuente utilizar dos palabras clave4 )conectividad* e)interdependencia*. (a conectividad es consecuencia de la prodigiosa facilidad decomunicaciones a nivel mundial que el hombre ha conseguido1 y esto en tres aspectosdistintos pero complementarios4 la circulaci'n de las noticias y de las ideas, la de losobjetos —principalmente )bienes* de todas clases— y la de los hombres mismos, a loscuales les resulta incomparablemente más fácil trasladarse de lugar que en otros tiempos.0or su parte la interdependencia supone que hoy ya no podemos permanecer ajenos a problemas o realidades distantes, ya sea un conflicto en 6riente >edio, un nuevomedicamento aparecido en !stados Hnidos, un cambio pol$tico en &hina o en Nusia, una

crisis en la econom$a japonesa. Nealmente, la mundializaci'n se nos aparece evidente entodos los campos posibles, las modas, la forma de vestir, la m3sica que se canta o baila, losalimentos que consumimos, las obras de cine que contemplamos en las pantallas, lasorganizaciones internacionales que de una forma u otra trascienden a los más diversos pa$ses del mundo.

(os elementos de la globalizaci'n más conocidos, y que más profundamente hantrascendido, pero en modo alguno los 3nicos, son ante todo dos4 el cultural y el econ'mico.



(a globalizaci'n cultural es también un fen'meno que se inicia en el siglo XG, cuando2mérica pasa a incorporarse a esa realidad que llamamos 6ccidente, y se potencia en elXX, con el desarrollo de las comunicaciones a distancia y sobre todo con el impulsocolonialista, que cerr' los circuitos del mundo hasta un punto desconocido hasta entoncesen la historia4 se construyeron ferrocarriles en &hina —venciendo el prejuicio chino de que

los clavos de los carriles hincados en la tierra pod$an interrumpir el sue5o de los muertos—,el sistema métrico decimal lleg' a las islas del 0ac$fico, o los congole5os aprendieron elalfabeto, y a leer y escribir mediante ese invento fenicio aprovechado luego por loseuropeos. (os árabes no abandonaron su calendario lunar con base en la %égira, pero no por eso dejaron de utilizar por razones prácticas el calendario occidental, procedente a suvez de los babilonios, y referencia cronol'gica indispensable en los tiempos de lasincronizaci'n universal. %oy los violinistas chinos han conquistado un lugar de honor en6ccidente -o un joven pianista de &hungMing acaba de ganar el premio &hopin, y lae"celente voz de las mujeres maor$es ha proporcionado protagonistas universalmentereconocidas en el campo de la 'pera italiana. Hn cient$fico hind3, Subrhaimanyan&handraseMMar, ha teorizado los agujeros negros en el Hniverso, basándose en la mecánicacuántica del alemán 0lancM. (a china Fu y el escocés @eynman, trabajando conjuntamente,han descubierto la falta de paridad en el n3cleo de estroncio =:, un hecho irrelevante para lainmensa mayor$a de los mortales, pero que viene a proporcionamos una pistarevolucionaria para las más sensacionales conclusiones de la f$sica moderna. 2hora seconsideran, quizá con una desfiguraci'n de la semántica primitiva, elementos de )cultura*realidades como el deporte, y no nos e"tra5a que los Menyatas figuren entre los maestros delas carreras de larga distancia en los Iuegos 6l$mpicos de la !ra >oderna, fundados por elfrancés bar'n de &oubertin, que los campeonatos mundiales de f3tbol de <::< se hayancelebrado en &orea y los de <:7: en Sudáfrica1 o que los Iuegos 6l$mpicos de <::B hayantenido lugar en 0eM$n. (a m3sica de juventud, mezcla del polirritmo africano y del )rigtime* yanqui se baila lo mismo en 2lemania que en @ilipinas. %asta se considera unelemento )cultural* el hecho de usar pantalones vaqueros, una prenda que ha emigrado de;e"as a las cinco partes del mundo. /unca como hasta ahora hombres de los más diversosrincones del planeta y de las razas más dispares están compartiendo una misma cultura.2unque, preciso es advertirlo, esa compartici'n no es universal, no porque determinadosseres humanos no estén capacitados para acceder a ella, sino porque no quieren hacerlo.>uchos de los movimientos antioccidentales, tal como los contempla %untington -v. pág.LB=, van precisamente contra la globalizaci'n cultural. ;ambién cabe asumir la tesis de S.0ayne de que los peque5os nacionalismos e"cluyentes que están apareciendo en diversas partes de !uropa son un acto inconscientemente defensivo contra la pérdida de )identidad*que supone la generalizaci'n de la cultura.

!l otro elemento más visible de la globalizaci'n, es, dec$amos, el econ'mico.;ampoco el hecho es rigurosamente nuevo, ni mucho menos. (a conquista de la mayor parte de 2mérica por los espa5oles origin' lo que 0ierre &haunu ha llamado la economie)monde, basada en el intercambio intercontinental y la circulaci'n universal del metal precioso. Hn hecho decimon'nico que nos demuestra el alcance de la globalizaci'n en elsiglo XX es la famosa )crisis de Aaring*, en que una quiebra de los ferrocarrilesargentinos provoc' el hundimiento de la Aolsa de Giena. 0ero, naturalmente, es el mundoque sigue a la segunda gran guerra el que conoce en proporciones hasta entoncesdesconocidas el fen'meno de la globalizaci'n de la econom$a del planeta entero. @ue



justamente a la hora de organizar la paz cuando se fundaron el Sistema >onetarionternacional -S>, el Aanco >undial, y la 6rganizaci'n >undial del &omercio -6>&,destinados en teor$a al menos a armonizar la marcha econ'mica del conjunto de los pa$ses.(a globalizaci'n econ'mica supone que capitales, bienes, servicios, producci'n, tecnolog$a,disponibles en una zona determinada del mundo pueden ponerse con facilidad a disposici'n

de otra zona cualquiera. !l Aanco >undial puede prestar dinero a cualquier pa$s si este lonecesita, y lo avala con una suficiente garant$a1 el J2;; trata de agilizar los trámitesfronterizos, cuando estos e"isten, ya que se han creado varias zonas del mundo en que losestados han renunciado a sus fronteras econ'micas. (a agilizaci'n del comercio y lostransportes permite que productos de una parte del mundo sean consumidos con mayor facilidad que nunca por otra parte. %ay art$culos e"tranjeros que, sin entorpecimientosarancelarios, resultan más baratos que los nacionales. Hn hecho muy frecuente en la era dela globalizaci'n es la inversi'n de una empresa en un pa$s distinto a aquel en que tiene susede social. 2s$ se han formado las grandes multinacionales, con sucursales o centrossubsidiarios repartidos por todo el mundo. (a inversi'n de una empresa de un pa$s rico enun pa$s pobre tiene la ventaja de que significa una forma de industrializaci'n de este 3ltimo,y el empleo de una mano de obra que de otro modo no hubiera encontrado una forma detrabajo especializado. ;iene el inconveniente de que los salarios son más bajos que los que por el mismo trabajo se pagan en un pa$s desarrollado, y de que esa mano de obra, aunquese torna más cualificada y recibe una remuneraci'n superior a la de otro trabajo de modestonivel en su mismo pa$s, detrae a los mejores trabajadores de otras labores tal vez necesarias para la sociedad en que viven. Nespecto de la agricultura, se destaca el hecho de que enzonas del tercer >undo, de escaso nivel de desarrollo, muchos agricultores se esfuerzan en producir café, cacao, plátanos, soja, para venderlos a bajo precio al e"tranjero, restandomano de obra para los cultivos tradicionales que suele reclamar su propia sociedad. (omismo puede decirse de productos mineros, como el coltán, una aleaci'n de niobio ytantalio, fundamental en las formas de tecnolog$as más avanzadas en el campo de laelectr'nica, el B: por 7:: de cuyos yacimientos se encuentran al este de la Nep3blica del&ongo, pero cuyos naturales son incapaces de utilizar.

(a globalizaci'n puede ser as$ una ventaja y un inconveniente. (os técnicos no sehan puesto de acuerdo sobre el predominio de una condici'n sobre la otra. (os pa$sesatrasados mejoran lentamente su nivel de vida, pero la e"plosi'n demográfica, la defectuosadistribuci'n de bienes y la corrupci'n de las clases dirigentes -en lo pol$tico y en loecon'mico no permiten en muchos de ellos el desarrollo que hubiera sido de esperar.Jonzalo 2nes, historiador y economista, estima, en l$neas generales, que )a pesar de lassombras y de las miserias, la mundializaci'n ha permitido que viva más y mejor un progresivo mayor n3mero de habitantes en este planeta*. (a opini'n más e"tendida, y,sobre todo, la más combativa, tiende a valorar muy negativamente el fen'meno de laglobalizaci'n. (as estimaciones más sensatas parecen de acuerdo en que la globalizaci'n ens$, en cuanto facilidad para vender la producci'n propia, transportarla a cualquier parte,adquirir tecnolog$a, pedir préstamos, etc., es positiva, y puede revertir en un desarrollotambién global. Sin embargo, una serie de obstáculos se oponen a este desiderátum4 tanto por parte de los pa$ses subdesarrollados, cuyos l$deres malgastan las subvenciones quereciben -un caso sangrante4 !tiop$a vendi' a la ndia el trigo que le regalaron, para comprar armas, como por parte de las empresas multinacionales, y las que obtienen concesiones dee"tracci'n, cuyo ego$smo parece menos perdonable. !n otro tiempo, lo comentábamos



respecto de beroamérica, el intercambio de materias primas por productos manufacturadosresultaba favorable a las dos partes, y hoy, por una serie de motivos muy complejos, resultaque ya no es as$. (os pa$ses más atrasados no tienen medios, ni formaci'n técnica, ni clasesdirigentes capaces de coordinar una pol$tica de intercambios equitativa. >uchasorganizaciones, fundadas no en los pa$ses e"plotados, sino en los pa$ses e"plotadores, es

decir, en 6ccidente, por parte de elementos idealistas o en su caso protestatarios, hancreado un clima sumamente cr$tico con el fen'meno globalizador, y lo combaten enocasiones con violencia. !l >ovimiento de Nesistencia Jlobal ->NJ realizaespectaculares concentraciones4 en Seattle -!!HH reuni' a 9:.::: personas en 78881 enJénova, con motivo de una reuni'n del JCB, el a5o <:::, se concentraron unas 7::.:::,con incidentes de los que resultaron un muerto y varios heridos1 en 0orto 2legre -Arasil=:.::: personas se concentraron en <::< para gritar )otro mundo es posible*1 otrasmanifestaciones masivas de este género tuvieron lugar en Sevilla, en junio de <::<, conmotivo de la &umbre de la Hni'n !uropea, o en 0ar$s en noviembre de <::L, ante el @oroSocial !uropeo. !n junio de <::D se registraron incidentes en la &umbre del JB enNostocM, 2lemania1 y en diciembre del mismo a5o en (ondres. ;ambién hubo violencias enla &umbre sobre el cambio climático en &openhague, diciembre de <::8. 0robablemente laviolencia en estos actos de protesta no es la soluci'n más correcta, ni siquiera la másgenerosa1 aunque el clima creado con este motivo puede contribuir a una mayor concienciasobre los problemas del ;ercer >undo.

Hna idea ya esbozada en su tiempo por Falter (ippman y que hoy admiten muchosanalistas es la de un cierto y lejano paralelismo entre la )proletarizaci'n* del ;ercer >undoy la que tuvo lugar en !uropa y 2mérica del /orte en el siglo XX, con motivo de laNevoluci'n ndustrial4 en una primera fase, la libertad concedi' ventaja a los fuertes yricos, y foment' los abusos, a veces intolerables1 luego, el desarrollo lleg' a capas cada vezmás e"tensas, a la vez que la suma de riqueza total aument'. (os pa$ses pobres de hoy pueden llegar a ser los )obreros especializados* o la )nueva clase media* de ma5ana. Siesta perspectiva no representa de momento una soluci'n, s$ puede constituir al menos unaesperanza.

"$ 2a crisis de la energ(a

!l crecimiento del mundo en poblaci'n, nivel de vida y tecnolog$a supone un crecimientoen el consumo de energ$a, que hacia el a5o <::: se cifra en un < por 7:: anual. &omo estecrecimiento es acumulativo, se calcula que en <:<: se necesitará un =: por 7:: de energ$aconsumible más que en <:::. 2hora bien, las fuentes de energ$a que el hombre sueleemplear no son inagotables, y su sustituci'n constituye uno de los más grandes retos para elsiglo XX. !n 789:, el =: por 7:: de la energ$a generada se obten$a del carb'n1 hoy esa proporci'n ha bajado al <D por 7::. !l gran sustituto del carb'n fue el petr'leo, que lleg' asuministrar en 78DL el 9: por 7:: de la energ$a mundial, y hubiera sido poco menos que elcombustible universal en estos momentos si no hubiera encarecido brutalmente de preciodesde aquel fat$dico a5o -v. pág. 7BL. !n <:::, la proporci'n del consumo de petr'leo ha bajado a un L8 por 7::. # esto tampoco quiere decir que se produzca menos petr'leo4 su



e"tracci'n ha aumentado, y se calcula que en <:L: será un 9: por 7:: mayor que en estosmomentos1 pero indudablemente, su proporci'n respecto del conjunto habrá disminuido. !notras palabras4 la producci'n de todas las fuentes de energ$a ha aumentado y sigueaumentando1 pero las formas más clásicas, como el carb'n o el petr'leo, tienden adisminuir proporcionalmente en aras de otras energ$as alternativas.

(a producci'n mundial de energ$a, a finales de la primera década del siglo alcanzalos siguientes valores porcentuales4

0etr'leo... L=

&arb'n... <D

Jas... <<

/uclear... =

%idráulica...?

6tras...9

Si bien la producci'n de energ$as alternativas o renovables ha crecido mucho en los 3ltimosa5os, el incremento simultáneo del consumo hace que su porcentaje suba muy lentamente.

Ee estas formas de energ$a tiende a aumentar ligeramente la producci'n de gas, y

proporcionalmente se desarrollan con gran rapidez las )otras*, aunque parten de una basemuy baja. (a hidroeléctrica, aunque la más deseable por su limpieza -se le llam' la )hulla blanca* y su relativa baratura, apenas puede seguir creciendo en cifras totales, y disminuyeen valores proporcionales porque hemos agotado ya la mayor parte de los saltos de agua deevidente rentabilidad. %oy se tiende —curiosamente, como a comienzos del siglo XX— aconstruir minicentrales hidroeléctricas, 3nicas que hoy resulta posible instalar. (as otrasfuentes de energ$a, aunque sigue aumentando su e"tracci'n, tienden a bajar proporcionalmente por tres razones a son contaminantes1 b se han encarecido mucho,especialmente el petr'leo y sus derivados1 c las reservas mundiales tienden a agotarse. 2s$,se estima que la producci'n de petr'leo seguirá creciendo en valores brutos —no en valoresrelativos— hasta <:L:1 desde entonces, gran parte de los yacimientos más rentables

comenzarán a dar signos de agotamiento, su producci'n se encarecerá todav$a más, y por tanto disminuirá la demanda. (o mismo puede predecirse respecto del carb'n.

!s as$ como hacia <:L:C<:9: habremos llegado a una grav$sima crisis de energ$a sino hemos sido capaces de crear las necesarias fuentes de energ$a alternativa. (a producci'nde estas nuevas formas energéticas es una de las grandes preocupaciones de los hombresresponsables a comienzos del siglo XX, y hemos de esforzamos en encontrarlas si noqueremos vemos abocados a una verdadera catástrofe en el plazo de una generaci'n,



má"ime que, como denuncia el (ibro Alanco sobre )(a !nerg$a del @uturo* de la Hni'n!uropea, )vivimos en una época de irresponsable despilfarro de nuestros recursosenergéticos*. (a ciencia y la tecnolog$a humana están, a lo que parece, capacitadas para proporcionamos esas nuevas y generalmente más limpias formas de energ$a. Su avance, sinembargo, es más lento de lo que hubiera sido deseable, en parte por razones de rutina -es

más c'modo seguir utilizando las fuentes habituales y ya bien instaladas ycomercializadas, y en parte también por el deseo de los grandes productores, refinadores ydistribuidores de seguir manteniendo la necesidad de su consumo. 0ensemos que ladesaparici'n del petr'leo, por ejemplo, representar$a la ruina de varias de las empresas más poderosas del mundo, y también la de los pa$ses que monopolizan su producci'n. &on todo,en los pa$ses desarrollados, y particularmente en !uropa, pobre en combustibles l$quidos, elempleo de energ$as alternativas está alcanzando en los 3ltimos a5os un incremento muyimportante.

7. (a energ$a solar es la fuente de todas las demás formas de energ$a que e"isten en la

tierra. Su consumo es un hecho desde el momento mismo en que e"iste la vida, que sin ellano ser$a posible. 2hora bien, no es fácil convertirla en una forma de energ$a utilizableindustrialmente. (a absorci'n de la radiaci'n solar mediante placas debidamente orientadasque se calientan y transmiten ese calor a fuentes de calefacci'n —generalmente el agua— es una técnica ya muy generalizada, pero que tiene una gran limitaci'n4 ning3n cuerpo, enla superficie terrestre puede ser calentado por la radiaci'n solar a una temperatura superior a B:Y. 0odemos construir paneles gigantescos, capaces de obtener una cantidad muy grandede calor, pero no por eso una temperatura más alta. Ee hecho, las placas solaresconvencionales no proporcionan, en el mejor de los casos, agua caliente a más de =:Y.Sirven para uso doméstico, el ba5o, piscinas climatizadas -en muchos pa$ses la utilizaci'nde paneles fototérmicos para estas piscinas es obligatoria, la pasteurizaci'n de algunos productos, el lavado te"til. Sin embargo, la temperatura requerida por la demanda industriales casi siempre superior a 7:: grados1 y esa temperatura jamás la obtendrá un objetoe"puesto al sol. Gentaja de los paneles4 pueden utilizarse )in situ* sin apenas transporte deenerg$a1 por ejemplo, en el hogar, y especialmente en viviendas unifamiliares.nconveniente4 en pa$ses escasos en sol, el sistema es poco rentable. Si queremos obtener temperaturas superiores, es preciso concentrar en un punto la energ$a recibida por unasuperficie más grande. !n el desierto de >ojave, &alifornia, hay una central solar en que uncanal de espejos de secci'n parab'lica, de varios Mil'metros de longitud, calienta unatuber$a de agua que discurre a lo largo de su foco4 esta agua llega a calentarse hasta unatemperatura de L::Y. /aturalmente, la instalaci'n es bastante costosa. # más altastemperaturas se alcanzan con grandes colectores parab'licos en forma de enormessombrillas invertidas en cuyo foco se coloca un bid'n de agua que puede alcanzar los 9::Y.0or desgracia, es mucha instalaci'n para calentar solo un bid'n. %oy suele preferirse laconfluencia de centenares de placas movibles sobre un punto —generalmente una )torre derecepci'n*—, un sistema que puede sumar energ$as hasta niveles industriales.

%oy se desarrollan técnicas fotovoltaicas, en que una célula puede calentarse por efecto de la luz —ni siquiera es necesario que el cielo esté despejado— y producir directamente electricidad. !sta técnica tiene probablemente más porvenir, aunque debe progresar mucho hasta que sea rentable industrialmente. Ee otros proyectos, como la



prácticos en gran escala. !s posible —solo posible— que en el siglo XX se resuelvadefinitivamente un problema del cual muchos humanos no somos del todo conscientes, pero que puede poner en grave peligro la continuidad del desarrollo del mundo si noencontramos a medio plazo las soluciones adecuadas.

c$ 2a degradación del medio am"iente

2s$ como el problema del agotamiento de las formas habituales de energ$a no parece preocupar demasiado a la gente, s$ e"iste la convicci'n de que el hombre está atentandogravemente contra la naturaleza, ensuciándola y privándola de las cualidades que han hechoy siguen haciendo posible el desarrollo de la vida en nuestro planeta. (a generalizaci'n deesta conciencia se debe fundamentalmente a la proliferaci'n de organismos ecologistas detodo género, que suelen adoptar posturas de denuncia por lo general muy combativas y muydifundidas. !l problema de la contaminaci'n tiene una relaci'n muy directa con el de la

energ$a, por cuanto una buena parte de ese atentado contra el medio ambiente está provocado por la acci'n de los combustibles, tanto s'lidos como l$quidos, as$ como por laliberaci'n de gases nocivos, producto de esas mismas formas de combusti'n. Nesiduosindeseables son los '"idos de carbono -&6 y &:<, el azufre y el ozono -derivado de los'"idos de nitr'geno en ciertos combustibles l$quidos, as$ como los ácidos procedentes dela industria, que envenenan el aire en zonas pr'"imas y matan los bosques. ;odos estoselementos contaminantes se difunden por la atm'sfera, tomándola menos respirable y por tanto menos sana, y provocando efectos indeseables, como puede ser el calentamientoglobal de nuestro planeta. 2 este mal se une la más lenta renovaci'n del o"$geno comoconsecuencia de la creciente deforestaci'n. (as desaprensivas talas de la selva virgen enOfrica y la 2mazonia reducen la tasa de fotos$ntesis o funci'n clorof$lica, que disocia los

'"idos de carbono, liberando o"$geno puro1 esta funci'n está disminuyendo, justamentecuando más falta hace. Se estima que la destrucci'n de los bosques puede, si no tal vezdisminuir la cantidad promedio de lluvia, s$ tomarla más irregularmente repartida, mástorrencial cuando llega a caer, más alternada con largas fases de sequ$a.

Tuizá el factor más pernicioso de la contaminaci'n atmosférica sea el efectoinvernadero, provocado por un e"ceso de di'"ido de carbono en la atm'sfera. !ste gasact3a como una pantalla que disminuye la irradiaci'n, de suerte que no todo el calor quenos llega del sol puede liberarse al espacio4 de este modo se rompe el equilibrio, ele"cedente se va acumulando en la baja atm'sfera, y la temperatura tiende a aumentar. (ose"pertos han comprobado la disminuci'n de los hielos polares, el acortamiento de laslenguas glaciares, la frecuencia cada vez menor de las nevadas en lugares en que hace a5oseran un fen'meno habitual. &ontra lo que afirman los más alarmistas, estamos bastantelejos de haber comprobado con seguridad las causas del calentamiento del globo, que por otra parte no es tan precipitado como se cree4 las estimaciones más serias cifran el aumentode la temperatura media en :,= grados a lo largo del siglo XX. Tue la temperatura del globoaumenta o disminuye a largo de los siglos es un hecho bien conocido4 lo que no sabemos essi el calentamiento actual es el primero que tiene lugar no por causas naturales, sino comoconsecuencia de los comportamientos humanos. !stá claro que debemos estar en guardia, y



evitar que los motivos de alarma se prolonguen antes de que sea demasiado tarde. 6trofen'meno que puede estar en relaci'n con el cambio climático es la desertizaci'n -odesertificaci'n, si el hombre es el responsable de territorios de la zona intertropical,singularmente en Ofrica, que está disminuyendo drásticamente la e"tensi'n de las regionesfértiles y por tanto habitables.

/o deja de ser peligrosa la contaminaci'n del agua, por efecto de vertidosindustriales o de desechos orgánicos mal controlados que llegan a los r$os, cuyas aguas setoman cada vez menos puras, muchas veces no aptas para el consumo. # de los r$os se vanlos vertidos indeseables al mar, sin tener en cuenta la contaminaci'n de los océanos por elmal cuidado de las costas y singularmente por las )mareas negras* de carburantes provocadas por el naufragio de barcos petroleros, o simplemente por el lavado de lostanques en alta mar. (os peces pueden morir en aguas degradadas, y nosotros mismos podemos alimentamos de peces que contienen productos nocivos para la salud. ;ambién esun hecho bien conocido que el uso masivo de los abonos nitrogenados llega a las capasfreáticas y contamina el agua de los pozos y manantiales, en otro tiempo e"celentes y hoy

peores que las del grifo de las ciudades, de mala calidad, pero cuando menos controladas por sistemas de depuraci'n. Hn 3ltimo, pero no por eso menos importante peligro es ladestrucci'n de la capa de ozono de la alta atm'sfera -se encuentra a unos <L.::: metros dealtura, que nos protege de la radiaci'n ultravioleta del sol. 0or acci'n del cloro, lamolécula :L del ozono pierde un átomo de o"$geno, quedando reducida a :<, o sea ao"$geno normal. &on la destrucci'n de la capa de ozono, penetra más fácilmente laradiaci'n ultravioleta, que provoca quemaduras en la piel, con el consiguiente peligro en lase"posiciones largas al sol, y puede provocar cáncer cutáneo. Si el proceso continuara, el planeta podr$a hacerse inhabitable. Se estima que el factor que provoca la destrucci'n delozono es el &@&, o clorofluorocarbono, un propelente usado en botes de aerosoles y pesticidas, as$ como en refrigeradores, ideado precisamente para evitar la contaminaci'natmosférica -no se combina con ning3n otro gas, y que, inesperada y parad'jicamente, está produciendo efectos letales en la estratosfera. (os convenios de >ontreal en 78BD, de(ondres en 788: y &openhague en 788< han prohibido el uso de &@& en todo el mundodesarrollado, -algunos pa$ses de medio nivel econ'mico lo han mantenido, pero sus efectos pueden continuar quizá durante varias décadas. 0or el 0rotocolo de Pioto, en 788D, se pretende que entre <::B y <:7< los pa$ses desarrollados emitan un 9 por ciento menos degases de efecto invernadero del nivel que emit$an en 788:. (a adhesi'n de Nusia ennoviembre de <::? hace concebir esperanzas, aunque los !stados Hnidos siguen sinadherirse.

(a contaminaci'n ambiental -y otros hechos relacionados con la naturaleza, como lae"tinci'n de especies animales o el descenso en la biodiversidad ha provocado lamovilizaci'n de organizaciones ecologistas, muy caracter$sticas de las dos 3ltimas décadasdel siglo XX y de comienzos del XX. 2lgunas son oficiales, como la 2gencia !uropea del>edio 2mbiente1 otras, no gubernamentales, pero muy activas, como Jreenpeace, con sedecentral en %olanda1 FF@, con sede en Suiza, !cology 2ction &entre -en !spa5a,!cologistas en 2cci'n dirigida desde &anadá, realizan campa5as para la protecci'n denuestros ecosistemas. &onservar la naturaleza tal como la hemos heredado de nuestrosantepasados y conseguir que el planeta en que vivimos no se tome un d$a inhabitable o unmedio hostil constituye una de las principales responsabilidades del género humano en el



son interesadas. !l mismo sensacionalismo de muchos medios que nos transmiten el rumor como verdad puede enturbiar la solidez, la limpieza de nuestros conocimientos.

Siempre ha habido mentiras intencionadas, eso es cierto, y la imperiosa necesidad dedetectarlas y neutralizarlas ha acaparado el más ingrato y e"igente esfuerzo de los

historiadores. 0ero en el siglo de la informaci'n, la combinaci'n del e"ceso de datos con lanecesidad de verificarlos puede ser un motivo de desorientaci'n, cuando no, que ser$a lo peor, de duda y escepticismo. (a desconfianza puede entra5ar un peligro tan grande comola e"cesiva credulidad. %emos de preguntamos hasta qué punto el e"ceso de informacionescontradictorias entre s$ nos conduce a un estado en el cual no podemos estar seguros de casinada. ;al vez en el mundo del siglo XX sea preciso introducir un c'digo deontol'gico dela informaci'n, en todo género de fuentes que nos son transmitidas, muchas veces sin quenosotros lo pidamos, para evitar la ca$da en un vértigo de inseguridades que nos lleva a ser v$ctimas de una confusi'n totalmente desorientadora. !star seguros de la verdad es undesiderátum de la naturaleza humana que al parecer los avances de nuestra civilizaci'n nose han preocupado de procuramos 3ltimamente.

e$ 2a condición posmoderna ! la crisis de alores

Givimos en la era posmoderna, seg3n la versi'n más com3n en nuestros d$as, pero resultamuy dif$cil definir qué es la posmodemidad. !videntemente, la palabra sugiere que se haacabado la modernidad o aquello que estaba vigente en los tiempos considerados como)modernos*4 conceptos, convicciones, valores, formas establecidas que ya no lo están, o sedice que no lo están. (a posmodemidad presume más de lo que tiene de negaci'n de lamodernidad que de lo que ha encontrado o lo que ha edificado para vivir en los tiempos

futuros. 0arece que no se jacta de ser edificadora. !s lugar com3n que muchas de las ideasque definen la posmodemidad nacieron con la )revoluci'n de 78=B* -v. págs 79L y ss.4 eluso indiscriminado de la libertad, el destierro de las convicciones o convenciones -ambascosas de nuestros antecesores, el apartamiento de todo lo que tenga que ver con las)normas*, los )cánones* o, en su versi'n más e"trema, con los )principios*. 0ero con unadiferencia muy clara respecto de los movimientos juveniles de 78=B4 aquellos movimientos,en medio de su vaguedad, ten$an una dosis de idealismo y pretend$an un mundo nuevo ymás auténtico. 0or el contrario, la posmodemidad no soporta la palabra )idealismo*. &omoha observado un fil'sofo espa5ol, Iosé (uis 0inillos, los posmodemos son herederos de losrevolucionarios del =B, pero ahora )adoptan un aire ir'nico y c$nico... y en lugar de so5ar con reformar el mundo, han decidido dejarlo como estaba, y disfrutar de su doradadecadencia mientras dure*. 0ero la posmodemidad es mucho más que el legado de unosrevolucionarios desenga5ados4 posee muchas más facetas y alcanza a muchos más sereshumanos y a muchas más actitudes mentales o vitales. !s una realidad multiforme,e"traordinariamente dif$cil de describir, no solo por su tendencia a la indefinici'n, sino por las m3ltiples descripciones de que ha sido objeto. R. ArzezinsMi o N. 2ron ven en la posmodernidad el talante de una sociedad satisfecha, conformista, sin otras inquietudes quelas capaces de procurar su bienestar material y la satisfacci'n de sus deseos inmediatos.0arad'jicamente, la posmodernidad parece tan hija de la dinámica mental de los rupturistas



de 78=B como de la )sociedad de consumo* que ellos pretend$an destruir.

IeanC@ran\ois (yotard -autor de 2a condition postmoderne$ o Iean Aaudrillard venen la posmodemidad más que una filosof$a de la vida -puesto que más bien es una falta defilosof$a, un modo de vivir, o de )dejarse vivir* lo más alejado posible de los

planteamientos problemáticos y de las 3ltimas preguntas. 0ara Aaudrillard ser$a algo as$como )el intento, tal vez desesperado, de alcanzar un lugar donde uno pueda vivir con loque le queda*. (yotard encuentra como rasgos definitorios de lo posmodemo la tendencia alindividualismo, la huida de las cortapisas y de los compromisos, la heterogeneidad de lasformas de vida y el particularismo de lo propio. Eesiste de buscar las )ideas claras* o las)verdades rotundas*. !l norteamericano han %assan encuentra en lo posmodemoindeterminaci'n, fragmentaci'n, superficialidad, iron$a, y huida de todo lo que signifiquetrascendencia. # Nonald nglehart ve escepticismo, una tendencia a la liberalizaci'n de lascostumbres, la permisividad y el rechazo a todo lo que signifique un )orden impuesto*. Eeacuerdo con todas estas definiciones, podr$amos definir a la posmodemidad como unaactitud mental que quiere desentenderse de los problemas, sobre todo si son molestos, que

prefiere la irresponsabilidad como soluci'n más c'moda, que busca el placer inmediato sin pensar en sus consecuencias. (a )condici'n posmoderna* es escéptica, lo mismo por lo quese refiere a la verdad -sobre todo si se trata de una verdad trascendente que por lo que serefiere al bien, es decir, al reconocimiento y la b3squeda del bien como un deber elemental.

!l posmoderno es indulgente y tolerante4 es tolerante consigo mismo, puesto quetiende a perdonarse o a justificarse, y tolerante con los demás... siempre que los demás novayan de alguna forma contra sus intereses. (a idea de que )cada uno es due5o de susactos*, o )viva cada cual su vida, que yo viviré la m$a* son actitudes, que aunque puedenencontrarse en cualquier tiempo y lugar, parecen haberse potenciado con las nuevasmentalidades.

(a actitud posmoderna está $ntimamente relacionada con otro hecho del que se habl'ya desde tiempo antes4 la crisis de valores. !l valor, tal como lo entiende la a"iolog$a, estoda cualidad que tiende a la plena realizaci'n de la dignidad de la persona humana. !lvalor, como observaba NicMert, puede tener un sentido ético o estético4 el bien, la verdad, la belleza, la armon$a, la generosidad, la solidaridad, la capacidad de amar, de comprender, de perdonar las ofensas, de procurar lo más noble y lo más sublime, en suma, aquello que estáen consonancia con los más altos ideales y pretende por tanto apartarse de lo que degrada,empobrece o nos toma indignos. !l hombre ha sentido siempre un deseo de perfecci'n,haya respondido o no haya respondido a él. 0ero durante mucho tiempo tuvo las ideasrelativamente claras respecto de lo que debe y de lo que no debe ser. !l relativismo posmodemo, en cuanto a lo que es la verdad y el bien, ha dejado a muchos hombres en una posici'n de indefinici'n respecto de los valores. %ay, efectivamente, hombres para los quela práctica de los actos más nobles y generosos ha perdido su capacidad enaltecedora deanta5o, el sentido de )algo que vale la pena*1 como, rec$procamente, lo que la raz'n o elsentido com3n nos hacen ver como indigno degradante o ego$sta ha perdido ante muchasconciencias su condici'n negativa, y por tanto no solo no provoca aversi'n, sino ni tansiquiera arrepentimiento. Tuizá nunca ha habido en la historia de nuestra civilizaci'noccidental tan escasa proporci'n de seres humanos )arrepentidos* de lo que no han debido



hacer y han hecho. 2ctos como la b3squeda del placer inmediato sin reparar en susconsecuencias -pensemos, simplemente en el fen'meno de la droga, o la transgresi'n del primero de los derechos humanos, el derecho a llegar a e"istir, por obra del aborto1 o el delenriquecimiento rápido con indiferencia respecto de los medios que se emplean para ello odel da5o que se hace a otros, son dos de los más espec$ficos ejemplos de un

comportamiento que pudo haber e"istido en otros momentos hist'ricos, pero tal vez másque nunca en el presente, y que casi nunca son respondidos en la conciencia de sus autores por una sensaci'n de pesar por el mal que se ha hecho.

/o es preciso continuar en un libro de historia por lo que parece ser una sendamoralizante cuando solo pretende e"poner un hecho, bastante com3n en el seno de lacivilizaci'n a la que pertenecemos. 6tras civilizaciones, como observa el mismo%untington, no parecen padecer el mismo escepticismo ni la misma indiferencia ante lo que)debe ser*, y por eso mismo se sienten )más seguras*. 0arece que es hora de que nuestracultura y nuestra civilizaci'n tomen conciencia de sus valores, que no son antiguos nimodernos, porque son permanentes, y proporcionan a la vida su auténtica raz'n de ser. %oy

e"isten, por fortuna, movimientos que defienden la recuperaci'n de los valoresfundamentales capaces de tomarnos a nuestra auténtica dignidad, y personas que sesacrifican por la paz, la comprensi'n, el afán solidario, la justicia en este mundo, la ayuda alos más necesitados, especialmente en los pa$ses que son incapaces de salir de la miseria.(os valores no se acaban cuando hay médicos que curan en la selva a enfermos desvalidos,sin pretender nada a cambio, o misioneros, eclesiásticos o seglares, que sacrifican su vidaen los lugares más inh'spitos para rescatar de la miseria o de la ignorancia a los másdesgraciados, o cooperantes que desinteresadamente se encargan del cuidado de losdesvalidos, de los enfermos contagiosos, de los drogadictos. !l mundo en que vivimos, ymuy especialmente la civilizaci'n en que vivimos, no se caracteriza precisamente por valores como la solidaridad, el desinterés, la limpieza de vida, el perd'n, la paz, lacomprensi'n1 pero todos esos valores encuentran quienes los practiquen, a veces con afánheroico, y el ejemplo de esas personas, que son más de las que nos imaginamos, es siempreuna promesa, un motivo de esperanza en el futuro.

/o es posible en este punto ignorar la figura de una de las personalidades máse"traordinarias de nuestro tiempo, cuya presencia llena totalmente el 3ltimo cuarto del sigloXX. /os referimos al papa Iuan 0ablo , que no solo ha dirigido a la glesia hasta culminar la total implantaci'n de las declaraciones conciliares -v. págs. <=8 y ss., hasta su plenavigencia, sino, un hecho que debe interesamos aqu$ especialmente, que ha lanzado almundo un mensaje como pocos hombres han podido hacer jamás. Iuan 0ablo es el personaje de la historia al que han visto personalmente más seres humanos, unos <9:millones, de ellos <: en las audiencias en la 0laza de San 0edro, en Noma, y el resto en los7:< viajes al e"tranjero, a más de los 7?: por talia, que ha realizado, recorriendo en total7.<?:.::: Pm., una distancia tres veces superior a la que media entre la ;ierra y la (una1visitando 7?: pa$ses, desde 2lasMa a las islas @idji, y hablando —en cuarenta idiomas— agentes de todas clases y culturas4 de fe, de amor, de paz, de esperanza, de derechoshumanos, de justicia1 ha criticado lo mismo el comunismo materialista y totalitario que el)capitalismo salvaje*, también inhumano1 ha llamado a todos los pueblos a la concordia yal entendimiento, ha hablado en alocuciones espec$ficas a las familias, a los artistas, a losintelectuales, a los cient$ficos, a los pol$ticos, a los ancianos, a los ni5os, a los deportistas, a



los astronautas, en una actividad que parece sobrehumana. %a recibido y conversado conmás de novecientos jefes de estado, presidentes de gobierno y ministros de los más variados pa$ses, y ha impartido doctrina en 78.::: discursos, que ocupan 7<:.::: páginas, y más decien documentos p3blicos e"tensos, de ellos 7? enc$clicas, LB cartas apost'licas y 7Le"hortaciones pastorales, pidiendo a los hombres que )se comprometan a una accci'n por

la justicia y la caridad en el marco del pleno respeto a la verdad y a la libertad*. !s dif$cilencontrar quien haya entregado su vida hablando tanto y de tal modo al mundo entero, y por tanto resultar$a injusto no recordarlo.

Iuan 0ablo sufri' al final de su vida una larga y dolorosa enfermedad, que no leimpidi' seguir viajando —hasta ser descolgado en su silla de ruedas desde la cabina delavi'n— y seguir hablando con su acostumbrada energ$a. @alleci' el < de abril de <::9. !l78 de abril fue elegido como nuevo papa el cardenal alemán Ioseph 2lois Natzinger. !ra unintelectual de categor$a, profesor en cuatro universidades y conferenciante en otras muchas.Se le tiene como una de las grandes cabezas pensantes de la segunda mitad del siglo XX.Su pontificado se caracteriza fundamentalmente por la doctrina, impartida en enc$clicas,

cartas apost'licas, discursos y sus famosas homil$as de todos los domingos. Se ha esforzado por acercarse a la uni'n de las iglesias cristianas y por el diálogo con las religiones nocristianas. !ntre sus preocupaciones de muchos a5os figuran el relativismo intelectual ymoral, y la fuerza compulsiva de lo que está de moda - eitgeist , as$ como la armon$a entrela fe y la raz'n.

/uestra civilizaci'n no debe sufrir complejos en estos momentos tan comprometidos para la suerte del mundo. ;ampoco debe engre$rse de sus e"celencias como si las demásfueran despreciables. /o debemos ni podemos renegar de nuestros valores, que están ah$, yson nuestro mejor acervo hist'rico, ni hemos de pretender tampoco imponerlos a los otros por la fuerza. /o cabe decir, por comodidad o fatalismo, que nos encontramos en un

callej'n sin salida. Sabemos que )la historia ha salido siempre por alg3n sitio*, y que todaslas crisis, a3n las más desesperadas, han encontrado su soluci'n, y en muchos casos susuperaci'n. !studiar la historia reciente de la forma más imparcial de que seamos capaces,tratando a la vez de aprovechar sus aspectos más aleccionadores, nos puede ayudar a plantear más correctamente los problemas y a procurar resolverlos, siempre con laesperanza puesta en un porvenir que todav$a es posible.



MEMORANDA CRONOLÓGICA

1!45

&onferencia de San @rancisco para la organizaci'n de la paz.

@undaci'n de la 6rganizaci'n de las /aciones Hnidas, 6/H.

;ras la muerte de Noosevelt, ;ruman presidente de !stados Hnidos.

&onferencia de 0otsdam.

(os laboristas ganan las elecciones inglesas4 gobierno de &lement 2ttlee.

Se funda en !l &airo la (iga Orabe.

1!4

&ondena de !spa5a por la 6/H4 aislamiento internacional.

Iuan Eomingo 0er'n, elegido 0residente de 2rgentina4 hasta 7899.

Juerra civil en &hina4 >ao Redong contra Xiang PaicheM.

Juerra civil en Jrecia -las tropas gubernamentales contra !2>C!(2S, comunistas.

Se proclama la Nep3blica en talia.

ndependencia de @ilipinas.

0rimera calculadora electr'nica4 pesa L: toneladas.

1!4#

Se funda el J2;; para regular los trámites aduaneros y el comercio internacional.

Sustituido en 7889 por la 6>&.

Eoctrina ;ruman y proyecto del 0lan >arshall.

(ey de Sucesi'n en !spa5a4 se prevé la desembocadura monárquica.

ndependencia de la ndia y 0aMistán.



&omienza la guerra fr$a4 se habla del );el'n de 2cero*.

1!4"

/ace el Aenelu".

Airmania, independiente.

2sesinato de Jandhi.

Hnificaci'n de zonas en 2lemania 6ccidental.

Se aprueba el 0lan >arshall.

Jolpe de mano comunista en &hecoslovaquia.

Eeclaraci'n de los Eerechos %umanos en la 6/H.

Juerra en ndochina contra la dominaci'n francesa -78?BC789?.

1!4!

Se erige la Nep3blica @ederal 2lemana. Ponrad 2denauer, &anciller -78?8C=L.

2parece el &onsejo de !uropa.

Se establece el 0acto 2tlántico, luego 6;2/.

rlanda, Nep3blica independiente.

(a Hni'n Soviética obtiene la bomba at'mica.

;riunfo de >ao4 se proclama la Nep3blica 0opular &hina.

Se reconoce la independencia de ndonesia. SuMamo, presidente -78?8C78D:.

1!50

&omienza la guerra de &orea.

2bdica (eopoldo de Aélgica. (e sucederá, tras interregno, Aalduino .

&hina ocupa ;$bet.



&omienza la lucha guerrillera en &olombia.

1!51

Se establece la &omunidad !uropea del &arb'n y del 2cero, &!&2.

Eestituido el general >ac 2rthur en &orea.

(os americanos evac3an Iap'n.

0rimer disco )long play*.

;riunfo de los conservadores en Jran Areta5a4 otra vez &hurchill.

2bdullah de Iordania, asesinado.

(ibia, independiente. Neina dris .

1!52

>uere Iorge G de nglaterra. (e sucede sabel .

@aruM rey de !gipto, destronado. (e sucede de momento @uad .

!l coronel Aatista da un golpe de estado en &uba y se proclama presidente.

Eepuesto ;alal, rey de Iordania.

1!53

EQight !isenhoQer, presidente de !stados Hnidos.

&oronado %ussein como rey de Iordania.

>uerte de Stalin.

!l hombre llega a la cima del !verest -%illary y ;ensing.

!"perimentada la primera bomba de hidr'geno.

2rmisticio en &orea.

;ratado de 0amunjon.



1!54

Jamal 2bdel /asser, due5o de !gipto.

&ae Eien Aien @u.

(os franceses se retiran de ndochina.

Surgen (aos y &amboya.

&omienza la guerra abierta en 2rgelia.

2parece el NocM and Noll.

2lfredo Stroessner se hace con el poder en 0araguay -Hna de las dictaduras más

largas en %ispanoamérica.

A> presenta el primer modelo de computadora -entonces )cerebro electr'nico*.

&omienza la televisi'n en color.

1!55

Eimite &hurchill por motivos de salud.

&onferencia de Aandung, de pa$ses no alineados.

0acto de Garsovia.

&umbre de Jinebra4 !insenhoQer, !dén, @aure, Aulganin.

2parece el lavavajillas.

2parece la radio de transistores.

Se firma el ;ratado del Sudeste 2siático, S!2;6.

&a$da de 0er'n en 2rgentina.

2ramburu, presidente.

Pruschev aparece ya como primer mandatario de la HNSS.

(a HNSS consigue la bomba de hidr'geno.



!spa5a ingresa en la 6/H.

1!5

Iuscelino PubischeM, presidente de Arasil.

ndependencia de ;3nez y >arruecos.

@idel &astro desembarca del )Jramma* en &uba y comienza la guerrilla -789=C98.

Jolda >eir, enérgica primera ministra en srael.

%ungr$a invadida por los soviéticos.

&risis de Suez. @rancia e nglaterra pierden el &anal.

GerQoerd inicia el )2partheid* en Sudáfrica -789=C8<.

1!5#

&ambio espectacular en &hina4 pol$tica de las )cien flores*.

;ratado de Noma4 nace la &omunidad !con'mica !uropea.

ndependencia de Jhana, primer pa$s negro que la alcanza -PQame /Mrumah.

&onflicto de &achemira, entre la ndia y 0aMistán.

0rimer satélite artificial de la ;ierra -SputniM .

1!5"

/ace la Nep3blica Orabe Hnida. 0residente, /asser.

Siria se separa en 78=7.

@rondizi, presidente de 2rgentina.

Pruschev, l$der 3nico en Nusia.

raM4 cae la monarqu$a del rey @aisal.

&hina4 se proclama el Jran Salto 2delante.



ndependencia de 2rgelia.

Areve guerra &hinoCndia, por ;$bet.

!l satélite );elstar* une a <:: millones de espectadores.

Jrave )crisis de los misiles* en &uba.

(os militares deponen a @rondizi en 2rgentina.

&omienza el &oncilio Gaticano .

1!3

2denauer se retira de la pol$tica.

);eléfono rojo* entre la casa Alanca y el Premlin.

ntervenci'n directa de HS2 en el conflicto de Gietnam.

>uere I. /ehru en la ndia. (e sucede (.A. Shastri.

>uere Iuan XX1 le sucede 0ablo G.

2. ll$a, presidente de 2rgentina.

2sesinato de Pennedy. (e sucede (. Iohnson.

!l presidente Iohnson decreta los derechos civiles de los negros.

Se establece la 6rganizaci'n de la Hnidad 2fricana, 6.H.2.

1!4

ntervenci'n amplia de !stados Hnidos en Gietnam.

(os laboristas al poder en Jran Areta5a. Se mantendrán hasta 78=8.

2parece la 6rganizaci'n para la (iberaci'n de 0alestina, 6(0.

!duardo @rei, presidente de &hile.

&ae Pruschev4 se forma una )troiMa* con Posygin, Arezhnev y 0odgorny.



&hina logra la bomba at'mica.

Eerribado PubischeM de la presidencia de Arasil por un golpe militar.

1!5

>uere Finston &hurchill.

2parece en &olombia el !(/, movimiento castrista.

Eictadura militar en Arasil.

Ee Jaulle, reelegido presidente de @rancia.

Se inaugura el t3nel bajo el >ont Alanc.

Jraves disturbios raciales en (os 2ngeles.

/icolás &eaucescu en Numania.

@inaliza el &oncilio Gaticano .

1!

ndira Jandhi preside el gobierno de la ndia -78==CB?.

Nevoluci'n &ultural en &hina -78==C78D9.

@rancia sale de la estructura militar de la 6;2/.

Juerra de Aiafra en /igeria.

(os militares deponen al presidente ll$a en 2rgentina.

&onferencia de 0a$ses /o 2lineados en /ueva Eelhi.

1!#

Juerra de los Seis E$as, árabeCisrael$.

)Eictadura de los &oroneles* en Jrecia.

!"ilio del rey &onstantino .



;errorismo del los )montoneros* en 2rgentina.

1!#1

&hina readmitida en la 6/H.

Juerra ndiaC0aMistán4 nace Aangla Eesh.

Nuptura de los acuerdos de Aretton Foods4 el d'lar flota.

Se inicia la crisis econ'mica.

1!#2

/i"on en 0eM$n. Se inician las relaciones chinoCamericanas.

2cuerdo Salt , sobre reducci'n de armas estratégicas.

0er'n vuelve a 2rgentina.

Sadat e"pulsa a los consejeros rusos.

&ambio de pol$tica e"terior en !gipto.

2l$ Ahutto, nuevo due5o de 0aMistán, tras golpe militar.

!scándalo )Fatergate* en !stados Hnidos. /i"on, comprometido.

1!#3

Jran Areta5a, Einamarca e rlanda ingresan en el >ercado &om3n !uropeo.

(os americanos abandonan Gietnam.

Jolpe de estado de 0inochet en &hile.

Juerra del #om Pippur, árabeCisrael$.

Jrave crisis mundial por los precios del petr'leo.

(as dos 2lemanias ingresan en la 6/H.

Nep3blica en Jrecia4 preside 0apadopoulos.



Eisturbios raciales en Sudáfrica.

(lega a >arte la primera sonda terrestre, GiMing .

2dolfo Suárez, presidente del gobierno espa5ol.

1!##

I. &arter, presidente HS2.

(eonid Arezhnev, presidente del Soviet Supremo.

Sim'n 0eres sucede a . Nabin como primer ministro de srael.

Eeng Xiaoping, l$der de &hina.

ndira Jandhi renuncia como primera ministra de la ndia.

!l )&oncorde* francobritánico atraviesa el 2tlántico en L,9 horas.

1!#"

!ntrevista de &amp Eavid entre Sadat y Aegin4 intento de paz en 6riente 0r'"imo.

>uere 0ablo G. (e sucede Iuan 0ablo . 2 los LL d$as, Iuan 0ablo . ;res papas en

septiembreCoctubre.

&onstituci'n espa5ola.

Sindicato )Solidaridad* en 0olonia.

1!#!

2cuerdo Salt para reducci'n de armas estratégicas.

!l sha de rán es derrocado.

!l imán Iomeini establece un régimen islámico radical.

Nevoluci'n sandinista en /icaragua.

@in de la dictadura de Somoza.



(a HNSS invade 2fganistán.

>argaret ;hatcher, primera ministra británica4 primera mujer que ocupa este puesto.

Sadam %ussein, presidente de raM.

1!"0

Juerra ránCraM. Eurará hasta 78BB.

ndependencia de RimbaQbe.

Nonald Neagan, elegido presidente de !stados Hnidos.

1!"1

!l presidente egipcio, Sadat, es asesinado. (e sucede %osni >ubaraM.

2tentado de 2l$ 2gca en Noma contra Iuan 0ablo .

Jrecia entra en la &omunidad !con'mica !uropea.

@. >itterrand, 0residente de @rancia. Sustituye a Jiscard.

&ombates en el ($bano, sirios contra cristianos.

!l general Giola, presidente de 2rgentina.

0rimer caso conocido de SE2.

2parece el ordenador personal.

1!"2

>uere Arezhnev. (e sucede 2ndropov como má"imo dirigente de la HNSS.

Juerra de las >alvinas. &ae el 3ltimo dictador argentino, Jaltieri.

!spa5a ingresa en la 6;2/.

%elmut Pohl, canciller de 2lemania -permanecerá hasta 788B.

!l 0S6! gana las elecciones en !spa5a -&on @. Jonzález, permanecerá hasta 788=.



>. de (amadrid, presidente de >é"ico.

1!"3

Na3l 2lfons$n, presidente de 2rgentina.

Aettino &ra"i, jefe del gobierno italiano.

2parece el )compactCdisc*.

1!"4

Neagan, reelegido presidente norteamericano.

Najiv Jandhi, hijo de ndira, primer ministro indio.

>uere 2ndropov. (e sucede &hernenMo en la direcci'n de la HNSS.

1!"5

>ihail Jorbachov, Secretario Jeneral del partido &omunista en la HNSS.

!spa5a ingresa en la &!!.

IaruzelsMi, dictador en 0olonia.

!ncuentro JorbachovCNeagan en Jinebra.

!l partido nacionalista 20N2 gana las elecciones en 0er3. 2lan Jarc$a, presidente.

@in de la dictadura militar en Arasil.

1!"

@in de la dictadura en @ilipinas. Eestituido >arcos. (e sucede &ory 2quino.

&atástrofe en la central nuclear de &hernobyl, Hcrania.

>ario Soares, presidente de 0ortugal.

1!"#



Jorbachov anuncia la 0erestroiMa -reforma en la HNSS.

0iet Aotha en Sudáfrica.

Neuni'n internacional para estabilizar el d'lar.

(a poblaci'n mundial alcanza los 9::: millones.

1!""

&umbre NeaganCJorbachov4 reducci'n de misiles intercontinentales.

2lto el fuego entre rán e raM.

0inochet pierde las elecciones en &hile. Netorna la democracia.

Aenazir Ahutto, primera mujer que preside un gobierno en un pa$s musulmán-0aMistán.

Salinas de Jortari, presidente de >é"ico.

Se proclama la 2utoridad 0alestina4 la preside #asser 2rafat.

1!"!

Jeorge %. Aush, presidente de !stados Hnidos.

>uere el emperador del Iap'n, %iroC%ito. (e sucede 2MiC%ito.

>uere el imán Iomeini en rán.

>atanza de ;iananmen, frenazo a las reformas en &hina.

Ee PlerM gobierna Sudáfrica4 se prevé el fin del )apartheid*.

&ae el muro de Aerl$n.

&ambios en !uropa del !ste4 fin de los reg$menes comunistas.

&arlos Sa3l >enem presidente de 2rgentina.

(os !stados Hnidos invaden 0anamá contra el dictador /oriega.

@in de la dictadura sandinista en /icaragua4 Gioleta &hamorro.



1!!0

/elson >andela, liberado en Sudáfrica.

raM invade PuQait. ;ensi'n mundial.

Eimite >. ;hatcher. I. >ajor le sucede en el gobierno británico.

(ech Falesa, presidente democrático de 0olonia.

Neunificaci'n de 2lemania.

2ylQyn, presidente de &hile.

@. &ollor de >el', presidente de Arasil.

1!!1

Juerra del Jolfo4 una coalici'n internacional, contra Sadam %ussein.

!slovenia y &roacia se declaran independientes.

Jolpe de estado en Nusia. @racasa, pero Jorbachov decae. #eltsin presidente deNusia. Eesaparece la HNSS.

2sesinado Najiv Jandhi en la ndia.

Sangrienta guerra en Aosnia.

&umbre de >aastricht4 nace la Hni'n !uropea.

1!!2

Se separan voluntariamente la Nep3blica &heca y !slovaquia.

!l satélite &6A! descubre la radiaci'n de fondo del Hniverso.

Eramático referéndum francés sobre >aastricht.

Se derrumba el sistema monetario europeo. &onferencia de !dimburgo para salvar a!uropa.



1!!3

Aill &linton, presidente de !stados Hnidos.

#eltsin bombardea el parlamento e instaura un nuevo régimen en Nusia.

Juerra civil en Nuanda. >atanzas entre tutsis y hutus.

/elson >andela, primer presidente negro de Sudáfrica.

ntervenci'n de las /aciones Hnidas en Somalia.

2cuerdo árabeCisrael$ en 0alestina. !speranzas de paz.

>uere Aalduino de Aélgica. (e sucede su hermano 2lberto.

1!!4

Silvio Aerlusconi gana las elecciones en talia. Se habla de Segunda Nep3blica.

Neconocida la 2utoridad /acional 0alestina, dirigida por 2rafat.

!duardo @rei Nodr$guez ;agle, elegido presidente de &hile.

!rnesto Redillo en >é"ico. 2lzamiento campesinoCguerrillero en &hiapas.

Suecia, @inlandia y 2ustria, en la Hni'n !uropea.

0rimera guerra de &hechenia.

Se abre el t3nel del &anal de la >ancha.

1!!5

(os socialistas ganan en 0ortugal4 2ntonio Jutierres.

;ratado de Schengen4 se suprimen las aduanas en !uropa.

2sesinado saac Nabin jefe del gobierno de srael. (e sucede Simon 0eres.

2parece >ercosur, incipiente mercado com3n sudamericano.

&ae >itterrand tras 7? a5os de mandato. (e sucede I. &hirac.



2cuerdo de paz en Aosnia.

1!!

Aenjamin /etanyahu, conservador, nuevo l$der de srael.

#eltsin, elegido por votaci'n presidente de Nusia.

!l 0artido 0opular gana las elecciones en !spa5a. Jobierna I.>. 2znar.

(os talibanes ocupan Pabul e imponen la ley islámica en 2fganistán.

Juerra civil en Raire -que vuelve a llamarse &ongo. ;riunfa (aurent Pabila.

&linton, reelegido en !stados Hnidos.

/uevas matanzas en Nuanda. 2hora los tutsis, que gobiernan, contra los hutus.

1!!#

(os laboristas suben al poder en Jran Areta5a. Jobierna ;ony Alair.

!l socialista (ionel Iospin, primer ministro de @rancia -)cohabita* con &hirac.

;ermina la largu$sima era del 0N en >é"ico. /uevo presidente, Gicente @o".

2.A. Aajpajee, primer ministro de la ndia.

1!!"

Se funda el Aanco &entral !uropeo. 0rimer presidente, Fym Euisenberg.

!lecciones alemanas4 cae Pohl, después de 7B a5os de mandato. Jobierna elsocialdem'crata J. Schreder.

!stalla la )burbuja japonesa*.

&risis econ'mica en !"tremo 6riente.

Juerra de Posovo.

1!!!



;ermina la 3ltima guerra balcánica. 0roceso a >ilosevic.

!stados Hnidos entrega el canal de 0anamá.

Jolpe de estado en 0aMistán4 se hace con el poder 0ervez >usharraf.

@ernando de la N3a, presidente de 2rgentina. /uevo periodo de inestabilidad.

AoutefliMa presidente de 2rgelia4 al fin perspectivas de paz interior.

Nusia invade por segunda vez &hechenia.

>uere %assan de >arruecos. (e sucede >ohamed G.

>uere %ussein de Iordania. (e sucede 2bdalá .

%ugo &hávez, presidente de Genezuela.

2000

!l N2 se compromete a abandonar las armas en rlanda.

gualad$simas elecciones HS24 Jeorge F. Aush vence a 2l Jore.

Segunda ntifada en 0alestina.

Gladimir 0utin, nuevo presidente de Nusia.

Iuan 0ablo visita ;ierra Santa.

2001

2riel Sharon, nuevo jefe del gobierno israel$.

2lejandro ;oledo, elegido presidente de 0er3.

77CS4 hist'rico atentado del terrorismo islámico en /ueva #orM y Fashington.

Jrave crisis en 2rgentina4 cinco presidentes en pocos meses.

Juerra de 2fganistán. Eesaparece el régimen integrista de los talibanes.

2002



Se pone en circulaci'n el euro, moneda com3n de la Hni'n !uropea.

Jolpe contra &hávez en Genezuela, y contragolpe4 el presidente se mantiene.

Secuestro de un teatro ruso por terroristas chechenos. 7<B muertos.

Jigantesco incendio en 2ustralia4 quince d$as de peligro en varias ciudades.

2003

Juerra de raM. Sadam %ussein derrocado.

!pidemia del S2NS en 2sia 6riental.

!lecciones en 2rgentina. /uevo presidente, Pirschner.

!l verano más caluroso de los 3ltimos <:: a5os en !uropa.

&ada vez más graves incidentes en srael.

2004

Nevoluci'n en %ait$. Eerrocado 2ristide.

77C>. Jrave atentado islamista en >adrid.

!l 0S6! gana las elecciones en !spa5a.

!l 0arlamento !uropeo aprueba el ;ratado de la &onstituci'n !uropea.

Jeorge F. Aush, reelegido presidente HS2.

>uere #asser 2rafat.

;rágico maremoto en ndonesia.

2bu >azen, nuevo mis palestino.

2005

0rimeras elecciones democráticas en raM.

srael cede el territorio de Jaza a los palestinos



< abril. >uere el papa Iuan 0ablo . 78 abril. !legido papa el cardenal Natzinger.

>ayo. @rancia y d$as más tarde %olanda rechazan en votaci'n la &onstituci'n!uropea.

D julio. 2tentado islamista en el metro de (ondres. 2gosto.

!l huracán Patrina causa enormes da5os en la ciudad de /ueva 6rleáns.

Eiciembre. !vo >orales, elegido presidente de Aolivia.

200

>ichelle Aachelet, elegida presidenta de &hile.

/uri al.>aliMi, primer ministro de raM.

>ontenegro se hace independiente de Serbia @elipe &alder'n, presidente de >éjico.

Juerra en el sur del ($bano.

2lan Jarc$a, presidente de 0er3.

Iulio. @idel &astro delega provisionalmente el gobierno de &uba en su hermanoNa3l. (o hará de forma definitiva en <::B.

Shinzo 2be, primer ministro de Iap'n.

Aan Pi >oon, Secretario Jeneral de las /aciones Hnidas.

200#

Nafael &orrea, presidente de !cuador.

Jordon AroQn sustituye a ;ony Alair como primer ministro británico.

&ristina @ernández de Pitchner, presidenta de 2rgentina.

Aenazir Ahutto, prevista presidenta de 0aMistán, asesinada.

200"

Septiembre. Tuiebra de la compa5$a financiera (ehman Arothers. Se confirma la



crisis econ'mica mundial.

Se plantea una grave tensi'n en la franja de Jaza. Aombardeos israel$es.

/oviembre Jrave atentado terrorista en Aombay <:: muertos y casi 7::: heridos

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