Historia de La Escritura

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Thamyris, n. s. 2 (2011) 81-103 ISSN: 2254-1799 LA ESCRITURA DE LA LENGUA GRIEGA DESDE SUS PRIMEROS TESTIMONIOS HASTA LA DIFUSIÓN DEL LIBRO IMPRESO 1 HILARIO BAUTISTA RUIZ Universidad de Málaga [email protected] 1. Presentación La simple pretensión de ofrecer un repaso exhaustivo a la historia del alfabeto griego desde sus orígenes y precedentes más inmediatos, allá por los inicios del primer milenio a. C., hasta las distintas formas de escritura bajo las que se presenta en los siglos XV y XVI, una vez inventada ya la imprenta (mediados del s. XV), resulta de por sí una tarea que sobrepasa a todas luces el marco en que se mueve este trabajo. Nuestro objetivo, partiendo de dicha premisa, consistirá en presentar un esquema claro de las distintas fases por las que pasó la escritura en lengua griega. Arrancaremos para ello desde las fuentes orientales picto- gráficas y silábicas que dieron origen al alfabeto griego para pasar a conti- 1 Este trabajo se ha realizado en el marco del Proyecto de la Universidad de Málaga FFI 2009-12353, financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación de España. Resumen En este artículo realizamos un breve repaso al origen y antecedentes del sistema alfa- bético griego, para centrarnos a continuación en las características formales que pre- senta la escritura griega en cada una de sus etapas, comenzando por sus primeros testimonios en el siglo IV a.C. y acabando en el siglo XVI. Palabras clave Alfabeto griego, escritura griega, paleografía griega.

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  • Thamyris, n. s. 2 (2011) 81-103 ISSN: 2254-1799

    LA ESCRITURA DE LA LENGUA GRIEGA DESDE SUS PRIMEROS TESTIMONIOS

    HASTA LA DIFUSIN DEL LIBRO IMPRESO1

    HILARIO BAUTISTA RUIZ Universidad de Mlaga

    [email protected]

    1. Presentacin La simple pretensin de ofrecer un repaso exhaustivo a la historia del

    alfabeto griego desde sus orgenes y precedentes ms inmediatos, all por los inicios del primer milenio a. C., hasta las distintas formas de escritura bajo las que se presenta en los siglos XV y XVI, una vez inventada ya la imprenta (mediados del s. XV), resulta de por s una tarea que sobrepasa a todas luces el marco en que se mueve este trabajo.

    Nuestro objetivo, partiendo de dicha premisa, consistir en presentar un esquema claro de las distintas fases por las que pas la escritura en lengua griega. Arrancaremos para ello desde las fuentes orientales picto-grficas y silbicas que dieron origen al alfabeto griego para pasar a conti-

    1 Este trabajo se ha realizado en el marco del Proyecto de la Universidad de Mlaga FFI 2009-12353, financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovacin de Espaa.

    Resumen En este artculo realizamos un breve repaso al origen y antecedentes del sistema alfa-btico griego, para centrarnos a continuacin en las caractersticas formales que pre-senta la escritura griega en cada una de sus etapas, comenzando por sus primeros testimonios en el siglo IV a.C. y acabando en el siglo XVI.

    Palabras clave Alfabeto griego, escritura griega, paleografa griega.

    mailto:[email protected]

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    nuacin a los testimonios ms antiguos conservados en los que se utiliza ese nuevo conjunto de letras; una vez asentado su uso, analizaremos su evolucin a lo largo del tiempo, con especial atencin a las distintas escri-turas maysculas y minsculas (la difusin de estas ltimas no tuvo lugar hasta el siglo IX d. C.).

    2. Los primeros sistemas de escritura. Antecedentes del alfabeto griego

    La difusin de un sistema de escritura alfabtico supuso una enorme revolucin cultural para el ser humano, pues le dot de un instrumento prctico con el que poder dejar constancia escrita de las cosas, expresar sus ideas y comunicarse con sus congneres de una forma mucho ms sencilla de lo que lo vena haciendo hasta ese momento.

    Sin embargo, hasta llegar a la escritura alfabtica nos encontramos con otros sistemas de comunicacin escrita utilizados por el hombre desde finales del IV milenio a. C. A aquellos de mayor difusin y trascendencia dedicaremos unas breves palabras en los siguientes prrafos.

    As, nos encontramos en primer lugar con los jeroglficos, inventados por los egipcios, y el sistema cuneiforme, de amplio uso en Mesopotamia (sumerios, acadios o hititas lo utilizaron). En ambos casos, una serie de ideogramas y pictogramas en algunas escrituras cuneiformes estos lle-garon a rondar los 2000 representaban objetos y palabras, no realidades fonticas.

    Si avanzamos un poco ms en el tiempo (primera mitad del segundo milenio a. C.), vemos ya una fase ms evolucionada, en la que se emplea un sistema silbico: determinados signos representan ya no ideas sino realidades fonticas, en este caso slabas. De esta manera, nos encontramos silabarios como el proto-semtico, antecedente directo del fenicio, o los denominados Lineal A, an sin descifrar en su totalidad, y Lineal B2.

    2 La importancia de la documentacin escrita hallada en Creta desde principios del siglo XX es enorme. As, en las excavaciones que se iniciaron bajo la batuta de Sir Arthur Evans se hallaron restos de tres tipos de escritura. En orden cronolgico son los siguientes: en primer lugar, vemos restos de una escritura pictogrfica similar a la jeroglfica de los egipcios; a continuacin tenemos otra, denominada Lineal A, vinculada a la poca minoi-ca (ss. XVIII-XV), ciertamente evolucionada y con forma de silabario, an sin descifrar (cf. Disco de Festos, en L. Bonfante, J. Chadwick & otros, Leyendo el pasado. Antiguas escrituras del cuneiforme al alfabeto, Akal Grandes Temas, Madrid, 2003, 213-217); y por ltimo, la llamada Lineal B, tambin silbica y enclavada en el mundo micnico (ss. XIV-XIII), a la que pertenecen los primeros testimonios escritos descifrados en lengua griega. Cf. R. S.

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    El silabario cretense Lineal A es la lengua en que estaban escritos los distintos registros de la administracin de los palacios minoicos (aprox. 1700-1450 a. C.), aunque tampoco debemos dejar de pensar en cierta moti-vacin religiosa en su empleo3. Un nmero significativo de sus signos (ms de sesenta) fue tomado de la tradicin cultural antiguo-europea, y a ellos se les aadieron otros, autctonos cretenses, hasta completar un sila-bario difcil de analizar e interpretar. El misterio que ha rodeado a la cul-tura y la lengua jeroglfica y silbica cretenses ha ido poco a poco despe-jndose, sobre todo gracias al desciframiento del Lineal B, pero sigue sien-do una asignatura pendiente para historiadores y lingistas.

    Este silabario, el Lineal A, fue en efecto el nico sistema de escritura al que tuvieron acceso los micnicos cuando establecieron sus centros de poder tras la cada del mundo minoico. A partir de ah, la relacin entre ambos sistemas silbicos parece evidente: el Lineal B es el resultado de la adaptacin de los signos cretenses a la lengua griega micnica (como de-muestran las numerosas coincidencias grficas entre ambos sistemas ms de cincuenta), pero enriquecido posteriormente con elementos he-lnicos hasta adquirir su identidad propia.

    El Lineal B, pues, documentado entre los aos 1450 y 1250 a. C. tanto en Creta como en suelo continental griego (Tebas, Tirinto o Micenas), puede considerarse el sistema lingstico descifrado ms antiguo en len-gua griega.

    Las tablillas que han transmitido esta lengua, la inmensa mayora de ellas de contenido administrativo y en forma de listados, suponen, segn estamos viendo, el primer paso conducente hacia la lengua griega que ha-bra de aflorar unos quinientos aos ms tarde en su vertiente literaria y que alcanzara fama inmortal de inmediato gracias a sus composiciones picas.

    Con todo, debe quedar bien claro que este Lineal B4 sigue siendo un si-labario formado por unos noventa signos y que se ve completado por ideogramas y otros signos auxiliares. Nos encontramos an, pues, en una Stroud, El arte de escribir en la Grecia Antigua, en W. Senner (coord.), Los orgenes de la escritura, Siglo XXI Editores, Mxico, (1 edic. espaola, 1992, pgs. 99-113). 3 Cf. H. Haarmann, Historia universal de la escritura, Gredos Manuales, Madrid, (edic. es-paola, 2001), pgs. 86 ss. 4 En A. Bernab & E. Lujn, Introduccin al griego micnico. Gramtica, seleccin de textos y glosario, Ediciones del Departamento de Ciencias de la Antigedad, Monografas de Filo-loga Griega 18, Zaragoza, 2006, contamos con un completo manual sobre el griego mic-nico, que incluye un estudio previo exhaustivo, una gramtica completa, el compendio de los silabogramas, ideogramas y dems signos empleados, adems de una amplia selec-cin de textos sacados de las tablillas en Lineal B.

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    fase anterior a la de la escritura alfabtica, etapa que constituir aqu el objeto principal de nuestro anlisis.

    En efecto, la creacin de un sistema alfabtico, o lo que es lo mismo, de un conjunto reducido de signos que permite un empleo relativamente sen-cillo y con ello una comunicacin ms fluida que los incmodos y casi ina-barcables sistemas anteriores pictogrficos o silbicos, requiere su tiempo. As, por ejemplo, los primeros alfabetos conocidos constaban nicamente de consonantes, tal como puede apreciarse en el silabario o escritura de Biblos (inic. II milenio a. C.), an por descifrar en su totalidad, y que es sin duda uno de los testimonios fenicios ms antiguos conservados, a caballo todava entre el sistema silbico y el alfabtico-consonntico.

    Fueron los fenicios, junto a otros pueblos de la zona sirio-palestina, quienes desarrollaron por primera vez un embrin de lo que podramos llamar sistema de escritura alfabtico all por la primera mitad del segundo milenio a. C.5; de ello poseemos varios testimonios escritos, entre los que destaca el denominado fragmento de Abdo, datado en los siglos XVII-XVI a. C., como el ms antiguo de todos6. A partir de ah, la tradicin ha querido que el alfabeto fenicio sea el primero conocido en su totalidad, pero de ningn modo podemos olvidar la existencia de sistemas grficos paralelos en su entorno geogrfico; con todo, hablamos de l como el germen del resto de alfabetos.

    En cuanto a los orgenes de ese primer sistema alfabtico consonntico fenicio, la hiptesis ms aceptada es que no podemos mirar a una nica direccin ni mucho menos pensar en una creacin ex nihilo7. La zona en que se desarroll, Oriente Prximo, era ya un rea propicia para el comer-cio y los intercambios culturales y por esa va penetraban los sistemas gr-ficos usados en otras partes del mundo conocido.

    En efecto, las primeras escrituras consonnticas tomaron elementos procedentes de varios sistemas de escritura: el cuneiforme, el jeroglfico egipcio y los silabarios (el minoico Lineal A y el micnico Lineal B), aparte de ciertos signos grficos procedentes de otros alfabetos semticos, como la llamada escritura del Sina, de desarrollo contemporneo. Fruto de todo ello es un producto nico, que prescinde por primera vez de ideogramas y que 5 Cf. H. Haarmann, op. cit., pgs. 287 ss. 6 Junto a este, otros fragmentos a considerar son la inscripcin de Sapatba-al, perteneciente a los siglos XVI-XV, la esptula de Asdrbal, posiblemente del siglo XIV, o la inscripcin en el sarcfago del rey Ahiram, no anterior al siglo XIII a. C. Ya fuera de territorio fenicio, te-nemos la estela de Mea, fechada en el ao 842 a. C., escrita en una lengua, la moabita, muy cercana al fenicio. 7 I. J. Gelb, Historia de la escritura. Alianza Universidad, Madrid, (1 edic. espaola, 1985), pgs. 217 ss.

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    ofrece como principal novedad una brutal disminucin del nmero de caracteres.

    3. El alfabeto griego. Primeros testimonios

    En nuestro recorrido por el mundo griego nos habamos quedado en la poca de dominio de los palacios micnicos, que utilizaban su escritura silbica Lineal B esencialmente con fines de contabilidad y registro. Pues bien, ese mundo micnico llegar a su fin aproximadamente en el ao 1200 a. C., tal como lo haba hecho con anterioridad el perodo minoico en torno al 1380 (fecha tomada por ser la de la destruccin del palacio cretense de Cnosos).

    Ocurre entonces que a partir de ese siglo XII el mundo griego da un gi-ro radical, coincidiendo con la invasin de los dorios, pueblo eminente-mente guerrero y con nula dedicacin a cualquier forma de expresin ar-tstica, incluida la prctica de la escritura. As las cosas, posiblemente por no haber sobrepasado el mbito de influencia ms all de la vida palacie-ga, desaparece de suelo heleno todo rastro escrito hasta que, casi de im-proviso, nos topamos a mediados del siglo VII a. C. con un alto nmero de testimonios de un floreciente y asentado sistema alfabtico griego. Los prximos prrafos intentarn trazar las lneas generales del proceso me-diante el cual los griegos adquirieron ese alfabeto, inmersos como estaban en plena Edad Oscura.

    A la luz de los mltiples estudios realizados8 parece evidente que los orgenes del alfabeto griego se hallan en ese alfabeto consonntico fenicio de tan variadas influencias que mencionamos unos prrafos atrs. En este sentido, las propias fuentes griegas suelen referirse a los fenicios como los creadores o, en todo caso, transmisores primeros de las letras entre los griegos9.

    8 Cf. A. Bourguignon, Les origines de l alphabet grec: status quaestionis, Les tudes Clasiques, 78 (2010) 97-133. Este artculo de reciente aparicin ofrece un completo repaso a las investigaciones sobre el origen del alfabeto griego realizadas en las dos ltimas dca-das, en las que se intenta dar respuesta a los puntos ms controvertidos que han rodeado la cuestin: el verdadero modelo del que surgi el alfabeto griego, el lugar exacto y la poca en que sucedi este hecho (con la discusin sobre los llamados siglos oscuros de fondo), la motivacin (comercial, administrativa o literaria) que llev al pueblo heleno a adoptar este sistema de escritura, los grupos sociales que tuvieron acceso a l, las aporta-ciones reales de los griegos sobre el modelo utilizado o, por fin, la autora nica o colecti-va del alfabeto griego. 9 As, Herdoto (Hist. V, 58 & 59) llama letras fenicias ( ) o cadmeas ( ) a las letras griegas. Otros autores clsicos, como Platn (Fedro, 274d-

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    Empecemos por situar cronolgicamente la cuestin. As, podemos afirmar que ya a mediados del siglo VIII a. C. el empleo del sistema alfab-tico se haba consolidado, yendo ms all de sus posibles primeros moti-vos comerciales10. Algo ms de un siglo antes de esa fecha, sin embargo, ha sido datada una inscripcin hallada en Creta11, cerca de Cnosos, escrita de derecha a izquierda en un alfabeto griego muy cercano al alfabeto feni-cio. Esta escritura cretense, as pues, puede ser considerada la primera escritura griega alfabtica por delante del famoso vaso del Dipiln de Atenas (datado en el 720 a. C.) o de la inscripcin rupestre de Tera (s. VII a. C.), es-crita en bustrfedon, es decir, combinando lneas de derecha a izquierda y de izquierda a derecha.

    Por otro lado, todos estos testimonios regionales que irn apareciendo hasta aproximadamente el siglo V a. C. muestran diferencias significativas entre s, seal inequvoca de la etapa decisiva que estamos viviendo: la adaptacin del alfabeto fenicio al griego, que aparecer consolidado y bajo su forma definitiva ya en plena poca clsica12.

    275b), Tcito (Anales, XI 14) o Diodoro Sculo (Biblioteca Histrica, III, 67.1) sealan del mismo modo a Egipto como origen de la escritura. 10 El profesor Cavallo habla en un artculo relativamente reciente (Cf. G. Cavallo, La alfabetizacin en Grecia y Roma, en A. Castillo Gmez, (coord.), Historia de la cultura escrita. Del prximo Oriente Antiguo a la sociedad informatizada, Ediciones Trea, Gijn, 2002, pgs. 69-112, pg. 73) de los usos de la escritura en Grecia hasta el siglo VI a.C.; as, reco-noce un empleo epigrfico pblico y privado del mismo modo que la labor de fijar y conservar los textos de alta cultura. Vase tambin J. Signes Codoer, Escritura y literatura en la Grecia arcaica, Akal Ediciones, Madrid, 2004, pgs. 42-65; Nuevas perspectivas en el estudio de los orgenes de la escritura en la Grecia Arcaica (Siglos IX-VIII a. C.), en G. Carrasco Serrano & J. C. Oliva Mompen (coord.), El Mediterrneo antiguo: lenguas y escri-turas, Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha, Cuenca, 2010, pgs. 247-314, pgs. 254 ss.; F. R. Adrados, Historia de la lengua griega, Gredos, Madrid, 1999, pgs. 67 ss. 11 La isla de Creta, debido a su situacin geogrfica, fue siempre un punto clave para el intercambio cultural entre los distintos pueblos que la utilizaron con fines comerciales. As, fue all donde se conoci por primera vez el alfabeto de los fenicios y desde donde este, seguramente, viaj a suelo continental griego. Adems de ese sistema alfabtico de escritura, los cretenses adoptaron la direccin de sta, de derecha a izquierda, propia de las lenguas semticas y que se mantuvo hasta el siglo V a. C. (en el continente, por su parte, ya desde el siglo VII comenz a escribirse tal como hacemos hoy, de izquierda a derecha). Cf. H. Haarmann, op. cit., pgs. 303 ss. 12 En concreto, fue en Atenas en el ao 403 a. C. cuando se produjo su normalizacin para facilitar de esta manera las tareas administrativas; a partir de entonces seran 24 las letras de lo que hoy conocemos como el alfabeto griego clsico. Pese a este intento, la norma no fue seguida a rajatabla en todas las regiones griegas y durante algn tiempo siguieron

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    Dentro de ese proceso, sin duda alguna, la gran aportacin del alfabeto griego fue la consignacin de las vocales, hecho que lo convirti en un instrumento con unas posibilidades infinitas para la comunicacin y po-tenci su posterior influencia en los sistemas de escritura de otros pueblos, entre ellos el latino. Estas vocales, ha de ser reseado, aparecen ya direc-tamente en las primeras variantes alfabticas regionales sealadas, mues-tra de la necesidad que los griegos apreciaron de adaptar a su lengua un sistema, el fenicio, carente de sonidos voclicos definidos.

    As pues, el alfabeto griego qued configurado con sus 24 caracteres de la siguiente forma: once letras fueron tomadas directamente del alfabe-to fenicio (en griego , , , , , , , , , , ); por otro lado, se crearon las cinco vocales breves (, , , , ) ocupando el lugar de las semiconsonan-tes fenicias y se aadieron con posterioridad las grafas de las vocales largas (, ); otras tres letras (, , ), por su parte, tienen su origen en transferencias de signos fenicios a sonidos griegos; ya por ltimo, se in-trodujeron tres signos (, , ) que no existan en el alfabeto fenicio13.

    A partir de ah, la lengua y el alfabeto griegos comenzaron un camino imparable que propici el desarrollo cultural ms importante conocido hasta la fecha en Occidente. Adems, el sistema alfabtico griego, ya ple-namente asentado, se extendi en cadena a otros pueblos de Italia, Asia Menor, Egipto y, en el siglo IX d. C., al mundo eslavo; estas culturas crea-ron sus propios alfabetos partiendo del griego: el latino, el copto, el cirli-co, Un comentario especial en esta sucesin merece Roma, quien, tras recibir el sistema de escritura griego a travs de sus vecinos etruscos, se encarg de adaptarlo hasta crear el suyo propio, el alfabeto latino, poste-riormente difundido por multitud de pases y continentes gracias al pode-roso proceso de romanizacin que vivieron los territorios por ella conquis-tados.

    4. La evolucin de la escritura griega hasta la aparicin de los primeros testimonios manuscritos

    Desde el momento en que qued normalizado, como vimos, el uso es-crito de lo que hoy conocemos como alfabeto griego clsico a finales del siglo V a. C., son innumerables los testimonios que han llegado hasta no-sotros. De igual manera, variados son tambin los soportes (epigrficos,

    emplendose grafas alejadas del canon establecido. Cf. A. Gaur, A., Historia de la escritu-ra, Fundacin Germn Snchez Ruiprez, Madrid, (traduc. espaola, 1990), pgs. 139 ss. 13 Sobre la conformacin del alfabeto griego a partir de su matriz fenicia, cf. L Bonfante, J. Chadwick, & Otros, op. cit., pgs. 288-292. Cf. tambin A.-Marie Christin (dir.), Histoire de lcriture. De lidogramme au multimedia, Flammarion, Paris, 2001, pgs. 232 ss.

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    manuscritos, papirceos,) en que aquellos aparecen, as como las formas que presentan las letras griegas en cada uno de ellos.

    De inicio, debe quedar claro que el alfabeto griego comenz teniendo nicamente letras maysculas. Tanto es as que no es hasta el siglo VII d. C. cuando, en la lengua corriente o intercaladas entre maysculas cursivas en los papiros, nos encontramos con las grafas de las letras minsculas. Algo ms, concretamente hasta mediados del s. IX, deberemos esperar para verlas ya en los cdices manuscritos.

    En un intento por acotar nuestro campo de estudio una vez llegados a este punto, hemos optado por pasar revista nicamente a los tipos de letra que aparecen en los cdices griegos, siendo plenamente conscientes del enorme sesgo que aplicamos a nuestro trabajo. Es ms, incluso despus de haber delimitado nuestras miras a este campo concreto, nos veremos obli-gados de nuevo a simplificar nuestra presentacin, rehuyendo profundi-zar en muchas cuestiones, algunas de ellas an sometidas a debate, pro-pias de la materia: dataciones, identificacin de manos o individuacin de escrituras.

    As pues, nuestro objetivo ser presentar, acompaados de sus caracte-rsticas paleogrficas ms significativas, los tipos de escritura manuscrita griega, identificados como tales, ms importantes, tanto en mayscula como en minscula, hasta la llegada de la imprenta a mediados del siglo XV. Con ello esperamos ofrecer una visin general lo suficientemente es-clarecedora sobre el tema, dejando abiertas las puertas en todo momento a futuros estudios ms exhaustivos y, sobre todo, buscando la complicidad y curiosidad del lector sobre estas cuestiones, no todo lo presentes que quizs debieran en los estudios sobre filologa griega realizados en nuestro pas.

    As las cosas, puesto que no existen cdices conservados que puedan ser fechados antes del siglo IV d. C., debemos hacer siquiera una mnima alusin a los datos que poseemos sobre la escritura griega durante todos esos largos siglos que arrancan en la poca clsica ateniense. En ese senti-do, las principales fuentes son la epigrfica, por un lado, y la papircea, que es la que ms nos interesa por su cercana a la tradicin manuscrita, por otro.

    En cuanto a las fuentes epigrficas, de enorme importancia desde el punto de vista sociolgico o lingstico, su propia condicin heterognea dificulta sobremanera un estudio de conjunto. En lo que respecta a la in-formacin que aportan al estudio de la evolucin de la caligrafa del grie-go, nos quedamos con la rigidez y uniformidad que caracterizan este tipo de textos, cuyas letras rara vez sobresalen de la caja de escritura preesta-blecida en cada contexto; tal es el caso de los textos en lpidas y estatuas o

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    el de los decretos oficiales, cuya tipologa se ver reflejada en la escritura documental y libraria. A un lado debemos dejar, por ltimo, los grafitis y dems inscripciones de origen privado, cuyas formas pueden ser, en con-secuencia, de lo ms variopinto.

    La cuestin de la escritura en los papiros griegos, por su parte, ha sido recientemente tratada por G. Cavallo14, en una obra que ofrece un amplio anlisis sobre la cuestin acompaado del correspondiente repertorio de imgenes. As, sabemos que no existen testimonios papirceos datados hasta la segunda mitad del siglo IV y los inicios del siglo III a. C.15 En esos primeros documentos se aprecia una escritura que anticipa algunas, no muchas, caractersticas propias de la escritura posterior, con ciertos atisbos ya de inclinacin hacia la derecha y un ductus o forma de trazar las letras algo ms veloz que en la escritura epigrfica.

    En lo que respecta a los papiros literarios, por su parte, el P. Berlin. 9875 (fin. IV a. C.), que contiene el texto de Los Persas, obra dramtica de Timoteo de Mileto (447-357 ca.), est considerado el testimonio papirolgi-co literario griego ms antiguo conservado, adems de un fiel espejo de la escritura propia de las inscripciones de la poca. Junto a l tampoco po-demos olvidar el P. Derveni, de contenido rfico, que debi ser escrito en torno al 340-320 a. C., o el P. G. 1 Bibl. Nac. Viena, que contiene la llamada imprecacin de Artemisa.

    La conclusin general que alcanzamos a extraer de estos primeros tes-timonios es que an no podemos hablar de escrituras tipificadas (en todo caso, de estilo de las inscripciones o modelos epigrficos, segn apunta Ca-nart)16.

    Conforme avanzan los siglos, sin embargo, la escritura libraria va ad-quiriendo formas propias, ciertamente diferentes a las de la escritura do-cumental y, sobre todo, alejadas de los rgidos modelos epigrficos que hasta el momento casi haba reproducido. As, en los ltimos siglos antes de Cristo pueden observarse distintas caligrafas que superan ya la uni-formidad anterior; de esta manera, algunos escribas utilizan grafas re-dondas u ovales casi inexistentes hasta la fecha, as como contrastes entre las formas y el espesor de las letras (pudindose distinguir entre le-tras largas y estrechas) o incluso ornamentos como los pices, de uso muy extendido en la poca y elemento que otorga una sea de identidad propia al texto rico en ellos. 14 Cf. G. Cavallo, La scrittura greca e latina dei papiri. Una introduzione, Fabrizio Serra Edito-re, Pisa-Roma, 2008. 15 En concreto, el papiro griego datado ms antiguo conservado es el P. Eleph. 1, del ao 310 a. C. 16 Cf. P. Canart, Lezioni di paleografa e di codicologia greca, Citt del Vaticano, 1980, pg. 9.

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    Podemos hablar incluso, en los siglos I a. C. y I d. C., de la existencia de un estilo relativamente bien definido, denominado psilon theta17, mar-cado por la ligadura de estas dos letras o el empleo de pices, aunque no muy marcados. Una vez desaparecido este estilo, los primeros tres siglos de nuestra era muestran escrituras difcilmente reducibles a una tipifica-cin, siendo un elemento muy extendido la presencia, ya comentada, de numerosos pices as como de unas letras que tienden a presentar un as-pecto redondo.

    Antes de desembarcar en el terreno de las maysculas presentes en los cdices manuscritos a partir del siglo IV d. C., simplemente nos queda por resear la llamada mayscula baquildea18, posible anticipo de la posterior ojival y sin duda la escritura ms tpica de esta poca (s. II-III d. C.). Entre sus caractersticas destacamos el contraste entre letras anchas y estrechas, una escritura vertical o ligeramente inclinada a la derecha, una micron muy pequea y suspendida, o la ausencia total de pices ornamentales.

    5. El griego en la tradicin manuscrita. La escritura mayscula y sus ti-pos ms extendidos

    De esta forma llegamos por fin al anlisis de la mayscula de la tradi-cin manuscrita griega, en la que suelen distinguirse hasta cinco tipos dis-tintos19: bblica, redonda o romana, copta o alejandrina, ojival o eslava y litrgica. De cada una de ella, al igual que ofreceremos con las escrituras en minscula, haremos un breve comentario de sus caractersticas ms relevantes, remitiendo al lector al testimonio o testimonios manuscritos donde el canon en cuestin puede contemplarse en plenitud.

    5.1. Mayscula redonda o uncial romana20

    Se trata de una escritura redonda, caligrfica y refinada, propia de li-bros de lujo, en la que destacan, junto a la ausencia casi total de claroscuro o contraste en el grosor de los trazos, la psi y la my como las nicas letras que se salen de un perfecto sistema lineal de escritura, adems de una psi-

    17 Cf. P. Oxy. XXXI 2545, del siglo I a. C., que conserva textos del cmico Aristfanes. 18 Cf. P. Brit. Mus. 733, que contiene los epinicios de Baqulides, de donde toma su nom-bre. 19 Cf. P. Canart, Lezioni di paleografa, pgs. 13 ss. y A. Bravo Garca, La Paleografa griega hoy, en A. Martnez Dez, Actualizacin cientfica en Filologa Griega, Editorial de la Uni-versidad Complutense, Madrid, 1984, pgs. 1-64, en pgs. 4-13. 20 Cf. Ms. Bodl. Gr. Clas. A.1, de mediados del siglo II d. C., ms conocido como el Home-ro de Hawara.

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    lon semicircular a imagen de la sigma. Ejemplos de esta escritura estn documentados desde mediados del siglo I d. C. hasta finales del II e inicios del III d. C.

    5.2. Mayscula bblica21

    Claramente vinculada al triunfo definitivo del cristianismo, este tipo de letra fue la ms utilizada desde mediados del siglo III d. C., poca en que se sistematiz, hasta la primera mitad del s. VI, siendo su etapa de mayor esplendor el siglo IV, con la proliferacin de cdices de la Biblia. No obstante, encontramos sus primeros rastros ya a finales del s. II d. C. e incluso hay manuscritos que la contienen en las primeras dcadas del s. IX. En esta etapa final se aprecian variantes, ligadas tanto a ambientes geogrficos y culturales distintos (Egipto, Siria, Constantinopla, Europa Occidental,) como a la progresiva evolucin del canon (sobre todo, una mayor presencia de ornamentos y elementos decorativos).

    Se trata de una escritura cuadrada, muy sobria y de aspecto simplista, con formas rgidas, casi epigrficas, sin ornamentos y sin claroscuro. De su sistema bilineal apenas se salen algunas letras, como la phi, la rho o la psi. Destacan la alfa, con su primer trazo vertical recostado que casi impide ver el trazo horizontal intermedio, o la omega, de formas mucho ms redondas que las dems letras.

    5.3. Mayscula alejandrina o uncial copta22

    Llamada as respectivamente por G. Cavallo, que la vincula con el am-biente alejandrino, y por J. Irigoin, que resalta su aparicin en manuscritos greco-coptos, esta escritura, de la que encontramos sus primeros testimo-nios en algunos papiros de los siglos II-III d. C., qued sistematizada en poca ms tarda (en torno al V-VI d. C.) y pervivi hasta el s. X, siendo especialmente usada en Egipto; una vez difundida la escritura minscula, sirvi de mayscula distintiva en ttulos o escolios.

    21 Cf. Vat. Gr. 1209, Londinensis Addit. 43725 o el papiro Vindob. G. 29816 b. Esta escritura fue estudiada en profundidad por el profesor Cavallo (cf. G. Cavallo, Ricerche sulla maius-cola biblica, Studi e Testi di Papirologia, Florencia, 1967). Es a partir de esa obra cuando se extendi la denominacin de maysculas para estas letras frente a los trminos capital (usado por E.G. Turner) o el an ms frecuente uncial, comnmente empleado por otros estudiosos como J. Irigoin o N.G. Wilson. El investigador italiano persegua, entre otras cosas, evitar la confusin con la terminologa empleada en paleografa latina. 22 Cf. Vat. Gr. 2125.

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    En cuanto a sus rasgos ms significativos, destaca por su verticalidad y por la presencia generalizada de trazos redondeados (cf. alfa, my, ypsilon), destacando unas enormes phi, psi y omega. Otras letras, por el contrario, aparecen casi cerradas, como la micron, psilon o sigma. Profundizando en su anlisis, suelen distinguirse dos subtipos, uno sin contraste (todas las letras se inscriben en un mdulo cuadrado) y otro con contraste (gran dife-rencia entre unas letras ovales y otras ms alargadas). Del mismo modo, se han analizado las diferencias entre los manuscritos griegos y los greco-coptos, habindose sealado sobre todo una mayor presencia del tipo con contraste en los primeros.

    5.4. Mayscula ojival o eslava23

    Con orgenes en escrituras presentes en papiros a caballo entre el s. II y el III d. C., este tipo de letra, ligeramente inclinada a la derecha, tuvo su momento de mxima perfeccin en torno al siglo V. A partir de ese mo-mento, va convirtindose en una escritura cada vez ms artificial24, si bien desde el s. VII una variante suya carente de su caracterstica inclinacin (posiblemente por influencia de la mayscula bblica), llamada ojival dere-cha25, consigue gran difusin hasta el punto de permanecer en uso, de forma paralela a su matriz inclinada, hasta los primeros aos del segundo milenio despus de Cristo.

    Este canon presenta letras con formas largas (my, ny, pi, phi, omega) frente a otras ovoidales que a menudo sobresalen de su caja de escritura, tanto hacia arriba como hacia abajo (vid. rho, phi, ji, ypsilon) y en las que podemos ver ya muchos pices ornamentales, especialmente adornando las terminaciones de la tau, tanto ms numerosos cuanto ms tardo sea el documento y ms lejos se encuentre de la original escritura inclinada.

    5.5. Mayscula litrgica26

    Este ltimo canon surge en los siglos VII-VIII directamente a partir de la mayscula bblica (la omega, por ejemplo, es exactamente la misma), en una poca en la que esta comenzaba a entrar en un desuso paulatino, pero

    23 Cf. Vat. Gr. 2066. 24 En los siglos VIII y IX se han individuado varios subtipos tardos de mayscula ojival, atendiendo sobre todo a razones geogrficas: sirio-palestino (cf. Vat. Gr. 2200), occidental (cf. Vat. Gr. 2627 & Vat. Gr. 2059) o constantinopolitano (cf. Paris. Gr. 510). 25 Cf. E. Crisci, La maiuscola ogivale diritta. Origine, tipologie, dislocacin, Scrittura e civilt, 9 (1985) 103-145. 26 Cf. Barb. Gr. 336 & Vat. Gr. 355.

  • 93 La escritura de la lengua griega

    tambin con influencias de la mayscula ojival derecha. Por todo ello de-bemos esperar al siglo X para verla perfectamente constituida.

    Se trata, pues, de una escritura artificial que alterna letras redondas en mdulo cuadrado (ny, micron, sigma) frente a otras insertas claramente en un mdulo rectangular (rho, eta, dseta). Su uso litrgico le imprime un tono solemne e hiertico, en consonancia con su creacin como respuesta al deseo de mantener las formas tradicionales que comenzaban a escasear.

    Una vez analizados los cinco tipos de escritura mayscula tipificados, debemos trazar siquiera de manera sucinta la evolucin sufrida por estos cnones hasta la imposicin final de la letra minscula, incluso su coexis-tencia con esta a partir del siglo IX d. C.27

    Fue precisamente en esa poca cuando desaparece la mayscula bblica, sin duda uno de los cnones ms exitosos. Como hemos comentado, su sucesora, la litrgica, se encarg de ocupar su lugar en los cdices bblico-litrgicos que siguieron escribindose a partir de ese momento. Por su lado, las dos variantes de la mayscula ojival (inclinada y derecha), tambin lograron sobrevivir al nacimiento de la minscula, siendo utilizadas en puntos geogrficos alejados entre s como Constantinopla, el sur de Italia, Palestina o Asia Menor.

    Con todo, sin duda fue la mayscula alejandrina la que ms tiempo per-dur, asumiendo el principal rol destinado a la escritura mayscula a par-tir del siglo IX: el de letra distintiva, principalmente en ttulos o escolios dentro de unos cdices escritos ya en minscula, como aquellos en Perlsch-rift del siglo X de los que ms adelante nos ocuparemos. Por ltimo, fue-ron tipificados otros dos tipos de maysculas distintivas28: la epigrfica, pare-cida a la letra de las inscripciones griegas tardas, y la constantinopolitana, claramente influida por la mayscula bblica.

    As pues, como estamos diciendo, a partir del siglo IX asistimos al na-cimiento y posterior imposicin de la escritura minscula, que acabar presentndose bajo mltiples formas, muchas de ellas tipificadas. A estas cuestiones dedicaremos esta ltima parte de nuestro trabajo.

    27 Cf. G. Cavallo, Funzione e struttura della maiuscola greca tra i secoli VIII-XI, en La palographie grecque et byzantine, ditions du CNRS, Pars, 1977, pgs. 95-137. 28 Cf. G. Hunger., Minuskel und Auszeichnungsschriften im 10.-12 Jahrhundert, en La palographie grecque et byzantine, ditions du CNRS, Pars, 1977, pgs. 201-220.

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    6. La escritura minscula. Orgenes, popularizacin y escrituras tipifica-das29

    Existe un consenso general a la hora de afirmar que la letra griega mi-nscula procede de la escritura mayscula cursiva de los papiros docu-mentales griegos tardos. A partir de ah, el profesor Cavallo aadi la idea, por lo comn tambin aceptada, de la minscula como una mezcla de la escritura cursiva latina y la mayscula griega documental de las can-cilleras en poca tarda (siglo IV d. C. en adelante).

    Desde ese momento, pues, fueron tomando forma las equivalentes mi-nsculas de las veinticuatro letras maysculas del alfabeto griego en un proceso que, sin duda, no fue flor de un da. De hecho, no es sino en el siglo VII cuando advertimos por primera vez la presencia de minsculas griegas aisladas dentro de manuscritos en mayscula30. Con todo, debe-remos esperar un par de siglos ms para encontrarnos el cdice griego datado ms antiguo escrito en minscula, el famoso Evangelio Uspensky (Ms. Leninopolit. Gr. 219), del ao 835.

    A partir de ah, la nueva grafa se extendi de un modo gradual hasta llegar a imponerse por completo. Se trataba, eso s, de un invento para cultos al que no todos tenan acceso, pero que cumpla con varias premisas claves para su xito: ofreca la posibilidad de ser escrita con mayor rapidez al adaptarse mejor a la tendencia natural de la escritura y, sobre todo, pro-vocaba ahorro de espacio y, consecuentemente, de material escriptorio, al ocupar mucho menos espacio que la mayscula. Pero sin duda alguna el hecho que otorg a la minscula el espaldarazo definitivo fue el proceso de transliteracin (), por el cual una gran seleccin de cdices en mayscula fue pasada a minscula, acontecimiento por otra parte decisivo en la historia de la transmisin textual griega.

    As las cosas, con la difusin de la minscula nos encontramos con una gran variedad de escrituras, por supuesto no todas ellas tipificadas. En las siguientes pginas realizaremos un conciso recorrido por las ms extendi-das, significativas y marcadas. Seguiremos para ello las lneas generales

    29 Cf. P. Canart, Lezioni di paleografia, 19 ss., donde se presentan de manera sinttica las principales caractersticas formales de la nueva escritura minscula griega, adems de realizar un breve recorrido histrico por sus orgenes y testimonios manuscritos, aa-diendo por ltimo las distintas propuestas de periodizacin de sus escrituras ms co-mnmente admitidas. 30 Cf. Vat. Gr. 2061.

  • 95 La escritura de la lengua griega

    marcadas en la clasificacin temporal propuesta por E. Follieri31 y seguida, entre otros, por A. Bravo Garca32.

    6.1. Minsculas desde el siglo IX hasta el ao 915

    Encontramos en esta primera etapa unas letras de trazado rgido, lige-ramente inclinadas a la izquierda y con escasa presencia de maysculas intercaladas entre las minsculas, seal de la imposicin efectiva de la nueva grafa. Suelen distinguirse aqu seis escrituras bien tipificadas.

    En primer lugar tenemos la minscula redonda o tipo Nicols33, llamada as por su copista, Nicols Estudita, autor del antes citado Evangelio Us-pensky. Se trata de una escritura en mdulo pequeo o medio, ligeramente inclinada a la izquierda y con presencia de algunas ligaduras (alfa + tau + vocal; alfa + vocal; psilon + ny). Como rasgo caracterstico de su poca, man-tiene la casi total ausencia de maysculas, con la excepcin de los ttulos.

    Otra escritura tipificada es la denominada minscula oblonga, estudita o tipo Eustacio34, de mdulo ms grande que la redonda, tambin inclinada a la izquierda, y con una ny de trazo angular muy caracterstica. Recibe sus nombres por ser tpica del monasterio constantinopolitano de Estudios (si bien no fue nicamente usada all) o a partir de Eustacio, uno de los copis-tas que mejor la utiliz.

    Un tercer tipo, derivado del anterior, es la minscula llamada tipo Anastasio35, localizada en algunos manuscritos, casi todos procedentes de la Italia meridional, y que situamos entre los siglos IX y X. Se trata de una exageracin en sus caracteres del tipo Eustacio sin demasiados rasgos pro-pios con la excepcin, quizs, de unas beta, kappa, my y ny insertas en la estrechez de unos marcados trazos paralelos.

    Muy bien reconocible aparece, por su parte, la minscula tipo coleccin filosfica36, presente en un grupo de manuscritos con dicho contenido te-mtico37. En ella distinguimos unos signos diacrticos alargados que no vemos en otros cdices, aunque su principal caracterstica es la presencia de una especie de pices terminales en algunas letras (kappa, tau, pi o my), 31 Cf. E. Follieri, E., La minuscola libraria dei secoli IX e X, La palographie grecque et byzantine, ditions du CNRS, Paris, 1977, pgs. 139-165. 32 Cf. A. Bravo Garca, loc. cit. 33 Cf. Leninopolit. Gr. 219, Vat. Gr. 2079 u Ottob. Gr. 86. 34 Cf. Meteora Metamorphosis 591, Mosquensis 184 & 117, Vat. Gr. 503, 1660 & 1669. 35 Cf. Paris. Gr. 1470, 1476 & 1990 u Ottob. Gr. 85. 36 Cf. L. Perria, Scrittura e ornamentazione nei codici della collezione filosofica, Rivista di studi bizantini e neoellenici, 28 (1991) 45-111. 37 Cf. Marc. Gr. 246, Vat. Gr. 2197 o Vat. Gr. 2249.

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  • HILARIO BAUTISTA RUIZ 96

    que anticipan en cierta manera el posteriormente siglo X muy exten-dido tipo Boulete.

    Letra de mdulo pequeo y con cierta inclinacin a la derecha, al con-trario que sus coetneas, es el quinto tipo de estas primeras escrituras mi-nsculas, llamado precisamente tipo cursivizante38 a partir de tal rasgo dis-tintivo.

    Por fin, como sexto y ltimo tipo de este primer grupo debemos men-cionar la minscula cuadrada39, letra caligrfica y relativamente elegante que presenta un notable equilibrio entre su altura y su anchura. Recibe su denominacin del trazo inferior cuadrado perfectamente visible en algu-nas letras (my, ny, kappa, alfa o ypsilon).

    6.2. Minsculas del siglo X

    Algo posteriores en el tiempo, un segundo grupo de escrituras cubre el siglo X casi en su totalidad, mostrndose ms evolucionadas que las pre-cedentes y con mayor presencia de letras maysculas. En cuanto a su as-pecto formal, observamos desde unas escrituras reposadas y caligrficas tipo Boulete o Perlschrift hasta otras cursivas y rpidas (Baanes o Efrn).

    En efecto, la escritura Boulete (llamada as con bolitas, por J. Irigoin40)41, propia de manuscritos de lujo, destaca en lneas generales por su verticalidad, la ausencia de claroscuro, la amplitud del interlineado empleado y su caja cuadrada de escritura. Muestra adems unas astas no demasiado pronunciadas en letras como la my, la ny o la phi, y resulta es-pecialmente llamativa por los pices o bolitas presentes en las aristas de sus trazos, de las que recibe su nombre.

    Igualmente simtrica y estilizada, de eje vertical y con formas agrada-bles que resultan bastante legibles, tenemos la minscula Perlschrift o perla-da42, cuyos primeros testimonios remontan a finales del siglo X. La mayo-ra de sus formas son angulares, con escasos trazos rectos, destacando en ella sus pequeos acentos graves y agudos, en contraste con los alargados circunflejos, la presencia repetida de iotas adscritas o, ya entre las grafas, una omega formada por la unin de dos micron engarzadas, una pi igual a

    38 Cf. Vat. Gr. 99 o Vindob. Phil. Gr. 314 (ao 925). 39 Cf. Paris. Gr. 2951, Urbin. Gr. 35 o Palat. Gr. 220 & 75. 40 Cf. J. Irigoin, Une criture du Xe sicle: la minuscule boulete, en La palographie Grecque et Byzantine, ditions du CNRS, Pars, 1977, pgs. 191-199. 41 Cf. Ottob. Gr. 14, Urb. Gr. 15 o Matrit. 4595 & 4596. 42 Cf. Vat. Gr. 2155 (ao 981) o Palat. Gr. 318.

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  • 97 La escritura de la lengua griega

    dicha omega pero con un trazo horizontal encima, o una alfa formada a partir de una micron ms un trazo vertical adjunto.

    Completamente opuestas a estas dos escrituras observamos en este si-glo otras mucho ms rpidas, de aspecto menos cuidado y ricas en ligadu-ras, lo que las convierte en mucho menos legibles que las anteriores.

    Entre ellas destacamos dos bien tipificadas. Por un lado, el tipo Baanes43 (nombre de un copista que trabaj para Aretas, discpulo del patriarca Focio), caracterizado por ser una escritura rpida as como poco reposada y seria, y reconocible por el largusimo primer trazo de la my, visiblemente inclinado a la izquierda, o la bolita tipo Boulete que remata muchas de sus letras, como la rho o la tau. Por otro lado, por fin, tenemos la minscula tipo Efrn44, bastante parecida a la anterior, considerada por muchos como la predecesora de la antes vista Perlschrift. Destacamos de ella la presencia de iotas adscritas o la creacin de una ligadura, la de la pi con su letra si-guiente, que goz de gran xito en las dcadas posteriores.

    6.3. Minsculas talo-griegas

    Suele considerarse como un grupo de escrituras independiente el for-mado por aquellas que, a partir del siglo X, localizamos en los manuscritos hallados en la Italia meridional. Hacemos, pues, un inciso en la tradicional clasificacin cronolgica de las escrituras griegas al unir bajo un mismo epgrafe este importante, variado y extenso en el tiempo grupo de testi-monios.

    As, dentro de estas escrituras no podemos dejar de mencionar algunas bien tipificadas y estudiadas. Entre ellas se encuentra la minscula de la llamada escuela niliana45 (a partir de su copista, Nilo de Rossano, fundador de la abada de Grottaferrata), tipo que situamos entre los siglos X y XI. Escrita en mdulo pequeo-medio, presenta una grafa redonda y vertical, con frecuentes y caractersticas abreviaciones de letras y escasas formas maysculas, con la excepcin de la lambda, la kappa o la pi.

    Junto a este tipo tampoco debe dejar de mencionarse la escritura en as de picas46, usada durante aproximadamente un siglo, desde mediados del X hasta mediados del XI. Se trata de una mezcla de formas reposadas y otras ms cursivas, que presenta algunas minsculas bien marcadas con las ca-ractersticas propias de este estilo junto a otras grafas ms arcaizantes. Su

    43 Cf. Barb. Gr. 542. 44 Cf. Vat. Gr. 124 o Urb. Gr. 130. 45 Cf. Ottob. Gr. 251. 46 Cf. Vat. Gr. 1553.

  • HILARIO BAUTISTA RUIZ 98

    principal rasgo distintivo es la ligadura de psilon y rho, cuya imagen se asemeja al as de picas de la baraja. Tambin podemos encontrar alguna ny en posicin final escrita en mayscula o su tambin tpica ligadura de psi-lon y ji, con la primera de ellas arrancando del trazo superior derecho de la segunda.

    Grupo generalmente individuado dentro de este mbito itlico son, por ltimo, los manuscritos de la Tierra de Otranto47 (en todo caso, poste-riores al siglo XII), en los que se aprecia un estilo rectangular y aplastado, con letras alargadas y de forma geomtrica como la my, la pi y la rho. En pocas posteriores otra de sus marcas ser el empleo del color bermelln en algunas letras, propio del lujo y barroquismo que impregnan estos c-dices.

    Tampoco podemos dejar de sealar, antes de acabar este apartado, los manuscritos tirrenos, los lombardos, los procedentes de Campania o de Reggio en Sicilia, muchos de ellos con evidentes caractersticas comunes que denotan su origen itlico y al mismo tiempo con marcas propias que aqu, por motivos de espacio, no nos detendremos a tratar.

    6.4. Minsculas a partir del siglo XI

    Frente a la general tendencia caligrfica en la escritura minscula del griego hasta esta fecha, conforme se acerca el final del siglo XI asistimos a una evolucin en busca de una menor perfeccin grfica y con predominio progresivo de las formas cursivas. As, las manos individuales de eruditos acabarn por imponerse, cada una de ellas con sus caractersticas propias y con la consecuente dificultad a la hora de enmarcarlas dentro de grupos mayores, tal como poda ocurrir con aquellas de los siglos precedentes. Podemos hablar, eso s, de tendencias ms o menos generales en cada po-ca, incluso de algunos estilos ciertamente individuados.

    De esta manera, dentro de los estilos ms destacados de estas ltimas centurias pre-imprenta, empezaremos por hablar del llamado Fettaugens-til48, muy de moda desde finales del siglo XIII pero que, sin embargo, no se extendi demasiado en el tiempo. Su marca inequvoca es un exagerado contraste de mdulos ya presente por otra parte, si bien de forma espo-rdica, en la escritura griega por influencia de la primitiva cursiva latina cancilleresca, marcado por unas micron, sigma y psilon mucho mayores y ms redondas que las dems letras. La impresin general de la pgina, con estas figuras redondas, le sugiri a H. Hunger el curioso nombre de la letra: ojos de grasa que nadan en una sopa. 47 Cf. Vat. Gr. 1221 (ao 1154) o Palat. Gr. 45 (ao 1201). 48 Cf. Vat. Gr. 191.

  • 99 La escritura de la lengua griega

    Fuertemente relacionado con este estilo y con algunas de sus caracte-rsticas, hallamos tambin el llamado estilo Metoquita49 desde mediados del siglo XIV hasta las primeras dcadas del siglo XV. Tiene su origen en cier-tos copistas de la cancillera del siglo XIV, que importan su estilo a la escri-tura libraria fundiendo as ambos mbitos.

    6.5. La minscula chipriota

    En el afn por individuar escrituras, algunos estudios paleogrficos buscaron, desde los inicios de la minscula griega, encontrar distinciones evidentes entre los manuscritos copiados en la capital del Imperio, Cons-tantinopla, y aquellos otros provinciales. Fruto de estos trabajos fue la re-duccin a grupo independiente de los cdices talo-griegos, de los que ya hablamos con anterioridad. En ese mismo sentido debemos mencionar aqu tambin los manuscritos chipriotas50, con sus caractersticas propias y bien definidas por los estudiosos51, como el llamado estilo epsilon o la pos-terior chipriota boucle.

    As, suelen distinguirse varias etapas en la evolucin paleogrfica de estos cdices. La primera de ellas (med. XI-med. XII), sin excesivas carac-tersticas propias respecto de los capitolinos, y con preponderancia del tipo Perlschrift completado con algunos bastoncillos del estilo Boulete o colec-cin filosfica; si acaso el empleo de ciertos colores, una tinta muy negra y ornamentos distintos de los usados en Constantinopla los desmarcaran de aquellos.

    Ser a lo largo del siglo siguiente (med. XII-med. XIII), cuando florezca el estilo chipriota ms caracterstico, el estilo psilon, con sus variantes cua-drada52 y redondeada53; la primera de ellas destaca sobre todo por las pseu-doligaduras que forman la psilon mayscula con la pi, la ny o la rho, sien-do su aspecto general algo descuidado, con trazos gruesos y diferencias notales en el mdulo de las letras. La variante redondeada, por su parte, estudiada en un grupo de manuscritos llamado familia 240054, muestra

    49 Cf. Vat. Gr. 2205. 50 Cf. A. Bravo Garca loc. cit., pgs. 41-44. 51 Cf. P. Canart, Un style dcriture livresque dans les manuscrits chipriotes du XIVe sicle: la chypriote boucle, en La palographie grecque et byzantine, ditions du CNRS, Pars, 1977, pgs. 303-321, y J. Darrouzs, Littrature et histoire des textes Byzantins, Lon-dres, 1972. 52 Cf. Ms. Hierosol. S. Resurrect. 9. 53 Cf. Benaki 34,3 o Escorial. R II 12. 54 Durante algn tiempo esta variante se llam tipo Karahissar debido a la procedencia de uno de los cdices de esta familia.

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    un mdulo pequeo de las letras dentro de una escritura rpida y viva, ligeramente cursiva y con aquellas mismas pseudoligaduras ya comenta-das, si bien la impresin general es la de una escritura mucho ms evolu-cionada y menos provincial o marcada que la variante cuadrada.

    6.6. Los manuscritos de los siglos XIII- XVI

    Tal como comentamos un par de apartados ms atrs, desde el siglo XII en adelante no proliferan en exceso tipos de escrituras bien definidos como vino ocurriendo hasta entonces. Por el contrario, predomina la imi-tacin de modelos anteriores o, en todo caso, la presencia de manos parti-culares con rasgos ms o menos compartidos con uno o varios de los tipos ms extendidos. Es por ello que en este ltimo apartado nos limitaremos a realizar un rpido repaso a estas ltimas centurias anteriores a la inven-cin de la imprenta, aportando simplemente sus rasgos ms generales as como los nombres de los copistas y estudiosos55 ms relevantes.

    Una primera parada en nuestro anlisis la constituir el estudio de la produccin manuscrita durante la ocupacin latina de Constantinopla56. En ella se aprecia una marcada diferencia entre los cdices de contenido religioso y los profanos: as, mientras los primeros, generalmente lujosos, muestran escrituras que imitan aquellas de los siglos X y XI, los cdices profanos57 presentan un estilo general mucho ms conservador, aun sin el afn de imitar escrituras tipificadas. De hecho, algunas de las marcas de este siglo XIII son la abundante presencia de maysculas (cosa que no ocurra en las antiguas escrituras minsculas) o, en el caso concreto de los manuscritos menos lujosos, un cierto descuido en el aspecto general del cdice, especialmente visible en los espritus y acentos.

    Por su parte, ya en los aos finales del siglo XIII y el siglo XIV58 se im-pone una tendencia general cursivizante, con reduccin del espacio entre lneas o frecuentes ligaduras y abreviaciones de letras, dejando as de lado en cierta forma el gusto esttico y el afn de legibilidad del manuscrito. Por lo dems, sealamos como dato ms relevante la aparicin de un esti-lo, localizado en Constantinopla y Tesalnica, llamado beta-gamma59, con caractersticas tomadas de la Fettaugenstil, que destaca por la presencia de

    55 Cf. L. D. Reynolds & N. G. Wilson, Copistas y fillogos, Gredos, Madrid, 1986, pags. 97-105. 56 Cf. G. Prato, La produzione libraria in area greco-orientale nel periodo del regno la-tino di Costantinopoli (1204-1261), Scrittura e civilt, 5 (1981) 105-147. 57 Cf. Ms. Bodl. Clark 8. 58 Cf. P. Canart, Lezioni di paleografia, pgs. 35 ss. 59 Cf. Vat. Gr. 1899 (ao 1261-62).

  • 101 La escritura de la lengua griega

    muchas letras empequeecidas frente a otras, como la beta o la gamma, de mayor tamao.

    Con todo, seguiremos encontrndonos en estas dcadas con las ya mencionadas imitaciones arcaizantes, con cdices escritos en Fettaugenstil60 estilo que vuelve a ponerse de moda, as como con escrituras influidas por las usadas en las cancilleras contemporneas o con aquellas otras par-ticulares de eruditos de la poca como Mximo Planudes, Demetrio Tricli-nio o Teodoro Metoquita. Representan estas ltimas el claro contrapunto a la tendencia general de la poca, un esfuerzo por recuperar la legibilidad y el buen aspecto general del manuscrito61, al aumentar los espacios libres o mostrar, entre otros rasgos, menos abreviaciones o un menor contraste en el tamao de las letras.

    Por ltimo, en los siglos XV y XVI-inicios del XVII (fecha de la conso-lidacin del libro impreso), con la cada de Constantinopla y sus centros de copia de manuscritos, muchos copistas y eruditos emigraron a Occi-dente, especialmente a Italia. Una vez all siguieron con su labor copista, proporcionando un notable auge a la cultura en la zona, pero la cuestin es que cada uno emplea su propio estilo de escritura, por lo que el resulta-do es un panorama individual y disperso, para nada comparable a aque-llas escrituras bien catalogadas e individuadas de siglos precedentes. Es por tanto este el momento de hablar de manos individuales, por lo general con puntos en comn pero cada una de ellas con sus inevitables caracters-ticas propias.

    En un notable esfuerzo por catalogar las escrituras de estos siglos, D. Halfinger62 ha distinguido dos grandes grupos: la escritura tradicional o conservadora y la humanstica o innovadora63. Dentro del primero, pode-mos citar la conservacin del estilo de Tierra de Otranto64, la aparicin de ciertos manuscritos en Fettaugenstil65, la imitacin de escrituras arcaizantes como la del clebre fillogo Demetrio Triclinio (nat. 1280 ca.)66, o la escri-

    60 Cf. Vat. Gr. 191 (ao 1296 ca.). 61 Cf. Vat. Gr. 101 & 165. 62 Cf. D. Halfinger, Zu griechischen Kopisten und Schriftstilen des 15. und 16. Jahrhun-derts, en La palographie grecque et byzantine, ditions du CNRS, Pars, 1977, pgs. 326-362 63Otros investigadores, como P. Canart, estudian esta poca atendiendo a una divisin geogrfica; cf. P. Canart, Lezioni di paleografia, pgs. 42-45. 64 Entre sus copistas destacan Jorge Ruffano, Jorge Micculo de Solento y Joaqun de Caso-la (siglo XV) o Jacobo Bautista Ritzos de Solento (s. XVI). 65 Citamos a Estfano de Midia, en el s. XV, y a Constantino Mesovotis, ya en el XVI. 66 Manuel Calecas, Isidoro de Kiev, Jorge Dociano, Teodoro Gaza, Constantino Lscaris o Nicols Cocolo fueron algunos de los copistas que imitaron, entre los siglos XV y XVI, el estilo de Triclinio.

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  • HILARIO BAUTISTA RUIZ 102

    tura del claustro , de la que ya tenemos indicios durante el siglo XIV67 y que lleg a convertirse en el modelo caligrfico de todo el Imperio tras la conquista turca en 1453. Destaca esta ltima por ser muy tradicional, litrgica y arcaizante; no pretende innovar, tiene clara preten-sin de legibilidad y destaca por el contraste entre letras grandes y peque-as, las ligaduras de la delta ms psilon o iota, una enorme dseta casi cerra-da en forma de corazn inclinado o una escritura de la beta que imita aquella de la psilon-rho del estilo as de picas.

    En lo que respecta al segundo grupo, por ltimo, el de la escritura humanstica, debemos entenderlo en su contexto particular, el de una amalgama variada de estudiosos, cada uno con sus particularidades grfi-cas y por ello difcilmente clasificables bajo un mismo epgrafe. Con todo, se suele hablar de una prolongacin generalizada de los trazos o astas de las letras, sean los superiores o los inferiores, de cierta tendencia a formas cursivas, de unas letras insertas en un mdulo ms bien grande o de la preponderancia de formas barrocas ya en el siglo XVI68.

    7. Conclusin

    Como puede apreciarse, estos ltimos grupos de escrituras de los que hemos hablado conviven ya con la poca de la invencin de la imprenta, a mediados del siglo XV. En efecto, en cuanto comenz a popularizarse el libro impreso a finales de esa misma centuria, se produjo un curioso fe-nmeno que actu en dos direcciones: de un lado, la imprenta, que necesi-taba de copistas reputados por su caligrafa para obtener las necesarias plantillas de letras griegas, recurri a ellos y, por otro, las personas co-menzaron a imitar paulatinamente las grafas presentes en los libros es-tampados. As pues, podramos hablar de las primeras letras griegas usa-das en la imprenta como de otras escrituras humanistas ms.

    Sin embargo, no alargaremos la cuestin en este punto y pondremos aqu el punto y final a nuestro recorrido, que empez por las escrituras

    67 Cf. Vat. Chis. R V 29, (ao 1354). Copistas que escribieron en este estilo fueron, por ejemplo, Juan Plusiadeno, Jorge Crysococces, Juan Roso, Pedro Crtico o Jorge Tzangar-pulo. 68 As, Halfinger habla en su estudio de algunos estilos de humanistas (cf. Juan Eugnico, Demetrio Sgurpulo, Andrnico Calisto, Demetrio Chalcondylis, Camilo Vneto o ngel Vergecio), es decir, de la existencia de escrituras que son en cierta forma imitadas por otros humanistas o copistas; entre estos citaremos a Atanasio Chalcepulo, Juan Sofiano, Jorge Mosco, Csar Estratego o Andrs Darmario. Otros copistas, tambin famosos en la poca, fueron Camilo Zanetti o Manuel Provataris, con su estilo inclinado, y Constantino Mesobotes, Valeriano Albini o Nicols Choniates, representantes de la tendencia barroca.

  • 103 La escritura de la lengua griega

    pictogrficas egipcias y cuneiformes del IV milenio a. C., y avanz luego unos mil aos hasta toparse con los sistemas silbicos Lineal A y Lineal B, ya directamente relacionados con la cultura griega y paso previo a la in-vencin del sistema alfabtico que revolucion la escritura. En un siguien-te estadio, hablamos del papel del pueblo fenicio como transmisor de di-cho sistema al mundo griego, encargado de perfeccionarlo primero, me-diante la adicin de las vocales, y de difundirlo con posterioridad por to-dos los rincones del orbe conocido gracias a su incuestionable dominio cultural en el mundo occidental a mediados del primer milenio a. C.

    Una vez asentado el alfabeto entre los griegos, por ltimo, hicimos el repaso a la evolucin de su escritura, nicamente mayscula en sus inicios, analizando de un modo general las caractersticas ms significati-vas de cada una de las formas bajo que las que ha llegado a nosotros. Para ello, comenzamos por sus primeros testimonios manuscritos all por el siglo IV a. C. y acabamos aproximadamente unos dos mil aos despus (siglo XVI), poca en que la difusin de los textos impresos haba comen-zado a imponerse de manera definitiva.

    Hilario Bautista RuizUniversidad de [email protected]