História de la Iglesia en San Martín

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1 CAPITULO I. MARCO METODOLÓGICO: 1.1. Identificación del problema Como ya es de conocimiento de todos los involucrados del avance de la obra, la educación adventista universitaria hasta hace 6 años ha incurrido en la juventud san Martinense, por lo que ella desconoce muchas cosas respecto a la fe que se profesa en la educación adventista. Se sabe poco de la história de los adventistas, la necesidad de conocer la história de la fé profesada es necesaria más si formamos parte de una de sus instituciones, es por eso que en esta oportunidad en obediencia y con el espíritu investigador se nos ha dado la tarea de investigar sus raíces de la Iglesia Adventista del Séptimo día donde proceden sus fundamentos de dicha institución y como llegó a la Región San Martín. 1.2. Objetivos de la investigación 1.2.1. Objetivo 1.2.1.1. Objetivo General Conocer de lo más cerca posible la histórica de la iglesia en la Región San Martín. 1.2.1.2. Objetivos Específicos Tener conocimiento de la histórica de Iglesia Adventista en la región. Identificarse con la fé adventista. Que al egresar llevemos con nosotros la história de la Iglesia Adventista por la cual

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CAPITULO I. MARCO METODOLÓGICO:

1.1. Identificación del problemaComo ya es de conocimiento de todos los involucrados del avance de la

obra, la educación adventista universitaria hasta hace 6 años ha incurrido en

la juventud san Martinense, por lo que ella desconoce muchas cosas

respecto a la fe que se profesa en la educación adventista.

Se sabe poco de la história de los adventistas, la necesidad de conocer la

história de la fé profesada es necesaria más si formamos parte de una de

sus instituciones, es por eso que en esta oportunidad en obediencia y con el

espíritu investigador se nos ha dado la tarea de investigar sus raíces de la

Iglesia Adventista del Séptimo día donde proceden sus fundamentos de

dicha institución y como llegó a la Región San Martín.

1.2. Objetivos de la investigación1.2.1. Objetivo

1.2.1.1. Objetivo General

Conocer de lo más cerca posible la histórica de la iglesia en

la Región San Martín.

1.2.1.2. Objetivos Específicos

Tener conocimiento de la histórica de Iglesia Adventista en la

región.

Identificarse con la fé adventista.

Que al egresar llevemos con nosotros la história de la Iglesia

Adventista por la cual se hizo posible una de las

instituciones que hoy forma parte de nuestras vidas.

CAPITULO II: MARCO REFERENCIAL2.1.- Fundamentos Teóricos de la investigación

2.1.1- Marco Teórico

2.1.1.1. Iglesia Adventista del Séptimo Día

Se sabe que la fé adventista comenzó en Estados Unidos alla por

los años 1844 después del gran chasco con los siguientes

precursores entre ellos Elena de White.

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FUNDADORES DE LA IGLESIA ADVENTISTA

2.1.1.1. Iglesia Adventista del Séptimo Día en el Perú

La historia de la Iglesia Adventista en el Perú es una aventura misionera

llena de historias de abnegación, entrega y oración. Según los datos

hasta el momento disponibles, esta historia comienza en 1898. El año de

1898 asoma en el devenir histórico como un año marcado por eventos

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significativos para el futuro desarrollo de la Iglesia Adventista del

Séptimo Día en el Perú.

En 1898, el gobierno peruano aprobó, no con poca oposición, la ley que

reconocía el matrimonio entre personas de religión protestante.1 En esta

ocasión el premier aceptó la noticia con poco entusiasmo, reflejando con

esta actitud la intolerancia de grandes sectores de la ciudadanía.

Ese mismo año, el 26 de junio, la Foreign Mission Board de la

Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día votó la

adición de los territorios de Bolivia, Perú y Ecuador a la Misión Chilena,

lo cual fue determinante para que la Misión Chilena extendiese sus

actividades al territorio peruano.

Para el 2 de abril de 1908 la Review and Herald notificó la invitación que

extendió el pastor F. L. Perry al pastor G. W. Casebeer para que juntos

viajaran al interior del Perú, antes de asistir a la conferencia de la Unión

Sudamericana, para visitar a los hermanos del interior del país. Ya la

Misión Peruana reporta la presencia de interesados en el evangelio en

los alrededores del Lago Titicaca en Puno.

En su camino a la reunión de la Unión Sudamericana, el pastor Perry

junto con el pastor Casebeer, viajaron entonces a las regiones alto

andinas, desde Mollendo hacia Arequipa para luego enrumbar hacia

Puno, desde donde, hacía algún tiempo, el pastor Perry había recibido

una carta escrita por un hombre apellidado Morales para quien el pastor

Perry despacho suscripciones de la revista “Seúales” y este a su vez las

haría llegar a un amigo suyo apellidado Peralta, asegurando así 17

suscripciones más. A través de las publicaciones la iglesia llegaba hasta

los puntos más distantes del Perú.

Al llegar a Puno, el pastor Perry buscó a los suscriptores, el señor

Morales había salido de la ciudad, pero encontraron al señor Peralta,

quien los recibí con los brazos abiertos.

El señor Peralta era un fabricante de zapatos, bien acomodado, .l los

condujo a un amigo suyo, también suscriptor de la revista, llamado

Bonifacio Aragón. El pastor Perry les expuso la verdad por espacio de

una hora a lo que Peralta y Aragón respondieron con las siguientes

palabras: “Queremos ser miembros de su pueblo”. Se realizaron dos

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reuniones durante dos noches que se extendieron hasta bien entrada la

noche. Los corazones eran conquistados por el Espíritu Santo. Cuando

partieron de Puno, tres hermanos vinieron a la estación a despedirlos y

cerca de quince en Puno prometieron guardar el sábado y sostener una

escuela sabática.

Los hermanos Peralta y Aragón ofrecieron pagar cincuenta

suscripciones a “Señales” y también proveer un hogar y un lugar para

llevar reuniones si se les enviaba un maestro que les ense.ara la verdad.

Los hermanos Peralta y Aragón era hombres inteligentes e instruidos

capaces de llevar adelante un esfuerzo evangelístico. El pastor Perry ya

expresaba: “No tenemos obreros nativos quienes podr.an ser de mucha

ayuda para los creyentes de Puno”.1 Dejando entrever la gran necesidad

de obreros que la iglesia estaba necesitando. En Lima estaban los

hermanos Julio Nerio Espinoza y Ramón Beltrán quienes ayudaban al

pastor Perry, pero hac.an falta más obreros para atender las zonas del

interior del país.

Pero Dios no había olvidado este noble país, y su divina providencia hizo

que el 1 de noviembre de 1908, el hermano Hinckley,2 quien era

fotógrafo astronómico (pionero en este campo del conocimiento

científico), fuera enviado por la Universidad de Harvard como encargado

del Observatorio de Carmen Alto en Arequipa, la Roma peruana y el más

temido bastión del catolicismo en el Perú. Desde allá, el hermano

Hinckley notificó que una o dos enfermeras podr.an llegar a Arequipa

para ayudar con la obra adventista.

Acerca del hermano Frank E. Hinckley, de Boston, el pastor Westphal

informó posteriormente, que lo encontré en su camino a Arequipa,

donde el hermano se uniría como fotógrafo al equipo de científicos del

Observatorio del Sur. El hermano fue el único adventista en la ciudad de

Arequipa junto con algunos creyentes. El 16 de julio de 1908 se reporte

un enorme terremoto que sacude el sur del Perú, el norte de Chile,

específicamente en las localidades chilenas de Tacna y Arica (para la

época, Chile tenía soberanía sobre Tacna) y se sintió aun en Bolivia.

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Pero la obra iba avanzando como lo mostraban los misioneros, una

muestra del espíritu de los misioneros se encuentra en la Review and

Herald del 5 de noviembre de 1908: “Podemos no ser versados en todas

las costumbres y maneras de la gente con quienes trabajamos; pero si

nuestros corazones están llenos de amor por los demás, nuestro mal

hablar en lengua extranjera, o los errores cometidos contra las

costumbres de la gente con quienes nos relacionamos, serán

interpretadas como las fueron las de un misionero que trabajaba en el

Perú, el Sr. Newell, quien vivió su vida con esa gente, de quien una

joven peruana refirió: El no habla nuestro lenguaje muy bien, él aprende

de a pocos, pero él hace todo con amor” .

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Frente a tanta necesidad por conocer el evangelio adventista, el pastor

F. L. Perry ya exclamaba: “Nuestras fuerzas y nuestra salud no son

suficientes para suplir las necesidades en este pa.s”,1 y el pastor

Westphal clamaba también por más obreros, y esperaba con paciencia

la llegada de hombres y mujeres para ayudar en todo Sudamérica.

La obra en el Perú presentaba no solo desafíos culturales, sino también

con el idioma, lo que provocaba en el pastor Westphal un clamor de

arenga para que nuevos obreros se integren a la obra sudamericana.

El pastor A. N. Allen escribió que cada semana había nuevas de nuevos

guardadores del sábado en el Perú. Una familia de nueve miembros, el

mayor de los hijos contaba con 22 años de edad, comenzaron a guardar

el sábado en Lima.

Por aquellos mismos d.as, una carta de Fernando Stahl se imprimía en

la Review and Herald, en la que notificaba que .l y su esposa hab.an

llegado con seguridad a La Paz, Bolivia, pero que hab.an sufrido ciertas

inconvenientes de salud por la altitud, aunque ya gozaban de buena

salud. En su camino hacia La Paz, en Arequipa, se detuvieron unas

pocas horas para visitar al hermano Hinckley, quien, según Stahl, era el

único adventista en esa parte del Perú.

En el Perú en tanto, ocho nuevos colportores habían ingresado por

primera vez al ministerio del colportaje.

Algunos lo hicieron bien. Durante las siguientes seis semanas, dos de

ellos aseguraron más de trescientas suscripciones para la Señales de

los Tiempos, fuera de sus libros vendidos. Uno de ellos fue encarcelado

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por no quitarse el sombrero cuando la procesión del Corpus Christi

estaba pasando.

El hermano H. Davis y el pastor A. N. Allen fueron al ministerio del

Gobierno para hacer alguna gestión y el director les dijo que .l

investigaría el asunto. Aunque la iglesia y el estado están unidos en el

Perú, en aquella .poca el clero se había desprestigiado tanto, al punto

que uno en cien creía en los sacerdotes. Las ventas de los libros

Patriarcas y Profetas en español eran buenas, y era posible tomar 16

suscripciones en tres horas. Pronto el hermano Davis viajaría a Chile

para seguir estableciendo escuelas de colportaje.

Para 1910, la Review and Herald comentaba una carta escrita por E. T.

Wilson, un estudiante del Seminario de las Misiones Extrajeras, desde

Lima, Perú, acerca del entusiasmo suscitado por la llegada del pastor

Town para instruir a los colportores del instituto de colportaje de Lima.

Wilson cita al pastor Town llamando a todo aquel que quiera responder

al llamado de convertirse en un colportor para los pa.ses de habla

española.

Reunión general de obreros en el Perú

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Escena de un bautismo en Perú, entre los indígenas incas

La iglesia adventista de Lima empez€ pocos meses antes de publicada

la noticia en la Review and Herald del 23 de marzo de 1911, a publicar

una revista del mismo tamaño que la Review, pero con veinte páginas,

titulada “El Hogar”, sumándose a los 126 periódicos y revistas

publicadas por la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

“Treinta más para el bautismo”, fue el saludo con que fue recibido

Fernando Stahl, a tan solo cuatro meses de haber reportado la última

visita a la Review del 29 de diciembre.

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El pastor Stahl a la izquierda atendiendo una mano gangrenada y el

pastor Allen extrayendo un diente

Tanto el hermano Camacho como el pastor Stahl no paraban de ser

agredidos, pero Dios siempre los protegió. Desde aquella ubicación el

pastor Stahl atendería la misión de la Paz.

El 9 de mayo de 1912 la Review inform€ que el pastor Stahl abandoné la

asamblea de obreros en Chile para volver al Per y cuidar de su esposa�

quien presentó un cuadro de fiebre tifoidea y se rogaba tenerlos en

cuenta en las oraciones.

En esta conferencia se tome el voto para que un profesor sea llamado

para trabajar en la escuela de Platería en Puno y se adquiriese un bote

para el trabajo de los obreros en la cuenca del lago Titicaca, de la Misión

Ind.gena.

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Para 1913, ya existen 23 lugares con presencia adventista en el Perú

según un informe del pastor Avelino N. Allen. Esas eran buenas noticias

viniendo de un país donde hacía poco tiempo eran un grupo reducido y

enfrentando severas leyes represivas de la libertad de culto.

En 1915, el pastor Maxwell y el pastor Stauffer viajaron hacia la

comunidad de Lanca a unos 27 kilómetros de Lima, donde los hermanos

estaban construyendo una pequeña capilla. Los pastores ayudaron en

la fundación durante una semana. Se espera que la capilla está acabada

a seis meses de la visita. Así mismo el pastor Maxwell estaba trabajando

la personería legal de la iglesia para que las propiedades pasen a

nombre de la corporación adventista y no a nombre de individuos.

En 1916 cuatro parejas de misioneros viajaron al Per, Gordon I.�

Mackenzie y esposa, F. C. Varney y esposa, Ellis P. Howard y esposa y

L. J. Borrowdale y esposa.

En mayo de 1917 se hizo necesario un nuevo superintendente para el

Perú, el pastor Maxwell ya no podría desempeñar dos cargos, así que

era necesario nombrar un obrero exclusivo para la presidencia del Perú.

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En la sesión de la Asociación General de 1918, en los Estados Unidos,

se resolvió que el pastor E. L. Maxwell regresara a su pa.s de origen

para hacerse cargo del trabajo entre hispanos bajo la dirección del

Departamento Extranjero.

El trabajo entre los hermanos de Puno impactó en la mente del decano

de la facultad de medicina de la Universidad Nacional Mayor de San

Marcos, dando crédito al rol de la religión bíblica en el desarrollo del

hombre, de la comunidad y del Perú.

La misión en Pomata, Puno estaba en auge gracias a la influencia del

pastor Stahl, al igual que la misión en Moho. Ambos lugares se fueron el

resultado de la extensión del trabajo del pastor Stahl, al igual que otros

pueblos.

Los misioneros que llegaron al Perú en 1918 fueron el pastor E. F.

Peterson y esposa, el sr. y la Sra. Lundquist y el pastor F. A. Stahl

retornó luego de haber vuelto a los Estados Unidos.

Para 12 de junio de 1919, el presidente de la Misión Unión Incaica,

pastor Ernest F. Peterson, refería que se estaban haciendo planes

decididos para establecer un colegio de entrenamiento de misioneros

nativos del Perú. El pastor Peterson comprendía la necesidad de tener

un ministerio nativo por las particularidades de la cultura y la geografía.

Es así como la obra creció en el Perú.

Para 1970 después de tantos percances en el Perú la presencia

adventista se hacía notoria en gran parte del país, incluso la selva

peruana ya contaba con la presencia adventista, cuentan los pioneros

que la história de la presencia de la Iglesia Adventista en San Martín

comenzó con la llegada de un colportor Manuel Panduro a san Antonio

de Cumbaza pues a raíz de una inundación los libros del colportor

fueron llevados por el agua, cuando las aguas cesaron una persona de

la cual no se sabe su nombre que caminaba por las riberas del rio

encontró uno de ellos de allí se fue esparciendo la fé adventista que se

inició en san Antonio luego se difundió en Morales y Tarapoto. De allí en

adelante se sabe por el profesor Merling Alomía y Pastor Neuendorff la

história de la Iglesia contada con anécdotas, pero para tener una visión

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más amplia de la história de allí en adelante a continuación se narra las

anécdotas y acontecimientos por lo cual tuvieron que pasar los

mensajeros de la palabra de Dios para difundirla en la selva peruana.

2.1.1.1. Iglesia Adventista del Séptimo Día en San Martín

¡De nuevo en el Perú!

Pronto fuimos empleados de la Asociación General, para volver al Perú,

pero no más como misioneros de sostén propio. Esta vez recibíamos

una “asignación remunerativa” para el servicio misionero de ultramar,

con pasajes para toda la familia, una asignación para el transporte de

menaje y toda la transportación de los enseres familiares a través de los

canales de la organización. Por supuesto no había garantía de que todo

llegue a su destino o a tiempo. Esta vez, sin embargo, nosotros

conocíamos el lenguaje, y la cultura de la querida gente de allí.

Llegamos a Lima en julio ¡y era invierno! Hacía frío, era húmedo y un

colchón espeso de nubes cubría el cielo. El tráfico era una pesadilla. Los

carros pugnaban por pasar al que iba delante de él tratando de ganar

aunque fuera sólo un par de metros. Parecía que los choferes sabían

dónde terminaba la línea de demarcación o el comienzo de la

alcantarilla, los faros y las luces direccionales de los demás carros. Las

bocinas eran usadas más que frecuentemente. Hasta había choferes

amenazantes. Las señales de tránsito eran consideradas entre las 7:00

am y las 9:00 pm. Fuera de ese tiempo los choferes las ignoraban. Un

policía al acercarse a una infractor por haberse pasado la luz roja,

preguntaba, señor, ¿no vio usted la luz roja?, a lo cual él replicaba, “sí

señor, pero yo no lo vi a usted”.

Pese a todo esto, sin embargo, nos alegramos del sistema de buses y

“colectivos”. Un colectivo es un carro particular que recorre una

determinada ruta, recogiendo pasajeros. Es muy común ir en una

automóvil apretujados cinco o seis pasajeros totalmente extraños pero

yendo en la misma ruta.

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De paso, los relojes deben llevarlos casi a la altura del codo, las carteras

bien aseguradas al frente de los pantalones, nunca atrás. Es decir, si

usted quiere que esas cosas sigan como posesión suya.

Nuestro nuevo lugar asignado fue en Tarapoto, en el lado nororiental de

los Andes. El clima era inmejorable. La gente de la selva es amigable,

hospitalaria y desprejuiciada. Nuestros miembros de la iglesia nos

dieron una cálida bienvenida.

Había entre ellos contadores, oficinistas, un relojero, un constructor, un

zapatero y varias hermanas que vendían comida en el mercado.

Nuestra nueva residencia era una casa pequeña cerca a la iglesia. Sin

alacenas, sin pintura en las paredes por lejos distinta de California.

Nuestros hermanos nos prestaron tres sillas viejas de madera, dos

mesas aun más viejas y tres colchones dos de ellos viejos y

enmohecidos. Y no suficiente catres para poner los colchones. Ninguna

de las camas eran lo suficientes largas para acomodar mis 1.96 cm.

Pero estábamos agradecidos de tener algo que poner sobre el piso de

cemento.

No queríamos aparecer muy diferentes de nuestros parroquianos, pero

sí teníamos libros, utensilios para la iglesia, películas, proyectores y

radios, por las cuales preocuparnos. Y eso hubiera sido difícil

mantenerlo en una casa con piso de tierra. La mayoría de nuestros

miembros vivían en casas hechas de adobe con paredes sin enlucido ni

pintura. Algunos de ellos, sin embargo, vivían muy lujosamente.

Nosotros recibíamos a los miembros a cualquier hora del día. La puerta

del jardín y la puerta del frente estaban siempre abiertas. Sin embargo

un frontón abierto, siempre era una atracción para cualquier visita

indeseada. Después de unas tres veces de correr a un intruso

llevándose unas herramientas y partes separadas de nuestro Jeep, le

urgimos al dueño de la casa a hacer del inmueble un lugar más seguro

para sus inquilinos.

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La corriente eléctrica de la ciudad era solamente de 180 voltios y la luz

era insuficiente incluso para leer. Para solucionar el problema

compramos un transformador elevador y levantamos el voltaje a 210.

Esto, sin embargo, no era suficiente para la transmisión de la radio, de

manera que compramos otro. El segundo transformador elevador, sin

embargo, jalaba tanta corriente que oscurecía la casa del vecino. ¡No se

podía ganar perdiendo!

Éramos bendecidos con una abundancia de frutas y a precio razonable.

Un litro de leche se podía conseguir por diez centavos y un molde de

pan por un penny.

Las papas eran caras ya que ellas llegaban por vía aérea.

La ciudad está asentada en una colina y las calles desde arriba hasta

abajo se tornaban en pequeños arroyos con una lluvia torrencial. Había

sólo dos o tres carros en la ciudad y varios camiones de carga. Mi

distrito misionero, además de las iglesias de Tarapoto y Morales,

consistía también de nueve grupos que estaban en el Águano-muyuna.

Buenos Aires, Cacatachi. Picota, Pucacaca, Sauce, San Antonio y

Zapatero. Después se añadieron los grupos de Cuñumbuqui y Juan

Guerra, y con el tiempo otros grupos se añadieron a la lista.

Recuerdo muy bien al Dr. Pease advirtiéndonos que un buen sermón

requería de unas quince o veinte horas de preparación. Tal vez, pero

semejante ideal estaba fuera de consideración en Tarapoto. Yo también

pastoreaba una pequeña iglesia en Morales distante de creyentes

cuando llegamos cuyo incremento de feligresía requería de esfuerzo.

Mis compromisos del sábado me mantenían ocupadísimo desde las 8:00

am. Hasta pasadas dos horas después de la puesta de sol. Era una

presión agradable. Felizmente había traído material homilético

abundante de California. Además de mis compromisos en Tarapoto Y

morales, tenía reuniones evangelísticas los domingos de tarde, la noche

de oración de los miércoles y las reuniones de los jóvenes en Tarapoto.

Durante la semana visitaba a los miembros y daba estudios bíblicos.

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El clima era húmedo y tropical. Era muy caluroso para andar con terno,

cualquiera que andaba vestido de ese modo era visto como un extraño.

Eso era una bendición adicional. Yo tenía muchas ocupaciones y mi

trabajo me daba ciertamente coraje y fortaleza.

Apenas estuvimos unas tres semanas en Tarapoto cuando una visita

oficial de la Unión Incaica, el pastor Arturo Waisheim, vino para

ayudarnos con la campaña de la recolección. Mis pies estaban mojados

cuando tuve que negociar este compromiso. Los hermanos solicitaban

casa por casa y yo quedaba en las calles con las latas decoradas. Yo

visité a los comerciantes de la ciudad y encontré que eran agradables y

generosos. En el último día, un caballero me llamó a su tienda para

decirme en presencia de sus clientes, “señor desde que usted me visitó,

mis ventas se han incrementado. ¡Usted es una bendición para esta

ciudad!” Tal vez fuera así, pero su comentario fue sin duda una

bendición para mí. ¡Yo nunca fui un entusiasta de la campaña de

recolección!

Poco tiempo después de nuestra llegada compramos una motocicleta

Honda, la cual ayudó grandemente a mis piernas por buen tiempo.

Un día escuché con alborozo que el pastor David Taylor estaba

vendiendo su Jeep. Eso era exactamente lo que yo necesita para mis

actividades en mi extenso territorio; podríamos comprar algunas cosas

que “necesitábamos” que no fuera posible conseguir en los mercados de

la selva. Y también tomar posesión de nuestro soñado Jepp.

Eillen y yo fuimos vistiendo ligeramente, según la temperatura de la

selva.

Lima en cambio estaba terriblemente fría. Después de unas pequeñas

compras junto con la nuestra que era grande, sin dejar que pasara el

día, alrededor de las cuatro de la tarde viajamos y durante la noche

llegamos a la ciudad de Trujillo. Eran las siete de la mañana y seguimos

de frente al aeropuerto. “Señor, ¿hay alguna posibilidad de un vuelo en

el cual nosotros dos podamos ir hoy junto con nuestro Jeep?” Una hora

después escuchamos que un DC-6 estaba viniendo e iría a volar

directamente a Tarapoto.

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“Señor, ¿Por qué no le va sacando la cabina a su carro y así estará listo

para embarcarlo cuando llegue el avión?” ¡Habérmelo dicho antes! Mi

Señor sabía dónde estábamos y qué necesitábamos. ¡Increíble! Eileen y

yo, otros dos pasajeros, un Jeep detrás de nosotros, y siete toneladas de

carga levantaron vuelo a Tarapoto. ¡Y yo no estaba soñando!

Ahora tenía un Honda de 125cc y un J5Jeep. Ambos eran

verdaderamente útiles en mis labores. Ya no dependía más del

transporte público ni menos del ajetreo de andar bajo el calor del sol

tropical. Con el Jeep el anciano de mi iglesia podía a menudo

acompañarme en mis giras misioneras. A veces llevaba conmigo

cantores para embellecer nuestros programas. Con las cuatro ruedas

ayudaba a los hermanos a mover sus pertenencias cuando se

cambiaban de residencia, cargué rocas y arena del río Cumbaza para la

construcción de la iglesia de Morales. Una vez en un día triste tuve que

mover un cuerpo ensangrentado de su tumba en el río. Cuando las

donaciones de Dorcas llegaron de los USA el Jeep fue el distribuidor a

los grupos locales. ¡Este Jeep era el “Julano de los mil oficios”! Una vez

también llevamos hojas de palma encima de la carrocería para poner el

techo de la casa de un “viajecito” a Tarapoto. Cuando llevaba a esos

profesores ellos me pagaban en pasaje regular que pagaban en el bus.

Cuando ellos iban conmigo yo les decía que si podían decirme las

primeras palabras de los primeros cinco mandamientos les llevaba

gratis. Ninguno de ellos podía, pero sí ésa era la oportunidad para iniciar

una conversación espiritual con ellos. Este querido Jeep viejo nos

acompañó por catorce años. En 1975 cuando tuve que salir de la selva

lo hice con esas cuatro ruedas y todavía viajé con ella muchos más

kilómetros sobre caminos accidentados de los más inimaginables, desde

el nivel del mar hasta el Altiplano del Perú. ¡Y aun cruzamos los Andes

varias veces!

Mi anciano local, Wilfredo Ruíz y Marcos Ríos un solista, salieron un

viernes de tarde para visitar un grupo de creyentes en San Pedro de

Cumbaza. Hicimos planes de encontrarnos allí a las siete de la noche.

Pero las cosas no sucedieron de esa manera. Más o menos a diez

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minutos de nuestro viaje nos encontramos frenéticamente tratando de

llegar a nuestro destino. Hacia la media noche la frustración salió

victoriosa al hundirnos aún más en el fango pegajoso. Yo permanecí en

mi carro. Wilfredo y Marcos regresaron caminando a Tarapoto y llegaron

a las dos de la madrugada. A eso de las 6:30 de la mañana un carro de

doble tracción vino para rescatarme de mi estancamiento en el lodo. En

menos de cinco minutos estaba fuera de mi enfangada situación

corriendo para poder alistarme y llegar a tiempo a la reunión de

maestros del sábado a las ocho en punto.

Los hermanos de San Pedro estaban disgustados porque no pudimos

cumplir con nuestro compromiso. Miembros y visitas estaban

aguardando nuestra llegada en ese viernes de tarde y un grupo de ellos

vino a expresarme su chasco y descontentamiento. Algunos de ellos

habían cruzado el río Cumbaza de noche y a pie. Yo también sentí

vergüenza. “Yo les visitaré mañana por la tarde, si el tiempo lo permite”,

les prometí. Yo estaba conmovido al ver su hambre espiritual. La

maestra local allí había amenazado a sus alumnos si ellos seguían

atendiendo las reuniones “del gringo”. Juntamente con un grupo de

hermanos fuimos a visitar a la maestra pero ella negó las amenazas. Yo

tomé el caso incluso con el Director de Educación, como lo hicieron otros

incluyendo el Alcalde de la aldea.

Nuestras vidas ocupadas.

Nuestra puerta frontal estaba siempre abierta y todos sabían que eran

bienvenidos. Teníamos visitas todos los días y la casa, ellos estarían

también a gusto en la iglesia.

El lunes es un “día de descanso” oficial para los ministros. Pero los

hermanos venían cada día. A veces traían fruta para vender, a veces

como regalo.

A veces venían en busca de consuelo. Pero ahora nuestro hogar era

representativo y cómodo. Habíamos comprado un juego de ocho nuestro

hogar era representativo y cómodo. Habíamos comprado un juego de

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ocho muebles para nuestra sala, un escritorio y estantes para los libros

de la oficina.

Cada pastor en la Unión Incaica tenía el desafío de conducir dos

esfuerzos evangelísticos en su distrito. Uno durante la semana santa

que es una festividad muy popular en los países hispanos. Ésta era una

oportunidad apropiada para tener reuniones evagelísticas. La otra era a

fines de año, cuando el público, amigos y vecinos eran invitados a una

serie de reuniones para oír temas referentes a “los secretos de un hogar

feliz”, “la educación cristiana”, “tu familia y tu salud”, etc.

El orador es anunciado como “profesor” o “licenciado” de manera que no

hubiera prejuicio contra él.

Nosotros planeamos realizar nuestras reuniones de fin de año a

mediados de setiembre. Nuestros miembros estaban entusiasmados.

Ellos pintaron la iglesia, baldearon el piso y lo trapearon con petróleo a

fin de darle brilla y tratar de alguna manera al polvo.

El diablo notó nuestro celo y pasión. Ese domingo a medida que entraba

a la ciudad de noche me pareció notar raro pues hubo un extraño

apagón. En algunas tiendas había luces de lámparas Petromaz a

kerosén pero la luz pública en las calles y la luz de las casas se había

ido, pese a que la planta era recientemente instalada.

“Pastor, hace poco teníamos luz, pero repentinamente el alambre

principal que viene a la iglesia comenzó” a arder era un mensaje que no

quería oír.

“El electricista de la planta observó dificultades operacionales y cortó la

energía de toda la ciudad”. Luego dio una inspección por la ciudad,

detectó el problema cerca de nuestra iglesia y cortó los cables. La luz

volvió para el resto de la ciudad pero nuestra reunión la realizamos aún

sin luz eléctrica. Teníamos con nosotros la luz de la palabra, y 150

vinieron a aprender de ella.

Durante nuestra primera reunión no estábamos desprevenidos. Yo había

sugerido que tuviéramos un par de lámparas Petromax justo en caso de

que fracasara la energía eléctrica. Yo me disculpé por nuestro problema

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y felicité a los que vinieron por su reverencia a pesar de la situación

apretada y las tinieblas.

Al siguiente día compramos nuevos alambres para tener el problema

solucionado. La dificultad había sido causada por la instalación

incorrecta de un metro. Por la reconexión y el pago mensual nos

cobraron mil soles.

Mientras salía de la ciudad después de la segunda reunión el electricista

me lanzó un puyazo, “mister, usted debe haber chocado su carro contra

el poste de luz”

“Imposible señor” le contesté. “Vamos a ver mi carro” le sugerí, “venga,

vea dónde he parqueado”. Miramos. Las huellas de las llantas estaban

aun frescas de manera que se “disculpó” por su inútil esfuerzo de

fastidiar.

Reflejando a Pedro, sabíamos ser “sobrios, vigilantes, porque el diablo

vuestro adversario anda cual león rugiente buscando a quien devorar” (1

Ped 5:8).

Zelotes en el campamento.

Unos cuantos pastores descontentos que codiciaban el liderazgo y el

dinero de la iglesia iniciaron un serio levantamiento a lo largo de la costa

del Perú el cual se esparció hacia todo el país. Era un espíritu de

nacionalismos imitando a los Zelotes del tiempo de Jesús. Uno de estos

individuos, Felipe González, era un impresor que tenía su imprenta en

Tingo María y en Tarapoto. Él inundó los grupos con su propaganda

virulenta contra la organización de la iglesia y contra los extranjeros que

“explotaban y robaban” a los miembros sus diezmos y ofrendas. Con mi

anciano local y su hija Miranda visitamos a los miembros del grupo en

Zapatero.

Esta querida gente declaró con toda candidez, “no tenemos nada contra

usted”, pero añadieron “no podemos remitir más nuestros diezmos y

ofrendas a la organización”

Page 20: História de la Iglesia en San Martín

20

Durante la reunión de la tarde que siguió yo hablé de la preocupación de

Cristo por la iglesia en su oración pastoral de Juan 17. La mayoría me

animó a continuar visitándolos ya que ellos no querían este espíritu de

descontento y divisionismo.

Luego visité Morales donde habíamos tenido series de reuniones. ¡Ésas

fueron horas de tensión! A medida que la noche avanzaba la discusión

se tornó más acolarada. Rogamos por la unidad hallada en Cristo sin

importar lo que habían dicho en el pasado. Los hermanos de la

oposición se opusieron en todo.

Finalmente un hermano tranquilo y callado se levantó y expresó lo que

sentía con un espíritu cristiano calmado. De pronto, él levantó el

volumen de su voz y preguntó con aspereza, “¿qué es lo que pasa aquí?

La otra tarde en una reunión de oración algunos de ustedes hablaron de

enemista contra los “gringos” y la Misión, que ellos les chupaban la

sangre para enriquecerse con los diezmos y ofrendas”. ¡Un silencio

sepulcral llenó el recinto!

Apelamos entonces a que fueran razonables. Finalmente una de la

oposición se adelantó y habló enérgicamente, y luego dijo, “si he

ofendido a alguno, quiero pedirle perdón”. Toda la congregación

comenzó a reaccionar y empezó a pedirnos perdón. Tuvimos una sesión

de oración y una hermosa reconciliación con los demás.

Este grupo de pastores descontentos trabajaron mediante la prensa y la

radio contra la denominación. Incluso acusaron a la iglesia ante la Corte

Suprema con la intención de apoderarse de todas las propiedades,

escuelas, templos y hospitales de la iglesia.

El grupo rebelde había pedido a un abogado de la Corte Suprema que

tomara su caso. Sin embargo, por una de esas “casualidades” que Dios

dirige, los dirigentes de la Unión Incaica se contactaron con el mismo

abogado. “Déjenme ver su manual de Iglesia y después les diré mi

decisión”, respondió el Dr. Max Mallqui a los administradores de la

Unión.

Él estudió el Manual detenidamente y decidió, “señores, ¡este Manual es

inspirado! No encuentro defecto legal en él”. ¡Yo los representaré y

defenderé ante la Corte!.

Page 21: História de la Iglesia en San Martín

21

La fecha fue establecida para el asunto y el Dr. Mallqui defendió el caso

de la Unión Incaica el cual fue decidido a favor de ésta. Hacia fines de

1972, los “separatistas” fueron prohibidos por la Corte Suprema del Perú

el usar el nombre de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Esto

significaba que ellos no eran más adventistas del séptimo día. Pronto,

después de este momento triste y trágico en la historia de la iglesia en el

Perú, floreció la verdad en el corazón de este abogado quien aceptó la

verdad y fue bautizado como miembro de la iglesia que él defendió.

El señor había velado sobre su iglesia pese a la falsedad regada y la

amenza suscrita. “No temáis manada pequeña, que a vosotros ha

placido al Padre daros el reino” (Luc. 12:32)

Extendiéndonos más allá.

Wilfredo Ruíz era un hombre ocupado y a su vez el anciano local de

Tarapoto. Ocho empleados trabajaban en su compañía de construcción.

Además de mantener su hogar, una casa rentada y una pequeña

hacienda, él era un miembro fiel de la iglesia de Dios. Siempre estaba

dispuesto a usar dinero e influencia para el adelanto de la iglesia. Él era

una inspiración y mi bendición. Ya fuera a pie, en motocicleta, o

transporte público él alquiló una casa pequeña, la pintó, instaló

electricidad, construyó unas cuantas bancas y comenzó a dar estudios

bíblicos.

No tuve problemas de instruir y bautizar a sus alumnos e interesados. Yo

estaré siempre agradecido por su ayuda y amistad. Cuando dejé el Perú,

yo le dejé mi moto honda.

El distante pueblo de Sauce en mi territorio estaba a unos veinte minutos

de vuelo en un Cessna 185 desde Tarapoto. Pero yo no podía ir a

menudo con semejante lujo. Mi viaje común era en camión o algún otro

transporte privado hacia el río Huallaga. Desde allí tomaba una canoa o

una balsa. No podía usar mi Jeep puesto que no había un lugar seguro

para dejarlo en el camino.

Luego, dejando el río uno sube una escarpada montaña de cerca de un

kilometro para luego descender por el otro lado hacia la comunidad que

Page 22: História de la Iglesia en San Martín

22

queda al pie de la montaña. Era en verdad una aldea idílica situada a

orillas de una gran laguna.

Una vez alquilé un caballo que me llevara a mí y a mi equipaje. Lo

monté. Pero parecía que él odiaba la idea. Simplemente rehúso caminar.

Como no tenía el valor de azotarlo para que avanzara, terminé jalándolo

colina arriba. Al llegar a la cumbre, sudando a chorros y enlodado, por fin

decidió que podía cabalgarlo, de manera que llegué a Sauce a lomo de

caballo. Por alguna razón a los caballos no les gustaba mis piernas

largas o quizás mi peso, pues siempre tenía un problema similar.

Un amigo bondadoso de California me ayudó a comprar allí un pequeño

terreno para edificar un templo. Eso fue motivo de gran regocijo para

nuestros hermanos. La visita a esos lugares distantes no es fácil, y a

veces es peligroso.

Cierta vez, en el día de mi llegada, alguien había sido mordido por una

serpiente venenosa y murió. La serpiente había atacado a su víctima en

el área de los baños lugar al cual también solía ir.

Había otro grupo de creyentes en Águano Muyuna a unas cinco horas

de viaje desde Sauce. Esto significaba escalando colinas y

descendiendo por barrancas similares a las del Gran Pajonal. Solamente

una vez caminé solo. Siempre apreciaba ser acompañado en esos

viajes.

Una vez había planeado un servicio de comunión en ambos lugares de

modo que llevé el jugo de uva para ambos sitios desde viernes hasta el

domingo.

Durante el viaje debido al tiempo el jugo se fermentó y nos vimos

obligados a cancelar la ceremonia en Águano Muyuna. Yo aprendí a

llevar conmigo o bien las uvas frescas o las pasas conmigo para

preparar el jugo dulce en el mismo lugar.

Hervíamos las uvas, las exprimíamos en un lienzo y luego lo volvíamos a

hervir a fin de prevenir cualquier posibilidad de fermentación.

Page 23: História de la Iglesia en San Martín

23

Niños dinámicos.

Nuestro hijo Haroldo era un pequeño que apenas había pasado su

primer año cuando llegamos a Tarapoto. Creo que por aquel entonces

yo aún no me había enterado de los “terribles dos primeros” y nosotros

nos encontrábamos demasiado ocupados manejando nuestro retoño que

era “único en su especie”.

Haroldo estaba también muy ocupado creciendo, aprendiendo y

haciendo, todo al mismo tiempo. Nosotros le hablábamos solamente en

inglés o alemán, pero su vocabulario español creció mucho más rápido.

Y estando ocupados no hubo caso.

Él tenía una adicción extrema a explorar todo lo que estaba a su

alcance, la moto honda ejercía una atracción especial para él. Él subía

frecuentemente al sitio grande y nunca se cansaba de sentarse en el

tanque de gasolina mientras me acompañaba. A menudo me pedí,

“vamos moto, vamos moto”.

Él era todo un niño, de manera que nos acostumbramos a sus chichones

y rasguños. Como no tenía hermano y su hermana era mucho mayor, el

pequeño Enrique que vivía en la casa del frente de la calle era mucho

mayor, el pequeño Enrique que vivía en la casa del frente de la calle era

su amiguito especial. Un día terrible ambos deambularon. No estábamos

preocupados que alguien les haría daño porque los vecinos amaban y

cuidaban a sus chicos y a los chicos de los vecinos también. Pero en los

trópicos hay que tener en cuenta a los insectos, roedores y culebras. Y

estos dos chicos simplemente desaparecieron del todo.

Nuestras correrías por los pequeños fugitivos no dieron resultado de

manera que recurrimos pidiendo ayuda a la “Radio Tropical”. Gracias a

su alerta descubrimos que Haroldo y Enrique estaban ¿dónde creen?

Investigando el aeropuerto que estaba a cierta distancia de la ciudad.

Su hermana Eileen era para él una pequeña madre, vigilándolo siempre

mientras estaba haciendo los deberes de la casa o las tareas escolares.

Un día un amiguito le dio a Haroldo un trozo de chorizo y ella vio cómo

desaparecía tras sabroso masticar. Como no era su costumbre comer tal

cosa pronto el suelo vio los efectos de semejante trato.

Page 24: História de la Iglesia en San Martín

24

Además de tener que cuidar a su hermanito enérgico, Eileen tenía que

vérselas con sus propias actividades. Ella aprendió a hornear una

deliciosa torta de banana. Los vecinos y hermanos de la iglesia

disfrutaban de su delicia, también, y se tornó en su clientela, y hacían

sus pedidos que ella atendía desde su cocina.

Luego esas lecciones del Home Study Institute llegaban a tiempo y ella

tenía tareas lectivas que cumplir. Ella era una ayuda enérgica voluntaria

en las tareas de papá, ya que conducía los coros cuando visitábamos

varios grupos de iglesia. Ella se unió al coro de la iglesia y su deleite era

ir en los viajes misioneros con los demás muchachos. Ella y su amiguita

Heidi nos ayudaban con la recolección, con las visitas y solicitudes. Y

había muchas amiguitas de quienes disfrutaba su amistad.

Evelyn tenía igualmente muchas ocupaciones. Ella enseñaba inglés,

piano, mecanografía y atendía visitas con frecuencia. El dinero que ella

ganaba de la enseñanza era usado en los gastos de nuestra escuela de

iglesia. Como esposa de pastor ella tenía también que escuchar sus

historias y tristezas. Ella era “la señora de los mil oficios”, ya que ella

incluso atendía los libros de tesorería del distrito. Muchos de nuestros

miembros eran aficionados a la música y Evelyn les animaba a cantar en

dúos, cuartetos y dirigía el coro de la iglesia.

Ella les enseñaba a seguir el himnario y sus directivas. Ellos aprendieron

a cantar de memoria, a vestir y a portarse correctamente. Cuando

tuvieron un repertorio comenzaron a cantar y visitar los grupos de

nuestro distrito. Recordamos con nostalgia las muchas horas de

práctica, las giras de fin de semana y nuestra presentación en varias

comunidades. Éramos un equipo, glorificando a nuestro salvador, con un

vínculo de satisfacción entre nosotros.

Radioaficionado.

El presidente del Club de Radio Aficionados del Perú estaba visitando a

uno de nuestros miembros de iglesia y entendió que yo era un

radioaficionado pero incapacitado de operar sin una licencia peruana.

Eso me llevó a visitar inmediatamente al Dr. Lanao, quien estaba de

visita desde Lima. “Yo le conseguiré una licencia de inmediato” me

Page 25: História de la Iglesia en San Martín

25

ofreció y añadió “necesitamos operadores en la selva”. En efecto, no

demoró en llegar una carta con la licencia, incluyendo una señal de

llamada y el permiso para operar.

Ahora necesitaba una antena. El técnico de Radio. Guido Valdivia, quien

trabajaba en el aeropuerto me ofreció ayuda y vino. Nuestra casa tenía

un terreno muy estrecho anclar mi antena en sus árboles.

Seguimos el manual de instalación de mi estación de aficionado e

intenté mi primer llamado. “CQ, CQ. CQ, éste es OA9NQ llamado”.

Cuando respondió mi llamado otra estación, yo era como un chiquillo

con su juguete de Navidad.

Qué sentimiento de satisfacción. Yo estaba emocionadísimo

contactándome con Colombia, Nueva Zelanda. Ecuador, Panamá, los

USA. Repentinamente una voz en inglés pregunto, “¿Qué está haciendo

en esa frecuencia?”

Yo respondí inocentemente “estoy teniendo un tiempo maravilloso,

acabo justamente de hablar con Nueva Zelanda”

“Con su señal de llamada a usted no le está permitido operar en esa

frecuencia” me informó.

“Lo siento” contesté “yo no sabía de esto. Yo recibí mi licencia y señal de

llamada de Lima y no sabía de mis limitaciones”. De manera que

consentí que iba a bajar mi antena de inmediato a fin de poner una para

una banda de cuarenta metros.

Usted necesita estar en el aire seis meses y reunir cien tarjetas QSL

(tarjetas de contacto que confirmasen la comunicación) a fin de poder

solicitar la licencia general y usar la banda de 20 metros.

Reunir las tarjetas no sería problema ya que yo era la única estación de

aficionado en el área y otros operadores aficionados estaban ansiosos

de recibir mi tarjeta QSL. El señor Lanao en Lima me envió el examen

para la Licencia General.

Estudié el examen rápida y diligentemente y di el examen en la oficina

de correos unos días después. Yo estaba muy ansioso de conseguir los

resultados ya que había oído de una nueva ley propuesta que indicaba

Page 26: História de la Iglesia en San Martín

26

una licencia para quienes podían operar con clave Morse en 15 palabras

por minuto. La aceptación vino junto con mi Licencia General y la

libertada para operar en bandas de 10, 15, 20, 40 y 80 metros.

Pronto fui de nuevo interceptado, “usted no está autorizado para estar en

esta frecuencia con su señal de llamada. ¡Usted debe tener una Licencia

Avanzada!”

Erróneamente continuaba usando mi vieja señal de llamada. Yo no

necesitaba más la “N” de presentación de noviciado y reconocí que las

bandas de frecuencia radial eran monitoreadas constantemente.

Por ese tiempo yo era el único operador HAM del área OA9 y muchos

residentes venían pidiendo que les pasara mensajes a la costa del Perú.

Con el terremoto de Moyobamba y el bloqueo del Río Huallaga, nosotros

éramos la estación de emergencia para el área. Gustosos pasamos los

mensajes pidiendo carpas y frazadas para los damnificados del

desastre. Fue tan bueno ser de ayuda en esta desastrosa emergencia.

Un día vino una señora de Juanjui distante a 130 kilómetros de allí. Su

padre estaba encarcelado en Lima y ella deseaba apelar por su libertad.

Dentro de minutos el problema fue resuelto y ella expresó su gratitud

repetidamente. Una compañía de carne pidió un mensaje de un

despacho de carne fresca para ser enviado a Trujillo, al norte del Perú.

Era en verdad una bendición ser de ayuda en tiempo de necesidad.

A mí me encantaba en realidad poder hablar con mis queridos padres en

Loma Linda. Estábamos muy agradecidos por los operadores Dr.

Bernard Briggs y Carroll Westermeyer quien contactó a mis padres por

teléfono e hizo posible la conversación con ellos de “oreja a oreja”.

Un día estaba en el aire y capté a dos operadores discutiendo acerca de

antenas. Yo simplemente no pude resistir el interceptarlos indicándoles

que yo tenía una antena muy especial. ¡Mi antena es una bi-cocotera!

“Amigo, nunca hemos oído de semejante antena”

Page 27: História de la Iglesia en San Martín

27

Entonces me divertí con mi explicación. “Tú plantas dos cocoteros.

¡Conectas la antena entre los dos cocoteros y cada año aumenta tu

cable coaxial!”

Los operadores se reían muy a gusto de esto, pero mi antena aún

estaba conectada a los árboles de mis vecinos.

Estaba en la banda de los 20 metros y cierto día me conecté

sorpresivamente con la Antártida. Era increíble que mi señal llegase tan

lejos. El operador me dijo que ellos estaban ¡a diez metros debajo del

hielo! “Amigo” le contesté “Aquí estoy sentado tomando ‘Té’ y en

mangas de camisa. Tenemos arroz, papaya y mangos para la cena y

escuchen a los insectos zumbando su ritmo”

Antártida respondió, “por favor deja de hablar dónde vives ahora o

empacaré en el acto y me iré a casa”

Una tarde intenté reparar mi antena. Rosa, una muchacha deseaba

trepar el cocotero sin usar una escalera. Sí, ella simplemente se

encaramó y avanzó unos cuatro metros arriba del tronco del cocotero,

pero de pronto, sintiendo que sus fuerzas decaían, gritó, “pastor, tengo

que bajar, ¡no puedo subir más!”

“¡Regresa despacio, Rosa! ¡Aquí estamos para ayudarte!” le aseguré.

Ella comenzó a descender lentamente las manos, pecho y piernas.

Finalmente desde luego cayó a tierra. Ella comenzó a gritar en agonía.

Creímos que tal vez se hirió la columna. Mi amigo, Arturo Béjar, de la

torre de radio del aeropuerto estaba presente, sosteniendo el brazo de

Rosa Muy firmemente. Yo sabía que él había estudiado brahmanismo,

yoga, mesmerismo y toda clase de filosofías orientales y no deseaba

que ejerciera nada de esa técnica con Rosa.

“Anda nomás Arturo” le pedí. Entonces elevamos nuestros corazones en

ferviente oración pidiendo su recuperación. A la siguiente mañana ella

estaba levantada corriendo como si nada hubiese ocurrido.

LA ALEGRÍA DEL SERVICIO MISIONERO

Actividad misionera.

Page 28: História de la Iglesia en San Martín

28

Mi distrito grande y deberes igualmente grandes y variados. San Antonio

de Cumbaza y San Pedro estaban en constante contacto. Los miembros

de mi feligresía que pedían ayuda.

“Pastor, ¿Cuándo volverá?”

Fui de nuevo y fue una experiencia inolvidable. Pero, el enemigo estaba

despierto y enérgico causando problemas. Íbamos a tener nuestra

reunión en la plaza de armas frente al edificio. El gobernador tenía un

generador pequeño pero estaba fuera de la ciudad y había llevado su

generador con él. De manera que desechamos esa solución.

Necesitábamos conseguir algo de petróleo para que el motor de la

planta funcionara. El operador de la planta tenía sólo un galón en su

casa y después de alguna persuasión consintió en usarlo para el motor

solamente por quince minutos. Eso sería el tiempo suficiente para un

rollo de película de 12 minutos. De manera que fuimos de casa en casa

invitando a la gente para la reunión en la plaza del pueblo.

A eso de las siete y treinta, doscientas personas estaban reunidas en la

plaza. Estábamos esforzándonos de crear buena voluntad, y mi plan era

introducirme a mí mismo, a nuestra iglesia con el mensaje de salud. Les

dije era introducirme en mí mismo, a nuestra iglesia con el mensaje de

salud. Les dije que era un misionero adventista del séptimo día que

estaba interesado en su bienestar.

Deseaba que conociera a su Padre Celestial quien quería que

disfrutaran de la vida, que prosperaran y que tuvieran buena salud tal

como estaba escrito en sus Biblias, Hablé contra el uso de alcohol y los

cigarrillos y les animé a buscar una vida saludable.

Invite al inspector sanitario que pasara al frente. “señor Grandes” – dije-

“¿Cuántas enfermedades puede contraer una persona por comer carne

de cerdo?” ¡Su respuesta fue inmediata! “¡cuarenta y cinco!”

“¿cuántas?” Volví a hacer la pregunta para hacer una impresión más

profunda en nuestros oyentes. “¡cuarenta y cinco!” – volvió a repetir.

“¡y como la gusta a la gente el puerco tan rico!¡como lo disfrutan!” todos

rieron.

Page 29: História de la Iglesia en San Martín

29

Entonces el señor Grande y yo hablamos de higiene pública, excusados,

y el cuidado de la basura. Mientras el dialogo de salud pública se

desarrollaba pudimos comprar más combustible que hizo posible mostrar

otra película.

Todos fuimos bien recibidos en nuestra segunda visita y mostramos

algunas películas que trataba acerca del uso de cigarrillo y el proyecto

espacial Mercurio.

Los aldeanos estaban conmovidos, pues nunca habían visto semejante

cosas antes.

Las reuniones crearon una actitud positiva hacia nuestra iglesia – y hacia

nosotros. Ellos se fueron muy impactados. Quedaron satisfechos con

nuestro servicio, y nuestras reuniones introductoras entre esa gente

receptiva.

Un hermano fiel de la iglesia de la iglesia de Morales murió ese mismo

día y a la mañana siguiente prepere un mensaje un mensaje de

consuelo para la congregación doliente. Me sentía demasiado cansado

de la reunión nocturna y nuestra llegada tarde a casa, de manera que

el servicio funeral fue difícil. Use mi jeep como carrosa fúnebre, yendo

en primera al manejar hacia el cementerio, llevando el ataúd delante del

cortejo enlutado que nos guía.

El día triste fue alegrado de inmediato cuando recibimos un telegrama

del líder de nuestro grupo de zapatero invitándonos a reuniones el

viernes. El Espíritu Santo había tocado sus corazones. ¡Ellos estaban

disolviendo su rebelión y retornando a la iglesia!

Podía ir parte del camino en mi jeep, y después de cruzar el rio mayo

tenia un tramo de camino de una media hora. Los hermanos estaban

esperando mi llegada. El tema de mi sermón fue la necesidad del

Espíritu Santo en nuestro medio. Varios hermanos, se pasaron

sugiriendo la reconciliación e inmediatamente de todo el grupo estaba

abrazándose el uno al otro. Yo estaba rebosando de alergia y creo que

hasta los ángeles se regocijaron. Nuestra oración fueron contestadas y

fueron recompensadas grandemente por nuestras visitas previas y

nuestra preocupación cristiana ungiéndoles a permanecer con el barco.

Page 30: História de la Iglesia en San Martín

30

Muchos residentes de San Pedro fueron receptivos a nuestro trabajo y al

mensaje de la biblia. Pero para la profesora de la escuela local, éramos

una espina urticante que suscitaba su opinión. Quise entrevistarla de

manera que me aventure a visitarla en su casa. “usted ha logrado entrar

muy bien aquí en el pueblo” – me comento.

“si” – admití- “mi deseo es el mejoramiento de la comunidad. Señora, me

gustaría invitarla a que asistiera usted también a nuestras reuniones”

Ella había castigado recientemente a sus alumnos por asistir a nuestras

reuniones y estaba asignando a los alumnos que asistían a nuestra

iglesia trabajos en casa simplemente imposibles de realizar. Con mucho

tacto le sugerí que esas asignaciones deberían mas bien complementar

las actividades empezadas en el aula. Ella asintió a mi razonamiento y

sospeche que la tolerancia se había iniciado.

Ordenación ministerial

Al pastor Israel Alomia, quien me había precidido en la estación

misionera de Unini, se le pidió que escribiera una recomendación para

mi ordenación ministerial. Yo no tuve ninguna información previa de esta

hermosa posibilidad hasta que el escribió rememorando mis actividades

en Unini, Bolognesi, el Gran Pajonal y a lo largo de los ríos – además del

programa de edificaciones que habíamos pensado que era tan

necesario. Fue en noviembre de 1971 que el pastor Itamar Paiva,

presidente de la Misión del Oriente Peruano llego a nuestro hogar y

extendienme su mano me felicito por la aprobación para mi ordenacion

por la junta de de la misión. El vino después de la aprobación en la

misión de ordenacion de la Union , diciéndome que la ceremonia podría

ser en enero durante la las reuniones del congreso cuadrienal de la

Union Incaica en nuestro colegio cerca de lima. Ya habia esperadohabia

esperado que mis padres estuvieran presentes para mi ocacion especial,

pero no iba a ser asi. Sin embargo, Evelyn y nuestros hijos estuvieron

presentes.

El 8 de enero de 1972, el pastor jorge riffel de la división sudamericana

en Buenos Aires, me condujo hacia la plataforma para la experiencia

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mas sagrada y solemne. Después de la ceremonia y la oración de

dedicación, Evelyn se unió a mi en la plataforma fuimos presentados

como el pastor Siegfried y Evelyn neuendorff.

Ningún pastor puede ser de éxito a menos que su pareja sea un apoyo

pleno. Evelyn es una esposa muy especial. Ella afronto la dificultades y

la soledad de la misión de la vida- la presencia de insectos, ratas y

culebras, realizando responsabilidades personales en la misión continua

y siempre recibidos alegremente y felicitados por nuestra ordenación.

Por nuestra parte estivamos determinados para sostener los principios

encontrados en la escritura y mantenidos por su iglesia.

Atención dental en San Martin

Cuando vivíamos en el área de rio Ucayali, allí no había servicio dental

asequible – ni privado ni gubernamental. Yo estaba dispuesto a ayudar

libremente a quienquiera y dondequiera. Sin embargo, en el

departamento de San Martin, la ayuda profesional era disponible. Pero

habían aquellos que necesitaban ayuda y no podían pagar una visita al

consultorio o incluso Vivian muy distantes como para hacerse un viaje

dental.

Yo era consciente de mi necesidad de autorización para el servicio

dental en esta área. De manera que un día visite al director Médico del

hospital local y le hable de mi deseo de ayudar a los lugares que

perciban de ayuda. El en realidad no podía autorizarme para tal

actividad, pero, me percate de su disposición de ayudarme a fin de que

pudiera prestar ayuda en los lugares donde los servicios dentales no

existían. Yo considere esto como una bendición ya que podía proceder

en casos de urgencia. Yo podía usar esto como un medio de entrada en

el área donde existían prejuicios contra la religión y los extranjeros.

Un día recibí una carta de una señora de Tabalosos:

Apreciado señor Neuendorff:

Se me ha comunicado que usted puede y está deseoso de ayudar a los

residentes de cualquier comunidad que solicite sus servicios para

realizar extracciones dentales por un precio razonable, a fin de cubrir los

gastos que requiere el uso del equipo y la anestesia. Las personas que

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32

abajo firmamos indican su petición para servir a nuestra ciudad en la

más cercana oportunidad que usted disponga.

Desde ya le agradecemos por atender a nuestro pedido.

Cien personas habían firmado este pedido para que visitara su

comunidad y cuidara de sus problemas dentales. Yo estaba contento por

esta invitación aunque significaba otra demanda para el tiempo limitado

de mi programa. Mi “día pastoral libre” estaba programado para los

lunes. Yo podía usar “mi día libre” para responder a este pedido. Yo no

soy un dotado de dilación, de manera que junto con un amigo útil

comenzamos nuestra misión sin ningún anuncio. La gente de Tabalosos

no tenía idea de cuándo podría aparecer, de manera que un lunes por la

tarde cuando aparecimos en su escenario, no hubieron pacientes a la

vista. Mis pacientes en perspectiva estaban trabajando en sus chacras,

pero cuando llego las 11:30 de la noche y después de treinta y cinco

extracciones tuvimos que manejar 40 kilómetros a Tarapoto y a casa, no

fue por cierto, un ejemplo de temperancia, el camino era encalaminado y

estábamos exhausto, pero felices.

Al mismo día siguiente Radio Tropical anuncio muy específicamente, “la

ciudad de Tabalosos aprecia el servicio dental dado por los caballeros

que atendieron sus necesidades ayer por la tarde”.

Para mis tareas dentales yo siempre llevaba conmigo Benz- All. Era un

líquido esterilizador frio que usaba para la limpieza de los instrumentos.

Yo estaba en la aldea de San Pedro. Era ya casi oscuro y alguien deseo

una extracción dental.

Desempaque mi equipo y puse el frasco que contenía el Benz- All sobre

la mesa.

Cuando estaba por esterilizar, para mi sorpresa, Benz- All habia

desaparecido.

“¿Qué paso?”- me pregunte yo mismo como no quise crear malos

sentimientos acusando a alguien, simplemente fui a mi jeep y traje otra

botella. Extraje al diente, y comencé a empacar. ¿Qué? sobre la mesa

estaba la botella perdida-y llena solo hasta la mitad. Yo estaba contento

de que hubiera aparecido la botella, cuando una señora pequeña me dijo

disculpándose,”pastor, yo pensé que era aceite de comer, de manera

Page 33: História de la Iglesia en San Martín

33

que use un poquito para cocinar mi sopa con eso”. Vaya , vaya ¡que

contenta estaba de que no hubiera invitado a la cena! .

Al día siguiente hice mi primera vista a tingo de ponaza, una pequeña

aldea perteneciente a mi distrito. Distaba a una hora y media hora de

viaje en jeep. Cruzaba el rio Huallaga en canoa, y luego seguía un

camino de tres horas a pie. Yo camine pero a acompañado de un

hombre de edad y un mulo. El mulo del hombre llevaba mi equipaje

mientras íbamos caminando juntos. En aprecio por su servicio y su

compañía le extraje un diente que le molestaba. Sus vecinos observaron

el tratamiento y también dijeron someterse a la operación y gracias a eso

pude extraer seis muelas mas. Hubo que transar con respecto al precio

que finalmente fue a quince soles cada uno. Un dentista en tarapoto le

hubiera cobrado cincuenta soles- y eso hubiera sido en tarapoto, lo cual

equivalía además un viaje de tres horas hasta el rio, luego cruzarlo y

desde allí llegar de algún modo a la ciudad.

Cansado y hambriento visite una familia grande y bastante conocida en

Tingo. Ellos eran una fiel familia adventista. Adoramos juntos de mañana

y de tarde, y Lugo me dedicaba a mis menesteres dentales de nuevo.

Justo cuando estaba con el ultimo diente, un camión de la aldea toco su

bocina apurándome para fuera con él. Yo aun no había desayunado,

pero era preferible a las tres horas de caminata, por lo tanto empaque

rápidamente y partí con mi improvisado “taxi”.

Cruce el rio en Pucaca y después de hacer una obra dental con

pacientes que me esperaban en el “puerto”, agradecí una comida de

porotos, fideos y huevos fritos. Ahora podría sobrevivir y apresurarme a

casa para participar en la reuniendo la voz de la juventud, cerrando otro

día de servicio.

La rutina Tarapotina

En loma linda yo tome un test de temperamentos a fin de descubrir

talentos y aptitudes. Bueno, la prueba mostro como actitudes a fines a

mi humanidad, trabajo dental, empleado de almacenaje o también

director de funerales. En realidad yo no quería pasar el resto de mi vida

metiéndome en la boca de la gente. pero había pasado algún tiempo

Page 34: História de la Iglesia en San Martín

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extrayendo dientes y estaba contento de ayudar alos sufrientes. Yo era

capaz de entender el temor del paciendo puesto que yo había sufrido

esa agonía en una silla dental. Además, francamente tampoco había

deseado ser un pastor visitando gente enferma y oficiando servicios

fúnebres. Pero, como un pastor ordenado no podía imaginarme

haciendo otra cosa fuera de cuidar las necesidades espirituales de la

gente. En una bendición personal ser una bendición para los demás. Yo

puedo concordar con Pablo quien dijo, “hay de mi si no iniciara el

evangelio” (1cor 9:16).

Nuestra base área de la iglesia adventista en la selva Peruana estaba en

yarina Cocha, cerca de la ciudad de Pucallpa. Clyde Peters era nuestro

primer piloto y el que tenía el periodo más largo de estadía. Luego venia

Bob Seamount – un veterano que había estado 18 años con el cuarteto

del programa de radial de la voz de la profecía. Después venia Stanley

Sornberger del programa de aviación de La universidad Andrews. Todos

estos compañeros eran aviadores excelentes y verdaderos siervos

cristianos.

Cierto día cuando Stan estuvo visitándonos le preguntamos acerca de

Unini donde habíamos pasados 5 años interesantes de nuestra vida y

labor quedamos deleitados al saber que Antonio Abanto, es sacerdote

de Bolognesi en la ribera del rio Ucayaly había decidido ser un

adventista del séptimo día. Estas noticias llenaron nuestro corazón con

un gran gozo y nos dieron ánimo. Recordamos que la habíamos dado el

centinela y varios otros libros, incluyendo el conflicto de los siglos.

Habíamos sembrado la semilla y Dios que cuida del resto hizo que ella

germinara y floreciera.

Nos pareció que fuera navidad cuando en julio llego nuestra carga

enviada por barco desde california. Libros, utensilios de cocina, ropas,

zapatos, alimentos deshidratados, casetes de música; ah y también, que

día mas agradable, ¡nuestro pequeño piano completamente tratado para

la humedad de la selva que tanto le habíamos esperado! Era una

hermosa pieza de mueblería- pero aun no podíamos tocarle- no había la

llave. Qué momento más desagradable. Lo puse para que adornara

nuestra sala hasta que un día al remover el papel inferior descubrí para

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35

nuestra alegría la llave que había sido puesta envuelta y adentro. Por fin

el piano estaba a total disposición y nuestro gozo familiar completo.

Los problemas vienen y se van. Habeces ellos vienen con furia inusitada

en irse. En tarapoto hay cucarachas y moscas, pero no otros insectos- y

no hay sancudos, tábanos, o manta blanca. Nuestro problema era una

plaga que nos hacia recordar de algún modo Egipto. En tarapoto la

llamaban “mundialito ”- esta producía una comezón muy extrema en las

manchas padecidas a granos rojos que urgían de rascado.la rascada es

tan apremiante que esta se impone a cualquier otra actividad. Las

manchas rojas estaban en los brazos, debajo de la línea del cinturón, la

ingle- en todo el cuerpo. Para algunos estas picazones se tornaban en

ampollas y llagas abiertas. ¡y los farmacéuticos no tenían remedio

alguno para ellas! A algún doliente por allí- después de muchas pruebas

y errores- se le ocurrió hacer una porción de fácil preparación mesclando

alcohol, insecticida, alcanfor, mentol y kerosén, buscando aliviar su

miseria.los mensajes llegan de boca en boca, en todas partes, y así nos

llevo también a nosotros de manera que nuestra plaga se acabo para

siempre.

Una mañana muy temprano uno de nuestros diáconos vino pidiendo

ayuda. “¡venga rápido por favor” mi suegro se esta meriendo. ¿Podría

venir a ungirlo?!- fue su suplica. Evelyn le había visitado previamente a

el y le puso una inyección antibiótica.

Pero la noche había sido crítica para él y Julio Chota sentía que estaba

muriendo. El había sido un miembro de la iglesia, después se cambio a

otra organización, dando testimonio para ellos y defendiendo sus

doctrinas. Pero eso no era importante ahora, sino importaba servirle en

ese momento de su necesidad. Salimos de inmediato en nuestra moto y

nuestro vecino Marcos Ríos nos acompaño. Julio podía ver en lo alto el

ataúd que habían comprado para su sepelio.

Acercándome a el le pregunte en voz baja, “hermano Julio, ¿hay algo

que quisiera decirnos?” “he sido infiel y me aparte del señor. No he

tenido paz en mi vida. Ahora, sea que viva o muera, quiero arreglar con

mi señor “- dijo el lentamente pugnando por respirar mientras hablaba. El

quería ordenar su vida.

Page 36: História de la Iglesia en San Martín

36

“hermano, ¿Por qué no ora al señor y le dice lo que está en su corazón y

luego después yo también orare?”- le dije hablando quedadamente a sus

oídos.

El momento era tenso. En cualquier momento el podía morir delante de

nosotros. Nos arrodillamos junto a su cama. El cerro sus ojos y con su

voz muy débil y el anuncio de la muerte en su pecho, comenzó a orar. El

respiraba pesada he intermitentemente. “oh padre perdóname mis

pecados y dame tu paz, esa que viene solo de ti. En el nombre de Jesús,

¡amén! “cerro sus ojos y finalmente dejo de hablar. “¿Fue eso el final de

su oración o había muerto?”- nos preguntábamos todos. Cada uno

ofreció una oración caracter y sincera por nuestro hermano en Cristo,

anciano y agonizante. Yo ofrecí la oración final. Escuchamos la

respiración trabajosa y lenta del hermano Chota. Sus ojos aun

permanecían cerrados.

Nos pusimos de pie y nos alistábamos para salir. Le dimos a su hija

Rosa algunas instrucciones si por casualidad, el deseara por casualidad

algo de comer “¿Qué paso? ¿A dónde se?”.

“hermano, quisimos ver y orar por usted, pero ahora nos estamos

viendo”- respondí.

A nuestro regreso a casa hicimos una parada en la oficina de correos, y

al llegar a casa estaba esperándonos Marden y yerno de julio

“después de usted salió, el se levanto y fue a la cocina buscando

comida. ¿Tenía hambre? ” ¡Estábamos emocionados! un milagro de

sanamiento y otra victoria para el señor. ¿Acaso el señor no ha

indicado? “¿esta alguno enfermo entre vosotros?” Llame a los

ancianos de la iglesia, y ore por él, ungiéndole con aceite en el

nombre del señor (sant 5:14) ? ”.

Pero también está escrito, “y cuando estaba en la cárcel, viniste a

mi” (Mat 25:36). Estas palabras punzaban mi conciencia. Yo había

visitado el penal del Sepa en las orillas del Urubamba, ¿Por qué no

podía visitar la cárcel aquí ? Las autoridades locales tenían la

voluntad de permitirme la visita a los presos. Empecé a estudia “la biblia

habla” con ellos. Entonces nos tornamos amigos y sentí estaba listo para

Page 37: História de la Iglesia en San Martín

37

recibir el material de sermón y les mostré los cursos de la biblia de ciclo

veinte en filminas.

Pero el padre de la enemistad y la oposición siempre está presente. E

incluso va a la cárcel. Había algunos que nos llamaban “pasados de

moda”, apodándonos de anticuados al estar guardando “leyes viejas” y

enseñando una serie de mentiras. Una mañana ellos se toparon con un

abogado, que había sido trasladado de otra área para internarlo allí por

pervertir fondos políticos. Y ellos atacaron al individuo equivocado pues

la loa ataco rápidamente condenando su burla. “ustedes dicen que Cristo

es el fin de la ley, que debemos estar unidos, cumpliendo el

mandamiento de Dios de amarnos los unos a los otros, ¿y qué es lo que

están haciendo? ¡Ustedes se están oponiendo a los que no enseñan a

obedecer a Dios!”

Bendiciones y Bautismos

Cuando la semilla plantada nace, ella crece y florece. Yo había estado

“en la cárcel” por semanas y por meses dando estudios bíblicos y ahora

Segundo Misael era insistente. Su encarcelamiento iba a terminar muy

pronto, pero él no quería esperar eso para su bautismo. “pastor, yo se

que pronto seré libre, pero no eso esperar para mi entrega al señor. Por

sobre todas la cosas, deseo ser verdaderamente libre en él”.

No había bautisterio en la cárcel. y o debía pedir permiso del sub-

perfecto de la provincia de San Martin para sacar a este encarcelado

fuera de la prisión. Y había otros dos – un ingeniero y Juan Salazar

Novoa, nuestro “abogado defensor” – que también quería ser testigos de

este evento especial. Pedio dos guardias del bautizarte, como masón.

Yo se que tu puedes ser masón y al mismo tiempo ser miembro de

alguna otra iglesia, pero tú no puedes ser al mismo tiempo masón y

cristiano.

El trato de defender a los masones y su membrecía con ellos

diciendo que esta no era una organización religiosa ni espiritista. ¡El

diablo luchaba por su cliente!¡era una batalla espiritual!

El me sorprendió un día diciéndome “¡pastor, usted es el mejor masón

de esta ciudad!”

Page 38: História de la Iglesia en San Martín

38

“¿Qué?”.

“¡oh si! Usted cree en Dios. Usted es una persona libre, usted vive una

vida pura sirviendo a los demás. Usted me ha enseñado la verdad que

estaba buscando y que todos los masones están buscando. Yo sé que

he encontrado el evangelio y eso (los miembros de la iglesia) son mis

hermanos que me han ayudado sin ningún beneficio personal. Yo debo

ser bautizado y ahora estoy listo para dejar la organización masónica.

Debo ser un ejemplo de la verdad y eso es lo más importante”.

Yo tenía que estar seguro de que estaba dispuesto a separarse de la

membrecía masónica y sus enseñanzas. Durante intervalos de media

hora yo le hice la misma pregunta un par de veces. Cada vez el

respondió afirmativamente.

Yo estaba esperando bautizarle junto con su esposa en la misma

ceremonia.

Ella era amigable y favorable. Cuando llame en su casa ella cancelo

todas las demás actividades, llamo a sus hijos, amigos y todos

presentes vinieron a reunirse en la casa.

Después del bautismo era una alegría especial para todos los miembros

de nuestra iglesia de Tarapoto tener un abogado entre ellos. Pero era

difícil para Juan cerrar su lealtad a sus amigos masones por que ellos

habían sido leales al apoyarlo durante su encarcelamiento. El iba a

nuestra casa para tener estudios e invitaba a sus amigos. Pablo Morí

era el jefe de la Logia en Tarapoto, Arturo Béjar era también masón. Los

estudios progresaron bien y todos los que estudiaron afirmaron que

nuestro mensaje era verdaderamente bíblico y manifestaron estar

dispuestos a seguirlo. Pablo argullo que aunque el mensaje era

verdadero este era solo para gente humilde pues eso era evidente en

la feligresía de nuestra iglesia.

Juan respondió ferviente y rápidamente, “aquí esta otra persona

humilde, ven, ¡únete a mi ¡”.

Que agradable sorpresa fue el día cuando Arturo me dijo, “pastor

siegfried, cuando usted se baya de vacaciones y no podamos ir a

estudiar a su casa, yo simplemente tendré que ir a la iglesia”. El ya

había arreglado totalmente su estilo de vida, removió sus cuadros,

Page 39: História de la Iglesia en San Martín

39

reusaba las carnes inmundas – y con el tiempo todas las carnes de su

alimentación – se había quitado las sortijas e incluso cerro su casa a los

bailes.

Trabajos y bendiciones

Fue a terminar un sábado placentero cuando Evelyn comenzó a quejarse con

un dolor en su abdomen. Sus ojos se tornaron amarrillo y termino por una

hepatitis. Fuimos en busca de auxilio médico y ella fue internada de

inmediato en el hospital general. El domingo de mañana todo su cuerpo

se había vuelto amarrillo. En el hospital ella había recibido fluidos muy

internamente en los músculos. Esas inyecciones eran tan dolorosas que

Evelyn se negó a tomarlas puesto que temía quedarse inválida allí

misma. Resignada con su problema y dolor, se calmo pensando, no

tengo otro lugar donde ir por ayuda, así es que, viva o muera me

encomiendo al señor. Entonces descansando en su amor, ella pudo

dormir mejor.

Un día estaba sentado junto a la cama un sacerdote católico con quien

me había encontrado antes mientras realizaba sus visitas. El había

estado dos años en Alemania y yo sabía cuanto apreciaba la cultura

Alemana. Yo acababa de recibir una carta de mis padres y estaba

leyéndola a Evelyn, de manera que le permití que leyera la primera

pagina. Su aliento me decía que le había estado tomando y fumando. La

carta de mis padres enfatizaba la necesidad del ciudadano por el cuerpo,

de cómo templo del Dios viviente. Nuestra conversación esa tarde duro

hasta después de las diez de la noche. “Tú sabes Siegfried, yo no sé

mucho acerca de tu religión, y me gustaría saber algo más”. Esa

declaración fue suficiente para mi día debería decir suficiente para mi

noche.

Nuestro sacerdote amigable enseñando una clase vespertina para

adultos a la cual nuestra vecina Zulema Ríos asistía. Zulema compartió

con su esposo las apreciaciones que el cura hizo en su clase y Marcos

vino muy excitado a decirnos.

El cura, en su clase estaba denunciando a las organizaciones de las

iglesias, incluyendo la de el. “Esa gente de iglesia. ¿Qué clase de

Page 40: História de la Iglesia en San Martín

40

cristianos son? Ellos beben, fuman, no atienden los servicios de la

iglesia”. Y continuo, “solante una vez encontrado a un adventista del

séptimo día que no a transigido con sus principios. Pero miren al resto

de ellos. ¡Miren a su pastor! Que cortes y agradable es toda las veces y

que admirable es el. Nosotros tuvimos una hermosa visita el otro dia y

que conversación más linda tuvimos juntos”.

Este pequeño mensaje fue animador no solo para mí sino también para

todos muchos miembros. Eso me dio más determinación para alcanzar a

nuestra comunidad.

Estábamos muy agradecidos por tener un hospital donde Evelyn

pudiera descansar y recibir ayuda médica como nuestro dilema.

Después de su hospitalización ella necesito una buen acomida casera y

mucho descanso. Una bendición disfrazada por nuestra introducción a

un medico muy calificado de la Argentina, quien era entendido y

cuidadoso.

¡Desastre en el Huallaga!

Las lluvias torrenciales en setiembre aumentaron las aguas del rio

Huallaga e inundaron completamente ocho aldeas a lo largo de sus

riberas. Una docena más de aldeas también sufrieron devastación y

pérdida. Era un domingo y nadie oyó su clamor desesperado en

llamadas de SOS, de manera que las noticias del desastre rondaron

importantemente todo el día. El lunes por la mañana Clyde trajo nuestro

avión con ayuda. Esa tarde nuestros miembros en Tarapoto reunieron

doscientos soles de inmediatos y a la mañana siguiente otros medios

trajeron más dinero, además de ropa y alimentos. Hacia las 10:30 am.

Pudimos llevar en vuelo a los médicos del hospital general, un ingeniero

y también una señora del gobierno. Desde el aire pudimos ver la

destrucción traída por la inundación de las aguas. Casi todas las

pequeñas chacras fueron destruidas. En Bellavista por lo menos treinta

casas estaban totalmente en el suelo y muchas más inhabitables. Clyde

hizo dos vuelos mas llevando ayuda médica. Radio Tropical anuncio la

necesidad de alimentos, frazadas y ropa. Mi amigo el cura organizo un

comité de emergencia con los líderes de la cuidad – el alcalde,

Page 41: História de la Iglesia en San Martín

41

directores de los departamentos de agricultura, salud, educación,

transporte, policía, un mayor del ejército, dos curas mas y yo como un

representante de ADRA (OFASA en aquel entonces). OFASA envió ocho

toneladas de alimentos que fueron transportadas por el Ejército desde

Pucallpa.

Fue una tarea de gran avergadura ayudar a este desastre, reuniendo

alimento, ropa y contenedores para las víctimas de la inundación.

De hecho se requería cuatro meses hasta la siguiente cosecha y esas

gentes devastadas iban a necesitar alimento por lo menos para ese

lapso. Numerosos agricultores habían perdido sus hogares, y los

productos de sus tierras – el único medio de subsistencias. Yo pude

comprar unos cien racimos de plantano con un cheque de OFASA y los

miembros locales compartieron lo que ellos podían. Todas las oficinas

gubernamentales estuvieron agradecidas por la ayuda voluntaria en

esta crisis.

Tratamos de hacer lo mejor para “ganar amigos y gente de influencia”

proporcionando documentación y películas sobre viajes lo cual la gente

de nuestro pueblo disfrutaba grandemente. Cuando las visitas

comenzaron asistir a la iglesia, les invitábamos a cantar con el coro.

Nosotros les distribuíamos Biblias a los que las necesidades. La iglesia

“oficial” pronto se sintió maltratada, cuando hable acerca de “paganos

bautizados” en un sermón – refiriéndome a las costumbres paganas que

se infiltran en la iglesia. El sacerdote local tomo el asunto mencionado

por la radio de un “gringo” que estaba criticando las costumbres y

tradiciones de la región. Por ese motivo un padre católico se negaba a

dejar que sus dos hijas viniese a nuestra iglesia. Su madre escribió a

Evelyn pidiéndole ayuda ya que ella, que desaprobaba los bailes y las

fiestas de borrachera deseaba que sus hijas asistieran a nuestras

reuniones.

Una sorpresa desagradable

De pronto nos llego otro problema – por cierto muy personal. La junta de

la Misión voto que dejáramos Tarapoto y que nos trasladaremos a

Requena, una ciudad ribereña en el Bajo Ucayali. Yo no podía que este

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42

nuevo asignamiento iría a aceptarlo. Simplemente no podía hacerme a

la idea de dejar esta provincia donde había estando sembrando la

semilla del evangelio, cultivándola y cosechando durante estos dos

años. Incluso yo estaba realizando un esfuerzo evangelistero en Juan

Guerra. Yo estaba realmente perturbado – bueno, más bien frustrado, en

realidad me sentía miserable. Habíamos bautizado 80 nuevos miembros,

el diezmo del distrito había subido en un setenta por ciento. ¿Por qué no

podía quedarme en mi distrito más años y cosechar el cuidado y amor

que estábamos teniendo? Nosotros amamos a la gente - ¡y también

podíamos sentir el aprecio de ellos! Yo estaba un poco rebelde cuando

le dije a mi jefe que yo simplemente no podía ir. El me recomendó que

mi actitud era incorrecta y que yo debería aceptar la voz de la junta de la

Misión, indicándome que un voto de junta de Misión es la voz del señor.

Bueno, yo no estaba dispuesto a ir asta ese punto. Yo sentí que esa

junta era demasiada visonia y estaba compuesta por la obreros sin la

debida experiencia.

Yo sospechaba que en parte tenía que ver con un problema financiero y

si nosotros éramos incapaces de mantener una obra establecida, seria

incluso andar abriendo nuevos lugares simplemente bajo presión.

Yo empaque mi tención con la seguridad de que el señor avía tomado

cuidado de las dificultades anteriormente - y que el lo volvería a ser de

nuevo.

¡ ya que si lo hizo! Un día cuando hice un llamado a Pucallpa sucedió

que estaba allí el pastor David Baasch de la asociación general. El me

hablo por la radio, “Siegfrien”, ¿Cómo estás?

Yo soy una persona decidida y afirmativa, de manera que no mostré ni

siquiera un poquito de satisfacción. “David, ¡me siento miserable!”

Luego descargue mi corazón, mi alma y mi todo son respecto al pedido

de la Misión y como atribulada t a todo mi corazón. El pastor Baasch

pareció simpatizar con mi tristeza y me prometió una investigación en

Iquitos en la oficina de la Misión.

Nunca más volvimos a oír de tal cambio

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43

Al llegar enero de 1974, sin embargo, la junta de la Misión nos presento

otro desafío. Por casi 25 años el distrito misionero de lamas había tenido

un pastor para su atención distrital. Ahora con la disminución de los

diezmos de ese distrito, las dos iglesias y dieciséis grupos estaban

siendo añadidos a mi cuidado y atención.

De algún modo nunca fui capaz de tener al sol a fin de establecer un

día de treinta y seis horas. Entonces precise programar las

congregaciones de la geografía era un desafío, pero yo sabía que el

señor podía manejar mi problema. Algunos lugares asequibles

únicamente a pie. Algunos caminos eran intransitables desde las fuertes

lluvias. La distribución de los materiales de escuela sabática y

publicaciones se convirtió en una pesadilla.

La inestabilidad de la energía eléctrica en algunos lugares causo

problemas con nuestro equipo electrónico – y a veces en momentos

inoportunos. A veces el foco de la proyectora volaba o el generador de la

electricidad chisporroteaba – y luego paraba. Y esos focos, oh tubos de

radio del proyector solo se podía obtenerse en Lima o en California.

¡pero fuimos bendecidos ¡ numerosas cajas llenas con el camino a

Cristo, otro con el conflicto de los siglos, nos fueron provistas por la

organización inspiration books, de Phoenix, Arizona. Antes de distribuir

estos a nuestras visitas que estaban interesadas en nuestras reuniones

evanglística, les insertábamos una tarjeta en cada libro preguntándoles

su aprecio y entendimiento a su lectura e invitándoles a inscribirse en las

lesiones bíblicas.

El recibir un libro gratis era en verdad un evento tan inusual para la

gente de pueblo. Llenamos la ciudad con el camino a Cristo, entregando

una copia en cada negocio, cada casa, a la policía, a los taxistas,

empleados bancarios, y en la oficina regional de educación. Nuestro

regalo fue muy apreciado por ello y siendo que no tenían ni televisión ni

menos internet ellos aceptaban alegremente todo lo que era leíble.

Puesto que los libros eran un regalo de hermanos fieles, yo Estaba

determinado a que ellos sirvieran para un gran propósito. Así, nosotros

entregábamos El conflicto de los siglos en calidad de préstamo a

aquellos que demostraban un deseo de avance espiritual. Dimos, sin

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44

embargo, a cada dueño de tienda una copia lo cual recibieron muy

agradecidos.

A un año o dos después de nuestra partida de la ciudad, el nuevo pastor

comenzó una campaña evanglística. El estaba conmovido y admirado al

ver a la gente de la cuidad caminar con su Biblias, el camino a Cristo y el

conflicto de los siglos. Aquellos que dieron su dinero para comprar y

enviar estos materiales especiales algún día rebosaran de gozo al

comprobar cuanta gente del interior del Perú fue bendecida.

Imprimimos y distribuimos, tarjetas semejantes a la de negocio en las

cuales estaba impresa la siguiente declaración de libro la educación, P.

57 de Ellen White:

La mayor necesidad del mundo ahora es la de hombres, hombres que

no se comprenden ni se vendan, hombres que sean sinceros y honrados

hasta lo más intimo de sus almas, hombre que no teman dar el pecado

el hombre que le corresponde, hombre cuya conciencia sea tan leal al

deber como la brújula al palo, hombres que estén de parte de la justicia

aunque se desplomen los cielos.

La respuesta que recibimos a estas tarjetas fue excepcionalmente

positiva.

Posteriormente imprimimos el mismo texto en una cartulina 20por

30cms, y en tiempo relativamente corto lo distribuimos en todas las

oficinas poniéndolas en las paredes o en los aviarios.

Al hacer es clamamos por la promesa encontrada en la página 79, 80

del camino a Cristo:

El esfuerzo para bendecir a otro redundara en bendiciones hacia

nosotros mismos.

Este era el propósito de Dios al darnos una parte para actuar en el plan

de redención.

El ha concedido a los hombres el privilegio de llegar a ser partícipe de la

naturaleza divina y su vez, de esparcir bendiciones a sus semejantes…

el espíritu de labor desinteresada por otros da profundidad, estabilidad,

amor semejante al de Cristo al carácter, y trae paz y felicidad al que lo

posee.

Buenas y malas noticias

Page 45: História de la Iglesia en San Martín

45

Fue mi buena suerte tener en enero de 1974 a Volney Arévalo como

ayudante ministerial asignado al distrito. El era un joven agradable,

entusiasta y capaz. El se había graduado recientemente de sus estudio

ministeriales y estaba listo y dispuesto a aceptar la responsabilidad

de trabajar en el distrito misionero que comprendía tanto Tarapoto

como Lamas ¡ gracias padre por este joven!

Justo por este tiempo la junta de la Unión Incaica voto becar a sus

obreros para u curso de “predicación persuasiva ” con la Universidad

Andrews. Esa hubiera una carga adicional para mi. Además ya había

estudiado un curso semejante de homilética con el Dr. Norval Pease -

además de los otros. La participación implica la presentación de diez

sermones el 31 de enero y la lectura de dos libros - uno en portugués

y otro en español. De manera que use persuasividad con mi presidente

para que me permitiera a algún otro oportunidad que yo gustosamente

le sedería. El simpatizo con mis deseos y yo partí feliz y dichoso.

Un viernes de tarde me entere que Abel, un miembro recientemente

bautizado había estado enfermo por una semana y nadie sabía de

ello aunque era amado y apreciado por todos. El estaba tan enfermo

que no había comido por una semana e incluso no podía retener ni el

agua que tomaba. La madre tenía unos cuarenta años de edad y era

totalmente ciega. Habia dos muchachos menores en la casa, pero no

había ni marido ni padre. La cumbre del techo de su casa de palma

había volado , y una chompa de joven recientemente comprada le

había sido robada. El sol estaba descendiendo rápidamente y ese día

no podíamos hacer nada por el techo. A la mañana siguiente en la

iglesia informe a nuestros hermanos de la situación lamentable de la

familia. Inmediatamente después del culto cinco de nuestros hermanos

fueron a sus propiedades, cortaron hojas de palmera (de palma

shapaja), las trajearon y resanaron la cumbrera del techo. Yo fui a

nuestro pequeño auxilio de Dorcas y encontré una chompa, una

casaca, algo de miel y medicina para su garganta inflamada. Mientras

nosotros íbamos otros habían venido con manos dispuestas - y una

bebida para refresco. Cerramos nuestras actividades cantando y

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46

orando. Todos concordamos que no había mejor manera de honrar a

Dios y su sábado que adorándole y amando a sus hijos.

Dios no ordeno que cayera mana del cielo en Tarapoto cuando 30 000

de nosotros no teníamos pan. Para esa necesidad él nos permitió

“hacerlo”. Los vuelos habían sido cancelados por falta de combustible

y estábamos temporalmente aislados.

Había otras cosas que escaseaban también - tales como fósforos y

papel higiénico - y gasolina. Los que poseíamos vehículos podíamos

manejar solamente en días asignados. Dios había tomado cuidado de

eso cuando nuestro piloto de la misión había almacenado sesenta

galones de gasolina cerca de nuestras casa y cuando yo necesitaba

gasolina los martes o jueves, Dios sabía dónde estaba el tanque

almacenado.

Ocurrió otra emergencia para lo cual fui llamado a Lima. Dos viajeros

suecos habían escrito una historia difamatoria sobre nuestros

hermanos campas - los que Vivian en el área del Gran Pajonal. Estos

escritores habían descrito un cuadro inaceptable de nuestra obra en la

selva, alegando que nada bueno se había logrado y que los

misioneros estaban robando a estos nativos el único gozo que

tenían para disfrutar - ¡sus borracheras con masato! Yo había visitado,

enseñado y ayudado a estos mismos campas del Pauti sabía que

estos escritores habían descrito conclusiones desastrosas y farsantes.

Se me llamo a Lima para reclamar semejante evaluación mentirosa y

negativa de la obra misionera adventista.

Después de reuniones con el presidente de la Unión y su asesor legal,

fuimos al consulado sueco para hablar con el embajador. Cuando nos

introducimos, el me pregunto atrevidamente, “¿es usted alemán?”

Impávido, le respondí con presteza, “no solamente alemán, ¡soy

berlinés!”

Al explicar nuestra obra en la selva le seguí al dignatario que tal vez

esos escritores extranjeros esperaron ver nativos salvajes

mugrientos, posiblemente desnudos y celebrando sus fiestas en

borracheras perdidas. Historias inusuales y excitantes ayudan a esos

escritores a vender sus publicaciones baratas. Incluso, uno estos

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47

visitantes se atrevió a escribir que Chovingo, el jefe de la aldea, le

había ofrecido a su hija para una noche de placer. Cuando nuestro

maestro, Rufino y otros nativos oyeron esta mentira vil, ellos

declararon que jamás volverían a hospedar extranjeros en sus

aldeas.

Pregunte al embajador explícitamente, “¿Cómo pueden escritores

llegar a semejantes conclusiones siendo incapaces de comunicarse

con los aldeanos, y siendo ignorantes de su existencia anterior del

evangelio?”

El embajador, sin embargo, defendió a sus paisanos puesto que esos

individuos en Suecia eran “personas notables” y eran además sus

conocidos personales.

Podríamos haber escrito un artículo en defensa de nuestra obra, pero

sentimos que nuestro tiempo y dinero debía ser usado de aun

manera más positiva en vez de una simple defensa.

El presidente de la unión estaba satisfecho con mi conversación con

el embajador y me invito a dirigir el servicio de culto en la oficina para

el personal.

Los desafíos misioneros

Buenos y malos desafíos

De nuevo estaba en casa y con una nueva oportunidad. Fui invitado a

participar de una discusión de mesa redonda durante un congreso

educacional.

Yo iba a ser uno de los tres panelistas junto con el Dr. Yashimura, un

psicólogo y el alcalde de la ciudad. Yo reconocí que esta sería una

oportunidad especial para competir nuestra filosofía con maestros

preocupados con la reforma educativa.

Conocedor de nuestros principios en los escritos inspirados y podría

hablar con autoridad a los doscientos cincuenta maestros atentos. El

coro local de la iglesia canto de su repertorio, y al final del programa

dimos a cada maestro una copia del camino Cristo.

De algún modo estaba inspirado para invitar a estos maestros a nuestra

iglesia para un programa musical especial. Alrededor de ciento

cincuenta de estos educadores atendieron, además de otras visitas con

Page 48: História de la Iglesia en San Martín

48

sus esposas. Nuestra pequeña iglesia estaba repleta y el coro

sobrepaso su presentación, durante el intermedio distribuimos de nuevo

el camino a Cristo a todo el que no había recibido previamente luego

invite a los directores de colegio a identificarse para regalarle el

Conflicto de los Siglos después de eso – más manos se levantaron. Dos

monjas estaban entusiasmadas con los libro de inmediato solicitar a los

que recibieron que nos dijeron su reacción después de la lectura.

Al concluir el programa el director de educación nos alegro con sus

palabras de aprecio, “¡yo no sabía que había semejante coro en toda la

región de San Martin!”.

Nuestra iglesia se estaba volviendo famosa. Teníamos miembros

dedicados y activos, gente joven representativa llena de valor y espíritu

misionero. Un sábado por la tarde iba hablar en Shapaja y estaba

llevando dos jóvenes conmigo para animar el programa. La mayor parte

de nuestro coro decidió acompañarnos y cantar para el programa de la

tarde. En la tarde los miembros del coro visitaron la mayoría de los

hogares invitados a los residentes para el servicio de la tarde ¡y ellos

vinieron! Tuvimos un servicio hermoso y cuando tratamos de despedirlos

invitándolos a que volvieran la siguiente noche, ¡ellos no querían irse!

¡Querían oír más música! “¡queremos oír al coro ¡”

En mi oficina! ¿Qué podría hacer con ellas? La distoficina de la misión

había estado enviando las revistas juventud y vida feliz- yo estaba

obligado a distribuirlas o venderlas-pero no, ¡alli se habían estado

amontonando! Un dia tome coraje con la situación- y las revistas salieron

conmigo a la calle. Las revistas eran tan atractivas que casi se vendían

ellas mismas. El primer día vendí 42 de ellas y al dia siguiente 75. El

director de un colegio de secundaria en la cuidad era un sacerdote

dominicano. Con su larga sotana blanca y su barba volante era muy

fácil de reconocerlo a una distancia.

Yo estaba vendiendo una revista a uno de sus maestros “¿Qué tal?”- lo

salude- “nesecito hablar con usted”.”no tengo tiempo ahora”me

respondió.

“señor”- le respondi-“yo no necesito de su tiempo, solo de su dinero”.

Page 49: História de la Iglesia en San Martín

49

El simplemente se rio, se paro por un momento y compro 4 revistas. El

siempre acepto todo el mterial impreso que lo ofrecía. Ya sabía que el

estaba esperándome el mes siguiente y si no hia, el protestaba pues se

había convertido en un cliente obligado.

Un maestro de historia de un colegio de secundaria- y ateo confeso –me

vio como un amigo con quien podía discutir historia. el también

compraba todo el material de lectura que yo ofrecia.”no demore

demasiado” me dijo un día al dejar su oficina.

Otro primer día en mi vida vino durante la semana santa peruana. Yo no

tenía experiencia o instrucción en tarea de radio difusión. Pero no

carencia de ideas al acercarme a la estación local de “radio

tropical” .había tiempo disponible entre las 9:00 y las 11:00. Estaba

entusiasmado a media que mencionaba a otros acerca de esta

oportunidad para nuestra iglesia.

En el primer programa radial de mi vida. Pero hubo algo que me

incomodo al entrar en el estudio. Imagine mi dilema cuando vi allí a mi

amigo el Sr. Salinas, con quien había estudiado muchas horas en

nuestra casa, quien a su vez había estudiado junto con sus amigos, y

ahora lo encontraba presentando un mensaje favoreciendo a la iglesia

oficial. No estaba seguro mas de sentirme tranquilo, o si él o yo.

Comenzamos nuestro programe y el Sr. Salinas se quedo escuchando

hasta el final.

Muchas visitas vinieron al estudio para escuchar en el auditorio de la

estación. Otros me aseguraron que quedaban en casa escuchando la

transmisión.

Nuestro programa de música y guion parece que tuvo éxito y oramos

para que el señor bendijera a los que escucharon.

El 28 de julio.

El Perú es el país de múltiples rostros y de mucha gente. Pero una cosa

es cierta los peruanos aman su país y el 28 de julio, el día de su

independencia nacional tiene un significado de inmensa alegría hay más

de 45 etnias y cada una de las cuales tiene su propia idioma. Hay

también los “norteños” que vienen de Cajamarca, Chiclayo, Piura Trujillo

y tumbes. Esta región costeña- la ciudad de huacho, chancay, lima callo,

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50

ica nasca Mollendo y Tacna. En el en el altiplano de la serranía están las

ciudades de puno Juliaca, cusco sicuani con la cultura chequea y

aimara predominante. Em la selva, las ciudades son Iquitos,

yurimaguas, Pucallpa, tingo María, Moyobamba, tarapoto y puerto

Maldonado.

No importa donde viva una persona, cada una y donde sea hace sus

preparativos para la celebración anual del 28 de julio. Hay desfiles,

bandas folclóricas, bandera decorando las casas y las calles. Las

comidas, típicas de cada región son preparadas con entusiasmos. Con

vos solemne y mano en el pecho, el himno nacional es cantado con

fervor “somos libres, seamos, seamos, seámoslo siempre”. Y terminan

con un grito entusiasta de ¡viva el Perú ! sin embargo cada semana de

nuestro peregrinaje por este país veíamos que el don precioso de la

libertad se veía amenazado por la sombra de una amenaza marxista.

La industria del tabaco en tarapoto fue convertida en un asunto

administrado por el gobierno central. Las ricas menas de la serranía

fueron también confiscadas para convertirse en propiedad del estado.

Algunos periódicos pasaron por la misma suerte.

Mientras estaba parado delante del estrado oficial para las

autoridades de la provincias de san Martín, experimente dos

sentimientos contrarios.!Uno de frustración y otro de preocupación!

Aquí estaba esa gente en forma masiva a la cual yo quería llegar

con el mensaje adventista, ¿Cómo hacerlo? Luego me preguntaba

cómo y dónde esa gente joven encontraría trabajando y un lugar

donde vivir en los años venidos. La mayoría de ellos deseaban

conseguir una mayor educación y huir de ese estilo de vida

simple de sus padres. Yo sabía que ellos tenían la capacidad

mental para lograr tales aspiraciones. Pero, ¿cómo poder lograrle?

Tuve un sentimiento de gozo mientras permanecía allí de pie al

ver a numerosas personalidades q quienes yo entregue de manera

personal el conflicto de los siclos. Conté por lo menos diez

personas a quienes las había expuesto a los futuros eventos esta

publicación inspirada. Entre ellos, el subprefecto, el alcalde, tres

capitanes de la policía, y varios comerciantes.

Page 51: História de la Iglesia en San Martín

51

Por la tarde nos unimos a las celebraciones en el estadio para

mirar los ejercicios de los rangers del ejercito, los gimnastas y la

carrera de los 100 metros. Al día siguientes evitamos el estadio, sin

embargo, los organizadores de los festejos habían programado

una corriente de toros.

Glosaría y tristeza

Con frecuencia la oficina de la misión me pedía que oficiara

bautismo en otros distritos. Panan era una estación misionera

distante que estaba entre los chayaywitas, una de las cuarenta y

cinco diferentes etnias del país. El piloto stan sornberger me llevo

allá un sábado por la mañana en el cessna 185 de la misión del

oriente peruano. Para mí fue un deleite visitar las aldeas de

nuestro hermanos adventistas. Cuando llega el cristianismo, también

llega el orden y la limpieza, y allí no hay puercos con suciedad

deambulando por los alrededor. Uno de los primeros misioneros de

panan, augusto doñez, había construido un hermoso templo con

material de la selva, situándolo en un lugar elevado. Yo recuerdo de

manera vivida la escena hermosa a medida que los hermanos

descendían de su aldea al rio para la ceremonia bautismal. Ellos se

preparaban en línea a la orilla del agua cantando himnos introductorios.

Siempre llevaba conmigo un palo para asegurarme de que no hubiera

rayas descansando en las piedras. Una picadura de esos animales es

ciertamente dolorosísima.

Mi corazón fue tocado cuando después de la ceremonia algunas

hermanas de edad me entregaron varios huevos como demostración

de aprecio. Durante el vuelo de regreso, los puse dentro de mi zapatilla

que siempre usaba en un bautismo.

No nos faltaba nada y disfrutábamos de una salud inmejorable.nos

preguntábamos cómo la gente del lugar podía pagar precios tan

elevados para las cosas de la vida diaria. La avena costaba catorce

soles el kilo, y un huevo entre cinco y seis soles. Mi sueldo mensual era

unos dos mil soles (alrededor de unos $100.00).

Page 52: História de la Iglesia en San Martín

52

Evelyn daba clases de piano e ingles que ayudaba no solo al

presupuesto familiar si no que nos ponía en contacto con la gente más

influyente de la ciudad. Entre ellos estaba el jefe de la policía de

investigaciones, la policía regular, ingenieros, secretarios y empleados

del banco. A menudo durante estos contactos podíamos conversar de

asuntos religiosos. Era otra manera de llegar a la gente.

Fue una ocasión memorable cuando las cuarenta y seis voces del coro

del colegio unión de ñaña (ahora universidad peruana unió) de Lima

visitaron Tarapoto. Deseamos hacer de esa visita un evento especial

para Tarapoto y para la juventud de los colegios. Ellos eran jóvenes

cristianos vividos listos para la acción y estaban dispuestos a disfrutarla

a plenitud. Como organización una maratón de presentaciones. Ellos

cantaron en diferentes lugares de la ciudad y a lo largo de las ciudades

del rio Huallaga. La iglesia de Lamas y Morales recibieron un programa

completo. Radio tropical fue contactada para los anuncios. Ellos

presentaron ocho programas en cuatro ciudades para lo cual tuvieron

que viajar unos 260 kilómetros. Ellos presentaron sus programas con tal

entusiasmo y perfección que fueron bien recibidos. Nosotros

disfrutamos de esa juventud entusiasta y se desarrollo un vínculo de

amistad entre nosotros. Todos éramos parte de la familia de Dios en su

Servicio. Anhelábamos el dia cuando podamos cantar juntos en el coro

celestial.

El “Movimiento Adventista” esta activo incluso en las selvas del Perú.

Volney Arévalo que había ayudado en la marcha de mis cuatro iglesias

y veinticinco grupos durante ocho meses fue asignado a otro distrito.

Ahora tenía que estar solo en este vasto territorio para pastorearlo,

sino también se nos pidió construir una iglesia en Morales. Viajar no

siempre es fácil i en realidad lleva tiempo, esfuerzo y cierta

determinación para visitar algunos de esos lugares. Un sábado por la

tarde junto con un amigo mio visitamos Zapatero. Cuando retornamos a

la luz de la luna a eso de las nueve de la noche al cruzar el rio Mayo

repentinamente resbale en las piedras y quede hecha una sopa. Mi

maletín quedo abierto al chocar con las piedras pero mis materiales

felizmente escaparon del desagradable bautismo. Con mis codos

Page 53: História de la Iglesia en San Martín

53

heridos, mis rodillas magulladas, calado hasta los huesos, hice lo posible

para mejorar mi momento los veintitrés kilómetros asta la casa y la

cama. Pase una noche dolorosa, pero al dia siguiente era un dia

atareado, juntando materiales con los hermanos de Morales para

edificar el nuevo templo.

Yo ma propuse vitar todos mis grupos e iglesias por lo menos una vez

cada tres meses. Al llegar el tiempo de visitar los grupos del área de

Lamas, comencé mi camino de veintitrés kilómetros hacia Lamas - la

ciudad de los tres pisos. Luego, colina abajo yendo asia el otro lado de

la ciudad se iba asía Pamashto. Aquí deje mi motocicleta con una

familia que conocía, y me apresure hacia Alto Canaan y deje los

implementos de la Escuela Sabática para los miembros de ese lugar.

Luego de una hora tenia que ir hacia Shamboyacu. Había llovido el dia

anterior y yo estaba resbalándome a través de esos senderos de la

selva hasta la seis de esa tarde cuando llegue a cansarme tanto que

comencé a buscar algún rinconcito para dormir esa noche.

Era ya casi oscuro cuando divise las primeras casas. Cruce el último

riachuelo y luche unos cuantos metros hasta nuestros hermanos. Antes

de la reunión participe del menú selvático. Arroz y porotos serian

bienvenidos si no había otra cosa. Siendo que iba a dormir en el piso

me puse dos camisas más. Y pase el resto de la noche.

A la mañana siguiente había servido el culto y extracción de dientes

antes de continuar hasta Yesozapa. Las rasiones de la selva que tuve

allí con los hermanos fueron bienvenidos – antes de comerlas y también

después –porque esa era la última comida del día. Y la noche a pasarla

de nuevo en el suelo.

Antes del desayuno, los sufrientes estaban alineados para soportar la

extracción de sus dientes. Luego de nuevo caminar subiendo y

bajando las colinas cruzando los arroyos atreves del monte hasta

Huapo. pero ahora ya era viernes de tarde y estva retornando

hasta el lugar donde había dejado mi movilidad. Insisti que uno de

los lideres me acompañara a lamas. ¡que bendición ¡ torno el camino

en un charco lodoso .las ruedas de la moto quedaron tan atascadas

con lodo que casi rehusaban rodar .pasamos la tarde, la noche del

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54

viernes y todo el sábado con nuestros hermanos de la iglesia de

lamas .cuando paso el sábado considere todas mis opciones .dormir

en el piso con el ruido de la planta eléctrica a unos treinta metros

de allí entorpeciendo mi descanso , o subirme a la moto e irme

rumbo a casa , a unos 25 kilómetros de bajada . comencé a pensar

en los chicos cantando con su banada misionera, “ire donde quieras

que yo vaya, mi señor, por los llanos o el mar. Yo proclamare

lo que tu quieres que proclame , mi señor, ¡ yo seré lo que tú quieres

que yo sea!” si, escalando montañas, noches en piso—

dificultades para mi esquelética figura , pero también, ¡La experiencia

del gran gozo en el servicio ¡.

En tabalosos la gente del lugar estuvieron tan ansiosos de oír el

mensaje bíblico. Cuando concluí mi sermón, ellos pidieron otro.

Cuando termine por segunda vez ellos pidieron un servicio de

culto a las seis de la mañana . A la mañana siguiente una hermana

conto entusiasmada la reacción de su esposo cuando oyó el

informe de los sermones anteriores . El estaba tan impresionado que

continuaron conversando hasta la una de la mañana.

Adiós, Tarapoto

Era el 7 de noviembre de 1974 cuando el presidente de la

misión, Abel paucar, vino a visitarme ---¡no era una visita ordinaria!

“! Usted es un obrero pionero y s e lo necesita en Iquitos!” Nuestra

tarea nueva seria pastorear en la gran ciudad de la selva. Esa

visita del presidente desato una tremenda carga de entusiasmo en

nuestro círculo familiar. Era justo en tiempo de nuestra salida de

visita a los padres y el retorno al “estilo americano” por tres

meses, de manera que teníamos que incluir eso en este

cronograma anticipado. Nuestras vacaciones largas iban a

comenzar desde el 10 de enero hasta el 10 de abril en 1975.

Sería muy placentero estar en casa disfrutando de nuevo de la

compañía de nuestros amados y descansar un poco de nuestras

actividades pastorales.

Page 55: História de la Iglesia en San Martín

55

La vida era excitante, ¡sí! Agitada, sí, ¡también! Había

obstáculos que remontar – puentes que cruzar, senderos lodosos que

transitar, una multitud de actividades que manejar. Nuestra semana

de oración estaba ya programada en tarapoto. La junta de

nombramientos de tarapoto. El nuevo edificio de la iglesia de morales

– y necesidades dirigir la construcción – y asentar los ladrillos con

Alfredo del águila. Y tenía que visitar a todo mi distrito antes de salir

del área. No solamente apreciábamos la belleza natural de nuestra

provincia-¡sino sobre todo a nuestra gente! El área del rio Huallaga-y

los grupos de la iglesia a lo largo de ella, de ningún modo podía

irme sin una visita de despedida. Este era sin duda un nuevo

desafío –y ciertamente un trago agridulce.

¡Iquitos! Habíamos oído de esta ciudad. Pero jamás habíamos

considerado residir en ella. ¡Pan y gasolina baratos ¡veinticuatro horas

de electricidad! ¡Temperatura elevada! Bueno, ¡teníamos un equipo de

aire acondicionado que no lo habíamos utilizado aun! ¡Iquitos! –sí,

¡Iquitos aceptamos tu deseo!

Estamos corriendo contra el tiempo. partí con la bicimoto el viernes

para pasar todo el sábado con la congregación de lamas para mi

última visita pastoral. Íbamos a celebrar el servicio de comunión y

disfrutar de muestra hermandad. Durante la escuela sabática, ¡tenía

que suceder! Las nubes se agolparon una y otra vez, y derramaron a

tan inapropiado hora, una indeseable e inesperada cantidad de

agua tal que tuvo que cancelar me regreso a casa esa noche. Al

menos, así lo pensé.

Era más o menos las 9:15 de la noche y un mensajero llego jadeante

de tarapoto.” ¡Pastor, su esposa lo está llamando! ¡Necesita ir a su casa

ahora mismo!”

“vaya, vaya, ¿Cuál será su urgencia?” – pensé.

Evelyn había escrito un notita. “siegfried, ¡apúrate a venir a casa! Tengo

terribles dolores y punzadas y debo de ser hospitalizada. ¡Por favor

ven a casa inmediatamente! Evelyn.”

Bueno, no era para quedarse allí parado. Me sentí como corredor

fantasma mientras manejaba mi moto por la callea esa hora. Todos ya

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56

dormían. El mensajero igualmente de tras mío a medida que íbamos

por la calle de la ciudad de tres pisos. Una gruesa capa de nube cubría

la cuidad y el frio penetraba en mi cuerpo. Yo ya estaba llevando dos

camisas debajo de mi casaca, pero pare para rodear mi pecho con un

par de pantalones a fin de proteger mi pecho pues pensaba acelerar en

serio. El camino estaba resbaloso. Me preocupaba pensando en el

arrollo de chupinshinhua que había más adelante. “¿Cómo haremos

allí?”- pregunte en voz alta. El riacho estaba cargado, el agua corría

rápido. Varios carros estaban en líneas esperando que al nivel del agua

descendiera. Cuando ellos se aventaron a cruzar, también nos llego el

turno. Saque los alambres de la bujías de la moto y las puse en el

asiento. Mi compañero llevo mis zapatos y mi maletín al otro lado y

volvió. Con la luz encendida empujé la moto a través de la rápida

corriente. El agua caso cubría todo el motor, pero ya pensé, “si puedo

pasarla rápidamente, el calor del motor secara las partes afectadas”

“!gracias padre!” logramos pasar con seguridad y el motor arranco de

inmediato. Eran las once de la noche cuando llegamos a casa.” Ahora, ¿

cómo esta Evelyn y donde esta ella?”.! Ella estaba en casa y en cama!

Ella ¿había perdido una criatura de dos meses. Ella había ido al médico

y se le dijo que no estaba en cinta. Cuando fue incapaz de soportar

semejante dolor externo, ella me necesitaba y me envió su SOS. Fue

una experiencia devastadora para los dos.

Terminando nuestra selvática

En esta gira visitaría sauce, anguano, muyuna y chazuta, afirmando,

bautismos celebrando la comunión, eligiendo a los oficiales para los

siguientes años, y haciendo alguna obra dental final! Que agenda

¡arregle mi equipaje típico- unas cuantas camisas de manga corta ropa

interior, instrumentos dentales, medicina básica, biblia material de

sermones y andando.

Por casi tres horas no hubo carro ni camión- nada viajando por la ruta

del rio Huallaga. Las lluvias torrenciales habían tornado la carretera y los

viajes en una pesadilla. El primer carro que paso era pesado y estaba

sobrecargado. ¡¿Cómo conseguir que alguien me ayude?! Final mente

Page 57: História de la Iglesia en San Martín

57

un camión de unas dos toneladas me ayudo. A lo largo del camino había

vehículos varados en el lodo. Yo estaba agradeció por un viaje seguro

de unos treinta y un kilometro. De allí en adelante tenía que ir por mi

cuenta, caminando- o más bien- rebalsando por un camino escalando

por el Huallaga. Había lodo, lodo, lodo y más lodo, cruce el rio en una

canoa para visitar el grupo de creyente en sauce. Estraves un hermano

me esperaba con un caballo para llevarme- junto con mi equipaje

subiendo la ladera de la montaña, recordé mi safari hacia tres meses

cuando yo, no pude de ningún modo convencer a mi caballo alquilado a

realizar su tarea de asignado. ¡Como me gustaba la belleza de esta

pequeña aldea anomada junto a la laguna! A nuestra llegada convertí

rápidamente las uvas frescas que había traído en fugo de comunión para

el día siguiente. Nuestro deberes al realizar incluían unisita a la policía

local para enseñar las lesiones “la biblia habla” que habían dejados

con ellos. También la comisión de nombramientos necesitaba elegir a

los oficiales de la iglesia para el año siguiente. Las siguientes seis

noches mi cama volvería ser el suelo ya que todas las camas eran muy

pequeñas para mi talla. De todas maneras, yo prefería el suelo a un

colchón irregular o a un cartón y un somier escondido por una simple

sabana.

El líder dl grupo de sauce me acompaño a mitad ce camino a aguano –

muyuna que estaba a unos veinte kilómetros más adentro. Era atreves

del monte laderas escalonadas, riachuelos que cruzar y un camino

fangosa. Yo había anticipado un muevo compañero para la otra mitad

pero no apareció en el lugar convenido me apresure a seguir solo. En

realidad no necesitaba guía solo un compañero. Habían animales

salvajes en el área – cerdo salvajes, pumas y serpientes y no tenía

nada con que defenderme yo no cargaba machete en esa área por eso

sería un peso extra. Además, yo ya no tenía miedo por no era novato

en los senderos de la selva.

Secretamente había esperado que mi dieta vespertina fuera diferente

del consabido arroz seco, porotos y huevos fritos. Mi esperanza se

realizo- bendecida con una deliciosa sopa de fideos- perro siempre

acompañado con el menú selvático acostumbrado.

Page 58: História de la Iglesia en San Martín

58

Justo antes que llegara un hermano había venido de tarapoto con dos

kilos y medio de uvas para hacer el vino de la cena del señor- descanse

un poquito en el suelo antes de sumergirme en el proceso de convertir

las uvas en jugo. Fue agradable y placentero, disfrutar de la compañía

de esa querida gente tan dispuesta a ayudar- y ellos Tan felices al

disfrutar del jugo. Pelamos las uvas para hacer el jugo más dulce, luego

le hervimos y prohibimos que cualquiera tocara la olla. era una

precaución para que no se malograse antes de usarlo. Luego hervimos

la cascara, añadimos un poco de azúcar e hicimos el jugo delicioso para

disfrutarlo.

Un pequeño grupo de creyentes se reunió mientras recibíamos el

sábado, discutiendo sus bendiciones y belleza para el pueblo de Dios. El

sábado de mañana todos nosotros subimos en canoa para ir rio bajo a

unirnos al grupo de Chazuta. Después de una Escuela Sabática vivida

con ambos grupos participamos celebrando la cena del señor. Algunos

presentes nunca antes habían ese privilegio, así que yo les explique

cada parte de la ceremonia.

Yo trataba de celebrar el servicio de comunión cada trimestre con las

cuatro iglesias mi cuidado y para los 27 grupos a mi cuidado por lo

menos una vez al año. Me sentía como un sacerdote yendo alrededor

dedicando niños, celebrando la cena del señor y bautizando

candidatos. Tratando de unir varios grupos hacíamos la gira de modo

que cada uno pudiera disfrutar de bendiciones especiales de la

compañía en el servicio de comunión.

Después de la puesta del sol pude comprar algunos alimentos básicos y

otros artículos para un hermano indigente. Fue una bendición adicional

que se me concedió ese sábado al congregarme con esos hijos de Dios

aislados.

Al amanecer del nuevo día yo me preocupe por mi transporte yendo rio

abajo. Estaba listo a partir después de un sustancioso desayuno de

plátano frito y bananas aplastadas, un huevo frito mas una bebida dulce.

A eso de las 7:45 de la mañana estaba sobre una bolsa de cuarenta y

dos troncos. Quince cabezas de ganado eran mis compañeros de viaje

por el resto del día y medio siguiente. Al ganado no le importaba la

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59

exposición al sol, pero yo estaba en camino a ser semiasado. El dueño

de la bolsa conocía el rio y paro por la tarde justo antes de entrar en el

rápido peligroso. Pero entonces me percate de algo ¿cómo pasar la

noche a bordo junto con esos viajeros cuadrúpedos? No estaba

entusiasmado con semejante perspectiva y note con alegría que había

una canoa volteada en la orilla. ¡Esa sería mi cama! Me estire

agradecido y medite en la belleza del orión imaginando el retorno de

Jesús con sus miríadas de ángeles acompañándolo al descender a la

tierra a través de ese lugar en el cielo.

Un joven apareció no sé de dónde. Curioso por mi larguirucha silueta en

el lado incorrecto de la canoa, tuvo que descubrir la razón de mi

presencia. Muy pronto estuvimos hablando de cosas espirituales. Como

no había ninguna clase de iglesia en esa área, le urgía a obtener una

biblia y a considerarla como el mensajero de Dios para él.

Muy temprano por la mañana sentí una pequeña llovizna mojando mis

frazadas. Antes de abordar mi carguero flotante para el viaje de siete

horas bajando el rio, bebí un tarro de leche condensada, devore algunas

galletas de coco- y tuve a bien llamarlo desayuno. Debí de llamarlo

también almuerzo por qué no tuve un menú diferente que comer hasta

que por la tarde aparecieron el consabido arroz, porotos y huevos fritos

como cena

Mi corazón se condolía al ver las aldeas aun no tocadas mientras

nuestra embarcación pasaba frente a ellas ¿Cuánto más necesitarían

ellos esperara para escuchar el mensaje de salvación del cielo? En

papaplaya y pelejo cuatro de nuestros miembros eran maestros de una

escuela pública. Yo estaba admirado con la atención que estaba

recibiendo. Un muchacho me saludo, “señor, todos aquí lo están

esperando ansiosamente”.

“¿verdad?” - le pregunte con incredulidad.

“¡si señor!”

Yo me sonreí porque sabía que en realidad estaban esperando al

gobernador de la provincia. Pero ellos estaban pensando que yo era él.

Yo no era el gobernador, pero siempre trataba de representar al rey de

reyes. Visite la estación de la policía local, al director del colegio

Page 60: História de la Iglesia en San Martín

60

secundario, dirigí unas reuniones de culto por la noche y la mañana con

nuestros hermanos, y extraje una cuantas muelas molestosas.

Partimos luego para yurimaguas .fue un viaje de meditación rio abajo en

un bote a motor cargado con ocho toneladas de peso. Yo estaba

preocupado por las numerosas aldeas sin iluminación de la historia de

la salvación y las glorias de la eternidad. ¿Cuándo serian alcanzados?

Debemos planificar algo para estas preciosas joyas de la selva que

están esperando la luz en sus tinieblas.la belleza natural en esta jungla

gloriosa todavía me asombra, los arboles inmensos, el voluptuoso monte

bajo, la variedad de aves volando sobre la densa fronda, el sonido de la

selva. ¡Me estaba volviendo nostálgico! El recuerdo se torno a mis

primeros viajes hechos a los ríos Tambo, Ucayali y Urubamba. Me

percate cuan ligado estaba mi corazón a los ríos y a la gente viviendo

a lo largo de de estas riveras. De pronto me percate que otro canto de

cisne esta entonando las finales del canto.

Al llegar a Yurimaguas corrí al aeropuerto para coger el vuelo de la

tarde a Trapoto. Era veinte minutos tarde. El avión ya estaba volando.

Sin pérdida de tiempo, recurrimos al plan B consistente en tomar un

carro para ir por carretera a Tarapoto. Un camionero voluntario llevando

una carga de cinco toneladas de pescado “oloroso” y otros pasajeros

me tomo también a mí. Tras numerosas interrupciones y varios

desperfectos nuestro viaje de once horas y media termino justo

cuando una torrencial lluvia iniciaba a las 3:30 de la mañana. El viaje

termino y estaba en casa.

Nuestros días en tarapoto se estaban terminando y comenzando a

empacar nuestras cosas para el cambio a Iquitos yendo rio abajo hasta

el Amazonas. Iba a ser emocionalmente doloroso despedirse de

aquellos que uno había llegado a querer y apreciar dentro de muchas

horas juntos con ellos en la obra del Señor.

No era siempre fácil decir “a dios” al salir de California no nos fue una

experiencia traumatizante. Sabíamos que podíamos volver no

importaba donde eligiéramos ir. Llevaba tiempo para construir la

confianza de un nuevo pastor entre los miembros de la iglesia y disfrutar

esa relación de confianza mutua cuando se ha estas establecido esa

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61

relación de equipo. Nos estamos percatando que esa época de amor y

servicio estaba por concluir.

Nuestros planes inmediatos eran atender las reuniones de fin de año de

la Misión del Oriente Peruano que se realizarían en yarinacocha cerca

de Pucallpa.

Después de eso volveríamos lejos a los USA en viajes de vacaciones

largas.

Vacaciones y retorno

Vacaciones frígidas

En 1975, todos los vuelos internacionales salían de lima. Nosotros

siempre tratamos de salir en un sábado de noche y cerca de la

medianoche. Los vuelos de medianoche nos permitían suficiente

tiempo después del sábado para reunir nuestras cosas y tener una

llegada sin apuro y sin molestia al aeropuerto. Nuestro buen amigo

y misionero “casero” Walter willumson siempre nos esperaba en el

aeropuerto de los ángeles a nuestra llegada a las 7:00 am de la

mañana.

Tres meses era una buena temporada para una familia de cuatro

viviendo en la casa de sus padres ancianos. Mis padres Vivian en

una casa con dos dormitorios, y un baño. Pero, tres meses no son

tiempo suficiente para comprarse un carro o arrendar una casa. De

manera que prestamos su buena voluntad y su carro hasta el tiempo

de nuestra visita gira al Canadá para visitar a los padres y

familiares de Evelyn. Nosotros hacíamos siempre este viaje cuando

veníamos a los USA. Esta vez, renhold el hermano de Evelyn, no

solamente quería venir con nosotros , sino quería también

prestarnos su oldsmobile para el viaje.

California es muy agradable durante enero, pero en enero Canadá

es simplemente frio, frio y muy frio. Cuando más lejos íbamos la

temperatura era más baja. Winnipeg estaba a treinta grados bajo cero.

Afuera era congelante, las ventanas de doble panel estaba

congeladas cerradas y cubiertas con hielo. Pero adentro había

cálido compañerismo, celebrado con abundante comida buena,

música y la gran querida familia de Evelyn. Un sábado de la mañana

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antes de ir a la iglesia arroje un vaso de agua al aire. ¡El agua cayó a

tierra congelada! Note también que todos los carros estaban

equipados con un cable al radiador.”¿Para qué son esos cables

reinhold?”- pregunte.

“ellos están conectados a electricidad previniendo que el radiador se

congele y evite que el aceite del carter del cigüeñal quede rigido. En

un clima como este es simplemente necesario mantener al motor

caliente incluso durante una parada corta”- me explico.

Yo no sabia que estaba pasando conmigo y mi familia. Después de

haber disfrutado con la familia, las festividades, la comida y la libertad

de la premura de tiempo, un sentimiento intranquilo me sobrecogió.

Yo no estaba acostumbrado a tanto tiempo libre para mi mismo

encerrado lejos del mundo que me rodeaba. Bueno, era un buen caso

de “fiebre de cabina”.

Me sentía como encarcelado. “Evelyn, ¡yo creo que me vuelvo a

california! ¿Crees que tu papa me llevaría al aeropuerto?”

Eileen y haroldo me escucharon hablando a Evelyn.”Papa, yo también

me quiero ir” - dijeron al unísono.

Evelyn no podía sino decir, “donde tú y los niños van, yo voy

también”. Decidimos que saldríamos tan pronto como fuera posible.

Reinhold se había quebrado una pierna y estaba enyesado. Iba

hacer un viaje largo y difícil acompañándonos pero el sugirió

voluntariamente que manejaremos su carro de vuelta y el volaría

posteriormente para regresar .

La última cosa que hice la tarde anterior de nuestra estadía fue

revisar el motor de del oldmobile y verificar la condición de la batería

en el frio canadiense - y lo primero que hice también a la mañana

siguiente para asegurarme de nuevo. Después de varios intentos

lentos el motor arranco en una nube de vapor que indicaba su

situación normal. Estuvimos seguros y nuestra partida rápida estaba

garantizada. Luego de un tremendo desayuno canadiense, una

despedida afectuosa enrumbamos directamente al sur de hacia las

Dakotas. Estábamos deseando ver arboles verdes, monte y un clima

Page 63: História de la Iglesia en San Martín

63

más cálido. Éramos “gente del monte” y procesábamos de un ambiente

de verdor.

De vuelta en california quedamos sobre cogidos el recibir un llamado

de la asociación general. ¿qué pasa ahora? “hermanos neuendorff, ¡la

unión incaica ha votado que usted vaya al altiplano para pastorear la

ciudad de Quillabamba!”

Esto era no solamente un shock, sino además un shock lleno de

interrogantes ¡estábamos destinados para Iquitos! Pero, que

importaba.

“¿aceptara usted este cambio?”

“no sabíamos donde quedaban esas ciudades e ignorábamos por que

habían cambiando los planes”. Pero, ¿importaba eso? Aceptamos

(iríamos dondequiera Dios y los hermanos desearon que fuésemos).

¿Dónde viviríamos?¿qué clase de clima había allí? ¿Deberíamos

aprender otro dialecto? ¿Cuán grande es la iglesia? ¿Qué tamaño seria

el distrito? Nadie en loma linda había estado jamás en Quillabamba.

¿Y nuestra cosas? Las habíamos despachado de bajada en vez de

venderlas. ¿Qué hacer ahora? Bueno,” ¡iremos donde tu desees que

vayamos!”

Terminamos nuestras vacaciones con visitas de despedida y charlas

sobre nuestra obra misionera en las iglesias de loma linda y las de los

alrededores. El día de partida vino y una vez más estábamos volando

sobre los cielos azules y en pos de otra aventura para nuestro Señor.

Eileen era ahora una adolescente esbelta de dieciséis años y Haroldo

tenía justamente seis. Ellos eran chicos que ajustaban a la aventura –y

hasta la adversidad. Ellos hacían amistades fácilmente y amaban la

vida. Así que dijimos de nuevo a dios y a su vez ¡hola Quillabamba!

De regreso al Perú

Llegando a lima, Evelyn y los chicos quedaron en el departamento de

huéspedes de la Unión y yo volea Tarapoto para arreglar el

embarque de nuestras pertenencias, la moto Honda y el Jeep al

altiplano peruano. El primer paso fue arreglar los permisos de aduana.

Todo fue bien hasta que llego el obstáculo de a Honda. Hace mucho

habíamos requerido los papeles de propiedad de lima, pero ellos o

Page 64: História de la Iglesia en San Martín

64

bien se habían perdido en el correo o alguien había fallado al

procesarlos en el DMV. ¡al final estaba todo listo para levantar vuelo y

chau !

El tabaco es producto importante de la economía tarapotina. Cada vez

que un Hércules de la Fuerza Aérea volaba con veinte toneladas de

ese producto para el mercado, me prometía llevar mi carga, pero

siempre la postergaba hasta “el siguiente vuelo”. Cuando vi –eventual

mente - que nuestro menaje y pertenencia estaba cargados en un

avión, recién me atreví tomar un vuelo. Yo debería encontrar mis

pertenencias en Chiclayo al día siguiente ¡Así lo hice! Ellas habían

sido arrumadas en la pista toda la noche- y el piano estaba patas

arriba. El siguiente paso era arreglar el transporte de nuestras cosas

incluyendo la honda en un camión hasta lima. Estas se logro y comencé

el viaje hacia la gran ciudad distante a unos 720 kilómetros me reuní

con mi familia a las 5:30 por la mañana.

Yo había estado saltando los obstáculos unos tras otro. El siguiente

fue reparar el motor del jeep antes de iniciar el largo viaje de subidas y

bajadas hasta nuestro nuevo puesto. Yo podía confeccionar,

edificar un templo, y algunas otras cosas, pero ahora tenía que

desarmar un motor y armarlo de nuevo. Era una necesidad decidida

que precisaba de un “esfuerzo de vida o muerte” obstinado, pero, con

la ayuda de amigos serviciales me aventure en lo desconocido.

Alfredo estrada y Keith Moses proveyeron espacio y herramientas para

el proyecto. Yo retire mi moto de la compañía de equipajes para contar

con transporte al comprar las partes que necesitaba. El jeep reparado

volaba y Haroldo y yo estábamos listos para el camino de la cordillera.

Evelyn y Eileen volvieron a la capital incaica del Cuzco, luego

tomarían el tren para un viaje de siete horas hasta chaullay. El

viaje era a través de gargantas estrechas de los valles, laderas

escalonadas revelando un escenario montañoso de interés y

belleza.

Cuando los niños volaron, Haroldo y yo tomamos la carretera

panamericana corriendo por la costa sur, para luego subir los andes

y cruzarlos. El jeep necesitaba “ajustar”- estábamos manejando en

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65

altura e incluso nosotros necesitábamos oxigeno. Esta combinación

de nuestro viaje necesitaba ser hecho lentamente al ir hacia el Cuzco

a 3720 mts de altura. Toda nuestra carga nos estaban esperando en la

compañía de transporte- todos los quince bultos. Estos fueron

cargados en un camión pequeño para llevarlo a la estación del tren

en san Pedro. Yo contrate varios hombres fuertes que aparecieron

por allí y pensé que podría desafiar a su musculatura con nuestro

cajas pesadas. ¡Qué terrible error! ¡Estos eran hombres adictos a la hoja

de cocas y que estaban medios intoxicados! La comunicación con

ellos era muy difícil ya que su idioma era el quechua – y el mío no lo

era. Pero tan pronto el cargamento estuvo en camino a

quillabamba, Haroldo y yo comenzamos nuestra travesía. Después de

alcanzar puerto Málaga a4650 mts comenzamos el descenso,

cruzando numerosos arroyos, llegamos por fin a ver vegetación

tropical. Había naranjas, toronja, arboles de mango, papaya, piña y

platanales. Comenzamos a sentirnos confortables con nuestro

ambiente familiar.

Nuestro nuevo hogar estaba anidado entre dos cadenas de

montañas a lo largo del rio Vilcanota, un tributario del Urubamba.

Esta ciudad de 25 000 habitantes, era amigable y curioso. Todos

estos “gringos” extranjeros parecían tan confiables que se podrían

mezclar fácilmente en su vida ciudadana. La última estación del tren

era chaullay donde estaba nuestro cargamento, y nuestros hermanos

de la iglesia estaban listos y dispuestos para ayudarnos a

transportar nuestras cosas hasta nuestra casa situado al lodo de

iglesia. Ella tenía unos tres dormitorios construidos de adobe. La

pintamos por dentro y por afuera, nos instalamos y nos sentimos muy

cómodos.

Nuestra congregación tenía unos cuarenta y cinco miembros en lista

y habían ocho grupos en nuestros distritos. Nuestra responsabilidad

no estaba tan extendida como lo era en la parte baja de la selva, y

aceptamos el desafío de reclamos a los miembros perdidos y

encontrar a los nuevos. Nos preguntamos a nosotros mismos porque

habíamos sido designados a quillabamba en vez de Iquitos, y

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recordamos la promesa de Dios de que sus fieles “todas las cosa

ayudan a bien”.

¡Comenzamos a visitar! En unos de los primeros de los hogares que

visitamos un joven nos mostro sus documentos de un curso de religión.

Que impactado este adolescente estaba recibiendo clases de marxismo

como la respuesta a todos los dilemas humanos - ¡una trágica utopía!

Pero no para mí - ¡para mí era anatema! Por ese entonces el presidente

era don juan Velazco Alvarado quien alababa y propagaba el

comunismo como la esperanza para la humanidad. Los americanos

eran vistos como espias de la CIA o del FBI. Cuando la gente

comenzó a desafiarme, yo los desviaba diciéndoles,”yo nací en

Alemania en el tiempo de la Gestapo –y esa era peor que la CIA”.

Ese énfasis los desviaba al menos momentáneamente del asunto

del espionaje. Un dia mientras visitamos la cárcel local, un guardia

me informo que mi presencia habia sido considerado como

sospechoso. “vamos” –le respondí –“usted pude visitar todo los cajones

y rincones para ver si tenemos algo escondido”

“¡no podíamos saber qué es lo que tenia debajo del piso!” me

respondió.

Me acerque a su oreja, puse mi mano junto a mi boca y le susurre,

”señor, por allí tenemos solo la acequia del desagüe ”. El guardia

nunca me volvió a cuestionar.

El presidente Juan Velazco Alvarado estaba por declarar a OFASA

del Perú (ahora ARDA) de la iglesia adventista del séptimo día como

ilegal y estableció que su cámara de diputados expulsara a la

organización con sus líderes fuera del país.

Esa misma mañana un terrible terremoto sacudió al Perú y el se vio

obligado a abandonar la salida de OFASA.

El trato de nuevo otra vez, y un segundo terremoto interfirió su agenda.

Sin darse por entendido y determinado, el todavía intento la expulsión

de OFASA. Pero antes de que eso ocurriera, el fue baleado en la

piernas por un asaltante y finalmente fue eliminado de su presencia.

El Dios del cielo sabia que OFASA era necesario en el Perú.

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Aunque nuestro distrito era mucho más pequeño que el compromiso

de tarapoto, el transporte para las aéreas remotas era mucho más

difícil. La misión peruana del sur envió un hombre para que me

acompañe en una gira visitando a un grupo de aislado de creyentes en

el area del rio Yavero. Era un viaje de una vez en la vida – a unas

setenta millas subiendo y viajando por los Andes. Con el altímetro que

teníamos, uno de esos picos medía 2100 metros. Mis dos piernas eran

largas y estaban heridas por el día entero de trote. Una noche miserable

durmiendo bajo el techado de estrellado con solo una pieza de plástico

entre nuestras costillas y el suelo pedregoso. Nuestro fiambre era

también casi miserable. Era mayormente yuca y pituca (una especie de

papa) y a veces fruta. Castigamos a nuestros nervios, músculos,

estomago, y que decir de nuestros zapatos y ropa.

Se nos dijo que unas veinte personas se reunían regularmente.

Encontramos cinco o siete. Estos quechuas eran en realidad más

destituidos que los campas de la selva pues Vivian en casas más

pequeñas y tenían menos comida con que alimentarse. En sus

pequeñas chacras su sembrío principal era café, coca y cacao. Les era

muy difícil vender sus productos, y cuando lo hacían, no había garantía

de un precio estable. Yo estaba muy impresionado, sin embargo, como

su propiedad bien cuidad libre de arboles de monte – y en roca solida.

Había llevado mis instrumentos dentales junto conmigo e hice unas

quince extracciones antes de dar a estos apreciados la despedida.

Pero yo fui muy cauteloso para prometerles una visita muy pronto.

CAPITULO IV: BIBLIOGRAFÍA, DIRECCIONES ELECTRÓNICAS Y ANEXOS

Autores de los libros redactados con la história de la Iglesia

Adventista del Séptimo día:

Pastor Neuendorff

Merling Alomía