Historia de la Radio Cooperativa
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BREVE HISTORIA
La historia de Radio Cooperativa se remonta al 17 de febrero de 1935 cuando fue
inaugurada en Valparaíso como parte de las posesiones de la "Sociedad Cooperativa
Vitalicia", cuyo Gerente por muchos años, fue don Luyis Falcone. Debido a su origen, la
emisora llevó el mismo nombre que la empresa: "Cooperativa Vitalicia".
Poco tiempo después la sigue una filial en Santiago y más tarde, durante su período
de oro, pasa a convertirse en "la cadena de emisoras más grande del país" al hacerse cargo de
distintos medios a lo largo de todo Chile: en Concepción, Osorno, en Valdivia con radio "Sur",
"Reloncaví de Puerto Montt , Antofagasta, La Serena, Temuco y Puerto Natales. Este título lo
pierde en la década del 70, cuando el gobierno militar le quitó la mayoría de las concesiones en
provincias, dejan sólo las emisoras de Santiago, Valparaíso y Temuco.
Pero volviendo atrás, al 8 de agosto de 1939, la "Sociedad de Rentas Cooperativa
Vitalicia" creó la Compañía Chilena de Comunicaciones para que se hiciera cargo de la
emisora. El decreto que autorizó funcionamiento como empresa fue firmado el 25 de marzo de
1940, por el Presidente de la República, don Pedro Aguirre Cerda. Cabe notar que los
miembros de los Directorios de ambas empresas eran los mismos.
Dentro de los objetivos de la naciente Compañía figuraron la posibilidad de:
a) establecer vías de comunicaciones telegráficas, telefónicas, cablegráficas,
radiográficas, de televisión o de cualquier otro medio de comunicaciones.
b) adquirir cualquier clase de las indicadas vías de comunicaciones existentes en el
país o en el extranjero o el activo o pasivo de cualquier empresa de esta naturaleza; y
c) explotar, en todas las formas comerciales posibles, las referidas vías de
comunicaciones efectuando todas las operaciones que convengan dentro de este giro a los
intereses sociales."
En su escritura constitutiva añadió que el capital social es de 2 millones de pesos,
divididos en cien mil acciones nominativas de 20 pesos cada una pagadas en dinero en
efectivo, capital acreditado en el banco A. Edwards y estableció que la sociedad- debía ser
administrada por un directorio de siete miembros, elegidos por la junta general de accionistas.
Para ser Director se requiere poseer doscientas acciones de la Sociedad, a lo menos".
Así la Compañía Trato de abarcar todos los negocios que estuvieran dentro del rubro
de las comunicaciones motivo por el que adquirió además las aciones del "Telégrafo
Comercial". Des esta forma podía acceder más fácilmente a instalaciones de líneas telefónicas,
única vía por la que se transmitía de una filial a otra. Esto trajo consigo uno de los primeros
problemas. El 8 de julio de 1940 el Director General de Correos y Telégrafos Raúl Juliet G.,
envió un oficio a la superintendencia , y específicamente al señor Director de Servicios
Eléctricos, para señalar que "el establecimiento en el país de nuevas sociedades para explotar
el ramo de las comunicaciones en la competencia con el Telégrafo del Estado es contrario
tanto al interés fiscal como particular", agregando que "en vista de lo anterior, la Dirección
General se permite rogar a usted que se informe desfavorablemente la petición de concesión
para la instalación de oficinas, teniendo de líneas y ejecución de servicio público de
telecomunicaciones a esa Compañía." Al mismo tiempo cuestiono la facultad de la
Superintendencia de Sociedades Anónimas para este tipo de trámites "la Dirección General de
Servicios Eléctricos el único organismo administrativo que en virtud de la ley N° 244 puede
autorizar las concesiones para el establecimiento de empresas de telecomunicaciones, el
Decreto Supremo N°1027, dictado únicamente con el informe de la Superintendencia, no
tendría fuerza legal para autorizar a la Compañía Chilena de Comunicaciones para iniciar el
giro de sus negocios."
Por su parte, la Superintendencia de Sociedades Anónimas se defendió argumentando
que cuando pidieron la opinión de la Dirección de Correos y Telégrafos, este organismo
manifestó no tener ningún tipo de pronunciamiento al respecto. Así, el reclamo quedó sin
efecto.
Más tarde, en la década del 50', al "Sociedad de Rentas Cooperativa Vitalicia" que era
una administradora de propiedades, no pudo cumplir lo prometido a sus afiliados. Al llegar su
liquidación la entidad no tenía ningún bien y no la pudieron declarar en quiebra. Tras esta crisis,
la Compañía Chilena de Comunicaciones propietaria de Radios Cooperativa Vitalicia, fue
adquirida por don Carlos Vial Espantoso, quien decidió cambiarle de nombre a las emisoras
para separarlas definitivamente del fracasado negocio de fondos mutuos. En un comienzo se
llamó "La voz de Chile para toda América". Sin embargo, este nombre no logró nunca
posicionarse en el público que la siguió llamando "Cooperativa Vitalicia".
Posteriormente, Carlos Vial Espantoso vendió la radio a un grupo económico integrado
entre otros, por su hijo Javier, el que estuvo a cargo de la Compañía hasta 1971. La
complicada situación del país originó una nueva venta de la empresa la que fue adquirida por la
Sociedad de Publicidad y Propaganda Ltda. que mantiene su propiedad hasta hoy "Cooperativa
Vitalicia" de Valparaíso en sus inicios funcionaba en calle Prat número 668, inmueble en el
estuvo poco tiempo, trasladándose luego hasta calle Lira número 543, en un departamento
situado sobre el teatro Valparaíso donde permanece hasta hoy. Mientras tanto, "Cooperativa
Vitalicia" de Santiago tuvo varias direcciones. Nació en los altos del diario La Nación pero luego
se cambió a Nataniel 47, en donde la Compañía compró un caserón antiguo y muy espacioso
levantado en u terreno que llegaba hasta la Alameda. Ahí funcionó hasta 1948, fecha en que se
mudó al noveno piso de un edificio ubicado en calle Bandera 236. este edificio, inaugurado el
18 de Septiembre de ese año, fue construido especialmente para la emisora marcando un hito
en su desarrollo. En su terraza se instaló una pequeña planta transmisora que servía para
emitir la señal, que sólo alcanzaba al sector céntrico de Santiago, en aquellas oportunidades en
que se aplicaba restricción de electricidad.
ORÍGENES PORTEÑOS
Radio Cooperativa comenzó en Valparaíso en febrero de 1935 cuando la Sociedad de
Rentas Vitalicias, decidió crear una emisora para promover su negocio. Dentro de este marco,
el 17 de febrero de ese año, nació Radio "Cooperativa Vitalicia".
La inauguración oficial fue tremendamente publicitada. El Lunes 18 de febrero de ese
año, a las 21:30 horas, la emisora tuvo el encargo de transmitir el mensaje del Presidente de la
República, Arturo Alessandri Palma. Para ello se instaló un micrófono en el Palacio
Presidencial de Viña del Mar, que estaba conectado directamente a los estudios de la calle y
desde ahí, por medio de líneas telefónicas, al resto del país. a su vez, cada emisora regional
transmitía el mensaje por medio de radio parlantes ubicados en las plazas públicas.
A pesar que el 18 de febrero fue la inauguración oficial, "Cooperativa Vitalicia" había
comenzado a funcionar un tiempo antes como la demuestra un reportaje aparecido en el diario
"La Estrella" de Valparaíso. En ese texto, el periodista se refiere a la radio como "una grata
sorpresa para el país y las naciones vecinas... ya que esta emisora es una de las más grandes
y poderosas de Sudamérica" e informa que en Mendoza se escuchaba mejor que las radios
locales. Auditores de la época sostienen que su señal cubría desde Panamá hasta Cabo de
Hornos incluyendo Brasil, Uruguay, Paraguay y Argentina. En el ámbito nacional estas
afirmaciones están ratificadas en el mismo reportaje, qué incluyo una página entera de cartas
de los oyentes de todas las regiones del país en las que felicitaban a la emisora por su fidelidad
en el sonido provocando un gran impacto en la población, tanto por la calidad de su señal como
por la propuesta dinámica que distinguió desde un comienzo.
Los equipos utilizados eran de última generación y mientras lo normal era trabajar con
cien o doscientos watts, "Cooperativa Vitalicia" usaba diez mil. Su antena transmisora, cuyo
costo de construcción fue de 350 mil pesos, fue levantada en Placilla sobre una torre que
medía más de cien metros. Este fue el primer transmisor que hubo en Chile con control de
frecuencia a Cristal de Quarzo, lo que permitía que la ubicación en el dial no variara, problema
frecuente en esas época.
El gestor de hacer una radio con estas características fue don Ángel Prieto, abogado e
ingeniero con una amplia trayectoria radial en el extranjero y que llegó a chile lleno de ideas
nuevas. Inicialmente la "Sociedad de Rentas Vitalicias", a través de su gerente Luis Falcone, le
solicitó que implementara una radio de corto alcance. Sin embargo, el profesional lo convenció
de los beneficios de instalar una emisora de la magnitud señalada.
EL PROYECTO
Una vez que Cooperativa entró al espacio radioeléctrico, el diario "La Estrella" entregó
detalles de su programación a cargo de Estela Donoso de Molanphy defendiéndola como
basada en el modelo norteamericano:
1- En la mañana, gimnasia para señoras y caballeros.
2- Comentarios de artículos e informaciones de prensa; editoriales de los principales
diarios locales y nacionales. Actualidad.
3- Hora de la belleza e higiene.
4- Hora de educación del niño.
5- Hora para emergencia. Idiomas.
6- Hora comercial, informaciones bursátiles, de mercado, productos e informaciones
marítimas.
7- Hora de almuerzo. Variedades, musicales, orquestas, etc.
8- Tarde: Hora del hogar. Charlas femeninas, comentarios culturales, etc.
9- Hora infantil, cuidados físicos del niño. educación moral.
10- Hora agrícola. Consejos prácticos, informaciones.
11- Hora del gobierno. Informaciones políticas y administrativas.
12- Programas de la noche, números vivos, conciertos, conjuntos corales, comedia,
etc.
Ángel Prieto, quien pasó a convertirse en director de la radio, advirtió en ese mismo
diario que "la propaganda no aburrirá a los oyentes, ya que la emplearemos en forma tan
discreta que el auditor no se sentirá fatigado, antes bien, la escuchará con agrado". La idea
bastante progresiva para la época, era emitir anuncios que se asimilarán con el programa que
ese momento estuviera al aire. Como se hace ahora.
La radio desde sus inicios se caracterizó por su dinamismo y variación en los espacios.
Las transmisiones comenzaban a las 08:00 A.M. para finalizar a las 00:00 horas, usando como
saludo y despedida un trozo de la obra musical "Pompas y Circunstancias".
Mientras Tanto, en Santiago ya se había instalado una filial. En un comienzo ambas
radios estuvieron separadas. La Gerencia General y los principales programas se realizaban en
el Puerto. En 1955, Santiago se transformó en la casa matriz de Cooperativa lo que significó el
traslado de sus directivos y trabajadores hasta la capital.
LA EDAD DE ORO
Cooperativa en sus inicios fue liderada por Valparaíso. Su principal características era
puesta ene l aire de una gran cantidad de programas realizados desde el Casino de Viña del
Mar, el Estadio Valparaíso o desde algún teatro. según recuerda Raúl Gorigoitía, director de la
filial porteña en 1945, el público repletaba los recintos. También puso énfasis en los programas
deportivos, entre los que- curiosamente a los ojos de hoy- se contaba un espacio dedicado al
remo. En el fútbol Leonardo Lambarres era el relator, Raúl Gorigoitía se encargaba del
basketball y supervisaba el popular programa del Hada Madrina que se transmitía sólo en
Valparaíso.
El folklore fue otra de las actividades privilegiadas: Raúl Videla, Luis Bahamondes, Raúl
Gardi y "Las hermanitas Loyola" (Margot y Estela) fueron algunos de los cultores de la música
nacional que desfilaron por, así como las orquestas típicas de tango, como Aníbal Troilo, D'
Arenzo, Alberto Castillo y otros. Todos tocaban en directo en el estudio habilitado en la misma
emisora de Valparaíso que se mantiene prácticamente igual hasta el día de hoy con el piano y
las sillas, lo que permite imaginarse su gran tamaño. Raúl Gorigoitía cuenta que, en 1945,
trabajaba con una nomina de 56 artistas semanales que se presentaban en este auditorio.
A partir de las 21:00 horas se transmitían los programas de mayor sintonía, entre los
que figuraban el bailable en el que tocaban todas las primicias musicales. A la hora se
irradiaban los boletines noticiosos con informaciones locales, nacionales e internacionales.
En esa época la mayor parte de los programas se hacían en Valparaíso y se mandaban
a Santiago, y de allá venían sólo algunos, como el boletín de las nueve de la noche que duraba
15 minutos.
Otros de los espacios representativos de la edad de oro lo constituyeron los
radioteatros, en donde trabajaban artistas connotados del momento como Quela Briones y
Luisa Botto, dirigidas por Justo Ugarte y entre cuyos libretistas se contaba los jóvenes Arturo
Moya Grau y Max Enrique Miranda. Cuando los programas emigraron a Santiago, se llevaron
también a los artistas, "se quedaron sólo los que tenían asentamiento permanente en
Valparaíso, como Quela Briones y Horacio Rodríguez" como recuerda con nostalgia Fernando
Goldberg, antiguo técnico de la radio porteña.
La inquietud por expandirse llevó a Cooperativa a hacer programas coordinados con
Santiago para darle más importancia a la radio de la capital. De allí surgió el popular espacio
"Las Coplas del Aire" en que locutores y cantantes de las distintas ciudades se enfrascaban en
una competencia de payas. Era la época de Andrés Moreno como Jefe de Programas. Otra de
las grandes ideas concretada en Santiago y que se transmitió durante veinte años fue "La Hora
del Dial". La cita era los lunes, miércoles y viernes, a las nueve y media de la noche para
escuchar las alternativas del concurso "Doble o Nada" a cargo Deformes. Consistía en
preguntas y respuestas a participantes que estaban en distintas ciudades. Por cada respuesta
correcta el concursante doblaba el premio, de lo contrario, perdía todo. Este espacio fue tan
importante y tuvo tanta audiencia que a los dos meses de transmisiones tuvo que cambiarse
hasta teatro Continental porque los estudios de la emisora eran incapaces de contener a la
cantidad de personas que asistían.
A la misma hora de este concurso, pero los días martes de transmitía el "Radioteatro
Forsas", nombre que correspondía a la marca auspiciadora y cuyas temáticas eran de terror.
Los jueves, estaba el espacio "Gracias Doctor", en que se contaban casos reales de médicos
que salvaban vidas.
También existía un concurso llamado "La Feria de los Deseos", una especie de
"¿Cuánto Vale el Show?" actual, en donde las personas mostraban su talento en el estudio. Si
lo hacia bien recibía premio. Lo contrario significaba que su voz era tapada con la música de u
disco.
El éxito en sintonía, sin embargo, no estaba libre de dificultades de carácter técnico a
pesar de sus modernos equipos. Una de ellas era la falta de líneas telefónicas para evitar la
señal a otras ciudades. Fue entonces cuando la Compañía comenzó a comprar acciones del
"Telégrafo Comercial". De esa forma podría tener líneas disponibles para transmitir. Por citar un
ejemplo: entre Concepción y Santiago sólo existían dos conexiones.
Junto con los concursos aparecieron programas como "La Historia de la Ciencia", "El
Saber y la Humanidad", programas musicales grabados en disco de acetato, "El Radioteatro de
la Historia" y "Grandes Autores de la Humanidad".
Los locutores del momento eran Arístides Aguilera, Lina Mendéz, Renato Deformes,
Eleodoro "Lolo" Achondo y Dario Verdugo a cargo del deporte, cuyas voces cumplían las
funciones de los animadores y artistas de hoy.
En 1945 comenzó uno de los programas más recordados: " La Familia Chilena", escrito
por Gustavo Campaña. Un radio teatro satírico- político en el que se hacía alusión a los
personajes del momento, auspiciado por Perlina y Radiolina. Según recuerda Waldemar
Christensen "allí trabajaban los mejores actores de ese tiempo como José San Lorenzo y
Horacio Quinteros entre muchos otros. El programa duraba un cuarto de hora y se transmitía
desde Santiago día por medio, a las 9.15 de la noche."
En el año 1949 se inauguró la sala auditorio de Cooperativa Vitalicia en el subterráneo
de los estudios ubicados en Bandera 236 con capacidad para 330 personas. En esa
oportunidad debutó Javier Xugat y su orquesta tropical. Le fue tan bien, que estuvo dos meses
presentándose en el mismo lugar. Así la emisora comenzó a traer a un sinnúmero de artistas
extranjeros de alto nivel como Luois Armstrong, Natking Cole y Pedro Vargas.
PERIODISMO EN LA RADIO
Al comienzo, el periodismo radial no tenía un lenguaje propio. Eran los mismos
locutores los que resumían y adaptaban las noticias aparecidas en la prensa escrita. Pero la
Segunda Guerra Mundial cambió este escenario.
Raúl Gorigoitía cuenta que en los días previos a este conflicto comenzó a gestarse una
gran competencia por informar. Cooperativa entonces, decidió organizar un equipo de
prensa. Ya comenzaba la guerra, los antagonistas tomaron posiciones para difundir lo que sus
intereses, apareciendo en ese momento agencias noticiosas alemanas e italianas, con sus
propios locutores, que compraban los espacios.
Los noticieros propiamente tal comenzaron en 1941 y eran una combinación entre
Valparaíso y Santiago. La radio abría sus transmisiones con un informativo, a las 08:00 horas,
al mediodía había un espacio de 15 minutos de información y comentarios. A las 18:00 horas
nuevamente noticias y a las 21:00 horas, el noticiero central que se hacía en Santiago y se
transmitía desde Valparaíso. En ocasiones los locutores capitalinos, viajaban al Puerto y se
alternaban con los periodistas locales para la lectura de noticias, proyectando una imagen de
transmisión conjunta. Según relata Raúl Gorigoitía, esos viajes de locutores a al quinta región
para participar en los informativos que aún no tenían nombre y que sólo se distinguían por la
marca auspiciadora, siempre terminaban en fiestas porque al término del programa salían a
saborear la noche porteña.
Según un trabajo titulado "Historia de la Radio en Chile", propiedad de la Archi, el nombre del
espacio era "Reporter Esso".
Como el periodismo radial era incipiente, los recursos también eran escasos, Sólo el
diario El Mercurio contaba con los servicios de una agencia cablegráfica y se encargaba de
abastecer a las emisoras. "Las noticias internacionales venían en morse y en francés y José
María Navasal, periodista del mencionado diario, se encargaba de traducirlas. Lo hacía en una
máquina de escribir con cinco copias. Los cabros encargados de llevar las notas a la radio
tenían que pelearse las cinco primeras copias, porque a partir de la tercera hoja ya no se
entendía nada", recuerda Waldemar Cristensen. Por ello, el trabajo en conjunto con este medio
escrito era vital. Incluso, para el fin de la guerra la emisora instaló un puesto de transmisión en
la misma empresa El Mercurio, asegurándose así la primicia del término del conflicto, hecho
extremadamente relevante para la época.
La emisora Valparaíso, que lideraba las transmisiones, contaba con algunos
comentaristas como Marcos Esponda, que luego sería Director y Carlos Etcheñique, quienes
se encargaban de prepara todo el material de actualidad nacional.
A fines de los años 40 en Valparaíso nació "Panorama", el primer espacio periodístico
basado en investigación y reportajes en profundidad. Con una duración de media hora, Juan
Campbell y Emilio Filipi unos de los primeros periodistas colegiados, trabajaban las
informaciones regionales bajo la dirección de Carlos Ansaldo.
Mientras tanto, en Santiago se creaba un espacio similar: "Reportajes". En treinta
minutos los libretistas Hernán Millas y Rafael Otero desarrollaban temas de carácter nacional.
Más tarde sus reportajes y crónicas fueron leídas por los locutores Sergio Silva, Adolfo
Jankelevic, Petronio Romo y Oscar Fog, las principales voces de Chile. Javier Miranda
También integró este equipo. "Yo le guardo mucho cariño a Cooperativa porque aprendí a leer
programas noticiosos e informativos allí, con personas como Fock, Romo y Silva que eran
fantásticos". Respecto de estos dos espacios, no se ha podido establecer cuál fue el primero
que salió al aire. Lo que está claro es que más tarde, las otras radios capitalinas comenzaron a
desarrollar el mismo estilo de "reportajes" y "Panorama".
Diez años después comenzaron los comentarios políticos. Los días mates y jueves y
sábados al mediodía usaba el micrófono el periodista Luis Hernández Parker. Los miércoles y
viernes el espacio le pertenencia a Igor Entrala.
"El Diario Cooperativa Vitalicia" fue creado en 1952 por don Carlos Vial Espantoso,
propietario de la Compañía Chilena de Comunicaciones en esa fecha. Este fue el primer
informativo en Chile semejante a un diario que cubría los distintos quehaceres de la vida
nacional además de noticias internacionales. el programa, bajo la Dirección de Mario Moraga
Montero, partió el primero de enero de 1952 y debutó con un incendio que se registró en
Valparaíso la noche de Año Nuevo. Así, "El Diario de cooperativa" funcionó sin para hasta el
golpe militar. Reapareció en 1976, a cargo de la periodista Delia Vergara. (llegada nueva
dirección. Período de Wilson)
RADIOTEATROS
Capítulo aparte requiere esta área de la historia de Cooperativa porque no hay duda que los
programas más populares eran los radioteatros, antecesores de las comedias y las teleseries.
"El Gran Radoteatro de la Historia" fue uno de ellos. Así se recrearon las vidas de numerosos
personajes, héroes y mártires de la historia de Chile como Inés de Suárez y Lautaro.
Otro de los radioteatros que acaparó una especial sintonía fue "Adiós al Séptimo de Línea"
cuya audición fue obligatoria para todos los cuarteles del país y , según cuenta Juan Matus
antiguo periodista de la filial porteña, más tarde hubo que suspenderlo a raíz de un reclamo
diplomático de Perú y Bolivia.
El técnico Fernando Goldberg trae a su memoria también a "La Quintrala", obra hecha en
Valparaíso y que fue representada e varios teatros como último esfuerzo de esa filial para
luchar con el desarrollo y avance de la emisora santiaguina.
En Santiago se hizo "El Radioteatro Atkinson", cuya pareja principal estaba compuesta por
Mireya Latorre y Emilio Gaete. Su buen resultado se basó en los éxitos del cine, género que
acostumbraba a tener parejas principales.
En materia de radioteatros no se puede olvidar lo que ocurrió el 12 de noviembre de 1944 con
la "La Guerra de Dos Mundos", basado en el programa norteamericano de Orson Wells que
causó el brutal pánico de Nueva York al relatar una ficticia invasión marciana al planeta Tierra.
En Cooperativa la adaptación por cuenta de Raúl Zenteno, quien la montó en Santiago
causando una conmoción similar. Incluso se hizo un juicio público que fue registrado por la
prensa nacional. El diario La Nación publicado el ------ tituló en la página 13: "Alarma Provocó la
Adaptación Radial de la Novela de Wells" y a continuación señaló que "el diario recibió
numerosísimos llamados telefónicos pidiendo detalles sobre los terroríficos acontecimientos
que se anunciaban en las transmisiones en referencia, como incendios, explosiones de
polvorines, etc. todo lo cual no era más que la adaptación radial de la fantástica novela de
Wells. Aún pueblos cercanos a Santiago pedían noticias acerca de la veracidad (...) Sólo
después de mucho rato llegó la tranquilidad (...) al informarse que es trataba solamente de
escenas radiales, hechas con una realidad tal que fue la causante de la alarma."
Hay que recordar que en esa fecha no de conocían las grabadoras de forma que los
programas iban directo al aire. Quienes trabajaban en este medio de comunicación en esa
época sostienen que esa ausencia tecnológica permitía el realismo total en cada una de las
obras y que llegar el sistema de cintas se deterioró la calidad de los actores, porque como
sabían que los errores y equívocos se podía borrar, descuidaban su trabajo. Más tarde los
radioteatros se grababan mientras salían al aire y eran enviados a provincias en un disco de
acetato que contenían un capítulo por lado.
Otro dato interesante es que los libretistas escribían los capítulos a medida que salían al aire.
Por ello, no siempre sabían el final. Es más, los castigos y los premios para los personajes
principales o sus transformaciones se elaboran de acuerdo a los resultados que obtenían día a
día. Entre los autores de estos exitosos espacios figuraron Silverio Benavides, que vive en
Colombia; Luis Espinosa, radicado en un país centroamericano, Renato Valenzuela y Arturo
Moya Grau. También integraba este grupo Reinere Sanhueza, actualmente en Valparaíso,
quien continúa haciendo radioteatro y escribiendo telenovelas para México, En cuanto a los
actores, la mayoría pertenecía al Teatro Experimental de las Universidades de Chile y Católica.
LA HORA DEL NIÑO DEL HADA MADRINA
"La Hora del Niño del Hada Madrina" fue uno de los espacios porteños más importantes de la
radio. Fue el primer programa en vivo de Cooperativa y que acaparó una gran audiencia.
También se convirtió en un semillero de artistas, locutores y cantantes. De allí surgieron figuras
como Arturo Moya Grau, quien ya en esta época era libretista; Enrique Balladares y Claudio de
Paul, Petronio Romo, Raúl Jamet y Juan Matus.
El programa nació en Valparaíso cuando doña Berta Rioja, amiga del Gerente General Luis
Falcone, inspirada en un modelo norteamericano decidió crear un programa infantil de
variedades. Quienes la recuerdan como su madrina, hablan de ella con mucho cariño.
El programa se basaba en los radioteatros y estaba enteramente producido por los mismos
niños, cuyas edades fluctuaban entre los cinco y los diecisiete años aproximadamente. ellos
escribían los libretos, actuaban, montaban y hacían los efectos espaciales de la obra junto a
Roberto Barraza. Por cada Libreto o actuación de 15 minutos recibían la suma de siete pesos
con 50 centavos recuerda Antonio Parra, una de los duendes de la época quienes entonces
contaba con 16 años.
El programa se iniciaba con un coro infantil que saludaba a los oyentes. Luego venía la
publicidad cantada por los mismos niños. Ambrosoli estuvo presente en este espacio durante
mucho tiempo convirtiéndose en un antecesor de los jingles que comenzaron en la radio
telefonía 20 años más tarde. Al os pocos minutos, el Hada Madrina iniciaba el relato de una
historia que era seguida por el radioteatro. Después venían las variedades: recitadores,
cantantes, cómicos, pianistas, etc.
Los niños, quienes trabajaban con seudónimos de algún personaje infantil como Mickey, Rayito
de Luna o duende Azul, ocupaba para sus constantes ensayos una oficina en el quinte piso. El
programa se transmitía de lunes a viernes entre las 17:00 y 18:00 horas y estuvo al aire entre
1936 y 1961. Los nuevos tiempos y el deterioro de la salud de la señora Berta Rioja hicieron
necesario su término. Todavía está en la memoria de algunos "ahijados" del Hada Madrina
obras como "El Hombre de la Máscara de Hierro", "El Misterio de la Pluma Escarlata", "El hijo
de la Selva" y "La Princesita y los Gitanos", que se presentó además en el teatro Victoria para
la celebración de los años de transmisiones.
Al programa se llegaba como aficionado al canto, a la poesía o a la actuación. No se
efectuaban casting porque lo principal era la naturalidad. "La Hora del Niño del Hada Madrina"
muchas veces se transmitió desde teatros y sus fondos eran destinados a alguna obra
benéfica. También se presentó en los comienzos del Canal 8 de la televisión de la Universidad
Católica Porteña, "en una velada que se solicitó a pedido de miles de oyentes que querían
escuchar en vivo y en directo al Hada Madrina", señala el diario "La Estrella", el jueves 20 de
diciembre de 1973, con motivo de la muerte de doña Berta Rioja.
TIEMPOS DIFÍCILES
Como ya se ha dicho, en 1952 el periodista Adolfo Jankélevich Director de Cooperativa, puso al
aire "El Diario De Cooperativa Vitalicia", a cargo de Guillermo Feliú. Sus ediciones se
transmitían a las 07.30, 20.00 y 22.30 horas y el material era elaborado por un pequeño equipo
de profesionales. Entre medio estaban los informativos horario, antecesores del actual
despacho de prensa.
La Cooperativa Vitalicia era la emisora más grande de todo Chile e incluso poseía tres ondas
cortas para llevar su señal al extranjero y cuyos resultados se verificaban con la llegada de
cartas procedentes de todo el mundo, según recuerda Jankélevich. En su programación
también incluía conciertos como la famosa "Cantata a Chile", con libretos de Helvio Soto: "En la
radio se creó un espíritu muy unido... muy luchador. Nosotros dimos varios golpes noticiosos
porque los auditores nos avisaban inmediatamente registrados hechos, como el dramático caso
de un choque de trenes en San Bernardo ocurrido un día Domingo en la mañana.
Igor Entrala, quien en esa época hacía los comentarios políticos cuenta que cooperativa ofrecía
la mejor cobertura informativa de elecciones políticas. incluso con pronósticos de resultados
como en 1964 cuando Eduardo Frei Montalva llegó a la Presidencia de la República. Los
aprontes entregados ese día por la emisora con anterioridad fueron tan cercanos a al realidad
que el diario El Mercurio la dedicó algunos centímetros. Para lograr cifras confiables al equipo
profesional de Cooperativa se sumaron estudiantes encargados de entregar la información
desde los lugares de votación.
Y en materia de entretención, mientras en Valparaíso estaba "La hora del niño del Hada
Madrina", en Santiago se transmitía "La hora del Hogar", con Marita Bülrle y su esposo Nibaldo
Iturriaga. Un programa misceláneo y de ayuda a la comunidad, similar a lo que vemos en la
mañana en televisión. Javier Miranda, quien llegó a la emisora en 1953 relata que en "La Hora
del Hogar" los avisos se leían en directo. "La Mariíta tenía una sección de servicio social donde
se podía conseguir empleadas domésticas. Ellas se juntaban en un hall al lado del acensor y
un día, salió del estudio Miguel Ángel Yañez, un locutor bien famoso de la época, y se encontró
con un señora sentada en un sofá en otro lugar de la radio y entonces le dijo un poco
impaciente: perdón señora, pero las empleadas domésticas esperan afuera...¡y era Violeta
Parra que venía de París a ver a Raúl Aicardi que era el Director!- se ríe de nuevo- bueno, en
todo caso la Violeta se veía bien desgreñada.
"Las Audiciones Maestras" fue uno de los primeros programas de conversación. Javier Miranda
dialogaba con especialistas en diversos temas. Hernán Díaz Arrieta en literatura, Domingo
Santa Cruz en música, y Antonio Romero en teatro. El programa salía tres veces a la semana y
era enteramente libreteado, incluso los diálogos. Lo increíble es que los encargados de hacer
los guiones eran los propios invitados "¡ellos, que no habían hecho nunca radio!... pero que
eran expertos. Como yo leía parte de esos libertos, mi imagen era de una persona cultísima
que estaba a la misma altura de los especialistas. Era muy entretenido".
Como las voces eran el capital más importante de la radio, los locutores trabajaban en
exclusivo con un determinado medio. EN cooperativa estaba Jorge Agliati, quien además hacia
la mejor imitación de Jorge Alessandri, Sergio Silva, Oscar Fock, Petrnio Romo, Germán Vial y
Ofelia Gacitúa, única voz femenina de la estación.
Otro de los espacios que marco un hito "Radio Tanda". Un programa de humor que se hizo
entre los años 40 y 60, aproximadamente. Allí trabajaba Ana González, Ricardo Montenegro
(libretista y actor), Sergio Silva y Petronio Romo. Carlos Kusmanic radiocontrolador de la
emisora entre 1946 hasta 1984, recuerda las espectaculares giras por todo Chile que realizo
este elenco en 1962.
Los programas deportivos también tenían una gran importancia. Sergio Silva y Dario Verdugo
se turnaban para relatar el fútbol. Su especial lenguaje mezclado con chistes que nacían de su
desarrollado sentido del humor hacia doblemente entretenido escuchar el partido.
Durante este período la agencia "Publicistas" se asoció con la radio y su dueño, José María
pasó a ser el Gerente General mientras que Hernán Poblete, hijo de uno de los dueños de la
Sociedad de Rentas quedó como Gerente Administrativo y crítico literario. Poblete recuerda
que bajo su administración se hizo el primer ensayo de televisión en Chile. "Durante la
presidencia de Carlos Ibañez del Campo vino a nuestro país su colega Juan Domingo Perón,
quien trajo su equipo de televisión. La embajada Argentina decidió instalar los equipos en
Cooperativa y Minería. En ese momento, el jefe de programación era Helvio Soto, hoy cineasta,
quien con unos vagos conocimientos en el rubro logró hilvanar un programa que se transmitió
en Buenos Aires".
Después de la gestión de Don Hernán Poblete la Gerencia General cambió definitivamente su
dirección a Santiago.
La década del 60 trajo innovaciones tecnológicas a casi todas las áreas. En el caso de
Cooperativa, 1962 por primera vez se pudo trabajar con equipos inalámbricos facilitándose
enormemente la tarea de transmitir desde lugares al aire libre. Hasta ese minuto, hacer ese tipo
de programas es convertía en una odisea. Para ir al estadio por ejemplo, debían llevar a lo
menos una seis baterías de auto además de todos los cables y micrófonos necesarios para una
emisión de esta naturaleza.
Cooperativa además, instaló las antenas más altas de Sudamérica que alcanzaban los 247
metros cada una y que habían sido importadas desde Estados Unidos, trabajo que estuvo a
cargo de Raúl Lara Delfín, Jefe Técnico de Radiocontroladores.
Paralelamente María Pilar Larraín, Directora de la revista "Ritmo" tomó la Dirección de la
emisora llevándose a trabajar a sus estudio a animadores como Hernán Pereira, María Pilar,
Ricardo García y Julio Gutiérrez. Fueron los años en que comenzó a desarrollarse la industria y
también la competencia. Luego, asumió este cargo Camilo Fernández quien para darle un
nuevo impulso a Cooperativa trajo un nuevo stock de artistas y principalmente de periodistas
como Silvia Pinto, Patricia Guzmán, Carmen Puelma y Raquel Correa.
LA UNIDAD POPULAR Y LOS PROBLEMAS ECONÓMICOS
En el aspecto financiero el escenario se hacía cada vez más difícil. En ese minuto llegaron
Rafael Souza como Gerente General, Alfredo Concha como subgerente de finanzas. el
contador Enrique Escobar Gallegos y Jesús López Sánchez como Gerente Comercial;: Carlos
Kusmanic como Gerente Técnico y Raúl Renard a cargo de las comunicaciones. Las cabezas
de las filas eran Carlos Espay en Valparaíso, Juan Suitanic en Antofagasta, René Salinas en
Puerto Montt y "Cocho" Cárcamo en Punta Arenas. Todos ellos debieron enfrentar la escasez
de publicidad que llevó a la emisora a su primer colapso financiero de la década de los 70.
Esta situación fue posterior a la separación de la fracasada Sociedad de Rentas Vitalicia y la
Compañía Chilena de Comunicaciones, hecho registrado alrededor de 1969, razón que motivó
el cambió de nombre de la emisora.
En 1971 la radio fue adquirida por la Sociedad Publicidad y Propaganda Ltda. Su directorio
quedó conformado por Carlos Figueroa Serrano como Presidente y Edmundo Pérez Yoma y
Alberto Pulido quienes debieron enfrentar los graves problemas económicos. Para ello
recurrieron a la venta en las calles de "Bonos de Solidaridad" timbrados por Servicio de
Impuestos Internos. Antonio Vodánovic recuerda que incluso él mismo organizó a sus
compañeros de Universidad para salir a ofrecerlos convirtiéndose este sistema en una de las
formas de sobre vivencia de la emisora.
Alfredo Concha relata que antes de ser vendida a la Compañía, Javier Vial compró los terrenos
donde esta la antena y las oficinas con un crédito a cuatro años plazos, en un momento en que
nadie prestaba a sesenta días a raíz de la incertidumbre política, social y económica. Entonces
se vendieron bonos para financiar la operación, los que compró el Banco Hipotecario de
propiedad de Javier Vial y Cía . Durante la U.P. el gobierno intervino esta institución que tenía
los bonos de la radio e intentó declararla en quiebra. Por ello se hizo una colecta nacional y
don Alfredo personalmente le pagó al Director del Banco en monedas y billetes chicos que
fueron los recogidos en erogaciones. "El director del banco tuvo que cerrarlo por dos días y
poner a contar a todos sus cajeros... dulce es la venganza".
A fines de 1972 Carlos Figueroa la pidió al abogado Carlos Wilson que se integrara como
Director y Gerente General. En esos años la presión de parte de las autoridades y las
amenazas de multa o de clausura fueron la tónica reinante. A esto se sumaba la falta de
avisaje y la paulatina desaparición de las agencias de publicidad. Los escuálidos ingresos
venían del comercio pequeño y de las campañas eleccionarias cuyos comandos no siempre
pagaban lo pactado.
La empresa tuvo que hacer una nueva campaña para buscar apoyo. Casi todo se hacía sobre
la base del sacrificio de muchas personas, en el aspecto práctico ni siquiera se guardaban
grabaciones con registros de hechos importantes por la escasez de cintas. En este período fue
cuando la emisora perdió parte importante de su historia. Otra vez se reeditó la venta de bonos
de solidaridad en la calle, método que resultó bastante exitoso.
LA PROGRAMACIÓN
Según cuenta Carlos Wilson, en ese momento la información era importantísima. A esta
entrega noticiosa se sumaban los programas de opinión. "Lo mejor del periodismo femenino
estaba allí: Raquel Correa, Patricia Guzmán, María Eugenia Oyarzún, Silvia Pinto" quienes
hacían "A Esta Hora Las Mujeres También Improvisan", uno de los programas de mayor
penetración en el público. "Se trató de hacer un periodismo objetivo, pero el proceso que vivió
el país fue tan fuerte que parecía un espacio de oposición al gobierno porque se nutría
principalmente de denuncias".
Junto a los programas periodísticos y de opinión, la radio conservó sus espacios dedicados al
deporte y a la música y algunos programas en vivo. La mañana era de conversación y estaba
dirigida principalmente a la dueña de casa. Los locutores eran Guillermo Parada, José Abad,
Sergio Silva y Juan La Rivera.
Carlos Wilson recuerda que "dentro de la radio siempre hubo un buen equipo, tanto por la
unión en que se trabajaba como por su objetividad a la hora de informar. A pesar de los duros
momentos nunca bajó el ánimo en el equipo de profesionales".
ÉPOCA DE GOLPES
Cuando ocurrió el golpe militar nadie se extraño, porque se veía venir. Y mientras que en la UP
hubo muchas amenazas sin cumplir, en el régimen militar la situación cambió.
Fue entonces cuando comienzan los roces, porque ya no era posible el objetivo de informar
pluralista y verazmente. Carlos Wilson recuerda que desde el primer momento en que lo
medios informativos se reunieron con los miembros del nuevo gobierno se dieron cuenta del
escenario que se avecindaba. Ya en octubre debieron reducir el trabajo periodístico por varias
razones. Una de ellas fue la imposición de censura previa y otra, fue el alejamiento de la
emisora de quienes se identificaban con el régimen para tomar responsabilidades políticas
como María Eugenia Oyarzún quien fue designada Alcaldesa de Santiago.
Entonces la radio reforzó el área deportiva formándose el equipo más poderoso que había en el
momento porque a él se sumaron profesionales que perdieron sus trabajos en otros medios.
Raúl Prado fue el encargado de dar forma a este nuevo grupo, al que se integraron más tarde
Julio Martínez y Sergio Livingstone. Junto a este nuevo impulso, se reforzó también la parte
musical a cargo de Antonio Vodánovic quien recuerda que allí tuvo sus primeros
acercamientos al Festival de Viña porque se adjudicaron sus transmisiones. Así Cooperativa
comenzó nuevamente a ascender en sintonía y a disminuir sus deudas, alcanzando un
deseable grado de tranquilidad económica.
"USTED TIENE DERECHO A SABER LA VERDAD Y LA VERDAD ESTA EN LO HECHOS"
A pesar de la situación reinante, con censura previa y dificultades para obtener información la
emisora decide en 1976, retomar la línea periodística y el 18 de noviembre de ese año vuelve
"El Diario de Cooperativa"- desaparecido para el golpe militar- a cargo de su directora Delia
Vergara, fundadora de la revista Paula y sin experiencia en radio. La acompaño en la
subdirección Guillermo Muñoz Melo. Hasta ese momento había un departamento de prensa
integrado por tres personas que producían boletines sin reportear y el resurgimiento del diario
pretendió convertirse en un espacio de libertad de expresión. Su conductor fue Patricio
Bañados, en la parte internacional estaba Alejandro Magnet; en lo jurídico Jaime Hales ; en los
comentarios laborales René Cortazar; en cine Mariano Silva; en literatura José Luis Rosasco;
en ecología el doctor Juan Grau mientras que la encargada de política y economía fue Patricia
Politzer. El diario de Cooperativa, además, vino a llenar el espacio dejado por Radio
Balmaceda, que fue cerrada por el gobierno y su director Belisario Velasco relegado a Putre.
Carlos Wilson explica que era "absolutamente necesario la presencia periodística, porque los
medios de comunicación no estaban informando lo que sucedía en el país. Los directivos
sabían que seguir esta línea era despedirse de toda la exitosa etapa anterior y que los
afectados finalmente, serían los trabajadores de la radio. así y todo optó por este camino "uno
de las más emocionantes de mi vida, donde hubo que utilizar toda la inteligencia para buscar la
forma más adecuada de entregar la información. Durante todo ese período tuve que ir
semanalmente a la Comandacia o al Ministerio de defensa para recibir amonestaciones".
Una de las decisiones que adoptó fue eliminar los comentarios tan característicos de las
épocas anteriores. La idea era no emitir opinión entregando noticias. "Así ningún alto jamás
pudo acusarnos de injuria ni de nada reprochable, porque sólo habían informaciones
verdaderas ajustadas además, a la normativa vigente. A estos buenos resultados contribuyó
también la calidad de abogado de Wilson para determinar "qué y cómo se podían decir las
cosas". De esta forma se logró hacer un tipo de periodismo serio y pluralista que significó
incluso la pérdida de Enacar como auspiciador del noticiero reviviéndose con ello la escasez de
recursos que la emisora ya había experimentado en otras oportunidades. Nuevamente se
inventaron distintas fórmulas para conseguir financiamiento. Una de ellas fue transformándose
en la radio oficial de los mormones y salir a vender empresa por empresa. "Algunos
empresarios compraban publicidad, pero a pesar del contrato sus comerciales nunca salían al
aire. Esto era un arma de doble filo porque hubo quienes nunca usaron el contrato, no se les
podía pedir entonces su renovación". Otra de las fórmulas fue vender los estudios de Bandera
y trasladarse en 1977, a Antonio Bellet 223; cambió que muchos recuerdan porque
prácticamente fue a pie, y obtener recursos de las filiales de provincias. La última gestión que
se hizo fue administrar Radio Santiago compartiendo los beneficios económicos entre ambas
emisoras. Sin embargo, una de las malas pasadas del Gobierno fue declarar a Wilson presunto
traficante de armas por lo que debió alejarse de Santiago.
Carlos Wilson, cuenta que en representación de la radio debía asistir a todos los eventos
oficiales que era invitado. Más tarde, en un encuentro fortuito con Pinochet, éste le dijo: Ud. es
el que nunca me aplaudió".
En 1978, mediante un decreto el gobierno le quitó a la Compañía Chilena de Comunicaciones
las radios de provincia, con la excepción de Valparaíso y Temuco. Para ello recurrió a la
renovación de las concesiones. En la oportunidad, la Dirección de Información entregó una
versión oficial sobre este hecho: "No se renuevan las concesiones por estar conspirando contra
quienes desde el extranjero, traman la matanza de chilenos. Fue un período difícil, pues con
todas las indemnizaciones que se debían pagar a los despidos de la empresa podía ir a la
quiebra" dice Wilson relatando que "logró llegar a un acuerdo con los Intendentes: les darían la
concesión a los propios trabajadores de las radios y la Cooperativa se comprometía a no
inmiscuirse en nada y ano meter mano en la información. Esto ocurrió con seis filiales. Las
excepciones fueron Valparaíso y Temuco que siguieron en la cadena y la emisora Reloncaví,
que quedó a cargo sólo de René Salinas".
En esa época la empresa sufrió la presión de las autoridades, pero ningún ataque
directo. Carlos Wilson pone énfasis en señalar que siempre hubo una actitud de respeto entre
las partes.
A pesar de esta realidad, quienes trabajaron en esa época se enorgullecen de algunos
golpes noticiosos como la transmisión de los alegatos de extradición de Manuel Contreras y el
Brigadier Espinoza en el caso Letelier y el hallazgo de osamentas en Lonquén.
Una de las curiosidades era que Cooperativa gozaba de sintonía tanto en el gobierno
como en la oposición. "Para ellos era una obligación porque muchas veces se enteraban así,
de lo que estaba pasando. Siempre tratamos de ser objetivos mostrando las dos caras de la
moneda; la versión oficial y la otra".
Uno de los momentos más complicados para el periodismo de Cooperativa se relacionó
con las investigaciones sobre denuncias de corrupción y de graves problemas económicos por
el que estaban pasando importantes empresas. "Rubén Adrián Valenzuela, que hacía
periodismo callejero- algo así como un móvil, pero sin auto- informó un mañana que estaba
frente al Banco Osorno y que la entidad ese día no abriría las puertas porque tenía problemas.
La noticia era cierta, pero por el sólo hecho de haberla puesto al aire. el gobierno se encargó
que el Banco funcionara normalmente".
Y para mitigar los dolores de cabeza y los esfuerzos desplegados por todos quienes
trabajaban Wilson relata que todos los viernes se organizaba un "malón" en la radio. La idea
era relajasese y mantener a la gente unida.
Guillermo Muñoz estuvo en polémico reinicio del diario de Cooperativa. el 17 de
noviembre de 1976, un día antes de salir al aire este informativo se produjo la liberación masiva
de los presos del campo de detención Tres Álamos El 18, los auditores de enteraron de todos
detalles de la medida, de las opiniones vertidas por miembros del gobierno de oposición sobre
este hecho y de los testimonios sobre su detención de quienes ese día habían alcanzado la
libertad.
LIDERAZGO EL LAS TRANSMISIONES
Dos años después, en enero de 1980. llegó la última y nueva administración. Luis Ajenjo
asumió como Gerente General y Guillermo Muñoz ascendió a la Dirección de Prensa. Genaro
Arriagada tomó la Presidencia del directorio de la empresa cuyo producto era Radio
Cooperativa.
En ese momento la emisora no estaba en buena posición. Su lugar en el rating era el número
12, entonces se decidió cambiar su diseño: debía ser una radio nacional, pluralista y noticiosa.
De ser una radio de animación en vivo se transformó en una continuidad en donde
prácticamente todo era grabado. Se eliminaron los boletines horarios y nacieron los despachos
en cualquier momento anunciados por los tradicionales tambores. También se amplió la
duración del Diario de Cooperativa matinal desde las 06:00 hasta las 09:00 horas. Lo mismo
sucedió con la edición informativa del mediodía. Pero todo el esfuerzo estaba centrado en el
matinal. La principal dificultad era confirmar las informaciones que no provenían de fuentes
oficiales. A veces se estaba todo el día tratando de verificar una noticia. No eran muchas
personas quienes integraban el equipo de profesionales. Todos hacían de todo. Otra de las
innovaciones fueron los despachos y los informes con la voz y nombre de los mismos
reporteros. La única condición para integrar este equipo fue ser siempre pluralista y cuidar muy
bien la verificación de datos.
Si la situación económica del país era complicada, la de Cooperativa era aún más. A tal punto
llegó la crisis que, en un momento se rebajaron los sueldos con el compromiso que más
adelante se devolvería hasta el último centavo. Y así sucedió. Meses después los trabajadores
vieron la reposición de todo el dinero.
En el plano periodístico el trabajo fue difícil. La emisora debió enfrentar cuatro clausuras sin
motivo alguno y de acuerdo a una norma establecida en el Estado de Emergencia impuesto en
el país. La primera se produjo el 13 de mayo de 1983, tras reportear desde el lugar de los
hechos, la primera gran protesta social que hubo en Chile y que se había registrado dos días
antes. Se le acusó a la emisora de ser la causante de la manifestación antigubernamental
según dio cuenta una publicación en el diario La Nación del 14 de mayo," ...dicha medida se ha
tomado ya que (...) en apoyo a la referida actuó Radio Cooperativa Vitalicia a través de
entrevistas, comentarios, noticias y transmisiones de toda índole, cuyo conjunto creó la
sensación de un clima artificial de agitación y efervescencia pública(...) ello transforma a la
emisora en corresponsales de los incidentes de violencia" El levantamiento de la clausura fue
anunciada el 24 de Noviembre por el propio General Pinochet, según consta en el mismo
diario. El primer cierre de emisora duró diez días.
Durante el tiempo en el que "El Diario de Cooperativa" estuvo clausurado se leyó a cada rato el
bando que impedía transmitir informaciones. Para la segunda clausura se prohibía además,
leer el bando más de dos veces. Mientras tanto, a partir de ese 13 de mayo, los profesionales
que seguían trabajando entregaban su material periodístico a Radio Santiago. Entonces se le
entregaba el material reporteado a Radio Nuevo Mundo, cuando también la censuraron se le
enviaba a la Radio Carrera. La última vez el gobierno clausuró los informativos de Cooperativa,
Nuevo Mundo y Carrera." era un poco reírse del Gobierno... no se cómo no nos cerraban"
comenta Guillermo Muñoz.
Otros de los momentos con prohibición de informar fue usado por los reporteros para investigar
la muerte del sacerdote francés Andrés Jarlán a partir de una sugerencia del Presidente del
Directorio , Genaro Arriagada. Los periodistas de iban a trabajar a la Victoria con el objeto de
hacer un libro. Arriagada tomaba todo material y lo ordenaba, Sin embargo, este proyecto
quedó inconcluso porque se terminaron las clausuras y parte de ese material fue aprovechado
por Patricia Verdugo en el libro "André de la Victoria".
Para el estado de sitio de 1984, siendo Ministro del Interior Sergio Onofre Jarpa quien sacó 18
mil hombres a la calle, se podía seguir informando: pero sin hablar de política. Fue el momento
en que los periodistas tuvieron que "hacer malabares" para salvar esta dificultad. Entonces se
creó el Computador de Cooperativa, que consistía en un flash de opinión semanal sobre temas
de actualidad y después, sus resultados comentaban con alguna autoridad y con expertos de la
oposición.
Para el plebiscito radio Cooperativa también cumplió un rol importante. Cuando en la
televisión sólo se entregaban resultados a favor del SI y la Cooperativa daba a conocer las
cifras entregadas por el comando del NO, fue una periodista de la radio quién consiguió la
respuesta del millón: el General Matthei reconociendo el triunfo opositor. Otro de los hitos de
ese momento fue cuando Patricio Bañados, al finalizar la franja del NO llamó a los chilenos a
"sintonizar la Radio". todos los auditores, acostumbrados a leer entrelíneas, entendieron de qué
radio de trataba, ya que era el único medio en que se podía confiar.
Todo esto quedo plasmado y verificado en el titular del "New York Times". "Los
Periodistas de Cooperativa: Los Perros Guardianes del Aire Tras los Talones de Pinochet".