Historia del ecuador 1989
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Historia de las Fuerzas Armadas Para hacer una breve descripción de las etapas que han vivido las fuerzas armadas se ha
tomado en cuenta varios puntos de vista, por un lado un historiador que ha sido parte del
Partido Socialista Ecuatoriano, Enrique Ayala Mora, por otro el Centro de Estudios
Históricos del Ejército, con el trabajo del Doctor Jorge Núñez y finalmente, los testimonios
de una generación de militares que vivenciaron la doctrina de trabajo para la paz, a pesar de
haber sufrido conflictos bélicos.
Una descripción histórica nos la brinda Núñez (1) las fuerzas militares de los pacíficos
pueblos del callejón interandino, esencialmente defensivas y de convocatoria ocasional,
fueron distintas, tanto en su función como en su organización, del ejército inca, una
verdadera maquinaria de guerra, organizada para la conquista y la expansión territorial del
Tahuantinsuyo.
En la irrupción española estuvo a cargo una fuerza armada irregular que se organiza
expresamente para dominar y saquear. Más tarde, ya asentado el sistema colonial, tuvimos
dos tipos de fuerzas militares, las tropas fixas, o cuerpos del ejército español asignados a
diversas guarniciones, y, de otra, las fuerzas milicianas, que hasta el segundo tercio del siglo
XVIII se convocaban ocasionalmente, para enfrentar ataque piráticos o rebeliones indígenas,
fuerzas que de ahí en adelante pasaron a integrar un verdadero ejército permanente, formado
por voluntarios locales, armado y equipado por los más ricos propietarios criollos.
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Inicio de la vida Republicana
Durante este período republicano el país pasó por diversas etapas entre las que se encuentran
revoluciones, levantamientos y dictaduras que de alguna forma se muestran diferentes a las
que se conocen en América Latina.
Las características del inicio de la vida republicana eran la supervivencia de la estructura
socio-económica colonial, simbolizada en las haciendas donde unos patrones blancos de
origen español seguían explotando a cientos de miles de peones indígenas y a miles de
esclavos negros, a los que mantenían en la abyección y la miseria.
Otra de ellas fue la institucionalización de una “república sin ciudadanos”, en la cual la
ciudadanía y sus derechos conexos eran privilegios consagrados legalmente para una exigua
mayoría de grandes y pequeños propietarios, lo que dejaba a una enorme mayoría de la
población (alrededor de un 90 % del total) al margen del sistema político y de los derechos
ciudadanos. Esa misma mayoría era la que llevaba el peso del sostenimiento del fisco,
mediante el pago de la contribución personal, y también cargaba con el peso de las
campañas militares y las guerras civiles, a las que era llevada por el expeditivo método de la
soga, es decir, el reclutamiento forzoso.
Estado nacional y Ejército
Con el nacimiento del Estado republicano a partir del ejército, lo convierte en la autoridad de
última instancia, que las Fuerzas Armadas desarrollaron a lo largo de los siglos XIX y XX y
que mantienen hasta hoy respecto de la vida pública. Una función que no sólo forma parte de
la mentalidad militar sino también de la mentalidad colectiva, puesto que la sociedad civil
ecuatoriana ha reconocido y convalidado esa tutela militar y todavía, en la actualidad, la
invoca como recurso supremo para la solución de sus conflictos políticos.
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El ejército, en su calidad de primera institución republicana, se convirtió de modo casi
natural en el supremo árbitro de las disputas políticas entre oligarquías regionales,
reivindicando para sí un papel tutelar respecto de la vida pública.
El general José María Urbina formuló en su mensaje presidencial al Congreso de 1854, que
el Ejército era “la base del poder público en países con débil institucionalidad”
No podríamos entender a cabalidad esa función política asumida por el naciente ejército
nacional si no analizáramos su constitución interna y el origen social de sus jefes y oficiales.
Porque la verdad es que el Ejército cumplió también, en aquel momento, otra función
trascendental: fue el primer canal abierto al ascenso social de los sectores marginados del
sistema colonial y post-colonial.
Blancos pobres, mestizos, negros e indios subieron socialmente gracias a su participación en
las luchas de independencia y al sistema de ascensos militares, llegando en algunos casos a
ocupar altas funciones públicas, ante los ojos asombrados de las antiguas elites coloniales,
que de inmediato empezaron a clamar contra la “pardocracia”.
Pero ese ascenso social era imparable y no había fuerza capaz de impedirlo. De ahí que
algunos sectores aristocráticos prefirieran cooptar y asimilar a algunos jefes militares jóvenes
a través del sistema de alianzas matrimoniales. Ello permitió a la oligarquía controlar
políticamente al poder militar surgido de la independencia, también consolidó socialmente a
esos sectores emergentes. Gracias a esa transacción hubo quienes, como Juan José Flores,
llegaron a ocupar la silla presidencial.
Esa afirmación del Ejército como primera institución pública permitió también la
consolidación de los militares como categoría socio-profesional, rompiendo parcialmente la
estructura aristocrática heredada de la colonia y creando una avanzada de la moderna “clase
media”. Facilitada por el horror a la guerra que asumieron las buenas familias criollas,
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terminando la milicia integrada por tropa indígena y negra y por oficiales mestizos o blancos
pobres, que buscaban en la vida militar el ascenso social que difícilmente podían conseguir
en la vida civil.
De modo inevitable esa composición social del inicial Ejército determinó que esta institución
fuera, durante las primeras décadas de vida independiente, el único espacio social con una
mentalidad realmente republicana, mientras en el conjunto de la sociedad civil seguían
prevaleciendo las ideas y valores de la antigua sociedad colonial.
Esa vocación republicana del inicial ejército fue recuperada con la revolución Marciste, que
insufló a la milicia ecuatoriana de un espíritu nacionalista y anti oligárquico, que la llevó en
enfrentarse con esa alianza de militares extranjeros y terratenientes criollos que había
establecido Juan José Flores.
José María Urbina, proclama en su mensaje de Jefe Supremo a la Convención Nacional de
1852 :
Un análisis de esta proclama nos revela el radical espíritu nacionalista que se había
desarrollado en la Fuerza Armada a partir del combate al florean ismo, y también la
temprana vocación anti oligárquica que se había gestado en las filas militares. Más
importante es el concepto que el liderazgo marciste tenía de un verdadero soldado
republicano, al que definía como “un ciudadano armado en defensa de una causa justa”, y los
valores y virtudes que la institución militar había definido para el mismo: valiente,
moderado, honesto, leal, patriota y dispuesto al sacrificio.
Vista esa ideología que alentaba en los líderes del naciente militarismo nacional, no debe
extrañarnos que éstos se lanzaran luego a la realización de una audaz reforma político-social,
tendiente a eliminar los más notorios rezagos del sistema colonial, que eran la esclavitud de
los negros y el tributo de los indio, con el agregado de que la mayoría de los negros libertos
pasaron a integrar la tropa del ejército urbanista.
El ejército, los ejércitos
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Las medidas reformistas del militarismo nacional causaron una airada pero desigual reacción
de la clase terrateniente, ante la supresión del tributo de los indios, cuya erradicación
afirmaba la posibilidad de que el gobierno buscase sustituir los ingresos perdidos con la
creación de un impuesto a la renta de los propietarios. De otra parte, privaba a las haciendas
y hacendados del principal mecanismo de fijación y radicación de la mano de obra, puesto
que daba un golpe mortal al sistema de <concertaje>, asentado en el endeudamiento
sistemático de los trabajadores indígenas para evitar su fuga. Esto explica la masiva reacción
de los terratenientes del país contra el gobierno liberal del general Francisco Robles, el
<gemelo> de Urbina.
Gabriel García Moreno, caudillo conservador comprendió que el ejército nacional, tal como
se hallaba integrado era una fuerza social incontrolable. De ahí que se empeñó en
reestructurar totalmente las Fuerzas Armadas del país con un nuevo mando militar,
organizado con jefes y oficiales provenientes de las familias de la oligarquía terrateniente. Y
los capellanes castrenses se encargaron de limpiar de ideología liberal a los restos del antiguo
ejército. El resultado final fue un nuevo ejército nacional, de muy baja capacidad militar (fue
derrotado todas sus campañas internacionales), pero de absoluta fidelidad política al tirano y
suma eficiencia para reprimir los alzamientos populares, como la rebelión indígena del
Chimborazo, liderada por Fernando Daquilema.
Tras la etapa garciana (1860 - 1875) y la breve guerra civil de 1876, la fuerza armada
volvería a ser reestructurada, incorporando a ella tropas y oficiales liberales, el ejército
tornaría a asumir su antiguo rol arbitral, aunque en forma atenuada.
Tras la Revolución Liberal de 1895, surgiría un nuevo Ejército Nacional, organizado a base
de las tropas montoneras triunfantes, mayoritariamente costeñas. Los antiguos jefes
revolucionarios pasaron a integrar el Estado Mayor del nuevo Ejército Liberal, al que Alfaro
buscó profesionalizar mediante la creación de escuelas y academias castrenses, contando con
la asesoría de misiones militares extranjeras.
Resulta muy aventurado hablar del Ejército ecuatoriano como una institución continua,
estable y permanente. Se ve una sucesión de <ejércitos temporales>, que existieron en tanto
fueron capaces de refrenar y controlar a las fuerzas político-sociales enemigas, pero que, al
concluir cada conflicto civil, fueron reestructurados por las fuerzas vencedoras, que
buscaban poseer la milicia fiel, sumisa y funcional a su proyecto político.
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Dictaduras Militares.
1963 - 1966
El primer golpe militar se da el 11 de julio de 1963, “fue una medida <contrainsurreccional>
acordada por el Pentágono y los monopolios en defensa de los intereses imperiales” (4).
Se imprimió a la nueva dictadura, no solo una orientación anticomunista, sino también una
tónica reformista conforme a los planes de la Alianza para el Progreso. Anunció una serie de
reformas estructurales el 11 de julio de 1964 dictan una ley de Reforma Agraria con el
propósito de abolir las situaciones precarias y promover la creación de una capa de medianos
propietarios rurales (5) .
Si bien fueron algunos los objetivos que se deseaba alcanzar en esta época lo que se logró
fue la vigorización relativa de los grupos industriales y un crecimiento importante del gasto
público para cubrir el incremento de la burocracia. Su arremetida contra el comunismo le
hizo fortalecer el crecimiento del capitalismo ecuatoriano, vigorización y la tecnificación del
aparato del estado, creciente presencia del capital extranjero en la economía, de los sectores
agro exportadores sobre al estructura de poder (6).
Los desplazamientos al interior de la clase dominante ecuatoriana, el ascenso de sectores
medios y su accesos a la estructura del poder, el fortalecimiento de la autonomía relativa del
aparato estatal, eran procesos que reflejaban en la esfera pública el fenómeno de
modernización capitalista que tenía lugar en la esfera de la producción. La combinación
tecno-militar que asumió el control de Gobierno en 1972 constituía la expresión política más
alta de ese proceso de “modernización”. Los sectores dominantes de la sociedad, a través de
sus organizaciones corporativas, sus partidos políticos, y sus círculos de presión,
desarrollaban una estrategia de doble perspectiva: por una parte se oponían al contenido y
objetivos del proyecto gobiernista, mientras, simultáneamente, procuraban copar las
instancias gubernamentales para minar desde el interior las posiciones del proyecto.
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La combinación tecno-militar no era compartida por todos lo sectores de la institución
armada. Surgen tres posiciones una comprometida con el contenido y los objetivos de la
plataforma programática de febrero de 1972, otra opuesta a ella, y una tercera, que se
declaraba retóricamente comprometida con el proyecto reformista, pero que , en la práctica,
solo procuraba equilibrar posiciones para mantener el poder apoyándose en la holgura
financiera que el petróleo entregaba (8).
Los aspectos más positivos del régimen dictatorial es la política petrolera nacionalista y la
Reforma Agraria. Durante 1972 - 1974 se distribuyeron 50.425 hectáreas en favor de 5.927
familias campesinas (0,73 % del total de tierras cultivadas).
EL EJÉRCITO ECUATORIANO
Objetivo:
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Analizar y entender la historia republicana del Ecuador en su transformación continua a
través del tiempo en los aspectos político, económico y social.
Justificación:
Como ecuatorianos se convierte en un derecho saber la historia de nuestra república para que
de esta forma entendamos el presente del entorno social en el que vivimos y también para
corregir los errores como sociedad ecuatoriana, y así encaminarnos en la proyección de un
futuro mejor.
1 INTRODUCCIÓN:
En el inicio del Ecuador, existía un predomino del regionalismo con la consolidación del
latifundio, sectores artesanos y comerciantes; en las regiones se divergen las relaciones entre
sí a partir de las batallas de la independencia.
La independencia fue para el Ecuador un gran cambio político, sin embargo subsistieron
después de ésta características que se mantuvieron a lo largo de la Época Republicana del
Ecuador, así como: el racismo, la exclusión de la mujer en la política y el poder político e
ideológico de la Iglesia que intervenía en el Estado.
El Ecuador se desarrollo en una perspectiva latifundista donde la mayoría de la población era
campesina ligada a la hacienda.
Para ese entonces existía una cierta inestabilidad administrativa que poco a poco se iría
reemplazando por la autoridad terrateniente
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Durante el establecimiento del País, el pueblo quedó fuera de una igualdad cultural y
política, quedando estratificado por la Iglesia Católica que ejercía su poder como única con
derecho para hacerlo y para existir en el nuevo país.
La Nueva República, nace de la explotación económica, social y étnica del indígena; mas las
permutaciones de la democracia fueron de gran importancia; en cuanto el Ecuador no ha
establecido su diversidad social en un mismo plano.
Es por ello, que ha surgido la inconformidad social y las nuevas ideologías en personas, que
a través del desarrollo Republicano, en cierta forma pretendieron justificar sus actos
represivos contra el conservadorismo especialmente clerical y el abuso oligárquico cuyas
consecuencias se vio reflejado en el malestar del pueblo.
2 PRIMER PERIODO REPUBLICANO
CREACIÓN DEL ESTADO (1830-1859)
Para el 13 de mayo de 1830 se contaba con la formación de un estado libre e independiente
de los pueblos entendidos en el Distrito del Sur; para ello se lleva a cabo la primera asamblea
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constituyente en Ambato, en la cual se plantearon inconvenientes como el nombre para el
nuevo país y el presidente que gobernaría.
Se decidió entonces llamara al país Ecuador debido a los estudios realizados de la línea
equinoccial echo por sabios franceses.
Pero, ¿quién sería el primer presidente de la república y por qué?; "designado por el primer
Congreso Constituyente, flores asumió la presidencia en septiembre de 1830.
-Toda la carta política se asienta sobre un supuesto: Ecuador se mantiene en la perspectiva de
confederación con Nueva Granada y Venezuela.
-La Asamblea Constituyente se integró por una representación igual de los tres
departamentos que integraban el país: Quito, Guayaquil y Cuenca.
-El derecho al voto estaba reservado para quienes hubieran cumplido veintidós años de edad
y dispusieran de una propiedad valuable en trescientos pesos.
-El presidente sólo podía ser reelegido tras dos periodos constitucionales.
-Gozaban de la nacionalidad ecuatoriana los nativos de otros estados de la Gran Colombia, si
se hallaban domiciliados en nuestro país, al igual que los militares que participaron en las
luchas de la independencia.
Como se podrá presuponer, éste era el referente legal con que había de ejercer Juan José
Flores su primera presidencia, algunas de cuyas disposiciones también favorecieron su
particular situación."
(cit. en: Pareja Diezcanseco Alfredo, Breve historia del Ecuador, tomo2, p. 9)
En un margen social el Ecuador naciente padecía de una tendente división regional heredada
del último periodo colonial; es así como se denotó la Sierra Centro-Norte cuyo centro fue
Quito y que detuvo la mayoría de la población con un relevante sistema hacendatario. La
Sierra-Sur tenía como base a Cuenca, la cual poseía múltiples actividades socio-económicas.
Como columna del crecimiento latifundista se encontraba a Guayas con su punto preferente
Guayaquil que fue convirtiéndose en lo que hoy es el puerto principal debido a la fuerte
actividad exportadora.
BIBLIOGRAFÍA:
Libros:
AYALA MORA, Enrique, Resumen de Historia del Ecuador, ed. corporación editora
nacional, segunda edición, Quito-Ecuador, 2000.
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PAREJA DIEZCANSECO, Alfredo, Breve Historia del Ecuador, tomo 2, ed. Libresa, Quito-
Ecuador, 1999.
Fascículos:
DIARIO LA HORA, Ecuador las raíces del presente, Quito-Ecuador.