Historia del pensamiento económico

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Historia del pensamiento económico De Wikipedia, la enciclopedia libre Saltar a: navegación, búsqueda «Historia de la economía» redirige aquí. Para otras acepciones, véase Historia económica. La Historia del pensamiento económico es la rama de la Economía que estudia la historia de los esfuerzos intelectuales por entender y explicar los fenómenos económicos. La historia de la economía podría dividirse así: [editar] Pensamiento antiguo y medieval Encontramos pocas ideas económicas en los pensadores griegos: Jenofonte, Protágoras, Aristóteles, Platón y Homero. Se puede encontrar numerosas ideas en la obra de La República, de Platón. como se organizaba la economía en la ciudad ideal. Se puede utilizar la obra como un buen acercamiento a los pensadores de esa época. Aristóteles hizo distinciones, en Oeconomicus (cabe aclarar que este libro no está escrito en su totalidad por Aristóteles), entre el comercio lícito para el intercambio de mercaderías y el incorrecto que solo buscaba la obtención de ganancias y otros temas, que sirvieron, como base, para establecer la ciencia económica. Para Aristóteles, Economía es: la ciencia que se ocupa de la manera en que se administran unos recursos o el empleo de los recursos existentes con el fin de satisfacer las necesidades que tienen las personas y los grupos humanos.. Luego, en la Edad Media, identificamos el pensamiento económico en los escolásticos en Europa. [editar] Edad media Artículo principal: Pensamiento económico medieval. El pensamiento económico medieval surgido en la cristiandad latina de Europa Occidental que desarrolló el feudalismo y la filosofía escolástica, se centró en cuestiones éticas como la pobreza y la caridad, el precio justo, la relación conceptual entre el beneficio, el interés y la usura; y en determinadas especulaciones acerca de la teoría del valor, que en algunos casos podrían asimilarse a las posteriores teorías que lo identifican con el trabajo, y en otras con el precio de mercado. El cristianismo introdujo el concepto de la inequidad en la riqueza y poder en manos de unos pocos mientras la gran mayoría permanecía en la pobreza. Los pensadores cristianos de la Edad Media, entre ellos Santo Tomas de Aquino, debatieron el problema del precio y de la ganancia, desde el punto de vista de si era correcto o pecaminoso obtener ganancias a partir del intercambio de mercadería. Su pervivencia temporal más allá de la crisis bajomedieval, se extendió durante el Antiguo Régimen, en que fueron apareciendo nuevas escuelas de pensamiento económico, como el mercantilismo, que no obstante, en algunos casos, mantuvieron cierta continuidad con el pensamiento medieval. Contemporáneamente, en otros contextos geográficos, sociales, económicos y culturales, como fue el Islam medieval, se desarrollaron otras formas de pensamiento económico, con notables autores (Ibn Jaldún). [editar] Ibn Jaldún Ibn Jaldún también fue un economista pródigo, el cual consideró aspectos como el Trabajo y Valor, la demanda, el costo, los precios y su independencia, la riqueza como producto social y no individual, , que el dinero no es riqueza, las clases de ocupaciones, las fases del desarrollo económico, las relaciones de dependencia entre campo y ciudad, las artes y los oficios, la importancia del Estado dentro de la economía y las consecuencias de la falta de este, el lujo, necesidades naturales y las normales. También aspectos de Finanzas publicas, como las tarifas de los impuestos, la distribución de éstos, los gastos sociales de los servicios estatales, un gobierno como comprador de bienes y servicios y los efectos de los gastos del estado sobre el ingreso y las entradas de impuestos. Algunos de estos aspectos tomaron años hasta que fueron redescubiertos, por Adam Smith y Karl Marx. Ibn Jaldun consideró que la economía era un determinante para los pueblos. Todo esto yace escrito en su Magnus Opus , el Muqaddima, escrito el siglo XIV. [editar] Precursores de la economía moderna [editar] Mercantilismo Artículo principal: Mercantilismo.

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Historia del pensamiento económico De Wikipedia, la enciclopedia libreSaltar a: navegación, búsqueda «Historia de la economía» redirige aquí. Para otras acepciones, véase Historia económica.La Historia del pensamiento económico es la rama de la Economía que estudia la historia de los esfuerzos intelectuales por entender y explicar los fenómenos económicos.La historia de la economía podría dividirse así: [editar] Pensamiento antiguo y medievalEncontramos pocas ideas económicas en los pensadores griegos: Jenofonte, Protágoras, Aristóteles, Platón y Homero. Se puede encontrar numerosas ideas en la obra de La República, de Platón. como se organizaba la economía en la ciudad ideal. Se puede utilizar la obra como un buen acercamiento a los pensadores de esa época. Aristóteles hizo distinciones, en Oeconomicus (cabe aclarar que este libro no está escrito en su totalidad por Aristóteles), entre el comercio lícito para el intercambio de mercaderías y el incorrecto que solo buscaba la obtención de ganancias y otros temas, que sirvieron, como base, para establecer la ciencia económica. Para Aristóteles, Economía es: la ciencia que se ocupa de la manera en que se administran unos recursos o el empleo de los recursos existentes con el fin de satisfacer las necesidades que tienen las personas y los grupos humanos..Luego, en la Edad Media, identificamos el pensamiento económico en los escolásticos en Europa.[editar] Edad mediaArtículo principal: Pensamiento económico medieval.El pensamiento económico medieval surgido en la cristiandad latina de Europa Occidental que desarrolló el feudalismo y la filosofía escolástica, se centró en cuestiones éticas como la pobreza y la caridad, el precio justo, la relación conceptual entre el beneficio, el interés y la usura; y en determinadas especulaciones acerca de la teoría del valor, que en algunos casos podrían asimilarse a las posteriores teorías que lo identifican con el trabajo, y en otras con el precio de mercado.El cristianismo introdujo el concepto de la inequidad en la riqueza y poder en manos de unos pocos mientras la gran mayoría permanecía en la pobreza. Los pensadores cristianos de la Edad Media, entre ellos Santo Tomas de Aquino, debatieron el problema del precio y de la ganancia, desde el punto de vista de si era correcto o pecaminoso obtener ganancias a partir del intercambio de mercadería.Su pervivencia temporal más allá de la crisis bajomedieval, se extendió durante el Antiguo Régimen, en que fueron apareciendo nuevas escuelas de pensamiento económico, como el mercantilismo, que no obstante, en algunos casos, mantuvieron cierta continuidad con el pensamiento medieval.Contemporáneamente, en otros contextos geográficos, sociales, económicos y culturales, como fue el Islam medieval, se desarrollaron otras formas de pensamiento económico, con notables autores (Ibn Jaldún).[editar] Ibn JaldúnIbn Jaldún también fue un economista pródigo, el cual consideró aspectos como el Trabajo y Valor, la demanda, el costo, los precios y su independencia, la riqueza como producto social y no individual, , que el dinero no es riqueza, las clases de ocupaciones, las fases del desarrollo económico, las relaciones de dependencia entre campo y ciudad, las artes y los oficios, la importancia del Estado dentro de la economía y las consecuencias de la falta de este, el lujo, necesidades naturales y las normales. También aspectos de Finanzas publicas, como las tarifas de los impuestos, la distribución de éstos, los gastos sociales de los servicios estatales, un gobierno como comprador de bienes y servicios y los efectos de los gastos del estado sobre el ingreso y las entradas de impuestos. Algunos de estos aspectos tomaron años hasta que fueron redescubiertos, por Adam Smith y Karl Marx. Ibn Jaldun consideró que la economía era un determinante para los pueblos. Todo esto yace escrito en su Magnus Opus , el Muqaddima, escrito el siglo XIV.[editar] Precursores de la economía moderna[editar] MercantilismoArtículo principal: Mercantilismo.En los comienzos de la Edad Moderna se destacan dos escuelas de pensamiento en Europa. Por un lado, de forma paralela al proceso de consolidación de los Estados-Nación monárquicos se desarrolla durante los siglos XVII y XVIII el Mercantilismo, que afirmaba que gracias al intercambio de mercadería y a la acumulación de oro y plata se generaba la riqueza. Creían que la riqueza de un país estaba en la cantidad de oro que tenía, y pensaban que el comercio con otros países, si era favorable para un país, tenía que aumentar su cantidad de metales. Pedían al estado una política favorable a sus intereses, es decir, una política que favoreciera los productos nacionales y no la libre competencia. Asimismo, eran partidarios del proteccionismo frente al librecambismo.Realmente no se puede hablar de una escuela mercantilista, pues, para poder hablar de una escuela deben existir una serie de características que englobe este término. Una de ellas es la presencia de un maestro que cree un pensamiento el cual sea seguido por los miembros de la escuela, además de homogeneidad en el pensamiento.[editar] FisiocraciaArtículo principal: Fisiocracia.Como reacción al mercantilismo surge en Francia, a mediados del siglo XVII, la Fisiocracia, cuyo principal activista es Quesnay, y que actúan sobre todo en Francia. Creían que la economía funcionaba por flujos entre los distintos componentes de la economía (grupos sociales). Decían que la riqueza solo se genera en las tareas agrícolas, y que el intercambio de mercadería, e incluso la industria, no agregaban ningún valor. Opinaban que los agricultores eran la clase productiva del país porque alimentaban al resto de las clases: las otras dos clases eran los dueños de la tierra y la clase estéril (obreros, artesanos, comerciantes,... etc.), llamados así porque tomaban cosas del mundo natural y sólo las transformaban, es decir que no creaban nada.[editar] Richard CantillonArtículo principal: Cantillon.Richard Cantillon ha sido catalogado por varios historiadores del pensamiento económico como el padre de la economía moderna. Sin embargo, aún se duda sobre aspectos claves de su vida y de su obra. El Essai sur la nature du commerce en général (1755), es la

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única obra que se le conoce a Richard Cantillon, manuscrito que circuló a partir de 1734 por Francia, Inglaterra y otros países de Europa, provocando una influencia central y directa en los pensadores más importantes del siglo XVIII y XIX, e indirecta en algunas escuelas del pensamiento económico moderno. Un detallado estudio de su Essai permitirá al lector encontrar sus aportes a (1) la epistemología de la economía que enmarca toda la obra; (2) contribuciones a la microeconomía, donde se destacan su teoría del valor subjetivo y de la formación de los precios, además de una original teoría de la empresarialidad; (3) aportes a la macroeconomía, tomando fundamentalmente su teoría monetaria y de los ciclos económicos; y (4) su teoría del comercio internacional, donde muestra lo que él consideraba las falacias más importantes del mercantilismo. Cantillon fue el autor más citado por Adam Smith en La Riqueza de las Naciones, pero aun se detecta cierta injusticia hacia su originalidad en los libros de texto tradicionales de historia del pensamiento económico.

[editar] Economía clásicaArtículo principal: Economía clásica.William Pea escribió en el siglo XVII diferentes textos sobre economía moderna. Habló junto con Quesnay de anatomía y de fisiologia social, estudiaron la renta a través de las clases sociales del mismo modo que la sangre entre los diversos órganos del cuerpo humano.Petty distinguió dos factores de producción: el trabajo y la tierra "el trabajo es el padre...de la riqueza y la tierra es su madre".[editar] Adam SmithAdam Smith desarrolló teorías de los sentimientos en su libro La Teoría de los Sentimiento Morales publicado en 1759: los individuos se mueven por el interés individual, amor propio y no solamente son movidos por interés individual sino que en el corazón humano tienen los sentimientos de simpatía. Smith busco rebatir a Thomas Hobbes (autor de Leviatán) y a Bernard Mandeville, quien escribió La Fauna de las Abejas, ¨La Flora De Las Mariposas, cuyo subtítulo es O Vicios Privados o Virtudes Públicas. Para Mandeville, la prosperidad pública es el resultado del comportamiento de los vicios. Adam SmithFundador de la economía como ciencia, Smith escribió el libro "La Riqueza de las Naciones", considerado el primer tratado sobre economía política y texto fundacional de la economía clásica. Sus aportes a la teoría fueron muy amplios, y entre ellos destaca la diferenciación entre precio y valor de uso de los bienes. Consideró que la natural tendencia del hombre a enriquecerse es beneficiosa para el conjunto de la sociedad, que la división del trabajo y la especialización traen crecimiento en la producción. Su concepto de la mano invisible postula que el crecimiento y el desarrollo son procesos naturales provenientes de la natural ambición del hombre a enriquecerse y que el Estado no debería intervenir; cuanto más libre sea la competencia, mejor para el conjunto de la sociedad.Smith aplica un papel al Estado. El Estado desempeña un papel fundamental, importante en la defensa y la justicia y en la financiación de obras e instituciones públicas que no se llevan a cabo por los individuos. La Riqueza de las Naciones inspiró al resto de los economistas clásicos para formular sus teorías.Defensor del laissez faire en cuanto a la no intervención del gobierno en los asuntos económicos. Para promover el bienestar, los mejores medios son el estímulo del propio interés y el desarrollo de la competencia.El análisis del cambio dinámico de la sociedad descansa sobre la teoría de la acumulación, sostiene que la distribución del ingreso se distribuye entre las diversas clases sociales y de manera preferente, entre capitalistas y los terratenientes.[editar] David RicardoSu obra más importante, Principios de economía política y tributación, constituye la exposición más madura y precisa de la economía clásica; en el prefacio afirma que "el principal problema de la economía política es determinar las leyes que regulan la distribución". Con ese fin, David Ricardo desarrolló una teoría del valor y una teoría de la distribución.Entre sus aportes destaca especialmente la teoría de la ventaja comparativa, que defiende las ventajas del comercio internacional y en esencia es una ampliación de la división del trabajo propuesta por Adam Smith. También se le atribuye la idea que afirma que el salario real de los trabajadores permanecerá cercano al nivel de subsistencia aunque haya intentos de incrementarlos, conocida como la ley de hierro de los salarios, basada a su vez en las ideas de Thomas Malthus.Además propuso la que actualmente se conoce como equivalencia ricardiana, una teoría que sugiere que en algunas circunstancias la decisión de un gobierno de cómo financiarse (utilizando impuestos o mediante la emisión de deuda pública) puede no tener efecto en la economía. Irónicamente, aunque esta equivalencia lleva su nombre, Ricardo nunca estuvo totalmente convencido. Robert Barro hizo unas variaciones de la misma idea utilizando la teoría de las expectativas racionales.[editar] Thomas MalthusEn sus Principios de la Economía Política, publicado en 1820, explicó el paro basándose en la insuficiencia de la demanda. Así, criticÓ la ley de los mercados de J. B. Say, según la cual toda oferta genera su propia demanda. Esta ley afirma que los problemas de la oferta (costes) son la razón fundamental de las crisis económicas. Al contrario, Thomas Malthus explicó que el problema fundamental de la economía es la carencia de la demanda efectiva. Es uno de los primeros autores que tienen una teoría sobre el paro.También es considerado como el padre de la Demografía. Es conocido principalmente por su Ensayo sobre el principio de la población (1798), en el que se expone el principio según el cual la población humana crece en progresión geométrica, mientras que los medios de subsistencia lo hacen en progresión aritmética. Así, llegará un punto en el que la población no encontrará recursos suficientes para su subsistencia (catástrofe maltusiana).[editar] John Stuart Mill

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Este autor escribió la mejor síntesis de la Economía Clásica, en su libro Principios de Economía Política (1848). En este libro, John Stuart Mill recoge las aportaciones fundamentales del resto de economistas clásicos. También hizo avanzar importantemente la economía clásica.[editar] Economía marxistaArtículo principal: Economía marxista.[editar] Karl Marx y Friedrich Engels Karl MarxKarl Marx, estudia a Adam Smith, David Ricardo y a otra gran cantidad de economistas, además de filósofos como Hegel (Dialéctica) y Feuerbach (Materialista). Elabora la teoría llamada Materialismo Histórico, en la cual postula que la Sociedad Humana evoluciona porque se encuentra en permanente movimiento, tanto económica como culturalmente. Así, para Marx la sociedad humana evolucionó de las comunidades primitivas al esclavismo, de ahí al feudalismo, después al Capitalismo y pronosticaba que de ahí iría a nueva sociedad.Su Obra más conocida es "El Capital", en la cual analiza el funcionamiento del Sistema Económico Capitalista, tanto en la producción como en la circulación.Marx es considerado un Revolucionario que denuncia el mutismo de los economistas ante la lucha de clases y la explotación.Sus Principios más importantes son• la lucha de clases es la lucha de todas las sociedades clasistas: en el esclavismo existen esclavos y amos, en el feudalismo vasallos y señores feudales, en el capitalismo son Proletarios y Burgueses.• la etapa capitalista es una etapa necesaria en la sociedad pero no la última.• quienes producen y generan la riqueza de la sociedad, son los trabajadores asalariados o proletarios, pero ellos no son propietarios de los medios de producción.• el sistema capitalista sólo puede existir gracias al trabajo asalariado.• Marx también defiende la teoría del valor.• La teoría del plusvalor.El trabajador al transformar con su trabajo las materias primas crea una plusvalía, esto es, genera más valor del que tiene esta materia, también llamado valor agregado. Es por ello que, por ejemplo, una mesa tiene más valor que una tabla o pedazo de madera. Para Marx esta plusvalía es la ganancia de los capitalistas.• los empleados asalariados se venden por horas y esto los convierte en mercancías, pues venden su fuerza de trabajo.• la competencia entre los capitales siempre resulta en un ganador que se hace más y más fuerte, por lo que es más difícil competir con él; así unos se enriquecen mientras otros se empobrecen.Por todo esto Marx concluye que la propiedad sobre los medios de producción es el camino para enriquecerse en la Sociedad Capitalista, pues de éste modo también se convierte en propietario del producto terminado (que posee más valor), gracias al trabajo asalariado..Federico Engels, su gran amigo y apoyo incondicional, alentó a Marx para dar el salto del campo filosófico al económico. Los textos publicados por Marx muestran una clara influencia en este sentido. Algunas obras de economía de Engels son "La Situación de la Clase Obrera en Inglaterra" y "El Anti-Dürhing"[editar] Economía neoclásicaArtículos principales: Marginalismo y Economía neoclásica.En la década de 1870, se produjo una ruptura con la línea del análisis económico. Los economistas neoclásicos explicaron los precios relativos desde el lado de la demanda agregada, mientras que los clásicos explican los precios relativos desde el punto de vista de los costes (oferta). Explican el valor de los bienes en función de la utilidad marginal, es decir, de la última unidad consumida. Este cambio teórico se conoce como la "Revolución Marginalista", que fue el punto de partida del nacimiento del pensamiento neoclásico.Hubo tres grandes escuelas neoclásicas, en las que destacan los siguientes economistas:• William Jevons y Alfred Marshall, de la escuela inglesa de Cambridge, que desarrolló el concepto de Equilibrio parcial.• Carl Menger y Eugen von Böhm-Bawerk, de la escuela austríaca de Viena, que desarrolló los fundamentos de una economía subjetivista, y una teoría de los procesos de mercado que abandona la noción de equilibrio como base del análisis económico.• Léon Walras y Vilfredo Pareto, de la escuela francesa de Lausanna, que desarrolló la teoría del equilibrio general y que creó el concepto de "utilidad marginal" que originó el marginalismo como corriente del análisis económico.[editar] Valor de los bienesLa última unidad consumida es la que determina el precio del bien. El valor de un bien viene determinado por el uso menos importante que se hace de ese bien. Para illustrar la teoría, Menger tomó el ejemplo del paradoja del agua y los diamantes. Al haber mucha agua su valor es menor, explica, porque el precio de un diamante es mucho más elevado que el del agua. Así el valor de los bienes es completamente subjetivo.[editar] Teoría del equilibrio generalArtículo principal: Equilibrio general.Para Walras la teoría económica se basa en dos supuestos: por una parte cada persona, o empresa tiende a maximizar su utilidad y por otra parte la demanda de cada bien debe igualar a su oferta. Se apoyó en la curva de demanda propuesta por Cournot, pero observó que solamente se aplica estrictamente al intercambio de dos bienes, por lo que se ocupó de deducir la curva de oferta de uno de los bienes a partir de la curva de demanda del otro. Para expresar matemáticamente los factores de los que depende la oferta, usó la teoría de los servicios productivos de Jeanm Baptiste Say (la venta de una unidad de un servicio comporta para su poseedor una privación de utilidad).

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Concluyó que las funciones de demanda y oferta de un producto dependen tanto de su precio, como de los precios de los demás productos, rentas, costos de producción y otros factores. Los factores económicos proceden mediante un "tanteo", que aunque significa respuestas individuales diferentes, finalmente resulta en un comportamiento que tiende a maximizar la utilidad. El punto de equilibrio de cada mercado depende de lo que sucede en los demás mercados, por lo que la determinación del equilibrio general, de todo el mercado, implica la determinación simultánea del equilibrio parcial de cada mercado. Walras construyó entonces un sistema de ecuaciones que define el equilibrio estático de este sistema de cantidades interdependientes.Su teoría monetaria partió de la necesidad individual de medios de pago, análoga a la demanda de un bien (el dinero), cuyo comportamiento se rige también por la utilidad marginal y es predecible mediante "ecuaciones de circulación".Alfred Marshall era un profesor en la Universidad de Oxford. Su labor docente se basó en las teorías de Ricardo y Stuart Mill complementadas con las aportaciones del marginalismo, especialmente de Karl Menger y Léon Walras, conciliando las teorías ricardianas con las de la escuela austriaca. De espíritu abierto, con una sólida formación matemática, histórica y filosófica, introdujo en sus enseñanzas las críticas a la Escuela Clásica inglesa (principalmente, Smith, Ricardo, Malthus y Stuart Mill) procedentes del historicismo alemán y del socialismo, así como también de la escuela marginalista.La «síntesis neoclásica», base de la teoría económica moderna. En 1890 publicó su obra capital, Principios de economía, que durante muchos años fue el principal libro de texto en las facultades de todo el mundo. En el primer volumen de la obra compaginó conceptos de la economía clásica como riqueza, producción, trabajo, capital o valor con aportaciones de la escuela marginalista como utilidad y utilidad marginal. A los agentes de la producción (tierra, trabajo, capital) añadió un nuevo factor, el de la organización industrial.En el 2º volumen realizó una exposición del funcionamiento de los mercados, un análisis de oferta y demanda y expuso su teoría del equilibrio general, de la formación de la oferta, la incidencia de los monopolios y la distribución de la riqueza nacional. Los problemas más destacados que analizó fueron el de la formación de los precios y la distribución de la renta.En el primer caso estableció como determinantes del valor de un bien tanto el coste de producción como la utilidad. A partir del valor del bien, la formación de los precios vendría dada por la confluencia de la oferta y la demanda; la primera, determinada por los costes de producción, y la segunda, por la utilidad marginal. También estableció una relación entre precio y cantidad demandada cuya sintaxis gráfica (curvas de oferta y de demanda) sigue vigente hoy día.[editar] El Óptimo de ParetoArtículo principal: Eficiencia de Pareto.Vilfredo Pareto desarrolla y perfecciona la teoría de Walras. Introduce el concepto de óptimo económico que hoy en día se conoce como el Óptimo de Pareto. El óptimo es aquella situación en la que ningún individuo puede mejorar su situación sin que empeore la de algún otro.Para que se dé el Óptimo de Pareto, es necesario que haya un sistema de competencia pura y perfecta. Esto significa que se den estas cinco condiciones: atomicidad de los mercados (tantos compradores y vendedores que ninguno de ellos pueda influir individualmente en el precio del producto), transparencia y perfecta información (todo individuo conoce perfectamente cuáles son las condiciones del mercado), libre entrada y salida del mercado (no existen restricciones para que cualquier empresa pueda producir lo que desee), libre movilidad de los factores productivos (tanto el capital como el trabajo van a aquella situación según el precio de los factores), y por fin homogeneidad del producto (a los consumidores les da igual a quién comprar si todos los productos son iguales).[editar] KeynesianismoArtículo principal: Keynesianismo.[editar] Keynes y los inicios de la moderna teoría macroeconómica John Maynard KeynesJohn Maynard Keynes (1883-1946) nació en Cambridge, educado en Eton y en la Universidad de Cambridge, donde tuvo como profesores a Arthur Pigou y Alfred Marshall. Durante la Primera Guerra Mundial trabajó para el Gobierno británico, y como su representante en la Conferencia de Paz de París (1919). Sus observaciones sobre la conferencia se plasmaron en su libro "The Economic Consequences of the Peace" (Las consecuencias económicas de la paz) (1919) donde argumentó que las reparaciones que se obligaba a pagar a Alemania a los países victoriosos en la guerra eran excesivas y que llevarían a la economía alemana a la ruina y resultarían en futuros conflictos para Europa.Su obra central fue "Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero" en la que desafió el paradigma económico imperante en el momento de la publicación en 1936. En este libro Keynes presentó una teoría basada en la noción de demanda agregada para explicar las variaciones del nivel general de actividad económica, como las observadas durante la Gran Depresión de los años 30. Según su teoría, el ingreso total de la sociedad está definido por la suma del consumo y la inversión; y en una situación de desempleo en la que exista una capacidad productiva no utilizada, "solamente" podrá aumentarse el empleo y el ingreso total, incrementando primero los gastos, sea en consumo o en inversión.[editar] La escuela neokeynesianaArtículo principal: Neokeynesianismo.La economía keynesiana se centró en el análisis de las causas y consecuencias de las variaciones de la demanda agregada y sus relaciones con el nivel de empleo y de ingresos. El interés final de Keynes fue poder dotar a unas instituciones nacionales o internacionales de poder para controlar la economía en las épocas de recesión o crisis. Este control se ejercía mediante el gasto presupuestario del Estado, política que se llamó política fiscal. La justificación económica para actuar de esta manera parte, sobre todo, del efecto multiplicador que se produce ante un incremento[editar] La escuela postkeynesianaArtículo principal: Escuela postkeynesiana.

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[editar] Pensamiento económico recienteDespués de la segunda guerra mundial, hubo un cierto consenso entre los economistas a propósito de las políticas económicas que adoptar. La mayoría de los gobiernos de los países desarrollados, atendiendo a las propuestas keynesianas, iniciaron una activa política de intervención tan estructural como coyuntural en la economía, aumentando progresivamente sus gastos y el peso del sector público. El keynesianismo fue adoptado como paradigma dominante en todas las universidades occidentales, y algunos económicos trataron de realizar una fusión entre el modelo neoclásico y el modelo keynesiano. Paul Samuelson fue el que realiza este síntesis teórica entre las diversas corrientes dando lugar al neokeynesianismo. Algunos economistas, los postkeynesianos, consideran sin embargo que las ideas de Keynes fueron excesivamente deformadas por esa fusión y por los vulgarizadores y que en su forma original aún tienen mucho que aportar para comprender el funcionamiento de la economía.Sin embargo, durante los años cincuenta y sesenta, un pequeño grupo, los monetaristas, criticaron a las políticas keynesianas. Fundada y liderada por Milton Friedman, de la Escuela de Chicago, la escuela monetarista condena la intervención coyuntural de los gobiernos en la economía e insistieron también en los efectos negativos de un excesivo peso del Estado. En lugar de estas políticas gobernantes, propusieron políticas monetarias neutrales permitiendo a la economía crecer sin inflación. La influencia de los monetaristas quedo limitada, ya que el keynesianismo fue dominante hasta los años setenta. De hecho, la crisis económica de los años setenta se caracterizó simultáneamente por una inflación y un paro importantes, algo inexplicable por las teorías keynesianas. A raíz de esta crisis, la escuela monetarista volvió dominante y las políticas que abogaban fueron adoptadas por la mayoría de los gobiernos de los países industriales, en primero los Estados Unidos e Inglaterra con la llegada al poder en 1979 de Ronald Reagan y Margaret Thatcher. De la escuela monetarista surgio la llamada Nueva economía clásica lo que a su vez, dio apoyo a las corrientes neoliberales que dominaron la ciencia económica durante los años 80.Durante la segunda mitad del siglo veinte surgieron algunas corrientes de la teoría económica que analizaban campos aparentemente dispersos y muy específicos, y que todos pertenecen a un programa de investigación que se conoce como neoinstitucionalismo. Las teorías más importantes de este movimiento son el análisis económico del derecho, la teoría económica de la elección pública, la nueva teoría de la empresa y los contratos, la teoría de los costes de transacción y la economía de la información, entre otras. A finales del siglo se desarrollaron también escuelas económicas especializadas en sujetos particulares en margen del pensamiento económico dominante. Ejemplos notables de estas corrientes son la teoría de la microeconomía moderna, la econometría o la teoría de los juegos. Tema 3: La escuela del pensamiento económico

1. INTRODUCCIÓN LOS ORÍGENES DE LA ECONOMÍA

Se constituyó como ciencia hacia finales del siglo XVIII, pues antes sus cultivadores no la practicaban con los criterios que caracterizan a una ciencia.La economía es la más antigua de las artes, es la desproporción entre las necesidades de los seres humanos y las posibilidades materiales para satisfacerlas.La situación clásica de la segunda mitad del siglo XVIII fue el resultado de la fusión de dos tipos de trabajos, por un lado una visión a priori de los problemas económicos desde el punto de vista filosófico y por otro lado los hombres de práctica, sin formación científica pero con experiencia da la vida y de los negocios.

2. LA EVOLUCIÓN DE LA CIENCIA ECONÓMICAEl nacimiento del capitalismo industrial originó el desarrollo de la Economía política. La obra de Adam Smith, Investigaciones sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones inicia el tratamiento científico de los hechos económicos y abrir lo que se conoce como escuela clásica. Ésta pretende ofrecer una representación abstracta de un sistema económico. La escuela clásica significó la entrada de la economía en el campo de las ciencias.A partir de entonces se desarrollan a lo largo de la historia diferentes escuelas de pensamiento económico, siendo las más relevantes:

• El paradigma clásico de Smith, Ricardo, Malthus y Mill.• La revolución marxista.• Los neoclásicos• La contribución de Keynes.• Las nuevas aportaciones (a partir de 1970).• Shumpeter.3. LOS PRECURSORES DE LA ESCUELA CLÁSICALas corrientes más importantes de los precursores fueron la doctrina mercantilista y la escuela fisiocrática francesa.La mercantilista duró desde mediados del siglo XVI hasta las décadas centrales del siglo XVIII. Una parte importante de sus escritos fueron propuestas de política económica a las autoridades y consejos sobre como alcanzar estos fines. Cinco ideas básicas de los mercantilistas:

• Poblacionismo• Bullonismo• Protección de la industria y del comercio.

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• La balanza de pagos debe ser favorable.

Smith divide a los mercantilistas en dos grupos: Bullonistas y defensores de la balanza comercial favorable.

Los fisiócratas se mostraban más consistentes en el análisis económico. Estos autores pensaban que la agricultura era el único sector productivo de la economía, debido a que era el que generaba el excedente (parte de la riqueza producida que excede a la riqueza consumida en el proceso de producción).Los fisiócratas se anticiparon a la crítica de Smith. Las reformas que básicamente proponían los fisiócratas eran las siguientes:• Una política de abolición de las restricciones a la exportación de grano, para garantizar un buen precio y favorecer con ello el proceso productivo en la agricultura y la propia formación del producto neto.• Los precios de las manufacturas se deben formar al mas bajo nivel compatible con los costes de producción. Para tal fin es necesario evitar toda postura de monopolio en la actividad manufacturera, suprimiendo barreras.• Tener n tipo de imposición fiscal que no grave la producción.

4. LA ESCUELA CLÁSICALa escuela clásica está formada por tres generaciones de economistas, los más importantes son Smith, Malthus, Ricardo y Mill. La preocupación dominante fue la de enunciar leyes naturales de un orden económico que se autorregulaba por sí mismo.El precio natural es el precio central alrededor del cual los precios de todas las mercancías están gravitando continuamente. Es inseparable del concepto competencia y estaba compuesto por los salarios, las rentas y los beneficios.Smith distinguía el precio del mercado del precio natural. El precio del mercado venía determinado por la oferta y la demanda, que podía desviarse del precio natural a corto plazo. A largo plazo, en condiciones de competencia, tiende a coincidir con el precio natural. Aunque el precio natural es estable durante un determinado periodo de tiempo, al pasar de un estadio de desarrollo a otro, el precio natural varía no sólo como consecuencia de los cambios técnicos, sino también por variaciones en los salarios, beneficios y rentas. Por lo tanto, la mejor política es dejar que las cosas sigan su curso natural. Presupuestos liberales heredados de los fisiócratas.Para Smith el capitalismo competitivo es el mejor sistema de los posibles, este es su mensaje y su preocupación fundamental será el crecimiento económico y se preocupó por la división del trabajo, diciendo que el incremento de la productividad tiene lugar por tres vías:

• La mayor destreza,• el ahorro de tiempo en el paso de una tarea a otra y • el posibilitar la invención de maquinaria.

La división del trabajo estaba limitada por “la extensión del mercado”. La ampliación de la división del mercado crea nuevas posibilidades para la división del trabajo y por tanto también para los cambios técnicos.Para Smith y los demás economistas clásicos, el análisis del proceso de producción era más prioritario que el de intercambio y todos construyeron sobre los cimientos de Smith.Ricardo se puede decir que fue el fundador de la “teoría económica pura”, descubrió las leyes que gobiernan la distribución del producto en un modelo simple y abstracto.Malthus por su parte, fue significante en la siguiente etapa del debate clásico. La situación económica iba a cambiar a partir de 1790, las transformaciones mas relevantes fueron la gran expansión demográfica, el estallido de la Revolución Francesa y de las Guerras Napoleónicas y la aceleración del proceso industrial en Gran Bretaña. Lo más importante fue “el principio de la población” que afirma que el crecimiento natural de la población tiene lugar de acuerdo con una progresión geométrica, mientras que los medios de subsistencia sólo pueden hacerse crecer según una progresión aritmética. De aquí que fuera inevitable frenar el crecimiento de la población.Malthus fue un adversario decidido de la beneficencia pública, sostenía que el Estado no debía reconocer a los pobres el derecho a recibir ayudas.Además de este principio de la población, Malthus formuló la ley de los rendimientos decrecientes de la tierra.Se desvía de la doctrina clásica mayoritaria, para Smith y Ricardo la burguesía era el principal motor de la acumulación, él concedía una gran importancia a la clase de los terratenientes como consumidores, y con ello introducía la importancia de la demanda efectiva en el proceso económico.La controversia entre Ricardo y Malthus se inclinó a favor del primero.Ricardo retoma en su análisis el planteamiento de Smith sobre los precios naturales de la renta, el beneficio y el salario. Las divergencias entre los precios de mercado y sus niveles son desviaciones temporales y sin importancia. La renta es una detracción del producto total, es determinada por factores técnicos. Los salarios se encuentran vinculados con las necesidades fisiológicas de los trabajadores y sus familias para subsistir y reproducirse. El precio natural varía con el tiempo en un mismo país y difiere considerablemente entre diferentes países. Ricardo al igual que Malthus cree que esta situación es sólo temporal. El crecimiento económico es esencialmente obra de los capitalistas y, por tanto, del tamaño de los beneficios. Los capitalistas sólo consumen una pequeña parte de lo que obtienen y destinan sus beneficios a la acumulación del capital, son los verdaderos motores del sistema y del tamaño de los beneficios dependerá la acumulación del capital.

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Ricardo tuvo insuficiencias teóricas, pero a pesar de ello y de sus predicciones pesimistas, su contribución es la más importante del pensamiento económico, fue el economista más claro defensor del nuevo orden burgués porque presentó, con más capacidad analítica que todos los que le precedieron, el “orden económico natural” como una unidad conceptual y de progreso, basada en la industrialización capitalista.

5. EL MARXISMOMarx y Stuart Mill conocieron el mismo mundo económico, caracterizado por el florecimiento del individualismo. La nueva clase de los trabajadores industriales se hacinaba en los barrios pobres de las ciudades, en los que no había las mínimas condiciones sanitarias y predominaban las condiciones miserables de vida. Además, había gran inestabilidad económica caracterizada por la sucesión de auges y crisis.Stuart Mill enfrentó este problema suponiendo que la distribución de la renta se puede modificar y que resulte factible promover el bienestar general y también de la clase trabajadora.Marx disintió de esa posibilidad reformista y planteó que la situación podía ser superada con la implantación de un nuevo orden económico, político y social. El socialismo marxiano tuvo tres fuentes principales de pensamiento:• El socialismo francés• La filosofía alemana• La EP clásica.Marx se aleja de los teóricos clásicos:• Relaciones sociales de producción. Pretendía desvelar la polarización social. El Capital.• Teoría del beneficio. El origen del beneficio parte de las relaciones sociales entre asalariados y capitalistas.• Teoría del ciclo económico. El problema de las fluctuaciones cíclicas resulta de las contradicciones sociales y económicas intrínsecas al modo de producción capitalista.El conflicto se convierte en el centro del análisis y concibió la vida económica en relación a la lucha de clases, utilizó un método abstracto y puro. Marx asumió los instrumentos de los economistas clásicos y los utilizó para llegar a conclusiones muy diferentes. La principal fue el origen del beneficio, a partir de la noción de plusvalía (fuente de ganancia del capitalismo industrial y se origina en el proceso de producción y de transformación de mercancías y no en el intercambio, trabajo excedente).El beneficio es un excedente propio de una etapa particular de la sociedad de clases como el capitalismo. El capital para poder seguir obteniendo la ganancia debe ser invertido de nuevo. Esto da origen a un proceso de crecimiento que motiva la ley de la acumulación capitalista. La expansión continuada de la acumulación capitalista genera una oleada de innovaciones y avances en el crecimiento de la producción, pero se encuentra sometido a interrupciones derivadas de la aparición de las crisis económicas.El análisis económico de Marx considera que la acumulación conduce a una concentración y centralización del capital, al tiempo que se maneja un “ejercito industria de reserva” y que como resultado de la acumulación disminuye la tasa de ganancia.Pero hay otras tendencias en el capitalismo, como el paro y el subempleo. La sustitución del trabajo por la máquina.La contribución de Marx ha sido muy importante sobre todo para los movimientos obreros que han encontrado en sus obras como luchar contra el capitalismo, sigue siendo válido su funcionamiento contra el capitalismo para entender muchos aspectos del capitalismo moderno.

6. LA ECONOMÍA NEOCLÁSICAEl mundo de la economía neoclásica trajo consigo un cambio de preocupaciones en relación con lo que había interesado a los clásicos y a Marx, dejaron aparte los fenómenos relacionados con la actividad productiva para centrarse en el análisis del comportamiento racional del consumidor. El concepto de la utilidad marginal del consumidor se convirtió en la categoría analítica principal.La microeconomía, esto es, el estudio del comportamiento de los consumidores y las empresas, se convirtió en el centro del nuevo sistema teórico.El problema principal es el de la asignación óptima, mediante el intercambio, dada una determinada dotación y distribución inicial de recursos. Como categorías analíticas esenciales aparecen:• La noción de utilidad marginal• La noción de sustitución entre los distintos bienes• La concepción de los precios como indicadores de escasezLa escuela neoclásica se dividió en tres tradiciones distintas en función del modo de enfocar los problemas:• La corriente walrasiana. Equilibrio general• La escuela de Marshall. Combinó el marginalismo con el análisis de la oferta y la demanda. Marshall fue el economista más importante de los neoclásicos.• La escuela austriaca. No utilizó las matemáticas, prefiere una visión causal.

Para el conjunto de los neoclásicos los dos fundamentos sobre los que gravita todo el análisis son:• Las funciones de utilidad de los consumidores• Las dotaciones dadas de recursos.

Se basaban principalmente en la oposición a la intervención del Estado en la vida económica.El dominio de este pensamiento en el mundo académico sufrió un duro golpe con la depresión de los años treinta y el desempleo masivo que tuvo lugar.

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7. OTRAS CORRIENTES EN LA ERA DEL DOMINIO NEOCLÁSICODurante el periodo de predominio del pensamiento económico neoclásico surgieron otras contribuciones. Las dos principales escuelas son:• La escuela histórica (EH) alemana. Nació en Alemania, su autor principal fue Schmoller. Estaban en contra de las tesis de la filosofía política y social basadas en el individualismo y en el racionalismo. Arremetía contra la escolástica. Aducían que la teoría económica se basa en premisas de carácter indiscutible y que es pre-científica y destinada a ser eliminada por el examen de los hechos objetivos. Énfasis en la necesidad de conocer la evolución económica y las relaciones institucionales y humanas, y cuestionar una teoría sumamente abstracta. Más análisis en el pasado que en el presente, más descriptivo que analítico. Más importante que en institucionalismo americano.• La escuela institucionalista americana. Influenciado por la EH, su principal representante es Veblen. Veblen fue muy crítico con el sistema americano, sobre todo con el capitalismo financiero. Estudia las instituciones y su evolución, concepción sociológica y evolucionista de la vida económica.En la década de los veinte llega a su máximo esplendor, pero posteriormente, tras Keynes creó una cierta confusión y posteriormente desapareció porque no crearon teorías coherentes que pudieran con las neoclásicas.En los años 60 resurge el neoinstitucionalismo y hubo otras aportaciones que tuvieron su impacto en el siglo XX como el imperialismo (Vidal Villa) con nuevas expansiones mundiales de los países más avanzados de aquellos años.

8. LA CONTRIBUCIÓN DE SCHUMPETERDiscípulo de Böhm-Bawerk y Wieser. Muy crítico con Marx aunque tuvo en común con él un tipo de visión del proceso económico.Su primera obra importante, La Teoría del desarrollo económico, retoma el pensamiento clásico, el punto de partida de la exposición de Schumpeter es el equilibrio walrasiano, sentía una gran admiración por Walras, a este equilibrio lo considera como indispensable para llegar a conocer las relaciones fundamentales que tiene lugar en un sistema económico, y sostiene que no es posible comprender el proceso de desarrollo sin tener en cuenta las condiciones que suponen la ruptura del equilibrio estacionario y, como consecuencia, el inicio de un proceso de desarrollo ocurre cuando en el ámbito de la producción se introducen modificaciones que cambian profundamente los sistemas productivos anteriores. Los cambios pueden ser del siguiente tenor:• Introducción de nuevo bien.• Introducción de nuevo método de producción.• Apertura de un nuevo mercado para una industria determinada en la consideración de que los productos de esa industria no habían tenido nunca acceso.• La conquista de una nueva fuente de materias primas.• El establecimiento de una nueva organización de una determinada industria.Tales cambios son denominados innovación. La innovación es la actividad de un tipo particular de individuos llamados empresarios con cualidades de líder. Sin empresarios se tendrá como consecuencia una economía estacionaria porque no se innova y por lo tanto no hay desarrollo.La innovación no tiene sólo implicaciones importantes en la consecución de beneficios y avance tecnológico, sino que determina el funcionamiento del sistema como un proceso cíclico.Schumpeter intenta explicar la competencia y el crecimiento económico basándose en la innovación tecnológica.Pero el principal acierto de Schumpeter es haber planteado un modelo dinámico del funcionamiento del capitalismo, haciéndolo en un momento que predominaba la concepción de la economía estacionaria. Al igual que Marx, comprendió que el capitalismo no puede ser estacionario, debe desarrollarse.En su obra Bussiness Cycles habla de la necesidad de innovaciones largas y discontinuas en su impacto que causen perturbaciones prolongadas.Shumpeter es un analista sugerente que supo comprender mejor que nadie la dinámica económica y el progreso técnico, característica esencial del crecimiento moderno.Ha resurgido tras la II Guerra Mundial un interés por el crecimiento y desarrollo, estudios de los cuales Schumpeter junto a Marx son pioneros.

9. LA TEORÍA ECONÓMICA KEYNESIANACon la crisis de los años treinta se puso de manifiesto la incapacidad de la a economía neoclásica para entender los nuevo fenómenos de las economías industriales. Keynes con su obra La teoría General del empleo, el interés y el dinero propone una solución factible a un cierto tipo de desempleo y destruir la creencia ciega del mecanismo autorregulador del mercado de una sociedad capitalista. Lo hizo con un planteamiento macroeconómico y con un análisis basado en el corto plazo.Keynes era partidario de reducir las desigualdades de la distribución de la renta y la riqueza para luchar contra el paro involuntario que podía erradicarse según él, con actuaciones gubernamentales importantes. El Estado debe intervenir en la economía mediante la expansión del gasto público y conseguir así un aumento neto de la demanda efectiva. El Estado puede, pues, lograr la plena ocupación.La demanda engendra renta. Las variaciones de la demanda llevan consigo variaciones en la producción que influyen en la utilización de las capacidades productivas existentes y en el empleo del trabajo. El equilibrio en la medida que expresa la igualación de la oferta y la demanda se puede dar con paro y capacidad ociosa de las empresas.

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Sin embargo, no fue Keynes el único en plantear estas ideas, también las planteó Kalecki, que llegaron independientemente a las mismas conclusiones sobre la demanda efectiva aunque fue Keynes quien alcanzó el reconocimiento universal.La contribución de Kalecki contiene una teoría de la distribución a corto plazo relacionada con el grado de monopolio y una teoría a largo plazo del ciclo en la que se encuentran elementos de una teoría de la acumulación del capital, ha dejado su influencia sobre todo entre los economistas de Cambridge (RU).Los dos agentes esenciales del sistema keynesiano van a ser el gobierno y el mercado.El keynesianismo proporcionó una filosofía a la democracia capitalista.A finales de los sesenta la crítica a la teoría de Keynes se hizo intensa.

10. LAS TEORÍAS MODERNASEl monetarismo. El personaje principal fue Milton Friedman. El monetarismo se caracteriza por:• Estabilidad del sector privado• Neutralidad a largo plazo del dinero• Aceptación de la curva de Phillips a corto plazo• Antipatía hacia la política económica activaLos autores de la escuela de las expectativas racionales no acepta el punto 3 y la sustituyen por la neutralidad del dinero a corto plazo.

El modelo de Keynes que se ha difundido más por todas las universidades del mundo ha sido el divulgado por Samuelson, basándose en las curvas IS-LM expuestas por Hicks en 1938, conocido como el de la síntesis neoclásica–keynesiana. Otros seguidores de Keynes, los denominados postkeynesianos ponen más énfasis en las ideas de incertidumbre e inestabilidad. La teoría postkeynesiana se preocupa por la producción como problema opuesto al de la asignación optima de los recursos.Frente a los neoclásicos y de algún modo también keynesianos, se han alzado voces críticas como la de los postkeynesianos y sraffianos.

Sraffa aunque siguen la tradición clásica el análisis lo lleva a cabo fuera de la TLV, para los seguidores de Marx este autor supera las dificultades surgidas en la transformación de los valores en precios, otros marxistas siguen defendiendo los principios tal y como los formuló Marx.

La situación actual de la ciencia económica presenta una característica fundamental, que es la división entre el pensamiento ortodoxo y el crítico.La primera ruptura en el pensamiento económico tuvo lugar con la llegada de la economía neoclásica. Otro cambio se produjo con Keynes.En economía se requieren conocimientos técnicos, la teoría no es cerrada y única sino que hay varias y con varias respuestas y que no afectan igual a los distintos grupos y clases sociales que componen una sociedad.Las nuevas teorías afrontan problemas económicos con fe ciega en el mercado como solución, en los últimos años se ha dejado llevar por la formalización matemática alejándose de una manera alarmante de los problemas realesLa economía crítica, aunque es minoritaria, puede ofrecer una gran potencialidad para la comprensión de lo real, pero también debe servir para transformar el orden vigente en uno mas justo y equitativo.

Mercantilismo De Wikipedia, la enciclopedia libreSaltar a: navegación, búsqueda Cuadro de Le Lorrain que representa un puerto de mar francés de 1638, en el momento cumbre del mercantilismo.Se puede entender al mercantilismo como un conjunto de políticas o ideas económicas que se desarrollaron durante los siglos XVI, XVII y la primera mitad del XVIII en Europa. Se caracterizó por una fuerte injerencia del Estado en la economía. Consistió en una serie de medidas tendentes a unificar el mercado interno y tuvo como finalidad la formación de Estados-nación lo más fuertes posible.Contenido[editar] IntroducciónEl mercantilismo es un conjunto de ideas económicas que consideran que la prosperidad de una nación-estado depende del capital que pueda tener, y que el volumen global de comercio mundial es inalterable. El capital, que está representado por los metales preciosos que el estado tiene en su poder, se incrementa sobre todo mediante una balanza comercial positiva con otras naciones (o, lo que es lo mismo, que las exportaciones sean superiores a las importaciones). El mercantilismo sugiere que el gobierno dirigente de una nación debería buscar la consecución de esos objetivos mediante una política proteccionista sobre su economía, favoreciendo la exportación y desfavoreciendo la importación, sobre todo mediante la imposición de aranceles. La política económica basada en estas ideas a veces recibe el nombre de sistema mercantilista.Los pensadores mercantilistas preconizan el desarrollo económico por medio del enriquecimiento de las naciones gracias al comercio exterior, lo que permite encontrar salida a los excedentes de la producción. El Estado adquiere un papel primordial en el desarrollo de la riqueza nacional, al adoptar políticas proteccionistas, y en particular estableciendo barreras arancelarias y medidas de apoyo a la exportación.

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Jakob Fugger «el Rico», pintado por Alberto Durero (1519) justo cuando estaba realizando el «negocio del siglo»: el préstamo a Carlos I de España que le permitió convertirse en Carlos V de Alemania, al financiar los cuantiosos sobornos de su elección imperial. Los impuestos con los que se pensaba devolver el crédito provocaron la Guerra de las Comunidades en Castilla. Poco antes, las maniobras teológico-financieras del papado provocaron, también en Alemania, la Reforma luterana. Resulta comprensible que en la época se entendiese a la economía como algo explicable desde un punto de vista secular, no únicamente religioso, un juego de suma cero en que sólo se gana lo que otro pierde y estrechamente vinculado al poder político.El mercantilismo como tal no es una corriente de pensamiento. Marca el final de la preeminencia de la ideología económica del cristianismo (la crematística), inspirada en Aristóteles y Platón, que rechazaba la acumulación de riquezas y los préstamos con interés (vinculados al pecado de usura). Esta nueva corriente económica surge en una época en la que los reyes desean poseer el máximo de oro posible. Las teorías mercantilistas buscan ese objetivo y desarrollan una problemática basada en el enriquecimiento. Esta corriente se basa en un sistema de análisis de los flujos económicos muy simplificado en el que, por ejemplo, no se tiene en cuenta el papel que desempeña el sistema social.Fue la teoría predominante a lo largo de toda la Edad Moderna (desde el siglo XVI hasta el XVIII), época que aproximadamente indica el surgimiento de la idea del Estado Nación y la formación económico social conocida como Antiguo Régimen en Europa Occidental. En el ámbito nacional, el mercantilismo llevó a los primeros casos de intervención y significativo control gubernativo sobre la economía, y fue en este periodo en el que se fue estableciendo gran parte del sistema capitalista moderno. Internacionalmente, el mercantilismo sirvió indirectamente para impulsar muchas de las guerras europeas del periodo, y sirvió como causa y fundamento del imperialismo europeo, dado que las grandes potencias de Europa luchaban por el control de los mercados disponibles en el mundo.Como agente unificador tendente a la creación de un estado nacional soberano, el mercantilismo tuvo en contra dos fuerzas: Una, más espiritual-jurídica que política-económica, fueron los poderes universales: la Iglesia y el Imperio, la otra, de carácter predominantemente económico fue el particularismo local, con la dificultad que produce a las comunicaciones y la pervivencia de la economía natural (en determinadas zonas los ingresos del estado eran en especie y no en dinero); mientras que la pretensión mercantilista es que el mercado cerrado sea sustituido por el mercado nacional y las mercancías como medida de valor y medio de cambio sean remplazadas por el oro. El mercantilismo ve la intervención del estado como el medio más eficaz para el desarrollo económico.Otra tendencia del mercantilismo era robustecer hacia el exterior el poder del Estado, subordinando la actividad económica hacia ese objetivo, e interesándose por la riqueza en cuanto sirva de base para ella. El liberalismo considerará a la riqueza como preciosa para el individuo, y por ende, digna de ser alcanzada como fin en sí misma: si el particular no debe pensar más que enriquecerse, es un hecho puramente natural e involuntario que la riqueza de los ciudadanos contribuya a aumentar la riqueza del estado. En cambio, para los mercantilistas, la riqueza privada es simplemente un medio, y como tal se subordina al estado y a sus fines de dominio.A lo largo de este periodo durante el cual las hipótesis evolucionaron, aparece una literatura compleja, que da idea de que existe una corriente vagamente unificada. En el Siglo XIX, se extenderá por la mayoría de las naciones europeas, adaptándose a las características nacionales. Entre las escuelas mercantilistas se distingue: el bullionismo (o «mercantilismo español») que propugna la acumulación de metales preciosos; el colbertismo (o «mercantilismo francés») que por su parte se inclina hacia la industrialización; y el comercialismo (o «mercantilismo británico») que ve en el comercio exterior la fuente de la riqueza de un país.A partir de esa época, las cuestiones económicas dejan de pertenecer a los teólogos. La Edad Moderna marca un giro con la progresiva autonomía de la economía frente a la moral y la religión así como frente a la política. Esta enorme ruptura se realizará por medio de consejeros de los gobernantes y por los comerciantes.1 Esta nueva disciplina llegará a ser una verdadera ciencia económica con la fisiocracia. Entre los muchos autores mercantilistas, hay que destacar a Martín de Azpilicueta (1492-1586), Tomás de Mercado (1525-1575), Jean Bodin (1530–1596), Antoine de Montchrétien (1576–1621), o William Petty (1623–1687).La confianza en el mercantilismo comenzó a decaer a finales del siglo XVIII, momento en el que las teorías de Adam Smith y de otros economistas clásicos fueron ganando favor en el Imperio Británico, y en menor grado en el resto de Europa (con la excepción de Alemania, en donde la Escuela Histórica de Economía fue la más importante durante todo el siglo XIX y comienzos del XX). Adam Smith, que lo critica con dureza en su obra titulada Una investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones (conocida comúnmente como La riqueza de las naciones), califica el mercantilismo como una «economía al servicio del Príncipe».Curiosamente, y si bien había sido una antigua colonia británica, los Estados Unidos de América no se adhirieron a la economía clásica, sino al régimen económico que fue llamado «sistema americano» (una forma de neo-mercantilismo) a través de las políticas de Alexander Hamilton, Henry Clay, Abraham Lincoln y por lo que más tarde serían las prácticas económicas del Partido Republicano, que a su vez se reflejaron en las políticas de los historicistas alemanes y economistas como Friedrich List. Esto duró hasta el surgimiento del New Deal tras la crisis de 1929.Hoy en día la teoría del mercantilismo es rechazada por la mayoría de los economistas, si bien algunos de sus elementos en ocasiones son vistos de forma positiva por algunos, entre los cuales cabe citar a Ravi Batra, Pat Choate, Eammon Fingleton, o Michael Lind.2[editar] Doctrina económica mercantilista[editar] El mercantilismo como conjunto de ideas económicasCasi todos los economistas europeos de entre 1500 y 1750 se consideran hoy en día como mercantilistas. Sin embargo, estos autores no se veían a sí mismos como partícipes de una sola ideología económica, sino que el término fue acuñado por Victor Riquetti, Marqués de Mirabeau en 1763, y fue popularizado por Adam Smith en 1776. De hecho, Adam Smith fue la primera persona en organizar formalmente muchas de las contribuciones de los mercantilistas en su libro La Riqueza de las Naciones.3 La palabra procede de la palabra latina mercari, que tiene el sentido igual al castellano mercantil, en el sentido de llevar a cabo un negocio, y que procede de la raíz merx que significa mercancía. Fue utilizada inicialmente sólo por los críticos a esta teoría, tales como Mirabeau y Smith, pero pronto fue adoptada por los historiadores.

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El mercantilismo en sí no puede ser considerado como una teoría unificada de economía. En realidad no hubo escritores mercantilistas que presentasen un esquema general de lo que sería una economía ideal, tal y como Adam Smith haría más adelante para la economía clásica. En su lugar, el escritor mercantilista tendía a enfocar su atención en un área específica de la economía.4 Sería después del periodo mercantilista cuando los estudiosos que vinieron posteriormente integrasen las diversas ideas en lo que llamarían mercantilismo, como por ejemplo Eli F. Heckscher5 que ve en los escritos de la época a la vez un sistema de poder político, un sistema de reglamentación de la actividad económica, un sistema proteccionista y también un sistema monetario con la teoría de la balanza comercial. Sin embargo, algunos teóricos rechazan completamente la idea misma de una teoría mercantilista, argumentando que da «una falsa unidad a hechos dispares».6 El historiador del pensamiento económico Mark Blaug hace notar que el mercantilismo fue calificado con el paso del tiempo como «molesto equipaje», «diversión de historiografía», y de «gigantesco globo teórico».7Hasta cierto punto, la doctrina mercantilista en sí misma hacía imposible que existiese una teoría general económica. Los mercantilistas veían el sistema económico como un juego de suma cero, en donde la ganancia de una de las partes suponía la pérdida de otra, o siguiendo la famosa máxima de Jean Bodin «no hay nada que alguien gane que otro no pierda» (Los Seis libros de la República). Por tanto, cualquier sistema de políticas que beneficiasen a un grupo por definición también harían daño a otro u otros, y no existía la posibilidad de que la economía fuese empleada para maximizar la riqueza común, o el bien común.8 Parece que los escritos de los mercantilistas se hubieran hecho para justificar a posteriori una serie de prácticas, más que para evaluar su impacto y determinar así el mejor modo de llevarlas a término.9El mercantilismo es, por tanto, una doctrina o política económica que aparece en un periodo intervencionista y describe un credo económico que prevaleció en la época de nacimiento del capitalismo, antes de la Revolución industrial.10Las primeras teorías mercantilistas desarrolladas a principios del Siglo XVI estuvieron marcadas por el bullionismo (del inglés bullion: oro en lingotes). A ese respecto, Adam Smith escribía:La doble función que cumple el Dinero, como instrumento de comercio y como medida de los valores, ha hecho que se produzca de modo natural esa idea popular de que el Dinero hace la riqueza, o que la riqueza consiste en la abundancia de oro y plata […]. Se razona de la misma manera con respecto a un país. Un país rico es aquél en el que abunda el dinero, y el medio más sencillo de enriquecer el suyo, es amasar el oro y la plata […]. Debido al creciente éxito de estas ideas, las diferentes naciones de Europa se han dedicado, aunque sin demasiado éxito, a buscar y acumular oro y plata de todas las maneras posibles. España y Portugal, poseedores de las principales minas que proveen a Europa de esos metales, han prohibido su exportación amenazando con graves represalias, o la han sometido a enormes tasas. Esta misma prohibición ha formado parte de la política de la mayoría de las naciones de Europa. Uno la encuentra incluso donde menos lo esperaría, en algunas antiguas actas del parlamento de Escocia, que prohíben, bajo fuertes penas, transportar oro y plata fuera del reino. La misma política se puso en marcha en Francia y en Inglaterra11 Thomas Gresham, comerciante y financiero inglés.Durante ese periodo, importantes cantidades de oro y plata fluían desde las colonias españolas del Nuevo Mundo hacia Europa. Para los escritores bullionistas, como Jean Bodin o Thomas Gresham, la riqueza y el poder del Estado se miden por la cantidad de oro que poseen. Cada nación debe pues acrecentar sus reservas de oro a expensas de las demás naciones para hacer crecer su poder. La prosperidad de un Estado se mide, según los bullionistas, por la riqueza acumulada por el gobierno, sin mencionar la Renta Nacional. Este interés hacia las reservas de oro y plata se explica en parte por la importancia de esas materias primas en tiempos de guerra. Los ejércitos, que contaban con muchos mercenarios, eran pagados con oro y quitando a los pocos países europeos que controlaban las minas de oro y plata, la principal manera de obtener esas materias primas era el comercio internacional. Si un Estado exportaba más de lo que importaba, su «balanza del comercio» (lo que corresponde en nuestros días a la balanza comercial) era excedentaria, lo que se traducía en una entrada neta de dinero.Esto llevó a los mercantilistas a proponer como objetivo económico el tener un excedente comercial. Se prohibía estrictamente la exportación de oro. Los bullionistas también eran partidarios de poner en marcha altas tasas de interés para animar a los inversores a invertir su dinero en el país.En el Siglo XVIII se desarrolló una versión más elaborada de las ideas mercantilistas, y que rechazaba la visión simplista del bullionismo. Esos escritores, como Thomas Mun, situaban como principal objetivo el crecimiento de la riqueza nacional, y aunque seguía considerando que el oro era la riqueza principal, admitían que existían otras fuentes de riqueza, como las mercancías.«(...) no es la gran cantidad de oro y plata lo que constituye la verdadera riqueza de un Estado, ya que en el mundo hay Países muy grandes que cuentan con abundancia de oro y plata, y que no se encuentran más cómodos, ni son más felices […]. La verdadera riqueza de un Reino consiste en la abundancia de las Mercancías, cuyo uso es tan necesario para el sostenimiento de la vida de los hombres, que no pueden pasarse de ellas»12El objetivo de una balanza comercial excedentaria seguía persiguiéndose pero desde ese momento se veía interesante importar mercancías de Asia por medio de oro para revender luego esos bienes en el mercado europeo con importantes beneficios.«Y para dejar la cosa aún más clara, cuando decimos […] que 100.000 libras exportadas en efectivo pueden servir para importar el equivalente aproximado de 500.000 libras esterlinas en mercancías de las Indias Orientales, hay que entender que la parte de esa suma que puede llamarse con propiedad nuestra importación, al ser consumida en el reino, tiene un valor de unas 120.000 libras esterlinas anuales. De manera que el resto, es decir 380.000 libras, es mercancía exportada al extranjero bajo la forma de nuestros tejidos, nuestro plomo, nuestro estaño, o de cualquier otro producto de nuestro país, con gran aumento del patrimonio del reino y eso en el tesoro, por lo que podemos concluir que el comercio de las Indias Orientales provee a ese fin.»13Esta nueva visión rechazaba a partir de ese momento la exportación de materias primas, que una vez transformadas en bienes finales constituían una importante fuente de riqueza. Mientras el bullionismo había favorecido la exportación en masa de lana de Gran Bretaña, la nueva generación de mercantilistas apoyaba la prohibición total de exportar materias primas y propugnaba el desarrollo de industrias manufactureras domésticas. Al necesitar las industrias importantes capitales, en el Siglo XVIII se vio una

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reducción de las limitaciones contra la usura. Como muy bien demostró William Petty, la tasa de interés se ve como una compensación por las molestias ocasionadas al prestador al quedar sin liquidez. Un resultado de esas teorías fue la puesta en marcha de las Navigation Acts a partir de 1651, que dieron a los barcos ingleses la exclusiva en las relaciones entre Gran Bretaña y sus colonias, prohibiendo a los holandeses el acceso a ciertos puertos para restringir la expansión de los Países Bajos.Las consecuencias en materia de política interior de las teorías mercantilistas estaban mucho más fragmentadas que sus aspectos de política comercial. Mientras Adam Smith decía que el mercantilismo apelaba a controles muy estrictos de la economía, los mercantilistas no estaban de acuerdo entre sí. Algunos propugnaban la creación de monopolios y otras cartas patentes. Pero otros criticaban el riesgo de corrupción y de ineficacia de tales sistemas. Muchos mercantilistas también reconocían que la instauración de cuotas y de control de precios propiciaba el mercado negro.En cambio, la mayor parte de los teóricos mercantilistas estaban de acuerdo en la opresión económica de los trabajadores y agricultores que debían vivir con unos ingresos cercanos al nivel de supervivencia, para maximizar la producción. Unos mayores ingresos, tiempo libre suplementario o una mejor educación de esas poblaciones contribuirían a favorecer la holgazanería y perjudicarían la economía.14 Esos pensadores veían una doble ventaja en el hecho de disponer de abundante mano de obra: las industrias que se desarrollaban en esa época precisaban de mucha mano de obra y además eso reforzaba el potencial militar del país. Los salarios se mantienen pues a un bajo nivel para incitar a trabajar. Las leyes de pobres (Poor Laws) en Inglaterra persiguen a los vagabundos y hacen obligatorio el trabajo. El ministro Colbert hará trabajar a niños con seis años en las manufacturas de Estado.La reflexión sobre la pobreza y su papel social en la Edad Moderna cobró importancia sobre todo tras la Reforma Protestante y los diferentes papeles que a la predestinación y el triunfo personal daban la teología de Lutero, Calvino o la Contrarreforma. La opinión católica tradicional se asociaba al mantenimiento del Antiguo Régimen, sancionando el ocio de los privilegiados y considerando la condena del trabajo como un castigo divino, mientras que las sociedades donde triunfó el protestantismo parecían adecuarse más a los nuevos valores burgueses.15 La valoración tradicional de los pobres los veía como más cercanos a Dios, y las instituciones de caridad no se veían como medios de erradicar la pobreza, sino de paliar sus efectos. No obstante, entre los católicos también se incluye la obra de Juan Luis Vives De subventione pauperum. Sive de humanis necessitatibus libri II (Los dos libros de la subvención a los pobres o de la necesidad humana. Brujas, 1525), que trata el problema de la mendicidad buscando soluciones en las instituciones públicas, que deben socorrer a los verdaderos pobres y hacer trabajar a los que sólo son vagos; para ello consideraba preciso una organización de la beneficencia y una reforma del sistema sanitario, de asilo. Siguiendo sus ideas se organizó la actuación contra la pobreza en la ciudad de Brujas.[editar] Interpretación histórica del mercantilismoEn efecto, no se puede hablar de una escuela mercantilista, pues para poder hablar de una escuela debe existir un conjunto de características que englobe este término. Una de ellas es la presencia de un maestro que cree un pensamiento el cual sea seguido por los miembros de la escuela, además de homogeneidad en el pensamiento. Así, por ejemplo, podemos hablar de la Escuela Clásica con Adam Smith como epicentro del pensamiento, es decir , como maestro, y la afinidad entre los distintos autores de la misma. Sin embargo, en lo que se refiere al pensamiento llamado mercantilista no encontramos ninguno de los atributos necesarios para identificarlo con una escuela de pensamiento.El mercantilismo ha tenido diversas interpretaciones a lo largo del tiempo. Desde Adam Smith hasta la actualidad se suceden explicaciones de lo que han sido y han significado todos estos autores llamados mercantilistas. John Maynard Keynes, Gustav Schmoller, William Cunningham y el ya mencionado Adam Smith, entre muchos otros, han aportado su perspectiva del mercantilismo. Señalaremos particularmente a Eli Heckscher que, influido por los tres últimos autores mencionados, aúna las interpretaciones de éstos para luego añadir la suya. Habla del mercantilismo desde el punto de vista de su política proteccionista y sus actitudes monetarias (como ya refiere Smith), como una doctrina en la construcción del estado (recogido de Schmoller), como un sistema de poder (propugnado por Cunningham) y añade su tesis a estas cuatro: describe el mercantilismo como una concepción social que rompió con los moldes tanto morales como religiosos que determinaban el comportamiento de los agentes económicos.A partir de los años cuarenta se disgrega las interpretaciones, desde una perspectiva general, en cuatro direcciones diferentes. Por una parte, historiadores que hablan de un período preanalítico del pensamiento económico.Por otra parte, los que argumentan la anticipación de la doctrina clásica en muchos aspectos( mecanismos de los precios, etc.) Un tercer grupo de historiadores hacen hincapié en la política, ya no exterior y proteccionista, sino en la local y nacional. Por último, y como aportación argumentativa a la afirmación de la inexistencia de una escuela mercantilista, un cuarto grupo de historiadores aboga que el mercantilismo es una invención de los investigadores, pues, no hay homogeneidad ni coherencia en su doctrina sino disparidad en los asuntos tratados según que países, y que, por tanto, el debate que gradualmente se centra en una visión homogénea es erróneo.Haciendo referencia aquellos autores que creen que el mercantilismo es la anticipación a la doctrina clásica, podemos destacar a Richard Cantillon. Este autor, que se percibe entre el pensamiento mercantilista y clásico, perfecciona el concepto de balanza de comercio en términos de trabajo. Desde esta óptica se tiene en cuenta el aumento del empleo como término positivo en las ganancias de la balanza comercial. Así, pues, Cantillon, aboga por medidas para la estabilidad de los precios e impedir su subida (por la acumulación del dinero) y en consecuencia la pervivencia de un nivel alto de empleo[editar] La época mercantilistaEl concepto de mercantilismo se define a partir de los grandes descubrimientos geográficos, consecuencia de la apertura de las rutas comerciales marítimas por los portugueses entre el siglo XV y 1500 (fecha del descubrimiento de Brasil) y la consolidada corriente inagotable del metal precioso (oro y plata principalmente) llevado desde los territorios nuevos a Europa, en particular después del establecimiento de los virreinatos de Nueva España y de Perú, por los castellanos.Los españoles del siglo XVII, llegaron a considerar al mercantilismo como el sentido mismo de la riqueza mediante la teoría del enriquecimiento de las naciones a través de la acumulación de metal precioso. El oro y la plata constituyen el objetivo del comerciante y por lo tanto se pueden considerar como el impulso al intercambio de mercancías. El oro y la plata por sí mismos no generaron los acontecimientos económicos de la época, sino que conjuntamente con otras causas fueron moldeando la economía europea de esos tiempos. Algunas de estas causas fueron: los grandes descubrimientos geográficos, el Renacimiento, la Reforma

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religiosa, la aparición del estado moderno y el régimen colonial, o sea la primera globalización o el «primer sistema-mundo», según la expresión de Fernand Braudel.Íntimamente conectado a la emergencia del Estado-nación moderno y basado en la existencia del binomio «metrópoli – colonias», el mercantilismo asumió formas nacionales, de las cuales pueden citarse, en orden cronológico: Portugal, España, Inglaterra, Holanda, Francia, Dinamarca y Suecia durante los siglos XVI, XVII y XVIII. En esta época, el mercantilismo evoluciona de tal manera que genera un estudio apropiado y se traduce como una actividad económica, a tal grado que se habla de políticas económicas y normas económicas. Al mercantilismo se le empieza a conocer con otras denominaciones, las mismas que dan sentido a su concepto, estas son: sistema mercantil, sistema restrictivo, sistema comercial, Colbertismo en Francia y Cameralismo en Alemania.Derivado de la expansión militar europea y del incipiente desarrollo manufacturero, como complemento de la producción clásica de la agricultura, el mercantilismo incrementó notablemente el comercio internacional. Los mercantilistas fueron los primeros en identificar la importancia monetaria y política de éste.El mercantilismo se desarrolló en una época en la que la economía europea estaba en transición del feudalismo al capitalismo. Las monarquías feudales medievales estaban siendo reemplazados por las nuevas naciones estado centralizadas, en forma de monarquías absolutas o (en Inglaterra y Holanda) parlamentarias. Los cambios tecnológicos en la navegación y el crecimiento de los núcleos urbanos también contribuyeron decisivamente al rápido incremento del comercio internacional.16 El mercantilismo se enfocaba en cómo este comercio podía ayudar mejor a los estados.Otro cambio importante fue la introducción de la contabilidad moderna y las técnicas de doble entrada. La nueva contabilidad permitía llevar un claro seguimiento del comercio, contribuyendo a la posibilidad de fiscalizar la balanza de comercio.17 Y por supuesto, tampoco se puede ignorar el impacto que supuso el descubrimiento de América. Los nuevos mercados y minas descubiertas impulsaron el comercio exterior hasta cifras que hasta entonces no se podían ni concebir. Esto último llevó a un gran incremento de los precios y a un incremento en la propia actividad comercial.18 Curiosamente, la relación entre la llegada de metales preciosos americanos y la inflación europea del siglo XVI (un fenómeno a una escala hasta entonces desconocida) no fue plenamente establecido hasta las investigaciones de Earl J. Hamilton en una fecha tan tardía como 1934 (El tesoro americano y la revolución de los precios en España, 1501-1650).Antes del mercantilismo, los estudios económicos más importantes que se habían realizado en Europa fueron las teorías de la Escolástica medieval. El objetivo de estos pensadores era encontrar un sistema económico que fuese compatible con las doctrinas cristianas acerca de la piedad y la justicia. Se enfocaban principalmente en las cuestiones microeconómicas y a los intercambios locales entre individuos. El mercantilismo, por su parte, estaba alineado con las otras teorías e ideas que estaban reemplazando el punto de vista medieval.En esta época se fueron adoptando también las teorías de la Realpolitik impulsadas por Nicolás Maquiavelo y la primacía del interés nacional en las relaciones internacionales. La idea mercantilista de que el comercio era una suma cero en las que las partes hacían lo posible para ganar al otro en una dura competencia, se integraba dentro de las teorías filosóficas de Thomas Hobbes. Los juegos de suma cero como el dilema del prisionero pueden ser consistentes con un punto de vista mercantilista. En el mencionado dilema los jugadores son premiados por traicionar a sus compañeros/oponentes, aunque todo el mundo estaría mejor si todos cooperasen.Ese punto de vista pesimista sobre la naturaleza humana también encaja con la mentalidad del puritanismo en su concepción del mundo, que inspiró parte de la legislación mercantilista más dura, como las Actas de Navegación (Navigation Acts) introducidas por el gobierno de Oliver Cromwell.19[editar] Las ideas mercantilistasEl pensamiento mercantilista se puede sintetizar a través de las nueve reglas de Von Hornick:201. Que cada pulgada del suelo de un país se utilice para la agricultura, la minería o las manufacturas.2. Que todas las materias primas que se encuentren en un país se utilicen en las manufacturas nacionales, porque los bienes acabados tienen un valor mayor que las materias primas3. Que se fomente una población grande y trabajadora.4. Que se prohíban todas las exportaciones de oro y plata y que todo el dinero nacional se mantenga en circulación.5. Que se obstaculicen tanto cuanto sea posible todas las importaciones de bienes extranjeros6. Que donde sean indispensables determinadas importaciones deban obtenerse de primera mano, a cambio de otros bienes nacionales, y no de oro y plata.7. Que en la medida que sea posible las importaciones se limiten a las primeras materias que puedan acabarse en el país.8. Que se busquen constantemente las oportunidades para vender el excedente de manufacturas de un país a los extranjeros, en la medida necesaria, a cambio de oro y plata.9. Que no se permita ninguna importación si los bienes que se importan existen de modo suficiente y adecuado en el país.Sin embargo, la política económica interna que defiende el mercantilismo estaba todavía más fragmentada que la internacional. Mientras que Adam Smith describía al mercantilismo como un sistema de excesivo control de la economía, muchos mercantilistas no se identificaban con tales afirmaciones. Durante los comienzos de la era moderna estaba a la orden del día el uso de las patentes reales y la imposición gubernamental de monopolios. Algunos mercantilistas los apoyaban, pero otros veían la corrupción e ineficiencia de esos sistemas.Uno de los elementos en los que los mercantilistas estaban de acuerdo era la opresión económica de los trabajadores. Los asalariados y los granjeros debían vivir en los «márgenes de subsistencia». El objetivo era maximizar la producción, sin ningún tipo de atención sobre el consumo. El hecho de que las clases más bajas tuvieran más dinero, tiempo libre, o educación se veía como un problema que degeneraría en pocas ganas de trabajar, dañando la economía del país.21Por otra parte, los estudiosos no se ponen de acuerdo en el motivo por el cual el mercantilismo fue la ideología o teoría económica dominante durante dos siglos y medio.22 Un grupo, representado por Jacob Viner, argumenta que el mercantilismo fue simplemente un sistema muy directo y que contaba con bastante sentido común. Sin embargo, se sustentaba sobre una serie de falacias lógicas que no podían ser descubiertas por la gente de la época, dado que no tenían las herramientas analíticas necesarias.

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Otra escuela, apoyada por economistas como Robert B. Ekelund, entiende que el mercantilismo no era un error, sino el mejor sistema posible para aquellos que lo desarrollaron. Esta escuela argumenta que las políticas mercantilistas fueron desarrolladas y puestas en práctica por comerciantes y gobiernos, cuyo objetivo era incrementar al máximo los beneficios empresariales. Los empresarios se beneficiaban enormemente, y sin que ello les supusiera un esfuerzo, por la imposición de monopolios, las prohibiciones a las importaciones y la pobreza de los trabajadores. Los gobiernos, por su parte, se beneficiaban del cobro de los aranceles y los pagos de los mercaderes. Si bien las ideas económicas más tardías fueron desarrolladas a menudo por académicos y filósofos, casi todos los escritores mercantilistas eran comerciantes o personas con cargos en el gobierno.23[editar] El mercantilismo como proceso económicoDentro de la doctrina económica mercantilista emergieron, de manera natural, tres cuestiones fundamentales que generaba esta lucrativa actividad comercial:• El monopolio de exportación.• El problema de los cambios y su derivación.• El problema de la balanza comercial.En la obra The Circle of Commerce (El círculo del comercio, 1623), Edward Misselden desarrolló un concepto de balanza comercial expresado en términos de débitos y créditos, presentando el cálculo de la balanza comercial para Inglaterra desde el día de navidad del año 1621 hasta la de 1622.La idea mercantilista de «balanza de comercio multilateral» corresponde a la actual noción de «balanza de pagos» y se compone de cinco cuentas:Balanza de comercio multilateral1. Cuenta corriente (=balanza comercial) 1. Mercancías (A)2. Invisibles (fletes, seguros, etc.) (A)2. Cuentas de capital 1. A corto plazo (C)2. A largo plazo (A)3. Transferencias unilaterales (donaciones, ayuda militar, etc.) (A)4. Oro (C)5. Errores y omisiones[editar] Políticas mercantilistasLas ideas mercantilistas fueron la ideología económica dominante en toda Europa al principio de la Edad Moderna. Sin embargo, como conjunto de ideas no sistematizadas, su aplicación concreta difirió en la práctica de cada país.[editar] En Francia Ministro francés de finanzas y mercantilista, Jean-Baptiste ColbertEn Francia, el mercantilismo nace a principios del Siglo XVI, poco tiempo después del reforzamiento de la monarquía. En 1539, un real decreto prohíbe la importación de mercancías textiles de lana provenientes de España y de una parte de Flandes. El año siguiente se imponen restricciones a la exportación de oro.24 Se multiplican las medidas proteccionistas a lo largo del siglo. Jean-Baptiste Colbert, ministro de finanzas durante 22 años, fue el principal impulsor de las ideas mercantilistas en Francia, lo que hizo que algunos hablaran de colbertismo para designar el mercantilismo francés. Con Colbert, el gobierno francés se implicó mucho en la economía para acrecentar las exportaciones. Colbert eliminó los obstáculos al comercio al reducir las tasas aduaneras interiores y al construir una importante red de carreteras y canales. Las políticas desarrolladas por Colbert en conjunto resultaron eficaces, y permitieron que la industria y la economía francesas crecieran considerablemente durante ese periodo, convirtiendo a Francia en una de las mayores potencias europeas. No tuvo tanto éxito a la hora de convertir Francia en una gran potencia comercial equiparable a Inglaterra y a Holanda.25También es característico del colbertismo emprender una decidida política de creación de Manufacturas Reales que fabricaban productos estratégicos o de lujo (los Gobelinos, para tapices y cristales), en ambos casos consumibles en primer lugar por la demanda de la propia monarquía, al tiempo que producían la emulación de su consumo tanto dentro como fuera del reino. Dicha emulación también se vio en la creación de manufacturas similares en otros países europeos, entre los que destacaron las Reales Fábricas españolas de productos de lujo (Porcelana del Buen Retiro, Cristal de la Granja, Real Fábrica de Tapices), de armas (Real Fábrica de Artillería de La Cavada), y de artículos de gran consumo que se monopolizaban por el estado como regalías: tabaco (la Real Fábrica de Tabacos de Sevilla y la de Madrid), aguardiente, naipes.Véase también: Manufacturas Reales[editar] En Inglaterra William Petty.En Inglaterra, el mercantilismo alcanza su apogeo durante el periodo llamado del Long Parliament (1640–1660). Las políticas mercantilistas también se aplicaron durante los periodos Tudor y Estuardo, especialmente con Robert Walpole como principal partidario. El control del gobierno sobre la economía doméstica era menor que en el resto de Europa, debido a la tradición de la Common law y el progresivo poder del parlamento.26Los monopolios controlados por el estado se habían extendido, especialmente antes de la primera revolución inglesa, a pesar de que a menudo eran cuestionados. Los autores mercantilistas ingleses estaban divididos acerca de la necesidad de control de la economía interior. El mercantilismo inglés adoptó sobre todo forma de control del comercio internacional. Se puso en marcha un amplio abanico de medidas destinadas a favorecer la exportación y penalizar la importación. Se instauraron tasas aduaneras sobre las importaciones y subvenciones a la exportación. Se prohibió la exportación de algunas materias primas. Las Navigation Acts (Actas de Navegación) prohibían a los comerciantes extranjeros hacer comercio interior en Inglaterra. Inglaterra aumentó el número de colonias y, una vez estaban bajo control, se instauraban reglas para autorizar a producir sólo materias primas y a comerciar

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únicamente con Inglaterra. Esto condujo a progresivas tensiones con los habitantes de esas colonias y fue una de las principales causas de la Guerra de Independencia de los Estados Unidos.Estas políticas contribuyeron en gran medida a que Inglaterra se convirtiera en la mayor potencia comercial del mundo, y una potencia económica internacional. En el interior, la transformación de tierras no cultivadas en terreno agrícola tuvo un efecto duradero. Los mercantilistas pensaban que para hacer crecer el poderío de una nación, todas las tierras y recursos debían utilizarse al máximo, lo que les llevó a embarcarse en grandes proyectos como el drenaje de la región de los fens («pantanos» de la llanura de Bedford).27[editar] En EspañaArtículo principal: Arbitrismo. Casa de Contratación, que actualmente cumple la función de Archivo de Indias, junto a la Catedral de Sevilla. Centro económico del mundo en el siglo XVI, Sevilla se hundió en una profunda crisis en el siguiente, mientras que Londres y Ámsterdam entraban en su apogeo.La revolución de los precios que afectó a toda Europa desde el siglo XVI, tuvo su origen en la llegada a España de las remesas anuales de metales preciosos que traía la flota de Indias, con lo que la reflexión sobre sus causas y posibles soluciones produjo el primer pensamiento económico digno de tal nombre. A ello se sumaba la tradición de peticiones de orden económico en las Cortes, tanto las castellanas como las de los reinos de la Corona de Aragón. Castilla, desde la Baja Edad Media había presenciado un enfrentamiento entre los intereses vinculados a la exportación de la lana (la aristocrática Mesta, y la alta burguesía de mercaderes de Burgos, las ferias y puertos conectados con Flandes) y los vinculados a la producción interna de paños (la baja burguesía y el patriciado urbano de las ciudades centrales, como Segovia y Toledo), que se expresaron en las guerras civiles de los Trastamara e incluso la de las Comunidades. Ese modelo simplificado no oculta la confluencia de multitud de otros intereses, tanto personales como dinásticos, institucionales y estamentales, como los de las distintas partes del clero, e incluso la presencia de minorías como judíos y conversos y la gran mayoría social que es el campesinado.28 La misma construcción de la monarquía autoritaria tiene mucho que ver con su habilidad para arbitrar estos conflictos socioeconómicos y su dimensión política.29 La misma organización del monopolio del comercio americano, a través de la Casa de Contratación de Sevilla, conjugado con los préstamos adelantados por banqueros alemanes (familia Fugger) o genoveses, y los mecanismos de la deuda pública (juros) dan una muestra de lo necesario y a la vez complicado que era entender los fenómenos económicos y actuar políticamente sobre ellos. Era vital para el funcionamiento del complejo aparato militar, burocrático y hacendístico de la Monarquía Hispánica (véase Instituciones españolas del Antiguo Régimen), en el que los impuestos (unos del rey, otros del reino, otros de los municipios), las múltiples exenciones, y los derechos y regalías del monarca formaban un entramado caótico. Martín de Azpilicueta.A los economistas españoles, de abundante nómina en los siglos XVI y XVII (Tomás de Mercado, Sancho de Moncada y Martín de Azpilicueta, teólogos vinculados a la Escuela de Salamanca; Luis Ortiz, contador de hacienda, Martín González de Cellorigo, abogado en la Chancillería de Valladolid, Pedro Fernández de Navarrete, militar y gobernador de Guipúzcoa, Luis Valle de la Cerda, que propone en 1600 la creación de los Montes de Piedad con el apoyo de las Cortes...), se les daba el nombre de arbitristas, por ser arbitrio el nombre que solía darse a la medida que, por su mera voluntad, podía el rey tomar en beneficio del reino, y que esos autores solicitaban. Su papel fue subvalorado por la misma historiografía económica española en sus primeros estudiosos, como es el caso de Manuel Colmeiro.30 Ya en su propia época eran ridiculizados por proponer medidas extravagantes, como lo hizo Quevedo, que en varias ocasiones describe a bienintencionados arbitristas ("arcigogolantes") causando toda clase de catástrofes; uno de ellos está tan enfrascado en escribir sus teorías que no se da cuenta de que se ha sacado a sí mismo un ojo con la pluma.31El mismo Quevedo reflejó magistralmente la percepción de fracaso económico, como parte de la más general decadencia española en su célebre poema:Nace en las Indias honrado,donde el mundo le acompaña.Viene a morir en Españay es en Génova enterrado...¡Poderoso caballero es Don Dinero! Zenón de Somodevilla, marqués de la Ensenada.Durante la crisis económica que afectó a España durante el Siglo XVII (de hecho fue la principal afectada por la general crisis del siglo XVII) se pusieron en marcha muchas políticas económicas sin demasiada coherencia, incluyendo alteraciones monetarias y fiscales que más que remediar, contribuyeron a su profundización. El estado ruinoso de finales de ese siglo, durante el reinado de Carlos II, no obstante presenció una reactivación de la economía en las zonas periféricas (a excepción de Andalucía). Tras la Guerra de Sucesión Española (1700-1714), supuso un indudable éxito económico la adopción, por los gobiernos de Felipe V, de una serie de medidas mercantilistas de inspiración colbertista importadas de Francia (ministros Jean Orry y Michael-Jean Amelot).

En el siglo XVIII, la herencia del arbitrismo se trasladó al llamado proyectismo ilustrado con mayor elevación intelectual. En el reinado de Fernando VI las medidas asociadas al Catastro de Ensenada, muy ambiciosas, no fueron aplicadas con decisión. Lo mismo ocurrió con las del Marqués de Esquilache con Carlos III (decreto de abolición de la tasa del trigo y libre comercio de granos, 1765), que fue apartado tras el motín que lleva su nombre (1766). El final del siglo XVIII es el del ascenso de políticos con ideas económicas más cercanas a la fisiocracia y el liberalismo económico (Campomanes y Jovellanos), destacando el proyecto de ley agraria y la liberalización del comercio americano; que tampoco consiguieron un desarrollo eficaz, ya en la crisis del Antiguo Régimen.[editar] En otros paísesLas demás naciones también adoptaron las tesis mercantilistas en distinto grado. Los Países Bajos, que se habían convertido en el centro financiero de Europa gracias a su muy desarrollada actividad comercial, estaban poco interesados en restringir el comercio y sólo a última hora adoptaron algunas políticas mercantilistas.

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El mercantilismo se desarrolló en Europa Central y en Escandinavia tras la Guerra de los Treinta Años (1618–1648), cuando Cristina de Suecia y Cristián IV de Dinamarca pasaron a preconizarlo. Los emperadores Habsburgo se interesaron bastante por las ideas mercantilistas, pero la extensión y la relativa descentralización de este Imperio hacía difícil la adopción de tales medidas. Algunos estados del Imperio adoptaron las tesis mercantilistas, especialmente Prusia, que tuvo bajo el mandato de Federico el Grande la economía más rígida de Europa. Con esta base doctrinal Alemania iba a gestar una escuela llamada de los "cameralistas" que tendría influencia hasta el Siglo XIX.Rusia bajo Pedro el Grande trató de poner en marcha el mercantilismo sin demasiado éxito debido a la ausencia una clase significativa de comerciantes o de una base industrial. La batalla de Scheveningen, 10 de agosto de 1653 por Jan Abrahamsz Beerstraaten, hacia 1654, representa la batalla final de la Primera Guerra Anglo-Holandesa.Las ideas mercantilistas también alimentaron los periodos de conflicto armado en los siglos XVII y XVIII. Al ser la idea dominante que el stock de riqueza es algo fijo, el único modo de aumentar la riqueza de un país debía hacerse en detrimento de otro. Muchas guerras, entre las que hay que contar las guerras anglo-holandesas, franco-holandesa, y franco-inglesa fueron ocasionadas por las doctrinas que preconizaban el nacionalismo económico. El mercantilismo contribuyó también al desarrollo del imperialismo, ya que todas las naciones que podían hacerlo trataban de apoderarse de territorios para hacerse con materias primas. A lo largo de este periodo, el poder de las naciones europeas se extendió por todo el planeta. A expensas de la economía interior, esta expansión creó monopolios, como las británicas Compañía de las Indias o la Compañía de la Bahía de Hudson; o la francesa Compañía de las Indias Orientales.Artículo principal: Compañía privilegiada.Estas compañías privilegiadas tenían precedentes desde el siglo XIV en las ciudades italianas de Pisa, Génova, Florencia y Venecia; por no hablar de la Hansa, que responde a otra categoría funcional. En Inglaterra surgirán algunas a partir de guildas medievales preexistentes, como las distintas Company of Merchant Adventurers (siglos XV y XVI). Fue en la Holanda independizada de la Monarquía Católica donde aparecieron las primeras dignas del nombre de compañías privilegiadas: la VOC (1602) y la WIC (1621). Otras naciones tuvieron compañías privilegiadas, notablemente las nórdicas (Dinamarca, Suecia...). En España (a pesar de contar con precedentes medievales, como los Consulados del Mar aragoneses o las instituciones similares castellanas) la figura es de incorporación más tardía: en el siglo XVIII el monopolio del puerto de Cádiz (sucesor del de Sevilla), ya muy castigado por las consecuencias comerciales del Tratado de Utrecht, fue admitiendo la presencia de alguna compañía similar, como la Compañía Guipuzcoana de Caracas (1728).[editar] CríticasUn buen número de estudiosos habían señalado ya algunos errores importantes en las teorías mercantilistas bastante antes de que Adam Smith desarrollase una ideología que pudiera sustituirlo completamente. Hubo críticos como Dudley North, John Locke o David Hume que atacaron los fundamentos del mercantilismo, y a lo largo del siglo XVIII fue perdiendo el favor que había tenido. Los mercantilistas eran incapaces de entender nociones como la de la ventaja competitiva (aunque esta idea sólo llegó a ser entendida con David Ricardo en 1817) y los beneficios del comercio. Por ejemplo, Portugal era un productor mucho más eficiente de vino que Inglaterra, mientras que en Inglaterra era relativamente más barata la producción textil. Por lo tanto, si Portugal se especializaba en vino e Inglaterra en textiles, ambos estados saldrían beneficiados si comerciaban. En las teorías económicas modernas, el comercio no se entiende como una suma cero entre competidores, puesto que ambas partes pueden verse beneficiadas, por lo que se trata más de un juego de suma positiva. Mediante la imposición de las restricciones a la importación, ambas naciones terminan siendo más pobres que si no existiesen trabas al comercio. Gran parte de La Riqueza de las Naciones de Adam Smith es un ataque al mercantilismo.David Hume, por su parte, apuntó la imposibilidad del gran objetivo mercantilista de lograr una balanza comercial positiva constante. A medida que los metales preciosos entraban en un país, la oferta se incrementaría y el valor de esos bienes en ese estado comenzaría a reducirse con respecto a otros bienes de consumo. Por el contrario, en el estado que exportase los metales preciosos, el valor comenzaría a crecer. Llegaría un momento en el que no compensase exportar bienes del país con altos precios al otro país, que ahora tendría niveles de precios menores, y la balanza comercial terminaría revirtiéndose por sí misma. Los mercantilistas no entendieron este problema, y argumentaron durante mucho tiempo que un incremento en la cantidad de dinero simplemente significaba que todo el mundo era más rico.32Otro de los objetivos principales a la hora de criticar las teorías del mercantilismo fue la importancia que se le daba a los metales preciosos, incluso cuando algunos mercantilistas habían comenzado a desenfatizar la importancia del oro y la plata. Adam Smith apuntó que los metales preciosos eran exactamente igual que cualquier otro bien de consumo, y que no había ninguna razón para darle un tratamiento especial. El oro no era más que un metal de color amarillo que era valioso simplemente porque no es abundante.La primera escuela que rechazó completamente el mercantilismo fue la de la Fisiocracia, en Francia. Sin embargo, sus teorías también presentaban una serie de importantes problemas, y la sustitución del mercantilismo no se produjo hasta que Adam Smith publicó su famosa obra Una investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones en 1776. Este libro muestra las bases de lo que hoy en día se conoce como la economía clásica. Smith dedica una parte considerable del libro a rebatir los argumentos de los mercantilistas, si bien estos son a menudo versiones simplistas o exageradas de sus pensamientos.23Los académicos también están divididos a la hora de establecer una causa para el final del mercantilismo. Aquellos que creen que la teoría era simplemente un error deducen que su reemplazo era inevitable desde el momento en que las ideas, mucho más exactas, de Smith fueron expuestas al público. Aquellos que opinan que el mercantilismo era una búsqueda de formas de enriquecimiento para una parte de la sociedad entienden que sólo terminó cuando se produjeron importantes cambios en la sociedad, y principalmente en el sistema de poderes. En el Reino Unido el mercantilismo fue desapareciendo a partir de que el Parlamento acaparó el poder que el monarca tenía para establecer monopolios. Si bien los ricos capitalistas que controlaban la Casa de los

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Comunes se beneficiaban de esos monopolios, el Parlamento veía difícil llevarlos a cabo por causa del gran coste que suponía tomar esas decisiones de forma colectiva.33Las regulaciones mercantilistas poco a poco fueron eliminándose a lo largo del siglo XVIII en el Reino Unido, y durante el siglo XIX el gobierno británico adoptó abiertamente el libre comercio y las teorías económicas de Smith del laissez faire. En el continente el proceso fue algo distinto. En Francia se mantuvieron las prerrogativas económicas de la monarquía absoluta hasta la Revolución francesa, siendo entonces cuando terminó el mercantilismo. En Alemania el mercantilismo continuó siendo una importante ideología hasta comienzos del siglo XX.34[editar] Legado[editar] Ideas mercantilistas supervivientes Alexander Hamilton preside los billetes de 10 dólares USA.En el mundo anglosajón se puede decir que las críticas de Adam Smith al mercantilismo fueron aceptadas en el Imperio Británico, pero fueron rechazadas en los Estados Unidos por figuras tan importantes como Alexander Hamilton, Friedrich List, Henry Clay, Henry Charles Carey y Abraham Lincoln. En el siglo XX, la mayoría de economistas de ambos lados del Atlántico han llegado a aceptar que en algunas áreas las teorías mercantilistas eran correctas. El más importante ha sido el economista John Maynard Keynes, que explícitamente apoyó algunas de sus teorías.Adam Smith había rechazado el énfasis que hasta entonces los mercantilistas habían puesto en la cantidad de dinero argumentando que los bienes, la población y las instituciones eran las causas reales de prosperidad. Keynes argumentó que la cantidad de dinero en circulación, la balanza comercial y los tipos de interés tenían una gran importancia en la economía. Este punto de vista fue luego la base del monetarismo, cuyos defensores actualmente rechazan muchas de las teorías económicas keynesianas, pero que se ha desarrollado y es ahora una de las escuelas económicas modernas más importantes. Keynes también hizo notar que el enfoque en los metales preciosos también era razonable en la época en la que se dio (comienzos de la era moderna). En una época anterior al papel moneda, un incremento de los metales preciosos y de las reservas del estado era la única forma de incrementar la cantidad de dinero en circulación.Adam Smith, por otra parte, también rechazó el énfasis del mercantilismo hacia la producción, argumentando que la única forma de hacer crecer a la economía era a través del consumo (que, a su vez, impulsaba la producción de bienes). Keynes, sin embargo, defendió que la producción era tan importante como el consumo. John Maynard Keynes.Keynes y otros economistas del periodo también retomaron la importancia que tenía la balanza de pagos, y visto que desde la década de los años 30 todas las naciones han controlado las entradas y salidas de capital, la mayoría de los economistas están de acuerdo en que una balanza de pagos positiva es mejor que una negativa para la economía de un país. Keynes también retomó la idea de que el intervencionismo gubernamental es una necesidad económica.Sin embargo, si bien las teorías económicas de Keynes han tenido un gran impacto, no han tenido tanto éxito sus esfuerzos de rehabilitar la palabra mercantilismo, que a día de hoy sigue teniendo connotaciones negativas y se usa para atacar una serie de políticas proteccionistas.35 Por otra parte, las similitudes entre el keynesianismo y las ideas de sus sucesores con el mercantilismo a veces han hecho que sus detractores las categorizasen como neomercantilismo.Por otro lado, algunos sistemas económicos modernos copian algunas de las políticas mercantilistas. Por ejemplo, el sistema de Japón en ocasiones también es calificado de neomercantilista.36Un área en la que Smith fue rebatido antes incluso que Keynes fue en la del uso de la información. Los mercantilistas, que eran generalmente mercaderes o funcionarios del gobierno, tenían en sus manos una gran cantidad de datos de primera mano sobre el comercio, y los usaban de forma considerable en sus investigaciones y escritos. William Petty, un mercantilista importante, es a menudo considerado el primer economista en usar un análisis empírico para estudiar la economía. Smith rechazaba este sistema porque entendía que el razonamiento deductivo desde unos principios básicos era el método correcto para descubrir las verdades económicas. Hoy en día, sin embargo, la mayoría de las escuelas económicas aceptan que ambos métodos son importantes (si bien la escuela austriaca supone una notable excepción). Friedrich ListEn instancias específicas, las políticas mercantilistas proteccionistas también han tenido un impacto positivo en el estado que las puso en marcha. El mismo Adam Smith (sin importarle la contradicción en que incurría al patrocinar el libre comercio para las demás y no para su propia nación) elogió las Actas de Navegación inglesas por haber servido para expandir enormemente la flota mercante británica, y por haber jugado un papel central en convertir al Reino Unido en la superpotencia naval y económica que fue desde entonces.37 Algunos economistas argumentaron que el proteccionismo es bueno para industrias en desarrollo, y que si bien causa algunos daños a corto plazo, puede ser beneficioso a largo (argumento de la industria naciente del alemán Friedrich List).En cualquier caso, La Riqueza de las Naciones tuvo un profundo impacto en el final del mercantilismo y la adopción posterior de la política de libre mercado. Para 1860 Inglaterra ya había eliminado los últimos vestigios del mercantilismo (por ejemplo, las proteccionistas leyes del grano o corn laws, en gran parte gracias a la Anti-Corn Law League). Las regulaciones industriales, los monopolios y los aranceles fueron retirados. Convertida en "el taller del mundo", con una industria y una flota mercante con la que nadie podía competir, Inglaterra se convirtió en la gran defensora y propagandista de la política de libre mercado, justo en el momento en que más la beneficiaba, y lo siguió siendo hasta la Primera Guerra Mundial, cuando la segunda revolución industrial le puso delante competidores serios.Véase también: Dirigismo[editar] Herencia política

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La posteridad del mercantilismo ha sido sin duda mayor en la práctica política que en la teoría económica. Si el pensamiento económico del Siglo XIX está dominado por las escuelas clásica y neoclásica, más bien favorables al librecambismo, la práctica política estuvo influenciada durante mucho tiempo por ideas mercantilistas. Como hace ver el historiador Paul Bairoch, a pesar de que "los hombres dejaran de razonar en términos de nivel de desarrollo a conseguir en mayor o menor tiempo pasando a hacerlo en términos de apropiación de una parte mayor de riqueza", en 1815 y en 1913, el mundo occidental es "un océano de proteccionismo rodeando algunos islotes liberales".38Tras el final de la Segunda Guerra Mundial, se asiste a una liberalización continua del comercio mundial bajo el impulso de las grandes instituciones librecambistas como la Organización Mundial del Comercio (OMC), el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional (FMI). Sin embargo algunos economistas como Paul Krugman opinan que estas instituciones están guiadas por un "mercantilismo ilustrado", que no intenta favorecer los principios del librecambismo, sino favorecer las concesiones comerciales mutuamente ventajosas.39 Para otros economistas y pensadores, esas organizaciones, con la excusa del librecambismo, están imponiendo la forma de comercio internacional que desean las grandes potencias económicas que les controlan.40 Manifestación para el mantenimiento del proteccionismo a la agricultura en Japón. Las protestas antiglobalización incluyen habitualmente la defensa de posiciones similares al mercantilismo.Según Daniel Cohen, los recientes fracasos de las negociaciones en el seno de la OMC resultan reveladores de ese "mercantilismo ilustrado". Si las negociaciones de las anteriores etapas habían llegado a tener éxito, fue gracias a compromisos, a concesiones recíprocas y equitativas. Los países ricos aceptaban por ejemplo liberalizar el sector textil a cambio de ventajas en materia de servicios financieros concedidos por los países en vías de desarrollo. En cambio, tras la cumbre de Cancún en 2003, las negociaciones entre países ricos y pobres cambian de naturaleza. Los debates se focalizan en el tema agrícola en el que las oportunidades de un intercambio mutuamente beneficioso aparecieron imposibles. Lejos de ser un "juego de suma positiva", el comercio internacional aparece como un "juego de suma cero", el reto de la cumbre pasó a ser: "nuestros agricultores o los vuestros", como si las ganancias de una nación significaran pérdidas para otra.41El término neomercantilismo sirve para designar, casi siempre de modo peyorativo, las políticas contemporáneas que recuerdan las de los mercantilistas del Siglo XVIII. Consisten casi siempre en medidas proteccionistas o en políticas comerciales agresivas en las que el Estado se implica para fomentar la competitividad de las empresas nacionales.En el contexto de la mundialización, el neomercantilismo se basa en el concepto de "competencia mundial", lo que viene a ser una "guerra económica" entre los países. Se dice que la protección a las empresas nacionales y el apoyo a su competitividad en los mercados mundiales es provechosa para la economía nacional. Así algunas grandes potencias son acusadas de neomercantilistas cuando apoyan a su industria nacional por medio de subvenciones o de encargos estatales, a la vez que imponen cupos, tasas o normas a la importación, para proteger su mercado interior. El conflicto Boeing-Airbus, unido a las subvenciones que se atribuyen a cada una de sus empresas por parte de los gobiernos estadounidense (en forma de encargos) y europeos, puede ser visto como ejemplo de neomercantilismo.El concepto de "guerra comercial" alimenta las campañas políticas de las grandes potencias económicas: hay que "hacer Europa para llegar al peso" decía un cartel del Partido Socialista Francés que presentaba a Europa frente a un luchador de sumo japonés y un obeso estadounidense durante la campaña electoral para el referéndum sobre el Tratado de Maastricht en 1992. Según algunos, esas políticas sirven de contrapeso para los efectos presuntamente negativos de la globalización económica sobre la justicia social, mientras los economistas librecambistas opinan que favorecen intereses particulares de algunas industrias y perjudicando al interés general. Sin embargo, el concepto de preferencia comunitaria no es una realidad jurídica, ni siquiera económica. Si fue sancionado por el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas el 13 de marzo de 1968 en materia de política agraria común (en función de un derecho de aduana sobre los productos procedentes de países terceros), pronto se topó con los objetivos del GATT. Hoy día sigue existiendo una tarifa exterior común que provoca a menudo duras discusiones entre los países miembros de la Unión Europea y la Organización Mundial de Comercio.Fisiocracia Saltar a: navegación, búsqueda La fisiocracia o fisiocratismo era una escuela de pensamiento económico del siglo XVIII fundada por François Quesnay, Anne Robert Jacques Turgot y Pierre Samuel du Pont de Nemours en Francia. Afirmaba la existencia de una ley natural por la cual el buen funcionamiento del sistema económico estaría asegurado sin la intervención del gobierno. Su doctrina queda resumida en la expresión laissez faire. El origen del término fisiocracia proviene del griego y quiere decir "gobierno de la naturaleza", al considerar los fisiócratas que las leyes humanas debían estar en armonía con las leyes de la naturaleza. Esto está relacionado con la idea de que sólo en las actividades agrícolas la naturaleza posibilita que el producto obtenido sea mayor que los insumos utilizados en la producción surgiendo así un excedente económico. Los fisiócratas calificaron de estériles las actividades como la manufactura o el comercio donde la incautación sería suficiente para reponer los insumos utilizados. [editar] Teoría fisiocráticaLa fisiocracia surge como una reacción de tipo intelectual a la común concepción de la vida intervencionista del pensamiento mercantilista. Insistían que la intervención de intermediarios en varias etapas del proceso de la producción y distribución de bienes tiende a reducir el nivel total de prosperidad y producción económica. Ejemplos de estas intervenciones eran muchas pero los fisiócratas se fijaban en los controles gubernamentales tales como los monopolios, impuestos excesivos, burgueses parasitarios y el feudalismo Europeo. Estas prácticas estaban asociadas con el corporativismo comercial o el énfasis desmesurado en el crecimiento industrial, los cuales estaban y están basados en el restrictivo interés privado. Y para ahondar más las diferencias, estudiaron los fondos, por lo que propugnaban el impuesto único sobre la tierra y sugerían la anulación de todos los establecidos por los mercantilistas. La tendencia general de los fisiócratas es el Librecambismo. La tarea del economista se reduce a descubrir el juego de

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las leyes naturales. La intervención del estado es inútil, pues no haría otra cosa que interferir ese orden esencial. El interés de los fisiócratas se concentraba en gran medida en la definición de una estrategia macroeconómica de desarrollo que incluyera políticas coherentes. Es el primer movimiento que adopta un acercamiento sistemático a la teoría económica. Se creía que si esta ley era estudiada y enmendada, derivaría en condiciones armoniosas y beneficiosas para toda la humanidad. Fisiocracia se aplica al concepto total de un gobierno, no necesariamente a la actividad económica solamente. Porque los padres de esta teoría política veían el progreso económico como inseparable del progreso social, argumentando que gracias a la incrementada prosperidad natural, las rivalidades entre grupos oponentes van a disminuir porque al final del día va a costar mas de lo que vale.(Magill)Es importante notar que los fisiócratas eran definidos indudablemente optimistas. Tenían confianza absoluta en la continuidad del progreso. Es a través del estudio sobre la demografía donde se demostraba más profusamente. Estimaban que la población aumentaba hasta el límite de subsistencia, y Dupont de Nemours, uno de los mas destacados miembros de la escuela, presentó el ejemplo aritmético mencionado después por Malthus, esto es, el de las colonias inglesas que duplicaban su población cada 25 años debido a la abundancia de medios de subsistencia agrícolas que disponían sus habitantes.(Whittaker)[editar] Importancia de la producción agrícola frente al comercioTierra y trabajo como fuentes de producción. Los autores del siglo XVII y principios del XVIII estimaban la tierra y el trabajo como los agentes o factores causantes de la producción. Esta opinión fue puesta en boga por el filósofo Thomas Hobbes. Al estudiar en su Leviatán, el aspecto económico de la comunidad o estado, dice:"En cuanto a la abundancia de materias, está limitada por la naturaleza a aquellos bienes que, manando de los dos senos de nuestra madre común la tierra y el mar, ofrece Dios al género humano, bien gratuitamente, bien a cambio del trabajo." (Hobbes)Para los fisiócratas, en oposición al mercantilismo, la riqueza de una nación procedía de su capacidad de producción y no de las riquezas acumuladas por el comercio internacional. Y consideraban que la única actividad generadora de riqueza para las naciones era la agricultura. Cantillon comienza su Ensayo sobre la naturaleza del comercio, en general diciendo que, "La tierra es la fuente o materia donde toda riqueza se produce. El trabajo del hombre es la forma que la produce: y la riqueza en sí no es nada, sino el sustento, comodidades y superfluidades de la vida."Turgot, padre de la fisiocracia, resume esta noción con el dicho, "El agricultor es la única persona cuyo trabajo produce algo más que el salario de su trabajo. Es, por lo tanto, la única fuente de toda riqueza." Y agrega: "La tierra le paga directamente el precio de su trabajo, aparte de cualquier otro hombre o convenio. La naturaleza no le regatea para obligarle a sostenerse con lo que es de todo punto necesario. Lo que le concede no está proporcionado ni a sus necesidades ni a una valuación contractual del precio de su día de trabajo. Es el resultado físico de la fertilidad del suelo, y de la sabiduría, mucho más que de la laboriosidad, de los medios que ha empleado para hacerla fértil. Tan pronto como el trabajo del agricultor produce más de lo requerido por sus necesidades, puede, con este excedente superfluo que la naturaleza le otorga como un puro don, por encima de la retribución de su esfuerzo, comprar el trabajo de otros miembros de la sociedad. Estos, al vendérselo, sólo obtienen su subsistencia; pero el agricultor recoge, además de su subsistencia, una riqueza que es independiente y disponible, que ha comprado y que la vende. Es, por lo tanto, la única fuente de riqueza, que, mediante su circulación, anima a todos los trabajos de la sociedad; porque es el único cuyo trabajo produce más salario de éste." (Whittaker)Los fisiócratas no fueron los únicos que atribuyeron especial importancia a la agricultura. Las ideas fisiocráticas parecen haber influido en Benjamín Franklin. Viviendo en un país en el que la agricultura era la principal actividad, y en el que las manufacturas y comercio que entonces existían satisfacían más que nada las necesidades de los agricultores, es comprensible que Franklin conviniera con los fisiócratas acerca de la importancia de la actividad agrícola.El siguiente párrafo presenta su posición: "...parece que no hay más que tres formas en las que una nación puede adquirir riquezas. La primera es mediante la guerra, como hicieron los romanos, saqueando a sus vecinos conquistados. Esto es robo. La segunda es por el comercio, que generalmente es engañoso. La tercera es por la agricultura, único medio honesto por el cual el hombre recibe un verdadero incremento de la simiente arrojada a la tierra, en una especie de milagro continuo, forjado en su favor por la mano de Dios, como recompensa por su vida inocente y laboriosidad virtuosa."Los fisiócratas asumieron que dada su observación de los mercados, la manufactura era una actividad estéril, ya que no se veía un gran avance en este sector. Obviamente, esto se debía al tamaño de la industria de entonces, anterior a la revolución industrial. Lo cual constituye una falla en su análisis, que se deriva también del mayor interés en la productividad física y no en la productividad del valor. También defendían que la agricultura era el único sector productivo capaz de crear riqueza, mientras que el comercio y la industria tan sólo permitían la distribución de esta riqueza; los fisiócratas estaban en contra de las políticas de comercio internacional mercantilismo, favorecedoras del proteccionismo.[editar] HistoriaEl sistema de fisiocracia fue aplicado a mediados del siglo XVIII, pues ciertamente no fue en la forma 'pura' imaginado por su creadores teóricos, sino a través de legislación detallada que favoreció recomendaciones privadas. Derivó en el periodo conocido como Ilustración. Reflexiones de la creencia en las leyes naturales se puede fijar en un sin número de áreas, variando desde las ciencias naturales hasta las teorías del orden constitucional (Magill).En el Antiguo Régimen, Turgot sirvió como miembro de la corte de Luis XIV, la administración local de París, y escribió folletos y libretos sobre los temas relacionados con su trabajo: impuestos, comercio del grano, y dinero. Turgot afirmó que la abundancia vino del interés propio y que los mercados están conectados por los flujos de dinero (i.e. un costo para el comprador es crédito para el productor).Así él se dio cuenta de que la bajada de precios en tiempos de la escasez - campo común en ese entonces - era peligrosa económicamente pues sirvió como desaliento a la producción. Generalmente, Turgot abogó por menos interferencia del gobierno en el mercado de grano, pues cualquier actividad del gobierno daría a luz al acontecimiento que evitaría que la política trabajara. Un ejemplo sería que si el gobierno comprara maíz al exterior, sería la gente de allí quien se daría cuenta de que hay una probable escasez, y aumentaría su precio.

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Esta idea era un ejemplo temprano de la adaptación al librecambismo. En zonas anónimas publicadas, François Quesnay propuso un sistema conocido como "Diezmo Real" en el que sugirió una simplificación importante del código impositivo francés basada en cambiar relativamente a impuestos únicos en características y comercialización. Durante el período de la Guerra de los Siete Años, el movimiento de la fisiocracia comenzó a crecer. Varios diarios aparecieron, mostrando a una audiencia cada vez mayor en Francia las nuevas ideas económicas. Entre ellos el más importante era el Diario Económico (1721-1772), que promovió la agronomía y agricultura racional y el Diario de Comercio (1759-1762), que fue influenciado grandemente por el irlandés Richard Cantillon, y dos predominaron por fisiócratas; el Diario de la Agricultura y el Comercio y las finanzas del DES (1765-1774). Jean-Claude Marie Vicent de Gournay era el encargado principal del "Diario de Comercio" escribió Efemérides del ciudadano (1767-1772 y 1774-1776). En donde se condenaba el exclusivismo de los gremios comerciales, la multiplicidad de impuestos en la tierra, y precios artificialmente fijados en materias primas, como el grano. Aunque los fisiócratas lograron cambiar mucha legislación abusiva e introdujeron una plétora de ideas socio-económico-políticas, los intereses capitalistas triunfaron al final dado el interés predominante por el crecimiento industrial por encima de la agrícola (Wittaker).[editar] Fisiocracia como Ciencia SocialLos fisiocráticos son generalmente considerados como los fundadores reales de las ciencias sociales. Fueron, de hecho, los primeros en emplear el método científico, en dirigir un movimiento que hizo investigaciones sobre fenómenos sociales.Un movimiento comparable con el desarrollo de la química. Es entonces cuando escritores como Rousseau basan su origen de sociedad en un acuerdo entre hombres y un contrato social. Encontró el origen de la legislatura, los caprichos de los hombres y criticó la propiedad individual y la desigualdad entre hombres. Montesquieu habla de las leyes que gobiernan todo en la tierra como la materia y la naturaleza, y que el hombre no es diferente en ese sentido. Todo este pensamiento nació de los descubrimientos fisiocráticos. Ellos propusieron que las sociedades no nacieron por casualidad, sino que provienen de la naturaleza del hombre. La sociedad es el proveedor de la libertad, ya que no podemos sobrevivir como especie sin la ayuda de nuestros hermanos. El deseo de asociación nos unifica; el interés personal nos mueve. Dos fuerzas aparentemente antagonistas producen una acción armoniosa. Pero esta sociedad incluye el principio de que cada derecho involucra una obligación correlativa y recíproca (Higgs).Si no se aceptaban estos términos y surgían crímenes o desobediencias, la autoridad velaba para que se cumpliera la ley. Es importante notar que la autoridad no puede crear leyes, sino sólo administrar su seguimiento. Ellos recomendaban el uso de un príncipe absoluto que siempre tiene que tener su interés volcado en los intereses personales de su ciudadanía. Sólo debía haber un impuesto sobre la tierra que se pagaba a las instituciones gubernamentales. Como una contrapartida a su poder habría un instituto independiente judicial que aseguraba el seguimiento de las leyes naturales de parte del soberano. Y también de administrar un sistema de educación suficientemente grande para dar a cada ciudadano el entendimiento de las leyes sociales y naturales. Es importante notar que no todos los fundadores fisiocráticos estaban de acuerdo en este tema. El más notable entre ellos fue Turgot (Higgs).[editar] CríticaLa fisiocracia no fue recibida con los brazos abiertos por muchas razones, no siendo todas intelectuales. Sus oponentes fueron muchos, incluyendo a los mercantilistas que hasta entonces habían dirigido la política económica de la corte de Francia, y a los incipientes liberalistas liderados por Adam Smith, quien publicaría una respuesta crítica a la fisiocracia. Aunque Smith creía en muchas de las doctrinas expuestas por los fisiócratas, no aceptaba el calificativo de las clases mercantiles y artesanales como estériles e improductivas. Sí reconocía que la agricultura era la más productiva de las ocupaciones, pero sostenía que las otras ocupaciones deberían ser denominadas como menos productivas, no como improductivas. Para demostrar la verdad de su afirmación, Smith observó que incluso la clase social más baja "produce anualmente el valor de su propio consumo anual, y perpetúa, al menos, la existencia del capital que le mantiene y emplea."Otro crítico, Alexander Hamilton, condena la idea de impuestos y renta sobre la tierra diciendo: "Parece haberse pasado por alto que la tierra es en sí un capital, anticipado o alquilado por el propietario al arrendatario, y que la renta que recibe es sólo el beneficio ordinario de un cierto capital en forma de la tierra, no explotada por el mismo propietario, sino por otro, al que se la presta o alquila, y el que, de su parte, anticipa un segundo capital, para preparar y mejorar la tierra, por el que recibe el beneficio usual..."Adam Smith (5 de junio de 1723 – 17 de julio de 1790) fue un economista y filósofo escocés, uno de los mayores exponentes de la economía clásica.Adam Smith basaba su ideario en el sentido común. Frente al escepticismo, defendía el acceso cotidiano e inmediato a un mundo exterior independiente de la conciencia. Este pensador escocés creía que el fundamento de la acción moral no se basa en normas ni en ideas nacionales, sino en sentimientos universales, comunes y propios de todos los seres humanos.[1]En 1776 publica: La riqueza de las naciones, sosteniendo que la riqueza procede del trabajo. El libro fue esencialmente un estudio acerca del proceso de creación y acumulación de la riqueza, tema ya abordado por los mercantilistas y fisiócratas, pero sin el carácter científico de la obra de Smith. Este trabajo obtuvo para él el título de fundador de la economía porque fue el primer estudio completo y sistemático del tema.[editar] BiografíaAdam Smith Douglas Jr. nació en Kirkcaldy (Escocia), durante el año 1723 (bautizado el día 5 de junio del mismo año), hijo póstumo de Adam Smith Sr., oficial de aduanas, y Margaret Douglas, se desconoce la fecha exacta de su nacimiento. Poco se sabe de su infancia, excepto que a la edad de 4 años fue raptado por una banda de gitanos, siendo rescatado gracias a la acción de su tío. «Me temo que no hubiera sido un buen gitano», comentó John Rae, su principal biógrafo. Aparte de este incidente, la vida de Smith fue singularmente tranquila, y su historia es esencialmente la de sus estudios y sus libros.[2]En 1737, a la edad de 14 años, habiendo concluido su curso en la escuela local de Kirkcaldy, Smith ingresó en la Universidad de Glasgow, donde fue influido por «el nunca olvidado» Francis Hutcheson, el famoso profesor de filosofía moral, que a la postre le valdría ser influido por la escuela histórica escocesa. Es en esta asignatura, en la que se dedicaba una parte a la moral práctica, en la cual Smith basaría gran parte de La riqueza de las naciones. Luego de su graduación en 1740, Smith obtuvo una importante beca

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para Oxford, donde estudió por seis años en Balliol College, una universidad en decadencia, como sostendría en la Riqueza de las Naciones.

Habiendo retornado a la casa de su madre en 1746, Smith se dedicó a buscar un empleo adecuado, a la vez que continuaba sus estudios. De 1748 a 1751 fue profesor ayudante de las cátedras retórica y literatura en Edimburgo, bajo el mecenazgo de Lord Henry Kames, quien también le empleó como conferenciante sobre las mismas materias.[2] Durante este periodo estableció una estrecha amistad con el filósofo David Hume, amistad que influyó mucho sobre las teorías económicas y éticas de Smith.En 1751 fue llamado por su propia Universidad de Glasgow para ocupar primeramente la cátedra de Lógica, y al año siguiente, la de Filosofía Moral. Este último cargo lo ejerció por 12 años, período que luego describiría como «el más útil y por tanto el más feliz y honorable de mi vida». Su curso de filosofía moral estaba dividido en cuatro partes: teología natural, ética, jurisprudencia, y economía política. En 1759 publicó su primer libro, La Teoría de los Sentimientos Morales, que incorporaba la segunda porción de su curso, y que casi inmediatamente estableció su reputación académica y literaria. En publicó un ensayo sobre «La Primera Formación de los Idiomas», que fue incluido como apéndice en posteriores ediciones de los Sentimientos Morales (se publicaron seis ediciones durante su vida).[2]En 1763 el poderoso aristócrata Charles Townshend ofreció a Smith una pensión vitalicia a cambio de que sirviera como tutor de su hijastro, el III Duque de Buccleuch, durante un viaje de tres años por Suiza y Francia. En este viaje conoció a los fisiócratas franceses (entre ellos, Quesnay y Turgot), que defendían la economía y política basada en la primacía de la ley natural, la riqueza y el orden, y se encontró con su viejo amigo David Hume. También conoció a otros pensadores ilustrados, como Voltaire, Benjamín Franklin, Diderot, D'Alembert y Necker.[1] En 1766 la repentina enfermedad y muerte de Hew Scott, el hermano del Duque, puso fin al viaje, forzando un repentino retorno a Inglaterra.

Smith se inspiró en esencia en las ideas de François Quesnay y Anne Robert Jacques Turgot para construir su propia teoría, que establecería diferencias respecto a la de estos autores.

Durante los siguientes siete años Smith vivió con su madre en Kirkcaldy, dedicando la mayor parte de su tiempo a su siguiente libro, La Riqueza de las Naciones. Este período también lo describió como feliz («Quizá nunca estuve (tan feliz) en toda mi vida»).[2]

En 1779 viajó a Londres, llevándose su manuscrito consigo, y durante cinco años vivió en Londres, donde su círculo de amigos incluía a Edward Gibbon y Edmund Burke. En esa época murió su amigo David Hume, motivo que llevó a Adam a publicar la "Carta a William Strahan" a modo de obituario. Debido a sus libros especialmente críticos a la religión, los elogios a Hume provocaban grandes protestas en todo el Reino Unido. Smith habría de anotar después: «Una simple e inofensiva hoja de papel... me causó diez veces más vituperios que el violento ataque que realicé en contra de todo el sistema comercial de la Gran Bretaña».

Fue nombrado director de Aduana de Edimburgo en 1778, puesto que desempeñó hasta su muerte el 17 de julio de 1790 a causa de una enfermedad, viviendo con su madre y su prima, Miss Janet Douglas, en Edimburgo. En 1787 fue nombrado Rector Honorífico de la Universidad de Glasgow, sirviendo hasta 1789. Lleno de honores, Adam Smith murió a la edad de 67 años.[2] [3][editar] ObraSu célebre obra sistematiza de manera científica las bases del capitalismo moderno, y presentó su justificación teórica en una forma que marcaría el pensamiento de los más influyentes economistas del siglo XIX (a favor y en contra) y que en parte sigue inspirando a los defensores del mercado libre, incluso hoy en día.Sin embargo, pese a su importancia para la historia de la ciencia económica, es importante recordar que Smith no era únicamente (ni acaso principalmente) un economista; de hecho, en sus tiempos la economía aún no se había desarrollado como disciplina independiente.La amplitud de sus intereses, que abarcaban no solo economía, ética, filosofía política, y jurisprudencia, sino también literatura (antigua y moderna), lingüística, psicología, y la historia de la ciencia, destaca tanto por su variedad como por su profundidad analítica.El profesor Julio Harold Cole, de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Francisco Marroquín,[4] dice de Adam Smith:"En esta época de excesiva especialización, no pueden dejar de impresionarnos la amplitud y profundidad de la erudición de Smith, fiel y genuino representante del espíritu de la Ilustración Escocesa. Sin embargo, por mucho que admiremos sus logros en campos tan variados, no puede negarse tampoco que la posteridad ha decidido recordarle principalmente por sus contribuciones a la ciencia económica, y su fama siempre se basará mayormente en su obra maestra, La Riqueza de las Naciones. Aunque escrita en inglés en el siglo XVIII, ahora pertenece al mundo y a todos los tiempos. Smith separó definitivamente la economía del restrictivo marco de referencia mercantilista, que negaba los beneficios del libre comercio entre las naciones, e hizo de ella el estudio del orden social espontáneo (y generalmente no-intencionado) que surge de los intercambios voluntarios entre individuos que producen beneficios para todas las partes involucradas, sean domésticas o extranjeras. En tanto sobreviva en este mundo el amor por la libertad, los hombres libres seguirán inspirándose en Adam Smith, autor de La Riqueza de las Naciones."[2][editar] Teoría de los sentimientos moralesArtículo principal: Teoría de los sentimientos morales.La Teoría de los sentimientos morales de 1759 empieza por la exploración de todas las conductas humanas, en las cuales el egoísmo no parece desempeñar un papel determinante, como aseguraba Hobbes. Sin embargo sí confiere razón a los postulados de Thomas Hobbes en que la primera tendencia del ser humano es la del amor hacia sí mismo. De ahí que se vea obligado a controlar y dominar su egoísmo, elemento fundamental para que la vida en comunidad no se convierta en una guerra de todos contra todos.

Lo que se expone entonces es el proceso de simpatía (o empatía), a través del cual un sujeto es capaz de ponerse en el lugar de otro, aún cuando no obtenga beneficio de ello. Adam Smith lo explica por la influencia de la necesidad de ser aprobado por los demás.

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Con esto se busca criticar a la concepción utilitarista, como aparece en Hume. El desarrollo de la obra lleva al descubrimiento del espectador imparcial, la voz interior que dictaría la propiedad o impropiedad de las acciones.

A lo largo de la obra el autor explica el origen y funcionamiento de los sentimientos morales: el resentimiento, la venganza, la virtud, la admiración, la corrupción y la justicia. El resultado es una concepción dinámica e histórica de los sistemas morales, en oposición a visiones más estáticas como las determinadas por las religiones. En términos filosóficos, la naturaleza humana estaría diseñada para avanzar fines o causas finales que no necesariamente son conocidos por los sujetos, que se guían por las causas eficientes.[1] [5]

[editar] La riqueza de las naciones (The Wealth of Nations)Artículo principal: La riqueza de las naciones.En 1776 A. Smith publicó su obra Una investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones (o simplemente La riqueza de las naciones), después de más de diez años de trabajo,[1] por la cual es considerado por muchos especialistas el padre de la Economía Política. Esta obra representa el intento por diferenciar la economía política de la ciencia política, la ética y la jurisprudencia. Un elemento fundamental para esta diferenciación fue la crítica al mercantilismo, corriente heterogénea que venía desarrollando nociones económicas desde el siglo XV, más vinculada a los imperios coloniales que a la naciente revolución industrial.Él mismo consideraba esta serie de volúmenes como una exposición parcial de una obra más amplia sobre «Los principios generales de la ley y del gobierno, y de las diferentes revoluciones que en éstas se han producido en las diferentes épocas y periodos de la sociedad», obra que deseaba escribir pero que nunca llegó a completar. Más aún, incluso en La Riqueza de las Naciones, para Smith la ciencia económica era mucho más que la teoría de precios, producción y distribución, moneda y banca, finanzas públicas, comercio internacional, y crecimiento económico, campos que hoy en día se consideran como especialidades en si mismos. Todos estos temas se discuten en el libro, pero también incluye detalladas discusiones sobre tópicos tan diversos como historia eclesiástica, demografía, política educacional, ciencias militares, agricultura, y asuntos coloniales.[2]Según la tesis central de La riqueza de las naciones, la clave del bienestar social está en el crecimiento económico, que se potencia a través de la división del trabajo y la libre competencia. Según esta tesis, la división del trabajo, a su vez, se profundiza a medida que se amplía la extensión de los mercados y por ende la especialización. Por su parte, Adam Smith considera la libre competencia como el medio más idóneo de la economía, afirmando que las contradicciones engendradas por las leyes del mercado serían corregidas por lo que él denominó "la mano invisible" del sistema.[1]

Una particularidad de la obra es el planteamiento de que, gracias a la apelación al egoísmo de los particulares se logra el bienestar general.[6] Al respecto, Adam Smith afirmaba que "el hombre necesita casi constantemente la ayuda de sus semejantes, y es inútil pensar que lo atenderían solamente por benevolencia (...) No es la benevolencia del carnicero o del panadero la que los lleva a procurarnos nuestra comida, sino el cuidado que prestan a sus intereses".[1]Esto es muchas veces interpretado de forma imprecisa, como que simplemente el egoísmo lleva al bienestar general. Sin embargo, pasajes tanto de esta obra como de los sentimientos morales dejan en claro que en un sistema económico el interés personal no es la única motivación, ya que si así fuera, toda negociación resultaría imposible. El ser humano es capaz también de comprender el interés personal de su compañero y de llegar a un intercambio mutuamente beneficioso.[1] La empatía con el egoísmo del otro (en donde acentúa la siguiente frase: «dame lo que necesito y tendrás lo que deseas») y el reconocimiento de sus necesidades es la mejor forma de satisfacer las necesidades propias. El pensador y economista escocés subraya que la mayor parte de estas necesidades humanas se satisfacen por intercambio y por compra.[1]La obra incluye una filosofía de la historia, donde la propensión a intercambiar exclusiva del hombre se convierte en el motor del desarrollo humano, porque permite la suficiente creación de riqueza y generación y acumulación de capital para poner en práctica la división del trabajo. Debido por tanto a la empatía y la división del trabajo se potencia el crecimiento económico, clave del bienestar social.[1]Esta obra constituye también una guía para el diseño de la política económica de un gobierno. Los beneficios de la "mano invisible" del mercado solo se obtendrán en una sociedad bien gobernada.Entre sus aportes más importantes se destacan:

La diferenciación clara entre valor de uso y valor de cambio.El reconocimiento de la división del trabajo, entendida como especialización de tareas, para la reducción de costos de producción.La predicción de posibles conflictos entre los dueños de las fábricas y los trabajadores mal asalariados.La acumulación de capital como fuente para el desarrollo económico.La defensa del mercado competitivo como el mecanismo más eficiente de asignación de recursos.[editar] Preocupaciones socialesContrariamente a lo que le achacan algunos críticos debido a los extremos a que el neoliberalismo lleva sus ideas, Adam Smith conocía los peligros que conllevaba su ecuación económica.

Estaba convencido de que un hombre que pasa toda su vida para completar unas pocas operaciones simples cuyos efectos son siempre los mismos, no tiene tiempo para desarrollar su inteligencia ni para practicar su imaginación. El resultado es la pérdida del hábito de ejercer sus facultades y la alienación del individuo. Por ello recomendó al Estado que impulsara la educación pública de las clases trabajadoras.[1]De hecho, Adam Smith criticó las vidas miserables que sufrían muchos de sus compatriotas y advirtió que "ninguna sociedad puede ser próspera ni feliz si la mayor parte de sus miembros son pobres y miserables".[7][editar] InfluenciaEn Marzo de 1776 se publicó finalmente La Riqueza de las Naciones. La obra tuvo un éxito inmediato y duradero: la primera edición se agotó en seis meses, y durante la vida de Smith se publicaron cinco ediciones (1776, 1778, 1784, 1786, y 1789).

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Además, en cuestión de tres décadas se había traducido a por lo menos seis idiomas extranjeros: danés (1779-80), tres versiones francesas (1781, 1790, y 1802), alemán(1776-78), italiano (1780), español (1794) y ruso (1802-06).[2]La investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones ha estado sujeta a todo tipo de interpretaciones, entre ellas:David Ricardo: realiza una crítica a la obra, desarrollando más la teoría del valor trabajo y conceptos tales como el capital y la reproducción[cita requerida].Karl Marx: Sigue la línea de que el trabajo es la esencia del ser humano, pero discrepa en cuanto a la intervención del Estado en los mercados[cita requerida].Milton Friedman y Rose Friedman: se centra en temas como «La mano invisible» y el papel del Estado. Milton y Rose Friedman escriben La libertad de elegir basados en la doctrina smithiana del libre comercio[cita requerida].Amartya Sen: lectura renovada de Smith que retoma la Teoría de los sentimientos morales, libro de gran importancia en el campo de la ética, la teología y la moral. Amartya Sen destaca la importancia del sentimiento de la simpatía en la obra de Smith y cuestiona la estrecha interpretación friedmaniana que atribuye al egoísmo la armonía del mundo[cita requerida].[editar] Publicaciones póstumasEn 1795, los ejecutores literarios de Smith, Joseph Black y James Hutton, editaron y publicaron una colección de «Ensayos sobre Temas Filosóficos» que incluía un juvenil ensayo sobre la «Historia de la Astronomía» que aparentemente formaba parte del proyecto más amplio de una «historia de las ciencias liberales y artes elegantes». La más conocida edición moderna de estos ensayos es la de J. R. Lindgren (ed.), The Early Writings of Adam Smith (Nueva York. Kelley. 1967), que también incluye su ensayo sobre la formación de los idiomas.Antes de su muerte, Smith había ordenado la destrucción de la mayoría de sus otros manuscritos inéditos, entre los cuales probablemente se encontraban sus conferencias sobre religión natural y sobre jurisprudencia, lo mismo que sus lecciones sobre retórica. La mayor parte de este material probablemente se perdió para siempre, aunque ciertas partes han sido recuperadas indirectamente en la forma de apuntes tomados por sus estudiantes en los años 1762-64.En efecto, en 1895 el Prof. Edwin Cannan, de la London School of Economics, se enteró de la existencia, en manos de un abogado de Edimburgo, de un manuscrito que identificó como los apuntes de clase, tomados por un estudiante, de un curso sobre jurisprudencia dictado por Smith poco antes de su viaje a Francia. (Posteriormente se logró establecer que estas conferencias fueron efectivamente dictadas durante la porción del ciclo académico de 1763-64 que precedió su partida). Cannan editó estos apuntes y los publicó bajo el título de Lectures on Justice, Police, Revenue and Arms, delivered in the University of Glasgow by Adam Smith (Oxford. Clarendon Press, 1896).En 1929, la Biblioteca Clements de la Universidad de Míchigan adquirió una colección de documentos que habían pertenecido a Alexander Wedderburn (Lord Canciller del Reino Unido entre 1793 y 1801), entre los cuales se encontraba un manuscrito que el Prof. G. H. Guttridge identificó como un memorando sobre «El Problema Americano» escrito por Adam Smith en 1778. Este manuscrito fue editado por Guttridge y publicado en la American Historical Review, nº 38 (1933), pp. 714-20.Finalmente, dos juegos adicionales de apuntes de clase fueron descubiertos por el Prof. John M. Lothian en 1958. Uno de estos correspondía a un curso de retórica y letras, dictado por Smith en Glasgow en la sesión 1762-63. Estos apuntes fueron editados por Lothian y publicados bajo el título Lectures on Rhetoric and Belles Lettres (Londres. Nelson, 1963). El segundo juego de apuntes, correspondiente al curso de jurisprudencia dictado durante la misma sesión, no fue publicado sino hasta 1978, como parte de la Glasgow Edition of the Works and Correspondence of Adam Smith (Oxford University Press, 1976-83).[2][editar] Adam Smith y el comercio internacionalLa teoría clásica del comercio internacional tiene sus raíces en la obra de Adam Smith que plantea la interacción entre comercio y crecimiento económico. Según los principios establecidos en sus obras, los distintos bienes deberán producirse en aquel país en que sea más bajo su costo de producción y desde allí, exportarse al resto de las naciones. Por tanto define la denominada «ventaja absoluta» como la que tiene aquel país que es capaz de producir un bien utilizando menos factores productivos que otros, es decir, con un coste de producción menor. Defiende además el comercio internacional libre y sin trabas, para alcanzar y dinamizar el proceso de crecimiento económico, y este comercio estaría basado en el principio de la ventaja absoluta. Asimismo aboga por favorecer la movilidad internacional de los factores productivos.Capitalismo Saltar a: navegación, búsqueda Hong Kong. La ciudad y región autónoma de China, anteriormente del Reino Unido, es según los índices de libertad económica el país donde más se permite el desarrollo del capitalismo de mercado. Lo que según estos estudios le ha permitido ser una de las naciones más prósperas del planeta, con un PIB per cápita y un IDH muy altos. El capitalismo se forma por medio de la propiedad privada de los medios de producción y la libertad de gestionarlos. En la imagen un ejemplo de empresa privada, una heladería en Oxford.El capitalismo es el orden social que resulta de la libertad económica en la disposición y usufructo de la propiedad privada sobre el capital como herramienta de producción.[1]En el capitalismo los individuos y las empresas llevan a cabo la producción y el intercambio de bienes o de servicios en forma libre dentro de la división del trabajo, con el propósito necesario del beneficio monetario para la obtención de recursos en función de cualquier orden de fines dentro del marco de una cooperación mediatizada por el mercado.[2] La distribución, la producción y los precios de los bienes y servicios son determinados por el libre mercado, la oferta y la demanda entre productores y consumidores.El origen etimológico de la palabra capitalismo proviene de la idea de capital y su uso para la propiedad privada de los medios de producción,[3] [4] sin embargo se relaciona mayormente al capitalismo como concepto con el intercambio dentro de una economía de mercado que es su condición necesaria,[5] y a la propiedad burguesa que es su corolario previo[6] como forma más acabada y coherente de la propiedad privada.[7]Se denomina sociedad capitalista a toda aquella sociedad política y jurídica originada en la civilización occidental y basada en una organización racional del trabajo y monetario-utilitaria de los recursos de producción, caracteres propios de aquel sistema económico.[8] En el orden capitalista, la sociedad esta formada por clases en vez de estamentos como son propios del feudalismo y otros órdenes pre-modernos.[9] Se distingue de éste y otras formas sociales por la movilidad social de los individuos, por una

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estratificación social de tipo económica expresada en un exponencial continuo de nivel de ingresos[10] y por una distribución de la renta que depende casi enteramente de la funcionalidad de las diferentes posiciones sociales adquiridas en la estructura de producción.El nombre de sociedad capitalista proviene del hecho de que el capital como relación de producción se convierte dentro de ésta en un elemento económicamente predominante.[11] La discrepancia sobre las razones de este predominio divide a las ideologías políticas modernas: el enfoque liberal smithiano se centra en la utilidad que el capital como relación social provee para la producción en una sociedad comercial con una amplia división del trabajo, entendida como causa y consecuencia de la mejora de la oferta de consumo y los mayores ingresos por vía del salario respecto del trabajo autónomo,[12] mientras que el enfoque socialista marxista considera que el capital como relación social es precedido (y luego retroalimentado) por una institucionalizada imposibilidad social de sobrevivir sin relacionarse con los propietarios de un mayor capital físico mediante el intercambio de trabajo asalariado.[13]La clase social conformada por los creadores y/o propietarios que proveen de capital a la organización económica se la describe como "capitalista", a diferencia de las funciones empresariales y gerenciales.[14] Vulgarmente se describe desde el siglo XVIII como "burguesía" tanto a este conjunto social como al de los empleadores de trabajo de una moderna sociedad industrial, pero la burguesía se origina en las ciudades de la sociedad rural medieval y está constituida por propietarios auto-empleados cuya naturaleza da origen al capitalismo moderno.[15]

Existen diferentes apreciaciones sobre la naturaleza del capitalismo según la perspectiva social e ideológica desde la cual se lo analice. [editar] Características Si bien el capitalismo no encuentra su fundador en un pensador sino en las relaciones productivas de la sociedad, la obra La riqueza de las naciones concedió a Adam Smith el título de fundador intelectual del capitalismo. John Locke, con su obra Dos tratados sobre el gobierno civil, establece los principios que posteriormente servirán para identificar el capitalismo como sistema productivo y el liberalismo como sistema de pensamiento que lo respalda.[editar] Propiedad privada e iniciativa empresarialQuienes invierten, crean o adquieren capital permanecen como legítimos propietarios (capitalistas) durante el proceso de producción; la rentabilidad del capital invertido en un libre mercado de productos y servicios es el eje central de la vida económica. El capital y el trabajo son los elementos de producción y creación de riqueza.

La titularidad de los medios de producción es privada, entendiéndose por esto su construcción sobre un régimen de bienes de capital industrial y de tenencia y uso de la tierra basado en la propiedad privada. Los medios de producción operan principalmente en función del beneficio y en la que los intereses directivos se racionalizan empresarialmente en función de la inversión de capital y hacia la consecuente competencia por los mercados de consumo y trabajo asalariado.

Sobre la propiedad privada, el capitalismo establece que los recursos invertidos por los prestadores de capital para la producción económica, deben estar en manos de las empresas y personas particulares que los adquieran (accionista). De esta forma a los particulares se les facilita el uso, empleo y control de los recursos que utilicen en sus labores productivas, de los que, a fines empresariales, podrán usar como mejor les parezca.

Entre las características generales del capitalismo se encuentra la motivación basada en el cálculo costo-beneficio dentro de una economía de intercambio basada en el mercado, el énfasis legislativo en la protección de un tipo específico de apropiación privada (en el caso del capitalismo particularmente lockeano), o el predominio de las herramientas de producción en la determinación de las formas socioeconómicas.

[editar] Contrato libre, ganancias y movilidad socialEl capitalismo se considera un sistema económico en el cual el dominio de la propiedad privada sobre los medios de producción desempeña un papel fundamental. Es importante comprender lo que se entiende por propiedad privada en el capitalismo ya que existen múltiples opiniones, a pesar de que este es uno de los principios básicos del capitalismo: otorga influencia económica a quienes detentan la propiedad de los medios de producción (o en este caso el capital), dando lugar a una relación voluntaria de funciones y de mando entre el empleador y el empleado. Esto crea a su vez una sociedad de clases móviles en relación con el éxito o fracaso económico en el mercado de consumo, lo que influye en el resto de la estructura social según la variable de capital acumulada; por tal razón en el capitalismo la pertenencia a una clase social es movible y no estática.Las relaciones económicas de producción y el origen de la cadena de mando –incluyendo la empresaria por delegación– se establece desde la titularidad privada y exclusiva de los propietarios de una empresa en función de la participación en su creación en tanto primeros propietarios del capital. La propiedad y el usufructo queda así en manos de quienes adquirieron o crearon el capital volviendo interés su óptima utilización, cuidado y acumulación, con independencia de que la aplicación productiva del capital se genere mediante la compra del trabajo, esto es, el sueldo, realizado por los asalariados de la empresa.Una de las interpretaciones más difundidas señala que en el capitalismo, como sistema económico, predomina el capital - actividad empresarial, mental - sobre el trabajo - actividad corporal - como elemento de producción y creador de riqueza. El control privado de los bienes de capital sobre otros factores económicos tiene la característica de hacer posible negociar con las propiedades y sus intereses a través de rentas, inversiones, etc. Eso crea el otro distintivo del capitalismo que es el beneficio o ganancia como prioridad en la acción económica en función de la acumulación de capital que por vía de la compra del trabajo puede separarse del trabajo asalariado.[editar] Libre mercado, empresas y competenciaEl capitalismo se basa ideológicamente en una economía en la cual el mercado predomina, esto usualmente se da, aunque existen importantes excepciones además de las polémicas sobre qué debe ser

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denominado libre mercado o libre empresa. En éste se llevan a cabo las transacciones económicas entre personas, empresas y organizaciones que ofrecen productos y las que los demandan. El mercado, por medio de las leyes de la oferta y la demanda, regula los precios según los cuales se intercambian las mercancías (bienes y servicios), permite la asignación de recursos y la distribución de la riqueza entre los individuos.La libertad de empresa propone que todas las empresas sean libres de conseguir recursos económicos y transformarlos en una nueva mercancía o servicio que será ofrecido en el mercado que éstas dispongan. A su vez, son libres de escoger el negocio que deseen desarrollar y el momento para entrar o salir de éste. La libertad de elección se aplica a las empresas, los trabajadores y los consumidores, pues la empresa puede manejar sus recursos como crea conveniente, los trabajadores pueden realizar un trabajo cualquiera que esté dentro de sus capacidades y los consumidores son libres de escoger lo que desean consumir, buscando que el producto escogido cumpla con sus necesidades y se encuentre dentro de los límites de su ingreso. Esto en un contexto teórico capitalista es denominado cálculo económico.

Competencia se refiere a la existencia de un gran número de empresas o personas que ofrecen y venden un producto (oferentes) en un mercado determinado. En dicho mercado también existe un gran número de personas o empresas (demandantes), las cuales, según sus preferencias y necesidades, compran o demandan esos productos o mercancías. A través de la competencia se establece una «rivalidad» o antagonismo entre productores. Los productores buscan acaparar la mayor cantidad de consumidores/compradores para sí. Para conseguir esto, utilizan estrategias de reducción de precios, mejoramiento de la calidad, etc.[editar] Crecimiento económicoTeóricos y políticos han enfatizado la habilidad del capitalismo para promover el crecimiento económico, tal como se mide por el Producto Interno Bruto (PIB), utilización de la capacidad instalada o calidad de vida. Este argumento fue central, por ejemplo, en la propuesta de Adam Smith de dejar que el libre mercado controle los niveles de producción y de precio, y distribuya los recursos.Sostienen que el rápido y consistente crecimiento de los indicadores económicos mundiales desde la revolución industrial se debe al surgimiento del capitalismo moderno.[16] [17] Mientras que las mediciones no son idénticas, aquellos que están a favor argumentan que incrementar el PIB (per capita) ha demostrado empíricamente una mejora en la calidad de vida de las personas, tal como mejor disponibilidad de alimentos, vivienda, vestimenta, atención médica, reducción de horas de trabajo, y libertad de trabajo para niños y ancianos.[18]Gracias a la especialización de la agricultura, se produce un aumento de la producción existente, y la actividad comercial de materias primas aumenta. La consecuencia de este hecho, es el incremento de la circulación de capital, que fue un estímulo a la banca, y por tanto de la riqueza de la sociedad, aumentando el ahorro y con ello la inversión. Este fue el origen de la banca actual, la cual tenía dos funciones: prestar el dinero que custodiaban a cambio de un interés y la emisión de "promesas de pago al contado al portador" que circulaban como dinero.Argumentos favorables al capitalismo también afirman que una economía capitalista brinda más oportunidades a los individuos de incrementar sus ingresos a través de nuevas profesiones o negocios que otras formas de economía. Según esta manera de pensar, este potencial es mucho mayor que en las sociedades feudales o tribales o en las sociedades socialistas.[editar] Organizaciones por interés individualCada uno de los actores del mercado actúa según su propio interés; por ejemplo, el empleador, quien posee los recursos y el capital, busca la maximización del beneficio propio por medio de la acumulación y producción de los recursos; los empleados, quienes venden su trabajo (el salario) a su empleador; y, por último, los consumidores, quienes buscan obtener la mayor satisfacción o utilidad adquiriendo lo que quieren y necesitan en función a la calidad del producto o la cantidad de su precio.El capitalismo puede organizarse a sí mismo como un sistema complejo sin necesidad de un mecanismo de planeamiento o guía externa.[19] A este fenómeno se lo llama laissez faire.[20] En un proceso de este tipo la búsqueda de beneficios tiene un rol importante. A partir de las transacciones entre compradores y vendedores emerge un sistema de precios, y los precios surgen como una señal de cuáles son las urgencias y necesidades insatisfechas de las personas. La promesa de beneficios les da a los emprendedores el incentivo para usar su conocimiento y recursos para satisfacer esas necesidades. De tal manera, las actividades de millones de personas, cada una buscando su propio interés, se coordinan y complementan entre sí.[21][editar] Liberalismo y rol del EstadoLa doctrina política que históricamente ha encabezado la defensa e implantación de este sistema económico y político ha sido el liberalismo económico y clásico del cual se considera sus padres fundadores a John Locke, Juan de Mariana y Adam Smith. El pensamiento liberal clásico sostiene en economía que la intervención del gobierno debe reducirse a su mínima expresión. Sólo debe encargarse del ordenamiento jurídico que garantice el respeto de la propiedad privada, la defensa de las llamadas libertades negativas: los derechos civiles y políticos, el control de la seguridad interna y externa (justicia y protección), y eventualmente la implantación de políticas para garantizar el libre el funcionamiento de los mercados, ya que la presencia del Estado en la economía perturbaría su funcionamiento. Sus representantes contemporáneos más prominentes son Ludwig von Mises y Friedrich Hayek por parte de la llamada Escuela austríaca de economía; George Stigler y Milton Friedman por parte de la llamada Escuela de Chicago, existiendo profundas diferencias entre ambas.Existen otras tendencias dentro del pensamiento económico que asignan al Estado funciones diferentes. Por ejemplo los que adscriben a lo sostenido por John Maynard Keynes, según el cual el Estado puede intervenir para incrementar la demanda efectiva en época de crisis. También se puede mencionar a los politólogos que dan al Estado y a otras instituciones un rol importante en controlar las deficiencias del mercado (una línea de pensamiento en este sentido es el neoinstitucionalismo).[editar] Origen Skyline de la ciudad inglesa de Mánchester en 1857. Durante el siglo XIX en medio de la Revolución industrial esta ciudad desarrolló tal cantidad de industria textil que fue llamada Cottonopolis, y se convirtió en modelo de la prosperidad provocada por el capitalismo de libre empresa para el movimiento social y político denominado Escuela de Mánchester.Artículo principal: Historia del capitalismo.

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Tanto los mercaderes como el comercio existen desde que existe la civilización, pero el capitalismo como sistema económico, en teoría, no apareció hasta el siglo XVII en Inglaterra sustituyendo al feudalismo. Según Adam Smith, los seres humanos siempre han tenido una fuerte tendencia a «realizar trueques, cambios e intercambios de unas cosas por otras». De esta forma al capitalismo, al igual que al dinero y la economía de mercado, se le atribuye un origen espontáneo o natural dentro de la edad moderna.[22]

Este impulso natural hacia el comercio y el intercambio fue acentuado y fomentado por las Cruzadas que se organizaron en Europa occidental desde el siglo XI hasta el siglo XIII. Las grandes travesías y expediciones de los siglos XV y XVI reforzaron estas tendencias y fomentaron el comercio, sobre todo tras el descubrimiento del Nuevo Mundo y la entrada en Europa de ingentes cantidades de metales preciosos provenientes de aquellas tierras. El orden económico resultante de estos acontecimientos fue un sistema en el que predominaba lo comercial o mercantil, es decir, cuyo objetivo principal consistía en intercambiar bienes y no en producirlos. La importancia de la producción no se hizo patente hasta la Revolución industrial que tuvo lugar en el siglo XIX.Sin embargo, ya antes del inicio de la industrialización había aparecido una de las figuras más características del capitalismo, el empresario, que es, según Schumpeter, el individuo que asume riesgos económicos no personales. Un elemento clave del capitalismo es la iniciación de una actividad con el fin de obtener beneficios en el futuro; puesto que éste es desconocido, tanto la posibilidad de obtener ganancias como el riesgo de incurrir en pérdidas son dos resultados posibles, por lo que el papel del empresario consiste en asumir el riesgo de tener pérdidas o ganancias.El camino hacia el capitalismo a partir del siglo XIII fue allanado gracias a la filosofía del Renacimiento y de la Reforma. Estos movimientos cambiaron de forma drástica la sociedad, facilitando la aparición de los modernos Estados nacionales que proporcionaron las condiciones necesarias para el crecimiento y desarrollo del capitalismo en las naciones europeas. Este crecimiento fue posible gracias a la acumulación del excedente económico que generaba el empresario privado y a la reinversión de este excedente para generar mayor crecimiento, lo cual generó industrialización en las regiones del norte.[editar] Críticas al capitalismoArtículo principal: Anticapitalismo.Parte de la critica al capitalismo es la opinión de que es un sistema caracterizado por la explotación intraeconómica (a diferencia del esclavismo y el feudalismo) de la fuerza de trabajo del hombre al constituir el trabajo como una mercancía más. Esta condición sería su principal contradicción: Medios de producción privados con fuerza de trabajo colectiva, de este modo, mientras en el capitalismo se produce de forma colectiva, el disfrute de las riquezas generadas es privado, ya que el sector privado "compra" el trabajo de los obreros con el salario. La alternativa histórica al capitalismo con mayor acogida ha estado representada por el comunismo y el estatismo.[cita requerida][editar] MarxismoArtículo principal: Modo de producción capitalista.Para el materialismo histórico (el marco teórico del marxismo), el capitalismo es un modo de producción.Esta construcción intelectual es originaria del pensamiento de Karl Marx (Manifiesto Comunista, 1848, El Capital, 1867) y deriva de la síntesis y crítica de tres elementos: la economía clásica inglesa (Adam Smith, David Ricardo y Thomas Malthus), la filosofía idealista alemana (fundamentante la dialéctica hegeliana) y el movimiento obrero de la primera mitad del siglo XIX (representado por autores que Marx calificaba de socialistas utópicos).[editar] Capitalismo e imperialismoLos críticos del capitalismo lo responsabilizan de generar numerosas desigualdades económicas. Tales desigualdades eran muy acusadas durante el siglo XIX, sin embargo se experimentaron notables mejorías en los países industrializados a lo largo del siglo XX, a pesar de que nunca se haya demostrado con hechos objetivos y, además, las desigualdades crecieran exponencialmente respecto a los países colonizados. Pero los críticos del capitalismo (John A. Hobson, Imperialism, a study, Lenin El imperialismo, fase superior del capitalismo) señalaron desde finales del siglo XIX que tales avances se obtuvieron por un lado a costa del colonialismo, que permitió el desarrollo económico de las metrópolis, y por otro lado gracias al Estado del Bienestar, que suavizó los efectos negativos del capitalismo e impulsó toda una serie de políticas cuasisocialistas.Otras críticas al capitalismo que se enlazan a décadas anteriores con el mismo matiz antiimperialista (a partir del pensamiento centro-periferia) provienen de los movimientos antiglobalización, que denuncian al modelo económico capitalista y las empresas transnacionales como el responsable de las desigualdades entre el Primer Mundo y el Tercer Mundo, teniendo el tercer mundo una economía dependiente del primero.[editar] El mercado como institución no naturalDesde una perspectiva no estrictamente marxista, Karl Polanyi (La gran transformación, 1944) insiste en que lo crucial en la transformación capitalista de economía, sociedad y naturaleza fue la conversión en mercancía de todos los factores de producción (tierra, o naturaleza y trabajo, o seres humanos) en beneficio del capital.[editar] EcologismoLa crítica ecologista argumenta que un sistema basado en el crecimiento y la acumulación constante es insostenible, y que acabaría por agotar los recursos naturales del planeta, muchos de los cuales no son renovables. Más aún si el consumo de estos recursos es desigual entre los países y en sus respectivas clases económicas. Hasta hace algunas décadas, se pensaba que los recursos naturales eran inagotables y que la contaminación, pérdida de la biodiversidad y de paisajes eran los costes inevitables del progreso.Actualmente existen dos tendencias principales: aquella que defiende un desarrollo sostenible de la economía (que consistiría en adaptar el actual modelo al nuevo problema medioambiental), y otra que defiende un decrecimiento de la economía (que apunta directamente a nuevos sistemas de organización económica[23] ).Como contraparte al ecologismo colectivista, surge el ecologismo de mercado con base en la libertad individual. Este ecologismo plantea la protección de los ecosistemas desde el punto de vista del capitalismo libertario, ya que busca también la maximización de un beneficio para la humanidad como lo es la supervivencia en sí misma. ARXISMO DE WIKIPEDIA, LA ENCICLOPEDIA LIBRESaltar a: navegación, búsqueda MarxismoFriedrich Engels

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Karl MarxEl marxismo es el conjunto de doctrinas políticas y filosóficas derivadas de la obra de Karl Marx, filósofo y periodista revolucionario alemán, quien contribuyó en campos como la sociología, la economía y la historia, y de su amigo Friedrich Engels, quien le ayudó en muchas de sus teorías. Engels acuñó el término socialismo científico para diferenciar el marxismo de las corrientes socialistas anteriores englobadas por él bajo el término socialismo utópico (aunque hoy se usa también el término primer socialismo). También se emplea el término socialismo marxista para referirse a las ideas y propuestas específicas del marxismo dentro del marco del socialismo. [editar] Las raíces filosóficas del marxismo Primera edición del Manifiesto del Partido Comunista.Marx tuvo dos grandes influencias filosóficas: la de Feuerbach, que le aportó y afirmó su visión materialista de la historia, e indudablemente la de Hegel que inspiró a Marx acerca de la aplicación de la dialéctica al materialismo. Aunque para su trabajo de disertación doctoral eligió la comparación de dos grandes filósofos materialistas de la antigua Grecia, Demócrito y Epicuro, Marx ya había hecho suyo el método hegeliano, su dialéctica. Ya en 1842 había elaborado su Crítica de la filosofía del derecho de Hegel desde un punto de vista materialista. Pero a principios de la década del 40, otra gran influencia filosófica hizo efecto en Marx: Feuerbach. Especialmente con su obra La esencia del cristianismo. Tanto Marx como Engels abrazaron la crítica materialista de Feuerbach al sistema hegeliano, aunque con algunas reservas. Según Marx, el materialismo feuerbachiano era inconsecuente en algunos aspectos, idealista. Fue en las Tesis sobre Feuerbach (Marx, 1845) y La ideología alemana (Marx y Engels, 1846) donde Marx y Engels ajustan sus cuentas con sus influencias filosóficas y establecen las premisas para la concepción materialista de la historia.Si en el idealismo de Hegel la historia era un devenir contradictorio que reflejaba el autodesarrollo de la Idea Absoluta, en Marx son el desarrollo de las fuerzas productivas y de las relaciones de producción las que determinan el curso del desarrollo socio-histórico. Para los idealistas el motor de la historia era el desarrollo de las ideas. Marx expone la base material de esas ideas y encuentra allí el hilo conductor del devenir histórico.[editar] Influencias intelectuales en Marx y EngelsMarx y Engels se basaron en la filosofía alemana de Hegel y de Feuerbach, la economía política inglesa de Adam Smith y de David Ricardo, y el socialismo y comunismo francés de Saint-Simon y Babeuf respectivamente, para desarrollar una crítica de la sociedad que fuera tanto científica como revolucionaria. Esta crítica alcanzó su expresión más sistemática en su obra más importante dedicada a la sociedad capitalista, El capital: crítica de la economía política.Además de las raíces mencionadas, algunos pensadores marxistas del siglo XX, como Louis Althusser o Miguel Abensour, han señalado en la obra de Marx, el desarrollo de temas presentes en la obra de Maquiavelo o Spinoza. También diversos sociólogos y filósofos, como Raymond Aron y Michel Foucault, han rastreado en la visión marxista del final del feudalismo como comienzo del absolutismo y la separación del Estado y la sociedad civil, la influencia de Montesquieu y Tocqueville, en particular en sus obras sobre el bonapartismo y la lucha de clases en Francia. Karl Marx.[editar] La concepción materialista de la historiaVéase también: Materialismo históricoMarx resumió la génesis de su concepción materialista de la historia en Contribución a la crítica de la economía política[1] (1859):

El primer trabajo emprendido para resolver las dudas que me azotaban, fue una revisión crítica de la filosofía hegeliana del derecho, trabajo cuya introducción apareció en 1844 en los “Anales francoalemanes”, que se publicaban en París. Mi investigación me llevó a la conclusión de que, tanto las relaciones jurídicas como las formas de Estado no pueden comprenderse por sí mismas ni por la llamada evolución general del espíritu humano, sino que, por el contrario, radican en las condiciones materiales de vida cuyo conjunto resume Hegel siguiendo el precedente de los ingleses y franceses del siglo XVIII, bajo el nombre de “sociedad civil”, y que la anatomía de la sociedad civil hay que buscarla en la economía política. En Bruselas a donde me trasladé a consecuencia de una orden de destierro dictada por el señor Guizot proseguí mis estudios de economía política comenzados en París. El resultado general al que llegué y que una vez obtenido sirvió de hilo conductor a mis estudios puede resumirse así: en la producción social de su vida los hombres establecen determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción que corresponden a una fase determinada de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia. Al llegar a una fase determinada de desarrollo las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes o, lo que no es más que la expresión jurídica de esto, con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se han desenvuelto hasta allí. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones se convierten en trabas suyas, y se abre así una época de revolución social. Al cambiar la base económica se transforma -más o menos rápidamente- toda la inmensa superestructura erigida sobre ella. Cuando se estudian esas transformaciones hay que distinguir siempre entre los cambios materiales ocurridos en las condiciones económicas de producción y que pueden apreciarse con la exactitud propia de las ciencias naturales, y las formas jurídicas, políticas, religiosas, artísticas o filosóficas, en una palabra las formas ideológicas en que los hombres adquieren conciencia de este conflicto y luchan por resolverlo. Y del mismo modo que no podemos juzgar a un individuo por lo que él piensa de sí, no podemos juzgar tampoco a estas épocas de transformación por su conciencia, sino que, por el contrario, hay que explicarse esta conciencia por las contradicciones de la vida material, por el conflicto existente entre las fuerzas productivas sociales y las relaciones de producción. Ninguna formación social desaparece antes de que se desarrollen todas las fuerzas productivas que caben dentro de ella, y jamás aparecen nuevas y más elevadas relaciones de producción antes de que las condiciones materiales para su existencia hayan madurado dentro de la propia sociedad antigua. Por eso, la humanidad se propone siempre únicamente los objetivos que puede alcanzar, porque, mirando mejor, se encontrará siempre que estos objetivos sólo surgen cuando ya se dan o, por lo menos, se están gestando, las condiciones materiales para su realización. A grandes rasgos, podemos designar como otras tantas épocas de progreso en la formación económica de la sociedad el modo de producción asiático, el antiguo, el feudal y el moderno burgués. Las relaciones burguesas de producción son la última forma antagónica del proceso social de producción; antagónica, no en el sentido de un antagonismo

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individual, sino de un antagonismo que proviene de las condiciones sociales de vida de los individuos. Pero las fuerzas productivas que se desarrollan en la sociedad burguesa brindan, al mismo tiempo, las condiciones materiales para la solución de este antagonismo. Con esta formación social se cierra, por lo tanto, la prehistoria de la sociedad humana.[editar] La economía marxistaAdam SmithDavid RicardoLos economistas burgueses criticados por Marx.La economía política es esencial para esta visión, y Marx se basó en los economistas políticos más conocidos de su época, los economistas políticos clásicos británicos, para ulteriormente criticar su forma errónea de pensar. La economía política, que es anterior a la división que se hizo en el siglo XX de las dos disciplinas, trata las relaciones sociales y las relaciones económicas considerándolas entrelazadas. Marx siguió a Adam Smith y a David Ricardo al afirmar que el origen de los ingresos en el capitalismo es el valor agregado por los trabajadores y no pagado en salarios. Esta teoría de la explotación la desarrolló en El capital, investigación “dialéctica” de las formas que adoptan las relaciones de valor.En su labor política y periodística Marx y Engels comprendieron que el estudio de la economía era vital para conocer a fondo el devenir social. Fue Marx quien se dedicó principalmente al estudio de la economía política una vez que se mudó a Londres. Marx se basó en los economistas más conocidos de su época, los británicos, para recuperar de ellos lo que servía para explicar la realidad económica y para superar críticamente sus errores.Vale aclarar que la economía política de entonces trataba las relaciones sociales y las relaciones económicas considerándolas entrelazadas. En el siglo XX esta disciplina se dividió en dos.Marx siguió principalmente a Adam Smith y a David Ricardo al afirmar que el origen de la riqueza era el trabajo y el origen de la ganancia capitalista era el plustrabajo no retribuido a los trabajadores en sus salarios. Aunque ya había escrito algunos textos sobre economía política ( Trabajo asalariado y capital[1] de 1849, Contribución a la Crítica de la Economía Política[1] de 1859, Salario, precio y ganancia[1] de 1865) su obra cumbre al respecto es El Capital.El capital ocupa tres volúmenes, de los cuales sólo el primero (cuya primera edición es de 1867) estaba terminado a la muerte de Marx. En este primer volumen, y particularmente en su primer capítulo (Transformación de la mercancía en dinero), se encuentra el núcleo del análisis marxista del modo de producción capitalista. Marx empieza desde la "célula" de la economía moderna, la mercancía. Empieza por describirla como unidad dialéctica de valor de uso y valor de cambio. A partir del análisis del valor de cambio, Marx expone su teoría del valor, donde encontramos que el valor de las mercancías depende del tiempo de trabajo socialmente necesario para producirlas. El valor de cambio, esto es, la proporción en que una mercancía se intercambia con otra, no es más que la forma en que aparece el valor de las mercancías, el tiempo de trabajo humano abstracto que tienen en común. Luego Marx nos va guiando a través de las distintas formas de valor, desde el trueque directo y ocasional hasta el comercio frecuente de mercancías y la determinación de una mercancía como equivalente de todas las demás (dinero).Así como un biólogo utiliza el microscopio para analizar un organismo, Marx utiliza la abstracción para llegar a la esencia de los fenómenos y hallar las leyes fundamentales de su movimiento. Luego desanda ese camino, incorporando paulatinamente nuevo estrato sobre nuevo estrato de determinación concreta y proyectando los efectos de dicho estrato en un intento por llegar, finalmente, a una explicación integral de las relaciones concretas de la sociedad capitalista cotidiana. En el estilo y la redacción tiene un peso extraordinario la herencia de Hegel.La crítica de Marx a Smith, Ricardo y el resto de los economistas burgueses residen en que su análisis económico es ahistórico (y por lo tanto, necesariamente idealista), puesto que toman a la mercancía, el dinero, el comercio y el capital como propiedades naturales innatas de la sociedad humana, y no como relaciones sociales productos de un devenir histórico y, por lo tanto, transitorias. Junto con la teoría del valor, la ley general de la acumulación capitalista, y la ley de la baja tendencial de la tasa de ganancia, son otros elementos importantes de la economía marxista.[editar] Análisis de clasesLos marxistas consideran que la sociedad capitalista se divide en clases sociales, de las que toman en consideración principalmente dos:La clase trabajadora o proletariado: Marx definió a esta clase como «los individuos que venden su mano de obra y no poseen los medios de producción», a quienes consideraba responsables de crear la riqueza de una sociedad (edificios, puentes y mobiliario, por ejemplo, son construidos físicamente por miembros de esta clase; también los servicios son prestados por asalariados). El proletariado puede dividirse, a su vez, en proletariado ordinario y lumpenproletariado, los que viven en pobreza extrema y no pueden hallar trabajo lícito con regularidad. Éstos pueden ser prostitutas, mendigos o indigentes.La burguesía: quienes «poseen los medios de producción» y emplean al proletariado. La burguesía puede dividirse, a su vez, en la burguesía muy rica y la pequeña burguesía: quienes emplean la mano de obra, pero que también trabajan. Éstos pueden ser pequeños propietarios, campesinos terratenientes o comerciantes.Para el marxismo, el comunismo sería una forma social en la que la división en clases habría terminado, la estructura económica sería producto de «la asociación de los productores libres», y la producción y distribución de los bienes se efectuaría según el criterio «de cada cual de acuerdo a su capacidad; para cada cual según sus necesidades».[editar] El marxismo y la religiónEl marxismo ha sido tradicionalmente opuesto a todas las religiones. Marx escribió al respecto que "el fundamento de la crítica irreligiosa es: el ser humano hace la religión; la religión no hace al hombre" y la frase cuyo final se haría célebre:La miseria religiosa es, por una parte la expresión de la miseria real y, por la otra, la protesta contra la miseria real. La religión es el suspiro de la criatura oprimida, el corazón de un mundo sin corazón, así como es el espíritu de una situación carente de espíritu. Es el opio del pueblo.[2]

La referencia al opio ha prestado a una interpretación vulgar ya que éste no es -como suele suponerse- un estupefaciente ni tampoco un alucinógeno, sino un narcótico analgésico. Este equívoco del lector contemporáneo ha derivado en una confusión frecuente respecto de la sentencia marxista. La cita completa revela el por qué de la referencia a un opiáceo: jamás pretende que la religión se considere una forma de degradación intelectual ni tampoco una mera ilusión generada por las clases dominantes

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(interpretación no marxista que suprimiría la idea que éste tenía de la ideología, esto es, la ilusión de universalidad dentro de cada clase), sino que la religión sea, por el contrario, el anestésico necesario de la sociedad entera frente a la alienación social y de las clases oprimidas frente a sus condiciones materiales de existencia.En Marx, la crítica de la religión no es una defensa del ateísmo, sino la crítica de la sociedad que hace necesaria a la religión. La supresión de estas condiciones y la realización plena de la comunión humana se desvincula de la condición biológica, proyectándose "al cielo" como intervención divina en una parusía futura, particularmente en el especial caso del cristianismo,[3] en vez de construirse políticamente mediante la abolición de la propiedad privada y la división del trabajo. El fundamento filosófico del rechazo marxista de la religión ha estado vinculado al desarrollo del materialismo dialéctico por parte de Engels y Lenin.En cualquier caso, ha habido diversos teóricos que consideran que ser marxista y religioso es compatible. Dentro de ellos se puede señalar al irlandés James Connolly y a diversos autores dentro de la teología de la liberación como Camilo Torres y Leonardo Boff. Pero la crítica teórica hacia cualquier religión se basa en que ésta es concebida como el resultado de la producción de la superestructura de la sociedad, es decir, de la fabricación de ideas ideológicas que se hace una sociedad sobre sus propios modos de producción económicos. Así, la religión siempre es una concepción de ideas políticas que tienden a reafirmar la estructura económica existente. Los textos marxistas donde se puede encontrar información sobre la concepción marxista de la religión son: La ideología alemana de Marx y Engels, y La filosofía como arma de la revolución de Louis Althusser. Marx describe a la religión como un ente alienador, el cual le pone como meta alcanzar a Dios, situación imposible para un humano pues Dios es la esencia humana deificada, es decir: la humanidad le ha dado sus mejores características a Dios. La religión haría conformista al hombre y lo obligaría a no luchar en este mundo, pues este es solo un preludio del verdadero. La síntesis cristiano-marxista de los teólogos de la liberación replica que el marxismo no implica este aserto y que, de ser así, también las clases dominantes impregnadas de espíritu religioso serían conformistas respecto de su existencia material e incluso serían pasivas frente a un conflicto con otras clases sociales. Para estos, en cambio, la religión -y en particular la cristiana- siempre exige una lucha en este mundo en función de una comunidad religiosa: sea con o sin clases dependiendo de cómo se la entienda políticamente. Debe recordarse que para el catolicismo la resurrección es el regreso al edén en la tierra y que, aunque dependa de Dios, ningún esfuerzo individual tendría sentido si estuviera coronado por una muerte sin retorno (incluso si la realización plena de la humanidad pudiera hacerse sólo socialmente y no biológicamente como en la resurrección cristiana), ya que la salvación de cada hombre de acuerdo a su esfuerzo dentro del alienado mundo presente sólo puede ser asegurado con la eternidad y la participación en el mundo venidero. Esto es igualmente cierto tanto para el ideario de autorrealización personal de la derecha cristiana (calvinista o al menos reconciliada con la burguesía), como para la lucha de clases de la izquierda cristiana (marxista o no), como para las originarias posiciones ascéticas y apolíticas del cristianismo primitivo. Estas últimas en particular dieron forma estamental a la dicotomía interna entre la vida económica y la religiosa del occidente medieval extramundano y a su peculiaridad histórica de fusión entre "sociedad civil" y "sociedad política" descrita con atención por Marx en su obra Sobre la cuestión judía, cuya visión llegaría, junto con la opuesta de Nietzsche, a Max Weber, y que entroncaría en el debate marxista-weberiano sobre la influencia económica de la religión.En su versión más ortodoxa, la interpretación marxista de la religión sería la de una forma de alienación cuya consecuencia para el hombre sería perder sus virtudes para adjudicárselas a un inventado ser supremo. Según Karl Marx, esto es lo que ocurriría en particular con la religión monoteísta: el hombre toma toda virtud que posee y toda idealización metafísica posible, y se la atañe a un ser supremo de su propia creación, devaluándose a sí mismo y dedicando su ser y propio destino a su voluntad y una trascendencia irreal posibilitada por su existencia.[editar] Partidos, movimientos y gobiernos inspirados en el marxismoMao Zedong (China)Fidel Castro (Cuba)Ernesto Che Guevara (Argentina)Vladimir Ilich Lenin (URSS)León Trotsky (URSS)Iósif Stalin (URSS)Salvador Allende (Chile)Desde la muerte de Marx en 1883, varios grupos del mundo entero han apelado al marxismo como base intelectual de sus políticas, que pueden ser radicalmente distintas y opuestas. Una de las mayores divisiones ocurrió entre los reformistas, también denominados socialdemócratas, que alegaban que la transición al socialismo puede ocurrir dentro de un sistema pluripartidista y capitalista, y los comunistas, que alegaban que la transición a una sociedad socialista requería una revolución para instaurar la dictadura del proletariado. La socialdemocracia resultó en la formación del Partido Laborista y del Partido Socialdemócrata de Alemania, entre otros partidos; en tanto que el comunismo resultó en la formación de varios partidos comunistas; en 1918 en Rusia, previo a la formación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, dimanan 2 partidos del Partido Obrero Social Demócrata de Rusia: el Partido Comunista, formación comunista, y el Partido Social Demócrata de Rusia. Aún sigue habiendo muchos movimientos revolucionarios y partidos políticos en todo el mundo, desde el final de la Unión Soviética, aunque el internacionalismo obrero ha sufrido una grave crisis. Aunque hay partidos socialdemócratas en el poder en varias naciones de Occidente, hace mucho que se distanciaron en aspectos relevantes de sus lazos históricos con Marx y sus ideas. En la actualidad en Laos, Corea del Norte, Vietnam, Cuba, la República Popular China y Moldavia hay en el poder gobiernos que se autoproclaman marxistas.

Muchos gobiernos, partidos políticos, movimientos sociales y teóricos académicos han afirmado fundamentarse en principios marxistas. Ejemplos particularmente importantes son los movimientos socialdemócratas de la Europa del siglo XX, el bolchevismo ruso, la Unión Soviética (Lenin, Trotsky, Stalin) y otros países del bloque oriental, Mao Zedong, Fidel Castro, Ernesto "Che" Guevara, Santucho, Kwame Nkrumah, Julius Nyerere, Thomas Sankara y otros revolucionarios en países agrarios en desarrollo. Estas luchas han agregado nuevas ideas a Marx y, por lo demás, han transmutado tanto el marxismo que resulta difícil especificar el núcleo de éste. Actualmente las transformaciones socio-económicas han obligado a repensar al marxismo en una línea llamada posmarxismo en la cual se encuentran autores como Ernesto Laclau y Chantal Mouffe.

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La Revolución de octubre de 1917, encabezada por los bolcheviques (cuyas figuras principales eran Vladímir Lenin y León Trotsky) fue el primer intento a gran escala de poner en práctica las ideas socialistas de un Estado obrero.Se suceden otra serie de gobiernos o dobles poderes obreros de relativamente breve duración, impulsados por revueltas proletarias con activa participación de los partidos comunistas locales, inspirados en el modelo de república de consejos obreros. La mayoría de estos son aplastados por las fuerzas de la reacción capitalista de las distintos gobiernos y potencias burguesas y fracasan. Son el caso de la Revolución de noviembre de 1918, encabezada por los espartaquistas en Alemania, la República Soviética Húngara de 1919, la República Soviética Bávara de 1919, el bienio rojo o movimiento de consejos de fábrica del norte de Italia de 1919 a 1920, el Sóviet de Nápoles, la República Socialista Soviética Galiciana en 1920, la República Popular Soviética de Bujara de 1920 a 1925, la República Socialista Soviética de Persia o República Soviética de Gilan, de 1920 a 1921, etc.Tras morir Lenin, Iósif Stalin se había hecho con una gran concentración de poder en sus manos en el seno del Partido Comunista y del Estado soviético, el cual fue fortaleciendo en detrimento de los propios soviets (ya de por sí debilitados durante el hambre, la bancarrota económica y las masacres ocasionadas por la Guerra Civil Rusa). Hasta su muerte, numerosas purgas se vivieron en la URSS, bajo consignas tales como la "lucha contra el trotskismo", "los sabotajes", o "los agentes del fascismo", en las que se logró inhabilitar a los principales elementos críticos del PCUS y la sociedad soviética, muchos de ellos comunistas, testigos directos de la Revolución y opositores en mayor o menor medida a la deriva burocrática y la concentración de poderes que se estaba generando en seno de la URSS, encarnada en una casta de funcionarios y burócratas del partido, cuya divergencia de intereses respecto a la clase trabajadora y el peligro que entrañaban para la revolución obrera comienzan a manifestarse desde la primera mitad de los años 20, aún en vida del propio Lenin. Dichas purgas sólo logran fortalecer el poder de la nueva dirección del PCUS, encabezada ahora por Stalin, y pronto se extenderán a las secciones nacionales del Komintern, que, a nivel internacional, comienza a ser dirigido desde el comisariado de asuntos exteriores en Moscú.Aunque llevaron a cabo pequeñas aportaciones teóricas al marxismo, Stalin y sus seguidores se caracterizan por haber dado cobertura ideológica a sus métodos y posicionamientos tácticos y políticos, encaminados al fortalecimiento del control sobre los medios de producción y administración del Estado por parte de la burocracia y dirección central del partido, a través de la falsificación o la adaptación de los principios ideológicos del marxismo y del leninismo a sus propios fines. Esto derivará en un sistema de gobierno y pensamiento formulado bajo el nombre de marxismo-leninismo y la teoría del socialismo en un solo país, también llamado estalinismo, considerado por sus críticos marxistas como un alejamiento o distorsión de los postulados y principios de la tradición marxista y pensadores como Marx, Engels o Lenin; particularmente insistentes en esta postura son aquellas corrientes basadas en los planteamientos de Trotsky y Lenin (trotskismo) y las del denominado comunismo de izquierda, el marxismo libertario o el comunismo de consejos, también críticos en este sentido con la denominada corriente del leninismo (y por ende el trotskismo). A raíz de la muerte de Stalin, esta burocracia termina por acaparar el poder y afianzarse en la llamada nomenklatura. Ésta comenzará a medio plazo un proceso de progresiva liberalización de la economía, que culminará con la perestroika.Al final de la II Guerra Mundial se produjo una expansión, por la vía militar, del poder político de la URSS, que se consolidó mediante el establecimiento de los llamados Estados satélites o del Pacto de Varsovia, en los países del Este que quedaron bajo su zona de influencia tras los acuerdos de Yalta y de Postdam. Estos Estados reprodujeron estructuras políticas y sociales y tipos de economía y de gobierno muy similares a los de la Unión Soviética. Fueron gobernados mediante la formación de Partidos Comunistas, encuadrados en la Komintern, y adscritos a las fórmulas del marxismo-leninismo oficial. Algunos de los partidos adscritos a la Internacional Comunista que llegaron a formarse por sí mismos, lograron a la postre tomar el poder a través de insurrecciones guerrilleras y, en algunos casos, con bastante apoyo popular, y establecer un estado que seguía el modelo marxista-leninista oficial. Estas naciones comprendían a la República Popular China, Vietnam, Corea del Norte, Yugoslavia, Albania, Etiopía, Yemen del Sur, Angola, y otros. Después de la invasión militar por parte de Vietnam de Kampuchea Democratica, gobernada por el Jemer Rojo, un gobierno de estructura similar a aquél será establecido en Camboya.En Chile, el gobierno de la Unidad Popular, encabezado por Salvador Allende, que duró desde 1970 hasta el golpe de estado de 1973, tenía una fuerte inspiración marxista. Si bien cambió radicalmente la formas de lucha conocidas al concretar un gobierno por la vía electoral, la revolución a la chilena buscaba la transformación de la sociedad hacia el socialismo. Al mismo tiempo, la coalición que llevó a Allende al gobierno estaba construida por la unión del Partido Comunista y el Partido Socialista, ambos declarados marxistas-leninistas en ese tiempo.En 1991, la Unión Soviética se disolvió y el nuevo Estado ruso ya no se identificó con el marxismo. Otras naciones del mundo siguieron el mismo camino. Actualmente el socialismo científico ha dejado de ser una fuerza política prominente en la política mundial. China, donde gobierna el Partido comunista chino, relajó su concepción económica del marxismo en 1978 avanzando progresivamente hacia un sistema económico más cercano al libre comercio. Este proceso continúa hoy en día.Desde el comienzo de la democrácia en España, en 1975, el PSOE se presentó a las elecciones como un partido Marxista, proclamandose primera fuerza de oposicion en el gobierno hasta que en 1982, con Felipe González a la cabeza, abandonaron su postura Marxista, ganando las elecciones.

[editar] Críticas al marxismoArtículo principal: Críticas al marxismo.El marxismo, tomado como cosmovisión, implica por su propia naturaleza un sistema de pensamiento y un sistema de organización política dirigido a la realización particular y socialmente consciente de un orden social mediante la planificación central de la economía (i.e. un socialismo políticamente establecido) que según éste es un necesario paso de la historia del hombre. El marxismo funciona, según su propia doctrina, a manera de catalizador e impulsor de la transición para la clase que de otra manera no podría ver edificado para sí el socialismo y la realización posterior del comunismo. Es por esto que es difícil de separar a sus más importantes críticos en categorías, siendo que estos se han confrontado por separado o a la vez con los regímenes marxistas instaurados por diferentes partidos únicos, usualmente comunistas, con los movimientos que los llevaron al poder y con la teoría marxista del mundo (i.e., el materialismo dialéctico y el materialismo histórico), sin que nunca termine de quedar suficientemente

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claro si estos tres aspectos del marxismo son verdaderos corolarios. En términos generales se puede, sin embargo, diferenciar a efectos prácticos las críticas al marxismo por las disciplinas de estudio más comprometidas en ellas.Antropológicamente, el marxismo se confrontaría con el darwinismo quien rechazaría que dicha teoría se analogara con el materialismo histórico[4] y con Sigmund Freud quien llegaría decir que "las obras de Marx, como una fuente de revelación, han tomado el lugar de la Biblia y el Corán, a pesar de que éstas no están más libres de contradicciones y oscuridades que aquellos antiguos libros sagrados" [5] En contraposición a la antropología del americano Lewis H. Morgan que Marx y Engels hicieran suya en El origen de la familia y según la cual todas las economías primitivas serían de carácter comunista, la antropología contemporánea de autores como Bronisław Malinowski y Fustel de Coulanges entre otros, presenta una visión casi opuesta del origen de la propiedad privada, que es resumida en la obra del historiador Richard Pipes Propiedad y libertad. Respecto de la noción marxista de "ideología de clase", el autor liberal-conservador Kenneth Minogue fue uno de los primeros en invertirla en La teoría pura de la ideología, volviendo contra las propias doctrinas sistémico-clasistas (que tratan de "ideológico" a todo pensamiento) la acusación de reificación ideológica por parte de intereses revolucionarios en una lucha de clases cuya existencia no puede ser puesta en duda sin apelar a una instancia neutral.El sociólogo clásico Max Weber continuaría la afirmación de Engels acerca de la evolución propia, autónoma e interactiva de cada uno de los factores determinantes del progreso histórico,[6] pero insistiría en que no podría haber entonces un determinante económico-tecnológico de última instancia: si se acepta, con Engels, que la historia es la suma de todos estos factores entonces necesariamente la influencia recíproca de fuerzas en un todo debe implicar que, si la religión y la cultura no se adaptan necesariamente a la producción económica, la economía como producción debe adaptarse a estas. Implícitamente en su obra La ética protestante y el espíritu del capitalismo se demostró la independencia de la superestructura ideológica respecto a la infraestructura tecnológica, tesis usualmente malentendida como una suerte de reverso del marxismo, como sí sería el caso del espiritualismo histórico de Werner Sombart. Esta exposición weberiana creó un cisma dentro de la sociología académica respecto del marxismo más dogmático, y la apertura a posiciones más complejas como la del historiador Eric Hobsbawm o las amistosamente separadas del marxismo como las esbozó el sociólogo analítico Charles Wright Mills.El economista y sociólogo austríaco Joseph Schumpeter revisó los orígenes del capitalismo y rechazó la noción marxista de acumulación originaria como una contradicción autorreferente que requiere capital inicial para la actividad de una supuesta burguesía violenta originaria. A su vez, el institucionalista Douglass North ha ofrecido en sus estudios una revisión paralela de la historia del capitalismo que ha sido tenido muy en cuenta entre los historiadores marxistas.La deontología marxista respecto de la praxis revolucionaria se enfrentaría a serios problemas filosóficos que intentarían ser resueltos por pensadores como Sartre desde una vía existencialista. Éticamente Marx llegó a considerar que "un fin que requiere medios injustificables no es un fin justificable",[7] sin embargo dentro del marxismo como sistema la moral es en sí misma consecuencialista ya que en éste los fines juzgan a los medios,[8] luego toda justificación depende de su funcionalidad para un fin determinado (fin que tampoco es juzgado desde un set de principios morales salvo el interés "históricamente determinado" de un grupo de pertenencia: en su caso, una clase social). Contra este historicismo predeterminado (con sus contradicciones éticas para un interés individual enfrentado al interés del progreso histórico), el epistemólogo y filósofo Karl Popper realizaría sus más agudas críticas en La sociedad abierta y sus enemigos, obra que podría considerarse a su vez una de las principales réplicas globales al marxismo, y que junto con las objeciones de Bertrand Russell sería la más representativa de entre las críticas epistemológicas al marxismo como un "dogma reforzado" imposible de ser puesto a prueba mediante falsación, lo que llevaría a muchos marxistas a volcarse a una posición epistemológica en las ciencias en general cercana a la de Thomas Kuhn por la cual las contradicciones del marxismo deberían ser probadas dentro de la misma teoría, y no frente a hechos que serían en sí expresiones de una carga teórica previa.En lo económico, V. K. Dmitriev en 1898[9] y Ladislaus von Bortkiewicz en 1906-07[10] y subsecuentes críticos expusieron que la teoría del valor de Marx y su ley de tedencia a la baja en la tasa de beneficio eran internamente inconsistentes. Como contrapropuesta, los más importantes economistas marxistas y/o sraffianos, tales como Paul Sweezy, Nobuo Okishio, Ian Steedman, John Roemer, Gary Mongiovi y David Laibman, propusieron sus propias versiones correctas de lo que debería ser la economía marxista abandonando como inadecuado el intento de Marx en El capital para el mismo fin, confrontándose así con los marxistas que defienden a aquel y que en respuesta se apoyan en una segunda teoría desarrollada a fines del siglo XX para interpretar, según ellos en forma más adecuada, las últimas obras de Marx.[11]En el ambiente académico las críticas a la teoría económica de Marx derivaron principalmente de su incompatibilidad (nunca resuelta por ninguna de las partes) con los descubrimientos microeconómicos del marginalismo. El conflicto con la visión marxista de la producción tomó forma en la obra de dos de los más importantes sistematizadores del marginalismo, representantes de las variantes austríaca y británica: primero Eugen von Bohm-Bawerk, que dirigiría las más conocidas críticas a la teoría del valor-trabajo y con ésta la explotación por adquisición de plusvalía, tanto dentro de la teoría marxista[12] como desde el subjetivismo austríaco (por el cual incluso los costos dependen de la demanda); y luego Alfred Marshall que insistiría en la utilidad del capital y la gestión en la creación del valor,[13] así como la consideración de la demanda como autónoma de la oferta aunque ésta se reconozca determinada por los costos.Desde la macroeconomía, John Maynard Keynes llegaría a decir que El capital era "un manual obsoleto" al cual no sólo encontraba "científicamente equivocado sino además sin interés o aplicación para el mundo moderno", consideración que Joan Robinson criticaría como consecuencia de una pobre lectura de Marx, así como de Say. Una aproximación macroeconómica compatible con el marxismo fue esbozada por el economista polaco Michał Kalecki.Respecto a la aplicación práctica del método marxista y a sus resultados políticos, las críticas usuales han sido menos a la doctrina marxista y más a los aspectos empíricos contra el movimiento Comunista y sus regímenes. Estas críticas se sostienen en términos humanistas y objetan el sacrificio en vidas humanas en persecuciones sociales y políticas, y además sólo se han dirigido al fenómeno totalitario como una situación circunstancial impuesta deliberadamente por los dirigentes marxistas, o sea, como un fenómeno aislado o al menos aislable de la teoría. Sin embargo algunas de estas críticas han tenido una dimensión teórica (especialmente por

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parte de liberales clásicos como Mises, Hayek, Isaiah Berlin y Raymond Aron, y anarquistas como Proudhon, Bakunin, Piotr Kropotkin y Noam Chomsky)[14] según las cuales el fracaso político del totalitarismo, la interdependencia entre la falta de propiedad personal y libertad personal, el colapso de la planificación centralizada de la economía y la doctrina marxista-leninista serían elementos inseparables y codependientes, por lo cual, o la teoría marxiana del progreso histórico debe de estar equivocada y la dictadura científica pasaría a ser una profecía autocumplida con resultados perjudiciales para la clase obrera, o bien la noción de un "necesario progreso histórico" puede ser mayormente verdadera pero sin embargo el marxismo la habría malinterpretado a su favor: ésta última opción sería planteada por el heredero de la crítica hegeliana al marxismo de Alexandre Kojève, el neoconservador Francis Fukuyama.Finalmente, diversos autores de orientación centrista y socialdemócrata han hecho profundas reflexiones críticas de las bases filosóficas del marxismo, a saber Jürgen Habermas,[15] Hannah Arendt,[16] , Anthony Giddens, y particularmente –por recordar las implicancias de que las relaciones sociales de producción no pueden determinar la superestructura jurídico-política ya que la presuponen– el jurista y pensador político Hans Kelsen quien, en su libro La teoría comunista del derecho y el Estado, realizaría la que tal vez pueda considerarse la objeción más incisiva a casi todos los aspectos relevantes de la doctrina marxista, tanto en sus facetas políticas, su teoría jurídica e institucional, social y económica.[17]

[editar] Véase tambiénKeynesianismo De Wikipedia, la enciclopedia libreSaltar a: navegación, búsqueda Este artículo o sección tiene un estilo difícil de entender para los lectores interesados en el tema.Si puedes, por favor edítalo y contribuye a hacerlo más accesible para el público general, sin eliminar los detalles técnicos que interesan a los especialistas. El Keynesianismo o economía keynesiana es una teoría económica propuesta por John Maynard Keynes, plasmada en su obra Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero, publicada en 1936 como respuesta a la Gran Depresión de los años 1930.

John Maynard Keynes creador del Keynesianismo.La economía keynesiana se centró en el análisis de las causas y consecuencias de las variaciones de la demanda agregada y sus relaciones con el nivel de empleo y de ingresos.[1] El interés final de Keynes fue poder dotar a unas instituciones nacionales o internacionales de poder para controlar la economía en las épocas de recesión o crisis. Este control se ejercía mediante el gasto presupuestario del Estado, política que se llamó política fiscal. La justificación económica para actuar de esta manera, parte sobre todo, del efecto multiplicador que se produce ante un incremento en la demanda agregada.[editar] Ruptura con el dogma clásicoKeynes refutaba la teoría clásica de acuerdo a la cual la economía, regulada por sí sola, tiende automáticamente al pleno uso de los factores productivos o medios de producción (incluyendo el capital y trabajo). Keynes postuló que el equilibrio al que teóricamente tiende el libre mercado, depende de otros factores[2] y no conlleva necesariamente al pleno empleo de los medios de producción, es decir, que los postulados básicos de Smith, Ricardo, etc, dependen de una premisa que no es necesariamente correcta o "general". Así Keynes postuló que la posición de Smith, Say o Ricardo, sobre el equilibrio de la oferta y la demanda, sería correspondiente a un caso "especial" o excepcional,[3] en tanto que la teoría debería referirse al proceso "general" y a los factores que determinan la tasa de empleo en la realidad.[4] En consecuencia llamó a su proposición "Teoría general".En términos no técnicos, el liberalismo económico clásico supone que cuando se produce un bien se han producido también los medios para su compra (en la medida en que para producirlo se ha gastado dinero, ya sea en inversiones de capital, compra de materias primas, sueldos, etc. ver Ley de Say). Sugiere que para fomentar crecimiento económico hay que fomentar la producción:[5] a más producción, más dinero, más compras, etc. Así, en el largo plazo, no solo todo lo que se produce es lo mismo que todo lo que se compra sino que todos están interesados en que el sistema funcione a máxima capacidad[6] (se logra un equilibrio entre la producción y la demanda agregada que tiende al máximo uso de los "recursos económicos", incluyendo el pleno empleo.- ver también Ley de Walras). En esa situación lo racional es utilizar inmediatamente cualquier ingreso, dado que mantener dinero sin uso no produce beneficios. Nótese que lo anterior implica equivalencia estricta entre ahorros e inversiones: “posponer consumo” sin invertir el dinero es equivalente a mantener sumas ociosas, es decir, es económicamente irracional, como lo es el no utilizar para invertir sumas disponibles en los bancos (los ahorros de otros, etc).

Conviene notar que lo anterior se puede interpretar de dos maneras: la primera: que "todo lo que se vende es igual que todo lo que se compra" es obviamente correcta. La segunda, que "los costos de todo lo que se produce están cubiertos por todo lo que se compra" es debatible. Keynes sugiere que lo último solo es correcto cuando todo lo que no se gasta es inmediatamente ahorrado (se deposita en un banco) y todo lo ahorrado es directamente invertido. Sucede que, en realidad, hay, por lo menos, una cantidad de dinero que ni se usa para comprar ni se ahorra en ese sentido: se mantiene "en el bolsillo" o como reserva líquida. Esta preferencia por la liquidez tiene efectos económicos. (Nota: para una Introducción a todo lo que sigue es conveniente alguna familiaridad con el Aporte de Knut Wicksell y Aporte del Grupo de Cambridge en Monetarismo)Keynes invierte la Ley de Say.[7] Para él no es la producción la que determina la demanda sino la demanda la que determina la producción. (ver "Teoría general sobre el empleo el interés y el dinero", caps 1, 2, 3, etc). Esto porque los empresarios -o quienes intentan serlo- invierten sobre la base de una percepción central: la diferencia entre la tasa de interés y la tasa de ganancia.:[8] a mayor diferencia en favor de la última, incluso en términos estrictamente clásicos, lo más posible es que se invierta.[9] Pero esa tasa de ganancia depende de la demanda (ver cita anterior de Stuart Mill). Mientras tanto, los consumidores consumen o “ahorran” (defieren consumo) no sólo cuando la tasa de interés sube, sino también en relación a la percepción de la evolución futura tanto de sus ingresos como de los precios de bienes de consumo, etc.[10] Se establece así una relación compleja. Keynes aduce que el problema comienza cuando contemplamos el circuito económico en su conjunto (lo que introduce la macroeconomía). Sucede que las decisiones acerca del ahorro y las decisiones acerca de inversiones las hacen personas distintas y, posiblemente, en momentos diferentes.[11] Sigue con que no hay necesidad de que esas decisiones tengan que coincidir, de hecho, históricamente, se puede ver

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que, a diferencia de lo postulado por Smith, Say y otros, esas variables no convergen a una situación de estabilidad o equilibrio económico clásico o walrasiano -situación que se transforma en el caso especial en el que las inversiones igualan a los ahorros en una situación de expansión de producción y precios relativamente altos en relación al salario medio, pero con tendencia a la deflación.[12] Keynes va más lejos, sugeriendo que la situación tiende -dado una serie de factores, entre los cuales el principal es una tasa de interés excesiva- a oscilar alrededor de un punto en el cual los recursos no se utilizan efectiva o plenamente, ya que tal tasa de interés tiende a deprimir la economía en general: un interés excesivo reduce la demanda por capital financiero y, consecuentemente, por el trabajo, lo que reduce el nivel del agregado de salarios, lo que implica la reducción general de consumo, lo que a su vez significa que la tasa de ganancia disminuye, lo que nuevamente reduce la demanda de inversiones, etc., en un círculo vicioso (ver Paradoja del ahorro)En otras palabras, Keynes postuló que, en ciertas situaciones, y contrario a lo planteado por la visión clásica, es económicamente racional no gastar dinero. Por ejemplo, si los precios están bajando es racional no comprar hoy porque con el mismo dinero se comprará más la semana que viene. Por el mismo motivo, disminuye la cantidad de gente interesada en utilizar préstamos (los ahorros de otros): si los precios bajan, no solo se comprará más la semana que viene sino que las tasas de interés, sueldos, etc. serán menores. Igualmente, una baja del empleo o de los salarios -amenazando futuros ingresos- puede llevar a otra en la demanda, y por lo tanto a una baja en la producción, llevando a su vez a más desempleo. Así, sucede que la economía establece un punto de equilibrio nuevo (llamado equilibrio macroeconómico o keynesiano[13] ) donde convive perfectamente en una situación lejana de la utilización óptima de los medios de producción.[14] Específicamente, en la década de los '30 del siglo XX, durante la Gran Depresión, con una alta tasa de desempleo. Joan Robinson clarifica que, en una situación de competencia imperfecta -como lo es en realidad el sistema capitalista- sucede que las empresas pueden aumentar sus ingresos ya sea bajando precios a fin de producir y vender más o produciendo menos pero manteniendo o incluso incrementando los precios. Esta última “solución” implica no solo menos demanda por insumos sino también por trabajo -es decir, tiende a ser una situación en la cual los recursos no son plenamente empleados- y explica perfectamente el gran desempleo observado en ciertas circunstancias -específicamente, durante la gran depresión- al mismo tiempo que la mantencion o incluso incremento de la tasa de ganancia en algunas empresas en esos periodos.[15]Así pues, dado que la relación “ahorro igual a la inversión” no se establece solo o automáticamente a través de la acción del mercado[16] y esa falla tiende a resultar en crisis, parecería conveniente encontrar alguna manera de armonizar esas variables. Keynes postula que la única fuerza capaz de hacer eso es el Estado.[17]Para entender el funcionamiento real de la economía y sus diferencias con el esquemas formales del dogma clásico, especialmente del punto de vista de que sucede cuando el ingreso aumenta, Keynes desarrolló los conceptos de propensión a consumir o Propensión marginal al consumo, Propensión marginal al ahorro; multiplicador keynesiano del gasto[18] o de la inversión,[19] [20] eficiencia marginal del capital (o tasa de ganancia: el beneficio que genera la inversión, descontando de esos beneficios futuros los intereses pagados para financiar dicha inversión.”[21] ) y preferencia por la liquidez ( “Tendencia que muestran las personas a escoger activos líquidos frente a otros de más difícil realización".[22] ), etc. (Para una visión temprana de todo lo anterior ver, por ejemplo, Alvin H. Hansen: Mr. Keynes on Underemployment Equilibrium - (en inglés).[editar] Formalizacion(nótese: lo que sigue asume el punto de vista neokeynesiano o de la síntesis neoclásica. ver “Desarrollos posteriores” más abajo).Quizás la forma más fácil de aproximarse a la formalización de todo lo anterior es considerar que constituye, en un momento dado, el poder de compra de un país. Ese poder de compra es equivalente a la suma del ingreso de todos (Y). Pero, dado que el ingreso total de los individuos (Y) se distribuye tanto en consumo como ahorros/inversión, cualquier aumento del ingreso llevara a un aumento tanto del primer factor como del segundo. Es decir, cuando el ingreso aumenta, el consumo aumenta, pero no tanto como el aumento del ingreso. Lo mismo acerca del ahorro.En otras palabras, cualquier cambio (Δ) en el ingreso agregado de una nación (Y) produce una variación fraccional tanto del ahorro (A) como del consumo (C) del conjunto de los habitantes. Ese cambio fraccional se puede expresar de la siguiente manera:

0 < ΔA/ΔY< 1 y: 0 <ΔC/ΔY< 1La primera define lo que se llama Propensión marginal al ahorro (pma) (definido como el ahorro adicional por cada unidad extra de ingresos) y la segunda la Propensión marginal al consumo (pmc) (entendido como el consumo adicional por cada unidad extra de ingresos).Si representamos "'pma"' como a y pmc como b, se puede decir que:pma = 1 - bEs decir, la propensión marginal al ahorro por cada incremento en el ingreso es igual a ese incremento menos la fracción de ese aumento que se consuma.Mirando desde el lado del consumo, y modificando la manera de expresar esa relación, se puede ver que ese también depende de esa propensión a consumir: C = bY

"Cruz keynesiana"Lo anterior define la llamada ‘’’función del consumo’’’, que se puede entender como simplemente formalizando lo que se ha dicho anteriormente: que el consumo agregado es una función de la fracción del ingreso que no se ahorra, es decir, es la fracción dedicada a consumir. Más formalmente, que depende de la propensión a consumir. (por supuesto, lo mismo se puede decir del ahorro, lo que determina una ‘’’función del ahorro’’’).

Ahora, si la economía estuviera en equilibrio walrasiano o clásico, el consumo o demanda agregada seria equivalente a la producción (todo lo producido seria consumido y todos los ingresos solo vendrían de lo que se vende). Si representamos gráficamente lo anterior, eso constituiría una línea recta bifurcando (en un ángulo de 45 grados) el rectángulo delineado por línea vertical que representa la demanda agregada y la horizontal que representa el producto agregado (o ingreso agregado). Es decir, a cada aumento en una unidad del ingreso, existiría un aumento de una unidad en el consumo.[23]

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En realidad, por supuesto, la situación es un poco más complicada, dado que el cuanto se reciba como ingresos depende no solo del consumo de bienes producidos actualmente sino también del cuanto se haya ahorrado en el pasado (o se ahorre en el presente); lo que se reciba como crédito. etc. Así, la demanda agregada real de un país en un momento determinado se puede representar:donde: es la Demanda Agregada, es el Ingreso total, es el consumo, es el ahorro o inversión (se usa I a fin de evitar confusiones), es el gasto público o de gobierno en bienes y servicios, son las exportaciones netas,Si solo consideramos los elementos internos, eso se transforma en:Di = C + I + GEn la cual Di es la Demanda “interna”.Ahora, si estamos interesados en como el consumo depende del aumento de los ingresos individuales, podemos (debemos) diferenciar la fracción que no depende de los mismos: los gastos del gobierno, los resultados de exportaciones netas, lo que se recibe como créditos y ahorros anteriores, etc. Si denominamos esa fracción consumo autónomo () y la incorporamos en la formula acerca de la propensión a consumir, podemos decir que cualquier aumento en el consumo depende de la siguiente relación:C = A + mpc o C = + bYLa línea que tal función determina en el diagrama anterior no es la misma que la seria determinada por el equilibrio. Eso debido a que en esta nueva línea (azul en el diagrama) un aumento cualquiera en el ingreso no equivale, por las razones dadas, a un incremento exactamente similar en el consumo. Este modelo keynesiano simple[24] da origen al diagrama de la cruz keynesiana,[25] introducido originalmente por Paul Samuelson.[26]

Si bien lo anterior es una versión simple del análisis keynesiano,[27] sirve para mostrar tanto el origen del multiplicador keynesiano o efecto multiplicador del consumo[28] [29] como el hecho que la economía puede estar en “equilibrio” sin al mismo tiempo lograr pleno empleo de los recursos económicos (incluido el trabajo)[30] (estado que es llamado “equilibrio keynesiano” o “equilibrio macroeconómico”[31] ). (el porque aquí http://www.interzone.com/~cheung/SUM.dir/econthyk1.html )

En relación al segundo punto. Considerese esa línea azul en el diagrama. Cada punto en ella representa un punto de equilibrio macroeconómico, es decir, representa una variación dada en el consumo resultante de un cambio determinado en el ingreso. Desde el punto de vista keynesiano, cada uno de esos puntos representa un equilibrio entre lo que se ha producido y puesto en el mercado y lo que se compra (y consecuentemente, genera los ingresos de la población). Pero solo uno de esos puntos corresponde también a la línea generada por las condiciones del equilibrio clásico (el punto en el cual las dos líneas se cruzan), lo que corresponde a un cierto nivel de ingresos (Y'), pero, de hecho, la examinaron del archivo histórico muestra que el sistema económico no esta generalmente en ese punto. Sigue que la condición "normal" de un sistema económico no implica el pleno uso de los recursos económicos, incluyendo el pleno empleo [32]

En relación al multiplicador del consumo, el argumento central es el inverso del de la “paradoja del ahorro”. Si alguien aumenta su consumo, eso constituirá un ingreso para algún otro, quien también aumentara fraccionalmente su consumo, y así sucesivamente. [editar] Propensión a consumir, ahorro e inversión.Así pues, la propensión marginal a consumir o Consumo Marginal es la variación del consumo cuando el ingreso disponible varía en una unidad, es decir, la relación entre una variación en el ingreso y la modificación correspondiente en el gasto en consumo.[33]

Formalizando lo anterior. Keynes postuló la ecuación del consumo:

En la cual C es el consumo total; Ca es el consumo autónomo (aquel consumo que no depende del ingreso), "b" es la propensión marginal a consumir, e Yd es el ingreso disponible. (Yd=Yt-T+TR, donde Yt es el ingreso total, T son los impuestos y TR son las transferencias).

Si la propensión a consumir ("b") es débil, las oportunidades de inversión no son atrayentes (dado que quienes invierten buscan ganancia. Una demanda baja reduce la posibilidad de obtenerla), consecuentemente, una parte del ingreso que no se consume tampoco se invertirá y la demanda efectiva se reducirá, por lo que la economía se contraerá y el nivel de empleo descenderá.[34] De manera que como el ahorro y la inversión no siempre están en equilibrio,[35] al estado le corresponde actuar para asegurar el nivel de inversión necesario para multiplicar la actividad económica y garantizar el pleno empleo.

En términos prácticos, y para contrarrestar la espiral negativa de los '30, Keynes proponía que en momentos de estancamiento económico, el estado tiene la obligación de estimular la demanda con mayores gastos económicos, de manera que consideró la política fiscal como un instrumento decisivo.

Teóricamente, hay tres maneras que el Estado puede financiar esos gastos: 1.- Aumentar los impuestos. 2.- Imprimir más dinero y 3.- Endeudamiento fiscal (uso de los dineros que la población está ahorrando). Keynes basa sus sugerencias sobre un dinero con valor relativamente estable, por lo que no es partidario del incremento indiscriminado en su "producción".[36] Aunque para Keynes el incremento de impuestos era legítimo si se orientaba al aumento de la inversión pública y de la demanda, consideraba más

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apropiado financiar el incremento del gasto fiscal a través del endeudamiento,[37] dedicando los impuestos recaudados al pago -posterior- de la deuda.[38] El otro lado de esa política es que el Estado debe pagar esa deuda cuando sus ingresos aumenten, debido al incremento por ingresos de impuestos cuando eventualmente haya un auge (nótese: ese aumento en los ingresos se debe al auge o expansión en la economía, etc, no a un incremento en la tasa de impuestos). En otras palabras, la propuesta de Keynes es que el Estado debe jugar en general un papel contracíclico en la economía: estimulando la demanda en momentos de recesión y restringiéndola en momentos de auge. De esta manera, los ciclos económicos se aminoran y no se transforman en crisis.

[editar] Tasas de interés y rentabilidadLa teoría clásica suponía que las leyes del mercado harían mover las tasas de interés al punto adecuado para garantizar el rendimiento de las inversiones, pero también en este caso el dogma clásico apenas cubría casos excepcionales (generalmente, ese en el cual el capital esta lo suficientemente disperso como para estar sometido a competencia entre sus poseedores y todos consideran que invertir es mejor que mantener dinero en los bolsillos), en tanto la realidad funciona generalmente en otra forma:

La preferencia por la liquidez, lleva a la gente a atesorar o a tratar de tener dinero efectivo o disponible, Pero esa preferencia por la liquidez puede llevar a acciones dañinas a la conveniencia económica general. Por ejemplo, si hay incertidumbre o los precios decaen fuertemente, la población en general puede preferir mantener su dinero “en la mano”, tendencia que, si se generaliza, puede llevar a una profundización seria de la disminución de la demanda por bienes y servicios o incluso a un pánico bancario. Así, "la tasa de interés es el premio que tiene que ofrecerse para inducir a la gente para conservar su riqueza en cualquier otra forma distinta al dinero atesorado".[39]Igualmente problemático desde el punto de vista general es el resultado de la acumulación de grandes cantidades de dinero en pocas manos. Esos “rentistas” llegan a estar en una situación que les permite demandar intereses excesivos por el uso de ese dinero, lo que tiende a disminuir la inversión y consecuentemente, deprime (aún en términos clásicos.- ver cita de Carlos A. Rodríguez) la economía en general.Si las autoridades monetarias fallan en reducir las tasas de interés por debajo de la eficiencia marginal del capital, la economía se contraerá irremediablemente, aunque la causa de fondo del desánimo de la inversión no es el nivel de las tasas de interés sino la caída de la rentabilidad. Para Keynes, finalmente, una recesión "es el resultado del cambio cíclico de la eficiencia marginal del capital".[40]

[editar] Consideraciones políticasDentro de la coyuntura histórica, económica y política, el keynesianismo —y sus proyectos consecuentes como el Estado de Bienestar y el desarrollismo— dio a los dirigentes mundiales la oportunidad de salvar la democracia, cuya existencia llegó a verse amenazada debido al auge de las dictaduras producto de la incapacidad del liberalismo clásico de resolver la crisis.[41] Debido a esta razón los principios del keynesianismo fueron aplicados de una u otra manera en gran parte de los Estados occidentales desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta que en los años '70 un nuevo tipo de crisis llevó a su cuestionamiento[42] y el resurgimiento de aproximaciones clásicas bajo el neoliberalismo.[43]

Si bien las repercusiones político-económicas de Keynes y varios de sus partidarios son variadas, algunos creen que la idea del keynesianismo es salvar al capitalismo o mantenerlo estable.[44] Desde el lado opuesto, pero quizás con la misma intención y similares mecanismos retóricos, Keynes es descrito como siendo "mucho más que un keynesiano. Sobre todo fue la figura extraordinariamente perniciosa y maliciosa que hemos examinado en este capítulo. Un encantador pero ambicioso estatista maquiavélico, quien personificaba algunas de las tendencias e instituciones más malignas del siglo veinte[45] Quizás con una visión un poco más medida Waligosrky aduce que esas políticas fueron adoptadas: "como una resguardo contra el poder del mercado para socavar nuestras instituciones políticas y sociales más valiosas...(..).. un mercado totalmente libre es definitivamente no el mejor para una democracia, un mercado sin regulaciones no garantiza justicia ni prosperidad..."[46]Desde el punto de vista del propio Keynes, y a nivel de la Economía política el punto central de su teoría se basa en una percepción derivada tanto de Marx[47] como de Schumpeter.[48] Ambos pensadores consideran que la crisis es, en el mediano y largo plazo, una parte intrínseca del sistema capitalista (y que eventualmente lo destruiran) Ambos pensadores permiten entonces a Keynes sugerir que el sistema delineado por Adam Smith solo puede referirse a una etapa y momento específico en el cual el capitalismo se estaba desarrollando pero que en general, ese desarrollo no puede existir sin la crisis y no puede dar prosperidad a unos si es que no se está explotando a otros.[49] Irónicamente, el keynesianismo podría retornar la acusación que los partidarios de la Escuela Austriaca le hacen "podríamos resumir la tesis de Hazlitt en que las falacias y los errores económicos provienen de fijar nuestra atención en los efectos que una medida económica tiene a corto plazo y sobre un reducido sector."[50]Pero tal respuesta, a pesar de ser correcta, podría quizás llevar a un equívoco: si aceptamos que las crisis son parte inherente del capitalismo, la eliminación de ellas demanda medidas que vayan más allá que ese sistema. En sus palabras "solo el Estado puede restaurar los equilibrios fundamentales", y la participación del Estado implica movimiento hacia el socialismo. El problema —por lo menos para algunos— es que por un lado él desea que esa transformación sea democrática[51] y por el otro, cree que para eso se necesita un nivel de comprensión y control sobre la economía que, en su tiempo por lo menos, no existía. El cambio del sistema de propiedad de los medios de producción no basta para resolver los problemas de la economía. Keynes dijo en 1926, como respuesta a la proposición de que lo que se necesitaba era la "insurreción proletaria": "Nos hace falta, más que nunca, un esquema coherente... Todos los partidos políticos tienen sus orígenes en ideas del pasado, no en nuevas y ninguno más notoriamente como los de los marxistas. No es necesario debatir las sutilezas de lo que justificaría a un hombre promover su evangelio por la fuerza, porque nadie tiene ese evangelio. El próximo movimiento es con la cabeza, pero primero debemos esperar[52] Keynes no puede pensar de otra manera. Si la percepción de que la descripción de Smith y las formalizaciones posteriores corresponden a un momento y lugar particular es correcta, sigue que las leyes generales de la economía, especialmente la "ingeniería económica" (esa rama que se refiere a las decisiones prácticas, del día a día, empresa por empresa, etc.) están por descubrirse; careciéndose de

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formalizaciones que, en su tiempo por lo menos, no existían (ver debate sobre el cálculo económico en el socialismo). Por ejemplo, los trabajos de de Jan Tinbergen, Wassily Leontief, Simon Kuznets, etc, todos fundamentales para la econometría todavía no habían sido publicados en esa fecha. (Las mismas percepciones de Keynes no fueron formalizadas (matematizadas) hasta los aportes de, primero, John Hicks y, posteriormente, en EEUU, Paul Samuelson.La propuesta que Keynes eventualmente produjo -llamada socialista y siniestra por los partidarios de la Escuela Austriaca[53] es la eliminación del poder de la escasez del dinero, situación usada y exacerbada, en su opinión, por la acción de los "rentiers" (especuladores, financistas o capitalistas) a través de la acumulación que les permite demandar altas tasas de interés por su uso, lo que lleva, en su opinión, al "poder progresivamente opresor de los capitalistas para explotar el valor de la escasez del capital" (ver cita anterior). Esa eliminación se basa en dos medidas fundamentales: el abandono definitivo del oro como moneda y su reemplazo con el sistema de divisa moderna, que se podría llamar dinero fiduciario pero que puede ser vista como un paso hacia la concepción del dinero como unidad de cuenta.[54] La otra medida complementaria fue poner el rol de emisor del dinero y control sobre la Tasa de interés en el estado a través del banco central.[55] Estas propuestas fueron generalmente adoptadas a nivel mundial con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial a nivel de los países, pero su corolario lógico (la adopción de un sistema monetario común independiente de los gobiernos individuales[56] no lo fue. - (ver Bancor y Acuerdos de Bretton Woods)El propio Keynes no ve esa propuesta de acción estatal -de utilización de los ahorros privados a beneficio común- como novedosa o extraordinaria en si misma. Por el contrario, es algo -que en su opinión- todos -los economistas- saben y aceptan, solo que es aplicada en casos excepcionales.[57] El solo propone utilizar esa aproximación más generalmente: “Eso es por lo cual la guerra ha siempre causado una actividad industrial intensa. En el pasado la finanza ortodoxa ha considerado la guerra como la única excusa legítima de crear empleo a través del gasto gubernamental. Ud, Sr Presidente, habiéndose librado de tales preconcepciones, tiene libertad para utilizar en el interés de la paz y prosperidad esas técnicas que con anterioridad sólo se les ha permitido servir los propósitos de la guerra y la destrucción” (J.M. Keynes: Carta abierta a Roosevelt, punto 8). Lo que sí considera especial es la dilucidación de las relaciones económicas que sustentan el funcionamiento de la economía. Principal entre esas es el papel que juegan el dinero, las tasas de interés y la demanda. Para Keynes, tal aclaración y subsecuente traspaso al poder del estado del control de ambos factores llevará a la desaparición de los “rentiers” (o por lo menos de ese aspecto de la función empresarial) lo que a su vez permitiría el uso completo de los factores de producción.[58]En la actualidad algunos partidarios del neoliberalismo aún abogan por la vuelta al patrón oro. Alan Greenspan, por ejemplo, alega que "un antagonismo casi histérico hacia el patrón oro une a todos los estatalistas. Parecen darse cuenta, tal vez con mayor claridad y sutileza que muchos liberales, que el oro y la libertad económica son inseparables, que el patrón oro es un instrumento del laissez-faire, y que cada uno implica y requiere el otro.[59] (curiosamente, al hacer esto parecen olvidar que von Mises en su crítica a Keynes sugiere que "El dinero es solamente el medio de intercambio generalmente empleado"[60] ). Para ellos, la decisión de Bretton Woods no fue una falla de aceptación del keynesianismo y la imposición de los intereses de EE.UU. sino resultado las acciones de Harry D. White, representante de EEUU en esas conversaciones y acusado de ser un agente comunista.,[61] lo que se utiliza para sugerir que tal decisión fue resultado de un complot gigantesco. Aparentemente así como algunos reducen todo a través de un "análisis de clases" a una conspiración burguesa, otros lo reducen, a través del análisis de las conspiraciones, a la acción del "estatismo".[editar] CríticasLas sugerencias de Keynes han sido objeto de varias tentativas de críticas, algunas de las cuales parecen demostrar no sólo una falta de comprensión de la posición de Keynes sino incluso de conceptos económicos o hechos históricos básicos.Así, por ejemplo, Wilhelm Röpke escribió: “Puede creerse que hay épocas en las que medidas vigorosas para aumentar la oferta monetaria impedirán el desastre; pero una figura científica tan destacada como Keynes no puede impunemente extender el manto de su autoridad sobre la propensión crónica de todos los Gobiernos hacia la inflación. Puede creerse que en ciertas circunstancias un aumento de la deuda pública es el mal menor; pero tal medida temporal no puede impunemente transformarse en principio de carácter general.A fin, aparentemente, de terminar con esa supuesta impunidad, Röpke alega[62] que “Se puede descubrir en el mecanismo del ahorro problemas que exigen atención especial,... pero no se puede impunemente despojar a los hombres del sentimiento de que es bueno ahorrar, guardar una reserva para ellos y sus familias, en vez de gastarlo todo y después pedir ayuda al Estado –el mayor de todos los gastadores- en épocas de necesidad.” “Keynes acostumbró a una nueva generación a utilizar una lógica económica que gira únicamente en torno a cómo mantener la ‘demanda efectiva’ en la forma más segura al nivel más alto posible, mientras que el verdadero problema de la posguerra era el de cómo frenar a tiempo una prosperidad inflacionista.”[63] “Un hecho de la época de posguerra, tan singular como comprometedor para el keynesianismo,.. La mayoría de los Gobiernos, y quizás la mayoría de los economistas, han adquirido penosamente conciencia de lo inadecuado de las enseñanzas de Keynes para enfrentarse con la inflación crónica de los años de la posguerra;” Röpke concluye: "Saber si las aportaciones de Keynes a la teoría económica y a la técnica económica son correctas y en qué medida lo son, constituirá todavía durante mucho tiempo tema de discusión. Pero que en el nivel superior de la filosofía social y de la ética política estaba completamente equivocado, eso se ve ya con suficiente claridad”.

Para empezar, Röpke parece mal entender la posición de Keynes, quien nunca sugirió -ya sea directa o implícitamente, que se debe o que sería conveniente “despojar a los hombres del sentimiento de que es bueno ahorrar, guardar una reserva para ellos y sus familias”. Por el contrario, y de hecho, Keynes fue tan lejos como a proponer -durante la guerra- un plan de ahorros obligatorio.[64] Más generalmente, y como hemos visto, la sugerencia de Keynes es que el Estado debe intervenir a fin de equilibrar las tasas de ahorro e inversión de forma tal que promuevan el crecimiento económico, utilizando directamente (tomando en préstamo) si es necesario, esos ahorros. Como es obvio, tal propuesta requiere ahorros por parte de “los hombres”, ahorros que, como hemos visto, Keynes consideraba deberían ser obligatorios si las circunstancias lo merecían.[65]

A continuación, no es obvio el por qué Röpke critica las supuestas "medidas vigorosas para aumentar la oferta monetaria " de Keynes. Como debería estar claro, la propuesta central de Keynes es que la demanda controla la producción en un sistema en el cual

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el valor de la moneda es relativamente estable. Keynes nunca planteó que la solución a los problemas económicos resida única o principalmente en el aumento indiscriminado de la oferta monetaria. Por el contrario, era partidario de mantener la cantidad del circulante dentro de límites determinados por una tasa de interés que favorezca la utilización máxima de los recursos económicos. Eso, en ciertas circunstancias, puede significar el aumento de la cantidad del dinero, En otras, un aumento de la velocidad de circulación del mismo. Pero en aún otras puede significar lo opuesto[66] Lo fundamental, en la opinión de Keynes, es la relación tasa de interés - tasa de ganancia, no la cantidad de circulante. Esa cantidad es sólo uno de los instrumentos para controlar esa tasa[67] y la propuesta de ponerla bajo control estatal es precisamente para lograr ese objetivo: estabilizar esa relación entre las tasas al nivel óptimo.[68]Adicionalmente, no esta claro el por qué Röpke considera que la “inflación crónica” es un hecho singular o comprometedor para Keynes. Lo que si parece singular y comprometedor es que un economista alemán ignore la hiperinflación que ese país sufrió durante la época siguiente a la primera guerra mundial y el hecho que Keynes ya había denunciado-con anterioridad (tan temprano como en 1919)- a Röpke mismo y a quienes fueron influidos por sus propuestas- las políticas que causaron las crisis de posguerra.[69] Y es no solo comprometedor sino que bordea en lo vergonzoso que alguien que sugiere estar hablando desde “el nivel superior de la filosofía social y de la ética política” considere que el período de la crisis puede ser caracterizado como un tiempo de “prosperidad inflacionista” -el problema siendo, como es de conocimiento general, la deflación y la extensiva falta de empleo.-. Tal posición parece implicar que Röpke ignora -entre otros- los millones de desempleados en Alemania antes del acceso de Hitler al poder -en el momento de esa acensión, sobre 6 millones, más del 40% de la fuerza de trabajo, estaba desempleada.- o las medidas que el banco central de ese país, bajo la dirección de Heinrich Brüning, adoptó a fin de solucionar la crisis (reducir, por decreto, los salarios). Posiblemente por lo menos parte del período durante el cual Hitler gobernó podría ser llamado de prosperidad (al menos para quienes el consideraba "arios puros"), pero quizás desde el punto de vista “del nivel superior de la filosofía social y de la ética política” esa no sea la característica más notable del nazismo.[70]

Críticas más razonadas vienen de varios economistas, incluyendo algunos que se consideran fuertemente influidos por la visión de Keynes. Así, por ejemplo, J.K. Galbraith da tres elementos para tal crítica:

El Keynesianismo no ofrece un remedio generalmente aceptable para la inflación. A diferencia de lo que Röpke sugiere, el problema no es falta de propuestas,[71] [72] [73] el problema son las consecuencias políticas de tales propuestas.[74] [75] Siendo explícito: se alega que el problema es que los gobernantes encuentran difícil -en épocas de prosperidad- poner en práctica las políticas anticíclicas que el modelo sugiere (aumentar las tasas de interés, controlar precios, salarios, restringir el circulante, etc) en la medida que tales propuestas ocasionan repercusiones que ponen en peligro los prospectos políticos de los gobernantes.[76] Adicionalmente se sugiere que en ciertas circuntancias el gobierno puede encontrar ventajoso la inflación, en la medida que implica el traspaso de recursos económicos desde la población al estado.[77] Sin embargo, es generalmente considerado que para el Keynesianismo la inflación es negativa[78] y destabilizante[79] en la medida que el aumento del circulante más allá de los parámetros marcados por la relación óptima entre tasa de interés y tasa de ganancia significa no solo traspaso de recursos sino también pérdida de la capacidad estatal de controlar mecanismos financieros (durante períodos expansionarios el circulante aumenta -al menos parcialmente- a través de la expansión del crédito privado, lo que fuerza al Estado a tomar medidas impopulares o dejar que la emisión de dinero escape de su control), lo que termina amenazando la situación económica de la sociedad en general.[80] (para todo esto, ver Nicolás Kaldor: “The Scourge of Monetarism” -Oxford University Press, 1982.)El Keynesianismo no ha demostrado ser efectivo en la solución de los problemas de falta de desarrollo económico. A pesar que los países desarrollados no han sido muy eficientes en cumplir los compromisos adquiridos, han hecho lo suficiente como para demostrar que la mera presencia o transferencia de capitales no es suficiente para producir ese desarrollo. Elementos tales como instituciones y cultura política, existencia (o falta) de infraestructuras, personal capacitado, etc. también tienen un papel importante. En consecuencia, el keynesianismo llegó a ser visto por algunos como una política de países ricos.Keynes no expuso sus ideas tan clara y sistemáticamente como sería deseable. Se encuentran ambigüedades en sus obras. Por ejemplo, a veces Keynes habla como si lo que desea es avanzar hacia el socialismo. En otras ocasiones, se expresa contrario a esa visión y busca demostrar las ventajas que sus propuestas tienen para el capitalismo. En consecuencia, hay diferentes percepciones de lo que se podría llamar keynesianismo. Galbraith resume este problema diciendo que se llega al keynesianismo desde el conservadurismo y se termina siendo acusado de ser comunista. En este sentido Keynes mismo parece haber tenido una conciencia social y la impaciencia del hombre práctico[81] -amén de la comprensión que sin resolver los problemas sociales se llegaría a una situación de profunda inestabilidad política - En la otra mano, no tenía ningún problema en declararse elitista: "Puedo ser influido por lo que me parece es justo y el buen sentido, pero la lucha de clases me encuentra en el lado de la burguesía educada". Este problema de ambigüedad se extiende también a conceptos económicos.[editar] Desarrollos posterioresEsas ambigüedades que se han mencionado han dado origen a diferentes interpretaciones de las sugerencias de Keynes. Adicionalmente, el desarrollo de las teorías económicas ha llevado a una profundización y especificación de algunos de los conceptos empleados originalmente.

Una de las primeras "interpretaciones" de la obra de Keynes fue la Finanza funcional propuesta por Abba Lerner,[82] quien sugiere el abandono de la tentativa de mantener un equilibrio económico y su reemplazo con la propuesta que el objetivo principal de las políticas económicas estatales es promover el crecimiento y desarrollo económico[83] (ver Aporte de Abba Lerner).

Entre las interpretaciones más conocidas se encuentra la llamada "síntesis clásico-keynesiana" o síntesis neoclásica, la cual busca reconciliar las percepciones keynesianas con las de la escuela neoclásica[84] (que inicialmente se consideraban contrapuestos[85] ) -específicamente, el trabajo de Arthur Pigou, considerado el padre de la Economía del bienestar y las percepciones del Teoría del equilibrio general de Léon Walras - por parte de autores neokeynesianos tales como Paul Samuelson; John Hicks, Alvin Hansen y

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Franco Modigliani. Los neokeynesianos buscaron también integrar la concepción de Alfred Marshall acerca de un periodo de mercado,[86] sugiriendo que las teorías de los neoclásicos se aplican al largo plazo económico mientras que las de Keynes se refieren al corto plazo. El centro teórico formal de esta aproximación son el Modelo tradicional o basado en el modelo IS-LM, introducido por Hicks[87] y el modelo de la Cruz Keynesiana, introducido por Samuelson,[88] también llamado del multiplicador simple.[89] [90] Esta visión continúa siendo utilizada incluso en el presente como fundación de los cursos de introducción a la macroeconomía.[91] [92] [93]Desde esta aproximación se originó una de las versiones de la Nueva Economía del bienestar,[94] [95] a partir de una propuesta de Samuelson, basado en la percepción de que “ningún sistema de precios descentralizado puede servir para determinar óptimamente los niveles de consumo colectivo” lo que ocasiona la “imposibilidad de una solución espontánea descentralizada” a los cálculos envueltos para establecer un uso óptimo de esos bienes.[96] (ver Condición de Samuelson).La sugerencia central de esta aproximación puede ser resumida diciendo que la función central de las políticas económicas estatales es mantener un sistema económico en el punto en el cual las líneas de la cruz keynesiana se cruzan. Si esa condición se cumple, el sector privado, y la economía en general, funcionara eficientemente.La posición alternativa temprana es el "postkeynesianismo", que se originó en el aporte de Joan Robinson, Piero Sraffa, Paul Davidson, Nicholas Kaldor, Michal Kalecki, y otros; quienes enfatizan el papel que la incertidumbre tiene en asuntos económicos, especialmente los relacionados con inversión. Los postkeynesianos consideran válida la crítica fundamental de Keynes al concepto neoclásico de equilibrio de largo plazo, por lo cual critican fuertemente la posición neokeynesiana.[97] [98] [99] Además, muchos de ellos consideran que la "Teoría General" no ha sido explorada en plenitud y que repagaría abundantemente un esfuerzo sistemático en ese sentido.

Si bien esta posición es minoritaria, es una de las fuentes principales de la Economía heterodoxa, y sus criticismos[100] han dado lugar a algunos de los debates más interesantes y complejos en la teoría económica de la segunda mitad del siglo XX[101] (ver, por ejemplo, Debate de las dos Cambridge).Desde esta perspectiva, y a partir de una propuesta de Kaldor, se originó la otra rama de la "Nueva Economía del bienestar" (Eficiencia de Kaldor e Hicks o criterio de Scitovsky[102] ).Los postkeynesianos utilizan modelos que provienen tanto del ya mencionado Abba Lerner como otros proveniente de Dudley Dillard[103] y, más recientemente, de R. L Wray,[104] los que se integran en la Teoría Monetaria Moderna.Posteriormente, y a partir del ya mencionado análisis de Leijonhufvud[105] acerca de la incertidumbre, el equilibrio y la racionalidad y profundizado por David Colander,[106] el post-keynesianismo se reinvigora y transforma, dando origen a desarrollos que llevan a la llamada Economía de Complejidad.[107]Específicamente la profundización del cuestionamiento de Keynes a la supuesta racionalidad de los actores económicos[108] condujo o facilitó el desarrollo de la teoría de la racionalidad limitada[109] y, eventualmente, a la economía conductual.[110]Más recientemente -y a partir de algunos desarrollos que, por un lado, bordean en lo sorprendente[111] pero por el otro corresponden a desarrollos teóricos (ver, por ejemplo: Aporte de John B. Taylor) - aparece la "nueva síntesis keynesiana" o Nueva Economía Keynesiana. Los nuevos keynesianos aceptan el concepto neoclásico de racionalidad y de un equilibrio en el largo plazo pero da un papel central a la demanda agregada en el corto, lo que enfatiza el papel de los fundamentos microeconómicos en el consumo y la inversión. Los partidarios de esta escuela se ven como proveyendo soluciones microeconómicas para algunos de los problemas más difíciles en la concepción de Keynes, por ejemplo, el de la "pegajosidad" o "inercia" de sueldos y precios[112] (Keynes apunta que hay una tendencia tanto en salarios como costos, etc, a mantenerse en un cierto nivel -ciertamente a no decaer- Esta tendencia fuerza la manipulación de otras variables a fin de obtener las relaciones óptimas y dificulta la obtención de esos resultados)Los representantes más conocidos de esta escuela son (aparte del ya mencionado John B. Taylor) Gregory Mankiw; Joseph E. Stiglitz; Ben Bernanke. Se cuentan además David Romer, Olivier Blanchard, Nobuhiro Kiyotaki, y Michael Woodford.Todo lo anterior ha conducido, a partir de la Crisis de liquidez de septiembre de 2008, a la llamada Resurgencia keynesiana[113] [114] introducida por el trabajo de Paul Krugman [115] y James K. Galbraith.[116]

ECONOMÍA NEOCLÁSICA DE WIKIPEDIA, LA ENCICLOPEDIA LIBRESaltar a: navegación, búsqueda Este artículo o sección necesita una revisión de ortografía y gramática.Puedes colaborar editándolo (lee aquí sugerencias para mejorar tu ortografía). Cuando esté corregido, borra este aviso, por favor. El término economía neoclásica o escuela neoclásica es un concepto impreciso utilizado en economía; ciencia política, etc., para referirse en general a un enfoque económico basado en una tentativa de integrar al análisis marginalista algunas de las percepciones provenientes de la economía clásica.[1] [2] [3]Entre otras, estas tentativas incluyen: La consideración tanto de la oferta como la demanda en la determinación de los precios (los marginalistas enfatizan el papel de la demanda, los clásicos, el de la oferta). Segundo: los neoclásicos otorgan gran importancia al papel del dinero en asuntos económicos. Tercero, los neoclásicos extendieron el análisis económico a situaciones otras que las consideradas tanto por los clásicos como los marginalistas, es decir, examinaron no solo situaciones de monopolio, duopolio y competencia perfecta, sino también situaciones de competencia imperfecta. (op. cit)Se podría agregar que los neoclásicos reintroducen el estudio de los grupos o agregados.[4]El término generalmente se emplea en dos acepciones: para referirse a los desarrollos en el pensamiento económico entre 1870 y 1920 y -más o menos críticamente- a lo que se considera el pensamiento económico ortodoxo o dominante (mainstream) en la actualidad.[5] En las palabras de E. Roy Weintraub: "Todos somos neoclásicos ahora, incluso los keynesianos, porque lo que se enseña a los estudiantes, lo que es la economía principal (mainstream), es economía neoclásica"[6]El economista neoclásico por excelencia es Alfred Marshall, quien es considerado el fundador de una de las grandes aproximaciones de la escuela (ver Equilibrio parcial). Otra de las grandes figuras es Léon Walras, fundador de otra de las grandes aproximaciones

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(ver Teoría del equilibrio general).- Otros neoclásicos de gran importancia incluyen Knut Wicksell e Irving Fisher (ver Monetarismo); Arthur Pigou y Vilfredo Pareto (ver Economía del bienestar) etc.Como lo anterior sugiere, la escuela neoclásica ejerció gran influencia en los desarrollos posteriores del pensamiento económico durante el siglo XX, por ejemplo, a través de la conocida La síntesis clásico-keynesiana o Neokeynesianismo,[7] e incluso en el presente, a través de los nuevos clásicos [8][editar] Introducción[editar] Origen y evolución del términoLa escuela neoclásica se originó a partir de una crítica (a veces implícita) a los marginalistas[9] quienes, a su vez, buscando introducir rigurosidad y una metodología que se asemejara más a las de las ciencias físicas, habían ya criticado los conceptos y métodos utilizados por la economía clásica (o economía política); crítica que los neoclásicos hicieron, a grandes rasgos, suya.[10]Mucho de la crítica neoclásica se centró en tentativas de formalizar y extender tanto el concepto de la teoría del valor subjetivo como el de individualismo metodológico. Los neoclásicos reintroducen a la disciplina el estudio de grupos tanto de fenómenos económicos como de individuos, no ya como "clases" sino bajo la forma de agregados estadísticos y/o promedios,, etc. Lo neoclásicos son responsables de las formalizaciones lógicas (Marshall) y matemáticas (Walras, Pareto[11] ) que caracterizan la disciplina en el presente. (para un analisis mas detallado, ver Rafael Domínguez Martín: TEMA 5. LA REVOLUCIÓN MARGINALISTA Y EL PARADIGMA NEOCLÁSICO)El término “neoclásico” mismo se originó en una crítica global de Thorstein Veblen[12] - fundador de la escuela institucionalista (norte)americana- quien lo utilizó para referirse a quienes el consideraba compartían las percepciones no científicas de la escuela clásica, especialmente la utilización de la teoría del valor, incluyendo la tentativa marginalista de reemplazarla con la teoría del valor subjetivo y la percepción que “más es necesariamente mejor”. Esto incluye a quienes son generalmente considerados marginalistas.[13]El término se generalizó para referirse a los seguidores de la "economía marshalliana". El proyecto de Marshall —también llamada síntesis marshalliana[14] [15] — puede ser visto como una tentativa de sistematización y formalización de la “economía clásica”,[16] lo que lo sitúa en el centro específico de la crítica de Veblen. La visión de Marshall y sus seguidores -llamados inicialmente marginalistas ingleses o marshallianos- es lo suficientemente distinta de otros marginalistas como para constituir una percepción distintiva, a pesar de las raíces comunes en el marginalismo.[17]Además otros marginalistas -por ejemplo, Wicksell y Carl Menger- se consideran fundadores de escuelas (escuela sueca o de Estocolmo y escuela austríaca respectivamente). Walras es generalmente estudiado -junto a Francis Edgeworth - entre los matematizadores de la economía, pero a veces incluido con Pareto como representando la Escuela de Lausanne[18] Y seria conducente a error sugerir que solo Marshall y sus seguidores son marginalistas.[19]Lo anterior ha dado origen a una situación más bien confusa. La mayoría de los especialistas hacen una diferencia entre los marginalistas y los neoclásicos, pero diferentes autoridades incluyen entre los neoclásicos a diferentes autores. Los autores considerados neoclásicos de importancia generalmente incluyen Marshall, Pigou y Walras, aunque no es difícil encontrar obras que incluyen Pareto, Wicksell y Fisher. Así pues, el concepto puede usarse legítimamente tanto para designar a la obra de todos esos autores (y aquellos influidos por ellos) como solo a los influidos directamente por el trabajo de Marshall. En los textos de economía el uso implica comúnmente el sentido mas general. Esto, a su vez, ha dado origen a otra confusión: la influencia de Marshall y Walras — especialmente en asuntos metodologicos— se extiende incluso al presente. Son todos los economistas entonces "neoclásicos"?. Y, de no serlo, donde termina el neoclasicismo?.[editar] Características del neoclasicismoTodo lo anterior puede sugerir que la descripción de algo como "economía neoclásica" es cuestionable. Notando que el uso del término se da principalmente entre pedagogos, algunos han ido tan lejos como a cuestionar si su uso (dado que puede llevar a error a estudiantes y otros) es moral.[20]Sin embargo la posición generalmente aceptada es que, de hecho, hay un grupo de economistas que pueden ser descritos como neoclásicos en la medida que comparten una serie de asunciones generales. De acuerdo a David Colander[21] las características del pensamiento neoclásico; en su acepción mas restringida, es decir, como extendiendose desde aproximadamente 1870 a 1930; son:

1.Se centra en la asignación de recursos en un momento determinado, es decir, se refiere a la elección y disposición de recursos escasos entre posible alternativas.2.Acepta alguna variedad del utilitarismo como jugando un papel central para comprender la economía.3.Se centra en alternativas marginales. EL neoclasicismo se interesa en los alternativas y cambios "marginales" que son el objeto del cálculo.4.Asume una racionalidad de largo plazo.5.Acepta el individualismo metodológico.6.Esta estructurada alrededor de un concepto de equilibrio general en la economía.Sin embargo, como se ha notado, algunos consideran que la escuela se puede encontrar incluso en el presente. Desde ese punto de vista, Christian Arnsperger y Yanis Varoufakis[22] sugieren que los neoclásicos (y solo los neoclásicos) comparten tres meta-axiomas:

1.Individualismo metodológico: los fenómenos a ser estudiados lo son centrandose en los individuos. (sin embargo, hay que notar que estos no son los individuos del lenguaje común y corriente, sino individuos metodologicos o agentes económicos: "Un agente económico es la unidad básica de operación en el modelo. Generalmente consideramos que el agente económico es un individuo.... Sin embargo, en algunos modelos económicos, se considera como un agente una nación, una familia o un gobierno. En otras ocasiones, el "individuo" es disuelto en una colección de agentes económicos, cada uno actuando en circunstancias diferentes y cada uno considerado un agente económico".[23] El punto es importante. Los neoclásicos reintroducen a la disciplina el estudio de grupos o clases, tanto de individuos como de fenómenos, bajo la forma de agregados.)2.Instrumentalismo metodológico: por lo que entienden que todo comportamiento es guiado por preferencias, es decir, es instrumental. (notese que esto modifica sutilmente el problema de la racionalidad económica. Los neoclásicos no asumen que los

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individuos persiguen únicamente su interés propio, pero, cualquiera que sea el motivo por el cual escogen perseguir algún objetivo, lo hacen racionalmente. Ver homo economicus).3.Equilibrio metodológico: lo que quiere decir que los neoclásicos asumen que el comportamiento agregado oscila alrededor de o tiende a un punto de equilibrio económico. Esto, a diferencia de, por lo menos algunos marginalistas (por ejemplo, Carl Menger), para los cuales no hay razón alguna por lo cual el mercado deba estar en equilibrio: los individuos buscan maximar utilidad o beneficios, no equilibrio. Ademas, hay problemas con la asunción de la información perfecta[24]Sin embargo cualquier profundización del área revela diferencias de fondo entre los autores neoclásicos.[25] Esta es, obviamente, un área compleja. Simplificando mucho se podría postular -a nivel introductorio - varios "tipos" de neoclasicismo (mantengase presente que los autores que serán mencionados no contribuyeron exclusivamente en una área):1.- La aproximaciones del equilibrio, que, a su vez, se pueden dividir en:la aproximación de Marshall que algunos consideran representa el origen del pensamiento ortodoxo en la economía actual.[26] [27] Marshall introdujo a la disciplina el uso formal de modelos económicos conceptuales y diagramaticos, basados en análisis lógicos[28] (el concepto de Cæteris paribus es un ejemplo), dejando las matemáticas para demostraciones en notas o apéndices.[29] Marshall creía que el propósito de la economía, como ciencia, era "eliminar la pobreza".[30] Desde ese punto de vista, Marshall transformo el concepto de plusvalía en el conocido como "Plusvalía o Excedente de Marshall", constituido por el Excedente del productor y Excedente del consumidor.[31] Marshall asumió que la utilidad es aditiva (es decir, que la relación “ingreso-utilidad” de un individuo es la suma de funciones de utilidad independientes). Esto significa que la curvas de indiferencia adquieren gran importancia y el concepto de utilidad marginal pierde algo del papel central que juega en el trabajo de los marginalistas propiamente tales.[32] Finalmente, Marshall introdujo tanto el principio de la oferta y demanda como el concepto de equilibrio parcial: “El equilibrio parcial se concentra en el equilibrio en un solo mercado, usando el análisis de la oferta y la demanda como el punto de partida para analizar el funcionamiento y eficiencia del mercado. Se entiende por equilibrio la situación en la cual los planes de los productores y los consumidores son equiparables o los mismos en términos monetarios.La aproximación de Walras que dio origen a una visión de la economía[33] que es percibida por algunos como dominante en el presente.[34] Walras busco dar a la disciplina el mayor grado posible de precisión y generalización,[35] para lo cual abandono cualquier presupuesto ético[36] y baso su analisis en las matemáticas. Partiendo de la asunción que el precio de los bienes no se debe ni a la voluntad del vendedor ni la del comprador, sino en el hecho que los bienes económicos son tanto útiles como limitados (es decir, escasos) sugiere que eso establece una relación que se puede estudiar objetivamente, como en una "ciencia físico matemática". Eso le permite sugerir que todos los actores económicos son "aceptadores de precios" ("price takers" en ingles),[37] lo que, a su vez, le permite establecer una condición, asumiendo los precios como dados y que los actores actúan racionalmente (ver homo economicus), en la cual todo lo que se produce se vende, es decir, se establece un equilibrio general.[38] En orden a determinar teóricamente esa condición, propuso la llamada Ley de Walras, que establece que, al considerar un mercado cualquiera en particular, si todos los demás mercados en una economía están en equilibrio, entonces ese mercado también deben estar en equilibrio. Esto significa que, en una economía con "n" mercados, de los cuales uno esta en equilibrio, es suficiente resolver n-1 ecuaciones simultáneas para establecer la condiciones de vaciamiento del mercado del resto de los mercados, y así determinar las condiciones (precios, niveles de producción, etc) del equilibrio general.[39] Los actores individuales, que no son capaces de efectuar ese calculo, determinan los equilibrios en cada mercado especifico a través de un proceso de tanteo walrasiano. Desde el punto de vista de Walras, esa situación es esencialmente ética, en que logra el máximo de satisfacción de necesidades dada las condiciones reales. (ver primer teorema fundamental de la economía del bienestar).

2.- Las aproximaciones de la economía del bienestar; que buscan relacionar las cuestiones de eficiencia económica con las del bienestar social,[40] representadas por las obras de Pigou, Edgeworth y Pareto. (ver, por ejemplo, eficiencia de Pareto.3.- Las aproximaciones que se centran en la relación entre la economía real y el dinero, representada principalmente por la obra de Knut Wicksell e Irving Fisher, etc, que dieron origen al monetarismo y la economía monetaria.[41] [42] [43] [44] [45] [46]4.- Las aproximaciones centradas en extender el analisis más allá del área de estudio tradicional (tanto de los clásicos como de los marginalistas): los monopolios y competencia perfecta a situaciones de competencia imperfecta, Aquí encontramos nuevamente a Wicksell, pero hay que agregar a Edward Hastings Chamberlin (ambos fundamentales para la teoría de la Competencia monopolística), Piero Sraffa y Joan Robinson ( teoría del oligopolio), etc.[editar] Críticas al neoclasicismo tempranoSe mencionaran dos críticas globales al neoclasicismo. La de Veblen en 1900 y la que Piero Sraffa comenzó a implementar a partir de 1930.[47] (para otras, ver marginalismo)Para Veblen[48] el concepto de equilibrio es normativo, implicando -sin prueba- que el equilibrio es de beneficio para la sociedad y los individuos. Veblen considera que la economía ortodoxa es teleológica y pre-darwiniana. Teleológica porque asume que el proceso económico progresa o tiende a una situación estable (el equilibrio a largo plazo) que ni se observa en realidad ni se deriva de algún análisis sino que se asume como un dado con anterioridad a cualquier análisis u observación. Y es predarwinica porque, en la opinión de Veblen, el proceso económico es un proceso darwiniano de evolución, desarrollandose a través del tiempo como respuesta a diferentes y cambiantes circunstancias pero careciendo de propósito o diseño.[49] [50]Las críticas de Sraffa culminaron en su Producción de mercancías por medio de mercancías. En ella se encuentra la génesis de varios de los argumentos desarrollados posteriormente por otros autores.[51] Sraffa fue un pensador profundo, cuya crítica forzó a Ludwig Wittgenstein a modificar sus posiciones originales.[52] El centro de la crítica de Sraffa es que la teoría neoclásica del valor esta basada una visión contradictoria y lógicamente defectiva. Esta visión dio eventualmente origen al famoso Debate de las dos Cambridge[53] y la posición de Sraffa se puede resumir así: una teoría del valor que sea lógicamente consistente tiene que volver a la teoría clásica, considerando que es el caso que lo que interesa en la producción es que, al final del proceso, haya un excedente o plusvalía. Sraffa avanzó a construir un tal modelo, lógicamente consistente, y que puede ser usado para explicar no solo el precio relativo de los bienes sino la distribución de los ingresos/ganancias. Una implicación clave del modelo de Sraffa es que la determinación de la relación en la distribución de los ingresos entre salarios y ganancias es debida a factores no económicos. Por

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ejemplo, esa relación se origina en como se fijan ya sea los salarios de subsistencia o la tasa de ganancia.

[editar] Desarrollos posterioresA partir de la crítica de Sraffa las posiciones marshallianas empezaron a decaer, proceso que se aceleró con la crítica de Keynes especialmente a nivel macroeconómico; sin embargo el enfoque marshalliano seguía siendo visto como riguroso, especialmente para explicar el comportamiento microeconómico, lo que a su vez llevó a tentativas por parte de algunos autores -como John Hicks- de conciliar ambas perspectivas, originandose así la llamada síntesis clásico-keynesiana.En la otra mano, las posiciones de la economía del bienestar no solo mantuvieron sino que —junto a las posiciones de Walras— aumentaron su importancia.[54] [55] [56] Lo mismo se puede decir del monetarismo.[57]Se puede entonces sugerir que todo lo anterior ha dejado un legado, posiblemente central, a las concepciones económicas a partir de la segunda guerra mundial. Este legado se puede percibir en general tanto en los textos de introducción a la disciplina como los cursos más avanzados, donde se da por sentado que el método económico se basa en la matemática. En las palabras de E. Roy Weintraub: "Todos somos neoclásicos ahora, incluso los keynesianos, porque lo que se enseña a los estudiantes, lo que es la economía principal (mainstream), es economía neoclásica"[58]Sin embargo, esa influencia no quiere decir que exista una escuela o movimiento con principios formalmente establecidos a los cuales todos adhieren explícitamente. Weintraub (op. cit) sugiere que el neoclasicismo, a partir de 1950, es una metateoría, es decir, un conjunto de reglas implícitas o un acuerdo no especificado acerca de como construir explicaciones o teorías económicas aceptables. (para una explicación formal de que es una metateoría, ver Imre Lakatos: "La metodología de los Programas de investigación científica". Alianza. Madrid. 1993.).Weintraub posita tres principios de esa metateoría neoclásica:1.los individuos tienen preferencias racionales2.los individuos maximizan utilidad y las empresas ganancia.3.los individuos actúan independientemente sobre las bases de información completa y relevante.Los grupos o escuelas que aceptarían tal metateoría serian: 1ro: la síntesis clásico-keynesiana; síntesis neoclásica o "neokeynesianismo". 2ndo: El monetarismo asociado con Escuela de Economía de Chicago, y, 3ro: Los nuevos clásicos.[editar] Síntesis neoclásicaArtículo principal: Neokeynesianismo.El marginalismo fue el enfoque dominante hasta la crítica keynesiana basada sobre todo en consideraciones de tipo macroeconómico. Aunque la crítica keynesiana sobre cuestiones macroeconómicas se consideró valiosa, el enfoque marginalista siguió siendo visto como un enfoque riguroso especialmente para explicar el comportamiento microeconómico de ciertos aspectos. Es por eso que algunos autores como John Hicks trataron de construir un enfoque más amplio que sintetizara las ideas más valiosas de ambos enfoques, el resultado se conoció como "síntesis neoclásica".[editar] La Escuela de Economía de ChicagoArtículo principal: Escuela de Economía de Chicago.La introducción de ciertos aspectos keynesianos en la teoría, que condujo a un tipo de política económica intervencionista entre 1950 y 1973 fue criticada ampliamente por un sector de los economistas neoclásicos, como George Stigler, Milton Friedman o Robert Lucas, precisamente en el período de mayor expansión económica conocido en la historia de la humanidad.[59] [60] La nueva situación que se produjo a partir de 1973 con la Crisis del petróleo de 1973 y la estanflación subsiguiente en Estados Unidos, favorecieron la crítica a las políticas neokeynesianas vigentes en el período anterior.[61] Esto ayudó al surgimiento de una corriente de la economía neoclásica conocida como monetarismo que empezó a ser influyente en algunas de las políticas económicas internacionales (macroeconómicas) especialmente a partir de 1980.[editar] El nuevo clasicismoArtículo principal: Nueva economía clásica.Muchas de las críticas anteriores se centran en la supuesta falta de realismo de la racionalidad de la acción humana propuesta por los neoclásicos. John Muth -generalmente considerado fundador de la Teoría de las expectativas racionales- respondió de la siguiente manera:Se argumenta a veces que la asunción de racionalidad en economía lleva a teorías inconsistente con o inadecuadas para explicar los fenómenos observados, especialmente cambios a través del tiempo. Nuestra hipótesis se basa exactamente en el punto de vista opuesto: que los modelos dinámicos no asumen la necesaria racionalidad.[62]Con esa asunción de "racionalidad dinámica" Muth altero la situación anterior. De la misma manera que los neoclásicos utilizaban racionalidad para conseguir equilibrio estático -es decir, la mantención de los "gastos" en una "tangente" a la línea de restricción presupuestaria y a la curva de indiferencia- Muth utiliza esa misma racionalidad para llegar a un equilibrio dinámico u optimalidad a través del tiempo. Mientras sea el caso que los actores individuales ajusten sus comportamientos de acuerdo a la información que vayan recibiendo o adquiriendo -y no hay razón aparente para pensar que ese no sea el caso- estarán en una línea óptima que permite tomar en cuenta y acomodar cambios tanto en lo que puede gastar como en lo que se desea gastarlo. En otras palabras -y a diferencia de la criticada asunción original- el sistema no demanda racionalidad o conocimiento perfecto del futuro o del sistema mismo por los actores. Ni requiere o demanda previsión a un futuro indeterminado o infinito. Solo demanda flexibilidad en la parte de los integrantes para ajustarse a cambios en las circunstancias y/o información que se tiene o adquiere.A pesar que Muth escribió su artículo en 1961, esta propuesta no adquirió mayor relevancia hasta que fue incorporada por Robert Lucas en su trabajo acerca de las fundaciones de la microeconomía. - Lucas argumenta que un modelo macroeconómico debe ser construido a partir de la agregación de modelos microeconómicos[63]

Lo anterior coincidió con una crítica al tipo de política económica intervencionista practicado entre 1950 y 1973 (intervencionismo derivado de la propuesta keynesiana y que llevó al período de mayor expansión económica conocido en la historia de la humanidad.[64] [65] ) por parte de economistas "neoclásicos", tales como George Stigler, Milton Friedman y el mencionado Robert Lucas, en un momento que se produjo a partir de 1973 con la Crisis del petróleo de 1973 y la estanflación subsiguiente en Estados Unidos,

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favorecieron la crítica a las políticas neokeynesianas vigentes en el período anterior.[66] Esto ayudó al auge del monetarismo que empezó a ser influyente en algunas de las políticas macroeconómicas internacionales[67] (ver Nueva economía clásica).Esto, a su vez, llevó al desarrollo de la Nueva economía keynesiana[68] (no confundir con el neokeynesianismo), representada por personajes tales como Jordi Galí, Paul Krugman, Nouriel Roubini, Joseph Stiglitz, etc.[editar] Críticas al neoclasicismo contemporáneoColander sugiere que el término mismo no debería ser usado. Los economistas modernos son -en su opinión- eclécticos. "El uso del término neoclásico para describir la economía que se practica estos días no solo no es útil, sino que actualmente dificulta la comprensión por los estudiantes y el publico general de lo que es la economía contemporánea. El término puede todavía tener alguna función en comparaciones intertemporales, pero, si se va a usar en ese sentido, es aún más importante terminar la era neoclásica en algún momento. La economía ha cambiado enormemente desde los 1870 hasta el presente, y esta cambiando continuamente. " y "Mi argumento contra el uso del término neoclásico para describir la economía moderna es que esa economía moderna no requiere adherencia a esos seis atributos (ver más arriba). Es mucho más ecléctica. El movimiento de alejamiento de la economía neoclásica puede ser trazado a los 1930, cuando un gran sector de la economía neoclásica estaban siendo abandonados por teoristas de avanzada que trataban de forjar una nueva economía".[69]En adición hay una variedad de críticas globales al neoclasicismo contemporáneo. Así, por ejemplo, Bernard Guerrien, fundador de la economía crítica sugiere que "La teoría neoclásica se parece mucho a las especulaciones de los escolásticos – las matemáticas reemplazando al latín. En su caso, la especulación es sobre el comportamiento de individuos (o “agentes”) puramente imaginarios, ya que los parámetros que los caracterizan no se deducen de la observación ni de los datos disponibles, que toman decisiones en “mercados” todavía más imaginarios."[70]E.K. HUNT[71] sugiere que el criticismo de Veblen es aplicable al neoclasicismo actual: "el criticismo de Veblen a la economía neoclásica es que tenía una visión totalmente ahistórica y simplista de la naturaleza humana y las instituciones sociales. Tratando de explicarlo todo en términos de una conducta racional, egoísta, maximadora, la economía neoclásica no explica nada".[72]Murray Rothbard, (autor "austriaco"[73] ) sugiere que la economía neoclásica se ha perdido en lo que Schumpeter llamo "circulación circular": "Dado que la economía del equilibrio es por definición un círculo de conductas robóticas sin cambio y sin fin, cada uno en el mercado tiene conocimiento perfecto del presente y del futuro, y la incertidumbre pervasiva del mundo real desaparece de la escena. Dado que no hay más incertidumbre, las ganancias y las perdidas desaparecen, y cada empresa encuentra que sus precios son exactamente iguales a sus costos de producción" y "Seguramente no es accidente que la elevación a la prominencia de la economía walrasiana coincidió con la virtual matematizacion de las ciencias sociales. La matemática goza del prestigio de ser "verdaderamente científica", pero es difícil matematizar las complejas y enredadas incertidumbres y errores inevitables de la acción humana del mundo real. Sin embargo, una vez que se elimina tales acciones e incertidumbres es fácil emplear álgebra y la tangentes de la geometría para analizar este no realistico pero fácilmente matematizable equilibrio".[74]Lee Boldeman,[75] escribiendo desde el punto de vista de la filosofía moral sugiere que la aproximación neoclásica es dogmática y fundamentalista, basada en simplificaciones groseras y reglas que intentan reemplazar ( convertiendose en) lo "sagrada"[76] tales como la de la racionalidad de los actores económicos: "Es en este punto que es conveniente recordar que es el control de nuestra codicia lo que representa una de las victorias principales de la cultura sobre la "animalidad". Si esto es así, es la codicia lo que también representa una de las amenazas primarias a nuestra civilización, el fundamentalismo económico es una ideología que trata de justificar la codicia. En particular, promueve el egoísmo y el materialismo. Incluso para los no religiosos, sin embargo, la adquisición de riqueza y poder personal no es una base adecuada para la auto-definición. En consecuencia, el fundamentalismo económico es una amenaza significativa para nuestra civilización. Su aplicación a las decisiones públicas no se puede conciliar con la importancia ética de nuestro patrimonio cultural, con sus fundamentos cristianos, su mandamiento de amar a Dios y amar al prójimo como a sí mismo. Tampoco se puede conciliar con las otras tradiciones religiosas, incluyendo el Budismo, con sus llamadas a la compasión y el desapego. Tomar algo que es bueno-como el pensamiento racional, o el análisis económico, o mercados, o los derechos humanos o la libertad o la ley, o dinero, o el consumo-y convertirlo en un absoluto es la esencia de una nueva idolatría." (op. cit. conclusiones).