Historia Social

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a historia social es la divisin de la ciencia histrica que toma como objeto (y por tanto define como sujeto de la historia) la sociedad en su conjunto, como reaccin frente a la historia tradicional, de tipo fundamentalmente poltico y militar, que destacaba las figuras individuales (reyes, hroes...).

Aunque desde el mismo comienzo de la reflexin sobre la historia misma, con Herdoto y Tucdides, se pueden rastrear los intentos de ampliar el objeto y la concepcin del sujeto de la historia, no es hasta el siglo XX, con la recepcin del materialismo histrico de origen marxista y su adaptacin con distintas modificaciones por parte de distintas escuelas de historiadores, sobre todo en Francia (escuela de Annales) e Inglaterra (Past and Present), cuando se desarrollan la historia econmica y la historia social, ntimamente ligadas aunque la primera tiene un desarrollo bien diferente. Es muy usual definir el conjunto de las dos como historia econmica y social. El enfoque llamado historia total tambin tendra imprecisas fronteras con la historia social, aunque en este caso se insistan en relacionar todos los aspectos posibles del pasado: los anteriores, ms los ideolgicos, culturales, mentalidades... (cada uno de los cuales tiene a su vez una historia sectorial).

"No hay historia econmica y social. Hay la historia sin ms, en su unidad. La historia que es por definicin absolutamente social"1

En Espaa, la historia social se recibe por influencia europea, y el trabajo de los hispanistas (Pierre Vilar) y los exiliados (Manuel Tun de Lara). En la actualidad uno de sus principales representantes es Josep Fontana.

1- La microhistoria es una rama de la historia social de desarrollo reciente, que analiza cualquier clase de acontecimientos, personajes u otros fenmenos del pasado que en cualquier otro tratamiento de las fuentes pasaran inadvertidos. La razn por la que llaman el inters del historiador puede ser muy diversa: puede ser lo raro pero tambin lo cotidiano. En todo caso, demuestra tener posibilidades interpretativas desusadas cuando el historiador introduce la llamada reduccin de escala o el examen con lupa del pasado, que constituye el instrumento innovador de esta disciplina.

Annales: de la historia econmico-social a la historia cultural

Los saberes disciplinares tal como se haban organizado a fines del siglo XIX aparecan como ineficaces para pensar lo social; era necesaria una firme integracin de la historia a las ciencias sociales como lo haban proclamado en su momento Bloch y Febvre. Ya en esos aos, sobre todo a partir de la crisis del 29, la economa haba ganado peso en el campo de las ciencias sociales y el ttulo de los Annales. Economa y sociedad as lo reflejaba. Pero sobre todo fueron los historiadores econmicos de la New Economic History Meyer, Fogel, Davis y North, junto a los analistas de los ciclos econmicos Leontief, Rostow, Marczewski, quienes tuvieron mayor influencia en la historia cuantitativa que permita construir modelos cuantificables en la larga duracin. Mediante el uso de tcnicas economtricas, estadsticas y la moderna demografa histrica era posible reconstruir series de precios, movimientos de poblacin, produccin, circulacin de mercancas, etctera.

Tambin mediante el uso de hiptesis contrafcticas, que en su momento los historiadores haban cuestionado, como las formula Robert W. Fogel en Los ferrocarriles y el crecimiento econmico de los Estados Unidos (1964), obra en la que trata de demostrar que aunque los ferrocarriles no se hubieran inventado, igualmente el Estado del norte se hubiese desarrollado gracias a la existencia de otras vas de comunicacin, como las fluviales.

La importancia de las variables econmicas apareci reflejada en la obra maestra de la segunda generacin de los Annales, escrita por su figura rectora: Fernand Braudel. En El mediterrneo y el mundo mediterrneo en la poca de Felipe II (1947) refleja tres momentos de la historiografa francesa en el largo proceso en que fue escrito, entre 1923-1947. Al mismo tiempo, dichos momentos refieren a las tres imgenes sobre el mundo mediterrneo que componen la obra: la de sus constantes, la de sus tardos movimientos y la de su historia tradicional atenta a los acontecimientos y a los hombres. Descomponiendo as, sin integrar plenamente, el tiempo histrico en fenmenos de corta duracin (historia poltica y diplomtica), de mediana duracin (que se corresponde con los procesos econmicos y sociales) y de larga duracin (que hace referencia a las relaciones del hombre con el medio geogrfico).

El prestigio de Braudel creci en estos aos junto con el de Annales: su obra fue recibida con entusiasmo en Polonia, Italia, Espaa, Amrica Latina y, en menor medida, en el mundo anglosajn. Discpulo de Febvre, lo sucedi tras su muerte en 1956 en la direccin de la revista, que pas a denominarse Annales. conomies, socits, civilisations. Mientras los historiadores identificados con ella pasaban a ocupar el centro del campo historiogrfico francs, con ctedras en la Sorbona (Universit Paris 1) (Universit Paris 4) y el Collge de France, a las que se sum la fundacin de la VI seccin de la cole Practique de Hautes tudes, convertida luego en cole de Hautes tudes en Sciences Sociales.

En este contexto institucional, fue Ernest Labrousse, discpulo de Simiand, el que orient los estudios en historia econmica y social en una matriz cercana a la que haba recomendado su maestro, y que tanto Bloch como Febvre se haban resistido a adoptar. Ello implicaba privilegiar la historia regional sobre la dimensin nacional, y la bsqueda de nuevas fuentes de las cuales extraer datos cuantificables que pudieran ordenarse en series. A partir de ellas se podra atender a variables tales como: salarios, precios, flujos comerciales, etc., observadas en la larga duracin y analizadas con relacin a una estructura invariable respecto de la cual las crisis coyunturales son una referencia.

La cres de lconomie franaise (1966), escrita por Labrousse durante la ocupacin alemana, la monumental obra de P. Chaunu, Sville et latlantique (1955-60) en 12 volmenes, y Les paysan de Languedoc (1966), de Emanuel Le Roy Ladurie, son algunas de las obras ms emblemticas de las orientaciones historiogrficas inspiradas por la segunda generacin de Annales.

Entre fines de la dcada del 60 y comienzos de los 70 se va a producir un nuevo giro en la revista, esta vez comandado por la generacin que se form en la posguerra junto a Braudel y Labrousse: G. Duby, F. Furet, P. Nora, M. Aghulon, J. Le Goff, E. Le Roy Ladurie y Marc Ferro. Estos tres ltimos asumieron la direccin de la revista. Sin abandonar plenamente el anlisis cuantitativo, se van a abocar a los problemas culturales y la historia de las mentalidades, retomando el camino de Bloch y Febvre. Asimismo, inician un dilogo con la antropologa por la va de Levi-Strauss y Cliford Geertz y valoran la obra inclasificable de Foucault junto a la de un historiador ajeno a los medios acadmicos, Philippe Aris, que en 1960 haba publicado La infancia y la vida en el antiguo rgimen.

Un muestrario de la diversidad de temas, problemas, mtodos y enfoques que caracterizan esta nueva historia lo ofrecen los tres volmenes que conforman la obra dirigida por Jacques Le Goff y Pierre Nora, Hacer la Historia (1974) y el libro que coordinan el propio Le Goff junto a Revel y Chartier, La Nouvelle histoire (1978). Multitud de campos de estudios que contrastan con el programa ms orgnico que haban esbozado Labrousse y Braudel: las mentalidades, el imaginario colectivo, las actitudes frente a la vida y la muerte, la brujera, el cuerpo y la enfermedad, la sociabilidad. Pero adems retornos: la historia poltica, el acontecimiento, lo singular. Esta diversidad promovi, sino un abandono, s un desplazamiento, no siempre explicitado, del proyecto de elaborar una historia total, lo que llev a F. Doss a definirla, de un modo excesivo, como historia en migajas.

Paralelamente, en Italia se estaba produciendo el nacimiento de la microhistoria, cuyas influencias y los debates que provoca siguen teniendo peso hasta nuestros das1. Surge de un grupo reducido de historiadores que se haban integrado a la revista Quaderni Storici, fundada en 1966: Eduardo Grendi, Carlo Poni, Giovani Levi y Carlo Ginzburg.

Precisamente Guinzburg logra con el El queso y los gusanos (1976) un producto renovador tanto de la historia social como de la historia cultural, adems de ser un ejemplo de los aportes que el dilogo con la antropologa poda ofrecer a la historia. Fundamentalmente cuando se adentraba en los problemas de la cultura popular. As, el mtodo de la reduccin de escalas permita atender a las historias individuales, las subjetividades y las prcticas culturales, reconstruir redes de relaciones sociales concretas, cuestionar los mtodos macrohistricos y volver a redefinir la relacin entre lo singular y lo general.

Que es microhistoria?

Publicado por: tepatoken 2 comentarios

En un artculo de Carlo Ginzburg Microhistoria : dos o tres cosas que s de ella, este autor traza una breve semblanza del trmino microhistoria y de la implicacin en su obra.

El primero en utilizar la palabra microhistoria fue un estudioso americano George R. Stewart, en 1959, profesor de la Universidad de Berkeley posee una amplia bibliografa y en una conferencia sostuvo que para interpretar un texto literario es necesario, en primer lugar, descifrar las referencias ambientales que contiene. Esta pasin por el detalle microscpico inspir su libro Picketts Charge. A Microhistory of the final Attack at Gettysburg, July 3, 1863 (1959), donde analiza minuciosamente la batalla decisiva de la guerra civil americana.

En 1968 el mejicano Luis Gonzlez y Gonzlez insert la palabra microhistoria en el subttulo de su libro Pueblo en vilo. Microhistoria de San Jos de gracia. En este libro se investigan las transformaciones producidas a lo largo de cuatro siglos en un pueblo minsculo, siendo microhistoria aqu sinnimo de historia local, escrita desde una ptica cualitativa y no cuantitativa. El xito del libro le anim a teorizar sobre la nueva corriente en dos ensayos El arte de la microhistoria, y Teora de la microhistoria includas en dos colecciones llamadas Invitacin a la microhistoria (1973) y Nueva invitacin a la microhistoria (1982). Distingua la microhistoria de la petite histoire, anecdtica y sin crdito.

Adems Gonzlez y Gonzlez recordaba que la palabra microhistoria apareca ya en 1958 en la introduccin de Braudel al Trait de sociologie dirigido por Georges Gurvitch pero sin significacin concreta, reconocida. En realidad para Braudel microhistoire tena un significado negativo, era sinnimo de histoire vnementielle, es decir, de la historia tradicional, identificada con la historia poltica desde los tiempos de su Mediterrneo escrito diez aos antes (1949).

La microhistoria permaneca condenada, palabra calcada de microeconoma y microsociologa, permaneca en una aureola tecnicista como se ve en la obra de Raymond Queneau Les Fleurs bleues.

La primera vez que aparece microhistoria en italiano fue en el captulo de Primo Levi que cierra Il sistema periodico en 1975 poco despus entr en el lxico historiogrfico italiano perdiendo su originaria connotacin negativa, en el origen del cambio semntico estaba posiblemente Giovanni Levi que habla de Microhistoria en lugar del Microanlisis utilizado por Edoardo Grendi.

En el transcurso de los aos setenta y ochenta la historia de las mentalidades a la que Braudel atribua una importancia marginal ha conseguido, a menudo bajo el nombre de anthropologie historique, un peso cada vez mayor.

Histoire et Ethnologie de Furet y Le Goff muestran como la historia etnogrfica se propone romper con la historiografa tradicional en el sentido de que aqu los caminos de historia serial y microhistoria se separan ; una separacin intelectual y poltica. Seleccionar lo que es repetitivo y serializarlo es algo que en la historia antigua es imposible y en la medieval muy difcil, en el plano temtico de historia de las ideas e historia poltica tambin escapan por definicin a este tipo de investigacin. Pero el lmite ms grave estara en el estudio de los comportamientos de roles econmicos o socioculturales, ya que en cualquier sociedad la documentacin est intrnsecamente distorsionada ya que las condiciones de acceso a su produccin estn ligadas a una situacin de poder y adems se anula la particularidad o excepcionalidad de la documentacin existente en beneficio de lo homogneo y comparable. Aunque es innegable que el conocimiento histrico implique la construccin de series documentales.

Tambin es importante el significado de microhistoria en la reflexin de Krakauer donde microhistoria es sinnimo de investigacin monogrfica, lo compara con el primer plano cinematogrfico introduciendo nuevos elementos. Sin embargo Krakauer admita que existan fenmenos observables solamente a travs de una perspectiva macroscpica, lo que significa que la relacin entre macro y microhistoria no se da por realizada y sin embargo se la persigue. Krakauer propone como mejor solucin la que da Marc Bloch en Socit fodale donde Bloch hace un continuo ir y venir entre micro y macrohistoria. Krakauer concluye que la realidad es discontinua y heterognea por lo que ninguna conclusin alcanzada en referencia a un determinado mbito puede ser trasladada automticamente a un mbito ms general. Para Ginzburg esta reflexin sobre microhistoria son su mejor introduccin.

Ankersmit estudioso holands de la teora de la historiografa en su libro History and Theory de 1989 seala que en el pasado los historiadores se ocupaban del tronco del rbol o de las ramas, sus sucesores postmodernos se ocupan nicamente de las hojas, o sea de fragmentos minsculos del pasado que investigan de forma aislada, independientemente del contexto ms o menos amplio del que forman parte.

Giovanni Levi y Carlo Ginzburg han polemizado contra las posiciones relativistas -como la de Ankersmit-, para Ginzburg el acercamiento experimental que ha cristalizado a fines de los aos setenta en el grupo de los estudiosos italianos de microhistoria se basaba en la sutil conciencia de que todas las fases que sigue la investigacin son construidas y no dadas, construyndose desde la identificacin del objeto y su importancia, la elaboracin de las categoras mediante las que se analiza, los criterios de prueba, hasta los modelos estilsticos y narrativos a travs de los cuales se transmiten al lector los resultados obtenidos.

Las investigaciones microhistricas italianas han examinado tanto temas de importancia reconocida como temas anteriormente ignorados o relegados a mbitos considerados inferiores como la historia local. Lo que une estas investigaciones es la insistencia sobre el contexto, es decir, exactamente al contrario de la contemplacin aislada del fragmento elogiada por Ankersmit. Por qu se escoge un lugar y no otro ? cada caso tiene una explicacin pero las investigaciones microhistricas italianas han afrontado la cuestin de la comparacin en clave de la anomala, suponiendo como potencialmente ms reca la documentacin ms improbable la excepcin normal de Grendi. Como han sealado Levi o Cerutti cada configuracin social es producto de la interaccin de innumerables estrategias individuales, son una trama que slo la observacin cercana permite reconstruir. La relacin entre esta dimensin microscpica y la dimensin contextual se ha convertido en el principio organizador de la narracin, esta heterogeneidad constituye la mxima dificultad y la mxima riqueza potencial de la microhistoria.

A pesar del xito internacional alcanzado por la Escuela, no contamos con ningn texto terico que defina el paradigma bajo el cual se han amparado las investigaciones microhistricas muy distintas y de desigual valor. La microhistoria italiana, como ejemplo paradigmtico y central de esta corriente, no sigue una trayectoria similar a la de por ejemplo la Escuela de Annales con sus casos de absorcin de poder.

Hay que atribuir parte del xito internacional a un factor azaroso que es el de la cualidad personal de algunos microhistoriadores que son excelentes escritores, y sus obras son ejemplo de sabidura narrativa como por ejemplo el caso de Carlo Ginzburg que luego analizaremos. Adems otra caracterstica es que los lectores pueden reconocer los avances e identificar a los protagonistas de la corriente, como por ejemplo al editor Einaudi y su coleccin Microstorie. Estn relacionados con el ambiente de la Italia de la postguerra, siendo la editorial el baluarte cultural de la izquierda resistente frente al fascismo, editorial producto de la colaboracin de Leone y Natalia Ginzburg -padres de Carlo-, de Cesare Pavese e Italo Calvino adems del mencionado Giulio Einaudi. Eran aos de resistencia poltica y de inquietud intelectual, aos de riesgo y de extrema crueldad. En aquella poca la persona que guard los valores y la continuidad de la empresa fue Natalia Ginzburg. Varias dcadas despus la editorial se ha renovado incorporando a prestigiosas figuras que iremos recogiendo. En los aos sesenta inaguraron grandes obras como la Storia dItalia, Enciclopedia, etc. pero fue donde encontr su coleccin especfica Microstorie a principios de los ochenta y dirigida por Carlo Ginzburg y Giovanni Levi.

En general se tiende a identificar la microhistoria con Carlo Ginzburg, esto es razonable internacionalmente ya que lo que ms se ha divulgado internacionalmente es lo que se llama el paradigma indiciario que sigue el modelo de interpretacin conjetural y que ha ahondado las confusiones o malentendidos que hay en torno a esta corriente.

Al identificar Microhistoria con Ginzburg sucede como con Annales o su segunda generacin que no se reduce a lo que se ha llamado el paradigma braudeliano, as la microhistoria tampoco se agota con Ginzburg, aunque si encuentra en l su mayor resonancia en la obra El queso y los gusanos -al igual que Annales en Braudel y su obra sobre El Mediterrneo- producira tal impacto que se tiende a identificar microhistoria con Ginzburg y con la citada obra. As el xito de Ginzburg se deba quizs ms al error de otras versiones de la microhistoria menos divulgadas.

Pero es que Ginzburg es un brillante y consumado narrador por lo que su modelo se impone por la seduccin que supone leer su obra. l mismo Ginzburg reconoce que el fin de toda monografa histrica es captar el mayor nmero de lectores, dado que el problema bsico de la disciplina es de comunicacin. Esto no significa que la historia sea un discurso cuya verosimilitud se fundamente slo en procedimientos retricos. As Georges Duby sealaba que aunque la tcnica de un arte literario sea fundamental, a lo ms que un historiador aspirar ser a un nominalismo moderado, pues hay una necesidad de veracidad que separa al investigador del autor de relatos de ficcin. As Ginzburg admite que la realidad est fuera del discurso, aunque su captacin dependa de un proceso interpretativo, su preocupacin por el texto y la tcnica narrativa de la historia ha permitido que su ejemplo se tome privilegiadamente y que sea visto como uno de sus rasgos ms distintivos y, por supuesto, polmicos.

Pero la microhistoria no se reduce a Carlo Ginzburg, el ejemplo mayor de la tarea homogeneizadora es la coleccin mencionada Microstorie y as podemos hablar de microhistoria en libros de Carlo Ginzburg, Giovanni Levi, Franco Ramella, etc., pero no cabe duda que el significado de microhistoria se ha confundido o se ha derivado del xito editorial de algunas obras. A continuacin analizar dos concepciones de aproximacin microanaltica en historia : Ginzburg y Grendi. Pero no cabe duda que han existido intentos de ofrecer una posicin alternativa a esa dualidad y quien mejor lo consigui fue Giovanni Levi que quiz ha sido el primero en ofrecer una aproximacin terica de aquello que se llama microhistoria en el captulo del libro Nuevas perspectivas en historia, en donde pretende lanzar una mirada global a la direccin de la microhistoria italiana pero seala que esta corriente no se basa en textos tericos manifiestos, dice que es por esencia una prctica historiogrfica.

Giovanni Levi intenta caracterizar la corriente historiogrfica de la microhistoria y enumera un total de siete rasgos :

1- La reduccin de escala.

2- El debate sobre la racionalidad.

3- El pequeo indicio como paradigma cientfico.

4- El papel de lo particular.

5- La atencin a la recepcin y al relato.

6- Una definicin especfica del contestos.

7- Rechazo al relativismo.

James Amelang resume la microhistoria italiana en seis elementos centrales o recurrentes :

1- La reduccin de escala.

2- La preferencia por lo singular o por lo extraordinario.

3- El estudio de la historia social centrada en las clases populares.

4- El anlisis basado en el paradigma indiciario.

5- Una aproximacin transparente al conocimiento histrico.

6- Su predileccin por la forma narrativa.

Es cierto que todos esos rasgos pueden hallarse de alguna manera en las distintas obras microhistricas, pero es tambin cierto que muchas de ellas tambin pueden encontrarse en otras que no asumen la etiqueta mencionada. El microanlisis no es patrimonio de la corriente histrica italiana, varias disciplinas lo utilizan institucionalizndolo como la microeconoma, o como rasgo nuclear como la antropologa. As la virtualidad de la microhistoria consiste en haber introducido esa mirada micro en nuestra disciplina y en haber arropado esa aproximacin con una metodologa consistente pero heterognea ; el objeto puede ser tanto lo excepcional como las formas bsicas de agregacin en cuyo anlisis se persigue explicar la red de relaciones que la integran.

Como nos recuerda Levi, la mayora de los microhistoriadores hunden sus races en el marxismo y la microhistoria fue un intento saludable de desembarazarse de las coerciones cognoscitivas y las ineficacias explicativas que la tradicin politica haba impuesto en Italia. Esta corriente nace pues de un hecho intelectual : la crisis del marxismo, es una respuesta en el mbito historiogrfico a una constatacin cultural-civilizadora que acontece entre finales de los setenta y los ochenta : la crisis de la razn. Es el momento del surgimiento de la postmodernidad con la que en ocasiones se ha tratado de identificar a la microhistoria, sin embargo, lo que comparten es la certidumbre de una quiebra de paradigmas tradicionalmente sostenidos para explicar desde lo general una realidad que siempre es local. Los historiadores tratarn de formular algn nuevo paradigma bajo el cual integrar sus investigaciones parciales y dejarn de asumir una concepcin positivista en el sentido de asumir la narratividad en el discurso histrico.

El debilitamiento del paradigma marxista dio paso a dos hechos :

a) La apertura a otras ciencias sociales como la antropologa.

b) La renovacin de la historia local alejada de aquel viejo cronismo. As la microhistoria en principio parece que surge como historia local aunque luego evolucione en los sentidos que veremos a continuacin.

a) Eduardo Grendi :

Por todo ello debemos apelar a aquellas definiciones propuestas por los propios microhistoriadores atendiendo al contexto en el que surgen. Los intentos iniciales en Italia datan de la primera mitad de los Setenta con Edoardo Grendi, que sensible a los avances producidos en las ciencias sociales, postulaba la adopcin de una perspectiva micro para la historia que estaba acostumbrada a operar a gran escala, con larga duracin y con procedimientos seriales que privilegiaban el anonimato y lo cuantitativo. As la propuesta de Grendi desentonaba con el paradigma historiogrfico de aquellas fechas, frente a la historia total de Braudel, Grendi defenda un modelo de anlisis ms modesto que permitiera reducir el objeto de investigacin trasladando las demandas que surgan ya en otros planteamientos como la economa y la antropologa, de donde Grendi subrayaba la vocacin microanaltica de la antropologa o el estudio de las relaciones sociales a travs de sus distintas manifestaciones econmicas, envidiando la atencin de la antropologa al contexto y asuma la tradicin vinculada a Polanyi, Mauss, Boass o Malinowski.

Al margen de consideraciones sobre los avances de la antropologa que aqu no nos ocupan, lo que interesa destacar es la coincidencia temporal y temtica de la reivindicacin de la mirada microscpica y contextual de Clifford Geertz y Edoardo Grendi. Para Geertz microscpico quiere decir que el investigador analiza los mismos megaconceptos con los que se debaten las ciencias sociales contemporneas partiendo de los conocimientos extraordinariamente abundantes que tiene de cuestiones extremadamente pequeas . Consecuencia de ello es la reduccin de la escala de observacin, pero Grendi iba ms all y defenda el anlisis de las relaciones en aquellos mbitos en los que el anlisis pudiera ser significativo. Grendi hacia 1977 defiende el estudio microanaltico en las formas sociales y polticas ms reducidas.

Grendi para llegar a esta conclusin fue influenciado del mbito anglosajn lo que no es extrao ya que l estuvo en la London School of Economics. Grendi aprendi el relieve que dara a la nocin del contexto y aprende en concreto de Thompson la reivindicacin del protagonismo del individuo y del grupo social y la rigurosa contextualizacin del objeto histrico, de los individuos y los grupos. Thompson adems censura ciertos vicios de su propia tradicin marxista que olvida la mirada autocrtica obsesionada por el cientifismo y orienta el estudio hacia los protagonistas del cambio histrico : las clases populares y los individuos que las integran, la accin humana slo puede explicarse en su contexto, pues las decisiones y sus implicaciones son fruto de una eleccin inextirpable a la experiencia. As Grendi intenta adems de subrayar la importancia de su mtodo analtico, la forma en que ste aborda el estudio contextualizado de los individuos y los grupos , lo que le permite disolver esquemas de la historiografa conservadora y banalidades de la tradicin marxista.

Tambin Grendi tiene ciertas sintonas con Polanyi, que es un conocido antroplogo de la economa, desarrollo su obra en Gran Bretaa y EEUU desde su temprano exilio de su Budapest natal. En su obra The Great transformation publicada en 1944 Polanyi desarrolla un anlisis de la economa de mercado y de sus orgenes, subraya la importancia de la economa incorporada que tienen los distintos tipos de transacciones. As, la economa funciona como un subproducto de las obligaciones de parentesco, polticas y religiosas, tratando de desmentir que los mercados se contemplen como la forma omnipresente de la organizacin econmica y que esa misma organizacin determine la estructura social y la cultura en todas las sociedades. Frente al axioma de Smith del inters econmico como mvil de la accin social, Polanyi afirma el argumento inverso ; el hombre no tiene una propensin innata al trfico, es slo la necesidad social de organizar los recursos el factor que conduce al cambio. As su conclusin es que el capitalismo concurrencial escindi la economa de la sociedad y del Estado, esta es la gran transformacin que se da en occidente y de la que nacen los mercados incontrolados en los que la economa ha dejado de estar incorporada a la sociedad.

No tuvo repercusin en Italia o Francia hasta que Grendi o Annales destacan su obra en la dcada de los setenta. Grendi lo recupera con la publicacin de Polanyi, Dallantropologia economica alla microanalisi storica subttulo este otorgado por Grendi que en la primera parte describe y analiza las categoras polanyanianas relacionndolas con la antropologa inglesa, con el sustantivismo econmico y con la antropologa marxista. La segunda parte Polanyi pierde relieve y se da paso a un uso productivo de sus categoras, Grendi se propone suspender por un lado al teleologismo implcito o explcito que ha informado los anlisis histrico-econmicos del capitalismo y por otro, el referente normativo de los historiadores a la hora de evaluar sociedades, permitindole desarrollar una propuesta en virtud de la cual se pasa del procedimiento de la micro, de la unidad domstica, a la macro.

Al margen de que la unidad domstica, la comunidad o el mercado puedan ser objetos del discurso histrico, Grendi extrae la leccin de una mirada microanaltica que no da por supuesto ningn elemento que no se explique en su relacin contextual. Y as relativiza una de las caractersticas ms celebres de la historiografa de la poca ; la interdisciplinariedad. As el significado no lo dan esas categoras extrahistricas sino la red de relaciones factuales y personales.

Grendi haba privilegiado la aproximacin a la antropologa pues esto ya lo han sealado los antroplogos -desde Marcel Mauss a Geertz-, por lo que cobra protagonismo la descripcin polanyiana de la economa incorporada entendida como la imposibilidad la economa de la sociedad y por tanto obliga al investigador a una lectura total de un hecho, y no slo una nica mirada disciplinaria, Grendi elige las formas de agregacin intermedias, en la medida en que stas permitan aplicar esa mirada que reclama.

b) Carlo Ginzburg .

Quizs el poco conocimiento internacional del que goza Grendi sea debido al impacto de la obra de Ginzburg El queso y los gusanos que mi compaero analizar. Sin embargo a Edoardo Grendi se le suele citar en los textos referidos a la teora de la microhistoria. En el texto que junto a Carlos Poni presenta en 1979, Ginzburg se propone seguir un itinerario de investigacin que se fundamente en perseguir al mismo individuo o grupo de individuos en contextos sociales diferentes.

El anlisis basado en el nombre no abandona la fuente serial o la investigacin serial. Lo que diferencia este anlisis es el tomar o no el anonimato como horizonte analtico, aqu el centro de gravedad persigue a individuos concretos, buscando descubrir la imagen grfica de la red de relaciones sociales en que el individuo est integrado. Rescata el objetivo de Grendi amplindolo de significado, lo excepcional normal alude a determinados casos de estudios, a objetos de investigacin que son extraordinariamente extravagantes para nuestro sentido comn, pero normales en sociedades precapitalistas. Ginzburg y Poni hablan de los excepcional normal como si esto implicara tambin la creacin de objetos de investigacin definidos a partir de esta cualidad, algo que se aleja de la pretensin originaria de Grendi.

El queso y los gusanos puede dar sentido a ese nuevo significado de lo excepcional. Pero adems Ginzburg publicar el celebre ensayo sobre el paradigma indiciario que establece un tercer nivel cognoscitivo. As son tres los significados que se aaden a la microhistoria :

1- Fuentes.

2- Objetos de investigacin.

3- Al mtodo de conocimiento y a las inferencias a aplicar.

Una cosa es lo excepcional normal en el sentido de Grendi, el documento no serializable pero significativo por revelador. Otra cosa es buscar un objeto de investigacin que, por su condicin excepcional normal, pueda descubrir hechos o procesos histricos. Y otra finalmente, es el indicio como mecanismo de creacin de un paradigma cognoscitivo.

El indicio es la forma de operar de determinadas prcticas o disciplinas como por ejemplo en la crtica de arte para atribuir autoras disputadas (Morelli), o en el mtodo detectivesco para hallar pruevas de inculpacin o exculpacin (Sherlock Holmes) o en el psicoanlisis para detectar los sntomas de la psique profunda (Freud), los tres ejemplos son mdicos y esta es la clave del paradigma indiciario : la sintomatologa mdica, es decir, parangonando la historia y la medicina como prcticas basadas en testimonios indirectos, observaciones indiciarias e inferencias conjeturales.

Ginzburg seala que la historia es la disciplina de lo concreto y el mtodo nuclear de sus operaciones la abduccin. Por contra si el propsito de una macrohistoria es el establecimiento de unas reglas que permiten explicar el proceso histrico, es posible que acudamos al mtodo hipottico-deductivo. El problema que se presenta es la distinta naturaleza de las leyes histricas frente a las propias de las ciencias naturales por lo que Ginzburg lo primero que nos propone es conocer la naturaleza de las hiptesis en el conocimiento histrico para lo que postula del carcter deductivo o inductivo de su saber, pues la relacin del historiador con su material no pasa fundamentalmente por estas opciones (aun cuando en ocasiones desarrolle modelos deductivos o inductivos) pero bsicamente nos referimos a los cimientos del saber histrico cuyo razonamiento caracterstico pertenece al proceso inferencial de la abduccin.

El filsofo Charles S. Peirce seala que la inferencia abductiva es aquel proceso cognoscitivo en el que poniendo en relacin una regla y un resultado, obtenemos un caso, es decir, sabemos que este resultado que se nos ofrece a la vista puede ser el caso de una regla que hemos sometido a hiptesis. El proceso abductivo interviene siempre que hay que poner en relacin un hecho, con una explicacin verosmil que debe ser verificada. Reconocer que el conocimiento histrico es siempre abductivo significa que el historiador no puede acceder de modo directo a una realidad que es, por principio, impenetrable. Pero su intencin de restituir el pasado a travs del uso de un material -la fuente histrica- es siempre indirecto y hay que descifrar siempre ese material en un procedimiento semejante al de las disciplinas sintomticas que operan con escasas informaciones, captando algo que pareca sin sentido. Cuando Ginzburg sostiene que la realidad es impenetrable no dice nada nuevo, es al historiador al que compete crear el pasado que estudia.

La vocacin de verdad que distingue al historiador se cumplira con la obtencin de pruebas o vestigios -las fuentes- para dar como resultado un relato versmil, pero Ginzburg va ms all, nuestro autor consuma la operacin con un juicio de valor que puede ser tan arbitrario como el que parece criticar : los objetos de investigacin extraos, marginales, raros, excepcionales, aislados, los convierte en zonas privilegiadas de esa realidad impenetrable. Por qu hemos de admitir mejor la excepcionalidad que la serializacin ?, nos estamos refiriendo a la capacidad explicativa del pasado y eso est an por demostrar .

La microhistoria tal como se concibe a finales de los setenta se formula a partir de la crtica a una historia serial que parece agotada y que ha impuesto en ocasiones lecturas unilaterales. La microhistoria que sostiene Ginzburg lo lleva al otro extremo, unos documentos excepcionales para un objeto excepcional de acuerdo con una mirada analtica o interpretativa que subraya lo excepcional.

Por qu defiende la excepcionalidad como medio de aproximacin al pasado ?. El primer elemento que tenemos es su adscripcin a la historia cultural, Ginzburg ve que cualquier vestigio de esa realidad cultural sometida es excepcional (aunque ese sistemtico sometiento convierte en normal aquello que creamos excepcional), y adems se necesita un criterio distinto de verificacin que permita evitar que exageremos, por tanto Ginzburg se enfrenta a una documentacin heterognea y desequilibrada frente a lo cual propone nuevos instrumentos analticos, apropindose de un modelo inferencial -la abduccin-, que no est slo para lo excepcional pero que l haba aplicado o aplicara en el futuro para casos extraordinarios.

Finalmente se aade al problema de identificar el carcter abductivo de la investigacin histrica, el fundamento discrecional de esta operacin : la intuicin. As su mtodo no consiente un proceso de verificacin completa sino que admite un margen amplio de intuicin. Enfrentado a fuentes heterogneas lo que predomina es la incertidumbre, el paradigma indiciario es intuitivo, elstico, hace depender buena parte del discurso histrico de la cualidad personal, de la capacidad individual del historiador para revelar ese pasado. As admitimos, junto a Ginzburg, que caben soluciones o afirmaciones puramente conjeturales, sin ninguna base emprica que las respalde.

Aqu es donde la microhistoria cultural de Ginzburg se separa de la historia de las mentalidades. Mientras la mentalidad se refiere a lo que hay de menos individual e irrepetible en los sujetos y apela a un contexto social del que hace depender la comprensin global de los casos estudiados, la cultura que Ginzburg estudia es singular en tanto se desprende de un contexto de mentalidad.

Ginzburg se enfrenta a ciertos usos de la historia para legitimar por la va de la tradicin posiciones del presente. Pero adems Ginzburg utiliza el concepto de historia muerta para recuperar aquello que est sepultado, deformado o invertido y que slo es recuperable a partir del uso sistemtico del paradigma indiciario.

Su propuesta microhistrica requiere una forma discursiva basada en el relato. Su xito se debe, entre otras cosas, a la forma narrativa, forma que el lector de aquellas fechas empezaba a reclamar, tras la saturacin de la historia cientfica. Ginzburg defiende que si la historia es una disciplina basada en el procedimiento de la argumentacin, en este caso, su fuerza reside en la conviccin, y el mejor argumento es la presencia fsica en el lugar de los hechos, al modo del historiador clsico griego que estaba all, siendo testigo directo de lo que aconteca. La narracin de Ginzburg atrae y su paradigma indiciario parece implicar por necesidad la narracin. Furet en su Histoire et Ethnologie haba rechazado la narracin como expresin tpicamente de la historie vnementeille. Ginzburg seala que el impulso hacia la narracin le vena de la famosa novela Guerra y Paz de Leon Tolsti donde se ve que un fenmeno histrico puede ser comprensibel solamente mediante la reconstruccin de la actividad de todas las personas que han formado parte de l (seala Tolsti).

El problema del investigador de la temprana edad moderna o del medievo, es la ausencia de una documentacin suficiente. La opcin metodolgica de Ginzburg adquiere sentido aqu pues unas fuentes escasas y sesgadas otorgan mayor valor a la documentacin nominal que habla de la cultura de las clases populares. El problema es cmo remontarse desde informacin secundaria hasta una realidad ms compleja. Si la historia es abductiva, la solucin es desarrollar ms hbilmente ese paradigma indiciario que permite leer, los rastros mudos formando una secuencia narrativa. Lo que ms preocupa a Ginzburg es la interpretacin de la realidad a partir de una cuidada reconstruccin de sus significados, llegando a la misma preocupacin que los antroplogos, Ginzburg est interesado en el punto de vista del nativo, pero es la carencia de documentacin la que le permite utilizar su modelo conjetural y le lleva a interpretar buscando la narratividad, hacindonos pensar que estuvimos all.

Todo esto es una diferencia sustancial respecto a Grendi y sus seguidores que centran sus investigaciones en pocas ms cercanas a la contemporaneidad preocupndose sobre todo por la utilizacin errnea del arsenal de fuentes disponibles, por eso Grendi es un crtico pertinaz contra los abusos de la documentacin serial.

Tendencias historiogrficas actuales

por Antonio Carrasco

Introduccin a la historiografa del siglo XX

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1. La explicacin en la historia

En general, los hechos del pasado suelen ser transmitidos por medio de la narracin. Esta narracin puede limitarse a contar lo que sucedi sin emitir juicios o valoraciones personales (descripcin) o puede intentar dar respuesta a las causas que motivaron dichas circunstancias (explicacin). Los cronistas, antiguos y modernos, solan quedarse en el plano puramente descriptivo, contaban cosas. El historiador va ms all y trata de explicar las causas, las circunstancias, la influencia de la personalidad de los protagonistas individuales o colectivos en los fenmenos histricos.

Cuando tratamos de explicar los hechos y las conductas del pasado solemos hacerlo desde dos perspectivas, que derivan en dos tipos de explicaciones: la causal y la intencional.

La explicacin causal es la ms usual en la historia y posiblemente la ms propiamente histrica. Es la que trata de explicar las causas mltiples de los hechos histricos.

La explicacin intencional o motivacional es la que trata de establecer los motivos que llevaron a los protagonistas (individuales o colectivos) a actuar de una determinada manera y las consecuencias de sus acciones. Tienen, por tanto, una naturaleza psicolgica y requieren empata, es decir, una identificacin mental con los protagonistas; hemos de ponernos en su situacin para poder comprender sus acciones y decisiones.

En la historia, es posible combinar ambas explicaciones y llegar a una explicacin integrada. Ambas son complementarias, ya que las acciones de los protagonistas no tuvieron siempre los efectos esperados y las causas de los hechos histricos suelen ser mltiples, dada la complejidad de las relaciones sociales.

.2. El cambio cualitativo: de Annales a la Nouvelle Histoire

La llamada Escuela de los Annales, formada en la dcada de los 30 del siglo XX, como reaccin a la historia acadmica, intent una reconstruccin del pasado sobre bases cientficas tomadas de otras ciencias humanas o sociales, para acabar desintegrndose en los aos 70 en mltiples direcciones.

Su objetivo era hacer una historia global, total, partiendo de la premisa de que los aspectos sociales y econmicos formaban parte de la Historia.

As mismo, la Escuela de los Annales ampli el concepto de documento histrico: adems de los documentos escritos (como sealaban Langlois y Seignobos a finales del siglo XIX), tambin fueron considerados documentos histricos todas las huellas del pasado humano: las obras de arte, los restos arqueolgicos, los testimonios orales y las imgenes.

La nueva historia naci con dos objetivos: sacarla de la rutina de la escuela metdica y primar lo econmico y lo social en detrimento de lo narrativo-factual y de lo exclusivamente poltico.

La Escuela de los Annales tuvo tres generaciones de historiadores:

La primera generacin naci en 1929 y tuvo como principales representantes a Marc Bloch y Lucien Febvre. Fue la etapa de formacin de la corriente y se caracteriz por el rechazo al historicismo, la bsqueda de nuevos objetivos de estudio, con nfasis especial en lo social.

La segunda generacin comenz tras 1945, en torno a Fernand Braudel, y lleg hasta los aos 70. Fue la etapa de mayor influencia de la Escuela. Se caracteriz por la introduccin de propuestas tomadas de otras ciencias sociales.

La tercera generacin, la de la Nouvelle Histoire o Nueva Historia, tuvo como principales representantes a Jacques Le Goff, George Duby, Pierre Chaunu, Franois Furet, Jacques Revel, Andr Burguire y Roger Chartier. Fue la etapa de la fragmentacin del objeto de anlisis y la bsqueda de nuevos caminos por el anlisis de nuevos temas (como la mujer, la vida privada, la infancia o la familia) o por el uso de nuevos mtodos (como el estudio de las mentalidades).

La corriente de pensamiento historiogrfico de los Annales se extendi a otros pases. En Espaa penetr durante los aos 50 del siglo pasado. De la mano de Jaume Vicens i Vives fueron incorporados a los estudios histricos los aspectos econmicos y sociales, as como el estudio de un nuevo sujeto histrico: las masas.

La Escuela de los Annales ha recibido diversas crticas. Entre ellas, las principales han sido la ausencia de una concepcin historiogrfica propia y la primaca de los aspectos econmicos sobre los sociales.

Desde los aos 70 la Escuela se fragment, alcanzando un alto grado de especializacin, que ha llevado a la aparicin de mltipes historias (del libro, de las mentalidades, de la familia, de la vida privada, de la alimentacin, del sexo, de la infancia, de la vejez, etc.).

2.3. La aportacin del marxismo

El marxismo es el otro gran pilar sobre el que se apoya la historiografa contempornea. La llegada del marxismo a la Historiografa es relativamente tarda. Desde la muerte de Engels, en 1895, hasta la incorporacin del mtodo de anlisis del materialismo histrico a la construccin de la explicacn histrica pas casi medio siglo. Las primeras aportaciones de la nueva historiografa marxista se produjeron durante el perodo de entreguerras. En Espaa, la dictadura franquista impidi su desarrollo hasta mediados los aos 70.

El materialismo histrico pretenda explicar el pasado sobre la base de una teora general del movimiento de las sociedades, en la que se incluyen conceptos bsicos marxistas (clases, lucha de clases, superestructura, infraestructura), entre los que el ms importante es el modo de produccin.

La historiografa marxista tuvo representantes ilustres en Francia y en Gran Bretaa:

Entre los franceses, podemos destacar a Pierre Vilar.

La nueva historiografa marxista britnica se desarroll en torno a la revista History Workshop, fundada en 1975. Se centr en la historia social del trabajo y en el compromiso poltico de sus representantes.

2.4. Estructuralismo e Historia

La historia estructural o de las estructuras fue una tendencia centrada en Francia y muy relacionada con la Escuela de los Annales.

Estudia las regularidades, los hechos cotidianos, que se repiten, frente a los sucesos excepcionales, nicos o singulares que caracterizan a la historia narrativa tradicional. Las estructuras son fenmenos geogrficos, ecolgicos, tcnicos, econmicos, sociales, polticos, culturales y psicolgicos, que permanecen constantes durante un perodo largo de tiempo y que evolucionan de manera casi imperceptible. Frente a la estructura se halla la coyuntura, las fluctuaciones manifiestas en el contexto de la estructura. El tiempo de las estructuras es muy lento (tiempo largo, segn Braudel), mientras que el de las coyunturas es un tiempo corto.

La historia estructural es una historia de poblaciones totales, es decir, del conjunto de personas que viven en un lugar objeto de estudio, que no excluye el anlisis de las individualidades o de las elites, en el sentido de minoras innovadoras y no de grupos de privilegiados. Es, adems, una historia biolgica, relacionada con la alimentacin, la sexualidad, la enfermedad, las actitudes con respecto al cuerpo. Se interesa por los acontecimientos de larga duracin, por lo que una revolucin tiene un carcter de proceso que conmueve estructuras histricas. Las revoluciones estructurales son silenciosas e imperceptibles, como, por ejemplo, las revoluciones neoltica o demogrfica.

2.5. New Economic History y cuantitativismo

Si bien la cuantificacin de los sucesos histricos comenz en los aos 30 del siglo XX, la defensa de un paradigma cuantitativista para explicar los hechos del pasado humano apareci en Francia y los Estados Unidos en los aos 70, se extendi durante los 80 y ha entrado en crisis desde entonces.

En la historiografa cuantitativista se pueden distinguir dos tendencias:

La cliometra, la autntica historia cuantitativa, que matematiza la explicacin del pasado mediente la elaboracin de modelos cuantitativos. Un ejemplo de esta lnea es la New Economic History, desarrollada en los aos 60 en los Estados Unidos y con aplicacin a la historia econmica.

La historia estructural-cuantitativista, que utiliza con frecuencia la estadstica o la informatizacin de datos numricos como complemento o instrumento auxiliar de una explicacin histrica puramente verbal y no matematizada. Esta tendencia est muy presente en la tercera generacin de la Escuela de los Annales y abarca temas muy variados, generalmente en el mbito de lo social.

2.6. La crisis de los grandes paradigmas

La crisis de los grandes paradigmas es el nombre de un perodo de la Historiografa iniciado a finales de la dcada de los 70 del siglo XX, que se agranda con el hundimiento del socialismo (1989) y conduce a la incertidumbre de los 90, agravada en los inicios del siglo XXI por los efectos de la globalizacin, la expansin del terrorismo y las consecuencias de los atentados del 11 de septiembre de 2001.

Frente a los paradigmas de la historia marxista, la historia estructural, el cuantitativismo o la Nouvelle Histoire, ha surgido en los ltimos aos una reivindicacin de la historia narrativa, una vuelta al relato histrico, que no supone una vuelta a los modos de hacer historia del siglo XIX. Este retorno, unido a la inmensa fragmentacin que ha experimentado la historiografa en las ltimas dos dcadas, son sntomas claros de la crisis de la historia analtica como ciencia.

Esta crisis de los grandes modelos historiogrficos no supone, en cambio, una prdida de inters por la Historia. Al contrario, el crecimiento de los problemas polticos a escala global hace mayor la necesidad de informacin que el conocimiento del pasado proporciona para la comprensin del presente. En esta era de la incertidumbre la Historia es necesaria. Este hecho y la creciente demanda de novela histrica revelan la atraccin que siente el ser humano por el conocimiento, el estudio y la lectura sobre las races histricas de las distintas culturas existentes en el planeta.

La vuelta a la historia narrativa se plante a finales de los aos 70 y comienzos de los 80. Surgi como consecuencia de un debate mantenido en la revista Past and Present entre Lawrence Stone y otros autores, entre los que cabe destacar al marxista Eric Hobsbawm:

Stone comentaba la existencia de un cansancio de la historia sociolgico-estructural dominante, en la que se relegaban los factores intelectuales, culturales, religiosos, psicolgicos e incluso polticos por un determinismo econmico-demogrfico en el que la cuantificacin tena un papel relevante. Este cansancio haba llevado a un resurgimiento del inters por los factores culturales y polticos o por la historia de las ideas, aunque concebidos de forma muy distinta a los de la historia tradicional del historicismo y el positivismo.

Howsbawm critic la exposicin de Stone, asegurando que los cambios historiogrficos producidos no tenan tal importancia y defendindose del reduccionismo economicista en que haban cado algunos historiadores marxistas o de la Nouvelle Histoire. As mismo, afirm que los marxistas britnicos nunca perdieron el inters por los acontecimientos o la cultura y que tampoco aceptaron nunca el determinismo econmico que consideraba a la superestructura siempre dependiente de la infraestructura.

La vuelta a la historia narrativa ha dado paso a la microhistoria, en contraposicin a los grandes anlisis estructurales. De esta manera, han surgido la historia de la vida cotidiana, de la vida privada, o la nueva historia social de la poltica, en la que los dos objetivos bsicos son el poder y los hechos que se relacionan con l.

De la crisis de los grandes paradigmas han surgido nuevas formas de hacer historia, que han marcado la historiografa de los ltimos 15 aos; entre esas nuevas formas historiogrficas destacan las siguientes:

La microhistoria. Tiene su origen en Italia, tras la publicacin en 1976 por Carlo Ginzburg del libro El queso y los gusanos. El cosmos de un molinero del siglo XVI. Se basa en la reduccin de la escala de la observacin, en un anlisis microscpico y en un estudio intensivo del material documental. Es ms una prctica historiogrfica que un paradigma terico. Las relaciones con la antropologa y otras ciencias sociales y su proximidad a la historia local la hacen estar prxima a la creacin literaria y la narracin.

La nueva historia cultural. Influida por la antropologa y la lingstica, incide en el mundo de las representaciones. Va ms all de la historia de las mentalidades y la tradicional historia cultural o intelectual. Pretende el estudio de las creencias populares colectivas como objeto etnogrfico, lo que se ha llamado el imaginario colectivo. En este sentido, sera una especie de antropologa histrica, pero que ms que describir las prcticas socioculturales del pasado, resalta la manera en que esas formas se representan en la mente de los distintos grupos sociales.

La ciencia histrica socioestructural o historia socioestructural. Es la ms renovadora de todas estas nuevas formas de hacer historia. Su mximo representante es Christopher Lloyd, que se inserta dentro de la amplia va de la historia social. Ligada a la sociologa histrica, defiende un estatus cientfico que se niega a las otras dos corrientes sealadas, enmarcadas en el narrativismo. La historia socioestructural pretende descubrir la real estructura oculta de la sociedad, el proceso real del cambio social estructural.