historia universal contemporanea

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JORGE ANTONIO CASTRO LOPEZ COLEGIO DE BACHILELRES PLANTEL CANCUN TRES BONFIL GRUPO: 5 A MATERIA: HISTORIA UNIVERSAL CONTEMPORANEA

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comentarios sobre escrito anexos a tarea escolar nivel bachilleratofuncion: aprobar materia historia universal sirve mucho de estudio

Transcript of historia universal contemporanea

JORGE ANTONIO CASTRO LOPEZ COLEGIO DE BACHILELRES PLANTEL CANCUN TRES BONFIL GRUPO: 5 A MATERIA: HISTORIA UNIVERSAL CONTEMPORANEA

VISTA PANORMICA DEL SIGLO XXDOCE PERSONAS REFLEXIONAN SOBRE EL SIGLO XX

FRAGMENTO

IsaiahBerlin(filsofo, Gran Bretaa): He vivido durante la mayor parte del siglo XX sinhaber experimentado debo decirlo sufrimientos personales. Lo recuerdo como elsiglo ms terrible de la historia occidental.Comment by jorge castro: Para m todos estos puntos de vista de distintos escritores como cientficos y msicos, es de gran importancia ya que podemos entender lo que fue posible y lo que no durante el siglo XX, tambin podemos entender que en la mayora de los puntos de vista, el siglo xx fue visto como una serie de eventos mal oportunos , pero para otros fue la poca de grandes auges en lo social, poltico, etc.Julio Caro Baroja (antroplogo, Espaa): Existe una marcada contradiccin entre latrayectoria vital individual la niez, la juventud y la vejez han pasado serenamente ysin grandes sobresaltos y los hechos acaecidos en el siglo XX... los terriblesacontecimientos que ha vivido la humanidad.Primo Levi (escritor, Italia): Los que sobrevivimos a los campos de concentracin nosomos verdaderos testigos. Esta es una idea incmoda que gradualmente me he vistoobligado a aceptar al leer lo que han escrito otros supervivientes, incluido yo mismo,cuando releo mis escritos al cabo de algunos aos. Nosotros, los supervivientes, nosomos slo una minora pequea sino tambin anmala. Formamos parte de aquellos que,gracias a la prevaricacin, la habilidad o la suerte, no llegamos a tocar fondo. Quienes lohicieron y vieron el rostro de la Gorgona, no regresaron, o regresaron sin palabras.Ren Dumont(agrnomo, ecologista, Francia): Es simplemente un siglo de matanzas y deguerras.Rita Levi Montalcini(premio Nobel, cientfica, Italia): Pese a todo, en este siglo se han registrado revoluciones positivas... la aparicin del cuarto estado y la promocin de lamujer tras varios siglos de represin.William Golding(premio Nobel, escritor, Gran Bretaa): No puedo dejar de pensar que hasido el siglo ms violento en la historia humana.Ernst Gombrich(historiador del arte, Gran Bretaa): La principal caracterstica del siglo XXes la terrible multiplicacin de la poblacin mundial. Es una catstrofe, un desastre y nosabemos cmo atajarla.YehudiMenuhin(msico, Gran Bretaa): Si tuviera que resumir el siglo XX, dira quedespert las mayores esperanzas que haya concebido nunca la humanidad y destruy todas lasilusiones e ideales.Severo Ochoa (premio Nobel, cientfico, Espaa): El rasgo esencial es el progreso de laciencia, que ha sido realmente extraordinario... Esto es lo que caracteriza a nuestro siglo.Raymond Firth(antroplogo, Gran Bretaa): Desde el punto de vista tecnolgico, destaco eldesarrollo de la electrnica entre los acontecimientos ms significativos del siglo XX; desde elpunto de vista de las ideas, el cambio de una visin de las cosas relativamente racional ycientfica a una visin no racional y menos cientfica.Leo Valiani(historiador, Italia): Nuestro siglo demuestra que el triunfo de los ideales de lajusticia y la igualdad siempre es efmero, pero tambin que, si conseguimos preservar lalibertad, siempre es posible comenzar de nuevo... Es necesario conservar la esperanza inclusoen las situaciones ms desesperadas.Franco Venturi (historiador, Italia): Los historiadores no pueden responder a esta cuestin.Para m, el siglo XX es slo el intento constantemente renovado de comprenderlo.(Agosti y Borgese, 1992, pp. 42, 210, 154, 76, 4, 8, 204, 2, 62, 80, 140 y 160).

IEl 28 de junio de 1992, el presidente francs Francois Mitterrand se desplazsbitamente, sin previo aviso y sin que nadie lo esperara, a Sarajevo, escenariocentral de una guerra en los Balcanes que en lo que quedaba de ao se cobraraquizs 150. 000 vidas. Su objetivo era hacer patente a la opinin mundial la gravedadde la crisis de Bosnia. En verdad, la presencia de un estadista distinguido, anciano yvisiblemente debilitado bajo los disparos de las armas de fuego y de la artillera fuemuy comentada y despert una gran admiracin. Sin embargo, un aspecto de la visitade Mitterrand pas prcticamente inadvertido, aunque tena una importanciafundamental: la fecha. Por qu haba elegido el presidente de Francia esa fecha parair a Sarajevo? Porque el 28 de junio era el aniversario del asesinato en Sarajevo, en1914, del archiduque Francisco Fernando de Austria-Hungra, que desencaden,semanas despus, el estallido de la primera guerra mundial. Para cualquier europeoinstruido de la edad de Mitterrand, era evidente la conexin entre la fecha, el lugar y elrecordatorio de una catstrofe histrica precipitada por una equivocacin poltica y un errorde clculo. La eleccin de una fecha simblica era tal vez la mejor forma de resaltar lasposibles consecuencias de la crisis de Bosnia. Sin embargo, slo algunos historiadoresprofesionales y algunos ciudadanos de edad muy avanzada comprendieron la alusin. Lamemoria histrica ya no estaba viva.Comment by jorge castro: Tanto el error como diferentes aspectos corruptos-politicos, se inicia la primera guerra mundial, desde mi punto de vista lo que hizo el presidente francs fue una carta bajo la manga para poder ganar la guerra de los Balcanes, desgraciadamente murieron 150,000 persona. La destruccin del pasado, o ms bien de los mecanismos sociales que vinculan laexperiencia contempornea del individuo con la de generaciones anteriores, es uno de losfenmenos ms caractersticos y extraos de las postrimeras del siglo XX. En su mayorparte, los jvenes, hombres y mujeres, de este final de siglo crecen en una suerte depresente permanente sin relacin orgnica alguna con el pasado del tiempo en el queviven. Esto otorga a los historiadores, cuya tarea consiste en recordar lo que otros olvidan,mayor trascendencia que la que han tenido nunca, en estos arios finales del segundomilenio. Pero por esa misma razn deben ser algo ms que simples cronistas, recordadoresy compiladores, aunque esta sea tambin una funcin necesaria de los historiadores. En1989, todos los gobiernos, y especialmente todo el personal de los ministerios de AsuntosExteriores, habran podido asistir con provecho a un seminario sobre los acuerdos de pazposteriores a las dos guerras mundiales, que al parecer la mayor parte de ellos habanolvidado.Sin embargo, no es el objeto de este libro narrar los acontecimientos del perodo queconstituye su tema de estudio el siglo XX corto, desde 1914 a 1991, aunque nadie aquien un estudiante norteamericano inteligente le haya preguntado si la expresinsegunda guerra mundial significa que hubo una primera guerra mundial ignora queno puede darse por sentado el conocimiento aun de los ms bsicos hechos de la centuria.Mi propsito es comprender y explicar por qu los acontecimientos ocurrieron de esa formay qu nexo existe entre ellos. Para cualquier persona de mi edad que ha vivido durantetodo o la mayor parte del siglo XX, esta tarea tiene tambin, inevitablemente, unadimensin autobiogrfica, ya que hablamos y nos explayamos sobre nuestros recuerdos (ytambin los corregimos). Hablamos como hombres y mujeres de un tiempo y un lugarconcretos, que han participado en su historia en formas diversas. Y hablamos, tambin,como actores que han intervenido en sus dramas por insignificante que haya sido nuestropapel, como observadores de nuestra poca y como individuos cuyas opinionesacerca del siglo han sido formadas por los que consideramos acontecimientos cruciales delmismo. Somos parte de este siglo, que es parte de nosotros. No deberan olvidar este hechoaquellos lectores que pertenecen a otra poca, por ejemplo el alumno que ingresa en launiversidad en el momento en que se escriben estas pginas, para quien incluso la guerradel Vietnam forma parte de la prehistoria.Para los historiadores de mi edad y formacin, el pasado es indestructible, no sloporque pertenecemos a la generacin en que las calles y los lugarespblicos tomaban el nombre de personas y acontecimientos de carcter pblico (la estacinWilson en Praga antes de la guerra, la estacin de metro de Stalingrado en Pars), en quean se firmaban tratados de paz y, por tanto, deban ser identificados (el tratado deVersalles) y en que los monumentos a los cados recordaban acontecimientos del pasado,sino tambin porque los acontecimientos pblicos forman parte del entramado de nuestrasvidas. No slo sirven como punto de referencia de nuestra vida privada, sino que han dadoforma a nuestra experiencia vital, tanto privada como pblica. Para el autor del presentelibro, el 30 de enero de 1933 no es una fecha arbitraria en la que Hitler accedi al cargo decanciller de Alemania, sino una tarde de invierno en Berln en que un joven de quince aos,acompaado de su hermana pequea, recorra el camino que le conduca desde su escuela, enWilmersdorf, hacia su casa, en Halensee, y que en un punto cualquiera del trayecto ley eltitular de la noticia. Todava lo veo como en un sueo.Pero no slo en el caso de un historiador anciano el pasado es parte de su presentepermanente. En efecto, en una gran parte del planeta, todos los que superan una ciertaedad, sean cuales fueren sus circunstancias personales y su trayectoria vital, han pasadopor las mismas experiencias cruciales que, hasta cierto punto, nos han marcado a todosde la misma forma. El mundo que se desintegr a finales de los aos ochenta era aquelque haba cobrado forma bajo el impacto de la revolucin rusa de 1917. Ese mundo nosha marcado a todos, por ejemplo, en la medida en que nos acostumbramos a concebir laeconoma industrial moderna en funcin de opuestos binarios, capitalismo ysocialismo, como alternativas mutuamente excluyentes. El segundo de esos trminosidentificaba las economas organizadas segn el modelo de la URSS y el primerodesignaba a todas las dems. Debera quedar claro ahora que se trataba de un subterfugioarbitrario y hasta cierto punto artificial, que slo puede entenderse en un contextohistrico determinado. Y, sin embargo, aun ahora es difcil pensar, ni siquiera de formaretrospectiva, en otros principios de clasificacin ms realistas que aquellos que situabanen un mismo bloque a los Estados Unidos, Japn, Suecia, Brasil, la Repblica Federal deAlemania y Corea del Sur, as como a las economas y sistemas estatales de la reginsovitica que se derrumb al acabar los aos ochenta en el mismo conjunto que las deleste y sureste asitico, que no compartieron ese destino.Comment by jorge castro: En s, el pasado demuestra que an lo tenemos presente, debido a los impactos que tuvo en la sociedad, evolucionndolo a nuevos estilos de produccin como lo son el capitalismo y el socialismo, y un ejemplo de pas totalmente socialista es la URSS, as como tambin la segunda guerra mundial origino cambios estructurales polticos y sociales.Una vez ms hay que decir que incluso el mundo que ha sobrevivido una vez concluidala revolucin de octubre es un mundo cuyas instituciones y principios bsicos cobraronforma por obra de quienes se alinearon en el bando de los vencedores en la segunda guerramundial. Los elementos del bando perdedor o vinculados a ellos no slo fueron silenciados,sino prcticamente borrados de la historia y de la vida intelectual, salvo en su papel deenemigo en el drama moral universal que enfrenta al bien con el mal. (Posiblemente, lomismo les est ocurriendo a los perdedores de la guerra fra de la segunda mitad del siglo,aunque no en el mismo grado ni durante tanto tiempo.) Esta es una de las consecuenciasnegativas de vivir en un siglo de guerrasde religin, cuyo rasgo principal es la intolerancia. Incluso quienes anunciaban elpluralismo inherente a su ausencia de ideologa consideraban que el mundo no era losuficientemente grande para permitir la coexistencia permanente con las religionesseculares rivales. Losenfrentamientos religiosos o ideolgicos, como los que se hansucedido ininterrumpidamente durante el presente siglo, erigen barreras en el caminodel historiador, cuya labor fundamental no es juzgar sino comprender incluso lo queresulta ms difcil de aprehender. Pero lo que dificulta la comprensin no son slonuestras apasionadas convicciones, sino la experiencia histrica que les ha dadoforma. Aqullas son ms fciles de superar, pues no existe un tomo de verdad en latpica, pero errnea, expresin francesa toutcomprendre c 'esttoutpardonner(comprenderlo todo es perdonarlo todo). Comprender la poca nazi en la historia deAlemania y encajarla en su contexto histrico no significa perdonar el genocidio. Encualquier caso, no parece probable que quien haya vivido durante este sigloextraordinario pueda abstenerse de expresar un juicio. La dificultad estriba encomprender.

II Cmo hay que explicar el siglo XX corto, es decir, los aos transcurridos desdeel estallido de la primera guerra mundial hasta el hundimiento de la URSS, que,como podemos apreciar retrospectivamente, constituyen un perodo histricocoherente que acaba de concluir? Ignoramos qu ocurrir a continuacin y cmo serel tercer milenio, pero sabemos con certeza que ser el siglo XX el que le habr dadoforma. Sin embargo, es indudable que en los aos finales de la dcada de 1980 y enlos primeros de la de 1990 termin una poca de la historia del mundo paracomenzar otra nueva. Esa es la informacin esencial para los historiadores del siglo,pues aun cuando pueden especular sobre el futuro a tenor de su comprensin delpasado, su tarea no es la misma que la del que pronostica el resultado de las carrerasde caballos. Las nicas carreras que debe describir y analizar son aquellas cuyoresultado de victoria o de derrota es conocido. De cualquier manera, el xito delos pronosticadores de los ltimos treinta o cuarenta aos, con independencia de susaptitudes profesionales como profetas, ha sido tan espectacularmente bajo que slolos gobiernos y los institutos de investigacin econmica siguen confiando en ellos,o aparentan hacerlo. Es probable incluso que su ndice de fracasos haya aumentadodesde la segunda guerra mundial.Comment by jorge castro: Desde otro punto de vista , los aos 80s y 90s fueron grandes pocas de auges, colores, y libre expresin en diferentes partes del mundo, desde la cada del muro de Berln hasta el arte Abstracto de Nueva York.En este libro, el siglo XX aparece estructurado como un trptico. A una poca decatstrofes, que se extiende desde 1914 hasta el fin de la segunda guerra mundial,sigui un perodo de 25 o 30 aos de extraordinario crecimiento econmico ytransformacin social, que probablemente transform la sociedad humana msprofundamente que cualquier otro perodo de duracin similar. Retrospectivamentepuede ser considerado como una especie de edad de oro, y de hecho as fue calificadoapenas concluido, a comienzosde los aos setenta. La ltima parte del siglo fue una nueva era de descomposicin,incertidumbre y crisis y, para vastas zonas del mundo como frica, la ex UninSovitica y los antiguos pases socialistas de Europa, de catstrofes. Cuando eldecenio de 1980 dio paso al de 1990, quienes reflexionaban sobre el pasado y elfuturo del siglo lo hacan desde una perspectiva fin de siclecada vez ms sombra.Desde la posicin ventajosa de los aos noventa, puede concluirse que el siglo XXconoci una fugaz edad de oro, en el camino de una a otra crisis, hacia un futurodesconocido y problemtico, pero no inevitablemente apocalptico. No obstante,como tal vez deseen recordar los historiadores a quienes se embarcan enespeculaciones metafsicas sobre el fin de la historia, existe el futuro. La nicageneralizacin absolutamente segura sobre la historia es que perdurar en tanto encuanto exista la raza humana.Comment by jorge castro: Tanto el crecimiento econmico como la evolucin social, demuestra que el pasado catastrfico, repercute en el presente. (80s-90s).El contenido de este libro se ha estructurado de acuerdo con los conceptos que seacaban de exponer. Comienza con la primera guerra mundial, que marc el derrumbede la civilizacin (occidental) del siglo XIX. Esa civilizacin era capitalista desde elpunto de vista econmico, liberal en su estructura jurdica y constitucional, burguesapor la imagen de su clase hegemnica caracterstica y brillante por los adelantosalcanzados en el mbito de la ciencia, el conocimiento y la educacin, as como delprogreso material y moral. Adems, estaba profundamente convencida de la posicincentral de Europa, cuna de las revoluciones cientfica, artstica, poltica e industrial,cuya economa haba extendido su influencia sobre una gran parte del mundo, quesus ejrcitos haban conquistado y subyugado, cuya poblacin haba crecido hastaconstituir una tercera parte de la raza humana (incluida la poderosa y crecientecorriente de emigrantes europeos y sus descendientes), y cuyos principales estadosconstituan el sistema de la poltica mundial. 1Los decenios transcurridos desde el comienzo de la primera guerra mundial hastala conclusin de la segunda fueron una poca de catstrofes para esta sociedad, quedurante cuarenta aos sufri una serie de desastres sucesivos. Hubo momentos enque incluso los conservadores inteligentes no habran apostado por su supervivencia.Sus cimientos fueron quebrantados por dos guerras mundiales, a las que siguierondos oleadas de rebelin y revolucin generalizadas, que situaron en el poder a unsistema que reclamaba ser la alternativa, predestinada histricamente, a la sociedadburguesa y capitalista, primero en una sexta parte de la superficie del mundo y, trasla segunda guerra mundial, abarcaba a ms de una tercera parte de la poblacindel planeta. Los grandes imperios coloniales que se haban formado antes y durantela era del imperio se derrumbaron y quedaron reducidos a cenizas. La historia delimperialismo moderno, tan firme y tan seguro de s mismo a la muerte de la reinaVictoria de Gran Bretaa, no haba durado ms que el lapso de una vida humana (porejemplo, la de Winston Churchill, 1874-1965).Pero no fueron esos los nicos males. En efecto, se desencaden una crisiseconmica mundial de una profundidad sin precedentes que sacudi incluso loscimientos de las ms slidas economas capitalistas y que pareci que podra ponerfin a la economa mundial global, cuya creacin haba sido un logro del capitalismoliberal del siglo XIX. Incluso los Estados Unidos, que no haban sido afectados porla guerra y la revolucin, parecan al borde del colapso. Mientras la economa setambaleaba, las instituciones de la democracia liberal desaparecieron prcticamenteentre 1917 y 1942, excepto en una pequea franja de Europa y en algunas partes deAmrica del Norte y de Australasia, como consecuencia del avance del fascismo y desus movimientos y regmenes autoritarios satlites.Slo la alianza inslita y temporal del capitalismo liberal y el comunismopara hacer frente a ese desafo permiti salvar la democracia, pues la victoria sobre laAlemania de Hitler fue esencialmente obra (no podra haber sido de otro modo) delejrcito rojo.Comment by jorge castro: El capitalismo liberal es uno de los procesos desencadenados de la guerra , que buscaban borrar la crisis econmica, concluyo en un solo un tiempo determinado los cuales fueron 40 aos de sostenibilidad social.Desde una multiplicidad de puntos de vista, este perodo de alianzaentre el capitalismo y el comunismo contra el fascismo fundamentalmente lasdcadas de 1930 y 1940 es el momento decisivo en la historia del siglo XX. Enmuchos sentidos es un proceso paradjico, pues durante la mayor parte del siglo excepto en el breve perodo de antifascismo las relaciones entre el capitalismo y elcomunismo se caracterizaron por un antagonismo irreconciliable.

l. He intentado describir y explicar el auge de esta civilizacin en una historia, en tres volmenes, delsiglo XIX largo (desde la dcada de 1780 hasta 1914). y he intentado analizar las razones de suhundimiento. En el presente libro se hace referencia a esos trabajos, TheAge of Revolution, 1789-1848.TheAge of Capital. 1848-1875 y TheAge of Empire 1875-1914, cuando lo considero necesario. (Hay trad,cast.: Las revoluciones burguesas. Labor, Barcelona, 1987", reeditada en 1991 por la misma editorial conel ttulo La era de la revolucin: La era del capitalismo, Labor, Barcelona, 1989; La era del imperio.Labor. Barcelona, 1990; los tres ttulos sern nuevamente editados por Crtica a partir de 1996. )La victoria de laUnin Sovitica sobre Hitler fue el gran logro del rgimen instalado en aquel pas por la revolucin de octubre, como se desprende de la comparacin entre losresultados de la economa de la Rusia zarista en la primera guerra mundial y de la economa sovitica en la segunda (Gatrell y Harrison, 1993). Probablemente, de nohaberse producido esa victoria, el mundo occidental (excluidos los Estados Unidos)no consistira en distintas modalidades de rgimen parlamentario liberal sino endiversas variantes de rgimen autoritario y fascista. Una de las ironas que nos de para este extrao siglo es que el resultado ms perdurable de la revolucin de octubre,cuyo objetivo era acabar con el capitalismo a escala planetaria, fuera el de habersalvado a su enemigo acrrimo, tanto en la guerra como en la paz, al proporcionarleel incentivo el temor para reformarse desde dentro al terminar la segunda guerramundial y al dar difusin al concepto de planificacin econmica, suministrando almismo tiempo algunos de los procedimientos necesarios para su reforma.Ahora bien, una vez que el capitalismo liberal haba conseguido sobrevivir aduras penas al triple reto de la Depresin, el fascismo y la guerra, pareca tener quehacer frente todava al avance global de la revolucin, cuyas fuerzas podanagruparse en torno a la URSS, que haba emergido de la segunda guerra mundialcomo una superpotencia.Sin embargo, como se puede apreciar ahora de forma retrospectiva, la fuerza deldesafo planetario que el socialismo planteaba al capitalismo radicaba en la debilidadde su oponente. Sin el hundimiento de la sociedad burguesa decimonnica durante laera de las catstrofes no habra habido revolucin de octubre ni habra existido laURSS. El sistema econmico improvisado en el ncleo euroasitico rural arruinadodel antiguo imperio zarista, al que se dio el nombre de socialismo, no se habraconsiderado nadie lo habra hecho como una alternativa viable a la economacapitalista, a escala mundial. Fue la Gran Depresin de la dcada de 1930 la que hizoparecer que poda ser as, de la misma manera que el fascismo convirti a la URSSen instrumento indispensable de la derrota de Hitler y, por tanto, en una de las dossuperpotencias cuyos enfrentamientos dominaron y llenaron de terror la segundamitad del siglo XX, pero que al mismo tiempo como tambin ahora es posiblecolegir estabiliz en muchos aspectos su estructura poltica. De no haber ocurridotodo ello, la URSS no se habra visto durante quince aos, a mediados de siglo, alfrente de un bando socialista que abarcaba a la tercera parte de la raza humana, yde una economa que durante un fugaz momento pareci capaz de superar el crecimiento econmico capitalista.Comment by labInfo12: Creo que una vez derrotado Hitler, la unin sovitica tuvo poder con su capitalismo liberal, pero en cuanto el liberalismo tuvo una decadente algo grave, podramos decir que el socialismo fue tan solo una solucin temporal.El principal interrogante al que deben dar respuesta los historiadores del siglo XXes cmo y por qu tras la segunda guerra mundial el capitalismo inici parasorpresa de todos la edad de oro, sin precedentes y tal vez anmala, de 1947-1973.No existe todava una respuesta que tenga un consenso general y tampoco yo puedoaportarla. Probablemente, para hacer un anlisis ms convincente habr que esperarhasta que pueda apreciarse en su justa perspectiva toda la onda larga de la segundamitad del siglo XX. Aunque pueda verse ya la edad de oro como un perodo definido,los decenios de crisis que ha conocido el mundo desde entonces no han concluidotodava cuando se escriben estas lneas. Ahora bien, lo que ya se puede evaluar contoda certeza es la escala y el impacto extraordinarios de la transformacin econmica,social y cultural que se produjo en esos aos: la mayor, la ms rpida y la msdecisiva desde que existe el registro histrico. En la segunda parte de este libro seanalizan algunos aspectos de ese fenmeno. Probablemente, quienes durante el tercermilenio escriban la historia del siglo XX considerarn que ese perodo fue el demayor trascendencia histrica de la centuria, porque en l se registraron una serie decambios profundos e irreversibles para la vida humana en todo el planeta. Adems,esas transformaciones an no han concluido. Los periodistas y filsofos que vieronel fin de la historia en la cada del imperio sovitico erraron en su apreciacin. Msjustificada estara la afirmacin de que el tercer cuarto de siglo seal el fin de siete uocho milenios de historia humana que haban comenzado con la aparicin de laagricultura durante el Paleoltico, aunque slo fuera porque termin la larga era enque la inmensa mayora de la raza humana se sustentaba practicando la agricultura yla ganadera.Comment by labInfo12: En s durante el siglo oro (1947-1973) no concluye la mala economa, pero hay un impacto impresionante en la transformacin econmica, social y cultural.En cambio, al enfrentamiento entre el capitalismo y el socialismo, con o sinla intervencin de estados y gobiernos como los Estados Unidos yla URSS en representacin del uno o del otro, se le atribuir probablemente un intershistrico ms limitado, comparable, en definitiva, al de las guerras de religin de los siglosXVI y XVII o a las cruzadas. Sin duda, para quienes han vivido durante una parte delsiglo XX, se trata de acontecimientos de gran importancia, y as son tratados en este libro,que ha sido escrito por un autor del siglo XX y para lectores del siglo XX. Lasrevoluciones sociales, la guerra fra, la naturaleza, los lmites y los defectos fatales delsocialismo realmente existente, as como su derrumbe, son analizados de formapormenorizada. Sin embargo, es importante recordar que la repercusin ms importante yduradera de los regmenes inspirados por la revolucin de octubre fue la de haberacelerado poderosamente la modernizacin de pases agrarios atrasados. Sus logrosprincipales en este contexto coincidieron con la edad de oro del capitalismo. No es este ellugar adecuado para examinar hasta qu punto las estrategias opuestas para enterrar elmundo de nuestros antepasados fueron efectivas o se aplicaron conscientemente. Comoveremos, hasta el inicio de los aos sesenta parecan dos fuerzas igualadas, afirmacinque puede parecer ridcula a la luz del hundimiento del socialismo sovitico, aunque unprimer ministro britnico que conversaba con un presidente norteamericano vea todava ala URSS como un estado cuya boyante economa... pronto superar a la sociedadcapitalista en la carrera por la riqueza material (Horne, 1989, p. 303). Sin embargo, elaspecto que cabe destacar es que, en la dcada de 1980, la Bulgaria socialista y el Ecuadorno socialista tenan ms puntos en comn que en 1939.Aunque el hundimiento del socialismo sovitico y sus consecuencias,trascendentales y an incalculables, pero bsicamente negativas fue el acontecimientoms destacado en los decenios de crisis que siguieron a la edad de oro, seran estos unosdecenios de crisis universal o mundial. La crisis afect a las diferentes partes del mundo enformas y grados distintos, pero afect a todas ellas, con independencia de susconfiguraciones polticas, sociales y econmicas, porque la edad de oro haba creado, porprimera vez en la historia, una economa mundial universal cada vez ms integrada cuyofuncionamiento trascenda las fronteras estatales y, por tanto, cada vez ms tambin, lasfronteras de las ideologas estatales. Por consiguiente, resultaron debilitadas las ideasaceptadas de las instituciones de todos los regmenes y sistemas. Inicialmente, losproblemas de los aos setenta se vieron slo como una pausa temporal en el gran saltoadelante de la economa mundial y los pases de todos los sistemas econmicos y polticostrataron de aplicar soluciones temporales. Pero gradualmente se hizo patente que habacomenzado un perodo de dificultades duraderas y los pases capitalistas buscaron solucionesradicales, en muchos casos atenindose a los principios enunciados por lostelogos seculares del mercado libre sin restriccin alguna, que rechazaban las polticasque haban dado tan buenos resultados a la economa mundial durante la edad de oro peroque ahora parecan no servir. Pero los defensores a ultranza del laissez faire no tuvieronms xito que los dems. En el decenio de 1980 y los primeros aos del de 1990, elmundo capitalistacomenz de nuevo a tambalearse abrumado por los mismos problemas del perodode entreguerras que la edad de oro pareca haber superado: el desempleo masivo,graves depresiones cclicas y el enfrentamiento cada vez ms encarnizado entre losmendigos sin hogar y las clases acomodadas, entre los ingresos limitados del estadoy un gasto pblico sin lmite. Los pases socialistas, con unas economas dbiles yvulnerables, se vieron abocados a una ruptura tan radical, o ms, con el pasado y,ahora lo sabemos, al hundimiento. Ese hundimiento puede marcar el fin del siglo XXcorto, de igual forma que la primera guerra mundial seala su comienzo. En estepunto se interrumpe mi crnica histrica.Concluye como corresponde a cualquier libro escrito al comenzar la dcada de1990 con una mirada hacia la oscuridad. El derrumbamiento de una parte delmundo revel el malestar existente en el resto. Cuando los aos ochenta dejaron pasoa los noventa se hizo patente que la crisis mundial no era slo general en la esferaeconmica, sino tambin en el mbito de la poltica. El colapso de los regmenescomunistas entre Istria y Vladivostok no slo dej tras de s una ingente zonadominada por la incertidumbre poltica, la inestabilidad, el caos y la guerra civil, sinoque destruy el sistema internacional que haba estabilizado las relacionesinternacionales durante cuarenta aos y revel, al mismo tiempo, la precariedad delos sistemas polticos nacionales que se sustentaban en esa estabilidad. Las tensionesgeneradas por los problemas econmicos socavaron los sistemas polticos de lademocracia liberal, parlamentarios o presidencialistas, que tan bien habanfuncionado en los pases capitalistas desarrollados desde la segunda guerra mundial.Pero socavaron tambin los sistemas polticos existentes en el tercer mundo. Lasmismas unidades polticas fundamentales, los estados-nacin territoriales,soberanos e independientes, incluso los ms antiguos y estables, resultarondesgarrados por las fuerzas de la economa supranacional o transnacional y por lasfuerzas infranacionales de las regiones y grupos tnicos secesionistas. Algunos de ellos tal es la irona de la historia reclamaron la condicin ya obsoleta eirreal de estados-nacin soberanos en miniatura. El futuro de la poltica eraoscuro, pero su crisis al finalizar el siglo XX era patente.Comment by labInfo12: Una vez que pasaron los aos 80s y se hicieron los 90s, la crisis pues ya no era en cuestin econmica, sino tambin en el ambiente poltico-social. El colapso de los comunistas rompi relaciones internacionales que haban ya durado 40 aos y desvelo precariedad de los sistemas polticos.Ms evidente an que las incertidumbres de la economa y la poltica mundial erala crisis social y moral, que reflejaba las convulsiones del perodo posterior a 1950,que encontraron tambin amplia y confusa expresin en esos decenios de crisis. Erala crisis de las creencias y principios en los que se haba basado la sociedad desdeque a comienzos del siglo XVIII las mentes modernas vencieran la clebre batallaque libraron con los antiguos, una crisis de los principios racionalistas y humanistasque compartan el capitalismo liberal y el comunismo y que haban hecho posible subreve pero decisiva alianza contra el fascismo que los rechazaba. Un observadoralemn de talante conservador, Michael Strmer, seal acertadamente en 1993 quelo que estaba en juego eran las creencias comunes del Este y el Oeste:Existe un extrao paralelismo entre el Este y el Oeste. En el Este, la doctrinadel estado insista en que la humanidad era duea de su destino. Sin embargo,incluso nosotros creamos en una versin menos oficial y menos extrema de esamisma mxima: la humanidad progresaba por la senda que la llevara a ser duea desus destinos. La aspiracin a la omnipotencia ha desaparecido por completo en elEste, pero slo relativamente entre nosotros. Sin embargo, unos y otros hemosnaufragado (Bergedorfer 98, p. 95).Paradjicamente, una poca que slo poda vanagloriarse de haber beneficiado a lahumanidad por el enorme progreso material conseguido gracias a la ciencia y a latecnologa, contempl en sus momentos postreros cmo esos elementos eranrechazados en Occidente por una parte importante de la opinin pblica y poralgunos que se decan pensadores.Sin embargo, la crisis moral no era slo una crisis de los principios de lacivilizacin moderna, sino tambin de las estructuras histricas de las relacioneshumanas que la sociedad moderna haba heredado del pasado preindustrial yprecapitalista y que, ahora podemos concluirlo, haban permitido su funcionamiento.No era una crisis de una forma concreta de organizar las sociedades, sino de todas lasformas posibles. Los extraos llamamientos en pro de una sociedad civil y de lacomunidad, sin otros rasgos de identidad, procedan de unas generaciones perdidasy a la deriva. Se dejaron or en un momento en que esas palabras, que haban perdidosu significado tradicional, eran slo palabras huecas. Slo quedaba un camino paradefinir la identidad de grupo: definir a quienes no formaban parte del mismo.Para el poeta T. S. Eliot, esta es la forma en que termina el mundo: no con unaexplosin, sino con un gemido. Al terminar el siglo XX corto se escucharon ambascosas.Comment by labInfo12: Quizs la victoria no era del todo bien, porque los estragos que dejo el capitalismo y la crisis moral en la persona debido a las guerras ocurridas, las nuevas generaciones haban heredado quizs una grande o pequea parte de la reindustrializacin y pre capitalismo.

IIIQu paralelismo puede establecerse entre el mundo de 1914 y el de los aosnoventa? ste cuenta con cinco o seis mil millones de seres humanos,aproximadamente tres veces ms que al comenzar la primera guerra mundial, a pesarde que en el curso del siglo XX se ha dado muerte o se ha dejado morir a un nmeroms elevado de seres humanos que en ningn otro perodo de la historia. Unaestimacin reciente cifra el nmero de muertes registrado durante la centuria en 187millones de personas (Brzezinski, 1993), lo que equivale a ms del 10% de lapoblacin total del mundo en 1900. La mayor parte de los habitantes que pueblan elmundo en el decenio de 1990 son ms altos y de mayor peso que sus padres, estnmejor alimentados y viven muchos ms aos, aunque las catstrofes de los aosochenta y noventa en frica, Amrica Latina y la ex Unin Sovitica hacen que estosea difcil de creer. El mundo es incomparablemente ms rico de lo que lo ha sidonunca por lo que respecta a su capacidad de producir bienes y serviciosy por la infinita variedad de los mismos. De no haber sido as habra resultado imposiblemantener una poblacin mundial varias veces ms numerosa que en cualquier otroperodo de la historia del mundo. Hasta el decenio de 1980, la mayor parte de la genteviva mejor que sus padres y, en las economas avanzadas, mejor de lo que nunca podranhaber imaginado. Durante algunas dcadas, a mediados del siglo, pareci incluso que sehaba encontrado la manera de distribuir entre los trabajadores de los pases ms ricos almenos una parte de tan enorme riqueza, con un cierto sentido de justicia, pero alterminar el siglo predomina de nuevo la desigualdad. sta se ha enseoreado tambin delos antiguos pases socialistas, donde previamente reinaba una cierta igualdad en lapobreza. La humanidad es mucho ms instruida que en 1914. De hecho, probablemente porprimera vez en la historia puede darse el calificativo de alfabetizados, al menos en lasestadsticas oficiales, a la mayor parte de los seres humanos. Sin embargo, en los aosfinales del siglo es mucho menos patente que en 1914 la trascendencia de ese logro, pueses enorme, y cada vez mayor, el abismo existente entre el mnimo de competencianecesario para ser calificado oficialmente como alfabetizado (frecuentemente se traduce enun analfabetismo funcional) y el dominio de la lectura y la escritura que an se espera enniveles ms elevados de instruccin.El mundo est dominado por una tecnologa revolucionaria que avanza sin cesar,basada en los progresos de la ciencia natural que, aunque ya se prevean en 1914,empezaron a alcanzarse mucho ms tarde. La consecuencia de mayor alcance de esosprogresos ha sido, tal vez, la revolucin de los sistemas de transporte y comunicaciones,que prcticamente han eliminado el tiempo y la distancia. El mundo se ha transformadode tal forma que cada da, cada hora y en todos los hogares la poblacin comn disponede ms informacin y oportunidades de esparcimiento de la que disponan los emperadoresen 1914. Esa tecnologa hace posible que personas separadas por ocanos y continentespuedan conversar con slo pulsar unos botones y ha eliminado las ventajas culturales de laciudad sobre el campo.Cmo explicar, pues, que el siglo no concluya en un clima de triunfo, por eseprogreso extraordinario e inigualable, sino de desasosiego? Por qu, como se constata enla introduccin de este captulo, las reflexiones de tantas mentes brillantes acerca del sigloestn teidas de insatisfaccin y de desconfianza hacia el futuro? No es slo porque hasido el siglo ms mortfero de la historia a causa de la envergadura, la frecuencia yduracin de los conflictos blicos que lo han asolado sin interrupcin (excepto durante unbreve perodo en los aos veinte), sino tambin por las catstrofes humanas, sin parangnposible, que ha causado, desde las mayores hambrunas de la historia hasta el genocidiosistemtico. A diferencia del siglo XIX largo, que pareci y que fue un perodo deprogreso material, intelectual y moral casi ininterrumpido, es decir, de mejora de lascondiciones de la vida civilizada, desde 1914 se ha registrado un marcado retroceso desdelos niveles que se consideraban normales en los pases desarrollados y en las capasmediasde la poblacin y que se crea que se estaban difundiendo hacia las regiones msatrasadas y los segmentos menos ilustrados de la poblacin.Como este siglo nos ha enseado que los seres humanos pueden aprender a vivirbajo las condiciones ms brutales y tericamente intolerables, no es fcil calibrar elalcance del retorno (que lamentablemente se est produciendo a ritmo acelerado)hacia lo que nuestros antepasados del siglo XIX habran calificado como niveles debarbarie. Hemos olvidado que el viejo revolucionario Federico Engels se sintihorrorizado ante la explosin de una bomba colocada por los republicanos irlandesesen Westminster Hall, porque como ex soldado sostena que ello supona luchar noslo contra los combatientes sino tambin contra la poblacin civil. Hemos olvidadoque los pogroms de la Rusia zarista, que horrorizaron a la opinin mundial y llevaronal otro lado del Atlntico a millones de judos rusos entre 1881 y 1914, fueronepisodios casi insignificantes si se comparan con las matanzas actuales: los muertosse contaban por decenas y no por centenares ni por millones. Hemos olvidado queuna convencin internacional estipul en una ocasin que las hostilidades en laguerra no podan comenzar sin una advertencia previa y explcita en forma de unadeclaracin razonada de guerra o de un ultimtum con una declaracin condicionalde guerra, pues, en efecto, cul fue la ltima guerra que comenz con una taldeclaracin explcita o implcita? Cul fue la ltima guerra que concluy con untratado formal de paz negociado entre los estados beligerantes? En el siglo XX, lasguerras se han librado, cada vez ms, contra la economa y la infraestructura de losestados y contra la poblacin civil. Desde la primera guerra mundial ha habidomuchas ms bajas civiles que militares en todos los pases beligerantes, con laexcepcin de los Estados Unidos. Cuntos de nosotros recuerdan que en 1914 todo elmundo aceptaba quela guerra civilizada, segn afirman los manuales, debe limitarse, en la medida de loposible, a la desmembracin de las fuerzas armadas del enemigo; de otra forma, laguerra continuara hasta que uno de los bandos fuera exterminado. Con buensentido... esta prctica se ha convertido en costumbre en las naciones de Europa. (EncyclopediaBritanica, XI ed., 1911, voz guerra.)Comment by labInfo12: Prcticamente nos muestra el proceso de evolucin que vive la sociedad durante el siglo No pasamos por alto el hecho de que la tortura o incluso el asesinato han llegado aser un elemento normal en el sistema de seguridad de los estados modernos, pero probablemente no apreciamos hasta qu punto eso constituye una flagranteinterrupcin del largo perodo de evolucin jurdica positiva, desde la primeraabolicin oficial de la tortura en un pas occidental, en la dcada de 1780, hasta 1914.Y sin embargo, a la hora de hacer un balance histrico, no puede compararse elmundo de finales del siglo XX con el que exista a comienzos del perodo. Es unmundo cualitativamente distinto, al menos en tres aspectos.En primer lugar, no es ya eurocntrico. A lo largo del siglo se ha producido ladecadencia y la cada de Europa, que al comenzar el siglo era todavael centro incuestionado del poder, la riqueza, la inteligencia y la civilizacinoccidental. Los europeos y sus descendientes han pasado de aproximadamente 1/3 a1/6, como mximo, de la humanidad. Son, por tanto, una minora en disminucinque vive en unos pases con un nfimo, o nulo, ndice de reproduccin vegetativa y lamayor parte de los cuales con algunas notables excepciones como la de losEstados Unidos (hasta el decenio de 1990) se protegen de la presin de lainmigracin procedente de las zonas ms pobres. Las industrias que Europa iniciemigran a otros continentes y los pases que en otro tiempo buscaban en Europa, alotro lado de los ocanos, el punto de referencia, dirigen ahora su mirada hacia otraspartes. Australia, Nueva Zelanda e incluso los Estados Unidos (pas biocenico) venel futuro en el Pacfico, si bien no es fcil decir qu significa eso exactamente.Las grandes potencias de 1914, todas ellas europeas, han desaparecido, comola URSS, heredera de la Rusia zarista, o han quedado reducidas a una magnitudregional o provincial, tal vez con la excepcin de Alemania. El mismo intento decrear una Comunidad Europea supranacional y de inventar un sentimiento deidentidad europeo correspondiente a ese concepto, en sustitucin de las viejaslealtades a las naciones y estados histricos, demuestra la profundidad del declive.Es acaso un cambio de autntica importancia, excepto para los historiadorespolticos? Tal vez no, pues slo refleja alteraciones de escasa envergadura en laconfiguracin econmica, intelectual y cultural del mundo. Ya en 1914 los EstadosUnidos eran la principal economa industrial y el principal pionero, modelo y fuerzaimpulsora de la produccin y la cultura de masas que conquistara el mundo duranteel siglo XX. Los Estados Unidos, pese a sus numerosas peculiaridades, son laprolongacin, en ultramar, de Europa y se alinean junto al viejo continente paraconstituir la civilizacin occidental. Sean cuales fueren sus perspectivas de futuro,lo que ven los Estados Unidos al dirigir la vista atrs en la dcada de 1990 es elsiglo americano, una poca que ha contemplado su eclosin y su victoria. Elconjunto de los pases que protagonizaron la industrializacin del siglo XIX siguesuponiendo, colectivamente, la mayor concentracin de riqueza y de podereconmico y cientfico-tecnolgico del mundo, y en el que la poblacin disfruta delms elevado nivel de vida. En los aos finales del siglo eso compensa con creces ladesindustrializacin y el desplazamiento de la produccin hacia otros continentes.Comment by info: A causa de los problemas sociales en Europa, las empresas emigraban a continentes, buscando una referencia totalmente diferente a la de Europa, y una de las grandes potencias tanto en la economia industrial como en la fuerza del impulzo a la industrializacion, era los Estados Unidos. Esta movilizacion representa la expansion a mayor rasgo de la globalizacion, estando Estados Unidos en su siglo americano.Desde ese punto de vista, la impresin de un mundo eurocntrico u occidental enplena decadencia es superficial.La segunda transformacin es ms significativa. Entre 1914 y el comienzo deldecenio de 1990, el mundo ha avanzado notablemente en el camino que ha deconvertirlo en una nica unidad operativa, lo que era imposible en 1914. De hecho,en muchos aspectos, particularmente en las cuestiones econmicas, el mundo esahora la principal unidad operativa y las antiguas unidades, como las economasnacionales, definidas por la poltica de los estados territoriales, han quedadoreducidas a la condicin de complicaciones de las actividades transnacionales. Talvez, los observadores de mediados delsiglo XXI considerarn que el estadio alcanzado en 1990 en la construccin de laaldea global la expresin fue acuada en los aos sesenta (Macluhan, 1962) no es muy avanzado, pero lo cierto es que no slo se han transformado ya algunasactividades econmicas y tcnicas, y el funcionamiento de la ciencia, sino tambinimportantes aspectos de la vida privada, principalmente gracias a la inimaginableaceleracin de las comunicaciones y el transporte. Posiblemente, la caractersticams destacada de este perodo final del siglo XX es la incapacidad de lasinstituciones pblicas y del comportamiento colectivo de los seres humanos de estara la altura de ese acelerado proceso de mundializacin. Curiosamente, elcomportamiento individual del ser humano ha tenido menos dificultades paraadaptarse al mundo de la televisin por satlite, el correo electrnico, las vacacionesen las Seychelles y los trayectos transocenicos.La tercera transformacin, que es tambin la ms perturbadora en algunosaspectos, es la desintegracin de las antiguas pautas por las que se regan lasrelaciones sociales entre los seres humanos y, con ella, la ruptura de los vnculosentre las generaciones, es decir, entre pasado y presente. Esto es sobre todo evidenteen los pases ms desarrollados del capitalismo occidental, en los que han alcanzadouna posicin preponderante los valores de un individualismo asocial absoluto, tantoen la ideologa oficial como privada, aunque quienes los sustentan deploran confrecuencia sus consecuencias sociales. De cualquier forma, esas tendencias existenen todas partes, reforzadas por la erosin de las sociedades y las religionestradicionales y por la destruccin, o autodestruccin, de las sociedades delsocialismo real.Una sociedad de esas caractersticas, constituida por un conjunto de individuosegocntricos completamente desconectados entre s y que persiguen tan slo supropia gratificacin (ya se le denomine beneficio, placer o de otra forma), estuvosiempre implcita en la teora de la economa capitalista. Desde la era de lasrevoluciones, observadores de muy diverso ropaje ideolgico anunciaron ladesintegracin de los vnculos sociales vigentes y siguieron con atencin eldesarrollo de ese proceso. Es bien conocido el reconocimiento que se hace en elManifiesto Comunista del papel revolucionario del capitalismo (la burguesa... hadestruido de manera implacable los numerosos lazos feudales que ligaban al hombrecon sus "superiores naturales" y ya no queda otro nexo de unin entre los hombresque el mero inters personal). Sin embargo, la nueva y revolucionaria sociedadcapitalista no ha funcionado plenamente segn esos parmetros.En la prctica, la nueva sociedad no ha destruido completamente toda la herenciadel pasado, sino que la ha adaptado de forma selectiva. No puede verse un enigmasociolgico en el hecho de que la sociedad burguesa aspirara a introducir unindividualismo radical en la economa y... a poner fin para conseguirlo a todas lasrelaciones sociales tradicionales (cuando fuera necesario), y que al mismo tiempotemiera el individualismo experimental radical en la cultura (o en el mbito delcomportamiento y la moralidad) (Daniel Bell, 1976, p. 18). La forma ms eficaz deconstruir una economaindustrial basada en la empresa privada era utilizar conceptos que nada tenan quever con la lgica del libre mercado, por ejemplo, la tica protestante, la renuncia a lagratificacin inmediata, la tica del trabajo arduo y las obligaciones para con lafamilia y la confianza en la misma, pero desde luego no el de la rebelin delindividuo.Comment by info: Para esta epoca creo que la sociedad, a como se iba evolucionando pudo haber destruido toda herencia que dejaron los peores aos, tambien como personas se debe tanto a la personalidad y a la moralidad.Pero Marx y todos aquellos que profetizaron la desintegracin de los viejosvalores y relaciones sociales estaban en lo cierto. El capitalismo era una fuerzarevolucionaria permanente y continua. Lgicamente, acabara por desintegrar inclusoaquellos aspectos del pasado precapitalista que le haba resultado conveniente eincluso esencial conservar para su desarrollo. Terminara por derribar al menosuno de los fundamentos en los que se sustentaba. Y esto es lo que est ocurriendodesde mediados del siglo. Bajo los efectos de la extraordinaria explosin econmicaregistrada durante la edad de oro y en los aos posteriores, con los consiguientescambios sociales y culturales, la revolucin ms profunda ocurrida en la sociedaddesde la Edad de Piedra, esos cimientos han comenzado a resquebrajarse. En laspostrimeras de esta centuria ha sido posible, por primera vez, vislumbrar cmopuede ser un mundo en el que el pasado ha perdido su funcin, incluido el pasado enel presente, en el que los viejos mapas que guiaban a los seres humanos, individual ycolectivamente, por el trayecto de la vida ya no reproducen el paisaje en el que nosdesplazamos y el ocano por el que navegamos. Un mundo en el que no slo nosabemos adnde nos dirigimos, sino tampoco adnde deberamos dirigirnos.Esta es la situacin a la que debe adaptarse una parte de la humanidad en este finde siglo y en el nuevo milenio. Sin embargo, es posible que para entonces se apreciecon mayor claridad hacia dnde se dirige la humanidad. Podemos volver la miradaatrs para contemplar el camino que nos ha conducido hasta aqu, y eso es lo que yohe intentado hacer en este libro. Ignoramos cules sern los elementos que darnforma al futuro, aunque no he resistido la tentacin de reflexionar sobre alguno delos problemas que deja pendientes el perodo que acaba de concluir. Confiemos enque el futuro nos depare un mundo mejor, ms justo y ms viable. El viejo siglo noha terminado bien.Comment by info: Estuvo muy interesante este Texto de 13 hojas, ya que habla sobre todo del siglo XX, y sus historias, principios, contextos, etc. Distintos puntos de vista, desde donde se pueden expresar los sentimientos.

HISTORIA DEL SIGLO XXEIC HOBSBAWNEDIT. GRIJALVOBUENOS AIRES