Historia y Biodiversidad en El Peru - Boletin de Antropologia

download Historia y Biodiversidad en El Peru - Boletin de Antropologia

of 5

Transcript of Historia y Biodiversidad en El Peru - Boletin de Antropologia

  • 7/28/2019 Historia y Biodiversidad en El Peru - Boletin de Antropologia

    1/5

  • 7/28/2019 Historia y Biodiversidad en El Peru - Boletin de Antropologia

    2/5

    INSTITUTO PANAMERICANO DE GEOGRAFIA E HISTORIA AUTORIDADES 1994-1997

    Presidente Dr. Jorge Salvador Lara (Ecuador)Vicepresidente lo. Dr. James G. Tanner (Canad)Vicepres idente 20. Dr. No Pineda Portillo (Honduras)Secretario General Dr. Chester J. Zelaya-Goodman (Costa Rica)

    COMISION DE CARTOGRAFIA COMISION DE GEOGRAFIAPresidente : Sr. Paul L. Peeler, Jr. Presidente : Prof. Speridiao FaissolVicepresidente: Sr. James R. Plasker Vicepresidente: Prof. Marilourdes Lopez(EUA) Ferreira(Brasil)COMISION DE mSTORIA COMISION DE GEOFISICAPreside nte: Cite. (R) Laurio Hedelvio Presidente: Dr. David A. NoveloDestfani FigueroaVicepres idente: Dr. Hernn Asdrbal Silva Vicepresidente: Dr. Cinna Lomnitz Aronsfrau,(Mxico)

    COMITE DE ANTROPOLOGIAPresidente: Prof. George Cerqueira Leite Zarur (Brasil)MIEMBROS ACTIVOS Y CORRESPONDIENTES

    Argentina Dra. Amelia Sanguinetti de B. Dr. Juan Alfredo TomasiniBeliceBolivia Arql. Mathias StreckerBrasilCanadColombiaCosta Rica Dra. Mara E. Bozzoli de W. Dr. Marco Guevara BergerChile Dra. Victoria Castro Rojas Prof. Jorge Hidalgo L.Ecuador Dr. Segundo Moreno Yaez R.P. Juan BottazoEl Salvad or Dr. Jos Humberto VelzquezEstados Unidos Dr. Thomas AbercrombieGuatemala Lic. Roberto Rubio CifuentesHaitHonduras Lic. Fernando Cruz Sandoval Lic. Manuel Chvez BorjasMxico Mtra. Adriana Lpez Mtro. Luis Reygadas Robles GilNicaragua Lic. Jorge EspinozaPanamParaguayPer Dr. Juan Ossio Dr. Francisco Irriarte BrenerRep. Dominicana Dr. Fernando Morbn Laucer Dr. Carlos Esteban DeiveUruguay Prof. Jos J. FigueiraVenezuela

    ernesto yepes*

    historia y biodiversidad en el per

    No me cabe duda de que la de 1990 ser una sabana inmensa e inhspita que es la Amazodcada que en el futuro encender viva pol nia cabe cualquier sorpresa. Nuestras expemica entre nuestros historiadores de maana; diciones a tan remotos parajes tambin hanesto es, entre los feudatarios del siglo XXI en buscado-y conseguido, con diferente xitoel apoyo financiero real. No de los Reyes Catcargados de registrar, auscultar y valorar nues licos obviamente, sino de sus pares ms bientro paso por esta centuria que concluye. protestantes. En las cortes de Londres primeroA esos estudiosos les asombrar contras y Washington ms tarde aprendimos a mediastar de un lado nuestra algaraba desbordante el arte del lobby, de la intriga cortesana, a final recordar 1492, la fecha cabalstica en que de lograr que su divina gracia nos conceda ella Europa renacentista descubri Amrica. Y privilegio de descubrir para ella nuestro pas.del otro, observarn quiz incrdulos nuestro Armamos as sendas expediciones al pas delcasi pdico silencio frente a otro hecho no me, guano, al de la caa de azcar y el algodn, alnos portentoso: el descubrimiento del Per por del caucho, al de las lanas, y naturalmente al colos descendientes de los Coln y los Pizarro, diciado reino del oro, plata, cobre Yotros miquinientos afios ms tarde.. . nerales. En algunos casos, cuando los peligrosPor supuesto, este descubrimiento tiene casi o los recursos necesarios eran muy grandesla misma huella que dejaron nuestros prime -y ambin por qu no, las utilidades- lleros hermanos peninsulares. Las ciudades, sobre garon expediciones financiadas, organizadas ytodos las costei\as, se han convertido en nues dirigidas directamente desde el Tmesis o eltro San Salvador, nuestra Isla Guahanan. De Ro Potomac.esa Isla-fortaleza miramos con sigilo el conti Nuestros historiadores han registrado connente. Un continente, que como en los tiempos sigilo, dedicacin y minuciosidad los detallesdel genovs, pudiera ser Catay, Sipn o cual de esta grandiosa odisea. Los desafos fueronquier otro reino. Despus de todo, ms all de extraordinarios. Hubo que adentrarse en loslas fronteras de los Andes y sobre todo de esa confines del macizo andino. En algunos casos

    llegar al pas de los nativos, de los indios, arri-ba de los 3,500 metros. En otros, horadar el Universidad Allraria. La Molina. Per.

  • 7/28/2019 Historia y Biodiversidad en El Peru - Boletin de Antropologia

    3/5

    HISTORIA Y BIODIVERSIDAD EN EL PERU 9S94 BOLETIN DE ANTROPOLOGIA AMERICANA 28 DICIEMBRE 1993 ERNESTO YEPES

    llano amaznico y persuadir a los aborgenesde perder sus tierras y vidas a fin de ubicar,arrancar y transportar la flora y la fauna susceptibles de convertirse en finas maderas yotras lindezas.Por fortuna, no siempre fue necesario adentrarse a territorios lejanos o inhspitos. Claroque tambin en esas comarcas ms amables anuestra sensitiva piel -valles costeos y nopocos interandinos- crecieran desafiantescundo n o- especies vegetales y animales indeseables, casi satnicos, que hubo que extirparantes que contaminaran, limitaran o, en trminos ms apropiados, corrompieran a las pocaspero selectas formas de vida que en adelantemerecieron el honor de vivir sobre estas tierras. y as lo que hoy llamamos reino natural, loque constituye el milenario y riqusimo reinode la vida sobre este territorio, empez a fragmentarse en dos grandes troncos de seres vivos. De un lado unos cuantos, los elegidos, losfavoritos de la corte anglosajona. Y de otro,los parias, los ignorados, los perseguidos, comoel gossipiun peruvianum, el algodn rstico dc

    trayectoria inmemorial y artfice de un artetextil de milenios, acusado de corromper a supares trados de allende los mares, como elpima.

    Este era nuestro mundo hasta no hace sinounas dcadas: sencillo, ordenado. Y sob re todo claramente delimitado. Cada quien ocupaba y conoca su sitio. Y tambin su destino.Tanto hombres, como plantas y animales. Porsupuesto que haba guerras civiles. Pero al final eran pleitos entre sefiores aficionados a lacacera o a la matanza o al botn, que contaban, cmo no, con su huestes de indios. Y asguerreaban los del norte contra los del sur, losdel valle contra los de la altura, los de arriba lontra los de abajo. Por lo dems, todo el resto tpermaneca igual. Eramos un reino pacfico.

    Pero un buen da comenz a alterarse esteorden que pareca casi inmutable, convencidos quiz por su terca persistencia ele variossiglos. Sigilosa, imperceptiblemente primero,a raudales y en masa despus, los brbaros empezaron a infiltrarse en nuestra isla fortaleza,en nuestra Guanahan criolla. Uno a uno fueron corroyendo los torreones, las murallas.Como hormigas incansables, desmontaron losfragmentos de cada ladrillo y cada adobe y sefueron apropiando de todo cuanto fue posible:calles, plazas, chacras, terrenos baldos, faldas de los cerros, arenales.

    Hombres, mujeres, viejos, jvenes y nifios,en fin miles, millones sin querer queriendonos bajaron implacables las cortinas, las anteojeras, como diran los escribidores actuales.Descubrimos entonces frente a nuestra casael verdadero rostro del Pero. El mll oscuro, el "que no conocam os. El que ignorhnmos. El quenos habamos negado a vcr.Por Fin, Tierra Firme?No hay que ser muy 1I1I1I1. pnrll lIuvcrtir quean no terminamos dc rcpUnCrI!OM del "shock",del terremoto socilll y menlll! que hn significado para n080tros Cllle ncoucNcuhrlmento delPer. En estc Clitlldo dc nimo --pnr fortuna,quiz ya predispueMlu I lUf ll InM Mmpresascstll dcaulI, la de 191JO. In 1I1lIIldll pur el re

    cuerdo de los 500 afios de Europa y el mundoen Amrica, nos promete una nueva conmocin. Intensa como la anterior e incitada tambin por un descubrimiento. Slo que esta vezla fuerza impulsora, el epicentro de nuestroterremoto mental se ubica en el coraz n mismo de las cortes imperiales, de los pases a losque tradicionalmente hemos tomado como referencia de nuestro futuro y tambin, con pudores, de nuestra identidad.Ocurre quede esas regiones empiezan a llegamos nuevos cdigos, sugerencias, recomendaciones, instrucciones - e n fin, el nombretcnico depender de la nomenclatura con quenos sintamos menos incmodos- encaminados a cuestionar uno de nuestros dogmas mspreciados: el de la santidad de nuestra misinevanglica pro-progreso en estas tierras prdigas en hombres, plantas y animales impuros; nos llegan mensajes que amenazan minarlas bases de nuestras convicciones ms firmesde lo que es el Per sobre todo de mafiana,conminndonos prcticamente a redescubrir-por f in- nuestro espacio nacional, nuestrainmensa riqueza biolgica hasta ahora excomulgada; obligndonos, hereja de herejas, aaceptar lo inaceptable, la sabidura providencial de los vencidos, de los marginados. Ensuma, que el Per que arrinconamos, despreciamos, excluimos, y alegremente destruimos,es ahora el Per que hay que salvar antes quesea demasiado tarde. Tarde no slo para el Per sino tambin y fundamentalmente para lospases desarrollados.La interrogante que se levanta entonces paramuchos de nosotros, quiz los menos informados, es insoslayable: qu vincula tan estrechamente nuestro tardo redescubrimiento del Pera los avatares, transformaciones y necesidadesdel occidente industrial desarrollado? Porquese occidente amenaza nuestra legitimidad, eincluso nuestra membresa a l si precisamente por ser sus agentes ms genuinos, sus avanzadas ms fieles en este territorio ocupado porimpuros. implantamos un estilo de administracin de los hombres que tenda a eliminar odesconoccr nuc51ra multiplicidad tnica en elnombro dc un Aolo hombrc blanco, I1nico ser

    racional verdadero? Por qu si en el nombrede ese occidente impusimos un implacable cartabn a formas de vida animal y vegetal de variedad infinita, condenando al patbulo a milesde especies vegetales y animales que estorbaban o eran innecesarias a los requerimientosdel orden imperial?Qu ha cambiado en Occidente que trastoca en cierto modo la legitimidad de muchas denuestras convicciones bsicas y que nos impele a mirar con ojos positivos a los marginadosya los perseguidos? Qu nos obliga a incluiren los mapas del Per oficial espacios hastahoy alejados de la gracia de Dios y del Estado, del capital y de los acadmicos? Qu nosobliga, en fin, a mantener vigente nuestra filiacin a occidente a condicin de que esta vezs asumamos sin pudores nuestra identidad social, cultural y nacional, incluyendo en estaltima, naturalmente, a uno de sus componentes ms preciosos: el espacio fsico y su riqueza biolgica? En suma, nuestra membresa almundo moderno, al mbito del progreso, nosplantea ahora una exigencia: descubrir, conocer o reconocer un pas que durante siglosdestruimos e ignoramos a nombre de ese mismo progreso.Las pginas que siguen intentan ofrecer msque respuestas, algunas reflexiones tentativas yesquemticas, con relacin a esta interrogante. Quiz por ello tambin el lenguaje se a menos coloquial, ms confuso y ms atado a lasveleidades del lenguaje acadmico que comobien sabemos nos protege cuando las ideas noestn 10 suficientemente claras y queremos sinembargo que logren parecerlo.

    El nuevo contexto internacionalHasta no hace mucho las relaciones entre elnortey el sur, entre los pases ricos y los subdesarrollados eran relativamente simples. Exportbamos materias primas. Les comprbamosbienes acabados. Por supuesto que entre ambospolos haban diferencias de grado y de combinaciones. Pero a grandes Ifneas sa era la tendencia bsica.

  • 7/28/2019 Historia y Biodiversidad en El Peru - Boletin de Antropologia

    4/5

    - :;:----::-...!8 A r - ~ ~~ ~ \ ~ ~ ~ J 9 . : 1

    96 BOLETIN DE ANTROPOLOGIA AMERICANA 28 DICIEMBRE 1993

    La voz cantante en ese orden internacionala la medida la tenan los pases dueos de lasindustrias de humo y chimeneas, en cuyas calderas se gestaba la arquitectura del aparatoproductivo industrial del orbe y a cuyo servicio se organizaba el consumo moderno de todos los pueblos del planeta. Para ese ordenmundial as estructurado, el Peni como los dems pases andinos hubieron de adecuar suespacio fsico y social. El mbito agropecuarioconstituye un excelente ejemplo de estos hechos.

    Tierra, aire, agua, de una forma u otra debieron adecuarse a los requerimientos de esepatrn de crecimiento que renda culto a la homogeneizacin de los seres vivos de la tierraen tanto hijos legtimos de un orden industrial,urbano, amante devoto de la produccin y consumo en grandes magnitudes. La historia, nuestra historia, lo sealamos antes, registr confidelidad y orgullo los avatares de esas transformaciones espectaculares. Pero se olvid deregistrar en sus grandes libros contables juntoa la tierra, el aire y el agua, un cuarto componente, quiz el fundamental, de su disputadopatrimonio, su riqueza gentica.y es que ocurre que esa riqueza se encuentraprecisamente en el complejo andino-amaznico ,en esa regin nefasta que impide que los estrechos ,valles costeos se prolonguen lo suficiente como para convertirse en un paisaje similaral de California o de Wisconsin. Ocurreque nuestro macizo andino, avaro en tierras planas yprofundas como el paisaje europeo, no sloconstituye el gran banco minero que encandilal peninsular, al anglosajn y a los presupuestos y ambiciones del Peni republicano, sinoque tambin constituye uno de los ms formidables bancos biolgicos del planeta.

    Diversidad de ecosistemas, diversidad deespecies y diversidad gentica constituyen quiz nuestra riqueza ms portentosa. Ms valorada, desde siempre, por las metr polis que porla lite econmica y poltica que ma nej el Peni republicano. Despus de todo, en nuestros libros de lamentaciones tirios y troyanos hemosanotado entre polmicas y desacuerdos la cantidad de plata y oro -y otras riquezas pareci

    das - que se llev la Europa imperial; las msde 150 especies nativas domesticadas por elpoblador andino en siglos de tenaz esfuerzocultural y que se volcaron despus al mundodesarrollado; las 1200 especies silvestres queregistraron sus cientficos porque podan tener alguna aplicacin eventual bien como alimentos, medicinas, insumos, etctera; despusde todo eran y son, para nosotros, en su mayorparte plantas de indios y para indios, de las quehaba que enorgullecerse protocolarmente enlos museos y en las efemrides dedicadas a laraza, al indio o al campesino, dependiehdo claro, sta del lder de tumo en la Casa de Pizarro.

    Pero ocurre que hoy u na revolucin cientficotecnolgica conmociona al mundo industrial desarrollado. Una revolucin en la que cifra susms caras esperanzas para corregir y desandaralgunos de los graves problemas derivados pr ecisamente de su patrn de desarrollo l.\Oiformador y de gran escala. Un buen ejemplo de estedesencuentro lo encontramos en la crisis de laagricultura moderna. Una agricultura que reposando en variedades mejoradas, mayoresrendimientos y alto componente de energa de

    TJMV.A:k:ACHACIMMtrAPiS: : t ~ - - - - ~;- ~ ~ i " " i l-_:- " ' - . t - ~ . .ifP""'.!JS.....r+-=: I ~ c : . . ! " ' . I > o ! . " -=. . . : : - ~

    ERNESTO YEPES

    combustibles fsiles, haconducido aund ramtico empobrecimiento gentico que amenazalas bases mismas del desarrollo agropecuarioconsiderado moderno.

    Naturalmenteen esta nueva coyuntura no esprecisamente nuestra riqueza minera 10 queencandila ms al occidente desarrollado. Esnuestra riqueza gentica. Si no, recordemos undidctico y tradicional ejemplo: en nuestros 84ecosistemas o zonas de vid a con que contamos

    ~ e los 120 que existen en el mundo-- habitan 35 mil especies de plantas superiores y unas3780 especies de animales. Sin contar, claroest, los 30 millones de variedades de insectosque tenemos en la amazonia.

    En la revolucin cientfico-tecnolgica enmarcha, el conoci miento convertido en capitalconocimiento, est impulsando aceleradamenteel desarrollo de nuevas tecnologas y nu evosmateriales. En esta vertiginosa dinmica la informacin y manipulacin sobreel germoplasma, esto es, la sustancia hereditaria contenidaen cada clula, se ha convertido en una lneafundamental de investigacin cientfica y depreocupacin poltica.

    Se trata en suma de tecnologas de puntaque podrn no slo redefinir los requerimientos tradicionales de las grandes metrpolis,sino cambiar sustantivamente muchos de losprocesos tcnicos y econmicos asociados asus actividades agrcolas, pecuarias, pesqueras, etctera. Ello sobre todo con base en tresreas cientfico-tecnolgicas de veloz desarrollo: el cultivo de tejidos, la fisiologa microbiana y la ingeniera gentica.

    Pero ocurre que estas nuevas tecnolo gas conocidas como la biotecnologa requieren parasu funcionamiento eficaz una materia primaesencial que las haga posible: la biodiversidad, la riqueza gentica. Y que Occidente, roIDO sealamos antes, por su patrn de desarrollohomogeneizante excomulg y persigui implacable.

    Por fortuna, en los pases no industrializados como el nuestro, la biodioversidad logr sobrevi vir a pesar de todos los esfuezos eIl'contrario. Es decir logr sobrevivir no graciasal Estado. la universidad o las empresas. sino

    HISTORIA Y BIODlVERSIDAD EN EL PERU 97

    ~

    a pesar de ellas. Y gracias al celo milenario,castigado y deformado muchas veces, de losgrupos sociales marginados durante siglos demodernizacin occidental.

    Logr sobrevivir porque esos grupos hicieron de la biodiversidad su eje medular de desarrollo, convirtindola en su ms formidableherramienta de sobrevivencia. Logr sobrevivir porque esos pueblos buscaron conciliar labodiversidad con otra diversidad no menosimportante: la cultural, la social, la tnica.Una diversidad prohibida tambin por Occidente preocupado por borrar las caras y lospensamientos que no tengan la impronta blanca, cristiana y europea. Y as como se aniquilaron miles de especies animales y vegetales,en estos quinientos aos las ms de diez miletnias que componan el mejor patrimonio dela humanidad se han reducido a menos de dosmil. Y naturalmente la ontrapartida de estadestruccin tnica ha sido la depredacin cultural, la uniformizacin cultural, la modernizacin cultural.

    As, la cultura milenaria que permiti alhombre andino conciliar la vida cotidiana con

  • 7/28/2019 Historia y Biodiversidad en El Peru - Boletin de Antropologia

    5/5

    98 BOL ETIN DE ANTROPOLOGIA AMERICANA 28 DICIEMBRE 1993

    las aves y las fases de la luna, las plantas y lascostumbres de la ms variada fauna, fue dando paso a un esquema de hombre sin curiosidad ni inters por explicar la vida, el tiempo,la variedad biolgica. Eso pas a ser cosa dedoctores, de gente sabia, seguramente universitarios. El trabajador moderno, el candidatoa ciudadano, es el que perdi la identidad consus rboles, sus cerros, sus manantiales y lavida que le rodeaba. Su desarraigo lo ha uniformizado, no slo porque dej su terruo allen los andes o la amazonia, sino porque mentalmente ya no es de ninguna parte.

    Cmo entender entonces que este pobladorandino gracias a su cultura perseguida, a susentido comn, a su inters e inquietud por entender y preservar la vida, haya devenido a lalarga en el guardin que conserv a pesar denosotros y, cmo no, para nosotros, la ms formidable riqueza que nos ofrece el futuro.Cmo entender la revalorizacin a que asistimos en instancias acadmicas, tcnicas y financieras sobre todo del extranjero, de esaagricultura inmemorial practicada por nuestrocampesinado indgena: de bajo consumo deenerga fsil y con gran capacidad para conservar los recursos genticos.

    Explicar y.comprender estos y otros procesos similares son desafos de los que no puedeneximirse los historiadores. Pero de historiado\res que deben resistir tambin la tentacin dedeleitarse con un neo-indigenismo en que pordefinicin todo lo pasado es lo mejor.

    De lo que se trata, en suma, es de construiruna historia destinada tambin a hacer comprensible y accesible el futuro. Una historia quejuegue un papel activo en la formulacin deopciones de desarrollo posibles para un pascomo el nuestro. Uno de los ms pobres delplaneta y al mismo tiempo con una riqueza ignota que pronto ser objeto de saqueo por lospases desarrollados.

    EST A D O S MIEMBROS DEL INSTITUTO PANAMERICANO DE GEOGRAFIA E HISTORIA o olvidemos que son stos los que impulsan el desarrollo de las nuevas tecnologas. Y

    en particular las grandes corporaciones involucradas tradicionalmente en la produccin desemillas, pesticidas, productos medicinales yalimentos. Para estas empresas, la participacin nuestra en la aventura biotecnolgica esbastante precisa: recolectores de especies paraprogramas cientficos que permitan la potenciacin y transformacin de sus sectores productivos.

    La tarea entonces es cmo lograr reve rtir esatendencia sin caer en el expediente fcil yexclusivo de convertimos en celosos guardianesde una biodiversidad manejada como preciadareliquia de museo, o a lo ms, como monumen , ,.tal reserva natural. El desafo estriba entoncesen ser capaces de utilizar esas nuevas tecnologas -s in descuidar obviamente las tecnologas que reposan en las ciencias o n v e n ~ o n a l e s ,como las tcnicas andinas y amaznicas- a finde hacer ms exitosos en trminos de potencialidad, magnitud, economa y eficacia proyectos de desarrollo que incorporen a su ejemedular de comprensin y de transformacindel pas tanto la biodiversidad como la diversidad cultural.

    En suma, se trata de una estrategia qu e sibien sigue el mismo sentido de la sabidura indgena de conservar, convivir y desarrollarsecomo colectivo asumiendo a plenitud nuestraheterogeneidad social, espacial y biolgica, escapaz tambin de ubicarse frente a los retos yposibilidades que ofrece un cambiante entorno internacional. En fin, una estrategia que enningn momento olvida que vivimos una revolucin planetaria que puede llevamos a buscar en el siglo XXI condiciones de existenciapara el colectivo nacional mucho mejores quelas actuales, o que puede, sin mucho esfuerzo, encasillamos por otra centuria en la periferia de la periferia del sistema intemacionul.

    ArgentinaDellce'BoliviaBrasilCanadChileColombiaCosta RicaCuba'"Ecuador

    El SalvadorEstados Unidosde AmricaGuatemalaHaltHondurasMxicoNicaraguaPanamParaguayPerRepblicaDominicanaUruguayVenezuela

    EL IPGH, SUS FUNCIONES Y SU ORGANIZACIONEl Instituto Panamericano de Geografa e Historia fue fundado el 7 de febrero de 1928 porresolucin aprobada en la Sexta Conferencia Internacional Americana que se llev a efecto en LaHabana, Cuba. En 1930, el gobierno de los Estados Unidos Mexicanos construy para el uso delIPGH, el edificio de la Calle Ex-Arzobispado 29, Tacubaya, en la ciudad de Mxico.En 1949, se finn un convenio entre el Instituto y el Consejo de la Organizacin de los EstadosAmericanos y se constituy en el primer Organismo Especializado de ella.El Estatuto del IPGH cita en su anculo lo. sus fines:1) Fomentar, coordinar y difundir los estudios cartogrficos, geoflsicos, geogrficos e histricosas como los relati vos a las ciencias afines de inters para Amrica.2) Promover y realizar estudios, trabajos y capacitaciones en esas disciplinas.3) Promover la cooperacin entre los Institutos de sus disciplinas en Amrica y con las

    organizaciones internacionales afines.Las actividades y proyectos que desarrolla el Instituto se conjugan en tres programas que cumplenlos fines ya sealados.1) Direccin y Administracin2) Publicaciones3) Asistencia TcnicaSolamente los Estados Americanos pueden ser miembros del IPGH. Existe tambin la categora deObservador Pennanente del IPGH. Actualmente Jamaica y Espaa tienen esta calidad.El IPGH se compone de los siguientes rganos panamericanos:1) Asamblea General2) Consejo Directivo3) Comisiones de: Cartografa (Reston, VA, EUA)Geograffa (Ro de Janciro, Brasil)Historia (Buenos Aires. Argentina)

    Geofsica (Mxico, D.F.)4) Reunin de Autoridades5) Secretara GeneralAdems en cada Estado Miembro funciona una Seccin Nacional cuyos componentes son nombradoSpor cada gobierno. Cuentan con su Presidente, Vicepresidente. Miembros Nacionales de Cartografa,Geografa, Historia y Geofsica, y ms de sesenta miembros de Comits y Grupos de Trabajo por pas,de tal modo queel capital humano del Instituto est constituido por numerosos cienficos, acadmicosy tcnicos.

    Comisin de Historia Secretario de la Academia Nacional de la Historia Balearce 139 Buenos Aires, Argentina Correspondencia cientfica y tcnica

    ne.de 1lJ62 el Gobierno de Cuba ha estado excluido del Sistema Interamericllno.

    Instituto Panamericanode Geografia e HistoriaSecretara GeneralApartado Postal 1887911870 Mxico, D.F.Canje, venta y distribucin