Historia y Vida #150

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La Revista Historia y Vida es el órgano de comunicación de la Provincia Meridional San Juan de Ávila de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios.

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PASTORAL DE LA SALUD

Dimensión evangelizadora y pastoral

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SUMARIO

EDITORIAL

La misión continúa, las tareas cambian

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NUESTRA PROVINCIA

Celebramos la VI Asamblea Provincial

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NUESTRA PROVINCIA

Tiempos de renovación, esperanza y audacia

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FORMACIÓN

Escuela de Hospitalidad: ¡Seguimos creciendo!

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GESTIÓN HOSPITALARIA

Residencia médica, un camino hacia la madurez profesional

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PASTORAL VOCACIONAL

Luces y sombras de la “Generación Y”.Una mirada fi losófi ca

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FORMACIÓN

Escuela de Enfermería: formando profesionales con nivel académico...

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CONOCIÉNDONOS

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La misericordia de Dios se manifi esta en los pobres, los enfermos...

FICHA TÉCNICAREPRESENTANTE Hno. Luis Alberto Mojica Paz - Curia Provincial - Ardoíno 714 - B1704EIP - Ramos Mejía - Buenos Aires - ArgentinaEQUIPO DE REDACCIÓN Hno. Luis Alberto Mojica Paz - Hno. Jaime Gutierrez - Lic. Carlos Maximiliano Nieto - Matías CasanoADMINISTRACIÓN [email protected] - www.hsjd.org DISEÑO E IMPRESIÓN Synapsis C.I. - www.synapsis.com.ar

BIOÉTICA

Presentación del programa de formación en Bioética

22ESCUELA ESPECIAL

Formación inicial en dirección a una...

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SANTA SEDE

Los Hermanos de SJD junto al Papa

28CONOCIÉNDONOS

Galindo Honores: Soy feliz con mi trabajo...

3026GESTIÓN HOPITALARIA

Administración por objetivos...

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LA MISIÓN CONTINÚA, LAS TAREAS CAMBIAN A los Hermanos y Colaboradores de la Provincia,

Un saludo fraterno para todos.

Después de un tiempo en el que iniciamos la Visita Canónica y en la que ya estamos concluyendo con este período de evaluación y discernimiento, quiero agradecer a todos por el esfuerzo, la cercanía y el compromiso para con la responsabilidad que tienen cada uno, pero más por la calidad asistencial que hemos visto en los Centros de la Provincia.

Nos llena de orgullo el proceso vocacional que llevamos los Hermanos para crear una comunidad para el Reino. Sé que no es fácil y la tenemos que construir cada día desde nuestro ser personal y religioso. Que cada uno ponga su esfuerzo es lo más importante más allá de las limitaciones que podamos tener. Valoro la cercanía y la libertad de todos para expresar lo que sienten porque es así que podremos construir una Provincia Religiosa Hospitalaria más humana, porque en las diferencias se va construyendo.

El lema que hemos planteado para nuestra Asamblea es “La misión continúa, las tareas cambian”, y es el tema que compartirá con nosotros el Superior General, Hno. Jesús Etayo Arrondo. Hoy, nuestras tareas se han ido reacomodando, pero nuestra Misión se ha mantenido intacta. Incluso, hemos crecido en obras apostólicas que son hoy una respuesta a las necesidades de los enfermos. Nuestros Colaboradores están aportando grandemen-te a este proceso y les agradezco por seguir adelante desde la tarea que desempeñan y desde lo que signifi ca para nosotros el seguir desarrollando nuestra misión. Sé que los tiempos que nos han tocado vivir no son los mejores pero es allí donde debemos demostrar que podemos ser fuertes en las debilidades que nos muestra el mundo.

Me gustaría nombrar a cada uno de ustedes, entre Hermanos y Colaboradores, pero no terminaría nunca por la gran lista que supone... Sí, pedimos a Dios para que los fortalezca y ayude todos los días a brindarse más a los demás y que su bendición llegue a sus familias y a las personas que ustedes más quieren porque, en la medida que brindamos amor a los nuestros, tenemos más capacidad de brindar amor y algo más a aquel que tiene menos que nosotros.

Nuevamente, gracias por el testimonio y la hospitalidad.

Fraternalmente,

EDITORIAL

HNO. LUIS ALBERTO MOJICA PAZSuperior Provincial

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EDITORIAL

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NUESTRA PROVINCIA

Del 10 al 12 de junio, en la Clínica Nuestra Señora del Pilar de Luján, provincia de Buenos Aires, tuvo

lugar la VI Asamblea de la Provincia Sudamericana Meridional bajo el lema “La Misión permanece, las

tareas cambian”.

CELEBRAMOS LA VI ASAMBLEA PROVINCIAL

Finalizada la Visita Canónica, donde se tomó contacto con la realidad de la gestión de cada uno de los Centros y con la vida en Comunidad de los Hermanos en cada una de las Obras, la Asamblea pudo presentar un informe con los resultados obte-nidos sobre la situación actual de nuestra Provincia, rescatando y destacando las fortalezas y los objetivos cumplidos como así también dando a conocer cuáles son los aspectos en los que debemos continuar trabajando para completar las acciones pre-vistas para el cuatrienio 2010-2014.

Durante la Asamblea, contamos con la grata presencia del Su-perior General Hno. Jesús Etayo Arrondo, el Hno. Benigno Ra-mos -en representación del Consejo General-, como así también el Hno. Jairo Urueta Blanco, Provincial de Colombia y Delegado de la Curia General para América. También integró la comitiva, el Dr. Xavier Pomés, delegado de Centros de la Curia General para América, quien acompañó y participó de cada una de las jornadas.

Nos alegramos por la presencia de Hermanos y Colaboradores de los tres países que integran nuestra Provincia -Argentina, Bolivia y Chile- y que, con su participación activa, enriquecieron el contenido de la Asamblea con aportes e intervenciones en cada una de las actividades programadas.

La Comunidad de Luján, así como la Clínica Nuestra Señora del Pilar, fueron ejemplo constante de hospitalidad a través del trato brindado, los servicios y la asistencia ofrecida.

Durante la Asamblea, recibimos visitas como la del intendente de Luján, el Dr. Oscar Luciani, quien nombró Visitante Ilustre al Padre General Hno. Jesús Etayo. También, se hizo presente monseñor Agustín Radizzani, arzobispo de la Arquidiócesis de Mercedes-Luján, quien celebró la Eucaristía del tercer día.

El doctor Pier Paolo Balladelli, representante de la Organización Panamericana de la Salud y de la Organización Mundial de la Salud, realizó una presentación sobre los Sistemas Integrados de Atención y las perspectivas de la salud mental para la región.

La doctora Elizabeth Flores, representante del Instituto Psiquiá-trico San Juan de Dios de Cochabamba, realizó la presentación del Programa de Proyección Comunitaria en Salud Mental (Pro-ProCo) que se desarrolla en Bolivia. A su turno, el Hno. Edgar Bondoni, en nombre del Instituto Psicopedagógico Ciudad Jo-ven de Sucre, presentó los casos de cuatro jóvenes pacientes

que pudieron desarrollar con éxito su proceso de formación educativa.

El grupo de asambleístas participó también de una muestra cul-tural realizada en la Casa de Retiro de los Guanelas, donde el grupo de baile municipal ofreció una muestra de las distintas danzas de Argentina.

Durante el acto de clausura, tanto el Superior Provincial Hno. Luis Alberto Mojica Paz como el Superior General de la Orden alentaron a los Hermanos y Colaboradores de la Provincia a continuar trabajando, resaltando el entusiasmo mostrado en cada una de sus presentaciones, el compromiso y la intención de seguir caminando hacia el logro de la Misión.

Asimismo, ambos Hermanos alentaron a continuar trabajando en la recaudación de fondos, siendo siempre transparentes en los procesos y a fortalecer la evaluación de los modelos asis-tenciales. La Pastoral de la Salud y la Escuela de Hospitalidad fueron mencionadas casi de forma unánime como los ejes transversales de todas y cada una de las acciones de nuestros Centros.

La Asamblea, más allá de haber cumplido su objetivo, también permitió el acercamiento entre Hermanos y Colaboradores de las distintas Casas de nuestra Provincia quienes se interesaron en intercambiar recursos, conocimientos y experiencias.

Finalizada la Asamblea, con toda la información obtenida y el material examinado, nuestra Provincia se dispone a trabajar ca-mino al próximo Capítulo Provincial previsto para julio de 2014.

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NUESTRA PROVINCIA

Queridos Hermanos, Colaboradores y miembros de la Familia Hospitalaria de San Juan de Dios

SALUDO E INTRODUCCIÓNEstoy contento de estar estos días con vosotros participando en la Asamblea Provincial y quisiera transmitiros el saludo de todo el Defi nitorio General, así como de los Hermanos y Colabora-dores de la Curia General.

Es mi primera visita a América como Superior General que apro-vecharé para reunirme también con los Superiores Provinciales de la región, con el Delegado General de México, Cuba y Amé-rica Central y con el Delegado Provincial de Brasil, así como con el Dr. Xavier Pomés, Delegado General de Centros de la Región. Con todos ellos trabajaremos sobre el plan de acción a desarro-llar en la Región durante el presente sexenio.

Esta Asamblea Provincial se realiza al fi nal de la Visita Canónica Provincial que recientemente ha realizado el Hno. Luis Alberto Mojica, Superior Provincial. Por lo tanto debemos verlo todo como una unidad. Se trata de un momento importante para la vida de la Provincia, en la que se hace presente el Espíritu del Señor, un nuevo Pentecostés, que nos debe llenar de luz y de fuerza para seguir desarrollando la misión que la Iglesia y la

Orden nos encomiendan. A la luz del Espíritu habéis tenido la oportunidad de revisar, evaluar y proyectar el futuro de la vida de la Provincia, de las Comunidades y de los Centros.

Todas las refl exiones y conclusiones deben ser también un material rico que ayuden a la Provincia a preparar responsa-blemente el próximo Capítulo Provincial que se celebrará el próximo año, junto con las Declaraciones del último Capítulo General celebrado en Fátima.

LA MISIÓN PERMANECE, LAS TAREAS CAMBIANEl tema que se ha elegido es “La misión permanece, las tareas cambian”. Un buen tema que refl eja el desafío permanente de ser fi eles al carisma y a la misión que hemos recibido del Señor inspirados en San Juan de Dios, nuestro Fundador. Ello implica una permanente llamada a renovar la vida y la misión de la Or-den y de la Familia Hospitalaria de San Juan de Dios.

Es el desafío que el reciente Capítulo General ha estudiado y afrontando. De hecho, las Declaraciones del Capítulo General indican las líneas de acción y las prioridades que hemos de seguir para renovar en los próximos años nuestra vida, siendo fi eles a la misión, para lo cual será necesario continuar cambiando aquello que nos permita hacerla visible y actual en el mundo de hoy.

Compartimos el mensaje de nuestro Superior General Hno. Jesús Etayo dirigidas a la VI Asamblea

Provincial durante el acto de apertura.

TIEMPOS DE RENOVACIÓN, ESPERANZA Y AUDACIA

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Las líneas de acción que enmarcan dichas Declaraciones son las siguientes:- Visión de la Orden como Familia Hospitalaria de San Juan de

Dios.- Mantener vivo y actual el carisma y la misión de la Orden,

siendo sensibles a las nuevas situaciones de pobreza, espe-cialmente en este tiempo de crisis.

- Continuar el proceso de renovación de la Orden, en la vida religiosa y en la misión.

- Impulsar la animación de la vida espiritual y comunitaria de los Hermanos, la Pastoral Vocacional y la formación.

- Colaboradores, corresponsables de la misión.- Nuevas fórmulas en relación con las estructuras de la Orden.

Así defi nen nuestras Constituciones la misión de la Orden, a la que hemos de ser fi eles:“Animados por el don recibido, nos consagramos a Dios y nos dedicamos al servicio de la Iglesia en la asistencia a los enfer-mos y necesitados, con preferencia por los más pobres. De este modo manifestamos que el Cristo compasivo y misericordioso del Evangelio permanece vivo entre los hombres y colaboramos con Él para su salvación” (Const. 5)

Pero no podemos olvidar que esta misión la hemos de encarnar en cada tiempo y lugar, renovando y asumiendo los cambios ne-cesarios. La renovación y la apertura al cambio son realidades que forman parte de nuestra espiritualidad y de nuestra cultura.

Las exigencias del mundo en que vivimos no pueden hacernos olvidar que la historia no se detiene nunca y ese movimiento continuo remueve los fundamentos de nuestras ideas, de nues-tro estilo de vivir adquirido y casi fosilizado por efecto de una inercia que acompaña todas las actividades humanas.

Porque la historia no se detiene nunca, la Iglesia del Vaticano II se permitió hablar de signos de los tiempos, los tiempos que es-tamos viviviendo, y los tomó como un desafío al que la Iglesia como institución en todos sus niveles debe responder.

Las comunidades de consagrados están experimentando estos

desafíos de la historia frente a: los modos de vivir la misión; las difi cultades que la misión va planteando (número, edad); la presencia de los gobiernos en las obras caritativas que eran ex-clusividad de nuestras comunidades; los desafíos que los laicos nos representan, ya que aceptando la «belleza del carisma» no aceptan las maneras obsoletas (que son efecto de la evolución de la historia)… y quisieran «vivir el carisma con rostro actuali-zado»… Lo que era exclusivo y encerrado se ha vuelto abierto al pueblo de Dios, dando razón a la fuerza del carisma.

Cuál será nuestra respuesta, olvidando que a «cambios de pre-guntas se requieren respuestas nuevas» y en consecuencia ad-mitir que la misión no cambia pero sí pueden (y deben) cambiar las formas de realizarla.

Ni Jesús ni los Fundadores dieron «recetas» eternas a ser aplica-das en todos los lugares y en todos los tiempos de la misma ma-nera. Ellos nos entregaron dinamismos pastorales, para perso-nas que en el discernimiento, los traducen en modos de actuar.

Nuestra vocación y misión hospitalaria nos lleva a estar siempre atentos a dar nuevas respuestas a las nuevas necesidades que surgen en nuestro entorno, siguiendo el estilo de San Juan de Dios, como Iglesia samaritana en medio del mundo que sufre.

Con audacia y valentía, especialmente en medio de la crisis que hoy vivimos, es necesario que seamos sensibles a las nuevas necesidades y que intentemos dar nuevas respuestas, aunque sean sencillas y pequeñas en tamaño, pero signifi cativas y que expresen con claridad la hospitalidad.

En este sentido os invito a no cerrarnos en nuestros Centros y Comunidades, pasando de largo ante tanto sufrimiento exis-tente en los caminos de nuestros pueblos y ciudades.

Hay una tarea a realizar en la animacion espiritual y pedagógica (nuevas y exigentes rutas a recorrer hoy) de la cual los Colabo-radores están atentos a recibir como agentes conscientes y par-ticipativos de un carisma que les fue compartido y que quieren hacer vivir desde la dimensión de laicos.

NUESTRA PROVINCIA

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LA FAMILIA HOSPITALARIA DE SAN JUAN DE DIOSEl Capítulo General refuerza la visión de la Orden como Fami-lia Hospitalaria de San Juan de Dios, defi nida en los Estatutos Generales de la Orden de 2009 (20-22). Junto a los Hermanos, los Colaboradores, son miembros activos y corresponsables de nuestra misión. Todos somos conscientes que sólo gracias a ellos es posible llevar adelante la misión de la Orden, con tanta extensión y dedicación.

Ser miembros de la Familia Hospitalaria de San Juan de Dios es posible a través de una adhesión formal o no formal, desde el respeto a las tradiciones y culturas de los lugares donde está presente la Orden. (Declaraciones del Capítulo)

Queremos que la nuestra sea una Familia abierta, inclusiva, aco-gedora, inspirada en el carisma de San Juan de Dios y activa en la práctica de la Hospitalidad. Deseamos a lo largo del sexenio seguir promoviéndola como un proceso que nos permita ir cre-ciendo y encontrando formas y modos concretos de organizarla.

Invito a la Provincia a buscar nuevas formas y estructuras, de acuerdo a su realidad, de la Familia de San Juan de Dios. Por ejemplo a promover movimientos o asociaciones que compar-tan la fi losofía de la Orden. Debería ser algo no personal sino promovido y apoyado desde la Provincia.

Deseo agradecer a todos los Colaboradores el compromiso con la Orden, expresado también por los Colaboradores que asis-tieron al Capítulo General en su comunicado fi nal: “Contad con nosotros. Queremos llevar adelante el proyecto de San Juan de Dios. Deseamos asumir cada vez con mayor decisión nues-tra parte de responsabilidad en llevar con vosotros adelante las Obras Apostólicas de la Orden, no sólo desde un punto de vista técnico de la gestión o científi co de la asistencia, sino también desde la perspectiva de realizar en la práctica los valores de la Hospitalidad. Ayudadnos a superar las limitaciones y ofreced-nos el testimonio de Hospitalidad que nos guíe tras los pasos de San Juan de Dios”.

RENOVACIÓN, ESPERANZA, AUDACIADebemos afrontar la renovación y los cambios con esperanza y audacia. Son tres palabras llenas de contenido y signifi cado para nuestra vida.

La renovación es una llamada recurrente que se nos hace desde hace 50 años. Oirla nos produce a veces cansancio e incluso rechazo, pero no debe ser así. La renovación es la fuente de novedad permanente para nuestra vida. Es lo que nos permite estar al día “de las cosas del Espíritu” y lo que nos ayuda a salir de la rutina, el anquilosamiento, el desfase y la apatía.

Por eso la renovación es un proceso permanente y necesario, es la llamada diaria a “nacer de nuevo”, a “dejar el hombre viejo y revestirse del hombre nuevo”. Es un proceso espiritual que exige la conversión permanente de nuestras vidas y que tiene

una concrección en cada uno de los aspectos de nuestra vida: personal, comunitaria, apostólica, de la gestión y administra-ción, pastoral, formación, etc.

La renovación en el Espíritu del Señor es la base de la Esperan-za para cada uno de nosotros, para nuestras Comunidades y Centros y en defi nitiva para nuestra Orden. En la renovación se fundamenta la Esperanza de poder vivir nuestra vocación y consagración en fi delidad y plenitud y de poder seguir reali-zando nuestra misión de hospitalidad, ofreciendo el amor y la misericordia a las personas que sufren. Sin renovación de nues-tra vida y de nuestra Institución, la esperanza no tiene cabida y poco a poco se va muriendo.

Pero para llevar adelante la renovación, especialmente en mo-mentos de difi cultad y de crisis, se necesita de la audacia, del co-raje, de la valentía y de la creatividad. Se trata de un don precioso del Espíritu Santo que transforma nuestra vida y la dinamiza para, podemos decir así, “estar al día de lo que Dios y el Espíritu Santo quieren de nosotros”. Por eso hemos de pedirlo cada día al Señor.

Encontramos difi cultades y limitaciones, buscamos excusas y racionalizaciones, nos fallan las fuerzas y nos llega el pesimismo porque no llegan “nuevas vocaciones, nuevas energías”. Todo seguramente muy real y razonable, pero poco espiritual si nos dejamos vencer por ello. Debemos ser audaces para mantener viva y en fi delidad siempre nuestra consagración, testimonian-do la alegría de nuestra vocación, y debemos ser audaces y creativos para realizar nuestra misión de hospitalidad, como los Buenos Samaritanos del Señor.

Debemos afrontar el futuro con espíritu de colaboración y her-mandad, con toda la Orden y de modo particular con toda la región de América. Hay mucha potencialidad y son muchas las posibilidades. Se han hecho muchas cosas, pero por distintos motivos nos cansamos y perdemos muchas oportunidades.

Esta tarea también la debemos renovar y hemos de asumir el compromiso y la responsabilidad para trabajar con fi rmeza por la presencia de la misión de la Orden en la Provincia y en toda América. Como os he dicho en estos días tendremos la oportu-nidad de programar esta tarea con los Superiores Mayores de la Región y pido a toda la Familia Hospitalaria de San Juan de Dios de la Región el máximo apoyo y compromiso.

CONCLUSIÓNDeseo que sea un encuentro fructífero para todos y para la Pro-vincia. Os invito a participar activamente y le pido al Señor, a San Juan de Dios y a San Juan de Ávila, Patrono de la Provincia que nos acompañen durante estos días y nos den la luz y la creati-vidad necesaria para seguir siendo fi eles a la llamada del Señor.

De modo particular invocamos a nuestro beato Eustaquio Kügler, cuya fi esta celebramos hoy, que nos enseñe a ser audaces en tiem-pos dífi ciles, como lo fue él en la alemania nazi que le tocó vivir.

NUESTRA PROVINCIA

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FORMACIÓN

ARGENTINAEn marzo de este año, nos trasladamos a la pro-vincia argentina de La Rioja para visitar el Ho-gar de Ancianos San José y llevar allí la noticia de nuestra Escuela. El Hogar es un Centro que se incorporó hace poco tiempo a nuestra Provincia Sudamericana Meridional. Por ello, hemos realizado una visita a modo de presentación y en ca-rácter informativo. Les contamos a los Colaboradores, voluntarios y Hermanos del norte argentino sobre el objetivo y los conteni-dos que la Escuela pone a su disposición para su formación, y les anunciamos que a mediados de 2013 se abrirá un nuevo curso de alumnos donde, naturalmente, están invitados a participar.

CHILECruzando la Cordillera, durante los primeros días de abril visitamos la Clínica Nuestra Señora del

Carmen, en Santiago de Chile, y el Sanatorio Marítimo San Juan de Dios, en Viña del Mar, con el fi n de encontrarnos con nues-tros alumnos chilenos.

BOLIVIAA mediados de abril, algo similar sucedió en los centros que la Orden gestiona en Bolivia. Allí dijimos presente. Generosamente nos abrieron las puertas en en La Paz, Sucre y Cochabamba para tomar con-tacto con todo nuestro alumnado boliviano.

De todas estas reuniones concluimos y destacamos el compro-miso que cada uno de los alumnos ha tomado con la Escuela de Hospitalidad, con la lectura del material, la resolución de las actividades y la puesta en práctica de lo leído.

Asimismo, nos interesa resaltar la predisposición, constancia y dedicación con la que han llevado adelante cada uno de los

ESCUELA DE HOSPITALIDAD:

¡SEGUIMOS CRECIENDO!

COMITÉ PROVINCIAL DE ESCUELA DE HOSPITALIDAD

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Es una alegría inmensa poder compartir con todos ustedes cada nuevo paso que la Escuela de

Hospitalidad da en el camino de formación que, desde agosto del 2011, venimos transitando para fortalecer

la identifi cación de nuestra Familia Hospitalaria con el carisma juandediano.

FORMACIÓN

módulos, intentando compartir la información cuando ha sido posible, ayudándose y colaborando entre ellos, fortaleciendo así las relaciones propias de un grupo de estudio.

NUEVO LLAMADO DE INSCRIPCIÓNEn agosto de 2013, la Escuela de Hospitalidad abrirá nueva-mente sus puertas para que todos los que quieran inscribirse puedan hacerlo. Como siempre, la inscripción se realizará a través de la Gerencia de cada uno de los Centro, ya que es la ofi cina que tiene cargo la designación de los nuevos pos-tulantes.

Al respecto, queremos recordar que, por una cuestión de or-ganización, es imposible que todos los Hermanos, Colabora-dores y Voluntarios de la Provincia cursen simultáneamente en la Escuela. Es por este motivo, que se han establecido cierta cantidad de vacantes, que guardan relación con la función y la cantidad de miembros de cada Centro.

Aprovechamos esta oportunidad, para anunciar también que, desde la Curia Provincial, se hará énfasis en esta nueva ins-cripción a todos los mandos altos y medios de cada Centro, que aún no se encuentren formando parte de este proceso de formación.

Desde el Comité de Escuela queremos agradecer enormemen-te todo lo mencionado, además del trato tan cordial y amable que hemos recibido en cada una de nuestras visitas. Hemos fi nalizado el recorrido con la alegría inmensa de saber que tra-bajamos a la par de todos los Hermanos, Colaboradores y Vo-luntarios que, al igual que nosotros, consideran que la Escuela de Hospitalidad es de todos y para todos. Queremos que ella sea un instrumento que nos ayude a crecer y a renovar cada día el deseo de asemejarnos a nuestro patrono San Juan de Dios, concretando nuestras acciones con Responsabilidad, Caridad, Respeto, Solidaridad y, por sobre todo, Hospitalidad.

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12La Escuela de Enfermería de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios y la Universidad

del Salvador inició sus clases en 2012 en la Casa Hospital San Juan de Dios de Ramos

Mejía. Hoy, cuenta con 180 alumnos cursando las carreras de Enfermería Profesional y

Licenciatura en Enfermería; y con planes para seguir creciendo.

ESCUELA DE ENFERMERÍA: FORMANDO PROFESIONALES CON NIVEL ACADÉMICO Y VALORES HOSPITALARIOS

LIC. ROMINA DARANNO, DIRECTORA ACADÉMICA

FORMACIÓN

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En 2006, la Universidad del Salvador creó la carrera de Enferme-ría en una acción mancomunada entre la Facultad de Medicina de dicha Universidad, fundada hace 49 años y la Fundación Sa-natorio Güemes, reconocida institución médica que desarrolla, con un cuerpo de profesionales con amplia experiencia, su labor docente, asistencial y de investigación.

Más tarde, siendo el 4 de julio de 2011, se fi rmó un convenio General de Cooperación entre nuestra Orden Hospitalaria y la Universidad del Salvador para el dictado en forma conjunta de la Carrera de Enfermería a partir de 2012, en Buenos Aires.

La propuesta se desarrolla a través de una sólida formación teórica y práctica inmediata e intensiva, en el ámbito de los sanatorios de las casas de San Juan de Dios en Argentina, pa-santías en centros de excelencia, con el respaldo académico de la Universidad del Salvador.

La Escuela de Enfermería comenzó en el año 2012 con una do-tación de 80 alumnos entre carrera y ciclo de licenciatura. Nos acompañaban en ese entonces, una dotación de 17 docentes, algunos convocados de la Casa Hospital San Juan de Dios otros convocados fuera de la misma, muchos con experiencia en el área de la docencia y otros dando sus primeros pasos. Con el correr del tiempo, el primer año de carrera de enfermería y del ciclo de licenciatura en enfermería, fi nalizó con 53 alumnos, quienes hoy componen el segundo año de carrera y el segundo año del ciclo de licenciatura, en su totalidad.

Hacia los principios del año 2013, las inscripciones llegaron a 150 alumnos, iniciando el año 2013 con un cupo total y real, entre carrera y ciclo de 2013 alumnos. Siendo 20 de mayo del corriente año, la escuela cuenta con 180 alumnos en total.

El receso de los alumnos se debe principalmente a cuestiones personales, familiares y/o de índole económicas. Además, cabe destacar que el 10% del alumnado que se desvinculó de la es-cuela, ni siquiera comenzó el curso nivelatorio o curso integra-dor, dependiendo de la carrera a seguir.

En cuento a la infraestructura, también fue modifi cándose. Hoy, contamos con dos aulas. El aula San Ricardo Pampuri, con una superfi cie de 27 m2, y el aula San Benito Menni, con 40 m2 aproxi-madamente; además, la escuela cuenta con un pequeño salón de actos de 68 m2, que también funciona como espacio áulico, más un salón de informática con 10 PC, un espacio que será destina-do, en un futuro, para la biblioteca y/o salón de profesores, un patio interno, dos baños públicos y la ofi cina de secretaría y direc-ción. Cada aula tiene su correspondiente proyector y su pizarra.

En el pasillo de la Escuela, se puede observar los paneles donde se exponen las notifi caciones distinguidas correctamente para los alumnos de carrera o los de licenciatura. Además contamos con 2 carteleras donde se plasman las fechas correspondientes a los exámenes fi nales, desde julio hasta febrero del año próxi-

mo. Y por último, otra cartelera donde se colocan las distintas actividades, ya sean jornadas, congresos, cursos, postulaciones y búsquedas, entre otras comunicaciones, que acercan a la ofi -cina de secretaría o nos envían vía web.

Con respecto al campo práctico, los alumnos cuentan con el espa-cio del Hospital San Juan de Dios, ubicado junto a la sede; el Centro de Rehabilitación San Juan de Dios, en Hurlingham y recientemen-te hemos incursionado en el espacio del Hospital Fernández, con muy buena respuesta, gran colaboración y motivación por parte de los docentes y alumnos de la cursada. Por lo tanto, hemos sumado al aprendizaje continuo de nuestros alumnos, la posibilidad de tener acceso a distinguidas organizaciones que provoquen en ellos, ejem-plos de formación en distintas facetas y situaciones, siempre acom-pañados por los docentes y/o tutores de la práctica hospitalaria.

Me llena de orgullo poder decir que hoy día, contamos con 20 consultas vía web, hemos recibido desde el inicio de las inscrip-ciones (octubre 2012 hasta el momento) 3500 consultas desde Busco Universidad, contamos con alrededor de 16.000 segui-dores en Facebook (www.facebook.com/Enfermeria.OHSJD.USAL) y hemos recibido cerca de 10 llamados telefónicos por día, para distintas consultas entre la carrera de enfermería y el ciclo de la Licenciatura, que luego del inicio de clases, fueron mermando, pero no dejan de suceder en la actualidad.

Para fi nalizar, mencionaré los nuevos proyectos de la sede. Por un lado, agrandar el espacio de la práctica a lugares específi cos como el Hospital del Quemado, el Hospital Roffo, el Hospital Garrahan, para que nuestros alumnos realicen visitas según la instancia de la cursada.

Por otro lado, y más en lo inmediato, durante el segundo cuatri-mestre de 2013 proyectaremos dos jornadas abiertas a la comuni-dad enfermera. Es un trabajo que estamos organizando junto con docentes especializados en distintas áreas, pero con la misma mo-tivación e inquietud de lograr modifi car la imagen de enfermería ante la sociedad. La idea principal, es diseñar un encuentro donde podamos refl ejar aspectos legales, éticos y del ejercicio de la pro-fesión para marcar ciertos lineamientos que tengan que ver con la calidad de atención y las diferentes situaciones vivenciadas en el día a día, como la violencia de género, el maltrato infantil, etc.

Asimismo, deseamos concretar un segundo encuentro que sea de las mismas características, pero donde el eje principal sea la seguridad del paciente, tema tan refl ejado a la luz del día como importante en su contenido. De lograr coordinar y organizar di-chas jornadas, les extenderemos la invitación correspondiente. Por supuesto, deseamos contar con la colaboración y el apoyo de la Universidad del Salvador, como hasta ahora.

FORMACIÓN

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PASTORAL VOCACIONAL

Suele llamarse “Generación Y” a la de los “nativos digitales” de las dos últimas

décadas, inmersos en la “era de la comunicación” ¿Un camino nuevo con

valores diferentes o una cultura decadente?

LA JUVENTUD DE LA ERA DE LA COMUNICACIÓN:

LUCES Y SOMBRAS DE LA “GENERACIÓN Y”. UNA MIRADA FILOSÓFICA.

JUAN PABLO ROLDÁN, DOCENTE UNIVERSITARIO

HNO. ELÍAS REALES, O.H.

Gilles Lipovetsky, en su obra El crepúsculo del deber: La ética in-dolora de los nuevos tiempos democráticos, publicada en 1992, afi rmaba que el hombre cínico e indiferente a toda realidad que él había descripto en La era del vacío no había evolucionado en la misma y previsible línea decadente sino que había descubier-to un nuevo tipo de ética, unos nuevos valores, que incluían la esperanza y la solidaridad. Según el autor, podía decirse que la lógica nihilista no había desembocado, a pesar de las profecías más pesimistas, en la autodestrucción del hombre.

De manera análoga, Gianni Vattimo opinaba en Creer que se cree (1996) que las consecuencias del tan denostado “pensa-miento débil” propio del hombre posmoderno, no habían sido las de una especie de suicidio de un hombre occidental que había abandonado a Dios y a todo criterio objetivo de bondad.

En ambos casos, estos autores consideraron que los cambios culturales propios de las últimas generaciones no implicaron un puro retorno a las viejas tradiciones, luego de la muy profunda crisis de los ideales antiguos de los 60 y los 70, sino el descu-brimiento de un camino nuevo que sólo podría ser juzgado ne-gativamente a la luz de parámetros ya superados. En efecto, el aparente nihilismo predominante en la década del 90, el vacío y el olvido de los valores por los que hasta ese momento los hombres vivían, mataban y morían, no habría sido más que el momento del parto necesario para el nacimiento de una cul-tura que abandonó defi nitivamente el “pensamiento fuerte”, arbitrario e intolerante. La idea de que ya no existe un cielo de verdades absolutas y universales habría dado lugar a una ética de la tolerancia (debe tolerarse toda idea o actitud porque ninguna es irrefutablemente verdadera) alejada de toda forma de fanatismo. La nueva mentalidad rechazaría toda considera-ción trágica o heroica de la realidad, herencia del “pensamiento

fuerte” que sólo podría subsistir, absurdamente, en culturas no evolucionadas, como la del mundo musulmán.

De manera coincidente, algunos sociólogos y expertos en edu-cación se han referido hace unos años a una llamada “Genera-ción Y” conformada por jóvenes sucesores de la “Generación X” indiferente y refractaria a todo ideal o proyecto común. La “Generación Y”, lejos de constituir un estadio culminante de la aparente decadencia de su antecesora, encarnaría los valores de la hora actual: familiaridad completa con las nuevas tecnolo-gías, acceso ilimitado a una cantidad extraordinaria de informa-ción, relativización y crítica consiguiente de todo conocimiento considerado defi nitivo o estable, actividad vertiginosa, nueva sensibilidad social y solidaria compatible con un confesado he-donismo. Según estos teóricos, estas cualidades de los jóvenes deberían ser capitalizadas por los educadores, quienes a veces se ven superados por juzgar a sus alumnos de acuerdo a sus paradigmas ya perimidos. Ya no serán exitosos, por ejemplo, los maestros aferrados a contenidos sacralizados, sino que deberán comprender que nos encontramos en la era de la movilidad. Como los conocimientos varían de un momento a otro, tocaría a los docentes únicamente capacitar a sus alumnos en el mane-jo de las herramientas (fundamentalmente informáticas) que les posibilitarían el acceso a una información siempre cambiante. Cualquier énfasis en los contenidos aprendidos constituiría una amenaza retardataria al camino emprendido por la educación actual. No debería impedirse el avance a paso seguro y veloz de la actual generación, que ya no tiene la ingenuidad de la de hace décadas, que prácticamente vivía encerrada en su hogar hasta la vida adulta. Los jóvenes actuales poseerían conocimientos superiores inclusive a los de sus padres. Las reformas educativas emprendidas en el país en los últimos años se encaminarían, en gran medida, a dar respuesta a esta nueva situación.

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PASTORAL VOCACIONAL

Por otra parte, el hedonismo de los jóvenes implicaría, en rea-lidad, una nueva sensibilidad para captar la propia identidad y para experimentar la propia dignidad.

¿Esta manera de juzgar la situación cultural actual y a su pro-ducto más acabado, la “Generación Y”, es unánime? En abso-luto. Puede decirse que es la versión de mayor difusión mediá-tica y propagandística, pero que no coincide con la apreciación de gran parte de los ambientes académicos, ni, probablemente, con la de muchos docentes y adultos que día a día recomienzan la tarea de intentar educar a jóvenes cada vez más impermea-bles a ciertas dimensiones de la cultura.

Nihil novum sub sole. Según estos otros pensadores, este nuevo momento cultural no se diferenciaría demasiado de la menta-lidad nihilista resultante del fi n de las ideologías occidentales posteriores a la Ilustración. Las aparentes virtudes del “pen-samiento débil” privado de certezas y convicciones tendrían, como peligroso contrapeso que no debería ser ignorado, el lastre negativo de una lógica escéptica sobre la que no puede construirse nada. Si no hay verdad, el respeto por los derechos humanos, la tolerancia o solidaridad, son seriamente amena-zados al ser privados de sustento seguro. Si no hay valores, quedan vaciados de sentido todos los intentos de construir una sociedad más justa. Esta nueva esperanza en los futuros logros de una mentalidad que ha roto su relación con sus raíces podría ser un intento ingenuo de erigir un mundo libre sobre los fun-damentos ideológicos del totalitarismo. En efecto, éste último se nutrió de una perspectiva en la que la realidad no debía ser conocida ni valorada, motivo por el cual se podía hacer cual-quier cosa con ella.

Otro tanto sucedería con los nuevos jóvenes y, con los alumnos

de la era informática. Su aparente fl exibilidad frente a todo co-nocimiento también sería también, en alguna medida, incapaci-dad de distinguir lo valioso, de discernir lo verdadero de lo falso o lo malo de lo bueno. Es experiencia extendida para los actua-les maestros que es muy difícil comunicarse con interlocutores para quienes ni siquiera deben respetarse (por ser estáticas y demasiado rígidas) las leyes lógicas. Esta irracionalidad progra-mática (apoyada y confi rmada por las iniciativas educativas que insisten en vaciar de realidad objetiva y sabrosa el conocimien-to), no puede sino condicionar la afectividad de los jóvenes, quitándole substancia y tornándola irritable, susceptible en exceso, individualista y, consiguientemente, extremadamente vulnerable y tornadiza.

Con mucha lucidez había previsto este fenómeno, ya en 1967, Max Horkheimer en su Crítica de la razón instrumental, obra en la que analiza con maestría las implicancias de una razón des-vinculada de toda norma objetiva. Escribía el autor: “Un hom-bre inteligente no es aquel que sólo sabe sacar conclusiones co-rrectas, sino aquel cuyo espíritu se halla abierto a la percepción de contenidos objetivos... La neutralización de la razón, que la priva de toda relación con los contenidos objetivos y de la fuerza de juzgarlos y la degrada a una capacidad ejecutiva que se ocupa más del cómo que de qué, va transformándola en me-dida siempre creciente en un mero aparato estólido, destinado a registrar hechos.”

Los educadores somos interpelados a discernir entre las fortale-zas de una mentalidad que nos cuesta comprender y sus con-comitantes debilidades. La situación actual nos desafía a valorar las virtudes de esta nueva mentalidad con la lucidez y la fortale-za sufi cientes para combatir, al mismo tiempo, los defectos que tanto sufrimiento y desasosiego producen.

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La Casa Hospital San Juan de Dios en conjunto con la Universidad de Buenos Aires brinda desde hace casi 20 años formación de pos-grado en medicina interna. El programa que se ofrece es de cuatro años y por el han paso numerosos profesionales que hoy se des-empeñan en instituciones tanto de Argentina como del exterior.

En la actualidad, la residencia cuenta con un plantel de 16 mé-dicos que cumplen actividades asistenciales y educativas en va-rios sectores de nuestro hospital. La coordinación general de estos médicos depende del Departamento de Docencia e Inves-tigación y del Servicio de Clínica Médica de la Casa Hospital San Juan de Dios. Ambas coordinaciones se resumen en la fi gura di-recta del Jefe de Residentes, cargo que se renueva anualmente y que para el periodo 2012-2013 recayó en mi persona.

El Jefe de Residentes es elegido de entre los residentes que egresan del programa de formación tanto por los médicos res-ponsables como por los mismos compañeros en formación. Es un cargo que llena de dignidad y orgullo al mismo tiempo que demanda la formación complementaria hacia aspectos relacio-nados con la administración y la gestión en salud.

Entre las responsabilidades de un Jefe de Residentes se encuen-tra la colaboración en la selección de los médicos que se incor-porarán al programa de residencia. Tarea por demás ardua que no sólo busca nivel intelectual y científi co entre los postulantes, sino la presencia de cualidades cultivables que aproximan a los valores que caracterizan a los Hermanos de San Juan de Dios, la hospitalidad y la responsabilidad. Todos estos elementos ser-virán para que cada médico logre crecer y alcanzar la madurez profesional con una fuerte impronta juandediana. Ellos deberán ser efectores sociales de salud con la mejor calidad médica y el máximo respeto hacia las personas que acuden a ellos. Esto confi gura un gran compromiso tanto para la institución como para quienes están involucrados directamente compensándose en el prestigio que conlleva esta actividad formativa.

Cada año se programan los contenidos académicos y las líneas de investigación, y se pautan las actividades asistenciales. El Jefe de Residente es quien esta en relación directa y continua con cada residente en formación, ocupándose no sólo de los aspectos formativos sino también de los relacionados a lo personal y espi-ritual. En esto, es bien conocido por todos que la exigencia para

GESTIÓN HOSPITALARIA

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RESIDENCIA MÉDICA, UN CAMINO HACIA LA MADUREZ PROFESIONAL

DR. G. RODRIGO AISPURU

EXJEFE DE RESIDENCIA MÉDICA (2012-2013).

lograr la calidad y excelencia muchas veces desgasta en forma variable. Los médicos residentes no son ajenos a esto y es por ello que necesitan el apoyo cercano para lograr seguir adelante en su crecimiento dentro del mundo médico, tarea que se ajusta adecuadamente a la descripción del Jefe de Residentes.

A lo largo de mis cinco años en el ámbito de la residencia he pasado por muchas situaciones de alegrías y tristezas. En cada tropiezo que he podido tener, siempre he encontrado una mano de ayuda para levantarme. Este último año de jefatura lo he realizado con todo el empeño posible y lo he entregado como forma de agradecimiento a la Orden, al Hospital, a mis maestros y a mis compañeros colegas. Cada año, el Jefe de Residentes que pasa, con o sin intención, deja una impronta

en los médicos en formación y en la estructura de la residencia que permiten evolucionar en forma continúa. Lo grandioso de esto es comprobar que cada hecho que realizamos infl uye en nuestro entorno de manera impredecible y provoca resultados que sólo Dios por medio del tiempo podrá revelar.

Al fi nalizar mi paso por la residencia de nuestro hospital, con-siderada ya una segunda familia, puedo asegurar que este año de jefatura ha sido el más arduo pero sin lugar a dudas el más gratifi cante. No puedo dejar de agradecer a la institución todo lo que me ha brindado en mi formación médica y en mi creci-miento personal. A quien me sucederá, espero dejarle las herra-mientas sufi cientes para potenciar cambios que logren sortear las difi cultades que puedan presentarse y seguir creciendo. A quienes están al lado del camino dando todo su apoyo acadé-mico y afectivo, les aseguro que sería imposible lograr la ma-durez profesional que permite esta residencia si ustedes no es-tuvieran. Por último, aliento a quienes están hoy por iniciar su camino, a quienes están en él y a quienes están por culminarlo, a que no se desanimen y sigan con fe y entusiasmo la dicha de ser hombres llamados a servir.

GESTIÓN HOSPITALARIA

Las residencias médicas son consideradas a nivel mundial como el sistema de

formación más completo para los profesionales de la salud. La adecuada combinación

de actividad médica asistencial y formación teórica bajo la constante supervisión de

profesionales con experiencia, hacen de este sistema la estrategia más idónea y ética

para lograr la madurez en el ejercicio de la medicina en nuestros tiempos.

Es un cargo que llena de dignidad y orgullo al mismo tiempo que demanda la formación complementaria hacia aspectos relacionados con la administración y la gestión en salud.

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CONOCIÉNDONOS

¿Dónde naciste?En Barranquilla, Atlántico, un 17 de julio de 1964.

¿Cómo estaba compuesta tu familia, a qué se dedicaban tus padres?Mis padres nacieron en Barranquilla, ciudad que ha mar-cado el desarrollo de Colombia. Esta ciudad aportó, en su momento, el progreso de la nación. Por allí ingresaron los primeros vehículos y la aviación, por este motivo Barran-quilla es conocida como la “Puerta de Oro de Colombia”.

Mi padre Hugo Calixto Urueta Hernández trabajó en el Puerto Marítimo de Barranquilla, para ese momento se en-contraba pagando la que sería nuestra casa. Falleció a los 43 años de edad debido a un infarto al miocardio, por tal razón mi madre, Gilma Esther Blanco, quien era una mujer de hogar y trabajadora, se hizo cargo de los seis hijos. El mayor de mis hermanos tenía 18 años y el menor 2. Con la

ayuda de Dios y la familia, mi madre pudo sacarnos adelan-te y formarnos a todos.

Vengo de una familia muy unida. Les cuento sobre mis her-manos: El mayor, Hugo Alberto, es arquitecto. Zoila María estudió sociología. Eucaris Cecilia, siguió los estudios de len-guas modernas y se fue a vivir a los Estados Unidos. Pablo estudió bibliotecología e historia. Yo soy el quinto, luego de terminar mi bachillerato ingresé a la universidad para es-tudiar mercadotecnia y hoy soy Hermano de San Juan de Dios. El más chico de mis hermanos, Rubén Darío, es licen-ciado en educación física.

¿Cómo fue tu vida de niño, qué es lo que más le gustaba?El fútbol siempre ha sido mi deporte favorito, soy hincha del Junior de Barranquilla y del Barcelona.

¿A qué edad sentiste el llamado de Dios para la vida reli-

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Entrevistamos al Hno. Jairo Enrique Urueta Blanco, Superior Provincial de la Provincia Colombiana de Nues-

tra Señora del Buen Consejo y Delegado Regional para América Latina y Central, quien nos visitó en oca-

sión de celebrarse el Encuentro Regional por América en la sede de nuestra Curia Provincial, en Argentina.

“LA MISERICORDIA DE DIOS SE MANIFIESTA EN LOS POBRES, LOS ENFERMOS Y LOS NECESITADOS”

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CONOCIÉNDONOS

giosa, cómo fueron esos primeros pasos?Desde muy pequeño sentí el llamado a trabajar con la co-munidad. A los 17 años... pero realmente ingrese a la vida religiosa a los 23.

¿Qué te motivó a ingresar en la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios?Conocí a las Hermanas de la Caridad de Santa Ana en el Hospital Niño Jesús, donde se atendían pacientes con tuber-culosis. Allí, por primera vez, las Hermanas me hablaron de los Hermanos Hospitalarios de San Juan de Dios.

Después, empecé a escribirles a los Hermanos de San Juan de Dios de una manera curiosa, pero es allí donde comienzo a descubrir mi vocación. Siempre fui una persona dispuesta y estudiosa, fanático por la lectura, hábito que cultivé desde muy joven. Siempre me ha gustado la acción social, la parti-cipación en grupos juveniles en barrios periféricos.

Me invitaban a participar de estos encuentros pero igual-mente seguía trabajando con la misión de las Hermanas y ellas me brindaban mucha información que me llamó la atención. Por correspondencia me invitaron a una convi-vencia para compartir más sobre la misión de la Orden Hos-pitalaria de San Juan de Dios y aproveché para conocer la capital del País, Bogotá.

En la ciudad de Bogotá conocí la misión de los Hermanos en la Clínica Nuestra Señora de la Paz y a los primeros Her-manos de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios en Colombia. De regreso en Barranquilla, los Hermanos de San Juan de Dios me invitaron a ingresar al Postulantado, lo cual me llamó la atención. En 1992, dejé mi proyecto universita-rio en Barranquilla e ingresé a la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios. Así, inicié mi proceso formativo como religio-so, lo que además me ha permitido apoyar a la Orden en la misión con una formación técnica profesional.

¿Cuál ha sido tu experiencia dentro de la Orden Hospita-laria de San Juan de Dios? ¿En cuáles hospitales estuviste y cuánto tiempo? ¿Qué tipo de funciones desempeñaste?Después de mi proceso de formación como Hermano de San Juan de Dios, tuve la oportunidad de acompañar a los Hermanos en las diferentes etapas de la formación como maestro de postulantes y aspirantes, por un lapso de tres años. Participé en el Noviciado en Lima durante tres meses, regresé a Colombia como maestro del Noviciado Interpro-vincial San Ricardo Pampurri en la Clínica San Juan de Dios de Chía y continué como maestro de Escolásticos en la Clí-nica de Nuestra Señora de la Paz, por tres años.

En el gobierno de la Provincia de Colombia he participado como Consejero Provincial. Fui Superior de la Clínica Nues-tra Señora de la Paz, y Superior y Director General del Hos-pital San Rafael, en la ciudad de Pasto.

En mayo de 2010, asumí como Superior de la Provincia Co-lombiana de Nuestra Señora del Buen Consejo y, en el Ca-pítulo General LXVIII celebrado en 2012, fui designado De-legado General para la Región de América Latina y Central.

¿Qué signifi ca ser el delegado para América Latina?Ser delegado es un reto. Primero, porque ser la persona a cargo de integrar América y animar a cada uno de los Her-manos y comunidades es una tarea que hay que encomen-darle profundamente al Señor. Ningún proyecto se puede realizar sin la cercanía profunda de Dios: “Es la Palabra he-cha vida”. Me siento contento y honrado por esta designa-ción, porque el Padre General Hno. Jesús Etayo me permite desde esta función contribuir al desarrollo de la gestión en su Gobierno.

¿Cuáles son sus objetivos como delegado regional?Mi primer objetivo es la animación de las Comunidades y el acompañamiento de las Provincias, en la vida de los Hermanos. En relación con la gestión de los Centros, en compañía del delegado laico para América, el Dr. Xavier Po-mes, hemos planteado retos importantes como el Plan de Desarrollo, el cual debe ser realizado por todos los Provin-ciales de América, con sus consejeros y con los Hermanos; priorizando el proyecto de Hospitalidad y de fi delidad a la vida religiosa a la que hemos sido llamados.

¿Cómo ve la salud en América y en los Centros de la Orden?En Colombia la salud pasa por un momento difícil, lo que ha implicado muchas reformas a la estructura del funciona-miento del sistema de la salud. Pero países como México, Perú y Argentina también vienen sufriendo difi cultades.

Recientemente, en Colombia se ha presentado una reforma en el sistema de salud. La Orden Hospitalaria de San Juan de Dios ha participado en el enfoque de la misma y viene realizando una gestión en la prestación de los servicios de salud con criterios de humanización y altos niveles de cali-dad, mejorando la infraestructura de sus clínicas y ajustando el modelo de prestación de servicios de salud de acuerdo a los cambios solicitados. Un excelente ejemplo que tenemos es la prestación del servicio que brinda la delegación Provin-cial en Brasil, Casa Hogar de Hospitalidad, quienes acogen y atienden a las personas más necesitadas de los barrios peri-féricos en este país, teniendo en cuenta el testimonio de fe.

Por último, ¿tendrías alguna refl exión o mensaje que qui-sieras transmitir a los lectores de Historia y Vida?Como Hermanos de San Juan de Dios debemos seguir fortale-ciendo el proyecto de hospitalidad que un día puso en marcha nuestro fundador e invitar a Colaboradores y a bienhechores para que sigan creyendo en la misericordia de Dios que se manifi esta en los pobres, los enfermos y los necesitados; y que las puertas de nuestros Centros siempre estarán abiertas para todos aquellos que quieran “hacer el bien, bien hecho”.

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Juan Pablo II en su Evangelio de la Vida nos dijo que “hoy so-mos testigos de una impresionante multiplicación de las ame-nazas a la vida y a la dignidad del hombre…”. El Papa Fran-

cisco, en sus primeras intervenciones como Vicario de Cristo, nos ha invitado “a ser custodios de la vida”. Comprometernos a recuperar y/o afi anzar la conciencia de que nuestra misión como hospitalarios, tanto Consagrados y Colaboradores en general, es un imperativo actual que nos permitirá hacer de nuestros lugares de misión espacios verdaderos de encuentro con el rostro misericordioso y hospitalario del Dios encarnado en Jesús.

El último documento de la Orden sobre la Pastoral (año 2012) nos recuerda que la “pastoral de la

salud forma parte del ADN de nuestra Familia Hospitalaria”. Por tanto, es grande el desafío de hacer

del instrumento pastoral un camino concreto, cotidiano y efectivo de evangelización en las estructuras

hospitalarias enmarcadas en el contexto de la Iglesia.

DIMENSIÓN EVANGELIZADORA Y PASTORAL

HNO. GUSTAVO MUCHIUTTI, OH,

SERVICIO DE PASTORAL Y VOLUNTARIADO

PBRO. LEONARDO MAGGIORINI, CAPELLÁN DE LA CASA HOSPI-

TAL SAN JUAN DE DIOS DE RAMOS MEJÍA

PASTORAL DE LA SALUD

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bres y mujeres que acuden a hacerse atender de sus dolencias.

La visita pastoral al enfermo exige por su naturaleza brindar un tiempo de calidad, ante todo tiempo, escucha empática y gestos que acorten las distancias entre las personas. Se trata de una exigencia de justicia, entendiéndola como el brindar a cada uno aquello que necesita y no en dar a todos exactamente lo mismo. No es fácil discernir siempre el modo adecuado. Pero, a riesgo de errar en algún caso, se trata de buscar con la ayuda del personal sanitario a aquellos pacientes -y sus familiares- que necesiten en mayor grado una mano amiga, un oído atento, una palabra de aliento.

La atención pastoral es aquel plus específi co que la Iglesia pue-de ofrecer en una institución de salud, pero no por ello es algo accesorio. Es un deber no sólo como creyentes sino como seres humanos que hace a la calidad del servicio que se ofrece, que jamás puede llegar a perder la dimensión de humanidad que requiere toda acción que involucre a personas y especialmente a aquellos que sufren más.

Junto a la atención debida a los pacientes y sus familiares, no debemos olvidar que aquellos que se brindan especialmente al cuidado pastoral de una institución, les corresponde también dedicarse al acompañamiento y a sostener de igual modo al personal sanitario. A aquellos que están en contacto con el su-frimiento se les debe una compañía particular para que puedan ejercer su ofi cio con calidez y calidad. Puedan también ellos sentirse apoyados en la fe para enfrentar el dolor ajeno con una mirada de misericordia y no puramente profesional.

El servicio de capellanía y pastoral es otro modo de cuidar la vida y se lo realiza, entre otras cosas, compartiendo la propia vida.

Las formas de lograr esto implican creatividad, porque los des-tinatarios son personas en su contexto, con sus circunstancias. La hospitalidad, como valor nuclear de la espiritualidad juan-dediana, nos invita en cada momento a generar instancias de presencia que valoren a la persona del que sufre y colabore en superar esa fragilidad o ayudarle a encontrar su sentido. Para esto, los Servicios de Pastoral en nuestros Centros resultan una herramienta imprescindible.

BREVE RELATO DE LA EXPERIENCIA DEL PADRE LEONARDO EN SU SERVICIO COMO CAPELLÁN EN LA CASA HOSPITAL SAN JUAN DE DIOS DE RAMOS MEJÍA“Un poco de misericordia hace al mundo menos frío y más jus-to”. Estas palabras, pronunciadas por el Papa Francisco, me han servido para dar un marco a esta breve refl exión sobre el signi-fi cado y la extensión de la capellanía y la pastoral hospitalaria.

Escuchando la invitación de Jesús: “estaba enfermo y me visi-taste” (Mt. 25, 36), reconocemos que quien ejerce este rol no puede dedicarse a ser un mero ‘dispensador de sacramentos’ sino, ante todo, un rostro amigo que escuche y acompañe en aquel momento de vulnerabilidad, tanto del paciente como de los familiares que lo acompañan.

De este ejercicio de la misericordia nace esa calidez humana que ayudará a sobreponerse al dolor, no sentirse en situación de marginalidad, que la realidad de una internación y de la enfer-medad suscitan en el paciente, y favorece, en no pocos casos, a experimentar la ternura de un Dios Padre que cuida y acom-paña a sus hijos.

En un mundo donde la tecnología y los avances científi cos han provocado un distanciamiento de las personas y debilitado las interacciones humanas, la práctica de la misericordia alivia la frialdad que poco a poco va ganando el corazón de tantos hom-

PASTORAL DE LA SALUD

...hacer de nuestros lugares de misión espacios verdade-ros de encuentro con el rostro misericordioso y hospita-lario del Dios encarnado en Jesús.

La visita pastoral al enfermo exige por su naturaleza brindar un tiempo de calidad, ante todo tiempo, escu-cha empática y gestos que acorten las distancias entre las personas.

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PRESENTACIÓN DEL PROGRAMA DE FORMACIÓN EN BIOÉTICA

BIOÉTICA

COMITÉ DE BIOÉTICA PROVINCIAL

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Es un gran honor formar parte de esta iniciativa, generada a partir del Gobierno General y plasmada a través del Comité General de Bioética, encomendados por el Hermano Superior Provincial y su Consejo.

El testimonio sobre esta materia que ha brindado la Orden Hos-pitalaria de San Juan de Dios desde su creación, es una forta-leza que nos apuntala a todos los agentes de salud en nuestra tarea asistencial.

Sabemos de la trascendencia que esta disciplina signifi ca para la Orden, la cual se ha convertido en pionera y referente de la misma. La formación en bioética es un nuevo desafío que nos proponemos para estar a la altura de las circunstancias.

OBJETIVO GENERALElaborar un marco que ayude a defi nir la programación de las actividades a desarrollar para el proceso de formación ampliada en bioética.

OBJETIVOS ESTRATÉGICOS• Lograr el manejo adecuado de los aspectos éticos de la prác-

tica clínica, a través de la identifi cación de los confl ictos de valores, con el fi n de lograr los cursos de acción éticamente justifi cables y llevarlos a la práctica.

• Mejorar la atención en salud, mediante la asistencia humani-zada a través de una actitud positiva hacia el enfermo, evi-tando el paternalismo en la relación médico-paciente, mejo-rando la calidad de las decisiones clínicas.

• Ser garantes del apropiado uso de los avances de la ciencia y de la tecnología, con conciencia crítica para benefi cio del hombre y de su dignidad, basándose en un análisis ético en-marcado dentro de los valores y principios morales personales.

• Incluir la enseñanza de la bioética en forma transversal a to-dos los integrantes de la Orden, sostenida por una política general de la Institución. Su implementación debe poseer ni-veles, los cuales identifi quen las necesidades de formación de acuerdo a la función.

• Implementar el programa de formación de acuerdo a los niveles identifi cados y evaluar las competencias adquiridas con el fi n de garantizar un proceso dinámico y aplicable en forma universal.

IDENTIFICACIÓN DEL NIVEL DE FORMACIÓN REQUERIDANivel I: Hermanos, enfermeros, administrativos, médicos asis-tenciales, auditores y calidad.

Nivel II: Direcciones científi cas, sanitarias, gestión, recursos hu-manos, legales, miembros del Comité de Bioética, Hermanos Superiores.

Nivel III: Coordinador del Comité de Bioética. Sería deseable que se extendiera a los integrantes del Comité.

TEMARIO DEL PROGRAMA DE FORMACIÓNNivel I: Ética fundamental. Concepto de bioética. Bioética apli-cada a la asistencia. Principios bioéticos. Bioética y carisma: Car-ta de Identidad de la Orden.

Nivel II: Incluye los temas del módulo I más los siguientes: Bioé-tica en atención sanitaria. Marco jurídico local. Consentimiento informado.

Nivel III: Incluye los temas de los módulos I y II más los siguien-tes: Historia de la bioética. Bioética aplicada a la administración de la atención sanitaria. Distribución equitativa de los recursos.

IMPLEMENTACIÓN DEL PROCESOa) Cada Centro deberá designar un responsable para que con-forme un equipo que deberá organizar la implementación de las actividades de formación.b) El equipo conformado será el responsable de aplicar la herra-mienta de clasifi cación y de defi nir los grupos prioritarios que deben iniciar los módulos de enseñanza.c) Las actividades pueden realizarse a través de clases, talleres participativos, foros, con modalidad presencial y/o virtual.d) Para el grupo de nivel III, habrá que considerar la comple-mentación de la formación a través de un posgrado, diploma-tura y máster en bioética.e) Finalizada la formación, se efectuará la evaluación fi nal del formando, efectuando una devolución.f) Se informará semestralmente al responsable del Comité Pro-vincial sobre el desarrollo del programa y de las evaluaciones. g) El Comité Provincial de Bioética deberá animar la implemen-tación del Programa de Formación, asesorar y colaborar con las necesidades emergentes en cada Centro.h) El Comité Provincial de Bioética deberá informar al Comité General de Bioética los avances y difi cultades del plan en las reuniones ordinarias.

Es nuestro ferviente deseo que puedan llevar adelante este plan y poder acompañarlos durante todo el proceso.

Asimismo, deseamos informar que, desde la Entidad Rectora, ya se han enviado el programa y los primeros módulos a las Gerencias de los Centros, y los comités locales deberán referirse a ellas.

Los interesados pueden consultar tanto en sus Centros como en el Comité de Bioética Provincial.

BIOÉTICA

En el siguiente documento, presentamos con gran entusiasmo el marco referencial para el estudio

de la bioética, para los Hermanos, Colaboradores y Voluntarios de la Provincia Sudamericana

Meridional San Juan de Ávila.

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El empleo es una actividad trascendental para toda persona en el desarrollo de su diario vivir, aportando sentido y signifi cado en su realización personal y calidad de vida. Para los jóvenes que presentan discapacidad intelectual, una ocupación contri-buye a modelar la vida adulta, favoreciendo los procesos de la participación social y de estándar de vida, siendo importante el acceso al mundo laboral regular, digno y de calidad cuando egresan de su proceso formativo entregado en los niveles labo-rales de un establecimiento de educación especial.

Hace un año, en mayo de 2012, el gobierno chileno dio a conocer a los diputados de la Comisión de Superación de la Pobreza, un estudio encargado por el Servicio Nacional de Discapacidad (Senadis) a la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Los resultados del estudio indicaban que sólo un 24.1%, de un total de 1.179.000 personas con discapaci-

dad en edad de trabajar, se encuentra ocupado en Chile.

En esa presentación, el representante del Gobierno, Oscar Me-llado, director de Senadis informó que existe un desfase entre la oferta y la demanda de puestos de trabajo porque las personas con discapacidad deben tener capacidades reales de formación para desempeñarse efi cazmente en un empleo. Es así como el estudio indica que los ocupados con discapacidad y escolaridad completa trabajan en empresas de mayor tamaño; tienen buen desempeño como empleados y cuentan con más frecuencia con contrato de trabajo. Planteó que, para los empresarios, la inclu-sión laboral de las personas con discapacidad pasa por destacar y reconocer sus capacidades.

Al promulgarse, el 20 de febrero del 2010, la ley N°20.422: “Establece normas sobre igualdad de oportunidades e inclusión social de personas con discapacidad” comienza un trabajo im-portante de las Instituciones en adecuar los mecanismos, pro-cedimientos y prácticas de selección de personal para que se creen reales condiciones y se fomente una inclusión laboral, fa-

En Viña del Mar, la Escuela Especial del Sanatorio Marítimo San Juan de Dios brinda una educación inte-

gral y profesionalizada a sus alumnos, contribuyendo a la formación para su posterior inserción laboral.

ESCUELA ESPECIAL

LORENA VERAGUAS ESPINOZA., EDUCADORA DIFERENCIAL.

DIRECTORA PEDAGÓGICA ESCUELA ESPECIAL SANATORIO

MARÍTIMO SAN JUAN DE DIOS.

FORMACIÓN INICIAL EN DIRECCIÓN A UNA OCUPACIÓN QUE CONFIGURA LA VIDA ADULTA

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ESCUELA ESPECIAL

voreciendo el acceso a benefi cios de seguridad social mediante subsidios o programas de intermediación que faciliten la perma-nente contratación de personas con discapacidad en empresas e instituciones públicas y privadas.

Mediante este instrumento público, se dan los lineamientos para iniciar un amplio proceso de inclusión de las personas con disca-pacidad con el fi n de generar iniciativas en igualdad de oportuni-dades. Es, en este contexto, que la Escuela Especial del Sanatorio Marítimo San Juan de Dios articula aún más sus esfuerzos y recur-sos para generar una educación integral y profesionalizada de los alumnos, entregando herramientas de capacitación para su pos-terior inserción laboral, así también, otorgando instancias de for-mación como trabajadores y sensibilizando los diversos espacios sociales que se logran con nuestra comunidad tanto en el sector de Gómez Carreño como con toda la comuna de Viña del Mar.

Somos conscientes que en Chile existe una falta de puestos de trabajo para personas con discapacidad intelectual severa-pro-funda. Nuestros alumnos, al ser portadores de diferentes dis-capacidades motoras, sensoriales y cognitivas, han visto dismi-nuidas sus oportunidades de acceso a la exploración del medio empresarial, existiendo barreras socio-laborales que merman sus espacios de incorporación. Si esta etapa de empleo no se produce en los jóvenes egresados, existirá un retorno a sus ho-gares o, en el caso de los alumnos internos, a sus habitaciones perjudicando los avances obtenidos durante toda la escolari-dad, debido a la falta de estimulación cognitiva pudiendo llevar esto a un envejecimiento prematuro y decaimiento anímico.

El trabajo conjunto de los cursos laborales durante dos a tres años de formación profesional y dentro del contexto de la in-teracción con otros, es que aparece la iniciativa de plantear al Hospital Sanatorio Marítimo San Juan de Dios la idea de crear un microemprendimiento productivo: un Taller Protegido que realice productos para la venta, cuyo objetivo sea la ocupación de personas con discapacidad intelectual severa-profunda y discapacidad físico-motora, que este formado por jóvenes con retos múltiples egresados de escuelas especiales de la comuna y pertenecientes a los cursos laborales de Escuela Especial Sa-natorio Marítimo San Juan de Dios donde se elaboren y ven-dan diferentes recetas de acuerdo a los módulos de platos fríos,

masas y pastas, chocolatería y banquetería relacionados con las mismas habilidades desarrolladas en el área vocacional de la formación inicial realizada en las escuelas especiales, permitien-do una ocupación remunerada en el ámbito del trabajo.

Esta ocupación/actividad laboral signifi cativa para los jóvenes está íntimamente relacionada con su motivación para desarrollar-la, el compromiso con lo que hacen, la posibilidad de experimen-tación e innovación en el proceso, la responsabilidad que asumen frente a su acción, la capacidad de toma de decisiones sobre la misma, en conjunto con una retribución económica y profesio-nal; la interacción con otros y con el medio que los rodea. En defi nitiva, este empleo debería consistir en la oportunidad para continuar su enriquecimiento personal y profesional, por medio de la construcción de relaciones interpersonales, permitiendo un desarrollo en el crecimiento de acuerdo a la unión de las expe-riencias previas y los nuevos conocimientos pudiendo acceder a esto a través de la participación de un tercero quien facilite y potencie las habilidades y destrezas de la persona.

A través del emprendimiento del grupo no sólo se brindará ocu-pación a nuestros alumnos egresados que viven en Sanatorio Marítimo San Juan de Dios, además, con las ventas se podrá generar una instancia de apoyo económico a las familias de cada uno ya que, de otra manera, no podrían individualmente tener los recursos para poder implementar una iniciativa como ésta porque presentan una condición socio-económica que los clasifi ca con un alto grado de vulnerabilidad.

Comenzar a direccionar su futuro ocupacional en dar inicio a los cimientos de una nueva etapa en su desarrollo integral e individual.

INTEGRACIÓN INCLUSIÓN

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GESTIÓN HOSPITALARIA

POR LIC. DANIEL FERNÁNDEZ,

DIRECTOR DEL DEPARTAMENTO DE PLANIFICACIÓN DE LA

CURIA PROVINCIAL

ADMINISTRACIÓN POR OBJETIVOS: UN CAMBIO EN LA CULTURA ADMINISTRATIVA

PRIMERO LO PRIMERO: ¿TENEMOS UN PLAN?“La mejor manera de predecir el futuro es crearlo.” La frase de Drucker, el más grande fi lósofo del management del siglo XX, suena en un primer momento como osada y arrogante y contras-ta con el sentimiento de aquellos que en el polo opuesto, cons-ciente o inconscientemente, creen que hay un destino inexorable y por más esfuerzo que hagamos no lo vamos a poder cambiar.

Si esto último es cierto, de nada vale elaborar un plan hacia el cual apuntar ya que tarde o temprano caeremos irremediable-mente en ese mismo destino.

Pero tenemos el ejemplo contrario en San Juan de Dios, que cambió la historia de la atención a los menesterosos cuando, estando en el Hospital Real y viendo el maltrato a los enfermos, se propuso tener con la gracia de Dios su hospital propio donde servir a los desamparados tal como él deseaba hacerlo. Plan osado para un internado sin recursos y viviendo en una época en la que era impensable llegar a disponer de un hospital.

Remontémonos también por un momento a los orígenes de la humanidad. Adán y Eva fueron creados por Dios con un simple y extraordinario plan: el de multiplicarse y llenar la tierra y así conformar una gran familia de hombres y mujeres a su imagen y semejanza.

Hoy, a nivel personal, cuántas veces dedicamos tiempo y entusias-mo a planifi car las vacaciones o eventos como aniversarios, cum-pleaños, etcétera; quizás mucho más en comparación de lo que dedicamos a planifi car lo más trascendental de toda nuestra vida.

A nivel corporativo, en los Centros de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios también existe un futuro que tenemos que construir juntos, compartiendo una misma visión y un camino para lograrla. Para esto existe un modelo de gerenciamiento llamado Planifi ca-ción Estratégica, que toma en nuestros Centros el nombre de Plan Quinquenal debido al alcance de dicho plan en el tiempo futuro.

Tomemos por un momento una defi nición sencilla de Planifi ca-ción Estratégica: es un proceso de gestión que consiste en llevar a una organización desde donde está posicionada actualmente hasta dónde quiere llegar en el futuro, estableciendo para esto un período de tiempo determinado y siguiendo pautas de ac-tuación determinadas llamadas estrategias.

Dejando claramente establecida la defi nición, la pregunta más relevante que debemos respondernos es: ¿tenemos bien en claro adónde queremos llegar en el futuro? ¿O solamente nos conforma mantenernos a fl ote y que la corriente nos lleve don-de quiera y después vemos qué hacer si llegamos a lugares no deseados? ¿Tenemos un norte, un sueño desafi ante hacia don-de dirigir nuestros esfuerzos con la esperanza de llegar?

Un frase que escuché hace unos años en la Orden y que me impactó fuertemente fue la siguiente: “No estamos para sobre-

“El liderazgo es la capacidad de trasladar la visión a la realidad.”

Warren Benis

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GESTIÓN HOSPITALARIA

vivir sino para cumplir una Misión“. Para esto se requiere un esfuerzo de planifi cación y de persecución de objetivos, como dice Butler: “hacer que las cosas pasen”.

Concluimos entonces que desde la persona más simple hasta la or-ganización más compleja tienen, o deben descubrir, un plan para su futuro y dirigir sus esfuerzos para conseguir su cumplimiento.

¿UN PLAN VIVIENTE O UN DOCUMENTO OLVIDADO?Ahora bien, el Planeamiento Estratégico no comienza ni termi-na con un documento en un escritorio o en una biblioteca. Para que sea un instrumento útil y aplicado en la gestión se deben dar algunas condiciones entre las cuales podemos mencionar:

1. Una clara visión acerca de adónde queremos llegar: el llama-do “sueño compartido”.

2. Una fuerte motivación y pasión por alcanzarla.3. Una acertada integración de todos en la visión y el alcance de

las metas, llamado “Despliegue Estratégico”.4. Prioridades bien establecidas en el quehacer diario para no

perderse en lo urgente, dejando relegado lo importante.5. Que existan competencias técnicas de los recursos humanos

para alcanzar los objetivos.6. Que el plan sea realista, acertado y bien formulado.7. Que se tome muy en serio el seguimiento de los resultados,

su revisión y aprendizaje continuo de lo experimentado.

Consideramos así que un Plan Quinquenal exitoso es aquel que sirve no sólo para señalar el rumbo, sino que es un documento viviente, un instrumento útil para manejar, alentar y guiar todas las acciones del centro.

¿TENEMOS UNA METODOLOGÍA PARA IMPLEMENTAR EL DESPLIEGUE ESTRATÉGICO?Una de las preocupaciones que nos surgieron, luego del gran esfuerzo de muchos en los Centros de nuestra Provincia Sud-americana Meridional para concluir el Plan Quinquenal, fue cómo integrar a todos en el alcance de los objetivos, ya que entendemos que es la única manera de alcanzarlos.

Encontramos que entre los modelos gerenciales existentes ac-tualmente el que podría darnos una respuesta metodológica adecuada es la administración por objetivos que, en su versión madura, luego de años de experiencia se podría defi nir así: la administración por objetivos es un modelo gerencial en el que los subordinados y sus superiores establecen de común acuerdo objetivos de desempeño con resultados esperados y emplean esos objetivos como guías para la operación de la empresa.

De esta forma, los grandes objetivos globales se “despliegan” en objetivos operativos en toda la línea, se consensuan, adaptan, se designan responsables, se establecen resultados esperados, estra-tegias y recursos para lograrlos y puntos de control en el tiempo.

Existen al menos tres pilares básicos de la administración por ob-

jetivos que hacen a una nueva cultura administrativa y estos son:

1. Participación: esto implica un cambio en la forma de dirigir e integrar a todos ya que se cree en las personas y en su capa-cidad de interactuar para alinearse con las grandes estrategias del Centro. Se compromete un liderazgo participativo donde la información y las decisiones se comparten abiertamente.

2. Objetivos: los objetivos siempre son consensuados en cuan-to a contenido y medios para lograrlos y están expresados en términos de resultados concretos y no de actividades a realizar.

3. Evaluación: el seguimiento de los resultados con fechas pre-establecidas es crucial para medir el avance y las rectifi caciones a lo propuesto inicialmente.

Etapas del proceso de implementación de la administración por objetivos

Primera etapa• Establece el qué del sistema.• Defi ne procesos clave y críticos.• Defi ne el objetivo básico.• Asigna “propietarios” responsables de dirección inter-

media

Segunda etapa• Desarrolla el cómo del sistema• Cada propietario designa un grupo de implementación• Cada grupo establece programas y planes de acción.• Se priorizan, estructuran e integran los planes• Se negocian con la alta dirección las metas.• Se negocian los recursos necesarios

Tercera etapa• Es el equipo de ejecución• Se analizan los planes, estrategias y acciones operativas• Se jerarquizan y seleccionan las acciones• Negocia con la dirección intermedia las medidas que

llevarán a alcanzar las metas y los recursos necesarios.• Gestiona las acciones.

Cuarta etapa• Alta dirección establece y utiliza un proceso de revisión.• Revisión de la operación “diaria” y sus medidas.• Revisión de metas y objetivos anuales.• Revisión de cumplimientos.

A modo de conclusión, podemos afi rmar que tenemos un de-safío por delante y es el de confi rmar el rumbo de los Centros de la Provincia Sudamericana Meridional, comunicarlo efectiva-mente e integrar a todos en la persecución y cumplimiento del sueño compartido.

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CONOCIÉNDONOS

¿Cuál es tu trabajo dentro del Centro?Mi labor dentro de la Clínica es realizar la limpieza, aseo y or-nato del Pabellón de San Juan de Dios. Aquí realizo la limpie-za de las ofi cinas, habitaciones y salas de tratamiento. Y ayu-do, en ocasiones, en la contención a los pacientes agitados. Durante los años que llevo en la institución, me he desempe-ñado como auxiliar de servicio, esmerándome siempre para que el lugar de trabajo se destaque por su orden y limpieza.

¿Desde cuándo formas parte del Centro?Llevo 55 años trabajando dentro de la Institución, lo que me ha permitido ver pasar a muchos Hermanos y, por su-puesto, pude vivenciar durante todos estos años la hermosa evolución de la Clínica, como se ha ido adaptando a los tiempos sin perder el carisma que nos caracteriza.

¿Siempre realizaste las mismas funciones?Sí. Durante el tiempo que llevo trabajando he desempaña-do la misma labor. Y he sido reconocido por ello tanto por los Hermanos Hospitalarios y las Hermanas de la Caridad de

Santa Ana, como también por los compañeros de trabajo y residentes. Siento un gran orgullo por esto. Además de la seguridad que me han dado en mi puesto de trabajo. Esto me ha dado siempre la confi anza para seguir adelante, lo cual también he podido transmitir a mi familia.

¿Qué te gustaría contarnos sobre tu vida personal? Estoy casado con Silvia. Con ella, tenemos cuatro hijos. Silvia estuvo varios años a cargo del casino del Centro así que toda mi vida pasó por aquí. Me casé, nacieron mis hijos, los bautiza-mos, hicieron su primera comunión, se confi rmaron, se casa-ron... En fi n, todo esto forma una parte importante de mi vida y es por ello que siempre estaré agradecido a San Juan de Dios.

GALINDO HONORES: “SOY FELIZ CON MI TRABAJO, SIENTO LA CLÍNICA COMO MI SEGUNDO HOGAR.”Entrevistamos a uno de nuestros históricos y más entrañables colaboradores, Galindo Honores, memoria

viva de la Clínica Nuestra Señora del Carmen de Santiago de Chile, donde desempeña su labor desde

hace más de cinco décadas.

Durante los años que llevo en la institución, me he desempeñado como auxiliar de servicio, esmerándo-me siempre para que el lugar de trabajo se destaque por su orden y limpieza.

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CONOCIÉNDONOS

¿Cómo te sientes trabajando con los Hermanos de San Juan de Dios?Siempre me he sentido muy bien trabajando con los Herma-nos. Ellos siempre me han apoyado. Han visto y valorado mi trabajo, lo que ha sido muy importante para mí. Siempre me han respetado, me han enseñado qué signifi ca ser parte de la Familia Juandediana, algo de lo que siempre me he sentido orgulloso. Aún cuando han existido cambios, nunca he tenido ningún problema, he sentido el cariño y aprecio de todos.

¿Cómo ves a la Clínica?La veo muy bien, muy unida y organizada. Cada vez, más grande. Cuando llegué, eran sólo tres pabellones: San Juan, San Rafael y Sagrada Familia. Con el paso de los años la he visto crecer, progresar y adaptarse a los cambios del tiempo. Ahora, hay dos pabellones más, está también la escuela. ¡Qué puedo decir! Espero que sigamos creciendo y reali-zando esta gran labor, sobre todo con las personas que más lo necesitan.

Alguna refl exión personal que desees compartir con los lectores de Historia y Vida.

Para fi nalizar, me gustaría decir que siempre he intentado realizar mi trabajo de la mejor manera posible. He sido mi primer crítico y estuve siempre atento a las observaciones realizadas hacia mi persona. Además, he tratado transmitir estos valores a las generaciones más jóvenes, para que sien-tan cariño y respeto por el trabajo que realizan.

En lo personal, pienso que es muy importante la motiva-ción, disfrutar del lugar de trabajo y de la familia, cumplir con los deberes y disfrutar de todos los espacios que nos da la vida. Yo me entretengo aquí. Mi cualidad creo que es mi responsabilidad. Me siento contento. Me gusta lo que hago, siempre ordenado.

Me siento realizado, me siento bien, siempre estoy de buen humor. Qué más puedo decir. Esta es la segunda casa que tengo.

Siempre me han respetado, me han enseñado qué sig-nifi ca ser parte de la Familia Juandediana, algo de lo que siempre me he sentido orgulloso.

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En la homilía, el Santo Padre destacó que San Juan Bautista habría podido darse importancia, habría podido decir algo de sí mismo. Sin embargo, se limitó a dar indicaciones ya que él se sentía voz y no Palabra. Este es el misterio de Juan. No quiso ser un ideólogo. El hombre se negó a sí mismo para dejar brotar la Palabra. Y nosotros, como Iglesia, podemos pedir hoy la gracia de no convertirnos en Iglesia ideológica...

Otro pensamiento que el Papa Francisco ha querido profun-dizar, es el del papel de Juan Bautista: “Juan es una voz sin Palabra, porque la Palabra no es él, es Otro”. “Él nunca se adueña de la Palabra”, Juan “es el que indica, el que apunta”: El “sentido de la vida de Juan –añadió– es indicar a otro”.

Su Santidad reconoció que le sorprende el hecho de que la “Iglesia haya elegido para celebrar a San Juan” una época en la que los días son los más largo del año, “hay más luz”. Y Juan era realmente “el hombre de la luz, llevaba la luz, pero no era su luz propia, era una luz refl ejada”. Juan era “como una luna”.

Tras la Eucaristía, los Hermanos de la Curia General tuvieron la posibilidad de saludar personalmente al Papa. El Hno. Jesús aprovechó la oportunidad para invitar al Santo Padre al Hospi-tal de la Isla Tiberina. Esperamos que la adhesión espontánea de Su Santidad se traduzca pronto en realidad.

El 24 de junio, el Superior General de nuestra Orden Hospitalaria, Hno. Jesús Etayo, junto con los

Consejeros Generales Hnos. Rudolf Knopp y Giampietro Luzzato tuvieron el privilegio de celebrar la

Eucaristía con el Papa Francisco en la Casa de Santa Marta, en Ciudad del Vaticano.

LOS HERMANOS DE SAN JUAN DE DIOS JUNTO AL PAPA FRANCISCO

SANTA SEDE

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