Historias de fantasmas

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Relato sobre apariciones espectrales.

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  • Historias de fantasmas

    jeremy theler

    Los relatos sobre apariciones espectrales, espritus parlantesy homnculos de Ganmedes suelen ejercitar ms el escepticismoque la de fe los lectores. Es que ciertamente lamayora de las vocesde ultratumba no provienen del ms all, sino que son productode un comedido escondido bajo la mesa del medium de turno.Increibles levitaciones resultan ser un arreglo de ocultos y des-ilucionantes piolines transparentes, y el desmedido consumo deginebra explica casi todas las visiones nocturnas. Ms an y talcomo sucede con el anlisis de los mviles perpetuos de segundaespecie el descubrimiento de una falla en la estructura lgica dela historia regocija nuestro burgus entendimiento al mostrar quetodava podemos seguir explicando el universo con las simpticastres leyes de Newton.

    Sucede que la desconfianza es la menos onerosa de las acti-vidades intelectuales. Pero los espritus nobles y las almas sabiashacen bien en alejarse de las tentaciones de las hazaas fciles. Yno hay nada ms fcil que dudar de los dems, especialmente dealgunos.

    El catlogo que sigue podr ser tomado entonces como un sim-ple pasatiempo para retomar luego nuestras serias obligaciones

  • de instalar conexiones de wi-fi y realizar contactos de telemarke-ting. O bien ayudarnos a desconfiar de las pocas nociones y pa-radigmas que de alguna u otra forma han logrado nuestros pro-fesores inculcarnos sin saber ellos oh, pobres almas ingenuasque el universo trata de hablarnos. Los dioses fabrican infaliblesarmas para luchar en Troya y los fantasmas de los nobles brit-nicos buscan la pureza de una nia de quince aos para poderfinalmente descansar en paz. Y nosotros lo ms frescos mirandola televisin.

    Ann Boleyn

    Una de las ms grandes fuentes de historias de fantasmas es laTorre de Londres, quizs porque alberga en su seno mil aos deiniquidades, asesinatos y desdichas. All se cuentan las aparicio-nes de los pequeos prncipes herederos de la corona asesinadospor un to envidioso, o la de reos injustamente ejecutados por esasconfusiones que suelen acarrear los vericuetos judiciales en todaspartes. Pero tal vez la historia ms famosa sea la de Ann Boleyn,esposa del rey Henry VIII.

    En aquellos tiempos no exista la hoy tan comn figura del di-vorcio, por lo que la nica alternativa que los maridos fastidiadoses decir, todos tenan para deshacerse de sus esposas era elasesinato liso y llano. Sin embargo, dado que si la falta a los jura-mentos del santo matrimonio era un pecado, eso de andar matan-do cnyuges slo por reproches del orden de vos no me valorstampoco estaba muy bien visto. Excepto, claro est, que sea unoel rey de Inglaterra, designado directamente por la ms alta divi-nidad y acomodado con los patriarcas terrenales.

    Lo cierto es que este Enrique tena muy pocas pulgas a la horade pasar a nuevas etapas en sus relaciones amorosas, y cansadopor un lado del inevitable hasto de los viejos amores y a la vezansioso por las expectativas que los nuevos generan, hizo encerrar

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  • primero y asesinar despus a su segunda esposa Ann Boleyn. Elda de la ejecucin los esbirros acomodaron a la vctima en el lugardel suplicio. Pero cuando se disponan a cortarle la cabeza segnla tradicional metodologa, la reina logr soltarse de sus atadurasy sali corriendo por uno de los corredores de la torre. De todasmaneras, sus hbiles perseguidores lograron rpidamente darlealcance e improvisaron un servicio de decapitacin a fuerza deespadas.

    Hasta aqu, la historia oficial. Pero hace algunos aos nos he-mos enterado de que esto no fue realmente as, debido al relato deun chico de ocho aos que durante una visita guiada a la Torre deLondres presenci la escena de la persecucin, incluidos los gri-tos propios de la situacin. El involuntario testigo asegur que lacabeza de Ann fue cortada con un hacha, que es lo que han repe-tido algunos otros visitantes desde entonces, ms o menos para lafecha aniversario de la ejecucin.

    El profesor Crook

    En la Londres de fines del siglo XIX, uno ya no poda hacer doscuadras sin encontrarse con alguna casa de espiritismo donde po-der contactarse con finados parientes o escuchar relatos de emi-nentes personalidades del pasado. Tambin era posible hacersedescribir los detalles tanto del paraso como del infierno, comopara decidirse por el arrepentimiento o seguir andando de milon-ga en milonga. Claro est, para los empiristas de la poca estobastaba para darse por satisfecho. Pero escuchar a Alejandro deMacedonia relatar el sitio de Tiro en un simptico ingls ameri-cano y tener noticias de que aquellos londinenses que pasaran amejor vida todava podan disfrutar de una exacta rplica celes-tial de la ciudad incluidas la Abada de Westminster y la Torrede Londres mientras que la Pars de la B se hallaba en los

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  • crculos del infierno, haca despertar algunas sospechas, particu-larmente de los franceses que estaban de paseo por la isla.

    Decidido a terminar con estos atorrantes estafadores, el profe-sor Bill Crook comenz a asisitir a las sesiones en las diversas salaspreparadas para tal fin, para luego revelar sistemticamente disi-muladas tanzas y hbiles prestidigitaciones. Y claro, un hombrede ciencia debe contribuir al bienestar general, ya sea divulgandolos arduos conceptos de lamecnica analtica y el electromagnetis-mo entre los desorientados estudiantes universitarios o ayudandoa la vecina de la esquina a organizar racionalmente sus ideas paralograr que deje de leer el horscopo de los domingos.

    Las denunciascon nombre, apellido y otros detalles anmssabrosos publicados en el London Times comenzaron a darle aCrook algn prestigio entre la parte ms acomodada de la ciudad.Incluso algunos disfrutaban solventar las asistencias del profesora los diferentes salones slo para presenciar el implacable acto derefutacin y el correspondiente sermn sobreviniente.

    Losmediums profesionales, viendo en jaque su principal fuen-te de ingresos decidieron impedirle la asistencia a las sesiones. Pri-mero con la ayuda dematones pagados y luego ya descaradamen-te a punta de pistola. Sin embargo, dado que pasar la prueba deCrook sera una publicidad estupenda para el negocio, cada tan-to algn que otro medium desafiaba la habilidad inquisidora deCrook y lo invitaba, amablemente, a que intente encontrar trucos.Y a decir verdad, la mayora de las veces Crook los encontraba.

    Una tarde Crook recibi una invitacin para asistir a la sesinespiritista que dara el medium Marvin Clark el siguiente viernesa las nueve de la noche en su casa de St. James Street. Cinco mi-nutos antes de la hora pactada, Crook y una cohorte de adulonesllamaron a la puerta, y un par de minutos despus estaban cmo-damente instalados alrededor de una robusta mesa de cahoba enuna pintoresca habitacin victoriana. Para cuando Clark entr entrance, los cinco sentidos de Crook estaban en alerta esperando la

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  • ms mnima seal que le permitiera publicar la farsa en el diariodel da siguiente y acrecentar su prestigio y su ego an ms.

    La sesin comenz con la tradicional toma de manos y la invo-cacin de una cantidad preacordada de golpes en la puerta. Crooksaba que esos ruidos no provenan del purgatorio sino de lamanode un punto acomodado con el medium que estaba en la habita-cin contigua, pero no haba forma de probarlo debido a la usualrapidez en darse a la fuga de estos llamadores profesionales.

    A continuacin se present oralmente el espritu de Almira,que segn dijo era una jven esposa del califa Muhammad al-Mansur, el fundador de Bagdad que rein entre los aos 754 y775. Inmediatamente despus de decir esto, una flauta de ultra-tumba comenz a delinear una meloda en modo lidio y Almirahizo contacto ya, no bajo la forma de una voz sino mediante unapresencia de cuerpo completo.

    Crook estuvo a punto de levantarse de su silla para comenzarlos procedimientos de la refutacin. Pero por un instante mir alos ojos a la bailarina que en ese momento se estaba acercandohacia l, moviendo rtmica pero suavemente un perfecto cuerpoapenas vestido con un ligero atuendo de color verde semitranspa-rente. Una dulce boca encajaba deliciosamente entre sus tiernas ysuaves mejillas. Su pelo caa tanto por delante como por detrs delos hombros, y su mirada traa consigo esa sensacin de invenci-bilidad que slo los dieciocho aos nos pueden dar, pues no otracosa significa la juventud. Una mujer jven y bella es verdadera-mente inmortal.

    La difusa combinacin de luces, reflejos y sombras provoca-das por una iluminacin cuidadosamente reducida, dibujaba unasecuencia de estupendos movimientos modulados por una silue-ta perfecta que se acercaba lentamente. Almira se detuvo frente aCrook, que no poda dejar de mirarla a los ojos. Sin dejar de bailar,se inclin y lo bes dulcemente mientras le acariciaba el pelo conlas dos manos de una forma tan suave que casi ni pudo sentirlas.

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  • Acto seguido, la bailarina dio media vuelta y se alej algo msrpido, pero sin dejar de mover el vientre siguiendo la meloda.Se desvaneci hasta desaparecer en la oscuridad. Cinco segundosfugaces fueron suficientes para que la nica belleza logre crearcataclismos igualmente bellos, y nicos tambin.

    La sesin continu mundanamente con Arqumedes explican-do su principio anacrnicamente haciendo uso del clculo integraly con un supuesto reencuentro de una asistente que nadie conocacon su pretrito perrito faldero. Los que haban llegado con Crookestaban esperando su intervencin, pero el tipo permaneci todoel tiempo sentado y con la mirada perdida en una imitacin deLos Girasoles.

    Al da siguiente, no apareci ninguna nota en el Times sobreClark ni sobre ningn otro medium. Cuentan algunos estudiantesque en la clase del lunes el profesor dej por la mitad un clculode autovalores y sali del saln sin decir nada. El martes por lamaana zarp a la ciudad de Nueva York y nunca ms regres aInglaterra.

    Asuntos leguleyos

    Cuando se cre la institucin de la muerte, all por los primerostiempos desde la creacin, el asunto era sencillo y no haba mayo-res inconvenientes en la administracin. Pero a medida que ms yms almas comenzaron a pasar a mejor vida, la situacin fue em-peorando y tanto las contabilidades celestiales como infernales especialmente esta ltima se tornaron decididamente caticas.

    Hubo algunos errores catastrficos, desde reencarnaciones envidas nuevas antes de haber finalizado la anterior, hasta envos dealmas de personas que todava estaban vivitas y coleando a ator-mentar indefensos. Incluso se ha dado el caso de aparecidos quejustamente deban comparecer ante s mismos, generando confu-

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  • siones en ambos entes y revuelos en la administracin. Es por esoque se instituy una especie de reglamento que fija los procedi-mientos del caso. Si bien el texto fue redactado de comn acuerdopor los funcionarios del cielo y del infierno, la interpretacin fi-nal como de costumbre corre por cuenta del magistrado deturno, por lo que en general conviene desconfiar de lo que sigue.

    Los fantasmas suelen ser almas en pena o finados prematu-ros con tareas pendientes por realizar. Muchas veces se trata depersonas de conducta no del todo intachable, pero cuyas faltas nofueron tan graves como para que no puedan ser subsanadas con larealizacin de pequeos encargos y comisiones entre ambos mun-dos.

    Inicialmente los espritus errantes vivan en la empinada la-dera del purgatorio, pero debido a que ltimamente los buenosno son tan buenos ni los malos son tan malos despus de todo,los lugares disponibles para los cada vez ms inquilinos empeza-ron a escasear. Es por esto que algunos espritus son instaladosen lugares algo clsicos tales como castillos medievales, antiguascaseronas, stanos hmedos y altillos polvorientos. Pero tambinhay fantasmas en estaciones de tren, iglesias, museos, escuelas,fbricas, clubes y depsitos. Incluso los hay en lugares menos or-todoxos tales como rboles, jarrones, instrumentos de vientolastubas y los oboes son los preferidos, espejos, piletas de natacin,transformadores de media tensin y tubos fluorescentes. Eso s, ellugar de residencia debe haber tenido alguna relacin afectiva conel interesado cuando todava vesta y calzaba.

    Las apariciones ante los vivos son un tema de particular in-ters y complejidad a la vez. Se sabe que los fantasmas puedenatravesar puertas y paredes. Sin embargo, son capaces de subirescaleras y de realizar maniobras en torres y castillos de mltiplespisos. Una posible explicacin para esta aparente contradiccinconsiste en declarar que los espritus pueden atravesar estructu-ras siempre y cuando stas hayan sido construidas luego del de-

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  • ceso del interesado. Continuando con este razonamiento, quedaabierta la pregunta sobre la interaccin de los fantasmas con losedificios que no han resistido el paso del tiempo o de los ejrcitos.Siguiendo esta teora, algunos han postulado que para encontrarlos jardines colgantes de Babilonia, lo nico que hay que haceres recorrer el golfo de Persia tratando de encontrar a una mujerque se parezca a la esposa de Nabuconodosor y que est con unaregadera en la mano chiflando La Cumparsita.

    Finalmente, los cruces entre el ms all y el ms ac que estnfuera del programa de los tormentos de rutina deben estar expre-samente autorizados por el jefe de turno, a menos que se tratede un caso de extrema urgencia. Si se detectara una intromisinilegal, se designar un tribunal ad-hoc que juzgar la falta y dicta-minar una pena que podr ser peor an que la pena de muerte.

    Romeo y Julieta

    La historia de amor ms famosa del mundo es tambin una histo-ria de fantasmas, pues seguramente eso es lo que son ahora estosenamorados en virtud de su prematura muerte y las considera-ciones leguleyas ya realizadas. Pero si efectivamente el universotiene un orden, deben an estos espritus sufrir todava sus penasde amor dondequiera que estn. Ser con fantasmales peleas en-tres Montescos y Capuletos, con una separacin de jurisdiccioneso incluso con un dictamen judicial. Pero para que la tragedia seaconsistente, la imposibilidad del amor debe ser mantenida paratoda la eternidad. Si cuando me toque el turno de errar por loscrculos del infierno veo a una parejita vestida al estilo medievaleuropeo muy tomadita de la mano, comprender que el universono tiene sentido despus de todo. Aunque de todas maneras, yaser tarde.

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