Hno. José Anadón, OH

La fe es un acto personal y libre.Es una respuesta a Dios, que se revela; nunca un acto aislado.

Nadie se ha dadola fe así mismo,como nadie se ha dado la existencia.

La fe cristiana es siempre ecclesial.El “yo creo” es expresión del “nosotros creemos” de la Iglesia y en la Iglesia.

Es la fe de la Iglesia profesada personalmente por cada creyente;Sobre todo en el momento del Bautismo. La fe nos dona conver-sión y nos saca de la soledad.

La solidaridad de la fe cristiana merece ser tenida en cuenta, por quienes vivimos en el mundo de la salud. “Yo no puedo creer sin sersostenido por la fe de los otros”.

Desde la prevención y la cura de la depresión, promovemos relaciones humanas fraternales, respetuosas, solidarias,etc.

DEPRESIÓNEs la enfermedad de nuestro siglo.Afecta al 12% de la población.Quizá todos estamos deprimidos.¿Es normal estar deprimido?Hemos de diferenciarla de la tristeza y del luto.Es una enfermedad.

Pretendemos una reflexión cristiana en torno al fenómeno

psíquico.

Vamos a decir algunas cosas sobre la visión que de la misma nos propone la antropología bíblica.

Vemos a ver las posibles respuestas a la misma desde la fe cristiana.

La palabra “depresión” tiene varios significados.

Define un sentimiento, un estado clínico.

Tiene una dimensiónreligiosa y espiritual.

-“Un conjunto de síntomas que determinan humor triste y “abatido”, -falta de interés y carencia impulsiva, -una inhibición motora y psíquica, -con contenidos mentales típicamente depresivos, -y con determinados trastornos somáticos”.

No hemos de buscar en la Bíblia una terminología clínica.En ella hay vivencias humanas universales.El concepto “melancolía” es frecuente, desde una visión religiosa en general y parece que se quiere diferenciar el concepto “melancolía” del de “depresión”.La melancolía es una particular configuración de la percepción:la visión de la incongruidad.

Algunos textos bíblicos, y en particular algunos salmos, manifiestan un estado depresivo.

Los síntomas más visibles que aparecen son: • Tristeza,• Falta de interés,• Disminución en la capacidad de trabajo,• Trastornos del sueño.

• Pérdida de peso• Sentimientos de culpa• pensamiento suicida: incluido el deseo de morir y de no haber nacido • Deseo de llorar.

Salmos:

Salmo 55

“Temor, obscuridad

Se me estremece dentro el corazón,

me asaltan los pavores de la muerte

Miedo y temblor me invaden,

un escalofrío me atenaza”.

Salmo 88: Temor, vida transformada en infierno, hombre sin ayuda:Yahvéh, Dios mío, de día te clamo, grito de noche ante ti: llegue hasta ti mi plegaria, presta oído a mi clamor. Porque mi alma de males está ahíta, y mi vida está al borde del Sehól, contado entre los que bajan a la fosa, soy como un hombre acabado.

Salmo 102: Parece expresar algunos síntomas fisiológicos de la depresión:“Yahvéh, escucha mi oración, llegue hasta Ti mi grito;no ocultes lejos de mí tu rostro; el día de mi angustia; tiende hacia mí tu oído,¡el día que te invoco, presto, respóndeme!

Salmo 102:

“Pues mis días en humo se disipan,Mis huesos arden lo mismo que un brasero;Trillado como el heno, mi corazón se seca, y me olvido de comer mi pan; ante la voz de mis sollozos,mi piel a mis huesos se ha pegado.

Uno de los síntomas corpóreos de la depresión neurótica puede ser el comportamiento agitado.

Este fenómeno aparece documentado en el mundo antiguo, incluido en el bíblico:

“Cuando Ajab oyó estas palabras desgarró sus vestidos y se puso un saco sobre su carne, ayunó y se acostó con el saco puesto, y caminaba a paso lento”

....desgarrar los vestidos, ponerse un saco, ayunar, etc son comportamientos asociados al luto. Pero mencionan el modo de caminar, a paso lento, con la cabeza gacha, indica un estado de depresión.

Salmo 35,14 “Como por un amigo es un hermano; andaba como en duelo de una madre, y sombrío me encorvaba”

Salmo 38, 7 “Encorvado, abatido totalmente, sombrío ando todo el día”.Estos dos ejemplos ponen juntos el caminar (andar) con el estar curvado y abatido...Son signos de la depresión.

Salmo 42: ¿“Por qué he de andar sombrío por la opresión del enemigo?

Respuesta bíblicasLas respuestas son convicciones fundamentales que constituyen los remedios:

•La convicción de que el hombre es siempre amado por Dios, que está cerca de él, que el mundo en general no es hostil, que el mundo tiene un sentido, que es normal manifestar las propias emociones.

Dichas convicciones se manifiestan en algunos salmos:a) Aprecio y amor incondicional de parte de Dios. Salmo 9-10: ¡Levántate, Yahvéh, alza tu mano oh Dios! No te olvides de los desdichados! La pena y la tristeza las miras tu para tomarlas en tu mano; el desvalido se abandona a ti, tu socorres al huérfano!

b) Convicción de que el mundo, por lo general, no es hostil, sino bueno y manifiesta la grandeza.Salmo 8.“Señor, Dios nuestro, que admirable es tu nombre por toda la tierra.Quiero cantar tu magestad, que se alza por encima de los cielos...Al ver tu Cielo, obra de tus manos, la luna y las estrellas que has creado....

c) Convicción de que el mundo tiene un sentido porque en él está presente Dios.Salmo 23“Tu amor y tu bondad me acompañan todos los días de mi vida y habitaré por siempre en la casa del Señor”. “Te doy gracias por tan grandes maravillas, prodigio soy; prodigios son tus obras. Mi alma conocías cabalmente”.

d) Convicción de que es normal manifestar las propias emociones interiores.Algunos salmos manifiestan con fuerza sentimientos de desilusión cólera o dolor.

Salmo 6“Ténme piedad, Yahvéh, que estoy sin fuerzas; sáname que mis huesos están desmoronados; desmoronada totalmente está mi alma. Y Tú, Yahvéh, ¿hasta cuando?

“Estoy extenuado de gemir, inundo de lágrimas mi cama; mi ojo está corroído por el tedio; he envejecido entre opresores”.

Todos estos remedios propuestos por la antropología bíblica son válidos también hoy.

Un importante estudio demuestra el impacto positivo de los recursos espirituales y religiosos de una persona sobre su salud mental.Se ha verificado que los recursos espirituales del paciente deprimido han acelerado el proceso de curación. Este proceso no tiene ningún efecto en los síntomas biológicos, solo en los psíquicos y cognitivos.

Es un aporte de la espiritualidad cristiana la distinción entre depresión y desolación, que puede tener causas espirituales.San Ignacio: “Por desolación entiendo, la obscuridad del alma, la turbación interior, el estímulo a cosas bajas y terrenas”.

En la desolación espiritual los lamentos se refieren a las relaciones de la persona con Dios.

En la depresión en cambio los lamentos se concentran más bien alrededor de la imagen de sí mismo, que la persona se ha formado o piensa que los demás tengan de ella.

La persona no logra identificar el verdadero problema y ninguna explicación le convence.

b) Función preventiva de la vida espiritualPuede prevenir la neurosis, incluida la represión reactiva.

Las neurosis o las reacciones existenciales anómalas son el resultado de una elaboración anormal de las estimulaciones emotivas.Son “formas inadecuadas de reacción, que se han vuelto crónicas”.

La vida espiritual favorece una mayor: - conciencia de sí mismo. - coloca al creyente en una situación continua de empatía divina.

El punto de encuentro entre la teología y la psicología es que el hombre es fundamentalmente “aceptable”la teología llama a este estado “justificación”.

c) La fe en Dios • garantiza el sentido de la vida, • dice que cada uno es creado para una tarea personal en la vida, • que es querido y amado por Dios.Esto produce al creyente un clima de profunda seguridad psíquica.

Contra las guerras, las destrucciones y la misma muerte, solo la religión ofrece al hombre una respuesta aceptable.

d) La fe en Cristo resucitado ofrece y abre al hombre a la esperanza, al gozo pascual, al optimismo que genera un estado de ánimo diametralmente opuesto a la depresión.

Los mismos procesos que están en la psicología están en la vida espiritual que está constituida por una vivencia interior, continua, estable, personal.

El Dios de la Biblia es, especialmente, el Dios de los enfermos, de los pobres de los deprimidos.

“Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia” (Jn 10,10)

La vida espiritual transforma la promesa en contenidos concretos, que ofrecen al creyente un apoyo espiritual para afrontar toda enfermedad, y también la depresión.

Partimos de un interrogante sobre la dimensión terapéutica de la fe cristiana.La fe cristiana no es un factor sustitutivo o aislable de otros factores o competencias terapéuticas.

Se trata de creer con fuerza en las virtualidades de la fe cristiana, respetando su verdadera identidad y su dinámica de encarnación en las realidades y en las condiciones concretas de la existencia humana.

1. De la condición de desilusión-tristeza a la condición de esperanza.a) Jesús y discípulos de Emaús: Lc 24,13-35b) Jesús y la samaritana: Jn 4,4-30

- Respeto de la fe cristiana- La fe cristiana como contribución terapéutica en la prevención y cuidado de personas que sufren depresión. - La fe contribuye en la prevención y curación de personas deprimidas.

2. Hay que respetar, vivir y comunicar la fe cristiana; así se contribuye en la prevención y curación de la depresión.

Hay que considerar la fe como virtud teologal, con posibilidades y energías, que Dios nos comunica, como participación de su misma vida. La fe tiene una dimensión existencialEs fundamento de la identidad de la persona.Es prueba de las realidades que no se ven.

Aspectos de la fe cristiana:a) La fe cristiana como “escucha”, “acogida” y “obediencia”, son elementos importantes en un proceso y una relación terapéutica.Entendemos la “obediencia” como un someterse libremente a la palabra escuchada, porque su verdad está garantizada por el mismo Dios. Abraham es modelo de obediencia con sus actitudes de confianza en las promesas de Dios.

b) La fe cristiana como diálogo-relación de amor. Tiene un marcado carácter responsorial de diálogo y relacional. Dios es amor.Amando revela su secreto más íntimo.

La fe es luz y fuerza que ilumina y sostiene a la persona en toda situación de sufrimiento, de soledad, de depresión.

c) La fe como conversión. Creer en el evangelio requiere una conversión del corazón, y de actuar personal y socialmente de parte de la persona.Lo que salva “es el movimiento con el que nosotros nos despegamos de nosotros mismos, para ir hacia Dios, que nos llama”(Card. Ratzinger).Conversión significa haber significa asumir un modo diferente de pensar y de actuar.

d) La fe cristiana como confianza y gozo, acogida al Evangelio.

Particularmente cuando estamos delante y la experiencia humana del límite de sufrimiento de enfermedad en la que la angustia y la tristeza parecen prevalecer, siendo el evangelio gozosa y asombrosa noticia-acontecimiento liberador y salvador que es Jesucristo.

Para Dios es tan interesante la persona humana que lo ha creado y ha sufrido personalmente por ella:“Me amó y se entregó por mí”.

La cruz es un “alegre mensaje” del amor radical de Dios. Es reconocimiento de la positividad y del valor inestimable de nuestra vida. Se vuelve mensaje que anima las raíces de nuestra vida y sostenernos en la depresión.

d) La fe cristiana como confianza y gozo, acogida al Evangelio.

Es importante tener en cuenta que el anuncio cristiano comienza con el: “alégrate”, “regocíjate”; “Os anuncio una gran alegría” los ángeles a los pastores.

El evangelio es un mensaje alegre: 250 veces se habla en el Nuevo Testamento de “gozo”El origen del gozo está en la armonía personal.

Aspectos de la fe cristiana:e) Educar y promover, mediante una adecuada comunicación de la fe, la convicción de la identidad bautismal y de la extraordinaria dignidad de la persona.

Es importante que consideremos nuestro ser hijos de Dios, y que a los demás los consideremos así mismo como tales.La persona deprimida tiene la tendencia a tenerse en poca consideración

f) Una educación de la fe que eduque el sentido sanante de la celebración litúrgicay el sentido gozoso de la fe cristiana.

La persona deprimida debe ser ayudada a comprender toda celebración sacramental especialmente la eucaristía, que es la expresión sacramental de la presencia de Dios en cada uno y en la comunidad; Puede ser elemento terapéutico de comunión y fiesta.

g) Una comunicación de la fe que eduque al sentido y a la experiencia de la oración cristiana.

Como diálogo de entrega y de total confianza filial en Dios, que nos abre el corazón a la fe, a la vida y a la esperanza.

h) Una comunicación de fe que eduque a amar la propia vida como don y como vocación-tarea de amor. Como vida nueva de hijos que son amados y sienten que están llamados a amar a Dios, a los demás y así mismos.

Dando a conocer el mensaje del evangelio de Jesús, que nos entrega el mandamiento del amor.

Aspectos de la fe cristiana:Todo ello requiere de la comunidad cristiana y de cada uno de la misma, que hemos de dejar traslucir en los hechos un amor y una acogida sin condiciones de la vida de las personas, una capacidad de relación realmente inspirada por el mandamiento del amor.

5) Una página del evangelio particularmente paradigmática: Jesus y la Samaritana en el pozo (Jn 4, 1-29).

Desde la simple “sed de agua” Jesús quiere conducirla a descubrir una vida en plenitud,una nueva relación con Dios.

Ella intuye que ha encontrado lo que inconscientemente buscaba desde siempre.

¿Cual es la tarea de una comunicación de fe con las personas deprimidas?

Poner de relieve algunos elementos de valor terapéutico y liberador:-

- suscitar el diálogo con quien tiende a cerrarse en sí mismo;-promover la escucha;-confrontación con la Palabra de Dios, -atender a la sed de ser, -de tener confianza; -de reencontrar armonía interior; -sentirse en un horizonte de crecimiento de realización y de vida plena.

La tarea de la comunicación de la fe cristiana a un deprimido está en:

- Ayudar a conducir a las persona a advertir y reconocer su propia sed radical,- partiendo de la misma experiencia de límite, para abrile dichas sed al encuentro con la única fuente que le puede colmar:- el encuentro con el misterio de Dios, de la ternura y del amor gratuito.

Es un camino gradual, que debe ayudar a la persona deprimida:• a reconocerse, con confianza y realismo en la verdad de sí mismo,• a reorientarse en una relación más auténtica con Dios,• a reconocer el don de Dios.