Hoja Parroquia del 23 de diciembre de 2012

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23 de diciembre de 2012 Nº 2.647 Semanario de la Diócesis de Segorbe-Castellón hoja parroquial Virgen de Belén. Anónimo valenciano. Segunda mitad del siglo XVII. Patrimonio Diocesano. Castellón Et incarnatus est

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Entrevista con Mons. Casimiro López Llorente. La Navidad: Fe, historia y tradición.

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23 de diciembre de 2012Nº 2.647 Semanario de la Diócesis de Segorbe-Castellónhojaparroquial

Virgen de Belén. Anónimo valenciano. Segunda mitad del siglo XVII. Patrimonio Diocesano. Castellón

Et incarnatus

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La Navidad: fe, historia y tradiciónComo una preparación inesperada, durante es-tas semanas de Adviento el misterio de Navidad ha in-terpelado más allá de los cre-yentes. Todos los medios de comunicación se han hecho eco de algunas de las afirma-ciones del Papa en su libro sobre la infancia de Jesús, provocando en algunos un terremoto en sus creencias sobre el nacimiento de Jesús. ¿Qué hay de histórico y qué hay de tradición? ¿Cómo afecta todo esto a la fe? Lo primero es darse cuenta de estos tres niveles.

En la Navidad, la buena noticia para todos y la ac-tualidad de la fiesta está en el misterio de fe que celebra-mos. Al mismo tiempo, las fuentes que nos explican el nacimiento de Jesús, esen-cialmente los evangelios de Mateo y de Lucas, dan unos elementos históricos, aunque eso sí, en función del anuncio del nacimiento del Mesías. Y claro está, en nuestra sociedad de raíces cristianas están las tradicio-nes populares que enrique-cen la versión más científi-ca con recursos muy libres, pero a menudo con un sen-

tido profundo. Veamos lo esencial de cada una.

Creo en la NavidadPor lo que respecta a la

fe, el Catecismo de la Iglesia Católica nos dice que Jesús nació en la humildad de un establo, de una familia pobre (cf. Lc 2, 6-7); unos sencillos pastores son los primeros testigos del acon-tecimiento. En esta pobreza se manifiesta la gloria del cielo (cf. Lc 2, 8-20). Y en-seña que “hacerse niño” con relación a Dios es la condi-ción para entrar en el Reino (cf. Mt 18, 3-4). El misterio de Navidad se realiza en no-sotros cuando Cristo “toma

forma” en nosotros (Ga 4, 19). (Párrafos 525 y 526 del Catecismo.

Conozco la NavidadEn su libro sobre la In-

fancia de Jesús, el Papa Be-nedicto XVI destaca como punto de partida del análisis histórico la mención al cen-so ordenado por el empera-dor Augusto. Sin embargo, éste no en el año 0 se realizó, como determinó el monje Dionysius Exiguus en el si-glo V por error, sino entre los años 6 y 9 antes de nues-tra era. Además también se da por cierto que no fue el 25 de diciembre, y que esta fecha se tomó por analogía

de la fiesta romana del naci-miento del sol. Sobre otros elementos, como el hecho de nacer en una gruta, la presencia de animales o los pastores, el Papa afirma que no es improbable, y por tanto que se puede dar por histórico.

Celebro la NavidadLa tradición nos ha

transmitido elementos inte-grados en la celebración de la Navidad, como el Belén. Lo “inventó” San Francisco de Asís en el siglo XIII cuan-do al predicar por la región de Rieti (Italia), organizó el primer pesebre con los habi-tantes del lugar. Se dice que él trajo por primera vez los famosos buey y mula que ahora se discuten; pero pre-cisamente son una muestra de cómo la sabiduría popu-lar enriquece de sentido, ya que se trata de una referencia a la profecía de Isaías (1,3): “el buey conoce a su amo, y el asno el pesebre de su due-ño; Israel no me conoce, mi pueblo no me comprende”. Para tranquilizar a los que se hagan escrúpulos historicis-tas, el Papa dice que “ningu-na representación del naci-miento renunciará al buey y al asno” (p.77).

G. FARRÉ.

Reportaje

Icono de La Natividad de Rafael López

Agenda DiocesanaLunes 24.* 19h Solemne Misa del Gallo en la Residencia Mare de

Déu del Lledó (Castellón).* 24h Solemne Misa del Gallo en la SI Catedral de Se-

gorbe.

Martes 25. La Natividad del Señor.* 12h Solemne Misa de la Natividad del Señor en la SI

Concatedral de Castellón.

Viernes 28.* 13h30 El Espejo de la Iglesia Diocesana en COPE.

Domingo 30. La Sagrada Familia.* 9h45 Iglesia Viva en COPE.* 15h Encuentros, programa religioso de TV Popular del

Mediterráneo.

Organizadas por la Renovación Carismática Católica de Segorbe-Castellón

Domingo, 30 de diciembre de 2012, a las cinco de la tarde.

Fiesta de la Sagrada Familia

- Exposición del Santísimo Sacramento- Oficio de Vísperas.- Instrucción impartida por el Prior de la Basílica- Oración de Alabanza e Intercesión- Reserva y Bendición.

¡Ven a descansarte con el Señor!

Vísperas de la Renovación Carismática en la Basílica del Lledó

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En Navidad, Dios viene a nuestro encuentroQueridos diocesanos: Navi-dad está a la puerta. Aunque no falten los intentos de silen-ciar su verdadero sentido, en Navidad resuenan con fuerza las palabras del evangelista Juan: “La Palabra se hizo car-ne y acampó entre nosotros” (Jn, 1, 14). Esta frase muestra el contenido propio de la fies-ta de la Navidad y el motivo de la alegría navideña de los cristianos; una alegría que se ofrece a todos los hombres y mujeres de buena voluntad.

Jesús, el Niño que nace en Belén, es la Palabra eterna de Dios, la Palabra de Dios hecha carne. El Niño nacido en Belén es el Hijo de Dios encarnado. Dios y Hombre, la divinidad y la humanidad, unidas en una sola persona: el Niño-Dios nacido en Belén.

La Navidad es un misterio de amor. Es el amor infinito de Dios Padre, que envía al mundo a su Hijo Unigénito para abrirnos el camino ha-cia Él, para darnos su propia vida y su amor. Navidad es el

misterio del amor del “Dios con nosotros”, el Emmanuel: Dios entra en nuestra his-toria humana y viene a la tierra para entre-garnos su vida por amor. Con su venida se entablará una lu-cha angustiosa entre la luz y las tinieblas, entre la verdad y la mentira, entre la muerte y la vida, en-tre el odio y el amor; al final, por su muerte y resurrección, triunfarán la luz y la verdad, la vida y el amor. El Príncipe de la paz, nacido en Belén, dará su vida para que en la tierra reine el amor.

Jesús, la Palabra de Dios hecha carne y nacido en Belén, nos invita con fuerza dejarnos encontrar por Dios, a creer en Dios y a entrar en una vida nueva: es la vida que Él mis-mo nos ofrece en abundancia, la vida misma de Dios. Son muchos los que afirman que no necesitan de Dios; se creen autosuficientes y parecen em-

pecinarse en vivir de espaldas a Dios. Pero el ser humano, pese al bienestar material y al progreso técnico, permanece siempre el mismo; aunque se resista algún tiempo a ello, al final se hace siempre las mismas preguntas sobre sí

mismo, sobre su origen y su destino; el ser humano está hecho para el amor: necesita amar y ser amado; busca segu-ridad y reclama consuelo en su desvalimiento; busca y necesi-ta la felicidad, busca y necesita la salvación. Cuando pasa el frenesí del momento, se da cuenta de que es frágil, finito y limitado, de que está necesi-tado de amor, de salvación, de que está necesitado de Dios.

En Navidad, Dios sale nuestro a nuestro encuentro porque nos ama. Es preciso dejarse encontrar por Dios, es preciso creer y confiar en Él, es necesario dejarse amar por Él. Como los magos del Oriente

salgamos en su busca; lo en-contraremos en el “niño en-vuelto en pañales y recostado en un pesebre”. Todas las pre-guntas del hombre antiguo, moderno o posmoderno, tie-nen en Jesucristo su respuesta, porque Él es la palabra defini-tiva de Dios. Jesús es y nos trae la Buena Noticia. Como nos dice san León Magno, “alegré-monos, hoy ha nacido nues-tro Salvador. No puede haber lugar para la tristeza cuando acaba de nacer la vida”. Esta invitación a vivir la alegría es un ofrecimiento y una llama-da para todos.

Alegrémonos: la salvación ha venido por Jesucristo al mundo y algo ha cambiado definitivamente desde en-tonces. Y algo puede y debe cambiar en nuestra vida, si contemplamos, adoramos y acogemos al Niño-Dios, naci-do en Belén.

Con mi afecto y bendi-ción,

Tribuna

(*) Obispo de Segorbe-Castellón

por Juan Manuel Gil

NavidadEn el nacimiento de Jesús alcanza una cima señera: la alianza de Dios con la humanidad. La Navidad es la cota hasta ahora alta de lo que da de di la entrega y el compromiso de Dios con los hombres, simbolizado por una alianza. No es un contrato, una ley, sino un compromiso personal. La historia del pueblo de Dios, la historia bíblica es la historia de esa alianza tejida de infidelidades por parte del hombre y de una fidelidad que nunca falla por parte de Dios.

Jesús quiere acampar entre nosotros, quiere poner su casa en nuestros pueblos y en nuestros barrios. Pero su encarnación la realiza de una forma determinada, des-de unas condiciones de cercanía, pobreza e indefensión. Jesús se hace pobre con los pobres, quiere vivir junto a todos aquellos que sufren el atropello de una sociedad injusta e insolidaria. Nos trae una espe-ranza nueva, un estilo nuevo de relacio-nes entre las personas y entre los pueblos.

Debemos por tanto entrar en este tiempo con optimismo y alegría porque la pro-mesa de un cielo nuevo y una tierra nueva es un hecho que podemos constatar.

Este es el gran acontecimiento de la Navidad: Dios cercano a todos los hom-bres, para que nosotros nos acerquemos a Dios. Dios humanizado para que el hombre se divinice. La primera parte ya está conseguida. Importa que cumplamos nosotros la segunda, que de verdad empe-cemos a vivir la vida de Jesús.

Nace Jesús en la pobreza y en la exclu-sión, lo que significa una decisión prefe-rencial de Dios por los que sufren la po-breza y la miseria. No hay sitio para Él en el mundo del bienestar y el confort, tiene que buscarse un lugar para nacer entre los desheredados, en un rincón, al margen, escondido en una chabola o en un piso del barrio marginal, o en una patera, o en la cárcel, o en una residencia de ancianos o en algún país de África o Latinoamérica.

Jesús quiere mandar un mensaje a to-dos los excluidos: Aquí estoy, con vosotros y entre vosotros, soy uno de los vuestros, hago mía vuestra causa y vuestros sufri-mientos.

La Palabra de Dios nos dice: Ha apa-recido la gracia de Dios, no tanto su po-der o su gloria, sino su bondad y su mise-ricordia. Nos nace un maestro de la vida y un profeta de bienaventuranzas. Se dedi-cará del todo a su misión liberadora, hasta entregarse por nosotros (Tit 2,11-14).

El capítulo 2 del San Lucas Lucas es el evangelio de la Navidad. En un pueblo sometido por la opresión romana nace un niño, que es paz y liberación. Es luz anunciada por los profetas y no tardará en iluminar a todos los que “habitaban en tierra de sombras”. Los pobres, solo ellos, entienden las señales, no relámpagos o terremotos, palacios o servidumbres, solo pañales, pesebre, un niño. Pero él es la buena noticia para todo el pueblo.

Mons. Casimiro López Llorente *

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Entrevista con el Obispo

“Hay que volver a hablar de Dios, del Dios personal que es Amor” Al final del año y a las puer-tas de Navidad, es un buen momento de hacer balance y plantearse nuevos retos. Mons. López Llorente valo-ra estos seis años de trabajo en Segorbe-Castellón, y pre-senta las pautas que deberán regir la vida de la iglesia dio-cesana en el futuro inmedia-to.

- Cumple 6 años en la Diócesis. ¿Qué destacaría de la labor realizada hasta ahora en Segorbe-Caste-llón?

- En efecto, el 23 de ju-nio pasado cumplí ya seis años como Obispo de esta Iglesia Diocesana. Seis años dan para mucho y no es fá-cil destacar algo. Durante estos seis años y medios he trabajado y rezado por ser cada día un humilde pastor en nombre del Buen Pastor, entregado al servicio de esta parcela de su viña, cercano a los fieles y atento a sus nece-sidades con un único objeti-vo: que Jesucristo, su Evan-gelio y su Salvación lleguen a todos. Esto lo he querido llevar a cabo en las Confir-maciones y otras muchas presencias en las parroquias, en las visitas con personas y grupos, en las más diversas reuniones y, sobre todo, en la Visita Pastoral; he alen-tando en todo momento a vivir con alegría y esperanza la fe cristiana y la vocación, el ministerio y la responsa-bilidad que cada uno tene-mos en la vida y misión de nuestra Iglesia, de sus parro-quias, de otras comunida-des y de los movimientos y asociaciones. He considera-do urgente ayudar a tomar conciencia de que todos los diocesanos formamos par-te de la Iglesia de Segorbe-Castellón y de la necesidad que tenemos de crecer en

la unidad, basada en la fe y vida en Cristo, y que se manifiesta en la unidad en la misión evangelizadora: y esto vale para los fieles lai-cos, los religiosos y muy en especial para los sacerdotes.

He intentado potenciar los servicios pastorales dioce-sanos y los consejos dio-cesanos -el presbiteral, de pastoral y de asuntos econó-micos-, los parroquiales de economía y de pastoral así como el arciprestazgo y su consejo de pastoral, como medios de ejercer y verte-brar la corresponsabilidad en la vida y misión de nues-tra Iglesia. Especial atención he prestado a las vocaciones de especial consagración, en particular, al sacerdocio or-denado y a los seminarios con una presencia semanal -cuando me ha sido posi-ble- en estos últimos. Y, por el último, en el ámbito de la economía diocesana se ha logrado su saneamiento y equilibrio en ingresos y gastos.

- ¿Cómo la valora?

- La valoración de estos años la dejo a Dios y a los fieles; hay luces por las que doy gracias incesantes a Dios y hay sombras por las que le pido perdón y la fuerza para disiparlas.

- ¿Cómo describiría su vinculación con esta tierra y sus gentes?

- Recibí mi nombra-miento en obediencia al Santo Padre, es decir escu-chando y acogiendo con gratitud la voluntad de Dios, que me llamaba a ser Obispo de Segorbe-Caste-llón. Mi anillo episcopal me recuerda mi alianza con esta Iglesia diocesana, a la que, como un buen esposo, in-tento amar cada día más y entregarme a ella en cuerpo y alma. Esto implica cono-cer a la gente con su idiosin-crasia y su historia; y lleva su tiempo, precisa de un apren-dizaje y de un cultivo diario para que el amor crezca cada día, con sus alegrías y sus sufrimientos; y, porque me alegro y sufro en mi minis-terio episcopal, puedo decir

que siento a la diócesis de Segorbe-Castellón como mi tierra y mi gente.

EMF Y JMJ- Desde el 2006, la Igle-

sia Diocesana ha tenido la ocasión de participar en eventos extraordinarios: el Encuentro Mundial de Fa-milias en Valencia el mis-mo año de su llegada, y las Jornadas Mundiales de la Juventud en Madrid el año pasado. ¿Qué han aporta-do a la realidad diocesana?

- Siempre hay un antes y un después en estos eventos. Se preparan con alegría y esperanza, y se celebran con una buena participación. Su posterior acogida en la Dió-cesis es muy buena al prin-cipio, pero cuesta la perseve-rancia en la tarea.

- ¿Qué ha cambiado en las familias y los jóvenes, y en la manera de dirigirse a ellos y relacionarse la Igle-sia?

- Creo que la EMF afianzó la pastoral familiar, aunque ha de calar aún mu-cho más en las parroquias. La JMJ ha supuesto el re-lanzamiento de la pastoral de la juventud y lentamen-te va dando sus frutos; una muestra fue la hermosa y numerosa participación de

REDACCIÓN.

“Nuestra Iglesia y la urgencia de la nueva evangelización necesitan de sacerdotes santos,

bien formados y entregados en alma y cuerpo a su ministerio”

Mons. Casimiro López Llorente, Obispo de Segorbe-Castellón

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Entrevista con el Obispo

“Hay que volver a hablar de Dios, del Dios personal que es Amor” jóvenes en la vigilia de Ad-viento de este año, que pi-dieron celebrar encuentros diocesanos de jóvenes con más frecuencia. Lentamente va calando en nuestras pa-rroquias la necesidad inelu-dible de acompañar a fami-

lias y jóvenes en su vida de fe e implicarles en la misión evangelizadora. Las familias cristianas son imprescindi-bles para la transmisión de la fe a sus hijos y para la evan-gelización de las familias. Y los jóvenes han de ser y sen-tirse queridos por lo que son y como son -con sus mu-chas virtudes y sus defectos, como siempre- para acom-pañarles y llevarles a Cristo, y para que ellos mismos sean sus testigos para los jóvenes.

VISITAS PASTORALES- En el balance ha men-

cionado las visitas pasto-rales. La de Burriana que cierra este domingo 23 es la séptima, por tanto ya ha pasado por la mitad de los arciprestazgos. ¿Por qué son importantes las visitas pastorales?

- El Obispo es ante todo pasto de la porción del pue-blo de Dios que le ha sido encomendado para ser maestro en la fe, sacerdote que preside la liturgia y guía que sirve, alienta y dirige a la comunidad. Es precisa-mente en la Visita pastoral donde más directamente se vive y ejerce esta cuali-dad del Obispo: en ella, el Obispo conoce a los fieles y éstos le conocen a él, toma el pulso a las comunidades en la realidad concreta de su vida y de su misión, en sus logros, en sus dificultades, necesidades y posibilidades;

el Obispo anuncia y celebra la fe, alienta y fortalece en la fe y en la vida cristiana, co-rrige y exhorta, si es preciso. La Visita pastoral es la tarea más hermosa del ministerio episcopal, además de ser una obligación para el obispo

diocesano desde el concilio de Trento. En resumen, es un momento de gracia de Dios para todos y también para mí como Obispo.

- ¿Qué valoración hace de las visitas realizadas?

- Mi valoración es alta-mente positiva; los fieles me han mostrado siempre que tenían ganas de Visita pas-toral. Los frutos se detectan a largo plazo y los cambios son lentos; estos dependen en gran medida de la dispo-nibilidad de los sacerdotes a acoger y aplicar las indica-ciones que se van haciendo.

VOCACIONES- En seis años ha or-

denado 28 sacerdotes, ¿se siente satisfecho?

- Yo me siento sobre todo muy agradecido: a Dios, en primer lugar, y a los neopresbíteros por su generosidad en respuesta a la llamada del Señor a su

seguimiento y entrega en el sacerdocio. Cada nuevo sa-cerdote es ya un gran don de Dios a nuestra Iglesia, por el que hay que darle gracias de todo corazón.

- ¿Qué hace que un jo-ven perciba como atractiva la llamada al sacerdocio hoy en día?

- Es precisamente en la escucha de la llamada per-sonal del Señor en el en-cuentro íntimo con Él, en la acogida de ese don y miste-rio, en el dejarse atrapar por la delicadeza de su amor de predilección que elige y lla-ma, y en la respuesta agra-decida y generosa sabiendo

muy bien de quien uno se fía, donde está la clave de la

atracción por el Señor de un joven al sacerdocio. Sin una vida espiritual profunda no es posible ni la escucha de la vocación ni la atracción por el Señor.

- ¿El principal objetivo actual es la reapertura del Seminario Menor?

- Nos hemos puesto ciertamente como objetivo la reapertura de Seminario Menor; pero también y ne-

cesariamente unido al mis-mo, el fortalecimiento de la pastoral vocacional y el cuidado de la formación de nuestros futuros sacerdotes.

- ¿Tenemos que hacer-nos la idea que faltarán sacerdotes o podemos es-perar un aumento de voca-ciones?

- Nuestra Iglesia y la ur-gencia de la nueva evangeli-zación necesitan de sacerdo-tes santos, bien formados y entregados en alma y cuerpo a su ministerio. Lo demás se nos dará por añadidura si lo pedimos con fe y, personal-mente, lo dejo en manos de Dios; Él sabe lo que necesi-tamos.

AÑO DE LA FE- En la España católica,

¿ha fallado algo en la trans-misión de la fe?

- Es evidente que algo ha tenido que fallar cuando tantos bautizados se alejan de la fe, de la vida cristiana y de la Iglesia, cuando tantos niños que reciben la prime-ra comunión no participan después en la Eucaristía do-minical, cuando la mayoría de los confirmados se alejan de la Iglesia, cuando una so-ciedad formada por un alto

número de católicos está tan secularizada. Y no nos podemos excusar en que el contexto cultural y social es poco propicio e incluso con-trario a la transmisión y vi-vencia de la fe cristiana. Hay también fallos internos para la deficiente transmisión de la fe. No hemos reacciona-do ante el cambio social y cultural que ya no ayuda a transmitir y socializar la fe.

El Obispo con los sacerdotes más jóvenes y veteranos de este año

“La Visita pastoral es la tarea más hermosa del ministerio episcopal”

“Hay que volver a hablar de Dios, del Dios personal, que es Amor,

que nos crea para el amor porque nos ama”

Mons. Casimiro López Llorente, Obispo de Segorbe-Castellón

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Y lo que es más preocupan-te: en la mayoría de los casos seguimos actuando como si nada hubiera cambiado. Se siguen ofreciendo en general catequesis para la primera comunión y para la confir-mación y además con un tinte meramente escolar, sin propiciar el encuentro con Jesucristo, el crecimiento en la fe y en la vida de oración, en el cambio de vida y segui-miento de Jesús, en la parti-cipación en las celebraciones de la comunidad y en el tes-timonio de vida; son pocas las parroquias que ofrecen la iniciación cristiana como un proceso integral, conti-nuado y sin rupturas, que comienza en la más tier-na infancia y dura hasta la confirmación, implicando a padres, catequesis y escuela. Son pocas las parroquias que se implican de verdad en la continuidad de los jóvenes, que preparan a los padres para la educación de la fe o que ofrecen formación a los adultos.

- ¿Qué contenido con-creto del Credo destacaría para nuestro mundo de hoy?

- El Credo, el símbolo de la fe, forma una unidad de principio a fin: un artí-culo nos lleva al otro y debe ser ofrecido siempre en su totalidad. Destacar un con-tenido no puede significar olvidar el resto, sino sólo subrayar o poner el acento en él mismo. En este senti-do y en el contexto actual de increencia, de indiferencia religiosa y de secularización hay que volver a hablar de Dios, del Dios personal, que es Amor, que nos crea para el amor porque nos ama; hay que hablar de Je-sucristo, el Hijo de Dios, en quien se nos da y sale a nuestro encuentro para dar-nos su amor y su vida, para darnos la salvación y la feli-cidad; y hay que hablar de la Iglesia, la comunidad de los creyentes, elegida por Cristo para seguir presente entre

nosotros y para darnos su Palabra y su Vida.

MISIÓN Y EVANGELIZACIÓN

- ¿Cómo despertar el celo evangelizador en el pueblo cristiano de Segor-be-Castellón?

- Nuestra Iglesia solo será evangelizadora si está realmente evangelizada, en sus miembros y en sus co-munidades. De ahí que la

primera urgencia sea avivar y fortalecer la fe y la vida cristiana de quienes forma-mos la Iglesia, es decir, de los cristianos, para recuperar la alegría de creer y el entu-siasmo de anunciar y llevar a otros a Jesucristo y su Evan-gelio. A esto va orientado precisamente el Año de la fe. Un verdadero cristiano es el bautizado, que cree en Cristo, lo conoce y lo ama, confía en él y se fía de él, acoge su Palabra y sus Sacra-mentos, se deja convertir y transformar por él y su gra-cia, le sigue unido a la Iglesia y da testimonio de palabra

y de obra de Jesucristo en la Iglesia y en el mundo. Sin un amor apasionado por Jesucristo y, desde él, por el bien de cada persona, por su dignidad y por su llamada a participar del amor salvador de Dios, no habrá celo evan-gelizador.

- Cuando se habla de Nueva Evangelización, ¿se trata solo de primer anun-cio o se necesita más?

- El primer anuncio, es

decir anunciar a Jesucris-to, el Hijo de Dios, hecho hombre para mostrarnos el rostro de Dios, muerto por nuestros pecados para reconciliarnos con Dios, con el hermano y con toda la creación, y resucitado para darnos la vida misma de Dios, es evidentemente sólo el primer paso. El pri-mer anuncio quiere suscitar el encuentro renovador y transformador con Cristo, mover a la conversión, llevar al conocimiento vivencial del Evangelio y a la petición del Bautismo, que hace Hi-jos de Dios, discípulos de

Cristo y miembros de su Iglesia, etc. etc. La Evangeli-zación, también la nueva, no es sólo anuncio de verdades.

- ¿Qué importancia, y posibilidades concretas tiene la misión ad gentes desde nuestra Diócesis?

- La misión ‘ad gentes’, no sólo en países llamados tradicionalmente de misión sino también entre nosotros, es de especial importancia. También entre nosotros crece el número de quienes nunca oyeron hablar de Dios y de quienes estando bautizados lo desconocen. Todo verdadero cristiano está llamado a la misión. Quien sienta la llamada a la misión en los países de misión, encontrará a través de nuestra Delegación dio-cesana de Misiones el lugar concreto y más apropiado donde poder hacer realidad su vocación misionera.

PLAN PASTORAL- ¿Cómo valora la apli-

cación del Plan Diocesano de Pastoral que conclui-mos este curso?

- Nuestro actual Plan está centrado en la Iglesia diocesana, misterio de co-munión para la misión, y se desglosa en cinco objetivos que abarcan la Iglesia mis-ma y todos los ámbitos de su vida y misión –la palabra, la liturgia, la caridad y la mi-sión. Es pues muy amplio en su planteamiento y también en sus objetivos. Ahí está también su luz y su sombra. Ha ayudado a comprender y vivir la Iglesia diocesana como comunión y comuni-dad de creyentes, centrada y radicada en Cristo, y a tener en cuenta todos los ámbitos necesarios y esenciales de su vida y de su misión, y que están íntimamente relacio-nados entre sí. El uno lleva necesariamente a otro; no se puede elegir uno y olvidar el resto. Creo que ha calado un poco más en la comunidad diocesana la necesidad de la formación en la fe y de la

Fiestas de San Pascual del 2012

Entrevista con el Obispo

“La primera urgencia es avivar y fortalecer la fe y la vida cristiana de los cristianos

para recuperar la alegría de creer y el entusiasmo de anunciar y llevar a otros a Jesucristo y su Evangelio”

“Nuestro futuro Plan Diocesano de Pastoraldebe responder a las exigencias

de la Nueva Evangelización”

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Hoja Parroquial de la Diócesis de Segorbe-Castellón // 7

oración, la centralidad de la Eucaristía, fuente y motor del mandato de la caridad, personal y comunitaria, y el impulso a la misión. La amplitud del Plan ha sido también su sombra. Nos propusimos abarcar mucho. Y hay cosas que quedaron en papel sobre las que hay que volver.

- ¿A qué respuestas de-berá responder el siguiente Plan de Pastoral?

- Nuestro futuro Plan creo que debe responder a las exigencias de la Nueva Evangelización. Ésta va diri-gida a todas las personas y a todos los sectores de la Igle-sia, de nuestra sociedad y a la misma cultura.

- ¿Qué criterios da para su elaboración?

- El futuro Plan todavía está en proceso de consulta. Por mi parte he propuesto centrarnos en la parroquia para hacer de ella una ver-dadera comunidad y una comunidad cristiana; una comunidad que anuncia a Jesucristo y su Palabra, que cuida y acompaña el pro-ceso de iniciación cristiana, que se preocupa de jóve-nes, novios, matrimonios y familias, que forma en la fe y la celebra en los Sacra-mentos, especialmente en la Eucaristía, que vive la fe y la fraternidad en la caridad hacia dentro y hacia fuera, que envía a la nueva evan-gelización y a la transfor-mación de la sociedad. Será

necesario priorizar, centrarse en lo fundamental y más ne-cesario, ser concretos en los objetivos y parcos en las ac-ciones. Así mismo debemos cuidar mucho la necesidad del cambio de actitudes.

CRISIS- Ante las consecuen-

cias de la crisis, ¿la Iglesia, en particular a través de Caritas, ha salvado la paz social?

- Creo sinceramente que si no hubiera sido por la respuesta tan generosa en dinero y en voluntarios de la Iglesia católica –Cáritas en

los distintos niveles y otras instituciones eclesiales- así como fuerte implicación de muchísimas familias, hace tiempo que la gente se ha-bría echado a la calle para pedir de comer. Esto sin

dejar de valorar también la implicación de otras organi-zaciones civiles.

- ¿Qué piensa que he-mos aprendido con esta crisis?

- En la raíz de la crisis económica hay una fuerte crisis moral. Durante mu-cho tiempo han primado la mentira, la codicia de dine-

ro y de poder, el medrar a cualquier coste, el egoísmo, la insolidaridad, la falta de honradez, etc. Tengo mis dudas si hemos aprendido que para salir bien de la crisis es necesario un rearme mo-ral de nuestra sociedad. La salida de la crisis económica no puede hacerse a cualquier precio. Es preciso recuperar en la moral personal, social y pública valores como la honradez, la verdad, la justi-cia, la solidaridad, el respeto y otros, que nos ayuden a construir una sociedad más humana, más justa y más solidaria.

- Seis años en Segorbe-Castellón, como en seis día el Señor hizo la creación…Y el séptimo día descansó de su trabajo. ¿Descansaría usted en el 2013 o queda mucho por hacer?

- Hay que seguir a pie de obra mientras el Señor nos dé fuerzas.

- ¿Dónde se encuentran las fuerzas y la motivación para realizar su servicio apostólico?

- La fuente de la energía para el trabajo pastoral está siempre y en primer lugar en el Señor, en la oración y en la Eucaristía así como en la contemplación de la gen-te. Cristo Jesús nos enseña a amar y nos da fuerzas para amar como Él nos ha ama-do, hasta la entrega total. El se nos da en comida y nos dice: “Dadles vosotros de comer”.

Entrevista con el Obispo

El Obispo con Benedicto XVI, en el 2009

“Creo sinceramente que si no hubiera sido por la respuesta tan generosa

en dinero y en voluntarios de la Iglesia católica hace tiempo que la gente se habría echado

a la calle para pedir de comer”

“Tengo mis dudas si hemos aprendido que para salir bien de la crisis es necesario

un rearme moral de nuestra sociedad”

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Dep. Legal: CS 97-1960Suplemento del B.O. del Obispado

Edita: Obispado de Segorbe-Castellón Director: Juan Manuel Gil Coordinador: Josep Miquel Francés Redacción: Guillem Farré.Oficina de Prensa: Teléfono 964 222 819 / Fax: 964 722 018 / [email protected] / [email protected] / www.obsegorbecastellon.es

Impresión y reparto: Gràfiques Color Imprés, s.l.u. Pol. Ind. Fadrell, nave 75. 12005 Castellón / Teléfono 964 255 100

hojaparroquial

“¡Bendita tú entre las mujeres,y bendito el fruto de tu vientre!”

Primera LecturaMiq 5,1-4a.

Salmo responsorialSal 79. R/. Oh Dios, restáuranos, que brille tu rostro y nos sal-ve.

Segunda LecturaHeb 10,5-10.

EvangelioLc 1,39-45. En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un

pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, sal-

tó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito. -«¡Bendita tú entre las mu-

jeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.» Palabra del Señor.

Próxima semana: La Sagrada Familia 1Sam 1,20-22.24-28 / Sal 83 / 1Jn 3,1-2.21-24 / Lc 2,41-52

IV Domingo de Adviento (4ª Semana del Salterio)

Año de la FeLA CAÍDA413 “No fue Dios quien hizo la muerte ni se recrea en la destruc-ción de los vivientes [...] por envi-dia del diablo entró la muerte en el mundo” (Sb 1,13; 2,24).414 Satán o el diablo y los otros demonios son ángeles caídos por haber rechazado libremente servir a Dios y su designio. Su opción con-tra Dios es definitiva. Intentan aso-ciar al hombre en su rebelión contra Dios.415 “Constituido por Dios en la justicia, el hombre, sin embargo, persuadido por el Maligno, abusó

de su libertad, desde el comienzo de la historia, levantándose con-tra Dios e intentando alcanzar su propio fin al margen de Dios” (GS 13,1).417 Adán y Eva transmitieron a su descendencia la naturaleza humana herida por su primer pecado, pri-vada por tanto de la santidad y la justicia originales. Esta privación es llamada “pecado original”.418 Como consecuencia del peca-do original, la naturaleza humana quedó debilitada en sus fuerzas, sometida a la ignorancia, al sufri-miento y al dominio de la muerte,

e inclinada al pecado (inclinación llamada “concupiscencia”).419 El pecado original se transmi-te, juntamente con la naturaleza humana, “por propagación, no por imitación” y que “se halla como propio en cada uno”.420 La victoria sobre el pecado ob-tenida por Cristo nos ha dado bie-nes mejores que los que nos quitó el pecado: “Donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia” (Rm 5,20).

(*) La numeración al inicio de cada párrafo corresponde al artículo del Catecismo de la Iglesia Católica.

El Evangelio del Domingo