hojaparroquial6 de abril de 2014Nº 2.714 SemaNario de la dióceSiS de Segorbe-caStellóN

2 // Hoja Parroquial

Primera LecturaEz 37,12-14. Así dice el Señor: -«Yo mis-mo abriré vuestros sepul-cros, y os haré salir de vues-tros sepulcros, pueblo mío, y os traeré a la tierra de Israel. Y, cuando abra vues-tros sepulcros y os saque de vuestros sepulcros, pueblo mío, sabréis que soy el Se-ñor. Os infundiré mi espí-ritu, y viviréis; os colocaré en vuestra tierra y sabréis que yo, el Señor, lo digo y lo hago.» Oráculo del Se-ñor. Palabra de Dios.

Salmo responsorialSal 129. R/. Del Señor viene la mi-sericordia, la redención co-piosa.

Segunda LecturaRm 8,8-11.

EvangelioJn 11,1-45. En aquel tiempo, las her-manas de Lázaro manda-ron recado a Jesús, dicien-do: -«Señor, tu amigo está enfermo.» Jesús, al oírlo, dijo: -«Esta enfermedad no acabará en la muerte, sino que servirá para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.» Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro. Cuando se enteró de que estaba enfermo, se quedó todavía dos días en donde

estaba. Sólo entonces dice a sus discípulos: -«Vamos otra vez a Judea.» Cuando Jesús llegó, Lázaro llevaba ya cuatro días enterrado. Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras María se quedaba en casa. Y dijo Marta a Jesús; “-«Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi herma-no. Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá.» Je-sús le dijo: -«Tu hermano resucitará.» Marta respon-dió: -«Sé que resucitará en

la resurrección del último día.» Jesús le dice: -«Yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mi, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mi, no morirá para siempre. ¿Crees esto?» Ella le con-testó: -«Si, Señor: yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo.» Jesús sollozó y, muy conmovido, preguntó: -«¿Dónde lo ha-béis enterrado?» Le contes-taron: -«Señor, ven a ver-lo.» Jesús se echó a llorar. Los judíos comentaban:

-«¡Cómo lo quería!» Pero algunos dijeron: -«Y uno que le ha abierto los ojos a un ciego, ¿no podía ha-ber impedido que muriera éste?» Jesús, sollozando de nuevo, llega al sepulcro. Era una cavidad cubierta con una losa. Dice Jesús: -«Quitad la losa.» Marta, la hermana del muerto, le dice: -«Señor, ya huele mal, porque lleva cuatro días.» Jesús le dice: -«¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?» Entonces quitaron la losa. Jesús, le-vantando los ojos a lo alto, dijo: -«Padre, te doy gracias porque me has escuchado; yo sé que tú me escuchas siempre; pero lo digo por la gente que me rodea, para que crean que tú me has enviado.» Y dicho esto, gri-tó con voz potente: -«Láza-ro, ven afuera.» El muerto salió, los pies y las manos atados con vendas, y la cara envuelta en un sudario. Je-sús les dijo: -«Desatadlo y dejadlo andar.» Y muchos judíos que habían venido a casa de María, al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en él. Palabra del Señor.

Próxima semana: Domingo de Ramos en la Pasión del Señor. Proce-sión: Mt 21,1-11 Misa: Is 50,4-7 / Sal 21 / Flp 2,6-11 / Mt 26,14-27,66

Agenda DiocesanaLunes 7.* Palabra de Vida en la Stma. Trinidad de Castellón

(Mov. de los Focolares).

Martes 8.* Encuentro de Caritas Parroquiales.

Miércoles 9.* 20h Cena del Hambre en Castellón, lugar Jardín del

Casino antiguo.

Viernes 11.* 13h30 El Espejo de la Iglesia Diocesana en COPE.Domingo de Ramos 13.* 9h45 Iglesia Noticia en COPE.* Convivencia Frater.* 12h Bendición de Ramos y Eucaristía, presidida por el

Obispo en la S.I. Concatedral.* 18h30 Bendición de Ramos en la Iglesia del Seminario

y a las 19h Eucaristía en la S.I. Catedral, presidida por el Obispo.

“¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?”V de Cuaresma (1ª Semana del salterio)

El Evangelio del Domingo

Hoja Parroquial // 3

El cristiano ante la Semana SantaQueridos diocesanos: Ante la proximidad de la Semana Santa, es conveniente pre-pararse para celebrar con espíritu cristiano estos días. Tantos elementos añadidos a la Semana Santa, van em-pañando y desdibujando lo fundamental. Pero el olvido de lo esencial es como un virus o una carcoma, que mina y destruye todo poco a poco sin advertirlo.

Cristianos y comunida-des, cofrades y cofradías no podemos olvidar cuál es el núcleo vital de la Semana Santa. La llamamos ‘santa’ porque ha sido santificada por la pasión, muerte y re-surrección del Señor. Estos hechos son la prueba defini-tiva y permanente del amor misericordioso de Dios a los hombres, manifestado en la entrega total de su Hijo hasta la muerte y en su re-surrección a la vida gloriosa. Cristo muere y resucita para liberarnos del pecado y de la muerte, y para devolvernos a la vida de amistad y de comunión con Dios y con los hombres. Lo que acon-teció hace casi dos mil años,

se hace actual en la liturgia y se expresa en las procesiones de Semana Santa.

Para celebrar de verdad el misterio del amor misericor-dioso de Dios, todo cristiano y, por tan-to, todo cofrade, debe entrar en la Se-mana Santa con es-píritu de fe y de conversión. Han de ser días de profunda vida espiritual, acogiendo la llamada de Dios a la conver-sión de nuestra vida vieja de pecado a la vida nueva de gracia de Dios. Es momen-to para preguntarse cómo está nuestra fe y nuestra vida cristiana; ante lo que no está de acuerdo con nues-tra condición de cristianos es el momento de acoger la misericordia de Dios en el sacramento de la Penitencia, dejarnos perdonar por Dios.

Son días también tiem-po para la oración, para intensificar nuestra relación personal y comunitaria con Dios mediante la escucha atenta y la meditación con-templativa de la Palabra de

Dios. La Semana Santa no sólo nos recuerda la pasión, muerte y resurrec-ción del Nazareno como algo del pa-sado; nos ayuda a encontrarnos o re-encontrarnos con Él, el Viviente, en su Palabra y en los Sacramentos de la

Penitencia y de la Eucaristía, de sentir la cercanía de Dios en la Liturgia y en las pro-cesiones. La fe solo se man-tiene fe viva mediante una sincera relación de amistad con Dios en Cristo.

Esto plantea una pre-gunta elemental para todo cofrade. ¿Eres sólo cofrade o eres también y ante todo cristiano? No es una pre-gunta retórica. Se puede ser, en efecto, un buen cristia-no y un buen cofrade. Pero puede darse también el caso, de que haya cofrades que olviden la condición previa que los define como tales: el cofrade es, antes de nada, un fiel cristiano. Hay cofra-des para quienes lo impor-tante es desfilar vestidos con

hábito en la procesión, y no tanto vivir como cristianos. Ante esto resuenan las pala-bras de la Virgen: “Haced lo que Él os diga” (Jn 2,5). Y Él, Cristo, el Señor, muer-to y resucitado, nos dice: “Amaos los unos a los otros como yo os he amado” (Jn 15,12). Y en otro lugar: “Yo soy la vid verdadera” (Jn 15,1). Y añade que el sarmiento -el cristiano, y el verdadero cofrade lo es y debe serlo antes de nada- no puede dar fruto si no per-manece unido a la Vid (cf. Jn 15,4).

Sin la unión a Cristo, sin una fe cristiana viva, profe-sada en comunión con la Iglesia, celebrada en la Li-turgia y vivida en la caridad, sin una vida moral coheren-te con la fe de los cofrades, las cofradías pierden su alma y las procesiones se quedan en meras representaciones. Os invito, pues, a vivir con verdadero espíritu esta Se-mana Santa.

Con mi afecto y bendi-ción,(*) ObispO de segOrbe-Castellón

pOr Juan Manuel gil

¿Qué significa la resurrección de Jesús para nuestra vida?Y ¿por qué sin ella es vana nuestra fe? Porque en ella se funda nuestra fe. Igual que una casa se asienta sobre los cimien-tos: si ceden, se derrumba el edificio. En la resurrección Jesús vence, elimina y nos abre el camino una vez eliminado el peca-do, para renacer a una vida nueva. Nos ha regenerado para una esperanza viva, para una herencia incorruptible, intachable e inmarcesible. Somos liberados de la escla-vitud del pecado y nos convertimos en hijos de Dios.

Somos generados a una vida nueva mediante el sacramento del Bautismo. Su-mergiéndose en la muerte y resurrección del Cristo, convertidos en hijos de Dios. Desde entonces podemos llamar a Dios papá, como le gusta recordar al Santo Pa-dre Francisco.

El Espíritu Santo realiza en nosotros

esta nueva condición de hijos de Dios, siendo el más grande don que recibimos del Misterio Pascual de Jesús. Y Dios nos trata como a hijos, nos comprende, nos perdona, nos abraza, nos ama incluso cuando nos equivocamos. Ya en el Anti-guo testamento el profeta Isaías afirmaba que si una madre se olvidara del hijo, Dios no se olvida nunca de nosotros, en ningún momento. Y esto es hermoso.

Sin embargo, esta relación filial con Dios no es como un tesoro que conser-vamos en un rincón de nuestra vida, sino que debe crecer, debe ser alimentada cada día con la escucha de la Palabra de Dios, la oración, la participación en los sacramen-tos, especialmente la Penitencia y la Euca-ristía, y la Caridad. Cada día debemos de-jar que Cristo nos transforme y nos haga como Él. Tratar de vivir como cristianos,

tratar de seguirle, incluso si vemos nues-tras limitaciones y nuestras debilidades.

La tentación de dejar a Dios a un lado para ponernos a nosotros mismos en el centro está siempre a la puerta. Por eso debemos tener la valentía de la fe. Com-portándonos como hijos de Dios, sin desalentarnos por nuestras caídas, sintién-donos amados por Él, nuestra vida será nueva, animada por la serenidad y por ale-gría. Dios es nuestra fuerza y nuestra espe-ranza. De todo ello debemos ser un signo visible, claro y luminoso para todo. El Se-ñor resucitado es la esperanza que nunca decae, que no defrauda. La esperanza del Señor. Así nuestra esperanza de cristianos es fuerte, segura, sólida en esta tierra, don-de Dios nos ha llamado a caminar, y está abierta a la eternidad porque está fundada en Dios, que es siempre fiel.

MOns. CasiMirO lópez llOrente *

Tribuna

4 // Hoja Parroquial

Semana Santa en las periferiasCofradías y hermandades al servicio de la evangelización

Cuando el Papa Francis-co pide llegar a las perife-rias, no hace falta pensar en ir muy lejos. A veces están tan cerca y son tan tradicionales como las co-fradías y hermandades de Semana Santa. En la Dió-cesis son sesenta y cuatro, a las que hay que añadir tres asociaciones pasiona-les. En total vinculan a cerca de doce mil per-sonas, siendo el colectivo diocesano más numeroso. Su labor evangelizadora se despliega dentro, con los propios cofrades, y fuera, llevando el Evangelio a la calle, como afirma Pas-cual Segura, Delegado Diocesano para la Junta: “Las procesiones tienen la importante labor de re-cordar su fe a la gente que no va al Triduo y que se marcharía de vacaciones durante la Semana Santa”.

“Las solemnes cele-braciones litúrgicas y la expresividad y la belleza de las imágenes de los pa-sos procesionales -explica Segura- son en sí mismas una inigualable lección. Son un encuentro con Jesús crucificado que sale en esos días en busca de todos, creyentes y no cre-yentes, bautizados que viven activamente su fe y quienes abandonaron la misma fe. De cada uno depende dejarse encon-trar, y quizás que para muchos la contemplación de nuestras imágenes sea el camino para retornar hacia la fe”.

El corazón de los cofrades

Durante las procesio-nes de Semana Santa cada cofradía recrea y ensalza

un aspecto de la grandeza de la Pasión de Cristo, y todas a coro reconstruyen a modo de evangelio grá-fico aquellos misterios de Pascua como si sucedie-ra hoy en nuestras calles. Basta recordar la intensi-dad de oración vivida du-rante el Via Crucis de la JMJ de Madrid con algu-nos de los más hermosos pasos españoles.

Pero para que esto sea una realidad, es necesario cuidar la vivencia de cada cofrade. Pascual Segu-ra advierte que “sin vida interna religiosa, sin vida espiritual, sin vida parro-quial, sin formación cris-tiana, las cofradías se con-vierten en asociaciones muy ricas por fuera pero vacías por dentro”. Por ello, toda cofradía cuenta con unos estatutos apro-bados por el Obispo y está vinculada con la parro-quia. El sacerdote, como consiliario de la entidad, tiene una función impor-tante para velar que esté dentro de la vida parro-quial y diocesana, y que se propicie durante todo el año una vida creyente y fraterna entres sus co-frades. Solo así la organi-zación de las procesiones será expresión pública de su ser y de su hacer.

Reportaje

G. FARRÉ.

Estandarte. En Andalucía se le llama la cruz guía porque abre

el paso de la cofradía representándola.

El capirote. Viene del siglo XVI y

servía para preservar el anonimato del penitente,

es decir, del que salía a procesionar como

remisión o reparación de un pecado.

Escapulario. Junto con el estandarte,

la vesta y los colores, identifica la cofradía

llevando en sí el emblema correspondiente.

Hoja Parroquial // 5

Semana Santa en las periferiasCofradías y hermandades al servicio de la evangelización

Procesión Diocesana en La Vilavella

Este domingo, a las seis de la tarde, comenzará en la iglesia parroquial de La Vilavella la Procesión Diocesa-na. Se trata del acto más multitudinario que organiza anualmente la Junta de Cofradías y Hermandades, que va llevando a las diversas poblaciones de Segorbe-Cas-tellón un acontecimiento religioso excepcional. Esta ce-lebración es una procesión de Semana Santa adelanta-da con una característica especial: la vivencia diocesana con un sinfín de modalidades diferentes, fruto del de-venir de los pueblos y tradiciones donde cada cofradía pone algo de su propia esencia en la representación del relato sagrado de la Pasión de Cristo.

La Vilavella es la segunda vez que la acoge. Y como en la ocasión anterior, la Cofradía del Cristo de la Co-lumna trabaja con esmero en los preparativos. Desean que sea un acontecimiento interior para todos, cofrades y vecinos (ver entrevista en p.8 con la Hermana Mayor).

Se han preparado diversas imágenes para procesio-nar, pero entre todas tiene una relevancia la del Cristo. Talla del siglo XIX, fue adquirida por la familia Alba, que vela por su cuidado. Durante la guerra, una tía de la actual hermana mayor la escondió en su casa a ries-go de su vida. Durante unos bombardeos, un obús destruyó una buena parte del edificio, pero ella y la imagen salieron milagrosamente ilesos. El Cristo solo tuvo unos rasguños en el muslo derecho y la rodilla iz-quierda, que actualmente se conservan como recuerdo de aquella gracia.

Vesta. Es el hábito del penitente que lo caracteriza como miembro de una cofradía, aunque no todas lo usan. Puede ir ceñido por un cordón o una faja.

Tambor. Se dice que es la voz de la Semana Santa, en la Diócesis se introdujo hace solo treinta años tomando los de Teruel y Aragón. Antes, las procesiones de Semana Santa eran muy silenciosas. Actualmente, el tambor ayuda a marcar el paso y avisa que llega la cofradía.

6 // Hoja Parroquial

“La vocación es un don para el que es llamado, pero también para toda la comunidad diocesa-na”. Por dos veces Mons. Casimiro López Llorente insistió en que promover las vocaciones es una tarea que compete a todos por-que redunda en beneficio de todos. Lo escuchaban la veintena de seminaris-tas de la Diócesis y nu-merosos fieles que par-ticiparon en la misa por las vocaciones la tarde de la fiesta de San José, en la Concatedral de Santa María.

Recordando la reciente visita Ad limina, el Obis-po explicaba que entre los cuatro puntos que el papa Francisco recomendó a los prelados españoles, uno era precisamente el cuidado de las vocaciones al sacerdocio: “Un aspecto que un obispo debe poner en su corazón como ab-solutamente prioritario”.

En esta línea, Mons. Ló-pez Llorente tomaba de San José, patrono de los Seminarios, dos virtudes. En primer lugar la acogi-da de la vocación, porque es “lo mejor que podemos hacer para llegar a la vida en plenitud”. En segundo lugar, el cuidado de la for-mación de los candidatos, y esto desde la cercanía: “Hemos de estar con una atención personalizada a las necesidades de cada uno”.

Como ambiente en el que se acompañan los primeros pasos de una vocación, el Obispo tam-bién se dirigió a las fami-lias para que sean “lugares donde se viva el amor y la acogida de la vida y la fe; alló brotarán las vocacio-nes que necesitamos”. En referencia al día del pa-dre, Mons. López Lloren-te también tuvo palabras para ellos: “Vuestros hijos necesitan de vosotros, no solo de las madres: estad cercanos de ellos”.

El Obispo recuerda que una vocación es un don para todos

La vigilia de San José se inauguró la sección de la Adoración Nocturna Mas-culina y Femenina en la parroquia de Santa María Magdalena de Moncofa. Se recupera así un ejercicio eucarístico que estuvo en la población hasta los años treinta, y que en la actua-lidad incluirá a hombres y mujeres en la misma vigi-lia, formando un equipo de veinticinco personas. Desde la fiesta de Cristo Rey del año pasado ya ha-bían comenzado vigilias mensuales como fruto del

Año de la Fe, y ahora se han formalizado con una

ceremonia presidida por el Obispo, mons. Casimiro

López Llorente.El párroco, Jesús Vilar,

explica que fundar la Ado-ración Nocturna “ayudará a descubrir la importancia de la adoración de la Eucaris-tía, y a mantener un grupo de hombres y mujeres que una vez al mes aseguren la oración en el pueblo”.

Las vigilias serán el cuar-to sábado de mes. En la jor-nada inaugural, esta vigilia de San José, los actos co-menzarán a las 21h30 con la procesión de banderas, seguida por la celebración de la misa, la procesión eu-carística y la vela hasta en-trada la madrugada.

REDACCIÓN. caStellóN.

REDACCIÓN. moNcoFa.

Moncofa recupera la Adoración Nocturna

Adoradores de Moncofa con el párroco y presidentes de ANE y ANMFE

El Obispo con los seminaristas de la Diócesis y sus formadores

Misa en la Concatedral por el Seminario

Vida Diocesana

Domingo de Ramos, 13 de abril de 2014, a las seis de la tarde. II Año Mariano del Lledó.

Organizadas por la Basílica de Ntra Sra del Lledó y la Renovación Carismática Católica de Segorbe-Castellón.

- Exposición del Santísimo Sacramento.- Oficio de Vísperas del Domingo de Ramos.- Instrucción impartida por el Prior de la Basílica.- Oración de Alabanza e Intercesión.- Reserva y Bendición.

¡Ven a descansarte con el Señor¡

Vísperas de la Renovación Carismática en la Basílica del Lledó

Hoja Parroquial // 7

Cuando los padres se en-frentan a la época de pre-inscripción en los centros educativos para sus hijos, la opción de un determinado modelo pedagógico es una decisión importante. La Diócesis ofrece la alternati-va de una formación inte-gral, abierta, de calidad y en valores gracias a los cuatro

colegios diocesanos: El Se-minario y la Milagrosa en Segorbe. El Bisbe Pont en Vila-real, y el Mater Dei en Castellón.

El modelo educativo de estos centros está basado en el humanismo cristiano y promueve el estímulo y desarrollo de las aptitudes personales de cada alumno para que, con criterio pro-pio, pueda hacer frente a las

diversas circunstancias de su vida. La transmisión de conocimientos, el desarrollo de criterios personales, el uso responsable de la libertad y los hábitos de convivencia son objetivos y medios de la educación que se ofrece en los colegios diocesanos.

En el proceso educativo están presentes los valores fa-miliares desde una compren-sión cristiana y, por tanto, se

ayuda a los alumnos a co-rresponder con hechos, con sinceridad, a la confianza y donación de sus padres. En la misma línea, se reconoce el papel primordial a los padres como primeros educadores de su hijos, favoreciendo la colaboración con los tutores y docentes, así como ofre-ciendo recursos de apoyo y formación de las familias en sus diversas necesidades.

La Milagrosa en Segorbe

Bisbe Pont en Vila-real

El Seminario en Segorbe

Colegio Seminario Mater Dei, en Castellón

REDACCIÓN.

Los Colegios Diocesanos ofrecen una alternativa educativa de calidad y valores

Vida Diocesana

Amparo Alba, hermana mayor de la Cofradía del Santo Cristo de la Columna

dep. legal: cS 97-1960Suplemento del b.o. del obispado

edita: Obispado de Segorbe-Castellón director: Juan Manuel Gil coordinador: Josep Miquel Francés redacción: Guillem Farré.Oficina de Prensa: teléfono 964 222 819 / Fax: 964 722 018 / mcssegorbecastellon@planalfa.es / hpsegorbecastellon@hotmail.com / www.obsegorbecastellon.es

impresión y reparto: Gràfiques Color Imprés, s.l.u. Pol. ind. Fadrell, nave 75. 12005 castellón / teléfono 964 255 100

hojaparroquial

“Que nuestros vecinos vean que hay amor a la Semana Santa”

La Cofradía del Santo Cristo de la Columna de La Vilavella cumple veinticinco años. Se creó a partir de la devoción de dos familias, a las que rápi-damente se sumaron mu-chos vecinos. Actualmente son 140 cofrades para la única entidad de este tipo en la población. En la fun-dación está Amparo Alba (Valencia, 1939), que reci-bió de sus padres el cuida-do de la imagen y, sobre-todo, una profunda fe que ahora quiere seguir trans-mitiendo aprovechando la Procesión Diocesana de este domingo.

¿Cómo nació la cofradía?Hasta 1989 no había cofra-día, aunque sí una custodia particular por el Cristo y la organización de su fiesta. Cuando en el 88 le tocó a mi familia preparar los fes-tejos, nos entró la inquie-tud por crear la entidad y, con la ayuda de la Junta Diocesana, rápidamente nos pudimos constituir en cofradía.

¿Qué era esa inquietud?

Nos habíamos vestido para llevar la cruz y los faroles, y quizás eso nos impulsó. Pero la verdad es que viene de la devoción que siempre le hemos tenido: un fami-liar trajo la imagen, una tía lo guardó durante la guerra, y siempre nos hemos incli-nado a tenerle gran estima cuidando su altar en Sema-

na Santa.

¿Cómo describiría la de-voción al Cristo?La sencillez que tiene. Todas las imágenes tienen aureola, pero en esta solo está Él, y lo tienes que mirar. En las procesiones ni siquiera le ponemos flores a la peana, porque lo que le viste es la

devoción.

¿Qué es vivir como cofra-de durante todo el año?Es vivir la amistad y ayudar-nos. Hay personas que estu-vieron de pequeños, y aun-que ahora ya no participen llevan la cofradía dentro, lo sienten. Por eso ser cofrade también es responder a una misión de testimonio que es lenta pero que hace su fae-na. Hay gente que no son de frecuentar la Iglesia, pero tienen un sentimiento que hace que no fallen a nada de la Semana Santa. Algo les llega y así hay quien ha vuelto a la parroquia.

¿Qué quieren transmitir a las cofradías que vengan y a la gente de la Vilavella con la Procesión Diocesa-na?A las otras cofradías el com-pañerismo. Pero sobretodo al pueblo. Que nuestros ve-cinos vean que hay una in-quietud y amor a la Semana Santa, que es todo el año, aunque la vivimos más esos días. También es mostrar que somos un grupo grande de gente de todos los luga-res con la misma inquietud, con el mismo carisma.

G. F. la VilaVella.

Material disponible en http://www.obsegorbecastellon.es/