Hombre Maquina

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«NOUS SOMMES TELLEMENT MACHINES…». LA MÁQUINA EN EL IMAGINARIO LIBERTINO «Nous sommes tellement machines…». The Engine in the Libertine Imaginary Juan JIMÉNEZ SALCEDO Université François Rabelais de Tours RESUMEN: El autor intenta definir el concepto de «máquina» en la novela fran- cesa del siglo XVIII mediante su relación con los personajes, con el argumento y con los espacios privados. Para poder establecer una tipología de las máquinas se esta- blece una diferencia entre «máquinas galantes» y «máquinas góticas», dándose diver- sos ejemplos de ambas. La máquina es para el autor no sólo un mero objeto inserto en la novela, sino una estrategia narrativa que define las relaciones entre los distin- tos elementos de la obra. Palabras clave: máquina, libertino, gótico, galante. ABSTRACT: The author tries to define the concept of «engine» in eighteenth- century French novel by means of its relationship with characters, plot and private spaces. In order to establish a classification, a difference is made between «gallant engines» and «gothic engines». Some examples of both sorts of engines are given. The engine is for the author not only a mere object in the novel, but a narrative strategy which defines the relationships between the different elements of that novel. Key words: engine, libertine, gothic. © Ediciones Universidad de Salamanca Cuad. diecioch., 3, 2002, pp. 133-147 ISSN: 1576-7914

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  • NOUS SOMMES TELLEMENT MACHINES. LA MQUINA EN EL IMAGINARIO LIBERTINO

    Nous sommes tellement machines. The Engine in the Libertine Imaginary

    Juan JIMNEZ SALCEDOUniversit Franois Rabelais de Tours

    RESUMEN: El autor intenta definir el concepto de mquina en la novela fran-cesa del siglo XVIII mediante su relacin con los personajes, con el argumento y conlos espacios privados. Para poder establecer una tipologa de las mquinas se esta-blece una diferencia entre mquinas galantes y mquinas gticas, dndose diver-sos ejemplos de ambas. La mquina es para el autor no slo un mero objeto insertoen la novela, sino una estrategia narrativa que define las relaciones entre los distin-tos elementos de la obra.

    Palabras clave: mquina, libertino, gtico, galante.

    ABSTRACT: The author tries to define the concept of engine in eighteenth-century French novel by means of its relationship with characters, plot and privatespaces. In order to establish a classification, a difference is made between gallantengines and gothic engines. Some examples of both sorts of engines are given.The engine is for the author not only a mere object in the novel, but a narrativestrategy which defines the relationships between the different elements of thatnovel.

    Key words: engine, libertine, gothic.

    Ediciones Universidad de Salamanca Cuad. diecioch., 3, 2002, pp. 133-147

    ISSN: 1576-7914

  • No cabe duda de que el siglo XVIII es un siglo de mquinas1, por lo menosen lo que se refiere al campo de la literatura francesa. La visin de la mquina esdistinta de la del XIX en tanto que no se la considera exclusivamente como unelemento ms de la cadena de produccin, ni siquiera se apela a su valor pro-ductivo, si bien es cierto que las proezas tcnicas de la poca, como los ingeniosmecnicos de Vaucanson, esconden, tras los plcemes y parabienes de los arist-cratas de los salones, una utilidad traducible en trminos econmicos. De ah ladiferencia establecida por Michel Carrouages2 entre mquinas solteras y mqui-nas obreras, siendo las primeras las improductivas y las segundas las que se ade-cuan al ideal de produccin burguesa. Las definiciones de Carrouages se refierena un imaginario literario comprendido entre finales del siglo XIX y principios delXX, si bien, como afirma Michel Delon3, stas resultan pertinentes si se aplican ala novela negra que se desarrolla a finales del XVIII.

    La mquina forma parte del acervo cultural del hombre del XVIII. La exten-sin semntica del trmino se ha visto reducida en nuestros das, por lo menosen lo que a nivel de uso se refiere, frente a la multiplicidad de campos quecubra en otros tiempos4, lo que no quiere decir que el abanico de significadosque conlleva la mquina no siga hoy vigente, por lo menos a nivel normativo. Elvocablo5 entr en castellano a travs del latn machina, andamio, artificio,maquinacin, tomado a su vez del griego drico macana (en griego ticomhcanh), invencin ingeniosa, mquina (de teatro, de guerra, etc.) y tambinmaquinacin, astucia. Est documentado por primera vez en la edicin de 1591 delVocabulario de las dos lenguas toscana y castellana de Cristbal de las Casas, edi-cin publicada en Venecia que reproduce con pocos cambios la edicin prncipe de1570. En dicha edicin, el trmino est ausente de la parte castellano-italiana, peros aparece en la parte italo-espaola, definido como mquina o ingenio. El vocablo

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    1. Este artculo nace como ampliacin y reconsideracin de una serie de supuestos que fueronexpuestos de forma muy somera en un artculo anterior: JIMNEZ SALCEDO, Juan. La mcanique du plai-sir: les espaces privs et les machines dans quelques romans du XVIIIe sicle. Actas del Congreso Inter-nacional de Estudios franceses La Rioja encrucijada de caminos, XI Coloquio de la APFFUE; Logroo,7-10 mayo de 2002, prxima publicacin.

    2. CARROUAGES, Michel. Les Machines clibataires. Paris: Arcanes, 1984; reeditado en Le Chne,1976.

    3. DELON, Michel. Machines gothiques. Europe, 1984, 659, pp. 72-79.4. Basta con echar un vistazo al artculo machine de la Enciclopdie. Sobre el trmino mquina

    como concepto literario, principalmente teatral vid. FRANTZ, Pierre. Tragedia y dinmica en el sigloXVIII. En DIEGO, Rosa de y VZQUEZ, Lydia (eds.). La Mquina escnica: drama, espacio y tecnologa.Bilbao: Servicio de Publicaciones de la Universidad del Pas Vasco Euskal Herriko UnibertsitatekoArgitalpen Zerbitzua, 2000, pp. 69-77. Sobre la mquina como concepto filosfico, principalmente enDescartes y La Mettrie vid. THOMSON, Ann. Lhomme machine: mythe ou mtaphore? Dix-huitime si-cle, 1988, 20, pp. 367-376.

    5. Para un estudio etimolgico del trmino mquina vid. COROMINAS, Joan. Diccionario crtico-etimolgico de la lengua espaola, tomo III. Berna: Editorial Francke, 1954, p. 253.

  • se encuentra tambin en el Tesoro de Covarrubias6 y en otros diccionarios de lapoca clsica. Lo emplea igualmente Ambrosio de Morales en 1575 y otros auto-res de principios del siglo XVII, siendo frecuente en el Quijote. Corominas apuntaque es posible que se empleara antes del XVI, aunque expresa sus dudas teniendoen cuenta que est ausente de las obras de Nebrija7, de Alonso Fernndez dePalencia8 y de muchos glosarios de autores medievales. Para Corominas, de haberentrado realmente en el siglo XVI, sera probable que se hubiese tomado del ita-liano, donde ya era de uso muy extendido a principios de aquel siglo.

    En lo que respecta a la lengua francesa9, el trmino machine conoce un reco-rrido etimolgico similar, aunque algo distinto del de mquina. Su entrada en lalengua se produce antes, hacia 1377, con la misma procedencia grecolatina.Machine aparece en francs en el sintagma machine corporelle, con el valor ana-lgico de conjunto de elementos que tienen la complejidad de una mquina. Eltrmino toma finalmente su sentido tcnico y corriente en el siglo XVI (la primeradocumentacin como tal data de 1559). Su campo semntico se enriquece duranteel XVII: su valor inicial se prolonga designando, tras Descartes, la combinacin delos rganos del cuerpo humano animado (de donde viene la clebre teora de losanimales mquina, propuesta por Descartes y desarrollada en el XVIII por La Met-trie10). Pascal utilizar posteriormente el vocablo en trminos abstractos: lamachine es lo que en el ser humano procede del automatismo y no de la refle-xin. Su sentido tcnico concreto da lugar a empleos metafricos en los sintagmasespecializados machine de guerre (documentado por primera vez en 1671) omachine hydraulique (en 1690), y a su uso en el vocabulario teatral (en 1664)donde las mquinas pueden producir la ilusin, o incluso un dios (deus exmachina). Tambin en el teatro machine adopta el sentido figurado de lo quehace progresar la accin y pasa a ser de uso corriente cuando se refiere al con-junto de medios combinados para dar una cierta direccin a los asuntos

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    6. Aparece definido como Fbrica grande e ingeniosa, del nombre latino machina. Mquinablica, es la que haze el ingeniero para daar a los contrarios, vide Vitruvium, lib. 10, cap. 19. Maqui-nar alguna cosa significa fabricar uno en su entendimiento traas para hazer mal a otro (COVARRUBIAS,Sebastin de. Tesoro de la lengua castellana o espaola, segn la impresin de 1611, con las adicionesde Benito Remigio Noydens publicadas en la de 1674, edicin preparada por Martn de Riquer, terceraedicin. Barcelona: Editorial Alta Fulla, 1993).

    7. NEBRIJA, Antonio de. Lexicon ex sermone Latino in Hispaniensem. Salamanca, 1492.8. FERNNDEZ DE PALENCIA, Alonso. Universal Vocabulario en latn y en romance. Sevilla, 1490.9. Para un estudio etimolgico del trmino machine vid. REY, Alain, et al. Dictionnaire histori-

    que de la langue franaise, t. II. Pars: Dictionnaires Le Robert, 1992, p. 1.160.10. La filosofa materialista de la poca se apropia del trmino. Como afirma Ann Thomson

    (THOMSON. Op. cit., p. 371), La Mettrie en sus obras Histoire naturelle de lme y Lhomme machineutiliza la comparacin a la machine como una imagen, segn la cual se puede estudiar al hombre comosi fuera una mquina, es decir, mediante la materia en movimiento y, por lo tanto, mediante leyes mec-nicas. La comparacin a la mquina es por tanto metonmica; se trata de un recurso discursivo y no deun principio de explicacin.

  • (documentado por primera vez con este sentido en 1656). Este ltimo significadoy el de machine como artificio envejeci y termin desapareciendo, sobrevi-viendo sin embargo en los derivados machiner y machination. En el siglo XVIIIaparecen los sintagmas machine infernale (en 1704) en el contexto de las batallasnavales11 y machine feu (en 1770), que introduce lo que en el siglo XIX pasara llamarse machine vapeur, traduccin del trmino ingls stream engine. Nume-rosos empleos nuevos aparecen evidentemente en el siglo XIX, coincidiendo conel desarrollo de la industria y el maquinismo.

    Los diccionarios normativos, tanto en castellano como en francs, reflejan enla actualidad una multiplicidad semntica que es sin duda heredera de la concep-tualizacin clsica del trmino en ambas lenguas. El diccionario de la Real Acade-mia12 lo define, en su primera y segunda acepcin respectivamente, como artificiopara aprovechar, dirigir o regular la accin de una fuerza y como agregado dediversas partes ordenadas entre s y dirigidas a la formacin de un todo, defini-ciones que reflejan su naturaleza de artificio y de compuesto; la tercera y cuartaacepcin muestran el carcter maravilloso del trmino: Traza, proyecto de puraimaginacin e Intervencin de lo maravilloso o sobrenatural en cualquier fbulapotica. Los diccionarios de uso tambin dan fe de la naturaleza compuesta dela mquina y de su relevancia literaria, principalmente en el campo teatral. Aspodemos leer definiciones como stas en el Mara Moliner13: conjunto de piezascon movimientos combinados con el que se aprovecha una fuerza para producirun trabajo (primera acepcin), cualquier conjunto de cosas organizadas comopartes de un todo (cuarta acepcin), proyecto de creacin imaginativa (quintaacepcin), intervencin de lo maravilloso o sobrenatural en las obras de imagi-nacin (sptima acepcin).

    En el campo de la lengua francesa, el muestreo realizado sobre tres diccio-narios de pocas distintas la ltima edicin del Robert, el diccionario de Fure-tire (del siglo XVII) y el de Littr (del XIX) arroja una evolucin hacia elcontenido tcnico del trmino, contenido ste que se encuentra ya sin embargoen el Littr14. Por un lado, el Robert introduce para la definicin de machine,

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    11. El sintagma evolucionar para designar en el XIX cualquier ingenio explosivo utilizado en unatentado.

    12. REAL ACADEMIA ESPAOLA. Diccionario de la Lengua espaola, decimoctava edicin. Madrid:Espasa-Calpe, 1956, p. 845.

    13. MOLINER, Mara. Diccionario de uso del espaol, t. II, primera edicin, 19 reimp. Madrid: Gre-dos, 1994, p. 344.

    14. Valgan slo algunos ejemplos de acepciones del vocablo machine: En el Robert leemos las siguientes: Procd ingnieux (primera acepcin) y objet fabriqu,

    gnralement complexe destin transformer lnergie et utiliser cette transformation. Au sens large,tout systme o existe une correspondance spcifique entre une nergie ou une information dentre etcelle de sortie (segunda acepcin) (REY, Alain, et al. Le Grand Robert de la langue franaise: Diction-naire alphabtique et analogique de la langue franaise. Paris: Dictionnaires Le Robert, 2001, p. 994).

  • aunque no explcitamente, los conceptos de input y output, lo que encuadra eltrmino en el campo matemtico o, ms concretamente, informtico. En cuanto alLittr y al Furetire, existen dos tnicas dominantes: la machine es definida comomedio que canaliza una energa determinada y la convierte en otro tipo de ener-ga mayor (como por ejemplo la fuerza del hombre que se transforma en fuerzaproductiva), lo que hace de la mquina un medio para utilizar o controlar a lanaturaleza. Dicho medio se compone de mltiples elementos que realizan unadeterminada labor en conjunto. El otro eje de definicin es el que se refiere a lamquina como artificio, como medio de15 engaar a aqul que se encuentrafrente a una determinada obra, sobre todo teatral.

    Tras esta introduccin sobre la mquina como palabra y como objeto, nosvemos obligados a sealar de qu mquina vamos a tratar, dentro ahora del ima-ginario literario. Utilizaremos la definicin propuesta por Henri Lafon16 (sta a suvez tomada del diccionario Grand Larousse): medios mecnicos capaces de pro-ducir ciertos efectos o de facilitar ciertas operaciones17. Esta definicin, de apa-riencia vaga y ambigua, nos parece, sin embargo, la nica capaz de dar cuenta deltipo de objeto mquina que queremos estudiar en este artculo. Nos referimos alobjeto mquina que forma parte de nuestro universo cultural. No piense el lector

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    En el Littr: Instrument propre communiquer du mouvement, ou saisir et prendre, ou mettre en jeu quelque agent naturel, comme le feu, lair, leau, etc. (primera acepcin), Tout assem-blage de ressorts qui produisent des effets dtermins, sans transmettre une force en dehors (und-cima acepcin), La partie de lhomme par laquelle il est machine(decimotercera acepcin),Potiquement. La machine de lunivers, la machine ronde, lunivers ou seulement la terre (decimo-cuarta acepcin), Dans les thtres, moyens mcaniques employs pour oprer des changements dedcoration, et excuter dautres oprations telles que le vol des gnies, le mouvement des diffrentssimulacres, etc (decimosexta acepcin) (LITTR, Paul-mile. Dictionnaire de la langue franaise, t. IV.Chicago: Encyclopaedia Britannica, 1987, pp. 3620-3621).

    En el Furetire, el ms antiguo de los tres diccionarios sondeados: Engin, assemblage de plu-sieurs pieces fait par lart de Mechaniques, qui sert augmenter la vertu des forces mouvantes. Ondonne le nom de machine en gnral tout ce qui na de mouvement que par lartifice des hommes,comme les scenes & les Theatres mobiles, les chars, les nes, les vaisseaux, & aussi ce qui sert auxhommes pour faire des choses qui sont au dessus de leurs forces, comme les vols, les descentes &c.Les Anciens avoient une infinit de machines de guerre [] Se dit aussi des choses pesantes & diffici-les remuer. [] Se dit figurment en choses morales, des adresses, des artifices dont on use pouravancer le succs dune affaire En cuanto a machines, en plural, Furetire indica lo siguiente: engnral, se dit des automates & de toutes les choses qui se mouvent delles-mmes par art [] Quel-ques Philosophes modernes ont soustenu que les animaux nestoient que des machines. On met aussiau rang des machines, tout ce qui augmente les forces humaines. (FURETIRE, Antoine. DictionnaireUniversel, Contenant generalement tous les Mots Franois tant vieux que modernes, & les Termes de tou-tes les Sciences et des Arts: Divis en trois tomes, tome second. La Haye-Rotterdam, 1690)

    15. Una vez ms la mquina como canalizador de algo.16. LAFON, Henri. Machines plaisir dans le roman franais du XVIIIe sicle. Revue des Sciences

    humaines, t. LVIII, n 186-187 (La machine dans limaginaire), 1982, pp. 111-121.17. Moyens mcaniques capables de produire certains effets ou de faciliter certaines oprations.

    Grand Larousse de la Langue franaise; citado en LAFON. Op. cit., p. 111.

  • que estamos cayendo en el anacronismo al intentar definir la mquina en el ima-ginario novelesco del XVIII francs mediante conceptos propios de una pocaanterior, puesto que lo que queremos demostrar, en definitiva, es que nuestra ideaactual de mquina engloba la multiplicidad conceptual de la mquina diecio-chesca y que existe un continuum iconogrfico de la mquina desde principal-mente finales del XVIII hasta nuestros das.

    Centrmonos en la machine del XVIII. Pretendemos en este artculo buscar larelacin entre la mquina, el placer y el espacio privado dentro del imaginarionovelesco de un perodo determinado. En cuanto al establecimiento del corpuscoincidimos plenamente con el propuesto por Lafon18, al que realizamos dos incor-poraciones suplementarias que nos parecen de gran relevancia: la de la novela de

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    18. Ibd., p. 121. El corpus propuesto es el siguiente (ordenado por orden cronolgico) Hemoscambiado algunas de las ediciones propuestas por Lafon por otras que nos parecan ms adecuadas (y,como se indica ms arriba, hemos aadido dos obras ms, una de Dorat y otra de Sade). Adems, enel caso del Faublas de Louvet, hemos decidido ampliar al corpus a las tres partes de los Amours duchevalier de Faublas, en lugar de limitarlo slo a la primera (Une anne de la vie de Faublas), por loque hemos optado por la edicin conjunta de los tres libros realizada en 1996 por Michel Delon.

    PRVOST, bate Jean-Franois. Mmoires et aventures dun homme de qualit qui sest retir dumonde (1728-1731). Oeuvres de Prvost. Grenoble, 1978.

    MOUHY, Charles de Fieux, caballero de, La Mouche ou les Aventures de M. Bigand (1736), edi-cin de 1777.

    JOURDAN, Jean-Baptiste. Le Guerrier Philosophe (1744). BIBBIENA, Jean Galli de. La Poupe (1747). GUIART DE SERVIGN, Jean-Baptiste. Les Sonnettes ou mmoires du marquis de D (1749). Tchou, 1967. VOLTAIRE, Franois-Marie Arouet de, Candide ou lOptimisme (1759). En BNAC, H. (ed.). Romans

    et Contes. Paris, 1953. JONVAL. Les Erreurs Instructives ou Mmoires du Comte de (1765). Londres-Pars. RTIF DE LA BRETONNE, Nicolas-Edm. Le Pied de Fanchette ou le Soulier couleur de rose (1769),

    reedicin de Editions dAujourdhui, 1976. NERCIAT, Andr-Robert Andra de. Flicia ou mes fredaines (1775). Librairie Gnrale Franaise, 1977. DENON, Barn Dominique Vivant. Point de lendemain (1779) seguido de BASTIDE, Jean-Franois.

    La Petite Maison (1758). En DELON, Michel (eds.). Paris: Gallimard, 1995. RTIF DE LA BRETONNE, La Dcouverte australe par un homme volant ou le Ddale franais (1781).

    ditions France-Adel, 1977. MIRABEAU, Conde de. Le Rideau lev ou lducation de Laure (1783). Paris: Cercle du Livre Pr-

    cieux, 1972. RTIF DE LA BRETONNE, La Paysanne pervertie ou les Dangers de la Ville (1784). Paris: Garnier-

    Flammarion, 1972. LOUVET DE COUVRAY, Jean-Baptiste, Les Amours du chevalier de Faublas (la novela comprende

    tres partes publicadas separadamente y reeditadas juntas despus bajo el ttulo con el que la conoce-mos en la actualidad: Une Anne de la vie du chevalier de Faublas, 1787; Six semaines de la vie du che-valier de Faublas, 1788; La Fin des amours du chevalier de Faublas. En DELON, Michel (ed.). 1790. Paris:Gallimard, 1996.

    SADE, Donatien-Alphonse-Franois, marqus de. La Nouvelle Justine ou les malheurs de la vertusuivie de lhistoire de Juliette sa soeur ou les prosprits du vice (1797). En DELON, Michel y DEPRUN, Jean(eds.). Oeuvres compltes. Paris: La Plaiade, 1990.

  • Claude-Joseph Dorat Les Sacrifices de lamour19 y Les 120 journes de Sodome delmarqus de Sade20, lo que nos situara cronolgicamente en un perodo que va de1730 a 1790.

    Este corpus es adecuado en un primer nivel de anlisis debido a su carctersubgenricamente heterclito. En l encontramos distintos tipos de novela, desdela novela filosfica hasta la pornogrfica, pasando por la libertina y, como no, elsiempre inclasificable Sade. Tomando pues este corpus, Lafon realiza una clasifi-cacin del tipo de mquinas que aparecen en dichas novelas, reducindolas a doscategoras: las mquinas eufricas y las mquinas de pesadilla21. Las primerasimplicaran una interpretacin positiva del objeto mquina, gnesis de lamquina obrera de Carrouages en tanto que medio para obtener algo bueno oproductivo. Es la mquina del merveillement22, del asombro ante los progre-sos de la tcnica, de la confianza en la ciencia y en el futuro. Se trata en definitivade la mquina de la burguesa.

    La segunda es la mquina negativa. La que es improductiva al ser utilizadapor los libertinos de Denon o de Bastide para seducir a sus vctimas. La relacinentre libertinaje e improductividad es de sobra conocida: la seduccin libertinasiempre implica el vaco, la nada. Como apunta Lydia Vzquez, la seduccin noes nada, no posee nada, salvo su capacidad de anular el poder de produccin; estapotencia inmaterial (es el no-poder, la no-realidad, la no-existencia) no ha sidoms que una sombra a lo largo de la historia, pero aparece [] como un fuego deartificio, en el seno de la aristocracia francesa del siglo XVIII []. La aristocraciafrancesa tiene todava el poder en sus manos, pero no el dinero. Tiene los dascontados. De esta situacin de anacronismo socioeconmico, de la toma de con-ciencia de esta situacin por la clase de los privilegiados nacera en menteslibertinas la voluntad de acabar con ello lo antes posible, acelerando la cada de su

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    LESUIRE, Robert-Martin. Le secret dtre heureux, ou Mmoires dun philosophe qui cherche lebonheur (1797).

    RTIF DE LA BRETONNE. Lanti-justine ou les dlices de lamour (1798). Paris: Lor du temps, 1969. RVRONI SAINT-CYR, Barn Jacques-Antoine de. Pauliska ou la perversit moderne, mmoires

    rcents dune Polonaise (1798). Paris: Rgine Dforges, 1976.19. DORAT, Claude-Joseph. Les Sacrifices de lamour ou lettres de la Vicomtesse de Snanges et du

    chevalier de Versenay. Amsterdam-Pars, 1772.20. SADE, D. A. F. Les 120 journes de Sodome. Oeuvres compltes, op. cit.21. Lafon reduce su anlisis de las mquinas novelescas dndoles a todas una dimensin de ver-

    ticalidad en el espacio: las mquinas eufricas son las que convierten en posible el sueo del hombrede poder volar, son por lo tanto las que elevan hasta el cielo y liberan; las mquinas de pesadilla, porel contrario, reflejan una verticalidad negativa, ya que llevan a los personajes a un mundo subterrneode muerte y tortura. La segunda categora se circunscribe para Lafon a la novela libertina y pornogr-fica exclusivamente, mientras que la primera se puede extender al resto de subgneros novelescos.

    22. Caracterstica sta que es inherente a la presencia de las mquinas en las novelas del XVIII,sea el tipo de mquina que sea. Segn Lafon, las mquinas dieciochescas conservan el carcter tau-matrgico de estar en parte construidas para provocar el asombro.

  • propia clase, a la que ya no les une nada, pero de la que no pueden escapar23. Porotro lado, este tipo de mquina es mala porque es utilizada por los otros libertinos,los de Sade o Rvroni24, para causar dolor o seducir a la fuerza a la vctima, a la presade su perversit moderne. Se trata, en definitiva, de la mquina de la aristocracia.

    Nosotros, por nuestra parte, y siempre subrayando el carcter pertinente dela distincin establecida por Lafon, preferimos realizar un segundo nivel de anli-sis y ceirnos a una temtica subgenrica centrada en la novela libertina y porno-grfica25. Dicha distincin se basa en la estrecha relacin que existe entre mquina,placer y espacio privado, resultando de la combinatoria de los tres elementos unadicotoma entre lo que podramos llamar mquina galante y mquina gtica26. Ladiferencia entre ambas mquinas reside en el hecho de que se inscriben en espa-cios privados de mbito distinto, aunque parecidos. Los libertinos que se relacio-nan con los dos tipos de mquinas que acabamos de proponer27 utilizan el espacioa su libre albedro, pero existe una diferencia: los sadianos necesitan crear un

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    23. VZQUEZ, Lydia. Elogio de la Seduccin y el Libertinaje, 1 ed. San Sebastin: R & B, coleccinSexto Sentido, 1996, p. 59.

    24. Aunque tal vez la diferencia entre los dos tipos de libertinos no sea ms que semitica, y lossignos externos de ambos no nos conduzcan ms que a un mismo significado esencial, o acaso haytanta diferencia entre la mesa volante de Trmicour en La Petite Maison de Bastide y los instrumentosde tortura de los habitantes del Castillo de Silling en Les 120 journes de Sodome de Sade? La diferen-cia radica en todo caso en la vctima: la vctima del libertino crebilloniano (o galante.) se entregacegada pero en pleno uso de su capacidad volitiva (capacidad engaada por el libertino pero capaci-dad despus de todo), mientras que la vctima del libertino sadiano (o gtico) se ve forzada fsica-mente a convertirse en objeto de placer de su torturador.

    25. No es nuestra intencin en estas pginas entrar en la ya largusima discusin sobre la defini-cin y la distincin de sendas novelas libertina y pornogrfica (sean o no distintas; sean o no lo mismo).Personalmente nos sentimos deudores del criterio utilizado por Jean Marie Goulemot (GOULEMOT, JeanMarie. Ces livres quon ne lit que dune main. Lecture et lecteurs de livres pornographiques au XVIIIe si-cle. Aix-en-Provence: Alina, 1991) segn el cual la novela pornogrfica empieza donde acaba lanovela libertina (con todo el significado sobreentendido que semejante afirmacin contiene).

    26. En nuestro artculo La mcanique du plaisir: les espaces privs et les machines dans quel-ques romans du XVIIIe sicle (JIMNEZ SALCEDO. Op. cit.) empleamos el trmino mquina libertina (enlugar de mquina galante). Una posterior reflexin ha hecho que nos demos cuenta de que este tr-mino no es en absoluto apropiado, aunque all lo empleramos a falta de otro mejor. El problema esque el libertinaje en trminos generales engloba tambin la temtica de la mquina gtica, lo que harade la distincin entre ambos tipos de mquina una antinomia (y es que hay tantos libertinajes comolibertinos hay en la literatura francesa). Otros posibles trminos tampoco nos parecen del todo apro-piados: mquina voluptuosa engloba tambin a la mquina gtica, y mquina seductora plantearaun problema parecido, como por ejemplo, la cuestin de la clasificacin de la Pauliska de Rvroni,ya que el personaje del barn de Olnitz se erige en el libertino-seductor gtico por antonomasia.

    En cuanto al trmino mquina gtica, ste ya ha sido utilizado por Michel Delon (vid. DELON,Michel. Machines gothiques, op. cit.) Daniela Gallingani, por su parte, prefiere utilizar el trminomquina inquietante; (GALLINGANI, Daniela. Mythe, Machine, Magie: Fictions littraires et hypothsesscientifiques au sicle des Lumires. Paris: Presses Universitaires de France, 2002, p. 105).

    27. Los libertinos a la Vivant Denon o a la Bastide (identificados con la mquina libertina) frentea los libertinos a la Sade o a la Rvroni (identificados con la mquina gtica).

  • espacio de aislamiento desconocido para sus vctimas, mientras que los otros rein-ventan el espacio cotidiano, adaptndolo a sus necesidades; de ah el fetichismode novelas como Les Liaisons dangereuses de Choderlos de Laclos28, donde sesubraya la importancia de elementos tales como la cerradura, la carta, la cmodao la puerta. Dichos elementos estn concebidos para aislar, para crear un espacioprivado; sin embargo, en la novela dicha utilidad se desdobla en una privacidadque necesita ser violada (la cerradura sirve para cerrar la puerta con llave, perotambin es un medio para espiar lo que pasa al otro lado). Esta tensin entre laprivacidad y su posterior (e indispensable) allanamiento constituye uno de losgrandes temas del imaginario novelesco del siglo XVIII29.

    Decamos ms arriba que la principal diferencia entre ambos tipos de mqui-nas se encontraba en la relacin entre stas y el espacio privado en que se inscri-ban. Podemos apuntar an algunas diferencias.

    Plantemonos el vnculo entre los tres elementos que constituyen las relacio-nes narrativas mquina libertina y mquina gtica30 en trminos de relacionessintcticas. Los tres elementos son el libertino31, su vctima y la mquina. El liber-tino ser pues el sujeto, la vctima el objeto y la mquina el verbo. En ambos tiposde mquinas existe, como ya apunt Lafon, una relacin de dominacin, es decirque sujeto y objeto son esencialmente iguales en las dos relaciones narrativas (o almenos bastante parecidos), y lo que cambia es el verbo. El libertino busca siemprela rendicin de su vctima, pero la rendicin supuesta por la mquina libertina esms intelectual que fsica, frente a la mquina gtica, donde la relacin se invierte.

    Si introdujramos en la relacin sintctica los complementos placer y espa-cio pivado encontraramos tambin algunas diferencias. Para empezar hay queconsiderar placer como complemento del sujeto y espacio privado como com-plemento del verbo morfolgicamente un adverbio (de lugar, por supuesto) quecomplementa circunstancialmente al ncleo verbal, diferencindose as del objeto

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    28. Que no forma parte del corpus utilizado para la redaccin de este artculo, pero que resultaparadigmtica en lo que concierne a la subordinacin del espacio al libertino. Sobre el espacio y losobjetos en Laclos vid. GOLDZINK, Jean. Le Vice en bas de soie ou le roman du libertinage. Paris: Librai-rie Jos Corti, 2001.

    29. Sobre este asunto vid. GOULEMOT, Jean Marie. Tensions et contradictions de lintime dans lapratique des Lumires. Littrales, 1995, 17, pp. 13-21.

    30. Cuando decimos relacin narrativa mquina libertina o mquina gtica empleamos a lamquina como un objeto que se proyecta sobre las relaciones entre los personajes y define los vncu-los entre stos, conviertindose as en una especie de molde narrativo que propone el tipo de perso-najes, el estilo de la composicin y su argumento. Mquina recobra pues su primigenio significado deargucia, estrategia. Nos encontramos en definitiva ante una mquina narrativa. En ese sentido segui-mos la tesis de Goldzink (GOLDZINK. Op. cit.), quien afirma que los objetos en las novelas no puedenser estudiados mediante un simple inventario, como si se tratara del mobiliario de una casa, sino en surelacin con los personajes y con la accin.

    31. Podramos, en lugar de hablar de libertino utilizar el trmino verdugo? Para los persona-jes sadianos el trmino resulta pertinente. Y para los otros? La discusin queda abierta.

  • (sustantivo) que es un elemento esencial de la accin del verbo32. Respecto alcomplemento espacio privado ya hemos expuesto las diferencias con respecto acada tipo de mquina, y en lo que concierne a placer relacionamos este conceptocon lo dicho ms arriba sobre la rendicin: el placer libertino es intelectual; elsadiano es (principal, pero no exclusivamente) fsico.

    Dejemos ahora de lado las relaciones narrativas que implica la mquina parahablar de sta fuera del imaginario novelesco.

    Los ejemplos reales de utilizacin de mquinas con fines galantes son nume-rosos. Luis XV hizo instalar en su residencia de Choisy una mesa voladora que,mediante una trampilla, descenda a las dependencias que se encontraban bajo elsaln para as permitir al servicio domstico de palacio el cambiar la vajilla y lacubertera entre plato y plato, favoreciendo as los tte--tte. Otro ejemplo simi-lar (aunque cronolgicamente anterior) es el del duque de Richelieu, que utilizabaun hueco practicado en la chimenea para acceder subrepticiamente a las depen-dencias de madame de La Popelinire, como atestigua Louvet de Couvray en LesAmours du chevalier de Faublas33.

    Recurdese que Luis XV es el monarca que introduce el concepto de espacioprivado en la Corte. La ancdota sobre la mesa voladora de Choisy as lo ilustra.Los encuentros con la marquesa de Pompadour no debieron de tener lugar dema-siadas veces ante la atenta mirada del todo Versalles (como ocurra con Luis XIV),sino en la intimidad del Trianon. Esta necesidad de intimidad no es exclusiva delrey. La segunda mitad del siglo XVIII asiste al nacimiento de una necesidad de ale-jarse del mundanal ruido. As es como aparecen las Petites maisons, las casitas,que se erigen en reductos de la voluptuosidad a las afueras de Pars y donde losaristcratas viven sus amores clandestinos. Se las sola llamar tambin folies(locuras), debido a que en ellas se consegua conjugar la suntuosidad y la reduc-cin extrema del espacio. Las Petites maisons son algo as como casitas de mue-cas donde todo est medido al detalle, donde todo es pequesimo pero siempredentro de un lujo extremo (calidad de los materiales, muebles, etc.). La habita-cin principal de la casita es el boudoir34, trmino intraducible en castellano35.

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    32. Ni qu decir tiene, y el lector me perdonar la irona (o ms bien la perogrullada), que elverbo es transitivo.

    33. Elle me donna un baiser sur le front et sen alla par la chemine.Oui, ctait par l quelle entrait chez moi: au fond de ltre, la plaque en tombant dcouvrait une

    espce de soupirail assez large pour que la marquise passt librement. Eh! que des gens qui ne saventrien naillent pas attribuer ma belle matresse cette ingnieuse invention: dans ce sicle fcond endcouvertes utiles, longtemps avant madame de B***, une chemine fut ouverte ainsi par un duc aima-ble, pour une beaut captive, dont le nom, devenu clbre, ne prira point (LOUVET DE COUVRAY. Op.cit., p. 483).

    34. Sobre el boudoir vid., DELON, Michel. Linvention du boudoir. Pars: Zulma, 1999. La biblio-grafa sobre el espacio privado dentro y fuera del imaginario novelesco es amplsima, basten slo estosejemplos sin ninguna intencin de exhaustividad: GOLDZINK, Jean. Le vice en bas de soie, ou le roman

  • El boudoir es la habitacin que se encuentra en el lugar ms recndito y recoletode la casita, donde tiene lugar el supremo acto de la seduccin y la ulterior vic-toria del libertino sobre su vctima.

    Existen numerosos ejemplos en el imaginario novelesco del XVIII de artilu-gios tipolgicamente parecidos al de Luis XV en Choisy. No slo la famosa mesavoladora de La Petite maison de Jean-Franois Bastide, de la que se sirve Trmi-cour para cenar ms ntimamente con la virtuosa Mlite, sino tambin la que apa-rece en Les Sacrifices de lamour de Claude-Joseph Dorat. En la citada novelaasistimos al topos del repas damour fin se siglo, sofisticado, que, como apuntaPierre Fauchry36, se convierte en un rito inaugural que comporta una diettica yuna orquestacin, la mayora de las veces fastuosa. En Les Sacrifices de lamour lacena saldr de debajo del suelo, sobre una mesa cubierta de flores y alumbradacon lmparas37.

    Otro ingenio galante es la cama de resortes, tal y como la describe Louvet deCouvray en Les Amours du chevalier de Faublas, ms concretamente en la primeraparte, Une Anne de la vie du chevalier de Faublas, la que se encuentra ms inmersaen la galantera libertina. La cama se encuentra en el boudoir que la marquesa deB***, la amante madura del caballero, alquila a su modista. La descripcin del bou-doir est impregnada de todos los lugares comunes del libertinaje crebilloniano38.Hay que decir que la cama de resortes no es en absoluto una creacin de Louvet,sino que al contrario pertenece a la panoplia de objetos libertinos de la poca,

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    du libertinage. Op. cit.; HELLMAN, Mimi. Furniture, sociability and the work of leisure in Eighteenth-Cen-tury France. Eighteenth-Century Studies, 1999, n 32-4, pp. 415-445; COULET, Henri. Lespace et letemps du libertinage dans Les liaisons dangereuses. En Laclos et le libertinage 1782-1982: Actes ducolloque du bicentenaire des Liaisons dangereuses. Paris: PUF, 1983, pp. 177-189; VZQUEZ. La vista. Elo-gio de la seduccin y el libertinaje. Op. cit., pp. 117-134; LAFON, Henri. Espaces romanesques du XVIIIe

    sicle, de Madame de Villedieu Nodier. Paris: PUF, 1997. Sobre los lugares y los objetos en la novelalibertina resulta tambin de obligada consulta el monogrfico de la Revue dtudes franaises de la Uni-versidad de Montreal Faire catleya au XVIIIe sicle: Lieux et objets du roman libertin (nmero dirigidopor Benot Melanon). Revue dtudes franaises, 1996, 32-2.

    35. Aunque se haya traducido por tocador. As la Philosophie dans le boudoir de Sade se conoceen castellano por La Filosofa en el tocador, traduccin que en nuestra modesta opinin no nos parecedel todo adecuada (Delon tambin expresa sus dudas sobre esta traduccin y sobre otras parecidas endiversas lenguas en Linvention du boudoir, op. cit.)

    36. FAUCHRY, Pierre. La Destine fminine dans le roman europen du dix-huitime sicle 1713-1807: essai de gyncomythie romanesque. Paris: H. Colin, 1972, p. 465).

    37. de dessous le parquet, sur une table couverte de fleurs et claire par des farandoles(DORAT. Op. cit., t. I, p. 105).

    38. Jouvris, jentrai; le lieu me parut digne du dieu quon y adorait. Un petit nombre de bougiesny rpandait quun jour doux; je vis des peintures charmantes; je vis des meubles aussi lgants quecommodes; je remarquai surtout, dans le fond dune alcve dore, tapisse de glaces, un lit ressorts,dont les draps de satin noir devaient relever merveilleusement lclat dune peau fine et blanche (LOU-VET DE COUVRAY. Op. cit., p. 163).

  • como podemos observar en Les Erreurs instructives de Jonval39. El boudoir tambinpuede convertirse en sala de mquinas, como hace la Ursule de Rtif de la Bre-tonne en La Paysanne pervertie. Se trata de un boudoir cuyos cuadros son mvilesy cambian a voluntad de su propietaria segn la pertinencia de la etapa amorosa.El personaje de Ursule constituye un ejemplo de mujer galante que hace uso de lasmquinas, como madame de T*** en Point de lendemain40.

    El libertino galante es voyeur, como el libertino gtico (aunque la mirada seadistinta). Encontramos ejemplos de ello en Les Sonnettes, de Guiart de Servign yen Flicia ou mes fredaines de Nerciat. Un caso aparte sera el hipottico voyeu-rismo de Monsieur de T*** en Point de lendemain41.

    Tratemos ahora el asunto de las mquinas gticas haciendo referencia a unade las novelas que mejor ejemplifica dicho concepto: Pauliska ou la perversitmoderne, de Rvroni Saint-Cyr. Se trata de la arquetpica novela gtica (o negra)de finales del siglo XVIII, en la que la bella herona, la exiliada polaca Pauliska, debeenfrentarse a malvados pseudocientficos que pretenden convertirla no slo en cobayade sus experimentos sino tambin, y sobre todo, en el objeto de sus oscuras pasiones.Hasta tres veces cae Pauliska en manos de personajes patibularios que utilizan lasmquinas (y, por tanto, las maquinaciones) para satisfacer sus deseos ms volup-tuosos y su sed de poder. El primero es un barn hngaro cuyo perfil como per-sonaje es una amalgama entre el vampirismo ms folklrico del este de Europa ylas ideas del materialismo contemporneo. En l se conjugan todas las teorascientfico-mgicas de la poca: el magnetismo de Mesmer42, las hiptesis sobre la

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    39. Lorsque les premiers transports furent passs, jeus la curiosit dexaminer la structure de celit singulier. Vingt lames dacier, larges et minces comme des ressorts de pendule, se croisant en lignesobliques, occasionnaient un mouvement dlicieux. Japplaudis du fond de mon me linventeur decette agrable machine et je lui souhatais des imitateurs: en effet ne serait-il pas plus raisonnable quelart sublime des Archimde et des Loriot ft employ servir la volupt qu faire des catapultes? (JON-VAL. Op. cit., t. III, p. 88)

    40. elle sapprocha de la grotte. peine en avions-nous franchi lentre, que je ne sais quelressort, adroitement mnag, nous entrana. Ports par le mme mouvement, nous tombmes molle-ment renverss sur un monceau de coussins (DENON. Op. cit., p. 60).

    41. He aqu el ambiguo pasaje que podra hacer pensar que madame de T*** no embarca en unaaventura libertina al joven protagonista ms que parece satisfacer los deseos voyeuristas de su marido:Je parcours des salons dcors avec autant de got que de magnificence, car le matre de la maisonraffinait sur toutes les recherches de luxe. Il studiait ranimer les ressources dun physique teint pardes images de volupt (Ibd., p. 40).

    42. El magnetismo o mesmerismo se convierte en tema recurrente en la literatura francesa definales del siglo XVIII, tras la publicacin por Mesmer de Mmoires sur la dcouverte du magntismeanimal en 1779 y principalmente despus de la incorporacin de la discusin sobre el magnetismo enla novela de Charles de Villers Le Magntiseur amoureux (1787); esta novela es definida por DanielaGallingani (GALLINGANI. Op. cit., p. 74) como una novela breve que trata de la filosofa y del magne-tismo y, al mismo tiempo,como un ensayo sobre el magnetismo y la filosofa en forma novelada. Lanovela de Villers no escondi ciertas dudas sobre el magnetismo, dudas que se proyectaron sobre la stiraen distintas obras de teatro posteriores al trabajo de Villers, como Les Docteurs modernes (1794) de

  • inoculacin43, la qumica de la respiracin, la electrosttica El barn de Olnitz pre-tende mediante mordeduras vampricas provocar el amor en su vctima asimilandoprogresivamente sujeto y objeto del deseo mediante intercambios substanciales.

    Pauliska se libera de los experimentos del barn hngaro para caer en manosde unos falsificadores que fabrican, por cuenta de Inglaterra, documentos falsoscon los que pretenden sembrar el odio y la confusin en toda Europa. Bajo lasrdenes de un ingls, esta oficina de desinformacin y desestabilizacin est for-mada por un representante de cada nacin europea que se encarga de confeccio-nar los documentos que se enviarn a su pas de origen. En este pasaje del librose encuentra tal vez la mquina gtica ms representativa de la obra: la imprenta.Este instrumento tiene un doble valor diablico: sirve para imprimir los docu-mentos destinados a sembrar la discordia entre los europeos y, al mismo tiempo,es utilizado por los falsificadores como mquina de muerte cuando Pauliska tor-tura sin saberlo al joven francs que ha intentado ayudarla.

    La tercera aventura tiene lugar en Italia. Pauliska vuelve a encontrarse con elbarn de Olnitz, que esta vez se ala con otro perverso moderno obsesionado porlas mquinas: el italiano Salviati. Pauliska deja pues de existir como personaje parareducirse a ser un cuerpo que es utilizado para los crueles experimentos de los doscientficos. El barn coloca a Pauliska en una mquina neumtica que recuerda alas instalaciones inventadas por Lavoisier y sus colaboradores para analizar losintercambios gaseosos de la respiracin animal. Por su parte, Salviati instala a laherona en una mquina elctrica que debe arrancarle su electricidad personal44.

    La mquina en Pauliska est a medio camino entre la mquina sadiana y latcnica ms rigurosa: recurdese que Rvroni tena suficientes conocimientos enla materia como para crear una ficcin cientfica relativamente creble. Es, dehecho, el nico que logra fundamentar, junto con Rtif de la Bretonne en LaDcouverte australe, el funcionamiento de sus mquinas. As Rtif, al describir lamquina voladora, logra solventar con cierta credibilidad el problema tcnico delfrotamiento. Por su parte, Rvroni basa las teoras de Olnitz y de Salviati sobre lacaptacin de fluidos en la qumica y la electricidad.

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    Radet o Le mdecin malgr tout le monde (1786) de Dumaniant. Habra que destacar tambin la impor-tancia satrica de las parodias de Doppet: La Mesmriade (1784) y Le Docteur philosophe (1887). La tra-dicin crtica contra el magnetismo llega hasta el siglo XIX, con la publicacin de Le Magntiseur (1834)de Soulier. Volviendo al siglo XVIII, y en relacin con nuestro corpus, podemos sealar el extenso cap-tulo satrico de Les Amours du chevalier de Faublas consagrado a los magnetizadores.

    43. Recurdese el famoso tema de la inoculacin de la enfermedad por amor en La NouvelleHlose de Rousseau. Delon ve en el captulo del vampirismo del barn de Olnitz una referencia par-dica al tema rousseauista (DELON, Michel. Pauliska de Rvroni Saint-Cyr ou la perte de lidentit, Lescahiers des paralittratures, n 4, 1992, pp. 85-91).

    44. DELON (Ibd., p. 182) apunta que si la imprenta de los falsificadores anunciaba la mquina deKafka, el dispositivo de Salviati est ms erotizado y se sita cerca de lo sadiano.

  • Pero donde mejor se materializa el ideal de la mquina gtica y aristocrticaes en Sade. Habamos dicho ms arriba que la mquina representaba durante elsiglo XVII y buena parte del XVIII el medio para, es decir, la conversin de undeterminado tipo de energa en una energa ms productiva, siempre de la manodel hombre. Esta imagen no evoca en absoluto la presencia de un universo hos-til, sino, al contrario, el mito de una naturaleza ordenada y controlada. Esta met-fora de la mquina va evolucionando a lo largo del XVIII hacia una simbologarelacionada con lo misterioso y lo desconocido, hacia algo cuya complejidad senos hace peligrosa. Esta desconfianza representa, como ya hemos dicho, la con-dena del progreso y abre la puerta a las distintas oleadas de movimientos meca-noclastas que llegan hasta nuestros das. Todos estos elementos se concentran enSade. El marqus hace gala en sus novelas de la influencia que sobre l ha tenidosu educacin Ancien Rgime y su fascinacin por un siglo, el XVIII, preado demquinas. Para nuestro corpus utilizamos dos textos ejemplares de lo expuesto:Les 120 journes de Sodome e Histoire de Juliette ou les prosprits du vice.

    En la Histoire de Juliette asistimos a un abanico de mquinas monstruosas des-critas con obsesivo detalle, lo que aade al horror del lector por la funcin de lamquina en s un relativo cientificismo casi naturalista. La precisin de la descrip-cin sirve aqu para subrayar el proyecto libertino: ningn detalle debe quedarfuera de control45.

    Si los libertinos galantes convertan los objetos cotidianos en instrumentospara la seduccin sin cambiar ni su fisionoma ni su utilidad primaria, Sade realizauna mezcla de signos, convirtiendo objetos como el sof en mquinas infernales quese ensaan con sus vctimas46. Este miedo a lo desconocido, este atribuir a los obje-tos casi vida propia, autonoma, refleja una angustia fin de sicle que encontramos

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    45. Une lampe lugubre pendait au milieu de la salle, diffrents instruments de supplice taientdistribus et l: on y voyait, entre autres, une roue fort extraordinaire. La victime, lie circulairementsur cette roue enferme dans une autre garnie de pointes dacier, devait, en tournant contre ses poin-tes fixes, secorcher en dtail et dans tous les sens; un ressort rapprochait la roue fixe de lindividu lisur la tournante, afin qu mesure que les pointes diminuaient la masse de chair, elles pussent trouvertoujours mordre en se resserrant (SADE. Histoire de Juliette, op. cit., p. 361).

    46. Daniela Gallingani plantea algunos ejemplos de esto ltimo extrados de Les 120 journes deSodome: Il la fait asseoir dans un fauteuil ressorts; de son poids elle fait partir tous les ressorts quirpondent des cerceaux de fer dont elle se trouve attache; dautres ressorts prsentent en partantvingt poignards sur son corps (p. 65); Il pend la putain tout fait; elle a ses pieds appuys sur untabouret (p. 69); On lui te et lui rend lair volont dans une machine pneumatique (p. 78); Il luienfonce dans le con un cylindre de poudre, cru, et qui nest pas revtu de carton; il y met le feu etdcharge en voyant la flamme (p. 89); Aprs avoir coup tout ras le vit et les couilles, il forme un conau jeune homme avec une machine de fer rouge qui fait le trou et qui cautrise tout de suite; il le foutdans cette ouverture et ltrangle de ses mains en dchargeant (p. 122); Un fustigateur pose unefemme grosse sur une table; il la cloue sur cette table en enfonant dabord un clou brlant dans cha-que oeil, un dans la bouche, un dans chaque tton; puis il lui brle le clitoris et le bout du tton avecune bougie, et lentement, il lui scie les genoux moiti, lui casse les os des jambes, et finit par luienfoncer un clou rouge et norme dans le nombril (p. 143).

  • en muchos escritores de novela negra47 de finales del XVIII. La mquina refleja asla oposicin aristocrtica a la modernidad, frente a la euforia experimentada entrminos productivos por la burguesa. Este malestar se encuentra en la gnesis delspleen decimonnico en lo que a reflejo de la angustia en la literatura se refiere, yhace nacer una ideologa frente a la mquina que se extiende a lo largo del sigloXIX y desemboca en el XX de la mano de medios de expresin artstica distintasde la literatura, como el cine. El sptimo arte da cuenta de la angustia del hombrefrente a la mquina de la mano de maestros como Stanley Kubrick, Fritz Lang oRidley Scott48. La llegada de la tercera ola, como la llama Alvin Toffler, con lainformtica y sus posibilidades en lo relativo a la robtica han alimentado ese ima-ginario del hombre-demiurgo que, como si de una venganza bblica se tratara,debe asistir a su destruccin de la mano del propio ente que l ha creado. O noqueda esto ltimo suficientemente reflejado en la rebelin de los replicantes enBlade Runner? El hombre se erige en su propio dios y en el de las criaturas quecrea y sus criaturas acaban revelndose contra l.

    Digamos, como conclusin a todo lo expuesto, que la mquina forma partede nuestro imaginario cultural desde mucho antes de lo que creemos. Que yasiglos antes de la llegada de la nanotecnologa a la ingeniera y de las pginas webhipertextuales49 a la literatura, a la mquina se la relacionaba con lo modernomediante una multiplicidad de consideraciones sobre el fenmeno que llega hastanuestros das. La mquina despierta en el hombre del siglo XXI, como ya lohiciera en el del XVIII, el entusiasmo y el asombro, pero tambin el escepticismoo incluso el terror. Somos herederos, en nuestras peores pesadillas sobre ingeniosimposibles que cobran vida propia, de las historias gticas que crearon los hom-bres del XVIII. Por otro lado, la novela libertina galante y el teatro de la pocareflejan la importancia que an hoy sigue teniendo la mquina entendindolacomo subterfugio, como maquinacin, como trampa dramtica o argumentalpara llevar al lector o espectador donde la pluma del escritor desee. Y es que, loqueramos o no, Nous sommes tellement machines.

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    JUAN JIMNEZ SALCEDO 147NOUS SOMMES TELLEMENT MACHINES. LA MQUINA EN EL IMAGINARIO LIBERTINO

    47. Utilizamos indistintamente el trmino novela gtica o novela negra, aunque parece que lacrtica francesa se inclina ms por el segundo, sin duda para diferenciarla de la novela gtica inglesa(Radcliffe, Shelley y otros) y norteamericana (Poe) del XIX, que tiene sus caractersticas propias que ladefinen frente a la francesa.

    48. Sin olvidar por supuesto a Chaplin, quien expresa en Modern Times las mismas angustias antela mquina que los otros directores, pero en su caso mediante sutiles metforas cmicas. La imagendel hombre engullido por la maquinaria del reloj se convertir en representacin iconogrfica de lamquina para el hombre del siglo XX.

    49. Precisamente, y relacionado con temas como el hipertexto, el texto cyborg o la literaturacombinatoria, la Revista de Estudios franceses de la Universidad de Montreal public en verano de2000 un monogrfico sobre las relaciones entre Internet y literatura: tudes franaises, Internet et lit-trature: nouveaux espaces dcriture? (nmero dirigido por Rgine Robin), n 36, vol. 2, 2000. Sobrela utilizacin de la Red como instrumento de trabajo por los dieciochistas ver en este mismo nmeroel artculo de Benot Melanon Lumires et Internet, pp. 87-98.