Argentina desde el cielo… y la tierra Música: “Luna Tucumana”, por Mercedes Sosa.
Homenaje a mercedes sosa
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Homenaje a Mercedes SosaSan Miguel de Tucumán, 9 de julio de 1935- Buenos Aires, 4 de octubre del 2009
Es extraño que la muerte de una extraña cause el mismo dolor
que la muerte de un ser querido. Es extraño que alguien que
accidentalmente vimos en un café de Córdoba y Nueve de Julio
tomando algo y que sólo miramos con curiosidad en nuestra tardía
adolescencia o que vimos desde una platea, o una tribuna, según el
año y la posibilidad de nuestro bolsillo, genere un vacío en el alma
como el que puede ocasionar la certeza de que a un amigo
entrañable que se va a vivir a algún lugar lejano del mundo no lo
volveremos a ver.
Es extraño sentir una comunión de sentimientos con millones
de extraños de cada rincón de Argentina, de Chile, de Brasil, de
México, de cada ciudad y pueblo de América Latina, pero también de
ciudadanos de España, de Alemania, de Francia, de cada ciudad y
cada pueblo de Europa, pero también de Israel, de Japón, de los
Estados Unidos y de no se de cuantas otras ciudades y pueblos de no
se cuantos países y continentes del mundo, que sienten que alguien a
la que sólo vieron de lejos en una plaza, en un parque, en un estadio
o en un teatro, o tan sólo por la tele, se les fue y eso les ocasione
tristeza.
Es extraño que alguien que canta y que para cantar jamás uso
una palabra propia, caló con esas palabras y la potencia de una voz
única y reconocible por sobre cualquier otra voz de nuestra tierra, tan
profundo en nuestras vidas que sintamos que hemos perdido algo
que nos pertenece, algo que es inseparable del relato de nuestras
vidas. Alguien que nos recuerda que antes que nuestros antepasados
bajaran de los barcos, estas tierras ya estaban habitadas. Que nos
trae a la memoria la música con la que en los actos cívicos del colegio
aprendimos a bailar las danzas de nuestros campos y salones
coloniales y que quizás en esos momentos no sentíamos como
propias, pero con los años esa extraña las hizo entrañables.
Es extraño que esa voz nos recuerde nuestro despertar a la
política en los centros de alumnos en años de plomo, que nos
relacione con aquellos que se fueron al exilio, como ella, porque
aunque su presencia no estaba prohibida, su voz, que hablaba por
otros y también por nosotros, si lo estaba.
Es extraño que a través de su regreso nos convenciéramos que
recuperar la libertad era más que una posibilidad y que ella con su
voz fuerte y clara nos acompañara en el retorno a la democracia no
sólo en nuestra tierra sino en la América Latina toda.
Es aún más extraño que el idilio recomenzó escuchándola
cantar las canciones de nuestros roqueros, pero mucho más extraño
fue que ella misma lo fuera con su fuerte presencia telúrica, como
una madre que abraza a todos sus hijos aunque cada uno de ellos sea
diverso e inclusive extraño para su hermano.
Es extraño que su voz sea alegría, pero también dolor, sea paz
pero a la vez lucha, sea historia y también geografía, sea cultura y
pueblo, sea lenguaje e idioma, sea tensión y también relax, sea
evocación y futuro, sea grito y a la vez susurro, sea amor y nostalgia.
Es extraño, pero así es, amada “Negra” ya te extraño.
Gabriel Nicolaievsky
Santiago de Chile, 6 de octubre del 2009