HOMO HISPANISTICUS - · PDF filela dictadura de Primo de Rivera o el triste destino de Antoni...
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La revista de LOS ALUMNOS del departamento de Estudios Hispnicos
de la Universidad de Szeged, Hungra. Curso 2010-11
Homo Hispanisticus Curso 2010-11 1
Este es el segundo nmero electrnico de la revista Homo Hispanisticus, que anualmente se
edita en la Universidad de Szeged. Como cada ao, los lectores nos encargamos de recopilar
los mejores textos que las alumnas van creando a lo largo del curso. Esta vez, hemos
aprovechado la asignatura El Lenguaje de los Medios de Comunicacin, que se imparte en el
segundo curso de la carrera, y la II Jornada Catalunya-Hongria, que tuvo lugar en Szeged el
pasado 7 de diciembre, para motivar a las alumnas a que escribieran, por lo que la mayora de
las redacciones parten de estos dos eventos. Sin embargo, tambin hemos querido aadir
otros relatos por su calidad u originalidad para que queden para la posteridad. Esperamos
que todos los lectores disfruten de cada uno de los escritos.
Introduccin
NDICE
Crtica literaria - Tams Csarnai
Crtica de un cortometraje - gi Nagy
Literatura - Enik Mszros
Reportaje - Norbert Domokos
Creacin literaria - Tams Csarnai
Poesa hngara - Alumnas del segundo ao de BA
Jess Moncada Nra Legyel
Biografa de Kubala - Karen Csszr
Poesia catalana Alumnas de la especializacin en Lengua y
Cultura Catalana
Traduccin literaria - Erzsbet Nyri
Nuestros lectores - Mnika Valyuch
Concurso de traduccin en homenaje a Carolina Coronado
Concurso de traduccin Carmen Martn Gaite
Redaccin y diseo:
Alexandra Gutirrez Dez
Correccin de textos:
Alexandra Gutirrez Dez, Jordi Gimeno Benito
e Izaskun Prez
HOMO HISPANISTICUS
La ciudad de los prodigios (A csodk vrosa), de Eduardo Mendoza
Eurpa Knyvkiad
600 pginas
2500 HUF
Sinopsis:
Onofre Bouvila, un campesino adolescente, se traslada a Barcelona en busca de trabajo.
Gracias a su ingenio y buena estrella, de simple estafador pasar a convertirse en el jefe del
hampa de la ciudad y en el hombre ms rico de la Espaa de principios del siglo XX.
Comentario:
Esta novela picaresca nos cuenta los tratos oscuros de un hombre emprendedor que empieza
su vida independiente como ladrn y vendedor de tnico de pelo durante la exposicin
universal de Barcelona de 1888. Cuando abra sus puertas la segunda exposicin universal de la
misma ciudad, en 1929, nuestro hroe ya ser la persona ms rica del pas. El objetivo del
protagonista ser, desde el primer momento y a cualquier precio, volverse rico y pertenecer a
la clase alta. Las ambiciones del protagonista no respetarn ni siquiera a las tres mujeres ms
determinantes de su vida, a las que debe su riqueza, poder y felicidad.
La sucesin de acontecimientos vara mucho y hay algunos huecos en la trama. Esto, por
desgracia, supone que las motivaciones de algunos hechos queden sin explicacin,
especialmente hacia el final del libro. Afortunadamente, la novela es mucho ms que la mera
historia del ascenso de un pcaro en la escala social, pues est llena de ancdotas relacionadas
con la Barcelona de la poca, las cuales nos ofrecen detalles muy interesantes sobre, entre
otros, los preparativos para las dos exposiciones, la tensin entre Madrid y la capital catalana,
la dictadura de Primo de Rivera o el triste destino de Antoni Gaud.
Aunque la trama de la novela es bastante interesante y divertida, el verdadero valor del
libro recae en las ancdotas. Aunque, tal y como el autor advierte, no se trata de una novela
histrica, sino de una transcripcin de la memoria colectiva de una generacin de
barceloneses.
Recomiendo el libro para todo aquel al que le guste esta ciudad verdaderamente
prodigiosa.
Crtica literaria Tams Csarnai
Homo Hispanisticus Curso 2010-11 2
Ttulo: Diez minutos
Director: Alberto Ruiz Rojo
Enlaces: http://www.youtube.com/watch?v=X1amvlKLYCk (parte 1)
http://www.youtube.com/watch?v=munvQ5D8QDg&feature=related (parte 2)
Diez minutos, cortometraje espaol, trata, si vemos la pelcula superficialmente, del
sufrimiento de un hombre por haber perdido a su amor. Pero si lo vemos con ms detalles,
podemos ver que su idea principal es algo ms profunda: las relaciones personales. Diez
minutos significa que slo tenemos diez minutos para ocuparnos de otras personas en nuestra
estresada vida diaria.
Enrique, un joven desesperado por contactar con su novia, llama al servicio de atencin al
cliente de su compaa de telfono y habla con Nuria, una tele operadora que sigue
estrictamente las normas y se niega a proporcionarle la informacin que tanto necesita por
razones de seguridad.
Este cortometraje destaca la importancia del contacto personal. La aparicin de la tecnologa,
como, por ejemplo, Internet, el mvil, la tele, los programas de chat como skype, messenger,
etc. estn sustituyendo las relaciones personales. En este corto Enrique habla con Nuria, pero
realmente es como si se dirigiera a una mquina pues la chica repite exactamente las
instrucciones que le da el ordenador.
Hoy en da, la importancia de las relaciones personales va disminuyendo. Chateamos,
mandamos mensajes y no quedamos en una cafetera para tomar un caf con los amigos ni
discutimos sobre los problemas de la vida cara a cara.
Mi opinin es que hay que tener este aspecto ms en cuenta porque todava somos seres
vivos, no robots, y necesitamos a las personas. Adems, necesitamos que alguien escuche
nuestros problemas y comparta su opinin, que podamos sentir su empata, etc.
Me ha encantado este cortometraje, y espero que llame la atencin de muchos. Los actores
son muy buenos y los dilogos son muy reales. Se nota la ira y la desesperacin de Enrique.
Para m, la puntuacin es un diez, sin duda.
Crtica de un cortometraje gi Nagy
Homo Hispanisticus Curso 2010-11 3
http://www.youtube.com/watch?v=X1amvlKLYCkhttp://www.youtube.com/watch?v=munvQ5D8QDg&feature=related
Homo Hispanisticus Curso 2010-11 4
Continuacin de un fragmento de El crimen del cine Oriente, de
Javier Tomeo
Enik Mszros
Recuerdo que llova a mares y que entr en aquel cine porque no tena otro sitio donde meterme. Era
domingo, haban dado las diez de la noche y haca bastante rato que haba empezado la pelcula. Me
sent en la ltima fila y lo primero que hice fue quitarme los zapatos, que se me haban puesto perdidos de
barro. La pelcula que estaban echando era de amor y sala una chica rubia con un buen par de melones y
un fulano que llevaba un sombrero con una pluma y un montn de medallas en el pecho. Un tipo con pinta
de prncipe o algo as. Al cabo de un rato me qued como un tronco y cuando me despert el acomodador
haba salido casi toda la gente. Ya estaban encendidas las luces, pero a pesar de todo me puso la linterna
a un palmo de nariz y me pregunt si pensaba que aquel cine era un hotel.
Como estaba muy cansado, no quera empezar a darle explicaciones ni escuchar sus regaos, por eso
intent marcharme enseguida. Le ped perdn y, ya a punto de partir, me di cuenta de que me faltaban los
zapatos. Me vino a la cabeza que me los haba quitado despus de sentarme, pero no los encontr en
ningn lugar, haban desaparecido. Lo primero que pens era que tendra que ser una broma del
acomodador, por lo que me acerqu adonde estaba.
- Lo siento pero no puedo irme sin zapatos, podra devolvrmelos, por favor?
- Cmo? Mire, estoy harto de estas personas que no tienen otra diversin que jugar con los
hombres trabajadores. No me importan sus zapatos, el cine est cerrando, tiene que irse con o sin
zapatos, a m me da igual, aqu no puede quedarse.
- Espere, hombre, slo quiero mirar alrededor un momento, seguro que estn aqu, quizs debajo
de cualquier asiento.
- Tiene un momento y no ms, mientras yo despierto a aquel hombre de all, en la cuarta fila.
Parece que no es usted el nico que se siente aqu como si estuviera en un hotel. Por qu irn al
cine personas como usted? rezong el acomodador en voz baja acercndose, a paso lento, al
hombre que estaba durmiendo en su asiento tan profundamente que su cabeza estaba cada hacia
adelante sobre su pecho.
Entonces empec a buscar mis zapatos con rapidez mientras oa que el acomodador trataba de despertar al
hombre en voz alta. El hombre no reaccion a las palabras del acomodador cuya voz, al principio tajante,
pas a tener un tono desesperado y un poco asustado, as yo tambin fui a ver aquel hombre.
- Seor!, est bien? Seor! - repeta el acomodador sin recibir respuesta Dios mo! Creo que
tenemos que llamar la polica y a una ambulancia. Si no me equivoco, este hombre est muerto.
dijo despus de examinar su pulso.
Yo mir el cuerpo inmvil que estaba cado hacia delante sobre el asiento delantero hasta que pude
entender el sentido de las palabras del acomodador, y luego sal para encontrar un telfono. Al cabo de
algunos minutos ya estaba al lado del acomodador de nuevo, despus de llamar a la polica. Ambos
estbamos asustados y nerviosos, y en ese momento, como estaba tan cerca del hombre, vi un objeto
metlico reluciendo detrs de su brazo izquierdo, alrededor de su corazn.
Homo Hispanisticus