Hora, Roy

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Hora, Roy, Historia Económica Argentina en el siglo XIX . La historia económica presentó un sinuoso recorrido en el siglo XX. De ser la niña mimada de los estudios históricos en las décadas centrales del siglo pasado, se convirtió, a partir de los setenta, en una rama relativamente marginal del quehacer historiográfico [1] . Para encontrar las causas de este desplazamiento debemos hablar del agotamiento de modelos explicativos que comenzaron a ser acusados de deterministas y de la renovación que experimentaron los estudios de historia política y cultural. Como suele suceder, esta crisis brindó oportunidades para inaugurar una agenda que discutía ciertas explicaciones simplistas que, hasta allí, habían sido sagradas. El campo historiográfico argentino no estuvo al margen de esta tendencia general. Luego de los aciagos años de la dictadura militar, con la cual se truncaron la mayoría de las iniciativas científicas de largo aliento, la historia económica argentina comenzó a albergar empresas investigativas que, tomando distancia del ensayismo, penetraron en temáticas tan variadas como el funcionamiento de la economía rural, la dinámica de la población, el desempeño de la industria, las estrategias empresariales y los circuitos de comercialización. Este avance en múltiples direcciones, en gran medida resultado del reforzamiento de publicaciones y reuniones especializadas, terminó creando un cuerpo de trabajos tan amplio como fragmentado. La obra que Roy Hora pone a consideración del público trata de hilvanar en un solo relato los progresos registrados en el campo de la historia económica argentina para el periodo comprendido entre las reformas borbónicas y la Gran Guerra. En el primer capítulo de su obra, Roy Hora nos traslada al corazón mismo de la etapa colonial. En el afán de encontrar un punto de partida para establecer comparaciones con el siglo XIX, el autor nos ilustra con lujo de detalles sobre el funcionamiento económico del espacio que solemos identificar con Argentina para el periodo previo a la Revolución de Mayo. En este punto, la descripción esbozada por Hora destaca por su claridad: las ciudades y las áreas rurales que las circundaban se asemejaban a “pequeños islotes dispersos sobre un mar tan vasto como poco integrado, cuya expansión era resultado, más que de incrementos de productividad, de su propio crecimiento demográfico” (p. 16). Claro que estas economías no estaban absolutamente cerradas sobre sí mismas. Por el contrario, entre ellas existió un sistema de intercambios cuya importancia no debería medirse por el

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  • Hora, Roy, Historia Econmica Argentina en el siglo XIX . La historia econmica present un sinuoso recorrido en el siglo XX. De ser la

    nia mimada de los estudios histricos en las dcadas centrales del siglo

    pasado, se convirti, a partir de los setenta, en una rama relativamente

    marginal del quehacer historiogrfico [1] . Para encontrar las causas de este

    desplazamiento debemos hablar del agotamiento de modelos explicativos

    que comenzaron a ser acusados de deterministas y de la renovacin que

    experimentaron los estudios de historia poltica y cultural. Como suele

    suceder, esta crisis brind oportunidades para inaugurar una agenda que

    discuta ciertas explicaciones simplistas que, hasta all, haban sido sagradas.

    El campo historiogrfico argentino no estuvo al margen de esta tendencia

    general. Luego de los aciagos aos de la dictadura militar, con la cual se

    truncaron la mayora de las iniciativas cientficas de largo aliento, la historia

    econmica argentina comenz a albergar empresas investigativas que,

    tomando distancia del ensayismo, penetraron en temticas tan variadas

    como el funcionamiento de la economa rural, la dinmica de la poblacin, el

    desempeo de la industria, las estrategias empresariales y los circuitos de

    comercializacin. Este avance en mltiples direcciones, en gran medida

    resultado del reforzamiento de publicaciones y reuniones especializadas,

    termin creando un cuerpo de trabajos tan amplio como fragmentado. La

    obra que Roy Hora pone a consideracin del pblico trata de hilvanar en un

    solo relato los progresos registrados en el campo de la historia econmica

    argentina para el periodo comprendido entre las reformas borbnicas y la

    Gran Guerra.

    En el primer captulo de su obra, Roy Hora nos traslada al corazn mismo de

    la etapa colonial. En el afn de encontrar un punto de partida para establecer

    comparaciones con el siglo XIX, el autor nos ilustra con lujo de detalles sobre

    el funcionamiento econmico del espacio que solemos identificar con

    Argentina para el periodo previo a la Revolucin de Mayo. En este punto, la

    descripcin esbozada por Hora destaca por su claridad: las ciudades y las

    reas rurales que las circundaban se asemejaban a pequeos islotes

    dispersos sobre un mar tan vasto como poco integrado, cuya expansin era

    resultado, ms que de incrementos de productividad, de su propio

    crecimiento demogrfico (p. 16). Claro que estas economas no estaban

    absolutamente cerradas sobre s mismas. Por el contrario, entre ellas existi

    un sistema de intercambios cuya importancia no debera medirse por el

  • volumen de los productos transportados, sino por las actividades a las que

    serva. Y es alrededor de esta ltima problemtica donde el legado de Carlos

    Sempat Assadourian es retomado por el autor con singular maestra [2] .

    Ms all de sus especificidades, tanto el Interior como el Litoral vieron

    parcialmente mercantilizada su produccin debido a la demanda

    proveniente del complejo minero altoperuano. En efecto, la onda expansiva

    generada por una actividad que haba sido la prioridad absoluta de la corona

    espaola termin cubriendo con su manto al rea rioplatense y definiendo el

    perfil mercantil de sus sectores dominantes.

    El primer captulo de la obra termina con una novedosa mirada en torno a la

    creciente orientacin atlntica de la economa colonial. Por mucho tiempo,

    este proceso fue interpretado como una victoria de las fuerzas de mercado

    sobre las toscas polticas mercantilistas de la metrpolis hispana. Hora,

    hilvanando buena parte de la produccin reciente sobre el impacto de las

    reformas borbnicas en Amrica [3] , propone un interesante giro en la

    explicacin: la aceleracin de la expansin econmica en las regionales del

    Litoral mejor articuladas la actividad mercantil y exportadora fue

    consecuencia de la propia accin de la autoridad colonial (p. 25). Entre las

    pruebas que el autor brinda para dar sustento a esta sugestiva hiptesis

    debemos contar la decisin de crear el Virreinato del Ro de la Plata, la de

    convertir a Buenos Aires en capital del nuevo centro administrativo y la de

    subsidiar con metlico altoperuano toda una estructura burocrtica situada

    en el ltimo confn del imperio espaol.

    En el segundo captulo de su libro, La apertura al comercio atlntico y la

    expansin ganadera, Roy Hora desembarca en el siglo XIX. Su kilmetro

    cero es la crisis poltica inaugurada en 1810, suceso que terminara por darle

    al periodo su marca de agua: la guerra. En lo inmediato, las luchas por la

    independencia generaron un efecto nocivo en aquella trama econmica

    gestada en el periodo colonial. Al mismo tiempo que la destruccin de bienes

    y personas impact negativamente en el producto bruto interno, la rpida

    perdida del Alto Per priv a los nuevos gobernantes de las riquezas

    mineras de aquella regin y a toda la economa rioplatense de su principal

    mercado. No es extrao, dice el autor con acierto, que en esas circunstancias

    los grandes comerciantes porteos hayan sido uno de sus principales

    perjudicados del proceso abierto con la Revolucin de Mayo. Esto no slo fue

    as por la perdida de lo que, hasta all, haba sido un coto de caza de su

  • exclusiva propiedad (p. 32), sino tambin por la llegada de comerciantes

    extranjeros que actuaron como punta de playa de economas mas

    avanzadas que las espaolas (p. 32).

    Pero no todo fue negativo para la economa rioplatense en las primeras

    dcadas del siglo XIX. Roy Hora nos muestra cmo la creciente apertura de la

    economa al calor de la finalizacin del orden colonial brind una serie de

    oportunidades difcilmente imaginables en el siglo XVIII. Para estudiarlas, el

    autor amplia su mirada y nos alerta sobre la conveniencia de ubicar al rea

    rioplatense dentro de una mayor que podra ser pensada en trminos de una

    economa atlntica; una que demandaba por la industrializacin de

    Inglaterra un mayor volumen de productos pecuarios, especialmente cueros,

    y ofreca bienes de consumo popular que diferan de las mercancas caras y

    sofisticadas propias del monopolio espaol. Alrededor de este cambio en el

    patrn de importaciones, el autor pone un cono de sombras una de las

    hiptesis ms defendidas por el revisionismo histrico: aquella que

    mostraba la desaparicin de los obrajes del interior por obra y gracia de la

    competencia britnica. Desde la mirada de Hora, esta situacin slo es

    aplicable al rea mas expuesta al comercio, el Litoral, y no al grueso del

    Interior que, por los altos costos de transporte, se mantuvo por largos aos

    protegido de la concurrencia externa.

    En el anlisis del montaje de esta economa atlntica, sostenida en una

    ganadera exportadora, Roy Hora derriba otros dos lugares comunes de la

    historiografa tradicional: uno relacionado con la rpida proletarizacin de

    la campaa bonaerense y el otro con el dominio absoluto de la gran

    propiedad en ese mismo espacio. Para el primero de los supuestos, el autor

    realiza una interesante sntesis de los aportes realizados por la historia rural

    rioplatense en los ltimos veinticinco aos [4] . Ms all de las medidas

    coactivas oficiales, expresadas en la consabida figura de la papeleta de

    conchavo, la escasez de brazos hizo que los hombres entraran y salieran del

    mercado laboral a su antojo, lo cual se tradujo en un importante margen de

    maniobra por parte de los sectores subalternos. Esta autonoma, resultado

    del fuerte peso de la produccin independiente, permite a Hora derrumbar

    el segundo de los supuestos: las empresas pecuarias de envergadura, que

    comenzaron cobrar relieve con la llegada al campo de capitales urbanos, no

  • fueron las nicas protagonistas de la campaa, sino que convivieron con una

    multitud de pequeas y medianas explotaciones. Ambos elementos permiten

    a Hora repensar la naturaleza de los regmenes polticos de la primera mitad

    del siglo XIX, especialmente del rosismo. En este ltimo caso, el autor toma

    distancia de aquella mirada que lo asuma como una especie de dictadura al

    servicio de la clase terrateniente. En su lugar, propone una caracterizacin

    que imagina al rgimen de Rosas como un armado institucional que, sin

    perder la impronta notabiliar, respondi a la necesidad de cortejar a unos

    sectores subalternos movilizados desde los tiempos de la Revolucin de

    Mayo.

    En el tercer captulo de su libro, Hora realiza un racconto del impacto que la

    integracin del Ro de la Plata a una economa de alcance atlntico tuvo en

    diferentes espacios regionales. El recorrido comienza con una puntillosa

    descripcin de la economa portuaria portea, en la que el autor destaca el

    creciente papel de la antigua capital virreinal como nexo entre la produccin

    para la exportacin y el mercado internacional. Una posicin que, en

    palabras de Hora, signific una formidable fuente de ingresos para la

    provincia de Buenos Aires, pero que, de forma alguna, podra ser entendida

    slo a partir de las normas que prohiban la libre navegacin por los ros

    interiores. Esta explicacin clsica, afirma el autor en tono polmico, dejaba

    de lado un elemento fundamental que convirti a Buenos Aires en la

    metrpolis comercial del sur del continente americano: la tecnologa. La

    imposibilidad tcnica de los buques de poco calado de enfrentar travesas

    transocenicas, sumadas a la vasta experiencia de los comerciantes

    porteos, lleva a Hora a pensar que aun si la libertad de comercio hubiera

    sido plenamente asegurada () es dudoso que esta ciudad hubiese visto

    mayormente afectado su lugar de mayor emporio comercial del Atlntico

    Sur (p. 65). El itinerario propuesto por el autor contina con una visita a la

    prspera pero concentrada economa pecuaria entrerriana, sigue con una

    somera descripcin de la arcaica estructura productiva correntina y culmina

    con un anlisis pormenorizado del Interior. En torno a esta ltima tarea,

    Hora escapa del tentador impulso de generalizar la realidad de tan vasto

    territorio y traza una imagen en la que predomina la heterogeneidad: si el

    Noroeste y de Cuyo comenzaron a mostrar una fluida comunicacin con los

    mercados boliviano y chileno respectivamente, en Crdoba vemos una

  • creciente inclinacin hacia la economa atlntica, sobre todo en su franja

    ms austral.

    La era de la lana, cuarto captulo de la obra, se sumerge en la metamorfosis

    productiva que tuvo como escenario las pampas hacia mediados del siglo

    XIX. As como los primeros captulos se vertebraron alrededor de la

    insercin del rea rioplatense en el mercado internacional como proveedor

    de productos de origen vacuno, este tramo del libro se encarga de analizar la

    rpida expansin del ovino en tierras bonaerenses. Tratando de rellenar esa

    laguna de la memoria colectiva nacional, una tarea que comenz a subsanar

    Sbato hacia fines de los ochenta [5] , Hora explora las causas que

    convirtieron a la Argentina en uno de los principales exportadores

    mundiales de lana. En esa direccin, el autor diferencia con sutileza los

    factores externos e internos que ayudaron a delinear este cuadro. Si los

    primeros se vinculan a la cada de las cotizaciones del ganado mayor y al

    incremento del precio internacional de la lana, los segundos apuntan a

    razones institucionales que, luego de la cada de Rosas y de la trunca

    experiencia de la Confederacin, garantizaron la propiedad privada y

    atrajeron inversiones desde el extranjero. Ambos factores, como es de

    imaginar, dieron paso a importantes transformaciones en el mundo de la

    empresa. Entre los muchos cambios abordados por el autor podemos

    destacar el impacto causado por la necesidad intensiva de mano de obra tan

    propia de la cra del ovino. El razonamiento presentado por Hora podra

    resumirse de la siguiente manera: la mayor demanda de trabajo elev los

    salarios, sirvi de incentivo para la llegada de inmigrantes europeos y

    colabor en el reforzamiento de formas de produccin, como la aparcera,

    que aliviaban a los propietarios del creciente costo laboral que deban

    enfrentar. En ese marco, dice el autor apoyado en numerosas cifras, los

    trabajadores y aparceros se apropiaron de una significativa porcin del

    excedente agrcola y eso posibilit el acceso de muchos hombres comunes a

    la propiedad rstica. Claro que ese ideal jeffersoniano de pequeos y

    medianos propietarios rurales no tendra larga vida en la Argentina. Roy

    Hora nos muestra cmo estos itinerarios de movilidad social ascendente se

    hicieron cada vez mas difciles debido al sostenido incremento del precio de

    la tierra registrado entre 1850 y 1880. La conclusin a la que arriba el autor

    no podra ser ms clara: la produccin avanz por un camino que

  • consagraba una creciente desigualdad en la distribucin de los beneficios del

    crecimiento econmico (p. 110).

    Analizada la actividad que sirvi de motor de la economa argentina en el

    corazn del siglo XIX, Roy Hora observa con atencin las huellas dejadas por

    esta nueva orientacin productiva en diferentes espacios regionales.

    Buenos Aires, el litoral y el interior en la era de la lana, quinto captulo del

    libro, comienza con una excelente radiografa de la Reina del Plata. En ella,

    el autor seala los cambios que experiment la urbe portea a medida que

    se profundizaban los lazos entre la regin pampeana y los mercados del

    Atlntico norte. Sin nimo de ser exhaustivos, como lo es Hora en su relato,

    podramos mencionar el exponencial incremento de su poblacin, el

    creciente peso de la poblacin inmigrante, la europeizacin de las

    costumbres, el montaje de una infraestructura urbana y, en trminos

    ocupacionales, el desarrollo de un cada vez sofisticado sector terciario de la

    economa. Una segunda parada del itinerario nos conduce a una remozada

    provincia de Santa Fe. Tomando distancia de la pobre performance que

    haba mostrado en las primeras dcadas del siglo XIX, aquel distrito

    comenz a transitar la senda del crecimiento econmico de la mano del

    creciente peso del comercio (especialmente en Rosario), de la expansin de

    la frontera ovina y, por ultimo, del desarrollo de colonias agrcolas que, poco

    a poco, fueron especializndose en la produccin de cereales para mercados

    extra-regionales. La narracin sigue con la alicada Entre Ros -una provincia

    que, por sus escasas condiciones ecolgicas, no pudo sumarse al auge del

    ovino- y termina con un recuento de las particularidades exhibidas por el

    Interior. Para llevar adelante esta labor, el autor nos presenta una toma

    panormica en la que nuevamente pareciera descollar la diversidad. Al

    mismo tiempo que provincias como Crdoba y Tucumn profundizaron su

    vinculacin con el Litoral y crecieron en la medida que los costos de

    transporte lo permitieron, el Norte y Cuyo aprovecharon las oportunidades

    que brindaba mercados, como el chileno o el boliviano, que comenzaban a

    recibir el viento de cola de una economa mundial en plena expansin. Con

    todo, este crecimiento, dice Roy Hora, no alcanz para acortar las distancias

    con los distritos ms dinmicos de la regin pampeana, ni para aumentar de

    modo significativo el bienestar de sus habitantes (p. 127).

  • En el sexto captulo de su libro, El boom exportador, Hora desarrolla in

    extenso lo que entiende es el tercer ciclo de expansin de la econmica de la

    Argentina. Si los primeros captulos atienden a la especializacin del rea

    rioplatense en la produccin primero de cuero y luego de lana, las ltimas

    pginas de Historia econmica de la Argentina estn dedicadas al estudio

    del proceso que convirti a la regin pampeana en el granero del mundo.

    En un intento por escapar de una explicacin absolutamente endgena, el

    autor se encarga de sealar las condiciones externas que posibilitaron un

    despegue econmico de semejante envergadura. El estudio de

    ese backround lleva a Hora a mencionar el impacto que las transformaciones

    en los sistemas de transporte y de conservacin de los alimentos tuvieron en

    la economa atlntica. Sin su concurso sera muy difcil explicar la

    comercializacin a gran escala de productos de bajo valor unitario como los

    cereales o de bienes perecederos como la carne. Claro que, para aprovechar

    el horizonte de oportunidades que las nuevas tecnologas inauguraban,

    Argentina deba completar los casilleros vacos de su matriz insumo-

    producto, sobre todo en materia de capitales y mano de obra. En este punto,

    Roy Hora saca a relucir una interpretacin dentro de la cual resuena el eco

    de los pioneros trabajos de Ozslak [6] . El Estado argentino, dice el autor,

    desempe un papel decisivo en la creacin del escenario capaz de

    promover la migracin de factores de produccin, y de su accin dependi,

    en alguna medida, la orientacin y profundidad de los flujos provenientes

    del provenientes del exterior (p. 198). Las consecuencias de ese Estado

    espacialmente activo en materia econmica son analizadas por el autor con

    lujo de detalles. Slo por mencionar a las que Hora les da ms importancia

    en su relato podemos hablar de una febril expansin de las lneas frreas (de

    2300 a 30.000 kilmetros entre 1880 y 1914), de una inyeccin

    impresionante de recursos externos, de la llegada de millones de

    inmigrantes que subsanaron la crnica escasez de brazos de la economa

    rioplatense y de la creciente importacin de capital (especialmente de

    material rodante y de infraestructura urbana).

    Pero tan interesante cmo rastrear la presencia del Estado en la

    construccin de una economa de mercado fue poder percibir las formas en

    las que esa presencia fue mudando en el tiempo. Al respecto, la idea del

    autor de situar un clivaje en las formas de intervencin pblica hacia 1890

    nos parece seductora. Si durante la dcada de 1880, afirma Hora con

  • contundencia, el Estado nacional haba funcionado como un activo promotor

    del desarrollo, luego de la crisis econmica -en gran medida generada por el

    deseo de la elite gobernante de acelerar el crecimiento econmico- aquel

    comenz a comportarse como un auxiliar del mercado. Aunque la economa

    argentina atraves una prolongada etapa de crecimiento, desde el cambio de

    siglo hasta la Gran Guerra, el Estado desempeo en ella un papel ms bien

    secundario. En toda esta extensa fase expansiva, las iniciativas destinadas a

    fomentar la transformacin de las regiones perifricas fueron descartadas y

    las polticas pblicas se concentraron en terrenos tales como la provisin

    de educacin, tanto elemental como superior, la construccin de obras

    pblicas y la expansin de la propia burocracia estatal (p. 207).

    Otra de las contribuciones que este captulo hace a la historiografa sobre el

    modelo agroexportador estriba en su caracterizacin de dos actores que

    poblaron el rea pampeana: terratenientes y chacareros. Sobre el primero

    de ellos, en lugar de imaginarlos como actores poco dctiles a la hora de

    incorporar tecnologa, tal como cierta bibliografa tradicional pareca

    sostener, el autor prefiere pensarlos como empresarios innovadores que

    respondieron con celeridad a los cambios experimentados por la demanda.

    Entre las evidencias ofrecidas por Roy Hora se cuenta la incorporacin de

    alambrados, la construccin de galpones, la introduccin de mejoras

    sanitarias y la importacin de reproductores de calidad. Este proceso de

    renovacin productiva coloc a la ganadera pampeana, dice el autor

    recuperando buena parte de la produccin de Carmen Sesto [7] , cerca de la

    frontera internacional en la materia, y la consagr como una de ms

    competitivas y eficientes del mundo (p. 185). En torno al segundo de los

    actores sealados, el autor intenta dotarlo de un margen de maniobra que

    no siempre fue destacado por los especialistas. Tomando una prudente

    distancia de aquella imagen que tiene a los chacareros como prisioneros de

    las estrategias empresariales de los grandes propietarios, Hora trata de

    encontrar un comportamiento racional en la preferencia de las

    explotaciones familiares por el arrendamiento. Esa bsqueda, claro est,

    llega a buen puerto: la renuencia a comprar una parcela de tierra, recurso

    cuyo precio experimentaba un alza significativa desde 1880, resultaba

    justificada en la medida que, por medio de la ampliacin de la superficie

    arrendada, los chacareros maximizaban sus oportunidades de

  • enriquecimiento en el corto y en el mediano plazo. En este sentido, concluye

    Hora, la supervivencia de un rgimen de propiedad concentrada fue

    consecuencia de la resistencia de muchos grandes propietarios a fraccionar

    sus propiedades (pues para ellos no tenia sentido desprenderse de un activo

    que estaba incrementando su precio) tanto como de las estrategias de los

    agricultores, para quienes la adquisicin de propiedad rural no se

    presentaba como el destino ms apropiado para sus ahorros (p. 196).

    Respetando la estructura del libro, una que se asemeja a un juego de espejos,

    Hora nos presenta en el sptimo captulo las maneras a partir de las cuales

    diferentes espacios regionales se sumaron al patrn de crecimiento inducido

    por el boom exportador. El ttulo de la seccin, Mercado interno e

    industria en la era dorada de la exportacin, es en si misma una hiptesis.

    Con la insercin plena de la economa argentina dentro del mercado

    internacional, sostiene el autor, terminaron por disolverse los vnculos que

    diferentes regiones haban establecido con pases limtrofes, poniendo a fin

    al ciclo de fragmentacin inaugurado con las luchas por la independencia. Un

    papel central en este proceso de integracin le cupo al ferrocarril cuyo

    avance sobre en interior derrib las barreras que hasta entonces haban

    mantenido relativamente aislada a la Argentina mediterrnea y puso a estos

    espacios en contacto mas estrecho (p. 236). El resultado de este proceso es

    expuesto por Hora con una claridad meridiana: con el ferrocarril, los costos

    y los tiempos de transportes cayeron en forma abrupta, y con el ello

    comenz a cobrar forma un mercado nacional (p. 236).

    Esta afirmacin, en cierta medida tradicional, creemos que debera ser por lo

    menos relativizada [8] . Aunque el autor demuestra sobradamente la exitosa

    insercin de Mendoza y Tucumn dentro de la orbita nacional, en sus roles

    de productoras vincola y azucarera respectivamente, la idea de un mercado

    interno avanzando de forma paralela a las lneas de ferrocarril difcilmente

    pueda ser aplicada a la totalidad del territorio nacional. Sobre este punto en

    particular, la incorporacin de la abundante produccin historiogrfica

    sobre la Patagonia hubiera permitido a Hora trazar una imagen mucho ms

    compleja del funcionamiento econmico de la Argentina del entresiglo [9] .

    Es cierto, como afirma el autor, que parte de los territorios ocupados por el

    Estado nacional luego de la mal llamada conquista del desierto se

    vincularon ms estrechamente al mercado mundial que al mercado interno

  • (p. 237). Sin embargo, esta descripcin slo sirve para caracterizar a la

    vertiente atlntica de la Patagonia; aquella que, luego de la fiebre del ovino,

    alberg la mayor parte de la produccin lanar para la exportacin. Para las

    reas andinas, en cambio, la vinculacin con Chile fue mucho ms duradera y

    repiti un patrn de intercambio que hunda sus races en el pasado

    indgena. Esta orientacin productiva basada en el abastecimiento de

    ganado a los puertos del Pacfico, especialmente evidente en el caso de la

    Norpatagonia, declin recin luego de la crisis de 1930, cuando proliferaron

    polticas proteccionistas y se profundizaron los controles fronterizos.

    Ms all de su alcance geogrfico, lo cierto es que, en los treinta aos

    analizados por Hora en este tramo de su obra, el mercado interno argentino

    cobr una considerable dimensin, lo cual colabor en el desarrollo del

    sector manufacturero. Algunas de las cifras ofrecidas por el autor son

    elocuentes al respecto: hacia la Gran Guerra, la industria local abasteca tres

    cuartas partes de la demanda total (p. 224). De ese modo, el incremento de

    la escala permiti la emergencia de las primeras plantas industriales de

    envergadura, que no dejaron de convivir con una plyade de

    establecimientos que se parecan mucho a pequeos talleres. Este

    despliegue del sector secundario, sostenido especialmente en rubros ligados

    a la elaboracin de bienes de consumo, no solo fue resultado del libre juego

    de las fuerzas de mercado, sino que adems fue respaldada por los poderes

    de turno. Alrededor de esta cuestin, Roy Hora sintetiza la profusa literatura

    que en los ltimos aos se ha escrito sobre la temtica, especialmente los

    trabajos de Fernando Rocchi [10] . Haciendo propia una mirada optimista en

    torno a las posibilidades de la industria en los tiempos de oro del modelo

    agroexportador, el autor sostiene que los gobiernos conservadores

    abrazaron una poltica proteccionista que fue menos resultado de la

    conviccin que del pragmatismo. En parte por la imperiosa necesidad de

    dotar de recursos al fisco y en parte como una estrategia estatal para

    cooptar las elites provinciales, Argentina se convirti en un pas con un

    nivel de proteccionismo relativamente elevado, comparado con otras

    exitosas econmicas exportadoras (p. 230)

    El propsito del ltimo captulo del libro es brindar una mirada en

    perspectiva sobre el desempeo de la economa argentina en el siglo XIX.

    Utilizando como insumo el recorrido propuesto en la obra, Roy Hora realiza

    un balance que contiene luces y sombras. Entre los puntos positivos, el autor

  • destaca el incremento sostenido del producto bruto per capita (uno que

    alcanz hacia principios del siglo XX el nivel de Francia o Alemania). A la

    hora de buscar las causas de esta performance, Hora pareciera relativizar las

    explicaciones institucionalistas, al mismo tiempo de enfatizar la relevancia

    de los factores naturales. No caben dudas, dice el autor, que el Estado

    nacional fue clave en la articulacin de lo factores productivos con vistas a

    producir el acople de la economa rioplatense al mercado internacional. Sin

    embargo, Argentina no fue el nico pas que alberg, en la segunda mitad del

    siglo XIX, un proceso destate building. Lejos de ello, la construccin de

    slidos sistemas de poder que privilegiaron al sector exportador fue la

    norma y no la excepcin al sur del ro Bravo. De ah que Hora reconozca

    como principal causante de la expansin econmica a la excepcional

    abundancia y calidad de los recursos naturales. Confirmando su inclinacin

    por las formulas ricardianas, el autor llega a la conclusin que las

    enormes ventajas comparativas de origen natural que posea el sector de

    exportacin permitieron que la Argentina se beneficiara con un nivel de

    ingreso muy superior al que hubiese correspondido a las destrezas y

    esfuerzos de sus empresarios y trabajadores, y a la calidad de su

    organizacin institucional (pp. 258-259).

    El crecimiento secular de la economa argentina, sin embargo, no alcanz a

    todos por igual. Las desigualdades generadas por el mercado son para Hora

    la principal deuda pendiente de la expansin econmica inducida por las

    exportaciones. Recuperando el anlisis del bienestar de la poblacin, uno

    que fue construyendo como orfebre a lo largo de los captulos previos, Hora

    sostiene que la distribucin del ingreso estuvo sometida a asimetras tanto

    regionales como sociales. Entre las primeras, el autor entiende que los

    beneficios de una plena insercin en el mercado internacional se volcaron en

    el Litoral y, a excepcin de las regiones que se articularon con este ltimo, no

    se trasladaron mayormente al Interior. Entre las segundas, Roy Hora seala

    como sectores privilegiados a los capitalistas rurales y a los cada vez ms

    abundantes estratos medios. Los sectores asalariados, por su parte,

    perdieron a lo largo del siglo XIX capacidad relativa para apropiarse del

    excedente econmico, lo cual terminara prestando las bases para lo que a

    principios del siglo XX se dio en llamar la cuestin social. Las palabras que

    sirven de cierre a la obra de Hora van precisamente en esa direccin: a fines

  • del perodo que consideramos, la Argentina era sin lugar a dudas una

    sociedad ms rica, pero tambin ms desigual (p. 261).

    Nos agradara concluir esta resea con algunas breves reflexiones. A esta

    altura del relato, pocas dudas caben del significativo aporte de Historia

    econmica de la Argentina en el estudio de los procesos que llevaron al

    espacio rioplatense de una comarca perifrica del imperio espaol a uno de

    los principales exportadores de alimentos del planeta. Esto se debe a dos

    cuestiones que no podemos dejar de mencionar. Por un lado, el libro

    sintetiza con enorme solvencia los principales avances que la historia

    econmica argentina ha registrado en los ltimos treinta aos. Slo por

    mencionar los ms relevantes deberamos anotar el estudio de las relaciones

    entre crecimiento y bienestar, la caracterizacin de los actores econmicos

    que poblaron las reas rurales (desde campesinos hasta chacareros y

    terratenientes), la aparicin de nuevos patrones de consumo, el

    comportamiento de la industria en los tiempos del modelo agroexportador y

    el rol que le cupo al Estado en la integracin de la economa argentina en el

    mercado internacional. Por el otro, la preferencia por una exposicin sencilla

    y directa, acompaada de documentos e ilustraciones, vuelven al libro una

    lectura que, de estar dadas las condiciones de distribucin, puede alcanzar a

    un pblico que excede con holgura al especializado. En el rengln de las

    crticas slo podramos poner la escasa atencin brindada por el autor a los

    espacios perifricos. Aunque justificada por su opcin por el estudio las

    reas que funcionaron como motores de la economa argentina, la

    incorporacin al relato de las particularidades propias de espacios como

    Patagonia o Chaco hubiera enriquecido aun ms el complejo cuadro trazado

    por Hora. Este punto ciego no es suficiente para invalidar una obra que, sin

    lugar a dudas, constituye un nuevo clsico de la historiografa argentina.