HOY.26.04.2015.Villuercas Los Apalaches Extremeños.pdf

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15 Domingo 26.04.15 HOY EXTREMADURA :: M. ÁNGELES FERNANDEZ VILLUERCAS. Lentamente, pasi- to a pasito pero sin descansar, el Sen- dero Internacional de los Apalaches (SIA) camina en Extremadura. Con sosiego, para disfrutar del paisaje. El último alto en el camino ha sido la reciente visita a Las Villuercas del presidente de este organismo, el canadiense Paul Wylezol, para dis- frutar y confirmar que mirar las sie- rras del Este extremeño es mirar las montañas del Este de Estados Uni- dos y Canadá. Eso sí, con diferente orientación. El camino es lento, pero añejo. Con solera. Hay que ahondar hasta hace 450 millones de años para en- tender el nacimiento de las sierras de las Villuercas y de las montañas estadounidenses de los Apalaches. «El relieve ‘apalachense’ fue el pri- mero que se dio en la corteza terres- tre con un choque de placas que for- mó el súpercontinente Pangea. Esas placas se han ido separando y de- jando trocitos de esta colisión en distintos países del mundo. En Es- paña es exactamente igual que el de Estados Unidos y dentro de Es- paña la mejor zona son las Villuer- cas», explica la presidenta y alma máter del SIA en España, Ruth Her- nández. El Sendero Internacional es una organización mundial sin ánimo de lucro cuyo objetivo es unir todas las partes del globo con cordilleras que se formaron a partir de este choque de placas. Entre sus misiones está en generar una especie de ‘sendero mundial’ por todas las montañas hermanas de los Apalaches. Pues sí, estas cordilleras extreme- ñas que están lejos de todo están muy cerca de Estados Unidos. Wyle- zol, maravillado en su paseo extre- meño, lo confirma: «Son muy simi- lares a los Apalaches de Norteame- rica y hermosos. Estoy muy intere- sado en la historia y estar en el Mo- nasterio de Guadalupe es un lujo. Sin duda recomendaré la ruta a mi regreso». Cámara de fotos en mano y dedo constante en el disparador, el presidente del SIA ha retratado las vistas espectaculares que ofrece el Pico La Villuerca (1.601 metros), la puebla de Guadalupe y su Monas- terio, el desfiladero del río Ruecas, las pinturas rupestres de Cañame- ro o la Mina Constanza de Logrosán. Wylezol, acompañado por su es- posa y guiados por la geóloga Ruth Hernández, entró en Extremadura por Alcántara. Después de acudir a Portugal para asistir a la inaugura- ción del tramo del sendero que dis- curre por allí, concretamente en la zona del Geoparque Naturtejo, el experto canadiense quiso descubrir –y fotografiar– la orografía más si- milar que hay en el mundo a los montes Apalaches. La ruta lusa se une así a las que discurren por otros países de Europa como Irlanda, Ir- landa del Norte, Gales, Escocia o No- ruega. También se puede visualizar algo de este relieve en Francia, Ma- rruecos y Groenlandia. Pero nada como las Villuercas. Lo dicen las per- sonas expertas. Ya lo comprobaron Donald Hud- son, Robert Marvinney y Thomas Urquhart, tres representantes del Sendero Internacional de los Apa- laches (IAT en sus siglas en inglés) cuando visitaron la zona en 2011. Y ahora lo confirma Wylezol, que tam- bién es presidente del tramo del sen- dero de las regiones de Terranova y Labrador de Canadá. Nacido en Mai- ne en 1994, el Sendero Internacio- nal camina lentamente pero firme a este lado del Atlántico para con- vertirse en un proyecto único. Unir recorridos «El objetivo es unir pueblos y cul- turas. Seguir toda la geología de los Apalaches, saber dónde está, y co- ger los senderos más cerca de esa geología o que pasan por esa geolo- gía, para darle un carácter único tan- to cultural como histórico», expli- ca Hernández. De momento, en España se está siguiendo el Camino Natural del Tajo, entre Alcántara e Higuera de Alba- lat –ruta que ya se ha señalizado con el logotipo del SIA–, que se unirá con Las Villuercas y sus innumerables caminos, para enlazar con el Parque Nacional de Cabañeros, y con el Ca- mino Mozárabe entre Hinojosa del Duque y Córdoba. En el norte de la península también hay restos de este antiguo accidente geológico, por lo que se está trabajando en tramos del Camino de Santiago y del Camino de San Salvador entre León y Ovie- do. Y de ahí a Portugal. Y a Escocia, y a Noruega... Y, por supuesto, a Ala- bama y Georgia. Pasito a pasito se llega hasta allí; desde Guadalupe. El camino ya ha empezado. Un destacado representante norteamericano visita la región para hermanar ambas cordilleras Villuercas, los Apalaches extremeños Vista general de Las Villuercas. :: MIGUEL ÁNGEL MARCOS Wylezol (derecha), con las Villuercas de fondo. :: HOY

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  • 15Domingo 26.04.15 HOY EXTREMADURA

    :: M. NGELES FERNANDEZ VILLUERCAS. Lentamente, pasi-to a pasito pero sin descansar, el Sen-dero Internacional de los Apalaches (SIA) camina en Extremadura. Con sosiego, para disfrutar del paisaje. El ltimo alto en el camino ha sido la reciente visita a Las Villuercas del presidente de este organismo, el canadiense Paul Wylezol, para dis-frutar y confirmar que mirar las sie-rras del Este extremeo es mirar las montaas del Este de Estados Uni-dos y Canad. Eso s, con diferente orientacin.

    El camino es lento, pero aejo. Con solera. Hay que ahondar hasta hace 450 millones de aos para en-tender el nacimiento de las sierras de las Villuercas y de las montaas estadounidenses de los Apalaches. El relieve apalachense fue el pri-mero que se dio en la corteza terres-tre con un choque de placas que for-m el spercontinente Pangea. Esas placas se han ido separando y de-jando trocitos de esta colisin en

    distintos pases del mundo. En Es-paa es exactamente igual que el de Estados Unidos y dentro de Es-paa la mejor zona son las Villuer-cas, explica la presidenta y alma mter del SIA en Espaa, Ruth Her-nndez.

    El Sendero Internacional es una organizacin mundial sin nimo de lucro cuyo objetivo es unir todas las partes del globo con cordilleras que se formaron a partir de este choque de placas. Entre sus misiones est en generar una especie de sendero mundial por todas las montaas hermanas de los Apalaches.

    Pues s, estas cordilleras extreme-as que estn lejos de todo estn muy cerca de Estados Unidos. Wyle-zol, maravillado en su paseo extre-meo, lo confirma: Son muy simi-lares a los Apalaches de Norteame-rica y hermosos. Estoy muy intere-sado en la historia y estar en el Mo-nasterio de Guadalupe es un lujo. Sin duda recomendar la ruta a mi regreso. Cmara de fotos en mano

    y dedo constante en el disparador, el presidente del SIA ha retratado las vistas espectaculares que ofrece el Pico La Villuerca (1.601 metros), la puebla de Guadalupe y su Monas-terio, el desfiladero del ro Ruecas, las pinturas rupestres de Caame-ro o la Mina Constanza de Logrosn.

    Wylezol, acompaado por su es-posa y guiados por la geloga Ruth Hernndez, entr en Extremadura por Alcntara. Despus de acudir a Portugal para asistir a la inaugura-cin del tramo del sendero que dis-curre por all, concretamente en la zona del Geoparque Naturtejo, el experto canadiense quiso descubrir y fotografiar la orografa ms si-milar que hay en el mundo a los montes Apalaches. La ruta lusa se une as a las que discurren por otros pases de Europa como Irlanda, Ir-landa del Norte, Gales, Escocia o No-ruega. Tambin se puede visualizar

    algo de este relieve en Francia, Ma-rruecos y Groenlandia. Pero nada como las Villuercas. Lo dicen las per-sonas expertas.

    Ya lo comprobaron Donald Hud-son, Robert Marvinney y Thomas Urquhart, tres representantes del Sendero Internacional de los Apa-laches (IAT en sus siglas en ingls) cuando visitaron la zona en 2011. Y ahora lo confirma Wylezol, que tam-bin es presidente del tramo del sen-dero de las regiones de Terranova y Labrador de Canad. Nacido en Mai-ne en 1994, el Sendero Internacio-nal camina lentamente pero firme a este lado del Atlntico para con-vertirse en un proyecto nico.

    Unir recorridos El objetivo es unir pueblos y cul-turas. Seguir toda la geologa de los Apalaches, saber dnde est, y co-ger los senderos ms cerca de esa

    geologa o que pasan por esa geolo-ga, para darle un carcter nico tan-to cultural como histrico, expli-ca Hernndez.

    De momento, en Espaa se est siguiendo el Camino Natural del Tajo, entre Alcntara e Higuera de Alba-lat ruta que ya se ha sealizado con el logotipo del SIA, que se unir con Las Villuercas y sus innumerables caminos, para enlazar con el Parque Nacional de Cabaeros, y con el Ca-mino Mozrabe entre Hinojosa del Duque y Crdoba. En el norte de la pennsula tambin hay restos de este antiguo accidente geolgico, por lo que se est trabajando en tramos del Camino de Santiago y del Camino de San Salvador entre Len y Ovie-do. Y de ah a Portugal. Y a Escocia, y a Noruega... Y, por supuesto, a Ala-bama y Georgia. Pasito a pasito se llega hasta all; desde Guadalupe. El camino ya ha empezado.

    Un destacado representante norteamericano visita la regin para hermanar ambas cordilleras

    Villuercas, los Apalaches extremeos

    Vista general de Las Villuercas. :: MIGUEL NGEL MARCOSWylezol (derecha), con las Villuercas de fondo. :: HOY