Hudson - La Sociolinguistica - Cap 2 - Variedades Del Lenguaje

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- - R. A. Hudson La sociolingüística EDITORIAL ANAGRAMA BARCELONA

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    R. A. Hudson

    La sociolingstica

    EDITORIAL ANAGRAMA BARCELONA

  • fin de ubicar a los dems en la sociedad, dando as a entender que todos nosotros poseemos una conciencia muy bien desarrollada del significado social de las diferencias de pronunciacin (entre otras cosas). Podramos preguntarnos si esta conciencia debera estar incluida en el 'conocimiento lingstico' que intentamos abarcar en Ia gramtica. Las dos ltimas sec-ciones del captulo 6 tratan de la segunda cuestin, la de si existe alguna forma por la que podamos hablar con razn de la lengua de alguna gente como 'inadecuada', para concluir afirmativamente siempre que se tomen en consideracin las exigencias sociales que se ponen en el lenguaje.

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    VARIEDADES DEL LENGUAJF

    2.1 Introduccin

    2.1.1 Afirmaciones globales y especficaJ

    Nuestro propsito en este caprulo es ver hasta qu punto resulta po-sible describir las relaciones del lenguaje con la sociedad en trminos de categoras lingsticas 'globales' tales como 'lengua X' o ' dialecto Y', y ca-tegoras sociales globales como 'comunidad Z'. En la medida de lo posL ble, las relaciones en cuestin d eben ser tratadas en funcin de tales cate-goras globales, y no deben hacer referencia a elementos lingsticos in-dividuales contenidos en el 'lenguaje X' ni a miembros individuales de la 'comunidad Z'. Por otra parte, veremos que no siempre es posible hacerlo as -de hecho, es dudoso que pueda hacerse as alguna vez- y que algu-nos elementos lingsticos por lo menos, tales como los elementos del vo-cabulario, son distintos de todos los dems elementos en funcin de - la clase de persona que las use o las circunstancias en que se use. De igual forma, tal como vimos en el primer captulo, podemos suponer que cada individuo es nico en su comunidad respecto al lenguaje. En la medida en que diferentes elementos lingsticos mantienen relaciones distintas con la sociedad (segn la gente y las circunstancias), es evidentemente ne-cesario describir estas relaciones por separado para cada elemento. As, por una parte tenemos afirmaciones acerca de las categoras globales, como los lenguajes en su totalidad, y, por otra parte, tenemos afirmaciones acerca de elementos lingsticos individuales; y en cada caso la afirma. cin se refiere a los hablantes bien como miembros d e alguna comunidad bien como individuos.

    Las pregun tas que surgen son complejas y sorprendentemente dif. cles de contestar, pero son importantsimas para cualquiera que est in-

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  • teresado en la naturaleza del lenguaje en general o en las relaciones del lenguaje con la sociedad en particular. Cm~ deberan ,definir~e ~ategoras lingsticas globales como 'lenguaje X'? Como debenan delimlt~rse sus aspectos particulares? De hecho, se corresponden estas _categonas con alguna clase de realidad objetiva de modo que tales categonas tengan .sen-tido? Pueden distinguirse distintos tipos de categora global (por eem-plo 'lengua' frente a 'dialecto')? Cmo se relacionan las categoras g!o-bales las unas con las otras? En qu consisten (es decir, son categonas de qu)? Cmo deberan definirse .las comuni.da~es c~n .. ~is~as a .tales propsitos? Las comunidades defimdas por cntenos hngu~sttcos w~nen alguna clase de objetividad real? Y as sucesivamente. Es aun demasrado pronto para dar respuestas definitivas a la mayora de estas preguntas, pero es posible plantear serias dudas sobre algunas respuestas que se han dado y que han sido ampliamente aceptadas.

    En resumen, podremos mostrar que las cosas son mucho ms com~lejas de lo que muchos lingistas creen, aunque puede suceder muy .b;c;n que al lector con menos dedicacin a la lingstica le parezca que .su vtslon del lenguaje, normal y de sentido comn, se ajusta bastante bren, a los hechos. Por otra parte, mucha gente normal suelen preguntar a los pro~esionales' cosas como: Dnde se habla el coc.kney verdadero? y El crio-llo de Jamaica, es o no una clase de ingls?, con el convencimiento de que tales preguntas son realmente significativas, mientras que veremos que stas son cuestiones que no pueden ser investigadas cientficamente. Es posible, pues, que haya algunas sorpresas en este captulo, tanto para el lector profesional como para el lego en la materia, por lo menos por lo que respecta a las conclusiones, aunque muchos de los hechos en los que

    ~e basan no tienen nada de sorprendentes.

    2.1.2 Elementos lingsticos

    La discusin ser ms fcil si disponemos de algunos trminos qu~ podamos usar, puesto que nos es necesario distanciarnos algo de los con-ceptos representados por las palabras lengua }' dialecto, que son un re. flejo razonable de nuestra cultura lega denominada 'conocimiento de sen-tido comn' (ver 3 .1.1), pero no tiles en sociolingstica. En primer lugar, nos hace falta un trmino para las 'partes dellenguafe' a que deben hacer referencia algunas afirmaciones sociolngsticas, cuando no sean posibles afirmaciones ms globales. Hemos utilizado ya el trmino ~~-EMENTO LINGSTICO (2.1.1) y continuaremos utilizndolo como trmino tcnico.

    Qu es un elemento lingstico? En Ia respuesta a esta pregunta est implicada la teora de la estructura "lingstica, y la gente dar respuestas distintas segn qu teora crean que proporciona una visin ms adecua-

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    da de la estructura lingstica. Los que aceptan alguna versin de la lin-gstica generativo-transformacional (como, por ejemplo, en Chomsky 1965), diran seguramente que los elementos lingsticos son (i) los elementos l-xicos, (ii) las reglas de distintas clases (para combinar pronunciacin y significado de los elementos lxicos de las oraciones), y (iii) las restric-ciones de distinto tipo sobre las reglas. Segn esta teora , deberamos po-der esperar afirmaciones sociolingsticas referentes a elementos lxicos in. dividuales, a las reglas y a las restricciones. Por otra parte, no todos los lingistas aceptaran esta respuesta. Por ejemplo hay una respetable tra-dicin en lingstica de referirse a 'construcciones' en vez de reglas (por ejemplo Bolinger 1975: 139), donde una construccin es un modelo a~stracto como 'adjetivo + nombre', y segn esta tradicin la respuesta tn-cluira tanto a las construcciones como (o, incluso, en vez de) las reglas y las restricciones.

    Afortunadamente. en este libro no tenemos que decidir entre estas res. puestas, pero parece adecuado que una perspectiva socioling~tica de la estructura del lenguaje ayude a eliminar algunos de los candidatos. Su-pongamos, por ejemplo, que frases como 'The liquid was boiled' son pre-feridas a frases como 'We boiled the liquid', o 'The liquid was boiled by us' * en los informes cientficos. Con el fin de establecer este hecho, nos es necesario relacionar la primera clase de oracin con el contexto social relevante, pero cmo deberan definirse tales oraciones? Si tan slo pue-den definirse por referencia a dos reglas distintas (una para construir la oracin pasiva, la otra para eliminar la 'persona agente', en este caso by us) entonces podemos dudar de si el anlisis es correcto, puesto que nin-gu~a de las reglas es un elemento lingstico completo. En contraposicin, puede fcilmente hacerse la afirmacin por referencia a la construccin en cuestin (abstractamente) como 'pasiva sin agente'.

    Ms adelante veremos en este mismo captulo aspectos que demostra-rn que elementos lingsticos distintos de 'la misma lengua' pueden te-ner una distribucin social distinta (en funcin de los hablantes y de las circunstancias), y podemos suponer que es posible que la distribucin so-cial de un elemento lingstico sea nica. De hecho, es ms difcil demos. trar esto que el hacer ver las diferencias existentes entre los elementos seleccionados, puesto que nos sera necesario comparar el elemento que se supone nico con cada uno de los dems elementos de la misma lengua, precisamente para asegurarnos de que ningn otro elemento tiene la mis-ma distribucin. As, por ejemplo, es fcil hacer ver que la distribucin de las palabras que se usan en Inglaterra para she (she, her, hao, shoo) es bastante -distinta de la usada para las palabras para am (am, is, be, bin) (vanse mapas en Wakelin 1978: 21, 23). Lo que no resulta fcil, es ha-

    * Se hirvi el lquido, hervimos el lquido, el lquido fue hervido por nosotros. (N. del T.)

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  • cer ver que ninguna de estas formas tiene la misma distribucin (flor eje~plo, es usada por exactamente los mismos. hablantes bajo las ~sm_as Cir-cunstancias), que cualquier otra palabra. Sm embargo, no hay mng~n :ne-canismo conocido que pueda impedir a los elementos el tener dtstnbu-ciones nicas, de modo que parece razonable suponer que algunos de ellos las tengan.

    2.1.3 Variedades de lengua;e

    Si se piensa en el 'lenguaje ' como un fenmeno que incluy_e todas las lenguas del mundo, el trmino VARIEDAD DE LEN~UAJE (o_ s~mplement~ VARIEDAD para abreviar) puede usarse para refenrse a dtstmtas manl-

    ' ' d 1 ' , . ' festacones del mismo, justo al igual que se pue e tomar a mustca como un fenmeno general y distinguir entonces distintas 'variedades de m-sica'. Lo que hace que una variedad de lenguaje sea distinta de otr~, son los elementos lingsticos que incluye, de modo que podemos defimr una variedad de lenguaje como el conjunto de elementos lingsticos de similar distribucin social. Esta definicin nos permite denominar a cual-quiera de l~s s~guientes 'vari:dades de, l~nguaje': ir:gls, _f:ancs, ingls londinense, mgles de comentarlOs futbohstrcos, lenguaes uttltza~os por los miembros de una determinada casa-grande de la cuenca norocctdental del Amazonas, lenguaje o lenguajes empleados por una persona determinada.

    Se podr ver por esta lista que la misma nocin de 'variedad' incluye ejemplos de lo que normalmente se llamaran lenguajes, dialectos y regts-tros (trmino que aproximadamente significa 'estilo', tema que tratare-mos en la seccin 2.4) . La ventaja de tener un trmino general que abar-que todos estos conceptos, es que nos permite p~eguntar qu~ base existe para hacer una distincin entre los ltimos trmmos: por ~emplo, _~or qu a algunas variedades las llamamos lenguas, y a otras dzalec;os dts~tntos de esa misma lengua? Las secciones 2.2, 2.3 y 2.4 trataran prectsa-mente de estas cuestiones, y nos llevarn a la conclusin de que no hay ninguna base slida que nos permita hacer tales distinciones. Esto nos deja nicamente con el trmino general de 'variedad' para referirnos a lo que el lego llama 'lenguajes', 'dialectos', o 'estilos'.

    Esta conclusin puede parecer un tanto radical, pero la definicin de 'variedad' dada arriba y los ejemplos que se dan en la lista sugieren in-cluso una desviacin mayor de la tradicin lingstica. Se notar que el tratar a todos los lenguajes de cualquier hablante multilinge, o comuni-dad, como una nica variedad, es coherente con la definicin, puesto que todos los elementos lingsticos implicados tienen una distribucin social similar: son usados por el mismo hablante o comunidad. Es decir, una variedad puede ser mucho ms extensa que un estrato 'lenguaje', y puede incluir un nmero de lenguajes distintos. A su vez, segn la definicin,

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    una variedad puede contener simplemente un puado de elementos, o in-cluso, en caso extremo, un nico elemento, si se define en funcin de la esfera de hablantes o circunstancias con las que el elemento se asocia. As, por ejemplo, podra definirse una variedad que consistiera en los elemen-tos usados por una familia o poblacin determinada. As, una variedad puede que sea mucho menor que un 'lenguaje', o incluso que un 'dialecto'. La flexibilidad del trmino 'variedad' nos permite preguntar qu base exis-te para postular el 'paquete' de elementos lingsticos a los que conven-cionalmente asignamos etiquetas como 'lenguaje', 'dialecto' o 'regis tro'. Lo hacemos porque los elementos se agrupan ellos mismos en grupos na-turales, unidos por un lazo de relaciones estructurales de alguna clase que los entrelaza, tal como ha sido indicado por la tradicin 'estructural' del siglo xx? La respuesta que nos ofrecen las siguientes secciones vuelve a ser negativa: los haces en los que pueden !lgrnp~rse los elementos lin-gsticos estn atados de forma bastante laxa , y les es muy fcil despla-zarse entre los mismos hasta el punto de que los haces pueden de hecho confundirse. En la seccin 2.5 se discutirn los casos extremos.

    Para concluir, las discusiones sobre el lenguaje en relacin con la so. ciedad consistirn en afirmaciones referentes, por parte del 'lenguaje', bien a elementos lingsticos individuales, bien a variedades, que son conjuntos de tales elementos. No hay restricciones para las relaciones entre las va- riedades: pueden sobreponerse, y una variedad puede incluir otras . La ca-racterstica que define una variedad es su relacin relevante para con la sociedad; en otras palabras, por quin y cundo se utilizan los elementos en cuestin. Saber hasta qu punto las nociones tradicionales de 'lenguaje', 'dialecto' y 'registro' se corresponden con variedades definidas de esta forma , es una cuestin emprica. Como veremos en las secciones siguien-tes, la correspondencia es, en el mejor de los casos, slo aproximada, y en algunas sociedades (e individuos) puede que sea extremadamente dif-cil identificar variedades que se correspondan incluso grosso modo con las categoras tradicionales.

    2.1.4 'Comunidades lingsticas'

    Llegados a este punto, puede que sea provechoso discutir la clase de comunidad con la que pueden ponerse en relacin variedades o elemen-tos . El trmino COMUNIDAD LINGSTICA es ampliamente usado por los sociolingistas para referirse a una comunidad basada en un lenguaje. Si las comunidades lingsticas pueden ser delimitadas, entonces tambin pue-den ser estudiadas, y quiz sea posible encontrar diferencias interesantes entre comunidades que se correlacionan con diferencias en su lenguaje. El estudio de las comunidades lingsticas ha interesado a los lingistas des-de hace algn tiempo, por lo menos desde que Leonard Bloomfield dedi.

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    c un captulo a las comunidades lingsticas en su libro Language (1933: cap. 3). Sin embargo, se ha dado una confusin y un desacuerdo considera-bles sobre el significado exacto de comunidad lingstica, tal como muestra este repaso de algunas citas:

    1) La definicin ms simple de 'comunidad lingstica' es la de J ohn Lyons (1970: 326):

    Comunidad lingstica: toda la gente que emplea una determinada lengua (o dialecto).

    Segn esta definicin, las comunidades lingsticas pueden entrecruzarse (all donde haya individuos bilinges) y no tienen por qu- tener una uni-dad social o cultural. Claramente, slo es posible delimitar las comunida-des lingsticas en este sentido en tanto sea posible delimitar lenguas y dialectos.

    2) Una definicin ms compleja es la dada por Charles Hocket t (1958: 8):

    Cada lengua define una comunidad lingstica: el conjunto entero de personHs que se comunican unas con otras, bien directamente, bien indirectamente, a travs del lenguaje comn.

    Se aade aqu el criterio de comunicacin dentro de la comunidad, de forma que si dos comunidades hablaran ambas la misma lengua, pero no tuvieran el menor contacto entre ellas, perteneceran a comunidades lin-gsticas distintas.

    3) La definicin siguiente traslada completamente el nfasis de la lengua compartida a la comunicacin. Una forma simple de esta definicin es la dada por Leonard Bloomfield (1933: 42):

    Una comunidad lingstica es un grupo de gente que se interrela-ciona por medio de la lengua .

    Lo que deja abierta la posibilidad de que algunos se interrelacionen por medio de una lengua y otros por medio de otra. Esta posibilidad se re-conoce explcitamente en la definicin dada por John Gumperz (1962):

    Definimos [comunidad lingstica] como un grupo social que pue-de ser monolinge o multilinge. que se mantiene unido por la frecuencia de patrones de interaccin social y delimitado de las reas circundantes por la escasez de lneas de comunicacin.

    4) Sin embargo, una definicin posterior de Gumperz introduce la condicin de que tienen que existir algunas diferencias especficamente

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    l ! lingsticas entre los miembros de dentro de una comunidad lingstica y los de fuer~ ( 1968):

    La comunidad lingstica: cualquier conjunto humano caracteri-zado por una interrelacin regular y frecuente por medio de un cuerpo compartido de signos verbales y distinguible de otros con-juntos semejantes por diferencias significantes en el uso del len-guaje.

    Contrariamente a la definicin (2), esta ltima no exige que haya slo una lengua por cada comunidad lingstica. El resultado de poner el n-fasis en la comunicacin y en la interrelacin, como se hace en estas dos ltimas definiciones, es que comunidades lingsticas diferentes tendern a no imbricarse mucho, por contraposicin a las primeras definiciones, se-gn las cuales el entrecruzamiento surge automticamente con el bilin-gismo.

    5) Una definicin relativamente reciente pone el nfasis en las acti-tudes compartidas respecto al lenguaje, ms que sobre el comportamiento lingstico compartido. Es la dada por William Labov (1972a: 120):

    La comunidad lingstica no viene definida por un acuerdo se-alado sobre el uso de los elementos lingsticos, tanto como por participacin en un conjunto de normas compartidas; tales nor-mas pueden ser observadas en tipos manifiestos de comportamien-to evaluativo [ver infra 6.2], y por la uniformidad de modelos abstractos de variacin que son invariables respecto a particula-res niveles de uso [ver 5.4 .1] .

    Definiciones parecidas, por referencia a normas compar tidas y a modelos abstractos de variacin, ms que a comportamientos lingsticos compar-tidos, han sido propuestos por Dell Hymes (1972) y Michael Halliday (1972). Como puede observarse, una definicin as hace hincapi en la comunidad lingst ica como un grupo de gente que se siente comunidad en algn sentido, ms que un grupo reconocido tan slo por el lingista o el extrao, tal como daban a entender las primeras definiciones.

    6) Finalmente, hay un punto de vista que permite evitar el trmino 'comunidad lingstica' por completo, y que hace referencia a caracters-ticas d!stintivas del habla as como a otras caractersticas sociales. Hay que advertir que los grupos son los que el hablante individual percibe como existentes, y no necesariamente los que pudiera descubrir el socilogo me-diante mtodos objetivos; y puede que los grupos no agoten la poblacin por completo, sino que puede que representen los casos claros de ciertos tipos sociales, es decir, los 'prototipos' en el sentido de 3.2.2). Este pun-to de vista es el abogado por Robert Le Page (1968a):

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  • Cada individuo crea los sistemas de su comportamiento verbal de modo que se asemejen a los del grupo o grupos con los que oca-sionalmente desea ser identificado, hasta el punto de que a. l puede identificar a los grupos, b. t iene ocasin y habilidad para observar y analizar sus siste.. mas de comportamiento, c. su motivacin es lo sufiqentemente fuerte como para empu-jarle a escoger y adaptar su comportamiento de acuerdo a tales sistemas, d. todava es capaz de seguir adaptando su comportamiento.

    Este es el punto de vista mencionado en 1.3.1, segn el cual el indi-viduo se sita l mismo en un espacio multidimensional, siendo defini-das estas dimensiones por los grupos que l pueda identificar en la so-ciedad. Contrariamente a las 'comunidades lingsticas' definidas en (3), (4) y (5), estos grupos se imbrican de modo definitivo. As, por ejemplo, un nio puede identificar grupos de acuerdo al sexo, edad, geografa y co-lor, y a cada agrupacin puede contribuir en algo a la combinacin parti-cular de los elementos lingsticos que el n io selecciona como su propio lenguaje.

    Nuestra ltima cita, de Dwigh t Bolinger, identifica a estos grupos como comunidades lingsticas, y subraya la ilimitada complejidad que puede darse (Bolinger 1975: 333):

    No hay lmites a las formas en que los seres humanos se asocian para la auto-identificacin , seguridad, logros, diversiones, celebra-ciones, o cualquier otra clase de propsitos comunes; consecuen-temente, no hay lmite al nmero y variedad de comunidades lin-gsticas que puedan darse en la sociedad.

    Segn este punto de vista, puede esperarse que cualquier poblacin (sea una aldea, una ciudad, o un Estado entero) contenga de hecho una gran cantidad de comunidades lingsticas con participacin imbricada de sus miembros y con imbricacin de sistemas lingsticos. La salvedad que hace Le Page ('en la medida en que pueda l identificar a los grupos') deja abierta la posibilid.id de que miembros diferentes de la poblacin tengan conciencia de la existencia de grupos diferentes. Si partimos de que las comunidades lingsticas deben tener algn modo de realidad psicolgica para sus miembros (como en la definicin (5) supra), entonces debemos identificar distintas comunidades lingsticas en una misma poblacin se-gn la persona cuyo punto de vista tomemos.

    Hemos pasado as de una definicin muy simple de 'comunidad lin-gstica' a otra muy compleja. Cmo podemos evaluar estas distintas de-finiciones? Una respuesta sera que todas ellas son, por supuesto, 'corree-

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    tas' , puesto que cada una de ellas nos permite definir un conjunto de gente que tiene lingsticamente algo en comn: una lengua o dialecto, interac-cin por medio del habla, una esfera de variedades y reglas para usarlas, un campo dado de actitudes respecto a las variedades y a los elementos. El conjunto de gentes definido en base a Jos distintos . factores pueden, desde luego, diferir radicalmente -uno de los criterios permite la imbri-cacin de conjuntos, otro lo prohbe, etc.-, pero no hay por qu intentar reconciliar las distintas definiciones entre s, puesto que las mismas inten-tan reflejar fenmenos distintos. Por otra parte, se mantiene el hecho de que todas ellas pretenden ser definiciones de la misma cosa - la 'comuni-dad lingstica'- y el tono de algunas definiciones dadas ms arriba (prin-cipalmente la (5) de Labov) implica que es cuestin de encontrar la 'verdadera' definicin ('la comunidad lingstica no viene definida por ... tanto como por ... ') . Adems, la palabra 'comunidad' implica algo ms que la existencia de una prcpiedad comn; despus de todo, nadie hablara de la 'comunidad' de la gente cuyos nombres empiezan por la letra h, o de aquellos que han sobregirado sus cuentas. Para poder ser una 'comu-nidad', un grupo de gente seguramente debe de distinguirse del resto del mundo por ms de una propiedad , y algunas de estas propiedades han de ser importantes desde el punto de vista de la vida social de sus miembros. La cuestin, pues, es cul de las definiciones de 'comunidad lingstica' nos conduce en este sentido a comunidades genuinas.

    P odra pensarse que todas ellas lo hacen. Aun tomando la ms simple de las definiciones, segn la cual una comunidad lingstica es simplemen-te el conjunto de gente que utiliza una lengua o dialecto dado, es difcil imaginar una comunidad tal que pose: tan slo la lengua comn o dialecto para distinguirla de otra gente: nada de su cultura, nada del lugar que habitan, etc. Claro que tan pronto entra en escena el facror de la inter-accin, no hace fal ta decir que habr otras caractersticas adems de la interaccin. Esta respuesta tiene el atractivo de resolver el aparente con-flicto ent re las definiciones de 'comunidad lingstica', pero conduce inevi-tablemente a la conclusin de que distintas comunidades lingsticas se intersectan unas con otras de forma compleja. As, por ejemplo, una co-munidad definida en funcin de la interaccin puede incluir partes de mu-chas comunidades definidas en funcin de variedades lingsticas compar-tidas. Se ver que es sta precisamente la nocin de 'comunidad lingstica' tal como est definida en ( 6) , de modo que podemos tomar ( 6) como el punto de vista ms completo que incluye a todos los dems, y que, por tanto, los hace innecesarios.

    Tal conclusin puede parecer satisfactoria, puesto que reconcilia defi-niciones en conflicto unas con otras y las sustituye por una nica defini-cin. Sin embargo, suscita un problema importante, puesto que la nocin 'comunidad lingstica' as definida resulta mucho ms difcil de utilizar con el fin de hacer generalizaciones sobre la lengua y el habla que las

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  • clases de comunidades lingsticas definidas segn las primeras definiciones. Lo que sera de gran ayuda al sociolingista en su trabajo, sera el poder identificar alguna clase de comunidad lingstica respecto a la que pu-diera hacer todas sus generalizaciones, y mucho de la sociolingstica se ha llevado a cabo bajo la creencia de que ello es posible. As, por ejem-plo, el contexto de la definicin de Latiov sobre 'comunidad ~gstica' dada anteriormente es una exposicin de su trabajo sobre la clUdad de Nueva York, que l pretende que puede ser tratada como una nica co-munidad lingstica respecto a la cual puede hacerse una gran cantidad de generalizaciones. De hecho, llega al punto de proponer que su com~nidad comparte una nica gramtica comunitaria>> (ver 5.5.1). La defini-cin de 'comunidad lingstica' preferida por nosotros predice que no po-dr existir un conjunto nico de gente, tal como el que vive en la ciudad de Nueva York, respecto al que al sociolingista le sea posible hacer to-das sus generalizaciones; por el contrario: distintas afirmaciones sern ver-daderas de comunidades delimitadas segn distintos criterios. Como se ver, esta conclusin quedar ampliamente corroborada por los datos y ra-zonamientos de las siguientes secciones.

    Ms importante an, cabe la duda de si la nocwn de 'comunidad lin-gstica' resulta til de alguna forma, o si conduce a equvoco. Tal nocin implic la existencia de grupos discretos de gente en la sociedad que el sociolingista debiera ser capaz de identificar, de modo que una deter-minada persona sera miembro de un grupo particular o no lo sera. El primer problema es que la definicin ( 6) establece explcitamente que ta-les grupos slo son reales en la medida en que algn hablante es cons-ciente de su existencia, Jo que deja abierta l a posibilidad de que algunos grupos puedan ser delimitados sin claridad por el hablante en cuestin. Puede que se d cuenta de que una variedad particular o elemento sea utilizada por los 'norteos' o por los nios, pero que no tenga ni idea de por dnde hacer la separacin entre los norteos y los sureos, o entre los nios y los adultos. El segundo problema, que se discutir con algn detalle en 5.4.3, es que por lo menos en algunos casos resulta mejor ana-lizar las relaciones de la gente en funcin de la red de relaciones indivi-duales ms que en funcin de los grupos a los que puedan o no pertene-cer. En otras palabras, es posible que las comunidades lingsticas no existan realmente en la sociedad ms que como prototipos en la mente de la gente, en el cual caso la bsqueda de la 'verdadera' definicin de 'co-munidad lingstica' es simplemente como la caza de un fantasma.

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    2.2 Lenguajes

    2.2.1 'Lengua' y 'dialecto'

    En lo que queda de este captulo, intentaremos echar una ojeada a las clases ms conocidas de variedad lingstica: 'lengua', 'dialecto ' y ' registro'. Veremos que los tres conceptos son extremadamente problem-ticos tanto en el momento de encontrar una definicin general para cada uno de ellos y que lo distinga de los dems, como desde el punto de vista de encontrar criterios para delimitar variedades.

    Consideremos primero el concepto de 'lengua'. Qu quiere decir que alguna variedad es una lengua? Antes que nada, he aqu una pregunta acerca del uso popular: qu quiere decir la gente normal cuando afirma que alguna variedad es una lengua? Despus de contestar a la pregunta de esta forma, podemos o no considerar el trmino 'lengua' como un tr-mino tcnico, y decir cmo proponemos que se use en sociolingstica. Nos vendr bien hacerlo as, si vemos que el uso popular refleja alguna clase de realidad a la que queramos referirnos en sociolingstica, pero si lle-gamos a la conclusin de que el uso popular no refleja tal realidad, en-tonces no habr n ingn motivo para definir 'lengua' ms explcitamente con el fin de usarlo como trmino tcnico.

    Algo que queda fuera de duda es la importancia de estudiar el trmi-no 'lengua' simplemente como parte del vocabulario del ingls, junto con 'bien-hablado', 'gato' y dems vocabulario que refleja las partes de la cultu-ra relacionadas con la lengua y el habla. Es parte de nuestra cultura el distinguir entre 'lenguas' y 'dialectos ' . De hecho, solemos hacer dos dis-tinciones diferentes al usar estos trminos, y podemos sacar conclusiones de este hecho acerca de la visin del lenguaje que la cultura nos ha he-cho heredar (ai igual que podemos usar el vocabulario como prueba de otros aspectos de la cultura; vase 3.2.1).

    En este aspecto podemos comparar nuestra cultura con otras en las que no se hace tal distincin. Segn Binar Haugen (1966), po; :jemplo, esto es lo que ocurra en Inglaterra antes de que en el Renac1m1ent

  • critura y literatura, en contraposicin a las variedades regionales que no tienen escritura, las cuales reciben el nombre de patois. El propsito de esta discusin es mostrar que nq_ hay nada absoluto respecto a la distin-cin que el ingls viene a hacer entre 'lenguas' y 'dialectos' (y para los lectores conocedores de alguna lengua distinta del ingls, difcilmente hu-biera sido necesaria esta discusin).

    Qu diferencia hay, pues, e:ltrc lengua y . ~ia~ec.t?_ . .Para los h_a!?la~tes_ de ingls? Hay dos formas de distinguirlos, y esta ambigedad ha sido causa de gran confusin. (Haugen [ 1966] argumenta que la razn de la ambigedad, y la subsiguiente confusin, reside precisamente en el hecho de que la palabra 'dialecto' fuera tomada prestada del griego, donde exis-ta la misma ambigedad.) Por una parte, hay una diferencia _de tamaf!_o, puesto que la lengua es ms extensa que el dialecto. Es decir que una variedad llamada lengua contiene ms elementos que una llamada dialec-to. En este sentido podemos referirnos al ingls como una lengua que contiene la suma total de todos los trminos de todos sus dialectos, inclu-yendo el 'ingls estndar' como uno ms entre ellos (el ingls de Yorkshire, el ingls de la India, etc.). De ah, pues, el mayor tamao de la lengua inglesa.

    La otra diferencia entre 'lengua' y 'dialecto' es una cuestin de pres-tigio, prestigio que posee la lengua y del que el dialecto carece. Si aplica-mos el trmino en este sentido, el ingls estndar (es decir, la forma de ingls que se usa en este libro) no es en absoluto un dialecto, sino una lengua, mientras que las variedades que no se usan en la escritura son dialectos. El que una variedad sea llamada lengua o dialecto depende del prestigio que uno crea que tal variedad tiene, y para mucha gente ste es un asunto muy claro, que depende del hecho de que sea usado en la escritura formal. Consecuentemente, los habitantes de las Islas Britnicas habitualmente se refieren a las lenguas no escritas (o que creen que no tienen escritura) como a dialectos, o 'simples dialectos', independiente-mente de si existe o no una lengua (propia) con la que estn relacionados. (Naturalmente sera absurdo utilizar de esta manera la palabra 'dialecto' en el sentido del 'tamao'. ) El hecho de que pongamos tanto peso en si es o no una forma escrita al distinguir entre 'lengua' y 'dialecto', es una de las cosas interesantes que los trminos nos muestran sobre la cultura britnica, y volveremos sobre la importancia de la escritura en 2.2.2.

    2.2 .2 Lenguas estndar

    Es probablemente adecuado decir que la nica variedad que pueda considerarse como lengua propiamente dicha {en el segundo sentido de 'lengua') sea la lengua estndar. Las lenguas estndar son interesantes en cuanto que tienen con la sociedad una relacin ms bien especial -una

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    relacin bastante anormal, si se la compara al contexto de las decenas (o centenas?) de miles de aos que hace que existen las lenguas. Mien-tras que suele creerse que el desarrollo normal del lenguaje suele produ-cirse de forma ms bien azarosa, muy por debajo del nivel de conciencia de los hablantes, las lenguas estndar SQIL_el resultado de una interven-cin directa y deliberada de la sociedad. Esta intervencin, llamada 'estan-darizacin', produc una lengua estndar donde anteriormente slo haba 'dialectos' (es decir, variedades no-estndar).

    La. nocin de 'lengua estndar' es un tanto imprecisa, pero una len-gua estndar habr tenido que pasar por los procesos sealados a continua-cin (Haugen 1966; para una lista un poco distinta vase Garvin & Ma-thiot 1956).

    1) Seleccin. De una forma u otra debe haber sido seleccionada una variedad particular como la que va a ser desarrollnda como lengua estn-dar. Puede que sea una variedad ya existente, como la usada en un cen-tro poltico o comercial importante, pero tambin podra ser una amal. gama de distintas variedades. La eieccin es un asunto de mucha impor-tancia social y poltica, ya que la variedad escogida suele necesariamente ganar prestigio, y as la gente que ya lo habla comparte ese prestigio. Sin embargo, en algunos casos la variedad escogida h) sido una variedad sin absolutamente hablantes nativos, como por ejemplo el hebreo clsico en I srael y el bahasa de Indonesia (lengua de reciente creacin) ; ver 2 .5 .3 para la nocin de 'pidgin') en I ndonesia (Bell 1976: 167).

    2) Codificacin. Alguna institucin tal como la Academia tiene que haber escrito diccionarios y libros de gramtica para 'fijar' una variedad, de forma que todos puedan ponerse de acuerdo en lo que es correcto. Una vez hecha la codificacin, hace falta que todo ciudadano ambicioso aprenda las formas correctas y que no use en la escritura ninguna de las formas 'incorrectas' que puedan existir en su variedad nativa, lo que pue-de suponer un montn de aos de su carrera escolar.

    3) Elaboracin funcional. Tiene que ser posible utilizar la variedad seleccionada en todas las funciones asociadas con el gobierno central y con la escritura, por ejemplo en el parlamento y en los tribunales, en docu. mentas burocrticos, educativos y cientficos de toda clase, y, naturalmen-te en los diversos gneros literarios. E llo puede suponer que haya que aadir elementos lingsticos adicionales a la variedad seleccionada, espe-

    ci~lmente palabras tcnicas, pero tambin hace falta desarrollar nuevas convenciones para usar las formas existen tes: cmo formular preguntas de exmenes, cmo escribir cartas en estilo formal, etc.

    4) Aceptacin. La variedad elegida t!!Qe que ser aceptada por la po-blacin afectada como la variedad de la comunidad; de hecho, normal-mente como la lengua nacional. Una ve:z que ha sucedido as, la lengua estndar sirve de potente elemento unificador del Estado, como smbolo de su independencia con respecto a otros Estados (suponiendo que tal es-

    43

  • tndar sea nico y no compartido con otros), y como una marca de su diferencia frente a otros Estados. Es precisamente esta funcin simblica la que en cierta medida impulsa a los Estados a desarrollar una lengua es-tndar.

    Este anlisis de los factores involucrados especficamente en la estan-darizacin ha sido bastante ampliamente aceptado por los sociolingistas (para ms detalles y ejemplos ver Garvin 1959, Garvin & Mathiot 1956, Hall 1972, Macaulay 1973, Trudgill 1974: 149). Sin embargo, hay un amplio campo de debate y de desacuerdo acerca de la deseabilidad de der. tos aspectos de la estandarizacin. Por ejemplo, ni siquiera es necesario que la estandarizacin tenga que incluir aspecros de pronunciacin igual que de escritura (Macaulay 1973), ni que la lengua estndar deba pre-sentarse como la nica variedad 'correcta' (aspecto discutido por muchos lingistas y sociolingistas, sobre todo por Trudgill 197 5a; ver tambin infra 6.2). Adems, un tratamiento que convenga a una comunidad puede que no convenga a otra, de forma que es preciso mostrar mucho cuidado, sensibilidad, sabidura y conocimiento para tener xito en un programa de estandarizacin (Kelman 1972).

    Esta seccin sobre la lengua estndar es la nica de este libro que tra-ta con algn detalle de los problemas a gran escala de la sociologa del lenguaje (ver 1.1.3 para la diferencia entre sociolingstica y sociologa del lenguaje), pero se ha incluido por tres razones. En primer lugar, es relevante para la discusin del segundo significado de 'lengua' introducida en 2.2.1 (donde 'lengua' = 'lengua estndar'). En segundo lugar, es in. teresante ver que la lengua puede ser deliberadamente manipulada por la sociedad. En tercer lugar, y ms importante acaso, para hacer resaltar el carcter inslito de las lenguas estndar, las cuales son quizs las formas de lenguaje menos interesantes para cualquiera que se muestre interesado por la naturaleza del lenguaje humano (como lo estn muchsimos lingis-tas). Acaso se podra describir la lengua estndar como patolgica por su falta de diversidad. Para ver el lenguaje en su estado 'natural', hay que buscar una variedad que no sea ni la lengua estndar ni un dialecto subor-dinado a un estndar (ya que tambin estas ltimas muestran caracters-ticas patolgicas, especialmente por la dificultad de hacer afirmaciones so-bre el dialecto no-estndar sin ser influidos por el es tndar). La irona, na-turalmente, es que la lingstica acadmica es susceptible de originarse tan slo en una sociedad con una lengua estndar, como es el caso de Ingla-terra, los Estados Unidos, o Francia, y la primera lengua a la que los lingistas prestan atencin es a la suya propia : la estndar.

    2.2.3 La delimitacin de lenguas

    Volvamos ahora a la pregunta planteada al comienzo de 2.2: Qu

    44

    1 1

    queremos decir al afirmar de una variedad que es una lengua? Podemos aclarar ahora la cuestin, distinguiendo entre los dos significados de 'len. gua' basados, respectivamente, en el prestigio y en el tamao. Hemos dado ya una respuesta sobre la base del prestigio: una lengua es una lengua estndar. En principio es sta una distincin absoluta: una variedad o es lengua estndar, o no lo es. (No queda claro, sin embargo, que algunas lenguas"'sean ms estndar que otras; el francs estndar, por ejemplo, ha sido codificado mucho ms rgidamente que el ingls estndar.) Al tratar de la otra distincin, basada en el tamao, la situacin es muy distinta, ya que todo resulta relativo. As, por ejemplo, en comparacin con una determinada variedad, otra puede que sea extensa, pero comparada con otra ms, puede que sea reducida. La variedad que comprende todos los elementos usados en la Gran Bretaa parece extensa comparada, digamos, con el ingls estndar o el cockney, pero reducida si la comparamos con la variedad que comprende todos los elementos usados en cualquiera de los pases 'anglo-hablantes'. Siendo esto as, la afirmacin de que una va-riedad particular es una lengua, en el sentido de su 'tamao', es muy poco significativa. Hay, pues, algn modo por el que la distincin entre 'len-gua' y 'dialecto' basada en el tamao pueda hacerse menos relativa? Anti. cipemos que nuestra respuesta es negativa.)

    El candidato obvio para otro criterio es el de la mutua inteligibilidad. Si los hablantes de dos variedades pueden entenderse, entonces las va-riedades en cuestin son componentes de la misma lengua; en caso con-trario, no lo son. Es ste un criterio usado muchas veces, pero que no puede tomarse muy en serio, puesto que plantea graves problemas en el momento de su aplicacin.

    1) Incluso el uso popular no se corresponde consistentemente con este criterio, ya que variedades que nosotros (como profanos) considera-mos lenguas diferentes pueden ser mutuamente inteligibles (por ejemplo las lenguas escandinavas, a excepcin del finlands y el lapn), mientras variedades que consideramos como la misma lengua puede que no lo sean (por ejemplo los llamados 'dialectos' del chino). El uso popular tiende a reflejar la otra definicin de lengua, la basada en el prestigio, de modo que si dos variedades son ambas lengua estndar, o estn subordinadas a distintos estndares, tienen que ser lenguas distintas; y, al revs, tienen que ser la misma lengua si ambas variedades estn subordinadas al mis-mo estndar. Ello explica la diferencia de nuestras creencias respecto a las variedades de Escandinavia y las de China: cada pas escandinavo posee una lengua estndar distinta (Noruega, de hecho, posee dos) , mientras que toda la China slo tiene una. (Es curioso el efecto que produce la situa-cin de China: una persona de Pekn no suele poder entender a una de Cantn o de Hong Kong que hsble su propio dialecto, pero s al escribir el estndar.)

    2) La mutua inteligibilidad suele ser una cuestin de grado, varan-

    45

  • do desde una inteligibilidad total hasta una total in-inteligibilidad. A qu nivel de la escala deben encontrarse dos variedades para que puedan con. siderarse como miembros de una misma lengua? Sinceramente, sta es una pregunta que ms vale evitar .que contestar, puesto que cualquier res-puesta ser necesariamente arbitraria. (Merece la pena hacer notar que Gillian Sankoff ha desarrollado un sistema para calcular el grado de mu-tua inteligibilidad (1969), donde muestra claramente que la mutua inteli-gibilidad puede ser tan slo parcial al aplicarse a determinadas comuni. dades.)

    3) Las variedades pueden ser distribuidas a lo largo de un CONTI-NUUM DIALECTAL, una cadena de variedades adyacentes en la que cada par de variedades adyacentes son mutuamente inteligibles, y que los que se hallan en extremos opuestos de la cadena no lo son. Se dice que un conti-nuum de este tipo se extiende desde Amsterdam a travs de Alemania has-ta Viena, y otro desde Pars hasta el sur de Italia. El criterio de mutua inteligibilidad se basa, sin embargo, en la relacin entre lenguas, lo que es lgicamente distinto de la relacin de identidad de lengua, que se su-pone que trata de aclarar. Si A es la misma lengua que B, y B es la mis. ma lengua que C, entonces A y C deben ser tambin la misma lengua, y as sucesivamente. Identidad de lengua>> es, pues, una relacin transitiva, pero mutua inteligibilidad es una relacin intransitiva: si A y B son mutuamente inteligibles, y B y C son mutu&mente inteligibles, C y A no necesariamente son mutuamente inteligibles. El problema es que una re-ladn intransitiva no puede ser utilizada para dilucidar una relacin tran-sitiva.

    4) La mutua inteligibilidad no es realmente una relacin entre va-riedades, sino entre gente, puesto que es la gente, y no las variedades, la que se entiende entre s. Siendo esto as , el grado de mutua inteligibilidad depende no slo de la cantidad de imbricacin que se d entre los ele. mentas de las dos variedades, sino que depende de las aptitudes de la gente en cuestin. Un aspecto de mucha importancia es ra motivacin: cunto inters tiene la persona A en entender a la persona B? Ello de-pende de numerosos factores , tales como el aprecio de A respecto a B, o el distinto grado de deseo de subrayar las diferencias o las semejanzas culturales entre ellos, y as sucesivamente. La motivacin es importante, porque el entender a otra persona siempre requiere un esfuerzo por parte del oyente: sirva de prueba la posibilidad de 'desconectar ' cuando la mo-tivacin de uno es baja. Cuanto mayor sea la diferencia entre las varie-dades en cuestin, mayor ser el esfuerzo necesario, de modo que si A no puede entender a B, ello nos muestra simplemente que la empresa era demasiado grande para la motivacin de A, y no sabemos qu hu-biera ocurrido si su motivacin hubiera sido mayor. Otro aspecto rele-vante es la experiencia del oyente: qu cantidad de experiencia tiene sobre la variedad que est escuchando? Obviamente, cuanta mayor expe-

    46

    riencia previa tenga, ms facilidad tendr para entender. Ambos aspectos suscitan otro problema referente al uso de la mutua inteligibilidad como criterio, concretamente el hecho de que la mutua inteligibilidad '!2- til}_ne por qu ser recproca, puesto que A y B no tienen por qu tener el mis-mo grado de motivacin para entenderse mutuamente, ni tienen que ha-ber tenido necesariamente la misma experiencia previa de sus respectivas variedades. Normalmente suele ser ms fcil que un hablante de lengua no estndar entienda a un hablante de lengua estndar que al revs, en parte porque el primero habr tenido ms experiencia acerca de la va-riedad estndar (especialmente a t ravs de los medios de comunicacin) que al contrario, y en parte porque puede que l est motivado para mi-nimizar las diferencias culturales entre l mismo y el hablante de la len-gua estndar (aunque ello no ocurra necesariamente siempre as) , mientras que el hablante estndar puede que quiera subravar estas diferencias.

    En conclusin, la mutua inteligibilidad no funciona como criterio para delimitar lenguas en el sentido del 'tamao'. No hay ningn otro criterio que merezca la pena ser considerado como alternativa, de modo que de-bemos concluir (con Matthews 1979: 47) que no se puede trazar real-mente una distincin entre 'lengua' y 'dialecto' (excepto por referencia al prestigio, y en tal caso sera mejor usar el trmino 'lengua estndar' o sim-plemente 'estndar' mejor que simplemente 'lengua'). En otras palabras, el concepto 'lengua X' no tiene lugar en sociolingstica, ni, exactamen-te por las mismas razones, en lingstica . Lo nico que nos hace falta es la nocin de 'variedad X', ms la observacin obvia y sorprendente de que una variedad determinada puede ser relativamente semejante a algunas otras variedades y relativamente distinta de otras.

    2.2.4 El modelo de rbol de parentesco

    Un modo conveniente de representar las relaciones entre variedades es segn el modelo de rbol de parentesco, que fue desarrollado en el si-olo XIX como ayuda para el estudio histrico de las lenguas (para una ;xposicin acertada, ver Bynon 1977: 63). Este modelo permite mostrar el grado de proximidad de una serie de variedades habladas actualmente; es decir, cunto divergen unas de otras como resultado del cambio a lo largo de la historia. Tomemos, por ejemplo, el ingls, el alemn, el gals, el francs y el hind como variedades de lenguas relacionadas. Trazando una estructura arbrea por encima de estas variedades como en la Figu-ra 2.1, puede mostrarse que el ingls se relaciona ms de cerca con el alemn, un poco menos de cerca con el gals y el francs, y an menos con el hind. (Para un cuadro ms completo de las relaciones entre estas y muchas otras lenguas 'indoeuropeas', ver Bolinger 1975: 446.)

    Se ha aadido el chino para mostrar que no est relacionado en abso-

    47

  • Figura 2.1

    ingls alemn gals francs hind chino

    luto con las otras lenguas. Si se incluyen dos variedades en el mismo diagrama, se supone que se hace descender a ambas, a travs de cambios histricos, de una variedad 'antepasada' comn, la cual podra tener un nombre en el diagrama. As, podramos aadir el nombre 'proto-indoeuro-peo' en el ndulo superior del rbol, haciendo ver que todas las varie-dades representadas en la parte inferior (excepto el chino) descienden de esta nica variedad. De forma semejante, podramos denominar el ndulo que domina al ingls y al alemn como 'proto-germnico', para dar un nombre a la variedad de la que ambos descienden.

    El valor principal del modelo de rbol de parentesco para la lingstica histrica es que aclara las relaciones histricas existentes entre las varie-dades en cuestin, y que, en particular, da una clara idea de la cronologa relativa de los cambios histricos por los que han ido divergiendo las va-riedades. Desde el punto de vista actual, sin embargo, la ventaja es que un rbol de parentesco muestra una relacin jerrquica entre las varieda-des y que no hace distincin entre ' lenguas' y 'dialectos'. Ciertamente, en lingstica histrica es normal referirse a las variedades que proceden del latn como a 'dialectos' del latn (o 'dialectos romances'), aunque incluyan obviamente 'lenguas' (en el sentido prestigioso) tales como el francs es-tndar. Si hubiramos querido aadir el ingls de Y orkshire o el cockney a la lista de variedades, las hubiramos aadido simplemente debajo del ingls, sin darles un estatus diferente al de las otras . El nico cambio que necesitaramos hacer en la interpretacin del diagrama del rbol geneal-gico, en comparacin con la interpretacin histrica, es que los ndulos supel!iores no representaran unas variedades anteriores, a partir de las que descenderan las modernas (tal como del proto-indoeuropeo), sino unas variedades ms extensas que incluiran todos los elementos de las varieda-des inferiores.

    Aparte del atractivo que acabamos de hacer notar, sin embargo, el modelo del rbol de parentesco no es muy recomendable para el socio-lingista, ya que representa una exagerada idealizacin de las relaciones entre las variedades. En particular, no permite influencias entre las varie-dades, que en casos extremos podra incluso llevar a una fusin; que una variedad proceda de dos variedades distintas (vase Traugott 1977). Vere-mos en 2.5 que ello no suele de hecho suceder, y en 2 . .3.2 introdu-ciremos un modelo ms adecuado, la 'teora de las ondas'.

    48

    2.3 Dialectos

    2 . .3.1 Dialectos regionales e isoglosas

    Despus de haber rechazado la distincin entre 'lengua' y 'dialecto' (excepto por referencia al prestigio), podemos ahora fijarnos en una cues-tin incluso ms fundamental: Cules son los lmites precisos entre las variedades? El modelo jerrquico del rbol de parentesco implica que los lmites entre las variedades son claros a todos los niveles :!el rbol. Es as de hecho? Es posible, sobre todo, continuar un rbol as hacia los ni-veles inferiores, haciendo aparecer variedades cada vez menores, hasta lle-gar al nivel de los hablantes individuales (el 'idiolecto')? La respuesta, ne-cesariamente, es no.

    Si consideramos las diferencias de variedades menos discutibles basa-das en la geografa, debera ser posible, si el modelo del rbol de paren-tesco es correcto, identificar los llamados dialectos regionales dentro de una variedad ms amplia como el ingls. Afortunadamente, hay una gran cantidad de datos que aportan pruebas para la solucin de este problema, procedentes de esta disciplina llamada DIALECTOLOGA y, en especial, de la rama llamada GEOGRAFA DIALECTAL (ver Bloom.field 19.33: cap. 19, Chambers & Trudgill, en prensa; Hockett 1958: cap. 56; Hughes & Trud-gill 1979; Sankoff 1973a; Wakelin 1972; ver tambin infra 5.4.2). A par-tir del siglo xrx, los dialectlogos de Europa y de los Estados Unidos (y en menor escala los de las Islas Britnicas) han estudiado la distribucin geogrfica de los elementos lingsticos, tales como los pares de palabras sinnimas (por ejemplo, pail frente a bucket), o pronunciaciones distintas de una misma palabra, tales como farm, pronunciada con la /r/ o sin ella. Los resultados suelen plasmarse en un mapa, donde se muestran las for-mas que aparecen en cada localidad (la dialectologa suele tender a con-centrarse en las reas rurales para evitar la complejidad de las ciudades) . El dialectlogo puede entonces trazar las lneas del rea en donde se re-gistra un elemento y las reas donde se registran otros elementos, mar-cando un lmite llamado ISOGLOSA para cada rea (del griego iso- 'igual' y glossa, 'lengua').

    El modelo del rbol de parentesco permite hacer una importante pre-diccin acerca de las isoglosas, concretamente que no deben intersectarse. Esta prediccin es una consecuencia de la jerarqua estricta existente en el modelo entre las variedades, lo que permite tan slo dos tipos de rela- ' cin entre dos variedades: o bien una es antepasado de la otra, o las dos son 'hermanas'. Imaginemos ahora un hipottico estadio de cosas en don-de una variedad L ms extensa contiene dos elementos, x e y, ninguno de los cuales es usado por todos y cada uno de los hablantes de L. Po-dremos distinguir entre variedades de L que posean el elemento x y que no lo posean ( +x v - x), y otras que posean el elemento y o que no lo

    49

  • posean (+y, -y), y que de hecho existan las cuatro combinaciones posi-bles de estas variedades: hablantes que tengan ambos elementos ( +x, +y), otros que no tengan ninguno de los dos (-x, -y), y aqullos que sola-mente tengan el uno o el otro ( +x, -y o -x, +y) . En qu rela~n estatan entonces las vatiedades definidas por x ( + x, -x) y las definidas por y (+y, -y)? Qu relacin habra, por ejemplo, entre la variedad x y la variedad y? Est claro que ninguna de ellas es el antepasado de _la otra ya que nio.guna de ellas contiene a la otra por completo, pero run-gun~ de ellas es hermana de la otra, puesto que cada una de ellas contiene parcialmente a la otra. Este tipo de situacin es, pues, incompatible con el modelo del rbol de parentesco.

    Hay muchos paralelismos reales de esta situacin hipottica. Por men-cionar tan slo un ejemplo, en el sur de Inglaterra hay dos isoglosas que se intersectan tal como se ve en el Mapa 2.1 (basado en Trudgill 1974b: 159 y Wakelin 1978: 9). Una de las isoglosas separa la regin (hacia el norte) donde some se pronuncia con la misma vocal que stood, de la re-gin donde se pronuncia con la vocal abierta [ 1\ _J, . igual que, en el ~~ceived Pronunciation (RP) *, el modo de pronunciacin de mas prest1g10 de Inglaterra (ver Gimson 1962: 83). La otra isoglosa separa la regin (hacia el nordeste) donde la r de farm no se pronuncia, de la regin donde s se pronuncia. La nica forma de conciliar este hecho con el modelo del rbol de parentesco sera dando prioridad a una isoglosa frente a la otra, pero tal decisin sera arbitraria y dejara de todas formas desco?e.c~~da la isoglosa subordinada, representando cada una de ellas una subdiv1s1on de una. variedad distinta, mientras que, de hecho, cada una de ellas repre-senta claramente un fenmeno particular. Ejemplos como ste podran multiplicarse indefinidamente (pata algn otro ejemplo particular, vase mapa en Bolinger 1975: 349; y para una exposicin erudita, ver Sankoff 1973a).

    A partir de tales hechos, muchos dialectlogos han sacado la conclu-sin de que cada elemento tiene su propia distribucin dentro de la po-blacin de hablantes, y que no hay razn algnna para suponer que ele-mentos distintos tengan idntica distribucin (Bynon 1977: 190). Parece sta la nica conclusin que puede deducirse de los datos, aunque uno podra mostrar sus reservas acerca del grado de diferenciacin existente en-tre los elementos; la clase de datos, por ejemplo, a los que nos referamos ms arriba, con isoglosas que se intersectan de manera catica, es mucho menos comn en Alemania que en Francia (Bynon 1977 : 191, Matthews 1979: 47). Pero esto conduce a la ulterior conclusin de que no es nece-sario que las isoglosas delimiten variedades, excepto en el sentido trivial en que las variedades constan de slo un elemento; y si no podemos ut~lizar las isoglosas para delimitar variedades, qu es lo que podemos ut1-

    * Pronunciacin prestigiosa, clsica o estndar. (N. del T .)

    50

    KEY: C071U! [kum) H++++++-1-[kAID]

    farm _[~ [fo :rm]

    Mapa 2.1

    Iizar? Parece que no hay alternativa, y que nos hallamos en una posicin similar a la anterior en nuestra discusin de las lenguas: no hay forma de delimitar las variedades, y por lo tanto debemos concluir que las varieda-des no existen. Lo nico que existe son hablantes y elementos, y los ha-blantes pueden presentar un mayor o menor grado de homogeneidad res-pecto a los elementos de su lenguaje. Aunque no atrayente, esta conclusin es al menos verdadera, e incidentalmente suscita cuestiones tales como qu es lo que determina la cantidad y clase de homogeneidad entre la gente.

    2.3.2 La difusin y la teora de las ondas

    Ya en el siglo XIX se desarroll una alternativa al modelo del rbol de parentesco para dar cuenta de la clase de fenmeno que acabamos de considerar. Se denomina TEORA DE LAS ONDAS, y se basa en la hiptesis de que los cambios lingsticos se extienden desde centros de influencia hacia las zonas circundantes, ms o menos de la misma forma en que se extiende la onda de agua de un emba!se al echar una piedra. Este punto de vista del cambio lingstico es aceptado por casi todos, si no todos, los eruditos, tanto en el campo de la lingstica histrica (para una expo-sicin detallada, ver Bynon 1977: 192) como en el de la sociolingstica, donde tal punto de vista ha sido desarrollado principalmente por Charles-} ames Bailey ( 197 3), Derek Bickerton ( 1971 , 1973, 197 5 ) y David De-Camp (197lb). (El trabajo terico de estos sociolingistas basado en la teora de las ondas lo trataremos en 5.5.2.)

    La .teora de las ondas explica por qu se intersectan las isoglosas pos-tulando diferentes focos geogrficos de irrnGacin de los distintos ele-mentos. La isoglosa entre dos elementos como farm con y sin /r/, mues-tra el lugar donde termina la influencia de un elemento y empieza la de otro; en la hiptesis de que uno de los elementos represente una innova-

    51

  • r"~J 1.

    cin, querra decir que la isoglosa seala los puntos ms lejanos que ha alcanzado el nuevo elemento cuando el dialectlogo ha recogido sus da- tos. No hay ninguna razn por la que innovaciones conducentes a cual-quiera de las dos isoglosas hayan tenido que producirse en el mismo lugar

    1 -ni incluso en la misma poca-, de modo que no hay ninguna razn es-

    / p_ecial que impida qu~ las. isoglosas se intersecten. Volvi~ndo a la analoga, st se e~han dos o mas ptedras a un embalse, no hay ntnguna razn para que catgan todas en el mismo lugar, y podra haber muchos centros de influencia desde los que se extenderan e intersectaran las ondas. Ade-ms, los centros pueden cambiar con el tiempo, segn nazcan o se desva-nezcan las distintas influencias. Cada centro representa un elemento in-novador distinto desde el que las 'ondas' se extienden en distintas direc-ciones.

    La analoga falla en que las ondas de influencia lingstica suelen 'con-gelarse' y dejan de expandirse, debido a que la influencia del punto de origen no es lo suficientemente fuerte como para seguir mantenindolas. En otras palabras, en funcin de la teora de los actos de identidad (ver 1.3.1), la influencia de un elemento termina cuando los individuos de-ciden, por cualquier razn, no identificarse con el grupo que lo usa. Lo que significa que la isoglosa puede hallarse en el mismo lugar donde se hallaba hace un siglo -contrariamente a las ondas de un embalse-, ya que la fuerza de influencia del grupo con el que se asocia el elemento puede que no sea lo suficientemente potente como para hacerla avanzar ms. Adems, no es necesario que un elemento suponga una innovacin para influir en la gente, puesto que sus efectos dependen de la situacin social del grupo con el que se le asocia (lo que hemos llamado su 'comuni-dad lingstica' en 2.1.4 ), ms que de su novedad . Es bastante posible que una forma relativamente arcaica arrincone a una forma ms nueva que se haba extendido. As, por ejemplo, en algunos lugares de los Estados Un-dos la pronunciacin de palabras corno farm con /r/ est desplazando la pronunciacin sin /r/, aunque de hecho la innovadora sea es ta ltima (tal corno indica la escritura). Presentaremos un ejemplo de tal rea en 5.2.2.

    ~espus de estas observaciones parece mejor abandonar la analoga de las ptedras que caen _en el embalse. Una analoga ms adecuada sera quizs la de las distintas especies de plantas sembradas en un campo, expandin-dose por dispersin de sus semillas sobre un rea determinada. En la ana-loga: cada elemento estara representado por una especie distinta, con su propta proporcin de dispersin de la semilla, y la soglosa estara repre-sentada por el lmite de extensin de cada especie. Especies diferentes podran coexistir en el mismo espacio (una relajacin de las leyes botni-cas normales), per? habra que hacer notar las especies en competicin mutua, correspondientes a elementos que proporcionan modos alternati-vos d~ expresar la msm~ cosa (como las dos pronunciaciones de farm). Las ventaJaS de esta analogta son que no hace falta que la distribucin de

    52

    especies en el campo est en constante cambio con respecto a cada ele-mento, y que en la analoga puede estar representado cada elemento, y no slo aqullos que fueran innovadores.

    Segn esta nueva analoga, una innovacin lingstica sera como una nueva especie que hubiera brotado (o por mutacin o por haber sido trada de fuera), y que puede o no prosperar. Si prospera, puede que se extienda y sustituya a algunas o todas sus contrincantes pero si no

    ' ' ' puede o bien morir o bien quedarse confianada en un rea pequea del campo (es decir, en una comunidad lingstica muy pequea). El hecho de que una especie se desarrolle o no, depende de la fuerza con que crez-can sus representantes (es decir, de la fuerza e influencia de su comunidad lingstica): cuanto mayores sean las plantas, ms semillas producirn, y mayor ser la oportunidad de que la especie conquiste nuevo territorio.

    2 . .3.3 Los dialectos sociales

    Por supuesto que los dialectos no estn distribuidos tan slo geogr-ficamente, como se ha dado a entender en lo expuesto hasta el presente. Hay dos fuentes ms de complejidad. En primer lugar, suele existir movi-lidad geogrfica: gente que se desplaza de un sitio a otro, llevndose con-sigo sus dialectos aun cuando los vayan modificando con el tiempo para integrarse en el nuevo entorno. As, el ir sealando en un mapa a los hablantes puede producir un modelo ms o menos desordenado segn la movilidad de la poblacin (problema que normalmente se evita en dialec-tologa seleccionando como informantes a hablantes que nacieron y cre-cieron en el lugar que ahora habitan).

    La segunda fuente de complejidad nace del hecho de que la geografa es solamente uno de los factores relevantes, siendo otros factores rele-vantes la clase social, el sexo y la edad (ver 5.4.2 ). Los dialectlogos, pues, hablan de DIALECTOS SOCIALES, O de SOCIOLECTOS, para referirse a dife-rencias no regionales. Debido a estos otros factores, puede que un ha-blante muestre ms semejanza en su lengua con gente del mismo grupo social de una regin distinta que con gente de otros grupos sociales, aun-que sean de la misma regin. De hecho, una de las caractersticas de la estructura social jerrquica de un pas corno la Gran Bretaa es que la clase social suele prevalecer sobre el factor geogrfico como determinante del habla, de modo que se da mucha mayor variacin geogrfica entre la gente de las clases sociales bajas que entre la gente de la 'cumbre' de la masa social. Lo que ha llegado hasta el punto de que la gente que ha pasado por el sistema escolar pblico (o quiere aparentar que lo ha he-cho) caractersticamente no tiene en absoluto rasgos regionales en su len-gua. Esta es una caracterstica de la Gran Bretaa, y no se da en otros pases como los Estados Unidos o Alemania, donde la 'gente de la cum-

    53

  • bre' dejan ver su lugar de origen a travs de la pronunciacin, aunque se-guramente tambin a travs de algunos otros aspectos de su lenguaje.

    Debido a diferencias de apreciacin respecto a las distinciones regio-nales y sociales entre la pronunciacin y otros aspectos del lenguaje, sue-le ser norma~ distinguir entre acento y dialecto, queriendo indicar con ACENTO slo la pronunciacin, y con DIALECTO cualquier aspecto de la lengua, incluida la pronunciacin. Ello nos permite distinguir entre dia-lecto esrndar (que debera llamarse 'la lengua estndar', ver 2 .2.2) y da. lectos no-estndar, y tambin poder hacer afirmaciones aparte respecto de la pronunciacin en funcin de los acentos. As, en la Gran Bretaa po-demos decir de mucha gente que tiene un acento regional pero que usa el dialecto estndar, y que unos pocos hablantes selectos usan un acento RP (Received Pronunciation) con el mismo dialecto estndar. Suele resultar una confusin grande si se identifica el dialecto es tndar, que es cuestin de vocabulario, sintaxis y morfologa, con la 'RP'.

    En esta seccin no he hecho ms que introducir los trminos 'dialecto social' y 'acento', sealando que entre los hablantes hay diferencias lin-gsticas debidas no slo a factores geogrficos, sino tambin a otros fac-tores sociales. Los problemas de delimitar dialectos regionales tambin pue-den sin duda extenderse a los dialectos sociales, y en el captulo 5 cierta-mente veremos que as suele suceder. Sera difcil trazar isoglosas para los dialectos sociales, ya que se hara necesario plasmarlas en un mapa multi-dimensional, pero no hay motivo para dudar de que, si un mapa as pu-diera dibujarse, hallaramos que cada isoglosa sigue un camino nico. As, pues, debemos rechazar las nociones representadas tanto por 'dialecto so-cial' como por 'acento', por la misma razn que hemos rechazado la no-cin de dialecto regional, excepto como un modo simple y torpe de refe-rirnos a las cosas.

    2.3 .4 Clases de elementos lingsticos

    Una de las preguntas ms interesantes que suscita toda esta discusin acerca de las variedades, es la de si todo elemento lingstico est sujeto a variacin de la misma forma. Al referirnos a la nocin de 'acento' he-mos apuntado ya que puede que haya una diferencia general entre ele-mentos de pronunciacin y otros elementos (morfologa, sintaxis, vocabu-lario), por el hecho de que es ms difcil estandarizar la pronunciacin . Dada la especial conexin entre estandarizacin y escritura, y el hecho de que no sea necesario que la estandarizacin se extienda a la pronunciacin (2.2.2), no es sorprendente que ello sea as, aunque tampoco es necesario que lo sea.

    La pronunciacin difiere, al parecer, de otros tipos de elementos por su funcin social. Por ejemplo, a pesar de la influencia manifiesta de Jos Es-

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    t~dos U~d~s sob~e la G~an Bretaa, su influencia sobre el ingls brit-~co , se limita casi exclusiVamente al vocabulario y no parece que tenga ru~gun efec~o en absoluto sobre la pronunciacin de los grupos incluso mas suscepti?les, tales como los adolescentes (los disc-jockeys de las emi-soras de radio y los cantantes pop son una excepcin compleja e intere-sante). Sin embargo, la .diferencia entre pronunciacin y otros tipos de elementos puede tener dtferentes manifestaciones, como en el caso de al. gunos nios y adolescentes de Detroit, hijos de negros de la clase media que fu:ron es~diados cm~o parte de una investigacin sobre 'dialectolog~ urbana (matena de estudw de casi todo el captulo 5). El autor del in-forme, Walter Wolfram (1969: 205), indica que los elementos sintcticos Y morfolgicos eran los que cabra esperar normalmente para estos ha-blantes procedentes de la clase media (por ejemplo, haba pocas 'negacio-nes dobles',* m~y .normales ;n el habl:l. de la clase baja de Detroit), pero qu.e su pronunciacin era mas o menos como la de la juventud de clase baa de Detroit. Tambin seala (1969: 204) que las diferencias de pro-nunciacin pueden ser cuantitativas, mientras que otras diferencias son cua-litativas; es decir, que las diferencias de clase en fonologa son una cuestin d.e cu~ntas veces s,e usa un determinado elemento, mientras que las de smtaxt.s Y morfologta son una cuestin de cules son los elementos emplea-dos. Su~ embargo, la base de esta afirmacin es extremadamente escasa, y no ha sido confirmada por otros proyectos de investigacin.

    Pue.de. suceder , pues, que la pronunciacin y los otros elementos jue-guen distmtos papeles en los actos de identidad de los individuos a los que nos refera~o~, ms arr!ba. ~s, por ejemplo, pudiera ser que usra. mos la pronunc1a~1~n para Identificarnos con nuestro origen (o para dar a ent~nder que ongmalmente pertenecamos a un determinado grupo, per-tene:Jramos o no de hecho a l: comprense los britnicos que adquieren tar?tamente el acento RP con los jvenes negros de clase media de De-trolt, que por alguna :azn adquieren un acento de clase baja, bastante p;

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    me he venido refiriendo como a pronunciacton (con el fin de evitar pre-guntas acerca de hs relaciones entre fontica y fonologa)? Hay alguna prueba, por ejemplo, en favor de que las representaciones subyacentes (es decir, la informacir.. que se da de una palabra determinada en el lxico, por oposicin a los detalles que podramos dar de su pronunciacin en ora-ciones determinadas) estn menos sujetas a variacin entre los habitantes que las reglas de pronunciacin de determinados fonemas (punto de vista que sealan, por ejemplo, Chomsky & Halle 1968: 49)? Hay pocas pruebas en favor de ese punto de vista, y generalmente se acepta que las diferen-cias de las formas subyacentes (es decir las diferencias lxicas) son abun-dantes. Por ejemplo, los que pronuncian la /r/ de farm puede decirse que tienen par:1 esta palabra una forma subyacente distinta (y para todas las palabras con / r/ ante consonante o a final de palabra) a la de la forma subyacente de la gente que no pronuncia la /r/ (ver 5.5.1). De hecho, se suele dar todo tipo de variaciones imaginables en fonologa, y se suele dar a gran escala (cf. los estudios sobre variaciones de pronunciacin de O'Con-nor 1973 : 180; Trubetzkoy 1931 ; Wells 1970).

    Cabra preguntarse algo semejante sobre aspectos del lenguaje distin-ros de Ja pronunciacin: Hay alguna prueba, por ejemplo, en favor de la opinin de que la sintaxis se resiste ms a la variacin que la morfologa o el lxico? Ciertamente se da el caso de que los ejemplos de diferencias sintcticas dentro de una variedad 'del tamao de una lengua' suelen citarse con mucha menos frecuencia en la literatura lingstica que las diferencias de pronunciacin o de morfologa, que en todo caso son difciles de man-tener separadas; as, por ejemplo, la diferencia entre -ing e -in' en palabras como coming es una diferencia de pronunciacin o de morfologa? Ade-ms, las diferencias de vocabulario son tambin mucho ms mencionadas en los tratados de dialectologa que las diferencias de sintaxis. Parece, pues, que entre la sintaxis y el resto de la lengua existe una diferencia que es necesario explicar. (Para una exposicin ms extensa de esta clase de ele-mentos variables, ver 5.3.1.)

    Es preciso, sin embargo, andar con cuidado respecto a esta aparente di-ferencia . Por una parte, la falta de referencia en la literatura a diferencias sintcticas podra ser debida a la dificultad de estudiar tales diferencias, puesto que aparecen con relativamente poca frecuencia en la conversacin normal y son ms difciles de elicitar en comparacin, especialmente, con los elementos del vocabulario. En segundo lugar, la estabilidad aparente de la sintaxis podra ser ilusoria, pues, de hecho, existen relativamente pocos elementos sintcticos (es decir, construcciones) comparado con los elementos del vocabulario, de modo que, aunque los elementos sintcticos variaran en la misma proporcin, daran como resultado un nmero ms pequeo. En tercer lugar, aunque haya diferencias entre la sintaxis y el resto de la lengua, ello pudiera ser de nuevo un artificio del proceso de es-tandar.:iacin. Sin embargo, sin dejar de tener en cuenta estas apreciaciones, 56

    parece que efectivamente hay una mayor tendencia a la uniformidad en la sintaxis que en las otras partes de la lengua, lo que no es fcil de explicar. Pudiera ser que se diera entre la gente una tendencia a suprimir alterna-tivas sintcticas, y a buscarlas deliberadamente en el vocabulario?

    Hay dos fuentes de pruebas que corroboran este punto de vista. Los elementos sintcticos estn ms bien uniformemente difundidos a travs de las fronteras del 'lenguaje' dentro de las reas adyacentes. (Los aspec-tos que son compartidos de esta forma, y que no pueden ser explicados como resultado de una herencia comn a partir de una lengua madre, se llaman RASGOS TERRITORIALES [Are al features]; para una exposicin de tales rasgos, ver Bynon 1977: 244 .) Por ejemplo, tres lenguas adyacentes de los Balcanes (el blgaro, el rumano, y el albans) poseen la ms bien poco usual caracterstica comn de tener un artculo determinado sufijado; as, en albans mik significa 'amigo' y mik-tt 'el amigo'. Este rasgo comn puede ser explicado slo por difusin de un pasado relativamente reciente (por lo menos desde la poca del latn, lengua de la que deriva el rumano). Presumiblemente los rasgos se difunden a travs de barreras lingsticas como resultado del bilingismo, y el que prevalezcan los rasgos sintcticos entre los rasgos territoriales puede ser debido a la tendencia de los bilin-ges a suprimir las construcciones usadas en una lengua para expresar rela-ciones sintcticas, favoreciendo as la difusin de los rasgos sintcticos de la otra lengua. La difusin territorial de rasgos sintcticos es, por otra parte, difcil de comprender, ya que parece que por lo general la sintaxis es relativamente impenetrable a los cambios histricos.

    Otra prueba a favor de que solemos suprimir activamente alternativas sintcticas, es la que aportan John Gumperz & Robert Wilson (1971) de Kupwar, un pequeo pueblo de la India, cuyos tres mil habitantes hablan tres lenguas distintas: marat y urdu, ambas indoeuropeas, y kannada, que no es indoeuropea. (Un reducido nmero habla tambin una cuarta lengua no-indoeuropea, el telegu.) Como es habitual en la India, el pueblo est dividido claramente en distintos grupos (castas), identificndose cada uno de ellos por su lengua. Sin embargo, obviamente los diferentes grupos nece-sitan comunicarse entre s, con lo que el bilingismo (o el trilingilismo) es normal, especialmente entre los varones. Estas lenguas han coexistido as durante siglos, pero, a pesar del contacto, actualmente son todava com-pletamente distintas en lo relativo al vocabulario. Gumperz & Wilson su-gieren que la razn debe buscarse en el hecho de que las diferencias lings-ticas sirven de fuerte smbolo de diferencias de casta, que suelen ser mante-nidas muy estrictamente; as, el vocabulario tiene el papel de distingu! grupos sociales, sin lo que las demandas de eficacia en la comunicacin segu-ramente hubieran eliminado gradualmente las diferencias de vocabulario a lo largo de los siglos. Por lo que respecta a la sintaxis, sin embargo, en Kupwar las tres lenguas principales han llegado a hacerse ms seme;an-tes que en ningn otro lugar. Por ejemplo, en el kannada estndar, frases

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  • como el cartero es mi meior amigo no contienen una palabra para indicar 'es', mientras que en urdu y marati s; pero en la lengua kannada de Kupwar s existe la forma 'es', segn el modelo del urdu y del marati. Este ejemplo es por lo menos compatible con nuestra hiptesis de que las alter-nativas sintcticas tienden a ser suprimidas, mientras que las de vocabulario y pronunciacin tienden a ser favorecidas como marcadores de diferencias sociales. No parece que haya nign ejemplo en favor de la tesis contraria, de que el vocabulario y la pronunciacin presenten menos variacin que la sintaxis dentro de una comunidad.

    Aunque muy provisional, surge as una hiptesis respecto a los distintQs tipos de elementos lingsticos y sus relaciones con la sociedad, egn la cual la sintaxis sera la marca de cohesin en la sociedad, haciendo que los individus- intentaran eliminar alternativa~--sintcticas de sus lenguas indi-viduales (la observacin de Wolfram de que las diferencias sintcticas ten-deran a ser cualitativas ms que cuantitativas, parece apoyar este punto de vista). Por otra parte, el vocabulario sera un marcador de divisiones en la sociedad, y puede que los individuos cultiven activamente alterna-tivas de vocabulario con el fin de hacer distinciones sociales ms sutiles. La pronunciacin refleja el grupo social permanente con el que el hablante se identifica. De ello se origina una tendencia por la que los individuos su-primen alternativas; pero, contrariamente a la tendencia que se produce en sintaxis, grupos distintos suprimen alternativas diferentes con el fin de diferenciarse de los otros grupos, y los individuos mantienen 'con vida' algu, nas alternativas a fin de poder identificarse con sus orgenes an con ms precisin, al usarlas en una proporcin especial y distintiva con respecto a las dems alternativas. Por muy increble que pueda parecer al principio, esta es ciertamente una de las formas en que suelen usarse las variables de pronunciacin, tal como veremos en el captulo 5 .

    La razn principal de haber adelantado aqu las indicaciones anteriores, es la de mostrar la posibilidad de formular hiptesis interesantes e inves-tigables en comparacin con la experiencia de una visin virtualmente ili-mitada del lenguaje que estamos desarrollando, en la que ya hemos visto que no hay lugar para los conceptos ' lengua X', 'dialecto X' o incluso 'variedad X'.

    2.4 Registros

    2.4.1 Registros y dialectos

    La palabra REGISTRO es muy usada en sociolingstica para referirse a 'variedades segn el uso', en contraposicin a los dialectos, definidos corno 'variedades segn el usuario' (Halliday, Mclntosh & Strevens 1964; ver tambin Crystal & Davy 1969, Gregory & Carroll 1978). La distincin es 58

    necesaria porque la misma persona puede usar elementos lingsticos muy diferentes para expresar ms o menos el mismo significado en diferentes ocasiones, y el concepto de 'dialecto' no puede ampliarse razonablemente para incluir tal variacin. Al escribir una carta, por ejemplo, una perso~a puede empezar: 'Le escribo para informarle de que . . .', pero en otra podrta escribir: 'Simplemente quera hacerle saber que ... ' Tales ejemplos po-dran multiplicarse indefinidamente, e indican que la cantidad de variacin debida a diferencias de registro (si de alguna forma pudiera cuantificarse) puede ser bastante comparable a la debida a diferencias de dialecto.

    Podemos interpretar diferencias de registro en funcin del modelo de f actos de identidad, al igual que para las diferencias dialectales. Cada vez ' que una persona habla o escribe, no slo se coloca ella misma con refe-rencia al resto de la sociedad, sino que adems relaciona su acto de comu-nicacin con un esquema clasificatorio complejo de comportamiento comu-nicativo. Este esquema toma la forma de una matriz multidimensional, justo igual a la representacin de la sociedad que cada individuo construye en su mente (ver 1.3.1). Podemos decir, aun a riesgo de simplificar dema-siado, que el dialecto de cada individuo muestra quin (o qu) es uno, mientras qt:e el registro de cada individuo muestra qu es lo que uno est haciendo (aunque estos conceptos son mucho menos diferenciados de lo que el eslogan implica, tal como veremos en la pgina 61 ). Las 'dimensiones' en las que puede ser situado un acto de comunicacin

    no son menos complejas que las referentes a la ubicacin social del hablante. Michael Halliday (1978 : 33) distingue tres clases generales de dimensin: 'campo', 'modo' y ' tenor' (a veces se usa 'estilo' e~ vez de 'tenor', ~ere: es mejor evitarlo, ya que 'estilo' suele usarse en senttdo profano para md1car ms o menos lo mismo que 'registro'). El CAMPO trata del propsito y de la materia-obieto de la comunicacin; el t-fODO se refiere al medio a travs del que tiene lugar la comunicacin, sobre todo el habla o la escritura; y el TENOR depende de las relaciones entre los participantes. Un eslogan puede servir de ayuda una vez ms: el campo hace referencia al ' porqu' y 'acerca de qu' se produce la comunicacin; el modo es acerca del 'cmo'; y el tenor quiere decir 'a quin' (es decir, cmo define el hablante el moc!o en que ve a la persona con la que se comunica). En funcin de este modelo, los dos ejemplos antes citados de cmo empezar una carta diferiran en el tenor, la una impersonal (dirigida a alguien con quien el remitente tan slo tiene relaciones formales) y la otra personal, siendo el campo y el modo los mismos.

    Segn este modelo, las diferencias de registro son por lo menos tridi-mensionales. Otro modelo muy usado es el propuesto por Dell Hymes (1972), en el que los elementos lingsticos seleccionados por el hablan-te vienen determinados por no menos de trece variables distintas, dejando aparte la variable 'dialecto' . Es muy dudoso que incluso este nmero refle-je toda la complejidad de las diferencias de registro. Sin embargo, cada

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    uno de estos modelos ofrece un marco en el que pueden situarse cuales-quiera dimensiones de similitud y diferencia que sean relevantes_ Por ejemplo, las relaciones entre el hablante y el oyente implican ms de una relacin (como veremos en 4.4.2), incluida la dimensin de 'poder', en la que el oyente es subordinado, igual o superior al hablante, y la dimensin denominada 'solidaridad', que distingue relaciones relativamente ntimas de relaciones ms distantes. En ingls el hablante sita sus relaciones con el oyente en estas dos dimensiones, en gran parte a travs de la eleccin de trminos o frmulas de tratamiento: Mr Smith, sir, fohn, mate, y as suce-sivamente.

    Hasta el momento hemos presentado el concepto de 'registro' en la for-ma en que es usado normalmente como el nombre de una clase de varie-dad paralela al 'dialecto'. Sin embargo, ya hemos mostrado que los dialectos no existen como variedades discretas, as que debemos preguntamos por qu existen los registros. La respuesta es que, predeciblemente, no pare-ce que los registros posean ms realidad que los dialectos. As, por ~jemplo es fcil ver que la seleccin de elementos de una frase dada refleja dife~ rentes factores, que dependen de los trminos implicados. Puede que un ele-mento, por ejemplo, refleje la formalidad de la ocasin, mientras que otro refleja la habilidad del hablante y del oyente. Este es el caso de una frase como W e obtained so me sodium chloride, donde obtained es una palabra formal (en oposicin a got) y sodium chloride es una expresin tcnica (en oposicin a salt). La dimensin de formalidad es totalmente independiente de la dimensin de tecnicalidad, como queda reilejado por el hecho de que la eleccin entre obtain y get no tiene absolutamente ninguna conexin con la eleccin entre sodium chloride y salt. As, con las siguientes frases, perfectamente normales, pueden representarse cuatro combinaciones de formalidad y tecnicalidad:

    formal, tcnico formal, no tcnico informal, tcnico informal, no tcnico

    W e obtained so me sodium chloride. W e obtained so me salt. W e got some sodium chloride. W e got so me salt.

    Ejemplos sencillos como ste indican que los diferentes elementos lin-gsticos son sensibles a los distintos aspectos del acto de la comunicacin de la misma forma que los diferentes elementos responden a las distinta~ car~ctersticas del hablante (5.4.2). Podemos hablar de registros slo como variedades en el sentido ms bien exiguo de conjuntos de elementos lin-gsticos qu~ poseen. todos la ~i~ma distribucin social, es decir, que apare-cen to~os baJO las mismas condiciones. Es ste un clamor lejano de la nocin de vari~dad en la que el hablante se sujeta a una variedad a lo largo de una

    s~en~a d~ habla, hablando 'un dialecto' (quizs el nico que sabe) y 'un registro. Sm embargo, probablemente sea justo decir que los que utili-60

    zan el trmino 'registro' (utilizado slo por los sociolingistas como trmino tcnico) nunca hayan pretendido que se tomara en este sentido, como mues-tra el hecho de que todos los modelos presentados ponen mucho nfasis en la necesidad de anlisis multidimensionales de registros.

    Otro aspecto coincidente entre dialectos y registros es que suelen im-bricarse considerablemente: el dialecto de un individuo puede ser el regis-tro de otro. As, por ejemplo, los elementos que una persona utiliza en todas las circunstancias, aunque sean informales, puede que sean utiliza-das por algn otro en las ocasiones ms formales , en las que siente la nece-sidad de imitar en lo posible a la otra persona. Esta es la relacin que se da entre hablantes 'nativos' de dialectos estndar y. no-estndar. Formas que son parte del 'dialecto' del hablante estndar son parte de un 'regis-tro' especial para el hablante no-estndar. De nuevo, aportaremos pruebas masivas en favor de esta afirmacin, aunque las pruebas son apenas nece-sarias cuando los hechos son tan conocidos.

    Para concluir, hemos desarrollado ahora un modelo del lenguaje radical-mente distinto del basado en la nocin de 'variedad'. En el ltimo, cual-quier texto dado representa slo una variedad (aunque reconociendo que puede darse 'cambio de cdigo'; ver 2.5), y para cualquier variedad dada puede escribirse una gramtica: una descripcin que cubra todas las clases de elementos lingsticos que se hallan en los textos representativos de tal variedad.

    Podemos darle el nombre de MODELO BASADO EN LA VARIEDAD, en opo-sicin al MODELO BASADO EN LOS ELEMENTOS que hemos desarrollado en este libro hasta ahora. En el ltimo modelo, cada elemento lingstico se asocia con una descripcin social que indica quin lo usa y cundo. Se tienen en cuenta las semejanzas entre los elementos en su descripcin social, y, en la medida en que los elementos son semejantes, pueden ser agrupados juntos como miembros de una versin dbil de 'variedad', pero puede haber mu-chos grupos as de elementos en la lengua de una persona determinada, y tambin habr muchos elementos con descripciones sociales nicas. No es necesario que las descripciones sociales de los distintos elementos se refie-ran todas a los mismos factores, y de hecho no lo hacen as, de modo qu.e en una misma frase algunos elementos (pongamos, palabras) pueden re-flejar la regin de origen del hablante, otros su clase social, otros su rela-cin con el oyente, otros la formalidad del momento, y as sucesivamente. Segn este punto de vista, el objeto de la descripci6n, para la lingstica descriptiva, no es la 'variedad' sino el elemento lingstico, y la pregunta a la que buscaremos respuesta es hasta qu punto podemos hacer afirma-ciones generales acerca de los elementos lingsticos, tanto dentro de la len-gua de un individuo como a travs de los individuos -y, naturalmente, qu clases de afirmaciones generales hay.

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  • 2.4.2 Convencin y necesidad

    Una pregunta particularmente interesante, que surge en conex10n con las 'descripciones sociales' a las que nos referamos en el ltimo prrafo, es la de si representan normas sociales, como resultado de simples conven-ciones, o si son consecuencia necesaria de la forma en que el lenguaje es aprendido y usado. Este problema se plantea tanto con respecto a los 'dialectos' como a los 'registros', es decir, con respecto a las descripcio-nes sociales que se refieren tanto al hablante como a las circunstancias. Sin embargo, aqu limitaremos la discusin al ltimo aspecto, en el que las cosas estn ms claras.

    El ingls que se usa en las cartas formales incluye expresiones como furt!Jer to our letter of .. . , we note that .. . , we regret to inform yott that . .. , y as sucesivamente. Por qu se hallan particularmente estas expresiones, cuando otras con el mismo significado (por ejemplo we are sorry to tell you) no se dan? Una respuesta sera que simplemente es cuestin de con-vencin y una casualidad de la historia el que fueran seleccionadas las for-mas que ahora se usan con preferencia a las alternativas, que hubieran ser-vido lo mismo. P uede que una vez establecidas las convenciones luego lleguen a ser necesidades, en el sentido de que deben ser utilizadas si se quiere que una carta sea aceptada como 'normal'. Pero no haba ninguna razn para que fueran stas bs formas preferidas en un principio. La otra respuesta es la de que simplemente no hay formas alternativas de signifi-cado idntico, de modo que el uso de los elementos en cuestin es inevi-table, s tales significados han de ser expresados de algn modo.

    No es difcil buscar una solucin general al conflicto entre convencin y necesidad como explicacin de los hechos. Resulta que una explicacin es adecuada en algunos casos, y que ]a otra lo es en otros. Por ejemplo, la eleccin entre get y obtain es cuestin de convencin, puesto que no hay ningn requisito general por el que el ms especfico de los dos trminos deba ser el ms formal (comprense car y vehicle). Contrariamente, la eleccin entre salt y sodium chloride como trmino tcnico es (presumible-mente) una cuestin de necesidad, puesto que, por una parte, es impor-tante evitar la ambigedad en los trminos tcnicos, y salt es ya una palabra usada como trmino tcnico en qumica (aplicado a todo compuesto forma-do por la combinacin de dos iones) y, por otra parte, es conveniente tener un nombre para designar la sal de mesa que revele su relacin con otras substancias, tal como hace el nombre compuesto sodium chloride. De forma semejante, es difcil pensar en formas alternativas de 'lenguaje ordinario' para expresar los signifcados de further to our letter o/ ... y we noted that ... , de modo que su uso en cartas formales, en las que hay que expresar tales significados, es una cuestin de necesidad. Por el contrario, we regret to inform yo u that ... expresa el mismo significado que we are sorry to tell you 62

    that ... y la preferencia por la primera es simplemente una cuestin de convencin.

    Esta discusin tiene consecuencias prcticas Importantes, puesto que entre la gente profana existe una tendencia a presentar todas las diferen-cias de 'registro' como igualmente importantes, y, por la misma raz~, com.o importantes. Consecuentemente, puede que un nio . :eng_a ~~e . mvertlr tanto tiempo y esfuerzo en aprender asuntos de convenc10n hngutsttca (tales como el usar la pasiva al escribir sobre experimentos cientficos) como en asuntos