humanistas franceses

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Montaigne (Michel Eyquem, señor de Montaigne; Périgueux, Francia, 1533- Burdeos, id., 1592) Escritor y ensayista francés. Nacido en el seno de una familia de comerciantes bordeleses que accedió a la nobleza al comprar la tierra de Montaigne en 1477, fue educado en latín, siguiendo el método pedagógico de su padre. Más tarde, ingresó en una escuela de Guyena (hoy Aquitania), donde estudió poesía latina y griega, y en 1549 empezó a estudiar derecho en la Universidad de Tolosa. A partir de 1554 fue consejero en La Cour des Aides de Périgueux, sustituyendo a su padre, y cuando ésta se disolvió, pasó a formar parte del Parlamento de Burdeos. Allí conoció al poeta y humanista Étienne de la Boétie, con quien trabó amistad. Poco interesado por sus funciones parlamentarias, frecuentó un tiempo la vida de la corte. En 1565 se casó con Françoise de La Chassagne, y tres años después murió su padre, heredando la propiedad y el título de señor de Montaigne, lo que le permitió vender su cargo en 1570. Para cumplir la última voluntad de su padre, acabó y publicó en 1569 la traducción de la Teología natural, de Ramón Sibiuda, libro al que volvería años más tarde en los Ensayos (Essais) con la intención de rebatirlo. Un año más tarde viajó a París para publicar en un volumen las poesías latinas y las traducciones de su amigo La Boétie, cuya muerte, en 1563, le había afectado profundamente. Por fin, el 28 de febrero de 1571 pudo cumplir su deseo de retirarse a sus propiedades para dedicarse al estudio y la meditación, y emprendió, al cabo de un año, la redacción de los Ensayos, combinándola con la lectura de Plutarco y Séneca. No obstante, su retiro duró poco, ya que tuvo que hacerse cargo de nuevos compromisos sociales y políticos a causa de las guerras de religión que asolaban su país y en las que tuvo que prestar su ayuda de diplomático (hecho que se refleja en el libro primero de los Ensayos, dedicado

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princiapales humanistas del siglo XIV-XVI

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Montaigne

(Michel Eyquem, señor de Montaigne; Périgueux, Francia, 1533-Burdeos, id., 1592) Escritor y ensayista francés. Nacido en el seno de una familia de comerciantes bordeleses que accedió a la nobleza al comprar la tierra de Montaigne en 1477, fue educado en latín, siguiendo el método pedagógico de su padre. Más tarde, ingresó en una escuela de Guyena (hoy Aquitania), donde estudió poesía latina y griega, y en 1549 empezó a estudiar derecho en la Universidad de Tolosa.

A partir de 1554 fue consejero en La Cour des Aides de Périgueux, sustituyendo a su padre, y cuando ésta se disolvió, pasó a formar parte del Parlamento de Burdeos. Allí conoció al poeta y humanista Étienne de la Boétie, con quien trabó amistad. Poco interesado por sus funciones parlamentarias, frecuentó un tiempo la vida de la corte. En 1565 se casó con Françoise de La Chassagne, y tres años después murió su padre, heredando la propiedad y el título de señor de Montaigne, lo que le permitió vender su cargo en 1570.

Para cumplir la última voluntad de su padre, acabó y publicó en 1569 la traducción de la Teología natural, de Ramón Sibiuda, libro al que volvería años más tarde en los Ensayos (Essais) con la intención de rebatirlo. Un año más tarde viajó a París para publicar en un volumen las poesías latinas y las traducciones de su amigo La Boétie, cuya muerte, en 1563, le había afectado profundamente.

Por fin, el 28 de febrero de 1571 pudo cumplir su deseo de retirarse a sus propiedades para dedicarse al estudio y la meditación, y emprendió, al cabo de un año, la redacción de los Ensayos, combinándola con la lectura de Plutarco y Séneca. No obstante, su retiro duró poco, ya que tuvo que hacerse cargo de nuevos compromisos sociales y políticos a causa de las guerras de religión que asolaban su país y en las que tuvo que prestar su ayuda de diplomático (hecho que se refleja en el libro primero de los Ensayos, dedicado básicamente a cuestiones militares y políticas). La primera edición de los Ensayos, en diez volúmenes, apareció en 1580.

A finales de ese mismo año, aquejado ya problemas de salud, emprendió un largo viaje a Italia que se vio obligado a interrumpir en 1581, cuando recibió la noticia de su elección como alcalde de la ciudad de Burdeos. Durante su primer mandato publicó la segunda edición de los Ensayos (1582). Reelegido para un segundo mandato (1583-1585), tuvo que alternar sus funciones municipales con la tarea de intermediario político entre la ciudad y el rey, y actuó como mediador en las intrigas de la Liga, lo que le valió el favor de Enrique de Navarra.

Fue ésta su última misión política antes de consagrarse únicamente a su obra, que reanudó a partir de 1586, tras abandonar la ciudad a causa de la peste que se había declarado inmediatamente después de concluir su segundo mandato. En 1588 apareció una nueva edición de los Ensayos, con el añadido de un tercer

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libro. Con motivo de esta nueva publicación, conoció en París a Mademoiselle de Gournay, una gran admiradora suya, con quien mantuvo una especial relación que duraría hasta el final de su vida. Retirado ya definitivamente, tras este último viaje a París y algunos altercados que lo llevaron a prisión, preparó la última edición de los Ensayos, de la que se encargaría M. de Gournay en 1595, mientras él se dedicaba al estudio de los clásicos latinos y griegos.

La progresiva evolución de Montaigne hacia una mayor introspección convierte la versión definitiva de los Ensayos en un libro de confesiones en que el autor, profesando un escepticismo moderado, se revela a sí mismo y muestra su curiosidad por todos los aspectos del alma humana, desde el detalle más ínfimo hasta elevadas cuestiones de religión, filosofía o política. Su perspectiva racional y relativista le permite enfrentarse a toda clase de dogmatismos y superarlos, y abre la puerta a una nueva concepción secularizada y crítica de la historia y la cultura, capaz de integrar los nuevos descubrimientos de su tiempo, como los pueblos del Nuevo Mundo.

Santo Tomás Moro

(Sir Thomas More; Londres, 1478 - id., 1535) Humanista y político inglés. Hijo de un magistrado, estudió en la Saint Anthony School antes de entrar al servicio del cardenal-arzobispo de Canterbury. Entre 1492 y 1494 realizó estudios superiores en la Universidad de Oxford, y luego, tras regresar a Londres, estudió derecho en el Lincoln's Inn. Alternó una brillante carrera profesional y política con su interés por la literatura, y su vasta cultura humanística le valió la admiración de Erasmo de Rotterdam, con quien le uniría una gran amistad.

En 1509 fue nombrado miembro del Parlamento, y ese mismo año contrajo matrimonio con Jane Colet, a cuya muerte, dos años más tarde, se casaría en segundas nupcias con Alice Middleton. Entró al servicio de Enrique VIII de Inglaterra en 1518, y ese mismo año escribió Historia del rey Ricardo III.

Dos años antes había publicado su célebre Utopía, en la que proponía una organización racional de la sociedad, de base comunal, que situaba en una isla imaginaria del mismo nombre que el título. Tras establecer las normas que regirían esta sociedad ideal, entre las que se hallaban la enseñanza universal, la libertad religiosa y la subordinación de todo interés individual al beneficio común, pasaba a criticar las estructuras todavía feudalizantes de la Inglaterra de su época. La obra, convertida en un clásico del humanismo, ejercería una duradera influencia, desde Bacon hasta George Orwell.

Todavía al servicio del rey, Moro defendió públicamente la libertad de culto y de palabra. En 1521 fue nombrado vicetesorero del reino y recibió el título de caballero. En 1523 escribió Responsio ad Lutherum, obra en la que se enfrentaba al luteranismo, y tres años después empezó el conflicto con el rey que habría de costarle la vida: Enrique VIII, casado con Catalina de Aragón, quería el divorcio

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para poder asegurarse descendencia masculina. Tomás Moro se opuso tajantemente a este divorcio, y en 1532 renunció a la cancillería del reino, cargo al cual había accedido en 1529.

Tras haberse negado a asistir a la coronación de la nueva reina, Ana Bolena, fue acusado de corrupción, juzgado y condenado a la pena capital. En 1935 fue canonizado por la Iglesia Católica.

Erasmo de Rotterdam

(Desiderio Erasmo de Rotterdam; Rotterdam, 1466 - Basilea, 1536) Humanista neerlandés de expresión latina. Clérigo regular de san Agustín (1488) y sacerdote (1492), pero incómodo en la vida religiosa (que veía llena de barbarie y de ignorancia), se dedicó a las letras clásicas y, por su fama de latinista, consiguió dejar el monasterio como secretario del obispo de Cambrai (1493). Cursó estudios en París (1495) y, tras dos breves estancias en Países Bajos (1496 y 1498), decidió llevar vida independiente. En tres ocasiones (1499, 1505-1506 y 1509-1514) visitó Inglaterra, donde trabó amistad con J. Colet y con T. Moro, en cuya casa escribió su desenfadado e irónico Elogio de la locura (1511), antes de enseñar teología y griego en Cambridge.

En París inició, con Adagios (1500), un éxito editorial que prosiguió en 1506 con sus traducciones latinas (Luciano y Eurípides) y que culminó en Basilea (1515-1517 y 1521-1529) con sus versiones de Plutarco, sus ediciones de Séneca y de san Jerónimo y su gran edición del Nuevo Testamento (1516: con texto griego anotado y su traducción latina, muy distinta de la Vulgata), que le dio renombre europeo.

Si sus primeros diálogos Antibárbaros (1494) veían compatibles devoción y cultura clásica, en el Enquiridión (1504) defendía una audaz reforma religiosa. Fruto de las lecciones que diera para vivir, sus manuales de conversación latina (1497) son el origen de los Coloquios familiares (1518), de gran difusión y resonancia. Fue la crítica de L. Valla a la versión de la Vulgata lo que le decidió a dedicarse, algo tardíamente, a las letras sagradas para reconciliar cultura clásica y teología (se doctoró en esta ciencia en Turín en 1508).

En sus viajes, visitó también Padua, Siena, Roma (1509) y diversas ciudades de Alemania (1514), en cuyos círculos humanísticos fue acogido de forma triunfal. León X le dispensó de tener que vestir el hábito para que viviese en el mundo y fue nombrado consejero del emperador (a quien dedicó la Institución del príncipe cristiano, 1516).

Aunque inicialmente no le prestó gran atención, el crecimiento del problema luterano le hizo cada vez más difícil su insistente pretensión de neutralidad: si en 1517 se había ido a Lovaina, en 1521 hubo de salir de la ciudad y volver a Basilea, por lo insostenible de su situación (aun distanciándose claramente de Martín

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Lutero, insistía en ser no beligerante) y para guardar su independencia. Pero en 1524 lanzó su Disquisición sobre el libre albedrío, con una violenta respuesta de Lutero (Sobre el albedrío esclavo, 1526) y con su correspondiente réplica (Hyperaspistes, 1526). Y, pese a su neutralidad en la pugna de Enrique VIII con el papa, su Ciceroniano (1527) refleja ya el desengaño de quien ve sus ideales contrariados por los hechos.

Implantada la Reforma en Basilea (1529), dejó la ciudad por la misma razón que dejara Lovaina y se retiró a Friburgo de Brisgovia. Sobre la buena concordia de la Iglesia (1534) es una obra en la que no parece poner sus ilusiones, y no hizo comentarios sobre la ejecución en Inglaterra de Fisher y de Moro (1535). El mismo año recomendó a Paulo III un tono conciliador en el futuro concilio y, desde Basilea (adonde había vuelto y de donde sus achaques no le dejarían salir), le rechazó el cardenalato; de poco antes de morir es su Sobre la pureza de la Iglesia cristiana (1536).

Para unos hereje (que preparó el terreno a la Reforma), para otros racionalista solapado u hombre de letras ajeno a la religiosidad (un Voltaire humanista) y para otros gran moralista y lúcido renovador cristiano, Erasmo quiso unir humanismo clásico y dimensión espiritual, equilibrio pacificador y fidelidad a la Iglesia; condenó toda guerra, reclamó el conocimiento directo de la Escritura, exaltó al laicado y rehusó la pretensión del clero y de las órdenes religiosas de ostentar el monopolio de la virtud.

Pierre de la Ramée

Petrus Ramus, o Pierre de la Ramée, ( Cuts, Vermandois, 1515 - París, 26 de agosto de 1572 ), retórico, humanista y lógico francés , creador de la corriente antiaristotélica de pensamiento denominada en su honor Ramismo.

Biografía

De noble familia originaria de la Picardía, pero empobrecida hasta el punto de que el padre debía trabajar como agricultor, a los ocho años huyó de casa y marchó a París; a fuerza de trabajar de día como criado y estudiar de noche en el Collège de Navarra de París, ingresó en la Universidad de París cuando sólo contaba con doce años y llegó a maestro en Artes a los veintiuno con la tesis de que quaecumque ab Aristotele dicta essent commentitia esse (todo lo que había escrito Aristóteles no es más que falsedad). Independiente, adogmático e hipercrítico, se rebeló y protestó con energía contra el excesivo escolasticismo de unas universidades en las que Aristóteles era el modelo único y la base de toda investigación filosófica, rechazando en firme cualquier aristotelismo como pura labor de higiene. Preconizó a cambio una lógica viva y abierta.

Se estableció como profesor en el pequeño Colegio del Ave Maria en Mans, y retomó sus ideas antiaristotélicas en dos obras de 1543, las Dialecticae partitiones

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y sus Animadversiones in Dialecticam Aristotelis (Críticas a la dialéctica aristotélica), que fueron condenadas por la facultad de Teología de la Sorbona y disgustaron terriblemente a los académicos, dolidos por la fueza de los palos que les sacudía, entre los que no era el menos flojo la elegancia y prestigio del sistema de copernicano frene al torpe almagesto ptolemaico del Estagirita. Este aldabonazo repercutió en toda Europa y las discusiones en las universidades europeas provocaron al cabo la división general entre ramistas y antirramistas de los claustros, de forma que la Sorbona tuvo que recurrir al mismísimo rey Francisco I para que prohibiera sus obras con un edicto (1 de marzo de 1544) donde se afirma que sus ideas son temerarias, arrogantes e impudentes, es decir, desvergonzadas. Expulsado además de la universidad, fue acogido en el Colegio de Presles en 1545 hasta que el sucesor filoprotestante del rey Francisco, Enrique II, anuló tal expulsión en 1547; entonces los jesuitas, bien situados y poderosos en París, consiguieron poner las obras de Ramus en el Índex librorum prohibitorum de libros prohibidos.

Sin embargo la política oficial era apoyar al Humanismo y se permitió que ocupara la cátedra de matemáticas del Collège de France (1551), gracias en parte a la protección del cardenal de Lorena. En este cargo se preocupó de introducir algunas mejoras en la enseñanza y prosiguió con su empeño de publicar nuevas gramáticas; si ya había publicdo una Grammatica latina (1548) imprimió ahora una Grammatica Graeca (1560) y una Grammaire Française (1562) y en este último año a Carlos IX un plan para reformar la Universidad. Con todo, y dando de nuevo una muestra de la libertad e independencia de su juicio, tras el Coloquio de Poissy (1561) en que protestantes y católicos trataron de hallar un acuerdo, Ramus apoyó al calvinista Teodoro de Beza contra su protector el Cardenal de Lorena y abjuró de la fe católica para seguir la protestante. Esto le valió abandonar otra vez la cátedra universitaria y huir de París al año siguiente. Regresó en 1563 con la Paz de Ambroise y reanudó la enseñanza, si bien en 1567 tuvo que marcharse a causa de las guerras de religión otra vez. En 1568 está en Alemania, y en Suiza estuvo como profesor en Heidelberg, Ginebra y Lausana. La paz de Saint-Germain (1570) le llevó otra vez a París, a la cátedra y rectorado del Colegio de Presles, dentro de la universidad, a lo que se opusieron fuertemente los jesuitas desde su Colegio de Clermont. Allí, en Presles, le alcanzó la muerte en la famosa Matanza de San Bartolomé (1572), en la que miles de protestantes franceses fueron cruelmente perseguidos y asesinados por calles, plazas y casas. Su cuerpo fue arrastrado y arrojado al Sena.

Obras

Como humanista experimentó el influjo de Lorenzo Valla y de Agricola. Quería una lógica «viva» opuesta a la silogística aristotélica. Algunas de sus innovaciones tuvieron que ver también con mejoras en pequeños detalles, como la invención de la jota y de la uve para los valores consonánticos de la i y la u en la ortografía del latín. Fue además uno de los abuelos de la Ilustración en Francia y por su método de clasificación de las disciplinas según un orden lógico anuncia ya a Descartes.

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En el terreno religioso, ejerció una influencia considerable sobre la Teología del pacto (Covenant Theology) enlas iglesias congregacionalistas de Nueva Inglaterra. Los discípulos de Pierre de la Ramée, entre los que se encontraban Francisco Sánchez de las Brozas y el español Pedro Núñez Vela (1522-1602), elaboraron una síntesis lógico-dialéctica en sustitución el aristotelismo de los escolásticos que también se introdujo entre los Platónicos de Cambridge.

Juan Luis Vives

Pensador español (Valencia, 1492 - Brujas, Flandes, 1540). Nacido en una familia de judíos conversos, estudió en las universidades de Valencia y París. Desde 1512 se estableció en Flandes, donde fue profesor de la Universidad de Lovaina y entabló una estrecha relación con Erasmo de Rotterdam. También mantuvo amistad intelectual con Tomás Moro, que le llevó a enseñar en la Universidad de Oxford desde 1523.

Al igual que Moro, se opuso al divorcio de Enrique VIII, motivo por el que fue arrestado y hubo de dejar Inglaterra y regresar a Flandes en 1528. Su influencia sobre la Europa del Renacimiento fue enorme, pues no sólo acudieron a consultarle los más influyentes artífices de la Reforma protestante y de la Contrarreforma católica, sino que fue tutor y educador de muchos nobles que ocuparon puestos de responsabilidad en la monarquía de Carlos V.

Su pensamiento es uno de los máximos exponentes del humanismo renacentista: trató de rescatar el pensamiento de Aristóteles, descargándolo de las interpretaciones escolásticas medievales; sustentó una ética inspirada en Platón y en los estoicos. Pero, más que plantear teorías de altos vuelos, Vives fue un hombre ecléctico y universalista, que avanzó ideas innovadoras en múltiples materias filosóficas, teológicas, pedagógicas y políticas, y propuso acciones en favor de la paz internacional, la unidad de los europeos y la atención a los pobres. Entre sus abundantes obras cabe destacar los tratados Sobre el alma y la vida (1538) y Sobre la verdadera fe cristiana (1543).

Sus escritos, todos en latín, son aproximadamente unos sesenta. La variedad de esta obra y su valor de innovación revela la honda calidad humana de Luis Vives, que insiste en problemas de métodos, por lo que ante todo es un pedagogo y un psicólogo. En su tratado De anima et vita (Sobre el alma y la vida), aun siguiendo a Aristóteles y defendiendo la inmortalidad del alma en base al argumento "res omnis sic se habet ad esse, quemadmodum ad operari", atribuye a la psicología el estudio empírico de los procesos espirituales, estudia la teoría de los afectos, de la memoria y de la asociación de las ideas, por lo que se le considera como precursor de la antropología del siglo XVII y de la moderna psicología.

De su obra pedagógica destacan la Institutione de feminae christianae (1529, La educación de la mujer cristiana), especie de manual ético-religioso para la joven, la mujer casada y la viuda; De ratione studii puerilis (1523), sobre los métodos y

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programas de una educación humanística; De ingenuarum adolescentium ac puellarum institutione (1545) y De officio mariti, similares a las anteriores. De disciplinis (De las disciplinas, 1531), por último, se divide en tres partes: De causis corruptarum artium, De tradendis disciplinis y De artibus.

En ellas Vives propone una renovación y planteamiento más científico de la enseñanza frente a la artificiosidad y vacuidad escolástica y retórica del tiempo; la enseñanza habrá de realizarse además de acuerdo con la naturaleza y personalidad del alumno, es decir, la psicología ha de ser la base de la pedagogía, y en este sentido había dirigido desde Lovaina (1519) contra los escolásticos de la Sorbona su texto In pseudo dialecticos. En realidad, Vives supera ya el humanismo y marca el tránsito de la pedagogía a la edad moderna y la instauración de la psicología como ciencia experimental, precediendo a Descartes y a Bacon.

En otro grupo de obras que pudiéramos llamar sociales, encontramos los conocidos tratados De subventione pauperum (El socorro de los pobres, 1526) y De communione rerum (1535) en oposición a los principios extremos individualista y comunista; preocupado en general por los problemas de su tiempo, escribe Vives una serie de obras, siempre de temas concretos y con propuestas de soluciones, como De conditione vitae christianorum sub Turca (1526) o Dissidiis Europae et bello Turcico (1526), sobre los problemas del cristianismo en relación con los turcos y la reforma protestante.

Su Rethoricae sive de recte ratione dicendi libri III (1532) es un interesante tratado de retórica, con importantes innovaciones, que hacen de ella un precedente directo de las modernas preceptivas. Vinculado a su fama de filólogo y humanista tenemos sus Linguae latinae exercitatio (1538, Ejercicios de lengua latina), diálogos llenos de una encantadora sencillez que dictó para la ejercitación escolar.

Otras obras suyas son De veritate fidei christianae, (Sobre la verdadera fe cristiana, 1543), apología católica dedicada por su discípulo Craneveldt al pontífice Paulo III en 1543; De causis corruptarum, De tradendis disciplinis y De ratione dicendi, con temas de sus explicaciones universitarias sobre el problema de la enseñanza; el comentario del De civitate Dei, de San Agustín; De initiis sectis et laudibus philosophia (1521); De pacificatione (1529), dirigida al arzobispo de Sevilla Alfonso Manrique, con exposición de las ideas sobre la paz; y De concordia et discordia in humano genere, dedicada al emperador Carlos V (1529).

Ad sapientiam introductio y Satellicia son dos colecciones de sentencias morales, con un total de 805 máximas, dedicadas a la princesa María, y de las que es famosa Veritas, tempora filia (la verdad es hija del tiempo). La primera colección de sus obras se publicó en Basilea en 1555; la más completa fue la publicada en Valencia por Mayans (1782-90, en ocho volúmenes). Fueron muy traducidas al español y al francés.

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Lo importante en Vives es su preocupación por aquellos aspectos más inmediatos de la realidad humana; con un profundo conocimiento del hombre y de su historia, Vives pudo intuir las decadencias de su época, al tiempo que su concepción prudentemente optimista de la vida le impulsaba a renovar esta realidad. Católico, comprensivo y tolerante, dotado de un gran sentido de la realidad, Vives va aplicando estos módulos invariables de su conocimiento a los problemas que estudia.

Su vida y su obra se han hecho modelo de universalidad y profundidad, de pasmosa seguridad; su actitud fue la del mejor humanismo, pero ensalzado por virtudes más universales de sobriedad y mesura, de una profunda soledad y comprensión del fenómeno humano, a través de la cual este humanismo cobró características más trascendentales que las brillantes y entusiastas de la época.

Elio Antonio de Nebrija

(Antonio Martínez de Cala; Lebrija, actual España, 1441 - Alcalá de Henares, id., 1522) Humanista y gramático español autor de la Gramática castellana (1492), primera gramática de una lengua vulgar. Tomó el nombre de su ciudad natal (transcrito casi siempre en la forma Nebrija) en vez de su patronímico Martínez de Cala e Hinojosa. Cursó estudios en Salamanca, y a los diecinueve años marchó a Italia. En Bolonia perfeccionó su formación humanística durante diez años.

En 1470 regresó a España y se instaló en Sevilla, donde entró al servicio del arzobispo Fonseca. Posteriormente ejerció como profesor de gramática y retórica en las universidades de Salamanca y Alcalá de Henares. Se casó con Isabel de Solís, de quien tuvo siete hijos, y residió también en Extremadura durante algún tiempo; fue allí donde redactó sus obras más importantes, en las que abordó principalmente cuestiones de carácter gramatical.

Algunas de ellas son el Vocabularium, que comprende dos volúmenes de diccionarios hispano-latinos superiores a todo lo que existía en su tiempo en esta materia, y la primera gramática impresa de una lengua vulgar: la Gramática de la lengua castellana (1492), dedicada a la reina Isabel la Católica, y por la que se le considera una figura clave en el desarrollo del humanismo español. También escribió las Reglas de la ortografía castellana en 1512. El cardenal Cisneros le encargó en 1502 la revisión de los textos griegos y latinos de la Biblia Políglota Complutense.

Antonio de Nebrija compuso además obras de teología, como las Quincuagenas; de derecho, como el Lexicon juris civilis; de arqueología, como las Antigüedades de España; de pedagogía, como el tratado De liberis educandis; de historia, de retórica, etc. Por su profundo conocimiento de las lenguas clásicas y del hebreo, por su sentido científico y aun político del idioma castellano, por su labor de maestro, sobre todo desde su cátedra de Salamanca, por "su vasta ciencia, robusto entendimiento y poderosa virtud asimiladora", así como por su ardor de

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propagandista, Nebrija fue, según Menéndez Pelayo, la más brillante personificación literaria de la España de los Reyes Católicos.

La Gramática castellana

Publicada en Salamanca en 1492, la Gramática de Nebrija consta de cinco libros. El primero se ocupa de la ortografía, y consta de diez capítulos; el segundo, de la prosodia y de la sílaba, en otros tantos capítulos; el tercero, de la etimología y dicción, con diecisiete capítulos; el cuarto, de la sintaxis y el orden de las partes de la oración, en siete capítulos; y el quinto, de las "introducciones de la lengua castellana para los que de extraña lengua querrán aprender".

Precede a la Gramática un prólogo muy famoso (algunas de sus frases son frecuentemente recordadas) dirigido a la Reina Católica, doña Isabel de Castilla. En las páginas del prólogo expone el autor sus propósitos. Uno de ellos, que pudiéramos llamar técnico, es establecer las normas que al dar fijeza a la lengua vulgar aseguren su perpetuidad. Otro, de matiz humanista, es facilitar el aprendizaje del latín partiendo del romance. Y un tercero, de alcance político, refleja la exaltación nacional de aquellos momentos que sucedieron a la rendición de Granada. El presentimiento de Nebrija al estimar la lengua como compañera del imperio iba a tener espléndida confirmación con el descubrimiento del continente americano, casi coetáneo de la aparición de su obra, que queda así situada entre dos hechos históricos de tanta trascendencia. Pero también puede colegirse que el autor pensaba en la difusión del castellano dentro de las lindes peninsulares y europeas, al expresar su anhelo de que sea aprendido por los vizcaínos y navarros, los franceses y los italianos.

La Gramática de Antonio de Nebrija es la primera dedicada a una lengua vulgar, y son posteriores a ella intentos análogos llevados a cabo en italiano y en francés, como por otro lado es infinitamente superior a los rudimentarios tratados, hechos con intención didáctica, para la enseñanza de la lengua francesa en el siglo XIII. Nebrija une a sus conocimientos humanísticos la clarividencia con que enfocó ciertos problemas historicolingüísticos, aunque su concepto de la gramática sea preferentemente normativo. El modelo a veces demasiado presente de la gramática de las lenguas clásicas (en especial de la latina) le obliga a aceptar y acomodar no pocos de sus principios e incluso de su terminología, lo que es inevitable en quien inicia una tarea nueva.

Pero hay en ella evidentes aciertos, alguno de ellos válido todavía. Rafael Lapesa señala, entre ellos, el de enlazar el estudio de la gramática con el de la métrica y las figuras retóricas, como entreviendo la singular trabazón entre el lenguaje y la creación literaria. Amado Alonso le adjudica el mérito positivo de sus descripciones fonéticas, fundando una disciplina que hoy mantiene aún las mismas bases que Nebrija sentó.

A principios del siglo XVII la obra fue refundida por el P. Juan Luis de la Cerda, con el título de Arte de Nebrija, y así circuló hasta época reciente. Al mediar el

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siglo XVIII apareció una edición contrahecha del conde de Saceda. En 1893 el conde de la Viñaza reprodujo gran parte del texto en su Biblioteca histórica de la Filología española, y al año siguiente Menéndez Pelayo reprodujo el libro II en su Antología de poetas líricos. En 1909 apareció la edición fototípica que reproduce la de 1492, debida a Walberg, quien utilizó precisamente el ejemplar que perteneció a Hernando Colón, y que hoy se guarda en la Biblioteca Colombina de Sevilla. En 1926 publicó en Oxford una cuidadosa edición el profesor I. González-Llubera, y en 1946 apareció en Madrid una edición crítica, seguida de la reproducción facsímil del incunable salmantino, de la que son autores Galindo Romeo y Ortiz Muñoz.