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IDEAS PARA RODAR (Aforismos bicornes) a BERNARDO SELLES, con can't() y con claridad Por JOSE DE JESUS MARTINEZ Sobre In Integridad en el Amor y en In Politico. Llamamos "hombre fraccionado o quebrado" a quien, no pudiendo consigo mismo, tiene que dividirse para ven- cerse. Llamomos "hombre entero o integro" a quien tiene el ser hecho de una solo pieza. Este ensayo tiene coma objetivo al hombre integro o entero, y coma objeto al hombre fraccion o quebrado. En un principio, la naturaleza hostil, el trabajo fuerte, dividio a los hombres en dos closes: la de los que trabajan y sufren y la de los que no trabajan y piensan. El que trabaja, sufre. El que ve trabajar, comprende. El, que sufre mucho, no comprende nada. El que To corn- prende todo, no sufre en absoluto. El que sufre termina por especializarse en el sentimien- to y en To lamentacion. El que comprende termina por es- pecializarse en la inteligencia y en la explotacion. 3

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IDEAS PARA RODAR (Aforismos bicornes)

a BERNARDO SELLES,

con can't() y con claridad

Por JOSE DE JESUS MARTINEZ

Sobre In Integridad en el Amor y en In Politico.

Llamamos "hombre fraccionado o quebrado" a quien, no pudiendo consigo mismo, tiene que dividirse para ven-cerse.

Llamomos "hombre entero o integro" a quien tiene el ser hecho de una solo pieza.

Este ensayo tiene coma objetivo al hombre integro o entero, y coma objeto al hombre fraccion o quebrado.

En un principio, la naturaleza hostil, el trabajo fuerte, dividio a los hombres en dos closes: la de los que trabajan y sufren y la de los que no trabajan y piensan.

El que trabaja, sufre. El que ve trabajar, comprende.

El, que sufre mucho, no comprende nada. El que To corn-prende todo, no sufre en absoluto.

El que sufre termina por especializarse en el sentimien-to y en To lamentacion. El que comprende termina por es-pecializarse en la inteligencia y en la explotacion.

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El que trobajo y sufre, se resiente. El que ve trobajar y comprende, reflexiono.

La reflexiOn de la close que no trabaja hizo la ciencia. El resentimiento de la close que trabaja hace lo revolucion.

La reflexion es to toma de conciencio del pensamiento: pensamiento del pensamiento. El resentimiento es la toma de conciencia del sentimiento: sentimiento del sentimiento.

El pensamiento ref lexivo termina por olvidorse del ob-jeto que le intereso. El sentimiento resentido comienza per incrustorse el objeto que le golpea.

Al idealismo burgues se le ha perdido el mundo y el sentido de lo real. El moterialismo del pueblo los ha encon-trado debajo de la miseria.

Encimo del pensamiento hay solo ideas, muy belles, pero que no existen. Debajo del sentimiento solo hay materia, tal vez tea, pero realisima.

El camino que predica el rico es el de la reflexion; el que proclama el pobre, el del resentimiento.

La reflexien (solipsismo) conduce a la seguridad cobarde del mundo interior: masturbacion; el resentimiento (socialis-mo), a las barricodas del mundo exterior: revolution.

Dios: pensamiento del pensamiento, (noesis noeseos). Luzbel: sentimiento del sentimiento, (rebelion).

Cuando Dios, con el progreso de las ciencias, se con-virtio en una hipotesis innecesaria para la explication racio-nal del mundo (Laplace), los ricos se lo regalaron al pueblo. A ellos no Ms servia ya, pero si el que los pobres se con-solaran.

Version sentimental de la religion: misticismo. Version racional de la religion: teologia. Misticismo y teologio, dos fo rmas de masturbarse.

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Ir en contra de la razor', par seguir at corazon, o ir en contra del canner), par seguir a la razein, es una forma de masturbarse, de frotarse, de tocarse, entrondo en choque con uno mismo par dentro. Lo honhado y limpio es golpear, to-. car, embestir el mundo y sus problemos, no uno mismo.

Ir en contra de la razor', par seguir at corazon, o en contra del corazon, por seguir a la razor', es recomendable solo para los impotentes de corazon o inteligencia, que ne-cesitan afrodisiocos intelectuales o cordiales, respectivamen-te.

En todo conflicto, o uno de sus terminos es el mundo, o es un conflicto indecente.

La mono del pueblo, que es ciega y torpe, nunca ha po-dido coger de veras la realidad. La inteligencia del rico, de-masiado sutil y vacia, nunca ha podido ni siquiera tocarlo.

Hay dos cominos solamente: el de la izquierda, que et pueblo se haga inteligente y elimine a los ricos, y el de to derecha, que los ricos se conmuevan y eliminen at pueblo_ Pero esto no puede ser, y par dos razones: porque es formal-mente conteadictorio y porque el rico necesita del pobre para. ser rico. Luego, hay un camino solo.

El corozon esta a la izquierda, pero to inteligencia

Nunca sera verdaderamente apasionado un sentimienta tonto, ni verdaderamente inteligente una rozOn fria.

El hombre que siente (vive) en un mundo, y piensa en otro (idealismo), este roto par dentro, froccionado, quebra-do. Tiene dos corm y es, par definition, hipocrita.

La sociedod burguesa es una sociedad quebrada e hip6-- crita.

En la sociedad burguesa, el pueblo vive en un mundo y los ricos en otro.

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Lo sociedod burguesa tiene los pies (pobres) hundidos en el fang° y la cobezo (ricos) envuelta en nubes, (humo).

La sociedad del futuro ho de ser una sociedod integra en !a qu.s se sienta y piense en el mismo mundo.

En !o sociedod burgueso hay dos closes de hip/Scram: el que lo es porque tiene dos cares (dos mundos, dos mujeres, etc ), y el qua to es par conveniencia y vococion. Es decir, el que, teniendo una solo cora (un solo mundo, una solo mu-jer, etc ), de todos conocida, se present° como falso e hi-poorito pans hocer creer que su otra cora (su otro mundo, su otro muier, etc.....), que no tienen, es la hermosa y ver-dodera A este seguntio hipocrita se le puede Homer "hipo-hipacrita. -

Los hipo-hipacritas son ospirantes a oligarcos-garcos.

Los oligarcas-garcos son los que, no teniendo los defec-tos (ni el dinero) de los oligarcos, tienen el defect° (y la am-bicion) de querer tenerlos.

Lo mob que tienen los oligarcas es que hacen bien el Lo bueno que tienen los oligarcas-garcos es que hacen

-nal el mai.

Los oligarcas son mobs. Los oligorcas-garcos quieren ser mobs, es deck, °demos de mobs, son impotentes, luego, dos veces mobs.

Pensor, sentir y hacer son tercios de ser.

El hombre enter°, integro, piens° con coririo, ama con inteligencia y hace las cases con omor y con corduro.

La meta de la revolucion no es lo de unir a los ricos con los pcbres, sino la desoparicion de ambos, cora dor lugar o una sociedod sin closes quo traboje y piense conjuntomente.

La meta de la educacion no es la de unir at sentimiento con el pensomiento, sino la desaparicion de ombos, para der

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lugar a lo que puede Ilamarse tanto sentimiento inteligente comb pensamiento carifioso.

Es absurdo, formalmente contradictorio, integror In so-ciedad a base de unir —por muy estrecho, autentico y legi-timo que sea el acuerdo-- ol pueblo con los ricos.

Por lo dicho anteriormente, se comprende que en la so-ciedad quebrada (burguesa), la inteligencia haya denigrado los placeres del cuerpo y el cuerpo despreciodo los de la inteligencia.

Es de esperarse que en In sociedod Integra, la del horn-bre entero y total, el coito sea un acto tanto de la inteligen-cia como la poesia un movimiento del cuerpo.

En el omor integro, se conoce con el cuerpo y se aprieta con el alma.

En el amor quebrado, cuando los cuerpos se unen las inteligencias se apagan. Y cuando las inteligencios se ado-ran (amor plat6nico, idealista, cristiano), los cuerpos no par-ticipan.

El primero (amor de cuerpos), es intenso, apasionado, breve, porque los cuerpos tocan y por lo tonto gaston lo que usan. El segundo (amor de almas), es extenso, frio y dura-dero, porque la inteligencia ve (teorio), pero no toca ni, por consiguiente, gasta.

El amor integro, en el que los cuerpos se con-funden y las inteligencias se con-penetran, es intenso, apasionado, ex-tenso, comprensivo.

El hombre integro no puede amar lo que no conoce, ni conocer lo que no ama.

El corazon del hombre integro no tiene "razones que lo raz6n no conoce", ni su inteligencia ninguna posion propia que no comparto el sentimiento.

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El hombre integro no es un inteligente ni un apasionador sino un apasionado inteligente o un inteligente aposionado.

Pensar y querer no deben ser dos momentos —par may de acuercio que estOn—. Ho de ser un acto Celia) e indivi-sible, emotivo-inteligente.

El tocto es pasion; el ojo, inteligencio.

El que ve, piensa; el que toca, siente.

El pobre siente to vida; el rico, piens° en ella.

El tacto no se equivcco nunca. No hay ilusiones o fan-tasmagorias para el tacto.

El pueblo no se equivoco nunca. Puede no tener razon, pero tiene hombre. Y el hombre es mil veces la razor'.

La vida es un esaectOculo pore el rico y un garrote (vii) para el pobre.

El rico, que solo conoce la realidad vista, nunco ha es-tado muy seguro de si existe. El pobre, que sabe que existe, no la conoce.

Lo realidcd es materia para el pobre y espiritu para el rico.

La realidad es dura paro el pcbre y una ilusion pora el rico.

El rico se pasa la vida mirando; el pobre, tanteando.

El pobre quiere recibir materia; el rico, que dice despre-ciarla, solo of rece ideas sin embargo.

La idea del pan puede oplocar solo a la idea del hombre,. no al hombre misma. (Kant, parOfrasis).

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Los pobres tienen, por lo menos, hombre. Los ricos tie-nen, a lo sumo, uno idea del hombre.

El pobre pide pan y le clan espiritu. Pide ropa pero le don razones. Pide tierra y le of recen el cielo.

Los ricos le echan la culpa a Dios.

La religion, que en si misma es folso, en los ricos es un instrumento perverso, y en los pobres un consuelo bien cruel.

Eta feo creer en Dios.

Dios se va a condenar.

El facto do la existencia; el ojo, la esencia (eidos).

El ojo da la teoria; el tacto, la practico.

Cuando el entendimiento taco (palpa), interroga par la existencia. Cuando el entendinilento ye (teoria), interrogo por la esencia.

Lo que se ye, pero no se taco, es una ilusion. Lo que nos tom, pero no vemos, un misterio.

Dios es uno ilusion; to muerte, un misterio.

Las ilusiones no tienen peso. Los misterios no tienen rembre.

Los ilusiones son abstractas; los misterios, concretos.

En to sociedad Integra se desyaneceran ilusiones y se desyelothn misterios.

Dios, abstraccion de obstracciones. Hombre, concrecion de cancreciones. En la sociedad Integra no habro Dios ni hombre.

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II

Sabre la Compasion.

Se le llama "compasion" al sentir o padecer mental con -otro persona.

Los dolores pensados no duelen.

La compasion es un dolor de mentiro.

La compasitin es mentira y, por to tanto, inmoral.

Compadecer es a:mod°, pero inmoral.

Apropiarse del dolor ajeno, mediante la accion necesa-riamente, es podecerlo, no compadecerlo.

La (mica forma de padecer con otra persona es pade-ciendo de to mismo.

Compadecer a un muerto es absurd°, compadecer a sus familiares, inmoral. Lo onico honrado es padecer Ja muerte.

Una coso es padecer la muerte del hijo (per ejemplo), y otra compadecer al hijo muerto. Lo primero es honrado; lo segundo, ruin.

El pobre padece, el rico compadece.

La compasion ho sido una mentira pare °cellar la con-ciencia del burgues. El dolor del mundo es tel y tel el remor-dimiento del burgues, que pare justificar la compasion no ha yacilado este ante el sacrificio.

De igual modo que puede padecerse y con-padecerse el dolor, puede sentirse 'y con-sentirse la dicha.

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Compadecer la dicha es comodo y mucho m6s barata que la dicha misma, pero es mentira, y °demos, triste.

El burgues justifica su culpa con la composion ante el dolor, y su miserio humano con la comp:mid:in ante la dicha, (octitud burguesa frente al arte, el cine, los boleros, las no-velas, etc....).

Ni la alegria del burgues rie, ni.su dolor Dora. El burgues es lois° por delonte y par detras. La (mica realidad suya es su culpa y su miseria humana.

Para el burgues el arte es vida de mentira, ma forma economic° y no comprometida de vivir los grondes pasiones desde su segurisimo despacho.

Imaginarse que se es otro, que se sufre y gaze con el do-lor y dicho ajenos, es una forma-sutil, perversa y delicada de explotacion que el burgues ha ideado para robar al pobre y ol artist°.

Compadecer es una vulgar forma de enajenocion.

Las almas compasivas (burguesas y cristionos) son como los sanguijuelas: parasitos que buscan en el pueblo y el arte ese dolor y eso olegrio que son incapaces de padecer direc-temente.

El burgues quiere la dicha gratis y el dolor que no duele.

El burgues quiere robarle al pobre hasta la pena.

El burgues es falso y malo hasta cuando es bueno.

La revolucion le traer6 at burgues Ilanto verdodero pero tambien dicha de la buena.

Antes, sin embargo, ha de eliminarse la posiifin del po-bre que la compasion del rico, porque esta es de mentira y °quell° de verdad.

El rico compadece al pobre, el pobre padece al rico.

En la sociedad Integra no habra pasion innoble ni com-p:mien inmoral.

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Ill

Sabre la Caridad.

"Justicia" es dar a coda cual lo suyo.

"Caridad" es que coda cual de de lo suyo.

La justicio se la exige, la caridad se la mendiga.

Es justo quien restituye lo ojeno. Es caritotivo quien dis-tribuye lo propio.

La caridad se funda en la compasien de uno; to justicia, en el derecho del otro.

La justicia satisface; la caridad humilla.

Selo puede hober caridad si hay a quienes les sabre y a quienes les falte.

La caridad supone lo injusticia.

El hombre justo toma lo suyo y restituye lo ajeno. El burgues caritativo toma to ojeno y lo do coma suyo.

Justicia o caridad, pero no ambos.

Mientras haya caridad no habra justicio, porque la ca-ridad supone que lo que el rico do le pertenece.

La caridad es to justificacien de la injusticia.

La caridad es tres veces mak": porque es de suyo male, porque hace oparecer bueno at mot y porque es un obsteculo paro el bien.

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La caridad es mala, hipocrita y perverse.

Podemos ser sujetos de caridad solo si lo que domos nos pertenece. Podemos ser objetos de caridad solo si recono-cemos que to que se nos da no nos pertenece.

El rico do, par caridad, pant que el pobre reconozca pü- blicamente que la explotacion del rico es justa.

La caridad es un intento perverso de legalizar pUblica-mente el robo y la sobreabundancia.

La caridad es una forma sutil y perverso de justificor el robo.

Hasta la bondad del rico es perverso.

La perversidad m6s soil de la caridad es que hace at pobre besar la mono que le roba.

La propaganda del rico ha estado tan bien organizada que yo hasta los pobres son caritativos.

La caridaa, coma institucion, es la justificacion del robo organizado en gran escala, justamente, como institucion.

La coridad es la moral hipocrita, perverse y cinica del rico.

La burguesia aprecia tanto la virtud de la caridaa que, para pccler ejercerla, fomenta,la pobreza.

Consuelo del cristiono caritativo: siempre habrO pobres en quienes ejercer la coridad.

Terror del cristiano caritativo: que el mundo se haga justo.

El rico no solamente no pago para entrar al cielo, sino que cobra par ello.

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Lo caridad se pide con cortesia y humildad. La justicia se exige con decision y hasta con violencia.

El rico quiere dar caridad. El pobre quiere recibir justicia.

El rico prefiere dar un poco, por caridad, pow que el pobre no se lo exija todo, por justicia.

Los burgueses ban entendido el amor como caridad par dos rozones: Primero, porque el amor caritotivo, es decir, composivo, es uno forma pada, feminoide pero comoda y segura, de sentir y padecer el amor. Segundo, porque el rico tenia que crear a Dios a su imagen y semejanza, y tin Dios rico no pide cuando ama (Eros), sino que do por sobreabun-dancia (Charitas).

La revolucion no tendr6 compasi6n ni caridad para los compasivos y caritativos.

La sociedad Integra es una sociedad justa, no caritativa.

IV

Sabre la Felicidad y la Alegrio.

"Felicidad" es el estodo de quien ha cumplido sus de-seos.

"Alegria" es el estodo de quien va en camino de lograr sus deseos.

El hombre feliz no tiene nada que hocer, el hombre ale-gre lo tiene todo par hocer.

La felicidad es para los ricos; la alegria, en cambia, es del pueblo.

La felicidad es una manero de ver las cows hechas; la olegria, una manero de hacerlas.

La felicidad es tebrica; la alegria, proctica.

La felicidad es repose; la alegria, trabajo.

La felicidad supone; la olegria propane.

La felicidad recuerda, la alegrla proyecta.

La felicidad es para los viejos; to olegria, en cambia, es de los jovenes.

La felicidad se rumia, to olegria se canto.

El hombre feliz este, content° consigo mismo, el hombre olegre, con algo del mundo.

La felicidad es subjetiva; to °legit!, objetiva.

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La felicidad es una forma de masturbarse; la alegria, una forma de amar el mundo.

La felicidad no pide nada mos. Felicidad es conformidad y, por tont°, sometimiento. La religion que predico la fell-cidad, predica el sometimiento y, por tanto, la explotacion.

Lo sociedad Integra es una sociedad alegre, no feliz.

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V

Sobre el Amor Cult*.

Proponerse amor es como proponerse proponerse.

El amor no es joya que se luce, es herramienta que pro-duce.

Amar el amor es cosa ruin.

Lo importante no es el amor sino lo que con el se hoce.

El amor hace, no se hoce.

Siente, no se siente.

Tiene, posee; no se tiene, no se posee.

Piens°, no se piensa.

No se tiene amor, se lo es.

El amor es sujeto, no objeto.

Amar es una manera de ser.

El amor no es una coso, sine una manero de hacer los cosas.

El amor es un metodo.

El amor no es algo que se ye, sine mos bien conic un ojo con el cud l se ye. V al mismo tiempo, come una mono, que toca tocandose.

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El amor nos vuelca sabre el objeto amado anicamente COMO la mono sobre el objeto palpodo: a base de tomar con-ciencia de nosotros mismos.

El omor, por abajo, es coma el tacto: necesita que su objeto se le resista.

El amor, par arriba, es como el ojo: necesita que su objeto sea clam.

No se amo lo fofo, lo blando, lo inconsistente.

No se ama lo turbio, lo oscuro, lo mentiroso.

El amor de almas (ojo puro) es idealismo vulgar.

El amor de cuerpos (puro tacto) es materialismo grosero.

El amor integro y culto no tiene piezas: es una solo mi-rada que toca y oprieta, o una solo mono que ve e inspeccio-no.

El amor no tiene principio ni fin. Cuando !leg°, es coma si hubiese estado all( desde siempre. Cuando se vo, corno Si nunca hubiese sido.

La grondeza del amor se mide hacia abajo, no hada arriba.

Lo altura, en el amor, se llama profundidad.

El amor es obsoluto o no es en absoluto.

Si el hombre existe y amo, no queda sitio paro Dios. Y el hombre existe y ama.

Si Dios existiero y amara, no sobroria sitio en donde pudiera el hombre existir y amar. Y la tierra es un sitio don-de el hombre puede existir y amar.

Dios o el hombre, pero no ambos.

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Aun cuando Dios existiera, no tendria sentido omarlo o pensar en el. Y ni siquiera existe.

A Dice hobria que negarlo oun cuando existiera. Sabre todo Si existiera.

Dios no es necesario ni siquiera pare la religion.

En la sociedad integre se fundiron o integraran la ero-tica, la politico, la etico, la legica, la poetic°, la noetica y la teolegica.

No vale la pena hablar del amor, pero si hablor ena-morado.

El amor no se expone, se impone.

Estas ideas son hijas del amor. James querrian ser ma-dres de el. Fueron descubiertas y rodadas, y empiricamente comprobadas, desde el, teniendolo de supuesto o setano, de luz, balcon, razor) o motodo.

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Fichte: el Idealismo Subjetivo

Dr. HUMBERTO ZARATE

Kant concibi6 un universo preformado por la roz6n, no obstante aun admitio ese dualism° naumeno-fenomeno, que le permitia sostener un pie en el estribo de la reolidad ex-trocognoscitiva. Esta especie de equilibrio, de posicion equi-distonte del realism° y del idealism° que trota de sostener Kant con su Critica de la Roz6n se rompe por su mos des-tacodo discipulo, Juan Te6filo Fichte, a quien el propio Kant di6 loudes en principio. Empero, Fichte se declare seguidor de la filosofia kontiono, advirtiendo que este, convencido "de que a este gran hombre le ha fracosado totalmente su prop& sito de transformor de raiz el modo de pensar de su epoca en mated° de filosofia y con ello en todo la ciencia, puesto que ni uno solo entre sus numerosos seguidores advierte de que se habfa propiamente. El autor ha creido saber esto Ultimo, ha resuelto dedicar su vida a hocer una exposicion del gran descubrimiento totalmente independiente de Kant y no cejar6 en esta resolucion" (1).

be ohi que, a pesar de encontrarse las raices del idea-lismo subjetivista fichteono en la Critica de Kant, nos en-contramos ante uno radical innovacion dentro del desarrollo logico-historico del ideolismo. CL.u51 es el punto de arranque de esta nueva direcci6n? earn° interpret° Fichte la filo-sofia trascendental? He aqui las preguntas a las que nos proponemos dar respuesto coma exposicion de las nuevas estructuras que aporta el idealism° al proceso historic° de lo cosmovision del 'hombre.

(1) Fichte, Juan T.—"Introduccion a la Teorio de lo Ciencia", Revisto de Occidente, Madrid, 1934. Advertencia prplimi-nor. p. 4.

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Panto de arranque de la filosofia fichteana

Todavia Fichte nos debe otra advertencio, en la que nos pone de manifiesto que su filosofio "no se trate pare ml —lo dire en este ocasion francqmente-- de corregir ni completer los conceptos filosoficos que estan en circulacien, Ilamense antikantionos o kantianos, se trata pare ml de extirparlos totalmente y de invertir par complete el modo de pensar sa-bre estos puntos de la meditacion filos6fica, de suerte que con toda formalidad, y no meramente por decirlo asi, el ob-jeto este puesto y determinado por la facultad de conoci-miento y n9 la focultad de conocimienta par el objeto" (2)

Pero at buscar el origen del pensamiento fichteano es absolutomente necesorio distinguir el metodo de replanteor el problema del conocimiento, de los motivos de este replan-teamiento. En cuanto a los motives, dire que Fichte se pro-puso tender un puente entre el neumeno y ci fen6meno ken-hones a fin de poder elaborar la metofisica kantiana. Yo hemos vista coma, segon la teorio del conocimiento kantiano, el sujeto preformaba el mundo; pero siendo este sujeto la uni-dad de lo conciencia trascendental, el resulted° de ese mun-do preformado y de ese sujeto era puro fen6meno. Por con-siguiente, en el sistema kantiano es imposible una metafi-sica en cuanto sober absoluto.

Par otra parte, Fichte observe que Kant descubre a tro-ves del yo moral urra nueva via pare poder entrar en la region del naumeno. Kant, tras la Critica de la razor, practice, nos escribe uno metafisica de las costumbres. La actividad moral parece ester fuera de las formes "a priori" del conocimien-to y, par consiguiente abre un portillo a la case en si. Sin embargo, Kant no aprovech6 las posibilidades de su propio descubriiniento. Par el contrario, Fichte intuye que la acti-vidad moral justifIca la existencia de un yo moral que pue-de, a su vez, ser el sustrato de la conciencia trascendental. Entonces, esa unidad de conciencia no es un principio "a priori", el primer principio que, segan Kant, posibilita el co-nocimiento, sino que este fundada sabre ese sujeto de la cc-cion moral. Ademas, la actividad de ese yo moral estaria en relacion con el conocimiento. Tante las formes "a prio-ri" del conocimiento como los "imperatives categoricos" de la accion moral tendrian una raiz comon, un sustrato que

(2) Cf. Op. cit.—Advertencia preliminar, p. 6-7.

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los fundomentase, el yo moral. Y oqui se produce el cambio radical de la filosof io troscendental critic°, a una filosofia trascendental metafisica.

El noumeno kantiano quedoba desde este momenta des-cubierto a la intuicion. Na se trata de un ser ni de una sustancia sino de un yo activo; un yo activo que Fichte en-tiende coma "sujeto trascendentol". Kant nos hobla de "m-ien trascendental" en el sentido que las leyes o principios a priori del conocimiento no se referian solo y exclusivamente a ml razon individual, sino a la razon considerada como esen-cia universal de todo conocimiento. Pues bien, Fichte no en-tiende este sujeto total kantiano como sujeto individual, sino

,como esencia de todo posible subjetividad, y par eso se trans-forma en un "yo trascendental". (°)

Para aclarar plenamente el sentido de este "yo trascen-dental" podriamos servirnos de un ejemplo: cuando en la teo-logia decimos que en Cristo hay dos noturolezos, pero un solo sujeto, que es la Segundo Persona de la Trinidad, estamos haciendo referencia a una distincien entre el Yo de Cristo y su reolidad natural (para.Fichte, fenomenologica). Suponga-mos ahora (y metaforicamente es legitima la suposicion), que todos los seres humanos fuesen otros tantos Cristos; esto es, que tuviesen por sujeto comUn ese sujeto que deciamos Se-gundo Persona de la Trinidad. Entonces ocurririo que la Se-gundo Persona de la Trinidad seria verdadero sujeto trascen-dental. Y pongo este ejemplo con el onimo de hacer ver que pora Fichte no se trato de un sujeto mental, coma puede ser la esencia de la circunferencia referida a todos sus infe-riores (porticulares) sino de un sujeto real coma to es la Se-gundo Persona de la Trinidad, en el ejemplo propuesto.

(c) Mes de una vez se ha puesto de relieve la problemoticidad de se-mejante concepciem; el concepto del "yo" fichteano trasmuta con frecuencia y un tonto arbitrariamente. Hay una radical pretension en Fichte —y esto es ciertamente clam— de reelaborar la decks°.

den trascendental de Kant haste convertirla en un total y pure formolismo inmanente del espiritu. Es innegable, edemas, que el decurso dialectic° tricot6mico —tesls: yo soy yo; antitesis: el yo pone el no-yo; sintesis: el yo pone el yo y el no-yo— representa un esfuerzo genial en orden a un acercarse a lo forrno y funcion del espiritu en su mas Intim sir.

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El metodo que sigue Fichte en el replanteo del problemo es de tipo introspectivo. Esto es, comienza par un examen de la conciencia. En realidad, Fichte lo que tenia o la vista era relacionor los fenemenos, en cuanto contenidos de concien-cia con el fundamento de los mismos, que para el ha de set siempre el noumeno. En dicho examen, Fichte distingue dos tipos de representaciones o determinaciones de la concien-tio: aquellas que van acompariadas del sentimiento de li-bertad y oquellas otras acompariadas del sentimiento de ne-cesidad. Asi, Fichte nos dice: "Mn en el caso de la mos fugaz auto-observacien, percibire cualquiera una notable di-ferencia entre las varias determinaciones inmediatas de su conciencia, las cuales podemos Ilamar tambien representa-ciones. Unas, nos parecen dependientes par completo de nuestra libertad, siendonos imposible creer que les correspon-da algo fuera de nosotros, sin nuestra intervencien. Otras las referimos, coma a su modelo, a una verdad que debe exis-tir independientemente de nosotros... Podemos decir, en su-mo: olgunas de nuestras representaciones van acomponadas par el sentimiento de la libertad, otras par el sentimiento de la necesidad" (3)

Para Fichte no tiene sentido preguntar par el fundamento de las determinaciones de la conciencia acompariadas del sen-timiento de la libertad, pues la respuesta seria nuestra volun-tad, sin embargo, tiene pleno sentido hacer la pregunta acer-ca del fundamento del sistema de las representaciones acorn-partiadas par el sentimiento de necesidad y de este mismo sen-timiento.

SegOn Fichte, desde el momento que tiene sentido pre-guntar por el fundamento de tales representaciones estamos hociendo uno clara distincion entre lo fundado en este coma las represenociones acompartiadas del sentimiento de necesi-dad, y el fundament° de dichas representaciones que las tras-ciende.

"Todo °quell° de que soy consciente se llama objeto de la conciencia. Hay tres closes de relaciones de este ob-jeto can el que se lo representa: 0 bien aparece el objeto coma producido anicamente par la representacion de la inte-ligencia, o bien como presente sin intervencion de la misma, y en este ultimo caso, o bien coma determinado tambien en

0/ Cf. Op. cit. - p. 10.

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cuanto a su constituci6n, o bien como presente simplemente en cuanto a su existencia, pero en cuanto a la naturolezo, determinable por la inteligencia libre", dice Fichte (4)

Para Fichte, la primera relacion viene a parer en algo simplemente inventado; la segunda se trate de objetos de la experiencio, y la tercero solo es un objeto anico que vomos a indicar ahora mismo. "El que yo me aporezca a ml mismo determinado justamente de tol modo y no de otro, justamen-te como pensante, y, entre todos los pensantes posibles —dice Fichte (5)— justamente como pensante en to cosa en sí, debe depender, a mi juicio, de ml dutodeterminaciOn..." "pero o ml mismo, "en si", no me he hecho sino que estoy obligado a pensarme por anticipado como aquello que debe ser deter-mined° por la outodeterminacion. Yo mismo soy, pore ml, un objeto cuya constitucion depende, en ciertas condiciones, simplemente de la inteligencia, pero cuya existencia hay que suponer siempre".

Todo el °fen de Fichte se polarize en poder explicar la experiencia. La experiencia es entendida como el conjunto de todas las representaciones acompariadas del sentimiento de necesidad. Ahoro bien, Fichte admite, dl igual que Kant, que la realidad es el resultado de la actividad del pensamien-to; pero difiere de este en que la realidad, en cuonto a re-sultodo de materia y forma, segun to tesis kantiana, depen-de integramente de la mon, mejor dicho, del Yo. El Yo y to representacion, o el Yo y sus determinaciones se nos dan simultaneamente en una unidad de conciencia. Segtin Fich-te, es necesario interrogarnos sobre cual de los dos es el fundamento y cuel de los dos lo fundado. Si la eleccien re-cae sobre el objeto, esto es, sobre los determinaciones del su-jeto, entonces estoremos ante el realismo; si par el controrio, la eleccien recoe sobre el sujeto coma fundamento de las de-terminaciones, estamos entonces frente at idealismo.

Para Fichte la eleccion de realismo o ideolismo solo de-pende de to close de hombre clue es. Todo el que ama la libertad tendra que polarizarse en el idealismo, esto es, en to supremacia del yo sobre las determinaciones del mismo.

(4) Cf. Op. cit. p. 17-18.

(5) Cf. Op. cit. p. 18-19.

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Por el contrario, el que se polarize en Las determinaciones del yo, como raiz ontologica de toda realidad, se puede decir que es un esclavo.

Asi nos dice: "La discusi6n entre el idealist° y el dog-matic° es propiamente esta: si debe ser sacrificada a la independencia del yo la independencia de to coso, o a la in-versa, a la independencia de la cosa la del yo" (6)

Pero el dogmatism° o realism° es incopaz de explicar lo que se propane explicar: representacion. Por el contrario el idealismo tiene a su favor el hecho de que la concien-cia, en cuanto. se intuye a si. misma, une conocimiento y realidad en una indisoluble unidad, pues en eso consiste la conciencia, sin salir de Si, sin lanzar la hipetesis de la cow en si como fundament° de nuestra representaciOn, ,ya que la cosa en si no es percibida por nuestros sentidos, sino por la inteligencia, y,,segan Kant, como una forma "a priori", re-sulfa clue solo por un acto de fe podremos suponer que hay cosas en si fuer° de nosotros. Luego la posicion idealist° en su origen se funda edemas en las ventajos que report° el sis-tema paw resolver el problma dee la posibilidad de la expe-riencia. Segan' Fichte, el idealismo progresa incesantemente de lo condiiconodo a la condicion. Por lo tonto, se ha de Ile-gar a un resultado ultimo que sea el conjunto de todos las condiciones y, a su vez constituya el sistema de toda la ex-periencia.

En un idealismo integral, pora Fichte lo "a priori" y to "a posteriori" no son dos cosas distintas, sino una solamen-te. Textualmente nos dice: "son una solo cosa considerada solo par dos lados y se diferencian solo por el modo de Ilegar a ellos". Tomando un ejemplo Fichte anode: "a posteriori es el noumeno en cuanto se le considera coma dodo. A prio-ri, el mismo noumeno, en cuanto se le obtiene como produc-to de los factores" (7)

Interpretacion de la filosofia trascendental

Fichte, a su ve; intenta hacer ver corn°, en las propias condiciones de toda posible experiencia, estO presente el yo. Esto es, el yo es precisamente la condicion. Fichte dice que

(6) Cf. Op. cite - p. 26-27.

(7) Cf. Op. cit. - p. 53-54.

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si del texto kantiono no sacamos otra canclusian que to que oparentemente ofrece, entonces Kant seria un charlatan.. El argumento de Fichte es este: se trata de que a primer° vista ,Kant parece decir que siendo la condicion Ultima de todo conocimiento, de toda percepcion la unidad de concien-cia, entonces resulta que para poder Begot - a esa unidod de conciencio es necesario un pensamiento de lo que se pien-sa. Ahora bien, pensando nosotros A, B. C... en distintos momentos siempre necesitaremos de un Ultimo pensamiento integrador, y segan Fichte, en tal case To incondicionado no podria alcanzarse jamas.

Lo contrario resulta Si nos otenemos at principio kantiano de que la posibilidad de la percepcion descanse en un yo pues-to a un tü opuesto, de modo que existo una conciencia su-perior e integradora de ambos polos. Pero, ecomo se ori-gina esa conciencia? Segan Kant, mediante un pensamien-to integrador. Esto no se puede confundir con el yo. Una cosa es el yo, condici6n de toda percepcion, y otra cosa es la conciencio en la que el yo y sus determinaciones se pro-ducen. El pensamiento radical, absoluto que posibilita todo conciencia es el principio de identidad. Mejor dicho, en la rabic] de -las categorias konttanas hay tres que son fundamen-tales; a saber: .categoria de •realidad, categoric de negocion y categoria de limitacion.

La categoric de realidod se funda sobre el principio de identidad. Es este principio el mos absoluto que pensar se puede, segun Fichte. Ahora bien, el principio de identidad tiene como verdadero content& el yo. Siendo el yo la con-dician de toda percepci6n, la realidad radical es el yo. El yo se encuentra siempre identico a Si mismo. Se podria pen-sar que cualquier coso, el ejemplo que antes citamos de A, significando un objeto general, podria cumplir esto condiciOn de identidad; sin embargo Fichte alega que la proposicion A=A tiene un sentido - un tanto abstracto. Asi, dice Fichte: "yo soy yo, tiene una significacion muy distinta de la pro-posicion A es A. Puesto que est° ultimo no tiene contenido mos que en cierta condician. Si A esti] puesto ciertamente como "a", con el predicado de "a". Pero esta proposiciem no determina todavia si "A" esta puesto de uno manero ge-neral, y por consiguiente est6 puesto con un predicado cual-quiera. Al contrario, la proposici6n yo soy yo, tiene un va-lor incondicional y absoluto, puesto que es identica a lo ley equis. Tiene valor no solo en cuonto a su forma sino tam-

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bien en cuanto a su contenido. El yo este puesto en ello, no bajo condicien, pero absolutamente con el predicodo de la identidad consigo misma; asi, est° puesto y la proposici6n puede expresarse asi: Yo soy" (8)

De ocuerdo con este primer principio el yo se pone a si mismo en un actcr de libertad absolute, y o su vez este yo se constituye come realidad tambien absolute. A esta po-sicion del yo llama Fichte "tesis", y en relacien con ella en-contramos un segundo principio; el principio de contradic-don. Segan este principio al yo se opone un no-yo. El prin-cipio de contradiccion do come resultado la categoric de ne-gation, antitesis de la categoria de realidad. En rigor, el yo cuando se pone, necesariamente ha de oponer el no-yo. Si el yo es una realidad, lo ha de ser en virtud de uno de-terminacion tautologica, pero que a su vez queda circuns-crita, por asi decirlo, por to que no es 61. No podemos in-terpretar el dualismo yo, no-yo de Fichte en el sentido de la dialectic° hegeliana. En realidad el no-yo deriva del pro-pie yo. El no-yo es el resultodo de la octividad del yo sabre si mismo. Es decir, el no-yo es el propio yo objetivizodo per la actividad del yo.

Esta rotura de la realidod en un yo y en un no-yo tiene que ser sintetizada en una categoric superior que correspon-de, a su vez, a lo tercero categoria kantiana; la limitacien. La categorio de limitocion se fundo en el tercer principio. Este tercer principio nos explico el Paso de la unidad a la pluralidad, quedando ambos reducidas en una especie de ca-tegoric superior que podriamos denominar, de acuerdo con la nomenclatura kantiana, come totalidad. Se trot° de uno aspiracien infinita, de una especie de °fon ilimitado que el yo tiene sabre si mismo.

Hasta el memento, toda la filosofia habia considerado unilateral el valor y significacien de estos primeros principios logicos-metafisicos. En efecto, todo tesis nos neva, gracias al concepto de causalidad que implica, al realismo; per el contrario, la ontitesis ha side interpretacion unilateral del idealismo. SegOn Fichte debe haber una sintesis de estos dos posiciones, de estas dos considerociones uniloterales que nos

(8) Fichte, "Doctrine de lo Science", troduccian de P. Grimblot, p. 5.

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explique a la vez que el proceso ontologico del universo, el proceso del saber filosofico. Toda filosofia nate en el pri-mer° de estos principios y termino en la sintesis; se hate de tine especie de ciclo; de una especie de renacer constante.

Segan Fichte, "sin la infinitud del yo, sin uno facultad productora cuya tendencia sea ilimitado e ilimitable, no po-drfamos explicar la posibilidad de la representation. Esto facultad de production est6 deducida y sinteticamente de-mostrada del postulado segun el cual tiene que hober una representation, postulado contenido en la proposition: el yo se pone come determinado per el no-yo. Pero podemos pre-ver que en la parte practica de nuestra ciencia, tel facultad est6 reducida a uric facultad superior" (9). Tenemos que tener en cuento, par otra parte, que toda actividad que de-termina en general un objeto esti, a su vez determinada par una actividad que no tiene objeto. Se tram, pues, de saber coma puede ser puesto y opuesta a la objetiva. Para aclo-rar est°, tenemos que recordar que segan Fichte todo con-cepto positivo implica un concepto negativo. Nada seria lo que es si no estuviese determinado par lo que no es. Todo concepto positive encierro una especie de limitaci6n. La li-mitation es lo que hoce posible que algo sea. Es decir, la realidad para ser tiene que ester determinado par un limite. De ahi que el yo ha de estar determinado per el no-yo y el no-yd per el yo. De esto limitation reciproca se deriva La pluralidad de todas las cases; pluralidad que serf una es-pecie de fenomenologia de espiritu.

"Mediante la limitation el que siente puede primero ester relacionado con el yo, o en otros terminos, el que siente es el yo y puede ester puesto como yo, en tanto que estO limitado en y par la sensation. Per poder ester puesto co-me limitado, es coma el que siente es el yo y el yo es el que siente. Si no estuviera limitado per algo que le est6 opuesto, la sensaci6n no podrfa ester atribufda al yo" (10) dCuol serio la nueva conception del mundo que de esta in-terpretation se derive? Serb a asunto de jugosas elucubracio-nes a Los que de memento no nos lanzamos.

(5) Cf. Op. cit. - p. 152.

(10) Cf. Op. cit. - p. 134.

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"Las Luchas Sociales en el Istino",

de Alfredo Castillero, y su Significacion

en la Historiografia Panarnena.r)

Par RICAURTE SOLER

En laTacultad de Humanidades de la Universidad de Pa. nam6, a pesar de sus estructuras petrificodas, se observe es-poradicamente la aparicion de una obra de investigacian cientifica. Es par elle un deber, que siempre implica uno in-corned° denuncia, consignor los epodes reales al conocimien-to que nos ofrecen los paces profesores y estudiantes que en su obra —y en su actitud— desentendiendose de todos los irracionalismos onticientificos y los misticismos a que con-ducen, don prueba de su confianza en la eficacia, tearica y practice, del analisis, de la investigacion y de la critica.

Contra lo que puede supanerse, la anterior considera-cion no obedece al deseo elemental, y sin embergo justo, de serialar el hecho de encontrarnos frente a una obra de in-vestigacian que ofrece aportes reales, concretes, al conoci-miento de nuestra historic. Se trate edemas —y esto es sig-nificative— de la obra de un universitario que ha sido es-crito a pesar, y en contra, de muchas de las ideas "universi-tarias" que inspiran la actitud de algunos de sus profesores. Consignemos una: "La funcion de la Universidad radica en

• De este obra se han publicaclo en Tare.. algunos copitulos en los Nos. 1, 4 y 5. Estos lineas fueron escritos pare servirle de "Pro - logo".

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lo trasmision a las nuevas generaciones del legado cultural de las generociones pasadas". 0, para decirlo m6s explicita-mente, con el Dr. Diego Dominguez C., "La Universidad.._ tiene una precis° funci6n conservadora: mantener la tradi-cion. La gran tradicion, representada en la obra de los pen-sadores y artistas clasicos, y la tradicion nacional". **Esta es la concepcion, conservadora y esterilizante, que de la Uni-versidad tienen algunos de sus profesores. Concepcion que formulan en la "teoria", y sobre todo, realizan en la prac-tica. De creerles, la Universidad no es creaci6n, no es inves-tigacion, no es critico, no es wells's: la Universidad es "trasmision de conocimientos", es decir, conservacion, pe-trificacion, esclerosis. La solo presencia de una obra de in-vestigacion, y por tanto la solo presencia de Las Luchas So-. dales en el Istmo es ya significativa. Tiene, por lo pronto, la significacion cabal de hacer autenticamente academic° —en el mejor sentjdo del termino-- nuestro ambiente universita-no.

II

Pero obra que nos ocupa no es solo una investigacion que, come to!, desenmascara teorias y actitudes que en el media rocionalizan, encubren y justifican la esterilid6d de la producciOn y el marasmo del conocimiento. Se trata de una obra que, por encima de todo r abunda en interpretacio-nes Iricidas de la historia panameria. Lamentable es sanator-ia, pero tambien desde esta perspectiva el hecho elemental S que nos encontramos frente a una obra de investigacion historica adquiere un relieve particular. Para comprenderlo bast° consignor otra tesis dudosa, frente a la cual la apari-clan de Las Luchas Sociales en el Istmo revela aim mos ni-tidamente su importancia: "En Panama la labor historiogra-fica est6 en sus prodromos; el esfuerzo heuristico y erudito es previa al hermeneutic°. Aun no se han dodo en Panamcl las condiciones cientificas pora la interpretaciOn historica".

'• NOTA: El Decano Bernardo Lombardo, en reciente Discurso, se opone a este visinn conservadora de la Universidad. "Con el im-pacto de la civilizacion —of irma— la funci6n de la educacion ha cambiado. Antes se consideraba que su finolidad era anicamente mantener y poser de generation a generaciOn las tradiciones de una culture. La educaciOn es ahora dire:mica; es cambia continuo, nuevos conocimientos, nuevas normas, un nuevo orden de cases".

35

Aunque respetamos este tesis, tante mos cuonto pare-ciera orientor la obra de C. M. Gasteozoro, que por la pro-mocion de nuestra historiografia y por sus -logros heuristicos es indiscutible, it podemos, sin embargo, suscribirlo. La di-vergencia obedece d uno diferente inteligencia de la signifi-cacion 'del quehacer historic°, y mas aCin, a una diferente comprensi6n del origen y de la funcien social del conoci-miento. Heuristic° y hermeneutic°, creemos, no son sino as-pectos, momentos, de un quehacer cientifico indiviso. Toda ciencia —entre ellas la historia— en cuonto tiende a ref le-jar correct° aunque aproximadamente los procesos reales, objetivos, requiere una precision metodologica y un aparoto conceptual especifico. En la labor historiognifica esto preci-s* y este operate se alcanza, haste cierto punto, en cuanto Id interpretocion de los fuentes implica un control sobre to interpretacien hist6rico en general. Precise no olvidor, sin embargo, que la interpretacion de las fuentes no gorantiza por si solo la correccion de to interpretacion historic° gene-ral. (En ese cos° si seria aceptable lo tesis de que precis° acometer el esfuerzo heuristico pare despues intentar la ii-i-terpretacion histerica). La subjetividad, la arbitrariedad, no son insolitas en Jas,obras historicas. Este subjetividod hay que combatirla, pew tambien hay que explicarla. Situados yo en este rtivel, Ia explicacion trasciende el ambito pura-mente metodologico, tecnico, historiografico y heuristico-hermeneutic° paro comprometerse con una determined° gnoseologio que explique el conocimiento false tenth coma el correcto. El outer de estos lineos, como el outer mismo de la obra, se hon comprometido con el postukido-de la genesis social del pensamiento que explica el conocimiento correcto como el prbducto de una praxis social en incesonte proceso de reflejo y apropiacion de to realidad, y que explico el pensamiento incorrecto —la false conciencia, ciertos ideolo-gies— en funcion de to misma praxis social pero enajenada, aliened° por los grupos'ontagonicos que ella mismo engendro en el proceso historic°.

Ill

Las anteriores consideraciones sugieren que el outer de esta obra, en to medida en que supone una gnoseologfo rea-list° —y lo cosmovision materialist° que contleva— oriento conscientemente su investigacion en el sentido de la inter-pretacion materialist° de la historia. En nuestro medio, los

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precedentes existen. En el ensayo, en el articulo, en la con-ferencio, y clan, en cortos estudios monograficos, la perspec-tive materialista-historica ha sido utilized°. Incluse se ha iniciodo, en diverse medida, su discusion teorica y su con-frontacion con los metodos idealistas de interpretacien his-toric°. No obstante est° obra, por la amplitud de sus temas y por e? rigor sistematico que evidencia es la primera que orgenicomente inyestiga, desde la perspective materialist°, el proceso historic° penmen°.

No ban faltado quienes, de antemano, han condenado al fracas° un intento como el presente. Hern6n Porras, en su "Papel historic° de los grupos humonos en Panama", serial° que "La explicacien a base de clases sociales resulta inehcoz por el hecho de que importantes sectores de la poblacion del istmo no ban estado integrodos econornicamente entre si duronte largos period° de tiempo y porque, adem6s, su oc-tuacion histerice ho obedecido a menudo a reacciones psico-logicas y de otra indole, sin parer mientes en los considera-ciones de tipo econornico".

Esta observocion odolece de una incorrecta inteligencio de los postulados y rnetodos del materialism° historic°. En primer lugar, el proceso de integracion —y de desintegra-ciOn— economic° de los grupos orronca .de las fuerzas y relaciones de produccion,•de la division social del trabojo y, en particular, de la propiedad privada. Estos fenomenos se flan dad° en la sociecfad ponamefia de igual manero que se ban dada en todas las demos sociedades. Si se tiene otro concepto de lo que es "la integraciOn economic° de los gru-pos" habrie que sehalarlo, pero en modo alguno es admisi-ble uno critic° que, como la de Porros, a mos de interpreter incorrectamente —rnutiladamente— el concepto de lo eco-nomic° en el materialism° historic° parece oponerle otro, que por lo demos no define. En segundo lugar, Porros su9iere que puesto que los "grupos humanos" no han actuado siem-pre en razOn de motivaciones econOmicas, tales grupos no son identificables con las clases sociales. Todo esto implica, nuevamente, una mutilado interpretacion del materialismo historic°, pues a excepcion de ciertos "marxistas vulgores" ningan materialism ho identificado la mere conciencia eco-nomic° con la conciencia social de un grupo dada.

Las anteriores precisiones poreclan necesarios por cuan-to Las Luchas Sociales en el Istmo constituye, como afirma-bamos, el primer intent° sisternotico de interpreter nuestro

3 7

posed° a troves de los postulados y metados del materialis-m° historic°. Su contenido revela, ampliamente, to fecundi-dad teOrica y la eficacio cientifica del metodo. En este sen-tido constituye una revision de todos aquellos planteamien-tos que a priori postulaban la imposibilidad de oprehender nuestra especifico realidad historica y social a traves de perspectives material istas.

IV

No es de extrariar que el empleo del meted° materia-lista- historic() en cuanto al estudio del proceso hist -twice-so-cial panamerio conduzca a conclusiones inesperadas, en pug-na muchos veces con las concepciones estereotipadas de la historiagrafia tradicional. Esta obra nos lo revel° concrete-mente a troves de las categories empleadas para comprender el movimiento de independencia de Panama de Espana. El punto de vista del autor .--arriesgamos esquematizarlo en la sintesis-- se expresa en la tesis de que este movimiento es la proyeccien politico de una formaciein econornico-social burguesa (comercictn„ La genesis mediata de esta formacian la encontrariamos en la diverse peripecia historic() —azaro-sa, incoercible—.del transitismo panameno de la epoca co-lonial; six genesis inmediata en la estructuracien de una-cla-se comercial, a principios del siglo XIX, conformada a tro-ves de un active comercio con las antillas y a traves de una actividad economic° tronsitista formidable y paradojica-mente propiciadd par las guerros de independencia surame-ricanas. El movimiento liberador, la independencia de Pana-ma de Espaiia es, pues, un acontecimiento anti-feudal y anti-colonial que expresa en lo politico y en lo ideologic° (liberalism°, librecambismo) la preerninencia economic° y social de aquella close de comerciantes. De ahi arranca el orden por ella establecido. Pero este, lejos de conciliar todos los intereses, ha suscitado, y suscita, nuevos antagonismos cuya concelacion estamos aOn lejos de vislumbrar.

La tesis expresada, si bien no de una manera explicita, supone una especifica concepci6n filosof ice de la libertad, y mos concretomente, una determinada teoria sabre la his-toricidad de la misma. Desde el punto de vista del materia-lism° historic° la humanizacion del hombre, la determine-cion de su esencicf, la produccion de Si mismo a troves de la praxis, se manifiesta en un proceso ininterrumpido en el

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cud la conciencia y la libertad del hombre expreson las con-diciones y posibilidades de su ser social. Asi entendidos, con-ciencia y libertad no son abstrocciones divorciados de la vido y de la historia, menos °On, determinaciones de un espiritu que se "eleva" por encima de To real y To legisla soberano-. mente desde las posiciones obsolutas de To inespacialidad y de la intemporalidad. Muy por el controrio, conciencia y li-bertad surgen del movimiento de lo real, de la vido, de lo historio, pare proyectarse a su vez sobre el movimiento de lo real, sobre el movimiento de la vida, sobre el movimiento de lo historic. Es la unidod de la conciencia y de la materia, de la libertad y de la necesidad. Unidad dialectic°, y material, no metafisica identidod idealist° y formal.

Tales son los lineamientos generoles de la teoria y del metodo. Su oplicacion concreta a la historia social del Istmo en la obra de Alfredo CaStiller° conduce a una comprensi6n de los movimientos libertarios panamerios que se compagina poco —lo que implica un merito-- con los enfoques mere-mente narrativos y apologeticos de la historiografia tradicio-nal. Es asf que del movimiento de 1821 no se nos ofrece una interpretacion puramente formal sobre su significacion ju-ridico-politica ni, menos clan, una exaltacion "patriotica" de su sentido historic°. El movimiento de 1821 es un movimien-to de close, pero de una close que en su epoca desemperiabo urta funcion historic° progresisto. Desde este mirador la li-bertad que se alcanza en 1821 es una libertad que se con-cibe directamente en funci6n de su condicionalidad histori-co-social y que a haves de ella se define. La libertad, pues, no es ninguna entidad obstracta que se alcanza o no se al-canza, que se tiene o no se tiene. La libertad se hace, se reoliza historica y socialmente. Como la conciencia. Es por ello que el seaside y expresiOn de la libertad es un sentido y una expresion historic° y social. No obstante el mal ejerhplo, en la obra de Castillero no encontromos quo una mera de-clamacien en torno a la libertad se identifique con la bus-queda de su sentido. Menos clan encontramos que la inves-tigacion de su expresien se identifique con la narracion de sus "momentos estelares". El proceso historic° de la libertod en el Istmo es inseparable —en el Istmo y fuera de el— del proceso historic° de sus luchas sociales, drameticas, reales, concretas. Ignorar esas luchas sociales, es ignorar la histo-ric.... y la libertad.

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La obra que nos ocupa constituye la primera investiga-cion en torno a la historia social del Istmo. Esto circunstan-cia explica la abundancia de enfoques novedasos y de co-rrecciones concretas que se hacen a la historiogrofia tradi-cional. Resumir sus aportes es torea dificil: son muchos y fundamentoles. No obstante, porece conveniente senalar ol-gunos, pues no seri° de extrafiar que estas lineas introducto-rias Sean las anicas que se escriban en Panama sabre este libro (No olvidamos los comentorios de Humberto Ricord oparecidos en Tareas, N° 2, Enero-Febrero, 1961. Estos se referian al Cap. I, ("mica publicado host° ese entonces). No seria de extranar tampoco que una mayor ponderacion cri-tica provenga del extranjero. No seria el primer caso. Nues-tras actuales oligarquias academicas y universitarias %then muy bien que el silencio es arma contundente. Y que hablar en torno a la producciOn ajena es decir mucho en torno a la ausencia de la produccion propia.

Las tesis novedosa y los aportes concretos de Las Luchas Sociales en el lstmo, deciamos, son numerosos y fundamen-tales. Consignemos algunos: A). Enfoque del movimiento in-dependentista de 1821 en funcion de la actividad politico-social de la burguesia criolla en ascenso. Sehalamiento del cuadro economic° condicionante y de las configuraciones ideologicas correlativos. B). Explicacion del anseatismo de 1826 y su consideracion como primera tentativa autonomist° despues de la anexion a Colombia. C). Explicacion a troves de las luchas sociales istmerias del significado social y poli-tico de la polarizacion pueblo y ConstituciOn Boliviana — oh-garquia y politico anti-bolivariana. D). Interpretacion del movimiento de 1830 como expresion del primer levontamien-to de las mosas populares urbanos contra la preeminencia social y politico de to naciente burguesio comercial. Estas son solo algunas de la tesis que implican profundas noveda-des y decididos contribuciones a la historiogrofia panamena.

nada hemos dicho sabre las abundantes fuentes editas e ineditas que a troves de este libro par primera vez son utili-zadas en nuestra historiografia.

Memos intentado destacor la significacion teorica y, m6s especificamente, el valor historiogrefico de Las Luchas Sociales en el lama, de Alfredo Castillero. No podemos con-cluir sin senalor que en la medido en que la teorio es uno guia para la prectica esta obra alcanza tambien una proyec-

40

dein en la acci6n, en la practice. M6s concretamente, en la accion y en la practice social y politica. Las Luchas Sociales en el Istmo constituye, hoy par hoy, el instrumento mas ca-lificado pare el conocimiento de nuestra praxis social del posit Es elemental afirmar que la del presente no se corn-prende sin la del pasado. En este sentido Las Luchas Sociales en el Istmo es tambien un instrumento pare la comprensiein de la praxis social del presente. Para la comprension y pare la accion. Pues solo es accion eficoz la que se base en la comprensien profunda, en el conocimiento autentico y ver-&der° de lo reel, de la materia del desarrollo, de los deter-minaciones fecundos de to concreto.

Panama, Mayo, 1962.

41

Sonam6nles

OBRA EN UN CUADRO ORIGINAL DE

CatiOS /leRUM frath

Personajes:

Miguel

Jaime

Luis

Viejo

Profesor

Guardia

Mujer baratisima

Ella

tin solar sucio y oscurecido. De una for-

ma lejana e intemiltente se percibe ruido de trafico ocomporiado de leve iluminacion.

Entron MIGUEL, JAIME y LUIS, descui-dodos en el vestir y suspendidos en la vida

como burbujas en uno emulsion. Un globo pendiente de un Folio siente mas que

to otraccion de la gravedad hocia la tierra.

MIGUEL, Estoy consado de bust& un sitio son° y libre. jMierdo de set!

JAIME.,-- No to encormareroos, ate ploneto esta todo cercado. Rejos en

tos ventanas, en las puertas, en los bancos, en las alcontarillas.

45

MIGUEL.— Sentemonos.

JAIME.— (Con las manes en los bolsillos do una patada a una piedra

como si se la diem a si mismo) Para ocabar sentendome en el sue-

lo no he andado tantos minutos de mi vida.

MIGUEL.— Mistifica; es foci!. Me gusto esto; es necesario sour al cam-

p° pow respirar aire puro. MI, vives sin tiempo, fuera de 61. El

rehab como el suburbono, para las cludades.

LUIS.— Eso es cierto. Aqui puedes gritar lo clue quieras: "Viva el rey",

o "Abojo el rey". Nadie te hare caso. Prueba a gritar: "Al ase-

sino". Te asesinaren sin ninguna prise.

JAIME.— Como en la ciudad, todo igual que en In ciudad. No me gusto

el campo. Hay una vida quo consumir. No es este el sitio. Habria

que ir mos lejos.

MIGUEL.— 2Que sabes to de este o ague!, basura?

JAIME.— Poca cow, que entre uno y otro, siempre hay un tercero, sea

Dios o el diablo. Siempre el vocio este Ileno.

LUIS.— Quiz& Ahora yo estoy entre Miguel y Jaime.

JAIME.— No, yo estoy entre Miguel y Luis. Formamos triongulo. Todos

estomos entre todos.

Pause.

MIGUEL, Quiz6 venga hay.

JAIME.— iQuien o que ha de venir?

LUIS.— 2Para que esperar? Siempre vo y viene y nunca este presente.

JAIME.— Ese me ha gustado a mi ser. Pero siempre tuve quo ester pre-

sente. No sabeis la tragedia de no sot ye pasado.

MIGUEL, Mierda, desvarios.

LUIS.— Conozco la trogedia de ser presente. De ester aqui sin &Air de

mi tiempo.

MIGUEL.— Creo quo no sabeis node. 0 solo subvertir.

JAIME.— Una vez despierto said quo habit] dejado de ser. Flotaba, luego

me &luta como uno nube pero siempre alegremente, dulcemente.

46

MIGUEL.— iQuieres decir que a la vida no le encuentras ningtin valor?

MIME.— Quiero decir que la vido no existe, porque no e.xisto como una vida.

MIGUEL.— Eso lo puedo negar. Yo no se si existire, pero la vida sf, en no no cedo.

JAIME.—Pues si existe, tremmela, quiero tocarla los pechos pora que me hog° gozar, o sus osperezos y fibs hasto hocerme does:).

MIGUEL.— La mancharias.

MIME.— Me redimiria.

Entra VIEJA, enlutoda, encorvada y viscose.

LUIS, Mirar., Viene del rosario.

MIME.— Y corre ligera al cotilleo.

LUIS.— Viejo empecatada, arder6 como uno tea recordando lo que goz6 en su juventud.

JAIME.— ;Bruja!

VIEJA--. iJests bendito! Qui susto. Granujas, canallas.

JAIME.— Largo de aqui, puerto, no robes nuestra soledad.

Sale VIEJA.

MIGUEL.— Necesiteis lea, mucha lena que os huge order las costillas y el alma. Vuestra redencien estarfo en un compo de concentra-tion. Yo me escape de uno. Cuando vieron que no podiamos tra-War, todos los sObados empezaron a Ilevamos comiones de mu-jeres procedentes de otros campos. Eron voluntorias. A los tres me-ses de aguontarnos los ponion en libertod. A las que no habian muerto, claro. ;Que ojos hacienda el amor! iQue miradas subian a los camiones! Vuestro vida sin valor me repugno.

LUIS.— Hay olgo agrodoble? &by algo desagradable? Hay alga?

JAIME.— No preguntes. Para que Qt.te mos te da?

LUIS.— Ese alga es tan inmenso como tado lo que no existe.

MIGUEL, Tan inmenso como todo b que puede existir.

Entro PROFESOR, viejo, estirado y pedante.

47

LUIS.— lAh! Viejo chivo, te conozco. TO has sido mi profesor Me ense-hobos quimica y que ignoronte eras, par cierto. Llevabas los for-mulas opuntadas en on panel y los releios mos que Si fueran car-tes de amor. Eras el ombligo del mundo y tu atedro lo creios el

Faro de Alejandria.

MIGUEL.— Yo tombien le conozco. Es don Rafael. Queria enseriarnos li-terature, pare nunco ley6 a Faulkner ni supo de sus burdeles.

JAIME.— jEli, 16! iAdonde vas? Otra noche que pasares en casa de tu

amiguita. Es a H , don Jesus, el que me ensefiabas moral y me

hablabos de Dios y so justicia.

LUIS.— Por lo que veo todos le conocemos.

JAIME.— Todos conocemos al genero humono. Formamos parte de el.

PROFESOR. Miralos. Que cuadro. TO Raid.

MIGUEL.— Te habla a ti, Jaime.

JAIME._ liable, viejo vompiro.

PROFESOR._ La onotomia to pudo.

JAIME.— Me repugnan los muertos, no to ocerques. No era came ca-liente de mujer.

PROFESOR.— Y Rafael, je, je.

MIGUEL.— Es a ti , Luis.

LUIS.— Al fin me reconociste forsante,

FROFESOR.— El nifio Nen, el hijo del diplometico, quo no fue copo-z

de ingresor en la universidod.

MIGUEL.— jV de ml, no to ocuerdos? Soy Miguel.

PROFESOR._ Mucho, me acuerdo mocha. To eres Javier, Te hiciste poe-

ta. iPobre neciol Pero la culpa era de los profesores. 0 no eron

oteos, o no eran creyentes.

MIGUEL, Largo, no gostes ml paciencia. 'Largo he dicho! Vete o oho.

esterallero, este es nuestro.

Sale PROFESOR

Sueno tristemente lejano el pitido de

un tren.

48

JAIME.— Ahi van elbs

LUIS.— Quienes?

MIME.— Los otros, los que.no somas nosotros ni podiemos serlo nunca.

Todos con sit billete y su destino comprodo. Todo en reglo.

LUIS— Me siento verde y resinoso. Me siento motorral.

JAIME.— Yo siento todo la ongustio de sentirme hombre.

MIGUEL.— No se cue' es poor, si lo de tener tocb un cuerpo a consumir

o lo de tener espero'nzo quo nunco Ilegar6.

JAIME.— Path el tren y seguimos aqui solos.

LUIS.— En el otro vendr6.

MIGUEL, Quien tiene clue venir?

LUIS.— Elio.

MIGUEL.— iQuien es elk!?

JAIME', Es coma uno mujer.

Entra GUARDIA.

De cornedieta antigun , o vodevil trances.

Cosco, espadon, bigotes destenidos y

mostachudos y comma a sahibs.

MIGUEL.— eLe conoceis?

LUIS. vol sr. Le sobome el dio que atropelle a una embarazoda. De

resultas de ello no pudo coger ml motritula ni identificorme. as

conocido como un escrupuloso funcionario.

JAIME.— Yo tambien le conozco. En una manifestpcien le di una pedra-

do. Como sangroba. Pobrecillo, parecia un lech6n. Creo qua perdi6

el ofo. Mientros se record6 awel ojo fui lider politico.

GUARDIA.— Oir, gatillos. No me gusto yams par aqui. Low a unq ca-

feteria. Buscaros unos mujeres, tomer unas copas, y en f in, barer

algo de provecho, pero largo de pout.

LUIS.— jCana esbirrol

49

GUARDIA. fAh, mamoncete! Con los petioles malolientes todavfa y yo difamando el regimen. Pero en si vuelvo y os pillo aquf, yo podeis pedir tobaco a case pora una temporada. En el penal se fume mucho.

Sole GUARDIA.

JAIME.— (A Miguel) ere ti i no le conoces?

MIGUEL.— Mucho. Es un tipico ejemplar de hija de auto y de cobra.% Producen, cuondo se citizen, ejemplares come este.

MIGUEL.— Espereis una mujer y yo he pasado atios viendo solo sus som-bras descemodos bajando de comiones polvorientos.

JAIME.— Te compedezco.

LUIS.— To envidio.

MIGUEL.— No me compadezcas, Jaime. Si chore entre nosotros, vier° una mujer, creeria que era one vide. Y buscaria donde comienzan los elambres de espino.

JAIME.— Tombien podries penser en una vida donde se arna, se engen-dra, se pore, se cobra un sueldo y se revienta.

LUIS.— No te sobra con una vido?

JAIME.— A ml, si.

LUIS.— Y si ella viene, 2que nos ofrecerd? Todo eso, antes de reventar?

JAIME.— No comprender6 que todavio hay esclavos.

MIGUEL.— Vendre o convenceros que todavfa existis y no debeis Imp.- dirselo.

JAIME.— Deberio venir mejor pare barremos de este solar de inmundicia.

MIGUEL, No dira nada. No lo oirois. Solo se oye nuestros propias pa-labros en boca de otro.

LUIS.— Y si nos barre; en que bosurero nos arrojart?

MIGUEL.— eFumamos? Hay tobaco?

JAIME.— No, me voy.

Entro MUJER BARATISIMA.

50

MIGUEL, 1:1ci donde vienes?

JAIME.— De rodeor la tierra y ander por ella.

LUIS.— Dijo Satan a lehov6.

MUJER B.— iTienes alga paw corner, Antonio?

JUAN.— No, amor mio.

MUJER B.— iSigues pensando abandonarme? cTanto me adios?

JUAN.— Ni te odio ni te ama. Ya 'no siento nada par tr. Ya solo eres

pans ml un poisaje eternamente vista.

MUJER B.— (A luisi 4Ya aporeciste, granuja? Todavia estoy esperando

lo que me debes. Sigues igual, Enrique.

LUIS.— La 6Itima vex que nos vimos no eras la misma, Mercedes, por

eso no te pague, no te lo ganaste.

MUJER B.— Vamps a tomor un trago, Enrique.

LUIS.— Acabares coma uno rata en un barril; vete, borracha asquerosa.

MIGUEL.— eQue haces par aqui, Luisa?

MUJER B.— Buscarte, Diego, eTe vienes, coraz6n?

MIGUEL.— No puedo. Solo deseo (shore luz y mar. Mucha luz y mucho

mar que me !oven y vuelvan transporente.

MUJER B.— Dejate de esas cosas ahora, Diego. Conozco un sift) nuevo.

Saionas limpios, buena cosi; ogua, cerrojo en la puerto. Se este

muy bien, vente.

MIGUEL.— Si me ofrecieras una mujer nueva, tal vex iria. Y dela, y mar.

MUJER B.— Yo te los dare. Tan azules coma t6 quieras.

MIGUEL.— Tan caul COMO la inocencia?

MUJER B. —Mies mujerzueIa. Piensa en tu mar y tu cielo y tu mujer

nueva.

Sale MUER BARATISIMA.

JAIME.— (Da tres posos hada la derecha y de espaldas a sus compafie-

ros se asienta) Decidldamente me voy.

51

MIGUEL.— Por nada del mundo volyeria a serrtorme en el sueto.

LUIS.— eTemes manchor el peeve del suelo con tu borne?

MIGUEL.— Creo que en nosotros est6 ser tierro o marmot. Haulms es-

tatuas duraderos o polyo de Los commas.

MIME ocupa su puesto anterior.

MIGUEL.— eVuelyes?

LUIS.— eDe donde vienes?

JAIME.— Hada much° color all'. Estaba demoslado proximo del infierno.

Prefiero vuestra puerce compare's:.

MIGUEL.—,Llegas a tiempo. Ahi viene Ella. Me do Western°. Viene con-

fled° come bestia al sacrifice°.

JAIME.— 9e orrepientes?

MIGUEL.— No, no es eso. Me portare como vosotros, no tames. Pero,

servir6 de alga? eLavar6 su songre nuestros pecados? ePodemos

escoger on redentor a yoluntad?

JAIME.— No preguntes, nedie te contester° y menos Dios. Elige y sa-

crifice.

MIGUEL.— Por que debo yo elegir y no ser elegido?

JAIME.— No pienses en Dios. Dios se ho suiciddclo. Ur ha preferido osi.

MIGUEL.— Dios no puede morir.

JAIME.— Abendoniendones, abandoned° a su °bra, se mate a sl mismo

en nosotros.

MIGUEL.— Sc mate lo que verdaderamente se orna. Lo demos se ignore.

LUIS.— Ca!taros, pudiera oiros. Su venganza es sitenciosa pero potente co-

me el mar.

Entre ELLA. Viste un solo color. Tel vez

amoral°. Si, tel yez sea amoral°.

ELLA.— Que cores m6s tristes y fees. eTenels alga colgando en lo me-

moria que retuerze vuestras comes?

JAIME.— Serb ° una peno que estuvieras alegre.

52

LUIS.— Es mejor que este &sure, que disfrute.

ELLA, Nunca me gusto desentonat, Luis.

JAIME.— Si, 6sto es compes, o ritmo de la vida.

LUIS.— 4Me conoces?

ELLA..— Siempre te conoci. Un alma solitaria. Un peso tremendamente

aphistante con la sensociOn de ester de mes e y nada hecho paro

poder decir: "Esto es mio porque lo hice yo".•

JAIME.— Canto, He, Hero en buena hora.

LUIS.— Es 'armonia.

MIGUEL.— Oigo graznar on cuervo.

ELLA.— No seas tonto Miguel. Es on tren.

MIGUEL, g1/4 mi tambien me conoces?

ELLA.— SI, a ti tombien. Antes de la guerra on hogar, uno familia, y

uno novio puro comp el agua o la Juno lejono. Luego, una cicatriz

en el pecho, un monton de cenizas y algunas fotos de unos muer-

tos.

JAIME.— Manifiestos on optimisto conocimiento insultonte.

ELLA, Y a ti Jaime.

JAIME.— Claro yo soy Jaime.

ELLA, Una vida podrIcto per dentro, aunque conserve una sano apa-

riencio como los frutos en sozon.

MIGUEL.—IQue bella eres y que joven!

ELLA.— No os habeis fijado? Han puesto en la toile de at lado orboles

y flares. iPor quo no os reunis olli? En lugar de este solar inmundo.

JAIME.— Alegria insensate. iTerminomos con la olegrio o es pronto?

ELLA.— iQue vois a terminor con to olegria? Quo mal os hizo?

MIGUEL, Est6 ton lejos la otra cane. No tenemos fuerzas para llegar.

53

ELLA, Yo os ayudarf, Miguel, si es preciso. No os desanimeis. Ando, decidiros. Uno a uno os ire Ilevando. ri ton pequefia vuestra crux en mis espaldos, que nos sentiremos todos resucitados al tercel-viaje.

JAIME.— ;Quo cerco y que lejos este la otra collet Como si hubiero uno. reja.

LUIS.— Un abismo.

MIGUEL, Si iremos, pew por otro comma.

ELLA.— Por el que querois pew vamos. Alegror esos cams, la ha este cerco.

MIGUEL.— Vamonos.

LUIS.— eYo?

JAIME.— Quire, si tardamos, manchemos su piel blenca con nuestra tristeza.

LUIS.— SI, Miguel, chisel° a Jaime.

JAIME, Darnel°, Miguel.

MIGUEL.— (Le entrega un cuchillo a Luis) Tomo, Luis.

LUIS.— (Recoge el cuchillo y so to entrega a Jaime) Tome, Jaime. Es ton sensible. Que tu golpe sea tan suave como el crepUsculo cuando desciende.

JAIME.— 4Tendr6 la songre blanca?

LUIS.— Sc dijera una flor que no recibi6 el beso del recto.

JAIME.— iQue fue uno flor sino polen?

MIGUEL.— Mi!ogres de to naturaleza.

JAIME.— Magias de la naturaleza que convierten lo repulsivo y hediondo en objetos de nuestra ridicule odmirocion.

ELLA.— Alegraos. Vuestro vida con ml venido, ha cambiodo.

MIME.— Veinte coballos pateon mi cerebra y °Oen mis pensamientos.

MIGUEL.— Cuando esten desponzurrados, avisa es la bora de partir.

54

JAIME. No me ayudareis? Tendre que beberme el cOliz de toda ml vido y opurarlo, duronte toda ml vida, en este momenta.

MIGUEL, A ml nadie me ayud6 sino fue a golpes.

ELLA.— eQue necesitas? Yo te ayuclore.

MIGUEL, A H.

JAIME.— ;Dios! Me foltobos y ohara quo te tengo, me sobros.

ELLA-- Miguel, eserias capaz de manchor nuestro amistad? Calla, no digos eso.

LUIS.— Maio intencien dos a sus palabros. No pens6 prostituirte.

MIGUEL.— Yetnamos el contagio.

ELLA.— No ois to meisica? Levantoros y caminar.

LUIS.— De quedarnos tendriomos quo esperor demosiado tiempo.

MIGUEL.— Tal vez atm. Y es dificil que vuelva alguien que nos permit° vernos come en un espejo,

LUIS.— Tel vez more.

MIGUEL.—Y no podriamos ir a la colic de al lodo que este ton cerca.

LUIS.— El medico visite a los opestados.

MIME.— Y Sc contagia.

LUIS.— 0 los aleja.

ELLA, Los medicos no mueren. Tienen que curer. Es su obligacien y

Dios cuida de ellos. Dios cuida de su vida par el bien de los de-

mos.

JAIME.— Sc suicide. Lo ha preferido.

ELLA.— No me crehis?

LUIS.— No sit. Tab vez te lo digo luego.

ELLA.— iCutindo te decidir6s o hablor?

JAIME.— Pronto, no tertgas prisa.

55

ELLA.—Atin ast Dios ha resucitodo muertos.

JAIME.—Los muertos que mato la peste, no resucita. Esos no sirven.

ELLA.— Pera de qua feiblais, no os entiendo? locks dejan de ser co-daveres. Si yo muriera chore mismo, inmedicitamente, sin tronsi-

clan, empezorio o vivir.

JAIME.— 6.o crees tan deliciosamente como lo dices?

MIGUEL.— &los pecodo olguna vex?

ELLA.— SI, muchos. Mi perfeccien viene de reconocer mis debIlidades.

Me conozco.

LUIS.—Lastima, su piel no es blanca.

ELLA.— Estoy perdonada. Mi alma es pura coma la de un nano.

JAIME.- A los nines no hubo qua perdonorlos.

MIGUEL.— Y contra la came ihas pecado?

ELLA.— No, nunco.

JAIME.— Pues qua. No te atralo? Su voz no era lo suficientemente fuerte como pore dejorte Ilevar? e.) te quedabas fria coma des-plies de oir un discurso del partido redentoristomaniqueo o del

socia Icristiono.

ELLA.—Calle, Jaime, no digas barbaridades.

LUIS.— Es uno virgen. Este enfermo.

JAIME.— El reloj del destine mecca la horn exacta. No ois sus compa-nodes? Son de ploto y suenan o one nuevo. Hoblo que e decidan.

MIGUEL, Si, suenan a blanco.

ELLA.— Grades, Miguel, que bueno eras, los Iles, los tres, qua huenos sois.

Suena lejana una masica per breves mementos.

zOts a mtisico? En la colle de al lodo hay much° luz. Vemonos olli, esto es triste y feo. ,No lo notois, tal vez?

LUIS.— No podemos. Hay muchas calles que nunca se pisaren.

ELLA se levant° y se dlrige hocia la derecha. Ellos hacia la izquierda.

56

JAIME.— tste es tu comino InMatulode.

ELLA.— Par Gaul Ilegamos antes.

JAIME.— T6, sl. Nosotros no. 56Io tenernos un comma.

ELLA, Como querais. Accedere una vez mos o otro capricho.

JAIME.— Si, comma, ser6 el ultimo. La redenci6n se acerca. Todo Sc

consumar6.

JAIME se detiene en el sitio que se sent6.

en otra vista me gusto este sitio.

Se detierte.

Yo era otro. ACm estobo limpio. Lo etbontre tibio y hut de el. Si,

creo que sirve, no busquemos mem. (A ELLA) Sin micula, acercate

a mi. Despidomonos antes de sour de aqui comma de otra vido

muy distinto.

MIGUEL, Na manches su piel. Es pecado menthe, una piel blanca,

aunque sea de ',atom°. Ten sumo cuidodo. Obro meticulosamente.

Una mancha sole, solo una moncha de sangre no nos concederia

la redencion.

LUIS.— No to cuides de las manchas Ellos serer) los que !oven las tuyas.

MIGUEL.— Ni una mancha, ni una mancha

JAIME.— Inmaculada, contempla el comma de nuestro redenci6n. Pide

con fe perd6n por los que no soben in quo halcen, porque este es

el momenta.

ELLA comma hada los brozos ottendidos

de JAIME.

JAIME, con lento y povorosa insistencia,

Se hunde el cuchillo en las enriches, quo se

&sporran coma una fbr socuclida par los

vientos que sop/an lanzados por los posiones

humanas..

ELLA, resbala sobre el cuerpo de JAI-

ME, haste el suelo donde es reposada par

MIGUEL y LUIS.

57

MIGUEL.— Ni una month°, ni uric 'rancho.--

JAIME, MIGUEL y LUIS, se ocuclillon alrededor contemplandola rigidos en su enco-gimiento.

MIGUEL.— Se ha conseguido.

JAIME.— La obra este consumada.

Cruzan, acechando en sigilo un largo silencio,

Entra GUARDIA.

GUARDIA.— Pero aim, seguis aqui, bribonzuelos. La patria necesita bra-zos y la juventud de boy solo le do posoderas. 4No me ors? Os he dicho que largo de aqui. Pero quo veo. ,jA quiet, adorais? ;Como, un muerto! Ya sabia yo que nada bueno me pasaila hoy. Raz ser-vicio pora esto. Granujas, desconsiderados. Apufialando jovencitos en los onocheceres como si fueran mariposas.

Entra PROFESOR.

GUARDIA.— Profesor, Degas en buen momenta. Al menos eres oportuno. C.antempla la °bra de tus alumnos. Es esto lo que ensefias? Re-solver problemas es b tuyo, 6no? Yo solo soy guardio. Cuondo path estobon estos granufillos, guise borrachos, aqui reunidos. reunion de tres y en un solar: nada bueno. Los disperse como era mandado y de ml obligacibn. Nada de concentraciones, se me ha dicho. Crei el campo despejado. Vuelvo a posar y me los encuen-tro cod un fiambre.

Entra VIEJA.

VIEJA.— &then habl6 de fiambre? !Dios mio y padre mio! Llevo siete dias sin comer ni caliente ni trio.

Entro MUJER BARATISIMA.

MUJER B.— Ando con la vieja. Si tuvieras ml cuerpo yo comerias, ya, desgraciada.

PROFESOR.— Calle la quo se apart6 del comino de lo pureza y deje hoblar a la autoridad. ate decias, guardia?

GUARDIA.— Un muerto

58

MUJER B.— jRecristo! jHo dicho un muerto!

VIEJA.— iDios bendito, bendito!

PROFESOR.— jAh! Juventud insane, oyuna de apoyo cultural, hombrien-to y carente de libertad, obocais a una esquizofrenio que as hace escaper de vuestro ruin mundo presente, mezquino, pobre e insulso.

MUJER B.— Carajo, que tio. Gime habit

GUARDIA, Mos respeto a las instituciones peblicas y pablico saber.

PROFESOR.— Bueno, bueno, pablico saber, no ad precisamente; es todo privado. Trosciendo culture, ciencia al mundo. Este juventud no quiere oirme y asI le va; yo soy la fur que alumbra pew no quieren oirme.

ELLA queda ilumineda. La luz asciende del suelo a bs cielos.

JAIME.— ;La redencion! La inmolacion de Inmaculado alumbra al mundo.

VIEJA.— Se Ilomaba Inmoculada, como la Virgen, come la Virgen. pios bendito, bendito!

LUIS.— El sacrificio no ha sido en vane. El holocausto ha sido grata a los ojos del Desconocido. El misterio se consurn6 en el era del sacrificio por redimir a lo humaniclad que yace perdida en el vacio.

MIGUEL, Puro fantasmagoria. La luz luciernago, inanidad y vacuidad

absolute.

La luz se omega.

JAIME.— He oqui el sacrificio inetil. La estupidez humane nos sigue ahogando en la miseria del pecado de la vono y estepido.

GUARDIA.— Que dice ese loco. iQue cree usted que dice, profesor? gs-un anarquisfo?

PROFESOR.— No, este ayuno de culture solamente. No asisti6 a ml c6-

tedra, pare desgracia suya.

GUARDIA, Yo lo prendo.

VIEJA.— Si lo prende, oler6 a ozufre seg6n habla el condenodo.

59

MUJER B.— No habra colentado couches sobanog ajenas. Eso es lo que

le poso. Si me hubiera conocido otra cosa seria.

JAIME.— ePero ser6 vane el sacrifice° con uno piel ton blonca?

MIGUEL.— Ya tenia yo mis dudes. Tenio el pecado de lo debilidad.

Busquemos otra. Corramos.

LUIS.— No era demasiodo fuerte. Era material. Se necesitaba par° re-

dimernos de la nada, la nada mismo.

MIGUEL.— No, busquemos, atn queda una esperanza.

JAIME.— Una—.

LUIS.— N inguna.

VIEJA— Que hace, guardia, que no los detiene? A que punto hemos

Ilegodo con estos anarquistos. ej es flue la autoridad se desen-

tiende?

MUJER B.— Estos son de los clue tienen bur°. Ya Io vett. Una trobaja

honrodamente y el dice menos pensodo to encuentras con un gro-

nuja de estos que te pone ponzo °nib°, pero no pora echorse en-

cima,.que vo, no senor, sino pare abrirte otro ogujero. Conallos.

Ni °mar soben.

VIEJA.— jJesUs bendifo! Quo monera de hablar, flue horror.

GUARDIA.— Calle el pueblo y no involucre y deje actuor a la autoridad.

PROFESOR.— Yo creo que la autoridod en esta situacien presente y de-

licado, en que la juventud este perdida, debe con todo cuidado acabor con ella eliminandola, pare evitar uno posible infeccien,

peligrosisima si Ilegara el case.

GUARDIA.— Callese, Profesor, quo ohoro as la Autoridod queen entre

en funciones. Nada de prlenderlos sin orden de un Juez, estomos

en tin pals libre. Vosotros, granujos, en pie.

JAIME, MIGUEL y LUIS se ponen en

pie, mecanicomente, ignorando a GIJARDIA.

Quedais presos por orden irrevocable de lo Autoridad. Vamos, uno

al lado de otro. Se junton coda con codo y de cora al

60

En file a la prisi6n. Vuestra sentencia ya esti' dictada. Izquierda_

llocen izquierdo. La mirado al frente co-

me iluminados.

Vomos, en mamba. Salen andondo rigidos, hiereticos, igno-

rondo tOdo rnenos su propio ander ocompa-

sado.

GUARDIA, detr6s de ellos, march° en un

trotrecillo jadeante, dando saltitos.

Venga.... vengo.... vamos.... vamos.... vamos.... vengo.

Salen por to derecha.

MUJER 13.—Te conserves profesor. Te conserves con tonto saber.

PROFESOR.— jAh; insanos que quereis buscar la verdod par cominos

descarriados. Si mi vox que nunca fue oida por ivosotros.... mi voz

pedegdgica.... oficiol.... verdad fnfalible e indiscutible que ema-

Se dirige a la derecha, pero MUJER BA-

RATISIMA, le coge del braze y lo arrostra

suavemente hacia la izquierdo a reposor su.

verborreo en lo coma de %%anus casi lim-

Pies.

MUJER 8.—Vamos, Profe, cuenta.... cuentamelo todo a

PROFESOR.—(Dejandose Raver/ Pero ellos decian; nada de latin, no sir-

ve, huele a muerte. Nada de griego, as perder el tiempo....

MUJER B.— Claw, precioso. Vamos a demos prisita que se te hard tar-

de.

VIEJA saca del pecho un rosario mons-

trues° de gronde, con cventas coma huevos

y se arrodilla a razor en un murmullo piado-

so su rosorio de letanias. Su lengua macilenta

se troba.

VIEJA.— El pan nuestro de coda dia.... el pan nuestro de coda_ el pan

nuestro de.... at pan nuestro.... el pan.... pan..., pan..,. pan.... pan....

FIN

61

et 410e Por URRIOLA MARCUCCI

En un pueblo cualquiera de to Republica de Panama; en donde haya terratenientes, y campesinos sin tierra, exprozilado por la Ovando de

los lotifundistas....

Penonajes:

El Maestro

Leonickss

Aura (mujer de Leonidas)

Gene roso

Leonora (hija de Generoso)

Sefora de la Pension

Compesino 1

Campesino 2

Campesino 3

Mujer de Camp. 3

Compesino 4

Mujer de Comp. 4

Campesino 5

Campesino 6

Chiquillo (no apprece)

Los policias.

Mensaje a todos los campesinos de ml potria.

Homenaje a los que mueren de hombre.

Esperanza para los que tuvieron que venir

a Loma de la Pave y Son Miguelito.

Honor para los que se pudren en las airceles

por el delito de enterrar la coo en el

seno de la tierro.

63

ACTO I

Un rancho tipico del interior con "coicli-

zo", en el centro del escenorio contra el ton-

do. El rancho esta dividido en dos secciones.

Lo primer* secci6n, gut es lo del tondo, is supone que es el darmitorio (est& forrode), lo

otra parte anterior, no esti) forrada.

La escena Sc desarrolla en el "caidizo".

Hay un fog6n de tres pledros. Uno mesa, un

tinojero, una especie de tablillero donde hay totumas y demos enseres de cocina.

Al levantarse el felon, Aura este sirvien• do la comido sabre to mesa. Leonidas Raga consado. Descuelgo la balsa del hombro y la

cuelga en un clavo que hay en uno de los horcones del rancho. Igualmente hace con el machete y la voino. Se dirige a on rincifin y

dejo el hacha. Silenciosamente Sc siento en

un banco y comienza a comer. Son los 5 de

la torde.

AURA.— (/Wrangle Noisier*, a Leonidas. La mules operant" preocupa-

siert) ...... Leona, ea, mai?

LEONO.— (hialhumerado) jNo!

AURA.— (Insistiondo) Tel raro....

LEONO.— Si._ (trans) el tono mos apacible.... Tomblin yo lo noto!

AURA.— (Penland°le log manes sabre el hombre)._ Leono.... toi entermo!

LEON0.—(Con la mired* fija en el cantina) No Aura.... No estoy enter-

mo.... (Mayland° la cabala. Pousa) Tol !two._ roro.... eso es..

64

AURA.— (In s i ss ienda) Creo que ml enfermo!

LEONO.— (Un tame disgustado) No.... te digo que no (Pause) Vos eres

una se te ho metido que....

AURA.— (Cortandolo) No Leono.... No Sc me ha metido no! (Preecupoda)

Es que se me hoce que tai mol.._

El hombre se levonta malhumorodo de

to mesa y cantina hada la banquet° que se

encuentro fuera del volodo o caidizo. Escu-

dripia el camino con onsiedad, como Si espe-

rase a &Queen. Lo mujer lo sigue sin mercer-

se, recostada a un homer, mire con descon-

alert°. Dentro del rancho, en la parte infe-

rior que hoce de dormitorio, un chiquillo lose.

El hombre se we've hocia la mujer con enfa-

do.

LEONO.— Auraa Carajol se ahoga el muchacho!

AURA.—(Asustada) Si!.... lo estoy oyendo!

La mujer entra. El hombre se levant° de

la banquet°. Saco la pip° y se dirige hocia

el fogen. Tomo un tizon y regresa oteando

el comma. Luego ya hada el homer', con la

pipe humeando, descuelga 4a vaino, soca el

machete, distraidamente le pulso el filo;

mientras medita en voz alto.

LEONO.— El asunto Sc este poniendo feo.... jmm (Trans) Aura no as

tonta no.... porece que el diablo le °visor° a las mujeres.... Aura

huele los cosas en el °ire.—

(El hombre Sc encamina otro vez hacia

el portal. Tomo la banquet° y la Ileva bade

donde hay uno piedra de ofilar. Maquinol-

mente Sc pone a °filar).

LEONO.— No este bien.... los mujeres no deben oler naa!

A los lejos se oye una saloma. Leone es-

cucha con onsiedod y riposte con entusiosrno.

Luego llama a la mujer.

LEONO.— Aurae!

65

AURA.— (Dentro del rancho) Qua pow?

LEON0:— Oiste?

AURA.— La saloma SL... creo que es el maestro!

LEONO.— Tan seguro, como saber que Dios pint6 a Pertco. (Trans) hate un poco de. café!

Mientras el hombre habla sin dejar su

tareo, la mujer sale un momento, hacienda

visera con las manos escruta el camino, Sc

voltea y comienzo o revolver cacharros en la

cocina.

AURA.— (Para ella) Vann

LEON°, Aura!

AURA.— (Dentro del rancho) A ver? (Se asoma).

LEONO.— (VoIteandose, la mire, carraspea un poco y luego)..„ per quo dijiste enantes que estoy mob?.... Due se me ve?

AURA.—•(Indecisa) No, no pues (pausa)._ Pero; yo noto alga, (baja la vista mientras revuelve alga en el suelo con el dedo porde del pie) (Ago; mas, no 54 quo sera....

LEONO.— (Convencido) Tal vez, sea verdad!

AURA.— (Inclincindose y rninindole a los ojos) Quo te sentis vos?

LEON0.—No pero , estoy como apretoo.... como cogio per el pes-

cuezo, ahogandome!

AURA.— (Tocandole la frente) No teneis calenturo._. (trans) Sera el pa-

ludismo?

LEONO.— (Moviendo to cohere) No Aura__ no es maide per juera..-

E's coma, como si algo.._

AURA.— (Impaciente) Antonces, qu6 es Leone?

LEON0.—(Aburrido) 'Pa Dios.... (trans) TU no sentii, como si uno no pu-

diero moverse?

AURA.— (Movie/dose) Bueno, no.... vei que me muevo.... (trans) Y es que no te movei voz?

66

LEONO.— (Enloe:lido) NO No es eso.... Es coma si tuviera opretao__ (mirando el cielo) Vei el cielo?.... Mire el cielo Aura!! (admirado).

AURA.— (Mirondo el deb) Santo Fuerte!

LEONO.— No to parece quo 'sto pesao?.... No vei quo el cielo, 'to, como pa venirse encima de uno?.— No lo vei?

AURA.— (Terror supersticoso en el ambient.) Santo Puerto.... clue to pasa Leono?

LEONO.— SF, eso, no (Nand's. on Aura) Aura, t tambidn t6s 'arc!

(tram) No to dais cuenta?

AURA.— (Asustada), Creo quo si, creo quo si

LEON°, Tendis miedo Aura?

AURA.— (Con la vista flit, en el suck) No se Leona—. (trans) TO crei

qua yo tengo?

LEONO.— Algo feo se nos va a caer encima!

AURA.— (Preocupada) Qua es lo quo to vel?

LEONO.— No se.— pero toitos nos vamos a poner osL.. rams, corno too!!

AURA.— (Extraiiado) Toiticos?

LEONO.— toos, Aura, toos!

AURA.— Por quo toitos, Leono?

LEONO.— Si, toitos los quo nos damos cuento....

AURA.— (Con as manes en lo caeca) Por omor a Dios Leono.._ que

cosos se to hace metio a vos en la cabeza?

LEONO.— Nos pondremos raros (la vista perdida en el vocio) Todos los

quo veamos los cosas....

AURA.— Pero que cosas Leono.... qu6 es to quo nos va a poner asi?

LEONO.— Los quo nos sentimos mos cows.— todos nos ponemos raros!

AURA.— (Estremechindolo) Leone! tai perdio de la cabeza.... Por qu6

hablais asi?_. Quien se va a morir?

67

LEONO.— (Levantendose y mirando a la caro, mientras is pone una mo-no sobre el bombs°. Suspira hondo y ye paternalnrente) Uds., no

entienden.... Uds., huelen las cosas.... na met, y, eso es mob. Mal&

AURA.— (Donde unos pesos basic atras) Por que es mob.— Leono?.... por que?

LEONO.— No los entienden y se atorantan.... y se confunden!

AURA.— (Crespechoda) Vos tai creyendo quo los mujeres no servimos nee

LEONO.— (Cenciliador) No, eso no es asi Aura!

AURA.— (Disgusted& Si, eso es lo quo vos toi diciendo!

LEONO.— (Tana sorbs) No digais tonterios!

AURA.— Nol no es tonteria.... eso es lo quo pensai de las mujeresl

y si pensai, quo uno es pa no moj quo.... pa clue me tenei?

LEONO.— (Perdiendo to paciencio) Jot y la mujercita terco.... No sei

capaz de entender.... (trans) Las mujeres sirven; pero pare otros

voinas!

(El hombre se levanta y escadrille el ca-

mino, mientros tante° el fib del machete).

Miro quo liege el hombre y no hobei preparoo el trago de cafe!

AURA.— Alobool Si ohi vienen enseguidito lo tengo

(Vase Aura, Leono con el machete en la

mono, se adelanto, el Maestro oporece. Los

hombre se miron. Leono con ansiedad y preo-

cupocign, el Maestro con rostro de canson-

cio y decepci6n. El Maestro bastonte joven,

aparenta de 19 a 21 alias de edad. Viste

ropo kaki y calza boto. Denote regresar de

un vioje largo. En be mono troe un moletin

y popeles).

LEONO.— (Forzando ester alert) Como le fue, mestro? (Se don las ma-

ntis).

MAESTRO.— No rnuy bien.... (desabrido) (trans)._ y par ace.

LEONO.— (Ofreciandole una banquets() Sin noved6.... pero asientese....

(llama a la major)._ Aurae!

68

AURA.— (Dentro del rancho) Ace 'toy!

LEONG.— El café? (trans) aqui. 'to el mestro!

AURA.— (Sale, soluda al maestro) C6mo 'st6 mestro?.... Como le jue?

MAESTRO.— (Sonrisa do) Todavia no se!

AURA.— Ahorito sta el café._ yo voy a colarl (se va).

LEONO.— (En actitud de conversocion) Tiene cora de haber hecho mol

viaje.

MAESTRO.— Ah.... si, en eso inspection todo el mundo onda enredado!

LEONID.— (Admired*) Ud. lo dice....!

MAESTRO.— Como no.... pare lo Unico que since es porn Ilenarlo a uno

de papeles, notes, circulores, y rozones pendejos.

LEONO.— Y el dienero pal zinc?

MAESTRO.— (Geste negative con In cabeza).

LEONO.— Entonces.... no hay zinc?

MAESTRO.— No, no hoy I. (trans) Tenernos que conseguirlo con lo que

podamos....

LEONO.— (Dudando) Ud., cree eso posible?

MAESTRO IC ido) No hay plota para zinc.... y porece que 0116

a nadie le importa que no haya pore eso!

LEONO.— (Hacienda gesto ame nnnnn te con lot manes).

MAESTRO.— (Burk& Que le posa comp*?

LEONO.— Eso es raro.

MAESTRO.— Que es raro?

LEONO.— Eso!

MAESTRO.— No le entiendo.

LEONO.— El Diputao Tancredo, duo que si le dabomos el voto, el zinc,

taiga segurito!

69

MAESTRO.— (flerlon) Ah I pero eso fue en dies de politico....

LEONO.— $0, eso fue en politico._ y ahora?

MAESTRO.— Dicen quo eso corresponde a Obras PUblicas..- (trans) En

fin.

LEONO.— Yo 'to oyendo (Per el camino se escuchan salomes) Aurae...! Aurae!

AURA.— (Protestando en vox =jo) Ya voy.... jo!

LEONO.— Cuela mos café.... (hada el maestro) Viene la gente.... (por

Aura) Bostante café, que viene to gente,

AURA.— (Desconcertada) Y qua es lo quo pose?

LEONG.— Vos no entendeis desto!

(Aura mire inquisidora al maestro. Este la mira y se encoge de hombros).

AURA.—(Medio disgustada) Aharo, hosto el maestro tá raro, (se va)

LEONO.— Trae chic= y collate!

MAESTRO.— (ROpiclo) No II eso no Chicho no, Compel

LEONO — Por que?

MAESTRO.— Esto no se arreglo con chicho.... y menos eso gente!

LEONG.— Si tan disgust= es con taxon mestro!

MAESTRO.— Y Ud. quiere meterles mos candela ol fuego?

AURA.— (Desde el rancho) Ya vei lo quo ej saber.... (trans) Si el mestro

fuera la autoridad

LEONO.— (Disgustado) Na me gusto l No me gusto achicarme!

(Entran dos compesinos, machete en mo-no y lintemas, uno viene acompoiiado de su

mujer).

CAMPESINOS.— Noches.... To' las mono; mestro I Compri!

MAESTRO y LEONO.— Buenos noches.

(Los campesinos don la mono a uno y

a otro ligeramente).

70

MUJER CAMP.— (Pot Aura) Y la comodre....?

LEONO.— (Alivia) Pose pa tante__ (antra la mauler. Leone antra y sale con dos boncos pare lot reei6n Ilegados. Demo& Leono Jigs la mach:in).._ El mestro, plies, que toba diciendo quo no hay ni

pizca de zinc....

CAMP. I.— Y los libros mentaos?

MAESTRO.— Envionin olgunos.

(Entro Aura trayendo café, la oyuda mu-

jet de Camp.

AURA.— (Par el maestro) A ver si le gusto asino de dulce....

LEONO.— Al mestro le gusto apenitas....

AURA.— Quo lo pruebe, pue.

CAMP. 2.— (Cortando) Y de lo dem6s

MAESTRO.— Ah.... sl....! plies, fui a la gobernaci6n....

CAMP. I.— Tompoco hay no!

MAESTRO.— Nada!

LEON0.— Si eso to clarito_.. el mentoo gobemador es primo del Roc*

Generoso!

CAMP. 2.— Tan apersogaos en la politico!

LEONO.— Qua puede uno esperar por estos montes de esos dos?

CAMP. 1.— Que s hoce ontonce?

CAMP. 2.— Ah, pues, chorine° tenemos oqui a los otros y hay que de-ckles toitica la verde!

MAESTRO.— Yo le puse un telegram° al Presidente de la Republica....

(Asombrado) Al Presidente?

MAESTRO.— (Con naturalidod) Si!

CAMP. 2.— Y lid., conoce al Presidente?

MAESTRO.— Na!, quo va.... Ni tengo por quo conocerlo....

71

CAMP. (Esperanzado) Y Lid., cree que ese hombre, mina ensillao

coma isto nos oyude, compo?

MAESTRO.— Eso es su obligation!

LEONO.— Jo; pero ese hombre lid., sobe lo que to diciendo mestro?

MAESTRO.— Si Leono.... el Presidente es el hombre....

CAMP. I.— Y quien es ese cristiano pa que se ocupe de los que tomos

deste loo?

CAMP. 2.— Jo 1 compa..! ese es el hombre que to sentoo en la sillaI

(trans) Es el t;("opo que es como el amo de tot pals....

CAMP. I.— Jo compo. ... l; osina si puede jondior algo path!

CAMP. 2. — Lo que peso, es que es un Row de pueblo grande y no nos

conoce!

MAESTRO.— (Intercediendo) No; yea Ud....; el Presidente, el Presidente

de la Republica__ es, es un empleado de Lids., (pause) de todos

nosotros!

CAMP. 1.— Empleoo Como empleao 7 Un peon?

LEONO.— (Alga nervioso) El mestro esta hacienda talla!

CAMP. I — Ah!; ya to decio yo.... son Mlle pue?

MAESTRO.— No, hablo en serio!

LEONO.— (Confuse) Pero, antonces, mestro?

MAESTRO.— El Presidente es un hombre coma cualquiera de nosotros....

Un hombre coma el resto del pueblo.... Se le ha dodo la misi6n de

dirigir el gobiemo..,. Le pagamos pore eso.... porn que dirlja; y

pore que haga cumplir las !eyes__

CAMP. I.— Eso nos to, no de clorito, no!

MAESTRO.— Es sencillo.... durante las elecciones, nosotros, al votar....

LEONO.— Al voter per los candidatos?

MAESTRO.— Si, el que mos voto tiene, ese sera el Presidente....

LEONO.— Ah, antonces si es verda, que to empleoo el hombre....

72

MAESTRO, El pueblo lo elige con el veto. Por lo tante, el Presidente es

un empleado del pueblo; y el recibe una page pare que gobierne

de acuerdo a to ley.

CAMP. 2.— Joe!, lo que es tar estudiao....

CAMP. 1.— Se oprenden cosas bonitos, verde!

CAMP. 2.— Jo t Lo que son mis hijos bs pongo a estudiar como el

mestro.

CAMP.— La vaina, es la plata que cuesto.

LEON0.— Y Ud., aprendie eso en la escuelo, mestro....

MAESTRO.— SF, en la escuelo. Ese modo de elegir al Presidente es lo

que Sc Home Democracia!

CAMP. 1.— To buena lo veinal

MAESTRO.—,Muy bonito.... Si!; pero eso, este en el popel....

CAMP. 2.— Alt, bonca, result° que ahem too era trisca del mestro!

MAESTRO.— No, no es trisca, ni toile, lo que pasa es que no se ponen

en practice

CAMP. 1.— No se pone en practice?

MAESTRO.— Cosi nunco....

CAMP. 1.— Antonces, no sirve?

MAESTRO.— No Asi debe ser.... Pero no es.... Creo que Ilegard el die

en que sere asi....

CAMP. 2.— Antonces, esa vaina del gobierno ondo mall

LEONO.— Clam que undo mal....

CAMP. 2.— Antonces, que se nos diga cemo es....

MAESTRO.— Si; porque todo anda mal.... no tenemos zinc; porque ando

mal.... (ids. no saben leer ni escribir, porque anda mall

(Sc escuchon murmullos ofuera),

73

LEONO.— (Levantendose y regresondo de inmediato).._ Viene la otra

gente, mestro!

(Aparecen cinco campeslnos mos. Vienen

en to misma farina qua los anteriores. Los acompanan dos mujeres).

CAMP. 2.— (Al oido de Leone)._ Quo les va o did,, compa?

LEONO.— La verda!

(Entran los otros. Leono se levant°. En-na y regreso con bonquillos. Los recien Ile-

godos don to mono, se saludan, y se von sen-tondo. Alguno permanecer6 en pie).

CAMP. 3.-- Mestro.... y coma le jue de viaje?

MAESTRO.— Regular.... y.ustedes cam° ban pasado?

CAMP, 4.— Aliviaitos.... oliviaitos.

CAMP. 5.— Como oste ye—. en espero de oste....

CAMP. 6.— Mestro, el glow Generoso, ha mandao to disposicion que

solgamos....

CAMP. 5.— El tunes entrante, compa, dice que boy que desocuparle too!

CAMP. Qua le ,porece mestro?

LEONO.— Buena pensendolo bien.._

(Entrando con café) Aqui to el café._ (A arm de lee mujeres)._

Comadre ayademe o reportirle o los hombres....

CAMP. 5.— (A la mujer) Andaa Crescendo.— (La mujer va. Andras re -wren café).

MAESTRO.— (P do las palabros).... Senores.... (Silencio de los hom- bres).... Uds., me han encomendado una tarea muy dificil....

CAMP. 4.— lid. es el hombre, mestro!

CAMP. 1.— As[mesmo es!

CAMP. 5.— Jo, mestro, eso es a;ino (A lot compaiieros) Como sl la or-der) del Aopo; juera pa bebe en totuma!

CAMP. 1.— Si compa, pero dejemos que el metro eche su convers6....

74

MAESTRO.— Lo qua tengo que decir es poco__ Senores, no hay zinc, ni

libros, ni nada pato nosotros..-

(Murmullo de descontento entre los corn-pesinos, atropellan los bocadillos....)

CAMP. 1.— Dicen que no hay plata pa la escuela....

CAMP. 4.-- Ni pal techo?

CAMP. 5.— Por que?

LEONO.— Porque eso es de Obras

CAMP. 3.— Antonces, corm diablos von a dor close los muchochos?

CAMP. 4.— Yo no mando a mis hijos!

CAMP. 2.— Tompoco yo.... esa cobijo es una coladero!

LEONO.— La pore se 'to cayendo....

CAMP. Antonces, que hay que joce, mestro....

MAESTRO.— Todos aqui winos pobres._. pero, no podemos cruzarnos de brazos.... las cosas se pondrian peores....

CAMP. 1.— Pior, claro....

LEONID.— El mestro piensa que nosotros....

CAMP. 3.— Que nosotros quo compo--

CAMP. 5.— Socrificarse compa 7 No mestro....! No, asina no!!

CAMP. 1.— Si no ha de onde!

CAMP. 6.— Tomos jodios con las siembros que no don y pa colmo el Nopo Generoso qulere sacamos de las huertos..-

CAMP. 2.— Pal diablo.... Yo no me socrifico m6s de lo que 'stay!

MAESTRO.— Yo comprendo.... (trans) No estoy obligando a nadie....

LEONO.— Noide to diciendo.._

MAESTRO.— Senores, par favor, senores, colmo Por favor colmo..-

estamos oqui para. conversor__

75

CAMP. 7.— Antonces Ltd. qui propane mestro?

(Sc levant° de nuevo el barullo de pro-

testes).

CAMP. 4.— De onde mestro?

CAMP. 6.— Que lo de el presidente!

CAMP. 1.— Ni media hoja senores I

MAESTRO.— (Inmutable) Senores, de mi primer sueldo, dare diez hojas

de zinc....

CAMP. 2.— Asina, no es to coso mestro.... no sinor....

CAMP. 5.— Asina, no es cosa.... Nosotros que somos dueflos de los hijos

mestro....

MAESTRO.— No senora...l es problem° de todos.... todos tenemos que

resolverlo.... Nunco un problema es de alguien en particular.... Los

olumnos son los hijos de Uds,; pero tambien son mis alumnos....

El problemo es de todos, de ellas, (senalando a las mujeres) que

son las madres. De Uds., que son los padres._ Mb, que soy el

maestro.... Es a nosotros a quienes dude el problema.... a quienes

interesa que se resuelvo.... y podemos, par lo menos comenzar a

resolverlo....

CAMP. 1.— Si oste, lo dice mestio, se hare, asina como oste lo dice!

MAESTRO.— No es que si yo lo digo.... No I No quiero que lids. pien-

sen a se diga que el maestro impone.... lids., son hombres, tienen

cabeta y deben usarlo.... Uds., tienen experiencias, que yo no ten-

go.... yo solo say un maestro recien graduado; pero Uds, son hom-

bres que hen vtvido, het-ten u mekor escuelal.

CAMP. 4.— Nosotros no hemos idp a la escuelo mestro....

MAESTRO.— A la eseuela de la vide._ si, senores!

(Silencio absoluto.... Cierta vergLienza del

grupo).

CAMP. 3.— El mestro no es un chiquillo.... no!

AURA.— (Entrench) No I Es un hombre mesmo!

CAMP. 4.— Buena, pues.... coma dicta el mestro....

76

LE-ONO.— (Reproche).... Compoa....

CAMP. 4. (Le ' dose de la banqueta).... Bien.... (basic el gnmo)....

queremos que nos diga toitico lo que p056 en to gobernacirm con

lo del Popo Generoso....

MAESTRO.— (Encendiendo on cigartille y commando haste recostarse on un horc6n) El gobernodor alega quo Uds., no tienen titulo de

propiedad!

CAMP. 2.— Y esa trete quo es mestro!

LEONO.— Un popel que do el gobierno donde dice que coda uno es due-Flo de la tierra que tultivo....

CAMP. 4.— Pero si el gobierno sabe como me nom° yo....

MAESTRO.— Uds., no hen registrado estas tierras como de propiedod

de Uds....

CAMP. 5.— Mestro, esas tierras toos los anos las registromos nosotros

con el mechete y la coo....

LEONO.— Esos eran de mi tatarabuelo....

MAESTRO.— SL...! Yo les entiendo, pero la ley es la ley....

CAMP. 3.— Bueno, antonces, la ley debe sober eso....

MAESTRO.— Si, yo les entiende senores; pero la cow es as': Cuando

ustedes les noce un nino.... un hijo, ustedes to registran, lo ins-criben, lo denuncion en la olcoldia, como hijos de Uds....

CAMP. 6.— Eso es asina!

MAESTRO.— Pues bien, los tierros que uno cultivo tambien hay que

denunciarlos, registrarlas, porque si no se hace, esas tierras per-

tenecen o lo naci6n.... y como Uds., no lo hicieron un senor lla-mado Generoso, los registr6 como suyas.... El ocaba de compror estas tierros a la naci6n y las ha registrodo coma de so propiedod...

LEONO.— Pero cemo ho podio ese viejo ambicioso....

CAMP. 6.— Bueno, y quit, dice que asina es lo vaina?

MAESTRO.— Lo dice la ley..., no yo senores!

77

CAMP. 4.— Y quien es la ley.... quien es pa que venga a dicirnos que

estas tierras no son de nos.... o quo nos tenemos que dir de aqui?

CAMP. 2.— Lo rnesmo digo yo.... Quien es la ley?

CAMP.-4.—Nosotros tames aqui, desde el dia del difunto mi tata abue-

lo.... C6mo es que rtio Generoso, pue ser el duefio?

CAMP. 5.— (Lev aaa n dose violento) Vea mestro I Estas tierras son de

nosotros, pot encima de too ley y toos los Flopos del pueblo._

CAMP. 6.—,(Levantandose par el maestro) Digole mestro ! Son de

nosotros estas tierras verdo?

MAESTRO.— Estoy de ocuerdo con Uds.... La tierra es de quien la tra-

CAMPESINOS.— (A core) La tierra es del que lo trabaja....!! (So !even-

tan).

CAMP. 2.— Atalayemelo ahi.... Antonces ques lo quo quieren ? Aqui

uno.to demaa!

CAMP. 1.— to Generoso!!

CAMPESINOS.— (A core second* de sus voinas los machetes) Muera el

nopo!

CAMP. 4.— A cbrtar los alombres del Flopo!

CAMP. 6.— No hay mos no que esperar.

(La exaltacien de los 6nimos Dego a su

climax, el maestro y Leono se sienten Inca-

paces de detenerlos.... Ante ellos, los com-

pesinos esgrimen amenazantes sus machetes,

gritando mueras a Generoso.... Sale Aura._ Un

compesino lanzo un grito de rabia y de te-

CAMP. 4.— Ayyy.... Carajo I Mi cam, carajo.... (A Ia lejos se escuchan

lamentos de mujeres.... maldiciones y carajos....) Sc quema mi ran-

choo.... (El campesino se Ionia en carter° en direccian a su ran-

cho.... Los otros lo siguen)

LEONO.— Mestro.... A116, fuego 1 Aura!

MAESTRO.— La .caso de Juan....

78

LEONO.— Y in de Pablo....

(Aterrado de rodillas implorando al Cielo).

Alobado sea el Santisimo!

LEONO.— (Conmovido por Aura, la imita. Se arrodilla) Ampdranos Senor!

MAESTRO.— (Con la mirada pardida en el horizontal Otra caso mos.— La de Pedro._ Se ha colmado In copa Leona.... El Nudo esta apre-tondo.--

TELON

Fin del ler. ado.

79

EL NUDO - II ACTO

Unos dies despuds en uno pensi6n del

pueblo: una pequeno habitacian con una yen-

tone contra el fondo suponiendo que do a lo

cane. Una puerto a la derecha. Par to yen-

tone se cuela el bulled° de la gente que pa-

so par lo colic. Dentro de lo habitaci6n, uric

coma, una corned° vieja con su espejo. Sobre

la corrode una !ampere de kerosene. Encima

de la coma, una pequeria maleto de ',joie

abierto. El maestro acabo de Ilegar y comien-

zo a desyestirse. En el instante de comenzar

la escena, se encuentra en pantalones y co-

miseta. Tocon o la puerto....

MAESTRO.— Adelante!

(Entre la senora de to pensi6n. Mujer de

mediano edad propenso a la obesidod. Fac-

clones yulgares.... Nado en especial).

SEKIORA.— Lo buscon.

MAESTRO.— (Volyiendose) Quinn es?

SEPORA.— (Gene de complicidad) Leonora.... (trans) La hija de don Ge-

neroso!

MAESTRO.— (Confuse) Que pose.... (Se orrepiente) No I par favor.... di-

gale que estoy dormido.... Si, eso es.... que di orden de no desper-

tarme....

(Vase lo senora. El maestro lute preocu-

pada. Sc sienta en lo came y enciende un

cigarrillo.... Regresa lo senora).

SERORA.— Insiste....

MAESTRO.— Esta bien.... que pose....

(Entro Leonora. Estotura media, mos bien

alto. Piel bronceoda, yiste traje sencillo pero•

distinguido).

80

LEONORA.— (Burka. y coquette Dormido.... ehh?

MAESTRO.— No quiero que Ia gente....

LEONORA.— No me import° la gente....

MAESTRO.— Es peligroso

LEONORA.— Bahh!

MAESTRO.— Claro.... puedes compror todo....

LEONORA.— No es eso.-.

(Afuera relincho un cobalt°. Murmullos imprecisos entran por la ventonc).

LEONORA, No hay un cuarto ruOs tranquilo....

MAESTRO.—Me gusto este.... (trans) Decias?

LEONORA.— Tonterios....

MAESTRO.— (Commando per la pine) Qua buscas?

LEONORA.— (Jugueton0 A un tonto.... (Hack, el maestro. Le Neva de I. mono haste la coma. Se sientan. Le tome el rostra. Lo beta)._ Al tonto mos encontodor del mundo....

SEF4ORA.— (Entrando bruscomente e interrurnpiendo la eta de Leonora.... En sus ojos se serrate el tomer)._ La senorita to seriorita....

MAESTRO.— Qud sucede?

SEPORA, (Moviendo los brasos y °semantics° a to ventana).... Su pope,

su pap6 quo le ando buscando--

LEONORA.— Y le dijo que yo....

SERORA.— Libreme el cielo.... No me llamado C.ormela....

(El maestro se levant° y va hocia la ven-tono)..._

SERORA.— Un peon, un pe6n la vi6.... (trans. eon las manes en Is calm-

zal.... Dios mi.... me cerrorti lo (pause) Dios mio! (A

Leonora) por qud vino?

LEONORA.— (Tranquilisadoro) No posor6 node....

81

SMORA.— Ese hombre es el diablo (trans) Perdone pero....

MAESTRO.— No se preocupe.... Ud. no sabe noaa....

(Vase la senora.— Maestro se vuelve y enciende un cigarrillo).

LEONORA.— ....y bien....?

MAESTRO.— No re.... (aspire intensamente)._ ves coma__

SDIORA.— (Aterrada) El mismo.... viene.... viene pure oca 61 mismo.... Vir-gencita del Carmen que no suba.... (Se arrodilla).

MAESTRO.— (Tranquilizador) No subird.._ (La mire a as ojos) Se to aseguro.... (pause) Vaya tranquila._

SERORA.— Pero los peones....

LEONORA.—. Mejor me voy....(Arreglandose los pliegues del vestido).

SEAORA.— (Deteniendola pot lot brazes) No, pot auricled, No I No sal-go chore._

MAESTRO.— Quedate.... Comp!Maras la cuestiOn....

(Afuera resuenan cascos de caballo.... Se oye la voz de Generoso).

GENEROSO.— Leonora!

(El maestro se asoma a la ventona dis-tra

GENEROSO.— Miserable I Donde esta mi hija?

MAESTRO.— Su hija....? y no es Ud. su padre?

GENEROSO.— Atrevido.-.1 Me las paw& Comunista! (Hacia el public.

quo se ha reunido debajo de la ventana).... Ese es el sinvergUenza

que ha levontado o los cholos para qua destruyon el pueblo!

(La peonada de Generoso, grita epitetos contra el maestro. Este cierra la puerto).

GENEROSO.— (En segundo plane) Me las pagarts....! Leonora condeno-da.... to espero en caul!

(Afuera se perciben los murmullos del pueblo en segundo piano, el maestro se vat-tea y se dingo hacia la coma donde est6 Leo-

82

flora boca abajo. Este la hace levantorse. La sefiora que habfa permanecido en oracion tambien se incorpora.,.. El maestro acaricia a

Leonora este to sonde y)

LEONORA, Me voy....

MAESTRO.— No.... todavia no....

LEONORA, Tlenes mledo?

MAESTRO.— Por la senora.... No quiero que sufra las consecuencias....

SERORA, Tine roz6n.... (trans) Esperese un rata.... la sacare par la

talanquera de amis....

LEONORA, Crei que iba a subir....

MAESTRO.— Perdona, pew creo quo to padre es....

LEONORA.— (Ma!este) Lo sL.. (Se tient° on ono silk).

MAESTRO.— Lo sabres?

LEONORA.— Hablemos de otra

SEItiORA.— Me ire pues.... (trans) Comer6 alga maestro?

MAESTRO.— Café solo.... si, eso es.... (Se sienta en la coma).

SEtIORA.— (En el umbral de la puerto) Y la Woe?

(Leonora no contesta, se mina en el espejo

de la cernoda).

MAESTRO.— Cafe tambien....

(La set-lora, se ye.... El maestro contem-plando a Leonora).

No se a que has venido!

LEONORA, A verte.... A minute.— (Con coqueteria) Te pierdes en esa

selva.... trans) pope es

MAESTRO.— Cierto.... (pause) Aunque.... aunque por rezones diferentes!

LEONORA.— No entiendo....

83

MAESTRO.— Este ocaparando los tierros de los compesinos..-

LEONORA.— Que le puede importer esos tIerras?

MAESTRO.— Lo carretera.... y el cafe que to zone esa produce

LEONORA.— Crees que lo logre?

MAESTRO.— Lo este consiguiendo....

LEONORA.— (Sentendose en la coma) Y tus intereses o116-..? (Le amide

I. espolda).

MAESTRO.— Ese es mi trabajo..-

LEONORA.— Es todo....? (trans) No sere &gum__

MAESTRO.— No seas tonta!

LEONORA, Conozco tu temperomento (trans) Adenvis, la selvo en los

temperamentos como los nuestros....

MAESTRO.— Es infontil....

LEONORA.— Una vez fui pot uric semano y pare no enloquecer tuve....

MAESTRO.— Que hiciste?

LEONORA.—Nado del otro mundo.... Me entregue a un mozo Y

MAESTRO.— Olvidolo!

LEONORA.— Ayuda mutua.... Ven a mi!

MAESTRO.— (Se I eeeee a y abre In ventana).

LEONORA.— (Endemic, un eigarrillo) Of decir a pap6 que tus protegidos

le cortaron los olambres y.... le machetearon el gonado....

MAESTRO.— ,No dijo que orden6 a la peonado quemarle (as ranchos a

Juan y Pablo?

SEtZIORA.— (Entre). Aqui tienen.... fuerte y calientito.... (Se we apresu-

rade).

MAESTRO.— POT que est& aqui....? que buscos?

LEONORA.— Tengo deseos....

84

MAESTRO.— Lo siento, hoy no!

LEONORA.— (Tristan& de besarlo).... Amor I (Mimosa).

MAESTRO.— No puedo.... ores la hija de Generoso.

LEONORA.— Olvidolo que tiene quo ver lo uno con lo otro?

MAESTRO(Sacudionclose la caricia) Sebes pot quo estoy aqui

LEONORA.— No....! To vi posar en el coballo y....

MAESTRO.— A la Alcoldia.... citado pot tu padre.—

LEONORA.— Por qu6 de qu6 to ocuso?

MAESTRO.— De agitador.... y de incitar a los campesinos a la violencio...

LEONORA.— Agitador 7

MAESTRO.— Agitodor comunista

LEONORA.— Pero, pop6 esta loco!

MAESTRO.— (romondola por lot hombros) No creas.... el viejo sabe lo

quo quiere!

LEONORA.— (Levantandose) Voy a hablar con 61....

MAESTRO.—Hacia la ventana) Para quo?

LEONORA— Quion sobe?

(Golpe Doman& a lo puerto).

MAESTRO.— Si I Ade!ante!

SNORA.— (Entra con telegram. en la mono)._ Poro Ud. (Lo entre.a y

se vie).

MAESTRO.— (Abriendo el telegram° cerca de la ventana).... Aqui puede

estar la solucian del asunto.... (trans) Es de la Inspeccian (law

en voz alto).

"Orden Ministerio, atengase funciones de maestro... Asunto tierros,

manos outoridades".

(Se queda parado con la mirada perdi-

do. El desoliento se moral con fuerzo en el

semblante)....

85

Enseriar a leer y escribir.... Que pobre mision k de un maestro Es absurdo! (Souris con amargura) Educacian de bestias.... Si, edu-cocitan de bestios, para bestias.... V yo quo tenlo esperanzo! Es

tonto Esperanza en unos miserables imbeciles quo dirigen la

educacian de este desgraciado pals....

LEONORA, (En un momenta de arrebato, se Is echo encima, ducked, con los elks flies on los de el, y se aferra a sus rodillas, mientros

le suplica).... Es horrible....! Vamonos de aqui.... esto no to deja cuento

MAESTRO.— No es asunto de poser los gonancias....

LEONORA, Por lo quo mos quieras.... (trans) Quieres quo consigo tu traslado?

MAESTRO.— Dejame.... estoy dentro del low.... es inatil.... el nudo cado •

dia Gorier° mas.

LEONOFtA.— Hogamos el intento!

MAESTRO.— Donde quiera quo voyamos, el lozo nos alconzar6..- (trans)

Uno puede huir de los otros; pero no de uno mismo.... (Pause) Pa-

rece mentira....

LEONORA.— (Levantendose) Que?

MAESTRO.— Es triste nuestrq Democrocio (Rio coo omargura) Uno se

muere coda dio un poco mos dentro del nudo.... Coda dia el nudo

se hinco m6s en nuestro Solo resto luchar.... luchar Leo-

LEONORA.— Estds viendo fantosmos!

MAESTRO.— No son fantasmos.... son hombres de come y hueso los quo nos maton....

LEONORA.— Entonces ?

MAESTRO.— Ojala fueran fontasmas..... Desgrociadomente es verdod....

No sientes el Nudo....? No lo vet...? No sientes la tempestod quo

ruge?

LEONORA.— Quo esperamos?

MAESTRO.— (Paseandose por la pieza) No se trek de huir....

86

LEONORA.— (Hacia 61 apoyandose contra su gecko) Yo no entiendo.... Miro a tus ojos.... oigo en tu pecho.... (Manes tnimulas) Todo est6 oscuro.... todo es negro.... inc6mprensible_ (Implorando al Cielo).

Por qu6 Dios? Por qua no puedo entender los conflictos de los hombres?

MAESTRO.— Esters dormido!

LEONORA.— Dormida vo?

MAESTRO.— No has abierto los ojos a la realidad....

SEAORA.— (Entra) Shh l No hay nadie °how_ Es mejor quo la seno-rita se vaya....

LEONORA.— Todovia no!

MAESTRO.— Veto.... es suficiente!

SEE1ORA.— Pot coridad niiia.... No busque mos lies....

LEONORA.— No los busco!

MAESTRO.— Que buscas?

SERORA.— (Con las manos en el cuadril en un gesto de impaciencia). Que se hace tcrrde

LEONORA.— Busco °Igo quo no encuentro....

(La senora se pone a orreglor lo coma. El maestro soca una ormanica y comienza o tocar algo.... Leonora se va a un lado de la ventana).

LEONORA.— No me ire__ debo encontrar To verdad....

MAESTRO.— (Interrumpiendose) Necia I Viniste a buscor un hombre!

SEAORA.— Jesus alabado....! la senorito.

LEONORA.— Es clench necesitaba un hombre....

SERORA.— (Persignondose) Alabodo los cases que dice la senorita....

MAESTRO.— (in marido pqro sus opetitos de burgueso ociosa....

LEONORA.— Ahoro busco la verdad (Mem ver.... despertar.... obrir los ojos....

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SEFJORA.— Pot Dios quo no entiendo....

MAESTRO.— No se preocupe....

SEFIORA.— Dice quo quiere ver quo quiere obrir los ojos....

MAESTRO.— Lo necesito....

LEONORA.— (Abondonando so puesto ol 'ado de la ventana y dirigien-

dose al espejo mientras con las memos se abre los ojos y sin vol-

reorse).... Lo ve! lo dice No puedo irme.

(La senora enciende lo lempora de kero-

sene. Afuero se oyen voces y olguien ensoyo

a un pie de la coplo lo gran rinsed° humona).

"Colavera clue infeliz.... Mira lo Juno de pla-

ta Di par quo to encuentros note, Si era

largo tu

SEFiORA.— Ave Maria Purisimo!!

(El maestro enciende un cigorrillo, aspi-

ra y se Ilevo uno mono at bolsillo del que

extroe uno mocha pistola).... Veto Leonora....

(Mientros exomino distrcidomente el ormo)....

LEONORA.— (Sin voltearse) Necesito ver

SEFIORA.— (Golpeando el piso con el pie en on gesto de impacien-

cia).... y welt° con quo necesita vet.... Y con quo necesita

obrir los ojos (trans) Acaso, esto quo esta obi.... lo que posb

y lo quo paso a coda instonte, no es real Es mentiro en-

tonces?

MAESTRO.— (Guordando el orma en el bolsillo). Es distinto.... LW.

no es como ello.... Ud. natio como todos los pobres, con los

oios obiertos....

(Leonora se voltea distroido, le quito el

cigarrillo ol maestro de In boco y comienzo

o fumorlo ello).

SENORA.— (Sorprendida) Entonces qui es verclod?

MAESTRO.— Lo que Leonora ve, es oporiencia..., es fantasia como las

joyos quo venden on el olmocen de su padre.... Fantasia coma

ciertos flores, como ello

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SEKIORA.— (Levantandose) Ahora vuelvo.... pew aptirese, par omor a Dios.

LEONORA.— (Meconicamente repitiendo la Ultima frese de la seriora)....

Por Amor a Dios....

MAESTRO.— Acuerdate de Dios Leonora.... Lids., jamas lo bacon.... Creo que si se ocordoran de Dios, no sedan todo lo conallo que son....

(Pause) Levantate y busco a Dios Leonora....

SEIZIORA.— (Entre con mas café) Esto me gusto._ (se sienta) A ver si

entiendo, deck' que.

MAESTRO.— Los padres ricos, crean un mundo artificial paw sus hijos.... un mundo donde brilla el ow.... un mundo de fantasia.... Pero el mundo no es (Tornandole las manes a Leonora) lids., jamas

hon luchado par nada.... Ni siquiero par el hombre tongue se

acuestan.... lids., los hijos de los ricos, piensan que nocieron para ser los °mos._ y qua los otros, los miserobles, seen sus esclavos.... Lids., son pulpos insaciobles.... selo soben monejar sus tentaculos porn succionar toda presa que les reporte beneficio.... Tu padre es

osi Leonora.... y tO eres su hija.... TO seras asi.... Asi to han edu-coda, no podr6s ser otra cosa.... Seas una inmundo y desprecioble burgueso, tendras un vientre inmundo y grasoso_.. Eso es to reall-

dad.... Ver el mundo asi, es tenor los ojos obiertos, eso es desper-tar y asomarse par la yentana poro ver to otra caro de In huma-nidad; pew lids. son demosiado cobardes para obrir los °jos__

(Pause) TO enloquecerias Si Ilegaros a despertar 1 Vote sortiando

Leonora.... Vote.... (trans) Sabes quo nodie hace dorio a los sondm-bolos 7 Ando querida.... vote soilando.... Dejome, yo no soy de los tuyos, yo soy de otra close, de otra manera.._ Yo estoy des-pierto y me day cuenta Leonora.

LEONORA.— Na sin ti....

MAESTRO.— Es 'nail....

LEONORA.— Tengo el deber de rescatarte....

MAESTRO.— El compromiso de todo hombre es elegir un puesto!

LEONORA.— TO elegiste este?

MAESTRO.— Si....

SEKIORA.— (Quo escuchaba en liked° con la boca ablate) Que no yen- go Generoso.... (trans) Mejor day una oguaitado.... (se ye).

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LEONORA.—Elegiste

MAESTRO.— Nunca deg' mejor.... (trans) Viste el cieb de esto tarde?

LEONORA.— No le day importancia.

MAESTRO.— Lo vi desde el coballo.... era un cielo gris.... de un_gris cruel Leonora_ (pause) Era un gris quo acuchillabo los ojos.... un gris pesado, dense, triste.... No sabria expresorte toda lo vivencio que senti al miror el cielo.... f De pronto, el dela se fee 14- fiend° de manchones rojos.... acento febril) rojos, Leonora.... (pause

large, inmost_ Despues con as manos crispadqs y la mireda fija

en los ojos de la muchacha)._ y esos manchones rojos eron son-are.... Sangre Leonora El dolor de los hombres ha puesto su huella de sangre contra el cielo....

LEONORA.— (Al horde de la histeria).... Por que 2 Per quo me tablas asl? Dime....I Por quee?

MAESTRO.— (MU calmado con acento profundo/.... Es el pueblo el quo asi habla Leonora— No soy yo— La fuerza de un pueblo en march° esta bullendo en ml pecho.... Hoy alga quo esta gritando en ml gorganta y quo yo no puedo, ni quiero collar.... (Pause largo)._ Vornos comma del abisrno.... Moriremos muchos, muchos, Leonora....; pero moiiona sera distinto....

LEONORA.— (Ab r dose al maestro) T6 no!!

MAESTRO.— (Abrazado a Le 00000 , con la mirada en el m , en lo lejanial.... Monona ser6 otro dia....

SENORA.— Mariano ser6 otro dia.... (se vo).

Fin del II acto.

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EL NUDO - Ill ACTO

Una ttistica escuelita de campo, contra

un fondo de atmdsfera y de selva.... Al frente

un asta rudimentaria en la flamea con movi-

mientos tristes, una vieja bondera paname-

fia.... El maestro, at portal, escribe sobre una

desvencijado mesa. Vista rope kaki y botas

oscuras.... El cielo est6 preado de nubes ne-

gras en un intento por devorar la salvo. A to

lejos, retumba el trueno quo se reparte en los

=nos del viento. Haciendole eco al trueno,

de improviso se escuchan disporos de fusiles y

roncas descargas de escopetas.

El maestro se incorpora, colocandose a la

sombra de to bandera esforzandose en orien-

terse__ Muy de cerca se escuchan los gritos

de una mujer que se acerco o to carrero.

Aparece Aura, con los cabellos sueltos, el

vestido desgarrado por la maleza....

AURA.— Maestrao 11 Todos muerms....! (Aura ale exhausta al suelo, a

lo lejos, el trueno continia retumbendo..... El maestro troth de le-venter a la mujer.... Esta continua su !lento)._ Muertos.... Muer-

tos todos!!!

MAESTRO.— Quienes 7 Quo suced16....? Aura, que pasd?!!

AURA.— Muertos.... Muertos maestro 11 (Sonar del trueno. A la lejos un

MAESTRO.— (Dondale ague a Aura) Donde este Leonidas....? Donde esta?

AURA.— Ayy Maestro ....Muertos.... Todos muertos!!

MAESTRO.—(Desesperadc).... Quienes?

AURA, (Selia!cede hada be salve) Al16 1 Alba.... Al16 Maestro....

(Pause._ Interruinpe Ines historical Ahorcados Ahorcados and__

Todos....! Todos muertos.... Ayyy Leonidas....

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MAESTRO.— Ahorcodos....? Ahorcados dices?

AURA.— SI Ahorcados!! Con un nudo en el pescuezo como puercos!!

Ahorcados coma puercos....Ahorcados maestro!!!

(Un piquete de policia marchando apre-

suradomente, paw frente al portal de la es-

cuelo.... Van con sus fusiles en la mono._ A

lo lejos, se oyen nuevas detonaciones).

MAESTRO.— (A log policies)._ Qui bacon....? Es un crimen t! Por qui

lo hacen ? Detinganseee!!!

SARGENTO.— (Dondose vuelta y apuntondo con el hail al maestro)._

Collate!! [rabid! II Collate I (Los policies se van.... Aura este

de pie, con log ojos perdidos en is distancia can sus vestidos des-

garrados, dada busca alga en la distancia. De pronto rornpe

nuevamente en sus lomentos).

AURA.— Se mob!) todo maestro, todo Par qui maestro ? por qui 7

(trans) Todos muertos!!!

MAESTRO.— iNo Aura, todo no termino aqui (La sujeta por los

hoMbros).

AURA.— Es el fin de todo.... (El maestro la estremece par los hombres._

mientras....)

MAESTRO.— Es or comienzo.... Es el comienzo!

AURA.— (Reanudondo su !Panto • gritos) Vienen 11 Ahi Vienen ye!

....Ya vienen Dios mfo .... !!! Muertos! Muertos todos.... Tacks muer-

tos coma puercos.... con un Nudo!!

(Aparece Leonidas.... Trayendo en los bra-

zos a Leonora de cuyo cuello pende un peda-

zo de soga.... Att.& viene campesino 1 y cam-

pesino 2.... El uno orrostra a Generoso y el

otro a un peon.... Antos igualmente ahorco-

dos).

MAESTRO.— (So!tondo a Aura qua se aferra al asta de la bandera,

mientras se dobla sabre sus rodillas on un lianto sordo)..... Leonidas!! (Dando unos pesos hada alias con la mane en la cam herrorisado

al reconocer a Leonora).... pero coma 7" Como ? Leonoraa!!!

92

MAESTRO.— Leonora I (El maestro contempla el cadaver con miracle

serene y dolorido mientras se acerca lentamente.... El terror se endi-

ve de lot °los de Leono.... El ma estro tomando el amount de Leono-

ra lo deposita silencioso sobre una mesa.... Los otros campesinos, deism lot otros cadaveres al lado del asta de la Winders._ El

maestro • Leonidas).

....Leonidas.... coma ha sido....? Como?!!

LEONIDAS, ....Esteban desesperodos.

MAESTRO.— Si I Cuando lo dispusieron?

LEONIDAS.— Esta monana...,. (Trans. Limpiandose el sudor con el dors*

de la mono....) Mono Juan ovis6 quo toban en la finca!!

MAESTRO.— Pero.... y los policies, c6mo

LEONIDAS.— Sobiamos que venion!

CAMP. 1.— Si I Tencho baj6 al pueblo y se enter6 de que los policias

venion a socamos!!

MAESTRO.— (Tociturno) Entonces aproboron colgarlos?

CAMP. 2.— Si II pa 'tar colgando de un deo.... mejor es dejorse coer

par entero!

AURA.— Si I Hundirnos.... hundirnos mdis Morirnos, morirnos todos!

LEONO.— (Horrorizado, mientros se cubre el roars con los manos) Hemos

ido demosiado lejos....

AURA.— (Como un eco) S demosiado lejos! (trans) Leono todos, todos muertos!

LEONIDAS.— Aura!! (Como &inclose cuenta de lo existencia de su major).

AURA.--(Como un eco) Si Leono.... Muy lejos.... muy lejos!

LEONO.— Nuestros hijos.... Nuestros hijos, maestro.... (Como un lamento).

MAESTRO.— (Dolor) No Leono I No hernos ido lejos.... (trans, sombric).... Este, es apenas el comienzo!

AURA.—fincorporandose enloquecidol.... El comienzo? Y dice qua es el comienzo?

LEONO.— (Como despertando eeeee mente).... y nuestros hijos?

93

MAESTRO.— (Poniendole Is mane sobre el hombre) Si luchomos hey.— Las luchas de nuestros hijos, seran otros.... muy otros maiiona.

(Los dos campesinos que contemploban la esceno en silencio se van retirando con sus muertos).

LEON°, Entonces.... entonces, cu61 ser6 el fin?

MAESTRO.— (Moviendo la cabeza con expresien dolorous en el semblan-

te).... Nedie lo sobe.._ (A is muerte)._ Poi' que tuviste quo ser de

los primeros?'

LEON0.— Ella no era culpable, maestro!

MAESTRO.— Todos somos culpobles— Todos somos culpables....! (Hacia el cadaver) Pobre Duerme pare siempre no tuvo le dicha de

ver lo otra corn de los hombres....

LEONO.— Quo este diciendo?

MAESTRO.— (Sin hear case a Leone._ Peso la mono aaaaa mate pot Is trente de la muchacha).... Hoy duerme pare siempre.... (trans) Stem-

pre estuvo dormida.... (exhale) Path par el mundo coma las flores del campo.._ No di6 nada de su perfume efimero; pero hizo daft° con sus espinas.... (Pausa)._ Asi a, Leone! (Haste el cadaver) Pen-se quo era taco.... Ahora veo que se Ileve en su sue& alga de ml

mismo (Truena. Llegan dos policies ermados con

SARGENTO.— Sigonme! (El maestro tome el cadaver de Leonora en sus brazes).

MAESTRO.— Sue!tele el nudo del cuello, por favor I (Leono suelta el

nude con movimientos torpes, y el maestro comienza a seminar

llevando en los brazes a Leonora._ A su lade comma Leone....

mientras los policies marchan denies rozandoles las *spelt, con la boa de sus fusiles.... Cerca so oyen di:pares._ El cielo Sc quiebro

en nanos y Is torments se bate con feria contra Is pequetlez del grupo. Aura cornpletamente loco..., grits desde el salt_

AURA.— MaIditos....! Cerdos malditos.... MaIiiitos....! Molditos!

LEONIDAS.— (Sellando bruscamente, cone an auxilio do su rattier)._ Au-

rae I Espera..-1 (1.1n policia giro, apunto, disponi y Leonidas cue ahogando un grits, care* al mend de la benders).

FIN

CUNA COMUN

Par ROGELIO SINAN

n--Cierro la puerto Ulan's; que no te vean los clientes acuriendolo.

Bien sobes que ellos no deben enterers°. Te prefieren porque aun pareces

una nifia. Cuondo termines, vuelve al bar".

Sin embargo....

Mos a gusto se siente olli con su hijo; por eso se entretiene meciendo

la cunito oun convencido de que, tins un ruidoso y torrenciol rio de !Agri-

mas, chore el nil% repose en un remanso de suenos pespunteado par

burbulltos de hipo.

A la patron° no le hacion muclxi cocci° los frecuentes lloriqueos del

Esos berrinches no estabon muy de acuerdo con el prestigio de

la case.

Lo cuipo de qua el chichi Itorara lo tenion log muchachas. Remordi-

dos acaso par frustrados onhelos motemales, pelethonse los tumos par el

simple prurito de besuquecnlo y arrullarlo, de monera qua todo el santo

die se to pasoban zangoloteendolo. Con tonto mime, claro, lo tenian con-

sentido. Lo grave del osunto sucedia par las noches, pues atareadas como

estaban y no dondose o basto para atender a la clientele, tenia qua ser

Ulalia quien soportase los rnarrumancias del mucosa. NI pare qui decir

que solomente con elk Sc calmabo sin dude par aquello de clue coda

temero conoce la ubre de su mom.

Desde olli Sc distrae viendo el ir y venir de los que suben con los

clientes de tumo; tombien aye Ia mesica del cabaret de enfrente, a cuyo

ritmo vuelve a afligirsele Ia entralio, yo qua le tree recuerdas de ague!

primer omor, "fruta temprano desprendida a destiempo de la roma" —co-

ma el deck—.

De ese fruto le quede lo semilla cuyo retotio, dormido °bora en la

cuna, crecera coma un arbol se hart5 hombre y tendre qua pelear cuondo

los otros intenten denigrorlo llomandolo bile de tol par cud. Memos mot

97

quo es rollizo, grande y sane. Viendolo tan enorme, at nacer, las otras

se hocfan cruces y no querian creerlo. De lo robust° quo era cosi estuvo

en peligro al darlo a luz. Culp° de ellas, pues se excedieron al nutrirla. Sf, sefior. La cebaron talrnente coma lo hizo su tote, 0116 en el campo,

con la chanchita que le merc6 a no Hilario. Can todo y eso, mucho ha

de agradecerles sus bondades, pero m6s que a ninguna p la potrona •pot

el merecimiento de recogerla caritativamente en una case de tan recona-

cido prestigio como la suya.

Lo cual fue una gran suerte, seam dice La Fula, .pues asi encinta

coma estoba, inotilmente hubiera insistido en colocarse. Las familias pu-

dientes no la habrfan oceptado. La Fula, quo es leida, se la posa ensar-

tondo jeringonzos. Par ohi and° diciendo que es la patrona quien debe

ogrodecer puesto que Ulalia le result6 mas Util quo la gallino quo ponia

huevos de oro. (De las tres quo tenion olla en el camp° ninguna hubo jamas tan ponedora coma aquIa carata que se volvia una furia cuando

andobo culeca o con sus pollos. Por, eso la mate el gavilan. Era destino).

Tambien dice La Fula quo fue el destine quien dispuso que su chichi no-

dose en una cuna coman (contropartida de la fosa com(in y coma esta

prIvilegio de pobres) to cual es to de menos, pues no hay bicho viviente

quo no nazca con su estrello de Pascua ya lo haga en cuna de oro o en

un pesebre. La prueba de ello es que oun la misma Virgen tuvo al Hijo

de Dios sabre pajos entre un buoy y un asno.

Mejor hubiera sido —piensa tenor a su chichi one en el

campo, no entre un burro y un buey (ya quo eran pobres y no tenian mos

bestia quo to chancha que le mercaron a Ac Hilario), pew si entre los

suyos y entre las garrapatas, los plojos y las niguos. Asf al menos podria

tenor el gusto de roscarse.

Destino hubo de ser porque parece quo todo se junto aquella marlana

para quo le ocurriera la desgrocia. Y ni oun Inc pues lo acertodo hubiera

sido quedorse para ayudar al hermanito; pore en cambia, de pure miedo

de qua su tote la matara, no hizo m6s que correr hasto Ilegor al pobloclo

ya bien oscuro. Menos mal quo a aquella buena seibra QC6mo es quo

se Ilamoba? Fla Nadia/, quo vendfo sus Miuras en el portal, compadecido

de verb olli pegada a un horcen Dora quo Dora, se le abland6 la entratio

(jBendito sea el Santisimo!) y le dio de comer cafe y tortillas.

Prefirie no decirle ni uno solo palabra de su percance. Eso nacho

freg6 bs trastos y se pose contento cuando Ac blade ‘la invite a acorn-

pariarlo. Como perra calunga fue siguiendo tros ella hasta un ranchito

enclenque e ingrimo al otro lad° del Ilano. La humedad de la hierba to

refresce los pies. lba a Hover. La tuna se nuble. Habra luciemagas.

Los &as siguientes se mostra servicial on el negocio y supo atender

a la clientela con tal esmero, quo Ac Inacia to merce muda nueva y la

98

enser16 a ester aseada y peinadito, con las patitas limpias y su flor on el

polo "pare quo no dijeran".

Los hombres la encontraban bonito y, par sl acaso, &Oben el onzue-

lo, pidiendo esto y aquello: "Otro presita, mi °more'. "Un cafecito". !Bien

quo se relomfon!

Una noche, terminodo el trojin, UlaHa se disponi° a fregar los tras-

tos cuando escuch6 el rasguear de una guitarra y un penco de cancion

que se ocercabo clovondo angustios en el Bono.

Na Ionia par6 el ofdo y duo:

— Es Bib Mayo, el de la radio. Canto la mar de bien. Es como un

6ngel.

A Ulan° yo le era familiar aquello voz, pues la ofa coda noche cuon-

do ponian la radio de la cantina.

Se °proximo a to fond° con su guitorra. Lo acompa6aba uno gordito.

— iQue to', Hermenegildo? — dijo Rn mad.

El oludido les anunci6 orgulloso:

— jAqui les traigo al famoso Bib Mayo!

El angel, quo estaba bien jumado, se apoy6 en un horc6n y, sin de-

jar de mirorla, sigui6 taco quo taco quo doba gusto ofrlo.

Hermenegildo se sent6 a la jineta en un toburete y orden6 pare am-

bos café y tortillas.

Aun hortos de eso y otras pastas querion seguir chupando, Pero Ya hobian cerrodo la cantina. Na (nada, quo estabo vuelta dengues Con el gordito, les confio muy a to chito callando, quo elle tonic en su rancho

una botella de seco cimarthn.

Esa noche la tuna estaba alegre y no tan triste coma lo quo brillaba

cuando cruz6 par vez primer° aquel Bono.

A medida quo el soca se odentroba en la sangre, jrnisericordial

A Hermenegildo y o lIe Nada dej6 de verbs y oun de ofrlos, pues

se fueron al rancho y opagaron las rises.

La embriag6, m6s quo el guaro, la hamaca de canciones en quo la

iba arrullando Bib Mayo.

Huerfano de carifio, se le aguaron los °jos y se deshizo en 16grimas.

99

Le tuvo que explicor a Silo Mayo que si lloroba era porque le habrio

gustado ser para 61 uno ni5a, pero.—

(jVey° suerte mangoja lo de los pobres!).

Fue entonces cuando le oy6 decir oquello de "la fruto temprana des-

prendida a destiempo de lo roma".

Y clam, el muy Iodine no dej6 ni los cascaras.

Un dia le fue saliendo can ague& de que debio volver o su trobajo.

Desde entonces solo sigui6 escuchando su vox noche tros noche a ha-

ves de lo radio de la cantina. Sentirlo asl, sin verb y sin tocorlo, era

para ello como besar el aire.

Sentiase ton enfermo, que al explicorle Ao 'nada lo del Mao, se le

ofloj6 a cuerda de la esperanza y se fue en Uanto.

—Pero no te preocupes —le dijo ell°, animandola--. Yo hare que

Hermenegildo le escritto o Bib Mayo. Cuando 61 sepa qua vas a ser la

madre de su hijo, vendr6 a buscarte; si es que no se hoce el no-nos-deje.

Las cartes no surtieron efecto.

Hermenegildo [ogre comunicarse telefemicamente con la emisora. Le

dijeron que Silo Mayo se habits dado a la farm cuando supo que iba a

tener un hijo.

Una moriona, mientras regaba Ulalie uno hortaliza que tenion tros

el rancho, se le acerc6 Ac boccie en actitud misterioso:

__Te busco un policia. Seguramente es que tu tato ha sabido que

estis encinta, y a lo mejor puso el denuncio. Ahora, ewe hacemos?

Ulalia mir6 hocia todos lados dispuesto a huir. Frente a ella se ex-

tendia el Dane inmenso. No se sinti6 con fuerzos para cruzorlo tan de

prise coma pare que el noco no la olconzase.

— Lc que me extratio —dijo Ac mad— es que este pond° no me

porece de los de cal Nunco lo he visto.

— 6C6mo es?

—Bien zambo y grande. Puede que sea de la ciudad. Vendr6 o

buscarte por cuento del carttante? iQue tiene pie asi sea?

--t-No, Re Inocia —le contest6 asustodo, al ver qua el tipo avanzabo

hada ellas-- Este es el hombre quo me periudic6.

100

Cualquier ligero Intent° de fuga habria side in6til. El vent° acer.

condos. a troves de la huerta, pisando los sembrodos, sin importarle un

pito, con los enormes boticones de cuero crude. Sus espuelas iban mar-condo el tiempo.

—Vengo a buscorte —dito de rnodo autoritario-- porque he sobido que estas encinta y yo no quiero quo un hijo mlo none sin padre.

Awn =blend° que el hijo era del otro, qued6 sin habla y temble-queondo coma uno hojita al viento.

So lead° se encore con el hombre.

eCon quo derecho dice qua ese hijo is suyo?

Los ojos del mulct° brillaron. Ulalia le vio en lo mono el long° y

pens& "Si se entire de lo de Bib o Mayo, me intro a foetazos y me mate".

—rnintie—. Ude as el tato; pero ansina nom6s y ton o

priesa no pueo dirme.

—Bueno —ocepte—. Esta noche vengo per ti. eEntendido?

Ulolia recline la cabezo.

—To giieno.

Al poco rato lo vio que dm a golope cruzondo el Ilano.

Bla !nada se habia quedado coma en oscuas. Ulalia le explice punto

per punto lo que le hobla ocurrido "con ese zambo del demonio".

Esa monana se hobia tenido que quedar en el rancho cuidando a su hermanito que estoba muy enfermo con unas calenturos que to tentan se-dlento y sofocado. Pedia mas y mos agua. Sane a buscorla al pozo y alll

estoba sentado it policio. Ella, ol verb, se must& pues era enorme, y los

ojos los tenia coma brosas. Le dijo haber estado rostreando toda la noche

en busca de un osesino. Se babies bebido mas de un litro de guar°, y estaba can la sangre hecha un fogen. Tent° sed. Le die aguo. La bebi6. Pidi6 rn6s. Mientras ella se disponi° a servirselo, le pregunte:

—eV tu gente?

De pure ingenue; Ulalia be informe que tu tote y su mama y su otro hermano se hobion ido a recoger to cosecha quo en total ni era mucha.

El pregunte si estaba lejos el monte.

—Si —dijo ella—. Bien olejao. Par ac6 hon de escor6 cuondo

curezca.

101

Volvi6 a Ilenorle la totuma.

El insisti6:

—eit par estos contornos vivo alguien mos?

Ella, de gran babosa, vo y to confieso:

—Naide.

Sc levant6. Le dijo:

— De manera quo si est& en peligro, ninguno oye tus gritos no es

asi?

Ulalia, at verb e los ojos se dio cuenta de lo qua 61 pretendia y ech6

a correr, pero (joky, momita0 no pudo defenderse. Aquel conalla satisfizo

at ontojo, se socudi6 coma las bestias y se larg6 a coballo. Su hermanito

gritaba pidiendo (nu°. Sc to dio. Fue calms:inclose. Ella debifi haberse quo-

dada junto a 61 paro cuidorb, porn pens6 on quo el tab a la matorio at

saberlo y tuvo-miedo. Por eso echo a correr collo alma que Ileva el diablo

hosto Ilegor al portal donde Na !nada le dio café y tortillas.

—eY dime, Bilo Mayo esta enterado de todo? —le pregunt6 Na !nada.

deamo no to iba o estor? Precisamente fue la sinceridad de Ulatio lb quo mas lo sedujo. Decks qui estaba asqueodo de los mujeres insinceros

de la urbe. Queria un hijo nocido de lo tierra, del vientre de uno cholo

con sangre vegetal en las venas, un hijo sono, fuerte, con sobor y olor

de barro y compo. Por eso Ulalia necesitabo escapar del ponds; de lo

contrario ecdmo salvor a su hijo? Debia juir, juir. (jBendito Dios!) Pero,

iamb? iD6nde holler el dinero para su viaje?

Los polobros se le enredan en los dientes y las echabo ofuera escu-

piendolos.

La ahogoba el 'lento.

— jZombo der dioblo, pufietero!

NaInacia la obraz6.

— No seas sonsa.

Y esa misma mafiono la embarc6 on la primero camioneto qua hada

vioje a lo capital.

Todo el trayecto to hizo a bmos del cuando-llegaremos, mientras

bebta paisajes en oleadas de alambres, postes, &boles._ reses, puentes,

102

nubes, pojaros, flores.... Y sorlaba despierta, mezclondo a esos imagenes to voz de Bile Mayo, la luna, los luciernagas, el seco cimorron,

las condones, y el hijo, el hijo, el hijo..-

Mos tarde, en lo chided, qued6 oterrada frente al ciclon de lutes y de ruidos. (Ave Marla Purisimo!)

----Llegarnos?

—iCuidate bien, cholita!

Y anduvo, otando coles con las paths al suelo, buscondo uno espe-

ranza con su ingenue onsiedod a flor de labio.

— Pregunta en la emisora — le decian.

4C6mo ir?

Alguien, compadecido, consult6 por telefono y le dio un date exacto:

— Dicen que dioriomente vo a un nite-club, aqui cerca. Tienes quo

ondor buen trecho, por este misma acera, haste que encuentres un gran letrero luminoso.

Ni se habio dado cuento de quo yo °stabs( oscureciendo (113ios del Cielo!)

A pie y a polo coma lo garropoto se fue acercando al rlo de luces; pero cuando Ileg6 a la orilla opuesta qued6 en suspenso y sin resuello.

Ni por el diablo que se atrevi6 a cruzarlo. Con tanto corro suelto, ni Dios

lo quiera. Fue entonces cuando son6 en el cabaret oquella mosica quo

paretic) de radio. Ella, onimada par la ingenue sospecha de qua °Ili es-tabo su angel, se persign6 osustada y, de una solo estompido, cruz6 la

colic entre un infiemo de bocinozos e improperios.

Hizo el intento de penetrar en el recinto del bar, pero, descalza co-me ondoba y con su ospecto de chiquilla inocente, despert6 los escrispulos de uno de los meseros:

— osidonde vas, cholito? Tt ores aun menor de edad. dAcaso quieres

buscarnos has con la policia?

Ella arguy6 que andoba en busco de Bib Mayo poro darle una raz6n de su familia.

—A cado rate le envion mensojes; pero el con ese cuento de quo ha

tenido un hijo....

--piZtue va, serlorl iNo es cierto!

- no! 4Y entonces?

103

—Todavia folto mucho.

—De monera quo silo par saber quo yrs a ser padre se emborracha

cosi todas las noches y hasto arma escondolos desde hace unos semonas.... !Qui idiom! Yo n1 Ilevo la cuento de los hijos quo tengo.... Bueno, basta

de charlo.... Si quieres esperorlo, 0116 t121; pero eso si, ponte bien lejos de esta puerto. No nos busques problemas con los radiopatrullos. Quedate and on lo acera de entrente.

Hizo como le dijo el comarero.

Atraves6 de nuevo to bolumba de ruedos, y openas puso el pie en

la otra orilla, sinti6 quo se le °brio el opetito. Su olfato le him notar, olli en la esquina, uno tondo quo ni la de Po mcci.. Wendion faturos y una porcian de cosas quo eron corno para chuparse los dedos! Una mujer freia en ese momenta pescado. Los presas fritas than saliendo de

to polio chisporroteantes y olorosos. (iModre del Verbo!) En todo el dia

no habia probodo ni jota. iCon qui plata? Tat era su gozuzo, quo se vela a si misma devorondo todos las postas. Un muchachlto, de esos quo venden los periedicos, compro uno presa y to meti6 el diente con tat gano

que a ello se le hizo agua la boco. (jUno presito, ml omor! jUn cafecito!).

Fue entonces cuando, de pronto vi6, a su 'ado ague, agente del or-

den. (iQue querria?) Mostroba un ceno de muy pocos amigos y era m6s prieto quo Mondinga.

--eQue haces to por aqui?

Tenio unos ojos quo no indicaban nada bueno. Ulan*, at verselos,

record6 at otro zambo. (wirgen de los Dolores!) Le entr6 tai tembladera

quo no pudo ni articular palabro. Mirandolo, osustoda, haste los nervios

le dieron par reirse.

— jCholita sinverguenza! —le dijo, remeciindola par un brazo--. Bien sates quo iste es el barrio de las mujeres maim. Una menor como

tO ho debe ander de noche par estos lodos. jYo te voy a ensenar!

lo hizo entror en un zaguin bien oscuro.

Lo quo intent6 enseriorle, ya Ulalia lo sabia; lo habia oprendido con el otro zopenco; par eso corcove6 con tal brio quo echo par tierras unos tinacos. La pestilencia de la bosun) derramoda be provoc6 enseguida nouseos.

— !Dejo tranquilo a la muchocha! — dijo uno voz de trueno.

El obnegado custodio de lo Ley sotto su presa.

Liberoda de su brutal presittn, UMW se limpi6 con el brazo el unto

de su sudor hediondo y pegajoso.

104

Not6 entre el centelleo de sus Idgrimas, que su liberadora era uno

onujerona bien gordo con un tabaco entre los labios.

El ogente del orden qued6 confuso, se rata° que frente a aquella garde no las tenia todos conslgo.

—iGue pretendras hocer con la chiquilla? jQuieres que te denuncie

por eatiro? No yes quo es una nine?

— Por eso mismo no debe ander de noche por este barrio. Le dije que

se fuera y no hizo m6s que reirse.

— Con todo y eso, tu manera de alejarla del vicio no pared° la m6s adecuada. iCrees quo no te conozco? Ten cuidado, porque si te denuncio no s6/o hago quo to quiten to place sino quo haste te metan en la reja. Si este* ton opurodo, ando olio odentro y regodeote a tus anchas. Si to

opetece, puedes echarte un trogo. Yo corro con la cuento.

El ogente respire a pulmen Memo; mire hacia un lode y otro por si

alguien to observaba, y entre en to case.

Tranquilizada por la garde, Ulalia le habld de Pilo Mayo.

to conozco hien —dijo esta—. Es cliente asiduo de ese bar de olli enfrente. Yo no debe tordar. No te preocupes. Liege slempre con-

tend°.

on tal habilidad fue sonsocandole sus intimos secretos, quo Ulalia confi6 to del hijo cuyo onunciado advenimiento era la cause de las

continuos forras de Pilo Mayo.

—Yo no quiero quo te desilusiones —le oconsej6 to garde--; pero mejor es que te olvides de tu cantante. Eros muy joven y est& desampo-rade en este ciudad Ilene de vicios y tentaciones. Lo m6s sensato es que te quedes conmigo. Tendnis de todo: came, cornida, rope. Lo quo 1 .6 quieras. Como ores todovia menor de edad, simularemos que ores ahijado mid o sobrina. De esa manera no habrd ning6n trastono con los autori-

dades. Vero% que dinerol ganaremos cuondo mis crientes sepan que en

la case tenemos uno chiquilla tan grociosa.

(Re lnacia le hablo dicho quo tuviera cuidado; que James se merce-r° a ciertos sitios, pues a ver b s muchochitas del Pueblo, engatusandolos, las habian convertido en mujeres de la vide.)

La Gorda la tenia apersogada qua ni a novilla erotica e iba nor-

teandola con rumba hocia to case, cuondo de pronto, comb cosa del cielo, oy6 en el oire la voz de Bib Moyo.

—Es 61! —746, zafendosele—. I; (Es 61!!!

105

Pero la Gorda, sin dorse par vencido, logr6 aside de nuevo con ra-

pidez de boa y, acariciendola, le dijo tiernamente:

—No te alteres, chiquilla, que 61 no se va a escaper. Mejor esc6-

chtame lo qua voy a decirte. Si ocaso tienes una desilusbn con ese tipo;

si de pronto te encuentras sin amparo, sin comida y sin coma en que dor-

mir, no te olvides qua aqui sigo esperandote. Recuerda bien el sitio. Es

en la esquina donde venden frituras.

Libre de su presi6n, Ulalia cruz6 de reguilete la cone y entr6 de un

solo envier' en la cantina, gritando coma loco:

—j13ilo Mayo! ;MI angel!

El, extraiiado, la apart6 can desgano, frunciendo el entrecejo. 4Seria

por los efectos del guaro o porque ya no la recordaba?

Mos inter& mostraron dos perencejos futres que bebfan con el angel.

El rn63 triguefio dijo:

— ;Que cholita m6s lindo! zDe deride la sacaste?

El otro, que era un pecoso de polo amelcochado, la tented con los

ojos e hizo una mueca.

Bib Mayo entendb, pues la condujo del brazo haste la puerto, di-

cieridoles

— T6 eres menor de edad. Major esperame aqui afuera.

Como Ulalia no los perdia de vista, note que cuchicheaban y hacion

gulfios que sin lugor a dudes se referion a ella.

Pagaron y salieron.

Ulalia imaginaba qua su angel despediria a los otros pare quedarse

o solos conversando de tenses cosas y de tantos recuerdos, pero el plan

era otro pues la hicieron subir en un auto qua estaba alli junto a la acero.

Desde la esquina donde vendian frituras, la gorda le hacia series.

Ulalia hubiera dodo su vide par evitar que Bib Mayo se diera cuenta de

qua habia estado en trotos con eso tipa; pero al f in y al cabo sentiase

tan feliz, que le hizo un saludito a be gorda por pure educcician y a es-

condidas de su angel. El diablo del pecoso 51 se di6 cuenta y se sonri6

maliciosomente. iPor clue?

Arrancoron. Ulalia iba dents can su hombre; los otros dos, delonte.

Manejaba el pecoso. (Despues supo qua era el duetio del auto.)

106

A Bib Mayo le di6 la borrachero por abrazarla delonte de los dos

perencejos. Menos mal que, aun con la juma que cargobo, Sc mantuvo en

to linea, sin propasarse. iQue habrian dicho los otros!

Se sentla tan segura junto a el y estoba tan consoda, que se qued6

dormida en sus brazos.

Lo despert6 de pronto el gran silencio que se produjo ol detenerse

el motor del automOvil, pew era tol su agotorniento, que no logr6 des-

pabilarse del todo. Bib Mayo y los otros dos bajaron del carro dizque

porque than a tomorse el arranque. Por la brisa y los !Amos, Ulalia se

di6 cuenta de que ya amonecio y de que estaban lejos de to ciudod, en

el monte, en un rinc6n solitorio sombreodo de &boles.

Bib Mayo se be arrim6 mimosa y le dio un beso; le dijo qua 61 lo

querio muchisimo, que estaba muy contento con ella, qua le pondrfa uno

casa en la ciudad y potatin potation; pero qua todo eso requeria harto

dinero y que esos tipos eran hijos de politicos influyentes qua le dorfan

sepa Dios que contratos y sepa Dios qui puestos; 61 ibo a ser muy rico

y patatin patabn.... En fin de cuentas, que Wane tenio que ester un

rato alli en el monte con los dos perentejos,

A Ulalia se le estop& un sollozo. eCemo, si 61 la querio, podia ex-

ponerlo a tales cows?

Bib Mayo insitia:

—Tienes qua hocerlo pot lo dicha que nos espera en nuestro cosa

donde seremos muy felices con vorios hijos. Tienes qua comprender que

es necesarb; no hay otra solution, pues si te niegos, estos canallas te

forzarian a nacerlo de todos modos y me seria dificil defenderte yo que

estamos en un paroje solitario. Si en combio accedes, me rendiras el mos

enorme servIcio.

No tuvo ribs remedio que someterse.

Camino de regreso, el sal les puso tres mascaras biliosos.

Nadie chistabo uno polobra.

Bilo Mayo paretic, fastidiado. Ulalia crey6 verb en el rostro at enor-

me osco que le causoba todo aquello. Sin embargo, se preguntaba a si

mismo si le era posible seguir queriendo a un miserable coma 61. Dentro

de ella chocaban los min contradictorios impulsos. Sable que todo buena

mujer debe sacrificarse pot su hombre y par sin hijos, mOxime oun si lo

ocurrido fue con la aprobotion de Bib Mayo. Por quo angustiarse, pun,

Si desde olli en adelante ibo a sentirse feliz en la casita qua 61 =babo

de ofrecerle?

107

Sc le oguaron los ojos, de la temura; pero sentiase tan consada que

se qued6 domida.

La despert6 el frenazo del auto at detenerse frente a un pequetio

restourante de chinos.

— Comomos olgo — duo el pecoso.

Ton intenso era so hombre, que aquello invitacion fue pare Ulalia lo mas groto que liable escuchado en toda su vida. Lleno de jObilo se

disponia a sour del auto, cuando el triguefict la detuvo groseramente:

— II-0 no! Major no bojes. Agochate pans que no te vean can nosotros. Eres menor de Sad, y si la prenso de oposicion se enter° podria formamos un bochinche.

Ulalia obedeci6 sin chistar, que iba a hocer? Bib Mayo ni di6 se-hales de protesto. Sus rezones tendria. jPobrecito! Tel vez la falta de dinero._ Prefirio'conformorse con la idea de que so angel le traeria uno

presito.

Pero atm esto esperonzo result6 vane.

Regresoron limpiondose los dientes.

Para elle, ni los huesos.

Arrancaron de nuevo muy sotisfechos y orondos.

El pecoso, que iba al volante coma siempre, dijo de pronto:

—Ahoro que el auto pose junto a ese cabaret donde la hallamos,

hay que echarlo. No la podemos lucir par la ciudad. Serb un escondolo.

Ulalia se le qued6 mirando o Bilo Mayo sin comprender exactamente to que aquel hombre habio querido indicar.

Bib hizo un gesto vogo coma diciendo: "Yo no puedo hacer node.

El carro as de 61".

Ufalia crey6 at fin cornprender que lo que el tipo imaginoba era que par haberla vista saludor a la garde.... ;Clam!

eComo explicarles la verdad? 2Carno advertiries que ella no era uno de lies? Tol vez par ello la ultrojoron. Todo hacia suponer qua Bib Mayo no los habia puesto al corriente de la verdod. Ulalia no lo podia creer

No era posible. Sentodo alli a su lado, Bib Mayo paretic, indiferente. Te-nio que haber olguna fuerte razon para que II, aun estando ton contento

con lo de so hijo, se comportara de una monero tan indigna. Todo su

mundo de ilusiones ya comenzobo a derrumbarse, cuando at mirarlo de

108

reojo, le mato en el semblante tot angustio, que resolvi6 solvarlo del

trance:

— No to preacupes —le dijo—. Si el no quiere Ilevornos, no importa. Podemos seguir a pie o en otro auto.

El la oferr6 poi antes hombros v enfrentanclose con ella le declare.

clnicamente:

—Lo major es que no signs haciondote Ilusiones y vayas comenzondo • olvidorte de °quell° quo sucedi6 en el Ilano bajo la luna.

`fa estaban acerc6ndose al enorme letrero del cabaret.

—Que se prepare a bojor —duo el pease—. Le dare solo el tiempo. necesario.

Silo Mayo sigui6 mortificandolo:

— Mejor es que regreses ol compo. Yo aqui no puedo mantenerte.

— ter nuestro hijo? — dijo elle.

- seas iluso! —repuso el—. Todo eso, olvidolo. Puros castillos en el oire. No pienses en el hijo que pudimos hober tenido. No tenerlo es lo mejor porn ti.

— iPor que? —dijo ello, sollozondo..

—Porque hace unos semanos —contest6 el—. ml esposa, ml verdade-ra esposa, a quien venero y respeto, me di6 un hijo que es un primor. Por lo olegrio que me ha caused° al tenerlo, Ilevo vorias semanas parran-

deando. Par eso es preferible quo regreses a tu compo. No pienses mos en

mi. No seas tonta.

Ulalia sinti6 que el aire to faltoba. Se estabo ahogando. Sc le vino • Jo boco la emoci6n como un golpe de sangre.

Quiso gritar y el grito se le enred6 en los dientes vuelto sollozo.

Ya el auto deteniase. Abri6 la puerto dispuesta a echarse abajo.

Frenaron el motor lo imprescindible pans que descendiese, y arran-

caron de nuevo tan bruscomente que ello cay6 de bruces en el suelo.

Se qued6 alit sentado sobre sus propios pantorrillos y se neve a la cora borlana en 16grimas sus manos sucios del polvo de la colic.

Seguramente pintorrojease todo como una mascara, pues oy6 unas risitos sarcasticos. Eron vorios chiquillos que par creerlo loco o borrocha, yo comenzabon o burlarse.

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Sc levant6. Echo a ondar. 2136nde ir ahora? iC6mo iba a regresor a

su pueblo si no tenia ni medio en to foldriquera? Y Gun pudiendo volver, no la esperabon olio el policla a su tata pore matarla a palos?

De repente, todos los poros de su cuerpo, como Los de una perm horn-briento, sintieron el olor del pescado. Vio que aun seguia en la esquina la mujer frente a su olla. Record6 to promesa que le habia hecho la gorda: "Tendres coma y comida. Comer6s lo que quieros". Corner, era

preciso corner a toda costa, pues alga en lo m6s hondo de su ser le deck) que, ante todo y por todo, lo imperioso era su hombre, porque su hombre

lo era tombien del Milo que, dentro de ella, se rebelaba exigiendo su

derecho a to vida. Por eso echo a correr coma uno loco, porn caer cuanto

antes en brazos de la garde, yo que ello le ofrecia to que la vido le habla

negado avarci.

La cora de la garde fue paw Ulan@ coma un omoble osilo de reden-cion donde encontr6 no solo poz y bienestar sino °dem& to cuna com6n

en clue su nitio duerme plocidamente, no como Tata Dios entre uno mula

y un buey, pero si entre conciones y burbujitas de hipo.

Panom6, Febrero, 1963.

110

expetiencia ?enema( Por MARTINEZ ORTEGA *

Transcurrido cierto tiempo de mi orribo al mundo

dijeron un die

"oficia Imente

te concedemos el uso de lo cozen;

Id al temple del saber".

Desde ese entonces

of hoblor de la libertad.

"Ante node

aprenderes e toncerlo impreso".

Socaron varies letros.del abecedario

y aplostandolos como acordeen

vi exactamente lo que deseobon mostrarme:

Libertod.

Avance remolcado como los borcos que cruzan Panama

o otros niveles del sober

donde se engordo con fechos y teorlos In libertad.

"Considerate afortunodo

vives en el hemisferio de In libertad.

Naci6 a °Hiles del Sena;

octuolmente reside en Nuevo York

contemplando Wall .Street

y dando la espaldo al Sur".

Decidi conocerla con no menos obseslen

que los embarcodos o lo Atlentida.

• Publicamos dos poernos del libro inedito de Aristides Martinez Or-tega: A Menem de protests. Esto obra fue premiada en Chile en el concurso "Arte y Universidad", organizado per la Sociedad de Es-critores de Chile y lo Sociedod Notional de egresodos de In Univer-sidod de Chile.

113

Poi a un edificio de puertas cenudas cuyos planchados naturales dijeron llamorse funcionarios.

Condecorados de !apices ararlaban furiosamente las moquinas mientros sus ojos rodoban por el pupitre como bolas aceitodas. Deseo conocer la libertod! exclame. Note con osombro que me ensefiaban los dientes mientros porn otros movieron repetidas veces el trosero. Uno que giroba en la silks

—majestuoso como un sistema plonetarlo-

hizo las preguntas siguientes:

Se interesa par lo poz? Cierra el pufb cuondo saluda?

Hoy en su familia terroristas? Sobe Ud. confeccionar bombas? Por que oporece en fotograf los de concentraciones pablicas?

Suele conocersele con otros nombres?

Tiene serlas particulates? Se propane motor al Presidente Constitutional de in Reptilalica?

A sontinuacion exigieron

horror de ml propio mopamundi poises quo apareclan en todos los manuoles de geografia.

De pupitre a oficina peregrin6 gastando huellas digitnles;

confesando hasta los mos sonrojantes secretos de familia;

entregando fotos coma si mi proposito fuera el estrellato;

concelando impuestos qua sumaron mos de b ahorrado poro el Wale.

El primer impulso fu6 recordarles el templo del saber,

citar fechos, exponer teorfas: cal en cuento quo habfa sido una broma. La libertad no es mos quo una estatua en Nueva York

contemplondo Wall Street y dondo In espakia al Sur.

114

?aim° ?t7 Ant Agitate Los objetos, ninnies, las personas est*, vinculodos a los presogios a tal extremo, quo una moneda antigua o uno luciernaga infoliblemente atroen buenas nuevos.

Por el controrio, un mandatorio luciendo charretera

troe no moms de din arios fotales.

Todo lo quo vuela ho estodo como ningEn otro ser, sea Este

onimado o inanimado, fuertemente vinculado a los presagios. Ejemplo:

lo Ultimo quo ho olconzado el cielo

antes que los rusos pero muy posterior a las alms de les difuntos qua resultan premiados es el cohete,

ha sido registrado por la demoniologia junto con los siguientes presogios

Goto negro cruzondo nuestra sombra Sal derramodo en piso habitado Pie izquierdo anticipado al sour de cosa con difunto

Cornejo dos veces a lo siniestra

Trebol arroncado con luna eclipsodo

Canto de buho o lechuza Murcialago girondo frente a una ventano blonco Gallino negro cocareando de noche Violeta quo al caer consenn un piton Moriposa negro en una esquino

Colmillo de culebra a la orilla del camino Mufieca sin cobezo on una coma

Espejo quebrado en siete portes.

Agreguemos a manor° de epilogo

ue con anterioridad a los runs pero muy posterior a los &mos de los difuntos quo resultan premiados el cohete alcanz6 el cielo, fud registrodo par la dernoniologio coma pajoro de mai °oiler°.

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POEMAS A ELLA DE

Jose de jesia MartCnez

Grabados de IVAN A. ZACHRISSON

PANAMA, 1963

I-IACE VA TANTO YO

How ya tanto yo que no to veo quo st me vier° chore no podrio quizas reconocerme. 1:l6nde he estado? iQu6 he hecho yo durante tantas cows, durante tanto yo, perdido y solo, lejos de nil, viviondome en secret°, resentido quiz6s, seguramente odiandome, y sin decirme nod's?

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He vuelto a ml, me oigo respirar, collar, cosi me rozo, estoy a mis espoldas. Na puedo verme, pero t lo ves. Me mires y lo ves, est& mirandolo, me yes, y no me dices nada. iC6rno estoy? Viejo, supongo. Feo.

Pregontale que quiere, si ha vuelto solo a verte o si to mondan a buscarme.

Pregantale quo a &ride. No. No le preguntes eso. No le preguntes nada.

Y hi, se me olvidaba, jogrno esti:is? To pareces a ti. Quieh eres?

119

PONTE AQU I

Pont. aqui, frente a ref. Erns el cebo. Aiwa sonrie.

Cuando yo venga, cyan& pose por ml, besalo, corks, quo no se escape, quiero verb.

Es una trompa que me pongo. Collo. Cobb. Yo to oigo. Sonde. Disimula. Esto VOZ it lo vomos a coger.

120

AQU I ME QU I ERO

Aqui me puler° ahoro.

A ml, todo lo que soy,

todo lo que he sido, a ml, esto en peligro vuestro padre, vuestro hijo,

ml, corriendo,

soltondo, levontondo

los tapes del recuerdo

Que nadie quede cards, quiero que todos

est& aqui cuondo arne a esta mujer.

Rodeodme, protepedme, Ilenodme todos,

asi, hinchadrne, hinchodme, el pecho sobre todo.

Mirodrne, soy voliente, doy un peso hocio ellp,

It sonrio.

121

Maadme, le sonrio,

me desnudo.

To, Jose, su boco,

y tO, Jose, °gentle los brazos.

El resto lo hare yo, pero mas, mos genre,

mes yo, cue est& tucks oqui,

quiero arriesgorme todo,

gonarme, perderme todo,

cansorrne, agotarme, collorme todc,

sotisfocerme todo, quedor ebre

de todo yo, completamente ojeno c mi que tonto odio.

Si, tit tomblen, muchocho, nine. Mire, sus pechos

Vomos.

122

ed111""

Art

DETRAS DE TI

Detres de ti est& tá. Eso to se

porque to no de lejos, timid°, escondiendote,

cuando te day un beso con los °jos cerrados.

Pero, eqUien mos existe? Par *mato,

den& de esto piedra come un corazdn duro,

testarudo, resentido,

deft& de esto piedra frla quo levanto del suelo,

que pregunto, quo beso...._

Frio.

Nada.

Ni sombre de la piedra.

Luego, estamos solos.

Nos han dejado afros, obandonados,

sobre este inmenso cascordn %facto.

Se han olvidado de destniimos.

No. No te muevos, no vengas hacia ml,

no pises esta tierra, ni este pIedro,

quo todo es falso, hueco, peligroso.

Agerrate fuerte de los huesos

y espera a quo yo Ilegue para quo colgamos juntos.

123

VOY A BUSCARTE DONDE TI

Voy a buscarte donde 11 y no est6s,

te busco entonces socudiendote, besandote con rabic!,

te digo cosas, te suelto mis palabros

como perros,

porque quiero una palabra que te muerda, que te ladre,

que te acose y te persiga a ml, uno palobro cruel,

una palabra sucia, of lade, terminado en i como colmillo,

una ferqz palabra hambriento que te ha olfoteado el alma,

porn qua te haga huir, venir corriendo a ml,

a esta soledod en donde se te °guard°

y donde tan dulcemente se te quiere, amada.

124

AMOR, COMO A TRAVES

Amor, can° a troves de tin agujero, asomado a mis ojos todo el die, me espi6 los pesos y la vide mks, la voz y el corazen con quo to quiero.

Qulse saber que folso derrotero

me ho trofclo o ate estodo de agonfo, y con mirarme cuando to vela me baste pare ver por quien me muero.

Conspirers' en ml corazen quo to amo; cerrore el ojo flue me pida voile y pateare mi pie quo husmee tu huello.

Me mordere la lengua si te llama

y huire de ti, de hl omorosa muerte,

asi pada lo vida al irme de ella.

125

MI CORAZON ME EMBISTE

Mi corazon me embiste los pulmones

y por irse de ml y hosto tu pecho

me muerde todo en su recinto estrecho,

cumin tu nombre y broma sus posiones.

Amenozondo o mi alma sus pitones

y consodo de hoblorme sin provecho,

yo te lo suelto, pues, y te lo echo

y cedo co sus violentos empujones.

&telt° tu cuerpo, omor, y sal corriendo,

clue a desbocodo trote, echondo humo,

y hombriento, pero fuerte, pero flaco,

golopo a ti mi corozon mugiendo;

busco lamer tu piel, chuporte el zumo,

pastor en ti y dormir en tu soboco.

126

ve nZaammulS •Mar "ZS ta”1191

INS.1104. HECHO DE PURA PIEL

Hectic de pura piel, parado afuera,

no me desprecies por buscor ml alma, no me abandones par buscarme adentro,

no exIste node adentro, era mentiro,

odentro existe solomente un hueco

par donde pueden verse las estrellas aun en piano die, par donde entre un silencio que suena como un ensordecedor, un gran silencio.

Tdcame. Este soy yo. No to sables? Esto bien. To lo perdono.

!He estodo solo durante tanto tiempol Este soy yo,'mirendote, aqui, afuero. Na exists nadie tras de mis ojos.

Yo soy mis ojos.

Lo so. Na lo sables. Pero mho, lo que he hecho mientras tanto,

todo b que desde antiguo lie hecho amindote de lejos mientras buscabas ml alma. Sf. Yo existlo. DIsimulabo solamente. Par vergilenzo.

Pero hoy o tierra es mia, y to la day. Te omo.

127

TU, FRENTE DE LA VIDA._

Td, frente de la vida, amor mojado, tir e

yo, espalda de la muerte, sed, ceniza, sol,

cuando te toque yo se habre cerrado, nervio con nervio, un gran circuito electric°,

de manero qua al fin podnin los dngeles

llama, a los infiernos por telefono.

Vestida, td, acortinada puerto de la vide,

desnudo brozo, yo, mortal pato cerrado.

Voy a Waldo a media cloche, urgente,

host° qua chirrien gozne y hueso y te abros,

porque detrds de ti, huerfano

Moro bajo el umbral un nirlo exposit°.

128

SUPONGO QUE VENDRAN MARANA

Supongo que vendren mationa o recogernos.

(Mora estomos ocostados).

Que no nos von a dejor, que tit misma

vas a despertarte y llevarte, quo yo mismo

me obrith to puerto y me vere solar sin decirme nada.

A menos quo to y yo nos fuggsemos por el suer%

a motion°, a ayer, a nunca, a ayer, a ayer,

al tiempo en donde yo no vive nadie,

donde son los dios como cuortos desocupodos,

donde el sol no se pone ni coliento.

129

Quo divertido fuera

venir million° a despertarnos y yo no egor,

y olvidarnos de nosotros, no amarte mos,

no vernos més, rehuimos,

en tont° que to y yo, desde aqui,

desde ayer, cogidos de la mano r sonreidos,

estariamos mirandonos, buriOndonos

de coma envejeces tO, de coma trabajo yo,

de c6mo no nos amamos, de como ni siquiero

se han dado cuenta de que nos fugamos.

No voy a cederte al tiempo.

Ahora es en serio que te lo digo. No voy a cederte a ti. Ni siquiera a ml te voy a dor.

Vomos a sa I irnos del desf lie,

vamos a doblar por una esquina del tiempo.

Nos vamos a quedar aqui,

a ver qu6 pnsa.

130

ttA •

CUANDO ANTES DE DORMIR

Cuando ontes de dormir depositamos

a los pies de la tarde el mutuo afecto

con qua en el dia nos miramos, cuando

abondonamos en el tiempo los recuerdos

seguros de las prozimas venturos, to explicark lo ciue con ello hacemos:

Qua aqui en la vie° se amo todavlo

par nosotros to schen los muertos.

Qua la gente se miro y se sonde

par nosotros lo soben los muertos.

Quo el pan, la sopa, los zapatos nuevos,

par nosotros lo schen los muertos.

Quo hay sal Gun y hierba y eine y aire

par nosotros lo soben los muertos.

Los muertos

todos los noches salen a encontrar

los dies quo mandamos de regreso

y lo qua an ellos va de nuestro vida, to qua de ella olvidamos, lo qua de alto nos sobro,

131

que o los muertos les sirve de alimento

con que se mutt-en pora pot- to menos

presentorse con cierto decoro

en to memoria de los vivos.

Es per nosotros quo recuerda el mundo

por otros iguales 0 nosotros.

Amarne dulcemente, proveedoro,

con generoso, alegre despilforro,

con nuevo amor todos los dios,

pore ir dejando en los viajeras tordes

cosi no usodos besos,

cosi no usodo omor,

que aNgtin die tis y yo

comeremos nuestro propio ofecto.

132

NUESTRO RECUERDO NOS RECUERDA

Nuestro recuerdo nos recuerda y mire

y se pregunto por lo que hemos hecho

con aquello tan dulce quo nos dieron.

Los recuerdos recuerdan,

bien quo al reeds, hocio adelonte,

y tU y yo, los dos oquellos de aquello noche tibia y fresco,

giron on poco In cabeza y nos yen como somos ohoro.

Y quiz& nos esperen, generosos,

pare quo con &los comportomos

esa dicho de ser, de ester ahi

el urvo frente al otro.

Nos esperan. Estoy seguro de ello.

133

eQue vomos a decirles el die en que muramos,

el die en que tengomos quo ir a recogerlos paw Ilevarnolos de alll a lo muerte?

&adder a encontrornos de la mono, muy obiertos los ojos perm poder reconocemos,

y con esos ojos miraran los nuestros, con esos ojos grandes, llovidos, iaocentes.

No posoremos por chi. Tendremos vergOenza.

Daremos la vuelto, moriremos

pensondo en algo lejos de esa noche.

Y ellos se quedoran. Nodie ira a recogerlos. Men solos coda vez. Llegaran a buscar a otros recuerdos, y a ellos nodie. Creer6n que hemos olvidodo y no podran creed°. Creeran entonces que nb existen,

que no hen existido nunca, quo son sueno. !legman rambler', la genre recien muerte,

a buscor sus sueries hermosos pora aparecer mas buenos. Y a ellos nodie. Creeran que son milagro. Tendran seguramente miedo.

Pero sonrelran, se opretaran las manos.

Y asi, quo queden pore Dios, o pore perfumer, hechos fontasrnas ye, oire tibio, respirodo, las noches frescos de verano. Porque fue una noche de verano, si mol no b recuerdo.

Pero no, yo no los quiero recorder. Podrion yams.

134

ACUERDATE DE MI

Acuerdate de ml cuando te acuestes.

Quiero hobitor tu pensamiento entonces

pore porarme rigido en su entrodo

y guardarte ty suerio y tu reposo

libre de pesodillas y fantasmas.

LI6mome sin temor al pensamiento

que yo saldre a rondar tu dulce frente

apagando tin tiltimos recuerdos

y a vigilar tu plcicido abandon°.

Si desde el suerlo entonces se me coe

o tu mejilla uno anti; urn beso,

lo espantares, creyendolo uno mosco,

y seguir6s durmiendo sin sentirme.

Toda la noche en vela, contempldndote

desde tu sueño , =or, que sere mio,

estar6 m6s tranquil° y satisfecho

ml curio° sin limite y mis celos.

Oh, suefia, piensa en ml cuondo te ocuestes.

135

EL MOMENTO MAS GRAVE

El moment° mos grave de mi vida

es cuando en la colic Ilueve y poreciera

que alga regreso arrepentido;

cuando Ilueve en la calle, cuondo el tiempo

que antes se iba de prisa, se guarece

en nuestra hobitacien y nos vicia el aire de misterio;

cuondo Ilueve, cuando (Amos

caer ese sonido sabre la pie! que entonces

sabemos es tombien la nuestra y a ti te do tin escolofrio

y yo sonrio porque sé que ahora

no te podros yo ir hasta que escampe;

amada, cuondo llueve y el tiernpo se detiene

o esperor que escampe

y Ie hurgarnos los haws, recordando,

pora ver que contrabando se Ilevabo,

y nos besamos largo, entrecortado, suave,

como si les chupasemos los huesitos a los minutos

y de pronto hay un minuto grave

que resulto que tenia ganos de Iloror, y Dora,

136

y Mora y se consuela an nuestro beso;

cuando a lo lejos cae un trueno y sonretmos porque nos buscan pero no podrifin hollamos; cuando te amo, cuando estes desnuda, cuando flints cuando el pecho se nos mojo de temuro,

cuondo estomos solos, cuando suena el telefono y nos acucia el p6nico de clue nos hayan encontrado, de que sea Dios, la muerte, el funcionario del orden, pero no contestomos y quedamos serios y Ilueve serio y fornicamos

coma buenos hermanitos,

como muriendonos o encontr6ndonos o como despidiendonos, golpeendonos, dando albadonazos....- Y me duermo despues, y t6 despues,

y despierto a tu lado y ha escampado, y me hundo, escondo entre tus brazes,

y t6, amantisima, sondes

y to duos amar....- .

131

COMENTARIO AL ESTUDIO SOBRE MARIANO OTERO REALIZADO POR EL PROFESOR RICAURTE SOLER

Par GREGORIO CARRILLO

Con el Mule de EL PENSA-MIENTO SOCIOLOGICO DE MA-RIANO OTERO, aporece en el n6- mere uno de la Revista Cuader-nos Americanos (enek-febrero, 1960) un estudio quo sabre este socielogo hispanoamericano de la primera mitad del siglo XIX ho publicada el Profesor Ricaurte So-ler.

Apenos asoma el lector a ins primeras Ifneas de este escrito, note In manifiesta intencien del autor de demostrar c6mo en el siglo XIX, a pesar de la regatea-da originalidad de que han sido victimas los pensadores hispono-americanos, hay pensamientos co-me el de Otero qua coinciden en olgunos °species baslcos con las mos prominentes doctrines con-temporaneas.

Sintesis del pensamiento de O-tero.— En una sintesis, muy a-preteda par cierto, trataremos de hacer resoltar to modular del pen-samiento de Otero, expuesto en at Ensayo del Profesor Soler.

SegOn Soler, to obra de Otero aparece como consecuencia de bo-des los circunstancias negatives imperantes en la epoca (caudillis-rno, dictadura, anarquia), situa-ci6n qua no solo era necesario

comprencler, sino transformer a base de un liberalismo efectivo. La labor de transformacion la a-signa Otero c lo naciente bur-guesra qua luchabo por superer at estrecho marco de la estructura casi feudal heredada de la colo-nic. Ese prop6sito de transformo-don demoliberal era la preocupo-cion de cosi todas las figuros mos representatives del liberalis-mo hispanoomericano de la epo-co.

Otero toma coma fundomento de su posicion saciolOgica las re-lacionss econamicosociales, come las determinantes de la estructura politico y moral de cualquier no-den, incluyendo a la mexicana. Seg6n 61, las relaciones de orden material son: lo distribucien de-mografica, las condiciones de la agriculture, del comercio y de la industr1a. Para hablor mos clara-mente, esas relaciones constituten to estructura de to propiedad. Pe-ro el estedo politico no derive estaticamente de In distribucion de la propiedad, sino clue es la distribucion de la propiedad la que angina to divisi6n de la so-ciedad en closes. Estes closes en-tran en pugna par la defense de sus intereses.

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Luego hoce Otero uno estroti-ficacien social muy numerosa. No obstante la proliferacien de closes bosquejadas por Otero se puede Ilegor a una clasificacen generi-ca de dos grondes grupos: las closes propietorias y Oros no pro-Dietaries o proletariodo. A ellos agree°, pot ciertas rezones, a la close militor y a lo extranjera co-merciol.

Otero consider° quo la (mica close con selidos fundomentos en cuanto a los relociones materia-les es la close media y es por eso por lo quo todos las demos esbin condenados, sew:in el, a desope-recer histericomente del escenorio politico.

Sin embargo, no descarta la po-sibilided de quo la close no pro-pietaria puede °seiner al poder politico, pero son sus condiciones de miserio, ignorancia, etc., los clue le vedan la posibilidod de in-fluir en el progreso y la libertad. A esos grupos solo les queda el comino de ser redimidos.

En cuanto a las closes comer-ciente y militar °firma qye la primer°, par set improductiva, y la otra par constituir una °mena-ce, contribuyeron al atroso eco-nomic° y politico de la nacen.

Como yo dijimos, la closifico-cher' closisto de Otero fovorece a la close media. Considero el, quo la sociedod deberla set trans-formed° y quo lo Unica quo es-taba en condiciones de hacerlo, medionte el desorrollo del capita-lism° y desde el poder politico, era la close media. El poder po-litico en manes de la close media favorecerio al proletariado, y al ospecto espiritual de lo sociedad.

Importooeio del Pensonsiento de Otero, El °eerie realizado pot Otero a la cultura hispanoarneri-

cone, es valioso. Sus ideas tienen el merit° de ser onteriores a otros pensomientos con los cuoles coin-cide en puntos balms, y quo son pensamientos quo hay ocupon lu-gar prominente on el °terve cul-tural universal.

Creernos quo no hay node ex-traiio en la coincidencia quo pue-de posenterse en un momenta dodo en el pensomiento de algu-nos pensadores realistas. Elio es explicable or lo sencilla mien de quo la reolidad plantee pro-blemas quo no of recen mayor di-ficultod de coptacen par° las monies ogees avezados en la in-terpretacion de la dinemico so-cial.

En opinion de Soler, Otero utili-ze on su aporte sociologic° uno serie de conceptos cientificos, en un grado de desarrollo no °Icon-zado haste entonces on Europa.

ApreciaciOn personal.— Ameri-co ho side calificada de esteril pore lo germinocen de los ideas par olgunos pensadores europeos. Con el proposito de dor un mentis o ese criterio despectivo, un gru-po de intelectuales hisponoameri-canes se ha dodo a la torea de desentrorlor To quo de original hay on el pensamiento hispano-ameripano y de explicar edemas, la razOm de par que este Dense-miento se aleja de la metofisica.

Al grupo de intelectuoles alu-didos, pertenece Ricourte Soler quien desde sus °lies de estudion-te se inice on esto foena; prueba de elle es el contenido de su te-sis porn obtener el grade de pro-fesor.

Creemos pues, quo la rozon c-ounted° prim6 sobre otros, porn quo se °Heiner° lo investigocion, y luego la publicocien del estudio sobre Otero.

141

Aunque sabemos que Soler no intentoba estoblecer relaciones y diferencias entre el pensamiento de Otero y el marxismo, cense-miento este Oltimo i con el cual las ideas de Otero guordon gran re-lation, si intent/5 Soler, y esto lo pruebo el final de su ensayo, de-mostror como tombien en Hisao-noomerica se dabon pensamientos a tono con otros de reconocido merit° universal, sin que medians influencia tontine° olguna.

Con todo, consideramos quo ha-ber explicodo el por que de olgu-nas diferencios entre Marx y Otero, hubiera contribuido a re-so ltor ins cualidades peculiares quo ubican a Otero entre los so-citSlogos mos serlos y respetables.

Hoy en el pensamiento de Ote-ro un principio quo es uno de los pilares de su pensamiento s y quo Soler resalta consciente de clue tambien es uno de los principo-les pilares del marxismo: "Las re-laciones materiales determinan el proceso social, porn el hombre de-termine a su vex esas relaciones maser's:les".

Estoblecidas las similitudes, fat-taron los diferencias. Pensamos quo vole in pena considerarlass porque ellas explicon, a ml Melo, los rezones por las cuoles en A-merica no Sc die un pensomiento de riles actualidad s anterior ol que pocos ems despues se pest's-ria en Europa, y porque estas mismas rezones explican dam Otero sabre recoger las manifesto-clones social's de so tiernpo.

Otero abogo par el desorrollo de lo close media coma close revolucionoria. Marx abogo par el desplazamiento de esto close del poder politico, par son reacciona-sic/. lie aqui la diferencia funda-mental entre dos pensadores quo poseen en muchos aspectos ideas similores. Sin embargo, estas con-

clusiones ontiteticos no son prp-ductos de la subietividad. Par el contrario, la tonic° sigue siendo la concepcion realista de in sa-seeded. concepcion realistic a lo que Marx denominO Concepcion Materialism ° de la Historic.

Sabemos quo mientros en cosi rode Europa la close burguesa surgia coma close revolucionaria, transformando o la sociedad en sus diferentes manifestaciones pot medio de nuevos tecnicas y for-mes de producci6n, en Espana la neo•escoldtica predominoba; as decir Espolia preferia refugiorse en los cosas puramente espiritua-les delando muy atres el aspect° material, como olgo secundario. Esto situacien se hizo extensiva o los colonies hispanoamericanas de tal forma quo cuando en casi to-do Europa la burguesio jugoba papel importante despues de la Revolucien Industrial, en America esta burguesia °penes si comen-zabo a despertar.

Asi pues, mientras la burguesio en Europa pretendia mantener in-mumbles sus principios para de-fender sus interests,. en Americo ella puede romper los moldes im-perantes; de °Ili quo Otero con-siderara a lo nociente burguesio, came close revolucionorio y es-tuviero analizondo o la sociedoct de su epoca en la forma quo ver-daderamente le correspondio.

Tai no, y lo subrayamos, si en las colonias hispancomericonos el desarrollo social hubiera sido

al de Europa, podriamos deck con Silva Herzog, quo si Otero hubiera escrito en Londres o on Paris, su nombre habria al-conzado hace tiernpo fame uni-versal.

Con todo, vole deck, quo Ote-ro, no obstante ser liberal, tros-pas6, en ospectos importantes, las fronteros de ese pensamiento pa-

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Criticas a "EL AHOGADO" de Tristan Solarte Volume!' de la coleccion Anaquel de la Compaiiia General

Fabril Editor°. 170 Sines.

De LA RAZON, Buenos Aires Argentina

El aislamiento, la desconexien en quo viven los poises de A-merica Latina alcanza, en gran medida, a la literature. Este pue-de explicar la sorpresa con que el lector descubre la existencio de un escritor de la Jerarquia de Tristan Soforte, poeta y novelist° de Panama, a troves de esto no-vela "desgorradoro, intense y dui-cc", come la califico apropiada-mente Luis Alberto Sanchez. El libro gira en torno de la investi-gation realized° por un medico paw descubrir al osesino de un joven poeta. El episodio — quo no es explotado en su naturalezo policiol-- es utilized° par el no -velist° pow realizar un lento, minucioso, vioje por el peso& (el

suyo, el de Rafael, el muerte, el de los vecinos, el del pals); para intentar una explication lirica sa-bre el mecanismo de la creation poetic° y el amor y pare hurgar en las entretelas de los posiones nobles y de las otras. Todo elle envuelto, o inmerso, en un clime tropical de mar y de selva, sa-liendo, a veces, de la realidad pare entrar a la leyendo, tratan-do con identica fomiliaridad a los &webs y demonios, a la historio de los navegontes como a la de los financlstas descubridores o explotadores de tan generoso geografia. "El chogado" es, en sumo, un testimonio antiguo y reciente, escrito con pasien y sorprendente habilidad literaria.

De SERALES, Revista de los intelectuales cat6licos argentinos. W 138, Septiembre, 1962.

Toda obra literaria debt ref le-jar apropiodamente el media en quo se sitaa el autor y °donde se propene desarrollar lo action y ubicar a bs personales fruto de su imagination; en lo posible Estes no hem de ciporecer desf gurados o demasiado ideolizodos,

sino naturales. En su tiempo nues-tro Horatio Quiroga reuni6 come escritor eso doble condition; nun-ca dej6 de expresar en sus cuen-tos la esencio de la colored° tie-rra misionera, presentandones per-sonales con dimension humane, yo fueran normales o pn5ximos a

I 43

la muerte. En este sentido la no-vela Jo Tristan Solorte El chess-do confirm° lo antedicho, se Ilo-na lograda. Se of inn° en uno realidad y reconoce sin lugar. Coincide plenamente con lo dada por cierto par los preceptistas. Es sine narracian desgorrodora en la quo se palpo el pueblo rudo de Beces del Toro, olvidado rincon de Panama, menos que pueblo al-deo, par dortde.tronsitan los hom-bres y mujeres de Tristan Solarte hosta traspasarse de mar, viento stir y estrecheces, terminando par consubstonciarse con la bra-via naturaleza. Son predestinodos wyos gestos y costumbres de al-guna monera se asocian o proton-den osociarse al poisaje. El nove-list°, con austere prose que no sabe de amaneramientos, los ha recortado a conciencia bojo la luz de los foroles o en los cows

o per los caminos en pos de una esperanza.

Despuis de leer El ahogado, pensomos que...sobron motives po-re consideror o Tristan Solorte coma un novelista capacitada pa-re el goner° y justificamos se lo consider° come a uno de los ye-lores nuevos de las Ultimas pro-mociones de Latinearnerica, A la distancia sigue las huellas deja-dos par Rernulo Golieges, Ciro Alegria o Jorge Amado, lo que constituye w personal acierto. Manuel Rojas en w libro. El Or-b& siempre verde ha dicho quo "la buena prow no necesito odor-nos y la male queda poor si se la adoma". Tristan Soled° posee la buena prose a quo se refiere la cita del escritor argentine-chi-leno, razors valedera pora quo in el alW 1953 El cloned° mere-clew el premio Ricardo Miro.

HORACIO S. BARCELO.

III

De LA PRENSA, Buenos Aires, 2 de Septiembre de 1962.

Volioso oporte a la noyelistico hispanoomericana, quo se va in-tegrando bojo el signo de la di-versided. Diversidad de poisojes, diyersidad de gentes. Esta vez es la America tropical le quo se me-te on lo literature con esta obra de Tristan Solorte, cuya occion se desorrolla en la isla de Bocas del Toro, a cuyos castes fabulosas a-rrib6 Colon un die en busco del sehado y onhelado peso de las Indies, perdiendose entre los ma-rovillas de aguel enorme orchi-pielogo, situado al norte de Po-name, cuya privilegiado situacion geograf ice le *Merged° singular popel en la historic del conti-nente, y quo conserve su caracter de paisaje excepcional, graviton-do, con su belllezo y su horror y su misted°, en sus habitantes. Poesia y !eyelid°

Novel° inquietante asto de "El

ohogado", coma el paisoje. De una poesio acre, penetrante, quo hace pensar en las fermentocio-nes de la vicioso tierra tropical, donde la belleza es con frecuen-cia °mato de la podredumbre y donde la muerte este °gouged° alli donde la vide of rece sus mos exhuberantes frutos. Ese paisaje, es° poesla, encore° on el proto-gonista de esta novela, un poeto adolescente, de la estirpe de los poetos malditos, en el cuel las condiciones artisticas se revelan prematuromente, al iguol que sus impulses vitales, conviviendo en su interior los Jimmies del ensue-no y los demonios del instinto.

No nos dice el outer si Rafael, protagonist° de la novela, es un poeto wrrealista. Por lo quo se-bemos de sus versos, podembs conjeturar que no; pore, coma los [doles de los surrealistas —Rim-

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baud, Lautreamont—, es un poe-to nirlo, y olgo osi coma un vaho surrealist° flora en "El ahogado", pose a su enfoque de novel° po-licial, qua se inicio con el miste-rioso asesinato de Rafael. Pero en la bOsquedo del asesino lo quo en reolidad busco el color, por media de un medico amigo del poet° quo toma pora 51 la pesqui-so, es lo recendito del espiritu de aquel poeto net* entregado, en una especie de liberocien de ex-tranas fuerzas ocultos de su no-turoleza, a la poesio m6s pure a la vez quo al mes turbio sensua-lismo. De ahi quo se inteme en zones de misted() y de sombre en las que vo descubriendo, ya que no el asesino, lo verdodero per-sonalidad del juvenil poet° asesi-nado.

En el material onirico quo el

autor emplea en la construccion de su relato, se ocentao su matiz surrealist°, coma rambler, en al-gunas de sus oudaces imegenes, mos podriamos decir quo ello va par dentro, contribuyendo a dor a sus peginas un oire de moder-nidad, sin aspirar a romper los inoldes tradicionales de la novel°. Adernas, Tristan Solorte enroiza so dramatic° —y en ocosiones olucinante historio, no solo en el poisaje sino rambler) en la leyen-do, que es fobula del paisaje: la leyenda de "La Tuliviejo", donde radio:, el titulo de la novel°. Ra-fael, el poeto asesinodo, se son-tic identificodo con un personaje de °quell° leyenda cuando deck,: "Yo soy el engendrado a orillo del rio, el Ahogado....".

V. de P.

IV

EL AHOGADO HACE SEAAS (Tornado de tetras, W 2,

Montevideo, Uruguay - Diciembre 1962) Pot CARLOS MARTINEZ M.

Tristan Solorte, el autor de El Abogado (Fabril Editor°, Bs. As., 1962, 163 pp.) es panameno y se llama, en la vida real, Guiller-mo Sanchez. En el encuentro de escritores de Concepcion (Chile, 1960) jug6 con esa doble iden-tided osi coma con lo doble ver-tiente de so vida —alga de es-teticismo coma escritor, mucho de rnilitancia coma latinoamerico-no— pore sostener lo fundamen-tal esquizofrenio del creador Ii- tereria.

El Owned° ilustra —y no auto-biogretficamente— un coso pare-tic° y a rotos tenebroso de es-quizofrenia en otro creador into-lectuol. El protagonist° del libro, sabre cuyo muerte a fojas ono se obre In novel°, es un joven poeto superdotodo, sutil, coutivonte, a-rrebarador, exquisito; devoto de

Garcia Lorca y, en muchos sen-tidos de fascinacion ejercida do-divosamente, so emulo. La inves-flaccid') quo propane su muerte se obre sabre obismos mucho me-nos prometedores. La novel° in-door, esa doble far quo hace el embaucamiento personal, desde lo juglaresco en primer piano haste as aberrociones oscuras y subyo-

centes del ser. Nano& segan su-cesivos testimonios de parte, el libro se excede en una unidad (la de estilo literario) que no de-berio hober tenido tan cerrada-mente; y decoe en otras, dejondo cabos sueltos y abismandose, on la Ultima cecina, sabre un final enigmatic° quo da la idea de quo podrio orrancar alli mismo una segunda historic, la del poeto y sus relaciones con el norrador trasvisible que clousuro la prime-

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Hoy ma zone no resuelta, y es to de los compromisos de to novel° con la verosimilitud, punt° que su carectir de encuesta sus-cito y no cumple; y punto, par lo denies, que est6 insito en todo la novelo, vistos los ligemenes del genero con la estetica del natu-ralism°. Una escrituro colorido y prepotente homogenize demasiado a los personales en torno de Ra-fael --Unita inconfundible, soli-tario de puro imperioso y singu-lar— y olgunos de ellos, come el equivoco Orlando, resulton In-apresobles a troves de un ope-rate de percepciones y de ima-ginaciert que indudablemente son los de Solarte y se le sobreapli-can, no los que El tendria pare explicorse y vivir.

Mos alio de estos reparos, y el quo genericamente puede hocer-se o 0 lgunos momentos en quo la prow se deja inficionor de lo poe-malice no estrictamente noveles-co, El ahogado se lee con avidez

y contiene fuerfes poderes de so-licitacidn tendidos hada el lec-tor. Hoy en 61 temperature fisica, un paisaje geognifico y onimico realmente febril, coliglne, pathos. Algunos de sus momentos, en quo el estib del novelist° se distiende a todo fuerza, son brillantes, co-me el episodio de Bocas del Bra-go y Auntie Rose (p. 65) quo ho-cc pensor en libros tan ilustres co-ma A high wind Jamaica; o co-mo la estupenda prose de narro-dor que puede leerse a peiginos 154 y 155.

Solade es un hombre cluieto; sigiloso, profundo, contemplative haste la holgazaneria, descuidado de si y de la fame, fatalist°, re-mote. Su lector, sin embargo, que-rria de el luego de El shooed°, est° minima perseverancicc la que lo !lever° a escribir, ye hay en SU modurez, el libro pleno quo justificara el buen, use de fades los dones quo andan sueltos, tra-jinados y a rnenudo cootizados en este novel° de juventud.

• *

SOLER, RICAURTE: [studios sobre Historia de Is Ideas en America, Imprenta Nacional Panama, 1961. 177 Pass. (Tornado de to "Revista de Filosofia de la Uni-versidad de Costa Rica", Vol. III, Wm. 10, San Jose, Costa Rica, Julio-Diciembre 1961).

Ricaurte Soler se ha mostrodo par sus estudios come uno de los mos destacados conacedores del pensamiento filos6fico en Ameri-ca; de algunos yo se ha hoblado en este revisto, y por supuesto en muchas otros. Aber° ha recogido en un volume) cinco estudios quo son: Criterio historiografico poro una Historia del Pensamiento Americano; Presencio de la Ame-rica Latina en la Conciencia Eu-ropea; Justo Arosemena y el Po-sitivism° Autectono Hispancome-

Por CONSTANTINO LASCARIS C.

ricono; El Pensamiento Socio1691- co de Mariano Otero; Premises porn una interpretacion del Pen-samiento Files6fico de Hostos.

Bien trabados y expuestos con rigor muestron dominio y hondo retie:den. Quisiera aprovechar es-to noto pare inciter al autor o to preparacien de una obro de con-junto sabre la Filosofia en Ame-rica, que fuer° at mismo tiempa de gran amplitud erudite y de vision sintetica, par consideror quo ha probed° ser un estudioso co-pacitado pare realized°.

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