Identidad y Referencia - Alfred Jules Ayer

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    Identidad y referencia

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    INSTITUTO DE INVESTIGACIONES FILOSFICAS

    Coleccin: CUADERNOS DE CRTICA

    CUADERNOS DE CRTICA 54

    ALFRED JULES AYER

    Identidad y referencia

    Traduccin:ALEJANDRO TOMASINI BASSOLS

    INSTITUTO DE INVESTIGACIONES FILOSFICASMXICO 2007

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    BD236A94 Aye r, Alfred Jules, 1910---1989Identidad y referencia I Alfred Jules Ayer; traduccin,Alejandro Tomasini Bassols. - Mxico: UNAM, Institutode Investigac iones Filosficas, 2007.34 p. - (Coleccin Cuadernos de Crtica, ISSN 0185-2604; 54)l . Identidad (concepto filo sfico ). 2. Referencia (filosofa).I. Tomasini Basso ls, Alejandro, tr . II. t. l It Serie.

    El artculo "Identity and Reference", de Alfred J. Ayer, aparecipublicado originalmente en Kasher, Asa (ed.), Language in Focus:Foundations, Me thods and Systems. Essays in Memory 01 YehoshuaBar-Hil lel, Bo ston Studies in The Philosophy of: Science, vol. 43,D. Re idel, Dordrecht , 1976, pp. 3-24 (Synthese Library, vol. 89).

    @ 1976 por D. Reidel Publishing Company I Springer.Se reproduce con la amable autorizacinde Springer Science and Business Media.Cuidado de la edicin:Laura E. Manrquez

    Composicin y formacin tipogrfica:Jo s Alberto Barran CedilloDR @ 2007, Universidad Nacional Autnoma de MxicoINSTITUTO DE INVESTIGACIONES FILOSFICASCircuito Mtro. Mario de la Cueva s /nCiudad Universitaria, Coyoacn, 04510, Mxico D.F.Tels.: 5622 7437 y 5622 7504; fax: 5665 4991Correo electrnico : [email protected]

    Pgina web: http: //www.fil osoficas.unam.rnxImpreso y hecho en Mxico

    ISSN 0185---2604

    PRESENTACINEste esplndido artculo es el ltimo gran ensayo filosfico deuno de los grandes representantes del empirismo ingls en elsiglo xx, viz., Alfred Jules Ayer. Como el lector podr fcilmente apreciarlo, se trata de un elegante ensayo escrito conpasin, por .no decir con desesperacin. Lo que aqu Ayer nosentrega es lo que podra considerarse como la respuesta ofi-, cial, desde la perspectiva del empirismo lgico, a lo que poraquel entonces, esto es, a mediados de los aos setenta, eranlas novedosas tesis del importante metafsico estadounidense,Saul Kripke. Poniendo en crisis ecuaciones clebres como la deque todo lo necesario es a priori y todo lo a priori es analtico,Kripke haba ofrecido una poderosa argumentacin, fundada enla lgica modal, aderezada para mostrar, entre otras cosas, quehay proposiciones necesarias a posteriori y contingentes a priori.Asimismo, de particular importancia es su famosa tesis de quelos enunciados de identidad en los que aparecen nicamentenombres propios (a los que l denomina 'designadores rgidos'),si son verdaderos, lo son necesariamente.

    En este brillante y polmico ensayo, Ayer recoge el guanteque le lanza el esencialista y hace un denodado esfuerzo para tratar de hacer ver que la argumentacin del metafsico en el fondoes falaz. La discusin de Ayer, que no se funda en tecnicismoslgicos sino que es ms bien un estudio de conexiones entre

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    ideas, gira en torno a la nocin de identidad. Partiendo de la Leyde Leibniz (el principio de identidad de los indiscernibles), Ayerexamina con paciencia ejemplos muy variados de enunciados deidentidad tratando de determinar si dicha ley se cumple entodos ellos, es decir, si es cierto que porque tenemos un enun-ciado de identidad verdadero, entonces los objetos nombradostienen efectivamente todas sus propiedades en comn. Dichode otro modo: son dos objetos idnticos porque tienen todassus propiedades en comn o pueden ser idnticos a pesar de notener todas sus propiedades en comn? Para los enunciados deidentidad: es la Ley de Leibniz una condicin necesaria o unacondicin suficiente? En su discusin, por otra parte muy ame-na, Ayer argumenta que si se hace una descripcin minuciosadel caso, el que bajo dos descripciones drsticamente diferentesel mismo objeto resulte tener propiedades diferentes no bastapara echar por tierra la Ley de Leibniz. Arranca as su examende diversos casos, apuntando siempre en la misma direccin: losobjetos no tienen propiedades necesarias. Su posicin general escompleja y est en este escrito apenas esbozada: l piensa quese puede desechar el esencialismo (y, con ello, objetos inten-cionales, propi edades necesarias, conocimiento sinttico a prioriy dems posiciones metafsicas) si se revisan a fondo las rela-ciones entre oraciones (de la forma "Doctor Jekyll = MisterHyde", "Hspero es Fsforo", "Calor = aceleracin de partcu-las", "D ickens = Boz", etc.), las disposiciones a actuar de loshablantes y los trasfondos en los que las oraciones en cuestinson emp leadas. Su discusin crtica de las tesis de Kripke lolleva a concluir que, contrariamente a lo que ste sostiene, esfalso que oraciones de identidad en las que se emplean nombrespropios expresen propos iciones necesarias y que las posicionesde Kripke se sostienen precisamente porque se omite el anli-sis de las aplicaciones de los nombres y las descripciones porparte de los hablantes; otra conclusin crucial de su discusines que la supuesta propiedad de ser necesariamente idnticoa algo no es una propiedad de nada, ni siquiera del algo encuestin. O sea, no es una propiedad de a el ser necesariamenteidntico a a. Sencillamente, no hay tal propiedad. Modalidadesslo las hay de dicto, no de re. sta es la posicin general de6

    Ayer y po r consiguiente, puede sostenerse, la posicin empiristaestndar.El ensayo de Ayer es un bello ejemplar de discusin filo-sfica. Yendo claramente en c ~ n t r a de lo que era la corrien-te filosfica en ese momento, Ayer, sin arredrarse, retoma lasbanderas empiristas y defiende con gran agudeza su posicin.Este artculo es en realidad un clsico y es, contrariamente a loque sucede con muchas rimbombantes contribuciones filosficasque estremecen de cuando en cuando el cielo de la filosofa paradesaparecer despus del panorama, una aportacin que sin dudaresistir con mayor firmeza el paso del tiempo.

    Alejandro Tomasini Bassols

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    IDENTIDAD Y REFERENCIA

    "Las cosas son idnticas si y solamente si tienen las mismaspropiedades." Esta definicin de la identidad procede de Leibniz y es comnmente conocida en nuestros das como la leyde Leibniz. Establece ella tanto una condicin suficiente comouna condicin necesaria para la identidad? Por lo menos puededudarse de si establece una condicin suficiente, puesto que noes obvio que las cosas no puedan lgicamente ser numricamente diferentes sin diferir en ningn otro respecto. La cuestingira en parte alrededor de lo que haya de considerarse comouna propiedad. Es claro que si propiedades como "ser idntico a m" son admisibles, se seguir de manera trivial que nohay dos cosas que puedan tener todas las mismas propiedades.Nadie que no sea idntico a m puede ser idntico a m. Porotra parte, si consideramos slo propiedades generales, comodebemos hacerlo si la cuestin ha de presentar algn inters,entonces, como he argumentado en otra parte, l est fundamentado pensar que el principio de identidad de los indiscerniblesno es una verdad necesaria. Por ejemplo, no sera una verdad necesaria si concediera la posibilidad de que cosas que noson descriptiva mente distinguibles pudieran, no obstan te, serdemostrativamente distinguibles.

    1 Vase mi artculo "On the Identity of Indiscernibles", reimpreso enPhilosophical Essays, Macmillan, Londres, 1954, pp. 26-35.9

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    No es sta, sin embargo, una cuestin en la que desee aden-trarme aqu. Empezar en cambio por preguntar si la ley deLeibniz establece siquiera una condicin necesaria para la iden-tidad. Puede haber cosas idnticas que no tengan en comntodas sus propiedades? Esta pregunta resulta extraa, porqueparece que al hablar de cosas, en plural, estamos ya negandosu identidad. Reformulmosla entonces en lo que sola llamarseel modo formal. Si las expresiones 'a ' y 'b' denotan el mismoobjeto: puede haber algn predicado '/ ' tal que la oracin ' la'enuncie una proposicin verdadera, pero que la oracin ' lb' nolo haga? Esto concuerda con la propia formulacin de Leibniz"Eadem sunt quorum unum potest substitui alteri salva verita-te". "Las cosas son las mismas cuando una puede ser sustituidapor la otra sin prdida de verdad", salvo que Leibniz deberahaber hablado de sustitucin de expresiones antes que de lascosas en lugar de las cuales estn las expresiones.A primera vista, parecera obvio que la respuesta a nuestrapregunta debe ser 'No'. Una cosa tiene las propiedades quetiene. Cmo podran nuestras diferentes maneras de designarlaestablecer alguna diferencia? Cmo puede haber una propiedadque una y la misma cosa posee bajo una designacin, pero nobajo otra? Desde luego que una y la misma cosa puede poseerdiferentes propiedades en diferentes momentos y podemos utili-zar diferentes designaciones para referirnos a diferentes fases desu historia. Saulo fue el persecutor de los cristianos, Pablo supaladn, y sin embargo Saulo y Pablo eran la misma persona.No obstante, es fcil mostrar que tales caso's no representanserias dificultades. Todo lo que tenemos que hacer es construirla referencia temporal dentro de la descripcin de la propiedad.Que la llamemos Saulo o Pablo, una y la misma persona tienela propiedad de ser un persecutor de los cristianos a lo largo detal y tal periodo y la propiedad diferente, aunque compatible,de ser un paladn de los cristianos a lo largo de tal y cual perio-do posterior. Este movimiento se efecta con menor facilidadcuando la historia de la persona no est todava completa, peroes igualmente vlido. Po r decirlo de algn modo, muchas cosasson verdaderas de un nio que no sern verdaderas del hom-bre que devendr y muchas cosas sern verdaderas del hombre10

    que no son verdaderas ahora del nio. An as, puest.o que elnio y el hombre son la misma persona, p o d ~ m o s deCIr q ~ e esatemporalmente verdadero de l tanto que tIene ~ a s . propIeda-des que consisten en tener tales y cuales caractenstlcas unprimer periodo como que tiene las propiedades. que consIs:enen tener tales y cuales caractersticas en un penodo postenor.Nuevamente, esas propiedades no sern incompatibles cuandolas referencias tempo rales estn incluidas en su descripcin: Po-demos todava no saber cules sern muchas de esas postenorespropiedades, pero esto no es un obstculo para que atemporal-mente las posea.

    Tampoco hay mayores dificultades en los casos, reales o fic-ticios, en los que las diferentes designaciones se r e f i e ~ e n no afases diferentes de la historia de una persona, sino a dIferentesaspectos de su carcter. En el cuento de Robert L o u i ~ Stevenson .sobre el doctor Jekyll y el seor Hyde, una y la mIsma perso-na es dotada con dos personalidades mu y diferentes. El efectoes realzado al drsele una apariencia diferente cuando la malapersonalidad es dominante, as como un nombre distinto. Ladisparidad, sin embargo, difiere slo en grados de ~ q u e l l a ~ u e menudo encontramos entre Felipe borracho y Fehpe sobno; SIse piensa que esto no plantea ningn problema de i d e ~ t i d a d . esporque las gentes permanecen reconocibles cuando estan ebnasy, en tanto que pueden ser sujetas de d i f e r ~ n t e s e p t e t ~ s , e?general no se les conoce mediante n o ~ b r e ~ dIferentes. ~ u n aSI,los casos son paralelos. As como Fehpe tIene la propIedad deconducirse de tal y cual manera cuando est borracho y de taly cual manera diferente cuando est sob:t;io, igualmente el hroede Stevenson, llammoslo como lo llamemos, es representadoconducindose perversamente cuando est bajo la influencia dela droga y de una manera benevolente cuando no lo est. Suenararo decir que al seor Hyde se le retrata como un buen hombrebajo cualquier condicin porque el uso del. n.ombre 'seor ~ y d e ' comporta la implicacin de que las condICIOnes prevaleCIentesson aquellas en las que la mala conducta se hace p b ~ i c a , perosi se toma el nombre slo para referirse al protagonIsta de lahistoria, entonces es verdad que al seor Hyde se le retratacomo un buen hombre en general e igualmente verdadero que

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    el doctor Jekyll es retratado como alguien que en ocasiones esun villano.

    Sin embargo, es notorio el hecho de que hay propiedades queefectivamente al menos parecen caracterizar un objeto bajo unadesignacin, pero no bajo otra. 0 , ms bien, puesto que se puede cuestionar si deberan ser consideradas como propiedades,digamos que parece que hay predicados que un objeto puede ono satisfacer dependiendo de las diferentes maneras como se ledesigne. Estos predicados pertenecen principalmente a tres grupos. Estn aquellos en los que se hace uso de trminos modales,como cuando se dice que algo es necesariamente tal y cual, estnaquellos que contienen una referencia a actitudes proposicionales, como dudar o creer, y estn aquellos que contienen verboscomo 'admirar' o 'buscar', para los cuales la designacion de losacusativos adecuados depende de las creencias del sujeto. Po rejemplo, puede ser verdad que el seor Prez, el gerente delbanco, sea en general admirado, pero falso que el hazmerrerlocal sea generalmente admirado: y sin embargo, ignorado porsus conciudadanos, el seor Prez es el hazmerrer local. Demanera semejante, alguien puede no saber que Cecil Day-Lewisescribi alguna novela, en tanto que sabe que Nicholas Blakefue un escritor de novelas de detectives . Puesto que sos sonnombres diferentes para la misma persona, el predicado de serconocido por tal y cual persona por haber escrito una novela essatisfecho por aquel laureado poeta bajo una designacin, perono bajo otra. En cuanto a los predicados modales, no debemos irms all del bien conocido ejemplo de Quine acerca del nmerode los planetas. El numeral '9 ' y la expresin 'e l nmero delos planetas' denotan el mismo nmero. Sin embargo, en tantoque se piensa .generalmente que la proposicin de que 9 esnecesariamente mayor que 4 es verdadera, la proposicin deque el nmero de los planetas es necesariamente mayor que 4resulta ser falsa. De seguro que es un hecho contingente el quehaya precisamente tantos planetas como los que hay y no por lomenos cinco menos.

    Ha de observarse que todos estos ejemplos pueden construirse de manera que no conduzcan a paradojas. En el caso delnmero de los planetas, tenemos que distinguir la proposicin12

    verdadera "Hay un nmero tal que es el nmero de los planetasy que puede tambin ser designado de manera tal que necesariamente se sigue que es mayor que 4" de la propos icin falsa "hayun nmero que necesariamente es el nmero de los planetas yque tambin puede ser designado de una manera tal que se sigueque es mayor que 4". La oracin 'el nmero de los planetas esnecesariamente mayor que 4' est abierta a ambas interpretaciones y es debido a esta ambigedad que tambin es una cuestinambigua que el predicado de ser necesariamente mayor que 4sea satisfecho por el objeto que es designado de manera indiferente por el numeral '9 ' y por la expresin 'e l nmero de losplanetas'. Si el objeto es designado por el numeral '9', entoncessatisface el predicado, y si es referido simplemente como 'elnmero de los planetas', no. Pero, se objetar, de seguro que 'no se trata de dos objetos distintos: son uno y el mismo. Ycmo puede uno y el mismo objeto satisfacer y fallar en satisfacer el mismo predicado? La respuesta a esto, como veremos,es que los objetos no tienen propiedades necesarias, exceptoen virtud de la manera como los describimos. Decir que unobjeto satisface el predicado de ser necesariamente tal y cual esslo decir que "ser tal y cual" es una consecuencia necesariade algn predicado que ese objeto satisface. As, 'ser mayorque 4' est lgicamente comprendido en 'ser el nmero 9' , pero no est lgicamente comprendido en 'ser el nmero de losplanetas'. Pero entonces el misterio se desvanece. No hay nadaextrao en el hecho de que diferentes descripciones comportendiferentes implicaciones, independientemente de que el mismoobjeto las satisfaga o nO.Una ambigedad similar ocurre en nuestro otro ejemplo. Laoracin 'E l hazmerrer local es en general admirado' expresauna proposicin verdadera, o al menos una proposicin quepasa por verdadera en nuestra historieta, si se considera quesignifica que hay alguien que es el hazmerrer local y tambinque es en general admirado; pues suponemos que nuestro se-or Prez satisface ambos predicados. Sin embargo, se podraconsiderar de manera ms natural que la misma oracin significa que las actividades del hazmerrer local eran en generaladmiradas, con la implicacin de que l sera admirado por ellas

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    independientemente de quien resultara ser, y nosotros estamossuponiendo que esto es falso. As, si les preguntramos a losciudadanos "Admiran ustedes al hazmerrer local?", hay msde una manera en que la pregunta podra entenderse. Ellos podran considerar que estamos preguntando "Admiran ustedesal hombre que de hecho es el hazmerrer local?" y en ese caso larespuesta debera ser "No sabemos si lo admiramos o no, puestoque todava no hemos descubierto quin es". 0 , de nuevo y msnaturalmente, podran interpretar la pregunta como "Admiranustedes al hazmerrer local por sus actividades, independientemente de quin resulte ser?" y en ese caso la respuesta deberaser "No, no lo admiramos". En este caso, sin embargo, el descubrimiento de la ambigedad falla en dar cuenta del problema,puesto que todava nos quedamos con la conclusin de que unay la misma persona, el seor Prez, tanto satisface como nosatisface el predicado de ser en general admirado, segn sus diferentes designaciones. La razn de esto es que predicados como"ser admirado" se aplican a la gente slo como consecuencia delas otras descripciones que creemos que ella satisface y estasotras descripciones pueden no siempre bastar para permitirnosidentificar a las personas que las satisfacen como siendo una yla misma. Est tambin la complicacin de que los objetos detales actitudes pueden no existir en absoluto, como cuando unajoven en vano suspira por el seor Correcto. Un movimientoposible, por lo tanto, sera dotarlos de lo que ha sido llamado"objetos intensionales", a los cuales un objeto puede o no corresponder. Si fuera de esta manera como diramos cuenta denuestro ejemplo, ~ e n d r a m o s que decir que los atributos de seradmirado y reprobado no estaban ligados a la persona el seorPrez, sino a los objetos intensionales "e l gerente del bancolocal" y "e l hazmerrer local". El predicado que el seor Prezsatisfara sera el de corresponder a ambos objetos intensionales,lo cual no suscita ningn problema en cuanto a su identidad.Esto est en concordancia con la doctrina de Frege del sentidoy la referencia, segn la cual, si la entiendo correctamente, unaoracin como 'e l seor Prez es rico' se refiere al seor Prez,en tanto que un a oracin como 'e l seor Prez es admirado'se refiere no al seor Prez sino al sentido del nombre 'seor14

    Prez', de tal manera que en el segundo caso el seor Prez queda caracterizado slo indirectamente, como siendo la persona aquien a su vez se refiere el sentido del nombre.

    Estos mecanismos efectivamente eliminan el problema acercade la identidad, pero a un costo bastante elevado. Que hablemos de objetos intensionales o de los sentidos de expresionesnominativas, en ambos casos nos echamos a cuestas muy dudosas entidades. Si los sentidos son objetos, como tienen queserlo para Frege, no est claro cmo pueden tener una referencia: de seguro que slo lo s signos pueden ser consideradoscomo refiriendo ms all de s mismos. Ni tampoco es claro,desde el otro punto de vista, qu relacin puede suponerse quehay entre el seor Prez y el objeto intensional "e l gerente delbanco local", si no es un caso de identidad. Haramos mejor,por lo tanto, en atacar el problema de otra manera, descompo- oniendo predicados tales como "ser admirado" en los elementosque justifican su aplicacin. El hecho de que el seor Prezsea generalmente admirado ser entonces presentado como consistiendo, en parte, en las relaciones que sus conciudadanosmantienen con el seor Prez, sus reverencias hacia l cuandolo encuentran y as sucesivamente, y en parte, en el carcterde algunas de las oraciones a las que ellos asienten, como porejemplo la oracin 'E l seor Prez es un buen hombre'. Elhecho de que el hazmerrer local sea en general despreciado, ennuestro ejemplo, consiste solamente en el uso y aceptacin porparte de los ciudadanos de oraciones como 'Tales hombres sonuna desgracia para la comunidad'. El punto crucial aqu es queno procedemos a anahzar esas oraciones independientemente,en trminos de la referencia de los nombres o descripcionesque contiene. En cambio, intentamos mostrar qu es lo queresulta de su aceptacin por parte de los ciudadanos, en trminos de las otras oraciones que estn dispuestos a aceptaro rechazar y, eventualmente, en trminos de las acciones queestn dispuestos a realizar. Un resultado de esto ser que elser mencionado de tal y cual manera no ser una propiedaddel seor Prez, si bien ser una propiedad de los ciudadanos elque hagan tal y cual uso del nombre. Las propiedades que sernasignables al seor Prez sern propiedades, como aquellas de

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    ser gerente de banco o hazmerrer, que retiene bajo cualquierdesignacin.Si este enfoque es exitoso, nos permite tambien dar cuenta denuestro otro ejemplo. Una vez ms, hay aqu una ambigedad

    en la medida en que el enunciado de que el seor A no sabe queaquel laureado poeta escribi novelas es falso, en el sentido deque el seor A identifica como escritor de novelas a alguien quees de hecho aquel laureado poeta, pero verdadero en el sentidode que no lo identifica igualmente como el poeta laureado. Y,una vez ms, el hecho de detectar la ambigedad no eliminael problema, puesto que todava nos quedamos con la conclusin de que una y la misma persona, Cecil Day-Lewis, tantosatisface como no satisface el predicado de ser conocido por elseor A por haber escrito novelas, en funcin de sus diferentesdesignaciones. Desde la posicin qu e defiendo, sin embargo, nohabr tal predicado. Ser un hecho acerca del seor A el queasiente o disienta de un nmero de oraciones que incluyen losnombres "Cecil Day-Lewis" y "Nicholas Blake". A lo que estoequivale ser una vez ms explicado en trminos de su disposicin a asentir a tales y cuales otras oraciones o a disentir deellas y a actuar de tales y cuales maneras. Puesto que estamoshablando de su conocimiento, estaremos tambin comprometidos con la verdad de las proposiciones que expresan algunasde las oraciones. Po r ejemplo, se considerar verdadero tantoque Cecil Day-Lewis escribi historias de detectives como queNicholas Blake escribi poesa. El que los nombres usados enestos enunciados estn acoplados en cada caso con la actividadque no corresponde, es decir, la actividad con la que usualmente se asocia al portador bajo el otro nombre, no establece aquninguna diferencia, como tampoco la estableca en el ejemplode Jekyll y Hyde. Las propiedades que le permitimos tener sele acreditarn bajo cualquier nombre al que responda, al igualque bajo cualquier descripcin que de hecho satisfaga.Estoy consciente de que stos son slo lineamientos de solucin a nuestra dificultad. Para completarla necesitamos sercapaces de mostrar en detalle cmo los significados que se lesconfieren a las oraciones pueden ser analizados en trminos desus vnculos con otras oraciones, con las disposiciones a las16

    acciones a que da lugar su aceptacin y con los estmulos quelas evocan, sin que nos veamos obligados a recurrir a objetosintensionales. Intent hacer esto en mi libro The Origins 01Pragmatism, pero no estoy completamente satisfecho con elresultado. Po r lo tanto, no excluyo la posibilidad de que tengamos que contentarnos, por lo menos por el momento, conalguna teora de tipo fre geano, aunque todava siento que unasolucin mejor debera ser obtenible.Quisiera ahora regresar al tema de los predicados modales,tanto porque nos har profundizar en el tpico de la identidadcomo porque espero que arroje 'luz sobre algunas debatidas cuestiones referentes a nuestro uso de los nombres propios. En general se considera verdadero no slo que cada cosa tiene la propie dad de ser idntica a s misma, sino que sta es una propiedadnecesaria. En otras palabras, se piensa que es necesariamenteverdadero que para toda x, x = x. Ahora bien, si aceptamosla ley de Leibniz, tendremos que conceder que si y es idnticoa x, y tiene todas las mismas propiedades que x. De' ah quesi ser necesariamente idntico a x es una propiedad de x, debetambin ser una propiedad de y, mientras x y y sean idnticos.Y entonces se seguir que cualquier enunciado de identidad esnecesariamente verdadero , si es que es verdadero.

    Es sta una conclusin notable y que muchos de nosotrosestaremos inclinados a descartar como evidentemente falsa. Noobstante, tiene sus defensores. Ellos admitirn que puede ser unhecho contingente que uno y el mismo objeto satisfaga descripciones diferentes, de tal. manera que si se interpreta un enuncia-do como "E l autor de David Copperfield es idntico al autor deBosquejos de Boz" como si dijera no ms que la misma personaescribi ambos libros, se concede que es slo contingentementeverdadero. Po r otra parte, si reemplazamos la frase "el autorde David Copperfield" por el nombre "Charles Dickens" y lafrase "el autor de Bosquejos de Boz" por el nombre, "Boz" yas nos encontramos aseverando que Dickens es Boz, se nos dirque estamos ahora expresando una proposicin necesariamenteverdadera. La razn aducida para este cambio es que en tantoque diferentes descripciones que son satisfechas por el mismoobjeto pueden tener diferentes sentidos, concediendo as que el

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    ser satisfechas de ese modo es un hecho contingente, lo mismono se aplica a los nombres propios. En esta posicin, el sentidode un nombre propio consiste slo en su denotar el objeto quedenota. Po r consiguiente, dos nombres que denotan el mismoobjeto tendrn el mismo sentido. Pero si tienen el mismo sen-tido, entonces no es posible que denoten objetos diferentes. Sesigue que si cualquier oracin de la forma "a = b", donde 'a 'y 'b' son nombres propios, expresa una proposicin verdadera,entonces expresa una proposicin que es necesariamente ver -dadera.Una objecin obvia a esta conclusin es que la verdad detales proposiciones no puede ser determinada a priori . Nece-sitamos conocer un poco de historia literaria para poder sercapaces de identificar a Boz con Dickens. Que Hspero, la asllamada estrella de la tarde, sea idntico a Fsforo, la as llama-da estrella de la maana, e idntico tambin al planeta Venus,es un descubrimiento astronmico. Es un hecho histrico elque el Camulodunum romano es idntico al Colchester ingls.Aunque sucede que todas estas proposiciones estn muy bienestablecidas, ciertamente no es impensable que cualquiera deellas resultara falsa.La respuesta que se da a esta objecin, como la ofrece, porejemplo, el profesor Kripke en su artculo Identidad y nece-sidad, es que es un error asumir que si una proposicin esnecesariamente verdadera debe tambin ser verdadera a priori.Decir que una proposicin es necesariamente verdadera es decirque no podra haber sido de otra manera, que seguira siendoverdadera en cualquier mundo posible. Decir que una proposi-cin es verdadera a priori es decir que puede ser conocida comoverdadera, en todo caso en este mundo, independientementede toda experiencia. Pero entonces, argumenta Kripke, no esde ninguna manera obvio que proposiciones que son necesaria-mente verdaderas, en el sentido definido, deban ser tales quepuedan ser conocidas como verdaderas independientemente dela experiencia. Cita como contraejemplo la conjetura de Gold-bach de que cualquier nmero par es la suma de dos primos.Puesto que sta es una proposicin de la matemtica pura, pue-de ser considerada como necesariamente verdadera, si es que es18

    verdadera: si no es necesariamente verdadera, entonces su ne-gacin lo es. Y, sin embargo, difcilmente puede pensarse quees susceptible de ser conocida ya sea como verdadera o comofalsa independientemente de la experiencia, puesto que en todoel trabajo que hasta ahora ha sido hecho en torno a ella nadieha logrado ni demostrarla ni encontrar una excepcin.

    Pero si esto va a pasar como un contraejemplo a la tesis deque las proposiciones necesarias son a priori, va a ser difcilencontrar proposiciones que puedan realmente ser clasificadascomo a priori. Es de suponer que aprender el significado de lossignos lgicos y matemticos cuenta como una experiencia, y lomismo efectuar una prueba; y si bien puede no ser impensableel que la gente llegue a conocer verdades matemticas sin ha-ber tenido esas experiencias, podemos con toda confianza decirque de hecho eso nunca acontece. Podra tratarse de hacer elconcepto de lo a priori un poco ms. til estableciendo la re-gla de que se ha de considerar como a priori una proposicinsi algunas gentes son capaces de descubrir su verdad a travsmeramente de la comprensin del significado de los signos quela expresan. Esto tendra la extraa consecuencia, para aquellosque piensan como Kripke, de que enunciados de identidad como"Dickens es Boz" resultan ser tanto a priori como necesarios, aconsecuencia de la ecuacin de la comprensin del sentido deun nombre propio con el conocimiento del objeto que denota.Por otra parte, muchas. de las proposiciones que comnmentepasan por verdades a priori no podran ser as clasificadas sisu verdad no fuera evidente sino hasta que se hubiera hechola prueba. Podran los nios aprehender aunque fuera la mssimple de las proposiciones matemticas si no tuvieran la ex-periencia de juntar objetos y contarlos? Quiz algunos de ellospodran hacerlo, pero si esto es a lo que se llega, entonces elconcepto de a priori es no slo incierto en su aplicacin sinode muy poco inters. De hecho, no ha estado tradicionalmenteligado a cuestiones de psicologa infantil. Lo que se ha pen-sado que est en duda han sido no tanto los modos en quelas proposiciones pueden ser aprendidas como las maneras enque adquieren sus valores de verdad. Caracterizarlas a priories, en este caso, implicar que su verdad o falsedad puede ser

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    establecida sobre bases puramente lgicas o semnticas, con laconsecuencia de que no estn sujetas a la jurisdiccin del hechoemprico. Pero entonces no hay diferencia entre decir de unaproposicin que es verdadera a priori y decir que es verdaderaporque es lgica o semnticamente necesaria .

    Esto nos retrotrae a la cuestin de si un enunciado de identi-dad puede ser semnticamente necesario en algn sentido msinteresante que en el expresado por una definicin o por una de-cisin de usar un nombre como un sustituto de otro. Veamos losejemplos que Kripke ofrece. Uno de ellos es la proposicin deque el calor es el movimiento de las molculas. Kripke admiteque esta proposicin lleg a ser aceptada slo como resultado dela investigacin cientfica y concede igualmente que es posibletanto que el movimiento molecular en cuestin no diera lugara nuestras sensaciones de calor como que alguna otra cosa lashubiera producido. Lo que infiere de esto, sin embargo, no esque el calor no es necesariamente el movimiento de las mol-culas, sino que el calor no necesariamente produce sensacionesde calor. Podemos imaginar marcianos que vienen a la Tierray tienen, en estas condiciones, sensaciones no de calor sino defro. Diramos que sienten el calor como fro. Y por qu esono sera verdadero de nosotros mismos?

    Todo esto est mu y bien, pero supongamos que el movi-miento molecular en el que consideramos que consiste el calorno tuviera el efecto de elevar la temperatura, que no causarael que algo se quemara, que no fuera transformable en energadesearamos decir todava que es calor? Lo que Kripke ha he-cho es separar del resto del grupo slo una de las propiedadesque estn asociadas con la palabra 'calor' y argir que no esesencial. Mientras mantenga constantes las restantes propieda-des, podra haber hecho lo mismo con cualquier otra propiedadsingular. Esto no es en lo ms mnimo una prueba de que laecuacin con el movimiento molecular es esencial, as comotampoco el efecto de elevar la temperatura, que me parece serun candidato ms fuerte. Desde luego que uno puede arbitraria-mente decidir usar la palabra 'calor' para referirse a tal y cualmovimiento de molculas, independientemente de sus efectos,pero eso sera una decisin arbitraria y, en mi opinin, tonta.20

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    Si, como es lgicamente posible, se descubriera empricamenteque este movimiento molecular no tiene ninguno de los efectosque asociamos con el calor: estaramos realmente dispuestos adecir que nos hemos equivocado en suponer que el calor tienecualquiera de esos efectos? No consideraramos ms bien queel error fue identificar el calor con el movimiento molecular?En verdad, se puede muy bien preguntar qu se quiere decir alafirmar que son idnticos si no es tan slo una manera de expre-sar la proposicin contingente de que el movimiento molecularde tal y cual tipo tiene tal y cual coleccin de efectos.Una perversin similar se muestra en la defensa de Kripke desu pretensin de que la luz es necesariamente una corriente defotones . Dice que podramos imaginar que el planeta estuvierahabitado por criaturas que tienen sensaciones visuales en lugarde auditivas cuando hay ondas de sonido en el aire, pero que 'entonces no deberamos decir que bajo esas circunstancias elsonido sera luz. Deberamos ms bien decir que esas criaturasson visualmente sensibles al sonido. Pero, podra uno preguntar :de qu sirve entonces hablar de ondas de sonido si no hay laimplicacin de que tienen efectos auditivos? Ciertamente, po-dramos imaginar que son visualmente detectables a la vez queretenemos sus otras propiedades; podra inclusive imaginarseque hay criaturas en las que slo producen sensaciones visuales,siempre y cuando esto. en general no fuera verdad: pero si lasondas del carcter en cuestin produjeran todos los efectos queahora les adscribimos a las partculas con las que identificamosa la luz, y viceversa, entonces lo natural sera decir no que laconducta del sonido y de la luz se invirtieron, sino que nuestraidentificacin haba sido equivocada. Las ondas que equivoca-damente pensamos que eran productoras del sonido lo eran dela luz y encontraramos que las partculas en las que equivo-cadamente hicimos consistir a la luz actan en modos que soncaractersticos no de la luz, sino del sonido. Una vez ms, elvalor efectivo del enunciado de que la luz es una corriente defotones es la proposicin contingente de que los fotones tienentales y cuales efectos. Si esto resultara ser falso, sera totalmenteintil mantener la identificacin. Desde luego que siempre po-dremos emular a Humpty Dumpty, pero aparte de divertirnos

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    de esa manera es difcil ver qu razn podramos tener paramutilar el concepto de luz de casi todos los fenmenos con losque ha sido asociado.Llegamos ahora a Hspero y Fsforo. Kripke niega que podamos imaginar circunstancias en que no habran sido idnticos.Admite que es concebible que en tanto que Venus todava podra ser hallada en su habitual lugar por la maana, la posicinque ocupa por la tarde podra en cambio haber sido ocupadapor Marte, y concede que en ese caso probablemente tendramos un uso diferente para los nombres 'Hspero' y 'Fsforo'.Todava usaramos 'Fsforo' para referirnos a Venus, pero seentendera que 'Hspero' se refiere a Marte. Argumenta, sinembargo, que esto no prueba que Hspero podra no haber sidoFsforo, como de hecho son usados estos nombres. Todo loque prueba es que es concebible que el planeta Venus, al quede hecho ambos nombres designan, podra haber seguido unatrayectoria diferente. Pero es claro que este argumento no esingenioso. Desde luego que si usamos los nombres 'Hspero'y 'Fsforo' simplemente como sustitutos de 'Venus', va a serdifcil que pueda tener algn sentido decir que Hspero y Fsforo podran no haber sido idnticos, porque lo que entoncesestaremos diciendo es que Venus podra no haber sido Venus.Argumentar ms adelante que la interpretacin de oracionescomo 'Venus es Venus' es una cuestin ms complicada delo que uno podra suponer, pero esto no es lo que aqu sediscute. Porque, claramente, nadie para quien el que Hsperoes Fsforo sea un hecho contingente puede usar esos nombressimplemente como sustitutos de 'Venus'. Ni puede haber sidoste su uso original si la identidad de Hspero y Fsforo requiri un descubrimiento emprico . El descubrimiento de queVenus es Venus no habra necesitado mucha labor de investigacin astronmica. Lo que s necesit una investigacin paraser establecido fue el hecho de que el cuerpo celeste que esvisible en tal y cual lugar por la tarde es espacio-temporalmentecontinuo con el cuerpo celeste que es visible en tal y cual lugar por la maana; y es este sencillo hecho contingente lo quecomnmente se supone que la oracin 'Hspero es idntico aFsforo' establece. El valor efectivo del enunciado de identidad22

    est contenido en la proposicin contingente de que dos estadosde cosas diferentes estn relacionados entre s de tal maneraque es suficiente hacerlos elementos en la historia de uno y elmismo objeto.Un ejemplo de diferente clase es el de un atril que supuesta

    mente est hecho de madera. Se plantea la cuestin de si podrahaber sido hecho de hielo y la respuesta que se da es que nopodra haberlo sido, no sobre la base de que el hielo no es unmaterial adecuado para la construccin de atriles, sino sobre labase de que cualquier atril que fuera construido de hielo nosera este atril. Este atril podra quiz convertirse en hielo o almenos podra argumentarse que el obstculo para ello es fsicoy no lgico, pero suponer que podra desde el principio habersido hecho de hielo, si de hecho est fabricado de madera, serasacrificar su identidad.Es ms difcil dar cuenta de este ejemplo a causa de la oscu

    ridad de la pregunta de qu hace de este atril e atril particularque es. Podemos dar por lo menos una desc ipcin tosca delas propiedades que cualquier cosa debe tener ara pertenecer ala clase de los atriles, pero cuando preguntam s qu propiedades, si es que hay alguna, distinguen esencialm nte a este atrilde cualquier otro, encontramos la pregunta so prendente. Enverdad, hemos de concooerle al objeto cierta la itud. De otromodo, incurriremos en el error que Moore con . deraba comoresponsable del extrao punto de vista idealista que todaslas relaciones son internas a sus trminos: el error de c fundirla proposicin verdadera de que necesariamente si x tien lapropiedad P, cualquier cosa que carezca de P es de hecho diferente de x, con la proposicin generalmente falsa de que si xde hecho tiene P, entonces necesariamente cualquier cosa quecarezca de P es diferente de x. Es necesariamente verdaderoque cualquier cosa que no est en el lugar en que est esteatril no es este atril, pero es falso que puesto que este atril esten este lugar su estancia all sea necesaria para su identidad.N o tenemos ninguna razn para neg ar que podra haber estadoen cualquier otro lugar, algunos metros a la izquierda quiz oinclusive en otro cuarto. sta es slo una de las muchas hiptesis contrafcticas acerca de este atril que parece que podemos

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    elaborar sin caer en contradicciones. El problema es en dndetrazar la lnea.La respuesta es, creo yo, que podemos consistentemente suponer que es verdad de este atril absolutamente cualquier cosa,sujeta a tres condiciones limitantes. Una de ellas es que no lo- hagamos sujeto de predicados incompatibles; otra es que si yanos comprometimos con que es un atril no lo dotemos con propiedades que negaran su pertenencia a esta clase; y la tercera,y para nuestros actuales propsitos la ms importante, es queretenga algn punto de referencia firme en su historia real. As,si empezamos simplemente por hablar de este atril no podemosconsistentemente suponer que todava no viene a la existencia oque ha atravesado un camino en el espacio que no se cruza enningn punto con su camino actual, pero tiene sentido la hiptesis de que, habiendo sido manufacturado cuando y donde lofue, tuvo de ah en adelante una carrera enteramente diferentey podemos igualmente bien suponer que lleg a este lugar poruna ruta enteramente diferente, incluyendo un punto de partidadiferente. Si identificamos el atril con algn conspicuo eventode su historia, tal como ser el atril que fue entregado en tal ycual direccin, entonces podramos imaginar que es verdad del cualquier cosa que sea consistente con su participacin eneste evento; podramos inclusive conceder un desplazamientoespacio-temporal completo; hasta el grado de que el suceso encuestin podra ser imaginativamente desubicado. De nuevo, si-nos fuera conocido como una obra de arte particular, podramoscometer errores o elaborar hiptesis contrafcticas acerca de sulocalizacin espacio-temporal, sin perjuicio para su identidad,siempre y cuando nos aferrramos a su apariencia distintiva.Qu tan lejos puedan llegar esas hiptesis parecera depender dela extensin de nuestro conocimiento; por ejemplo, uno podrainclinarse a negar que el Partenn pudiera haber sido construido en el siglo XVIII . Sin duda alguna, un edificio en aparienciaexactamente semejante al Partenn podra haber sido construido en el siglo XVIII, pero de todos modos, se podra quererargumentar, pensar en l como si fuera el Partenn, aun en unahiptesis contrafctica, sera transportar al Partenn demasiadolejos de su medio ambiente temporal y cultural. Po r otra parte,24

    si un mn o de escuela creyera que el Partenn fue construidoen el siglo XVIII o que se encuentra en Roma y no en Atenas,nos veramos obligados a mantener que se est contradiciendoo que no se refiere al Partenn? Sencillamente no hay ningunaregla para decidir tales cuestiones. Parece, sin embargo, que sihay en absoluto algn vnculo para fijar la referencia estaremosdispuestos a tratar inclusive al ms salvaje de los errores comofctico, en tanto que somos en cambio ms restrictivos en nuestra admisin de hiptesis contrafcticas.

    Un punto que est claro es que no hay ninguna manera esencial de identificar ningn objeto particular. Si identificamos esteatril por su origen real, podemos pensarlo como si ocupara unaposicin diferente en el momento presente; si lo identificamoscomo el atril que est ahora en esta posicin, podemos pensarlo como si tuviera un origen diferente. El resultado es que todaslas proposiciones acerca de este atril, salv aquellas que estnimplicadas por ser un atril del tipo que s a, y proposicionestriviales como 'Este atril es ste', pueden ser tratadas comocontingentes. Esto se aplica tanto a las prop siciones sobre losmateriales de los cuales est hecho como a cua uiera de las quequedan. Podemos en efecto identificar este atril no slo como sifuera de madera, puesto que esto no lo distingui - de otros atriles, sino como siendo hecho de tales y cuales pieza articularesde madera en tales y cuales lugar y tiempo, y luegoa construir hiptesis contrafcticas acerca de su historia.podemos identificarlo igualmente por su posicin actual y construir hiptesis contrafcticas acerca de su manufactura. Seraabsurdo suponer que alguien que crea que fue hecho de maderade nogal, cuando en realidad fue hecho de madera de roble,o que fue hecho en el taller del seor Martnez, cuando en realidad fue hecho en el del seor Gonzlez, estara haciendo suyauna creencia auto contradictoria o que no se estara refiriendo enabsoluto al atril; y exactamente lo mismo se aplicara a la msdescarriada creencia de que el atril fue hecho de hielo, si no esuna contradiccin suponer que algn atril pueda ser hecho dehielo. Desde luego, si hubiera sido de hielo habra sido un atrildiferente, en el sentido de que sera verdad de l algo que dehecho no lo es, pero en este sentido sera igualmente un atril

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    diferente si estas hojas de papel no hubieran sido puestas sobrel o si hubiera sido trado al cuarto cinco minutos antes de loque lo trajeron. Se podra decir que el ser hecho de maderaes una propiedad ms "ntima" del atril que las otras que hemencionado. Sera, por ejemplo, ms probable que figurara enla descripcin del objeto en el catlogo de un subastador. Po rotra parte, si las hojas de papel fueran algo como la direccinGettysburg, su relacin con ellas podra figurar ms prominentemente. Si el atril se hubiera convertido en una trampa paraatrapar incautos y estuviramos buscando a los responsables, eltiempo en el que fue llevado al cuarto podra ser de un intersmayor. y en todo caso nada de ello hace que la posesin por elatril de cualquiera de estas propiedades cese de ser contingente.

    Creo que en gran medida lo mismo se aplica a la identificacin de objetos que son denotados por nombres propios. Si eluso del nombre propio es para transmitir alguna informacin,el nombre puede ser asociado con algn rasgo discernible quese cree o se imagina que pertenece al objeto en cuestin. Enel caso de que semejante descripcin individualice al objeto, noser esencial. Cualquier otra descripcin podra haber servidoigualmente bien. Una vez ms, el resultado es que las oracionesen las que un nombre propio es acoplado con una descripcinde ,este tipo nunca expresan proposiciones necesarias.

    Al decir esto estoy rechazando el punto de vista, que mencion antes, de que el sentido de un nombre propio consistesimplemente en su denotar el objeto que denota. A primeravista, la simplicidad de este punto de vista podra hacerlo parecer atractivo. Como Kripke dice: por qu no estipularamosque un nombre ha de ser considerado como refiriendo a tal ycual objeto particular, en el mismo sentido en que estipulamosque un signo adjetival ha de ser considerado como refirindosea tal y cual cualidad? Si la palabra espaola 'rojo' puede, sinulteriores aadiduras, representar directamente al color rojo,por que no representara directamente de la misma manera elnombre 'Richard Nixon' a Richard Nixon? Pero ahora debemos considerar lo que est implicado al decir, por una parte,que un adjetivo representa directamente a tal y' cual cualidady, por otra parte, que un nombre denota a ta l y cual perso-26

    na. Para que esta informacin sea de alguna utilidad, tenemosque ser capaces de identificar los signos en cuestin, as comode identificar lo que supuestamente ellos estn representando.En el primer caso, no se presenta ningn problema. Podemosreconocer instancias de la palabra 'rojo' y podemos reconocerinstancias del color rojo. Podemos tambin reconocer instanciasdel nombre 'Richard Nixon'. Pero cuando se trata del hombreRichard Nixon, el trigsimo sptimo presidente de los EstadosUnidos, a quin vamos a considerar como lo que denota elnombre? Cmo vamos a identificarlo salvo como el hombre dequienes tales y cuales cosas son verdad, el hombre que tiene taly cual apariencia, caracterstica, o un pasado con tales y cualesaltibajos? Si dejamos de lado toda descripcin de esta clase, conqu nos quedamos? Con una sustancia individual? Con un particular puro? Pero si eso es lo que consideramos que denota elnombre, su uso no nos compromete a nada en absoluto, puestoque un simple particular podra tener cualquier propiedad, seala que fuere. Aun si se presupusiera que el nombre se refiere eneste caso a una persona, esta persona ha de ser distinguida delresto; y cmo ha de efectuarse esto si no es distinguiendo entrediferentes conjuntos de propiedades? Demostrativamen!e, quiz. Pero entonces se plantea la cuestin de a qu sealamos. Deseguro no a un particular puro. Al seor Nixon_ Pero qu es elseor Nixon? Entre otras cosas, el trigsimo sptimo presidentede los Estados Unidos.

    Pero de seguro que no era necesario que se hubiera convertido en presidente. Era lgica, si no polticamente posible, quehubiera sido derrotado en una o en ambas de las dos ltimaselecciones presidenciales. En verdad, podra no haberse nuncaocupado de poltica. Podra haber muerto en la infancia. Dndevamos a trazar la lnea? La respuesta es la misma que en el casodel atril. No debemos dotar al objeto a que el nombre se refierede propiedades incompatibles. Puesto que cualquiera que fallaraen hacer que el nombre se refiriera a una persona estara malinterpretando nuestro uso de l, debemos asignarle al portador delnombre todas las propiedades que estn implicadas por ser unapersona. Ms all de eso podemos suponer que absolutamentecualquier cosa es verdadera de l, en tanto que retengamos algn

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    punto de referencia seguro de la historia real del seor Nixon. Sinos atenemos a sus orgenes podremos tomarnos libertades conel resto de la historia, hacindola, por ejemplo, tan corta comoqueramos: si lo identificamos por su posicin actual, podremosimaginar que la alcanz desde un punto de partida diferente ypor una ruta diferente. Si lo asociamos con algn evento conspicuo, podremos desplazarlo en el espacio o en el tiempo, en lamedida en que este mismo evento pueda ser desplazado sin quedeje por ello de ser apresado por nuestras descripciones de l.Es ms difcil asimilarlo a una obra de arte, pero an aqu elparalelismo vale. Po r ejemplo, alguien que pensara que Goliatno era un filisteo sino un samaritano y tambin que lo situaraen el siglo incorrecto podra todava sostener que cometi tanslo un error factual; no estamos obligados a concluir, y probablemente no concluiramos, que fracas en identificar a Goliat,mientras d una descripcin que encontremos aceptable.

    Vamos a decir entonces que el sentido de un nombre propioconsiste en una o ms de las descripciones que quienes usanel nombre asocian con l? La objecin a este modo de hablares que sugiere que el nombre es una abreviacin para las descripciones, lo cual no es. Se prueba que no lo es por el hecho,que ya indicamos, de que acoplar el nombre con cualquierade las descripciones, o inclusive con todas ellas, establece unaproposicin sinttica y no analtica. Esto se aplica aun en el casoen el que quien usa el nombre no sabe nada acerca del objetoque pretende denotar, salvo que ta l y cual descripcin se leaplica. Po r ejemplo, alguien que asocie a Petra slo con la lnea"una ciudad rosa-roja, vieja como la mitad del tiempo" puedemantener la hiptesis de que Petra no es de color rosa-rojo oque no es una ciudad muy vieja. Es decir, no se ve comprometido a considerar esas proposiciones como auto contradictorias. Larazn para ello es, como el seor J.E. Altham ha sealado, queel objeto que l pretende que el nombre denote debe poder seridentificado de muchas otras maneras que como aquella comol lo identifica, y piensa en el nombre como si se le sostuvieraen su referencia por una de esas otras descripciones, inclusiveaunque l mismo no est en posicin de suministrarlas. As quecuando l admite la posibilidad de que Petra no sea vieja o rosa-28

    roja, puede ser que la suponga identificada por su localizacin,la conozca o no. Todo lo que necesita es el conocimiento de quepuede ser identificada de esa manera.

    Pero si el sentido de un nombre propio no consiste en sudenotar el objeto que denota y si no es equivalente al sentidode las descripciones con que quienes usan el nombre lo asocian,en qu consiste? Vamos a decir que los nombres propios notienen sentido? Esto sera motivo de confusin, ya que podrasugerir la conclusin, evidentemente falsa, de que los nombrespropios no contribuyen en nada al significado de las oracionesen las que entran. Sin embargo, ello es correcto en la medida enque hace ver que preguntar por el sentido de un nombre propioinvita a una respuesta de clase diferente de la que esperamoscuando preguntamos por el sentido de un predicado. El sentidode un predicado es dado enumerando algn otro predicado, oconjunto de predicados, al cual es equivalente; lo ms que podemos acercarnos a proporcionar el sentido de un nombre propioes suministrar alguna identificacin del objeto al cual, en principio, se refiere. As, si hemos de conferirle algn significado ala pregunta "Cul es el sentido del nombre 'Richard Nixon'?",debemos considerarla simplemente como una manera de preguntar "Qu o quin es Richard Nixon?" y para esta preguntacualquier respuesta que le permita a quien la plantea distinguirel objeto que tiene en mente ser aceptable, independientemente de que la respuesta revista la forma del suministro de otronombre o, lo cual es mucho ms comn, del suministro deun predicado que el objeto satisface. La proposicin que esexpresada acoplando el nombre con dicho predicado nunca sernecesaria por la razn, que ya antes di, de que el predicadoser slo uno entre una multitud indefinida que podra servirpara los mismos propsitos y mostrar, dentro de un momento,que la misma conclusin vale cuando la respuesta reviste laforma del suministro de otro nombre.

    Puede suceder que la forma ms comn de identificar unobjeto sea mediante una descripcin que falla en satisfacer. Porejemplo, casi cualquier persona que pudiera dar una respuestaconfiada a la pregunta "Quin era Goliat?" dira que era elfilisteo gigante a quien David mat con una piedra lanzada con

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    una hnda. Sin embargo., me entero., gracias al ser GarethEvans, de que ls estudiss bblics favrecen ahra la ver-sin de la histria en la que Gliat es matado. no. pr Davidsino. pr Eljann, el betlemita. Supngams que aceptams es-ta versin. Tendrems cm resultado. ' que el nmbre 'Gliat'adquiere una dentacin diferente para nstrs, puesto. que yano. cnsiderams que se refiere al hre filisteo. a quien Davidmat? O deberams ms bien decir que el nmbre tdava esusado. para referirse a la misma persna, siendo. la nica diferen-cia que cambiams nuestra creencia acerca de la frma en queencntr la muerte? Si la segunda va se recmiende a s mismacn mayr fuerza es, pienso., prque Gliat est suficientementeidentificado. pr nstrs cm el gigante hre filisteo.. Si nsenterams de que David mat a dicho. gigante, aunque ste no.fuera llamado. pr el nmbre que transcribims cm 'Gliat',en tanto. que el hmbre muerto. pr Eljann fuera un sldadfilisteo. no. descrito. que result tener el nmbre, entnces meinclinara a decir no. que nuestra creencia de que David mat aGliat result falsa sino., ms bien, que nuestro. uso. del nmbre'Gliat' result ser idisincrsic. Estarams en la psicin deWarner Spner de quien se cuenta que, en una casin, alterminar un sermn, regres al plpito. y anunci: "A lo. largo.de mi sermn, siempre que dije 'Aristteles' estaba desde luego.refirindme a san Pabl."

    Un ejemplo. imaginario. de un tipo. similar, que Evans tmade Kripke, cnsiste en la supsicin de que la prueba de in-cmpletitud de la aritmtica, pr la cual el prfesr Gdel esmerecidamente fams, no. fue de hecho. vislumbrada pr Gdelsino. pr un descncid viens de nmbre Schmidt. La cues-tin entnces es la de si aquells que ascian el nmbre 'Gdel'slamente cn la descripcin 'e l hmbre que prb la incm-pletitud de la aritmtica' estaran sin saberlo. usando. el nmbrepara referirse a Schmidt. Tanto. Evans cm Kripke cnsideranbvi que no., pero. yo. no. lo. encuentro. bvi en abslut. Meparece ms bien que depende de la manera cm el cuento. sedesarrlle. Si el fraude sale a la luz, lo. ms prbable sera que no.extraeran la cnclusin de que han estado. usando. el nmbre'Gdel' para referirse a Schmidt. Identificando. a Gdel, pr as30

    decirlo. retrspectivamente, pr lo. que llegaran a saber de ld i r ~ n que se han equivcad al atribuirle un lgr cuyo. m r i t ~ no. fue suyo.. Pr tra parte, si ambs hmbres sigui eran siendo.desde trs punts de vista descncids, y Schmidt fuera a uncngres matemtico. y yera a la gente alabar la sutileza de laprueba preguntndse quin fue Gdel y pr qu no. saben nadams acerca de l, sera perfectamente crrect que dijera "Pcsaben de ello., pero. estn hablando. acerca de m" . Si le dije-ran "Entnces es usted Gdel", pdra cn verdad respnder:"Bueno., de hecho. se no. es mi nmbre, pero. yo. sy la persnade la que estn habland.". Pe.r cmo. ha de recnciliarse esto. cn el hecho. de quemclusIve para aquellas persnas la prpsicin de que Gdelprb la incmpletitud de la aritmtica no. sera plenstica? Larespuesta es que siempre puedan dtar de sentido. a un cuen:t .cm el de Kripke. Pueden imaginarse a s misms adquiriendo.trs medis para identificar a un hmbre del que descubrenluego. que ls enga al pretender satisfacer la descripcin prla que ells misms crean cncerl. Si simplemente se lesdice "Gdel no. prb la incmpletitud de la aritmtica" y nadams, entnces, a falta de cualquier tra explicacin, 'td lo. queells de hecho. saben es que han llamado. al autr de la pruebapr el mal nmbre. Pueden, sin embargo., asumir que se puedebtener alguna tra explicacin. De la misma manera en tanto.. 'que SIgan creyendo. que fue Gdel quien vislumbr la prueba,pueden fcilmente cnceder que pdra no. haberlo. hecho.. Sucnfianza en esta descripcin "pstula" para ells una persnade la que se sabe que es identificable de tras maneras y que,pr lo. tanto., no. depende del td de esa pstulacin.Estams ahra en psicin de dar cuenta del hecho. de que lasracines de la frma "A es B", dnde "A" y "B" sn nmbresp . r ~ p i s , sn .usadas casi invariablemente para expresar prp-s ~ c l O n e s cntmgentes y no. necesarias. La explicacin es muySImple. Para que sea en algn sentido. til hacer enunciadsde. identidad de esta clase, ha de asumirse que aquells' paraqmenes est destinada la infrmacin o. bien pseen respuestasslamente a una de las preguntas "Quin o. qu es A?" y "Quo. quin es B?" o. bien pseen respuestas a ambas preguntas,

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    pero respuestas muy diferentes. Supongamos en primer lugarque no s en el primer caso qu o quin es A, pero que s squ o quin es B. Entonces el hecho de que me entere de queA es B me pone en posicin de aplicar cualquier descripcinque haya descubierto que est asociada con el nombre "A" conel objeto que he identificado como "B". En el segundo caso, meentero de que el objeto que identifiqu bajo cualquiera de losrtulos incorpora los rasgos de aquellos que he identificado bajoel otro. As, si s algo sobre Cicern pero soy muy mal latinistacomo para asociar cualquier predicado con el nombre 'Tulio',entonces al enterarme de que Tulio es Cicern slo me entero enuna primera instancia de que Cicern era en ocasiones conocidobajo otro nombre, pero me encuentro tambin en posicin deaadir cualquier informacin que pueda recibir sobre Tulio ami biografa de Cicern. Si s algo acerca de Dickens y por lomenos he odo de Esbozos de Boz, al enterarme de que Dickenses Boz me informo de que tambin es el autor de aquel trabajo.

    Lo mismo puede aplicarse cuando el mismo nombre apareceen cualquiera de los lados del signo de identidad. As, una de lasmejores novelas de Trollope lleva el ttulo de Es l Popenjoy?2La conclusin a la que se llega despus de algunos cientos depginas es que lo ms probable es que Popenjoy sea Popenjoy.Obviamente no es sta la conclusin de que Popenjoy, sea quiensea, es idntico a s mismo, sino ms bien la conclusin de quelo ms probable es que el nio que ha pasado por lord Popenjoysea el heredero legtimo del condado y de las propiedades,una cuestin contingente que surge no slo en ficciones. Unaoracin como 'Popenjoy es Popenjoy' podra en verdad serusada para expresar la proposicin triviaimente necesaria deque una persona es la persona que es, pero es difcil pensar encontextos en los cuales dicha proposicin pudiera ser de algunautilidad, salvo quiz como un ejemplo en un tratado de lgicaformal.

    Vamos a decir entonces que 'Popenjoy es Popenjoy', en elsentido en el que expresa una proposicin contingente, signi-2 El ttulo original de la novela en ingls es Is He Popenjoy? No haytraduccin en castellano. [N. del t.]

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    fica simplemente que tal y cual mno es el heredero legtimo?Acaso 'Dickens es Boz' significa tan slo que una y la mismapersona escribi tal y cual libro entre otros? Evidentemente queno. Pero entonces qu significan estas oraciones? Pienso questa es una pregunta mal formulada, porque implica que losnombres propios tienen sentido de un modo que no lo tienen.As como los nombres 'Dickens' y 'Boz' no tienen un sentidodeterminado, as la oracin 'Dickens es Boz' no tiene un significado usual. Qu proposicin se entienda que expresa en unadeterminada ocasin depender de las respuestas que quien lainterprete tenga para las pre guntas Quin es Dickens? y Quines Boz? La informacin que reciba ser entonces que una y lamisma persona satisface todo el rango de predicados que es-tas preguntas comportan. Decir que oraciones como 'Dickenses Boz' expresan proposiciones contingentes resulta as ser unaforma vaga de decir que el uso normal de tales oraciones estransmitir informacin contingente de esta clase.Qu pasa entonces con el argumento de que, puesto queser necesariamente idntico a x es una propiedad de x, debetambin ser una propiedad de y, si x y y son idnticos? Puestoque la conclusin de que enunciados de identidad de la forma"x es y" son siempre necesarios es falsa y puesto que estaconclusin se sigue de las premisas del argumento, al menosuna de las premisas debe ser falsa. O no es verdad que si xy y son idnticos, x y y tienen las mismas propiedades o no esverdad que ser necesariamente idntico a x es una propiedadde x. Por extrao que pueda parecer, creo que es la segunda deestas proposiciones la que es falsa. Niego que ser necesariamenteidntico a x sea una propiedad de x, porque niego que hayaalguna propiedad como la de ser necesariamente idntico a x.Es desde luego verdad que las cosas son idnticas a s mismas,si esto es slo una manera de decir que las cosas son lo queson o que tienen las propiedades que tienen. Si nos permitimoscuantificar sobre propiedades, podemos conceder que la frmula"para toda x, para toda 1, Ix si y solamente si Ix" expresauna proposicin verdadera: podemos inclusive conceder que susinstancias de sustitucin tales como "la si y solamente si la"expresan proposiciones necesariamente verdaderas, con tal de

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    que el signo 'a ' en cada una de sus apancIOnes sea usado noslo con la misma referencia sino en asociacin con exactamentela misma respuesta a la pregunta 'Qu o quin es a?' Estoes, sin embargo, una limitacin realmente fuerte y el hechode que necesitemos enunciarla explica por qu proposicionesverdaderas que son expresadas por oraciones de la forma "fa siy solamente si fb " en muy raras ocasiones son necesariamenteverdaderas. Luego la razn por la que no hay tal propiedadcomo la de ser necesariamente idntico a x es que decir queuna propiedad necesariamente caracteriza a tal y cual objetoes tan slo una manera de decir que alguna oracin que sirvepara predicar la propiedad del objeto expresa una proposicinnecesaria; y el que sea as o no depende del modo como el objetoes designado. No importa , pues, el que 'a ' y 'b' sean nombreso descripciones, la oracin 'a es idntico a b' expresar unaproposicin verdadera solamente si las proposiciones que sonexpresadas por las oraciones ' fa' y ' fb' independientemente decul sea el predicado ' / ' , son tambin lgicamente equivalentes,lo cual en muy raras ocasiones ser el caso. Hablar de las cosascomo si fueran necesariamente idnticas a s mismas es porlo tanto incorrecto, puesto que sugiere que la adscripcin denecesidad depende slo de la referencia de un signo y no de lamanera como se hace la referencia.

    Puede objetarse que lo que he estado diciendo es verdaderoslo de las modalidades de dicto y no de las de re. Mi res-puesta es que solamente hay modalidades de dicto. La idea deque las cosas poseen esencias individuales, independientementede la manera como son designadas, es un absurdo metafsico.Habiendo sido descartado en alguna ocasin, no debera habersido nunca resucitado.

    New College, Oxford.

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    CUADERNOS DE CRTICA

    l. H.P. GriceSIGNIFICADO

    2. Thomas NagelFISICALISMO

    3. H.L.A. HartOBLIGACIN JURDICAy OBLIGACIN MORAL

    4. H.L.A. HartUNA VISITA A KELSEN

    5. Ronald M. DworkinES EL DERECHO UNSISTEMA DE REGLAS?

    6. Hans KelsenDERECHO y LGICA

    7. Saul KripkeIDENTIDADy NECESIDAD

    8. Sydney ShoemakerLAS PERSONASy SU PASADO

    9. Werner DiederichY Hans Friedrich FuldaESTRUCTURASSNEEDIANAS ENEL CAPITAL DE MARX

    10. Arthur C. DantoACCIONES BSICAS

    1l . Donald DavidsonSUCESOS MENTALES

    12. Benson MatesDESCRIPCIONESY REFERENCIA

    13. Alexius MeinongTEORA DEL OBJETO

    14 . Ronald M. DworkinCASOS DIFCILES15. Hilary PutnamLA NATURALEZADE LOS ESTADOSMENTALES16. Genaro R. CarriDWORKIN

    Y EL POSITIVISMOJURDICO17. Hilary PutnamLA VIDA MENTAL DEALGUNAS MQUINAS18. Gilbert Harman

    SIGNIFICADOy EXISTENCIA EN LAFILOSOFA DE QUINE

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    19. Hilary Putnam 30. David K. Lewis 38. Gilbert Ryle 46. Daniel C. DennettDE LAS PROPIEDADES UN ARGUMENTO EN UN ELEMENTO HACIA UNA TEORA20. John McDowell FAVOR DE LA TEORA DESCONCERTANTE COGNITIVASOBRE EL SENTIDO DE LA IDENTIDAD EN LA NOCIN DE LA CONCIENCIADEL PENSARY LA REFERENCIA DE 31. David F. Pears 47. P.F. Strawson

    UN NOMBRE PROPIO LAS CONDICIONES 39. Derek Parfit LIBERTAD21. Hilary Putnam CAUSALES LEWIS, PERRY y RESENTIMIENTOEs POSIBLE DE LA PERCEPCIN Y LO QUE IMPORTA 48. Roy BhaskarLA SEMNTICA? 40. Daniel C. Dennett . FILOSOFA y REALISMO32. John Rawls SISTEMAS CIENTFICO22. Adolf Grnbaum LA JUSTICIA COMO INTENCIONALESES LA F ALSABILIDAD IMP ARCIALIDAD 49. W .B. GallieLA PIEDRA DE TOQUE 41. H.P. Grice CONCEPTOSDE LA RACIONALIDAD 33. Daniel C. Dennett LA TEORA CAUSAL ESEN CIALMENTECIENTFICA? SON EXPERIENCIAS DE LA PERCEPCIN IMPUGNADOS

    23. Hilary Putnam LOS SUEOS? 42. Daniel C. Dennett 50. Ern esto SosaCEREBRO y CONDUCTA 34. Hilary Putnam MECANICISMO EL CONOCIMIENTOEL LENGUAJE Y RESPONSABILIDAD REFLEXIVO EN LOS24. Hilary Putnam y LA FILOSOFA 43. Sydney Shoemaker MEJORES CRCULOSLO ANALTICOY LO SINTTICO WIGGINS 51. Ludwig Wittgenstein35. John Perry y LA IDENTIDAD UNA CONFERENCIA25. Derek Parfit DILOGO SOBRE Y LA PERSISTENCIA SOBRE LA TICA

    IDENTIDAD PERSONAL LA IDENTIDAD DE LAS PERSONASPERSONAL Y LA 52. Paul W. Taylor26. Hilary Putnam INMORTALIDAD 44. David Wiggins LA TICAOTRAS MENTES LOCKE , BUTLER DEL RESPETO36. Saul Kripke y LA CORRIENTE A LA NA TURALEZA27. David K. Lewis ESBOZO DE CONCIENCIA:SUPERVIVENCIA LOS HOMBRES COMO 53. R. Ja y WallaceDE UNA TEORA CMO ARGUMENTARE IDENTIDAD UNA CLASE NATURALDE LA VERDAD SOBRE LA RAZN28. Hilary Putnam 45 . Daniel C. Dennett PRCTICA

    EL SIGNIFICADO 37. Gareth Evans CONDICIONESDE "SIGNIFICADO" Y J oh n McDowell DE LA CUALIDADINTRODUCCIN DE PERSONA29. David K. Lewis A VERDADSEMNTICA GENERAL Y SIGNIFICADO

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    Identidad y referencia se termin de impri-mir en noviembre de 2007 en los talleresde Impresin Comunicacin Grfica, S.A. deC.V., Manuel vila Camacho 689, col. SantaMara Aztahuacn, C.P. 09500, Mxico, D.F.Para su impresin se utiliz papel culturalde 90 gr; en su composicin y formacin,realizadas por computadora, se utilizaron elprograma J11EX2 y tipos Bodoni Book.El tiraje consta de 1000 ejemplares.

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